La Innovación Educativa Con Perspectiva de Género

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Profesorado.

Revista de Currículum y
Formación de Profesorado
ISSN: 1138-414X
[email protected]
Universidad de Granada
España

Rebollo, Mª Ángeles
LA INNOVACIÓN EDUCATIVA CON PERSPECTIVA DE GÉNERO. RETOS Y DESAFÍOS PARA EL
PROFESORADO. EDITORIAL
Profesorado. Revista de Currículum y Formación de Profesorado, vol. 17, núm. 1, enero-abril, 2013,
pp. 3-8
Universidad de Granada
Granada, España

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=56726350001

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V OL . 17, Nº 3 (enero-abril. 2013)
ISSN 1138-414X (edición papel)
ISSN 1989-639X (edición electrónica)
Fecha de recepción 12/03/2013
Fecha de aceptación 28/03/2013

MONOGRÁFICO
LA INNOVACIÓN EDUCATIVA CON PERSPECTIVA
DE GÉNERO. RETOS Y DESAFÍOS PARA EL
PROFESORADO. EDITORIAL
Educational Change from a gender approach. Challenges for teachers.
Leading Article

Mª Ángeles Rebollo
Universidad de Sevilla
E-mail: [email protected]

Como coordinadora de este monográfico deseo a las personas que se acerquen a leerlo
una satisfactoria inmersión en sus contenidos con la seguridad de que encontrarán en él
temas e ideas de interés para reflexionar e incorporar el género en sus prácticas educativas.
Este volumen incluye un conjunto de trabajos en el que un grupo de investigadoras e
investigadores comprometidos en el apoyo y promoción de una educación de calidad desde la
equidad de género reflexionan sobre la inclusión de la perspectiva de género en educación y
presentan iniciativas innovadoras.
La inclusión de la perspectiva de género en educación supone un factor de innovación
y cambio educativo que ha sido posible gracias a las contribuciones del feminismo. Éste
supone un bagaje cultural innovador y un motor de cambio social (Subirats, 2006; Simon,
2010), al proponer una revisión y actualización de la cultura y tradiciones heredadas con el
fin de garantizar la justicia y cohesión social. La educación se convierte así en un factor clave
para garantizar la justicia y la cohesión social, siendo la equidad de género un indicador de la
calidad de los sistemas educativos. No existen sistemas educativos de calidad sin equidad
(Bartolomé, 2008). Por ello, la perspectiva de género supone garantía de calidad y equidad

http://www.ugr.es/local/recfpro/rev171ed.pdf
La innovación educativa como perspectiva de género

educativas. Su inclusión en la educación implica cambios que afectan desde la organización


