Displacia de Cadera
Displacia de Cadera
Displacia de Cadera
“ANTONIO NARRO”
UNIDAD LAGUNA
DIVISIÓN REGIONAL DE CIENCIA ANIMAL
MONOGRAFÍA:
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INDICE DE CONTENIDO.
INDICE………………………………………………………………………I
DEDICATORIA……………………………………………………….........IV
AGRADECIMIENTOS……………………………………………………...V
RESUMEN…………………………………………………………............................VI
I. INTRODUCCIÓN……………………………………………………......1
II. ETIOLOGIA
2.1. Razas afectadas y prevalencia……………………………………..4
III. ANATOMÍA DE LA ARTICULACIÓN DE LA CADERA…....5
3.1. Músculos que actúan sobre la articulación de la cadera…..............6
3.1.1 Músculos flexores……………………………………………………...6
3.1.2 Músculos extensores..………………………………………………..6
3.1.3Músculos rotadores……..……………………………………………..8
3.1.4 Músculos abductores………………………………..………………...9
3.1.5 Músculos aductores………..…………………………………….......10
3.1.5 Vasos y nervios de la articulación de la cadera….……................11
3.2. BIOMECANICA…………………………………………………….13-15
3.2.1Biomecánica en estática………………………………………..16-18
3.2.2 Biomecánica en dinámica……………………………………..18-22
IV. SIGNOS CLÍNICOS ………………………………………..22-25
V. EXAMEN FISICO……………………………………………….25
5.1 laxitud articular como indicadora de displasia de
cadera………………………………………………………...26-28
5.2 Técnica de Bardens……………………………….............29
5.3 Técnica de Ortolani………………………………..............30
I
VI. ESTUDIOS RADIOGRAFICOS ………………………………32
6.1 Proyección ventrodorsal…………………………………...33
6.2 Posición en rana……………………………………………35
6.3 incidencias con compresión-distracción………………….36
6.4 incidencia de borde acetabular dorsal……………………37
6.5 Cambios Radiográficos…………………………………….38
VII. CAMBIOS DEGENERATIVOS……………………………41-44
VIII. ALTERACIONES ESTRUCTURALES ……………………..44
8.1 Inclinación del cuello femoral ………………………........44
8.2 Anteversión-Retroversión …………………………………45
8.3 Trocánter mayor ……………………………………………46
8.4 Conformación pélvica…………………………………..46-49
IX. DIAGNOSTICO RADIOGRAFICO………………………..49-53
X. VALORACION DEL METODO COMPRESION-
DISTRACCIÓN……………………………………………...53-58
XI. MEDIDAS PREVENTIVAS………………………………...58-62
XII. TRATAMIENTO………………………………………………...62
12.1 Tratamiento Conservador ……………………………….63
12.1.1 En el perro en crecimiento……………………………..63
12.1.2 En el perro adulto……………………………………….63
12.2 Tratamiento médico……...……………………………….64
12.3 Tratamiento Quirúrgico …………………………………..66
12.3.1 En el perro en crecimiento……………………………..66
12.3.2 Técnicas que liberan la tensión de los músculos
abductores…………………………………………………...67-74
12.3.3 Triple osteotomía pélvica……………………………....74
II
12.3.4 Osteotomía intretrocantéricadesrotacional en
varus……………………………………………………………...74
12.3.5 Alargamiento del cuello o
lateralizaciónintertrocantérica de la porción proximal del
fémur…………..76
12.3.6 Reposicionamiento del trocánter mayor……………...76
12.3.7 Acetabuloplastia………………………………………...77
12.3.8 Sinfisiodesis juvenil púbica………………………...77-80
12.3.9 Aparato de distracción ilíaca…………………………..80
12.4 En el perro adulto…………………………………………81
12.4 Excisiónartroplástica de la cabeza y el cuello
femoral………………………………………………………..81-84
12.4.1 Acetabulectomía………………………………………...84
12.4.2 Reemplazo total de cadera……………………….84-90
XIII. CONCLUSIÓN…………………………………………….…92
XIV. BIBLIOGRAFÍA…………………………………………..93-94
III
DEDICATORIA
A mis padres: Ramiro Ramos Ramírez y Ma. Eugenia Marín Rivera. Que gracias
a ustedes he llegado a esta etapa de mi vida. Poniendo en práctica los valores
inculcados y reconociendo su infinito esfuerzo por educarme y formarme. Esta
tesis se las dedico con mucho cariño a ustedes que son lo mejor que tengo en mi
vida, agradeciendo el amor incondicional que siempre me han demostrado. Los
quiero mucho.
IV
AGRADECIMIENTOS.
Agradezco a los profesores quienes durante los cinco años se esmeraron por dar
lo mejor para mi formación profesional, por los conocimientos teóricos y las
experiencias vividas.
A mis amigos de generación y a los amigos que hice durante esos cinco años de
formación académica compartiendo conocimientos, así como experiencias.
Gracias por su nobleza y cariño brindado desde el principio hasta el final. Los
quiero mucho.
V
RESUMEN
VI
INTRODUCCIÓN
ETIOLOGIA
Se pensó al principio que la displasia de cadera afectaba solo a las razas de gran
talla; sin embargo, ahora se sabe que se presenta en razas de todos los tamaños.
Esta no es una enfermedad congénita. De hecho, las caderas son normales al
momento del nacimiento pero un desarrollo asincrónico entre el esqueleto y la
musculatura hace que la cabeza femoral sea forzada fuera del acetábulo lo cual se
debe a que el esqueleto tiene un crecimiento más rápido que la masa muscular.
La temprana malformación de los componentes articulares todavía cartilaginosos
conduce a la deformación y perdida de la profundidad del acetábulo, así como la
remodelación de la cabeza femoral, lo que lleva a un proceso articular
degenerativo.
1
Existe, por otra parte gran cantidad de evidencia que la principal característica de
la displasia de cadera es la laxitud articular.
2
La tasa de crecimiento en las razas de talla grande influye en el desarrollo de la
cadera. Una taza de crecimiento lenta parece proporcionar la oportunidad para el
desarrollo más normal de la cadera, mientras que el crecimiento más rápido, como
resultado de una dieta con mayor nivel energético, dará lugar a una mayor
frecuencia de presentación de displasia. También se ha informado que, con una
rápida ganancia de peso causada por incremento en la ingesta calórica, la
enfermedad ocurrirá antes y con mayor gravedad.
Si la longitud del fémur aumenta con mayor rapidez que el crecimiento de los
músculos, en particular del pectíneo y del iliopsoas se crea una anormal tensión
sobre la cadera, causando la subluxación de la cabeza femoral.
4
epífisis femorales proximales y epífisis tibiales proximales derechas mostro un
retardo significativo en los displasicos comparados con los normales. Las placas
de crecimiento capitales femorales izquierdas cerraron tardíamente en los
displasicos. El comienzo tardío de la mineralización es la evidencia mas primitiva
de que la progresión de la osificación endocondrial esta interrumpida en las
caderas displasicas. Esto podría explicarse desde el punto de vista anatómico,
considerando por un lado la cantidad de elementos articulares y, por el otro la
carencia de un soporte horizontal completo que predisponía a la cadera a la
malformación de origen mecanico. El retardo de la mineralización epifisiaria puede
ser el resltado de diferencias estructurales o de composición, con un origen
genético o como secuela de un ambiente mecanico anormal. Los datos
radiológicos sugirieron que puede existir una exageración asincrónica en el
desarrollo de las placas de crecimiento en los perros displasicos.
Los galgos, una raza con reducido riesgo de DC, comienza la mineralización
epifisiaria mucho antes que los pastores alsacianos, pero alcanzan la madurez
esquelética más tarde. Cuando se compararon las necropsias con los
diagnósticos radiológicos en 15 casos, se encontró un importante tendencia a
favor de los resultados negativos falsos (clasificar una cadera displásica como
radiológicamente normal). En consecuencia, es probable que exista una
subestimación del número total de caderas displásica en función de los patrones
radiográficos.
El San Bernardo tiene un mayor riesgo de displasia, mientras que el Collie parece
ser el único perro grande sin riesgo significativo. La frecuencia de displasia en el
5
San Bernardo fue, según la OrthopedicFundationforAnimals(OFA), de 47.4% en
EUA. La OFA ha informado de otras 24 razas con una incidencia de displasia
superior a 20%. En un informe suizo sobre el control de la enfermedad en el
mundo en los últimos 24 años, se menciona que 42% de todos los perros de razas
puras permanecen afectados a pesar de los programas de control en los últimos
30 años. Se sugiere que el apareamiento de los perros displásicos y la falla para
estudiar el estado de la progenie en la selección de los pies de cría, son los
responsables de la falta de progreso. En Suecia, durante el periodo de 1976 a
1988, con la aplicación de programas con control radiográfico, la frecuencia de
displasia de cadera disminuyó en Pastores alemanes de 35 a 21%; en el
Rottweiler, de 36 a 18%; en el Labrador retriever, de 25 a 15%; sin embargo, el
San Bernardo permaneció cerca de 60% a través de todo este periodo.
