Don Quijote Capitulos

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El "Quijote" (1605), de Miguel de Cervantes

- resumen y apuntes interpretativos

Resumen, 2007
28 Páginas
N W NILS WINTERFELDT (AUTOR)
Leer texto completo

Índice
Miguel de Cervantes (1547-1616): Don
Quijote (1605)
I) Resumen por capítulos
II) Cervantes y la ficción narrativa de la
época
III) La novela picaresca y la primera parte
del Quijote
IV) La estructura de la primera parte
V) Las novelas intercaladas
El sentido moral de la acción principal
La función de los episodios intercalados en
la Primera Parte
La novela del curioso impertinente
El embrollo de Cardenio / Luscinda y
Dorotea / Fernando
El episodio del cautivo y de su hermano el
oidor
Resumen
VI) Los narradores del Quijote
VII) El Quijote: La primera novela realista
moderna

Bibliografía

Miguel de Cervantes (1547-1616): Don


Quijote(1605)
I) Resumen por capítulos
1 Un hidalgo mediocre se vuelve loco por
leer muchas novelas de caballerías y se
convierte en don Quijote de la Mancha.
Como caballero andante quiere resucitar la
Edad de Oro deshaciendo agravios y
protegiendo a los necesitados. Pone
nombre a su rocín (Rocinante) y a la
imaginada dama de su corazón (Dulcinea
del Toboso, en realidad se trata de la ruda
labradora Aldonza Lorenzo).

Cervantes describe a don Quijote según la


doctrina de Juan Huarte de San Juan
(Examen de ingenios para la ciencia): “era
de complexión recia, seco de carnes,
enjuto de rostro ...” “del poco dormir y del
mucho leer se le secó el celebro de manera
que vino a perder el juicio”
2 Don Quijote emprende su primera salida.
Se le ocurre que todavía no ha sido armado
caballero y decide remendar esta falta en
la primera ocasión que se le ofrezca. Llega
a una venta que a él le parece un castillo.
Aborda a dos prostitutas que él se imagina
ser dos doncellas. Por su aspecto y su raro
modo de hablar, se ríen de él. Sin embargo,
el ventero, un pícaro retirado, le sigue la
corriente haciendo el papel de castellano
del supuesto castillo.

3 El ventero le da unos consejos prácticos a


don Quijote (llevar dinero y camisas
limpias, buscarse escudero) y le hace velar
las armas en el corral. Por la noche, don
Quijote apalea a dos arrieros que quieren
dar agua a sus mulas y como consecuencia
de esto se ve apedreado por los demás
huéspedes de la venta. Para evitar más
incidentes, el ventero le arma caballero a
don Quijote, y éste sale contento de la
venta.

4 Don Quijote se topa con Haldudo, el rico,


que está azotando a su criado Andrés por
descuidado. Don Quijote le exige que
pague al mozo lo que le debe. Haldudo se
lo promete y el caballero se va. Siguiendo
su camino, se encuentra con unos
mercaderes toledanos de los que exige que
reconozcan que Dulcinea es la mujer más
hermosa del mundo. Un mercader burlador
le pide una prueba por lo que el caballero
monta en cólera y arremete contra él. Pero
Rocinante tropieza y amo y caballo caen al
suelo. Por su arrogancia, un mozo de mulas
lo apalea.

5 Un vecino de don Quijote pasa por el


camino y reconocíendolo lo lleva a su
aldea. En casa de Don Quijote, sus amigos
el cura Pero Pérez y el barbero maese
Nicolás junto con el ama de casa y la
sobrina están preocupados por Don
Quijote. Se proponen condenar al fuego los
desalmados libros que le quitaron el juicio.
Don Quijote les cuenta que luchó con 10
gigantes.

6 Al día siguiente, el cura, el barbero, la


sobrina y el ama de casa realizan el auto de
fe quemando la mayoría de los libros de
don Quijote.

