Apologetica Jesus Es Dios?

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En el año 1863, el historiador humanista francés, Joseph Emest

Renán, publicó el libro, La vida de Cristo, en el cual pintó en colores


vívidos un retrato de Jesús como un extraordinario predicador itine-
rante, pero sólo un mero hombre. Renán no fue la primera ni la última
persona en poner en tela de juicio el cuadro del Nuevo Testamento que
describe al Maestro de Galilea como la encarnación de Dios mismo.
Los ebionitas, una secta judía que se juntó con los cristianos después
de la caída de Jerusalén, también negaron la naturaleza divina de
Jesucristo. Decían que el Nazareno era el último y más grande de los
profetas, pero nada más que el hijo natural de José y María. Después de
su bautismo, el Cristo descendió sobre él, pero se apartó de él antes de
la crucifixión.
Hay muchos hombres y grupos a través de los siglos, que han re-
chazado la deidad de Jesús. Los gnósticos del siglo TI enseñaron que el
Cristo celestial se posesionó del hombre Jesús, y actuó en él, pero nunca
se encarnó. En el siglo IV, los arrianos consideraban a Jesucristo como
un ser de gran dignidad, el primogénito entre los seres creados, pero
inferior a Dios.
Los racionalistas del siglo XVIII tomaron un paso más radical
negando llanamente la divinidad de Jesús de Nazaret. En manera seme-
jante, teólogos unitarios y antisobrenaturalistas aseveraban que Jesús
fue un hombre como los demás, aunque con una progresiva consciencia
de que Dios estaba con él, llevando a cabo su obra. Esta posición es co-
mún actualmente en círculos universitarios agnósticos. Los nuevaeria-
nos lo relegan al papel de un gran maestro; quizás incluso un yogui, un
"avatar" (persona que ha progresado en sus reencarnaciones al punto de
142 DEFENSA DE LA FE

no tener que segUIr reencarnándose, una persona que mamfiesta la ver-


dad dIvma), o un hombre Igual a Buda
Pero, realmente, (,qUIén es Jesús de Nazaret? (,Es DIOS encamado o
solamente un hombre? ¡,TIenen razón todos estOS grupos al negar su
deIdad? O, ¡,hay eVIdencIas contundentes para sostener la doctrIna pn-
mordIal del cnstIamsmo? Las respuestas a estas IJreguntas son de suma
ImportancIa, ya que, SI Jesucnsto es DIOS, enton.ces el cnstIamsmo es
úmco y autontatIvo Por el contrano, SI no lo es. luego el cnstIamsmo
es sImplemente una rehglOn más, en nada dIferente de las otras creen-
CIas mundiales SI Jesús no es verdaderamente DIOS, el cnstIamsmo
está fundado sobre una gIgantesca mentIra
Para demostrar que Jesús es verdaderamente j)IOS, hemos de conSI-
derar dIstmtos testImomos los cuales, tomados en conjunto, llegan a ser
una eVIdencIa mcontrovertIble de la deIdad de Jesucnsto

A. EL TESTIMONIO DEL PRofIO JESUS

Jesucnsto se dIstmgue entre todos los otros líderes relIgIOSOS de la


hIstona por el hecho de que sólo el pretende ser deIdad Tomás Schultz
observa

Nmgun IIder relIgIOSO reconocIdo, m MOlses, pablo, Buda, Mahoma,


ConfuclO, etc, ha aseverado ser DIOS, eso es, con la excepclOn de Jesucnsto
Cnsto es el umco IIder relIgiOSO que ha aseverado ser DIOS, y el umco mdl
vlduo que ha logrado convencer a una gran porclOn ele la humamdad de que
el es DIOS I

Consideraremos las afirmacIOnes de Cnsto acerca de su deIdad


1. Jesús se identificó como Jehovah del Antiguo Testamento. Se
ve esta IdentIficacIón en muchos puntos CnstD afirma "Yo soy el
buen pastor" (Juan 10 11), pero el Salrmsta dIC5, "Jehovah es rm pas-
tor" (Sal 23 1) Declara ser el Juez de todos loS hombres y naCIOnes
(Juan 5 27-29, Mat 2531-33), pero Joel, cItando a Jehovah, escnbIó
" porque allí me sentaré para Juzgar a todas las oaClOnes de alrededor"
(Joel3 12) Jesús dIce "Yo soy la luz del mundo" (Juan 8 12), rmentras
que Isaías señala "Jehovah sera para ti luz eterna" (Isa 60 19) Cnsto
ora al Padre dICIendo "Padre glonfícame tú en tu rmsma presenCIa, con
la glona que yo tenía contigo antes que eXIstiera el mundo" (Juan 17 5),

