PLURALISTA
PLURALISTA
PLURALISTA
EMPÉDOCLES
Las cuatro raíces y las dos fuerzas que los mueven explican asimismo el
conocimiento, según el principio de que lo semejante se conoce con lo
semejante, pues el hombre también está formado por los cuatro elementos.
Las cosas emanan flujos que, pasando a través de los poros de los
elementos, determinan el contacto y el reconocimiento.
ANAXÁGORAS
(Clazómenas, actual Turquía, 500 a.C. - Lámpsaco, id., 428 a.C.) Filósofo
griego. Junto con Empédocles y Demócrito, es el principal representante del
eclecticismo pluralista que intentó conciliar las tesis contrapuestas de las dos
grandes figuras de la filosofía presocrática, Parménides y Heráclito.
Anaxágoras postuló como arjé o principio constitutivo de las cosas una
pluralidad de partículas materiales inmutables, las homeomerías, que, por
acción de un nous o inteligencia ordenadora, pasaron de un caos original a
constituir la multiplicidad de seres observables en el mundo físico.
Nacido en Clazómenas, ciudad griega del Asia Menor fundada por unos
refugiados de Mileto, Anaxágoras se trasladó en su juventud a Atenas, donde
residiría por espacio de unos treinta años. Allí se dedicó a la enseñanza (se
dice que entre sus discípulos figuraron el gran estadista Pericles y el
dramaturgo Eurípides, y tal vez Sócrates), y gozó de la protección de Pericles
cuando éste pasó a dirigir los destinos de la ciudad.
Por una acusación promovida por Cleón, Anaxágoras fue sometido a un
proceso de impiedad a causa de ciertas atrevidas teorías astronómicas.
Afirmaba, entre otras cosas, que el Sol no era un dios, sino una masa de
fuego incandescente, y que era más grande que el Peloponeso (en sus
explicaciones acerca del origen de los astros, por otra parte, se ha podido ver
casi una anticipación a las hipótesis de Kant y de Laplace).
Según los testimonios de la época, sin embargo, la motivación real del
proceso fue su afinidad con Pericles. Condenado a muerte, Anaxágoras
buscó la salvación en la fuga, ayudado por Pericles, y se trasladó a
Lámpsaco, donde abrió una nueva escuela y falleció unos años más tarde.
Anaxágoras de Clazomene expuso sus ideas en la obra Sobre la naturaleza,
de la que sólo se conservan algunos fragmentos; pero poseemos los
resúmenes y comentarios a sus doctrinas trazados por Platón, Aristóteles
y Teofrasto, entre otros.
La filosofía de Anaxágoras
El pensamiento de Anaxágoras se sitúa dentro de aquella amplia corriente de
esfuerzos por determinar un principio constitutivo y originario (arjé o arché)
común a la variedad de seres del mundo físico que caracterizó a la filosofía
griega desde sus orígenes, es decir, desde la escuela milesia (siglo VI a.C.).
Los milesios habían planteado ya diversas hipótesis sobre cuál podría ser tal
principio: el agua según Tales de Mileto, el ápeiron de Anaximandro, el aire
según Anaxímenes. En su posterior desarrollo, estas reflexiones se
enriquecerían con nuevas perspectivas y acabarían conduciendo a las
visones antagónicas de la realidad que sostuvieron Parménides y Heráclito.
En este contexto, los eclécticos y los pluralistas intentaron combinar en un
sistema único ambas concepciones, es decir, la inmutabilidad del ser de
Parménides y el eterno devenir de Heráclito. Empédocles explicó la
constitución de los seres desde el punto de vista cuantitativo. Para
Empédocles, los seres están formados por una combinación de los «cuatro
elementos» (agua, aire, tierra, fuego) en distintas proporciones; la amplia
variedad posible de proporciones da lugar a la multiplicidad de los seres, pero
los cuatro elementos que los forman permanecen inmutables en el perpetuo
devenir del universo, es decir, en la incesante sucesión de cambios y
transformaciones.
