Enseñar a pensar:

introducción a las rutinas y

destrezas de pensamiento
en el aula

Autores del curso

Sonia I. López Delgado
José M. Martín Benenzuela
Diseño y Maquetación
David Araña Pulido
Tema 2: Rutinas de pensamiento y su uso en el
aula

Contenidos

1. Concepto y objetivos
2. Principales rutinas de pensamiento y su uso en el aula
2.1 Veo-pienso-me pregunto
2.2 Color-símbolo-imagen
2.3 Pienso-me interesa-investigo
2.4 Palabra-idea-frase
2.5 Titular

Objetivos

1. Adquirir los conocimientos previos necesarios para comprender y

contextualizar el uso de las rutinas de pensamiento en el aula.

2. Conocer y analizar algunas de las rutinas de pensamiento.

3. Reflexionar acerca de las estrategias de uso de las rutinas de

pensamiento en el aula para que sean eficaces.

4. Valorar el potencial didáctico que las rutinas tienen para

desarrollar una cultura de pensamiento en el aula.

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1.- Concepto y objetivos

Como ya vimos en la introducción, las rutinas de pensamiento son fruto del

trabajo de investigación de David Perkins junto a otros compañeros dentro del
marco del Proyecto Zero. No obstante, otros autores han desarrollado
diferentes rutinas de pensamiento, por lo que nos encontramos actualmente
con un amplio abanico de ellas.

Son modelos o patrones sencillos que ayudan a los alumnos a aprender a

pensar. Están configuradas por una secuencia de varias preguntas
(habitualmente 2, 3 o 4, aunque podemos encontrar otros planteamientos
sencillos) las cuales permiten orientar la reflexión del alumnado desarrollando
un pensamiento más eficaz sobre la temática que se está analizando, lo que
genera aprendizajes más profundos.

Una de las características esenciales de las rutinas es su sencillez de

aplicación, lo que permite integrarlas con frecuencia y facilidad en las
situaciones de aprendizaje propuestas por el docente, por lo que el alumnado
evolucionará desde la realización de un pensamiento pautado a la integración
con naturalidad en su forma de pensar. Este aspecto es esencial, las rutinas de
pensamiento, como su nombre indica, deben ser “rutinas” que se repitan
continuamente como un hábito.

Las preguntas que conforman las rutinas, además de guiar al alumnado en su

proceso de pensar, posibilitan la visibilización del pensamiento, por lo que, la
forma en la que se implementen en el aula debe buscar esa exteriorización por
parte del alumnado: oralmente, por escrito… exponiendo en cada caso las
reflexiones.

“El pensamiento es básicamente invisible. […] En la mayoría de los casos el

pensamiento permanece bajo el capó, dentro del maravilloso motor de
nuestra mente. […] Afortunadamente, ni el pensamiento, ni las oportunidades
para pensar, necesariamente deben ser invisibles como frecuentemente lo
son. Como educadores, podemos trabajar para lograr hacer el pensamiento
mucho más visible de lo que suele ser en el aula. Cuando así lo hacemos,

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estamos ofreciendo a los estudiantes más oportunidades desde donde
construir y aprender.”
David Perkins

Además, las rutinas pueden utilizarse en una gran variedad de contextos y se

aplican tanto de forma individual como grupal, pero al igual que las destrezas,
es necesario que se practiquen integradas con los contenidos curriculares.

En definitiva, podemos resumir que las rutinas se caracterizan por:

2.- Principales rutinas de pensamiento y su uso en el

aula
Hasta ahora son 33 las rutinas de pensamiento desarrolladas en el Proyecto
Zero (Visible Thinking). Este amplio abanico de rutinas están categorizadas en 5
ámbitos: básicas, comprensión, equidad, verdad y creatividad. No obstante,
hay que sumar a éstas las que otros autores han desarrollado en el marco de su
investigación y que se han divulgado en diferentes publicaciones.