Los huesos que conforman la pelvis son cuatro: el ilion, el isquion, el pubis y el
huso acetabular. Éstos se fusionan en el perro durante la doceava semana
después del nacimiento, creando la cavidad que aloja a la cabeza del fémur y
forman la articulación de la cadera. Ésta es una cavidad profunda cotiloidea
llamada acetábulo. El acetábulo en un perro de talla mediana es de 1 x 2 cm de
diámetro. La porción articular (facies lunata) es una suave circunferencia articular
que tiene la apariencia de media luna. Se encuentra situada en la porción craneal
6
del acetábulo y está recubierta por un cartílago llamado lamrumacetabulare, el
cual sirve para aumentar la altura de la superficie articular. Esta superficie articular
está hendida internamente por una depresión no articular rugosa denominada fosa
acetabular. La porción ventral del anillo de la superficie articular está interrumpida
y constituye la escotadura acetabular, la cual permite el paso de los distintos
ligamentos.
Músculos flexores.
El músculo iliopsoas es una fusión del músculo psoas mayor y el ilíaco. El psoas
mayor nace en los cuerpos y apófisis transversas de las vértebras lumbares y
pasa por la cara craneoventral del ilion, donde se une a ilíaco, el cual tiene su
origen en la superficie ventral del ilion y se inserta en el trocánter menor. Este
músculo es el principal flexor de la cadera. Tiene inervación proveniente de las
ramas ventrales de nervios lumbares y del nervio femoral.
7
cuadríceps, confundiéndose con la inserción aponeurótica del bíceps crural; 2) la
porción caudal, más profunda, se inserta sobre una capa de aponeurosis femoral
lateral que corre por debajo del bíceps hacia la rodilla sobre la superficie lateral del
vasto lateral. Produce tensión de la aponeurosis femoral lateral, flexión de la
cadera y extensión de la rodilla. Está inervado por el nervio glúteo craneal.
8
mientras que la porción caudal lo tiene en la espina ilíaca ventral craneal y el
borde ventral vecino del ilion. La inserción de la porción craneal se localiza en la
patela, en común con el recto anterior de los cuádriceps, y la inserción de la
porción caudal está en el borde craneal de la tibia, junto con el gracilis. El sartorio
es flexor de la cadera y está inervado por el nervio femoral.
Músculos extensores
El músculo bíceps femoral es el más largo y ancho de los músculos del muslo y
la mayor parte de sus fibras discurren en dirección craneal y distal, aunque en la
parte caudal existen fibras que se dirigen directo hacia atrás. En sentido craneal,
se inserta por medio de la fascia lata y de la aponeurosis crural en la patela, el
ligamento patelar y el borde craneal de la tibia y, por medio de la aponeurosis
crural, en la porción subcutánea del cuerpo tibial y la tuberosidad del calcáneo.
Este músculo es extensor de la cafera, la patela y el corvejón. Está inervado por el
ciático.
Músculos rotadores
9
Los músculos gemelos se originan en la cara lateral del isquion, la caudal del
acetábulo y la ventral a la escotadura isquiática menor. Son dos pequeños
músculos fusionados que se encuentran debajo del tendón del obturador interno,
entre el cuadrado crural y obturador externo, en dirección distal, y el glúteo
profundo, proximalmente. Se aprecia en estos músculos un surco profundo
producido por el tendón del obturador interno de forma que los bordes musculares
se superponen sobre este tendón. Se insertan en la fosa trocantérea y su acción
es la rotación lateral del miembro pelviano a nivel de la cadera. Están inervados
por el ciático.
Músculos abductores
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El músculo glúteo medio tiene su origen en la cresta y superficie glútea del ilion.
Es un gran músculo ovoide situado entre el tensor de la fascia lata y el glúteo
superficial. Su borde caudodorsal en su totalidad se halla cubierto por el músculo
glúteo superficial. Se inserta en el trocánter mayor, y su acción es abducir y
extender la cadera; también produce rotación medial de la extremidad. Está
inervado por el nervio glúteo craneal.
Músculos aductores
11
El músculo pectíneo tiene su origen en el ligamento púbico craneal y la
eminencia iliopúbica. Es un pequeño músculo fusiforme que, con el aductor,
pertenece a los músculos profundos mediales del muslo. Se encuentra en gran
parte entre el aductor caudalmente y craneal al vasto medial. El tendón de
inserción del pectíneo se encuentra entre el aductor y el vasto medial, y se inserta
en el extremo distal del borde medial de la superficie rugosa del fémur. Su acción
produce aducción del miembro, y está inervado por el nervio obturador.
12
ramas terminales de la arteria nutricia de la diáfisis femoral. El lado acetabular de
la articulación de la cadera recibe su riego sanguíneo de la arteria iliolumbar,
glútea craneal y glútea caudal. La arteria glútea craneal nutre las caras
craneodorsales del acetábulo y se anastomosa con la arteria femoral circunfleja
lateral. La arteria glútea caudal nutre el acetábulo caudodorsal y continúa para
completar el anillo arterial alrededor del cuello femoral.
Nervio obturador interno nace del cuarto, quinto y sexto nervios lumbares
y se halla incluido en la porción posterointerna del musculo iliopsoas. Inerva
los músculos abductores de la extremidad: el abductor, el pectíne, el recto
interno y el obturador externo.
Nervio femoral nace del cuarto, quinto y sexto nervios lumbares. Emite
ramas para el musculo iliopsoas, penetra en los músculos cuádriceps entre
el recto craneal y el vasto medial e inerva las cuatro porciones de los
cuádriceps.
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Nervio glúteo craneal sale por la escotadura ciática mayor, cruza la cara
externa del ilion en el nivel del origen del músculo glúteo profundo e inerva
los músculos glúteos medio y profundo y el tensor de la fascia lata. Nace a
partir del sexto y séptimo nervios lumbares y el primer sacro.
Nervio glúteo caudal pasa por la escotadura ciática mayor, cruza el
musculo glúteo medio y entra en la cara medial del glúteo superficial;
representa la única inervación de este músculo. Su origen es variable
desde el séptimo nervio lumbar a los dos primeros sacros.
El nervio ciático nace de los dos últimos nervios lumbares y los dos
primeros sacros. Este tronco nervioso permite emite pequeñas ramas
intrapelvicas destinadas a los músculos cuadrado clural, gemelos y
obturador interno. Pasa caudal sobre la cadera medialmente al trocánter
mayor y luego distal, caudalmente al femur del lado lateral del aductor. En
el nivel de la cadera una rama abandona el ciático e inerva los musculos
bíceps crural, semitendinoso y semimembranoso.
BIOMECÁNICA
La anatomía del extremo proximal del fémur y del acetábulo está ligada a los
cambios filogénicos del desarrollo del embrión, con el propósito final de poder
asumir la posición de cuadripedestación. Estos cambios consisten en la
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angulación característica del cuello femoral en los planos craneal (inclinación) y
transversal (declinación) y de su longitud.
Por lo común, el angulo de inclinación hace que la línea que une el centro de
ambas cabezas femorales pase, en el plano frontal a la altura del vértice del
trocante mayor.
Es interesante mencionar que la arquitectura del extremo superior del fémur y del
acetábulo están estructuradas para soportar esfuerzos por una serie trabéculas
óseas orientadas según la ley de Wolf, de acuerdo con las fuerzas de compresión
y tensión que se ejercen de manera mecánica durante el desarrollo derivadas de
15
las acciones dinámicas o estática impuestas sobre la estructura ósea (carga), en
especial durante la estación de pie y movimiento, de manera que su intensidad
depende de su fuerza gravitacional, más la acción muscular y su dirección, y está
en función de las relaciones anatómicas entre el fémur y el acetábulo. La forma
perfectamente congruente de una esfera hueca y otra maciza es lo que le da
cohesión a la articulación. Esta cohesión es tan importante que provoca entre las
superficies articulares de los cartílagos una presión negativa, junto al resto de
estructuras que rodea la articulación, mantienen varias superficies en contacto.
16
Biomecánica en estática
17
musculo glúteo y que se extiende al centro de la cabeza femoral. Las cargas se
orientan en forma craneal en un plano horizontal cuando el animal se mueve y se
encuentra en situación de cuadripedestación.
Usando el peso del cuerpo (fuerza gravitacional) aplicado con punto de apoyo en
el centro de la cabeza femoral y equilibrado por el glúteo medio y por los demás
abductores (fuerza de contracción), se constituye un sistema de palancas de
primer grado.
18
articular de 1kg se multiplique por 2.5 a 3 y, a la inversa, la reducción de un 1 kg
obliga a reducir la carga en la misma proporción.
Debe quedar claro que, en la balanza de Pauwels, los momentos interno y externo
están interrelacionados de tal modo que el centro de movimiento (punto de
apoyo) del brazo de palanca del momento interno corresponde también al eje de
movimiento del momento externo. Por ello, para mantener el equilibrio, al modificar
uno, de forma automática y en sentido inverso, se modifica el otro. La fuerza de
gravedad se ejerce a través de la línea de gravedad, aumentando o disminuyendo
el momento interno según la inclinación de la pelvis.
La acción de la gravedad, así como la reacción del piso (tercera ley de Newton),
se hace en determinada dirección, en la que desempeña un papel importante la
dirección de cuello y cabeza femorales (valgus, varus y anteversión), y que son los
modeladores del acetábulo y, por lo tanto, factores decisivos en la posición del
acetábulo en la pelvis.
Biomecánica en dinámica
19
que se deriva de la ligera caída de la pelvis (basculación de 2°) en el lado no
apoyado, y su levantamiento sucesivo por su acción muscular que la elevan otra
vez, haciendo que la línea de gravedad oscile como péndulo en cada paso,
alargando y acortando el brazo del momento interno que es neutralizado por la
acción muscular del momento externo.
