S05 - El Manierismo y El Barroco
S05 - El Manierismo y El Barroco
S05 - El Manierismo y El Barroco
El Manierismo y el Barroco
Logro de aprendizaje
Palacio de Versalles
Desarrollo del Tema: Barroco
• Se usaba la luz como efecto dramático; esta fluía desde las cúpulas y se
reflejaba en una abundancia de tonos dorados.
• Francesco Borromini
• Domenico Fontana
• Carlo Maderno
La Fontana de Trevi
• Miguel Ángel
• Giacomo Vignola
• Lusi Le Vau
• Pietro Da Cortona
• Filippo Juvara
• Alonso Cano
Palacio de Versalles
Andrea Palladio (Padua, 1508 - Maser, 1580)
Arquitecto italiano. El que había de ser uno de los mayores arquitectos de la Italia del Renacimiento,
llamado a tener una proyección internacional muy superior a la de la mayor parte de sus coetáneos, fue
hijo de un molinero y se formó como cantero, profesión que ejerció en Vicenza en su juventud.
Hacia 1537, un acontecimiento fortuito cambió su destino: el literato Gian Giorgio Trissino le encargó la
construcción de su villa en Cricoli, cerca de Vicenza, lo introdujo en los ambientes culturales más
selectos del Véneto y le impuso el nombre de Palladio. Además, lo llevó consigo en una serie de viajes,
en particular a Roma (1541, 1545, 1547, 1549), que permitieron al artista entrar en contacto con la obra
de los mejores arquitectos vivos y estudiar, con una precisión casi arqueológica, los edificios de la
Antigüedad. El conocimiento de estas realizaciones y el estudio del tratado de Serlio formaron su estilo,
absolutamente clasicista, pero muy innovador al mismo tiempo con respecto a lo que se hacía por entonces.
En 1549, el Concejo de la ciudad de Vicenza le encargó la reconstrucción de las logias del palacio de la
Ragione, conocido como la Basílica; era una obra problemática a la que hasta entonces no había logrado
dar solución satisfactoria ningún arquitecto. Palladio optó por revestir las antiguas estructuras con una
envoltura clasicista, y el éxito de la obra fue tal que desde aquel momento se convirtió en el arquitecto
preferido de la aristocracia de Vicenza, ciudad en la que construyó importantes palacios.
Palladio reinterpretó la arquitectura de la antigua Roma para aplicarla a su propio tiempo, dice Hind.
Creía que sus principios flexibles de diseño podían aplicarse a cualquier tipo de edificio, del más
grandioso al más modesto.
Entre las décadas de 1550 y 1570 se sitúa el aspecto más conocido y admirado de su producción: las villas
de los alrededores de Vicenza (de La Rotonda a La Malcontenta), en las que aplicó por primera vez el
esquema del templo clásico a un edificio civil. Casi todas ellas presentan un bloque central, la zona
residencial, a la cual precede una o varias fachadas a base de pórtico y columnas, y flanquean las alas
bajas, que son los edificios agrícolas.
A partir de 1566, desarrolló gran parte de su actividad en Venecia, donde se le deben, entre otros
edificios, las iglesias de San Giorgio Maggiore y del Redentor. Su última obra maestra fue el Teatro
Olímpico de Vicenza (concluido por Scamozzi), en donde intentó recrear un teatro romano. Fundamentales
para la difusión de su obra fueron sus Cuatro libros de la arquitectura (1570), uno de los textos
teóricos y prácticos más difundidos del Renacimiento, en el que se incluyen ilustraciones de sus
edificios.
Sebastiano Serlio
Arquitecto, pintor, ingeniero y tratadista italiano, nació en Bolonia en 1475 y falleció en Fontainebleau
en 1554. Atraído por las artes, dio sus primeros pasos como carpintero para luego adquirir cierta
reputación como ingeniero y diseñador de escenografías teatrales. En 1514 viajó a Roma, ciudad donde
completó su formación arquitectónica en el taller de Baldassare Peruzzi, a cuyas órdenes trabajó en las
obras del Vaticano. En esos años logró desarrollar un estilo propio, heredado a partes iguales de
Peruzzi, Rafael y Donato Bramante.
En 1527, el Saco de Roma interrumpe las actividades monumentales de Serlio y propicia su traslado a
Venecia, la ciudad donde comenzó a escribir las primeras páginas de su famoso tratado de
arquitectura, L’Architettura, integrado por siete volúmenes. Su periodo veneciano permitió a Serlio
mantener amistad con artistas de la talla de Tiziano y Aretino, y le proporcionó la calma suficiente para
desarrollar su magna empresa literaria. En este sentido, cabe resaltar que hasta 1537 no pudo publicar el
primero de los tomos de la serie, el Libro IV, donde establecía los órdenes arquitectónicos clásicos y
cifraba los principios que caracterizaron a las edificaciones renacentistas italianas.
