1 CL - Bases para El Derecho Empresarial en El Perú
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INTRODUCCIÓN
1. EVOLUCIÓN
1.1. LA CREACIÓN
Estamos ante la acepción más simple que la semántica ofrece del vocablo empresa,
cual es “emprender”. En esta etapa, una o varias personas emprenden (léase:
inician) una actividad lucrativa, asumiendo la calidad de emprendedores,
empresarios o empresa (siendo indiferente, en aquel momento, la distinción entre
tales expresiones).
Podría afirmarse que, en cierta medida, durante la edad media hay muestras de
creación de la noción “empresa”, lo que se aprecia en las épocas ojival y feudal.
De la época ojival se llega a decir que fue una “edad dorada mercantil”6, en la que
comerciantes hanseáticos (pertenecientes a la Confederación Hansa, fundada en
1241 e integrada por varias ciudades alemanas) acudían a Brujas (ciudad belga,
2
El Primer Congreso Nacional de Derecho de la Empresa (Empresa y Desarrollo) se llevó a cabo en el Ilustre
Colegio de Abogados de Lima (Perú) del 26 al 28 de abril de 1988. Las exposiciones fueron recogidas en: Revista
Peruana de Derecho de la Empresa (Empresa y Desarrollo. Temas actuales de Derecho de la Empresa). Lima
(Perú), Editorial Asesorandina, abril de 1988, Nº 27.
3
HERNÁNDEZ BERENGUEL, Luis. “La interpretación económica y la tributación de las empresas”. En: Revista
Peruana de Derecho de la Empresa (Empresa y Desarrollo. Temas actuales de Derecho de la Empresa). Lima
(Perú), Editorial Asesorandina, abril de 1988, Nº 27, pág. 100.
4
Cfr. TORRES Y TORRES LARA, Carlos. “Persona y empresa”. En: Revista Peruana de Derecho de la Empresa
(Derecho de la Empresa). Lima (Perú), Editorial Asesorandina, abril de 1985, págs. 1-60 a 1-62.
5
Cfr. ECHAIZ MORENO, Daniel. “La empresa como protagonista del Derecho moderno”. En: Portal Derecho @l
Día. Lima (Perú), desde el 7 de diciembre del 2000, http://peru. derecho.org/rcp/35. Del mismo autor y con
igual título en: Portal V-lex Perú. Lima (Perú), V-lex Perú, desde el 11 de diciembre del 2000,
http://vlex.com/pe/doctrinal//32
6
Cfr. GRIMBERG, Carl. Historia Universal. Santiago (Chile), Sociedad Comercial y Editorial Santiago, 1987, Tomo
14 (La época ojival), págs. 106 y 107.
capital de Flandes Occidental) para vender especias y comprar telas flamencas. Se
aprecia aquí que los hanseáticos emprenden una actividad lucrativa: ellos son la
empresa; y, como tales, deben asumir los riesgos que implicaba trasladarse por
zonas desérticas o habitadas por pueblos semisalvajes.
1.2. LA DIFERENCIACIÓN
8
Para los franceses: fonds de commerce. Para los italianos: azienda.
9
TORRES Y TORRES LARA, Carlos. “Persona y empresa”, citado en nota 4, págs. 1-61.
10
Cfr. GRIMBERG, Carl. Historia Universal, citado en nota 6, Tomo 18 (España y el nuevo mundo), pág. 19.
dedicadas a la producción de cereales, la confección de lanas, la utilización del
acero y, lo más importante (y rentable), la banca, a tal punto que en el año 1499 se
dispuso que el negocio bancario estaba reservado exclusivamente a los nacionales.
1.3. LA UNIFICACIÓN
Es éste, sin lugar a dudas, el momento más importante en la evolución del concepto
de empresa, puesto que logra establecerse la acepción más genérica, pero que ha
servido de impulso para su futuro desarrollo: la empresa es el conjunto de
elementos organizados.
11
TEJADA ALVAREZ, María Isabel. “El fondo empresarial en el Código de la Empresa”. En: Revista Peruana de
Derecho de la Empresa. Lima (Perú), Editorial Asesorandina, noviembre de 1997, Nº 47,
http://www.asesor.com.pe/teleley/fondo1.htm.
12
Estos temas han sido tratados en los siguientes instrumentos jurídicos: Francia. Convenio de París para la
Protección de la Propiedad Industrial (artículo 1 inciso 2). Aprobado el 20 de marzo de 1883; Estados Unidos de
América. Convención General Interamericana de Protección Marcaria y Comercial (artículo 1). Aprobada en
surgen diversas figuras contractuales relacionadas con el know-how de la
empresa13(13), como la franquicia y la licencia sobre signos distintivos.
1.4. LA CONGREGACIÓN
2. DEFINICIÓN
1929; y Perú. Ley de Propiedad Industrial (artículo 3). Aprobada mediante Decreto Legislativo Nº 823 del 23 de
abril de 1996 y publicada en el Diario Oficial El Peruano el 24 de abril de 1996.
13
El know-how es definido por Sergio Le Pera en los términos siguientes: “el «saber cómo» obtener un
resultado industrial o realizar eficientemente una gestión, que distingue a ciertas empresas respecto de otras”.
Citado por FLORES POLO, Pedro. Diccionario de Términos Jurídicos. Lima (Perú), Cultural Cuzco, diciembre de
1980, Tomo II, pág. 132 (voz “know-how”).
14
Cfr. TORRES Y TORRES LARA, Carlos. “Persona jurídica, sujeto vs. empresa, objeto. Los grupos de interés y la
tesis del sometimiento del elemento extraño”. En: Revista Peruana de Derecho de la Empresa (Derecho de la
Empresa). Lima (Perú), Editorial Asesorandina, abril de 1985, págs. 1-31 a 1-35.
15
BISBAL Y MÉNDEZ, Joaquín. “El gobierno de las compañías mercantiles: teoría, materiales y práctica”. En:
Revista de Derecho Mercantil. Madrid (España), s/e, octubre-diciembre de 1997, Nº 226, pág. 1679.
16
El seminario “El gobierno de las compañías mercantiles en España” se realizó en Barcelona (España) del 7 al 9
de julio de 1997.
sobre su naturaleza. La discusión puede reducirse al hecho de cómo una figura,
económica en su origen, es trasladada al mundo jurídico; es decir, si su
conceptualización deberá tomar en consideración el enfoque de la Economía, del
Derecho o de ambas ciencias. Inclusive, algunos radicales como Sergio Le Pera,
llegan a manifestar que “cualquier intento por definir a la empresa está condenado
al fracaso”17.
18
ALZAMORA VALDEZ, Mario. Introducción a la Ciencia del Derecho. Lima (Perú), Editorial y Distribuidora de
Libros, 1987, 10º edición, págs. 39 y 40.
19
CABANELLAS DE TORRES, Guillermo. Diccionario Jurídico Elemental. Buenos Aires (Argentina), Editorial
Heliasta, 1980, 4º edición, pág. 113 (voz “empresa”).
