Metodología Programa de Memoria Cultural
Metodología Programa de Memoria Cultural
Metodología Programa de Memoria Cultural
CULTURAL
MEDELLÍN 2006
Metodología Proyecto de Memoria Cultural
Secretaría de Cultura Ciudadana
El debate sobre la importancia del recuerdo y del olvido nos congrega ante un
mismo tema: La memoria. Como lo plantea Marc Auge en “Las formas del olvido”
(1998) tanto el recuerdo como el olvido son ingredientes de la memoria, esta idea
trasciende el sentido de memoria como recuerdo permanente, el pasado eternamente
presente. Para comprender la memoria es entonces necesario abordar con
equilibrio estos dos ingredientes, entendiendo su papel como posibilidad de
elaboración del pasado, no de repetición. “Es importante promover el debate y la
reflexión activa sobre [el] pasado y su sentido para el presente/futuro”. (Jelin, 2002, 16)
Si bien la relación entre Memoria e historia ha sido radicalmente opuesta por unos y
asumida como sinónimo por otros, la premisa numero tres aclara que el sentido de
estos dos componentes necesariamente se cruza en tanto ambos construyen y
transforman los sentidos de la experiencia humana en el marco de diferentes
temporalidades, el análisis que las asimila como iguales o las opone radicalmente no
permite entonces establecer las relaciones, semejanzas y diferencias que componen
esa pareja. La diferenciación entre historia y memoria propuesta por Gonzalo Sánchez
es muy útil aquí en tanto plantea una diferencia sobre todo entre los fines que
persiguen. La diferencia es expuesta entre las pretensiones objetivadoras de la historia
y, por el contrario, el carácter militante de la memoria. Dice Sánchez:
Este debate nos lleva a otro de los aspectos largamente discutidos en el tema de la
memoria y es su carácter subjetivo o colectivo, y aquí nuevamente debemos ubicarnos
en los matices o puntos medios que nos permitan analizar la relación entre ambos
componentes. Las huellas de la memoria hechas, como lo plantea Auge (1998), de
recuerdo y olvido emergen en el ámbito subjetivo, la memoria tiene inicialmente una
dimensión subjetiva que es trascendida en tanto se hace uso de diferentes
expresiones; diferentes lenguajes que ponen esos recuerdos y olvidos en el ámbito
colectivo porque como lo plantea Pilar Riaño “el proceso de recuperación de memoria
es un proceso dinámico que facilita el encuentro comunicativo y el reconocimiento
entre los que cuentan historias y los que las escuchan” (Riaño, 1998, 6). Este
encuentro a partir del lenguaje pone de manifiesto la dimensión social y colectiva de
las memorias. Pero si bien el lenguaje ha sido el componente por excelencia para
abordar las memorias, estas no se expresan sólo a través de éste, existen también
diferentes expresiones donde se hacen evidentes esas huellas de pasado. En
contextos como los que abordamos, donde muchas veces el silencio constituye una
posibilidad de supervivencia y la palabra se convierte en amenaza, es necesario
buscar otras formas de expresión. Es importante empezar a pensar cuales son esas
otras formas de expresión de la memoria.
Elizabeth Jelin retomando a Paul Ricoeur propone una reflexión importante para
comprender la dimensión política de la memoria partiendo de la paradoja “El pasado
ya pasó, es algo de-terminado no puede ser cambiado. El futuro, por el contrario, es
abierto, incierto, indeterminado”, teniendo en cuenta esta paradoja la autora nos
aclara que si bien el pasado ya no se puede transformar “lo que puede cambiar es el
sentido de ese pasado, sujeto a reinterpretaciones ancladas en la intencionalidad y en
las expectativas hacia el futuro. Ese sentido del pasado es un sentido activo, dado por
agentes sociales que se ubican en escenarios de confrontación y de lucha frente a
otras interpretaciones, otros sentidos, o contra olvidos y silencios” (Jelin, 2002, 39).
Vuelve entonces a ser evidente, también en la dimensión política, que el aspecto
central de la memoria no es el pasado como hecho o acontecimiento sino el sentido
que en un presente/futuro le asignamos al pasado.
