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http://dx.doi.org/10.35659/designis.

i35

deSignis 35
Semióticas cognitivas:
nuevos paradigmas.
Cognitive semiotics: new
paradigms

Coordinación / Edited by Asún Lopez Varela


Azcarate. Con la colaboración / Collaboration of
Luis Martinez-Falero y Lucia Santaella
COMITÉ PATROCINANTE
ARGENTINA: Tomás Maldonado† (Politécnico de Milán MIP), Eliseo Verón† (Universidad de San Andrés UDESA); BÉLGICA: Jean-Marie Klinkenberg
(Universidad de Lieja ULIEJE); ESPAÑA: Román Gubern (Universidad Autónoma de Barcelona UAB); FINLANDIA: Eero Tarasti (Universidad de
Helsinki HY/HU); ITALIA: Umberto Eco† (Universidad de Bolonia UNIBO), Paolo Fabbri† (CCIS-Universidad de Urbino UNIURB); PERÚ: Desiderio
Blanco (Universidad de Lima ULIMA).

COMITÉ DE REDACCIÓN
ARGENTINA: Gastón Cingolani (Universidad Nacional de las Artes), María Teresa Dalmasso (Universidad Nacional de Córdoba UNC), Lucrecia Escudero deSignis 35
Chauvel (Universidad Nacional de Rosario UNR - EHESS CERMA Mondes Américaines UMF8168), Claudio Guerri (Facultad de Arquitectura, Diseño y
Urbanismo Universidad de de Buenos Aires UBA), Guillermo Olivera ( Universidad de Stirling, Reino Unido), Oscar Steimberg (Universidad Nacional Semióticas cognitivas:
de las Artes UNA); BRASIL: Clotilde Pérez (Universidad de San Pablo USP), Mónica Rector (Universidad North Carolina UNC), María Lucia Santaella
(Pontificia Universidad Católica de Sao Paulo PUCSP); COLOMBIA: Armando Silva (Universidad del Externado UE); CHILE: Rafael del Villar (Universidad
nuevos paradigmas.
de Chile UC), Elizabeth Parra (Universidad de Concepción UDEC) ; ESPAÑA: Charo Lacalle (Universidad Autónoma de Barcelona UAB), Cristina Peñamarín
(Universidad Complutense de Madrid UCM), José María Paz Gago (Universidad de La Coruña ULC), Carlos Scolari (Universidad Pompeu Fabra UPF),
Cognitive semiotics: new
Teresa Velázquez García-Talavera (Universidad Autónoma de Barcelona UAB); MÉXICO: Alfredo Tenoch Cid Jurado (Universidad Autónoma de México- paradigms
Xochimilco), Lydia Elizalde (Universidad Autonoma del Estado de Morelos UAEM) ; PUERTO RICO: Eliseo Colón Zayas ( Universidad de Puerto Rico UPR);
REPÚBLICA ORIENTAL DEL URUGUAY: Fernando Andacht (Universidad de la Republica, UR); REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA: José Enrique
Finol (Universidad del Zulia LUZ), Rocco Mangieri (Universidad de Los Andes ULA),
Coordinación / Edited by Asún Lopez Varela
COMITÉ CIENTÍFICO Azcarate. Con la colaboración / Collaboration of
Winfried Nöth (Universidad de Kassel UK, Alemania), Noé Jitrik (Universidad de Buenos Aires UBA, Argentina), Herman Parret (Universidad Luis Martinez-Falero y Lucia Santaella
Católica de Lovaina KULeuven, Bélgica), Jesús Martín Barbero (Universidad del Valle Univalle, Colombia) +, Yong Xiang Wang (Chinese Semiotics
Studies, China); Carmen Bobes (Universidad de Oviedo UNIOVI, España), José Romera Castillo (UNED, España), Manuel Ángel Vázquez Medel
(Universidad de Sevilla US, España), Anne Henault (Université de Paris Sorbonne, Francia), Jacques Fontanille (Université de Limoges UNILIM,
Francia), Erik Landowski (Centre National de la Recherche Scientifique CNRS, Francia), Patricia Violi (Universidad de Bolonia UNIBO, Italia), Oscar
Quezada Macchiavello (Universidad de Lima UL, Perú), Paul Colby (Middlesex University MDX, Reino Unido), Bernard McGuirk (Universidad de
Nottingham NTU, Reino Unido), Greg Philo (Universidad de Glasgow UG, Reino Unido).

COMITÉ ASESOR
ALEMANIA: Stephanie Averbeck-Lietz (Universidad de Bremen UB) ; AUSTRIA: Jörg Türschmann (Universidad de Viena UNIVIE); ARGENTINA:
Betty Amman( Universidad Nacional de Córdoba UNC), Leonor Arfuch (Universidad de Buenos Aires UBA), Mario Carlón (Universidad de
Buenos Aires UBA), Olga Corna (Universidad Nacional de Rosario UNR), José Luis Fernández (Universidad de Buenos Aires UBA), Susana Frutos
(Universidad Nacional de Rosario UNR), María Ledesma (Universidad de Buenos Aires UBA), Isabel Molinas (Universidad Nacional del Litoral UNL),
Gabriela Simón (Universidad Nacional de San Juan UNSJ), Marita Soto (UNA), Sandra Valdetaro (Universidad Nacional de Rosario UNR); BOLIVIA:
deSignis Serie Intersecciones
Víctor Quelca (Universidad Autónoma Gabriel René Moreno UAGRM); BRASIL: Ana Claudia Alves de Oliveira (Pontificia Universidad Católica de
São Paulo PUCSP PUC SP), Luiz Carlos Assis Iasbeck (Universidade Católica de Brasilia UCB), Beth Brait (Pontificia Universidad Católica de São
deSignis Intersections Series
Paulo PUCSP), Heloisa Duarte Valente (Universidad de São Paulo), Yvana Fechine (Pontificia Universidad Católica de São Paulo PUCSP), Irene
Machado (Universidad de São Paulo SP), Eufrasio Prates (Universidad de Brasilia UB), Darcilia Simoes (Universidad Estadual de Rio de Janeiro
UERJ); BULGARIA: Christian Bankov (Universidad de Sofia US); COLOMBIA: María Cristina Asqueta (Uniminuto), Gladys Lucia Acosta Valencia
(Universidad de Medellín UDEM), Andrea Echeverri (Universidad de los Andes UA), Douglas Nino (Universidad Jorge Tadeo Lozano UJTL), Claudia
Maya (Universidad de Medellín UDEM), Eduardo Serrano (Universidad del Valle UNIVALLE), Álvaro Góngora (Universidad Javeriana UJ); CHILE:
Rubén Ditrus (Universidad Central de Chile UCC), María José Contreras (Pontificia Universidad Católica de Chile PUC), Paulina Gómez Lorenzini
(Pontificia Universidad Católica de Chile PUCU), Jaime Otazo (Universidad de La Frontera UFRO), Héctor Ponce de la Fuente (Universidad de
La Frontera UFRO), Claudio Cortés (Universidad de Chile UC), Carlos del Valle (Universidad de La Frontera UFRO); ECUADOR: Jorge Andrés
Díaz (CORDICOM), Alberto Pereira Valarezo (Universidad Central del Ecuador UCE); ESPAÑA: Eva Aladro (Universidad Complutense de Madrid
UCM), Ricardo Carniel Buggs (Universidad Autónoma de Barcelona UAB), Pilar Couto ( Universidad de La Coruña ULC), Héctor Fouce (Universidad
Complutense de Madrid UCM), Rayco González (Universidad de Burgos UBU), Asunción López Varela (Universidad Complutense de Madrid
UCM), Miguel Martin (GESC, Madrid), José María Nadal (Universidad del País Vasco UPV), José Manuel Pérez Tornero (Universidad Autónoma de
Barcelona UAB), Félix Ríos (Universidad de La Laguna ULL), Raúl Rodríguez (Universidad de Alicante UA), Vanessa Sainz (Universidad Complutense
de Madrid UCM), Marcello Serra (GESC, Madrid), Santos Zunzunegui (Universidad del País Vasco UPV); FRANCIA: Luca Acquarelli (Universidad de
Lille), Juan Alonso (SciencesPo), Claude Chabrol (Universidad Sorbonne Nouvelle), Patrick Charaudeau (Universidad de Paris XIII), François Jost (
Universidad Sorbonne Nouvelle), Guy Lochard (Universidad de Paris VIII), Marta Severo (Universidad de Nanterre); GRAN BRETAÑA: Alexandra
Campos (Universidad de Nottingham UN); ITALIA: Paolo Bertetti (Universidad de Siena UNISI), Patrizia Calefato (Universidad de Bari UNIBA),
Massimo Leone (Universidad de Torino UNITO, Universidad de Shanghái SHU), Anna María Lorusso (Universidad de Bolonia UNIBO), Giovanni
Manetti (Universidad de Siena UNISI), Gianfranco Marrone (Universidad de Palermo UNIPA), Roberto Pellerey (Universidad de Génova UNIGE),
María Pía Pozzato (Universidad de Bolonia UNIBO); MÉXICO: Jacob Bañuelos (Instituto Tecnológico de Monterrey Campus Ciudad de México
ITM CCM), Alberto Betancourt (Universidad Nacional Autónoma de México UNAM), Carmen de la Peza (Universidad Autonoma Metropolitana
UAM – X), Roberto Flores (Instituto Nacional de Antropología e Historia INAH), Tanius Karam (Universidad Autónoma de la Ciudad de México,
UACM), Raymundo Mier (Universidad Autonoma Metropolitana UAM X), María Eugenia Olavarría (Universidad Autónoma Metropolitana UAM
– A), Silvia Tabachnik (Universidad Autónoma de México UAM); PERÚ: José David García Conto (Universidad de Lima UNILIMA), Celia Rubina
Vargas (Pontificia Universidad Catolica de Perú PUCP); PUERTO RICO: Silvia Álvarez Curbelo (Universidad de Puerto Rico UPR); REPÚBLICA
BOLIVARIANA DE VENEZUELA: Luis Javier Hernández ( Universidad de Los Andes ULA), Alexander Mosquera (Universidad del Zulia. LUZ), Dobrila
de Nery (Universidad del Zulia LUZ); RUSIA: Inna Merkoulova (Universidad Estatal Académica de Humanidades, Moscú).

DIRECCIÓN: Lucrecia Escudero Chauvel (Universidad Nacional de Rosario UNR; CERMA Mondes Américaines, Francia)
SUBDIRECCIÓN: Teresa Velázquez García -Talavera (Universidad Autónoma de Barcelona, UAB, LAPREC, España)
COMITÉ de EDICIÓN: María Teresa Dalmasso (Universidad Nacional de Córdoba UNC – CEA, Argentina), directora
SECRETARÍA DE REDACCIÓN: Cristina Peñamarín (Universidad Complutense de Madrid, UCM, España), Guillermo Olivera (Universidad
de Stirling, Reino Unido)
SECRETARÍA: Sebastián Gastaldi (Universidad Nacional de Córdoba UNC – CEA, Argentina), TRADUCCIONES Carolina Casali (Universidad
Nacional de Córdoba UNC – CEA, Argentina) [email protected]
SECRETARÍA FINANCIERA: Israel V. Márquez (Universidad Complutense de Madrid, UCM, España, ) [email protected]
SECCIÓN PERSPECTIVAS: Mariano Dagatti (CONICET – Universidad de San Andrés, Argentina), director [email protected]
SECCIÓN LECTURAS: Miguel Martin (GESC Universidad Complutense de Madrid, UCM, España), director [email protected]
COMITÉ PATROCINANTE
ARGENTINA: Tomás Maldonado† (Politécnico de Milán MIP), Eliseo Verón† (Universidad de San Andrés UDESA); BÉLGICA: Jean-Marie Klinkenberg
(Universidad de Lieja ULIEJE); ESPAÑA: Román Gubern (Universidad Autónoma de Barcelona UAB); FINLANDIA: Eero Tarasti (Universidad de
Helsinki HY/HU); ITALIA: Umberto Eco† (Universidad de Bolonia UNIBO), Paolo Fabbri† (CCIS-Universidad de Urbino UNIURB); PERÚ: Desiderio
Blanco (Universidad de Lima ULIMA).

COMITÉ DE REDACCIÓN
ARGENTINA: Gastón Cingolani (Universidad Nacional de las Artes), María Teresa Dalmasso (Universidad Nacional de Córdoba UNC), Lucrecia Escudero deSignis 35
Chauvel (Universidad Nacional de Rosario UNR - EHESS CERMA Mondes Américaines UMF8168), Claudio Guerri (Facultad de Arquitectura, Diseño y
Urbanismo Universidad de de Buenos Aires UBA), Guillermo Olivera ( Universidad de Stirling, Reino Unido), Oscar Steimberg (Universidad Nacional Semióticas cognitivas:
de las Artes UNA); BRASIL: Clotilde Pérez (Universidad de San Pablo USP), Mónica Rector (Universidad North Carolina UNC), María Lucia Santaella
(Pontificia Universidad Católica de Sao Paulo PUCSP); COLOMBIA: Armando Silva (Universidad del Externado UE); CHILE: Rafael del Villar (Universidad
nuevos paradigmas.
de Chile UC), Elizabeth Parra (Universidad de Concepción UDEC) ; ESPAÑA: Charo Lacalle (Universidad Autónoma de Barcelona UAB), Cristina Peñamarín
(Universidad Complutense de Madrid UCM), José María Paz Gago (Universidad de La Coruña ULC), Carlos Scolari (Universidad Pompeu Fabra UPF),
Cognitive semiotics: new
Teresa Velázquez García-Talavera (Universidad Autónoma de Barcelona UAB); MÉXICO: Alfredo Tenoch Cid Jurado (Universidad Autónoma de México- paradigms
Xochimilco), Lydia Elizalde (Universidad Autonoma del Estado de Morelos UAEM) ; PUERTO RICO: Eliseo Colón Zayas ( Universidad de Puerto Rico UPR);
REPÚBLICA ORIENTAL DEL URUGUAY: Fernando Andacht (Universidad de la Republica, UR); REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA: José Enrique
Finol (Universidad del Zulia LUZ), Rocco Mangieri (Universidad de Los Andes ULA),
Coordinación / Edited by Asún Lopez Varela
COMITÉ CIENTÍFICO Azcarate. Con la colaboración / Collaboration of
Winfried Nöth (Universidad de Kassel UK, Alemania), Noé Jitrik (Universidad de Buenos Aires UBA, Argentina), Herman Parret (Universidad Luis Martinez-Falero y Lucia Santaella
Católica de Lovaina KULeuven, Bélgica), Jesús Martín Barbero (Universidad del Valle Univalle, Colombia) +, Yong Xiang Wang (Chinese Semiotics
Studies, China); Carmen Bobes (Universidad de Oviedo UNIOVI, España), José Romera Castillo (UNED, España), Manuel Ángel Vázquez Medel
(Universidad de Sevilla US, España), Anne Henault (Université de Paris Sorbonne, Francia), Jacques Fontanille (Université de Limoges UNILIM,
Francia), Erik Landowski (Centre National de la Recherche Scientifique CNRS, Francia), Patricia Violi (Universidad de Bolonia UNIBO, Italia), Oscar
Quezada Macchiavello (Universidad de Lima UL, Perú), Paul Colby (Middlesex University MDX, Reino Unido), Bernard McGuirk (Universidad de
Nottingham NTU, Reino Unido), Greg Philo (Universidad de Glasgow UG, Reino Unido).

COMITÉ ASESOR
ALEMANIA: Stephanie Averbeck-Lietz (Universidad de Bremen UB) ; AUSTRIA: Jörg Türschmann (Universidad de Viena UNIVIE); ARGENTINA:
Betty Amman( Universidad Nacional de Córdoba UNC), Leonor Arfuch (Universidad de Buenos Aires UBA), Mario Carlón (Universidad de
Buenos Aires UBA), Olga Corna (Universidad Nacional de Rosario UNR), José Luis Fernández (Universidad de Buenos Aires UBA), Susana Frutos
(Universidad Nacional de Rosario UNR), María Ledesma (Universidad de Buenos Aires UBA), Isabel Molinas (Universidad Nacional del Litoral UNL),
Gabriela Simón (Universidad Nacional de San Juan UNSJ), Marita Soto (UNA), Sandra Valdetaro (Universidad Nacional de Rosario UNR); BOLIVIA:
deSignis Serie Intersecciones
Víctor Quelca (Universidad Autónoma Gabriel René Moreno UAGRM); BRASIL: Ana Claudia Alves de Oliveira (Pontificia Universidad Católica de
São Paulo PUCSP PUC SP), Luiz Carlos Assis Iasbeck (Universidade Católica de Brasilia UCB), Beth Brait (Pontificia Universidad Católica de São
deSignis Intersections Series
Paulo PUCSP), Heloisa Duarte Valente (Universidad de São Paulo), Yvana Fechine (Pontificia Universidad Católica de São Paulo PUCSP), Irene
Machado (Universidad de São Paulo SP), Eufrasio Prates (Universidad de Brasilia UB), Darcilia Simoes (Universidad Estadual de Rio de Janeiro
UERJ); BULGARIA: Christian Bankov (Universidad de Sofia US); COLOMBIA: María Cristina Asqueta (Uniminuto), Gladys Lucia Acosta Valencia
(Universidad de Medellín UDEM), Andrea Echeverri (Universidad de los Andes UA), Douglas Nino (Universidad Jorge Tadeo Lozano UJTL), Claudia
Maya (Universidad de Medellín UDEM), Eduardo Serrano (Universidad del Valle UNIVALLE), Álvaro Góngora (Universidad Javeriana UJ); CHILE:
Rubén Ditrus (Universidad Central de Chile UCC), María José Contreras (Pontificia Universidad Católica de Chile PUC), Paulina Gómez Lorenzini
(Pontificia Universidad Católica de Chile PUCU), Jaime Otazo (Universidad de La Frontera UFRO), Héctor Ponce de la Fuente (Universidad de
La Frontera UFRO), Claudio Cortés (Universidad de Chile UC), Carlos del Valle (Universidad de La Frontera UFRO); ECUADOR: Jorge Andrés
Díaz (CORDICOM), Alberto Pereira Valarezo (Universidad Central del Ecuador UCE); ESPAÑA: Eva Aladro (Universidad Complutense de Madrid
UCM), Ricardo Carniel Buggs (Universidad Autónoma de Barcelona UAB), Pilar Couto ( Universidad de La Coruña ULC), Héctor Fouce (Universidad
Complutense de Madrid UCM), Rayco González (Universidad de Burgos UBU), Asunción López Varela (Universidad Complutense de Madrid
UCM), Miguel Martin (GESC, Madrid), José María Nadal (Universidad del País Vasco UPV), José Manuel Pérez Tornero (Universidad Autónoma de
Barcelona UAB), Félix Ríos (Universidad de La Laguna ULL), Raúl Rodríguez (Universidad de Alicante UA), Vanessa Sainz (Universidad Complutense
de Madrid UCM), Marcello Serra (GESC, Madrid), Santos Zunzunegui (Universidad del País Vasco UPV); FRANCIA: Luca Acquarelli (Universidad de
Lille), Juan Alonso (SciencesPo), Claude Chabrol (Universidad Sorbonne Nouvelle), Patrick Charaudeau (Universidad de Paris XIII), François Jost (
Universidad Sorbonne Nouvelle), Guy Lochard (Universidad de Paris VIII), Marta Severo (Universidad de Nanterre); GRAN BRETAÑA: Alexandra
Campos (Universidad de Nottingham UN); ITALIA: Paolo Bertetti (Universidad de Siena UNISI), Patrizia Calefato (Universidad de Bari UNIBA),
Massimo Leone (Universidad de Torino UNITO, Universidad de Shanghái SHU), Anna María Lorusso (Universidad de Bolonia UNIBO), Giovanni
Manetti (Universidad de Siena UNISI), Gianfranco Marrone (Universidad de Palermo UNIPA), Roberto Pellerey (Universidad de Génova UNIGE),
María Pía Pozzato (Universidad de Bolonia UNIBO); MÉXICO: Jacob Bañuelos (Instituto Tecnológico de Monterrey Campus Ciudad de México
ITM CCM), Alberto Betancourt (Universidad Nacional Autónoma de México UNAM), Carmen de la Peza (Universidad Autonoma Metropolitana
UAM – X), Roberto Flores (Instituto Nacional de Antropología e Historia INAH), Tanius Karam (Universidad Autónoma de la Ciudad de México,
UACM), Raymundo Mier (Universidad Autonoma Metropolitana UAM X), María Eugenia Olavarría (Universidad Autónoma Metropolitana UAM
– A), Silvia Tabachnik (Universidad Autónoma de México UAM); PERÚ: José David García Conto (Universidad de Lima UNILIMA), Celia Rubina
Vargas (Pontificia Universidad Catolica de Perú PUCP); PUERTO RICO: Silvia Álvarez Curbelo (Universidad de Puerto Rico UPR); REPÚBLICA
BOLIVARIANA DE VENEZUELA: Luis Javier Hernández ( Universidad de Los Andes ULA), Alexander Mosquera (Universidad del Zulia. LUZ), Dobrila
de Nery (Universidad del Zulia LUZ); RUSIA: Inna Merkoulova (Universidad Estatal Académica de Humanidades, Moscú).

DIRECCIÓN: Lucrecia Escudero Chauvel (Universidad Nacional de Rosario UNR; CERMA Mondes Américaines, Francia)
SUBDIRECCIÓN: Teresa Velázquez García -Talavera (Universidad Autónoma de Barcelona, UAB, LAPREC, España)
COMITÉ de EDICIÓN: María Teresa Dalmasso (Universidad Nacional de Córdoba UNC – CEA, Argentina), directora
SECRETARÍA DE REDACCIÓN: Cristina Peñamarín (Universidad Complutense de Madrid, UCM, España), Guillermo Olivera (Universidad
de Stirling, Reino Unido)
SECRETARÍA: Sebastián Gastaldi (Universidad Nacional de Córdoba UNC – CEA, Argentina), TRADUCCIONES Carolina Casali (Universidad
Nacional de Córdoba UNC – CEA, Argentina) [email protected]
SECRETARÍA FINANCIERA: Israel V. Márquez (Universidad Complutense de Madrid, UCM, España, ) [email protected]
SECCIÓN PERSPECTIVAS: Mariano Dagatti (CONICET – Universidad de San Andrés, Argentina), director [email protected]
SECCIÓN LECTURAS: Miguel Martin (GESC Universidad Complutense de Madrid, UCM, España), director [email protected]
MEDIOS DIGITALES: Sebastián Moreno Barreneche (Universidad ORTL, Uruguay), director [email protected]
ASISTENTE TÉCNICO: André Peruzzo (Universidad de Sao Paulo USP, Brasil)
NEWSLETTER: Mariana Maestri (Universidad Nacional de Rosario UNR, Argentina) [email protected]
deSignis 35 Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas.
COMUNITYMANAGEMENT: Sebastian Moreno. httpp://www.facebook/Revista DeSignis Cognitive semiotics: new paradigms
WEBMASTER: Iría Caballero Ullate www.designisfels.net
RELACIONES EDITORIALES: Susana Frutos (Universidad Nacional de Rosario UNR, Argentina), directora [email protected]
RELACIONES INSTITUCIONALES: Marta Rizo (Universidad Autónoma de la Ciudad de México UACM, México), directora [email protected]
deSignis Serie Intersecciones
COLABORARON EN deSignis nº 35
Martín M. Acebal ( Universidad Nacional del Litoral, UNTREF. Argentina),Fernando Andacht ( Universidad de la República. Uruguay),Pampa Arán (Centro deSignis Intersections Series
de Estudios Avanzados, Facultad de Ciencias. Sociales, Universidad Nacional de Córdoba. Argentina), Silvia N. Barei (Universidad Nacional de Córdoba.
Argentina), Alfredo Tenoch Cid Jurado ( Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco. México), María Teresa Dalmasso (Universidad Nacional de
Córdoba. Argentina), Adán Martín Dueñas ( Universidad Fernando Pessoa, Canarias. España), Lucrecia Escudero Chauvel (UNR CIM – LAPREC- CERMA.
Francia), Fernando Fraenza (Facultad de Artes, Universidad Nacional de Córdoba. Argentina), Sebastián Gastaldi (Universidad Nacional de Córdoba.
Argentina), Ariel Gómez Ponce (Facultad de Ciencias Sociales, Universidad Nacional de Córdoba. Argentina), Claudio Guerri ( FADU-UBA; UNTREF; Editorial. El giro cognitivo. Editorial. The Cognitive Turn
FADU-UNL, Argentina), Rocco Mangieri ( Universidad de los Andes, República Bolivariana de Venezuela), Sebastián Moreno Barreneche (Universidad Lucrecia Escudero Chauvel
ORT. Uruguay), Ángelo Loula ( Universidade Estadual de Feira de Santana. Brasil), Teresa MOZEJKO ( Universidad Nacional de Córdoba. Argentina),
Cristina Peñamarín ( Facultad de Ciencias de la Informacion, Universidad Complutense de Madrid. España), Marta Silvera-Roig ( Universidad Complutense
de Madrid. España), Alicia Vaggione (Centro de Estudios Avanzados, Facultad de Ciencias. Sociales, Universidad Nacional de Córdoba. Argentina), Patrizia
Violi (Universidad de Bologna. Italia), Teresa Velázquez García Talavera (Universidad Autonoma de Barcelona. España) I. ESCENARIOS/SCENERY
Coordinación / Edited by Asún Lopez Varela Azcarate.
La revisión por pares está a disposición para consulta en el Comité de Edición de la revista. comité[email protected]
Con la colaboración / Collaboration of Luis Martinez-Falero y Lucia Santaella
Corrección de primeras pruebas: estudiantes (Christian Almonacid, Miguel Ángel Caraballo, Eloísa Figueredo) y docentes (Marisa Elizalde,
Maura Lacreu, Mariela Oreggioni, Julia Ortiz) de la Tecnicatura Universitaria en Corrección de Estilo (Universidad de la República, Uruguay).

Este número ha sido posible con el aporte de la financiación de ayudas para grupos de investigación de la Universidad Complutense de Madrid (Grupo
970724, Programa de investigación Estudios en Intermedialidad y Medicación Intercultural SIIM, Facultad de Filología, Departamento de Estudios Ingleses)
17 Asún López-Varela Azcárate
Presentación: semióticas cognitivas. Introduction: cognitive semiotics

CHARLES SANDERS PEIRCE Y LA SEMIÓTICA COGNITIVA / CHARLES SANDERS PEIRCE AND COGNITIVE
SEMIOTICS

DISEÑO GRÁFICO Y PRODUCCIÓN


25 Lucia Santaella Braga
As contribuições de Peirce à ciência cognitiva. Peirce’s contributions to cognitive science.
Iría Caballero Ullate. Sobre un concepto de Horacio Wainhaus.
Editado con la colaboración del Doctorado en Comunicación de la Universidad Nacional de Rosario (Argentina)
Julio Horta
ISSN 1578-4223
ISSN DIGITAL 2462 – 7259
35 Modelos científicos: relaciones semióticas y trascendentales. Scientific models: semiotic and
transcendental relationships
Impreso en Argentina – UNREdiciones Urquiza 2050, Rosario 2000. Argentina. [email protected]
2021 (julio-diciembre)
Winfried Nöth
Dirección legal 12 rue de Pontoise – Paris 75005 - Francia
deSignis es una publicación de la Federación Latinoamericana de Semiótica, asociación Ley 1901 de la República Francesa, con número de
registro 1405367K (J.O RF 24/01/2001 n° 1335). Repositorio Centre ISSN BNF Quai François Mauriac 75706 Paris Cedex FR. Repositorio digital
49 Cognição como semiose: semiótica cognitiva e cogsem. Cognition as semiosis: cognitive semiotics and
cogsem
Universidad Autonoma de Barcelona https://ddd.uab.cat/record/204665

Priscila Borges, Lethícia Angelim


59
Deposito Legal Barcelona B.17342-2001.
Continuidade em e entre cognição, signos e classes. Continuity in and between cognition, signs,
Publicación indexada en Emerging Sources Citation Index (ESCI); Dialnet, DOAJ Open Access Journal Directory; Latindex www. latindex.com; and classes
http://dgb.unam.mx/clase.html ; Redalyc-AmeliCA.
En proceso de evaluación SCOPUS
Integra la Red de Revistas FLACSO NARRATIVAS, POÉTICAS Y SEMIÓTICAS COGNITIVAS / NARRATIVES, POETICS AND COGNITIVE SEMIOTICS

Juan Carlos Mendoza-Collados


73 Los artefactos y el lenguaje: una mirada desde la semiótica cognitiva a los universales. Artifacts
and language: a Cognitive Semiotics universals’approach

Claudio Paolucci
83 Sentido y cognición: la narratividad entre semiótica y ciencias cognitivas. Sense and cognition:
narrativity between semiotics and cognitive science.

Olga Lavrenova
101 El paisaje cultural como un reflejo de la teoría cognitiva de la metáfora. Cultural landscape as a
reflection of the Cognitive Theory of the metaphor
MEDIOS DIGITALES: Sebastián Moreno Barreneche (Universidad ORTL, Uruguay), director [email protected]
ASISTENTE TÉCNICO: André Peruzzo (Universidad de Sao Paulo USP, Brasil)
NEWSLETTER: Mariana Maestri (Universidad Nacional de Rosario UNR, Argentina) [email protected]
deSignis 35 Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas.
COMUNITYMANAGEMENT: Sebastian Moreno. httpp://www.facebook/Revista DeSignis Cognitive semiotics: new paradigms
WEBMASTER: Iría Caballero Ullate www.designisfels.net
RELACIONES EDITORIALES: Susana Frutos (Universidad Nacional de Rosario UNR, Argentina), directora [email protected]
RELACIONES INSTITUCIONALES: Marta Rizo (Universidad Autónoma de la Ciudad de México UACM, México), directora [email protected]
deSignis Serie Intersecciones
COLABORARON EN deSignis nº 35
Martín M. Acebal ( Universidad Nacional del Litoral, UNTREF. Argentina),Fernando Andacht ( Universidad de la República. Uruguay),Pampa Arán (Centro deSignis Intersections Series
de Estudios Avanzados, Facultad de Ciencias. Sociales, Universidad Nacional de Córdoba. Argentina), Silvia N. Barei (Universidad Nacional de Córdoba.
Argentina), Alfredo Tenoch Cid Jurado ( Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco. México), María Teresa Dalmasso (Universidad Nacional de
Córdoba. Argentina), Adán Martín Dueñas ( Universidad Fernando Pessoa, Canarias. España), Lucrecia Escudero Chauvel (UNR CIM – LAPREC- CERMA.
Francia), Fernando Fraenza (Facultad de Artes, Universidad Nacional de Córdoba. Argentina), Sebastián Gastaldi (Universidad Nacional de Córdoba.
Argentina), Ariel Gómez Ponce (Facultad de Ciencias Sociales, Universidad Nacional de Córdoba. Argentina), Claudio Guerri ( FADU-UBA; UNTREF; Editorial. El giro cognitivo. Editorial. The Cognitive Turn
FADU-UNL, Argentina), Rocco Mangieri ( Universidad de los Andes, República Bolivariana de Venezuela), Sebastián Moreno Barreneche (Universidad Lucrecia Escudero Chauvel
ORT. Uruguay), Ángelo Loula ( Universidade Estadual de Feira de Santana. Brasil), Teresa MOZEJKO ( Universidad Nacional de Córdoba. Argentina),
Cristina Peñamarín ( Facultad de Ciencias de la Informacion, Universidad Complutense de Madrid. España), Marta Silvera-Roig ( Universidad Complutense
de Madrid. España), Alicia Vaggione (Centro de Estudios Avanzados, Facultad de Ciencias. Sociales, Universidad Nacional de Córdoba. Argentina), Patrizia
Violi (Universidad de Bologna. Italia), Teresa Velázquez García Talavera (Universidad Autonoma de Barcelona. España) I. ESCENARIOS/SCENERY
Coordinación / Edited by Asún Lopez Varela Azcarate.
La revisión por pares está a disposición para consulta en el Comité de Edición de la revista. comité[email protected]
Con la colaboración / Collaboration of Luis Martinez-Falero y Lucia Santaella
Corrección de primeras pruebas: estudiantes (Christian Almonacid, Miguel Ángel Caraballo, Eloísa Figueredo) y docentes (Marisa Elizalde,
Maura Lacreu, Mariela Oreggioni, Julia Ortiz) de la Tecnicatura Universitaria en Corrección de Estilo (Universidad de la República, Uruguay).

Este número ha sido posible con el aporte de la financiación de ayudas para grupos de investigación de la Universidad Complutense de Madrid (Grupo
970724, Programa de investigación Estudios en Intermedialidad y Medicación Intercultural SIIM, Facultad de Filología, Departamento de Estudios Ingleses)
17 Asún López-Varela Azcárate
Presentación: semióticas cognitivas. Introduction: cognitive semiotics

CHARLES SANDERS PEIRCE Y LA SEMIÓTICA COGNITIVA / CHARLES SANDERS PEIRCE AND COGNITIVE
SEMIOTICS

DISEÑO GRÁFICO Y PRODUCCIÓN


25 Lucia Santaella Braga
As contribuições de Peirce à ciência cognitiva. Peirce’s contributions to cognitive science.
Iría Caballero Ullate. Sobre un concepto de Horacio Wainhaus.
Editado con la colaboración del Doctorado en Comunicación de la Universidad Nacional de Rosario (Argentina)
Julio Horta
ISSN 1578-4223
ISSN DIGITAL 2462 – 7259
35 Modelos científicos: relaciones semióticas y trascendentales. Scientific models: semiotic and
transcendental relationships
Impreso en Argentina – UNREdiciones Urquiza 2050, Rosario 2000. Argentina. [email protected]
2021 (julio-diciembre)
Winfried Nöth
Dirección legal 12 rue de Pontoise – Paris 75005 - Francia
deSignis es una publicación de la Federación Latinoamericana de Semiótica, asociación Ley 1901 de la República Francesa, con número de
registro 1405367K (J.O RF 24/01/2001 n° 1335). Repositorio Centre ISSN BNF Quai François Mauriac 75706 Paris Cedex FR. Repositorio digital
49 Cognição como semiose: semiótica cognitiva e cogsem. Cognition as semiosis: cognitive semiotics and
cogsem
Universidad Autonoma de Barcelona https://ddd.uab.cat/record/204665

Priscila Borges, Lethícia Angelim


59
Deposito Legal Barcelona B.17342-2001.
Continuidade em e entre cognição, signos e classes. Continuity in and between cognition, signs,
Publicación indexada en Emerging Sources Citation Index (ESCI); Dialnet, DOAJ Open Access Journal Directory; Latindex www. latindex.com; and classes
http://dgb.unam.mx/clase.html ; Redalyc-AmeliCA.
En proceso de evaluación SCOPUS
Integra la Red de Revistas FLACSO NARRATIVAS, POÉTICAS Y SEMIÓTICAS COGNITIVAS / NARRATIVES, POETICS AND COGNITIVE SEMIOTICS

Juan Carlos Mendoza-Collados


73 Los artefactos y el lenguaje: una mirada desde la semiótica cognitiva a los universales. Artifacts
and language: a Cognitive Semiotics universals’approach

Claudio Paolucci
83 Sentido y cognición: la narratividad entre semiótica y ciencias cognitivas. Sense and cognition:
narrativity between semiotics and cognitive science.

Olga Lavrenova
101 El paisaje cultural como un reflejo de la teoría cognitiva de la metáfora. Cultural landscape as a
reflection of the Cognitive Theory of the metaphor
113
Marta Silvera-Roig
Conceptualización del envejecimiento en España: un diagnóstico desde la semiótica cognitiva. 257 Cristina Penamarin
Por una semiótica participativa. For a sharing Semiotics
Conceptualization of aging in spain: a diagnosis from the perspective of cognitive semiotics.

María-Ángeles Martínez 267 Sebastián Moreno Barreneche


Semiótica de las formas de vida. Semiotics’ Life Forms
123 Autoesquemas posibles de ficción: la inmersión narrativa como proceso de integración conceptual.
Storyworlds possible selves: narrative engagement as a blending process.
V. PERSPECTIVAS / PERSPECTIVES
Rocío Badía Fumaz
137 Sobre la recepción literaria: estética de la recepción y poética cognitiva. Literary reception theory:
Leifer Hoyos Madrid
273
from reception aesthetics to cognitive poetics.
Del vestido como imagen identitaria al vestido como imagen textual/. From the dress as an
identity image to the dress as a textual image
Luis Martínez-Falero
149 Teoría cognitiva y construcción textual del poema: patrones rítmicos y representación semántica.
Cognitive Theory and textual construction of the poem: rhythmic patterns and Semantics
VI. PERFILES / PROFILES
representation

II. PUNTO DE VISTA / POINT OF VIEW 287 Jorge Lozano (1951 - 2021)

Fernando Gabriel Rodríguez


165 De la metáfora de la computadora a las metáforas multimodales. From the computer metaphor to
multimodal metaphor

Lars Elleström
173 Un modelo pluridisciplinar para el estudio de metáfora e imagen a través de la iconicidad
intermodal. Bridging the gap between image and metaphor through cross-modal iconicity: an
interdisciplinary model.

III. DISCUSIÓN / DISCUSSION

E. Joaquín Suárez-Ruiz
199 Comunicación desde un abordaje post-darwiniano. Articulaciones actuales entre ética y
zoosemiótica. Communication from a post-darwinian approach. Current articulations between
Ethics and Zoosemiotics

Pedro Atã - João Queiroz


211 Nicho de artefatos semióticos e externalismo cognitivo. Semiotic Artifacts and Cognitive
Externalism

229 Asún López-Varela Azcárate


Semióticas cognitivas y posthumanismo. Cognitive Semiotics and Posthumanism.

IV. LECTURAS / READINGS

249 Lucas Tateo


Dinámica Cognitiva. Cognitive Dynamic
113
Marta Silvera-Roig
Conceptualización del envejecimiento en España: un diagnóstico desde la semiótica cognitiva. 257 Cristina Penamarin
Por una semiótica participativa. For a sharing Semiotics
Conceptualization of aging in spain: a diagnosis from the perspective of cognitive semiotics.

María-Ángeles Martínez 267 Sebastián Moreno Barreneche


Semiótica de las formas de vida. Semiotics’ Life Forms
123 Autoesquemas posibles de ficción: la inmersión narrativa como proceso de integración conceptual.
Storyworlds possible selves: narrative engagement as a blending process.
V. PERSPECTIVAS / PERSPECTIVES
Rocío Badía Fumaz
137 Sobre la recepción literaria: estética de la recepción y poética cognitiva. Literary reception theory:
Leifer Hoyos Madrid
273
from reception aesthetics to cognitive poetics.
Del vestido como imagen identitaria al vestido como imagen textual/. From the dress as an
identity image to the dress as a textual image
Luis Martínez-Falero
149 Teoría cognitiva y construcción textual del poema: patrones rítmicos y representación semántica.
Cognitive Theory and textual construction of the poem: rhythmic patterns and Semantics
VI. PERFILES / PROFILES
representation

II. PUNTO DE VISTA / POINT OF VIEW 287 Jorge Lozano (1951 - 2021)

Fernando Gabriel Rodríguez


165 De la metáfora de la computadora a las metáforas multimodales. From the computer metaphor to
multimodal metaphor

Lars Elleström
173 Un modelo pluridisciplinar para el estudio de metáfora e imagen a través de la iconicidad
intermodal. Bridging the gap between image and metaphor through cross-modal iconicity: an
interdisciplinary model.

III. DISCUSIÓN / DISCUSSION

E. Joaquín Suárez-Ruiz
199 Comunicación desde un abordaje post-darwiniano. Articulaciones actuales entre ética y
zoosemiótica. Communication from a post-darwinian approach. Current articulations between
Ethics and Zoosemiotics

Pedro Atã - João Queiroz


211 Nicho de artefatos semióticos e externalismo cognitivo. Semiotic Artifacts and Cognitive
Externalism

229 Asún López-Varela Azcárate


Semióticas cognitivas y posthumanismo. Cognitive Semiotics and Posthumanism.

IV. LECTURAS / READINGS

249 Lucas Tateo


Dinámica Cognitiva. Cognitive Dynamic
http://dx.doi.org/10.35659/designis.i35p9-14
LUCRECIA ESCUDERO CHAUVEL PRESENTACIÓN. EL GIRO COGNITIVO

El giro cognitivo / The Cognitive


Turn
Lucrecia Escudero Chauvel
(pág 9 - pág 14)

Durante la década de los años ochenta del siglo XX, un conjunto de debates y
coloquios entre científicos de procedencia muy diversa hacen eclosión en el marco de las
ciencias humanas.

Los importantes desarrollos de la inteligencia artificial, iniciados a mitad del siglo


pasado como resultado de la industria bélica americana, vuelven necesaria la interrogación
sobre las máquinas inteligentes, los lenguajes computacionales, las interfaces y las media-
ciones en la forma de conocer, reconocer y nombrar al mundo.

En esos años, la Universidad de San Marino, con el impulso de Umberto Eco, crea
el Centro de Estudios de Semiótica y Ciencias Cognitivas, invitando a figuras icónicas del
cognitivismo americano. Jerome Bruner (1915-2016), uno de los fundadores de la psico-
logía educativa y el principal arquitecto de la revolución cognitiva, expone sus tesis sobre
el pensamiento creativo en los niños y la capacidad narrativa como uno de los aspectos del
mind, en una teoría que aplica la literatura, la lingüística, la lógica, la filosofía y las cien-
cias humanas, y se interroga cómo la actividad de los mundos imaginarios está en la base
del pensamiento y de la acción cotidiana. Estuvo también presente Philip Johnson-Laird
(1936), profesor de Psicología en la Universidad de Princeton y miembro de la Academia
Nacional de Ciencias de los Estados Unidos, cuyo libro Mental Models (1983) había revolu-
cionado la manera en que se entendía hasta entonces la actividad del pensamiento, la forma
en la que pensaban los seres humanos y cómo se producía la capacidad misma de pensar. La
editorial Il Mulino traduce al italiano esta primera línea de investigaciones cognitivas. Un
conjunto de estudiantes de Umberto Eco asistimos a un debate memorable entre los tres a
propósito de los mundos posibles y los mundos narrativos (Eco, 1979, 1994).

En Francia se funda la revista Hermes (1983) con el sugestivo subtítulo Comunica-


ción, política, cognición. Dirigida por Dominique Wolton, dedica un número a las relaciones
entre psicología, lingüística y ciencias cognitivas (1988). Convocados a responder a las
preguntas ¿qué son las ciencias cognitivas? y ¿qué es lo cognitivo?, el comité de redacción
escribe en su presentación una definición primera y general: “Son cognitivas las disciplinas
que se ocupan de la forma en que los sistemas, naturales o artificiales, registran, almacenan
y tratan una cierta información y actúan sobre el mundo por medio de esas informaciones”
(Hermes, 1988: 2). Gilles Fauconnier, que había publicado Mental Spaces (1985), explica
por ejemplo que no hay dominio en el pensamiento contemporáneo que no esté implicado
en un proceso cognitivo, donde “la cognición designa al conjunto de actividades por las
cuales todas las informaciones son tratadas por un aparato psíquico” (Hermes, 1988: 176).
En el ámbito académico, la École des Hautes Études en Sciences Sociales había creado ya
en 1963 el pionero Centro de Estudios de Procesos Cognitivos y del Lenguaje dirigido por

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


8 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 9
Depósito Legal B.3146-2001 Universidad de Rosario (Argentina) Versión electrónica: designisfels.net
http://dx.doi.org/10.35659/designis.i35p9-14
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El giro cognitivo / The Cognitive


Turn
Lucrecia Escudero Chauvel
(pág 9 - pág 14)

Durante la década de los años ochenta del siglo XX, un conjunto de debates y
coloquios entre científicos de procedencia muy diversa hacen eclosión en el marco de las
ciencias humanas.

Los importantes desarrollos de la inteligencia artificial, iniciados a mitad del siglo


pasado como resultado de la industria bélica americana, vuelven necesaria la interrogación
sobre las máquinas inteligentes, los lenguajes computacionales, las interfaces y las media-
ciones en la forma de conocer, reconocer y nombrar al mundo.

En esos años, la Universidad de San Marino, con el impulso de Umberto Eco, crea
el Centro de Estudios de Semiótica y Ciencias Cognitivas, invitando a figuras icónicas del
cognitivismo americano. Jerome Bruner (1915-2016), uno de los fundadores de la psico-
logía educativa y el principal arquitecto de la revolución cognitiva, expone sus tesis sobre
el pensamiento creativo en los niños y la capacidad narrativa como uno de los aspectos del
mind, en una teoría que aplica la literatura, la lingüística, la lógica, la filosofía y las cien-
cias humanas, y se interroga cómo la actividad de los mundos imaginarios está en la base
del pensamiento y de la acción cotidiana. Estuvo también presente Philip Johnson-Laird
(1936), profesor de Psicología en la Universidad de Princeton y miembro de la Academia
Nacional de Ciencias de los Estados Unidos, cuyo libro Mental Models (1983) había revolu-
cionado la manera en que se entendía hasta entonces la actividad del pensamiento, la forma
en la que pensaban los seres humanos y cómo se producía la capacidad misma de pensar. La
editorial Il Mulino traduce al italiano esta primera línea de investigaciones cognitivas. Un
conjunto de estudiantes de Umberto Eco asistimos a un debate memorable entre los tres a
propósito de los mundos posibles y los mundos narrativos (Eco, 1979, 1994).

En Francia se funda la revista Hermes (1983) con el sugestivo subtítulo Comunica-


ción, política, cognición. Dirigida por Dominique Wolton, dedica un número a las relaciones
entre psicología, lingüística y ciencias cognitivas (1988). Convocados a responder a las
preguntas ¿qué son las ciencias cognitivas? y ¿qué es lo cognitivo?, el comité de redacción
escribe en su presentación una definición primera y general: “Son cognitivas las disciplinas
que se ocupan de la forma en que los sistemas, naturales o artificiales, registran, almacenan
y tratan una cierta información y actúan sobre el mundo por medio de esas informaciones”
(Hermes, 1988: 2). Gilles Fauconnier, que había publicado Mental Spaces (1985), explica
por ejemplo que no hay dominio en el pensamiento contemporáneo que no esté implicado
en un proceso cognitivo, donde “la cognición designa al conjunto de actividades por las
cuales todas las informaciones son tratadas por un aparato psíquico” (Hermes, 1988: 176).
En el ámbito académico, la École des Hautes Études en Sciences Sociales había creado ya
en 1963 el pionero Centro de Estudios de Procesos Cognitivos y del Lenguaje dirigido por

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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LUCRECIA ESCUDERO CHAUVEL PRESENTACIÓN. EL GIRO COGNITIVO

François Bresson —quien introduce la problemática de la enunciación, del discurso y del hipótesis sobre el conocimiento y el significado. En el centro de ese debate, que recorre
texto junto a Antoine Culioli— y donde trabajara la lingüista argentina Sophie Fisher. apasionadamente las últimas dos décadas del siglo XX y continúa hasta el presente acom-
pañando la eclosión de las neurociencias, tiene un rol central el estudio y la influencia del
La particularidad de este “giro” cognitivo es que este ámbito, tradicionalmente filósofo y pragmatista americano Charles Sanders Peirce.
disciplinario, se vuelve campo de intersecciones entre dominios científicos diversos como
las neurociencias, la psicología cognitiva, la semántica o la neurobiología, habilitando la El “descubrimiento” de Peirce produjo un verdadero Big Bang en la forma en la
reflexión posestructuralista en ciencias humanas. Un libro esclarecedor de esta perspectiva que se encaraba la disciplina semiótica hasta ese momento, a tal punto que se habla de una
interdisciplinaria es sin duda Conocer (1990) del neurobiólogo chileno Francisco Varela disciplina bifronte, con una línea descriptiva estructural encarnada en la teoría de A. J.
(1946-2001), quien, a partir de sus estudios de etiología animal y las formas que tienen los Greimas y la Escuela de París, y otra interpretativa centrada en la dinámica del interpre-
pájaros para percibir el color, presenta el concepto de enacción, que sostiene que un ente tante-lector-enciclopedia que desarrollara Umberto Eco. Como no podía ser de otro modo,
se va transformando en su interacción con el mundo, en un proceso de autopoiesis. Varela la lectura del filósofo americano con los conceptos de semiosis, de abducción creativa, de
desarrolla una extensa carrera como investigador en Chile y junto con su colega Humberto interpretante y de habitus, la teoría de la interpretación y de la semiosis producirán un
Maturana (1936) trabajan en el Instituto de Neurobiología de la Universidad de Chile,1 cambio de paradigma. Eco estudia a Peirce en el mismo período que Eliseo Verón, a partir
donde formalizan el principio de entropía como enacción ʻhacer emergerʼ, característica de los archivos de los Collected Papers de la Universidad de Harvard, sobre los que trabajara
de los sistemas autopoiéticos, capacidad de algunos sistemas para construirse a sí mismos. también el lingüista ruso Roman Jakobson (1974). Peirce opera como un verdadero dispa-
Recordemos que en teoría de la información, la reducción de la incertidumbre —entro- rador al punto de que el semiólogo argentino titulara su tesis doctoral La semiosis social y el
pía— puede ser asimilada a un contenido —semántico— o a una representación mental o italiano planteara la distinción crucial entre signo e inferencia, y diccionario versus enci-
simbólica. Así, la comunicación no se producirá solamente por un traspaso de información clopedia, concepto de interfaz entre la teoría del conocimiento y una teoría de la interpre-
entre un emisor y un destinatario —funcionalismo—, sino sobre un modelaje mutuo de tación, central en el pensamiento del Eco posestructural (Escudero Chauvel, 2015, 2017).
un mundo común por medio de una acción conjugada.
Eco, que había publicado el Tratado de semiótica general en 1975, un texto bisagra
Varela integra en 1988 el equipo de neurociencias del Laboratorio de Neurocien- en su producción teórica, con una primera parte dedicada a una semiótica de los códigos de
cias Cognitivas e Imaginería Cerebral del CNRS francés y dicta durante 1989 un semina- corte netamente estructuralista y una segunda sobre la producción sígnica y los modelos
rio en el Colegio Internacional de Filosofía en París, colegio para universitarios que había semánticos reformulados de corte chomskianos, entra de lleno en el debate con los postu-
sido diseñado por Jacques Derrida precisamente como un carrefour de interrogantes e inter- lados cognitivistas con sus tres textos fundamentales del período: Semiótica y filosofía del
cambios entre investigadores de diferente procedencia en ciencias humanas. El seminario lenguaje (1984), Los límites de la interpretación (1990), pero sobre todo en Kant y el ornitorrinco
al que tuve el privilegio de asistir en cuanto doctoranda de Umberto Eco versó sobre su (1995). Eco desarrolla este concepto a partir del Modelo Semántico Reformulado (1984:
teoría de la enacción, cómo se desarrolla la cognición, las arquitecturas cognitivas y los 109) como conjunto registrado de todas las interpretaciones, concebibles objetivamente,
procesos neuronales —sinapsis—, las representaciones simbólicas y los espacios mentales objeto no ontológico pero tampoco distintivo —la distinción me parece pertinente—,
a los que dan origen. El revolucionario pensamiento de Varela permitió anclar definitiva- es una condición de la semiosis, un a priori teórico sin el cual la semiosis —despliegue
mente a las ciencias cognitivas en el espectro de una reflexión más completa de las ciencias de interpretantes— no podría tener lugar. Eco reformulará sin cesar esta aporía donde el
biológicas y de la semiótica. semema ya contiene en germen la enciclopedia. En una filogénesis de su pensamiento, Eco
(1984) reorganizará los conceptos de signo, significado, metáfora, símbolo y código, conceptos
En L’inscription corporelle de l’esprit, Varela define enacción como el punto de vista transversales en la historia del pensamiento occidental desde la antropología a la teoría de
según el cual la cognición lejos de ser la representación de un mundo dado [es] el ad- la información, pasando por la lógica y la lingüística, y colocará el problema central de la
venimiento conjunto de un mundo y un espíritu a partir de la historia de las diferentes interpretación (1990, 1995), porque siguiendo a Peirce (1553), un signo no nos dice nada
acciones que cumple un ser en el mundo (1993: 35). Este pensamiento permite repensar el de su objeto, sino reenviándolo a otra representación mediadora que lo interprete.
esquema de la evolución darwiniana que opera por diferencia y descarte, introduciendo la
biología en las disciplinas que trabajan con la cognición y acompañan a formar las nuevas Será la traducción ese mecanismo interpretativo que cumple la función de media-
humanidades. Evidentemente Gregory Bateson podría ser el telón de fondo de este con- ción entre dos sistemas. Interpretar significa entonces traducir de un sistema de signos a
cepto, pero también la distinción equiana entre el límite inferior y superior de la semiótica otro (deSignis n.o 12, 2008) y esta asunción le permite a Eco operar con campos intertradu-
(Verón, 1988; Eco, 1975). cibles muy diferentes, donde no habría ausencia de traducibilidad. Estamos ya en el marco
de una teoría pos Tratado de semiótica general. La pregunta sobre si la forma del conocer
¿Se trata de ciencias a vocación omnicomprensivas, como en la década de los se- responde al esquematismo kantiano (Árbol de Porfirio, 1984, 2003) o a la expansión cul-
senta del siglo pasado lo fuera la semiótica? Todo el andamiaje de la categorización aristo- tural e histórica de una enciclopedia rizomática (Kant y el ornitorrinco, 1995) lo coloca en el
télica-kantiana y el de la lingüística estructural cruje frente a teorías que presentan otras centro del debate epistemológico de la década de los noventa.

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François Bresson —quien introduce la problemática de la enunciación, del discurso y del hipótesis sobre el conocimiento y el significado. En el centro de ese debate, que recorre
texto junto a Antoine Culioli— y donde trabajara la lingüista argentina Sophie Fisher. apasionadamente las últimas dos décadas del siglo XX y continúa hasta el presente acom-
pañando la eclosión de las neurociencias, tiene un rol central el estudio y la influencia del
La particularidad de este “giro” cognitivo es que este ámbito, tradicionalmente filósofo y pragmatista americano Charles Sanders Peirce.
disciplinario, se vuelve campo de intersecciones entre dominios científicos diversos como
las neurociencias, la psicología cognitiva, la semántica o la neurobiología, habilitando la El “descubrimiento” de Peirce produjo un verdadero Big Bang en la forma en la
reflexión posestructuralista en ciencias humanas. Un libro esclarecedor de esta perspectiva que se encaraba la disciplina semiótica hasta ese momento, a tal punto que se habla de una
interdisciplinaria es sin duda Conocer (1990) del neurobiólogo chileno Francisco Varela disciplina bifronte, con una línea descriptiva estructural encarnada en la teoría de A. J.
(1946-2001), quien, a partir de sus estudios de etiología animal y las formas que tienen los Greimas y la Escuela de París, y otra interpretativa centrada en la dinámica del interpre-
pájaros para percibir el color, presenta el concepto de enacción, que sostiene que un ente tante-lector-enciclopedia que desarrollara Umberto Eco. Como no podía ser de otro modo,
se va transformando en su interacción con el mundo, en un proceso de autopoiesis. Varela la lectura del filósofo americano con los conceptos de semiosis, de abducción creativa, de
desarrolla una extensa carrera como investigador en Chile y junto con su colega Humberto interpretante y de habitus, la teoría de la interpretación y de la semiosis producirán un
Maturana (1936) trabajan en el Instituto de Neurobiología de la Universidad de Chile,1 cambio de paradigma. Eco estudia a Peirce en el mismo período que Eliseo Verón, a partir
donde formalizan el principio de entropía como enacción ʻhacer emergerʼ, característica de los archivos de los Collected Papers de la Universidad de Harvard, sobre los que trabajara
de los sistemas autopoiéticos, capacidad de algunos sistemas para construirse a sí mismos. también el lingüista ruso Roman Jakobson (1974). Peirce opera como un verdadero dispa-
Recordemos que en teoría de la información, la reducción de la incertidumbre —entro- rador al punto de que el semiólogo argentino titulara su tesis doctoral La semiosis social y el
pía— puede ser asimilada a un contenido —semántico— o a una representación mental o italiano planteara la distinción crucial entre signo e inferencia, y diccionario versus enci-
simbólica. Así, la comunicación no se producirá solamente por un traspaso de información clopedia, concepto de interfaz entre la teoría del conocimiento y una teoría de la interpre-
entre un emisor y un destinatario —funcionalismo—, sino sobre un modelaje mutuo de tación, central en el pensamiento del Eco posestructural (Escudero Chauvel, 2015, 2017).
un mundo común por medio de una acción conjugada.
Eco, que había publicado el Tratado de semiótica general en 1975, un texto bisagra
Varela integra en 1988 el equipo de neurociencias del Laboratorio de Neurocien- en su producción teórica, con una primera parte dedicada a una semiótica de los códigos de
cias Cognitivas e Imaginería Cerebral del CNRS francés y dicta durante 1989 un semina- corte netamente estructuralista y una segunda sobre la producción sígnica y los modelos
rio en el Colegio Internacional de Filosofía en París, colegio para universitarios que había semánticos reformulados de corte chomskianos, entra de lleno en el debate con los postu-
sido diseñado por Jacques Derrida precisamente como un carrefour de interrogantes e inter- lados cognitivistas con sus tres textos fundamentales del período: Semiótica y filosofía del
cambios entre investigadores de diferente procedencia en ciencias humanas. El seminario lenguaje (1984), Los límites de la interpretación (1990), pero sobre todo en Kant y el ornitorrinco
al que tuve el privilegio de asistir en cuanto doctoranda de Umberto Eco versó sobre su (1995). Eco desarrolla este concepto a partir del Modelo Semántico Reformulado (1984:
teoría de la enacción, cómo se desarrolla la cognición, las arquitecturas cognitivas y los 109) como conjunto registrado de todas las interpretaciones, concebibles objetivamente,
procesos neuronales —sinapsis—, las representaciones simbólicas y los espacios mentales objeto no ontológico pero tampoco distintivo —la distinción me parece pertinente—,
a los que dan origen. El revolucionario pensamiento de Varela permitió anclar definitiva- es una condición de la semiosis, un a priori teórico sin el cual la semiosis —despliegue
mente a las ciencias cognitivas en el espectro de una reflexión más completa de las ciencias de interpretantes— no podría tener lugar. Eco reformulará sin cesar esta aporía donde el
biológicas y de la semiótica. semema ya contiene en germen la enciclopedia. En una filogénesis de su pensamiento, Eco
(1984) reorganizará los conceptos de signo, significado, metáfora, símbolo y código, conceptos
En L’inscription corporelle de l’esprit, Varela define enacción como el punto de vista transversales en la historia del pensamiento occidental desde la antropología a la teoría de
según el cual la cognición lejos de ser la representación de un mundo dado [es] el ad- la información, pasando por la lógica y la lingüística, y colocará el problema central de la
venimiento conjunto de un mundo y un espíritu a partir de la historia de las diferentes interpretación (1990, 1995), porque siguiendo a Peirce (1553), un signo no nos dice nada
acciones que cumple un ser en el mundo (1993: 35). Este pensamiento permite repensar el de su objeto, sino reenviándolo a otra representación mediadora que lo interprete.
esquema de la evolución darwiniana que opera por diferencia y descarte, introduciendo la
biología en las disciplinas que trabajan con la cognición y acompañan a formar las nuevas Será la traducción ese mecanismo interpretativo que cumple la función de media-
humanidades. Evidentemente Gregory Bateson podría ser el telón de fondo de este con- ción entre dos sistemas. Interpretar significa entonces traducir de un sistema de signos a
cepto, pero también la distinción equiana entre el límite inferior y superior de la semiótica otro (deSignis n.o 12, 2008) y esta asunción le permite a Eco operar con campos intertradu-
(Verón, 1988; Eco, 1975). cibles muy diferentes, donde no habría ausencia de traducibilidad. Estamos ya en el marco
de una teoría pos Tratado de semiótica general. La pregunta sobre si la forma del conocer
¿Se trata de ciencias a vocación omnicomprensivas, como en la década de los se- responde al esquematismo kantiano (Árbol de Porfirio, 1984, 2003) o a la expansión cul-
senta del siglo pasado lo fuera la semiótica? Todo el andamiaje de la categorización aristo- tural e histórica de una enciclopedia rizomática (Kant y el ornitorrinco, 1995) lo coloca en el
télica-kantiana y el de la lingüística estructural cruje frente a teorías que presentan otras centro del debate epistemológico de la década de los noventa.

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


10 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 11
Depósito Legal B.3146-2001 Universidad de Rosario (Argentina) Versión electrónica: designisfels.net
LUCRECIA ESCUDERO CHAUVEL PRESENTACIÓN. EL GIRO COGNITIVO

Una epistemología de la semiótica señalará este período, al igual que Thomas ECO, U. (2008). “La semiótica del tercer milenio y los encuentros entre culturas”. DeSignis, 12,
Kuhn lo hizo con la revolución de la lingüística, como el giro cognitivo de la semiótica 121-126. Buenos Aires: La Crujía.
contemporánea, pero también de las ciencias humanas en general, ya que la forma de rea- ––– (2003). Dall’ arbero al laberinto. Milano: Bompiani.
grupación de las disciplinas va a estar atravesada por el problema central de las formas del ––– (1990). I limiti dell’interpretazione. Milano: Bompiani.
––– (1997). Kant e l’ornitorrinco. Milano: Bompiani.
conocimiento humano, con la influencia directa de las máquinas inteligentes, la robótica,
––– (1984). Semiotica e Filosofia del Linguaggio. Milano: Einaudi.
la informática, hasta la tomografía computada. Se pasará así del todo lingüístico —la ––– (1975). Trattato di Semiotica Generale. Milano: Bompiani.
célebre metáfora de estructurada como un lenguaje que se ha discutido en las páginas de ––– (1968). La Struttura Assente. Milano: Bompiani.
esta revista (ver particularmente el n.o 3 sobre los gestos y el n.o 4 sobre iconismo)— a la ECO, U.; SANTAMBROGGIO, M. y VIOLI, P. (Eds.). (1986). “Meaning and Mental Represen-
aceptación de un sustrato semiósico en las formas del conocer, donde la cognición humana tation”. Versus. Quaderni di Studi Semiotici, 44-45.
fundamental tiene propiedades semióticas de mediación. ESCUDERO CHAUVEL, L. (2015). “Una lectura en producción de La semiosis social”. Estudios,
Revista del CEA, 33, 69-94.
Pero para completar este giro cognitivo, anclándolo en los estudios culturales, hace ––– (2017). “Cultural Studies, ideology and Media Texts”. En S. G. Beardsworth y R. E. Auxier
falta el salto cualitativo entre la temprana afirmación de que toda la cultura responde a sis- (Eds.), The Philosophy of Umberto Eco, 657-679. Michigan: The Library of Living Philosophers.
temas de comunicación anclados en sistemas de significación (Eco, 1968) a la perspectiva FAUCONNIER, G. (1985). Mental Spaces. Cambridge: MIT Press.
de que toda la cultura es un vasto mecanismo enciclopédico de semiosis, y que esta semio- FISHER, S. (1999). Enonciation. Manières et Territoires. París: Ophrys.
JACKENDORF, R. (1992). Language of the Mind: Essays in Mental Representation. Cambridge: MIT Press.
sis es la hipótesis de base sobre la que se asientan los mecanismos mentales productores de
JAKOBSON, R. ([1974] 1979). “Coup d’œil sur le développement de la sémiotique”. En S. Chat-
sentido (Eco, 2008). man et. al. A Semiotic Landscape. Proceedings of the First Congress of the International Association for
Semiotics Studies. La Haye: Mouton.
Los textos aquí presentados, que llevan la curaduría minuciosa e inteligente de Asun JOHNSON-LAIRD, P. ([1983] 1988). Mental Models. Towards a Cognitive Sciences of Language, In-
López-Varela, cumplen la función de abrirnos a un diálogo básicamente interdisciplinario ference and Consciousness. Bologna: Il Mulino.
que asume múltiples y fascinantes nuevas facetas. La presentación que realiza esta académica JORAD, Z., GÖRAN, S., KONDERAK, P. (Eds.). (2016). Meaning, Mind and Communication.
de la Universidad Complutense de Madrid es la prueba de un trabajo de investigación de Explorations in Cognitive Semiotics. Frankfurt am Main: Peter Lang.
gran envergadura y de una reflexión completa sobre a lo que el estado del arte se refiere. LAKOFF, G. y JOHNSON, M. (1980). Metaphors We Live By. Chicago: Chicago University Press.
LAKOFF, G. (1986). “Cognitive Semantics”. Versus, (44, 45).
No puedo cerrar esta breve editorial sin hacer referencia a la dolorosa pérdida de LE BLANC, B. (2014). “Francisco Varela”. Hermes, (68), 106-108. París: CNRS Ediciones.
NINO OCHOA, D. (2015). Elementos de semiótica agentiva. Bogotá: UTADEO.
Jorge Lozano Hernández, colega de Asun en la misma universidad y de todos nosotros en
PAOLUCCI, C. (2021). Cognitive Semiotics. Nueva York: Springer.
el Comité de Redacción. Valgan estas palabras de cierre que Lozano coloca como íncipit de ––– (2020). Persona. Soggettività nel linguaggio e semiotica dell’enunciazione. Milano: Bompiani.
su último libro Documentos del presente (2018), escrito en colaboración con Miguel Martín: HERMES. (1988). Psychologie Ordinaire et Sciences Cognitives, (3). París: CNRS Ediciones.
“Corresponde a la teoría decidir lo que podemos observar” (Albert Einstein). VARELA, F. ([1988] 1996). Connaitre. Invitation aux Sciences Cognitives. Barcelona: Gedisa.
––– ([1992] 1993). L’Inscription corporelle de l’esprit, sciences cognitives et expérience humaine. Con Eva
Thompson y Eleanor Rosch. París: Seuil.
NOTAS ––– (1998). “Le cerveau n’est pas un ordinateur”. La Recherche, (306), 109-112.
VERÓN, E. (1987). La semiosis social. Barcelona: Gedisa.
1. La tradición chilena en neurociencias ha dado lugar a un conjunto sostenido de investigaciones ––– (1988). “Entre Peirce et Bateson: une certaine idée du Sens”. En Colloque de Cerissy, Bateson:
aplicadas a otros ámbitos, como el de los videojuegos, el de la percepción de la publicidad o el del Premier état d’un héritage.
cine 3D. Al respecto véase la extensa carrera del semiólogo chileno Rafael del Villar, profesor e inves- ZLATEV, J. (2012). “Cognitive semiotics: an emerging field for the transdisciplinary study of
tigador en el Instituto de la Comunicación e Imagen (ICEI) de la Universidad de Chile, en la sección meaning”. Public Journal of Semiotics, 4 (1), 2-24.
Investigaciones aplicadas de las referencias bibliográficas. Su monumental tesis doctoral está dedicada
a la descripción de las formas de funcionamiento diegéticocognitivas y de la percepción del dibujo
animado en niños de 7 a 13 años, con un muestrario de 300 casos. INVESTIGACIONES APLICADAS

DEL VILLAR, R. (2017). Les dessins animés au Chili : syntaxe, circulation et consommation. Recuperado
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS de <https://tel.archives-ouvertes.fr./tel-01487019v1>. Thèse Doctorat, Sciences de la Communica-
tion et de l’Information, Université de la Sorbonne Nouvelle, Paris.
BRANDT, P. A. (2020). Cognitive Semiotics. Sens, Mind and Meaning. London: Bloomsbury Academic. ––– (2006). “Brecha Digital, Categorías Perceptivas y Cognitivas”. Revista Comunicación y Medios,
BRUNER, J. (1986). Actual Minds, Possible Worlds. Cambridge: Harvard University Press. 17 (16). Ediciones Instituto de la Comunicación e Imagen, Universidad de Chile. Recuperado de
––– (1979). On Knowing. Essays for the left hand. Cambridge: Harvard University Press. <https://doi.org/10.5354/0719-1529.2006.11501>.

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


12 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 13
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LUCRECIA ESCUDERO CHAUVEL PRESENTACIÓN. EL GIRO COGNITIVO

Una epistemología de la semiótica señalará este período, al igual que Thomas ECO, U. (2008). “La semiótica del tercer milenio y los encuentros entre culturas”. DeSignis, 12,
Kuhn lo hizo con la revolución de la lingüística, como el giro cognitivo de la semiótica 121-126. Buenos Aires: La Crujía.
contemporánea, pero también de las ciencias humanas en general, ya que la forma de rea- ––– (2003). Dall’ arbero al laberinto. Milano: Bompiani.
grupación de las disciplinas va a estar atravesada por el problema central de las formas del ––– (1990). I limiti dell’interpretazione. Milano: Bompiani.
––– (1997). Kant e l’ornitorrinco. Milano: Bompiani.
conocimiento humano, con la influencia directa de las máquinas inteligentes, la robótica,
––– (1984). Semiotica e Filosofia del Linguaggio. Milano: Einaudi.
la informática, hasta la tomografía computada. Se pasará así del todo lingüístico —la ––– (1975). Trattato di Semiotica Generale. Milano: Bompiani.
célebre metáfora de estructurada como un lenguaje que se ha discutido en las páginas de ––– (1968). La Struttura Assente. Milano: Bompiani.
esta revista (ver particularmente el n.o 3 sobre los gestos y el n.o 4 sobre iconismo)— a la ECO, U.; SANTAMBROGGIO, M. y VIOLI, P. (Eds.). (1986). “Meaning and Mental Represen-
aceptación de un sustrato semiósico en las formas del conocer, donde la cognición humana tation”. Versus. Quaderni di Studi Semiotici, 44-45.
fundamental tiene propiedades semióticas de mediación. ESCUDERO CHAUVEL, L. (2015). “Una lectura en producción de La semiosis social”. Estudios,
Revista del CEA, 33, 69-94.
Pero para completar este giro cognitivo, anclándolo en los estudios culturales, hace ––– (2017). “Cultural Studies, ideology and Media Texts”. En S. G. Beardsworth y R. E. Auxier
falta el salto cualitativo entre la temprana afirmación de que toda la cultura responde a sis- (Eds.), The Philosophy of Umberto Eco, 657-679. Michigan: The Library of Living Philosophers.
temas de comunicación anclados en sistemas de significación (Eco, 1968) a la perspectiva FAUCONNIER, G. (1985). Mental Spaces. Cambridge: MIT Press.
de que toda la cultura es un vasto mecanismo enciclopédico de semiosis, y que esta semio- FISHER, S. (1999). Enonciation. Manières et Territoires. París: Ophrys.
JACKENDORF, R. (1992). Language of the Mind: Essays in Mental Representation. Cambridge: MIT Press.
sis es la hipótesis de base sobre la que se asientan los mecanismos mentales productores de
JAKOBSON, R. ([1974] 1979). “Coup d’œil sur le développement de la sémiotique”. En S. Chat-
sentido (Eco, 2008). man et. al. A Semiotic Landscape. Proceedings of the First Congress of the International Association for
Semiotics Studies. La Haye: Mouton.
Los textos aquí presentados, que llevan la curaduría minuciosa e inteligente de Asun JOHNSON-LAIRD, P. ([1983] 1988). Mental Models. Towards a Cognitive Sciences of Language, In-
López-Varela, cumplen la función de abrirnos a un diálogo básicamente interdisciplinario ference and Consciousness. Bologna: Il Mulino.
que asume múltiples y fascinantes nuevas facetas. La presentación que realiza esta académica JORAD, Z., GÖRAN, S., KONDERAK, P. (Eds.). (2016). Meaning, Mind and Communication.
de la Universidad Complutense de Madrid es la prueba de un trabajo de investigación de Explorations in Cognitive Semiotics. Frankfurt am Main: Peter Lang.
gran envergadura y de una reflexión completa sobre a lo que el estado del arte se refiere. LAKOFF, G. y JOHNSON, M. (1980). Metaphors We Live By. Chicago: Chicago University Press.
LAKOFF, G. (1986). “Cognitive Semantics”. Versus, (44, 45).
No puedo cerrar esta breve editorial sin hacer referencia a la dolorosa pérdida de LE BLANC, B. (2014). “Francisco Varela”. Hermes, (68), 106-108. París: CNRS Ediciones.
NINO OCHOA, D. (2015). Elementos de semiótica agentiva. Bogotá: UTADEO.
Jorge Lozano Hernández, colega de Asun en la misma universidad y de todos nosotros en
PAOLUCCI, C. (2021). Cognitive Semiotics. Nueva York: Springer.
el Comité de Redacción. Valgan estas palabras de cierre que Lozano coloca como íncipit de ––– (2020). Persona. Soggettività nel linguaggio e semiotica dell’enunciazione. Milano: Bompiani.
su último libro Documentos del presente (2018), escrito en colaboración con Miguel Martín: HERMES. (1988). Psychologie Ordinaire et Sciences Cognitives, (3). París: CNRS Ediciones.
“Corresponde a la teoría decidir lo que podemos observar” (Albert Einstein). VARELA, F. ([1988] 1996). Connaitre. Invitation aux Sciences Cognitives. Barcelona: Gedisa.
––– ([1992] 1993). L’Inscription corporelle de l’esprit, sciences cognitives et expérience humaine. Con Eva
Thompson y Eleanor Rosch. París: Seuil.
NOTAS ––– (1998). “Le cerveau n’est pas un ordinateur”. La Recherche, (306), 109-112.
VERÓN, E. (1987). La semiosis social. Barcelona: Gedisa.
1. La tradición chilena en neurociencias ha dado lugar a un conjunto sostenido de investigaciones ––– (1988). “Entre Peirce et Bateson: une certaine idée du Sens”. En Colloque de Cerissy, Bateson:
aplicadas a otros ámbitos, como el de los videojuegos, el de la percepción de la publicidad o el del Premier état d’un héritage.
cine 3D. Al respecto véase la extensa carrera del semiólogo chileno Rafael del Villar, profesor e inves- ZLATEV, J. (2012). “Cognitive semiotics: an emerging field for the transdisciplinary study of
tigador en el Instituto de la Comunicación e Imagen (ICEI) de la Universidad de Chile, en la sección meaning”. Public Journal of Semiotics, 4 (1), 2-24.
Investigaciones aplicadas de las referencias bibliográficas. Su monumental tesis doctoral está dedicada
a la descripción de las formas de funcionamiento diegéticocognitivas y de la percepción del dibujo
animado en niños de 7 a 13 años, con un muestrario de 300 casos. INVESTIGACIONES APLICADAS

DEL VILLAR, R. (2017). Les dessins animés au Chili : syntaxe, circulation et consommation. Recuperado
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS de <https://tel.archives-ouvertes.fr./tel-01487019v1>. Thèse Doctorat, Sciences de la Communica-
tion et de l’Information, Université de la Sorbonne Nouvelle, Paris.
BRANDT, P. A. (2020). Cognitive Semiotics. Sens, Mind and Meaning. London: Bloomsbury Academic. ––– (2006). “Brecha Digital, Categorías Perceptivas y Cognitivas”. Revista Comunicación y Medios,
BRUNER, J. (1986). Actual Minds, Possible Worlds. Cambridge: Harvard University Press. 17 (16). Ediciones Instituto de la Comunicación e Imagen, Universidad de Chile. Recuperado de
––– (1979). On Knowing. Essays for the left hand. Cambridge: Harvard University Press. <https://doi.org/10.5354/0719-1529.2006.11501>.

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LUCRECIA ESCUDERO CHAUVEL

DEL VILLAR, R. et al. (2018). “Pupillary Reactivity to Non-Photorealistic Rendering: A Case Study
of Immersion in 3D Cinema”. IEEE Xplore. Liege: The Institute of Electrical and Electronics Engi-
neers Signal Processing Society. Recuperado de <https://doi.org/10.1109/IC3D.2018.8657894.>.
GUERRI, C. F. et al. ([2014] 2016). Nonágono Semiótico. Un modelo operativo para la investigación
cualitativa. (2.a ed.). Buenos Aires: EUDEBA.

REVISTAS Y CENTROS DE INVESTIGACIÓN

ASSOCIATION INTERNATIONALE SEMIOTIQUE COGNITIVE.


CENTER FOR COGNITION AND CULTURE. Department Cognitive Sciences, CASE, Wes-
tern Reserve University, Estados Unidos.
CENTER FOR COGNITIVE SEMIOTICS. Director Göran Sonesson, Universidad de Lund, Suecia.
CENTER FOR SEMIOTICS. Director Per Aage Brandt, Universidad de Aarhus, Dinamarca.
INTERNATIONAL CENTRE FOR ENACTIVISM AND COGNITIVE SEMIOTICS. Direc-
tor Claudio Paolucci, Universidad de Boloña, Italia
I. ESCENARIOS
JOURNAL OF COGNITIVE SEMIOTICS. Director Peer F. Bundgaard. I.SCENERIES
SIGNATA. 2/2011. What is Cognitive Semiotics? Coordinación / Edited by Asún Lopez Varela Azcarate.
Con la colaboración / Collaboration of Luis Martinez-Falero y
Lucia Santaella

Atribución-NoComercial-CompartirIgual
CC BY-NC-SA

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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LUCRECIA ESCUDERO CHAUVEL

DEL VILLAR, R. et al. (2018). “Pupillary Reactivity to Non-Photorealistic Rendering: A Case Study
of Immersion in 3D Cinema”. IEEE Xplore. Liege: The Institute of Electrical and Electronics Engi-
neers Signal Processing Society. Recuperado de <https://doi.org/10.1109/IC3D.2018.8657894.>.
GUERRI, C. F. et al. ([2014] 2016). Nonágono Semiótico. Un modelo operativo para la investigación
cualitativa. (2.a ed.). Buenos Aires: EUDEBA.

REVISTAS Y CENTROS DE INVESTIGACIÓN

ASSOCIATION INTERNATIONALE SEMIOTIQUE COGNITIVE.


CENTER FOR COGNITION AND CULTURE. Department Cognitive Sciences, CASE, Wes-
tern Reserve University, Estados Unidos.
CENTER FOR COGNITIVE SEMIOTICS. Director Göran Sonesson, Universidad de Lund, Suecia.
CENTER FOR SEMIOTICS. Director Per Aage Brandt, Universidad de Aarhus, Dinamarca.
INTERNATIONAL CENTRE FOR ENACTIVISM AND COGNITIVE SEMIOTICS. Direc-
tor Claudio Paolucci, Universidad de Boloña, Italia
I. ESCENARIOS
JOURNAL OF COGNITIVE SEMIOTICS. Director Peer F. Bundgaard. I.SCENERIES
SIGNATA. 2/2011. What is Cognitive Semiotics? Coordinación / Edited by Asún Lopez Varela Azcarate.
Con la colaboración / Collaboration of Luis Martinez-Falero y
Lucia Santaella

Atribución-NoComercial-CompartirIgual
CC BY-NC-SA

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Depósito Legal B.3146-2001 Universidad de Rosario (Argentina) Versión electrónica: designisfels.net
http://dx.doi.org/10.35659/designis.i35p17-23
INTRODUCCIÓN. SEMIÓTICAS COGNITIVAS

Presentación: Semióticas
cognitivas / Introduction: cognitive
semiotics
Asun LópezVarela Azcárate
(pág 17 - pág 23)

El término cognición comprende redes muy complejas de procesos y acciones que


engloban percepción y manipulación de objetos, mecanismos de memoria, formación de
conocimiento a través de la propia experiencia y del aprendizaje, elementos evaluativos de
juicio y, finalmente, conocimiento que se vuelve operativo en la toma de decisiones. En
vista de esta complejidad, muchas disciplinas diferentes se ven involucradas en el estudio
de la cognición. Podemos nombrar algunas de ellas, como la neurociencia, la antropología,
la psicología, la sociología, la filosofía, la lingüística y, desde hace algunos años, las ciencias
computacionales que incluyen, por ejemplo, formas de procesamiento de información y
redes neuronales utilizadas en el aprendizaje automático. La semiótica cognitiva permite
explicar aspectos comunes dentro de esta complejidad, puesto que los modelos científicos
operan mediante relaciones sígnicas y metafóricas. El semiólogo sueco Jordan Zlatev ha
definido la semiótica cognitiva (cognitive semiotics [Cogsem]) como un campo transdiscipli-
nario que integra:
métodos y teorías desarrolladas en las disciplinas de la ciencia cognitiva con
métodos y teorías desarrolladas en la semiótica y las humanidades, con el obje-
tivo final de proporcionar nuevos conocimientos sobre el ámbito de la signifi-
cación humana y su manifestación en las prácticas culturales (2015: 1043*1).

Zlatev explica que, como toda búsqueda transdisciplinaria, el estudio de la semió-


tica se ocupa de “la unidad general del conocimiento” (2015: 1062). Como consecuencia,
la delimitación y definición del campo de estudio de la semiótica cognitiva supone tanto
una problemática como una oportunidad.

En esta colección, se ha optado por un título en plural, debido a la diversidad de


enfoques de los artículos que la integran. La presente introducción ofrece una panorámica
ordenada sobre las distintas aportaciones.

Uno de los primeros artículos, el de Winfried Nöth, debate sobre la propuesta de


Zlatev de contemplar a la semiótica cognitiva como un área interdisciplinaria. Para Nöth,
áreas como la biosemiótica, la semiótica visual, la semiótica de la música, de los medios, de la
arquitectura, de la cultura o de la comunicación son todas ramas de la semiótica. El afamado
semiólogo alemán se pregunta por qué la semiótica cognitiva habría de ser una excepción.

La Cogsem se ha asociado principalmente al Centro de Semiótica CfS creado por


Per Åage Brandt, en 1995, en Aarhus (Dinamarca). Este centro reúne a investigadores

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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http://dx.doi.org/10.35659/designis.i35p17-23
INTRODUCCIÓN. SEMIÓTICAS COGNITIVAS

Presentación: Semióticas
cognitivas / Introduction: cognitive
semiotics
Asun LópezVarela Azcárate
(pág 17 - pág 23)

El término cognición comprende redes muy complejas de procesos y acciones que


engloban percepción y manipulación de objetos, mecanismos de memoria, formación de
conocimiento a través de la propia experiencia y del aprendizaje, elementos evaluativos de
juicio y, finalmente, conocimiento que se vuelve operativo en la toma de decisiones. En
vista de esta complejidad, muchas disciplinas diferentes se ven involucradas en el estudio
de la cognición. Podemos nombrar algunas de ellas, como la neurociencia, la antropología,
la psicología, la sociología, la filosofía, la lingüística y, desde hace algunos años, las ciencias
computacionales que incluyen, por ejemplo, formas de procesamiento de información y
redes neuronales utilizadas en el aprendizaje automático. La semiótica cognitiva permite
explicar aspectos comunes dentro de esta complejidad, puesto que los modelos científicos
operan mediante relaciones sígnicas y metafóricas. El semiólogo sueco Jordan Zlatev ha
definido la semiótica cognitiva (cognitive semiotics [Cogsem]) como un campo transdiscipli-
nario que integra:
métodos y teorías desarrolladas en las disciplinas de la ciencia cognitiva con
métodos y teorías desarrolladas en la semiótica y las humanidades, con el obje-
tivo final de proporcionar nuevos conocimientos sobre el ámbito de la signifi-
cación humana y su manifestación en las prácticas culturales (2015: 1043*1).

Zlatev explica que, como toda búsqueda transdisciplinaria, el estudio de la semió-


tica se ocupa de “la unidad general del conocimiento” (2015: 1062). Como consecuencia,
la delimitación y definición del campo de estudio de la semiótica cognitiva supone tanto
una problemática como una oportunidad.

En esta colección, se ha optado por un título en plural, debido a la diversidad de


enfoques de los artículos que la integran. La presente introducción ofrece una panorámica
ordenada sobre las distintas aportaciones.

Uno de los primeros artículos, el de Winfried Nöth, debate sobre la propuesta de


Zlatev de contemplar a la semiótica cognitiva como un área interdisciplinaria. Para Nöth,
áreas como la biosemiótica, la semiótica visual, la semiótica de la música, de los medios, de la
arquitectura, de la cultura o de la comunicación son todas ramas de la semiótica. El afamado
semiólogo alemán se pregunta por qué la semiótica cognitiva habría de ser una excepción.

La Cogsem se ha asociado principalmente al Centro de Semiótica CfS creado por


Per Åage Brandt, en 1995, en Aarhus (Dinamarca). Este centro reúne a investigadores

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


16 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 17
Depósito Legal B.3146-2001 Universidad de Rosario (Argentina) Versión electrónica: designisfels.net
ASÚN LÓPEZ-VARELA AZCÁRATE INTRODUCCIÓN. SEMIÓTICAS COGNITIVAS

como Frederik Stjernfelt, Peer Bundgaard, Svend Østergaard, Riccardo Fusaroli, entre se trata de la forma de sentido que estructura el pensamiento. Para ello, ahonda en las tra-
otros. No obstante, en Latinoamérica, el académico hispanoargentino Juan Magariños de diciones de las ciencias cognitivas hasta explicar la reintegración de los aspectos culturales
Morentín creó, en 1998, la primera web sobre semiótica cognitiva, como parte del Centro en la denominada cognición distribuida (distributed cognition [DCog]), formulada a fines de
Virtual de Investigación Semiótica. También se creó el Centro de Semiótica Cognitiva la década de los noventa por Edwin Hutchins. Esta perspectiva procuraba “reconstruir la
(CCS) de la Universidad de Lund (Suecia), en 2009, integrado por investigadores como ciencia cognitiva del exterior al interior, comenzando con el entorno social y material de la
Göran Sonesson y el propio Zlatev. Y, finalmente, se estableció, en 2011, la Asociación actividad cognitiva, de modo que la cultura, el contexto y la historia pudieran vincularse
Internacional de Semiótica Cognitiva (IACS). con los conceptos centrales de la cognición” (Hutchins, 2001: 2072*). La DCog —como
se suele denominar a esta corriente— plantea que el pensamiento sobre las acciones del
Pero ¿qué escribió el fundador de la semiótica, Charles Sanders Peirce, sobre la mundo viene definido en términos de funcionalidad, en un marco coordinado entre los
cognición? Tanto el artículo de la prestigiosa semióloga brasileña Lucia Santaella como el agentes implicados, los componentes mentales, las formas de comunicación y los artefac-
de Winfried Nöth abren esta colección con acercamientos a las publicaciones del científico tos empleados. Paolucci explica que la narratividad asume así una función cognitiva en
estadounidense Peirce, realizadas entre 1868 y 1869 en el Journal of Speculative Philosophy, la organización de experiencias y procesos socioculturales. Su artículo se adentra también
sobre los procesos sígnicos en relación con la cognición. Uno de los debates que se plan- en la controversia sobre la teoría de la mente (ToM), planteada, por primera vez, en la
tean es la articulación de las representaciones mentales en ausencia de la interacción con publicación de Dan Dennett: “Beliefs about beliefs” (1978). Allí, Dennett utilizó la de-
el mundo externo. Según Nöth, Peirce reconoce que los signos constituyen una realidad, nominada prueba de la falsa creencia para averiguar si los animales inteligentes —en este
aunque el pensamiento pueda desarrollarse también en procesos de ensimismamiento, en caso, los chimpancés— eran capaces de reconocer las intenciones de un actor humano. Si lo
ausencia del mundo exterior, lo que viene suponiendo un problema para las nuevas teorías eran, probaría que estos tienen una teoría de la mente y, por tanto, autoconciencia. Tiempo
de arqueología cognitiva (Material Engagement Theory). El artículo de Nöth propone, ade- después, se descubrió que los humanos la desarrollan, poco a poco, en la infancia y eso
más, una interesante discusión en torno a la noción de texto como unidad semiótica, en les permite, posteriormente, interpretar las intenciones de los demás. Sin embargo, estos
lugar de signo, siguiendo la perspectiva de Yuri Lotman. La influencia de Lotman se deja enfoques se consideraban limitados porque contemplaban la cognición como un proceso
sentir, también, en el estudio de Olga Lavrenova que aparece en esta colección. únicamente mental, sin tener en cuenta aspectos de la experiencia física, mediada por el
cuerpo y la cultura, como se hace desde la DCog.
Junto con estas aportaciones, la investigación de Julio Horta aporta luz sobre la con-
sideración de la semiótica como un metalenguaje o fundamento común, conceptual, para el El volumen incluye, también, un par de artículos sobre los enfoques comprendidos
entendimiento transdisciplinario. Para ello, el semiólogo de la Universidad Nacional Autó- bajo la denominada cognición corporeizada (Embodied Cognition), que se origina en la década
noma de México aborda la cuestión de si es posible, en la representación científica, establecer de los ochenta tras la publicación de los trabajos de George Lakoff y Mark Johnson (1980).
un vínculo de conocimiento con las cualidades existenciales de un objeto, en particular con La cognición corporeizada se centra, principalmente, en el ser humano; contempla factores
aquellas denominadas inobservables como, por ejemplo, el ADN. Esto es así porque una parte biológicos, como la simetría corporal, la percepción o la interacción motora implicada en la
importante de la semiótica no depende de conceptos que se correspondan con entidades de manipulación física de objetos, y estudia sus efectos en la formación de estructuras mentales
la experiencia. En efecto, como ya ha afirmado Tarja Knuuttila (2005), los modelos son, de denominadas esquemas imagen (Johnson, 1987: 23). Desde la semiótica, los esquemas imagen
alguna manera, habitantes materializados del campo intersubjetivo de la actividad humana. son ejemplos de signos diagramáticos (Stjernfelt, 2007). Se contemplan como experiencias
preconceptuales simplificadas, convertidas en estructuras mentales —de orden superior—
En este sentido, el trabajo de Priscila Borges y Lethícia Angelim, de la Universidad que muestran cómo los humanos damos sentido al mundo en el marco de dominios percepti-
de Brasilia, también analiza la relación entre semiótica y cognición en los estudios de Peir- vos y cognitivos específicos. Dado que tienen bases biológicas funcionales, algunos esquemas
ce. La lógica triádica crea una cadena semiótica que funciona como modelo para describir son básicos: irreductibles a algo más fundamental. Este es el caso de la percepción espacial,
la mente. La propuesta investiga las clases de signos (10, 28 y 66) e intenta delimitar la sujeta a limitaciones físicas como la fuerza de la gravedad, la orientación, la simetría corporal,
cantidad mínima de dichas clases, así como su continuidad en los procesos cognitivos. entre otras; tal como enuncia la semióloga rusa Olga Lavrenova en su artículo sobre las me-
táforas espaciales y el paisaje, recogido en esta colección. En última instancia, los esquemas
En diálogo con los artículos precedentes, el estudio de Juan Carlos MendozaCollazos, de parecerían basarse en la capacidad —consciente e inconsciente— de detectar y reconocer
la Universidad Nacional de Colombia, amplía uno de los temas fundamentales de este número patrones recurrentes. El neurocientífico Antonio Damasio identificó que los mapeos funda-
de la revista, que tiene que ver con los procesos semióticos de la cultura material. Tras analizar mentales que tienen lugar en nuestro cerebro son los que registran el estado y las condiciones
las contribuciones más importantes de la escuela de Lund, plantea una ontología relacional entre internas del cuerpo, en relación con el entorno externo (2010: 70).
artefactos y lenguaje, que avanza sobre la temática de otros artículos al final de este volumen.
En línea con la DCog, los estudios de la metáfora conceptual evolucionaron, tam-
Por su parte, Claudio Paolucci, profesor de la Universidad de Bolonia, aborda la bién, desde la perspectiva de los iconogramas –imágenes-esquema– universales, basados
problemática de si la narratividad representa una estructura de cognición en sí misma o si en aspectos físicos, hasta incorporar factores contextuales y usos particulares del discurso

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ASÚN LÓPEZ-VARELA AZCÁRATE INTRODUCCIÓN. SEMIÓTICAS COGNITIVAS

como Frederik Stjernfelt, Peer Bundgaard, Svend Østergaard, Riccardo Fusaroli, entre se trata de la forma de sentido que estructura el pensamiento. Para ello, ahonda en las tra-
otros. No obstante, en Latinoamérica, el académico hispanoargentino Juan Magariños de diciones de las ciencias cognitivas hasta explicar la reintegración de los aspectos culturales
Morentín creó, en 1998, la primera web sobre semiótica cognitiva, como parte del Centro en la denominada cognición distribuida (distributed cognition [DCog]), formulada a fines de
Virtual de Investigación Semiótica. También se creó el Centro de Semiótica Cognitiva la década de los noventa por Edwin Hutchins. Esta perspectiva procuraba “reconstruir la
(CCS) de la Universidad de Lund (Suecia), en 2009, integrado por investigadores como ciencia cognitiva del exterior al interior, comenzando con el entorno social y material de la
Göran Sonesson y el propio Zlatev. Y, finalmente, se estableció, en 2011, la Asociación actividad cognitiva, de modo que la cultura, el contexto y la historia pudieran vincularse
Internacional de Semiótica Cognitiva (IACS). con los conceptos centrales de la cognición” (Hutchins, 2001: 2072*). La DCog —como
se suele denominar a esta corriente— plantea que el pensamiento sobre las acciones del
Pero ¿qué escribió el fundador de la semiótica, Charles Sanders Peirce, sobre la mundo viene definido en términos de funcionalidad, en un marco coordinado entre los
cognición? Tanto el artículo de la prestigiosa semióloga brasileña Lucia Santaella como el agentes implicados, los componentes mentales, las formas de comunicación y los artefac-
de Winfried Nöth abren esta colección con acercamientos a las publicaciones del científico tos empleados. Paolucci explica que la narratividad asume así una función cognitiva en
estadounidense Peirce, realizadas entre 1868 y 1869 en el Journal of Speculative Philosophy, la organización de experiencias y procesos socioculturales. Su artículo se adentra también
sobre los procesos sígnicos en relación con la cognición. Uno de los debates que se plan- en la controversia sobre la teoría de la mente (ToM), planteada, por primera vez, en la
tean es la articulación de las representaciones mentales en ausencia de la interacción con publicación de Dan Dennett: “Beliefs about beliefs” (1978). Allí, Dennett utilizó la de-
el mundo externo. Según Nöth, Peirce reconoce que los signos constituyen una realidad, nominada prueba de la falsa creencia para averiguar si los animales inteligentes —en este
aunque el pensamiento pueda desarrollarse también en procesos de ensimismamiento, en caso, los chimpancés— eran capaces de reconocer las intenciones de un actor humano. Si lo
ausencia del mundo exterior, lo que viene suponiendo un problema para las nuevas teorías eran, probaría que estos tienen una teoría de la mente y, por tanto, autoconciencia. Tiempo
de arqueología cognitiva (Material Engagement Theory). El artículo de Nöth propone, ade- después, se descubrió que los humanos la desarrollan, poco a poco, en la infancia y eso
más, una interesante discusión en torno a la noción de texto como unidad semiótica, en les permite, posteriormente, interpretar las intenciones de los demás. Sin embargo, estos
lugar de signo, siguiendo la perspectiva de Yuri Lotman. La influencia de Lotman se deja enfoques se consideraban limitados porque contemplaban la cognición como un proceso
sentir, también, en el estudio de Olga Lavrenova que aparece en esta colección. únicamente mental, sin tener en cuenta aspectos de la experiencia física, mediada por el
cuerpo y la cultura, como se hace desde la DCog.
Junto con estas aportaciones, la investigación de Julio Horta aporta luz sobre la con-
sideración de la semiótica como un metalenguaje o fundamento común, conceptual, para el El volumen incluye, también, un par de artículos sobre los enfoques comprendidos
entendimiento transdisciplinario. Para ello, el semiólogo de la Universidad Nacional Autó- bajo la denominada cognición corporeizada (Embodied Cognition), que se origina en la década
noma de México aborda la cuestión de si es posible, en la representación científica, establecer de los ochenta tras la publicación de los trabajos de George Lakoff y Mark Johnson (1980).
un vínculo de conocimiento con las cualidades existenciales de un objeto, en particular con La cognición corporeizada se centra, principalmente, en el ser humano; contempla factores
aquellas denominadas inobservables como, por ejemplo, el ADN. Esto es así porque una parte biológicos, como la simetría corporal, la percepción o la interacción motora implicada en la
importante de la semiótica no depende de conceptos que se correspondan con entidades de manipulación física de objetos, y estudia sus efectos en la formación de estructuras mentales
la experiencia. En efecto, como ya ha afirmado Tarja Knuuttila (2005), los modelos son, de denominadas esquemas imagen (Johnson, 1987: 23). Desde la semiótica, los esquemas imagen
alguna manera, habitantes materializados del campo intersubjetivo de la actividad humana. son ejemplos de signos diagramáticos (Stjernfelt, 2007). Se contemplan como experiencias
preconceptuales simplificadas, convertidas en estructuras mentales —de orden superior—
En este sentido, el trabajo de Priscila Borges y Lethícia Angelim, de la Universidad que muestran cómo los humanos damos sentido al mundo en el marco de dominios percepti-
de Brasilia, también analiza la relación entre semiótica y cognición en los estudios de Peir- vos y cognitivos específicos. Dado que tienen bases biológicas funcionales, algunos esquemas
ce. La lógica triádica crea una cadena semiótica que funciona como modelo para describir son básicos: irreductibles a algo más fundamental. Este es el caso de la percepción espacial,
la mente. La propuesta investiga las clases de signos (10, 28 y 66) e intenta delimitar la sujeta a limitaciones físicas como la fuerza de la gravedad, la orientación, la simetría corporal,
cantidad mínima de dichas clases, así como su continuidad en los procesos cognitivos. entre otras; tal como enuncia la semióloga rusa Olga Lavrenova en su artículo sobre las me-
táforas espaciales y el paisaje, recogido en esta colección. En última instancia, los esquemas
En diálogo con los artículos precedentes, el estudio de Juan Carlos MendozaCollazos, de parecerían basarse en la capacidad —consciente e inconsciente— de detectar y reconocer
la Universidad Nacional de Colombia, amplía uno de los temas fundamentales de este número patrones recurrentes. El neurocientífico Antonio Damasio identificó que los mapeos funda-
de la revista, que tiene que ver con los procesos semióticos de la cultura material. Tras analizar mentales que tienen lugar en nuestro cerebro son los que registran el estado y las condiciones
las contribuciones más importantes de la escuela de Lund, plantea una ontología relacional entre internas del cuerpo, en relación con el entorno externo (2010: 70).
artefactos y lenguaje, que avanza sobre la temática de otros artículos al final de este volumen.
En línea con la DCog, los estudios de la metáfora conceptual evolucionaron, tam-
Por su parte, Claudio Paolucci, profesor de la Universidad de Bolonia, aborda la bién, desde la perspectiva de los iconogramas –imágenes-esquema– universales, basados
problemática de si la narratividad representa una estructura de cognición en sí misma o si en aspectos físicos, hasta incorporar factores contextuales y usos particulares del discurso

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


18 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 19
Depósito Legal B.3146-2001 Universidad de Rosario (Argentina) Versión electrónica: designisfels.net
ASÚN LÓPEZ-VARELA AZCÁRATE INTRODUCCIÓN. SEMIÓTICAS COGNITIVAS

humano que dan forma a las metáforas y metonimias conceptuales, y dificultan la transfe- superior —como las prácticas humanas de contar y leer historias (Sutton, 2006)— y, más
rencia de inferencias entre dominios. Lionel Wee (2014) da cuenta de un cambio a partir recientemente, con la denominada hipótesis del cerebro interactivo (Interactive Brain Hypothe-
de los modelos de correspondencia (Lakoff y Johnson, 1980) inclusión de clases (Glucks- sis) que proponen Ezequiel Di Paolo y Hanne De Jaegher (2012). Investigadoras como
berg y McGlone, 1999). Los primeros modelos asumen relaciones horizontales o laterales Yanna Popova han argumentado que las narrativas modulan las experiencias intersubjeti-
consistentes, del tipo origendestino, de modo que conservan las relaciones particulares vas por medio de posibilidades u ofrecimientos (affordances) modelados en la complementarie-
entre los objetos y sus propiedades. En cambio, el segundo modelo opera verticalmente, dad que existe entre un entorno determinado y la cooperación social. Las investigaciones
como un fractal, incluyendo desplazamientos metonímicos, por lo que el dominio de ori- de Popova se centran en la función mediadora de la narración escrita e intentan demostrar
gen se entiende como una instanciación prototípica de una categoría superior que abarca que incluso situaciones que parecen menos interactivas —como la lectura y la escritu-
tanto el dominio de origen como el de destino. Wee señala que, en la modernidad pos- ra— tienen orígenes interactivos y enactivos. Su análisis va más allá de las nociones de
capitalista, las experiencias se mercantilizan y contemplan como recursos funcionales, y inferencia —suposiciones hechas por remitente y receptor—, implicatura o señales de
esto determina la forma en que se construyen las metáforas. En la conceptualización de las contextualización (Gumperz y Levinson, 1996: 379), para explorar la creación de sentido
experiencias como recursos, las habilidades particulares sirven como indicadores de valor participativo enactivista.
dentro de las propias experiencias (Wee 2014: 246). De este modo, la metáfora de las
experiencias como recursos señala la creciente influencia de las pequeñas historias y de los Esta es también la línea que exploran dos investigadores de la Universidad Com-
relatos infrarrepresentados en la posmodernidad. Esto se evidencia, también, en el debate plutense de Madrid, autores de dos artículos que componen este número. Por un lado,
que propone Paolucci sobre la importancia de la narratividad (storytelling). Rocío Badía Fumaz conecta la poética cognitiva con propuestas de la denominada estética
de la recepción. Y, por otro lado, Luis MartínezFalero plantea relaciones intermediales en la
Desde esta perspectiva, la revista incluye el trabajo de Marta SilveraRoig sobre construcción poética: en un diálogo entre imagen y enunciado, entre ritmo y significación.
las metáforas conceptuales que se emplean en la prensa española, en relación con el tema El artículo de MartínezFalero es una propuesta interdisciplinaria que toma elementos de
del envejecimiento y la jubilación, y pone de manifiesto cómo los aspectos emocionales, las ciencias cognitivas, la semiótica, la antropología y la poética generativa.
y no solo culturales, integran toda conceptualización. El trabajo de esta investigadora,
de la Universidad Complutense de Madrid, interroga sobre el andamiaje conceptual que Son varios los trabajos que añaden interdisciplinariedad a esta colección. El artícu-
constituye lo que denomina narrativa del malestar y proporciona un ejemplo concreto que lo de Fernando Gabriel Rodríguez, de la Universidad Argentina de la Empresa, recorre la
contribuye a subrayar la importancia —planteada por Paolucci— de la narratividad y las evolución de las metáforas asociadas a las ciencias cognitivas en relación con la multimo-
pequeñas historias. dalidad y la corporeidad que, según el autor, convierten los significados en emanaciones de
acción e interacción. El artículo muestra la convergencia entre los estudios sobre metáfora
Asimismo, el volumen incluye tres artículos centrados en la actividad cognitiva conceptual, psicología del desarrollo, configuraciones gestálticas y filosofía de la mente.
construida a partir de espacios estéticos compartidos, como los que se generan al leer Además, hace un breve recorrido por las denominadas 4E (embodied, embedded, enacting,
una novela, un relato o un poema, o al ver una serie, una película o una obra de teatro. A extended o ‘cognición corporeizada, contextuada o distribuida, enactista y extendida’) hacia
partir de esas incursiones en los mundos de la ficción, se infieren recuerdos propios, de- los medios materiales que operan como apéndices del pensamiento.
seos, temores o anhelos. MaríaÁngeles Martínez, de la Universidad de Alcalá de Henares,
los denomina autoesquemas posibles de ficción (storyworld possible selves) y los define como el La investigación sobre semiótica y medios tecnológicos adquiere importancia en la
resultado de la integración conceptual de dos espacios de origen: por una parte, el de la década de los noventa, como consecuencia del rápido desarrollo de la World Wide Web y la
representación mental que cada lector individual desarrolla a través del narrador o del digitalización. En este volumen, se incorporan varios artículos que dan cuenta de la rela-
personaje focalizador, y, por otra, el del autoconcepto o representación mental de sí mismo ción entre intermedialidad y cognición. Lars Elleström, de la Universidad de Linnaeus, se
(2014, 2018). El proceso se basa en principios de coordinación cognitiva intersubjetiva, interroga por la iconicidad intermodal como fenómeno que tiene lugar en múltiples áreas
como los que plantean Fauconnier y Turner (2002), y Ronald Langacker (2008). Según la sensoriales y dominios cognitivos. Su estudio interdisciplinario —que incluye aspectos de
autora, este proceso permite dar respuesta a muchos de los interrogantes que rodean el fe- investigación psicológica, cognitiva y neurológica— explora cómo la iconicidad traspasa las
nómeno de la inmersión narrativa, como la naturaleza selectiva e idiosincrática del interés fronteras de diferentes tipos de modos materiales, espaciotemporales y sensoriales, además
y la atención, la construcción de los personajes o la respuesta emocional en la interacción de la frontera entre estructuras sensoriales y configuraciones cognitivas. Su objetivo final es
cognitiva a través de los personajes y narradores de la ficción. conceptualizar la iconicidad intermodal, así como relacionar los diferentes tipos de iconi-
cidad monomodal e intermodal entre sí. El argumento principal es que la percepción y la
Los artículos de SilveraRoig y de Martínez se entroncan también con la investiga- concepción de imágenes y metáforas deben entenderse como los extremos de un continuo de
ción sobre procesos mimético-cognitivos, iniciada por Merlin Donald (1991) y continuada representaciones icónicas. El trabajo incluye una serie de ejemplos que ilustran la continui-
por Jordan Zlatev (2008), en relación con la comunicación intersubjetiva. Pero, sobre dad de la iconicidad, desde la imagen a la metáfora, y, también, una breve discusión sobre la
todo, con la perspectiva de la Dcog sobre el papel de las actividades cognitivas de nivel noción de los esquemas imagen como factor explicativo de la iconicidad intermodal.

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humano que dan forma a las metáforas y metonimias conceptuales, y dificultan la transfe- superior —como las prácticas humanas de contar y leer historias (Sutton, 2006)— y, más
rencia de inferencias entre dominios. Lionel Wee (2014) da cuenta de un cambio a partir recientemente, con la denominada hipótesis del cerebro interactivo (Interactive Brain Hypothe-
de los modelos de correspondencia (Lakoff y Johnson, 1980) inclusión de clases (Glucks- sis) que proponen Ezequiel Di Paolo y Hanne De Jaegher (2012). Investigadoras como
berg y McGlone, 1999). Los primeros modelos asumen relaciones horizontales o laterales Yanna Popova han argumentado que las narrativas modulan las experiencias intersubjeti-
consistentes, del tipo origendestino, de modo que conservan las relaciones particulares vas por medio de posibilidades u ofrecimientos (affordances) modelados en la complementarie-
entre los objetos y sus propiedades. En cambio, el segundo modelo opera verticalmente, dad que existe entre un entorno determinado y la cooperación social. Las investigaciones
como un fractal, incluyendo desplazamientos metonímicos, por lo que el dominio de ori- de Popova se centran en la función mediadora de la narración escrita e intentan demostrar
gen se entiende como una instanciación prototípica de una categoría superior que abarca que incluso situaciones que parecen menos interactivas —como la lectura y la escritu-
tanto el dominio de origen como el de destino. Wee señala que, en la modernidad pos- ra— tienen orígenes interactivos y enactivos. Su análisis va más allá de las nociones de
capitalista, las experiencias se mercantilizan y contemplan como recursos funcionales, y inferencia —suposiciones hechas por remitente y receptor—, implicatura o señales de
esto determina la forma en que se construyen las metáforas. En la conceptualización de las contextualización (Gumperz y Levinson, 1996: 379), para explorar la creación de sentido
experiencias como recursos, las habilidades particulares sirven como indicadores de valor participativo enactivista.
dentro de las propias experiencias (Wee 2014: 246). De este modo, la metáfora de las
experiencias como recursos señala la creciente influencia de las pequeñas historias y de los Esta es también la línea que exploran dos investigadores de la Universidad Com-
relatos infrarrepresentados en la posmodernidad. Esto se evidencia, también, en el debate plutense de Madrid, autores de dos artículos que componen este número. Por un lado,
que propone Paolucci sobre la importancia de la narratividad (storytelling). Rocío Badía Fumaz conecta la poética cognitiva con propuestas de la denominada estética
de la recepción. Y, por otro lado, Luis MartínezFalero plantea relaciones intermediales en la
Desde esta perspectiva, la revista incluye el trabajo de Marta SilveraRoig sobre construcción poética: en un diálogo entre imagen y enunciado, entre ritmo y significación.
las metáforas conceptuales que se emplean en la prensa española, en relación con el tema El artículo de MartínezFalero es una propuesta interdisciplinaria que toma elementos de
del envejecimiento y la jubilación, y pone de manifiesto cómo los aspectos emocionales, las ciencias cognitivas, la semiótica, la antropología y la poética generativa.
y no solo culturales, integran toda conceptualización. El trabajo de esta investigadora,
de la Universidad Complutense de Madrid, interroga sobre el andamiaje conceptual que Son varios los trabajos que añaden interdisciplinariedad a esta colección. El artícu-
constituye lo que denomina narrativa del malestar y proporciona un ejemplo concreto que lo de Fernando Gabriel Rodríguez, de la Universidad Argentina de la Empresa, recorre la
contribuye a subrayar la importancia —planteada por Paolucci— de la narratividad y las evolución de las metáforas asociadas a las ciencias cognitivas en relación con la multimo-
pequeñas historias. dalidad y la corporeidad que, según el autor, convierten los significados en emanaciones de
acción e interacción. El artículo muestra la convergencia entre los estudios sobre metáfora
Asimismo, el volumen incluye tres artículos centrados en la actividad cognitiva conceptual, psicología del desarrollo, configuraciones gestálticas y filosofía de la mente.
construida a partir de espacios estéticos compartidos, como los que se generan al leer Además, hace un breve recorrido por las denominadas 4E (embodied, embedded, enacting,
una novela, un relato o un poema, o al ver una serie, una película o una obra de teatro. A extended o ‘cognición corporeizada, contextuada o distribuida, enactista y extendida’) hacia
partir de esas incursiones en los mundos de la ficción, se infieren recuerdos propios, de- los medios materiales que operan como apéndices del pensamiento.
seos, temores o anhelos. MaríaÁngeles Martínez, de la Universidad de Alcalá de Henares,
los denomina autoesquemas posibles de ficción (storyworld possible selves) y los define como el La investigación sobre semiótica y medios tecnológicos adquiere importancia en la
resultado de la integración conceptual de dos espacios de origen: por una parte, el de la década de los noventa, como consecuencia del rápido desarrollo de la World Wide Web y la
representación mental que cada lector individual desarrolla a través del narrador o del digitalización. En este volumen, se incorporan varios artículos que dan cuenta de la rela-
personaje focalizador, y, por otra, el del autoconcepto o representación mental de sí mismo ción entre intermedialidad y cognición. Lars Elleström, de la Universidad de Linnaeus, se
(2014, 2018). El proceso se basa en principios de coordinación cognitiva intersubjetiva, interroga por la iconicidad intermodal como fenómeno que tiene lugar en múltiples áreas
como los que plantean Fauconnier y Turner (2002), y Ronald Langacker (2008). Según la sensoriales y dominios cognitivos. Su estudio interdisciplinario —que incluye aspectos de
autora, este proceso permite dar respuesta a muchos de los interrogantes que rodean el fe- investigación psicológica, cognitiva y neurológica— explora cómo la iconicidad traspasa las
nómeno de la inmersión narrativa, como la naturaleza selectiva e idiosincrática del interés fronteras de diferentes tipos de modos materiales, espaciotemporales y sensoriales, además
y la atención, la construcción de los personajes o la respuesta emocional en la interacción de la frontera entre estructuras sensoriales y configuraciones cognitivas. Su objetivo final es
cognitiva a través de los personajes y narradores de la ficción. conceptualizar la iconicidad intermodal, así como relacionar los diferentes tipos de iconi-
cidad monomodal e intermodal entre sí. El argumento principal es que la percepción y la
Los artículos de SilveraRoig y de Martínez se entroncan también con la investiga- concepción de imágenes y metáforas deben entenderse como los extremos de un continuo de
ción sobre procesos mimético-cognitivos, iniciada por Merlin Donald (1991) y continuada representaciones icónicas. El trabajo incluye una serie de ejemplos que ilustran la continui-
por Jordan Zlatev (2008), en relación con la comunicación intersubjetiva. Pero, sobre dad de la iconicidad, desde la imagen a la metáfora, y, también, una breve discusión sobre la
todo, con la perspectiva de la Dcog sobre el papel de las actividades cognitivas de nivel noción de los esquemas imagen como factor explicativo de la iconicidad intermodal.

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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Joaquín SuárezRuíz abre, incluso más, el espectro interdisciplinario de esta edición REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
para incluir a la zoosemiótica en el diálogo entre las ciencias cognitivas. El autor señala la
influencia de los trabajos de Thomas Sebeok en investigaciones posteriores, como las de BRANDT, P. Å. (2004). Spaces, domains and meanings: Essays in cognitive semiotics. Berna: Peter Lang.
Jonathan Haidt o Frans de Waal, con el fin de revelar el enfoque antropocéntrico de los DAMASIO, A. (1999). The Feeling of What Happens: Body and Emotion in the Making of Consciousness.
estudios en comunicación. Según él, la zoosemiótica puede realizar importantes aportes a Harcout Brace.
DENNETT, D. C. (1978). “Beliefs about beliefs”. Behavioural Brain Science, 1, 568570. <http://doi.
la reflexión sobre la ética normativa, los aspectos de la ética animal y el impacto humano
org/10.1017/S0140525X00076664>.
en el mundo que nos rodea. En este sentido, es cierto que la aportación revolucionaria de DI PAOLO, E. y DE JAEGHER, H. (2012). “The Interactive Brain Hypothesis”. Frontiers in Human
la zoosemiótica perdió vigencia durante algunos años, pero, afortunadamente, las investi- Neuroscience, 7 (6), 163. <http://doi.org/10.3389/fnhum.2012.00163>.
gaciones que muestran la complejidad y la extensa filogénesis de la semiótica están regre- DONALD, M. (1991). Origins of the Modern Mind: Three Stages in the Evolution of Culture and Cogni-
sando con fuerza, como se puede ver en los últimos dos artículos de esta revista. tion. Cambridge: Harvard University Press.
GLUCKSBERG, S. y MCGLONE, M. (1999). “When Love Is Not a Journey: What Metaphors
Pedro Atã y João Queiroz plantean la noción denominada nicho de artefactos semióti- Mean”. Journal of Pragmatics, 31, 15411558.
cos. Argumentan que todo proceso semióticocognitivo es emergente y enactivo, que tiene GUMPERZ, J. y LEVINSON, S. C. (Eds.). (1996). Rethinking Linguistic Relativity. Cambridge:
lugar en “nichos” que incorporan aspectos situacionales y distribuidos, e incluyen artefac- Cambridge University Press.
tos que funcionan como extensiones materiales a la cognición. Según estos autores, agentes HUTCHINS, E. (1995). Cognition in the Wild. Cambridge: MIT Press.
––– (2001). “Distributed Cognition”. En Smelser, N. J. y Baltes, P. B. (Eds.), International encyclope-
y entornos son codependientes y participan en una dinámica que oscila entre el hábito y la
dia of the social and behavioural sciences, 20682071. Nueva York: Elsevier Science.
sorpresa. Interesados en fundamentar la externalización cognitiva, desde una perspectiva JOHNSON, M. (1987). The Body in the Mind: The Bodily Basis of Meaning, Imagination, and Reason.
semiótica, hablan de los artefactos entendidos no como objetos, sino como procesos semió- Chicago: Chicago University Press.
ticos, como signos en acción, situados en nichos que colocalizan la actividad semiótica. KNUUTTILA, T. (2005). “Models, Representation, and Mediation”. Philosophy of Science, 72 (5),
12601271. <https://doi.org/10.1086/508124>.
Finalmente, el artículo de Asun LópezVarela, que cierra esta colección, da cuenta, LAKOFF, G. y JOHNSON, M. (1980). Metaphors We Live By. Chicago: Chicago University Press.
también, del impacto de la semiótica de Peirce en la corriente enactista y en la cognición LANGACKER, R. W. (1987). Foundations of Cognitive Linguistics. Stanford University Press.
extendida; en particular, en la teoría del acoplamiento material (Material Engagement Theory PEIRCE, C. S. (19311935 y 1958). The Collected Papers of Charles Sanders Peirce. En Hartshorne, C. y
[MET]). La autora considera que esta teoría abre camino a consideraciones poshumanistas Weiss, P. (Eds.), 16. En Burks, A.W. (Ed.), 78. Cambridge: Harvard University Press.
que plantean un debate sobre las formas de agencia no antropocéntricas, vinculadas a fenó- STOCKWELL, P. (2002). Cognitive Poetics: An Introduction. Londres: Routledge.
menos enactivos emergentes de las interacciones humanas y no humanas. De esta manera, STJERNFELT, F. (2007). Diagrammatology. Dordrecht: Springer.
SUTTON, J. (2006). “Distributed cognition: Domains and dimensions”. Pragmatics & Cognition,
el impacto del cambio climático o la proliferación de los virus emerge como una reacción
14 (2), 235247.
a las acciones humanas que dañan los ecosistemas y los hábitats —que pueden entenderse WEE, L. (2014). “Experiences as Resources: Metaphor and Life in Late Modernity”. En Yamaguchi,
como nichos—. El artículo muestra, además, cómo la teoría del acoplamiento material — M., Tay, D. y Blount, B. (Eds.), Approaches to Language, Culture, and Cognition. The Intersection of Cog-
que habla de una anatomía biocultural dinámica sujeta a transformaciones ontogenéticas nitive Linguistics and Linguistic Anthropology, 234-250. Palgrave Macmillan.
y filogenéticas continuas— puede contemplarse desde la perspectiva del sinejismo o teoría ZLATEV, J. (2008). “Intersubjectivity: What Makes us Human?”. En Zlatev, J., Racine, T. P.,
de la continuidad de Peirce (CP: 7.565, 1893). Sinha, C. y Itkonen, E. (Eds), The Shared Mind: Perspectives on Intersubjectivity, 114. Amsterdam: John
Benjamins.
Como se puede ver en esta introducción, el estudio de la cognición incluye no solo ––– (2015). “Cognitive semiotics”. En Trifonas, P. P. (Ed.), International Handbook of Semiotics,
una plétora de disciplinas, sino que también involucra aspectos contextuales y culturales, 10431067. Dordrecht: Springer.
como las instituciones dentro de las cuales se producen las teorías, las herramientas y las
tecnologías utilizadas en la praxis analítica. A su vez, incluye el continuo evolutivo más
amplio de cambios biológicos, tecnológicos y culturales en todos los niveles. Cada uno de
los capítulos incluidos en este número, da cuenta de varios de estos aspectos, en un reco-
rrido que se fundamenta en los estudios de semiótica como metateoría que busca lugares
comunes, sin dejar de lado las idiosincrasias particulares.

NOTAS

1. Todas las citas marcadas con un asterisco (*) son traducciones de LópezVarela.
Atribución-NoComercial-CompartirIgual
CC BY-NC-SA

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ASÚN LÓPEZ-VARELA AZCÁRATE INTRODUCCIÓN. SEMIÓTICAS COGNITIVAS

Joaquín SuárezRuíz abre, incluso más, el espectro interdisciplinario de esta edición REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
para incluir a la zoosemiótica en el diálogo entre las ciencias cognitivas. El autor señala la
influencia de los trabajos de Thomas Sebeok en investigaciones posteriores, como las de BRANDT, P. Å. (2004). Spaces, domains and meanings: Essays in cognitive semiotics. Berna: Peter Lang.
Jonathan Haidt o Frans de Waal, con el fin de revelar el enfoque antropocéntrico de los DAMASIO, A. (1999). The Feeling of What Happens: Body and Emotion in the Making of Consciousness.
estudios en comunicación. Según él, la zoosemiótica puede realizar importantes aportes a Harcout Brace.
DENNETT, D. C. (1978). “Beliefs about beliefs”. Behavioural Brain Science, 1, 568570. <http://doi.
la reflexión sobre la ética normativa, los aspectos de la ética animal y el impacto humano
org/10.1017/S0140525X00076664>.
en el mundo que nos rodea. En este sentido, es cierto que la aportación revolucionaria de DI PAOLO, E. y DE JAEGHER, H. (2012). “The Interactive Brain Hypothesis”. Frontiers in Human
la zoosemiótica perdió vigencia durante algunos años, pero, afortunadamente, las investi- Neuroscience, 7 (6), 163. <http://doi.org/10.3389/fnhum.2012.00163>.
gaciones que muestran la complejidad y la extensa filogénesis de la semiótica están regre- DONALD, M. (1991). Origins of the Modern Mind: Three Stages in the Evolution of Culture and Cogni-
sando con fuerza, como se puede ver en los últimos dos artículos de esta revista. tion. Cambridge: Harvard University Press.
GLUCKSBERG, S. y MCGLONE, M. (1999). “When Love Is Not a Journey: What Metaphors
Pedro Atã y João Queiroz plantean la noción denominada nicho de artefactos semióti- Mean”. Journal of Pragmatics, 31, 15411558.
cos. Argumentan que todo proceso semióticocognitivo es emergente y enactivo, que tiene GUMPERZ, J. y LEVINSON, S. C. (Eds.). (1996). Rethinking Linguistic Relativity. Cambridge:
lugar en “nichos” que incorporan aspectos situacionales y distribuidos, e incluyen artefac- Cambridge University Press.
tos que funcionan como extensiones materiales a la cognición. Según estos autores, agentes HUTCHINS, E. (1995). Cognition in the Wild. Cambridge: MIT Press.
––– (2001). “Distributed Cognition”. En Smelser, N. J. y Baltes, P. B. (Eds.), International encyclope-
y entornos son codependientes y participan en una dinámica que oscila entre el hábito y la
dia of the social and behavioural sciences, 20682071. Nueva York: Elsevier Science.
sorpresa. Interesados en fundamentar la externalización cognitiva, desde una perspectiva JOHNSON, M. (1987). The Body in the Mind: The Bodily Basis of Meaning, Imagination, and Reason.
semiótica, hablan de los artefactos entendidos no como objetos, sino como procesos semió- Chicago: Chicago University Press.
ticos, como signos en acción, situados en nichos que colocalizan la actividad semiótica. KNUUTTILA, T. (2005). “Models, Representation, and Mediation”. Philosophy of Science, 72 (5),
12601271. <https://doi.org/10.1086/508124>.
Finalmente, el artículo de Asun LópezVarela, que cierra esta colección, da cuenta, LAKOFF, G. y JOHNSON, M. (1980). Metaphors We Live By. Chicago: Chicago University Press.
también, del impacto de la semiótica de Peirce en la corriente enactista y en la cognición LANGACKER, R. W. (1987). Foundations of Cognitive Linguistics. Stanford University Press.
extendida; en particular, en la teoría del acoplamiento material (Material Engagement Theory PEIRCE, C. S. (19311935 y 1958). The Collected Papers of Charles Sanders Peirce. En Hartshorne, C. y
[MET]). La autora considera que esta teoría abre camino a consideraciones poshumanistas Weiss, P. (Eds.), 16. En Burks, A.W. (Ed.), 78. Cambridge: Harvard University Press.
que plantean un debate sobre las formas de agencia no antropocéntricas, vinculadas a fenó- STOCKWELL, P. (2002). Cognitive Poetics: An Introduction. Londres: Routledge.
menos enactivos emergentes de las interacciones humanas y no humanas. De esta manera, STJERNFELT, F. (2007). Diagrammatology. Dordrecht: Springer.
SUTTON, J. (2006). “Distributed cognition: Domains and dimensions”. Pragmatics & Cognition,
el impacto del cambio climático o la proliferación de los virus emerge como una reacción
14 (2), 235247.
a las acciones humanas que dañan los ecosistemas y los hábitats —que pueden entenderse WEE, L. (2014). “Experiences as Resources: Metaphor and Life in Late Modernity”. En Yamaguchi,
como nichos—. El artículo muestra, además, cómo la teoría del acoplamiento material — M., Tay, D. y Blount, B. (Eds.), Approaches to Language, Culture, and Cognition. The Intersection of Cog-
que habla de una anatomía biocultural dinámica sujeta a transformaciones ontogenéticas nitive Linguistics and Linguistic Anthropology, 234-250. Palgrave Macmillan.
y filogenéticas continuas— puede contemplarse desde la perspectiva del sinejismo o teoría ZLATEV, J. (2008). “Intersubjectivity: What Makes us Human?”. En Zlatev, J., Racine, T. P.,
de la continuidad de Peirce (CP: 7.565, 1893). Sinha, C. y Itkonen, E. (Eds), The Shared Mind: Perspectives on Intersubjectivity, 114. Amsterdam: John
Benjamins.
Como se puede ver en esta introducción, el estudio de la cognición incluye no solo ––– (2015). “Cognitive semiotics”. En Trifonas, P. P. (Ed.), International Handbook of Semiotics,
una plétora de disciplinas, sino que también involucra aspectos contextuales y culturales, 10431067. Dordrecht: Springer.
como las instituciones dentro de las cuales se producen las teorías, las herramientas y las
tecnologías utilizadas en la praxis analítica. A su vez, incluye el continuo evolutivo más
amplio de cambios biológicos, tecnológicos y culturales en todos los niveles. Cada uno de
los capítulos incluidos en este número, da cuenta de varios de estos aspectos, en un reco-
rrido que se fundamenta en los estudios de semiótica como metateoría que busca lugares
comunes, sin dejar de lado las idiosincrasias particulares.

NOTAS

1. Todas las citas marcadas con un asterisco (*) son traducciones de LópezVarela.
Atribución-NoComercial-CompartirIgual
CC BY-NC-SA

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


22 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 23
Depósito Legal B.3146-2001 Universidad de Rosario (Argentina) Versión electrónica: designisfels.net
http://dx.doi.org/10.35659/designis.i35p25-33
AS CONTRIBUIÇÕES DE PEIRCE À CIÊNCIA COGNITIVA

As contribuições de Peirce
à ciência cognitiva / Peirce’s
contributions to cognitive science.
Lucia Santaella
(pág 25 - pág 33)

Este artículo se basa en el supuesto de que la semiótica de C. S. Peirce hace falta en


la lista de ciencias que componen la ciencia cognitiva. Para dar munición a este supuesto,
el artículo discute algunos temas capaces de mostrar lo que la semiótica puede ofrecer a
la ciencia cognitiva para contribuir en la superación de temas controvertidos, así como
en el desarrollo de conceptos relevantes para la ciencia cognitiva, como el concepto de
cognición el mismo y los conceptos de conciencia, representación, pensamiento, etc.
Dada la complejidad de los temas, el artículo tiene el carácter de una propuesta que busca
presentarse como coherente e invitante para el desarrollo de proyectos futuros.

Palabras Clave: Cognición, representación, conciencia, semiótica, ciencia cognitiva

This article assumes that C. S. Peirce’s semiotics is missing from the list of sciences
that make up the cognitive sciences. To give ammunition to this assumption, the article
discusses some topics capable of showing what semiotics can offer to cognitive science
in order to contribute in overcoming controversial issues as well as in the development
of concepts relevant to cognitive science, such as the concept of cognition itself and the
concepts of consciousness, representation, thought etc. Given the complexity of the issues,
the article has the character of a proposal that seeks to present itself as coherent and
inviting for the development of future projects.

Keywords: Cognition, representation, consciousness, semiotics, cognitive science

Santaella é professora titular na Universidade Católica de São Paulo. Doutora em


Teoria Literária pela PUCSP e Livre-docente em Ciências da Comunicação pela USP. Foi
professora e pesquisadora convidada em várias universidades europeias e latino-americanas.
Publicou 50 livros e organizou 21, além da publicação de quase 500 artigos no Brasil e
no exterior. Recebeu os prêmios Jabuti (2002, 2009, 2011, 2014), o prêmio Sergio Motta
(2005) e o prêmio Luiz Beltrão (2010).

Recibido: 7/10/2020 Aprobado: 03/11/2020

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


24 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 25
Depósito Legal B.3146-2001 Universidad de Rosario (Argentina) Versión electrónica: designisfels.net
http://dx.doi.org/10.35659/designis.i35p25-33
AS CONTRIBUIÇÕES DE PEIRCE À CIÊNCIA COGNITIVA

As contribuições de Peirce
à ciência cognitiva / Peirce’s
contributions to cognitive science.
Lucia Santaella
(pág 25 - pág 33)

Este artículo se basa en el supuesto de que la semiótica de C. S. Peirce hace falta en


la lista de ciencias que componen la ciencia cognitiva. Para dar munición a este supuesto,
el artículo discute algunos temas capaces de mostrar lo que la semiótica puede ofrecer a
la ciencia cognitiva para contribuir en la superación de temas controvertidos, así como
en el desarrollo de conceptos relevantes para la ciencia cognitiva, como el concepto de
cognición el mismo y los conceptos de conciencia, representación, pensamiento, etc.
Dada la complejidad de los temas, el artículo tiene el carácter de una propuesta que busca
presentarse como coherente e invitante para el desarrollo de proyectos futuros.

Palabras Clave: Cognición, representación, conciencia, semiótica, ciencia cognitiva

This article assumes that C. S. Peirce’s semiotics is missing from the list of sciences
that make up the cognitive sciences. To give ammunition to this assumption, the article
discusses some topics capable of showing what semiotics can offer to cognitive science
in order to contribute in overcoming controversial issues as well as in the development
of concepts relevant to cognitive science, such as the concept of cognition itself and the
concepts of consciousness, representation, thought etc. Given the complexity of the issues,
the article has the character of a proposal that seeks to present itself as coherent and
inviting for the development of future projects.

Keywords: Cognition, representation, consciousness, semiotics, cognitive science

Santaella é professora titular na Universidade Católica de São Paulo. Doutora em


Teoria Literária pela PUCSP e Livre-docente em Ciências da Comunicação pela USP. Foi
professora e pesquisadora convidada em várias universidades europeias e latino-americanas.
Publicou 50 livros e organizou 21, além da publicação de quase 500 artigos no Brasil e
no exterior. Recebeu os prêmios Jabuti (2002, 2009, 2011, 2014), o prêmio Sergio Motta
(2005) e o prêmio Luiz Beltrão (2010).

Recibido: 7/10/2020 Aprobado: 03/11/2020

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


24 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 25
Depósito Legal B.3146-2001 Universidad de Rosario (Argentina) Versión electrónica: designisfels.net
LUCIA SANTAELLA AS CONTRIBUIÇÕES DE PEIRCE À CIÊNCIA COGNITIVA

INTRODUÇÃO Peirce define como interpretante lógico, ou seja, a regra interpretativa que é aplicada em
uma interpretação habitual.
Ao detectar a ausência da semiótica no feixe das ciências que são eleitas para compor
a ciência cognitiva, este artigo parte da hipótese de que a semiótica faz falta nesse elenco, na Não é por acaso que um bom número de cognitivistas, já há alguns anos, tem
medida em que dispõe de conceitos capazes de auxiliar nas resoluções de questões controversas buscado nas teorias peircianas fundamentos para questões centrais à cognição. Confira-
ou na edificação de conceitos que estão fragilmente definidos na ciência cognitiva. se, por exemplo, o tratamento que é dado ao problema da representação na CC à luz do
conceito de representação peirciano (Von Eckardt 1993), a relação das classes de signos
Tendo isso em vista, é possível pensar em um elenco de passos que seriam necessários peircianas com os tipos de mente (Fetzer 1988), a relação das classes de signos com os
para tornar evidente a relevância da inclusão da semiótica no conjunto das ciências ou processos evolutivos (Deacon 1997), além dos vários estudos sobre a abdução peirciana no
campos de estudos componentes da ciência cognitiva (CC). São passos complexos que só contexto da inteligência artificial e da CC (por exemplo, Josepheson e Josepheson 1994;
poderiam ser implementados em projetos de pesquisa coletivos como estão explicitados a Bourgine, 2006; Gudwin e Queiroz, 2007).
seguir: passo um: estabelecer um leque de linhas de estudo capazes de indicar os vínculos
necessários e a importância da semiótica para a CC; passo dois: realizar estudos sistemáticos Nesse contexto, reafirmo minha hipótese de que não apenas há pontos comuns, mas
voltados para o desenvolvimento programático dos cruzamentos possíveis entre a CC e a também de que a inclusão da semiótica entre as disciplinas que compõem o leque disciplinar
semiótica; passo três: propor teorias híbridas necessárias à constituição de uma semiótica da CC pode nos ajudar a refletir sobre muitos dos impasses e controvérsias teóricas desta
cognitiva e, por fim; passo quatro: operacionalizar os conceitos semiótico-cognitivos que última. No que se segue, passarei a apresentar um mapeamento preliminar dos tópicos para
forem resultando da pesquisa, visando às suas aplicações em pesquisas empíricas. os quais a semiótica peirciana poderia trazer contribuições para questões cruciais da CC.

Evidentemente, a explicitação mais detalhada desses passos foge de longe das


possibilidades de um artigo. Portanto, o objetivo deste artigo limita-se à discussão de 1. FUNDAÇÃO EPISTEMOLÓGICA
alguns tópicos capazes de justificar a hipótese de que a semiótica faz falta no conjunto de
ciências componentes da CC. O objetivismo idealista de Peirce, que se traduz como uma síntese entre o realismo
e o idealismo, pode ser proposto como alternativa para o materialismo, fisicalismo,
Não é difícil constatar, antes de tudo, um ponto de perfeita similaridade entre a mecaniscismo e outras controvertidas posições epistemológicas vigentes na CC. A
CC e a semiótica. Ambas têm uma natureza transdisciplinar e um potencial para uma discussão desta proposta seria motivo para um longo artigo, de modo que aqui apenas fica
perspectiva científica unificada (Nöth 1994: 201). Além disso, existem muitos outros a sugestão de sua possibilidade.
conceitos complexos em comum entre a CC e a semiótica, tais como representação,
representação mental, consciência, símbolo, inferência, memória, percepção e linguagem,
todos eles questões centrais tanto da ciência cognitiva quanto da semiótica, mais 2. A FILOSOFIA PEIRCIANA COMO BASE CONCEITUAL PARA A CC
especialmente, neste caso, da semiótica de extração de Charles S. Peirce.
Não são poucos os epistemólogos e filósofos da ciência que têm chamado a atenção
De fato, a semiótica peirciana pode ser considerada, antes de mais nada, como uma para a necessidade de uma classificação das ciências como cartografia orientadora das relações
teoria sígnica da cognição. Consequentemente há uma série de fundamentos compartilhados que as ciências tecem entre si. Para Peirce, o conhecimento abraça substancialmente tudo
pela teoria cognitiva e a semiótica peirciana. Para Peirce, a semiose ou ação do signo, quer o que pensamos ou dizemos, por isso os arranjos das ciências são muitos. Entre eles, os
dizer, a ação de ser interpretado, é o processo pelo qual um signo realiza um “efeito cognitivo” que lhe pareciam mais úteis são aqueles que buscam arranjá-las na ordem de dependência
sobre um intérprete (CP 5.484). A representação mental de uma cognição corresponde lógica de umas sobre as outras e no seu grau de especialização (MS 1335: 2-3). Desse
àquilo que Peirce define como interpretante. Também a ideia peirciana de uma rede de modo, Peirce desenvolveu uma gigantesca e instigante classificação das ciências que nos
relações do interpretante, na rede da semiose ilimitada, corresponde ao modelo cognitivo das permite visualizar os grandes troncos das ciências, seus diferentes ramos, as interrelações e
redes conceituais, visto que toda cognição é um “signo mental que pode ser traduzido em um distintas formas de ajuda entre elas, assim como as tarefas que potencialmente a cada uma
outro signo ou que pode ser interpretado como tal” (CP 5.284). cabe realizar (ver Kent 1987).

Além disso, ao tratar de modelos, analogias, metáforas ou simulações, a teoria Peirce acreditava que um mapeamento hierárquico deveria ser revelador das
cognitiva ressalta o aspecto da iconicidade dos modelos cognitivos e de suas representações diferentes formas de ajuda entre as diferentes ciências. As ciências mais abstratas, mais
linguísticas. Para Peirce, muitos desses modelos são ícones imagéticos ou diagramáticos. altas na hierarquia, são aquelas que fornecem princípios conceituais para as menos
Por fim, a teoria cognitivista dos esquemas e dos cenários mentais, em seu postulado abstratas, ao mesmo tempo que estas fornecem subsídios para aquelas. Assim, do mesmo
sobre a estereotipia das representações mentais, também encontra um paralelo naquilo que modo que a filosofia recebe seus princípios abstratos da matemática, as ciências especiais

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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LUCIA SANTAELLA AS CONTRIBUIÇÕES DE PEIRCE À CIÊNCIA COGNITIVA

INTRODUÇÃO Peirce define como interpretante lógico, ou seja, a regra interpretativa que é aplicada em
uma interpretação habitual.
Ao detectar a ausência da semiótica no feixe das ciências que são eleitas para compor
a ciência cognitiva, este artigo parte da hipótese de que a semiótica faz falta nesse elenco, na Não é por acaso que um bom número de cognitivistas, já há alguns anos, tem
medida em que dispõe de conceitos capazes de auxiliar nas resoluções de questões controversas buscado nas teorias peircianas fundamentos para questões centrais à cognição. Confira-
ou na edificação de conceitos que estão fragilmente definidos na ciência cognitiva. se, por exemplo, o tratamento que é dado ao problema da representação na CC à luz do
conceito de representação peirciano (Von Eckardt 1993), a relação das classes de signos
Tendo isso em vista, é possível pensar em um elenco de passos que seriam necessários peircianas com os tipos de mente (Fetzer 1988), a relação das classes de signos com os
para tornar evidente a relevância da inclusão da semiótica no conjunto das ciências ou processos evolutivos (Deacon 1997), além dos vários estudos sobre a abdução peirciana no
campos de estudos componentes da ciência cognitiva (CC). São passos complexos que só contexto da inteligência artificial e da CC (por exemplo, Josepheson e Josepheson 1994;
poderiam ser implementados em projetos de pesquisa coletivos como estão explicitados a Bourgine, 2006; Gudwin e Queiroz, 2007).
seguir: passo um: estabelecer um leque de linhas de estudo capazes de indicar os vínculos
necessários e a importância da semiótica para a CC; passo dois: realizar estudos sistemáticos Nesse contexto, reafirmo minha hipótese de que não apenas há pontos comuns, mas
voltados para o desenvolvimento programático dos cruzamentos possíveis entre a CC e a também de que a inclusão da semiótica entre as disciplinas que compõem o leque disciplinar
semiótica; passo três: propor teorias híbridas necessárias à constituição de uma semiótica da CC pode nos ajudar a refletir sobre muitos dos impasses e controvérsias teóricas desta
cognitiva e, por fim; passo quatro: operacionalizar os conceitos semiótico-cognitivos que última. No que se segue, passarei a apresentar um mapeamento preliminar dos tópicos para
forem resultando da pesquisa, visando às suas aplicações em pesquisas empíricas. os quais a semiótica peirciana poderia trazer contribuições para questões cruciais da CC.

Evidentemente, a explicitação mais detalhada desses passos foge de longe das


possibilidades de um artigo. Portanto, o objetivo deste artigo limita-se à discussão de 1. FUNDAÇÃO EPISTEMOLÓGICA
alguns tópicos capazes de justificar a hipótese de que a semiótica faz falta no conjunto de
ciências componentes da CC. O objetivismo idealista de Peirce, que se traduz como uma síntese entre o realismo
e o idealismo, pode ser proposto como alternativa para o materialismo, fisicalismo,
Não é difícil constatar, antes de tudo, um ponto de perfeita similaridade entre a mecaniscismo e outras controvertidas posições epistemológicas vigentes na CC. A
CC e a semiótica. Ambas têm uma natureza transdisciplinar e um potencial para uma discussão desta proposta seria motivo para um longo artigo, de modo que aqui apenas fica
perspectiva científica unificada (Nöth 1994: 201). Além disso, existem muitos outros a sugestão de sua possibilidade.
conceitos complexos em comum entre a CC e a semiótica, tais como representação,
representação mental, consciência, símbolo, inferência, memória, percepção e linguagem,
todos eles questões centrais tanto da ciência cognitiva quanto da semiótica, mais 2. A FILOSOFIA PEIRCIANA COMO BASE CONCEITUAL PARA A CC
especialmente, neste caso, da semiótica de extração de Charles S. Peirce.
Não são poucos os epistemólogos e filósofos da ciência que têm chamado a atenção
De fato, a semiótica peirciana pode ser considerada, antes de mais nada, como uma para a necessidade de uma classificação das ciências como cartografia orientadora das relações
teoria sígnica da cognição. Consequentemente há uma série de fundamentos compartilhados que as ciências tecem entre si. Para Peirce, o conhecimento abraça substancialmente tudo
pela teoria cognitiva e a semiótica peirciana. Para Peirce, a semiose ou ação do signo, quer o que pensamos ou dizemos, por isso os arranjos das ciências são muitos. Entre eles, os
dizer, a ação de ser interpretado, é o processo pelo qual um signo realiza um “efeito cognitivo” que lhe pareciam mais úteis são aqueles que buscam arranjá-las na ordem de dependência
sobre um intérprete (CP 5.484). A representação mental de uma cognição corresponde lógica de umas sobre as outras e no seu grau de especialização (MS 1335: 2-3). Desse
àquilo que Peirce define como interpretante. Também a ideia peirciana de uma rede de modo, Peirce desenvolveu uma gigantesca e instigante classificação das ciências que nos
relações do interpretante, na rede da semiose ilimitada, corresponde ao modelo cognitivo das permite visualizar os grandes troncos das ciências, seus diferentes ramos, as interrelações e
redes conceituais, visto que toda cognição é um “signo mental que pode ser traduzido em um distintas formas de ajuda entre elas, assim como as tarefas que potencialmente a cada uma
outro signo ou que pode ser interpretado como tal” (CP 5.284). cabe realizar (ver Kent 1987).

Além disso, ao tratar de modelos, analogias, metáforas ou simulações, a teoria Peirce acreditava que um mapeamento hierárquico deveria ser revelador das
cognitiva ressalta o aspecto da iconicidade dos modelos cognitivos e de suas representações diferentes formas de ajuda entre as diferentes ciências. As ciências mais abstratas, mais
linguísticas. Para Peirce, muitos desses modelos são ícones imagéticos ou diagramáticos. altas na hierarquia, são aquelas que fornecem princípios conceituais para as menos
Por fim, a teoria cognitivista dos esquemas e dos cenários mentais, em seu postulado abstratas, ao mesmo tempo que estas fornecem subsídios para aquelas. Assim, do mesmo
sobre a estereotipia das representações mentais, também encontra um paralelo naquilo que modo que a filosofia recebe seus princípios abstratos da matemática, as ciências especiais

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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LUCIA SANTAELLA AS CONTRIBUIÇÕES DE PEIRCE À CIÊNCIA COGNITIVA

ou especializadas recebem seus princípios da filosofia (Santaella 1992: 101-140). Dentro lógica crítica e a metodêutica peircianas devem funcionar como ferramentas adequadas
dessa classificação, a CC, mesmo sendo composta por um feixe de ciências, é ainda uma para a compreensão dessa heterogeneidade.
ciência especial, que deveria receber seus princípios conceituais da filosofia. Ora, a própria
filosofia foi pensada por Peirce como um conjunto hierárquico de disciplinas que tem no
seu centro a semiótica concebida como lógica em um sentido muito vasto. Ele construiu 4. COGNIÇÃO DEFINIDA COMO SEMIOSE
essa arquitetura filosófica tendo em mira que, centralizada na semiótica ou lógica, ela
pudesse funcionar como uma vasta fundação conceitual para qualquer tipo de investigação Central na semiótica de Peirce é o conceito de semiose ou ação dos signos. A
ou pesquisa de qualquer espécie que seja. É nesse sentido que proponho a filosofia peirciana ação de todo signo é a de ser interpretado. Aliás, um signo só funciona como tal ao ser
como base conceitual abstrata para a CC. interpretado. Uma vez que não há pensamento nem interpretação sem signos, a concepção
de signo passou a ocupar um lugar central na obra de Peirce. A teoria dos signos é o
Esto es un texto de prueba para el cuerpo del artículo. Esto es un texto de prueba primeiro ramo da semiótica e funciona como uma propedêutica para a lógica crítica ou
para el cuerpo del artículo. Esto es un texto de prueba para el cuerpo del artículo. Esto es teoria dos argumentos. Esta, por sua vez, funciona como propedêutica para a metodêutica.
un texto de prueba para el cuerpo del artículo. Esto es un texto de prueba para el cuerpo
del artículo. Esto es un texto de prueba para el cuerpo del artículo. Esto es un texto de A lógica crítica precisa da teoria dos signos porque, desde muito cedo, Peirce
prueba para el cuerpo del artículo. Esto es un texto de prueba para el cuerpo del artículo. enunciou sua tese anticartesiana de que todo pensamento se dá em signos e de que os signos
Esto es un texto de prueba para el cuerpo del artículo. Esto es un texto de prueba para el não são apenas simbólicos. Vem daí a necessidade de estudar todos os tipos de signos para se
cuerpo del artículo. Esto es un texto de prueba para el cuerpo del artículo. compreender o pensamento e, por extensão, o raciocínio. Ao estudar os diferentes tipos de
signos, que incluem as semioses genuinamente triádicas e as não genuinamente triádicas ou
também chamadas de degeneradas porque não inteiramente triádicas, Peirce deu-se conta
3. A LÓGICA CRÍTICA E A METODÊUTICA PARA A CC de que a noção de semiose é fundamental não apenas para a lógica, para a ciência, mas
também para a linguagem, arte, mecânica, lei, governo, política, religião etc. De fato, ela é
Peirce dedicou toda a sua vida ao desenvolvimento da lógica entendida como teoria fundamental ao pensamento, ação, percepção e emoção humana (Savan 1994).
geral, formal e abstrata dos métodos de investigação utilizados nas mais diversas ciências.
Como os métodos são muitos, evoluem no tempo dentro de uma mesma ciência e mudam Uma vez que os conteúdos específicos, contextos, texturas e qualidades sentidas do
de uma ciência para a outra, ele se perguntou se não deveriam existir princípios gerais, pensamento compõem o tecido híbrido da cognição e uma vez que as classes de signos de Peirce
universais, subjacentes a esses métodos. incorporam essa multideterminação do pensamento, o conceito de semiose genuína e de quase-
semiose parece bastante adequado para dar conta de uma explicitação complexa da cognição.
Décadas de sua vida intelectual foram destinadas à busca desses princípios
universais. Ele os encontrou na tipologia dos argumentos, classes universais de inferências
ou tipos de raciocínio: a abdução, a indução e a dedução. A definição peirciana da dedução 4.1 CONSCIÊNCIA
não se diferencia muito das definições encontradas em livros de lógica e epistemologia,
mas seu conceito de indução difere um pouco do tradicional. Para Peirce, o raciocínio Um dos conceitos centrais da CC é evidentemente o conceito de consciência.
indutivo só pode nos dar conclusões provisórias e aproximadamente verdadeiras. Sua A bibliografia sobre a questão é abundante. Os modelos propostos para explicá-la são
grande originalidade, entretanto, está no conceito de abdução. Esta se refere ao ato criativo muitos e controversos (Chalmers 2010). Conforme já foi adiantado por Queiroz (2001:
de se levantar uma hipótese explicativa para um fato surpreendente. 214), as categorias peircianas da consciência (“quali-, alter- e medisense”) podem ser de
grande auxílio para o entendimento da densa floresta de teorias e modelos propostos para
Sobre a crítica dos argumentos, Peirce edificou, então, sua metodêutica ou teoria o conceito de consciência na ciência cognitiva (Santaella, 2018).
do método científico. Sua função é analisar os métodos a que cada tipo de raciocínio dá
origem. Peirce logo percebeu que esses métodos não ocorrem de modo separado, mas se
integram de maneira coesa como estágios de todo processo de investigação. Ele chamou de 4.2 SÍMBOLO
método científico a interrelação desses três estágios. Sobre esse método universal, erigem-
se os métodos e técnicas específicas de cada ciência particular (Santaella 2004). Outro conceito central na ciência cognitiva é o conceito de símbolo. Entretanto,
na ciência cognitiva, infelizmente, os conceitos de símbolo são, em geral, muito vagos e
A teoria dos argumentos e do método científico podem nos auxiliar grandemente mesmo simplistas. Qualquer definição do símbolo requer uma fundação semiótica, pois
na análise dos métodos particulares empregados pelas diferentes ciências. Uma vez que o símbolo é um conceito semiótico por excelência (Santaella 2007). Os semioticistas,
os métodos, modelos e teorias utilizados na ciência cognitiva são muito heterogêneos, a entretanto, desenvolveram teorias do símbolo altamente complexas, mas, infelizmente,

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LUCIA SANTAELLA AS CONTRIBUIÇÕES DE PEIRCE À CIÊNCIA COGNITIVA

ou especializadas recebem seus princípios da filosofia (Santaella 1992: 101-140). Dentro lógica crítica e a metodêutica peircianas devem funcionar como ferramentas adequadas
dessa classificação, a CC, mesmo sendo composta por um feixe de ciências, é ainda uma para a compreensão dessa heterogeneidade.
ciência especial, que deveria receber seus princípios conceituais da filosofia. Ora, a própria
filosofia foi pensada por Peirce como um conjunto hierárquico de disciplinas que tem no
seu centro a semiótica concebida como lógica em um sentido muito vasto. Ele construiu 4. COGNIÇÃO DEFINIDA COMO SEMIOSE
essa arquitetura filosófica tendo em mira que, centralizada na semiótica ou lógica, ela
pudesse funcionar como uma vasta fundação conceitual para qualquer tipo de investigação Central na semiótica de Peirce é o conceito de semiose ou ação dos signos. A
ou pesquisa de qualquer espécie que seja. É nesse sentido que proponho a filosofia peirciana ação de todo signo é a de ser interpretado. Aliás, um signo só funciona como tal ao ser
como base conceitual abstrata para a CC. interpretado. Uma vez que não há pensamento nem interpretação sem signos, a concepção
de signo passou a ocupar um lugar central na obra de Peirce. A teoria dos signos é o
Esto es un texto de prueba para el cuerpo del artículo. Esto es un texto de prueba primeiro ramo da semiótica e funciona como uma propedêutica para a lógica crítica ou
para el cuerpo del artículo. Esto es un texto de prueba para el cuerpo del artículo. Esto es teoria dos argumentos. Esta, por sua vez, funciona como propedêutica para a metodêutica.
un texto de prueba para el cuerpo del artículo. Esto es un texto de prueba para el cuerpo
del artículo. Esto es un texto de prueba para el cuerpo del artículo. Esto es un texto de A lógica crítica precisa da teoria dos signos porque, desde muito cedo, Peirce
prueba para el cuerpo del artículo. Esto es un texto de prueba para el cuerpo del artículo. enunciou sua tese anticartesiana de que todo pensamento se dá em signos e de que os signos
Esto es un texto de prueba para el cuerpo del artículo. Esto es un texto de prueba para el não são apenas simbólicos. Vem daí a necessidade de estudar todos os tipos de signos para se
cuerpo del artículo. Esto es un texto de prueba para el cuerpo del artículo. compreender o pensamento e, por extensão, o raciocínio. Ao estudar os diferentes tipos de
signos, que incluem as semioses genuinamente triádicas e as não genuinamente triádicas ou
também chamadas de degeneradas porque não inteiramente triádicas, Peirce deu-se conta
3. A LÓGICA CRÍTICA E A METODÊUTICA PARA A CC de que a noção de semiose é fundamental não apenas para a lógica, para a ciência, mas
também para a linguagem, arte, mecânica, lei, governo, política, religião etc. De fato, ela é
Peirce dedicou toda a sua vida ao desenvolvimento da lógica entendida como teoria fundamental ao pensamento, ação, percepção e emoção humana (Savan 1994).
geral, formal e abstrata dos métodos de investigação utilizados nas mais diversas ciências.
Como os métodos são muitos, evoluem no tempo dentro de uma mesma ciência e mudam Uma vez que os conteúdos específicos, contextos, texturas e qualidades sentidas do
de uma ciência para a outra, ele se perguntou se não deveriam existir princípios gerais, pensamento compõem o tecido híbrido da cognição e uma vez que as classes de signos de Peirce
universais, subjacentes a esses métodos. incorporam essa multideterminação do pensamento, o conceito de semiose genuína e de quase-
semiose parece bastante adequado para dar conta de uma explicitação complexa da cognição.
Décadas de sua vida intelectual foram destinadas à busca desses princípios
universais. Ele os encontrou na tipologia dos argumentos, classes universais de inferências
ou tipos de raciocínio: a abdução, a indução e a dedução. A definição peirciana da dedução 4.1 CONSCIÊNCIA
não se diferencia muito das definições encontradas em livros de lógica e epistemologia,
mas seu conceito de indução difere um pouco do tradicional. Para Peirce, o raciocínio Um dos conceitos centrais da CC é evidentemente o conceito de consciência.
indutivo só pode nos dar conclusões provisórias e aproximadamente verdadeiras. Sua A bibliografia sobre a questão é abundante. Os modelos propostos para explicá-la são
grande originalidade, entretanto, está no conceito de abdução. Esta se refere ao ato criativo muitos e controversos (Chalmers 2010). Conforme já foi adiantado por Queiroz (2001:
de se levantar uma hipótese explicativa para um fato surpreendente. 214), as categorias peircianas da consciência (“quali-, alter- e medisense”) podem ser de
grande auxílio para o entendimento da densa floresta de teorias e modelos propostos para
Sobre a crítica dos argumentos, Peirce edificou, então, sua metodêutica ou teoria o conceito de consciência na ciência cognitiva (Santaella, 2018).
do método científico. Sua função é analisar os métodos a que cada tipo de raciocínio dá
origem. Peirce logo percebeu que esses métodos não ocorrem de modo separado, mas se
integram de maneira coesa como estágios de todo processo de investigação. Ele chamou de 4.2 SÍMBOLO
método científico a interrelação desses três estágios. Sobre esse método universal, erigem-
se os métodos e técnicas específicas de cada ciência particular (Santaella 2004). Outro conceito central na ciência cognitiva é o conceito de símbolo. Entretanto,
na ciência cognitiva, infelizmente, os conceitos de símbolo são, em geral, muito vagos e
A teoria dos argumentos e do método científico podem nos auxiliar grandemente mesmo simplistas. Qualquer definição do símbolo requer uma fundação semiótica, pois
na análise dos métodos particulares empregados pelas diferentes ciências. Uma vez que o símbolo é um conceito semiótico por excelência (Santaella 2007). Os semioticistas,
os métodos, modelos e teorias utilizados na ciência cognitiva são muito heterogêneos, a entretanto, desenvolveram teorias do símbolo altamente complexas, mas, infelizmente,

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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LUCIA SANTAELLA AS CONTRIBUIÇÕES DE PEIRCE À CIÊNCIA COGNITIVA

com poucas exceções (cf., por exemplo, Nöth 1996), quase nenhuma pesquisa tem A importância da iconicidade e da simbolicidade na representação mental fala por
sido feita sobre os diferentes tipos e misturas de signos que ocorrem nos vários níveis si sobre a relevância da tipologia de signos e especialmente, da teoria sígnica da cognição,
interrelacionados dos sistemas computacionais, desde o nível de recurso físico até o nível desenvolvida por Peirce para uma melhor compreensão dessas questões.
mais evidentemente simbólico da comunicação entre programadores e computador e entre
computadores e usuários.
5. O REPRESENTACIONALISMO EM QUESTÃO
O que se pode propor é que muitos recursos descritivos e conceituais para a análise
dos sistemas de computação estão disponíveis na semiótica de C. S. Peirce (Mehler 2007: As noções fundamentais de processamento computacional e representação interna, tão
145-158). Suas definições e classificações de signos, em todos os seus níveis de degeneração, caras ao cognitivismo, foram submetidas a cuidadoso escrutínio crítico no contexto da CC. A ideia
são muito pertinentes, especialmente os diferentes graus de iconicidade (Santaella 2020), fundamental que permeia essa agenda crítica propõe que a natureza dos modelos que explicam
a tipologia dos índices e, também, a complexa noção de legi-signo e simbolicidade. Esta processos cognitivos deve ser questionada. Nesse questionamento, o conceito de representação
última, aliás, não significa necessariamente apenas uma representação arbitrária do mundo, mental é diretamente confrontado. Hipóteses anti-representacionalistas já foram pensadas em
nem exige qualquer espécie de correspondência com estados atuais do mundo. De acordo modelos de atividade contextualizada (Beer 1995); novas tipologias de representação foram
com a definição peirceana do signo, os traços essenciais das relações sígnicas dão origem propostas através da teoria de sistemas dinâmicos (Petitot 1995); a noção de representação como
a várias camadas de sentido. Minha proposta é a de que essas camadas podem nos ajudar uma entidade estruturada foi substituída por uma noção de padrão emergente auto-organizativo
a entender por que o computador é uma espécie muito complexa de máquina semiótica espaço temporalmente (Merrell 1996). Diversas ciências teórico-experimentais interessadas na
que funciona, ao mesmo tempo, como um objeto físico, uma ferramenta, um canal, uma cognição foram “invadidas” por novos conceitos, métodos, protocolos experimentais, evidências
mídia, e, sobretudo, como um signo ou mediação. Desse modo, os pontos em comum e empíricas, baseados no estudo geral da formação de padrões dinâmicos. Elas trabalham em
de diferenciação que a semiose computacional apresenta em relação às semioses humanas diferentes níveis de descrição e análise, e podem, esquematicamente, ser divididas em três tipos:
podem começar a ser delineados (Nöth 2007). teórico-matemático, experimental, computacional (cf. Goldenfeld & Kadanoff 1999: 87). Essas
ciências compartilham a ideia de que novas estratégias de modelagem de processos implicam
num realinhamento interteórico que muda radicalmente nossa concepção sobre esses processos e
4.3 REPRESENTAÇÃO estabelecem um novo território de discussão sobre o papel da percepção, memória, consciência e,
entre outras atividades, das representações na cognição (Mainzer 1994; Port e van Gelder 1995;
A maior diferença entre as ciências da informação, em sentido estrito, e a CC está Clark 1997; Koch & Laurent 1999).
no fato de que esta deve ter alguma teoria do significado.
Trata-se de um movimento que invadiu as neurociências (ex.: Skarda & Freeman
Diante disso, apresenta-se, neste aspecto da teoria, que a questão da representação 1987; Scott Kelso 1995), a robótica (Emmeche 2007: 185-234), a linguística e a
na CC deveria entrar no escopo de uma investigação semiótica. Uma vez que a semiótica semiótica, assim como, evidentemente, a CC. Discute-se se é possível constituir uma
peirceana estuda os mais variados tipos de representação, desde os genuinamente simbólicos moldura conceitual que seja nova, alternativa e coerente, baseada nos conceitos de
até os tipos rudimentares no seu mais alto grau, que beiram a não representação, a semiótica emergência (Johnson 2003), processos de interação não-lineares, auto-organização, caos, e
pode também nos ajudar a compreender o campo minado em que se converteu a CC cognitiva que substitua a imagem da mente e do cérebro como máquinas que estocam representações
desde as oposições que o modelo cognitivo computacional-representacional recebeu dos e as manipulam de acordo com procedimentos sintáticos.
conexionistas, das neurociências e, vem recebendo dos enativistas (Ziemke 2007: 235-248).
Conforme já adiantei, por tratar das semioses genuínas e não genuínas como
gradações de um mesmo contínuo, a semiótica peirciana pode trazer uma contribuição
4.4 REPRESENTAÇÃO MENTAL muito particular para a agenda de questionamentos acima explicitada. O peculiar que é nessa
contribuição consiste no fato de que o representacionalismo e o anti-representacionalismo,
No contexto da psicologia, da linguística, da neurologia, das ciências da computação à luz da semiótica, não precisam necessariamente ser vistos como excludentes em um
(inteligência artificial) e da filosofia, a CC tem elaborado modelos de apresentação (ou quadro em branco e preto, mas como complementares e interdependentes.
de representação) e de processamento de estruturas cognitivas e perceptivas (ou seja,
processos de cognição) na memória. As formas e modelos de representação mental que
têm sido pesquisados são especialmente a representação mental da informação linguística 6. A COMPLEXIDADE DO CAMPO DE PESQUISA
e da informação visual. De que forma esse saber é armazenado? A informação visual se
apresenta (apenas) na forma de imagens mentais? A informação linguística é armazenada As intersecções e propostas de pesquisa para uma semiótica cognitiva descortinam
(apenas) na forma de símbolos? Essas são perguntas que merecem ser pensadas. um vasto campo de pesquisa que só pode ser desenvolvido ao longo de muitos anos. Tal

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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LUCIA SANTAELLA AS CONTRIBUIÇÕES DE PEIRCE À CIÊNCIA COGNITIVA

com poucas exceções (cf., por exemplo, Nöth 1996), quase nenhuma pesquisa tem A importância da iconicidade e da simbolicidade na representação mental fala por
sido feita sobre os diferentes tipos e misturas de signos que ocorrem nos vários níveis si sobre a relevância da tipologia de signos e especialmente, da teoria sígnica da cognição,
interrelacionados dos sistemas computacionais, desde o nível de recurso físico até o nível desenvolvida por Peirce para uma melhor compreensão dessas questões.
mais evidentemente simbólico da comunicação entre programadores e computador e entre
computadores e usuários.
5. O REPRESENTACIONALISMO EM QUESTÃO
O que se pode propor é que muitos recursos descritivos e conceituais para a análise
dos sistemas de computação estão disponíveis na semiótica de C. S. Peirce (Mehler 2007: As noções fundamentais de processamento computacional e representação interna, tão
145-158). Suas definições e classificações de signos, em todos os seus níveis de degeneração, caras ao cognitivismo, foram submetidas a cuidadoso escrutínio crítico no contexto da CC. A ideia
são muito pertinentes, especialmente os diferentes graus de iconicidade (Santaella 2020), fundamental que permeia essa agenda crítica propõe que a natureza dos modelos que explicam
a tipologia dos índices e, também, a complexa noção de legi-signo e simbolicidade. Esta processos cognitivos deve ser questionada. Nesse questionamento, o conceito de representação
última, aliás, não significa necessariamente apenas uma representação arbitrária do mundo, mental é diretamente confrontado. Hipóteses anti-representacionalistas já foram pensadas em
nem exige qualquer espécie de correspondência com estados atuais do mundo. De acordo modelos de atividade contextualizada (Beer 1995); novas tipologias de representação foram
com a definição peirceana do signo, os traços essenciais das relações sígnicas dão origem propostas através da teoria de sistemas dinâmicos (Petitot 1995); a noção de representação como
a várias camadas de sentido. Minha proposta é a de que essas camadas podem nos ajudar uma entidade estruturada foi substituída por uma noção de padrão emergente auto-organizativo
a entender por que o computador é uma espécie muito complexa de máquina semiótica espaço temporalmente (Merrell 1996). Diversas ciências teórico-experimentais interessadas na
que funciona, ao mesmo tempo, como um objeto físico, uma ferramenta, um canal, uma cognição foram “invadidas” por novos conceitos, métodos, protocolos experimentais, evidências
mídia, e, sobretudo, como um signo ou mediação. Desse modo, os pontos em comum e empíricas, baseados no estudo geral da formação de padrões dinâmicos. Elas trabalham em
de diferenciação que a semiose computacional apresenta em relação às semioses humanas diferentes níveis de descrição e análise, e podem, esquematicamente, ser divididas em três tipos:
podem começar a ser delineados (Nöth 2007). teórico-matemático, experimental, computacional (cf. Goldenfeld & Kadanoff 1999: 87). Essas
ciências compartilham a ideia de que novas estratégias de modelagem de processos implicam
num realinhamento interteórico que muda radicalmente nossa concepção sobre esses processos e
4.3 REPRESENTAÇÃO estabelecem um novo território de discussão sobre o papel da percepção, memória, consciência e,
entre outras atividades, das representações na cognição (Mainzer 1994; Port e van Gelder 1995;
A maior diferença entre as ciências da informação, em sentido estrito, e a CC está Clark 1997; Koch & Laurent 1999).
no fato de que esta deve ter alguma teoria do significado.
Trata-se de um movimento que invadiu as neurociências (ex.: Skarda & Freeman
Diante disso, apresenta-se, neste aspecto da teoria, que a questão da representação 1987; Scott Kelso 1995), a robótica (Emmeche 2007: 185-234), a linguística e a
na CC deveria entrar no escopo de uma investigação semiótica. Uma vez que a semiótica semiótica, assim como, evidentemente, a CC. Discute-se se é possível constituir uma
peirceana estuda os mais variados tipos de representação, desde os genuinamente simbólicos moldura conceitual que seja nova, alternativa e coerente, baseada nos conceitos de
até os tipos rudimentares no seu mais alto grau, que beiram a não representação, a semiótica emergência (Johnson 2003), processos de interação não-lineares, auto-organização, caos, e
pode também nos ajudar a compreender o campo minado em que se converteu a CC cognitiva que substitua a imagem da mente e do cérebro como máquinas que estocam representações
desde as oposições que o modelo cognitivo computacional-representacional recebeu dos e as manipulam de acordo com procedimentos sintáticos.
conexionistas, das neurociências e, vem recebendo dos enativistas (Ziemke 2007: 235-248).
Conforme já adiantei, por tratar das semioses genuínas e não genuínas como
gradações de um mesmo contínuo, a semiótica peirciana pode trazer uma contribuição
4.4 REPRESENTAÇÃO MENTAL muito particular para a agenda de questionamentos acima explicitada. O peculiar que é nessa
contribuição consiste no fato de que o representacionalismo e o anti-representacionalismo,
No contexto da psicologia, da linguística, da neurologia, das ciências da computação à luz da semiótica, não precisam necessariamente ser vistos como excludentes em um
(inteligência artificial) e da filosofia, a CC tem elaborado modelos de apresentação (ou quadro em branco e preto, mas como complementares e interdependentes.
de representação) e de processamento de estruturas cognitivas e perceptivas (ou seja,
processos de cognição) na memória. As formas e modelos de representação mental que
têm sido pesquisados são especialmente a representação mental da informação linguística 6. A COMPLEXIDADE DO CAMPO DE PESQUISA
e da informação visual. De que forma esse saber é armazenado? A informação visual se
apresenta (apenas) na forma de imagens mentais? A informação linguística é armazenada As intersecções e propostas de pesquisa para uma semiótica cognitiva descortinam
(apenas) na forma de símbolos? Essas são perguntas que merecem ser pensadas. um vasto campo de pesquisa que só pode ser desenvolvido ao longo de muitos anos. Tal

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LUCIA SANTAELLA AS CONTRIBUIÇÕES DE PEIRCE À CIÊNCIA COGNITIVA

vastidão é bastante apropriada para aqueles que tiverem por intenção desenvolver um ––– (2004) O método anticartesiano de C. S. Peirce. São Paulo: Unesp.
programa sistemático de desenvolvimento coletivo dessa linha de pesquisa. Este artigo ––– (2007) “O que é o símbolo”. Em Computação, cognição, semiótica, J. Queiroz, A. Loula e R. Gu-
teve por intenção funcionar como um convite a essa iniciativa. dwin (orgs.), 129-144. Salvador: EDUFBA.
––– (2018) “Is consciousness an exclusive privilege of the human?” Em Artificial Intelligences: Essays
on Inorganic and Nonbiological systems, A. Quaresma (ed.), 157-178. Madrid: Global Academics.
––– (2020). “The cognitive function of iconicity”. Em Operationalizing Iconicity, P. Perniss, O. Fis-
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
cher e C. Ljungberg (eds.), 294-306. Amsterdam: Benjamins.
SAVAN, D. (1994) “C. S. Peirce and American semiotics”. Em The Peirce Seminar Papers, vol. 2, M.
BEER, R. (1995) “A dynamical systems perspective on agent-environment interaction”. Artificial Shapiro e M. C. Haley (eds.), 197-208. Providence, RI: Berghahn Books.
Intelligence 72, 173-215. SCOTT KELSO, J. A. (1995) Dynamic Patterns: The Self-Organization of Brain and Behavior. Cam-
BOURGINE, P. (2006) “Models of abduction”. Em Advanced Issues on Cognitive Science and Semiotics, bridge, MA: MIT Press.
P. Farias e J. Queiroz (eds.), 123-138. Aachen: Shaker, 2006. SKARDA, C. A. e FREEMAN, W. J. (1987) “How brains make chaos in order to make sense of
CHALMERS, D. (2010) The Character of Consciousness. Oxford: Oxford University Press. the world”. Behavioral and Brain Sciences 10.2, 161-173.
CLARK, A. (1997) Being There: Putting Mind, Body, and World Together Again. Cambridge, MA: VON ECKARDT, B. (1993). What is Cognitive Science? Cambridge, MA: MIT Press.
MIT Press. ZIEMKE, T. (2007[1997]) “Robossemiótica, cognição enativa e incorporada”. Em. Computação,
DEACON, T. W. (1997) The Symbolic Species. New York, NY: Norton. cognição, semiótica, J. Queiroz, A. Loula e R. Gudwin (orgs.), 235-248. Salvador: EDUFBA.
EMMECHE, C. (2007) “Um robô possui umwelt? Reflexões sobre a biossemiótica qualitativa de
Jakob von Uexküll”. Em Computação, cognição, semiótica, J. Queiroz, A. Loula e R. Gudwin (orgs.),
185-234. Salvador: EDUFBA.
FETZER, J. H. (1988) “Signs and minds: An introduction to the theory of semiotic systems”. Em
Aspects of Artificial Intelligence, J. H. Fetzer (ed.), 133-161. Dordrecht: Kluwer.
GOLDENFELD, N. e KADANOFF, L. P. (1999) “Simple lessons from complexity”. Science
284.5411, 87-89.
GUDWIN, R. e QUEIROZ, J. (eds.) (2007) Semiotics and Intelligent Systems Development. Hershey,
PA: Idea.
JOHNSON, S. (2003) Emergência. A dinâmica de rede em formigas, cérebros, cidades e softwares. Rio de
Janeiro: Zahar.
JOSEPHSON, J. R. e JOSEPHSON, S. G. (eds.) (1994) Abductive Inference. Cambridge: Cambridge
University Press.
KENT, B. (1987) Charles S. Peirce: Logic and the Classification of the Sciences. Kingston: McGi-
ll-Queen’s University Press.
KOCH, C. e LAURENT, G. (1999) “Complexity and the nervous system”. Science 284.5411, 96-98.
MAINZER, K. (1994) Thinking in Complexity: The Complex Dynamics of Matter, Mind, and Mankind.
Berlin: Springer.
MEHLER, A. (2007) “Aspectos metodológicos da semiótica computacional”. Em Computação, cogni-
ção, semiótica, J. Queiroz, A. Loula e R. Gudwin (orgs.), 145-158. Salvador: EDUFBA.
MERRELL, F. (1996) Signs Grow: Semiosis and Life Processes. Toronto: Toronto University Press.
NÖTH, W. (1994) “Semiotic foundations of the cognitive paradigm”. Em The Dynamics of Language
Processes: Essays in Honor of Hans Dechert, G. Bartelt (ed.), 201-211. Tübingen: Narr.
––– (2007) “Máquinas semióticas”. Em Computação, cognição, semiótica, J. Queiroz, A. Loula e R.
Gudwin (orgs.), 159-184. Salvador: EDUFBA.
PETITOT, J. (1995) “Morphodynamics and attractor syntax: Constituency in visual perception and
cognitive grammar”. Em Mind as Motion: Explorations in the Dynamics of Cognition, R. Port e T. van
Gelder (eds.), 227–281. Cambridge, MA: MIT Press.
PORT, R. e van GELDER, T. (1995) “It’s about time: An overview of the dynamical approach to
cognition”. Em Mind as Motion: Explorations in the Dynamics of Cognition, R. Port e T. van Gelder
(eds.), 1-43. Cambridge, MA: MIT Press.
QUEIROZ, J. (2000) “Tipologia da consciência: Um estudo comparativo baseado na filosofia de C.
S. Peirce”. Galáxia 1, 207-220.
SANTAELLA, L. (1992) A assinatura das coisas. Peirce e a literatura. Rio de Janeiro: Imago.
Atribución-NoComercial-CompartirIgual
CC BY-NC-SA

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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vastidão é bastante apropriada para aqueles que tiverem por intenção desenvolver um ––– (2004) O método anticartesiano de C. S. Peirce. São Paulo: Unesp.
programa sistemático de desenvolvimento coletivo dessa linha de pesquisa. Este artigo ––– (2007) “O que é o símbolo”. Em Computação, cognição, semiótica, J. Queiroz, A. Loula e R. Gu-
teve por intenção funcionar como um convite a essa iniciativa. dwin (orgs.), 129-144. Salvador: EDUFBA.
––– (2018) “Is consciousness an exclusive privilege of the human?” Em Artificial Intelligences: Essays
on Inorganic and Nonbiological systems, A. Quaresma (ed.), 157-178. Madrid: Global Academics.
––– (2020). “The cognitive function of iconicity”. Em Operationalizing Iconicity, P. Perniss, O. Fis-
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SAVAN, D. (1994) “C. S. Peirce and American semiotics”. Em The Peirce Seminar Papers, vol. 2, M.
BEER, R. (1995) “A dynamical systems perspective on agent-environment interaction”. Artificial Shapiro e M. C. Haley (eds.), 197-208. Providence, RI: Berghahn Books.
Intelligence 72, 173-215. SCOTT KELSO, J. A. (1995) Dynamic Patterns: The Self-Organization of Brain and Behavior. Cam-
BOURGINE, P. (2006) “Models of abduction”. Em Advanced Issues on Cognitive Science and Semiotics, bridge, MA: MIT Press.
P. Farias e J. Queiroz (eds.), 123-138. Aachen: Shaker, 2006. SKARDA, C. A. e FREEMAN, W. J. (1987) “How brains make chaos in order to make sense of
CHALMERS, D. (2010) The Character of Consciousness. Oxford: Oxford University Press. the world”. Behavioral and Brain Sciences 10.2, 161-173.
CLARK, A. (1997) Being There: Putting Mind, Body, and World Together Again. Cambridge, MA: VON ECKARDT, B. (1993). What is Cognitive Science? Cambridge, MA: MIT Press.
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DEACON, T. W. (1997) The Symbolic Species. New York, NY: Norton. cognição, semiótica, J. Queiroz, A. Loula e R. Gudwin (orgs.), 235-248. Salvador: EDUFBA.
EMMECHE, C. (2007) “Um robô possui umwelt? Reflexões sobre a biossemiótica qualitativa de
Jakob von Uexküll”. Em Computação, cognição, semiótica, J. Queiroz, A. Loula e R. Gudwin (orgs.),
185-234. Salvador: EDUFBA.
FETZER, J. H. (1988) “Signs and minds: An introduction to the theory of semiotic systems”. Em
Aspects of Artificial Intelligence, J. H. Fetzer (ed.), 133-161. Dordrecht: Kluwer.
GOLDENFELD, N. e KADANOFF, L. P. (1999) “Simple lessons from complexity”. Science
284.5411, 87-89.
GUDWIN, R. e QUEIROZ, J. (eds.) (2007) Semiotics and Intelligent Systems Development. Hershey,
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KENT, B. (1987) Charles S. Peirce: Logic and the Classification of the Sciences. Kingston: McGi-
ll-Queen’s University Press.
KOCH, C. e LAURENT, G. (1999) “Complexity and the nervous system”. Science 284.5411, 96-98.
MAINZER, K. (1994) Thinking in Complexity: The Complex Dynamics of Matter, Mind, and Mankind.
Berlin: Springer.
MEHLER, A. (2007) “Aspectos metodológicos da semiótica computacional”. Em Computação, cogni-
ção, semiótica, J. Queiroz, A. Loula e R. Gudwin (orgs.), 145-158. Salvador: EDUFBA.
MERRELL, F. (1996) Signs Grow: Semiosis and Life Processes. Toronto: Toronto University Press.
NÖTH, W. (1994) “Semiotic foundations of the cognitive paradigm”. Em The Dynamics of Language
Processes: Essays in Honor of Hans Dechert, G. Bartelt (ed.), 201-211. Tübingen: Narr.
––– (2007) “Máquinas semióticas”. Em Computação, cognição, semiótica, J. Queiroz, A. Loula e R.
Gudwin (orgs.), 159-184. Salvador: EDUFBA.
PETITOT, J. (1995) “Morphodynamics and attractor syntax: Constituency in visual perception and
cognitive grammar”. Em Mind as Motion: Explorations in the Dynamics of Cognition, R. Port e T. van
Gelder (eds.), 227–281. Cambridge, MA: MIT Press.
PORT, R. e van GELDER, T. (1995) “It’s about time: An overview of the dynamical approach to
cognition”. Em Mind as Motion: Explorations in the Dynamics of Cognition, R. Port e T. van Gelder
(eds.), 1-43. Cambridge, MA: MIT Press.
QUEIROZ, J. (2000) “Tipologia da consciência: Um estudo comparativo baseado na filosofia de C.
S. Peirce”. Galáxia 1, 207-220.
SANTAELLA, L. (1992) A assinatura das coisas. Peirce e a literatura. Rio de Janeiro: Imago.
Atribución-NoComercial-CompartirIgual
CC BY-NC-SA

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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Depósito Legal B.3146-2001 Universidad de Rosario (Argentina) Versión electrónica: designisfels.net
http://dx.doi.org/10.35659/designis.i35p35-47
MODELOS CIENTÍFICOS: RELACIONES SEMIÓTICAS Y TRASCENDENTALES

Modelos científicos: relaciones


semióticas y trascendentales1/
Scientific models: semiotic and
transcendental relationships
Julio Horta
(pág 35 - pág 47)

En el presente trabajo daremos cuenta de las condiciones semiótico-trascendentales


que permiten justificar la función realista de un modelo científico. Consideraremos una
cuestión: ¿puede una representación científica establecer un vínculo de conocimiento con
las cualidades existenciales de un objeto? Para considerar una óptica radical del tema, nos
enfocaremos en la reflexión implicada en la representación científica de las denominadas
entidades inobservables y, específicamente, en el proceso de modelización de entidades
biomoleculares como el ADN.

Desde esta perspectiva, propondremos una solución desde la semiótica pragmática
al problema filosófico del realismo de las representaciones en un modelo científico. Por
ello, y como una aportación concreta a la epistemología y semiótica de los modelos, carac-
terizaremos la función de un modelo-diagrama desde la perspectiva trascendental.

Palabras clave: semiótica, realismo científico, representación, relativo trascendental

In the present work gives an account of the semiotic-transcendental conditions


that allow us to justify the realistic function of a scientific model. We will consider a
question: can a scientific representation establish a link of knowledge with the existential
qualities of an object? To consider a radical perspective of the subject, we will focus on the
reflection involved in the scientific representation of so-called unobservable entities and,
specifically, in the process of modeling biomolecular entities such as DNA.

From this perspective, we will propose a solution from pragmatic semiotics to


the philosophical problem of the realism of representations in a scientific model. For this
reason, and as a concrete contribution to the epistemology and semiotics of the models,
we will characterize the function of a model-diagram from the trascendental perspective.

Keywords: semiotics, scientific realism, transcendental semiotics, transcendental relative.

Horta es filósofo, semiólogo y comunicólogo. Es licenciado en Ciencias de la Co-


municación por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM; y cuenta ade-

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


34 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 35
Depósito Legal B.3146-2001 Universidad de Rosario (Argentina) Versión electrónica: designisfels.net
http://dx.doi.org/10.35659/designis.i35p35-47
MODELOS CIENTÍFICOS: RELACIONES SEMIÓTICAS Y TRASCENDENTALES

Modelos científicos: relaciones


semióticas y trascendentales1/
Scientific models: semiotic and
transcendental relationships
Julio Horta
(pág 35 - pág 47)

En el presente trabajo daremos cuenta de las condiciones semiótico-trascendentales


que permiten justificar la función realista de un modelo científico. Consideraremos una
cuestión: ¿puede una representación científica establecer un vínculo de conocimiento con
las cualidades existenciales de un objeto? Para considerar una óptica radical del tema, nos
enfocaremos en la reflexión implicada en la representación científica de las denominadas
entidades inobservables y, específicamente, en el proceso de modelización de entidades
biomoleculares como el ADN.

Desde esta perspectiva, propondremos una solución desde la semiótica pragmática
al problema filosófico del realismo de las representaciones en un modelo científico. Por
ello, y como una aportación concreta a la epistemología y semiótica de los modelos, carac-
terizaremos la función de un modelo-diagrama desde la perspectiva trascendental.