20
Perú. “Anteproyecto de la Ley General de la Empresa José Manuel Calle Fiocco”. En: Comisión de Reforma de
Códigos. Legislatura 1997-1998. Lima (Perú), Comisión de Reforma de Códigos del Congreso de la República,
1998 (definiciones); y Perú. Anteproyecto y Exposición de Motivos de la Ley Marco del Empresariado. Publicado
· Reúne personal, capital y trabajo.- Apréciese que son éstos los factores
indispensables para el desarrollo de una empresa: el personal aporta su trabajo,
pero como ello no basta se requiere capital.
en el Diario Oficial El Peruano el 6 de mayo de 1999 (definiciones). También cfr. la más reciente versión de estas
iniciativas legislativas: Perú. Anteproyecto de la Ley Marco del Empresariado Andrés León Montalbán. Proyecto
Nº 2745 del Congreso de la República, Segunda Legislatura Ordinaria 2001 (artículo 9). Para un análisis crítico de
este último, cfr. ECHAIZ MORENO, Daniel. “Hacia una Ley Marco del Empresariado (aportes al debate
legislativo)”. En: Revista Jurídica del Perú. Trujillo (Perú), Editora Normas Legales, octubre del 2002, Año LII, Nº
39, págs. 155 a 162. Finalmente, precisamos que si bien es cierto que se han manejado varias denominaciones
para el Anteproyecto en preparación, tales como Ley Marco del Empresariado, Ley General de la Empresa y Ley
General de la Actividad Empresarial, preferimos utilizar la primera por haber sido el título de la única versión
oficialmente publicada.
21
Perú. Ley de la Empresa Individual de Responsabilidad Limitada. Aprobada mediante Decreto Ley Nº 21621
del 14 de septiembre de 1976 y publicada en el Diario Oficial El Peruano el 15 de septiembre de 1976 (artículo
7).
22
Perú. Ley General de Sociedades (artículo 284). Aprobada mediante Ley Nº 26887 del 5 de diciembre de 1997
y publicada en el Diario Oficial El Peruano el 9 de diciembre de 1997 (artículos 55 inciso 1, 235, 250 y 284,
respectivamente).
23
Perú. Texto Único Ordenado de la Ley General de Cooperativas. Aprobado mediante Decreto Supremo Nº
074-90-TR del 14 de diciembre de 1990 y publicado en el Diario Oficial El Peruano el 7 de enero de 1991
(artículo 11 inciso 3).
24
Perú. Ley General de Sociedades, citada en nota 22 (artículos 266, 279 y 296, respectivamente).
25
Perú. Código de Comercio. Aprobado mediante Ley del 15 de febrero de 1902 (artículo 1 inciso 1 y artículo 3).
responsabilidad limitada26 y de toda sociedad 27. Respecto al primer supuesto
señalado, cabe acotar que la mención “objeto social” es de reciente data 28, puesto
que originalmente aludía al “objeto” lo que sí era correcto, en tanto el término
“social” solamente debe evocar a la sociedad29.
Por su parte, Joaquín Garrigues ofrece una definición elogiable por su precisión: “la
empresa es un conjunto dinámico de elementos heterogéneos integrados por cosas
corporales, derechos y relaciones materiales de puro hecho, unidos por el vínculo
de la identidad de destino económico”30. Y Pedro Flores Polo manifiesta en tono
conclusivo: “todos están de acuerdo en que la empresa es una organización racional
de los medios de producción, o sea que su nervio central es desarrollar actividades
productivas”31.
Apreciando los dos últimos textos transcriptos, inferimos que (de uno u otro modo)
circulan por el mismo camino, aunque obviamente denotan matices propios.
Partiendo de la premisa universal que toda definición per se es arbitraria,
dependiendo del enfoque de su autor (por lo que no está exenta de crítica),
debemos tolerar que Joaquín Garrigues no se pronuncie con claridad acerca del
elemento personal y del trabajo desplegado en la empresa, entendiendo que ambos
son subsumidos en la expresión “relaciones materiales de puro hecho”. Igualmente,
debemos ser consecuentes con Pedro Flores Polo (atendiendo a un criterio
temporal) cuando otorga carácter de exclusividad dentro de la concepción de
empresa a la realización de actividades productivas; hoy en día, ello no tendría
asidero porque la empresa puede dedicarse a comercializar bienes (como venta de
electrodomésticos, compra de autos usados y arrendamiento de maquinarias) o
brindar servicios (como asesoría contable, marketing, consultoría legal, transporte,
vigilancia particular y corretaje inmobiliario).
26
Perú. Ley de la Empresa Individual de Responsabilidad Limitada, citada en nota 21 (artículo 15 inciso d).
27
Perú. Ley General de Sociedades, citada en nota 22 (artículo 11).
28
Perú. Ley Nº 27144. Aprobada el 22 de junio de 1999 y publicada en el Diario Oficial El Peruano el 23 de junio
de 1999 (artículo único).
29
Cfr. ECHAIZ MORENO, Daniel. “Los conceptos empresa y sociedad, desde la perspectiva jurídica”. En: Portal
del Estudio Hernández, Merigo & Hurtado Abogados. Tijuana (México), desde el 8 de julio del 2001,
http://www.hmh-law.com/concepto-empresa.htm.
30
GARRIGUES, Joaquín. Curso de Derecho Mercantil. México (México), Editorial Porrúa, 1979, Tomo I, pág. 169.
31
FLORES POLO, Pedro. Diccionario de Términos Jurídicos, citado en nota 13, Tomo I, pág. 520 (voz “empresa”).
empresario32. No obstante, hay algunos que sí se han aventurado, como los Códigos
de Comercio de Honduras33 y de Guatemala34. Considerando que ambos contienen
textos prácticamente idénticos, sólo citaremos al primero de los nombrados: “Se
entiende por empresa mercantil el conjunto coordinado de trabajo, de elementos
materiales y de valores incorpóreos, para ofrecer al público, con propósito de lucro
y de manera sistemática, bienes o servicios”.
32
Italia. Código Civil. Aprobado mediante Ley de 1942. En: MESSINEO, Francesco. Derecho Civil y Comercial.
Buenos Aires (Argentina), Ediciones Jurídicas Europa-América, 1979 (artículo 2082).
33
Honduras. Código de Comercio. Aprobado mediante Ley de 1950. En: Torres y Torres Lara, Carlos. Derecho de
la Empresa. Teoría de la empresa y materiales de trabajo. Lima (Perú), Editorial Editorandina, abril de 1987
(artículo 644).
34
Guatemala. Código de Comercio. Aprobado mediante Ley de 1970. En: Torres y Torres Lara, Carlos. Derecho
de la Empresa. Teoría de la empresa y materiales de trabajo. Lima (Perú), Editorial Editorandina, abril de 1987
(artículo 655).
35
Cfr. MORALES ACOSTA, Alonso. “Título Preliminar del Anteproyecto de la Ley General de la Actividad
Empresarial”. En: Gaceta Jurídica. Lima (Perú), Gaceta Jurídica Editores, marzo de 1999, Tomo 64-B, pág. 19.
36
Cfr. Perú. “Anteproyecto de la Ley General de la Empresa José Manuel Calle Fiocco”, citado en nota 20
(definiciones); Morales Acosta, Alonso. “Título Preliminar del Anteproyecto de la Ley General de la Actividad
Empresarial”, citado en nota 35, pág. 21; y Perú. Anteproyecto y Exposición de Motivos de la Ley Marco del
Empresariado, citado en nota 20 (definiciones).
37
Cfr. Perú. Anteproyecto de la Ley Marco del Empresariado Andrés León Montalbán, citado en nota 20
(artículo 9).
La definición que nos convoca se enlaza a un criterio traído varias veces a colación
por quienes se consagran al estudio del fenómeno empresarial, cual es el enfoque,
distinguiéndose así entre el enfoque estático y el enfoque dinámico.
El enfoque estático toma en consideración todos los elementos de la empresa, de
modo aislado y como la simple suma de unos y otros, presenciándose maquinarias,
capitales, trabajadores, materia prima, inmuebles y demás, sin ninguna
interrelación; es una especie de fotografía.