Las fuerzas ejercidas sobre los cartílagos articulares (carga) durante la marcha en
la fase de apoyo son la suma de peso, la acción muscular, la aceleración y la
reacción del piso. Se manifiestan aumentando la carga al pasar a la marcha
acelerada, donde se multiplica el peso del cuerpo en tres veces, y hasta 4 o 5
veces durante la carrera.
20
al aumentar en forma virtual la longitud del miembro contrario. En el plano frontal,
esta basculación lateral mejora el índice acetabular, al que llamamos funcional, de
una cadera y disminuye proporcionalmente en el lado contrario.
21
(anteversión,valgus, varus y acortamiento) disminuye aúnmás el valor de brazo de
palanca (potencia) y se canaliza más la fuerza gravitacional modeladora (tercera
ley de Newton) al distinguirla fuera del centro del acetábulo a zonas marginales,
generalmente al área anterior y superior, propiciando, además de la mala
distribución de la carga, el modelo inadecuado con aumento de la displasia
existente y la subluxación, y creando durante el desarrollo un círculo vicioso
progresivo en el que a mayor displasia mayor subluxación y mayor deformación
del fémur, y viceversa. A demás, la anteversión del cuello con acortamiento de los
rotadores externos sumada al valgus disminuye más la capacidad del momento
externo por disminución del efecto rotatorio debido a la disminución del brazo de
palanca al rotar hacia atrás del trocánter y, además, con gran efecto subluxante
craneal al dirigir al frente la fuerza gravitacional.
Por otra parte, el varus y el acortamiento del cuello, y más aún si se suma
anteversión, debilitan el momento externo: el primero por aproximar los puntos de
inserción de los abductores; y el segundo, por disminuir la longitud del cuello, o
sea el brazo de la palanca externo potencia, y la tercera, por modificar la dirección
y el efecto rotatorio. Sin embargo, el primero favorece la dirección de la fuerza de
gravitación sobre el fondo del acetábulo.
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Estos signos se corrigen en el punto de apoyo se logra un suficiente centraje
(disminución del momento interno) y estabilidad (contención) así como una buena
acción de los músculos abductores, con un momento rotatorio adecuado.
SIGNOS CLÍNICOS
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radiografía de la pelvis. De manera característica, el trastorno crónico se torna
obvio en los años geriátricos y se caracteriza por dolor leve, rigidez y lentitud o
rechazo a levantarse.
Los signos clínicos varían mucho entre los perros y pueden incluso estar ausentes
por completo durante la vida de numerosos animales. Estos signos varían mucho
según la edad del animal. El diagnostico radiográfico es de menor valor en el
cachorro debido a la osificación incompleta de los huesos. De esta manera, a esta
edad el examen físico tiene mayor importancia diagnóstica. Más adelante, en el
perro joven (mayor de seis meses de edad), la radiografía gana importancia
diagnóstica. En los cachorros, el dolor a la palpación de las caderas, o cuando
camina, pocas veces se observa; es más frecuente encontrar una marcha
alterada, de manera que el animal muestra debilidad en los miembros posteriores,
camina despacio, parece cansado y se sienta y mira jugar al resto de la camada,
pero no se une a ellos en las actividades físicas.
Los cachorros con edad más avanzada presentan dolor y claudicación que se
observan cuando los cachorros se agachan, saltan a un auto o suben escaleras.
El perro con dolor por displasia de cadera continúa parándose con los miembros
posteriores uno junto al otro y metidos debajo del cuerpo. El cachorro con el
movimiento doloroso trata de limitar el movimiento de la cadera; esto lo lleva a
cabo con frecuencia al utilizar un movimiento exagerado de la pelvis para efectuar
un paso. Llevando la pelvis de un lado a otro cuando el perro corre, el miembro
posterior no necesita ser extendido hacia adelante. En marcha algo más rápida
que el paso, el animal tiene tendencia a avanzar a saltos, utilizando ambos
miembros posteriores hacia delate en forma simultánea, lo cual se conoce como
“marcha de conejo” y permite un paso más largo. Este tipo de movimiento
24
produceun mayor estrés sobre el disco articular lumbosacro. Algunas razas
gigantes como el San Bernardo pueden extender la longitud del paso por una
hiperextensión adicional del tarso con el fin de limitar el margen de movimiento
requerido por la cadera en estadio doloroso, pareciendo que el perro está débil de
talones.
Los perros afectados muestran una falta de desarrollo muscular de los miembros
pélvicos, mientras que la musculatura de los miembros torácicos está bien
desarrollada debido al mayor estrés por la desviación del peso hacia delante. A
causa de la naturaleza bilateral de la enfermedad, esta atrofia muscular no se
aprecia con facilidad, siendo necesario compararla con el desarrollo muscular de
los miembros torácicos por medio de la palpación.
Muchos cachorros tienen un rápido pico de crecimiento entre los cuatro y los seis
meses de edad, con un aumento de peso; además, si la actividad física está muy
aumentada, el dolor puede ser evidente al levantarse, al subir o al saltar, y el perro
puede rechazar la palpación en los miembros posteriores. El animal puede estar
tan dolorido que tenga dificultades para levantarse y, al querer echarse, se deja
caer hacia abajo en lugar de ir agachándose de forma gradual.
25
perros que tienen entre seis y 12 meses de edad, la laxitud articular puede
reconocerse por radiografías o palpación. Las radiografías pueden incluir técnicas
en posición estándar neutra y en estrés para determinar mejor la extensión del
movimiento de la cabeza femoral dentro del acetábulo. Si se utiliza sólo la técnica
radiográfica con posición neutra, la laxitud articular puede no ser detectada, siendo
necesaria la palpación de las articulaciones para lograr un examen completo de
las caderas. El grado de dolor puede variar desde grave a casi inexistente. La
marcha permanece, tal como se la ve en el cachorro joven, con el salto de conejo,
el bamboleo pélvico y la disminución de la extensión del movimiento de la cadera.
En el perro adulto, los signos clínicos son resultado de una artrosis dolorosa en la
cadera y de naturaleza crónica. Pueden aparecer de forma súbita luego de correr
o de un ejercicio prolongado y probablemente se deben a traumas sobre los
tejidos blandos con exacerbación aguda de la sinovitis existente no evidenciada en
el perro con reposo. La tendencia a la marcha en salto de conejo persistirá.
Debido a la molestia y el dolor, el perro adulto se encuentra sentado más que
parado cuando no hace ejercicio. Con el tiempo, los músculos de los muslos
pueden atrofiarse debido a que el dolor provoca restricción de uso.
EXAMEN FÍSICO
26
La articulación debe ser examinada forzando el miembro a los movimientos de
extensión y flexión, abducción y aducción, rotación interna y externa. En este
examen se puede percibir la crepitación.
27
viejo es el perro, más fácil es reconocer los hallazgos de laxitud articular como
anormales e indicativos de displasia de cadera.
28
de que un cambio en la composición del colágeno puede contribuir a la laxitud. Sin
embargo, esto puede representar una alteración primaria o secundaria en el
metabolismo del colágeno. Los estudios descartaron una metabolopatía primaria
generalizada del colágeno. No obstante, la variación en la composición todavía
puede ser un cambio primario localizado en las razas predispuestas. Como
alternativa, los cambios pueden ser secundarios a la fibrosis capsular en presencia
de una DC establecida.
29
Técnica de Bardens
30
radiográfico, al año de edad, utilizando signo de artrosis como un indicador de la
enfermedad.
Técnica de Ortolani
Esta maniobra es fácil de realizar con el perro en decúbito dorsal, con el fémur
perpendicular a la camilla. Con una mano colocada alrededor de la rodilla
flexionada, el fémur es aducido y se aplica presión contra la rodilla, en dirección a
la camilla. Esto produce que la cabeza femoral salga del acetábulo en una
articulación con laxitud anormal. En algunas caderas se puede
percibir“deslizamiento” de la cabeza femoral. Luego, se abduce el fémur y se
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percibe la sensación de un “clic” en el momento que la cabeza femoral retorna
hacia el acetábulo en el perro afectado.
En algunos perros displásicos, este signo puede no ser provocado, ya sea por el
dolor o por el volumen de la masa muscular. El examinador puede no llevar al
miembro a la aducción para forzar la salida de la cabeza femoral y, en
consecuencia, el “clic” puede no ser detectado. Por lo tanto, la anestesia o la
sedación deben ser utilizadas en aquellos perros con mucho volumen muscular.
El miembro que queda hacia abajo se lleva hacia caudal y el que queda hacia
arriba (el que va a ser evaluado) se lo aduce forzando la cabeza femoral hacia la
parte lateral del acetábulo. Se ejerce presión sobre la rodilla y se la dirige junto al
fémur en un esfuerzo por conducir la cabeza femoral hacia la parte dorsal. Luego,
se abduce el miembro permitiendo que la cabeza femoral caiga dentro del
acetábulo, generando el “clic” de reentrada.
Con una cápsula de mayor espesor desaparecerá tanto el signo de Ortolani como
la sensación de deslizamiento, ya que el labio acetabular (sobre el que la cabeza
femoral puede desplazarse) no estará estructuralmente presente y el espesor de
los tejidos blandos aumenta a tal grado que se limitan los movimientos de la
cabeza femoral. De esta manera, todos los signos de inestabilidad articular
desaparecen y la acción de la cabeza femoral se describe mejor como de
movimientos restringidos.