7 Don Quijote se queda 15 días en casa


antes de emprender su segunda salida en
compañía de su escudero Sancho Panza al
que promete el gobierno de una ínsula en
recompensa a sus servicios. Sancho duda
de que su mujer (Juana / Mari Gutiérrez)
sea apta para ser reina.
8 Don Quijote lucha contra unos molinos
de viento que a él le parecen unos gigantes
echando en saco roto los avisos de Sancho.
Termina maltrecho por el campo y achaca
la culpa a unos malos encantadores que
quieren quitarle la gloria de su victoria.
Poco después, acomete a dos frailes que
cree que son secuestradores de una
princesa. En realidad se trata de una
señora vizcaína de camino a Sevilla. Don
Quijote se pone a luchar con un
acompañante vizcaíno de la señora. Pero
en medio de la batalla la escena queda
congelada. El segundo autor informa al
lector de que aquí terminan las fuentes de
la historia.

9 El segundo autor narra la búsqueda de la


continuación de la historia. En un mercado
de Toledo la encuentra por casualidad (en
árabigo, el autor / historiador se llama Cide
Hamete Benengeli) y la hace traducir por
un morisco.

Sigue el fin de la batalla en la que don


Quijote vence a su adversario (aunque
resulta herido en la oreja) y le exige la
promesa de presentarse ante su señora
Dulcinea del Toboso.

10 Sancho le pide el gobierno de la ínsula


prometida, pero don Quijote le informa de
que aquella no fue aventura de ínsulas.
Sancho teme que puedan ser perseguidos
por la Santa Hermandad y don Quijote le
dice que los caballeros andantes están por
encima de la ley. Además, le cuenta a su
escudero que quiere prepararse un
bálsamo milagroso que puede sanar todas
las heridas y hasta resucitar muertos.
Sancho está entusiasmado y en vez de la
ínsula le pide la receta del bálsamo de
Fierabrás a su amo. Hablando sobre varios
temas caballerescos, los dos siguen su
camino hasta que llegan a unas chozas de
unos cabreros.

11 Los cabreros reciben amablemente a


amo y escudero ofreciéndoles algo de
comer. Inspirado por el color de unas
bellotas, don Quijote pronuncia su (“inútil”,
como dice el autor) discurso sobre la Edad
de Oro (caracterizada por la paz, la amistad
y la concordia). Los cabreros que lo
escuchan atentamente sin entender gran
cosa, piden a uno de los suyos que cante
un romance para los huéspedes.

12 Llega otro mozo que anuncia la muerte


de Grisóstomo que se suicidó por el amor
no correspondido por la hermosa Marcela.
Don Quijote pide a Pedro, otro cabrero,
que le cuente todo sobre el asunto lo que
hace de buena gana (cambiando
paulatinamente el estilo rústico por uno
más elevado y más apropiado de la novela
pastoril).

13 Al día siguiente, Don Quijote y Sancho


acompañan a los cabreros al entierro de
Grisóstomo. En el camino se cruzan con
otros viajeros que también quieren asistir
al entierro. Entre ellos está Vivaldo que se
asombra de la locura de don Quijote. El
caballero le aclara que los de su profesión
son “ministros de Dios en tierra”. Vivaldo,
siguiéndole la corriente, critica que los
caballeros andantes no se encomienden a
Dios sino a sus damas antes de sus batallas.
Don Quijote le dice que así debe ser y otros
disparates más, así que hasta los pastores
se dan cuenta de su falta de juicio.
14 Después de haber llegado el grupo al
lugar del entierro se lee un poema
compuesto por el difunto (canción
desesperada). Entonces aparece Marcela y
defiende su comportamiento y lo hace tan
hábilmente que después de su discurso
todos están de acuerdo de que no tiene la
culpa de la muerte de Grisóstomo. (“Yo
nací libre, y para poder vivir libre escogí la
soledad de los campos.”) Se termina el
entierro y don Quijote se propone
ofrecerle su servicio a Marcela.