Palabras clave: semiótica, realismo científico, representación, relativo trascendental

In the present work gives an account of the semiotic-transcendental conditions


that allow us to justify the realistic function of a scientific model. We will consider a
question: can a scientific representation establish a link of knowledge with the existential
qualities of an object? To consider a radical perspective of the subject, we will focus on the
reflection involved in the scientific representation of so-called unobservable entities and,
specifically, in the process of modeling biomolecular entities such as DNA.

From this perspective, we will propose a solution from pragmatic semiotics to


the philosophical problem of the realism of representations in a scientific model. For this
reason, and as a concrete contribution to the epistemology and semiotics of the models,
we will characterize the function of a model-diagram from the trascendental perspective.

Keywords: semiotics, scientific realism, transcendental semiotics, transcendental relative.

Horta es filósofo, semiólogo y comunicólogo. Es licenciado en Ciencias de la Co-


municación por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM; y cuenta ade-

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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Depósito Legal B.3146-2001 Universidad de Rosario (Argentina) Versión electrónica: designisfels.net
JULIO HORTA MODELOS CIENTÍFICOS: RELACIONES SEMIÓTICAS Y TRASCENDENTALES

más con la licenciatura en Filosofía por la Facultad de Filosofía y Letras de la misma INTRODUCCIÓN
institución. Tiene la maestría y doctorado en Filosofía de la Ciencia por el Instituto de
Investigaciones Filosóficas (UNAM). Entre sus últimas publicaciones está el libro Socio- Los modelos en la ciencia constituyen, dentro de los procesos de construcción del cono-
semiótica y Cultura. Principios de Semiótica y Modelos de Análisis (UNAM, 2019) ). E- mail: cimiento, una herramienta fundamental que prima facie parece tener como función primordial
[email protected] vincular las teorías con el mundo. De esta manera, un modelo tiene un carácter representacional
que consiste en determinar, idealizar y generalizar aspectos específicos del entorno observable/
observado por el científico. De ahí que, considerar un modelo científico como un “instrumento
Recibido: 7/10/2020 Aprobado: 25/10/2020 primario de representación” (Gire, 2004), en el dominio del conocimiento científico, implica
aceptar ciertos compromisos realistas con respecto a los objetos de conocimiento.

Dentro de una concepción “fáctica” de la ciencia, Mario Bunge (2012) plantea


una condición específica del conocimiento, en la cual los enunciados científicos pueden
ser verificables en la experiencia. A diferencia de los teoremas que surgen de una concep-
ción “teórica”, los modelos en el enfoque fáctico están comprometidos con proporcionar
información acerca de los hechos que constituyen la realidad-observable. Empero, este
vínculo realista constituye una definición básica de “conocimiento objetivo”, mismo que
determina los alcances epistemológicos de un modelo científico. Al estar vinculados con
las variables del mundo físico, los modelos científicos permiten la descripción, explicación
y predicción de las ocurrencias de algún fenómeno determinado.

Si bien la filosofía de la ciencia y la epistemología han dado cuenta de muchos rasgos y


usos de los modelos científicos, en este punto conviene generalizar su función epistemológica
específica: a saber, un modelo tiene la función de representar un referente (ya sea un objeto,
una cosa, un proceso o bien una relación). Desde este punto de vista, por lo demás extendido
en una rama importante de la literatura en filosofía de la ciencia (Bunge, 1976; Hacking,
1996; Kuhn, 1999; Popper, 2008), un modelo constituye un puente que permite vincular la
teoría con el mundo físico, construyendo una representación específica del fenómeno.

Ahora bien, desde una perspectiva semiótica, este enfoque realista de un modelo
científico posibilita caracterizar su función representacional como una relación existencial:
es decir, como un diagrama con función indexical que determina un vínculo analógico
entre las cualidades propias del fenómeno representado y la estructura relacional propues-
ta por el modelo. Si bien hay diferentes modos de caracterizar la función semiótica de un
modelo (Tondl, 2000; Sebeok y Danesi, 2000; Nöth, 2018), en particular en este trabajo
nos enfocaremos sobre la función diagramática de un modelo, pues permite conjeturar un
vínculo específico con los postulados generales de un realismo científico.

Si, desde este punto de vista, aceptamos que un modelo-diagrama es un modo ade-
cuado para establecer la función representacional acotada hacia los compromisos realistas
de una ciencia fáctica, empero, cabría preguntarse de manera problemática: ¿puede una
representación científica establecer desde un enfoque semiótico un vínculo de conocimien-
to con las cualidades existenciales de un objeto? Y de ser así, ¿qué condiciones semióticas
permiten establecer dicho compromiso existencial?

En el presente trabajo daremos cuenta de las condiciones semiótico-trascendentales


que permiten justificar la función realista de un modelo y, en razón de este enfoque, propon-

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


36 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 37
Depósito Legal B.3146-2001 Universidad de Rosario (Argentina) Versión electrónica: designisfels.net
JULIO HORTA MODELOS CIENTÍFICOS: RELACIONES SEMIÓTICAS Y TRASCENDENTALES

más con la licenciatura en Filosofía por la Facultad de Filosofía y Letras de la misma INTRODUCCIÓN
institución. Tiene la maestría y doctorado en Filosofía de la Ciencia por el Instituto de
Investigaciones Filosóficas (UNAM). Entre sus últimas publicaciones está el libro Socio- Los modelos en la ciencia constituyen, dentro de los procesos de construcción del cono-
semiótica y Cultura. Principios de Semiótica y Modelos de Análisis (UNAM, 2019) ). E- mail: cimiento, una herramienta fundamental que prima facie parece tener como función primordial
[email protected] vincular las teorías con el mundo. De esta manera, un modelo tiene un carácter representacional
que consiste en determinar, idealizar y generalizar aspectos específicos del entorno observable/
observado por el científico. De ahí que, considerar un modelo científico como un “instrumento
Recibido: 7/10/2020 Aprobado: 25/10/2020 primario de representación” (Gire, 2004), en el dominio del conocimiento científico, implica
aceptar ciertos compromisos realistas con respecto a los objetos de conocimiento.

Dentro de una concepción “fáctica” de la ciencia, Mario Bunge (2012) plantea


una condición específica del conocimiento, en la cual los enunciados científicos pueden
ser verificables en la experiencia. A diferencia de los teoremas que surgen de una concep-
ción “teórica”, los modelos en el enfoque fáctico están comprometidos con proporcionar
información acerca de los hechos que constituyen la realidad-observable. Empero, este
vínculo realista constituye una definición básica de “conocimiento objetivo”, mismo que
determina los alcances epistemológicos de un modelo científico. Al estar vinculados con
las variables del mundo físico, los modelos científicos permiten la descripción, explicación
y predicción de las ocurrencias de algún fenómeno determinado.

Si bien la filosofía de la ciencia y la epistemología han dado cuenta de muchos rasgos y


usos de los modelos científicos, en este punto conviene generalizar su función epistemológica
específica: a saber, un modelo tiene la función de representar un referente (ya sea un objeto,
una cosa, un proceso o bien una relación). Desde este punto de vista, por lo demás extendido
en una rama importante de la literatura en filosofía de la ciencia (Bunge, 1976; Hacking,
1996; Kuhn, 1999; Popper, 2008), un modelo constituye un puente que permite vincular la
teoría con el mundo físico, construyendo una representación específica del fenómeno.

Ahora bien, desde una perspectiva semiótica, este enfoque realista de un modelo
científico posibilita caracterizar su función representacional como una relación existencial:
es decir, como un diagrama con función indexical que determina un vínculo analógico
entre las cualidades propias del fenómeno representado y la estructura relacional propues-
ta por el modelo. Si bien hay diferentes modos de caracterizar la función semiótica de un
modelo (Tondl, 2000; Sebeok y Danesi, 2000; Nöth, 2018), en particular en este trabajo
nos enfocaremos sobre la función diagramática de un modelo, pues permite conjeturar un
vínculo específico con los postulados generales de un realismo científico.

Si, desde este punto de vista, aceptamos que un modelo-diagrama es un modo ade-
cuado para establecer la función representacional acotada hacia los compromisos realistas
de una ciencia fáctica, empero, cabría preguntarse de manera problemática: ¿puede una
representación científica establecer desde un enfoque semiótico un vínculo de conocimien-
to con las cualidades existenciales de un objeto? Y de ser así, ¿qué condiciones semióticas
permiten establecer dicho compromiso existencial?

En el presente trabajo daremos cuenta de las condiciones semiótico-trascendentales


que permiten justificar la función realista de un modelo y, en razón de este enfoque, propon-

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


36 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 37
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JULIO HORTA MODELOS CIENTÍFICOS: RELACIONES SEMIÓTICAS Y TRASCENDENTALES

dremos una solución al problema de la representación en un modelo científico. Así pues, en en el proceso de construcción del conocimiento, la ciencia fáctica “parte de los hechos, los
la primera parte del trabajo daremos cuenta de algunas implicaciones epistemológicas de los respeta hasta cierto punto, y siempre vuelve a ellos” (Bunge, 2012, 16). Resulta relevante
modelos en la ciencia, considerados dentro del realismo de entidades. Plantear este problema describir junto con Bunge (2012) el proceso de conocimiento de una ciencia fáctica: pues
nos permitirá discutir un enfoque específico de la filosofía de la ciencia que se contrapone si bien parten de hechos empíricos, empero el conocimiento científico no se limita a los he-
directamente con el realismo semiótico planteado desde la perspectiva de Ch. S. Peirce. chos observados, “los científicos exprimen la realidad a fin de ir más allá de las apariencias,
rechazan el grueso de los hechos percibidos (…), seleccionan los que consideran que son
Luego, junto con J. Deely (1996) y Ch. S. Peirce (2012) daremos una explicación relevantes, controlan hechos y, en lo posible, los reproducen” (Bunge, 2012, 17).
semiótica de la función diagramática de un modelo científico. En principio, se revisarán
los resultados de investigación (Horta, 2014) en relación con el análisis semiótico del mo- Es desde esta perspectiva realista, que Bunge (1973) plantea la función de un mo-
delo de ADN propuesto por J. Watson y F. Crick (1953). Esto nos permitirá caracterizar delo científico como un “boceto hipotético” que se asume como real. Así pues, un modelo
desde el ámbito de la biología molecular la función semiótica de un modelo que representa es un medio de representación que nos muestra parcialmente los aspectos de un objeto
una entidad inobservable. Posteriormente, se postularán las dimensiones de “objeto” y representado. Esto nos lleva a considerar la “función selectiva” de los modelos como una
“cosa” como una oposición relevante para la caracterización representacional de un mo- operación de modelización de la realidad en donde la entidad, objeto o fenómeno repre-
delo. Y, desde ahí, definiremos la función trascendental de un modelo y sus condiciones sentado pierde ciertos rasgos de su referente (la entidad existente en el mundo físico).
ontológicas en relación con el conocimiento teórico. De ahí que, un modelo en la ciencia, al seleccionar ciertos rasgos relevantes, vinculados
con ciertos patrones de ocurrencia, simplifica la complejidad del fenómeno empírico y, al
mismo tiempo, permite incluir rasgos “imaginarios” que desde una teoría posibilitan la
2. REALISMO DE ENTIDADES: LOS MODELOS Y LA INTERVENCIÓN DEL MUNDO caracterización de la estructura relacional de dicho fenómeno.

La existencia de entidades tales como el ADN, el Bosón de Higgs, o la Teoría de Cuer- En este sentido, para Frigg y Hartam (2012) un modelo científico es una estructura
das (por ejemplo) nos obliga a considerar problemas epistemológicos que se circunscriben a vinculado con la teoría: en otras palabras, un modelo representa su objeto en la forma de una
la discusión en torno a la posibilidad de un “realismo de entidades”, frente a una postura “no- estructura que está determinada por la teoría de la cual se deduce dicho modelo. Pese a que esta
minalista” de la teoría (en donde la realidad de un fenómeno está determinada por los signos, última afirmación puede ser cuestionada desde el enfoque metafórico de los modelos y teorías,
textos-teorías, conceptos…). En esta discusión, sintetizada por Ian Hacking (1996), se busca planteado por N. Cartwright en How the laws of Physics Lie (1983), empero en este punto nos
establecer la naturaleza de las representaciones de un determinado conocimiento científico: en interesa resaltar dos funciones esquemáticas del modelo planteadas por Frigg y Hartam (2012):
donde, por un lado, se apuesta por un realismo de las entidades dispuestas por la teoría, y su por un lado, un modelo científico tiene una función de “simplificación” en donde se reduce la
existencia se justifica en razón de la evidente “manipulación” e “intervención” empírica del complejidad informativa del referente original; y por otro, tiene una función de “informativi-
científico sobre dichas entidades; por otro, se sostiene que las entidades teóricas sólo forman dad” en donde se inducen en la representación simplificada elementos imaginativos (deducidos
parte de un lenguaje científico (o bien, metalenguaje), y sólo tienen existencia dentro del con- de la teoría) para subsumir al fenómeno dentro de un dominio conocido.
junto mismo de representaciones que componen la estructura de dicho lenguaje.
De ahí que, los modelos funcionan como artefactos que median en estas interaccio-
Pero la cuestión va más allá de esta discusión. Cuando a través de ciertos artefactos, nes físicas y tienen un papel fundamental en el realismo de entidades. Son los modelos los
instrumentos y procedimientos técnicos se construyen representaciones científicas que a que permiten la “articulación” entre la mente humana y las técnicas de computo de datos
su vez configuran el carácter visual de una entidad —de la cual se asume su existencia—, del mundo empírico. Por tanto, “los modelos son intermediarios, extraen algunos aspectos
entonces surge la pregunta acerca del estatus ontológico de las entidades teóricas. Este de los fenómenos reales y los conectan, por medio de estructuras matemáticas simplifica-
planteamiento, desarrollado por Grover Maxwell (2010), demuestra que no hay una se- doras, a las teorías que gobiernan los fenómenos” (Hacking, 1996, 246).
paración determinante entre teoría y observación y, como consecuencia, hay una cierta
continuidad entre entidades observables e inobservables. La demarcación entre estos dos Finalmente, las entidades predicadas por la teoría, si bien pueden ser en principio
ámbitos resulta arbitraria y sólo nos muestra el estado actual del conocimiento científico, inobservables, en el proceso aproximativo descrito por Hacking (1996 y 2005), en el cual
pero no dice algo acerca de la existencia de las entidades que se están estudiando. En este se articulan la teoría, los modelos y el fenómeno, la observación del fenómeno se va enri-
punto, la hipótesis es clara: eliminar los términos teóricos no conlleva a eliminar la exis- queciendo a un punto tal que la diversidad de enfoques inconsistentes entre sí permite una
tencia de entidades inobservables. Por ello, si las teorías tienen éxito explicativo es porque, integración episódica del conocimiento para mostrar la verdadera estructura del mundo.
al final, las entidades a las que se refieren existen en algún mundo posible. El punto crucial del modelo está en su posibilidad de construir una observación de la
realidad tal que permita una intervención específica sobre el universo físico. Pero, queda
Desde el enfoque de las ciencias fácticas, esta resistencia que muestran las entida- pendiente establecer si dicha intervención es objetiva en términos de un conocimiento
des fenoménicas a trascender más allá de sus predicados teóricos tiene que ver con que, posible. Es justo desde este punto que iniciaremos la reflexión semiótica.

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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JULIO HORTA MODELOS CIENTÍFICOS: RELACIONES SEMIÓTICAS Y TRASCENDENTALES

dremos una solución al problema de la representación en un modelo científico. Así pues, en en el proceso de construcción del conocimiento, la ciencia fáctica “parte de los hechos, los
la primera parte del trabajo daremos cuenta de algunas implicaciones epistemológicas de los respeta hasta cierto punto, y siempre vuelve a ellos” (Bunge, 2012, 16). Resulta relevante
modelos en la ciencia, considerados dentro del realismo de entidades. Plantear este problema describir junto con Bunge (2012) el proceso de conocimiento de una ciencia fáctica: pues
nos permitirá discutir un enfoque específico de la filosofía de la ciencia que se contrapone si bien parten de hechos empíricos, empero el conocimiento científico no se limita a los he-
directamente con el realismo semiótico planteado desde la perspectiva de Ch. S. Peirce. chos observados, “los científicos exprimen la realidad a fin de ir más allá de las apariencias,
rechazan el grueso de los hechos percibidos (…), seleccionan los que consideran que son
Luego, junto con J. Deely (1996) y Ch. S. Peirce (2012) daremos una explicación relevantes, controlan hechos y, en lo posible, los reproducen” (Bunge, 2012, 17).
semiótica de la función diagramática de un modelo científico. En principio, se revisarán
los resultados de investigación (Horta, 2014) en relación con el análisis semiótico del mo- Es desde esta perspectiva realista, que Bunge (1973) plantea la función de un mo-
delo de ADN propuesto por J. Watson y F. Crick (1953). Esto nos permitirá caracterizar delo científico como un “boceto hipotético” que se asume como real. Así pues, un modelo
desde el ámbito de la biología molecular la función semiótica de un modelo que representa es un medio de representación que nos muestra parcialmente los aspectos de un objeto
una entidad inobservable. Posteriormente, se postularán las dimensiones de “objeto” y representado. Esto nos lleva a considerar la “función selectiva” de los modelos como una
“cosa” como una oposición relevante para la caracterización representacional de un mo- operación de modelización de la realidad en donde la entidad, objeto o fenómeno repre-
delo. Y, desde ahí, definiremos la función trascendental de un modelo y sus condiciones sentado pierde ciertos rasgos de su referente (la entidad existente en el mundo físico).
ontológicas en relación con el conocimiento teórico. De ahí que, un modelo en la ciencia, al seleccionar ciertos rasgos relevantes, vinculados
con ciertos patrones de ocurrencia, simplifica la complejidad del fenómeno empírico y, al
mismo tiempo, permite incluir rasgos “imaginarios” que desde una teoría posibilitan la
2. REALISMO DE ENTIDADES: LOS MODELOS Y LA INTERVENCIÓN DEL MUNDO caracterización de la estructura relacional de dicho fenómeno.

La existencia de entidades tales como el ADN, el Bosón de Higgs, o la Teoría de Cuer- En este sentido, para Frigg y Hartam (2012) un modelo científico es una estructura
das (por ejemplo) nos obliga a considerar problemas epistemológicos que se circunscriben a vinculado con la teoría: en otras palabras, un modelo representa su objeto en la forma de una
la discusión en torno a la posibilidad de un “realismo de entidades”, frente a una postura “no- estructura que está determinada por la teoría de la cual se deduce dicho modelo. Pese a que esta
minalista” de la teoría (en donde la realidad de un fenómeno está determinada por los signos, última afirmación puede ser cuestionada desde el enfoque metafórico de los modelos y teorías,
textos-teorías, conceptos…). En esta discusión, sintetizada por Ian Hacking (1996), se busca planteado por N. Cartwright en How the laws of Physics Lie (1983), empero en este punto nos
establecer la naturaleza de las representaciones de un determinado conocimiento científico: en interesa resaltar dos funciones esquemáticas del modelo planteadas por Frigg y Hartam (2012):
donde, por un lado, se apuesta por un realismo de las entidades dispuestas por la teoría, y su por un lado, un modelo científico tiene una función de “simplificación” en donde se reduce la
existencia se justifica en razón de la evidente “manipulación” e “intervención” empírica del complejidad informativa del referente original; y por otro, tiene una función de “informativi-
científico sobre dichas entidades; por otro, se sostiene que las entidades teóricas sólo forman dad” en donde se inducen en la representación simplificada elementos imaginativos (deducidos
parte de un lenguaje científico (o bien, metalenguaje), y sólo tienen existencia dentro del con- de la teoría) para subsumir al fenómeno dentro de un dominio conocido.
junto mismo de representaciones que componen la estructura de dicho lenguaje.
De ahí que, los modelos funcionan como artefactos que median en estas interaccio-
Pero la cuestión va más allá de esta discusión. Cuando a través de ciertos artefactos, nes físicas y tienen un papel fundamental en el realismo de entidades. Son los modelos los
instrumentos y procedimientos técnicos se construyen representaciones científicas que a que permiten la “articulación” entre la mente humana y las técnicas de computo de datos
su vez configuran el carácter visual de una entidad —de la cual se asume su existencia—, del mundo empírico. Por tanto, “los modelos son intermediarios, extraen algunos aspectos
entonces surge la pregunta acerca del estatus ontológico de las entidades teóricas. Este de los fenómenos reales y los conectan, por medio de estructuras matemáticas simplifica-
planteamiento, desarrollado por Grover Maxwell (2010), demuestra que no hay una se- doras, a las teorías que gobiernan los fenómenos” (Hacking, 1996, 246).
paración determinante entre teoría y observación y, como consecuencia, hay una cierta
continuidad entre entidades observables e inobservables. La demarcación entre estos dos Finalmente, las entidades predicadas por la teoría, si bien pueden ser en principio
ámbitos resulta arbitraria y sólo nos muestra el estado actual del conocimiento científico, inobservables, en el proceso aproximativo descrito por Hacking (1996 y 2005), en el cual
pero no dice algo acerca de la existencia de las entidades que se están estudiando. En este se articulan la teoría, los modelos y el fenómeno, la observación del fenómeno se va enri-
punto, la hipótesis es clara: eliminar los términos teóricos no conlleva a eliminar la exis- queciendo a un punto tal que la diversidad de enfoques inconsistentes entre sí permite una
tencia de entidades inobservables. Por ello, si las teorías tienen éxito explicativo es porque, integración episódica del conocimiento para mostrar la verdadera estructura del mundo.
al final, las entidades a las que se refieren existen en algún mundo posible. El punto crucial del modelo está en su posibilidad de construir una observación de la
realidad tal que permita una intervención específica sobre el universo físico. Pero, queda
Desde el enfoque de las ciencias fácticas, esta resistencia que muestran las entida- pendiente establecer si dicha intervención es objetiva en términos de un conocimiento
des fenoménicas a trascender más allá de sus predicados teóricos tiene que ver con que, posible. Es justo desde este punto que iniciaremos la reflexión semiótica.

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


38 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 39
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JULIO HORTA MODELOS CIENTÍFICOS: RELACIONES SEMIÓTICAS Y TRASCENDENTALES

3. FUNCIONES SEMIÓTICAS: LOS MODELOS CIENTÍFICOS Y LA CONSTRUCCIÓN DE LO REAL


NIVEL NOMINALISTA

Esta perspectiva epistemológica resulta interesante cuando se contrasta desde un Función Semiótica Entidades Teóricas Descripción de la Función
enfoque semiótico. En términos generales, hay dos perspectivas semióticas relevantes para
la descripción de un modelo: por un lado, un modelo es una construcción simbólica, lo NIVEL NOMINALISTA
que implica asumir una postura nominalista en donde los textos científicos determinan Función Semiótica Entidades Teóricas 1. Metáfora Descripción
Interactiva de la Función
(Black, 1962): permite
A) Función � Doble Hélice vincular
1. términos
Metáfora teóricos de los(Black,
Interactiva campos de
1962):
la realidad del fenómeno a estudiar; y por otro, un modelo tiene una función indexical,
Icónico- � Enlaces de Hidrógeno conocimiento paravincular
permite constituir un campo
términos teórico
teóricos
lo cual conlleva aceptar una postura realista en donde la función del modelo consiste en Metafórica nuevo de dos campos de conocimiento
señalar una determinada existencia. para constituir un campo teórico
nuevo.
Estructura Estructura
Hay diferentes posturas teóricas que podrían argumentar ambos aspectos en la helicoidal molecular
función semiótica de un modelo científico. En una investigación realizada por Paolo Fa- Estructura Helicoidal Estructura Molecular
física biología
bbri y Bruno Latour (2001), los autores demuestran que el lenguaje científico (a través Física Biología
de todo el aparato enunciativo autorizado) construye en su discursivización los objetos y
(Estructura ADN)
referentes que determinan el conocimiento plausible dentro de una comunidad. Desde (Estructura ADN)
este punto de vista, la conclusión es categórica: no es la naturaleza el referente último,
sino aquel objeto que se construye en la relación intertextual. Si bien directamente no a) Función Icónico- - Doble Hélice
2. Metáfora Analógica (Black, 1962):
Metafórica - Enlaces Hidrógeno
refieren la función de un modelo científico, empero este trabajo permite visualizar algu- relaciones de semejanza que
2. Metáfora Analógicalas(Black,
reproducen 1962): teóricas
estructuras relaciones
nas operaciones semiótico-discursivas del lenguaje científico en la construcción de los de semejanza que reproducen las estructuras
objetos a los que se refiere una teoría. ya codificada:
teóricas ya codificada:
a) Enlaces de Hidrógeno del
Modelo ADN
a) Enlaces de Hidrógeno delreproduce
Modelo ADN las
Desde otra perspectiva, Juan Ángel Magariños plantea una definición sugerente de reglas de
reproduce las reglas de representación
representaciónde de enlace
lo que es un fenómeno. De acuerdo con el autor, “semióticamente, por fenómeno se entiende químicos. enlaces químicos
toda configuración resultante de cualquier aplicación (intuitiva o profesional) de la facultad de
semiosis” (1996, 13). Esta idea le permite establecer un corolario: “todo fenómeno es ya social
en cuanto ya está interpretado, o sea, en cuanto todo ya es signo” (14). Si seguimos la nomen-
clatura propuesta por Magariños, podríamos afirmar que la función de un modelo consiste
en configurar un fenómeno a partir de la “atribución” de formas y valores que determinan su
representación-interpretación en un sentido histórico para una determinada comunidad.

Por supuesto, estas tesis tienen una clara implicación nominalista, y algunas de sus
consecuencias epistemológicas se muestran en la investigación (Horta, 2014) realizada en el
posgrado de Filosofía de la Ciencia (UNAM), vinculado con la Facultad de Ciencias de la Las relaciones icónico-metafóricas permiten establecer las semejanzas isomórficas
misma universidad. Una de las observaciones relevantes en dicho trabajo puede enunciarse que constituyen la estructura tridimensional de la representación. Esta relación permite
de la siguiente manera: un modelo, en la ciencia, construye las condiciones de observación hacer equivalentes estructuras visuales que han sido codificadas en campos de conocimien-
que permiten imaginar la existencia de entidades y procesos inobservables. En concreto, en to diferentes (física=química), o bien establece equivalencias entre entidades del mismo
el análisis semiótico del modelo de ADN propuesto por Watson y Crick (1953), se muestra campo (como los enlaces químicos que constituyen la estructura visual de los nucleótidos).
cómo la estructura helicoidal permite observar-imaginar, y desde ahí explicar, el proceso de
replicación molecular que, en principio, no tiene una clara correspondencia empírica.

En este sentido, el modelo constituye la estructura teórico-visual que posibilita la El nivel simbólico nos permite observar cómo se determina el significado y fun-
existencia observacional de entidades y procesos inobservables. De ahí que los enunciados ción de los elementos visuales a partir de su significación dentro de los conceptos-términos
teóricos no se confrontan con algún hecho empírico, sino con una existencia construida teóricos que constituyen el discurso de las teorias mejor aceptadas de la época.
como estructura semiótica imaginable. En el estudio citado, se muestran al menos tres
niveles epistemológicamente relevantes en el funcionamiento semiótico de un modelo que
representa entidades inobservables, a saber:

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


40 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 41
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3. FUNCIONES SEMIÓTICAS: LOS MODELOS CIENTÍFICOS Y LA CONSTRUCCIÓN DE LO REAL


NIVEL NOMINALISTA

Esta perspectiva epistemológica resulta interesante cuando se contrasta desde un Función Semiótica Entidades Teóricas Descripción de la Función
enfoque semiótico. En términos generales, hay dos perspectivas semióticas relevantes para
la descripción de un modelo: por un lado, un modelo es una construcción simbólica, lo NIVEL NOMINALISTA
que implica asumir una postura nominalista en donde los textos científicos determinan Función Semiótica Entidades Teóricas 1. Metáfora Descripción
Interactiva de la Función
(Black, 1962): permite
A) Función � Doble Hélice vincular
1. términos
Metáfora teóricos de los(Black,
Interactiva campos de
1962):
la realidad del fenómeno a estudiar; y por otro, un modelo tiene una función indexical,
Icónico- � Enlaces de Hidrógeno conocimiento paravincular
permite constituir un campo
términos teórico
teóricos
lo cual conlleva aceptar una postura realista en donde la función del modelo consiste en Metafórica nuevo de dos campos de conocimiento
señalar una determinada existencia. para constituir un campo teórico
nuevo.
Estructura Estructura
Hay diferentes posturas teóricas que podrían argumentar ambos aspectos en la helicoidal molecular
función semiótica de un modelo científico. En una investigación realizada por Paolo Fa- Estructura Helicoidal Estructura Molecular
física biología
bbri y Bruno Latour (2001), los autores demuestran que el lenguaje científico (a través Física Biología
de todo el aparato enunciativo autorizado) construye en su discursivización los objetos y
(Estructura ADN)
referentes que determinan el conocimiento plausible dentro de una comunidad. Desde (Estructura ADN)
este punto de vista, la conclusión es categórica: no es la naturaleza el referente último,
sino aquel objeto que se construye en la relación intertextual. Si bien directamente no a) Función Icónico- - Doble Hélice
2. Metáfora Analógica (Black, 1962):
Metafórica - Enlaces Hidrógeno
refieren la función de un modelo científico, empero este trabajo permite visualizar algu- relaciones de semejanza que
2. Metáfora Analógicalas(Black,
reproducen 1962): teóricas
estructuras relaciones
nas operaciones semiótico-discursivas del lenguaje científico en la construcción de los de semejanza que reproducen las estructuras
objetos a los que se refiere una teoría. ya codificada:
teóricas ya codificada:
a) Enlaces de Hidrógeno del
Modelo ADN
a) Enlaces de Hidrógeno delreproduce
Modelo ADN las
Desde otra perspectiva, Juan Ángel Magariños plantea una definición sugerente de reglas de
reproduce las reglas de representación
representaciónde de enlace
lo que es un fenómeno. De acuerdo con el autor, “semióticamente, por fenómeno se entiende químicos. enlaces químicos
toda configuración resultante de cualquier aplicación (intuitiva o profesional) de la facultad de
semiosis” (1996, 13). Esta idea le permite establecer un corolario: “todo fenómeno es ya social
en cuanto ya está interpretado, o sea, en cuanto todo ya es signo” (14). Si seguimos la nomen-
clatura propuesta por Magariños, podríamos afirmar que la función de un modelo consiste
en configurar un fenómeno a partir de la “atribución” de formas y valores que determinan su
representación-interpretación en un sentido histórico para una determinada comunidad.

Por supuesto, estas tesis tienen una clara implicación nominalista, y algunas de sus
consecuencias epistemológicas se muestran en la investigación (Horta, 2014) realizada en el
posgrado de Filosofía de la Ciencia (UNAM), vinculado con la Facultad de Ciencias de la Las relaciones icónico-metafóricas permiten establecer las semejanzas isomórficas
misma universidad. Una de las observaciones relevantes en dicho trabajo puede enunciarse que constituyen la estructura tridimensional de la representación. Esta relación permite
de la siguiente manera: un modelo, en la ciencia, construye las condiciones de observación hacer equivalentes estructuras visuales que han sido codificadas en campos de conocimien-
que permiten imaginar la existencia de entidades y procesos inobservables. En concreto, en to diferentes (física=química), o bien establece equivalencias entre entidades del mismo
el análisis semiótico del modelo de ADN propuesto por Watson y Crick (1953), se muestra campo (como los enlaces químicos que constituyen la estructura visual de los nucleótidos).
cómo la estructura helicoidal permite observar-imaginar, y desde ahí explicar, el proceso de
replicación molecular que, en principio, no tiene una clara correspondencia empírica.

En este sentido, el modelo constituye la estructura teórico-visual que posibilita la El nivel simbólico nos permite observar cómo se determina el significado y fun-
existencia observacional de entidades y procesos inobservables. De ahí que los enunciados ción de los elementos visuales a partir de su significación dentro de los conceptos-términos
teóricos no se confrontan con algún hecho empírico, sino con una existencia construida teóricos que constituyen el discurso de las teorias mejor aceptadas de la época.
como estructura semiótica imaginable. En el estudio citado, se muestran al menos tres
niveles epistemológicamente relevantes en el funcionamiento semiótico de un modelo que
representa entidades inobservables, a saber:

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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JULIO HORTA MODELOS CIENTÍFICOS: RELACIONES SEMIÓTICAS Y TRASCENDENTALES

El último nivel corresponde a la función indexical del modelo. En relación con


NIVEL NOMINALISTA
el índice, Peirce plantea lo siguiente: “algunos índices son instrucciones más o menos
Función Semiótica Entidades Teóricas Descripción de la Función detalladas de lo que el oyente ha de hacer para ponerse en conexión experiencial directa o
en otra conexión con la cosa significada” (Peirce, 1974: 51). De acuerdo con esto último, el
1. Codificación conceptual de los términos modelo de ADN constituye un nivel semiótico que permite establecer, en investigaciones
visuales posteriores, inferencias hipotéticas en relación con la ocurrencia de una entidad: a saber,
la replicación molecular. La existencia de dicha entidad inobservable está determinada
por la proyección de las condiciones estructurales del modelo que permite establecer una
imagen-representación de un fenómeno que, hasta ese momento, sólo se infería a partir de
la observación de fenotipos (por ejemplo, los rasgos visibles liso/rugoso en los guisantes
que observó G. Mendel para afirmar la herencia genética).
- Doble Hélice
a) Función Simbólica Helices:
- Estructura Nucleótidos Si bien en el presente artículo sólo se ejemplificaron algunas relaciones analíticas
a) Estructura Estable
b) Estructura Regular
implicadas en el funcionamiento semiótico del modelo de ADN (trabajo más extenso refe-
c) Armazón/Molde rido anteriormente), esta referencia sintetizada nos permite generalizar una función epis-
temológico-semiótica de los modelos en la ciencia: a saber, junto con Paolo Fabbri (2004),
Nucleóidos (Adenina, Guanina, Citosina, Timina) estamos de acuerdo en afirmar que el modelo permite la construcción de lo “conocible”(56
a) Escritura
b) Información
y ss.), pero en este trabajo acotamos lo conocible como una relación de semiosis en donde
c) Replicación se construye la imagen potencial del mundo dentro del ámbito de lo pensable al interior
de una comunidad de intérpretes.

Siguiendo la nomenclatura de Magariños (1996), este proceso de semiosis constru-
ye la realidad concebible del fenómeno, a partir de las instancias sígnicas (ícono/índice/
símbolo) como operaciones que permiten representar-interpretar el fenómeno como un
NIVEL REALISTA
texto semiótico. En la siguiente figura se esquematizan las fronteras de dicho proceso:
Función Semiótica Entidades Teóricas Descripción de la Función

b) Función Indexical - Replicación Molecular


Fuente: http://www.ecured.cu/Replicacion_del_
ADN

1. La estructura del modelo permite proyectar


un conjunto de relaciones teóricas que permiten
inferir la existencia-observación de la entidad
inobservable.

Fig. 1. Representaciones Científicas. Esquema de elaboración propia.

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


42 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 43
Depósito Legal B.3146-2001 Universidad de Rosario (Argentina) Versión electrónica: designisfels.net
JULIO HORTA MODELOS CIENTÍFICOS: RELACIONES SEMIÓTICAS Y TRASCENDENTALES

El último nivel corresponde a la función indexical del modelo. En relación con


NIVEL NOMINALISTA
el índice, Peirce plantea lo siguiente: “algunos índices son instrucciones más o menos
Función Semiótica Entidades Teóricas Descripción de la Función detalladas de lo que el oyente ha de hacer para ponerse en conexión experiencial directa o
en otra conexión con la cosa significada” (Peirce, 1974: 51). De acuerdo con esto último, el
1. Codificación conceptual de los términos modelo de ADN constituye un nivel semiótico que permite establecer, en investigaciones
visuales posteriores, inferencias hipotéticas en relación con la ocurrencia de una entidad: a saber,
la replicación molecular. La existencia de dicha entidad inobservable está determinada
por la proyección de las condiciones estructurales del modelo que permite establecer una
imagen-representación de un fenómeno que, hasta ese momento, sólo se infería a partir de
la observación de fenotipos (por ejemplo, los rasgos visibles liso/rugoso en los guisantes
que observó G. Mendel para afirmar la herencia genética).
- Doble Hélice
a) Función Simbólica Helices:
- Estructura Nucleótidos Si bien en el presente artículo sólo se ejemplificaron algunas relaciones analíticas
a) Estructura Estable
b) Estructura Regular
implicadas en el funcionamiento semiótico del modelo de ADN (trabajo más extenso refe-
c) Armazón/Molde rido anteriormente), esta referencia sintetizada nos permite generalizar una función epis-
temológico-semiótica de los modelos en la ciencia: a saber, junto con Paolo Fabbri (2004),
Nucleóidos (Adenina, Guanina, Citosina, Timina) estamos de acuerdo en afirmar que el modelo permite la construcción de lo “conocible”(56
a) Escritura
b) Información
y ss.), pero en este trabajo acotamos lo conocible como una relación de semiosis en donde
c) Replicación se construye la imagen potencial del mundo dentro del ámbito de lo pensable al interior
de una comunidad de intérpretes.

Siguiendo la nomenclatura de Magariños (1996), este proceso de semiosis constru-
ye la realidad concebible del fenómeno, a partir de las instancias sígnicas (ícono/índice/
símbolo) como operaciones que permiten representar-interpretar el fenómeno como un
NIVEL REALISTA
texto semiótico. En la siguiente figura se esquematizan las fronteras de dicho proceso:
Función Semiótica Entidades Teóricas Descripción de la Función

b) Función Indexical - Replicación Molecular


Fuente: http://www.ecured.cu/Replicacion_del_
ADN

1. La estructura del modelo permite proyectar


un conjunto de relaciones teóricas que permiten
inferir la existencia-observación de la entidad
inobservable.

Fig. 1. Representaciones Científicas. Esquema de elaboración propia.

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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JULIO HORTA MODELOS CIENTÍFICOS: RELACIONES SEMIÓTICAS Y TRASCENDENTALES

4. UNA REFLEXIÓN DESDE LA EPISTEMOLOGÍA SEMIÓTICA: LOS MODELOS CIENTÍFICOS COMO dor del modelo (científico-observador) y el intérprete. Son interfaces que permiten com-
RELATIVOS TRASCENDENTALES putar y traducir información teórica y al mismo tiempo datos computables del fenómeno
observado. Desde esta perspectiva, queda clara la postura de Hacking (1996) cuando habla
A fin de cuentas, a partir del análisis anterior podría preguntarse: ¿qué tipo de cono- de los modelos científicos como representaciones de las teorías, pues permiten evaluar el
cimiento constituye un modelo?, ¿muestra un conocimiento objetivo? Desde la perspectiva contenido semántico de los enunciados teóricos y asimismo simplificarlos; y son además
de J. Deely (1996) un “conocimiento objetivo” se constituye a partir de establecer las con- representaciones de los fenómenos, pues permiten calcular ocurrencias y variables de lo ob-
diciones de conocimiento en las que un objeto se relaciona con otro por mediación de algún servado. De ahí que, cuando hablamos del Mundo, se entiende desde una esfera semiótica:
signo; o bien, por efecto de establecer una relación peculiar en donde un objeto representa a a saber, como la representación o conjunto de representaciones que constituyen el hábito
otro. En esta distinción hay una particularidad: la relación entre cosas y objetos. determinado por una comunidad de pensamiento.

Para Deely, en principio una conclusión es importante: “todo lo que es conocido es Efectivamente, desde este enfoque aceptamos junto con Ian Hacking (1996) la
como tal objetivo” (1996, 168). Esto amerita algunas precisiones que permitirán caracte- noción de ‘intervenir’ como un elemento fundamental en la construcción del conocimien-
rizar el realismo semiótico como una postura contraria al realismo de entidades. Desde un to. Pero, desde un realismo semiótico no se reconoce esta intervención hacia el mundo
enfoque semiótico, el conocimiento objetivo está constituido por “objetos”, es decir, por físico de cosas, sino, más bien, se contempla como una intervención teórica asumida desde
cosas que han acontecido en la experiencia, y que han adquirido una forma, orden, estruc- una comunidad de pensamiento, que ha convencionalizado ciertos hábitos como prácticas
tura, etc… después de la experiencia. Esta particularidad le permite a Deely acotar como científicas que justifican la observación de una determinada intervención en el mundo.
característica específica de los objetos su conformación como existentes, lo cual implica Para decirlo con mayor precisión: la intervención científica es parte de una representación
necesariamente la relación con algún organismo observador. convencionalizada de una comunidad y, potencialmente, constituye la base para la trans-
formación y representación de objetos, no de cosas del mundo físico en sí mismo.
Por ello, las cosas son, en todo caso, un orden preexistente al conocimiento, pero que
no necesariamente puede formar parte del domino de lo conocido. De hecho, muchas de las De estas disertaciones, resulta relevante desde la fenomenología semiótica com-
cosas del entorno físico, tienen una existencia independiente al observador u organismo expe- prender el funcionamiento de un modelo en tanto relativo trascendental y relativo onto-
rimentador que les da forma cognoscible. En este sentido, las cosas forman parte del universo lógico. Para Deely (1996), una relación trascendental es aquella que predica o establece la
que se resiste a los deseos y expectativas del observador, forman parte de lo que Ch. S. Peirce coexistencia de objetos: a saber, plantea el objeto de la relación como un existente. Por otro
(2012) denomina, en su texto “Pragmaticismo”, los “hábitos reales del mundo”, una suerte de lado, una relación ontológica es, en sí misma, una relación que no forma parte de la per-
realidad independiente de alguna mente que observe en las cosas una determinada relación. cepción. Esto plantea una precisión semiótica importante: los objetos existentes no son re-
laciones, pero están determinados por relaciones; los objetos existen a través de relaciones
Por lo que, desde un realismo semiótico, lo que existe no es un entorno físico inde- y son comprendidos como tales en la medida que podemos dar cuenta de sus relaciones.
pendiente en su realidad: por el contrario, la existencia implica un entorno de relaciones
entre objetos y cosas que se transforman en objetos por efecto de elementos intersubjetivos Los modelos científicos, en tanto representan algún objeto (un ‘ser relativo’, pero
(relaciones comunicativas) y supra-subjetivos (hábitos interpretativos, creencias, códigos, no una cosa) tienen un compromiso acerca de la verdad o falsedad sobre el conocimiento
sistemas de significación). del objeto de referencia (ver: Frege, 2015, 84 y ss). Pero esta verdad no está en relación con
una correspondencia directa con entidades físicas. En todo caso, es un criterio de verdad
Las cosas, en sí mismas, no pueden existir, pues forman parte del instante fugaz de que se establece sobre la base de dos niveles trascendentales:
la experiencia. Pero cuando adquieren una forma comunicable y cognoscible, por efecto
de algún factor intersubjetivo y suprasubjetivo, entonces se transforman en objetos de a) El objeto representado es un ‘ser relativo’ en relación con alguna característica,
conocimiento que pueden trascender la subjetividad del observador y, desde ese punto de propiedad o cualidad que establece una relación de existencia con otro.
vista, constituir un conocimiento específico del mundo. Los modelos científicos tienen un b) El objeto representado es un ‘ser relativo’ que está en relación con alguna carac-
carácter suprasubjetivo, que determinan una visión colectiva del mundo, pues son el resul- terística o cualidad que puede ser pensada, pero no percibida.
tado de teorías, códigos y sistemas de significación que establecen una relación específica
con las teorías y explicaciones científicas que son relevantes en una época determinada. Estos dos niveles trascendentales, planteados desde la semiótica de J. Deely (1982
Son, técnicamente, legisignos-simbólicos (siguiendo la terminología de Peirce) que deter- y 1996) nos permiten una caracterización relevante de los modelos científicos, que tiendan
minan modos teóricos de representar y pensar la realidad. hacia un realismo semiótico de las entidades predicadas, y no un realismo de entidades de
carácter intervencionista y empírico: a saber, en donde un modelo plantea la existencia
Por otro lado, en términos intersubjetivos, los modelos constituyen “interfases” trascendental de un objeto, que si bien puede estar vinculado con alguna cualidad per-
(Tondl, 2000, 418 y ss) en las cuales establecen procesos de comunicación entre el diseña- ceptual de la cosa física, empero es una entidad que existe semióticamente. La existencia

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4. UNA REFLEXIÓN DESDE LA EPISTEMOLOGÍA SEMIÓTICA: LOS MODELOS CIENTÍFICOS COMO dor del modelo (científico-observador) y el intérprete. Son interfaces que permiten com-
RELATIVOS TRASCENDENTALES putar y traducir información teórica y al mismo tiempo datos computables del fenómeno
observado. Desde esta perspectiva, queda clara la postura de Hacking (1996) cuando habla
A fin de cuentas, a partir del análisis anterior podría preguntarse: ¿qué tipo de cono- de los modelos científicos como representaciones de las teorías, pues permiten evaluar el
cimiento constituye un modelo?, ¿muestra un conocimiento objetivo? Desde la perspectiva contenido semántico de los enunciados teóricos y asimismo simplificarlos; y son además
de J. Deely (1996) un “conocimiento objetivo” se constituye a partir de establecer las con- representaciones de los fenómenos, pues permiten calcular ocurrencias y variables de lo ob-
diciones de conocimiento en las que un objeto se relaciona con otro por mediación de algún servado. De ahí que, cuando hablamos del Mundo, se entiende desde una esfera semiótica:
signo; o bien, por efecto de establecer una relación peculiar en donde un objeto representa a a saber, como la representación o conjunto de representaciones que constituyen el hábito
otro. En esta distinción hay una particularidad: la relación entre cosas y objetos. determinado por una comunidad de pensamiento.

Para Deely, en principio una conclusión es importante: “todo lo que es conocido es Efectivamente, desde este enfoque aceptamos junto con Ian Hacking (1996) la
como tal objetivo” (1996, 168). Esto amerita algunas precisiones que permitirán caracte- noción de ‘intervenir’ como un elemento fundamental en la construcción del conocimien-
rizar el realismo semiótico como una postura contraria al realismo de entidades. Desde un to. Pero, desde un realismo semiótico no se reconoce esta intervención hacia el mundo
enfoque semiótico, el conocimiento objetivo está constituido por “objetos”, es decir, por físico de cosas, sino, más bien, se contempla como una intervención teórica asumida desde
cosas que han acontecido en la experiencia, y que han adquirido una forma, orden, estruc- una comunidad de pensamiento, que ha convencionalizado ciertos hábitos como prácticas
tura, etc… después de la experiencia. Esta particularidad le permite a Deely acotar como científicas que justifican la observación de una determinada intervención en el mundo.
característica específica de los objetos su conformación como existentes, lo cual implica Para decirlo con mayor precisión: la intervención científica es parte de una representación
necesariamente la relación con algún organismo observador. convencionalizada de una comunidad y, potencialmente, constituye la base para la trans-
formación y representación de objetos, no de cosas del mundo físico en sí mismo.
Por ello, las cosas son, en todo caso, un orden preexistente al conocimiento, pero que
no necesariamente puede formar parte del domino de lo conocido. De hecho, muchas de las De estas disertaciones, resulta relevante desde la fenomenología semiótica com-
cosas del entorno físico, tienen una existencia independiente al observador u organismo expe- prender el funcionamiento de un modelo en tanto relativo trascendental y relativo onto-
rimentador que les da forma cognoscible. En este sentido, las cosas forman parte del universo lógico. Para Deely (1996), una relación trascendental es aquella que predica o establece la
que se resiste a los deseos y expectativas del observador, forman parte de lo que Ch. S. Peirce coexistencia de objetos: a saber, plantea el objeto de la relación como un existente. Por otro
(2012) denomina, en su texto “Pragmaticismo”, los “hábitos reales del mundo”, una suerte de lado, una relación ontológica es, en sí misma, una relación que no forma parte de la per-
realidad independiente de alguna mente que observe en las cosas una determinada relación. cepción. Esto plantea una precisión semiótica importante: los objetos existentes no son re-
laciones, pero están determinados por relaciones; los objetos existen a través de relaciones
Por lo que, desde un realismo semiótico, lo que existe no es un entorno físico inde- y son comprendidos como tales en la medida que podemos dar cuenta de sus relaciones.
pendiente en su realidad: por el contrario, la existencia implica un entorno de relaciones
entre objetos y cosas que se transforman en objetos por efecto de elementos intersubjetivos Los modelos científicos, en tanto representan algún objeto (un ‘ser relativo’, pero
(relaciones comunicativas) y supra-subjetivos (hábitos interpretativos, creencias, códigos, no una cosa) tienen un compromiso acerca de la verdad o falsedad sobre el conocimiento
sistemas de significación). del objeto de referencia (ver: Frege, 2015, 84 y ss). Pero esta verdad no está en relación con
una correspondencia directa con entidades físicas. En todo caso, es un criterio de verdad
Las cosas, en sí mismas, no pueden existir, pues forman parte del instante fugaz de que se establece sobre la base de dos niveles trascendentales:
la experiencia. Pero cuando adquieren una forma comunicable y cognoscible, por efecto
de algún factor intersubjetivo y suprasubjetivo, entonces se transforman en objetos de a) El objeto representado es un ‘ser relativo’ en relación con alguna característica,
conocimiento que pueden trascender la subjetividad del observador y, desde ese punto de propiedad o cualidad que establece una relación de existencia con otro.
vista, constituir un conocimiento específico del mundo. Los modelos científicos tienen un b) El objeto representado es un ‘ser relativo’ que está en relación con alguna carac-
carácter suprasubjetivo, que determinan una visión colectiva del mundo, pues son el resul- terística o cualidad que puede ser pensada, pero no percibida.
tado de teorías, códigos y sistemas de significación que establecen una relación específica
con las teorías y explicaciones científicas que son relevantes en una época determinada. Estos dos niveles trascendentales, planteados desde la semiótica de J. Deely (1982
Son, técnicamente, legisignos-simbólicos (siguiendo la terminología de Peirce) que deter- y 1996) nos permiten una caracterización relevante de los modelos científicos, que tiendan
minan modos teóricos de representar y pensar la realidad. hacia un realismo semiótico de las entidades predicadas, y no un realismo de entidades de
carácter intervencionista y empírico: a saber, en donde un modelo plantea la existencia
Por otro lado, en términos intersubjetivos, los modelos constituyen “interfases” trascendental de un objeto, que si bien puede estar vinculado con alguna cualidad per-
(Tondl, 2000, 418 y ss) en las cuales establecen procesos de comunicación entre el diseña- ceptual de la cosa física, empero es una entidad que existe semióticamente. La existencia

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


44 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 45
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JULIO HORTA MODELOS CIENTÍFICOS: RELACIONES SEMIÓTICAS Y TRASCENDENTALES

semiótica es, en este punto, una existencia trascendental al sujeto: está más allá del sujeto REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
que percibe en tanto el objeto está con-formado, sustancializado y ordenado a través de
los sistemas de significación, códigos y hábitos interpretativos que determinan una reali- BLACK, M. (1962). Models and Metaphors: studies in language and philosophy. Ithaca: Cornell
dad suprasubjetiva. Como hemos enunciado en líneas arriba: el conocimiento objetivo del University Press.
BUNGE, M. (1973). Method, Model and Matter. Dordrecht: Springer.
mundo depende de la posibilidad de determinar la complejidad del entorno físico a través
––– (2012). La Ciencia. Su método y su filosofía. Buenos Aires: Editorial Sudamericana.
de las estructuras semióticas que determina una comunidad de intérpretes. CARTWRIGHT, N. (1983). How the laws of Physics Lie. New York: Oxford University Press.
DEELY, J. (1996). Fundamentos de Semiótica. México: Universidad Iberoamericana.
Por otro lado, los modelos científicos, al constituir interfaces de información com- ––– (1982). Introducing Semiotic: Its History and Doctrine. Bloomintong: Indiana University Press.
putable, son en sí mismos relaciones, no entidades. Esto se aproxima a la noción de signo FABBRI, P. (2004). El giro semiótico. Barcelona: Gedisa
que Deely (1996) plantea acerca de los signos como relativos ontológicos. De acuerdo con FABBRI, P. y LATOUR, B. (2001). “La retórica de la ciencia: poder y deber en un artículo de
el autor, un signo es el “patrón” de acuerdo con el cual se establecen las relaciones entre ciencia exacta”. En FABBRI, P. Tácticas de los signos. Barcelona: Gedisa.
objetos-objetos y cosas-objetos para construir el tejido de la experiencia. De ahí que, la FREGE, G. (2015). Ensayos de Semántica y Filosofía de la Lógica. Madrid: Tecnos.
función específica de un signo, y en particular de un modelo como diagrama, está en esta- FRIGG, R. y HARTMANN, S. (2012). Models in science. En E. ZALTA (ed.). Stanford
blecer una disposición a la relación: parte de un “fundamento trascendental” (el objeto o la Encyclopedia of Philosophy. (Invierno, 2016).
https://plato.stanford.edu/archives/win2016/entries/models-science/
cosa); y posibilita la relación de existencia y de transformación de los objetos.
GIERE, R. N. (2004). “How Models Are Used to Represented Reality”. Philosophy of science, 71(5),
742-752.
La relación ontológica, al constituir la posibilidad de la experiencia, provee el fun- HACKING, I. (1996). Representar e Intervenir. México: UNAM/Paidós.
damento para comprender la semiosis del mundo físico, y esta función semiótica del cono- ––– (2005). El surgimiento de la probabilidad. Argentina: Gedisa.
cimiento se hace evidente en el funcionamiento de los modelos científicos. Pues, al ser el HORTA, J. (2014). Lenguaje científico: problemas de iconicidad y significado en las representaciones de la
relativo ontológico una “disposición para la relación” proporciona una conexión observable Biología. (Tesis de Maestría). Posgrado en Filosofía de la Ciencia. México: Instituto de Investigaciones
del entorno, que surge de la relación del modelo-diagrama con el mundo físico: “la acción Filosóficas.
de los signos (semiosis) surge primero de los factores ambientales relacionados físicamente ––– (2018). “Arte, ciencia y representación: horizontes epistemológicos y problemas de referencialidad
que llegan a ser vistos objetivamente como relacionados (en tanto conocidos) e, inversa- en la imagen”. En ALONSO, Loreto. La vorágine de las imágenes. México: CONACULTA/CENIDIAP.
mente, de los factores relacionados objetivamente que son presentados como físicamente KUHN, T. S. (1999). La estructura de las revoluciones científicas. México: Fondo de Cultura Económica.
relacionados” (Deely, 1996, 148). MAGARIÑOS, J. A. (1996). Fundamentos lógicos de la semiótica y su práctica. Argentina: Edicial.
MAXWELL, G. (2010). “El estatus ontológico de las entidades teóricas”. En L. OLIVÉ (comp.).
Filosofía de la Ciencia: teoría y observación. México: Siglo XXI.
NÖTH, W. (2018). The semiotics of models. Sign Systems Studies, 46(1), 7-43. https://doi.
NOTAS org/10.12697/SSS.2018.46.1.01
1. Las citas marcadas con * son traducción de López-Varela ––– (1995). Handbook of Semiotics. USA: Indiana University Press.
2. Para Mario Bunge, la noción de “fáctico” está vinculado con la observación y la experimentación. PEIRCE, CH. S. (2012). Obra Filosófica Reunida. Tomo I y II. México: Fondo de Cultura Económica.
De ahí que las ciencias fácticas son aquellas cuya tarea es estudiar la estructura, reacciones, leyes… ––– (1974). La ciencia semiótica. Buenos Aires: Nueva Visión.
de la Naturaleza (Revisar: Bunge, 2012). POPPER, K. (2008). Conjeturas y Refutaciones. El desarrollo del conocimiento científico. Barcelona:
3. En este trabajo, Nancy Cartwright platea que los modelos científicos responden a relaciones me- Paidós.
tafóricas que los vinculan con otros modelos que son inconsistentes entre sí. De ahí que los modelos RORTY, R. (2010). La filosofía y el espejo de la naturaleza. Madrid: Cátedra.
no se deducen de una teoría y, en algunos casos, los modelos robustos persisten pese a que la teoría a SEBEOK, T. y DANESI, M. (2000). The forms of meaning. Modeling systems theori and semiotic análisis.
la que estaban vinculados puede ser refutada. De manera radical, platea que al relacionarse diferentes New York: Mouton de Gruyter.
modelos entre sí para llegar a una explicación y descripción del fenómeno, puede ser el caso que nin- TONDL, L. (2000) “Semiotic foundation of Models and Modelling”. Theoria. Revista de Teoría,
guno (o alguno) de esos modelos pueda ser evaluado como verdadero en relación con el mundo físico. Historia y Fundamentos de la Ciencia, 15 (39), 413-420.
4. Para efectos de este trabajo, de manera operativa se distingue una postura nominalista, como WATSON, J. y CRICK, F. (1953) “Molecular Structure of Nucleic Acids”. Nature, 171, 737–738
aquella en donde la realidad del objeto está determinada por configuraciones sígnicas; frente a una ––– (1953). “Genetical implications of the structure of deoxyribonucleic acid”. Nature, 171. 964-
postura realista, en donde la realidad del objeto implica un grado de existencia empírico. Es evidente 967.
que hay diferentes niveles, observaciones y precisiones respecto a los temas implicados en ambos tér- WATSON, J. (2006). ADN. El secreto de la vida. España: Taurus.
minos. Para una revisión más amplia de la cuestión vinculada con las representaciones en la ciencia, ––– (2011). La Doble Hélice. España: Alianza.
revisar el trabajo citado: Horta, 2014.
5. Esta investigación estuvo bajo la supervisión de la Dra. Ana Barahona Echeverría, del Departa-
mento de Biología Evolutiva, Facultad de Ciencias (UNAM).

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JULIO HORTA MODELOS CIENTÍFICOS: RELACIONES SEMIÓTICAS Y TRASCENDENTALES

semiótica es, en este punto, una existencia trascendental al sujeto: está más allá del sujeto REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
que percibe en tanto el objeto está con-formado, sustancializado y ordenado a través de
los sistemas de significación, códigos y hábitos interpretativos que determinan una reali- BLACK, M. (1962). Models and Metaphors: studies in language and philosophy. Ithaca: Cornell
dad suprasubjetiva. Como hemos enunciado en líneas arriba: el conocimiento objetivo del University Press.
BUNGE, M. (1973). Method, Model and Matter. Dordrecht: Springer.
mundo depende de la posibilidad de determinar la complejidad del entorno físico a través
––– (2012). La Ciencia. Su método y su filosofía. Buenos Aires: Editorial Sudamericana.
de las estructuras semióticas que determina una comunidad de intérpretes. CARTWRIGHT, N. (1983). How the laws of Physics Lie. New York: Oxford University Press.
DEELY, J. (1996). Fundamentos de Semiótica. México: Universidad Iberoamericana.
Por otro lado, los modelos científicos, al constituir interfaces de información com- ––– (1982). Introducing Semiotic: Its History and Doctrine. Bloomintong: Indiana University Press.
putable, son en sí mismos relaciones, no entidades. Esto se aproxima a la noción de signo FABBRI, P. (2004). El giro semiótico. Barcelona: Gedisa
que Deely (1996) plantea acerca de los signos como relativos ontológicos. De acuerdo con FABBRI, P. y LATOUR, B. (2001). “La retórica de la ciencia: poder y deber en un artículo de
el autor, un signo es el “patrón” de acuerdo con el cual se establecen las relaciones entre ciencia exacta”. En FABBRI, P. Tácticas de los signos. Barcelona: Gedisa.
objetos-objetos y cosas-objetos para construir el tejido de la experiencia. De ahí que, la FREGE, G. (2015). Ensayos de Semántica y Filosofía de la Lógica. Madrid: Tecnos.
función específica de un signo, y en particular de un modelo como diagrama, está en esta- FRIGG, R. y HARTMANN, S. (2012). Models in science. En E. ZALTA (ed.). Stanford
blecer una disposición a la relación: parte de un “fundamento trascendental” (el objeto o la Encyclopedia of Philosophy. (Invierno, 2016).
https://plato.stanford.edu/archives/win2016/entries/models-science/
cosa); y posibilita la relación de existencia y de transformación de los objetos.
GIERE, R. N. (2004). “How Models Are Used to Represented Reality”. Philosophy of science, 71(5),
742-752.
La relación ontológica, al constituir la posibilidad de la experiencia, provee el fun- HACKING, I. (1996). Representar e Intervenir. México: UNAM/Paidós.
damento para comprender la semiosis del mundo físico, y esta función semiótica del cono- ––– (2005). El surgimiento de la probabilidad. Argentina: Gedisa.
cimiento se hace evidente en el funcionamiento de los modelos científicos. Pues, al ser el HORTA, J. (2014). Lenguaje científico: problemas de iconicidad y significado en las representaciones de la
relativo ontológico una “disposición para la relación” proporciona una conexión observable Biología. (Tesis de Maestría). Posgrado en Filosofía de la Ciencia. México: Instituto de Investigaciones
del entorno, que surge de la relación del modelo-diagrama con el mundo físico: “la acción Filosóficas.
de los signos (semiosis) surge primero de los factores ambientales relacionados físicamente ––– (2018). “Arte, ciencia y representación: horizontes epistemológicos y problemas de referencialidad
que llegan a ser vistos objetivamente como relacionados (en tanto conocidos) e, inversa- en la imagen”. En ALONSO, Loreto. La vorágine de las imágenes. México: CONACULTA/CENIDIAP.
mente, de los factores relacionados objetivamente que son presentados como físicamente KUHN, T. S. (1999). La estructura de las revoluciones científicas. México: Fondo de Cultura Económica.
relacionados” (Deely, 1996, 148). MAGARIÑOS, J. A. (1996). Fundamentos lógicos de la semiótica y su práctica. Argentina: Edicial.
MAXWELL, G. (2010). “El estatus ontológico de las entidades teóricas”. En L. OLIVÉ (comp.).
Filosofía de la Ciencia: teoría y observación. México: Siglo XXI.
NÖTH, W. (2018). The semiotics of models. Sign Systems Studies, 46(1), 7-43. https://doi.
NOTAS org/10.12697/SSS.2018.46.1.01
1. Las citas marcadas con * son traducción de López-Varela ––– (1995). Handbook of Semiotics. USA: Indiana University Press.
2. Para Mario Bunge, la noción de “fáctico” está vinculado con la observación y la experimentación. PEIRCE, CH. S. (2012). Obra Filosófica Reunida. Tomo I y II. México: Fondo de Cultura Económica.
De ahí que las ciencias fácticas son aquellas cuya tarea es estudiar la estructura, reacciones, leyes… ––– (1974). La ciencia semiótica. Buenos Aires: Nueva Visión.
de la Naturaleza (Revisar: Bunge, 2012). POPPER, K. (2008). Conjeturas y Refutaciones. El desarrollo del conocimiento científico. Barcelona:
3. En este trabajo, Nancy Cartwright platea que los modelos científicos responden a relaciones me- Paidós.
tafóricas que los vinculan con otros modelos que son inconsistentes entre sí. De ahí que los modelos RORTY, R. (2010). La filosofía y el espejo de la naturaleza. Madrid: Cátedra.
no se deducen de una teoría y, en algunos casos, los modelos robustos persisten pese a que la teoría a SEBEOK, T. y DANESI, M. (2000). The forms of meaning. Modeling systems theori and semiotic análisis.
la que estaban vinculados puede ser refutada. De manera radical, platea que al relacionarse diferentes New York: Mouton de Gruyter.
modelos entre sí para llegar a una explicación y descripción del fenómeno, puede ser el caso que nin- TONDL, L. (2000) “Semiotic foundation of Models and Modelling”. Theoria. Revista de Teoría,
guno (o alguno) de esos modelos pueda ser evaluado como verdadero en relación con el mundo físico. Historia y Fundamentos de la Ciencia, 15 (39), 413-420.
4. Para efectos de este trabajo, de manera operativa se distingue una postura nominalista, como WATSON, J. y CRICK, F. (1953) “Molecular Structure of Nucleic Acids”. Nature, 171, 737–738
aquella en donde la realidad del objeto está determinada por configuraciones sígnicas; frente a una ––– (1953). “Genetical implications of the structure of deoxyribonucleic acid”. Nature, 171. 964-
postura realista, en donde la realidad del objeto implica un grado de existencia empírico. Es evidente 967.
que hay diferentes niveles, observaciones y precisiones respecto a los temas implicados en ambos tér- WATSON, J. (2006). ADN. El secreto de la vida. España: Taurus.
minos. Para una revisión más amplia de la cuestión vinculada con las representaciones en la ciencia, ––– (2011). La Doble Hélice. España: Alianza.
revisar el trabajo citado: Horta, 2014.
5. Esta investigación estuvo bajo la supervisión de la Dra. Ana Barahona Echeverría, del Departa-
mento de Biología Evolutiva, Facultad de Ciencias (UNAM).

Atribución-NoComercial-CompartirIgual
CC BY-NC-SA

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


46 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 47
Depósito Legal B.3146-2001 Universidad de Rosario (Argentina) Versión electrónica: designisfels.net
http://dx.doi.org/10.35659/designis.i35p49-57
COGNIÇÃO COMO SEMIOSE: SEMIÓTICA COGNITIVA E COGSEM

Cognição como semiose:


semiótica cognitiva e cogsem
/ Cognition as semiosis: cognitive
semiotics and cogsem
Winfried Nöth
(pág 49 - pág 57)

El artículo trata sobre la interfaz entre la semiótica y la ciencia cognitiva, el campo


de la investigación interdisciplinar en la encrucijada entre lingüística, antropología,
psicología cognitiva, filosofía, neurociencia e inteligencia artificial. En él interpretamos
una tendencia de la semiótica contemporánea conocida como semiótica cognitiva (Cogsem)
a la luz de la semiótica cognitiva de C. S. Peirce. La semiótica cognitiva de Peirce no es
el estudio del significado, mucho menos la creación de significados. Es el estudio de los
procesos de semiosis cognitiva, no solo de signos encarnados externamente, sino también
de las imágenes mentales y otras representaciones mentales, es decir, signos mentales.
Sobre la base de Peirce, el artículo rechaza como un error cartesiano la concepción dualista
de los significados como fenómenos mentales y los signos como sus encarnaciones externas.

Palabras clave: semiótica cognitiva, Cogsem, significado, cognición, pensamiento


como signo.

The paper studies the interface between semiotics to cognitive science, the
interdisciplinary research field at the crossroads of cognitive psychology, linguistics and
anthropology, philosophy, neuroscience, and artificial intelligence. It interprets current
trends in cognitive semiotics (Cogsem) in light of C. S. Peirce’s cognitive semiotics.
Semiotics is not the study of meaning, let alone of meaning making, but the study of signs,
not only externally embodied signs, but also of mental images, mental representations,
i.e., thought-signs. With Peirce, the dualist conception of meanings as mental phenomena
and signs as their embodiments is rejected as Cartesian an error.

Keywords: cognitive semiotics, Cogsem, meaning, cognition, thought-signs

Nöth prof. de linguística e semiótica e diretor do Centro Interdisciplinar de Estudos


Culturais da U. Kassel ( –2009), prof. da Humboldt U. Berlin (2015/2016) é professor de
Semiótica Cognitiva na PUC São Paulo (2010– ). Publicou Manual de semiótica, Imagem,
Introdução à semiótica, Semiotics of the Media, Semiotic Theory of Learning.  

Recibido: 7/10/2020 Aprobado: 09/11/2020

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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COGNIÇÃO COMO SEMIOSE: SEMIÓTICA COGNITIVA E COGSEM

Cognição como semiose:


semiótica cognitiva e cogsem
/ Cognition as semiosis: cognitive
semiotics and cogsem
Winfried Nöth
(pág 49 - pág 57)

El artículo trata sobre la interfaz entre la semiótica y la ciencia cognitiva, el campo


de la investigación interdisciplinar en la encrucijada entre lingüística, antropología,
psicología cognitiva, filosofía, neurociencia e inteligencia artificial. En él interpretamos
una tendencia de la semiótica contemporánea conocida como semiótica cognitiva (Cogsem)
a la luz de la semiótica cognitiva de C. S. Peirce. La semiótica cognitiva de Peirce no es
el estudio del significado, mucho menos la creación de significados. Es el estudio de los
procesos de semiosis cognitiva, no solo de signos encarnados externamente, sino también
de las imágenes mentales y otras representaciones mentales, es decir, signos mentales.
Sobre la base de Peirce, el artículo rechaza como un error cartesiano la concepción dualista
de los significados como fenómenos mentales y los signos como sus encarnaciones externas.

Palabras clave: semiótica cognitiva, Cogsem, significado, cognición, pensamiento


como signo.

The paper studies the interface between semiotics to cognitive science, the
interdisciplinary research field at the crossroads of cognitive psychology, linguistics and
anthropology, philosophy, neuroscience, and artificial intelligence. It interprets current
trends in cognitive semiotics (Cogsem) in light of C. S. Peirce’s cognitive semiotics.
Semiotics is not the study of meaning, let alone of meaning making, but the study of signs,
not only externally embodied signs, but also of mental images, mental representations,
i.e., thought-signs. With Peirce, the dualist conception of meanings as mental phenomena
and signs as their embodiments is rejected as Cartesian an error.

Keywords: cognitive semiotics, Cogsem, meaning, cognition, thought-signs

Nöth prof. de linguística e semiótica e diretor do Centro Interdisciplinar de Estudos


Culturais da U. Kassel ( –2009), prof. da Humboldt U. Berlin (2015/2016) é professor de
Semiótica Cognitiva na PUC São Paulo (2010– ). Publicou Manual de semiótica, Imagem,
Introdução à semiótica, Semiotics of the Media, Semiotic Theory of Learning.  

Recibido: 7/10/2020 Aprobado: 09/11/2020

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WINFRIED NÖTH COGNIÇÃO COMO SEMIOSE: SEMIÓTICA COGNITIVA E COGSEM

1. SEMIÓTICA COGNITIVA (2) Não temos o poder da introspecção.


(3) Não temos o poder da intuição; cada cognição é logicamente determinada por
A semiótica cognitiva está se estabelecendo como um campo de pesquisa na encruzilhada outras anteriores.
da ciência cognitiva e da semiótica, mas as opiniões sobre a relação entre as duas vacilam. (4) Não podemos pensar o incognoscível.
Num extremo, encontramos a afirmação de que a semiótica deve ser entendida “como ciência
cognitiva” (Houser 1995) ou mesmo que ciência cognitiva e semiótica são denominações A primeira destas quatro incapacidades é fundamental para o estudo semiótico da
sinônimas do mesmo campo de pesquisa, sendo o primeiro apenas uma “variante estilística e cognição. Para Peirce, o conceito de “cognição” inclui pensamentos, percepções, assim como
metodológica” do segundo (Sebeok 2002: 2). No outro extremo, encontramos a visão de que sentimentos. A afirmação de que cognição e percepção, isto é, raciocinar, pensar, ver, ouvir,
a semiótica cognitiva não deve “ser vista como um ramo da semiótica”, mas como “um campo degustar e tatear acontecem sempre na forma de signos significa que a cognição acontece
transdisciplinar focado no fenômeno multifacetado do significado” (Zlatev 2015: 1043). sempre num fluxo, em que a cognição presente está indissoluvelmente ligada às anteriores
(das quais é uma representação) e às futuras, que são suas interpretações (interpretantes).
Quando a ciência cognitiva foi considerada o estudo de sistemas de símbolos (Newell Não há primeira nem última cognição. Nenhuma cognição é não mediada, “imediata”, ou
1960), mentes e símbolos (Daddesio 1995), modelos mentais (Johnson-Laird 1983), seja, sem se dar em signos. Como foi resumido por Fisch, a doutrina de Peirce de que “todo
representações mentais (Eco et al. 1988; Nöth 1997) ou representação de conhecimento pensamento se dá em signos” (CP 5.253) significa que “cada pensamento continua outro
(Jorna 1990), era natural supor que a ciência cognitiva não era muito diferente da semiótica. e é continuado por outro ainda. Não há nenhuma premissa não inferida e não existem
Desde então, a ciência cognitiva se expandiu em muitas direções. Mesmo assim, não é conclusões definitivas. Nenhuma cognição é descrita adequada ou precisamente como
convincente que a semiótica da cognição não seja um ramo da semiótica. Se a biossemiótica, uma relação diádica entre uma mente que conhece e um objeto conhecido, seja este um
a semiótica visual, da música, da mídia, da arquitetura, da cultura, da significação ou da primeiro princípio intuído ou um dado perceptivo, uma ‘primeira impressão de sentido’
comunicação são ramos da semiótica, por que a semiótica cognitiva deveria ser uma exceção? (CP 5.283)” (Fisch 1986: 325).
Ainda mais quando ela se define como um método de “integração de teorias desenvolvidas
nas disciplinas da ciência cognitiva com métodos e teorias desenvolvidas na semiótica e nas Uma das premissas subjacentes a estes postulados, mais elaborada em escritos
humanidades e com o objetivo final de fornecer novos insights sobre o reino da significação posteriores, é o sinequismo de Peirce, a teoria de que tudo é contínuo. Cognição é um
humana e sua manifestação nas práticas culturais” (Zlatev 2015: 1043). processo mental que ocorre num fluxo contínuo. Os pensamentos e as percepções nunca
são puramente espontâneos e totalmente alheios aos anteriores. Nenhuma cognição é
Cognitive Semiotics (2007ff.) é a revista da Associação Internacional da Semiótica inteiramente nova, já que todas as cognições são determinadas por cognições anteriores.
Cognitiva. O seu objetivo é “fornecer novos insights sobre o reino da produção de Não há uma primeira, nem uma última cognição no sentido de uma cognição “conclusiva”.
significados humanos e as modalidades de sua corporificação e descorporificação” (Brandt Os processos cognitivos podem ser interrompidos, mas não “concluídos”, assim como o
e Oakley 2007: 5). Há monografias temáticas (Daddesio 1995; Brandt 2004, 2020), fluxo do tempo nunca poderá ser interrompido. A continuidade se estende tanto ao passado
coletâneas (Frank et al. 2008; Zlatev et al. 2016), artigos de posicionamento (Zlatev 2012; remoto quanto ao futuro distante, mas ela também se refere ao momento presente, o que
Brandt 2011; Sonesson 2011) e enciclopédicos (Zlatev 2015), além de edições especiais de significa que a cognição nunca pode ser “imediata”, pois qualquer momento é apenas um
revistas (American Journal of Semiotics 35.1-2/2019). fragmento de continuidade.

O argumento relativo à continuidade da cognição está ligado ao argumento de que


2. INSIGHTS SEMIÓTICOS DA COGNITION SERIES a cognição acontece sempre em signos, já que um signo é uma cognição precedida por um
outro signo, o seu objeto, e seguida por um terceiro signo, o seu interpretante. “Dizer,
O que Peirce tem a dizer sobre a cognição? Em uma série de três artigos, também portanto, que o pensamento não pode acontecer em um instante, mas requer um tempo, é
conhecidos como “série cognitiva”, publicados em 1868 e 1869 no Journal of Speculative apenas uma outra forma de dizer que todo pensamento deve ser interpretado em outro, ou
Philosophy, ele lançou as bases de uma filosofia da cognição. Os artigos são “Questões que todo pensamento se dá em signos” (CP 5.253).
relativas a certas faculdades reivindicadas pelo homem” (1868), “Algumas consequências
de quatro incapacidades” (1868), e “Fundamentos da validade das leis da lógica: outras A doutrina da continuidade de Peirce é igualmente aplicável à pretensa dicotomia
consequências de quatro incapacidades” (1869) (CP 5.213-357; EP 1: 11-82). Ao entre cognições internas e externas. Não há nenhuma oposição entre ambos, mas
contrário daquilo que a filosofia tradicional havia ensinado, Peirce postulou as seguintes continuidade. São signos as representações mentais e outros signos mentais (thought-
incapacidades da mente humana (CP 5.265): signs), bem como os signos exteriores corporificados. Na verdade, no caso dos símbolos,
a sua corporificação em forma de fala ou escrita é apenas secundária. Um símbolo é
(1) Não temos poder de pensamento e cognição sem signos, já que todo pensamento uma regra, uma “lei ativa” (CP 4.447, c. 1903), ativa na mente, mesmo quando não
se dá em signos. encarnada externamente.

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WINFRIED NÖTH COGNIÇÃO COMO SEMIOSE: SEMIÓTICA COGNITIVA E COGSEM

1. SEMIÓTICA COGNITIVA (2) Não temos o poder da introspecção.


(3) Não temos o poder da intuição; cada cognição é logicamente determinada por
A semiótica cognitiva está se estabelecendo como um campo de pesquisa na encruzilhada outras anteriores.
da ciência cognitiva e da semiótica, mas as opiniões sobre a relação entre as duas vacilam. (4) Não podemos pensar o incognoscível.
Num extremo, encontramos a afirmação de que a semiótica deve ser entendida “como ciência
cognitiva” (Houser 1995) ou mesmo que ciência cognitiva e semiótica são denominações A primeira destas quatro incapacidades é fundamental para o estudo semiótico da
sinônimas do mesmo campo de pesquisa, sendo o primeiro apenas uma “variante estilística e cognição. Para Peirce, o conceito de “cognição” inclui pensamentos, percepções, assim como
metodológica” do segundo (Sebeok 2002: 2). No outro extremo, encontramos a visão de que sentimentos. A afirmação de que cognição e percepção, isto é, raciocinar, pensar, ver, ouvir,
a semiótica cognitiva não deve “ser vista como um ramo da semiótica”, mas como “um campo degustar e tatear acontecem sempre na forma de signos significa que a cognição acontece
transdisciplinar focado no fenômeno multifacetado do significado” (Zlatev 2015: 1043). sempre num fluxo, em que a cognição presente está indissoluvelmente ligada às anteriores
(das quais é uma representação) e às futuras, que são suas interpretações (interpretantes).
Quando a ciência cognitiva foi considerada o estudo de sistemas de símbolos (Newell Não há primeira nem última cognição. Nenhuma cognição é não mediada, “imediata”, ou
1960), mentes e símbolos (Daddesio 1995), modelos mentais (Johnson-Laird 1983), seja, sem se dar em signos. Como foi resumido por Fisch, a doutrina de Peirce de que “todo
representações mentais (Eco et al. 1988; Nöth 1997) ou representação de conhecimento pensamento se dá em signos” (CP 5.253) significa que “cada pensamento continua outro
(Jorna 1990), era natural supor que a ciência cognitiva não era muito diferente da semiótica. e é continuado por outro ainda. Não há nenhuma premissa não inferida e não existem
Desde então, a ciência cognitiva se expandiu em muitas direções. Mesmo assim, não é conclusões definitivas. Nenhuma cognição é descrita adequada ou precisamente como
convincente que a semiótica da cognição não seja um ramo da semiótica. Se a biossemiótica, uma relação diádica entre uma mente que conhece e um objeto conhecido, seja este um
a semiótica visual, da música, da mídia, da arquitetura, da cultura, da significação ou da primeiro princípio intuído ou um dado perceptivo, uma ‘primeira impressão de sentido’
comunicação são ramos da semiótica, por que a semiótica cognitiva deveria ser uma exceção? (CP 5.283)” (Fisch 1986: 325).
Ainda mais quando ela se define como um método de “integração de teorias desenvolvidas
nas disciplinas da ciência cognitiva com métodos e teorias desenvolvidas na semiótica e nas Uma das premissas subjacentes a estes postulados, mais elaborada em escritos
humanidades e com o objetivo final de fornecer novos insights sobre o reino da significação posteriores, é o sinequismo de Peirce, a teoria de que tudo é contínuo. Cognição é um
humana e sua manifestação nas práticas culturais” (Zlatev 2015: 1043). processo mental que ocorre num fluxo contínuo. Os pensamentos e as percepções nunca
são puramente espontâneos e totalmente alheios aos anteriores. Nenhuma cognição é
Cognitive Semiotics (2007ff.) é a revista da Associação Internacional da Semiótica inteiramente nova, já que todas as cognições são determinadas por cognições anteriores.
Cognitiva. O seu objetivo é “fornecer novos insights sobre o reino da produção de Não há uma primeira, nem uma última cognição no sentido de uma cognição “conclusiva”.
significados humanos e as modalidades de sua corporificação e descorporificação” (Brandt Os processos cognitivos podem ser interrompidos, mas não “concluídos”, assim como o
e Oakley 2007: 5). Há monografias temáticas (Daddesio 1995; Brandt 2004, 2020), fluxo do tempo nunca poderá ser interrompido. A continuidade se estende tanto ao passado
coletâneas (Frank et al. 2008; Zlatev et al. 2016), artigos de posicionamento (Zlatev 2012; remoto quanto ao futuro distante, mas ela também se refere ao momento presente, o que
Brandt 2011; Sonesson 2011) e enciclopédicos (Zlatev 2015), além de edições especiais de significa que a cognição nunca pode ser “imediata”, pois qualquer momento é apenas um
revistas (American Journal of Semiotics 35.1-2/2019). fragmento de continuidade.

O argumento relativo à continuidade da cognição está ligado ao argumento de que


2. INSIGHTS SEMIÓTICOS DA COGNITION SERIES a cognição acontece sempre em signos, já que um signo é uma cognição precedida por um
outro signo, o seu objeto, e seguida por um terceiro signo, o seu interpretante. “Dizer,
O que Peirce tem a dizer sobre a cognição? Em uma série de três artigos, também portanto, que o pensamento não pode acontecer em um instante, mas requer um tempo, é
conhecidos como “série cognitiva”, publicados em 1868 e 1869 no Journal of Speculative apenas uma outra forma de dizer que todo pensamento deve ser interpretado em outro, ou
Philosophy, ele lançou as bases de uma filosofia da cognição. Os artigos são “Questões que todo pensamento se dá em signos” (CP 5.253).
relativas a certas faculdades reivindicadas pelo homem” (1868), “Algumas consequências
de quatro incapacidades” (1868), e “Fundamentos da validade das leis da lógica: outras A doutrina da continuidade de Peirce é igualmente aplicável à pretensa dicotomia
consequências de quatro incapacidades” (1869) (CP 5.213-357; EP 1: 11-82). Ao entre cognições internas e externas. Não há nenhuma oposição entre ambos, mas
contrário daquilo que a filosofia tradicional havia ensinado, Peirce postulou as seguintes continuidade. São signos as representações mentais e outros signos mentais (thought-
incapacidades da mente humana (CP 5.265): signs), bem como os signos exteriores corporificados. Na verdade, no caso dos símbolos,
a sua corporificação em forma de fala ou escrita é apenas secundária. Um símbolo é
(1) Não temos poder de pensamento e cognição sem signos, já que todo pensamento uma regra, uma “lei ativa” (CP 4.447, c. 1903), ativa na mente, mesmo quando não
se dá em signos. encarnada externamente.

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


50 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 51
Depósito Legal B.3146-2001 Universidad de Rosario (Argentina) Versión electrónica: designisfels.net
WINFRIED NÖTH COGNIÇÃO COMO SEMIOSE: SEMIÓTICA COGNITIVA E COGSEM

3. COGSEM Aquilo a que esta realidade imaterial, “intropectível” corresponde em nossas


próprias mentes é o significado – em sua distinção dos estados de coisas materiais –
Desde os anos 70, quando a Cognitive Science Society e a sua revista Cognitive incluindo o que podemos reconhecer como sememas na análise de integração semiótica
Science foram fundadas (em 1979 e 1976, respectivamente), a ciência cognitiva tem que consideramos. A cognição se torna semiótica no momento em que a introspecção
sido um projeto multidisciplinar. As estátuas da sociedade declaram que ela visa também se torna “extrospectável”, ou seja, quando começamos a ver que o significado
estudar mentes e sistemas inteligentes a fim de “fomentar o intercâmbio científico pode ser compartilhado, pois podemos significá-lo um para o outro. A semiose torna o
entre pesquisadores de diversas áreas de estudo, incluindo Inteligência Artificial, Significado uma instância potencialmente pública, por mais privada que possa ser e é de
Linguística, Antropologia, Psicologia, Neurociência, Filosofia e Educação” (https:// imediato. Este momento é a origem da república, res publica, a fundação do mundo da
cognitivesciencesociety.org/). vida humana e do pensamento abstrato. Desde então, o Significado tem sido um domínio
próprio, tão diferente de cada um de nós, tão descorporificado que temos que levá-lo à
Nesta mescla multidisciplinar, a semiótica cognitiva, abreviada por seus escala humana por meio de uma teoria da corporificação. (Brandt 2011: 59)
proponentes como “Cogsem”, perde o foco na filosofia, quando Zlatev (2015: 1044)
afirma que ela tem um “endividamento aproximadamente igual com a linguística, a Os “esquemas mentais”, segundo Peirce, são exemplos clássicos de signos mentais
semiótica e a ciência cognitiva”. Particularmente, a filosofia semiótica da cognição de da classe dos diagramas (cf. Stjernfelt 2007). Porém, os diagramas mentais não são os
Peirce é marginalizada. Ocasionalmente, Peirce é até denunciado como um filósofo significados de diagramas representados externamente. Eles representam objetos e criam
“bastante místico”. Como uma melhor “fonte de inspiração”, um dos estudiosos de interpretantes, sejam internos ou externos, sem essa falsa oposição entre descorporificados ou
Cogsem recomenda até a adoção da definição de semiótica como “o estudo sistemático dos corporificados. Os esquemas mentais, pelo menos quando realmente estão presentes em uma
significados” (Zlatev 2009: 171), extraída de um artigo de duas páginas de Nova Gales do mente, não são de forma alguma descorporificados, mas corporificados, ou seja, presentes nos
Sul sobre visitantes de jardins zoológicos (Fuller 1997: 30). cérebros e assim nos corpos daqueles cujos pensamentos são determinados por eles.

A Cogsem parece mais uma “semântica” do que uma “semiótica cognitiva”, quando Excluir as representações mentais da categoria dos signos é defender uma teoria
se define como um estudo do significado (Brandt 2004), visando “novos insights sobre o dualista dos signos segundo a qual o significado é interior, enquanto os signos só são
domínio da produção de significados humanos” (Brandt e Oakley 2007: 5). São várias as signos quando são corporificados externamente. Isto dificilmente pode ser compatível com
razões pelas quais o cordão umbilical entre a semiótica cognitiva e a semiótica, concebida qualquer teoria semiótica, muito menos com uma que busca suas raízes na fenomenologia.
como um estudo de signo, é cortado e abandonado. A afinidade da linha de pesquisa com Somente os Epicuristas, os semioticistas favoritos de Karl Marx, propuseram uma
a semântica cognitiva, a sua teoria da corporificação (Ziemke, Zlatev e Frank 2007), da interpretação inteiramente materialista do signo (cf. Nöth 1997; 2000: 7).
integração conceptual (blending) (Fauconnier e Turner 2002) e todas as teorias de como o
corpo molda a mente (Gallagher 2005), é apenas uma dessas razões. Embora os signos incluam representações mentais, tanto externas quanto internas,
isto não significa que um signo seja apenas um signo quando realmente corporificado física
ou mentalmente. Peirce também reconhece o caso dos signos sem corporificação, que são
4. SIGNIFICADO VS. SIGNO: UM ERRO CARTESIANO os signos por hábito e signos virtuais, distinção adotada de Duns Escoto, que diferenciou
entre “cognições reais, habituais e virtuais” (CP 2.398, rodapé, 1867). Símbolos, por
Uma das razões para postular significados e não signos como o objeto de pesquisa exemplo, são signos mesmo quando não expressos ou presentes em uma mente, e a frase
pode também ser encontrada nas opiniões da Cogsem sobre o significado como uma muito citada de Chomsky das “ideias verdes incolores” era um signo meramente virtual
representação mental. Os “esquemas mentais”, um tópico proeminente da ciência cognitiva, antes que seu autor a escrevesse em suas Estruturas sintáticas de 1957.
estão excluídos da categoria de signos, uma vez que eles não têm “corporificação” externa e
assim “constituem um nível de significado anterior ao signo” (Sonesson 2007: 86). Outro problema relativo aos fundamentos semióticos da Cogsem é a tese acima
citada de que a Cogsem é o estudo da criação de sentido (meaning making). Mas, o
Na raiz desta exclusão das imagens mentais da categoria dos signos reside o antigo significado pode ser “feito”? Os signos têm, transmitem, ou expressam um significado.
dualismo cartesiano entre a mente e o corpo. As imagens mentais não pertencem à mesma A ideia de que o significado seja feito pressupõe um criador de sentido. Contudo, nós não
esfera que as imagens externas. As primeiras são “significados”; apenas as últimas são fazemos significados, mas fazemos signos que têm significado (ou não). Os produtores de
signos. A concepção de signo como um fenômeno que precisa de corporificação externa em signos não são, portanto, produtores de significados.
contraste com a representação mental interna, que é um significado, também é evidente
nos escritos de P. A. Brandt. (2011: 59). O autor revitaliza o dualismo entre os signos A teoria de Peirce sobre a criação de significados é ainda mais radical. Não
encarnados externamente e a representação mental interna, há muito deixado para trás somos nós que criamos os significados, mas sim os nossos signos, que têm o seu próprio
com o conceito de “signos mentais” de Peirce, quando ele declara: propósito. É por isso que Peirce escreveu frases como “é a sentença que transmite o seu

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3. COGSEM Aquilo a que esta realidade imaterial, “intropectível” corresponde em nossas


próprias mentes é o significado – em sua distinção dos estados de coisas materiais –
Desde os anos 70, quando a Cognitive Science Society e a sua revista Cognitive incluindo o que podemos reconhecer como sememas na análise de integração semiótica
Science foram fundadas (em 1979 e 1976, respectivamente), a ciência cognitiva tem que consideramos. A cognição se torna semiótica no momento em que a introspecção
sido um projeto multidisciplinar. As estátuas da sociedade declaram que ela visa também se torna “extrospectável”, ou seja, quando começamos a ver que o significado
estudar mentes e sistemas inteligentes a fim de “fomentar o intercâmbio científico pode ser compartilhado, pois podemos significá-lo um para o outro. A semiose torna o
entre pesquisadores de diversas áreas de estudo, incluindo Inteligência Artificial, Significado uma instância potencialmente pública, por mais privada que possa ser e é de
Linguística, Antropologia, Psicologia, Neurociência, Filosofia e Educação” (https:// imediato. Este momento é a origem da república, res publica, a fundação do mundo da
cognitivesciencesociety.org/). vida humana e do pensamento abstrato. Desde então, o Significado tem sido um domínio
próprio, tão diferente de cada um de nós, tão descorporificado que temos que levá-lo à
Nesta mescla multidisciplinar, a semiótica cognitiva, abreviada por seus escala humana por meio de uma teoria da corporificação. (Brandt 2011: 59)
proponentes como “Cogsem”, perde o foco na filosofia, quando Zlatev (2015: 1044)
afirma que ela tem um “endividamento aproximadamente igual com a linguística, a Os “esquemas mentais”, segundo Peirce, são exemplos clássicos de signos mentais
semiótica e a ciência cognitiva”. Particularmente, a filosofia semiótica da cognição de da classe dos diagramas (cf. Stjernfelt 2007). Porém, os diagramas mentais não são os
Peirce é marginalizada. Ocasionalmente, Peirce é até denunciado como um filósofo significados de diagramas representados externamente. Eles representam objetos e criam
“bastante místico”. Como uma melhor “fonte de inspiração”, um dos estudiosos de interpretantes, sejam internos ou externos, sem essa falsa oposição entre descorporificados ou
Cogsem recomenda até a adoção da definição de semiótica como “o estudo sistemático dos corporificados. Os esquemas mentais, pelo menos quando realmente estão presentes em uma
significados” (Zlatev 2009: 171), extraída de um artigo de duas páginas de Nova Gales do mente, não são de forma alguma descorporificados, mas corporificados, ou seja, presentes nos
Sul sobre visitantes de jardins zoológicos (Fuller 1997: 30). cérebros e assim nos corpos daqueles cujos pensamentos são determinados por eles.

A Cogsem parece mais uma “semântica” do que uma “semiótica cognitiva”, quando Excluir as representações mentais da categoria dos signos é defender uma teoria
se define como um estudo do significado (Brandt 2004), visando “novos insights sobre o dualista dos signos segundo a qual o significado é interior, enquanto os signos só são
domínio da produção de significados humanos” (Brandt e Oakley 2007: 5). São várias as signos quando são corporificados externamente. Isto dificilmente pode ser compatível com
razões pelas quais o cordão umbilical entre a semiótica cognitiva e a semiótica, concebida qualquer teoria semiótica, muito menos com uma que busca suas raízes na fenomenologia.
como um estudo de signo, é cortado e abandonado. A afinidade da linha de pesquisa com Somente os Epicuristas, os semioticistas favoritos de Karl Marx, propuseram uma
a semântica cognitiva, a sua teoria da corporificação (Ziemke, Zlatev e Frank 2007), da interpretação inteiramente materialista do signo (cf. Nöth 1997; 2000: 7).
integração conceptual (blending) (Fauconnier e Turner 2002) e todas as teorias de como o
corpo molda a mente (Gallagher 2005), é apenas uma dessas razões. Embora os signos incluam representações mentais, tanto externas quanto internas,
isto não significa que um signo seja apenas um signo quando realmente corporificado física
ou mentalmente. Peirce também reconhece o caso dos signos sem corporificação, que são
4. SIGNIFICADO VS. SIGNO: UM ERRO CARTESIANO os signos por hábito e signos virtuais, distinção adotada de Duns Escoto, que diferenciou
entre “cognições reais, habituais e virtuais” (CP 2.398, rodapé, 1867). Símbolos, por
Uma das razões para postular significados e não signos como o objeto de pesquisa exemplo, são signos mesmo quando não expressos ou presentes em uma mente, e a frase
pode também ser encontrada nas opiniões da Cogsem sobre o significado como uma muito citada de Chomsky das “ideias verdes incolores” era um signo meramente virtual
representação mental. Os “esquemas mentais”, um tópico proeminente da ciência cognitiva, antes que seu autor a escrevesse em suas Estruturas sintáticas de 1957.
estão excluídos da categoria de signos, uma vez que eles não têm “corporificação” externa e
assim “constituem um nível de significado anterior ao signo” (Sonesson 2007: 86). Outro problema relativo aos fundamentos semióticos da Cogsem é a tese acima
citada de que a Cogsem é o estudo da criação de sentido (meaning making). Mas, o
Na raiz desta exclusão das imagens mentais da categoria dos signos reside o antigo significado pode ser “feito”? Os signos têm, transmitem, ou expressam um significado.
dualismo cartesiano entre a mente e o corpo. As imagens mentais não pertencem à mesma A ideia de que o significado seja feito pressupõe um criador de sentido. Contudo, nós não
esfera que as imagens externas. As primeiras são “significados”; apenas as últimas são fazemos significados, mas fazemos signos que têm significado (ou não). Os produtores de
signos. A concepção de signo como um fenômeno que precisa de corporificação externa em signos não são, portanto, produtores de significados.
contraste com a representação mental interna, que é um significado, também é evidente
nos escritos de P. A. Brandt. (2011: 59). O autor revitaliza o dualismo entre os signos A teoria de Peirce sobre a criação de significados é ainda mais radical. Não
encarnados externamente e a representação mental interna, há muito deixado para trás somos nós que criamos os significados, mas sim os nossos signos, que têm o seu próprio
com o conceito de “signos mentais” de Peirce, quando ele declara: propósito. É por isso que Peirce escreveu frases como “é a sentença que transmite o seu

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WINFRIED NÖTH COGNIÇÃO COMO SEMIOSE: SEMIÓTICA COGNITIVA E COGSEM

significado...” (CP 8.178). A teoria de Peirce sobre a agência do signo é certamente implica que os signos são uma espécie de significado, o que seria incompatível com a
difícil de engolir, já que equivale ao destronamento do sujeito, que parecia ser o concepção comum de significado como algo inerente a outra coisa.
mestre dos signos, para torná-los seus meros coagentes (Nöth 2009). No entanto, a
questão do significado não é diretamente afetada por isso, tendo em vista que, para Além disso, os signos de Husserl (Zeichen) sem significado são essencialmente
Peirce, os significados são signos, ou melhor, o significado de um signo é outro signo, signos indexicais em contraste com signos com significados, que são expressões (Ausdrücke;
quer dizer, seu interpretante. Husserl 1890; 1900, IV.1, §§ 14-15; cf. Kalinowski 1985: 49). Ou seja, os primeiros são
signos “sem significados” no sentido de que “não afirmam nada”. Ao invés de transmitir
um significado, eles “só dizem ‘Lá!’”, afirmou Peirce (CP 3.361, 1885). No entanto, tais
5. SIGNIFICADOS SEM SIGNOS? signos têm sim um interpretante, um efeito de constatação sobre os seus intérpretes. Em
suma, Husserl distingue dois tipos de signos e não dois tipos de significado, sendo um
Göran Sonesson, um dos fundadores da Cogsem, também redefine a parte deles (a expressão ou Ausdruck) com significado, o outro (o signo indicativo ou Anzeichen,
semiótica do novo campo de pesquisa da Cogsem como o estudo do significado, em vez do como Husserl o chamou) sem significado os quais, para Peirce, seriam índices. Portanto, a
signo. O autor declara: “Tratemos de chamar o processo por meio do qual o significado é distinção da Cogsem entre dois tipos de significados, dos quais um é um signo, enquanto
transmitido de alguém ou algo a alguém, usando um termo peirciano, semiose” (Sonesson o outro não é, também não pode ser fundamentada na fenomenologia de Husserl.
2011: 339). Com esta declaração, o autor se distancia tanto de Peirce como dos Estoicos,
dos quais Peirce havia adotado o termo (σημείωσις, semiosis), violando assim a ética da Partindo da sua premissa de que existem dois tipos de significados, aqueles que são
terminologia invocada por Sonesson, ele mesmo, como o postulado de “não introduzir um signos e aqueles que não são, Sonesson vai ainda mais longe ao criticar Saussure e Peirce
termo que entre em conflito com o uso anterior” (ibid.). A definição de semiose de Peirce por não terem definido o signo como ele mesmo propõe. Não satisfeito com as mais de 88
não trata de significados, mas afirma que semiose é o estudo da “ação do signo”, a saber, a definições de signo de Peirce (1997), nas quais a palavra “significado” pode ser encontrada
ação de ser interpretado (CP 5.473, 5.484, 1907). nada menos que 32 vezes, o autor diz que Peirce nunca apresentou uma definição do signo
na sua relação com o significado. Professando a docta ignorantia, a linha de argumentação
Uma das razões pelas quais a Cogsem não está satisfeita com a definição da do autor é: “É verdade que ambas as principais tradições da semiótica, a saussuriana e a
semiótica como um estudo dos signos parece ser o problema da pluralidade das definições peirciana, nunca ofereceram realmente alguma definição específica do signo, ou seja, um
do signo na história da semiótica. Na premissa de que “o conceito de signo, na semiótica, conjunto de critérios que nos permite separar os significados que são signos de outros
é notoriamente mal definido”, já que “Saussure disse que o signo tinha duas partes, significados” (Sonesson 2007: 92).
enquanto Peirce afirmou ter três”, Sonesson (2011: 339) chega a duas conclusões a respeito
do presente e do futuro da semiótica. Primeiro, porque parece existir um “amplo acordo” No que diz respeito a Peirce, era apenas lógico para ele ignorar supostos significados
de que o conceito de signo “não é suficientemente abrangente para delimitar o campo da sem signos, porque tais fenômenos seriam uma contradição semiótica em termos. O
semiótica” (2011: 340). Segundo, porque “a grande tarefa para a semiótica será caracterizar significado nada mais é que “aquilo que o signo expressa, o resultado que ele produz
aqueles tipos de significado que não são signos” (2011: 341). na sua capacidade como signo” (MS 318:13-4, 1907). Esperar que Peirce investigue
os significados sem signos é esperar que ele seja autocontraditório. Afinal, uma de suas
Se vista sobre o pano de fundo da história milenar da semiótica, a previsão doutrinas é que “o significado de uma representação não pode ser senão uma representação.
de que o futuro da semiótica está no estudo dos signos sem significado soa como a Na verdade, nada mais é do que a própria representação concebida como despojada de
de um biólogo que propõe uma nova biologia que não está mais preocupada com o roupas irrelevantes” (CP 1.339, c. 1895).
estudo da vida. Se a Cogsem acha necessário abandonar o estudo dos signos, a ética da
terminologia passa a exigir um novo termo. Talvez Cogsem seja de fato melhor do que Então, o que é o significado? Neste artigo, por falta de espaço, a teoria do significado
“semiótica cognitiva”. de Peirce só pode ser delineada de uma maneira bastante incompleta. O significado está
situado na experiência da vida real, por assim dizer, em uma Lebenswelt, para usar a
expressão de Husserl. O significado não está em palavras, nem em pensamentos em si,
6. O QUE É SIGNIFICADO? mas nos efeitos que os signos podem ter nos processos contínuos de semiose. “Nenhum
pensamento atual [...] tem qualquer significado [...]; pois este reside naquilo a que esse
Mas o que é o significado? Seria ele realmente mais simples ou mais fácil de definir pensamento pode estar conectado na representação a pensamentos subsequentes, de modo
do que o signo, sobre cuja definição, segundo alguns, não foi possível chegar a um acordo? que o significado de um pensamento é inteiramente algo virtual” (CP 5.289, 1868).
Brandt (2011: 59) o define em termos da “realidade imaterial (res cogitans)” cartesiana. O significado é um signo virtual ao qual Peirce atribui um ser no futuro (CP 2.148,
(Sonesson (2007: 85) refere-se à fenomenologia de Husserl como uma fonte de sua tese 1902). Mas, neste ponto, já começamos a adentrar na teoria pragmaticista peirciana cuja
de que os signos precisam ser distinguidos de “outros significados”, mas este argumento exploração nos levaria para outros caminhos que devem ser deixados para outra ocasião.

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significado...” (CP 8.178). A teoria de Peirce sobre a agência do signo é certamente implica que os signos são uma espécie de significado, o que seria incompatível com a
difícil de engolir, já que equivale ao destronamento do sujeito, que parecia ser o concepção comum de significado como algo inerente a outra coisa.
mestre dos signos, para torná-los seus meros coagentes (Nöth 2009). No entanto, a
questão do significado não é diretamente afetada por isso, tendo em vista que, para Além disso, os signos de Husserl (Zeichen) sem significado são essencialmente
Peirce, os significados são signos, ou melhor, o significado de um signo é outro signo, signos indexicais em contraste com signos com significados, que são expressões (Ausdrücke;
quer dizer, seu interpretante. Husserl 1890; 1900, IV.1, §§ 14-15; cf. Kalinowski 1985: 49). Ou seja, os primeiros são
signos “sem significados” no sentido de que “não afirmam nada”. Ao invés de transmitir
um significado, eles “só dizem ‘Lá!’”, afirmou Peirce (CP 3.361, 1885). No entanto, tais
5. SIGNIFICADOS SEM SIGNOS? signos têm sim um interpretante, um efeito de constatação sobre os seus intérpretes. Em
suma, Husserl distingue dois tipos de signos e não dois tipos de significado, sendo um
Göran Sonesson, um dos fundadores da Cogsem, também redefine a parte deles (a expressão ou Ausdruck) com significado, o outro (o signo indicativo ou Anzeichen,
semiótica do novo campo de pesquisa da Cogsem como o estudo do significado, em vez do como Husserl o chamou) sem significado os quais, para Peirce, seriam índices. Portanto, a
signo. O autor declara: “Tratemos de chamar o processo por meio do qual o significado é distinção da Cogsem entre dois tipos de significados, dos quais um é um signo, enquanto
transmitido de alguém ou algo a alguém, usando um termo peirciano, semiose” (Sonesson o outro não é, também não pode ser fundamentada na fenomenologia de Husserl.
2011: 339). Com esta declaração, o autor se distancia tanto de Peirce como dos Estoicos,
dos quais Peirce havia adotado o termo (σημείωσις, semiosis), violando assim a ética da Partindo da sua premissa de que existem dois tipos de significados, aqueles que são
terminologia invocada por Sonesson, ele mesmo, como o postulado de “não introduzir um signos e aqueles que não são, Sonesson vai ainda mais longe ao criticar Saussure e Peirce
termo que entre em conflito com o uso anterior” (ibid.). A definição de semiose de Peirce por não terem definido o signo como ele mesmo propõe. Não satisfeito com as mais de 88
não trata de significados, mas afirma que semiose é o estudo da “ação do signo”, a saber, a definições de signo de Peirce (1997), nas quais a palavra “significado” pode ser encontrada
ação de ser interpretado (CP 5.473, 5.484, 1907). nada menos que 32 vezes, o autor diz que Peirce nunca apresentou uma definição do signo
na sua relação com o significado. Professando a docta ignorantia, a linha de argumentação
Uma das razões pelas quais a Cogsem não está satisfeita com a definição da do autor é: “É verdade que ambas as principais tradições da semiótica, a saussuriana e a
semiótica como um estudo dos signos parece ser o problema da pluralidade das definições peirciana, nunca ofereceram realmente alguma definição específica do signo, ou seja, um
do signo na história da semiótica. Na premissa de que “o conceito de signo, na semiótica, conjunto de critérios que nos permite separar os significados que são signos de outros
é notoriamente mal definido”, já que “Saussure disse que o signo tinha duas partes, significados” (Sonesson 2007: 92).
enquanto Peirce afirmou ter três”, Sonesson (2011: 339) chega a duas conclusões a respeito
do presente e do futuro da semiótica. Primeiro, porque parece existir um “amplo acordo” No que diz respeito a Peirce, era apenas lógico para ele ignorar supostos significados
de que o conceito de signo “não é suficientemente abrangente para delimitar o campo da sem signos, porque tais fenômenos seriam uma contradição semiótica em termos. O
semiótica” (2011: 340). Segundo, porque “a grande tarefa para a semiótica será caracterizar significado nada mais é que “aquilo que o signo expressa, o resultado que ele produz
aqueles tipos de significado que não são signos” (2011: 341). na sua capacidade como signo” (MS 318:13-4, 1907). Esperar que Peirce investigue
os significados sem signos é esperar que ele seja autocontraditório. Afinal, uma de suas
Se vista sobre o pano de fundo da história milenar da semiótica, a previsão doutrinas é que “o significado de uma representação não pode ser senão uma representação.
de que o futuro da semiótica está no estudo dos signos sem significado soa como a Na verdade, nada mais é do que a própria representação concebida como despojada de
de um biólogo que propõe uma nova biologia que não está mais preocupada com o roupas irrelevantes” (CP 1.339, c. 1895).
estudo da vida. Se a Cogsem acha necessário abandonar o estudo dos signos, a ética da
terminologia passa a exigir um novo termo. Talvez Cogsem seja de fato melhor do que Então, o que é o significado? Neste artigo, por falta de espaço, a teoria do significado
“semiótica cognitiva”. de Peirce só pode ser delineada de uma maneira bastante incompleta. O significado está
situado na experiência da vida real, por assim dizer, em uma Lebenswelt, para usar a
expressão de Husserl. O significado não está em palavras, nem em pensamentos em si,
6. O QUE É SIGNIFICADO? mas nos efeitos que os signos podem ter nos processos contínuos de semiose. “Nenhum
pensamento atual [...] tem qualquer significado [...]; pois este reside naquilo a que esse
Mas o que é o significado? Seria ele realmente mais simples ou mais fácil de definir pensamento pode estar conectado na representação a pensamentos subsequentes, de modo
do que o signo, sobre cuja definição, segundo alguns, não foi possível chegar a um acordo? que o significado de um pensamento é inteiramente algo virtual” (CP 5.289, 1868).
Brandt (2011: 59) o define em termos da “realidade imaterial (res cogitans)” cartesiana. O significado é um signo virtual ao qual Peirce atribui um ser no futuro (CP 2.148,
(Sonesson (2007: 85) refere-se à fenomenologia de Husserl como uma fonte de sua tese 1902). Mas, neste ponto, já começamos a adentrar na teoria pragmaticista peirciana cuja
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Atribución-NoComercial-CompartirIgual
CC BY-NC-SA

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Atribución-NoComercial-CompartirIgual
CC BY-NC-SA

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


56 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 57
Depósito Legal B.3146-2001 Universidad de Rosario (Argentina) Versión electrónica: designisfels.net
http://dx.doi.org/10.35659/designis.i35p59-71
CONTINUIDADE EM E ENTRE COGNIÇÃO, SIGNOS E CLASSES

Continuidade em e entre
cognição, signos e classes /
Continuity in and between cognition,
signs, and classes
Priscila Borges y Lethícia Angelim
(pág 59 - pág 71)

A relação entre a semiótica de Peirce e a cognição se deve ao aspecto lógico da semiose


que se aproxima do conceito de mente em Peirce. Esse aspecto é expresso no conceito de
signo que indica uma lógica triádica em que a um signo determina outro criando um
encadeamento lógico. Tal noção de signo funciona como um modelo para descrever a mente.
No entanto, o aspecto lógico da semiótica expresso inicialmente na noção triádica de signo se
expande nos sistemas de classes de signos (de 10, 28 e 66 classes). Nossa proposta é mostrar
que podemos alcançar modelos mentais mais detalhados investigando os sistemas de classes
de signos e que eles nos ajudariam a comprender melhor a noção de mente em Peirce.

Palavras-chave: mente, Peirce, cognição, semiótica.

La relación entre la semiótica de Peirce y la cognición se da por el aspecto lógico


de la semiosis que se acerca al concepto de mente en Peirce. Este aspecto se expresa en el
concepto de signo que indica una lógica triádica en la que un signo determina a otro, creando
un encadenamiento lógico. Tal noción de signo funciona como un modelo para describir la
mente. Sin embargo, el aspecto lógico de la semiótica expresado inicialmente en la noción
triádica de signo se expande en los sistemas de clases de signos (de 10, 28 y 66 clases). Nuestra
propuesta es que podemos lograr modelos mentales más detallados investigando los sistemas
de clases de signos y ellos nos ayudarían a comprender mejor la noción de mente en Peirce.

Palabras clave: mente, Peirce, cognición, semiótica.

The relation between Peirce’s semiotics and cognition is due to the logical aspect
of semiosis that approximates the concept of mind in Peirce. This aspect is expressed in
the sign concept that indicates a triadic logic in which a sign determines another, creating
a logical chain. Such a notion of sign works as a model for describing the mind. However,
the logical aspect of semiotics expressed initially in the triadic notion of sign expands
itself in the systems of classes of signs (of 10, 28 and 66 classes). Our proposal is that we
can achieve more detailed models of mind by investigating the systems of sign classes and
that they would help us to better understand Peirce’s notion of mind.

Keywords: mind, Peirce, cognition, semiotics.

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


58 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 59
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http://dx.doi.org/10.35659/designis.i35p59-71
CONTINUIDADE EM E ENTRE COGNIÇÃO, SIGNOS E CLASSES

Continuidade em e entre
cognição, signos e classes /
Continuity in and between cognition,
signs, and classes
Priscila Borges y Lethícia Angelim
(pág 59 - pág 71)

A relação entre a semiótica de Peirce e a cognição se deve ao aspecto lógico da semiose


que se aproxima do conceito de mente em Peirce. Esse aspecto é expresso no conceito de
signo que indica uma lógica triádica em que a um signo determina outro criando um
encadeamento lógico. Tal noção de signo funciona como um modelo para descrever a mente.
No entanto, o aspecto lógico da semiótica expresso inicialmente na noção triádica de signo se
expande nos sistemas de classes de signos (de 10, 28 e 66 classes). Nossa proposta é mostrar
que podemos alcançar modelos mentais mais detalhados investigando os sistemas de classes
de signos e que eles nos ajudariam a comprender melhor a noção de mente em Peirce.

Palavras-chave: mente, Peirce, cognição, semiótica.

La relación entre la semiótica de Peirce y la cognición se da por el aspecto lógico


de la semiosis que se acerca al concepto de mente en Peirce. Este aspecto se expresa en el
concepto de signo que indica una lógica triádica en la que un signo determina a otro, creando
un encadenamiento lógico. Tal noción de signo funciona como un modelo para describir la
mente. Sin embargo, el aspecto lógico de la semiótica expresado inicialmente en la noción
triádica de signo se expande en los sistemas de clases de signos (de 10, 28 y 66 clases). Nuestra
propuesta es que podemos lograr modelos mentales más detallados investigando los sistemas
de clases de signos y ellos nos ayudarían a comprender mejor la noción de mente en Peirce.

Palabras clave: mente, Peirce, cognición, semiótica.

The relation between Peirce’s semiotics and cognition is due to the logical aspect
of semiosis that approximates the concept of mind in Peirce. This aspect is expressed in
the sign concept that indicates a triadic logic in which a sign determines another, creating
a logical chain. Such a notion of sign works as a model for describing the mind. However,
the logical aspect of semiotics expressed initially in the triadic notion of sign expands
itself in the systems of classes of signs (of 10, 28 and 66 classes). Our proposal is that we
can achieve more detailed models of mind by investigating the systems of sign classes and
that they would help us to better understand Peirce’s notion of mind.

Keywords: mind, Peirce, cognition, semiotics.

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PRISCILA BORGES Y LETHÍCIA ANGELIM CONTINUIDADE EM E ENTRE COGNIÇÃO, SIGNOS E CLASSES

Priscila Borges. Professora da Faculdade de Comunicação e do Programa de 1. INTRODUÇÃO


Pós-graduação em Metafísica da Universidade de Brasília. Doutora em Comunicação e
Semiótica pela PUC-SP. E-mail: [email protected] Parece inevitável que comecemos uma abordagem da cognição do ponto de vista
da semiótica de Charles S. Peirce recuperando os três artigos da chamada Série Cognitiva.
Lethícia Angelim. Doutoranda do Programa de Pós-Graduação em Metafísica da No primeiro desses artigos, Questions concerning certain faculties claimed by man (1868, EP 1:
Universidade de Brasília. E-mail: [email protected]. 11-27), Peirce apresenta quatro incapacidades da mente humana. Algumas consequências
das quatro incapacidades são apresentadas no segundo artigo, chamado Some consequences
of four incapacities (1868, EP 1:28-55), especialmente aquelas relacionadas à realidade e
Recibido: 10/02/2021 Aprobado: 10/03/2021 aos signos. Finalmente, no terceiro artigo, Grounds of validity of the laws of logic: further
consequences of four incapacities (1869, EP 1: 56-82), Peirce se dedica a discutir a validade das
leis da lógica a partir das quatro incapacidades.

As quatro incapacidades se referem à incapacidade de introspecção, de intuição, de


pensar sem signos e de conceber o que é absolutamente incognoscível. Mas se não temos
capacidade de introspecção, como se explica o conhecimento sobre nosso mundo interior?
Segundo Peirce, tal conhecimento é derivado de raciocínios hipotéticos baseados em fatos
externos. A capacidade de intuição é rejeitada, pois toda cognição é determinada por
cognições prévias, logo, a intuição sendo definida como uma cognição não determinada
por cognições anteriores é impossível. Não podemos, portanto, pensar sem signos, pois
todo pensamento se dá em signos (1868, EP 1: 24).

No que se refere à capacidade de intuição, que é definida como uma cognição


não determinada por cognições anteriores, Peirce afirma que a intuição é impossível de
ser demonstrada, pois não conseguimos distinguir uma intuição de uma cognição. Ele
segue dando vários exemplos de como nossa mente se engana facilmente. Testemunhas em
julgamentos têm dificuldade para distinguir o que viram do que inferiram, ilusionistas
enganam seus espectadores o tempo todo com seus truques, até mesmo um sonho pode
ser confundido com uma experiência atual, podendo ser tão vívido que é tomado como
experiência atual na memória. Os exemplos mostram que nossa capacidade de distinguir
entre uma premissa e sua conclusão nem sempre é acertada. Segundo Peirce, nossa única
segurança está nos signos a partir dos quais podemos inferir que algo foi visto ou foi
inferido (Peirce, 1868, EP 1:13-14).

Em seguida, Peirce (1868, EP 1: 15-17) parte para exemplos que mostram que
também a percepção não é fruto de uma experiência direta. Nossa retina, por exemplo, é
formada por uma série de pontos, mas o que vemos não é uma coleção de pontos, mas uma
superfície contínua. O mesmo ocorre com o som, cujo tom é uma sucessão de vibrações
que não podem ser percebidas individualmente, mas apenas já como tom. Até mesmo
a textura, segundo Peirce, depende de uma sucessão de impressões, uma vez que ela só
pode ser sentida quando o dedo se desloca sobre o tecido, isto é, quando há movimento. A
percepção depende de uma soma de impressões e, portanto, nenhuma dessas sensações são
imediatas, pois elas têm duração.

Ao fim do artigo, Peirce (1868, EP 1: 26-7) apresenta uma imagem para demonstrar
o que vinha defendendo até então sobre a impossibilidade da intuição, o experimento
mental do triângulo invertido na água. Peirce propõe ao leitor refazer o trajeto do texto,

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Priscila Borges. Professora da Faculdade de Comunicação e do Programa de 1. INTRODUÇÃO


Pós-graduação em Metafísica da Universidade de Brasília. Doutora em Comunicação e
Semiótica pela PUC-SP. E-mail: [email protected] Parece inevitável que comecemos uma abordagem da cognição do ponto de vista
da semiótica de Charles S. Peirce recuperando os três artigos da chamada Série Cognitiva.
Lethícia Angelim. Doutoranda do Programa de Pós-Graduação em Metafísica da No primeiro desses artigos, Questions concerning certain faculties claimed by man (1868, EP 1:
Universidade de Brasília. E-mail: [email protected]. 11-27), Peirce apresenta quatro incapacidades da mente humana. Algumas consequências
das quatro incapacidades são apresentadas no segundo artigo, chamado Some consequences
of four incapacities (1868, EP 1:28-55), especialmente aquelas relacionadas à realidade e
Recibido: 10/02/2021 Aprobado: 10/03/2021 aos signos. Finalmente, no terceiro artigo, Grounds of validity of the laws of logic: further
consequences of four incapacities (1869, EP 1: 56-82), Peirce se dedica a discutir a validade das
leis da lógica a partir das quatro incapacidades.

As quatro incapacidades se referem à incapacidade de introspecção, de intuição, de


pensar sem signos e de conceber o que é absolutamente incognoscível. Mas se não temos
capacidade de introspecção, como se explica o conhecimento sobre nosso mundo interior?
Segundo Peirce, tal conhecimento é derivado de raciocínios hipotéticos baseados em fatos
externos. A capacidade de intuição é rejeitada, pois toda cognição é determinada por
cognições prévias, logo, a intuição sendo definida como uma cognição não determinada
por cognições anteriores é impossível. Não podemos, portanto, pensar sem signos, pois
todo pensamento se dá em signos (1868, EP 1: 24).

No que se refere à capacidade de intuição, que é definida como uma cognição


não determinada por cognições anteriores, Peirce afirma que a intuição é impossível de
ser demonstrada, pois não conseguimos distinguir uma intuição de uma cognição. Ele
segue dando vários exemplos de como nossa mente se engana facilmente. Testemunhas em
julgamentos têm dificuldade para distinguir o que viram do que inferiram, ilusionistas
enganam seus espectadores o tempo todo com seus truques, até mesmo um sonho pode
ser confundido com uma experiência atual, podendo ser tão vívido que é tomado como
experiência atual na memória. Os exemplos mostram que nossa capacidade de distinguir
entre uma premissa e sua conclusão nem sempre é acertada. Segundo Peirce, nossa única
segurança está nos signos a partir dos quais podemos inferir que algo foi visto ou foi
inferido (Peirce, 1868, EP 1:13-14).

Em seguida, Peirce (1868, EP 1: 15-17) parte para exemplos que mostram que
também a percepção não é fruto de uma experiência direta. Nossa retina, por exemplo, é
formada por uma série de pontos, mas o que vemos não é uma coleção de pontos, mas uma
superfície contínua. O mesmo ocorre com o som, cujo tom é uma sucessão de vibrações
que não podem ser percebidas individualmente, mas apenas já como tom. Até mesmo
a textura, segundo Peirce, depende de uma sucessão de impressões, uma vez que ela só
pode ser sentida quando o dedo se desloca sobre o tecido, isto é, quando há movimento. A
percepção depende de uma soma de impressões e, portanto, nenhuma dessas sensações são
imediatas, pois elas têm duração.

Ao fim do artigo, Peirce (1868, EP 1: 26-7) apresenta uma imagem para demonstrar
o que vinha defendendo até então sobre a impossibilidade da intuição, o experimento
mental do triângulo invertido na água. Peirce propõe ao leitor refazer o trajeto do texto,

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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PRISCILA BORGES Y LETHÍCIA ANGELIM CONTINUIDADE EM E ENTRE COGNIÇÃO, SIGNOS E CLASSES

das conclusões para as premissas, das cognições determinadas para as determinantes, de 2. SEMIÓTICA E COGNIÇÃO.
modo geométrico: seja um triângulo invertido (▼) gradualmente mergulhado na água
e as marcas do líquido em sua superfície o correspondente às cognições. À medida que o Embora a relação entre a semiótica de Charles S. Peirce e a cognição tenha sido
triângulo é mergulhado, as primeiras cognições têm um comprimento menor em relação defendida e rejeitada ao longo dos anos por diferentes autores (Houser, 1995), ao lermos os
às subsequentes, mais próximas à base do triângulo (que está virada para cima), ainda três artigos acima dedicados à cognição podemos perceber que a generalidade da doutrina
que ambas sejam determinadas pelo mesmo objeto, externo à mente. Este é indicado pelo semiótica de Peirce permite que ela seja aplicada aos signos mentais e, consequentemente,
vértice O, que demarca o tempo zero, do início da mudança (isto é, momento em que se daria que os processos mentais sejam descritos como semiose e tenham as mesmas características
a intuição). Peirce pede que consideremos que o tamanho das linhas seccionais formadas dos processos sígnicos em geral.
pela água indique a vivacidade da consciência destas cognições. Assim, uma cognição
mais antiga (CD), num primeiro momento (t1), é de consciência menos vívida (por ser Peirce se dedicou ao estudo dos signos em geral numa intensidade muito maior
menos extensa) do que a cognição que a sucede no tempo (t2), da qual é determinante do que ao estudo específico da cognição. Nessa série publicada em 1868-9 em que ele
− chamaremos, portanto, a cognição determinada de Cd. O objeto externo à mente, por apresenta os fundamentos de sua teoria da cognição, Peirce afirma que toda cognição é
ser um ponto, e não uma linha, não possui vivacidade em nossa consciência, bem como da natureza de um signo. Logo, sua dedicação para desenvolver sua teoria dos signos nos
o estado do triângulo antes de atingir a água representa um estado de cognição vazio de anos seguintes não significa o abandono das questões cognitivas, mas um alargamento
determinação (ver figura 1). Do mesmo modo que Aquiles infinitesimalmente se aproxima no conceito de mente ou pensamento, uma vez que “onde quer que o movimento lógico
da tartaruga de Zenão, podemos traçar tantas linhas (cognições) quanto quisermos, da base descrito na semiose for encontrado, aí haverá mente ou pensamento, em alguns casos,
ao vértice do triângulo. Sendo α a distância entre a cognição determinada e o objeto − isto desenvolvidos em sua genuinidade triádica, outras vezes, em modos mais rudimentares.”
é, entre Cd e o vértice −, à medida que seguimos a instrução de Peirce de nos dirigirmos o (Santaella, 2019: 397)
máximo possível para as cognições iniciais, estas, por serem linhas, sempre estarão a uma
distância (isto é, uma fração de α) do vértice. Portanto, não há uma cognição primeira, que Alguns autores (Skagestad, 2006: 247) reivindicam a ideia de um modelo semiótico
não seja determinada por uma anterior, a cognição é sempre um processo, o que acaba com da mente, o qual considera a interpretação de signos e a intencionalidade como atributos
a possibilidade de possuirmos a capacidade de intuição. essenciais dos sistemas cognitivos − o que não é, contudo, o caso da consciência. Disso decorre
que a mente peirceana não equivale aos estados de consciência, mas a uma um contínuo
dinâmico de semioses. Consequentemente, ela não pode ser tomada como substância, pois
diz respeito à relação temporalmente demarcada entre signos (Santaella, 2019: 396).

Sendo da natureza de um signo, a cognição em Peirce é definida como um processo


mental e não como uma coisa que está ou compõe a mente. É um processo que ocorre no
tempo e não é completamente presente numa mente em um dado instante (Lane, 2011:
109-10). Em textos anteriores, Peirce já havia defendido que todo raciocínio é da natureza
de um signo, pois as premissas são um signo da conclusão. No entanto, a partir dessa
série de textos, ele deixa claro que não só o raciocínio, mas qualquer tipo de cognição é da
natureza de um signo (Bellucci, 2018: 128-133).

Figura 1: Imagem do triângulo descrita por Peirce em Questions concerning Na semiótica de Peirce, o signo não é um tipo de coisa que deve ser distinguida
certain faculties claimed by man (1868, EP 1: 26-27). Fonte: Própria (2020)
de outras (Fisch, 1986: 329-330) e sequer o conceito de signo de Peirce ajuda nessa
distinção, uma vez que ele descreve como o signo age ou performa e não como ele é. Em
Mladenov (2019: 18) aponta que, curiosamente, Peirce finaliza seu texto com uma de suas mais famosas definições de signo Peirce diz, “Um signo, ou representamen,
a promessa de traçar as consequências dos princípios que vinha defendendo em um é algo que representa algo em algum aspecto ou capacidade para alguém. Ele se dirige a
escrito posterior acerca da realidade, individualidade e validade das leis da lógica − o alguém, isto é, cria na mente dessa pessoa um signo equivalente, ou talvez um signo mais
que ele referencia pouco antes de descrever o experimento, ao discutir a existência de desenvolvido.” (Peirce, 1897 [c.]: CP 2.228) Além de mostrar como o signo age, nessa
uma cognição intuitiva ou não-mediada. Algo que, inclusive, ele nega com a conclusão citação, Peirce acrescenta a ideia de que o signo gera outro signo encaminhando para a
do experimento que explicou em seguida. Neste texto, portanto, Peirce já trazia uma ideia de que há um encadeamento de signos. Sendo o processo cognitivo um processo
proposta que defenderia até o fim da vida, da cognição como processo relacional e contínuo sígnico definido como um processo infinito de encadeamento de signos, Peirce rejeita
constituído por signos, que ocorre ao longo do tempo. a capacidade de intuição, pois uma cognição não determinada por cognições anteriores,
geraria uma ruptura nesse processo.

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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das conclusões para as premissas, das cognições determinadas para as determinantes, de 2. SEMIÓTICA E COGNIÇÃO.
modo geométrico: seja um triângulo invertido (▼) gradualmente mergulhado na água
e as marcas do líquido em sua superfície o correspondente às cognições. À medida que o Embora a relação entre a semiótica de Charles S. Peirce e a cognição tenha sido
triângulo é mergulhado, as primeiras cognições têm um comprimento menor em relação defendida e rejeitada ao longo dos anos por diferentes autores (Houser, 1995), ao lermos os
às subsequentes, mais próximas à base do triângulo (que está virada para cima), ainda três artigos acima dedicados à cognição podemos perceber que a generalidade da doutrina
que ambas sejam determinadas pelo mesmo objeto, externo à mente. Este é indicado pelo semiótica de Peirce permite que ela seja aplicada aos signos mentais e, consequentemente,
vértice O, que demarca o tempo zero, do início da mudança (isto é, momento em que se daria que os processos mentais sejam descritos como semiose e tenham as mesmas características
a intuição). Peirce pede que consideremos que o tamanho das linhas seccionais formadas dos processos sígnicos em geral.
pela água indique a vivacidade da consciência destas cognições. Assim, uma cognição
mais antiga (CD), num primeiro momento (t1), é de consciência menos vívida (por ser Peirce se dedicou ao estudo dos signos em geral numa intensidade muito maior
menos extensa) do que a cognição que a sucede no tempo (t2), da qual é determinante do que ao estudo específico da cognição. Nessa série publicada em 1868-9 em que ele
− chamaremos, portanto, a cognição determinada de Cd. O objeto externo à mente, por apresenta os fundamentos de sua teoria da cognição, Peirce afirma que toda cognição é
ser um ponto, e não uma linha, não possui vivacidade em nossa consciência, bem como da natureza de um signo. Logo, sua dedicação para desenvolver sua teoria dos signos nos
o estado do triângulo antes de atingir a água representa um estado de cognição vazio de anos seguintes não significa o abandono das questões cognitivas, mas um alargamento
determinação (ver figura 1). Do mesmo modo que Aquiles infinitesimalmente se aproxima no conceito de mente ou pensamento, uma vez que “onde quer que o movimento lógico
da tartaruga de Zenão, podemos traçar tantas linhas (cognições) quanto quisermos, da base descrito na semiose for encontrado, aí haverá mente ou pensamento, em alguns casos,
ao vértice do triângulo. Sendo α a distância entre a cognição determinada e o objeto − isto desenvolvidos em sua genuinidade triádica, outras vezes, em modos mais rudimentares.”
é, entre Cd e o vértice −, à medida que seguimos a instrução de Peirce de nos dirigirmos o (Santaella, 2019: 397)
máximo possível para as cognições iniciais, estas, por serem linhas, sempre estarão a uma
distância (isto é, uma fração de α) do vértice. Portanto, não há uma cognição primeira, que Alguns autores (Skagestad, 2006: 247) reivindicam a ideia de um modelo semiótico
não seja determinada por uma anterior, a cognição é sempre um processo, o que acaba com da mente, o qual considera a interpretação de signos e a intencionalidade como atributos
a possibilidade de possuirmos a capacidade de intuição. essenciais dos sistemas cognitivos − o que não é, contudo, o caso da consciência. Disso decorre
que a mente peirceana não equivale aos estados de consciência, mas a uma um contínuo
dinâmico de semioses. Consequentemente, ela não pode ser tomada como substância, pois
diz respeito à relação temporalmente demarcada entre signos (Santaella, 2019: 396).

Sendo da natureza de um signo, a cognição em Peirce é definida como um processo


mental e não como uma coisa que está ou compõe a mente. É um processo que ocorre no
tempo e não é completamente presente numa mente em um dado instante (Lane, 2011:
109-10). Em textos anteriores, Peirce já havia defendido que todo raciocínio é da natureza
de um signo, pois as premissas são um signo da conclusão. No entanto, a partir dessa
série de textos, ele deixa claro que não só o raciocínio, mas qualquer tipo de cognição é da
natureza de um signo (Bellucci, 2018: 128-133).

Figura 1: Imagem do triângulo descrita por Peirce em Questions concerning Na semiótica de Peirce, o signo não é um tipo de coisa que deve ser distinguida
certain faculties claimed by man (1868, EP 1: 26-27). Fonte: Própria (2020)
de outras (Fisch, 1986: 329-330) e sequer o conceito de signo de Peirce ajuda nessa
distinção, uma vez que ele descreve como o signo age ou performa e não como ele é. Em
Mladenov (2019: 18) aponta que, curiosamente, Peirce finaliza seu texto com uma de suas mais famosas definições de signo Peirce diz, “Um signo, ou representamen,
a promessa de traçar as consequências dos princípios que vinha defendendo em um é algo que representa algo em algum aspecto ou capacidade para alguém. Ele se dirige a
escrito posterior acerca da realidade, individualidade e validade das leis da lógica − o alguém, isto é, cria na mente dessa pessoa um signo equivalente, ou talvez um signo mais
que ele referencia pouco antes de descrever o experimento, ao discutir a existência de desenvolvido.” (Peirce, 1897 [c.]: CP 2.228) Além de mostrar como o signo age, nessa
uma cognição intuitiva ou não-mediada. Algo que, inclusive, ele nega com a conclusão citação, Peirce acrescenta a ideia de que o signo gera outro signo encaminhando para a
do experimento que explicou em seguida. Neste texto, portanto, Peirce já trazia uma ideia de que há um encadeamento de signos. Sendo o processo cognitivo um processo
proposta que defenderia até o fim da vida, da cognição como processo relacional e contínuo sígnico definido como um processo infinito de encadeamento de signos, Peirce rejeita
constituído por signos, que ocorre ao longo do tempo. a capacidade de intuição, pois uma cognição não determinada por cognições anteriores,
geraria uma ruptura nesse processo.

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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Consciência, autoconsciência e mente em termos peirceanos não são nada além de determinação também apresentam graus de generalidade e vagueza. Portanto, generalidade
signos que emergem de signos anteriores e que geram signos posteriores num processo e vagueza são os dois tipos de indeterminação que fazem parte dos processos sígnicos.
contínuo de signos encadeados que é chamado de semiose (Merrell, 1996: 4). O pensamento
não ocorre no instante, requer tempo, encadeamento de signos. Um signo em outro, um Uma vez que o signo e a cognição são limitados por signos e cognições prévias,
pensamento em outro. e por participarem do processo da cognição, a mente é também limitada segundo ações
mentais anteriores: ela possui uma tendência a reagir a sensações de modos padronizados.
No entanto, esse não é o único componente de causalidade presente nesse processo. Para
(...) todas as faculdades cognitivas que conhecemos são relativas e, conse-
Peirce, cada ato de causalidade tem dois componentes, o eficiente e o final.
quentemente, seus produtos são relações. Mas a cognição de uma relação
é determinada por cognições anteriores. Portanto, nenhuma cognição não
As causas finais são tipos gerais que tendem a realizar-se por processos teleologicamente
determinada por uma cognição anterior pode ser conhecida. Ela não existe,
determinantes de causação eficiente. Dessa forma, as causas finais não são propriamente
então, primeiro, porque é absolutamente incognoscível, e segundo, porque
eventos futuros, mas sim possibilidades gerais. O aspecto eficiente da causação é que cada
uma cognição só existe até onde é conhecida. (Peirce, 1868, EP 1: 26)
evento ou fato é causado por um evento ou fato anterior (a causa eficiente). O aspecto
teleológico é que cada evento ou fato faz parte de uma cadeia de eventos com uma tendência
A passagem de uma cognição para a outra se dá por um processo de determinação
definida. A tendência é determinada pela causa final do processo. Isso implica que cada ato
que se aproxima mais de uma restrição do que de uma determinação total. Assim como
de causação é mediado por uma causa final. (Borges; Franco, 2019: 86).
o objeto determina o signo que por sua vez determina o interpretante, uma cognição
determina a cognição subsequente. Devemos entender a determinação como algo que
O processo sígnico é um processo determinado, embora apresente indeterminações,
limita o signo ou a cognição subsequente (Short, 2007: 167). Isto é, o objeto restringe o
e guiado a um fim, que é sua causação final. A causação final no contexto da semiótica
signo. Ou seja, o signo posterior é limitado pelo anterior.
“é uma lei que guia o modo de ação dos signos de forma que os interpretantes gerados
pela semiose tenham um certo caráter geral.” (Borges; Franco, 2019: 87) Isso ocorre
O sentido de limite aqui aproxima-se àquele da Matemática, em que se tem
por meio dos processos de determinação que compõem a noção de signo: o objeto que
um valor tão próximo quanto se queira de uma dada cognição inicial, que não chega,
determina o signo, o signo que determina um interpretante que seja capaz de ser um
contudo, a ser atingido em termos reais. Dito de outro modo, por mais próximo que se
novo signo capaz de determinar outro interpretante e assim infinitamente. Embora
chegue da cognição primeira (processo indicado pelas várias cognições representadas por
tendam a esse fim, nem todas as semioses ocorrem desse modo. Causas eficientes
linhas seccionais ao triângulo), tal início, assim como o limite, não participa dos valores
atuam nesse processo fazendo com que haja uma grande variedade de modos como as
do conjunto Real: o objeto externo à mente é algo que assumimos, mas não alcançamos
semioses ocorrem. Por isso, embora a semiose tenda a alcançar uma generalidade capaz
efetivamente. Portanto, a determinação limitar o signo ou a cognição subsequente
de governar a atualização de particulares (Santaella, 2019: 398), o que corresponderia
significa dizer que o signo ou a cognição anteriores assumem o lugar de objeto, do
a uma mente que apresenta complexos processos de inteligência, ela também pode
qual podemos nos aproximar, mas não efetivamente delimitar com precisão absoluta
apresentar modos menos sofisticados de causalidade, como o da ação mecânica. Pape
(do que se apreende também o caráter contínuo da semiose, que não apenas gera novos
(1993: 583) aponta que no nível da causalidade final, os conceitos são gerais sob dois
signos, mas também afasta o objeto real cada vez que dele nos aproximamos). “Mas
aspectos: toda orientação (seja ela uma lei da natureza, propósito, desejo ou hábito)
nenhuma ação mental parece ser necessária ou invariável em seu caráter. (...) Sempre
não atua sobre a totalidade de propriedades do objeto; e nenhum objeto individual ou
permanece uma certa quantidade de espontaneidade arbitrária em sua atividade, sem a
conjunto individual de objetos é determinado unilateralmente. Assim, nem a norma dá
qual [a mente] estaria morta.” (Peirce, 1892, EP 1: 329) Devemos considerar que Peirce
conta de determinar completamente o objeto sob o qual age, nem os objetos dão conta
destinou no interior de seu sistema uma relevante atuação do acaso. Ele funciona como
de caracterizar uma classe com precisão absoluta.
mecanismo que confere dinâmica aos processos, inclusive ao mental, pois caso este fosse
apenas a reprodução cega de um mesmo hábito, estaria fadado à estagnação. Tendências
incertas e estados instáveis de equilíbrio são essenciais para a manifestação da mente Enquanto permanecermos com as causas finais, lidaremos com conceitos
(Peirce, 1902, CP 7.381). que são gerais em dois aspectos. Todo propósito, desejo, toda lei da natureza
e todo hábito tem que ser vago, isto é, nunca especifica todas as proprieda-
Como o signo não é totalmente determinado por seu objeto, o objeto pode des dos objetos descritos completamente. É também geral na medida em
determinar vários signos distintos, mas não qualquer signo, uma vez que o objeto restringe que nenhum indivíduo específico ou conjunto finito de indivíduos é sufi-
as possibilidades do signo. A determinação apresenta graus, sendo o limite máximo ciente para caracterizar uma classe natural completamente. Enquanto nos
da determinação o totalmente determinado (Lane, 2011: 111). Processos totalmente limitarmos ao nível das causas finais, nenhum objeto individual ou conjun-
determinados perderiam toda generalidade e vagueza, enquanto processos com graus de to individual de objetos é determinado de forma única. (Pape, 1993: 585)

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


64 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 65
Depósito Legal B.3146-2001 Universidad de Rosario (Argentina) Versión electrónica: designisfels.net
PRISCILA BORGES Y LETHÍCIA ANGELIM CONTINUIDADE EM E ENTRE COGNIÇÃO, SIGNOS E CLASSES

Consciência, autoconsciência e mente em termos peirceanos não são nada além de determinação também apresentam graus de generalidade e vagueza. Portanto, generalidade
signos que emergem de signos anteriores e que geram signos posteriores num processo e vagueza são os dois tipos de indeterminação que fazem parte dos processos sígnicos.
contínuo de signos encadeados que é chamado de semiose (Merrell, 1996: 4). O pensamento
não ocorre no instante, requer tempo, encadeamento de signos. Um signo em outro, um Uma vez que o signo e a cognição são limitados por signos e cognições prévias,
pensamento em outro. e por participarem do processo da cognição, a mente é também limitada segundo ações
mentais anteriores: ela possui uma tendência a reagir a sensações de modos padronizados.
No entanto, esse não é o único componente de causalidade presente nesse processo. Para
(...) todas as faculdades cognitivas que conhecemos são relativas e, conse-
Peirce, cada ato de causalidade tem dois componentes, o eficiente e o final.
quentemente, seus produtos são relações. Mas a cognição de uma relação
é determinada por cognições anteriores. Portanto, nenhuma cognição não
As causas finais são tipos gerais que tendem a realizar-se por processos teleologicamente
determinada por uma cognição anterior pode ser conhecida. Ela não existe,
determinantes de causação eficiente. Dessa forma, as causas finais não são propriamente
então, primeiro, porque é absolutamente incognoscível, e segundo, porque
eventos futuros, mas sim possibilidades gerais. O aspecto eficiente da causação é que cada
uma cognição só existe até onde é conhecida. (Peirce, 1868, EP 1: 26)
evento ou fato é causado por um evento ou fato anterior (a causa eficiente). O aspecto
teleológico é que cada evento ou fato faz parte de uma cadeia de eventos com uma tendência
A passagem de uma cognição para a outra se dá por um processo de determinação
definida. A tendência é determinada pela causa final do processo. Isso implica que cada ato
que se aproxima mais de uma restrição do que de uma determinação total. Assim como
de causação é mediado por uma causa final. (Borges; Franco, 2019: 86).
o objeto determina o signo que por sua vez determina o interpretante, uma cognição
determina a cognição subsequente. Devemos entender a determinação como algo que
O processo sígnico é um processo determinado, embora apresente indeterminações,
limita o signo ou a cognição subsequente (Short, 2007: 167). Isto é, o objeto restringe o
e guiado a um fim, que é sua causação final. A causação final no contexto da semiótica
signo. Ou seja, o signo posterior é limitado pelo anterior.
“é uma lei que guia o modo de ação dos signos de forma que os interpretantes gerados
pela semiose tenham um certo caráter geral.” (Borges; Franco, 2019: 87) Isso ocorre
O sentido de limite aqui aproxima-se àquele da Matemática, em que se tem
por meio dos processos de determinação que compõem a noção de signo: o objeto que
um valor tão próximo quanto se queira de uma dada cognição inicial, que não chega,
determina o signo, o signo que determina um interpretante que seja capaz de ser um
contudo, a ser atingido em termos reais. Dito de outro modo, por mais próximo que se
novo signo capaz de determinar outro interpretante e assim infinitamente. Embora
chegue da cognição primeira (processo indicado pelas várias cognições representadas por
tendam a esse fim, nem todas as semioses ocorrem desse modo. Causas eficientes
linhas seccionais ao triângulo), tal início, assim como o limite, não participa dos valores
atuam nesse processo fazendo com que haja uma grande variedade de modos como as
do conjunto Real: o objeto externo à mente é algo que assumimos, mas não alcançamos
semioses ocorrem. Por isso, embora a semiose tenda a alcançar uma generalidade capaz
efetivamente. Portanto, a determinação limitar o signo ou a cognição subsequente
de governar a atualização de particulares (Santaella, 2019: 398), o que corresponderia
significa dizer que o signo ou a cognição anteriores assumem o lugar de objeto, do
a uma mente que apresenta complexos processos de inteligência, ela também pode
qual podemos nos aproximar, mas não efetivamente delimitar com precisão absoluta
apresentar modos menos sofisticados de causalidade, como o da ação mecânica. Pape
(do que se apreende também o caráter contínuo da semiose, que não apenas gera novos
(1993: 583) aponta que no nível da causalidade final, os conceitos são gerais sob dois
signos, mas também afasta o objeto real cada vez que dele nos aproximamos). “Mas
aspectos: toda orientação (seja ela uma lei da natureza, propósito, desejo ou hábito)
nenhuma ação mental parece ser necessária ou invariável em seu caráter. (...) Sempre
não atua sobre a totalidade de propriedades do objeto; e nenhum objeto individual ou
permanece uma certa quantidade de espontaneidade arbitrária em sua atividade, sem a
conjunto individual de objetos é determinado unilateralmente. Assim, nem a norma dá
qual [a mente] estaria morta.” (Peirce, 1892, EP 1: 329) Devemos considerar que Peirce
conta de determinar completamente o objeto sob o qual age, nem os objetos dão conta
destinou no interior de seu sistema uma relevante atuação do acaso. Ele funciona como
de caracterizar uma classe com precisão absoluta.
mecanismo que confere dinâmica aos processos, inclusive ao mental, pois caso este fosse
apenas a reprodução cega de um mesmo hábito, estaria fadado à estagnação. Tendências
incertas e estados instáveis de equilíbrio são essenciais para a manifestação da mente Enquanto permanecermos com as causas finais, lidaremos com conceitos
(Peirce, 1902, CP 7.381). que são gerais em dois aspectos. Todo propósito, desejo, toda lei da natureza
e todo hábito tem que ser vago, isto é, nunca especifica todas as proprieda-
Como o signo não é totalmente determinado por seu objeto, o objeto pode des dos objetos descritos completamente. É também geral na medida em
determinar vários signos distintos, mas não qualquer signo, uma vez que o objeto restringe que nenhum indivíduo específico ou conjunto finito de indivíduos é sufi-
as possibilidades do signo. A determinação apresenta graus, sendo o limite máximo ciente para caracterizar uma classe natural completamente. Enquanto nos
da determinação o totalmente determinado (Lane, 2011: 111). Processos totalmente limitarmos ao nível das causas finais, nenhum objeto individual ou conjun-
determinados perderiam toda generalidade e vagueza, enquanto processos com graus de to individual de objetos é determinado de forma única. (Pape, 1993: 585)

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PRISCILA BORGES Y LETHÍCIA ANGELIM CONTINUIDADE EM E ENTRE COGNIÇÃO, SIGNOS E CLASSES

Ao apresentar a concepção ampliada da mente em Peirce, Santaella (2019) destaca o composto de processos cognitivos mais curtos não sendo possível encontrar o primeiro, ou
aspecto lógico da semiose para explicar que onde houver semiose haverá mente. O aspecto o menor processo (Lane 2011: 114).
lógico está expresso no conceito de signo, pois ele apresenta a lógica da relação triádica do
signo que faz com que ele determine outro signo, isto é o interpretante, que é o signo na O conceito de signo mostra uma lógica triádica de funcionamento dos signos que
relação triádica posterior, criando assim um encadeamento lógico. pode ser aplicada recursivamente, gerando assim as classes de signos. A noção mais geral
da semiose é a ideia de que um signo gera outro infinitamente. Essa ideia foi melhor
No entanto, o aspecto lógico da semiótica não termina na noção triádica de signo. descrita quando Peirce concebeu o signo como uma relação triádica entre objeto, signo
Ao contrário, ele começa na noção triádica e se expande nos sistemas de classes de signos. e interpretante. Objeto, signo e interpretante não são três substâncias diferentes, mas
Por isso, levaremos a proposta de Santaella adiante mostrando que não só a definição de posições lógicas ocupadas pelos signos. Objeto, signo e interpretante são signos. O objeto
signo pode ser um modelo para descrição da mente, mas que podemos alcançar modelos é um signo antecedente, o signo é o signo atual, o interpretante é um signo posterior.
mais detalhados e altamente complexos se investigarmos os sistemas de classes de signos. Numa semiose há infinitas relações sígnicas, em cada uma delas podemos distinguir os três
termos, sabendo que o objeto indica uma série de signos anteriores àquela relação sígnica
que está sendo observada e o interpretante indica os signos posteriores. A semiose é um
3. AS CLASSES DE SIGNOS contínuo de signos encadeados e quando tentamos observar um ponto desse contínuo, ou
seja, uma das relações sígnicas, encontramos outras três relações.
A classificação é um método amplamente usado por ciências como a biologia e
a química, que Peirce conhecia bem. Num processo de classificação as diferenças e as As classes de signos nascem da continuação desse processo. Isto é, agora que estamos
semelhanças de algo devem ser exibidas levando a algum conhecimento sobre esse algo vendo uma tríade, a relação signo, objeto e interpretante, Peirce propõe observar uma das
observado. Peirce (1878: EP1:143) exemplifica o funcionamento do método de classificação relações. A relação entre signo e objeto, aquela que diz respeito ao modo de representação
descrevendo o trabalho de um naturalista que coleciona um certo número de membro de do signo foi a primeira a ser observada e a que leva as primeiras três classes de signos. Peirce
uma mesma espécie, observa os espécimes coletados e percebe que embora sejam similares identifica três modos de representação: a representação por semelhança, por correspondência
em alguns aspectos, eles apresentam certas variações, isto é, são diferentes sob/em relação de fato e por um caráter imputado, ou seja, pela convenção de uma lei (Peirce, 1868, EP1:
a algum traço. Ao perceber as diferenças entre os espécimes o naturalista questiona se 6-7). Esses três modos de relação entre o signo e o objeto são conhecidos, respectivamente,
ele poderia encontrar algum espécime com características intermediárias que poderiam por icônico, indicial e simbólico. Esses três modos de relação aparecem pela primeira
conectar os dois aspectos diferentes encontrados em indivíduos de uma mesma espécie. vez no texto On a new list of categories, também de 1868, em que Peirce apresenta suas
A suposição do naturalista de que poderia existir espécimes intermediárias que conectam categorias fenomenológicas postulando logo no início do texto que “essa teoria dá origem
as duas diferentes está fundamentada na hipótese de que deve haver continuidade entre a uma concepção de gradação” (EP 1: 1). Tanto as categorias, primeiridade, secundidade e
indivíduos de uma mesma espécie. terceiridade, quando os modos de representação do signo devem, portanto, ser entendidos
como conceitos gradativos. Isto é, as categorias não são excludentes, mas gradativas no
sentido de que são graus de um fenômeno. Sendo graus, as categorias subsequentes envolvem
Todo o método de classificação deve ser considerado posteriormente; mas,
as antecedentes, isto é, a segunda categoria envolve a primeira e a terceira envolve a segunda
no momento, desejo apenas salientar que é aproveitando a ideia de conti-
e a primeira. O mesmo ocorre com os tipos de representação. Relações icônicas, indiciais e
nuidade, ou a passagem de uma forma para outra em graus insensíveis, que
simbólicas não são excludentes, mas gradativas. Podemos diferenciá-las, mas sem perder de
o naturalista constrói suas concepções. Agora, os naturalistas são grandes
vista que as relações posteriores envolvem as anteriores.
construtores de concepções; não há outro ramo da ciência em que grande
parte desse trabalho seja realizada como na deles; e devemos, em grande
Relações icônicas são aquelas que apresentam maior vagueza, relações indiciais
medida, levá-los como nossos professores nesta parte importante da lógica.
apresentam maior determinação e relações simbólicas apresentam maior generalidade.
(Peirce, 1878: EP 1: 143)
Com apenas três classes de signos já podemos perceber como os processos sígnicos
tentem à generalidade, mas sempre envolvendo vagueza e determinação. Houser (1983)
A ideia de continuidade destacada no método de classificação do naturalista é muito
analisa as classificações da consciência a partir das três categorias semióticas iniciais. À
semelhante ao modo como Peirce propôs os sistemas de classes de signos. O continuum
primeridade corresponderia o sentimento-qualidade (geralmente referido simplesmente
é definido por Peirce como sendo aquilo cujas partes têm partes do mesmo tipo (1869,
por “sentimento”). O autor indica que o sentimento é um estado que, em si mesmo, num
EP 1: 68). Isto é, qualquer parte de um contínuo possui partes e tais partes possuem
estado instantâneo, não é consciência, e sim mera possibilidade. Enquanto secundidade, a
outras partes infinitamente, não sendo possível alcançar a última parte, pois toda parte é
consciência pode ser genuína (sendo, portanto, uma volição) ou degenerada (sensação). A
composta de outras partes. Assim como não é possível encontrar a primeira, pois cada parte
diferenciação entre estes dois tipos de secundidade estaria no esforço envolvido ser ativo
é parte de alguma parte. Se a cognição é um contínuum, então todo processo cognitivo é
(primeiro caso) ou passivo (caso da sensação). A terceridade da consciência se manifesta no

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Ao apresentar a concepção ampliada da mente em Peirce, Santaella (2019) destaca o composto de processos cognitivos mais curtos não sendo possível encontrar o primeiro, ou
aspecto lógico da semiose para explicar que onde houver semiose haverá mente. O aspecto o menor processo (Lane 2011: 114).
lógico está expresso no conceito de signo, pois ele apresenta a lógica da relação triádica do
signo que faz com que ele determine outro signo, isto é o interpretante, que é o signo na O conceito de signo mostra uma lógica triádica de funcionamento dos signos que
relação triádica posterior, criando assim um encadeamento lógico. pode ser aplicada recursivamente, gerando assim as classes de signos. A noção mais geral
da semiose é a ideia de que um signo gera outro infinitamente. Essa ideia foi melhor
No entanto, o aspecto lógico da semiótica não termina na noção triádica de signo. descrita quando Peirce concebeu o signo como uma relação triádica entre objeto, signo
Ao contrário, ele começa na noção triádica e se expande nos sistemas de classes de signos. e interpretante. Objeto, signo e interpretante não são três substâncias diferentes, mas
Por isso, levaremos a proposta de Santaella adiante mostrando que não só a definição de posições lógicas ocupadas pelos signos. Objeto, signo e interpretante são signos. O objeto
signo pode ser um modelo para descrição da mente, mas que podemos alcançar modelos é um signo antecedente, o signo é o signo atual, o interpretante é um signo posterior.
mais detalhados e altamente complexos se investigarmos os sistemas de classes de signos. Numa semiose há infinitas relações sígnicas, em cada uma delas podemos distinguir os três
termos, sabendo que o objeto indica uma série de signos anteriores àquela relação sígnica
que está sendo observada e o interpretante indica os signos posteriores. A semiose é um
3. AS CLASSES DE SIGNOS contínuo de signos encadeados e quando tentamos observar um ponto desse contínuo, ou
seja, uma das relações sígnicas, encontramos outras três relações.
A classificação é um método amplamente usado por ciências como a biologia e
a química, que Peirce conhecia bem. Num processo de classificação as diferenças e as As classes de signos nascem da continuação desse processo. Isto é, agora que estamos
semelhanças de algo devem ser exibidas levando a algum conhecimento sobre esse algo vendo uma tríade, a relação signo, objeto e interpretante, Peirce propõe observar uma das
observado. Peirce (1878: EP1:143) exemplifica o funcionamento do método de classificação relações. A relação entre signo e objeto, aquela que diz respeito ao modo de representação
descrevendo o trabalho de um naturalista que coleciona um certo número de membro de do signo foi a primeira a ser observada e a que leva as primeiras três classes de signos. Peirce
uma mesma espécie, observa os espécimes coletados e percebe que embora sejam similares identifica três modos de representação: a representação por semelhança, por correspondência
em alguns aspectos, eles apresentam certas variações, isto é, são diferentes sob/em relação de fato e por um caráter imputado, ou seja, pela convenção de uma lei (Peirce, 1868, EP1:
a algum traço. Ao perceber as diferenças entre os espécimes o naturalista questiona se 6-7). Esses três modos de relação entre o signo e o objeto são conhecidos, respectivamente,
ele poderia encontrar algum espécime com características intermediárias que poderiam por icônico, indicial e simbólico. Esses três modos de relação aparecem pela primeira
conectar os dois aspectos diferentes encontrados em indivíduos de uma mesma espécie. vez no texto On a new list of categories, também de 1868, em que Peirce apresenta suas
A suposição do naturalista de que poderia existir espécimes intermediárias que conectam categorias fenomenológicas postulando logo no início do texto que “essa teoria dá origem
as duas diferentes está fundamentada na hipótese de que deve haver continuidade entre a uma concepção de gradação” (EP 1: 1). Tanto as categorias, primeiridade, secundidade e
indivíduos de uma mesma espécie. terceiridade, quando os modos de representação do signo devem, portanto, ser entendidos
como conceitos gradativos. Isto é, as categorias não são excludentes, mas gradativas no
sentido de que são graus de um fenômeno. Sendo graus, as categorias subsequentes envolvem
Todo o método de classificação deve ser considerado posteriormente; mas,
as antecedentes, isto é, a segunda categoria envolve a primeira e a terceira envolve a segunda
no momento, desejo apenas salientar que é aproveitando a ideia de conti-
e a primeira. O mesmo ocorre com os tipos de representação. Relações icônicas, indiciais e
nuidade, ou a passagem de uma forma para outra em graus insensíveis, que
simbólicas não são excludentes, mas gradativas. Podemos diferenciá-las, mas sem perder de
o naturalista constrói suas concepções. Agora, os naturalistas são grandes
vista que as relações posteriores envolvem as anteriores.
construtores de concepções; não há outro ramo da ciência em que grande
parte desse trabalho seja realizada como na deles; e devemos, em grande
Relações icônicas são aquelas que apresentam maior vagueza, relações indiciais
medida, levá-los como nossos professores nesta parte importante da lógica.
apresentam maior determinação e relações simbólicas apresentam maior generalidade.
(Peirce, 1878: EP 1: 143)
Com apenas três classes de signos já podemos perceber como os processos sígnicos
tentem à generalidade, mas sempre envolvendo vagueza e determinação. Houser (1983)
A ideia de continuidade destacada no método de classificação do naturalista é muito
analisa as classificações da consciência a partir das três categorias semióticas iniciais. À
semelhante ao modo como Peirce propôs os sistemas de classes de signos. O continuum
primeridade corresponderia o sentimento-qualidade (geralmente referido simplesmente
é definido por Peirce como sendo aquilo cujas partes têm partes do mesmo tipo (1869,
por “sentimento”). O autor indica que o sentimento é um estado que, em si mesmo, num
EP 1: 68). Isto é, qualquer parte de um contínuo possui partes e tais partes possuem
estado instantâneo, não é consciência, e sim mera possibilidade. Enquanto secundidade, a
outras partes infinitamente, não sendo possível alcançar a última parte, pois toda parte é
consciência pode ser genuína (sendo, portanto, uma volição) ou degenerada (sensação). A
composta de outras partes. Assim como não é possível encontrar a primeira, pois cada parte
diferenciação entre estes dois tipos de secundidade estaria no esforço envolvido ser ativo
é parte de alguma parte. Se a cognição é um contínuum, então todo processo cognitivo é
(primeiro caso) ou passivo (caso da sensação). A terceridade da consciência se manifesta no

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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modo de estar ciente da aquisição de um hábito ou de uma representação, ou na percepção


que a experiência é inteligível (ou seja, governada por lei). São, enfim, apreensões de que
as conexões (secundidade) entre sentimentos (primeridade) são direcionadas por regras ou
hábitos, constituindo-se em “concepções gerais” (Houser, 1983: 343).

Ao propor três tipos de representação, Peirce inicialmente está propondo que a ação do
signo poderia ser descrita a partir dos graus de representação do signo. Mas a ação do signo não
poderia ser reduzida apenas ao modo de representação, especialmente quando o signo é definido
Figura 2: Relação entre a série de cognições explicada pela imagem
como sendo uma relação entre o signo em si, o objeto e interpretante. Portanto, o modo como do triângulo na água e as classes de signos. Fonte: Própria (2020)
o signo representa o objeto é apenas um aspecto a ser considerado no processo sígnico e outros
aspectos podem ser igualmente considerados, descrevendo essa ação em mais partes.
A gradação nesses sistemas nos faz lembrar da série de cognições de que Peirce fala
Em um segundo momento, então, a ação do signo é descrita como envolvendo tanto em sua imagem do triângulo na água, ao final de Questions concerning certain faculties claimed
o modo de representação do objeto, como o modo de apresentação do signo e o modo de by man (1868, EP 1: 26-27). Ali, a gradação era de vivacidade de consciência, muito
produção do interpretante. O processo sígnico passa a ser descrito em três partes ou etapas, semelhante à que vemos no processo descrito pelos sistemas de classes, pois a consciência
sendo cada uma delas necessária e determinante da etapa posterior. As três etapas da ação do vem com o crescimento da generalidade.
signo são, portanto, relacionadas, dependentes e orientadas, representando um processo. Cada
uma dessas etapas poderá apresentar três modos de ser, sendo que a etapa anterior restringe Mladenov (2019) assinala que Peirce deriva como consequência do experimento do
os modos de ser da etapa posterior a depender do seu próprio modo de ser. Isto é, relações de triângulo invertido que o conhecimento se dá através de concepções (aquilo que representa
primeiridade restringem as relações subsequentes à primeiridade. Relações de secundidade nosso julgamento da experiência) e que o ato cognitivo é, desde o início, relacional,
restringem as relações subsequentes à primeiridade ou secundidade. Relações de terceiridade provando, assim, que não haveria uma começo pontual da cognição. Segundo ele,
permitem relações subsequentes de qualquer uma das três categorias. Obedecendo a lógica
de restrição, surgem 10 classes de signos que juntas descrevem 10 processos sígnicos com
Todas as combinações de cognições ocorrem primeiro em julgamentos de
diferentes gradações de vagueza, determinação e generalidade. A primeira classe é a mais
experiência. As combinações de cognições criam abstrações. Só então, a
vaga a última é a mais geral, portanto, juntas as 10 classes formam um conjunto que mostra
cognição pode começar. Em seguida, vem a nossa capacidade de combi-
a tendência à generalidade dos processos sígnicos apresentando maior gradação entre a
nar cognições (abstrações), em outras palavras, para criar concepções. Uma
primeira e a última classe do que aquela apresentada com três classes de signos.
concepção representa nosso julgamento da experiência. Relacionar as coisas
umas com as outras e depois abstraí-las, ou seja, fazer concepções − é como
Posteriormente, a ação do signo é descrita em seis e dez etapas, todas com as
o conhecimento começa. Segundo Peirce, não podemos vincular uma con-
mesmas características das etapas descritas anteriormente. A partir desse processo de
cepção ao absoluto incognoscível, porque uma concepção é sobre significa-
divisão da ação do signo em cada vez mais partes ou etapas, os sistemas de classes de signos
do. Assim, o conhecimento começa como um processo desde o seu início.
se ampliam. Enquanto o sistema de dez classes de signos descreve a ação do signo em
(Ibid.: 18, grifo do autor)
três etapas, o sistema de 28, descreve 6 etapas na ação do signo e o sistema de 66 classes
descreve 10 etapas na ação do signo. Portanto, a ação sígnica que começa sendo descrita em
Chama a atenção que o conhecimento seja, deste modo, não só um processo, mas
apenas uma etapa, considerando apenas e de modo geral a ação de representação do signo,
um processo específico de combinações organizadas, hierarquizadas. Não é uma mera
termina no último sistema proposto por Peirce sendo descrita em dez etapas. Em todos os
repetição da mesma operação, mas uma combinação em classes. De julgamentos de
sistemas as classes são gradativas e todos eles começam com classes em que predominam
experiência combinados, temos cognições. Da combinação destas, temos abstrações. Da
relações de primeiridade, passam por classes em que predominam secundidade e alcançam
combinação destas, temos concepções.
classes em que predominam terceiridade. Todos os sistemas mostram um processo sígnico
que tende à generalidade, mas sempre envolvendo vagueza e determinação. A diferença
Do mesmo modo, quando consideramos a cognição apenas em seus atributos
entre eles é uma diferença de gradação. O primeiro sistema apresenta apenas 3 gradações
racionais, isto é, na sua expressão mais complexa, com autocontrole e consciência de si,
entre a vagueza e a generalidade, tendo apenas uma classe intermediária que indica a
tenderíamos a jamais perceber processos cognitivos em âmbitos externos à humanidade.
determinação, quanto o último apresenta 66 gradações entre a vagueza e a generalidade e
Contudo, uma vez que i) a maior quantidade das classes de signos permite uma diminuição
uma série de classes intermediárias em que vagueza, determinação e generalidade atuam
da diferença entre as classes e ii) que a cognição em Peirce é de caráter sígnico; uma maior
em conjunto de modo a alcançar classes cada vez mais gerais. Isto é, os sistemas com um
quantidade de classes de cognições permite-nos falar em vários tipos de cognições não tão
número maior de classes mostram claramente como o processo é gradativo.

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


68 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 69
Depósito Legal B.3146-2001 Universidad de Rosario (Argentina) Versión electrónica: designisfels.net
PRISCILA BORGES Y LETHÍCIA ANGELIM CONTINUIDADE EM E ENTRE COGNIÇÃO, SIGNOS E CLASSES

modo de estar ciente da aquisição de um hábito ou de uma representação, ou na percepção


que a experiência é inteligível (ou seja, governada por lei). São, enfim, apreensões de que
as conexões (secundidade) entre sentimentos (primeridade) são direcionadas por regras ou
hábitos, constituindo-se em “concepções gerais” (Houser, 1983: 343).

Ao propor três tipos de representação, Peirce inicialmente está propondo que a ação do
signo poderia ser descrita a partir dos graus de representação do signo. Mas a ação do signo não
poderia ser reduzida apenas ao modo de representação, especialmente quando o signo é definido
Figura 2: Relação entre a série de cognições explicada pela imagem
como sendo uma relação entre o signo em si, o objeto e interpretante. Portanto, o modo como do triângulo na água e as classes de signos. Fonte: Própria (2020)
o signo representa o objeto é apenas um aspecto a ser considerado no processo sígnico e outros
aspectos podem ser igualmente considerados, descrevendo essa ação em mais partes.
A gradação nesses sistemas nos faz lembrar da série de cognições de que Peirce fala
Em um segundo momento, então, a ação do signo é descrita como envolvendo tanto em sua imagem do triângulo na água, ao final de Questions concerning certain faculties claimed
o modo de representação do objeto, como o modo de apresentação do signo e o modo de by man (1868, EP 1: 26-27). Ali, a gradação era de vivacidade de consciência, muito
produção do interpretante. O processo sígnico passa a ser descrito em três partes ou etapas, semelhante à que vemos no processo descrito pelos sistemas de classes, pois a consciência
sendo cada uma delas necessária e determinante da etapa posterior. As três etapas da ação do vem com o crescimento da generalidade.
signo são, portanto, relacionadas, dependentes e orientadas, representando um processo. Cada
uma dessas etapas poderá apresentar três modos de ser, sendo que a etapa anterior restringe Mladenov (2019) assinala que Peirce deriva como consequência do experimento do
os modos de ser da etapa posterior a depender do seu próprio modo de ser. Isto é, relações de triângulo invertido que o conhecimento se dá através de concepções (aquilo que representa
primeiridade restringem as relações subsequentes à primeiridade. Relações de secundidade nosso julgamento da experiência) e que o ato cognitivo é, desde o início, relacional,
restringem as relações subsequentes à primeiridade ou secundidade. Relações de terceiridade provando, assim, que não haveria uma começo pontual da cognição. Segundo ele,
permitem relações subsequentes de qualquer uma das três categorias. Obedecendo a lógica
de restrição, surgem 10 classes de signos que juntas descrevem 10 processos sígnicos com
Todas as combinações de cognições ocorrem primeiro em julgamentos de
diferentes gradações de vagueza, determinação e generalidade. A primeira classe é a mais
experiência. As combinações de cognições criam abstrações. Só então, a
vaga a última é a mais geral, portanto, juntas as 10 classes formam um conjunto que mostra
cognição pode começar. Em seguida, vem a nossa capacidade de combi-
a tendência à generalidade dos processos sígnicos apresentando maior gradação entre a
nar cognições (abstrações), em outras palavras, para criar concepções. Uma
primeira e a última classe do que aquela apresentada com três classes de signos.
concepção representa nosso julgamento da experiência. Relacionar as coisas
umas com as outras e depois abstraí-las, ou seja, fazer concepções − é como
Posteriormente, a ação do signo é descrita em seis e dez etapas, todas com as
o conhecimento começa. Segundo Peirce, não podemos vincular uma con-
mesmas características das etapas descritas anteriormente. A partir desse processo de
cepção ao absoluto incognoscível, porque uma concepção é sobre significa-
divisão da ação do signo em cada vez mais partes ou etapas, os sistemas de classes de signos
do. Assim, o conhecimento começa como um processo desde o seu início.
se ampliam. Enquanto o sistema de dez classes de signos descreve a ação do signo em
(Ibid.: 18, grifo do autor)
três etapas, o sistema de 28, descreve 6 etapas na ação do signo e o sistema de 66 classes
descreve 10 etapas na ação do signo. Portanto, a ação sígnica que começa sendo descrita em
Chama a atenção que o conhecimento seja, deste modo, não só um processo, mas
apenas uma etapa, considerando apenas e de modo geral a ação de representação do signo,
um processo específico de combinações organizadas, hierarquizadas. Não é uma mera
termina no último sistema proposto por Peirce sendo descrita em dez etapas. Em todos os
repetição da mesma operação, mas uma combinação em classes. De julgamentos de
sistemas as classes são gradativas e todos eles começam com classes em que predominam
experiência combinados, temos cognições. Da combinação destas, temos abstrações. Da
relações de primeiridade, passam por classes em que predominam secundidade e alcançam
combinação destas, temos concepções.
classes em que predominam terceiridade. Todos os sistemas mostram um processo sígnico
que tende à generalidade, mas sempre envolvendo vagueza e determinação. A diferença
Do mesmo modo, quando consideramos a cognição apenas em seus atributos
entre eles é uma diferença de gradação. O primeiro sistema apresenta apenas 3 gradações
racionais, isto é, na sua expressão mais complexa, com autocontrole e consciência de si,
entre a vagueza e a generalidade, tendo apenas uma classe intermediária que indica a
tenderíamos a jamais perceber processos cognitivos em âmbitos externos à humanidade.
determinação, quanto o último apresenta 66 gradações entre a vagueza e a generalidade e
Contudo, uma vez que i) a maior quantidade das classes de signos permite uma diminuição
uma série de classes intermediárias em que vagueza, determinação e generalidade atuam
da diferença entre as classes e ii) que a cognição em Peirce é de caráter sígnico; uma maior
em conjunto de modo a alcançar classes cada vez mais gerais. Isto é, os sistemas com um
quantidade de classes de cognições permite-nos falar em vários tipos de cognições não tão
número maior de classes mostram claramente como o processo é gradativo.

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


68 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 69
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PRISCILA BORGES Y LETHÍCIA ANGELIM CONTINUIDADE EM E ENTRE COGNIÇÃO, SIGNOS E CLASSES

apartadas, de modo que a mente pode ser encontrada sob diferentes formas (mas partindo New Edition. Disponível em: <http://www.commens.org/encyclopedia/article/esposito-joseph-sy-
uma mesma estrutura inicial). Assim, podemos perceber uma continuidade gradativa entre nechism-keystone-peirce%e2%80%99s-metaphysics>.
processos cognitivos, que a despeito de sua maior ou menor complexidade, constituem-se, FISCH, M. (1986) “Peirce’s general theopry of signs”. Em Peirce, semeiotic, and pragmatism. Essays by
para Peirce, enquanto mente. Max H. Fisch, K. L. Ketner and C. J. W. Kloesel (eds.), 321-355. Bloomington: Indiana University
Press.
FISCH, M. (1982) “Introduction”. Em Writings of Charles S. Peirce. A Chronological Edition. Vol. 1
(1857-1866), M. Fisch (ed.), xv-xxxv. Bloomington: Indiana University Press.
NOTAS
FRANCO, J.; BORGES, P. (2015) “O real na filosofia de C. S. Peirce”. TECCOGS: Revista Digital
de Tecnologias Cognitivas 12, 66-91, jul-dez.
1. Em The Law of Mind (1892), terceiro artigo da famosa série publicada na Monist, Peirce ressalta HOUSER, N. (1983) “Peirce’s General Taxonomy of Consciousness”. Transactions of the Charles S.
a importância de Questions concerning certain faculties claimed by man: “A tendência de considerar a Peirce Society, 19 (4), 331-359.
continuidade, no sentido em que a definirei, como uma ideia de importância primordial na filosofia, HOUSER, N. (1995) “Semiotic as a cognitive science”. Em Ensaios em homenagem a Thomas A. Se-
pode ser convenientemente denominada sinequismo. O presente artigo tem como objetivo principal beok, N. Tasca (ed.) (=Cruzeiro semiótico 22/25 [Porto]), 139-149. – Também online: <https://www.
mostrar o que é o sinequismo e a que ele conduz. Eu tentei, uns bons anos atrás, desenvolver essa researchgate.net/publication/323693031>.
doutrina no Journal of Speculative Philosophy (Vol. II.); mas agora sou capaz de melhorar aquela expo- LANE, R. (2011) “The Final Incapacity: Peirce on Intuition and the Continuity of Mind and Mat-
sição, na qual estava um pouco cego por preconceitos nominalistas.” (Peirce 1892, EP 1: 313, grifos ter (Part 1)”. Cognitio 12 (1), 105-119, jan/jun.
do autor). MERRELL, F. (1996) Signs Grow: semiosis and life processes. Toronto: University of Toronto Press.
2. Do que não deve ser entendido que Peirce negava a existência da consciência ou a possibilidade MLADENOV, I. (2019) “Before a Thought Appears (The Notion of the ‘Ground’ in Peirce’s Thou-
de seu conhecimento, mas o que ele de fato rechaça é a restrição de fenômenos mentais aos estados ght”. Em Non/Cognate Approaches: Relation & Representation, I. Mladenov and A. Feodorov (eds.),
conscientes. Dito de outro modo, a mente, sendo um fenômeno externo, não pode ser reduzido a 15-45. Sofia: Парадигма.
momentos internos do pensamento (vide a definição que Peirce faz de consciência enquanto senti- PAPE, H. (1993) “Final Causality in Peirce’s Semiotics and His Classification of the Sciences”.
mento, em CP 7.364, 1902). Transactions of the Charles S. Peirce Society, 29 (4), 581-607.
3. Uma classificação triádica da mente não foi uma invenção peirceana. À sua época, já haviam sido PEIRCE, C. S. (1931–1958) The Collected Papers of Charles S. Peirce (vols. 1 to 8), Vols. 1 to 6 edited
propostos vários modelos de organização da cognição em três categorias (dos quais, inclusive, Peirce by C. Hartshorne and P. Weiss, Vols. 7 and 8 edited by A. Burks. Cambridge, MA: Harvard Uni-
tinha conhecimento), e mesmo os de maior destaque, como o modelo kantiano e o platônico, por sua versity Press (Citado como CP seguido por volume e número do parágrafo).
vez, foram desenvolvimentos de tríades mentais prévias (Houser, 1983: 332). PEIRCE, C. S. (1992–1998) The Essential Peirce. Selected Philosophical Writings. Vol. 1 (1867–1893),
4. Deve-se ter em mente, porém, que o objeto dinâmico não diz respeito a uma realidade externa à ed. by N. Houser and C. Kloesel. Bloomington and Indianapolis: Indiana University Press (Citado
qual não temos nenhum acesso (Franco; Borges 2015: 85), como é o caso do objeto externo à mente como EP 1 seguido por número de página).
representado pelo vértice do triângulo. Ambos, contudo, só existem enquanto alvo, mas enquanto SANTAELLA, L. (2019) “A concepção ampliada da mente segundo C. S. Peirce”. Cognitio 20 (2),
espera-se que a correspondência entre signo e objeto seja encontrada in the long run (Ibid.: 88), o 392-403, jul./dez.
objeto externo à mente, uma vez que é inconcebível enquanto cognição, também o é em realidade. SHORT, T. (2007) Peirce’s theory of signs. New York: Cambridge University Press.
À medida que recuamos em direção às cognições determinantes, mais próximas do objeto externo, SKAGESTAD, P. (2006) “Peirce’s Semeiotic Model of the Mind”. Em The Cambridge Companion to
percebe-se sua perda de vivacidade e generalidade. O início ideal deste processo cognitivo é comple- Peirce, C. Misak (ed.), 241-256. Cambridge: Cambridge University Press.
tamente externo à consciência, é a coisa-em-si, não existe como tal. Isto é, aquilo que existe, só existe
em relação à mente. (Peirce 1868, EP 1: 52).
5. C. S. Peirce era químico e estudou com o método de classificação dos animais de Agassiz. (Fisch
1982: W1: xix-xxii)
6. O que nos remonta à lógica da fractalidade, o que também foi apontado por Esposito (2005: 5):
“Em uma passagem tardia [CP 4.642], antecipando noções dentro da geometria fractal, [Peirce]
continuou a refinar sua noção de continuidade.”

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

BELLUCCI, F. (2018) Peirce’s speculative grammar. Logic as semiotics. New York: Routledge.
BORGES, P.; FRANCO, J. (2019) “Causalidade, classes naturais e interpretantes finais. Uma abor-
dagem semiótica para a causação final”. Em Pragmatismo, Semiótica, Filosofia da Mente e Filosofia da
Neurociência, Araújo, A. et al (orgs.), 85-93. São Paulo: ANPOF.
ESPOSITO, J. (2005) “Synechism: the Keystone of Peirce’s Metaphysics”. Em The Commens En-
cyclopedia: The Digital Encyclopedia of Peirce Studies, M. Bergman, S. Paavola and J. Queiroz (eds.).
Atribución-NoComercial-CompartirIgual
CC BY-NC-SA

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apartadas, de modo que a mente pode ser encontrada sob diferentes formas (mas partindo New Edition. Disponível em: <http://www.commens.org/encyclopedia/article/esposito-joseph-sy-
uma mesma estrutura inicial). Assim, podemos perceber uma continuidade gradativa entre nechism-keystone-peirce%e2%80%99s-metaphysics>.
processos cognitivos, que a despeito de sua maior ou menor complexidade, constituem-se, FISCH, M. (1986) “Peirce’s general theopry of signs”. Em Peirce, semeiotic, and pragmatism. Essays by
para Peirce, enquanto mente. Max H. Fisch, K. L. Ketner and C. J. W. Kloesel (eds.), 321-355. Bloomington: Indiana University
Press.
FISCH, M. (1982) “Introduction”. Em Writings of Charles S. Peirce. A Chronological Edition. Vol. 1
(1857-1866), M. Fisch (ed.), xv-xxxv. Bloomington: Indiana University Press.
NOTAS
FRANCO, J.; BORGES, P. (2015) “O real na filosofia de C. S. Peirce”. TECCOGS: Revista Digital
de Tecnologias Cognitivas 12, 66-91, jul-dez.
1. Em The Law of Mind (1892), terceiro artigo da famosa série publicada na Monist, Peirce ressalta HOUSER, N. (1983) “Peirce’s General Taxonomy of Consciousness”. Transactions of the Charles S.
a importância de Questions concerning certain faculties claimed by man: “A tendência de considerar a Peirce Society, 19 (4), 331-359.
continuidade, no sentido em que a definirei, como uma ideia de importância primordial na filosofia, HOUSER, N. (1995) “Semiotic as a cognitive science”. Em Ensaios em homenagem a Thomas A. Se-
pode ser convenientemente denominada sinequismo. O presente artigo tem como objetivo principal beok, N. Tasca (ed.) (=Cruzeiro semiótico 22/25 [Porto]), 139-149. – Também online: <https://www.
mostrar o que é o sinequismo e a que ele conduz. Eu tentei, uns bons anos atrás, desenvolver essa researchgate.net/publication/323693031>.
doutrina no Journal of Speculative Philosophy (Vol. II.); mas agora sou capaz de melhorar aquela expo- LANE, R. (2011) “The Final Incapacity: Peirce on Intuition and the Continuity of Mind and Mat-
sição, na qual estava um pouco cego por preconceitos nominalistas.” (Peirce 1892, EP 1: 313, grifos ter (Part 1)”. Cognitio 12 (1), 105-119, jan/jun.
do autor). MERRELL, F. (1996) Signs Grow: semiosis and life processes. Toronto: University of Toronto Press.
2. Do que não deve ser entendido que Peirce negava a existência da consciência ou a possibilidade MLADENOV, I. (2019) “Before a Thought Appears (The Notion of the ‘Ground’ in Peirce’s Thou-
de seu conhecimento, mas o que ele de fato rechaça é a restrição de fenômenos mentais aos estados ght”. Em Non/Cognate Approaches: Relation & Representation, I. Mladenov and A. Feodorov (eds.),
conscientes. Dito de outro modo, a mente, sendo um fenômeno externo, não pode ser reduzido a 15-45. Sofia: Парадигма.
momentos internos do pensamento (vide a definição que Peirce faz de consciência enquanto senti- PAPE, H. (1993) “Final Causality in Peirce’s Semiotics and His Classification of the Sciences”.
mento, em CP 7.364, 1902). Transactions of the Charles S. Peirce Society, 29 (4), 581-607.
3. Uma classificação triádica da mente não foi uma invenção peirceana. À sua época, já haviam sido PEIRCE, C. S. (1931–1958) The Collected Papers of Charles S. Peirce (vols. 1 to 8), Vols. 1 to 6 edited
propostos vários modelos de organização da cognição em três categorias (dos quais, inclusive, Peirce by C. Hartshorne and P. Weiss, Vols. 7 and 8 edited by A. Burks. Cambridge, MA: Harvard Uni-
tinha conhecimento), e mesmo os de maior destaque, como o modelo kantiano e o platônico, por sua versity Press (Citado como CP seguido por volume e número do parágrafo).
vez, foram desenvolvimentos de tríades mentais prévias (Houser, 1983: 332). PEIRCE, C. S. (1992–1998) The Essential Peirce. Selected Philosophical Writings. Vol. 1 (1867–1893),
4. Deve-se ter em mente, porém, que o objeto dinâmico não diz respeito a uma realidade externa à ed. by N. Houser and C. Kloesel. Bloomington and Indianapolis: Indiana University Press (Citado
qual não temos nenhum acesso (Franco; Borges 2015: 85), como é o caso do objeto externo à mente como EP 1 seguido por número de página).
representado pelo vértice do triângulo. Ambos, contudo, só existem enquanto alvo, mas enquanto SANTAELLA, L. (2019) “A concepção ampliada da mente segundo C. S. Peirce”. Cognitio 20 (2),
espera-se que a correspondência entre signo e objeto seja encontrada in the long run (Ibid.: 88), o 392-403, jul./dez.
objeto externo à mente, uma vez que é inconcebível enquanto cognição, também o é em realidade. SHORT, T. (2007) Peirce’s theory of signs. New York: Cambridge University Press.
À medida que recuamos em direção às cognições determinantes, mais próximas do objeto externo, SKAGESTAD, P. (2006) “Peirce’s Semeiotic Model of the Mind”. Em The Cambridge Companion to
percebe-se sua perda de vivacidade e generalidade. O início ideal deste processo cognitivo é comple- Peirce, C. Misak (ed.), 241-256. Cambridge: Cambridge University Press.
tamente externo à consciência, é a coisa-em-si, não existe como tal. Isto é, aquilo que existe, só existe
em relação à mente. (Peirce 1868, EP 1: 52).
5. C. S. Peirce era químico e estudou com o método de classificação dos animais de Agassiz. (Fisch
1982: W1: xix-xxii)
6. O que nos remonta à lógica da fractalidade, o que também foi apontado por Esposito (2005: 5):
“Em uma passagem tardia [CP 4.642], antecipando noções dentro da geometria fractal, [Peirce]
continuou a refinar sua noção de continuidade.”

