Inimputabilidad Por Trastorno Mental

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 37

TRATAMIENTO JURIDICO AL INIMPUTABLE DEIBY JOSE BANQUETH JULIO

AUTOR DEL ASESINATO DEL PRESBÍTERO LUIS ALFONSO LEÓN EN


MONTERÍA- CÓRDOBA.

ANUAR JOSE SERPA MEDINA


PAULA ANDREA VELLOJIN OJEDA
LUIS GUILLERMO DIAZ ROJAS

UNIVERSIDAD COOPERATIVA DE COLOMBIA - UCC


FACULTAD DE DERECHO
PROGRAMA DE DERECHO
CAMPUS MONTERÍA - CÓRDOBA
2020
CONTENIDO

Páginas
INTRODUCCIÓN.............................................................................................................................

1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA Y JUSTIFICACION...........................................

1.1. DESCRIPCION DEL PROBLEMA............................................................................

1.2. FORMULACIÓN DEL PROBLEMA............................................................................10

1.3. SISTEMATIZACIÓN DEL PROBLEMA......................................................................10

2. OBJETIVOS................................................................................................................................10

2.1. GENERAL.......................................................................................................................10

2.2. ESPECIFICOS.................................................................................................................11

3. ESTADO DEL ARTE..................................................................................................................12

4. REFERENTES TEÓRICOS........................................................................................................14

LA RESPONSABILIDAD QUE TIENE EL ESTADO COLOMBIANO SOBRE LAS PENAS


QUE DEBEN CUMPLIR LAS PERSONAS INIMPUTABLES....................................................14

La situación del inimputable frente a las garantías derivadas del principio de culpabilidad
15

TRATAMIENTO JURÍDICO DE LA INIMPUTABILIDAD PENAL POR TRASTORNOS


MENTAL PERMANENTE DENTRO DEL ARTICULO 29 DEL CÓDIGO PENAL, QUE
DICE QUE EL SUJETO DEBE SOMETERSE A UNA MEDIDA DE SEGURIDAD.................16

La responsabilidad del inimputable, por el hecho cometido:.................................................16

CUMPLIMIENTO DEL FIN DE LA MEDIDA DE SEGURIDAD APLICADA A LOS


SUJETOS INIMPUTABLES POR TRASTORNO MENTAL EN LA CIUDAD DE
MONTERÍA, DEPARTAMENTO DE CÓRDOBA SIGUIENDO EL CASO DE DEIBY JOSÉ
BANQUETH JULIO, AUTOR DEL ASESINATO DEL PRESBÍTERO LUIS ALFONSO
LEÓN EN EL AÑO 2015................................................................................................................25

5. METODOLOGIA........................................................................................................................29

5.1. TIPO DE INVESTIGACIÓN..........................................................................................29

5.2. TIPO DE ESTUDIO........................................................................................................29

4
5.3. METODO DE INVESTIGACIÓN..................................................................................29

5.4. FUENTES........................................................................................................................30

5.5. TÉCNICAS E INSTRUMENTOS DE INVESTIGACIÓN............................................30

6. CONCLUSION............................................................................................................................31

REFERENCIAS...............................................................................................................................32

5
INTRODUCCIÓN

Colombia es constitucionalmente un Estado Social de Derecho, que prohíbe todo tipo de

responsabilidad objetiva. Es por ello, que como consecuencia para que un imputado sea

sancionado con una pena debe existir los factores de antijuridicidad, atipicidad y culpabilidad.

Dentro del desarrollo de este trabajo nos enfocaremos en uno de estos factores, teniendo la falta

de culpabilidad en la comisión de un delito como condición para establecer la inimputabilidad

del sujeto que lo ha cometido.

Por esta razón el Código Penal Colombiano, dispone dos tipos de sanción: la pena que se

aplica a los sujetos imputables y la medida de seguridad en el caso de los sujetos inimputables.

Los inimputables se encuentran señalados en el artículo 33 del Código Penal, así:

“Es inimputable quien en el momento de ejecutar la conducta típica y antijurídica

no tuviere la capacidad de comprender su ilicitud o de determinarse de acuerdo con

esa comprensión, por inmadurez psicológica, trastorno mental, diversidad

sociocultural o estados similares” (Ley 599, 2000, art. 33)

Las personas inimputables sin duda alguna tienen una sanción distinta, dado el fin de la

medida de seguridad, el cual va más allá de castigar o condenar al imputado por la comisión del

delito, pues, esta busca la curación, tutela, y rehabilitación del mismo. Con base a ello, la

presente propuesta monográfica desarrolla a profundidad al sujeto penal inimputable por

trastorno mental, tomando como referencia el tratamiento jurídico que se le dio al caso del Sr.

3
Deivis José Banquez Julio, autor del crimen cometido en la humanidad del presbítero Luis

Alfonso León Pereira, cuyos hechos tuvieron lugar en la ciudad de Montería, el día 15 de agosto

del año 2015.

En este contexto, se considera conveniente abordar el tema objeto de estudio para así tratar las

características especiales, en materia de sanción penal de los sujetos inimputables; en el sistema

jurídico penal colombiano y las condiciones de centros especializados para este fin dentro del

caso planteado objeto de estudio, que tuvo ocurrencia el día 15 de agosto de 2015 en la Parroquia

“Maria Madre de la Iglesia” en la ciudad de Montería.

4
1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA Y JUSTIFICACION

1.1. DESCRIPCION DEL PROBLEMA.

La Ley 599 de 2000 Código Penal Colombiano, trae consigo una distinción respecto de los

sujetos objetos de sanción penal; a partir del artículo 33 del Código Penal Colombiano se define

que existirán unos sujetos especiales a quienes se les aplicarán medidas de seguridad en razón de

la incapacidad de comprender la ilicitud condición como lo son la inmadurez psicológica,

trastorno mental, diversidad sociocultural o estados similares (Ley 599, 2000).

Uno de esos casos especiales, es el de los enfermos mentales permanentes, estos de

acuerdo a su condición son tratados como inimputables de acuerdo con el Código Penal

Colombiano, lo que jurídicamente amerita que tengan un tratamiento especial y distinto

permitiendo, en algunos eventos que estas personas paguen su culpa fuera del ambiente

carcelario, dejando expuestos a la ciudadanía de que estas personas vuelvan a cometer delitos,

quizás sin determinarse si lo realizan con dolo o por causa de su enfermedad mental.