En algunos perros de seis o más años de edad o con radiografías casi normales,
es factible detectar el signo de Ortolani estando el animal bajo anestesia. Desde
un punto de vista clínico, se informa que estos perros tienen una cadera estable
mientras están despiertos y caminando. Sin embargo, la articulación normal,
desde el punto de vista fisiológico, puede volverse inestable cuando los músculos
están relajados por los efectos de la anestesia.
32
Estos perros deben ser considerados displásicos desde un punto de vista
genético.
Las radiografías de rutina rara vez pueden detectar laxitud articular y los estudios
deben ser combinados con palpación para obtener una determinación más segura
del estado de la cadera.
ESTUDIOS RADIOGRAFICOS
33
una excesiva laxitud articular en el perro anestesiado. Sin embargo, se ha
sugerido que la anestesia no crea laxitud articular, sino que relaja los músculos de
forma tal que la laxitud existente puede ser detectada con mayor facilidad en la
radiografía ventrodorsal realizada con los miembros extendidos.
Proyección ventrodorsal
El perro se coloca sobre su dorso con la pelvis en posición simétrica. Los fémures
se encuentran extendidos por completo hacia la parte caudal, quedando paralelos
uno con otro y tan cerca de la camilla como sea posible (casi 30°), con las rodillas
en rotación medial, de forma tal que las rótulas son posicionadas en el centro de la
línea media del miembro. Con esta posición, el canal pélvico parece redondo u
oval simétrico, las alas del ilion con igual ancho, los orificios obturadores de igual
tamaño y las articulaciones sacroilíacas con aspecto similar.
Una mínima oblicuidad del cuerpo del perro causa una diferencia en el aspecto de
todas estas estructuras. El orificio obturador correspondiente al lado del perro que
queda más cerca de la camilla aparece más pequeño, con una disminución
aparente de profundidad del acetábulo del mismo lado. El orificio obturador del
lado elevado aparece más grande con un aparente incremento de la profundidad
del acetábulo homolateral. De esta manera, la oblicuidad pélvica altera la
profundidad del acetábulo tal como se lo percibe en la radiografía. Con la
oblicuidad, el canal pélvico aparece como un óvalo asimétrico, y una articulación
sacroilíaca parece más abierta que la otra. El ancho de las alas ilíacas varía,
siendo una más angosta que la otra.
34
Otra forma de malposición pélvica que influye en la aparente profundidad del
acetábulo es el resultado del intento de poner los fémures paralelos a la camilla en
perros pesados. Ejerciendo más presión hacia abajo sobre los fémures, la pelvis
se inclina hacia la parte caudal alrededor de su eje transverso. Como resultado, el
punto proyectado de intersección entre el borde acetabular dorsal y el craneal es
desplazado hacia la parte medial provocando la proyección de un acetábulo más
superficial. En el posicionamiento del perro para el examen radiográfico, la
localización de los fémures es tan importante como la de la pelvis. El correcto
grado de rotación interna de los miembros, la aducción de los fémures y la
extensión de los miembros son importantes para la obtención de una incidencia
diagnóstica de la cabeza y el cuello femoral. El no poder alcanzar esta correcta
posición se caracteriza por el grado de rotación externa o abducción de los
miembros. La colocación del miembro con rotación externa haca que el trocánter
mayor se superponga por completo con el cuello femoral, el que aparece
artificialmente más corto. De esta manera el cuello femoral se proyecta más sobre
el extremo y el ángulo de inserción del cuello con la diáfisis (ángulo de inclinación)
no puede ser tomado en forma correcta. Los cambios precoces de artrosis, tales
como la formación de estenofitos en el cuello femoral o el engrosamiento de éste,
no son observados, como así tampoco se podrá identificar la deformación en
varus o valgus. La abducción de los miembros fuerza a las cabezas femorales
hacia dentro del acetábulo y la radiografía no expresara las verdaderas
características de la cadera.
Aun con los miembros colocados en la forma correcta en los perros bien
musculosos, los fémures no son paralelos a la camilla sino que están en un ángulo
aproximado de 30 a 45°. La inclusión de la extremidad distal de cada fémur en las
radiografías permite la evaluación de la localización de la rótula en relación con los
surcos trocleares, que sirven como un indicador seguro del correcto
posicionamiento de los miembros para un novato.
Flexión/ extensión,
35
Aducción/abducción y
Rotación interna/ externa.
“posición en rana”
36
posición permite una excelente evaluación de la cabeza y el cuello femoral y la
detección precoz de la formación de entesofitos sobre la cara caudal del cuello
femoral, el ángulo craneodorsal del acetábulo y el borde acetabular dorsal. Éstas
son regiones anatómicas difíciles de evaluar en las radiografías ventrodorsales
convencionales con los miembros extendidos, en especial cuando los miembros
presentan rotación externa.
37
meses de edad, que es repetible con un alto coeficiente de correlación intraclase
entre los índices obtenidos en los estudios realizados a los 4, 12 y 24 meses.
En un perro joven con mínima laxitud articular, la mayoría de los estudios que
utilizan algún tipo de cuña o dispositivo de distracción demuestran una laxitud que
de otra manera, no sería detectada por la incidencia ventrodorsal convencional.
Esto deja a la pelvis basculando sobre la camilla, buscando que la primera quede
perpendicular a la segunda. El haz de rayos es dirigido en forma vertical
apuntando, de esta manera, al borde dorsal del acetábulo, pudiendo determinar el
ángulo de este borde con radiografía resultante. En el perro normal, el borde
acetabular dorsal es agudo y con un ángulo de inclinación promedio de 13.5° (+/-
3°) mientras que el grupo de los perros displásicos el ángulo de inclinación del
mismo fue de un promedio de 26.3° (+/- 13.4°). Con la frecuente subluxación, el
borde acetabular dorsal se vuelve redondeado, se produce el llenado acetabular y
se observa la formación de osteofitos dorsales. En el caso en que el perro tenga
cambios secundarios que hayan alterado de manera significativa el ángulo de
inclinación, no es necesario realizar una incidencia radiográfica especial para el
diagnóstico.
38
En la actualidad se están utilizando otras técnicas de imagenología para el
diagnóstico de la DC, así como para evaluar los distintos cambios degenerativos o
resultados posoperatorios de la articulación de la cadera; tales son el uso de
medicaciones ultrasonográfica de la laxitud articular o las imágenes obtenidas por
tomografía computarizada (TC) o de imagen por resonancia magnética (IRM) que
permiten un detalle excepcional con las diferentes estructuras de dicha
articulación. Con estas técnicas, en la medida en que su costo pueda ser más
accesible, se verá, para satisfacción del gremio veterinario y beneficios de los
pacientes, una mayor precisión diagnóstica y de control y monitoreo de la DC.
Cambios radiográficos
El redondeo del borde acetabular, se debe a las fuerzas de apoyo que desvían la
cabeza femoral en contacto con la porción dorsal del borde acetabular y puede
servir como un indicador más positivo de laxitud articular.
39
A pesar de subjetivo, el indicador utilizado con mayor frecuencia para detectar el
aumento del espesor del espacio articular en la detección de incongruencia entre
la cabeza femoral y la porción craneodorsal del borde acetabular, como resultado
del desplazamiento lateral de la cabeza femoral.
Este ángulo está formado por la intersección de una línea que conecta el centro de
ambas cabezas femorales y una línea trazada desde el centro de cada cabeza
femoral hacia el ángulo craneodorsal del acetábulo. El ángulo se mide desde el
lado pélvico. Éste puede ser medido en una radiografía de un perro bien
posicionado en una incidencia ventrodorsal, con los miembros extendidos o
flexionados. El ángulo que surge entre el centro de la cabeza femoral y el ángulo
craneodorsal acetabular en el perro normal es igual o mayor a 105°. En la medida
que la cabeza femoral se desvía hacia la parte lateral, el ángulo de Norberg se
hace más pequeño, indicando laxitud articular.
El redondeo del borde acetabular enfermo puede afectar la medición y hacer que
el ángulo sea más pequeño. La medición del ángulo también puede estar influida
por los cambios secundarios del ángulo craneodorsal del acetábulo. En los perros
viejos, el depósito de hueso produce un falso aumento del ángulo de Norberg,
aparentando una falsa profundidad acetabular, y existe la posibilidad de una
evaluación falsa negativa. Por lo tanto, esta medición es de mayor valor en el
perro joven, antes de que ocurran los cambios óseos secundarios y, de hecho, la
determinación del ángulo de Norberg se vuelve superflua ante el inicio de los
cambios secundarios.
El diagnóstico delaxitud articular está muy influidos, en todos los casos, por la
posición de los miembros posteriores durante la evaluación radiográfica. El error
40
más frecuente es la colocación de los miembros posteriores en rotación externa
con abducción, lo cual se contrapone a la laxitud articular.
Los osteófitos y los estesofitos reflejan los cambios óseos secuandarios que
ocurren dentro de una articulación displásica. Son un importante indicador de
artrosis.
41
produce aplanamiento del borde acetabular y refleja el contacto anormal entre la
cabeza femoral y el acetábulo.