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

BELLUCCI, F. (2018) Peirce’s speculative grammar. Logic as semiotics. New York: Routledge.
BORGES, P.; FRANCO, J. (2019) “Causalidade, classes naturais e interpretantes finais. Uma abor-
dagem semiótica para a causação final”. Em Pragmatismo, Semiótica, Filosofia da Mente e Filosofia da
Neurociência, Araújo, A. et al (orgs.), 85-93. São Paulo: ANPOF.
ESPOSITO, J. (2005) “Synechism: the Keystone of Peirce’s Metaphysics”. Em The Commens En-
cyclopedia: The Digital Encyclopedia of Peirce Studies, M. Bergman, S. Paavola and J. Queiroz (eds.).
Atribución-NoComercial-CompartirIgual
CC BY-NC-SA

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


70 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 71
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http://dx.doi.org/10.35659/designis.i35p73-82
LOS ARTEFACTOS Y EL LENGUAJE: UNA MIRADA DESDE LA SEMIÓTICA COGNITIVA A LOS UNIVERSALES

Los artefactos y el lenguaje:


una mirada desde la semiótica
cognitiva a los universales1 /
Artifacts and language: a Cognitive
Semiotics universals’approach
Juan Carlos Mendoza-Collados
(pág 73 - pág 82)

El estudio de la relación entre la cultura material y el lenguaje tiene una larga tra-
dición, desde los avances en el campo de la evolución de la cultura hasta los hallazgos de las
ciencias cognitivas. Las recientes conclusiones de estos estudios se inclinan por la diversidad
lingüística y la lingüística evolutiva desestimando el rol de los universales. Este artículo
explora el papel de los artefactos en la constitución de patrones universales, proponiendo
que dentro de la evidente diversidad cultural –y del lenguaje– aún es válido considerar los
universales sin contradecir los nuevos paradigmas de las semióticas cognitivas. Esta idea está
soportada en la tesis de una ontología relacional entre los artefactos y el lenguaje.

Palabras clave: cultura material, semiótica cognitiva, universales, teoría de diseño.

The study of the relationship between material culture and language has a long
tradition, from the studies of cultural evolution to the findings of the cognitive sciences.
The recent conclusions of these studies in relation to the universals of language tend
towards linguistic diversity and evolutionary linguistics, neglecting the role of universals.
This article explores the role of artifacts in the constitution of universal patterns, propo-
sing that within the evident cultural diversity –and language diversity–, it is still valid to
consider universals without contradicting the new paradigms of cognitive semiotics. This
idea is supported by the thesis of a relational ontology between artifacts and language.

Keywords: material culture, cognitive semiotics, universals, design theory.

Mendoza-Collados es Profesor Asociado de la Universidad Nacional de Colombia. Docto-


rando en Semiótica Cognitiva por la Universidad de Lund, Suecia. Actualmente investiga el rol de
los artefactos en relación a la agencia con un enfoque de semiótica cognitiva. Es autor del libro “Se-
miótica del diseño con enfoque agentivo: Condiciones de significancia en artefactos de uso” y del ca-
pítulo quinto de libro “Meaning, Mind and Communication: Explorations in Cognitive Semiotics”
publicado por Jordan Zlatev y Piotr Konderak, entre otros textos. [email protected]

Recibido: 7/10/2020 Aprobado: 24/11/2020

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


72 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 73
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http://dx.doi.org/10.35659/designis.i35p73-82
LOS ARTEFACTOS Y EL LENGUAJE: UNA MIRADA DESDE LA SEMIÓTICA COGNITIVA A LOS UNIVERSALES

Los artefactos y el lenguaje:


una mirada desde la semiótica
cognitiva a los universales1 /
Artifacts and language: a Cognitive
Semiotics universals’approach
Juan Carlos Mendoza-Collados
(pág 73 - pág 82)

El estudio de la relación entre la cultura material y el lenguaje tiene una larga tra-
dición, desde los avances en el campo de la evolución de la cultura hasta los hallazgos de las
ciencias cognitivas. Las recientes conclusiones de estos estudios se inclinan por la diversidad
lingüística y la lingüística evolutiva desestimando el rol de los universales. Este artículo
explora el papel de los artefactos en la constitución de patrones universales, proponiendo
que dentro de la evidente diversidad cultural –y del lenguaje– aún es válido considerar los
universales sin contradecir los nuevos paradigmas de las semióticas cognitivas. Esta idea está
soportada en la tesis de una ontología relacional entre los artefactos y el lenguaje.

Palabras clave: cultura material, semiótica cognitiva, universales, teoría de diseño.

The study of the relationship between material culture and language has a long
tradition, from the studies of cultural evolution to the findings of the cognitive sciences.
The recent conclusions of these studies in relation to the universals of language tend
towards linguistic diversity and evolutionary linguistics, neglecting the role of universals.
This article explores the role of artifacts in the constitution of universal patterns, propo-
sing that within the evident cultural diversity –and language diversity–, it is still valid to
consider universals without contradicting the new paradigms of cognitive semiotics. This
idea is supported by the thesis of a relational ontology between artifacts and language.

Keywords: material culture, cognitive semiotics, universals, design theory.

Mendoza-Collados es Profesor Asociado de la Universidad Nacional de Colombia. Docto-


rando en Semiótica Cognitiva por la Universidad de Lund, Suecia. Actualmente investiga el rol de
los artefactos en relación a la agencia con un enfoque de semiótica cognitiva. Es autor del libro “Se-
miótica del diseño con enfoque agentivo: Condiciones de significancia en artefactos de uso” y del ca-
pítulo quinto de libro “Meaning, Mind and Communication: Explorations in Cognitive Semiotics”
publicado por Jordan Zlatev y Piotr Konderak, entre otros textos. [email protected]

Recibido: 7/10/2020 Aprobado: 24/11/2020

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JUAN CARLOS MENDOZA-COLLADOS LOS ARTEFACTOS Y EL LENGUAJE: UNA MIRADA DESDE LA SEMIÓTICA COGNITIVA A LOS UNIVERSALES

1. LA SEMIÓTICA COGNITIVA EN LA ESCUELA DE LUND 2. LOS UNIVERSALES: MITO O CIENCIA

Para ofrecer una nueva mirada al problema de los universales desde la semiótica El término universales se refiere a un patrón aplicable y común a los fenómenos in-
cognitiva, planteo contrastar la propuesta de Coseriu (1977) con los nuevos paradigmas de la dependiente del contexto. Esta noción puede tener diferentes significados, aplicaciones y
semiótica cognitiva, en particular de la escuela de Lund (Konderak 2018:33). Para ello, haré alcances de acuerdo al campo de estudio. En el campo de investigación de los sistemas de
una breve introducción del abordaje de la semiótica cognitiva en dicha escuela (Zlatev 2009, comunicación humana, Coseriu (1977) propone la distinción entre universales del lenguaje
2015, Sonesson 2009, 2015, Zlatev y Konderak 2016, Konderak 2018, Mendoza-Collazos, y universales de la lingüística. Estos últimos se refieren a la teoría lingüística: un corpus
Zlatev y Sonesson 2020). Posteriormente presentaré los puntos clave de los universales del de conocimiento sistematizado útil para estudiar la diversidad del lenguaje desde la pers-
lenguaje en Coseriu y de la revisión crítica de Evans y Levinson (2009). Luego, profundizo en pectiva de metodologías y principios. Es el nivel de la lingüística como ciencia (Coseriu
la ontología relacional del lenguaje y la cultura material para establecer el vínculo que existe 1977:328) y de la epistemología lingüística, estableciendo nociones y métodos generales de
entre los artefactos y el lenguaje. Lo anterior es útil para argumentar que algunos universales aplicación universal. En cambio, los universales del lenguaje se refieren a “propiedades del
están basados en artefactos sobre los cuales orbitan estructuras semánticas y organizaciones lenguaje mismo” (ibid.:328*). Las analogías y similitudes estructurales en fonemas, catego-
gramaticales, por lo tanto, constituyen universales del lenguaje basados en artefactos. rías gramaticales o tipos de oraciones entre diferentes lenguas, son buenos ejemplos de ello.

La semiótica cognitiva, según la escuela de Lund, es “un nuevo campo transdisci- Por otra parte, para Evans y Levinson (2009), los universales del lenguaje no pa-
plinar centrado en el fenómeno multifacético del sentido” (Zlatev 2015:1043*) que tiene san de ser un mito. Estos autores, con un enfoque cognitivo, cuestionan la existencia de
como objetivo “integrar hechos y hallazgos, así como conceptos y métodos, desarrollados universales usualmente aceptados como los sintagmas, las categorías léxicas, las reglas de
dentro de la semiótica, la lingüística, la ciencia cognitiva y otras ciencias” (Mendoza-Co- estructura o los afijos verbales. Para ello, exponen múltiples ejemplos de lenguas mostran-
llazos, Zlatev y Sonesson 2020:3*). do casos en que dichos universales no se cumplen. Su alternativa propone la diversidad del
lenguaje como norma, siendo el único factor crucial para la comprensión de la naturaleza
En cuanto a sus métodos, Konderak afirma que “la escuela de Lund está fuertemen- del lenguaje y su papel en la cognición humana (Evans y Levinson 2009:431). Con esto,
te influenciada por el enfoque fenomenológico de la mente, la psicología gibsoniana y la apuestan por un enfoque evolutivo para el estudio del lenguaje. En dicho enfoque, lo que
idea de embodiment” (Konderak 2018:11*). Según Göran Sonesson, esta semiótica consi- existe es una serie de propiedades que son generales pero que se manifiestan en la diversi-
dera la fenomenología “no como un dominio sustantivo, sino como un método” (Sonesson dad, por ejemplo, los humanos comparten la misma neuroanatomía independiente de la
2009:41*), dentro de la pluralidad de métodos de los que se sirve la semiótica cognitiva y cultura. Sin embargo, la cultura incide en dichas propiedades, lo que explica la diversidad
que son entendidos como diferentes modos de acceder al conocimiento (Zlatev 2009:179). del lenguaje. Así, el lenguaje es un “híbrido biocultural” (ibid.:446*) y la cognición hu-
El propósito, por tanto, es tejer un puente entre las ciencias naturales y las ciencias hu- mana es capaz de adaptarse a diferentes condiciones a partir de unas mismas propiedades
manas, que concilie sus aproximaciones y resultados para explicar conjuntamente el fenó- cognitivas, lo que dista de ser una matriz preestablecida de una gramática universal.
meno del sentido. Esto permite asumir programas de investigación que responden tanto
a las preguntas de la semiótica tradicional como aquellas derivadas de la biosemiótica, la Comparando el abordaje de Evans y Levinson con la propuesta de Coseriu, los primeros
filosofía de la mente, la evolución del lenguaje o las ciencias cognitivas en un nuevo mo- omiten la distinción entre universales lingüísticos y universales del lenguaje. No es claro si es una
delo integrado, propiamente semiótico (Sonesson 2009:42). omisión a propósito o simple desconocimiento del trabajo del rumano. En cambio, se debe notar
que los universales entendidos como metodologías científicas, en principio, no se verían afectados
Para ello se propone una triangulación de los diferentes métodos de acuerdo a la por las críticas de Evans y Levinson. Como lo afirma Robert Freidin, no es posible desaprobar las
perspectiva que tome el investigador frente a los datos o información disponible (Zlatev hipótesis de la gramática [universal] solamente a partir de ejemplos puntuales (Freidin 2009:454).
2015:1059). De este modo, el investigador puede asumir una perspectiva en primera per-
sona cuando sus métodos están basados en el análisis conceptual y la reducción fenoménica En las siguientes líneas propongo un balance entre estos dos abordajes, por medio
(Sonesson 2009); en segunda persona cuando están basados en la empatía e interacción di- de la propuesta de una ontología relacional entre artefactos y lenguaje que, desde la semió-
recta, por ejemplo, en la observación participante; y finalmente métodos en tercera persona tica cognitiva, insiste en la posibilidad de universales tanto en el mundo artificial como
como es el caso de los experimentos de las neurociencias. La semiótica cognitiva propone en el mundo de las ideas.
transitar entre estas tres perspectivas, consiguiendo el llamado bucle empírico conceptual
(Zlatev 2015:1058*). Ejemplos aplicados de este modelo se pueden observar en Louhema
et al. 2019; Ureña 2019; Mouratidou 2019; Zlatev, Żywiczyński y Wacewicz 2020; Gi- 3. CULTURA MATERIAL Y UNIVERSALES DEL LENGUAJE: UNA ONTOLOGÍA RELACIONAL
raldo 2020; Mendoza-Collazos y Sonesson 2020; Pielli y Zlatev 2020. Este artículo corres-
ponde al inicio del bucle: un análisis conceptual de la noción de universales, con enfoque La ontología relacional es una posición filosófica que afirma que “las relaciones en-
teórico y argumentación basada en ejemplos tomados de la literatura. tre entidades son ontológicamente más fundamentales que las propias entidades” (Wild-

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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JUAN CARLOS MENDOZA-COLLADOS LOS ARTEFACTOS Y EL LENGUAJE: UNA MIRADA DESDE LA SEMIÓTICA COGNITIVA A LOS UNIVERSALES

1. LA SEMIÓTICA COGNITIVA EN LA ESCUELA DE LUND 2. LOS UNIVERSALES: MITO O CIENCIA

Para ofrecer una nueva mirada al problema de los universales desde la semiótica El término universales se refiere a un patrón aplicable y común a los fenómenos in-
cognitiva, planteo contrastar la propuesta de Coseriu (1977) con los nuevos paradigmas de la dependiente del contexto. Esta noción puede tener diferentes significados, aplicaciones y
semiótica cognitiva, en particular de la escuela de Lund (Konderak 2018:33). Para ello, haré alcances de acuerdo al campo de estudio. En el campo de investigación de los sistemas de
una breve introducción del abordaje de la semiótica cognitiva en dicha escuela (Zlatev 2009, comunicación humana, Coseriu (1977) propone la distinción entre universales del lenguaje
2015, Sonesson 2009, 2015, Zlatev y Konderak 2016, Konderak 2018, Mendoza-Collazos, y universales de la lingüística. Estos últimos se refieren a la teoría lingüística: un corpus
Zlatev y Sonesson 2020). Posteriormente presentaré los puntos clave de los universales del de conocimiento sistematizado útil para estudiar la diversidad del lenguaje desde la pers-
lenguaje en Coseriu y de la revisión crítica de Evans y Levinson (2009). Luego, profundizo en pectiva de metodologías y principios. Es el nivel de la lingüística como ciencia (Coseriu
la ontología relacional del lenguaje y la cultura material para establecer el vínculo que existe 1977:328) y de la epistemología lingüística, estableciendo nociones y métodos generales de
entre los artefactos y el lenguaje. Lo anterior es útil para argumentar que algunos universales aplicación universal. En cambio, los universales del lenguaje se refieren a “propiedades del
están basados en artefactos sobre los cuales orbitan estructuras semánticas y organizaciones lenguaje mismo” (ibid.:328*). Las analogías y similitudes estructurales en fonemas, catego-
gramaticales, por lo tanto, constituyen universales del lenguaje basados en artefactos. rías gramaticales o tipos de oraciones entre diferentes lenguas, son buenos ejemplos de ello.

La semiótica cognitiva, según la escuela de Lund, es “un nuevo campo transdisci- Por otra parte, para Evans y Levinson (2009), los universales del lenguaje no pa-
plinar centrado en el fenómeno multifacético del sentido” (Zlatev 2015:1043*) que tiene san de ser un mito. Estos autores, con un enfoque cognitivo, cuestionan la existencia de
como objetivo “integrar hechos y hallazgos, así como conceptos y métodos, desarrollados universales usualmente aceptados como los sintagmas, las categorías léxicas, las reglas de
dentro de la semiótica, la lingüística, la ciencia cognitiva y otras ciencias” (Mendoza-Co- estructura o los afijos verbales. Para ello, exponen múltiples ejemplos de lenguas mostran-
llazos, Zlatev y Sonesson 2020:3*). do casos en que dichos universales no se cumplen. Su alternativa propone la diversidad del
lenguaje como norma, siendo el único factor crucial para la comprensión de la naturaleza
En cuanto a sus métodos, Konderak afirma que “la escuela de Lund está fuertemen- del lenguaje y su papel en la cognición humana (Evans y Levinson 2009:431). Con esto,
te influenciada por el enfoque fenomenológico de la mente, la psicología gibsoniana y la apuestan por un enfoque evolutivo para el estudio del lenguaje. En dicho enfoque, lo que
idea de embodiment” (Konderak 2018:11*). Según Göran Sonesson, esta semiótica consi- existe es una serie de propiedades que son generales pero que se manifiestan en la diversi-
dera la fenomenología “no como un dominio sustantivo, sino como un método” (Sonesson dad, por ejemplo, los humanos comparten la misma neuroanatomía independiente de la
2009:41*), dentro de la pluralidad de métodos de los que se sirve la semiótica cognitiva y cultura. Sin embargo, la cultura incide en dichas propiedades, lo que explica la diversidad
que son entendidos como diferentes modos de acceder al conocimiento (Zlatev 2009:179). del lenguaje. Así, el lenguaje es un “híbrido biocultural” (ibid.:446*) y la cognición hu-
El propósito, por tanto, es tejer un puente entre las ciencias naturales y las ciencias hu- mana es capaz de adaptarse a diferentes condiciones a partir de unas mismas propiedades
manas, que concilie sus aproximaciones y resultados para explicar conjuntamente el fenó- cognitivas, lo que dista de ser una matriz preestablecida de una gramática universal.
meno del sentido. Esto permite asumir programas de investigación que responden tanto
a las preguntas de la semiótica tradicional como aquellas derivadas de la biosemiótica, la Comparando el abordaje de Evans y Levinson con la propuesta de Coseriu, los primeros
filosofía de la mente, la evolución del lenguaje o las ciencias cognitivas en un nuevo mo- omiten la distinción entre universales lingüísticos y universales del lenguaje. No es claro si es una
delo integrado, propiamente semiótico (Sonesson 2009:42). omisión a propósito o simple desconocimiento del trabajo del rumano. En cambio, se debe notar
que los universales entendidos como metodologías científicas, en principio, no se verían afectados
Para ello se propone una triangulación de los diferentes métodos de acuerdo a la por las críticas de Evans y Levinson. Como lo afirma Robert Freidin, no es posible desaprobar las
perspectiva que tome el investigador frente a los datos o información disponible (Zlatev hipótesis de la gramática [universal] solamente a partir de ejemplos puntuales (Freidin 2009:454).
2015:1059). De este modo, el investigador puede asumir una perspectiva en primera per-
sona cuando sus métodos están basados en el análisis conceptual y la reducción fenoménica En las siguientes líneas propongo un balance entre estos dos abordajes, por medio
(Sonesson 2009); en segunda persona cuando están basados en la empatía e interacción di- de la propuesta de una ontología relacional entre artefactos y lenguaje que, desde la semió-
recta, por ejemplo, en la observación participante; y finalmente métodos en tercera persona tica cognitiva, insiste en la posibilidad de universales tanto en el mundo artificial como
como es el caso de los experimentos de las neurociencias. La semiótica cognitiva propone en el mundo de las ideas.
transitar entre estas tres perspectivas, consiguiendo el llamado bucle empírico conceptual
(Zlatev 2015:1058*). Ejemplos aplicados de este modelo se pueden observar en Louhema
et al. 2019; Ureña 2019; Mouratidou 2019; Zlatev, Żywiczyński y Wacewicz 2020; Gi- 3. CULTURA MATERIAL Y UNIVERSALES DEL LENGUAJE: UNA ONTOLOGÍA RELACIONAL
raldo 2020; Mendoza-Collazos y Sonesson 2020; Pielli y Zlatev 2020. Este artículo corres-
ponde al inicio del bucle: un análisis conceptual de la noción de universales, con enfoque La ontología relacional es una posición filosófica que afirma que “las relaciones en-
teórico y argumentación basada en ejemplos tomados de la literatura. tre entidades son ontológicamente más fundamentales que las propias entidades” (Wild-

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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JUAN CARLOS MENDOZA-COLLADOS LOS ARTEFACTOS Y EL LENGUAJE: UNA MIRADA DESDE LA SEMIÓTICA COGNITIVA A LOS UNIVERSALES

man 2006:1*). Así, el mundo material establece una relación ontológica con el lenguaje. guaje Yukpa, ya que son un “sistema simbólico articulado para la expresión del pensa-
Coseriu, por ejemplo, afirma que algunos universales empíricos podrían estar motivados miento”, cumpliendo los criterios dados por Jordan Zlatev para dichos sistemas (Zlatev
“por otras necesidades además de la necesidad lógica […] los lenguajes, al ser técnicas 2018:13*):
históricas, también se rigen por la inteligencia práctica o bien por la estructura física y psí-
quica del hombre y por las condiciones de vida en la Tierra” (Coseriu 1977:323*). Coseriu (a) Criterio de representación: los artefactos Yukpa representan objetos y relaciones
coincide con nuestra tesis de una ontología relacional al afirmar que “describir una lengua en el mundo, no sólo conceptos o pensamientos preexistentes.
desde su propio punto de vista no significa desconocer las relaciones que se manifiestan
entre esta lengua y la realidad” (ibid.:341*). (b) Criterio de convencionalidad: el sistema simbólico de los artefactos se comparte
dentro de la comunidad y está “fuertemente motivado por la experiencia prelin-
Al mismo tiempo, Evans y Levinson también refieren la ontología relacional güística a través de relaciones de iconicidad” (ibid.:13*).
cuando afirman: “el lenguaje es un híbrido biocultural, un producto de la coevolución
intensiva de genes y cultura” (Evans y Levinson 2009:431*). En ese mismo sentido, c) Criterio comunicacional: los artefactos expresan una intención comunicativa.
los autores afirman que “el papel dual de los atractores biológicos e histórico-culturales No es solo una mochila, la mochila denota un mundo complejo de ricas relaciones
subraya la necesidad de un modelo coevolutivo del lenguaje humano, donde hay inte- conceptuales.
racción entre entidades de órdenes completamente diferentes, limitaciones biológicas y
tradiciones histórico-culturales” (ibid.: 446*). d) Criterio de sistematicidad: Los artefactos Yukpa se interrelacionan sistemática-
mente, presentando estructuras articuladas dentro de cada objeto y relación sisté-
Establecida dicha relación ontológica, mi propuesta de universales basados en ​​ mica entre objetos por medio de diversas relaciones parte–todo. Estos artefactos
artefactos se centra en las tres clases principales de universales de Coseriu: posible, esen- tienen una sintaxis, mediante la combinación de materiales, funciones, técnicas de
cial y empírico (ver su definición en la Tabla 1, segunda columna). Al mismo tiempo, fabricación, colores y formas. Los artefactos Yukpa comparten estos criterios con el
explora patrones y mecanismos universales para la diversidad. Un interesante artículo lenguaje, aunque comunican de una forma completamente diferente.
de investigación publicado en 2018 nos ofrece un caso de estudio para el análisis de la
estrecha relación entre artefactos y lenguaje. Ernst Halbmayer, antropólogo alemán, in- En cuanto a los universales de la artificialidad, la capacidad de fabricación de ar-
vestigó a la comunidad Yukpa en la Colombia profunda. El pueblo Yukpa está ubicado tefactos puede considerarse un universal empírico ya que no se tiene noticia de grupos
en la Sierra del Perijá en un territorio compartido entre Colombia y Venezuela. La inves- humanos sin cultura material. Cuando este rasgo humano extralingüístico se relaciona con
tigación de Halbmayer muestra la conexión –de hecho, la fusión– entre los artefactos y el lenguaje, se pueden establecer algunos universales basados en artefactos. En la Tabla 1
los sistemas de escritura en el pueblo Yukpa. Halbmayer usa términos como textualidad se muestra una propuesta preliminar de estos universales.
material para explicar el fenómeno. Los artefactos para los Yukpa son la contraparte vi-
sual del lenguaje. No es que los artefactos tengan adiciones decorativas con significados En el nivel de los universales posibles, tomemos el caso de las flechas Yanomami
simbólicos aislados, el artefacto en sí mismo es una escritura sin palabras. El diseño y la llamadas shereka. Una shereka es un objeto categórico que materializa una relación com-
fabricación de artefactos constituyen el sistema de escritura para los Yukpa. pleja con el mundo. La unidad léxica –shereka– es una manifestación de la diversidad
lingüística, que combina género, clase y autoría en una misma palabra. A su vez, dichos
Por ejemplo, el tejido de la correa en una mochila es leído como un rasgo elementos son una manifestación de posibles categorías funcionales universales.
biográfico de un niño en particular, construido a partir de variaciones complejas de
elementos básicos simples –rayas y colores–. El diseño determina la identidad perso- En el nivel de los universales esenciales, existe una relación análoga entre la cultura
nal y, al mismo tiempo, funciona como un amuleto de protección –el patrón de tejido material y el lenguaje, ya que algunos rasgos absolutos y necesarios del lenguaje tienen su
del cinturón debe repetirse durante toda la vida, de lo contrario pierde su poder–. El correlato con los artefactos. Por tanto, el tratamiento de los artefactos como medio para la
tejido también nos dice quién hizo la mochila y qué circunstancias están asociadas a su abstracción del pensamiento es similar al uso del lenguaje para la expresión de las ideas.
fabricación. En este caso, por ejemplo, el cinturón lo fabricó la esposa del chamán, no Los tejidos de la mochila son una abstracción de la cosmovisión Yukpa, con una capacidad
la madre del niño (Halbmayer 2018:192), lo cual se puede inferir a partir del diseño comunicativa equivalente –aunque distinta– a la expresión de dicha cosmovisión con el
y el tipo de trama utilizado. uso del lenguaje. La abstracción del pensamiento y su reificación a través de la escritura o
el habla es un universal absoluto del lenguaje, análogo a dicha reificación utilizando arte-
Los significados están inscritos en la constitución material de los artefactos y factos, como en el caso de los objetos rituales.
trascienden los elementos puramente decorativos. Las configuraciones de diseño, los
materiales, las técnicas de fabricación y los detalles constituyen una intención comuni-
cativa (ibid.:196). Los artefactos pueden considerarse un sistema de escritura del len-

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man 2006:1*). Así, el mundo material establece una relación ontológica con el lenguaje. guaje Yukpa, ya que son un “sistema simbólico articulado para la expresión del pensa-
Coseriu, por ejemplo, afirma que algunos universales empíricos podrían estar motivados miento”, cumpliendo los criterios dados por Jordan Zlatev para dichos sistemas (Zlatev
“por otras necesidades además de la necesidad lógica […] los lenguajes, al ser técnicas 2018:13*):
históricas, también se rigen por la inteligencia práctica o bien por la estructura física y psí-
quica del hombre y por las condiciones de vida en la Tierra” (Coseriu 1977:323*). Coseriu (a) Criterio de representación: los artefactos Yukpa representan objetos y relaciones
coincide con nuestra tesis de una ontología relacional al afirmar que “describir una lengua en el mundo, no sólo conceptos o pensamientos preexistentes.
desde su propio punto de vista no significa desconocer las relaciones que se manifiestan
entre esta lengua y la realidad” (ibid.:341*). (b) Criterio de convencionalidad: el sistema simbólico de los artefactos se comparte
dentro de la comunidad y está “fuertemente motivado por la experiencia prelin-
Al mismo tiempo, Evans y Levinson también refieren la ontología relacional güística a través de relaciones de iconicidad” (ibid.:13*).
cuando afirman: “el lenguaje es un híbrido biocultural, un producto de la coevolución
intensiva de genes y cultura” (Evans y Levinson 2009:431*). En ese mismo sentido, c) Criterio comunicacional: los artefactos expresan una intención comunicativa.
los autores afirman que “el papel dual de los atractores biológicos e histórico-culturales No es solo una mochila, la mochila denota un mundo complejo de ricas relaciones
subraya la necesidad de un modelo coevolutivo del lenguaje humano, donde hay inte- conceptuales.
racción entre entidades de órdenes completamente diferentes, limitaciones biológicas y
tradiciones histórico-culturales” (ibid.: 446*). d) Criterio de sistematicidad: Los artefactos Yukpa se interrelacionan sistemática-
mente, presentando estructuras articuladas dentro de cada objeto y relación sisté-
Establecida dicha relación ontológica, mi propuesta de universales basados en ​​ mica entre objetos por medio de diversas relaciones parte–todo. Estos artefactos
artefactos se centra en las tres clases principales de universales de Coseriu: posible, esen- tienen una sintaxis, mediante la combinación de materiales, funciones, técnicas de
cial y empírico (ver su definición en la Tabla 1, segunda columna). Al mismo tiempo, fabricación, colores y formas. Los artefactos Yukpa comparten estos criterios con el
explora patrones y mecanismos universales para la diversidad. Un interesante artículo lenguaje, aunque comunican de una forma completamente diferente.
de investigación publicado en 2018 nos ofrece un caso de estudio para el análisis de la
estrecha relación entre artefactos y lenguaje. Ernst Halbmayer, antropólogo alemán, in- En cuanto a los universales de la artificialidad, la capacidad de fabricación de ar-
vestigó a la comunidad Yukpa en la Colombia profunda. El pueblo Yukpa está ubicado tefactos puede considerarse un universal empírico ya que no se tiene noticia de grupos
en la Sierra del Perijá en un territorio compartido entre Colombia y Venezuela. La inves- humanos sin cultura material. Cuando este rasgo humano extralingüístico se relaciona con
tigación de Halbmayer muestra la conexión –de hecho, la fusión– entre los artefactos y el lenguaje, se pueden establecer algunos universales basados en artefactos. En la Tabla 1
los sistemas de escritura en el pueblo Yukpa. Halbmayer usa términos como textualidad se muestra una propuesta preliminar de estos universales.
material para explicar el fenómeno. Los artefactos para los Yukpa son la contraparte vi-
sual del lenguaje. No es que los artefactos tengan adiciones decorativas con significados En el nivel de los universales posibles, tomemos el caso de las flechas Yanomami
simbólicos aislados, el artefacto en sí mismo es una escritura sin palabras. El diseño y la llamadas shereka. Una shereka es un objeto categórico que materializa una relación com-
fabricación de artefactos constituyen el sistema de escritura para los Yukpa. pleja con el mundo. La unidad léxica –shereka– es una manifestación de la diversidad
lingüística, que combina género, clase y autoría en una misma palabra. A su vez, dichos
Por ejemplo, el tejido de la correa en una mochila es leído como un rasgo elementos son una manifestación de posibles categorías funcionales universales.
biográfico de un niño en particular, construido a partir de variaciones complejas de
elementos básicos simples –rayas y colores–. El diseño determina la identidad perso- En el nivel de los universales esenciales, existe una relación análoga entre la cultura
nal y, al mismo tiempo, funciona como un amuleto de protección –el patrón de tejido material y el lenguaje, ya que algunos rasgos absolutos y necesarios del lenguaje tienen su
del cinturón debe repetirse durante toda la vida, de lo contrario pierde su poder–. El correlato con los artefactos. Por tanto, el tratamiento de los artefactos como medio para la
tejido también nos dice quién hizo la mochila y qué circunstancias están asociadas a su abstracción del pensamiento es similar al uso del lenguaje para la expresión de las ideas.
fabricación. En este caso, por ejemplo, el cinturón lo fabricó la esposa del chamán, no Los tejidos de la mochila son una abstracción de la cosmovisión Yukpa, con una capacidad
la madre del niño (Halbmayer 2018:192), lo cual se puede inferir a partir del diseño comunicativa equivalente –aunque distinta– a la expresión de dicha cosmovisión con el
y el tipo de trama utilizado. uso del lenguaje. La abstracción del pensamiento y su reificación a través de la escritura o
el habla es un universal absoluto del lenguaje, análogo a dicha reificación utilizando arte-
Los significados están inscritos en la constitución material de los artefactos y factos, como en el caso de los objetos rituales.
trascienden los elementos puramente decorativos. Las configuraciones de diseño, los
materiales, las técnicas de fabricación y los detalles constituyen una intención comuni-
cativa (ibid.:196). Los artefactos pueden considerarse un sistema de escritura del len-

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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culturales en relación con las estrategias de los seres humanos para poseer cultura, que tam-
Tipo de universal Descripción Caso Ejemplo
bién hacen eco en los trabajos de Leroi-Gourhan (1943, 1945, 1964). La artificialidad como
Sustantivo que indica factor motivante de patrones recurrentes en una lengua es una característica universal. Tooby
Funciones y género y clase:
Posible Categorías potenciales categorías Shereka (Flechas que
y Cosmides afirman: “Todos los seres humanos tienden a imponer al mundo una organización
funcionales. indican hombres casados conceptual común y abarcadora, hecha posible por mecanismos universales que operan sobre
en el pueblo Yanomami) las características recurrentes de la vida humana” (Tooby y Cosmides 1992:91*).
Abstracción del
Absolutos y Máscaras para rituales, Evans y Levinson se refieren a esos mecanismos como restricciones de diseño que generan
Esencial pensamiento a través
necesarios Coronas
de la reificación patrones de respuesta de tipo cognitivo, funcional o socio-histórico (Evans y Levinson 2009:446).
Generalización Rikirikimi (sustantivo) Un caso particular de patrones de respuesta de naturaleza socio-histórica, son las adaptaciones
Onomatopeyas
Empírico de propiedades
basadas en artefactos
sonajero, cognitivas motivadas por la cultura material en general, y por artefactos específicos en particular.
particulares clic (sonido del mouse) Propongo llamar a estos objetos culturales, artefactos universales. Estos artefactos son parte de una
Un artefacto para
Silla (sustantivo) red cultural de situaciones recurrentes como cazar y comer. Estas situaciones requieren artefactos
Dujíya (verbo), transculturales que, si bien poseen diversidad en materiales y formas, también poseen universa-
= función, ≠ sentarse se denota
Denotación (a) centrándose en la acción
naturaleza semántica como sustantivo o
de sentarse para denotar
lidad y recurrencia en las soluciones –contenedores, bordes afilados–. La forma en que los seres
como verbo humanos se refieren, tratan y se relacionan con los artefactos universales es transcultural –en el
el objeto (Tucano)
nivel posible y esencial– y diversa –en el nivel empírico–. La necesidad de interacción social a
Un artefacto para la
= función, = Flecha (sustantivo) través de los artefactos genera organizaciones gramaticales y relaciones semánticas que permiten,
Denotación (b) caza se denota como
naturaleza semántica Shereka (sustantivo) básicamente, hablar de las cosas: esta es la ontología relacional del lenguaje y la cultura material.
sustantivo
Hacha (sustantivo), en
Un artefacto para Una lista preliminar de artefactos universales incluye: recipientes, bordes afilados, adornos,
español y en Yanomami.
cortar se denota con
Denotación (c) = función = expresión Este caso tiende a refugio, telas, objetos puntiagudos, cuerdas, objetos rituales, instrumentos musicales, contadores y
la misma expresión y
0 y se produce por palancas, palos y barras. La relación con los universales del lenguaje se muestra en la Tabla 2.
función
enculturación.

Tabla 1. Universales basados en artefactos. Los tipos de universales son de Coseriu (1977).
Algunos ejemplos basados en Myers y Cipolleti (2004).
Esencial (absolutos) Posible (categorías) Empírico (casos)
En el nivel de los universales empíricos, la formación de sustantivos a partir de Cerámica Jarras, copas, vasos
Contenedores
características de artefactos mediante onomatopeyas puede generalizarse a todos los idio- Cestería Cajas y canastos
mas a partir de casos en idiomas particulares: la onomatopeya del sonajero Yanomami o el
Objetos puntudos Jarras, copas, vasos
sonido producido al presionar una tecla son ejemplo de ello. Otro caso adicional es el uso
de discursos y artefactos especiales para eventos especiales, hecho que puede generalizarse Objetos afilados Cajas y canastos
Herramientas
a la mayoría de los idiomas y culturas –generalización de propiedades particulares–. Cuerdas Lazos, cordones
Palos y barras Palillos, columnas
Finalmente, los universales en los niveles de denotación (a), (b) y (c), se basan en la ma-
Telas y tejidos Poncho, cobijas
nifestación de casos que implican artefactos, donde dichos universales están motivados por la
red de relaciones en torno al artefacto. Por ejemplo, en el tipo (a) el acto de sentarse –la realidad Protección Ropa Taparrabos, pantalón
denotada– está relacionado con el artefacto [silla], que en español divide el sustantivo del verbo. Vivienda Casa, Malocas
Mientras que, para los Tucano, la realidad denotada –el acto de sentarse– se fusiona con el arte- Objetos puntudos Jarras, copas, vasos
facto, usando una función lingüística diferente para la silla: un verbo (West y Welch 2004:16). Objetos afilados Cajas y canastos
Herramientas
Un argumento adicional para proponer universales basados ​​en artefactos es la in- Cuerdas Lazos, cordones
fluencia de la cultura material en la generación de estructuras conceptuales. Como expresa Palos y barras Palillos, columnas
Bradley Franks: “la exposición a condiciones específicas de la vida social conduce a condicio-
Tabla 2. Artefactos universales. La clasificación de los artefactos en relación a los universales es una elaboración
nes específicas en lo mental en forma de creencias o tendencias a procesar información de for- propia. Las categorías están basadas en los universales humanos de Brown (1991) y que tiene como antecedente los
ma culturalmente específica” (Franks 2014:417*). Este autor propone la noción de universales trabajos de Leroi-Gourhan (1943, 1945, 1964).

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


78 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 79
Depósito Legal B.3146-2001 Universidad de Rosario (Argentina) Versión electrónica: designisfels.net
JUAN CARLOS MENDOZA-COLLADOS LOS ARTEFACTOS Y EL LENGUAJE: UNA MIRADA DESDE LA SEMIÓTICA COGNITIVA A LOS UNIVERSALES

culturales en relación con las estrategias de los seres humanos para poseer cultura, que tam-
Tipo de universal Descripción Caso Ejemplo
bién hacen eco en los trabajos de Leroi-Gourhan (1943, 1945, 1964). La artificialidad como
Sustantivo que indica factor motivante de patrones recurrentes en una lengua es una característica universal. Tooby
Funciones y género y clase:
Posible Categorías potenciales categorías Shereka (Flechas que
y Cosmides afirman: “Todos los seres humanos tienden a imponer al mundo una organización
funcionales. indican hombres casados conceptual común y abarcadora, hecha posible por mecanismos universales que operan sobre
en el pueblo Yanomami) las características recurrentes de la vida humana” (Tooby y Cosmides 1992:91*).
Abstracción del
Absolutos y Máscaras para rituales, Evans y Levinson se refieren a esos mecanismos como restricciones de diseño que generan
Esencial pensamiento a través
necesarios Coronas
de la reificación patrones de respuesta de tipo cognitivo, funcional o socio-histórico (Evans y Levinson 2009:446).
Generalización Rikirikimi (sustantivo) Un caso particular de patrones de respuesta de naturaleza socio-histórica, son las adaptaciones
Onomatopeyas
Empírico de propiedades
basadas en artefactos
sonajero, cognitivas motivadas por la cultura material en general, y por artefactos específicos en particular.
particulares clic (sonido del mouse) Propongo llamar a estos objetos culturales, artefactos universales. Estos artefactos son parte de una
Un artefacto para
Silla (sustantivo) red cultural de situaciones recurrentes como cazar y comer. Estas situaciones requieren artefactos
Dujíya (verbo), transculturales que, si bien poseen diversidad en materiales y formas, también poseen universa-
= función, ≠ sentarse se denota
Denotación (a) centrándose en la acción
naturaleza semántica como sustantivo o
de sentarse para denotar
lidad y recurrencia en las soluciones –contenedores, bordes afilados–. La forma en que los seres
como verbo humanos se refieren, tratan y se relacionan con los artefactos universales es transcultural –en el
el objeto (Tucano)
nivel posible y esencial– y diversa –en el nivel empírico–. La necesidad de interacción social a
Un artefacto para la
= función, = Flecha (sustantivo) través de los artefactos genera organizaciones gramaticales y relaciones semánticas que permiten,
Denotación (b) caza se denota como
naturaleza semántica Shereka (sustantivo) básicamente, hablar de las cosas: esta es la ontología relacional del lenguaje y la cultura material.
sustantivo
Hacha (sustantivo), en
Un artefacto para Una lista preliminar de artefactos universales incluye: recipientes, bordes afilados, adornos,
español y en Yanomami.
cortar se denota con
Denotación (c) = función = expresión Este caso tiende a refugio, telas, objetos puntiagudos, cuerdas, objetos rituales, instrumentos musicales, contadores y
la misma expresión y
0 y se produce por palancas, palos y barras. La relación con los universales del lenguaje se muestra en la Tabla 2.
función
enculturación.

Tabla 1. Universales basados en artefactos. Los tipos de universales son de Coseriu (1977).
Algunos ejemplos basados en Myers y Cipolleti (2004).
Esencial (absolutos) Posible (categorías) Empírico (casos)
En el nivel de los universales empíricos, la formación de sustantivos a partir de Cerámica Jarras, copas, vasos
Contenedores
características de artefactos mediante onomatopeyas puede generalizarse a todos los idio- Cestería Cajas y canastos
mas a partir de casos en idiomas particulares: la onomatopeya del sonajero Yanomami o el
Objetos puntudos Jarras, copas, vasos
sonido producido al presionar una tecla son ejemplo de ello. Otro caso adicional es el uso
de discursos y artefactos especiales para eventos especiales, hecho que puede generalizarse Objetos afilados Cajas y canastos
Herramientas
a la mayoría de los idiomas y culturas –generalización de propiedades particulares–. Cuerdas Lazos, cordones
Palos y barras Palillos, columnas
Finalmente, los universales en los niveles de denotación (a), (b) y (c), se basan en la ma-
Telas y tejidos Poncho, cobijas
nifestación de casos que implican artefactos, donde dichos universales están motivados por la
red de relaciones en torno al artefacto. Por ejemplo, en el tipo (a) el acto de sentarse –la realidad Protección Ropa Taparrabos, pantalón
denotada– está relacionado con el artefacto [silla], que en español divide el sustantivo del verbo. Vivienda Casa, Malocas
Mientras que, para los Tucano, la realidad denotada –el acto de sentarse– se fusiona con el arte- Objetos puntudos Jarras, copas, vasos
facto, usando una función lingüística diferente para la silla: un verbo (West y Welch 2004:16). Objetos afilados Cajas y canastos
Herramientas
Un argumento adicional para proponer universales basados ​​en artefactos es la in- Cuerdas Lazos, cordones
fluencia de la cultura material en la generación de estructuras conceptuales. Como expresa Palos y barras Palillos, columnas
Bradley Franks: “la exposición a condiciones específicas de la vida social conduce a condicio-
Tabla 2. Artefactos universales. La clasificación de los artefactos en relación a los universales es una elaboración
nes específicas en lo mental en forma de creencias o tendencias a procesar información de for- propia. Las categorías están basadas en los universales humanos de Brown (1991) y que tiene como antecedente los
ma culturalmente específica” (Franks 2014:417*). Este autor propone la noción de universales trabajos de Leroi-Gourhan (1943, 1945, 1964).

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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JUAN CARLOS MENDOZA-COLLADOS LOS ARTEFACTOS Y EL LENGUAJE: UNA MIRADA DESDE LA SEMIÓTICA COGNITIVA A LOS UNIVERSALES

La importancia de proponer una clasificación de los artefactos universales –en rela- vestigaciones aparece en Audouze 2002, aquí nos hemos enfocado en los productos de dichos procesos.
ción con los universales del lenguaje– se basa en que los seres humanos se refieren, tratan 4. Zlatev aclara que la noción de objeto categórico “se usa para denotar ‘objetos’ complejos: no
y se relacionan con estos artefactos de manera que afectan sus estructuras conceptuales, es solo un automóvil, sino un automóvil rojo; no solo John y el perro, sino el perro de John” (Zlatev
decir, sus maneras de pensar y actuar. Son objetos comunes a todas las culturas, pero con 2018:13*). En nuestro ejemplo de los Yukpa, no se trata solo de una mochila, sino la mochila de un
niño Yukpa en específico que establece complejas relaciones con el mundo: define su identidad, su
diferentes manifestaciones empíricas. Los patrones de organización gramatical y las rela-
origen, su pasado y sirve de amuleto.
ciones semánticas orbitan en los artefactos, que a su vez se correlacionan con los universales 5. Esta tesis de trabajo se desarrolla en parte de mis actuales investigaciones (Mendoza-Collazos,
del lenguaje. Esto tiene implicaciones para la teoría del diseño, la lingüística, la evolución Zlatev y Sonesson 2020, Mendoza-Collazos y Sonesson 2020). Recuérdese que la incorporación de
de la cultura y del mismo género Homo, pues otra línea de continuidad entre los animales artefactos y objetos naturales con fines prácticos está presente en gran diversidad de especies (Hunt,
no humanos y el hombre viene dada por la relación que establecen ambas especies, en di- Rutledge y Gray 2006, McGrew 2013).
ferentes grados de complejidad, con los artefactos.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
4. CONCLUSIÓN
AUDOUZE, F. (2002) “Leroi-Gourhan, a Philosopher of Technique and Evolution” en Journal of
La conexión planteada entre los universales del lenguaje y los artefactos demuestra la Archaeological Research 10 (4): 277-306.
relación ontológica entre estas dos entidades. A diferencia de los estudios sobre cultura mate- BROWN, D. (1991) Human Universals. New York: McGraw-Hill.
rial que implican a los artefactos de manera implícita o general, este artículo se refirió especí- COSERIU, E. (1977) “Linguistic (and other) Universals” en Linguistics at the Crossroads de A.
ficamente a los artefactos universales y su papel en la motivación de universales del lenguaje. Makkai (ed.), 317-346. Padua: Liviana & Jupiter Press.
EVANS, N. Y LEVINSON, S. (2009) “The Myth of Language Universals: Language Diversity and
Se evitó adherir al consenso creciente de la importancia de la diversidad, centrándose mejor
its Importance for Cognitive Science” en Behavioral and Brain Sciences 32 (5): 429-448.
en la posibilidad de formular universales –una causa aparentemente perdida o al menos muy FRANKS, B. (2014) “Social construction, evolution and cultural universals” en Culture & Psycho-
atacada– hallándose una conjunción de estos con los enfoques de la semiótica cognitiva. logy 20(3) 416-439.
FREIDIN, R. (2009) “A note on methodology in linguistics” en Behavioral and Brain Sciences 32
El artículo propone artefactos universales sobre los que orbitan estructuras semánticas. (5): 454-455.
Algunos de estos objetos existen antes de la aparición del lenguaje y motivaron progresiva- GIRALDO, V. (2020) “Referential iconicity in music and speech” en Public Journal of Semiotics 9(1), 41-77.
mente organizaciones gramaticales. Esto puede observarse desde un punto de vista evolutivo HALBMAYER, E. (2018) “Los escritos de los objetos: hacia una textualidad material entre los
en donde la diferencia entre las especies es de grado, no de tipo, pues existe una continuidad Yukpa” en Mundo Amazónico, 9(1): 173-202.
en el uso y relación con el entorno material en todas las especies. El grado de complejidad HUNT, G., RUTLEDGE, B., Y GRAY, R. (2006). “The right tool for the job: what strategies do
en el uso del entorno natural, su modificación y la aceleración de las innovaciones gracias al wild New Caledonian crows use?” en Anim Cogn 9: 307–316.
KONDERAK, P. (2018) Mind, cognition, semiosis: Ways to cognitive semiotics. Lublin: Marie Sklodowska Curie.
diseño, es lo que deviene distintivamente humano. Esta particular manera de relacionarse con
LEROI-GOURHAN, A. (1943) Evolution et techniques I—L’Homme et la matière. Paris: Albin Michel.
el entorno tiene un papel crucial en la emergencia de los universales del lenguaje. LEROI-GOURHAN, A. (1945) Evolution et techniques II—Milieu et techniques. Paris: Albin Michel.
LEROI-GOURHAN, A. (1964) Le geste et la parole I—Technique et langage. Paris: Albin Michel.
La ontología relacional entre la cultura material y el lenguaje se presentó en diver- LOUHEMA, K., ZLATEV, J., GRAZIANO, M. Y WEIJER, J. (2019) “Translating from mono-
sas manifestaciones: artefactos como motivación para la aparición del lenguaje y para la semiotic to polysemiotic narratives: A study of Finnish speech and gestures” en Sign Systems Studies
generación de universales lingüísticos; artefactos como expresiones y casos de universales 47(3/4), 480–525.
del lenguaje; y artefactos como parte de los factores influyentes para la generación de con- McGREW W. C. (2013) “Is primate tool use special? Chimpanzee and New Caledonian crow com-
diciones cognitivas específicas. El estudio es un abrebocas para una investigación de mayor pared” en Phil. Trans. R. Soc. B 368. https://doi.org/10.1098/rstb.2012.0422
alcance empírico, a partir del horizonte trazado en el presente artículo. MENDOZA-COLLAZOS, J., ZLATEV, J. Y SONESSON, G. (en prensa). “The origins and evo-
lution of design: A stage-based model” en Biosemiotics: The Natural Foundations of Symbolism de Pagni
y Simanke (eds.). Amsterdam: Springer.
MENDOZA-COLLAZOS, J., Y SONESSON, G. (2020) “Revisiting the Life of Things in Amazonia:
NOTAS
A Cognitive Semiotic Approach to the Agency of Artefacts” en Public Journal of Cognitive Semiotics, 9(2).
MOURATIDOU, A. (2019) “Choice Awareness and Manipulation Blindness: A cognitive semiotic
1. Las citas seguidas de un asterisco (*) indicarán que la traducción es de mi autoría. exploration of choice-making and memory” en Public Journal of Semiotics 9(1), 1-40.
2. Las referencias seguidas de un asterisco (*) indicarán que la traducción es de mi autoría. MYERS, T. Y CIPOLLETI, M. (eds.) (2004) Artifacts and Society in Amazonia. Bonn: Bonner Ame-
3. Nótese la referencia al trabajo de Leroi-Gourhan sobre los procesos tecnológicos y su relación con lo rikanistische Studien.
social, no sólo en el ejemplo de Halbmayer sino también para la totalidad del presente artículo, pues PIELLI, L. Y ZLATEV, J. (forthcoming) “The cyborg body: Potentials and limits of a body with
Leroi-Gourhan anticipó unos universales de los procesos y las técnicas. Una excelente síntesis de sus in- prosthetic limbs” en Cognitive Semiotics 13(2).

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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JUAN CARLOS MENDOZA-COLLADOS LOS ARTEFACTOS Y EL LENGUAJE: UNA MIRADA DESDE LA SEMIÓTICA COGNITIVA A LOS UNIVERSALES

La importancia de proponer una clasificación de los artefactos universales –en rela- vestigaciones aparece en Audouze 2002, aquí nos hemos enfocado en los productos de dichos procesos.
ción con los universales del lenguaje– se basa en que los seres humanos se refieren, tratan 4. Zlatev aclara que la noción de objeto categórico “se usa para denotar ‘objetos’ complejos: no
y se relacionan con estos artefactos de manera que afectan sus estructuras conceptuales, es solo un automóvil, sino un automóvil rojo; no solo John y el perro, sino el perro de John” (Zlatev
decir, sus maneras de pensar y actuar. Son objetos comunes a todas las culturas, pero con 2018:13*). En nuestro ejemplo de los Yukpa, no se trata solo de una mochila, sino la mochila de un
niño Yukpa en específico que establece complejas relaciones con el mundo: define su identidad, su
diferentes manifestaciones empíricas. Los patrones de organización gramatical y las rela-
origen, su pasado y sirve de amuleto.
ciones semánticas orbitan en los artefactos, que a su vez se correlacionan con los universales 5. Esta tesis de trabajo se desarrolla en parte de mis actuales investigaciones (Mendoza-Collazos,
del lenguaje. Esto tiene implicaciones para la teoría del diseño, la lingüística, la evolución Zlatev y Sonesson 2020, Mendoza-Collazos y Sonesson 2020). Recuérdese que la incorporación de
de la cultura y del mismo género Homo, pues otra línea de continuidad entre los animales artefactos y objetos naturales con fines prácticos está presente en gran diversidad de especies (Hunt,
no humanos y el hombre viene dada por la relación que establecen ambas especies, en di- Rutledge y Gray 2006, McGrew 2013).
ferentes grados de complejidad, con los artefactos.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
4. CONCLUSIÓN
AUDOUZE, F. (2002) “Leroi-Gourhan, a Philosopher of Technique and Evolution” en Journal of
La conexión planteada entre los universales del lenguaje y los artefactos demuestra la Archaeological Research 10 (4): 277-306.
relación ontológica entre estas dos entidades. A diferencia de los estudios sobre cultura mate- BROWN, D. (1991) Human Universals. New York: McGraw-Hill.
rial que implican a los artefactos de manera implícita o general, este artículo se refirió especí- COSERIU, E. (1977) “Linguistic (and other) Universals” en Linguistics at the Crossroads de A.
ficamente a los artefactos universales y su papel en la motivación de universales del lenguaje. Makkai (ed.), 317-346. Padua: Liviana & Jupiter Press.
EVANS, N. Y LEVINSON, S. (2009) “The Myth of Language Universals: Language Diversity and
Se evitó adherir al consenso creciente de la importancia de la diversidad, centrándose mejor
its Importance for Cognitive Science” en Behavioral and Brain Sciences 32 (5): 429-448.
en la posibilidad de formular universales –una causa aparentemente perdida o al menos muy FRANKS, B. (2014) “Social construction, evolution and cultural universals” en Culture & Psycho-
atacada– hallándose una conjunción de estos con los enfoques de la semiótica cognitiva. logy 20(3) 416-439.
FREIDIN, R. (2009) “A note on methodology in linguistics” en Behavioral and Brain Sciences 32
El artículo propone artefactos universales sobre los que orbitan estructuras semánticas. (5): 454-455.
Algunos de estos objetos existen antes de la aparición del lenguaje y motivaron progresiva- GIRALDO, V. (2020) “Referential iconicity in music and speech” en Public Journal of Semiotics 9(1), 41-77.
mente organizaciones gramaticales. Esto puede observarse desde un punto de vista evolutivo HALBMAYER, E. (2018) “Los escritos de los objetos: hacia una textualidad material entre los
en donde la diferencia entre las especies es de grado, no de tipo, pues existe una continuidad Yukpa” en Mundo Amazónico, 9(1): 173-202.
en el uso y relación con el entorno material en todas las especies. El grado de complejidad HUNT, G., RUTLEDGE, B., Y GRAY, R. (2006). “The right tool for the job: what strategies do
en el uso del entorno natural, su modificación y la aceleración de las innovaciones gracias al wild New Caledonian crows use?” en Anim Cogn 9: 307–316.
KONDERAK, P. (2018) Mind, cognition, semiosis: Ways to cognitive semiotics. Lublin: Marie Sklodowska Curie.
diseño, es lo que deviene distintivamente humano. Esta particular manera de relacionarse con
LEROI-GOURHAN, A. (1943) Evolution et techniques I—L’Homme et la matière. Paris: Albin Michel.
el entorno tiene un papel crucial en la emergencia de los universales del lenguaje. LEROI-GOURHAN, A. (1945) Evolution et techniques II—Milieu et techniques. Paris: Albin Michel.
LEROI-GOURHAN, A. (1964) Le geste et la parole I—Technique et langage. Paris: Albin Michel.
La ontología relacional entre la cultura material y el lenguaje se presentó en diver- LOUHEMA, K., ZLATEV, J., GRAZIANO, M. Y WEIJER, J. (2019) “Translating from mono-
sas manifestaciones: artefactos como motivación para la aparición del lenguaje y para la semiotic to polysemiotic narratives: A study of Finnish speech and gestures” en Sign Systems Studies
generación de universales lingüísticos; artefactos como expresiones y casos de universales 47(3/4), 480–525.
del lenguaje; y artefactos como parte de los factores influyentes para la generación de con- McGREW W. C. (2013) “Is primate tool use special? Chimpanzee and New Caledonian crow com-
diciones cognitivas específicas. El estudio es un abrebocas para una investigación de mayor pared” en Phil. Trans. R. Soc. B 368. https://doi.org/10.1098/rstb.2012.0422
alcance empírico, a partir del horizonte trazado en el presente artículo. MENDOZA-COLLAZOS, J., ZLATEV, J. Y SONESSON, G. (en prensa). “The origins and evo-
lution of design: A stage-based model” en Biosemiotics: The Natural Foundations of Symbolism de Pagni
y Simanke (eds.). Amsterdam: Springer.
MENDOZA-COLLAZOS, J., Y SONESSON, G. (2020) “Revisiting the Life of Things in Amazonia:
NOTAS
A Cognitive Semiotic Approach to the Agency of Artefacts” en Public Journal of Cognitive Semiotics, 9(2).
MOURATIDOU, A. (2019) “Choice Awareness and Manipulation Blindness: A cognitive semiotic
1. Las citas seguidas de un asterisco (*) indicarán que la traducción es de mi autoría. exploration of choice-making and memory” en Public Journal of Semiotics 9(1), 1-40.
2. Las referencias seguidas de un asterisco (*) indicarán que la traducción es de mi autoría. MYERS, T. Y CIPOLLETI, M. (eds.) (2004) Artifacts and Society in Amazonia. Bonn: Bonner Ame-
3. Nótese la referencia al trabajo de Leroi-Gourhan sobre los procesos tecnológicos y su relación con lo rikanistische Studien.
social, no sólo en el ejemplo de Halbmayer sino también para la totalidad del presente artículo, pues PIELLI, L. Y ZLATEV, J. (forthcoming) “The cyborg body: Potentials and limits of a body with
Leroi-Gourhan anticipó unos universales de los procesos y las técnicas. Una excelente síntesis de sus in- prosthetic limbs” en Cognitive Semiotics 13(2).

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


80 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 81
Depósito Legal B.3146-2001 Universidad de Rosario (Argentina) Versión electrónica: designisfels.net
http://dx.doi.org/10.35659/designis.i35p83-99
JUAN CARLOS MENDOZA-COLLADOS SENTIDO Y COGNICIÓN: LA NARRATIVIDAD ENTRE SEMIÓTICA Y CIENCIAS COGNITIVAS

SONESSON, G. (2009) “View from Husserl’s Lectern: Considerations on the Role of Phenomeno-
logy in Cognitive Semiotics” en Cybernetics & Human Knowing, 16(3-4), 107-148. Sentido y cognición: la
SONESSON, G. (2015) “The mirror in-between picture and mind. A phenomenologically inspired
approach to cognitive semiotics” en Chinese Semiotic Studies 11(2), 159-180.
TOOBY, J. Y COSMIDES, L. (1992) “The psychological foundations of culture” en The adapted
narratividad entre semiótica y
mind: Evolutionary psychology and the generation of culture de Barkow, Cosmides y Tooby (Eds.), 19-136.
Oxford: OUP.
ciencias cognitivas1 / Sense and
UREÑA, J. (2019) “The ‘Mimic’ or ‘Mimetic’ Octopus? A Cognitive-Semiotic Study of Mimicry
and Deception in Thaumoctopus Mimicus” en Biosemiotics 12, 441-467.
cognition: narrativity between
WEST, B. Y WELCH, B. (2004) Gramática pedagógica del Tucano. Bogotá: Fundación para el desa-
rrollo de los pueblos marginados. semiotics and cognitive science.
WILDMAN, W. (2006) An Introduction to Relational Ontology. Boston: BU.
ZLATEV, J. (2009) “The semiotic hierarchy: Life, consciousness, signs and language” en Cognitive Claudio Paolucci
Semiotics, 4, 170–201. (pág 83 - pág 99)
ZLATEV, J. (2015) “Cognitive semiotics” en International handbook of semiotics de P. Trifonas (ed.),
1043-1067. Dordrecht: Springer. En este artículo, comparo desde un punto de vista epistemológico las teorías se-
ZLATEV, J. (2018). “Meaning making from life to language: The Semiotic Hierarchy and pheno- mióticas de la narratividad elaboradas en el marco semiótico con las que han surgido en el
menology” en Cognitive Semiotics, 11(1). de las ciencias cognitivas. Al examinar el lugar cada vez más central que la narratividad ha
ZLATEV J. Y KONDERAK, P. (eds.) (2016) Meaning, Mind and Communication – Explorations
tomado en estas últimas, demuestro que la noción misma de narratividad tiene un impacto
in Cognitive Semiotics. Frankfurt: Peter Lang.
ZLATEV, J., ŻYWICZYŃSKI, P. y WACEWICZ, S. (2020) “Pantomime as the original hu- espectacular sobre ellas, en tanto que esta noción es susceptible de modificar sus posiciones
man-specific semiotic system” en Journal of Language Evolution, 5(2), 156-174. epistemológicas.

Palabras clave: Narratividad, cognición, prácticas, semiótica.

In this article, I compare from an epistemological point of view the semiotic theo-
ries of narrativity elaborated in the semiotic framework with those that have emerged in
the cognitive sciences. By examining the increasingly central place that narrativity has
taken in the latter, I show that the introduction of the very notion of narrativity has a
spectacular impact on them, likely to modify their epistemological positions.

Key Words: Narrativity, Cognition, Practices, Semiotics

Paolucci es Profesor de Filosofía y Teoría del Lenguaje en el Departamento de


Filosofía y Comunicación de la Universidad de Bolonia. Desde 2014 es el coordinador
científico de la Escuela de Estudios Superiores de Humanidades fundada por Umberto
Eco. Sus principales áreas de investigación son la Semiótica, la Filosofía del Lenguaje, la
Semántica y las Ciencias Cognitivas. Correo electrónico: [email protected].

Recibido: 7/10/2020 Aprobado: 12/10/2020

Atribución-NoComercial-CompartirIgual
CC BY-NC-SA

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


82 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 83
Depósito Legal B.3146-2001 Universidad de Rosario (Argentina) Versión electrónica: designisfels.net
http://dx.doi.org/10.35659/designis.i35p83-99
JUAN CARLOS MENDOZA-COLLADOS SENTIDO Y COGNICIÓN: LA NARRATIVIDAD ENTRE SEMIÓTICA Y CIENCIAS COGNITIVAS

SONESSON, G. (2009) “View from Husserl’s Lectern: Considerations on the Role of Phenomeno-
logy in Cognitive Semiotics” en Cybernetics & Human Knowing, 16(3-4), 107-148. Sentido y cognición: la
SONESSON, G. (2015) “The mirror in-between picture and mind. A phenomenologically inspired
approach to cognitive semiotics” en Chinese Semiotic Studies 11(2), 159-180.
TOOBY, J. Y COSMIDES, L. (1992) “The psychological foundations of culture” en The adapted
narratividad entre semiótica y
mind: Evolutionary psychology and the generation of culture de Barkow, Cosmides y Tooby (Eds.), 19-136.
Oxford: OUP.
ciencias cognitivas1 / Sense and
UREÑA, J. (2019) “The ‘Mimic’ or ‘Mimetic’ Octopus? A Cognitive-Semiotic Study of Mimicry
and Deception in Thaumoctopus Mimicus” en Biosemiotics 12, 441-467.
cognition: narrativity between
WEST, B. Y WELCH, B. (2004) Gramática pedagógica del Tucano. Bogotá: Fundación para el desa-
rrollo de los pueblos marginados. semiotics and cognitive science.
WILDMAN, W. (2006) An Introduction to Relational Ontology. Boston: BU.
ZLATEV, J. (2009) “The semiotic hierarchy: Life, consciousness, signs and language” en Cognitive Claudio Paolucci
Semiotics, 4, 170–201. (pág 83 - pág 99)
ZLATEV, J. (2015) “Cognitive semiotics” en International handbook of semiotics de P. Trifonas (ed.),
1043-1067. Dordrecht: Springer. En este artículo, comparo desde un punto de vista epistemológico las teorías se-
ZLATEV, J. (2018). “Meaning making from life to language: The Semiotic Hierarchy and pheno- mióticas de la narratividad elaboradas en el marco semiótico con las que han surgido en el
menology” en Cognitive Semiotics, 11(1). de las ciencias cognitivas. Al examinar el lugar cada vez más central que la narratividad ha
ZLATEV J. Y KONDERAK, P. (eds.) (2016) Meaning, Mind and Communication – Explorations
tomado en estas últimas, demuestro que la noción misma de narratividad tiene un impacto
in Cognitive Semiotics. Frankfurt: Peter Lang.
ZLATEV, J., ŻYWICZYŃSKI, P. y WACEWICZ, S. (2020) “Pantomime as the original hu- espectacular sobre ellas, en tanto que esta noción es susceptible de modificar sus posiciones
man-specific semiotic system” en Journal of Language Evolution, 5(2), 156-174. epistemológicas.

Palabras clave: Narratividad, cognición, prácticas, semiótica.

In this article, I compare from an epistemological point of view the semiotic theo-
ries of narrativity elaborated in the semiotic framework with those that have emerged in
the cognitive sciences. By examining the increasingly central place that narrativity has
taken in the latter, I show that the introduction of the very notion of narrativity has a
spectacular impact on them, likely to modify their epistemological positions.

Key Words: Narrativity, Cognition, Practices, Semiotics

Paolucci es Profesor de Filosofía y Teoría del Lenguaje en el Departamento de


Filosofía y Comunicación de la Universidad de Bolonia. Desde 2014 es el coordinador
científico de la Escuela de Estudios Superiores de Humanidades fundada por Umberto
Eco. Sus principales áreas de investigación son la Semiótica, la Filosofía del Lenguaje, la
Semántica y las Ciencias Cognitivas. Correo electrónico: [email protected].

Recibido: 7/10/2020 Aprobado: 12/10/2020

Atribución-NoComercial-CompartirIgual
CC BY-NC-SA

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


82 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 83
Depósito Legal B.3146-2001 Universidad de Rosario (Argentina) Versión electrónica: designisfels.net
CLAUDIO PAOLUCCI SENTIDO Y COGNICIÓN: LA NARRATIVIDAD ENTRE SEMIÓTICA Y CIENCIAS COGNITIVAS

1. TRES DOMINIOS DIFERENTES PARA TRES PROBLEMAS DISTINTOS historia”, y “narrativity” para designar esta variable cualitativa definible solo en términos pro-
totípicos y escalares. Herman entonces asocia esta distinción a la dupla narrativa “intensional
En este trabajo intentaré confrontar, desde el punto de vista epistemológico. La / extensional”, tal como ha sido abordada en la teoría de la narratividad, y ello a partir de las
teoría semiótica de la narratividad, incluyendo la teoría de la narratividad formulada por teorías de los mundos posibles de Doležel (1979) y de Pavel (1986). Se encontrarán posiciones
Greimas y por Eco, con las diferentes teorías de la narratividad que han sido formuladas similares en las investigaciones de Marie-Laure Ryan (1991) y de Gerald Prince (1999).
en las ciencias cognitivas. Para empezar, querría subrayar que “narratividad”, “cognición”
y “ciencias cognitivas” son términos que remiten a una gran cantidad de temas, de proble- Esta corriente de estudios se concentra, pues, en la noción de storytelling intentando
mas y de enfoques diferentes los unos de los otros. Por esta razón, voy a precisar desde el “desenredar la lógica de las historias”. Asume el término “narratividad” como una serie de pro-
principio qué encaja o no en el marco de este trabajo. piedades que permiten caracterizar algo como una “historia”, de tal modo que es posible definir
lo que no puede verse reconocido con el estatus de “historia”. Según Gerald Prince (2008: 387):
La noción de narratividad se aborda en el dominio de las ciencias cognitivas en,
al menos, tres niveles de pertinencia diferentes. Más específicamente, se refieren a i)
el resultado de la aplicación de los instrumentos de análisis elaborados por las ciencias La narratividad designa la cualidad del ser narrativo, la unión de las propiedades
cognitivas en la lógica de la narración y, más particularmente, en el storytelling; ii) la con- que caracterizan las narraciones y que permiten distinguirlas de las no-narracio-
cepción de las historias como instrumento para el pensamiento o, mejor, su función de nes. El término designa igualmente la unión de las características opcionales que
problem-solving y de organización de la experiencia; iii) el cambio radical que se opera sobre permiten tratar e interpretar bajo la forma de una narración las narraciones más
los principios de base de las ciencias cognitivas, una vez que la noción de narratividad está proto-típicamente simili-narrativas [narrative-like], y, por tanto, identificadas
incluida en ellas. Más particularmente, lo que se pretende aquí es comprender cómo la inmediatamente. Según la primera acepción, la narratividad es llamada a veces
narratividad es susceptible de influenciar, de modular y de transformar la manera en que (narrativehood y, en este caso, se concibe como una cuestión de género (los textos
pensamos la cognición. son narrativos o no), incluso si las diferencias de grado pueden entrar en juego
igualmente (los textos pueden satisfacer las condiciones necesarias a la narrative-
En cada uno de estos tres niveles, la narratividad es i) el objeto de análisis de una hood por ciertos rasgos, o en absoluto). Según la segunda acepción, la narratividad
teoría cognitiva; ii) el instrumento de análisis para una teoría cognitiva; iii) el medio a es una cuestión de grado: ciertas narraciones son más narrativas que otras.
través del cual se modifica y transforma la teoría cognitiva.
Es sabido que la corriente dominante en la tradición semiótica ha tomado una vía
En la primera parte del presente artículo intentaré dar cuenta de los puntos i) y ii), muy distinta. En el marco de esta disciplina, la definición de un elemento a través de un
para, seguidamente, abordar con mayor amplitud el punto iii). Este punto iii) trata, en conjunto de propiedades entra en contradicción con la noción de identidad diferencial y
efecto, de un giro relativamente reciente en la tradición de las ciencias cognitivas, que con- relacional tal como ella ha sido atribuida a los “sistemas semiológicos” según Saussure. Por
trasta en ciertos puntos con las posiciones que eran las del cognitivismo en su nacimiento: otra parte, por “narratividad” se designa, en el marco de esta corriente dominante, la forma
es por lo que es interesante, desde mi punto de vista, investigar a este nivel con el fin de procesual del sentido que opera en las transformaciones de valores y por los encadenamientos
comprender cómo loas ciencias cognitivas están a punto de transformarse y de acercarse a de acciones y de pasiones, y no por un conjunto de rasgos más o menos prototípicos. Esta
una epistemología que parece completamente compatible con la de la tradición semiótica. teoría semiótica de la narratividad, sin duda, procede del storytelling, aunque con el propósito
Esto puede conducir a confrontaciones y a sinergias muy fructíferas. de extraer de él una forma profunda ciertamente reconocible en las historias propiamente
dichas, pero que, al final, las excede constitutivamente. Según los términos de Greimas y de
Courtés (1979), la narratividad se asume como el principio organizador de cualquier forma
2. LA NARRATIVIDAD COMO OBJETO DE UN ANÁLISIS COGNITIVO
de discurso y no se reduce a un conjunto de propiedades presentes o no en el discurso.

Con respecto al punto i), existe una tradición importante, que podríamos llamar “na- Nos es necesario ahora salir de este marco, porque es a partir de otras problemáticas
rratología cognitiva”, cuyo propósito es el de poder insertar los objetos teóricos desarrollados cómo la reflexión sobre la narratividad se vuelve central en el marco de las ciencias cogni-
en el seno de las ciencias cognitivas en el marco del storytelling. El representante más signifi- tivas y se muestra extremadamente interesante para la tradición semiótica.
cativo de esta corriente, David Herman, define la narratividad como un “predicado escalar”;
es decir, que algo se percibe de un modo “más o menos prototípicamente como una historia”
3. LA NARRATIVIDAD COMO INSTRUMENTO DE ANÁLISIS PARA UNA TEORÍA COGNITIVA
(Herman 2002: 90-91). Claramente se trata aquí de una aplicación de la teoría de los prototi-
pos. En efecto, Herman afirma que es imposible definir la narratividad a partir de un conjunto
de condiciones necesarias y suficientes. Utiliza, por tanto, el término “narrativehood” para En lo que concierne al punto ii), en lugar de centrarnos en cómo dar sentido a las
designar un “predicado binario” que puede establecer si “algo puede ser percibido como una historias o cómo se construye una lógica de las historias, una rama particular de las ha

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CLAUDIO PAOLUCCI SENTIDO Y COGNICIÓN: LA NARRATIVIDAD ENTRE SEMIÓTICA Y CIENCIAS COGNITIVAS

1. TRES DOMINIOS DIFERENTES PARA TRES PROBLEMAS DISTINTOS historia”, y “narrativity” para designar esta variable cualitativa definible solo en términos pro-
totípicos y escalares. Herman entonces asocia esta distinción a la dupla narrativa “intensional
En este trabajo intentaré confrontar, desde el punto de vista epistemológico. La / extensional”, tal como ha sido abordada en la teoría de la narratividad, y ello a partir de las
teoría semiótica de la narratividad, incluyendo la teoría de la narratividad formulada por teorías de los mundos posibles de Doležel (1979) y de Pavel (1986). Se encontrarán posiciones
Greimas y por Eco, con las diferentes teorías de la narratividad que han sido formuladas similares en las investigaciones de Marie-Laure Ryan (1991) y de Gerald Prince (1999).
en las ciencias cognitivas. Para empezar, querría subrayar que “narratividad”, “cognición”
y “ciencias cognitivas” son términos que remiten a una gran cantidad de temas, de proble- Esta corriente de estudios se concentra, pues, en la noción de storytelling intentando
mas y de enfoques diferentes los unos de los otros. Por esta razón, voy a precisar desde el “desenredar la lógica de las historias”. Asume el término “narratividad” como una serie de pro-
principio qué encaja o no en el marco de este trabajo. piedades que permiten caracterizar algo como una “historia”, de tal modo que es posible definir
lo que no puede verse reconocido con el estatus de “historia”. Según Gerald Prince (2008: 387):
La noción de narratividad se aborda en el dominio de las ciencias cognitivas en,
al menos, tres niveles de pertinencia diferentes. Más específicamente, se refieren a i)
el resultado de la aplicación de los instrumentos de análisis elaborados por las ciencias La narratividad designa la cualidad del ser narrativo, la unión de las propiedades
cognitivas en la lógica de la narración y, más particularmente, en el storytelling; ii) la con- que caracterizan las narraciones y que permiten distinguirlas de las no-narracio-
cepción de las historias como instrumento para el pensamiento o, mejor, su función de nes. El término designa igualmente la unión de las características opcionales que
problem-solving y de organización de la experiencia; iii) el cambio radical que se opera sobre permiten tratar e interpretar bajo la forma de una narración las narraciones más
los principios de base de las ciencias cognitivas, una vez que la noción de narratividad está proto-típicamente simili-narrativas [narrative-like], y, por tanto, identificadas
incluida en ellas. Más particularmente, lo que se pretende aquí es comprender cómo la inmediatamente. Según la primera acepción, la narratividad es llamada a veces
narratividad es susceptible de influenciar, de modular y de transformar la manera en que (narrativehood y, en este caso, se concibe como una cuestión de género (los textos
pensamos la cognición. son narrativos o no), incluso si las diferencias de grado pueden entrar en juego
igualmente (los textos pueden satisfacer las condiciones necesarias a la narrative-
En cada uno de estos tres niveles, la narratividad es i) el objeto de análisis de una hood por ciertos rasgos, o en absoluto). Según la segunda acepción, la narratividad
teoría cognitiva; ii) el instrumento de análisis para una teoría cognitiva; iii) el medio a es una cuestión de grado: ciertas narraciones son más narrativas que otras.
través del cual se modifica y transforma la teoría cognitiva.
Es sabido que la corriente dominante en la tradición semiótica ha tomado una vía
En la primera parte del presente artículo intentaré dar cuenta de los puntos i) y ii), muy distinta. En el marco de esta disciplina, la definición de un elemento a través de un
para, seguidamente, abordar con mayor amplitud el punto iii). Este punto iii) trata, en conjunto de propiedades entra en contradicción con la noción de identidad diferencial y
efecto, de un giro relativamente reciente en la tradición de las ciencias cognitivas, que con- relacional tal como ella ha sido atribuida a los “sistemas semiológicos” según Saussure. Por
trasta en ciertos puntos con las posiciones que eran las del cognitivismo en su nacimiento: otra parte, por “narratividad” se designa, en el marco de esta corriente dominante, la forma
es por lo que es interesante, desde mi punto de vista, investigar a este nivel con el fin de procesual del sentido que opera en las transformaciones de valores y por los encadenamientos
comprender cómo loas ciencias cognitivas están a punto de transformarse y de acercarse a de acciones y de pasiones, y no por un conjunto de rasgos más o menos prototípicos. Esta
una epistemología que parece completamente compatible con la de la tradición semiótica. teoría semiótica de la narratividad, sin duda, procede del storytelling, aunque con el propósito
Esto puede conducir a confrontaciones y a sinergias muy fructíferas. de extraer de él una forma profunda ciertamente reconocible en las historias propiamente
dichas, pero que, al final, las excede constitutivamente. Según los términos de Greimas y de
Courtés (1979), la narratividad se asume como el principio organizador de cualquier forma
2. LA NARRATIVIDAD COMO OBJETO DE UN ANÁLISIS COGNITIVO
de discurso y no se reduce a un conjunto de propiedades presentes o no en el discurso.

Con respecto al punto i), existe una tradición importante, que podríamos llamar “na- Nos es necesario ahora salir de este marco, porque es a partir de otras problemáticas
rratología cognitiva”, cuyo propósito es el de poder insertar los objetos teóricos desarrollados cómo la reflexión sobre la narratividad se vuelve central en el marco de las ciencias cogni-
en el seno de las ciencias cognitivas en el marco del storytelling. El representante más signifi- tivas y se muestra extremadamente interesante para la tradición semiótica.
cativo de esta corriente, David Herman, define la narratividad como un “predicado escalar”;
es decir, que algo se percibe de un modo “más o menos prototípicamente como una historia”
3. LA NARRATIVIDAD COMO INSTRUMENTO DE ANÁLISIS PARA UNA TEORÍA COGNITIVA
(Herman 2002: 90-91). Claramente se trata aquí de una aplicación de la teoría de los prototi-
pos. En efecto, Herman afirma que es imposible definir la narratividad a partir de un conjunto
de condiciones necesarias y suficientes. Utiliza, por tanto, el término “narrativehood” para En lo que concierne al punto ii), en lugar de centrarnos en cómo dar sentido a las
designar un “predicado binario” que puede establecer si “algo puede ser percibido como una historias o cómo se construye una lógica de las historias, una rama particular de las ha

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CLAUDIO PAOLUCCI SENTIDO Y COGNICIÓN: LA NARRATIVIDAD ENTRE SEMIÓTICA Y CIENCIAS COGNITIVAS

venido interesándose en la narratividad como instrumento cognitivo, al abordar con más trumento de la mente a través del cual se construye la realidad”, y el pensamiento narrativo
específicamente la cuestión de saber cómo las historias, y la capacidad que tenemos de constituye una tipología de cognición que no es en absoluto inferior a la lógica clasificatoria
crearlas, pueden proporcionar apoyo a la inteligencia y a la cognición. Según este campo mencionada anteriormente, porque interviene en el proceso que da sentido a la experiencia.
de estudios, las historias proporcionan una serie de instrumentos susceptibles de ayudar a
la cognición humana cuando ella organiza la experiencia y los conocimientos, caracterizán- A este respecto, es necesario formular un comentario importante: si para la tra-
dose cada uno de estos dominios de organización por un conjunto específico de creencias, dición cognitiva la narratividad representa siempre una forma del pensamiento que desempeña
de prácticas y de procedimientos. Por ejemplo, señalemos la interesante posición de Danto el papel de estructurar la cognición, para la tradición semiótica la narratividad es la forma de
(1985). Este afirma que la capacidad de informar narrativamente de los hechos y de los sentido que estructura el pensamiento (énfasis en el original). En la problemática que desarrollo
acontecimientos corresponde a la capacidad que tenemos para cerrar el gap cognitivo que aquí, esta distinción se nos presenta como crucial. En efecto, nos conduce al punto iii), que
separa nuestros conocimientos generales sobre el mundo (por ejemplo, que el agua se con- consiste en investigar las relaciones entre el sentido y la cognición y, sobre ese punto espe-
gela a 0 grados) y la disminución de estas en situaciones particulares (ayer me resbalé en el cífico, observamos el modo en que la semiótica y las ciencias cognitivas han cuestionado y
hielo). Incluso, Mink (1978: 132) diferencia entre la experiencia particular y la compren- explicado, respectivamente, esa relación.
sión teorética de ciertos elementos = x en calidad de ocurrencias de esquemas abstractos.
Sitúa precisamente la narratividad entre esos dos extremos; es decir, en una posición de
mediación entre dos formas de pensamiento irreductibles la una de la otra. 4. SEMIÓTICA Y CIENCIAS COGNITIVAS: DE LA COGNICIÓN A LA DISTRIBUCIÓN

Desde un punto de vista semiótico, se trata de una dupla de proposiciones teóricas Como hemos dicho, para la tradición semiótica que se cuestiona aquí, la narrativi-
extremadamente interesantes, en la medida en que confían a la narratividad un papel de dad es la forma del sentido, identificable con una transformación procesual de valores. Esta
esquematismo (en el sentido kantiano) entre type y token (Danto), y entre la experiencia tiene, al menos en la teoría generativa, la forma de una sintaxis actancial que opera a través
fenomenológica y la capacidad que tenemos para interpretar esta experiencia en términos de uniones. Por lo tanto, la definición del “programa narrativo” como una transformación
de ocurrencia de un type (Mink). La posición de Mink nos debería resultar particularmente conjuntiva/disyuntiva entre un actante sujeto y un actante objeto. Estos dos últimos se
interesante, porque este autor ha investido la narratividad con una función cognitiva que inter-definen por el sistema de valores sometido a la transformación sintagmática, y ad-
se diferencia tanto del análisis fenomenológico de la experiencia como de la lógica del quieren en esta transformación una función de “apoyo”, porque su identidad no puede ser
type-token. Aquí la narratividad opera como un factor de mediación capaz de gestionar definida más que a partir de esos valores (cfr. Greimas, 1983).
nuestros conocimientos enciclopédicos seleccionándolos en función de la situación. La na-
rratividad transformaría así el sistema en proceso, conjugaría nuestros esquemas abstractos Desde esta óptica, la narratividad en semiótica no está conectada de ninguna manera
con los repertorios enciclopédicos regularizados gracias a la utilización iterada y, por esa a los objetos culturales y a la práctica que nuestra cultura designa como “narraciones”, sino
razón, se la llama a ejercer un papel que es cercano al que se atribuye al musement en la que representa un modelo más general –por tanto, un nivel de un recorrido más profundo–
teoría semiótica de Peirce (cfr. Paolucci 2010, capítulo 1). susceptible de explicar toda forma de transformación procesual de valores. Este modelo, sin
duda, está bien ilustrado por los textos llamados “narrativos”, que, históricamente, han per-
Así, desde esta perspectiva, la narratividad representa una forma particular de pen- mitido desarrollarla (análisis de los mitos y de los cuentos), pero trasciende esos objetos en la
samiento que posee su lógica específica, su estructura y su sintaxis, distinguiéndose por medida en que se convierten en un modelo repetible en cualquier forma discursiva. Así com-
ello de otras formas posibles de pensamiento (type-token, fenomenología de la experiencia, prendemos el papel fundamental –también desde un punto de vista cognitivo– asumido por
etc.). Corresponde a un modo particular de organizar el tiempo, los procesos, los aconte- la narratividad por la epistemología semiótica: si el pensamiento resulta ser la masa amorfa
cimientos y las conexiones entre el antes y el después. Se diferencia, por ejemplo, de las todavía no articulada ni segmentada por las estructuras semióticas, la forma sintagmática de
formas de organización del tipo causa-efecto, o del modelo “regla y aplicación de la regla”. esta articulación es de naturaleza narrativa para la semiótica. Esto significa que la narrativi-
Desde este punto de vista, los cruces con la tradición semiótica resultan bastante eviden- dad se comporta como la forma semiótica capaz de dar sentido al pensamiento.
tes, desde el momento que la epistemología semiótica asume la narratividad como la for-
ma que permite dar sentido a los acontecimientos organizándolos como transformaciones Subrayemos aquí claramente la genealogía interna a esta epistemología semiótica:
sintagmáticas no reducibles a una lógica de causa-efecto. ya que es imposible explicar la cognición independientemente de las estructuras semánti-
cas y culturales que la articulan (porque el pensamiento se propone como una pura masa
Dentro de la tradición cognitiva, es ejemplar la distinción introducida por Bruner amorfa antes de la aparición de estas últimas), si queremos estudiar esas estructuras, es
(1991) entre una forma narrativa y una lógica paradigmática (lógica clasificatoria) del pen- necesario hacerlo a partir de las manifestaciones empíricas (textos), a fin de que podamos
samiento. Según Bruner, se trata de dos modos alternativos, a menudo co-presentes pero encontrar en ellos formas constantes de la estructuración del sentido. De este modo, esas
no verdaderamente asimilables, dos posibilidades de dar sentido a las cosas y de pensar sus formas, entre las cuales se encuentra la narratividad, se encuentran prototípicamente en
conexiones recíprocas. Según Bruner (1991: 6), la narratividad “opera en calidad de un ins- los textos narrativos strictu sensu, pero son en realidad modelos heurísticos más generales.

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CLAUDIO PAOLUCCI SENTIDO Y COGNICIÓN: LA NARRATIVIDAD ENTRE SEMIÓTICA Y CIENCIAS COGNITIVAS

venido interesándose en la narratividad como instrumento cognitivo, al abordar con más trumento de la mente a través del cual se construye la realidad”, y el pensamiento narrativo
específicamente la cuestión de saber cómo las historias, y la capacidad que tenemos de constituye una tipología de cognición que no es en absoluto inferior a la lógica clasificatoria
crearlas, pueden proporcionar apoyo a la inteligencia y a la cognición. Según este campo mencionada anteriormente, porque interviene en el proceso que da sentido a la experiencia.
de estudios, las historias proporcionan una serie de instrumentos susceptibles de ayudar a
la cognición humana cuando ella organiza la experiencia y los conocimientos, caracterizán- A este respecto, es necesario formular un comentario importante: si para la tra-
dose cada uno de estos dominios de organización por un conjunto específico de creencias, dición cognitiva la narratividad representa siempre una forma del pensamiento que desempeña
de prácticas y de procedimientos. Por ejemplo, señalemos la interesante posición de Danto el papel de estructurar la cognición, para la tradición semiótica la narratividad es la forma de
(1985). Este afirma que la capacidad de informar narrativamente de los hechos y de los sentido que estructura el pensamiento (énfasis en el original). En la problemática que desarrollo
acontecimientos corresponde a la capacidad que tenemos para cerrar el gap cognitivo que aquí, esta distinción se nos presenta como crucial. En efecto, nos conduce al punto iii), que
separa nuestros conocimientos generales sobre el mundo (por ejemplo, que el agua se con- consiste en investigar las relaciones entre el sentido y la cognición y, sobre ese punto espe-
gela a 0 grados) y la disminución de estas en situaciones particulares (ayer me resbalé en el cífico, observamos el modo en que la semiótica y las ciencias cognitivas han cuestionado y
hielo). Incluso, Mink (1978: 132) diferencia entre la experiencia particular y la compren- explicado, respectivamente, esa relación.
sión teorética de ciertos elementos = x en calidad de ocurrencias de esquemas abstractos.
Sitúa precisamente la narratividad entre esos dos extremos; es decir, en una posición de
mediación entre dos formas de pensamiento irreductibles la una de la otra. 4. SEMIÓTICA Y CIENCIAS COGNITIVAS: DE LA COGNICIÓN A LA DISTRIBUCIÓN

Desde un punto de vista semiótico, se trata de una dupla de proposiciones teóricas Como hemos dicho, para la tradición semiótica que se cuestiona aquí, la narrativi-
extremadamente interesantes, en la medida en que confían a la narratividad un papel de dad es la forma del sentido, identificable con una transformación procesual de valores. Esta
esquematismo (en el sentido kantiano) entre type y token (Danto), y entre la experiencia tiene, al menos en la teoría generativa, la forma de una sintaxis actancial que opera a través
fenomenológica y la capacidad que tenemos para interpretar esta experiencia en términos de uniones. Por lo tanto, la definición del “programa narrativo” como una transformación
de ocurrencia de un type (Mink). La posición de Mink nos debería resultar particularmente conjuntiva/disyuntiva entre un actante sujeto y un actante objeto. Estos dos últimos se
interesante, porque este autor ha investido la narratividad con una función cognitiva que inter-definen por el sistema de valores sometido a la transformación sintagmática, y ad-
se diferencia tanto del análisis fenomenológico de la experiencia como de la lógica del quieren en esta transformación una función de “apoyo”, porque su identidad no puede ser
type-token. Aquí la narratividad opera como un factor de mediación capaz de gestionar definida más que a partir de esos valores (cfr. Greimas, 1983).
nuestros conocimientos enciclopédicos seleccionándolos en función de la situación. La na-
rratividad transformaría así el sistema en proceso, conjugaría nuestros esquemas abstractos Desde esta óptica, la narratividad en semiótica no está conectada de ninguna manera
con los repertorios enciclopédicos regularizados gracias a la utilización iterada y, por esa a los objetos culturales y a la práctica que nuestra cultura designa como “narraciones”, sino
razón, se la llama a ejercer un papel que es cercano al que se atribuye al musement en la que representa un modelo más general –por tanto, un nivel de un recorrido más profundo–
teoría semiótica de Peirce (cfr. Paolucci 2010, capítulo 1). susceptible de explicar toda forma de transformación procesual de valores. Este modelo, sin
duda, está bien ilustrado por los textos llamados “narrativos”, que, históricamente, han per-
Así, desde esta perspectiva, la narratividad representa una forma particular de pen- mitido desarrollarla (análisis de los mitos y de los cuentos), pero trasciende esos objetos en la
samiento que posee su lógica específica, su estructura y su sintaxis, distinguiéndose por medida en que se convierten en un modelo repetible en cualquier forma discursiva. Así com-
ello de otras formas posibles de pensamiento (type-token, fenomenología de la experiencia, prendemos el papel fundamental –también desde un punto de vista cognitivo– asumido por
etc.). Corresponde a un modo particular de organizar el tiempo, los procesos, los aconte- la narratividad por la epistemología semiótica: si el pensamiento resulta ser la masa amorfa
cimientos y las conexiones entre el antes y el después. Se diferencia, por ejemplo, de las todavía no articulada ni segmentada por las estructuras semióticas, la forma sintagmática de
formas de organización del tipo causa-efecto, o del modelo “regla y aplicación de la regla”. esta articulación es de naturaleza narrativa para la semiótica. Esto significa que la narrativi-
Desde este punto de vista, los cruces con la tradición semiótica resultan bastante eviden- dad se comporta como la forma semiótica capaz de dar sentido al pensamiento.
tes, desde el momento que la epistemología semiótica asume la narratividad como la for-
ma que permite dar sentido a los acontecimientos organizándolos como transformaciones Subrayemos aquí claramente la genealogía interna a esta epistemología semiótica:
sintagmáticas no reducibles a una lógica de causa-efecto. ya que es imposible explicar la cognición independientemente de las estructuras semánti-
cas y culturales que la articulan (porque el pensamiento se propone como una pura masa
Dentro de la tradición cognitiva, es ejemplar la distinción introducida por Bruner amorfa antes de la aparición de estas últimas), si queremos estudiar esas estructuras, es
(1991) entre una forma narrativa y una lógica paradigmática (lógica clasificatoria) del pen- necesario hacerlo a partir de las manifestaciones empíricas (textos), a fin de que podamos
samiento. Según Bruner, se trata de dos modos alternativos, a menudo co-presentes pero encontrar en ellos formas constantes de la estructuración del sentido. De este modo, esas
no verdaderamente asimilables, dos posibilidades de dar sentido a las cosas y de pensar sus formas, entre las cuales se encuentra la narratividad, se encuentran prototípicamente en
conexiones recíprocas. Según Bruner (1991: 6), la narratividad “opera en calidad de un ins- los textos narrativos strictu sensu, pero son en realidad modelos heurísticos más generales.

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CLAUDIO PAOLUCCI SENTIDO Y COGNICIÓN: LA NARRATIVIDAD ENTRE SEMIÓTICA Y CIENCIAS COGNITIVAS

Es otro desafío que se plantea a las ciencias cognitivas. De hecho, no es posible El primero en explorar ese cambio de orientación dentro de las ciencias cognitivas
comprender lo que el término narratividad puede significar en esta tradición, a menos es David Herman (2003), inspirado por los trabajos de Edwin Hutchins sobre la “cogni-
que clarifiquemos las premisas epistemológicas constitutivas de ese contexto de estudio y ción distribuida”. Se trata de una teoría en la que los artefactos materiales, los sistemas
también el momento en que la idea de la narratividad misma surge en la discusión. semióticos y la intersubjetividad organizan la actividad de problem-solving en el interior de
sistemas funcionales situados más allá de las dicotomías “objeto-representación” y “obje-
Ya hemos dicho que las ciencias cognitivas constituían una familia bastante hetero- to-sujeto”. En efecto, según Hutchins (1996), es posible apreciar la cognición sin reintro-
génea. Sin embargo, al menos históricamente, convergen en su concepción de la cognición ducir los componentes sociales (intersubjetividad) y culturales (artefactos, sistemas semió-
como expresión de una serie de dispositivos internos de orden mental-conceptual, cuyas ticos, etc.) que la estructuran. Según él, la cognición no es algo que podamos localizar en
dimensiones socioculturales no son más que variaciones superficiales. Howard Gardner el nivel del individuo, sino un proceso que debe ser distribuido en una multiplicidad de
(1987), en su importante reconstrucción de los orígenes del planteamiento cognitivo, instancias, de las que el individuo y su actividad mental no son más que una de las dimen-
mostraba, en efecto, que, al menos en el plano metodológico, la apuesta epistemológica siones constitutivas. Por ejemplo, según Hutchins (1996: 154-155), los instrumentos de
de las ciencias cognitivas consistía en estudiar el nivel mental de la cognición más allá de una cabina de mando no son simplemente herramientas para representar el mundo entre
sus dimensiones biológicas y neuronales, así como más allá de sus dimensiones sociales y los usuarios y sus tareas, y que permitirían a los primeros ejercer las segundas. Más bien
culturales. Para las posiciones “cognitivistas” que vamos a discutir aquí, existiría, pues, un hay que pensar esas instancias –usuarios y tareas– como dos nudos de un sistema funcional
nivel interno de la cognición que debe ser estudiado en tanto que dimensión autónoma. enteramente supraindividual, en el que la actividad cognitiva tiene lugar porque está dis-
Este nivel –dicen– organiza el flujo de nuestra experiencia y de nuestra percepción, y el tribuida entre instancias coparticipantes en la actividad en curso.
modo en que conocemos nuestra propia actividad y nuestras maniobras de problem-solving.
Y es aquí donde se puede señalar la diferencia principal con el planteamiento semiótico:
En este tipo de perspectiva, evidenciamos que los elementos aquí puestos
allí donde la semiótica es el significado –cuya naturaleza es cultural– que organiza el pen-
en juego son del orden de las Gestalten funcionales, es decir, sistemas don-
samiento, para las ciencias cognitivas es el pensamiento el que organiza la experiencia y le
de la inteligencia está distribuida entre dos o muchos agentes (humanos,
da sentido. Esta organización es, por tanto, constitutivamente cognitiva, es decir, ni social
computacionales o de otro tipo), los cuales ejercen un esfuerzo coordinado
ni cultural, porque estas dos últimas dimensiones no son más que variaciones superficiales
entre ellos, con el fin de proporcionar la solución a un problema interno
de una estructura subyacente de un tipo distinto.
en el entorno al que se pertenece. Esto tiene lugar a través de un proceso
complejo de superposiciones, de representaciones, individuales y colectivas
Así, en esta epistemología “clásica” del cognitivismo, la narratividad consiste esen-
a la vez. (Herman 2003: 168)
cialmente en una forma de pensamiento, en un sistema cognitivo que tiene por tarea
estructurar el flujo de la experiencia segmentándola. Por ejemplo, para Talmy (2000), la
Según Hutchins, la cognición no se refiere ni a la mente ni al individuo, sino que
palabra “narrativo” se refiere a un pattern de base, capaz de organizar cognitivamente las
está distribuida en sistemas de Gestalten [forma]. El individuo es el nudo de una red com-
secuencias de lo que se tiene experiencia en el tiempo. Según Talmy, la narratividad puede
pleja y no su único centro organizador.
ser, por tanto, pensamiento como un sistema capaz de estructurar todo proceso temporal
de acontecimientos dentro de una estructura secuencial dotada de su propia organización
El centro de la atención se desplaza: los contenidos mentales de los indi-
y de su coherencia. De este modo, está claro que, para Talmy, lo narrativo es abordado en
viduos, va a atañer ya a la cognición en tanto que “acción mediada”. De
tanto que forma de estructuración esencialmente cognitiva. Por eso no le importa tratar
este modo, el pensamiento se encuentra redefinido en términos de utiliza-
los componentes intersubjetivos, enciclopédicos y sociales que, para la semiótica, están
ción particular de los útiles culturales (sistemas semióticos, componentes
relacionados con la idea misma de narratividad.
computacionales, etc.) por parte de todos los agentes implicados en los
componentes mentales, de comunicación, etc., que manifiestan una serie de
Talmy repite, por tanto, en el nivel de la teoría de la narratividad, el principio
sinergias con un entorno en el interior del cual tienen lugar esos componen-
constitutivo de las ciencias cognitivas según el cual la cognición estructura la experiencia:
tes. En esta visión, la noción de “función mental” puede ser aplicada a las
el poder de la narratividad está unido, entonces, a ese papel que consiste en segmentar la
actividades de naturaleza social en la misma línea que puede ser aplicada a
realidad fenoménica en unidades, es decir, en dimensiones que podemos clasificar, reco-
actividades de naturaleza individual. (Herman 2003: 168)
nocer y utilizar.
A título de ejemplo, la capacidad de un equipo de cirujanos para resolver proble-
Pero ¿qué sucede cuando la narratividad ya no se considera como un sistema cog-
mas no se sitúa en sus representaciones ni en las acciones de los miembros individuales
nitivo en el sentido clásico, sino al contrario, como un sistema de cognición distribuida,
del equipo. Por el contrario, se distribuye más globalmente en la intersubjetividad del
capaz de reintegrar la cultura, los repertorios enciclopédicos sedimentados con el uso, la
equipo, en los artefactos materiales del laboratorio que determina las percepciones de
intersubjetividad, la sociabilidad y el mundo-entorno?

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


88 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 89
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CLAUDIO PAOLUCCI SENTIDO Y COGNICIÓN: LA NARRATIVIDAD ENTRE SEMIÓTICA Y CIENCIAS COGNITIVAS

Es otro desafío que se plantea a las ciencias cognitivas. De hecho, no es posible El primero en explorar ese cambio de orientación dentro de las ciencias cognitivas
comprender lo que el término narratividad puede significar en esta tradición, a menos es David Herman (2003), inspirado por los trabajos de Edwin Hutchins sobre la “cogni-
que clarifiquemos las premisas epistemológicas constitutivas de ese contexto de estudio y ción distribuida”. Se trata de una teoría en la que los artefactos materiales, los sistemas
también el momento en que la idea de la narratividad misma surge en la discusión. semióticos y la intersubjetividad organizan la actividad de problem-solving en el interior de
sistemas funcionales situados más allá de las dicotomías “objeto-representación” y “obje-
Ya hemos dicho que las ciencias cognitivas constituían una familia bastante hetero- to-sujeto”. En efecto, según Hutchins (1996), es posible apreciar la cognición sin reintro-
génea. Sin embargo, al menos históricamente, convergen en su concepción de la cognición ducir los componentes sociales (intersubjetividad) y culturales (artefactos, sistemas semió-
como expresión de una serie de dispositivos internos de orden mental-conceptual, cuyas ticos, etc.) que la estructuran. Según él, la cognición no es algo que podamos localizar en
dimensiones socioculturales no son más que variaciones superficiales. Howard Gardner el nivel del individuo, sino un proceso que debe ser distribuido en una multiplicidad de
(1987), en su importante reconstrucción de los orígenes del planteamiento cognitivo, instancias, de las que el individuo y su actividad mental no son más que una de las dimen-
mostraba, en efecto, que, al menos en el plano metodológico, la apuesta epistemológica siones constitutivas. Por ejemplo, según Hutchins (1996: 154-155), los instrumentos de
de las ciencias cognitivas consistía en estudiar el nivel mental de la cognición más allá de una cabina de mando no son simplemente herramientas para representar el mundo entre
sus dimensiones biológicas y neuronales, así como más allá de sus dimensiones sociales y los usuarios y sus tareas, y que permitirían a los primeros ejercer las segundas. Más bien
culturales. Para las posiciones “cognitivistas” que vamos a discutir aquí, existiría, pues, un hay que pensar esas instancias –usuarios y tareas– como dos nudos de un sistema funcional
nivel interno de la cognición que debe ser estudiado en tanto que dimensión autónoma. enteramente supraindividual, en el que la actividad cognitiva tiene lugar porque está dis-
Este nivel –dicen– organiza el flujo de nuestra experiencia y de nuestra percepción, y el tribuida entre instancias coparticipantes en la actividad en curso.
modo en que conocemos nuestra propia actividad y nuestras maniobras de problem-solving.
Y es aquí donde se puede señalar la diferencia principal con el planteamiento semiótico:
En este tipo de perspectiva, evidenciamos que los elementos aquí puestos
allí donde la semiótica es el significado –cuya naturaleza es cultural– que organiza el pen-
en juego son del orden de las Gestalten funcionales, es decir, sistemas don-
samiento, para las ciencias cognitivas es el pensamiento el que organiza la experiencia y le
de la inteligencia está distribuida entre dos o muchos agentes (humanos,
da sentido. Esta organización es, por tanto, constitutivamente cognitiva, es decir, ni social
computacionales o de otro tipo), los cuales ejercen un esfuerzo coordinado
ni cultural, porque estas dos últimas dimensiones no son más que variaciones superficiales
entre ellos, con el fin de proporcionar la solución a un problema interno
de una estructura subyacente de un tipo distinto.
en el entorno al que se pertenece. Esto tiene lugar a través de un proceso
complejo de superposiciones, de representaciones, individuales y colectivas
Así, en esta epistemología “clásica” del cognitivismo, la narratividad consiste esen-
a la vez. (Herman 2003: 168)
cialmente en una forma de pensamiento, en un sistema cognitivo que tiene por tarea
estructurar el flujo de la experiencia segmentándola. Por ejemplo, para Talmy (2000), la
Según Hutchins, la cognición no se refiere ni a la mente ni al individuo, sino que
palabra “narrativo” se refiere a un pattern de base, capaz de organizar cognitivamente las
está distribuida en sistemas de Gestalten [forma]. El individuo es el nudo de una red com-
secuencias de lo que se tiene experiencia en el tiempo. Según Talmy, la narratividad puede
pleja y no su único centro organizador.
ser, por tanto, pensamiento como un sistema capaz de estructurar todo proceso temporal
de acontecimientos dentro de una estructura secuencial dotada de su propia organización
El centro de la atención se desplaza: los contenidos mentales de los indi-
y de su coherencia. De este modo, está claro que, para Talmy, lo narrativo es abordado en
viduos, va a atañer ya a la cognición en tanto que “acción mediada”. De
tanto que forma de estructuración esencialmente cognitiva. Por eso no le importa tratar
este modo, el pensamiento se encuentra redefinido en términos de utiliza-
los componentes intersubjetivos, enciclopédicos y sociales que, para la semiótica, están
ción particular de los útiles culturales (sistemas semióticos, componentes
relacionados con la idea misma de narratividad.
computacionales, etc.) por parte de todos los agentes implicados en los
componentes mentales, de comunicación, etc., que manifiestan una serie de
Talmy repite, por tanto, en el nivel de la teoría de la narratividad, el principio
sinergias con un entorno en el interior del cual tienen lugar esos componen-
constitutivo de las ciencias cognitivas según el cual la cognición estructura la experiencia:
tes. En esta visión, la noción de “función mental” puede ser aplicada a las
el poder de la narratividad está unido, entonces, a ese papel que consiste en segmentar la
actividades de naturaleza social en la misma línea que puede ser aplicada a
realidad fenoménica en unidades, es decir, en dimensiones que podemos clasificar, reco-
actividades de naturaleza individual. (Herman 2003: 168)
nocer y utilizar.
A título de ejemplo, la capacidad de un equipo de cirujanos para resolver proble-
Pero ¿qué sucede cuando la narratividad ya no se considera como un sistema cog-
mas no se sitúa en sus representaciones ni en las acciones de los miembros individuales
nitivo en el sentido clásico, sino al contrario, como un sistema de cognición distribuida,
del equipo. Por el contrario, se distribuye más globalmente en la intersubjetividad del
capaz de reintegrar la cultura, los repertorios enciclopédicos sedimentados con el uso, la
equipo, en los artefactos materiales del laboratorio que determina las percepciones de
intersubjetividad, la sociabilidad y el mundo-entorno?

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CLAUDIO PAOLUCCI SENTIDO Y COGNICIÓN: LA NARRATIVIDAD ENTRE SEMIÓTICA Y CIENCIAS COGNITIVAS

cada individuo, en los repertorios de procedimientos y de protocolos que reglan el buen Es precisamente en el interior de una teoría de la mente donde una concepción
hacer del equipo y, finalmente, en las inferencias que el dicho equipo produce en el curso “cultural” y “social” de la narratividad se manifiesta en las ciencias cognitivas. Esta se
de la operación a partir de las experiencias precedentes. La cognición y el pensamiento propone como una tercera vía que hace cambiar las dos teorías de la mente que estaban
no son en absoluto considerados como una parte de la mente y no dependen en absoluto destinadas a explicarnos cómo se da sentido a nuestras acciones apelando a un conjunto de
de las inferencias de un individuo específico, sino que están distribuidas en el interior intenciones, de deseos y de creencias.
de sistemas más complejos que debemos, por tanto, analizar en tanto que Gestalten
irreductibles a una suma de partes. Al hablar de la narratividad como instrumento del La idea de que las creencias, los deseos y las sensaciones que guían nuestras ac-
pensamiento, una especie de “revolución cognitiva” se encuentra así impulsada por los ciones dependen de un corpus específico de conocimientos que explican el modo en el
estudios de Herman: que nuestros estados mentales se interconectan e interactúan entre ellos ha sido llamado
“Teoría de la Teoría” (Theory Theory). Este nombre significa que este corpus particular de
conocimientos representa una especie de teoría sobre la cual se apoya la acción. Por tanto,
Si se analizan las historias, asumiéndolas como útiles que permiten dis-
está en la base de nuestra acción. Pero constituye también la base del proceso completo de
tribuir la inteligencia en grupos, me posiciono en un tránsito, en parti-
“lectura” de las acciones, de las creencias, de los deseos y de las intenciones que provienen
cular el que me hace pasar de la mente individual a unidades de análisis
de los demás. Utilizamos, entonces, una teoría a fin de leer el modo en el que los demás
más amplias, llamadas situaciones narrativas […] La narratividad ayuda a
se comportan (Folk Psychology), el modo de poder inferir (Mind-Reading) las creencias, los
distribuir la inteligencia construyendo puentes entre el sí y el otro, crean-
deseos y las intenciones que dan sentido a las acciones de los demás. La Teoría de la Teoría
do una red de relaciones entre quienes cuentan historias, los participantes
nos dice que el hecho de que comprenderse entre sí criaturas dotadas de una mente (no-
que pueden evocar sus experiencias y el mundo-entorno que incorpora esas
sotros o los demás) es una operación de naturaleza teórica, inferencial y quasi-científica.
experiencias […] En resumen, el proceso que consiste en contar y en in-
La utilización de esas “teorías” no es siempre consciente y explícita, sino que la atribución
terpretar historias me inscribe en un mundo-entorno que quiero conocer,
de estados mentales es efectivamente vista como una inferencia que se aplica a los datos
enseñándome con ello que no conozco el mundo si me considero sí mismo
comportamentales a fin de explicarlos y de preverlos.
fuera o más allá de ese mundo. (Herman 2003, 169 y 184-185)
En las ciencias cognitivas, esta teoría ha mantenido una posición dominante hasta
Como se puede ver, esta concepción de la narratividad se diferencia claramente de
la aparición de la “Teoría de la simulación” (Simulation Theory, cfr. Gordon 1986; Heal
la de Talmy y más en general de la de las ciencias cognitivas clásicas. La narratividad asume
1998; Goldman 1989, 2006). Esta última propone un modelo completamente diferente.
siempre una función cognitiva de organización de la experiencia, pero esta organización no
Se afirma que se comprende a los demás utilizando nuestra mente como modelo para si-
se sitúa en absoluto en el nivel del pensamiento. Al contrario, se distribuye en el interior
mular las creencias, los deseos y otros estados intencionales que luego proyectaremos en la
de sistemas complejos donde los procesos cognitivos dependen de la intersubjetividad, de
mente del otro con el fin de explicar o prever sus comportamientos.
la socialización y de la cultura. Ahora bien, ¿qué sucede a la narratividad y a las ciencias
cognitivas cuando i) la narratividad no es en modo alguno pensamiento en términos de un
sistema exclusivamente cognitivo y ii) cuando es pensamiento entendido como un sistema La teoría de la simulación (ST) […] afirma que la comprensión del otro se
capaz de reintegrar la cultura y los repertorios enciclopédicos sedimentados por el uso, la basa en una auto-simulación de sus creencias, de sus deseos y de sus emocio-
socialización, la intersubjetividad y todo lo que constituye nuestro entorno? nes. Me pongo en su lugar, me pregunto qué pensaría yo y qué sentiría yo si
fuera él, por lo que proyecto en él los resultados de esta simulación. Según
esta perspectiva, no tenemos necesidad de una teoría o de una psicología
5. COGNICIÓN SOCIAL, COGNICIÓN CULTURAL Y PRÁCTICAS NARRATIVAS del sentido común, porque es nuestra mente la que ofrece el modelo a partir
del cual se puede explicar cómo funciona la mente del otro. (Gallagher y
En las ciencias cognitivas, una buena parte de la discusión en torno a la cognición Zahavi 2008: 260)
social y cultural ha tenido lugar en el marco del debate que concierne a lo que se llama la
“teoría de la mente”. Esta teoría, surgida hacia finales de los años 80’, ha encontrado una nueva fuerza
a partir de las investigaciones neuropsicológicas realizadas recientemente en torno a las
La expresión “teoría de la mente” se utiliza generalmente como un ata- neuronas-espejo.
jo para evocar nuestra capacidad de atribuir estados mentales a nosotros
mismos y a otros, y también para interpretar, prever y explicar el com- El principio teorético-explicativo de esta teoría pone en juego de hecho, pero en
portamiento en términos de estados mentales, es decir, las intenciones, las un nivel distinto, una teoría de la simulación. Estas investigaciones (cfr. Rizzolatti y Crai-
creencias y los deseos. (Gallagher y Zahavi 2008: 260) ghero 2004, Gallese 2007) han demostrado que un principio de simulación está ya activo

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CLAUDIO PAOLUCCI SENTIDO Y COGNICIÓN: LA NARRATIVIDAD ENTRE SEMIÓTICA Y CIENCIAS COGNITIVAS

cada individuo, en los repertorios de procedimientos y de protocolos que reglan el buen Es precisamente en el interior de una teoría de la mente donde una concepción
hacer del equipo y, finalmente, en las inferencias que el dicho equipo produce en el curso “cultural” y “social” de la narratividad se manifiesta en las ciencias cognitivas. Esta se
de la operación a partir de las experiencias precedentes. La cognición y el pensamiento propone como una tercera vía que hace cambiar las dos teorías de la mente que estaban
no son en absoluto considerados como una parte de la mente y no dependen en absoluto destinadas a explicarnos cómo se da sentido a nuestras acciones apelando a un conjunto de
de las inferencias de un individuo específico, sino que están distribuidas en el interior intenciones, de deseos y de creencias.
de sistemas más complejos que debemos, por tanto, analizar en tanto que Gestalten
irreductibles a una suma de partes. Al hablar de la narratividad como instrumento del La idea de que las creencias, los deseos y las sensaciones que guían nuestras ac-
pensamiento, una especie de “revolución cognitiva” se encuentra así impulsada por los ciones dependen de un corpus específico de conocimientos que explican el modo en el
estudios de Herman: que nuestros estados mentales se interconectan e interactúan entre ellos ha sido llamado
“Teoría de la Teoría” (Theory Theory). Este nombre significa que este corpus particular de
conocimientos representa una especie de teoría sobre la cual se apoya la acción. Por tanto,
Si se analizan las historias, asumiéndolas como útiles que permiten dis-
está en la base de nuestra acción. Pero constituye también la base del proceso completo de
tribuir la inteligencia en grupos, me posiciono en un tránsito, en parti-
“lectura” de las acciones, de las creencias, de los deseos y de las intenciones que provienen
cular el que me hace pasar de la mente individual a unidades de análisis
de los demás. Utilizamos, entonces, una teoría a fin de leer el modo en el que los demás
más amplias, llamadas situaciones narrativas […] La narratividad ayuda a
se comportan (Folk Psychology), el modo de poder inferir (Mind-Reading) las creencias, los
distribuir la inteligencia construyendo puentes entre el sí y el otro, crean-
deseos y las intenciones que dan sentido a las acciones de los demás. La Teoría de la Teoría
do una red de relaciones entre quienes cuentan historias, los participantes
nos dice que el hecho de que comprenderse entre sí criaturas dotadas de una mente (no-
que pueden evocar sus experiencias y el mundo-entorno que incorpora esas
sotros o los demás) es una operación de naturaleza teórica, inferencial y quasi-científica.
experiencias […] En resumen, el proceso que consiste en contar y en in-
La utilización de esas “teorías” no es siempre consciente y explícita, sino que la atribución
terpretar historias me inscribe en un mundo-entorno que quiero conocer,
de estados mentales es efectivamente vista como una inferencia que se aplica a los datos
enseñándome con ello que no conozco el mundo si me considero sí mismo
comportamentales a fin de explicarlos y de preverlos.
fuera o más allá de ese mundo. (Herman 2003, 169 y 184-185)
En las ciencias cognitivas, esta teoría ha mantenido una posición dominante hasta
Como se puede ver, esta concepción de la narratividad se diferencia claramente de
la aparición de la “Teoría de la simulación” (Simulation Theory, cfr. Gordon 1986; Heal
la de Talmy y más en general de la de las ciencias cognitivas clásicas. La narratividad asume
1998; Goldman 1989, 2006). Esta última propone un modelo completamente diferente.
siempre una función cognitiva de organización de la experiencia, pero esta organización no
Se afirma que se comprende a los demás utilizando nuestra mente como modelo para si-
se sitúa en absoluto en el nivel del pensamiento. Al contrario, se distribuye en el interior
mular las creencias, los deseos y otros estados intencionales que luego proyectaremos en la
de sistemas complejos donde los procesos cognitivos dependen de la intersubjetividad, de
mente del otro con el fin de explicar o prever sus comportamientos.
la socialización y de la cultura. Ahora bien, ¿qué sucede a la narratividad y a las ciencias
cognitivas cuando i) la narratividad no es en modo alguno pensamiento en términos de un
sistema exclusivamente cognitivo y ii) cuando es pensamiento entendido como un sistema La teoría de la simulación (ST) […] afirma que la comprensión del otro se
capaz de reintegrar la cultura y los repertorios enciclopédicos sedimentados por el uso, la basa en una auto-simulación de sus creencias, de sus deseos y de sus emocio-
socialización, la intersubjetividad y todo lo que constituye nuestro entorno? nes. Me pongo en su lugar, me pregunto qué pensaría yo y qué sentiría yo si
fuera él, por lo que proyecto en él los resultados de esta simulación. Según
esta perspectiva, no tenemos necesidad de una teoría o de una psicología
5. COGNICIÓN SOCIAL, COGNICIÓN CULTURAL Y PRÁCTICAS NARRATIVAS del sentido común, porque es nuestra mente la que ofrece el modelo a partir
del cual se puede explicar cómo funciona la mente del otro. (Gallagher y
En las ciencias cognitivas, una buena parte de la discusión en torno a la cognición Zahavi 2008: 260)
social y cultural ha tenido lugar en el marco del debate que concierne a lo que se llama la
“teoría de la mente”. Esta teoría, surgida hacia finales de los años 80’, ha encontrado una nueva fuerza
a partir de las investigaciones neuropsicológicas realizadas recientemente en torno a las
La expresión “teoría de la mente” se utiliza generalmente como un ata- neuronas-espejo.
jo para evocar nuestra capacidad de atribuir estados mentales a nosotros
mismos y a otros, y también para interpretar, prever y explicar el com- El principio teorético-explicativo de esta teoría pone en juego de hecho, pero en
portamiento en términos de estados mentales, es decir, las intenciones, las un nivel distinto, una teoría de la simulación. Estas investigaciones (cfr. Rizzolatti y Crai-
creencias y los deseos. (Gallagher y Zahavi 2008: 260) ghero 2004, Gallese 2007) han demostrado que un principio de simulación está ya activo

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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CLAUDIO PAOLUCCI SENTIDO Y COGNICIÓN: LA NARRATIVIDAD ENTRE SEMIÓTICA Y CIENCIAS COGNITIVAS

en el nivel neuronal: se ha constatado que las neuronas activadas por el ejecutor durante la
de aquellos que actúan sobre la base de razones y de motivaciones, es de-
acción son las mismas que las que se activan en el observador de esta acción. Así, la exis-
cir, las narrativas psicológicas del sentido común desempeñan un papel
tencia de esas neuronas-espejo parece confirmar la hipótesis de un proceso de simulación
crucial. Son justamente estas historias particulares las que nos ofrecen este
inconsciente, repetido en el nivel neuronal.
aprendizaje crucial necesario cuando se quiere comprender las razones de
los demás. (Hutto 2007: 53)
Cada vez que miramos ejecutar una acción por parte de alguien, además de
la activación de diferentes zonas visuales, asistimos a una activación parale- Según esta hipótesis, no solo la competencia narrativa no depende de una teo-
la de los dispositivos motores que entran en juego cuando somos nosotros ría-guía o de un conjunto de principios situados en nuestra mente, sino es la propia com-
mismos los que ejecutamos una acción […] Nuestro sistema motor se acti- petencia cognitiva la que depende de la estructura de la narratividad. A este respecto,
va del mismo modo que si éramos nosotros quienes estábamos a punto de Hutto afirma que diferentes competencias cognitivas y, aún más radicalmente, de diferen-
ejecutar la acción que observamos […] Por tanto, observar una acción sig- tes tipos de Folk Psychology van a depender de diferentes stocks de historias inscritas en la
nifica simularla […] Nuestro sistema motor comienza a simular la acción enciclopedia de una cultura particular.
del actante observado. (Gallese 2001: 37-38)
En el marco de las ciencias cognitivas que aquí nos ocupan, la teoría de la narra-
Durante los años en que las ciencias cognitivas comenzaron a hablar de corporeidad tividad sirve, por tanto, para realizar un vuelco idéntico al que ha sido provocado por la
(embodiment) de la cognición, las investigaciones del grupo de Parma representaron un ver- epistemología semiótica desde sus orígenes. No es por casualidad que Hutto (2008: 178)
dadero giro para la teoría de la simulación. El investigador italiano Gallese (2007) trató de subraye que:
evaluar, además, el desafío de esa teoría tanto en la Teoría de la mente como en la cognición
social (cfr. Igualmente los estudios de Rizzolatti y Sinigaglia 2006). The central claim of the Narrative Practise Hypothesis is not compatible
with TT, ST or TT-ST combos where these theories seek to explain the
La idea de la narratividad irrumpe entonces en el paradigma cognitivo para supe- basis of our core FP-competence. If the NPH is true, FP-competence does
rar esas dos teorías. La hipótesis de la práctica narrativa se propone justamente explicar la not equate to or derive from having a Theory of Mind. (Hutto 2008: 178)
construcción de un conjunto de competencias que presiden las acciones, y esto a través de Our minds do not literally contain the basic FP principles. The NPH es-
la superación tanto de la Teoría de la Teoría (TT) como de la Teoría de la Simulación (TS). chews any crude internalizing stories that claim that whenever we learn a
competence we must store it as a set of propositional rules in our ‘heads’.
The Narrative Pratice Hypothesis provides a different story about the basis (Hutto 2008: 181)
of this competence than that of TT, ST or their various combos. Without
distracting refinements, its central claim is that specific kinds of narrative Es evidente que una postura de este tipo pone radicalmente todo internalismo en
encounters are responsible for establishing folk psychology-competence. cuestión. Para las teorías cognitivas que precedieron al acontecimiento de las teorías de la
It denies that its acquisition depends on the existence of any kind of de- narratividad, lo que se situaba en la base de las acciones y de su sentido era una teoría de la
dicated mindreading mechanisms. Nor is it forged by theorizing activity. mente. Más aún: la teoría de la mente era la propia condición de posibilidad de intersub-
(Hutto 2008: 177). jetividad y de la construcción del mundo social.

¿Cuál es, entonces, la teoría de la narratividad implícita en esta hipótesis que Mind-reading appears to be a prerequisite for normal social interaction:
asigna a la narratividad un poder tan importante en el nivel de la cognición? Según Hutto, in everyday life we make sense of each other’s behaviour by appeal to a
nuestra competencia cognitiva está desarrollada a partir de un conjunto compartido belief-desire psychology. (Frith y Happé 1999: 2)
socialmente de prácticas narrativas (story-telling activities, narrative practices). La irrupción It is hard for us to make sense of behaviour in any other way than via the
de la narratividad en las ciencias cognitivas corresponde, por tanto, a la irrupción de lo so- mentalistic (or “intentional”) framework. […] Attribution of mental states
cial, de la intersubjetividad y de la cultura en de la cognición. Nuestra mente está forjada is to humans as echolocation is to the bat. It is our natural way of unders-
por un grupo estereotípico de narraciones y no por la lectura de la mente del otro a través tanding the social environment. (Baron-Cohen 1995: 3–4)
de su simulación o a través de un corpus de teorías. Mind-reading and the capacity to negotiate the social world are not the
same thing, but the former seems to be necessary for the latter. […] Our
La hipótesis de la Práctica Narrativa (Narrative Practice Hypothesis, NHP) basic grip on the social world depends on our being able to see our fellows
nos dice que los niños obtienen una folk psychology al practicar el proceso as motivated by beliefs and desires we sometimes share and sometimes do
consistente en “contar historias” gracias a la ayuda de otros. Las historias not. (Currie y Sterelny 2000: 145)

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CLAUDIO PAOLUCCI SENTIDO Y COGNICIÓN: LA NARRATIVIDAD ENTRE SEMIÓTICA Y CIENCIAS COGNITIVAS

en el nivel neuronal: se ha constatado que las neuronas activadas por el ejecutor durante la
de aquellos que actúan sobre la base de razones y de motivaciones, es de-
acción son las mismas que las que se activan en el observador de esta acción. Así, la exis-
cir, las narrativas psicológicas del sentido común desempeñan un papel
tencia de esas neuronas-espejo parece confirmar la hipótesis de un proceso de simulación
crucial. Son justamente estas historias particulares las que nos ofrecen este
inconsciente, repetido en el nivel neuronal.
aprendizaje crucial necesario cuando se quiere comprender las razones de
los demás. (Hutto 2007: 53)
Cada vez que miramos ejecutar una acción por parte de alguien, además de
la activación de diferentes zonas visuales, asistimos a una activación parale- Según esta hipótesis, no solo la competencia narrativa no depende de una teo-
la de los dispositivos motores que entran en juego cuando somos nosotros ría-guía o de un conjunto de principios situados en nuestra mente, sino es la propia com-
mismos los que ejecutamos una acción […] Nuestro sistema motor se acti- petencia cognitiva la que depende de la estructura de la narratividad. A este respecto,
va del mismo modo que si éramos nosotros quienes estábamos a punto de Hutto afirma que diferentes competencias cognitivas y, aún más radicalmente, de diferen-
ejecutar la acción que observamos […] Por tanto, observar una acción sig- tes tipos de Folk Psychology van a depender de diferentes stocks de historias inscritas en la
nifica simularla […] Nuestro sistema motor comienza a simular la acción enciclopedia de una cultura particular.
del actante observado. (Gallese 2001: 37-38)
En el marco de las ciencias cognitivas que aquí nos ocupan, la teoría de la narra-
Durante los años en que las ciencias cognitivas comenzaron a hablar de corporeidad tividad sirve, por tanto, para realizar un vuelco idéntico al que ha sido provocado por la
(embodiment) de la cognición, las investigaciones del grupo de Parma representaron un ver- epistemología semiótica desde sus orígenes. No es por casualidad que Hutto (2008: 178)
dadero giro para la teoría de la simulación. El investigador italiano Gallese (2007) trató de subraye que:
evaluar, además, el desafío de esa teoría tanto en la Teoría de la mente como en la cognición
social (cfr. Igualmente los estudios de Rizzolatti y Sinigaglia 2006). The central claim of the Narrative Practise Hypothesis is not compatible
with TT, ST or TT-ST combos where these theories seek to explain the
La idea de la narratividad irrumpe entonces en el paradigma cognitivo para supe- basis of our core FP-competence. If the NPH is true, FP-competence does
rar esas dos teorías. La hipótesis de la práctica narrativa se propone justamente explicar la not equate to or derive from having a Theory of Mind. (Hutto 2008: 178)
construcción de un conjunto de competencias que presiden las acciones, y esto a través de Our minds do not literally contain the basic FP principles. The NPH es-
la superación tanto de la Teoría de la Teoría (TT) como de la Teoría de la Simulación (TS). chews any crude internalizing stories that claim that whenever we learn a
competence we must store it as a set of propositional rules in our ‘heads’.
The Narrative Pratice Hypothesis provides a different story about the basis (Hutto 2008: 181)
of this competence than that of TT, ST or their various combos. Without
distracting refinements, its central claim is that specific kinds of narrative Es evidente que una postura de este tipo pone radicalmente todo internalismo en
encounters are responsible for establishing folk psychology-competence. cuestión. Para las teorías cognitivas que precedieron al acontecimiento de las teorías de la
It denies that its acquisition depends on the existence of any kind of de- narratividad, lo que se situaba en la base de las acciones y de su sentido era una teoría de la
dicated mindreading mechanisms. Nor is it forged by theorizing activity. mente. Más aún: la teoría de la mente era la propia condición de posibilidad de intersub-
(Hutto 2008: 177). jetividad y de la construcción del mundo social.

¿Cuál es, entonces, la teoría de la narratividad implícita en esta hipótesis que Mind-reading appears to be a prerequisite for normal social interaction:
asigna a la narratividad un poder tan importante en el nivel de la cognición? Según Hutto, in everyday life we make sense of each other’s behaviour by appeal to a
nuestra competencia cognitiva está desarrollada a partir de un conjunto compartido belief-desire psychology. (Frith y Happé 1999: 2)
socialmente de prácticas narrativas (story-telling activities, narrative practices). La irrupción It is hard for us to make sense of behaviour in any other way than via the
de la narratividad en las ciencias cognitivas corresponde, por tanto, a la irrupción de lo so- mentalistic (or “intentional”) framework. […] Attribution of mental states
cial, de la intersubjetividad y de la cultura en de la cognición. Nuestra mente está forjada is to humans as echolocation is to the bat. It is our natural way of unders-
por un grupo estereotípico de narraciones y no por la lectura de la mente del otro a través tanding the social environment. (Baron-Cohen 1995: 3–4)
de su simulación o a través de un corpus de teorías. Mind-reading and the capacity to negotiate the social world are not the
same thing, but the former seems to be necessary for the latter. […] Our
La hipótesis de la Práctica Narrativa (Narrative Practice Hypothesis, NHP) basic grip on the social world depends on our being able to see our fellows
nos dice que los niños obtienen una folk psychology al practicar el proceso as motivated by beliefs and desires we sometimes share and sometimes do
consistente en “contar historias” gracias a la ayuda de otros. Las historias not. (Currie y Sterelny 2000: 145)

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CLAUDIO PAOLUCCI SENTIDO Y COGNICIÓN: LA NARRATIVIDAD ENTRE SEMIÓTICA Y CIENCIAS COGNITIVAS

En las ciencias cognitivas, la introducción de la idea de narratividad sirve preci- blecer creencias, es decir, en establecer un hábito de acción que queda fijado en la
samente para invertir este tipo de relaciones situadas bajo el primado de la mente. Una comunidad (la cognición resulta ser una función de la acción y la acción se piensa
vez que el concepto de narratividad hace su aparición en el paisaje cognitivista, lo que en términos de inter-acción).
cambia es la idea misma de cognición, porque ya no concierne necesariamente a la mente
y los procesos que intervienen “bajo la piel” del individuo. Por el contrario, la cognición Es evidente que la introducción de esta idea de narratividad dentro de las ciencias
comienza ahora a depender constitutivamente de la construcción de un mundo social y de cognitivas produce un conjunto de giros y de cambios dentro de su epistemología inicial,
la intersubjetividad que definen las propias condiciones de posibilidad. Por ejemplo, en hasta el punto de que comienza a aparecer un acercamiento a los principios constitutivos
autores como Shaun Gallagher, donde la atención a la narratividad pertenece a una teoría de la semiótica. Por esta razón, hemos visto promover recientemente encuentros entre la
más general de la interacción, se refutan precisamente esos principios que han caracteriza- epistemología semiótica y las nuevas teorías cognitivas que rechazan radicalmente el in-
do las teorías cognitivas precedentes. La teoría de la interacción formulada por Gallagher ternalismo cognitivo: cognición distribuida, mente extendida, enactivismo y teoría de la
sacude todos los principios que han constituido la teoría cognitiva de la acción y de la interacción (cfr. Fusaroli, Granelli y Paolucci 2011).
intersubjetividad sobre la base de una teoría de la mente. En efecto, Gallagher (2009: 4):
Sin embargo, no se puede decir todavía que, en estas últimas corrientes de las
i) rechaza el principio cartesiano según el cual las mentes de los demás permanecen ciencias cognitivas, la noción de narratividad sea verdaderamente equivalente a la de la
ocultas e inalcanzables e, inspirándose en ello –por una parte– en la fenomenología semiótica, porque sabemos que en esta última tradición, la narratividad está asociada a
y –por otra– en la psicología evolutiva, afirma que las intenciones, los deseos y las una transformación sintagmática de los valores que define la forma procesual del sentido.
creencias que guían las acciones de los demás dándoles sentido se expresan perfec- Paradójicamente, la idea de narratividad elaborada por Talmy, es decir, una forma proce-
tamente en su comportamiento corporizado (embodied). sual profunda responsable de la estructuración de la experiencia, parece estar mucho más
próxima del modelo general que la semiótica ha extraído de las “narraciones” haciendo de
ello el principio de estructuración del sentido; mientras que la idea elaborada por autores
ii) afirma que el modo en el que comprendemos a los demás no se funda en un
tales como Gallagher y Hutto parece estar mucho más próxima al sentido común. Cuando
mecanismo de lectura mental (Mind-reading), que es una habilidad muy específica
Gallagher emplea el concepto de “competencia narrativa”, está pensando en todo ese con-
que hemos desarrollado a partir de la interacción pragmática con los demás, sino
junto de interacciones intersubjetivas que desempeñan el papel de formar la competencia
más bien a partir de una interacción en la que el sujeto no se sitúa como simple ob-
cultural del niño entre los dos y los cuatro años, y, ciertamente, no le importa para lo que la
servador de la acción ajena, sino más bien como coprotagonista en una escena en la
semiótica haya utilizado tradicionalmente esta definición. Para un semiótico, la competen-
que interactúa con los demás en una práctica. La intersubjetividad y la sociabilidad
cia narrativa estaría ya presente antes de los dos años, porque la competencia narrativa se
de la comunidad preceden, por tanto, lógicamente a los procesos cognitivos que
puede asociar a todo lo que tiene sentido y a todo proceso de transformación de valores. Por
tienen lugar “bajo la piel” del individuo y contribuyen a formarlos.
tanto, cuando un bebé de once o doce meses comienza a percibir movimientos corporales
significativos para él y a los que responde a través de una interacción, para un semiólogo,
Es la acción con su lógica narrativa la que forja la capacidad cognitiva de Mind-rea-
lo que está en juego es una evidente competencia narrativa que puede transformar los va-
ding y la teoría de la mente, y no al contrario. La cognición resulta una función de la acción,
lores y encadenar un conjunto de acciones/pasiones que les corresponden. Por el contrario,
y la acción es desde el principio una inter-acción (Interactive Theory).
para autores como Gallagher y Hatto, la competencia narrativa está estrictamente unida
a historias “propiamente dichas” y no se puede manifestar antes de los dos años. Más en
Las consonancias con la semiótica y el pragmatismo de Peirce, que se funda preci-
concreto, la competencia narrativa se forma en correspondencia con la adquisición del
samente en esos principios anticartesianos, son notables. Según Peirce,
lenguaje, a través del desarrollo de una memoria autobiográfica y a través de la formación
de la conciencia del sí-mismo.
i) no solo los estados internos ajenos, sino también nuestros propios estados inter-
nos se infieren a partir de nuestros conocimientos de los estados externos (lo que
En la teoría de la interacción de Gallagher, por ejemplo, la narratividad es un me-
Peirce llama “incapacidad de introspección”);
dio que proporciona un frame en el que se da sentido a las acciones del otro (cfr. Gallagher
ii) la significación de las creencias que guían la acción está expresada por completo
2006, 2009; Gallagher y Hutto 2008):
bajo la forma de un comportamiento encarnado en los efectos prácticos suscitados
por las creencias (lo que Peirce denomina “máxima pragmática”);
iii) las creencias y los hábitos que presiden nuestras acciones y definen el sentido Como propone Alasdair McIntyre, una acción se dice que es comprensible
están fijadas en el nivel de la comunidad y no en el nivel del individuo (cfr. Pao- para otro observador o para un participante cuando encuentra un lugar en
lucci 2010, § 2.5): el interior de una narración […] Comprendo cualquier forma de historia
iv) finalmente, la única función del pensamiento y de la cognición consiste en esta- por medio de otras formas de narración, las cuales tienen por objeto las

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CLAUDIO PAOLUCCI SENTIDO Y COGNICIÓN: LA NARRATIVIDAD ENTRE SEMIÓTICA Y CIENCIAS COGNITIVAS

En las ciencias cognitivas, la introducción de la idea de narratividad sirve preci- blecer creencias, es decir, en establecer un hábito de acción que queda fijado en la
samente para invertir este tipo de relaciones situadas bajo el primado de la mente. Una comunidad (la cognición resulta ser una función de la acción y la acción se piensa
vez que el concepto de narratividad hace su aparición en el paisaje cognitivista, lo que en términos de inter-acción).
cambia es la idea misma de cognición, porque ya no concierne necesariamente a la mente
y los procesos que intervienen “bajo la piel” del individuo. Por el contrario, la cognición Es evidente que la introducción de esta idea de narratividad dentro de las ciencias
comienza ahora a depender constitutivamente de la construcción de un mundo social y de cognitivas produce un conjunto de giros y de cambios dentro de su epistemología inicial,
la intersubjetividad que definen las propias condiciones de posibilidad. Por ejemplo, en hasta el punto de que comienza a aparecer un acercamiento a los principios constitutivos
autores como Shaun Gallagher, donde la atención a la narratividad pertenece a una teoría de la semiótica. Por esta razón, hemos visto promover recientemente encuentros entre la
más general de la interacción, se refutan precisamente esos principios que han caracteriza- epistemología semiótica y las nuevas teorías cognitivas que rechazan radicalmente el in-
do las teorías cognitivas precedentes. La teoría de la interacción formulada por Gallagher ternalismo cognitivo: cognición distribuida, mente extendida, enactivismo y teoría de la
sacude todos los principios que han constituido la teoría cognitiva de la acción y de la interacción (cfr. Fusaroli, Granelli y Paolucci 2011).
intersubjetividad sobre la base de una teoría de la mente. En efecto, Gallagher (2009: 4):
Sin embargo, no se puede decir todavía que, en estas últimas corrientes de las
i) rechaza el principio cartesiano según el cual las mentes de los demás permanecen ciencias cognitivas, la noción de narratividad sea verdaderamente equivalente a la de la
ocultas e inalcanzables e, inspirándose en ello –por una parte– en la fenomenología semiótica, porque sabemos que en esta última tradición, la narratividad está asociada a
y –por otra– en la psicología evolutiva, afirma que las intenciones, los deseos y las una transformación sintagmática de los valores que define la forma procesual del sentido.
creencias que guían las acciones de los demás dándoles sentido se expresan perfec- Paradójicamente, la idea de narratividad elaborada por Talmy, es decir, una forma proce-
tamente en su comportamiento corporizado (embodied). sual profunda responsable de la estructuración de la experiencia, parece estar mucho más
próxima del modelo general que la semiótica ha extraído de las “narraciones” haciendo de
ello el principio de estructuración del sentido; mientras que la idea elaborada por autores
ii) afirma que el modo en el que comprendemos a los demás no se funda en un
tales como Gallagher y Hutto parece estar mucho más próxima al sentido común. Cuando
mecanismo de lectura mental (Mind-reading), que es una habilidad muy específica
Gallagher emplea el concepto de “competencia narrativa”, está pensando en todo ese con-
que hemos desarrollado a partir de la interacción pragmática con los demás, sino
junto de interacciones intersubjetivas que desempeñan el papel de formar la competencia
más bien a partir de una interacción en la que el sujeto no se sitúa como simple ob-
cultural del niño entre los dos y los cuatro años, y, ciertamente, no le importa para lo que la
servador de la acción ajena, sino más bien como coprotagonista en una escena en la
semiótica haya utilizado tradicionalmente esta definición. Para un semiótico, la competen-
que interactúa con los demás en una práctica. La intersubjetividad y la sociabilidad
cia narrativa estaría ya presente antes de los dos años, porque la competencia narrativa se
de la comunidad preceden, por tanto, lógicamente a los procesos cognitivos que
puede asociar a todo lo que tiene sentido y a todo proceso de transformación de valores. Por
tienen lugar “bajo la piel” del individuo y contribuyen a formarlos.
tanto, cuando un bebé de once o doce meses comienza a percibir movimientos corporales
significativos para él y a los que responde a través de una interacción, para un semiólogo,
Es la acción con su lógica narrativa la que forja la capacidad cognitiva de Mind-rea-
lo que está en juego es una evidente competencia narrativa que puede transformar los va-
ding y la teoría de la mente, y no al contrario. La cognición resulta una función de la acción,
lores y encadenar un conjunto de acciones/pasiones que les corresponden. Por el contrario,
y la acción es desde el principio una inter-acción (Interactive Theory).
para autores como Gallagher y Hatto, la competencia narrativa está estrictamente unida
a historias “propiamente dichas” y no se puede manifestar antes de los dos años. Más en
Las consonancias con la semiótica y el pragmatismo de Peirce, que se funda preci-
concreto, la competencia narrativa se forma en correspondencia con la adquisición del
samente en esos principios anticartesianos, son notables. Según Peirce,
lenguaje, a través del desarrollo de una memoria autobiográfica y a través de la formación
de la conciencia del sí-mismo.
i) no solo los estados internos ajenos, sino también nuestros propios estados inter-
nos se infieren a partir de nuestros conocimientos de los estados externos (lo que
En la teoría de la interacción de Gallagher, por ejemplo, la narratividad es un me-
Peirce llama “incapacidad de introspección”);
dio que proporciona un frame en el que se da sentido a las acciones del otro (cfr. Gallagher
ii) la significación de las creencias que guían la acción está expresada por completo
2006, 2009; Gallagher y Hutto 2008):
bajo la forma de un comportamiento encarnado en los efectos prácticos suscitados
por las creencias (lo que Peirce denomina “máxima pragmática”);
iii) las creencias y los hábitos que presiden nuestras acciones y definen el sentido Como propone Alasdair McIntyre, una acción se dice que es comprensible
están fijadas en el nivel de la comunidad y no en el nivel del individuo (cfr. Pao- para otro observador o para un participante cuando encuentra un lugar en
lucci 2010, § 2.5): el interior de una narración […] Comprendo cualquier forma de historia
iv) finalmente, la única función del pensamiento y de la cognición consiste en esta- por medio de otras formas de narración, las cuales tienen por objeto las

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CLAUDIO PAOLUCCI SENTIDO Y COGNICIÓN: LA NARRATIVIDAD ENTRE SEMIÓTICA Y CIENCIAS COGNITIVAS

en las ciencias cognitivas que llama “mente amplia” o “cognición distribuida” consideran
prácticas sociales, los contextos y los rasgos pertinentes. Esas narraciones
el pensamiento y la cognición no como localizables en la mente (cognition) o en el cuerpo
pueden influenciar igualmente mis juicios, mi manera de evaluar las ac-
(embodied cognition), sino como distribuidas en las Gestalten funcionales de humanos y de no
ciones del otro.
humanos, a partir de las cuales el pensamiento emerge en tanto que proceso mediado, fruto
de una pluralidad de instancias que hacen del individuo el nudo de una red y no su centro
El ejemplo de Sartre es muy oportuno: si te sorprendo de rodillas espiando a al-
organizador. De modo que la intersubjetividad y la cultura se piensan como dimensiones
guien por el ojo de la cerradura en una habitación cercana, puedo deducir inmediatamente
fundamentales y constitutivas de la cognición, y no como variables superficiales. Las cien-
que tu comportamiento representa una violación culpable de la privacidad. Eres un espía
cias cognitivas reintroducen de este modo las variables sociales y culturales anteriormente
y, por lo tanto, debes ser denunciado. Pero mi comprensión de ese comportamiento no se
dejadas de lado, porque se consideraban irrelevantes para un estudio sobre la cognición.
basa en una teoría de los espías ni en inferencias hechas sobre ti, o eventualmente sobre tus
creencias o tus deseos. Como te he pillado en flagrante delito, mi juicio sobre ese episodio
Esperamos haber podido demostrar que la idea de narratividad ha desempeñado un
está influenciado evidentemente por las diversas formas de narración que he escuchado
papel fundamental y crucial en esta evolución.
sobre el tema de los espías. Y visto que tú también las conoces, te avergüenzas inmediata-
mente y sientes el peso de mi juicio. (Gallagher y Zahavi 2008: 297)
NOTAS
Comprendemos entonces que, incluso si tenemos en cuenta las numerosas diferen-
cias que se han ilustrado aquí, la idea de narratividad produce en las “ciencias cognitivas” 1. Traducción al español del artículo “Sens et cognition: la narrativité entre sémiotique et sciences
un cambio crucial en el modo en que se concibe la cognición. Cuando la noción de na- cognitives”, publicado en Signata. Annales des sémiotiques / Annals of Semiotics 3 (2012), pp.299-316.
rratividad se introduce, la cognición normalmente no está ya asociada a los mecanismos Reproducido con autorización del autor. Traducción de L. Martínez-Falero.
internos situados “en la cabeza” o en el interior del individuo. Ello marca un verdadero 2. Esas dos teorías de la narratividad son evidentemente muy diferentes, pero, para ambas, la na-
cambio en la epistemología de las ciencias cognitivas, porque ya no es posible explicar la rratividad no es un tipo particular de discurso, sino una forma profunda que se puede encontrar
cognición sin apelar a principios de tipo social y cultural (cfr. Gardner 1987). en todos los discursos (cfr. Greimas 1970, 1983; y Eco 1979). Es exactamente esta idea la que
nos interesa aquí y la que se asume como “teoría semiótica de la narratividad” para discutir en un
Todo ello da lugar a un transición fundamental, que se encontraba ya en el funda- plano epistemológico.
mento de la epistemología semiótica: una vez dado el continuo de la experiencia, es nece- 3. Resulta demasiado evidente que el término “ciencias cognitivas” suena peligrosamente como
una palabra-comodín: aún así decidimos utilizarla por razones de economía, pero es necesario pre-
sario que algo lo segmente y le dé forma; pero este principio constitutivo de formación no
cisar que, cuando hablemos de “ciencias cognitivas”, exclusivamente nos referiremos a los trabajos
parece presentar una naturaleza exclusivamente cognitiva, que provocaría que las dimen- y a los autores considerados en este texto y explícitamente discutidos aquí. Toda generalización y
siones socioculturales solo fueran variables superficiales. Por el contrario, es la cognición toda extensión a otros autores y perspectivas sería errónea.
misma la que resulta estar constituida por la intersubjetividad y la cultura. Como decía 4. Es exactamente esta tradición saussureana la que ha inspirado la semiótica de Greimas y de
Peirce, la naturaleza de la cognición es semiótica, porque cada cognición actualmente pre- Eco, de la que se trata aquí. Por el contrario, los enfoques narratológicos heredados de Bremond y
sente en la mente se infiere a partir de nuestros conocimientos precedentes, circulando en de Barthes, que son habitualmente considerados como “semióticos”, no están fundados sobre ese
la intersubjetividad de la comunidad interpretante. principio diferencial: en consecuencia, no serán analizados aquí.
5. Cfr. Greimas y Courtés (1979), Fabbri (2001).
6. Eco (1997) está bastante de acuerdo con este punto particular.
6. CONCLUSIONES 7. Esta posición radical de Mink, quien piensa que la experiencia particular y los esquemas abs-
tractos son dos formas de pensamiento irreductibles la una de la otra, sin duda puede ser puesta a
distancia crítica. La idea misma de la modalización se funda en una conmensurabilidad entre dos
Para concluir: la historia de las ciencias cognitivas es la historia de una expansión
formas. Sin embargo, por razones de economía, no discutiremos este tema.
progresiva. Si al principio la idea de base era que podemos estudiar la cognición sin tener en 8. Cfr. Eco (1997), capítulo 2.
cuenta las variables biológico-neuronales o las variables socioculturales, las ciencias cognitivas 9. En la tradición a la que se hace aquí referencia, Landowski (2004) y Fontanille (1995) han pro-
se han ido alejando progresivamente de esta idea, hasta el punto de abandonarla. La primera puesto modelos actanciales que constituyen alternativas a los de Greimas: se les debe en particular
etapa de este distanciamiento ha tenido lugar con la revolución ligada a la noción de corpo- un modelo narrativo fundado en la unión (Landowski) y una concepción posicional de los actantes
reidad (embodiment), a través de la cual se ha comenzado a dar entrada a las variables biológi- (Fontanille).
co-neuronales, inicialmente consideradas como no pertinentes para el estudio de la cognición. 10. A este respecto, Basso Fossali (2008) ha podido hablar de la narratividad como de una verdade-
ra “epistemología de la significación”.
La segunda etapa de este distanciamiento ha tenido lugar con la identificación de 11. Por supuesto, se trata de una simplificación evidente, que establecemos por economía y que
una imposibilidad para localizar la cognición. Estas tendencias contemporáneas internas no considera, por ejemplo, la psicología evolutiva (piagetiana). De todos modos, se trata de una

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CLAUDIO PAOLUCCI SENTIDO Y COGNICIÓN: LA NARRATIVIDAD ENTRE SEMIÓTICA Y CIENCIAS COGNITIVAS

en las ciencias cognitivas que llama “mente amplia” o “cognición distribuida” consideran
prácticas sociales, los contextos y los rasgos pertinentes. Esas narraciones
el pensamiento y la cognición no como localizables en la mente (cognition) o en el cuerpo
pueden influenciar igualmente mis juicios, mi manera de evaluar las ac-
(embodied cognition), sino como distribuidas en las Gestalten funcionales de humanos y de no
ciones del otro.
humanos, a partir de las cuales el pensamiento emerge en tanto que proceso mediado, fruto
de una pluralidad de instancias que hacen del individuo el nudo de una red y no su centro
El ejemplo de Sartre es muy oportuno: si te sorprendo de rodillas espiando a al-
organizador. De modo que la intersubjetividad y la cultura se piensan como dimensiones
guien por el ojo de la cerradura en una habitación cercana, puedo deducir inmediatamente
fundamentales y constitutivas de la cognición, y no como variables superficiales. Las cien-
que tu comportamiento representa una violación culpable de la privacidad. Eres un espía
cias cognitivas reintroducen de este modo las variables sociales y culturales anteriormente
y, por lo tanto, debes ser denunciado. Pero mi comprensión de ese comportamiento no se
dejadas de lado, porque se consideraban irrelevantes para un estudio sobre la cognición.
basa en una teoría de los espías ni en inferencias hechas sobre ti, o eventualmente sobre tus
creencias o tus deseos. Como te he pillado en flagrante delito, mi juicio sobre ese episodio
Esperamos haber podido demostrar que la idea de narratividad ha desempeñado un
está influenciado evidentemente por las diversas formas de narración que he escuchado
papel fundamental y crucial en esta evolución.
sobre el tema de los espías. Y visto que tú también las conoces, te avergüenzas inmediata-
mente y sientes el peso de mi juicio. (Gallagher y Zahavi 2008: 297)
NOTAS
Comprendemos entonces que, incluso si tenemos en cuenta las numerosas diferen-
cias que se han ilustrado aquí, la idea de narratividad produce en las “ciencias cognitivas” 1. Traducción al español del artículo “Sens et cognition: la narrativité entre sémiotique et sciences
un cambio crucial en el modo en que se concibe la cognición. Cuando la noción de na- cognitives”, publicado en Signata. Annales des sémiotiques / Annals of Semiotics 3 (2012), pp.299-316.
rratividad se introduce, la cognición normalmente no está ya asociada a los mecanismos Reproducido con autorización del autor. Traducción de L. Martínez-Falero.
internos situados “en la cabeza” o en el interior del individuo. Ello marca un verdadero 2. Esas dos teorías de la narratividad son evidentemente muy diferentes, pero, para ambas, la na-
cambio en la epistemología de las ciencias cognitivas, porque ya no es posible explicar la rratividad no es un tipo particular de discurso, sino una forma profunda que se puede encontrar
cognición sin apelar a principios de tipo social y cultural (cfr. Gardner 1987). en todos los discursos (cfr. Greimas 1970, 1983; y Eco 1979). Es exactamente esta idea la que
nos interesa aquí y la que se asume como “teoría semiótica de la narratividad” para discutir en un
Todo ello da lugar a un transición fundamental, que se encontraba ya en el funda- plano epistemológico.
mento de la epistemología semiótica: una vez dado el continuo de la experiencia, es nece- 3. Resulta demasiado evidente que el término “ciencias cognitivas” suena peligrosamente como
una palabra-comodín: aún así decidimos utilizarla por razones de economía, pero es necesario pre-
sario que algo lo segmente y le dé forma; pero este principio constitutivo de formación no
cisar que, cuando hablemos de “ciencias cognitivas”, exclusivamente nos referiremos a los trabajos
parece presentar una naturaleza exclusivamente cognitiva, que provocaría que las dimen- y a los autores considerados en este texto y explícitamente discutidos aquí. Toda generalización y
siones socioculturales solo fueran variables superficiales. Por el contrario, es la cognición toda extensión a otros autores y perspectivas sería errónea.
misma la que resulta estar constituida por la intersubjetividad y la cultura. Como decía 4. Es exactamente esta tradición saussureana la que ha inspirado la semiótica de Greimas y de
Peirce, la naturaleza de la cognición es semiótica, porque cada cognición actualmente pre- Eco, de la que se trata aquí. Por el contrario, los enfoques narratológicos heredados de Bremond y
sente en la mente se infiere a partir de nuestros conocimientos precedentes, circulando en de Barthes, que son habitualmente considerados como “semióticos”, no están fundados sobre ese
la intersubjetividad de la comunidad interpretante. principio diferencial: en consecuencia, no serán analizados aquí.
5. Cfr. Greimas y Courtés (1979), Fabbri (2001).
6. Eco (1997) está bastante de acuerdo con este punto particular.
6. CONCLUSIONES 7. Esta posición radical de Mink, quien piensa que la experiencia particular y los esquemas abs-
tractos son dos formas de pensamiento irreductibles la una de la otra, sin duda puede ser puesta a
distancia crítica. La idea misma de la modalización se funda en una conmensurabilidad entre dos
Para concluir: la historia de las ciencias cognitivas es la historia de una expansión
formas. Sin embargo, por razones de economía, no discutiremos este tema.
progresiva. Si al principio la idea de base era que podemos estudiar la cognición sin tener en 8. Cfr. Eco (1997), capítulo 2.
cuenta las variables biológico-neuronales o las variables socioculturales, las ciencias cognitivas 9. En la tradición a la que se hace aquí referencia, Landowski (2004) y Fontanille (1995) han pro-
se han ido alejando progresivamente de esta idea, hasta el punto de abandonarla. La primera puesto modelos actanciales que constituyen alternativas a los de Greimas: se les debe en particular
etapa de este distanciamiento ha tenido lugar con la revolución ligada a la noción de corpo- un modelo narrativo fundado en la unión (Landowski) y una concepción posicional de los actantes
reidad (embodiment), a través de la cual se ha comenzado a dar entrada a las variables biológi- (Fontanille).
co-neuronales, inicialmente consideradas como no pertinentes para el estudio de la cognición. 10. A este respecto, Basso Fossali (2008) ha podido hablar de la narratividad como de una verdade-
ra “epistemología de la significación”.
La segunda etapa de este distanciamiento ha tenido lugar con la identificación de 11. Por supuesto, se trata de una simplificación evidente, que establecemos por economía y que
una imposibilidad para localizar la cognición. Estas tendencias contemporáneas internas no considera, por ejemplo, la psicología evolutiva (piagetiana). De todos modos, se trata de una

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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CLAUDIO PAOLUCCI SENTIDO Y COGNICIÓN: LA NARRATIVIDAD ENTRE SEMIÓTICA Y CIENCIAS COGNITIVAS

serie de posiciones muy compartidas por los autores que han hecho nacer la propia expresión de Paris: Hachette.
“ciencias cognitivas” en dos coloquios: “Cerebral Mechanisms in Behaviour” (sept. 1948, CalTech) HEAL, J. (1998) “Understanding other Minds from the Inside”, en O’Hear, A. (ed.) Current Issues
y “Symposium on Information Theory” (sept. 1956, MIT). Estos autores que se reúnen aquí bajo la in Philosophy of Mind. 83-99. New York: Cambridge University Press.
etiqueta de “epistemología clásica del cognitivismo” son, entre otros, Von Neumann, Mc Cullou- HERMAN, D. (2002) Story Logic. Problems and Possibilities of Narrative. Lincoln: Universty of Ne-
gh, Lashley, Newell, Simon, Chomsky, Miller, Bruner, Goodnow y Austin. braska Press.
––– (2003) “Stories as a Tool for Thinking”, en Herman, D. (ed.) Narrative Theory and the Cognitive
Science. 163-194. Stanford: CSLI Publications.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS HERMAN, D., JAHN, M. & RYAN, M.-L. (ed.) (2008) Routledge Encyclopedia of Narrative Theory.
New York: Routledge.
BARON-COHEN, S. (1995) Mindblindness. An Essay on Autism and Theory of Mind. Cambridge: HUTCHINS, E. (1996) Cognition in the Wild. Cambridge: MIT Press.
MIT Press. HUTTO, D. (2007) “The Narrative Practice Hypothesis: Origins and Applications of Folk Psy-
BASSO FOSSALI, P. (2008) Interpretazione tra mondi. Il pensiero figurale di David Lynch. Pisa: ETS. chology”, en Hutto, D. (ed.) Narrative and Understanding Persons. 43-68. Cambridge: Cambridge
BRUNER, J. (1991) “The Narrative Construction of Reality”, Critical Inquiry University Press.
18, 1–21. ––– (2008) “The Narrative Practice Hypothesis: Clarifications and Implications”, Philosophical Ex-
CRANE, T. (1995) The Mechanical Mind. London: Penguin Books. plorations 11 (3), 175–192.
CURRIE, G. Y STERELNY, K. (2000) “How to Think About the Modularity of Mind-Reading”, JAHN, M. (1997) “Frames, Preferences and the Reading of Third-Per-
Philosophical Quarterly 50 (199), 145–160. son Narratives. Towards a Cognitive Narratology”, Poetics Today 18 (4), 441-468.
DANTO, A. (1985) Narration and Knowledge. New York: Columbia University Press. LANDOWSKI, E. (2004) Passions sans nom. Paris: PUF.
DENNET, D. (1991) Explaining Consciousness. Harmondsworth: Penguin. MALLE, B.F. (2002) “The Relation between Language and Theory of Mind in Development and
DOLEŽEL, L. (1979) “Extensional and Intensional Narrative Worlds”, Poetics 8, 193-211. Evolution”, en Givón, T. y Malle, B.F. (ed.) The Evolution of Language out of Pre-Language. 265-284.
ECO, U. (1997) Kant e l’ornitorinco. Milano: Bompiani. Amsterdam: John Benjamins.
FABBRI, P. (2001) La svolta semiotica. Roma-Bari: Laterza. MINK, L.O. (1978) “Narrative Form as a Cognitive Instrument”, en Canary, R. y Kozicki, H. (ed.)
FONTANILLE, J. (1995) Sémiotique du visible. Paris: PUF. The Writing of History. Literary Form and Historical Understanding. 129-149. Madison; University of
FRITH, U. Y HAPPE, F. (1999) “Theory of Mind and Self-Consciousness: What Is It Like to Be Wisconsin Press.
Autistic”, Mind and Language 14 (1), 1–22. PAOLUCCI, C. (2010) Strutturalismo e interpretazione. Milano: Bompiani.
FUSAROLI, R. Y PAOLUCCI, C. (2011) “The External Mind: an Introduction”, VS 112–113, ––– (2011) “The ‘External Mind’: Semiotics, Pragmatism, Extended Mind and Distributed Cogni-
3–30. tion”, VS 112–113, 67–94.
FUSAROLI, R., GRANELLI, T. Y PAOLUCCI, C. (ed.) (2011) “The External Mind. Perspecti- PAVEL, T.G. (1986) Fictional Worlds. Cambridge: Harvard University Press.
ves on Semiosis, Distribution and Situation in Cognition”, VS 112–113. PRINCE, G. (1999) “Revisiting Narrativity”, en Grünzweig, W. y Andreas, S. (ed.) Transcending
GALLAGHER, S. (2006) “The Narrative Alternative to Theory of Mind”, en Menary, R. (ed.) Ra- Boundaries. Narratology in Context. 43-51. Tübingen: Gunter Narr Verlag.
dical Enactivism. Intentionality, Phenomenology, and Narrative. 223-229. Amsterdam: John Benjamins. ––– (2008) “Narrativity”, en Herman, Jahn y Ryan (eds), 387–388.
––– (2009) “Two Problems of Intersubjectivity”, Journal of Consciousness Studies 16 (6–7), 1–20. RIZZOLATTI G. Y CRAIGHERO L. (2004) “The Mirror-Neuron System”, Annual Review of
GALLAGHER, S. & HUTTO, D. (2008) “Primary Interaction and Narrative Practice”, en Zlatev, Neuroscience, 27, 169-192.
J., Racine, T., Sinha, C. e Itkonen, E. (ed.) The Shared-Mind. Perspectives on Intersubjectivity. 17-38. RIZZOLATTI G., CRAIGHERO L, SINIGAGLIA C. (2006) So quel che fai, Il cervello che agisce e
Amsterdam: John Benjamins. i neuroni specchio. Milano: Raffaello Cortina Editore.
GALLAGHER, S. & ZAHAVI, D. (2008) The Phenomenological Mind. London: Routledge (tr. it. La RYAN, M.-L. (1991) Possible Worlds, Artificial Intelligence and Narrative Theory. Bloomington: In-
mente fenomenologica. Milano: Cortina, 2009). diana University Press.
GALLESE, V. (2001) “The ‘Shared Manifold’ Hypothesys: From Mirror Neurons to Empathy”, SHAFFAER, J.M. (2010) “Le traitement cognitive de la narration”, en Pier, J. y Berthelot, F. (ed.)
Journal of Consciousness Study 8, 33–50. Narratologies contemporaines. 215-231. Paris: EAC.
––– (2007) “Before and Below ‘Theory of Mind’: Embodied Simulation and the Neural Correlates TALMY, L. (2000) “A Cognitive Framework for Narrative Structure”, Toward a Cognitive Semantics,
of Social Cognition”, Philosophical Transactions of the Royal Society B– Biological Sciences 362 (1480), vol. 2. Cambridge: MIT Press, 417-482.
659–669.
GARDNER, H. (1987) The Mind’s New Science. New York: Basic Books.
GOLDMAN, A.I. (1989) “Interpretation psychologized”, Mind and Language 4, 161–185.
––– (2006), Simulating Minds. The Phylosophy, Psychology and Neuroscience of Mindreading. New York:
Oxford University Press.
GORDON, R.M. (1986) “Folk Psychology as simulation”, Mind and Language 1, 158-171.
GREIMAS, A.J. (1983) Du sens II. Paris: Seuil.
GREIMAS, A.J. & COURTES, J. (1979) Sémiotique. Dictionnaire raisonné de la théorie du langage.
Atribución-NoComercial-CompartirIgual
CC BY-NC-SA

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


98 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 99
Depósito Legal B.3146-2001 Universidad de Rosario (Argentina) Versión electrónica: designisfels.net
CLAUDIO PAOLUCCI SENTIDO Y COGNICIÓN: LA NARRATIVIDAD ENTRE SEMIÓTICA Y CIENCIAS COGNITIVAS

serie de posiciones muy compartidas por los autores que han hecho nacer la propia expresión de Paris: Hachette.
“ciencias cognitivas” en dos coloquios: “Cerebral Mechanisms in Behaviour” (sept. 1948, CalTech) HEAL, J. (1998) “Understanding other Minds from the Inside”, en O’Hear, A. (ed.) Current Issues
y “Symposium on Information Theory” (sept. 1956, MIT). Estos autores que se reúnen aquí bajo la in Philosophy of Mind. 83-99. New York: Cambridge University Press.
etiqueta de “epistemología clásica del cognitivismo” son, entre otros, Von Neumann, Mc Cullou- HERMAN, D. (2002) Story Logic. Problems and Possibilities of Narrative. Lincoln: Universty of Ne-
gh, Lashley, Newell, Simon, Chomsky, Miller, Bruner, Goodnow y Austin. braska Press.
––– (2003) “Stories as a Tool for Thinking”, en Herman, D. (ed.) Narrative Theory and the Cognitive
Science. 163-194. Stanford: CSLI Publications.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS HERMAN, D., JAHN, M. & RYAN, M.-L. (ed.) (2008) Routledge Encyclopedia of Narrative Theory.
New York: Routledge.
BARON-COHEN, S. (1995) Mindblindness. An Essay on Autism and Theory of Mind. Cambridge: HUTCHINS, E. (1996) Cognition in the Wild. Cambridge: MIT Press.
MIT Press. HUTTO, D. (2007) “The Narrative Practice Hypothesis: Origins and Applications of Folk Psy-
BASSO FOSSALI, P. (2008) Interpretazione tra mondi. Il pensiero figurale di David Lynch. Pisa: ETS. chology”, en Hutto, D. (ed.) Narrative and Understanding Persons. 43-68. Cambridge: Cambridge
BRUNER, J. (1991) “The Narrative Construction of Reality”, Critical Inquiry University Press.
18, 1–21. ––– (2008) “The Narrative Practice Hypothesis: Clarifications and Implications”, Philosophical Ex-
CRANE, T. (1995) The Mechanical Mind. London: Penguin Books. plorations 11 (3), 175–192.
CURRIE, G. Y STERELNY, K. (2000) “How to Think About the Modularity of Mind-Reading”, JAHN, M. (1997) “Frames, Preferences and the Reading of Third-Per-
Philosophical Quarterly 50 (199), 145–160. son Narratives. Towards a Cognitive Narratology”, Poetics Today 18 (4), 441-468.
DANTO, A. (1985) Narration and Knowledge. New York: Columbia University Press. LANDOWSKI, E. (2004) Passions sans nom. Paris: PUF.
DENNET, D. (1991) Explaining Consciousness. Harmondsworth: Penguin. MALLE, B.F. (2002) “The Relation between Language and Theory of Mind in Development and
DOLEŽEL, L. (1979) “Extensional and Intensional Narrative Worlds”, Poetics 8, 193-211. Evolution”, en Givón, T. y Malle, B.F. (ed.) The Evolution of Language out of Pre-Language. 265-284.
ECO, U. (1997) Kant e l’ornitorinco. Milano: Bompiani. Amsterdam: John Benjamins.
FABBRI, P. (2001) La svolta semiotica. Roma-Bari: Laterza. MINK, L.O. (1978) “Narrative Form as a Cognitive Instrument”, en Canary, R. y Kozicki, H. (ed.)
FONTANILLE, J. (1995) Sémiotique du visible. Paris: PUF. The Writing of History. Literary Form and Historical Understanding. 129-149. Madison; University of
FRITH, U. Y HAPPE, F. (1999) “Theory of Mind and Self-Consciousness: What Is It Like to Be Wisconsin Press.
Autistic”, Mind and Language 14 (1), 1–22. PAOLUCCI, C. (2010) Strutturalismo e interpretazione. Milano: Bompiani.
FUSAROLI, R. Y PAOLUCCI, C. (2011) “The External Mind: an Introduction”, VS 112–113, ––– (2011) “The ‘External Mind’: Semiotics, Pragmatism, Extended Mind and Distributed Cogni-
3–30. tion”, VS 112–113, 67–94.
FUSAROLI, R., GRANELLI, T. Y PAOLUCCI, C. (ed.) (2011) “The External Mind. Perspecti- PAVEL, T.G. (1986) Fictional Worlds. Cambridge: Harvard University Press.
ves on Semiosis, Distribution and Situation in Cognition”, VS 112–113. PRINCE, G. (1999) “Revisiting Narrativity”, en Grünzweig, W. y Andreas, S. (ed.) Transcending
GALLAGHER, S. (2006) “The Narrative Alternative to Theory of Mind”, en Menary, R. (ed.) Ra- Boundaries. Narratology in Context. 43-51. Tübingen: Gunter Narr Verlag.
dical Enactivism. Intentionality, Phenomenology, and Narrative. 223-229. Amsterdam: John Benjamins. ––– (2008) “Narrativity”, en Herman, Jahn y Ryan (eds), 387–388.
––– (2009) “Two Problems of Intersubjectivity”, Journal of Consciousness Studies 16 (6–7), 1–20. RIZZOLATTI G. Y CRAIGHERO L. (2004) “The Mirror-Neuron System”, Annual Review of
GALLAGHER, S. & HUTTO, D. (2008) “Primary Interaction and Narrative Practice”, en Zlatev, Neuroscience, 27, 169-192.
J., Racine, T., Sinha, C. e Itkonen, E. (ed.) The Shared-Mind. Perspectives on Intersubjectivity. 17-38. RIZZOLATTI G., CRAIGHERO L, SINIGAGLIA C. (2006) So quel che fai, Il cervello che agisce e
Amsterdam: John Benjamins. i neuroni specchio. Milano: Raffaello Cortina Editore.
GALLAGHER, S. & ZAHAVI, D. (2008) The Phenomenological Mind. London: Routledge (tr. it. La RYAN, M.-L. (1991) Possible Worlds, Artificial Intelligence and Narrative Theory. Bloomington: In-
mente fenomenologica. Milano: Cortina, 2009). diana University Press.
GALLESE, V. (2001) “The ‘Shared Manifold’ Hypothesys: From Mirror Neurons to Empathy”, SHAFFAER, J.M. (2010) “Le traitement cognitive de la narration”, en Pier, J. y Berthelot, F. (ed.)
Journal of Consciousness Study 8, 33–50. Narratologies contemporaines. 215-231. Paris: EAC.
––– (2007) “Before and Below ‘Theory of Mind’: Embodied Simulation and the Neural Correlates TALMY, L. (2000) “A Cognitive Framework for Narrative Structure”, Toward a Cognitive Semantics,
of Social Cognition”, Philosophical Transactions of the Royal Society B– Biological Sciences 362 (1480), vol. 2. Cambridge: MIT Press, 417-482.
659–669.
GARDNER, H. (1987) The Mind’s New Science. New York: Basic Books.
GOLDMAN, A.I. (1989) “Interpretation psychologized”, Mind and Language 4, 161–185.
––– (2006), Simulating Minds. The Phylosophy, Psychology and Neuroscience of Mindreading. New York:
Oxford University Press.
GORDON, R.M. (1986) “Folk Psychology as simulation”, Mind and Language 1, 158-171.
GREIMAS, A.J. (1983) Du sens II. Paris: Seuil.
GREIMAS, A.J. & COURTES, J. (1979) Sémiotique. Dictionnaire raisonné de la théorie du langage.
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http://dx.doi.org/10.35659/designis.i35p101-111
EL PAISAJE CULTURAL COMO UN REFLEJO DE LA TEORÍA COGNITIVA DE LA METÁFORA

El paisaje cultural como un


reflejo de la teoría cognitiva de
la metáfora1 / Cultural landscape
as a reflection of the Cognitive
Theory of the metaphor
Olga Lavrenova
(pág 101 - pág 111)

Este artículo indaga las funciones gnoseológicas desde la perspectiva de la ontología del pro-
ceso, desde de la que se construye la experiencia del mundo que nos rodea. Se contemplan los estudios
de metáfora desde la perspectiva de los paisajes culturales, puesto que se trata de un esquema imagen
fundamental. La investigación explora como las metáforas forman campos semánticos dentro de un
espacio geográfico determinado, dando lugar a espacios significativos en el marco de las geografías cul-
turales correspondientes. Así mismo, la metáfora del paisaje se emplea en el discurso científico, mar-
cando la dirección y el desarrollo del pensamiento científico. Las unidades textuales estructurales en el
discurso científico son loci-símbolos de doble naturaleza, tanto espacial como figurativa e informativa.

Palabras clave: teoría cognitiva, paisaje cultural, texto.

The article explores gnoseological functions explored from the point of view of
process-ontology, from which our integral worldview is constructed. Metaphor is viewed
from the perspective of cultural landscapes, a basic image schema. The study explores how
metaphors create semantic “fields” in a given geographical space, providing signifying
spaces within the corresponding cultural geographies. Additionally, the metaphor of the
‘field’ is used a basic text in scientific discourse, which sets the direction and the deve-
lopment of the scientific thought. Structural textual units in scientific discourse become
loci-symbols with a binary nature: spatial as well as figurative and informative.

Keywords: cognitive theory, cultural landscape, text.

Lavrenova es Doctora en Geografía y en Filosofía, Miembro Honorario de la Academia


de Artes de Rusia, Investigadora principal del Instituto de Información Científica en Ciencias
Sociales de la Academia de Ciencias de Rusia, Profesora del Departamento de Idiomas Extranjeros
y Tecnologías de la Comunicación en la Universidad Nacional de Tecnología y Ciencias MISIS,
Presidenta de la Asociación Internacional de Semiótica del Espacio y del Tiempo (IASSp + T).

Recibido: 7/10/2020 Aprobado: 25/11/2020

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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Depósito Legal B.3146-2001 Universidad de Rosario (Argentina) Versión electrónica: designisfels.net
http://dx.doi.org/10.35659/designis.i35p101-111
EL PAISAJE CULTURAL COMO UN REFLEJO DE LA TEORÍA COGNITIVA DE LA METÁFORA

El paisaje cultural como un


reflejo de la teoría cognitiva de
la metáfora1 / Cultural landscape
as a reflection of the Cognitive
Theory of the metaphor
Olga Lavrenova
(pág 101 - pág 111)

Este artículo indaga las funciones gnoseológicas desde la perspectiva de la ontología del pro-
ceso, desde de la que se construye la experiencia del mundo que nos rodea. Se contemplan los estudios
de metáfora desde la perspectiva de los paisajes culturales, puesto que se trata de un esquema imagen
fundamental. La investigación explora como las metáforas forman campos semánticos dentro de un
espacio geográfico determinado, dando lugar a espacios significativos en el marco de las geografías cul-
turales correspondientes. Así mismo, la metáfora del paisaje se emplea en el discurso científico, mar-
cando la dirección y el desarrollo del pensamiento científico. Las unidades textuales estructurales en el
discurso científico son loci-símbolos de doble naturaleza, tanto espacial como figurativa e informativa.

Palabras clave: teoría cognitiva, paisaje cultural, texto.

The article explores gnoseological functions explored from the point of view of
process-ontology, from which our integral worldview is constructed. Metaphor is viewed
from the perspective of cultural landscapes, a basic image schema. The study explores how
metaphors create semantic “fields” in a given geographical space, providing signifying
spaces within the corresponding cultural geographies. Additionally, the metaphor of the
‘field’ is used a basic text in scientific discourse, which sets the direction and the deve-
lopment of the scientific thought. Structural textual units in scientific discourse become
loci-symbols with a binary nature: spatial as well as figurative and informative.

Keywords: cognitive theory, cultural landscape, text.

Lavrenova es Doctora en Geografía y en Filosofía, Miembro Honorario de la Academia


de Artes de Rusia, Investigadora principal del Instituto de Información Científica en Ciencias
Sociales de la Academia de Ciencias de Rusia, Profesora del Departamento de Idiomas Extranjeros
y Tecnologías de la Comunicación en la Universidad Nacional de Tecnología y Ciencias MISIS,
Presidenta de la Asociación Internacional de Semiótica del Espacio y del Tiempo (IASSp + T).

