El Diablo en El Judaísmo

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El diablo en el judaísmo

Por Max Stroh Kaufman


¿El diablo en el judaismo, tambien llamado Satán, existe?
Empecemos diciendo, TAJANTEMENTE, que la figura de Satán o Satanás como el “Maligno”
ni existió ni existe en el judaísmo. Donde quiera que se busque su referencia y su presencia
en el judaísmo, la respuesta va a ser siempre la misma. NO ES EL MALIGNO de otras
creencias.
La palabra Satanás es griega y proviene del hebreo Satán.
La primera vez que la Torá hace referencia al Satán es, en el libro de Job, en donde el Satán
dialoga con el Creador diciéndole que Job es un hombre incondicionalmente creyente porque
todo le sonríe en su vida y así es fácil creer.
El Eterno autoriza a que Job sea puesto a prueba de la que su fe sale airosa luego de
enormes sufrimientos y pérdidas.
Una de las confusiones más marcadas acerca de la presencia de Satán en la Torá y el
judaísmo, está en la serpiente que “engaña a Eva (Java) en el Jardín del Edén (Gan Eden).
La serpiente de EVA (JAVA) NO ES SATÁN: mucho tiempo transcurrió para que las
tradiciones rabínicas hayan relacionado el mito de Lilith, quien fuera la primera mujer de
ADAM, como un personaje maléfico:
Ella, Lilith, es una figura que proviene de las culturas sumerias, el cual proviene de esas
culturas con todas las características de un personaje pérfido. perverso, al cual el judaísmo,
posteriormente lo identificará con Samael, otro ángel, el cual, tampoco es Satán y.… que
sigue siendo un ente al servicio del Eterno, del mismo modo que se identificó a Lilith, por
mucho que sean entes con características nocivas para los seres humanos-.
La tradición y algunos estudiosos señalan al ángel que se cruzó en el camino del mago Bilam
que iba a maldecir al pueblo hebreo por encargo del rey moabita, Balak (Bamidbar, /Números
22:22-35) como Satán, teniendo en cuenta que este ángel estaba cumpliendo la función de
DESVIAR, con lo cual obtenemos una primera definición de lo que sería Satán: es decir, es el
que desvía, lo que aproxima al significado de la palabra tanto en arameo, como en hebreo y
árabe: allí quiere decir; “adversario, enemigo, acusador, hostigador, opositor”.
En el libro de Samuel I, cap. 29, versículo 4, se hace evidente la figura de Satán como “el
TRAIDOR”
Una de las “instrucciones precisas” que el judaísmo cuenta para no creer en Satán como “El
Maligno” está dado en los siguientes versículos: “Cuando vengas a la Tierra que te da
Hashem, tu Elohim, no aprenderás a actuar de acuerdo con las abominaciones de esas
naciones.
No se hallará entre ustedes… ningún brujo, nadie que lea presagios, ningún hechicero… o
que consulte a los muertos.
Pues todo el que hace esto es una abominación para Hashem, y a causa de estas
abominaciones El Eterno expulsa a las naciones de ante ti” (Deuteronomio / Devarim 18:9-12).
Para esto, también ha adoptado nombres como Azazel, que es una concepción totalmente
distinta,
El concepto Satán ha entrado muy fuerte al idioma hebreo.
A la frase citada “Al Tiftaj pe la Satán”, se pueden sumar otras expresiones.
Veamos algunos ejemplos : “Maase Satán”, acción desafortunada en la que el diablo parece
haber participado;
” Aia LeSatan leploni”, molestar mucho a alguien;
” Hein HaSatán Mekatrég ela bishaat sacaná” , un mal trae otro mal;
” Hasatán Merakéd lo” ( literalmente el diablo le baila) que significaría que el instinto del mal se
apoderó de una persona;
O un concepto parecido “HaSatán rikéd beineiem “(el diablo baila entre ellos ),
cuando surgen discusiones entre dos personas por estupideces y por último el pedido
religioso !Kra Satán!, un pedido al Creador para anular las incitaciones satánicas.
El judaísmo siempre ha considerado que el Satán es un emisario del Eterno, que como su
nombre lo dice, es el acusador, el hostigador, el opositor, el engañador, y gracias a ello, pone
