El Perú Como Estado Constitucional de Derecho
El Perú Como Estado Constitucional de Derecho
El Perú Como Estado Constitucional de Derecho
INTRODUCCIÓN
El Estado de Derecho, que puso fin al absolutismo, entre los siglos XVIII y XIX, implicó
un profundo cambio en la humanidad por cuanto, aparte de remover al Estado Monárquico,
predominantemente absolutista, garantizo los derechos civiles y políticos de las personas y
sometió a los titulares del poder a un derecho vigente, de tal manera que todo acto o acción
estatal está legitimado por una norma, teniendo de esta manera como fundamento el
principio de legalidad.
Sin embargo, el inicial Estado de Derecho, consolidado con las primeras constituciones
norteamericana y francesa, se identificó como estado burgués, siendo por ello, al terminar
la primera gran conflagración mundial, seriamente cuestionado por no responder al interés
de la sociedad, al estar orientado implícitamente a mantener los intereses políticos y
económicos de ciertos grupos sociales de poder principalmente económicos, sirviendo
como un mecanismo de defensa del orden establecido.
Todos estos cuestionamientos al Estado burgués, dieron origen a movimientos ideológicos
y sociales, como la doctrina socialista, la Revolución mexicana2 de 1910, la Revolución
Socialista Soviética de 19173 , la Constitución de Weimar de 19194 , surgiendo dentro de
este marco como un adelanto al Estado de Derecho de tipo liberal y predominantemente
individualista una nueva concepción de Estado al que se le denomino Estado Social de
Derecho.
Efectivamente La Constitución de Weimar junto a la Constitución de México sancionada
dos años antes, dieron origen al denominado constitucionalismo social, que estableció el
Estado de bienestar reconociéndose además derechos a los trabajadores, con este Estado
Social de Derecho, del que por primera vez hablo el político alemán Lorenz von Stein5 ,
también se inicia una profunda reforma social que implico mejorar la calidad de la vida de
las clases "bajas", evitándose así, en sus palabras, "el proceso de las clases que buscan
ascender socialmente" Este modelo de estado, materializado por la constitución de Weimar,
(Austria 1919) buscó garantizar a nivel constitucional los denominados derechos sociales,
tales como la asistencia sanitaria, salud pública, educación pública y gratuita, trabajo,
viviendas dignas, indemnización, subsidio familiar, acceso práctico y real a los recursos
culturales: (bibliotecas, museos, goce del tiempo libre),asistencia del inválido y del
anciano, defesa del ambiente natural; procurando de esta manera disminuir la brecha de
desigualdad de clases sociales, todo ello se complementó con la implementación de un
conjunto de medidas económicas, tendiéndose a la intervención del Estado en el mercado y
la planificación de la economía, ello aún en contra de los principios del liberalismo clásico.
El Estado Social de Derecho no viene a ser más que el Estado de Derecho, en cuyo
ordenamiento constitucional se mantienen los derechos y libertades, individuales, pero se
incluyen al mismo tiempo nuevos derechos y libertades de carácter social asegurando
además que el uso de esas libertades favorezca a todos los miembros de la nación, es decir
pone al Estado a favor de los grandes intereses generales de la sociedad haciendo
prevalecer la justicia sobre la ley.
Como consecuencia de este giro, evolutivo de la sociedad de ir de un Estado de Derecho
eminentemente Burgués a un Estado Social de Derecho, surge la tendencia jurídica mundial
de reconocer a la Constitución como norma jurídica sustantiva, en razón de que si bien es
cierto en Estados Unidos se consideraba, el valor jurídico de la Constitución, en Europa
durante más de un siglo desde el nacimiento de las constituciones escritas, se mantenía la
idea de que la Constitución era sobre todo un texto político, que debía defenderse
políticamente.
Todos estos antecedentes forjaron la idea de que la constitución aparte de ser la norma
máxima, tenía necesariamente que contar con una serie de garantías constitucionales, que
hicieran posible invocar su plena validez ante los tribunales, producto de ello se incorporó
en los textos constitucionales una jurisdicción especializada mediante lo llamados
Tribunales Constitucionales, primero en Austria, más tarde, en Checoslovaquia y España,
consolidándose de esta manera lo que podemos denominar Estado Constitucional de
Derecho, cuya principal característica es justamente la existencia de una jurisdicción
constitucional.