Recibido: 7/10/2020 Aprobado: 25/11/2020

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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OLGA LAVRENOVA EL PAISAJE CULTURAL COMO UN REFLEJO DE LA TEORÍA COGNITIVA DE LA METÁFORA

1. LA CULTURA Y EL ESPACIO La teoría cognitiva se puede contemplar desde la metáfora del paisaje. En este sen-
tido, el paisaje puede ser interpretado como un concepto que contribuye a la formación de
La interacción entre cultura y espacio representa uno de los problemas ontológicos una variedad de los marcos abstractos (Gestalt) dentro de la cultura.
más importantes. Las comunidades humanas territoriales inevitablemente llegan a formar
un sistema de las nociones, estereotipos y símbolos conectados con el lugar de su hábitat. Si las observamos desde dentro, las metáforas funcionan como los procesos
A lo largo de la historia, tanto las imágenes artísticas como las ciencias exactas, incluso cognitivos que nos ayudan crear y profundizar nuestras creencias sobre el
el espacio geográfico como tal, se unen formando una aleación de materia, información y mundo y nos permiten crear nuevas hipótesis. Si observamos desde fuera,
“energía cultural humana” (Vernadski 1991: 126). De manera general, uno se refiere a este funcionan como intermediarios entre la razón humana y la cultura. Las nue-
fenómeno en términos de “espacio cultural” y “espacio geocultural”. Tanto la geografía vas metáforas cambian la lengua habitual que usamos y, al mismo tiempo,
como la antropología cultural disponen de variedad de definiciones. Por lo tanto, tenemos nos hacen cambiar los modos de percepción y las formas del aprendizaje del
que concretar cómo trabajaremos con dichas definiciones. mundo. (McCormack 1990: 360)

Espacio geocultural es una forma semántica e informativa de significar la existen- La ciencia cognitiva actual (con figuras como Lakoff & Johnson 1980 o McCor-
cia de culturas en un espacio geográfico de integridad global, con componentes eidéticos, mack 1990 entre otros) considera la metáfora como un modo de conocer, estructurar y
ideativos y simbólicos. Este espacio se crea sobre la base de los objetos físicos y sociogeo- explicar el mundo, además de un método para categorizarlo y conceptualizarlo. Dos as-
gráficos y existe en estrecha relación con ellos. pectos principales de la metáfora, la semejanza y la diferencia de las nociones, además de
los objetos y los campos semánticos, se trabajan en la teoría cognitiva, ya que estas carac-
El paisaje cultural se entiende aquí como un conjunto de espacios geoculturales; terísticas están relacionadas con los procesos del conocimiento, tanto con la estructura de
como un fenómeno cultural, o sea, un sistema de matrices y códigos culturales, expre- pensamiento como con la lengua.
sados a través de signos y símbolos directamente relacionados con un territorio, y/o con
expresión material en dicho territorio; este sistema puede interpretarse como un texto en Lakoff y Johnson argumentan que la metáfora existe no solamente en la esfera de
su sentido cultural más amplio. La vista general del área, también definida a veces como la lengua. Los autores insisten en que los procesos de pensamiento humano, y el sistema
terreno, se referirá en este trabajo como paisaje. conceptual en general, comparten también este carácter metafórico y que la estructura
metafórica de las nociones principales determina los valores culturales más fundamentales.
La teoría de la noósfera, propuesta por V. Vernadski (1991) y de la semiósfera, desarro-
llada por Y. Lotman (2002), representan un marco universal para estudiar la relación entre el ser El paisaje natural y cultural se puede considerar como una metáfora. El proceso del
humano y su entorno geográfico. Noósfera supone la unidad de naturaleza, cultura e información conocimiento a través de la metáfora sin duda incluye la imagen además de los sentimien-
producida. Semiósfera implica la universalidad y la exclusividad de los procesos semióticos. tos y las emociones, que posiblemente sean una manera de reaccionar ante esta imagen.
Lakoff y Johnson describen la metáfora como un proceso que se desarrolla en tres niveles
Según investigaciones recientes, el paisaje cultural es una parte estructural de la distintos: 1) como un proceso lingüístico; posible movimiento de la lengua habitual hacia
noósfera, y, al mismo tiempo, es su imitación estructural: como un fractal, un paisaje tiene antanaclasis, luego hacia la epifora y, finalmente, de regreso a la lengua habitual; 2) como
la misma organización. El paisaje tiene todos los elementos: desde el substrato geológico proceso semántico y sintáctico, es decir, la explicación de la metáfora en los términos de
y natural y su segunda naturaleza hasta las ideas más abstractas que están conectadas con teoría lingüística y, por último, 3) la metáfora como proceso cognitivo en el contexto más
este lugar a través de su creador y a través de las obras creadas por los seres humanos. amplio del proceso evolutivo del conocimiento. Así las cosas, la metáfora se considera no
solo como un proceso semántico sino también como el proceso cognitivo fundamental, sin
Respectivamente, basándonos en estas ideas, podemos hablar de la sustancialidad lo cual adquisición de los conocimientos nuevos sería imposible (McCormack 1990: 381).
de las imágenes y los sistemas de los signos vinculados al espacio. Precisamente este tipo
de conexión permite atrapar esos signos y sus significados en la red del mundo material. Los procesos metafóricos que tienen lugar en el paisaje cultural pueden afectar
Una vez allí, empiezan a formar parte del mundo. mayormente los niveles semánticos y cognitivos, aunque también tenemos que tener en
cuenta la parte lingüística: lo que uno puede observar especialmente en los casos de las
Las metáforas, junto a los distintos tipos de signos, representan un espacio im- metáforas de orientación que estructuran la percepción del espacio en general y del paisaje,
portante de la semiósfera. Así las cosas, una parte bastante amplia de las relaciones entre de lo que se tratará más adelante en este artículo.
cultura y espacio tiene origen metafórico. Tanto el espacio en general, como el paisaje en
particular, pueden ser comprendidos como metáforas. Durante el proceso de creación de Desde el punto de vista de la semántica del paisaje cultural, tiene importancia una de
una metáfora se crean multitud de connotaciones semánticas a través de la cuales se trans- las teorías que describe los procesos de la conversión en una metáfora como una interacción
mite información sobre el paisaje y la cultura. bipolar entre los dos dominios del conocimiento: en el dominio cognitivo de “origen” (source

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OLGA LAVRENOVA EL PAISAJE CULTURAL COMO UN REFLEJO DE LA TEORÍA COGNITIVA DE LA METÁFORA

1. LA CULTURA Y EL ESPACIO La teoría cognitiva se puede contemplar desde la metáfora del paisaje. En este sen-
tido, el paisaje puede ser interpretado como un concepto que contribuye a la formación de
La interacción entre cultura y espacio representa uno de los problemas ontológicos una variedad de los marcos abstractos (Gestalt) dentro de la cultura.
más importantes. Las comunidades humanas territoriales inevitablemente llegan a formar
un sistema de las nociones, estereotipos y símbolos conectados con el lugar de su hábitat. Si las observamos desde dentro, las metáforas funcionan como los procesos
A lo largo de la historia, tanto las imágenes artísticas como las ciencias exactas, incluso cognitivos que nos ayudan crear y profundizar nuestras creencias sobre el
el espacio geográfico como tal, se unen formando una aleación de materia, información y mundo y nos permiten crear nuevas hipótesis. Si observamos desde fuera,
“energía cultural humana” (Vernadski 1991: 126). De manera general, uno se refiere a este funcionan como intermediarios entre la razón humana y la cultura. Las nue-
fenómeno en términos de “espacio cultural” y “espacio geocultural”. Tanto la geografía vas metáforas cambian la lengua habitual que usamos y, al mismo tiempo,
como la antropología cultural disponen de variedad de definiciones. Por lo tanto, tenemos nos hacen cambiar los modos de percepción y las formas del aprendizaje del
que concretar cómo trabajaremos con dichas definiciones. mundo. (McCormack 1990: 360)

Espacio geocultural es una forma semántica e informativa de significar la existen- La ciencia cognitiva actual (con figuras como Lakoff & Johnson 1980 o McCor-
cia de culturas en un espacio geográfico de integridad global, con componentes eidéticos, mack 1990 entre otros) considera la metáfora como un modo de conocer, estructurar y
ideativos y simbólicos. Este espacio se crea sobre la base de los objetos físicos y sociogeo- explicar el mundo, además de un método para categorizarlo y conceptualizarlo. Dos as-
gráficos y existe en estrecha relación con ellos. pectos principales de la metáfora, la semejanza y la diferencia de las nociones, además de
los objetos y los campos semánticos, se trabajan en la teoría cognitiva, ya que estas carac-
El paisaje cultural se entiende aquí como un conjunto de espacios geoculturales; terísticas están relacionadas con los procesos del conocimiento, tanto con la estructura de
como un fenómeno cultural, o sea, un sistema de matrices y códigos culturales, expre- pensamiento como con la lengua.
sados a través de signos y símbolos directamente relacionados con un territorio, y/o con
expresión material en dicho territorio; este sistema puede interpretarse como un texto en Lakoff y Johnson argumentan que la metáfora existe no solamente en la esfera de
su sentido cultural más amplio. La vista general del área, también definida a veces como la lengua. Los autores insisten en que los procesos de pensamiento humano, y el sistema
terreno, se referirá en este trabajo como paisaje. conceptual en general, comparten también este carácter metafórico y que la estructura
metafórica de las nociones principales determina los valores culturales más fundamentales.
La teoría de la noósfera, propuesta por V. Vernadski (1991) y de la semiósfera, desarro-
llada por Y. Lotman (2002), representan un marco universal para estudiar la relación entre el ser El paisaje natural y cultural se puede considerar como una metáfora. El proceso del
humano y su entorno geográfico. Noósfera supone la unidad de naturaleza, cultura e información conocimiento a través de la metáfora sin duda incluye la imagen además de los sentimien-
producida. Semiósfera implica la universalidad y la exclusividad de los procesos semióticos. tos y las emociones, que posiblemente sean una manera de reaccionar ante esta imagen.
Lakoff y Johnson describen la metáfora como un proceso que se desarrolla en tres niveles
Según investigaciones recientes, el paisaje cultural es una parte estructural de la distintos: 1) como un proceso lingüístico; posible movimiento de la lengua habitual hacia
noósfera, y, al mismo tiempo, es su imitación estructural: como un fractal, un paisaje tiene antanaclasis, luego hacia la epifora y, finalmente, de regreso a la lengua habitual; 2) como
la misma organización. El paisaje tiene todos los elementos: desde el substrato geológico proceso semántico y sintáctico, es decir, la explicación de la metáfora en los términos de
y natural y su segunda naturaleza hasta las ideas más abstractas que están conectadas con teoría lingüística y, por último, 3) la metáfora como proceso cognitivo en el contexto más
este lugar a través de su creador y a través de las obras creadas por los seres humanos. amplio del proceso evolutivo del conocimiento. Así las cosas, la metáfora se considera no
solo como un proceso semántico sino también como el proceso cognitivo fundamental, sin
Respectivamente, basándonos en estas ideas, podemos hablar de la sustancialidad lo cual adquisición de los conocimientos nuevos sería imposible (McCormack 1990: 381).
de las imágenes y los sistemas de los signos vinculados al espacio. Precisamente este tipo
de conexión permite atrapar esos signos y sus significados en la red del mundo material. Los procesos metafóricos que tienen lugar en el paisaje cultural pueden afectar
Una vez allí, empiezan a formar parte del mundo. mayormente los niveles semánticos y cognitivos, aunque también tenemos que tener en
cuenta la parte lingüística: lo que uno puede observar especialmente en los casos de las
Las metáforas, junto a los distintos tipos de signos, representan un espacio im- metáforas de orientación que estructuran la percepción del espacio en general y del paisaje,
portante de la semiósfera. Así las cosas, una parte bastante amplia de las relaciones entre de lo que se tratará más adelante en este artículo.
cultura y espacio tiene origen metafórico. Tanto el espacio en general, como el paisaje en
particular, pueden ser comprendidos como metáforas. Durante el proceso de creación de Desde el punto de vista de la semántica del paisaje cultural, tiene importancia una de
una metáfora se crean multitud de connotaciones semánticas a través de la cuales se trans- las teorías que describe los procesos de la conversión en una metáfora como una interacción
mite información sobre el paisaje y la cultura. bipolar entre los dos dominios del conocimiento: en el dominio cognitivo de “origen” (source

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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OLGA LAVRENOVA EL PAISAJE CULTURAL COMO UN REFLEJO DE LA TEORÍA COGNITIVA DE LA METÁFORA

domain) y otro dominio cognitivo del “destino” (target domain). Es importante que en el proceso En el caso del paisaje como dominio de origen resulta bastante problemático dife-
de la conversión en una metáfora tiene lugar la estructuración del dominio de destino según renciar entre estos dos tipos de metáforas (estructural y orientativa), ya que frecuentemen-
la imagen del dominio de origen, a través de la denominada “proyección metafórica o cognitiva” te el campo semántico de la metáfora conceptual abarca un campo más amplio, afectando
(metaphorical or cognitive mapping) (véase Lakoff 1990, Turner 1990; también Baranov 2008: así a los discursos contiguos y a los campos semánticos. Para crear las metáforas del paisaje,
9 y Budaev 2007: 16-32). Como resultado de esta proyección, el dominio de destino se habitualmente no se usan algunos paisajes concretos sino los que son más típicos y que
vuelve más claro y conceptualmente organizado de esa manera para que el objetivo esté más presuponen un conjunto estándar de características naturales.
disponible para la percepción que funciona según los códigos y los marcos de cierta cultura.
Por ejemplo, en poesía y narrativa literaria se puede encontrar una metáfora que se
De esa manera, las metáforas forman parte de los códigos culturales que también usa con frecuencia para expresar una situación de agotamiento tras una temporada de estrés:
determinan las relaciones entre el ser humano y el espacio. Si analizamos el paisaje desde el el término “páramo” que describe la tierra quemada por el sol. Por otra parte, en la cultura
punto de vista de la metáfora, podemos ver que los elementos morfológicos como montañas, rusa, el término “pantano” describe metafóricamente una vida tranquila que no tiene muchos
ríos, ciudades, iglesias, vertederos, etc. realizan el doble papel del origen y del objetivo. eventos. Sin embargo, connotaciones como el riesgo de muerte cerca de lugares pantanosos se
introduce en la cultura a través, por ejemplo, del cine. Por ejemplo, el tema del pantano-muer-
te aparece en películas de la saga fantástica “El señor de los anillos”, basadas en los relatos del
2. EL PAISAJE COMO EL ORIGEN DE LA PROYECCIÓN METAFÓRICA escritor inglés J.R.R.Tolkien, lo que marca las diferencias entre el paisaje ruso y el británico.
La conexión entre la estructura cognitiva “vida tranquila – pantano – muerte” no resulta ser
El paisaje puede considerarse como el dominio de origen actúando como un mode- muy evidente a primera vista en la cultura rusa, aunque se hace evidencia más con ayuda de otra
lo metafórico (Modelo M) para una variedad de los conceptos culturales fundamentales y metáfora que existe en la cultura rusa “una vida tranquila es la muerte del espíritu”.
secundarios. Se puede describir el modelo M como un “racimo” de los descriptores signifi-
cativos por la interconexión que tienen sus campos semánticos (véase Baranov & Karaulov Las montañas como el origen de la proyección metafórica suelen aparecen en singular,
1991). El Modelo M del paisaje tiene regularidad jerárquica y semántica. Por ejemplo, ya que en diferentes culturas es bastante común encontrar el vínculo “montaña – ser huma-
varios tipos de las metáforas complejas suponen que los ríos entran a los mares, los caminos no” que se usa exclusivamente en relación al género masculino. Esta metáfora presupone
llevan a alguna ciudad y las montañas estén por encima de los valles. cierto exceso en las características físicas y espirituales. Una descripción común en ruso para
los atletas es “una montaña de los músculos” que, además tiene una connotación negativa.
Por supuesto, en primer lugar, tenemos que mencionar que en el proceso de meta-
forización, el paisaje es un caso individual del espacio como tal, y de sus representaciones. Resulta interesante que el cuerpo femenino frecuentemente se percibe como un
Ambos pueden interpretarse como una experiencia universal. El conocimiento en el domi- paisaje completo, con colinas y cuevas; o que los ojos de la mujer sean lagos o mares. La
nio de origen está organizado en relación a los esquemas imagen (image schemas), estructu- metáfora de los ojos como “lagos azules sin fondo” aparece ya en “Cantar de los Cantares”.
ras cognitivas relativamente simples que se reproducen continuamente en el proceso de la Sin embargo, en el caso la metáfora empleada para referirse a un matrimonio fracasado la
interacción entre los seres humanos y el mundo que los rodea. A estos esquemas imagen mujer se convierte en el “pantano” que atrapa a su marido en la monotonía.
pertenecen, por ejemplo, categorías tales como como “contenedor”, “camino”, “equili-
brio”, “arriba/abajo”, “delante/detrás” o “unido/separado”. Como podemos ver, la mayo- El sistema de las imágenes que se emplea en las metáforas, por ejemplo en “la vida es un
ría de estas categorías esenciales comparten características diatópicas. Es posible también viaje”, presupone un componente paisajístico porque de esta manera se refiere a la desigualdad
añadir la categoría de “derecha/izquierda”, muy representativa en la cultura rusa y en su cualitativa de los tramos que uno tiene que superar. En el caso del camino espiritual, se trata de
lengua, donde de la palabra “derecha” se asocia con lo verdadero y lo justo, mientras la un “ascenso” (escalar una montaña). Los obstáculos tienen connotaciones de terreno quebrado,
palabra “izquierda” tiene connotaciones de algo malvado y engañoso. mientras el ascenso presupone la transferencia metafórica de la estructura del paisaje montañoso.

Si el paisaje funciona como domino de origen entonces con más frecuencia parti- Visto que la topología cognitiva del dominio de origen define, en cierta manera, el
cipará en la construcción de metáforas estructurales. Es decir, dará estructura y concep- modo a través del que comprendemos el dominio de destino, podemos decir que las metáfo-
tualización a otras nociones que son dominio de destino de la proyección metafórica. No ras orientativas dan estructura a la lengua y a la cultura en el contexto de marcos diatópicos.
obstante, si un sistema se organiza a imagen de otro sistema, y la metáfora organiza este
sistema en base a las relaciones entre ambos, entonces se trata de una “metáfora orienta-
tiva”. En la mayoría de los casos, las metáforas orientativas convierten una noción apa- 3. EL PAISAJE COMO EL OBJETIVO DE LA PROYECCIÓN METAFÓRICA
rentemente abstracta en una noción diatópica, ya que se construyen por analogía con la
percepción del espacio. El conjunto del sema “arriba/abajo” y el paisaje cultural y natural, Si el paisaje se representa como dominio de destino de la proyección metafórica, el
junto al sistema de los valores culturales, se concentran en estas metáforas. ser humano ocupa el lugar de dominio de origen. Como hemos mencionado, esta metáfora

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domain) y otro dominio cognitivo del “destino” (target domain). Es importante que en el proceso En el caso del paisaje como dominio de origen resulta bastante problemático dife-
de la conversión en una metáfora tiene lugar la estructuración del dominio de destino según renciar entre estos dos tipos de metáforas (estructural y orientativa), ya que frecuentemen-
la imagen del dominio de origen, a través de la denominada “proyección metafórica o cognitiva” te el campo semántico de la metáfora conceptual abarca un campo más amplio, afectando
(metaphorical or cognitive mapping) (véase Lakoff 1990, Turner 1990; también Baranov 2008: así a los discursos contiguos y a los campos semánticos. Para crear las metáforas del paisaje,
9 y Budaev 2007: 16-32). Como resultado de esta proyección, el dominio de destino se habitualmente no se usan algunos paisajes concretos sino los que son más típicos y que
vuelve más claro y conceptualmente organizado de esa manera para que el objetivo esté más presuponen un conjunto estándar de características naturales.
disponible para la percepción que funciona según los códigos y los marcos de cierta cultura.
Por ejemplo, en poesía y narrativa literaria se puede encontrar una metáfora que se
De esa manera, las metáforas forman parte de los códigos culturales que también usa con frecuencia para expresar una situación de agotamiento tras una temporada de estrés:
determinan las relaciones entre el ser humano y el espacio. Si analizamos el paisaje desde el el término “páramo” que describe la tierra quemada por el sol. Por otra parte, en la cultura
punto de vista de la metáfora, podemos ver que los elementos morfológicos como montañas, rusa, el término “pantano” describe metafóricamente una vida tranquila que no tiene muchos
ríos, ciudades, iglesias, vertederos, etc. realizan el doble papel del origen y del objetivo. eventos. Sin embargo, connotaciones como el riesgo de muerte cerca de lugares pantanosos se
introduce en la cultura a través, por ejemplo, del cine. Por ejemplo, el tema del pantano-muer-
te aparece en películas de la saga fantástica “El señor de los anillos”, basadas en los relatos del
2. EL PAISAJE COMO EL ORIGEN DE LA PROYECCIÓN METAFÓRICA escritor inglés J.R.R.Tolkien, lo que marca las diferencias entre el paisaje ruso y el británico.
La conexión entre la estructura cognitiva “vida tranquila – pantano – muerte” no resulta ser
El paisaje puede considerarse como el dominio de origen actúando como un mode- muy evidente a primera vista en la cultura rusa, aunque se hace evidencia más con ayuda de otra
lo metafórico (Modelo M) para una variedad de los conceptos culturales fundamentales y metáfora que existe en la cultura rusa “una vida tranquila es la muerte del espíritu”.
secundarios. Se puede describir el modelo M como un “racimo” de los descriptores signifi-
cativos por la interconexión que tienen sus campos semánticos (véase Baranov & Karaulov Las montañas como el origen de la proyección metafórica suelen aparecen en singular,
1991). El Modelo M del paisaje tiene regularidad jerárquica y semántica. Por ejemplo, ya que en diferentes culturas es bastante común encontrar el vínculo “montaña – ser huma-
varios tipos de las metáforas complejas suponen que los ríos entran a los mares, los caminos no” que se usa exclusivamente en relación al género masculino. Esta metáfora presupone
llevan a alguna ciudad y las montañas estén por encima de los valles. cierto exceso en las características físicas y espirituales. Una descripción común en ruso para
los atletas es “una montaña de los músculos” que, además tiene una connotación negativa.
Por supuesto, en primer lugar, tenemos que mencionar que en el proceso de meta-
forización, el paisaje es un caso individual del espacio como tal, y de sus representaciones. Resulta interesante que el cuerpo femenino frecuentemente se percibe como un
Ambos pueden interpretarse como una experiencia universal. El conocimiento en el domi- paisaje completo, con colinas y cuevas; o que los ojos de la mujer sean lagos o mares. La
nio de origen está organizado en relación a los esquemas imagen (image schemas), estructu- metáfora de los ojos como “lagos azules sin fondo” aparece ya en “Cantar de los Cantares”.
ras cognitivas relativamente simples que se reproducen continuamente en el proceso de la Sin embargo, en el caso la metáfora empleada para referirse a un matrimonio fracasado la
interacción entre los seres humanos y el mundo que los rodea. A estos esquemas imagen mujer se convierte en el “pantano” que atrapa a su marido en la monotonía.
pertenecen, por ejemplo, categorías tales como como “contenedor”, “camino”, “equili-
brio”, “arriba/abajo”, “delante/detrás” o “unido/separado”. Como podemos ver, la mayo- El sistema de las imágenes que se emplea en las metáforas, por ejemplo en “la vida es un
ría de estas categorías esenciales comparten características diatópicas. Es posible también viaje”, presupone un componente paisajístico porque de esta manera se refiere a la desigualdad
añadir la categoría de “derecha/izquierda”, muy representativa en la cultura rusa y en su cualitativa de los tramos que uno tiene que superar. En el caso del camino espiritual, se trata de
lengua, donde de la palabra “derecha” se asocia con lo verdadero y lo justo, mientras la un “ascenso” (escalar una montaña). Los obstáculos tienen connotaciones de terreno quebrado,
palabra “izquierda” tiene connotaciones de algo malvado y engañoso. mientras el ascenso presupone la transferencia metafórica de la estructura del paisaje montañoso.

Si el paisaje funciona como domino de origen entonces con más frecuencia parti- Visto que la topología cognitiva del dominio de origen define, en cierta manera, el
cipará en la construcción de metáforas estructurales. Es decir, dará estructura y concep- modo a través del que comprendemos el dominio de destino, podemos decir que las metáfo-
tualización a otras nociones que son dominio de destino de la proyección metafórica. No ras orientativas dan estructura a la lengua y a la cultura en el contexto de marcos diatópicos.
obstante, si un sistema se organiza a imagen de otro sistema, y la metáfora organiza este
sistema en base a las relaciones entre ambos, entonces se trata de una “metáfora orienta-
tiva”. En la mayoría de los casos, las metáforas orientativas convierten una noción apa- 3. EL PAISAJE COMO EL OBJETIVO DE LA PROYECCIÓN METAFÓRICA
rentemente abstracta en una noción diatópica, ya que se construyen por analogía con la
percepción del espacio. El conjunto del sema “arriba/abajo” y el paisaje cultural y natural, Si el paisaje se representa como dominio de destino de la proyección metafórica, el
junto al sistema de los valores culturales, se concentran en estas metáforas. ser humano ocupa el lugar de dominio de origen. Como hemos mencionado, esta metáfora

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OLGA LAVRENOVA EL PAISAJE CULTURAL COMO UN REFLEJO DE LA TEORÍA COGNITIVA DE LA METÁFORA

se remonta a la antigüedad, vinculada a una comprensión mitológica del mundo en la que espiritual al final de la película afirma ser “grande como una montaña”, y por ello capaz de
objetos inanimados se perciben como animados y también como sagrados. (Kasavin 1998: 262) hacer algo valiente. Además, en el lenguaje cotidiano existe la frase “firme como una roca”
que se refiere a la fuerza y la implacabilidad de carácter.
La asimilación del paisaje al cuerpo humano ocurre también en las culturas mo-
dernas con bastante frecuencia. En el paisaje cultural de Rusia, la metáfora más común Según N.V. Pavlovich, compilador del diccionario de imágenes poéticas de la lengua
es de los dos capitales como dos partes del cuerpo humano vitalmente importantes. San rusa de los últimos tres siglos, a parte de las metáforas antropomórficas existen, sobre todo
Petersburgo es la cabeza y Moscú es el corazón. Lo que no cambia es el deseo de reconocer en la ficción narrativa, metáforas que estructuran los objetos geográficos según la imagen
el cuerpo humano, o al menos el rostro, en el contorno del paisaje local, sobre todo si es de otros objetos del mundo material y espiritual, como animales, plantas, comida etcétera.
montañoso, lo que da más espacio a la imaginación. Por ejemplo, así ocurre con el perfil
del poeta ruso Maximilián Voloshin, que durante mucho tiempo vivió en la ciudad de
Koktebel en la península Crimea. Los rusos vemos también una cara humana en la obra 4. LAS PROYECCIONES METAFÓRICAS CONTRARIAS
el “Gran espíritu de Himalaya” (1934) del pintor ruso Nikolái Roerich. Tenemos además
muchos ejemplos de las sierras montañosas comparadas al cuerpo femenino en la cultura de Las metáforas conceptuales pueden formar las estructuras conceptuales o “mode-
los habitantes en las montañas de Crimea, Cáucaso, Ural y Altái. En la toponimia popular los cognitivos” que son las categorías cognitivas. La proyección metafórica, aunque sea
rusa, los nombres de las colinas de los paisajes locales suelen tener connotaciones eróticas, de forma abstracta, y sin la conexión a un paisaje en concreto, inevitablemente marca su
refiriéndose a las partes más llamativas de los cuerpos, tanto femenino como masculino. percepción. Mirando al río una persona no puede evitar pensar en la metáfora del paso del
tiempo: “la vida es un río”.
En la lengua rusa, la metáfora que relaciona el paisaje al cuerpo humano está muy
establecida. Utilizamos expresiones como “el brazo segundario del rio”, o “los lagos son El paisaje actúa como una exploración de significados diatópicos donde concep-
los ojos de la Tierra”. Como ya escribió el escritor, filósofo y naturalista norteamericano tos y signos se despliegan. Pero también ocurre que las metáforas se desarrollen en otra
Henry David Thoreau en su famosa obra Walden, o la vida en los bosques, un lago es uno dirección. Por ejemplo, “la vida es un río” se corresponde con “el agua es vida”. Ambas
de los rasgos más bellos y expresivos del paisaje. Es el ojo de la tierra; y mirándose en él metáforas tienen las connotaciones paisajísticas bastante definidas.
descubre el observador la profundidad de su propia naturaleza. El investigador en poética
del espacio, G. Bashlyar menciona cómo estas ideas suponen la duplicación de la belleza Otra metáfora “bilateral” es “el océano es como materia prima”. Esta metáfora
del paisaje reflejado es la raíz del narcicismo universal (Bashlyar 2004: 181). tiene una conexión especial con la cultura védica donde se encuentran términos como “las
olas del caos” y “el océano de fuego”, metáforas que están en relación a la materia cósmica.
Lo mismo podemos decir de expresiones como “el pie del monte” o “el hombro de El fuego se considera un símbolo de la energía primigenia; el agua, fuente de vida. De
la montaña”. La metáfora que asocia al hombre a la montaña tiene especial prominencia ahí las emociones que se experimentan cerca del mar o navegando, cuando parece que se
en la lengua rusa. Se habla incluso de “la cadera de la montaña”, cerca del pico. En la jerga establece una conexión con categorías transcendentes.
de los alpinistas se habla de la conquista de la montaña, de batallas contra los montes. Las
montañas pueden incluso convertirse en seres vivos, y sus picos en las cabezas (Lakoff & A la relación entre el paisaje y la cultura se suman mecanismos que convierten las
Johnson 2008: 91). características analógicas en cuantitativas a cualitativas. Este fenómeno se manifiesta en
la diferenciación y separación de los territorios donde no hay fronteras claramente defini-
Aunque según la opinión de Lakoff y Johnson, estas metáforas son marginales en la das, como describen Lakoff y Johnson, donde la limitación del territorio, y la definición
cultura y en la lengua, se pueden observar en ciertas subculturas, como por ejemplo en la de sus fronteras, son un acto de evaluación cualitativa. Los objetos delimitados, como las
jerga de los alpinistas, donde ésta relación con el paisaje llega a crear una especie del culto personas, las piedras o los territorios tienen su tamaño. Este tamaño puede someterme a
neopagano; como ocurre con la costumbre de saludar a las montañas antes de la escalada o una evaluación cualitativa debido a la cantidad de sustancia que poseen. El ejemplo que
la de añadir una piedra a las pirámides de las piedra que señala los descansos, expresando ofrecen de que “Kansas tiene mucho terreno” (There’s a lot of land in Kansas), tiene que
respeto y agradecimiento a la montaña por las etapas superadas con éxito durante el ascen- ver con su comprensión como espacio limitado y su condición de “receptáculo”. (Lakoff &
so Podemos suponer que en casos como este, la metáfora forma un discurso del viaje por Johnson 2008: 55)
las montañas y desarrolla el papel de practica discursiva.
De esta forma, el paisaje tiene también una relación directa con la metáfora con-
Tenemos también el ejemplo del hombre grande a quien llaman “montaña”. En ceptual del “campo de visión” (“visual field”). Tanto el campo de visión como los límites
la película “Alguien voló sobre el nido del cuco”, un clásico de la cinematografía dirigida de un territorio quedan establecidos por operaciones mentales que lo categorizan como
por Miloš Forman y basada en la novela de Ken Kesey, el “Gran Jefe” supera a todos por su receptáculos. Estas metáforas son bastante naturales y motivadas por los límites físicos que
aspecto físico, aunque se siente muy pequeño. Solo después de un periodo del crecimiento condicionan lo que podemos ver.

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se remonta a la antigüedad, vinculada a una comprensión mitológica del mundo en la que espiritual al final de la película afirma ser “grande como una montaña”, y por ello capaz de
objetos inanimados se perciben como animados y también como sagrados. (Kasavin 1998: 262) hacer algo valiente. Además, en el lenguaje cotidiano existe la frase “firme como una roca”
que se refiere a la fuerza y la implacabilidad de carácter.
La asimilación del paisaje al cuerpo humano ocurre también en las culturas mo-
dernas con bastante frecuencia. En el paisaje cultural de Rusia, la metáfora más común Según N.V. Pavlovich, compilador del diccionario de imágenes poéticas de la lengua
es de los dos capitales como dos partes del cuerpo humano vitalmente importantes. San rusa de los últimos tres siglos, a parte de las metáforas antropomórficas existen, sobre todo
Petersburgo es la cabeza y Moscú es el corazón. Lo que no cambia es el deseo de reconocer en la ficción narrativa, metáforas que estructuran los objetos geográficos según la imagen
el cuerpo humano, o al menos el rostro, en el contorno del paisaje local, sobre todo si es de otros objetos del mundo material y espiritual, como animales, plantas, comida etcétera.
montañoso, lo que da más espacio a la imaginación. Por ejemplo, así ocurre con el perfil
del poeta ruso Maximilián Voloshin, que durante mucho tiempo vivió en la ciudad de
Koktebel en la península Crimea. Los rusos vemos también una cara humana en la obra 4. LAS PROYECCIONES METAFÓRICAS CONTRARIAS
el “Gran espíritu de Himalaya” (1934) del pintor ruso Nikolái Roerich. Tenemos además
muchos ejemplos de las sierras montañosas comparadas al cuerpo femenino en la cultura de Las metáforas conceptuales pueden formar las estructuras conceptuales o “mode-
los habitantes en las montañas de Crimea, Cáucaso, Ural y Altái. En la toponimia popular los cognitivos” que son las categorías cognitivas. La proyección metafórica, aunque sea
rusa, los nombres de las colinas de los paisajes locales suelen tener connotaciones eróticas, de forma abstracta, y sin la conexión a un paisaje en concreto, inevitablemente marca su
refiriéndose a las partes más llamativas de los cuerpos, tanto femenino como masculino. percepción. Mirando al río una persona no puede evitar pensar en la metáfora del paso del
tiempo: “la vida es un río”.
En la lengua rusa, la metáfora que relaciona el paisaje al cuerpo humano está muy
establecida. Utilizamos expresiones como “el brazo segundario del rio”, o “los lagos son El paisaje actúa como una exploración de significados diatópicos donde concep-
los ojos de la Tierra”. Como ya escribió el escritor, filósofo y naturalista norteamericano tos y signos se despliegan. Pero también ocurre que las metáforas se desarrollen en otra
Henry David Thoreau en su famosa obra Walden, o la vida en los bosques, un lago es uno dirección. Por ejemplo, “la vida es un río” se corresponde con “el agua es vida”. Ambas
de los rasgos más bellos y expresivos del paisaje. Es el ojo de la tierra; y mirándose en él metáforas tienen las connotaciones paisajísticas bastante definidas.
descubre el observador la profundidad de su propia naturaleza. El investigador en poética
del espacio, G. Bashlyar menciona cómo estas ideas suponen la duplicación de la belleza Otra metáfora “bilateral” es “el océano es como materia prima”. Esta metáfora
del paisaje reflejado es la raíz del narcicismo universal (Bashlyar 2004: 181). tiene una conexión especial con la cultura védica donde se encuentran términos como “las
olas del caos” y “el océano de fuego”, metáforas que están en relación a la materia cósmica.
Lo mismo podemos decir de expresiones como “el pie del monte” o “el hombro de El fuego se considera un símbolo de la energía primigenia; el agua, fuente de vida. De
la montaña”. La metáfora que asocia al hombre a la montaña tiene especial prominencia ahí las emociones que se experimentan cerca del mar o navegando, cuando parece que se
en la lengua rusa. Se habla incluso de “la cadera de la montaña”, cerca del pico. En la jerga establece una conexión con categorías transcendentes.
de los alpinistas se habla de la conquista de la montaña, de batallas contra los montes. Las
montañas pueden incluso convertirse en seres vivos, y sus picos en las cabezas (Lakoff & A la relación entre el paisaje y la cultura se suman mecanismos que convierten las
Johnson 2008: 91). características analógicas en cuantitativas a cualitativas. Este fenómeno se manifiesta en
la diferenciación y separación de los territorios donde no hay fronteras claramente defini-
Aunque según la opinión de Lakoff y Johnson, estas metáforas son marginales en la das, como describen Lakoff y Johnson, donde la limitación del territorio, y la definición
cultura y en la lengua, se pueden observar en ciertas subculturas, como por ejemplo en la de sus fronteras, son un acto de evaluación cualitativa. Los objetos delimitados, como las
jerga de los alpinistas, donde ésta relación con el paisaje llega a crear una especie del culto personas, las piedras o los territorios tienen su tamaño. Este tamaño puede someterme a
neopagano; como ocurre con la costumbre de saludar a las montañas antes de la escalada o una evaluación cualitativa debido a la cantidad de sustancia que poseen. El ejemplo que
la de añadir una piedra a las pirámides de las piedra que señala los descansos, expresando ofrecen de que “Kansas tiene mucho terreno” (There’s a lot of land in Kansas), tiene que
respeto y agradecimiento a la montaña por las etapas superadas con éxito durante el ascen- ver con su comprensión como espacio limitado y su condición de “receptáculo”. (Lakoff &
so Podemos suponer que en casos como este, la metáfora forma un discurso del viaje por Johnson 2008: 55)
las montañas y desarrolla el papel de practica discursiva.
De esta forma, el paisaje tiene también una relación directa con la metáfora con-
Tenemos también el ejemplo del hombre grande a quien llaman “montaña”. En ceptual del “campo de visión” (“visual field”). Tanto el campo de visión como los límites
la película “Alguien voló sobre el nido del cuco”, un clásico de la cinematografía dirigida de un territorio quedan establecidos por operaciones mentales que lo categorizan como
por Miloš Forman y basada en la novela de Ken Kesey, el “Gran Jefe” supera a todos por su receptáculos. Estas metáforas son bastante naturales y motivadas por los límites físicos que
aspecto físico, aunque se siente muy pequeño. Solo después de un periodo del crecimiento condicionan lo que podemos ver.

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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OLGA LAVRENOVA EL PAISAJE CULTURAL COMO UN REFLEJO DE LA TEORÍA COGNITIVA DE LA METÁFORA

5. LAS METÁFORAS QUE SE USAN PARA LA INVESTIGACIÓN DEL PAISAJE “profundidad espiritual” con la ayuda de la imaginación (1990: 83). El autor describe este
proceso como “un movimiento semántico”, un movimiento implícito en la misma palabra
La comprensión metafórica del espacio es una línea especial de investigación en las “metáfora”, inscrito en la propia etimología (phora=movimiento). Se trata de un acto do-
ciencias humanas, por lo que el espacio se convierte en un reto semántico para la creación ble de distribución y conexión que pasa por la imaginación y que se encuentra en la esencia
de nuevos significados. Ya Ortega y Gasset escribiría sobre la metáfora como instrumento del proceso metafórico. (Wheelwright 199: 83) Así es el nuevo entendimiento del espacio
mental imprescindible y como forma del pensamiento científico, deliberando sobre las de rizoma, que en unos casos se considera como una alternativa al espacio ordenado según
dos grandes metáforas definieron a la comprensión de la consciencia en la filosofía (Ortega el criterio “centro/periferia” con la subordinación estricta que implica (Kaspe 2007).
y Gasset 1924: 387-400). De la misma manera geografía tiene el numero muy limitado
de las metáforas determinantes, a la base de las cuales se construyen las investigaciones Otra nueva metáfora relacionada con la investigación es “el paisaje como texto”,
científicas posteriores sobre el paisaje. que se desarrolla principalmente en los discursos de semiótica. El paisaje puede ser inter-
pretado como un sistema de signos o como una expresión, es decir, como un texto y como
La investigación del siglo veinte, muestra una cierta transformación de las metáforas un intertexto. La cultura como texto supone un entrelazamiento de significados en los
que se refieren a la investigación; en particular en lo que se refiere a las relacionadas con cuales se incluyen tanto el paisaje natural como el espacio de la ciudad. El texto, entendido
el ámbito geográfico. D.N. Zamyatin analizó algunas de ellas. Examinando el trabajo de como tejido, puede tener “nudos” y “agujeros”, es decir, otros espacios ya denominados
Foucault, llegó a la conclusión de que las metáforas diatópicas se habían expandido, y que el por Foucault “heterotopias”, que se diferencian de otros espacios por su significación y
espacio geográfico se trasformaba en su propia metáfora o equivalente a ella. (2004: 32-33) utilización. Estas premisas teóricas y sus metáforas contribuyen después al desarrollo de las
investigaciones aplicadas; por ejemplo, en paisajes concretos, mayormente urbanos (Goh
Así por ejemplo, en geografía, la metáfora principal que estructura el entendi- & Yeoh 2003). La metáfora del paisaje como texto se puede invertir, convirtiendo al paisaje
miento científico del paisaje es la de “espacio-jerarquía”; especialmente cuando se trata tanto en el dominio de origen como en el de destino. Así, se puede tratar los textos como
de la correlación e interacción entre diferentes unidades territoriales que poseen rangos paisajes que contienen montañas, que proporcionan énfasis, presión o mayor dificultad en
taxonómicos distintos. La jerarquía de las fronteras naturales del paisaje, percibida en su un sentido determinado, y depresiones de lectura fácil. De esta forma, la comparación de
integridad, se compone ya de partes de rangos jerárquicos diferentes que obedecen la lógi- las estructuras lingüísticas y diatópicas y de las imágenes literarias conectadas con el espa-
ca de la coexistencia. Una de las variantes de estos modelos jerárquicos es la zonificación. cio geográfico es un tema fructífero de investigación (Wee & Goh 2020).
Supone la subordinación interna de las partes, donde las regiones pueden ser divididas en
micro-regiones, aunque también al contrario, unidas en macro-regiones.
6. CONCLUSIÓN
Otra variante de la estructura jerárquica es el modelo vertical “de capas” culturales
entre el paisaje cultural y el espacio geocultural. Los investigadores destacan dos capas Centrándonos mayormente en la función gnoseológica de la metáfora, llegamos a
fundamentales: la naturaleza y la cultura. En algunos modelos la capa cultural se divide su función ontológica que se basa principalmente en el proceso de la construcción de la
en capas subordinadas: económica, social, informativa y espiritual. Se supone que obser- realidad, expresada en metáforas. En este caso, la metáfora crea una imagen integral del
var estas capas una por una no tiene sentido, puesto que están interconectadas. Además, mundo y en seguida se convierte en una parte del paisaje cultural, donde la percepción
destacan también las capas de la cultura material y de la no-material. Este hecho nos lleva diatópica y los códigos culturales conforman su parte más esencial.
al planteamiento de la investigación y la conservación del patrimonio cultural y natural
exactamente en el marco de la idea del espacio geocultural en su integridad. Una metáfora puede crear muchas connotaciones que contribuyen a la transmisión
de la información, tanto del carácter geográfico, como del cultural. Cada paisaje cultural
La segunda metáfora que apareció más tarde en el siglo veinte es la del “espa- contiene multitud de significados cifrados, y parte de ellos está definida por metáforas.
cio-rizoma” formulada por Gilles Deleuze y Felix Guattari. Estos investigadores franceses “Los racimos” de descriptores significativos y denotativos de cada metáfora forman, al
introdujeron una nueva metáfora, interpretando la noción de sistema con una ramificación mismo tiempo, un campo semántico en el espacio geográfico. A través del uso metafórico
infinita no jerarquizada. El objetivo de esta metáfora es, según los autores, confrontar las de un topónimo se forma el aura semántica del objeto geográfico correspondiente.
estructuras lineales, como el pensamiento. La estructura rizomática, descrita e interpreta-
da por los autores a través de varios ejemplos, respondía a la necesidad de reflexionar tam- En el paisaje, como una formación integral, las propias metáforas pierden su inte-
bién sobre la concepción de espacio geográfico en el contexto de la globalización. Según la gridad, formando un espacio simbólico. Filósofos y semiólogos estudian la estructura de
lectura que realiza Zamyatin, la metáfora del rizoma presenta una reproducción ideal del estos textos, trasladando significados del espacio. De esta forma, cuando uno investiga el
espacio como si fuera un entorno relajado en modo de descanso (2004: 33). Siguiendo a espacio geocultural, la estructura cognitiva más productiva es la metáfora de “el paisaje
Wheelwright, podemos decir que, en este caso, los objetos del mundo exterior, tanto reales como un texto”. Sus unidades estructurales son loci-símbolos que, por definición, tienen
como ficticios, se desplazan hacia el campo cultural y espiritual, encontrando una nueva doble naturaleza espacial y figurativa. En este sentido, y de acuerdo con Yuri Lotman,

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


108 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 109
Depósito Legal B.3146-2001 Universidad de Rosario (Argentina) Versión electrónica: designisfels.net
OLGA LAVRENOVA EL PAISAJE CULTURAL COMO UN REFLEJO DE LA TEORÍA COGNITIVA DE LA METÁFORA

5. LAS METÁFORAS QUE SE USAN PARA LA INVESTIGACIÓN DEL PAISAJE “profundidad espiritual” con la ayuda de la imaginación (1990: 83). El autor describe este
proceso como “un movimiento semántico”, un movimiento implícito en la misma palabra
La comprensión metafórica del espacio es una línea especial de investigación en las “metáfora”, inscrito en la propia etimología (phora=movimiento). Se trata de un acto do-
ciencias humanas, por lo que el espacio se convierte en un reto semántico para la creación ble de distribución y conexión que pasa por la imaginación y que se encuentra en la esencia
de nuevos significados. Ya Ortega y Gasset escribiría sobre la metáfora como instrumento del proceso metafórico. (Wheelwright 199: 83) Así es el nuevo entendimiento del espacio
mental imprescindible y como forma del pensamiento científico, deliberando sobre las de rizoma, que en unos casos se considera como una alternativa al espacio ordenado según
dos grandes metáforas definieron a la comprensión de la consciencia en la filosofía (Ortega el criterio “centro/periferia” con la subordinación estricta que implica (Kaspe 2007).
y Gasset 1924: 387-400). De la misma manera geografía tiene el numero muy limitado
de las metáforas determinantes, a la base de las cuales se construyen las investigaciones Otra nueva metáfora relacionada con la investigación es “el paisaje como texto”,
científicas posteriores sobre el paisaje. que se desarrolla principalmente en los discursos de semiótica. El paisaje puede ser inter-
pretado como un sistema de signos o como una expresión, es decir, como un texto y como
La investigación del siglo veinte, muestra una cierta transformación de las metáforas un intertexto. La cultura como texto supone un entrelazamiento de significados en los
que se refieren a la investigación; en particular en lo que se refiere a las relacionadas con cuales se incluyen tanto el paisaje natural como el espacio de la ciudad. El texto, entendido
el ámbito geográfico. D.N. Zamyatin analizó algunas de ellas. Examinando el trabajo de como tejido, puede tener “nudos” y “agujeros”, es decir, otros espacios ya denominados
Foucault, llegó a la conclusión de que las metáforas diatópicas se habían expandido, y que el por Foucault “heterotopias”, que se diferencian de otros espacios por su significación y
espacio geográfico se trasformaba en su propia metáfora o equivalente a ella. (2004: 32-33) utilización. Estas premisas teóricas y sus metáforas contribuyen después al desarrollo de las
investigaciones aplicadas; por ejemplo, en paisajes concretos, mayormente urbanos (Goh
Así por ejemplo, en geografía, la metáfora principal que estructura el entendi- & Yeoh 2003). La metáfora del paisaje como texto se puede invertir, convirtiendo al paisaje
miento científico del paisaje es la de “espacio-jerarquía”; especialmente cuando se trata tanto en el dominio de origen como en el de destino. Así, se puede tratar los textos como
de la correlación e interacción entre diferentes unidades territoriales que poseen rangos paisajes que contienen montañas, que proporcionan énfasis, presión o mayor dificultad en
taxonómicos distintos. La jerarquía de las fronteras naturales del paisaje, percibida en su un sentido determinado, y depresiones de lectura fácil. De esta forma, la comparación de
integridad, se compone ya de partes de rangos jerárquicos diferentes que obedecen la lógi- las estructuras lingüísticas y diatópicas y de las imágenes literarias conectadas con el espa-
ca de la coexistencia. Una de las variantes de estos modelos jerárquicos es la zonificación. cio geográfico es un tema fructífero de investigación (Wee & Goh 2020).
Supone la subordinación interna de las partes, donde las regiones pueden ser divididas en
micro-regiones, aunque también al contrario, unidas en macro-regiones.
6. CONCLUSIÓN
Otra variante de la estructura jerárquica es el modelo vertical “de capas” culturales
entre el paisaje cultural y el espacio geocultural. Los investigadores destacan dos capas Centrándonos mayormente en la función gnoseológica de la metáfora, llegamos a
fundamentales: la naturaleza y la cultura. En algunos modelos la capa cultural se divide su función ontológica que se basa principalmente en el proceso de la construcción de la
en capas subordinadas: económica, social, informativa y espiritual. Se supone que obser- realidad, expresada en metáforas. En este caso, la metáfora crea una imagen integral del
var estas capas una por una no tiene sentido, puesto que están interconectadas. Además, mundo y en seguida se convierte en una parte del paisaje cultural, donde la percepción
destacan también las capas de la cultura material y de la no-material. Este hecho nos lleva diatópica y los códigos culturales conforman su parte más esencial.
al planteamiento de la investigación y la conservación del patrimonio cultural y natural
exactamente en el marco de la idea del espacio geocultural en su integridad. Una metáfora puede crear muchas connotaciones que contribuyen a la transmisión
de la información, tanto del carácter geográfico, como del cultural. Cada paisaje cultural
La segunda metáfora que apareció más tarde en el siglo veinte es la del “espa- contiene multitud de significados cifrados, y parte de ellos está definida por metáforas.
cio-rizoma” formulada por Gilles Deleuze y Felix Guattari. Estos investigadores franceses “Los racimos” de descriptores significativos y denotativos de cada metáfora forman, al
introdujeron una nueva metáfora, interpretando la noción de sistema con una ramificación mismo tiempo, un campo semántico en el espacio geográfico. A través del uso metafórico
infinita no jerarquizada. El objetivo de esta metáfora es, según los autores, confrontar las de un topónimo se forma el aura semántica del objeto geográfico correspondiente.
estructuras lineales, como el pensamiento. La estructura rizomática, descrita e interpreta-
da por los autores a través de varios ejemplos, respondía a la necesidad de reflexionar tam- En el paisaje, como una formación integral, las propias metáforas pierden su inte-
bién sobre la concepción de espacio geográfico en el contexto de la globalización. Según la gridad, formando un espacio simbólico. Filósofos y semiólogos estudian la estructura de
lectura que realiza Zamyatin, la metáfora del rizoma presenta una reproducción ideal del estos textos, trasladando significados del espacio. De esta forma, cuando uno investiga el
espacio como si fuera un entorno relajado en modo de descanso (2004: 33). Siguiendo a espacio geocultural, la estructura cognitiva más productiva es la metáfora de “el paisaje
Wheelwright, podemos decir que, en este caso, los objetos del mundo exterior, tanto reales como un texto”. Sus unidades estructurales son loci-símbolos que, por definición, tienen
como ficticios, se desplazan hacia el campo cultural y espiritual, encontrando una nueva doble naturaleza espacial y figurativa. En este sentido, y de acuerdo con Yuri Lotman,

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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OLGA LAVRENOVA EL PAISAJE CULTURAL COMO UN REFLEJO DE LA TEORÍA COGNITIVA DE LA METÁFORA

“podemos definir toda la cadena desde un texto literario básico, como una metáfora, hasta MCCORMACK, E. (1990) “Когнитивная теория метафоры” [La teoría cognitiva de la metáfora], еn
la cultura, como mecanismo texto-produciente” (Lotman 2002: 158). Así, podemos con- Arutyunova, N.D. (ed.) Теория метафоры [La teoría de metáfora]. Мoscú: Progress.
siderar la metáfora como el antepasado del texto. Por analogía podemos observar la forma- ORTEGA-Y-GASSET, J. (1924) “Reflexiones del centenario” [Bicentenario del nacimiento de.
ción del texto del paisaje cultural de la metáfora y del símbolo fijados en las tradiciones Kant], Obras Completas, Vol. IV. Madrid: Revista de Occidente.
culturales. Mi monografía El espacio y los sentidos: la semántica del paisaje cultural ofrece un PAVLOVICH, N. V. (1999) Cловарь поэтических образов. На материале русской художественной
литературы XVIII – XX веков [El diccionario de las imágenes poéticas. En el material de la Literatura
examen más pormenorizado de estas cuestiones.
Rusa de los siglos XVIII—XX”], 2 vols. Мoscú: Editorial URSS.
TURNER, M. (1990) “Aspects of the Invariance Hypothesis.” Cognitive Linguistics 1 (2), pp. 247-
255
NOTAS VERNADSKI, V.I (1991) Научная мысль как планетное явление [El pensamiento científico como un
acto planetario]. Мoscú: Nauka [Ciencia].
1. Este artículo ofrece una versión corregido con adiciones a partir del libro: Lavrenova O. (2019) WEE, L; GOH ROBBIE, B.H. (2020) Language, Space and Cultural Play: Theorising Affect in the
Spaces and Meanings: Semantics of Cultural Landscape. Cham: Springer International Publishers. (Se Semiotics Landscape. Cambridge: Cambridge University Press.
publica con el permiso.) WHEELRIGHT, F. (1990) “Метафора и реальность” [“La metáfora y la realidad”], еn Arutyuno-
va, N.D. (ed.) Теория метафоры [La teoría de metáfora]. Мoscú: Progress.
ZAMYATIN, D.N. (2004) Мета-география: пространство образов и образы пространств [Me-
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ta-geografia: el espacio de las imágenes y las imágenes del espacio]. Мoscú: Agraf.

BARANOV, A.N. (2008) Introducción. en LAKOFF, G.; JOHNSON, M. Метафоры, которыми мы


живём [Las metáforas de la vida cotidiana]. Moscú: Editorial URSS.
BARANOV A.N., KARAULOV Y.N. (1994) Cловарь русских политических метафор [El diccio-
nario de la metáfora rusa y política]. Мoscú: Instituto de lengua rusa de la Academia rusa de Ciencias.
BARANOV A.N., KARAULOV Y.N. (1991) Русская политическая метафора (материалы к
словарю) [La metáfora rusa y política: los materiales del diccionario]. Мoscú: Instituto de lengua rusa de
la Academia rusa de Ciencias.
BASHLYAR, G. (2004) Избранное: поэтика пространства [Obras escogidas: La poética del espacio].
Moscú: ROSPEN.
BUDAEV, E.V. (2007) “Становление когнитивной теории метафоры” [“El desarrollo de la teoría
cognitiva de la metáfora”], Lingocultorologia. 1. Ekaterinburgo, pp, 16-32.
CRESSWELL, T., (2019). Maxwell Street. Writing and thinking place. Chicago: The University of
Chicago Press.
DELEUZE G., GUATTARI F. (1976) Rhizome. Introduction. Paris: Editions de Minuit.
GOH, ROBBIE B. H., BRENDA S.A. YEOH (ed.) (2003) Theorizing The Southeast Asian City As
Text: Urban Landscapes, Cultural Documents and Interpretative Experiences. N.J.: World Scientific.
KASAVIN, I.T (1998) Миграция. Креативность. Текст. Проблемы неоклассической теории
познания [La migración. La creatividad. El texto. Los problemas de la teoría neoclásica de aprendizaje]. San
Petersburgo: Academia cristiana rusa de Humanidades.
KASPE С.I. (2007) Центры и иерархии: пространственные метафоры власти и западная
политическая форма [Los centros y la jerarquía: las metáforas espaciales del poder y la reforma occidental de
la política]. Мoscú: Escuela de estudios políticos de Moscú.
KINANE, I. (2016) Theorising literary islands: the island trope in contemporary robinsonade narratives.
London and N.Y.: Pickering & Chatto.
LAKOFF, G. (1990) “The Invariance Hypothesis: Is Abstract Reason Based on Image Schemata?”
Cognitive Linguistics, 1 (1), pp. 39-74.
LAKOFF G., JOHNSON, M. (2008) Метафоры, которыми мы живём [Las metáforas de la vida
cotidiana]. Мoscú: Editorial URSS.
LAVRENOVA, O. (2019) Spaces and Meanings: Semantics of Cultural Landscape. Springer.
LOTMAN, Y. M. (2002) “Культура и текст как генераторы смысла” [“La cultura y el texto como
generador del pensamiento”], en Lotman, Y.M. История и типология русской культуры [La historia
y la tipología de la cultura rusa]. San Petersburgo: Iskusstvo [Arte].
Atribución-NoComercial-CompartirIgual
CC BY-NC-SA

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OLGA LAVRENOVA EL PAISAJE CULTURAL COMO UN REFLEJO DE LA TEORÍA COGNITIVA DE LA METÁFORA

“podemos definir toda la cadena desde un texto literario básico, como una metáfora, hasta MCCORMACK, E. (1990) “Когнитивная теория метафоры” [La teoría cognitiva de la metáfora], еn
la cultura, como mecanismo texto-produciente” (Lotman 2002: 158). Así, podemos con- Arutyunova, N.D. (ed.) Теория метафоры [La teoría de metáfora]. Мoscú: Progress.
siderar la metáfora como el antepasado del texto. Por analogía podemos observar la forma- ORTEGA-Y-GASSET, J. (1924) “Reflexiones del centenario” [Bicentenario del nacimiento de.
ción del texto del paisaje cultural de la metáfora y del símbolo fijados en las tradiciones Kant], Obras Completas, Vol. IV. Madrid: Revista de Occidente.
culturales. Mi monografía El espacio y los sentidos: la semántica del paisaje cultural ofrece un PAVLOVICH, N. V. (1999) Cловарь поэтических образов. На материале русской художественной
литературы XVIII – XX веков [El diccionario de las imágenes poéticas. En el material de la Literatura
examen más pormenorizado de estas cuestiones.
Rusa de los siglos XVIII—XX”], 2 vols. Мoscú: Editorial URSS.
TURNER, M. (1990) “Aspects of the Invariance Hypothesis.” Cognitive Linguistics 1 (2), pp. 247-
255
NOTAS VERNADSKI, V.I (1991) Научная мысль как планетное явление [El pensamiento científico como un
acto planetario]. Мoscú: Nauka [Ciencia].
1. Este artículo ofrece una versión corregido con adiciones a partir del libro: Lavrenova O. (2019) WEE, L; GOH ROBBIE, B.H. (2020) Language, Space and Cultural Play: Theorising Affect in the
Spaces and Meanings: Semantics of Cultural Landscape. Cham: Springer International Publishers. (Se Semiotics Landscape. Cambridge: Cambridge University Press.
publica con el permiso.) WHEELRIGHT, F. (1990) “Метафора и реальность” [“La metáfora y la realidad”], еn Arutyuno-
va, N.D. (ed.) Теория метафоры [La teoría de metáfora]. Мoscú: Progress.
ZAMYATIN, D.N. (2004) Мета-география: пространство образов и образы пространств [Me-
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ta-geografia: el espacio de las imágenes y las imágenes del espacio]. Мoscú: Agraf.

BARANOV, A.N. (2008) Introducción. en LAKOFF, G.; JOHNSON, M. Метафоры, которыми мы


живём [Las metáforas de la vida cotidiana]. Moscú: Editorial URSS.
BARANOV A.N., KARAULOV Y.N. (1994) Cловарь русских политических метафор [El diccio-
nario de la metáfora rusa y política]. Мoscú: Instituto de lengua rusa de la Academia rusa de Ciencias.
BARANOV A.N., KARAULOV Y.N. (1991) Русская политическая метафора (материалы к
словарю) [La metáfora rusa y política: los materiales del diccionario]. Мoscú: Instituto de lengua rusa de
la Academia rusa de Ciencias.
BASHLYAR, G. (2004) Избранное: поэтика пространства [Obras escogidas: La poética del espacio].
Moscú: ROSPEN.
BUDAEV, E.V. (2007) “Становление когнитивной теории метафоры” [“El desarrollo de la teoría
cognitiva de la metáfora”], Lingocultorologia. 1. Ekaterinburgo, pp, 16-32.
CRESSWELL, T., (2019). Maxwell Street. Writing and thinking place. Chicago: The University of
Chicago Press.
DELEUZE G., GUATTARI F. (1976) Rhizome. Introduction. Paris: Editions de Minuit.
GOH, ROBBIE B. H., BRENDA S.A. YEOH (ed.) (2003) Theorizing The Southeast Asian City As
Text: Urban Landscapes, Cultural Documents and Interpretative Experiences. N.J.: World Scientific.
KASAVIN, I.T (1998) Миграция. Креативность. Текст. Проблемы неоклассической теории
познания [La migración. La creatividad. El texto. Los problemas de la teoría neoclásica de aprendizaje]. San
Petersburgo: Academia cristiana rusa de Humanidades.
KASPE С.I. (2007) Центры и иерархии: пространственные метафоры власти и западная
политическая форма [Los centros y la jerarquía: las metáforas espaciales del poder y la reforma occidental de
la política]. Мoscú: Escuela de estudios políticos de Moscú.
KINANE, I. (2016) Theorising literary islands: the island trope in contemporary robinsonade narratives.
London and N.Y.: Pickering & Chatto.
LAKOFF, G. (1990) “The Invariance Hypothesis: Is Abstract Reason Based on Image Schemata?”
Cognitive Linguistics, 1 (1), pp. 39-74.
LAKOFF G., JOHNSON, M. (2008) Метафоры, которыми мы живём [Las metáforas de la vida
cotidiana]. Мoscú: Editorial URSS.
LAVRENOVA, O. (2019) Spaces and Meanings: Semantics of Cultural Landscape. Springer.
LOTMAN, Y. M. (2002) “Культура и текст как генераторы смысла” [“La cultura y el texto como
generador del pensamiento”], en Lotman, Y.M. История и типология русской культуры [La historia
y la tipología de la cultura rusa]. San Petersburgo: Iskusstvo [Arte].
Atribución-NoComercial-CompartirIgual
CC BY-NC-SA

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Depósito Legal B.3146-2001 Universidad de Rosario (Argentina) Versión electrónica: designisfels.net
http://dx.doi.org/10.35659/designis.i35p113-122
CONCEPTUALIZACIÓN DEL ENVEJECIMIENTO EN ESPAÑA: UN DIAGNÓSTICO DESDE LA SEMIÓTICA COGNITIVA

Conceptualización del
envejecimiento en España: un
diagnóstico desde la semiótica
cognitiva / Conceptualization of
aging in spain: a diagnosis from the
perspective of cognitive semiotics.
Marta Silvera-Roig
(pág 113 - pág 122)

A partir de una selección de titulares de prensa y presentaciones digitales de pla-


nes de pensiones de las entidades bancarias españolas que más invierten en publicidad,
este artículo examina nuestra conceptualización del envejecimiento a través de los es-
quemas-imagen y la teoría de la metáfora conceptual. Mediante las herramientas analí-
ticas de la semiótica cognitiva, este artículo identifica y explora el andamiaje estructural
conceptual de los dominios meta envejecimiento y jubilación como estructurandos de
emociones primarias y secundarias en una narrativa del malestar.

Palabras clave: semiótica cognitiva, emociones, espacios mentales, conceptuali-


zación del envejecimiento.

Based on a selection of press headlines and digital presentations of pension plans


from the Spanish banks that invest the most in advertising, this article examines our
conceptualization of aging through image-schemas and the conceptual metaphor theory.
Using the analytical tools of cognitive semiotics, this article identifies and explores
the conceptual structural scaffolding of the target domains aging and retirement as
structurings of primary and secondary emotions in a narrative of distress.

Keywords: cognitive semiotics, emotions, mental spaces, conceptualization of aging.

Silvera-Roig es investigadora en el grupo de investigación Studies on Intermedia-


lity and Intercultural Mediation SIIM de Universidad Complutense de Madrid y Coedito-
ra del volumen Cognitive and Intermedial Semiotics. https://orcid.org/0000-0001-8280-
0439 [email protected]

Recibido: 28/11/2020 Aprobado: 07/01/2021

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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Depósito Legal B.3146-2001 Universidad de Rosario (Argentina) Versión electrónica: designisfels.net
http://dx.doi.org/10.35659/designis.i35p113-122
CONCEPTUALIZACIÓN DEL ENVEJECIMIENTO EN ESPAÑA: UN DIAGNÓSTICO DESDE LA SEMIÓTICA COGNITIVA

Conceptualización del
envejecimiento en España: un
diagnóstico desde la semiótica
cognitiva / Conceptualization of
aging in spain: a diagnosis from the
perspective of cognitive semiotics.
Marta Silvera-Roig
(pág 113 - pág 122)

A partir de una selección de titulares de prensa y presentaciones digitales de pla-


nes de pensiones de las entidades bancarias españolas que más invierten en publicidad,
este artículo examina nuestra conceptualización del envejecimiento a través de los es-
quemas-imagen y la teoría de la metáfora conceptual. Mediante las herramientas analí-
ticas de la semiótica cognitiva, este artículo identifica y explora el andamiaje estructural
conceptual de los dominios meta envejecimiento y jubilación como estructurandos de
emociones primarias y secundarias en una narrativa del malestar.

Palabras clave: semiótica cognitiva, emociones, espacios mentales, conceptuali-


zación del envejecimiento.

Based on a selection of press headlines and digital presentations of pension plans


from the Spanish banks that invest the most in advertising, this article examines our
conceptualization of aging through image-schemas and the conceptual metaphor theory.
Using the analytical tools of cognitive semiotics, this article identifies and explores
the conceptual structural scaffolding of the target domains aging and retirement as
structurings of primary and secondary emotions in a narrative of distress.

Keywords: cognitive semiotics, emotions, mental spaces, conceptualization of aging.

Silvera-Roig es investigadora en el grupo de investigación Studies on Intermedia-


lity and Intercultural Mediation SIIM de Universidad Complutense de Madrid y Coedito-
ra del volumen Cognitive and Intermedial Semiotics. https://orcid.org/0000-0001-8280-
0439 [email protected]

Recibido: 28/11/2020 Aprobado: 07/01/2021

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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MARTA SILVERA-ROIG CONCEPTUALIZACIÓN DEL ENVEJECIMIENTO EN ESPAÑA: UN DIAGNÓSTICO DESDE LA SEMIÓTICA COGNITIVA

1.SEMIÓTICA COGNITIVA DEL ENVEJECIMIENTO EN ESPAÑA: ANTECEDENTES TEÓRICOS Y Aquí, proponemos que los esquemas-imagen y sus aspectos relacionales podrían funcionar
MODELOS como moduladores de la integración emocional en el proceso dinámico de las narrativas.

Todos somos narradores: la historia, la proyección y la parábola preceden a la gra-


mática y, como consecuencia, el lenguaje se deriva de estas capacidades mentales: la narra- 2 .EJEMPLOS DE REVISTAS, PRENSA DIGITAL Y ENTIDADES BANCARIAS
ción como actividad mental es esencial para el pensamiento humano (Turner 1996: 12).
Al andamiaje conceptual que subyace estas narrativas podemos acceder a través de las rela- Como muestra, se han seleccionado titulares de artículos de las dos revistas men-
ciones espaciotemporales utilizadas en la ciencia cognitiva como bloques de construcción suales (National Geographic y Muy Interesante), las dos revistas semanales (Pronto y
para conceptualizar objetos y eventos: los esquemas-imagen; y a través de las metáforas Hola) y los dos diarios (Marca y El País) más leídos en España en 2020, en su versión digi-
conceptuales – por las que entendemos un dominio en términos de otro (Lakoff y Johnson tal, según datos del Estudio General de Medios (EGM) proporcionados por la Asociación
1980: 5) – mediante las que emergen nuevos significados. En este artículo exploramos para la Investigación de Medios de Comunicación (AIMC).
cómo el andamiaje conceptual de una narrativa puede capturar la información esquelética
de eventos y cambios dinámicos. Todos estos ejemplos son actos comunicativos reales contextualizados, algo esencial
para referirnos a la creación o configuración del significado. De ninguna manera han de
Los esquemas-imagen no son temporalmente estáticos, sino que ocurren en el tiem- considerarse de forma prescriptiva para que el lenguaje guíe de otra forma el significado
po y a través del tiempo, son temporalmente dinámicos en el sentido de que, una vez activa- como solución única, sino como muestra material de una conceptualización de los domi-
dos, tendemos a completar todo el contorno perceptual del esquema. El cambio es una parte nios envejecimiento y jubilación concreta por parte de una comunidad de hablantes
perpetua y esencial de los sistemas autoorganizados (Gibbs 2012: 359-361), por lo que los específica. De esta manera, las herramientas de la semiótica cognitiva sirven de obser-
esquemas-imagen emergen constantemente y se desestabilizan, como ocurre con los atrac- vatorio para diagnosticar el estado de la cuestión, ya que las estructuras invisibles de la
tores (Guerra 2011: 845). Un esquema-imagen puede activar momentáneamente un nuevo conceptualización pueden comenzarse a vislumbrar a través de las metáforas conceptuales
atractor que puede alterar el “paisaje” de todo el sistema. Una de las consideraciones más que subyacen los actos comunicativos lingüísticos.
importantes de los esquemas-imagen, como parte de los múltiples atractores que modelan
la acción metafórica, es que están motivados por fuerzas y estabilidades socioculturales, y A continuación, encontramos las expresiones lingüísticas seleccionadas divididas
no solo por los esquemas corporales de la experiencia. Estas estabilidades, en las acciones y según publicación:
creencias socioculturales, influyen nuestra experiencia corporal en diferentes niveles.
En Hola.com:
Uno de los objetivos de este artículo es explicar cómo las narrativas pueden crear y
reforzar rasgos adaptativos de la mente humana. La universalidad de las narrativas sugiere un
importante papel adaptativo en la evolución humana (Marshall 2013:91): las narrativas nos
preparan para determinadas situaciones y nos dan la capacidad de predecir o comprender los
pensamientos, sentimientos, motivaciones y reacciones de otras personas (Teoría de la Mente)
y darnos cuenta de que otros pueden percibir algo de forma diferente. El hecho de comprender
que los demás pueden percibir algo de diferente manera a la que nosotros lo percibimos es una
operación mental muy compleja y sofisticada - y las narrativas nos entrenan en la práctica de
estas operaciones. Así, las narrativas cumplen con nuestras necesidades como especie humana
ultra social, ayudándonos a gestionar las interacciones interpersonales de la vida cotidiana. Figura 1. “’Hand aging’: aprende a cuidar la parte del cuerpo que antes delata la edad” por Mariana Chacón.
En https://www.hola.com/belleza/tendencias/20200902174474/como-cuidar-manos-deshidratadas/ el 30 de abril de
2020.
En las narrativas de los dominios conceptuales envejecimiento y jubilación, las
respuestas emocionales son fundamentales para comprender los procesos del razonamiento
y la toma de decisiones humanos. Según Bechara y Damasio (2005), los marcadores so-
máticos afectan los procesos de respuesta a los estímulos en múltiples niveles operativos,
tanto conscientes como inconscientes. Los marcadores surgen en los procesos biorregula-
dores, incluidos aquellos que se expresan en forma de emociones y sentimientos. Por ello,
los marcadores se definen como somáticos: se relacionan con los estados corporales y las es-
tructuras reguladoras incluso cuando no emergen en el cuerpo sino en las representaciones Figura 2. “8 mascarillas hidratantes y reafirmantes que te quitarán años” por Carmen Santaella. En https://www.hola.
cerebrales del mismo – como ocurre con los esquemas-imagen y la metáfora conceptual. com/seleccion/20200423166351/mascarillas-hidratantes-reafirmantes/ el 9 de septiembre de 2020.

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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MARTA SILVERA-ROIG CONCEPTUALIZACIÓN DEL ENVEJECIMIENTO EN ESPAÑA: UN DIAGNÓSTICO DESDE LA SEMIÓTICA COGNITIVA

1.SEMIÓTICA COGNITIVA DEL ENVEJECIMIENTO EN ESPAÑA: ANTECEDENTES TEÓRICOS Y Aquí, proponemos que los esquemas-imagen y sus aspectos relacionales podrían funcionar
MODELOS como moduladores de la integración emocional en el proceso dinámico de las narrativas.

Todos somos narradores: la historia, la proyección y la parábola preceden a la gra-


mática y, como consecuencia, el lenguaje se deriva de estas capacidades mentales: la narra- 2 .EJEMPLOS DE REVISTAS, PRENSA DIGITAL Y ENTIDADES BANCARIAS
ción como actividad mental es esencial para el pensamiento humano (Turner 1996: 12).
Al andamiaje conceptual que subyace estas narrativas podemos acceder a través de las rela- Como muestra, se han seleccionado titulares de artículos de las dos revistas men-
ciones espaciotemporales utilizadas en la ciencia cognitiva como bloques de construcción suales (National Geographic y Muy Interesante), las dos revistas semanales (Pronto y
para conceptualizar objetos y eventos: los esquemas-imagen; y a través de las metáforas Hola) y los dos diarios (Marca y El País) más leídos en España en 2020, en su versión digi-
conceptuales – por las que entendemos un dominio en términos de otro (Lakoff y Johnson tal, según datos del Estudio General de Medios (EGM) proporcionados por la Asociación
1980: 5) – mediante las que emergen nuevos significados. En este artículo exploramos para la Investigación de Medios de Comunicación (AIMC).
cómo el andamiaje conceptual de una narrativa puede capturar la información esquelética
de eventos y cambios dinámicos. Todos estos ejemplos son actos comunicativos reales contextualizados, algo esencial
para referirnos a la creación o configuración del significado. De ninguna manera han de
Los esquemas-imagen no son temporalmente estáticos, sino que ocurren en el tiem- considerarse de forma prescriptiva para que el lenguaje guíe de otra forma el significado
po y a través del tiempo, son temporalmente dinámicos en el sentido de que, una vez activa- como solución única, sino como muestra material de una conceptualización de los domi-
dos, tendemos a completar todo el contorno perceptual del esquema. El cambio es una parte nios envejecimiento y jubilación concreta por parte de una comunidad de hablantes
perpetua y esencial de los sistemas autoorganizados (Gibbs 2012: 359-361), por lo que los específica. De esta manera, las herramientas de la semiótica cognitiva sirven de obser-
esquemas-imagen emergen constantemente y se desestabilizan, como ocurre con los atrac- vatorio para diagnosticar el estado de la cuestión, ya que las estructuras invisibles de la
tores (Guerra 2011: 845). Un esquema-imagen puede activar momentáneamente un nuevo conceptualización pueden comenzarse a vislumbrar a través de las metáforas conceptuales
atractor que puede alterar el “paisaje” de todo el sistema. Una de las consideraciones más que subyacen los actos comunicativos lingüísticos.
importantes de los esquemas-imagen, como parte de los múltiples atractores que modelan
la acción metafórica, es que están motivados por fuerzas y estabilidades socioculturales, y A continuación, encontramos las expresiones lingüísticas seleccionadas divididas
no solo por los esquemas corporales de la experiencia. Estas estabilidades, en las acciones y según publicación:
creencias socioculturales, influyen nuestra experiencia corporal en diferentes niveles.
En Hola.com:
Uno de los objetivos de este artículo es explicar cómo las narrativas pueden crear y
reforzar rasgos adaptativos de la mente humana. La universalidad de las narrativas sugiere un
importante papel adaptativo en la evolución humana (Marshall 2013:91): las narrativas nos
preparan para determinadas situaciones y nos dan la capacidad de predecir o comprender los
pensamientos, sentimientos, motivaciones y reacciones de otras personas (Teoría de la Mente)
y darnos cuenta de que otros pueden percibir algo de forma diferente. El hecho de comprender
que los demás pueden percibir algo de diferente manera a la que nosotros lo percibimos es una
operación mental muy compleja y sofisticada - y las narrativas nos entrenan en la práctica de
estas operaciones. Así, las narrativas cumplen con nuestras necesidades como especie humana
ultra social, ayudándonos a gestionar las interacciones interpersonales de la vida cotidiana. Figura 1. “’Hand aging’: aprende a cuidar la parte del cuerpo que antes delata la edad” por Mariana Chacón.
En https://www.hola.com/belleza/tendencias/20200902174474/como-cuidar-manos-deshidratadas/ el 30 de abril de
2020.
En las narrativas de los dominios conceptuales envejecimiento y jubilación, las
respuestas emocionales son fundamentales para comprender los procesos del razonamiento
y la toma de decisiones humanos. Según Bechara y Damasio (2005), los marcadores so-
máticos afectan los procesos de respuesta a los estímulos en múltiples niveles operativos,
tanto conscientes como inconscientes. Los marcadores surgen en los procesos biorregula-
dores, incluidos aquellos que se expresan en forma de emociones y sentimientos. Por ello,
los marcadores se definen como somáticos: se relacionan con los estados corporales y las es-
tructuras reguladoras incluso cuando no emergen en el cuerpo sino en las representaciones Figura 2. “8 mascarillas hidratantes y reafirmantes que te quitarán años” por Carmen Santaella. En https://www.hola.
cerebrales del mismo – como ocurre con los esquemas-imagen y la metáfora conceptual. com/seleccion/20200423166351/mascarillas-hidratantes-reafirmantes/ el 9 de septiembre de 2020.

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En la revista Pronto.es: En MuyInteresante.es:

Figura 7. “Cinco cosas que puedes hacer para mantenerte eternamente joven”, por Elena Sanz. En https://www.muyinteresante.es/
salud/articulo/cinco-cosas-que-puedes-hacer-para-mantenerte-eternamente-joven-391376042598 el 23 de julio de 2020.

Figura 3. “Elsa Pataky felicita el 60 cumpleaños de su suegra y… ¡Sorprende lo joven que se mantiene!” por G.G.P.
En https://www.pronto.es/noticias-del-corazon/famosos/elsa-pataky-felicita-60-cumpleanos-suegra-sorprende-joven-
mantiene-322770102.html el 16 de noviembre de 2020.
Figura 8. “Beber té verde podría alargar tus años de vida, según un estudio”, por Mar Aguilar. En https://
www.muyinteresante.es/salud/articulo/actualidad-beber-te-verde-podria-alargar-tus-anos-de-vida-segun-un-
estudio-711579015350 el 14 de enero de 2020.

En Marca.com:
Figura 4. “Ángel Llàcer: ‘Aunque mi sueño sería jubilarme, mi cabeza sigue trabajando’”. En https://www.pronto.es/
noticias-del-corazon/famosos/angel-llacer-aunque-mi-sueno-seria-jubilarme-mi-cabeza-sigue-trabajando-321379102.html
el 18 de julio de 2020.

Figura 9. “Una dieta con menos calorías alarga la vida” por Redacción Tiramillas. En https://www.marca.com/
tiramillas/gastronomia/2020/02/27/5e57fcd122601dd5268b461e.html el 27 de febrero de 2020.
En NationalGeographic.com.es:

Figura 10. “Cremas antiedad: diez productos para que tu cara luzca su mejor aspecto”. En https://www.marca.com/
regalos-promociones/moda-belleza/2020/03/31/5e83015f268e3e80468b45bd.html el 19 de octubre de 2020.

En ElPaís.com:

Figura 5. “Reprograman células para eliminar los signos del envejecimiento”, por Sergi Alcalde. En https://www.
nationalgeographic.com.es/ciencia/reprograman-celulas-para-eliminar-signos-envejecimiento_15363 el 3 de abril de 2020.

Figura 11. “¿Qué cremas usas a partir de los 50? Esta es la rutina antiedad ideal”. En https://elpais.com/
elpais/2020/10/07/escaparate/1602069556_315065.html el 15 de octubre de 2020.

Figura 12. “El combate al envejecimiento de la población: natalidad, productividad e inmigración” por Julia F.
Cadenas. En https://elpais.com/economia/2020/10/29/actualidad/1604009638_419259.html el 30 de octubre de 2020.
Figura 6. “La dieta mediterránea retrasa el envejecimiento de las células”, Agencia Sinc. En https://www.
nationalgeographic.com.es/ciencia/dieta-mediterranea-retrasa-envejecimiento-celulas_15910 el 19 de septiembre de 2020.

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En la revista Pronto.es: En MuyInteresante.es:

Figura 7. “Cinco cosas que puedes hacer para mantenerte eternamente joven”, por Elena Sanz. En https://www.muyinteresante.es/
salud/articulo/cinco-cosas-que-puedes-hacer-para-mantenerte-eternamente-joven-391376042598 el 23 de julio de 2020.

Figura 3. “Elsa Pataky felicita el 60 cumpleaños de su suegra y… ¡Sorprende lo joven que se mantiene!” por G.G.P.
En https://www.pronto.es/noticias-del-corazon/famosos/elsa-pataky-felicita-60-cumpleanos-suegra-sorprende-joven-
mantiene-322770102.html el 16 de noviembre de 2020.
Figura 8. “Beber té verde podría alargar tus años de vida, según un estudio”, por Mar Aguilar. En https://
www.muyinteresante.es/salud/articulo/actualidad-beber-te-verde-podria-alargar-tus-anos-de-vida-segun-un-
estudio-711579015350 el 14 de enero de 2020.

En Marca.com:
Figura 4. “Ángel Llàcer: ‘Aunque mi sueño sería jubilarme, mi cabeza sigue trabajando’”. En https://www.pronto.es/
noticias-del-corazon/famosos/angel-llacer-aunque-mi-sueno-seria-jubilarme-mi-cabeza-sigue-trabajando-321379102.html
el 18 de julio de 2020.

Figura 9. “Una dieta con menos calorías alarga la vida” por Redacción Tiramillas. En https://www.marca.com/
tiramillas/gastronomia/2020/02/27/5e57fcd122601dd5268b461e.html el 27 de febrero de 2020.
En NationalGeographic.com.es:

Figura 10. “Cremas antiedad: diez productos para que tu cara luzca su mejor aspecto”. En https://www.marca.com/
regalos-promociones/moda-belleza/2020/03/31/5e83015f268e3e80468b45bd.html el 19 de octubre de 2020.

En ElPaís.com:

Figura 5. “Reprograman células para eliminar los signos del envejecimiento”, por Sergi Alcalde. En https://www.
nationalgeographic.com.es/ciencia/reprograman-celulas-para-eliminar-signos-envejecimiento_15363 el 3 de abril de 2020.

Figura 11. “¿Qué cremas usas a partir de los 50? Esta es la rutina antiedad ideal”. En https://elpais.com/
elpais/2020/10/07/escaparate/1602069556_315065.html el 15 de octubre de 2020.

Figura 12. “El combate al envejecimiento de la población: natalidad, productividad e inmigración” por Julia F.
Cadenas. En https://elpais.com/economia/2020/10/29/actualidad/1604009638_419259.html el 30 de octubre de 2020.
Figura 6. “La dieta mediterránea retrasa el envejecimiento de las células”, Agencia Sinc. En https://www.
nationalgeographic.com.es/ciencia/dieta-mediterranea-retrasa-envejecimiento-celulas_15910 el 19 de septiembre de 2020.

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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Las tres entidades bancarias que más invirtieron en publicidad en España durante La edad es un objeto que debemos ocultar
2019, Banco Santander, CaixaBank e ING (según el estudio Inversión Publicitaria en
Medios Digitales elaborado por IAB Spain) ilustran en sus webs los planes de pensiones de En la Figura 2, leemos 8 mascarillas hidratantes y reafirmantes que te quitarán años. La
la campaña correspondiente al año 2020 de la siguiente manera: edad como dominio meta es estructurada como un conjunto de objetos:

La edad es un conjunto de objetos que se acumulan o se pierden

En la Figura 3, leemos Elsa Pataky felicita el 60 cumpleaños de su suegra y… ¡Sorprende


lo joven que se mantiene! La juventud como dominio meta es estructurada como un objeto
cuya permanencia en el espacio está condicionada:

La juventud es un objeto que puede permanecer o desaparecer

En la Figura 4, leemos Ángel Llàcer: Aunque mi sueño sería jubilarme, mi cabeza sigue
Figura 13. Banco Santander. En https://www.bancosantander.es/particulares/ahorro-inversion/planes-pensiones trabajando. La jubilación como dominio meta es estructurada como el cese de una actividad:

La jubilación es una acción que cesa

En la Figura 5, leemos Reprograman células para eliminar los signos del envejecimiento. El en-
vejecimiento como domino meta es estructurado como un objeto que deja a su paso un rastro:

El envejecimiento es un ente que deja marcas de su paso

Figura 14. Caixa Bank. En https://www4.caixabank.es/apl/planes/catalogo.index_es.html?loce=sh-part-Planes-Catalogo-


En la Figura 6, leemos La dieta mediterránea retrasa el envejecimiento de las células. El enveje-
enlacedirecto-Planesdepensiones-Catalogo-NA cimiento como dominio meta es estructurado como una entidad física que puede ser manipulada:

El envejecimiento es una entidad física cuya llegada evitamos

En la Figura 7, leemos Cinco cosas que puedes hacer para mantenerte eternamente joven.
La juventud como dominio meta es estructurada como un objeto cuya permanencia en
el espacio está condicionada:

La juventud es un objeto que puede permanecer o desaparecer

En la Figura 8, leemos Beber té verde podría alargar tus años de vida, según un estudio. La vida
Figura 15. ING. En https://www.ing.es/planes-pensiones como dominio meta es estructurada como una entidad física cuya forma podemos manipular:

La vida es un objeto de forma variable


3. METÁFORAS CONCEPTUALES DE LOS EJEMPLOS

En la Figura 9, leemos Una dieta con menos calorías alarga la vida. La vida como
A continuación (indicado en versalitas por convención) enumeraré las metáforas
dominio meta es estructurada como una entidad física cuya forma podemos manipular:
conceptuales que subyacen cada expresión metafórica lingüística (en cursiva por conven-
ción) de los ejemplos seleccionados.
La vida es un objeto de forma variable
En la Figura 1, leemos Hand aging: aprende a cuidar la parte del cuerpo que antes delata
En la Figura 10, leemos Cremas antiedad: diez productos para que tu cara luzca su mejor as-
la edad. La edad como domino meta es estructurada como algo indeseable, algo a esconder:
pecto. El envejecimiento como dominio meta es estructurado como una fuerza a contrarrestar:

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Las tres entidades bancarias que más invirtieron en publicidad en España durante La edad es un objeto que debemos ocultar
2019, Banco Santander, CaixaBank e ING (según el estudio Inversión Publicitaria en
Medios Digitales elaborado por IAB Spain) ilustran en sus webs los planes de pensiones de En la Figura 2, leemos 8 mascarillas hidratantes y reafirmantes que te quitarán años. La
la campaña correspondiente al año 2020 de la siguiente manera: edad como dominio meta es estructurada como un conjunto de objetos:

La edad es un conjunto de objetos que se acumulan o se pierden

En la Figura 3, leemos Elsa Pataky felicita el 60 cumpleaños de su suegra y… ¡Sorprende


lo joven que se mantiene! La juventud como dominio meta es estructurada como un objeto
cuya permanencia en el espacio está condicionada:

La juventud es un objeto que puede permanecer o desaparecer

En la Figura 4, leemos Ángel Llàcer: Aunque mi sueño sería jubilarme, mi cabeza sigue
Figura 13. Banco Santander. En https://www.bancosantander.es/particulares/ahorro-inversion/planes-pensiones trabajando. La jubilación como dominio meta es estructurada como el cese de una actividad:

La jubilación es una acción que cesa

En la Figura 5, leemos Reprograman células para eliminar los signos del envejecimiento. El en-
vejecimiento como domino meta es estructurado como un objeto que deja a su paso un rastro:

El envejecimiento es un ente que deja marcas de su paso

Figura 14. Caixa Bank. En https://www4.caixabank.es/apl/planes/catalogo.index_es.html?loce=sh-part-Planes-Catalogo-


En la Figura 6, leemos La dieta mediterránea retrasa el envejecimiento de las células. El enveje-
enlacedirecto-Planesdepensiones-Catalogo-NA cimiento como dominio meta es estructurado como una entidad física que puede ser manipulada:

El envejecimiento es una entidad física cuya llegada evitamos

En la Figura 7, leemos Cinco cosas que puedes hacer para mantenerte eternamente joven.
La juventud como dominio meta es estructurada como un objeto cuya permanencia en
el espacio está condicionada:

La juventud es un objeto que puede permanecer o desaparecer

En la Figura 8, leemos Beber té verde podría alargar tus años de vida, según un estudio. La vida
Figura 15. ING. En https://www.ing.es/planes-pensiones como dominio meta es estructurada como una entidad física cuya forma podemos manipular:

La vida es un objeto de forma variable


3. METÁFORAS CONCEPTUALES DE LOS EJEMPLOS

En la Figura 9, leemos Una dieta con menos calorías alarga la vida. La vida como
A continuación (indicado en versalitas por convención) enumeraré las metáforas
dominio meta es estructurada como una entidad física cuya forma podemos manipular:
conceptuales que subyacen cada expresión metafórica lingüística (en cursiva por conven-
ción) de los ejemplos seleccionados.
La vida es un objeto de forma variable
En la Figura 1, leemos Hand aging: aprende a cuidar la parte del cuerpo que antes delata
En la Figura 10, leemos Cremas antiedad: diez productos para que tu cara luzca su mejor as-
la edad. La edad como domino meta es estructurada como algo indeseable, algo a esconder:
pecto. El envejecimiento como dominio meta es estructurado como una fuerza a contrarrestar:

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


118 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 119
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el envejecimiento es un enemigo (Hedblom et al. 2019: 285). En nuestros ejemplos, existe BLOQUEO en cuanto a la
tensión de entrada o salida del contenedor en el caso de los dominios edad y juventud y
En la figura 11, leemos ¿Qué cremas usas a partir de los 50? Esta es la rutina antiedad ideal. en la fuerza ejercida contra el dominio envejecimiento.
El envejecimiento como dominio meta es estructurado como una fuerza a contrarrestar:
Se provoca la confirmación de un temor cuando se está “disgustado por la confirma-
el envejecimiento es un enemigo ción de la posibilidad de un evento indeseable” (Ortony et al. 1988, 110). Ante la perspec-
tiva de objetos que escapan o crecen (juventud y años, respectivamente), el bloqueo del
En la figura 12, leemos El combate al envejecimiento de la población: natalidad, produc- envejecimiento contra el que hay que ejercer una CONTRAFUERZA y la jubilación
tividad e inmigración. El envejecimiento como dominio meta es estructurado como una como meta deseada, o no, según el dinero acumulado, se confirma la posibilidad del evento
fuerza a combatir: indeseable (envejecer y llegar a la jubilación sin ahorros).

el envejecimiento es un enemigo Es inevitable establecer una relación entre los esquemas-imagen - relaciones es-
paciotemporales entendidas como bloques de construcción para conceptualizar objetos y
En la figura 13, leemos Planifica tu futuro hoy. Invierte en tranquilidad para tu retiro. eventos en un alto nivel de abstracción – y las emociones primarias y secundarias. Para el
La jubilación deseada como dominio meta es estructurada como un objeto costoso: neurocientífico Antonio Damasio, las emociones primarias responden a reacciones fisioló-
gicas automáticas frente a estímulos que el cerebro detecta de forma innata, mientras que
La jubilación es un objeto con coste económico las emociones secundarias surgen una vez que comenzamos a experimentar sentimientos y
a formar conexiones sistemáticas entre categorías de objetos y situaciones (Damasio 1994:
En la figura 14, leemos Empieza a planificar tu jubilación contratando un plan de pen- 131-134). Una idea central de Damasio es que la capacidad de sentir las emociones, de
siones. La jubilación deseada como dominio meta es estructurada como un objeto costoso: “representarlas en el teatro de la mente” mediante sentimientos, le confiere al organismo
en su conjunto una flexibilidad de respuesta basada en la historia particular de [las] inte-
La jubilación es un objeto con coste económico racciones con el medio ambiente (Damasio 1994: 133).

En la figura 15 nos encontramos una metáfora visual. La felicidad de la pareja se Desde una perspectiva evolutiva, la emoción del miedo protegió a los humanos
relaciona con la cantidad de monedas. La jubilación deseada como dominio meta es es- de los depredadores y otras amenazas a la supervivencia de la especie. Por tanto, no es
tructurada como un objeto costoso: de extrañar que ciertos peligros evoquen esa emoción, ya que el miedo ayuda a prote-
gernos y, por tanto, es adaptativo, funcional y necesario. Sin embargo, hay otro aspecto
La jubilación es un objeto con coste económico importante de las emociones a considerar que, en el caso del miedo, puede ser impor-
tante tanto para la toma de decisiones como para la supervivencia. Es decir, cuando se
desencadena una emoción, tiene un impacto en nuestros juicios y elecciones (Lerner y
4. DINÁMICA DE LAS METÁFORAS COMO ATRACTORES DE EMOCIÓN Keltner, 2001: 146). El miedo y la ansiedad pueden transformarse en conductas que
pueden llevar a evitar situaciones o en mecanismos de defensa que pueden oscurecer el
La edad es un conjunto de objetos que deseamos perder y ocultar. La reconocimiento de la realidad, por lo que se han entendido como claves de la dinámica
juventud es un objeto que queremos conservar. La vida es un objeto de for- de la enfermedad emocional. De esta manera, una narrativa del malestar como la que
ma variable que queremos alargar. La juventud es un objeto que queremos hemos descrito podría estar definiendo estados emocionales sociales negativos que fa-
retener. El envejecimiento es un ente que deja marcas indeseadas. El enve- vorecerían situaciones no deseadas de inseguridad y temor respecto a la jubilación y el
jecimiento es una entidad física cuya llegada evitamos. el envejecimiento es envejecimiento.
un enemigo que debemos combatir. la jubilación es una acción que cesa. La
jubilación es un objeto que deseamos y tiene un coste económico. Cabría preguntarnos en este punto si las relaciones dinámicas de los esque-
mas-imagen confluyen en la neurobiología de las emociones primarias y secundarias y
Los esquemas-imagen que subyacen la dinámica mencionada de las metáforas con- hasta qué punto las narrativas del malestar dañan nuestra salud mental debido a obje-
ceptuales son el CONTENDOR del que salen y entran objetos y el esquema-imagen tivos impulsados ​​por el mercado. La mencionada narrativa del malestar, cuyo andamia-
BLOQUEO. El esquema-imagen de BLOQUEO asume la presencia de una relación de je conceptual he descrito anteriormente, no responde al uso concreto de determinadas
causa y efecto. Al romper BLOQUEO, hay al menos dos OBJETOS, un ORIGEN-CAMI- palabras, sino a una dinámica de socialización que el mapeo conceptual puede ayudar a
NO-META y, al menos, un punto de tiempo cuando los dos objetos están en CONTAC- visibilizar para así fomentar cambios sociales que no descansen únicamente en un cam-
TO, lo que da como resultado el movimiento obstaculizado del objeto en movimiento bio del uso del lenguaje.

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120 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 121
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MARTA SILVERA-ROIG CONCEPTUALIZACIÓN DEL ENVEJECIMIENTO EN ESPAÑA: UN DIAGNÓSTICO DESDE LA SEMIÓTICA COGNITIVA

el envejecimiento es un enemigo (Hedblom et al. 2019: 285). En nuestros ejemplos, existe BLOQUEO en cuanto a la
tensión de entrada o salida del contenedor en el caso de los dominios edad y juventud y
En la figura 11, leemos ¿Qué cremas usas a partir de los 50? Esta es la rutina antiedad ideal. en la fuerza ejercida contra el dominio envejecimiento.
El envejecimiento como dominio meta es estructurado como una fuerza a contrarrestar:
Se provoca la confirmación de un temor cuando se está “disgustado por la confirma-
el envejecimiento es un enemigo ción de la posibilidad de un evento indeseable” (Ortony et al. 1988, 110). Ante la perspec-
tiva de objetos que escapan o crecen (juventud y años, respectivamente), el bloqueo del
En la figura 12, leemos El combate al envejecimiento de la población: natalidad, produc- envejecimiento contra el que hay que ejercer una CONTRAFUERZA y la jubilación
tividad e inmigración. El envejecimiento como dominio meta es estructurado como una como meta deseada, o no, según el dinero acumulado, se confirma la posibilidad del evento
fuerza a combatir: indeseable (envejecer y llegar a la jubilación sin ahorros).

el envejecimiento es un enemigo Es inevitable establecer una relación entre los esquemas-imagen - relaciones es-
paciotemporales entendidas como bloques de construcción para conceptualizar objetos y
En la figura 13, leemos Planifica tu futuro hoy. Invierte en tranquilidad para tu retiro. eventos en un alto nivel de abstracción – y las emociones primarias y secundarias. Para el
La jubilación deseada como dominio meta es estructurada como un objeto costoso: neurocientífico Antonio Damasio, las emociones primarias responden a reacciones fisioló-
gicas automáticas frente a estímulos que el cerebro detecta de forma innata, mientras que
La jubilación es un objeto con coste económico las emociones secundarias surgen una vez que comenzamos a experimentar sentimientos y
a formar conexiones sistemáticas entre categorías de objetos y situaciones (Damasio 1994:
En la figura 14, leemos Empieza a planificar tu jubilación contratando un plan de pen- 131-134). Una idea central de Damasio es que la capacidad de sentir las emociones, de
siones. La jubilación deseada como dominio meta es estructurada como un objeto costoso: “representarlas en el teatro de la mente” mediante sentimientos, le confiere al organismo
en su conjunto una flexibilidad de respuesta basada en la historia particular de [las] inte-
La jubilación es un objeto con coste económico racciones con el medio ambiente (Damasio 1994: 133).

En la figura 15 nos encontramos una metáfora visual. La felicidad de la pareja se Desde una perspectiva evolutiva, la emoción del miedo protegió a los humanos
relaciona con la cantidad de monedas. La jubilación deseada como dominio meta es es- de los depredadores y otras amenazas a la supervivencia de la especie. Por tanto, no es
tructurada como un objeto costoso: de extrañar que ciertos peligros evoquen esa emoción, ya que el miedo ayuda a prote-
gernos y, por tanto, es adaptativo, funcional y necesario. Sin embargo, hay otro aspecto
La jubilación es un objeto con coste económico importante de las emociones a considerar que, en el caso del miedo, puede ser impor-
tante tanto para la toma de decisiones como para la supervivencia. Es decir, cuando se
desencadena una emoción, tiene un impacto en nuestros juicios y elecciones (Lerner y
4. DINÁMICA DE LAS METÁFORAS COMO ATRACTORES DE EMOCIÓN Keltner, 2001: 146). El miedo y la ansiedad pueden transformarse en conductas que
pueden llevar a evitar situaciones o en mecanismos de defensa que pueden oscurecer el
La edad es un conjunto de objetos que deseamos perder y ocultar. La reconocimiento de la realidad, por lo que se han entendido como claves de la dinámica
juventud es un objeto que queremos conservar. La vida es un objeto de for- de la enfermedad emocional. De esta manera, una narrativa del malestar como la que
ma variable que queremos alargar. La juventud es un objeto que queremos hemos descrito podría estar definiendo estados emocionales sociales negativos que fa-
retener. El envejecimiento es un ente que deja marcas indeseadas. El enve- vorecerían situaciones no deseadas de inseguridad y temor respecto a la jubilación y el
jecimiento es una entidad física cuya llegada evitamos. el envejecimiento es envejecimiento.
un enemigo que debemos combatir. la jubilación es una acción que cesa. La
jubilación es un objeto que deseamos y tiene un coste económico. Cabría preguntarnos en este punto si las relaciones dinámicas de los esque-
mas-imagen confluyen en la neurobiología de las emociones primarias y secundarias y
Los esquemas-imagen que subyacen la dinámica mencionada de las metáforas con- hasta qué punto las narrativas del malestar dañan nuestra salud mental debido a obje-
ceptuales son el CONTENDOR del que salen y entran objetos y el esquema-imagen tivos impulsados ​​por el mercado. La mencionada narrativa del malestar, cuyo andamia-
BLOQUEO. El esquema-imagen de BLOQUEO asume la presencia de una relación de je conceptual he descrito anteriormente, no responde al uso concreto de determinadas
causa y efecto. Al romper BLOQUEO, hay al menos dos OBJETOS, un ORIGEN-CAMI- palabras, sino a una dinámica de socialización que el mapeo conceptual puede ayudar a
NO-META y, al menos, un punto de tiempo cuando los dos objetos están en CONTAC- visibilizar para así fomentar cambios sociales que no descansen únicamente en un cam-
TO, lo que da como resultado el movimiento obstaculizado del objeto en movimiento bio del uso del lenguaje.

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


120 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 121
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http://dx.doi.org/10.35659/designis.i35p123-135
MARTA SILVERA-ROIG AUTOESQUEMAS POSIBLES DE FICCIÓN: LA INMERSIÓN NARRATIVA COMO PROCESO DE INTEGRACIÓN CONCEPTUAL

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Autoesquemas posibles de
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blending process
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2014, 2018) son estructuras mentales que se utilizan en el estudio de la inmersión narra-
ESTUDIO GENERAL DE MEDIOS (EGM) (2020) http://reporting.aimc.es/index.html#/main/
revistas AIMC.
tiva desde paradigmas de lingüística y narratología cognitivas. Un autoesquema posible
G.G.P. (2020) “Elsa Pataky felicita el 60 cumpleaños de su suegra y… ¡Sorprende lo joven que se de ficción es el resultado de la integración conceptual (Fauconnier y Turner, 2002) de dos
mantiene!”. Pronto.es. Web. 16 de noviembre de 2020. espacios origen: la representación mental que cada lector individual desarrolla sobre la
GIBBS, R. (2012) “Metaphors, snowfakes, and termite nests: How nature creates such beautiful entidad que perspectiviza el universo de ficción —narrador o personaje focalizador— y
things”. En MacArthur, F., Oncins-Martínez, J.L., Sánchez García, A.M., y Piquer-Píriz, A.M. (eds.) su representación mental de sí mismo o autoconcepto. La creatividad intrínseca en todo
Metaphor in Use: Context, culture, and communication, 359-361. Amsterdam y Filadelfia: John Benjamins. proceso de integración conceptual, unida a una concepción de la comunicación basada en
GUERRA, J. (2011). “Cognitive Poetics and Biocultural (con)figurations of life, Cognition and principios de coordinación cognitiva intersubjetiva (Langacker, 2008), confieren a estas es-
Language towards a theory of socially integrated science”, Pensamiento (67)254: 843-850. tructuras mentales un gran poder analítico de utilidad en el estudio del discurso narrativo
HEDBLOM, M; KUTZ, O; PEÑALOZA, R. Y GUIZZARDI, G. (2019) “Schema Combina- desde perspectivas interdisciplinares que incluyen la estilística, la narratología, la crítica
tions and Complex Events”, KI - Künstliche Intelligenz (33) 279-291. literaria y la investigación empírica en respuesta lectora.
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REDACCIÓN TIRAMILLAS. (2020) “Una dieta con menos calorías alarga la vida”. Marca.com. the study of narrative engagement within cognitive linguistics and cognitive narratology
Web. 27 de febrero de 2020. paradigms. A storyworld possible self is formally conceived as a blend resulting from the
ORTONY, A., CLORE, G., Y COLLINS, A. (1988). The cognitive structure of emotions. Cambridge, conceptual integration (Fauconnier and Turner 2002) of two input spaces: the mental
MA: Cambridge University Press. representation that readers entertain for a narrator or focalizing character, and the mental
PRONTO.ES. (2020) “Ángel Llàcer: ‘Aunque mi sueño sería jubilarme, mi cabeza sigue trabajan-
representation that readers entertain of themselves, or self-concept. The creative power of
do’”. Pronto.es. Web. 18 de julio de 2020.
SANTAELLA, C. (2020) “8 mascarillas hidratantes y reafirmantes que te quitarán años”. Hola.com.
blending processes, together with a view of communication as a process of intersubjective
Web. 9 de septiembre de 2020. cognitive coordination (Langacke,r 2008) make storyworld possible selves a powerful an-
SANZ, E. (2020) “Cinco cosas que puedes hacer para mantenerte eternamente joven”. Muyinteresan- alytical model to be used in interdisciplinary approaches to narrative discourse, including
te.es. Web. 23 de julio de 2020. stylistics, narratology, literary criticism, and empirical reader response research.
SINC. (2020) “La dieta mediterránea retrasa el envejecimiento de las células”. NationalGeographic.
com. Web.19 de septiembre de 2020. Keywords: narrative engagement, cognitive narratology, emotions, storyworld
TURNER, M. (1996) The Literary Mind. Nueva York: Oxford University Press. possible selves.
Atribución-NoComercial-CompartirIgual
CC BY-NC-SA

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


122 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 123
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http://dx.doi.org/10.35659/designis.i35p123-135
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MA: Cambridge University Press. representation that readers entertain for a narrator or focalizing character, and the mental
PRONTO.ES. (2020) “Ángel Llàcer: ‘Aunque mi sueño sería jubilarme, mi cabeza sigue trabajan-
representation that readers entertain of themselves, or self-concept. The creative power of
do’”. Pronto.es. Web. 18 de julio de 2020.
SANTAELLA, C. (2020) “8 mascarillas hidratantes y reafirmantes que te quitarán años”. Hola.com.
blending processes, together with a view of communication as a process of intersubjective
Web. 9 de septiembre de 2020. cognitive coordination (Langacke,r 2008) make storyworld possible selves a powerful an-
SANZ, E. (2020) “Cinco cosas que puedes hacer para mantenerte eternamente joven”. Muyinteresan- alytical model to be used in interdisciplinary approaches to narrative discourse, including
te.es. Web. 23 de julio de 2020. stylistics, narratology, literary criticism, and empirical reader response research.
SINC. (2020) “La dieta mediterránea retrasa el envejecimiento de las células”. NationalGeographic.
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TURNER, M. (1996) The Literary Mind. Nueva York: Oxford University Press. possible selves.
Atribución-NoComercial-CompartirIgual
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ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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MARÍA-ÁNGELES MARTÍNEZ AUTOESQUEMAS POSIBLES DE FICCIÓN: LA INMERSIÓN NARRATIVA COMO PROCESO DE INTEGRACIÓN CONCEPTUAL

María-Ángeles Martínez es profesora en la Universidad de Alcalá (Madrid) e in- 1. INTRODUCCIÓN


vestigadora en lingüística literaria cognitiva y narratología cognitiva en lengua inglesa. Es
autora del volumen Storyworld Possible Selves (2018), y sus estudios se han publicado en re- Al embarcarse en una experiencia narrativa —como leer una novela o relato, o
vistas como Language and Literature, Journal of Literary Semantics, Narrative, y Poetics Today. ver una serie, película u obra de teatro—, los seres humanos comparten perspectiva con
mentes de ficción cuya actividad cognitiva construyen a imagen y semejanza de la que se
atribuye a cualquier mente humana, es decir, infiriendo motivaciones, recuerdos, emocio-
Fecha de presentación: 7/10/2020 Fecha de aceptación: 24/11/2020 nes, deseos, temores o anhelos similares a los propios (Palmer, 2004). Es más, la mente del
lector de carne y hueso se ve envuelta en procesos de alineación de perspectiva (Du Bois,
2007) con la entidad que focaliza la narración, ya sea un/a narrador/a o un personaje fo-
calizador. Estos procesos a menudo implican experiencias miméticas o de empatía (Keen,
2011), pero también incluyen la generación de emociones propias, denominadas emociones
frescas en psicología narrativa (Miall y Kuiken, 2002; Kuiken, Miall y Sikora, 2004).
En otras palabras, la mera empatía no explica reacciones lectoras como el rechazo a un
focalizador cuya presentación del universo de ficción choca con principios o experiencias
importantes para el individuo, o la sensación de alegría y satisfacción ante sucesos que no
alegran en absoluto al personaje implicado. Estos fenómenos tan familiares se han relegado
normalmente a la categoría de subproductos secundarios de las narraciones, cuando son,
en realidad, como observa Todorov (2007), su verdadera razón de ser. La teoría narrativa
contemporánea, sin embargo, sobre todo a partir de su giro cognitivo a finales del siglo
XX (Ibsch, 1990), reconoce cada vez con mayor énfasis la importancia de los procesos que
tienen lugar en la mente del lector o espectador de un producto narrativo.

El término más familiar a este respecto es el de respuesta lectora. Pero aun este ya
resulta insuficiente para expresar la complejidad de la actividad de lectores y espectadores,
que no solo “responden” a una narración, sino que participan de forma activa y creativa en la
construcción de su significado. Es por eso que, a pesar de las aportaciones cruciales realizadas
por las ciencias cognitivas al estudio narrativo en las últimas décadas, es preciso ir todavía un
poco más allá, pues nada cambiará realmente en la epistemología de estos estudios mientras
no se sustituya la concepción aún estructuralista de la comunicación narrativa como proyec-
ción lineal de un mensaje desde un emisor —autor, narrador— a un receptor —narratario,
lector— por la concepción comunicativa en vigor desde los albores de la lingüística cogni-
tiva, según la cual hablantes y oyentes son, al mismo tiempo, usuarios del lenguaje y cocon-
ceptualizadores de un objeto de atención compartida sobre el que se entabla una negociación
de construcción de significado acompañada por procesos de evaluación, posicionamiento y
alineación de perspectiva (Langacker, 1987, 2008). En este ensayo presentaré brevemente
los principales presupuestos cognitivistas en teoría narrativa, con atención al concepto de
autoesquemas posibles de ficción (APF) (Martínez, 2014, 2018) como modelo de análisis de la
inmersión narrativa desde paradigmas de lingüística y narratología cognitivas.

2. EL GIRO COGNITIVO EN TEORÍA NARRATIVA

El papel de la narración en las sociedades humanas ha fascinado a estudiosos de


todos los tiempos. Ya Aristóteles en su Poética (c. 335-332 a. C.) debatía aspectos claves
no solo sobre la naturaleza de personajes y líneas argumentales, sino también sobre los
efectos de las narraciones en oyentes y espectadores en forma de catarsis o purificación

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


124 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 125
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MARÍA-ÁNGELES MARTÍNEZ AUTOESQUEMAS POSIBLES DE FICCIÓN: LA INMERSIÓN NARRATIVA COMO PROCESO DE INTEGRACIÓN CONCEPTUAL

María-Ángeles Martínez es profesora en la Universidad de Alcalá (Madrid) e in- 1. INTRODUCCIÓN


vestigadora en lingüística literaria cognitiva y narratología cognitiva en lengua inglesa. Es
autora del volumen Storyworld Possible Selves (2018), y sus estudios se han publicado en re- Al embarcarse en una experiencia narrativa —como leer una novela o relato, o
vistas como Language and Literature, Journal of Literary Semantics, Narrative, y Poetics Today. ver una serie, película u obra de teatro—, los seres humanos comparten perspectiva con
mentes de ficción cuya actividad cognitiva construyen a imagen y semejanza de la que se
atribuye a cualquier mente humana, es decir, infiriendo motivaciones, recuerdos, emocio-
Fecha de presentación: 7/10/2020 Fecha de aceptación: 24/11/2020 nes, deseos, temores o anhelos similares a los propios (Palmer, 2004). Es más, la mente del
lector de carne y hueso se ve envuelta en procesos de alineación de perspectiva (Du Bois,
2007) con la entidad que focaliza la narración, ya sea un/a narrador/a o un personaje fo-
calizador. Estos procesos a menudo implican experiencias miméticas o de empatía (Keen,
2011), pero también incluyen la generación de emociones propias, denominadas emociones
frescas en psicología narrativa (Miall y Kuiken, 2002; Kuiken, Miall y Sikora, 2004).
En otras palabras, la mera empatía no explica reacciones lectoras como el rechazo a un
focalizador cuya presentación del universo de ficción choca con principios o experiencias
importantes para el individuo, o la sensación de alegría y satisfacción ante sucesos que no
alegran en absoluto al personaje implicado. Estos fenómenos tan familiares se han relegado
normalmente a la categoría de subproductos secundarios de las narraciones, cuando son,
en realidad, como observa Todorov (2007), su verdadera razón de ser. La teoría narrativa
contemporánea, sin embargo, sobre todo a partir de su giro cognitivo a finales del siglo
XX (Ibsch, 1990), reconoce cada vez con mayor énfasis la importancia de los procesos que
tienen lugar en la mente del lector o espectador de un producto narrativo.

El término más familiar a este respecto es el de respuesta lectora. Pero aun este ya
resulta insuficiente para expresar la complejidad de la actividad de lectores y espectadores,
que no solo “responden” a una narración, sino que participan de forma activa y creativa en la
construcción de su significado. Es por eso que, a pesar de las aportaciones cruciales realizadas
por las ciencias cognitivas al estudio narrativo en las últimas décadas, es preciso ir todavía un
poco más allá, pues nada cambiará realmente en la epistemología de estos estudios mientras
no se sustituya la concepción aún estructuralista de la comunicación narrativa como proyec-
ción lineal de un mensaje desde un emisor —autor, narrador— a un receptor —narratario,
lector— por la concepción comunicativa en vigor desde los albores de la lingüística cogni-
tiva, según la cual hablantes y oyentes son, al mismo tiempo, usuarios del lenguaje y cocon-
ceptualizadores de un objeto de atención compartida sobre el que se entabla una negociación
de construcción de significado acompañada por procesos de evaluación, posicionamiento y
alineación de perspectiva (Langacker, 1987, 2008). En este ensayo presentaré brevemente
los principales presupuestos cognitivistas en teoría narrativa, con atención al concepto de
autoesquemas posibles de ficción (APF) (Martínez, 2014, 2018) como modelo de análisis de la
inmersión narrativa desde paradigmas de lingüística y narratología cognitivas.

2. EL GIRO COGNITIVO EN TEORÍA NARRATIVA

El papel de la narración en las sociedades humanas ha fascinado a estudiosos de


todos los tiempos. Ya Aristóteles en su Poética (c. 335-332 a. C.) debatía aspectos claves
no solo sobre la naturaleza de personajes y líneas argumentales, sino también sobre los
efectos de las narraciones en oyentes y espectadores en forma de catarsis o purificación

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


124 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 125
Depósito Legal B.3146-2001 Universidad de Rosario (Argentina) Versión electrónica: designisfels.net
MARÍA-ÁNGELES MARTÍNEZ AUTOESQUEMAS POSIBLES DE FICCIÓN: LA INMERSIÓN NARRATIVA COMO PROCESO DE INTEGRACIÓN CONCEPTUAL

mental a través de las emociones. Esta fascinación y debate no han remitido en la actua-
lidad; por el contrario, el giro cognitivo ha puesto aún más en evidencia la complejidad
de la inmersión narrativa, y, a la vez, ha ofrecido alternativas sólidas a muchos de los
retos ante los que la narratología estructuralista se mostraba insuficiente.

Es gracias al giro cognitivo, por ejemplo, que conceptos como la perspectiva narra-
tiva, abordada magistralmente por Genette (1980), pero aún abierta a constante explora-
ción, se han revisado y enriquecido (Jahn, 1996; Herman, 2002). Gracias a la aplicación de
paradigmas cognitivos, también se han producido novedades sustanciales en el concepto
de caracterización, en el que la atención a los personajes en términos de tipos de actantes
arquetípicos, como héroe o villano, predicada por la semiótica estructuralista (Greimas,
1966) ha dado paso al interés por la construcción de personajes como proceso cognitivo en Figura 1. Composición visual intersubjetiva (Verhagen, 2007: 60; Langacker 2008: 466).
el que cada lector o espectador desarrolla representaciones mentales en gran medida idio-
sincrásicas, basadas en sus propias experiencias personales y culturales (Emmott, 1992;
Schneider, 2001; Palmer, 2004; Margolin, 2008; Eder, Jannidis y Schneider, 2010). Por En este modelo teórico, la comunicación no se concibe como transmisión lineal de
último, el giro cognitivo ha supuesto también un cambio radical en la concepción del un mensaje de emisor a destinatario, en la que este último debe intentar reconstruir con la
universo de ficción no como mero plano ontológico o mundo posible, sino como modelo mayor exactitud posible el significado previsto por el primero; por el contrario, ambos par-
situacional construido mentalmente por cada lector o espectador individual al que cada ticipantes tienen la misma responsabilidad en la negociación y construcción de un signifi-
uno debe desplazarse deícticamente en una experiencia metaléptica corporeizada y de rele- cado que dista mucho de ser monolítico, sino que nace de la propia interacción. Es decir, al
vancia personal (Oatley, 2016; Kuzmikova y Bálint, 2019). En resumen, el objeto de aten- carecer de existencia previa, el significado no puede ser reconstruido, sino constantemente
ción del estudio narrativo ha pasado a ser el lector o espectador y su actividad cognitiva, coconstruido en un proceso dinámico, situacional e intrínsecamente intersubjetivo. Como
que incluye la generación de emociones. explica el lingüista Arie Verhagen:

EN TÉRMINOS GENERALES, EL PROPÓSITO DE UNA PRODUC-


No obstante, a pesar de estos avances cruciales, los estudios cognitivos todavía
CIÓN LINGÜÍSTICA ES QUE EL PRIMER CONCEPTUALIZA-
tienen mucho que aportar al estudio de la experiencia narrativa. La teoría de Autoes-
DOR INVITA AL SEGUNDO A PRESTAR ATENCIÓN CONJUNTA
quemas Posibles de Ficción (APF) es parte de esta corriente renovadora, ya que enmarca
AL OBJETO DE CONCEPTUALIZACIÓN DE UNA MANERA DE-
la inmersión narrativa en dos principios básicos de semántica cognitiva: el concepto de
TERMINADA, Y ASÍ ACTUALIZAR SU FONDO COMPARTIDO
composición visual intersubjetiva o intersubjective viewing arrangement (Verhagen, 2005, 2007;
(2005: 7, traducción propia).
Langacker, 2008) y la teoría de integración conceptual o conceptual blending (Fauconnier y
Turner, 2002).
Hablante y oyente existen en el fondo (ground) de esta operación mental o construal,
y son, por tanto, invisibles en la zona de atención que rodea al objeto. Sin embargo, pueden
desplazarse hacia las zonas de atención primaria (onstage) y secundaria (offstage) mediante
3. INTERSUBJETIVIDAD Y CONSTRUCCIÓN DE SIGNIFICADO NARRATIVO
dos mecanismos: la objetificación, o referencia explícita, y la subjetificación, o referencia
implícita, como se observa en estos conocidos ejemplos:
En lingüística cognitiva, el término construal se utiliza para hacer referencia a la
habilidad de la mente humana para concebir y presentar una misma situación o suceso de
a) Vanessa estaba sentada a la mesa frente a Verónica.
formas diferentes (Langacker, 1987, 2008). Esta operación mental implica un ejercicio de
b) Vanessa estaba sentada a la mesa frente a mí.
coordinación cognitiva intersubjetiva que se representa gráficamente como una composi-
c) Vanessa estaba sentada a la mesa enfrente (Langacker, 2008: 77, traduc-
ción visual en la que un hablante S (speaker) y un oyente H (hearer) son, al mismo tiempo,
ción propia).
usuarios del lenguaje y coconceptualizadores que concentran su atención en un objeto de
atención compartida O (object). En esta representación (figura 1), el objeto está rodeado
El ejemplo a presenta un caso de construal objetivo en el que los sujetos de con-
por un cuadrado, que muestra su zona de atención principal (onstage), y un círculo, que
ceptualización —hablante y oyente— no tienen representación lingüística porque se en-
delimita su zona de atención secundaria (offstage).
cuentran en el fondo de la operación cognitiva. En el ejemplo b, uno de los coconceptua-
lizadores ha sido objetificado o mencionado explícitamente a través del pronombre mí, y
llevado, así, a compartir la zona de atención primaria con el Objeto. El ejemplo c es un caso

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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mental a través de las emociones. Esta fascinación y debate no han remitido en la actua-
lidad; por el contrario, el giro cognitivo ha puesto aún más en evidencia la complejidad
de la inmersión narrativa, y, a la vez, ha ofrecido alternativas sólidas a muchos de los
retos ante los que la narratología estructuralista se mostraba insuficiente.

Es gracias al giro cognitivo, por ejemplo, que conceptos como la perspectiva narra-
tiva, abordada magistralmente por Genette (1980), pero aún abierta a constante explora-
ción, se han revisado y enriquecido (Jahn, 1996; Herman, 2002). Gracias a la aplicación de
paradigmas cognitivos, también se han producido novedades sustanciales en el concepto
de caracterización, en el que la atención a los personajes en términos de tipos de actantes
arquetípicos, como héroe o villano, predicada por la semiótica estructuralista (Greimas,
1966) ha dado paso al interés por la construcción de personajes como proceso cognitivo en Figura 1. Composición visual intersubjetiva (Verhagen, 2007: 60; Langacker 2008: 466).
el que cada lector o espectador desarrolla representaciones mentales en gran medida idio-
sincrásicas, basadas en sus propias experiencias personales y culturales (Emmott, 1992;
Schneider, 2001; Palmer, 2004; Margolin, 2008; Eder, Jannidis y Schneider, 2010). Por En este modelo teórico, la comunicación no se concibe como transmisión lineal de
último, el giro cognitivo ha supuesto también un cambio radical en la concepción del un mensaje de emisor a destinatario, en la que este último debe intentar reconstruir con la
universo de ficción no como mero plano ontológico o mundo posible, sino como modelo mayor exactitud posible el significado previsto por el primero; por el contrario, ambos par-
situacional construido mentalmente por cada lector o espectador individual al que cada ticipantes tienen la misma responsabilidad en la negociación y construcción de un signifi-
uno debe desplazarse deícticamente en una experiencia metaléptica corporeizada y de rele- cado que dista mucho de ser monolítico, sino que nace de la propia interacción. Es decir, al
vancia personal (Oatley, 2016; Kuzmikova y Bálint, 2019). En resumen, el objeto de aten- carecer de existencia previa, el significado no puede ser reconstruido, sino constantemente
ción del estudio narrativo ha pasado a ser el lector o espectador y su actividad cognitiva, coconstruido en un proceso dinámico, situacional e intrínsecamente intersubjetivo. Como
que incluye la generación de emociones. explica el lingüista Arie Verhagen:

EN TÉRMINOS GENERALES, EL PROPÓSITO DE UNA PRODUC-


No obstante, a pesar de estos avances cruciales, los estudios cognitivos todavía
CIÓN LINGÜÍSTICA ES QUE EL PRIMER CONCEPTUALIZA-
tienen mucho que aportar al estudio de la experiencia narrativa. La teoría de Autoes-
DOR INVITA AL SEGUNDO A PRESTAR ATENCIÓN CONJUNTA
quemas Posibles de Ficción (APF) es parte de esta corriente renovadora, ya que enmarca
AL OBJETO DE CONCEPTUALIZACIÓN DE UNA MANERA DE-
la inmersión narrativa en dos principios básicos de semántica cognitiva: el concepto de
TERMINADA, Y ASÍ ACTUALIZAR SU FONDO COMPARTIDO
composición visual intersubjetiva o intersubjective viewing arrangement (Verhagen, 2005, 2007;
(2005: 7, traducción propia).
Langacker, 2008) y la teoría de integración conceptual o conceptual blending (Fauconnier y
Turner, 2002).
Hablante y oyente existen en el fondo (ground) de esta operación mental o construal,
y son, por tanto, invisibles en la zona de atención que rodea al objeto. Sin embargo, pueden
desplazarse hacia las zonas de atención primaria (onstage) y secundaria (offstage) mediante
3. INTERSUBJETIVIDAD Y CONSTRUCCIÓN DE SIGNIFICADO NARRATIVO
dos mecanismos: la objetificación, o referencia explícita, y la subjetificación, o referencia
implícita, como se observa en estos conocidos ejemplos:
En lingüística cognitiva, el término construal se utiliza para hacer referencia a la
habilidad de la mente humana para concebir y presentar una misma situación o suceso de
a) Vanessa estaba sentada a la mesa frente a Verónica.
formas diferentes (Langacker, 1987, 2008). Esta operación mental implica un ejercicio de
b) Vanessa estaba sentada a la mesa frente a mí.
coordinación cognitiva intersubjetiva que se representa gráficamente como una composi-
c) Vanessa estaba sentada a la mesa enfrente (Langacker, 2008: 77, traduc-
ción visual en la que un hablante S (speaker) y un oyente H (hearer) son, al mismo tiempo,
ción propia).
usuarios del lenguaje y coconceptualizadores que concentran su atención en un objeto de
atención compartida O (object). En esta representación (figura 1), el objeto está rodeado
El ejemplo a presenta un caso de construal objetivo en el que los sujetos de con-
por un cuadrado, que muestra su zona de atención principal (onstage), y un círculo, que
ceptualización —hablante y oyente— no tienen representación lingüística porque se en-
delimita su zona de atención secundaria (offstage).
cuentran en el fondo de la operación cognitiva. En el ejemplo b, uno de los coconceptua-
lizadores ha sido objetificado o mencionado explícitamente a través del pronombre mí, y
llevado, así, a compartir la zona de atención primaria con el Objeto. El ejemplo c es un caso

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de subjetificación en el que los coconceptualizadores son desplazados a la zona de atención mental de lectores y lectoras de carne y hueso, y está, por tanto, inextricablemente ligada
secundaria a través de inferencias, pero sin codificación lingüística explícita. a sus experiencias personales, a menudo impredecibles e idiosincrásicas. Cómo integrar el
estudio formal de todas estas experiencias, tanto las socioculturales y predecibles como las
Este modelo de comunicación lingüística tiene importantes repercusiones para el idiosincrásicas y personales, en el estudio lingüístico y literario del discurso narrativo es el
estudio de la construcción de significado narrativo. En la concepción estructuralista en la reto al que hace frente la teoría de Autoesquemas Posibles de Ficción.
que se apoya la teoría narrativa clásica, las figuras de emisor y destinatario se despliegan
en varios niveles de existencia, como se refleja en la tabla 1. Estos niveles de existencia
se consideran impermeables entre sí (Chatman, 1978; Onega y García Landa, 1996: 10; 4. AUTOESQUEMAS POSIBLES DE FICCIÓN (APF) Y REFERENCIA MENTAL HÍBRIDA
Rimmon-Kenan, 2002: 86), de modo que no es posible considerar que un narrador tiene
como destinatario al lector, pues este tiene existencia en un nivel ontológico diferente. Los autoesquemas posibles de ficción o storyworld possible selves (SPS) (Martínez,
2014, 2018, 2020; Martínez y Sánchez-Pardo, 2019; Martínez y Herman, 2020) son en-
tidades mentales híbridas que incluyen a un lector y a un perspectivizador interno —na-
Nivel ontológico Emisario Receptor
rrador o personaje focalizador—, y que funcionan como referentes para una gran variedad
Mundo real Autor Lector de expresiones y construcciones lingüísticas frecuentes en el discurso narrativo. Algunas
Obra narrativa Autor implícito Lector implícito de ellas, como el tú de doble deixis (ejemplo a), intervienen en la objetificación de este re-
Situación narrativa Narrador Narratario
ferente mental híbrido mediante su mención explícita y consiguiente presencia en la zona
de atención primaria de la operación de construcción de significado narrativo o narrative
Universo de ficción Personaje Personaje
construal (Martínez, 2018: 60-69). Otras, como los procesos mentales sin sensor o per-
Tabla 1. Estructura de la comunicación narrativa. (Adaptado de: Chatman 1978; Onega y Garcia-Landa 1996: 11).
ceptor semántico explícito (ejemplo b), intervienen en la subjetificación de este referente,
mezcla de lector y focalizador interno, al no incluir su mención, pero sí su desplazamiento,
mediante procesos de inferencia, hacia la zona de atención secundaria en torno al Objeto
Sin embargo, es innegable que la mente de cada lector real, de carne y hueso, inte- (Martínez, 2018: 69-81):
ractúa con la mente que el texto le hace imaginar en estos otros niveles de existencia para
un narrador o personaje focalizador, y que ambas —mente real y mente de ficción— se
a) ¿En qué consiste la poesía, Jim?, le preguntaban los niños mendigos de
enzarzan en una intensa negociación y coconstrucción de significado que no tiene cabida
México. Jim los escuchaba mirando las nubes y luego se ponía a vomitar.
en el modelo estructuralista de comunicación lineal. Los niveles de abstracción de este
Léxico, elocuencia, búsqueda de la verdad. Epifanía. Como cuando se te
modelo son, sin duda, de referencia imprescindible a causa de la terminología y concep-
[cursivas añadidas] aparece la Virgen (Bolaño, [2003] 2014: 11).
tos que aportan al estudio narrativo, pero la reducción que imponen sobre la interacción
b) En el desierto, por otra parte, no se veía [cursivas añadidas] nada, una
narrativa relega el estudio de la actividad cognitiva de cada lector individual a otras disci-
enorme e inabarcable extensión de pastos ralos y grandes nubes bajas que
plinas —psicología, neurociencia—, y le niega el carácter de objeto de estudio lingüístico
hacían dudar [cursivas añadidas] de que estuvieran próximos a un pueblo
y narratológico. Sin embargo, la alineación de perspectiva entre mentes reales y mentes de
(Bolaño, [2003] 2014: 23).
ficción es crucial para la comprensión y estudio científico de la experiencia narrativa y sus
fenómenos discursivos asociados.
Significativamente, estas expresiones lingüísticas no se hallan distribuidas de for-
ma homogénea en una pieza literaria como, en este caso, la colección de relatos breves de
El modelo cognitivo, por el contrario, permite otorgar prominencia a la faceta con-
Roberto Bolaño El gaucho insufrible, sino que aparecen y se acumulan en puntos estratégi-
ceptualizadora de narradores y personajes focalizadores, que confieren perspectiva sobre el
cos del texto. En el ejemplo a, en la página que abre el primer relato, “Jim”, el te de doble
universo de ficción, en lugar de a su faceta verbalizadora, y esto hace posible no solo expli-
deixis arrastra al lector a fundirse con el narrador en el momento en el que este describe la
car de forma científica las experiencias narrativas de lectores reales, sino también relacionar
actitud mental con la que entrar en el universo de ficción, en espera de una revelación, de
estas experiencias con las características formales de las narraciones que las producen. En
una verdad absoluta sobre el misterio inextricable de la existencia. El ejemplo b, ya avan-
otras palabras, el modelo de la figura 1 permite concebir al focalizador interno —narrador o
zado el segundo relato, que da título a la colección, evoca de nuevo un referente mental
personaje— y a cada lector individual como coconceptualizadores que colaboran en la nego-
híbrido que arrastra al lector a compartir la perspectiva del focalizador interno, en este
ciación y coconstrucción del significado narrativo para alinear sus perspectivas sobre la parte
caso, el personaje del juez Pereda, en el punto liminar en el que da el salto no solo desde su
del universo de ficción explícitamente narrada y, por tanto, Objeto de conceptualización. Se
plácida existencia urbana en la ciudad de Buenos Aires a la pequeña localidad pampera de
podría hablar de lector implícito o lector ideal imaginado en lo relativo a la influencia de las
Capitán Jourdan, sino también desde su vida de hombre adulto que se encamina a la vejez,
experiencias socioculturales que indudablemente afectan a esta construcción de significado.
en toda su desolación y reconfiguración de valores. Así, estas expresiones de referencia
Pero la experiencia sociocultural se encuentra, en último término, asociada a la actividad

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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de subjetificación en el que los coconceptualizadores son desplazados a la zona de atención mental de lectores y lectoras de carne y hueso, y está, por tanto, inextricablemente ligada
secundaria a través de inferencias, pero sin codificación lingüística explícita. a sus experiencias personales, a menudo impredecibles e idiosincrásicas. Cómo integrar el
estudio formal de todas estas experiencias, tanto las socioculturales y predecibles como las
Este modelo de comunicación lingüística tiene importantes repercusiones para el idiosincrásicas y personales, en el estudio lingüístico y literario del discurso narrativo es el
estudio de la construcción de significado narrativo. En la concepción estructuralista en la reto al que hace frente la teoría de Autoesquemas Posibles de Ficción.
que se apoya la teoría narrativa clásica, las figuras de emisor y destinatario se despliegan
en varios niveles de existencia, como se refleja en la tabla 1. Estos niveles de existencia
se consideran impermeables entre sí (Chatman, 1978; Onega y García Landa, 1996: 10; 4. AUTOESQUEMAS POSIBLES DE FICCIÓN (APF) Y REFERENCIA MENTAL HÍBRIDA
Rimmon-Kenan, 2002: 86), de modo que no es posible considerar que un narrador tiene
como destinatario al lector, pues este tiene existencia en un nivel ontológico diferente. Los autoesquemas posibles de ficción o storyworld possible selves (SPS) (Martínez,
2014, 2018, 2020; Martínez y Sánchez-Pardo, 2019; Martínez y Herman, 2020) son en-
tidades mentales híbridas que incluyen a un lector y a un perspectivizador interno —na-
Nivel ontológico Emisario Receptor
rrador o personaje focalizador—, y que funcionan como referentes para una gran variedad
Mundo real Autor Lector de expresiones y construcciones lingüísticas frecuentes en el discurso narrativo. Algunas
Obra narrativa Autor implícito Lector implícito de ellas, como el tú de doble deixis (ejemplo a), intervienen en la objetificación de este re-
Situación narrativa Narrador Narratario
ferente mental híbrido mediante su mención explícita y consiguiente presencia en la zona
de atención primaria de la operación de construcción de significado narrativo o narrative
Universo de ficción Personaje Personaje
construal (Martínez, 2018: 60-69). Otras, como los procesos mentales sin sensor o per-
Tabla 1. Estructura de la comunicación narrativa. (Adaptado de: Chatman 1978; Onega y Garcia-Landa 1996: 11).
ceptor semántico explícito (ejemplo b), intervienen en la subjetificación de este referente,
mezcla de lector y focalizador interno, al no incluir su mención, pero sí su desplazamiento,
mediante procesos de inferencia, hacia la zona de atención secundaria en torno al Objeto
Sin embargo, es innegable que la mente de cada lector real, de carne y hueso, inte- (Martínez, 2018: 69-81):
ractúa con la mente que el texto le hace imaginar en estos otros niveles de existencia para
un narrador o personaje focalizador, y que ambas —mente real y mente de ficción— se
a) ¿En qué consiste la poesía, Jim?, le preguntaban los niños mendigos de
enzarzan en una intensa negociación y coconstrucción de significado que no tiene cabida
México. Jim los escuchaba mirando las nubes y luego se ponía a vomitar.
en el modelo estructuralista de comunicación lineal. Los niveles de abstracción de este
Léxico, elocuencia, búsqueda de la verdad. Epifanía. Como cuando se te
modelo son, sin duda, de referencia imprescindible a causa de la terminología y concep-
[cursivas añadidas] aparece la Virgen (Bolaño, [2003] 2014: 11).
tos que aportan al estudio narrativo, pero la reducción que imponen sobre la interacción
b) En el desierto, por otra parte, no se veía [cursivas añadidas] nada, una
narrativa relega el estudio de la actividad cognitiva de cada lector individual a otras disci-
enorme e inabarcable extensión de pastos ralos y grandes nubes bajas que
plinas —psicología, neurociencia—, y le niega el carácter de objeto de estudio lingüístico
hacían dudar [cursivas añadidas] de que estuvieran próximos a un pueblo
y narratológico. Sin embargo, la alineación de perspectiva entre mentes reales y mentes de
(Bolaño, [2003] 2014: 23).
ficción es crucial para la comprensión y estudio científico de la experiencia narrativa y sus
fenómenos discursivos asociados.
Significativamente, estas expresiones lingüísticas no se hallan distribuidas de for-
ma homogénea en una pieza literaria como, en este caso, la colección de relatos breves de
El modelo cognitivo, por el contrario, permite otorgar prominencia a la faceta con-
Roberto Bolaño El gaucho insufrible, sino que aparecen y se acumulan en puntos estratégi-
ceptualizadora de narradores y personajes focalizadores, que confieren perspectiva sobre el
cos del texto. En el ejemplo a, en la página que abre el primer relato, “Jim”, el te de doble
universo de ficción, en lugar de a su faceta verbalizadora, y esto hace posible no solo expli-
deixis arrastra al lector a fundirse con el narrador en el momento en el que este describe la
car de forma científica las experiencias narrativas de lectores reales, sino también relacionar
actitud mental con la que entrar en el universo de ficción, en espera de una revelación, de
estas experiencias con las características formales de las narraciones que las producen. En
una verdad absoluta sobre el misterio inextricable de la existencia. El ejemplo b, ya avan-
otras palabras, el modelo de la figura 1 permite concebir al focalizador interno —narrador o
zado el segundo relato, que da título a la colección, evoca de nuevo un referente mental
personaje— y a cada lector individual como coconceptualizadores que colaboran en la nego-
híbrido que arrastra al lector a compartir la perspectiva del focalizador interno, en este
ciación y coconstrucción del significado narrativo para alinear sus perspectivas sobre la parte
caso, el personaje del juez Pereda, en el punto liminar en el que da el salto no solo desde su
del universo de ficción explícitamente narrada y, por tanto, Objeto de conceptualización. Se
plácida existencia urbana en la ciudad de Buenos Aires a la pequeña localidad pampera de
podría hablar de lector implícito o lector ideal imaginado en lo relativo a la influencia de las
Capitán Jourdan, sino también desde su vida de hombre adulto que se encamina a la vejez,
experiencias socioculturales que indudablemente afectan a esta construcción de significado.
en toda su desolación y reconfiguración de valores. Así, estas expresiones de referencia
Pero la experiencia sociocultural se encuentra, en último término, asociada a la actividad

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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mental híbrida, que objetifican y subjetifican los APF proyectados por un lector o lectora animales o el yo deportista; los segundos son imágenes deseadas o temidas de uno mismo, como
concretos, funcionan como marcadores discursivos de puntos claves en el desarrollo na- el yo amado o el yo traicionado, no necesariamente confirmadas por la experiencia social, pero
rrativo, y hacen un llamamiento a compartir estrechamente la perspectiva del focalizador que, sin embargo, intervienen de forma determinante en la motivación y el comportamiento,
interno en un momento y experiencia específicos. pues intentamos acercarnos a nuestros autoesquemas posibles deseados y alejarnos de los no
deseados. Esta interacción es fuente de emociones de todo tipo: positivas si nos acercamos a
En otras palabras, en el caso del discurso narrativo, la composición visual intersub- un yo deseado, negativas si se trata de un yo temido y simplemente de ansiedad si vislumbramos
jetiva añade un APF a los dos sujetos de conceptualización ya presentes en la figura 1. Este cualquier posible modificación, por pequeña que sea, en uno de nuestros autoesquemas socia-
actúa como referente mental híbrido de aquellas expresiones que implican la actividad les. Las imágenes de uno mismo en el pasado también se consideran autoesquemas posibles
cognitiva conjunta de un narrador-focalizador como perspectivizador interno (conceptua- por su capacidad para influir en la motivación y el comportamiento.
lizador 1) y un lector como perspectivizador externo (conceptualizador 2). Esta configura-
ción (figura 2) permite explicar los fenómenos de interacción cognitiva e intersubjetividad Estas estructuras conceptuales tienen, además, importantes efectos sobre la percep-
que tienen lugar entre estos dos tipos de entidades, aun en ausencia de interacción verbal. ción de relevancia y la memoria, pues la información relacionada con alguno de nuestros
Se trata, por tanto, de un proceso de construcción de significado específico en discurso autoesquemas se percibe como prominente y digna de atención, mientras que quienes
narrativo que no afecta la visión dialógica estructuralista de niveles ontológicos, sino que no tienen un autoesquema determinado, social o posible, no son receptivos a informa-
simplemente la trasciende para reflejar con mayor exactitud la interacción cognitiva que ción relacionada. Los efectos emocionales que predice la teoría de autoesquemas, y que se
caracteriza la comunicación narrativa. han confirmado ampliamente mediante estudios empíricos en psicología social (Dunkel
y Kerpelman, 2006) sirven para explicar por qué durante sus experiencias inmersivas los
lectores experimentan no solo fenómenos de empatía —comparten las emociones del per-
sonaje—, sino también emociones propias, no compartidas con ninguno de los personajes
(Miall y Kuiken, 2002; Kuiken, Miall y Sikora, 2004).

Apoyándonos en la teoría de APF, esto ocurre cuando la experiencia narrativa hace


que el/la lector/a se aproxime o aleje de un autoesquema posible deseado o no deseado,
con las consiguientes emociones positivas o negativas relacionadas, o vea en peligro uno
de sus autoesquemas sociales, con la consiguiente sensación de ansiedad. Por ejemplo, una
historia de aventuras puede activar un autoesquema posible deseado en muchos lectores,
Figura 2. Composición visual intersubjetiva narrativa (Adaptada de Martínez, 2018: 50). que compartirán de forma placentera la experiencia del personaje; por el contrario, una
narración distópica puede activar autoesquemas temidos y apocalíticos, y, por lo tanto,
5. EL AUTOCONCEPTO
generar emociones negativas en lectores con estas estructuras mentales en su autoconcepto.
Pero los universos de ficción tienen la peculiaridad de ser, a la vez, representaciones men-
La estructura interna de un autoesquema posible de ficción permite explicar no tales, o storyworlds (Herman, 2002), por lo que funcionan como escenarios de simulación
solo fenómenos semánticos como la referencia mental híbrida, sino también procesos rela- que nos permiten incorporar a nuestro autoconcepto, sin riesgo alguno, estrategias de
cionados con la construcción de personajes y la generación de emociones. A nivel formal, comportamiento que percibimos como relevantes para alguno de nuestros autoesquemas.
un APF es una estructura resultante de la integración conceptual, o blending, de dos espa- La adquisición de estas estrategias es también fuente de emociones positivas (Markus y
cios mentales: a) la representación que los lectores construyen para el focalizador interno Nurius, 1986; Dunkel y Kerpelman, 2006) y contribuye a explicar el torbellino emocio-
y b) su representación mental de sí mismos. Ambos espacios se conciben como estructuras nal en el que nos sumergimos durante una experiencia narrativa.
mentales y esto hace posible su implicación en procesos de integración conceptual.
6. AUTOESQUEMAS POSIBLES DE FICCIÓN E INTEGRACIÓN CONCEPTUAL
Para comprender la relevancia del concepto de APF para el estudio de la inmersión
narrativa es necesario entender, por tanto, los fundamentos básicos tanto de la teoría de
autoesquemas en psicología social como de la teoría de integración conceptual en lingüís- El hecho de que un autoesquema posible de ficción sea el resultado de un proceso de
tica cognitiva. En psicología social, el autoconcepto es una red que contiene dos tipos de integración conceptual permite que el estudio de nuestra participación en estas experiencias
representaciones mentales interrelacionadas: autoesquemas o self-schemas (Markus, 1977) y simuladas se pueda abordar con herramientas de análisis propias de la semántica y la narra-
autoesquemas posibles o possible selves (Markus y Nurius, 1986). Los primeros son imágenes tología. La teoría de integración conceptual, o blending theory (Fauconnier y Turner, 2002),
de uno mismo confirmadas por la experiencia social, como el yo buen amigo, el yo amante de los se utiliza en lingüística cognitiva para explicar la creatividad del pensamiento humano y su
capacidad para manipular conceptualmente los fenómenos más complejos y darles forma

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130 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 131
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mental híbrida, que objetifican y subjetifican los APF proyectados por un lector o lectora animales o el yo deportista; los segundos son imágenes deseadas o temidas de uno mismo, como
concretos, funcionan como marcadores discursivos de puntos claves en el desarrollo na- el yo amado o el yo traicionado, no necesariamente confirmadas por la experiencia social, pero
rrativo, y hacen un llamamiento a compartir estrechamente la perspectiva del focalizador que, sin embargo, intervienen de forma determinante en la motivación y el comportamiento,
interno en un momento y experiencia específicos. pues intentamos acercarnos a nuestros autoesquemas posibles deseados y alejarnos de los no
deseados. Esta interacción es fuente de emociones de todo tipo: positivas si nos acercamos a
En otras palabras, en el caso del discurso narrativo, la composición visual intersub- un yo deseado, negativas si se trata de un yo temido y simplemente de ansiedad si vislumbramos
jetiva añade un APF a los dos sujetos de conceptualización ya presentes en la figura 1. Este cualquier posible modificación, por pequeña que sea, en uno de nuestros autoesquemas socia-
actúa como referente mental híbrido de aquellas expresiones que implican la actividad les. Las imágenes de uno mismo en el pasado también se consideran autoesquemas posibles
cognitiva conjunta de un narrador-focalizador como perspectivizador interno (conceptua- por su capacidad para influir en la motivación y el comportamiento.
lizador 1) y un lector como perspectivizador externo (conceptualizador 2). Esta configura-
ción (figura 2) permite explicar los fenómenos de interacción cognitiva e intersubjetividad Estas estructuras conceptuales tienen, además, importantes efectos sobre la percep-
que tienen lugar entre estos dos tipos de entidades, aun en ausencia de interacción verbal. ción de relevancia y la memoria, pues la información relacionada con alguno de nuestros
Se trata, por tanto, de un proceso de construcción de significado específico en discurso autoesquemas se percibe como prominente y digna de atención, mientras que quienes
narrativo que no afecta la visión dialógica estructuralista de niveles ontológicos, sino que no tienen un autoesquema determinado, social o posible, no son receptivos a informa-
simplemente la trasciende para reflejar con mayor exactitud la interacción cognitiva que ción relacionada. Los efectos emocionales que predice la teoría de autoesquemas, y que se
caracteriza la comunicación narrativa. han confirmado ampliamente mediante estudios empíricos en psicología social (Dunkel
y Kerpelman, 2006) sirven para explicar por qué durante sus experiencias inmersivas los
lectores experimentan no solo fenómenos de empatía —comparten las emociones del per-
sonaje—, sino también emociones propias, no compartidas con ninguno de los personajes
(Miall y Kuiken, 2002; Kuiken, Miall y Sikora, 2004).

Apoyándonos en la teoría de APF, esto ocurre cuando la experiencia narrativa hace


que el/la lector/a se aproxime o aleje de un autoesquema posible deseado o no deseado,
con las consiguientes emociones positivas o negativas relacionadas, o vea en peligro uno
de sus autoesquemas sociales, con la consiguiente sensación de ansiedad. Por ejemplo, una
historia de aventuras puede activar un autoesquema posible deseado en muchos lectores,
Figura 2. Composición visual intersubjetiva narrativa (Adaptada de Martínez, 2018: 50). que compartirán de forma placentera la experiencia del personaje; por el contrario, una
narración distópica puede activar autoesquemas temidos y apocalíticos, y, por lo tanto,
5. EL AUTOCONCEPTO
generar emociones negativas en lectores con estas estructuras mentales en su autoconcepto.
Pero los universos de ficción tienen la peculiaridad de ser, a la vez, representaciones men-
La estructura interna de un autoesquema posible de ficción permite explicar no tales, o storyworlds (Herman, 2002), por lo que funcionan como escenarios de simulación
solo fenómenos semánticos como la referencia mental híbrida, sino también procesos rela- que nos permiten incorporar a nuestro autoconcepto, sin riesgo alguno, estrategias de
cionados con la construcción de personajes y la generación de emociones. A nivel formal, comportamiento que percibimos como relevantes para alguno de nuestros autoesquemas.
un APF es una estructura resultante de la integración conceptual, o blending, de dos espa- La adquisición de estas estrategias es también fuente de emociones positivas (Markus y
cios mentales: a) la representación que los lectores construyen para el focalizador interno Nurius, 1986; Dunkel y Kerpelman, 2006) y contribuye a explicar el torbellino emocio-
y b) su representación mental de sí mismos. Ambos espacios se conciben como estructuras nal en el que nos sumergimos durante una experiencia narrativa.
mentales y esto hace posible su implicación en procesos de integración conceptual.
6. AUTOESQUEMAS POSIBLES DE FICCIÓN E INTEGRACIÓN CONCEPTUAL
Para comprender la relevancia del concepto de APF para el estudio de la inmersión
narrativa es necesario entender, por tanto, los fundamentos básicos tanto de la teoría de
autoesquemas en psicología social como de la teoría de integración conceptual en lingüís- El hecho de que un autoesquema posible de ficción sea el resultado de un proceso de
tica cognitiva. En psicología social, el autoconcepto es una red que contiene dos tipos de integración conceptual permite que el estudio de nuestra participación en estas experiencias
representaciones mentales interrelacionadas: autoesquemas o self-schemas (Markus, 1977) y simuladas se pueda abordar con herramientas de análisis propias de la semántica y la narra-
autoesquemas posibles o possible selves (Markus y Nurius, 1986). Los primeros son imágenes tología. La teoría de integración conceptual, o blending theory (Fauconnier y Turner, 2002),
de uno mismo confirmadas por la experiencia social, como el yo buen amigo, el yo amante de los se utiliza en lingüística cognitiva para explicar la creatividad del pensamiento humano y su
capacidad para manipular conceptualmente los fenómenos más complejos y darles forma

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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MARÍA-ÁNGELES MARTÍNEZ AUTOESQUEMAS POSIBLES DE FICCIÓN: LA INMERSIÓN NARRATIVA COMO PROCESO DE INTEGRACIÓN CONCEPTUAL

manejable en términos de construcción de significado. Dos o más representaciones mentales En la generación de un APF interviene, además, el espacio mental en el que el/
se integran conceptualmente cuando es posible establecer entre ellas vínculos analógicos a la lector/a individual se representa a sí mismo/a o a su autoconcepto (figura 3). Así, con-
partir de los cuales se desencadenan procesos cognitivos de a) selección de elementos inter- tinuando con el relato de Bolaño, es probable que los/as lectores/as con un autoesquema
nos compartidos; b) proyección de estos elementos a un nuevo espacio emergente o blend; c) social o autoesquema posible deseado de persona íntegra vean estos rasgos proyectados a
proyección selectiva al blend de otros rasgos de cada uno de los espacios origen, o input spaces, la estructura emergente de su APF con Pereda, y que sea en torno a ellos que se produzca
relevantes para la construcción de significado; d) aparición en el blend de elementos y estruc- la inmersión y la generación de emociones tanto de empatía, al compartir las emociones
tura nuevos no presentes en ninguno de los espacios origen, sino fruto de la propia operación del personaje, como propias, al aproximarse la experiencia narrativa a un autoesquema
de fusión, y e) retroproyección de cualquiera de los elementos del blend a cualquiera de sus es- deseado o temido del lector y según la percepción de relevancia de las estrategias de com-
pacios origen, aunque antes no estuviesen allí. Consideremos, por ejemplo, esta descripción portamiento por adquirir.
del juez Pereda al comienzo del relato de Bolaño (ejemplo c). Aquí nuestra representación
mental del personaje resulta de la fusión de dos espacios —Pereda como juez y Pereda como
político—, cada uno con una topología interna específica:

c) […] cuando estuvo en su mano ser juez o presentarse como candidato a


diputado de un partido, prefirió, sin dudarlo, la promoción judicial, donde
iba a ganar, es bien sabido, mucho menos dinero que el que a buen seguro
ganaría en las lides de la política (Bolaño, [2003] 2014: 15).

El elemento a partir del cual se establece el vínculo analógico es, en este caso, el
dinero, de proporciones diferentes para cada uno de los dos espacios origen: la carrera judi-
cial y la carrera política. Al blend del personaje se proyecta la menor cantidad de dinero del Figura 3. Red de integración conceptual de un autoesquema posible de ficción básico (Adaptado de Martínez 2018: 22)
espacio 1, el de la judicatura, además de rasgos comunes a ambos espacios, judicatura y po-
lítica, como poder o figura pública. Del espacio 1 también se proyectan, de forma selectiva,
elementos como la impartición de justicia, la promoción meritoria y el resto de actividades De igual modo, es probable que el APF emergente contenga otros rasgos proceden-
propias de la situación judicial, mientras que en el espacio 2, el de la vida política, quedan tes del autoconcepto de lectores/as específicos/as. Por ejemplo, así como a algunos indivi-
sin proyectar al blend elementos como el ingreso desorbitado de dinero y el ascenso a través duos la decisión del personaje les puede parecer admirable y digna de respeto —por lo que
de la lid o la disputa. Asimismo, el propio proceso de fusión hace que emerjan en el blend estos rasgos de persona respetable y admirable se retroproyectarán al espacio del persona-
elementos no presentes en ninguno de los inputs, como, por ejemplo, el motivo por el cual je—, en quienes posean un autoesquema social o autoesquema posible deseado de persona
alguien querría renunciar a una profesión más lucrativa. poderosa y adinerada a cualquier precio, este APF pude retroproyectar rasgos de debilidad
de carácter al espacio del personaje, a pesar de quenada en el enunciado del ejemplo c hace
Es aquí donde cada lector puede inferir motivaciones en función de sus valores y referencia a ello. Es más, los elementos que ahora contiene este APF se pueden retropro-
experiencias personales y socioculturales, y, entre estas emociones, es probable que destaque, yectar también al autoconcepto del propio lector, debido a la interconexión de todos los
para algunos lectores/as, la integridad o incluso el idealismo. Estos rasgos no estaban presen- componentes del APF como estructura de integración conceptual. Por ejemplo, cuando el
tes en ninguno de los espacios de los que parte el blend, pero ahora, al surgir del proceso de juez se jubila prematuramente y ve su idealismo decepcionado, los lectores esquemáticos
fusión, se incorporan a este y enriquecen nuestra representación mental del juez Pereda como en el yo idealista, que confronta una realidad desoladora, pueden incorporar a su experien-
persona íntegra e idealista. Es más, al estar ya en la estructura emergente, estos rasgos se cia las estrategias radicales de supervivencia moral que el juez emprende a partir de este
pueden proyectar a través de la red conceptual a cualquiera de los espacios origen y así pasar, momento, sin necesidad de sufrir en carne propia el corralito financiero argentino que le
por ejemplo, a nuestra representación mental de la judicatura como profesión que requiere tocó vivir al personaje.
integridad e idealismo, y, por el contrario, generar inferencias sobre la posibilidad de que
la ausencia de estos elementos en la carrera política sea la causa de su rechazo por parte de De esta manera, estas estrategias de supervivencia moral pueden pasar a enriquecer
este juez idealista e íntegro, con la consiguiente incorporación al espacio mental de la carrera el autoesquema de persona íntegra de los lectores que hayan visto activada esta estructura
política de elementos de corrupción y falta de integridad que no se mencionan en absoluto conceptual o un probable autoesquema posible no deseado de persona idealista que ve sus
en el enunciado del ejemplo c. Este permite explicar el papel de la integración conceptual en principios pisoteados por la realidad. Una aproximación analítica a la inmersión narrati-
la construcción del personaje, en lo que el narratólogo Ralph Schneider (2012: 16) denomina va basada en la teoría de APF permite, por tanto, el escrutinio sistemático tanto de los
inner-fictional blending (‘integración conceptual intraficcional’). sentimientos de empatía como de las emociones frescas en las que insisten los psicólogos

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manejable en términos de construcción de significado. Dos o más representaciones mentales En la generación de un APF interviene, además, el espacio mental en el que el/
se integran conceptualmente cuando es posible establecer entre ellas vínculos analógicos a la lector/a individual se representa a sí mismo/a o a su autoconcepto (figura 3). Así, con-
partir de los cuales se desencadenan procesos cognitivos de a) selección de elementos inter- tinuando con el relato de Bolaño, es probable que los/as lectores/as con un autoesquema
nos compartidos; b) proyección de estos elementos a un nuevo espacio emergente o blend; c) social o autoesquema posible deseado de persona íntegra vean estos rasgos proyectados a
proyección selectiva al blend de otros rasgos de cada uno de los espacios origen, o input spaces, la estructura emergente de su APF con Pereda, y que sea en torno a ellos que se produzca
relevantes para la construcción de significado; d) aparición en el blend de elementos y estruc- la inmersión y la generación de emociones tanto de empatía, al compartir las emociones
tura nuevos no presentes en ninguno de los espacios origen, sino fruto de la propia operación del personaje, como propias, al aproximarse la experiencia narrativa a un autoesquema
de fusión, y e) retroproyección de cualquiera de los elementos del blend a cualquiera de sus es- deseado o temido del lector y según la percepción de relevancia de las estrategias de com-
pacios origen, aunque antes no estuviesen allí. Consideremos, por ejemplo, esta descripción portamiento por adquirir.
del juez Pereda al comienzo del relato de Bolaño (ejemplo c). Aquí nuestra representación
mental del personaje resulta de la fusión de dos espacios —Pereda como juez y Pereda como
político—, cada uno con una topología interna específica:

c) […] cuando estuvo en su mano ser juez o presentarse como candidato a


diputado de un partido, prefirió, sin dudarlo, la promoción judicial, donde
iba a ganar, es bien sabido, mucho menos dinero que el que a buen seguro
ganaría en las lides de la política (Bolaño, [2003] 2014: 15).

El elemento a partir del cual se establece el vínculo analógico es, en este caso, el
dinero, de proporciones diferentes para cada uno de los dos espacios origen: la carrera judi-
cial y la carrera política. Al blend del personaje se proyecta la menor cantidad de dinero del Figura 3. Red de integración conceptual de un autoesquema posible de ficción básico (Adaptado de Martínez 2018: 22)
espacio 1, el de la judicatura, además de rasgos comunes a ambos espacios, judicatura y po-
lítica, como poder o figura pública. Del espacio 1 también se proyectan, de forma selectiva,
elementos como la impartición de justicia, la promoción meritoria y el resto de actividades De igual modo, es probable que el APF emergente contenga otros rasgos proceden-
propias de la situación judicial, mientras que en el espacio 2, el de la vida política, quedan tes del autoconcepto de lectores/as específicos/as. Por ejemplo, así como a algunos indivi-
sin proyectar al blend elementos como el ingreso desorbitado de dinero y el ascenso a través duos la decisión del personaje les puede parecer admirable y digna de respeto —por lo que
de la lid o la disputa. Asimismo, el propio proceso de fusión hace que emerjan en el blend estos rasgos de persona respetable y admirable se retroproyectarán al espacio del persona-
elementos no presentes en ninguno de los inputs, como, por ejemplo, el motivo por el cual je—, en quienes posean un autoesquema social o autoesquema posible deseado de persona
alguien querría renunciar a una profesión más lucrativa. poderosa y adinerada a cualquier precio, este APF pude retroproyectar rasgos de debilidad
de carácter al espacio del personaje, a pesar de quenada en el enunciado del ejemplo c hace
Es aquí donde cada lector puede inferir motivaciones en función de sus valores y referencia a ello. Es más, los elementos que ahora contiene este APF se pueden retropro-
experiencias personales y socioculturales, y, entre estas emociones, es probable que destaque, yectar también al autoconcepto del propio lector, debido a la interconexión de todos los
para algunos lectores/as, la integridad o incluso el idealismo. Estos rasgos no estaban presen- componentes del APF como estructura de integración conceptual. Por ejemplo, cuando el
tes en ninguno de los espacios de los que parte el blend, pero ahora, al surgir del proceso de juez se jubila prematuramente y ve su idealismo decepcionado, los lectores esquemáticos
fusión, se incorporan a este y enriquecen nuestra representación mental del juez Pereda como en el yo idealista, que confronta una realidad desoladora, pueden incorporar a su experien-
persona íntegra e idealista. Es más, al estar ya en la estructura emergente, estos rasgos se cia las estrategias radicales de supervivencia moral que el juez emprende a partir de este
pueden proyectar a través de la red conceptual a cualquiera de los espacios origen y así pasar, momento, sin necesidad de sufrir en carne propia el corralito financiero argentino que le
por ejemplo, a nuestra representación mental de la judicatura como profesión que requiere tocó vivir al personaje.
integridad e idealismo, y, por el contrario, generar inferencias sobre la posibilidad de que
la ausencia de estos elementos en la carrera política sea la causa de su rechazo por parte de De esta manera, estas estrategias de supervivencia moral pueden pasar a enriquecer
este juez idealista e íntegro, con la consiguiente incorporación al espacio mental de la carrera el autoesquema de persona íntegra de los lectores que hayan visto activada esta estructura
política de elementos de corrupción y falta de integridad que no se mencionan en absoluto conceptual o un probable autoesquema posible no deseado de persona idealista que ve sus
en el enunciado del ejemplo c. Este permite explicar el papel de la integración conceptual en principios pisoteados por la realidad. Una aproximación analítica a la inmersión narrati-
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inner-fictional blending (‘integración conceptual intraficcional’). sentimientos de empatía como de las emociones frescas en las que insisten los psicólogos

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MARÍA-ÁNGELES MARTÍNEZ AUTOESQUEMAS POSIBLES DE FICCIÓN: LA INMERSIÓN NARRATIVA COMO PROCESO DE INTEGRACIÓN CONCEPTUAL

narrativos dentro de los marcos teóricos de la integración conceptual y la coordinación ––– (2008). Cognitive grammar: A basic introduction. Oxford: Oxford University Press.
cognitiva intersubjetiva entre mentes reales y mentes de ficción, y con referencia a la orga- MARGOLIN, U. (2008). “Character”. En D. Herman, M. Jahn y M. L. Ryan (Eds.), The Routledge
nización lingüística del discurso narrativo. encyclopedia of narrative theory, 52-57. Londres: Routledge.
MARKUS, H. R. (1977). “Self-schemata and processing information about the self”. Journal of
Personality and Social Psychology, 35 (2), 63-78.
MARKUS, H. R. y NURIUS, P. (1986). “Possible selves”. American Psychologist, 41, 954-69.
7. CONCLUSIÓN
MARTÍNEZ, M. A. (2014). “Storyworld possible selves and the phenomenon of narrative immer-
sion: Testing a new theoretical construct”. Narrative, 22 (1), 110-131.
Mediante un enfoque interdisciplinar basado en corrientes cognitivistas en lingüís- ––– (2018). Storyworld Possible Selves. Berlín: De Gruyter Mouton.
tica y literatura, el modelo de APF permite dar respuesta a muchos de los interrogantes ––– (2020). “The doubly deictic gaze in a Renaissance portrait: A study on pictorial narrativity and
que rodean el fenómeno de la inmersión narrativa, como la naturaleza selectiva e idiosin- storyworld posible selves”. Narrative, 28 (3), 251-268.
crática del interés y la atención, la construcción de personajes o la respuesta emocional. La MARTÍNEZ, M. A. y HERMAN, L. (2020). “Real readers reading Wasco’s ‘City’: A storyworld
teoría de autoesquemas posibles de ficción permite, además, enriquecer el modelo estruc- possible selves approach”. Language and Literature, 29 (2), 147-170.
turalista de comunicación dialógica hasta ahora imperante en teoría narrativa, desplazando MARTÍNEZ, M. A. y SÁNCHEZ-PARDO, E. (2019). “Past storyworld possible selves and the
la atención hacia los procesos que tienen lugar en la mente de lectores/as y espectadores/ autobiographical reformulation of Dante’s myth in Lorine Niedecker’s ‘Switchboard Girl’”. Journal
as, en especial los relativos a su interacción cognitiva con las mentes de ficción que presu- of Literary Semantics, 48 (1), 41-58.
MIALL, D. y KUIKEN, D. (2002). “A feeling for fiction: Becoming what we behold”. Poetics, 30,
mimos en personajes y narradores.
221-241.
OATLEY, K. (2016). “Fiction: Simulation of social worlds”. Trends in cognitive sciences, 20 (8), 618-
628.
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York: Nova Science. TODOROV, T. (2007). La literatura en peligro. Barcelona: Galaxia.
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imaginary beings in literature, film and other media. Berlín: De Gruyter. Oxford University Press.
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y L. Ravelli, (Eds.), Advances in systemic linguistics: Recent theory and practice, 221-28. Londres: Printer. handbook of cognitive linguistics, 49-81. Oxford: Oxford University Press.
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concept”. Style, 30, 241-67.
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KUIKEN, D., MIALL, D. y SIKORA, S. (2004). “Forms of self-implication in literary reading”.
Poetics Today, 25 (2), 171-203.
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Atribución-NoComercial-CompartirIgual
CC BY-NC-SA

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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KUZMIKOVA, A. y BÁLINT, K. (2019). “Personal relevance in story reading: A research re-
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LANGACKER, R. W. (1987). Foundations of cognitive grammar: I. Theoretical prerequisites. Stanford:
Stanford University Press.
Atribución-NoComercial-CompartirIgual
CC BY-NC-SA

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


134 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 135
Depósito Legal B.3146-2001 Universidad de Rosario (Argentina) Versión electrónica: designisfels.net
http://dx.doi.org/10.35659/designis.i35p137-147
SOBRE LA RECEPCIÓN LITERARIA: ESTÉTICA DE LA RECEPCIÓN Y POÉTICA COGNITIVA

Sobre la recepción literaria:


estética de la recepción y poética
cognitiva / Literary reception
theory: from reception aesthetics to
cognitive poetics.
Rocío Badía Fumaz
(pág 137 - pág 147)

Este trabajo busca conectar la Poética Cognitiva con las propuestas de la Estética
de la Recepción en tanto que corrientes centradas en la recepción literaria. Para ello, se
abordarán los conceptos de lector implícito, indeterminación, huecos textuales y horizonte
de expectativas introducidos por Iser y Jauss, para proponer un nuevo marco explicativo de
estos fenómenos dentro de la Poética Cognitiva.

Palabras clave: Teoría de la Literatura, Lectura, Estética de la Recepción, Poética


Cognitiva, lector implícito.

This paper aims to connect Cognitive Poetics and Reception Aesthetics on the
basis of their common interest in literary reception. To do so, we will address some of
the most important Reception Theory concepts –implied reader, textual indeterminacy,
textual gaps and horizon of expectation– in order to propose new explanations from
Cognitive Poetics.

Keywords: Literary Theory, Reading, Reception Theory, Cognitive Poetics,


Implied Reader.

Badía Fumaz es Profesora Ayudante Doctora en el área de Teoría de la Literatura


y Literatura Comparada de la Universidad Complutense de Madrid. Sus investigaciones
se centran en la poesía española contemporánea, las poéticas explícitas y la comprensión
actual del concepto de autor literario. Email de contacto: [email protected]

Recibido: 7/10/2020 Aprobado: 26/10/2020

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


136 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 137
Depósito Legal B.3146-2001 Universidad de Rosario (Argentina) Versión electrónica: designisfels.net
http://dx.doi.org/10.35659/designis.i35p137-147
SOBRE LA RECEPCIÓN LITERARIA: ESTÉTICA DE LA RECEPCIÓN Y POÉTICA COGNITIVA

Sobre la recepción literaria:


estética de la recepción y poética
cognitiva / Literary reception
theory: from reception aesthetics to
cognitive poetics.
Rocío Badía Fumaz
(pág 137 - pág 147)

Este trabajo busca conectar la Poética Cognitiva con las propuestas de la Estética
de la Recepción en tanto que corrientes centradas en la recepción literaria. Para ello, se
abordarán los conceptos de lector implícito, indeterminación, huecos textuales y horizonte
de expectativas introducidos por Iser y Jauss, para proponer un nuevo marco explicativo de
estos fenómenos dentro de la Poética Cognitiva.

Palabras clave: Teoría de la Literatura, Lectura, Estética de la Recepción, Poética


Cognitiva, lector implícito.

This paper aims to connect Cognitive Poetics and Reception Aesthetics on the
basis of their common interest in literary reception. To do so, we will address some of
the most important Reception Theory concepts –implied reader, textual indeterminacy,
textual gaps and horizon of expectation– in order to propose new explanations from
Cognitive Poetics.

Keywords: Literary Theory, Reading, Reception Theory, Cognitive Poetics,


Implied Reader.

Badía Fumaz es Profesora Ayudante Doctora en el área de Teoría de la Literatura


y Literatura Comparada de la Universidad Complutense de Madrid. Sus investigaciones
se centran en la poesía española contemporánea, las poéticas explícitas y la comprensión
actual del concepto de autor literario. Email de contacto: [email protected]

Recibido: 7/10/2020 Aprobado: 26/10/2020

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ROCÍO BADÍA FUMAZ SOBRE LA RECEPCIÓN LITERARIA: ESTÉTICA DE LA RECEPCIÓN Y POÉTICA COGNITIVA

Cognitive poetics is all about reading literature La distancia entre una Semiótica Cognitiva aplicada al texto literario y la Poética
Peter Stockwell Cognitiva, si la hay, es pequeña, en tanto que ambas se centran en estudiar los procesos de
construcción de significado literario en clave cognitiva, lo que se refleja en la producción
1. EL GIRO COGNITIVO EN SEMIÓTICA científica, como se comprueba, por poner un ejemplo, en el contenido del monográfico “Sé-
miotique cognitive — Cognitive Semiotics” de la revista Recherches en Communication (2003).
La utilidad de una perspectiva cognitiva para analizar los procesos semióticos está Es más, los términos “Semiótica cognitiva”, “Poética cognitiva”, “Retórica cognitiva” y “Es-
siendo reivindicada en las últimas décadas, como prueban los estudios de Gomila (1996), tilística cognitiva” se utilizan a menudo como sinónimos en los estudios que abordan el
Magariños de Morentín (2001 y 2002), Klinkenberg (2003), Colle (2005), Zaganelli hecho literario desde este punto de vista. En este trabajo preferimos el término “Poética
(2011) o Pérez Latorre (2012). Éste último señala cómo “una eficaz articulación entre la cognitiva” debido a que el punto de vista desde el que se plantea el estudio es el de la teoría
semiótica y la psicología cognitiva será relevante para potenciar el análisis semiótico del literaria, y en este ámbito es el término que está alcanzando mayor difusión hoy día.
discurso” (2012: 103), explorando el modo en que las aportaciones de la Poética Cognitiva
pueden ser contrastadas con los principales mecanismos de análisis semiótico. Desde un acercamiento semiótico y coincidiendo con los planteamientos de la Es-
tética de la Recepción, Lotman afirma que la obra literaria “ofrece a diferentes lectores
Por su parte, A. Colle (2005) esboza una explicación del proceso semiótico desde distinta información, a cada uno a la medida de su capacidad; ofrece igualmente al lector
una perspectiva cognitiva, planteando la conexión del modelo cognitivo con la propuesta un lenguaje que le permite asimilar una nueva porción de datos en una segunda lectura”
triádica referente-significado-representación proveniente de la Semiótica. El modelo cog- (1982: 36). Del mismo modo Eco plantea, acudiendo al reconocimiento de vacíos semán-
nitivo que propone lo representa mediante el siguiente gráfico (2005: 5): ticos, la elección entre múltiples posibilidades de lectura y el fenómeno de las relecturas,
que “la definición semiótica del texto estético proporciona el modelo estructural de un proceso
no estructurado de interacción comunicativa” (1995: 384, énfasis en el original). Para una pon-
deración de la relación entre Semiótica y Estética de la Recepción desde los planteamientos
de Eco puede acudirse a Soní Soto 2000 y Godoy Arenas 2012).

Asumiendo la relación entre Semiótica y Ciencias Cognitivas y Semiótica y Esté-


tica de la Recepción, este artículo se sitúa en el ámbito de la comunicación literaria para
reconsiderar los supuestos de la Estética de la Recepción a partir de este giro cognitivo que
hemos advertido en el presente epígrafe. El objetivo de este trabajo será, entonces, explorar
la construcción de significado específicamente en los textos literarios, trazando las relacio-
nes posibles entre las aportaciones de la Estética de la Recepción y la Poética Cognitiva.

2. ¿UNA RELACIÓN SUBTERRÁNEA?

La orientación hacia el lector que comienza a surgir con fuerza en la década de los
Figura 1. Modelo cognitivo del proceso semiótico según A. Colle sesenta y setenta está influida por el New Criticism y su denuncia de la falacia afectiva,
que hace depender el significado de un texto de su recepción. Tanto la Estética de la
Recepción, en ese momento, como la Poética Cognitiva, décadas después, van a funda-
Además de esta aproximación cognitiva a la Semiótica, se reivindica una Semiótica mentar su comprensión de la literatura precisamente sobre esta falacia, al entender que
Cognitiva como disciplina, tal como hacen de forma explícita Holenstein (2002), Bran- el significado es creado por el lector en el proceso de lectura, no descubierto en el texto
dt (2003, con el significativo título “Toward a Cognitive Semiotics”, y 2004), Sonesson como significado previo.
(2012) o Zlatev (2012), entre otros, a partir fundamentalmente de las aportaciones de
Peirce pero teniendo en cuenta el giro cognitivo actual para la investigación del signi- Cuando Wolfgang Iser reivindica en Der implizite Leser este giro hacia el lector,
ficado; también desde la Semiótica Fenomenológica con orientación cognitiva, como se advierte de que está explorando una “no-man’s-land” (1978: xii) que, sin embargo, ense-
aprecia en los trabajos de González de Ávila (2016 y 2019). Las propuestas semiótico-cog- guida generará gran influencia. Frente a este éxito inicial, contrasta la actual ausencia de
nitivas aplicadas a la literatura difieren poco de las aportaciones de la Poética Cognitiva, continuación de sus propuestas más destacadas. En este trabajo propondremos la Poética
disciplina también reciente que aúna los resultados de la lingüística cognitiva y de la Cognitiva como la corriente que mejor puede completar y actualizar las propuestas plan-
psicología cognitiva para explorar fundamentalmente el fenómeno de la lectura literaria. teadas en su momento por la Estética de la Recepción.

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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ROCÍO BADÍA FUMAZ SOBRE LA RECEPCIÓN LITERARIA: ESTÉTICA DE LA RECEPCIÓN Y POÉTICA COGNITIVA

Cognitive poetics is all about reading literature La distancia entre una Semiótica Cognitiva aplicada al texto literario y la Poética
Peter Stockwell Cognitiva, si la hay, es pequeña, en tanto que ambas se centran en estudiar los procesos de
construcción de significado literario en clave cognitiva, lo que se refleja en la producción
1. EL GIRO COGNITIVO EN SEMIÓTICA científica, como se comprueba, por poner un ejemplo, en el contenido del monográfico “Sé-
miotique cognitive — Cognitive Semiotics” de la revista Recherches en Communication (2003).
La utilidad de una perspectiva cognitiva para analizar los procesos semióticos está Es más, los términos “Semiótica cognitiva”, “Poética cognitiva”, “Retórica cognitiva” y “Es-
siendo reivindicada en las últimas décadas, como prueban los estudios de Gomila (1996), tilística cognitiva” se utilizan a menudo como sinónimos en los estudios que abordan el
Magariños de Morentín (2001 y 2002), Klinkenberg (2003), Colle (2005), Zaganelli hecho literario desde este punto de vista. En este trabajo preferimos el término “Poética
(2011) o Pérez Latorre (2012). Éste último señala cómo “una eficaz articulación entre la cognitiva” debido a que el punto de vista desde el que se plantea el estudio es el de la teoría
semiótica y la psicología cognitiva será relevante para potenciar el análisis semiótico del literaria, y en este ámbito es el término que está alcanzando mayor difusión hoy día.
discurso” (2012: 103), explorando el modo en que las aportaciones de la Poética Cognitiva
pueden ser contrastadas con los principales mecanismos de análisis semiótico. Desde un acercamiento semiótico y coincidiendo con los planteamientos de la Es-
tética de la Recepción, Lotman afirma que la obra literaria “ofrece a diferentes lectores
Por su parte, A. Colle (2005) esboza una explicación del proceso semiótico desde distinta información, a cada uno a la medida de su capacidad; ofrece igualmente al lector
una perspectiva cognitiva, planteando la conexión del modelo cognitivo con la propuesta un lenguaje que le permite asimilar una nueva porción de datos en una segunda lectura”
triádica referente-significado-representación proveniente de la Semiótica. El modelo cog- (1982: 36). Del mismo modo Eco plantea, acudiendo al reconocimiento de vacíos semán-
nitivo que propone lo representa mediante el siguiente gráfico (2005: 5): ticos, la elección entre múltiples posibilidades de lectura y el fenómeno de las relecturas,
que “la definición semiótica del texto estético proporciona el modelo estructural de un proceso
no estructurado de interacción comunicativa” (1995: 384, énfasis en el original). Para una pon-
deración de la relación entre Semiótica y Estética de la Recepción desde los planteamientos
de Eco puede acudirse a Soní Soto 2000 y Godoy Arenas 2012).

Asumiendo la relación entre Semiótica y Ciencias Cognitivas y Semiótica y Esté-


tica de la Recepción, este artículo se sitúa en el ámbito de la comunicación literaria para
reconsiderar los supuestos de la Estética de la Recepción a partir de este giro cognitivo que
hemos advertido en el presente epígrafe. El objetivo de este trabajo será, entonces, explorar
la construcción de significado específicamente en los textos literarios, trazando las relacio-
nes posibles entre las aportaciones de la Estética de la Recepción y la Poética Cognitiva.

2. ¿UNA RELACIÓN SUBTERRÁNEA?

La orientación hacia el lector que comienza a surgir con fuerza en la década de los
Figura 1. Modelo cognitivo del proceso semiótico según A. Colle sesenta y setenta está influida por el New Criticism y su denuncia de la falacia afectiva,
que hace depender el significado de un texto de su recepción. Tanto la Estética de la
Recepción, en ese momento, como la Poética Cognitiva, décadas después, van a funda-
Además de esta aproximación cognitiva a la Semiótica, se reivindica una Semiótica mentar su comprensión de la literatura precisamente sobre esta falacia, al entender que
Cognitiva como disciplina, tal como hacen de forma explícita Holenstein (2002), Bran- el significado es creado por el lector en el proceso de lectura, no descubierto en el texto
dt (2003, con el significativo título “Toward a Cognitive Semiotics”, y 2004), Sonesson como significado previo.
(2012) o Zlatev (2012), entre otros, a partir fundamentalmente de las aportaciones de
Peirce pero teniendo en cuenta el giro cognitivo actual para la investigación del signi- Cuando Wolfgang Iser reivindica en Der implizite Leser este giro hacia el lector,
ficado; también desde la Semiótica Fenomenológica con orientación cognitiva, como se advierte de que está explorando una “no-man’s-land” (1978: xii) que, sin embargo, ense-
aprecia en los trabajos de González de Ávila (2016 y 2019). Las propuestas semiótico-cog- guida generará gran influencia. Frente a este éxito inicial, contrasta la actual ausencia de
nitivas aplicadas a la literatura difieren poco de las aportaciones de la Poética Cognitiva, continuación de sus propuestas más destacadas. En este trabajo propondremos la Poética
disciplina también reciente que aúna los resultados de la lingüística cognitiva y de la Cognitiva como la corriente que mejor puede completar y actualizar las propuestas plan-
psicología cognitiva para explorar fundamentalmente el fenómeno de la lectura literaria. teadas en su momento por la Estética de la Recepción.

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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ROCÍO BADÍA FUMAZ SOBRE LA RECEPCIÓN LITERARIA: ESTÉTICA DE LA RECEPCIÓN Y POÉTICA COGNITIVA

El objetivo de este trabajo será, entonces, confrontar estas dos corrientes críticas 3. EL LECTOR IMPLÍCITO Y EL LECTOR EXPLÍCITO
centradas en la categoría del lector, ambas caracterizadas por una gran pluralidad y una au-
sencia de planteamientos unificados, lo que dificulta su comparación. Pese a las evidentes Una de las razones por las que se ha acusado a Iser de vaguedad expositiva se debe a que
conexiones, la bibliografía crítica en torno a esta cercanía es casi inexistente. Hamilton y sitúa la existencia de la obra literaria en el encuentro entre texto y lector, asumiendo explícita-
Schneider (2002) estudian este vínculo enfrentando las propuestas de Wolfgang Iser con mente la imposibilidad de referir con precisión este espacio (ver por ejemplo Iser 1987a: 216).
las de Mark Turner como representante de la orientación cognitiva. Lo que encuentran es
la ausencia de referencias mutuas y la presencia de un “agujero bibliográfico” (2002: 655) Para poder comprender el proceso de generación de significado, dado que se en-
en cuanto a la consideración de esta relación. Ciertamente, existe una falta de voluntad cuentra en el espacio entre el texto y el lector, Iser propone el concepto de lector implicado
desde la Poética Cognitiva de vincularse con los postulados de la Estética de la Recepción, o implícito, con el que busca aludir a la vez al significado potencial del texto y a la actuali-
pese a que algunos autores sí se refieran a ellos de forma implícita o explícita (véase por zación de ese potencial que hace el lector durante el proceso de lectura, el cual varía en cada
ejemplo los manuales Stockwell 2020, Stockwell 2009, y el artículo de Harker de 1992 época (Iser 1978: xii). Iser advierte de que no trata de elaborar una tipología de lectores,
como antecedente, pese a que se refiera únicamente a la psicología cognitiva). sino de comprender este fenómeno de generación del significado.

Entre los motivos más frecuentes para dejar de lado sus postulados está la acusación Sí menciona algunos tipos de lectores que se están proponiendo en ese momento,
de vaguedad dirigida a las propuestas de la Estética de la Recepción (Hamilton y Schneider como el archilector de Riffaterre, el lector informado de Fish y el lector pretendido de
2002), acusación que surgió ya entre sus contemporáneos. Pero, como afirman Hamilton y Wolff (1987b: 55 y sigs.). Pero, aun asumiendo su valor explicativo, frente a ellos propo-
Schneider, “Clearly, cognitive criticism has hidden roots in reception theory” (2002: 655), ne el concepto de lector implícito como una categoría puramente textual y al margen de
lo que justifica nuestro análisis. A partir de las aportaciones más relevantes de Iser y Jauss cualquier acercamiento empírico, llegando a afirmar que “el concepto de lector implícito
a la teoría literaria –conceptos de autor implícito y explícito, indeterminación textual y describe una estructura del texto en la que el receptor siempre está ya pensado de antema-
horizonte de expectativas–, propondremos el modo en que la poética cognitiva puede dar no. […] Consecuentemente, todo texto literario tiene preparada una determinada oferta
respuesta a interrogantes abiertos por la Estética de la Recepción, tomando como referen- de roles para sus posibles receptores” (1987b: 64). Como se ve, el autor implícito está
cia fundamentalmente a Stockwell (2009 y 2020), para establecer estas correspondencias. determinado por la estructura del texto, que a la vez ofrece y limita sus perspectivas, y la
estructura del acto de lectura, en el que la recepción se concreta (64-66). Para Iser ésta es
Una de las diferencias más evidentes entre ambos acercamientos a la recepción siempre una categoría textual, lo que le valdrá la crítica de Norman Holland –también
literaria es que la Poética Cognitiva acude tanto al polo de la emisión como al polo de la adscrito a la estética de la recepción pero desde una fundamentación empírica– en la en-
recepción del texto, sin dejar de prestar una atención muy concentrada a la materia lin- trevista recogida en Prospecting (Iser 1989: 43-44).
güística del texto. De hecho, Jonathan Culpeper (2009) advierte de que buena parte de los
estudios dentro de esta orientación sientan sus bases en la Lingüística Cognitiva, lo que los Evidentemente, la Poética Cognitiva no acepta esta indeterminación del lugar de
llevó a dejar de lado inicialmente el procesamiento y comprensión de los textos (125-126). la recepción y da un paso más allá, situando plenamente la obra en el lector y asumiendo
Frente a ello, la Estética de la Recepción reduce su objeto de análisis al proceso de recep- el estudio de la recepción también de una forma empírica.
ción literaria y otros fenómenos en todo caso afines (generación del significado, diferencias
históricas en la recepción, constitución de la historia literaria, entre otros). La utilidad del concepto de lector implícito para la Poética Cognitiva, sin embar-
go, permanece. Puede verse en el esquema propuesto por Stockwell (2020: 50) para las ca-
Una segunda diferencia radica en su ámbito de aplicación. Para la Estética de la tegorías de emisión y recepción, donde se mantiene la categoría de lector implícito tomada
Recepción éste parece reducirse exclusivamente al lenguaje literario; es más, Iser se refiere de Iser, pero dándole un sentido más próximo al lector ideal o modelo de Eco. A éste añade
únicamente a la novela, debido a que, afirma, “is the genre in which reader involvement la categoría de “idealised reader” como aquella que recoge todas las potenciales lecturas
coincides with meaning production” (1978: xi). Posteriormente abrirá algo más su pers- del texto (2020: 51), reformulada a partir de las aportaciones de Riffaterre, Eco y Fish,
pectiva, admitiendo que su idea de la indeterminación textual como generadora de sig- más cercano también al concepto original de Iser. Este lector idealizado incluye todas las
nificado pudiera ser aplicable quizá para toda literatura (1989: 28). Es evidente que esta potenciales lecturas, las cuales, indica, no son sin embargo infinitas (Stockwell 2020: 51).
comprensión del fenómeno de la recepción como exclusivamente literario no encaja en la
aproximación de la Poética Cognitiva. Stockwell defiende estas categorías en relación con el lector real, debido a que a
pesar de que están configuradas por el texto son “constructos en la mente del lector” real
Por último, otra diferencia importante está en la metodología utilizada. Si la Es- (2020: 51). Frente a la imposibilidad manifestada por Iser de localizar de forma concreta
tética de la Recepción ha sido acusada de vaguedad y mistificación, el enfoque cognitivo estas categorías, una aproximación cognitiva puede, como señala Stockwell, situar sus
busca desarrollar de forma sólida una propuesta explicativa para la interacción entre el huellas en el texto a partir de la noción de deixis y de nuestra capacidad de proyección
lector y el texto. deíctica (2020: 52 y sigs.). El estudio de la deixis permite igualmente comprender el

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


140 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 141
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ROCÍO BADÍA FUMAZ SOBRE LA RECEPCIÓN LITERARIA: ESTÉTICA DE LA RECEPCIÓN Y POÉTICA COGNITIVA

El objetivo de este trabajo será, entonces, confrontar estas dos corrientes críticas 3. EL LECTOR IMPLÍCITO Y EL LECTOR EXPLÍCITO
centradas en la categoría del lector, ambas caracterizadas por una gran pluralidad y una au-
sencia de planteamientos unificados, lo que dificulta su comparación. Pese a las evidentes Una de las razones por las que se ha acusado a Iser de vaguedad expositiva se debe a que
conexiones, la bibliografía crítica en torno a esta cercanía es casi inexistente. Hamilton y sitúa la existencia de la obra literaria en el encuentro entre texto y lector, asumiendo explícita-
Schneider (2002) estudian este vínculo enfrentando las propuestas de Wolfgang Iser con mente la imposibilidad de referir con precisión este espacio (ver por ejemplo Iser 1987a: 216).
las de Mark Turner como representante de la orientación cognitiva. Lo que encuentran es
la ausencia de referencias mutuas y la presencia de un “agujero bibliográfico” (2002: 655) Para poder comprender el proceso de generación de significado, dado que se en-
en cuanto a la consideración de esta relación. Ciertamente, existe una falta de voluntad cuentra en el espacio entre el texto y el lector, Iser propone el concepto de lector implicado
desde la Poética Cognitiva de vincularse con los postulados de la Estética de la Recepción, o implícito, con el que busca aludir a la vez al significado potencial del texto y a la actuali-
pese a que algunos autores sí se refieran a ellos de forma implícita o explícita (véase por zación de ese potencial que hace el lector durante el proceso de lectura, el cual varía en cada
ejemplo los manuales Stockwell 2020, Stockwell 2009, y el artículo de Harker de 1992 época (Iser 1978: xii). Iser advierte de que no trata de elaborar una tipología de lectores,
como antecedente, pese a que se refiera únicamente a la psicología cognitiva). sino de comprender este fenómeno de generación del significado.