15 En un prado Rocinante acosa a unas


yeguas que tienen más ganas de pacer que
de él. Los proprietarios de las yeguas, unos
yangüeses, apalean al pobre caballo. Don
Quijote y Sancho que quieren socorrer a
Rocinante sufren la misma suerte. Por fin,
siguen su camino hasta que llegan a una
venta que otra vez a don Quijote le parece
un castillo sin que se deje convencer de lo
contrario.

16 En la venta don Quijote acosa a


Maritornes, una criada feísima, que él se la
imagina como una princesa bellísima. Otra
vez no cosecha nada más que palos.

17 Don Quijote cree que el castillo (la


venta) está encantado por suceder cosas
tan raras en él. Dice que un gigante lo
apaleó, Sancho comenta que más de 400
moros lo aporrearon. Don Quijote se
prepara el bálsamo de Fierabrás que le
hace vomitar fuertemente pero después se
siente mejor. Sancho también lo prueba
pero le sienta muy mal y comienza a
“desaguarse por entrambas canales”. Don
Quijote piensa que debe de ser porque no
es caballero armado. Al quitar la venta no
quiere pagar la cuenta porque sería
contravenir a la orden de la caballería
andante. Como “venganza” algunos
huéspedes mantean a Sancho.

18 Sancho no cree que la venta esté


encantada sino que los hombres que lo
mantearon eran hombres de carne y
hueso. Duda del provecho de las aventuras
caballerescas y quiere volver a casa.
Recuerda a don Quijote que jamás han
vencido batalla alguna. Mientras tanto
aparece en el horizonte una polvareda y
don Quijote se imagina que son dos
ejércitos que va a vencer. Primero, Sancho
le cree pero después se da cuenta de que
no son nada más que dos rebaños de
carneros y ovejas. Otra vez, apedrean a
don Quijote de tal modo que después le
faltan varias muelas. Para sanarse, bebe el
resto del bálsamo. Cuando Sancho se le
acerca, vomita sobre él, Sancho a su vez,
vomita sobre don Quijote. Está harto y
quiere dejar a su amo.

19 Se acercan unas lumbres que resultan


ser un grupo de sacerdotes que llevan a un
muerto a Segovia. Como no quieren dar las
explicaciones que Don Quijote les pide,
arremete contra ellos y le rompe la pierna
a uno de ellos. Sancho está admirado por el
valor de su amo: “Sin duda este mi amo es
tan valiente y esforzado como él dice.”
Quiere presentar a su amo y por su aspecto
desolado se inventa el nombre del
Caballero de la Triste Figura. Don Quijote
cree que el autor de la histora se lo puso
en la lengua y en pensamiento y en
adelante quiere llamarse así.

(Sancho empieza a utilizar refranes en este


capítulo.)
20 Los dos van en busca de agua. Es de
noche y tienen mucha sed. De repente
oyen uno golpes, y a Sancho le entra
mucho miedo. No quiere que don Quijote
se vaya para enfrentarse a esta ‘aventura’ y
con llantos y sollozos intenta retenerlo.
Como su amo no se deja ablandar, el
escudero recurre a una maña atando los
pies de Rocinante de modo que no puede
moverse. Para entretener a don Quijote,
Sancho le cuenta una historia de manera
muy torpe. Como no osa alejarse, el
escudero hace su necesidades al lado de
don Quijote y explica un pedo como señal
de una nueva aventura (“¿Qué rumor es
ése, Sancho? – Alguna cosa nueva debe de
ser.”). A la mañana siguiente, los dos se
dan cuenta de que el ruido que les infundió
tanto miedo viene de seis mazos de batán.
Ambos se ríen y Sancho empieza a imitar a
don Quijote en plan de burla. Éste se
enfada sobremanera, le da dos golpes muy
fuertes con la lanza y le exige más respeto.