I Jash McDawell Evzdencla que exzge un veredzcto (MUllID Bdltanal Vida, 1982), p 92
Jesús: ¿Mero hombre o plenamente Dios-hombre? 143

pero Isaías cita el dicho de Jehovah: "No daré mi gloria a otros" (Isa.
42:8).
Pero la mayor aseveración de Jesús para identificarse con el Dios del
Antiguo Testamento se encuentra en Juan 8:58: "De cierto, de cierto os
digo que antes que Abraham existiera, Yo Soy." La reacción de los
judíos que le escucharon no deja ninguna duda de que entendieron per-
fectamente la pretensión del Señor. No sólo Jesús proclama su preexis-
tencia antes de Abraham, sino también se hace igual a Dios, por esto
quisieron apedrearlo. Cristo se identifica también como el "Yo Soy" de
Exodo 3:14. Esta pretensión se repite en Marcos 14:62 yen Juan 18:5,
6. En este último caso el efecto de la afirmación de Cristo es dramáti-
co: "Cuando les dijo: Yo Soy, volvieron atrás y cayeron a tierra".
2. Jesús afirma ser igual a Dios. En Juan 10:30 Jesús dijo: "Yo y
el Padre una cosa somos". A. T. Robertson, erudito en el estudio del
griego del Nuevo Testamento, señala que el término "uno" (heu) aquí
no es masculino sino neutro, y significa "esencia" o "naturaleza".2 Así
que Jesús asevera que es de la misma esencia o naturaleza del Padre. Se
ve que los fariseos entienden con claridad la afirmación de Cristo, ya
que intentan apedrearlo por blasfemia (Juan 10:33).
En Juan 5:17, 18 leemos: "Pero Jesús les respondió: Mi Padre hasta
ahora trabaja; también yo trabajo. Por esta razón los judíos aún más
procuraban matarle, porque no sólo quebrantaba el día sábado, sino que
también llamaba a Dios su propio Padre, haciéndose igual a Dios." Es
obvio que los judíos entendieron que Jesús señalaba su igualdad con el
Padre en naturaleza, privilegio y poder.
En otras ocasiones Cristo afirma que tiene dignidad y poderes que
solamente corresponden a la deidad. Declara que puede perdonar peca-
dos (Mar. 2:10, 11), levantar y juzgar a los muertos (Juan 5:25, 29; ver
JoeI3:12; Deut. 32:35). El merece honra y acepta culto que se da sólo
a Dios (Juan 5:23; 9:33-39; 20:27-29). Dice que creer en Dios es equi-
valente a creer en él (Juan 14:1). Además señala que verlo a él es lo
mismo que ver al Padre (Juan 14:9).
3. Jesucristo afirma su propia autoridad como superior a la del
Antiguo Testamento. En Mateo 5:21, 22 leemos: "Oísteis que fue
dicho a los antiguos: No matarás; ... pero yo os digo..." Las palabras de
Jesús eran puestas por sobre la ley mosaica. ¡Qué atrevimiento más

2 Archibald Thomas Robertson, Imágenes verbales en el Nuevo Testamento, tomo 5, Juan


y Hebreos (Terrasa: ellE, 1990), p. 312.
144 DEFENSA DE LA FE

blasfemo SI fueran las palabras de un hombre común y comente, pero


que glonosas en los labIos del DIOS encamado'
Cook agrega

Enseñaba las Escnturas no como un comentansta, smo como su propIO


autor Desechando las glosas, la tradIcIOn, las deSVIaCIOneS y las falsas mter
pretacIOnes, haCIa relucIr la verdadera mtencIOn 3

En Lucas 21 33, Jesús llega a afirmar "El CIelO Y la tierra pasarán,


pero nns palabras no pasarán" En Juan 146, Jesús declara ser el
cannno, la verdad y la VIda J Memll Tenney comentando este ver-
sículo señala

Esta afinnacIOn de Jesus es uno de los pronuncIarmentos filosoficos mas


grandes de toda la epoca No dIJO que conOCIa el cammo, la verdad y la VIda,
nI que los mostraba No se puso como exponente de un nuevo SIstema, se
declaro como la clave final de todos los rmstenos 4