Entre los motivos más frecuentes para dejar de lado sus postulados está la acusación Sí menciona algunos tipos de lectores que se están proponiendo en ese momento,
de vaguedad dirigida a las propuestas de la Estética de la Recepción (Hamilton y Schneider como el archilector de Riffaterre, el lector informado de Fish y el lector pretendido de
2002), acusación que surgió ya entre sus contemporáneos. Pero, como afirman Hamilton y Wolff (1987b: 55 y sigs.). Pero, aun asumiendo su valor explicativo, frente a ellos propo-
Schneider, “Clearly, cognitive criticism has hidden roots in reception theory” (2002: 655), ne el concepto de lector implícito como una categoría puramente textual y al margen de
lo que justifica nuestro análisis. A partir de las aportaciones más relevantes de Iser y Jauss cualquier acercamiento empírico, llegando a afirmar que “el concepto de lector implícito
a la teoría literaria –conceptos de autor implícito y explícito, indeterminación textual y describe una estructura del texto en la que el receptor siempre está ya pensado de antema-
horizonte de expectativas–, propondremos el modo en que la poética cognitiva puede dar no. […] Consecuentemente, todo texto literario tiene preparada una determinada oferta
respuesta a interrogantes abiertos por la Estética de la Recepción, tomando como referen- de roles para sus posibles receptores” (1987b: 64). Como se ve, el autor implícito está
cia fundamentalmente a Stockwell (2009 y 2020), para establecer estas correspondencias. determinado por la estructura del texto, que a la vez ofrece y limita sus perspectivas, y la
estructura del acto de lectura, en el que la recepción se concreta (64-66). Para Iser ésta es
Una de las diferencias más evidentes entre ambos acercamientos a la recepción siempre una categoría textual, lo que le valdrá la crítica de Norman Holland –también
literaria es que la Poética Cognitiva acude tanto al polo de la emisión como al polo de la adscrito a la estética de la recepción pero desde una fundamentación empírica– en la en-
recepción del texto, sin dejar de prestar una atención muy concentrada a la materia lin- trevista recogida en Prospecting (Iser 1989: 43-44).
güística del texto. De hecho, Jonathan Culpeper (2009) advierte de que buena parte de los
estudios dentro de esta orientación sientan sus bases en la Lingüística Cognitiva, lo que los Evidentemente, la Poética Cognitiva no acepta esta indeterminación del lugar de
llevó a dejar de lado inicialmente el procesamiento y comprensión de los textos (125-126). la recepción y da un paso más allá, situando plenamente la obra en el lector y asumiendo
Frente a ello, la Estética de la Recepción reduce su objeto de análisis al proceso de recep- el estudio de la recepción también de una forma empírica.
ción literaria y otros fenómenos en todo caso afines (generación del significado, diferencias
históricas en la recepción, constitución de la historia literaria, entre otros). La utilidad del concepto de lector implícito para la Poética Cognitiva, sin embar-
go, permanece. Puede verse en el esquema propuesto por Stockwell (2020: 50) para las ca-
Una segunda diferencia radica en su ámbito de aplicación. Para la Estética de la tegorías de emisión y recepción, donde se mantiene la categoría de lector implícito tomada
Recepción éste parece reducirse exclusivamente al lenguaje literario; es más, Iser se refiere de Iser, pero dándole un sentido más próximo al lector ideal o modelo de Eco. A éste añade
únicamente a la novela, debido a que, afirma, “is the genre in which reader involvement la categoría de “idealised reader” como aquella que recoge todas las potenciales lecturas
coincides with meaning production” (1978: xi). Posteriormente abrirá algo más su pers- del texto (2020: 51), reformulada a partir de las aportaciones de Riffaterre, Eco y Fish,
pectiva, admitiendo que su idea de la indeterminación textual como generadora de sig- más cercano también al concepto original de Iser. Este lector idealizado incluye todas las
nificado pudiera ser aplicable quizá para toda literatura (1989: 28). Es evidente que esta potenciales lecturas, las cuales, indica, no son sin embargo infinitas (Stockwell 2020: 51).
comprensión del fenómeno de la recepción como exclusivamente literario no encaja en la
aproximación de la Poética Cognitiva. Stockwell defiende estas categorías en relación con el lector real, debido a que a
pesar de que están configuradas por el texto son “constructos en la mente del lector” real
Por último, otra diferencia importante está en la metodología utilizada. Si la Es- (2020: 51). Frente a la imposibilidad manifestada por Iser de localizar de forma concreta
tética de la Recepción ha sido acusada de vaguedad y mistificación, el enfoque cognitivo estas categorías, una aproximación cognitiva puede, como señala Stockwell, situar sus
busca desarrollar de forma sólida una propuesta explicativa para la interacción entre el huellas en el texto a partir de la noción de deixis y de nuestra capacidad de proyección
lector y el texto. deíctica (2020: 52 y sigs.). El estudio de la deixis permite igualmente comprender el

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


140 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 141
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ROCÍO BADÍA FUMAZ SOBRE LA RECEPCIÓN LITERARIA: ESTÉTICA DE LA RECEPCIÓN Y POÉTICA COGNITIVA

fenómeno de inmersión del lector en el texto, lo que vincula la deixis con la capacidad de Este argumento de una mayor accesibilidad del lector implícito es innecesario dentro
imaginación (2020: 56). de la Poética Cognitiva, pues ésta tiene las herramientas necesarias para analizar el lector ex-
plícito. Mencionemos por ejemplo cómo Stockwell en Texture explora las nociones de persona
Sin embargo, tal como recoge Stockwell, el concepto de lector idealizado mantiene y personalidad para profundizar en este lector empírico que recibe el texto (2009: 134 y sigs.).
también desde la perspectiva cognitiva algunos riesgos, como su identificación incons-
ciente con una comprensión universalista de la mente humana que olvide las diferencias El rechazo total (Iser) o el poner en segundo lugar (Jauss) al lector empírico es una
históricas y culturales, o con una abstracción que en realidad encubra una idea de lector de las grandes diferencias con el acercamiento cognitivo al texto. Especialmente paradójico
privilegiado (2020: 216). Este riesgo, obviamente ya presente en Iser, puede evitarse si se resulta en el contexto de la Estética de la Recepción el rechazo de Iser al lector concreto y
tiene presente en el análisis. su defensa del estudio del proceso de lectura únicamente a partir de elementos textuales,
tal como le critica Holland (en Iser, 1989). Estas dificultades pueden ser salvadas, como se
Hamilton y Schneider han criticado en su comparación de Iser y Turner la insisten- ha mostrado, mediante una aproximación desde la Poética Cognitiva.
cia en la categoría de lector implícito, en tanto que evita al lector real: “Humans are never
the answer for Iser”, afirman (644). También Stockwell critica en Texture su concepción
como abstracción y su naturaleza confusa (2009: 137). Efectivamente, sólo mirando al 4. INDETERMINACIÓN TEXTUAL Y ESPACIOS VACÍOS DEL TEXTO
lector real, en tanto persona, puede comprenderse el proceso de recepción.
Según los planteamientos de Iser, para comprender un texto el lector debe comple-
Es en el estudio de la persona por parte de la psicología cognitiva desde donde tar una serie de huecos textuales que aparecen en el ensamblaje de los fragmentos del tex-
Stockwell propone la posibilidad de explicar el fenómeno de la identificación. Afirma que to, dado que “la coherencia del texto sólo puede adquirirse en la actividad representadora
nos hacemos “un rico modelo mental de la mente y la vida de una persona [o un personaje, del lector” (1987b: 283). Estos huecos, que son inevitables, obligan al lector a rellenarlos
añadimos] como un todo” (2020: 178), para lo que defiende el uso dentro de la poética y establecer conexiones, lo que da lugar a las diversas lecturas existentes, dado que cada
cognitiva del término mind-modelling por ser menos confuso. Cuando el lector “modela la lector completa los espacios vacíos de modo diferente, eligiendo entre las diversas posibi-
mente” de un personaje, se genera empatía, identificación, resistencia e incluso acomoda- lidades que se abren.
ción a esas mentes literarias que encontramos en el texto (2020: 144 y sigs.), efectos que se
pueden estudiar de forma sistemática, por ejemplo oponiendo la recepción de un “acceptant Para argumentar su propuesta, Iser propone tres evidencias: las segundas lecturas
reader” y la de un “resistant reader” (Stockwell 2009: 152). de un texto son diferentes de las primeras (1987a: 223-224), cambian las circunstancias
del lector (1989: 10) y en el carácter temporal de la literatura (1987a: 224). Este carác-
Desde esta propuesta, afirmaciones que en Iser son meramente intuitivas, como “el ter temporal deriva de cómo se recibe el texto, en un proceso de anticipación y retros-
lector se siente a menudo implicado en acontecimientos que, en el instante de la lectura, pección, además de revisión, que es consecuencia de cómo se gestionan las expectativas
le parecen reales, incluso aunque de hecho se encuentren muy lejos de su propia realidad” (1987a: 224).
(Iser 1987a: 221), encuentran una vía de exploración posible; también a partir del con-
cepto de inmersión o del concepto de simulación –“Reading, then is a form of simulation in Hamilton y Schneider critican esta orientación, debido a que evita comprender
which we enter into a differentet level of existence while retaining a thread back to our la lectura como “an intentional or goal-oriented cognitive activity” (642), pero pueden
actual lives” (Stockwell 2020: 220)– puede comprenderse el fenómeno. establecerse lazos con determinados planteamientos de la Poética Cognitiva. Si buscamos
comprender este fenómeno, podemos acudir a los conceptos de marco de referencia (frame
Hans-Robert Jauss también hará una diferencia entre el lector como categoría of understanding) y esquema (schemas), que permiten explicar qué piezas de conocimiento
intratextual y el lector extratextual, al que nombra como lector explícito, a partir aportamos de nuestro propio contexto y entender por tanto cómo se producen las diferen-
de la distinción entre un horizonte de expectativas intraliterario y uno extraliterario tes lecturas, o a la teoría de los mundos posibles (ver Doležel 1995 en relación con Iser;
(Jauss 1987: 78). Desde este punto de vista el lector explícito se convierte en “un Stockwell 2020, 155-175). También puede acudirse al estudio de la prototipicidad, que
lector diferenciado histórica, social y también biográficamente, que realiza como su- Stockwell explica de un modo que recuerda ciertamente a Iser:
jeto cada vez distinto la fusión de horizontes” (1987: 78). Frente a Iser, para Jauss el
lector es una entidad real y se puede analizar su experiencia. Pero pese a acudir a una
Situated conceptualisation includes our facility for making pattern com-
perspectiva empírica rechazada por Iser, Jauss continúa defendiendo la superioridad
pletion inferences: we “fill in” things that we have encountered somehow
del lector implícito, debido a que es más fácilmente perceptible al depender de las es-
previously. This is what allows literary works to feel much richer than the
tructuras objetivas del texto, está más determinado y es imprescindible para entender
bare words on the page might determine; it is also how the space for varia-
la recepción de los diferentes grupos históricos al evitar riesgos como un acercamiento
ble interpretations can be opened up between different readers (2020: 22).
prejuicioso (1987: 78-79).

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


142 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 143
Depósito Legal B.3146-2001 Universidad de Rosario (Argentina) Versión electrónica: designisfels.net
ROCÍO BADÍA FUMAZ SOBRE LA RECEPCIÓN LITERARIA: ESTÉTICA DE LA RECEPCIÓN Y POÉTICA COGNITIVA

fenómeno de inmersión del lector en el texto, lo que vincula la deixis con la capacidad de Este argumento de una mayor accesibilidad del lector implícito es innecesario dentro
imaginación (2020: 56). de la Poética Cognitiva, pues ésta tiene las herramientas necesarias para analizar el lector ex-
plícito. Mencionemos por ejemplo cómo Stockwell en Texture explora las nociones de persona
Sin embargo, tal como recoge Stockwell, el concepto de lector idealizado mantiene y personalidad para profundizar en este lector empírico que recibe el texto (2009: 134 y sigs.).
también desde la perspectiva cognitiva algunos riesgos, como su identificación incons-
ciente con una comprensión universalista de la mente humana que olvide las diferencias El rechazo total (Iser) o el poner en segundo lugar (Jauss) al lector empírico es una
históricas y culturales, o con una abstracción que en realidad encubra una idea de lector de las grandes diferencias con el acercamiento cognitivo al texto. Especialmente paradójico
privilegiado (2020: 216). Este riesgo, obviamente ya presente en Iser, puede evitarse si se resulta en el contexto de la Estética de la Recepción el rechazo de Iser al lector concreto y
tiene presente en el análisis. su defensa del estudio del proceso de lectura únicamente a partir de elementos textuales,
tal como le critica Holland (en Iser, 1989). Estas dificultades pueden ser salvadas, como se
Hamilton y Schneider han criticado en su comparación de Iser y Turner la insisten- ha mostrado, mediante una aproximación desde la Poética Cognitiva.
cia en la categoría de lector implícito, en tanto que evita al lector real: “Humans are never
the answer for Iser”, afirman (644). También Stockwell critica en Texture su concepción
como abstracción y su naturaleza confusa (2009: 137). Efectivamente, sólo mirando al 4. INDETERMINACIÓN TEXTUAL Y ESPACIOS VACÍOS DEL TEXTO
lector real, en tanto persona, puede comprenderse el proceso de recepción.
Según los planteamientos de Iser, para comprender un texto el lector debe comple-
Es en el estudio de la persona por parte de la psicología cognitiva desde donde tar una serie de huecos textuales que aparecen en el ensamblaje de los fragmentos del tex-
Stockwell propone la posibilidad de explicar el fenómeno de la identificación. Afirma que to, dado que “la coherencia del texto sólo puede adquirirse en la actividad representadora
nos hacemos “un rico modelo mental de la mente y la vida de una persona [o un personaje, del lector” (1987b: 283). Estos huecos, que son inevitables, obligan al lector a rellenarlos
añadimos] como un todo” (2020: 178), para lo que defiende el uso dentro de la poética y establecer conexiones, lo que da lugar a las diversas lecturas existentes, dado que cada
cognitiva del término mind-modelling por ser menos confuso. Cuando el lector “modela la lector completa los espacios vacíos de modo diferente, eligiendo entre las diversas posibi-
mente” de un personaje, se genera empatía, identificación, resistencia e incluso acomoda- lidades que se abren.
ción a esas mentes literarias que encontramos en el texto (2020: 144 y sigs.), efectos que se
pueden estudiar de forma sistemática, por ejemplo oponiendo la recepción de un “acceptant Para argumentar su propuesta, Iser propone tres evidencias: las segundas lecturas
reader” y la de un “resistant reader” (Stockwell 2009: 152). de un texto son diferentes de las primeras (1987a: 223-224), cambian las circunstancias
del lector (1989: 10) y en el carácter temporal de la literatura (1987a: 224). Este carác-
Desde esta propuesta, afirmaciones que en Iser son meramente intuitivas, como “el ter temporal deriva de cómo se recibe el texto, en un proceso de anticipación y retros-
lector se siente a menudo implicado en acontecimientos que, en el instante de la lectura, pección, además de revisión, que es consecuencia de cómo se gestionan las expectativas
le parecen reales, incluso aunque de hecho se encuentren muy lejos de su propia realidad” (1987a: 224).
(Iser 1987a: 221), encuentran una vía de exploración posible; también a partir del con-
cepto de inmersión o del concepto de simulación –“Reading, then is a form of simulation in Hamilton y Schneider critican esta orientación, debido a que evita comprender
which we enter into a differentet level of existence while retaining a thread back to our la lectura como “an intentional or goal-oriented cognitive activity” (642), pero pueden
actual lives” (Stockwell 2020: 220)– puede comprenderse el fenómeno. establecerse lazos con determinados planteamientos de la Poética Cognitiva. Si buscamos
comprender este fenómeno, podemos acudir a los conceptos de marco de referencia (frame
Hans-Robert Jauss también hará una diferencia entre el lector como categoría of understanding) y esquema (schemas), que permiten explicar qué piezas de conocimiento
intratextual y el lector extratextual, al que nombra como lector explícito, a partir aportamos de nuestro propio contexto y entender por tanto cómo se producen las diferen-
de la distinción entre un horizonte de expectativas intraliterario y uno extraliterario tes lecturas, o a la teoría de los mundos posibles (ver Doležel 1995 en relación con Iser;
(Jauss 1987: 78). Desde este punto de vista el lector explícito se convierte en “un Stockwell 2020, 155-175). También puede acudirse al estudio de la prototipicidad, que
lector diferenciado histórica, social y también biográficamente, que realiza como su- Stockwell explica de un modo que recuerda ciertamente a Iser:
jeto cada vez distinto la fusión de horizontes” (1987: 78). Frente a Iser, para Jauss el
lector es una entidad real y se puede analizar su experiencia. Pero pese a acudir a una
Situated conceptualisation includes our facility for making pattern com-
perspectiva empírica rechazada por Iser, Jauss continúa defendiendo la superioridad
pletion inferences: we “fill in” things that we have encountered somehow
del lector implícito, debido a que es más fácilmente perceptible al depender de las es-
previously. This is what allows literary works to feel much richer than the
tructuras objetivas del texto, está más determinado y es imprescindible para entender
bare words on the page might determine; it is also how the space for varia-
la recepción de los diferentes grupos históricos al evitar riesgos como un acercamiento
ble interpretations can be opened up between different readers (2020: 22).
prejuicioso (1987: 78-79).

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


142 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 143
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ROCÍO BADÍA FUMAZ SOBRE LA RECEPCIÓN LITERARIA: ESTÉTICA DE LA RECEPCIÓN Y POÉTICA COGNITIVA

Así mismo, al estudiar la resonancia Stockwell propone que frente a elementos que vigente en cada momento, horizonte que es dinámico, en el sentido de que va siendo mo-
funcionan como atractores encontramos huecos, espacios vacíos que deben ser completa- dificado en el proceso de lectura (2000: 163). Para constatar su existencia argumenta que
dos, y que crean una laguna conceptual (2020: 80). puede objetivarse fácilmente cuando la obra marca un horizonte de expectativas para luego
destruirlo, como ocurre con el Quijote, y reconstruirse a partir de tres factores: a) rasgos o
Otra interesante forma de explicar esta necesidad de rellenar los huecos del texto normas conocidas sobre el género; b) relaciones con otras obras del contexto; c) oposición
es acudir a la propuesta de Barbara Dancygier en torno a los espacios narrativos (2012), entre lenguaje literario y no literario (2000: 163-166).
construida a partir de los conceptos de espacios mentales y de integración conceptual o
blending. Para Dancygier, la integración conceptual puede explicar también la construc- ¿Es necesaria esta objetivización, aparentemente poco argumentada, para evitar
ción del significado en la narrativa: “Frames and mental spaces structure inputs, which una perspectiva psicológica percibida como negativa? Hoy día la Poética Cognitiva puede
then become integrated, possibly in ways specific to a reader, into the emergent blend. estudiar esta dimensión psicológica de forma objetiva. En relación con el horizonte de
The process continues throughout reading, until the complete blend of the story emerges” expectativas funciona, como hemos visto, la teoría de los esquemas, que como afirma
(2012: 35). El concepto de ancla narrativa que propone en esa misma obra también resulta Culpeper permite comprender el proceso de dar significado a un texto, en el que interviene
de utilidad para comprender el proceso. Un ancla narrativa sería un mecanismo narrativo la recuperación de conocimiento almacenado en la memoria a largo plazo, que es integrado
que “set up or suggest the availability of narrative spaces, but do not elaborate them right con información procedente del texto para producir la interpretación (2009: 128).
away”, además de permitir establecer vínculos entre elementos, lo que redunda en la cohe-
rencia de la narración (2012: 42). Esta aproximación también logra iluminar la propuesta de Jauss de que un hori-
zonte de expectativas puede ser confirmado o defraudado: los schemas tienden, en el día
Es interesante destacar cómo Iser apunta a la búsqueda de coherencia por parte del a día, tal como señala Stockwell (2020: 106) a ser preservados, aunque puede darse una
lector como un mecanismo fundamental del proceso de lectura, llegando a afirmar que variedad de movimientos de preservación, disrupción, reemplazo, etc. (2020: 107). El
“proyectamos en ellas [en las partes escritas del texto] la coherencia que nosotros, como concepto de downgrading (Stockwell 2020: 108) permite comprender cómo buscamos en
lectores, requerimos” (1987a: 228). Todo ello pese a que, señala, esta coherencia nunca es la memoria almacenada o anticipamos qué va a pasar, en nuestro intento de dar sentido al
completa, pues también se acompaña de perturbaciones que no se pueden integrar, con lo texto. En cuanto a los rasgos de género, la poética cognitiva los comprende fácilmente en
que debe revisarse continuamente el significado del texto: “entre el sentirse implicado en términos de prototicpicidad, lo que sí evidencia de forma concreta sus reglas de funciona-
la ilusión y la observación de ésta, el lector ha de dirigir su propia operación equilibradora, miento. La distinción entre lenguaje literario y no literario, heredada del formalismo, no
y es esto lo que conforma la experiencia estética ofrecida por el texto literario” (1987a: sería sin embargo admitida desde una aproximación cognitiva.
232). En caso de no haber indeterminación, la experiencia estética no sería exitosa. Por
tanto, la búsqueda de “un todo coherente” (Iser 1989: 26), la presencia de un “deseo de Según Jauss, en el horizonte de expectativas funcionan dos sistemas, el de la obra,
consistencia” (27), sólo puede ser uno de los elementos que se ponen en movimiento. que es fijo, y el de la experiencia lectora, que es la parte variable que permite lecturas dife-
renciadas. De nuevo comprobamos el gran peso que tiene el texto, frente a una aproxima-
Desde un acercamiento neuroestético, Ramachandran y Hirstein (1999) proponen ción cognitiva que no concebiría de forma separada estos dos sistemas, pero se introduce la
en la misma línea una explicación basada en el placer que obtiene el cerebro al tratar de dimensión biográfica, individual, que en Iser no merecía atención. En la lectura se produce
resolver una incoherencia, a modo de recompensa en el mundo real pero que funciona una fusión del horizonte de expectativas intraliterario y del extraliterario (Jauss 1987:
también según estos autores en el ámbito estético. De igual modo Semir Zeki plantea el 70), propuesta que quizá podría reformularse desde una perspectiva cognitiva acudiendo
placer estético como paralelo a una función cognitiva del cerebro, lo que le lleva a definir al concepto de integración o blending. Pero no parece necesario acudir a una explicación
“la función del arte como una función de la extensión del cerebro –la búsqueda de conoci- de ese tipo, pues la separación en cierto modo artificial de ambos sistemas no deja de estar
miento en un mundo siempre cambiante” (Zeki 2005: 29). Se asume, por tanto, la misma superada, tal como sugiere Culpeper (2009: 128).
conjunción de variabilidad y regularidad anticipada por Iser.

CONCLUSIÓN
5. HORIZONTE DE EXPECTATIVAS
En este acercamiento sintético hemos querido mostrar algunas posibles conexio-
Se defiende Jauss en La historia de la literatura como provocación de posibles acusacio- nes entre la Estética de la Recepción y la Poética Cognitiva, relevantes así mismo para la
nes de psicologismo a su propuesta de la historicidad de la recepción literaria afirmando Semiótica. Pese a su brevedad, consideramos que, sin embargo, se ha justificado cómo la
que ésta debe describirse en relación con el horizonte de expectativas que genera cada Poética Cognitiva puede resultar decisiva para el estudio del proceso de recepción, lugar
obra, y que éste puede ser objetivable, dado que se construye sobre el género, la forma y que parecía inabordable para Iser y Jauss, asumiendo el papel de la psicología y la lingüís-
los temas de obras previas, así como en la oposición entre lenguaje literario y no literario tica cognitivas como determinante para comprender el fenómeno, superando las reticen-

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


144 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 145
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ROCÍO BADÍA FUMAZ SOBRE LA RECEPCIÓN LITERARIA: ESTÉTICA DE LA RECEPCIÓN Y POÉTICA COGNITIVA

Así mismo, al estudiar la resonancia Stockwell propone que frente a elementos que vigente en cada momento, horizonte que es dinámico, en el sentido de que va siendo mo-
funcionan como atractores encontramos huecos, espacios vacíos que deben ser completa- dificado en el proceso de lectura (2000: 163). Para constatar su existencia argumenta que
dos, y que crean una laguna conceptual (2020: 80). puede objetivarse fácilmente cuando la obra marca un horizonte de expectativas para luego
destruirlo, como ocurre con el Quijote, y reconstruirse a partir de tres factores: a) rasgos o
Otra interesante forma de explicar esta necesidad de rellenar los huecos del texto normas conocidas sobre el género; b) relaciones con otras obras del contexto; c) oposición
es acudir a la propuesta de Barbara Dancygier en torno a los espacios narrativos (2012), entre lenguaje literario y no literario (2000: 163-166).
construida a partir de los conceptos de espacios mentales y de integración conceptual o
blending. Para Dancygier, la integración conceptual puede explicar también la construc- ¿Es necesaria esta objetivización, aparentemente poco argumentada, para evitar
ción del significado en la narrativa: “Frames and mental spaces structure inputs, which una perspectiva psicológica percibida como negativa? Hoy día la Poética Cognitiva puede
then become integrated, possibly in ways specific to a reader, into the emergent blend. estudiar esta dimensión psicológica de forma objetiva. En relación con el horizonte de
The process continues throughout reading, until the complete blend of the story emerges” expectativas funciona, como hemos visto, la teoría de los esquemas, que como afirma
(2012: 35). El concepto de ancla narrativa que propone en esa misma obra también resulta Culpeper permite comprender el proceso de dar significado a un texto, en el que interviene
de utilidad para comprender el proceso. Un ancla narrativa sería un mecanismo narrativo la recuperación de conocimiento almacenado en la memoria a largo plazo, que es integrado
que “set up or suggest the availability of narrative spaces, but do not elaborate them right con información procedente del texto para producir la interpretación (2009: 128).
away”, además de permitir establecer vínculos entre elementos, lo que redunda en la cohe-
rencia de la narración (2012: 42). Esta aproximación también logra iluminar la propuesta de Jauss de que un hori-
zonte de expectativas puede ser confirmado o defraudado: los schemas tienden, en el día
Es interesante destacar cómo Iser apunta a la búsqueda de coherencia por parte del a día, tal como señala Stockwell (2020: 106) a ser preservados, aunque puede darse una
lector como un mecanismo fundamental del proceso de lectura, llegando a afirmar que variedad de movimientos de preservación, disrupción, reemplazo, etc. (2020: 107). El
“proyectamos en ellas [en las partes escritas del texto] la coherencia que nosotros, como concepto de downgrading (Stockwell 2020: 108) permite comprender cómo buscamos en
lectores, requerimos” (1987a: 228). Todo ello pese a que, señala, esta coherencia nunca es la memoria almacenada o anticipamos qué va a pasar, en nuestro intento de dar sentido al
completa, pues también se acompaña de perturbaciones que no se pueden integrar, con lo texto. En cuanto a los rasgos de género, la poética cognitiva los comprende fácilmente en
que debe revisarse continuamente el significado del texto: “entre el sentirse implicado en términos de prototicpicidad, lo que sí evidencia de forma concreta sus reglas de funciona-
la ilusión y la observación de ésta, el lector ha de dirigir su propia operación equilibradora, miento. La distinción entre lenguaje literario y no literario, heredada del formalismo, no
y es esto lo que conforma la experiencia estética ofrecida por el texto literario” (1987a: sería sin embargo admitida desde una aproximación cognitiva.
232). En caso de no haber indeterminación, la experiencia estética no sería exitosa. Por
tanto, la búsqueda de “un todo coherente” (Iser 1989: 26), la presencia de un “deseo de Según Jauss, en el horizonte de expectativas funcionan dos sistemas, el de la obra,
consistencia” (27), sólo puede ser uno de los elementos que se ponen en movimiento. que es fijo, y el de la experiencia lectora, que es la parte variable que permite lecturas dife-
renciadas. De nuevo comprobamos el gran peso que tiene el texto, frente a una aproxima-
Desde un acercamiento neuroestético, Ramachandran y Hirstein (1999) proponen ción cognitiva que no concebiría de forma separada estos dos sistemas, pero se introduce la
en la misma línea una explicación basada en el placer que obtiene el cerebro al tratar de dimensión biográfica, individual, que en Iser no merecía atención. En la lectura se produce
resolver una incoherencia, a modo de recompensa en el mundo real pero que funciona una fusión del horizonte de expectativas intraliterario y del extraliterario (Jauss 1987:
también según estos autores en el ámbito estético. De igual modo Semir Zeki plantea el 70), propuesta que quizá podría reformularse desde una perspectiva cognitiva acudiendo
placer estético como paralelo a una función cognitiva del cerebro, lo que le lleva a definir al concepto de integración o blending. Pero no parece necesario acudir a una explicación
“la función del arte como una función de la extensión del cerebro –la búsqueda de conoci- de ese tipo, pues la separación en cierto modo artificial de ambos sistemas no deja de estar
miento en un mundo siempre cambiante” (Zeki 2005: 29). Se asume, por tanto, la misma superada, tal como sugiere Culpeper (2009: 128).
conjunción de variabilidad y regularidad anticipada por Iser.

CONCLUSIÓN
5. HORIZONTE DE EXPECTATIVAS
En este acercamiento sintético hemos querido mostrar algunas posibles conexio-
Se defiende Jauss en La historia de la literatura como provocación de posibles acusacio- nes entre la Estética de la Recepción y la Poética Cognitiva, relevantes así mismo para la
nes de psicologismo a su propuesta de la historicidad de la recepción literaria afirmando Semiótica. Pese a su brevedad, consideramos que, sin embargo, se ha justificado cómo la
que ésta debe describirse en relación con el horizonte de expectativas que genera cada Poética Cognitiva puede resultar decisiva para el estudio del proceso de recepción, lugar
obra, y que éste puede ser objetivable, dado que se construye sobre el género, la forma y que parecía inabordable para Iser y Jauss, asumiendo el papel de la psicología y la lingüís-
los temas de obras previas, así como en la oposición entre lenguaje literario y no literario tica cognitivas como determinante para comprender el fenómeno, superando las reticen-

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


144 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 145
Depósito Legal B.3146-2001 Universidad de Rosario (Argentina) Versión electrónica: designisfels.net
ROCÍO BADÍA FUMAZ SOBRE LA RECEPCIÓN LITERARIA: ESTÉTICA DE LA RECEPCIÓN Y POÉTICA COGNITIVA

cias mostradas por una parte significativa de los estudiosos de la recepción. Igualmente, la Journal of Aesthetic Education 26 (3), 27-39.
aproximación cognitiva evita un doble posible riesgo señalado por Stockwell: la tentación HOLENSTEIN, E. (1992) “Phenomenological Structuralism and Cognitive Semiotics”, R. Benatti
de hacer un énfasis excesivo en la individualidad del autor –achacable por ejemplo a los ed., Scripta Semiotica 1, Peter Lang, 133-158.
acercamientos empíricos de Norman Holland– o el centrarse en grupos de lectores como ISER, W. ([1972] 1978) The Implied Reader. Patterns of Communication in Prose Fiction from Bunyan to
Beckett. Baltimore/London: The John Hopkins University Press.
meras fuentes de datos (2020: 103).
––– (1987a) “El proceso de lectura: un enfoque fenomenológico”, en Mayoral, J.A. (ed.) Estética de la
recepción, 215-243. Madrid: Arco/Libros.
En una línea parecida, Culpeper señala dos importantes críticas de las que la Poé- ––– ([1976] 1987b) El acto de leer. Madrid: Taurus.
tica Cognitiva es objeto: que ésta sea “(a) overly deterministic in the way it constrains ––– (1989) Prospecting: From Reader Response to Literary Anthropology. Baltimore/London: The John
reader interpretation and (b) asocial (or at least not sufficiently social)” (2009: 126). Estas Hopkins University Press.
críticas no difieren de las que se podrían hacer a la Estética de la Recepción, lo que muestra JAUSS, H-R. (1987) “El lector como instancia de una nueva historia de la literatura”, en J.A. Ma-
en nuestra opinión los riesgos que toda aproximación al hecho literario desde el polo del yoral, Estética de la recepción, 59-85. Madrid: Arco/Libros.
lector debería tener en cuenta. ––– ([1969] 2000) La historia de la literatura como provocación. Barcelona: Península.
KLINKENBERG, J-M. (2003) “Claves cognitivas para una solución al problema del iconismo”,
Pese a ello, pensamos que la continuación de los estudios de la Estética de la Re- DeSignis. Publicación de la Federación Latinoamericana de Semiótica (FELS) 4, 15-26.
cepción sólo puede ser considerada hoy día asumiendo las aportaciones de la Poética Cog- LOTMAN, Y. M. ([1970] 1982). Estructura del texto artístico. Madrid, Istmo.
MAGARIÑOS DE MORENTÍN, J. (2001) “La(s) semiótica(s) del lenguaje visual”, Cuadernos de la
nitiva, sin negar el valor de Iser y Jauss como prefiguradores de algunas orientaciones
Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales 17, 295-320.
relevantes a la hora de comprender el proceso de recepción literaria. En cualquier caso, ––– ([1996] 2002). Fundamentos lógicos de la semiótica y su práctica. Buenos Aires, Edicial.
todavía queda mucho camino por delante, pues la Poética Cognitiva –o la Semiótica Cog- PÉREZ LATORRE, O. (2012) “Algunos porqués cognitivos del análisis semiótico: Una aproxima-
nitiva– tampoco es capaz de responder aún a todas las cuestiones planteadas en torno a la ción a las confluencias entre Semiótica y Psicología Cognitiva”, Zer. Revista de Estudios de Comunica-
construcción del significado. ción 17 (33), 101-117.
RAMACHANDRAN, V.S. y W. HIRSTEIN (1999) “The Science of Art: A Neurological Theory
of Aesthetic Experience”, Journal of Consciousness Studies 6 (6-7), 15-51.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS SONESSON, G. (2012) “The Foundation of Cognitive Semiotics in the Phenomenology of Signs
and Meanings”, Intellectica 58, 207-239.
BRANDT, P. A. (2003) “Toward a Cognitive Semiotics”, Recherches en Communication 19, monográ- SONÍ SOTO, A. (2000) “La convergencia entre obra abierta y teoría de la recepción”, en Anuario de
fico “Sémiotique cognitive — Cognitive Semiotics”, coord. por P. Fastrez, 21-34. Educación y Comunicación 1999, vol. 1, 25-42. México D.F.: UAM-X.
––– (2004) Spaces, Domains, and Meanings: Essays in Cognitive Semiotics. Bern: Peter Lang. STOCKWELL, P. (2009) Texture: A Cognitive Aesthetics of Reading. Edinburgh: Edinburgh Univer-
COLLE, R. (2005). “El proceso semiótico, en un enfoque cognitivo”, Revista Latina de Comunicación sity Press.
Social 60, 1-7. ––– ([2002] 2020) Cognitive Poetics. An Introduction. Abingdon/New York: Routledge.
CULPEPER, J. (2009) “Reflections on a cognitive stylistic approach to characterisation” en Brône ZAGANELLI, G. (2011) “Apuntes sobre la lectura. El aporte de las ciencias cognitivas”, Álabe 3, 1-11.
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FASTREZ, P. (coord.) (2003) Monográfico “Sémiotique cognitive — Cognitive Semiotics”, Recher-
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Umberto Eco”, UCMaule 43, 27-39.
GOMILA, A. (1996) “Peirce y la ciencia cognitiva”, Anuario Filosófico 29, 1345-1367.
GONZÁLEZ DE ÁVILA, M. (2016) “Leer desde el cuerpo. Una semiótica fenomenológica de la
lectura”, Signa: Revista de la Asociación Española de Semiótica 5, 631-650.
––– (2019), “Breve teoría de la lectura natural”, Signa: Revista de la Asociación Española de Semiótica
28, 63-104.
HAMILTON, C.A. y R. SCHNEIDER (2002) “From Iser to Turner and Beyond: Reception
Theory Meets Cognitive Criticism”, Style 36 (4), 640-658.
HARKER, W.J. (1992) “Reader Response and Cognition: Is There a Mind in This Class?”, The
Atribución-NoComercial-CompartirIgual
CC BY-NC-SA

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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ROCÍO BADÍA FUMAZ SOBRE LA RECEPCIÓN LITERARIA: ESTÉTICA DE LA RECEPCIÓN Y POÉTICA COGNITIVA

cias mostradas por una parte significativa de los estudiosos de la recepción. Igualmente, la Journal of Aesthetic Education 26 (3), 27-39.
aproximación cognitiva evita un doble posible riesgo señalado por Stockwell: la tentación HOLENSTEIN, E. (1992) “Phenomenological Structuralism and Cognitive Semiotics”, R. Benatti
de hacer un énfasis excesivo en la individualidad del autor –achacable por ejemplo a los ed., Scripta Semiotica 1, Peter Lang, 133-158.
acercamientos empíricos de Norman Holland– o el centrarse en grupos de lectores como ISER, W. ([1972] 1978) The Implied Reader. Patterns of Communication in Prose Fiction from Bunyan to
Beckett. Baltimore/London: The John Hopkins University Press.
meras fuentes de datos (2020: 103).
––– (1987a) “El proceso de lectura: un enfoque fenomenológico”, en Mayoral, J.A. (ed.) Estética de la
recepción, 215-243. Madrid: Arco/Libros.
En una línea parecida, Culpeper señala dos importantes críticas de las que la Poé- ––– ([1976] 1987b) El acto de leer. Madrid: Taurus.
tica Cognitiva es objeto: que ésta sea “(a) overly deterministic in the way it constrains ––– (1989) Prospecting: From Reader Response to Literary Anthropology. Baltimore/London: The John
reader interpretation and (b) asocial (or at least not sufficiently social)” (2009: 126). Estas Hopkins University Press.
críticas no difieren de las que se podrían hacer a la Estética de la Recepción, lo que muestra JAUSS, H-R. (1987) “El lector como instancia de una nueva historia de la literatura”, en J.A. Ma-
en nuestra opinión los riesgos que toda aproximación al hecho literario desde el polo del yoral, Estética de la recepción, 59-85. Madrid: Arco/Libros.
lector debería tener en cuenta. ––– ([1969] 2000) La historia de la literatura como provocación. Barcelona: Península.
KLINKENBERG, J-M. (2003) “Claves cognitivas para una solución al problema del iconismo”,
Pese a ello, pensamos que la continuación de los estudios de la Estética de la Re- DeSignis. Publicación de la Federación Latinoamericana de Semiótica (FELS) 4, 15-26.
cepción sólo puede ser considerada hoy día asumiendo las aportaciones de la Poética Cog- LOTMAN, Y. M. ([1970] 1982). Estructura del texto artístico. Madrid, Istmo.
MAGARIÑOS DE MORENTÍN, J. (2001) “La(s) semiótica(s) del lenguaje visual”, Cuadernos de la
nitiva, sin negar el valor de Iser y Jauss como prefiguradores de algunas orientaciones
Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales 17, 295-320.
relevantes a la hora de comprender el proceso de recepción literaria. En cualquier caso, ––– ([1996] 2002). Fundamentos lógicos de la semiótica y su práctica. Buenos Aires, Edicial.
todavía queda mucho camino por delante, pues la Poética Cognitiva –o la Semiótica Cog- PÉREZ LATORRE, O. (2012) “Algunos porqués cognitivos del análisis semiótico: Una aproxima-
nitiva– tampoco es capaz de responder aún a todas las cuestiones planteadas en torno a la ción a las confluencias entre Semiótica y Psicología Cognitiva”, Zer. Revista de Estudios de Comunica-
construcción del significado. ción 17 (33), 101-117.
RAMACHANDRAN, V.S. y W. HIRSTEIN (1999) “The Science of Art: A Neurological Theory
of Aesthetic Experience”, Journal of Consciousness Studies 6 (6-7), 15-51.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS SONESSON, G. (2012) “The Foundation of Cognitive Semiotics in the Phenomenology of Signs
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CULPEPER, J. (2009) “Reflections on a cognitive stylistic approach to characterisation” en Brône ZAGANELLI, G. (2011) “Apuntes sobre la lectura. El aporte de las ciencias cognitivas”, Álabe 3, 1-11.
G. y Vandaele J. (eds.) Cognitive Poetics. Goals, Gains and Gaps, 125-159. Berlin/New York: Mouton ZEKI, S. ([1999] 2005) Visión interior. Una investigación sobre el arte y el cerebro. Madrid: Machado Libros.
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DANCYGIER, B. (2012) The language of stories. A cognitive approach. Cambridge: Cambridge Uni- aning”, Public Journal of Semiotics 4 (1), 2-24.
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ECO, U. ([1976] 1995). Tratado de Semiótica General. Barcelona: Lumen.
FASTREZ, P. (coord.) (2003) Monográfico “Sémiotique cognitive — Cognitive Semiotics”, Recher-
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GODOY ARENAS, C. (2012) “Semiótica y Teoría de la Recepción: los estudios literarios según
Umberto Eco”, UCMaule 43, 27-39.
GOMILA, A. (1996) “Peirce y la ciencia cognitiva”, Anuario Filosófico 29, 1345-1367.
GONZÁLEZ DE ÁVILA, M. (2016) “Leer desde el cuerpo. Una semiótica fenomenológica de la
lectura”, Signa: Revista de la Asociación Española de Semiótica 5, 631-650.
––– (2019), “Breve teoría de la lectura natural”, Signa: Revista de la Asociación Española de Semiótica
28, 63-104.
HAMILTON, C.A. y R. SCHNEIDER (2002) “From Iser to Turner and Beyond: Reception
Theory Meets Cognitive Criticism”, Style 36 (4), 640-658.
HARKER, W.J. (1992) “Reader Response and Cognition: Is There a Mind in This Class?”, The
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http://dx.doi.org/10.35659/designis.i35p149-161
TEORÍA COGNITIVA Y CONSTRUCCIÓN TEXTUAL DEL POEMA: PATRONES RÍTMICOS Y REPRESENTACIÓN SEMÁNTICA

Teoría cognitiva y construcción


textual del poema: patrones
rítmicos y representación
semántica / Cognitive Theory and
textual construction of the poem:
rhythmic patterns and Semantics
representation
Luis Martínez-Falero
(pág 149 - pág 161)

Este trabajo tiene como finalidad plantear y ejemplificar las relaciones entre ima-
gen y enunciado –por una parte–, y –por otra parte– entre ritmo y significación. Para
ello, me voy a servir de un método semiótico, al asumir aspectos referentes a la creación
y recepción del texto poético. La propuesta metodológica es transdisciplinar, puesto que,
entre otras propuestas teórico-críticas, asumo elementos tomados de la Ciencia cognitiva
(antropología o lingüística), la poética generativa, las formulaciones formal-estructuralis-
tas, etc. Con ello se pretende dotar de un evidente fundamento científico a este estudio,
para alcanzar unas conclusiones justificadas y verosímiles.

Palabras clave: Semiótica cognitiva, teoría de la literatura, imagen poética, ritmo


poético, poesía contemporánea.

This work aims to raise and exemplify the relationships between image and
statement - on the one hand and between rhythm and meaning, on the other. To do
this, I use a semiotic method, assuming aspects related to the creation and reception of
the poetic text. The methodological proposal is transdisciplinary, since, among other
theoretical-critical proposals, I assume elements taken from cognitive science (anthro-
pology or linguistics), generative poetics, formal-structuralist formulations, and other
disciplines. The aim is to provide this study with an obvious scientific basis in order to
reach justified and credible conclusions.

Keywords: Cognitive semiotics, theory of literature, poetic image, poetic rhythm,


contemporary poetry.

Martínez-Falero Doctor en Filología y profesor de Teoría de la Literatura en la


Universidad Complutense de Madrid. Ha sido investigador invitado en varias universida-

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


148 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 149
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http://dx.doi.org/10.35659/designis.i35p149-161
TEORÍA COGNITIVA Y CONSTRUCCIÓN TEXTUAL DEL POEMA: PATRONES RÍTMICOS Y REPRESENTACIÓN SEMÁNTICA

Teoría cognitiva y construcción


textual del poema: patrones
rítmicos y representación
semántica / Cognitive Theory and
textual construction of the poem:
rhythmic patterns and Semantics
representation
Luis Martínez-Falero
(pág 149 - pág 161)

Este trabajo tiene como finalidad plantear y ejemplificar las relaciones entre ima-
gen y enunciado –por una parte–, y –por otra parte– entre ritmo y significación. Para
ello, me voy a servir de un método semiótico, al asumir aspectos referentes a la creación
y recepción del texto poético. La propuesta metodológica es transdisciplinar, puesto que,
entre otras propuestas teórico-críticas, asumo elementos tomados de la Ciencia cognitiva
(antropología o lingüística), la poética generativa, las formulaciones formal-estructuralis-
tas, etc. Con ello se pretende dotar de un evidente fundamento científico a este estudio,
para alcanzar unas conclusiones justificadas y verosímiles.

Palabras clave: Semiótica cognitiva, teoría de la literatura, imagen poética, ritmo


poético, poesía contemporánea.

This work aims to raise and exemplify the relationships between image and
statement - on the one hand and between rhythm and meaning, on the other. To do
this, I use a semiotic method, assuming aspects related to the creation and reception of
the poetic text. The methodological proposal is transdisciplinary, since, among other
theoretical-critical proposals, I assume elements taken from cognitive science (anthro-
pology or linguistics), generative poetics, formal-structuralist formulations, and other
disciplines. The aim is to provide this study with an obvious scientific basis in order to
reach justified and credible conclusions.

Keywords: Cognitive semiotics, theory of literature, poetic image, poetic rhythm,


contemporary poetry.

Martínez-Falero Doctor en Filología y profesor de Teoría de la Literatura en la


Universidad Complutense de Madrid. Ha sido investigador invitado en varias universida-

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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LUIS MARTÍNEZ-FALERO TEORÍA COGNITIVA Y CONSTRUCCIÓN TEXTUAL DEL POEMA: PATRONES RÍTMICOS Y REPRESENTACIÓN SEMÁNTICA

des europeas. Ha publicado más de una treintena de artículos en revistas especializadas y 1. INTRODUCCIÓN
los libros Gramática, retórica y dialéctica en el siglo XVI (2009) y Narciso en España: del origen
a la desmitificación del mito (2011). [email protected]. La Neurociencia se ha interesado en los últimos veinticinco años por diferentes cues-
tiones referidas a la literatura, básicamente centradas en la creatividad, la recepción del obje-
Recibido: 7/10/2020 Aprobado: 19/10/2020 to estético o la construcción de los textos literarios. No obstante, es necesario destacar que la
mayoría de estos trabajos se han ocupado del texto narrativo y, en menor medida, de la poesía
de la tradición angloamericana, sobre todo la anterior al siglo XX. No han supuesto una
excepción los más recientes trabajos en el ámbito de la Poética Cognitiva o de la denominada
“Ciencia Cognitiva de la Literatura”, en la que estas nuevas perspectivas teórico-críticas han
confluido con algunos de los hallazgos de la poética generativa desarrollada en los años 70’
de la pasada centuria Por todo ello, el objeto de este breve estudio consiste esencialmente en
aplicar estas bases teórico-críticas, junto a otras procedentes de la lingüística y la antropo-
logía, a una tradición distinta a la que se han venido aplicando: en este caso, la poesía ima-
ginista en castellano, surgidas de las vanguardias y que voy a considerar en textos tomados
de la neovanguardia desarrollada a partir de los años 60’, aunque con notables antecedentes.

Precisamente de lo que se trata aquí es de realizar un estudio sucinto de los pro-


cedimientos creativos que forman parte de la tradición cultural hispana, entendida como
metasistema, que proporciona unas estructuras a diferentes niveles asumidas por los crea-
dores (de manera más o menos discontinua), pero que han sido renovadas también por
ellos, a partir de modificaciones realizadas en un metasistema cultural (Sperber 1974:
115), por lo que el concepto de creatividad se ha de constituir en el punto de partida de
nuestro trabajo.

2. ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LA CREATIVIDAD POÉTICA: LA “EXPRESIÓN ORIENTADA”.

Si iniciamos nuestro análisis por la “definición estándar de creatividad” de Mark


Runco y Garret Jaeger, esta queda establecida como la intersección entre “originalidad” y
“adecuación” (Runco y Jaeger 2012); es decir, la creatividad consistiría en una idea nueva
situada en el contexto que mejor le corresponde. Esta creatividad, en nuestro campo de es-
tudio, iría unida a una competencia poética desarrollada a través de la ejercitación, lo que
supone que la inteligencia inconsciente (Gigerenzer 2007: 48-49) proporcionaría la forma
que correspondería a las secuencias léxicas entendidas como transformación ya de índole
poética (en nuestro objeto de investigación), de unos contenidos semánticos derivados de
la expresión lingüística de imágenes mentales (Martínez-Falero, 2020). Además, la origi-
nalidad se ha convertido en un sinónimo de la creatividad misma desde las ideas estéticas
que forjaron el Romanticismo europeo, partiendo del creciente papel que la subjetividad
desempeñó (y aún desempeña) en la concepción del artista como creador (Tatarkiewicz
1976: 279-300). Por tanto, lo que pretendemos es establecer la relación inherente entre el
pensamiento, la memoria y el lenguaje (texto), puesto que, como señala Mark Turner: “El
estudio cognitivo del arte, el lenguaje y la literatura, se ocupa de los patrones de pensa-
miento y de expresión y de la naturaleza de su relación” (Turner 2003: 9).

Estos patrones deben partir, en su consideración teórica, de la literatura como ‘ex-


presión orientada’, que diferencia el uso funcional del lenguaje (con intención meramente

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


150 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 151
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LUIS MARTÍNEZ-FALERO TEORÍA COGNITIVA Y CONSTRUCCIÓN TEXTUAL DEL POEMA: PATRONES RÍTMICOS Y REPRESENTACIÓN SEMÁNTICA

des europeas. Ha publicado más de una treintena de artículos en revistas especializadas y 1. INTRODUCCIÓN
los libros Gramática, retórica y dialéctica en el siglo XVI (2009) y Narciso en España: del origen
a la desmitificación del mito (2011). [email protected]. La Neurociencia se ha interesado en los últimos veinticinco años por diferentes cues-
tiones referidas a la literatura, básicamente centradas en la creatividad, la recepción del obje-
Recibido: 7/10/2020 Aprobado: 19/10/2020 to estético o la construcción de los textos literarios. No obstante, es necesario destacar que la
mayoría de estos trabajos se han ocupado del texto narrativo y, en menor medida, de la poesía
de la tradición angloamericana, sobre todo la anterior al siglo XX. No han supuesto una
excepción los más recientes trabajos en el ámbito de la Poética Cognitiva o de la denominada
“Ciencia Cognitiva de la Literatura”, en la que estas nuevas perspectivas teórico-críticas han
confluido con algunos de los hallazgos de la poética generativa desarrollada en los años 70’
de la pasada centuria Por todo ello, el objeto de este breve estudio consiste esencialmente en
aplicar estas bases teórico-críticas, junto a otras procedentes de la lingüística y la antropo-
logía, a una tradición distinta a la que se han venido aplicando: en este caso, la poesía ima-
ginista en castellano, surgidas de las vanguardias y que voy a considerar en textos tomados
de la neovanguardia desarrollada a partir de los años 60’, aunque con notables antecedentes.

Precisamente de lo que se trata aquí es de realizar un estudio sucinto de los pro-


cedimientos creativos que forman parte de la tradición cultural hispana, entendida como
metasistema, que proporciona unas estructuras a diferentes niveles asumidas por los crea-
dores (de manera más o menos discontinua), pero que han sido renovadas también por
ellos, a partir de modificaciones realizadas en un metasistema cultural (Sperber 1974:
115), por lo que el concepto de creatividad se ha de constituir en el punto de partida de
nuestro trabajo.

2. ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LA CREATIVIDAD POÉTICA: LA “EXPRESIÓN ORIENTADA”.

Si iniciamos nuestro análisis por la “definición estándar de creatividad” de Mark


Runco y Garret Jaeger, esta queda establecida como la intersección entre “originalidad” y
“adecuación” (Runco y Jaeger 2012); es decir, la creatividad consistiría en una idea nueva
situada en el contexto que mejor le corresponde. Esta creatividad, en nuestro campo de es-
tudio, iría unida a una competencia poética desarrollada a través de la ejercitación, lo que
supone que la inteligencia inconsciente (Gigerenzer 2007: 48-49) proporcionaría la forma
que correspondería a las secuencias léxicas entendidas como transformación ya de índole
poética (en nuestro objeto de investigación), de unos contenidos semánticos derivados de
la expresión lingüística de imágenes mentales (Martínez-Falero, 2020). Además, la origi-
nalidad se ha convertido en un sinónimo de la creatividad misma desde las ideas estéticas
que forjaron el Romanticismo europeo, partiendo del creciente papel que la subjetividad
desempeñó (y aún desempeña) en la concepción del artista como creador (Tatarkiewicz
1976: 279-300). Por tanto, lo que pretendemos es establecer la relación inherente entre el
pensamiento, la memoria y el lenguaje (texto), puesto que, como señala Mark Turner: “El
estudio cognitivo del arte, el lenguaje y la literatura, se ocupa de los patrones de pensa-
miento y de expresión y de la naturaleza de su relación” (Turner 2003: 9).

Estos patrones deben partir, en su consideración teórica, de la literatura como ‘ex-


presión orientada’, que diferencia el uso funcional del lenguaje (con intención meramente

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


150 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 151
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LUIS MARTÍNEZ-FALERO TEORÍA COGNITIVA Y CONSTRUCCIÓN TEXTUAL DEL POEMA: PATRONES RÍTMICOS Y REPRESENTACIÓN SEMÁNTICA

comunicativa) del uso literario (con intención comunicativa y artística), como la definió sentimental) que ha llevado a la generación del poema, sino que, a su vez, son también la
Boris Tomachevski en su Teoría de la literatura (1925): causa de determinadas iteraciones en los demás planos textuales, orientando la expresión
en cada uno de los aspectos formales, hasta desembocar en la macroestructura que ha de
ser inferida por el receptor, tanto en lo referente al contenido semántico mostrado por la
Este acentuado interés por la expresión se llama orientación [ustanovka] so-
coherencia del mundo textual creado como por la cohesión de los actantes que han orien-
bre la expresión. En la recepción de este lenguaje, sin querer percibimos la
tado la expresión. Como señala Teun A. van Dijk:
expresión, es decir, prestamos atención a las palabras que forman parte de
la expresión y a su recíproca distribución. En cierto modo, la expresión se
convierte en un fin en sí misma. (Tomachevski 1925: 21-22) Es el modelo cognitivo […] el que debería explicar los diversos aspectos
cognitivos del proceso discursivo en este nivel macroestructural: produc-
Esta misma idea de ‘expresión orientada’ la hallamos en Jakobson, cuando señala que ción, lectura y comprensión, almacenamiento en la memoria, recuperación,
reproducción y, por lo tanto, recuerdo y reconocimiento de la información
Un cálculo de probabilidades, tanto como una comparación precisa de tex- textual. (Van Dijk 1980: 10)
tos poéticos con otros tipos de mensajes verbales, muestra que las particu-
laridades llamativas que caracterizan la selección, acumulación, yuxtapo- Ahora bien, para que la comunicación sea plena entre autor y lector (u oyente) esa
sición, distribución y exclusión, en poesía, de diversas clases fonológicas macroestructura (entendida como sentido último del texto) debe corresponderse lo más po-
y gramaticales, no pueden considerarse accidentes insignificantes regidos sible con el contenido semántico que ha generado el poema. Al tratarse de una actividad
únicamente por el azar. Cualquier composición poética significativa, ya sea psicológica, cabría considerar unos patrones formales que se corresponderían con unos patro-
resultado de la improvisación o de un trabajo largo y arduo, implica una nes mentales, que ‒según John Lotz‒ actuarían en el nivel métrico de acuerdo con esquemas
elección dirigida del material verbal. (Jakobson 1970: 325) fonológicos y sintácticos (Lotz 1960: 138-139). Por su parte, Devine y Stephens, desde la
poética generativa, propusieron un sistema transformacional que desembocaba en diferentes
Es en estos patrones compositivos donde cabe inscribir el ritmo como una de las posibilidades de construcción formal del poema, partiendo de unos patrones abstractos que
características esenciales de la poesía, como ya señaló Osip Brik en su artículo de 1927 se relacionarían con unas reglas de composición (Devine y Stephens 1975: 428).
“Ritmo y sintaxis”, definiendo ritmo como “toda alternancia regular, independientemente
de la naturaleza de lo que alterna” (1927: 107), definición que coincide con la de Reuben Como fue habitual entre los generativistas, este tipo de esquema basado en patro-
Tsur (2012: 17). Esta iteración de elementos compositivos (más allá de los fonológicos y nes abstractos respondería en todo caso a un sistema métrico que sirve de cauce prefijado
rítmicos, en los que se había centrado la poética tradicional), posee una relación directa para la creatividad, es decir, para esas estructuras métricas (y rítmicas) fosilizadas y que
con el ritmo de los movimientos del ser humano, es decir, con la actividad motora, pues formarían parte de la herencia cultural que asume el autor. Es lo que Reuben Tsur denomi-
“el movimiento rítmico es anterior al verso” (Brik 1927: 108). na “fósiles cognitivos”, que consisten en “la transmisión social repetida [que] puede hacer
todo lo que le atribuye el enfoque «cultura-engendra-cultura»”, y que serviría de guía al
poeta en tanto que podría seguir las huellas de su tradición cultural (Tsur 2017a: 1-2).
3. RITMO MENTAL Y RITMO DEL POEMA
Sin embargo, al considerar la composición de un poema, en el contexto de la poesía
Tras lo expuesto anteriormente, podemos considerar el ritmo desde la perspectiva contemporánea y situando la poesía imaginista como el caso más extremo de codificación
de lo que la crítica contemporánea, desde Amado Alonso, ha denominado ritmo del pen- textual, desde una perspectiva tanto cognitiva como estructural, cabría adoptar otro enfo-
samiento, pero como reflejo de la iteración de movimientos (el paso, por ejemplo) como que, que paso a esbozar a continuación.
actividad humana, aunque compartida con los animales, si bien aparece trasladada (como
proceso cognitivo asimilado desde el movimiento) tanto a la música como al discurso
humano (Kotz, Ravignani y Fitch 2018). Este ritmo del pensamiento alcanza no solo a lo 4. LA IMAGEN POÉTICA Y LA CONSTRUCCIÓN TEXTUAL DEL POEMA
fonológico, sino a la iteración de elementos morfológicos, sintácticos y léxicos, abarcando
incluso las metáforas o las imágenes poéticas (Paraíso 1985: 57-58; Utrera Torremocha En primer lugar, considero que es la imagen la que expresa y orienta la forma poé-
2010: 145-146), como motor y reflejo de esa iteración manifestada en el poema, hasta de- tica, de tal modo que los actantes de los diferentes niveles lingüísticos que componen el
finir la redundancia de los constituyentes lingüísticos del texto que, en forma de acumula- texto resultan solidarios entre sí (Lotman 1970: 135-223; Rastier 1987: 94), ya que es la
ción isotópica, remiten a una misma significación, configurando un texto como expresión imagen la que provoca su elección (a través de la inteligencia inconsciente) por parte del
sentimental, como forma lingüística de aquello que no se puede expresar de otro modo. poeta, quien orienta su expresión hacia el contenido semántico (macroestructura) que se
Estas imágenes no solo determinan una cierta reconstrucción del contenido semántico (y desea transmitir.

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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LUIS MARTÍNEZ-FALERO TEORÍA COGNITIVA Y CONSTRUCCIÓN TEXTUAL DEL POEMA: PATRONES RÍTMICOS Y REPRESENTACIÓN SEMÁNTICA

comunicativa) del uso literario (con intención comunicativa y artística), como la definió sentimental) que ha llevado a la generación del poema, sino que, a su vez, son también la
Boris Tomachevski en su Teoría de la literatura (1925): causa de determinadas iteraciones en los demás planos textuales, orientando la expresión
en cada uno de los aspectos formales, hasta desembocar en la macroestructura que ha de
ser inferida por el receptor, tanto en lo referente al contenido semántico mostrado por la
Este acentuado interés por la expresión se llama orientación [ustanovka] so-
coherencia del mundo textual creado como por la cohesión de los actantes que han orien-
bre la expresión. En la recepción de este lenguaje, sin querer percibimos la
tado la expresión. Como señala Teun A. van Dijk:
expresión, es decir, prestamos atención a las palabras que forman parte de
la expresión y a su recíproca distribución. En cierto modo, la expresión se
convierte en un fin en sí misma. (Tomachevski 1925: 21-22) Es el modelo cognitivo […] el que debería explicar los diversos aspectos
cognitivos del proceso discursivo en este nivel macroestructural: produc-
Esta misma idea de ‘expresión orientada’ la hallamos en Jakobson, cuando señala que ción, lectura y comprensión, almacenamiento en la memoria, recuperación,
reproducción y, por lo tanto, recuerdo y reconocimiento de la información
Un cálculo de probabilidades, tanto como una comparación precisa de tex- textual. (Van Dijk 1980: 10)
tos poéticos con otros tipos de mensajes verbales, muestra que las particu-
laridades llamativas que caracterizan la selección, acumulación, yuxtapo- Ahora bien, para que la comunicación sea plena entre autor y lector (u oyente) esa
sición, distribución y exclusión, en poesía, de diversas clases fonológicas macroestructura (entendida como sentido último del texto) debe corresponderse lo más po-
y gramaticales, no pueden considerarse accidentes insignificantes regidos sible con el contenido semántico que ha generado el poema. Al tratarse de una actividad
únicamente por el azar. Cualquier composición poética significativa, ya sea psicológica, cabría considerar unos patrones formales que se corresponderían con unos patro-
resultado de la improvisación o de un trabajo largo y arduo, implica una nes mentales, que ‒según John Lotz‒ actuarían en el nivel métrico de acuerdo con esquemas
elección dirigida del material verbal. (Jakobson 1970: 325) fonológicos y sintácticos (Lotz 1960: 138-139). Por su parte, Devine y Stephens, desde la
poética generativa, propusieron un sistema transformacional que desembocaba en diferentes
Es en estos patrones compositivos donde cabe inscribir el ritmo como una de las posibilidades de construcción formal del poema, partiendo de unos patrones abstractos que
características esenciales de la poesía, como ya señaló Osip Brik en su artículo de 1927 se relacionarían con unas reglas de composición (Devine y Stephens 1975: 428).
“Ritmo y sintaxis”, definiendo ritmo como “toda alternancia regular, independientemente
de la naturaleza de lo que alterna” (1927: 107), definición que coincide con la de Reuben Como fue habitual entre los generativistas, este tipo de esquema basado en patro-
Tsur (2012: 17). Esta iteración de elementos compositivos (más allá de los fonológicos y nes abstractos respondería en todo caso a un sistema métrico que sirve de cauce prefijado
rítmicos, en los que se había centrado la poética tradicional), posee una relación directa para la creatividad, es decir, para esas estructuras métricas (y rítmicas) fosilizadas y que
con el ritmo de los movimientos del ser humano, es decir, con la actividad motora, pues formarían parte de la herencia cultural que asume el autor. Es lo que Reuben Tsur denomi-
“el movimiento rítmico es anterior al verso” (Brik 1927: 108). na “fósiles cognitivos”, que consisten en “la transmisión social repetida [que] puede hacer
todo lo que le atribuye el enfoque «cultura-engendra-cultura»”, y que serviría de guía al
poeta en tanto que podría seguir las huellas de su tradición cultural (Tsur 2017a: 1-2).
3. RITMO MENTAL Y RITMO DEL POEMA
Sin embargo, al considerar la composición de un poema, en el contexto de la poesía
Tras lo expuesto anteriormente, podemos considerar el ritmo desde la perspectiva contemporánea y situando la poesía imaginista como el caso más extremo de codificación
de lo que la crítica contemporánea, desde Amado Alonso, ha denominado ritmo del pen- textual, desde una perspectiva tanto cognitiva como estructural, cabría adoptar otro enfo-
samiento, pero como reflejo de la iteración de movimientos (el paso, por ejemplo) como que, que paso a esbozar a continuación.
actividad humana, aunque compartida con los animales, si bien aparece trasladada (como
proceso cognitivo asimilado desde el movimiento) tanto a la música como al discurso
humano (Kotz, Ravignani y Fitch 2018). Este ritmo del pensamiento alcanza no solo a lo 4. LA IMAGEN POÉTICA Y LA CONSTRUCCIÓN TEXTUAL DEL POEMA
fonológico, sino a la iteración de elementos morfológicos, sintácticos y léxicos, abarcando
incluso las metáforas o las imágenes poéticas (Paraíso 1985: 57-58; Utrera Torremocha En primer lugar, considero que es la imagen la que expresa y orienta la forma poé-
2010: 145-146), como motor y reflejo de esa iteración manifestada en el poema, hasta de- tica, de tal modo que los actantes de los diferentes niveles lingüísticos que componen el
finir la redundancia de los constituyentes lingüísticos del texto que, en forma de acumula- texto resultan solidarios entre sí (Lotman 1970: 135-223; Rastier 1987: 94), ya que es la
ción isotópica, remiten a una misma significación, configurando un texto como expresión imagen la que provoca su elección (a través de la inteligencia inconsciente) por parte del
sentimental, como forma lingüística de aquello que no se puede expresar de otro modo. poeta, quien orienta su expresión hacia el contenido semántico (macroestructura) que se
Estas imágenes no solo determinan una cierta reconstrucción del contenido semántico (y desea transmitir.

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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lugar, hay que distinguir entre los enfoques que se basan en principios ad
hoc y aquellos que se rigen por principios explícitos y coherentes. Dentro de
estos últimos, se pueden distinguir entre enfoques “orientados al sentido” y
enfoques de “efectos percibidos”. El primero tiende a desplazar la atención
del sonido de las palabras hacia su significado; el último atiende a las seme-
janzas entre la estructura del sonido y la estructura de algunas emociones.
(Tsur 2017b: 8)

Se establece, de este modo, un correlato entre la expresión orientada del autor y


lo percibido por el receptor, quien establecería las correlaciones necesarias entre los dis-
Esta relación queda fijada, por una parte, a partir de los elementos fonológicos, que tintos niveles textuales y su significación, hasta completar la significación del bloque de
Benjamin Hrushovski estableció en la siguiente clasificación: Tipo I, correspondiente a la contenido que se ha pretendido transmitir, mediante una serie de estrategias de lectura
onomatopeya, como patrón mimético del sonido; Tipo II, patrones expresivos del sonido, (Begemann 1994). El valor emotivo de determinadas palabras, determinados sonidos y
es decir, como aquella sucesión de sonidos (lingüísticos) que buscan una reacción emotiva determinadas construcciones que derivan en un complejo de imágenes posee un valor sen-
en el receptor; y Tipo III, patrones focalizadores del sonido, donde una palabra repetida timental o emocional para los hablantes de una lengua dada (Aryani, Hsu y Jacob 2018),
ocupa el centro significativo del texto y se convierte en el eje en torno al cual se orientan las máxime al tratarse de un texto donde estos elementos aparecen en una evidente saturación
demás (Hrushovski 1980: 45-55). Asimismo, esta atracción fónica conlleva determinados semántica de carácter redundante. Ello se debe en buena medida a la actividad de las
fenómenos compositivos tanto en el plano sintáctico como en el semántico, hasta consti- neuronas-espejo, que nos llevan a actuar por empatía o por imitación ante determinados
tuir un ritmo semántico producido por el calco en la significación orientada de cada uno estímulos (Damasio 2010: 118; Tsur 2017c: 298-299).
de los niveles que componen el texto poético. De ello se deduce que las reglas compositivas
vienen determinadas por la sucesión de imágenes que arrastran consigo cada uno de los Por último, quisiera indicar que estas formas poéticas de las que he estado hablan-
actantes textuales, incluidos los sintácticos, hasta desembocar en una (cierta) regularidad do hasta ahora adquieren una determinada disposición espacial a partir de la intención
que, por su recurrencia, determina la cohesión textual y –por su orientación– la coherencia expresiva que rige el acto de comunicación poético. Podemos representarlo de acuerdo con
respecto del contenido semántico (Van Dijk 1976: 258), lo que nosotros indicamos a par- el siguiente esquema:
tir de una dialéctica basada en relaciones de analogía y/o antítesis y/o contigüidad, entre
imágenes y entre estructuras. Esta no estandarización de la construcción del texto poético,
a partir del nivel semántico (Gridina y Ustinova 2016) supone, por otra parte, la ruptura
de las reglas de construcción semántica en la formación de la imagen poética (Stockwell
2017: 49-112 y 144-148).

Frente al uso cotidiano (funcional) de una lengua, la construcción de la imagen


poética supone la transgresión de determinadas reglas, principalmente las de subcate-
gorización, sea por la violación de una categoría léxica, o por la vulneración de un rasgo
de subcategorización estricta (que establece el sistema de relaciones y el orden entre los
elementos en la frase) o por la ruptura de las reglas de subcategorización seleccional (por la
que se forman secuencias a partir de los rasgos compatibles de los términos que las compo-
nen); generalmente combinándose estas transgresiones de las reglas de subcategorización
(Van Dijk 1972a: 251-255; Crespo Matellán 1984: 97-98). Esta desviación de las reglas
semánticas orienta el texto no solo hacia un determinado contenido semántico, abierto,
pero limitado en su interpretación semiótica (Eco 1990: 36-38), sino que provoca una
reacción sentimental en el receptor. Como señala Reuben Tsur:

Cuando se discuten los enfoques de la contribución de la versificación a la


emoción en poesía, hay que hacer dos distinciones consecutivas. En primer

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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lugar, hay que distinguir entre los enfoques que se basan en principios ad
hoc y aquellos que se rigen por principios explícitos y coherentes. Dentro de
estos últimos, se pueden distinguir entre enfoques “orientados al sentido” y
enfoques de “efectos percibidos”. El primero tiende a desplazar la atención
del sonido de las palabras hacia su significado; el último atiende a las seme-
janzas entre la estructura del sonido y la estructura de algunas emociones.
(Tsur 2017b: 8)

Se establece, de este modo, un correlato entre la expresión orientada del autor y


lo percibido por el receptor, quien establecería las correlaciones necesarias entre los dis-
Esta relación queda fijada, por una parte, a partir de los elementos fonológicos, que tintos niveles textuales y su significación, hasta completar la significación del bloque de
Benjamin Hrushovski estableció en la siguiente clasificación: Tipo I, correspondiente a la contenido que se ha pretendido transmitir, mediante una serie de estrategias de lectura
onomatopeya, como patrón mimético del sonido; Tipo II, patrones expresivos del sonido, (Begemann 1994). El valor emotivo de determinadas palabras, determinados sonidos y
es decir, como aquella sucesión de sonidos (lingüísticos) que buscan una reacción emotiva determinadas construcciones que derivan en un complejo de imágenes posee un valor sen-
en el receptor; y Tipo III, patrones focalizadores del sonido, donde una palabra repetida timental o emocional para los hablantes de una lengua dada (Aryani, Hsu y Jacob 2018),
ocupa el centro significativo del texto y se convierte en el eje en torno al cual se orientan las máxime al tratarse de un texto donde estos elementos aparecen en una evidente saturación
demás (Hrushovski 1980: 45-55). Asimismo, esta atracción fónica conlleva determinados semántica de carácter redundante. Ello se debe en buena medida a la actividad de las
fenómenos compositivos tanto en el plano sintáctico como en el semántico, hasta consti- neuronas-espejo, que nos llevan a actuar por empatía o por imitación ante determinados
tuir un ritmo semántico producido por el calco en la significación orientada de cada uno estímulos (Damasio 2010: 118; Tsur 2017c: 298-299).
de los niveles que componen el texto poético. De ello se deduce que las reglas compositivas
vienen determinadas por la sucesión de imágenes que arrastran consigo cada uno de los Por último, quisiera indicar que estas formas poéticas de las que he estado hablan-
actantes textuales, incluidos los sintácticos, hasta desembocar en una (cierta) regularidad do hasta ahora adquieren una determinada disposición espacial a partir de la intención
que, por su recurrencia, determina la cohesión textual y –por su orientación– la coherencia expresiva que rige el acto de comunicación poético. Podemos representarlo de acuerdo con
respecto del contenido semántico (Van Dijk 1976: 258), lo que nosotros indicamos a par- el siguiente esquema:
tir de una dialéctica basada en relaciones de analogía y/o antítesis y/o contigüidad, entre
imágenes y entre estructuras. Esta no estandarización de la construcción del texto poético,
a partir del nivel semántico (Gridina y Ustinova 2016) supone, por otra parte, la ruptura
de las reglas de construcción semántica en la formación de la imagen poética (Stockwell
2017: 49-112 y 144-148).

Frente al uso cotidiano (funcional) de una lengua, la construcción de la imagen


poética supone la transgresión de determinadas reglas, principalmente las de subcate-
gorización, sea por la violación de una categoría léxica, o por la vulneración de un rasgo
de subcategorización estricta (que establece el sistema de relaciones y el orden entre los
elementos en la frase) o por la ruptura de las reglas de subcategorización seleccional (por la
que se forman secuencias a partir de los rasgos compatibles de los términos que las compo-
nen); generalmente combinándose estas transgresiones de las reglas de subcategorización
(Van Dijk 1972a: 251-255; Crespo Matellán 1984: 97-98). Esta desviación de las reglas
semánticas orienta el texto no solo hacia un determinado contenido semántico, abierto,
pero limitado en su interpretación semiótica (Eco 1990: 36-38), sino que provoca una
reacción sentimental en el receptor. Como señala Reuben Tsur:

Cuando se discuten los enfoques de la contribución de la versificación a la


emoción en poesía, hay que hacer dos distinciones consecutivas. En primer

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


154 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 155
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Esas secuencias léxicas, procedentes de esa expresión orientada y cuya característica ro Ciorán”, “bebo violas”, “cosas quebradas”, “bebo mis venas”, etc.), lo que sirve, a su vez
principal es su ritmo semántico, se materializan en forma de una superestructura determinada para la creación de imágenes a través del valor simbólico de los sonidos, que completará las
(que podemos denominar “superestructura lírica”, en conexión con el género literario en que relaciones significativas establecidas por las palabras, de acuerdo con una expresión orientada
se inscribe) y que, en su estructura de superficie se manifestarían o en forma de poema rimado y redundante del contenido semántico que se desea transmitir.
y con isometría (por ejemplo, los sonetos de Miguel Hernández), en forma de verso blanco e
isométrico (como en el caso de los sonetos de Neruda ) o bien como verso libre o como poema Otro aspecto que incide en el ritmo es la sucesión de estructuras sintácticas, con
en prosa, con unos patrones rítmicos muy marcados. Para ello voy a analizar brevemente dos notables repeticiones y paralelismos, lo que incide en el sentido redundante de la expresión:
poemas (desarrollados, respectivamente, en verso libre y en poema en prosa), de acuerdo con “Extraño no decirlo” (verso 1) / “extraño no contarte” (verso 3) / “extraño no decirlo” (verso
lo expuesto hasta aquí y sin olvidar las estructuras culturales de partida en el ámbito literario. 7), con la equivalencia semántica entre “decir” y “contar”; “yo bebo violas rotas” (verso 9) /
“en verdad yo me bebo la infancia del coñac” (verso 11) / “bebo las locas ramas virginales”
Extraño no decirlo y hablar hidras pensadas (verso 12) / “bebo mis venas” (verso 13) / “ bebo lo que me resta” (verso 14) / “bebo la sábana
o hacer poesía y cálculo, de los sacrificios y bebo el amor que salpica sueño” (verso 16), junto a “pienso cosas quebra-
extraño no contarte que el cianuro Cioran viene sobre las diez, das”, con la misma estructura sintáctica (NV + CD); y “pero de qué nos sirve” (versos 6 y 17),
o viene Rilke el poeta secuencia repetida al final de ambos bloques estróficos, con valor anafórico. Estas estructuras
a contarme que sí, que de veras tú pasas a mi sangre sintácticas resultan redundantes no solo por su configuración, que crea un segundo patrón
pero de qué nos sirve. rítmico, al repetir las mismas estructuras, sino que, principalmente en el segundo segmento
del poema, van a estar acompañadas por el fenómeno que deviene, por una parte, en la cons-
Veneno y sombra extraña, extraño no decirlo, de metales muy fríos trucción de un ritmo semántico, y ‒por otra‒ en la construcción semántica de las imágenes
y faltos de latido: a través de la subcategorización anómala: “tú pasas a mi sangre”, “bebo [+ líquido] violas
amor, es eso, yo bebo violas rotas, rotas [+ sólido], incompatibilidad de rasgos de subcategorización que se va a reproducir en
pienso cosas quebradas, los siguientes versos: “bebo las locas ramas virginales, / bebo mis venas que se adormecen
en verdad yo me bebo la infancia del coñac, para querer morir, / bebo lo que me resta cuando dejo mi cuello / bajo la luna de guillotina,
bebo las locas ramas virginales, / bebo la sábana de los sacrificios y bebo el amor que salpica sueño”, en muchas ocasiones
bebo mis venas que se adormecen para querer morir, empleando la personificación como punto de partida para la construcción de la imagen.
bebo lo que me resta cuando dejo mi cuello Todas estas imágenes son equivalentes semánticamente, al orientarse hacia la destrucción,
bajo la luna de guillotina, con una repetición anafórica, pero se trata de una destrucción interior, mediante el desvío
bebo la sábana de los sacrificios y bebo el amor que salpica sueño del significado de “beber”, al tiempo que la sucesión de imágenes que nos orientan hacia la
pero de qué nos sirve. (Andreu 1980: 33) sangre (“venas”, “infancia del cognac” [= vino], “mi cuello bajo la luna de guillotina” o esa
“sábana de los sacrificios”) nos orienta, de acuerdo con Bachelard y sus “metáforas del fuego”
Como se puede apreciar, el texto de Blanca Andreu se basa en un patrón de siete hacia la pasión amorosa (Bachelard 1988).
sílabas (heptasilábico), con algunas divergencias que sirven como variatio rítmica, evitando
así un ritmo excesivamente marcado en el verso libre; si bien, la mayoría de estas variantes Todo ello viene, además, acompañado de una serie de referencias culturales (Rilke y
coinciden con el heptasílabo, por cuanto comparten con él el ritmo yámbico. De este modo, el ángel bello y exterminador de sus Elegías de Duino), el filósofo existencialista Cioran o las
la disposición métrico-rítmica del poema sería una sucesión de heptasílabos (7, en los versos “violas rotas” del tópico del tempus fugit, empleado por Góngora en su soneto sobre el carpe
2, 4, 6, 8, 10 y 17), alejandrinos (7 + 7, en los versos 1, 11 y 14) y de veintiuna sílabas (7 + 7 diem “Mientras por competir con tu cabello…” (“violas truncadas”), con el valor simbólico
+ 7, en los versos 3 y 7), junto con versos donde hallamos el heptasílabo unido a otros metros de lo efímero, hasta determinar las posibles interpretaciones del poema, relacionadas con
en hemistiquios irregulares (frente a los versos ya indicados, cuyos hemistiquios resultan re- la destrucción por una pasión amorosa que ha cesado.
gulares), como sucede en el dodecasílabo del verso 9 (5 + 7; por tanto, con hemistiquio irre-
gular), el heptadecasílabo del verso 13 (10 + 7, pero cuyo decasílabo tiene dos hemistiquios Por otra parte, una variable formal en la que el ritmo semántico se mantiene a
regulares formados por sendos pentasílabos, por lo que el ritmo yámbico mantiene su vigen- través de una continuidad de paralelismos sintácticos y semánticos es el poema en prosa,
cia a nivel de los hemistiquios: 5 + 5 + 7), coincidente en los pentasílabos con el decasílabo como en este ejemplo:
del verso 15 (5 + 5); mientras que el octodecasílabo del verso 5 (7 + 11, con un endecasílabo
melódico) coincide con el endecasílabo del verso 12 (endecasílabo sáfico) y con el verso 16, de
No dejéis morir a los viejos profetas pues alzaron su voz contra la usura
veintitrés sílabas, en el que hallamos un dodecasílabo con hemistiquios regulares (6 + 6) y un
que ciega nuestros ojos con óxidos oscuros, la voz que viene del desierto, el
endecasílabo con ritmo quebrado, lo que supone una evidente ruptura del ritmo. También
animal desnudo que sale de las aguas para fundar un reino de inocencia, la
hallamos una serie de sonidos que se relacionan de acuerdo con una atracción fónica (“cianu-

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Depósito Legal B.3146-2001 Universidad de Rosario (Argentina) Versión electrónica: designisfels.net
LUIS MARTÍNEZ-FALERO TEORÍA COGNITIVA Y CONSTRUCCIÓN TEXTUAL DEL POEMA: PATRONES RÍTMICOS Y REPRESENTACIÓN SEMÁNTICA

Esas secuencias léxicas, procedentes de esa expresión orientada y cuya característica ro Ciorán”, “bebo violas”, “cosas quebradas”, “bebo mis venas”, etc.), lo que sirve, a su vez
principal es su ritmo semántico, se materializan en forma de una superestructura determinada para la creación de imágenes a través del valor simbólico de los sonidos, que completará las
(que podemos denominar “superestructura lírica”, en conexión con el género literario en que relaciones significativas establecidas por las palabras, de acuerdo con una expresión orientada
se inscribe) y que, en su estructura de superficie se manifestarían o en forma de poema rimado y redundante del contenido semántico que se desea transmitir.
y con isometría (por ejemplo, los sonetos de Miguel Hernández), en forma de verso blanco e
isométrico (como en el caso de los sonetos de Neruda ) o bien como verso libre o como poema Otro aspecto que incide en el ritmo es la sucesión de estructuras sintácticas, con
en prosa, con unos patrones rítmicos muy marcados. Para ello voy a analizar brevemente dos notables repeticiones y paralelismos, lo que incide en el sentido redundante de la expresión:
poemas (desarrollados, respectivamente, en verso libre y en poema en prosa), de acuerdo con “Extraño no decirlo” (verso 1) / “extraño no contarte” (verso 3) / “extraño no decirlo” (verso
lo expuesto hasta aquí y sin olvidar las estructuras culturales de partida en el ámbito literario. 7), con la equivalencia semántica entre “decir” y “contar”; “yo bebo violas rotas” (verso 9) /
“en verdad yo me bebo la infancia del coñac” (verso 11) / “bebo las locas ramas virginales”
Extraño no decirlo y hablar hidras pensadas (verso 12) / “bebo mis venas” (verso 13) / “ bebo lo que me resta” (verso 14) / “bebo la sábana
o hacer poesía y cálculo, de los sacrificios y bebo el amor que salpica sueño” (verso 16), junto a “pienso cosas quebra-
extraño no contarte que el cianuro Cioran viene sobre las diez, das”, con la misma estructura sintáctica (NV + CD); y “pero de qué nos sirve” (versos 6 y 17),
o viene Rilke el poeta secuencia repetida al final de ambos bloques estróficos, con valor anafórico. Estas estructuras
a contarme que sí, que de veras tú pasas a mi sangre sintácticas resultan redundantes no solo por su configuración, que crea un segundo patrón
pero de qué nos sirve. rítmico, al repetir las mismas estructuras, sino que, principalmente en el segundo segmento
del poema, van a estar acompañadas por el fenómeno que deviene, por una parte, en la cons-
Veneno y sombra extraña, extraño no decirlo, de metales muy fríos trucción de un ritmo semántico, y ‒por otra‒ en la construcción semántica de las imágenes
y faltos de latido: a través de la subcategorización anómala: “tú pasas a mi sangre”, “bebo [+ líquido] violas
amor, es eso, yo bebo violas rotas, rotas [+ sólido], incompatibilidad de rasgos de subcategorización que se va a reproducir en
pienso cosas quebradas, los siguientes versos: “bebo las locas ramas virginales, / bebo mis venas que se adormecen
en verdad yo me bebo la infancia del coñac, para querer morir, / bebo lo que me resta cuando dejo mi cuello / bajo la luna de guillotina,
bebo las locas ramas virginales, / bebo la sábana de los sacrificios y bebo el amor que salpica sueño”, en muchas ocasiones
bebo mis venas que se adormecen para querer morir, empleando la personificación como punto de partida para la construcción de la imagen.
bebo lo que me resta cuando dejo mi cuello Todas estas imágenes son equivalentes semánticamente, al orientarse hacia la destrucción,
bajo la luna de guillotina, con una repetición anafórica, pero se trata de una destrucción interior, mediante el desvío
bebo la sábana de los sacrificios y bebo el amor que salpica sueño del significado de “beber”, al tiempo que la sucesión de imágenes que nos orientan hacia la
pero de qué nos sirve. (Andreu 1980: 33) sangre (“venas”, “infancia del cognac” [= vino], “mi cuello bajo la luna de guillotina” o esa
“sábana de los sacrificios”) nos orienta, de acuerdo con Bachelard y sus “metáforas del fuego”
Como se puede apreciar, el texto de Blanca Andreu se basa en un patrón de siete hacia la pasión amorosa (Bachelard 1988).
sílabas (heptasilábico), con algunas divergencias que sirven como variatio rítmica, evitando
así un ritmo excesivamente marcado en el verso libre; si bien, la mayoría de estas variantes Todo ello viene, además, acompañado de una serie de referencias culturales (Rilke y
coinciden con el heptasílabo, por cuanto comparten con él el ritmo yámbico. De este modo, el ángel bello y exterminador de sus Elegías de Duino), el filósofo existencialista Cioran o las
la disposición métrico-rítmica del poema sería una sucesión de heptasílabos (7, en los versos “violas rotas” del tópico del tempus fugit, empleado por Góngora en su soneto sobre el carpe
2, 4, 6, 8, 10 y 17), alejandrinos (7 + 7, en los versos 1, 11 y 14) y de veintiuna sílabas (7 + 7 diem “Mientras por competir con tu cabello…” (“violas truncadas”), con el valor simbólico
+ 7, en los versos 3 y 7), junto con versos donde hallamos el heptasílabo unido a otros metros de lo efímero, hasta determinar las posibles interpretaciones del poema, relacionadas con
en hemistiquios irregulares (frente a los versos ya indicados, cuyos hemistiquios resultan re- la destrucción por una pasión amorosa que ha cesado.
gulares), como sucede en el dodecasílabo del verso 9 (5 + 7; por tanto, con hemistiquio irre-
gular), el heptadecasílabo del verso 13 (10 + 7, pero cuyo decasílabo tiene dos hemistiquios Por otra parte, una variable formal en la que el ritmo semántico se mantiene a
regulares formados por sendos pentasílabos, por lo que el ritmo yámbico mantiene su vigen- través de una continuidad de paralelismos sintácticos y semánticos es el poema en prosa,
cia a nivel de los hemistiquios: 5 + 5 + 7), coincidente en los pentasílabos con el decasílabo como en este ejemplo:
del verso 15 (5 + 5); mientras que el octodecasílabo del verso 5 (7 + 11, con un endecasílabo
melódico) coincide con el endecasílabo del verso 12 (endecasílabo sáfico) y con el verso 16, de
No dejéis morir a los viejos profetas pues alzaron su voz contra la usura
veintitrés sílabas, en el que hallamos un dodecasílabo con hemistiquios regulares (6 + 6) y un
que ciega nuestros ojos con óxidos oscuros, la voz que viene del desierto, el
endecasílabo con ritmo quebrado, lo que supone una evidente ruptura del ritmo. También
animal desnudo que sale de las aguas para fundar un reino de inocencia, la
hallamos una serie de sonidos que se relacionan de acuerdo con una atracción fónica (“cianu-

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verbo “alzar” (en cualquiera de sus formas o tiempos) para acompañar los sintagmas nomi-
ira que despliega el mundo en alas, el pájaro abrasado de los apocalipsis, las
nales con que comienzan. Este empleo de las oraciones nominales puras (tras un “dejéis”
antiguas palabras, las ciudades perdidas, el despertar del sol como dádiva
en imperativo y un “alzaron” en pretérito perfecto simple) marca una intemporalidad de
cierta en la mano del hombre. (Valente 1992: 17)
lo enunciado, que parece remitirnos a un tiempo mítico (el de los profetas y el de los mitos
clásicos), que es también el de la escritura. El poeta, tras la muerte de los dioses o los ídolos
En el poema en prosa los patrones rítmicos vendrán determinados por el nivel
(F. Nietzsche), asume el poder de la profecía, ya enunciado por Platón o por Cicerón o por
sintáctico y el nivel semántico, hasta configurar el ritmo semántico. Así, en el texto de Va-
Horacio (por tratarse el poeta de un ser inspirado), pero ya no inspirado por un dios o una
lente, en el nivel sintáctico encontramos una sucesión de estructuras paralelas que forman
musa, sino por la existencia misma, por su propio lenguaje para expresar unas cuestiones
dos bloques: por una parte, la estructura Determinante + Núcleo + Oración de relativo,
profundamente humanas, para que lo trascendente no sea lo divino, sino lo humano, como
que está formada ‒a su vez‒ por un Núcleo Verbal y un Complemento Circunstancial, de
quiso establecer Mallarmé en Igitur. Se trata, por tanto, de una nueva mística, la de la pa-
manera continuada, con la aparición de un Complemento Directo en dos de las secuencias,
labra humana, que recoge de este modo el testigo de la palabra profética.
dispuestas de manera simétrica:
Este juego de paralelismos sintácticos posee su correlato en el nivel semántico del
1. la usura que ciega nuestros ojos con óxidos oscuros
texto, al confluir las imágenes (unidas mediante yuxtaposición, para que la enunciación
2. la voz que viene del desierto
fluya con la velocidad suficiente como para que el lector las “vea” en una sucesión vertigi-
3. el animal desnudo que sale de las aguas
nosa) en una dirección que parece remitirnos al Antiguo Testamento o al Apocalipsis de San
4. la ira que despliega el mundo en alas
Juan (o a los apocalipsis judíos anteriores al cristianismo o a otros apocalipsis cristianos
paralelos al canónico de San Juan), pero también a las cosmogonías y los mitos como el Ave
Estas secuencias paralelas se van a ver sustituidas por otra sucesión de secuencias
Fénix, en una síntesis mitológica que deviene en una formulación de la poesía misma: ha-
paralelas formadas por la estructura Determinante + Núcleo + Complemento del Núcleo,
blar de lo profundamente humano con un lenguaje otro, con un lenguaje más allá del len-
a veces sustituyendo el adjetivo por un Complemento del Núcleo formado por un sintag-
guaje, como el de los profetas o los oráculos. Así, podemos polarizar las imágenes en una
ma preposicional en función de Complementos del Nombre:
doble dirección, las que poseen reminiscencias veterotestamentarias y/o apocalípticas (“la
voz que viene del desierto”[Isaías 40, 3], “la ira que despliega el mundo en alas” [Yahveh
5. el pájaro abrasado de los apocalipsis
o Abaddón, el ángel exterminador], “las antiguas palabras”, “las ciudades perdidas” [So-
6. las antiguas palabras
doma y Gomorra, por ejemplo]) y las que poseen el doble valor de lo mítico judeocristiano
7. las ciudades perdidas
y lo mítico grecolatino (“el pájaro abrasado de los apocalipsis” [apocalipsis judíos, Ave
8. el despertar del mundo […]
Fénix], “las ciudades perdidas” [la Atlántida, por ejemplo], “el despertar del mundo como
dádiva cierta en la mano del hombre” [las cosmogonías, desde el Enuma Elish, pasando por
Como vemos existe una relación de simetría (estructura especular o quiásmica)
Hesíodo o por los órficos, o el Génesis bíblico: el ser humano acaba por ser el poseedor del
entre las secuencias 6 y 7 [Determinante + Complemento del Núcleo + Núcleo / Deter-
mundo físico]), actuando la secuencia “el animal desnudo que sale de las aguas para fundar
minante + Núcleo + Complemento del Núcleo], lo que contrapone y enfatiza tanto las
un reino de inocencia”, como una mención a lo humano, con una referencia a la evolución
estructuras sintácticas como el contenido semántico de estas secuencias. Resulta también
y/o a lo adánico o paradisíaco de una edad genésica de la humanidad. Por tanto, este ritmo
evidente el juego entre el paralelismo y la estructura especular en estas secuencias: uso del
semántico marca la sucesión de imágenes que nos orientan hacia una significación que
paralelismo (Determinante + Núcleo [+ Complemento del Núcleo adjetival] + Comple-
puede considerarse como una reescritura (por adición de mitemas) de esos textos sagrados
mento del Núcleo con sintagma preposicional), en 5 y 8, frente a la estructura especular
de la Antigüedad, pero que pasa a ser una formulación de la voz poética en el mundo con-
(sin Complemento del Núcleo con sintagma preposicional) en las secuencias 6 y 7.
temporáneo, a través de esa nueva mística de la palabra humana.
En este plano sintáctico también resultan muy significativas, sobre todo para la
construcción del sentido del texto, el empleo de las oraciones nominales puras (sin verbo),
5. CONCLUSIÓN
de las que dependen, en los casos indicados también, algunas oraciones de relativo (espe-
cificativas, restringiendo aún más los valores semánticos de las oraciones); en ninguna de
A la largo de las páginas anteriores he intentado plantear y desarrollar brevemente
estas secuencias se puede considerar la elipsis de un verbo anterior: “la voz que viene del
un estudio sobre la construcción textual del poema, partiendo de un método interdiscipli-
desierto” / “el animal desnudo que sale de las aguas para fundar un reino de inocencia” /
nar, necesario para poder abarcar de manera suficiente el estudio de la creación y recepción
“la ira que despliega el mundo en alas” / “el pájaro abrasado de los apocalipsis” / “las anti-
del texto literario (en nuestro breve trabajo, el texto poético). Para ello hemos partido de la
guas palabras” / “las ciudades perdidas” / “el despertar del mundo como dádiva cierta en la
creatividad (que corresponde, obviamente al emisor o alocutor), con las implicaciones an-
mano del hombre”. En ninguna de estas secuencias cabe suponer ni un verbo “dejar” ni un
tropológicas y psicológicas necesarias para poder explicar por completo una “competencia

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verbo “alzar” (en cualquiera de sus formas o tiempos) para acompañar los sintagmas nomi-
ira que despliega el mundo en alas, el pájaro abrasado de los apocalipsis, las
nales con que comienzan. Este empleo de las oraciones nominales puras (tras un “dejéis”
antiguas palabras, las ciudades perdidas, el despertar del sol como dádiva
en imperativo y un “alzaron” en pretérito perfecto simple) marca una intemporalidad de
cierta en la mano del hombre. (Valente 1992: 17)
lo enunciado, que parece remitirnos a un tiempo mítico (el de los profetas y el de los mitos
clásicos), que es también el de la escritura. El poeta, tras la muerte de los dioses o los ídolos
En el poema en prosa los patrones rítmicos vendrán determinados por el nivel
(F. Nietzsche), asume el poder de la profecía, ya enunciado por Platón o por Cicerón o por
sintáctico y el nivel semántico, hasta configurar el ritmo semántico. Así, en el texto de Va-
Horacio (por tratarse el poeta de un ser inspirado), pero ya no inspirado por un dios o una
lente, en el nivel sintáctico encontramos una sucesión de estructuras paralelas que forman
musa, sino por la existencia misma, por su propio lenguaje para expresar unas cuestiones
dos bloques: por una parte, la estructura Determinante + Núcleo + Oración de relativo,
profundamente humanas, para que lo trascendente no sea lo divino, sino lo humano, como
que está formada ‒a su vez‒ por un Núcleo Verbal y un Complemento Circunstancial, de
quiso establecer Mallarmé en Igitur. Se trata, por tanto, de una nueva mística, la de la pa-
manera continuada, con la aparición de un Complemento Directo en dos de las secuencias,
labra humana, que recoge de este modo el testigo de la palabra profética.
dispuestas de manera simétrica:
Este juego de paralelismos sintácticos posee su correlato en el nivel semántico del
1. la usura que ciega nuestros ojos con óxidos oscuros
texto, al confluir las imágenes (unidas mediante yuxtaposición, para que la enunciación
2. la voz que viene del desierto
fluya con la velocidad suficiente como para que el lector las “vea” en una sucesión vertigi-
3. el animal desnudo que sale de las aguas
nosa) en una dirección que parece remitirnos al Antiguo Testamento o al Apocalipsis de San
4. la ira que despliega el mundo en alas
Juan (o a los apocalipsis judíos anteriores al cristianismo o a otros apocalipsis cristianos
paralelos al canónico de San Juan), pero también a las cosmogonías y los mitos como el Ave
Estas secuencias paralelas se van a ver sustituidas por otra sucesión de secuencias
Fénix, en una síntesis mitológica que deviene en una formulación de la poesía misma: ha-
paralelas formadas por la estructura Determinante + Núcleo + Complemento del Núcleo,
blar de lo profundamente humano con un lenguaje otro, con un lenguaje más allá del len-
a veces sustituyendo el adjetivo por un Complemento del Núcleo formado por un sintag-
guaje, como el de los profetas o los oráculos. Así, podemos polarizar las imágenes en una
ma preposicional en función de Complementos del Nombre:
doble dirección, las que poseen reminiscencias veterotestamentarias y/o apocalípticas (“la
voz que viene del desierto”[Isaías 40, 3], “la ira que despliega el mundo en alas” [Yahveh
5. el pájaro abrasado de los apocalipsis
o Abaddón, el ángel exterminador], “las antiguas palabras”, “las ciudades perdidas” [So-
6. las antiguas palabras
doma y Gomorra, por ejemplo]) y las que poseen el doble valor de lo mítico judeocristiano
7. las ciudades perdidas
y lo mítico grecolatino (“el pájaro abrasado de los apocalipsis” [apocalipsis judíos, Ave
8. el despertar del mundo […]
Fénix], “las ciudades perdidas” [la Atlántida, por ejemplo], “el despertar del mundo como
dádiva cierta en la mano del hombre” [las cosmogonías, desde el Enuma Elish, pasando por
Como vemos existe una relación de simetría (estructura especular o quiásmica)
Hesíodo o por los órficos, o el Génesis bíblico: el ser humano acaba por ser el poseedor del
entre las secuencias 6 y 7 [Determinante + Complemento del Núcleo + Núcleo / Deter-
mundo físico]), actuando la secuencia “el animal desnudo que sale de las aguas para fundar
minante + Núcleo + Complemento del Núcleo], lo que contrapone y enfatiza tanto las
un reino de inocencia”, como una mención a lo humano, con una referencia a la evolución
estructuras sintácticas como el contenido semántico de estas secuencias. Resulta también
y/o a lo adánico o paradisíaco de una edad genésica de la humanidad. Por tanto, este ritmo
evidente el juego entre el paralelismo y la estructura especular en estas secuencias: uso del
semántico marca la sucesión de imágenes que nos orientan hacia una significación que
paralelismo (Determinante + Núcleo [+ Complemento del Núcleo adjetival] + Comple-
puede considerarse como una reescritura (por adición de mitemas) de esos textos sagrados
mento del Núcleo con sintagma preposicional), en 5 y 8, frente a la estructura especular
de la Antigüedad, pero que pasa a ser una formulación de la voz poética en el mundo con-
(sin Complemento del Núcleo con sintagma preposicional) en las secuencias 6 y 7.
temporáneo, a través de esa nueva mística de la palabra humana.
En este plano sintáctico también resultan muy significativas, sobre todo para la
construcción del sentido del texto, el empleo de las oraciones nominales puras (sin verbo),
5. CONCLUSIÓN
de las que dependen, en los casos indicados también, algunas oraciones de relativo (espe-
cificativas, restringiendo aún más los valores semánticos de las oraciones); en ninguna de
A la largo de las páginas anteriores he intentado plantear y desarrollar brevemente
estas secuencias se puede considerar la elipsis de un verbo anterior: “la voz que viene del
un estudio sobre la construcción textual del poema, partiendo de un método interdiscipli-
desierto” / “el animal desnudo que sale de las aguas para fundar un reino de inocencia” /
nar, necesario para poder abarcar de manera suficiente el estudio de la creación y recepción
“la ira que despliega el mundo en alas” / “el pájaro abrasado de los apocalipsis” / “las anti-
del texto literario (en nuestro breve trabajo, el texto poético). Para ello hemos partido de la
guas palabras” / “las ciudades perdidas” / “el despertar del mundo como dádiva cierta en la
creatividad (que corresponde, obviamente al emisor o alocutor), con las implicaciones an-
mano del hombre”. En ninguna de estas secuencias cabe suponer ni un verbo “dejar” ni un
tropológicas y psicológicas necesarias para poder explicar por completo una “competencia

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LUIS MARTÍNEZ-FALERO TEORÍA COGNITIVA Y CONSTRUCCIÓN TEXTUAL DEL POEMA: PATRONES RÍTMICOS Y REPRESENTACIÓN SEMÁNTICA

creativa” (procedente de unos condicionantes psicológicos del individuo) que se especifica Literatura y la Neurociencia”, Archivum 70 (1), 147-164.
a través de una creación lingüística, de tal manera que es la lingüística (tanto desde la PARAÍSO, I. (1985) El verso libre hispánico. Madrid: Gredos.
poética generativa, como desde las teorías formal-estructuralistas) la que nos va a permitir RASTIER, F. (1987) Sémantique interprétative. Paris: PUF.
explicar la construcción textual del poema, a través de una serie de procedimientos creati- RUNKO, M. A., JAEGER, G. J. (2012) “The Standard Definition of Creativity”, Creative Research
Journal 24 (1), 92-96.
vos, que he centrado en los patrones rítmicos y la construcción de la imagen poética como
SPERBER, D. (1974 [1988]) El simbolismo en general. Barcelona: Anthropos.
rasgos más decisivos de este proceso, con sendos ejemplos para poner en práctica la teoría STOCKWELL, P. (2017) The Language of Surrealism. Suffolk: Palgrave.
expuesta. Estos elementos formales que constituyen el texto, a través de una expresión que TATARKIEWICZ, W. (1976 [1997] Historia de seis ideas. Arte, belleza, forma, creatividad, mímesis,
orienta el bloque de contenido que se desea transmitir, pasan a ser rasgos de estilo que experiencia estética. Madrid: Tecnos.
han de guiar la interpretación (que corresponde al emisor o elocutor), para poder inferir la TOMACHEVSKI, B. (1925 [1982] Teoría de la literatura. Madrid: Akal.
significación del texto, que posee un carácter redundante en cada uno de los niveles que lo TSUR, R. (2012) Poetic Rhythm: Structure and Performance. An Empirical Study in Cognitive Poetics.
conforman. De este modo, como hemos venido describiendo, forma y sentido se articulan Eastbourne-Portland: Sussex Academic Press.
en torno al sentimiento humano, a la comunicación, a la necesidad de comunicación que ––– (2017a) Poetic Conventions as Cognitive Fossils. New York: Oxford University Press.
trasciende el lenguaje, que trasmite la pequeña verdad del ser humano, pero la verdad que ––– (2017b) “Metre, rhythm and emotion in poetry. A cognitive Approach”, Studia Metrica et Poetica 4
nos identifica más allá de las palabras, en la imagen misma de la existencia. (1), 7-40.
––– (2017c) “Elusive Qualities in Poetry, Receptivity, and Neural Correlates”. En Csábi, S. (ed.) Expressive
Minds and Artistic Creations, 279-302. New York: Oxford University Press.
TURNER, M. (2003) “The Cognitive Study of Art, Language and Literature”. Poetics Today 23 (1),
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
9-20.
UTRERA TORREMOCHA, M. V. (2010) Estructura y teoría del verso libre. Madrid: CSIC.
ANDREU, B. (1980 [1986]) De una niña de provincias que se vino a vivir en un Chagall. Madrid: VALENTE, J. Á. (1992) No amanece el cantor. Barcelona: Tusquets.
Hiperión. VAN DIJK, T.A. (1972a) Some Aspects of Text Grammars. A Study of Theoretical Linguistics and Poetics.
ARYANI, A., HSU, CH.-T., JACOBS, A. M. (2018) “The Sound of Words Evokes Affective Brain The Hague-Paris: Mouton.
Responses”, Brain Sciences 8 (94), 1-10. –– (1972b [1976]) “Aspectos de una teoría generativa del texto poético”. En Greimas, A. J. et alii, Ensayos
BACHELARD, G. (1988 [1992]) Fragmentos de una poética del fuego. Buenos Aires: Paidós. de semiótica poética, 239-271. Barcelona: Planeta.
BEGEMANN, P. (1994) “Readers’ Strategies in Comprehending Poetic Discourse”. En Petöfi, J. S. y –– (1980) Macroestructures. An Interdisciplinary Study of Global Structures in Discourse, Interaction and
Olivi, T. (ed.) Approaches to Poetry. Some Aspects of Textuality, Intertextuality and Intermediality, 1-31. Cognition. Hillsdale (NJ): Lawrence Erlbaum Associates.
Berlin-New York: Walter de Gruyter.
BRIK, O. (1927 [2004]) “Ritmo y sintaxis”. En Todorov, T. (comp.) Teoría de la literatura de los for-
malistas rusos, 107-114. Buenos Aires: Siglo XXI.
CRESPO MATELLÁN, S. (1984) “Lingüística generativa y poética”, Estudios Filológicos 7, 95-115.
DAMASIO, A. (2010) Self Comes to Mind. Constructing the Conscious Brain. New York: Pantheon
Books.
ECO, U. (1990 [1992]) Los límites de la interpretación. Barcelona: Lumen.
DEVINE, A. M., STEPHENS, L. D. (1975) “The abstractness of metrical patterns: Generative metrics
and explicit traditional metrics”, Poetics 4 (4), 411-430.
GIGERENZER, G. (2007) Good Feelings. The Inteligence of Unconscious. New York: Viking.
GRIDINA, T.A., USTINOVA, T.V. (2016) “The poetic linguistic non-standardness and meaning cons-
truction: Semantic aspects of the associative theory of linguistic creativity”, Russian Linguistic Bulletin 2
(6), 93-96.
HRUSHOVSKI, B. (1980) “The Meaning of Sound Patterns in Poetry: An Interaction Theory”, Poetics
Today 2 (1), 39-56.
JAKOBSON, R. (1970 [1971]) “Structures linguistiques subliminales en poésie”, Poétique 7 (3), 324-
333.
KOTZ, S. A., RAVIGNANI, A.. FITCH, W. T. (2018) “The Evolution of Rhythm Processing”.
Trends in Cognitive Sciences 22 (10), 896-910.
LOTMAN, Y. (1970 [1988]) Estructura del texto artístico. Madrid: Istmo.
LOTZ, J. (1960) “Metric Typology”. En Sebeok, Th. A. (ed.), Style in Language, 135-148. Cambridge
(MA): The MIT Press.
MARTÍNEZ-FALERO, L. (2020) “Una propuesta sobre la creatividad literaria desde la Teoría de la
Atribución-NoComercial-CompartirIgual
CC BY-NC-SA

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


160 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 161
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LUIS MARTÍNEZ-FALERO TEORÍA COGNITIVA Y CONSTRUCCIÓN TEXTUAL DEL POEMA: PATRONES RÍTMICOS Y REPRESENTACIÓN SEMÁNTICA

creativa” (procedente de unos condicionantes psicológicos del individuo) que se especifica Literatura y la Neurociencia”, Archivum 70 (1), 147-164.
a través de una creación lingüística, de tal manera que es la lingüística (tanto desde la PARAÍSO, I. (1985) El verso libre hispánico. Madrid: Gredos.
poética generativa, como desde las teorías formal-estructuralistas) la que nos va a permitir RASTIER, F. (1987) Sémantique interprétative. Paris: PUF.
explicar la construcción textual del poema, a través de una serie de procedimientos creati- RUNKO, M. A., JAEGER, G. J. (2012) “The Standard Definition of Creativity”, Creative Research
Journal 24 (1), 92-96.
vos, que he centrado en los patrones rítmicos y la construcción de la imagen poética como
SPERBER, D. (1974 [1988]) El simbolismo en general. Barcelona: Anthropos.
rasgos más decisivos de este proceso, con sendos ejemplos para poner en práctica la teoría STOCKWELL, P. (2017) The Language of Surrealism. Suffolk: Palgrave.
expuesta. Estos elementos formales que constituyen el texto, a través de una expresión que TATARKIEWICZ, W. (1976 [1997] Historia de seis ideas. Arte, belleza, forma, creatividad, mímesis,
orienta el bloque de contenido que se desea transmitir, pasan a ser rasgos de estilo que experiencia estética. Madrid: Tecnos.
han de guiar la interpretación (que corresponde al emisor o elocutor), para poder inferir la TOMACHEVSKI, B. (1925 [1982] Teoría de la literatura. Madrid: Akal.
significación del texto, que posee un carácter redundante en cada uno de los niveles que lo TSUR, R. (2012) Poetic Rhythm: Structure and Performance. An Empirical Study in Cognitive Poetics.
conforman. De este modo, como hemos venido describiendo, forma y sentido se articulan Eastbourne-Portland: Sussex Academic Press.
en torno al sentimiento humano, a la comunicación, a la necesidad de comunicación que ––– (2017a) Poetic Conventions as Cognitive Fossils. New York: Oxford University Press.
trasciende el lenguaje, que trasmite la pequeña verdad del ser humano, pero la verdad que ––– (2017b) “Metre, rhythm and emotion in poetry. A cognitive Approach”, Studia Metrica et Poetica 4
nos identifica más allá de las palabras, en la imagen misma de la existencia. (1), 7-40.
––– (2017c) “Elusive Qualities in Poetry, Receptivity, and Neural Correlates”. En Csábi, S. (ed.) Expressive
Minds and Artistic Creations, 279-302. New York: Oxford University Press.
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(MA): The MIT Press.
MARTÍNEZ-FALERO, L. (2020) “Una propuesta sobre la creatividad literaria desde la Teoría de la
Atribución-NoComercial-CompartirIgual
CC BY-NC-SA

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


160 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 161
Depósito Legal B.3146-2001 Universidad de Rosario (Argentina) Versión electrónica: designisfels.net
II. PUNTOS DE VISTA
II. VIEWPOINTS

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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II. PUNTOS DE VISTA
II. VIEWPOINTS

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DE LA METÁFORA DE LA COMPUTADORA A LAS METÁFORAS MULTIMODALES

De la metáfora de la computadora
a las metáforas multimodales /
From the computer metaphor to
multimodal metaphor
Fernando Gabriel Rodríguez
(pág 165 - pág 172)

Se describen los avatares de la idea de significación en el proyecto heurístico-meto-


dológico de las llamadas ciencias cognitivas, desde su primera formulación hasta los giros
que, recientemente, han conmovido las premisas fundadoras y reintroducido al campo de la
cognición y la semiosis variables anteriormente soslayadas. En este marco, se destaca cómo,
incorporando aspectos blandos de la subjetividad y una más amplia concepción de la idea de
individuo corporalmente ligado al mundo, se ha generado en el cognitivismo una revolución
de perspectivas desde la psicología del desarrollo, la lingüística y la filosofía de la mente.

Palabras clave: desarrollo cognitivo, mente, signos, esquemas cognitivos, inter-


subjetividad.

The changes in the idea of meaning in the heuristic-methodological project of the


cognitive sciences are described, from its first formulation to the twists and turns that
have recently moved the founding premises and reintroduced some variables, previously
overlooked, in the field of cognition and semiosis. In this framework, it is highlighted
how, incorporating soft aspects of subjectivity and a broader conception of the idea of
individuals bodily linked to the world, a revolution of perspectives from developmental
psychology, linguistics and philosophy of mind has been generated in cognitivism.

Keywords: cognitive development, mind, signs, schemata (cognition), intersub-


jectivity.

Rodríguez es Profesor Asociado de ‘Filosofía’ y de ‘Lenguaje, lógica y argumen-


tación’ e investigador en la Universidad Argentina de la Empresa (UADE). Instituto de
Ciencias Sociales y Disciplinas Proyectuales (INSOD). Facultad de Ciencias de la Salud
(FASA). [email protected].

Recibido: 7/10/2020 Aprobado: 24/11/2020

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


164 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 165
Depósito Legal B.3146-2001 Universidad de Rosario (Argentina) Versión electrónica: designisfels.net
http://dx.doi.org/10.35659/designis.i35p165-172
DE LA METÁFORA DE LA COMPUTADORA A LAS METÁFORAS MULTIMODALES

De la metáfora de la computadora
a las metáforas multimodales /
From the computer metaphor to
multimodal metaphor
Fernando Gabriel Rodríguez
(pág 165 - pág 172)

Se describen los avatares de la idea de significación en el proyecto heurístico-meto-


dológico de las llamadas ciencias cognitivas, desde su primera formulación hasta los giros
que, recientemente, han conmovido las premisas fundadoras y reintroducido al campo de la
cognición y la semiosis variables anteriormente soslayadas. En este marco, se destaca cómo,
incorporando aspectos blandos de la subjetividad y una más amplia concepción de la idea de
individuo corporalmente ligado al mundo, se ha generado en el cognitivismo una revolución
de perspectivas desde la psicología del desarrollo, la lingüística y la filosofía de la mente.

Palabras clave: desarrollo cognitivo, mente, signos, esquemas cognitivos, inter-


subjetividad.

The changes in the idea of meaning in the heuristic-methodological project of the


cognitive sciences are described, from its first formulation to the twists and turns that
have recently moved the founding premises and reintroduced some variables, previously
overlooked, in the field of cognition and semiosis. In this framework, it is highlighted
how, incorporating soft aspects of subjectivity and a broader conception of the idea of
individuals bodily linked to the world, a revolution of perspectives from developmental
psychology, linguistics and philosophy of mind has been generated in cognitivism.

Keywords: cognitive development, mind, signs, schemata (cognition), intersub-


jectivity.

Rodríguez es Profesor Asociado de ‘Filosofía’ y de ‘Lenguaje, lógica y argumen-


tación’ e investigador en la Universidad Argentina de la Empresa (UADE). Instituto de
Ciencias Sociales y Disciplinas Proyectuales (INSOD). Facultad de Ciencias de la Salud
(FASA). [email protected].

Recibido: 7/10/2020 Aprobado: 24/11/2020

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


164 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 165
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FERNANDO GABRIEL RODRÍGUEZ DE LA METÁFORA DE LA COMPUTADORA A LAS METÁFORAS MULTIMODALES

1. LA DERIVA DEL SIGNIFICADO EN EL PRIMER COGNITIVISMO Praga y con escala en la antropología de Lévi-Strauss, estableciera que la significación era
un efecto derivado de significantes insignificantes, de cuya covariación quedarían limitados
En la segunda mitad de los años 50 la informática se impuso como heurístico para los espacios donde, una vez más, se confundían significados, conceptos y prácticas sociales.
una nueva comprensión de los procesos cognitivos (Newell y Simon 1956). El surgimiento Las oposiciones à la Lévi-Strauss y la red αβγδ de Lacan son ejemplos palmarios de esta
del cognitivismo, bajo la inspiración de la metáfora computativa, concibió lo mental como pretensión formal.
tramitación de símbolos. En esta presunción, si se acompaña la secuencia de transforma-
ciones operadas, todo el pensamiento puede ser ecuacionado con un algoritmo en el que En el cognitivismo (nuestro tema), los significados se confunden con información.
ciertos datos iniciales (inputs) conducen a resultados (outputs). La perspectiva suponía por Esta puede encriptarse en algoritmos que ordenan los movimientos de un sistema. Si lo
tanto que la subjetividad podía explicarse como un software. La materia o hardware, por su que el sistema tal puede llevar a cabo se refleja operativamente y en los resultados con lo
lado, era tenida como parte necesaria pero inesencial, dado que carecía de influjo sobre la que hace otro sistema cual, la noción de significado se torna superflua. Puesto ante la efi-
programación. Dentro de este contexto, el modelo lingüístico de Chomsky (lenguaje como cacia del sistema tal o cual, el hecho de que este por sí mismo no comprenda aquello que
estructura autónoma para combinar símbolos mediante reglas y luego parámetros: un gestiona, que sea un expediente para la tramitación de datos, se hace irrelevante. (Dicho
elenco finito de elementos infinitamente articulables) será prototípico en distintos campos sin menoscabo de su utilidad, porque siempre agradeceremos tener internet en el teléfo-
de investigación. Esta versión de los hechos lingüísticos no solo comportaba una emanci- no u optimizar los tiempos de desplazamiento en una capital superpoblada; pero dicho
pación del componente contextual-pragmático, sino una subsunción de la semántica al eje también con la cautela de que quizá corresponda distinguirnos, como entes que saben, de
sintáctico. En este espacio donde lo mental se iba tornando un universo de puras funciones aquellos programas que solo realizan). Conocemos la importancia o el significado de lo que
algebraicas, otro funcionalismo, el filosófico, supo desempeñarse durante algún tiempo el sistema puede hacer más rápido y mejor, pero que solo puede hacer, no comprender, sin
(hasta el relevo por las neurociencias) como socio principal de la empresa cognitivista: si la añadir que a él poco importa cumplir con su rol, ni repetir hasta el cansancio que somos
calculadora de bolsillo y el cerebro humano podían resolver operaciones aritméticas, las di- nosotros, los sujetos, los creadores del sistema. Es conocido el argumento de John Searle
ferencias en el plano material eran irrelevantes para explicar el proceso. Todo el programa (1989) en contra de poner la actividad mental y la de la computadora en un mismo ni-
de investigación cognitivista respondía por ende a un designio de corte sintactista (sensu vel. Si un individuo, aislado en un recinto y con la comisión de convertir mensajes de un
lato, y a pesar de que bajo su imperio se iniciara una semántica generativa). idioma incomprensible a otros mensajes por medio de claves correlacionales puede, sin
embargo, cumplir este encargo, resulta evidente que aquella asimilación descuida rasgos
La analogía con la computadora descansaba en la noción de símbolo o de repre- importantes. Tal como este sujeto, la computadora consuma, también a ciegas, conversio-
sentación. Mente y computadora eran formatos comparables de registro, codificación y nes comparables. Y tampoco entiende. En el nivel basal, toda programación consiste en un
operacionalización de símbolos abstractos. Cuando dentro del magma del cognitivismo, idioma de unos/ceros que ordenan pulsos eléctricos en patrones determinados, de forma
que no fue, con todo, un compromiso enteramente convergente de premisas o de conclu- que un nodo del sistema recibe una información codificada 0011 y la remite luego como
siones, se hacía espacio a los significados, estos aparecían mezclados recurrentemente con 0101. Todo acontece en una estricta esfera material: las conversiones no son transdimensio-
la referencia, aun si esta distinción había marcado los inicios de la lógica contemporánea y nales, no alcanzan a trascender la sustancialidad eléctrica y saltar al plano significativo. Si
la semántica de tono filosófico, dos precedentes sin los cuales el modelo de una cognición se evalúa esta realidad desde una elevación lo suficientemente comprehensiva, se ve que el
hecha de reglas algorítmicas nunca podría haber prosperado. Como afirma Coseriu (1992), significado solo se ha desvanecido al interior de la secuencia de transformaciones, pero que
bajo la denominación genérica de meaning se infiltraban confusiones entre los conceptos de nunca ha faltado antes del primer paso y luego del remate, porque en definitiva es el pro-
significado y referencia, y la idea de concepto como tal era a su vez tenida por significado, gramador-decodificador humano el primer eslabón y el último, el aro y la espernada que
pasando por alto que, si los conceptos se encuentran estructurados en redes complejas, no dotan de sentido a la cadena de eslabones informacionales. La codificación de los sistemas
son sin embargo menos motivados por y desde lo que conceptúan, mientras que los signi- solo se puede explicar desde significados previos.
ficados, si son del lenguaje, se limitan recíprocamente por pura arbitrariedad. Ergo, la
distinción es cardinal. Umberto Eco (1973) discriminó entre códigos genuinos y S-códigos (códigos ase-
mánticos). Estrictamente hablando hay código cuando para una inteligencia algo remite
En consecuencia, el símbolo cognitivista podía desdoblarse en perfiles opuestos. a algo distinto de sí mismo y no sólo reacciona o efectúa una asociación (del tipo 0011
Podía tener un contenido, pero sin convertirse en signo (convirtiéndose en concepto o -> 0101). Los S-códigos son por lo tanto el límite inferior, lo que no implica que en el
representación mental), o podía ser un elemento-vehículo sin contenido, pero sometido a juicio de Eco la semiótica pueda sin más desafectarse del significado (puede, al respecto,
codificaciones que, en el plano más fundamental, lo transfiguraban en secuencias de ceros consultarse su postura [Eco 1988], en un contexto adverso propenso a encontrar semiosis
y unos sin ninguna determinación (o significación). Hay que decir, no obstante, que el en todos los planos de la biología). La pista de aquel S-código ha tenido consecuencias
intento de liquidación de los significados y su larga tradición de inconvenientes no puede indeseadas para lo que proponía su autor, llevando los esfuerzos de la biosemiótica hasta
endosarse al ensayo cognitivista de forma exclusiva. No es simplemente una curiosidad un desmantelamiento de toda interpretación. La primera biosemiótica ha derivado en una
histórica que el estructuralismo de cuño francés, sobre la pista fonológica de la escuela de concepción (Barbieri 2003; Favareau 2010) que reconoce en el metabolismo celular un

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


166 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 167
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FERNANDO GABRIEL RODRÍGUEZ DE LA METÁFORA DE LA COMPUTADORA A LAS METÁFORAS MULTIMODALES

1. LA DERIVA DEL SIGNIFICADO EN EL PRIMER COGNITIVISMO Praga y con escala en la antropología de Lévi-Strauss, estableciera que la significación era
un efecto derivado de significantes insignificantes, de cuya covariación quedarían limitados
En la segunda mitad de los años 50 la informática se impuso como heurístico para los espacios donde, una vez más, se confundían significados, conceptos y prácticas sociales.
una nueva comprensión de los procesos cognitivos (Newell y Simon 1956). El surgimiento Las oposiciones à la Lévi-Strauss y la red αβγδ de Lacan son ejemplos palmarios de esta
del cognitivismo, bajo la inspiración de la metáfora computativa, concibió lo mental como pretensión formal.
tramitación de símbolos. En esta presunción, si se acompaña la secuencia de transforma-
ciones operadas, todo el pensamiento puede ser ecuacionado con un algoritmo en el que En el cognitivismo (nuestro tema), los significados se confunden con información.
ciertos datos iniciales (inputs) conducen a resultados (outputs). La perspectiva suponía por Esta puede encriptarse en algoritmos que ordenan los movimientos de un sistema. Si lo
tanto que la subjetividad podía explicarse como un software. La materia o hardware, por su que el sistema tal puede llevar a cabo se refleja operativamente y en los resultados con lo
lado, era tenida como parte necesaria pero inesencial, dado que carecía de influjo sobre la que hace otro sistema cual, la noción de significado se torna superflua. Puesto ante la efi-
programación. Dentro de este contexto, el modelo lingüístico de Chomsky (lenguaje como cacia del sistema tal o cual, el hecho de que este por sí mismo no comprenda aquello que
estructura autónoma para combinar símbolos mediante reglas y luego parámetros: un gestiona, que sea un expediente para la tramitación de datos, se hace irrelevante. (Dicho
elenco finito de elementos infinitamente articulables) será prototípico en distintos campos sin menoscabo de su utilidad, porque siempre agradeceremos tener internet en el teléfo-
de investigación. Esta versión de los hechos lingüísticos no solo comportaba una emanci- no u optimizar los tiempos de desplazamiento en una capital superpoblada; pero dicho
pación del componente contextual-pragmático, sino una subsunción de la semántica al eje también con la cautela de que quizá corresponda distinguirnos, como entes que saben, de
sintáctico. En este espacio donde lo mental se iba tornando un universo de puras funciones aquellos programas que solo realizan). Conocemos la importancia o el significado de lo que
algebraicas, otro funcionalismo, el filosófico, supo desempeñarse durante algún tiempo el sistema puede hacer más rápido y mejor, pero que solo puede hacer, no comprender, sin
(hasta el relevo por las neurociencias) como socio principal de la empresa cognitivista: si la añadir que a él poco importa cumplir con su rol, ni repetir hasta el cansancio que somos
calculadora de bolsillo y el cerebro humano podían resolver operaciones aritméticas, las di- nosotros, los sujetos, los creadores del sistema. Es conocido el argumento de John Searle
ferencias en el plano material eran irrelevantes para explicar el proceso. Todo el programa (1989) en contra de poner la actividad mental y la de la computadora en un mismo ni-
de investigación cognitivista respondía por ende a un designio de corte sintactista (sensu vel. Si un individuo, aislado en un recinto y con la comisión de convertir mensajes de un
lato, y a pesar de que bajo su imperio se iniciara una semántica generativa). idioma incomprensible a otros mensajes por medio de claves correlacionales puede, sin
embargo, cumplir este encargo, resulta evidente que aquella asimilación descuida rasgos
La analogía con la computadora descansaba en la noción de símbolo o de repre- importantes. Tal como este sujeto, la computadora consuma, también a ciegas, conversio-
sentación. Mente y computadora eran formatos comparables de registro, codificación y nes comparables. Y tampoco entiende. En el nivel basal, toda programación consiste en un
operacionalización de símbolos abstractos. Cuando dentro del magma del cognitivismo, idioma de unos/ceros que ordenan pulsos eléctricos en patrones determinados, de forma
que no fue, con todo, un compromiso enteramente convergente de premisas o de conclu- que un nodo del sistema recibe una información codificada 0011 y la remite luego como
siones, se hacía espacio a los significados, estos aparecían mezclados recurrentemente con 0101. Todo acontece en una estricta esfera material: las conversiones no son transdimensio-
la referencia, aun si esta distinción había marcado los inicios de la lógica contemporánea y nales, no alcanzan a trascender la sustancialidad eléctrica y saltar al plano significativo. Si
la semántica de tono filosófico, dos precedentes sin los cuales el modelo de una cognición se evalúa esta realidad desde una elevación lo suficientemente comprehensiva, se ve que el
hecha de reglas algorítmicas nunca podría haber prosperado. Como afirma Coseriu (1992), significado solo se ha desvanecido al interior de la secuencia de transformaciones, pero que
bajo la denominación genérica de meaning se infiltraban confusiones entre los conceptos de nunca ha faltado antes del primer paso y luego del remate, porque en definitiva es el pro-
significado y referencia, y la idea de concepto como tal era a su vez tenida por significado, gramador-decodificador humano el primer eslabón y el último, el aro y la espernada que
pasando por alto que, si los conceptos se encuentran estructurados en redes complejas, no dotan de sentido a la cadena de eslabones informacionales. La codificación de los sistemas
son sin embargo menos motivados por y desde lo que conceptúan, mientras que los signi- solo se puede explicar desde significados previos.
ficados, si son del lenguaje, se limitan recíprocamente por pura arbitrariedad. Ergo, la
distinción es cardinal. Umberto Eco (1973) discriminó entre códigos genuinos y S-códigos (códigos ase-
mánticos). Estrictamente hablando hay código cuando para una inteligencia algo remite
En consecuencia, el símbolo cognitivista podía desdoblarse en perfiles opuestos. a algo distinto de sí mismo y no sólo reacciona o efectúa una asociación (del tipo 0011
Podía tener un contenido, pero sin convertirse en signo (convirtiéndose en concepto o -> 0101). Los S-códigos son por lo tanto el límite inferior, lo que no implica que en el
representación mental), o podía ser un elemento-vehículo sin contenido, pero sometido a juicio de Eco la semiótica pueda sin más desafectarse del significado (puede, al respecto,
codificaciones que, en el plano más fundamental, lo transfiguraban en secuencias de ceros consultarse su postura [Eco 1988], en un contexto adverso propenso a encontrar semiosis
y unos sin ninguna determinación (o significación). Hay que decir, no obstante, que el en todos los planos de la biología). La pista de aquel S-código ha tenido consecuencias
intento de liquidación de los significados y su larga tradición de inconvenientes no puede indeseadas para lo que proponía su autor, llevando los esfuerzos de la biosemiótica hasta
endosarse al ensayo cognitivista de forma exclusiva. No es simplemente una curiosidad un desmantelamiento de toda interpretación. La primera biosemiótica ha derivado en una
histórica que el estructuralismo de cuño francés, sobre la pista fonológica de la escuela de concepción (Barbieri 2003; Favareau 2010) que reconoce en el metabolismo celular un

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


166 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 167
Depósito Legal B.3146-2001 Universidad de Rosario (Argentina) Versión electrónica: designisfels.net
FERNANDO GABRIEL RODRÍGUEZ DE LA METÁFORA DE LA COMPUTADORA A LAS METÁFORAS MULTIMODALES

acto de semiosis, pues si hay código genético es debido a que los acontecimientos que tie- sí mismo los dos brazos. A posteriori, el niño sacará partido a esta conducta mímica y será su
nen lugar entre bases nitrogenadas son semióticos per se (aunque uno de los padres de este gesto para inducir en el otro su deseo de ser aupado. La sucesión de estos momentos muestra
código asuma que el nombre es metafórico; (Crick 1988). En este caso cabe nuevamente cómo una conducta se extrae de su marco natural y, suspendida antes de consumar un objetivo,
reparar en que, como con la computadora, la adenina y la timina no dan ni reciben una pierde dignidad de acción y se eleva al rango de signo (Rivière 1984). La acción como tal,
información, sino que entre las dos sucede un tipo de fenómeno explicable en términos es- interrumpida, no logra su cometido, pero sirve a efectos de que el otro accione de forma sus-
trictamente químicos. La única información allí es para nosotros, hegelianamente hablando, titutiva. En la misma maniobra las acciones se vuelven disfuncionales y se hacen indicadores
porque entendemos (decodificamos) en ese proceso una duplicación del material genético, o alusiones de estos objetivos para un interlocutor. Por una parte, autores como J. Bruner, K.
lo que tiene un significado medular en el estudio de la vida. Entre ese acoplamiento de Nelson y otros observaban en los niños desarrollos que, a partir de sus rutinas, transformaban
moléculas y el del significante con su contraparte de significado hay un espacio sideral. su comportamiento en comprensión y en anticipaciones, las que por su lado, compartidas, repe-
Aquel no sale nunca de su esfera física, este trasciende como signo la materia. Incluso un tidas e interiorizadas, solo por prejuicio no merecerían el nombre de significados. El devenir
signo elemental como el del gesto de señalamiento lleva la atención del interlocutor hasta ontogenético volvía poner en situación las significaciones como un componente inexcusable
un objeto y, de este modo, conecta dos polos materiales, pero lo hace mediando una acción de la cognición y los procesos comunicativos.
inteligente, o interpretación, por la que el ojo del observador no se detiene en la visión del
dedo sino que se extiende, sobre un vector invisible, hasta aquello significado. De esta ma- La comunicación depende de que el otro sea para el bebé no solo un partenaire,
nera, el curso de la biosemiótica, desatendiendo aquellas prevenciones de Eco, nos deja en alguien capaz de abastecer en la necesidad o con quien compartir actividades sino, punto
la misma situación en que habían puesto a la semiótica las ciencias cognitivas de primera de inflexión, alguien dotado con la habilidad de interpretar acciones semióticamente. En
hornada. Esta tendencia biosemiotizante extrema pudo percibirse en un buen número de torno a los 9 meses ocurre el fenómeno de la atención conjunta (Trevarthen y Hubley 1978),
exposiciones en el último congreso IASS de Buenos Aires (2019). La paradoja es que la donde es evidente para los bebés, en la mirada del adulto o en la orientación del cuerpo,
convergencia se rompe del lado de las ciencias cognitivas, con un movimiento de sentido que este tiene interés en un determinado objeto. Ello sugiere que se entiende al semejante
opuesto al paradigma de Barbieri, abiertas a la reivindicación de los significados. como un ser mental y cognitivamente abierto al mundo, de modo que la semiosis anterior
(llanto en demanda de satisfacción) ahora puede ser agenciada respecto de cosas. La lectura
mental ensancha el tipo de intercambio sígnico y se abre camino la gestualidad.
2. EL SEGUNDO COGNITIVISMO Y EL RETORNO DEL SIGNIFICADO
La aparición del gesto deíctico (con sus variantes ostensivas) y su acoplamiento con
El cognitivismo de nueva generación o poscognitivismo (Wallace, Ross, Davies palabras revela en los niños la capacidad de integrar signos de modalidades y característi-
y Anderson 2015) advirtió las limitaciones del proyecto original y reincorpora algunos cas distintas (configuración guestáltica del gesto y analítica de la palabra) en comunicacio-
componentes de la cognición que habían quedado marginados. Relativamente pronto notó nes de mayor complejidad que la holofrase y anteriores al amanecer de la gramaticalidad.
Jerome Bruner, pionero entre los psicólogos cognitivistas, que su disciplina estaba convir- Conforme con ello, se ha planteado una estructura cognitiva común a signos verbales y
tiéndose en una psicología del universitario norteamericano, miembro excluyente de las gestuales (McNeill 1992). La expresión semiótica a través de estos canales combinados
muestras experimentales, y alentó a sacar las investigaciones a la calle, a reintegrar a los simultáneamente ofrece, alrededor de los 18 meses, las primeras expresiones de dos signos
procesos cognitivos las variables que no podían estudiarse dentro del laboratorio. con distinto contenido (el niño señala hacia el objeto y vocaliza un nombre para estable-
cer la relación de posesión ̶ pointing de una pulsera y la emisión “mamá” ̶ , dos entida-
El símbolo era el centro de las modelizaciones del cognitivismo, pero ¿nada subyace des-representaciones asociadas mediante dos signos de rasgos cualitativamente diferentes).
al símbolo? La psicología del desarrollo disentía de formalizaciones excesivas y, muy caute- Valiéndose del cuerpo y del entendimiento mutuo con el interlocutor adulto (que se halla
losa ante cualquier variante de innatismo, en este caso el del lenguaje, aportó datos decisivos en su sitio ya desde una etapa previa), el niño está en posición de combinar de forma inau-
para pensar la emergencia de la simbolicidad. La observación mostraba un laborioso progreso gural dos contenidos intermodalmente conectados (Capirci et al. 2005), un logro semiótico
del niño desde la etapa sin habla hasta la comunicación gramatical solvente. Hábitos y ru- que era regularmente adjudicado a las potencias del signo lingüístico.
tinas familiares serían la cantera en la cual este aprende a anticipar las consecuencias de un
curso de acción, de tal manera que los pasos A, B y C, cumplidos, conducen inercialmente a La denominación modalidad corresponde a canal en líneas generales, hecha la salve-
imaginar un desenlace D (Nelson 1996). La asociación y eventualmente la inferencia se ha- dad de que este es una pieza del esquema comunicativo más tradicional, alude al cauce por
llan a la base de los vínculos semióticos (sin llegar a decir que son semióticos per se, como sería el cual transitan los mensajes, y en cambio aquella remite a vías sensomotrices de aferencia
apropiado a una visión peirceana). La acción de los adultos sobre los objetos deviene por este y eferencia en el sujeto, por lo que está vinculada esencialmente con la idea de cuerpo. El
medio significación de estos objetos. Surge con ello el referir, la significación aquí y ahora, reconocimiento de la colaboración intermodal gesto-palabra en materia expresiva y como
clave del mutuo entendimiento acerca de los entes inmediatos. El padre viene al niño y le clave de interpretación de los mensajes percibidos se relacionó con investigaciones sobre
pone las manos bajo las axilas para alzarlo en upa. En una etapa posterior, bastará un movi- la ontogénesis. Se pudo entonces apreciar que aquella conexión de intermodalidad era en
miento de parte del padre para que el niño comprenda lo que se dispone a hacer y eleve por rigor solo una variación de la más vasta plataforma del procesamiento general multimodal.

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FERNANDO GABRIEL RODRÍGUEZ DE LA METÁFORA DE LA COMPUTADORA A LAS METÁFORAS MULTIMODALES

acto de semiosis, pues si hay código genético es debido a que los acontecimientos que tie- sí mismo los dos brazos. A posteriori, el niño sacará partido a esta conducta mímica y será su
nen lugar entre bases nitrogenadas son semióticos per se (aunque uno de los padres de este gesto para inducir en el otro su deseo de ser aupado. La sucesión de estos momentos muestra
código asuma que el nombre es metafórico; (Crick 1988). En este caso cabe nuevamente cómo una conducta se extrae de su marco natural y, suspendida antes de consumar un objetivo,
reparar en que, como con la computadora, la adenina y la timina no dan ni reciben una pierde dignidad de acción y se eleva al rango de signo (Rivière 1984). La acción como tal,
información, sino que entre las dos sucede un tipo de fenómeno explicable en términos es- interrumpida, no logra su cometido, pero sirve a efectos de que el otro accione de forma sus-
trictamente químicos. La única información allí es para nosotros, hegelianamente hablando, titutiva. En la misma maniobra las acciones se vuelven disfuncionales y se hacen indicadores
porque entendemos (decodificamos) en ese proceso una duplicación del material genético, o alusiones de estos objetivos para un interlocutor. Por una parte, autores como J. Bruner, K.
lo que tiene un significado medular en el estudio de la vida. Entre ese acoplamiento de Nelson y otros observaban en los niños desarrollos que, a partir de sus rutinas, transformaban
moléculas y el del significante con su contraparte de significado hay un espacio sideral. su comportamiento en comprensión y en anticipaciones, las que por su lado, compartidas, repe-
Aquel no sale nunca de su esfera física, este trasciende como signo la materia. Incluso un tidas e interiorizadas, solo por prejuicio no merecerían el nombre de significados. El devenir
signo elemental como el del gesto de señalamiento lleva la atención del interlocutor hasta ontogenético volvía poner en situación las significaciones como un componente inexcusable
un objeto y, de este modo, conecta dos polos materiales, pero lo hace mediando una acción de la cognición y los procesos comunicativos.
inteligente, o interpretación, por la que el ojo del observador no se detiene en la visión del
dedo sino que se extiende, sobre un vector invisible, hasta aquello significado. De esta ma- La comunicación depende de que el otro sea para el bebé no solo un partenaire,
nera, el curso de la biosemiótica, desatendiendo aquellas prevenciones de Eco, nos deja en alguien capaz de abastecer en la necesidad o con quien compartir actividades sino, punto
la misma situación en que habían puesto a la semiótica las ciencias cognitivas de primera de inflexión, alguien dotado con la habilidad de interpretar acciones semióticamente. En
hornada. Esta tendencia biosemiotizante extrema pudo percibirse en un buen número de torno a los 9 meses ocurre el fenómeno de la atención conjunta (Trevarthen y Hubley 1978),
exposiciones en el último congreso IASS de Buenos Aires (2019). La paradoja es que la donde es evidente para los bebés, en la mirada del adulto o en la orientación del cuerpo,
convergencia se rompe del lado de las ciencias cognitivas, con un movimiento de sentido que este tiene interés en un determinado objeto. Ello sugiere que se entiende al semejante
opuesto al paradigma de Barbieri, abiertas a la reivindicación de los significados. como un ser mental y cognitivamente abierto al mundo, de modo que la semiosis anterior
(llanto en demanda de satisfacción) ahora puede ser agenciada respecto de cosas. La lectura
mental ensancha el tipo de intercambio sígnico y se abre camino la gestualidad.
2. EL SEGUNDO COGNITIVISMO Y EL RETORNO DEL SIGNIFICADO
La aparición del gesto deíctico (con sus variantes ostensivas) y su acoplamiento con
El cognitivismo de nueva generación o poscognitivismo (Wallace, Ross, Davies palabras revela en los niños la capacidad de integrar signos de modalidades y característi-
y Anderson 2015) advirtió las limitaciones del proyecto original y reincorpora algunos cas distintas (configuración guestáltica del gesto y analítica de la palabra) en comunicacio-
componentes de la cognición que habían quedado marginados. Relativamente pronto notó nes de mayor complejidad que la holofrase y anteriores al amanecer de la gramaticalidad.
Jerome Bruner, pionero entre los psicólogos cognitivistas, que su disciplina estaba convir- Conforme con ello, se ha planteado una estructura cognitiva común a signos verbales y
tiéndose en una psicología del universitario norteamericano, miembro excluyente de las gestuales (McNeill 1992). La expresión semiótica a través de estos canales combinados
muestras experimentales, y alentó a sacar las investigaciones a la calle, a reintegrar a los simultáneamente ofrece, alrededor de los 18 meses, las primeras expresiones de dos signos
procesos cognitivos las variables que no podían estudiarse dentro del laboratorio. con distinto contenido (el niño señala hacia el objeto y vocaliza un nombre para estable-
cer la relación de posesión ̶ pointing de una pulsera y la emisión “mamá” ̶ , dos entida-
El símbolo era el centro de las modelizaciones del cognitivismo, pero ¿nada subyace des-representaciones asociadas mediante dos signos de rasgos cualitativamente diferentes).
al símbolo? La psicología del desarrollo disentía de formalizaciones excesivas y, muy caute- Valiéndose del cuerpo y del entendimiento mutuo con el interlocutor adulto (que se halla
losa ante cualquier variante de innatismo, en este caso el del lenguaje, aportó datos decisivos en su sitio ya desde una etapa previa), el niño está en posición de combinar de forma inau-
para pensar la emergencia de la simbolicidad. La observación mostraba un laborioso progreso gural dos contenidos intermodalmente conectados (Capirci et al. 2005), un logro semiótico
del niño desde la etapa sin habla hasta la comunicación gramatical solvente. Hábitos y ru- que era regularmente adjudicado a las potencias del signo lingüístico.
tinas familiares serían la cantera en la cual este aprende a anticipar las consecuencias de un
curso de acción, de tal manera que los pasos A, B y C, cumplidos, conducen inercialmente a La denominación modalidad corresponde a canal en líneas generales, hecha la salve-
imaginar un desenlace D (Nelson 1996). La asociación y eventualmente la inferencia se ha- dad de que este es una pieza del esquema comunicativo más tradicional, alude al cauce por
llan a la base de los vínculos semióticos (sin llegar a decir que son semióticos per se, como sería el cual transitan los mensajes, y en cambio aquella remite a vías sensomotrices de aferencia
apropiado a una visión peirceana). La acción de los adultos sobre los objetos deviene por este y eferencia en el sujeto, por lo que está vinculada esencialmente con la idea de cuerpo. El
medio significación de estos objetos. Surge con ello el referir, la significación aquí y ahora, reconocimiento de la colaboración intermodal gesto-palabra en materia expresiva y como
clave del mutuo entendimiento acerca de los entes inmediatos. El padre viene al niño y le clave de interpretación de los mensajes percibidos se relacionó con investigaciones sobre
pone las manos bajo las axilas para alzarlo en upa. En una etapa posterior, bastará un movi- la ontogénesis. Se pudo entonces apreciar que aquella conexión de intermodalidad era en
miento de parte del padre para que el niño comprenda lo que se dispone a hacer y eleve por rigor solo una variación de la más vasta plataforma del procesamiento general multimodal.

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


168 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 169
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FERNANDO GABRIEL RODRÍGUEZ DE LA METÁFORA DE LA COMPUTADORA A LAS METÁFORAS MULTIMODALES

Desde el inicio, los sentidos del bebé trabajan sinérgicamente según se van activando y tivos por derecho propio. Se comprendió que actúan como patrón heurístico, colonizando
no, como había sido el parecer de William James y de Piaget, por separado (Bahrick y espacios cognitivos a través de su asimilación a recetas sedimentadas desde la experiencia
Hollich 2008). Contra la perspectiva de una percepción caleidoscópica y caótica a la que previa. De esta manera, por ejemplo, decimos que se combate la inflación porque es un mal
el recién nacido podría poner orden sólo paulatinamente, los estudios recientes muestran (una metáfora de la clase ontológica). Solo que estos resortes cognitivos, aunque emplean
evidencias de una integración de todos los recursos sensoriales. Ello reorganizó las pautas sentidos para crear nuevos sentidos y parten de coordenadas primordiales en la relación
de emergencia de toda intersubjetividad y relación semiótica en una distinta concepción. sujeto-mundo (serían, por lo tanto, prelingüísticos), suelen quedar pegados al plano verbal
en el dominio-fuente tanto como en el dominio-meta (Mahler 2019).
El intercambio físico inicial de esta multimodalidad es el lecho constitutivo pro-
yectado a las formas inaugurales del fenómeno semiótico. Por eso el habla dirigida a los La idea de metáfora de tipo conceptual fue sin embargo ampliada en image-schemas
bebés y el acompañamiento conductual de los adultos cuando quieren captar su atención (Johnson 1987), patrones de intelección fundados en el cuerpo. Estos esquemas, por su
están, de manera inconsciente, destinados a explotar las aptitudes del pequeño para proce- lado, se hallan penetrados por ribetes culturales, por lo que descansan ̶ buscando los
sar estímulos de distintos canales y estar con el mundo en una sintonía de muchos planos fundamentos de la inteligencia y la semiosis ̶ en dispositivos más originarios, esquemas
cohesionados. La comprensión del entorno inmediato por parte del niño está configurada miméticos (Zlatev 2013). Estos son formaciones igualmente prelingüísticas, preconceptua-
desde una disposición en la que el cuerpo, multimodalmente organizado, determina el les y más inmediatamente radicadas en la acción del cuerpo, en la propiocepción y el mo-
universo posterior de significaciones y computaciones. Aquel anclaje material sin impor- vimiento. Zlatev postula cinco etapas que llevan de estos primeros mecanismos hasta la
tancia, el hardware soslayado, regresa de esta manera con un rol central. La exploración de oración gramatical. No importa aquí si esta secuencia es la mejor versión de los progresos
los recién nacidos desplazaba por medio del cuerpo y del significado la receta original de del niño pequeño hasta el manejo de la lengua, sino que la esquematización mimética en
los programas informáticos. sí misma surge desde la experiencia vivencial, ancla en las pautas de nuestra corporeidad, y
que por su intermedio se ha vuelto al cognitivismo contra sus premisas. También desde el
Junto con la psicología del desarrollo, una segunda línea de investigación vino a mundo del signo-palabra sucede que la corporeidad dicta los límites, los modos, las moda-
plantear puntos de vista convergentes. La filosofía llamada de la mente elastizó el modelo lidades (en rigor, también aquí, multimodalidades) y las posibilidades de la significación
hecho de representaciones y algoritmos en favor de una idea de sujeto mediada por la corpo- humana en su versión nuclear y, prospectivamente, en toda su extensión.
reidad. Esta debía entenderse por fuera del límite de la materia cerebral. Si antes la discusión
fluctuaba entre los polos cognición-cerebro, incluida la semiosis, ahora asomaban algunas
nuevas alternativas. La mente según las 4Es (embodied, embedded, enacting y extended: men- 3. CONCLUSIONES
te corporeizada, contextuada, actuante y prolongada en instrumentos materiales que serían
apéndices del pensamiento [Rowlands 2010]), introducía un enlace entre los dos extremos Hemos rápidamente compendiado el ciclo del cognitivismo del comienzo a su
inconmensurables. De forma reduccionista se había concentrado toda la materia corporal en estado presente, desde su amanecer de espíritu naturalista a la inclusión de aspectos mar-
el cerebro, que habitaba un medium incontaminado, aséptico, sin nexo físico-agencial con ginados, blandos, y luego reivindicados: del primer rechazo de la significación a su ulterior
el mundo exterior. Pero alguien advirtió que el hecho de tener dos brazos y dos piernas, y resarcimiento; de la primera marginación del cuerpo a su inclusión. La rehabilitación del
movernos de cierta manera en el espacio, condiciona lo que los engramas neuronales pueden signo-con-significado es un absurdo fuera de esta historia, un entero pleonasmo que, implica
procesar, y que en definitiva, como había sido notado ya en el siglo XIX, tener manos libres un nuevo desafío. En el repliegue de algunos supuestos iniciales se opera, en verdad, todo
para asir objetos y manipularlos había permitido, fruto de la evolución, una circulación de un progreso respaldado en la investigación empírica.
mutuo beneficio entre la inteligencia y las habilidades de prensión. El cuerpo, su forma y
propiocepción, fueron reincorporados (nunca mejor dicho) a los procesos cognitivos, lo que a Desde aquella metáfora informática como idea directriz, la evolución del núcleo
su vez repercutió en las concepciones del lenguaje y el significado. teórico cognitivista, paradójicamente vinculado a otras metáforas y esquemas (image-sche-
mas, esquemas miméticos) trae de regreso la corporeidad y la multimodalidad como base
A media marcha entre filosofía y psicología, una tercera fuente coparticipó en la re- de todo aprendizaje y como fuente de la significación. Este rodeo convierte los significados
habilitación del componente corporal en los procesos de semiosis. La lingüística de Lakoff, en emanaciones de la acción y de la interacción. Cuerpo y actividad se toman como fuente
Johnson, Langacker o Fauconnier, contraria al generativismo, asumía el lenguaje como de las significaciones primordiales, a partir de unas matrices interpretativas compartidas
una capacidad ligada a otras capacidades. La nueva arquitectura de la mente resignaba el con los semejantes, los cuales, no menos corporales, captan los sentidos del idioma origi-
anterior planteo modularista y resignificaba el panorama del procesamiento psi. Como sis- nario multimodalmente sensoriomotriz. Si los interpretantes son comunes a los distintos
tema sígnico, el lenguaje no puede olvidarse en su nivel más básico de los significados, los intérpretes, esto es consecuencia a que los intérpretes son semejantes, prima facie, por sus
cuales no pueden separarse en un distinto componente porque, se argumenta, la semántica cuerpos semejantes. Los signos son compartidos porque se comparten, ante todo, condicio-
es central en la organización de los rubros formales. Las metáforas (Lakoff y Johnson 1980) nes de interpretabilidad que el segundo cognitivismo ha reintegrado a su primera fuente,
dejaron de ser tan solo tropos y adquirieron, como conceptuales, calidad de agentes cogni- la corporeidad.

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


170 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 171
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Desde el inicio, los sentidos del bebé trabajan sinérgicamente según se van activando y tivos por derecho propio. Se comprendió que actúan como patrón heurístico, colonizando
no, como había sido el parecer de William James y de Piaget, por separado (Bahrick y espacios cognitivos a través de su asimilación a recetas sedimentadas desde la experiencia
Hollich 2008). Contra la perspectiva de una percepción caleidoscópica y caótica a la que previa. De esta manera, por ejemplo, decimos que se combate la inflación porque es un mal
el recién nacido podría poner orden sólo paulatinamente, los estudios recientes muestran (una metáfora de la clase ontológica). Solo que estos resortes cognitivos, aunque emplean
evidencias de una integración de todos los recursos sensoriales. Ello reorganizó las pautas sentidos para crear nuevos sentidos y parten de coordenadas primordiales en la relación
de emergencia de toda intersubjetividad y relación semiótica en una distinta concepción. sujeto-mundo (serían, por lo tanto, prelingüísticos), suelen quedar pegados al plano verbal
en el dominio-fuente tanto como en el dominio-meta (Mahler 2019).
El intercambio físico inicial de esta multimodalidad es el lecho constitutivo pro-
yectado a las formas inaugurales del fenómeno semiótico. Por eso el habla dirigida a los La idea de metáfora de tipo conceptual fue sin embargo ampliada en image-schemas
bebés y el acompañamiento conductual de los adultos cuando quieren captar su atención (Johnson 1987), patrones de intelección fundados en el cuerpo. Estos esquemas, por su
están, de manera inconsciente, destinados a explotar las aptitudes del pequeño para proce- lado, se hallan penetrados por ribetes culturales, por lo que descansan ̶ buscando los
sar estímulos de distintos canales y estar con el mundo en una sintonía de muchos planos fundamentos de la inteligencia y la semiosis ̶ en dispositivos más originarios, esquemas
cohesionados. La comprensión del entorno inmediato por parte del niño está configurada miméticos (Zlatev 2013). Estos son formaciones igualmente prelingüísticas, preconceptua-
desde una disposición en la que el cuerpo, multimodalmente organizado, determina el les y más inmediatamente radicadas en la acción del cuerpo, en la propiocepción y el mo-
universo posterior de significaciones y computaciones. Aquel anclaje material sin impor- vimiento. Zlatev postula cinco etapas que llevan de estos primeros mecanismos hasta la
tancia, el hardware soslayado, regresa de esta manera con un rol central. La exploración de oración gramatical. No importa aquí si esta secuencia es la mejor versión de los progresos
los recién nacidos desplazaba por medio del cuerpo y del significado la receta original de del niño pequeño hasta el manejo de la lengua, sino que la esquematización mimética en
los programas informáticos. sí misma surge desde la experiencia vivencial, ancla en las pautas de nuestra corporeidad, y
que por su intermedio se ha vuelto al cognitivismo contra sus premisas. También desde el
Junto con la psicología del desarrollo, una segunda línea de investigación vino a mundo del signo-palabra sucede que la corporeidad dicta los límites, los modos, las moda-
plantear puntos de vista convergentes. La filosofía llamada de la mente elastizó el modelo lidades (en rigor, también aquí, multimodalidades) y las posibilidades de la significación
hecho de representaciones y algoritmos en favor de una idea de sujeto mediada por la corpo- humana en su versión nuclear y, prospectivamente, en toda su extensión.
reidad. Esta debía entenderse por fuera del límite de la materia cerebral. Si antes la discusión
fluctuaba entre los polos cognición-cerebro, incluida la semiosis, ahora asomaban algunas
nuevas alternativas. La mente según las 4Es (embodied, embedded, enacting y extended: men- 3. CONCLUSIONES
te corporeizada, contextuada, actuante y prolongada en instrumentos materiales que serían
apéndices del pensamiento [Rowlands 2010]), introducía un enlace entre los dos extremos Hemos rápidamente compendiado el ciclo del cognitivismo del comienzo a su
inconmensurables. De forma reduccionista se había concentrado toda la materia corporal en estado presente, desde su amanecer de espíritu naturalista a la inclusión de aspectos mar-
el cerebro, que habitaba un medium incontaminado, aséptico, sin nexo físico-agencial con ginados, blandos, y luego reivindicados: del primer rechazo de la significación a su ulterior
el mundo exterior. Pero alguien advirtió que el hecho de tener dos brazos y dos piernas, y resarcimiento; de la primera marginación del cuerpo a su inclusión. La rehabilitación del
movernos de cierta manera en el espacio, condiciona lo que los engramas neuronales pueden signo-con-significado es un absurdo fuera de esta historia, un entero pleonasmo que, implica
procesar, y que en definitiva, como había sido notado ya en el siglo XIX, tener manos libres un nuevo desafío. En el repliegue de algunos supuestos iniciales se opera, en verdad, todo
para asir objetos y manipularlos había permitido, fruto de la evolución, una circulación de un progreso respaldado en la investigación empírica.
mutuo beneficio entre la inteligencia y las habilidades de prensión. El cuerpo, su forma y
propiocepción, fueron reincorporados (nunca mejor dicho) a los procesos cognitivos, lo que a Desde aquella metáfora informática como idea directriz, la evolución del núcleo
su vez repercutió en las concepciones del lenguaje y el significado. teórico cognitivista, paradójicamente vinculado a otras metáforas y esquemas (image-sche-
mas, esquemas miméticos) trae de regreso la corporeidad y la multimodalidad como base
A media marcha entre filosofía y psicología, una tercera fuente coparticipó en la re- de todo aprendizaje y como fuente de la significación. Este rodeo convierte los significados
habilitación del componente corporal en los procesos de semiosis. La lingüística de Lakoff, en emanaciones de la acción y de la interacción. Cuerpo y actividad se toman como fuente
Johnson, Langacker o Fauconnier, contraria al generativismo, asumía el lenguaje como de las significaciones primordiales, a partir de unas matrices interpretativas compartidas
una capacidad ligada a otras capacidades. La nueva arquitectura de la mente resignaba el con los semejantes, los cuales, no menos corporales, captan los sentidos del idioma origi-
anterior planteo modularista y resignificaba el panorama del procesamiento psi. Como sis- nario multimodalmente sensoriomotriz. Si los interpretantes son comunes a los distintos
tema sígnico, el lenguaje no puede olvidarse en su nivel más básico de los significados, los intérpretes, esto es consecuencia a que los intérpretes son semejantes, prima facie, por sus
cuales no pueden separarse en un distinto componente porque, se argumenta, la semántica cuerpos semejantes. Los signos son compartidos porque se comparten, ante todo, condicio-
es central en la organización de los rubros formales. Las metáforas (Lakoff y Johnson 1980) nes de interpretabilidad que el segundo cognitivismo ha reintegrado a su primera fuente,
dejaron de ser tan solo tropos y adquirieron, como conceptuales, calidad de agentes cogni- la corporeidad.

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


170 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 171
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http://dx.doi.org/10.35659/designis.i35p173-195
FERNANDO GABRIEL RODRÍGUEZ UN MODELO PLURIDISCIPLINAR PARA EL ESTUDIO DE METÁFORA E IMAGEN A TRAVÉS DE LA ICONICIDAD INTERMODAL

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Un modelo pluridisciplinar
BAHRICK, L. y HOLLICH, G. (2008). “Intermodal perception”. En Haith, M. y J. Benson (eds.)
Encyclopedia of Infant and Early Childhood Development (2), 164-176, San Diego: Academic Press.
BARBIERI, M. (2003). The Organic Codes. Cambridge University Press: Cambridge.
para el estudio de metáfora e
CAPIRCI, O., CONTALDO, A. CASELLI, M. y VOLTERRA, V. (2005). “From actions to lan-
guage through gesture: A longitudinal perspective”. Gesture, 5, 155-177.
imagen a través de la iconicidad
COSERIU, E. (1992). “Zeichen, Symbol, Wort”. En Borsche, T. y Stegmaier. W. (eds.), Zur Philo-
sophie des Zeichens, 3-27. Berlin-NY: De Gruyter.
intermodal1 / Bridging the gap
CRICK, F. (1988). What mad pursuit: A personal view of scientific discovery. New York: Basic Books.
ECO, U. ([1973] 1980). Segno. Mondadori: Milano. between image and metaphor
––– (1988). “On semantics and immunology”. En Sercarz, E., Celada, F., Avrion Mitchinson, N. y
Tada, T. (eds.) The Semiotics of Cellular Communication in the Immune System, 3-15. Berlin: Springer. through cross-modal iconicity: an
FAVAREAU, D. (ed.) 2010. Essential Readings in Biosemiotics. Berlín: Springer.
JOHNSON, M. (1987).  The body in the mind: The bodily basis of meaning, imagination, and reason.
Chicago: University of Chicago Press.
interdisciplinary model.
LAKOFF, G. y JOHNSON, M. (1980). Metaphors we live by. Chicago: University of Chicago. Lars Elleström
MAHLER, C. (2019). “Esquematicidad mimética en metáforas multimodales”. En Scotto, C., Ro- (pág 173 - pág 195)
dríguez, F. y Audisio, I. (comps.), Los signos del cuerpo, 113-141. Buenos Aires: Teseo.
MCNEILL, D. (1992). Hand and mind. Chicago: University of Chicago Press.
NELSON, K. (1996). Language in cognitive development: the emergence of the mediated mind. New York:
La mente humana es capaz de percibir similitudes no solo dentro de la misma área
Cambridge University Press. sensorial sino también entre áreas sensoriales y dominios cognitivos distintos. La iconi-
NEWELL, A. y SIMON, H. (1956). “The logic theory machine”. IRE Transactions on information cidad es una representación basada en la similitud, y la iconicidad intermodal, que es un
theory, 2(3), 61-79. fenómeno extremadamente extendido, debe entenderse como la iconicidad que traspasa
RIVIÈRE, A. (1984). “Acción e interacción en el origen del símbolo”. En Palacios, J., Marchesi, A. las fronteras de diferentes tipos de modos materiales, espaciotemporales y sensoriales, ade-
y Carretero, M. (comps.) Psicología Evolutiva (2), 145-174. Madrid: Alianza. más de la frontera entre estructuras sensoriales y configuraciones cognitivas. Por ejemplo,
ROWLANDS, M. (2010). The New Science of the Mind. Cambridge: MIT Press. una entidad visual puede parecerse y, por lo tanto, representar icónicamente algo que
SEARLE, J. ([1989] 1995). “Mentes y cerebros sin programas”. En Rabossi, E. (comp.). Filosofía de es auditivo. El objetivo de este estudio semiótico, basado sustancialmente en hallazgos
la mente y ciencia cognitiva, 413-443. Buenos Aires: Paidós. empíricos en la investigación psicológica, cognitiva y neurológica, es sugerir un marco
SEBEOK, T. (1990). Essays in Zoosemiotics. Toronto: Toronto Semiotic. teórico general para conceptualizar la iconicidad intermodal y relacionar los diferentes
TREVARTHEN, C. Y HUBLEY, P. (1978). “Secondary intersubjectivity: confidence, confiding
tipos de iconicidad monomodal e intermodal entre sí. El argumento principal es que la
and acts of meaning in the first year”. En Lock, A. (ed.), Action, gesture and symbol: the emergence of
language, 183-229. London: Academic Press. percepción y la concepción de imágenes y metáforas deben entenderse como extremos en
WALLACE, B., ROSS, A., DAVIES, J., Y ANDERSON, T. (2015). The mind, the body and the un continuo de representación icónica donde la iconicidad intermodal cierra la aparente
world: Psychology after cognitivism. UK and USA: Andrews UK Limited. brecha entre la iconicidad monomodal, basada en los sentidos, y la iconicidad cognitiva.
ZLATEV, J. (2013). “The mimesis hierarchy of semiotic development: five stages of intersubjecti- El artículo ofrece un esquema de los modos materiales, espaciotemporales y sensoriales y
vity in children”. The Public Journal of Semiotics 4(2), 47-73. de sus interrelaciones, junto a una descripción detallada de la iconicidad intermodal y una
estructura conceptual, para trazar grados de similitud e iconicidad con la ayuda de moda-
lidades cruzadas. Se añaden también una serie de ejemplos que ilustran la continuidad de
la iconicidad desde la imagen hasta la metáfora y una breve discusión sobre la noción de
los esquemas-imagen como factor explicativo de la iconicidad intermodal.

Palabras clave: iconicidad, intermodalidad, esquemas imagen.

Our minds are capable of perceiving similarities not only within the same but also
across different sensory areas and different cognitive domains. Iconicity is representation
based on similarity, and cross-modal iconicity, which is an extremely widespread pheno-
menon, should be understood as iconicity that crosses the borders of different kinds of ma-
Atribución-NoComercial-CompartirIgual
CC BY-NC-SA

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


172 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 173
Depósito Legal B.3146-2001 Universidad de Rosario (Argentina) Versión electrónica: designisfels.net
http://dx.doi.org/10.35659/designis.i35p173-195
FERNANDO GABRIEL RODRÍGUEZ UN MODELO PLURIDISCIPLINAR PARA EL ESTUDIO DE METÁFORA E IMAGEN A TRAVÉS DE LA ICONICIDAD INTERMODAL

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Un modelo pluridisciplinar
BAHRICK, L. y HOLLICH, G. (2008). “Intermodal perception”. En Haith, M. y J. Benson (eds.)
Encyclopedia of Infant and Early Childhood Development (2), 164-176, San Diego: Academic Press.
BARBIERI, M. (2003). The Organic Codes. Cambridge University Press: Cambridge.
para el estudio de metáfora e
CAPIRCI, O., CONTALDO, A. CASELLI, M. y VOLTERRA, V. (2005). “From actions to lan-
guage through gesture: A longitudinal perspective”. Gesture, 5, 155-177.
imagen a través de la iconicidad
COSERIU, E. (1992). “Zeichen, Symbol, Wort”. En Borsche, T. y Stegmaier. W. (eds.), Zur Philo-
sophie des Zeichens, 3-27. Berlin-NY: De Gruyter.
intermodal1 / Bridging the gap
CRICK, F. (1988). What mad pursuit: A personal view of scientific discovery. New York: Basic Books.
ECO, U. ([1973] 1980). Segno. Mondadori: Milano. between image and metaphor
––– (1988). “On semantics and immunology”. En Sercarz, E., Celada, F., Avrion Mitchinson, N. y
Tada, T. (eds.) The Semiotics of Cellular Communication in the Immune System, 3-15. Berlin: Springer. through cross-modal iconicity: an
FAVAREAU, D. (ed.) 2010. Essential Readings in Biosemiotics. Berlín: Springer.
JOHNSON, M. (1987).  The body in the mind: The bodily basis of meaning, imagination, and reason.
Chicago: University of Chicago Press.
interdisciplinary model.
LAKOFF, G. y JOHNSON, M. (1980). Metaphors we live by. Chicago: University of Chicago. Lars Elleström
MAHLER, C. (2019). “Esquematicidad mimética en metáforas multimodales”. En Scotto, C., Ro- (pág 173 - pág 195)
dríguez, F. y Audisio, I. (comps.), Los signos del cuerpo, 113-141. Buenos Aires: Teseo.
MCNEILL, D. (1992). Hand and mind. Chicago: University of Chicago Press.
NELSON, K. (1996). Language in cognitive development: the emergence of the mediated mind. New York:
La mente humana es capaz de percibir similitudes no solo dentro de la misma área
Cambridge University Press. sensorial sino también entre áreas sensoriales y dominios cognitivos distintos. La iconi-
NEWELL, A. y SIMON, H. (1956). “The logic theory machine”. IRE Transactions on information cidad es una representación basada en la similitud, y la iconicidad intermodal, que es un
theory, 2(3), 61-79. fenómeno extremadamente extendido, debe entenderse como la iconicidad que traspasa
RIVIÈRE, A. (1984). “Acción e interacción en el origen del símbolo”. En Palacios, J., Marchesi, A. las fronteras de diferentes tipos de modos materiales, espaciotemporales y sensoriales, ade-
y Carretero, M. (comps.) Psicología Evolutiva (2), 145-174. Madrid: Alianza. más de la frontera entre estructuras sensoriales y configuraciones cognitivas. Por ejemplo,
ROWLANDS, M. (2010). The New Science of the Mind. Cambridge: MIT Press. una entidad visual puede parecerse y, por lo tanto, representar icónicamente algo que
SEARLE, J. ([1989] 1995). “Mentes y cerebros sin programas”. En Rabossi, E. (comp.). Filosofía de es auditivo. El objetivo de este estudio semiótico, basado sustancialmente en hallazgos
la mente y ciencia cognitiva, 413-443. Buenos Aires: Paidós. empíricos en la investigación psicológica, cognitiva y neurológica, es sugerir un marco
SEBEOK, T. (1990). Essays in Zoosemiotics. Toronto: Toronto Semiotic. teórico general para conceptualizar la iconicidad intermodal y relacionar los diferentes
TREVARTHEN, C. Y HUBLEY, P. (1978). “Secondary intersubjectivity: confidence, confiding
tipos de iconicidad monomodal e intermodal entre sí. El argumento principal es que la
and acts of meaning in the first year”. En Lock, A. (ed.), Action, gesture and symbol: the emergence of
language, 183-229. London: Academic Press. percepción y la concepción de imágenes y metáforas deben entenderse como extremos en
WALLACE, B., ROSS, A., DAVIES, J., Y ANDERSON, T. (2015). The mind, the body and the un continuo de representación icónica donde la iconicidad intermodal cierra la aparente
world: Psychology after cognitivism. UK and USA: Andrews UK Limited. brecha entre la iconicidad monomodal, basada en los sentidos, y la iconicidad cognitiva.
ZLATEV, J. (2013). “The mimesis hierarchy of semiotic development: five stages of intersubjecti- El artículo ofrece un esquema de los modos materiales, espaciotemporales y sensoriales y
vity in children”. The Public Journal of Semiotics 4(2), 47-73. de sus interrelaciones, junto a una descripción detallada de la iconicidad intermodal y una
estructura conceptual, para trazar grados de similitud e iconicidad con la ayuda de moda-
lidades cruzadas. Se añaden también una serie de ejemplos que ilustran la continuidad de
la iconicidad desde la imagen hasta la metáfora y una breve discusión sobre la noción de
los esquemas-imagen como factor explicativo de la iconicidad intermodal.

Palabras clave: iconicidad, intermodalidad, esquemas imagen.

Our minds are capable of perceiving similarities not only within the same but also
across different sensory areas and different cognitive domains. Iconicity is representation
based on similarity, and cross-modal iconicity, which is an extremely widespread pheno-
menon, should be understood as iconicity that crosses the borders of different kinds of ma-
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CC BY-NC-SA

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LARS ELLESTRÖM UN MODELO PLURIDISCIPLINAR PARA EL ESTUDIO DE METÁFORA E IMAGEN A TRAVÉS DE LA ICONICIDAD INTERMODAL

terial, spatiotemporal, and sensorial modes, and, furthermore, the border between sensory 1. INTRODUCCIÓN
structures and cognitive configurations. For instance, a visual entity may resemble and
thus iconically represent something that is auditory or abstractly cognitive. The aim of La capacidad para reconocer lo que representan las imágenes y comprender las
this semiotic study, substantially based on empirical findings in psychological, cognitive, metáforas es vital para los seres humanos. Las imágenes se entienden de manera preliminar
and neurological research, is to suggest a general theoretical framework for conceptuali- como fuertes representaciones sensoriales, representaciones sencillas de objetos visuales
zing cross-modal iconicity and relating different kinds of mono-modal and cross-modal (una escultura realista de un caballo) o representaciones de objetos auditivos (un silbido
iconicity to each other. Its chief argument is that perception and conception of images que significa el canto de un mirlo). Las metáforas, en su forma más radical, se compren-
and metaphors should be understood as the two extremes in a continuum of iconic repre- den como representaciones cognitivas complejas de objetos cognitivos (como entender la
sentation where cross-modal iconicity bridges the apparent gap between mono-modal, noción de desarrollo a través de la noción de escalar). Tanto las imágenes sensoriales como
sensory-based iconicity and cognitive iconicity. It offers an outline of material, spatio- las metáforas cognitivas dependen de un recurso mental humano esencial para percibir
temporal, and sensorial modes and their interrelations; a thorough account of cross-modal similitudes y diferencias. Se han dedicado diversas investigaciones en varias disciplinas a
iconicity; a conceptual structure for charting degrees of similarity and iconicity with the estudios en profundidad sobre estas y otras áreas relacionadas. Sin embargo, existen pocos
aid of cross-modality; an array of examples illustrating the continuum of iconicity from intentos de formar una descripción amplia de las interrelaciones esenciales entre las diver-
image to metaphor; and a brief discussion of the notion of image schema as an explanatory sas formas de conectar entidades perceptivas y cognitivas entre sí a través de la similitud.
factor for cross-modal iconicity.
La noción semiótica de iconicidad es adecuada para esta tarea. La iconicidad debe
Keywords: iconicity, intermodality, image schemas entenderse como la percepción de entidades mentales o materiales como representaciones
de objetos a través de la similitud, lo que requiere ciertas capacidades cognitivas. Gran
parte de la iconicidad es monomodal, lo que significa que el signo o representamen - “algo
Elleström is professor of Comparative Literature at Linnæus University, Sweden, que representa para alguien algo en algún aspecto o capacidad” (Peirce 1932: 228) - evoca
and chairs the board of the International Society for Intermedial Studies. He has written un objeto en la mente que es del mismo tipo que el representamen (por ejemplo, algo visual
and edited several books, including Divine Madness (2002), Media Borders, Multimo- que representa algo visual). Sin embargo, también existe la iconicidad intermodal (algo
dality and Intermediality (2010), Media Transformation (2014), Transmedial Narration visual que representa algo auditivo), que será el foco de atención en este artículo por su
(2019), and Beyond Media Borders I & II (2021). He has also published numerous articles posición mediadora entre imágenes y metáforas.
on intermediality, multimodality, semiotics, poetry, gender, irony, and communication.
La iconicidad incluye, por tanto, la metaforicidad. Dentro de los marcos de la
teoría de la metáfora conceptual, Charles Forceville introdujo la noción de metáfora multi-
Recibido: 7/10/2020 Aprobado: 25/11/2020 modal, que está, en parte, relacionada con la iconicidad intermodal. Forceville sostiene, de
manera importante, que, dado que el núcleo de la metaforicidad está en la cognición más
que en las palabras, “una teoría de la metáfora en toda regla no puede basarse únicamente
en sus manifestaciones verbales” (2009: 21-22). La exactitud de esta afirmación se hace
aún más evidente cuando la perspectiva se amplía a la iconicidad en general, incorporando
no solo metáforas sino todo tipo de representaciones basadas en similitudes. Las metáforas
cognitivas, sostengo, constituyen un extremo en la escala de la iconicidad donde las imá-
genes sensoriales constituyen el otro. En el caso de las imágenes formadas por semejanza
sensorial no es posible, por definición, manifestarlas verbalmente.

Sin embargo, la noción de Forceville de metáfora multimodal no es suficiente para


el propósito de este artículo, que es trazar un mapa del amplio campo de la iconicidad que
va desde las imágenes hasta las metáforas. Los “modos”, explica, deben entenderse como
tipos comunicativos como el lenguaje escrito, la música, las imágenes, los gestos, los olores
y el tacto (2009: 21-23). Como el mismo Forceville enfatiza, esta noción de modo no está
definida de manera satisfactoria, y yo sostengo que este es el caso en todas las investiga-
ciones realizadas dentro del paradigma de la multimodalidad en la tradición de Kress y
van Leeuwen (2001), basado en concepciones pragmáticamente ordenadas de modo, pero
teóricamente toscas. En comparación con este paradigma de investigación, en mi trabajo

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


174 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 175
Depósito Legal B.3146-2001 Universidad de Rosario (Argentina) Versión electrónica: designisfels.net
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terial, spatiotemporal, and sensorial modes, and, furthermore, the border between sensory 1. INTRODUCCIÓN
structures and cognitive configurations. For instance, a visual entity may resemble and
thus iconically represent something that is auditory or abstractly cognitive. The aim of La capacidad para reconocer lo que representan las imágenes y comprender las
this semiotic study, substantially based on empirical findings in psychological, cognitive, metáforas es vital para los seres humanos. Las imágenes se entienden de manera preliminar
and neurological research, is to suggest a general theoretical framework for conceptuali- como fuertes representaciones sensoriales, representaciones sencillas de objetos visuales
zing cross-modal iconicity and relating different kinds of mono-modal and cross-modal (una escultura realista de un caballo) o representaciones de objetos auditivos (un silbido
iconicity to each other. Its chief argument is that perception and conception of images que significa el canto de un mirlo). Las metáforas, en su forma más radical, se compren-
and metaphors should be understood as the two extremes in a continuum of iconic repre- den como representaciones cognitivas complejas de objetos cognitivos (como entender la
sentation where cross-modal iconicity bridges the apparent gap between mono-modal, noción de desarrollo a través de la noción de escalar). Tanto las imágenes sensoriales como
sensory-based iconicity and cognitive iconicity. It offers an outline of material, spatio- las metáforas cognitivas dependen de un recurso mental humano esencial para percibir
temporal, and sensorial modes and their interrelations; a thorough account of cross-modal similitudes y diferencias. Se han dedicado diversas investigaciones en varias disciplinas a
iconicity; a conceptual structure for charting degrees of similarity and iconicity with the estudios en profundidad sobre estas y otras áreas relacionadas. Sin embargo, existen pocos
aid of cross-modality; an array of examples illustrating the continuum of iconicity from intentos de formar una descripción amplia de las interrelaciones esenciales entre las diver-
image to metaphor; and a brief discussion of the notion of image schema as an explanatory sas formas de conectar entidades perceptivas y cognitivas entre sí a través de la similitud.
factor for cross-modal iconicity.
La noción semiótica de iconicidad es adecuada para esta tarea. La iconicidad debe
Keywords: iconicity, intermodality, image schemas entenderse como la percepción de entidades mentales o materiales como representaciones
de objetos a través de la similitud, lo que requiere ciertas capacidades cognitivas. Gran
parte de la iconicidad es monomodal, lo que significa que el signo o representamen - “algo
Elleström is professor of Comparative Literature at Linnæus University, Sweden, que representa para alguien algo en algún aspecto o capacidad” (Peirce 1932: 228) - evoca
and chairs the board of the International Society for Intermedial Studies. He has written un objeto en la mente que es del mismo tipo que el representamen (por ejemplo, algo visual
and edited several books, including Divine Madness (2002), Media Borders, Multimo- que representa algo visual). Sin embargo, también existe la iconicidad intermodal (algo
dality and Intermediality (2010), Media Transformation (2014), Transmedial Narration visual que representa algo auditivo), que será el foco de atención en este artículo por su
(2019), and Beyond Media Borders I & II (2021). He has also published numerous articles posición mediadora entre imágenes y metáforas.
on intermediality, multimodality, semiotics, poetry, gender, irony, and communication.
La iconicidad incluye, por tanto, la metaforicidad. Dentro de los marcos de la
teoría de la metáfora conceptual, Charles Forceville introdujo la noción de metáfora multi-
Recibido: 7/10/2020 Aprobado: 25/11/2020 modal, que está, en parte, relacionada con la iconicidad intermodal. Forceville sostiene, de
manera importante, que, dado que el núcleo de la metaforicidad está en la cognición más
que en las palabras, “una teoría de la metáfora en toda regla no puede basarse únicamente
en sus manifestaciones verbales” (2009: 21-22). La exactitud de esta afirmación se hace
aún más evidente cuando la perspectiva se amplía a la iconicidad en general, incorporando
no solo metáforas sino todo tipo de representaciones basadas en similitudes. Las metáforas
cognitivas, sostengo, constituyen un extremo en la escala de la iconicidad donde las imá-
genes sensoriales constituyen el otro. En el caso de las imágenes formadas por semejanza
sensorial no es posible, por definición, manifestarlas verbalmente.