En cuanto al dolo, el artículo 22 del Código Penal colombiano lo define así: “Dolo. La

conducta es dolosa cuando el agente conoce los hechos constitutivos de la infracción penal y

quiere su realización…” (Congreso de Colombia, 2000). De la anterior definición es evidente

que frente al inimputable no puede indagarse sobre el dolo o culpa con el cual pudo haber

procedido, pues, el aspecto positivo de la culpabilidad supone claridad de conciencia y capacidad

5
de determinación. Si el dolo es la realización del hecho típicamente antijurídico, conocido y

querido por el agente, no puede presumirse esta estructuración de la culpabilidad en quien no

está en capacidad de comprender o de determinarse apropiadamente.

Una formulación similar puede hacerse en relación con la culpa, porque si bien en el

delito culposo el agente no desea la producción de un daño, debe conocer y querer la conducta

imprudente o violatoria de las normas legales de las cuales se desprende el resultado. El

inimputable tampoco está en capacidad de anticipar o apreciar una conducta imperita o

negligente.

Queda claro que a los inimputables no se les pueden imponer penas, por cuanto su

conducta se realiza sin culpabilidad y la fórmula del artículo 12 del Código Penal – CP proscribe

toda forma de responsabilidad objetiva. El hecho de ser autores materiales de un ilícito no les

endosa forma alguna de responsabilidad subjetiva, presupuesto esencial de la culpa y el dolo. Sin

embargo, como lo establece el artículo 9º del CP, su conducta es punible y, por lo tanto, objeto

de una medida punitiva. Se dirá que las medidas de seguridad no representan una punición o

sanción.

En este sentido, el legislador quiso erradicar el fantasma del “peligrosísimo” positivista

en el Código Penal (Ley 599 de 2000) y asumir una posición más indulgente, en apariencia

proteccionista, frente al inimputable. Sin embargo, ese fantasma ronda oculto en muchas de las

formulaciones del ordenamiento.

6
Según, Trespalacios J. G., (2005) descartada la finalidad retributiva de las medidas de

seguridad, se observa que otro fundamento pueda tener ellas distinto de la necesidad de

protección de la sociedad frente a la peligrosidad del sujeto. La peligrosidad es el fundamento,

pues, de la medida de seguridad, como también de la clase y duración de esta (Trespalacios J. G.,

2005)

Al existir medidas de seguridad para el inimputable, es obligado concluir que dichas

medidas constituyen una forma de sanción social y que la distinción entre penas para los

imputables y medidas de seguridad para los inimputables, necesita una mayor diferenciación en

los contextos reales. Por ejemplo, un hecho ocurrido en el año 2015 en la ciudad de Montería, y

que lleno de impotencia tanto a la justicia como a la ciudadanía, fue el asesinato del presbítero

Luis Alfonso León, a manos del Sr. Deiby José Banqueth Julio, una persona con problemas de

drogas y otros vicios, cuya adicción lo llevo a un estado mental de esquizofrenia que acabó en

minutos con la vida del cura. Este crimen tan sonado, fue el detonante para analizar en primer

lugar, la inimputabilidad de los delitos cometidos por enfermos mentales o adolescentes; y, en

segundo lugar, la inexistencia normativa en lo que respecta a las condenas de estos individuos

que padecen demencia permanente (El Tiempo , 2015)

Ahora bien, el trastorno mental es aquella condición psicopatológica en que se encuentra

el sujeto al tiempo del hecho, de suficiente amplitud, gravedad y afectación de las esferas

cognoscitiva, volitiva o afectiva, que le impide ser consciente de la ilicitud de su conducta o

determinarse conforme a dicha comprensión. Es decir, el trastorno mental ha de ser de tal

dimensión que el sujeto está en incapacidad de elaborar una representación psíquica de su ilicitud

7
o de elegir alternativas de actuación al tenor de su inteligibilidad. Y Cuando se predica que un

sujeto es inimputable, se está emitiendo un juicio de valor sobre el sujeto autor (Trespalacios J.

G., 2005).

En el caso crimen del presbítero León, su victimario fue declarado inimputable, pues

según el Juez Primero Penal de Montería se comprobó su estado de esquizofrenia y que cometió

el delito bajo los efectos de sustancias psicoactivas, razón por la cual no fue enviado a la cárcel,

sino a un establecimiento psiquiátrico.

El inimputable actúa sin culpabilidad. La inimputabilidad no es incapacidad de

acción o incapacidad del injusto, o incapacidad de pena, sino incapacidad de

culpabilidad […] La culpabilidad tiene como presupuesto la imputabilidad o

capacidad de culpabilidad, y como juicio desvalorativo, de reproche personal,

comprende la conciencia de la antijuridicidad del acto (Trespalacios J. G., 2005)

En el caso en particular, se encuentran muchos vicios en cuanto al tratamiento que se le

ha dado a la condición de responsable de la muerte del presbítero León, quien padece demencia y

cuya condición patológica es permanente. En su momento el hombre quien por su condición fue

declarado inimputable debía ser enviado a un centro para enfermos mentales a cumplir su medida

de seguridad, y a recibir el tratamiento pertinente a su condición. Pero se ha podido comprobar

que él, al igual que muchos otros en el departamento de Córdoba, fueron enviados a cumplir con

esta medida fuera del departamento de Córdoba, pues el centro penitenciario (INPEC), alegando

dicha institución, que son la EPS, a quienes le corresponde crear centros especiales para

8
enfermos mentales, en los cuales sean llevados los inimputables a cumplir la sanción penal y a

recibir el tratamiento correspondiente.

Por ejemplo, el artículo 70 del Código Penal,

Establece que el inimputable por trastorno mental permanente se le impondrá medida

de internación en establecimiento psiquiátrico, clínica o institución adecuada de

carácter oficial o privado, por un máximo de duración de 20 años y el mínimo

aplicable dependerá de las necesidades de tratamiento en cada caso concreto.

Igualmente, los artículos 71 y 72 consagran que el inimputable por trastorno mental

transitorio con base patológica o aquellos que no padezcan trastorno mental se les

impondrá una medida de seguridad de máximo 10 años de duración y, finalmente, el

artículo 79 faculta al juez penal, previo dictamen de experto oficial, para suspender o

cesar la medida de seguridad como lo sostiene la Sentencia C-107, 2018 (Corte

Constitucional , 2018)

Por todo lo anterior, la problemática que se plantea en este estudio, y que busca no los

vicios jurídicos que pudieron haberse presentado, sino, el tratamiento que tanto la institución

carcelaria como las EPS les dan a las personas que son declaradas inimputables por su condición

mental, especialmente, cuando esta es permanente, y que al regresar a sus casas pueden volver a

cometer los mismos tipos de delitos, representando así, un peligro para la familia y para la

sociedad. O como el caso que se expone, en unas condiciones de salud, alimentación, ambiental

desfavorables que atentan contra la vida del inimputable, violándole así sus derechos

fundamentales.