TambIén Jesus dIJO "SI alguno tIene sed, venga a mí y beba" (Juan
737), esto llldIcaba que él tema poder de saCIar la sed espmtual del ser
humano Lo nnsmo señaló respecto de la paz dIJO ser el dador de la
auténtIca paz (Juan 1427) Además, llldIcó que tenía el poder de otor-
gar descanso a los trabajados (Mat 11 28) InVItó a los hombres a
segUIrlo (Mar 1 17) Incluso llegó a sentlrse con la autondad de lImpIar
el templo en Jerusalen (Mat 21 12-17) Su autondad queda magnífica-
mente reflejada al leer Mateo 28 18, 19 "Toda autondad me ha SIdo
dada en el CIelo y en la tierra en el nombre del Padre, del HIJO ",
como se ve, colocaba su nombre en Igualdad con el de DIOS Hasta en
la oraCIón que debIan hacer sus segUIdores, quedó expresada la auton-
dad de Jesús (Juan 14 13, 14)
4. Jesús se identifica como el Mesías profetizado en el Antiguo
Testamento. El Salmo 110 1 relata una conversaCIón entre el Padre y
el HIJO "Jehovah dIJO a nn señor SIéntate a nn dIestra" Jesus aplIca
este pasaje a SI nnsmo en Mateo 22 43, 44 En el momento de su JUICIO
se presenta la ocaSlOn culnnnante de la autOldentIficaClón de Jesus con
el Mesías veterotestamentano Leemos en Marcos 1461-64 "Otra vez
el sumo sacerdote preguntó y le dIJO ¿Eres tu el Cnsto, el HIJO del
BendIto? Jesus le dIJO Yo soy, y además veréIS al HIJO del Hombre

3 FranCISCo S Cook La VIda de JesucTlsto 1973 p 40


4 J MemIl Tenney San Juan el evangelIO de fe (MJalln Edltonal Canbe 1980) p 225
Jesús: ¿Mero hombre o plenamente Dios-hombre? 145

sentado a la diestra del Poder y viniendo en las nubes del cielo.


Entonces el sumo sacerdote rasgó su vestidura y dijo... habéis oído la
blasfemia..."; Jesús estaba tomando sus palabras del pasaje mesiánico
de Daniel 7:13. Este texto además implica la deidad del Mesías; sólo
así se explica por qué el sumo sacerdote haya rasgado sus ropas y haya
dicho que Jesús era un blasfemo.

B. EL TESTIMONIO DE LOS APOSTOLES

1. Los discípulos antes de la pasión y resurrección del Señor. Es


significativo que los discípulos de Jesús, provenientes de un trasfondo
judío y por ende plenamente monoteísta, hayan testificado abiertamente
acerca de la divinidad de su maestro. Después de estar más de dos años
con él y haberle observado en todas las circunstancias y todos los
momentos, ellos, a través de su portavoz, Pedro, testificaban: "¡Tú eres
el Cristo, el Hijo del Dios viviente!" (Mal. 16: 16).
2. El apóstol Juan. Al iniciar su Evangelio, Juan se refiere a Jesús
como el logos (verbo). Este término para los griegos quería decir
"razón", la mente de Dios que guía y dirige el universo. Pero el escritor
inspirado lo usa para indicar a Cristo. Llega a declarar que "el Verbo
era Dios" (Juan 1:1). Luego el apóstol manifiesta que este Logos es el
Creador de todas las cosas (Juan 1:3).
Posteriormente, Juan en el libro de Apocalipsis llama a Jesús "el
primero y el último" (Apoc. 1:17; 2:8; 22:13), título de Jehovah en el
Antiguo Testamento (Isa. 41 :4; 44:6; 48: 12). Juan confiesa que el obje-
tivo de haber compuesto su Evangelio fue que "estas cosas han sido
escritas para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para
que creyendo tengáis vida en su nombre" (Juan 20:31). ¡Qué gran tes-
timonio acerca de la deidad de Jesús! En su primera epístola, el mismo
apóstol nuevamente testifica de la deidad de Jesús al escribir: "y esta-
mos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios y
la vida eterna" (l Jn. 5:20).
3. El apóstol Pablo. Aunque Pablo no estuvo entre los primeros
seguidores de Jesús, luego de su conversión camino a Damasco el
Apóstol testimonió claramente en sus escritos acerca de la deidad de
Jesucristo. En Colosenses 1:16, Pablo se refiere a Jesús como el creador
del universo: "porque en él fueron creadas todas las cosas..." En la
misma carta Pablo asevera que "en él (Cristo) habita corporalmente
toda la plenitud de la Deidad" (2:9). En 1 Timoteo 3: 16 señala que "El
fue manifestado en carne..." Dice Pablo claramente en Romanos 9:5:
146 DEFENSA DE LA FE

"... y de ellos, según la carne, proviene el Cristo, quien es Dios sobre


todas las cosas, bendito por los siglos..." También en su doxología de
2 Corintios 13:14, el Apóstol coloca al Señor Jesucristo en un plano de
igualdad con Dios Padre y el Espíritu Santo. En Filipenses 2:6 Pablo
nota (se refiere a Jesús): "existiendo en forma de Dios, él no consideró
el ser igual a Dios..."