Sin embargo, la noción de Forceville de metáfora multimodal no es suficiente para


el propósito de este artículo, que es trazar un mapa del amplio campo de la iconicidad que
va desde las imágenes hasta las metáforas. Los “modos”, explica, deben entenderse como
tipos comunicativos como el lenguaje escrito, la música, las imágenes, los gestos, los olores
y el tacto (2009: 21-23). Como el mismo Forceville enfatiza, esta noción de modo no está
definida de manera satisfactoria, y yo sostengo que este es el caso en todas las investiga-
ciones realizadas dentro del paradigma de la multimodalidad en la tradición de Kress y
van Leeuwen (2001), basado en concepciones pragmáticamente ordenadas de modo, pero
teóricamente toscas. En comparación con este paradigma de investigación, en mi trabajo

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trato una noción de modo más detallada y claramente definida (Elleström 2010a), la cual monomodal e intermodal. Para ello, trazaré el mapa de algunas de las notables y amplias
describiré a continuación con el fin de ofrecer una estructura conceptual refinada que per- capacidades cognitivas que hacen posible la producción de significados icónicos y las rela-
mita una comprensión clara de la iconicidad intermodal. cionaré entre sí con la ayuda de una estructura conceptual. Mi argumento principal es que
la percepción y la concepción de imágenes y metáforas (como se definirán más adelante)
Además, sostengo que no basta con limitar la metaforicidad al dominio cognitivo. debe entenderse como los dos extremos en un continuo de representación icónica donde
De hecho, muy a menudo ocurre que las representaciones metafóricas son esencialmente la iconicidad intermodal cubre la aparente brecha entre iconicidad monomodal, sensorial
cognitivas en el sentido de que tanto el representamen como el objeto son entidades predo- y cognitiva. Este continuo es posible debido a la fuerte conexión entre la percepción sen-
minantemente conceptuales (como la noción de viaje que representa la vida) que pueden sorial y el pensamiento.
resultar de diversas representaciones sensoriales, como palabras habladas, gestos, películas
o dibujos animados que significan las dos nociones interrelacionadas. Sin embargo, en Este artículo es esencialmente una explicación teórica formulada con la ayuda de
general, la metaforicidad y la iconicidad también pueden desencadenarse directamente las nociones semióticas de Charles S. Peirce. Sin embargo, se basa sustancialmente en
por una percepción sensorial que adquiere la función de un representamen que, a través de hallazgos empíricos en la investigación psicológica, cognitiva y neurológica, defendiendo
la similitud, hace presente un objeto en la mente (como la visión de una columna rota una visión sobre la iconicidad - y la semiótica en general - que fusiona investigaciones me-
sobre una tumba representando la muerte). Por lo tanto, en mi opinión, que desarrollaré ticulosas de fenómenos específicos sobre interrelaciones conceptuales críticas. Por tanto, el
con más detalle a lo largo del artículo, una teoría completa de metáfora debe abordar no modelo teórico resultante debería ser de interés para una amplia gama de áreas de investi-
solo la noción de que las metáforas cognitivas pueden resultar de todo tipo de represen- gación orientadas a la construcción de significado. El esquema es el siguiente: la primera
taciones verbales y no verbales, como demostró Forceville, sino también la noción de que sección ofrece una descripción general de los modos materiales, espaciotemporales y sen-
las representaciones metafóricas como tales pueden estar constituidas por percepciones soriales y sus interrelaciones. A continuación, delinearé con cierto detalle la noción de ico-
más que por conceptos. Es decir, en los términos semióticos de Charles Sanders Peirce, el nicidad intermodal. A esta descripción le sigue el bosquejo de una estructura conceptual
representamen y/o el objeto pueden ser sensoriales más que cognitivos. Tal comprensión de que permita trazar grados de similitud e iconicidad con la ayuda de la modalidad cruzada.
la metáfora permite ubicarla con facilidad dentro de los amplios marcos de la iconicidad y Después se ofrece una amplia gama de ejemplos para ilustrar el continuo de la iconicidad
explicar su relación con la noción aparentemente distante de imagen. La fórmula para tal desde la imagen hasta la metáfora, incluida una gran cantidad de casos intermodales. A
conexión es la iconicidad intermodal. continuación, sigue una breve discusión sobre cómo la noción de los esquemas imagen
podría incorporarse en la estructura conceptual propuesta y, finalmente, una conclusión.
La iconicidad intermodal, tal y como yo la defino, es la iconicidad que cruza las  
fronteras de diferentes tipos de modos materiales, espaciotemporales y sensoriales - y entre
estructuras sensoriales y configuraciones cognitivas. Por ejemplo, un signo bidimensional, 2. MODOS MATERIALES, ESPACIOTEMPORALES Y SENSORIALES
o representamen, puede representar un objeto tridimensional (la mayoría de las fotografías
se toman para representar el espacio, incluida la profundidad), y un representamen visual Para comprender correctamente lo que quiero decir con iconicidad monomodal
puede representar un objeto auditivo (los puntos y líneas en un mensaje en Morse pueden e intermodal, la iconicidad debe situarse en el contexto de la comunicación, entendi-
representar pitidos cortos y largos). Esto se debe a que nuestra mente, hasta cierto punto, da en el sentido más amplio como transferencia o intercambio de importación cognitiva
tiene la capacidad de percibir semejanzas no solo dentro de la misma área, sino también entre mentes. Aunque aquí delimito la perspectiva de la comunicación al ámbito huma-
entre diferentes áreas sensoriales y diferentes ámbitos mentales. Sugiero que lo que, en no, parece haber también iconicidad en la comunicación con y entre animales como los
general, llamamos metáfora es esencialmente una iconicidad intermodal compleja, o una simios (Perlman, Tanner y King 2012). Defino los productos mediales como las entidades
iconicidad que cruza las fronteras de los dominios cognitivos. intermedias de la comunicación: elementos físicos y fenómenos (artificiales o corporales),
generados por alguien, que tienen la capacidad de desencadenar determinadas respuestas
Si bien generalmente damos por sentado que la iconicidad intermodal existe, creo mentales en un perceptor (Elleström, en prensa). Estos productos mediales pueden ser, por
que es vital teorizar sobre esta iconicidad que cruza fronteras materiales, espacio-tempora- ejemplo, palabras habladas, gestos, caricias, textos escritos, dibujos, películas, canciones
les, sensoriales y cognitivas, por la sencilla razón de que es un fenómeno extremadamente o sitios web. La percepción de los productos mediales implica significación, lo que indica
extendido que enriquece, matiza y flexibiliza la comunicación y el pensamiento, conectan- que la importación cognitiva se crea en la mente del perceptor sobre la base de los rasgos
do dominios perceptuales con dominios conceptuales. Además, las muchas facetas de la específicos del producto medial. Es decir, un producto medial actúa como un representamen
iconicidad mono e intermodal se comprenderán mejor si no se estudian de forma aislada, o, más bien, un conjunto de representamens.
lo que restringe el acceso a perspectivas relevantes.
Sugiero que las cualidades básicas de los productos mediales deben entenderse en
En resumen, el objetivo de este artículo es sugerir un marco conceptual general términos de tres modalidades pre-semióticas, o tipos de rasgos mediales: la modalidad ma-
para la iconicidad intermodal que permita relacionar entre sí diferentes tipos de iconicidad terial, la espaciotemporal y la sensorial (Elleström 2010a). Para funcionar como vínculos

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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trato una noción de modo más detallada y claramente definida (Elleström 2010a), la cual monomodal e intermodal. Para ello, trazaré el mapa de algunas de las notables y amplias
describiré a continuación con el fin de ofrecer una estructura conceptual refinada que per- capacidades cognitivas que hacen posible la producción de significados icónicos y las rela-
mita una comprensión clara de la iconicidad intermodal. cionaré entre sí con la ayuda de una estructura conceptual. Mi argumento principal es que
la percepción y la concepción de imágenes y metáforas (como se definirán más adelante)
Además, sostengo que no basta con limitar la metaforicidad al dominio cognitivo. debe entenderse como los dos extremos en un continuo de representación icónica donde
De hecho, muy a menudo ocurre que las representaciones metafóricas son esencialmente la iconicidad intermodal cubre la aparente brecha entre iconicidad monomodal, sensorial
cognitivas en el sentido de que tanto el representamen como el objeto son entidades predo- y cognitiva. Este continuo es posible debido a la fuerte conexión entre la percepción sen-
minantemente conceptuales (como la noción de viaje que representa la vida) que pueden sorial y el pensamiento.
resultar de diversas representaciones sensoriales, como palabras habladas, gestos, películas
o dibujos animados que significan las dos nociones interrelacionadas. Sin embargo, en Este artículo es esencialmente una explicación teórica formulada con la ayuda de
general, la metaforicidad y la iconicidad también pueden desencadenarse directamente las nociones semióticas de Charles S. Peirce. Sin embargo, se basa sustancialmente en
por una percepción sensorial que adquiere la función de un representamen que, a través de hallazgos empíricos en la investigación psicológica, cognitiva y neurológica, defendiendo
la similitud, hace presente un objeto en la mente (como la visión de una columna rota una visión sobre la iconicidad - y la semiótica en general - que fusiona investigaciones me-
sobre una tumba representando la muerte). Por lo tanto, en mi opinión, que desarrollaré ticulosas de fenómenos específicos sobre interrelaciones conceptuales críticas. Por tanto, el
con más detalle a lo largo del artículo, una teoría completa de metáfora debe abordar no modelo teórico resultante debería ser de interés para una amplia gama de áreas de investi-
solo la noción de que las metáforas cognitivas pueden resultar de todo tipo de represen- gación orientadas a la construcción de significado. El esquema es el siguiente: la primera
taciones verbales y no verbales, como demostró Forceville, sino también la noción de que sección ofrece una descripción general de los modos materiales, espaciotemporales y sen-
las representaciones metafóricas como tales pueden estar constituidas por percepciones soriales y sus interrelaciones. A continuación, delinearé con cierto detalle la noción de ico-
más que por conceptos. Es decir, en los términos semióticos de Charles Sanders Peirce, el nicidad intermodal. A esta descripción le sigue el bosquejo de una estructura conceptual
representamen y/o el objeto pueden ser sensoriales más que cognitivos. Tal comprensión de que permita trazar grados de similitud e iconicidad con la ayuda de la modalidad cruzada.
la metáfora permite ubicarla con facilidad dentro de los amplios marcos de la iconicidad y Después se ofrece una amplia gama de ejemplos para ilustrar el continuo de la iconicidad
explicar su relación con la noción aparentemente distante de imagen. La fórmula para tal desde la imagen hasta la metáfora, incluida una gran cantidad de casos intermodales. A
conexión es la iconicidad intermodal. continuación, sigue una breve discusión sobre cómo la noción de los esquemas imagen
podría incorporarse en la estructura conceptual propuesta y, finalmente, una conclusión.
La iconicidad intermodal, tal y como yo la defino, es la iconicidad que cruza las  
fronteras de diferentes tipos de modos materiales, espaciotemporales y sensoriales - y entre
estructuras sensoriales y configuraciones cognitivas. Por ejemplo, un signo bidimensional, 2. MODOS MATERIALES, ESPACIOTEMPORALES Y SENSORIALES
o representamen, puede representar un objeto tridimensional (la mayoría de las fotografías
se toman para representar el espacio, incluida la profundidad), y un representamen visual Para comprender correctamente lo que quiero decir con iconicidad monomodal
puede representar un objeto auditivo (los puntos y líneas en un mensaje en Morse pueden e intermodal, la iconicidad debe situarse en el contexto de la comunicación, entendi-
representar pitidos cortos y largos). Esto se debe a que nuestra mente, hasta cierto punto, da en el sentido más amplio como transferencia o intercambio de importación cognitiva
tiene la capacidad de percibir semejanzas no solo dentro de la misma área, sino también entre mentes. Aunque aquí delimito la perspectiva de la comunicación al ámbito huma-
entre diferentes áreas sensoriales y diferentes ámbitos mentales. Sugiero que lo que, en no, parece haber también iconicidad en la comunicación con y entre animales como los
general, llamamos metáfora es esencialmente una iconicidad intermodal compleja, o una simios (Perlman, Tanner y King 2012). Defino los productos mediales como las entidades
iconicidad que cruza las fronteras de los dominios cognitivos. intermedias de la comunicación: elementos físicos y fenómenos (artificiales o corporales),
generados por alguien, que tienen la capacidad de desencadenar determinadas respuestas
Si bien generalmente damos por sentado que la iconicidad intermodal existe, creo mentales en un perceptor (Elleström, en prensa). Estos productos mediales pueden ser, por
que es vital teorizar sobre esta iconicidad que cruza fronteras materiales, espacio-tempora- ejemplo, palabras habladas, gestos, caricias, textos escritos, dibujos, películas, canciones
les, sensoriales y cognitivas, por la sencilla razón de que es un fenómeno extremadamente o sitios web. La percepción de los productos mediales implica significación, lo que indica
extendido que enriquece, matiza y flexibiliza la comunicación y el pensamiento, conectan- que la importación cognitiva se crea en la mente del perceptor sobre la base de los rasgos
do dominios perceptuales con dominios conceptuales. Además, las muchas facetas de la específicos del producto medial. Es decir, un producto medial actúa como un representamen
iconicidad mono e intermodal se comprenderán mejor si no se estudian de forma aislada, o, más bien, un conjunto de representamens.
lo que restringe el acceso a perspectivas relevantes.
Sugiero que las cualidades básicas de los productos mediales deben entenderse en
En resumen, el objetivo de este artículo es sugerir un marco conceptual general términos de tres modalidades pre-semióticas, o tipos de rasgos mediales: la modalidad ma-
para la iconicidad intermodal que permita relacionar entre sí diferentes tipos de iconicidad terial, la espaciotemporal y la sensorial (Elleström 2010a). Para funcionar como vínculos

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entre mentes - para actuar como representamens en la comunicación - todos los productos Hasta ahora, mi descripción de los modos materiales, espaciotemporales y senso-
mediales deben tener necesariamente rasgos materiales, espaciotemporales y sensoriales. riales ha tenido el propósito de aclarar las propiedades básicas de los productos mediales
Por eso las modalidades pre-semióticas son importantes para destacar en el contexto de la que actúan como representamens. Sin embargo, estos modos también pueden usarse para
creación de significado icónica. Llamo a estos rasgos fundamentales, modos. Los productos caracterizar los objetos de los productos mediales: lo que representan, lo que provocan
mediales suelen ser multimodales (lo que significa, en mi terminología, que pueden ser, por en la mente del perceptor. Mientras que los objetos representados, como los conceptos
ejemplo, tanto temporales como espaciales o audiovisuales). Además, describo el proceso abstractos, pueden tener un carácter casi puramente cognitivo, los objetos que se hacen
de creación de significado de productos mediales en términos de una modalidad semiótica presentes en la mente en la significación también pueden ser más o menos concretos y
que consta de tres modos principales: iconicidad (representación creada sobre la base de la físicos. La pintura de una cara representa una cara porque las características de la pintura
similitud entre representamen y objeto), indexicalidad (basada en la contigüidad) y simbolici- son similares a las características de los rostros físicos reales, ya que se almacenan como
dad (basada en hábitos) (Peirce 1932: 302). Aquí, se analiza el primer modo semiótico. Sin recuerdos en nuestras mentes (cf. mis extensas discusiones sobre esto en Elleström, 2014).
embargo, la iconicidad rara vez funciona aislada de la indexicalidad y la simbolicidad. Por lo tanto, los productos mediales tienen ciertos rasgos materiales, espaciotemporales y
sensoriales y, de la misma manera, los objetos que representan de manera icónica pueden
Los modos materiales pueden entenderse principalmente como diferentes estados tener los mismos u otros rasgos materiales, espaciotemporales y sensoriales, o pueden tener
de agregación: los productos mediales pueden estar en forma sólida, líquida o gaseosa. Sin una naturaleza cognitiva.
embargo, los modos materiales también pueden entenderse como materialidad orgánica
frente a inorgánica. Todos los modos materiales se pueden combinar libremente. Contemplada a la luz de este amplio espectro de interrelaciones representamen-obje-
to, la base de la iconicidad, la similitud, resulta ser una noción muy compleja que captura
Se puede decir que lo espaciotemporal consta de cuatro dimensiones o modos: ancho, capacidades cognitivas dinámicas y de amplio alcance que trabajan de manera intermodal.
alto, profundidad y tiempo. En el mundo que nos rodea, estas cuatro dimensiones siempre Las nociones de similitud y diferencia y sus muchas variantes han sido durante mucho
están presentes juntas. Sin embargo, nuestras percepciones a menudo se basan en partes o as- tiempo cruciales para la investigación psicológica, especialmente para comprender la cog-
pectos del mundo que no participan de las cuatro dimensiones, como cuando percibimos las nición superior. Sin embargo, la sensibilidad a la similitud y la diferencia funciona desde
cualidades esenciales de productos mediales como, por ejemplo, imágenes fijas bidimensio- la percepción sensorial más elemental hasta los tipos más avanzados de cognición (Smith
nales. Sin embargo, las combinaciones de dimensiones no se pueden seleccionar libremente y et al. 2013: 598). Esto se ilustrará en las siguientes secciones del artículo.
los sentidos individuales no pueden percibir todo tipo de constelaciones espacio-temporales.

Los modos sensoriales pueden concebirse de formas muy complejas, con distin- 3. ICONICIDAD INTERMODAL
ciones en varios niveles. Tenemos diferentes tipos de receptores: células sensibles a los
estímulos. Los extraceptores registran cambios en el entorno externo, los interoceptores Se puede discernir una abundancia de tipos y variaciones de similitud intermodal
son sensibles a las condiciones internas y los propioceptores nos dan información sobre la y, por tanto, de iconicidad intermodal. Aquí solo puedo dar una idea general de estas va-
longitud y la tensión en fibras musculares y tendones. Nuestros cinco sentidos son, para ser riantes y sus interrelaciones, centrándome en la iconicidad intermodal en el contexto de
más precisos, los cinco órganos de los sentidos que registran cambios en el entorno exte- la investigación empírica intermodal. Tomo prestado el término iconicidad intermodal de
rior: ojos, oídos, órgano olfativo, órgano gustativo y piel. Sin embargo, estos órganos de los Felix Ahlner y Jordan Zlatev (2010), quienes también conceptualizaron e investigaron la
sentidos no están compuestos simplemente por cinco tipos diferentes de receptores. Tanto iconicidad (el caso especial del simbolismo sonoro) con la ayuda de la semiótica peirceana.
los órganos olfativos como los gustativos constan de quimiorreceptores, y la piel consta Sin embargo, su perspectiva era principalmente lingüística y, de hecho, la mayoría de las
de receptores mecánicos y termo-receptores. Además, los órganos de los sentidos no fun- investigaciones empíricas sobre iconicidad se refieren al lenguaje, incluido el lenguaje de
cionan de forma aislada. Algunos tipos de vibración, por ejemplo, pueden ser escuchados señas (ver Perniss, Thompson y Vigliocco 2010), una parte importante pero limitada de la
y sentidos por todo el cuerpo. Sin embargo, me parece apropiado decir que la percepción iconicidad. Para Ahlner y Zlatev, además, la iconicidad intermodal se refiere únicamente
de los cinco sentidos externos constituye los principales modos sensoriales: ver, oír, sentir, a la iconicidad intersensorial: no consideran los aspectos materiales y espaciotemporales.
degustar y oler. Todos estos modos se pueden combinar libremente en productos mediales. Este es, en realidad, el caso de prácticamente todas las investigaciones en diversas discipli-
nas: la intermodalidad solo concierne a las relaciones entre diferentes sentidos.
Los sentidos también están interrelacionados de formas aún más intrincadas. Las
sensaciones simultáneas de diferentes sentidos a menudo se afectan entre sí. La percepción Si bien la noción de iconicidad suele estar ausente en la investigación psicológica,
de una facultad sensorial puede ser diferente si se combina con la percepción de otra (Stein, cognitiva y neurológica, estas áreas científicas tienen mucho que decir tanto sobre la no-
Spence y Calvert 2004: 1-150). Los estímulos concurrentes procesados ​​por diferentes sen- ción de similitud como sobre intermodalidad en general, entendida como varios tipos de
tidos pueden interferir entre sí y obstaculizar la percepción, pero también pueden coinci- interacción entre los sentidos. La evidencia empírica de la existencia y la multiplicidad de
dir y reforzarse entre sí (Martino y Marks 2000). la producción de significados icónicos se produce de manera abundante casi a diario, y la

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entre mentes - para actuar como representamens en la comunicación - todos los productos Hasta ahora, mi descripción de los modos materiales, espaciotemporales y senso-
mediales deben tener necesariamente rasgos materiales, espaciotemporales y sensoriales. riales ha tenido el propósito de aclarar las propiedades básicas de los productos mediales
Por eso las modalidades pre-semióticas son importantes para destacar en el contexto de la que actúan como representamens. Sin embargo, estos modos también pueden usarse para
creación de significado icónica. Llamo a estos rasgos fundamentales, modos. Los productos caracterizar los objetos de los productos mediales: lo que representan, lo que provocan
mediales suelen ser multimodales (lo que significa, en mi terminología, que pueden ser, por en la mente del perceptor. Mientras que los objetos representados, como los conceptos
ejemplo, tanto temporales como espaciales o audiovisuales). Además, describo el proceso abstractos, pueden tener un carácter casi puramente cognitivo, los objetos que se hacen
de creación de significado de productos mediales en términos de una modalidad semiótica presentes en la mente en la significación también pueden ser más o menos concretos y
que consta de tres modos principales: iconicidad (representación creada sobre la base de la físicos. La pintura de una cara representa una cara porque las características de la pintura
similitud entre representamen y objeto), indexicalidad (basada en la contigüidad) y simbolici- son similares a las características de los rostros físicos reales, ya que se almacenan como
dad (basada en hábitos) (Peirce 1932: 302). Aquí, se analiza el primer modo semiótico. Sin recuerdos en nuestras mentes (cf. mis extensas discusiones sobre esto en Elleström, 2014).
embargo, la iconicidad rara vez funciona aislada de la indexicalidad y la simbolicidad. Por lo tanto, los productos mediales tienen ciertos rasgos materiales, espaciotemporales y
sensoriales y, de la misma manera, los objetos que representan de manera icónica pueden
Los modos materiales pueden entenderse principalmente como diferentes estados tener los mismos u otros rasgos materiales, espaciotemporales y sensoriales, o pueden tener
de agregación: los productos mediales pueden estar en forma sólida, líquida o gaseosa. Sin una naturaleza cognitiva.
embargo, los modos materiales también pueden entenderse como materialidad orgánica
frente a inorgánica. Todos los modos materiales se pueden combinar libremente. Contemplada a la luz de este amplio espectro de interrelaciones representamen-obje-
to, la base de la iconicidad, la similitud, resulta ser una noción muy compleja que captura
Se puede decir que lo espaciotemporal consta de cuatro dimensiones o modos: ancho, capacidades cognitivas dinámicas y de amplio alcance que trabajan de manera intermodal.
alto, profundidad y tiempo. En el mundo que nos rodea, estas cuatro dimensiones siempre Las nociones de similitud y diferencia y sus muchas variantes han sido durante mucho
están presentes juntas. Sin embargo, nuestras percepciones a menudo se basan en partes o as- tiempo cruciales para la investigación psicológica, especialmente para comprender la cog-
pectos del mundo que no participan de las cuatro dimensiones, como cuando percibimos las nición superior. Sin embargo, la sensibilidad a la similitud y la diferencia funciona desde
cualidades esenciales de productos mediales como, por ejemplo, imágenes fijas bidimensio- la percepción sensorial más elemental hasta los tipos más avanzados de cognición (Smith
nales. Sin embargo, las combinaciones de dimensiones no se pueden seleccionar libremente y et al. 2013: 598). Esto se ilustrará en las siguientes secciones del artículo.
los sentidos individuales no pueden percibir todo tipo de constelaciones espacio-temporales.

Los modos sensoriales pueden concebirse de formas muy complejas, con distin- 3. ICONICIDAD INTERMODAL
ciones en varios niveles. Tenemos diferentes tipos de receptores: células sensibles a los
estímulos. Los extraceptores registran cambios en el entorno externo, los interoceptores Se puede discernir una abundancia de tipos y variaciones de similitud intermodal
son sensibles a las condiciones internas y los propioceptores nos dan información sobre la y, por tanto, de iconicidad intermodal. Aquí solo puedo dar una idea general de estas va-
longitud y la tensión en fibras musculares y tendones. Nuestros cinco sentidos son, para ser riantes y sus interrelaciones, centrándome en la iconicidad intermodal en el contexto de
más precisos, los cinco órganos de los sentidos que registran cambios en el entorno exte- la investigación empírica intermodal. Tomo prestado el término iconicidad intermodal de
rior: ojos, oídos, órgano olfativo, órgano gustativo y piel. Sin embargo, estos órganos de los Felix Ahlner y Jordan Zlatev (2010), quienes también conceptualizaron e investigaron la
sentidos no están compuestos simplemente por cinco tipos diferentes de receptores. Tanto iconicidad (el caso especial del simbolismo sonoro) con la ayuda de la semiótica peirceana.
los órganos olfativos como los gustativos constan de quimiorreceptores, y la piel consta Sin embargo, su perspectiva era principalmente lingüística y, de hecho, la mayoría de las
de receptores mecánicos y termo-receptores. Además, los órganos de los sentidos no fun- investigaciones empíricas sobre iconicidad se refieren al lenguaje, incluido el lenguaje de
cionan de forma aislada. Algunos tipos de vibración, por ejemplo, pueden ser escuchados señas (ver Perniss, Thompson y Vigliocco 2010), una parte importante pero limitada de la
y sentidos por todo el cuerpo. Sin embargo, me parece apropiado decir que la percepción iconicidad. Para Ahlner y Zlatev, además, la iconicidad intermodal se refiere únicamente
de los cinco sentidos externos constituye los principales modos sensoriales: ver, oír, sentir, a la iconicidad intersensorial: no consideran los aspectos materiales y espaciotemporales.
degustar y oler. Todos estos modos se pueden combinar libremente en productos mediales. Este es, en realidad, el caso de prácticamente todas las investigaciones en diversas discipli-
nas: la intermodalidad solo concierne a las relaciones entre diferentes sentidos.
Los sentidos también están interrelacionados de formas aún más intrincadas. Las
sensaciones simultáneas de diferentes sentidos a menudo se afectan entre sí. La percepción Si bien la noción de iconicidad suele estar ausente en la investigación psicológica,
de una facultad sensorial puede ser diferente si se combina con la percepción de otra (Stein, cognitiva y neurológica, estas áreas científicas tienen mucho que decir tanto sobre la no-
Spence y Calvert 2004: 1-150). Los estímulos concurrentes procesados ​​por diferentes sen- ción de similitud como sobre intermodalidad en general, entendida como varios tipos de
tidos pueden interferir entre sí y obstaculizar la percepción, pero también pueden coinci- interacción entre los sentidos. La evidencia empírica de la existencia y la multiplicidad de
dir y reforzarse entre sí (Martino y Marks 2000). la producción de significados icónicos se produce de manera abundante casi a diario, y la

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investigación científica intermodal es relevante para iluminar el lugar de la iconicidad en 1), ilustrando nuestra fuerte tendencia a percibir similitudes entre el sonido de la palabra sin
un campo cognitivo más amplio de interacción intermodal. El fenómeno intermodal más sentido ‘maluma’ y formas visuales redondeadas, y entre el sonido de la palabra sin sentido
conspicuo, investigado durante mucho tiempo por la ciencia, es la sinestesia. Para algunas ‘takete’ y las formas angulares. Desde entonces, estas palabras y formas se han utilizado en di-
personas, existen conexiones muy fuertes e ineludibles entre diferentes sentidos o entre di- versas variaciones para innumerables verificaciones empíricas de similitudes percibidas entre
ferentes aspectos del mismo campo sensorial (por ejemplo, una determinada forma puede formas auditivas y visuales, en diferentes culturas e idiomas. Otros experimentos tempranos
desencadenar la percepción de un determinado color). Estas conexiones son parte de una demostraron que la forma auditiva en breves pasajes musicales da lugar a representaciones
realidad perceptiva y no son causadas por asociaciones secundarias. No se aprenden y son visuales con cualidades formales que son sorprendentemente similares (Karwoski, Odbert y
consistentes en el tiempo. Sin embargo, la sinestesia es un fenómeno altamente (aunque Osgood 1942). La investigación empírica también ha demostrado que niñas y niños perciben
no completamente) idiosincrásico. similitudes entre las percepciones visuales y auditivas (Goswami 2001: 449).

Como tal, el extraño fenómeno de la sinestesia está, por lo tanto, solo remotamente
relacionado con la iconicidad, que no solo prevalece, sino que es una piedra angular en toda
comunicación y creación de significado. Sin embargo, algunos experimentos indican clara-
mente que los sinestésicos hacen conexiones intermodales más fuertes entre, por ejemplo, el
sonido de la palabra y el significado de la palabra; como si tuvieran capacidades intermodales
superiores (Bankieris y Simner 2015). La sinestesia y la percepción de similitud intermodal
podrían, por tanto, depender de la misma capacidad cognitiva, lo que no excluye que puedan
entenderse como fenómenos en gran medida diferentes: uno inmediatamente perceptivo e
idiosincrásico, el otro basado en la semejanza percibida e intersubjetivo.

V.S. Ramachandran y Edward M. Hubbard concluyen que “la sinestesia es un fe- Fig. 1. “Maluma” y “takete” (Köhler 1929: 242)
nómeno sensorial concreto cuya base neural puede precisarse y que a su vez puede propor-
cionar un punto de apoyo - una palanca experimental - para comprender la base neural de
las metáforas” (2005: 149, cf. 169). Toman como un hecho empírico que las percepciones También se ha investigado a fondo la interacción más general entre la visión y la
visuales y auditivas pueden parecerse entre sí y discuten el fenómeno en términos de pro- audición. Se sabe que los barridos de frecuencia auditiva descendente y ascendente guían
cesos cognitivos de abstracción. La semejanza se percibe a través de una extracción del “de- la atención visual hacia abajo y hacia arriba, respectivamente (Mossbridge, Grabowecky y
nominador común de un conjunto de entidades aparentemente diferentes” (2005: 172), y Suzuki 2011: 136), lo que, por supuesto, está relacionado con nuestra fuerte inclinación
de la abstracción intermodal - como la capacidad de juzgar cuál de dos formas irregulares a pensar en diferentes frecuencias auditivas como más bajas o altas, en relación con la
sentidas con las manos coincide con la forma que se está viendo – siendo éste sólo un pe- posición de los objetos en el espacio visual. También se sabe que las impresiones de los
queño paso hacia una intermodalidad más general entre, por ejemplo, las características de distintos sentidos se influyen entre sí, y pueden crear percepciones alteradas; por ejem-
sonido y las formas visuales (2005: 175). plo, diferentes sonidos que se escuchan de manera simultánea a la percepción de formas
visuales, influyen en la forma en que se perciben esas formas (Sweeny et al.2012), lo que
Ramachandran y Hubbard se vuelcan abiertamente en la similitud intermodal, indica que la mente intenta correlacionar los estímulos de diferentes sentidos, haciéndolos
que es de relevancia inmediata para la iconicidad. Sin embargo, gran parte de la investi- más similares (esta es mi conclusión). Además, los experimentos han demostrado que
gación en el ámbito de la intermodalidad no enfatiza directamente la similitud, aunque la presencia de patrones ordenados de fondo dentro de un modo sensorial determinado
presupone con frecuencia algún tipo de semejanza entre diferentes tipos de percepción aumenta la inclinación a juzgar los estímulos como coherentes desde otro modo sensorial
sensorial. Si bien existe un gran debate sobre por qué y cómo surgen exactamente los (Ziembowicz, Nowak y Winkielman 2013), lo que de hecho presupone que una cualidad
fenómenos intermodales, existen una gran cantidad de investigaciones que demuestran como la coherencia es modalmente perceptible de manera cruzada y, por lo tanto, que las
claramente su existencia global (ver Spence 2011 para una descripción extensa). A conti- percepciones coherentes de diferentes sentidos tienen, hasta cierto punto cierto parecido
nuación, se presentará una pequeña selección. entre sí. Otros resultados que se pueden mencionar son que el ritmo auditivo afecta el
reconocimiento visual de palabras (Brochard, Tassin y Zagar 2013) y que los sonidos que
Las interconexiones visuales y auditivas probablemente forman el área intersenso- se aproximan impactan la percepción visual en términos de tamaño y luminancia, pero no
rial más investigada. Ya a principios del siglo XX, el influyente psicólogo de la corriente la forma de los objetos (Sutherland, Thut y Romei 2014).
Gestalt, Wolfgang Köhler, argumentó que existen ciertas similitudes entre las experiencias
percibidas a través de los diferentes órganos de los sentidos (1929: 242). Con referencias a La investigación empírica experimental también ha demostrado la interacción
los hallazgos de D. Usnadze (1924), introdujo las famosas formas ‘maluma’ y ‘takete’ (Figura intermodal entre la visión y el tacto. Los estímulos de los dos sentidos pueden coinci-

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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investigación científica intermodal es relevante para iluminar el lugar de la iconicidad en 1), ilustrando nuestra fuerte tendencia a percibir similitudes entre el sonido de la palabra sin
un campo cognitivo más amplio de interacción intermodal. El fenómeno intermodal más sentido ‘maluma’ y formas visuales redondeadas, y entre el sonido de la palabra sin sentido
conspicuo, investigado durante mucho tiempo por la ciencia, es la sinestesia. Para algunas ‘takete’ y las formas angulares. Desde entonces, estas palabras y formas se han utilizado en di-
personas, existen conexiones muy fuertes e ineludibles entre diferentes sentidos o entre di- versas variaciones para innumerables verificaciones empíricas de similitudes percibidas entre
ferentes aspectos del mismo campo sensorial (por ejemplo, una determinada forma puede formas auditivas y visuales, en diferentes culturas e idiomas. Otros experimentos tempranos
desencadenar la percepción de un determinado color). Estas conexiones son parte de una demostraron que la forma auditiva en breves pasajes musicales da lugar a representaciones
realidad perceptiva y no son causadas por asociaciones secundarias. No se aprenden y son visuales con cualidades formales que son sorprendentemente similares (Karwoski, Odbert y
consistentes en el tiempo. Sin embargo, la sinestesia es un fenómeno altamente (aunque Osgood 1942). La investigación empírica también ha demostrado que niñas y niños perciben
no completamente) idiosincrásico. similitudes entre las percepciones visuales y auditivas (Goswami 2001: 449).

Como tal, el extraño fenómeno de la sinestesia está, por lo tanto, solo remotamente
relacionado con la iconicidad, que no solo prevalece, sino que es una piedra angular en toda
comunicación y creación de significado. Sin embargo, algunos experimentos indican clara-
mente que los sinestésicos hacen conexiones intermodales más fuertes entre, por ejemplo, el
sonido de la palabra y el significado de la palabra; como si tuvieran capacidades intermodales
superiores (Bankieris y Simner 2015). La sinestesia y la percepción de similitud intermodal
podrían, por tanto, depender de la misma capacidad cognitiva, lo que no excluye que puedan
entenderse como fenómenos en gran medida diferentes: uno inmediatamente perceptivo e
idiosincrásico, el otro basado en la semejanza percibida e intersubjetivo.

V.S. Ramachandran y Edward M. Hubbard concluyen que “la sinestesia es un fe- Fig. 1. “Maluma” y “takete” (Köhler 1929: 242)
nómeno sensorial concreto cuya base neural puede precisarse y que a su vez puede propor-
cionar un punto de apoyo - una palanca experimental - para comprender la base neural de
las metáforas” (2005: 149, cf. 169). Toman como un hecho empírico que las percepciones También se ha investigado a fondo la interacción más general entre la visión y la
visuales y auditivas pueden parecerse entre sí y discuten el fenómeno en términos de pro- audición. Se sabe que los barridos de frecuencia auditiva descendente y ascendente guían
cesos cognitivos de abstracción. La semejanza se percibe a través de una extracción del “de- la atención visual hacia abajo y hacia arriba, respectivamente (Mossbridge, Grabowecky y
nominador común de un conjunto de entidades aparentemente diferentes” (2005: 172), y Suzuki 2011: 136), lo que, por supuesto, está relacionado con nuestra fuerte inclinación
de la abstracción intermodal - como la capacidad de juzgar cuál de dos formas irregulares a pensar en diferentes frecuencias auditivas como más bajas o altas, en relación con la
sentidas con las manos coincide con la forma que se está viendo – siendo éste sólo un pe- posición de los objetos en el espacio visual. También se sabe que las impresiones de los
queño paso hacia una intermodalidad más general entre, por ejemplo, las características de distintos sentidos se influyen entre sí, y pueden crear percepciones alteradas; por ejem-
sonido y las formas visuales (2005: 175). plo, diferentes sonidos que se escuchan de manera simultánea a la percepción de formas
visuales, influyen en la forma en que se perciben esas formas (Sweeny et al.2012), lo que
Ramachandran y Hubbard se vuelcan abiertamente en la similitud intermodal, indica que la mente intenta correlacionar los estímulos de diferentes sentidos, haciéndolos
que es de relevancia inmediata para la iconicidad. Sin embargo, gran parte de la investi- más similares (esta es mi conclusión). Además, los experimentos han demostrado que
gación en el ámbito de la intermodalidad no enfatiza directamente la similitud, aunque la presencia de patrones ordenados de fondo dentro de un modo sensorial determinado
presupone con frecuencia algún tipo de semejanza entre diferentes tipos de percepción aumenta la inclinación a juzgar los estímulos como coherentes desde otro modo sensorial
sensorial. Si bien existe un gran debate sobre por qué y cómo surgen exactamente los (Ziembowicz, Nowak y Winkielman 2013), lo que de hecho presupone que una cualidad
fenómenos intermodales, existen una gran cantidad de investigaciones que demuestran como la coherencia es modalmente perceptible de manera cruzada y, por lo tanto, que las
claramente su existencia global (ver Spence 2011 para una descripción extensa). A conti- percepciones coherentes de diferentes sentidos tienen, hasta cierto punto cierto parecido
nuación, se presentará una pequeña selección. entre sí. Otros resultados que se pueden mencionar son que el ritmo auditivo afecta el
reconocimiento visual de palabras (Brochard, Tassin y Zagar 2013) y que los sonidos que
Las interconexiones visuales y auditivas probablemente forman el área intersenso- se aproximan impactan la percepción visual en términos de tamaño y luminancia, pero no
rial más investigada. Ya a principios del siglo XX, el influyente psicólogo de la corriente la forma de los objetos (Sutherland, Thut y Romei 2014).
Gestalt, Wolfgang Köhler, argumentó que existen ciertas similitudes entre las experiencias
percibidas a través de los diferentes órganos de los sentidos (1929: 242). Con referencias a La investigación empírica experimental también ha demostrado la interacción
los hallazgos de D. Usnadze (1924), introdujo las famosas formas ‘maluma’ y ‘takete’ (Figura intermodal entre la visión y el tacto. Los estímulos de los dos sentidos pueden coinci-

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dir y reforzarse entre sí, o desajustarse y obstruirse (Martino y Marks 2000; cf. Röder,
Pagel y Heed 2013). También existe una transferencia del conocimiento de la categoría
de objetos entre la visión y el tacto (Yildirim y Jacobs 2013). Como era de esperar, oír
y tocar están interrelacionados de manera similar. Por ejemplo, los diferentes sonidos
tienden a percibirse como correspondientes a diferentes sensaciones hápticas de forma
(Fryer, Freeman y Pring 2014). Estos hallazgos no se explican explícitamente en tér-
minos de similitud.

Cabe señalar que también hay investigaciones sobre las correspondencias entre las
percepciones sensoriales y las categorías cognitivas. Las primeras investigaciones indica-
ron que diversos estados de ánimo (provocados por música o por palabras) son paralelos a
ciertos colores (Odbert, Karwoski y Eckerson 1942). La psicología experimental temprana
también tenía la ambición de explorar estímulos más complejos y afirmaba corresponden- Fig. 2. Fotografía de una persona en el agua

cias de similitud entre la música y el arte gráfico (Cowles 1935).


La misma fotografía (Figura 2) puede usarse para ilustrar cruces espaciotemporales
Por supuesto, muchas experiencias de correlaciones intermodales y, más especí- en la iconicidad (ver también Elleström 2013): un representamen bidimensional y estático
ficamente, de similitudes intermodales son, en cierta medida, inducidas culturalmen- representa un objeto temporal tridimensional. Como es probable que la persona en el
te (Bremner et al. 2013). Aunque a menudo es muy intersubjetiva y en gran medida mundo representado de la fotografía no se entienda como rodeada de gotas de agua planas
intercultural, la similitud intermodal experimentada no es inmune al hábito. Esto fue e inmóviles, es casi inevitable añadir una tercera dimensión espacial y temporal. A pesar de
reconocido de forma temprana en investigaciones intermodales pioneras que enfatizaban su restringida bidimensionalidad, la fotografía se asemeja a la escena de un mundo tetradi-
que las “tradiciones culturales”, la “experiencia con las relaciones en la naturaleza” así mensional (cf. Benovsky 2012). Una partitura musical de Johann Sebastian Bach (Figura
como “cualquier disputada unidad entre los sentidos” probablemente se reforzasen entre 3) podría servir como otro ejemplo de iconicidad espaciotemporal cruzada, aunque se ve
sí (Karwoski, Odbert y Osgood 1942: 213). De la misma manera, queda claro que la claramente que, en parte, funciona con la ayuda de símbolos: es un representamen bidimen-
iconicidad a menudo realiza su trabajo cognitivo en colaboración con la indexicalidad sional y estático que representa un objeto temporal, la música (que sin duda también tiene
y la simbología. ciertas cualidades espaciales tridimensionales). Asimismo, una representación espacial bi-
dimensional pero intemporal, como un diagrama gráfico, puede representar un fenómeno
Si bien es evidente que hay mucha investigación empírica sobre similitud in- temporal como el aumento de la temperatura global en la atmósfera.
tersensorial e iconicidad, este no es el caso de la materialidad y la espaciotemporalidad
cruzadas. Por lo tanto, tendré que conformarme aquí con una breve descripción de al-
gunas posibles variaciones de la iconicidad intermodal (cf. Elleström 2010b: 82-97),
incluyendo no solo la iconicidad intersensorial, sino también la intermaterial y la inte-
respaciotemporal. Para ilustrar los puntos principales, los ejemplos son sencillos y están
comentados de manera esquemática, sin considerar las muchas e intrincadas condiciones
presentes incluso en los ejemplos más sencillos de representación icónica.

Un ejemplo de iconicidad intermedial son las líneas materialmente sólidas en


una tira de cómic impreso que representa de forma icónica el viento -no sólido - soplan-
do. El dibujo de una materialidad inorgánica puede representar, además, una entidad
de material orgánico como una flor. Una escultura de una piedra sin vida puede repre-
sentar, por semejanza, un cuerpo humano vivo; a la inversa, jugando a los enredos, un
cuerpo humano vivo puede representar icónicamente una piedra sin vida. Otro ejemplo
de iconicidad entre materiales es una fotografía inorgánica materialmente sólida que
representa un líquido como el agua y un cuerpo humano orgánico (Figura 2). Fig. 3. Partitura de Johann Sebastian Bach

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dir y reforzarse entre sí, o desajustarse y obstruirse (Martino y Marks 2000; cf. Röder,
Pagel y Heed 2013). También existe una transferencia del conocimiento de la categoría
de objetos entre la visión y el tacto (Yildirim y Jacobs 2013). Como era de esperar, oír
y tocar están interrelacionados de manera similar. Por ejemplo, los diferentes sonidos
tienden a percibirse como correspondientes a diferentes sensaciones hápticas de forma
(Fryer, Freeman y Pring 2014). Estos hallazgos no se explican explícitamente en tér-
minos de similitud.

Cabe señalar que también hay investigaciones sobre las correspondencias entre las
percepciones sensoriales y las categorías cognitivas. Las primeras investigaciones indica-
ron que diversos estados de ánimo (provocados por música o por palabras) son paralelos a
ciertos colores (Odbert, Karwoski y Eckerson 1942). La psicología experimental temprana
también tenía la ambición de explorar estímulos más complejos y afirmaba corresponden- Fig. 2. Fotografía de una persona en el agua

cias de similitud entre la música y el arte gráfico (Cowles 1935).


La misma fotografía (Figura 2) puede usarse para ilustrar cruces espaciotemporales
Por supuesto, muchas experiencias de correlaciones intermodales y, más especí- en la iconicidad (ver también Elleström 2013): un representamen bidimensional y estático
ficamente, de similitudes intermodales son, en cierta medida, inducidas culturalmen- representa un objeto temporal tridimensional. Como es probable que la persona en el
te (Bremner et al. 2013). Aunque a menudo es muy intersubjetiva y en gran medida mundo representado de la fotografía no se entienda como rodeada de gotas de agua planas
intercultural, la similitud intermodal experimentada no es inmune al hábito. Esto fue e inmóviles, es casi inevitable añadir una tercera dimensión espacial y temporal. A pesar de
reconocido de forma temprana en investigaciones intermodales pioneras que enfatizaban su restringida bidimensionalidad, la fotografía se asemeja a la escena de un mundo tetradi-
que las “tradiciones culturales”, la “experiencia con las relaciones en la naturaleza” así mensional (cf. Benovsky 2012). Una partitura musical de Johann Sebastian Bach (Figura
como “cualquier disputada unidad entre los sentidos” probablemente se reforzasen entre 3) podría servir como otro ejemplo de iconicidad espaciotemporal cruzada, aunque se ve
sí (Karwoski, Odbert y Osgood 1942: 213). De la misma manera, queda claro que la claramente que, en parte, funciona con la ayuda de símbolos: es un representamen bidimen-
iconicidad a menudo realiza su trabajo cognitivo en colaboración con la indexicalidad sional y estático que representa un objeto temporal, la música (que sin duda también tiene
y la simbología. ciertas cualidades espaciales tridimensionales). Asimismo, una representación espacial bi-
dimensional pero intemporal, como un diagrama gráfico, puede representar un fenómeno
Si bien es evidente que hay mucha investigación empírica sobre similitud in- temporal como el aumento de la temperatura global en la atmósfera.
tersensorial e iconicidad, este no es el caso de la materialidad y la espaciotemporalidad
cruzadas. Por lo tanto, tendré que conformarme aquí con una breve descripción de al-
gunas posibles variaciones de la iconicidad intermodal (cf. Elleström 2010b: 82-97),
incluyendo no solo la iconicidad intersensorial, sino también la intermaterial y la inte-
respaciotemporal. Para ilustrar los puntos principales, los ejemplos son sencillos y están
comentados de manera esquemática, sin considerar las muchas e intrincadas condiciones
presentes incluso en los ejemplos más sencillos de representación icónica.

Un ejemplo de iconicidad intermedial son las líneas materialmente sólidas en


una tira de cómic impreso que representa de forma icónica el viento -no sólido - soplan-
do. El dibujo de una materialidad inorgánica puede representar, además, una entidad
de material orgánico como una flor. Una escultura de una piedra sin vida puede repre-
sentar, por semejanza, un cuerpo humano vivo; a la inversa, jugando a los enredos, un
cuerpo humano vivo puede representar icónicamente una piedra sin vida. Otro ejemplo
de iconicidad entre materiales es una fotografía inorgánica materialmente sólida que
representa un líquido como el agua y un cuerpo humano orgánico (Figura 2). Fig. 3. Partitura de Johann Sebastian Bach

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


182 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 183
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Debe tenerse en cuenta que no siempre se da el caso de que los representamens menos nomodal, intermodal y cognitiva entre sí, y conceptualizar las interrelaciones de manera
complejos representen objetos más complejos, como una pantalla de cine bidimensional lúcida, es necesario pensar en términos de grados de similitud y, en consecuencia, grados
que representa un mundo tridimensional. También puede ser al revés; un cuadro vivo tri- de iconicidad. Los cruces modales y las operaciones cognitivas pagan un precio por la simi-
dimensional bien puede representar una pintura bidimensional (que, a su vez, por supues- litud, por así decirlo, y la similitud intermodal, que implica una cognición más compleja,
to, puede representar un mundo tridimensional). Con todo, la distinción entre diferentes es más débil que la similitud monomodal.
modos espaciotemporales, como la distinción entre diferentes modos materiales, revela
no solo las diferencias típicas entre los tipos de medios, sino también la capacidad de la Sin embargo, los grados de similitud e iconicidad no están objetivamente presentes
iconicidad para cruzar estas fronteras. de una manera definida o fácilmente medible, aunque no sean simples caprichos subje-
tivos. Las psicólogas Linda B. Smith y Diana Heise sugirieron la noción de “un espacio
La partitura de Bach (Figura 3) también es una ilustración de la iconicidad inter- de similitud estructurado y dependiente del contexto”; “El resultado de pasar tiempo en
sensorial; un representamen visual que representa un objeto auditivo: música que suena. el mundo, de mirarlo, escucharlo y sentirlo” (1992: 252). Es importante destacar que “la
Otro ejemplo son las relaciones icónicas bien documentadas, por un lado, entre vocales similitud percibida de dos objetos cambia con los cambios de atención selectiva hacia pro-
altas o frontales, proximidad y pequeño tamaño y, por otro lado, entre vocales inferiores o piedades perceptivas específicas” (1992: 242). En resumen, se podría decir que las bases de
posteriores, por distancia y gran tamaño (Anderson 1998: 212). Son sonidos que represen- las relaciones externas de similitud existen en el mundo real, pero se perciben dinámica-
tan fenómenos visuales y también hápticos hasta cierto punto. El campo de la iconicidad mente. En línea con estas observaciones, los semiólogos han afirmado que la iconicidad se
intersensorial es amplio e incluye productos mediales con elementos que son claramente caracteriza por “la semejanza parcial de un icono con su referente” y se basa en “la capaci-
indexicales. Con la ayuda de una cámara térmica, por ejemplo, se pueden crear iconos dad humana de generalizar a partir de detalles incidentales” (Anderson 1998: 28), y que
visuales de objetos que se detectan a través de su calor. Curiosamente, la iconicidad tam- los signos icónicos remiten “no a las cosas como son, sino a las cosas como son percibidas
bién puede cruzar las fronteras entre los sentidos humanos y aquellos que solo tienen otros por alguien y en un contexto determinado” (Tabakowska 2005: 376).
animales, o entre sentidos reales y los puramente hipotéticos. Los iconos visuales pueden
representar formaciones de luz ultravioleta que los abejorros ven, pero nosotros no. Como Por tanto, una interpretación icónica implica una selección de ciertas partes y as-
este tipo de luz se extiende por un campo espacial de una manera similar a la luz ordinaria, pectos de cosas y fenómenos. Si bien tal selección puede ser deliberada, también puede ser
la fotografía ultravioleta nos ayuda a comprender aproximadamente cómo sería percibir realizada inconscientemente por los mecanismos interpretativos conectados al procesa-
la luz ultravioleta. Las representaciones modernas del espacio exterior también dejan en miento temprano de los estímulos sensoriales y, por lo tanto, fuera de nuestro control. Sin
claro que las superficies visuales se pueden utilizar para representar, a través de la simili- embargo, la similitud, y por tanto la iconicidad, debe entenderse como más débil o más
tud, fenómenos físicos como tipos extremos de radiación electromagnética; fenómenos que fuerte. La idea de que la iconicidad puede ser regulada y medida has sido apoyada, desde
(hasta donde yo sé) no se perciben por ningún órgano sensorial humano, aunque pueden diversas bases teóricas, por semiólogos como Charles Morris (1971: 273), Earl R. An-
ser registrados por instrumentos sofisticados. derson (1998: 27), Winfried Nöth (2001: 19) y Elżbieta Tabakowska (2003: 362, 372).
Incluso Umberto Eco, quien criticó la noción de iconicidad, dejó claro que la similitud,
Finalmente, debe señalarse que hay que entender que la iconicidad intermodal aunque se rige por convenciones culturales, puede ser gradada (1976: 256-258). También
incluye también el cruce entre la percepción sensorial y el dominio más puramente cogni- hay estudios empíricos que demuestran que la iconicidad experimentada en formas comu-
tivo (cf. Elleström 2010b). Por ejemplo, un diagrama gráfico visual puede representar no nicativas como el lenguaje hablado (Perry, Perlman y Lupyan 2015) y el lenguaje de señas
solo fenómenos concretos como la fluctuación del calor, sino también fenómenos abstrac- (Perniss y Vigliocco 2014) es una cualidad medible.
tos como la inflación económica. De la misma manera, las formas auditivas de la música
pueden representar movimientos mentales como experiencias y sentimientos. Con esto, se En dos publicaciones anteriores (Elleström 2010b; 2013: 100-107), defendí exten-
está solo a un paso de la iconicidad donde tanto el representamen como el objeto tienen una samente la gradabilidad de la iconicidad en relación con la debatida tricotomía de Peirce,
naturaleza cognitiva. imagen-diagrama-metáfora: tres tipos controvertidos de iconicidad (1932: 277). Además,
Matthias Bauer y Christoph Ernst defendieron la idea de que la diferencia entre imagen,
diagrama y metáfora se basa en grados de similitud (Bauer y Ernst 2010: 43). Aquí solo re-
4. GRADOS DE SIMILITUD E ICONICIDAD sumiré brevemente mis concepciones (que solo siguen en parte las pocas observaciones de
Peirce sobre imágenes y metáforas) y agregaré algunos pensamientos nuevos. Básicamente
Habiendo definido los modos mediales y explicado la naturaleza de la iconicidad estoy de acuerdo con el estudioso de Peirce, Vincent Colapietro, quien sostuvo que, “[en
intermodal, ahora es posible aclarar adecuadamente por qué la percepción y la concepción referencia a la semejanza inmediata, la metáfora está a la mayor distancia de su objeto”
de imágenes y metáforas se entienden preferiblemente como polos en una escala de repre- mientras que la imagen “se asemeja a su objeto de manera más directa y obvia”. En este
sentación icónica, donde la iconicidad intermodal se arquea sobre la aparente brecha entre sentido, los diagramas son intermedios, “afines en algunos aspectos a imágenes y en otros
iconicidad sensorial y cognitiva. Para poder relacionar diferentes tipos de iconicidad mo- a metáforas” (2011: 163). No sé si Colapietro estaría de acuerdo en que su explicación en-

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


184 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 185
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Debe tenerse en cuenta que no siempre se da el caso de que los representamens menos nomodal, intermodal y cognitiva entre sí, y conceptualizar las interrelaciones de manera
complejos representen objetos más complejos, como una pantalla de cine bidimensional lúcida, es necesario pensar en términos de grados de similitud y, en consecuencia, grados
que representa un mundo tridimensional. También puede ser al revés; un cuadro vivo tri- de iconicidad. Los cruces modales y las operaciones cognitivas pagan un precio por la simi-
dimensional bien puede representar una pintura bidimensional (que, a su vez, por supues- litud, por así decirlo, y la similitud intermodal, que implica una cognición más compleja,
to, puede representar un mundo tridimensional). Con todo, la distinción entre diferentes es más débil que la similitud monomodal.
modos espaciotemporales, como la distinción entre diferentes modos materiales, revela
no solo las diferencias típicas entre los tipos de medios, sino también la capacidad de la Sin embargo, los grados de similitud e iconicidad no están objetivamente presentes
iconicidad para cruzar estas fronteras. de una manera definida o fácilmente medible, aunque no sean simples caprichos subje-
tivos. Las psicólogas Linda B. Smith y Diana Heise sugirieron la noción de “un espacio
La partitura de Bach (Figura 3) también es una ilustración de la iconicidad inter- de similitud estructurado y dependiente del contexto”; “El resultado de pasar tiempo en
sensorial; un representamen visual que representa un objeto auditivo: música que suena. el mundo, de mirarlo, escucharlo y sentirlo” (1992: 252). Es importante destacar que “la
Otro ejemplo son las relaciones icónicas bien documentadas, por un lado, entre vocales similitud percibida de dos objetos cambia con los cambios de atención selectiva hacia pro-
altas o frontales, proximidad y pequeño tamaño y, por otro lado, entre vocales inferiores o piedades perceptivas específicas” (1992: 242). En resumen, se podría decir que las bases de
posteriores, por distancia y gran tamaño (Anderson 1998: 212). Son sonidos que represen- las relaciones externas de similitud existen en el mundo real, pero se perciben dinámica-
tan fenómenos visuales y también hápticos hasta cierto punto. El campo de la iconicidad mente. En línea con estas observaciones, los semiólogos han afirmado que la iconicidad se
intersensorial es amplio e incluye productos mediales con elementos que son claramente caracteriza por “la semejanza parcial de un icono con su referente” y se basa en “la capaci-
indexicales. Con la ayuda de una cámara térmica, por ejemplo, se pueden crear iconos dad humana de generalizar a partir de detalles incidentales” (Anderson 1998: 28), y que
visuales de objetos que se detectan a través de su calor. Curiosamente, la iconicidad tam- los signos icónicos remiten “no a las cosas como son, sino a las cosas como son percibidas
bién puede cruzar las fronteras entre los sentidos humanos y aquellos que solo tienen otros por alguien y en un contexto determinado” (Tabakowska 2005: 376).
animales, o entre sentidos reales y los puramente hipotéticos. Los iconos visuales pueden
representar formaciones de luz ultravioleta que los abejorros ven, pero nosotros no. Como Por tanto, una interpretación icónica implica una selección de ciertas partes y as-
este tipo de luz se extiende por un campo espacial de una manera similar a la luz ordinaria, pectos de cosas y fenómenos. Si bien tal selección puede ser deliberada, también puede ser
la fotografía ultravioleta nos ayuda a comprender aproximadamente cómo sería percibir realizada inconscientemente por los mecanismos interpretativos conectados al procesa-
la luz ultravioleta. Las representaciones modernas del espacio exterior también dejan en miento temprano de los estímulos sensoriales y, por lo tanto, fuera de nuestro control. Sin
claro que las superficies visuales se pueden utilizar para representar, a través de la simili- embargo, la similitud, y por tanto la iconicidad, debe entenderse como más débil o más
tud, fenómenos físicos como tipos extremos de radiación electromagnética; fenómenos que fuerte. La idea de que la iconicidad puede ser regulada y medida has sido apoyada, desde
(hasta donde yo sé) no se perciben por ningún órgano sensorial humano, aunque pueden diversas bases teóricas, por semiólogos como Charles Morris (1971: 273), Earl R. An-
ser registrados por instrumentos sofisticados. derson (1998: 27), Winfried Nöth (2001: 19) y Elżbieta Tabakowska (2003: 362, 372).
Incluso Umberto Eco, quien criticó la noción de iconicidad, dejó claro que la similitud,
Finalmente, debe señalarse que hay que entender que la iconicidad intermodal aunque se rige por convenciones culturales, puede ser gradada (1976: 256-258). También
incluye también el cruce entre la percepción sensorial y el dominio más puramente cogni- hay estudios empíricos que demuestran que la iconicidad experimentada en formas comu-
tivo (cf. Elleström 2010b). Por ejemplo, un diagrama gráfico visual puede representar no nicativas como el lenguaje hablado (Perry, Perlman y Lupyan 2015) y el lenguaje de señas
solo fenómenos concretos como la fluctuación del calor, sino también fenómenos abstrac- (Perniss y Vigliocco 2014) es una cualidad medible.
tos como la inflación económica. De la misma manera, las formas auditivas de la música
pueden representar movimientos mentales como experiencias y sentimientos. Con esto, se En dos publicaciones anteriores (Elleström 2010b; 2013: 100-107), defendí exten-
está solo a un paso de la iconicidad donde tanto el representamen como el objeto tienen una samente la gradabilidad de la iconicidad en relación con la debatida tricotomía de Peirce,
naturaleza cognitiva. imagen-diagrama-metáfora: tres tipos controvertidos de iconicidad (1932: 277). Además,
Matthias Bauer y Christoph Ernst defendieron la idea de que la diferencia entre imagen,
diagrama y metáfora se basa en grados de similitud (Bauer y Ernst 2010: 43). Aquí solo re-
4. GRADOS DE SIMILITUD E ICONICIDAD sumiré brevemente mis concepciones (que solo siguen en parte las pocas observaciones de
Peirce sobre imágenes y metáforas) y agregaré algunos pensamientos nuevos. Básicamente
Habiendo definido los modos mediales y explicado la naturaleza de la iconicidad estoy de acuerdo con el estudioso de Peirce, Vincent Colapietro, quien sostuvo que, “[en
intermodal, ahora es posible aclarar adecuadamente por qué la percepción y la concepción referencia a la semejanza inmediata, la metáfora está a la mayor distancia de su objeto”
de imágenes y metáforas se entienden preferiblemente como polos en una escala de repre- mientras que la imagen “se asemeja a su objeto de manera más directa y obvia”. En este
sentación icónica, donde la iconicidad intermodal se arquea sobre la aparente brecha entre sentido, los diagramas son intermedios, “afines en algunos aspectos a imágenes y en otros
iconicidad sensorial y cognitiva. Para poder relacionar diferentes tipos de iconicidad mo- a metáforas” (2011: 163). No sé si Colapietro estaría de acuerdo en que su explicación en-

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fatiza la gradabilidad de la iconicidad, pero sería extraño decir que solo hay tres distancias en una semejanza material, espaciotemporal y sensorial débil, pero requieren operaciones
bien definidas entre el representamen icónico y su objeto. cognitivas complejas que están más allá de las capacidades mentales de la mayoría, si no de
prácticamente todos, los animales, con la excepción de los seres humanos. La facultad de do-
La noción clave aquí es la distancia, que también se puede encontrar en las expli- minar las metáforas requiere la capacidad más básica de dominar las imágenes, y no al revés.
caciones psicológicas de las relaciones de similitud. En las teorías formales, como afir-
man Smith y Heise, la similitud es una función de “alguna combinación ponderada de La metaforicidad, por tanto, implica una interpretación compleja e incluye la ca-
características y atributos” y, en varios modelos, la similitud se calcula en relación con pacidad de discernir semejanzas entre diferentes modos materiales y espaciotemporales,
“la distancia entre los estímulos en el espacio psicológico” (1992: 242- 243). El relato de entre sensaciones de estímulos entregados por diferentes facultades sensoriales, entre lo
Smith y Heise se refiere a la similitud monomodal entre objetos visuales, y la distancia en sensorial y lo cognitivo y entre diferentes dominios cognitivos. Las interpretaciones me-
la similitud intermodal, lo cual implica diferencias cualitativas flagrantes que difícilmen- tafóricas pueden fusionar fenómenos aparentemente diferentes de formas muy significa-
te puede calcularse de manera fácil. Sin embargo, sostengo que, como regla, la distancia tivas. Este nivel superior de complejidad cognitiva y abstracción, que va más allá de las
entre características válidas para juicios de similitud aumenta cuando la mente tiene que cualidades simples de las imágenes, a menudo incluye un alto grado de generalidad; puede
salvar diferencias modales; la distancia entre el representamen icónico y su objeto es en gran implicar una gran precisión cognitiva y contribuir a la creación de nuevos conocimientos.
medida una distancia en términos de percepción y de la cognición resultante. Desde este La complejidad está garantizada por la relativa debilidad de la similitud entre representamen
punto de vista, el representamen de una imagen está perceptualmente cerca de su objeto, lo y objeto, por así decirlo, lo cual no excluye la posibilidad de metáforas que tengan repre-
que significa que el objeto puede ser percibido sensorialmente de la misma manera que el sentamens y objetos sensorialmente perceptibles; esto sólo significa que están conectados de
representamen. Esta es una concepción adyacente a las pocas observaciones del propio Peirce una manera cognitivamente más compleja en comparación con la conexión inmediata y
sobre la imagen (ver Elleström 2013: 100-102). El representamen de una metáfora está más evidente entre el representamen y el objeto de una imagen. Por lo tanto, el significado
a una mayor distancia de su objeto, lo que significa que la interpretación de una metáfo- de una pintura abstracta se crea mediante metáforas visuales en lugar de imágenes visuales.
ra incluye saltos cognitivos, tendiendo puentes entre varias diferencias materiales, espa-
cio-temporales y sensoriales, la brecha entre cualidades sensoriales y entidades cognitivas, Si bien el modelo conceptual sugerido para interrelacionar representaciones icó-
o entre diferentes dominios cognitivos. nicas sobre la base de modalidades cruzadas destaca lo que creo que son los factores más
centrales para comprender el cambio gradual de la imagen a la metáfora, debe enfatizarse
La gradación de la iconicidad implica, por lo tanto, la similitud monomodal, que es nuevamente que el rango imagen-metáfora no es una serie simple y calculable de repre-
hasta cierto punto cuantificable, y a la similitud intermodal, que escapa a cálculos claros. Mi sentaciones icónicas. Esto es evidente considerando las muchas variedades existentes de
argumento es que las relaciones de similitud deben juzgarse sobre la base de dos parámetros iconicidad intermodal, a veces esquiva. También hay que destacar, una vez más, que el
invertidos: la fuerza relativa de semejanza material, espaciotemporal y sensorial, por un lado, grado de similitud percibida que desencadena la iconicidad es el resultado de relaciones
y la relativa complejidad de las operaciones cognitivas involucradas en el establecimiento del tanto monomodales como intermodales. Se podría argumentar que el principio general
significado icónico, por el otro. Sostengo que, por regla general, la iconicidad fuerte es com- para disminuir los grados de similitud e iconicidad es la estilización, entendida como una
parativamente simple, mientras que la iconicidad débil es comparativamente compleja. En reducción de cualidades y detalles en el representamen. La aplicabilidad de la estilización
consecuencia, una imagen podría entenderse como un icono basado en una semejanza fuerte, depende de nuestra capacidad para abstraer ciertas propiedades relevantes. Para poder es-
principalmente monomodal, que solo requiere el establecimiento de operaciones cognitivas tablecer relaciones de similitud entre modalidades, se debe prestar atención a propiedades
simples. Por ejemplo, es fácil ver el maniquí de un sastre como una imagen de un ser hu- comparables, mientras que las propiedades distintivas de diferentes tipos de percepciones
mano. A la inversa, una metáfora podría entenderse como un icono basado en una semejanza deben dejarse de lado. Sin embargo, la estilización también actúa en las relaciones de si-
débil, principalmente intermodal, o una semejanza desprovista de características sensoriales militud monomodal, aunque no forzada por las condiciones modales. Un nivel básico de
que requiere operaciones cognitivas complejas. Por ejemplo, se necesita un trabajo mental estilización es necesario para crear similitudes entre modos, pero es opcional para crear si-
bastante intrincado (incluso si parece fácil) para entender la apariencia multisensorial de una militudes monomodales. En cualquier caso, la estilización se basa en nuestras capacidades
rosa como metáfora de la noción emocional y cognitiva del amor, o para percibir la apariencia de abstracción y se suma a la complejidad cognitiva de la iconicidad.
visual de una línea distorsionada como metáfora del sonido estridente. Según este punto de
vista, los diagramas son iconos esquemáticos que no son particularmente fuertes ni débiles, El principio de estilización en la iconicidad monomodal e intermodal se puede
ni tampoco particularmente complejos o simples. ilustrar con algunos casos que se centran en los modos sensoriales. Un producto multi-
media, como un dibujo arquitectónico visual que representa un edificio visual, puede ser
La escala de iconicidad de fuerte a débil y de simple a compleja también se puede ver muy completo y, por tanto, sensorialmente fuerte. En principio, la iconicidad monomodal
desde un punto de vista evolutivo. Dado que las imágenes se basan en fuertes similitudes puede basarse en una similitud casi completa. Por otro lado, el dibujo de un niño de una
materiales, espaciotemporales y sensoriales y solo requieren operaciones cognitivas bastante casa es normalmente mucho más estilizado, lo que significa que la relación de similitud
simples, muchos animales las comprenden fácilmente. Las metáforas, por otro lado, se basan con edificios particulares tiende a ser más débil. De la misma manera, un producto medial,

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fatiza la gradabilidad de la iconicidad, pero sería extraño decir que solo hay tres distancias en una semejanza material, espaciotemporal y sensorial débil, pero requieren operaciones
bien definidas entre el representamen icónico y su objeto. cognitivas complejas que están más allá de las capacidades mentales de la mayoría, si no de
prácticamente todos, los animales, con la excepción de los seres humanos. La facultad de do-
La noción clave aquí es la distancia, que también se puede encontrar en las expli- minar las metáforas requiere la capacidad más básica de dominar las imágenes, y no al revés.
caciones psicológicas de las relaciones de similitud. En las teorías formales, como afir-
man Smith y Heise, la similitud es una función de “alguna combinación ponderada de La metaforicidad, por tanto, implica una interpretación compleja e incluye la ca-
características y atributos” y, en varios modelos, la similitud se calcula en relación con pacidad de discernir semejanzas entre diferentes modos materiales y espaciotemporales,
“la distancia entre los estímulos en el espacio psicológico” (1992: 242- 243). El relato de entre sensaciones de estímulos entregados por diferentes facultades sensoriales, entre lo
Smith y Heise se refiere a la similitud monomodal entre objetos visuales, y la distancia en sensorial y lo cognitivo y entre diferentes dominios cognitivos. Las interpretaciones me-
la similitud intermodal, lo cual implica diferencias cualitativas flagrantes que difícilmen- tafóricas pueden fusionar fenómenos aparentemente diferentes de formas muy significa-
te puede calcularse de manera fácil. Sin embargo, sostengo que, como regla, la distancia tivas. Este nivel superior de complejidad cognitiva y abstracción, que va más allá de las
entre características válidas para juicios de similitud aumenta cuando la mente tiene que cualidades simples de las imágenes, a menudo incluye un alto grado de generalidad; puede
salvar diferencias modales; la distancia entre el representamen icónico y su objeto es en gran implicar una gran precisión cognitiva y contribuir a la creación de nuevos conocimientos.
medida una distancia en términos de percepción y de la cognición resultante. Desde este La complejidad está garantizada por la relativa debilidad de la similitud entre representamen
punto de vista, el representamen de una imagen está perceptualmente cerca de su objeto, lo y objeto, por así decirlo, lo cual no excluye la posibilidad de metáforas que tengan repre-
que significa que el objeto puede ser percibido sensorialmente de la misma manera que el sentamens y objetos sensorialmente perceptibles; esto sólo significa que están conectados de
representamen. Esta es una concepción adyacente a las pocas observaciones del propio Peirce una manera cognitivamente más compleja en comparación con la conexión inmediata y
sobre la imagen (ver Elleström 2013: 100-102). El representamen de una metáfora está más evidente entre el representamen y el objeto de una imagen. Por lo tanto, el significado
a una mayor distancia de su objeto, lo que significa que la interpretación de una metáfo- de una pintura abstracta se crea mediante metáforas visuales en lugar de imágenes visuales.
ra incluye saltos cognitivos, tendiendo puentes entre varias diferencias materiales, espa-
cio-temporales y sensoriales, la brecha entre cualidades sensoriales y entidades cognitivas, Si bien el modelo conceptual sugerido para interrelacionar representaciones icó-
o entre diferentes dominios cognitivos. nicas sobre la base de modalidades cruzadas destaca lo que creo que son los factores más
centrales para comprender el cambio gradual de la imagen a la metáfora, debe enfatizarse
La gradación de la iconicidad implica, por lo tanto, la similitud monomodal, que es nuevamente que el rango imagen-metáfora no es una serie simple y calculable de repre-
hasta cierto punto cuantificable, y a la similitud intermodal, que escapa a cálculos claros. Mi sentaciones icónicas. Esto es evidente considerando las muchas variedades existentes de
argumento es que las relaciones de similitud deben juzgarse sobre la base de dos parámetros iconicidad intermodal, a veces esquiva. También hay que destacar, una vez más, que el
invertidos: la fuerza relativa de semejanza material, espaciotemporal y sensorial, por un lado, grado de similitud percibida que desencadena la iconicidad es el resultado de relaciones
y la relativa complejidad de las operaciones cognitivas involucradas en el establecimiento del tanto monomodales como intermodales. Se podría argumentar que el principio general
significado icónico, por el otro. Sostengo que, por regla general, la iconicidad fuerte es com- para disminuir los grados de similitud e iconicidad es la estilización, entendida como una
parativamente simple, mientras que la iconicidad débil es comparativamente compleja. En reducción de cualidades y detalles en el representamen. La aplicabilidad de la estilización
consecuencia, una imagen podría entenderse como un icono basado en una semejanza fuerte, depende de nuestra capacidad para abstraer ciertas propiedades relevantes. Para poder es-
principalmente monomodal, que solo requiere el establecimiento de operaciones cognitivas tablecer relaciones de similitud entre modalidades, se debe prestar atención a propiedades
simples. Por ejemplo, es fácil ver el maniquí de un sastre como una imagen de un ser hu- comparables, mientras que las propiedades distintivas de diferentes tipos de percepciones
mano. A la inversa, una metáfora podría entenderse como un icono basado en una semejanza deben dejarse de lado. Sin embargo, la estilización también actúa en las relaciones de si-
débil, principalmente intermodal, o una semejanza desprovista de características sensoriales militud monomodal, aunque no forzada por las condiciones modales. Un nivel básico de
que requiere operaciones cognitivas complejas. Por ejemplo, se necesita un trabajo mental estilización es necesario para crear similitudes entre modos, pero es opcional para crear si-
bastante intrincado (incluso si parece fácil) para entender la apariencia multisensorial de una militudes monomodales. En cualquier caso, la estilización se basa en nuestras capacidades
rosa como metáfora de la noción emocional y cognitiva del amor, o para percibir la apariencia de abstracción y se suma a la complejidad cognitiva de la iconicidad.
visual de una línea distorsionada como metáfora del sonido estridente. Según este punto de
vista, los diagramas son iconos esquemáticos que no son particularmente fuertes ni débiles, El principio de estilización en la iconicidad monomodal e intermodal se puede
ni tampoco particularmente complejos o simples. ilustrar con algunos casos que se centran en los modos sensoriales. Un producto multi-
media, como un dibujo arquitectónico visual que representa un edificio visual, puede ser
La escala de iconicidad de fuerte a débil y de simple a compleja también se puede ver muy completo y, por tanto, sensorialmente fuerte. En principio, la iconicidad monomodal
desde un punto de vista evolutivo. Dado que las imágenes se basan en fuertes similitudes puede basarse en una similitud casi completa. Por otro lado, el dibujo de un niño de una
materiales, espaciotemporales y sensoriales y solo requieren operaciones cognitivas bastante casa es normalmente mucho más estilizado, lo que significa que la relación de similitud
simples, muchos animales las comprenden fácilmente. Las metáforas, por otro lado, se basan con edificios particulares tiende a ser más débil. De la misma manera, un producto medial,

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como un diagrama visual del ruido del tráfico en una determinada región, puede ser ex- tud intersensorial es ciertamente más débil y cognitivamente más compleja que la similitud
tremadamente detallado en términos de nivel de sonido registrado, pero también se puede monosensorial. Por tanto, un sonómetro con pantalla visual tiene la capacidad de representar
elegir una presentación visual menos detallada para resaltar fluctuaciones más generales (lo de forma visual las calidades sonoras cambiantes en forma de diagrama. Al leer un poema
que facilita la comparación con el ruido del tráfico en otras regiones). Una representación y descubrir que el tamaño de la letra disminuye constantemente, no es descabellado verlo
visual tan estilizada de los sonidos hace que la relación de similitud sea sensorialmente como un diagrama de disminución del volumen del sonido en el aspecto auditivo latente
más débil: son perceptibles menos detalles visuales, lo que reduce la cantidad de detalles de la lectura: el sonido representado. Estos son ejemplos de iconicidad visual a auditiva que
auditivos representados. Sin embargo, también hay una cantidad de estilización ineludi- incluyen diferentes tipos de modalidad cruzada espaciotemporal y material. Los diagramas
ble. Las representaciones visuales solo pueden ser similares a los objetos auditivos en cier- con representamens auditivos y objetos visuales son, por ejemplo, un ritmo y una melodía que
tos aspectos, representando cualidades de sonido como el volumen y el tono, dejando de representan los movimientos de un animal, y el volumen de voz decreciente de un comenta-
lado otras que son más difíciles o incluso imposibles de abstraer de manera transversal. La rista de fútbol ​​que emula una velocidad de juego decreciente. Ambos iconos intersensoriales
estilización en la iconicidad inermodal es, por tanto, en parte opcional y en parte necesaria. se ven reforzados por las correlaciones temporales entre representamen y objeto.

Desde los cruces sensoriales, materiales y espaciotemporales hay solo un pequeño
5. DE LA IMAGEN A LA METÁFORA paso para cruzar la frágil frontera entre lo sensorial y lo cognitivo. Los gráficos de curvas de
tendencias económicas son un tipo de diagrama bien conocido con representamens visuales
Habiendo delineado conceptualmente la gradabilidad de la iconicidad, ahora la y objetos cognitivos. También, el creciente campo de visualizaciones de grandes cantida-
ilustraré a través de una serie de ejemplos en la escala de iconicidad de fuerte a débil y de des de datos numéricos en material estadístico generadas por ordenador son un ejemplo
simple a compleja, comenzando con imágenes, continuando con diagramas y terminando de la fuerza de las relaciones esquemáticas entre los dominios visual y cognitivo, creando
con metáforas (entendido como un continuo). De acuerdo con el tema general del artículo, representaciones icónicas relativamente fuertes. El caso más obvio y más amplio de fenó-
se hará hincapié en la iconicidad intermodal como puente entre los dos extremos: la ico- menos auditivos que representan entidades cognitivas es la música, que representa estados
nicidad monomodal, basada en los sentidos y la iconicidad cognitiva. Se observarán cruces emocionales. La forma en que nos sentimos corresponde en gran medida a la forma en que
de fronteras materiales, espaciotemporales y sensoriales, restringidos principalmente a la se comporta el cuerpo, simplemente porque las emociones son sentidas y producidas por el
visión y la audición para mantener el enfoque. Como en el caso de la semiosis en general, cuerpo, y el cerebro es parte del cuerpo. Por lo tanto, las experiencias corporales significa-
el representamen de un signo icónico es, para incidir sobre ello, “algo que para alguien repre- tivas como el ritmo, la velocidad, la pausa, la dinámica, el movimiento y la tensión pueden
senta algo en algún aspecto o capacidad” (Peirce 1932: 228), lo que en efecto significa que representarse con cierta precisión mediante expresiones auditivas similares, a menudo con
los ejemplos siguientes son instancias posibles, pero no necesarias de iconicidad, derivadas la ayuda de correspondencias temporales.
de una atención más o menos selectiva.
Una vez más, no deseo sugerir un cierto criterio para que la iconicidad se convierta
Sin embargo, las imágenes realmente fuertes son el resultado de similitudes senso- en metafórica en lugar de esquemática. Más bien, el tipo metafórico de iconicidad emerge
riales virtualmente ineludibles. Por lo tanto, una grabación de música en vivo reproducida gradualmente a medida que disminuye la similitud sensorial y aumentan la estilización y
completamente en estéreo envolvente de alta calidad es un ícono monomodal muy fuerte la complejidad cognitiva. Así, también la similitud percibida entre percepciones sensoria-
(y ciertamente un índice) de música en vivo: una imagen que consiste en un representamen les puede resultar en una iconicidad comprendida como metafórica. Por tanto, una forma
auditivo que es tan similar a su objeto auditivo que pueden ser casi indistinguibles. Del roja llamativa (salient) y distintiva en una fotografía puede percibirse como metáfora de
mismo modo, un actor es normalmente un representamen audiovisual que representa un objeto un sonido de trompeta igualmente notorio. Las formas visual y auditiva son débilmente
audiovisual, un determinado personaje humano. Representamen y objeto tienen además modos similares en cuanto a que destacan fácilmente; sin embargo, una interpretación tan icónica
espaciotemporales y materiales idénticos. Si bien una muñeca mecánica en movimiento re- requiere una atención selectiva pronunciada y una abstracción bastante compleja: mientras
presenta también una imagen muy fuerte de un ser humano, implica una modalidad de ma- que la forma visual está demarcada espacialmente, la forma auditiva está temporalmente
terialidad cruzada: la materia inorgánica representa la materia orgánica. También es probable diferenciada. De manera parecida, algo auditivo puede ser una metáfora de algo visible
que una escultura realista de una persona se perciba como una imagen relativamente fuerte, debido a factores contextuales que lo apoyen. Las tendencias básicas para conectar el tono
aunque la interpretación icónica se base en similitud material y espaciotemporal: la escultura con el brillo se activan en ciertos contextos donde las voces profundas o las notas bajas se
es estática, pero se entiende que representa un objeto temporal que cambia en el tiempo. perciben como metáforas de la oscuridad visual.

Dado que mi ambición es trazar la iconicidad como un continuo más o menos gra- Debilitando aún más la base de similitud perceptiva directa, una percepción sen-
dable, sería contraproducente sugerir fronteras definidas entre imágenes y diagramas. Por lo sorial puede representar metafóricamente un objeto cognitivo. Los motivos negros en una
tanto, es una elección bastante pragmática comenzar a usar el término diagrama cuando se pintura o la ropa negra pueden ser metáforas de la muerte, fuertemente respaldadas por
introduce la similitud intersensorial en el campo icónico. La percepción mental de la simili- convenciones y, por tanto, tanto iconos como símbolos. La base de similitud quizás más

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como un diagrama visual del ruido del tráfico en una determinada región, puede ser ex- tud intersensorial es ciertamente más débil y cognitivamente más compleja que la similitud
tremadamente detallado en términos de nivel de sonido registrado, pero también se puede monosensorial. Por tanto, un sonómetro con pantalla visual tiene la capacidad de representar
elegir una presentación visual menos detallada para resaltar fluctuaciones más generales (lo de forma visual las calidades sonoras cambiantes en forma de diagrama. Al leer un poema
que facilita la comparación con el ruido del tráfico en otras regiones). Una representación y descubrir que el tamaño de la letra disminuye constantemente, no es descabellado verlo
visual tan estilizada de los sonidos hace que la relación de similitud sea sensorialmente como un diagrama de disminución del volumen del sonido en el aspecto auditivo latente
más débil: son perceptibles menos detalles visuales, lo que reduce la cantidad de detalles de la lectura: el sonido representado. Estos son ejemplos de iconicidad visual a auditiva que
auditivos representados. Sin embargo, también hay una cantidad de estilización ineludi- incluyen diferentes tipos de modalidad cruzada espaciotemporal y material. Los diagramas
ble. Las representaciones visuales solo pueden ser similares a los objetos auditivos en cier- con representamens auditivos y objetos visuales son, por ejemplo, un ritmo y una melodía que
tos aspectos, representando cualidades de sonido como el volumen y el tono, dejando de representan los movimientos de un animal, y el volumen de voz decreciente de un comenta-
lado otras que son más difíciles o incluso imposibles de abstraer de manera transversal. La rista de fútbol ​​que emula una velocidad de juego decreciente. Ambos iconos intersensoriales
estilización en la iconicidad inermodal es, por tanto, en parte opcional y en parte necesaria. se ven reforzados por las correlaciones temporales entre representamen y objeto.

Desde los cruces sensoriales, materiales y espaciotemporales hay solo un pequeño
5. DE LA IMAGEN A LA METÁFORA paso para cruzar la frágil frontera entre lo sensorial y lo cognitivo. Los gráficos de curvas de
tendencias económicas son un tipo de diagrama bien conocido con representamens visuales
Habiendo delineado conceptualmente la gradabilidad de la iconicidad, ahora la y objetos cognitivos. También, el creciente campo de visualizaciones de grandes cantida-
ilustraré a través de una serie de ejemplos en la escala de iconicidad de fuerte a débil y de des de datos numéricos en material estadístico generadas por ordenador son un ejemplo
simple a compleja, comenzando con imágenes, continuando con diagramas y terminando de la fuerza de las relaciones esquemáticas entre los dominios visual y cognitivo, creando
con metáforas (entendido como un continuo). De acuerdo con el tema general del artículo, representaciones icónicas relativamente fuertes. El caso más obvio y más amplio de fenó-
se hará hincapié en la iconicidad intermodal como puente entre los dos extremos: la ico- menos auditivos que representan entidades cognitivas es la música, que representa estados
nicidad monomodal, basada en los sentidos y la iconicidad cognitiva. Se observarán cruces emocionales. La forma en que nos sentimos corresponde en gran medida a la forma en que
de fronteras materiales, espaciotemporales y sensoriales, restringidos principalmente a la se comporta el cuerpo, simplemente porque las emociones son sentidas y producidas por el
visión y la audición para mantener el enfoque. Como en el caso de la semiosis en general, cuerpo, y el cerebro es parte del cuerpo. Por lo tanto, las experiencias corporales significa-
el representamen de un signo icónico es, para incidir sobre ello, “algo que para alguien repre- tivas como el ritmo, la velocidad, la pausa, la dinámica, el movimiento y la tensión pueden
senta algo en algún aspecto o capacidad” (Peirce 1932: 228), lo que en efecto significa que representarse con cierta precisión mediante expresiones auditivas similares, a menudo con
los ejemplos siguientes son instancias posibles, pero no necesarias de iconicidad, derivadas la ayuda de correspondencias temporales.
de una atención más o menos selectiva.
Una vez más, no deseo sugerir un cierto criterio para que la iconicidad se convierta
Sin embargo, las imágenes realmente fuertes son el resultado de similitudes senso- en metafórica en lugar de esquemática. Más bien, el tipo metafórico de iconicidad emerge
riales virtualmente ineludibles. Por lo tanto, una grabación de música en vivo reproducida gradualmente a medida que disminuye la similitud sensorial y aumentan la estilización y
completamente en estéreo envolvente de alta calidad es un ícono monomodal muy fuerte la complejidad cognitiva. Así, también la similitud percibida entre percepciones sensoria-
(y ciertamente un índice) de música en vivo: una imagen que consiste en un representamen les puede resultar en una iconicidad comprendida como metafórica. Por tanto, una forma
auditivo que es tan similar a su objeto auditivo que pueden ser casi indistinguibles. Del roja llamativa (salient) y distintiva en una fotografía puede percibirse como metáfora de
mismo modo, un actor es normalmente un representamen audiovisual que representa un objeto un sonido de trompeta igualmente notorio. Las formas visual y auditiva son débilmente
audiovisual, un determinado personaje humano. Representamen y objeto tienen además modos similares en cuanto a que destacan fácilmente; sin embargo, una interpretación tan icónica
espaciotemporales y materiales idénticos. Si bien una muñeca mecánica en movimiento re- requiere una atención selectiva pronunciada y una abstracción bastante compleja: mientras
presenta también una imagen muy fuerte de un ser humano, implica una modalidad de ma- que la forma visual está demarcada espacialmente, la forma auditiva está temporalmente
terialidad cruzada: la materia inorgánica representa la materia orgánica. También es probable diferenciada. De manera parecida, algo auditivo puede ser una metáfora de algo visible
que una escultura realista de una persona se perciba como una imagen relativamente fuerte, debido a factores contextuales que lo apoyen. Las tendencias básicas para conectar el tono
aunque la interpretación icónica se base en similitud material y espaciotemporal: la escultura con el brillo se activan en ciertos contextos donde las voces profundas o las notas bajas se
es estática, pero se entiende que representa un objeto temporal que cambia en el tiempo. perciben como metáforas de la oscuridad visual.

Dado que mi ambición es trazar la iconicidad como un continuo más o menos gra- Debilitando aún más la base de similitud perceptiva directa, una percepción sen-
dable, sería contraproducente sugerir fronteras definidas entre imágenes y diagramas. Por lo sorial puede representar metafóricamente un objeto cognitivo. Los motivos negros en una
tanto, es una elección bastante pragmática comenzar a usar el término diagrama cuando se pintura o la ropa negra pueden ser metáforas de la muerte, fuertemente respaldadas por
introduce la similitud intersensorial en el campo icónico. La percepción mental de la simili- convenciones y, por tanto, tanto iconos como símbolos. La base de similitud quizás más

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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LARS ELLESTRÖM UN MODELO PLURIDISCIPLINAR PARA EL ESTUDIO DE METÁFORA E IMAGEN A TRAVÉS DE LA ICONICIDAD INTERMODAL

primaria es la noción de ausencia; mientras que el negro se caracteriza por la ausencia de Esta premisa está respaldada por la investigación contemporánea sobre esque-
color y luz, la muerte se caracteriza por la ausencia de vida (y, en consecuencia, la capacidad mas-imagen, a menudo relacionada con el estudio de la metáfora cognitiva. La opinión de
de percibir el color y la luz, lo que agrega el elemento indexical). Si bien esta similitud es que la metaforicidad es esencialmente conceptual, un fenómeno cognitivo e incluso neuro-
innegable, se hace evidente solo como resultado de una atención selectiva pronunciada y lógicamente rastreable, más que una preocupación principalmente lingüística, está estrecha-
una abstracción cognitiva. Por supuesto, la negrura puede activarse como un representamen mente relacionada con la opinión de que tiene mucho que ver con la percepción y la expe-
simbólico de la muerte incluso sin un marco icónico de la similitud latente. Operaciones riencia corporal. Las metáforas verbales, se ha dicho, “constituyen la expresión lingüística de
cognitivas similares se esconden detrás de la percepción de figuras visuales como círculos la dotación neural necesaria para tratar la información sensorial” (Cacciari 2008: 426). De
u “ochos acostados”, y formas auditivas como repeticiones persistentes de figuras musicales acuerdo con esto, sostengo que las representaciones icónicas están dentro de la frontera del
monótonas, como metáforas de la eternidad. dominio cognitivo y deben entenderse en relación con la iconicidad que realmente incluye
elementos perceptivos (en forma de representamens u objetos), como en el caso del sonido mu-
Ahora llegamos finalmente al extremo icónico donde ni el representamen ni el objeto sical que representa metafóricamente entidades cognitivas (ver Zbikowski 2008).
son una percepción, sino una entidad cognitiva. Estos casos a menudo se denominan metáforas
conceptuales o cognitivas. Como son internos a la mente, por así decirlo, son partes vitales del Mark Johnson ha demostrado que nuestras mentes están vinculadas al cuerpo (em-
pensamiento y el razonamiento. Sin embargo, también pueden ser generados por información bodied). Su noción de esquemas imagen, entendidos como “estructuras gestalt pre-concep-
externa como productos de medios comunicativos, tanto verbales como no verbales. Si bien la tuales”, está formada por experiencias corporales y varios tipos de percepción (Johnson
iconicidad en el lenguaje se puede encontrar en muchos niveles y en varias variedades (como 1987: 74) que capturan los vínculos mentales y conectan dominios cognitivos relacionados
diagramas y metáforas donde las cualidades visuales o auditivas del lenguaje escrito o hablado a través de la similitud. Es decir, constituyen denominadores comunes, mentalmente esti-
actúan como representamens), las metáforas cognitivas son los ejemplos más investigados de lizados que hacen perceptible la semejanza entre dominios asociados a través de la abstrac-
iconicidad basada en el lenguaje. Una frase como “la vida es una putada y luego te mueres” ción. Ahora bien, si los esquemas imagen son vínculos entre varios dominios cognitivos
es un buen ejemplo. Es principalmente simbólico en el sentido de que las palabras y sus in- vinculados al cuerpo, también deben funcionar como uniones entre esos mismos dominios
terrelaciones deben, en primer lugar, decodificarse como signos habituales. Después de eso, cognitivos y las percepciones (cf. Cienki 2005: 435, quien sostiene que los gestos ofrecen
es probable que los objetos que representan estén correlacionados entre sí sobre la base de la ‘manifestaciones’ de esquemas imagen, y advierte que el libro de Johnson contiene diagra-
similitud: la “putada”, malévola o cruel, se convierte en una metáfora de la vida. mas visuales que representan esquemas imagen cognitivos). En consecuencia, los esquemas
imagen también deben formar vínculos entre diferentes modos sensoriales (como sugiere
Sin embargo, los textos verbales escritos o hablados, que funcionan principalmente Rohrer 2005: 174-182; cf. Popova 2005) y entre diferentes modos espaciotemporales y
a través de símbolos, no son los únicos tipos de medios comunicativos que pueden crear materiales. De hecho, esta función de los esquemas imagen debe entenderse como parte
metáforas basadas en la cognición. También los tipos de medios como la danza, la foto- integral de la idea general de que son estructuras Gestalt pre-conceptuales derivadas de las
grafía y el cine se basan en una variedad de modos mediales pre-semióticos, materiales, percepciones del entorno y las experiencias de ser un cuerpo en el mundo. Los esquemas
espaciotemporales y sensoriales, y en iconos e índices, así como en símbolos como signos imagen son “estructuras recurrentes de, o en, nuestras interacciones perceptivas, experien-
primarios, y pueden inducir metáforas cognitivas. Una película que presente una criatura cias corporales y operaciones cognitivas” (Johnson 1987: 79).
malévola, yuxtaponiéndola con las duras condiciones de vida y muerte del protagonista,
podría generar una metáfora cognitiva comparable, aunque ciertamente no idéntica, a la Mi conclusión es que los esquemas imagen no son necesarios en imágenes (como se
inducida por la frase verbal anterior. Esto es a lo que Forceville se refiere como metáfora definen en este artículo), que son sensorialmente muy fuertes y cognitivamente simples;
multimodal (2009), que claramente no es lo mismo que la iconicidad intermodal. se introducen gradualmente en la iconicidad intermodal y son absolutamente esenciales
para realizar una iconicidad sensorialmente débil, especialmente las metáforas cognitivas.
En sus formas más básicas, los esquemas imagen hacen posible la iconicidad intermodal
6. ESQUEMAS IMAGEN elemental, basada en percepciones de similitud, por ejemplo, entre arriba y abajo en lo que
vemos, oímos y sentimos (la “dirección vertical” es un esquema aplicable a varios modos
La gradación de la iconicidad desde imágenes totalmente sensoriales a metáforas sensoriales), o entre más o menos tiempo y espacio (“cantidad” es un esquema aplicable a
totalmente cognitivas, con la iconicidad intermodal como variación intermedia, es posible distintos modos espaciotemporales). En formas más avanzadas y compuestas, los esquemas
debido a la profunda relación entre lo que percibimos y cómo pensamos. Si bien ha sido imagen hacen posibles metáforas cognitivas más complejas.
necesario discutir las percepciones y la importancia cognitiva como entidades separadas
para seguir el hilo del argumento, una de las principales preocupaciones de este artículo La vinculación corporal de los esquemas imagen mentales explica la continuidad
es, en realidad, respaldar la opinión de que es difícil separar las sensaciones perceptivas de de la iconicidad desde las imágenes hasta las metáforas, ya que permiten relaciones de
las operaciones cognitivas. No hay oposición mutuamente excluyente entre ambas (como similitud que cruzan las fronteras de los modos sensoriales y los dominios cognitivos. La
en presente-ausente), solo una oposición en grado (como en cerca-distante). base perceptiva de la similitud se mueve gradualmente, por así decirlo, desde la superficie

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primaria es la noción de ausencia; mientras que el negro se caracteriza por la ausencia de Esta premisa está respaldada por la investigación contemporánea sobre esque-
color y luz, la muerte se caracteriza por la ausencia de vida (y, en consecuencia, la capacidad mas-imagen, a menudo relacionada con el estudio de la metáfora cognitiva. La opinión de
de percibir el color y la luz, lo que agrega el elemento indexical). Si bien esta similitud es que la metaforicidad es esencialmente conceptual, un fenómeno cognitivo e incluso neuro-
innegable, se hace evidente solo como resultado de una atención selectiva pronunciada y lógicamente rastreable, más que una preocupación principalmente lingüística, está estrecha-
una abstracción cognitiva. Por supuesto, la negrura puede activarse como un representamen mente relacionada con la opinión de que tiene mucho que ver con la percepción y la expe-
simbólico de la muerte incluso sin un marco icónico de la similitud latente. Operaciones riencia corporal. Las metáforas verbales, se ha dicho, “constituyen la expresión lingüística de
cognitivas similares se esconden detrás de la percepción de figuras visuales como círculos la dotación neural necesaria para tratar la información sensorial” (Cacciari 2008: 426). De
u “ochos acostados”, y formas auditivas como repeticiones persistentes de figuras musicales acuerdo con esto, sostengo que las representaciones icónicas están dentro de la frontera del
monótonas, como metáforas de la eternidad. dominio cognitivo y deben entenderse en relación con la iconicidad que realmente incluye
elementos perceptivos (en forma de representamens u objetos), como en el caso del sonido mu-
Ahora llegamos finalmente al extremo icónico donde ni el representamen ni el objeto sical que representa metafóricamente entidades cognitivas (ver Zbikowski 2008).
son una percepción, sino una entidad cognitiva. Estos casos a menudo se denominan metáforas
conceptuales o cognitivas. Como son internos a la mente, por así decirlo, son partes vitales del Mark Johnson ha demostrado que nuestras mentes están vinculadas al cuerpo (em-
pensamiento y el razonamiento. Sin embargo, también pueden ser generados por información bodied). Su noción de esquemas imagen, entendidos como “estructuras gestalt pre-concep-
externa como productos de medios comunicativos, tanto verbales como no verbales. Si bien la tuales”, está formada por experiencias corporales y varios tipos de percepción (Johnson
iconicidad en el lenguaje se puede encontrar en muchos niveles y en varias variedades (como 1987: 74) que capturan los vínculos mentales y conectan dominios cognitivos relacionados
diagramas y metáforas donde las cualidades visuales o auditivas del lenguaje escrito o hablado a través de la similitud. Es decir, constituyen denominadores comunes, mentalmente esti-
actúan como representamens), las metáforas cognitivas son los ejemplos más investigados de lizados que hacen perceptible la semejanza entre dominios asociados a través de la abstrac-
iconicidad basada en el lenguaje. Una frase como “la vida es una putada y luego te mueres” ción. Ahora bien, si los esquemas imagen son vínculos entre varios dominios cognitivos
es un buen ejemplo. Es principalmente simbólico en el sentido de que las palabras y sus in- vinculados al cuerpo, también deben funcionar como uniones entre esos mismos dominios
terrelaciones deben, en primer lugar, decodificarse como signos habituales. Después de eso, cognitivos y las percepciones (cf. Cienki 2005: 435, quien sostiene que los gestos ofrecen
es probable que los objetos que representan estén correlacionados entre sí sobre la base de la ‘manifestaciones’ de esquemas imagen, y advierte que el libro de Johnson contiene diagra-
similitud: la “putada”, malévola o cruel, se convierte en una metáfora de la vida. mas visuales que representan esquemas imagen cognitivos). En consecuencia, los esquemas
imagen también deben formar vínculos entre diferentes modos sensoriales (como sugiere
Sin embargo, los textos verbales escritos o hablados, que funcionan principalmente Rohrer 2005: 174-182; cf. Popova 2005) y entre diferentes modos espaciotemporales y
a través de símbolos, no son los únicos tipos de medios comunicativos que pueden crear materiales. De hecho, esta función de los esquemas imagen debe entenderse como parte
metáforas basadas en la cognición. También los tipos de medios como la danza, la foto- integral de la idea general de que son estructuras Gestalt pre-conceptuales derivadas de las
grafía y el cine se basan en una variedad de modos mediales pre-semióticos, materiales, percepciones del entorno y las experiencias de ser un cuerpo en el mundo. Los esquemas
espaciotemporales y sensoriales, y en iconos e índices, así como en símbolos como signos imagen son “estructuras recurrentes de, o en, nuestras interacciones perceptivas, experien-
primarios, y pueden inducir metáforas cognitivas. Una película que presente una criatura cias corporales y operaciones cognitivas” (Johnson 1987: 79).
malévola, yuxtaponiéndola con las duras condiciones de vida y muerte del protagonista,
podría generar una metáfora cognitiva comparable, aunque ciertamente no idéntica, a la Mi conclusión es que los esquemas imagen no son necesarios en imágenes (como se
inducida por la frase verbal anterior. Esto es a lo que Forceville se refiere como metáfora definen en este artículo), que son sensorialmente muy fuertes y cognitivamente simples;
multimodal (2009), que claramente no es lo mismo que la iconicidad intermodal. se introducen gradualmente en la iconicidad intermodal y son absolutamente esenciales
para realizar una iconicidad sensorialmente débil, especialmente las metáforas cognitivas.
En sus formas más básicas, los esquemas imagen hacen posible la iconicidad intermodal
6. ESQUEMAS IMAGEN elemental, basada en percepciones de similitud, por ejemplo, entre arriba y abajo en lo que
vemos, oímos y sentimos (la “dirección vertical” es un esquema aplicable a varios modos
La gradación de la iconicidad desde imágenes totalmente sensoriales a metáforas sensoriales), o entre más o menos tiempo y espacio (“cantidad” es un esquema aplicable a
totalmente cognitivas, con la iconicidad intermodal como variación intermedia, es posible distintos modos espaciotemporales). En formas más avanzadas y compuestas, los esquemas
debido a la profunda relación entre lo que percibimos y cómo pensamos. Si bien ha sido imagen hacen posibles metáforas cognitivas más complejas.
necesario discutir las percepciones y la importancia cognitiva como entidades separadas
para seguir el hilo del argumento, una de las principales preocupaciones de este artículo La vinculación corporal de los esquemas imagen mentales explica la continuidad
es, en realidad, respaldar la opinión de que es difícil separar las sensaciones perceptivas de de la iconicidad desde las imágenes hasta las metáforas, ya que permiten relaciones de
las operaciones cognitivas. No hay oposición mutuamente excluyente entre ambas (como similitud que cruzan las fronteras de los modos sensoriales y los dominios cognitivos. La
en presente-ausente), solo una oposición en grado (como en cerca-distante). base perceptiva de la similitud se mueve gradualmente, por así decirlo, desde la superficie

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sensorial exterior en imágenes al interior en los esquemas imagen en el caso de las metáfo- NOTAS
ras cognitivas. Por tanto, la variación desde imagen a metáfora puede verse como un conti-
nuo desde percepción exterior a percepción integrada cognitivamente. En consecuencia, la 1. La traducción de este artículo y de las citas incluidas en el mismo son de Asunción López-Varela
complejidad cognitiva de la iconicidad sensorialmente débil podría explicarse en términos (Universidad Complutense Madrid). Se agradece a John Benjamin Publishing Company el permi-
de una dependencia crítica de los esquemas imagen. so de traducción del capítulo en inglés “Bridging the gap between image and metaphor through
cross-modal iconicity” publicado en el volumen Dimensions of Iconicity editado por Angelika Zirker
et al. en 2017.
7. CONCLUSIÓN
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

La atención minuciosa a las tres modalidades mediales pre-semióticas, que con- AHLNER, F. and ZLATEV, J. (2010). Cross-modal iconicity: A cognitive semiotic approach to
sisten en los modos material, espaciotemporal y sensorial, ha hecho posible analizar sound symbolism. Sign Systems Studies 38: 298-348.
la iconicidad de los productos mediales de una manera más refinada en comparación ANDERSON, E.R. (1998). A Grammar of Iconism. Madison/Teaneck: Farleigh Dickinson Univer-
con lo que se puede lograr con otras dicotomías estándar más categóricas como son sity Press.
texto-imagen y medio visual-medio verbal. Como resultado, la iconicidad intermodal BANKIERIS, K. and SIMNER, J. (2015). What is the link between synaesthesia and sound sym-
se ha establecido como el área intermedia de la iconicidad que conecta dos extremos: la bolism? Cognition 136: 186-195.
iconicidad basada en la semejanza sensorial pura y la iconicidad basada en la semejanza BAUER, M. and ERNST, C. (2010). Diagrammatik: Einführung in ein kultur- und medienwissenschaft-
cognitiva pura. Esta unión es posible porque la percepción y la cognición están estre- liches Forschungsfeld. Bielefeld: Transcript.
chamente relacionadas. BENOVSKY, J. (2012). Photographic representation and depiction of temporal extension. Inquiry
55(2): 194-213.
BREMNER, A.J., CAPAROS, S., DAVIDOFF, J., FOCKERT, J. DE, LINNELL, K.J. and
El resultado de este artículo es, por lo tanto, una noción más refinada de iconi- SPENCE, C. (2013). “Bouba” and “Kiki” in Namibia? A remote culture make similar shape–sound
cidad intermodal, formada con la ayuda de modalidades mediales pre-semióticas, y un matches, but different shape–taste matches to Westerners. Cognition 126: 165-172.
modelo conceptual para trazar grados de similitud e iconicidad, de imagen a metáfora, BROCHARD, R., TASSIN, M., and ZAGAR, D. (2013). Got rhythm … for better and for worse:
con la ayuda de esta noción desarrollada. Estos resultados, que están de acuerdo con Cross-modal effects of auditory rhythm on visual word recognition. Cognition 127: 214-219.
la investigación empírica existente y son compatibles con la noción de esquemas ima- CACCIARI, C. (2008). Crossing the senses in metaphorical language. In The Cambridge Handbook
gen, aumentan nuestras posibilidades de estudiar la iconicidad de manera más metódica of Metaphor and Thought, R.W. GIBBS (ed.), 425-443. Cambridge: Cambridge University Press.
como una característica esencial de la comunicación y el pensamiento. CIENKI, A. (2005). Image schemas and gesture. In From Perception to Meaning: Image Schemas in
Cognitive Linguistics, B. HAMPE (ed.), 421-441. Berlin and New York: Mouton de Gruyter.
El desarrollo de nociones y modelos refinados es obviamente necesario para el COLAPIETRO, V. (2011). Image, diagram, and metaphor: Unmined resource and unresolved
trabajo teórico y analítico. Sin embargo, también la investigación empírica y experi- questions. In Semblance and Signification [Iconicity in Language and Literature 10], P.MICHELUC-
CI, O. FISCHER, AND C. LJUNGBERG (eds), 157-171. Amsterdam and Philadelphia: John
mental se quebranta sin marcos conceptuales adecuados. Entendemos en gran medida
Benjamins.
nuestro mundo en términos de conceptos, y uno no puede sacar más de los experimen- COWLES, J.T. (1935). An experimental study of the pairing of certain auditory and visual stimuli.
tos de lo que pone en ellos conceptualmente; es por eso que los marcos conceptuales Journal Experimental Psychology 18(4): 461-469.
pre-científicos son esenciales. La metodología experimental consiste en gran medida en ECO, U. (1976). A Theory of Semiotics. Bloomington: Indiana Univ. Press.
aislar factores cruciales para poder observar correlaciones y desviaciones significativas y, ELLESTRÖM, L. (2010a). The modalities of media: A model for understanding intermedial rela-
a menos que se detecte una serie satisfactoria de factores desde el principio y se incorpore tions. In Media Borders, Multimodality and Intermediality, L. ELLESTRÖM (ed.), 11-48. Basingstoke:
al diseño experimental, el resultado se verá empobrecido. Palgrave-Macmillan.
ELLESTRÖM, L. (2010b). Iconicity as meaning miming meaning, and meaning miming form. In
En el caso de la iconicidad, incluida la metaforicidad, los factores que deben Signergy [Iconicity in Language and Literature 9], J. Conradie, R. Johl, M. Beukes, O. Fischer and
diferenciarse son en gran parte de naturaleza conceptual, y deben incorporarse al plan C. Ljungberg (eds), 73-100. Amsterdam and Philadelphia: John Benjamins.
ELLESTRÖM, L. (2013). Spatiotemporal aspects of iconicity. In Iconic Investigations [Iconicity in
experimental desde el principio para que puedan tenerse en cuenta. Es por ello que
Language and Literature 12], L. ELLESTRÖM, O. FISCHER, and CH. LJUNGBERG (eds), 95-
la metaforicidad no debe estudiarse separada de la iconicidad en general. Sus factores 117. Amsterdam and Philadelphia: John Benjamins.
cruciales son muy compartidos o, al menos, limítrofes con los de la iconicidad en gene- ELLESTRÖM, L. (2014). Material and mental representation: Peirce adapted to the study of media
ral. Es de esperar que el marco teórico que he desarrollado aquí pueda utilizarse como and arts. The American Journal of Semiotics 30(1/2): 83-138.
modelo para investigaciones metódicas y empíricas de la creación de significado icónico FORCEVILLE, C. (2009). Non-verbal and multimodal metaphor in a cognitivist framework:
en general, incluidos los fundamentos de similitud perceptual y conceptual y la vasta Agendas for research. In Multimodal Metaphor, C. FORCEVILLE, and E. URIOS-APARISI (eds),
área entre ellos.

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


192 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 193
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sensorial exterior en imágenes al interior en los esquemas imagen en el caso de las metáfo- NOTAS
ras cognitivas. Por tanto, la variación desde imagen a metáfora puede verse como un conti-
nuo desde percepción exterior a percepción integrada cognitivamente. En consecuencia, la 1. La traducción de este artículo y de las citas incluidas en el mismo son de Asunción López-Varela
complejidad cognitiva de la iconicidad sensorialmente débil podría explicarse en términos (Universidad Complutense Madrid). Se agradece a John Benjamin Publishing Company el permi-
de una dependencia crítica de los esquemas imagen. so de traducción del capítulo en inglés “Bridging the gap between image and metaphor through
cross-modal iconicity” publicado en el volumen Dimensions of Iconicity editado por Angelika Zirker
et al. en 2017.
7. CONCLUSIÓN
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

La atención minuciosa a las tres modalidades mediales pre-semióticas, que con- AHLNER, F. and ZLATEV, J. (2010). Cross-modal iconicity: A cognitive semiotic approach to
sisten en los modos material, espaciotemporal y sensorial, ha hecho posible analizar sound symbolism. Sign Systems Studies 38: 298-348.
la iconicidad de los productos mediales de una manera más refinada en comparación ANDERSON, E.R. (1998). A Grammar of Iconism. Madison/Teaneck: Farleigh Dickinson Univer-
con lo que se puede lograr con otras dicotomías estándar más categóricas como son sity Press.
texto-imagen y medio visual-medio verbal. Como resultado, la iconicidad intermodal BANKIERIS, K. and SIMNER, J. (2015). What is the link between synaesthesia and sound sym-
se ha establecido como el área intermedia de la iconicidad que conecta dos extremos: la bolism? Cognition 136: 186-195.
iconicidad basada en la semejanza sensorial pura y la iconicidad basada en la semejanza BAUER, M. and ERNST, C. (2010). Diagrammatik: Einführung in ein kultur- und medienwissenschaft-
cognitiva pura. Esta unión es posible porque la percepción y la cognición están estre- liches Forschungsfeld. Bielefeld: Transcript.
chamente relacionadas. BENOVSKY, J. (2012). Photographic representation and depiction of temporal extension. Inquiry
55(2): 194-213.
BREMNER, A.J., CAPAROS, S., DAVIDOFF, J., FOCKERT, J. DE, LINNELL, K.J. and
El resultado de este artículo es, por lo tanto, una noción más refinada de iconi- SPENCE, C. (2013). “Bouba” and “Kiki” in Namibia? A remote culture make similar shape–sound
cidad intermodal, formada con la ayuda de modalidades mediales pre-semióticas, y un matches, but different shape–taste matches to Westerners. Cognition 126: 165-172.
modelo conceptual para trazar grados de similitud e iconicidad, de imagen a metáfora, BROCHARD, R., TASSIN, M., and ZAGAR, D. (2013). Got rhythm … for better and for worse:
con la ayuda de esta noción desarrollada. Estos resultados, que están de acuerdo con Cross-modal effects of auditory rhythm on visual word recognition. Cognition 127: 214-219.
la investigación empírica existente y son compatibles con la noción de esquemas ima- CACCIARI, C. (2008). Crossing the senses in metaphorical language. In The Cambridge Handbook
gen, aumentan nuestras posibilidades de estudiar la iconicidad de manera más metódica of Metaphor and Thought, R.W. GIBBS (ed.), 425-443. Cambridge: Cambridge University Press.
como una característica esencial de la comunicación y el pensamiento. CIENKI, A. (2005). Image schemas and gesture. In From Perception to Meaning: Image Schemas in
Cognitive Linguistics, B. HAMPE (ed.), 421-441. Berlin and New York: Mouton de Gruyter.
El desarrollo de nociones y modelos refinados es obviamente necesario para el COLAPIETRO, V. (2011). Image, diagram, and metaphor: Unmined resource and unresolved
trabajo teórico y analítico. Sin embargo, también la investigación empírica y experi- questions. In Semblance and Signification [Iconicity in Language and Literature 10], P.MICHELUC-
CI, O. FISCHER, AND C. LJUNGBERG (eds), 157-171. Amsterdam and Philadelphia: John
mental se quebranta sin marcos conceptuales adecuados. Entendemos en gran medida
Benjamins.
nuestro mundo en términos de conceptos, y uno no puede sacar más de los experimen- COWLES, J.T. (1935). An experimental study of the pairing of certain auditory and visual stimuli.
tos de lo que pone en ellos conceptualmente; es por eso que los marcos conceptuales Journal Experimental Psychology 18(4): 461-469.
pre-científicos son esenciales. La metodología experimental consiste en gran medida en ECO, U. (1976). A Theory of Semiotics. Bloomington: Indiana Univ. Press.
aislar factores cruciales para poder observar correlaciones y desviaciones significativas y, ELLESTRÖM, L. (2010a). The modalities of media: A model for understanding intermedial rela-
a menos que se detecte una serie satisfactoria de factores desde el principio y se incorpore tions. In Media Borders, Multimodality and Intermediality, L. ELLESTRÖM (ed.), 11-48. Basingstoke:
al diseño experimental, el resultado se verá empobrecido. Palgrave-Macmillan.
ELLESTRÖM, L. (2010b). Iconicity as meaning miming meaning, and meaning miming form. In
En el caso de la iconicidad, incluida la metaforicidad, los factores que deben Signergy [Iconicity in Language and Literature 9], J. Conradie, R. Johl, M. Beukes, O. Fischer and
diferenciarse son en gran parte de naturaleza conceptual, y deben incorporarse al plan C. Ljungberg (eds), 73-100. Amsterdam and Philadelphia: John Benjamins.
ELLESTRÖM, L. (2013). Spatiotemporal aspects of iconicity. In Iconic Investigations [Iconicity in
experimental desde el principio para que puedan tenerse en cuenta. Es por ello que
Language and Literature 12], L. ELLESTRÖM, O. FISCHER, and CH. LJUNGBERG (eds), 95-
la metaforicidad no debe estudiarse separada de la iconicidad en general. Sus factores 117. Amsterdam and Philadelphia: John Benjamins.
cruciales son muy compartidos o, al menos, limítrofes con los de la iconicidad en gene- ELLESTRÖM, L. (2014). Material and mental representation: Peirce adapted to the study of media
ral. Es de esperar que el marco teórico que he desarrollado aquí pueda utilizarse como and arts. The American Journal of Semiotics 30(1/2): 83-138.
modelo para investigaciones metódicas y empíricas de la creación de significado icónico FORCEVILLE, C. (2009). Non-verbal and multimodal metaphor in a cognitivist framework:
en general, incluidos los fundamentos de similitud perceptual y conceptual y la vasta Agendas for research. In Multimodal Metaphor, C. FORCEVILLE, and E. URIOS-APARISI (eds),
área entre ellos.

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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19-42. Berlin and New York: Mouton de Gruyter. Concepts and Categories, B. Burns (ed.), 233-272. Amsterdam: Elsevier.
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to guide her infant: Insights into iconicity and the relationship between gesture and action. In Deve-
lopments in Primate Gesture Research, S. Pika and K. Liebal (eds), 55-72. Amsterdam and Philadelphia:
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Some clues from synesthesia. In Synesthesia: Perspectives From Cognitive Neuroscience, N. SAGIV AND
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later for crossmodal than for intramodal temporal processing. Cognition 126: 301-306.
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Cognitive Linguistics, B. HAMPE (ed.), 165-196. Berlin and New York: Mouton de Gruyter.
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Fading perceptual resemblance: A path for rhesus macaques (Macaca mulatta) to conceptual mat-
ching? Cognition 129: 598-614.
SMITH, L.B. AND HEISE, D. (1992). Perceptual similarity and conceptual structure. In Percepts,
Atribución-NoComercial-CompartirIgual
CC BY-NC-SA

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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19-42. Berlin and New York: Mouton de Gruyter. Concepts and Categories, B. Burns (ed.), 233-272. Amsterdam: Elsevier.
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experience influences haptic–auditory associations in the “Bouba–Kiki” effect. Cognition 132: 164- chophysics 73(4): 971-995.
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Cognitive Science, D. Gentner, K. J. Holyoak, and B. N. Kokinov (eds), 437-470. Cambridge, Mass.: SUTHERLAND, C.A.M., THUT, G. and ROMEI, V. (2014). Hearing brighter: Changing
MIT Press. in-depth visual perception through looming sounds. Cognition 132: 312-323.
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Chicago: University of Chicago Press. KI, S. 2012. Sounds exaggerate visual shape. Cognition 124: 194-200.
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quency guide visual–spatial attention. Cognition 121: 133-39. haptic modalities: Experimental and computational studies. Cognition 126: 135-148.
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sterdam and Philadelphia: John Benjamins. ZIEMBOWICZ, M., NOWAK, A. and WINKIELMAN, P. (2013). When sounds look right and
ODBERT, H.S., KARWOSKI, T.F. and ECKERSON, A.B. (1942). Studies in synesthetic thin- images sound correct: Cross-modal coherence enhances claims of pattern presence. Cognition 129:
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NE AND P. WEISS (eds). Cambridge, MA: Harvard University Press.
PERLMAN, M., TANNER, J.E. and KING, B.J. (2012). A mother gorilla’s variable use of touch
to guide her infant: Insights into iconicity and the relationship between gesture and action. In Deve-
lopments in Primate Gesture Research, S. Pika and K. Liebal (eds), 55-72. Amsterdam and Philadelphia:
John Benjamins.
PERNISS, P., THOMPSON, R.L. and VIGLIOCCO, G. (2010). Iconicity as a general property of
language: Evidence from spoken and signed languages. Frontiers in Psychology 1: 227.
PERNISS, P., and VIGLIOCCO, G. (2014). The bridge of iconicity: From a world of experience to
the experience of language. Philosophical transactions of the royal society: Biological sciences: 369.
PERRY, L.K., PERLMAN, M. and LUPYAN, G. (2015). Iconicity in English and Spanish and its
relation to lexical category and age of acquisition. PLoS ONE 10(9).
POPOVA, Y. (2005). Image schemas and verbal synaesthesia. In From Perception to Meaning: Ima-
ge Schemas in Cognitive Linguistics, B. HAMPE (ed.), 395-419. Berlin and New York: Mouton de
Gruyter.
RAMACHANDRAN, V.S. and HUBBARD, E.M. (2005). The emergence of the human mind:
Some clues from synesthesia. In Synesthesia: Perspectives From Cognitive Neuroscience, N. SAGIV AND
L. C. ROBERTSON (eds), 147-190. Oxford: Oxford University Press.
RÖDER, B., PAGEL, B. and HEED, T. (2013). The implicit use of spatial information develops
later for crossmodal than for intramodal temporal processing. Cognition 126: 301-306.
ROHRER, T. (2005). Image schemata in the brain. In From Perception to Meaning: Image Schemas in
Cognitive Linguistics, B. HAMPE (ed.), 165-196. Berlin and New York: Mouton de Gruyter.
SMITH J.D., FLEMMING, T.M., BOOMER, J., BERAN, M.J. and CHURCH B.A. (2013).
Fading perceptual resemblance: A path for rhesus macaques (Macaca mulatta) to conceptual mat-
ching? Cognition 129: 598-614.
SMITH, L.B. AND HEISE, D. (1992). Perceptual similarity and conceptual structure. In Percepts,
Atribución-NoComercial-CompartirIgual
CC BY-NC-SA

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III. DISCUSIÓN
III. DISCUSSION

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III. DISCUSIÓN
III. DISCUSSION

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COMUNICACIÓN DESDE UN ABORDAJE POST-DARWINIANO. ARTICULACIONES ACTUALES ENTRE ÉTICA Y ZOOSEMIÓTICA

Comunicación desde un
abordaje post-darwiniano.
Articulaciones actuales
entre ética y zoosemiótica
/ Communication from a post-
darwinian approach. Current
articulations between Ethics and
Zoosemiotics
E. Joaquín Suárez-Ruiz
(pág 199 - pág 210)

A partir de los desarrollos de Thomas Sebeok, la zoosemiótica se ha establecido en


los últimos años como una disciplina muy visitada por su novedoso abordaje del vínculo
entre las características de la comunicación de los seres humanos y los animales no huma-
nos, así como también se ha revelado como un enfoque crítico de los supuestos antropo-
céntricos tras la idea de limitar el análisis de la semiosis al lenguaje humano. Este enfoque
ha explicitado que la zoosemiótica puede realizar importantes aportes a la reflexión ética.
De allí que el objetivo de este artículo sea analizar los aspectos actuales de la articulación
entre la ética filosófica y la zoosemiótica. A través de este examen se argumentará que el
análisis zoosemiótico tiene la potencialidad de realizar contribuciones teóricas tanto a la
ética animal, ámbito el cual ya ha sido explorado por varios/as filósofos/as contemporáneos/
as, como también a la ética normativa tradicional.

Palabras clave: zoosemiótica, antropocentrismo, ética animal, ética normativa,


comunicación animal.

From the developments of Thomas Sebeok, zoosemiotics has established itself in recent
years as a highly visited discipline due to its novel approach to the link between the commu-
nication characteristics of human beings and non-human animals, as well as it has also been
revealed as a critical approach to the anthropocentric assumptions behind the idea of limiting
the analysis of semiosis to human language. This approach has made it explicit that zoosemio-
tics can make important contributions to ethical reflection. Hence, the objective of this article
is to analyze the current characteristics of the articulation between philosophical ethics and
zoosemiotics. Through this examination it will be argued that zoosemiotic analysis has the
potential to make theoretical contributions both to animal ethics, a field which has already
been explored by several contemporary philosophers, as well as to traditional normative ethics.

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http://dx.doi.org/10.35659/designis.i35p199-210
COMUNICACIÓN DESDE UN ABORDAJE POST-DARWINIANO. ARTICULACIONES ACTUALES ENTRE ÉTICA Y ZOOSEMIÓTICA

Comunicación desde un
abordaje post-darwiniano.
Articulaciones actuales
entre ética y zoosemiótica
/ Communication from a post-
darwinian approach. Current
articulations between Ethics and
Zoosemiotics
E. Joaquín Suárez-Ruiz
(pág 199 - pág 210)

A partir de los desarrollos de Thomas Sebeok, la zoosemiótica se ha establecido en


los últimos años como una disciplina muy visitada por su novedoso abordaje del vínculo
entre las características de la comunicación de los seres humanos y los animales no huma-
nos, así como también se ha revelado como un enfoque crítico de los supuestos antropo-
céntricos tras la idea de limitar el análisis de la semiosis al lenguaje humano. Este enfoque
ha explicitado que la zoosemiótica puede realizar importantes aportes a la reflexión ética.
De allí que el objetivo de este artículo sea analizar los aspectos actuales de la articulación
entre la ética filosófica y la zoosemiótica. A través de este examen se argumentará que el
análisis zoosemiótico tiene la potencialidad de realizar contribuciones teóricas tanto a la
ética animal, ámbito el cual ya ha sido explorado por varios/as filósofos/as contemporáneos/
as, como también a la ética normativa tradicional.

Palabras clave: zoosemiótica, antropocentrismo, ética animal, ética normativa,


comunicación animal.

From the developments of Thomas Sebeok, zoosemiotics has established itself in recent
years as a highly visited discipline due to its novel approach to the link between the commu-
nication characteristics of human beings and non-human animals, as well as it has also been
revealed as a critical approach to the anthropocentric assumptions behind the idea of limiting
the analysis of semiosis to human language. This approach has made it explicit that zoosemio-
tics can make important contributions to ethical reflection. Hence, the objective of this article
is to analyze the current characteristics of the articulation between philosophical ethics and
zoosemiotics. Through this examination it will be argued that zoosemiotic analysis has the
potential to make theoretical contributions both to animal ethics, a field which has already
been explored by several contemporary philosophers, as well as to traditional normative ethics.

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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E. JOAQUÍN SUÁREZ-RUIZ COMUNICACIÓN DESDE UN ABORDAJE POST-DARWINIANO. ARTICULACIONES ACTUALES ENTRE ÉTICA Y ZOOSEMIÓTICA

Keywords: zoosemiotics, anthropocentrism, animal ethics, normative ethics, ani- 1. INTRODUCCIÓN


mal communication.
La zoosemiótica, en tanto campo inter-disciplinario dedicado al estudio del com-
portamiento semiótico en animales no humanos (Noth 1990: 147), consiste en una
Suárez-Ruiz Magíster en filosofía (Université Bordeaux-Montaigne), Licenciado disciplina relativamente reciente pero de gran relevancia al nivel de la actualización de
en filosofía (FaHCE, UNLP) y Profesor en Comunicación Audiovisual (FDA, UNLP). la semiótica general. Esto es, la zoosemiótica ha permitido explicitar que tras la noción
Actualmente es becario doctoral del CONICET (Argentina) y participa como integrante tradicional de la disciplina semiótica, se hallaba el supuesto de que la semiosis se limi-
y colaborador en proyectos de investigación de la UNLP (FaHCE) y de la UBA (FCEyN). taba exclusivamente al modo de comunicación humano (Sebeok 1979: 26). Claro está,
Recientemente, junto a Rodrigo López-Orellana, ha editado el número monográfico para comprender dicho proceso en tanto compartido con otros animales, se precisan
“Perspectivas actuales en filosofía de la biología” (2019) de la Revista de Humanidades numerosas modificaciones en la concepción disciplinaria tradicional. Quizás una de sus
de Valparaíso. Su tema de investigación actual es el análisis de la normatividad en ética asunciones básicas, tal como afirma el búlgaro Thomas Sebeok, fundador de la zoose-
a la luz de la psicología moral contemporánea. [email protected]// academia.edu miótica, sea la de que “en última instancia, todos los animales son seres sociales, donde
cada especie posee un conjunto característico de problemas comunicacionales a resolver”
1
* (Sebeok 1972: 130).
Recibido: 7/10/2020 Aprobado: 10/10/2020
A partir de la caracterización primigenia de la disciplina por parte de Sebeok
(1963), numerosos zoosemiólogos han ido explorando las múltiples implicaciones de
considerar a la semiótica como una disciplina que también incluye los modos de co-
municación del resto de los animales. Como bien resume Sebeok, gracias a la consoli-
dación de esta disciplina, así como también de la biosemiótica, pudo explicitarse que
“el proceso de intercambio de mensajes, o semiosis, es una característica indispensable
de todas las formas de vida terrestre. Es esta capacidad de contener, replicar y expresar
mensajes, o de extraer su significación, lo que, de hecho, los distingue de los no vivos”
* (Sebeok 1991: 22).

De hecho, desde un panorama más amplio, es posible afirmar que la zoosemiótica, en


tanto disciplina, se enmarca en, por lo menos, dos cambios de paradigmas: uno científico y otro
filosófico. Respecto del cambio científico, se relaciona con una transición epistémica vinculada
a múltiples disciplinas científicas, particularmente a las ciencias biológicas (González Galli
2019). El eje cardinal de este cambio podría situarse en las reflexiones de Charles Darwin sobre
las características de la evolución biológica (1983 [1859]), las cuales evidenciaron ser bisagra
en la comprensión de la constitución de los seres vivos en general y de los seres humanos en
particular. Dicha transición permitió migrar desde una concepción de la evolución en la que el
ser humano era la especie “más evolucionada” hacia una que lo comprendió (y lo comprende)
como una especie entre otras de las que forman parte de la evolución biológica.

Vale resaltar, justamente, que aunque los desarrollos de Charles Darwin datan de
mediados del siglo XIX, las implicaciones acarreadas por el enfoque post-darwiniano aún
se encuentran en desarrollo. Si se toma de referencia la época en la que comenzó este
cambio paradigmático, la introducción de la perspectiva evolutiva en, por ejemplo, las
ciencias cognitivas es relativamente reciente (Damasio 2000: 55). Un proceso análogo
está llevándose a cabo en disciplinas filosóficas como la ética, en la cual modelos de la for-
mación de juicios morales como el “intuicionismo social” de Jonathan Haidt evidencian
que al razonamiento y la expresión verbal de los juicios subyace la fuerte influencia de la
cognición intuitiva (Haidt 2001), lo cual introduce profundas reflexiones en los supuestos
racionalistas de las éticas normativas tradicionales (Tillman 2016).

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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E. JOAQUÍN SUÁREZ-RUIZ COMUNICACIÓN DESDE UN ABORDAJE POST-DARWINIANO. ARTICULACIONES ACTUALES ENTRE ÉTICA Y ZOOSEMIÓTICA

Keywords: zoosemiotics, anthropocentrism, animal ethics, normative ethics, ani- 1. INTRODUCCIÓN


mal communication.
La zoosemiótica, en tanto campo inter-disciplinario dedicado al estudio del com-
portamiento semiótico en animales no humanos (Noth 1990: 147), consiste en una
Suárez-Ruiz Magíster en filosofía (Université Bordeaux-Montaigne), Licenciado disciplina relativamente reciente pero de gran relevancia al nivel de la actualización de
en filosofía (FaHCE, UNLP) y Profesor en Comunicación Audiovisual (FDA, UNLP). la semiótica general. Esto es, la zoosemiótica ha permitido explicitar que tras la noción
Actualmente es becario doctoral del CONICET (Argentina) y participa como integrante tradicional de la disciplina semiótica, se hallaba el supuesto de que la semiosis se limi-
y colaborador en proyectos de investigación de la UNLP (FaHCE) y de la UBA (FCEyN). taba exclusivamente al modo de comunicación humano (Sebeok 1979: 26). Claro está,
Recientemente, junto a Rodrigo López-Orellana, ha editado el número monográfico para comprender dicho proceso en tanto compartido con otros animales, se precisan
“Perspectivas actuales en filosofía de la biología” (2019) de la Revista de Humanidades numerosas modificaciones en la concepción disciplinaria tradicional. Quizás una de sus
de Valparaíso. Su tema de investigación actual es el análisis de la normatividad en ética asunciones básicas, tal como afirma el búlgaro Thomas Sebeok, fundador de la zoose-
a la luz de la psicología moral contemporánea. [email protected]// academia.edu miótica, sea la de que “en última instancia, todos los animales son seres sociales, donde
cada especie posee un conjunto característico de problemas comunicacionales a resolver”
1
* (Sebeok 1972: 130).
Recibido: 7/10/2020 Aprobado: 10/10/2020
A partir de la caracterización primigenia de la disciplina por parte de Sebeok
(1963), numerosos zoosemiólogos han ido explorando las múltiples implicaciones de
considerar a la semiótica como una disciplina que también incluye los modos de co-
municación del resto de los animales. Como bien resume Sebeok, gracias a la consoli-
dación de esta disciplina, así como también de la biosemiótica, pudo explicitarse que
“el proceso de intercambio de mensajes, o semiosis, es una característica indispensable
de todas las formas de vida terrestre. Es esta capacidad de contener, replicar y expresar
mensajes, o de extraer su significación, lo que, de hecho, los distingue de los no vivos”
* (Sebeok 1991: 22).

De hecho, desde un panorama más amplio, es posible afirmar que la zoosemiótica, en


tanto disciplina, se enmarca en, por lo menos, dos cambios de paradigmas: uno científico y otro
filosófico. Respecto del cambio científico, se relaciona con una transición epistémica vinculada
a múltiples disciplinas científicas, particularmente a las ciencias biológicas (González Galli
2019). El eje cardinal de este cambio podría situarse en las reflexiones de Charles Darwin sobre
las características de la evolución biológica (1983 [1859]), las cuales evidenciaron ser bisagra
en la comprensión de la constitución de los seres vivos en general y de los seres humanos en
particular. Dicha transición permitió migrar desde una concepción de la evolución en la que el
ser humano era la especie “más evolucionada” hacia una que lo comprendió (y lo comprende)
como una especie entre otras de las que forman parte de la evolución biológica.

Vale resaltar, justamente, que aunque los desarrollos de Charles Darwin datan de
mediados del siglo XIX, las implicaciones acarreadas por el enfoque post-darwiniano aún
se encuentran en desarrollo. Si se toma de referencia la época en la que comenzó este
cambio paradigmático, la introducción de la perspectiva evolutiva en, por ejemplo, las
ciencias cognitivas es relativamente reciente (Damasio 2000: 55). Un proceso análogo
está llevándose a cabo en disciplinas filosóficas como la ética, en la cual modelos de la for-
mación de juicios morales como el “intuicionismo social” de Jonathan Haidt evidencian
que al razonamiento y la expresión verbal de los juicios subyace la fuerte influencia de la
cognición intuitiva (Haidt 2001), lo cual introduce profundas reflexiones en los supuestos
racionalistas de las éticas normativas tradicionales (Tillman 2016).

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


200 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 201
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E. JOAQUÍN SUÁREZ-RUIZ COMUNICACIÓN DESDE UN ABORDAJE POST-DARWINIANO. ARTICULACIONES ACTUALES ENTRE ÉTICA Y ZOOSEMIÓTICA

Ahora bien, aunque las características del asentamiento de la perspectiva evolutiva En este sentido, las reflexiones de Sebeok marcaron no sólo la fundación de la disciplina
en las sub-disciplinas filosóficas se encuentran estrechamente vinculadas con la transición sino el inicio de una “semiótica post-lingüística”, esto es, de una investigación de la se-
paradigmática aún en proceso al interior de las ciencias, poseen especificidades que preci- miosis que permite ir más allá del lenguaje humano para así abarcar los múltiples sistemas
san ser tenidas en cuenta. En la actualidad, una de las formas más extendidas a través de la de comunicación en el reino animal (Maran 2014). A partir de allí surgieron disciplinas
cual se manifiesta dicha transición es la crítica del antropocentrismo (Butcharov 2015, Bo- como la fitosemiótica, la micosemiótica o, la más abarcativa de ellas, la biosemiótica.
ddice 2011, Steiner, 2005) o de la excepcionalidad humana (Schaeffer 2009). A través de
este tipo de enfoques, las múltiples sub-disciplinas filosóficas exhiben en la actualidad una Siguiendo a Timo Maran (2014: 5), algunas influencias importantes de Sebeok
problematización de sus fundamentos tradicionales y una búsqueda de actualización. De en el proceso de gestación de la disciplina fue el modelo de las funciones comunicativas
dicho proceso han surgido, por ejemplo, la estética evolutiva (Voland, Eckart y Grammer del lenguaje desarrollado por el lingüista Roman Jakobson (1960), el cual compleji-
2003), la epistemología evolutiva (Callebaut y Pinxten 1987) o la ética evolutiva (Ruse zaba la visión tradicional de la transmisión de mensajes entre emisor y receptor, y los
1986, Boniolo y De Anna 2006). Tal como he desarrollado en otro lado, al tener en cuenta desarrollos del biólogo Jakob Johann von Uexküll (1945), quien con su concepto de
las características distintivas de este tipo de críticas a los fundamentos de la filosofía, en Umwelt permitía contemplar las particularidades de los sistemas de comunicación de
lugar de señalarlas como parte de un cambio de paradigma es preferible caracterizarlas otras especies.
como interrogaciones meta-filosóficas que toman su forma particular dependiendo de la
sub-disciplina que se trate (Suárez-Ruíz 2019, 2020). A partir de la consolidación de la zoosemiótica en tanto que disciplina, pudo expli-
citarse que las investigaciones semióticas desarrolladas hasta entonces se habían centrado
La zoosemiótica, por su cercanía con las ciencias y con la filosofía, posee un rol es- exclusivamente en la “antroposemiótica”, es decir, en la disciplina semiótica que analiza
pecial en el asentamiento de la perspectiva post-darwiniana de los seres humanos. Por un los modos de comunicación específicamente humanos (Martinelli 2010: 7). Paralelamente,
lado, respecto del cambio científico, numerosos investigadores han alabado el importante fue posible comprender no sólo que la antroposemiótica no reduce el estudio de la semio-
aporte de la zoosemiótica en su conjunción con el análisis propio de las ciencias biológicas sis, sino que esta disciplina se encuentra subsumida dentro de la zoosemiótica, dado que
(Martinelli 2010, Maran, Martinelli y Turovski 2011, Maran et al 2016). Por otro lado, esta última constituye una ciencia más general (Martinelli 2010: 11). Justamente, un pun-
respecto del cambio filosófico, investigadores como Marietta Radomska (2006), Jonathan to fundamental en esta transición fue el comprender a la comunicación semiótica no sólo
Beever (2014) o Pauline Delahaye (2018), han señalado el significativo rol de la zoose- en términos de “lenguaje” (en el sentido técnico de modo de comunicación específico de
miótica en la fundamentación de la ética inter-específica, esto es, de una “ética animal”. los seres humanos), sino en un sentido más amplio, a saber, el de “producción de sentido”
A su vez, tal como argumentaré en el trabajo en cuestión, esta disciplina también posee el (Sebeok 1979: 26, Beever 2014: 124).
potencial de realizar aportes a nivel de la ética intra-específica, es decir, aquella centrada
en las características propiamente humanas. De modo que, en estas transiciones disciplina- A su vez, vale decir que el análisis semiótico de la comunicación humana tam-
rias, la zoosemiótica muestra poseer un rol destacado que es menester resaltar. poco se restringe a la antroposemiótica, esto es, a los sistemas específicos, dado que su
estudio también corresponde en parte a la zoosemiótica. Es decir, el análisis zoosemióti-
En este artículo me focalizaré en las articulaciones actuales entre la zoosemiótica co se ocupa del estudio de los sistemas de comunicación presentes en seres humanos que
y la transición post-darwiniana en proceso al interior de la filosofía, particularmente en el también son compartidos con otras especies no humanas (Sebeok 1972: 163, Kull 2014:
ámbito de la ética. Para ello, en el primer apartado expondré las características generales 50). Por ejemplo, las reflexiones de Sebeok vinculadas con una semiótica post-lingüís-
de la zoosemiótica así como también su vínculo para con la problematización de la excep- tica le otorgaron un nuevo rol a la comunicación no verbal en esta disciplina (Cobley
cionalidad humana y la ética animal. Luego, en el segundo apartado, realizaré un análisis 2009: 357), la cual, justamente, abarca aspectos comunicacionales que no son exclusiva-
del potencial aporte de la zoosemiótica a la ética normativa tradicional por su énfasis en, mente humanos (Sebeok 2001). Vale resaltar que, aunque en términos antropogenéticos
por un lado, la riqueza semiótica de la comunicación en los animales no humanos y, por este tipo de comunicación es previa a la existencia del lenguaje y, de hecho, continúa
otro lado, la revalorización del lenguaje no verbal. siendo un medio comunicacional fundamental en los humanos actuales (Cobley 2009:
256), paradójicamente su rol era más bien subsidiario en los estudios semióticos tradi-
cionales (Sebeok 1994: 147). Y si bien actualmente es un ámbito más trabajado a nivel
2. ZOOSEMIÓTICA O SEMIÓTICA MÁS ALLÁ DEL ANTROPOCENTRISMO académico (Burgoon, Guerrero y Floyd 2010, Knapp, Hall y Horgan 2014), su desarro-
llo es mínimo en comparación con el énfasis que aún posee la investigación semiótica
A la luz de los desarrollos de Sebeok, la zoosemiótica, en tanto disciplina, surge centrada exclusivamente en el lenguaje humano (continuaré profundizando sobre este
de reflexiones vinculadas a una transición paulatina, tanto en disciplinas científicas como punto en el apartado siguiente).
también filosóficas, hacia una perspectiva post-darwiniana de los seres humanos (Kull
2019). De allí que haya surgido, al menos en parte, como crítica de la visión antropocén- Resumiendo hasta aquí, la zoosemiótica permitió sacar a la luz que el lugar especial
trica del lenguaje humano, la cual subyacía a la semiótica tradicional (Martinelli 2010: 3). en el que tradicionalmente se había situado al “animal semiótico” en realidad formaba parte

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Ahora bien, aunque las características del asentamiento de la perspectiva evolutiva En este sentido, las reflexiones de Sebeok marcaron no sólo la fundación de la disciplina
en las sub-disciplinas filosóficas se encuentran estrechamente vinculadas con la transición sino el inicio de una “semiótica post-lingüística”, esto es, de una investigación de la se-
paradigmática aún en proceso al interior de las ciencias, poseen especificidades que preci- miosis que permite ir más allá del lenguaje humano para así abarcar los múltiples sistemas
san ser tenidas en cuenta. En la actualidad, una de las formas más extendidas a través de la de comunicación en el reino animal (Maran 2014). A partir de allí surgieron disciplinas
cual se manifiesta dicha transición es la crítica del antropocentrismo (Butcharov 2015, Bo- como la fitosemiótica, la micosemiótica o, la más abarcativa de ellas, la biosemiótica.
ddice 2011, Steiner, 2005) o de la excepcionalidad humana (Schaeffer 2009). A través de
este tipo de enfoques, las múltiples sub-disciplinas filosóficas exhiben en la actualidad una Siguiendo a Timo Maran (2014: 5), algunas influencias importantes de Sebeok
problematización de sus fundamentos tradicionales y una búsqueda de actualización. De en el proceso de gestación de la disciplina fue el modelo de las funciones comunicativas
dicho proceso han surgido, por ejemplo, la estética evolutiva (Voland, Eckart y Grammer del lenguaje desarrollado por el lingüista Roman Jakobson (1960), el cual compleji-
2003), la epistemología evolutiva (Callebaut y Pinxten 1987) o la ética evolutiva (Ruse zaba la visión tradicional de la transmisión de mensajes entre emisor y receptor, y los
1986, Boniolo y De Anna 2006). Tal como he desarrollado en otro lado, al tener en cuenta desarrollos del biólogo Jakob Johann von Uexküll (1945), quien con su concepto de
las características distintivas de este tipo de críticas a los fundamentos de la filosofía, en Umwelt permitía contemplar las particularidades de los sistemas de comunicación de
lugar de señalarlas como parte de un cambio de paradigma es preferible caracterizarlas otras especies.
como interrogaciones meta-filosóficas que toman su forma particular dependiendo de la
sub-disciplina que se trate (Suárez-Ruíz 2019, 2020). A partir de la consolidación de la zoosemiótica en tanto que disciplina, pudo expli-
citarse que las investigaciones semióticas desarrolladas hasta entonces se habían centrado
La zoosemiótica, por su cercanía con las ciencias y con la filosofía, posee un rol es- exclusivamente en la “antroposemiótica”, es decir, en la disciplina semiótica que analiza
pecial en el asentamiento de la perspectiva post-darwiniana de los seres humanos. Por un los modos de comunicación específicamente humanos (Martinelli 2010: 7). Paralelamente,
lado, respecto del cambio científico, numerosos investigadores han alabado el importante fue posible comprender no sólo que la antroposemiótica no reduce el estudio de la semio-
aporte de la zoosemiótica en su conjunción con el análisis propio de las ciencias biológicas sis, sino que esta disciplina se encuentra subsumida dentro de la zoosemiótica, dado que
(Martinelli 2010, Maran, Martinelli y Turovski 2011, Maran et al 2016). Por otro lado, esta última constituye una ciencia más general (Martinelli 2010: 11). Justamente, un pun-
respecto del cambio filosófico, investigadores como Marietta Radomska (2006), Jonathan to fundamental en esta transición fue el comprender a la comunicación semiótica no sólo
Beever (2014) o Pauline Delahaye (2018), han señalado el significativo rol de la zoose- en términos de “lenguaje” (en el sentido técnico de modo de comunicación específico de
miótica en la fundamentación de la ética inter-específica, esto es, de una “ética animal”. los seres humanos), sino en un sentido más amplio, a saber, el de “producción de sentido”
A su vez, tal como argumentaré en el trabajo en cuestión, esta disciplina también posee el (Sebeok 1979: 26, Beever 2014: 124).
potencial de realizar aportes a nivel de la ética intra-específica, es decir, aquella centrada
en las características propiamente humanas. De modo que, en estas transiciones disciplina- A su vez, vale decir que el análisis semiótico de la comunicación humana tam-
rias, la zoosemiótica muestra poseer un rol destacado que es menester resaltar. poco se restringe a la antroposemiótica, esto es, a los sistemas específicos, dado que su
estudio también corresponde en parte a la zoosemiótica. Es decir, el análisis zoosemióti-
En este artículo me focalizaré en las articulaciones actuales entre la zoosemiótica co se ocupa del estudio de los sistemas de comunicación presentes en seres humanos que
y la transición post-darwiniana en proceso al interior de la filosofía, particularmente en el también son compartidos con otras especies no humanas (Sebeok 1972: 163, Kull 2014:
ámbito de la ética. Para ello, en el primer apartado expondré las características generales 50). Por ejemplo, las reflexiones de Sebeok vinculadas con una semiótica post-lingüís-
de la zoosemiótica así como también su vínculo para con la problematización de la excep- tica le otorgaron un nuevo rol a la comunicación no verbal en esta disciplina (Cobley
cionalidad humana y la ética animal. Luego, en el segundo apartado, realizaré un análisis 2009: 357), la cual, justamente, abarca aspectos comunicacionales que no son exclusiva-
del potencial aporte de la zoosemiótica a la ética normativa tradicional por su énfasis en, mente humanos (Sebeok 2001). Vale resaltar que, aunque en términos antropogenéticos
por un lado, la riqueza semiótica de la comunicación en los animales no humanos y, por este tipo de comunicación es previa a la existencia del lenguaje y, de hecho, continúa
otro lado, la revalorización del lenguaje no verbal. siendo un medio comunicacional fundamental en los humanos actuales (Cobley 2009:
256), paradójicamente su rol era más bien subsidiario en los estudios semióticos tradi-
cionales (Sebeok 1994: 147). Y si bien actualmente es un ámbito más trabajado a nivel
2. ZOOSEMIÓTICA O SEMIÓTICA MÁS ALLÁ DEL ANTROPOCENTRISMO académico (Burgoon, Guerrero y Floyd 2010, Knapp, Hall y Horgan 2014), su desarro-
llo es mínimo en comparación con el énfasis que aún posee la investigación semiótica
A la luz de los desarrollos de Sebeok, la zoosemiótica, en tanto disciplina, surge centrada exclusivamente en el lenguaje humano (continuaré profundizando sobre este
de reflexiones vinculadas a una transición paulatina, tanto en disciplinas científicas como punto en el apartado siguiente).
también filosóficas, hacia una perspectiva post-darwiniana de los seres humanos (Kull
2019). De allí que haya surgido, al menos en parte, como crítica de la visión antropocén- Resumiendo hasta aquí, la zoosemiótica permitió sacar a la luz que el lugar especial
trica del lenguaje humano, la cual subyacía a la semiótica tradicional (Martinelli 2010: 3). en el que tradicionalmente se había situado al “animal semiótico” en realidad formaba parte

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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de un enfoque antropocéntrico de la disciplina semiótica que precisaba ser revisado (Beever 3. ARTICULACIONES ENTRE ÉTICA NORMATIVA Y ZOOSEMIÓTICA
2014: 125). Así, favoreció el asentamiento de una comprensión no antropocéntrica de los
sistemas de comunicación que contempla su emergencia desde el punto de vista de la escala Tal como argumenté hasta ahora, ni la cultura ni el lenguaje constituyen caracte-
geológica. Esto es, a partir de la emergencia de la zoosemiótica, las particularidades de la co- rísticas que permiten justificar una discontinuidad absoluta de los seres humanos respecto
municación humana pueden ser consideradas como características emergentes dentro de un del resto de los seres vivos. A la luz de disciplinas como la zoosemiótica, esas pretensiones
largo recorrido evolutivo compartido por otros animales emparentados a nivel filogenético y evidencian pertenecer a un paradigma antropocéntrico y pre-darwiniano actualmente en
donde, por tal, el lenguaje no puede continuar siendo pensado como el hito fundador de una crisis. Ahora bien, existe otra característica perteneciente a este paradigma en decadencia
discontinuidad absoluta de las características humanas (Dupré 2007: 109). De hecho, otra que resulta particularmente resistente a nivel disciplinario, cuya tenacidad se encuentra
de las asunciones básicas del análisis zoosemiótico es la problematización de concepciones parcialmente vigente tanto en la filosofía como en las ciencias; me refiero a la ‘razón’.
tradicionales como la de una escisión fuerte entre un orden “natural” y un orden “cultural”
que aislaría a los humanos del resto de los seres vivos, dado que, justamente, la comunicación Al tener en cuenta las múltiples críticas contemporáneas (por ejemplo, Ruse 2002,
humana supone sistemas que también están presentes en otros animales no humanos carentes Boniolo y De Anna 2006), una de las sub-disciplinas filosóficas en la cual se muestra vi-
de cultura (Sebeok 1991). De allí que sea posible afirmar que “la ciencia de la vida y la ciencia gente el supuesto de la racionalidad como fundamento de la excepcionalidad humana es
de los signos se implican mutuamente”* (Sebeok 1994: 114). la ética. El tópico en el cual suelen converger este tipo de críticas es en las pronunciadas
limitaciones de la capacidad racional humana a la hora adecuarse a la normatividad de los
Ahora bien, dado que el énfasis en la zoosemiótica está puesto sobre todo en las criterios éticos tradicionales, como ser el imperativo categórico kantiano o el principio de
continuidades evolutivas por sobre las características específicamente humanas, podría maximización imparcial de la felicidad utilitarista. Según afirman numerosos investiga-
señalarse que sus investigaciones corren el riesgo de comprometerse con una visión re- dores provenientes de la neurociencia (Churchland 2019), la psicología experimental (Sin-
duccionista de los seres humanos, ya que se podría perder de vista la importancia fun- nott-Armstrong 2008) o la primatología (de Waal 2007), el problema tras esta ineficacia
damental del lenguaje o de la cultura en su constitución y en su modo de existencia. de la racionalidad no algo así como una “debilidad de la voluntad”, sino, más bien, las
Resulta imprescindible remarcar, entonces, que la crítica anti-antropocéntrica inherente características fuertemente racionalistas de los criterios éticos tradicionales.
a la zoosemiótica no se compromete necesariamente con un enfoque reduccionista de
lo humano. Siguiendo a los investigadores Timo Maran, Dario Martinelli y Aleksei Uno de los representantes más importantes de esta crítica desde el ámbito de la
Turovski, la zoosemiótica “no conlleva una inclinación hacia el determinismo biológico, primatología es Frans de Waal, quien argumenta que, a la luz de una perspectiva evoluti-
sino más bien reconocer el complejo entrelazamiento de la cultura y la biología en las va, las decisiones y comportamientos morales no surgen exclusivamente de la racionalidad,
relaciones humano-animales, en la herencia cultural en animales no humanos y en otros sino de una suma de tres dimensiones que en conjunto conforman una “torre de la mora-
temas similares”* (2011: 2). lidad” (de Waal 2007: 201). En primer lugar, las “emociones morales” son componentes
psicológicos básicos como la empatía, la reciprocidad y la retribución, los cuales han sido
Por otro lado, la consolidación del análisis zoosemiótico otorgó nuevos funda- documentados en primates no humanos como los monos capuchinos (de Waal 2007: 208).
mentos a la ética animal. Si bien esta última disciplina es reconocida ante todo por la En segundo lugar, la “presión social” es el nivel de la moral en el cual está presente la
problematización de los supuestos tras la explotación de los animales no humanos (Ry- pertenencia a una comunidad regida por ciertas normas que son mantenidas mediante un
der 1971, Singer 2002 [1975]), su ámbito de debate es mucho más amplio incluyendo orden de premios y castigos (de Waal 2007: 211). Aunque esta última dimensión de la
la crítica a las instituciones y disciplinas (científicas y filosóficas) que perpetúan y/o re- moral es compartida con otros grandes simios (chimpancés, gorilas y orangutanes), la es-
producen la idea de una discontinuidad radical entre los humanos y el resto de los seres pecie humana posee una complejidad mayor en el sistema de normas (de Waal 2007: 214).
vivos (Butcharov 2015; Boddice 2011; Steiner 2005). Particularmente en relación con En tercer lugar, la dimensión más reciente en términos filogenéticos es la de los ‘juicios’ y
el vínculo entre semiótica y ética, se trata de una línea de investigación que ya posee la ‘razonamientos’. Este nivel puede ser considerado como el propiamente humano e implica
atención de varios filósofos/as contemporáneos/as. En términos generales, estos/as pen- la posibilidad de juzgar actos propios y ajenos a partir de una evaluación auto-reflexiva de
sadores/as comparten la aseveración de que la zoosemiótica permite ofrecer argumentos las intenciones y creencias que les subyacen (de Waal 2007: 215).
sólidos que respaldan el valor moral que le es propio a los animales no humanos a través
del estudio de las particularidades de sus sistemas comunicativos (Radomska 2006, Si bien la tercera sería la dimensión moral propiamente humana, la capacidad de
Beever 2014, Tønnessen, Beever y Hendlin 2015, Delahaye 2018). Por tal, resulta evi- generar y expresar juicios razonados dista de representar una cualidad emancipada del
dente que el punto de articulación entre zoosemiótica y ética inter-específica está siendo trayecto evolutivo. Más bien, se trata de una característica emergente de un proceso rela-
actualmente trabajado por semiólogos/as. Ahora bien, tal como adelanté en la introduc- tivamente acumulativo. La capacidad racional, en tanto la habilidad de hacer inferencias
ción, es el estudio del vínculo entre ética normativa intra-específica y zoosemiótica el de manera ordenada y lógica (Damasio 1996: 297), se habría desarrollado sobre una base
que no está muy presente en la literatura relacionada, por lo que en el próximo apartado evolutivamente anterior, por lo que aquello que tradicionalmente se denominó ‘razón’ no
señalaré algunos de sus aspectos generales. sería un rasgo desanclado de sus fundamentos filogenéticos anteriores, sino un corolario de

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E. JOAQUÍN SUÁREZ-RUIZ COMUNICACIÓN DESDE UN ABORDAJE POST-DARWINIANO. ARTICULACIONES ACTUALES ENTRE ÉTICA Y ZOOSEMIÓTICA

de un enfoque antropocéntrico de la disciplina semiótica que precisaba ser revisado (Beever 3. ARTICULACIONES ENTRE ÉTICA NORMATIVA Y ZOOSEMIÓTICA
2014: 125). Así, favoreció el asentamiento de una comprensión no antropocéntrica de los
sistemas de comunicación que contempla su emergencia desde el punto de vista de la escala Tal como argumenté hasta ahora, ni la cultura ni el lenguaje constituyen caracte-
geológica. Esto es, a partir de la emergencia de la zoosemiótica, las particularidades de la co- rísticas que permiten justificar una discontinuidad absoluta de los seres humanos respecto
municación humana pueden ser consideradas como características emergentes dentro de un del resto de los seres vivos. A la luz de disciplinas como la zoosemiótica, esas pretensiones
largo recorrido evolutivo compartido por otros animales emparentados a nivel filogenético y evidencian pertenecer a un paradigma antropocéntrico y pre-darwiniano actualmente en
donde, por tal, el lenguaje no puede continuar siendo pensado como el hito fundador de una crisis. Ahora bien, existe otra característica perteneciente a este paradigma en decadencia
discontinuidad absoluta de las características humanas (Dupré 2007: 109). De hecho, otra que resulta particularmente resistente a nivel disciplinario, cuya tenacidad se encuentra
de las asunciones básicas del análisis zoosemiótico es la problematización de concepciones parcialmente vigente tanto en la filosofía como en las ciencias; me refiero a la ‘razón’.
tradicionales como la de una escisión fuerte entre un orden “natural” y un orden “cultural”
que aislaría a los humanos del resto de los seres vivos, dado que, justamente, la comunicación Al tener en cuenta las múltiples críticas contemporáneas (por ejemplo, Ruse 2002,
humana supone sistemas que también están presentes en otros animales no humanos carentes Boniolo y De Anna 2006), una de las sub-disciplinas filosóficas en la cual se muestra vi-
de cultura (Sebeok 1991). De allí que sea posible afirmar que “la ciencia de la vida y la ciencia gente el supuesto de la racionalidad como fundamento de la excepcionalidad humana es
de los signos se implican mutuamente”* (Sebeok 1994: 114). la ética. El tópico en el cual suelen converger este tipo de críticas es en las pronunciadas
limitaciones de la capacidad racional humana a la hora adecuarse a la normatividad de los
Ahora bien, dado que el énfasis en la zoosemiótica está puesto sobre todo en las criterios éticos tradicionales, como ser el imperativo categórico kantiano o el principio de
continuidades evolutivas por sobre las características específicamente humanas, podría maximización imparcial de la felicidad utilitarista. Según afirman numerosos investiga-
señalarse que sus investigaciones corren el riesgo de comprometerse con una visión re- dores provenientes de la neurociencia (Churchland 2019), la psicología experimental (Sin-
duccionista de los seres humanos, ya que se podría perder de vista la importancia fun- nott-Armstrong 2008) o la primatología (de Waal 2007), el problema tras esta ineficacia
damental del lenguaje o de la cultura en su constitución y en su modo de existencia. de la racionalidad no algo así como una “debilidad de la voluntad”, sino, más bien, las
Resulta imprescindible remarcar, entonces, que la crítica anti-antropocéntrica inherente características fuertemente racionalistas de los criterios éticos tradicionales.
a la zoosemiótica no se compromete necesariamente con un enfoque reduccionista de
lo humano. Siguiendo a los investigadores Timo Maran, Dario Martinelli y Aleksei Uno de los representantes más importantes de esta crítica desde el ámbito de la
Turovski, la zoosemiótica “no conlleva una inclinación hacia el determinismo biológico, primatología es Frans de Waal, quien argumenta que, a la luz de una perspectiva evoluti-
sino más bien reconocer el complejo entrelazamiento de la cultura y la biología en las va, las decisiones y comportamientos morales no surgen exclusivamente de la racionalidad,
relaciones humano-animales, en la herencia cultural en animales no humanos y en otros sino de una suma de tres dimensiones que en conjunto conforman una “torre de la mora-
temas similares”* (2011: 2). lidad” (de Waal 2007: 201). En primer lugar, las “emociones morales” son componentes
psicológicos básicos como la empatía, la reciprocidad y la retribución, los cuales han sido
Por otro lado, la consolidación del análisis zoosemiótico otorgó nuevos funda- documentados en primates no humanos como los monos capuchinos (de Waal 2007: 208).
mentos a la ética animal. Si bien esta última disciplina es reconocida ante todo por la En segundo lugar, la “presión social” es el nivel de la moral en el cual está presente la
problematización de los supuestos tras la explotación de los animales no humanos (Ry- pertenencia a una comunidad regida por ciertas normas que son mantenidas mediante un
der 1971, Singer 2002 [1975]), su ámbito de debate es mucho más amplio incluyendo orden de premios y castigos (de Waal 2007: 211). Aunque esta última dimensión de la
la crítica a las instituciones y disciplinas (científicas y filosóficas) que perpetúan y/o re- moral es compartida con otros grandes simios (chimpancés, gorilas y orangutanes), la es-
producen la idea de una discontinuidad radical entre los humanos y el resto de los seres pecie humana posee una complejidad mayor en el sistema de normas (de Waal 2007: 214).
vivos (Butcharov 2015; Boddice 2011; Steiner 2005). Particularmente en relación con En tercer lugar, la dimensión más reciente en términos filogenéticos es la de los ‘juicios’ y
el vínculo entre semiótica y ética, se trata de una línea de investigación que ya posee la ‘razonamientos’. Este nivel puede ser considerado como el propiamente humano e implica
atención de varios filósofos/as contemporáneos/as. En términos generales, estos/as pen- la posibilidad de juzgar actos propios y ajenos a partir de una evaluación auto-reflexiva de
sadores/as comparten la aseveración de que la zoosemiótica permite ofrecer argumentos las intenciones y creencias que les subyacen (de Waal 2007: 215).
sólidos que respaldan el valor moral que le es propio a los animales no humanos a través
del estudio de las particularidades de sus sistemas comunicativos (Radomska 2006, Si bien la tercera sería la dimensión moral propiamente humana, la capacidad de
Beever 2014, Tønnessen, Beever y Hendlin 2015, Delahaye 2018). Por tal, resulta evi- generar y expresar juicios razonados dista de representar una cualidad emancipada del
dente que el punto de articulación entre zoosemiótica y ética inter-específica está siendo trayecto evolutivo. Más bien, se trata de una característica emergente de un proceso rela-
actualmente trabajado por semiólogos/as. Ahora bien, tal como adelanté en la introduc- tivamente acumulativo. La capacidad racional, en tanto la habilidad de hacer inferencias
ción, es el estudio del vínculo entre ética normativa intra-específica y zoosemiótica el de manera ordenada y lógica (Damasio 1996: 297), se habría desarrollado sobre una base
que no está muy presente en la literatura relacionada, por lo que en el próximo apartado evolutivamente anterior, por lo que aquello que tradicionalmente se denominó ‘razón’ no
señalaré algunos de sus aspectos generales. sería un rasgo desanclado de sus fundamentos filogenéticos anteriores, sino un corolario de

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204 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 205
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E. JOAQUÍN SUÁREZ-RUIZ COMUNICACIÓN DESDE UN ABORDAJE POST-DARWINIANO. ARTICULACIONES ACTUALES ENTRE ÉTICA Y ZOOSEMIÓTICA

un proceso evolutivo gradual. Las emociones morales, por su parte, representan un nivel usa profiláctico. Disfrutan de ese momento, el cual los hace sentirse aún más unidos el uno
compartido con otras especies de primates no-humanos (no sólo con los grandes simios) y, al otro, pero deciden no volver a hacerlo y guardan el secreto. En las entrevistas morales del
de hecho, representan la base de la torre de la moralidad. Es decir, son el fundamento evo- equipo de Haidt, la pregunta que sigue al relato es “¿Estuvo bien que los hermanos hayan
lutivo que hizo posible la emergencia de las otras dos dimensiones (de Waal 2007: 208). hecho el amor?”. Según las estadísticas presentadas por el psicólogo, la mayoría de las
personas tiende a considerar el hecho como moralmente incorrecto, pero a la hora justificar
Aunque en las producciones filosóficas las afirmaciones de de Waal aún suelen ser por qué ofrecen argumentos vagos que convergen en un juicio moral arbitrario del tipo “no
soslayadas (quizás por el fuerte arraigo del enfoque antropocéntrico), desde hace ya dos sé, no lo puedo explicar, simplemente sé que está mal” (Haidt 2001: 814).
décadas son parte fundamental de las investigaciones en psicología moral. Uno de los pre-
cursores en incluir este tipo de estudios primatológicos en el análisis de la psicología moral Lo que permite explicitar este tipo de experimentos, así como también las investi-
humana es el psicólogo norteamericano Joanathan Haidt. De hecho, uno de sus aportes gaciones de Frans de Waal, es que el proceso de formación de los juicios morales dista de re-
más importantes a esta disciplina, el modelo intuicionista social de la formación de juicios ducirse al razonamiento auto-reflexivo, realizado conscientemente y en privado por parte de
morales, sostiene una concepción similar a la de de Waal: son las emociones el fundamento individuos preocupados por hallar las bases trascendentales del comportamiento moralmente
de la moral humana, no el razonamiento (2001). correcto. En realidad, gran parte de la influencia en la gestación de dichos juicios proviene
del contexto social concreto, el cual condiciona las emociones y, consecuentemente, las con-
Según el enfoque de Haidt, tanto la psicología moral como la ética filosófica tradi- vicciones morales de los individuos. En dicho proceso, tal como se explicita en la frustración
cional han supuesto como vigente un modelo de la moral que, a la luz de investigaciones de los participantes del experimento de Haidt a la hora de sustentar sus juicios morales
actuales, muestra ser impreciso. Se trata del “modelo racionalista” de la formación de juicios mediante razones, la influencia de la comunicación verbal muestra ser secundaria, ya que la
morales, el cual asume que los juicios morales son causados exclusivamente por el razonamien- mayor parte de la formación de dichos juicios acontecería a través de la comunicación no ver-
to y donde las intuiciones (vinculadas con influencias de tipo socio-emocional) son influjos bal. Es decir, a través de la multiplicidad de interacciones extra-lingüísticas que caracterizan
accesorios o, incluso, inexistentes. Siguiendo a investigadores como de Waal (1996), Damasio a los contextos sociales en los cuales se gestan esas intuiciones previas al razonamiento. Un
(1994), Gazzaniga (1986) o Goodall (1986), Haidt propone el “intuicionismo social” como claro ejemplo de ello es el “efecto camaleón”, concepto el cual refiere a la tendencia a imitar
un modelo alternativo. En dicho modelo, Haidt invierte la jerarquía entre la cognición racio- inconscientemente posturas, maneras y expresiones faciales de los individuos que forman
nal y la intuitiva, haciendo hincapié en la contundente influencia que poseen tanto la presión parte del grupo de pertenencia (Haidt 2000: 821). Según afirman los investigadores Tanya
del contexto social como las convicciones previas a la hora de gestarse los juicios morales. Chartrand y John Bargh (1999), este tipo de mímica automática es socialmente adaptativa,
dado que la sincronía corporal tiende a fortalecer el vínculo intra-grupal.
Más allá de que a primera vista el modelo de Haidt pueda parecer una visión pesi-
mista de la racionalidad humana o, incluso, una defensa del irracionalismo, en realidad el Entonces, a través de investigaciones provenientes de disciplinas como la psicolo-
propósito del psicólogo es explicitar las características concretas de la moral para así evitar la gía moral o la primatología, la ética normativa muestra estar asediada por interrogaciones
reproducción de una concepción anacrónica de la misma tanto en la psicología moral como de tipo meta-filosófico, es decir, se encuentra en proceso de revisión de sus fundamentos
en la reflexión ética. Es decir, los desarrollos de Haidt buscan afinar la descripción de la moral tradicionales. Es en esta convergencia inter-disciplinaria donde se devela que la zoosemió-
humana a la luz de una perspectiva post-darwiniana con el fin, no de determinar cómo debe- tica no sólo posee particular relevancia para la ética inter-específica, sino también para
rían ser los sistemas éticos, sino de ofrecer una base más sólida desde la cual poder reflexionar ahondar en las características de un modelo de la moral actualizado para la ética normativa
sobre los criterios normativos. Este modelo es reconocido como un aporte al análisis de la intra-específica, es decir, uno en el cual se analicen críticamente los supuestos antropo-
moral humana tanto por científicos (por ejemplo, Sapolsky 2017) como por filósofos (por céntricos que podrían subyacer al modelo racionalista tradicional y en el que se asienten
ejemplo, Tillman 2016), lo cual destaca la actualidad del modelo propuesto por el psicólogo. las bases fundamentales de una visión post-darwiniana de las características humanas.
Finalmente, el análisis zoosemiótico no sólo permite evidenciar aspectos de la continui-
Habiendo llegado a este punto del artículo cabe preguntar, entonces, ¿cuál podría dad evolutiva entre seres humanos y animales no humanos, sino que tiene el potencial de
ser el aporte de la zoosemiótica a la ética normativa intra-específica? Para develar su con- otorgarle nueva relevancia a la comunicación no verbal, la cual actualmente muestra ser
tribución potencial preciso exponer un último desarrollo de Haidt. indispensable en la interrogación meta-filosófica de la ética.

Uno de los procedimientos que han vuelto famoso el modelo del psicólogo nortea-
mericano es un experimento mental basado en una historia ficticia, el cual es utilizado en 4. CONCLUSIONES
sus entrevistas de investigación. Dicha historia presenta una situación hipotética en la que
dos hermanos, Julia y Marcos, se encuentran en un viaje de vacaciones en Francia. Dado Tanto el modelo de Haidt como las investigaciones de de Waal, evidencian que la
que les parece interesante y divertido, ambos deciden tener relaciones sexuales. Para ello zoosemiótica posee un vasto ámbito en el que ahondar, a saber, el lenguaje no verbal en
contemplan las precauciones necesarias, Julia toma una píldora anticonceptiva y Marcos tanto aspecto compartido entre humanos y animales no humanos. Su profundización per-

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206 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 207
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un proceso evolutivo gradual. Las emociones morales, por su parte, representan un nivel usa profiláctico. Disfrutan de ese momento, el cual los hace sentirse aún más unidos el uno
compartido con otras especies de primates no-humanos (no sólo con los grandes simios) y, al otro, pero deciden no volver a hacerlo y guardan el secreto. En las entrevistas morales del
de hecho, representan la base de la torre de la moralidad. Es decir, son el fundamento evo- equipo de Haidt, la pregunta que sigue al relato es “¿Estuvo bien que los hermanos hayan
lutivo que hizo posible la emergencia de las otras dos dimensiones (de Waal 2007: 208). hecho el amor?”. Según las estadísticas presentadas por el psicólogo, la mayoría de las
personas tiende a considerar el hecho como moralmente incorrecto, pero a la hora justificar
Aunque en las producciones filosóficas las afirmaciones de de Waal aún suelen ser por qué ofrecen argumentos vagos que convergen en un juicio moral arbitrario del tipo “no
soslayadas (quizás por el fuerte arraigo del enfoque antropocéntrico), desde hace ya dos sé, no lo puedo explicar, simplemente sé que está mal” (Haidt 2001: 814).
décadas son parte fundamental de las investigaciones en psicología moral. Uno de los pre-
cursores en incluir este tipo de estudios primatológicos en el análisis de la psicología moral Lo que permite explicitar este tipo de experimentos, así como también las investi-
humana es el psicólogo norteamericano Joanathan Haidt. De hecho, uno de sus aportes gaciones de Frans de Waal, es que el proceso de formación de los juicios morales dista de re-
más importantes a esta disciplina, el modelo intuicionista social de la formación de juicios ducirse al razonamiento auto-reflexivo, realizado conscientemente y en privado por parte de
morales, sostiene una concepción similar a la de de Waal: son las emociones el fundamento individuos preocupados por hallar las bases trascendentales del comportamiento moralmente
de la moral humana, no el razonamiento (2001). correcto. En realidad, gran parte de la influencia en la gestación de dichos juicios proviene
del contexto social concreto, el cual condiciona las emociones y, consecuentemente, las con-
Según el enfoque de Haidt, tanto la psicología moral como la ética filosófica tradi- vicciones morales de los individuos. En dicho proceso, tal como se explicita en la frustración
cional han supuesto como vigente un modelo de la moral que, a la luz de investigaciones de los participantes del experimento de Haidt a la hora de sustentar sus juicios morales
actuales, muestra ser impreciso. Se trata del “modelo racionalista” de la formación de juicios mediante razones, la influencia de la comunicación verbal muestra ser secundaria, ya que la
morales, el cual asume que los juicios morales son causados exclusivamente por el razonamien- mayor parte de la formación de dichos juicios acontecería a través de la comunicación no ver-
to y donde las intuiciones (vinculadas con influencias de tipo socio-emocional) son influjos bal. Es decir, a través de la multiplicidad de interacciones extra-lingüísticas que caracterizan
accesorios o, incluso, inexistentes. Siguiendo a investigadores como de Waal (1996), Damasio a los contextos sociales en los cuales se gestan esas intuiciones previas al razonamiento. Un
(1994), Gazzaniga (1986) o Goodall (1986), Haidt propone el “intuicionismo social” como claro ejemplo de ello es el “efecto camaleón”, concepto el cual refiere a la tendencia a imitar
un modelo alternativo. En dicho modelo, Haidt invierte la jerarquía entre la cognición racio- inconscientemente posturas, maneras y expresiones faciales de los individuos que forman
nal y la intuitiva, haciendo hincapié en la contundente influencia que poseen tanto la presión parte del grupo de pertenencia (Haidt 2000: 821). Según afirman los investigadores Tanya
del contexto social como las convicciones previas a la hora de gestarse los juicios morales. Chartrand y John Bargh (1999), este tipo de mímica automática es socialmente adaptativa,
dado que la sincronía corporal tiende a fortalecer el vínculo intra-grupal.
Más allá de que a primera vista el modelo de Haidt pueda parecer una visión pesi-
mista de la racionalidad humana o, incluso, una defensa del irracionalismo, en realidad el Entonces, a través de investigaciones provenientes de disciplinas como la psicolo-
propósito del psicólogo es explicitar las características concretas de la moral para así evitar la gía moral o la primatología, la ética normativa muestra estar asediada por interrogaciones
reproducción de una concepción anacrónica de la misma tanto en la psicología moral como de tipo meta-filosófico, es decir, se encuentra en proceso de revisión de sus fundamentos
en la reflexión ética. Es decir, los desarrollos de Haidt buscan afinar la descripción de la moral tradicionales. Es en esta convergencia inter-disciplinaria donde se devela que la zoosemió-
humana a la luz de una perspectiva post-darwiniana con el fin, no de determinar cómo debe- tica no sólo posee particular relevancia para la ética inter-específica, sino también para
rían ser los sistemas éticos, sino de ofrecer una base más sólida desde la cual poder reflexionar ahondar en las características de un modelo de la moral actualizado para la ética normativa
sobre los criterios normativos. Este modelo es reconocido como un aporte al análisis de la intra-específica, es decir, uno en el cual se analicen críticamente los supuestos antropo-
moral humana tanto por científicos (por ejemplo, Sapolsky 2017) como por filósofos (por céntricos que podrían subyacer al modelo racionalista tradicional y en el que se asienten
ejemplo, Tillman 2016), lo cual destaca la actualidad del modelo propuesto por el psicólogo. las bases fundamentales de una visión post-darwiniana de las características humanas.
Finalmente, el análisis zoosemiótico no sólo permite evidenciar aspectos de la continui-
Habiendo llegado a este punto del artículo cabe preguntar, entonces, ¿cuál podría dad evolutiva entre seres humanos y animales no humanos, sino que tiene el potencial de
ser el aporte de la zoosemiótica a la ética normativa intra-específica? Para develar su con- otorgarle nueva relevancia a la comunicación no verbal, la cual actualmente muestra ser
tribución potencial preciso exponer un último desarrollo de Haidt. indispensable en la interrogación meta-filosófica de la ética.

Uno de los procedimientos que han vuelto famoso el modelo del psicólogo nortea-
mericano es un experimento mental basado en una historia ficticia, el cual es utilizado en 4. CONCLUSIONES
sus entrevistas de investigación. Dicha historia presenta una situación hipotética en la que
dos hermanos, Julia y Marcos, se encuentran en un viaje de vacaciones en Francia. Dado Tanto el modelo de Haidt como las investigaciones de de Waal, evidencian que la
que les parece interesante y divertido, ambos deciden tener relaciones sexuales. Para ello zoosemiótica posee un vasto ámbito en el que ahondar, a saber, el lenguaje no verbal en
contemplan las precauciones necesarias, Julia toma una píldora anticonceptiva y Marcos tanto aspecto compartido entre humanos y animales no humanos. Su profundización per-

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


206 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 207
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E. JOAQUÍN SUÁREZ-RUIZ COMUNICACIÓN DESDE UN ABORDAJE POST-DARWINIANO. ARTICULACIONES ACTUALES ENTRE ÉTICA Y ZOOSEMIÓTICA

mitiría fortalecer el rol de la semiótica en la confección de interrogaciones meta-filosóficas DUPRÉ, J. (2007). El legado de Darwin. Qué significa hoy la evolución. Madrid: Katz Editores.
que habiliten una problematización precisa de los posibles supuestos antropocéntricos que GAZZANIGA, M. S. (1985). The social brain. Nueva York: Basic Books.
aún subyacen a los enfoques tradicionales de la ética normativa. Complementariamente al GONZÁLEZ GALLI, L. (2019). “Perspectivas darwinistas sobre la mente y la conducta humanas:
ya conocido vínculo entre el análisis zoosemiótico y la ética animal, el nuevo énfasis en la alcances, limitaciones e implicancias educativas”. Revista de Humanidades de Valparaíso, Número mono-
gráfico Current Perspectives in Philosophy of Biology, (14), 187-222.
comunicación no verbal abriría nuevos caminos en la investigación sobre las características
GOODALL, J. (1986). The chimpanzees of Gombe: Patterns of behavior. Cambridge, MA: Belknap
compartidas por los animales en general. Press, Harvard University Press.
HAIDT, J. (2001). “The emotional dog and its rational tail: a social intuitionist approach to moral
La zoosemiótica, finalmente, muestra poseer un lugar muy particular en las en- judgment”. Psychological Review, 108: 814-834
crucijadas de, por un lado, los cambios de paradigmas científicos y, por otro lado, las JAKOBSON, R. (1960). “Linguistics and Poetics”. En T.A. SEBEOK (ed.). Style in Language, 350-
interrogaciones meta-filosóficas, dado que ya desde su surgimiento en tanto disciplina 377. New York: John Wiley & Sons.
ha posibilitado evidenciar que la investigación semiótica no se reduce al lenguaje, sino KNAPP, M. L., HALL, J. A. y HORGAN, T. G. (ed.) (2014). Nonverbal Communication in Human
que este representa sólo un paso dentro de la extensa filogénesis propia de la evolución Interaction. Boston: Wadsworth.
humana. Actualmente, ese inicio revolucionario que marcó su constitución no sólo no KULL, K. (2014). “Zoosemiotics is the study of animal forms of knowing”. Semiotica 198: 47 – 60.
perdió vigencia, sino que muestra favorecer la aparición de nuevas y enriquecedoras vías ––– (2019). “Jakob von Uexküll and the study of primary meaning-making”. En Jakob von Uexküll
de investigación para la semiótica general. and Philosophy (pp. 220-237). Nueva York: Routledge.
MARAN, T. (2014). “Dimensions of zoosemiotics: Introduction”. Semiotica 198: 1 – 10.
MARAN, T. ET AL. (2016). Animal umwelten in a changing world: zoosemiotic perspectives. Tartu:
University of Tartu Press.
NOTAS MARAN, T., MARTINELLI, D. y TUROVSKI, A. (eds.) (2011). Readings in Zoosemiotics. Berlin:
de Gruyter.
1. Las citas seguidas de un asterisco (*) indicarán que la traducción es propia. El autor agradece al MARTINELLI, D. (2010). A Critical Companion to Zoosemiotics. People, Paths, Ideas. Nueva York: Springer.
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y a la Universidad Nacional NÖTH, W. (1990). Handbook of semiotics. Bloomington: Indian University Press.
de La Plata por el apoyo financiero. RADOMSKA, M. (2006). “Zoosemiotics as a new perspective”. Homo communicativus, 1, Poznan:
Adam Mickiewicz University, pp. 71-78.
RUSE, M. (1986). “Evolutionary ethics: A phoenix arisen”. Zygon, 21(1), 95-112.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ––– (2005). “Altruismo: una perspectiva naturalista darwiniana”. Saga, 10: 95-110. Traducción:
Maximiliano Martínez y Fernando Melo. El texto original puede hallarse en POST, S. ET AL. (eds.)
BEEVER, J. (2014). “On zoosemiotics and bridging the value gap”. Semiotica 198: 121 – 135. (2002). Altruism and altruistic love. Oxford: Oxford University Press.
BODDICE, R. (ed.) (2011). Humans, animals, environments. Leiden: Brill. RYDER, R. (1971). “Experiments on animals”. En GODLOVICH, S., GODLOVICH, R., y HA-
BONIOLO, G. y DE ANNA, G. (2006). Evolutionary Ethics and Contemporary Biology. Nueva York: RRIS, J. (eds.), Animals, Men and Morals: An Enquiry into the Mal-Treatment of Non-Humans, Londres,
Cambridge University Press. Victor Gollanoz.
BURGOON, J. K., GUERRERO, L. K. y FLOYD, K. (2010). Nonverbal Communication. Nueva SAPOLSKY, R. (2017). Behave: the biology of humans at our best and worst. Nueva York, Penguin
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Boston: Reidel Publishing Company. ––– (1972). Perspectives in zoosemiotics (Janua Linguarum Series Minor 122). La Haya: Mouton.
CHARTRAND, T. L., y BARGH, J. A. (1999). “The chameleon effect: The perception-behavior ––– (1979). The sign & its masters. Austin, TX: University of Texas Press.
link and social interaction”. Journal of Personality and Social Psychology, 76: 893-910. ––– (1991). A sign is just a sign. Bloomington: Indiana University Press.
CHURCHLAND, P. (2019). Conscience, the origins of moral intuition. Nueva York: Norton & Company. ––– (1994). Signs: An Introduction to Semiotics. Toronto: University of Toronto Press.
COBLEY, P. (2009). The routledge companion to semiotics. Nueva York: Routledge. ––– (2001). The Swiss Pioneer in Nonverbal Communication Studies: Heini Hediger (1908–1992). Ot-
DAMASIO, A. (1994). Descartes’ error: Emotion, reason, and the human brain. Nueva York, G. P. tawa: Legas Press.
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––– (2000). Sentir lo que sucede. Santiago de Chile: Andrés Bello. SINNOTT-ARMSTRONG, W. (ed.) (2008). Moral Psychology, Volume 2: The Cognitive Science of
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––– (2007). Primates y filósofos. Barcelona: Paidós. ––– (2020). “Excepcionalidad humana en el pensamiento de Jacques Lacan: algunas implicancias

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


208 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 209
Depósito Legal B.3146-2001 Universidad de Rosario (Argentina) Versión electrónica: designisfels.net
E. JOAQUÍN SUÁREZ-RUIZ COMUNICACIÓN DESDE UN ABORDAJE POST-DARWINIANO. ARTICULACIONES ACTUALES ENTRE ÉTICA Y ZOOSEMIÓTICA

mitiría fortalecer el rol de la semiótica en la confección de interrogaciones meta-filosóficas DUPRÉ, J. (2007). El legado de Darwin. Qué significa hoy la evolución. Madrid: Katz Editores.
que habiliten una problematización precisa de los posibles supuestos antropocéntricos que GAZZANIGA, M. S. (1985). The social brain. Nueva York: Basic Books.
aún subyacen a los enfoques tradicionales de la ética normativa. Complementariamente al GONZÁLEZ GALLI, L. (2019). “Perspectivas darwinistas sobre la mente y la conducta humanas:
ya conocido vínculo entre el análisis zoosemiótico y la ética animal, el nuevo énfasis en la alcances, limitaciones e implicancias educativas”. Revista de Humanidades de Valparaíso, Número mono-
gráfico Current Perspectives in Philosophy of Biology, (14), 187-222.
comunicación no verbal abriría nuevos caminos en la investigación sobre las características
GOODALL, J. (1986). The chimpanzees of Gombe: Patterns of behavior. Cambridge, MA: Belknap
compartidas por los animales en general. Press, Harvard University Press.
HAIDT, J. (2001). “The emotional dog and its rational tail: a social intuitionist approach to moral
La zoosemiótica, finalmente, muestra poseer un lugar muy particular en las en- judgment”. Psychological Review, 108: 814-834
crucijadas de, por un lado, los cambios de paradigmas científicos y, por otro lado, las JAKOBSON, R. (1960). “Linguistics and Poetics”. En T.A. SEBEOK (ed.). Style in Language, 350-
interrogaciones meta-filosóficas, dado que ya desde su surgimiento en tanto disciplina 377. New York: John Wiley & Sons.
ha posibilitado evidenciar que la investigación semiótica no se reduce al lenguaje, sino KNAPP, M. L., HALL, J. A. y HORGAN, T. G. (ed.) (2014). Nonverbal Communication in Human
que este representa sólo un paso dentro de la extensa filogénesis propia de la evolución Interaction. Boston: Wadsworth.
humana. Actualmente, ese inicio revolucionario que marcó su constitución no sólo no KULL, K. (2014). “Zoosemiotics is the study of animal forms of knowing”. Semiotica 198: 47 – 60.
perdió vigencia, sino que muestra favorecer la aparición de nuevas y enriquecedoras vías ––– (2019). “Jakob von Uexküll and the study of primary meaning-making”. En Jakob von Uexküll
de investigación para la semiótica general. and Philosophy (pp. 220-237). Nueva York: Routledge.
MARAN, T. (2014). “Dimensions of zoosemiotics: Introduction”. Semiotica 198: 1 – 10.
MARAN, T. ET AL. (2016). Animal umwelten in a changing world: zoosemiotic perspectives. Tartu:
University of Tartu Press.
NOTAS MARAN, T., MARTINELLI, D. y TUROVSKI, A. (eds.) (2011). Readings in Zoosemiotics. Berlin:
de Gruyter.
1. Las citas seguidas de un asterisco (*) indicarán que la traducción es propia. El autor agradece al MARTINELLI, D. (2010). A Critical Companion to Zoosemiotics. People, Paths, Ideas. Nueva York: Springer.
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y a la Universidad Nacional NÖTH, W. (1990). Handbook of semiotics. Bloomington: Indian University Press.
de La Plata por el apoyo financiero. RADOMSKA, M. (2006). “Zoosemiotics as a new perspective”. Homo communicativus, 1, Poznan:
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RUSE, M. (1986). “Evolutionary ethics: A phoenix arisen”. Zygon, 21(1), 95-112.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ––– (2005). “Altruismo: una perspectiva naturalista darwiniana”. Saga, 10: 95-110. Traducción:
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Cambridge University Press. Victor Gollanoz.
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York: Routledge. Press.
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ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


208 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 209
Depósito Legal B.3146-2001 Universidad de Rosario (Argentina) Versión electrónica: designisfels.net
http://dx.doi.org/10.35659/designis.i35p211-227
E. JOAQUÍN SUÁREZ-RUIZ NICHO DE ARTEFATOS SEMIÓTICOS E EXTERNALISMO COGNITIVO

meta-filosóficas”. Signos Filosóficos, 22(44).


