Valoracion Pares Craneales
Valoracion Pares Craneales
Valoracion Pares Craneales
Par craneal I: nervio olfatorio Localizado en la nariz, el nervio olfatorio controla el sentido del
olfato. Esta valoración se debe realizar en los pacientes que han padecido un traumatismo
cerebral o facial.
Valoración de la función del nervio. En primer lugar, tiene que comprobar que se mantienen
abiertas las dos fosas nasales del paciente ocluyendo alternativamente cada una de ellas y
pidiendo al paciente que respire a través de la otra. Después, pídale que cierre ambos ojos, ocluya
una de sus fosas nasales y pídale también que identifique un olor común y no irritante que aplica
bajo la fosa nasal opuesta, tal como el olor del café, el ajo, el limón, la vainilla o el jabón. Más
tarde, valore de la misma manera la otra fosa nasal.
Valoración de la función del nervio. En el caso del II nervio craneal (óptico), la agudeza visual se
evalúa mediante una tabla de Snellen para la visión de lejos o una manual para la visión cercana;
se examina cada ojo por separado, mientras el ojo opuesto permanece tapado.
La percepción de los colores se evalúa con las láminas seudoisocromáticas de Ishihara o las
láminas de Hardy-Rand-Ritter, que contienen números o figuras encerrados en el medio de una
superficie de puntos de color específicos.
Los campos visuales se evalúan mediante la confrontación dirigida de los cuatro cuadrantes
visuales. Se evalúan las respuestas pupilares directa y consensual. También se realiza el examen
del fondo de ojo.
Posibles problemas. Las enfermedades relacionadas con el nervio óptico son los tumores y las
alteraciones vasculares, así como los procesos patológicos que se localizan en la cercanía del
nervio y en el quiasma óptico. Las lesiones que se sitúan en los lóbulos frontal, temporal, parietal y
occipital dan lugar a una disfunción del nervio óptico
Pares craneales III, IV y VI: El nervio motor ocular común controla las reacciones pupilares,
la elevación del párpado superior y la mayor parte de los movimientos extra oculares. El nervio
troclear controla la rotación inferior e interna del ojo, y el nervio motor ocular externo controla la
desviación lateral del ojo. Estos se localizan en la fisura orbitaria superior, actúan de manera
conjunta para controlar los movimientos extra oculares.
Valoración de la función de los nervios. Para los nervios craneales III (oculomotor), IV (troclear) y
VI (abducens), se observa la simetría del movimiento, la posición ocular, la asimetria o caída de los
párpados (ptosis) y las contracciones o el aleteo de los globos oculares o los párpados. Los
movimientos extraoculares controlados por estos nervios se exploran pidiendo al paciente que
siga un objeto en movimiento (p. ej., el dedo del examinador, una linterna de bolsillo) por los
cuatro cuadrantes (incluso a través de la línea media) y hacia la punta de la nariz; esta prueba
permite detectar el nistagmo y las parálisis de los músculos oculares. Elistagmo breve de amplitud
fina en el extremo lateral de la mirada es normal.
Se registra la presencia de anisocoria o las diferencias de tamaño pupilar en una habitación con luz
tenue. Se evalúa la respuesta pupilar a la luz para detectar simetría e intensidad de la respuesta.
Posibles problemas. Las enfermedades asociadas a la disfunción de estos tres pares craneales son
las lesiones del tronco encefálico, la miastenia grave y el síndrome de Guillain-Barré. entre las
causas de los defectos pupilares están los traumatismos y la parálisis o paresia del nervio motor
ocular común. La parálisis completa del nervio motor ocular común da lugar a una pupila dilatada
y carente de reactividad.
Par craneal V: el nervio trigémino controla los músculos de la masticación y tres divisiones
sensitivas de la cara: oftálmica, maxilar y mandibular. La parte sensitiva de este nervio también es
responsable del relejo corneal junto con el nervio facial (par craneal vii) que controla la respuesta
motora. Dado que el nervio trigémino presenta axones motores y sensitivos, usted debe valorar
ambos aspectos de la inervación.
Valoración de la función del nervio. Para el nervio craneal V (trigémino), se evalúan los 3 ramos
sensitivos (oftálmico, maxilar, mandibular) utilizando un pinchazo para evaluar la sensibilidad
facial y pasando una torunda de algodón contra la parte inferior o lateral de la córnea para evaluar
el reflejo corneal. Cuando se pierde la sensibilidad facial, debe examinarse el ángulo de la
mandíbula; la preservación de esta zona (inervada por la raíz espinal C2) sugiere un déficit del
trigémino. Un parpadeo débil debido a debilidad facial debe distinguirse de la disminución o
ausencia de sensibilidad corneal, frecuente en los que usan lentes de contacto. Normalmente, el
paciente con debilidad facial siente la torunda de algodón a ambos lados, aun cuando el parpadeo
esté disminuido.
Las función motora del nervio trigémino se evalúa palpando los músculos maseteros mientras el
paciente aprieta los dientes y abre la boca contra resistencia. En presencia de debilidad del
músculo pterigoideo, la mandíbula se desvía hacia ese lado cuando se abre la boca.