En este curso nos centraremos en cinco rutinas que conjugan una gran
potencialidad didáctica con la sencillez de aplicación, por lo que son ideales
para que el profesorado se inicie con ellas en su integración metodológica:
veo-pienso-me pregunto, color-símbolo-imagen (CSI), pienso-me interesa-
investigo, palabra-idea-frase y titular.

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2.1 Veo-pienso-me pregunto

En el nombre de esta rutina, igual que sucede en otras, queda explícita la

secuencia de preguntas que van a guiar el pensamiento. El alumnado, tras la
observación de algún vídeo, imagen o evento ha de responder a cada una de
las preguntas:

¿Qué ves?
¿Qué piensas?
¿Qué te preguntas?

Esta rutina ayuda a estimular la curiosidad, a realizar observaciones

cuidadosas y reflexivas y también a preparar el escenario para un proceso de
investigación. Muchas veces en el aula se dan situaciones en las que, tras
preguntar al alumnado qué opina de una imagen, nos encontramos con que no
saben qué responder y se expresan desordenada y superficialmente.

Observemos la siguiente imagen:

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Supongamos que una profesora, con buen criterio, ha decidido comenzar una
situación de aprendizaje sobre la Segunda Guerra Mundial partiendo de la
reflexión que suscita la observación de esta imagen. Sin embargo, transcurrida
una parte de la sesión, se cuestiona la pertinencia del recurso utilizado
cuando, tras preguntar al alumnado qué opina de la foto, la mayoría no sabe
qué decir, tan sólo participan dos o tres alumnos con alguna observación
superficial y, en ningún caso emergen las reflexiones pretendidas por la
profesora. ¿Fue pertinente el recurso? Quizás sí; lo que no lo fue tanto es el
cómo se hizo, en particular la pregunta inicial.

Además, posiblemente el alumnado no haya estado involucrado en una cultura

de pensamiento en los aprendizaje adquiridos con anterioridad en los
diferentes niveles educativos. Si hubiera tenido cierto hábito para
desenvolverse en un enfoque reflexivo y hubiera manejado algunas
herramientas facilitadoras, seguramente hubiera estado en disposición de
responder a la profesora con una observación cuidadosa y profunda. Enseñar a
pensar al alumnado implica guiarlo y ponerlo en situación para que se de con
fluidez el pensamiento eficaz, en definitiva, hacer buenas preguntas para
enseñar a pensar bien.

Supongamos ahora que la profesora, en lugar de empezar con la pregunta qué

opinan, decide implementar la rutina veo-pienso-me pregunto en el aula con
esta imagen; la situación podría haberse dado de la siguiente manera:

¿Qué ven en esta imagen?

Un niño que está solo en medio de unos escombros, un niño en una guerra,
una casa destrozada por una bomba, un niño sentado...

Está empezando por una pregunta muy simple y de fácil respuesta que debería
generar una participación mayoritaria. Preguntar qué opinan presenta mayor
complejidad y abstracción, por lo que suele ser más difícil de responder. En
este caso, la profesora debe advertirles que solo deben decir lo que ven, sin
interpretaciones por parte de ellos. En particular, la primera respuesta que
dieron los alumnos (un niño que está solo en medio de unos escombros)
presenta objetividad respecto a lo que se muestra en la imagen, pero en la
segunda se infiere una guerra, y en la tercera se presupone que los escombros
fueron provocados por una bomba. La profesora les indica que algunas de estas

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respuestas serían más apropiadas para la segunda pregunta que viene a
continuación, porque no solo están diciendo lo que ven, sino que están
haciendo una interpretación de ello, incorporando ideas o suposiciones
propias.

¿Qué piensan?

Que está triste, que fue una bomba la que destrozó el edificio, que hubo un
terremoto, que ha habido una guerra y ha destrozado los edificios...