9
1.2. FORMULACIÓN DEL PROBLEMA.

Por lo anterior, el problema jurídico a resolver, se enuncia de la siguiente manera:

¿Cómo se caracterizan las penas y la seguridad de las personas inimputables por

trastornos mental - caso del Sr. Deiby José Banqueth Julio, autor del asesinato del presbítero

Luis Alfonso León en el año 2015, en la ciudad de Montería, departamento de Córdoba?

1.3. SISTEMATIZACIÓN DEL PROBLEMA.

¿Cómo se delimita el juez penal a resolver la condición de inimputabilidad y la eventual

responsabilidad penal por el delito cometido, garantizando que se cumpla el fin de la medida de

seguridad sin afectar los derechos fundamentales del sujeto inimputable, teniendo en cuenta que

el departamento de Córdoba no disponen de los suficientes centros psiquiátricos para darle

cumplimiento a las penas?

10
2. OBJETIVOS

2.1. GENERAL.

Analizar la caracterización de las penas y la seguridad de las personas inimputables por

trastornos mental - caso del Sr. Deiby José Banqueth Julio, autor del asesinato del presbítero

Luis Alfonso León en el año 2015, en la ciudad de Montería, departamento de Córdoba

2.2. ESPECIFICOS.

- Identificar la responsabilidad que tiene El Estado Colombiano sobre las penas que deben
cumplir las personas inimputables.

- Exponer el tratamiento jurídico de la inimputabilidad penal por trastornos mental


permanente dentro del Articulo 29 del Código Penal, que dice que el sujeto debe
someterse a una medida de seguridad.

- Establecer el cumplimiento del fin de la medida de seguridad aplicada a los sujetos


inimputables por trastorno mental en la ciudad de Montería, departamento de Córdoba
siguiendo el caso del Sr. Deiby José Banqueth Julio, autor del asesinato del presbítero
Luis Alfonso León en el año 2015.

11
3. ESTADO DEL ARTE

Para establecer antecedentes investigativos y bibliográficos sobre el objeto de estudio, se realizó

una revisión documental virtual en buscadores virtuales, Redalyc, Dialnet y Scielo, a través del

buscador inimputable, sanción penal para inimputables por trastornos mentales y se encontraron

en diferentes años y territorios los siguientes:

Uno de los textos con mayor influencia en esta investigación es de Agudelo-Betancur N,

(1998), titulado: El trastorno mental como causal de inimputabilidad en el nuevo código penal.

El autor señala, que el primer caso es para aquellas personas con trastorno mental permanente,

por lo cual debe ser internado en un establecimiento psiquiátrico o clínico, privado o público en

donde reciba atención especializada. El máximo de la pena será de 20 años y el mínimo, según el

artículo 70 del Código Penal Colombiano, será de acuerdo con cada caso. En los casos en los

que el inimputable no tiene un trastorno psicológico sino una edad de incomprensión del delito

será recluida en un centro de enseñanza o centro de estudio especial. Allí recibirán no una

pena privativa de la libertad ni un castigo por lo sucedido, sino educación y adiestramiento

industrial, artesanal, agrícola o algo similar. Permanecerán un máximo de 10 años y un mínimo

que dependerá de la decisión del juez, el cual determinará su grado de culpabilidad (Betancur,

1978).

En Costa Rica, Arguedas (2015) realizó la investigación “la imputabilidad e inimputabilidad

desde el punto de vista médico legal” en la cual empleo la evision literaria para exponer su

concepcion del trato diferencial para sancionar a los inimputables por causas mentales cuando

comenten delitos.

12
La imputabilidad significa capacidad para delinquir. Es el legislador quien fija las

condiciones que debe reunir un sujeto para ser considerado inimputable y es el juez

quien establece la imputabilidad o no del autor de un delito.

Así mismo, existe una condición en aquellas personas con defectos mentales de

inteligencia y de voluntad, por lo que no están conscientes de sus actos que se conoce

como inimputabilidad. Sin independencia de la voluntad o sin capacidad de

entendimiento el sujeto es inimputable. (Zazzali, 2007) Según Patitó, 2000, todo

trastorno o alteración psíquica que perturben profundamente la inteligencia y/o la

voluntad puede ser causa de inimputabilidad, por lo que, es inimputable aquel sujeto

que no es responsable penalmente de un delito cometido, ya que no comprende las

consecuencias que esto puede ocasionar (Arguedas, 2015, pág. 2).

Más recientemente, De la Cuesta, J. (2019) realizo la investigación ¿En qué supuestos es

una persona inimputable? Señalando que:

Cuando se analizan los fenómenos criminales, hay que distinguir entre criminalidad,

es decir, el conjunto de hechos delictivos en general contra una determinada persona,

objeto o entidad, y crimen: un hecho individual tal y como se comete que no obedece

necesariamente a los parámetros de la criminalidad. Es necesario, además,

diferenciar entre criminal, el sujeto que comete un hecho delictivo, la víctima, la

persona que directamente recibe la agresión criminal. Todos estos elementos, además

de la reacción social contra el delito y la evaluación, son objeto de estudio de la

criminología (De la Cuesta, 2019).

13
4. REFERENTES TEÓRICOS

LA RESPONSABILIDAD QUE TIENE EL ESTADO COLOMBIANO SOBRE LAS


PENAS QUE DEBEN CUMPLIR LAS PERSONAS INIMPUTABLES.

Al llamado principio de culpabilidad, como principio básico que informa el ordenamiento


jurídico-penal, se le suelen dar diversos contenidos. El primero de ellos se refiere a la exigencia
de dolo o culpa o principio de imputación subjetiva (en contraposición a la responsabilidad
objetiva), según el cual para que una conducta sea punible debe realizarse con dolo o culpa
(Sotomayor, A, 1984).

1. Este contenido del principio de culpabilidad se debe en gran parte a las concepciones
causalistas ele la teoría del delito, según las cuales dolo o culpa son formas o elementos de la
culpabilidad. De ahí entonces que el terreno ganado en el último tiempo por el finalismo y otras
teorías no causalistas, haya traído consigo un nuevo contenido del principio, no limitado, en
consecuencia, a la exigencia de dolo o culpa, en la medida que éstos dejaron de entenderse como
integrantes de la culpabilidad. Así, desde esta perspectiva se habla de este principio haciendo
referencia a la culpabilidad como elemento del delito, esto es, al juicio de reproche personal que
se dirige al autor por la realización de un hecho típico y antijurídico, o como dice Jescheck, “El
principio de culpabilidad significa que la pena criminal debe sólo fundarse en la constatación de
que puede reprocharse el hecho a su autor”. (Sotomayor, A., 1984).