De esta manera, la porción craneal del borde acetabular cambia desde un arco
liso a uno con un nuevo borde, caracterizado por una doble línea denominada
bilabiación. La persistencia de la forma del acetábulo depende del apropiado
asentamiento de la cabeza femoral dentro del femoral. Por lo tanto, en la medida
en que la cabeza acetabular se desvía hacia la parte lateral, la fosa acetabular se
rellena con nuevo hueso depositado en las partes medial y ventral.
CAMBIOS DEGENERATIVOS
42
estadio avanzado hay esclerosis del hueso subcondral y también puede
observarse la neoproliferacionperióstica.
43
femoral consisten en el desgaste del cartílago articular y en un engrosamiento de
la inserción del ligamento redondo. La progresión de los cambios depende de:
Los cambios en el perro con esqueleto inmaduro siempre ocurren con mayor
rapidez, ya que la remodelación involucra el desarrollo activo del hueso. En la
cabeza femoral inmadura se pueden llegar a gastar hasta 5mm debido a la
incongruencia entre la cabeza y el acetábulo.
La existencia de perros adultos con laxitud articular persistente, pero sólo con
mínimos cambios óseos de artrosis,sugiere el concepto de una articulación casi
normal, desde el punto de vista fisiológico, en un perro con displasia genética, en
contraste con una displasia clínica. Estos perros, a pesar de que aparentan estar
sin cambios radiográficos de artrosis, tienen caderas que pueden ser fácilmente
luxadas utilizando técnicas de distracción. La laxitud articular indica debilidad de la
cápsula como así también del ligamento redondo.
44
ALTERACIONES ESTRUCTURALES
Varios estudios han sugerido que no hay una correlación positiva entre el ángulo
de inclinación y la presencia de displasia de cadera. El ángulo de inclinación es
una medida que refleja la forma de fijación del cuello femoral a la diáfisis femoral
dentro del plano sagital a lo largo de la superficie medial de la porción proximal del
43
fémur. Se ha descrito que el ángulo de inclinación en perros normales es de 146°
(+/- 4.8°), utilizando un método de medición, mientras que con otro fue de 129° (+/-
4.9). Este margen de medidas es el resultado de intentos inapropiados de
determinar el centro de un cuello femoral corto y grueso. El posicionamiento de los
miembros en la radiografía también afecta la imagen del cuello y a menudo es
difícil obtener una posición repetible para la obtención del ángulo de inclinación de
135° es normal. Una deformación caracterizada por un ángulo mayor que el
normal se denomina “coxa valga”, mientras que cuando es inferior se denomina
“coxa vara”.
45
1. Luxación congénita.
2. Luxación precoz con displasia de cadera grave.
3. Luxación traumática.
4. Fractura femoral vieja con reparación en rotación externa del fragmento
proximal.
5. Una anormalidad del desarrollo del fémur asociada con luxación rotuliana
lateral.
Anteversión/retroversión
Desde el punto de vista biomecánico, estos ángulos son importantes para la forma
en que las fuerzas son transmitidas desde el fémur hacia el acetábulo. La
determinación apropiada de los ángulos es difícil y, por lo tanto, no desempeña un
papel importante en el diagnóstico de displasia.
46
El ángulo normal se ve cuando el cuello es posicionado ligeramente craneal al
plano transverso, con el ángulo de anteversión de 27° (+/- 6.5) según las
mediciones por radiografías. En la radiografía lateral, este ángulo se ve cuando la
corical craneal del fémur, al ser proyectada hacia la parte proximal, pasa cerca del
centro de la cabeza femoral.
La retroversión es una medida negativa que indica que el cuello femoral está
dirigido hacia la parte caudo-medial y aparece en las radiografías laterales con
una porción de la cabeza femoral proyectada caudal a la extensión proximal de la
cortical caudal del fémur.
Trocánter mayor
Conformación pélvica
47
acetabular que daba la posibilidad de que la cabeza femoral se subluxara hacia
las partes lateral y dorsal. La inclinación hacia fuera de la pared pélvica provee
una mayor cobertura de la cabeza femoral por parte del acetábulo, permitiendo
una mejor congruencia articular.
48
el diámetro pélvico y una proyección aplanada del acetábulo. De esta manera, la
determinación de la posición acetabular dentro de las paredes pélvicas podría
basarse en el aspecto radiográfico de otros parámetros y provee una sugerencia
acerca de la laxitud articular.
49
perros con un número y gorma normales de vértebras lumbares y sacras. En otros
perros, la fijación pélvica está más afectada por las anomalías congénitas
denominadas segmentos lumbosacros de transición, lo que provoca una marcada
asimetría en las articulaciones sacroíliacas. Las deformaciones de esta naturaleza
dan lugar a una pelvis posicionada en sentido oblicuo, causando que un acetábulo
se ubique más hacia la parte craneal con menor cobertura de la cabeza femoral
por parte del acetábulo. El acetábulo posicionado hacia la parte caudal provee una
mayor cobertura de la cabeza femoral.
DIAGNÓSTICO RADIOGRÁFICO
50
En algunos métodos de evaluación, se revisa el contorno y la profundidad
acetabular, la forma de la cabeza y el cuello femoral. Toda la estructura y la
conformación articular en si son consideradas en forma individual y el total de los
cambios será reconocido como un patrón. El total de los cambios será reconocido
como un patrón. El control británico de displasia de cadera utiliza este sistema y
asigna un valor entre 0 y 6 a 9 parámetros seleccionados en cada cadera; el
cambio más grave tiene mayor valor. El puntaje total es tabulado y utilizado para
comparar el estado de la cadera con otros miembros en particular dentro de la
raza y con el promedio de la raza.
Más allá del método de evaluación radiográfica, el informe puede, por último,
ofrecer una evaluación del estado de las caderas, utilizando términos tales como:
excelente, normal, casi normal, levemente displásico, con displasia moderada o
displásico grave. Otros esquemas asignan el grado de displasia como grados 1, 2,
3 y 4.
51
La clasificación por grados de la DC elaborada en 1954 por Schnelle se describía
como:
52
buena, regular, displásico ligero, displásico moderado y displásico grave). El grado
asignado se basa en la cadera más afectada de las dos articulaciones. Esta
graduación fue modificada en 1991, adaptándose a las teorías más actuales en
relación con la fisiopatología de la displasia.
No existe un único sistema (con el que todos los clínicos concuerden y utilicen)
para la clasificación de los cambios radiográficos. Mientras que algunos utilizan la
subluxación como la característica clave, otros emplean los cambios óseos
secundarios de remodelación. Algunos más, por otra parte, hacen que un perro
joven con cambios graves reciba un grado más alto de displasia que un perro más
viejo con el mismo nivel de cambios secundarios, asignando importancia a la
edad. Esta práctica se basa en el hecho de asumir que la artrosis es progresiva.
53
animales que evidenciaron la cabeza femoral en la radiografía a las dos semanas
de edad desarrollaron caderas normales. Pareciera que la osificación tardia de la
cabeza femoral provee tiempo adicional para el desarrollo de la displasia de
cadera.
Un hecho que preocupó fue que de los 65 perros que construyeron la muestra del
estudio, en 10 de ellos la OFA determinó que eran displásicos, en tanto que, los
radiólogos no afiliados de la OFA diagnosticaron que 25 y 29 perros eran
displásicos, respectivamente. Este estudio pequeño indico que un grado
inquietante de variabilidad entre los radiólogos certificados. Debido a los
54
problemas inherentes con la calificación subjetiva, se ha propuesto o practicado
técnicas físicas y radiológicas como un intento para proporcionar un diagnóstico
más seguro de DC, sin embargo, pocas de ellas se han aceptado o han
encontrado un apoyo científico firme. Los métodos diagnósticos, como los de
Ortolani, Bardens y Barlow, utilizan la palpación de la articulación coxofemoral
para obtener información semicuantitativa sobre la laxitud articular y la
susceptibilidad consiguiente de displasia de la cadera en perros.
La calificación media del AN de 99 perros que la OFA juzgó como “normales” fue
de 104.2° y, en los 14 que consideró “displásicos”, el AN medio fue de 96 grados,
como hecho interesante, la pelvis que la OFA juzgo como normales tuvieron
ángulos de Norberg muy bajos, de 89° mientras que 46 de los 99 perros normales
según la OFA, tuvieron una laxitud de las articulaciones coxofemorales de menos
de 105° del AN. Si bien la OFA no mide el AN como parte de su valoración, según
este estudio es obvio que muchos perros con AN menor de 105° se aprueban para
reproducción. Es probable que el criterio de 105° sea muy estricto para que sea
práctico, en particular porque no se ha demostrado de manera definitiva su utilidad
55
diagnóstica. Tal vez ello explique la poca aceptación del método del AN como un
medio diagnóstico de displasia de la cadera en perros.
56
Además, se desarrolló un nuevo método de medición para cuantificar el grado
relativo de desplazamiento de la cabeza femoral del acetábulo visible en la imagen
de compresión o en las de distracción.
Para una pelvis específica, la imagen de distracción siempre reveló una mayor
laxitud que la de la pelvis con extremidades extendidas, y con frecuencia mostró
una laxitud obvia mensurable cuando la imagen de la pelvis con extremidades
extendidas no indicaba ninguna.