C. EL TESTIMONIO DE LA VIDA DE JESUS

1. Su impecabilidad. A través de toda la Biblia se muestran grandes


hombres que sirvieron a Dios, como Abraham, Moisés o David, pero de
ninguno de ellos se nos dice que fuera impecable en su vida y carácter.
En el propio Nuevo Testamento leemos de los errores de los discípulos
de Jesús. Sin embargo, cuando el Nuevo Testamento se refiere a Jesús,
jamás menciona la más mínima falla en él. El Evangelio de Juan con-
tiene la siguiente afirmación de Jesús: "¿Quién de vosotros me halla
culpable de pecado?" (Juan 8:46). Esta declaración nos muestra que el
Señor no tenía conciencia de pecado propio. Esto contrasta grande-
mente con la totalidad de los santos a través de la historia. Todo cre-
yente sabe que mientras más se acerca a Dios, mayor es su conciencia
de pecado.
Una de las cuestiones más impresionantes de la impecabilidad de
Jesús, es que hay algunos hombres que alegan para sí perfección, pero
muy pocas personas les aceptan tal pretensión. Sin embargo, con Jesús
no es así, ya que muchos han aceptado su impecabilidad. Pedro, un tes-
tigo ocular de la vida de Jesús, le llama "un cordero sin mancha y sin
contaminación" (l Pedo 1: 19) y agrega: "El no cometió pecado, ni fue
hallado engaño en su boca" (l Pedo 2:22). Juan, otro testigo ocular, se
refirió a él como "Jesucristo el justo" (l Jn. 2:1; ver 3:7). El apóstol
Pablo da su testimonio sobre la impecabilidad de Jesús afirmando: "Al
que no conoció pecado" (2 Coro 5:21). En manera similar, el escritor de
Hebreos señala que Jesús "fue tentado en todo igual que nosotros, pero
sin pecado" (Heb. 4:15). También está el testimonio de aquellos que ni
siquiera eran sus discípulos: Pilato afirma: "No hallo ningún delito en
este hombre" (Luc. 23:4); el centurión romano exclamó, luego de que
Cristo expirara en la cruz-=- "Verdaderamente, este hombre era justo"
(Luc. 23:47). Uno de los hombres que estaban colgados en la cruz junto
a Jesús, dijo: "... éste no hizo ningún mal" (Luc. 23:41).
¿Cómo es posible que un simple hombre viva una vida libre de peca-
do? Bemard Ramm contesta:
Jesús: ¿Mero hombre o plenamente Dios-hombre? 147

y Jesus poseyo una perfecta ImpecabIhdad y pureza no por luchas, pn


vaCIOn, ascetIsmo o peregnnacIOn Lo hIZO por nacImIento y naturaleza
Llevo la vIda de perfecta pIedad y santIdad personal sobre la exclusIva con-
sIderacIOn de que era DIOS encarnado Es lo que esperaríamos del DIOS
encarnado, y esto es lo que hallamos en Jesucnsto La hIpótesIS y los hechos
armOnIzan 5

Es razonable conclUIr que Jesús VIVIÓ de acuerdo con lo que dIJO ser
Su vIda Impecable es una fuerte eVIdencIa de su dIVInIdad
2. Su vida milagrosa. Jesús no sólo VIVIÓ una vIda Impecable, lo
cual ya es un tremendo rmlagro, smo que tambIén su vIda desde su
rmsma concepcIón fue sobrenatural
El nacIó de una Virgen (Mat 121-23, Luc 1 26-38) Al comenzar
su mimsteno, cambió el agua en vmo (Juan 2 7-11), más tarde carmnó
sobre las aguas del mar de Gahlea (Mat 1425), multIphcó los panes y
los peces (Juan 6 11-13), abnó los oJos del CIego (Juan 9 7), hiZO andar
al paralítIco (Mar 23-12), hmpió a un leproso (Mat 8 1-4), echó fuera
demomos (Luc 431-37), calmó los VIentos y las olas (Mar 43541),
sanó a un sordomudo (Mar 7 31-37), e mcluso devolViÓ la vida a vanas
personas en dIstmtas ocaSIOnes (Mar 535-43, Luc 7 11-17, Juan
11 38-44)
Cuando fue mterrogado tocante a Si él era el Mesías, Jesús respondió
mostrando sus rmlagros como credencIales de su rmsIón (Mat 11 2-5)
Uno de los fanseos pnncIpales reconOCIó que "nadIe puede hacer estas
señales que tú haces, a menos que DIOS esté con él" (Juan 3 3) El CIego
sanado por Jesús afinnó "SI éste no procedIera de DIOS, no podría hacer
nada" (Juan 9 33)
La vida rmlagrosa de Jesús es preCIsamente lo que uno esperaría SI
DIOS se encarna A E GarvIe afinna

