Trabajo Final Psicologia Forense
Trabajo Final Psicologia Forense
Trabajo Final Psicologia Forense
INTEGRANTES:
MANUEL RAMOA ZELAYA
ADA SILVA CABALLERO
MARIA DEL ROSARIO PEZOA
NORA RAQUEL CRISTALDO
CARLOS SCAVENIUS
MARIELA MARTINEZ
JORGE CHAVEZ
2018
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ÍNDICE
Contenido
ÍNDICE...................................................................................................................... 2
INTRODUCCIÓN......................................................................................................4
MARCO TEORICO....................................................................................................5
1. CONCEPTOS BASICOS....................................................................................5
1.1. Psicopatología................................................................................................5
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4.5. Trastornos del estado de ánimo...................................................................16
4.6. Neurosis.......................................................................................................18
CONCLUSIÓN........................................................................................................ 23
BIBLIOGRAFÍA.......................................................................................................24
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INTRODUCCIÓN
El presente trabajo tiene como tema principal “Psicopatología forense.
Trastornos mentales implicados en el derecho penal”.
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MARCO TEORICO
1. CONCEPTOS BASICOS
1.1. Psicopatología
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psicológica y biológica), se centra en estudiar los procesos que pueden inducir estados
«no sanos» en el proceso mental (De La Serna, 2018).
1.3. Criminología
1.4. Imputabilidad
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La imputabilidad es la capacidad para comprender la criminalidad de
determinado acto y dirigir las propias acciones, o sea, la imputabilidad es una condición
jurídica que posee todo aquel que tenga:
Muchas han sido las definiciones que los penalistas han desarrollado del
concepto de inimputabilidad. Básicamente, Castro A. (2015) lo define:
“es una falta de capacidad de una persona para ser culpable por una conducta
que ha realizado y está penada en el Código Penal , teniendo en cuenta que no tiene
conocimiento de la ilicitud del hecho realizado además de sufrir una alteración de la
voluntad, pero entendiendo que la persona , en el momento de ejecutar el hecho o
conducta , está en tal estado que no puede comprender esa conducta como ilícita ni
puede comportarse de forma distinta a como lo ha hecho por estar privado de la facultad
de poder conocer o comprender de otra forma. Esta persona debe estar en posesión de
condiciones intelectuales y de la voluntad que no le permitan conocer que su conducta es
ilícita y que no pueda actuar de otra manera.
En resumen, para que una persona pueda ser imputable o no tienen que
conocerse las características del sujeto que realiza esa conducta y su situación concreta
en el momento concreto del acto delictivo teniendo en cuenta que es necesario padecer
algún trastorno mental , que puede ser transitorio o temporal , o no , y además que en el
momento de realización de la conducta no tenga entendimiento para detectar esa ilicitud
así como que esa persona no pueda realizar una conducta distinta en función de su
comprensión. Por estar afecto a una enfermedad mental esa persona no deja de ser
imputable porque para ser inimputable habrá que estar a que el sujeto no pueda
comprender que el hecho o conducta realizada no es lícita o no pueda comportarse según
esa ilicitud.
Existen unos motivos por los que se impide a una persona ser imputada por una
conducta que sea antijurídica y esos motivos son las causas de inimputabilidad por las
que queda eximido de responsabilidad criminal por no tener la aptitud o facultad
intelectual y de la voluntad para comprender el hecho o la conducta que ha realizado.
Las causas de inimputabilidad, según Frías Caballero, pueden ser las siguientes:
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3. Alteración morbosa del psiquismo (psicosis, demencias)
4. Alteraciones del psiquismo no necesariamente morbosas
5. (trastornos de personalidad). Este último ítem es discutible. En nuestra opinión, solo
son inimputables los trastornos de personalidad en determinadas circunstancias
sobreagregadas a dicho trastorno, por ejemplo: intoxicación o episodio psicótico, entre
otras. En el Código Penal en su artículo 23 se exponen las causas que eximen de la
responsabilidad criminal rezando lo siguiente:
2º Cuando por las razones señaladas en el inciso anterior el autor haya obrado
con una considerable disminución de su capacidad de conocer la antijuridicidad del hecho
o de determinarse conforme a este conocimiento, la pena será atenuada con arreglo al
artículo 67”. (Ley Nº. 1.160/97 Código Penal Paraguay)
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Una de las clasificaciones que goza de mayor reconocimiento internacional y
sirve de referencia a los psicólogos y psiquiatras en todo el mundo es el DSM-V (Manual
diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales), clasificación que servirá de
referencia en la exposición que se realiza en esta investigación.
Los delitos que con mayor frecuencia comenten los sujetos que padecen un
retraso mental son: “contra la libertad e indemnidad sexuales, como delitos de
exhibicionismo o abusos sexuales de poca gravedad, tratándose normalmente de actos
impulsivos que difícilmente pueden controlar (Pedreira Massa et al. 1994); delitos contra
el patrimonio, como hurtos o robos que tienden a ser burdos y sin premeditación,
obteniéndose objetos de escaso valor económico (Rodes y Martí Lloret, 1997);
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provocación de incendios (Pedreira Massa et al. 1994); delitos de lesiones y contra la vida
caracterizados por la impulsividad con la que se realizan, fruto de la irreflexión y la
ausencia de planificación previa (Rodes y Martí Lloret, 1997)” (Burón J, 2009, p.181).