Por el contrario, el enfoque dinámico, si bien observa los mismos elementos que en
el supuesto anterior, los vincula por el destino económico único, que Manuel de la
Puente y Lavalle resume como la “idea organizadora”; al respecto, manifiesta: “La
empresa es, ante todo, un círculo de actividades dirigidas por una idea: la idea
organizadora. La organización es, al mismo tiempo, presupuesto racional del
trabajo de la empresa y el resultado de ese mismo trabajo”38. En igual sentido se
pronuncia Julio Otaegui, cuando dice: “podemos aseverar que la esencia del
concepto de empresa radica en la organización”39.
3. IMPORTANCIA
39
OTAEGUI, Julio. Concentración Societaria. Buenos Aires (Argentina), Editorial Abaco de Rodolfo Depalma,
1984, pág. 26.
40
Si bien son muchos los autores que han conceptuado a la empresa, no podemos soslayar a dos de ellos y sus
respectivas obras: MONTOYA MANFREDI, Ulises. Derecho Comercial. Lima (Perú), Editora y Distribuidora
Jurídica Grijley, 1999, Tomo I, 10º edición, págs. 88 a 91; y BAÑALES, Ramiro y FERNÁNDEZ RUIZ, José.
Estructura del Derecho Empresarial. Bilbao (España), Ediciones Deusto, junio de 1968, 2º edición, págs. 11 y ss.
dilucidar si existen o no motivos justificados que ameriten su estudio profundo.
Sobre el particular debemos recordar que, en la década del cuarenta del siglo
pasado, Juan Bautista de Lavalle sostuvo: “Aún cuando el Código de Comercio de
1902 no utiliza el concepto de empresa, la verdad es que éste ha penetrado en la
vida de los negocios, en el léxico común y se ha incorporado a determinados actos
legislativos”41. Posteriormente, la empresa ha sido calificada por Dante Cracogna
como “uno de los grandes temas del mundo actual” y como “el tema [que] enlaza
Economía y Derecho”42. Asimismo, Carlos Torres y Torres Lara es rotundo al decir
que la empresa constituye “un nuevo centro o núcleo [que] ha aparecido en el
Derecho Mercantil..., ha tomado el lugar del comerciante [y] es el nuevo personaje
de la actividad mercantil”43.
Sucede que, con el tiempo, la empresa ha reclamado un sitial que ganó (y que hoy
lo conserva en máxima posición) gracias a la novedad de sus conceptos, acorde con
las nuevas ideas imperantes en el mundo, tales como la economía de libre mercado,
la aldea global, la sociedad como mercado, la protección del consumidor y la
vinculación económica. Por ello, a mediados de 1998, Javier Arenas Bocanegra
realizó el siguiente vaticinio: “El siglo XXI puede ser, y de hecho ya lo es en muchos
sentidos, el siglo de la empresa, de la empresa sin desorientadoras resonancias
ideológicas, en un marco global y con el mundo entero como mercado potencial”44.
41
Texto trascripto de las actas de la Comisión Reformadora del Código de Comercio, correspondientes a la
sesión del 13 de mayo de 1942. Citado por TORRES Y TORRES LARA, Carlos. “Hacia una conceptualización y
regulación de la empresa en el Perú”. En: Revista Peruana de Derecho de la Empresa (Empresa y desarrollo.
Temas actuales de Derecho de la Empresa). Lima (Perú), Editorial Asesorandina, abril de 1988, Nº 27, pág. 44.
42
CRACOGNA, Dante. “El concepto jurídico económico de la empresa”. En: Revista Peruana de Derecho de la
Empresa (Derecho de la Empresa). Lima (Perú), Editorial Asesorandina, junio de 1986, págs. 1-69.
43
TORRES Y TORRES LARA, Carlos. “Hacia una conceptualización y regulación de la empresa en el Perú”, citado
en nota 41, ps. 41 y 43, respectivamente.
44
ARENAS BOCANEGRA, Javier. “El siglo de la empresa”. En: Revista Nueva Empresa. Madrid (España),
Management Ediciones, junio de 1998, Nº 432, pág. 17.
45
“La empresa en el 2020. Cumbre de reflexiones de directores gerentes”. En: Harvard Deusto Business Review.
Bilbao (España), Ediciones Deusto, marzo-abril de 1996, Nº 71, pág. 32.
Sin embargo, las empresas deben forjar su importancia enmarcándose dentro de la
historia humana, siendo los principales motores de la civilización. No obstante,
conseguir ello implicó un radical cambio de pensamiento, en el sentido de ya no
presentar a las empresas como maquinarias ciegas de ambición y de lucro,
insolidarias ante los problemas de la sociedad en su conjunto 46, sino (y por el
contrario) como comunidades de intereses, donde éstos si bien son diferentes,
convergen en un punto: la empresa. Algunos sostienen que “ella puede hacer más
por la prosperidad y paz de los pueblos que las sesudas deliberaciones y teóricas
divagaciones de políticos y diplomáticos expertos en diseñar y vivir en un mundo
artificial”47; consideramos exagerada la afirmación antedicha, pero refleja el
enorme peso que el concepto “empresa” va adquiriendo.
Finalizando este acápite, hacemos nuestras las palabras del ya citado Javier Arenas
Bocanegra: “La empresa que surge de las demandas del nuevo siglo es... una
empresa sin adjetivos. Libre ya de ser considerada como el centro medular de la
lucha de clases y libre también de ser conceptuada como conjunto de riqueza
antisocial,... Es, pues, la empresa que crea riqueza y obtiene beneficios, pero que
sabe que esa riqueza y esos beneficios sustentan una realidad social y política
cohesionada que la trasciende”49.
46
Cfr. ARENAS BOCANEGRA, Javier. “El siglo de la empresa”, citado en nota 44, pág.
47
ALVAREZ DE MON, Santiago. “La empresa del siglo XXI: ¿darwinismo corporativo o comunidad de personas?”.
En: Harvard Deusto Business Review. Bilbao (España), Ediciones Deusto, marzo-abril de 1998, Nº 83, pág. 23.
48
TORRES Y TORRES LARA, Carlos. “La Economía, el empresario y la Diplomacia en la década del 90:
preparándonos para la competencia del siglo XXI”. Discurso pronunciado en la Asamblea del Instituto Peruano
de Administración de Empresas (IPAE), llevada a cabo en Lima (Perú) el 16 de julio de 1991. En:
http://www.asesor.com.pe/teleley/5-sigloxxi.htm.
49
ARENAS BOCANEGRA, Javier. “El siglo de la empresa”, citado en nota 44, pág. 18.
SEGUNDA PARTE: EL DERECHO EMPRESARIAL
1. ANTECEDENTES
El conocimiento siempre es dinámico; ello es una realidad que se patentiza con más
claridad en el Derecho, antigua ciencia que día a día transforma sus estructuras,
adecuándose a los cambios sociales, redefiniéndose50. Ésa debe ser su tarea, aunque
hay veces en que se resiste.
2. AUTONOMÍA
50
Cfr. ECHAIZ MORENO, Daniel. “La redefinición del derecho”, citado en nota 1.
51
Cfr. TORRES Y TORRES LARA, Carlos. “Antecedentes históricos del Derecho Mercantil”. En: Revista Peruana de
Derecho de la Empresa (Derecho Empresarial. El comerciante tradicional). Lima (Perú), Editorial Asesorandina,
abril de 1991, Tomo I, Nº 36, pág. 21.
52
Autores diversos utilizan indistintamente los epígrafes Derecho Empresarial, Derecho de la Empresa y
Derecho Empresario. Por nuestra parte, no obstante reconocer que las tres expresiones no difieren en lo
sustancial, preferimos referirnos (por cuestiones de propedéutica) al Derecho Empresarial, ya que el segundo
denominativo es versión extensa del primero, mientras que el último nombre toma como eje al empresario y no
a la empresa.