El tránsito del Estado de Derecho al Estado Constitucional de Derecho como interpreta el
Tribunal Constitucional Peruano, Exp.Nº587-2005-PA/TC, del 08 de noviembre del 2005
supuso “abandonar la tesis según la cual la Constitución no era más que una mera norma
política, esto es, carente de contenido jurídico vinculante y compuesta únicamente por una
serie de disposiciones orientadoras de la labor de los poderes públicos, para consolidar la
doctrina conforme a la cual la Constitución es también una norma jurídica, es decir, una
norma con contenido dispositivo” El Estado Constitucional de Derecho, como se ve al
incorporar ciertas garantías de aseguramiento de la Constitución, reconoció el carácter de
norma jurídica de esta y su fuerza vinculante, por consiguiente, no sólo acogió el principio
de la legalidad o primacía de la ley inherente al Estado de Derecho, sino que lo perfecciono
con el principio de la supremacía de la Constitución sobre la ley o principio de
constitucionalidad, a partir de allí todos los actos de los particulares, de órganos del Estado
e incluso las propias leyes quedaron subordinadas al texto constitucional, siendo
consecuentemente nulos los que no se adecuan ella. La primacía de la Constitución sobre la
ley se sustenta, en primer lugar, en la doctrina adoptada por Kelsen6 y hoy admitida por un
gran sector de juristas, según la cual el orden jurídico es un sistema jerárquico que,
iniciándose en la Constitución, se va extendiendo por los sucesivos momentos en el proceso
de su creación a través de la ley, el reglamento, el acto administrativo, la sentencia y la
ejecución.
Las características más resaltantes del Estado Constitucional de Derecho son las
siguientes:
La División de Poderes
A diferencia del Estado de Derecho donde se hacia la distinción clásica entre los poderes
legislativos, ejecutivo y judicial, en el Estado Constitucional de Derecho, la separación de
poderes tiene una relación distinta, teniendo en cuenta el presupuesto de que los poderes
constituidos fueron fundados por el constituyente, quien normativamente en la constitución
establece sus competencias y límites de acción, siendo respeto a las mismas la garantía de
la diferencia entre poderes.
Como se recuerda en el clásico sistema de división de poderes, el legislativo, amparándose
e incluso haciendo uso abusivo del principio de legalidad, poseía un poder de disposición
prácticamente ilimitado sobre la ley por ser quien la aprobaba, acentuándose más este
problema cuando no existía el derecho de veto por parte del presidente de la república.
Esto cambia en el Estado Constitucional de Derecho, donde no es permitido a ningún poder
la facultad de tomar disposiciones autoritarias, ya que la validez de las mismas van a
depender de su correlación con la Constitución, de tal forma que los poderes del Estado e
incluso de los particulares deben ejercerse dentro de los límites fijados por la Constitución,
siendo los Tribunales Constitucionales (donde los hay), quienes jurídicamente tienen la
atribución de mantener y defender jurisdiccionalmente la constitucionalidad al resolver los
conflictos entre los poderes constitucionales del Estado.
La separación de poderes o división de poderes es, aparte del reconocimiento constitucional
de los derechos fundamentales y de los sociales, uno de los principios más importantes del
Estado Constitucional de Derecho. En la actualidad política y jurídicamente se denomina a
esta teoría, separación de funciones o separación de facultades, al considerar que el poder
es único e indivisible y pertenece excluyente y exclusivamente al pueblo o a la nación
como titular de la soberanía.
La Primacía de la Constitución sobre la ley
Durante el Estado de Derecho, si bien es cierto existía un reconocimiento tácito del carácter
fundamental de la constitución, en la práctica se le veía más como un conjuntos de
postulados políticos, que debían ser defendido políticamente, de tal manera que cuando se
elaboraban los textos constitucionales no se preveían garantías ,ni se reconocía la doctrina
de los denominados “remedios”, contra las constantes inobediencias y transgresiones en
que incurrían los gobernantes y particulares, el Parlamento, era el único encargado de
solucionar estos conflictos, además, de interpretar la Constitución, por ser el único órgano
político del Estado, y eventualmente por el Poder Judicial.