Anaxágoras de Clazomene, en cambio, explicó la multiplicidad apelando al
aspecto cualitativo. Para Anaxágoras, los seres no resultan de la combinación
de cuatro elementos constitutivos (agua, aire, tierra, fuego), sino que existen
tantos tipos de partículas constitutivas como de seres: hay partículas de oro,
de mármol, de sangre y de cuantos seres observamos. Anaxágoras llamó a
estas partículas gérmenes o semillas (spérmata); pero, al comentar su obra,
Aristóteles las llamó homeomerías, designación que ha acabado siendo más
empleada que la original.
La homeomerías son partículas de ínfima magnitud, invisibles, inalterables,
increadas y eternas. Como los elementos de Empédocles, y como
posteriormente los átomos de Leucipo y Demócrito, poseen como rasgo la
inmutabilidad (el atomismo, sin embargo, postularía átomos sustancialmente
iguales, no un tipo de átomo para cada ser). Para Anaxágoras, curiosamente,
las cosas no se componen únicamente de las homeomerías que le son
propias (la sangre no está formada únicamente por homeomerías de sangre),
sino que también contienen, aunque en mucha menor proporción,
homeomerías de todos los seres restantes.
LEUCIPO Y DEMOCRITO
La doctrina surgió como una forma de hacer frente a las dificultades lógicas
que encontraba la escuela eleática para explicar el cambio de las cosas.
Extendiendo la doctrina de Parménides, decían que existía el Ser (los
átomos) y el no-Ser (el vacío entre ellos). Afín al pluralismo desarrollado por
Anaxágoras y Empédocles, esta teoría lograba explicar el tránsito del Ser a
las cosas. La concepción de la naturaleza fue absolutamente materialista,
explicando todos los fenómenos en función de número, forma y tamaño de
los átomos, y reduciendo las propiedades sensoriales a diferencias
cuantitativas de los mismos.
~ Leucipo.
Vivió durante el siglo V, pero se sabe muy poco de su vida. Es probable que
naciera en Mileto, aunque se han considerado otras posibilidades.
Trasladado a Elea, habría sido alumno de Parménides y Zenón, y maestro de
Demócrito. Se le atribuyen las obras La ordenación del cosmos y Sobre la
mente (esta última podría ser sólo un capítulo de la anterior), aunque su
pensamiento sólo se conoce por fragmentos de otros autores. Para Leucipo,
el alma está formada por átomos más esféricos que los componentes de las
demás cosas. Niega la génesis y la corrupción, las tradicionales formas de
cambio sostenidas por los presocráticos anteriores. Sin embargo, Epicuro
consideró la posibilidad de que Leucipo nunca hubiera existido, y otros
autores llegaron a suponer que fue una invención de Demócrito, como una
forma de ganar prestigio y respaldo para su teoría.
~ Demócrito.
Nacido en torno al 460 aC en Abdera (Tracia), fue discípulo de Leucipo y
maestro de Protágoras. Fue conocido como personaje extravagante, y se le
atribuyen numerosas leyendas. Realizó diversos viajes por Egipto y Persia, y
escribió el Gran Diacosmos para defenderse de las acusaciones contra los
que malgastaban la herencia. De sus obras conservamos unos 300
fragmentos, que son sobre todo reflexiones morales. Aunque desconocido en
Atenas durante su vida, Aristóteles comentó extensamente su obra, que
Platón detestaba tanto como para querer que fuera quemada. Murió
alrededor de 370 aC.
Para Demócrito, la percepción es un proceso puramente físico y mecánico: el
pensamiento y la sensación son atributos de la materia reunida en un modo
suficientemente complejo, y no de ningún espíritu infundido por los dioses en
ella. Su ética se basa en el equilibrio logrado al controlar las pasiones
mediante el saber y la prudencia: la aspiración del individuo no es tanto el
placer sino la eutimia (tranquilidad de espíritu).