TILLMAN, J. (2016). An integrative model of moral deliberation. Londres: Palgrave Macmillan. Nicho de artefatos semióticos
TØNNESSEN, M., BEEVER, J. y HENDLIN, Y. H. (2015). “Introducing Biosemiotic Ethics”.
Zeitschrift für Semiotik Vol 37 No 3-4.
VOLAND, E. y GRAMMER, K. (eds) (2003). Evolutionary aesthetics. Berlin, Springer.
e externalismo cognitivo /
VON UEXKÜLL, J. (1945). Ideas para una concepción biológica del mundo. Buenos Aires: Espasa-Calpe Semiotic Artifacts and Cognitive
Externalism
Pedro Atã y João Queiroz
(pág 211 - pág 227)

Como fornecer um locus de observação para a noção formal de semiose? Temos


sugerido que as noções de nicho e artefato são especialmente capazes de atualizar a tese,
formulada por Peirce, de que não se pode pensar sem signos externos, associando-a a novos
métodos e resultados empíricos e teóricos. Neste artigo, introduzimos a noção de nicho
de artefatos semióticos. Em nossa abordagem, cognição é semiose, ação de signos, em um
processo que toma a forma de construção de nichos. Em comparação com a noção corrente de
artefato, artefatos semióticos são processos semióticos, signos-em-ação. Nichos de artefatos
semióticos são espaços estruturados de condições fundamentais para estabilidade da semiose,
como situacionalidade (co-localização) e distribuição temporal entre comunidades de
agentes, artefatos, e seus ambientes. Nichos de artefatos semióticos oferecem condições para
emergência de hábito e surpresa na semiose/cognição. Esta linha de investigação sugere uma
semiótica cognitiva baseada em relações dinâmicas, distribuídas e emergentes.

Palavras chave: semiótica, externalismo cognitivo, nicho cognitivo, construção


de nicho, Peirce

¿Cómo proporcionar un lugar de observación para la noción formal de semiosis?


Hemos sugerido que las nociones de nicho y artefacto son especialmente capaces de
actualizar la tesis, formulada por Peirce, de que no se puede pensar sin signos externos,
asociándola con nuevos métodos y resultados empíricos y teóricos. En este artículo,
presentamos la noción de nicho de artefactos semióticos. En nuestro enfoque, la cognición
es semiosis, la acción de los signos, en un proceso que toma la forma de construcción
de nichos. En comparación con la noción actual de artefacto, los artefactos semióticos
son procesos semióticos, signos en acción. Los nichos de artefactos semióticos son
espacios estructurados de condiciones fundamentales para la estabilidad de la semiosis,
como la situacionalidad (co-ubicación) y la distribución temporal entre comunidades
de agentes, artefactos, y sus entornos. Los nichos de artefactos semióticos ofrecen
condiciones para el surgimiento del hábito y la sorpresa en la semiosis / cognición. Esta
línea de investigación sugiere una semiótica cognitiva basada en relaciones dinámicas,
distribuidas y emergentes.

Palabras clave: semiótica, externalismo cognitivo, nicho cognitivo, construcción


de nicho, Peirce
Atribución-NoComercial-CompartirIgual
CC BY-NC-SA

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


210 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 211
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http://dx.doi.org/10.35659/designis.i35p211-227
E. JOAQUÍN SUÁREZ-RUIZ NICHO DE ARTEFATOS SEMIÓTICOS E EXTERNALISMO COGNITIVO

meta-filosóficas”. Signos Filosóficos, 22(44).


TILLMAN, J. (2016). An integrative model of moral deliberation. Londres: Palgrave Macmillan. Nicho de artefatos semióticos
TØNNESSEN, M., BEEVER, J. y HENDLIN, Y. H. (2015). “Introducing Biosemiotic Ethics”.
Zeitschrift für Semiotik Vol 37 No 3-4.
VOLAND, E. y GRAMMER, K. (eds) (2003). Evolutionary aesthetics. Berlin, Springer.
e externalismo cognitivo /
VON UEXKÜLL, J. (1945). Ideas para una concepción biológica del mundo. Buenos Aires: Espasa-Calpe Semiotic Artifacts and Cognitive
Externalism
Pedro Atã y João Queiroz
(pág 211 - pág 227)

Como fornecer um locus de observação para a noção formal de semiose? Temos


sugerido que as noções de nicho e artefato são especialmente capazes de atualizar a tese,
formulada por Peirce, de que não se pode pensar sem signos externos, associando-a a novos
métodos e resultados empíricos e teóricos. Neste artigo, introduzimos a noção de nicho
de artefatos semióticos. Em nossa abordagem, cognição é semiose, ação de signos, em um
processo que toma a forma de construção de nichos. Em comparação com a noção corrente de
artefato, artefatos semióticos são processos semióticos, signos-em-ação. Nichos de artefatos
semióticos são espaços estruturados de condições fundamentais para estabilidade da semiose,
como situacionalidade (co-localização) e distribuição temporal entre comunidades de
agentes, artefatos, e seus ambientes. Nichos de artefatos semióticos oferecem condições para
emergência de hábito e surpresa na semiose/cognição. Esta linha de investigação sugere uma
semiótica cognitiva baseada em relações dinâmicas, distribuídas e emergentes.

Palavras chave: semiótica, externalismo cognitivo, nicho cognitivo, construção


de nicho, Peirce

¿Cómo proporcionar un lugar de observación para la noción formal de semiosis?


Hemos sugerido que las nociones de nicho y artefacto son especialmente capaces de
actualizar la tesis, formulada por Peirce, de que no se puede pensar sin signos externos,
asociándola con nuevos métodos y resultados empíricos y teóricos. En este artículo,
presentamos la noción de nicho de artefactos semióticos. En nuestro enfoque, la cognición
es semiosis, la acción de los signos, en un proceso que toma la forma de construcción
de nichos. En comparación con la noción actual de artefacto, los artefactos semióticos
son procesos semióticos, signos en acción. Los nichos de artefactos semióticos son
espacios estructurados de condiciones fundamentales para la estabilidad de la semiosis,
como la situacionalidad (co-ubicación) y la distribución temporal entre comunidades
de agentes, artefactos, y sus entornos. Los nichos de artefactos semióticos ofrecen
condiciones para el surgimiento del hábito y la sorpresa en la semiosis / cognición. Esta
línea de investigación sugiere una semiótica cognitiva basada en relaciones dinámicas,
distribuidas y emergentes.

Palabras clave: semiótica, externalismo cognitivo, nicho cognitivo, construcción


de nicho, Peirce
Atribución-NoComercial-CompartirIgual
CC BY-NC-SA

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210 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 211
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PEDRO ATÃ Y JOÃO QUEIROZ NICHO DE ARTEFATOS SEMIÓTICOS E EXTERNALISMO COGNITIVO

How to provide a locus of observation for the formal notion of semiosis? We have 1. INTRODUÇÃO: EXTERNALISMO COGNITIVO E SEMIOSE
been suggesting that the notions of niche and artifact are especially capable of updating
the thesis, formulated by Peirce, that one cannot think without external signs, and Fornecer um locus para semiose é um problema persistente na semiótica peirceana.
that they associate this thesis to new empirical and theoretical methods and results. Em 1908, Peirce chamou um interpretante de “efeito sobre uma pessoa” (SS 80-81),
In this paper, we introduce the notion of niche of semiotic artifacts. In our approach, admitindo no mesmo parágrafo que referir-se ao interpretante como localizado em uma
cognition is semiosis, sign-action, in a process that takes the form of niche construction. pessoa tratava-se de uma concessão, uma “colherada para Cérbero”, que ele fazia para que
In comparison with current usages of the term artifact to mean a material “thing” which sua teoria pudesse ser compreendida. O pragmaticismo peirceano conflitua, em diversas
is produced, semiotic artifacts are processes, signs-in-action. Niches of semiotic artifacts ocasiões, com a noção típica de pessoa como agente individual independente do seu entorno.
are structured spaces of fundamental conditions for stability of sign-action, conditions O sinequismo (doutrina da continuidade) refuta a ideia de que uma pessoa é completamente
such as situatedness (co-localization) and temporal distribution between communities of idêntica a si mesma, e claramente distinta de outra. Peirce considera o individualismo que
agents, artifacts, and their environments. Niches of semiotic artifacts offer conditions for uma pessoa atribui a si mesma uma “ilusão vulgar de vaidade” (CP 7.571). Em outra ocasião,
emergence of habit and surprise in semiosis/cognition. This line of inquiry suggests a Peirce afirma que “o círculo social humano (por mais ampla ou restrita que essa frase possa
cognitive semiotics framework based on dynamical, distributed and emergent relations. ser entendida) é uma espécie de pessoa vagamente compacta, em alguns aspectos de posição
superior à da pessoa de um organismo individual” (EP 2: 338). Uma versão recente destes
Keywords: semiotics, cognitive externalism, cognitive niche, niche construction, resultados, sugeridos pelo pragmaticismo de Peirce, é formulada no domínio da cognição
Peirce distribuída, no qual o locus da cognição não está no cérebro ou no sistema nervoso de uma
pessoa individual, mas em sistemas cognitivos distribuídos que envolvem diversos agentes e
artefatos situados (Davies e Michaelian 2016).
Pedro Atã é pesquisador de pós-doutorado no Departamento de Linguística e
Práticas de Linguagem da Universidade de Free State, África do Sul. Ele pesquisa surpresa Cognição distribuída, situada e incorporada são posições teóricas, paradigmas,
e criatividade em artes, externalismo cognitivo, semiótica peirceana de processos e abordagens e/ou domínios em filosofia da ciência cognitiva. Elas defendem que processos
intermidialidade, e publicou artigos sobre diversos tópicos como improvisação poética no cognitivos, como ocorrem “na natureza” (in the wild, Hutchins 1995), não equivalem ao
repente, construção de nicho em dança, criatividade transformacional, inferência abdutiva, processamento de informação no interior de sistemas, ou agentes, cognitivos (sistema
solução de problemas, tradução intersemiótica e autoria em artes. nervoso, cérebro, ou mente). A tese de que a cognição não acontece no interior do agente é
conhecida como externalismo cognitivo ativo, em contraste com o cognitivismo clássico, ou
João Queiroz é professor do Instituto de Artes e Design (IAD), na Universidade internalismo (Clark 1998, Menary 2010). Muitas posições externalistas enfatizam o papel
Federal de Juiz de Fora (UFJF). É co-editor do projeto COMMENS - Digital Companion central exercido na cognição por sistemas motores e perceptivos, propriocepção, artefatos
of C.S.Peirce (Creative Commons, 2014) (http://www.commens.org). Membro do não-biológicos, e ambientes socio-técnicos que envolvem múltiplos agentes e instituições.
International Association for Cognitive Semiotics (IACS), e coordenador do grupo
IRG (iconicity research group) (https://iconicity-group.org), onde é responsável pelo Já argumentamos anteriormente, em diversos trabalhos, que Peirce pode ser
desenvolvimento de projetos relacionados a intermidialidade, tradução criativa, e considerado um precursor do externalismo cognitivo e das teses de situacionalidade e
semiótica. Entre os principais fenômenos investigados: cognição distribuída, criatividade, distribuição cognitiva (Atã e Queiroz 2013, 2014, 2015, 2016, 2019; Atã, Bitarello e
tradução intersemiótica, pensamento diagramático. website: https://joaoqueirozsemiotics. Queiroz, 2014). A semiótica de Peirce não isola, em domínios e sub-domínios, processos
wordpress.com cognitivos e semióticos (W 1:173). A tese “cognição é semiose”, ou “ação dos signos”,
surge, na obra de Peirce, associada à construção de um programa filosófico anti-cartesiano,
em uma série de artigos publicados entre 1868 e 69, no Journal of Speculative Philosophy
Recibido: Marzo 2021.  Aprobado: Abril 2021.  (W 2:211-42; Bernstein 2010: 145). A tese integra, em uma mesma estrutura teórica,
cognição, experiência situada, ação dos signos, e realidade. Para Peirce, mente, semiose e
manipulação de artefatos situados estão intimamente conectados.

A tese de que a cognição é semiose requer um foco em processos semióticos


distribuídos, não em substratos materiais (ou imaterais) específicos, estáticos ou atemporais.
Em especial, semiose e experiência não se encontram no agente, no interior de sua mente
ou cérebro, mas em comunidades de agentes, e em um universo impregnado de signos-
em-ação. Entre diversas posições, conceitos e modelos sobre cognição situada e distribuída,
temos sugerido que a noção de construção de nicho cognitivo é especialmente capaz de

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


212 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 213
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PEDRO ATÃ Y JOÃO QUEIROZ NICHO DE ARTEFATOS SEMIÓTICOS E EXTERNALISMO COGNITIVO

How to provide a locus of observation for the formal notion of semiosis? We have 1. INTRODUÇÃO: EXTERNALISMO COGNITIVO E SEMIOSE
been suggesting that the notions of niche and artifact are especially capable of updating
the thesis, formulated by Peirce, that one cannot think without external signs, and Fornecer um locus para semiose é um problema persistente na semiótica peirceana.
that they associate this thesis to new empirical and theoretical methods and results. Em 1908, Peirce chamou um interpretante de “efeito sobre uma pessoa” (SS 80-81),
In this paper, we introduce the notion of niche of semiotic artifacts. In our approach, admitindo no mesmo parágrafo que referir-se ao interpretante como localizado em uma
cognition is semiosis, sign-action, in a process that takes the form of niche construction. pessoa tratava-se de uma concessão, uma “colherada para Cérbero”, que ele fazia para que
In comparison with current usages of the term artifact to mean a material “thing” which sua teoria pudesse ser compreendida. O pragmaticismo peirceano conflitua, em diversas
is produced, semiotic artifacts are processes, signs-in-action. Niches of semiotic artifacts ocasiões, com a noção típica de pessoa como agente individual independente do seu entorno.
are structured spaces of fundamental conditions for stability of sign-action, conditions O sinequismo (doutrina da continuidade) refuta a ideia de que uma pessoa é completamente
such as situatedness (co-localization) and temporal distribution between communities of idêntica a si mesma, e claramente distinta de outra. Peirce considera o individualismo que
agents, artifacts, and their environments. Niches of semiotic artifacts offer conditions for uma pessoa atribui a si mesma uma “ilusão vulgar de vaidade” (CP 7.571). Em outra ocasião,
emergence of habit and surprise in semiosis/cognition. This line of inquiry suggests a Peirce afirma que “o círculo social humano (por mais ampla ou restrita que essa frase possa
cognitive semiotics framework based on dynamical, distributed and emergent relations. ser entendida) é uma espécie de pessoa vagamente compacta, em alguns aspectos de posição
superior à da pessoa de um organismo individual” (EP 2: 338). Uma versão recente destes
Keywords: semiotics, cognitive externalism, cognitive niche, niche construction, resultados, sugeridos pelo pragmaticismo de Peirce, é formulada no domínio da cognição
Peirce distribuída, no qual o locus da cognição não está no cérebro ou no sistema nervoso de uma
pessoa individual, mas em sistemas cognitivos distribuídos que envolvem diversos agentes e
artefatos situados (Davies e Michaelian 2016).
Pedro Atã é pesquisador de pós-doutorado no Departamento de Linguística e
Práticas de Linguagem da Universidade de Free State, África do Sul. Ele pesquisa surpresa Cognição distribuída, situada e incorporada são posições teóricas, paradigmas,
e criatividade em artes, externalismo cognitivo, semiótica peirceana de processos e abordagens e/ou domínios em filosofia da ciência cognitiva. Elas defendem que processos
intermidialidade, e publicou artigos sobre diversos tópicos como improvisação poética no cognitivos, como ocorrem “na natureza” (in the wild, Hutchins 1995), não equivalem ao
repente, construção de nicho em dança, criatividade transformacional, inferência abdutiva, processamento de informação no interior de sistemas, ou agentes, cognitivos (sistema
solução de problemas, tradução intersemiótica e autoria em artes. nervoso, cérebro, ou mente). A tese de que a cognição não acontece no interior do agente é
conhecida como externalismo cognitivo ativo, em contraste com o cognitivismo clássico, ou
João Queiroz é professor do Instituto de Artes e Design (IAD), na Universidade internalismo (Clark 1998, Menary 2010). Muitas posições externalistas enfatizam o papel
Federal de Juiz de Fora (UFJF). É co-editor do projeto COMMENS - Digital Companion central exercido na cognição por sistemas motores e perceptivos, propriocepção, artefatos
of C.S.Peirce (Creative Commons, 2014) (http://www.commens.org). Membro do não-biológicos, e ambientes socio-técnicos que envolvem múltiplos agentes e instituições.
International Association for Cognitive Semiotics (IACS), e coordenador do grupo
IRG (iconicity research group) (https://iconicity-group.org), onde é responsável pelo Já argumentamos anteriormente, em diversos trabalhos, que Peirce pode ser
desenvolvimento de projetos relacionados a intermidialidade, tradução criativa, e considerado um precursor do externalismo cognitivo e das teses de situacionalidade e
semiótica. Entre os principais fenômenos investigados: cognição distribuída, criatividade, distribuição cognitiva (Atã e Queiroz 2013, 2014, 2015, 2016, 2019; Atã, Bitarello e
tradução intersemiótica, pensamento diagramático. website: https://joaoqueirozsemiotics. Queiroz, 2014). A semiótica de Peirce não isola, em domínios e sub-domínios, processos
wordpress.com cognitivos e semióticos (W 1:173). A tese “cognição é semiose”, ou “ação dos signos”,
surge, na obra de Peirce, associada à construção de um programa filosófico anti-cartesiano,
em uma série de artigos publicados entre 1868 e 69, no Journal of Speculative Philosophy
Recibido: Marzo 2021.  Aprobado: Abril 2021.  (W 2:211-42; Bernstein 2010: 145). A tese integra, em uma mesma estrutura teórica,
cognição, experiência situada, ação dos signos, e realidade. Para Peirce, mente, semiose e
manipulação de artefatos situados estão intimamente conectados.

A tese de que a cognição é semiose requer um foco em processos semióticos


distribuídos, não em substratos materiais (ou imaterais) específicos, estáticos ou atemporais.
Em especial, semiose e experiência não se encontram no agente, no interior de sua mente
ou cérebro, mas em comunidades de agentes, e em um universo impregnado de signos-
em-ação. Entre diversas posições, conceitos e modelos sobre cognição situada e distribuída,
temos sugerido que a noção de construção de nicho cognitivo é especialmente capaz de

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


212 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 213
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PEDRO ATÃ Y JOÃO QUEIROZ NICHO DE ARTEFATOS SEMIÓTICOS E EXTERNALISMO COGNITIVO

atualizar a tese formulada por Peirce, no século XIX, de que não se pode pensar sem ambiente com efeitos visíveis em grande escala (por exemplo, castores constroem barragens
signos externos. Anteriormente, associamos nichos cognitivos a disponibilização situada e mudam paisagens e ecossistemas inteiros), quanto casos sutis de transformação ambiental
de hábitos semióticos (Atã e Queiroz 2016) e sugerimos que a semiose pode ser descrita (por exemplo, animais de sangue quente que criam constantemente uma fina camada de ar
como construção de nicho cognitivo (Atã e Queiroz 2019). Esta linha de investigação quente e úmido ao seu redor — seu micro-ambiente individual constantemente mantido
sugere uma semiótica cognitiva baseada em relações ambientais, dinâmicas, distribuídas [Lewontin and Levins 1997: 97]). O ambiente acumula os resultados do comportamento
e emergentes, em contraposição, portanto, a qualquer semiótica cognitiva centrada em dos organismos e as transformações ambientais são legadas às gerações futuras. Isso constitui
agentes individuais e unidades estáticas e autônomas de significado, em que agentes são um sistema de herança diferente da herança genética. Por outro lado, mudanças em um
tutores ou controladores da ação de signos. ambiente transformam as pressões seletivas sobre organismos e alteram o hipervolume de
fatores ecológicos que definem os padrões de atividade típicos de um organismo.
Neste trabalho, reexaminamos essa linha de desenvolvimento, e sugerimos que
a tese de que semiose é construção de nicho cognitivo deve ser ajustada para nicho de Organismos e ambientes coevoluem como resultados emergentes de um processo
artefatos semióticos. Em nossa abordagem, cognição é semiose, localizada em nichos auto-organizado de construção de nichos. As noções de nicho e de construção de nicho
de artefatos semióticos na forma de construção de nichos. Nas páginas seguintes, enfatizam como organismos e ambientes são interdependentes, tanto de uma perspectiva
introduzimos a noção de nicho, em três versões — ecológica, cognitiva, e semiótica. Em dinâmica, como partes codependentes de um processo evolutivo, quanto de uma perspectiva
seguida, reinterpretamos a noção de artefato cognitivo (elemento central da noção de nicho situada, sempre necessariamente co-localizados.
cognitivo) à luz da semiótica de processos de Peirce. Por fim, sugerimos a noção de nicho
de artefatos semióticos, e exploramos algumas implicações.
  3. NICHO SEMIÓTICO

2. NICHO ECOLÓGICO Jesper Hoffmeyer (2008) criticou o uso dessemiotizado do conceito de nicho
ecológico. Para ele, não é suficiente descrever o conjunto de fatores ecológicos dos quais
A palavra “nicho” evoca a imagem de um recesso arquitetônico onde uma estátua depende um organismo. É necessário considerar como o organismo, no interior do processo
é exibida, um espaço que pode ser ocupado, esculpido, e onde um elemento cumpre uma dinâmico de construção de nicho, interpreta seu ambiente. Os fatores ecológicos que
função. Em ecologia, o conceito de nicho ecológico descreve as combinações de fatores constituem o nicho do organismo, neste caso, não são apenas fatores limitantes para sua
ambientais que permitem às espécies existirem em uma certa região física ou em uma vida plena. Eles são ativamente interpretados pelos organismos. Este reenquadramento
certa comunidade biótica, bem como os efeitos que as espécies têm sobre esses fatores pode ser considerado uma semiotização da noção de nicho ecológico. Hoffmeyer usou o
ambientais (Peterson 2011: 14). Em sua definição clássica, por G. Evelyn Hutchinson, um termo nicho semiótico para se referir ao mundo de sinais (cues) no entorno de animais (ou
nicho ecológico é um hipervolume n-dimensional, cujas dimensões são fatores ecológicos espécies) que eles precisam interpretar para viver plenamente (Hoffmeyer 2008: 7).
significativos para o sucesso de uma espécie (Hutchinson 1957). O conceito assemelha- A relação semiótica entre organismo e ambiente é bidirecional. Por um lado,
se ao de contexto ambiental e/ou ecológico de um organismo, que é o seu entorno, o o organismo deve ser capaz de interpretar informações do ambiente; por outro, fatores
que torna possível e provável sua existência. Existe uma duplicidade na compreensão de ecológicos relevantes para o organismo devem fornecer pistas que o organismo é capaz de
nicho ecológico, que pode ser definido como “endereço” de um organismo, e como sua interpretar. Hoffmeyer considera nicho semiótico como a contraparte externa do conceito
“profissão” (Hoffmeyer 2008). Essa duplicidade ilustra um traço importante do conceito de Umwelt (Brentari 2015). Enquanto Umwelt se refere a como um organismo percebe
de nicho ecológico, podendo ser generalizado para qualquer conceito de nicho — ele seu ambiente, nicho semiótico se refere às informações que um ambiente é capaz de
integra situacionalidade (co-localização entre agente e ambiente) e estabilidade de ação disponibilizar para o organismo. O conceito de nicho semiótico situa o organismo em seu
(atividades típicas de um agente neste ambiente), desafiando separações dualistas entre ambiente em uma dimensão semiótica.
atividade e espaço material, entre agente e ambiente.

A noção de nicho ecológico permite estabelecer uma estreita interdependência 4. NICHO COGNITIVO
ontológica, e bidirecional, entre organismo e ambiente. Para Lewontin e Levins (1997), não
há organismo sem ambiente, ou ambiente sem organismo. Construção de nicho ecológico Pesquisas sobre a evolução da cognição (Tooby e DeVore 1987), da cultura (Laland,
é um processo de coevolução entre organismos e ambientes. A Teoria de Construção de Odling-Smee e Feldman 2000), e da linguagem (Bickerton 2009), permitiram que os
Nicho (Odling-Smee, Laland, Feldman 2003; Scott-Phillips et al. 2013) está baseada na conceitos de nicho e construção de nicho fossem “adaptados”, da ecologia e evolução, para
ideia de que organismos transformam ambientes, e que processos ambientais transformam a filosofia da ciência cognitiva (Clark 2005). Tooby e DeVore (1987) foram os primeiros
organismos. De um lado, todo comportamento animal é criador de um ambiente e, a propor o termo “nicho cognitivo”: um nicho ecológico específico que os antepassados
potencialmente, transformador desse ambiente. Isso inclui tanto a transformação do humanos teriam construído, em alguma fase da nossa evolução histórica, que explicaria uma

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214 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 215
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PEDRO ATÃ Y JOÃO QUEIROZ NICHO DE ARTEFATOS SEMIÓTICOS E EXTERNALISMO COGNITIVO

atualizar a tese formulada por Peirce, no século XIX, de que não se pode pensar sem ambiente com efeitos visíveis em grande escala (por exemplo, castores constroem barragens
signos externos. Anteriormente, associamos nichos cognitivos a disponibilização situada e mudam paisagens e ecossistemas inteiros), quanto casos sutis de transformação ambiental
de hábitos semióticos (Atã e Queiroz 2016) e sugerimos que a semiose pode ser descrita (por exemplo, animais de sangue quente que criam constantemente uma fina camada de ar
como construção de nicho cognitivo (Atã e Queiroz 2019). Esta linha de investigação quente e úmido ao seu redor — seu micro-ambiente individual constantemente mantido
sugere uma semiótica cognitiva baseada em relações ambientais, dinâmicas, distribuídas [Lewontin and Levins 1997: 97]). O ambiente acumula os resultados do comportamento
e emergentes, em contraposição, portanto, a qualquer semiótica cognitiva centrada em dos organismos e as transformações ambientais são legadas às gerações futuras. Isso constitui
agentes individuais e unidades estáticas e autônomas de significado, em que agentes são um sistema de herança diferente da herança genética. Por outro lado, mudanças em um
tutores ou controladores da ação de signos. ambiente transformam as pressões seletivas sobre organismos e alteram o hipervolume de
fatores ecológicos que definem os padrões de atividade típicos de um organismo.
Neste trabalho, reexaminamos essa linha de desenvolvimento, e sugerimos que
a tese de que semiose é construção de nicho cognitivo deve ser ajustada para nicho de Organismos e ambientes coevoluem como resultados emergentes de um processo
artefatos semióticos. Em nossa abordagem, cognição é semiose, localizada em nichos auto-organizado de construção de nichos. As noções de nicho e de construção de nicho
de artefatos semióticos na forma de construção de nichos. Nas páginas seguintes, enfatizam como organismos e ambientes são interdependentes, tanto de uma perspectiva
introduzimos a noção de nicho, em três versões — ecológica, cognitiva, e semiótica. Em dinâmica, como partes codependentes de um processo evolutivo, quanto de uma perspectiva
seguida, reinterpretamos a noção de artefato cognitivo (elemento central da noção de nicho situada, sempre necessariamente co-localizados.
cognitivo) à luz da semiótica de processos de Peirce. Por fim, sugerimos a noção de nicho
de artefatos semióticos, e exploramos algumas implicações.
  3. NICHO SEMIÓTICO

2. NICHO ECOLÓGICO Jesper Hoffmeyer (2008) criticou o uso dessemiotizado do conceito de nicho
ecológico. Para ele, não é suficiente descrever o conjunto de fatores ecológicos dos quais
A palavra “nicho” evoca a imagem de um recesso arquitetônico onde uma estátua depende um organismo. É necessário considerar como o organismo, no interior do processo
é exibida, um espaço que pode ser ocupado, esculpido, e onde um elemento cumpre uma dinâmico de construção de nicho, interpreta seu ambiente. Os fatores ecológicos que
função. Em ecologia, o conceito de nicho ecológico descreve as combinações de fatores constituem o nicho do organismo, neste caso, não são apenas fatores limitantes para sua
ambientais que permitem às espécies existirem em uma certa região física ou em uma vida plena. Eles são ativamente interpretados pelos organismos. Este reenquadramento
certa comunidade biótica, bem como os efeitos que as espécies têm sobre esses fatores pode ser considerado uma semiotização da noção de nicho ecológico. Hoffmeyer usou o
ambientais (Peterson 2011: 14). Em sua definição clássica, por G. Evelyn Hutchinson, um termo nicho semiótico para se referir ao mundo de sinais (cues) no entorno de animais (ou
nicho ecológico é um hipervolume n-dimensional, cujas dimensões são fatores ecológicos espécies) que eles precisam interpretar para viver plenamente (Hoffmeyer 2008: 7).
significativos para o sucesso de uma espécie (Hutchinson 1957). O conceito assemelha- A relação semiótica entre organismo e ambiente é bidirecional. Por um lado,
se ao de contexto ambiental e/ou ecológico de um organismo, que é o seu entorno, o o organismo deve ser capaz de interpretar informações do ambiente; por outro, fatores
que torna possível e provável sua existência. Existe uma duplicidade na compreensão de ecológicos relevantes para o organismo devem fornecer pistas que o organismo é capaz de
nicho ecológico, que pode ser definido como “endereço” de um organismo, e como sua interpretar. Hoffmeyer considera nicho semiótico como a contraparte externa do conceito
“profissão” (Hoffmeyer 2008). Essa duplicidade ilustra um traço importante do conceito de Umwelt (Brentari 2015). Enquanto Umwelt se refere a como um organismo percebe
de nicho ecológico, podendo ser generalizado para qualquer conceito de nicho — ele seu ambiente, nicho semiótico se refere às informações que um ambiente é capaz de
integra situacionalidade (co-localização entre agente e ambiente) e estabilidade de ação disponibilizar para o organismo. O conceito de nicho semiótico situa o organismo em seu
(atividades típicas de um agente neste ambiente), desafiando separações dualistas entre ambiente em uma dimensão semiótica.
atividade e espaço material, entre agente e ambiente.

A noção de nicho ecológico permite estabelecer uma estreita interdependência 4. NICHO COGNITIVO
ontológica, e bidirecional, entre organismo e ambiente. Para Lewontin e Levins (1997), não
há organismo sem ambiente, ou ambiente sem organismo. Construção de nicho ecológico Pesquisas sobre a evolução da cognição (Tooby e DeVore 1987), da cultura (Laland,
é um processo de coevolução entre organismos e ambientes. A Teoria de Construção de Odling-Smee e Feldman 2000), e da linguagem (Bickerton 2009), permitiram que os
Nicho (Odling-Smee, Laland, Feldman 2003; Scott-Phillips et al. 2013) está baseada na conceitos de nicho e construção de nicho fossem “adaptados”, da ecologia e evolução, para
ideia de que organismos transformam ambientes, e que processos ambientais transformam a filosofia da ciência cognitiva (Clark 2005). Tooby e DeVore (1987) foram os primeiros
organismos. De um lado, todo comportamento animal é criador de um ambiente e, a propor o termo “nicho cognitivo”: um nicho ecológico específico que os antepassados
potencialmente, transformador desse ambiente. Isso inclui tanto a transformação do humanos teriam construído, em alguma fase da nossa evolução histórica, que explicaria uma

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PEDRO ATÃ Y JOÃO QUEIROZ NICHO DE ARTEFATOS SEMIÓTICOS E EXTERNALISMO COGNITIVO

série de características da nossa espécie a partir de uma origem comum, como comportamento usado por Clark, concentra-se nos artefatos como extensões materiais de um agente (“teoria
organizado complexo, uso de linguagem, aprendizado e transmissão cultural, e divisão da mente estendida” [Clark e Chalmers 1998]). Estamos interessados, aqui, tanto na
de trabalho. Pinker (2010) refinou e expandiu o conceito para abordar “a coevolução da semiotização da noção de nicho proposta por Hoffmeyer, quanto na abordagem de Clark em
cognição, linguagem e sociabilidade”. O conceito de nicho cognitivo passou por uma grande artefatos que incorporam o processo cognitivo. A noção de artefato é central em cognição
mudança de uso com Clark (2005). Enquanto Pinker considerou a linguagem uma adaptação distribuída e situada. Artefatos cognitivos são estruturas materiais que distribuem e
do nicho cognitivo, Clark abordou a linguagem como o próprio nicho cognitivo: externalizam processos cognitivos (Norman 1993; Hutchins 1995, 2014). Entretanto,
a semiótica de Peirce requer que a noção de artefato cognitivo seja interpretada sob
premissas específicas. Ela baseia-se em uma epistemologia e uma ontologia de processos,
A linguagem, tenho tentado mostrar, é entendida como uma estrutura
não de substâncias. Um artefato semiótico deve ser definido como um processo, não como
material construída por animais (nicho cognitivo), que altera
uma unidade material estática ou uma “coisa”.
sistematicamente as cargas computacionais envolvidas na aprendizagem,
raciocínio e autocontrole. A esse respeito, a linguagem está para o
Processos são ocorrências coordenadas de mudanças na realidade (Rescher 1996).
pensamento como um nicho auto-construído de aprimoramento de
Uma ontologia de processos salienta propriedades relacionais e emergentes, e enfatiza
comportamento está para seu ocupante animal. (Clark 2005: 264-265)
a mudança como fundamento ontológico, ao invés da estabilidade e identidade. A
noção contrasta com uma ontologia de substâncias. Substâncias são estáveis, unidades
Nos textos de Clark, nicho cognitivo está relacionado à materialidade dos artefatos
internamente indiferenciadas de “blocos de realidade”. Uma ontologia de substâncias
e estruturas nos quais a cognição é distribuída. Essa compreensão material de nicho
salienta propriedades como aquelas intrinsecamente integradas por substâncias, e considera
cognitivo se adequa à visão externalista do autor sobre mente estendida (Clark e Chalmers
a estabilidade como mais relevante que a mudança (Bickhard 2011; Seibt 2012). Uma
1998). Para Clark, humanos são ciborgues cognitivos, simbiontes “cujas mentes, e eles
ontologia de processos salienta a centralidade do tempo e a onipresença da mudança. Ao
próprios, encontram-se distribuídos em circuitos biológicos e não biológicos” (Clark
considerar a mudança como fundamento ontológico ubíquo, a questão “por que mudanças
2004: 3). Clark define construção de nicho cognitivo como
ocorrem?” torna-se menos relevante do que a questão “por que estabilidade ocorre?” ou
“por que há estabilidade ou regularidade na mudança?”.
[…] o processo pelo qual animais constroem estruturas físicas que
transformam os espaços de problemas de maneiras que ajudam (ou às
Na semiótica peirceana, a noção que capta mais precisamente essa preocupação
vezes impedem) o pensamento e o raciocínio sobre algum domínio-alvo
processualista com a ocorrência de estabilidades é a noção de hábito (Atã e Queiroz
ou domínios-alvo. Essas estruturas físicas combinam-se com práticas
2016, Määttänen 2010). Um hábito é um padrão estável de ação, um “padrão de
transmitidas culturalmente, apropriadas para melhorar a solução de
constrangimentos”, e pode assumir a forma de uma “proposição condicional” em que
problemas e, nos casos mais importantes, para tornar possíveis novas formas
certas coisas deveriam acontecer sob determinadas circunstâncias (EP 2.388), como uma
de pensamento e raciocínio. (Clark 2008: 62)
“regra de funcionamento” (CP 5.397, CP 2.643), uma disposição para agir de determinada
maneira sob determinadas circunstâncias, ou, simplesmente a “permanência de alguma
Uma perspectiva diferente sobre “construção de nicho cognitivo” é apresentada por
relação” (CP 1.415). Um hábito é uma regularidade que possui algum grau de estabilidade.
Lorenzo Magnani. Para ele, humanos são ‘caçadores de oportunidades’ (chance seekers) (Magnani
Na filosofia peirceana, a aquisição de regularidades estáveis é descrita como um processo de
2007; Bardone 2011), “continuamente engajados em um processo de construção e extração
“incorporação de hábitos”, que é probabilístico e cumulativo:
de possibilidades latentes para descobrir informações valiosas, novas, e conhecimento”
(Magnani 2007: 918). Ele enfatiza a construção de nicho cognitivo como um processo pelo
qual criamos ‘oportunidades’ (affordances). Nichos cognitivos são definidos como conjuntos ... todas as coisas têm tendência para adotar hábitos. Essa tendência, em si,
de possibilidades, e descritos ‘como exploração humana de recursos externos e incorporação constitui uma regularidade e está continuamente aumentando. Ao olhar
desses recursos nos sistemas cognitivos’ (Magnani 2009: 332). para o passado, estamos olhando para períodos em que uma tendência era
cada vez menos estabelecida. Mas sua própria natureza essencial é crescer.
É uma tendência generalizante, e faz com que as ações no futuro sigam
5. ARTEFATOS E PROCESSOS SEMIÓTICOS alguma generalização das ações passadas; e essa tendência é ela mesma
algo capaz de generalizações semelhantes; e, portanto, é autogenerativa.
Enquanto Hoffmeyer fala sobre pistas em um nicho semiótico, Clark fala sobre (EP 1: 277)
estruturas materiais, como ferramentas ou artefatos cognitivos. O conceito de nicho
semiótico de Hoffmeyer concentra-se nas capacidades de atuação entre agente e ambiente, No núcleo da noção de semiose há uma dinâmica entre mudança e estabilidade, por
mediadas por pistas ambientais interpretadas. Já o conceito de nicho cognitivo, conforme meio do acúmulo de regularidades probabilísticas autogeradas. Para Peirce, “o que algo

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série de características da nossa espécie a partir de uma origem comum, como comportamento usado por Clark, concentra-se nos artefatos como extensões materiais de um agente (“teoria
organizado complexo, uso de linguagem, aprendizado e transmissão cultural, e divisão da mente estendida” [Clark e Chalmers 1998]). Estamos interessados, aqui, tanto na
de trabalho. Pinker (2010) refinou e expandiu o conceito para abordar “a coevolução da semiotização da noção de nicho proposta por Hoffmeyer, quanto na abordagem de Clark em
cognição, linguagem e sociabilidade”. O conceito de nicho cognitivo passou por uma grande artefatos que incorporam o processo cognitivo. A noção de artefato é central em cognição
mudança de uso com Clark (2005). Enquanto Pinker considerou a linguagem uma adaptação distribuída e situada. Artefatos cognitivos são estruturas materiais que distribuem e
do nicho cognitivo, Clark abordou a linguagem como o próprio nicho cognitivo: externalizam processos cognitivos (Norman 1993; Hutchins 1995, 2014). Entretanto,
a semiótica de Peirce requer que a noção de artefato cognitivo seja interpretada sob
premissas específicas. Ela baseia-se em uma epistemologia e uma ontologia de processos,
A linguagem, tenho tentado mostrar, é entendida como uma estrutura
não de substâncias. Um artefato semiótico deve ser definido como um processo, não como
material construída por animais (nicho cognitivo), que altera
uma unidade material estática ou uma “coisa”.
sistematicamente as cargas computacionais envolvidas na aprendizagem,
raciocínio e autocontrole. A esse respeito, a linguagem está para o
Processos são ocorrências coordenadas de mudanças na realidade (Rescher 1996).
pensamento como um nicho auto-construído de aprimoramento de
Uma ontologia de processos salienta propriedades relacionais e emergentes, e enfatiza
comportamento está para seu ocupante animal. (Clark 2005: 264-265)
a mudança como fundamento ontológico, ao invés da estabilidade e identidade. A
noção contrasta com uma ontologia de substâncias. Substâncias são estáveis, unidades
Nos textos de Clark, nicho cognitivo está relacionado à materialidade dos artefatos
internamente indiferenciadas de “blocos de realidade”. Uma ontologia de substâncias
e estruturas nos quais a cognição é distribuída. Essa compreensão material de nicho
salienta propriedades como aquelas intrinsecamente integradas por substâncias, e considera
cognitivo se adequa à visão externalista do autor sobre mente estendida (Clark e Chalmers
a estabilidade como mais relevante que a mudança (Bickhard 2011; Seibt 2012). Uma
1998). Para Clark, humanos são ciborgues cognitivos, simbiontes “cujas mentes, e eles
ontologia de processos salienta a centralidade do tempo e a onipresença da mudança. Ao
próprios, encontram-se distribuídos em circuitos biológicos e não biológicos” (Clark
considerar a mudança como fundamento ontológico ubíquo, a questão “por que mudanças
2004: 3). Clark define construção de nicho cognitivo como
ocorrem?” torna-se menos relevante do que a questão “por que estabilidade ocorre?” ou
“por que há estabilidade ou regularidade na mudança?”.
[…] o processo pelo qual animais constroem estruturas físicas que
transformam os espaços de problemas de maneiras que ajudam (ou às
Na semiótica peirceana, a noção que capta mais precisamente essa preocupação
vezes impedem) o pensamento e o raciocínio sobre algum domínio-alvo
processualista com a ocorrência de estabilidades é a noção de hábito (Atã e Queiroz
ou domínios-alvo. Essas estruturas físicas combinam-se com práticas
2016, Määttänen 2010). Um hábito é um padrão estável de ação, um “padrão de
transmitidas culturalmente, apropriadas para melhorar a solução de
constrangimentos”, e pode assumir a forma de uma “proposição condicional” em que
problemas e, nos casos mais importantes, para tornar possíveis novas formas
certas coisas deveriam acontecer sob determinadas circunstâncias (EP 2.388), como uma
de pensamento e raciocínio. (Clark 2008: 62)
“regra de funcionamento” (CP 5.397, CP 2.643), uma disposição para agir de determinada
maneira sob determinadas circunstâncias, ou, simplesmente a “permanência de alguma
Uma perspectiva diferente sobre “construção de nicho cognitivo” é apresentada por
relação” (CP 1.415). Um hábito é uma regularidade que possui algum grau de estabilidade.
Lorenzo Magnani. Para ele, humanos são ‘caçadores de oportunidades’ (chance seekers) (Magnani
Na filosofia peirceana, a aquisição de regularidades estáveis é descrita como um processo de
2007; Bardone 2011), “continuamente engajados em um processo de construção e extração
“incorporação de hábitos”, que é probabilístico e cumulativo:
de possibilidades latentes para descobrir informações valiosas, novas, e conhecimento”
(Magnani 2007: 918). Ele enfatiza a construção de nicho cognitivo como um processo pelo
qual criamos ‘oportunidades’ (affordances). Nichos cognitivos são definidos como conjuntos ... todas as coisas têm tendência para adotar hábitos. Essa tendência, em si,
de possibilidades, e descritos ‘como exploração humana de recursos externos e incorporação constitui uma regularidade e está continuamente aumentando. Ao olhar
desses recursos nos sistemas cognitivos’ (Magnani 2009: 332). para o passado, estamos olhando para períodos em que uma tendência era
cada vez menos estabelecida. Mas sua própria natureza essencial é crescer.
É uma tendência generalizante, e faz com que as ações no futuro sigam
5. ARTEFATOS E PROCESSOS SEMIÓTICOS alguma generalização das ações passadas; e essa tendência é ela mesma
algo capaz de generalizações semelhantes; e, portanto, é autogenerativa.
Enquanto Hoffmeyer fala sobre pistas em um nicho semiótico, Clark fala sobre (EP 1: 277)
estruturas materiais, como ferramentas ou artefatos cognitivos. O conceito de nicho
semiótico de Hoffmeyer concentra-se nas capacidades de atuação entre agente e ambiente, No núcleo da noção de semiose há uma dinâmica entre mudança e estabilidade, por
mediadas por pistas ambientais interpretadas. Já o conceito de nicho cognitivo, conforme meio do acúmulo de regularidades probabilísticas autogeradas. Para Peirce, “o que algo

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


216 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 217
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significa é simplesmente os hábitos que algo envolve” (CP 5.400). Uma consequência direta Artefatos semióticos são signos-em-ação materialmente instanciados, e estabilizados
é que a semiótica de Peirce não se concentra no “signo” como uma unidade substancial, mas através de sua incorporação material. Há uma notável incompatibilidade entre uma
na “semiose”, no processo de “ação do signo” (Fisch 1986: 330). O “significado”, portanto, noção corrente de artefato, como substância ou estrutura material transformada pela ação
não é uma propriedade do signo, mas da ação do signo. Quando nos referimos aos artefatos humana, e a noção de artefato semiótico. Os artefatos materiais, que situam e distribuem
semióticos no centro da semiótica cognitiva situada de Peirce, não estamos nos referindo a os processos de significado e cognição, não são “coisas”, mas processos semióticos, signos-
estruturas materiais, ou substâncias, mas a seus hábitos de ação. Um artefato semiótico é em-ação. Linguagem, instrumentos de observação e medição, mapas e diagramas, notações
sempre observado como um artefato-em-ação. musicais, modelos científicos e matemáticos, algoritmos e computadores, acoplamentos e
extensões corporais como óculos, são signos-em-ação (hábitos emergentes), estabilizados e
Para Rosenthal (1994: 27), significados devem ser definidos como estruturas instanciados em estruturas físicas. Como signos-em ação, eles estão situados em contextos
relacionais que emergem de padrões de comportamento. O termo “emergência” materiais e temporais como produtores de efeitos regulares nestes contextos.
deve ser tratado tecnicamente, não se referindo apenas à ideia de “criação de novas
propriedades” (Queiroz e El-Hani 2006a, b). Em um sentido técnico, propriedades Segundo Kirsh (2009: 297), “Peirce mencionou pela primeira vez essa ideia no
“emergentes” podem ser compreendidas como uma classe de propriedades de alto nível final do século XIX — de que as pessoas usam objetos externos para pensar — quando
(macroestruturais) relacionadas, de uma determinada maneira, à microestrutura de afirmou que um químico pensa tanto com seus tubos de ensaio como com caneta e papel”.
um sistema. Muitos investigadores defendem que o significado deve ser considerado Nesta perspectiva, mente é semiose em uma forma materialmente situada e a cognição
em termos de propriedades emergentes em sistemas complexos, adaptativos e auto- é o desenvolvimento de artefatos semióticos nos quais a mente/semiose está incorporada
organizados (ver Loula et al. 2010, Port 2009, Bickhard 2007, Briscoe 1998, Merrell como uma capacidade para produzir interpretantes, conforme enfatizado por Skagestad
1997). Conforme Kelso (1995: 1) afirma, “símbolos, como redemoinhos em um rio, (1999, 2004) e Ransdell (2003) sobre a noção de “inteligência aumentada”. A cognição
podem exibir padrões relativamente estáveis ou estruturas que perduram por certo assume a forma de desenvolvimento de artefatos semióticos. Processos semióticos
intervalo de tempo; mas não são estáticos nem atemporais”. adquirem hábitos de atuação material, e estabilizam-se através de artefatos materiais, não
como substâncias que incorporam o processo semiótico, mas como o próprio processo
A semiose é uma propriedade emergente (Queiroz e El-Hani 2006a). Ela em sua forma materialmente estabilizada. Conforme as premissas de uma ontologia
corresponde a um padrão de estabilidade emergente que resulta da ação de três termos inter- de processos, tal estabilidade é dinâmica e contingente, dependente de condições de
relacionados (Signo, Objeto e Interpretante), não redutível a propriedades individuais estabilidade distribuídas em um ambiente de atuação. Podemos, portanto, tratar cognição
de qualquer um dos termos. Signo, Objeto e Interpretante são papéis funcionais desse como construção de nichos de artefatos semióticos, em que a noção de artefato se refere
padrão relacional triádico e irredutível. A propriedade triádica que emerge dessa relação a processos semióticos estabilizados e instanciados materialmente, e a noção de nicho se
é um fator de auto-organização, ou auto-correção, entre Signo, Objeto e Interpretante. refere a como artefatos adquirem e perdem hábitos estáveis de ação de acordo com fatores
De acordo com essa descrição, a semiose é uma relação consistente entre variações no de situacionalidade e coevolução.
Objeto e efeitos correspondentes no Interpretante, através do Signo. Isso corresponde a
um processo comunicacional em que o comportamento de um intérprete (Interpretante)
é constrangido pelo Signo, de modo a estar em uma coordenação com o hábito (“regra 6. NICHOS DE ARTEFATOS SEMIÓTICOS
de ação”) de um Objeto (Queiroz et al. 2008).
Em outro artigo (Atã e Queiroz 2019), e baseados na definição de Andy Clark (2005)
A semiose, em uma ontologia de processos, sugere um ponto de vista situado já mencionada anteriormente, argumentamos que um nicho cognitivo pode ser definido
e incorporado. Como um processo, a semiose só existe através da determinação como um conjunto materialmente estendido de espaços de problemas que demandam, ou
de efeitos no tempo e no espaço. Se um signo age, ele precisa estar incorporado selecionam, um certo número de habilidades cognitivas. Exemplos de nichos cognitivos
materialmente, ou pelo menos, resultar de uma operação anterior com signos mencionados por Clark incluem, além da linguagem, estruturas arquitetônicas (Globe
materialmente instanciados (Emmeche 2003: 317). Um componente crucial, em Theater, descrito por Tribble [2005] como um facilitador material do teatro elisabetano) e
termos explanatórios, é que a semiose não inclui apenas conceitos, mas também utilização de ambientes materiais como espaços para solução de problemas (bartenders usam
eventos e qualidades. Ela baseia-se numa grande variedade de padrões morfológicos. o arranjo material de copos e taças para memorizar as bebidas que precisam ser preparadas
O espaço morfológico de processos semióticos no qual sistemas cognitivos estão [Clark 2008: 62]).
incorporados incluem proto-símbolos (estruturas quasi-simbólicas) e variações
de signos indexicais, além de diversos processos icônicos (imagens, diagramas e A descrição de nicho cognitivo introduzida acima baseia-se em um vocabulário
metáforas). O ícone é um importante componente na concepção semiótica da mente, técnico, e conceitual, que resulta da teoria de solução situada de problemas (Kirsh 2009).
porque incorpora um tipo de significado especialmente dependente do material do Resolver problemas consiste em mudar de um estado de problema inicial a um estado
qual o signo é feito (Atã e Queiroz 2013). de problema final (objetivo) de acordo com regras e restrições que governam mudanças

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PEDRO ATÃ Y JOÃO QUEIROZ NICHO DE ARTEFATOS SEMIÓTICOS E EXTERNALISMO COGNITIVO

significa é simplesmente os hábitos que algo envolve” (CP 5.400). Uma consequência direta Artefatos semióticos são signos-em-ação materialmente instanciados, e estabilizados
é que a semiótica de Peirce não se concentra no “signo” como uma unidade substancial, mas através de sua incorporação material. Há uma notável incompatibilidade entre uma
na “semiose”, no processo de “ação do signo” (Fisch 1986: 330). O “significado”, portanto, noção corrente de artefato, como substância ou estrutura material transformada pela ação
não é uma propriedade do signo, mas da ação do signo. Quando nos referimos aos artefatos humana, e a noção de artefato semiótico. Os artefatos materiais, que situam e distribuem
semióticos no centro da semiótica cognitiva situada de Peirce, não estamos nos referindo a os processos de significado e cognição, não são “coisas”, mas processos semióticos, signos-
estruturas materiais, ou substâncias, mas a seus hábitos de ação. Um artefato semiótico é em-ação. Linguagem, instrumentos de observação e medição, mapas e diagramas, notações
sempre observado como um artefato-em-ação. musicais, modelos científicos e matemáticos, algoritmos e computadores, acoplamentos e
extensões corporais como óculos, são signos-em-ação (hábitos emergentes), estabilizados e
Para Rosenthal (1994: 27), significados devem ser definidos como estruturas instanciados em estruturas físicas. Como signos-em ação, eles estão situados em contextos
relacionais que emergem de padrões de comportamento. O termo “emergência” materiais e temporais como produtores de efeitos regulares nestes contextos.
deve ser tratado tecnicamente, não se referindo apenas à ideia de “criação de novas
propriedades” (Queiroz e El-Hani 2006a, b). Em um sentido técnico, propriedades Segundo Kirsh (2009: 297), “Peirce mencionou pela primeira vez essa ideia no
“emergentes” podem ser compreendidas como uma classe de propriedades de alto nível final do século XIX — de que as pessoas usam objetos externos para pensar — quando
(macroestruturais) relacionadas, de uma determinada maneira, à microestrutura de afirmou que um químico pensa tanto com seus tubos de ensaio como com caneta e papel”.
um sistema. Muitos investigadores defendem que o significado deve ser considerado Nesta perspectiva, mente é semiose em uma forma materialmente situada e a cognição
em termos de propriedades emergentes em sistemas complexos, adaptativos e auto- é o desenvolvimento de artefatos semióticos nos quais a mente/semiose está incorporada
organizados (ver Loula et al. 2010, Port 2009, Bickhard 2007, Briscoe 1998, Merrell como uma capacidade para produzir interpretantes, conforme enfatizado por Skagestad
1997). Conforme Kelso (1995: 1) afirma, “símbolos, como redemoinhos em um rio, (1999, 2004) e Ransdell (2003) sobre a noção de “inteligência aumentada”. A cognição
podem exibir padrões relativamente estáveis ou estruturas que perduram por certo assume a forma de desenvolvimento de artefatos semióticos. Processos semióticos
intervalo de tempo; mas não são estáticos nem atemporais”. adquirem hábitos de atuação material, e estabilizam-se através de artefatos materiais, não
como substâncias que incorporam o processo semiótico, mas como o próprio processo
A semiose é uma propriedade emergente (Queiroz e El-Hani 2006a). Ela em sua forma materialmente estabilizada. Conforme as premissas de uma ontologia
corresponde a um padrão de estabilidade emergente que resulta da ação de três termos inter- de processos, tal estabilidade é dinâmica e contingente, dependente de condições de
relacionados (Signo, Objeto e Interpretante), não redutível a propriedades individuais estabilidade distribuídas em um ambiente de atuação. Podemos, portanto, tratar cognição
de qualquer um dos termos. Signo, Objeto e Interpretante são papéis funcionais desse como construção de nichos de artefatos semióticos, em que a noção de artefato se refere
padrão relacional triádico e irredutível. A propriedade triádica que emerge dessa relação a processos semióticos estabilizados e instanciados materialmente, e a noção de nicho se
é um fator de auto-organização, ou auto-correção, entre Signo, Objeto e Interpretante. refere a como artefatos adquirem e perdem hábitos estáveis de ação de acordo com fatores
De acordo com essa descrição, a semiose é uma relação consistente entre variações no de situacionalidade e coevolução.
Objeto e efeitos correspondentes no Interpretante, através do Signo. Isso corresponde a
um processo comunicacional em que o comportamento de um intérprete (Interpretante)
é constrangido pelo Signo, de modo a estar em uma coordenação com o hábito (“regra 6. NICHOS DE ARTEFATOS SEMIÓTICOS
de ação”) de um Objeto (Queiroz et al. 2008).
Em outro artigo (Atã e Queiroz 2019), e baseados na definição de Andy Clark (2005)
A semiose, em uma ontologia de processos, sugere um ponto de vista situado já mencionada anteriormente, argumentamos que um nicho cognitivo pode ser definido
e incorporado. Como um processo, a semiose só existe através da determinação como um conjunto materialmente estendido de espaços de problemas que demandam, ou
de efeitos no tempo e no espaço. Se um signo age, ele precisa estar incorporado selecionam, um certo número de habilidades cognitivas. Exemplos de nichos cognitivos
materialmente, ou pelo menos, resultar de uma operação anterior com signos mencionados por Clark incluem, além da linguagem, estruturas arquitetônicas (Globe
materialmente instanciados (Emmeche 2003: 317). Um componente crucial, em Theater, descrito por Tribble [2005] como um facilitador material do teatro elisabetano) e
termos explanatórios, é que a semiose não inclui apenas conceitos, mas também utilização de ambientes materiais como espaços para solução de problemas (bartenders usam
eventos e qualidades. Ela baseia-se numa grande variedade de padrões morfológicos. o arranjo material de copos e taças para memorizar as bebidas que precisam ser preparadas
O espaço morfológico de processos semióticos no qual sistemas cognitivos estão [Clark 2008: 62]).
incorporados incluem proto-símbolos (estruturas quasi-simbólicas) e variações
de signos indexicais, além de diversos processos icônicos (imagens, diagramas e A descrição de nicho cognitivo introduzida acima baseia-se em um vocabulário
metáforas). O ícone é um importante componente na concepção semiótica da mente, técnico, e conceitual, que resulta da teoria de solução situada de problemas (Kirsh 2009).
porque incorpora um tipo de significado especialmente dependente do material do Resolver problemas consiste em mudar de um estado de problema inicial a um estado
qual o signo é feito (Atã e Queiroz 2013). de problema final (objetivo) de acordo com regras e restrições que governam mudanças

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


218 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 219
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PEDRO ATÃ Y JOÃO QUEIROZ NICHO DE ARTEFATOS SEMIÓTICOS E EXTERNALISMO COGNITIVO

de estado em um espaço de estados de problemas possíveis (cf. Newell e Simon 1972). 7. NICHOS DE ARTEFATOS SEMIÓTICOS OFERECEM CONDIÇÕES PARA EMERGÊNCIA DE HÁBITO
Solução situada de problemas é um domínio que reenquadra a teoria clássica, cognitivista, E SURPRESA
de solução de problemas, enfatizando a atividade situada de agentes que resolvem
problemas utilizando recursos ambientais disponíveis. Na solução situada de problemas, Uma das definições de hábito, para Peirce, é de prontidão (readiness) para ação sob
resolver problemas não equivale a realizar operações simbólicas sobre espaços de problemas circunstâncias dadas (CP 5.480), ou ainda uma disposição (MS [R] 671:6-7). A noção de
abstratos, mas realizar ações físicas sobre ambientes materiais. Na definição de Clark, hábito ajuda a caracterizar como a ação de signos (desenvolvimento de artefatos semióticos)
nichos cognitivos são estruturas e ambientes materiais que estendem espaços de problema, se desenvolve no tempo, adquirindo, perdendo, e transformando disposições e regularidades.
modificando a capacidade de agentes de resolver problemas. Semiose (e hábito) se desenvolvem como trajetórias dinâmicas de generalizações de
passados de interações, e de previsões sobre seus resultados futuros. Disposições para ação
Notem que, em uma solução situada de problemas, e de acordo com a noção de são situadas e relacionais, e necessitam de circunstâncias para ação (Määttänen 2010). A
construção de nicho cognitivo, há uma preocupação tanto com a experiência situada de situacionalidade de um agente ou artefato é indissociável da distribuição temporal de uma
um agente em seu ambiente, quanto com um espaço abstrato de estados de problemas cadeia de interações semióticas. A semiose é parte de um universo impregnado de signos
possíveis. A preocupação com experiência situada, e com possibilidades de ação, também que evolui (Hausman 1993). Assim como um nicho ecológico é caracterizado como um
é um aspecto da semiótica de Peirce, em especial sobre como está baseada em um sistema hipervolume de condições ecológicas e ambientais para o sucesso de um organismo ou
de categorias lógico-fenomenológicas. espécie, a noção de nicho de artefato semiótico permite caracterizar as condições para que
a ação de signos (semiose) se desenvolva de forma estável.
Podemos semiotizar a noção de nicho cognitivo tratando nichos cognitivos como
nichos de artefatos semióticos. Ao fazer isso, baseamos a situacionalidade cognitiva da A noção de nicho de artefatos semióticos se refere a um espaço estruturado de
noção de nicho nas categorias lógico-fenomenológicas da semiótica de Peirce, e tratamos condições fundamentais para estabilidade da semiose, como situacionalidade (co-
a atividade cognitiva (“solução de problemas”) como ação triádica de signos, ou semiose. localização) e distribuição temporal entre comunidades de agentes e seus ambientes. Se
Este tratamento tem diversas implicações. A semiose possui diversas propriedades que a artefatos semióticos equivalem à semiose estabilizada em instanciações materiais, nichos
solução situada de problemas não possui: irredutibilidade triádica (EP 2:171; CP 5.484; de artefatos semióticos referem-se às condições dinâmicas de estabilidade destes processos
ver Brunning, 1997; Burch, 1997), processualidade (CP 5.484; ver Atkin, 2016: 132; em seus contextos ambientais e históricos. Espaços conceituais (Boden 1999), mídias,
Atã e Queiroz, 2019), irreversibilidade (CP 5.253, 5.421), continuidade (MS 875; Parker, escolas e movimentos artísticos, disciplinas e domínios de conhecimento, podem ser
1998: 75, 147), tendência ao infinito (EP 2:478–83; CP 2.92, 2.303; Atkin, 2016: 136- descritos como nichos de artefatos semióticos. O que ganhamos, ao descrevê-los assim,
140), vagueza (CP 5.447), generalidade (CP 6.172; Potter, 1997: 89), crescimento (EP 1: é que os associamos a um domínio explanatório de fenômenos de significado baseado
313; 2:10; 2:937). em processos auto-organizados, suas condições de estabilidade e perturbação. Nichos
de artefatos semióticos: (i) possibilitam comportamento semiótico estável de artefatos
Uma implicação importante está relacionada à temporalidade da semiose. semióticos, que se acumulam e se modificam de acordo com regras de ação, (ii) explicam
Conforme explorado na seção anterior, um artefato semiótico deveria ser entendido como artefatos semióticos adquirem condições para manter sua estabilidade frente a
rigorosamente em termos de processos, como capacidades materialmente instanciadas perturbações, (iii) criam condições lógicas (frequência indutiva), em um ambiente, para
para gerar efeitos regulares. Neste caso, a distribuição da atividade cognitiva entre inferências preditivas sobre atuação futura de artefatos semióticos, isto é, nichos permitem
agentes e artefatos não é entendida em termos de fluxo de informações para solução de a ocorrência de expectativas sobre produções de interpretantes, (iv) criam condições
um problema (como, por exemplo, em Davies e Michaelian 2016), mas em termos de normativas para caracterizar interpretantes da atuação de artefatos semióticos como
continuidade, que Peirce chama de sinequismo, e de crescimento de hábitos. A semiose é estando dentro ou fora de expectativas, isto é, nichos permitem que certos artefatos e suas
distribuída entre diversos artefatos (e agentes) pois desenvolve-se como acúmulo e auto- formas de comportamento sejam experimentados como familiares àquele nicho e outros
organização de padrões estáveis de determinação de efeitos entre instâncias materiais como surpresas naquele nicho.
distintas. Esta distribuição é temporal, baseada na determinação de efeitos sucessivos em
cadeias de interações. Contra qualquer interpretação atemporal da ideia de um espaço Dito de outra forma, nichos de artefatos semióticos oferecem condições iniciais e
abstrato de estados de problema pelo qual se navega, compreendemos a atividade de condições de contorno para emergência de semiose habitual (artefatos materialmente estáveis
agentes cognitivos como o comportamento habitual de artefatos semióticos em uma e que se comportam de maneira previsível), e por consequência, de surpresas (quebras de
trajetória de interações. Esse comportamento habitual é dependente de um processo hábito na atuação de artefatos semióticos).1 Essa formulação é uma semiotização da noção
de coevolução entre artefatos e seus ambientes de atuação ― construção de nichos de de que nichos cognitivos estendem materialmente espaços de problemas, possibilitando
artefatos semióticos ― pelo qual artefatos adquirem, desenvolvem, e eventualmente novas habilidades e comportamentos cognitivos. A regulação de espaços de problemas
perdem, capacidade de atuar de maneira estável. por regras, em nossa descrição, é tratada como semiose habitual, e o aparecimento de
novos artefatos semióticos, é tratado como surpresa. Em uma semiótica cognitiva

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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de estado em um espaço de estados de problemas possíveis (cf. Newell e Simon 1972). 7. NICHOS DE ARTEFATOS SEMIÓTICOS OFERECEM CONDIÇÕES PARA EMERGÊNCIA DE HÁBITO
Solução situada de problemas é um domínio que reenquadra a teoria clássica, cognitivista, E SURPRESA
de solução de problemas, enfatizando a atividade situada de agentes que resolvem
problemas utilizando recursos ambientais disponíveis. Na solução situada de problemas, Uma das definições de hábito, para Peirce, é de prontidão (readiness) para ação sob
resolver problemas não equivale a realizar operações simbólicas sobre espaços de problemas circunstâncias dadas (CP 5.480), ou ainda uma disposição (MS [R] 671:6-7). A noção de
abstratos, mas realizar ações físicas sobre ambientes materiais. Na definição de Clark, hábito ajuda a caracterizar como a ação de signos (desenvolvimento de artefatos semióticos)
nichos cognitivos são estruturas e ambientes materiais que estendem espaços de problema, se desenvolve no tempo, adquirindo, perdendo, e transformando disposições e regularidades.
modificando a capacidade de agentes de resolver problemas. Semiose (e hábito) se desenvolvem como trajetórias dinâmicas de generalizações de
passados de interações, e de previsões sobre seus resultados futuros. Disposições para ação
Notem que, em uma solução situada de problemas, e de acordo com a noção de são situadas e relacionais, e necessitam de circunstâncias para ação (Määttänen 2010). A
construção de nicho cognitivo, há uma preocupação tanto com a experiência situada de situacionalidade de um agente ou artefato é indissociável da distribuição temporal de uma
um agente em seu ambiente, quanto com um espaço abstrato de estados de problemas cadeia de interações semióticas. A semiose é parte de um universo impregnado de signos
possíveis. A preocupação com experiência situada, e com possibilidades de ação, também que evolui (Hausman 1993). Assim como um nicho ecológico é caracterizado como um
é um aspecto da semiótica de Peirce, em especial sobre como está baseada em um sistema hipervolume de condições ecológicas e ambientais para o sucesso de um organismo ou
de categorias lógico-fenomenológicas. espécie, a noção de nicho de artefato semiótico permite caracterizar as condições para que
a ação de signos (semiose) se desenvolva de forma estável.
Podemos semiotizar a noção de nicho cognitivo tratando nichos cognitivos como
nichos de artefatos semióticos. Ao fazer isso, baseamos a situacionalidade cognitiva da A noção de nicho de artefatos semióticos se refere a um espaço estruturado de
noção de nicho nas categorias lógico-fenomenológicas da semiótica de Peirce, e tratamos condições fundamentais para estabilidade da semiose, como situacionalidade (co-
a atividade cognitiva (“solução de problemas”) como ação triádica de signos, ou semiose. localização) e distribuição temporal entre comunidades de agentes e seus ambientes. Se
Este tratamento tem diversas implicações. A semiose possui diversas propriedades que a artefatos semióticos equivalem à semiose estabilizada em instanciações materiais, nichos
solução situada de problemas não possui: irredutibilidade triádica (EP 2:171; CP 5.484; de artefatos semióticos referem-se às condições dinâmicas de estabilidade destes processos
ver Brunning, 1997; Burch, 1997), processualidade (CP 5.484; ver Atkin, 2016: 132; em seus contextos ambientais e históricos. Espaços conceituais (Boden 1999), mídias,
Atã e Queiroz, 2019), irreversibilidade (CP 5.253, 5.421), continuidade (MS 875; Parker, escolas e movimentos artísticos, disciplinas e domínios de conhecimento, podem ser
1998: 75, 147), tendência ao infinito (EP 2:478–83; CP 2.92, 2.303; Atkin, 2016: 136- descritos como nichos de artefatos semióticos. O que ganhamos, ao descrevê-los assim,
140), vagueza (CP 5.447), generalidade (CP 6.172; Potter, 1997: 89), crescimento (EP 1: é que os associamos a um domínio explanatório de fenômenos de significado baseado
313; 2:10; 2:937). em processos auto-organizados, suas condições de estabilidade e perturbação. Nichos
de artefatos semióticos: (i) possibilitam comportamento semiótico estável de artefatos
Uma implicação importante está relacionada à temporalidade da semiose. semióticos, que se acumulam e se modificam de acordo com regras de ação, (ii) explicam
Conforme explorado na seção anterior, um artefato semiótico deveria ser entendido como artefatos semióticos adquirem condições para manter sua estabilidade frente a
rigorosamente em termos de processos, como capacidades materialmente instanciadas perturbações, (iii) criam condições lógicas (frequência indutiva), em um ambiente, para
para gerar efeitos regulares. Neste caso, a distribuição da atividade cognitiva entre inferências preditivas sobre atuação futura de artefatos semióticos, isto é, nichos permitem
agentes e artefatos não é entendida em termos de fluxo de informações para solução de a ocorrência de expectativas sobre produções de interpretantes, (iv) criam condições
um problema (como, por exemplo, em Davies e Michaelian 2016), mas em termos de normativas para caracterizar interpretantes da atuação de artefatos semióticos como
continuidade, que Peirce chama de sinequismo, e de crescimento de hábitos. A semiose é estando dentro ou fora de expectativas, isto é, nichos permitem que certos artefatos e suas
distribuída entre diversos artefatos (e agentes) pois desenvolve-se como acúmulo e auto- formas de comportamento sejam experimentados como familiares àquele nicho e outros
organização de padrões estáveis de determinação de efeitos entre instâncias materiais como surpresas naquele nicho.
distintas. Esta distribuição é temporal, baseada na determinação de efeitos sucessivos em
cadeias de interações. Contra qualquer interpretação atemporal da ideia de um espaço Dito de outra forma, nichos de artefatos semióticos oferecem condições iniciais e
abstrato de estados de problema pelo qual se navega, compreendemos a atividade de condições de contorno para emergência de semiose habitual (artefatos materialmente estáveis
agentes cognitivos como o comportamento habitual de artefatos semióticos em uma e que se comportam de maneira previsível), e por consequência, de surpresas (quebras de
trajetória de interações. Esse comportamento habitual é dependente de um processo hábito na atuação de artefatos semióticos).1 Essa formulação é uma semiotização da noção
de coevolução entre artefatos e seus ambientes de atuação ― construção de nichos de de que nichos cognitivos estendem materialmente espaços de problemas, possibilitando
artefatos semióticos ― pelo qual artefatos adquirem, desenvolvem, e eventualmente novas habilidades e comportamentos cognitivos. A regulação de espaços de problemas
perdem, capacidade de atuar de maneira estável. por regras, em nossa descrição, é tratada como semiose habitual, e o aparecimento de
novos artefatos semióticos, é tratado como surpresa. Em uma semiótica cognitiva

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PEDRO ATÃ Y JOÃO QUEIROZ NICHO DE ARTEFATOS SEMIÓTICOS E EXTERNALISMO COGNITIVO

peirceana orientada por uma ontologia e epistemologia de processos, em que a interação possibilidades e acasos, que estão co-localizados e temporalmente distribuídos em
dinâmica entre estabilidade e instabilidade tem primazia explanatória sobre qualquer ambientes repletos de artefatos. Ao mesmo tempo, processos semióticos constroem esses
noção atemporal de substâncias materiais e/ou espaços estáticos, as noções de hábito e ambientes, mantendo sua estabilidade ou transformando-a. A cognição depende das
surpresa devem ser consideradas centrais para entender fenômenos de significado (Atã, histórias evolutivas de especialização de ambientes e estruturas (construção de nicho).
2020). (Abordagens recentes em ciência cognitiva e filosofia da mente têm enfatizado a
ubiquidade e centralidade de processos de predição e surpresa, e.g., Friston 2010, Clark
2015). Isto é, a produção de interpretantes por artefatos semióticos é temporalmente 9. CONCLUSÃO
distribuída, depende de generalizações do passado e predições do futuro, e é centralmente
relacionada às condições de hábito e surpresa em um nicho que se desenvolve no tempo. Nossa abordagem fornece uma direção processualista para semiótica cognitiva
— processos semióticos/cognitivos acontecem em nichos de artefatos semióticos, não
nas “cabeças” de agentes. A Teoria da Construção de Nicho, conforme exibida aqui,
8. SEMIOSE = CONSTRUÇÃO DE NICHO DE ARTEFATOS SEMIÓTICOS atualiza a teoria da mente de Peirce, enfatizando seus aspectos situacionais, distribuídos, e
dinâmicos. As noções de nicho e de artefato, aplicadas à cognição distribuída, funcionam
Em Atã e Queiroz (2019) sugerimos que nichos cognitivos podem ser considerados como uma atualização empírico-teórica da tese anti-cartesiana, formulada há cerca de 150
o locus da semiose. Aqui, ajustamos essa tese para nichos de artefatos semióticos. Ao anos por Peirce, de que não se pode pensar sem signos externos (W 2:211-42). A filosofia
sugerir nichos de artefatos semióticos como locus da semiose, atualizamos a “colherada de processos de Peirce concebe a semiose como um padrão emergente de organização e
para Cérbero” de Peirce, com vantagens importantes. Em uma delas, o debate mais estabelecimento de hábitos, e, em nossa abordagem, como desenvolvimento de artefatos
recente sobre externalismo cognitivo é orientado por uma literatura científica robusta em semióticos em um processo situado e coevolutivo de construção de nichos.. A semiose é
termos de evidências empíricas (Clark 2008), baseada no desenvolvimento de métodos descrita como estabilidade emergente, probabilisticamente adquirida, entre Signo, Objeto
experimentais em antropologia cognitiva (Hutchins 1995), psicologia experimental e Interpretante. Esse processo possui extensão espaço-temporal, é situado e incorporado,
(Kirsh 2009), biorrobótica (Laschi e Mazolai 2016), modelagem de sistemas dinâmicos cumulativo e auto-organizado, e pode ser observado, numa perspectiva comunicacional,
(Chemero 2009, Wheeler 2005). Outra vantagem é que a noção de construção de nicho como um padrão emergente irredutível de Signos em ação. Trabalhos recentes sobre
cognitivo também recruta uma literatura, especialmente em filosofia da biologia, sobre cognição distribuída e situada podem fornecer à semiótica cognitiva de Peirce, e
processos evolutivos, centrado na noção de construção de nicho ecológico e de evolução suas principais premissas sobre a mente como signos externos em ação, uma bateria
cultural (Odling Smee et al. 2003, Laland 2017). empiricamente robusta de novos métodos e resultados. Baseados nestes desenvolvimentos,
podemos afirmar que a semiótica concebe a mente como um processo distribuído, situado
Em nossa abordagem, localizar a semiose em nichos de artefatos semióticos (e não e enativo (enactive). Similarmente, a Teoria da Construção de Nicho, que é uma parte
em agentes individuais ou em seus sistemas nervosos) equivale a afirmar que cognição é importante da síntese evolutiva estendida, é um avanço recente em biologia, capaz de
desenvolvimento de artefatos semióticos externos. Deixamos de caracterizar o “pensamento” atualizar a visão evolucionária semiótica de Peirce.
como uma atividade individual, interna ao agente, e não separamos “pensar” e “agir”.
Quando afirmamos que cognição, ou semiose, não estão localizados no agente individual, A noção de nicho cognitivo permite considerar a cognição como um processo
estamos sugerindo que a noção de agente individual não é a escala de observação mais de desenvolvimento em que agentes, artefatos e ambientes são codependentes. Aqui,
apropriada para localizar interpretantes e explicar como eles são produzidos. O pensamento compreendemos nichos cognitivos como nichos de artefatos semióticos. Ao fazer isso, baseamos a
exige situacionalidade e distribuição temporal — o pensamento “puramente interno” situacionalidade e distributividade cognitiva nas premissas processualistas da filosofia de Peirce,
(manipulação de modelos mentais [Johnson-Laird 1980]) é contingente e apenas uma como continuidade e distribuição temporal, bem como nas categorias lógico-fenomenológicas
etapa possível, em um processo de signos incorporado na forma de artefatos em atuação, e da semiótica de Peirce, e tratamos a atividade cognitiva (“solução de problemas”) como ação
portanto externo e comunitário. de signos, ou semiose, materialmente instanciada na forma de desenvolvimento de artefatos
em um nicho. Em nossa abordagem, nichos de artefatos semióticos devem participar da
Pensar com artefatos externos cria condições para que eles se desenvolvam no explicação sobre como a semiose adquire e mantém estabilidade de ação, o que tratamos como
tempo, atualizando a freqüência de seus hábitos de ação, mantendo hábitos de ação, uma dinâmica entre hábito e surpresa. Este objetivo está alinhado com uma epistemologia
ou sujeitando esses hábitos a situações de surpresa e transformação. Assim como um processualista que considera mudanças como ubíquas e coloca seu foco sobre a explicação de
comportamento animal modifica, de alguma maneira, seu ambiente no tempo e para as estabilidades (incluindo estabilidade na mudança).
gerações posteriores, qualquer utilização de um artefato semiótico modifica, ainda que de
maneira imperceptível, a disponibilidade de expectativas e regularidades materialmente Quais as possíveis implicações relacionadas ao tratamento da semiose como cognição
instanciadas para interpretantes futuros. Semiose é construção de nichos de artefatos e como construção de nichos de artefatos semióticos? Um programa de investigação em
semióticos. Um processo semiótico é construído através de restrições, freqüências, semiótica cognitiva que examina nichos de artefatos semióticos como locus da cognição/

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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Depósito Legal B.3146-2001 Universidad de Rosario (Argentina) Versión electrónica: designisfels.net
PEDRO ATÃ Y JOÃO QUEIROZ NICHO DE ARTEFATOS SEMIÓTICOS E EXTERNALISMO COGNITIVO

peirceana orientada por uma ontologia e epistemologia de processos, em que a interação possibilidades e acasos, que estão co-localizados e temporalmente distribuídos em
dinâmica entre estabilidade e instabilidade tem primazia explanatória sobre qualquer ambientes repletos de artefatos. Ao mesmo tempo, processos semióticos constroem esses
noção atemporal de substâncias materiais e/ou espaços estáticos, as noções de hábito e ambientes, mantendo sua estabilidade ou transformando-a. A cognição depende das
surpresa devem ser consideradas centrais para entender fenômenos de significado (Atã, histórias evolutivas de especialização de ambientes e estruturas (construção de nicho).
2020). (Abordagens recentes em ciência cognitiva e filosofia da mente têm enfatizado a
ubiquidade e centralidade de processos de predição e surpresa, e.g., Friston 2010, Clark
2015). Isto é, a produção de interpretantes por artefatos semióticos é temporalmente 9. CONCLUSÃO
distribuída, depende de generalizações do passado e predições do futuro, e é centralmente
relacionada às condições de hábito e surpresa em um nicho que se desenvolve no tempo. Nossa abordagem fornece uma direção processualista para semiótica cognitiva
— processos semióticos/cognitivos acontecem em nichos de artefatos semióticos, não
nas “cabeças” de agentes. A Teoria da Construção de Nicho, conforme exibida aqui,
8. SEMIOSE = CONSTRUÇÃO DE NICHO DE ARTEFATOS SEMIÓTICOS atualiza a teoria da mente de Peirce, enfatizando seus aspectos situacionais, distribuídos, e
dinâmicos. As noções de nicho e de artefato, aplicadas à cognição distribuída, funcionam
Em Atã e Queiroz (2019) sugerimos que nichos cognitivos podem ser considerados como uma atualização empírico-teórica da tese anti-cartesiana, formulada há cerca de 150
o locus da semiose. Aqui, ajustamos essa tese para nichos de artefatos semióticos. Ao anos por Peirce, de que não se pode pensar sem signos externos (W 2:211-42). A filosofia
sugerir nichos de artefatos semióticos como locus da semiose, atualizamos a “colherada de processos de Peirce concebe a semiose como um padrão emergente de organização e
para Cérbero” de Peirce, com vantagens importantes. Em uma delas, o debate mais estabelecimento de hábitos, e, em nossa abordagem, como desenvolvimento de artefatos
recente sobre externalismo cognitivo é orientado por uma literatura científica robusta em semióticos em um processo situado e coevolutivo de construção de nichos.. A semiose é
termos de evidências empíricas (Clark 2008), baseada no desenvolvimento de métodos descrita como estabilidade emergente, probabilisticamente adquirida, entre Signo, Objeto
experimentais em antropologia cognitiva (Hutchins 1995), psicologia experimental e Interpretante. Esse processo possui extensão espaço-temporal, é situado e incorporado,
(Kirsh 2009), biorrobótica (Laschi e Mazolai 2016), modelagem de sistemas dinâmicos cumulativo e auto-organizado, e pode ser observado, numa perspectiva comunicacional,
(Chemero 2009, Wheeler 2005). Outra vantagem é que a noção de construção de nicho como um padrão emergente irredutível de Signos em ação. Trabalhos recentes sobre
cognitivo também recruta uma literatura, especialmente em filosofia da biologia, sobre cognição distribuída e situada podem fornecer à semiótica cognitiva de Peirce, e
processos evolutivos, centrado na noção de construção de nicho ecológico e de evolução suas principais premissas sobre a mente como signos externos em ação, uma bateria
cultural (Odling Smee et al. 2003, Laland 2017). empiricamente robusta de novos métodos e resultados. Baseados nestes desenvolvimentos,
podemos afirmar que a semiótica concebe a mente como um processo distribuído, situado
Em nossa abordagem, localizar a semiose em nichos de artefatos semióticos (e não e enativo (enactive). Similarmente, a Teoria da Construção de Nicho, que é uma parte
em agentes individuais ou em seus sistemas nervosos) equivale a afirmar que cognição é importante da síntese evolutiva estendida, é um avanço recente em biologia, capaz de
desenvolvimento de artefatos semióticos externos. Deixamos de caracterizar o “pensamento” atualizar a visão evolucionária semiótica de Peirce.
como uma atividade individual, interna ao agente, e não separamos “pensar” e “agir”.
Quando afirmamos que cognição, ou semiose, não estão localizados no agente individual, A noção de nicho cognitivo permite considerar a cognição como um processo
estamos sugerindo que a noção de agente individual não é a escala de observação mais de desenvolvimento em que agentes, artefatos e ambientes são codependentes. Aqui,
apropriada para localizar interpretantes e explicar como eles são produzidos. O pensamento compreendemos nichos cognitivos como nichos de artefatos semióticos. Ao fazer isso, baseamos a
exige situacionalidade e distribuição temporal — o pensamento “puramente interno” situacionalidade e distributividade cognitiva nas premissas processualistas da filosofia de Peirce,
(manipulação de modelos mentais [Johnson-Laird 1980]) é contingente e apenas uma como continuidade e distribuição temporal, bem como nas categorias lógico-fenomenológicas
etapa possível, em um processo de signos incorporado na forma de artefatos em atuação, e da semiótica de Peirce, e tratamos a atividade cognitiva (“solução de problemas”) como ação
portanto externo e comunitário. de signos, ou semiose, materialmente instanciada na forma de desenvolvimento de artefatos
em um nicho. Em nossa abordagem, nichos de artefatos semióticos devem participar da
Pensar com artefatos externos cria condições para que eles se desenvolvam no explicação sobre como a semiose adquire e mantém estabilidade de ação, o que tratamos como
tempo, atualizando a freqüência de seus hábitos de ação, mantendo hábitos de ação, uma dinâmica entre hábito e surpresa. Este objetivo está alinhado com uma epistemologia
ou sujeitando esses hábitos a situações de surpresa e transformação. Assim como um processualista que considera mudanças como ubíquas e coloca seu foco sobre a explicação de
comportamento animal modifica, de alguma maneira, seu ambiente no tempo e para as estabilidades (incluindo estabilidade na mudança).
gerações posteriores, qualquer utilização de um artefato semiótico modifica, ainda que de
maneira imperceptível, a disponibilidade de expectativas e regularidades materialmente Quais as possíveis implicações relacionadas ao tratamento da semiose como cognição
instanciadas para interpretantes futuros. Semiose é construção de nichos de artefatos e como construção de nichos de artefatos semióticos? Um programa de investigação em
semióticos. Um processo semiótico é construído através de restrições, freqüências, semiótica cognitiva que examina nichos de artefatos semióticos como locus da cognição/

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


222 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 223
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semiose deve ser capaz de integrar proposições e teses formuladas em um domínio de BICKHARD, M. (2007). Modern approaches to language. New Ideas in Psychology 25. 67–69.
especulação filosófica com avanços teóricos e empíricos em ciência cognitiva (cognição ––– (2011). Some consequences (and enablings) of process metaphysics. Axiomathes 21(1). 3–32.
situada e distribuída) e evolução (teoria de construção de nicho). Trata-se da formulação BICKERTON, D. (2009). Adam’s Tongue. New York: Hill and Wang.
de um programa de investigação pragmatista em filosofia da mente e ciência cognitiva, BODEN, M. (1999). Computer Models of Creativity. In Handbook of Creativity. R. J. Sternberg
(ed.), 351-372. Cambridge: Cambridge University Press.
alinhado à noção de construção de nicho, e inaugurado pela tese peirceana “mente como
BRENTARI, C. (2015). Jakob von Uexküll: The Discovery of the Umwelt between Biosemiotics and Theo-
semiose” — mente externalizada e temporalmente distribuída na ação de signos. Nossa retical Biology. Berlin: Springer.
abordagem deve integrar o que tem sido chamado de “virada pragmática” (pragmatic BRISCOE, T. (1998). Language as a complex adaptive system: coevolution of language and of the
turn) em ciência cognitiva (Engel et al. 2016). Um programa de investigação baseado language acquisition device. In Proceedings of the eighth meeting of computational linguistics in the Nether-
em nichos de artefatos semióticos deve reenquadrar a discussão sobre materialidade lands conference, P. Cohen and W. Wahlster (eds.), 3–40. Nijmegan.
e situacionalidade da cognição, em termos processuais: artefatos cognitivos podem ser BRUNNING, J. (1997). Genuine triads and teridentity, In Studies in the Logic of Charles Sanders
descritos como atividade estabilizada de signos em ação. Tal paradigma concentra-se na Peirce. N. Houser, D. Roberts and J. Van Evra (eds.), 252-70. Indiana: Indiana University Press.
ação materialmente instanciada de signos, ao invés de materialidade (estática). A noção CHEMERO, A. (2009). Radical embodied cognitive science. Cambridge, MA: MIT Press.
de nicho de artefato semiótico deve fornecer novos problemas de pesquisa relacionados CLARK, A. and CHALMERS, D. (1998). The extended mind. Analysis 58. 7–19.
a abertura, estabilização e transformação de nichos, incluindo uma nova abordagem de CLARK, A. (2004). Natural-born Cyborgs: Minds, technologies, and the future of human intelligence.
propriedades, relações e dinâmicas de nichos como robustez, disponibilidade de recursos e Oxford: Oxford University Press.
––– (2005). Word, niche and super-niche: How language makes minds matter more. Theoria 54.
partição de recursos em nichos de artefatos semióticos.
255–268.
––– (2008). Supersizing the Mind: Embodiment, action, and cognitive extension. Oxford: Oxford Univer-
sity Press.
NOTAS ––– (2015). Surfing Uncertainty: prediction, action, and the embodied mind. Oxford: Oxford University
Press.
1. Sobre a ideia de que a semiose é emergente, e de que a emergência envolve condições iniciais e DAVIES, J. and MICHAELIAN, K. (2016). Identifying and individuating cognitive systems: A
condições de contorno, ver Queiroz e El-Hani (2006a, b). task-based distributed cognition alternative to agent-based extended cognition. Cognitive Processing
17. 307–319.
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS plinary studies in dynamic categories, J. Seibt (ed.), 313–336. Dordrecht: Kluwer.
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de doutorado). Växjö, Sweden: Linnaeus University Press. FISCH, M. H. (1986). Peirce, Semeiotic and Pragmatism: Essays by Max H. Fisch, K. L. Ketner and C.
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––– (2016). Habit in semiosis: Two different perspectives based on hierarchical multi-level system KELSO, S. (1995). Dynamic Patterns: The self-organization of brain and behavior. Cambridge, MA:
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––– (2019). Emergent sign-action: classical ballet as a self-organized and temporally distributed Cognition, P. Robbins and M. Aydede (eds.), 264–306. Cambridge: Cambridge University Press.
semiotic process. European Journal of Pragmatism and American Philosophy-EJPAP, XI-2. LALAND, K. (2017). Darwin’s Unfinished Symphony: How culture made the human mind. Princeton:
ATKIN, A. (2016). Peirce. London, Routledge. Princeton University Press.
BARDONE, E. (2011). Seeking Chances: from biased rationality to distributed cognition. New York: LALAND, K., ODLING-SMEE, J. F. and FELDMAN, M. W. (2000). Niche construction, biolo-
Springer. gical evolution, and cultural change. Behavioral and Brain Sciences 23(1). 131–175.
BERNSTEIN, R. (2010). The Pragmatic Turn. Polity Press. LASCHI, C. and MAZZOLAI, B. (2016). Lessons from animals and plants: The symbiosis of

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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Depósito Legal B.3146-2001 Universidad de Rosario (Argentina) Versión electrónica: designisfels.net
PEDRO ATÃ Y JOÃO QUEIROZ NICHO DE ARTEFATOS SEMIÓTICOS E EXTERNALISMO COGNITIVO

semiose deve ser capaz de integrar proposições e teses formuladas em um domínio de BICKHARD, M. (2007). Modern approaches to language. New Ideas in Psychology 25. 67–69.
especulação filosófica com avanços teóricos e empíricos em ciência cognitiva (cognição ––– (2011). Some consequences (and enablings) of process metaphysics. Axiomathes 21(1). 3–32.
situada e distribuída) e evolução (teoria de construção de nicho). Trata-se da formulação BICKERTON, D. (2009). Adam’s Tongue. New York: Hill and Wang.
de um programa de investigação pragmatista em filosofia da mente e ciência cognitiva, BODEN, M. (1999). Computer Models of Creativity. In Handbook of Creativity. R. J. Sternberg
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alinhado à noção de construção de nicho, e inaugurado pela tese peirceana “mente como
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em nichos de artefatos semióticos deve reenquadrar a discussão sobre materialidade lands conference, P. Cohen and W. Wahlster (eds.), 3–40. Nijmegan.
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ação materialmente instanciada de signos, ao invés de materialidade (estática). A noção CHEMERO, A. (2009). Radical embodied cognitive science. Cambridge, MA: MIT Press.
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17. 307–319.
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PEDRO ATÃ Y JOÃO QUEIROZ NICHO DE ARTEFATOS SEMIÓTICOS E EXTERNALISMO COGNITIVO

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LOULA, A., GUDWIN, R., EL-HANI, C. and QUEIROZ, J. (2010). The emergence of self- or- York Press.
ganized symbol based communication in artificial creatures. Cognitive Systems Research 11. 131–147. SCOTT-PHILLIPS, T., LALAND, K., SHUKER, D., DICKINS, T. and WEST, S. (2013). The
MÄÄTTÄNEN, P. (2010). Habits as Vehicles of Cognition. In Ideas in Action, M. Bergman, S. Paa- niche construction perspective: a critical appraisal. Evolution 68(5). 1231–1243.
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designated CP followed by volume and paragraph number.].
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of Harvard University, as identified by Richard Robin,. Amherst: University of Massachusetts Press.
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volume and page number.].
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be designated EP 1].
––– (1998). Essential Peirce: Selected philosophical writings, Vol. 2, (1893–1913), Peirce Edition Pro-
ject (eds.). Bloomington: Indiana University Press. [Reference to vol. 2 of Essential Peirce will be
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Atribución-NoComercial-CompartirIgual
CC BY-NC-SA

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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PEDRO ATÃ Y JOÃO QUEIROZ NICHO DE ARTEFATOS SEMIÓTICOS E EXTERNALISMO COGNITIVO

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volume and page number.].
––– (1992). Essential Peirce: Selected philosophical writings, Vol. 1, (1867–1893), N. Houser & C.
Kloesel (eds.). Bloomington: Indiana University Press. [Reference to vol. 1 of Essential Peirce will
be designated EP 1].
––– (1998). Essential Peirce: Selected philosophical writings, Vol. 2, (1893–1913), Peirce Edition Pro-
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226 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 227
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SEMIÓTICAS COGNITIVAS Y POSTHUMANISMO

Semióticas cognitivas y
posthumanismo / Cognitive
Semiotics and Posthumanism.
Asún López-Varela Azcárate
(pág 229 - pág 245)

Este artículo explora los avances en semiótica y ciencias cognitivas. En particular,


se centra en los enfoques recientes denominados “cognición extendida” y “Teorías de aco-
plamiento material” –“Material Engagement Theory”– para situarlos en relación al poshu-
manismo. El objetivo final es abordar la cuestión fundamental de la agencia material no
humana en el Antropoceno desde una perspectiva semiótica.

Palabras clave: cognición, 4Es, semiótica, intencionalidad, responsabilidad, pos-


humanismo

This paper explores cognitive semiotics in relation to advances in other cognitive


sciences. In particular, it focuses on the recent approaches labelled “extended cognition”
and “Material Engagement Theory” in order to situate them in relation to posthumanism.
The final aim is tackle the fundamental question of material non-human agency in the
Anthropocene from a semiotic perspective.

Keywords: cognition, 4Es, semiotics, agency, responsibility, posthumanism

Asún López-Varela Azcárate es docente en la Universidad Complutense de


Madrid (España). Se interesa por los estudios comparados y la semiótica dentro de una
perspectiva más amplia denominada ‘unidad del conocimiento’ o ‘consiliencia’. Su trabajo
investigador busca el difícil equilibrio entre los estudios científicos y artísticos. Más infor-
mación https://www.ucm.es/siim/asun-lopez-varela E-mail: [email protected]

Recibido: 15/03/2021 Aprobado: 17/03/2021

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


228 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 229
Depósito Legal B.3146-2001 Universidad de Rosario (Argentina) Versión electrónica: designisfels.net
http://dx.doi.org/10.35659/designis.i35p229-245
SEMIÓTICAS COGNITIVAS Y POSTHUMANISMO

Semióticas cognitivas y
posthumanismo / Cognitive
Semiotics and Posthumanism.
Asún López-Varela Azcárate
(pág 229 - pág 245)

Este artículo explora los avances en semiótica y ciencias cognitivas. En particular,


se centra en los enfoques recientes denominados “cognición extendida” y “Teorías de aco-
plamiento material” –“Material Engagement Theory”– para situarlos en relación al poshu-
manismo. El objetivo final es abordar la cuestión fundamental de la agencia material no
humana en el Antropoceno desde una perspectiva semiótica.

Palabras clave: cognición, 4Es, semiótica, intencionalidad, responsabilidad, pos-


humanismo

This paper explores cognitive semiotics in relation to advances in other cognitive


sciences. In particular, it focuses on the recent approaches labelled “extended cognition”
and “Material Engagement Theory” in order to situate them in relation to posthumanism.
The final aim is tackle the fundamental question of material non-human agency in the
Anthropocene from a semiotic perspective.

Keywords: cognition, 4Es, semiotics, agency, responsibility, posthumanism

Asún López-Varela Azcárate es docente en la Universidad Complutense de


Madrid (España). Se interesa por los estudios comparados y la semiótica dentro de una
perspectiva más amplia denominada ‘unidad del conocimiento’ o ‘consiliencia’. Su trabajo
investigador busca el difícil equilibrio entre los estudios científicos y artísticos. Más infor-
mación https://www.ucm.es/siim/asun-lopez-varela E-mail: [email protected]

Recibido: 15/03/2021 Aprobado: 17/03/2021

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


228 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 229
Depósito Legal B.3146-2001 Universidad de Rosario (Argentina) Versión electrónica: designisfels.net
ASÚN LÓPEZ-VARELA AZCÁRATE SEMIÓTICAS COGNITIVAS Y POSTHUMANISMO

INTRODUCCIÓN ética que ayude a visibilizar la diferencia y articular que la agencia no es propiedad exclu-
siva del sujeto humano, sino que se trata de una posibilidad compartida capaz de generar
Este artículo explora los enfoques conocidos como “cognición extendida” en rela- conexiones entre entidades y procesos heterogéneos.
ción con la semiótica de Charles S. Peirce con el fin de abordar el problema de la agencia
material más allá de lo humano. En el Antropoceno, término empleado por el químico En su libro Meeting the Universe Halfway (2007), la física cuántica Karen Barad
Paul J. Crutzen y el biólogo marino Eugene F. Stoermer para referirse a la época geológica propuso el concepto de “intra-acción”, que ofrece una modulación de la agencia, sugi-
contemporánea caracterizada por el enorme impacto de la actividad y la huella humana en riendo que ésta ya no puede concebirse ligada exclusivamente a la subjetividad humana.
el planeta, se habla de encuentros con agentes no-humanos, considerando las interacciones “Intra-acción” indica una condición en la que ninguno de los actantes preexiste a sus rela-
materiales e intra-acciones que se producen a entre los organismos y sus entornos. En la ciones: “relata do not precede relations; rather, relata-within-phenomena emerge through
perspectiva Cartesiana, la agencia era el privilegio de la conciencia humana en su conexión specific intra-actions” (2007: 334). Es decir, que todo fenómeno surge de interacciones, de
con la intencionalidad. Esta visión se originó en el dualismo cartesiano mente/cuerpo, que modo que la agencia no debe entenderse como “una cuestión de acción interna” sino que
postulaba la conciencia del yo y la intencionalidad como componentes esenciales de la se trata de “una enacción, no algo que alguien o algo tiene”. (2007: 235*)
mente humana. Tal enfoque ha venido justificando el uso funcional del resto de la natura-
leza con el fin de satisfacer las necesidades humanas. En este sentido, Caitlin DeSilvey (2017) ha explorado cómo los objetos tienen
agencia a través de sus procesos de descomposición, bio-deterioro y desintegración. La au-
El término poshumanismo designa las corrientes de pensamiento que van más allá tora explica que la memoria cultural se genera en encuentros con artefactos, arquitecturas
de las visiones antropocéntricas del humanismo clásico y que plantean distintas reflexiones efímeras y sus relatos. También David Herman (2018) plantea una “narratología más allá
acerca de la naturaleza humana y no-humana. El poshumanismo contempla a la especie de lo humano” y utiliza el relato como mecanismo de “modelización alegórica” con el fin
humana como una más entre las muchas especies naturales. Desde esta perspectiva, los de arrojar luz sobre las inter-acciones e intra-acciones entre especies. Las voces narrativas
seres humanos no se consideran superiores, ni tienen derechos inherentes a servirse de la animales de las fábulas, o la alternancia entre perspectivas humanas y no humanas, prue-
naturaleza. En el poshumanismo, los derechos humanos coexisten con los derechos anima- ban que la narrativa se puede emplear para resituar el imaginario de la agencia humana
les y los de la naturaleza en general. Considera también la posibilidad de determinados puesto que los mecanismos de transmisión de conductas se codifican de manera semiótica
derechos para entes cibernéticos e Inteligencia Artificial IA humanoide. y, en el caso humano, a través de procesos de aprendizaje social que resuenan en los relatos,
contemplados como herencia de modos de construcción de nichos conductuales (Donald
La semiótica, como disciplina transversal interesada por aspectos biológicos y zoo- 1991: 208-235 citado en Herman 2018: 293).
lógicos a través la biosemiótica, la zoosemiótica y la fitosemiótica, lleva tiempo explorando
y reconocimiento el papel de los no-humanos. En este sentido, es importante señalar la La discusión poshumanista no contempla la tierra simplemente como algo que hay
iconografía de las portadas de de Signis. La revista de la Asociación Latinoamericana de que cuidar, sino que señala que la agencia de lo no-humano puede tener efectos devastado-
Semiótica ha sido pionera en poner de manifiesto los procesos semióticos y la agencia ani- res para la humanidad. William E. Connolly (2017) habla de fuerzas planetarias, como los
mal. La tradición literaria es rica en todo tipo de encuentros entre humanos y no-humanos, episodios de cambio climático, los flujos glaciares o la evolución de los océanos, todos ellos
como se ve claramente en las fábulas. Pero algunas narrativas van más allá, como las Me- formas de agencia no-humana que exhibe cierto grado de auto-organización interna además
tamorfosis de Ovidio, o los bestiarios mitológicos, antiguos y modernos, como el de Jorge de incidir en la vida humana de diversas maneras. (2017: 4) Lamentablemente, esta vulnera-
Luis Borges, que problematizan la frontera entre el sujeto humano y sus otros, señalando bilidad ante la agencia de otros entes se ha hecho patente durante la pandemia del Covid-19.
cuestiones ontológicas sobre la relación de ser humano con el mundo.
La semiótica ocupa un área transdisciplinar que busca tender puentes entre diver-
Se plantea, así, una condición de apertura y transcorporeidad que conecta la in- sas disciplinas que exploran la cognición y su instanciación material. Definida como acción
vestigación contemporánea sobre semiótica, cultura material, poshumanismo y ambien- sígnica por Charles S. Peirce (CP: 5.473, 5.484, 1907), la semiótica viene reconociendo
talismo. El concepto de “materia vibrante” (Bennet 20109), con raíces en el vitalismo del la inter-acción and intra-acción de los signos en el marco de la “corporeización” –embodi-
siglo XIX, o el de “transcorporeidad” (Alaimo 2010) sugieren que los cuerpos, incluso ment–, la actividad social, y procesos complejos de intercambio de información sensorial
los inanimados, son entidades materiales abiertas y porosas a su entorno, y en constante –luz, sonido, tacto, etcétera– en experiencias subjetivamente significativas.
interacción. Esto significa que las fuerzas naturales y los procesos climáticos y geológicos,
pueden tener formas de agencia sobre la vida humana. Desde una perspectiva política y La acción semiótica conlleva procesos de codificación y decodificación que depen-
feminista, y en base a la noción de “ensamblaje” –agencement– de Deleuze y Guattari, in- den del medio y del canal. Los códigos pueden variar; desde códigos corporales –determi-
vestigadoras como Donna Haraway (2007) y Rosi Braidotti (2013) critican la agencia vin- nados gestos, expresiones faciales– a códigos verbales, paralingüísticos, de comportamien-
culada a la discursividad de lo humano y a los poderes hegemónicos masculinos, centrados to –protocolos, rituales, juegos–. A nivel básico, los cuerpos biológicos se comunican a
en el capitalismo y la explotación. Sus propuestas poshumanistas1 pasan por una ontología través de sustancias químicas. Por ejemplo, las neuronas codifican información mediante

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


230 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 231
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INTRODUCCIÓN ética que ayude a visibilizar la diferencia y articular que la agencia no es propiedad exclu-
siva del sujeto humano, sino que se trata de una posibilidad compartida capaz de generar
Este artículo explora los enfoques conocidos como “cognición extendida” en rela- conexiones entre entidades y procesos heterogéneos.
ción con la semiótica de Charles S. Peirce con el fin de abordar el problema de la agencia
material más allá de lo humano. En el Antropoceno, término empleado por el químico En su libro Meeting the Universe Halfway (2007), la física cuántica Karen Barad
Paul J. Crutzen y el biólogo marino Eugene F. Stoermer para referirse a la época geológica propuso el concepto de “intra-acción”, que ofrece una modulación de la agencia, sugi-
contemporánea caracterizada por el enorme impacto de la actividad y la huella humana en riendo que ésta ya no puede concebirse ligada exclusivamente a la subjetividad humana.
el planeta, se habla de encuentros con agentes no-humanos, considerando las interacciones “Intra-acción” indica una condición en la que ninguno de los actantes preexiste a sus rela-
materiales e intra-acciones que se producen a entre los organismos y sus entornos. En la ciones: “relata do not precede relations; rather, relata-within-phenomena emerge through
perspectiva Cartesiana, la agencia era el privilegio de la conciencia humana en su conexión specific intra-actions” (2007: 334). Es decir, que todo fenómeno surge de interacciones, de
con la intencionalidad. Esta visión se originó en el dualismo cartesiano mente/cuerpo, que modo que la agencia no debe entenderse como “una cuestión de acción interna” sino que
postulaba la conciencia del yo y la intencionalidad como componentes esenciales de la se trata de “una enacción, no algo que alguien o algo tiene”. (2007: 235*)
mente humana. Tal enfoque ha venido justificando el uso funcional del resto de la natura-
leza con el fin de satisfacer las necesidades humanas. En este sentido, Caitlin DeSilvey (2017) ha explorado cómo los objetos tienen
agencia a través de sus procesos de descomposición, bio-deterioro y desintegración. La au-
El término poshumanismo designa las corrientes de pensamiento que van más allá tora explica que la memoria cultural se genera en encuentros con artefactos, arquitecturas
de las visiones antropocéntricas del humanismo clásico y que plantean distintas reflexiones efímeras y sus relatos. También David Herman (2018) plantea una “narratología más allá
acerca de la naturaleza humana y no-humana. El poshumanismo contempla a la especie de lo humano” y utiliza el relato como mecanismo de “modelización alegórica” con el fin
humana como una más entre las muchas especies naturales. Desde esta perspectiva, los de arrojar luz sobre las inter-acciones e intra-acciones entre especies. Las voces narrativas
seres humanos no se consideran superiores, ni tienen derechos inherentes a servirse de la animales de las fábulas, o la alternancia entre perspectivas humanas y no humanas, prue-
naturaleza. En el poshumanismo, los derechos humanos coexisten con los derechos anima- ban que la narrativa se puede emplear para resituar el imaginario de la agencia humana
les y los de la naturaleza en general. Considera también la posibilidad de determinados puesto que los mecanismos de transmisión de conductas se codifican de manera semiótica
derechos para entes cibernéticos e Inteligencia Artificial IA humanoide. y, en el caso humano, a través de procesos de aprendizaje social que resuenan en los relatos,
contemplados como herencia de modos de construcción de nichos conductuales (Donald
La semiótica, como disciplina transversal interesada por aspectos biológicos y zoo- 1991: 208-235 citado en Herman 2018: 293).
lógicos a través la biosemiótica, la zoosemiótica y la fitosemiótica, lleva tiempo explorando
y reconocimiento el papel de los no-humanos. En este sentido, es importante señalar la La discusión poshumanista no contempla la tierra simplemente como algo que hay
iconografía de las portadas de de Signis. La revista de la Asociación Latinoamericana de que cuidar, sino que señala que la agencia de lo no-humano puede tener efectos devastado-
Semiótica ha sido pionera en poner de manifiesto los procesos semióticos y la agencia ani- res para la humanidad. William E. Connolly (2017) habla de fuerzas planetarias, como los
mal. La tradición literaria es rica en todo tipo de encuentros entre humanos y no-humanos, episodios de cambio climático, los flujos glaciares o la evolución de los océanos, todos ellos
como se ve claramente en las fábulas. Pero algunas narrativas van más allá, como las Me- formas de agencia no-humana que exhibe cierto grado de auto-organización interna además
tamorfosis de Ovidio, o los bestiarios mitológicos, antiguos y modernos, como el de Jorge de incidir en la vida humana de diversas maneras. (2017: 4) Lamentablemente, esta vulnera-
Luis Borges, que problematizan la frontera entre el sujeto humano y sus otros, señalando bilidad ante la agencia de otros entes se ha hecho patente durante la pandemia del Covid-19.
cuestiones ontológicas sobre la relación de ser humano con el mundo.
La semiótica ocupa un área transdisciplinar que busca tender puentes entre diver-
Se plantea, así, una condición de apertura y transcorporeidad que conecta la in- sas disciplinas que exploran la cognición y su instanciación material. Definida como acción
vestigación contemporánea sobre semiótica, cultura material, poshumanismo y ambien- sígnica por Charles S. Peirce (CP: 5.473, 5.484, 1907), la semiótica viene reconociendo
talismo. El concepto de “materia vibrante” (Bennet 20109), con raíces en el vitalismo del la inter-acción and intra-acción de los signos en el marco de la “corporeización” –embodi-
siglo XIX, o el de “transcorporeidad” (Alaimo 2010) sugieren que los cuerpos, incluso ment–, la actividad social, y procesos complejos de intercambio de información sensorial
los inanimados, son entidades materiales abiertas y porosas a su entorno, y en constante –luz, sonido, tacto, etcétera– en experiencias subjetivamente significativas.
interacción. Esto significa que las fuerzas naturales y los procesos climáticos y geológicos,
pueden tener formas de agencia sobre la vida humana. Desde una perspectiva política y La acción semiótica conlleva procesos de codificación y decodificación que depen-
feminista, y en base a la noción de “ensamblaje” –agencement– de Deleuze y Guattari, in- den del medio y del canal. Los códigos pueden variar; desde códigos corporales –determi-
vestigadoras como Donna Haraway (2007) y Rosi Braidotti (2013) critican la agencia vin- nados gestos, expresiones faciales– a códigos verbales, paralingüísticos, de comportamien-
culada a la discursividad de lo humano y a los poderes hegemónicos masculinos, centrados to –protocolos, rituales, juegos–. A nivel básico, los cuerpos biológicos se comunican a
en el capitalismo y la explotación. Sus propuestas poshumanistas1 pasan por una ontología través de sustancias químicas. Por ejemplo, las neuronas codifican información mediante

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


230 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 231
Depósito Legal B.3146-2001 Universidad de Rosario (Argentina) Versión electrónica: designisfels.net
ASÚN LÓPEZ-VARELA AZCÁRATE SEMIÓTICAS COGNITIVAS Y POSTHUMANISMO

neurotransmisores. La codificación química se hace evidente en las cuatro letras –A, T, G agencia los entes inanimados o los no biológicos, como los virus? ¿Qué puede significar
y C– del ácido desoxirribonucleico o ADN, que representan los componentes químicos la codificación DoT en términos de agencia no-humana? ¿Cuáles son las formas éticas
de la vida. Normalmente, no se encuentra en entidades abióticas no vivas, pero algunas de manejar la co-agencia en el marco de las neuro-tecnologías, especialmente aquellas
rocas y meteoritos contienen rastros de ADN de otros organismos, lo que muestra, una que podrían permitir la manipulación de los seres humanos? ¿Qué formas de agencia y
vez más, la “transcorporeidad” de los entes y un cierto efecto disruptivo, que podría con- responsabilidad se contemplan en la IA? Las líneas que siguen intentan avanzar hacia
siderarse una forma primitiva de agencia, de organismos que quedan depositados en estos una formulación más clara de estos interrogantes, sin llegar a resolverlos por completo.
sedimentos. Paleontólogos como Shubin (2008) o Tennesen (2015) muestran cómo este
tipo de intra-acciones han jugado un papel fundamental en la evolución de las especies y
las adaptaciones al medio ambiente. 2. LOS PROCESOS SEMIÓTICOS Y EL FUNDAMENTO DE LOS SIGNOS

La codificación puede considerarse un sistema de reglas para convertir o traducir in- La clasificación de relaciones sígnicas de Peirce se basa en operaciones cognitivas
formación de un sistema semiótico a otro, dependiendo del medio, que puede ser biológico fundamentales y en la continuidad entre ellas. En una de sus primeras definiciones, Peirce
o artificial y tecnológico. Aunque típicamente no son explícitos y están sujetos a reglas que habla del “fundamento” –ground– del signo, con la siguiente explicación:
pueden ser más o menos obvias, los códigos son sistemas de acciones sígnicas. El conoci-
miento de un código determinado puede ayudar a reproducir la información que contiene.
Un signo, o representamen, es algo que está para alguien, por algo, en algún
Por ejemplo, el concepto de ADN de las cosas –DNA of Things DoT– fue introducido recien-
aspecto o capacidad. Se dirige a alguien, es decir, crea en la mente de esa
temente por un equipo de científicos de Israel y Suiza que logró crear un conejito impreso
persona un signo equivalente, o quizás un signo más desarrollado. A ese
en 3D que contiene las instrucciones para su fabricación codificadas en el propio plástico;
signo que crea lo llamo interpretante del primer signo. El signo representa
algo similar al ADN de los organismos biológicos (Koch, Gantenbein, MasaniaStark, Erlich
algo, su objeto. Representa ese objeto, no en todos los aspectos, sino en
& Grass 2019). Esta técnica permite que los objetos se conviertan en dispositivos indepen-
referencia a una especie de idea, que a veces he llamado el fundamento del
dientes para el almacenamiento de información, a diferencia del Internet de las cosas, que
representamen. (CP 2.228, énf. orig*, c.1897)
requiere la coordinación de acciones desde un dispositivo informático –tableta, teléfono,
etc. – De manera similar, los investigadores de la Universidad de Harvard han conseguido
El término “fundamento” se refiere a la primeridad como pura forma posibilitante
almacenar imágenes y películas en el ADN de células vivas de Escherichia coli –E. coli
básica. Las posibilidades del signo vienen determinadas por ese “fundamento” habilitan-
(Shipman, Nivala, Macklis & Church 2017). Como veremos más abajo, esta integración de
te y crucial, que reconoce que el signo percibido es relevante para su objeto semiótico
información digital en tejido biológico y ADN, que también se viene realizando en el Broad
únicamente en un aspecto o capacidad particular, dentro de otras posibilidades. Es tam-
Institute de MIT y Harvard, complica el tema de la agencia humana y no-humana vinculada
bién importante porque enfatiza que la cognición plasma solo un aspecto de lo que prece-
a la controversia sobre la ‘mente extendida’ que exploraremos después.
dió, estableciendo espacios de agencia semióticamente fundamentados.
Algunas de las conversiones descritas parecen implicar un principio holístico de
La discusión sobre la agencia es central en el marco del discurso poshumanista,
continuidad ontológica: desde los intercambios químicos de organismos unicelulares, has-
puesto que las teorías que vienen surgiendo en los últimos años, en parte como consecuen-
ta formas semióticas complejas en animales y seres humanos. Este principio aparece tam-
cia del cambio climático, pero también del desarrollo de la robótica y de la IA, proveen de
bién en el contexto de la investigación paleontológica contemporánea. Por ejemplo, en la
agencia ya no solo a los animales, sino también a los objetos inanimados, naturales y artifi-
investigación publicada en el libro Your Inner Fish: The amazing discovery of our 375-million-
ciales. Por ejemplo, SINC –acrónimo de Servicio de Información y Noticias Científicas–,
year-old ancestor (2008) Neil Shubin explora cómo el registro fósil de algunos peces, como
agencia de noticias científicas de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología,
el extinguido Tiktaalik roseae descubierto en 2006, revela una trayectoria evolutiva en
da cuenta del proyecto “Mentes materiales” liderado por el Consejo Superior de Investiga-
virtud de la cual determinadas especies podrían haberse adaptado a la vida en la tierra. La
ciones Científicas de España CSIC. Se trata de un proyecto de arqueología que explora lo
investigación, que recibió el prestigioso premio Phi Beta Kappa, muestra la vinculación
que denominan “huella cognitiva”, descrita bajo el titular “Jarrones, tatuajes y rascacielos:
filogenética de la especie humana a partir de estas especies.
artefactos culturales que moldean nuestra forma de pensar”.3 El proyecto comprende un
estudio de las interacciones entre el cerebro predictivo, los artefactos culturales y la explo-
Así las cosas, es necesario contemplar los procesos semióticos en un marco extenso
ración visual –acrónimo de XSCAPE, por sus siglas en inglés– y ha sido dotado en 2021
que incluya medios y canales específicos, y entender el término “medio” en su sentido
con 10 millones de euros por las Synergy Grant, del Consejo Europeo de Investigación.
amplio, incluyendo a las entidades biológicas junto a otras formas materiales, orgánicas
o tecnológicas, y prestando atención a las inter-acciones e intra-acciones. Dependiendo
Ideas similares están siendo planteadas desde el Departamento de Arqueología
del medio, tecnológico o biológico, puede que existan diversos tipos de relaciones vin-
Cognitiva de la Universidad de Oxford por Lambros Malafouris. Este autor contempla los
culadas a la agencia. De esta forma, se plantean preguntas como las siguientes: ¿Tienen

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


232 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 233
Depósito Legal B.3146-2001 Universidad de Rosario (Argentina) Versión electrónica: designisfels.net
ASÚN LÓPEZ-VARELA AZCÁRATE SEMIÓTICAS COGNITIVAS Y POSTHUMANISMO

neurotransmisores. La codificación química se hace evidente en las cuatro letras –A, T, G agencia los entes inanimados o los no biológicos, como los virus? ¿Qué puede significar
y C– del ácido desoxirribonucleico o ADN, que representan los componentes químicos la codificación DoT en términos de agencia no-humana? ¿Cuáles son las formas éticas
de la vida. Normalmente, no se encuentra en entidades abióticas no vivas, pero algunas de manejar la co-agencia en el marco de las neuro-tecnologías, especialmente aquellas
rocas y meteoritos contienen rastros de ADN de otros organismos, lo que muestra, una que podrían permitir la manipulación de los seres humanos? ¿Qué formas de agencia y
vez más, la “transcorporeidad” de los entes y un cierto efecto disruptivo, que podría con- responsabilidad se contemplan en la IA? Las líneas que siguen intentan avanzar hacia
siderarse una forma primitiva de agencia, de organismos que quedan depositados en estos una formulación más clara de estos interrogantes, sin llegar a resolverlos por completo.
sedimentos. Paleontólogos como Shubin (2008) o Tennesen (2015) muestran cómo este
tipo de intra-acciones han jugado un papel fundamental en la evolución de las especies y
las adaptaciones al medio ambiente. 2. LOS PROCESOS SEMIÓTICOS Y EL FUNDAMENTO DE LOS SIGNOS

La codificación puede considerarse un sistema de reglas para convertir o traducir in- La clasificación de relaciones sígnicas de Peirce se basa en operaciones cognitivas
formación de un sistema semiótico a otro, dependiendo del medio, que puede ser biológico fundamentales y en la continuidad entre ellas. En una de sus primeras definiciones, Peirce
o artificial y tecnológico. Aunque típicamente no son explícitos y están sujetos a reglas que habla del “fundamento” –ground– del signo, con la siguiente explicación:
pueden ser más o menos obvias, los códigos son sistemas de acciones sígnicas. El conoci-
miento de un código determinado puede ayudar a reproducir la información que contiene.
Un signo, o representamen, es algo que está para alguien, por algo, en algún
Por ejemplo, el concepto de ADN de las cosas –DNA of Things DoT– fue introducido recien-
aspecto o capacidad. Se dirige a alguien, es decir, crea en la mente de esa
temente por un equipo de científicos de Israel y Suiza que logró crear un conejito impreso
persona un signo equivalente, o quizás un signo más desarrollado. A ese
en 3D que contiene las instrucciones para su fabricación codificadas en el propio plástico;
signo que crea lo llamo interpretante del primer signo. El signo representa
algo similar al ADN de los organismos biológicos (Koch, Gantenbein, MasaniaStark, Erlich
algo, su objeto. Representa ese objeto, no en todos los aspectos, sino en
& Grass 2019). Esta técnica permite que los objetos se conviertan en dispositivos indepen-
referencia a una especie de idea, que a veces he llamado el fundamento del
dientes para el almacenamiento de información, a diferencia del Internet de las cosas, que
representamen. (CP 2.228, énf. orig*, c.1897)
requiere la coordinación de acciones desde un dispositivo informático –tableta, teléfono,
etc. – De manera similar, los investigadores de la Universidad de Harvard han conseguido
El término “fundamento” se refiere a la primeridad como pura forma posibilitante
almacenar imágenes y películas en el ADN de células vivas de Escherichia coli –E. coli
básica. Las posibilidades del signo vienen determinadas por ese “fundamento” habilitan-
(Shipman, Nivala, Macklis & Church 2017). Como veremos más abajo, esta integración de
te y crucial, que reconoce que el signo percibido es relevante para su objeto semiótico
información digital en tejido biológico y ADN, que también se viene realizando en el Broad
únicamente en un aspecto o capacidad particular, dentro de otras posibilidades. Es tam-
Institute de MIT y Harvard, complica el tema de la agencia humana y no-humana vinculada
bién importante porque enfatiza que la cognición plasma solo un aspecto de lo que prece-
a la controversia sobre la ‘mente extendida’ que exploraremos después.
dió, estableciendo espacios de agencia semióticamente fundamentados.
Algunas de las conversiones descritas parecen implicar un principio holístico de
La discusión sobre la agencia es central en el marco del discurso poshumanista,
continuidad ontológica: desde los intercambios químicos de organismos unicelulares, has-
puesto que las teorías que vienen surgiendo en los últimos años, en parte como consecuen-
ta formas semióticas complejas en animales y seres humanos. Este principio aparece tam-
cia del cambio climático, pero también del desarrollo de la robótica y de la IA, proveen de
bién en el contexto de la investigación paleontológica contemporánea. Por ejemplo, en la
agencia ya no solo a los animales, sino también a los objetos inanimados, naturales y artifi-
investigación publicada en el libro Your Inner Fish: The amazing discovery of our 375-million-
ciales. Por ejemplo, SINC –acrónimo de Servicio de Información y Noticias Científicas–,
year-old ancestor (2008) Neil Shubin explora cómo el registro fósil de algunos peces, como
agencia de noticias científicas de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología,
el extinguido Tiktaalik roseae descubierto en 2006, revela una trayectoria evolutiva en
da cuenta del proyecto “Mentes materiales” liderado por el Consejo Superior de Investiga-
virtud de la cual determinadas especies podrían haberse adaptado a la vida en la tierra. La
ciones Científicas de España CSIC. Se trata de un proyecto de arqueología que explora lo
investigación, que recibió el prestigioso premio Phi Beta Kappa, muestra la vinculación
que denominan “huella cognitiva”, descrita bajo el titular “Jarrones, tatuajes y rascacielos:
filogenética de la especie humana a partir de estas especies.
artefactos culturales que moldean nuestra forma de pensar”.3 El proyecto comprende un
estudio de las interacciones entre el cerebro predictivo, los artefactos culturales y la explo-
Así las cosas, es necesario contemplar los procesos semióticos en un marco extenso
ración visual –acrónimo de XSCAPE, por sus siglas en inglés– y ha sido dotado en 2021
que incluya medios y canales específicos, y entender el término “medio” en su sentido
con 10 millones de euros por las Synergy Grant, del Consejo Europeo de Investigación.
amplio, incluyendo a las entidades biológicas junto a otras formas materiales, orgánicas
o tecnológicas, y prestando atención a las inter-acciones e intra-acciones. Dependiendo
Ideas similares están siendo planteadas desde el Departamento de Arqueología
del medio, tecnológico o biológico, puede que existan diversos tipos de relaciones vin-
Cognitiva de la Universidad de Oxford por Lambros Malafouris. Este autor contempla los
culadas a la agencia. De esta forma, se plantean preguntas como las siguientes: ¿Tienen

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


232 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 233
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artefactos como partes integrales de los procesos cognitivos (Malafouris 2013: 7), y defien- surgir” –enact– formas semióticas latentes entre los organismos y su entorno. El biosemió-
de un continuo “proceso dinámico co-evolutivo de profunda enculturación y acoplamiento logo holandés Jesper Hoffmeyer ha denominado este proceso “emergencia” (López-Varela
material” (Malafouris 2013: 45*). Se conoce como “Teoría del acoplamiento material” 2012: 115-119).
–Material Engagement Theory MET y concibe la agencia material desde un enfoque no-an-
tropocéntrico, abriendo camino a concepciones poshumanistas. En las líneas que siguen El concepto de “ofrecimientos o posibilidades” –affordances–, conjunto de estímu-
intentaremos mostrar cómo algunas de estas ideas ya se encuentran presentes en las teorías los que un objeto proporciona a un interpretante para que adquiera carácter de signo,
de Charles S. Peirce. presupone un potencial enactivo. Fue desarrollado inicialmente por el psicólogo James J.
Gibson (1977), quien argumentó que los seres humanos pueden modificar las prestacio-
nes de su entorno para su propio beneficio. El aprendizaje de estas posibilidades surge a
través de la manipulación directa de objetos en los procesos sensomotores (Donald 1991),
y también a través de las experiencias mediadas intersubjectivamente por otros miembros
del grupo (Zlatev 2008). Desde esta perspectiva, la cognición se origina de la interacción
dinámica entre los organismos y su entorno, en el marco de un grupo de teorías que
plantean puntos de vista convergentes y se conocen como las 4Es –embodied, embedded, en-
acting, extended–, es decir, cognición –corporeizada, contextuada (o distribuida), enactista,
y extendida en instrumentos materiales que funcionan como extensiones del pensamiento.
Según los autores de The Embodied Mind:

Lo fundamental, entonces, es que la especie presenta y especifica su propio


dominio... este dominio no existe “ahí afuera” en un ambiente que actúa
como una pista de aterrizaje para organismos que de alguna manera caen
o se lanzan en paracaídas al mundo. Por el contrario, los seres vivos y sus
entornos se relacionan entre sí mediante la especificación mutua o la code-
terminación. (Varela, Thompson y Rosch, 1992: 198-199*)
Figura 1. Modelo XSCAPE. Material Minds financiado por el European Research Council (ERC-2020-SyG 951631 –
XSCAPE Project). Véase también Criado-Boado et al. (2019)
Las formas de cognición más básicas tienen que ver con la exploración de estructu-
ras ambientales a través de la captación de estas posibilidades –affordances– y la selección y
refinamiento de “acoplamientos” –couplings– de patrones sensomotores. Esto implica ya una
3. ENACTIVISMO Y CONTINUIDAD ONTOLÓGICA
cierta agencia de cualquier organismo sobre su entorno externo. En este sentido, Peirce hace
hincapié que los signos son simultáneamente generados y generativos –signos equivalentes y
Los orígenes de estas nuevas orientaciones entroncan con el principio de conti- signos más desarrollados “more developed signs”–, y que algo –potencialmente cualquier cosa–
nuidad ontológica, presente tanto en el pragmatismo como en la fenomenología, y ante- adquiere la función de signo en el proceso de creación de significado (CP 2.59, 1894).
riormente en el vitalismo. Suponen interrogarse por las condiciones para que los objetos
inanimados tengan co-agencia. Shaun Gallagher (2000, 2017) ha señalado que tanto La acción de los signos solo “hace surgir” –enact– algunos aspectos en un espa-
los representantes del pragmatismo como los de la fenomenología pueden considerarse cio-tiempo particular dentro del continuo de la experiencia. Estos matices muestran que
precursores de estos enfoques enactivos y extendidos de la cognición, describiendo el enac- la materialidad de los objetos tiene varias formas de volverse significativa en el marco del
tivismo como una “filosofía de la naturaleza”, que sitúa la mente y el comportamiento en “fundamento”–ground– del signo. (CP 3.160, 1880). La clasificación de Peirce deja claro
una perspectiva pragmática holística (véase también Barrett, 2019). que los signos no representan la realidad en su totalidad, sino que presentan algún aspecto
de la realidad a un interpretante en una situación concreta, condicionada por determina-
El término “enacción” fue utilizado por primera vez por los científicos chilenos dos aspectos –físicos, culturales– que ofrecen determinadas posibilidades –affordances–.
Humberto Maturana y Francisco J. Varela en su libro (1984) El árbol del conocimiento: las El principio de continuidad ontológica de Peirce problematiza además la relación entre
raíces biológicas del entendimiento humano. Para estos autores, “enacción” significa “hacer sur- interioridad y exterioridad, cuando afirma que
gir”, una noción relacionada con su idea de que los sistemas biológicos son “autopoéticos”;
lo que significa que son proactivos y se auto-organizan y auto-regulan de manera autóno- Los psicólogos se comprometen a localizar varios poderes mentales en el cere-
ma en tramos espacio-temporales concretos. Estas intra-acciones e interacciones “hacen bro; y sobre todo considerar como bastante cierto que la facultad del lenguaje

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artefactos como partes integrales de los procesos cognitivos (Malafouris 2013: 7), y defien- surgir” –enact– formas semióticas latentes entre los organismos y su entorno. El biosemió-
de un continuo “proceso dinámico co-evolutivo de profunda enculturación y acoplamiento logo holandés Jesper Hoffmeyer ha denominado este proceso “emergencia” (López-Varela
material” (Malafouris 2013: 45*). Se conoce como “Teoría del acoplamiento material” 2012: 115-119).
–Material Engagement Theory MET y concibe la agencia material desde un enfoque no-an-
tropocéntrico, abriendo camino a concepciones poshumanistas. En las líneas que siguen El concepto de “ofrecimientos o posibilidades” –affordances–, conjunto de estímu-
intentaremos mostrar cómo algunas de estas ideas ya se encuentran presentes en las teorías los que un objeto proporciona a un interpretante para que adquiera carácter de signo,
de Charles S. Peirce. presupone un potencial enactivo. Fue desarrollado inicialmente por el psicólogo James J.
Gibson (1977), quien argumentó que los seres humanos pueden modificar las prestacio-
nes de su entorno para su propio beneficio. El aprendizaje de estas posibilidades surge a
través de la manipulación directa de objetos en los procesos sensomotores (Donald 1991),
y también a través de las experiencias mediadas intersubjectivamente por otros miembros
del grupo (Zlatev 2008). Desde esta perspectiva, la cognición se origina de la interacción
dinámica entre los organismos y su entorno, en el marco de un grupo de teorías que
plantean puntos de vista convergentes y se conocen como las 4Es –embodied, embedded, en-
acting, extended–, es decir, cognición –corporeizada, contextuada (o distribuida), enactista,
y extendida en instrumentos materiales que funcionan como extensiones del pensamiento.
Según los autores de The Embodied Mind:

Lo fundamental, entonces, es que la especie presenta y especifica su propio


dominio... este dominio no existe “ahí afuera” en un ambiente que actúa
como una pista de aterrizaje para organismos que de alguna manera caen
o se lanzan en paracaídas al mundo. Por el contrario, los seres vivos y sus
entornos se relacionan entre sí mediante la especificación mutua o la code-
terminación. (Varela, Thompson y Rosch, 1992: 198-199*)
Figura 1. Modelo XSCAPE. Material Minds financiado por el European Research Council (ERC-2020-SyG 951631 –
XSCAPE Project). Véase también Criado-Boado et al. (2019)
Las formas de cognición más básicas tienen que ver con la exploración de estructu-
ras ambientales a través de la captación de estas posibilidades –affordances– y la selección y
refinamiento de “acoplamientos” –couplings– de patrones sensomotores. Esto implica ya una
3. ENACTIVISMO Y CONTINUIDAD ONTOLÓGICA
cierta agencia de cualquier organismo sobre su entorno externo. En este sentido, Peirce hace
hincapié que los signos son simultáneamente generados y generativos –signos equivalentes y
Los orígenes de estas nuevas orientaciones entroncan con el principio de conti- signos más desarrollados “more developed signs”–, y que algo –potencialmente cualquier cosa–
nuidad ontológica, presente tanto en el pragmatismo como en la fenomenología, y ante- adquiere la función de signo en el proceso de creación de significado (CP 2.59, 1894).
riormente en el vitalismo. Suponen interrogarse por las condiciones para que los objetos
inanimados tengan co-agencia. Shaun Gallagher (2000, 2017) ha señalado que tanto La acción de los signos solo “hace surgir” –enact– algunos aspectos en un espa-
los representantes del pragmatismo como los de la fenomenología pueden considerarse cio-tiempo particular dentro del continuo de la experiencia. Estos matices muestran que
precursores de estos enfoques enactivos y extendidos de la cognición, describiendo el enac- la materialidad de los objetos tiene varias formas de volverse significativa en el marco del
tivismo como una “filosofía de la naturaleza”, que sitúa la mente y el comportamiento en “fundamento”–ground– del signo. (CP 3.160, 1880). La clasificación de Peirce deja claro
una perspectiva pragmática holística (véase también Barrett, 2019). que los signos no representan la realidad en su totalidad, sino que presentan algún aspecto
de la realidad a un interpretante en una situación concreta, condicionada por determina-
El término “enacción” fue utilizado por primera vez por los científicos chilenos dos aspectos –físicos, culturales– que ofrecen determinadas posibilidades –affordances–.
Humberto Maturana y Francisco J. Varela en su libro (1984) El árbol del conocimiento: las El principio de continuidad ontológica de Peirce problematiza además la relación entre
raíces biológicas del entendimiento humano. Para estos autores, “enacción” significa “hacer sur- interioridad y exterioridad, cuando afirma que
gir”, una noción relacionada con su idea de que los sistemas biológicos son “autopoéticos”;
lo que significa que son proactivos y se auto-organizan y auto-regulan de manera autóno- Los psicólogos se comprometen a localizar varios poderes mentales en el cere-
ma en tramos espacio-temporales concretos. Estas intra-acciones e interacciones “hacen bro; y sobre todo considerar como bastante cierto que la facultad del lenguaje

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4. LA “MENTE EXTENDIDA”, EL “YO NARRATIVO” Y LA “TEORÍA DEL ACOMPLAMIENTO


reside en un determinado lóbulo; pero creo que se acerca más a la verdad MATERIAL”
–aunque no del todo– que el lenguaje reside en la lengua. En mi opinión,
es mucho más cierto que los pensamientos de un escritor viviente están en Según Peirce, a medida que la experiencia y el aprendizaje se fusionan, incorpo-
cualquier copia impresa de su libro que en su cerebro. (CP 7.364*, c.1902) rados contextos institucionales y culturales particulares embodied+embedded, se vuelve casi
imposible establecer una jerarquía vertical de los estratos de influencia, porque todo el
Unas líneas después, añade la conocida cita sobre su tintero: intercambio tiene lugar en un continuo: “Debemos suponer una continuidad entre la na-
turaleza de la mente y la materia” (CP 6.277*, c.1893). Y agrega lo siguiente:
Un psicólogo corta un lóbulo de mi cerebro “nihil animale me alienum puto4– y
luego, cuando descubro que no puedo expresarme, dice: “Ves, tu facultad del
lenguaje estaba localizada en ese lóbulo”. Sin duda lo estaba; y así, si me hubie- Esta hipótesis podría denominarse materialista, ya que atribuye a la mente
ra quitado el tintero, no habría podido continuar mi discusión hasta que tuviera una de las propiedades reconocidas de la materia, la extensión, y atribuye a
otro. Sí. Incluso los pensamientos no me vendrían. De modo que mi facultad de toda materia un cierto grado de sensación, si bien muy bajo, junto a un cierto po-
discusión está igualmente localizada en mi tintero. Es localización en el sentido der de adoptar hábitos. Pero difiere esencialmente del materialismo en que,
que una cosa puede estar en dos lugares a la vez. (CP 7.366*, c.1902) en lugar de suponer que la mente está gobernada por una ley mecánica y
obcecada, considera como única ley primigenia, reconocida como ley mental,
Winfried Nöth (2010) afirma que, al dar el ejemplo del tintero, el propósito de a la ley de asociación, a partir de la cual las leyes de la materia se consideran
Peirce es ilustrar el papel de la causalidad eficiente en los procesos de semiosis, señalando como meros resultados especiales. (CP 6.277*, c.1893, énfasis añadido)
que esta causa eficiente puede evolucionar para convertirse en un factor que actúa como
agencia final, tal y como señala el propio Peirce “la causalidad final no se puede imaginar El concepto de Peirce de “sinequismo o sinejismo” –“la tendencia a considerar todo
sin una causalidad eficiente” (CP: 1.213*, 1902). En palabras de Nöth, como un continuo” (CP 7.565*, c.1892)–, se acerca a algunas de las propuestas denomi-
nadas conjuntamente “cognición extendida”. Añade qie “el tiempo y el espacio son con-
La herramienta del tintero es un signo metonímico, un índice que apunta tinuos porque encarnan condiciones de posibilidad, y lo posible es general; y continuidad
al medio de escritura que la tinta hace posible. Lo que el escritor nos dice y generalidad son dos nombres para la misma ausencia de distinción de lo individual (CP
es que su autoría depende de algo más que de la tecnología como me- 4.172*, 1897).
dio de escritura. El medio de la escritura es un signo complejo que actúa
como co-agente y, por tanto, co-autor del escritor. Las implicaciones de La denominada teoría de la ‘mente extendida’ (Extended Mind) se habla de “aco-
esta co-agencia han sido bien descritas por la investigación teórica sobre plamientos” –couplings– entre las percepciones de los organismos y los objetos/artefactos
los medios y las transformaciones resultantes de la transición de la era de la de su entorno, que juegan un papel funcional (Clark y Chalmers 1999). En este sentido,
oralidad a la era de la escritura. (Nöth, 2010: 55*) Peirce afirma que “lo que llamamos materia no está completamente muerto, sino que es
simplemente una mente ligada a hábitos de manera no ostensible” –mind hidebound with
En su trabajo de 2009, Nöth ya hace notar una consideración importante: “el agente habits– (CP 6.158*, 1892) Esta afirmación lleva implícita el reconocimiento de formas
en el proceso de semiosis en el que el signo crea un interpretante, es el signo, no el destina- de modulación de la agencia; desde lo que podríamos denominar “mínima”, a formas
tario, y la agencia del signo es de causalidad final: es el propósito del signo crear un interpre- complejas como las que regulan las acciones humanas. De esta forma, Peirce pone de ma-
tante” (2009: 19*). Por lo tanto, los signos no son meros instrumentos, sino que son agentes nifiesto la “modificación de las tendencias de una persona hacia la acción, como resultado
que actúan con autonomía semiótica propia, mediando relaciones entre las cosas. Añade de experiencias previas, o de actos previos de voluntad, o de un complejo de ambos tipos
también que “operan por causalidad final, aunque no pueden prescindir de causas eficientes de causas”. (CP 5.476*, 1907).
para transmitir sus mensajes. La causalidad final implica una interacción triádica; es la causa-
lidad de propósitos, intenciones, ideas, signos y leyes generales a largo plazo, todos los cuales En 2000, Shaun Gallagher postuló la diferenciación entre el “yo mínimo” y el “yo
pertenecen a la categoría peirceana de terceridad” (Nöth 2009: 19*). narrativo”. El “yo mínimo” experimenta auto-conciencia como sujeto inmediato de una
determinada experiencia, aunque esta auto-conciencia no se extiende en el tiempo. Se
Este argumento sirve a Nöth para formular su hipótesis de que las máquinas comple- alinea con la forma en que podrían funcionar las mentes de animales complejos, siguiendo
jas son “co-agentes en el proceso de semiosis mediática en la medida en que determinan la simplemente funciones sensomotoras, y también con los modelos de robótica primera
disponibilidad y elección de signos, restringiendo y aumentando parcialmente el potencial generación. Por el contrario, el “yo narrativo” implica ya la conciencia de una identidad
creativo de sus usuarios.” (2010: 56*). Las observaciones de Nöth son fundamentales para personal y su continuidad en el tiempo, lo que supone un esquema-imagen de si-mismo
entender la necesidad de una modulación de la agencia, tal y como se menciona más abajo. más o menos coherente.

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4. LA “MENTE EXTENDIDA”, EL “YO NARRATIVO” Y LA “TEORÍA DEL ACOMPLAMIENTO


reside en un determinado lóbulo; pero creo que se acerca más a la verdad MATERIAL”
–aunque no del todo– que el lenguaje reside en la lengua. En mi opinión,
es mucho más cierto que los pensamientos de un escritor viviente están en Según Peirce, a medida que la experiencia y el aprendizaje se fusionan, incorpo-
cualquier copia impresa de su libro que en su cerebro. (CP 7.364*, c.1902) rados contextos institucionales y culturales particulares embodied+embedded, se vuelve casi
imposible establecer una jerarquía vertical de los estratos de influencia, porque todo el
Unas líneas después, añade la conocida cita sobre su tintero: intercambio tiene lugar en un continuo: “Debemos suponer una continuidad entre la na-
turaleza de la mente y la materia” (CP 6.277*, c.1893). Y agrega lo siguiente:
Un psicólogo corta un lóbulo de mi cerebro “nihil animale me alienum puto4– y
luego, cuando descubro que no puedo expresarme, dice: “Ves, tu facultad del
lenguaje estaba localizada en ese lóbulo”. Sin duda lo estaba; y así, si me hubie- Esta hipótesis podría denominarse materialista, ya que atribuye a la mente
ra quitado el tintero, no habría podido continuar mi discusión hasta que tuviera una de las propiedades reconocidas de la materia, la extensión, y atribuye a
otro. Sí. Incluso los pensamientos no me vendrían. De modo que mi facultad de toda materia un cierto grado de sensación, si bien muy bajo, junto a un cierto po-
discusión está igualmente localizada en mi tintero. Es localización en el sentido der de adoptar hábitos. Pero difiere esencialmente del materialismo en que,
que una cosa puede estar en dos lugares a la vez. (CP 7.366*, c.1902) en lugar de suponer que la mente está gobernada por una ley mecánica y
obcecada, considera como única ley primigenia, reconocida como ley mental,
Winfried Nöth (2010) afirma que, al dar el ejemplo del tintero, el propósito de a la ley de asociación, a partir de la cual las leyes de la materia se consideran
Peirce es ilustrar el papel de la causalidad eficiente en los procesos de semiosis, señalando como meros resultados especiales. (CP 6.277*, c.1893, énfasis añadido)
que esta causa eficiente puede evolucionar para convertirse en un factor que actúa como
agencia final, tal y como señala el propio Peirce “la causalidad final no se puede imaginar El concepto de Peirce de “sinequismo o sinejismo” –“la tendencia a considerar todo
sin una causalidad eficiente” (CP: 1.213*, 1902). En palabras de Nöth, como un continuo” (CP 7.565*, c.1892)–, se acerca a algunas de las propuestas denomi-
nadas conjuntamente “cognición extendida”. Añade qie “el tiempo y el espacio son con-
La herramienta del tintero es un signo metonímico, un índice que apunta tinuos porque encarnan condiciones de posibilidad, y lo posible es general; y continuidad
al medio de escritura que la tinta hace posible. Lo que el escritor nos dice y generalidad son dos nombres para la misma ausencia de distinción de lo individual (CP
es que su autoría depende de algo más que de la tecnología como me- 4.172*, 1897).
dio de escritura. El medio de la escritura es un signo complejo que actúa
como co-agente y, por tanto, co-autor del escritor. Las implicaciones de La denominada teoría de la ‘mente extendida’ (Extended Mind) se habla de “aco-
esta co-agencia han sido bien descritas por la investigación teórica sobre plamientos” –couplings– entre las percepciones de los organismos y los objetos/artefactos
los medios y las transformaciones resultantes de la transición de la era de la de su entorno, que juegan un papel funcional (Clark y Chalmers 1999). En este sentido,
oralidad a la era de la escritura. (Nöth, 2010: 55*) Peirce afirma que “lo que llamamos materia no está completamente muerto, sino que es
simplemente una mente ligada a hábitos de manera no ostensible” –mind hidebound with
En su trabajo de 2009, Nöth ya hace notar una consideración importante: “el agente habits– (CP 6.158*, 1892) Esta afirmación lleva implícita el reconocimiento de formas
en el proceso de semiosis en el que el signo crea un interpretante, es el signo, no el destina- de modulación de la agencia; desde lo que podríamos denominar “mínima”, a formas
tario, y la agencia del signo es de causalidad final: es el propósito del signo crear un interpre- complejas como las que regulan las acciones humanas. De esta forma, Peirce pone de ma-
tante” (2009: 19*). Por lo tanto, los signos no son meros instrumentos, sino que son agentes nifiesto la “modificación de las tendencias de una persona hacia la acción, como resultado
que actúan con autonomía semiótica propia, mediando relaciones entre las cosas. Añade de experiencias previas, o de actos previos de voluntad, o de un complejo de ambos tipos
también que “operan por causalidad final, aunque no pueden prescindir de causas eficientes de causas”. (CP 5.476*, 1907).
para transmitir sus mensajes. La causalidad final implica una interacción triádica; es la causa-
lidad de propósitos, intenciones, ideas, signos y leyes generales a largo plazo, todos los cuales En 2000, Shaun Gallagher postuló la diferenciación entre el “yo mínimo” y el “yo
pertenecen a la categoría peirceana de terceridad” (Nöth 2009: 19*). narrativo”. El “yo mínimo” experimenta auto-conciencia como sujeto inmediato de una
determinada experiencia, aunque esta auto-conciencia no se extiende en el tiempo. Se
Este argumento sirve a Nöth para formular su hipótesis de que las máquinas comple- alinea con la forma en que podrían funcionar las mentes de animales complejos, siguiendo
jas son “co-agentes en el proceso de semiosis mediática en la medida en que determinan la simplemente funciones sensomotoras, y también con los modelos de robótica primera
disponibilidad y elección de signos, restringiendo y aumentando parcialmente el potencial generación. Por el contrario, el “yo narrativo” implica ya la conciencia de una identidad
creativo de sus usuarios.” (2010: 56*). Las observaciones de Nöth son fundamentales para personal y su continuidad en el tiempo, lo que supone un esquema-imagen de si-mismo
entender la necesidad de una modulación de la agencia, tal y como se menciona más abajo. más o menos coherente.

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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El “yo narrativo” de Gallagher se basa en las teorías de Dan Dennett (1978) y agencia en el sentido de que puede entenderse como el efecto de un signo en cualquier cosa
Colwyn Trevarthen (1979), autores que relacionaron el desarrollo de estructuras narrativas que actúe como una mente o “cuasi-mente”. De esta forma, una acción semiótica puede con-
mentales con una modulación de la agencia y de la intencionalidad. Esta modulación hacia vertirse en un signo más desarrollado parte de una cadena. (CP 2.228, c.18975)
el “yo narrativo” implica la noción de explicación. El “yo mínimo” puede ser consciente
de la ejecución de sus actos, si bien puede no tener sentido de propiedad sobre los mismos;
El pensamiento no está necesariamente conectado con un cerebro. Aparece
una continuidad que solo se logra mediante el desarrollo de la capacidad para hacer cone-
en la labor de las abejas, de los cristales y en todo el mundo puramente físi-
xiones como las presentes en el desarrollo del discurso humano y la noción de explicación.
co; y nadie puede negar que está ahí realmente, que los colores, las formas,
(Gallagher, 2000: 16)
etc., de los objetos están realmente ahí […] No sólo está el pensamiento en
el mundo orgánico, sino que se desarrolla en él. Pero como no puede existir
Gallagher amplía la noción de Vittorio Gallese (2001) sobre los sistemas de reso-
una Generalidad sin Instancias que la encarnen, tampoco puede haber pen-
nancia automática, integrados en las experiencias sensomotoras humanas, y su replicación
samiento sin Signos. Debemos darle al “Signo” un sentido muy amplio, sin duda,
a través de estructuras de neuronas espejo hasta llegar a las construcciones de estructuras
pero no tan amplio como para que forme parte de nuestra definición. Ad-
intersubjectivas complejas (véase también Zlatev 2008). Sostiene que el desarrollo de la
mitiendo que los signos conectados deben tener una cuasi-mente, puede declararse que
auto-imagen implica el desarrollo de competencias narrativas y auto-narrativas, y plantea
no puede haber ningún signo aislado […] En consecuencia, no es meramente
la distinción entre esquema corporal e imagen corporal. El primero supone una conciencia
un hecho de la Psicología humana, sino una necesidad de Lógica, que toda
corporal que incluye funciones sensomotoras automáticas. En segundo es una representa-
evolución lógica del pensamiento sea dialógica. (Peirce, “Prologomena to
ción de experiencias auto-conscientes donde las funciones sensomotoras sirven a la acción
an Apology for Pragmaticism” 1906: 523*, énfasis añadido)
intencional, así como otros estados mentales –deseos, creencias, etcétera. –
Efectivamente, los primeros estudios en pragmática se centraron en vincular la
La capacidad de atribuir agencia es fundamental en el desarrollo de procesos inferencia-
agencia humana con la intencionalidad de los actos de habla (Searle, 1969). Terrence Dea-
les. Solo un “yo narrativo”, un interpretante humano auto-consciente, puede interpretar un signo
con (1997) se basó en Peirce para proponer que los procesos interpretativos siguen una
como volitivo; es decir, tener un comportamiento autónomo intencional basado tanto en su
progresión desde el iconismo –reconocimiento– a la indexicalidad –contigüidad en el em-
conocimiento actual como en el aprendizaje previo. Un “yo mínimo” no tendría esta facultad, y
parejamiento de estímulo-respuesta del condicionamiento clásico–, y en el caso de la espe-
solo sería capaz de reacciones simples a fuerzas físicas externas ocurridas en el presente.
cie Homo, a los símbolos que expresan hábitos y conocimiento culturalmente compartido.
Michael Tomasello (1999) incluyó la noción de “motivación”, destacando la capacidad de
Las consideraciones de la denominada Material Engagement Theory MET, propuesta
mantener compromisos. Alessandro Duranti habló de “lugar de transacción” –Platzwech-
por Lambros Malafouris, habla de “acoplamientos” –forms of engagement– que adoptan la for-
sel– refiriéndose a la capacidad de negociación, entendimiento y acuerdo (Duranti 2010:
ma de una especie de código visual o lenguaje. Pero Malafouris va más allá de la propuesta
6), subrayando la intersubjetividad no solo como “un producto o efecto de la comunica-
de la “mente extendida” de Clark y Chalmers, que según él únicamente expande los límites
ción, sino una condición para su posibilidad” (2010: 9*) y característica definitoria de la
ontológicos de la res cogitans pero no los disuelve, de manera que la realidad material sigue
especie Homo (véase también Goodwin 2007, Zlatev 2008: 1) Cuando alguien dirige
siendo externa (Malafouris 2013: 65). El autor habla de una anatomía biocultural dinámica
su atención a un objeto por medio de la mirada o cualquier otro tipo de gesto indicial
sujeta transformaciones ontogenéticas y filogenéticas continuas, constituidas por el uso de
invita, inconscientemente, a otro a mirar. Traducidos al discurso humano, los indicadores
artefactos, como el bastón de un invidente, y que deben contemplarse como partes activas y
deícticos ayudan a desplazar estados físicos espacio-temporales a una narrativa que, im-
fundamentales de la arquitectura cognitiva (Malafouris 2013: 244). Para este investigador,
plícitamente, sitúa al receptor en la piel del narrador. En su libro más reciente Action and
más que cualquier otro animal, los seres humanos evolucionan en contacto con materiales
Interaction (2020), Gallagher argumenta que los humanos observan y aprenden de otros
como madera, piedra, cerámica, metales, vidrio, papel, plásticos, y con las formas/superficies
asumiendo un punto de vista participativo y negociador en segunda persona, en lugar de
posibilitadas –afforded– por ellas. Todo acto intencional del Homo Faber se dirige a la incor-
una posición distante y observadora en tercera persona. En este sentido, la explicación es
poración de objetos para extender su cuerpo, y con la ayuda tecnológica, mediante próstesis,
inherentemente una práctica intersubjetiva (López-Varela 2011) que sirve además como
microcirugía o modificaciones genéticas. Estas extensiones se incorporan al desarrollo cogni-
andamiaje para reconocerse a uno mismo como agente/sujeto de una conducta determina-
tivo en un proceso que incorpora lo natural y lo artificial. En el caso del bastón de la persona
da, proporcionando un cierto sentido de control sobre la misma. Esa autoconciencia sirve
invidente, el esquema corporal –body schema– incorpora el bastón al cerebro tratándolo como
para explicar las razones del propio comportamiento, pero también del comportamiento
una parte del cuerpo, mostrando la continuidad ontológica a la que se refería Peirce con su
de los demás. (Rivera-Arrizabalaga & Rivera-Velasco 2019). Por esa razón, propuestas
ejemplo del tintero. En el marco de las posibilidades sígnicas, términos “interpretante inme-
poshumanistas como la ya mencionada de David Herman (2018), son revolucionarias en
diato” e “interpretante dinámico” señalaban los diferentes niveles de interacción y aspectos
su planteamiento de una “narratología más allá de lo humano” que incorpore relatos de los
parciales de los objetos (CP 8.183, c. 1909), posibilitados por el “fundamento” –ground–.
no-humanos como mecanismo de “modelización alegórica” entre especies.
El interpretante es en sí mismo un signo en el proceso de “acoplamiento” a un objeto, y tiene

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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El “yo narrativo” de Gallagher se basa en las teorías de Dan Dennett (1978) y agencia en el sentido de que puede entenderse como el efecto de un signo en cualquier cosa
Colwyn Trevarthen (1979), autores que relacionaron el desarrollo de estructuras narrativas que actúe como una mente o “cuasi-mente”. De esta forma, una acción semiótica puede con-
mentales con una modulación de la agencia y de la intencionalidad. Esta modulación hacia vertirse en un signo más desarrollado parte de una cadena. (CP 2.228, c.18975)
el “yo narrativo” implica la noción de explicación. El “yo mínimo” puede ser consciente
de la ejecución de sus actos, si bien puede no tener sentido de propiedad sobre los mismos;
El pensamiento no está necesariamente conectado con un cerebro. Aparece
una continuidad que solo se logra mediante el desarrollo de la capacidad para hacer cone-
en la labor de las abejas, de los cristales y en todo el mundo puramente físi-
xiones como las presentes en el desarrollo del discurso humano y la noción de explicación.
co; y nadie puede negar que está ahí realmente, que los colores, las formas,
(Gallagher, 2000: 16)
etc., de los objetos están realmente ahí […] No sólo está el pensamiento en
el mundo orgánico, sino que se desarrolla en él. Pero como no puede existir
Gallagher amplía la noción de Vittorio Gallese (2001) sobre los sistemas de reso-
una Generalidad sin Instancias que la encarnen, tampoco puede haber pen-
nancia automática, integrados en las experiencias sensomotoras humanas, y su replicación
samiento sin Signos. Debemos darle al “Signo” un sentido muy amplio, sin duda,
a través de estructuras de neuronas espejo hasta llegar a las construcciones de estructuras
pero no tan amplio como para que forme parte de nuestra definición. Ad-
intersubjectivas complejas (véase también Zlatev 2008). Sostiene que el desarrollo de la
mitiendo que los signos conectados deben tener una cuasi-mente, puede declararse que
auto-imagen implica el desarrollo de competencias narrativas y auto-narrativas, y plantea
no puede haber ningún signo aislado […] En consecuencia, no es meramente
la distinción entre esquema corporal e imagen corporal. El primero supone una conciencia
un hecho de la Psicología humana, sino una necesidad de Lógica, que toda
corporal que incluye funciones sensomotoras automáticas. En segundo es una representa-
evolución lógica del pensamiento sea dialógica. (Peirce, “Prologomena to
ción de experiencias auto-conscientes donde las funciones sensomotoras sirven a la acción
an Apology for Pragmaticism” 1906: 523*, énfasis añadido)
intencional, así como otros estados mentales –deseos, creencias, etcétera. –
Efectivamente, los primeros estudios en pragmática se centraron en vincular la
La capacidad de atribuir agencia es fundamental en el desarrollo de procesos inferencia-
agencia humana con la intencionalidad de los actos de habla (Searle, 1969). Terrence Dea-
les. Solo un “yo narrativo”, un interpretante humano auto-consciente, puede interpretar un signo
con (1997) se basó en Peirce para proponer que los procesos interpretativos siguen una
como volitivo; es decir, tener un comportamiento autónomo intencional basado tanto en su
progresión desde el iconismo –reconocimiento– a la indexicalidad –contigüidad en el em-
conocimiento actual como en el aprendizaje previo. Un “yo mínimo” no tendría esta facultad, y
parejamiento de estímulo-respuesta del condicionamiento clásico–, y en el caso de la espe-
solo sería capaz de reacciones simples a fuerzas físicas externas ocurridas en el presente.
cie Homo, a los símbolos que expresan hábitos y conocimiento culturalmente compartido.
Michael Tomasello (1999) incluyó la noción de “motivación”, destacando la capacidad de
Las consideraciones de la denominada Material Engagement Theory MET, propuesta
mantener compromisos. Alessandro Duranti habló de “lugar de transacción” –Platzwech-
por Lambros Malafouris, habla de “acoplamientos” –forms of engagement– que adoptan la for-
sel– refiriéndose a la capacidad de negociación, entendimiento y acuerdo (Duranti 2010:
ma de una especie de código visual o lenguaje. Pero Malafouris va más allá de la propuesta
6), subrayando la intersubjetividad no solo como “un producto o efecto de la comunica-
de la “mente extendida” de Clark y Chalmers, que según él únicamente expande los límites
ción, sino una condición para su posibilidad” (2010: 9*) y característica definitoria de la
ontológicos de la res cogitans pero no los disuelve, de manera que la realidad material sigue
especie Homo (véase también Goodwin 2007, Zlatev 2008: 1) Cuando alguien dirige
siendo externa (Malafouris 2013: 65). El autor habla de una anatomía biocultural dinámica
su atención a un objeto por medio de la mirada o cualquier otro tipo de gesto indicial
sujeta transformaciones ontogenéticas y filogenéticas continuas, constituidas por el uso de
invita, inconscientemente, a otro a mirar. Traducidos al discurso humano, los indicadores
artefactos, como el bastón de un invidente, y que deben contemplarse como partes activas y
deícticos ayudan a desplazar estados físicos espacio-temporales a una narrativa que, im-
fundamentales de la arquitectura cognitiva (Malafouris 2013: 244). Para este investigador,
plícitamente, sitúa al receptor en la piel del narrador. En su libro más reciente Action and
más que cualquier otro animal, los seres humanos evolucionan en contacto con materiales
Interaction (2020), Gallagher argumenta que los humanos observan y aprenden de otros
como madera, piedra, cerámica, metales, vidrio, papel, plásticos, y con las formas/superficies
asumiendo un punto de vista participativo y negociador en segunda persona, en lugar de
posibilitadas –afforded– por ellas. Todo acto intencional del Homo Faber se dirige a la incor-
una posición distante y observadora en tercera persona. En este sentido, la explicación es
poración de objetos para extender su cuerpo, y con la ayuda tecnológica, mediante próstesis,
inherentemente una práctica intersubjetiva (López-Varela 2011) que sirve además como
microcirugía o modificaciones genéticas. Estas extensiones se incorporan al desarrollo cogni-
andamiaje para reconocerse a uno mismo como agente/sujeto de una conducta determina-
tivo en un proceso que incorpora lo natural y lo artificial. En el caso del bastón de la persona
da, proporcionando un cierto sentido de control sobre la misma. Esa autoconciencia sirve
invidente, el esquema corporal –body schema– incorpora el bastón al cerebro tratándolo como
para explicar las razones del propio comportamiento, pero también del comportamiento
una parte del cuerpo, mostrando la continuidad ontológica a la que se refería Peirce con su
de los demás. (Rivera-Arrizabalaga & Rivera-Velasco 2019). Por esa razón, propuestas
ejemplo del tintero. En el marco de las posibilidades sígnicas, términos “interpretante inme-
poshumanistas como la ya mencionada de David Herman (2018), son revolucionarias en
diato” e “interpretante dinámico” señalaban los diferentes niveles de interacción y aspectos
su planteamiento de una “narratología más allá de lo humano” que incorpore relatos de los
parciales de los objetos (CP 8.183, c. 1909), posibilitados por el “fundamento” –ground–.
no-humanos como mecanismo de “modelización alegórica” entre especies.
El interpretante es en sí mismo un signo en el proceso de “acoplamiento” a un objeto, y tiene

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5. LA MODULACIÓN DE LA AGENCIA proporcionen sus datos –de manera voluntaria o involuntaria, consciente o no– a través de
interacciones en línea o almacenamiento en la nube. También hay quienes recopilan y pro-
Así pues, los problemas principales a los que se enfrentan los estudios cognitivos cesan datos, quienes los venden, los analizan, etc., de modo que hay muchas “manos” que
son 1) cómo escalar los acoplamientos –couplings– físicos entre los organismos y su entor- intervienen, además de artefactos tecnológicos. Y todo esto supone una dificultad a la hora
no a dominios mentales más abstractos, es decir, ser capaces de explicar cómo la agencia de localizar la agencia (Coeckelbergh 2020, 2057). Existen además problemas derivados
se filtra en la actividad sensomotora y cómo se propaga a través de los elementos de este de que los agentes humanos empleen medios tecnológicos y IA para tomar decisiones en
sistema cognitivo complejo, 2) tratar de explicar si los modelos-esquema mentales y los base a sus recomendaciones, de modo que no puedan justificar o explicar con claridad por
procedimientos de planificación interna son parte de las estructuras de representación del qué se tomó una decisión determinada. Un ejemplo de ello sería la responsabilidad civil
cerebro, o si son productos dinámicos y emergentes de la actividad situada en un determi- resultante de un accidente derivado de la utilización de un coche eléctrico.
nado espacio-tiempo, y 3) cómo medir la atribución de agencia, y si ésta se da en no-hu-
manos, puesto que la actividad semiótica no está únicamente relacionada con la agencia Como otros poshumanistas, Malafouris contempla la agencia como el producto emer-
de un creador de signos sino que es inherente al signo mismo. Como mencionábamos más gente de la práctica del ser-en-el mundo. No la concibe como resultado de una intención pre-
arriba, en la concepción de Peirce, las intenciones no son las únicas causas de los procesos via. (Malafouris 2013: 89) Para él, la significación de los objetos materiales “no es producto de
semióticos. De manera que “no es del todo sorprendente si la causalidad final presupone la representación, sino resultado de un proceso de integración conceptual entre los dominios
una causalidad eficiente en todos los casos” (Nöth, 2010: 49). En efecto, Peirce argumentó conceptual y material” (Malafouris 2013: 90*). Y añade que, si bien la agencia y la intencio-
que la agencia contribuye a la funcionalidad cognitiva pero no es inherente a ella. Un nalidad “pueden no ser propiedades de las cosas, tampoco son propiedades de los humanos; son
ejemplo tomado del campo de la neurociencia cognitiva, es el síndrome de la mano ajena, las propiedades del acoplamiento material –material engagement–.” (Malafouris 2013: 18, 119)
resultado de un daño cerebral. La persona puede sentir tacto en la mano, pero cree que no
es parte de su cuerpo y que no posee control sobre sus movimientos. Desde el punto de vista ontológico, organismos y medio ambiente no son entidades
pre-existentes, sino que se conforman y se adaptan relacionalmente. Idhe y Malafouris (2018)
En el caso de la Inteligencia Artificial, volviendo a la noción de Nöth sobre las ponen el ejemplo de la piedra en la mano de un escultor, y explican que el acto de tallar no es
máquinas complejas, existen instrumentos analógicos que transmiten información a tra- simplemente la ejecución de una intención conforme a un plan pre-establecido, sino que la
vés de artefactos digitales conectados a ellos, y que serían buenos candidatos a la hora de piedra hace surgir esa intención en base a sus posibilidades –affordances– como material, aun-
hablar de cognición extendida. Por ejemplo, un microscopio óptico extiende el rango de que también en base a los deseos, conscientes o no, del escultor. La intención y la anticipación
visibilidad humana a través de lentes. Sin embargo, un microscopio de fuerza atómica no preceden absolutamente a la acción. La piedra, Galatea, es la otra mitad de Pigmalión, y
AFM produce datos en lugar de un proceso visual óptico. Es decir, es posible que las má- cada movimiento de la mano del artista revela algo nuevo sobre las cualidades de la piedra,
quinas complejas no aumenten el poder de la observación humana proporcionando datos convirtiéndola en materia viva y “vibrante” (Bennet 2010). La agencia surge en el momento
sensoriales; sin embargo, ofrecen acceso a datos no observables por la percepción humana. del encuentro entre la mano y la piedra. No se trata de imponer una forma a partir de una
¿Qué ocurre cuando tecnologías digitales parecidas se incorporan a la biología humana? idea, porque la materia puede colaborar, pero también puede resistirse.

Es más, Domenico Parisi, director del Instituto de Ciencias y Tecnologías Cogniti- La teoría del acoplamiento material MET amplía la reformulación de Peirce sobre
vas del Consejo Nacional de Investigación de Italia, ha escrito mucho sobre la atribución los tipos de causalidad y su relación con la modulación de la agencia, que Peirce toma,
de agencia en los robots y en la IA. Se ha visto que incluso aquellos sin rasgos humanos en parte, de Aristóteles. Éste formuló cuatro causas que producen un proceso unificado:
provocan atribuciones de agencia (2017: n.p*). La IA de nueva generación lleva progra- material –refiriéndose a la fabricación material de las cosas–, formal –características defi-
mada, además, formas de autoconciencia con el fin de incorporar procesos de retroalimen- nitorias de las cosas–, final –definiendo el propósito de las cosas–, y eficiente –refiriéndose
tación en su aprendizaje. ¿Se les puede atribuir agencia? a una fuente primaria o agente que pone en movimiento las cosas iniciando los cambios–.
La agencia está conectada con la causalidad, que a su vez surge de una interacción entre
Según Mark Coeckelbergh, aunque pueden actuar o decidir, es decir, tener agencia, la tradición aristotélica y el empirismo de Hume. La concepción de causalidad de Peirce
carecen de la capacidad de agencia moral, por lo que “la responsabilidad de sus acciones y se caracteriza por una triple interdependencia de causalidad final, causalidad eficiente y
decisiones delegadas a ellos por humanos, permanece y debe permanecen con los agentes azar (Hulswit 2000). A diferencia de Aristóteles, Peirce mantuvo que la complejidad del
humanos que desarrollan y utilizan la tecnología”. (Coeckelbergh 2020: 2055*) mundo natural significaba que las leyes no podían ser mecánicas. Tenían que ser proba-
bilísticas, surgiendo de la diversidad y de sucesos espontáneos, en lugar de los siguientes
El autor belga sostiene también que “en el caso del uso y desarrollo de la tecnología, patrones deterministas. (CP: 1.161, 1897)
a menudo existe una larga cadena causal de acción”. (Coeckelbergh 2020: 2057*) En parti-
cular, se refiere al desarrollo de la IA de aprendizaje automático por medio de “Big Data”, Los intercambios más básicos funcionan mediante transferencia de energía cuanti-
poniendo de manifiesto la problemática que supone el hecho de que los agentes humanos tativamente medible, como ocurre con los neurotransmisores del cerebro y otras formas de

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5. LA MODULACIÓN DE LA AGENCIA proporcionen sus datos –de manera voluntaria o involuntaria, consciente o no– a través de
interacciones en línea o almacenamiento en la nube. También hay quienes recopilan y pro-
Así pues, los problemas principales a los que se enfrentan los estudios cognitivos cesan datos, quienes los venden, los analizan, etc., de modo que hay muchas “manos” que
son 1) cómo escalar los acoplamientos –couplings– físicos entre los organismos y su entor- intervienen, además de artefactos tecnológicos. Y todo esto supone una dificultad a la hora
no a dominios mentales más abstractos, es decir, ser capaces de explicar cómo la agencia de localizar la agencia (Coeckelbergh 2020, 2057). Existen además problemas derivados
se filtra en la actividad sensomotora y cómo se propaga a través de los elementos de este de que los agentes humanos empleen medios tecnológicos y IA para tomar decisiones en
sistema cognitivo complejo, 2) tratar de explicar si los modelos-esquema mentales y los base a sus recomendaciones, de modo que no puedan justificar o explicar con claridad por
procedimientos de planificación interna son parte de las estructuras de representación del qué se tomó una decisión determinada. Un ejemplo de ello sería la responsabilidad civil
cerebro, o si son productos dinámicos y emergentes de la actividad situada en un determi- resultante de un accidente derivado de la utilización de un coche eléctrico.
nado espacio-tiempo, y 3) cómo medir la atribución de agencia, y si ésta se da en no-hu-
manos, puesto que la actividad semiótica no está únicamente relacionada con la agencia Como otros poshumanistas, Malafouris contempla la agencia como el producto emer-
de un creador de signos sino que es inherente al signo mismo. Como mencionábamos más gente de la práctica del ser-en-el mundo. No la concibe como resultado de una intención pre-
arriba, en la concepción de Peirce, las intenciones no son las únicas causas de los procesos via. (Malafouris 2013: 89) Para él, la significación de los objetos materiales “no es producto de
semióticos. De manera que “no es del todo sorprendente si la causalidad final presupone la representación, sino resultado de un proceso de integración conceptual entre los dominios
una causalidad eficiente en todos los casos” (Nöth, 2010: 49). En efecto, Peirce argumentó conceptual y material” (Malafouris 2013: 90*). Y añade que, si bien la agencia y la intencio-
que la agencia contribuye a la funcionalidad cognitiva pero no es inherente a ella. Un nalidad “pueden no ser propiedades de las cosas, tampoco son propiedades de los humanos; son
ejemplo tomado del campo de la neurociencia cognitiva, es el síndrome de la mano ajena, las propiedades del acoplamiento material –material engagement–.” (Malafouris 2013: 18, 119)
resultado de un daño cerebral. La persona puede sentir tacto en la mano, pero cree que no
es parte de su cuerpo y que no posee control sobre sus movimientos. Desde el punto de vista ontológico, organismos y medio ambiente no son entidades
pre-existentes, sino que se conforman y se adaptan relacionalmente. Idhe y Malafouris (2018)
En el caso de la Inteligencia Artificial, volviendo a la noción de Nöth sobre las ponen el ejemplo de la piedra en la mano de un escultor, y explican que el acto de tallar no es
máquinas complejas, existen instrumentos analógicos que transmiten información a tra- simplemente la ejecución de una intención conforme a un plan pre-establecido, sino que la
vés de artefactos digitales conectados a ellos, y que serían buenos candidatos a la hora de piedra hace surgir esa intención en base a sus posibilidades –affordances– como material, aun-
hablar de cognición extendida. Por ejemplo, un microscopio óptico extiende el rango de que también en base a los deseos, conscientes o no, del escultor. La intención y la anticipación
visibilidad humana a través de lentes. Sin embargo, un microscopio de fuerza atómica no preceden absolutamente a la acción. La piedra, Galatea, es la otra mitad de Pigmalión, y
AFM produce datos en lugar de un proceso visual óptico. Es decir, es posible que las má- cada movimiento de la mano del artista revela algo nuevo sobre las cualidades de la piedra,
quinas complejas no aumenten el poder de la observación humana proporcionando datos convirtiéndola en materia viva y “vibrante” (Bennet 2010). La agencia surge en el momento
sensoriales; sin embargo, ofrecen acceso a datos no observables por la percepción humana. del encuentro entre la mano y la piedra. No se trata de imponer una forma a partir de una
¿Qué ocurre cuando tecnologías digitales parecidas se incorporan a la biología humana? idea, porque la materia puede colaborar, pero también puede resistirse.

Es más, Domenico Parisi, director del Instituto de Ciencias y Tecnologías Cogniti- La teoría del acoplamiento material MET amplía la reformulación de Peirce sobre
vas del Consejo Nacional de Investigación de Italia, ha escrito mucho sobre la atribución los tipos de causalidad y su relación con la modulación de la agencia, que Peirce toma,
de agencia en los robots y en la IA. Se ha visto que incluso aquellos sin rasgos humanos en parte, de Aristóteles. Éste formuló cuatro causas que producen un proceso unificado:
provocan atribuciones de agencia (2017: n.p*). La IA de nueva generación lleva progra- material –refiriéndose a la fabricación material de las cosas–, formal –características defi-
mada, además, formas de autoconciencia con el fin de incorporar procesos de retroalimen- nitorias de las cosas–, final –definiendo el propósito de las cosas–, y eficiente –refiriéndose
tación en su aprendizaje. ¿Se les puede atribuir agencia? a una fuente primaria o agente que pone en movimiento las cosas iniciando los cambios–.
La agencia está conectada con la causalidad, que a su vez surge de una interacción entre
Según Mark Coeckelbergh, aunque pueden actuar o decidir, es decir, tener agencia, la tradición aristotélica y el empirismo de Hume. La concepción de causalidad de Peirce
carecen de la capacidad de agencia moral, por lo que “la responsabilidad de sus acciones y se caracteriza por una triple interdependencia de causalidad final, causalidad eficiente y
decisiones delegadas a ellos por humanos, permanece y debe permanecen con los agentes azar (Hulswit 2000). A diferencia de Aristóteles, Peirce mantuvo que la complejidad del
humanos que desarrollan y utilizan la tecnología”. (Coeckelbergh 2020: 2055*) mundo natural significaba que las leyes no podían ser mecánicas. Tenían que ser proba-
bilísticas, surgiendo de la diversidad y de sucesos espontáneos, en lugar de los siguientes
El autor belga sostiene también que “en el caso del uso y desarrollo de la tecnología, patrones deterministas. (CP: 1.161, 1897)
a menudo existe una larga cadena causal de acción”. (Coeckelbergh 2020: 2057*) En parti-
cular, se refiere al desarrollo de la IA de aprendizaje automático por medio de “Big Data”, Los intercambios más básicos funcionan mediante transferencia de energía cuanti-
poniendo de manifiesto la problemática que supone el hecho de que los agentes humanos tativamente medible, como ocurre con los neurotransmisores del cerebro y otras formas de

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transmisión predeterminadas biológicamente. Peirce lo denomina “causalidad eficiente” la agencia desde un punto de vista semiótico teniendo en cuenta tanto la incorporación de
y se refiere a procesos de selección por tipo –type– que se manifiestan, por ejemplo, en medios tecnológicos a la biología humana, la creciente utilización de IA, así como el im-
expresiones genotípicas en el ADN –por ejemplo, color de ojos y piel–, pudiendo estar pacto en la vida humana de una cierta agentividad de los entes no-humanos, como pueden
modificadas por el medio ambiente. Otras formas funcionan mediante la repetición de ser el cambio climático, el medioambiente, o determinados virus. Detallando los avances
patrones y cartografías a partir de muestras –token–; por ejemplo, los ojos, mediante los de las corrientes denominadas ‘cognición extendida’, el artículo ha subrayado que en el
que el ser humano realiza entre 30 y 50 movimientos por segundo para completar una vi- marco de la corriente crítica poshumanista, es imperativo concienciar sobre la urgencia
sualización. Estas repeticiones se dan también en los procesos de mímesis de algunos tipos de una comprensión más compleja y relacional de la agencia que los estudios en semiótica
de neuronas espejo. Peirce denomina a este tipo “causalidad formal”. El tercer tipo tiene pueden ayudar a desvelar.
que ver con procesos complejos que denomina “causalidad final”, que conlleva procesos de
selección dirigidos a la intencionalidad. Suelen articularse mediante acciones deliberadas
que convierten un objeto en signo al dotarlo de propósito. NOTAS

Peirce también sostuvo que era “un error generalizado pensar que una causa final 1. Para una explicación más concreta del posthumanismo en el marco de la evolución cibernética,
es necesariamente un propósito. Un propósito es simplemente esa forma de causa final que véase N. Katherine Hayles (1999).
es más familiar a nuestra experiencia”. (CP: 1.211*, 1902). Según Hulswit (2001) Peirce 2. Las citas seguidas de un asterisco (*) indicarán que la traducción es de mi autoría.
3.https://www.agenciasinc.es/Reportajes/Jarrones-tatuajes-y-rascacielos-artefactos-cultura-
distingue entre causalidad y agentividad (CP: 6.600, 1893), y su visión de la vida es un
les-que-moldean-nuestra-forma-de-pensar?s=08
proceso de estados momentáneos –eventos– que forman parte de un continuo y que sólo 4. Nihil humani a me alienum puto. Nada humano es ajeno a mí.
pueden expresarse en forma de formas abstractas de explicación, formuladas mediante pro- 5. Winfried Nöth (2009, 2010) ofrece una interesante diferenciación entre instrumentos simples y
posiciones, que pueden denominarse “hechos” (sometidos a hábitos y acuerdos). Mientras máquinas complejas en relación con la discusión sobre la agencia desde una perspectiva semiótica.
la agentividad implica una relación entre hechos, la causalidad es puramente una cuestión 6. Para una discusión más extensa sobre la agencia desde una perspectiva semiótica, véase López-Va-
de eventos. De esta forma, las categorías asignadas a la creación de signos, primeridad, rela, A. (2021) “Cognitive Semiotics and Agency in the Anthropocene.” En Amir Biglari. (ed.) Open
segundidad y terceridad, reflejan posibilidad (calidad), actualidad (acción-reacción) y ne- Semiotics. L'Harmattan.
cesidad / potencialidad (ley-hábito), respectivamente. Estos modos corresponden a una co-
rriente causal que vincula hábitos del pasado, la actividad autodeterminante del presente
y la influencia sobre eventos posteriores. (CP: 5.459, 1905) REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

ALAIMO, S. (2010) Bodily Natures: Science, Environment, and the Material Self. Indiana University Press.
Todas las cosas tienen tendencia a formar hábitos. Para los átomos y sus BARAD, K. (2007) Meeting the Universe Halfway. Duke University Press.
partes, moléculas y grupos de moléculas, y en resumen, todo objeto real BARRETT, L. (2019). Enactivism, pragmatism. behaviorism? Philossophical Studies 176, 807–818.
concebible, existe una mayor probabilidad de actuar como en una ocasión doi: 10.1007/s11098-018-01231-7
similar anterior que de otra manera. Esta tendencia constituye en sí misma BENNETT, J. (2010). Vibrant matter: a political ecology of things. Durham: Duke University Press.
regularidad […] Es una tendencia generalizadora; hace que las acciones en BRAIDOTTI, R. (2013) The Posthuman. Cambridge: Polity Press.
el futuro sigan alguna generalización de las acciones pasadas; y esta tenden- CLARK, A. & CHALMERS, D. (1999), “The Extended Mind.” Analysis, 58 (1): 10-23.
cia es en sí misma algo susceptible de generalizaciones similares; y por lo CLARK, A. (2008). Supersizing the Mind: Embodiment, Action, and Cognitive Extension. Oxford Uni-
tanto es autogenerativo. (CP: 1.409*, 1890) versity Press
COECKELBERGH, M. (2020) “Artificial Intelligence, Responsibility Attribution, and a Re-
lational Justification of Explainability.” Science and Engineering Ethics 26, 2051–2068 https://doi.
Así las cosas, MET también entiende la “causalidad final” como una semiosis compleja
org/10.1007/s11948-019-00146-8
que produce la “experiencia de agencia”, con base en la auto-conciencia, a diferencia de simple- CONNOLLY, W. E. (2017) Facing the Planetary: Entangled Humanism and the Politics of Swarming.
mente “agencia” (Malafouris 2013: 215). En opinión de (Iliopoulos 2019: 59), esta comprensión Durham and London: Duke University Press.
se asemeja a la distinción de Peirce entre “tener una mente” y tener “la experiencia de esa mente”. CRIADO-BOADO, F.; ALONSO-PABLOS, D.; BLANCO, MJ; PORTO, Y. RODRÍ-
GUEZ-PAZ, A. CABREJAS, E.; DEL BARRIO-ÁLVAREZ. E. & MARTÍNEZ, L.M. (2019)
“Coevolution of visual behaviour, the material world and social complexity, depicted by the eye-trac-
6. CONCLUSIONES PROVISIONALES king of archaeological objects in humans.” Scientific reports 9 (1), 1-11
DEACON, T. (1997). The symbolic species: The co-evolution of language and the brain. New York: Norton.
Este artículo ha tratado de resaltar la relación entre la semiótica y otras ciencias DENNETT, D. C. (1978). Beliefs about beliefs. Behavioural Brain Science 1, 568–570. doi: 10.1017/
cognitivas. El artículo se ha centrado en subrayar la necesidad de explicar la modulación de S0140525X00076664
DESILVEY, C. (2017) Curated Decay: Heritage Beyond Saving. Minneapolis & London: University of

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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transmisión predeterminadas biológicamente. Peirce lo denomina “causalidad eficiente” la agencia desde un punto de vista semiótico teniendo en cuenta tanto la incorporación de
y se refiere a procesos de selección por tipo –type– que se manifiestan, por ejemplo, en medios tecnológicos a la biología humana, la creciente utilización de IA, así como el im-
expresiones genotípicas en el ADN –por ejemplo, color de ojos y piel–, pudiendo estar pacto en la vida humana de una cierta agentividad de los entes no-humanos, como pueden
modificadas por el medio ambiente. Otras formas funcionan mediante la repetición de ser el cambio climático, el medioambiente, o determinados virus. Detallando los avances
patrones y cartografías a partir de muestras –token–; por ejemplo, los ojos, mediante los de las corrientes denominadas ‘cognición extendida’, el artículo ha subrayado que en el
que el ser humano realiza entre 30 y 50 movimientos por segundo para completar una vi- marco de la corriente crítica poshumanista, es imperativo concienciar sobre la urgencia
sualización. Estas repeticiones se dan también en los procesos de mímesis de algunos tipos de una comprensión más compleja y relacional de la agencia que los estudios en semiótica
de neuronas espejo. Peirce denomina a este tipo “causalidad formal”. El tercer tipo tiene pueden ayudar a desvelar.
que ver con procesos complejos que denomina “causalidad final”, que conlleva procesos de
selección dirigidos a la intencionalidad. Suelen articularse mediante acciones deliberadas
que convierten un objeto en signo al dotarlo de propósito. NOTAS

Peirce también sostuvo que era “un error generalizado pensar que una causa final 1. Para una explicación más concreta del posthumanismo en el marco de la evolución cibernética,
es necesariamente un propósito. Un propósito es simplemente esa forma de causa final que véase N. Katherine Hayles (1999).
es más familiar a nuestra experiencia”. (CP: 1.211*, 1902). Según Hulswit (2001) Peirce 2. Las citas seguidas de un asterisco (*) indicarán que la traducción es de mi autoría.
3.https://www.agenciasinc.es/Reportajes/Jarrones-tatuajes-y-rascacielos-artefactos-cultura-
distingue entre causalidad y agentividad (CP: 6.600, 1893), y su visión de la vida es un
les-que-moldean-nuestra-forma-de-pensar?s=08
proceso de estados momentáneos –eventos– que forman parte de un continuo y que sólo 4. Nihil humani a me alienum puto. Nada humano es ajeno a mí.
pueden expresarse en forma de formas abstractas de explicación, formuladas mediante pro- 5. Winfried Nöth (2009, 2010) ofrece una interesante diferenciación entre instrumentos simples y
posiciones, que pueden denominarse “hechos” (sometidos a hábitos y acuerdos). Mientras máquinas complejas en relación con la discusión sobre la agencia desde una perspectiva semiótica.
la agentividad implica una relación entre hechos, la causalidad es puramente una cuestión 6. Para una discusión más extensa sobre la agencia desde una perspectiva semiótica, véase López-Va-
de eventos. De esta forma, las categorías asignadas a la creación de signos, primeridad, rela, A. (2021) “Cognitive Semiotics and Agency in the Anthropocene.” En Amir Biglari. (ed.) Open
segundidad y terceridad, reflejan posibilidad (calidad), actualidad (acción-reacción) y ne- Semiotics. L'Harmattan.
cesidad / potencialidad (ley-hábito), respectivamente. Estos modos corresponden a una co-
rriente causal que vincula hábitos del pasado, la actividad autodeterminante del presente
y la influencia sobre eventos posteriores. (CP: 5.459, 1905) REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

ALAIMO, S. (2010) Bodily Natures: Science, Environment, and the Material Self. Indiana University Press.
Todas las cosas tienen tendencia a formar hábitos. Para los átomos y sus BARAD, K. (2007) Meeting the Universe Halfway. Duke University Press.
partes, moléculas y grupos de moléculas, y en resumen, todo objeto real BARRETT, L. (2019). Enactivism, pragmatism. behaviorism? Philossophical Studies 176, 807–818.
concebible, existe una mayor probabilidad de actuar como en una ocasión doi: 10.1007/s11098-018-01231-7
similar anterior que de otra manera. Esta tendencia constituye en sí misma BENNETT, J. (2010). Vibrant matter: a political ecology of things. Durham: Duke University Press.
regularidad […] Es una tendencia generalizadora; hace que las acciones en BRAIDOTTI, R. (2013) The Posthuman. Cambridge: Polity Press.
el futuro sigan alguna generalización de las acciones pasadas; y esta tenden- CLARK, A. & CHALMERS, D. (1999), “The Extended Mind.” Analysis, 58 (1): 10-23.
cia es en sí misma algo susceptible de generalizaciones similares; y por lo CLARK, A. (2008). Supersizing the Mind: Embodiment, Action, and Cognitive Extension. Oxford Uni-
tanto es autogenerativo. (CP: 1.409*, 1890) versity Press
COECKELBERGH, M. (2020) “Artificial Intelligence, Responsibility Attribution, and a Re-
lational Justification of Explainability.” Science and Engineering Ethics 26, 2051–2068 https://doi.
Así las cosas, MET también entiende la “causalidad final” como una semiosis compleja
org/10.1007/s11948-019-00146-8
que produce la “experiencia de agencia”, con base en la auto-conciencia, a diferencia de simple- CONNOLLY, W. E. (2017) Facing the Planetary: Entangled Humanism and the Politics of Swarming.
mente “agencia” (Malafouris 2013: 215). En opinión de (Iliopoulos 2019: 59), esta comprensión Durham and London: Duke University Press.
se asemeja a la distinción de Peirce entre “tener una mente” y tener “la experiencia de esa mente”. CRIADO-BOADO, F.; ALONSO-PABLOS, D.; BLANCO, MJ; PORTO, Y. RODRÍ-
GUEZ-PAZ, A. CABREJAS, E.; DEL BARRIO-ÁLVAREZ. E. & MARTÍNEZ, L.M. (2019)
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6. CONCLUSIONES PROVISIONALES king of archaeological objects in humans.” Scientific reports 9 (1), 1-11
DEACON, T. (1997). The symbolic species: The co-evolution of language and the brain. New York: Norton.
Este artículo ha tratado de resaltar la relación entre la semiótica y otras ciencias DENNETT, D. C. (1978). Beliefs about beliefs. Behavioural Brain Science 1, 568–570. doi: 10.1017/
cognitivas. El artículo se ha centrado en subrayar la necesidad de explicar la modulación de S0140525X00076664
DESILVEY, C. (2017) Curated Decay: Heritage Beyond Saving. Minneapolis & London: University of

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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018-9596-5
LÓPEZ-VARELA AZCÁRATE, A. (2021). “Cognitive Semiotics and Agency in the Anthropoce-
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LÓPEZ-VARELA AZCÁRATE, A. (2011) “Exploring Intercultural Relations from the Intersub-
jective Perspectives offered through Creative Art in Multimodal Formats.” Lexia Revista di Simiotica
5, 125 - 147
––– (2012). “Emergence.” In FAVAREAU, D., COBLEY, P. & KULL, K. (eds.) A More Developed
Sign: Interpreting the Work of Jesper Hoffmeyer. Tartu University Press.
MALAFOURIS, L. (2013). How things shape the mind: A theory of material engagement. Cambridge:
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MATURANA, H. & VARELA, F. (1979) “Autopoiesis and Cognition: The Realization of the Li-
ving” COHEN R. & WARTOFSKY, M. (Eds.), Boston Studies in the Philosophy of Science 42. Dordecht:
D. Reidel Publishing Co.
––– (1984) El árbol del conocimiento: las bases biológicas del entendimiento humano. Santiago de Chile:
Editorial Universitaria S.A
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https://www.intechopen.com/books/robotics-legal-ethical-and-socioeconomic-impacts/hu-
Atribución-NoComercial-CompartirIgual
CC BY-NC-SA

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


244 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 245
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Sign: Interpreting the Work of Jesper Hoffmeyer. Tartu University Press.
MALAFOURIS, L. (2013). How things shape the mind: A theory of material engagement. Cambridge:
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PARISI, D. (2017). “Human, Not Humanoid, Robots” InTechOpen
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Atribución-NoComercial-CompartirIgual
CC BY-NC-SA

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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Depósito Legal B.3146-2001 Universidad de Rosario (Argentina) Versión electrónica: designisfels.net
IV. LECTURAS
IV. READINGS

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


246 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 247
Depósito Legal B.3146-2001 Universidad de Rosario (Argentina) Versión electrónica: designisfels.net
IV. LECTURAS
IV. READINGS

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


246 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 247
Depósito Legal B.3146-2001 Universidad de Rosario (Argentina) Versión electrónica: designisfels.net
http://dx.doi.org/10.35659/designis.i35p249-255
DINÁMICA COGNITIVA

Dinámica Cognitiva*
Lucas Tateo
(pág 249 - pág 255)

Brandt, Per Aage, 2020


Cognitive Semiotics: Signs, Mind, and Meaning
London: Bloomsbury Academic. 241 pp. £95.00
(HbK, ISbn 9781350143302, epub/mobibook ISbn 9781350143326,
pdf/ebook ISbn 9781350143319) ISbn 978-1-78406-678-9 (e-book), 206 p.

