Identidad y Mision Del Laico...

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TEMA: IDENTIDAD Y MISION DEL LAICO: SAL, LUZ Y FERMENTO.

1. BIENVENIDA:

2. SIGNO: Colocar en una mesa un par de huaraches, un poco de sal, un cirio y un poco
de levadura o harina.

3. CANTO INICIAL: Id amigos por el mundo…

4. ORACION INICIAL: (Se invita a un participante voluntario que realice la oración


de una manera espontánea, incluyendo los signos de sal, luz y fermento.

5. EXPLORACION: (VER. Miramos nuestra realidad)

Como verdaderos hijos de Dios, sintámonos llamados por El en primer lugar a la existencia, y
nos hace sus hijos por medio del sacramento del bautismo, con el compromiso y misión de
formar una verdadera comunidad, una Iglesia de verdaderos discípulos y testigos de la Buena
Nueva.

Si vemos nuestra sociedad, muchas de las veces pareciera que el ser humano sólo se preocupa
por nacer como si solo fuera eso. Sin embargo, pocas veces profundizamos sobre nuestra
existencia y que Dios tiene un gran proyecto en cada uno de nosotros.

La identidad del cristiano o del hijo de Dios no solo es recibir sus sacramentos, y pensar que
con eso se termina la misión, sino que debemos de darnos cuenta de que por el simple hecho
de ser bautizados es el inicio de nuestro peregrinar como verdaderos hijos y verdaderos
discípulos buscando siempre la santidad.

Todos los hijos de Dios por el hecho de ser bautizados, tenemos una misión y esta misión es
de todos los días, desde nuestras familias, desde nuestros trabajos cotidianos, pequeños
grupos, pequeñas comunidades, sin perder de vista que debemos de buscar siempre el bien de
nuestros hermanos.

En cuantas ocasiones nuestras actividades, trabajos, o simplemente desde aspectos muy


sencillos, se realizan sin sentido, sin importancia, sin esfuerzo y es ahí el detalle que pareciera
que todo lo que se realiza todos los días se vuelve rutinario, algo monótono de tal forma que
decimos que “nada tiene sentido”.

Hoy desafortunadamente vivimos una época de mucho activismo. De tal forma que llegamos
a pensar que el que más trabaja tiene derecho a recibir más, el que estudia tiene derecho a
estar por encima de los demás y que solo él tiene la razón, o simplemente el que tiene
mejores títulos puede estar en mejores puestos. Es decir que aún no hemos entendido que
somos hermanos y que debemos estar siempre dispuestos a prestar un servicio a los demás.
6. CONCEPTUALIZACION (Juzgar)

 Para ser fermento.

En la última cena Jesús dijo: “Padre, no te pido que los saques del mundo, sino que los
preserves del mal” (Jn 17, 15). He aquí una grande y necesaria vocación para nuestros
tiempos. Cuánta necesidad tiene el mundo de que haya fermentos de vida cristiana que estén
llenos de Dios, llenos de Jesucristo y que hagan que se transforme toda la masa en Cristo.

 Para ser sal del mundo. “Ustedes son la sal de la tierra” (Mt. 5,13)

En el libro de las meditaciones de Mons. Juan Navarro Ramírez primer Obispo de nuestra
Diócesis, cuando dice que para ser sal de la tierra debe ser mezclarse para que comunique su
sabor, para preservarse de la corrupción.

En nuestra sociedad, en nuestros ambientes ¡cuántas familias insípidas! (frías, sin proyectos,
sin metas, sin orientación). Cuántas instituciones que no tienen sabor, fábricas insípidas,
cuántos lugares no solamente insípidos, sino que están corrompidos, porque no tienen sal.

Con cuanta facilidad los católicos por una pequeña diversión dejan la santa Misa los
domingos, jóvenes que se conocen, que son amigos de ustedes, que organizan un paseo que
piensan que ir a Misa es perder su diversión y con la mayor naturalidad cometen pecado
mortal. Compañeros de ustedes que, influidos ya por la corrupción del mundo, no tiene
ningún reparo en estar inmodestamente en ciertas reuniones.

Vean cuántas familias insípidas, cuántas instituciones que no tienen sabor, no tienen el sabor
de Cristo y que están corrompiéndose cada día más. En los mismos campos en donde todavía
hay familias muy cristianas, cuántos vicios corrompen las familias.

La sal debe estar en contacto con el mundo para darle sabor, el sabor de Dios, el sabor de
Cristo para preservar de la corrupción. He aquí una grande necesidad de nuestros tiempos.

 Para ser luz del mundo. “Ustedes son la luz del mundo” (Mt. 5,14)

Cuántos no conocen a Dios, no conocen lo que deben hacer, como dice el Papa Pio XII,
“Muchas personas han perdido el criterio y ya ni siquiera saben si lo que hacen es bueno o es
malo”. La luz que ilumina debe estar presente en las cosas que quiere iluminar.

Ante la llamada de Dios nuestro Padre podremos hacernos muchas preguntas al Señor: ¿por
qué tú has permitido que yo también sea invitado a este trabajo? Señor tu sabes que yo
necesito que alguien me dé también sal, me dé luz, y sea fermento para mí. ¿Por qué tú me
has escogido para ser fermento, ser sal y luz?

Es una gracia especial de Dios cuando Él nos invita a trabajar por las almas. Que grande
confianza cuando pone en nuestras manos almas para salvar. ¡Que enorme confianza cuando
Dios nuestro Señor pone en nuestras manos millares de almas para salvar, sabiendo El y
nosotros que no somos dignos!
¡Cómo debemos de agradecerle a Jesús el llamado al apostolado, a ser sal de la tierra, luz del
mundo que transforme las masas del mundo!

Redemptoris Missio: #7 dice: “La urgencia de la actividad misionera brota de la radical


novedad de vida, traída por Cristo y vivida por sus discípulos. Esta nueva vida es un don de
Dios, y al hombre se le pide que lo acoja y desarrolle, si quiere realizarse según su
vocación integral, en conformidad con Cristo”. Es decir, Dios nos ha hecho libres para
elegir a Dios o para elegir a Cristo. Por eso, a nadie se le puede forzar u obligar.

Del mismo documento ya mencionado, pero citando el #11 nos dice: “¿para que la misión?
Porque a nosotros, como a san Pablo, se nos ha concedido la gracia de anunciar a los gentiles
las inescrutables riquezas de Cristo (Ef 3,8). La novedad de vida en Él es la “Buena Nueva”
para el hombre de todo tiempo: a ella han sido llamados y destinados todos los hombres. De
hecho, todos la buscan, aunque a veces de manera confusa, y tienen el derecho a conocer el
valor de este don y la posibilidad de alcanzarlo”.

Quienes han sido incorporados a la Iglesia han de considerarse privilegiados y por ello,
mayormente comprometidos en testimoniar la fe y la vida cristiana como servicio a los
hermanos y respuesta debida a Dios, recordando que su excelente condición no debe atribuir
a los méritos propios, sino a una gracia singular de Cristo.

7. APLICACIÓN (Actuar, compromisos)

En pequeños grupos compartir las siguientes preguntas:

1. Con lo que hemos escuchado en nuestro tema, ¿Me siento integrado, unido a esta
Iglesia de Cristo?
2. Como laico comprometido ¿podré mencionar algunos aspectos concretos desde cómo
ser sal, luz y fermento?
3. Menciona algunos aspectos que NO te hace sentirte sal, luz y fermento.

8. CONCLUSION. Canto final: “Edificar la Iglesia, juntos como hermanos”

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