Desde este punto de vista el principio de culpabilidad contiene una serie de garantías
específicas, las cuales se suelen expresar en forma de subprincipios, formulados básicamente en
dos proposiciones: no hay pena sin culpabilidad y la pena no puede sobrepasar la medida de la
culpabilidad.

3. Ello se concreta en los siguientes principios o garantías fundamenta.

14
a). Principio de responsabilidad personal o de personalidad: En virtud de este principio,
se prohíbe el castigo de una persona por un hecho ajeno.

b). Principio de presunción de inocencia: Este principio, si bien ha tenido un mayor


desarrollo en el ámbito procesal, también en lo sustantivo cumple un importante papel, pues
prohíbe el establecimiento de la responsabilidad con base en hechos presuntos y las presunciones
de culpabilidad.

c). Principio de proporcionalidad: Este principio se refiere a que la pena no puede


sobrepasar el grado o medida de la culpabilidad.

d). Principio de responsabilidad por el hecho: Según el cual, nadie puede ser castigado
por su carácter o forma de ser o por su conducción de vida, sino sólo por sus actos.

Como puede apreciarse, bien sea en la versión "antigua" o "moderna", el principio de


culpabilidad constituye un importante límite al poder punitivo del Estado, hasta el punto que
algunos autores lo colocan por encima o por lo menos al lado del principio de legalidad. Ello no
viene sino a demostrar que mal que bien, el desarrollo de la ciencia penal ha logrado estructurar
una serie de principios de garantías del individuo frente a la intervención estatal (Sotomayor, A.,
1984).

La situación del inimputable frente a las garantías derivadas del principio de culpabilidad:
No obstante, lo dicho anteriormente, el principio de culpabilidad ha traído otra consecuencia, sin
duda menos plausible pero no por ello menos importante. Nos referimos al hecho de que, bien
sea que se parta del libre albedrío o de la motivación, la culpabilidad ha generado una división de
los sujetos: por un lado, los "capaces de culpabilidad" o imputables y, por otro, los "incapaces de
culpabilidad" o inimputables (Sotomayor, A., 1984).

En efecto, a partir de la idea de que la inimputabilidad implica la exclusión del derecho


penal de los sujetos catalogados como inimputables, el interés doctrinal, en lo que hace
referencia a la discusión de los fundamentos y de las garantías del derecho penal, se ha

15
concentrado casi exclusivamente en el elemento "culpabilidad", ámbito del cual, obviamente, ha
quedado por fuera la problemática de los sujetos considerados "incapaces de culpabilidad". Sin
embargo, a poco que se observe el tratamiento jurídico diferencial en claro desmedro de los
derechos del inimputable, quien queda prácticamente desprotegido frente a las sanciones que se
le imponen, cuando precisamente por su condición deberían reconocérsele mayores o por lo
menos iguales garantías que al imputable. En este sentido puede decirse inclusive que el
concepto tradicional de imputabilidad ha significado en la práctica un verdadero fraude para el
inimputable, pues su situación dentro del sistema penal resulta agravada, antes que atenuada.

Con razón entonces ha dicho Muñoz Conde, siguiendo a Haffke, que el principio de
culpabilidad sólo ha podido desplegar su eficacia protectora a costa de la desprotección del autor
"incapaz de culpabilidad", quien de esta forma ha quedado a merced del terror, de la
instrumentalización y de la manipulación de las llamadas medidas de seguridad y mejora:
"cuanto más proteja el concepto de culpabilidad, menos protegidos estarán quienes no tienen la
suerte de ser culpables". Dado entonces que, pese al principio de culpabilidad o como
consecuencia del mismo, el inimputable es también controlado por el derecho penal, cabe
preguntarse si realmente es cierto que éste no responde penalmente (Muñoz Conde, 1982).

16
TRATAMIENTO JURÍDICO DE LA INIMPUTABILIDAD PENAL POR TRASTORNOS
MENTAL PERMANENTE DENTRO DEL ARTICULO 29 DEL CÓDIGO PENAL, QUE
DICE QUE EL SUJETO DEBE SOMETERSE A UNA MEDIDA DE SEGURIDAD.

La responsabilidad del inimputable, por el hecho cometido: si se tiene en cuenta no solo

el concepto positivista de la responsabilidad legal, sino inclusive el concepto de responsabilidad

proveniente de la teoría del derecho, la respuesta sobre la responsabilidad penal del inimputable

debe ser distinta a la tradicional. Ciertamente, según Kelsen se es responsable en la medida que

se es susceptible de sanción el caso de realizar un comportamiento contrario a una norma de

conducta (Kelsen, 1983).

Dado que difícilmente puede sostenerse que las medidas de seguridad no son sanciones,

hay que concluir necesariamente que el inimputable, pese a la concepción tradicional, es

jurídico- penalmente responsable, pues su comportamiento contrario a una norma de conducta

(injusto) genera como consecuencia una sanción (medida de seguridad). Si el inimputable es, en

definitiva, penalmente responsable (como inimputable), lo es, repetimos, del hecho cometido,

pues la responsabilidad se refiere exclusivamente a la imputación de una sanción al autor de una

conducta contraria al ordenamiento jurídico; en derecho penal, por tanto, tal conducta no puede

ser otra que la constitutiva de delito.

Luego, afirmar que las medidas de seguridad aplicables al inimputable no se imponen en

razón del hecho realizado sino sólo por la peligrosidad del sujeto, como es comúnmente aceptado

por un importante sector de la doctrina: Significa no sólo confundir entre medidas predelictuales

17
y postdelictuales, sino también entre el presupuesto y la justificación o fundamento de las

mismas.

En efecto, si en referencia a las medidas predilectuales puede decirse que el presupuesto

lo constituye la inclusión del sujeto en uno de los supuestos de "estado peligroso" (mientras que

la "justificación" la ofrece la "peligrosidad social" del sujeto, en el sentido otorgado por Ferri a la

expresión), en relación con las medidas postdelictuales el presupuesto no puede que ser otro que

la comisión de un hecho típico y antijurídico, que es lo que precisamente determina su

pertenencia al ámbito del derecho penal, como es unánimemente admitido (Ferri, 1933).