La profesora les pregunta entonces en qué se basan para decir que lo que se
ve es fruto de una guerra o provocado por una bomba, o por qué está triste el
niño. Es decir, les pide que expresen las evidencias o fundamenten los motivos
por los que opinan eso. Es importante resaltar que no se cuestiona lo que
piensa cada alumno; cada uno puede realizar distintas interpretaciones de lo
que ve, lo que se pretende es que el alumno sea consciente de que al tener un
pensamiento debe reconocer aquello que lo sustenta, y que le ayudemos a
expresarlo con esta rutina como guía para poder profundizar. Y tras esta fase,
la última pregunta:

¿Qué se preguntan?

Qué guerra ha sido, si los padres han muerto, cómo se pudo haber salvado,
qué ciudad es, de qué bando es el niño, cuál fue la magnitud del terremoto
en caso de que hubiera sucedido eso...

Anteriormente, en la segunda pregunta, cada alumno pensó algo que consideró

que se infiere o deduce de la imagen y lo argumentó. Ahora, en la tercera
pregunta, el alumnado entra en la incertidumbre, en aquello que no sabe.
Pretendemos que exprese las preguntas sobre aquello que no sabe, pero sobre
lo que tiene la inquietud de saber.

Es importante resaltar que puede darse que una misma respuesta, por ejemplo
el niño está triste, un alumno la exprese en la segunda pregunta
(argumentando que es evidente que muestra tristeza en su cara) y, sin
embargo, otro alumno la sitúe en la tercera parte de la rutina como una
pregunta que se hace (me pregunto si el niño está triste), porque para él no es
evidente que el niño está triste, considera que está pensativo. Ambas
reflexiones son válidas en la medida en que estén adecuadamente

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argumentadas.

Tras hacer un recorrido con el alumnado, reflexionando tanto individualmente

como en grupo y apoyándose para ello en cada una de las preguntas, ahora sí
que el alumnado puede expresarse, o por lo menos estaría en mejores
condiciones para ello, respecto a lo que opina de la imagen. La propia
secuencia de respuestas que ha tenido en este proceso le resultará un apoyo
para construir su opinión, fruto de una observación cuidadosa de la misma.
Una aplicación frecuente de esta rutina posibilitaría una reflexión del alumno
como la siguiente:

Es una imagen que tiene por protagonista a un niño, triste y desolado,

posiblemente ante el resultado de un bombardeo, que nos muestra cómo la
guerra provoca que muchos niños sean víctimas quedándose huérfanos.

Esta rutina, puesta en práctica habitualmente, hará del alumno un observador

más profundo de su entorno que irá incorporando procesos mentales para
construir paulatinamente opiniones basadas en argumentos y evidencias que
las sustenten; será un alumno que se haga preguntas sobre lo que ve y se
cuestione la información desarrollando el pensamiento crítico.

El supuesto descrito anteriormente se ha realizado oralmente en el aula, pero

una opción habitual, como en el resto de las rutinas de pensamiento, es
implementarla de forma individual en una plantilla como la siguiente,
compartiendo luego por grupos y/o con toda la clase las respuestas a cada
pregunta:

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Constituye un factor de gran importancia a la hora de implementar el uso de
las rutinas y destrezas del pensamiento en el aula el uso integrado de las TIC.
Debemos aprovechar las sinergias que las tecnologías producen con las
diferentes metodologías, y, en particular, con la cultura del pensamiento.
Generan motivación en el alumnado, facilitan el aprendizaje activo y con ellas
podremos dar continuidad al pensamiento visible pero en un soporte muy
cercano y estimulante para ellos.

Una ejemplificación la tenemos con el uso de los muros virtuales. Hay algunas
aplicaciones gratuitas, como Padlet, que permite recoger las diferentes
respuestas del alumnado apoyándonos en dispositivos móviles (tabletas,
smartphone…). Veamos una imagen que refleja cómo se visualizarían sus
aportaciones utilizando el mismo supuesto que se describió anteriormente:

Una vez que el profesor haya creado el muro utilizando esta herramienta, el
alumnado podrá acceder directamente a él a través de un enlace (link) para

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expresar sus ideas, como si colgara un post-it, sin necesidad de que tenga que
registrarse previamente en la aplicación para su uso.