21 Don Quijote le quita la bacía a un


barbero que él se imagina ser el yelmo de
Mambrino. En su camino los dos se pintan
en la imaginación cómo llegan a ser
emperador y conde.

22 (A diferencia de sus insistencias de la


veracidad de la historia, al principio de este
capítulo el autor habla de la “dulce e
imaginada historia”.)

Amo y escudero se cruzan con doce presos.


Sancho le informa a su señor que son
galeotes que van forzados por el rey. Al
caballero no le gusta este concepto de que
la gente no vaya por su propia voluntad e
indaga las causas de las penas de cada uno
malentendiendo y malinterpretando todas
las explicaciones (“Antes he oído yo decir
que quien canta, sus males espanta.”). Por
fin, llega a hablar con Ginés de Pasamonte
quien escribió su autobiografía La vida de
Ginés de Pasamonte en las galeras (“mal
año para Lazarillo de Tormes y para todos
cuantos que de aquel género se han escrito
o escribieren”). Por ver que los presos van
de “mala gana” a las galeras, don Quijote
los libera y les exige que se presenten ante
Dulcinea. Los delincuentes apedrean a amo
y escudero.

23 Sancho teme que la Santa Hermandad


los persiga y los dos deciden esconderse en
Sierra Morena. Allí encuentran una maleta
abandonada y un librillo de memoria que
contiene quejas amorosas. Poco después,
se topan con un cabrero que les da las
primeras indicaciones acerca del
proprietario del libro, un joven en que
alternan intervalos de locura y de lucidez
(como en Don Quijote; el autor los
equipara explícitamente llamándolo el
Roto de la Mala Figura en contraste con el
de la Triste Figura). Cuando el Roto se les
acerca finalmente en persona, don Quijote
lo abraza “como si de luengos tiempos le
hubiera conocido”.

24 El Caballero del Bosque, que en realidad


se llama Cardenio, les cuenta su desgracia.
Al mencionar un libro de caballerías, el
Amadís de Gaula, don Quijote se emociona
tanto que el forastero interrumpe su
relato. La escena termina con otra paliza.

25 Sancho quiere volver a casa porque no


puede sufrir el silencio que su amo le
impuso. Don Quijote le da licencia de
hablar. Sancho empieza a ensartar
refranes. Don Quijote se propone imitar las
penitencias de Amadís y de Roldán. Sancho
critica este plan porque Dulcinea no le dio
ningún motivo para volverse loco. Don
Quijote arguye: „si en seco hago esto, ¿qué
hiciera en mojado?”. Sancho empieza a
dudar de toda la empresa caballeresca:
“todo debe de ser cosa de viento y mentira
(...) Porque quien oye decir a vuestra
merced que una bacía de barbero es el
yelmo de Mambrino, y que no salga deste
error en más de cuatro días, ¿qué ha de
pensar sino que quien tal dice y afirma
debe de tener güero el juicio?” Otra vez,
don Quijote achaca la culpa a malos
encantadores que transforman las cosas
según su gusto así que “eso que a ti te
parece bacía de barbero, me parece a mí
yelmo de Mambrino , y a otro le parecerá
otra cosa más”.
Sancho se entera de que Don Quijote sólo
conoce a Dulcinea de vista y que en
realidad se trata de Aldonza Lorenzo. La
conoce bien y sabe decir “que tira tan bien
una barra como el más forzoso zagal del
pueblo”. Don Quijote admite que sólo se la
imagina como la desea. Escribe una carta
que Sancho debe entregar a Dulcinea
mientras él quiere hacer sus penitencias.
Después de ver algunas locuras de su amo,
Sancho parte para el Toboso.