Cuando la persona se encuentre en la capacidad de mantenerse como una persona de bien

en la sociedad podrá recuperar su libertad, siempre y cuando las circunstancias sociales ameriten

este beneficio. Durante su proceso de reintegración a la sociedad, el individuo debe demostrar

que está en condiciones plenas de no volver a cometer una conducta punible. Sin embargo, las

estadísticas demuestran todo lo contrario.

El código de procedimiento penal (2005) indica, que, dadas las características de

las personas inimputables, especialmente porque en la mayoría de los casos se trata de personas

con problemas mentales, la aplicación de penas debe ser diferente.

A una persona en condiciones normales, al cometer un delito se le aplica lo que se conoce

18
como medida de aseguramiento. Por su parte, a las personas inimputables se aplican medidas de

seguridad.

-Internación en establecimiento psiquiátrico: Se aplica principalmente a los inimputables

con trastornos mentales y dependerá de si el trastorno mental es transitorio o permanente.

Si es permanente, se interna en una entidad especializada para su atención. Dicha pena será de

máximo 20 años y mínimo la que se considere necesaria para su tratamiento. Si es transitoria la

duración máxima de 10 años.

-Internación en casa de estudio o trabajo: Para quienes no necesariamente padecen

trastorno mental, se recurre a internar a la persona en un establecimiento aprobado donde se

pueda suministrar educación, adiestramiento industrial, artesanal o agrícola. Será máxima de 10

años y mínimo de lo necesario para cada caso y sin exceder la pena máxima para el delito que se

trate.

-Libertad vigilada: Puede ser accesoria de la pena de internación, consiste en:

Obligación de residir en un lugar determinado por un tiempo no mayor a 3 años

Prohibición de concurrir en determinados lugares.

Obligación de presentarse periódicamente ante las autoridades encargadas hasta por

3años.

La cuestión de regular un tratamiento penal especial para la persona que se halla afectada

de alguna condición psiquiátrica particular y que incurrió en una conducta delictiva se consagra

actualmente en el artículo 33 del Código Penal colombiano, bajo la institución legal de

19
inimputabilidad. Las figuras legales específicas que pueden originar una calificación de

inimputabilidad son el trastorno mental y la inmadurez psicológica. Éstas, junto con las que se

contemplan en el apartado “Inimputabilidad y medidas de seguridad”, reflejan de cierta manera

el deseo el legislador de establecer una nosología psiquiátrica desde el punto de vista jurídico.

El nuevo Código Penal establece una serie de principios y dispositivos relacionados con

las medidas aplicables a los sujetos inimputables. El artículo 5º define el alcance de las medidas

de seguridad: “Funciones de las medidas de seguridad. En el momento de la ejecución de la

medida de seguridad operan las funciones de protección, curación, tutela y rehabilitación”.

Este artículo supone que el Estado ofrece al inimputable los medios y mecanismos

requeridos para su protección, curación o rehabilitación. El artículo 9º define los presupuestos de

punibilidad: Conducta punible. Para que la conducta sea punible se requiere que sea típica,

antijurídica y culpable. La causalidad por sí sola no basta para la imputación jurídica del

resultado. Para que la conducta del inimputable sea punible se requiere que sea típica,

antijurídica y se constate la inexistencia de causales de responsabilidad (Congreso de Colombia,

2000)

En consecuencia, la conducta del inimputable es punible en cuanto es típica, antijurídica

(carece de justificación legítima) y no se inscribe en ninguna de las causales de

irresponsabilidad. La inimputabilidad por sí misma, o el trastorno mental o inmadurez

psicológica que la origina, no están considerados dentro de los presupuestos de ausencia de

responsabilidad a que se refiere el artículo 32. La punibilidad del inimputable remite a las

20
medidas de seguridad y no a las penas corrientes, por cuanto la inimputabilidad excluye la

culpabilidad. El artículo encierra una contradicción insalvable, pues al tiempo que declara que

para que la conducta sea punible debe ser, además, culpable, decreta que la conducta del

inimputable también es punible, cuando la esencia de la inimputabilidad es la ausencia de

culpabilidad. Respecto a la culpabilidad, prescribe el artículo 12: “Culpabilidad. Sólo se podrá

imponer penas por conductas realizadas con culpabilidad. Queda erradicada toda forma de

responsabilidad objetiva” (Ley N° 599, 2000).

Con respecto a lo anterior, la Corte Constitucional señala, que la medida de seguridad es

la privación o restricción del derecho constitucional fundamental a la libertad, que impone

judicialmente el Estado a la persona que luego de cometer un hecho punible es declarada

inimputable, con base en el dictamen de un perito siquiatra, y por medio de la cual se busca la

curación, tutela y rehabilitación del acusado. Según el artículo 69 del Código Penal son medidas

de seguridad:

1. La internación en establecimiento psiquiátrico o clínica adecuada

2. La internación en casa de estudio o trabajo

3. La libertad vigilada.

La medida de internación en establecimiento psiquiátrico, clínica o institución adecuada

de carácter oficial o privado, se le impone al inimputable con trastorno mental permanente, tiene

un término máximo de duración de 20 años y un mínimo que dependerá del tratamiento que

requiera el paciente. En todo caso, el máximo de duración no podrá exceder el término fijado

21
para la pena privativa de la libertad del respectivo delito. Dicha medida se podrá suspender

cuando la persona pueda ser tratada ambulatoriamente o cuando se encuentre mentalmente

rehabilitada. También es aplicable al inimputable por trastorno mental transitorio con base

patológica, sin embargo, en este caso, el término máximo de duración será de 10 años.

Nuestro ordenamiento jurídico establece dos regímenes diferentes de responsabilidad.

Uno para los imputables, que son las personas que al momento de realizar el hecho punible lo

hacen con culpabilidad, es decir, tienen la capacidad de comprender la ilicitud de su

comportamiento y de orientarlo conforme a esa comprensión. Y otro, para los inimputables, que

son los individuos que al momento de cometer el delito no pueden comprender la ilicitud de su

conducta ni pueden determinarse de acuerdo con esa comprensión, por su inmadurez sicológica o

trastorno mental, o sea, actúan sin culpabilidad.

Esta diversidad de regímenes explica, a su vez, que las penas y medidas de seguridad en

el ordenamiento colombiano tengan tanto similitudes como diferencias. Así pues, se advierte que

las dos tienen fines de protección social, toda vez que buscan evitar que quien cometió un hecho

típico y antijurídico reitere su conducta. De igual manera, implican una restricción de derechos

derivada de la comisión de dicho injusto y, por lo tanto, están sometidas a las garantías

constitucionales propias del derecho penal. En ese sentido, esta Corporación ha señalado que, por

ejemplo, no pueden existir penas y medidas de seguridad imprescriptible.