53
Cfr. ECHAIZ MORENO, Daniel. “Derecho, Economía & Empresa”. En: Revista INJEF. Información Jurídica,
Económica y Fiscal. Madrid (España), desde el 20 de abril del 2001,
http://www.injef.com/revista/colaboraciones/injef_010421.htm. Del mismo autor y con el título “El Derecho de
la Empresarial: un enfoque para nuestro tiempo” en: Diario Síntesis. Lima (Perú), 29 de octubre del 2001, pág.
20.
su autonomía54. A efectos de despejar tal duda, analizaremos si cumple con los
requisitos necesarios para afirmar su entero carácter autónomo, es decir:
científica, legislativa y didácticamente.
Se sostiene que una disciplina detenta autonomía científica cuando, por un lado,
estudia determinado ámbito de la realidad (lo que constituye su objeto de estudio)
y, por otro lado, cuenta con principios rectores propios. Ambos factores son
apreciables en la materia sub-examine.
55
Cfr. TORRES Y TORRES LARA, Carlos. “Antecedentes históricos del Derecho Mercantil”, citado en nota 51, pág.
21.
56
MENA RAMÍREZ, Miguel. La empresa en el Perú. Lima (Perú), Cultural Cuzco Editores, 1986, pág. 237.
57
Cfr. TORRES Y TORRES LARA, Carlos. Derecho de la Empresa. Teoría de la empresa y materiales de trabajo.
Lima (Perú), Editorial Editorandina, abril de 1987, pág.
empresas y el gobierno corporativo; esta lista solamente es enunciativa, mas no
taxativa.
Asimismo, la Constitución Política de 1979 sienta las bases legislativas del Derecho
Empresarial, dedicando expresamente un Capítulo a la empresa63. Por su parte, la
58
Cfr. Perú. “Anteproyecto de la Ley General de la Empresa José Manuel Calle Fiocco”, citado en nota 20 (Título
Preliminar); Perú. Anteproyecto y Exposición de Motivos de la Ley Marco del Empresariado, citado en nota 20
(Título Preliminar); y Perú. Anteproyecto de la Ley Marco del Empresariado Andrés León Montalbán, citado en
nota 20 (Título Preliminar).
59
“La Comunidad Industrial de una empresa industrial del Sector Privado Reformado está conformada por los
trabajadores estables que laboren en ella, los que participan en su propiedad patrimonial, gestión y utilidades”.
Perú. Ley de la Comunidad Industrial. Aprobada mediante Decreto Ley Nº 21789 del 1 de febrero de 1977
(artículo 1 primer párrafo).
60
“La Comunidad Pesquera de una empresa pesquera del Sector Privado Reformado está conformada por los
trabajadores que laboran en ella, en relación de dependencia, los que participan en su propiedad patrimonial,
gestión y utilidades”. Perú. Ley de la Comunidad Pesquera. Aprobada mediante Decreto Ley Nº 22329 del 7 de
noviembre de 1978 (artículo 2).
61
“Son fines de la Comunidad Minera: fortalecer la empresa mediante la acción unitaria de sus miembros en la
gestión y proceso productivo y su participación en la propiedad del patrimonio empresarial; participar en la
distribución de los beneficios que genera la empresa minera”. Perú. Ley de la Comunidad Minera. Aprobada
mediante Decreto Ley Nº 22333 del 14 de noviembre de 1978 (artículo 3 incisos b y c).
62
La idea de la cogestión estuvo presente en la Carta Magna de 1979, puesto que en el Preámbulo de la misma
se lee: “Decididos asimismo a fundar un Estado democrático, basado en... la participación de todos en el
disfrute de la riqueza...” [el subrayado es nuestro].
63
Perú. Constitución Política del Estado de 1979. Aprobada el 12 de julio de 1979 y publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 26 de julio de 1980; Título III, Del régimen económico; Capítulo IV, De la empresa (artículos 130 a
vigente Constitución Política de 1993, si bien no es taxativa como su antecesora en
cuanto al epígrafe, regula la empresa dentro de los denominados principios
generales del régimen económico64.
Destacan, además, la Ley de la Actividad Empresarial del Estado 65, la Ley Marco
para el Crecimiento de la Inversión Privada 66, la Ley de Eliminación de las Prácticas
Monopólicas, Controlistas y Restrictivas de la Libre Competencia 67, la Ley de la
Empresa Individual de Responsabilidad Limitada 68, la Ley de Protección a los
Accionistas Minoritarios de las Sociedades Anónimas Abiertas 69, la Ley General de
Sociedades70 y el Reglamento de Propiedad Indirecta, Vinculación y Grupo
Económico71, entre otras.
Sin embargo, todas las normas jurídicas aludidas versan sobre la empresa de
manera parcial, puesto que (con algunas excepciones) se encuadran dentro de un
tema específico (como la inversión privada, la libre competencia o las sociedades).
Es por tal razón que ya en 1990, Alonso Morales Acosta abogaba por la dación de
una Ley de Bases de la Empresa, un Código de la Empresa o un libro especial dentro
del Código de Derecho Privado72.
137).
64
Perú. Constitución Política del Estado de 1993. Aprobada el 29 de diciembre de 1993 y publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30 de diciembre de 1993; Título III, Del régimen económico; Capítulo I, Principios generales
(artículos 58 a 65).
65
Perú. Ley de la Actividad Empresarial del Estado. Aprobada mediante Ley Nº 24948 del 2 de diciembre de
1988 y publicada en el Diario Oficial El Peruano el 4 de diciembre de 1988.
66
Perú. Ley Marco para el Crecimiento de la Inversión Privada. Aprobada mediante Decreto Legislativo Nº 757
del 8 de noviembre de 1991 y publicada en el Diario Oficial El Peruano el 13 de noviembre de 1991.
67
Perú. Ley de Eliminación de las Prácticas Monopólicas, Controlistas y Restrictivas de la Libre Competencia.
Aprobada mediante Decreto Legislativo Nº 701 del 5 de noviembre de 1991 y publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 7 de noviembre de 1991.
68
Perú. Ley de la Empresa Individual de Responsabilidad Limitada, citada en nota 21.
69
Perú. Ley de Protección a los Accionistas Minoritarios de las Sociedades Anónimas Abiertas. Aprobada
mediante Ley Nº 26985 del 28 de octubre de 1998 y publicada en el Diario Oficial El Peruano el 29 de octubre de
1998.
70
Perú. Ley General de Sociedades, citada en nota 22.
71
Perú. Reglamento de Propiedad Indirecta, Vinculación y Grupo Económico. Aprobado mediante Resolución
CONASEV Nº 722-97-EF/94.10 del 28 de noviembre de 1997 y publicado en el Diario Oficial El Peruano el 29 de
noviembre de 1997.
72
Cfr. MORALES ACOSTA, Alonso. Los grandes cambios en el Derecho Privado moderno. Lima (Perú), Editorial
Asesorandina, febrero de 1990, pág. 172.
Hoy en día, ésta es una posibilidad cada vez más latente al haberse retomado el
trabajo de la Comisión Especial encargada de elaborar el Proyecto del Código de
Comercio73 con la nueva versión del Anteproyecto de la Ley Marco del
Empresariado. Éste, parafraseando su Exposición de Motivos, pretende constituir
una norma general que regule el funcionamiento de las personas naturales y
jurídicas que realizan actividad empresarial, adoptando como nuevo eje de la vida
económica a la empresa y con lo cual se construirá un Derecho Empresarial
moderno sobre nuevas concepciones atinentes a la empresa, el empresario, la
actividad empresarial y el riesgo en reemplazo de conceptos ya desfasados como el
comerciante, los actos de comercio y el ánimo de lucro74.