26 Mientras don Quijote se entretiene


escribiendo versos para Dulcinea, Sancho
llega a la venta donde fue manteado y allí
se encuentra con el cura y el barbero que
van en busca de su amigo. Les cuenta lo
que pasa con su amo, les recita lo que
recuerda de la carta a Dulcinea (ya que
olvidó traerla) y también les comunica sus
planes de llegar a ser emperador y conde,
respectivamente. El cura y el barbero se
dan cuenta de que la locura de don Quijote
“había llevado tras sí el juicio de aquel
pobre hombre” y conciben un plan para
sacar a su amigo de su penitencia.

27 Los dos van a buscar a don Quijote


disfrazados de doncella y escudero,
guiados por Sancho Panza. En Sierra
Morena se encuentran con Cardenio quien
les cuenta cómo su ‘amigo’ Fernando lo
engañó quitándole a su prometida
Luscinda.

28 Después, el grupo se topa con Dorotea


disfrazada de mozo que, a su vez, les
cuenta cómo fue seducida y desdeñada por
Fernando por lo que huyó a aquel lugar
remoto.
29 Dorotea se ofrece a ayudar a llevar a
casa a don Quijote haciendo el papel de la
princesa Micomicona. Juntos van al lugar
donde está don Quijote y Dorotea le pide
ayuda. Don Quijote promete socorrerla y
todo el grupo se pone en camino. Para
tomarle el pelo, el cura comenta a don
Quijote que, hace poco, él y el barbero
fueron robados por unos delincuentes que
algún loco había liberado antes.

30 Sancho dice que don Quijote fue el


liberador de los galeotes y éste trata de
justificarse. Dorotea / Micomicona inventa
una historia sobre un gigante que le quitó
su reino. Promete casarse con don Quijote
si la auyda. Don Quijote rechaza esta oferta
porque ya está prometido a Dulcinea.
Sancho Panza no puede entender esta
decisión porque piensa que la princesa es
mucho más hermosa que Dulcinea. Don
Quijote se enfada por esta blasfemia y
apalea a su escudero pero poco después se
reconcilian. Don Quijote quiere saber de
Sancho cómo reaccionó Dulcinea cuando le
entregó su carta. Sancho admite que la
había olvidado pero dice que se la repitió
de memoria a un sacristán quien se la
trasladó.

31 Sancho inventa que encontró a Dulcinea


ahechando trigo y oliendo a sudor. Don
Quijote no puede creerse todo esto.
Sancho le cuenta que Dulcinea destrozó la
carta para que no la leyera nadie (ya que
ella no sabe leer). Don Quijote le promete
otra vez el gobierno de la ínsula que quiere
pedir a Micomicona en recompensa a su
ayuda.
Pasa por el camino Andrés, el mozo a quien
don Quijote ayudó en su primera salida, e
increpa al caballero rogándole que nunca
más se entrometa en su vida: “Déjeme con
mi desgracia, que no será tanta, que no sea
mayor la que me vendrá de su ayuda.” A
todos los presentes les cuesta retener la
risa por consideración con don Quijote.

32 El grupo llega a la venta y empieza a


discutir sobre los libros de caballerías. El
cura los condena porque no contienen más
que mentiras. Al ventero le gustan porque
son muy entretenidos. Cree que todo lo
que se cuenta en ellos es la verdad, pues
están impresos con licencia del Consejo
Real. Aunque está muy cerca de la locura
de don Quijote dice que no imitaría a los
caballeros porque tiene bien claro que lo
de los caballeros andantes fue usanza de
tiempos pasados. A la hija del ventero le
gustan sobre todo las lamentaciones de los
caballeros cuando sus señoras están
ausentes aunque no entiende por qué
éstas no se casan simplemente con sus
pretendientes sin demasiadas
complicaciones. A Sancho le confunde toda
esta dicusión. En una maleta se encuentran
unos papeles que contienen la Novela del
curioso impertinente que el cura se pone a
leer a todos.

33 Novela del curioso impertinente (Con


ayuda de su mejor amigo Lotario, Anselmo
quiere probar a su esposa Camila para ver
si es tan perfecta y fiel como cree. El
desenlace es trágico, los tres protagonistas
se mueren.)

