Ectima Contagioso, Antrax, Etc
Ectima Contagioso, Antrax, Etc
Ectima Contagioso, Antrax, Etc
ECTIMA CONTAGIOSO
El ectima contagioso (EC) es una enfermedad cutánea viral, zoonótica y altamente contagiosa
que afecta a las ovejas, las cabras y algunos otros rumiantes domésticos y silvestres. Las
lesiones cutáneas son dolorosas y suelen producirse en la boca y el hocico, donde pueden
causar anorexia e inanición. Las lesiones en las ubres pueden causar el abandono de las crías
y las lesiones en las patas pueden causar cojera transitoria. Pueden producirse infecciones
bacterianas secundarias y, en casos poco frecuentes, las lesiones se pueden extender a los
órganos internos. Se han descrito infecciones graves generalizadas en cabras Boer y en cruzas
con Boer. Aunque el ectima contagioso suele resolverse de manera espontánea y el índice de
mortalidad suele ser bajo, se han informado índices de mortalidad de hasta un 10 %. La
mayoría de las infecciones en los seres humanos son localizadas y se curan espontáneamente;
no obstante, se pueden producir lesiones grandes con cicatrización deficiente en pacientes
inmunosuprimidos.
Infección dermohipodérmica por Streptococcus pyogenes o Staphylococcus aureus, que afecta
principalmente las piernas y se caracteriza porpústulas que pronto generan úlceras en sacaboc
ados de evolución tórpida; es más frecuente en individuos desnutridos o alcohólicos crónicos.
Etiología
El ectima contagioso se debe a la infección por el virus orf, un miembro del género
Parapoxvirus en la familia Poxviridae.
Distribución geográfica
Se he encontrado ectima contagioso a nivel mundial en todos los países criadores de ovejas.
En EE.UU. la enfermedad se observa con mayor frecuencia en los estados del oeste.
Transmisión
El virus orf se encuentra en lesiones cutáneas y costras, y se piensa que ingresa en la piel a
través de cortes y abrasiones. El virus puede ser transportado por ovejas clínicamente
normales y por animales enfermos. Se puede transmitir por contacto directo o en fomites. El
virus orf permanece viable en la lana y se oculta durante aproximadamente un mes después
que las lesiones se han curado. Este virus es altamente resistente en el medio ambiente y se
ha descubierto en costras secas después de 12 años.
Las vacunas del ectima contagioso contienen el virus vivo y pueden infectar a los seres
humanos. Los animales vacunados recientemente también pueden transmitir la infección a las
personas.
Desinfección
Los mejores desinfectantes para los poxvirus son los detergentes, el hipoclorito, los álcalis,
Virkon® y el glutaraldehído.
Pruebas de diagnóstico
El ectima contagioso se puede confirmar mediante microscopía electrónica de la costra, de una
pequeña biopsia o de líquido de la lesión; no obstante, esta técnica no distingue el virus orf de
otros parapoxvirus. Los ensayos de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) pueden brindar
un diagnóstico definitivo.
La histopatología también puede resultar útil. Se puede intentar el aislamiento del virus pero el
virus orf crece lentamente y no siempre puede ser aislado. Se han informado procedimientos
de inoculación en corderos. La serología y la detección de antígenos virales se pueden utilizar
en la investigación, pero no de manera habitual para el diagnóstico.
Tratamiento
En personas inmunocompetentes el ectima contagioso suele ser autolimitado. El tratamiento es
paliativo y generalmente consiste en apósitos húmedos, antisépticos locales, inmovilización de
los dedos y/o antibióticos para tratar las infecciones bacterianas secundarias. Las lesiones
grandes se pueden extirpar mediante cirugía, y se pueden utilizar el curetaje y la
electrodisecación para las lesiones persistentes. Se ha informado que la crioterapia acelera la
recuperación.
Prevención
No se debe permitir que la piel con cortes o erosiones entre en contacto con animales
infectados, costras, lana o cuero. Cuando se trabaja con animales asintomáticos, como las
ovejas, cabras u otros rumiantes susceptibles incluidos los ciervos, se debe considerar la
utilización de guantes no porosos (de goma o látex). Esta precaución puede resultar
especialmente aconsejable cuando se toca la boca de un animal. Las vacunas contra el ectima
contagioso son patógenas para los seres humanos y se deben utilizar guantes al vacunar a los
animales. Se deben lavar las áreas de piel que quedaron expuestas con agua y jabón. Algunas
fuentes sugieren una desinfección adicional con alcohol isopropílico al 70 % después del
lavado. Las personas inmunodesuprimidas deben evitar el contacto con los animales
infectados.
Morbilidad y mortalidad
El ectima contagioso es más común entre personas que están en contacto directo con cabras y
ovejas, tales como los pastores, los esquiladores de ovejas, los veterinarios, los carniceros y
los trabajadores en plantas de faena, especialmente los que manipulan cueros y lana. La
mayoría de las personas infectadas presentan una sola lesión, pero también se han informado
infecciones generalizadas. Las lesiones oculares son poco frecuentes. En la mayoría de los
casos se produce una recuperación espontánea en un plazo de 3 a 6 semanas. En personas
inmunosuprimidas se pueden presentar lesiones grandes resistentes al tratamiento. Se han
observado casos de reinfección que generalmente causan lesiones más pequeñas. No se han
informado muertes.