En igual sentido, a partir del 2001, en la Pontificia Universidad Católica del Perú
(PUCP) se imparten estudios de postgrado en la Maestría en Derecho de la Empresa,
lo que también ha sido acogido tanto en la Maestría en Derecho de Empresa de la
Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC) como en la Maestría en Derecho
de los Negocios de la Universidad de San Martín de Porres (USMP).
73
Respecto a la conformación de esta Comisión, cfr. Perú. Ley Nº 26595. Aprobada el 18 de abril de 1996 y
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 20 de abril de 1996.
74
Cfr. Perú. Anteproyecto de la Ley Marco del Empresariado Andrés León Montalbán, citado en nota 20
(Exposición de Motivos).
Empresa, instituida hace cerca de 20 años por Carlos Torres y Torres Lara 75 y que ha
servido como medio de difusión de las ideas propugnadas por ilustres juristas.
Sobresalen también las diversas publicaciones de juristas como Pedro Flores Polo,
Miguel Mena Ramírez76, Pinkas Flint Blanck77, Alonso Morales Acosta78 y Oswaldo
Hundskopf Exebio.
Ulises Montoya Manfredi, a pesar de ensalzar las ventajas de la teoría que propugna
al Derecho Comercial como el Derecho de las Empresas y de aceptar que el primero
ha adoptado nuevas orientaciones, siendo una de ellas la empresa, continúa
defendiendo la autónoma existencia del Derecho Comercial 79. Téngase en cuenta
que el propio jurista citado, al inaugurar el Primer Congreso Nacional de Derecho
de la Empresa80, refiere que el Derecho Comercial es insuficiente para responder
ante una masa, ya no de clientes, sino de consumidores que contratan
masivamente, originándose así el Derecho de la Empresa que es el Derecho de la
Economía, prefiriendo no calificar al primero como actual eje del Derecho
Mercantil81, sino excluirlo de él por haberlo desbordado, ya que éste último ha
quedado circunscrito a la actividad meramente comercial82.
75
El primer número de la Revista Peruana de Derecho de la Empresa data de julio-agosto de 1983. Además, cfr.
Torres y Torres Lara, Carlos. Derecho de la Empresa. Teoría de la empresa y materiales de trabajo, citado en
nota 57.
76
Cfr. MENA RAMÍREZ, Miguel. La empresa en el Perú, citado en nota 56.
77
Cfr. FLINT BLANCK, Pinkas. Derecho Empresarial. Lima (Perú), Escuela de Administración de Negocios para
Graduados (ESAN) y Librería Studium Ediciones, 1988, 2º edición.
78
Cfr. MORALES ACOSTA, Alonso. Los grandes cambios en el Derecho Privado moderno, citado en nota 72.
79
Cfr. MONTOYA MANFREDI, Ulises. Derecho Comercial, citado en nota 40, págs. 13 a 15, 16 a 18; y 21 y ss,
respectivamente.
80
Véase nota 2 ut supra.
81
En antagónica posición, Carlos Torres y Torres Lara tilda a la empresa como “nuevo eje del Derecho
Mercantil”. TORRES Y TORRES LARA, Carlos. “Hacia una conceptualización y regulación de la empresa en el
Perú”, citado en nota 41, pág. 41.
82
Cfr. Discurso intitulado de Ulises Montoya Manfredi. En: Revista Peruana de Derecho de la Empresa (Empresa
y Desarrollo. Temas actuales de Derecho de la Empresa). Lima (Perú), Editorial Asesorandina, abril de 1988, Nº
27, pág. 212.
Otros, como Raúl Lozano Merino, prefieren hablar de “un nuevo Derecho
Mercantil”, en tanto dicha disciplina “es una de las áreas de la ciencia jurídica que
más avances ha experimentado durante los últimos años a consecuencia del proceso
de globalización de la economía y del proceso tecnológico”83. Por su parte, Manuel
de la Puente y Lavalle hace mención al “Derecho Mercantil moderno” o “nuevo
Derecho Mercantil”, sosteniendo que tiene pleno sentido que éste sea entendido
como el Derecho de la Empresa y planteando como tesis que “el contenido del
Derecho Mercantil moderno es el tratamiento de la empresa mercantil” 84. Y Dante
Cracogna postula que la actividad del empresario “estará regulada por lo que se
llama el Derecho Mercantil o, modernamente, el Derecho Económico”, criticando
aquella concepción según la cual Derecho Mercantil y Derecho de Empresa resultan
sinónimos, puesto que (de acuerdo a su criterio) el primero es más amplio que el
segundo y, a la vez, la empresa no sólo es sujeto del Derecho Mercantil, sino
también de los Derechos Civil, Laboral, Fiscal, etc.85.
De los criterios esbozados, se puede deducir (como lo expresamos líneas arriba) que
hay varios nomen juris en controversia, los cuales corresponden a los Derechos
Comercial, Mercantil, Económico y Empresarial; incluimos, además, al Derecho
Societario, ya que su posible confusión ha sido advertida 86. Empero, destacamos que
no se trata de meras discusiones bizantinas, puesto que diferenciar las ramas
jurídicas permite determinar su objeto y delimitar sus fronteras.
83
PORTUGAL, Reynaldo. “Hacia un nuevo Derecho Mercantil”. En: Diario Oficial El Peruano. Lima (Perú), 9 de
agosto de 1999, http://www.editoraperu.com.pe/elperuano/edc99/der. htm.
84
DE LA PUENTE Y LAVALLE, Manuel. “Contenido del Derecho Mercantil moderno”, citado en nota 38, págs. 14 y
15, respectivamente.
85
CRACOGNA, Dante. “El concepto jurídico económico de la empresa”, citado en nota 42, págs. 1-83 y 1-84,
respectivamente.
86
Cfr. TORRES Y TORRES LARA, Carlos. “Derecho Económico y Derecho de la Empresa”. En: Revista Peruana de
Derecho de la Empresa (Derecho Económico). Lima (Perú), Editorial Asesorandina, noviembre de 1989, Nº 33,
pág. 83; y del mismo autor: “Hacia la unificación del Derecho Civil y Mercantil. El Derecho de la Empresa”. En:
Revista Peruana de Derecho de la Empresa (Derecho de la Empresa). Lima (Perú), Editorial Asesorandina, abril
de 1985, págs. 1-1 y 1-2.
87
Cfr. BEAUMONT CALLIRGOS, Ricardo. “Fronteras y alcances del Derecho Comercial”. En: Revista Peruana de
Derecho de la Empresa. Lima (Perú), Editorial Asesorandina, noviembre de 1997, Nº 47,
http://www.asesor.com.pe/teleley/fronteras.htm.
Cracogna88, Miguel Mena Ramírez89, Carlos Torres y Torres Lara90 y Alonso Morales
Acosta91, donde ambas expresiones son utilizadas indistintamente. Y, más
puntualmente, puede encontrarse en dos destacados exponentes de la semántica
jurídica, como son Pedro Flores Polo 92 y Guillermo Cabanellas de Torres 93, aunque
este último precisa que el nominativo Derecho Mercantil es eufónico, es decir, de
sonido más agradable. Por nuestra parte, aceptamos la sinonimia, en tanto no
caben disquisiciones más aún cuando deviene en consuetudinario el uso indistinto.
Resulta cada vez más común leer acerca de la crisis, agonía, disolución o
insatisfacción del Derecho Mercantil, expresiones que reflejan la situación actual
por la que atraviesa esta disciplina jurídica. Y es que, con el correr del tiempo, el
progreso ha hecho que su contenido se desmiembre, surgiendo una gama de
especialidades como son los Derechos Aeronáutico, Bancario, Bursátil, Cambiario,
de la Competencia, de Seguros, de Telecomunicaciones, del Consumidor, Marcario,
Marítimo y Societario, entre otras; por ello, no deja de tener razón Joaquín
88
Cfr. CRACOGNA, Dante. “El concepto jurídico económico de la empresa”, citado en nota 42, específicamente
págs. 1-71 y 1-74.