34 Novela del curioso impertinente


35 Don Quijote quien duerme en un
aposento contiguo interrumpe la lectura
con gritos luchando con unos cueros de
vino que él cree ser el gigante que acosa a
la princesa Micomicona. Sancho le cree y
busca la cabeza del gigante que su amo
dice habérsela cortado. El ventero está
fuera de sí por los costes del vino
derramado y de los cueros destrozados,
pero el cura promete pagárselo todo.

Se termina la lectura de la Novela del


curioso impertinente.

36 Fernando y Luscinda llegan a la venta.


Dorotea ruega a don Fernando que la
acepte como su esposa legítima y que no
fuerce más a Luscinda. Fernando reconoce
su amor por Dorotea y se disuelve el
embrollo entre Fernando / Dorotea y
Cardenio / Luscinda.
37 Sancho está decepcionado porque la
princesa Micomicona se ha transformado
ante sus ojos en la burguesa Dorotea. Ve
esfumarse la promesa de la ínsula. Entra en
el aposento de su amo y le informa de la
novedades. Don Quijote cree otra vez en
encantamientos y pide explicaciones a
Dorotea. Ésta sabe disipar las dudas y
confirma que todavía es la princesa
Micomicona. Don Quijote está enfadado
con Sancho. Un hombre y una mora entran
en la venta. Don Quijote empieza su
discurso sobre las armas y las letras y todos
están admirados por la cordura de sus
palabras.

38 Don Quijote sigue con su discurso. Dice


que la labor del soldado es más grande y
peligrosa que la del letrado.
39 El cautivo cuenta cómo huyó del
cautiverio en Argel con la ayuda de la mora
Zoraida que quiere convertirse al
cristianismo.

40 Relato del cautivo

41 Relato del cautivo

42 Fernando alaba el cuento del cautivo:


“Todo es peregrino y raro y lleno de
accidentes que maravillan y suspenden a
quien los oye.” Por “providencia del cielo”,
entra en esto el hermano del cautivo, un
oidor de camino a las Indas, con su hija
Clara. Los dos hermanos se reconocen y
deciden ir a ver a su padre y a celebrar la
boda entre el cautivo y Zoraida / María.
Don Quijote se ofrece a vigilar el “castillo”.
43 Se oye el canto de Luis (disfrazado de
mozo de mulas) que persigue a Clara
porque está enamorado de ella. Clara le
cuenta a Dorotea que un casamiento entre
los dos es imposible porque Luis pertenece
a una capa social más alta que ella.
Dorotea promete ayudarla.

Maritornes ata la mano de don Quijote en


el desván de manera que está atrapado
durante toda la noche. Al amanecer llegan
cuatro hombres a la venta.

44 Los cuatro hombres son criados del


padre de Luis que vienen para traerlo a
casa. Don Luis le explica al oidor el amor
por su hija. El oidor promete hablar con su
padre para arreglar la boda. En esto, el
barbero, al que don Quijote quitó la bacía y
Sancho la albarda, llega a la venta y exige
que le devuelvan sus pertinencias. Sancho
defiende a su amo diciendo que ganó los
despojos en buena guerra. Don Quijote
está muy satisfecho con su escudero y se
propone armarle caballero en la primera
ocasión que se le ofrezca. Sancho crea el
término de “baciyelmo”.

45 Maese Nicolás quiere burlarse del


barbero y le dice que es de la misma
profesión que él y sabe decir a ciencia
cierta que el objeto en cuestión no es bacía
sino yelmo. Cardenio, Fernando y el cura
que entienden la intención de maese
Nicolás lo apoyan por lo que el barbero
queda muy confuso. Respecto a la cuestión
si lo que quitó Sancho al barbero es
albarda o jaez de caballo, Fernando quiere
tomar en secreto los votos de los presentes
manipulando el resultado según su gusto.
Al final, anuncia que la albarda de jumento
es jaez de caballo pero se entromete un
cuadrillero que entró en la venta y dice la
verdad. Esto encadena una pelea
tumultuosa. Finalmente todos se sosegan y
se reconcilian por iniciativa de don Quijote.
Uno de los cuadrilleros reconoce en él el
delincuente que es buscado por la Santa
Hermandad y quiere detenerlo.