a prueba la sinceridad de las acciones del hombre, la fortaleza de sus convicciones y el vigor
de su moral.
Si bien este diablo pareciera tentar al hombre para que haga lo equivocado, no es
inherentemente un ser malvado, sino que realiza algo que podría llamarse como “una
operación encubierta” en la que aparenta tentar hacia el mal, pero en realidad está trabajando
para Hashém .
Vamos a dar un ejemplo: En la justicia de los EUA existe un abogado defensor, y un acusador
o fiscal… este último está obligado a demostrar que quien está bajo el proceso del juicio es
culpable… si sus pruebas y sus planteamientos, son lo suficientemente convincentes, se
procederá a declarar como culpable a una persona, aunque no lo fuera… esa es su labor,
como la es la de Satán… confundir, llevar a equivocaciones, engañar…
Especialmente en lo que se considera la hora de presentarse a la Corte Celestial.
Si lo tomamos como un “adversario”, en el judaísmo, ese papel es desempeñado por cualquier
ángel al servicio del Eterno; por ejemplo, Mijael (Michael o Miguel), generalmente es usado
por El Eterno para guerrear o destruir o matar a las huestes enemigas de Israel.
La presencia de demonios es mencionada en la Torá, es porque ella hace referencia a las
personas que “… sacrificaron hijos e hijas a los demonios…” no porque tenga alguna relación
con Satán directamente, sino haciendo relación a la cultura politeísta pagana, y para algunos,
a los “opositores de Adonai”.
Encontramos en la literatura que, el judaísmo ha desarrollado unas leyendas populares, las
cuales hacen referencia a espíritus pecaminosos o frustrados bajo dos tipos de
denominaciones: uno de ellos, LOS SHEDIM (traducido como demonios ) desde el punto de
vista cabalístico y el segundo, como el DIBUK siendo estos últimos unas criaturas a las que se
les niega refugio normal y se ven obligados a adherirse a infortunados que viven en la tierra.
Aún ellos obedecen al Eterno.
Ahora: nos queda una inquietud: es Lucifer; esta palabra proviene también del griego que
significa “portador de la luz”.
Se nos enseña que TAMBIÉN era un ángel cuyo aspecto físico era de gran hermosura, pero,
por su soberbia se rebeló contra Hashem, queriendo ser como él, y fue denigrado como
castigo, junto con el ejército de ángeles rebeldes que arrastró consigo, siendo desde ese
momento reconocido como un Ángel caído (Nefilim)…
Sobre esto nos lo recuerda Isaías (Yeshaya) 14:12-14 diciendo
“¡Cómo has caído del cielo, ¡Lucero, hijo de la Aurora! ¡Has sido abatido a la tierra dominador
de naciones! Tú decías en tu corazón: “escalaré los cielos; elevaré mi trono por encima de las
estrellas de Dios; me sentaré en el monte de la divina asamblea, en el confín del septentrión
escalaré las cimas de las nubes, seré semejante al Altísimo”
Lucifer en la tradición, era uno de los favoritos de El Eterno ya que uno de sus nombres es
EIN SOF (Luz infinita) y a pesar que algunos lo definen como que es un ángel caído, su
misión fue la de crear a la tierra e iluminarla, con el lucero de la mañana y el lucero de la
noche, que en la astrología es identificado como el planeta Venus.
En las tradiciones no judías Lucifer se fusionó con Satanás, en un solo personaje.
Y entonces ¿Qué sucede con Belcebú?
Beelzbúb – traducido a Belcebú, es sólo una burla a los baal de los pueblos paganos ya que
en los templos donde hacían los sacrificios, abundaban las moscas por la carne que se pudre
alno ser recogida, y el baal era entonces el “señor de las moscas”
Satán es, fue y será, en el judaísmo, un ángel y por lo tanto, un servidor y NO UN ENEMIGO
del Eterno…
Es inocente de toda acusación, porque obedece “al pie de la letra” lo que su “amo” le indica.
Por esta creencia, muchos han optado por aseverar que el judaísmo es un movimiento de
adoración satánica disfrazada de religión.

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