En 1540 apareció el Libro III, donde Serlio trazaba las plantas y los alzados de medio centenar de
edificios. La selección incluía complejos monumentales de la antigüedad grecorromana y también
edificaciones ideadas por Peruzzi, Bramante y Rafael. Precisamente ese magnífico volumen fue el regalo
que su autor le entregó en Francia al rey Francisco I cuando éste lo acogió en Fontainebleau. Dedicado a
embellecer el patrimonio monumental de la Corona francesa, Serlio pudo completar los nuevos ejemplares de
su tratado arquitectónico. En 1545 dio a conocer los Libros I y II, dedicados a estudiar la geometría y
la perspectiva; y en 1547 publicó el Libro V, consagrado a las particularidades de la arquitectura
religiosa.
Tras la muerte del tratadista, Jacopo Strada editó el Libro VII (1575), donde Serlio ampliaba detalles
técnicos en torno a la restauración monumental. Casi diez años después apareció otro texto, el llamado
Libro VI, escrito por Serlio en 1551 sin la intención de añadirlo a su obra magna, pero integrado
finalmente en las planchas de L’Architettura publicadas en 1584. Analizada en su conjunto, es
indiscutible que dicha serie fue uno de los tratados arquitectónicos más influyentes del periodo, tanto
en Europa como en la América colonial.
Giacomo Vignola (Vignola 1507 – Roma 1573)
Arquitecto italiano. Sin ser uno de los arquitectos más destacados del Renacimiento italiano, sí ha
sido uno de los que ejercieron mayor influencia en la posteridad con sus realizaciones prácticas y
también con su obra teórica, la Regla de los cinco órdenes de la arquitectura (1562), tratado que
tuvo amplísima difusión en toda Europa hasta el siglo XX.
Se formó en Bolonia, pero trabajó fundamentalmente en Roma, donde se estableció en 1543. Julio III
le encomendó la dirección de la Villa Giulia, en la que trabajó a partir de 1550. La principal
novedad de este palacete renacentista es la combinación de la planta rectangular del edificio con
las líneas semicirculares de algunos elementos complementarios como las escaleras.
El mismo esquema lo repitió a mayor escala en la Villa Farnese, en Caprarola, donde las escaleras y
las terrazas, además de salvar el desnivel del terreno, crean efectos escenográfios y rompen la
monotonía del edificio, de sobrias líneas clasicistas.
El Gesù es un edificio de nave única con transepto muy poco pronunciado y una gran cúpula sobre el
crucero, particularmente adecuado para las exigencias litúrgicas de la Contrarreforma, y de ahí su
gran continuidad en el tiempo. Se considera, incluso, este edificio el preludio de la posterior
arquitectura barroca, la cual añadió a esta tipología básica una gran carga ornamental.
Gian Lorenzo Bernini (Diciembre, 1598-Noviembre, 1680)
Artista muy expresivo e innovador, Gian Lorenzo Bernini creó algunas de las pinturas, esculturas
y arquitecturas más famosas de Roma. Su trabajo tuvo una profunda influencia en el Barroco
italiano, y aún hoy sus representaciones del éxtasis religioso se consideran insuperables.
Su obra maestra de este género es El éxtasis de Santa Teresa, una escultura de mármol situada en
Santa Maria della Vittoria, en Roma. Él marcó un punto de no retorno también para el retrato
escultórico con sus bustos de mármol, como lo de Francesco I d'Este (1610 - 1658).
Sus trabajos como escultor incluyen Eneas, Anquises y Ascanio, de 1619, El Rapto de Proserpina,
terminado en 1622, el David, de 1625 y Apolo y Dafne, completado en 1624. Son todas obras de
mármol que se encuentran en la Galleria Borghese en Roma. Él produjo también muchas fuentes
romanas famosas, como la Fuente del Tritón, en la Piazza Barberini y la Fuente de los Cuatro
Ríos en la Piazza Navona.
Nacido en Nápoles, Bernini era hijo de un escultor, Pietro Bernini (1562-1629), que él
también había creado obras de arte públicas para la ciudad de Roma. El gran pintor
barroco Annibale Carracci (1560-1609) fue muy impresionado por el talento natural del joven
Bernini. Papa Urbano VII (1588-1644) y papa Alessandro VII (1599-1667) pidieron a Bernini de
completar numerosas obras arquitectónicas y escultóricas para la Basílica de San Pedro. Durante
algún tiempo Bernini trabajó sólo con Borghese, pero más tarde los Cornaro también fueron sus
mecenas.