Punctum
International Journal of Semiotics | 06:02:2020
ISSn 2459-2943 | DoI: 10.18680/hss.2020.0032 | punctum.gr

La proliferación de etiquetas, distinciones, fronteras y jerarquías disciplinarias es


un fenómeno semiótico interesante en sí mismo. En particular, la necesidad de circuns-
cribir un nuevo campo semiótico y luego denotarlo como transdisciplinario parece ser, en
cambio, un ejercicio de política. Uno no puede dejar de caer en la paradoja de cualquier
organización sistémica, bien descrita por Simmel mucho tiempo antes:
Al elegir dos elementos del almacén inalterado de cosas naturales para de-
signarlos como “separados”, ya los hemos relacionado entre sí en nuestra
conciencia, hemos enfatizado estos dos juntos contra lo que sea que se en-
cuentre entre ellos, ya la inversa, sólo podemos dar sentido a aquellas cosas
que están relacionadas y que previamente de alguna manera hemos aislado
unas de otras; las cosas primero deben estar separadas unas de otras para
poder estar juntas. (Simmel 1994: 5)

El campo de la semiótica cognitiva surgió como una reacción al computacionalis-


mo en las ciencias cognitivas (Zlatev 2012). Cualquier forma de reduccionismo estructural
pronto se enfrenta al problema del significado (Brandt 2020). En el capítulo introductorio
de su original Acts of Meaning, Jerome Bruner –uno de los fundadores de la llamada ‘revo-
lución cognitiva’–, atribuye su fracaso parcial al pasar por alto al ser humano como un pro-
ductor activo de significado en favor de la idea del cerebro modular en tanto mecanismo de
procesamiento de la información. De ahí la necesidad de una nueva mirada holística a los
procesos de construcción de significado que caracterizan a la especie humana. La paradoja
de Simmel también se aplica al estudio de las funciones psicológicas como distintos sub-
módulos de la mente humana. Una vez separados, la cognición, la voluntad, la emoción y
el cuerpo exigen el desarrollo de una teoría que los vuelva a unir.

La solución de la semiótica cognitiva es reemplazar la noción de estructura y mo-


dularidad con la idea de “arquitectura”, es decir, una organización jerárquica estable de
estructuras y funciones cuya forma no es intercambiable. La noción de modularidad impli-
ca la posibilidad de recombinar módulos jerárquicamente equivalentes sin alterar drástica-
mente la identidad del conjunto. Al igual que con los módulos prefabricados utilizados en

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


248 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 249
Depósito Legal B.3146-2001 Universidad de Rosario (Argentina) Versión electrónica: designisfels.net
http://dx.doi.org/10.35659/designis.i35p249-255
DINÁMICA COGNITIVA

Dinámica Cognitiva*
Lucas Tateo
(pág 249 - pág 255)

Brandt, Per Aage, 2020


Cognitive Semiotics: Signs, Mind, and Meaning
London: Bloomsbury Academic. 241 pp. £95.00
(HbK, ISbn 9781350143302, epub/mobibook ISbn 9781350143326,
pdf/ebook ISbn 9781350143319) ISbn 978-1-78406-678-9 (e-book), 206 p.

Punctum
International Journal of Semiotics | 06:02:2020
ISSn 2459-2943 | DoI: 10.18680/hss.2020.0032 | punctum.gr

La proliferación de etiquetas, distinciones, fronteras y jerarquías disciplinarias es


un fenómeno semiótico interesante en sí mismo. En particular, la necesidad de circuns-
cribir un nuevo campo semiótico y luego denotarlo como transdisciplinario parece ser, en
cambio, un ejercicio de política. Uno no puede dejar de caer en la paradoja de cualquier
organización sistémica, bien descrita por Simmel mucho tiempo antes:
Al elegir dos elementos del almacén inalterado de cosas naturales para de-
signarlos como “separados”, ya los hemos relacionado entre sí en nuestra
conciencia, hemos enfatizado estos dos juntos contra lo que sea que se en-
cuentre entre ellos, ya la inversa, sólo podemos dar sentido a aquellas cosas
que están relacionadas y que previamente de alguna manera hemos aislado
unas de otras; las cosas primero deben estar separadas unas de otras para
poder estar juntas. (Simmel 1994: 5)

El campo de la semiótica cognitiva surgió como una reacción al computacionalis-


mo en las ciencias cognitivas (Zlatev 2012). Cualquier forma de reduccionismo estructural
pronto se enfrenta al problema del significado (Brandt 2020). En el capítulo introductorio
de su original Acts of Meaning, Jerome Bruner –uno de los fundadores de la llamada ‘revo-
lución cognitiva’–, atribuye su fracaso parcial al pasar por alto al ser humano como un pro-
ductor activo de significado en favor de la idea del cerebro modular en tanto mecanismo de
procesamiento de la información. De ahí la necesidad de una nueva mirada holística a los
procesos de construcción de significado que caracterizan a la especie humana. La paradoja
de Simmel también se aplica al estudio de las funciones psicológicas como distintos sub-
módulos de la mente humana. Una vez separados, la cognición, la voluntad, la emoción y
el cuerpo exigen el desarrollo de una teoría que los vuelva a unir.

La solución de la semiótica cognitiva es reemplazar la noción de estructura y mo-


dularidad con la idea de “arquitectura”, es decir, una organización jerárquica estable de
estructuras y funciones cuya forma no es intercambiable. La noción de modularidad impli-
ca la posibilidad de recombinar módulos jerárquicamente equivalentes sin alterar drástica-
mente la identidad del conjunto. Al igual que con los módulos prefabricados utilizados en

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


248 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 249
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la industria de la construcción, estos se pueden recombinar como ladrillos Lego en diferen- riamente confundirlas con la noción monista de una mente emergente no-representacio-
tes formas equivalentes. La arquitectura tiene que ver con la creación única de ‘patterns’ a nal, físicamente-incorporada. Su modelo de espacio mental puede mapear toda la fenome-
través de la organización jerárquica de elementos. Por ejemplo, en la fachada de un edificio nología de la construcción de significado humana manifestada en productos culturales.
neoclásico del siglo XVIII, el orden y el número de columnas y ventanas constituyen la
personalidad única del edificio. Si modificamos una de sus sub-partes, todo el sistema de
proporciones se deshace. Se convertirá en un tipo de edificio diferente. COMENTARIOS CRÍTICOS

Aunque Brandt proporciona varios ejemplos interesantes, su afirmación de haber


UNA ARQUITECTURA COGNITIVA DE LA CONSTRUCCIÓN DE SIGNIFICADO desarrollado una teoría comprensiva del significado representacional, alternativa al otro
camino hacia la semiosis universal, la biosemiótica, parece demasiado ambiciosa. El traba-
El libro de Per Brandt está construido literalmente como una combinación de jo de Brandt permanece dentro de los límites de una semiótica del texto, que por supuesto,
elementos arquitectónicos –capítulos nuevos combinados con trabajos anteriores repu- se aplica a diferentes géneros textuales. El modelo de Brandt es topológico, no realmente
blicados– con el objetivo de presentar una teoría general de cómo “se puede modelar el dinámico y procesual. En efecto, su representación de la transformación entre dos espacios
significado representacional” (Brandt 2020: 71). El principio central es que el compor- de significado, o la transformación de la referencia debido al establecimiento de una nueva
tamiento semiótico de los humanos no es solo una propiedad emergente de los procesos relación entre los espacios, no da cuenta del proceso de transformación. Brandt toma dos
incorporados, sino que el significado requiere una forma de representación, en la medida fotografías repetidas de un edificio para observar la transformación de la disposición ar-
en que el significado está “relacionado tanto con el mundo imaginario como con el expe- quitectónica. Además, presenta imágenes de dos edificios diferentes, mostrando cómo se
riencial” (Brandt 2020: 71). En la primera parte de su libro, Brandt intenta proporcionar han ubicado los pattern arquitectónicos en los dos edificios. Esto es lo que hace, en efecto,
un modelo general de la arquitectura cognitiva que hace posible la humana construcción cuando analiza dos poemas de Yeats y Woodsworth, respectivamente, donde discute el
de significado. Sostiene que, para vincular el comportamiento aferente –las sensaciones– y proceso imaginativo y los espacios de significado.
el comportamiento eferente –las acciones– en el mundo físico, debe haber una parte del
circuito/arquitectura que esté situada en un plano diferente, permitiendo la apreciación Una serie repetida de imágenes no puede explicar dinamismo; puede ser una repre-
y la planificación de acciones pasadas y futuras. , así como aquellos cursos alternativos de sentación bidimensional de un proceso que se desarrolla en el tiempo. Además, un modelo
acciones que nunca aparecerán en el mundo físico. combinacional, como la arquitectura jerárquica de qualia de Brandt, objetos, situaciones,
evaluación y afectos, define una topología, pero no las reglas de transformación en el tiempo.
Esta arquitectura mental que opera entre el comportamiento aferente y eferente Las diferentes representaciones gráficas de Brandt tienen en cuenta las relaciones entre los
tiene la forma de un ciclo integrador: “formas percibidas → objetos categorizados → elementos antes y después de una transformación, pero no el proceso de reconfiguración que
situaciones integradas [que Brandt llama “espacios mentales”] → reflexiones de planifica- produjo esta transformación. En otras palabras, el aspecto estructural de los sistemas de opo-
ción de acciones → evaluación de afectos” (Brandt 2020: 73). Esta arquitectura permite la siciones/relaciones prevalece sobre una visión dinámica de las relaciones entre partes y todo.
integración de qualia en objetos, de objetos en categorías y un sistema de relaciones que El modelo de Brandt es bastante útil para mapear diferentes tipos de textos y mostrar cómo
pueden denominarse situaciones –en formas reales o hipotéticas. Las condiciones permiten el significado se produce activamente mediante la creación de redes de espacios mentales.
la creación de nociones, representaciones abstractas y generalizables, que finalmente con- Sin embargo, creo que pasa por alto un punto crucial de la teoría universal de la semiosis de
ducen a afectos, es decir, a la apreciación emocional de la experiencia. Peirce. La Primeridad es el encuentro, no con los qualia, sino con el fluir indistinto del mun-
do. La primera relación con el mundo es afectiva y fisionómica (Tateo 2018). Inicialmente no
El elemento clave de la arquitectura cognitiva es el espacio mental: una porción de experimentamos enrojecimiento, suavidad, frialdad, etcétera, y procedemos a formar objetos
significado “que viene con una estructura conceptual interna, un mínimo de imágenes y y luego relaciones, para finalmente decidir o apreciar algo sobre estos objetos en el contexto
un estado fenomenológico como escenario al que se puede hacer referencia” (Brandt 2020: de sus relaciones. Principalmente experimentamos fisonomías, configuraciones estéticas de
83). La noción tópica es la organización de objetos en configuraciones de acuerdo con prin- elementos, con los que nos relacionamos afectivamente (Tateo 2018).
cipios que pueden provenir de la experiencia distante de la cultura, la experiencia feno-
menológica próxima o la producción de mundos de ficción. La producción de significado Las distinciones surgen más tarde, cuando el afecto y las preferencias se unen a
ocurre cuando los humanos comparan, transfieren y fusionan las referencias de diferentes ellas: primero, experimento ABC como una fisonomía. Posteriormente, mi relación con él
espacios mentales. En la segunda parte del libro, Brandt proporciona varios ejemplos del produce una distinción A+B+C, que está cargada afectivamente. Si A es distinto de B y C,
uso de la arquitectura mental del significado para analizar diferentes tipos de textos –no- uno debe ser mejor que el otro. Por lo tanto, esta vez dentro de lo que Brandt llama “espacio
velas, poemas, traducciones, números, dinero, etcétera. El objetivo del autor es demostrar mental”, puede surgir una nueva reconfiguración. como señala Simmel (1994), podemos
que su arquitectura puede dar cuenta de la producción de significado en las actividades experimentar distinción solo entre cosas que están relacionadas, y podemos crear relacio-
humanas, relacionando la experiencia incorporada y la representación mental sin necesa- nes solo entre cosas que son distintas. Segundidad y Terceridad son las condiciones para la

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


250 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 251
Depósito Legal B.3146-2001 Universidad de Rosario (Argentina) Versión electrónica: designisfels.net
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la industria de la construcción, estos se pueden recombinar como ladrillos Lego en diferen- riamente confundirlas con la noción monista de una mente emergente no-representacio-
tes formas equivalentes. La arquitectura tiene que ver con la creación única de ‘patterns’ a nal, físicamente-incorporada. Su modelo de espacio mental puede mapear toda la fenome-
través de la organización jerárquica de elementos. Por ejemplo, en la fachada de un edificio nología de la construcción de significado humana manifestada en productos culturales.
neoclásico del siglo XVIII, el orden y el número de columnas y ventanas constituyen la
personalidad única del edificio. Si modificamos una de sus sub-partes, todo el sistema de
proporciones se deshace. Se convertirá en un tipo de edificio diferente. COMENTARIOS CRÍTICOS

Aunque Brandt proporciona varios ejemplos interesantes, su afirmación de haber


UNA ARQUITECTURA COGNITIVA DE LA CONSTRUCCIÓN DE SIGNIFICADO desarrollado una teoría comprensiva del significado representacional, alternativa al otro
camino hacia la semiosis universal, la biosemiótica, parece demasiado ambiciosa. El traba-
El libro de Per Brandt está construido literalmente como una combinación de jo de Brandt permanece dentro de los límites de una semiótica del texto, que por supuesto,
elementos arquitectónicos –capítulos nuevos combinados con trabajos anteriores repu- se aplica a diferentes géneros textuales. El modelo de Brandt es topológico, no realmente
blicados– con el objetivo de presentar una teoría general de cómo “se puede modelar el dinámico y procesual. En efecto, su representación de la transformación entre dos espacios
significado representacional” (Brandt 2020: 71). El principio central es que el compor- de significado, o la transformación de la referencia debido al establecimiento de una nueva
tamiento semiótico de los humanos no es solo una propiedad emergente de los procesos relación entre los espacios, no da cuenta del proceso de transformación. Brandt toma dos
incorporados, sino que el significado requiere una forma de representación, en la medida fotografías repetidas de un edificio para observar la transformación de la disposición ar-
en que el significado está “relacionado tanto con el mundo imaginario como con el expe- quitectónica. Además, presenta imágenes de dos edificios diferentes, mostrando cómo se
riencial” (Brandt 2020: 71). En la primera parte de su libro, Brandt intenta proporcionar han ubicado los pattern arquitectónicos en los dos edificios. Esto es lo que hace, en efecto,
un modelo general de la arquitectura cognitiva que hace posible la humana construcción cuando analiza dos poemas de Yeats y Woodsworth, respectivamente, donde discute el
de significado. Sostiene que, para vincular el comportamiento aferente –las sensaciones– y proceso imaginativo y los espacios de significado.
el comportamiento eferente –las acciones– en el mundo físico, debe haber una parte del
circuito/arquitectura que esté situada en un plano diferente, permitiendo la apreciación Una serie repetida de imágenes no puede explicar dinamismo; puede ser una repre-
y la planificación de acciones pasadas y futuras. , así como aquellos cursos alternativos de sentación bidimensional de un proceso que se desarrolla en el tiempo. Además, un modelo
acciones que nunca aparecerán en el mundo físico. combinacional, como la arquitectura jerárquica de qualia de Brandt, objetos, situaciones,
evaluación y afectos, define una topología, pero no las reglas de transformación en el tiempo.
Esta arquitectura mental que opera entre el comportamiento aferente y eferente Las diferentes representaciones gráficas de Brandt tienen en cuenta las relaciones entre los
tiene la forma de un ciclo integrador: “formas percibidas → objetos categorizados → elementos antes y después de una transformación, pero no el proceso de reconfiguración que
situaciones integradas [que Brandt llama “espacios mentales”] → reflexiones de planifica- produjo esta transformación. En otras palabras, el aspecto estructural de los sistemas de opo-
ción de acciones → evaluación de afectos” (Brandt 2020: 73). Esta arquitectura permite la siciones/relaciones prevalece sobre una visión dinámica de las relaciones entre partes y todo.
integración de qualia en objetos, de objetos en categorías y un sistema de relaciones que El modelo de Brandt es bastante útil para mapear diferentes tipos de textos y mostrar cómo
pueden denominarse situaciones –en formas reales o hipotéticas. Las condiciones permiten el significado se produce activamente mediante la creación de redes de espacios mentales.
la creación de nociones, representaciones abstractas y generalizables, que finalmente con- Sin embargo, creo que pasa por alto un punto crucial de la teoría universal de la semiosis de
ducen a afectos, es decir, a la apreciación emocional de la experiencia. Peirce. La Primeridad es el encuentro, no con los qualia, sino con el fluir indistinto del mun-
do. La primera relación con el mundo es afectiva y fisionómica (Tateo 2018). Inicialmente no
El elemento clave de la arquitectura cognitiva es el espacio mental: una porción de experimentamos enrojecimiento, suavidad, frialdad, etcétera, y procedemos a formar objetos
significado “que viene con una estructura conceptual interna, un mínimo de imágenes y y luego relaciones, para finalmente decidir o apreciar algo sobre estos objetos en el contexto
un estado fenomenológico como escenario al que se puede hacer referencia” (Brandt 2020: de sus relaciones. Principalmente experimentamos fisonomías, configuraciones estéticas de
83). La noción tópica es la organización de objetos en configuraciones de acuerdo con prin- elementos, con los que nos relacionamos afectivamente (Tateo 2018).
cipios que pueden provenir de la experiencia distante de la cultura, la experiencia feno-
menológica próxima o la producción de mundos de ficción. La producción de significado Las distinciones surgen más tarde, cuando el afecto y las preferencias se unen a
ocurre cuando los humanos comparan, transfieren y fusionan las referencias de diferentes ellas: primero, experimento ABC como una fisonomía. Posteriormente, mi relación con él
espacios mentales. En la segunda parte del libro, Brandt proporciona varios ejemplos del produce una distinción A+B+C, que está cargada afectivamente. Si A es distinto de B y C,
uso de la arquitectura mental del significado para analizar diferentes tipos de textos –no- uno debe ser mejor que el otro. Por lo tanto, esta vez dentro de lo que Brandt llama “espacio
velas, poemas, traducciones, números, dinero, etcétera. El objetivo del autor es demostrar mental”, puede surgir una nueva reconfiguración. como señala Simmel (1994), podemos
que su arquitectura puede dar cuenta de la producción de significado en las actividades experimentar distinción solo entre cosas que están relacionadas, y podemos crear relacio-
humanas, relacionando la experiencia incorporada y la representación mental sin necesa- nes solo entre cosas que son distintas. Segundidad y Terceridad son las condiciones para la

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LUCAS TATEO DINÁMICA COGNITIVA

producción de significado. Sin embargo, los umbrales inferior y superior del significado
exacto no pueden ubicarse con precisión (Innis 2016). Antes de construir distinciones, lo
cual está principal y socialmente guiado a través de trabajo simbólico, ciertas formas de
construcción de significado preceden a la segmentación de la experiencia o la superan. La
biosemiótica y la estética tratan de dar cuenta de esos fenómenos, mientras que la semió-
tica cognitiva parece no interesarse por ellos.

¿Cómo se puede desarrollar el modelo de Brandt en una dirección procesual más


dinámica? Por caso, tomemos un ejemplo del libro de su modelo de mezcla semiótica
(Figura 1, en Brandt 2020: 107).

Figura 2. Dinámica de la interpretación.

En su análisis de la canción Hallelujah, Brandt se centra en el nivel lingüístico. Sin


embargo, esto no es lo que experimentamos primariamente. Desde el primer acorde, ex-
perimentamos una fisonomía formada por variados elementos, en tanto conjunto-sígnico:
experimentamos una cualidad gestáltica. De hecho, no importa qué instrumento o intérprete
esté tocando, nos relacionamos inmediatamente con el complejo-sígnico. El reconocimiento
de la canción se basa en esta relación afectiva primaria. Sin embargo, el reconocimiento ya es
un proceso semiótico que cuestiona los aspectos culturales del texto, por ejemplo, la forma de
la canción, las dimensiones performativas, el género de la balada, el título bíblico, etcétera.
Figura 1: El modelo de mezcla semiótica (Brandt 2020: 107) La ubicación del umbral inferior entre la Primeridad de la cualidad gestáltica de la melodía
y la Segundidad de la relación entre mi mismo como audiencia y el texto es probablemente
confusa. Proviene de mi relación afectiva con las cualidades materiales –no necesariamente
En el capítulo que analiza la interpretación de la famosa canción Hallelujah de los qualia como elementos distintos–: siento que yo siento la raíz de la creación de signifi-
Leonard Cohen, Brandt (2020) describe su modelo de mezcla como un flujo de una esque- cado. Cuando me posiciono como audiencia, creo las condiciones para una interpretación, y
matización de significado existente anterior a una nueva esquematización que emerge de aquí entra en juego el modelo de espacio mental de Brandt. No describe todo el proceso, sino
la fusión. Este movimiento crea un nuevo espacio de significados en el que todos los sig- una parte de él. El desarrollo del proceso en el tiempo implica que en el momento en que se
nificados anteriores están virtualmente presentes y potencialmente activables para generar produce cualquier signo, también tenemos la producción de una restricción, de un hábito.
interpretación. En otras palabras, los conjuntos-signicos constituyen campos de polisemia
activados contextualmente y almacenados en la cultura personal. El problema es que el Las sugerencias sociales representan otro conjunto de restricciones, lo que Brandt
modelo de Brandt solo funciona en el nivel de la comunicación lingüística humana, es llama el espacio de referencia, que guían mi interpretación en una dirección específica. Si
decir, la producción e interpretación de diferentes géneros de textos. Este es todavía un acepto estas sugerencias –por supuesto, no estoy obligado a hacerlo–, puedo, por ejemplo,
modelo topológico: es un ciclo cerrado que lleva de una esquematización a otra. ¿Cómo se producir un interpretante como el sugerido por Brandt: la canción es una mezcla de los
puede introducir una transformación a lo largo del tiempo? espacios de significado referidos a lo divino y al amor mundano. Una vez que produzco el
interpretante ‘amor’, activo un campo de significado que es infinito y difuso, como todos
El primer paso es, por supuesto, la introducción del tiempo, ya que la semiosis los signos que se refieren a valores humanos. Este campo de significados se caracteriza por
infinita presupone la temporalidad (Figura 2). El segundo elemento es la introducción de estar por encima del umbral de esquematización: son signos hiper-generalizados (Valsiner
la de totalidad y de la esquematización dialéctica a lo largo del tiempo. 2005). Tanto los significados por debajo como por encima del umbral no pueden repre-

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producción de significado. Sin embargo, los umbrales inferior y superior del significado
exacto no pueden ubicarse con precisión (Innis 2016). Antes de construir distinciones, lo
cual está principal y socialmente guiado a través de trabajo simbólico, ciertas formas de
construcción de significado preceden a la segmentación de la experiencia o la superan. La
biosemiótica y la estética tratan de dar cuenta de esos fenómenos, mientras que la semió-
tica cognitiva parece no interesarse por ellos.

¿Cómo se puede desarrollar el modelo de Brandt en una dirección procesual más


dinámica? Por caso, tomemos un ejemplo del libro de su modelo de mezcla semiótica
(Figura 1, en Brandt 2020: 107).

Figura 2. Dinámica de la interpretación.

En su análisis de la canción Hallelujah, Brandt se centra en el nivel lingüístico. Sin


embargo, esto no es lo que experimentamos primariamente. Desde el primer acorde, ex-
perimentamos una fisonomía formada por variados elementos, en tanto conjunto-sígnico:
experimentamos una cualidad gestáltica. De hecho, no importa qué instrumento o intérprete
esté tocando, nos relacionamos inmediatamente con el complejo-sígnico. El reconocimiento
de la canción se basa en esta relación afectiva primaria. Sin embargo, el reconocimiento ya es
un proceso semiótico que cuestiona los aspectos culturales del texto, por ejemplo, la forma de
la canción, las dimensiones performativas, el género de la balada, el título bíblico, etcétera.
Figura 1: El modelo de mezcla semiótica (Brandt 2020: 107) La ubicación del umbral inferior entre la Primeridad de la cualidad gestáltica de la melodía
y la Segundidad de la relación entre mi mismo como audiencia y el texto es probablemente
confusa. Proviene de mi relación afectiva con las cualidades materiales –no necesariamente
En el capítulo que analiza la interpretación de la famosa canción Hallelujah de los qualia como elementos distintos–: siento que yo siento la raíz de la creación de signifi-
Leonard Cohen, Brandt (2020) describe su modelo de mezcla como un flujo de una esque- cado. Cuando me posiciono como audiencia, creo las condiciones para una interpretación, y
matización de significado existente anterior a una nueva esquematización que emerge de aquí entra en juego el modelo de espacio mental de Brandt. No describe todo el proceso, sino
la fusión. Este movimiento crea un nuevo espacio de significados en el que todos los sig- una parte de él. El desarrollo del proceso en el tiempo implica que en el momento en que se
nificados anteriores están virtualmente presentes y potencialmente activables para generar produce cualquier signo, también tenemos la producción de una restricción, de un hábito.
interpretación. En otras palabras, los conjuntos-signicos constituyen campos de polisemia
activados contextualmente y almacenados en la cultura personal. El problema es que el Las sugerencias sociales representan otro conjunto de restricciones, lo que Brandt
modelo de Brandt solo funciona en el nivel de la comunicación lingüística humana, es llama el espacio de referencia, que guían mi interpretación en una dirección específica. Si
decir, la producción e interpretación de diferentes géneros de textos. Este es todavía un acepto estas sugerencias –por supuesto, no estoy obligado a hacerlo–, puedo, por ejemplo,
modelo topológico: es un ciclo cerrado que lleva de una esquematización a otra. ¿Cómo se producir un interpretante como el sugerido por Brandt: la canción es una mezcla de los
puede introducir una transformación a lo largo del tiempo? espacios de significado referidos a lo divino y al amor mundano. Una vez que produzco el
interpretante ‘amor’, activo un campo de significado que es infinito y difuso, como todos
El primer paso es, por supuesto, la introducción del tiempo, ya que la semiosis los signos que se refieren a valores humanos. Este campo de significados se caracteriza por
infinita presupone la temporalidad (Figura 2). El segundo elemento es la introducción de estar por encima del umbral de esquematización: son signos hiper-generalizados (Valsiner
la de totalidad y de la esquematización dialéctica a lo largo del tiempo. 2005). Tanto los significados por debajo como por encima del umbral no pueden repre-

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LUCAS TATEO DINÁMICA COGNITIVA

sentarse mediante la esquematización de Brandt. La experiencia afectiva primaria sólo * Publicado con expresa autorización del autor
puede esquematizarse parcialmente –experimentar el Hallelujah como una Gestalt afecti- Tradujo del inglés Claudio Guerri FADU, Universidad de Buenos Aires
va– porque el campo de significado sólo puede circunscribirse parcialmente en términos
esquemáticos. Todo el mundo entiende lo que quiero decir con “amor”, pero no podemos
ponernos de acuerdo en una definición esquemática y finita. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Por tanto, el proceso de interpretación se construye sobre los niveles que he descrito en BRANDT, P. A. (2020) Cognitive Semiotics: Signs, Mind, and Meaning. Londres: Bloomsbury Aca-
la figura 2. Además, la interpretación como acción está parcialmente limitada por la cadena de demic.
BRUNER, J. S. (1990) Acts of meaning. Cambridge, Mass.: Harvard UP.
interpretaciones anterior –los hábitos como marco–, pero al mismo tiempo produce un signo en
INNIS, R. E. (2016) “Between philosophy and cultural psychology: Pragmatist and semiotic reflec-
el futuro inmediato –hábito como canalizador. La interpretación no está determinada; en cambio, tions on the thresholds of sense”. En Culture & Psychology 22 (3): 331-361.
resulta de un campo de fuerzas vectoriales. El resultado del proceso de interpretación puede tener SIMMEL, G. (1994) “Bridge and door”. En Theory, Culture & Society 11 (5): 5-10. https://doi.org
efectos muy diferentes en el futuro. Puedo cumplir con las sugerencias sociales como en el ejemplo 10.1177/026327694011001002
de la interpretación de Brandt. Simplemente puedo producir un signo que neutralice la esquema- TATEO, L. (2018) “Affective semiosis and affective logic”. En New Ideas in Psychology 48: 1-11.
tización –“es solo una canción”–, o puedo crear mi versión y hacerla mía –“Mi canción favorita”. VALSINER, J. (2005) “Scaffolding within the structure of dialogical self: Hierarchical dynamics of
semiotic mediation”. En New Ideas in Psychology 23 (3): 197–206.
ZLATEV, J. (2012) “Cognitive semiotics: an emerging field for the transdisciplinary study of mea-
CONCLUSIÓN ning”. En Public Journal of Semiotics 4 (1): 2–24.

El libro de Per Brandt es un intento muy productivo de diseñar un modelo de arquitec-


tura cognitiva general para dar cuenta del proceso de creación de significado. En este sentido,

la Semiótica cognitiva logra crear un modelo consistente e introducir una terminología precisa.
Sin embargo, creo que no logra introducir ninguna novedad radical. No está claro hasta qué
punto la empresa de la semiótica cognitiva va más allá de la reflexión teórica existente en la
biosemiótica, la psicología cultural semiótica, la antropología lingüística y la semiótica textual.
El intento de traer una perspectiva humanista y holística a la ciencia cognitiva es relativamente
inacabado desde la época de Bruner (1990). Bruner ya ha demostrado que es imposible reducir
el problema del significado humano a la esquematización. Necesitamos una comprensión diná-
mica y temporal, como el modo de pensamiento narrativo (Bruner 1990). El modelo de Brandt
ciertamente tiene potencial; sin embargo, es un modelo estructural que necesita ser inoculado
con la dimensión temporal. Esta limitación se vuelve especialmente aguda cuando se habla de
la forma narrativa de la novela moderna –capítulo 9. Su mapeo sigue siendo el de un conjunto
de imágenes repetidas de transformaciones estructurales.

El proceso de semiosis infinita se basa en la dialéctica dinámica de esquematización
y totalidad, mientras que la Primeridad se alimenta de la Terceridad sólo para generar un
nuevo ciclo en el tiempo irreversible. El libro de Brandt y la semiótica cognitiva parecen
centrarse en mapear la configuración de las relaciones mientras pasan por alto su aspecto
dinámico como si la cognición se limitara a la esquematización.

NOTAS

1. Luca Tateo es Profesor Asociado en el Department of Special Needs Education de la Universidad de


Oslo, Noruega University of Oslo, Orcid: 0000-0002-3207-6312. Profesor Asociado en el Research
Centre for Cultural Psychology de la Universidad de Aalborg, Dinamarca . Email [email protected]
 
Atribución-NoComercial-CompartirIgual
CC BY-NC-SA

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sentarse mediante la esquematización de Brandt. La experiencia afectiva primaria sólo * Publicado con expresa autorización del autor
puede esquematizarse parcialmente –experimentar el Hallelujah como una Gestalt afecti- Tradujo del inglés Claudio Guerri FADU, Universidad de Buenos Aires
va– porque el campo de significado sólo puede circunscribirse parcialmente en términos
esquemáticos. Todo el mundo entiende lo que quiero decir con “amor”, pero no podemos
ponernos de acuerdo en una definición esquemática y finita. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Por tanto, el proceso de interpretación se construye sobre los niveles que he descrito en BRANDT, P. A. (2020) Cognitive Semiotics: Signs, Mind, and Meaning. Londres: Bloomsbury Aca-
la figura 2. Además, la interpretación como acción está parcialmente limitada por la cadena de demic.
BRUNER, J. S. (1990) Acts of meaning. Cambridge, Mass.: Harvard UP.
interpretaciones anterior –los hábitos como marco–, pero al mismo tiempo produce un signo en
INNIS, R. E. (2016) “Between philosophy and cultural psychology: Pragmatist and semiotic reflec-
el futuro inmediato –hábito como canalizador. La interpretación no está determinada; en cambio, tions on the thresholds of sense”. En Culture & Psychology 22 (3): 331-361.
resulta de un campo de fuerzas vectoriales. El resultado del proceso de interpretación puede tener SIMMEL, G. (1994) “Bridge and door”. En Theory, Culture & Society 11 (5): 5-10. https://doi.org
efectos muy diferentes en el futuro. Puedo cumplir con las sugerencias sociales como en el ejemplo 10.1177/026327694011001002
de la interpretación de Brandt. Simplemente puedo producir un signo que neutralice la esquema- TATEO, L. (2018) “Affective semiosis and affective logic”. En New Ideas in Psychology 48: 1-11.
tización –“es solo una canción”–, o puedo crear mi versión y hacerla mía –“Mi canción favorita”. VALSINER, J. (2005) “Scaffolding within the structure of dialogical self: Hierarchical dynamics of
semiotic mediation”. En New Ideas in Psychology 23 (3): 197–206.
ZLATEV, J. (2012) “Cognitive semiotics: an emerging field for the transdisciplinary study of mea-
CONCLUSIÓN ning”. En Public Journal of Semiotics 4 (1): 2–24.

El libro de Per Brandt es un intento muy productivo de diseñar un modelo de arquitec-


tura cognitiva general para dar cuenta del proceso de creación de significado. En este sentido,

la Semiótica cognitiva logra crear un modelo consistente e introducir una terminología precisa.
Sin embargo, creo que no logra introducir ninguna novedad radical. No está claro hasta qué
punto la empresa de la semiótica cognitiva va más allá de la reflexión teórica existente en la
biosemiótica, la psicología cultural semiótica, la antropología lingüística y la semiótica textual.
El intento de traer una perspectiva humanista y holística a la ciencia cognitiva es relativamente
inacabado desde la época de Bruner (1990). Bruner ya ha demostrado que es imposible reducir
el problema del significado humano a la esquematización. Necesitamos una comprensión diná-
mica y temporal, como el modo de pensamiento narrativo (Bruner 1990). El modelo de Brandt
ciertamente tiene potencial; sin embargo, es un modelo estructural que necesita ser inoculado
con la dimensión temporal. Esta limitación se vuelve especialmente aguda cuando se habla de
la forma narrativa de la novela moderna –capítulo 9. Su mapeo sigue siendo el de un conjunto
de imágenes repetidas de transformaciones estructurales.

El proceso de semiosis infinita se basa en la dialéctica dinámica de esquematización
y totalidad, mientras que la Primeridad se alimenta de la Terceridad sólo para generar un
nuevo ciclo en el tiempo irreversible. El libro de Brandt y la semiótica cognitiva parecen
centrarse en mapear la configuración de las relaciones mientras pasan por alto su aspecto
dinámico como si la cognición se limitara a la esquematización.

NOTAS

1. Luca Tateo es Profesor Asociado en el Department of Special Needs Education de la Universidad de


Oslo, Noruega University of Oslo, Orcid: 0000-0002-3207-6312. Profesor Asociado en el Research
Centre for Cultural Psychology de la Universidad de Aalborg, Dinamarca . Email [email protected]
 
Atribución-NoComercial-CompartirIgual
CC BY-NC-SA

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


254 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 255
Depósito Legal B.3146-2001 Universidad de Rosario (Argentina) Versión electrónica: designisfels.net
http://dx.doi.org/10.35659/designis.i35p257-265
POR UNA SEMIÓTICA PARTICIPATIVA

Por una semiótica participativa


Cristina Peñamarín
(pág 257 - pág 265)

PAOLUCCI, Claudio
Persona. Soggettività nel linguaggio e semiotica dell’enunciazione, Milan: Bompiani, 2020

Algunos problemas centrales hoy para la semiótica aparecen en este notable libro de
Paolucci, que integra muchas de sus aportaciones anteriores y ofrece una interesante apertura
a la reflexión sobre la enunciación, incluyendo las producciones audiovisuales. Suscita además
muy interesantes cuestiones a otras perspectivas, como la sociosemiótica, aparentemente ex-
cluida, o presentados sus supuestos e intereses como ajenos a los aquí desarrollados por Pao-
lucci. Trataré de exponer, en primer lugar, la teoría de este autor, de hacerla comprensible para
quienes no la conocen, para preguntarme a continuación, entre otras cosas, qué aporta su pro-
puesta y como puede dialogar, además de con el cognitivismo, como se propone hacer, con otras
perspectivas semióticas que se interesan por cómo participa la vida del sentido en la vida social.

La enunciación produjo “una ruptura en el estructuralismo” (Manetti, 1998: 40), al


introducir, a partir de Benveniste, la dimensión del acto, la acción de producir un enunciado.
Esta obviedad, que un acto o una serie de actos producen la manifestación o, en otros térmi-
nos, la semiosis, y que un acto implica un sujeto, en este caso un enunciador, se introdujo con
pleno derecho en el estructuralismo saussureano por un motivo. Porque Benveniste mostró
que ciertos términos del sistema de la lengua no pueden adquirir sentido pleno gracias a
otros términos del sistema, sino por referencia a la situación particular en que se producen
(las palabras yo, tú, aquí, ahora, los deícticos, etc.). Los estudiosos de la lengua, dedicados al
sistema, estaban obligados a reparar en que el sentido mismo, la clave de este sistema, reque-
ría referirse al uso de la lengua por un sujeto en un momento y lugar particulares. Y podían
entenderse como incluidos teóricamente en el estructuralismo muchos trabajos dedicados a
estudiar la enunciación y los procesos de significación en relación con sus situaciones de uso.

Paolucci polemiza recurrentemente con esta vieja historia y con el “paradigma de


los deícticos” que implica. Se plantea construir una teoría de la enunciación no restrin-
gida, como la de Benveniste, a la situación de comunicación oral, a sus sujetos, espacios
y tiempos (y sus deícticos), sino ampliada a enunciaciones, científicas, audiovisuales, de
Big Data, y otras. Además ha de cumplir la condición, clave para él, de ser una teoría
plenamente semiótica y de articularse con las propuestas de Latour, una influencia tan
fundamental en esta obra como la de sus antecesores en la semiótica y la lingüística (a
menudo Paolucci define su perspectiva como semiolingüística). El problema que me sus-
cita es si por rechazar una teoría supuestamente aplicable sólo a un caso (la comunicación
oral), termina excluyendo de su teoría de la enunciación ese caso particular y con él las más
comunes conversaciones, diálogos y encuentros.

Para empezar, podemos señalar un posible punto de encuentro con muchos estu-
dios de inspiración sociosemiótica. Paolucci rechaza de plano la individualidad del sujeto

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


256 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 257
Depósito Legal B.3146-2001 Universidad de Rosario (Argentina) Versión electrónica: designisfels.net
http://dx.doi.org/10.35659/designis.i35p257-265
POR UNA SEMIÓTICA PARTICIPATIVA

Por una semiótica participativa


Cristina Peñamarín
(pág 257 - pág 265)

PAOLUCCI, Claudio
Persona. Soggettività nel linguaggio e semiotica dell’enunciazione, Milan: Bompiani, 2020

Algunos problemas centrales hoy para la semiótica aparecen en este notable libro de
Paolucci, que integra muchas de sus aportaciones anteriores y ofrece una interesante apertura
a la reflexión sobre la enunciación, incluyendo las producciones audiovisuales. Suscita además
muy interesantes cuestiones a otras perspectivas, como la sociosemiótica, aparentemente ex-
cluida, o presentados sus supuestos e intereses como ajenos a los aquí desarrollados por Pao-
lucci. Trataré de exponer, en primer lugar, la teoría de este autor, de hacerla comprensible para
quienes no la conocen, para preguntarme a continuación, entre otras cosas, qué aporta su pro-
puesta y como puede dialogar, además de con el cognitivismo, como se propone hacer, con otras
perspectivas semióticas que se interesan por cómo participa la vida del sentido en la vida social.

La enunciación produjo “una ruptura en el estructuralismo” (Manetti, 1998: 40), al


introducir, a partir de Benveniste, la dimensión del acto, la acción de producir un enunciado.
Esta obviedad, que un acto o una serie de actos producen la manifestación o, en otros térmi-
nos, la semiosis, y que un acto implica un sujeto, en este caso un enunciador, se introdujo con
pleno derecho en el estructuralismo saussureano por un motivo. Porque Benveniste mostró
que ciertos términos del sistema de la lengua no pueden adquirir sentido pleno gracias a
otros términos del sistema, sino por referencia a la situación particular en que se producen
(las palabras yo, tú, aquí, ahora, los deícticos, etc.). Los estudiosos de la lengua, dedicados al
sistema, estaban obligados a reparar en que el sentido mismo, la clave de este sistema, reque-
ría referirse al uso de la lengua por un sujeto en un momento y lugar particulares. Y podían
entenderse como incluidos teóricamente en el estructuralismo muchos trabajos dedicados a
estudiar la enunciación y los procesos de significación en relación con sus situaciones de uso.

Paolucci polemiza recurrentemente con esta vieja historia y con el “paradigma de


los deícticos” que implica. Se plantea construir una teoría de la enunciación no restrin-
gida, como la de Benveniste, a la situación de comunicación oral, a sus sujetos, espacios
y tiempos (y sus deícticos), sino ampliada a enunciaciones, científicas, audiovisuales, de
Big Data, y otras. Además ha de cumplir la condición, clave para él, de ser una teoría
plenamente semiótica y de articularse con las propuestas de Latour, una influencia tan
fundamental en esta obra como la de sus antecesores en la semiótica y la lingüística (a
menudo Paolucci define su perspectiva como semiolingüística). El problema que me sus-
cita es si por rechazar una teoría supuestamente aplicable sólo a un caso (la comunicación
oral), termina excluyendo de su teoría de la enunciación ese caso particular y con él las más
comunes conversaciones, diálogos y encuentros.

Para empezar, podemos señalar un posible punto de encuentro con muchos estu-
dios de inspiración sociosemiótica. Paolucci rechaza de plano la individualidad del sujeto

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


256 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 257
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enunciador, el yo productor del discurso, supuesto centro y origen de la subjetividad. Una manipulados e inventados por cada enunciación particular” (Fontanille, 1999, 2018: 10).
instancia de la enunciación como yo-aquí-ahora está pensada desde la posición «mayor» de la Desde esta perspectiva se podría estudiar cómo la praxis enunciativa encadena esas diferen-
ontología occidental, sostiene, desde «la presencia del sujeto a sí mismo». El yo-aquí-ahora tes instancias o discursos formando particulares agenciamientos colectivos de enunciación.
es un efecto semiótico, más que una posición de partida (2020: 226). Argumenta que siem-
pre hay más de un enunciador en una enunciación, retomando la idea de praxis enunciativa En su reflexión sobre la enunciación, Paolucci privilegia el plano que llama semióti-
de Fontanille y de agenciamiento colectivo de enunciación, de Deleuze y Guattari. En un co, el interno al sistema, la enciclopedia, sobre el semántico (o semántico-pragmático). Aquí
artículo en el que sintetiza las aportaciones del libro que aquí se comenta, señala Paolucci: Benveniste, a diferencia de en otros pasajes de su obra, ejerce de autoridad, porque “define
‘semiótico’ el modo de significar propio del signo en el interior de las formas lingüísticas,
e independientemente de una situación extra-lingüística particular”, y semántico como el
Mientras escribo, realizo actos de enunciación, produzco enunciados, pero
modo de significar que hace referencia a la situación de discurso o a la actitud del locutor
en mi enunciado no hay sólo huellas de una palabra en primera persona.
(Paolucci 2020: 52). Paolucci sostiene decididamente esta frontera, semiótica vs semántica, y
Hay también normas que hablan (las normas de un discurso que se quiere
afirma que él trata de fundar su teoría de la enunciación en el nivel semiótico, es decir, inter-
científico en ciencias del lenguaje; las normas de la revista Actes Sémiotiques,
no al sistema e independiente de la situación de enunciación, que en cambio era básica para
etc.), usos y hábitos (definir el problema de entrada; presentar a continua-
Benveniste y para su teoría de la deixis. Pero Paolucci salva el concepto del “aparato formal
ción la literatura sobre ese tema, etc.), así como instituciones (el director
de la enunciación”, que considera clave traducir al audiovisual, por ejemplo.
que me ha invitado a presentar este trabajo, los evaluadores que me han
propuesto modificaciones, etc.). Entonces, si la enunciación es “el acto mis-
¿Cómo incorpora Paolucci, desde su visión de la semiótica, lo social de las normas
mo de producir un enunciado”, la agency de este acto está distribuida en una
y los hábitos al proceso de enunciación? Conjuga la teoría semiótica de los modos de
multiplicidad de instancias enunciantes. En mi enunciado hay un agencia-
existencia (Fontanille y Zilberberg, 1998) con la idea de enciclopedia de Eco, que contiene
miento de instancias enunciantes (Paolucci, 2021: 4)
las normas y usos sociales, en la forma semiótica de registros, inscripciones, repertorios:
“conjunto registrado de todas las interpretaciones”, o también, conjunto de recursos se-
El ejemplo da fácilmente a entender la multiplicidad de “instancias enunciantes”,
mióticos que forman la competencia del intérprete. Paolucci convierte la enciclopedia en
normas, hábitos, instituciones, que forman parte de una enunciación, (aunque echamos en
el “conjunto de los eventos semióticos”, como sinónimo de los enunciados ya enunciados
falta otras instancias igualmente indispensables en ese enunciar). La multiplicidad desplaza
“que representan el fondo de toda posible enunciación futura” (2020: 140). Sostiene que
la discusión sobre la primacía de la primera persona. Para Paolucci, si yo es un producto del
al enunciar no se realiza sino una “adición de sustracciones” (una serie de selecciones y
enunciado, y no el origen del mismo, lo ya dicho y depositado en la enciclopedia (Eco) es el
reiteraciones) a la enciclopedia, nunca una creación original (pese a que señala que cada
material que conforma los enunciados y, en una de sus más logradas definiciones, señala: “la
agenciamiento enunciativo es singular, no reconoce ninguna creatividad o novedad en el
enunciación es un acto de ‘modulación de lo ya dicho’, en el que se concatena la propia palabra
enunciar algo, al igual que hace la teoría de la praxis enunciativa).
personal con los miles de palabras ‘impersonales’ almacenadas en la enciclopedia” (2020: 220).
Como he apuntado, para este autor es fundamental así mismo la concepción de
Con su propuesta teórica, Paolucci, además de distanciarse de la primacía del yo y
Latour (2013) de la enunciación, si bien diría que sus aportaciones han de ser tomadas
de la “ontología del sujeto” (u “ontología occidental”), nos lleva a pensar en una multipli-
con una pizca de sal desde una perspectiva semiótica (centrada en la significación), pues
cidad de coenunciadores y en aspectos tan sociales como los hábitos, los usos y las normas
para Latour todo lo que existe se enuncia, “se altera y se reanuda, nunca es en sí mismo
-que “también hablan”, dice-, aunque tienden a ser olvidados en una concepción indivi-
sino en y por otros”, incluidos los seres de la técnica, los de ficción o los seres inertes (la
dualizante y psicologizante de la enunciación.
“materia bruta”). Latour llama enunciación al pasaje o el paso entre los diferentes modos
de existencia, y piensa el enunciar como “enviar un nuncio”, alguien o algo “que hable por
La cuestión de la diversidad de voces sociales que participan en la enunciación de
uno”. Este e-nunciar abre, para Paolucci, un “pequeño drama”, una escena de enunciación
los textos ha sido un rico campo de indagación sociosemiótica (de los fenómenos de dialo-
con sus posiciones relativas. La enunciación trata de lo que media y permite pasar de un
gismo, hibridación, etc.) También se encuentra, en otro modo, en la semiótica estructural.
modo de existencia semiótica virtual a uno actualizado o realizado. Este es el “paso”, la
Decía Fontanille: “la enunciación no puede ser considerada solamente como un ‘acto de
mediación clave que realiza cada enunciación entre la multiplicidad de las normas y usos
apropiación individual de la lengua’. La individualidad en cuestión no es más que una
sociales que se virtualizan, actualizan o realizan en el enunciado. Así entiende la teoría de
fase particular en un proceso que sigue siendo colectivo, y que tiene siempre el efecto de
la enunciación como una teoría de las delegaciones y mediaciones, que indaga quién habla
confirmar o desmentir, modificar o transformar, asumir o recusar un sistema semiótico
por nosotros, en qué entidades delegamos nuestra palabra (2020: 24).
que no es de naturaleza individual” (Fontanille 2018: 11). Una idea que se deriva de la
concepción, inspirada en Greimas, de la praxis enunciativa que interesa particularmente a
Retomando un ejemplo de Passolini, señala que cuando Dante usa palabrotas y ex-
Paoluci: “el conjunto de actos por los cuales unos discursos son convocados, seleccionados,
presiones groseras en la Commedia habla como otro o a través de él, pero ese otro “no tiene

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enunciador, el yo productor del discurso, supuesto centro y origen de la subjetividad. Una manipulados e inventados por cada enunciación particular” (Fontanille, 1999, 2018: 10).
instancia de la enunciación como yo-aquí-ahora está pensada desde la posición «mayor» de la Desde esta perspectiva se podría estudiar cómo la praxis enunciativa encadena esas diferen-
ontología occidental, sostiene, desde «la presencia del sujeto a sí mismo». El yo-aquí-ahora tes instancias o discursos formando particulares agenciamientos colectivos de enunciación.
es un efecto semiótico, más que una posición de partida (2020: 226). Argumenta que siem-
pre hay más de un enunciador en una enunciación, retomando la idea de praxis enunciativa En su reflexión sobre la enunciación, Paolucci privilegia el plano que llama semióti-
de Fontanille y de agenciamiento colectivo de enunciación, de Deleuze y Guattari. En un co, el interno al sistema, la enciclopedia, sobre el semántico (o semántico-pragmático). Aquí
artículo en el que sintetiza las aportaciones del libro que aquí se comenta, señala Paolucci: Benveniste, a diferencia de en otros pasajes de su obra, ejerce de autoridad, porque “define
‘semiótico’ el modo de significar propio del signo en el interior de las formas lingüísticas,
e independientemente de una situación extra-lingüística particular”, y semántico como el
Mientras escribo, realizo actos de enunciación, produzco enunciados, pero
modo de significar que hace referencia a la situación de discurso o a la actitud del locutor
en mi enunciado no hay sólo huellas de una palabra en primera persona.
(Paolucci 2020: 52). Paolucci sostiene decididamente esta frontera, semiótica vs semántica, y
Hay también normas que hablan (las normas de un discurso que se quiere
afirma que él trata de fundar su teoría de la enunciación en el nivel semiótico, es decir, inter-
científico en ciencias del lenguaje; las normas de la revista Actes Sémiotiques,
no al sistema e independiente de la situación de enunciación, que en cambio era básica para
etc.), usos y hábitos (definir el problema de entrada; presentar a continua-
Benveniste y para su teoría de la deixis. Pero Paolucci salva el concepto del “aparato formal
ción la literatura sobre ese tema, etc.), así como instituciones (el director
de la enunciación”, que considera clave traducir al audiovisual, por ejemplo.
que me ha invitado a presentar este trabajo, los evaluadores que me han
propuesto modificaciones, etc.). Entonces, si la enunciación es “el acto mis-
¿Cómo incorpora Paolucci, desde su visión de la semiótica, lo social de las normas
mo de producir un enunciado”, la agency de este acto está distribuida en una
y los hábitos al proceso de enunciación? Conjuga la teoría semiótica de los modos de
multiplicidad de instancias enunciantes. En mi enunciado hay un agencia-
existencia (Fontanille y Zilberberg, 1998) con la idea de enciclopedia de Eco, que contiene
miento de instancias enunciantes (Paolucci, 2021: 4)
las normas y usos sociales, en la forma semiótica de registros, inscripciones, repertorios:
“conjunto registrado de todas las interpretaciones”, o también, conjunto de recursos se-
El ejemplo da fácilmente a entender la multiplicidad de “instancias enunciantes”,
mióticos que forman la competencia del intérprete. Paolucci convierte la enciclopedia en
normas, hábitos, instituciones, que forman parte de una enunciación, (aunque echamos en
el “conjunto de los eventos semióticos”, como sinónimo de los enunciados ya enunciados
falta otras instancias igualmente indispensables en ese enunciar). La multiplicidad desplaza
“que representan el fondo de toda posible enunciación futura” (2020: 140). Sostiene que
la discusión sobre la primacía de la primera persona. Para Paolucci, si yo es un producto del
al enunciar no se realiza sino una “adición de sustracciones” (una serie de selecciones y
enunciado, y no el origen del mismo, lo ya dicho y depositado en la enciclopedia (Eco) es el
reiteraciones) a la enciclopedia, nunca una creación original (pese a que señala que cada
material que conforma los enunciados y, en una de sus más logradas definiciones, señala: “la
agenciamiento enunciativo es singular, no reconoce ninguna creatividad o novedad en el
enunciación es un acto de ‘modulación de lo ya dicho’, en el que se concatena la propia palabra
enunciar algo, al igual que hace la teoría de la praxis enunciativa).
personal con los miles de palabras ‘impersonales’ almacenadas en la enciclopedia” (2020: 220).
Como he apuntado, para este autor es fundamental así mismo la concepción de
Con su propuesta teórica, Paolucci, además de distanciarse de la primacía del yo y
Latour (2013) de la enunciación, si bien diría que sus aportaciones han de ser tomadas
de la “ontología del sujeto” (u “ontología occidental”), nos lleva a pensar en una multipli-
con una pizca de sal desde una perspectiva semiótica (centrada en la significación), pues
cidad de coenunciadores y en aspectos tan sociales como los hábitos, los usos y las normas
para Latour todo lo que existe se enuncia, “se altera y se reanuda, nunca es en sí mismo
-que “también hablan”, dice-, aunque tienden a ser olvidados en una concepción indivi-
sino en y por otros”, incluidos los seres de la técnica, los de ficción o los seres inertes (la
dualizante y psicologizante de la enunciación.
“materia bruta”). Latour llama enunciación al pasaje o el paso entre los diferentes modos
de existencia, y piensa el enunciar como “enviar un nuncio”, alguien o algo “que hable por
La cuestión de la diversidad de voces sociales que participan en la enunciación de
uno”. Este e-nunciar abre, para Paolucci, un “pequeño drama”, una escena de enunciación
los textos ha sido un rico campo de indagación sociosemiótica (de los fenómenos de dialo-
con sus posiciones relativas. La enunciación trata de lo que media y permite pasar de un
gismo, hibridación, etc.) También se encuentra, en otro modo, en la semiótica estructural.
modo de existencia semiótica virtual a uno actualizado o realizado. Este es el “paso”, la
Decía Fontanille: “la enunciación no puede ser considerada solamente como un ‘acto de
mediación clave que realiza cada enunciación entre la multiplicidad de las normas y usos
apropiación individual de la lengua’. La individualidad en cuestión no es más que una
sociales que se virtualizan, actualizan o realizan en el enunciado. Así entiende la teoría de
fase particular en un proceso que sigue siendo colectivo, y que tiene siempre el efecto de
la enunciación como una teoría de las delegaciones y mediaciones, que indaga quién habla
confirmar o desmentir, modificar o transformar, asumir o recusar un sistema semiótico
por nosotros, en qué entidades delegamos nuestra palabra (2020: 24).
que no es de naturaleza individual” (Fontanille 2018: 11). Una idea que se deriva de la
concepción, inspirada en Greimas, de la praxis enunciativa que interesa particularmente a
Retomando un ejemplo de Passolini, señala que cuando Dante usa palabrotas y ex-
Paoluci: “el conjunto de actos por los cuales unos discursos son convocados, seleccionados,
presiones groseras en la Commedia habla como otro o a través de él, pero ese otro “no tiene

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nada que ver con una persona tercera, sino con un conjunto de normas, usos y hábitos” Otro embate a la lógica estructural clásica atañe al concepto mismo de acción y
(Paolucci 2020:219). “El enunciador, o la imagen de la enunciación reconstruida a partir con él al de sujeto. El acto de enunciación ha de entenderse, para este autor, desde una
de las huellas que deja en su enunciado, reenvía a la pluralidad”. Se trata, para este autor, lógica “ergativa”. Enunciados como “cundió el desánimo” son vistos desde el lenguaje no
de una pluralidad de “dimensiones” semióticas, que incluye la virtualización de las nor- como la acción de un sujeto, sino como un proceso impersonal que implica al sujeto (Violi
mas que Dante “usa” y “vive” habitualmente y la actualización y realización de jergas que 2007: 194). La acción se produce sin un hacer externo al proceso. Si hay una causalidad,
“Dante no usa”, pero que “pulsan en su enunciado y reenvían a otros usos”. Dimensiones la agencia causante es plural o indeterminable. La lógica de la acción transitiva, un sujeto
heterogéneas, con sus diferentes modos de existencia, que se unen sin homogeneizarse en hace x, habría obviado la acción ergativa, sin sujeto causante, que en cambio es, para Pao-
la forma que Passolini llama “discurso indirecto libre” (id: 220). El enunciador es el “ocu- lucci, la propia de la enunciación. “La idea de que el acto de enunciación construye a la
pante sin lugar” (Latour), la instancia de mediación que une las dimensiones heterogéneas vez el enunciado y las instancias enunciantes, no debe interpretarse de manera transitiva
que coexisten en el enunciado en un equilibrio inestable (id: 221). En este pasaje o me- -el sujeto que produce un enunciado que a la vez le produce a él mismo-, sino de manera
diación, la enunciación “libre e indirecta”, la modulación de un punto de vista a través de ergativa -el sujeto se enuncia a través de un acto que le hace emerger simultáneamente con
otro, agenciamiento o concatenación enunciativa, es la “forma constitutiva de la relación el enunciado a partir de otras instancias enunciantes” (2021:11)
entre las virtualidades enciclopédicas impersonales y los sujetos que se apropian de ellas,
los ‘ocupantes sin lugar’” (id:212). Estas dos lógicas, de la oposición participativa y de la acción ergativa, atraviesan
la concepción de la enunciación de Paolucci. La enunciación, colectiva e impersonal-par-
Un problema central para Paolucci es cómo comprender que la enunciación cons- ticipativa, adquiere además en esta teoría un carácter de evento, “evenemencial”. Reto-
truye al tiempo el enunciado y su sujeto, como decía Greimas, o el enunciado y las ins- mando la idea de enciclopedia como conjunto de eventos semióticos, sostiene: “una lógica
tancias enunciantes con sus posiciones de sujeto, dirá él. Si no hay persona sin lenguaje, enciclopédica define una lógica de tipo ‘evenemencial’, que abre en su interior posiciones
la clave de la subjetividad no es el yo, sino el hecho de que el lenguaje hace posible el enunciativas difusas, y no una lógica de tipo ‘personal’ donde la enunciación está ligada a
desdoblamiento del sujeto entre la primera y la tercera persona, el ejercicio de ver el yo categorías de tipo deíctico” (2020: 140). Esta visión llega a borrar o cuestionar la idea mis-
como un él y tratarlo como un objeto de la propia reflexión. ma de acto enunciativo. De hecho, la definición de la enunciación fluctúa a lo largo de toda
la obra, vista en unas ocasiones como acto (con sujeto), en otras como evento (sin sujeto),
Lo que define la subjetividad, para este autor, es la capacidad de mentir, de enga- es decir, como una cierta articulación de instancias y dimensiones que sucede, ocurre, sin
ñar, que según señala, adquiere la criatura humana entre los 9 y los 18 meses, y le permite la intervención de un sujeto.
jugar a ser otra (pretend play), un juego que implica y desarrolla una capacidad de imagi-
nación ligada a la ficcionalidad. Para las ciencias cognitivas modernas, sigue el autor, este Cuestiones también centrales para entender la enunciación en el audiovisual. No
aspecto del desarrollo de la criatura “no sólo desliga la subjetividad del yo lingüístico para existe en lo audiovisual un “aparato formal de la enunciación” que pueda derivarse de la
conectarla con la imaginación, la acción y la capacidad semiótica de engañar al otro, tam- teoría de los shifters, deícticos o embrayeurs propios del discurso oral, como señalaba Metz
bién nos muestra cómo el yo es lo último que se desarrolla y depende constitutivamente de (1991). Pero existe un aparato formal de la enunciación en el audiovisual, subraya Paolucci
la intersubjetividad del tú y de la impersonalidad del él” (Paolucci 2020: 43). (2020: 237). El espectador, que se espera encontrar como destinatario (diana), ocupa la
posición del enunciador (origen) en la medida en que es identificado con la cámara. “El
La subjetividad se entiende a partir de la capacidad de construir imaginativamente espectador sería, en suma, al tiempo un yo y un tú” (Metz 1991, Paolucci 2020: 239).
un mundo alternativo y a uno mismo como figura o personaje en él. Para Paolucci la cla- Aparece así un primer rasgo del lenguaje fílmico, que define dos posiciones de sujeto en el
ve de la subjetividad es definitivamente la tercera persona, el pronombre él, a la vez una lugar del destinatario. El mecanismo audiovisual, además, funciona como una prótesis del
persona, como en “el portero cerró”, y una no-persona, referida a procesos impersonales, oído y de la vista, una prótesis de la subjetividad. “En el audiovisual el enunciado contiene
como “llovía a mares”, “cundió el desánimo” o “se hace tarde”. La persona-no persona, prótesis (y no simulacros) de la enunciación, que constituyen su aparato formal” (id: 263).
él, que participa en la formación del yo y del tú -Guillaume 1991-, tiene una cualidad El texto se presenta como una serie de puntos de prensión perceptiva, cognitiva, narrativa
lógica particular: supone una forma de oposición no exclusiva, del tipo A vs no-A, sino y los lugares de quien oye, ve, sabe, etc., las posiciones actanciales de la enunciación, son
participativa, A vs (A+no-A) -una revisión del concepto clave de oposición, proveniente creadas a partir de las prótesis de la enunciación, de su “aparto formal” (id: 267). De hecho,
de la lingüística de Hjemslev, que ha recibido últimamente mucha atención en la semió- asumimos puntos de vista y capacidades perceptivas no humanas o más que humanas, que
tica estructural-. La subjetividad requiere que el sujeto se vea como otro, como un él (o expresan una “subjetividad de tipo maquínico que es propia del lenguaje audiovisual” (id:
como yo+no-yo), requiere la impersonalidad y la tercera persona. La opción de Paolucci 271), en el que se da una enunciación participativa, impersonal y no antropoide (id: 245).
por una teoría impersonal de la enunciación, centrada en la tercera persona y sobre todo en el
impersonal absoluto, se, del “se dice”, “se hace así”, implica la preminencia de la oposición Al observar su uso de estereotipos y configuraciones típicas, sus recursos propios,
inclusiva, participativa, en la que algo no se opone de forma excluyente a algo, sino que como mostrar la cámara, incluir el film en el film y otros simulacros de la producción, la
puede incluirlo (como la no-persona puede incluir a la persona). enunciación audiovisual se entiende, según Paolucci, como una praxis que participa de

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nada que ver con una persona tercera, sino con un conjunto de normas, usos y hábitos” Otro embate a la lógica estructural clásica atañe al concepto mismo de acción y
(Paolucci 2020:219). “El enunciador, o la imagen de la enunciación reconstruida a partir con él al de sujeto. El acto de enunciación ha de entenderse, para este autor, desde una
de las huellas que deja en su enunciado, reenvía a la pluralidad”. Se trata, para este autor, lógica “ergativa”. Enunciados como “cundió el desánimo” son vistos desde el lenguaje no
de una pluralidad de “dimensiones” semióticas, que incluye la virtualización de las nor- como la acción de un sujeto, sino como un proceso impersonal que implica al sujeto (Violi
mas que Dante “usa” y “vive” habitualmente y la actualización y realización de jergas que 2007: 194). La acción se produce sin un hacer externo al proceso. Si hay una causalidad,
“Dante no usa”, pero que “pulsan en su enunciado y reenvían a otros usos”. Dimensiones la agencia causante es plural o indeterminable. La lógica de la acción transitiva, un sujeto
heterogéneas, con sus diferentes modos de existencia, que se unen sin homogeneizarse en hace x, habría obviado la acción ergativa, sin sujeto causante, que en cambio es, para Pao-
la forma que Passolini llama “discurso indirecto libre” (id: 220). El enunciador es el “ocu- lucci, la propia de la enunciación. “La idea de que el acto de enunciación construye a la
pante sin lugar” (Latour), la instancia de mediación que une las dimensiones heterogéneas vez el enunciado y las instancias enunciantes, no debe interpretarse de manera transitiva
que coexisten en el enunciado en un equilibrio inestable (id: 221). En este pasaje o me- -el sujeto que produce un enunciado que a la vez le produce a él mismo-, sino de manera
diación, la enunciación “libre e indirecta”, la modulación de un punto de vista a través de ergativa -el sujeto se enuncia a través de un acto que le hace emerger simultáneamente con
otro, agenciamiento o concatenación enunciativa, es la “forma constitutiva de la relación el enunciado a partir de otras instancias enunciantes” (2021:11)
entre las virtualidades enciclopédicas impersonales y los sujetos que se apropian de ellas,
los ‘ocupantes sin lugar’” (id:212). Estas dos lógicas, de la oposición participativa y de la acción ergativa, atraviesan
la concepción de la enunciación de Paolucci. La enunciación, colectiva e impersonal-par-
Un problema central para Paolucci es cómo comprender que la enunciación cons- ticipativa, adquiere además en esta teoría un carácter de evento, “evenemencial”. Reto-
truye al tiempo el enunciado y su sujeto, como decía Greimas, o el enunciado y las ins- mando la idea de enciclopedia como conjunto de eventos semióticos, sostiene: “una lógica
tancias enunciantes con sus posiciones de sujeto, dirá él. Si no hay persona sin lenguaje, enciclopédica define una lógica de tipo ‘evenemencial’, que abre en su interior posiciones
la clave de la subjetividad no es el yo, sino el hecho de que el lenguaje hace posible el enunciativas difusas, y no una lógica de tipo ‘personal’ donde la enunciación está ligada a
desdoblamiento del sujeto entre la primera y la tercera persona, el ejercicio de ver el yo categorías de tipo deíctico” (2020: 140). Esta visión llega a borrar o cuestionar la idea mis-
como un él y tratarlo como un objeto de la propia reflexión. ma de acto enunciativo. De hecho, la definición de la enunciación fluctúa a lo largo de toda
la obra, vista en unas ocasiones como acto (con sujeto), en otras como evento (sin sujeto),
Lo que define la subjetividad, para este autor, es la capacidad de mentir, de enga- es decir, como una cierta articulación de instancias y dimensiones que sucede, ocurre, sin
ñar, que según señala, adquiere la criatura humana entre los 9 y los 18 meses, y le permite la intervención de un sujeto.
jugar a ser otra (pretend play), un juego que implica y desarrolla una capacidad de imagi-
nación ligada a la ficcionalidad. Para las ciencias cognitivas modernas, sigue el autor, este Cuestiones también centrales para entender la enunciación en el audiovisual. No
aspecto del desarrollo de la criatura “no sólo desliga la subjetividad del yo lingüístico para existe en lo audiovisual un “aparato formal de la enunciación” que pueda derivarse de la
conectarla con la imaginación, la acción y la capacidad semiótica de engañar al otro, tam- teoría de los shifters, deícticos o embrayeurs propios del discurso oral, como señalaba Metz
bién nos muestra cómo el yo es lo último que se desarrolla y depende constitutivamente de (1991). Pero existe un aparato formal de la enunciación en el audiovisual, subraya Paolucci
la intersubjetividad del tú y de la impersonalidad del él” (Paolucci 2020: 43). (2020: 237). El espectador, que se espera encontrar como destinatario (diana), ocupa la
posición del enunciador (origen) en la medida en que es identificado con la cámara. “El
La subjetividad se entiende a partir de la capacidad de construir imaginativamente espectador sería, en suma, al tiempo un yo y un tú” (Metz 1991, Paolucci 2020: 239).
un mundo alternativo y a uno mismo como figura o personaje en él. Para Paolucci la cla- Aparece así un primer rasgo del lenguaje fílmico, que define dos posiciones de sujeto en el
ve de la subjetividad es definitivamente la tercera persona, el pronombre él, a la vez una lugar del destinatario. El mecanismo audiovisual, además, funciona como una prótesis del
persona, como en “el portero cerró”, y una no-persona, referida a procesos impersonales, oído y de la vista, una prótesis de la subjetividad. “En el audiovisual el enunciado contiene
como “llovía a mares”, “cundió el desánimo” o “se hace tarde”. La persona-no persona, prótesis (y no simulacros) de la enunciación, que constituyen su aparato formal” (id: 263).
él, que participa en la formación del yo y del tú -Guillaume 1991-, tiene una cualidad El texto se presenta como una serie de puntos de prensión perceptiva, cognitiva, narrativa
lógica particular: supone una forma de oposición no exclusiva, del tipo A vs no-A, sino y los lugares de quien oye, ve, sabe, etc., las posiciones actanciales de la enunciación, son
participativa, A vs (A+no-A) -una revisión del concepto clave de oposición, proveniente creadas a partir de las prótesis de la enunciación, de su “aparto formal” (id: 267). De hecho,
de la lingüística de Hjemslev, que ha recibido últimamente mucha atención en la semió- asumimos puntos de vista y capacidades perceptivas no humanas o más que humanas, que
tica estructural-. La subjetividad requiere que el sujeto se vea como otro, como un él (o expresan una “subjetividad de tipo maquínico que es propia del lenguaje audiovisual” (id:
como yo+no-yo), requiere la impersonalidad y la tercera persona. La opción de Paolucci 271), en el que se da una enunciación participativa, impersonal y no antropoide (id: 245).
por una teoría impersonal de la enunciación, centrada en la tercera persona y sobre todo en el
impersonal absoluto, se, del “se dice”, “se hace así”, implica la preminencia de la oposición Al observar su uso de estereotipos y configuraciones típicas, sus recursos propios,
inclusiva, participativa, en la que algo no se opone de forma excluyente a algo, sino que como mostrar la cámara, incluir el film en el film y otros simulacros de la producción, la
puede incluirlo (como la no-persona puede incluir a la persona). enunciación audiovisual se entiende, según Paolucci, como una praxis que participa de

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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CRISTINA PENAMARIN POR UNA SEMIÓTICA PARTICIPATIVA

la formación de géneros, estilos, gramáticas socioculturales, que construyen o deforman mental-corporal ante el audiovisual. Desde fuera del cognitivismo, otras perspectivas se-
el stock enciclopédico (2020: 247). Pero sostiene que es necesario diferenciar la praxis mióticas se interesan de otra forma por la enunciación en cuanto dirigida a un destinatario
enunciativa de la enunciación como tal. Ambas son pasajes de mediación entre modos particular con cuyos sistemas de sentido el enunciado ha de dialogar (anticipar, revisar,
de existencia (virtuales, actuales, etc.), pero son diferentes pasos, instancias y modos de sugerir). Estas perspectivas pueden enriquecerse por el diálogo con una teoría de la praxis
existencia en “la enunciación (esquema) y en la praxis enunciativa (norma, uso)” (id: 248). enunciativa, que se interese por la formación de géneros, estilos, gramáticas sociocultura-
Esta diferencia permite “evitar el mayor peligro”, el de hacer la enunciación equivalente a les, que construyen o deforman el stock enciclopédico.
un proceso de producción semiótica en el interior de prácticas no semióticas y operado por
un actor concreto situado en la cultura y la historia. En la tradición de Benveniste y Greimas, la enunciación se entiende como consti-
tutivamente dual, uno enuncia o “se enuncia” ante, con, alguien. Por esa intrínseca tensión
dual, el sentido del enunciado se revela como necesariamente situado y marcado por su
La teoría de la enunciación no es la teoría de un emisor históricamente situa-
orientación a un destinatario particular, como insistía Eco. Echamos en falta esta consti-
do que produce el mensaje. La enunciación es una propiedad de los lenguajes
tutiva orientación del texto o enunciado a su destinatario previsto, así como la cuestión
y, para funcionar, todo lenguaje debe construir un aparato formal que apunte
general del sentido. ¿Cómo entendemos el más sencillo enunciado, la Commedia de Dante
a fuera del lenguaje y cree puestos y posiciones que permitan su uso en el in-
o este libro de Paolucci, sin tener en cuenta al destinatario, el lector o los diversos lectores
terior de las varias praxis. La enunciación es, por tanto, un conjunto de formas
previstos, cuya anticipación está en el origen del enunciado o de la obra e impregna su
y de puestos que el lenguaje crea y no tiene nada que ver con una teoría del
sentido (Eco 1979)? Ciertamente, en el enunciado es posible reconstruir la imagen de
emisor inserto en la cultura y la historia. (Paolucci 2020: 250)
su enunciador, pero también la de su enunciatario, el destinatario previsto, igualmente
inscrito en el texto.
Es evidente que, en la enunciación, entendida como propiedad de los lenguajes
(sistema) y diferenciada radicalmente de la praxis enunciativa (norma, uso), el sujeto enun-
Si nos preguntamos por el sentido -ya que el objeto de la semiótica es la producción
ciador históricamente situado (degradado a “emisor”, pues aquí el lenguaje de la comuni-
e interpretación del sentido-, podemos reparar en una sugerencia de Latour, que omite
cación desagrada), no tiene “nada que ver” con la teoría de la enunciación. Quien asume
Paolucci: “el sentido es la trayectoria dibujada por un modo y que define a la vez los prede-
en cambio el papel de sujeto es el sistema, el lenguaje, que crea, responde al “deber de
cesores y los sucesores de un curso de acción cualquiera” (Latour 2013: 232); “cada vez que
construir”, un aparato formal que conecte, apunte afuera, cree puestos y posiciones. “Todo
uno puede definir antecedentes y consecuentes, hay un sentido” (id: 149). La insistencia de
sistema semio-lingüístico debe crear algunas dimensiones (grandezze) que presentan for-
Latour en observar el sentido como “lo que sigue”, los consecuentes que se enlazan con los
mas de existencia heterogéneas que el acto de enunciación convierte y transforma” (2020:
antecedentes, nos remite a la pragmática de inspiración peirceana, para la cual la significa-
115). Los elementos que conectan dentro y fuera del sistema y formas de existencia hete-
ción de cualquier signo se determina por sus consecuencias, por los efectos e interpretacio-
rogéneas entre sí, son identificados por Paolucci con los embrayeurs, shifters y deícticos, el
nes que le siguen. En esta semiótica, sentido e interpretación se producen siempre desde el
“paradigma de los embrayeurs” con el que se querella este libro. Reconoce que esos elemen-
punto de vista de un intérprete particular, dotado de una enciclopedia y unos intereses no
tos son imprescindibles pues permiten el uso, el apuntar afuera del lenguaje por medio del
coincidentes, e incluso potencialmente conflictivos, con los del enunciador.
lenguaje, etc., pero le importa señalar que tal cosa existe en el sistema y gracias al sistema.
Esta perspectiva pragmática, más que ser subsumida en la semántica, es ignorada
La performatividad del lenguaje, que diríamos se da sólo en su uso, se transfiere
en este estudio. Sin embargo, el sentido aparece como una de esas categorías participati-
también al sistema gracias al “aparato formal de la enunciación”, que tiene la propiedad
vas que pertenecen a la vez al esquema y al uso, ya que cuando hablamos del sentido del
clave de ser performativo, dado que “los embrayeurs del lenguaje verbal son esas categorías
enunciado, no es posible describir uno sin el otro. Como señala Fontanille, “el punto de
especialísimas que permiten ‘hacer cosas con palabras’” (como decía Benveniste: mientras
vista del discurso”, neutraliza la diferencia entre texto y contexto, pues supone admitir de
“yo juro” es un compromiso, “él jura” es una descripción. Hacer algo, como jurar, requiere
entrada que todos los elementos que concurren al proceso de significación, cualesquiera
la primera persona y el deíctico yo). Esta performatividad asignada al sistema, a su aparato
que sean, pertenecen al conjunto significante, es decir, al discurso, (Fontanille 1998: 87).
formal, será decisiva, pues según Paolucci, su semiótica de lo audiovisual se abre a una
semiótica cognitiva del cine, sea en su concepción enactivista o de simulación encarnada,
Al igual que el destinatario previsto en el sentido de cualquier texto, una teoría
en tanto “todas estas perspectivas han intentado comprender en qué modo las formaciones
de la enunciación “unificada”, como la que busca Paolucci, no puede excluir la enuncia-
enunciativas del texto orientan el posicionamiento existencial del espectador y su expe-
ción propiamente participativa, la que se da ante, con, uno o más interlocutores (sea en
riencia, con particular atención a la perceptiva, sensible y medial” (id: 275).
copresencia simultánea, física, telefónica, telemática, sea diferida, vía correspondencia,
email, mensajes, etc.), con los fenómenos de anticipación, réplica, sugerencia, etc., que
Sin duda, una línea de investigación apasionante, orientada al estudio de los efec-
dan sentido a los enunciados dialógicos. Así como la cuestión del tono. ¿Hay enunciación,
tos de las “formaciones enunciativas” en el espectador, sujeto aislado con su experiencia
oral o escrita, sin tono, o donde el tono no sea la clave de su sentido? Otra vez recordamos

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la formación de géneros, estilos, gramáticas socioculturales, que construyen o deforman mental-corporal ante el audiovisual. Desde fuera del cognitivismo, otras perspectivas se-
el stock enciclopédico (2020: 247). Pero sostiene que es necesario diferenciar la praxis mióticas se interesan de otra forma por la enunciación en cuanto dirigida a un destinatario
enunciativa de la enunciación como tal. Ambas son pasajes de mediación entre modos particular con cuyos sistemas de sentido el enunciado ha de dialogar (anticipar, revisar,
de existencia (virtuales, actuales, etc.), pero son diferentes pasos, instancias y modos de sugerir). Estas perspectivas pueden enriquecerse por el diálogo con una teoría de la praxis
existencia en “la enunciación (esquema) y en la praxis enunciativa (norma, uso)” (id: 248). enunciativa, que se interese por la formación de géneros, estilos, gramáticas sociocultura-
Esta diferencia permite “evitar el mayor peligro”, el de hacer la enunciación equivalente a les, que construyen o deforman el stock enciclopédico.
un proceso de producción semiótica en el interior de prácticas no semióticas y operado por
un actor concreto situado en la cultura y la historia. En la tradición de Benveniste y Greimas, la enunciación se entiende como consti-
tutivamente dual, uno enuncia o “se enuncia” ante, con, alguien. Por esa intrínseca tensión
dual, el sentido del enunciado se revela como necesariamente situado y marcado por su
La teoría de la enunciación no es la teoría de un emisor históricamente situa-
orientación a un destinatario particular, como insistía Eco. Echamos en falta esta consti-
do que produce el mensaje. La enunciación es una propiedad de los lenguajes
tutiva orientación del texto o enunciado a su destinatario previsto, así como la cuestión
y, para funcionar, todo lenguaje debe construir un aparato formal que apunte
general del sentido. ¿Cómo entendemos el más sencillo enunciado, la Commedia de Dante
a fuera del lenguaje y cree puestos y posiciones que permitan su uso en el in-
o este libro de Paolucci, sin tener en cuenta al destinatario, el lector o los diversos lectores
terior de las varias praxis. La enunciación es, por tanto, un conjunto de formas
previstos, cuya anticipación está en el origen del enunciado o de la obra e impregna su
y de puestos que el lenguaje crea y no tiene nada que ver con una teoría del
sentido (Eco 1979)? Ciertamente, en el enunciado es posible reconstruir la imagen de
emisor inserto en la cultura y la historia. (Paolucci 2020: 250)
su enunciador, pero también la de su enunciatario, el destinatario previsto, igualmente
inscrito en el texto.
Es evidente que, en la enunciación, entendida como propiedad de los lenguajes
(sistema) y diferenciada radicalmente de la praxis enunciativa (norma, uso), el sujeto enun-
Si nos preguntamos por el sentido -ya que el objeto de la semiótica es la producción
ciador históricamente situado (degradado a “emisor”, pues aquí el lenguaje de la comuni-
e interpretación del sentido-, podemos reparar en una sugerencia de Latour, que omite
cación desagrada), no tiene “nada que ver” con la teoría de la enunciación. Quien asume
Paolucci: “el sentido es la trayectoria dibujada por un modo y que define a la vez los prede-
en cambio el papel de sujeto es el sistema, el lenguaje, que crea, responde al “deber de
cesores y los sucesores de un curso de acción cualquiera” (Latour 2013: 232); “cada vez que
construir”, un aparato formal que conecte, apunte afuera, cree puestos y posiciones. “Todo
uno puede definir antecedentes y consecuentes, hay un sentido” (id: 149). La insistencia de
sistema semio-lingüístico debe crear algunas dimensiones (grandezze) que presentan for-
Latour en observar el sentido como “lo que sigue”, los consecuentes que se enlazan con los
mas de existencia heterogéneas que el acto de enunciación convierte y transforma” (2020:
antecedentes, nos remite a la pragmática de inspiración peirceana, para la cual la significa-
115). Los elementos que conectan dentro y fuera del sistema y formas de existencia hete-
ción de cualquier signo se determina por sus consecuencias, por los efectos e interpretacio-
rogéneas entre sí, son identificados por Paolucci con los embrayeurs, shifters y deícticos, el
nes que le siguen. En esta semiótica, sentido e interpretación se producen siempre desde el
“paradigma de los embrayeurs” con el que se querella este libro. Reconoce que esos elemen-
punto de vista de un intérprete particular, dotado de una enciclopedia y unos intereses no
tos son imprescindibles pues permiten el uso, el apuntar afuera del lenguaje por medio del
coincidentes, e incluso potencialmente conflictivos, con los del enunciador.
lenguaje, etc., pero le importa señalar que tal cosa existe en el sistema y gracias al sistema.
Esta perspectiva pragmática, más que ser subsumida en la semántica, es ignorada
La performatividad del lenguaje, que diríamos se da sólo en su uso, se transfiere
en este estudio. Sin embargo, el sentido aparece como una de esas categorías participati-
también al sistema gracias al “aparato formal de la enunciación”, que tiene la propiedad
vas que pertenecen a la vez al esquema y al uso, ya que cuando hablamos del sentido del
clave de ser performativo, dado que “los embrayeurs del lenguaje verbal son esas categorías
enunciado, no es posible describir uno sin el otro. Como señala Fontanille, “el punto de
especialísimas que permiten ‘hacer cosas con palabras’” (como decía Benveniste: mientras
vista del discurso”, neutraliza la diferencia entre texto y contexto, pues supone admitir de
“yo juro” es un compromiso, “él jura” es una descripción. Hacer algo, como jurar, requiere
entrada que todos los elementos que concurren al proceso de significación, cualesquiera
la primera persona y el deíctico yo). Esta performatividad asignada al sistema, a su aparato
que sean, pertenecen al conjunto significante, es decir, al discurso, (Fontanille 1998: 87).
formal, será decisiva, pues según Paolucci, su semiótica de lo audiovisual se abre a una
semiótica cognitiva del cine, sea en su concepción enactivista o de simulación encarnada,
Al igual que el destinatario previsto en el sentido de cualquier texto, una teoría
en tanto “todas estas perspectivas han intentado comprender en qué modo las formaciones
de la enunciación “unificada”, como la que busca Paolucci, no puede excluir la enuncia-
enunciativas del texto orientan el posicionamiento existencial del espectador y su expe-
ción propiamente participativa, la que se da ante, con, uno o más interlocutores (sea en
riencia, con particular atención a la perceptiva, sensible y medial” (id: 275).
copresencia simultánea, física, telefónica, telemática, sea diferida, vía correspondencia,
email, mensajes, etc.), con los fenómenos de anticipación, réplica, sugerencia, etc., que
Sin duda, una línea de investigación apasionante, orientada al estudio de los efec-
dan sentido a los enunciados dialógicos. Así como la cuestión del tono. ¿Hay enunciación,
tos de las “formaciones enunciativas” en el espectador, sujeto aislado con su experiencia
oral o escrita, sin tono, o donde el tono no sea la clave de su sentido? Otra vez recordamos

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


262 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 263
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a Latour: Evitar el contrasentido “es precisamente identificar en que tonalidad habrá que El extraordinario trabajo de Paolucci puede enriquecer en buena medida a otras
tomar eso que sigue, cómo guiar la atención, cómo saber what to do next” (2013: 233). perspectivas semióticas que no consideren excluyente la diferencia semiótica vs semánti-
ca-pragmática. Ni consideren el “mayor peligro” entender “la enunciación como un proce-
El dinamismo, que sugiere Paolucci, de los pasajes entre instancias y dimensiones so de producción semiótica en el interior de prácticas no semióticas y operado por un actor
diversas que intervienen en cada enunciación, resulta limitado en dos sentidos clave: res- concreto situado en la cultura y la historia”. Que entiendan más bien que no hay prácticas
tringido al interior del ámbito de los esquemas, las normas y los usos registrados en la en- sociales no semióticas, ya que todo fenómeno social implica, en una de sus dimensiones bá-
ciclopedia de la comunidad lingüística o cultural del enunciador, como advertía Fontanille sicas, una relación de sentido que interesa a la semiótica.
(2018: 11). Y también limitado por un tipo de impersonalidad que, en su formulación,
cancela al sujeto y al interlocutor, si bien, como señala el propio Paolucci, lo impersonal
no necesariamente expulsa lo personal. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Para entender la obra de Paolucci no basta identificar los antecedentes que se en- ECO, U. (1979) Lector in fabula. La cooperazione interpretativa nei testi narrativi, Milan: Bompiani.
cadenan “impersonalmente” en su enunciación (Benveniste, Fontanille, Eco, Latour…). FONTANILLE, J. (1999) Sémiotique et Littérature. Essais de méthode. Paris: PUF.
Importa sobre todo entender cómo él, enunciador, los toma, cómo los acentúa, cómo se FONTANILLE, J. (2018) “Remédiation et praxis énonciative”. Interin, vol. 23, n° 1, pp. 8-25,
apropia de ciertos pasajes de la obra de cada precedente mientras traiciona u olvida otros, FONTANILLE, J. y ZILBERBERG, C. (1998), Tension et signification, Mardaga, Liège.
GUILLAUME, G. (1991) Leçons de linguistique, 1943-1944, Québec-Lille: Presses de l’Université
necesariamente, porque su orientación es otra y busca otras consecuencias, hallar otro sen-
Laval-Presses Universitaires de Lille.
tido que no estaba del todo en los precedentes. Hay una dimensión impersonal en toda LATOUR, B. (2013) Investigación sobre los modos de existencia. Buenos Aires: Paidós.
enunciación, como hay enunciaciones enteramente impersonales y las hay despersonaliza- MANETTI, G. (1998) La teoria dell’ enunciazione. Le origini del concetto e alcuni più recenti sviluppi,
das, pero de la mayoría de las enunciaciones humanas diremos que comprometen, precisa- Siena: Protagon.
mente por cómo modulan lo ya dicho, y no sólo revelan, a su enunciador. METZ, C. (1991) L’Enonciation impersonnelle ou le site du film, Paris : Klincksieck.
PAOLUCCI, C. (2020) Persona. Soggettività nel linguaggio e semiotica dell’enunciazione, Milan: Bom-
Suscitan el mismo problema algunas de las diferencias excluyentes en la teoría de piani.
este autor, decidido defensor de la oposición participativa (con Hjelmslev afirma que “un PAOLUCCI, C. (2021) « L’énonciation comme addition de soustractions : niches sémiotiques,
sistema semio-linguistico tiene una estructura constitutivamente participativa, en la que instances énonçantes et sense-making », Actes Sémiotiques [En ligne]. 2021, n° 125. Disponible sur
cada término participa del valor del término opuesto” - Paolucci 2020: 49). : https://doi.org/10.25965/as.7159
VIOLI, P. (2007) “Lo spazio del soggetto nell’ enciclopedia”, in Paolucci, C. (a cura di), Studi di
semiotica interpretativa, Milan: Bompiani.
La teoría de las mediaciones de Paolucci propone distinguir dos conceptos de enun-
ciación: la praxis enunciativa (que conecta diferentes enunciaciones previas en un encadena-
miento colectivo particular y afecta a la enciclopedia) y la enunciación como una propiedad
del sistema de permitir las mediaciones a los usuarios. Además, diferencia el acto enunciativo
(transitivo: enunciar algo) de la enunciación como evento (o acción ergativa). Sin embargo, la
única forma en que podemos comprender las diferencias entre estos conceptos es como opo-
siciones participativas, no privativas, como el propio Paolucci a menudo hace en su trabajo,
si bien en ciertos pasos argumenta lo contrario. ¿Es posible “enunciarse” (ergativamente) sin
enunciar algo (en modo transitivo), o enunciar algo sin al tiempo enunciarse? ¿El sentido de
lo enunciado puede ser siempre independizado de la forma de enunciarse del sujeto?

Si aceptamos, como lo hacemos, que la enunciación abre diferentes posiciones de


sujeto, no necesariamente hemos de vincular esa apertura y pluralidad del lugar de la
enunciación con una lógica “evenemencial”, que excluye lo personal y lo deíctico. Lo que
“ocurre” en la enunciación, los papeles que se distribuyen, los registros y usos que se ar-
ticulan en el enunciado, no implican la desaparición del sujeto enunciador, individual o
colectivo, más bien lo presuponen, al igual que al interlocutor, actual o virtual y el espa-
cio-tiempo de la enunciación. También aquí hemos de pensar en una lógica participativa
en la que evento y sujeto, “lógica evenemencial y lógica personal”, no se excluyen mutua-
mente (como sugiere Paolucci 2020: 140).
Atribución-NoComercial-CompartirIgual
CC BY-NC-SA

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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Depósito Legal B.3146-2001 Universidad de Rosario (Argentina) Versión electrónica: designisfels.net
CRISTINA PENAMARIN POR UNA SEMIÓTICA PARTICIPATIVA

a Latour: Evitar el contrasentido “es precisamente identificar en que tonalidad habrá que El extraordinario trabajo de Paolucci puede enriquecer en buena medida a otras
tomar eso que sigue, cómo guiar la atención, cómo saber what to do next” (2013: 233). perspectivas semióticas que no consideren excluyente la diferencia semiótica vs semánti-
ca-pragmática. Ni consideren el “mayor peligro” entender “la enunciación como un proce-
El dinamismo, que sugiere Paolucci, de los pasajes entre instancias y dimensiones so de producción semiótica en el interior de prácticas no semióticas y operado por un actor
diversas que intervienen en cada enunciación, resulta limitado en dos sentidos clave: res- concreto situado en la cultura y la historia”. Que entiendan más bien que no hay prácticas
tringido al interior del ámbito de los esquemas, las normas y los usos registrados en la en- sociales no semióticas, ya que todo fenómeno social implica, en una de sus dimensiones bá-
ciclopedia de la comunidad lingüística o cultural del enunciador, como advertía Fontanille sicas, una relación de sentido que interesa a la semiótica.
(2018: 11). Y también limitado por un tipo de impersonalidad que, en su formulación,
cancela al sujeto y al interlocutor, si bien, como señala el propio Paolucci, lo impersonal
no necesariamente expulsa lo personal. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Para entender la obra de Paolucci no basta identificar los antecedentes que se en- ECO, U. (1979) Lector in fabula. La cooperazione interpretativa nei testi narrativi, Milan: Bompiani.
cadenan “impersonalmente” en su enunciación (Benveniste, Fontanille, Eco, Latour…). FONTANILLE, J. (1999) Sémiotique et Littérature. Essais de méthode. Paris: PUF.
Importa sobre todo entender cómo él, enunciador, los toma, cómo los acentúa, cómo se FONTANILLE, J. (2018) “Remédiation et praxis énonciative”. Interin, vol. 23, n° 1, pp. 8-25,
apropia de ciertos pasajes de la obra de cada precedente mientras traiciona u olvida otros, FONTANILLE, J. y ZILBERBERG, C. (1998), Tension et signification, Mardaga, Liège.
GUILLAUME, G. (1991) Leçons de linguistique, 1943-1944, Québec-Lille: Presses de l’Université
necesariamente, porque su orientación es otra y busca otras consecuencias, hallar otro sen-
Laval-Presses Universitaires de Lille.
tido que no estaba del todo en los precedentes. Hay una dimensión impersonal en toda LATOUR, B. (2013) Investigación sobre los modos de existencia. Buenos Aires: Paidós.
enunciación, como hay enunciaciones enteramente impersonales y las hay despersonaliza- MANETTI, G. (1998) La teoria dell’ enunciazione. Le origini del concetto e alcuni più recenti sviluppi,
das, pero de la mayoría de las enunciaciones humanas diremos que comprometen, precisa- Siena: Protagon.
mente por cómo modulan lo ya dicho, y no sólo revelan, a su enunciador. METZ, C. (1991) L’Enonciation impersonnelle ou le site du film, Paris : Klincksieck.
PAOLUCCI, C. (2020) Persona. Soggettività nel linguaggio e semiotica dell’enunciazione, Milan: Bom-
Suscitan el mismo problema algunas de las diferencias excluyentes en la teoría de piani.
este autor, decidido defensor de la oposición participativa (con Hjelmslev afirma que “un PAOLUCCI, C. (2021) « L’énonciation comme addition de soustractions : niches sémiotiques,
sistema semio-linguistico tiene una estructura constitutivamente participativa, en la que instances énonçantes et sense-making », Actes Sémiotiques [En ligne]. 2021, n° 125. Disponible sur
cada término participa del valor del término opuesto” - Paolucci 2020: 49). : https://doi.org/10.25965/as.7159
VIOLI, P. (2007) “Lo spazio del soggetto nell’ enciclopedia”, in Paolucci, C. (a cura di), Studi di
semiotica interpretativa, Milan: Bompiani.
La teoría de las mediaciones de Paolucci propone distinguir dos conceptos de enun-
ciación: la praxis enunciativa (que conecta diferentes enunciaciones previas en un encadena-
miento colectivo particular y afecta a la enciclopedia) y la enunciación como una propiedad
del sistema de permitir las mediaciones a los usuarios. Además, diferencia el acto enunciativo
(transitivo: enunciar algo) de la enunciación como evento (o acción ergativa). Sin embargo, la
única forma en que podemos comprender las diferencias entre estos conceptos es como opo-
siciones participativas, no privativas, como el propio Paolucci a menudo hace en su trabajo,
si bien en ciertos pasos argumenta lo contrario. ¿Es posible “enunciarse” (ergativamente) sin
enunciar algo (en modo transitivo), o enunciar algo sin al tiempo enunciarse? ¿El sentido de
lo enunciado puede ser siempre independizado de la forma de enunciarse del sujeto?

Si aceptamos, como lo hacemos, que la enunciación abre diferentes posiciones de


sujeto, no necesariamente hemos de vincular esa apertura y pluralidad del lugar de la
enunciación con una lógica “evenemencial”, que excluye lo personal y lo deíctico. Lo que
“ocurre” en la enunciación, los papeles que se distribuyen, los registros y usos que se ar-
ticulan en el enunciado, no implican la desaparición del sujeto enunciador, individual o
colectivo, más bien lo presuponen, al igual que al interlocutor, actual o virtual y el espa-
cio-tiempo de la enunciación. También aquí hemos de pensar en una lógica participativa
en la que evento y sujeto, “lógica evenemencial y lógica personal”, no se excluyen mutua-
mente (como sugiere Paolucci 2020: 140).
Atribución-NoComercial-CompartirIgual
CC BY-NC-SA

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


264 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 265
Depósito Legal B.3146-2001 Universidad de Rosario (Argentina) Versión electrónica: designisfels.net
http://dx.doi.org/10.35659/designis.i35p267-269
SEMIÓTICA DE LAS FORMAS DE VIDA

Semiótica de las formas de vida /


Semiotics’ Life Forms
Sebastián Moreno Barreneche (Universidad ORT Uruguay)
(pág 267 - pág 269)

Perusset, Alain,2020
Sémiotique des formes de vie. Monde de sens,
manières d’être
Louvain-la-Neuve: De Boeck, 2020. 298 pág.

La semiótica es una disciplina marginal en los círculos académicos suizos, a pesar de


que haya sido en Ginebra donde, durante los tres cursos que darían lugar al Curso de lingüís-
tica general, Ferdinand de Saussure concibió a comienzos del siglo XX a la semiología como
la ciencia interesada por el estudio de los signos en la vida social. A partir de esa original
propuesta, durante los últimos cien años investigadores de distintos campos y geografías
han intentado dar forma a esta nueva ciencia, originalmente en el marco de las ciencias del
lenguaje y, actualmente, en un estrecho diálogo con otras ciencias sociales y humanas.

La contribución de Alain Perusset a la teoría (socio)semiótica en su libro Sémiotique


des formes de vie. Monde de sens, manières d’être, publicado en 2020 por DeBoeck (Bélgica), com-
pensa de manera más que satisfactoria la falta de voces suizas en la consolidación del aparataje
teórico-conceptual de la semiótica. En particular, se trata de una contribución que ayuda a
posicionar a la semiótica de manera clara dentro del campo de las ciencias de la cultura y ya no
solo del lenguaje. Este es un proyecto que dos de los grandes nombres de la semiótica francesa
contemporánea –Jacques Fontanille y Eric Landowski– están llevando a cabo desde la década
de 1980, seguidos de cerca por colegas en Italia y en Brasil, entre otros círculos académicos.

Sémiotique des formes de vie se concentra en un concepto que ha sido de sumo interés
para la semiótica pos-Greimas y que ha dado lugar a novedosos intentos de colaboración
entre la semiótica y otras disciplinas, como la antropología (de Philippe Descola) y la so-
ciología (de Bruno Latour). Como señala Perusset (2020: 27), Greimas utilizó el sintagma
‘formas de vida’ en su último seminario de semántica general en la École de Hautes Études
en Sciences Sociales de París (1991), con la presencia de Paolo Fabbri, Jacques Fontanille,
Denis Bertrand y Manar Hammad, entre otros, que tomó prestado de la obra de Ludwig
Wittgenstein y que, por razones de fuerza mayor, no llegó a desarrollar con el rigor que
caracteriza su obra. Fue Fontanille, uno de sus colaboradores cercanos y autor del prólogo
del libro de Perusset, quien se esforzó en teorizar de manera consistente esta categoría
analítica, como se evidencia en sus libros Pratiques sémiotiques (2008) y Formes de vie (2015),
además de en varios artículos en revistas especializadas.

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


266 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 267
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http://dx.doi.org/10.35659/designis.i35p267-269
SEMIÓTICA DE LAS FORMAS DE VIDA

Semiótica de las formas de vida /


Semiotics’ Life Forms
Sebastián Moreno Barreneche (Universidad ORT Uruguay)
(pág 267 - pág 269)

Perusset, Alain,2020
Sémiotique des formes de vie. Monde de sens,
manières d’être
Louvain-la-Neuve: De Boeck, 2020. 298 pág.

La semiótica es una disciplina marginal en los círculos académicos suizos, a pesar de


que haya sido en Ginebra donde, durante los tres cursos que darían lugar al Curso de lingüís-
tica general, Ferdinand de Saussure concibió a comienzos del siglo XX a la semiología como
la ciencia interesada por el estudio de los signos en la vida social. A partir de esa original
propuesta, durante los últimos cien años investigadores de distintos campos y geografías
han intentado dar forma a esta nueva ciencia, originalmente en el marco de las ciencias del
lenguaje y, actualmente, en un estrecho diálogo con otras ciencias sociales y humanas.

La contribución de Alain Perusset a la teoría (socio)semiótica en su libro Sémiotique


des formes de vie. Monde de sens, manières d’être, publicado en 2020 por DeBoeck (Bélgica), com-
pensa de manera más que satisfactoria la falta de voces suizas en la consolidación del aparataje
teórico-conceptual de la semiótica. En particular, se trata de una contribución que ayuda a
posicionar a la semiótica de manera clara dentro del campo de las ciencias de la cultura y ya no
solo del lenguaje. Este es un proyecto que dos de los grandes nombres de la semiótica francesa
contemporánea –Jacques Fontanille y Eric Landowski– están llevando a cabo desde la década
de 1980, seguidos de cerca por colegas en Italia y en Brasil, entre otros círculos académicos.

Sémiotique des formes de vie se concentra en un concepto que ha sido de sumo interés
para la semiótica pos-Greimas y que ha dado lugar a novedosos intentos de colaboración
entre la semiótica y otras disciplinas, como la antropología (de Philippe Descola) y la so-
ciología (de Bruno Latour). Como señala Perusset (2020: 27), Greimas utilizó el sintagma
‘formas de vida’ en su último seminario de semántica general en la École de Hautes Études
en Sciences Sociales de París (1991), con la presencia de Paolo Fabbri, Jacques Fontanille,
Denis Bertrand y Manar Hammad, entre otros, que tomó prestado de la obra de Ludwig
Wittgenstein y que, por razones de fuerza mayor, no llegó a desarrollar con el rigor que
caracteriza su obra. Fue Fontanille, uno de sus colaboradores cercanos y autor del prólogo
del libro de Perusset, quien se esforzó en teorizar de manera consistente esta categoría
analítica, como se evidencia en sus libros Pratiques sémiotiques (2008) y Formes de vie (2015),
además de en varios artículos en revistas especializadas.

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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SEBASTIÁN MORENO BARRENECHE SEMIÓTICA DE LAS FORMAS DE VIDA

Como es sabido por quienes investigan en semiótica, la escritura de Fontanille sue- (tanto para semiotistas como para otros investigadores en el campo de las ciencias sociales
le ser densa, con altos niveles de abstracción y, por lo tanto, de difícil acceso para quienes y humanas). El libro de Perusset ayuda a acercarse a esta línea de trabajo de manera más
no tienen conocimientos conceptuales sólidos en semiótica francesa y, particularmente, de amena. Con todo, la complejidad de la teoría semiótica post-Greimas impide que el libro
la obra de Greimas. En este sentido, el libro de Perusset, aunque conceptualmente com- sea de lectura sencilla. La colaboración entre Fontanille y Perusset (2021) publicada en un
plejo y refinado, logra abordar el concepto de ‘formas de vida’ de una manera progresiva, número reciente de la revista brasileña Estudos semióticos da cuenta de la potencialidad de la
didáctica y amigable, lo que sin dudas permitirá que la obra sea de interés para investiga- colaboración entre ambos autores en torno al concepto de formas de vida.
dores sin conocimientos avanzados de teoría semiótica.
Si fuera traducido a otros idiomas, Sémiotique des formes de vie serviría como puente
Sin embargo, el aparato conceptual del libro entronca en una clara tradición de entre la semiótica y otras disciplinas sociales y humanísticas, lo que contribuiría de manera
investigación dentro de la disciplina, por lo que se recomienda paciencia y perseverancia a ejemplar al diálogo entre distintos círculos semióticos a lo largo y ancho del mundo. Sin
la hora de enfrentarse a los conceptos presentados por Perusset con precisión y detalle en embargo, por estar escrito en francés y en estrecho diálogo con la semiótica francesa, se
las 298 páginas del libro. Además, resultaría conveniente tener conocimientos, aunque sea corre el riesgo de que el valioso aporte del autor quede limitado a la academia francófona.
básicos, de las obras de Fontanille y de Landowski, así como de la de Greimas.

El libro consiste en tres partes. La primera, titulada ‘Le monde de la vie’, comienza el REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
recorrido teórico revisando el concepto de objeto como forma de presencia material, para
luego discutir los signos, los textos y las prácticas. Estos son cuatro de los seis niveles de FONTANILLE, J. (2008). Pratiques sémiotiques. París: Presses Universitaires de France.
inmanencia que Fontanille (2008) identificó para el análisis semiótico, junto a las estrate- ––– (2015). Formes de vie. Lieja: Presses Universitaires de Liège.
gias y las formas de vida. La segunda parte, titulada ‘La vie en action’ se focaliza en las prác- FONTANILLE, J. Y PERUSSET, A. (2021). «Les formes de vie entre pratiques et cultures, styles
ticas, que sirven como punto de acceso al concepto de formas de vida, que es central en la et idéaux de vie». Estudos semióticos, 17(2): 89–103.
propuesta de Perusset. En esta segunda parte, el autor se apoya en la obra de Greimas para
fundamentar su propuesta conceptual en términos narrativos. Finalmente, la tercera parte,
‘Les formes de vie’, se centra en el concepto que da título al libro y revisa algunas ideas de
Roland Barthes y de Landowski para proponer una tipología novedosa de formas de vida.

El libro de Perusset representa una clara y valiosa contribución al desarrollo de una


semiótica de la experiencia, una línea de trabajo a la que también suscriben Fontanille,
Landowski y otros semiotistas interesados por el sentido tal como es sentido (valga la
redundancia) y vivido por los seres humanos. Este movimiento teórico implica un despla-
zamiento de la semiótica de su estatus de ciencia del lenguaje, como ha sido concebida
tradicionalmente, para posicionarla en el campo de las ciencias de la cultura (Perusset,
2020: 27). Así, el libro es, como señala su autor (Perusset, 2020: 19) a la vez “un ensayo
sintético de sociosemiótica y una introducción crítica a la semiótica”.

Más allá de su pertinente e iluminadora presentación, discusión y problematiza-


ción de la teoría sociosemiótica post-Greimas, el libro presenta varios aspectos novedosos
que pueden ser de interés para quienes investigan en sociosemiótica. En primer lugar,
Perusset (2020: 52) propone un modelo original para dar cuenta de la estructura general
de la semiosis, consistente en cuatro capacidades: el sentir, la percepción, el análisis y la
comprensión. Además, hay una interesante y novedosa propuesta de categorización de las
formas de vida en 16 tipos, en un trabajo que dialoga de manera estrecha con la contribu-
ción de Landowski al tema.

En síntesis, Sémiotique des formes de vie resulta un libro original, conceptualmente


refinado, que echa luz sobre una tradición de investigación densa, fuertemente teórica,
algo opaca en términos de claridad y que, por lo tanto, puede resultar poco amigable
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CC BY-NC-SA

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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SEBASTIÁN MORENO BARRENECHE SEMIÓTICA DE LAS FORMAS DE VIDA

Como es sabido por quienes investigan en semiótica, la escritura de Fontanille sue- (tanto para semiotistas como para otros investigadores en el campo de las ciencias sociales
le ser densa, con altos niveles de abstracción y, por lo tanto, de difícil acceso para quienes y humanas). El libro de Perusset ayuda a acercarse a esta línea de trabajo de manera más
no tienen conocimientos conceptuales sólidos en semiótica francesa y, particularmente, de amena. Con todo, la complejidad de la teoría semiótica post-Greimas impide que el libro
la obra de Greimas. En este sentido, el libro de Perusset, aunque conceptualmente com- sea de lectura sencilla. La colaboración entre Fontanille y Perusset (2021) publicada en un
plejo y refinado, logra abordar el concepto de ‘formas de vida’ de una manera progresiva, número reciente de la revista brasileña Estudos semióticos da cuenta de la potencialidad de la
didáctica y amigable, lo que sin dudas permitirá que la obra sea de interés para investiga- colaboración entre ambos autores en torno al concepto de formas de vida.
dores sin conocimientos avanzados de teoría semiótica.
Si fuera traducido a otros idiomas, Sémiotique des formes de vie serviría como puente
Sin embargo, el aparato conceptual del libro entronca en una clara tradición de entre la semiótica y otras disciplinas sociales y humanísticas, lo que contribuiría de manera
investigación dentro de la disciplina, por lo que se recomienda paciencia y perseverancia a ejemplar al diálogo entre distintos círculos semióticos a lo largo y ancho del mundo. Sin
la hora de enfrentarse a los conceptos presentados por Perusset con precisión y detalle en embargo, por estar escrito en francés y en estrecho diálogo con la semiótica francesa, se
las 298 páginas del libro. Además, resultaría conveniente tener conocimientos, aunque sea corre el riesgo de que el valioso aporte del autor quede limitado a la academia francófona.
básicos, de las obras de Fontanille y de Landowski, así como de la de Greimas.

El libro consiste en tres partes. La primera, titulada ‘Le monde de la vie’, comienza el REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
recorrido teórico revisando el concepto de objeto como forma de presencia material, para
luego discutir los signos, los textos y las prácticas. Estos son cuatro de los seis niveles de FONTANILLE, J. (2008). Pratiques sémiotiques. París: Presses Universitaires de France.
inmanencia que Fontanille (2008) identificó para el análisis semiótico, junto a las estrate- ––– (2015). Formes de vie. Lieja: Presses Universitaires de Liège.
gias y las formas de vida. La segunda parte, titulada ‘La vie en action’ se focaliza en las prác- FONTANILLE, J. Y PERUSSET, A. (2021). «Les formes de vie entre pratiques et cultures, styles
ticas, que sirven como punto de acceso al concepto de formas de vida, que es central en la et idéaux de vie». Estudos semióticos, 17(2): 89–103.
propuesta de Perusset. En esta segunda parte, el autor se apoya en la obra de Greimas para
fundamentar su propuesta conceptual en términos narrativos. Finalmente, la tercera parte,
‘Les formes de vie’, se centra en el concepto que da título al libro y revisa algunas ideas de
Roland Barthes y de Landowski para proponer una tipología novedosa de formas de vida.

El libro de Perusset representa una clara y valiosa contribución al desarrollo de una


semiótica de la experiencia, una línea de trabajo a la que también suscriben Fontanille,
Landowski y otros semiotistas interesados por el sentido tal como es sentido (valga la
redundancia) y vivido por los seres humanos. Este movimiento teórico implica un despla-
zamiento de la semiótica de su estatus de ciencia del lenguaje, como ha sido concebida
tradicionalmente, para posicionarla en el campo de las ciencias de la cultura (Perusset,
2020: 27). Así, el libro es, como señala su autor (Perusset, 2020: 19) a la vez “un ensayo
sintético de sociosemiótica y una introducción crítica a la semiótica”.

Más allá de su pertinente e iluminadora presentación, discusión y problematiza-


ción de la teoría sociosemiótica post-Greimas, el libro presenta varios aspectos novedosos
que pueden ser de interés para quienes investigan en sociosemiótica. En primer lugar,
Perusset (2020: 52) propone un modelo original para dar cuenta de la estructura general
de la semiosis, consistente en cuatro capacidades: el sentir, la percepción, el análisis y la
comprensión. Además, hay una interesante y novedosa propuesta de categorización de las
formas de vida en 16 tipos, en un trabajo que dialoga de manera estrecha con la contribu-
ción de Landowski al tema.

En síntesis, Sémiotique des formes de vie resulta un libro original, conceptualmente


refinado, que echa luz sobre una tradición de investigación densa, fuertemente teórica,
algo opaca en términos de claridad y que, por lo tanto, puede resultar poco amigable
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V. PERSPECTIVAS
V. PERSPECTIVES

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V. PERSPECTIVAS
V. PERSPECTIVES

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http://dx.doi.org/10.35659/designis.i35p273-283
DEL VESTIDO COMO IMAGEN IDENTITARIA AL VESTIDO COMO IMAGEN TEXTUAL

Del vestido como imagen


identitaria al vestido como
imagen textual. / From the dress
as an identity image to the dress as
a textual image
Leifer Hoyos Madrid
(pág 273 - pág 283)

Este ensayo aborda el vestido como sistema de signos en la elaboración de textos


para estructurar un análisis semiótico comparativo del lenguaje de la moda. Tomando ele-
mentos de Greimas, Barthes, Eco, Squicciarino, Saltzaman y Cid Jurado, situando el vesti-
do como lugar de identidad cultural cambiante, influenciado en parte por los movimientos
de la moda. Por tanto, es necesario comprender el vestido como fenómeno de intercambios
y soporte para la traducción cultural ejercida por los diseñadores de moda. De manera
que se establezca en el lector un juego de equivalencias entre vestido-pieza de arte, para
dilucidar así los juegos de relación que surgen en el espacio-tiempo con las obras de arte.

Palabras clave: moda, semiótica, texto, vestido, traducción.

This essay addresses the dress as a system of signs in the elaboration of texts to
structure a comparative semiotic analysis of the language of fashion. Taking elements
from Greimas, Barthes, Eco, Squicciarino, Saltzaman and Cid Jurado, placing the dress as
a place of changing cultural identity, influenced in part by the fashion movements. The-
refore, it is necessary to understand clothing as a phenomenon of exchanges and support
for the cultural translation exercised by fashion designers. In such a way that a game of
equivalences between dress-piece of art is established in the reader, in order to elucidate
the games of relationship that arise in space-time with works of art.

Key Words: fashion, semiotic, text, dress, traslation.

Leifer Hoyos Madrid: Maestro en Artes Plásticas de la Fundación Universitaria


Bellas Artes (Medellín, Colombia). Profesor de Educación Artística de la Institución Edu-
cativa El Salado (Envigado, Antioquia). Profesor de cátedra de la Fundación Universitaria
Bellas Artes –Medellín, Colombia). Estudiante del pregrado de Historia de la Universidad
Nacional de Colombia-Sede Medellín. [email protected]

Recibido 09/02/2021 Aprobado15/02/2021

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


272 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 273
Depósito Legal B.3146-2001 Universidad de Rosario (Argentina) Versión electrónica: designisfels.net
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DEL VESTIDO COMO IMAGEN IDENTITARIA AL VESTIDO COMO IMAGEN TEXTUAL

Del vestido como imagen


identitaria al vestido como
imagen textual. / From the dress
as an identity image to the dress as
a textual image
Leifer Hoyos Madrid
(pág 273 - pág 283)

Este ensayo aborda el vestido como sistema de signos en la elaboración de textos


para estructurar un análisis semiótico comparativo del lenguaje de la moda. Tomando ele-
mentos de Greimas, Barthes, Eco, Squicciarino, Saltzaman y Cid Jurado, situando el vesti-
do como lugar de identidad cultural cambiante, influenciado en parte por los movimientos
de la moda. Por tanto, es necesario comprender el vestido como fenómeno de intercambios
y soporte para la traducción cultural ejercida por los diseñadores de moda. De manera
que se establezca en el lector un juego de equivalencias entre vestido-pieza de arte, para
dilucidar así los juegos de relación que surgen en el espacio-tiempo con las obras de arte.

Palabras clave: moda, semiótica, texto, vestido, traducción.

This essay addresses the dress as a system of signs in the elaboration of texts to
structure a comparative semiotic analysis of the language of fashion. Taking elements
from Greimas, Barthes, Eco, Squicciarino, Saltzaman and Cid Jurado, placing the dress as
a place of changing cultural identity, influenced in part by the fashion movements. The-
refore, it is necessary to understand clothing as a phenomenon of exchanges and support
for the cultural translation exercised by fashion designers. In such a way that a game of
equivalences between dress-piece of art is established in the reader, in order to elucidate
the games of relationship that arise in space-time with works of art.

Key Words: fashion, semiotic, text, dress, traslation.

Leifer Hoyos Madrid: Maestro en Artes Plásticas de la Fundación Universitaria


Bellas Artes (Medellín, Colombia). Profesor de Educación Artística de la Institución Edu-
cativa El Salado (Envigado, Antioquia). Profesor de cátedra de la Fundación Universitaria
Bellas Artes –Medellín, Colombia). Estudiante del pregrado de Historia de la Universidad
Nacional de Colombia-Sede Medellín. [email protected]

Recibido 09/02/2021 Aprobado15/02/2021

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272 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 273
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LEIFER HOYOS MADRID DEL VESTIDO COMO IMAGEN IDENTITARIA AL VESTIDO COMO IMAGEN TEXTUAL

1. INTRODUCCIÓN Es decir, si miráramos un vestido de la Colección India (1982), de Yves Saint Laurent
no veríamos la esencia de un sari o del sentido estético total de la ornamentación hindú.
Este ensayo aborda el vestido como sistema de signos en la elaboración de textos Pero partiendo del sari, vestido femenino nupcial ceremonial en India, podremos mirar
para estructurar un análisis semiótico comparativo del lenguaje de la moda, no es el pri- distintas maneras de resignificar el sari a través de vestidos exhibidos en una plataforma de
mero en su estilo. Ya A. J. Greimas con su obra La Moda en 1830 –(1948) estableció una exposición comercial como es un desfile de moda o una boutique.
relación de este fenómeno en la vida social, una ruta de interpretación para la segunda
generación de lingüistas y semiólogos. Roland Barthes en El sistema de la moda (1967) y En ese contexto estos vestidos-textos aparecen como espacios de significación don-
Umberto Eco en El Hábito hace al monje (1976), Nicola Squicciarino en El Vestido Habla de dialogan elementos comunes, alrededor del “vestido como identidad cultural” al inte-
(1986) se habían aproximado a reconocer en el mundo del vestido un universo semiótico grarse entre sí producen una nueva gramática1, pero también crean diferencias entre unos
aún inexplorado por los teóricos occidentales. A nivel latinoamericano el trabajo del inves- y otros que sostienen sus caracteres primarios o sus lexemas fundamentales.
tigador mexicano Cid Jurado y su paralelismo de modelos semióticos vía Escuela de Tartu,
con el universo de Yves Saint Laurent, así como el de la argentina Andrea Saltzman y su Para abordar esta analogía vestido/texto-texto/vestido, es importante acuñar la idea
texto El cuerpo Diseñado (2004) son bases precedentes a lo que busca estipular este análisis. que propone el lingüista ruso Mijail Bajtin, cuando dice que:

Este entramado toma elementos de sus antecesores para situar el vestido como
lugar de la identidad cultural, móvil en el tiempo, pero inmóvil a la vez, pese a los acro- El enunciado se diferencia de la palabra porque, tal como ha sido concebi-
báticos movimientos de la moda. Entendiéndolo a modo de juegos de intercambios iden- da tradicionalmente, ésta se define por su correspondencia unívoca con un
titarios y soporte para la traducción cultural ejercida por los diseñadores (as) de vestuario. significado, correspondencia asignada por un código lingüístico. El enun-
Lo anterior busca evidenciarse, a través de cuatro textos –vestidos– entiéndase textos aquí ciado, en cambio, es una composición que puede tener una o más palabras
como lo define el semiólogo ruso Yuri Lotman cuando dice que: desenvolviéndose en un proceso comunicativo concreto, por lo que “no po-
see significado, sino sentido (es decir es una totalidad de sentido que tiene
que ver con los valores: verdad, belleza, etc., que exige como comprensión
Es necesario oponerse a la identificación del texto con la idea de la totalidad de una respuesta que incluya la valoración)” (Sisto 2015: 9)
la obra de arte…La obra de arte, que representa un determinado modelo del
mundo, un cierto mensaje en el lenguaje del arte, no existe simplemente al De modo que el vestido/texto es un enunciado en tanto que es diverso o polifónico en
margen de este lenguaje, así como al margen de los demás lenguajes de comu- significación, ya que puede contener diversas cargas de sentido sobre una misma pieza. Un botón
nicaciones sociales…Todo el conjunto de conexiones extratextuales de la obra puede referir a una imagen o forma particular y una manga o la ausencia de estos a otra. Para esto
no sería portadora de significado alguno. Todo el conjunto de códigos artísticos, el diseñador se erige a sí mismo como traductor cultural entre una valoración que admite esa com-
históricamente formados, que convierte el texto en portador de significado, prensión de significados plegada sobre las fibras del vestido y un juego de semiosferas integradas,
corresponde a la esfera de relaciones extratextuales. (Lotman 2011: 69) haciendo conexiones extratextuales derivadas en una prenda-producto, completamente nueva.

Se hace necesario para el lector un juego equivalente entre vestido/ pieza de arte
para dilucidar los intercambios y juegos de relación que surgen a lo largo de la historia con 2. ANALIZAR PARA COMPARAR
las obras de arte –dibujo, pintura, escultura–. En tales juegos, las obras al igual que las
prendas, poseen conexiones extratextuales, textuales e intertextuales produciendo semiosis Un análisis comparativo es una técnica usada desde las ciencias duras, hasta las ciencias
múltiples y acumulativas para el lector. Con esta premisa se pretende elaborar un análisis blandas, cuya función es contrastar diferentes modelos, arrojando como resultado la aparición
de comparación entre un traje tradicional femenino, hindú –Sari– y reconocidas marcas de analogías, semejanzas y diferencias entre los modelos puestos en relación. En este texto se
nacionales e internacionales –Yves Saint Laurent, Kenzo, Etro y Adriana Santacruz– para emplea a través de un análisis semiótico que expande las posibilidades del texto, –incluso inser-
volver pertinente el modelo de semiosfera puesto que tando textos alosemióticos2– y las traslada al lugar de las imágenes, puntualmente, las imáge-
nes de moda, donde se opta por releer y redescubrir el lugar del sari en las propuestas de varios
La semiosfera es el espacio semiótico fuera del cual es imposible la existencia diseñadores de moda y su visión de una prenda típica o tradicional del mundo femenino Indio.
misma de la semiosis. Así como pegando distintos bistecs no obtendremos
un ternero, pero cortando un ternero podemos obtener bistecs, sumando los Moda y literatura disponen de una técnica común cuyo fin es transformar un objeto en
actos semióticos particulares, no obtendremos un universo semiótico. Por lenguaje: la descripción. Esa ténica se ejerce no obstante de manera distinta en ambos casos.
el contrario, sólo la existencia de tal universo —de la semiosfera— hace En literatura, la descripción se apoya en un objeto escondido –ya sea real o imaginario–: es la
realidad el acto sígnico particular. (Lotman 1996: 12) encargada de hacerlo existir. En Moda, el objeto descrito es actualizado, dado aparte bajo su

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


274 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 275
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LEIFER HOYOS MADRID DEL VESTIDO COMO IMAGEN IDENTITARIA AL VESTIDO COMO IMAGEN TEXTUAL

1. INTRODUCCIÓN Es decir, si miráramos un vestido de la Colección India (1982), de Yves Saint Laurent
no veríamos la esencia de un sari o del sentido estético total de la ornamentación hindú.
Este ensayo aborda el vestido como sistema de signos en la elaboración de textos Pero partiendo del sari, vestido femenino nupcial ceremonial en India, podremos mirar
para estructurar un análisis semiótico comparativo del lenguaje de la moda, no es el pri- distintas maneras de resignificar el sari a través de vestidos exhibidos en una plataforma de
mero en su estilo. Ya A. J. Greimas con su obra La Moda en 1830 –(1948) estableció una exposición comercial como es un desfile de moda o una boutique.
relación de este fenómeno en la vida social, una ruta de interpretación para la segunda
generación de lingüistas y semiólogos. Roland Barthes en El sistema de la moda (1967) y En ese contexto estos vestidos-textos aparecen como espacios de significación don-
Umberto Eco en El Hábito hace al monje (1976), Nicola Squicciarino en El Vestido Habla de dialogan elementos comunes, alrededor del “vestido como identidad cultural” al inte-
(1986) se habían aproximado a reconocer en el mundo del vestido un universo semiótico grarse entre sí producen una nueva gramática1, pero también crean diferencias entre unos
aún inexplorado por los teóricos occidentales. A nivel latinoamericano el trabajo del inves- y otros que sostienen sus caracteres primarios o sus lexemas fundamentales.
tigador mexicano Cid Jurado y su paralelismo de modelos semióticos vía Escuela de Tartu,
con el universo de Yves Saint Laurent, así como el de la argentina Andrea Saltzman y su Para abordar esta analogía vestido/texto-texto/vestido, es importante acuñar la idea
texto El cuerpo Diseñado (2004) son bases precedentes a lo que busca estipular este análisis. que propone el lingüista ruso Mijail Bajtin, cuando dice que:

Este entramado toma elementos de sus antecesores para situar el vestido como
lugar de la identidad cultural, móvil en el tiempo, pero inmóvil a la vez, pese a los acro- El enunciado se diferencia de la palabra porque, tal como ha sido concebi-
báticos movimientos de la moda. Entendiéndolo a modo de juegos de intercambios iden- da tradicionalmente, ésta se define por su correspondencia unívoca con un
titarios y soporte para la traducción cultural ejercida por los diseñadores (as) de vestuario. significado, correspondencia asignada por un código lingüístico. El enun-
Lo anterior busca evidenciarse, a través de cuatro textos –vestidos– entiéndase textos aquí ciado, en cambio, es una composición que puede tener una o más palabras
como lo define el semiólogo ruso Yuri Lotman cuando dice que: desenvolviéndose en un proceso comunicativo concreto, por lo que “no po-
see significado, sino sentido (es decir es una totalidad de sentido que tiene
que ver con los valores: verdad, belleza, etc., que exige como comprensión
Es necesario oponerse a la identificación del texto con la idea de la totalidad de una respuesta que incluya la valoración)” (Sisto 2015: 9)
la obra de arte…La obra de arte, que representa un determinado modelo del
mundo, un cierto mensaje en el lenguaje del arte, no existe simplemente al De modo que el vestido/texto es un enunciado en tanto que es diverso o polifónico en
margen de este lenguaje, así como al margen de los demás lenguajes de comu- significación, ya que puede contener diversas cargas de sentido sobre una misma pieza. Un botón
nicaciones sociales…Todo el conjunto de conexiones extratextuales de la obra puede referir a una imagen o forma particular y una manga o la ausencia de estos a otra. Para esto
no sería portadora de significado alguno. Todo el conjunto de códigos artísticos, el diseñador se erige a sí mismo como traductor cultural entre una valoración que admite esa com-
históricamente formados, que convierte el texto en portador de significado, prensión de significados plegada sobre las fibras del vestido y un juego de semiosferas integradas,
corresponde a la esfera de relaciones extratextuales. (Lotman 2011: 69) haciendo conexiones extratextuales derivadas en una prenda-producto, completamente nueva.

Se hace necesario para el lector un juego equivalente entre vestido/ pieza de arte
para dilucidar los intercambios y juegos de relación que surgen a lo largo de la historia con 2. ANALIZAR PARA COMPARAR
las obras de arte –dibujo, pintura, escultura–. En tales juegos, las obras al igual que las
prendas, poseen conexiones extratextuales, textuales e intertextuales produciendo semiosis Un análisis comparativo es una técnica usada desde las ciencias duras, hasta las ciencias
múltiples y acumulativas para el lector. Con esta premisa se pretende elaborar un análisis blandas, cuya función es contrastar diferentes modelos, arrojando como resultado la aparición
de comparación entre un traje tradicional femenino, hindú –Sari– y reconocidas marcas de analogías, semejanzas y diferencias entre los modelos puestos en relación. En este texto se
nacionales e internacionales –Yves Saint Laurent, Kenzo, Etro y Adriana Santacruz– para emplea a través de un análisis semiótico que expande las posibilidades del texto, –incluso inser-
volver pertinente el modelo de semiosfera puesto que tando textos alosemióticos2– y las traslada al lugar de las imágenes, puntualmente, las imáge-
nes de moda, donde se opta por releer y redescubrir el lugar del sari en las propuestas de varios
La semiosfera es el espacio semiótico fuera del cual es imposible la existencia diseñadores de moda y su visión de una prenda típica o tradicional del mundo femenino Indio.
misma de la semiosis. Así como pegando distintos bistecs no obtendremos
un ternero, pero cortando un ternero podemos obtener bistecs, sumando los Moda y literatura disponen de una técnica común cuyo fin es transformar un objeto en
actos semióticos particulares, no obtendremos un universo semiótico. Por lenguaje: la descripción. Esa ténica se ejerce no obstante de manera distinta en ambos casos.
el contrario, sólo la existencia de tal universo —de la semiosfera— hace En literatura, la descripción se apoya en un objeto escondido –ya sea real o imaginario–: es la
realidad el acto sígnico particular. (Lotman 1996: 12) encargada de hacerlo existir. En Moda, el objeto descrito es actualizado, dado aparte bajo su

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forma plástica –sino real, ya que sólo se trata de una fotografía–. Las funciones de la descripción Esta prenda se erige como el texto primario de
de Moda son, pues, reducidas, y también, por eso mismo, originales: al no tener que ofrecer el la “Indianidad” o “Hinduidad,” que busca establecer
propio objeto, las informaciones que la lengua comunica, a menos de ser pleonásticas, son por el análisis comparativo en relación a los diseñadores
definición esas mismas que la fotografía o el dibujo no pueden transmitir. (Barthes 1978, 23) occidentales. Ver como se genera una semiosis y como
varían las diferentes traducciones que surgen entre las
¿Cómo decir lo indecible?, ¿cómo narrar aquello que no puede ser narrado? Interro- casas y los diseñadores a lo largo del tiempo es un obje-
gantes con los que juega este análisis semiótico-visual apicado en imágenes de moda que re- tivo fundamental para estudiar el modelo de semiosfe-
curren a lo que el mundo anglo-germano conoce como folk, “pueblo” unido semanticamente ra, traducción y frontera cultural. Se trata entonces de
a folclor y relacionalmente a lo autóctono, lo étnico y eso otro nombrado como otredad. entender como un elemento tradicional de un pueblo
o cultura, puede mutar y ser traducido, creando otras
A partir de allí diseñadores y marcas como Yves Saint Laurent, Etro y Kenzo, nacidas formas vestimentarias donde el análisis intenta detec-
a finales de los años 60 y principios de los 70 en Europa, más la propuesta de diseño de la tar cuáles son los elementos o lexemas que se mantie-
colombiana (Nariño) Adriana Santacruz, cuya obra se construye a partir de técnicas ances- nen del texto original, así como cuales se pierden y
trales, como el tejido en telar en manos de comunidades indígenas. Hábitos y conductas cuales son introducidos, sin perder el referente inicial
que reivindican aquello que hemos equiparado con lo folk y que puestas en relación con el de “Hinduidad” o “Indianidad”.
sari, –Traje tradicional de la India, usado por las mujeres en rituales de boda– posibilitan
Figura 2: Yves Saint Laurent, Collection
crear relaciones de contraste y similitud ligadas al objeto vestimentario. El sari es la prenda India, Spring/Summer, 1982. Tomado
tradicional de las mujeres en India, aquella que puede narrar la identidad de las mujeres de de https://museeyslparis.com/en/
una región determinada, de un pueblo, de una familia o un clan, sus motivos refieren el lugar biography/collection-inde
de origen, la localidad, o un rico hilado de historias familiares acaecidas, pero también da
cuenta de los relatos personales, o bien deseos que se quieren portar sobre la nueva esposa.
En esta primera imagen Saint Laurent toma
El color es otro elemento fundamental capaz de develar significados importantes alrededor la paleta cromática del sari, se puede observar el uso
de quien lo porte. El rojo por ejemplo se asocia a la vitalidad y la fertilidad, En Europa occidental de colores primarios en la composición del traje. El
rojo, un color sagrado y honrado para las festividades
nupciales, remata con la chaqueta azul cielo, color de
El rojo seguirá siendo el color de la novia hasta el siglo XIX. ¡La novia ves- la piel de Vishnú y de Krishna, lo que da un toque
tía de rojo! – ¡Claro! Sobre todo entre los campesinos, la gran mayoría de de sacralidad al ajuar, los diseños de los bordados con
la población de entonces; porque el día de la boda uno se pone sus mejores brocados en forma de motivos arabescos que semejan
ropas, y una prenda bonita y rica es necesariamente roja, porque éste es el las que llevan las kurtas o Sherwanis –Prenda nupcial
color que mejor les sale a los tintoreros. (Simonnet y Pastoureau 2006: 4) superior masculina–, son similares también al que las
mujeres cercanas a la novia imprimen sobre la piel de
sus manos y pies. La cabeza remata con un turbante
Tanto en Occidente como en Oriente el rojo escarlata prenda destinados para los mahatmas, o los
parece cargar de buenos augurios a la prometida, el grandes sabios –hombres–. En el desfile el creador –
color rojo del textil como los complejos diseños elabo- Saint Laurent– le otorga ese papel a la mujer, como si
rados con el pigmento de la henna –Lawsonia Inermis–, fuera una divinidad capaz de interferir en el entramado
y complejo sistema de castas sociales hindúes reivindi- Figura 3: Etro, Spring/Summer 2017
y dispuestos sobre la superficie de las manos y los pies Tomado de https://www.vogue.com/
de la prometida, de allí que se adopte al traje nupcial cando la figura de la mujer en Oriente. fashion-shows/spring-2017-ready-to-
y de fiesta, insuflando en la novia todas estas poten- wear/etro/slideshow/collection#27
cialidades de la planta que están intimamente ligadas
al sari y al cuerpo. Atendiendo a la necesidad de pro-
tección simbólica del vestido como amuleto capaz de
repeler las fuerzas maléficas y atraer la buena fortuna
a la recién casada.
Figura 1: Sari tradicional indio Tomado de
https://www.amazon.es/Peegli-Saree-
Tradicional-Kanjivaram-Desgaste/dp/
B07XQJ7LXX
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forma plástica –sino real, ya que sólo se trata de una fotografía–. Las funciones de la descripción Esta prenda se erige como el texto primario de
de Moda son, pues, reducidas, y también, por eso mismo, originales: al no tener que ofrecer el la “Indianidad” o “Hinduidad,” que busca establecer
propio objeto, las informaciones que la lengua comunica, a menos de ser pleonásticas, son por el análisis comparativo en relación a los diseñadores
definición esas mismas que la fotografía o el dibujo no pueden transmitir. (Barthes 1978, 23) occidentales. Ver como se genera una semiosis y como
varían las diferentes traducciones que surgen entre las
¿Cómo decir lo indecible?, ¿cómo narrar aquello que no puede ser narrado? Interro- casas y los diseñadores a lo largo del tiempo es un obje-
gantes con los que juega este análisis semiótico-visual apicado en imágenes de moda que re- tivo fundamental para estudiar el modelo de semiosfe-
curren a lo que el mundo anglo-germano conoce como folk, “pueblo” unido semanticamente ra, traducción y frontera cultural. Se trata entonces de
a folclor y relacionalmente a lo autóctono, lo étnico y eso otro nombrado como otredad. entender como un elemento tradicional de un pueblo
o cultura, puede mutar y ser traducido, creando otras
A partir de allí diseñadores y marcas como Yves Saint Laurent, Etro y Kenzo, nacidas formas vestimentarias donde el análisis intenta detec-
a finales de los años 60 y principios de los 70 en Europa, más la propuesta de diseño de la tar cuáles son los elementos o lexemas que se mantie-
colombiana (Nariño) Adriana Santacruz, cuya obra se construye a partir de técnicas ances- nen del texto original, así como cuales se pierden y
trales, como el tejido en telar en manos de comunidades indígenas. Hábitos y conductas cuales son introducidos, sin perder el referente inicial
que reivindican aquello que hemos equiparado con lo folk y que puestas en relación con el de “Hinduidad” o “Indianidad”.
sari, –Traje tradicional de la India, usado por las mujeres en rituales de boda– posibilitan
Figura 2: Yves Saint Laurent, Collection
crear relaciones de contraste y similitud ligadas al objeto vestimentario. El sari es la prenda India, Spring/Summer, 1982. Tomado
tradicional de las mujeres en India, aquella que puede narrar la identidad de las mujeres de de https://museeyslparis.com/en/
una región determinada, de un pueblo, de una familia o un clan, sus motivos refieren el lugar biography/collection-inde
de origen, la localidad, o un rico hilado de historias familiares acaecidas, pero también da
cuenta de los relatos personales, o bien deseos que se quieren portar sobre la nueva esposa.
En esta primera imagen Saint Laurent toma
El color es otro elemento fundamental capaz de develar significados importantes alrededor la paleta cromática del sari, se puede observar el uso
de quien lo porte. El rojo por ejemplo se asocia a la vitalidad y la fertilidad, En Europa occidental de colores primarios en la composición del traje. El
rojo, un color sagrado y honrado para las festividades
nupciales, remata con la chaqueta azul cielo, color de
El rojo seguirá siendo el color de la novia hasta el siglo XIX. ¡La novia ves- la piel de Vishnú y de Krishna, lo que da un toque
tía de rojo! – ¡Claro! Sobre todo entre los campesinos, la gran mayoría de de sacralidad al ajuar, los diseños de los bordados con
la población de entonces; porque el día de la boda uno se pone sus mejores brocados en forma de motivos arabescos que semejan
ropas, y una prenda bonita y rica es necesariamente roja, porque éste es el las que llevan las kurtas o Sherwanis –Prenda nupcial
color que mejor les sale a los tintoreros. (Simonnet y Pastoureau 2006: 4) superior masculina–, son similares también al que las
mujeres cercanas a la novia imprimen sobre la piel de
sus manos y pies. La cabeza remata con un turbante
Tanto en Occidente como en Oriente el rojo escarlata prenda destinados para los mahatmas, o los
parece cargar de buenos augurios a la prometida, el grandes sabios –hombres–. En el desfile el creador –
color rojo del textil como los complejos diseños elabo- Saint Laurent– le otorga ese papel a la mujer, como si
rados con el pigmento de la henna –Lawsonia Inermis–, fuera una divinidad capaz de interferir en el entramado
y complejo sistema de castas sociales hindúes reivindi- Figura 3: Etro, Spring/Summer 2017
y dispuestos sobre la superficie de las manos y los pies Tomado de https://www.vogue.com/
de la prometida, de allí que se adopte al traje nupcial cando la figura de la mujer en Oriente. fashion-shows/spring-2017-ready-to-
y de fiesta, insuflando en la novia todas estas poten- wear/etro/slideshow/collection#27
cialidades de la planta que están intimamente ligadas
al sari y al cuerpo. Atendiendo a la necesidad de pro-
tección simbólica del vestido como amuleto capaz de
repeler las fuerzas maléficas y atraer la buena fortuna
a la recién casada.
Figura 1: Sari tradicional indio Tomado de
https://www.amazon.es/Peegli-Saree-
Tradicional-Kanjivaram-Desgaste/dp/
B07XQJ7LXX
ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.
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En el modelo de Etro3, la marca italiana co- En esta, el material es quien se distancia de los
mulga con el creador francés Yves Saint Lurent, pese modelos anteriores, puesto que la lana es una fibra em-
a las casi cuatro décadas que los separan al emplear los pleada para otras fabricaciones como calzado, mochi-
bordados del sari en los puños y en las franjas laterales las, gorros, etc. Por el contrario, el sari responde más
de la abertura de la chaqueta. Sin embargo, una gran a la seda, las gasas y al algodón como materia prima
diferencia con el modelo anterior es el color, mientras esencial que a la lana. Aun así, el drapeado sobre el
Saint Laurent es fiel a la cromática ceremonial India cuerpo está más emparentado con el sari tradicional.
–Rojos, amarillos y azules–, Etro prioriza la elegancia Los otros modelos emplean la versión masculina del
y la sofisticación del negro en occidente, deconstru- traje hindú –Kurta o Shewarni– ya sea acortando o
yendo y dejando atrás la significación del negro con ampliando sus dimensiones, debido a que este es una
el mal augurio en India, puesto que allí se asocia a la pieza sin costura, armada con ayuda de plisados, dra-
tragedia y la destrucción, debido a Kali, la divinidad peados y otros arreglos mediante los cuales se ciñe al
destructora, cuya piel es toda de este color. cuerpo de la mujer.
Figura 5: “Halcón”, Adriana
Figura 4: Kenzo Spring summer, 2011 Santacruz, 2018 tomado de http://
Tomado de https://www.popsugar. adrianasantacruz.com/tienda/
com/fashion/photo-gallery/11362316/ producto/halcon-2/
image/11362416/Spring-2011-Paris-
Fashion-Week-Kenzo

La imagen que proyecta Antonio Marras para Kenzo4 con su icónico desfile celebrando Hay un halo presente en todo este análisis y es el del orientalismo leído en cla-
el 40 aniversario de la casa (1970-2010) en el Circo de Invierno de París, puntualiza su home- ve de moda contemporánea, donde la “Hinduidad” es asimilada por los occidentales,
naje al Sari y a la India en el color rojo que media entre un tono bermellón y un naranja. Hace capaces de elaborar propuestas visuales entorno a esta concepción como es el caso de
igual uso como sus dos colegas anteriormente mencionados –Saint Laurent y Etro– al emplear Yves Saint Laurent, pionero en viajar a otras culturas ajenas al mundo estético cotidiano
los brocados en los puños y en los extremos laterales junto a la abertura de la chaqueta, además europeo y construir o trazar unas rutas visuales entorno a esto. Diría Edward Said crí-
de introducir el Paisley esa forma de arabesco con motivo de lagrima completada y abigarrada tico y profesor de estudios literarios en la Universidad de Columbia (USA) con su libro
con florituras o elementos vegetales que el diseñador impregna sobre la tela del vestido. “Orientalismo” (1978) que

En cuanto a silueta esta pieza sea quizá la más fiel a un sari –traje indio femenino–, Oriente ha servido para que Europa –u Occidente– se defina en contrapo-
sino fuera por la silueta andrógina que usa para la chaqueta y la falda; así como por el uso sición a su imagen, su idea, su personalidad y su experiencia. Sin embargo,
del tocado sobresaliente, que se eleva casi como una escultura blanda sobre la cabeza de Oriente no es puramente imaginario. Oriente es una parte integrante de
la mujer y que rememora los turbantes de los gurús y mahatmas de India. Sin embargo, la civilización y de la cultura material europea. El orientalismo expresa
Marras coincide con Saint Laurent en usar la falda en tonalidad roja, casi que en el mismo y representa, desde un punto de vista cultural e incluso ideológico, esa
tono y el empleo del tocado en forma de turbante. –Reservado para los hombres sabios– parte como un modo de discurso que se apoya en unas instituciones, un
como lo establece Saint Laurent. vocabulario, unas enseñanzas, unas imágenes, unas doctrinas e incluso unas
burocracias y estilos coloniales. (Said 2008:20)
En la colección “Halcón” de Adriana Santacruz, la diseñadora colombiana, hace
uso de esta prenda como elemento vestimentario fundamental en los pueblos andinos, y Un año antes (1977), de la publicación del texto de Edward Said, Saint Laurent
que ella sabe cómo redefinir en una pieza que sigue siendo textilmente ruana, pero que lanza al mercado su Colección Otoño-invierno, inspirada en La China Imperial y cuatros
en cuanto a silueta puede ser capa o sari, como lo sugiere con esta pieza titulada “Halcón” años después de la publicación inicial del texto debuta en París con su Colección India
aquí su estructura semeja cierto parecido con el del velo del sari al drapearse sobre el (1982) de esta colección se toma uno de los vestidos de referencias sobre los que se sitúa
cuerpo de la mujer. La pieza sostiene un tejido producido en telar indígena y coincide con este análisis, no sin antes ahondar en ese fenómeno estético y cultural del Orientalismo.
los referentes internacionales en situar al rojo como un color preponderante de los trajes
tradicionales ceremoniales.

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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En el modelo de Etro3, la marca italiana co- En esta, el material es quien se distancia de los
mulga con el creador francés Yves Saint Lurent, pese modelos anteriores, puesto que la lana es una fibra em-
a las casi cuatro décadas que los separan al emplear los pleada para otras fabricaciones como calzado, mochi-
bordados del sari en los puños y en las franjas laterales las, gorros, etc. Por el contrario, el sari responde más
de la abertura de la chaqueta. Sin embargo, una gran a la seda, las gasas y al algodón como materia prima
diferencia con el modelo anterior es el color, mientras esencial que a la lana. Aun así, el drapeado sobre el
Saint Laurent es fiel a la cromática ceremonial India cuerpo está más emparentado con el sari tradicional.
–Rojos, amarillos y azules–, Etro prioriza la elegancia Los otros modelos emplean la versión masculina del
y la sofisticación del negro en occidente, deconstru- traje hindú –Kurta o Shewarni– ya sea acortando o
yendo y dejando atrás la significación del negro con ampliando sus dimensiones, debido a que este es una
el mal augurio en India, puesto que allí se asocia a la pieza sin costura, armada con ayuda de plisados, dra-
tragedia y la destrucción, debido a Kali, la divinidad peados y otros arreglos mediante los cuales se ciñe al
destructora, cuya piel es toda de este color. cuerpo de la mujer.
Figura 5: “Halcón”, Adriana
Figura 4: Kenzo Spring summer, 2011 Santacruz, 2018 tomado de http://
Tomado de https://www.popsugar. adrianasantacruz.com/tienda/
com/fashion/photo-gallery/11362316/ producto/halcon-2/
image/11362416/Spring-2011-Paris-
Fashion-Week-Kenzo

La imagen que proyecta Antonio Marras para Kenzo4 con su icónico desfile celebrando Hay un halo presente en todo este análisis y es el del orientalismo leído en cla-
el 40 aniversario de la casa (1970-2010) en el Circo de Invierno de París, puntualiza su home- ve de moda contemporánea, donde la “Hinduidad” es asimilada por los occidentales,
naje al Sari y a la India en el color rojo que media entre un tono bermellón y un naranja. Hace capaces de elaborar propuestas visuales entorno a esta concepción como es el caso de
igual uso como sus dos colegas anteriormente mencionados –Saint Laurent y Etro– al emplear Yves Saint Laurent, pionero en viajar a otras culturas ajenas al mundo estético cotidiano
los brocados en los puños y en los extremos laterales junto a la abertura de la chaqueta, además europeo y construir o trazar unas rutas visuales entorno a esto. Diría Edward Said crí-
de introducir el Paisley esa forma de arabesco con motivo de lagrima completada y abigarrada tico y profesor de estudios literarios en la Universidad de Columbia (USA) con su libro
con florituras o elementos vegetales que el diseñador impregna sobre la tela del vestido. “Orientalismo” (1978) que

En cuanto a silueta esta pieza sea quizá la más fiel a un sari –traje indio femenino–, Oriente ha servido para que Europa –u Occidente– se defina en contrapo-
sino fuera por la silueta andrógina que usa para la chaqueta y la falda; así como por el uso sición a su imagen, su idea, su personalidad y su experiencia. Sin embargo,
del tocado sobresaliente, que se eleva casi como una escultura blanda sobre la cabeza de Oriente no es puramente imaginario. Oriente es una parte integrante de
la mujer y que rememora los turbantes de los gurús y mahatmas de India. Sin embargo, la civilización y de la cultura material europea. El orientalismo expresa
Marras coincide con Saint Laurent en usar la falda en tonalidad roja, casi que en el mismo y representa, desde un punto de vista cultural e incluso ideológico, esa
tono y el empleo del tocado en forma de turbante. –Reservado para los hombres sabios– parte como un modo de discurso que se apoya en unas instituciones, un
como lo establece Saint Laurent. vocabulario, unas enseñanzas, unas imágenes, unas doctrinas e incluso unas
burocracias y estilos coloniales. (Said 2008:20)
En la colección “Halcón” de Adriana Santacruz, la diseñadora colombiana, hace
uso de esta prenda como elemento vestimentario fundamental en los pueblos andinos, y Un año antes (1977), de la publicación del texto de Edward Said, Saint Laurent
que ella sabe cómo redefinir en una pieza que sigue siendo textilmente ruana, pero que lanza al mercado su Colección Otoño-invierno, inspirada en La China Imperial y cuatros
en cuanto a silueta puede ser capa o sari, como lo sugiere con esta pieza titulada “Halcón” años después de la publicación inicial del texto debuta en París con su Colección India
aquí su estructura semeja cierto parecido con el del velo del sari al drapearse sobre el (1982) de esta colección se toma uno de los vestidos de referencias sobre los que se sitúa
cuerpo de la mujer. La pieza sostiene un tejido producido en telar indígena y coincide con este análisis, no sin antes ahondar en ese fenómeno estético y cultural del Orientalismo.
los referentes internacionales en situar al rojo como un color preponderante de los trajes
tradicionales ceremoniales.

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


278 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 279
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3. RESULTADOS
Sari o
Elementos elemento Adriana
Este análisis busca entender la moda desde un “comportamiento de sistemas se- Saint Laurent Kenzo Etr
de análisis primario de Santacruz
mióticos” que pone en relación textos alosemióticos o no textos, que por medio de indu- indianidad
mentarias de culturas que distan a kilómetros unas de otras, posibiliten la integración de Emplea una
las semiosferas entre sí produciendo otra completamente distinta. Allí la imagen icónica chaqueta
Usa una
de la mujer desfilando, constituye una categoría perceptual conformada por signos ínte- y una falda
Está chaqueta
para dar la Una chaqueta
gros de sus culturas autóctonas, como el ejemplo del Sari y la chaqueta, que se traduce de Forma
compuesto por
apariencia
abierta y un
abierta y un
Emplea una
diversas maneras según la mentalidad del diseñador, viene al caso varios trajes saris del una sola pieza atuendo con sola pieza.
de unidad, a vestido.
de tela. vestido y
desfile del 40 aniversario de Kenzo, puestos como abrigos o como lo presenta la diseñadora la que añade
tocado.
colombiana Adriana Santacruz en la colección que lleva su mismo nombre –La Ruana–. tocado/
turbante.
Estos usos hacen que ese texto/Imagen/vestido, obtenga un uso renovado de la imagen.
Colores
Colores Rojos oscuros:
A continuación, se despliega la tabla número 1 comparativo entre marcas Folk Color primarios o
Azul cielo y
bermellones y Negro burgundí,
y el Sari como vestido tradicional en India. Para efectos de una mejor ilustración del bermellón
vibrantes naranjas granates y
análisis comparativo aparece este cuadro que permite establecer mediante una serie de violetas.
categorías perceptuales las diferencias y semejanzas entre la semiosfera tradicional hindú En los
En color
–sari– y el elemento chaqueta cargado de indianidad, traducido por cada diseñador según extremos En color plata
En color oro, blanco en
esa primera semiosfera de manera que la chaqueta se erige como frontera de las semiosferas inferiores en los ribetes
en los bordes los ribetes
en forma de o bordes Ausencia de
oriental y occidental. Forma, Color, Bordados y Materiales son los elementos que posibili- Bordados
arabescos interiores e
interiores e o bordes
bordados
tan rastrear las traducciones con relación a la lengua originaria –sari-India– inferiores de interiores e
en colores inferiores de
la chaqueta inferiores de la
metálicos y la chaqueta
chaqueta
Forma: este es el esqueleto o armazón del cual el diseñador se acerca o se distancia rojos.
con mayor frecuencia, una vez transformado, el cuerpo lo traduce en una nueva apariencia.
Color: es quizás junto con el bordado quien mayor potencia simbólica contiene, Algodón, seda Tafetanes y Algodón y
Materiales Muselinas Lana
debido a que su función primaria en la retina actúa como detonante a la idea que poseemos o lino satenes poliéster
como referente de sari.
Bordados: son quienes más fidelidad guardan en toda la traducción, casi nunca des-
Tabla Número 1: Comparativo entre marcas Folk y el Sari como vestido tradicional en India
aparecen y se ubican en las mismas partes –ribetes– comunes a todos los modelos –Bordes
inferiores de las mangas y faldas, así como en ruedos y terminaciones o cuellos–.
Materiales: es lo que diferencia junto con la forma la mayor fidelidad o no a la CONCLUSIONES
tradición, la innovación en cada traducción es separarse de él, o bien honrarlo y sostener
el texto inicial. Dentro de los textos-Imágenes analizados que logran emerger como piezas
extraídas de un folclor imaginario, hay una red de intertextualidades y conexiones
En la siguiente sección se muestra la tabla comparativa, (Número 1) cuya función lógicas que producen textos vestimentarios que como refiere Barthes desde el ámbito
ante el lector es busca identificar de manera clara y concisa lo anteriormente dicho en el gramatical
texto escrito, de forma que para el lector o lectora le sea más comprensible las relaciones
de semejanza y diferencia que manejan las prendas cuando son traducidas por una casa o
diseñador con relación al vestido/texto original. El vestido escrito es expresado por el lenguaje, pero también se le resiste, y
en ese juego se realiza. De modo que nos encontramos claramente con dos
estructuras originales, aunque derivadas de sistemas más comunes, aquí la
lengua, allí la imagen. (Barthes 1979:17-18)

Esta premisa despliega en los casos analizados formas otras de leer e interpretar las
prendas tradicionales, de modo que la imagen se actualiza y se recrea, configurando nuevas
maneras de antropologizar el vestido.

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


280 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 281
Depósito Legal B.3146-2001 Universidad de Rosario (Argentina) Versión electrónica: designisfels.net
LEIFER HOYOS MADRID DEL VESTIDO COMO IMAGEN IDENTITARIA AL VESTIDO COMO IMAGEN TEXTUAL

3. RESULTADOS
Sari o
Elementos elemento Adriana
Este análisis busca entender la moda desde un “comportamiento de sistemas se- Saint Laurent Kenzo Etr
de análisis primario de Santacruz
mióticos” que pone en relación textos alosemióticos o no textos, que por medio de indu- indianidad
mentarias de culturas que distan a kilómetros unas de otras, posibiliten la integración de Emplea una
las semiosferas entre sí produciendo otra completamente distinta. Allí la imagen icónica chaqueta
Usa una
de la mujer desfilando, constituye una categoría perceptual conformada por signos ínte- y una falda
Está chaqueta
para dar la Una chaqueta
gros de sus culturas autóctonas, como el ejemplo del Sari y la chaqueta, que se traduce de Forma
compuesto por
apariencia
abierta y un
abierta y un
Emplea una
diversas maneras según la mentalidad del diseñador, viene al caso varios trajes saris del una sola pieza atuendo con sola pieza.
de unidad, a vestido.
de tela. vestido y
desfile del 40 aniversario de Kenzo, puestos como abrigos o como lo presenta la diseñadora la que añade
tocado.
colombiana Adriana Santacruz en la colección que lleva su mismo nombre –La Ruana–. tocado/
turbante.
Estos usos hacen que ese texto/Imagen/vestido, obtenga un uso renovado de la imagen.
Colores
Colores Rojos oscuros:
A continuación, se despliega la tabla número 1 comparativo entre marcas Folk Color primarios o
Azul cielo y
bermellones y Negro burgundí,
y el Sari como vestido tradicional en India. Para efectos de una mejor ilustración del bermellón
vibrantes naranjas granates y
análisis comparativo aparece este cuadro que permite establecer mediante una serie de violetas.
categorías perceptuales las diferencias y semejanzas entre la semiosfera tradicional hindú En los
En color
–sari– y el elemento chaqueta cargado de indianidad, traducido por cada diseñador según extremos En color plata
En color oro, blanco en
esa primera semiosfera de manera que la chaqueta se erige como frontera de las semiosferas inferiores en los ribetes
en los bordes los ribetes
en forma de o bordes Ausencia de
oriental y occidental. Forma, Color, Bordados y Materiales son los elementos que posibili- Bordados
arabescos interiores e
interiores e o bordes
bordados
tan rastrear las traducciones con relación a la lengua originaria –sari-India– inferiores de interiores e
en colores inferiores de
la chaqueta inferiores de la
metálicos y la chaqueta
chaqueta
Forma: este es el esqueleto o armazón del cual el diseñador se acerca o se distancia rojos.
con mayor frecuencia, una vez transformado, el cuerpo lo traduce en una nueva apariencia.
Color: es quizás junto con el bordado quien mayor potencia simbólica contiene, Algodón, seda Tafetanes y Algodón y
Materiales Muselinas Lana
debido a que su función primaria en la retina actúa como detonante a la idea que poseemos o lino satenes poliéster
como referente de sari.
Bordados: son quienes más fidelidad guardan en toda la traducción, casi nunca des-
Tabla Número 1: Comparativo entre marcas Folk y el Sari como vestido tradicional en India
aparecen y se ubican en las mismas partes –ribetes– comunes a todos los modelos –Bordes
inferiores de las mangas y faldas, así como en ruedos y terminaciones o cuellos–.
Materiales: es lo que diferencia junto con la forma la mayor fidelidad o no a la CONCLUSIONES
tradición, la innovación en cada traducción es separarse de él, o bien honrarlo y sostener
el texto inicial. Dentro de los textos-Imágenes analizados que logran emerger como piezas
extraídas de un folclor imaginario, hay una red de intertextualidades y conexiones
En la siguiente sección se muestra la tabla comparativa, (Número 1) cuya función lógicas que producen textos vestimentarios que como refiere Barthes desde el ámbito
ante el lector es busca identificar de manera clara y concisa lo anteriormente dicho en el gramatical
texto escrito, de forma que para el lector o lectora le sea más comprensible las relaciones
de semejanza y diferencia que manejan las prendas cuando son traducidas por una casa o
diseñador con relación al vestido/texto original. El vestido escrito es expresado por el lenguaje, pero también se le resiste, y
en ese juego se realiza. De modo que nos encontramos claramente con dos
estructuras originales, aunque derivadas de sistemas más comunes, aquí la
lengua, allí la imagen. (Barthes 1979:17-18)

Esta premisa despliega en los casos analizados formas otras de leer e interpretar las
prendas tradicionales, de modo que la imagen se actualiza y se recrea, configurando nuevas
maneras de antropologizar el vestido.

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


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LEIFER HOYOS MADRID DEL VESTIDO COMO IMAGEN IDENTITARIA AL VESTIDO COMO IMAGEN TEXTUAL

El análisis vestimentario como forma de análisis textual o como analogía del texto prints, he called it Jungle Jap, a name wich soon became popular with young, fashionables models
tiene que llevar a rememorar aquello que decía Eco en su texto Psicología del Vestir who were looking for fresh, spirited clothes. Inspired mostly by traditional Japanese shapes, Kenzo’s
early, highly desirable collections included easy-to-wear smocks, tunics, oriental blouses and wide
legend trousers. (Buttolph Angela, y otros 2001, 247)
Quien haya estudiado a fondo los problemas actuales de la semiología –los
signos) no puede hacerse el nudo de la corbata, por la mañana ante el espe-
jo, sin tener la sensación clara de seguir una opción ideológica, o, por lo me- REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
nos, de lanzar un mensaje, una carta abierta, a los transeúntes y a quienes
encuentra durante la jornada. El vestido es comunicación. (Eco 1976: 101) BACHTIN, M. (1981) The dialogic imagination. Austin: University Press.
BARTHES, R. (1979) El sistema de la moda. Barcelona: Gustavo Gilli, S.A.
Cuando se vive en una sociedad atravesada por la imagen de parte a parte, –imagen BUTTOLPH, A., DOE, T.,MACKRELL, A., MARTIN, R., RICKEY, M., y WATT, J. (2001)
en movimiento, imagen trasmedial, imagen impresa…– La mirada que se establece sobre The Fashion Book. China: Phaidon.
el vestido es también la mirada que se establece sobre una parte de esa cultura imago y cuyo ECO, U. (1976) Psicología del Vestir. Barcelona: De Bolsillo.
entramado puede arrojar pistas un poco más claras sobre los movimientos que la sacuden ––– (2000). Tratado de Semiótica General. Barcelona: Lumen S.A.
LOTMAN, Y. (2011) Estructura del Texto Artístico. Madrid: Básica de Bolsillo, Akal.
internamente y que nosotros meros espectadores apenas podemos sentir en el agitamiento
––– (1996) Semiosferas. Madrid: Cátedra.
y el flujo continuo de tales imágenes que moldean nuestro cuerpo y construyen y decons- SAID, E. (2008) Orientalismo. Barcelona: Debolsillo, 2008.
truyen la apariencia como signo de identidad contemporánea. SIMONNET, D. y PASTOUREAU, M. (2006) Breve Historia de los colores. Barcelona: Paidós.
SISTO, V. (2015) “Bajtin y lo Social: Hacia la Actividad Dialógica Heteroglósica”. En Universitat
Quedan pendientes varios interrogantes a resolver como un análisis más detallado Autònoma de Barcelona: Departament de Psicología de la Salud y Psicología Social (ed.) Athenea
de las colecciones en su totalidad, deshilvanar los posibles referentes de los imaginarios Digital , 3-29. Barcelona.
de sus diseñadores o directores creativos, sobre los cuales descasan sus creaciones, ver las
referencias de tales textos artísticos, cómo construyen esos nuevos textos que se encuader-
nan sobre el cuerpo, son interrogantes abiertos que suponen una mayor profundidad en el
modelo comparativo.

NOTAS

1. Para esto se hace necesario entender la gramática en un campo expandido como lo señala Umberto
Eco en el Tratado de semiótica general al imbricar la gramática y la semiótica incluyendo: Las dife-
rentes investigaciones sobre las GRAMÁTICAS NARRATIVAS y sobre las estructuras del relato,
que van desde la sistematización de los repertorios más institucionalizados –como ocurre en los
estudios etnográficos) hasta las GRAMÁTICAS TEXTUALES más recientes, que intentan descubrir
sistemas de reglas que actúan al nivel de sectores de discurso enormes, vinculadas, por un lado, a la
LÓGICA DE LAS PRESUPOSICIONES y, por otro, a las diferentes ramas de la RETÓRICA, que
la semiótica contemporánea está volviendo a descubrir como disciplina precursora, semiótica ante
litteram del discurso(Eco 2000: 92).
2. Espacio alosemiótico: un término propio de Yuri Lotman, semiólogo ruso, anteriormente mencio-
nado y que designa este término para referirse a aquello que está por fuera de la semiosfera, aquello
que no puede conocerse porque sencillamente no se conoce o no se ha experimentado. En referencia
al modelo analizado, La India es ese espacio alosemiótico que no conocemos quienes no hemos ido,
pero que gracias a las traducciones dadas por los diseñadores y marcas podemos comprender.
3. The family-run company was set up by patriachr Gimmo Etro in 1968. Returning from his
travels laden with fabrics from the Far East and North Africa, he replicated these desings onto
sumptuous cashmere, silk and linen. These he supplied to top couture houses and designers Arma-
ni, Mugler and Lacroix, earning himself the title ¨Grand Man of Italian Textiles. ¨ (D. T. Buttolph
Angela 2001: 153)
4. Kenzo: its diseñador, opened his first shop in Paris in 1970. Since it was decorated with jungle
Atribución-NoComercial-CompartirIgual
CC BY-NC-SA

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El análisis vestimentario como forma de análisis textual o como analogía del texto prints, he called it Jungle Jap, a name wich soon became popular with young, fashionables models
tiene que llevar a rememorar aquello que decía Eco en su texto Psicología del Vestir who were looking for fresh, spirited clothes. Inspired mostly by traditional Japanese shapes, Kenzo’s
early, highly desirable collections included easy-to-wear smocks, tunics, oriental blouses and wide
legend trousers. (Buttolph Angela, y otros 2001, 247)
Quien haya estudiado a fondo los problemas actuales de la semiología –los
signos) no puede hacerse el nudo de la corbata, por la mañana ante el espe-
jo, sin tener la sensación clara de seguir una opción ideológica, o, por lo me- REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
nos, de lanzar un mensaje, una carta abierta, a los transeúntes y a quienes
encuentra durante la jornada. El vestido es comunicación. (Eco 1976: 101) BACHTIN, M. (1981) The dialogic imagination. Austin: University Press.
BARTHES, R. (1979) El sistema de la moda. Barcelona: Gustavo Gilli, S.A.
Cuando se vive en una sociedad atravesada por la imagen de parte a parte, –imagen BUTTOLPH, A., DOE, T.,MACKRELL, A., MARTIN, R., RICKEY, M., y WATT, J. (2001)
en movimiento, imagen trasmedial, imagen impresa…– La mirada que se establece sobre The Fashion Book. China: Phaidon.
el vestido es también la mirada que se establece sobre una parte de esa cultura imago y cuyo ECO, U. (1976) Psicología del Vestir. Barcelona: De Bolsillo.
entramado puede arrojar pistas un poco más claras sobre los movimientos que la sacuden ––– (2000). Tratado de Semiótica General. Barcelona: Lumen S.A.
LOTMAN, Y. (2011) Estructura del Texto Artístico. Madrid: Básica de Bolsillo, Akal.
internamente y que nosotros meros espectadores apenas podemos sentir en el agitamiento
––– (1996) Semiosferas. Madrid: Cátedra.
y el flujo continuo de tales imágenes que moldean nuestro cuerpo y construyen y decons- SAID, E. (2008) Orientalismo. Barcelona: Debolsillo, 2008.
truyen la apariencia como signo de identidad contemporánea. SIMONNET, D. y PASTOUREAU, M. (2006) Breve Historia de los colores. Barcelona: Paidós.
SISTO, V. (2015) “Bajtin y lo Social: Hacia la Actividad Dialógica Heteroglósica”. En Universitat
Quedan pendientes varios interrogantes a resolver como un análisis más detallado Autònoma de Barcelona: Departament de Psicología de la Salud y Psicología Social (ed.) Athenea
de las colecciones en su totalidad, deshilvanar los posibles referentes de los imaginarios Digital , 3-29. Barcelona.
de sus diseñadores o directores creativos, sobre los cuales descasan sus creaciones, ver las
referencias de tales textos artísticos, cómo construyen esos nuevos textos que se encuader-
nan sobre el cuerpo, son interrogantes abiertos que suponen una mayor profundidad en el
modelo comparativo.

NOTAS

1. Para esto se hace necesario entender la gramática en un campo expandido como lo señala Umberto
Eco en el Tratado de semiótica general al imbricar la gramática y la semiótica incluyendo: Las dife-
rentes investigaciones sobre las GRAMÁTICAS NARRATIVAS y sobre las estructuras del relato,
que van desde la sistematización de los repertorios más institucionalizados –como ocurre en los
estudios etnográficos) hasta las GRAMÁTICAS TEXTUALES más recientes, que intentan descubrir
sistemas de reglas que actúan al nivel de sectores de discurso enormes, vinculadas, por un lado, a la
LÓGICA DE LAS PRESUPOSICIONES y, por otro, a las diferentes ramas de la RETÓRICA, que
la semiótica contemporánea está volviendo a descubrir como disciplina precursora, semiótica ante
litteram del discurso(Eco 2000: 92).
2. Espacio alosemiótico: un término propio de Yuri Lotman, semiólogo ruso, anteriormente mencio-
nado y que designa este término para referirse a aquello que está por fuera de la semiosfera, aquello
que no puede conocerse porque sencillamente no se conoce o no se ha experimentado. En referencia
al modelo analizado, La India es ese espacio alosemiótico que no conocemos quienes no hemos ido,
pero que gracias a las traducciones dadas por los diseñadores y marcas podemos comprender.
3. The family-run company was set up by patriachr Gimmo Etro in 1968. Returning from his
travels laden with fabrics from the Far East and North Africa, he replicated these desings onto
sumptuous cashmere, silk and linen. These he supplied to top couture houses and designers Arma-
ni, Mugler and Lacroix, earning himself the title ¨Grand Man of Italian Textiles. ¨ (D. T. Buttolph
Angela 2001: 153)
4. Kenzo: its diseñador, opened his first shop in Paris in 1970. Since it was decorated with jungle
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284 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 285
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http://dx.doi.org/10.35659/designis.i35p287
PERFILES

Jorge Lozano (1951-2021)


Juan ALONSO ALDAMA
(pág 287)

Le 22 mars 2021 est mort, victime du Covid 19, le sémiologue Jorge Lozano.
Professeur de théorie de l’information à l’université Complutense de Madrid. Jorge a été
une figure fondamentale et un pionnier de la sémiotique en Espagne.

Jorge Lozano est né à La Palma, une des Iles Canaries, en 1951. Après avoir fait des
études d’histoire à Madrid, il soutient une thèse de doctorat intitulée Stratégies discursives
et persuasives dans le texte historique, sujet qui l’accompagnera tout au long de sa carrière
universitaire, comme le montre le dernier numéro de la revue italenne Versus, qu’il a
dirigé, consacré au « Futur. Temps de l’histoire ». Il a étudié à Bologne avec Umberto Eco
et Paolo Fabbri, des maîtres et amis avec lesquels il gardera tout au long de sa vie un lien
intellectuel et affectif inébranlable. En Italie, il a été directeur de l’Académie d’Espagne
à Rome, professeur invité à Sienne, à La Sapienza, à Ca’ Foscari, et membre régulier du
Centro Internazionale di Scienze Semiotiche à Urbino. Il a été Rédacteur-en-chef (1986-
1991) de la Revista de Occidente, la plus ancienne et la plus importante revue espagnole de
philosophie et de culture, où il a toujours soutenu notre discipline avec la publication
constante de textes de sémioticiens. Il a dirigé de nombreux cours d’été de l’Université
Complutense à El Escorial où intervenaient sémioticiens et intellectuels espagnols, italiens
ou français. En 2008, il a fondé le Grupo de Estudios de Semiótica de la Cultura (GESC).
Auteur d’ouvrages comme El discurso historico ou Persuasión. Estrategias del créer, co-auteur
de Análisis del discurso, il a favorisé la diffusion dans le monde hispanophone de la pensée
de Iouri Lotman et de l’école de Tartu.

Jorge Lozano a été un chercheur ouvert et rigoureux sachant faire de la sémiotique


un outil précieux pour mieux comprendre les phénomènes médiatiques et culturels de
notre époque. Sa capacité à faire dialoguer les différentes écoles de la sémiotique avec
les autres sciences sociales a été un modèle de méthode pour les nombreux étudiants et
chercheurs qui ont eu la chance de l’avoir comme maître. Il savait exercer ce magistère
sans académisme mais sans concession pour l’imprécision théorique.

Nous pensions qu’il allait surmonter sa maladie et qu’il nous faisait encore une
de ses plaisanteries qui nous réjouissaient tant ; hélas, ça n’a pas été le cas. Nous avons
perdu un professeur extrêmement généreux, un orateur de talent et un brillant causeur
qui aimait par-dessus tout la conversation, dans laquelle il excellait par son ingéniosité
et son humour, avec ses innombrables amis et étudiants. Homme élégant dans sa pensée,
son attitude et son style, Jorge était une personne d’une courtoisie et d’une amabilité
exquises envers les autres, partageant sans compter son savoir immense, sa finesse d’esprit
et surtout un savoir-faire et un savoir-vivre d’une grâce singulière. La sémiotique perd,
nous perdons tous, un grand sémioticien et un ami d’une loyauté sans faille. Un grande de
España.
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CC BY-NC-SA

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286 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 287
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http://dx.doi.org/10.35659/designis.i35p287
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Jorge Lozano (1951-2021)


Juan ALONSO ALDAMA
(pág 287)

Le 22 mars 2021 est mort, victime du Covid 19, le sémiologue Jorge Lozano.
Professeur de théorie de l’information à l’université Complutense de Madrid. Jorge a été
une figure fondamentale et un pionnier de la sémiotique en Espagne.

Jorge Lozano est né à La Palma, une des Iles Canaries, en 1951. Après avoir fait des
études d’histoire à Madrid, il soutient une thèse de doctorat intitulée Stratégies discursives
et persuasives dans le texte historique, sujet qui l’accompagnera tout au long de sa carrière
universitaire, comme le montre le dernier numéro de la revue italenne Versus, qu’il a
dirigé, consacré au « Futur. Temps de l’histoire ». Il a étudié à Bologne avec Umberto Eco
et Paolo Fabbri, des maîtres et amis avec lesquels il gardera tout au long de sa vie un lien
intellectuel et affectif inébranlable. En Italie, il a été directeur de l’Académie d’Espagne
à Rome, professeur invité à Sienne, à La Sapienza, à Ca’ Foscari, et membre régulier du
Centro Internazionale di Scienze Semiotiche à Urbino. Il a été Rédacteur-en-chef (1986-
1991) de la Revista de Occidente, la plus ancienne et la plus importante revue espagnole de
philosophie et de culture, où il a toujours soutenu notre discipline avec la publication
constante de textes de sémioticiens. Il a dirigé de nombreux cours d’été de l’Université
Complutense à El Escorial où intervenaient sémioticiens et intellectuels espagnols, italiens
ou français. En 2008, il a fondé le Grupo de Estudios de Semiótica de la Cultura (GESC).
Auteur d’ouvrages comme El discurso historico ou Persuasión. Estrategias del créer, co-auteur
de Análisis del discurso, il a favorisé la diffusion dans le monde hispanophone de la pensée
de Iouri Lotman et de l’école de Tartu.

Jorge Lozano a été un chercheur ouvert et rigoureux sachant faire de la sémiotique


un outil précieux pour mieux comprendre les phénomènes médiatiques et culturels de
notre époque. Sa capacité à faire dialoguer les différentes écoles de la sémiotique avec
les autres sciences sociales a été un modèle de méthode pour les nombreux étudiants et
chercheurs qui ont eu la chance de l’avoir comme maître. Il savait exercer ce magistère
sans académisme mais sans concession pour l’imprécision théorique.

Nous pensions qu’il allait surmonter sa maladie et qu’il nous faisait encore une
de ses plaisanteries qui nous réjouissaient tant ; hélas, ça n’a pas été le cas. Nous avons
perdu un professeur extrêmement généreux, un orateur de talent et un brillant causeur
qui aimait par-dessus tout la conversation, dans laquelle il excellait par son ingéniosité
et son humour, avec ses innombrables amis et étudiants. Homme élégant dans sa pensée,
son attitude et son style, Jorge était une personne d’une courtoisie et d’une amabilité
exquises envers les autres, partageant sans compter son savoir immense, sa finesse d’esprit
et surtout un savoir-faire et un savoir-vivre d’une grâce singulière. La sémiotique perd,
nous perdons tous, un grand sémioticien et un ami d’une loyauté sans faille. Un grande de
España.
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CC BY-NC-SA

ISSN impreso 1578-4223. ISSN digital 2462-7259.


286 deSignis 35. Semióticas cognitivas: nuevos paradigmas. / Cuarta Época. Serie Intersecciones (julio-diciembre de 2021) 287
Depósito Legal B.3146-2001 Universidad de Rosario (Argentina) Versión electrónica: designisfels.net

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