Un Cnsto que SIendo HIJO de DIOS, y procurando llegar a ser Salvador de los
hombres, no reahzara mIlagros, sena menos mtehgIble y creíble que el Jesus
a qUIen los regIstros evangehcos nos presentan de manera tan conSIstente 6

La conclUSión es que la divImdad de Jesús es amphamente venfica-


da por la presencIa de lo rmlagroso en su vIda

S Bemard Ramm Protestant Chnstcan EVldences (Chlcago Moody Press 1953) pp


164 69
6 A E Garvle, StU(iles In the lnner Llfe of Chnst (New York Hoddes and Stoughton
1907) p 73
148 DEFENSA DE LA FE

D. EL TESTIMONIO DE LA
RESURRECCION DE JESUS

1. La importancia de la resurrección. El milagro más impresio-


nante del Nuevo Testamento y el más atestiguado de todos los milagros
es la resurrección de Jesucristo. Este fabuloso hecho sobrenatural es la
prueba suprema de las pretensiones de Cristo acerca de su deidad. Si
Jesús no hubiera resucitado de los muertos, todas sus afirmaciones ha-
brían quedado desmentidas en una fría tumba. El apóstol Pablo señala
la trascendencia de la resurrección cuando escribe: "Y si Cristo no ha
resucitado, vana es nuestra predicación, vana también es nuestra fe" (l
Coro 15:14). George Ladd señala:

Si Jesús ha muerto, se niega todo su mensaje. Si ha muerto, no puede venir


en su reino. Si ha muerto, la esperanza de una venida triunfante del celes-
tial Hijo del Hombres es, evidentemente, imposible. 7

Por el contrario, si él ha resucitado de entre los muertos todo lo que


dijo ser, hizo y prometió, es la más absoluta verdad.
Pero, ¿resucitó realmente Jesús de entre los muertos?; ¿qué evi-
dencias tiene el cristianismo para afirmar la resurrección de Jesús?
Examinaremos algunas evidencias de este singular milagro.
2. La evidencia de la tumba vacía. Testigos fidedignos, tanto ami-
gos como enemigos, testificaron que el sepulcro estaba vacío: las mu-
jeres, los discípulos, los ángeles y los soldados romanos (Mat. 28:6;
Mar. 16:6; Luc. 24:3-12; Juan 20:1, 2). ¿Qué pasó para que desapa-
reciera el cuerpo de Jesús? O manos humanas se lo llevaron o el poder
de Dios le resucitó. Algunas teorías racionalistas para explicar el hecho
serían:
a) Que José de Arimatea se llevó en secreto el cuerpo para ponerlo
en un lugar más adecuado. El problema de esta hipótesis es, ¿por qué
nunca se supo el lugar de la nueva tumba? Además, ¿por qué José de
Arimatea (y los que le habían ayudado a trasladar el cuerpo) no dijo que
Jesús estaba muerto en vez de apoyar la idea de la resurrección? ¿Cómo
es que nunca nadie trajo el cuerpo de Jesús para acallar la resurrección?
Por último, no hay ninguna evidencia de una tumba que se haya con-
vertido en centro de peregrinación por contener los restos de Jesús.