Las pinturas del artista, que no alcanzan la brillantez de las esculturas y que se hicieron
especialmente en su juventud, aún no eran menos expresivas. Estas incluyen varios autorretratos,
un retrato de papa Urbano VII, el David con la cabeza de Goliat, Sant'Andrea y san
Tommaso, Retrato de joven, y Cabeza de ángel (o Cabeza de joven), ahora en los Uffizi.
El Rapto de Proserpina
Francesco Borromini (1599-1667)
Arquitecto italiano. Trabajó como cantero en las obras de la catedral de Milán, antes de trasladarse a Roma
en 1619, donde fue cincelador en el taller de Carlo Maderno, quien lo introdujo en el mundo de la
arquitectura romana al tomarlo como colaborador para la realización de obras como el palacio Barberini.
Cuando Gian Lorenzo Bernini triunfaba ya como arquitecto y empezaban a desplegarse las formas del Barroco,
Borromini recibió su primer encargo en solitario: el conjunto de San Carlo alle Quattro Fontane,
ligeramente anterior al convento de los filipenses. Bastaron estas dos obras para hacer de Borromini un
arquitecto reconocido y con un estilo muy bien definido, en el que las superficies curvas (cóncavas,
convexas, elípticas, sinuosas) dan fluidez al conjunto arquitectónico, tanto en el exterior como en el
interior, a veces con un carácter suave y en otras ocasiones con mayor dramatismo. Se alejó de las
tendencias de su época en los interiores a base de paredes meramente revocadas, con sencillas
ornamentaciones, a menudo doradas, ensambladas a la perfección con las formas arquitectónicas.
Aunque se le conoce sobre todo por sus obras religiosas, Francesco Borromini fue también un solicitado
arquitecto de palacios y casas particulares, entre los que destacan los palacios Spada y Falconeri.
Borromini se quita la vida en 1667, según algunos debido a los terribles celos que sentía de Bernini. Su
naturaleza desconfiada y atormentada hizo desgraciado a un hombre que lo tenía todo a su favor, ya que
desde su consagración como arquitecto nunca le faltaron los encargos y pasó a la posteridad como uno de los
genios indiscutibles del Barroco romano. En opinión de algunos expertos, sus excéntricas formas
arquitectónicas fueron fruto de su rivalidad con Bernini. Es indudable, en todo caso, que, en oposición a
la composición modular y antropomórfica de la época, prefirió la composición geométrica, que heredó,
continuó y llevó hasta sus últimas consecuencias Guarino Guarini.
Camillo Guarino Guarini (Módena,1624 - Milán, 1683)
A los quince años ingreso en los teatrinos de Modena, su ciudad natal. Pronto partió Guarini a Roma
para estudiar teología, filosofía, matemáticas y arquitectura: allí quedo fuertemente influido por
lo que realizo Borromini para las órdenes de los trinitarios y de los filipenses.
Los dos palacios realizados en Turín, se consideran como los mas bellos de finales del siglo XVII
italiano: el colegio de Nobles (1678, que mas tarde sería Academia de ciencias y galería de arte) y
sobre todo el palacio Carignano (1679), único y excepcional a causa de la fachada curvilínea
(formando cóncavos y convexos), las escaleras curvas y elípticas y el salón cuyo techo difunde luz
cenital.
Las aportaciones mas originales de Guarini fueron sin duda alguna las iglesias de planta central. La
capilla del Santo Sudario, en la catedral de Turín, en la cual realizo la cupula a partir de 1667, y
la iglesia de San Lorenzo (1668-1679), en la que el mismo arquitecto celebro su primera misa.
La búsqueda de los efectos luminosos y de las perspectivas sabiamente elaboradas, difiere del
concepto de Borromini en cuanto a los medios empleados. Guarini encontró un medio para atrapar la
luz a través de un sistema de bóvedas entrecruzadas.
El proyecto para San Gaetano de Vicenza nos muestra una solucion mas simple, que mas tarde
aprovecharían Mansart y otros seguidores: bóvedas recubiertas de pintura a fresco. Sin embargo, el
método de generatrices cruzadas, como en Santa Ana la Real, llevo a Guarini a conservar únicamente
una fin red de arcos formando estrellas.
Escribió una serie de libros de matemática en latín e italiano, entre los que su "Euclides
adauctus" es uno de los primeros tratados de geometría descriptiva.
Espacio Práctico Autónomo