57
más con el aspecto radiológico de EAD que la laxitud (subluxación) de la imagen
de la pelvis con extremidades extendidas. Una observación en particular notable
consistio en que era muy poco probable que las articulaciones que mostraban una
laxitud muy baja, llamadas articulaciones coxofemorales apretadas, tuvieran
pruebas de EAD. A medida que aumentaba la laxitud, había un incremento
concurrente de la probabilidad de EAD con la pelvis. Como hecho interesante, en
ninguna articulación con índice de separación menor de 0.3 hubo pruebas
radiológicas de EAD.
En una valoración longitudinal de tres años de más de 140 perros en los que se
les dio seguimiento desde los cuatro meses de edad, se demostró que el índice de
distracción era claramente más repetible con el tiempo que el ángulo de Norberg o
la calificación de la OFA. El ID a los cuatro meses se correlacionó con el de los
seis, 12 y 24 meses. Los límites de los coeficientes de correlación para el AN y la
calificación de la OFA durante el mismo intervalo fueron muchos más bajos. Se
demostró que el índice de distracción temprano se correlacionaba mejor con el
desarrollo de EAD que el de Norberg y la calificación de la OFA. Un análisis
subsiguiente confirmo que, de las variables medidas, el ID a una edad tan joven
como los cuatro meses era el mejor indicador de la probabilidad de EAD, y que el
vigor de la predicción aumentaba cuando se llevaba a cabo el análisis a los seis
meses o un año. Se encontró que los Pastores alemanes tenían una probabilidad
6.3 veces más alta de mostrar EAD que los otros perros en la muestra. Más aun,
cada incremento de 0.1 del ID se acompañaba de un aumento de 4.1 de riesgo de
EAD.
58
Se llevo a cabo un estudio en 39 cachorros de Pastor alemán de ocho semanas
de edad para saber si la laxitud de la articulación coxofemoral a una edad menor
de 16 semanas también podía predecir la susceptibilidad a la enfermedad. Los
resultados en esta muestra de cachorros revelaron que la laxitud de la articulación
coxofemoral a las ocho semanas de edad no es lo bastante segura como para
utilizarse en un sentido de predicción. Sin embargo, pruebas preliminares de otros
centros colaboradores sugieren que ciertas razas de perros pueden mostrar
laxitud articular y susceptibilidad a la enfermedad a una edad menor de 16
semanas. No obstante, por el momento se recomienda no valorar perros antes de
las 16 semanas de edad y hacer una radiografía de seguimiento para confirmar la
laxitud obtenida a las 16 semanas, a los seis meses o al año de edad.
MEDIDAS PREVENTIVAS
59
que muchos clubs de razas puras, con una frecuencia de 40% o más de casos de
DC, tengan displasia y aplicar sólo de un modo paulatino las normas.
60
DC, a la edad de 10 meses, mientras que en el grupo 2,90% de los animales ya
presentaban a los seis meses un dictamen positivo de DC.
Ahora bien, una oferta excesiva de calcio puede tener consecuencias igualmente
gravesque las de un aporte deficiente de calcio. Debido al elevado índice de
resorción de calcio desde el intestino (40% como mínimo), se produce con
facilidad una elevación del nivel de calcio sérico (hipercalcemia). A través de este,
aumenta la formación de sustancia ósea, pero se resta el metabolismo óseo
necesario para la maduración del esqueleto. Esta circunstancia puede conducir a
un ángulo obtuso entre el cuello del fémur y la diáfisis de mismo con asiento
insuficiente (subluxación) de la cabeza femoral dentro del acetábulo de la
articulación coxofemoral. El mismo efecto es de temer en caso de administración
excesiva de vitamina D, puesto que la vitamina D o sus metabolitos aumentan la
resorción de calcio desde el intestino.
61
Además de la alimentación, otros factores medioambientales que también influyen
son los movimientos corporales y el alojamiento de los perros. En efecto, mediante
la imposición de una extrema restricción de los movimientos a los cachorros que
en pequeñas jaulas se veían forzados a estar sentados con frecuencia, se ha
podido evitar la aparición de la DC. La postura sentada que tienen que adoptar
con frecuencia, parece garantizar en este caso, un profundo asentamiento de la
cabeza femoral dentro del acetábulo y provocar así un estímulo plástico para la
formación de una articulación de cadera correcta. Sin embargo, por razones de
protección de los animales, debe rechazarse este tipo de alojamiento contra
natura. En cambio, las limitaciones de movimiento en un tiempo posterior no
influyen de un modo notable en el desarrollo de la articulación coxofemoral. Debe
prevenirse contra grandes esfuerzos de larga duración, como por ejemplo largas
excursiones en bicicleta o entrenamientos intensivos y demasiado prematuros
para la formación de perros guardianes, en el caso de los perros jóvenes, puesto
que estas actividades llevan a un sobreesfuerzo de las articulaciones, inmaduras
aún de la cadera y pueden favorecer la aparición de DC. La solución óptima es la
actividad juguetona diaria de acuerdo con las necesidades del perro joven, de
manera análoga a lo que sucede en la vida natural con sus semejantes.
62
animal sano desde el punto de vista genético en cuanto a DC, tampoco
desarrollará ninguna DC, aun en condiciones desfavorables del medio ambiente.
Con esto queda claro que todas las medidas preventivas contra la DC,
exceptuando la reproducción, favorece al individuo, pero no a la raza. Esto no
quiere decir; sin embargo, que todos los perros tengan que ser criados en las
condiciones más desfavorables posibles sino que se quiere atraer la atención de
los criadores y de los representantes de los clubs de razas puras sobre el desafío
propiamente dicho, que es la lucha contra la DC a través del control en la
reproducción.
TRATAMIENTO
63
secundaria, en un esfuerzo por disminuir al máximo este proceso, mientras
que otros se pueden emplear como procedimientos de recuperación en
perros adultos.
Tratamiento conservador
En el perro en crecimiento
En el perro adulto
Es mucho lo que se puede realizar para disminuir el dolor en el perro adulto con
artrosis secundaria a una displasia de cadera, aunado al tratamiento médico o
quirúrgico. Es importante evitar el exceso de ejercicio en la cadera displásica por
medio de juegos bruscos o ejercicios prolongados. El ejercicio controlado es
importante para el mantenimiento del tono muscular y demora la contractura de los
64
tejidos blandos periarticulares, hecho que limita el movimiento de las
articulaciones. La natación está recomendada.
El control del peso es importante, ya que el aumento del peso corporal produce un
estrés importante sobre las articulaciones vulnerables. Del mismo modo, hay que
evitar las superficies resbaladizas, ya que las caídas pueden causar dolor por el
trauma a la cadera, y conviene asegurarse de que el perro duerma en un ambiente
cálido y seco. Cuando el tratamiento conservador no es suficiente para mantener
cómodo al perro, se puede utilizar el tratamiento médico.
Tratamiento médico
65
Un nuevo agente es el carprofeno, y se ha demostrado que es bien tolerado y muy
efectivo en la mayoría de los perros. Es un antiinflamatorio no esteroideo que
inhibe la ciclooxigenasa, bloqueando la producción de prostaglandinas y dando un
efecto analgésico y antiinflamatorio. Se administra en dosis de 2mg/kg cada 12
horas.
66
cartílago articular que permanece para ser protegido y, por lo tanto, el valor del
fármaco es cuestionable.
Tratamiento quirúrgico
En el perro en crecimiento
67
congruencia articular, y también la técnica quirúrgica de la banda elástica.
También se ha sugerido la realización de la neurectomía de la cápsula articular,
junto con la miectomía del pectíneo y la tenectomía del iliopsoas, como un
tratamiento sintomático.
El músculo pectíneo es un aductor del fémur y la idea original fue que su sección
permitiría la abducción del fémur y, de esta manera, mejoraría el asentamiento de
la cabeza femoral dentro del acetábulo. La sección del músculo o el tendón
pectíneo es bastante efectiva en la disminución del dolor en el curso agudo de la
displasia de cadera, hecho que ocurre alrededor de los seis meses de edad. En un
inicio, se informaron buenos resultados.
68
El tratamiento es algo similar al buscado en los niños con la colocación de
múltiples pañales después del nacimiento. Por lo general, este tratamiento en los
niños conduce al desarrollo normal de la cadera debido a que las fuerzas de
apoyo no desempeñan un papel en la enfermedad y el desarrollo de la cadera
lleva años en completarse. Sin embargo, en los perros, en el momento en que la
displasia se hace notable, las fuerzas de apoyo ya han trabajado durante muchas
semanas y la cadera ya lleva más de la mitad de su proceso de osificación. Estos
procedimientos quirúrgicos en el perro, aunque alivian el dolor, tienen poco efecto
en el curso de la enfermedad, y la artrosis y la deformación acetabular continúan
su progreso.
69
relieve los pectíneos y facilita de este modo su localización y su disección. Se
realiza una incisión cutánea a lo largo del cuerpo muscular y, luego, por medio de
disección roma del tejido graso subcutáneo, se localizan los vasos femorales
situados cranealmente al cuerpo muscular y el tendón de origen que se desinserta
al ras de la eminencia pectínea del pubis. Se presiona con una pinza hemostática
el cuerpo muscular y, por disección roma, se prosigue hasta el límite del tendón
distal, el cual se secciona en su unión con el cuerpo carnoso, a unos 2 cm
distantes de los vasos circunflejos distales, y por último se realiza el cierre de la
herida en dos planos.
