El Testamento Masónico
El Testamento Masónico
El Testamento Masónico
SFU
BLRLS PERLA DEL HUALLAGA N° 108
EL TESTAMENTO MASÓNICO
QH RITCHER PIERO CHUNG SALDAÑA
YURIMAGUAS – PERÚ, 09 DE ABRIL DE 2020 e v
INTRODUCCION
En el día de mi iniciación el 01 de noviembre de 2019, una de las tantas cosas que
pude apreciar en el transcurso de la ceremonia fue el testimonio masónico, me
llamo mucho la atención por las tres preguntas que allí había ¿Qué deberes tiene
el hombre para con Dios?, ¿Qué deberes tiene el hombre para consigo mismo?, y
¿Qué deberes tiene el hombre para con sus semejantes?, al principio parecían ser
preguntas sencillas para responder, pero dando vueltas al releerlos, reflexionando
del momento y lugar en el que me encontraba (cámara de reflexiones) donde
pintadas en la pared se aprecia mensajes importantes que debemos llevar siempre
grabados en nosotros para profundizar las enseñanzas de la orden masónica, pude
reflexionar sobre la profundidad filosófica de estas 3 preguntas.
CUERPO
El testamento en la esfera profana-jurídica es un acto o instrumento legal
mediante el cual una persona dispone del destino de sus bienes al momento de su
muerte. El testamento es un acto unilateral, formal y solemne en donde una
persona expresa su voluntad respecto a cómo se dispondrá de sus bienes tras su
muerte.
En la esfera masónica se trata de un testamento iniciático, muy diferente del
testamento ordinario o profano, en cuanto éste es una preparación para la muerte,
el testamento masónico es simbólico, que se le pide al candidato, antes de ser
admitido a las pruebas, es una preparación para la vida –para la vida nueva del
Espíritu a la cual tiene que renacer.
El testamento masónico es una hoja blanca, en cuya superficie se ha dibujado un
triángulo del tamaño suficiente como para que contenga en su interior las
preguntas que se harán al aspirante:
¿QUÉ DEBERES TIENE EL HOMBRE PARA CON DIOS?
¿QUÉ DEBERES TIENE EL HOMBRE PARA CONSIGO MISMO?
¿QUÉ DEBERES TIENE EL HOMBRE PARA CON SUS
SEMEJANTES?
Contestad este testamento y firmad.
Es este testamento con un lapicero colocado sobre la mesa del cuarto de
reflexiones, un aposento cuya decoración debe caracterizarse por su sencillez y
austeridad. Sus paredes, techo y pavimento son de color negros. Donde no existirá
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más menaje que una silla, una mesa cubierta de un manto negro y sobre ella un
candelabro con una vela encendida, una campanilla de bronce, una vaso con agua,
un trozo de pan, tres recipientes y en cada uno de ellos, un poco de azufre, sal y
trigo, un cráneo y un reloj de arena, el que denotara que el tiempo está por
agotarse. Será posteriormente escuchada por los hermanos del taller y luego
entregado de vuelta por el H M C Con los metales que fue despojado al
inicio, para que el neófito manifieste el reconocimiento de su firma y el M C
Se acercara al sitial del H 2do Vig Y prendera fuego cuidando que el papel se
consuma completamente.
Las tres preguntas propuestas contienen las primeras enseñanzas Filosóficas
Fundamentales, que se le hacen saber al Candidato a iniciación, abarcan pues,
todo el dominio de la moral universal. Después de contestarlas el pensador no
debe limitarse a la teoría. Renunciando a todas las debilidades del pasado, le
corresponde morir para la vida profana para renacer a un modo superior de
existencia. – El candidato se prepara a esta muerte simbólica haciendo su
testamento, acto en el que consigna los mandatos de su voluntad que deberán ser
ejecutados por el futuro Iniciado.
