Revolución Industrial Oscar Salinas Flores
Revolución Industrial Oscar Salinas Flores
Revolución Industrial Oscar Salinas Flores
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la industria, y los nuevos medios de producción -máquinas, motores, materiales-
que crearon nuevas posibilidades para su utilización con provecho. La necesidad
de disponer de mayor cantidad de telas y vestidos llevó a la introducción de la
maquinaria textil; la necesidad de obtener mayores cantidades de carbón trajo
consigo las primeras máquinas de vapor (necesarias para desaguar los cada vez
más profundos tiros de las minas); y la necesidad de disponer de transporte
barato para las mercancías cada vez más abundantes hizo que se produjera la
innovación radical de los ferrocarriles.
A la vez, tan pronto como un nuevo mecanismo o un nuevo material se
desarrollaba para satisfacer dichas necesidades, surgían nuevas empresas y
ampliaciones que antes parecían imposibles o ni siquiera se sospechaban; fue así
como la máquina de vapor, que se desarrolló originalmente para el bombeo, se
adaptó después al horno rotatorio y a la forja del hierro y, finalmente, suplantó a
la rueda hidráulica para dar impulso a las máquinas.
Mas tarde, montada en un barco o en un vagón, se hizo automotriz y dio así
nacimiento al buque de vapor y al ferrocarril. Y de una manera análoga, el hierro
y el acero producidos a bajo costo para llenar las necesidades específicas de la
construcción de maquinaria, provocaron una revolución en la construcción de
otras máquinas, de vehículos, de buques y de edificios.
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Las ciudades donde se ubican las industrias crecen desproporcionadamente, y
los obreros se concentran en viviendas miserables e insalubres soportando largas
jornadas de trabajo que niños y mujeres compartían a causa del desmedido afán
de lucro de muchos industriales, que no tuvieron más preocupación que su
ganancia. Pevsner, con un ejemplo, nos muestra la precaria situación en que
laboraban los obreros:
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otro más valioso, tendencia que acentuó aún más la simulación en la industria.
Estampar, prensar, taladrar y fabricar matrices o moldes en la producción de
objetos de uso común, era cada vez más frecuente. En 1838 ya se patentaban
“medios para producir superficies con figuras hundidas y en relieve, para
imprimir a partir de ellas, y también moldear, estampar y repujar”.
La demanda de adornos llega a su apogeo, y entre 1830 y 1850 se crea todo un
arsenal de materiales sustitutivos cuyo efecto en la industria persiste aún
actualmente.