Se ha descrito una alta tasa de éxito (90%) utilizando estas técnicas liberadoras
de tensión, observándose el alivio del dolor dentro de las 24 a 72 h posquirúrgicas
y perdurando hasta seis meses. Después de cierto tiempo, una banda fibrosa
reemplazó el músculo, y todos los perros de un estudio mostraron un
empeoramiento radiográfico progresivo, lo que indicaba la permanencia de la
incongruencia articular. Algunos investigadores mencionan que la sección
simultánea del músculo aductor mayor provee más alivio que la sección única del
músculo pectíneo.
70
Esta técnica quirúrgica libera la porción acetabular de la pelvis y la hace bascular
ventrolateralmente a fin de recubrir la cabeza femoral subluxada y corregir así la
inestabilidad articular. La congruencia articular lograda provoca un reparto más
homogéneo de las fuerzas de presión que se ejercen sobre la cadera y detiene el
ciclo de la evolución artrósica.
Slocum desarrolló una técnica que asocia la osteotomía rectilínea del ilion, de la
tabla isquiática y de la rama craneal del pubis a la osteotomía iliaca fijada
mediante una placa con tornillos. Esta técnica es la más extendida en la actualidad
y en las modificaciones introducidas en ella tienen por objeto, sobre todo, definir el
mejor medio de fijación de la osteotomía del ilion. Se trata de una técnica que
debe reservare para los animales que presentan un trastorno funcional posterior,
asociado a una subluxación coxofemoral y sin anomalía del fémur proximal.
71
inmediata y, por tanto, una evolución a largo plazo más favorable. La presencia de
una artrosis moderada (reborde craneodorsal modificado, ribete de osteofitos en la
base del cuello) no constituye; sin embargo, una contraindicación de la técnica.
La osteotomía del isquion se realiza iniciando con la incisión cutánea a lo largo del
reborde caudal de la tabla isquiática, se localiza el borde caudal de la inserción
del semitendinoso, se realiza una elevación subperióstatica del obturador interno y
del semimembranoso, se colocan dos separadores de Hohmann desde la incisión
cutánea hasta el borde caudal del agujero obturador, se realiza la osteotomía con
una sierra de Gigli y al final se sutura en dos planos.
Para la osteotomía del ilion, el abordaje es por la vía anterior clásica; los músculos
glúteos se reclinan dorsalmente y la osteotomía se realiza con sierra oscilante,
perpendicular a la gran escotadura ciática y por detrás de la articulación
sacroilíaca. El segmento acetabular así liberado se manipula utilizando unas
pinzas de Kern que se colocan en el cuello del ilion y se sitúa en su nueva
posición para tratar de obtener un afrontamiento óptimo entre las dos partes del
ilion.
72
respecto a su porción iliaca permite, por una parte, obtener una mejor cobertura de
la cabeza femoral para un mismo ángulo de rotación (casi siempre 30°) y, por otra,
evitar el estrechamiento del canal pélvico. Se dispone de placas con 45° para los
casos más graves. Es preciso reconocer aquí que el ángulo ideal de basculación
del acetábulo rara vez se calcula con precisión, y que la corrección aportada
queda a la apreciación del cirujano, siendo importante obtener una buena
cobertura posoperatoria.
La reanudación del apoyo después de esta cirugía es, en general, muy rápida y de
manera franca desde el decimoquinto día, fecha en la que se puede considerar
una intervención sobre el otro lado si se trata de un animal joven. El resultado
funcional definitivo se obtiene hacia el tercer mes.
Las complicaciones más frecuentes son, por una parte, transtornos neurológicos
debidos a una afectación perioperatoria del ciático o del nervio pudendo. En
ocasiones se puede observar, en el posoperatorio tardío (dos a tres meses), un
aplastamiento de la cabeza y un acortamiento del diámetro del cuello; estas
modificaciones son consecuencia de las nuevas tensiones que aplican sobre esta
articulación en pleno desarrollo. Los resultados funcionales son los mejores si se
interviene a animales jóvenes, sin lesión artrósica y sin deformación del fémur
proximal.
73
La triple osteotomía pélvica permite la recuperación de la congruencia articular y
determina una mejoría funcional, a la vez que detiene la evolución de la
degeneración articular. Presenta, además, la ventaja de no comprometer las
posibilidades de intervención sobre la cadera enferma; siempre será posible, en
caso de fracaso, practicar de forma ulterior una escisión artroplastica o colocar
una prótesis total de cadera. Es preciso señala que esta técnica quirúrgica
presenta indicaciones limitadas. Un análisis riguroso de las placas preoperatorias
inducirá al cirujano a inclinarse, en la mayoría de los casos, más hacia una
osteotomía pélvica. En este sentido, sorprende descubrir en la literatura veterinaria
el elevado número de perros de raza gigante (sobre todo los Terranovas) que han
sido sometidos a una triple osteotomía pélvica, cuando estas razas tienen más
bien problemas por hiperanteversion del cuello asociada con coxa valga.
Se piensa que, cuanto mayor es la laxitud articular con la cabeza femoral apoyada
contra el borde dorsal del acetábulo, mayor será la indicación de cirugía. En
fechas recientes, se ha descrito que la edad a la que se realiza la cirugía es
importante en relación con el grado de artrosis, tal como se ve en el seguimiento
radiográfico, siendo e desarrollo de la artrosis mucho mayor si la cirugía se realiza
a los seis meses, en comparación con la realización de ésta a los 12 meses de
edad.
Debido a que la mayoría de los pacientes son jóvenes, esto puede imponer la
necesidad de tener a los perros en jaulas o caniles durante este periodo. El
confinamiento de los perros impide la principal complicación de la cirugía, e
74
aflojamiento de la placa ilial; esta complicación es muy probable en los perros muy
jóvenes, los que presentan un hueso con estructura blanda. Sin embargo, la
cicatrización de los sitios de osteotomía es más rápida en estos perros más
jóvenes.
Esto provoca una desviación medial de las áreas de contacto de las superficies
articulares e induce una remodelación funcional de la cabeza femoral y el
acetábulo. La estabilidad puede mejorar al cambiar el ángulo del cuello femoral a
una posición en varus y por la disminución del ángulo de anteversión. De esta
manera, los resultados de la cirugía pueden mejorar si se realiza en el momento
en que hay un máximo recambio óseo, lo que ocurre durante el desarrollo óseo,
de forma tal que la remodelación puede crear la mejor cadera posible.
75
anteversión. Si se observa una deformación en valgus de la cabeza y el cuello
femoral en la radiografía ventrodorsal, se tiene que valorar siempre los ángulos de
anteversión. Esta valoración se puede realizar mediante la medición directa del
ángulo en un plano radiológico dirigido por debajo de la diáfisis femoral o mediante
la valoración del ángulo en una proyección lateral del fémur. El grado del ángulo
en una proyección lateral del fémur. El grado del ángulo de la cabeza y del cuello
femoral se pueden valorar utilizando la trigonometría en las mediciones hechas en
las radiografías lateral y ventrodorsal.
Esta cirugía se ha diseñado para aumentar las fuerzas por las cuales los músculos
adyacentes empujan a la cabeza femoral hacia la parte medial, hacia el centro del
acetábulo. La cirugía consiste en una división incompleta o laminación de la
porción proximal del fémur en una mitad lateral y otra medial. La osteotomía
vertical realizada en la porción proximal del fémur se extiende de 6 a 8 cm. La
76
mitad lateral presenta el trocánter mayor, el tercer trocánter y el sitio de las
inserciones para los músculos glúteos medio y profundo (craneal al trocánter
mayor), y los sitios de inserción de los músculos obturadores externo e interno,
gemelos y cuadrado femoral (en la fosa trocantérica). La mitad medial presenta el
trocánter menor y la cabeza y el cuello femorales. Se crea un espacio entre las
mitades medial y lateral de la porción proximal del fémur que es mantenido por
medio de: a) injertos plásticos, b) tornillos espaciadores o c) injerto óseo cortical y
esponjoso.
Acetabuloplastia
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cabeza femoral y evitar la luxación. Los mejores resultados obtenidos son en
aquellos casos en los que queda cierto reborde en el techo acetabular.
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alternativa rentable a otras técnicas profilácticas, como la triple osteotomía pélvica,
en el tratamiento de perros displásicos inmaduros.
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Sin importar cuál sea la técnica utilizada para realizar la SJP, el procedimiento
conduce de manera consistente a un incremento significativo de los ángulos de
ventroversiónacetabular, mejorando la cobertura acetabular de la cabeza femoral.
El aumento de la ventroversiónacetabular resulta o provoca un incremento
concomitante en la estabilidad de la articulación coxofemoral como se refleja en la
disminución posoperatoria de la magnitud de los índices de distracción conforme
para el tiempo. El índice de distracción de la cadera, como se mide con el método
de PennHip es un método confiable de la laxitud pasiva de la cadera y un buen
método para predecir el desarrollo de la DC cyando se determina a los cuatro
meses de edad. La magnitud de los cambios en todos los parámetros pélvicos se
incrementa cuando la SJP se realiza a edades tempranas. A pesar de la
disminución significativa y consistente en las dimensiones de la entrada pélvica
con el tiempo (incluyendo anchura, arco y circunferencia), no se ha comunicado la
morbilidad posoperatoria en ningún estudio. El efecto de la estrechez del canal
pélvico en el parto está por ser determinado. Debido al riesgo de distocia y a que
la DC es hereditaria, se aconseja realizar de manera rutinaria la castración.