ANTRAX
Factores predisponentes
Locales
Microbiología
La celulitis resulta de la invasión bacteriana directa a través de la barrera cutánea alterada,
con compromiso variable de tejido blando. Excepcionalmente la causa es una bacteriemia
desde otro sitio de infección, sobre todo en inmunosuprimidos.
A pesar de la gran heterogeneidad en los estudios que intentan definir la microbiología,
se asume que, en una celulitis de EEII típica, Staphylococcus aureus causa
aproximadamente el 10% de los casos y varias cepas de Streptococcus (principalmente
Streptococcus betahemolítico grupo G, seguido del grupo A) causan entre el 75 y el 80%.
Estos producen varias toxinas tales como estreptocinasa y ADNsa B,lo que puede generar
una marcada reacción inflamatoria. Pocos casos serían causados por infección simultánea de
los anteriores, por gramnegativos o por Enterococcus.
En erisipela, los hemocultivos fueron positivos para Streptococcus del grupo G como el
germen más frecuente- mente aislado, seguido de SGA.
Se deben sospechar agentes causales inusuales en los siguientes escenarios:
Diabéticos con úlceras crónicas: sospechar anaerobios y gramnegativos.
Crépitos o secreción grisácea de mal olor: sospechar anaerobios (Clostridium
perfringens, Bacteroides fragilis, Peptostreptococcus spp. y Prevotella spp.). Estos
casos requieren desbridamiento quirúrgico y antibióticos.
Tras la disección de ganglios linfáticos pélvicos: sospechar
Streptococcus agalactiae.
Inmunocomprometidos, enfermedades reumatológicas, dan˜o hepático crónico,
síndrome nefrótico: sospechar gramnegativos, Streptococcus pneumoniae y Criptoco
cus neoformans (con casos anecdóticos).
Exposiciones especiales: en mordeduras de perros y gatos sospechar Capnocytophaga
canimorsus y Pasteurella multocida (celulitis rápidamente progresiva, en general con
linfangitis); en mordeduras humanas o lesiones de pun˜o, Eikenella corrodens; en climas
tropicales, ingesta de mariscos e inmersión en agua de mar, Vibrio vulnificus; si
inmersión en agua fresca y contacto con sanguijuelas, Aeromonas spp.; si
manipulación de pescado o carne cruda, Erysipelothrix rhusiopathiae (erisipeloide).
Nin˜os con celulitis periorbitaria-orbitaria: en recién nacidos y menores de 3
meses sospechar Streptococcus betahemolítico grupo B; en menores de 5 an˜os,
Streptococcus pneumoniae y Haemophilus influenzae B (disminución de su incidencia
con la introducción de la vacuna); en mayores de 5 an˜os, Staphylococcus aureus y
Streptococcus betahemolítico grupo A.
Diagnóstico
El diagnóstico se basa en las manifestaciones clínicas. El recuento de glóbulos blancos, VSG y
PCR generalmente están elevados, pero valores normales no descartan el diagnóstico. Los
hemocultivos son positivos en < 5% de los casos y se solicitan solo en aquellos pacientes que
presentan toxicidad sistémica, inmunosupresión o enfermedad muy extensa. Infecciones
purulentas como pústulas y abscesos deben ser drenadas y cultivadas. Otra aproximación para
determinar la causa es la detección de respuesta inmunológica sistémica a los antígenos del
Streptococcus (A, C y G) mediante la detección de anticuerpos antiestreptolisina O,
antideoxirribonucleasa B y antihialuronidasa; se encueN tra evidencia de infección
estreptocócica reciente hasta en el 70% de los casos de celulitis de EEII.
Tratamiento
Medidas generales
Manejo de factores predisponentes, elevación del área afectada, hidratación de la piel
(restauración de la barrera cutánea).
Medicamentos antiinflamatorios
Antiinflamatorios no esteroideos (AINE): el uso de ibuprofeno 400 miligramos (mg) cada 6 h
por 5 días asociado a los antibióticos podría ayudar a la resolución más rápida de la celulitis.
Cabe destacar que los AINE pueden enmascarar una infección necrosante profunda.
Corticoides: agregar prednisolona por 8 días al tratamiento con penicilina lograría una
resolución más rápida, cambio más precoz del antibiótico intravenoso al oral, menor
duración de la hospitalización y eventualmente menor tasa de recurrencia durante un an˜o
de seguimiento.
Antibióticos
El tratamiento de la celulitis son los antibióticos sistémicos, ya sea por vía oral o parenteral.
Varias guías europeas recomiendan el uso de penicilina (PNC) como tratamiento estándar,
asumiendo que el principal agente patógeno es el Streptococcus. Sin embargo, existen
pocos estudios que permitan confirmar este abordaje.
Con el tratamiento antibiótico, los patógenos mueren rápidamente, liberando toxinas y
enzimas que serían responsables del aparente empeoramiento clínico inicial caracterizado por
mayor inflamación cutánea y fiebre, lo que no debe confundirse con fallo del tratamiento. Se
suele observar mejoría clínica en las primeras 24-48 h y hasta 72 h postinicio de tratamiento
antibiótico.