89
Cfr. MENA RAMÍREZ, Miguel. “La empresa en el Perú”, citado en nota 56.
90
Cfr. TORRES Y TORRES LARA, Carlos. “Antecedentes históricos del Derecho Mercantil”, citado en nota 51.
91
Cfr. MORALES ACOSTA, Alonso. Los grandes cambios en el Derecho Privado moderno, citado en nota 72,
específicamente pág. 166.
92
Cfr. FLORES POLO, Pedro. Diccionario de Términos Jurídicos, citado en nota 13, Tomo I, págs. 303 (voz
“comercial”), 441 (voz “Derecho Comercial o Mercantil”) y 456 (voz “Derecho Mercantil”); y Tomo II, pág. 192
(voz “mercantil”).
93
Cfr. CABANELLAS DE TORRES, Guillermo. Diccionario Jurídico Elemental, citado en nota 19, págs. 57 (voz
“comercial”), 94 (voz “Derecho Comercial”), 96 (voz “Derecho Mercantil”) y 203 (voz “mercantil”).
94
GARRIGUES, Joaquín. “Qué es y qué debe ser el Derecho Mercantil”. En: Temas de Derecho Vivo. Madrid
(España), Editorial Tecnos, 1978, pág. 47.
Garrigues cuando dice que “el Derecho Mercantil ya no es un Derecho del Comercio,
sino un montón de las más heterogéneas materias”95.
Empero, el asunto no quedó ahí; la atención se desplazó del acto de comercio y del
comerciante a la empresa. Alonso Morales Acosta es radical al estipular que “ha
muerto el Derecho Mercantil como disciplina especial”, agregando que “el Derecho
Mercantil ha dejado de ser la regulación del eje de la organización económica,
puesto que la realidad ha sustituido al comerciante por la empresa”96.
Sin embargo, años atrás, Manuel Broseta Pont había criticado la identificación que
se pretendía realizar entre los Derechos Mercantil y Empresarial, por una cuestión
muy simple: no todas las disposiciones que inciden sobre la empresa son
mercantiles99.
95
GARRIGUES, Joaquín. “Qué es y qué debe ser el Derecho Mercantil”, citado en nota 94, pág. 51. Precisamente
por esta situación, en una reciente entrevista, Rodrigo Uría acota: “como que el Derecho Mercantil se está
disolviendo”. Uría, Rodrigo. “Apuntes societarios desde España” (entrevista). En: Revista Ius et Veritas. Lima
(Perú), Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú, 1998, Año IX, Nº 16, pág. 100.
96
MORALES ACOSTA, Alonso. Los grandes cambios en el Derecho Privado moderno, citado en nota 72, pág. 172.
97
DE LA PUENTE Y LAVALLE, Manuel. “Contenido del Derecho Mercantil moderno”, citado en nota 38, pág. 14.
98
GARRIGUES, Joaquín. Curso de Derecho Mercantil, citado en nota 30, pág. 22.
99
Cfr. BROSETA PONT, Manuel. La empresa y la unificación del Derecho de Obligaciones y el Derecho Mercantil.
Madrid (España), Editorial Tecnos, 1965, págs. 177 a 179 y 295.
optar entre las modalidades de organización individual y colectiva; dentro de la
primera, se encuentra la empresa unipersonal y la empresa individual de
responsabilidad limitada, mientras que la segunda comprende la cooperativa y toda
la gama de sociedades100 e, inclusive, la asociación y el comité.
Para Pedro Flores Polo, el Derecho Empresarial es parte del Derecho Económico,
considerando que el primero regula las cuestiones empresariales que trascienden al
campo jurídico, mientras que el segundo recoge las relaciones económicas que
igualmente trascienden al campo jurídico101(101).
Por su parte, Carlos Torres y Torres Lara propugna que estamos ante dos disciplinas
que aluden al mismo tiempo a la Economía, pero mientras el Derecho Económico
aborda el tema desde su perspectiva macro-social, el Derecho Empresarial lo hace
desde una visión micro-social. Más adelante, subraya el hecho que tengan como
denominador común a la Economía, concluyendo que “ambas disciplinas subsistirán
complementándose mutuamente”102.
1. ANTECEDENTES
100
De acuerdo a la Ley General de Sociedades, éstas pueden ser: anónima -ordinaria-, anónima cerrada,
anónima abierta, comercial de responsabilidad limitada, en comandita simple, en comandita por acciones,
colectiva, civil ordinaria y civil de responsabilidad limitada.
101
Cfr. FLORES POLO, Pedro. Diccionario de Términos Jurídicos, citado en nota 13, Tomo I, págs. 448 y 449 (voz
“Derecho Económico”).
102
TORRES Y TORRES LARA, Carlos. “Derecho Económico y Derecho de la Empresa”, citado en nota 86, págs. 83
y 84, respectivamente.
103
La didáctica hace que varias ramas jurídicas resulten subsumidas en otras de mayor alcance; verbigracia: el
Derecho del Crédito Público y el Derecho Patrimonial Público dentro del Derecho Financiero (entendido en su
faz pública), el Derecho Industrial y el Derecho Marcario dentro de los Derechos Intelectuales, etc.
Mediante la Ley Nº 26595 del 20 de abril de 1996, el Gobierno Peruano constituyó
una Comisión Especial encargada de elaborar el Proyecto de Código de Comercio,
presidida por el entonces congresista Jorge Muñiz Ziches y cuyo propósito era
reemplazar el vetusto Código de Comercio dictado el 15 de febrero de 1902, hasta
hoy vigente; tiempo después se consideró la posibilidad de expedir una Ley General
de la Empresa.
Es así que, a inicios de enero del 2002, la Cámara de Comercio de Lima constituye
una Comisión de Trabajo copresidida por los doctores Pedro Flores Polo, Jorge
Muñiz Ziches y Ricardo Beaumont Callirgos, grupo de expertos que presentó
finalmente una propuesta alternativa denominada Anteproyecto de la Ley Marco del
Empresariado «Andrés León Montalbán», entregada al congresista Daniel Estrada
Pérez en evento público realizado el 23 de abril del 2002.
La citada propuesta legislativa está signada como Proyecto Nº 2745, siendo su fecha
de presentación el 1 de mayo del 2002 y, actualmente, se encuentra en la Comisión
de Justicia, en la Comisión de Industria, Comercio y Turismo y en la Comisión de la
Pequeña y Microempresa, todas ellas del Congreso de la República. Es en este
estado en que nos pronunciamos sobre el contenido del Anteproyecto de la Ley
Marco del Empresariado (en adelante: ALME) para resaltar, con exclusivo propósito
de crítica constructiva y aporte académico, algunas deficiencias que convocan
nuestra atención; todo sea por lograr un texto jurídico que, de sancionarse
legislativamente, nos posicionará a la vanguardia del Derecho Empresarial en el
mundo.
2. LA LIBERTAD EMPRESARIAL
Aún cuando es un tema complejo que exige ser analizado a profundidad por
constituir uno de los pilares básicos (acaso el más importante) que sustenta el
Derecho Empresarial, es menester explicar que la libertad empresarial es un plexo
de derechos o libertades que permiten, en buena cuenta, el desarrollo de la
actividad empresarial. Así, subsume los derechos de acceso al mercado, creación de
la empresa, organización de la empresa, dirección de la empresa, disposición de la
empresa, vinculación con otras empresas y salida del mercado, entre otros.