Esto no sucede en el Estado Constitucional de Derecho, donde efectivamente la
Constitución como norma jurídica, tiene un contenido dispositivo, capaz de vincular tanto a
la sociedad como al poder sea este público o privado, acogiéndose no sólo el principio de la
primacía de la ley, sino también el principio de constitucionalidad que implica la
supremacía de la Constitución sobre la ley, en consecuencia la norma constitucional pasa
tanto teórica como prácticamente a ubicarse en la cúspide del ordenamiento jurídico, con la
consecuencia de la posibilidad de anulación de la ley, en tanto y en cuanto está en su
totalidad o en parte no se adecue a la norma constitucional.
Esta primacía de la Constitución sobre la ley tiene su sustento en la doctrina adoptada por
Kelsen, según la cual el ordenamiento jurídico se encuentra jerárquicamente organizado,
asumiendo figuradamente la forma de una pirámide en cuya cúspide se encuentra la
Constitución y en los siguientes niveles las demás normas legales, de tal forma que todo
procede de la Constitución y queda legitimado por su concordancia directa o indirecta con
esta.
Esto característica del Estado Constitucional de Derecho, instituye el que todos tanto
poderes públicos como los particularmente están subordinados al mandato constitucional y,
que deben actuar bajo los siguientes criterios:
En al marco de los límites tanto formales como materiales de la competencia del Estado, sin
invadir la autodeterminación y la autorregulación de los miembros de la sociedad y de la
sociedad misma.
Dentro del campo de las competencias específicas que a cada uno de ellos les impone la
Constitución frente a las competencias atribuidas a los demás órdenes constitucionales.
La Justiciabilidad Constitucional
LA COLISIÓN DE PRINCIPIOS
En su teoría de los derechos fundamentales, Alexy plantea que las colisiones de principios
deben ser solucionadas de manera totalmente distinta. Ya que cuando dos principios entran
en colisión –tal como ocurre cuando, según un principio, algo está prohibido y, según otro,
eso mismo está permitido- uno de los dos principios tiene que ceder ante el otro, y este
último no se aplicaría para el caso concreto, ocasionaría una incertidumbre jurídica, ya que
por el caso especial la aplicación de este principio sería diferente.
Es decir, a diferencia de las reglas que se aplican de la forma “todo o nada”, los principios
constitucionales se pueden aplicar de manera diferencial a cada caso concreto, pues estos
no pierden su validez jurídica al no ser aplicados cuando otro principio es empleado en la
solución de la controversia.
A la hora de sopesar los principios, debemos tener en cuenta que una posible solución sería
la precedencia de un principio sobre otro, en el caso de la sentencia de incapacidad procesal
en la cual dos garantías están en controversia, porque la aplicación de una sometería a la
vulneración de la otra, delicada condición que se entraría a estudiar con la aplicación del
mecanismo que trae consigo el juicio de ponderación, en este caso llamado por Alexy “ley
de la ponderación”. La precedencia de uno de los principios al otro trae consigo un
interrogante: ¿Cuál de los dos principios es el que prevalece? En los casos concretos los
principios tienen diferente peso y por ello primaría el principio con mayor peso; esto va
más allá de la dimensión de validez y lleva, entonces, a la dimensión del peso. En el caso
en mención, el tribunal constata8 que en tales casos existe una “relación de tensión” entre el
deber del Estado de garantizar una aplicación adecuada del derecho penal y el interés del
acusado en la salvaguarda de los derechos constitucionalmente garantizados, a cuya
protección el Estado está obligado por la ley fundamental9 .
Esta relación de tensión no podría ser solucionada por una prioridad absoluta de uno de
estos deberes del Estado, manifiesta Alexy. Es aquí donde entra la ponderación y su juicio,
ya que el conflicto se solucionaría con la ponderación de los intereses contrapuestos. Si se
llegara a comprobar que la aplicación de la medida estataltiene un pesomenor con relación
al derecho fundamental que le asiste al acusado, por ponderación no se aplicaría tal medida,
ya que se estaría violando el principio de proporcionalidad y con esto su derecho
fundamental de protección a la vida y la integridad física. En tal caso, no se llevaría a cabo
la audiencia oral
LA ESTRUCTURA DE LOS PRINCIPIOS EN LA PONDERACIÓN
CONCLUSIONES