Es así como reconocer que “la memoria constituye un terreno plural, heterogéneo,
conflictivo, y en disputa donde confluyen diversos intereses para manipularla, recrearla
y reconstruirla” (Riaño, 1998, 2) implica posicionar la mirada desde afuera para
evidenciar que existen motivaciones e implicaciones cuando ponemos en escena las
diferentes versiones del pasado o cuando se pretende instituir una sola versión de la
historia. Al mismo tiempo la posibilidad de re-interpretar y re-significar el pasado
evidencia ese carácter militante de la memoria en tanto “la recuperación de la memoria
[…] es un proceso que puede contribuir a la reconstrucción de tejidos sociales, al
fortalecimiento de redes sociales y a la recuperación critica de procesos históricos”
(Ibid, 3). Siguiendo a Pilar Riaño, en la mirada a la memoria como herramienta, se
propone que “la clave es cómo el recordar puede permitir la elaboración creativa,
como el pasado puede utilizarse para transformar” (Ibid, 6).
También es necesario formular dentro de esa segunda fase una estrategia clara de
difusión y visibilización de los resultados tanto en la ciudad, las comunidades como en
la institucionalidad, es importante que los resultados de los proyectos de memoria
propicien o inciten a crear espacios de discusión o incidan en los existentes. Es
necesario diseñar foros con las diferentes instancias que tienen incidencia en los
contextos donde se trabaja, para que el diseño de políticas, programas e
intervenciones realmente trasciendan los diagnósticos rápidos y se apoyen de
programas como éste donde se hace una mirada más profunda a los barrios y sus
comunidades.
2
Los Nodos son una división territorial que estructura la Red Cultural para su trabajo en Red, así existen 7
nodos en toda la comuna y cada nodo agrupa aproximadamente 3 o 4 barrios así: NODO 1: El Corazón.
La Asomadera, Betania, Villa Laura, Belencito; NODO 2: Independencia 1, Independencia 2,
Independencia 3, Nuevos Conquistadores Parte Baja, Veinte de Julio; NODO 3: Nuevos Conquistadores
Parte Alta, El Salado, Eduardo Santos, Quintas de San Javier, San Michel; NODO 4: Antonio Nariño, San
Javier 1, San Javier 2, El Socorro, La Gabriela; NODO 5: Blanquizal, El Pesebre, El Paraíso, Mirador de
Calasanz, Colinas de Calasanz; NODO 6: Juan XXIII, La Quiebra, La Divisa, La Pradera Parte Alta;
NODO 7: La Pradera Parte Baja, Santa Rosa de Lima, Metropolitano, Alcázares.
interior de la ciudad, de las regiones, del país e incluso del continente, lazos sociales
invisibles para la ciudad y que hacen parte de su memoria.
Moravia
Después de concluir la primera fase de trabajo sobre la memoria con los habitantes de
los diferentes sectores durante el 2005, queda establecido el reto de legitimar y
proyectar el tema de la cultura como un aspecto central para la transformación que
vive actualmente Moravia. Primero porque es un sector con una gran fortaleza en el
sentido de la diversidad cultural que alberga, y segundo, porque será el escenario de
la construcción del Centro de Desarrollo Cultural CDC, que abrirá las puertas de
Moravia a la ciudad y podrá consolidar este sector y este espacio como un ejemplo
para el diálogo y el encuentro entre culturas.
Por su parte la creación del comité interinstitucional3 nació del reconocimiento de las
instituciones vecinas de Moravia que tienen diferentes ofertas culturales en el sector
con el fin de que ellos se incluyeran en este reto de fortalecer la demanda, oferta y
creación cultural dentro del barrio. En el 2006 el Comité define como su objetivo
fortalecer la convivencia ciudadana dentro del barrio y contribuir al establecimiento de
una cultura basada en el respeto a la diversidad.
Memorias de ciudad:
Enfoque localizado de los proyectos de memoria.
3
Conformado por: Comfama de Aranjuez, Metro de Medellín, UPB, Museo Universidad de Antioquia, Extensión
cultural Universidad de Antioquia, Jardín Botánico, Casa Museo Pedro Nel Gómez, Terminal de Transportes del
Norte, Macroproyecto, INDER, Corporación Cultural Nuestra Gente, Escuela de Música de Moravia, Centro Colombo
Americano, Instituciones educativas de Moravia, Parroquia Nuestra señora del Consuelo, Red Cultural de Moravia,
Organizaciones culturales del barrio, Secretaría de Cultura Ciudadana.