Valoración de la función del nervio: El VII nervio craneal (facial) se evalúa comprobando la
debilidad hemifacial. La asimetría de los movimientos faciales suele resultar más evidente en el
curso de una conversación espontánea, sobre todo cuando el paciente sonríe o, si está
obnubilado, cuando hace una mueca al recibir un estímulo doloroso; del lado debilitado, el pliegue
nasolabial se encuentra deprimido y la fisura palpebral está ensanchada. Cuando el paciente no
tiene más que una debilidad facial inferior (es decir, si está conservada la capacidad para fruncir el
ceño y cerrar los ojos), la afectación del VII nervio craneal es central en lugar de periférica.
El gusto de los dos tercios anteriores de la lengua puede explorarse depositando soluciones
dulces, ácidas, saladas y amargas con un hisopo de algodón. La hiperacusia, que indica debilidad
del músculo estapedio, se detecta cuando se coloca un diapazón vibrando próximo a la oreja.
Posibles problemas. La disfunción del nervio facial puede aparecer en casos de fractura de la base
del cráneo, accidente cerebrovascular y tumores localizados en el tronco encefálico y el ángulo
pontocerebeloso o alrededor de los mismos.
Valoración de la función del nervio. Para valorar la audición del paciente, debe valorar un oído
cada vez. pida al paciente que tape uno de sus oídos con un dedo y, después, se coloca a una
distancia de 60-120 cm y se tape la boca o pida al paciente que le mire a los ojos (para evitar que
pueda leer sus labios). ahora, minimice la intensidad de su voz y susurre suavemente palabras en
el oído no ocluido del paciente. es preferible utilizar palabras correspondientes a números o
palabras que tengan dos sílabas de acentuación similar, tal como “casa” o “perro”. Si fuera
necesario, incremente la intensidad de la voz hasta convertirla en un susurro de volumen medio. Si
está disminuida la audición del paciente, pueden ser necesarias pruebas adicionales para
determinar si dicha disminución de la audición
Posibles problemas. La disfunción del nervio acústico se debe con mayor frecuencia a fracturas o
tumores de la base del cráneo y puede dar lugar a una pérdida auditiva o una alteración vestibular.
Valoración de la función de los nervios. Los nervios craneales IX y X suelen evaluarse juntos. Se
presta atención a la simetría en el ascenso del paladar mientras el paciente dice "aaa". Si un lado
es parecido, la úvula está elevada del lado opuesto al lado parésico. Se puede usar un depresor
lingual para tocar una cara lateral posterior de la faringe, luego la otra y la simetría del reflejo
nauseoso; la ausencia bilateral de dicho reflejo es frecuente entre los individuos sanos y puede no
tener importancia.
Si se advierte ronquera, por lo general hay que inspeccionar las cuerdas vocales. Su presencia
aislada (con reflejo nauseoso y elevación del paladar normales) debería motivar la búsqueda de
lesiones que compriman el nervio laríngeo recurrente.
Posibles problemas. Los tumores del tronco encefálico son una causa frecuente de disfunción de
ambos nervios craneales. el paciente puede presentar una disminución del sentido del gusto en el
tercio posterior de la lengua, alteraciones en el habla, ronquera, disminución o ausencia del relejo
nauseoso y disfagia.
Par craneal IX: el nervio accesorio espinal, que controla los movimientos del cuello (músculo
esternocleidomastoideo) y de los hombros (parte superior del músculo trapecio), atraviesa el
agujero magno y sale de la cavidad craneal a través del agujero yugular
Valoración de la función del nervio. el paciente debe quitarse la camisa. Se valora los músculos de
la espalda para descartar la presencia de atrofia o fasciculaciones en los músculos trapecios.
Compara ambos lados. Después, coloca sus manos sobre los hombros del paciente y le pide que
levante los hombros frente a la fuerza que ejercen sus manos en dirección contraria. Para valorar
el músculo esternocleidomastoideo, usted coloca su mano sobre la mejilla del paciente y le pide
que gire su cabeza frente a la resistencia que ofrece su mano. Después, observa la fuerza del
movimiento del paciente frente a su mano.
Posibles problemas. El accidente cerebrovascular puede afectar al nervio accesorio espinal y dar
lugar a parecía o parálisis. A consecuencia de la debilidad y la atrofia de los músculos trapecio y
esternocleidomastoideo, el paciente puede tener dificultades para girar la cabeza o para levantar
los hombros en el lado afectado.
Par craneal XII: el nervio hipogloso se localiza en el conducto hipogloso y controla los
movimientos de la lengua.
Valoración de la función del nervio. Debemos escuchar la articulación de la palabra del paciente,
que depende del nervio hipogloso y también de los nervios vago, facial y trigémino. Pida al
paciente que saque la lengua y realice su examen para descartar desviación lateral, atrofia y
fasciculaciones. Después, pídale que mueva su lengua a ambos lados y observe la simetría de estos
movimientos.
Posibles problemas. La función del nervio hipogloso puede estar alterada por tumores localizados
en la base del cráneo, accidentes cerebrovasculares, esclerosis lateral amiotrofica, infecciones del
tronco encefálico o lesiones en el cuello.