7 George Eldon Ladd, Creo en la resurrección de Jesús (Miami: Editorial Caribe, 1977),
pp. 190-91.
Jesús: ¿Mero hombre o plenamente Dios-hombre? 149

b) Que las autoridades (judías o romanas) habrían trasladado el cuer-


po. El problema de esta teoría es, ¿por qué nadie presentó el cuerpo de
Jesús y así terminar con la proclamación de Jesús? Esto especialmente
se puede decir de las autoridades judías, que eran las que más deseaban
poner fin a la naciente fe.
c) Que Jesús no murió realmente en la cruz. Se afirma que solamente
sufrió un síncope y que sus simpatizantes le bajaron de la cruz, creyen-
do que había muerto. El aire fresco del sepulcro en que lo colocaron, le
hizo revivir, de modo que él salió de la tumba por sus propios medios.
Sin embargo, esta teoría presenta muchas debilidades; es increíble
que un hombre que había pasado seis horas clavado sobre una cruz haya
sido capaz de mover la enorme piedra que fue puesta en la entrada de la
tumba. Y si la hubiera movido, habría sido capturado por los soldados
romanos al salir del sepulcro.
Aún suponiendo que todo esto hubiera ocurrido, Strauss afirma:
Es imposible que un ser humano que hubiera salido del sepulcro medio
muerto, arrastrándose débil y enfermo, necesitando tratamiento médico, que
necesitaba ser vendado, necesitaba recuperar las fuerzas e indulgencia, y que
aún se dejaba vencer por los sufrimientos, diera a los discípulos la impresión
de que había conquistado a la muerte y a la tumba. 8

Por otra parte, hay bastante evidencia de que Jesús realmente murió
en la cruz.
Pilato se sorprendió de que Jesús hubiese muerto tan pronto, pero la
información del centurión le aseguró la muerte de Jesús (Mar. 15:44,
45). Se debe recordar que los romanos estaban habituados a realizar
muertes por crucifixión, y por ende podrían saber claramente cuando
alguien estaba muerto.
El relato de Juan 19:31-36 nos muestra que los soldados romanos no
quebraron las piernas a Jesús porque lo vieron ya muerto.
El apóstol Juan fue testigo ocular de que la lanza al entrar en el costa-
do de Jesús, hizo que brotara "sangre yagua". Si Jesús hubiese estado
vivo cuando la lanza abrió su costado, fuertes borbotones de sangre
habrían salido producto de las pulsaciones del corazón. Al salir sangre
y agua es evidencia de una coagulación masiva de la sangre en las arte-
rias principales, y es una prueba médica excepcionalmente concluyente
de la muerte de Cristo. 9

8 Citado por Frank Morrison, ¿Quién movió la piedra? (Miami: Editorial Caribe, 1977),
~. 1Ol.
McDowell, op. cit., p. 200.
150 DEFENSA DE LA FE

La acción realizada por José y Nicodemo al envolver el cadáver con


especias aromáticas, según costumbre de los judíos al sepultar a sus
muertos, es amplia prueba de que Jesús estaba muerto.
La propia custodia de la guardia romana a la tumba de Jesús, custo-
dia encargada por los propios judíos, es prueba indubitable que nadie
ponía en duda que Jesús estaba muerto. En nuestros días, los raciona-
listas de todas las tendencias no ponen en duda que Jesús realmente
murió en la cruz.
d) Que las mujeres cometieron un error y fueron a otra tumba. Pero,
¿es posible que mujeres que conocían el lugar de la tumba, ya que
habían presenciado el entierro, se hayan equivocado tanto? Ahora bien,
suponiendo que se hubieran equivocado de tumba, por la oscuridad de
la mañana, ¿cómo es posible que a tan tempranas horas hubiera habido
un jardinero trabajando? (Mar. 16:5,6; Juan 20:15) (suponiendo que el
ángel no era más que un jardinero). Además, todo el malentendido se
hubiera aclarado si el presunto jardinero hubiera sido presentado como
testigo del error de las mujeres. Finalmente, si las mujeres simplemente
se equivocaron de tumba, ¿por qué las autoridades no presentaron el
cuerpo de Jesús para terminar con la idea de la resurrección?
e) Que nadie visitó la tumba y el relato de las mujeres es una aña-
didura posterior. Se ha sugerido que pasaron por los menos dos meses
antes de que los discípulos proclamaran la resurrección y que tal creen-
cia estaría basada en apariciones espirituales de Jesús a los apóstoles.
Esta hipótesis se contradice claramente por lo que indican los
Evangelios. Estos señalan que varias personas visitaron la tumba en
diferentes ocasiones (Mat. 28; Mar. 16; Luc. 24; Juan 20). Además, las
autoridades podrían haber mostrado los restos de Jesús, sacándolos de
la tumba intacta. El no hacerlo es señal de que la tumba estuvo vacía a
partir del tercer día.
f) Que los discípulos robaron el cuerpo de Jesús. Ciertos escépticos
creen esta teoría pero "es extremadamente improbable que los descora-
zonados discípulos hubieran tenido valor para defraudar con semejante
falsedad a un mundo que les era hostil. Es imposible creer que hubie-
ran persistido en sufrir por tan manifiesta postura". 10
La autoridad del sepulcro vacío es comentada por J. Anderson:
La tumba vacía se yergue, cual una verdadera roca, como un elemento esen-
cial en la evidencia para la resurrección. Sugerir que no estaba efectivamente