Sin embargo, una de las diferencias que existe entre dichas figuras es que las penas

tienen, entre otras, una finalidad retributiva, de la cual están desprovistas las medidas de

22
seguridad, pues resultaría contrario a la dignidad humana y a la libertad (CP artículos 1° y 28)

castigar a quien no logra comprender la ilicitud de su comportamiento. Por ello, al referirse a los

fines de las medidas de seguridad, esta Corporación ha señalado que éstas, no tienen como fin la

retribución por el hecho antijurídico, sino la prevención de futuras y eventuales violaciones de

las reglas de grupo. La prevención que aquí se busca es la especial. De acuerdo con este objetivo

se conforma su contenido.

Otra cosa es que, por su carácter fuertemente aflictivo, también tenga efectos

intimidatorios. En razón de lo anterior, al estudiar la constitucionalidad de disposiciones que

fijaban términos mínimos y máximos indeterminados de duración para las medidas de seguridad,

esta Corporación señaló:

El tiempo de internación del inimputable no depende de la duración prevista en el tipo

penal respectivo sino de la duración que tome el tratamiento. Ahora bien, la rehabilitación

siquiátrica no tiene topes mínimos de duración, sino que depende en cada caso del tratamiento

científico pertinente. Es por ello que no se compadece con la preceptiva constitucional,

particularmente con el valor y derecho a la libertad, el internar a un inimputable más tiempo del

estrictamente necesario para lograr su rehabilitación. De allí la inconstitucionalidad de los plazos

mínimos establecidos en los tres artículos estudiados. Adicionalmente, esta Corporación

concluyó:

a) El carácter indeterminado del tiempo máximo de duración de las medidas de seguridad

es inconstitucional porque el artículo 34 de la Carta prohíbe las penas perpetuas.

23
 

b) La fijación de topes mínimos de las medidas de seguridad es inconstitucional porque la

recuperación de la libertad por parte de los inimputables no está condicionada a un cierto término

sino al restablecimiento de la capacidad síquica.

c) La declaratoria judicial de la calidad de inimputable es monopolio del juez, el cual sin

embargo debe orientarse por el dictamen -no vinculante- del médico especialista.

d) Los inimputables tienen derecho, en los términos de los artículos 13 y 47 de la Carta,

así como de los pactos internacionales sobre la materia -ratificados por Colombia-, a un trato

especial y digno de manera inmediata.

e) La suspensión condicional de las medidas de seguridad -sin exceder los topes

máximos-, es constitucional porque a veces la rehabilitación mental no es absoluta y total sino

relativa y gradual.”

En ese sentido, imponer términos mínimos de duración a las medidas de seguridad

implica que estas se transformen en un instrumento retributivo, el cual, como se ha dicho, es

incompatible con la situación propia de los inimputables. Así pues, la medida de seguridad no

podrá durar más tiempo del estrictamente necesario para la curación del inimputable.

Cabe señalar que los inimputables pertenecen al grupo de las personas en condición de

discapacidad física, sensorial y psíquica y, por lo tanto, el trato que la sociedad y el Estado debe

24
dispensarles no es el de “igual consideración y respeto” sino el de “especial consideración,

respeto y atención” (CP art. 47), precisamente por su misma condición y en obedecimiento a los

principios de respeto a la dignidad humana y de solidaridad, sobre los cuales se edifica el Estado

Social de Derecho (CP art. 1).

CUMPLIMIENTO DEL FIN DE LA MEDIDA DE SEGURIDAD APLICADA A LOS


SUJETOS INIMPUTABLES POR TRASTORNO MENTAL EN LA CIUDAD DE
MONTERÍA, DEPARTAMENTO DE CÓRDOBA SIGUIENDO EL CASO DE DEIBY
JOSÉ BANQUETH JULIO, AUTOR DEL ASESINATO DEL PRESBÍTERO LUIS
ALFONSO LEÓN EN EL AÑO 2015.

El caso de DEIVIS JOSE BANQUEZ JULIO, autor del crimen cometido al presbítero

identificado como LUIS ALFONSO LEON PEREIRA, cuyos hechos tuvieron lugar en la ciudad

de Montería, departamento de Córdoba en el año 2015, jurídicamente fue concluido cuando

Banquez Julio fue condenado; sin embargo, su responsabilidad penal en este caso tuvo vicios en

cuanto al ser declarado Banquez como persona inimputable por trastorno mental permanente, y

el sistema penitenciario al no disponer de centros especializados de salud para cumplir estas

sanción punitiva en el departamento de Córdoba, puesto que se encuentra recluido en el

Departamento del Atlántico cumpliendo con la medida de seguridad impuesta.

Aunque lógicamente pareciera responsabilidad del Instituto Penitenciario Colombiano

(INPEC) dar cumplimiento al fallo judicial emitido por el Juzgado Primero Penal de Montería,

la realidad es que esta recae sobre el Sistema de Salud Nacional, delegando así la responsabilidad

25
a la EPS a la que se encuentre afiliado el Sujeto condenado, siendo estas entonces, quienes

suministran al inimputable tanto el lugar donde deberá ser internado como el tratamiento clínico

que amerita.

En el caso de Banquez, se pudo ver que, desde su condena hasta el momento del fallo de

la sentencia, este señor estaba recluido en Establecimiento Penitenciario de Mediana Seguridad

Y Carcelario de Montería “Cárcel las Mercedes”, muy a pesar que desde el momento de la

ocurrencia de los hechos, así como las etapas previas del proceso, se pudo corroborar que este

Banquez era un sujeto inimputable a simple vista, lo cual fue corroborado por el informe pericial

Psiquiátrico Forense, informes de policía judicial e incluso historia clínica del señor Banquez, y

que ameritaba ser internado en establecimiento psiquiátrico, clínica o institución adecuada de

carácter oficial o privado en lugar de ser recluido en la Cárcel las Mercedes.