2.2 Color-símbolo-imagen

En esta rutina, el alumnado tiene que expresar a través de un color, un

símbolo y una imagen las ideas que le ha sugerido una lectura, la observación
de un vídeo o evento, la escucha de un documento sonoro...

Encontramos variantes en la aplicación de la rutina. La propuesta original que

refleja el Proyecto Zero consiste en que el alumnado vaya tomando notas
sobre aquellos aspectos que le parezcan importantes o interesantes durante
una lectura, visionado o escucha y que extraiga finalmente 3 ideas;
posteriormente, deberá asociar una de ellas con un color, otra con un símbolo
y la tercera con una imagen.

Sin embargo, es habitual aplicar esta rutina de forma que el alumnado

relacione directamente su experiencia de lectura (o escucha/visionado de un
recurso) con un color, símbolo e imagen que lo represente, sin haber
identificado previamente las 3 ideas, las cuales quedan implícitas en la
asociación que han realizado. Utilizar una u otra fórmula dependerá de lo que
cada docente estime más adecuado con el alumnado al que se dirige.

Esta rutina permite desarrollar en el alumnado la capacidad de síntesis, de

extraer la esencia de una experiencia y, evidentemente, potenciar su
pensamiento metafórico y creativo.

Veamos nuevamente el vídeo de la rutina CSI que aparece en la introducción

de este curso. En esta ocasión hemos insertado, utilizando la aplicación
Playposit (antes llamada Educanon), algunas cuestiones y reflexiones que
queremos que ustedes respondan para realizar una observación más
comprensiva del recurso.

www.playposit.com/public/52255/373873

Con esta rutina también tenemos una oportunidad para atender y desarrollar
las inteligencias múltiples en el aula. Debemos ofrecer oportunidades al
alumnado para la diversificación en sus formas de expresión y esta rutina

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ofrece una gran posibilidad para ello. Tras la lectura de un libro por parte del
alumnado es habitual solicitarle que desarrolle por escrito algunas actividades
tales como un resumen, aportar una opinión personal… Estas actividades están
vinculadas a la competencia lingüística, pero qué enriquecedor sería dar
respuesta por parte del alumnado a la lectura de un libro aprovechando esta
rutina y desarrollando otras inteligencias, tal y como vemos en el ejemplo que
vemos a continuación:

(Se ha sobrescrito sobre el organizador lo que manifestó oralmente el niño, justificando cada
una de sus asociaciones. 6º Primaria)

2.3 Pienso-me pregunto-investigo

Esta rutina, que en inglés se denomina think-puzzle-explore, guía el

pensamiento a través de las preguntas:
¿Qué pienso sobre el tema?
¿Qué preguntas tengo al respecto?
¿Cómo puedo investigar?

Vemos que se inicia conectando al alumnado con sus conocimientos previos, le

ayuda después a estimular su curiosidad identificando aquello que le

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preocupa, que no conoce y le interesaría saber, y, finalmente, le propone que
reflexione sobre cómo dar respuesta a sus inquietudes a través de un proceso
de investigación.

Es habitual encontrar también esta rutina aplicada de la forma pienso-me

interesa-investigo, donde la variante se encuentra en la segunda pregunta
que propone descubrir qué le interesa saber al alumnado. No obstante, en la
propuesta del Proyecto Zero, como vimos al principio en su expresión original
en inglés, se utiliza para esta segunda fase la palabra puzzle, para asociar con
un rompecabezas las preguntas que se hace el alumno, es decir, que se
fundamentan en un problema o preocupación a resolver.