Del análisis de algunas de las sentencias en las que se aplica esta eximente por
retraso mental se puede concluir que, si el retraso mental es profundo, normalmente se
aplica la eximente por considerar que el sujeto es inimputable, si es de mediana
intensidad, y si es mínima, será de aplicación la atenuante analógica
Sin embargo, hay ocasiones en las que no ocurre así y puede derivar en la
aparición de un Trastorno de la Personalidad (García Andrade, 1994).
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Siguiendo los criterios diagnósticos del DSM-IV se establece que para
considerar la existencia de un Trastorno de Personalidad deben aparecer los siguientes
requisitos:
– Alteraciones afectivas.
– Actividad interpersonal.
– Control de impulsos.
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resultar afectadas, así como en cuanto a la diferente intensidad con la que esto puede
ocurrir. Por ello resulta difícil establecer reglas generales en relación con las
repercusiones que estos trastornos tienen en la imputabilidad del sujeto que los padece.
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4.3.1.Conductas delictivas e Imputabilidad en el Delirium
Los delitos más frecuentemente asociados al Delirium son los delitos contra las
personas, y en concreto las lesiones tanto al personal sanitario que les cuida, como a
familiares y agentes de la autoridad.
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facultades psíquicas del individuo, es decir, hasta qué punto tiene disminuido su juicio
crítico y la capacidad de dirigir voluntariamente su comportamiento, y aplicar la atenuación
que se considere más adecuada.
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A efectos penales, el sujeto que padece una esquizofrenia no va a ser
considerado automáticamente como inimputable, puesto que aún hay que demostrar que
en relación con el hecho delictivo concreto existió una anulación de las facultades
intelectivas y volitivas, y esto no ocurre siempre (hay que recordar la necesidad de que
concurran los dos elementos, el biológico y el psicológico, para poder aplicar la eximente).
Es decir, no todo esquizofrénico va a ser considerado inimputable, aunque siempre va a
considerarse que sus facultades psíquicas estaban disminuidas.
Este tipo de enfermos a pesar de que tengan una idea delirante, tienen
conservadas la inteligencia, memoria, consciencia y la capacidad de enjuiciar los
comportamientos (Rodes y Martí Lloret, 1997).
Los delitos perpetrados por los paranoicos suele estar en relación directa con la
temática delirante. Sin embargo, todos se caracterizan por la preparación y minuciosidad
con que han sido cometidos. Realizan la conducta delictiva porque, según su visión
delirante, consideran que no les queda otra alternativa. No se arrepienten del delito
cometido sino que lo confiesan sin reparo y lo justifican ante las autoridades.
Algunos ejemplos de delitos más típicos según la tipología clínica del Trastorno
Delirante son:
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4.5. Trastornos del estado de ánimo
A- Episodios Afectivos:
– Episodio maníaco.
– Episodio mixto.
– Episodio hipomaníaco.
– Otros Trastornos del Estado de Ánimo: Trastorno del Estado de Ánimo debido
a enfermedad médica. Trastorno del Estado de Ánimo inducido por sustancias. Trastorno
del Estado de Ánimo no especificado.
Los distintos delitos cometidos durante una fase maníaca suelen ser diferentes
de los que se realizan en una fase depresiva, sencillamente porque el sujeto se encuentra
en circunstancias cognitivas, afectivas, psicomotoras muy distintas (incluso opuestas).
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Una vez constatada la presencia de un trastorno depresivo (elemento
biológico), hay que determinar la intensidad con la que están afectadas las facultades
intelectivas y volitivas del sujeto (elemento psicológico), para determinar si su
imputabilidad estaba afectada en el momento de cometer el delito o no y, en su caso, con
qué intensidad estaba afectada.
Normalmente el juicio crítico del sujeto así como su voluntad suelen estar
alterados de manera notable durante la fase depresiva, planteándose más problemas en
aquellos supuestos en los cuales el sujeto delinque durante un periodo intercrítico
(Fernández Entralgo, 1994).
Como regla general, la imputabilidad de los sujetos que delinquen durante una
fase maníaca está anulada o disminuida, puesto que tiene el juicio crítico severamente
alterado (capacidad intelectiva) y le será muy difícil poder controlar y dirigir
voluntariamente su conducta debido a la enorme excitabilidad bajo la que actúa
(capacidad volitiva).
Igual que ocurría con la fase depresiva, los mayores problemas se plantean en
las fases intercríticas, puesto que resulta más difícil determinar si la imputabilidad sigue
alterada, aunque sea levemente, o si por el contrario, las facultades psíquicas no sufren
ningún tipo de alteración. Algunos autores consideran que incluso en estas fases existe
siempre una disminución de la imputabilidad.