La mayoría de los pacientes desarrollan celulitis leves y pueden tratarse con antibióticos por
vía oral. Los antibióticos parenterales se recomiendan en pacientes con signos de toxicidad
sistémica, inmunocomprometidos, con eritema rápidamente progresivo o persistencia o
progresión de síntomas a las 48-72 h a pesar de la terapia estándar. Los recién nacidos y
menores de 5 an˜os, quienes presentan más frecuentemente celulitis periorbitaria y orbitaria,
en general requieren hospitalización y terapia intravenosa. La clasificación utilizada por Eron
considera la gravedad de las sen˜ales locales y sistémicas y síntomas de infección, además de
la presencia de inestabilidad clínica y de comorbilidades. Esta clasificación ayuda a tomar
decisiones para evaluar hospitalización, tratamiento antibiótico y su vía de administración.
La duración de la terapia debe ser individualizada. Generalmente se recomiendan 5 días en
pacientes con celulitis no complicadas y hasta incluso 14 días en infecciones severas o de lenta
respuesta a tratamiento. Para alérgicos a la PNC, la recomendación habitual es eritromicina o
clindamicina.
El Manual de antibioterapia y control de infecciones para uso hospitalario de la Facultad de
Medicina de la Pontificia Universidad Católica propone como primera línea el trata- miento con
un gramo de cefazolina cada 8h intravenoso y pasar a 500 mg de cefadroxilo cada 12 h vía oral
hasta completar 10-15 días para celulitis y 7-10 días para erisipela.
El abordaje recomendado actualmente para seleccionar el esquema antibiótico depende de la
presentación clínica de la celulitis: purulenta y no purulenta.
Celulitis no purulenta
Son celulitis que se presentan sin exudado purulento y sin abscesos asociados. Deben ser
tratadas con terapia empírica que cubra Streptococcus betahemolítico y Staphylococcus aureus
meticilinsensible.
En los casos con infección no complicada, sin manifestaciones sistémicas ni comorbilidades,
podría indicarse monoterapia con trimetoprim/sulfametoxazol; su eficacia sería comparable a la
de la clindamicina.
En neonatos generalmente se requiere hospitalización e inicio de terapia empírica parenteral
con vancomicina + cefotaxima o gentamicina (cobertura de Streptococcus betahemolítico grupo
B, otros grupos y Staphyloccocus aureus meticilinrresistente [SAMR]).
Celulitis purulenta
Son celulitis asociadas a exudado purulento, en ausencia de absceso drenable. Ante la
presencia de pus, se asume que la causa es atribuible a Staphylococcus aureus.
Estas infecciones deben ser tratadas con terapia empírica que cubra SAMR mientras se
esperan los resultados del cultivo. Esto debido al aislamiento de hasta un 59% de SAMR en
este tipo de celulitis. Se recomienda no usar quinolonas por alta resistencia.
Erisipela
En aquellos pacientes en los que se puedan diferenciar manifestaciones clásicas de erisipela, se
recomienda cobertura solo para Streptococcus betahemolítico.
Complicaciones
A pesar de que la mayoría de los casos de celulitis son tratables exitosamente con
antibióticos, se pueden producir complicaciones a largo plazo.
Las complicaciones más frecuentes son:
Celulitis recurrente
En casos de celulitis recurrente se propone iniciar tratamiento antibiótico supresivo en
aquellos pacientes con celulitis recurrente más factores predisponentes que no pue- dan
corregirse.
Dentro de las opciones de profilaxis propuestas en la literatura están: PNC benzatina
intramuscular (1.200.000 UI mensual 600.000 UI en pacientes con peso ≤27 kg), PNC vía oral
(250-500 mg 2 veces al día), profilaxis para infección estafilocócica con clindamicina (150 mg al
día, inusualmente necesaria en nin˜os).
Pacientes con IMC ≥ 33, múltiples episodios previos de celulitis o linfedema tendrían peor
respuesta a profilaxis.
Algunos clínicos recomiendan guiar la decisión con el resultado de test serológicos para
Streptococcus betahemo- lítico: ASO, anti-ADNsa B o antihialuronidasa (los 2 últimos son
más confiables que el ASO postinfección cutánea por Streptococcus betahemolítico grupo A).
Desde el 2012 está disponible el protocolo de la revisión Cochrane Interventions for the
prevention of recurrent eri- sipelas and cellulitis, sin resultados publicados a la fecha.
BIBLIOGRAFIA:
- Ortiz Lazoa E, Arriagada Egnena C, Poehls C (2019). Actualización en el abordaje y
manejo de celulitis. Actas Dermosifiliogr; 110 (2): 124-130.
- Arenas Guzmán R. (2015). Capítulo 77 Ectima. Dermatología: atlas, diagnóstico y
tratamiento (243-245). México DF: McGrawHill.
- Arellano S, Soto D, Reeves MB (2017). Ántrax cutáneo, último brote diagnosticado en Chile.
Sociedad Chilena de Infectología: 195-197.