Esta característica ha limitado la mirada a territorios culturales que no coinciden con
los límites de la división política de la ciudad. Por otro lado, esta limitando la mirada de
la pluralidad de memorias creadas alrededor de otra serie de prácticas y formas de
identificación presentes en la ciudad, tales como grupos generacionales, de género,
culturales, políticos, artísticos, etc…
Igualmente, ampliar la mirada más allá de los límites de los barrios y las comunas, nos
pone también ante la tarea de fortalecer el marco teórico o de análisis de estos
proyectos. El desarrollo de los proyectos de memoria implica un trabajo intenso de
campo con las comunidades y en ocasiones el investigador se queda sin herramientas
analíticas para interpretar el volumen de información empírica. Las experiencias
abordadas durante el 2006 ponen de manifiesto algunos temas que amarrados al
marco general de la memoria podrían fortalecer el campo analítico del programa:
proyectos estratégicos, ciudad planificada vs ciudad autoconstruida, derechos
culturales - derechos sociales, convivencia-conflicto, relación estado local-
comunidades, ciudadanía, políticas culturales, entre otros.
No se trata de que los investigadores sean expertos en todas estas temáticas sino de
la necesidad de acercarse a ellas para ampliar el marco interpretativo que posibilita la
memoria. Aprehender las realidades a las que nos enfrentamos en esta ciudad llena
de contradicciones pone de manifiesto el reto de articular diferentes conceptos y
perspectivas.
La vida cotidiana de las personas en las comunas, barrios, sectores, grupos etc.… es
un eje central para pensar la memoria. No se trata entonces sólo de volver a los
recuerdos a través del lenguaje aunque este sea uno de los componentes centrales
de la memoria. También en las prácticas, las rutinas cotidianas, los oficios, las
relaciones de vecindad, solidaridad, las expresiones culturales y artísticas se pone en
escena la memoria. En este sentido se trasciende de una historia de barrio que
acudiría por un lado a las fuentes orales y por otro a los documentos que le permitan
reconstruir el devenir de cierta comunidad en su territorio, para pasar a una lectura
de cómo esa historia de barrio pervive en las practicas, historias y lenguajes del
presente de las comunidades, lectura que necesitaría entonces la herramienta
etnográfica.
4
Garcia Canclini Nestor, Culturas urbanas de fin de siglo. Revista El Correo de la UNESCO.
con diferenciado poder, a construir el mundo que nos rodea y establecen una
especial relación con el exterior, caracterizando los lugares, a veces
instituyéndolos” (Vergara C, 2001, 8).
En este sentido la etnografía constituye un enfoque valioso para este tipo de trabajos
donde la condición fundamental es el trabajo en y con las comunidades. Los proyectos
de memoria nos permiten desplegar todo ese potencial de la etnografía en tanto se
hace un trabajo intensivo de campo, registro e interpretación de las realidades en los
barrios y grupos con los que trabajamos. La frontera con la investigación académica
llega en el momento del análisis de todo el volumen de información recopilada. En
estos proyectos el carácter explicativo pasa a un segundo plano pues no se trata de
hacer investigación básica, sino de partir de esa posibilidad descriptiva e interpretativa
que brinda la etnografía, para realizar un acercamiento en conjunto con las
comunidades, permitiendo que, el mismo proceso de investigación participativa, active
en ellos lecturas de sus realidades y explicaciones desde sus experiencias cotidianas.
El efecto social de la investigación está dado por los proyectos de futuro que las
comunidades logran formular a partir de las huellas de memoria que identifican y
proyectan en su proceso de redescubrimiento. Así la memoria se pone al servicio de la
construcción del futuro deseado y posible de los pobladores. El Programa de Memoria
no se queda, entonces, en la contemplación del pasado ni en la actuación coyuntural
en el presente. (Montoya, Hincapié, 1998).