46 El cura convence al cuadrillero de que


no es posible detener a don Quijote ya que
está loco. Además le paga la bacía al
barbero. Sancho duda de la autenticidad de
Micomicona porque se mostró demasiado
íntima con Fernando. Micomicona /
Dorotea explica todo por encantamiento.
Se enjaula a don Quijote en un carro de
buyes para llevarlo a casa. Éste se cree
encantado.

47 Don Quijote está sorprendido por su


estado porque nunca leyó de semejante
encantamiento. Se explica a sí mismo que
quizás hayan cambiado los encantamientos
en los tiempos modernos. El grupo parte
de la venta y se cruzan con un canónigo de
Toledo. Sancho duda de que su amo esté
encantado ya que tiene que hacer sus
necesidades como cualquiera, también
reconoce al cura y al barbero que van
disfrazados. El canónigo empieza una
discusión sobre los libros de caballerías con
el cura.

48 El cura y el canónigo prosiguen su


discusión literaria. Sancho trata de
convencer a don Quijote de que sus
acompañantes son el cura y el barbero
pero su amo le dice que algún demonio lo
engaña. Sancho insiste y le pregunta al
caballero que si no le han venido las ganas
de hacer “aguas mayores o menores”.
Primero, don Quijote no lo entiende pero
después le pide que lo saque de la jaula
“que no anda todo limpio”.

49 Liberan a don Quijote. El canóniogo


trata de persuadirle que se dedique a otra
lectura que la de los libros de caballerías.
Don Quijote lo considera loco por decir
tantas blasfemias contra tan estimados
libros y mezcla hechos y personajes
ficticios e históricos.

50 Don Quijote aduce que los libros de


caballerías tienen que ser verdaderos como
sus autores cuentan, punto por punto, el
padre, la madre, la partia, la edad etc. del
héroe. Dice que pronto espera verse rey o
emperador de algún reino por el valor de
su fuerte brazo para darle el condado
prometido a su escudero, “el mejor
hombre del mundo”. Sancho promete que
no le faltará habilidad para gobernar su
estado. El canónigo queda atónito por la
locura y necedad de amo y escudero. Llega
un cabrero que riñe a una cabra y explica al
grupo que lo hace porque el animal es
hembra.

51 El cabrero cuenta lo que le pasó con


Leandra quien se dejó engañar por un
soldado fanfarrón que le prometió el
matrimonio.

52 Don Quijote se pelea con el cabrero por


decirle éste que está loco. Se acerca una
procesión con una imagen cubierta de la
vírgen María. Don Quijote cree que se trata
de alguna señora secuestrada y exige a los
sacerdotes que la liberen. Ellos se ponen a
reír de buena gana lo que enciende la
cólera de don Quijote. Arremete contra el
grupo pero termina malherido en el suelo.
Sancho Panza cree que su amo está muerto
y pronuncia un discurso gracioso: “Oh flor
de la caballería ...”. Don Quijote vuelve en
sí y el grupo sigue su camino hacia su
aldea. Después de llegar allí, el cura y el
barbero advierten al ama de casa y a la
sobrina que cuiden bien de don Quijote
para que no vuelva a escaparse.

El autor anuncia la tercera salida de don


Quijote y adjunta los epitafios de los
académicos de la Argamasilla. Pide al lector
que no dé más crédito a su historia que a
los libros de caballerías y promete buscar
más aventuras de don Quijote “si no tan
verdaderas, a lo menos de tanta invención
y pasatiempo”.

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