En este orden de ideas, resulta redundante cuando el artículo 2 del ALME expresa
que la actividad empresarial se sustenta en la libertad empresarial y en el libre
acceso a la actividad económica, puesto que este último aspecto está inmerso
(contenido) dentro del primero (continente). Asimismo, el artículo 4 del ALME
pretende conceptuar la libertad empresarial y comete el error de constreñir su
alcance a los derechos de creación y organización de la empresa; claro está que,
más adelante, se alude indirectamente a otras libertades, como el artículo 13 del
ALME que, en su segundo párrafo, se pronuncia sobre la vinculación empresarial,
pero consideramos que ello no es lo idóneo.
Y, avocándonos a una moderna concepción que, cada día, gana más adeptos, es
menester referir la responsabilidad social de la empresa, tópico a través del cual se
pretende proteger los intereses de un grupo masivo y difuso como es la comunidad;
el respeto al medio ambiente, la preservación de un ecosistema equilibrado, la
búsqueda de una fluida relación empresa-población y la promoción de actividades
culturales o afines a partir de la iniciativa de la empresa privada constituyen
algunos de los temas aquí involucrados.
Recordemos que, hoy en día, asistimos a una cuarta etapa en la evolución del
concepto “empresa”: la congregación, después de haber transitado por la creación,
la diferenciación y la unificación. Esa congregación significa que la empresa
congrega una gama de partes afectadas a su alrededor que merecen ser reguladas
jurídicamente a efectos de proteger sus legítimos intereses; el Derecho Empresarial
debe asumir esta tarea.
4. LA CONCENTRACIÓN EMPRESARIAL
107
Cfr. ECHAIZ MORENO, Daniel. “La concentración empresarial como mecanismo para el crecimiento
corporativo”. En: Revista Jurídica del Perú. Trujillo (Perú), Editora Normas Legales, marzo del 2001, Año LI, Nº
20, págs. 125 a 137. Y con el título “Nuevas formas de organización corporativa concentrada” fue publicado en:
Proyecto Ciberconta. Zaragoza (España), Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de
Zaragoza, desde el 1 de octubre del 2001, http://ciberconta.unizar.es/LECCION/der022/inicio.html.
108
Cfr. ECHAIZ MORENO, Daniel. “La subsidiaria y la sucursal en el mundo empresarial”. En: Diario Síntesis. Lima
(Perú), 12 de noviembre del 2001, pág. 20.
Dichos artículos son abstractos porque se refieren, en primer lugar, a la
descentralización de empresas y, en segundo término, a los grupos empresariales de
mercados especializados o integrales cuando lo pertinente es aludir a la
concentración empresarial (como institución jurídica recogida por el Derecho de la
Empresa contemporáneo) y los grupos de empresas en general (subsumiendo a los
homogéneos, los plurales y los heterogéneos). Y el carácter restrictivo se avizora
cuando sólo se pronuncia sobre la sucursal, olvidándose de la empresa holding, la
matriz y la subsidiaria o filial.
Los contratos asociativos son aquellos que permiten la integración empresarial para
el mejor desarrollo de diversas actividades económicas. La asociación en
participación es uno de los más conocidos en el Derecho comparado y lo
encontramos como “cuentas en participación” en España, “sociedad accidental” en
Bolivia y “sociedad en participación” en Argentina. Igual acontece con el consorcio,
presente desde el Código Civil italiano de 1942 y que también se le conoce como
“entente” en Francia y la ampliamente difundida “unión transitoria de empresas”
en Argentina.
109
MONTOYA ALBERTI, Hernando. “Los contratos de colaboración empresarial y la codificación del Derecho
Mercantil”. En: Revista Peruana de Derecho de la Empresa. Lima (Perú), Editorial Asesorandina, noviembre de
1997, Nº 47, pág. 108.
110
GUTIÉRREZ CAMACHO, Walter. “El contrato de consorcio”. En: Estudios Societarios & Ley General de
Sociedades. Lima (Perú), Gaceta Jurídica Editores, junio de 1999, pág. 363.
El ALME que venimos analizando contempla, bajo el epígrafe de contratos
asociativos, a la asociación en participación y al consorcio, prescindiendo del riesgo
compartido. Esto es un error porque está evitando darle el correspondiente
tratamiento jurídico a una figura contractual de origen anglosajón, de creciente
arraigo en Latinoamérica y con especial énfasis en el Perú. La minería es la
actividad económica que, por antonomasia, se erige en el marco adecuado para su
celebración. Empero, también hallamos ejemplos en la metalmecánica, el
marketing y hasta el entretenimiento electrónico con la unión realizada hace
algunos años entre Steven Spielberg y Bill Gates para producir videojuegos.
111
Cfr. ECHAIZ MORENO, Daniel. Los grupos de empresas. Bases para una legislación integral. Lima (Perú),
Fondo de Desarrollo Editorial de la Universidad de Lima, diciembre del 2001.
112
Cfr. ECHAIZ MORENO, Daniel. “El contrato de dominación grupal”. En: Informativo Legal Rodrigo &
Hernández Berenguel. Lima (Perú), Asesores Financieros, enero del 2001, Nº 175, págs. 11 a 19. Y con el título
“La unión empresarial subordinada y su constitución mediante el contrato de dominación grupal” fue publicado
en: Revista Acta Académica. San José (Costa Rica), Universidad Autónoma de Centro América, noviembre del
2001, Nº 29, págs. 151 a 159, http://www.uaca.ac.cr/acta/2001nov/dechaiz.doc
presencia en el mercado (puesto que los diversos sujetos con los que se relacione
saben que cuentan con el respaldo no de una empresa, sino de un grupo
empresarial, lo que se traduce en un símbolo de confianza).
En el Perú no existe una Ley sobre Grupos de Empresas, aun cuando juzgamos
necesaria su dación; asimismo, el contrato de dominación grupal es una figura
contractual atípica. Cuando empezó a elaborarse el ALME hubo un inicial intento
por legislar la institución grupal, el que pronto fue obviado en la versión publicada
en el Diario Oficial El Peruano y restituido nuevamente en un posterior borrador;
pero la iniciativa transitaba por definir al grupo empresarial, sin aludir al contrato
que subyace en su constitución. A inicios del 2000, el Poder Ejecutivo nombró una
Comisión encargada de elaborar un Anteproyecto de Ley de Grupos de Empresas; en
octubre de ese mismo año, dicha Comisión proponía no una legislación integral
(como hubiera sido lo acertado), sino la inclusión del contrato de grupo dentro del
Libro Quinto de la Ley General de Sociedades.
Si bien esta propuesta no llegó a recibir sanción legislativa, el ALME era una
excelente oportunidad para pronunciarse sobre el tema y dictar las normas
pertinentes, al menos respecto al contrato de dominación grupal y con carácter
transitorio hasta que se regule íntegramente a los grupos de empresas, como es lo
aconsejable.
Hace más de siete décadas, James Powell citaba tres condiciones: situación de
control sobre la sociedad, actuación ilícita o fraudulenta y perjuicio 114; por su parte
y en un trabajo relativamente reciente, Carmen Boldo Roda alude a tres requisitos:
la sociedad debe ser dominada por otra persona (física o jurídica), debe producirse
alguna situación que cause perjuicio a terceros o fraude a la ley y se ha de respetar
el principio de subsidiariedad115.
113
Cfr. ECHAIZ MORENO, Daniel. “Allanamiento de la personalidad jurídica y vinculación empresarial
subordinada”. En: Revista Diálogo con la Jurisprudencia. Lima (Perú), Gaceta Jurídica Editores, febrero del 2001,
Año 7, Nº 29, págs. 91 a 97.
114
POWELL, James. Corporaciones controlantes y subsidiarias. Chicago (Estados Unidos de América), Editorial
Callagham, 1931, pág. 2 (traducción libre).
115
BOLDO RODA, Carmen. El levantamiento del velo y la personalidad jurídica de las sociedades mercantiles.