Si bien existe un rol central desde las responsabilidades adquiridas con el Municipio
como contratista, para lograr un buen trabajo con las comunidades este rol debe
trascender el sentido de la responsabilidad para convertirse en un compromiso
personal, donde el investigador se involucre no sólo desde el ámbito laborar; como lo
plantea Gubber en la etnografía “el investigador se implica como persona” e incluso el
trabajo de campo puede llevar al investigador al “auto-conocimiento”. Tanto en el caso
de la Comuna 13 como en el de Moravia esta implicación como investigadores fue
inevitable, a la vez que facilitó el trabajo con las comunidades, pues el establecimiento
de vínculos transformó la asesoría en acompañamiento. Este caso, en sentido
contrario, también fue visible en el proyecto de Prado5 donde las dificultades de
5
“Prado: Patrimonio Y Festejo Cultural” Proyecto coordinado por la Corporación Gandhi. El objetivo de este proyecto
fue “contribuir en la construcción de ciudad Multicultural a través de un proceso de investigación y su difusión sobre
articulación no permitieron que como investigadores nos involucráramos más allá de
unas tareas definidas en un cronograma inicial y terminamos haciendo un
acompañamiento muy formal y poco comprometido.
Motivaciones y objetivos
El primer lineamiento ofrecería una apreciación del estado social y cultural actual de
los grupos en los que se realiza la investigación, en términos de comprender y si es
posible explicar la racionalidad de su visión del mundo, de su ciudad y de sus
relaciones.
Para lograr los diferentes objetivos los proyectos de memoria se desarrollan en dos
fases la primera fase es de carácter aproximativo y de diagnóstico donde a través de
diferentes herramientas se establecen contactos y se abre el panorama investigativo
en los diferentes contextos, al finalizar esta aproximación quedan expresadas unas
propuestas que parten de los mismos habitantes. La posibilidad de dar ejecución a las
diferentes propuestas conformando equipos con las comunidades y proponiendo
memoria y patrimonio en el Barrio Prado, propiciando la construcción colectiva de un espacio público para el festejo
cultural y el intercambio artístico, social y ciudadano”.
acciones sobre los elementos identificados en la primera fase es el objetivo de la
segunda fase. Conservando el sentido de estas fases de investigación e intervención
proponemos aquí una sistematización de los momentos y herramientas a través de los
cuales se desarrollaron los diferentes proyectos durante el 2006.
MOMENTOS
Documentación y caracterización.
La dinámica de acercamiento al contexto parte también de la revisión de fuentes
sobre las temáticas y lugares de interés. Posteriormente se realiza un inventario de las
fuentes y a partir de ellas se elabora una caracterización que apoya y complementa el
trabajo realizado en campo.
Trabajo de Campo
El trabajo de campo inicia desde las reuniones con los equipos de trabajo hasta la
llegada al barrio o sector. Si bien todas las actividades que realizamos en el marco de
los diferentes proyectos se pueden asumir como trabajo de campo, existen unas
actividades diseñadas específicamente con el fin de propiciar espacios de encuentro e
intercambio con las comunidades. Dentro de estas actividades encontramos los
recorridos, entrevistas, visitas, reuniones y la participación en otras actividades
programadas en los barrios.
Alianzas Institucionales.
Las alianzas entre las diferentes instituciones que tienen incidencia en los barrios y
contextos donde se ejecutan los proyectos de memoria se ha venido perfilando como
una estrategia importante en tanto permite que otras voluntades se conjuguen en el
proyecto y aporten diferentes perspectivas. Al mismo tiempo estas alianzas pueden
contribuir a ampliar los canales de gestión y comunicación de las comunidades como
es el caso de Moravia con el comité interinstitucional.
A pesar de que el ritmo de trabajo con diferentes instituciones es lento, los esfuerzos
para realizar actividades conjuntas han sido importantes tanto en el caso del proyecto
de Moravia como en el caso de la Comuna 13. El papel del equipo de la Secretaría de
Cultura Ciudadana como animador y coordinador de estas mesas de trabajo
institucionales nos impone ahora varios retos, sobre todo en el caso de Moravia
donde el comité lleva un proceso de casi dos años de trabajo y se avecinan
acontecimientos concretos como el funcionamiento del Centro de Desarrollo Cultural,
donde se pondrá en juego el papel y legitimidad de este tipo de esfuerzos conjuntos.
Con este comité queda entonces la pregunta ¿Qué sigue?