10 Luis Berkhof, Teología Sistemática (Grand Rapids: T.E.L.L., 1979), p. 413.


Jesús: ¿Mero hombre o plenamente Dios-hombre? 151

vacía en absoluto, como hacen algunos, me parece ridículo. Es un asunto


histórico el que los apóstoles lograron desde el principio muchas conver-
siones en Jerusalén, a pesar de su hostilidad, proclamando las buenas noti-
cias de que Cristo se había levantado de la sepultura -y esto sucedió a corta
distancia del sepulcro. Cualquiera de los oyentes podría haber visitado la
sepultura.!l

Sin duda, la tumba vacía es una magnífica prueba de la resurrección


de Jesús de Nazaret.
3. La evidencia de la transformación de los discípulos. Los segui-
dores de Cristo habían presenciado su muerte y quedaron comple-
tamente desilusionados en cuanto a su mesiazgo. En el camino a
Emaús, algunos de ellos dijeron: "esperábamos que él era el que había
de redimir a Israel" (Luc. 24:21). Se reunieron en el aposento alto por
temor de los judíos. Pero después de ver al Señor resucitado, predicaron
con denuedo la resurrección, y varios fueron martirizados por su testi-
monio. ¿Quién daría su vida para divulgar lo que obviamente era una
falsedad? ¿De dónde vino la valentía extraordinaria de los discípulos?
Pero, ¿es posible que los discípulos fueran víctimas de alucina-
ciones?; en su conmovido estado mental, ¿pensaban los discípulos tanto
en la resurrección de Jesús que por último creyeron que en verdad lo
habían visto? En primer lugar debemos tener en cuenta que los dis-
cípulos, después de la muerte de Jesús, se desilusionaron y no podían
pensar en la resurrección. Además es necesario considerar los siguien-
tes hechos antes de aceptar que las apariciones de Cristo fueron a aluci-
naciones:
a) Generalmente sólo cierta clase particular de personas tiene aluci-
naciones, las altamente imaginativas y muy nerviosas. Sin embargo, las
apariciones de Cristo no estuvieron restringidas a personas de una cons-
titución psicológica especial.
b) Las alucinaciones están ligadas en el subconsciente del individuo.
Con sus experiencias particulares del pasado, por tanto ellas son muy
individualistas y extremadamente subjetivas. Es totalmente imposible
que dos personas tengan la misma alucinación al mismo tiempo. Sin
embargo, las apariciones de Cristo fueron vistas por muchas personas,
hasta 500 a la vez (l COI. 15:6).
c) Las alucinaciones generalmente están restringidas al tiempo y
lugar en que ocurren. Vale decir, ellas se dan en un lugar que trae

11 Citado por McDowell, op. cit., p. 218.


152 DEFENSA DE LA FE

recuerdos y en una circunstancia en que la persona llega a tomar una


actitud de nostalgia por cosas pasadas. Sin embargo, las ocasiones y los
lugares en que apareció Cristo para nada conducen a tales situaciones,
ya que apareció en distintos lugares y circunstancias.
d) Las alucinaciones exigen que los que las experimentan tengan una
gran ansiedad por ver tales hechos. Por el contrario, en el caso de las
apariciones de Cristo, los discípulos fueron compelidos a creer lo que
ya habían abandonado como creencia. 12
4. La evidencia del establecimiento de la iglesia. Es admitido que
la iglesia fue formada sobre dos sólidas bases: el derramamiento del
Espíritu Santo y la predicación de la resurrección de Jesús. Una multi-
tud de judíos creyeron (Hech. 2:41), y "un gran número de sacerdotes
obedecían a la fe" (Hech. 6:7). Solamente la resurrección de Cristo
podía convencerlos. Hablando sobre la formación de la iglesia como
evidencia de la resurrección, Pearlman comenta:

¡,Cómo se podría explicar la eXistencia de la IgleSia cristiana, que segura-


mente hubiera permaneCido sepultada con su Señor, SI Jesucnsto no hubiera
reSUCitado? La iglesia viva y radiante del día de Pentecostés no nació de un
dirigente muerto. 13