En base a estos estudios experimentales, parece que la SJP, al igual que la triple
osteotomía pélvica, son capaces de inducir cambios significativos y benéficos en
la orientación del acetábulo de perros inmaduros. Al igual que la triple osteotomía
pélvica, este procedimiento no se ha asociado a morbilidad posoperatoria.
Trabajos recientes indican que el procedimiento es ineficaz si se realiza después
de los cinco meses de edad, por lo que la detección temprana es muy importante.
El aparato de distracción ilíaca (ADI) tiene como finalidad distraer hacia las
partes lateral y angular ventrolateralmente al Ilion en el perro joven, con la
finalidad de rotar también hacia las partes lateral y ventral al acetábulo y asi lograr
una mejor cobertura acetabular y congruencia de la articulación coxofemoral.
Esta técnica utiliza dos fijadores esqueléticos externos, cada uno colocado sobre
cada uno de los huesos ilíacos. Cada fijador esquelético consta de tres clavos de
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Steinmann que atraviesan el hueso ilion de dorsal a ventral, el primero en la
espina ilíaca craneal dorsal, el segundo sobre la espina ilíaca caudal dorsal y el
último sobre el cuerpo del ilion cerca del acetábulo. Atraviesan ambas cortezas
óseas y se usa acrílico dental para construir la barra conectora, la que tiene
incluida la barra distractora. La barra distractora une a las barras conectoras de los
fijadores esqueléticos en su porción más distal.
La distracción se logra por medio de tuercas que están a ambos lados de la barra
distractora y que, al roscarlas, presionan hacia el lado al acrilico del aparato de
fijación esquelética externa, obligando a los huesos íliacos a abrirse hacia la parte
lateral y, por la angulación de la barra distractora, también hacia la parte ventral.
Luego de distraer, se coloca un seguro antirretroceso junto a las tuercas
distractoras para evitar su retroceso por la presión que a través de los clavos del
fijador esquelético ejercen los huesos iliacos. La distracción se realiza haciendo
rotar media vuelta a cada una de las tuercas distractoras cada cinco días y
realizando controles radiográficos cada 15 días en la proyección radiográfica
dorsoventral y la del borde acetabular dorsal (BAD), en la cual se aprecia con
claridad el borde acetabular dorsal al colocar la pelvis a 90° de la placa
radiográfica, por donde se dirige el haz de rayos X y se realizan las mediciones
para llevar el control numérico de la cantidad en millimetros de la abertura del
canal pélvico y los ángulos de rotación del acetábulo.
Esta técnica está diseñada para ser utilizada en perros jóvenes, entre cuatro a
cinco meses de edad, que no presenten cambios degenerativos y en los que el
grado de displasia, según el método de la OFA, no sea del grado grave. Con el
aparato de distracción ilíaca, los fémures son forzados hacia el interior del
acetábulo por la distracción que se ejerce sobre los huesos ilíacos.
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Dicha técnica hace el moldeado del acetábulo cuando éste todavía no ha
terminado de osificarse, por lo que la estructura en gran parte cartilaginosa del
mismo favorece la remodelación por las fuerzas distractoras. No se han tenido
problemas por alteraciones de la articulación sacroilíaca, ni alteraciones
neurológicas. Si se ha manifestado por una renuencia transitoria al movimiento y
que, por otra parte, se ha controlado con analgésicos orales.
En el perro adulto
Los perros con dolor intratable originado en la cadera debido a displasia, cuyo
peso corporal es bastante liviano y con atrofia muscular limitada en los miembros
posteriores, son los mejores candidatos a la escisión de la cabeza y cuello
femorales (EAC). La cirugía conduce a la formación de una seudoarticulación
(seudoartrosis) con los tejidos blandos localizados lateral y dorsalmente al
acetábulo, con restauración de la función a pesar del acotamiento del miembro
operado. Por lo general, no se obtienen resultados funcionales aceptables en
perros de mayoro tamaño que el Retriever labrador y en todos aquellos perros con
importante restricción del movimiento debido al engrosamiento de la cápsula
articular, la atrofia muscular y la fibrosis muscular. Sin embargo, otros cirujanos
han indormado que muchos perros de gran tamaño se ven beneficiados por la
cirugía. Se aconseja que, antes de la cirugía, se intente la disminución del peso en
los perros obesos. La natación es un buen ejercicio, tanto para disminuir el peso
como para aumentar la masa muscular.
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El objetico de la escisión es crear una “falsa articulación” con la formación de
una cobertura cartilaginosa del muñón del cuello femoral y un margen confortable
de movimientos en consideración con la flexión y la extensión del miembro
posterior.
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Un estudio experimental de Duff ha permitido observar la cronología siguiente: se
observa una seudoartrosis en el día 30; se comienzan a observar estructuras
histológicas de sinovia en el día 30 (son secretantes en el día 60); el acetábulo
esta relleno por completo hacia el sexto mes del posoperatorio.
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Acetabulectomía
Está indicada para perros de gran tamaño, con displasia coxofemoral invalidante,
en los que los tratamientos clásicos a base de AINE y condroprotectores no logran
ningún efecto. También se practica en aquellos perros con luxaciones
coxofemorales antiguas de origen traumático, con fracturas conminutas de la
cabeza y cuello femoral y con seudoartrosis del cuello del fémur y del acetábulo.
Es necesario realizar un examen cuidadoso del candidato quirúrgico para
asegurarse de que no existe ninguna otra enfermedad que pudiese comprometer
el reemplazo total de cadera.
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Las contraindicaciones de la prótesis total de cadera son: la mielopatía
degenerativa, síndrome de la cola de caballo, tumores, infecciones localizadas y
generalizadas, artritis séptica de la cadera y los casos en que se presenta una
displasia de cadera con coxoartrosis grave, pero con la que el animal no
manifiesta cojera. No existe correlación entre los signos radiográficos de artrosis y
el dolor de ausencia del mismo.
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cerradas y no está indicado intervenir a un animal displásico por debajo de los 10
a 12 meses. No existe límite superior de edad. Son candidatos los perros viejos en
buenas condiciones generales. El límite inferior de su tamaño se sitúa en torno a
los 10 kg.
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sobre las radiografías preoperatorias y se verifica durante la intervención. Se
considera el fresado terminado cuando el tejido esponjoso aparece en la porción
profunda.
Se perforan puntos de anclaje alrededor del acetábulo con una broca de 4.5 mm
de diámetro. Los agujeros se dirigen hacia el ilion, el borde dorsal del acetábulo y
el isquion. Dichos agujeros son un poco profundos de (3 y 4 mm) y se agrandan
con una pequeña uretra de Voulkmann. La colocación de la copa es uno de los
factores escenciales para el éxito de una artroplastia de cadera. La copa se situa
de forma previa con la ayuda de un posiscionadoracetabular. La copa y su
posicionador se incertan en un primer tiempo sin cemento, para orientar y
memorizar el momento completo de inserccion. Una vez relleno el acetábulo del
metilmetacrilato, se inserta la copa, que se posiciona en función de 4 puntos de
referencia:
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Una vez elegida de manera definitiva la longitud del cuello, se inserta la
cabeza(cobalto- cromo, cerámica o titanio recubierto de diamante) y a
continuación se impacta.
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El número de infecciones puede disminuirse mediante la utilización de una asepsia
rigurosa y una antibioterapia profiláctica, así como la adición de antibiótico al
cemento. El diagnóstico de infección se basa en aumento de fiebre, dolor y cojera,
en el estudio bacteriológico del aspirado sinovial y en la radiología. El diagnostico
radiográfico del sepsis de una prótesis es con frecuencia tardía y se caracteriza
por una reacción del periosquio, un adelgazamiento cortical, una banda exagerada
en la interfas hueso-cemento y, en los casos más avanzados, por los signos de
desprendimiento de la protesis.
Las luxaciones de la protesis están ligadas a una mala orientación del acetábulo, a
un cuello de la protesis demasiado corto lo que conlleva una laxitud posoperatoria
de la prótesis, o a un defecto de anteversión del cuello y, en la mayoría de los
casos, a una combinación de tres causas. La copa puede colocarse con una
anteversión demasiado grande y un angulo lateral demasiado abierto lo que
favorece a la luxación craneodorsal. Cuando el angulo lateral es demasiado
cerrado la luxación es ventral. El tratamiento requiere de la reducción abierta, con
situación de la copa acetabular o de la protesis femoral. En ciertos casos, pueden
utilizarse una osteotomía femoral o una osteotomía pelviana.
Laprótesis total de la cadera como una solución de calidad a las afecciones graves
de la cadera de naturaleza no infecciosa el dolor desaparece, la masa muscular
adquiere un volumen normal y el animal recupera actividad optima como animal de
compañía o de deporte. El número de complicaciones a disminuido y la mitad de
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las misma pueden tratarse. Se trata de una técnica idónea para perros de tamaño
medio y grande, sobre todo en casos de coxoartrosis invalidante.
CONCLUSION
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Con ello puede optarse por practicar osteotomías correctivas, evitando de esta
forma la aparición de artrosis en estas articulaciones. Si por contra el animal ya ha
desarrollado lesiones degenerativas o bien, el grado de laxitud articular es muy
grande, hay que proponer al propietario la opción de la artroplastia bien de
excisión o bien de sustitución, en función del peso del animal.
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