Es importante destacar la vinculación que tiene esta rutina con veo-pienso-me

pregunto, dado que la segunda y tercera preguntas de ésta tienen
coincidencia con la primera y segunda de la que estamos viendo, pienso-me
pregunto-investigo. Esta última prepara al alumnado para un proceso de
investigación, y la anterior, pretende desarrollar observaciones reflexivas;
ambas se complementan perfectamente y, aplicadas con frecuencia en el aula,
secuencian un proceso global que genera pensadores eficaces (qué veo-qué
pienso-qué me pregunto-cómo investigo).

Esta rutina podemos integrarla perfectamente como actividad de inicio en otra

metodología, el ABP (Aprendizaje Basado en Proyectos), dado que nos permite
crear un espacio de reflexión previo al desarrollo de proyectos con las
siguientes características:

• Es el propio alumnado el que muestra, a través de aquello que se

pregunta, sus inquietudes sobre la temática del ABP.
• Es el propio alumnado el que diseña cómo se puede investigar para
desarrollar las distintas fases del proyecto.

Estas dos características suelen ser generadoras de prácticas educativas

exitosas dado que el alumnado es protagonista de su aprendizaje.

Recogemos a continuación la aplicación de esta rutina considerando como

temática la llegada por primera vez del hombre a la luna. Para ello, se
incentivó la generación de múltiples reflexiones e ideas a través del trabajo
cooperativo.

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En este caso, una vez que el grupo desarrolló la segunda columna (me
pregunto/me interesa), el profesor les animó a que cumplimentaran la tercera
(cómo investigo) considerando solamente la cuestión “cómo es posible viajar
en el espacio”, dado que el proceso de investigación asociado a esta pregunta
tenía vinculación con el currículo de Física en el que estaba trabajando. Es
importante destacar que no debemos frenar las múltiples y variadas
observaciones o respuestas que hace el alumnado; el profesorado ha de
incentivar esta lluvia de ideas, guiar el proceso para que se genere un
pensamiento de calidad y orientar hacia un proceso de investigación con
anclaje curricular en los aprendizajes necesarios para desarrollarlo.

2.4 Palabra-idea-frase

Esta rutina tiene como finalidad que el alumnado obtenga las ideas principales
de un texto, desarrollando la capacidad de síntesis y profundización en su
conocimiento a través de distintos puntos de vista. Tras la lectura o escucha de
un texto, el alumnado tiene que expresar:

Una palabra que les haya captado la atención

Una idea que les resultó significativa
Una frase que consideren relevante para la comprensión del texto

Para ello, reflexionan y responden a cada una de las cuestiones, para

posteriormente debatir por grupos. Con el fin de que el alumnado entienda
mejor la dinámica de esta rutina es importante aclararles que la palabra y la
frase responden más a una búsqueda literal de lo que han leído, a diferencia
de la idea, en la que el alumnado genera una expresión propia, que debe ser
muy corta (incluso puede ser la combinación de varias palabras) con la que
refleja algo significativo para él tras la lectura.

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Veamos un ejemplo de puesta en práctica de esta rutina:
https://www.playposit.com/public/52255/375842/palabra-idea-frase

2.5 Titular

En esta rutina el alumnado ha de captar la esencia de un tema o

acontecimiento a través de una frase como si fuera el titular de una noticia

Si tuvieras que elegir un titular sobre el tema tratado

¿Cuál sería?

La dinámica de aplicación con el alumnado suele ser:

1. Redactan su titular individualmente
2. Se realizan agrupamientos y cada uno comparte y explica a sus
compañeros su titular
3. En gran grupo se resaltan los titulares que más hubieran llamado la
atención o gustado
En ocasiones, la rutina se aplica en dos momentos, al comienzo o durante el
desarrollo de una situación de aprendizaje, y después de la finalización de la
misma. En este caso, se le pregunta al alumnado si, atendiendo a lo que han
aprendido, harían un nuevo titular o modificarían el anterior.

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Bibliografía y webgrafía

-R. Richhart, M. Church, and K. Morrison Making Thinking Visible

-http://www.nctt.es/

http://www.visiblethinkingpz.org/VisibleThinking_html_files/VisibleThinking1.
html

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