También William Evans hace una interesante observación acerca del


origen de la iglesia:

¿De dónde procedió esta mstitllclón? .. ¡,Cuál fue su causa? Cuando el Cnsto
reSUCitado se aparecIó a sus desalentados discípulos y aVIvó en ellos la fe y
la esperanza... De esta manera vino la IgleSia a su eXistencia. Su causa fue
la resurrección de Cnsto. 14

El erudito Ricardo Foulkes concluye:

La fundaCión y eXistencia continua de la Iglesia de Cnsto es, por tanto, una


de las pruebas más fehacientes de la realidad de la resurrecclón. 15

5. La evidencia de la conversión de Pablo. La importancia del tes-

12 Paul Llttle, Know Why you Belleve (lllmOls Intervarslty Press, 1971), pp. 28, 29
13 Myer Pearlrnan, Teología bíblica y Sistemática (MIarnl &htonal Vuia, 1981), p 186
14 Wllharn Evans, Las grandes doctrinas de la Biblia (s 1 Editonal Moody, s f), pp 99,
100
15 Ricardo Foulkes, "Resurrección de Cnsto" en DICCIOnario Ilustrado de la Biblia,
WIIton M Nelson, ed (Mlarnl Editonal Canbe, 1977), p 552
Jesús: ¿Mero hombre o plenamente Dios-hombre? 153

timonio de Saulo de Tarso radica en que este hombre no era creyente,


por el contrario, él se oponía tenazmente a las enseñanzas del cristia-
nismo, e incluso perseguía a los cristianos. Era un hombre culto, que
por ninguna razón posible podría llegar a inventar o imaginar el ver al
Señor Jesús resucitado. Pero, camino a Damasco algo ocurrió con el
joven erudito. Frank Morrison pregunta:

¿Cómo es posible explicar que este incidente alcanzara las consecuencias


históricas que tuvo? ¿Por qué un hombre de raza tan recia, teniendo tal
mente sana y categoría viril, se veía repentinamente desarraigado de sus pre-
ciadas creencias y arrastrado por el viento, como la hojarasca, al campo dog-
mático de sus más odiados enernigos?16

¿Cómo se puede explicar que uno de los más grandes intelectuales


de todos los tiempos haya pasado repentinamente de un extremo dog-
mático al otro? La respuesta se encuentra en el hecho de que el hom-
bre de Tarso tuvo un encuentro personal con el Cristo resucitado.

E. CONCLUSION

Después de examinar los testimonios de Jesús, los apóstoles, las pro-


fecías mesiánicas, la vida impecable y milagros del Señor y la eviden-
cia incontrovertible de la resurrección, no hay otra alternativa que acep-
tar incondicionalmente la deidad del Señor Jesucristo. Negar tal hecho
es ser ciego y sordo al cúmulo de pruebas entregadas tanto por el
Antiguo como por el Nuevo Testamentos. Además, y por si todo lo
anterior fuera poco, está el testimonio de millones de hombres a través
de la historia de la iglesia, los cuales testifican haber tenido un encuen-
tro personal con el Señor resucitado y de este modo haber conocido a
Dios por medio de una experiencia personal.
Sin duda la experiencia cristiana es de gran valor para apoyar lo que
las Escrituras dicen de Jesucristo, él es Dios con nosotros, el verbo
encamado, el camino y la vida.

16 Morrison, op. cit., p. 152.


154 DEFENSA DE LA FE

EJERCICIOS

1. Verdadero (V) o Falso (F):

1. Los gnósticos creían que Jesús fue el último y más


grande de los profetas.

2. Los racionalistas del siglo XVIII negaron la


encarnación de Cristo, pero afirmaron su igualdad
con Dios.

3. Juan 8:58 es la mayor aseveración de Jesús para


identificarse con Dios.

4. Jesús afirmó ser de la misma esencia de Dios.

5. Jesús se identificó con el Mesías profetizado en el


Antiguo Testamento.

6. Jesús fue libre de pecado por nacimiento y


naturaleza.

11. Llene los espacios o conteste brevemente:

1. La vida impecable de Jesús es una gran prueba de su

2. Las credenciales de la misión de Jesús eran _

3. ¿Qué evidencias hay de la resurrección de Jesús?

a)
b)
Jesús: ¿Mero hombre o plenamente Dios-hombre? 155

4. Mencione seis teorías racionalistas para explicar la


tumba vacía.

a)
b)
c)
d)
e)
D
5. ¿Por qué las apariciones de Jesucristo no pueden haber
sido alucinaciones?

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