HERRAMIENTAS
Lecturas y Reseñas
Esta herramienta de documentación a través de fuentes secundarias es una
herramienta importante en tanto da una noción general de los contextos, permite
hacer un estado del arte sobre las miradas que se le han hecho a los barrios y
posibilita la realización de nuevas preguntas y ejes de indagación. En este punto es
importante ampliar la búsqueda de fuentes documentales, es decir, abordar además
de los barrios o comunas, también los temas con los cuales estamos poniendo en
relación la memoria es decir el arte, el comercio, la organización comunitaria, entre
otros posibles, esto permitiría ir fortaleciendo el marco conceptual desde el cual se
mueve el Programa de Memoria Cultural.
Recorridos
Los recorridos constituyen una excelente estrategia para familiarizarse con los lugares
de trabajo y con las comunidades, además posibilitan el intercambio entre los mismos
habitantes del barrio. Caminar constituye una experiencia donde se ponen de
manifiesto tanto la situación actual de los barrios como los diferentes acontecimientos
que le han dado forma a esa versión actual. Mientras se camina se van identificando
referentes territoriales cargados de historias y sentidos de pasado que se ponen en
público y se discuten entre los caminantes. Los recorridos permiten, a diferencia de las
otras herramientas aquí empleadas, el acceso vivencial a algunas de las dinámicas
cotidianas de los barrios.
En el caso de los talleres desarrollados en la Comuna 13, dio muy buen resultado
proponer una metodología que partiera del reconocimiento que se había realizado en
la etapa de los recorridos, ya que este conocimiento previo permitió que, como
investigadores, tuviéramos más elementos para animar y coordinar la conversación.
Al mismo tiempo las reuniones se convierten en espacios propicios para concertar las
dinámicas de los proyectos y construir equipos de investigación, en ellas es necesario
abrir las perspectivas, tanto desde el investigador como desde las comunidades, para
intercambiar conocimientos y poder sentar unas bases reales para desarrollar
investigaciones participativas.
Diario de Campo
En el caso de los proyectos de Memoria donde la actividad es muy intensiva y se
abordan simultáneamente diferentes temáticas, el diario de campo se convierte en una
de las herramientas más importantes. Permite aprovechar elementos de reflexión y
análisis que pueden salir en una reunión o en una visita a los barrios y que si no se
registran, fácilmente se olvidan. Los diarios de campo son una responsabilidad de todo
el equipo, se realiza como una tarea individual sin un formato especifico, esta tarea
trasciende el registro de actividades que se llena con un formato de seguimiento
previamente diseñado por la Secretaría de Cultura. El diario de campo no constituye
exclusivamente una herramienta de registro sino también de análisis y escritura que en
el caso de la construcción de informes finales pueden ser de gran utilidad. En el caso
de las reuniones de equipo de trabajo sería interesante incluir dentro de las
discusiones intercambios de los diarios de campo, esto permitiría contrastar las
diferentes observaciones de los integrantes del equipo y enriquecer en gran medida
las interpretaciones y los informes finales.
Entrevistas
Esta herramienta continúa siendo una estrategia importante para acceder a diferentes
niveles de las memorias colectivas, pues a partir de la subjetividad que subyace en el
discurso de determinado personaje se ponen también en evidencia aspectos que
podemos considerar como marcos colectivos de la memoria. Las entrevistas fueron la
herramienta principal en el caso del proyecto de Guayaquil. A partir de las primeras
entrevistas exploratorias, se identificaron algunos ejes comunes que sirvieron como
ejes de indagación para las demás entrevistas.
Apuntes Finales
En lo metodológico quedan cuatro aspectos centrales para continuar trabajando y
fortaleciendo y de los cuales este texto sólo alcanza a llamar la atención.
Bibliografía
Blair Elsa, 2002. Informe de Investigación del proyecto “Olvido, silencio y memoria: las
heridas abiertas de la(s) violencias (s)” Instituto de Estudios Regionales, Universidad
de Antioquia. CODI.
Garcia Canclini Néstor, Culturas urbanas de fin de siglo. Revista El Correo de la
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Riaño Pilar, 2006. “El Desplazamiento interno y los trabajos de la memoria”. En:
Investigación y desplazamiento forzado: reflexiones éticas y metodológicas” Martha
Nubia Bello Editora. REDIF, Colciencias.
Vergara Cesar Abilio, Miguel Ángel Aguilar y Amparo Sevilla (Coordinadores), 2001.
La Ciudad desde sus lugares: Trece ventanas etnográficas para una metrópoli.
Universidad Autónoma Metropolitana. México.