4.6. Neurosis
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Las Neurosis son consideradas como una serie de trastornos cuya
característica principal es la presencia de conflictos psíquicos que inhiben y modifican la
conducta social del individuo. El núcleo central de estas patologías es la angustia. El
sujeto siente grandes cargas de angustia y en ocasiones tratará de luchar contra ella. Las
reacciones neuróticas pueden ir dirigidas en dos planos: el psíquico (sentimiento de
tensión constante, de malestar, de inseguridad, etc.) y el somático (palpitaciones,
temblores, dolores, etc.).
Los delitos cometidos por neuróticos, aunque escasos, pueden ser muy
variables dependiendo del trastorno en particular de que se trate.
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4.7. Trastornos del control de los impulsos
El DSM-IV establece una categoría residual para todos estos trastornos que no
pueden ser incluidos en ninguna otra clase. Dentro de esa clasificación, el DSM-IV incluye
los siguientes trastornos:
– Cleptomanía.
– Piromanía
– Juego patológico.
– Tricotilomanía
Todos estos trastornos tienen una gran relevancia a nivel penal por dos
motivos: por una parte, porque es frecuente la comisión de delitos por parte de sujetos
con esta serie de trastornos, y por la otra, por el interesante estudio que deriva de la
valoración de la imputabilidad de estos individuos, ya que su área volitiva suele estar
especialmente mermada.
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ocasiones, a pesar de la gratificación que les reporta la realización del hecho, siente culpa
y remordimientos. Es la capacidad volitiva la que suele resultar alterada: el sujeto siente
un impulso difícilmente controlable, tiene dificultades para dirigir voluntariamente su
acción.
Soria (2006) indica que las psicopatologías más frecuentes que se detectan
mediante los peritajes psicológicos en victimas de hechos delictivos son:
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Para determinarlo en forma fehaciente e indubitable conviene tener presente los
antecedentes tanto escolares, laborales, familiares e informes anteriores al hecho
delictivo, así también tomar en cuenta todo examen, pericia o estudio psicológico-
psiquiátrico anterior al suceso traumático, que permitirá al perito o examinador componer
y comprender el actual nivel psicológico y así poder establecer su grado de deterioro a
partir del hecho traumático.
Del Popolo (como se citó en Marianetti, 2005) indica que los síntomas del daño
psicológico pueden ser: sensación de riesgo, sentimientos de enojo, pesadillas,
retraimiento, miedo, remordimiento, problemas con figuras de autoridad, problemas
sexuales, uso de alcohol y drogas, pensamientos suicidas, ansiedad, dificultad en el
sueño, adormecimiento emocional, depresión, alienación, sentimientos de culpa y
aflicción.
Ávila (como se citó en Soria, 2006) indica que para la evaluación de sindicados
de cometer actos criminales, la función del psicólogo se centra en:
Otin (2010) indica que las enfermedades mentales son objeto de estudio de la
psicopatología y las define como aquellas disfunciones biológicas, psicológicas y del
comportamiento de las personas con manifestaciones conductuales, emocionales y
cognitivas, así también indica que las patologías psicológicas con mayor incidencia en
victimarios y en la actividad delictiva son:
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e- Trastorno de la personalidad: arrebatos desadaptativos y rígidos de los
rasgos particulares, que tienen su reflejo en la cognición, emoción, motivación, relaciones
y conductas de los individuos que los padecen.
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CONCLUSIÓN
Al término del trabajo, se desea acotar los siguientes puntos como conclusión:
Así también se indica que las patologías psicológicas con mayor incidencia en
victimarios y en la actividad delictiva son: esquizofrenia, retraso mental leve, psicosis
delirantes, trastornos disociativos, trastorno de la personalidad y la psicopatía.
Finalmente, es importante tener en cuenta, para que una persona pueda ser
imputable o no tienen que conocerse las características del sujeto que realiza esa
conducta y su situación concreta en el momento concreto del acto delictivo teniendo en
cuenta que es necesario padecer algún trastorno mental (art. 23 Código Penal), que
puede ser transitorio o temporal, o no, y además que en el momento de realización de la
conducta no tenga entendimiento para detectar esa ilicitud así como que esa persona
no pueda realizar una conducta distinta en función de su comprensión. Por estar afecto
a una enfermedad mental esa persona no deja de ser imputable porque para ser
inimputable habrá que estar a que el sujeto no pueda comprender que el hecho o
conducta realizada no es lícita o no pueda comportarse según esa ilicitud
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BIBLIOGRAFÍA
AMERICAN PSYCHIATRIC ASSOCIATION (1995). DSM-IV. Manual
diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Barcelona: Masson.
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GISBERT, J.A. y Sánchez Blanque, A. (1998). “Trastornos mentales orgánicos”.
En Gisbert Calabuig, J.A., Medicina legal y toxicología (pp. 991-1008). Barcelona:
Masson.
TURÓN Gil, V.J. (1998). “Trastorno del control de impulsos: trastorno explosivo
intermitente, cleptomanía, tricotilomanía”. En Vallejo Ruiloba, J., Introducción a la
psicopatología y la psiquiatría (pp. 701-709). Barcelona: Masson.
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