Madrid (España), Editorial Tecnos, 1993, págs. 16 y 17.
La jurisprudencia extranjera es prolija en cuanto al tratamiento del allanamiento
de la personalidad jurídica, no faltando el pronunciamiento de la doctrina y la
aprehensión legislativa de esta institución, a tal punto que puede estimársele hoy
en día como un principio fundamental del Derecho Empresarial. Acertadamente,
una primera versión del ALME recoge la teoría comentada dentro de su Título
Preliminar, siendo posteriormente obviada en el documento publicado el 6 de mayo
de 1999, antes citado; la vigente propuesta alternativa del ALME también lo
desconoce. Cabe indicar que, durante los trabajos de reforma del Código Civil en
1998, se consideró modificar el actual artículo 78 y asumir al allanamiento como
excepción a la regla general de la diferenciación entre la persona jurídica y sus
miembros; lamentablemente, con el paso del tiempo, la iniciativa reformadora fue
abandonada.
Estimamos que es menester que la legislación marco que pretende dictarse sobre la
empresa haga suya la teoría del allanamiento de la personalidad jurídica y la
subsuma dentro de su Título Preliminar. Sólo así se conseguirá brindar seguridad
jurídica al tener claramente delimitados los parámetros de tan controvertida figura;
de lo contrario, habrá que atenerse al razonamiento judicial para cada caso en
particular, solución que no parece ser muy acertada en el medio empresarial
cuando se carece, como en el caso peruano, de una corriente jurisprudencial
idónea.
8. COROLARIO
El ALME es una interesante propuesta que, de recibir sanción legislativa, sentará las
bases del Derecho Empresarial en el Perú y constituirá, sin lugar a dudas, referente
de obligatoria consulta a nivel mundial; aplaudimos su elaboración y esperamos que
pronto se convierta en Ley.
No obstante, esta misma convicción nos exige efectuar un análisis crítico del texto
planteado para despertar el debate sobre algunos tópicos que merecen redefinirse
o contemplarse; existe un solo propósito para ello: contribuir reflexivamente a
lograr una Ley Marco del Empresariado adecuada, integral, práctica y moderna. En
tal sentido, postulamos reformular la regulación de la libertad empresarial, los
grupos de interés y los mecanismos de concentración empresarial, así como también
subsumir al contrato de riesgo compartido, el contrato de dominación grupal y el
allanamiento de la personalidad jurídica.
1. PREFACIO
Pues bien, nuestras respuestas ante tales interrogantes apuntan en dos sentidos:
por un lado, sostenemos que dicho convenio parasocietario de sindicación de voto
no afecta la voluntad de los socios ya que son ellos quienes lo celebran, libre y
voluntariamente, precisamente en el ejercicio de su autonomía privada y, por otro
lado, la sociedad que conoce aquel acuerdo debe acatarlo, siéndole perfectamente
exigible; podemos afirmar que éste es el criterio seguido por nuestra Ley General
de Sociedades en su artículo 8.
Con esto se consiguen, a nuestro criterio, dos efectos: por un lado, el sinceramiento
de una situación por todos conocida, es decir, que al inversionista minoritario le
interesa casi exclusivamente la mera obtención de réditos y, por otro lado, la
eliminación implícita de los convenios parasocietarios de sindicatos de bloqueo. En
consecuencia quienes participarán en la junta general de socios, después de este
“proceso de saneamiento” serán aquellos realmente involucrados e interesados en
la marcha empresarial del negocio.
Los grupos de empresas son un fenómeno complejo que contiene diversas aristas,
pero el principio básico sobre el cual se sustentan es el denominado “interés
grupal”. De acuerdo a este postulado, en toda estructura corporativa grupal existe
una motivación por encima incluso de sus propios miembros que busca satisfacer el
interés del grupo, concebido como si fuese una entidad autónoma; dicha motivación
supera (como es natural) al interés individual (de los socios), al interés particular
(de los acreedores, por ejemplo) y al interés social (de las sociedades involucradas).
Las ofertas públicas de adquisición de acciones (más conocidas como OPAs) han
cobrado inusual importancia en los últimos años dentro del contexto mundial,
siendo de notable relevancia las denominadas OPAs hostiles que, generalmente,
acarrean una “guerra publicitaria” y el enfrentamiento público entre diversos
intereses: económicos, legales y hasta políticos. Lo cierto es que la OPA se erige
como un mecanismo idóneo para conseguir el control de una sociedad
(normalmente, de gran tamaño) vía el mercado de valores.
Aunque este tópico rebasa largamente los alcances del presente ensayo, sólo
queremos dejar en claro que existen varias formas de lograr el control corporativo
de una sociedad, debiendo prescindirse de las OPAs hostiles para preferir las OPAs
amigables119 porque aquellas generan daños en el mercado, más aún cuando ante
estas últimas vienen gestándose mecanismos defensivos y ofensivos que multiplican
“el ataque”. Información transparente, veraz y oportuna parece ser la fórmula
mágica para evitar intromisiones no deseadas en la empresa; información,
información e información viene propugnándose a propósito del gobierno
corporativo. En suma, debe procurarse que la junta general de socios sea un foro de
debate alturado donde los socios puedan expresar libremente su voluntad y no
sientan presión, amenaza o intromisión de ninguna clase.
6. EL GOBIERNO CORPORATIVO
El Derecho Empresarial conoce en los últimos años un nuevo tema que empieza a
captar rápidamente su atención y que se denomina “gobierno corporativo”, “buen
gobierno de las sociedades” o “doctrina del corporate governance”120, entre otros
epígrafes. Consideramos que es el paso siguiente dentro de la evolución conceptual
de la teoría de los grupos de interés porque su postulado central afirma que la
sociedad debe gobernarse de modo tal que proteja todos los intereses en ella
involucrados, con especial incidencia tuitiva en los inversionistas minoritarios.
118
Perú. Proyecto de Ley de Grupos de Empresas elaborado por la Comisión Especial (Resolución Ministerial Nº
1-2000-JUS publicada en el Diario Oficial El Peruano el 19 de enero del 2000), artículo 450 inciso b. Este
documento nos fue gentilmente proporcionado por el doctor Alonso Morales Acosta, miembro de la citada
Comisión.
119
Cfr. ROJAS LARA, Julio Andrés y OVIEDO VELÁSQUEZ, Guillermo. “Régimen jurídico de la oferta pública de
adquisición de empresas”. En: Revista Ius et Veritas. Lima (Perú), Facultad de Derecho de la Pontificia
Universidad Católica del Perú, julio del 2000, Año X, Nº 20, págs. 170 a 180.
120
Cfr. MONKS, Robert y MINOW, Nell. Corporate governance. Massachusetts (Estados Unidos de América),
Blackwell Business, 1995.
La asunción voluntaria de las prácticas de gobierno corporativo viene dándose,
generalmente, por parte de aquellas sociedades que cotizan en bolsa, sin que ello
impida que también puedan ser adoptadas por sociedades de menor escala.
Distinguir entre la propiedad y la gestión de la sociedad, salvaguardar el interés
social, optar por una administración profesional (management), contar con
directores independientes, asumir una responsabilidad social, respetar estándares
internacionales de calidad, establecer patrones de comportamiento ético, asegurar
el derecho de información, fomentar la transparencia del mercado y, en suma,
interiorizar la idea de que la empresa no está aislada del mundo, sino que forma
parte de una realidad determinada son algunos de los conceptos esgrimidos por el
corporate governance.
CONCLUSIÓN
121
Centro de Estudios de Mercado de Capitales y Financiero. Perú: Código de buen gobierno corporativo para
empresas emisoras de valores. Lima (Perú), MC&F, noviembre del 2001, http://www.mcfperu.org/gob_cor.htm