La primera relación o “deber” del testamento es la del propio individuo con el
Principio Universal de la Vida, una relación que tiene que reconocerse y
establecerse interiormente, y no sobre la base de creencias o prejuicios, ya sean
positivos o negativos. No se le pregunta al candidato si cree o no en Dios, ni cuál
sea su credo religioso o filosófico; para la Masonería todas las “creencias” son
equivalentes, como otras tantas máscaras de la Verdad que se encuentra detrás o
bajo de la superficie de ellas y sólo a la cual aspira a conducirnos.
Lo que sí es de importancia vital es nuestra íntima y directa relación con el
Principio de la Vida (cualquiera sea el nombre que se le dé exteriormente y el
concepto mental que cada cual pueda haberse formado o formarse del mismo),
una relación que se establece en la conciencia, por encima del plano de la
inteligencia o mentalidad ordinaria, siendo sólo directamente en ella donde puede
manifestarse aquella Luz “que ilumina a todo hombre que viene a este mundo”.
La segunda: “¿Qué deberes tiene el hombre para consigo mismo?”, es la
consecuencia de la primera. Habiéndose reconocido, en lo íntimo de su propio ser,
en aquella soledad de la conciencia que está simbolizada por el cuarto de
reflexión como una manifestación o expresión individual del Principio Universal
de la Vida, el candidato está llamado a reconocer cómo su vida exterior se halla
íntimamente relacionada con lo que él mismo es interiormente, y cómo con la
comprensión de esta relación tiene en sí el poder de dominarla y dirigirla
constructivamente.
El hombre es, como manifestación concreta, lo que él mismo se ha hecho y se
hace constantemente, con sus pensamientos conscientes y subconscientes, su
manera de ser y su actividad. Y su primer deber para consigo mismo es hacerse y
llegar a ser una expresión perfecta del Principio de Vida que en él busca y
encuentra una especial, diferente y necesaria manifestación, deduciendo o
sacando a la luz del día las posibilidades latentes del Espíritu, aquella Perfección
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que existe inmanente, pero se manifiesta en el tiempo y en el espacio, en la
medida del íntimo reconocimiento individual.
En cuanto a los deberes hacia la humanidad, representan un sucesivo
reconocimiento íntimo que es complemento necesario de los dos primeros:
habiéndose reconocido como manifestación individual del Principio Único de la
Vida, y sabiendo que él es por fuera lo que es y se hace por dentro, debe
acostumbrarse a ver en todos los seres otras tantas manifestaciones del mismo
Principio; de este reconocimiento brota como consecuencia necesaria cuál ha de
ser su deber o relación hacia la humanidad, que no puede ser otra cosa que la
fraternidad.
CONCLUSIONES
El testamento masónico a diferencia de un testamento profano, que está finalizado
a disponer bienes y deseos después de la muerte para otras personas como lo son
sus seres queridos o familiares, está destinado a que se efectué la teoría plasmada
en el testamento después de la muerte profana, en una vida espiritual nueva, para
el bienestar de uno, de la familia, y sociedad en general en la que uno se
desarrolla.
De los deberes podría concluir con un lenguaje coloquial indicando sobre el deber
para con Dios es la adoración, alabanza, reconocimiento, obediencia, respeto,
entre otros que denote el amor al principio creador; para consigo mismo el respeto
y para con los semejantes la justicia, respetar: su vida, su fama, su honor, sus
bienes de fortuna, su libertad todo lo que conlleve a una vida en común y
armonía.
Muchas gracias por vuestra atención RR y QQ HH , este ha sido mi lote de
trabajo, VM
BIBLIOGRAFÍA
“Liturgia del grado de Aprendiz Masón”, edición 2018 e:.v:. Lima – Perú.
LAVAGNINI ALDO, 2007, “Manual del aprendiz”, editorial Kier, 3° edición,
Buenos Aires – Argentina.
OSWALD WIRTH, 1894, “El libro del aprendiz”, Ilveor ediciones digitales
TERRONES BENÍTEZ Y LEÓN GARCIA, Adolfo y Alfonso, “Los 33 temas del
aprendiz masón”, Santa Cruz – Bolivia.
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