Según respuesta dada a Derecho de Petición interpuesto a raíz de esta investigación, se

pudo conocer que Banquez Julio fue trasladado por el INPEC a la ciudad de Barranquilla a un

centro de atención psiquiátrico del Sistema de Seguridad Social en Salud, liderado por la EPS del

señor, otorgándole así el tratamiento clínico de acuerdo a la Ley 599 del 2000, en la cual están

implícitos los siguientes principios:

El primero de dichos principios está consagrado en el artículo 5, donde se establece que

las funciones de las medidas de seguridad son la protección, curación, tutela y rehabilitación del

inimputable. Por lo anterior, queda claro que se excluye de las funciones de la medida de

seguridad la retribución por el acto cometido, lo cual se materializa en los artículos 70, 71, 72,

74, 75, 76 y 77, ya que en todos estos casos es claro que cuando la persona se encuentre

26
rehabilitada, sin importar el tiempo, cesará la medida, e inclusive, si el trastorno mental es

transitorio, no habrá lugar a medida de seguridad alguna; de igual manera cuando el trastorno

mental transitorio es con base patológica pero la misma ya ha desaparecido al momento de dictar

sentencia según Sentencia C-107 de 2018 (Corte Constitucional , 2018)

Lo curioso de la respuesta a la petición fue saber que en el departamento de Córdoba a


pesar de contar múltiples establecimientos Psiquiátricos o clínicas adecuadas para dar
cumplimiento a la medida de seguridad, se ve en la necesidad de trasladar a los inimputables a
otros departamentos puesto que no existe convenio alguno con ninguna entidad en el
departamento, lo que en este caso genera descontento para los familiares del inimputable, puesto
que visitarlo y saber de su estado es complicado, por no decir que toda un osadía. 

Otra de las más claras materializaciones de estas funciones, es el hecho de que todos los
artículos que imponen límites máximos a las medidas de seguridad, establecen también que el
mínimo dependerá de las necesidades de asistencia o tratamiento de cada caso.
 
De esta manera, el ordenamiento jurídico renuncia a retribuir al inimputable por la
conducta cometida y se compromete con su curación y rehabilitación, por lo que en ningún caso
se podrá internar a un inimputable por más tiempo del necesario para lograr su recuperación. (…)
 
El segundo de los principios, está consagrado en el mismo Código Penal, en su artículo
12, y establece que:

“Solo se podrá imponer penas por conductas realizadas con culpabilidad. Queda
erradicada toda forma de responsabilidad objetiva, por lo que es evidente que la
responsabilidad de los inimputables no podrá ser objetiva”. (Ley 599, 2000, art. 12)
 
Así, en lo atinente a las funciones de la medida de seguridad, encontramos un problema, y
es que toda vez que el mismo tiene como finalidad establecer un límite mínimo para las medidas

27
de seguridad, sin tener como criterio la valoración de la situación del inimputable sino
limitándose al tiempo de internación o de cumplimiento de la medida de seguridad.
 
Lo antes expuesto vulnera claramente las funciones de la medida de seguridad, ya que la
rehabilitación y curación del inimputable pasan totalmente a segundo plano y parece asignársele
una nueva función: la función retributiva. Así, el inimputable deberá asumir la medida de
seguridad, aun cuando ya no la necesite, atendiendo a la gravedad de la conducta cometida, lo
que no encuentra fundamento en las funciones de la medida de seguridad según Sentencia C-107
de 2018 (Corte Constitucional , 2018)
 
En este orden de ideas, el único criterio válido para delimitar el mínimo de las medidas de

seguridad es la recuperación del inimputable, pero bajo ningún supuesto será un criterio

temporal, ya que el mismo es incompatible con las funciones que se desprenden de estas

medidas.

Ahora bien una vez el condenado cumpla con el término establecido en el fallo judicial,

este debe ser puesto en libertad, inclusive si aún no se ha rehabilitado a nivel psíquico, caso en el

cual el Estado debe garantizarle el tratamiento especial que requiera a través del Sistema de

Salud en calidad de disminuido psíquico puesto dejaría al cumplir la sanción punitiva su calidad

de Inimputable, siempre y cuando asegurándose que esté bajo la custodia de un representante

legal según lo dispuesto en la sentencia C 176 de 1996 (Corte Constitucional , 1993).

Es importante agregar que a pesar que en la sentencia antes mencionada la Corte

Constitucional indicó claramente que si una vez culminada la medida de seguridad el

inimputable no se hubiere rehabilitado a nivel psíquico, sería objeto tratamiento especial por

parte del Estado, ya no como inimputable sino como disminuido psíquico, asegurando la

28
presencia de un representante legal; El desenlace de estos casos es muy diferente: los sujetos que

a partir del cumplimiento de su condena dejan de ser inimputables bajo la vigilancia del estado,

pasan a ser pacientes de un sistema de salud que los abandona a su suerte, con la orden de seguir

tomando medicamentos, los cuales en muchos casos no son otorgados a tiempo, o simplemente

no son entregados.

29
5. METODOLOGIA

5.1. TIPO DE INVESTIGACIÓN.

La investigación que se propone en esta Monografía es Jurídica básica, porque si bien tiene como
objeto el estudio del Derecho, la creación de nuevo conocimiento; para el profesor Lara Sánchez
(1991) será básica o pura cuando se otorga primacía al tratamiento de la información de los
conceptos de carácter jurídico (normas jurídicas, jurisprudencia y doctrina), por lo general se
utiliza una orientación metodológica de orden teórico y el método sería teórico-deductivo

5.2. TIPO DE ESTUDIO.

Es un estudio de tipo jurídico - descriptivo, ya que se desea aplicar el método analítico a un tema
jurídico, es decir, consiste en descomponerlo en tantas partes como sea posible (Dávila, s.f.).
Esto implica que el tema debe ser, salvo que se persiga otro fin, muy bien delimitado, también es
propositivo puesto que se busca plantear las fallas de los sistemas o normas sobre las medidas de
seguridad aplicadas a los sujetos inimputables por trastorno mental permanente y la
responsabilidad que tienen el Estado en cuanto a la seguridad y tratamiento clínico que se les
debe otorgar.

5.3. METODO DE INVESTIGACIÓN.

El método de investigación, es el Deductivo, porque se pone a consideración un problema

solucionado jurídicamente, pero que deja un gran vacío ante la seguridad y el tratamiento médico

que debe dársele a los sujetos inimputables por trastorno mental permanente en el cumplimiento

de su medida de seguridad. Es por ello, que al deducir sobre los vicios que tienen las

Instituciones Nacionales en el cumplimiento de pena y tratamiento de los inimputables, se llega a

conclusiones que se conviertan en juicios que sirvan para hacer un llamado sobre dicha

30
problemática, que hoy por hoy tiene a muchos inimputables por trastorno mental permanente

cumpliendo sus penas lejos de su residencia, y de su familia porque los centros psiquiátricos

existententes en Colombia son pocos. Para el caso que se describe, en el departamento de

Córdoba no hay convenios con centros clínicos especializados.

5.4. FUENTES.

Las fuentes primarias de esta investigación están dadas en el caso del asesinato del

presbítero León Valencia en la ciudad de Montería, en el año 2015, a manos de Deivis Jose

Banquez Julio, declarado como inimputable por trastorno mental permanente.

Las evidencias de estas fuentes son la sentencia condenatoria emitida por el Juzgado

Primero Penal del Circuito de Montería, Córdoba, y las respuestas a los requerimientos

presentados a Instituciones Departamentales de orden Nacional, encargadas del mencionado

proceso sobre documentación de información respecto al caso. Como fuentes secundarias, se

emiten publicaciones de artículos, libros, etc.

5.5. TÉCNICAS E INSTRUMENTOS DE INVESTIGACIÓN.

Se utilizó como técnica de recolección de información, la revisión de la Normatividad

jurídica colombiana con respecto a las sentencias hechas a inimputables por trastorno mental

permanente, ubicándonos en el caso concreto de Deivis Jose Banquez Julio, quien asesinó al

presbítero León Valencia en el año 2015, en la ciudad de Montería.

31
Estas técnicas también incluyen la sentencia emitida por el Juzgado Primero Penal del

Circuito de Montería, córdoba, y las respuestas a las tutelas presentadas por la responsable de

este trabajo investigativo, que sirvieron para conocer más a fondo dicho caso y aclarar dudas

sobre la situación actual del condenado.

32
6. CONCLUSION

El inimputable en Colombia queda bajo el amparo de un sistema de salud que no le ofrece

ningún tipo de control ni seguimiento al respecto, en la mayoría de los casos no cuentan con

apoyo familiar que se haga cargo de su cuidado, dificultando de esta forma la misma

Constitución Política, que en el artículo 47 establece lo siguiente:

“El Estado adelantará una política de previsión, rehabilitación e integración social para

los disminuidos físicos, sensoriales y psíquicos, a quienes se prestará la atención especializada

que requieran” (Asamblea Nacional Constituyente, 1991).

Si bien la ejecución de las medidas de seguridad está sujeta a la coordinación del juez de

ejecución de penas y el tratamiento de los inimputables por trastorno mental está a cargo del

sistema general de seguridad social en salud, aunque el Código de Procedimiento Penal también

prevé que si el inimputable queda a disposición de los parientes, estos se deben comprometer a

ejercer la vigilancia correspondiente. En todo caso, la autoridad o el familiar al que se haya

encomendado el inimputable debe rendir trimestralmente informes al juez de ejecución de penas

y medidas de seguridad o cuando este los requiera, quien, de conformidad con el artículo 468 del

Código de Procedimiento Penal, tiene la facultad de ordenar la suspensión, sustitución o cesación

de las medidas de seguridad, de oficio o a solicitud de parte, previo concepto de perito oficial.

El Código de Procedimiento Penal genera lo que a nuestro parecer una violación al

derecho fundamental de la igualdad, puesto no consagra un tratamiento jurídico penal

diferenciado para los disminuidos psíquicos simplemente porque no tienen la capacidad de

33
comprender o disponer voluntariamente sobre sus derechos en el proceso penal, como se puede

observar en las figuras procesales como la formulación de imputación, la aceptación de cargos o

la celebración de preacuerdos y negociaciones, las cuales requieren que el sujeto sea plenamente

consciente de sus derechos para poder disponer de ellos.

REFERENCIAS

34
Arguedas, F. H. (2015). La imputabilidad e inimputabilidad desde el punto de vista medico
legal . Revista de Medicina Legal , 32(2). Obtenido de
https://www.scielo.sa.cr/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1409-00152015000200010

Asamblea Nacional Constituyente. (1991). Constitución Política. Bogotá D.C., Colombia.


Recuperado el 10 de 01 de 2016, de
http://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=4125

Betancur, N. A. (1978). El transtorno mental como causal de inimputabilidad en el nuevo codigo


penal . Nuevo Foro Penal , 1(6), 55 - 91. Obtenido de
https://publicaciones.eafit.edu.co/index.php/nuevo-foro-penal/article/view/3754

Conde, F. M. (1982). Culpabilidad y prevención general, en AAVV: Derecho penal y de


Ciencias Sociales. Bel/aterra Universidad Autónoma de Barcelona, 165.

Congreso de Colombia. (2000). Ley 599. Obtenido de


https://www.unodc.org/res/cld/legislation/can/codigo-penal_html/Codigo_Penal.pdf

Congreso de la República de Colombia. (01 de 09 de 2004). Ley 906. Obtenido de Código de


Procedimiento Penal : https://www.defensoria.gov.co/public/Normograma
%202013_html/Normas/Ley_906_2004.pdf

Corte Constitucional . (06 de 11 de 1993). Sentencia C - 176. Obtenido de


https://www.corteconstitucional.gov.co/RELATORIA/1993/C-176-93.htm#:~:text=C
%2D176%2D93%20Corte%20Constitucional%20de%20Colombia&text=El%20libre
%20desarrollo%20de%20la,dem%C3%A1s%20y%20el%20orden%20jur%C3%ADdico.
Corte Constitucional . (31 de 10 de 2018). Sentencia C - 107. Obtenido de
https://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2018/C-107-18.htm

El Tiempo . (15 de 07 de 2015). Así fue el brutal asesinato del cura Luis Alfonso León en
Montería . Obtenido de https://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-16102480

35
Ferri, E. (1933). Principios de Derecho Criminal. Delincuente y delito en la Ciencia, en la
legislación y en la jurisprudencia. . Revista de Ciencias Jurídicas y Sociales , 16(65), 682
- 682. Obtenido de https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4580394

INPEC. (2020). 2020EE0095660.

Kelsen, H. (1983). Teoría General de Derecho y del Estado. Mexico: UNAM.

Sentencia , SPOA 23-001-60-01018-2015-04579 (Juzgado Primero Penal del Circuito de


Montería 26 de 02 de 2016).

Sotomayor, J. O. (1993). Consideraciones sobre el principio de culpabilidad y la responsabilidad


penal del inimputable. Revista de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas(93), 107 -
121. Obtenido de https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5568230

Trespalacios, G., & Guerrero Gonzalez. (1982). Concepto general de inimputabilidad por
trastorno mental, según el criterio psiquiátrico (Vol. 2). Bogotá: Señal Editora.

Trespalacios, J. G. (2005). La inimputabilidad: concepto y alcance en el Codigo Penal


colombiano. Revista colombiana de Psiquiatria, XXXIV(1). Obtenido de
http://webcache.googleusercontent.com/search?
q=cache:ZKl3JvUtwfkJ:www.scielo.org.co/pdf/rcp/v34s1/
v34s1a05.pdf+&cd=2&hl=es&ct=clnk&gl=co

36

También podría gustarte