escolar, los contenidos curriculares a los recursos educativos, la formación del profesorado,
etc. (Subirats, 2006).
La igualdad también se aprende como dice Elena Simón (2010) y se aprende de
muchas maneras, en múltiples contextos y a través de diversos medios. De ahí la importancia
de las políticas para promover la igualdad. Las leyes son potentes herramientas que ayudan a
crear nuevos escenarios y oportunidades para la convivencia. Aunque sabemos que éstas no
garantizan por sí solas los cambios, sí establecen las bases para hacerlos posibles y ofrecen un
marco para desarrollarlos mostrando una senda a los y las ciudadanas para la convivencia
social. Ya Bourdieau (2000) afirmaba que, aunque es en la familia donde se aprenden modelos
de conducta y formas de relación, son la escuela y el estado quienes los legitiman.
Hoy sabemos que la herencia cultural compartida –nuestro pasado- se ha construido
sobre la idea esencialista de que una marca biológica como es el sexo sirve para asignar a las
personas actividades, funciones, relaciones y poderes diferentes (Lagarde, 1996; Freixas,
2001; Bosch, Ferrer y Alzadora, 2006). Mientras a las mujeres se las han considerado
naturalmente capacitadas para la vida privada, la maternidad y el cuidado de la familia, a los
hombres se les ha considerado naturalmente dotados para el mando, el gobierno y la
ambición. Esta diferenciación es una convención social, que nos permite organizar y distribuir
funciones sociales para la convivencia. El problema de cualquier diferenciación social es
cuando deviene en desigualdad y sirve para naturalizar y justificar prácticas sistemáticas de
discriminación. El sistema de creencias, que organiza nuestras acciones y nuestra forma de
participar en la sociedad, actúa en múltiples ocasiones de manera invisible e irreflexiva. Por
ello, aún hoy cambiar estas creencias, que establecen el sexo como marca social, supone uno
de los desafíos educativos más importantes que puede encomendarse a la escuela.
La investigación de género aporta hoy todo un conjunto de conocimientos y de
prácticas que en la última década se han venido integrando en el curriculum escolar con el
fin de procurar un sistema educativo de calidad con equidad de género. Por ello, es
importante entender qué aporta la perspectiva feminista de género a la educación. El análisis
teórico profundo sobre la socialización diferencial de hombres y mujeres así como la
influencia que ha tenido en formas de desigualdad y prácticas de discriminación ha permitido
al feminismo elaborar propuestas educativas muy interesantes para promover el cambio social
hacia la igualdad. La inclusión de la perspectiva de género en educación propone incorporar
este conjunto de saberes y prácticas que reivindican el derecho de las personas a ser iguales
desde la diferencia, introduciendo una agenda educativa para promover la igualdad real entre
hombres y mujeres que abarca no sólo contenidos o áreas de atención sino también
estrategias o formas de acción propias.
Diversas estrategias favorecen la igualdad y se han venido incorporando en la agenda
educativa para una igualdad real. Una de las estrategias con mayor calado y tradición
feminista ha sido la visualización; desarrollar la capacidad para ver, reconocer la desigualdad
y discriminación de género en diferentes ámbitos y situaciones forma parte de la agenda para
el cambio (aprender a mirar). Con frecuencia se ha utilizado el término “ceguera de género”
para definir la incapacidad para percibir la desigualdad y las prácticas de discriminación
(García-Pérez, Rebollo, Vega, Barragán, Buzón y Piedra, 2011). La naturalización de la
desigualdad es uno de los efectos perversos de la socialización patriarcal. Esto supone
aprender a mirar cómo están repartidas las tareas y los roles entre hombres y mujeres y las
implicaciones que tienen en sus vidas. Aportar pruebas y evidencias de la existencia de la
desigualdad es una estrategia clave para favorecer los cambios.
Otra estrategia también muy valorada y considerada en la agenda para el cambio
educativo con perspectiva de género consiste en aprender a creer en la igualdad, es decir,
desarrollar la capacidad de pensar y hablar en términos positivos y constructivos sobre
igualdad y compartirlo con otras personas (aprender a pensar y a hablar). Es un ejercicio
responsable como educadores y educadoras desarrollar un pensamiento crítico, es decir,
tomar conciencia sobre la importancia de la igualdad y hablar sobre ello, porque estas
posiciones tienen efectos transformadores y expansivos en los contextos sociales que
habitamos. Es nuestra responsabilidad procurar no reproducir de forma automática e

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La innovación educativa como perspectiva de género

irreflexiva el machismo (ideas, comentarios, chistes, etc.), ya que no sólo corremos el riesgo
de perpetuarlo, sino que también estamos dañando a los y las jóvenes ofreciendo modelos
negativos e incompatibles con la igualdad. Dialogar y conversar sobre estas cuestiones ofrece
oportunidades a los jóvenes de escuchar opiniones y argumentos a favor de la igualdad, lo que
en última instancia suponen recursos para que ellos y ellas puedan pensar sobre estos temas.
Lo que no se habla no existe y lo que no existe no se puede practicar. Para hacer propios
nuevos recursos y códigos con los que entender el mundo y las relaciones entre hombres y
mujeres es importante que éstos sean compartidos con otras personas, ya que cuando
compartimos nuestras historias personales con otras personas y nos identificamos o tomamos
parte en las historias de los demás, imaginamos escenarios futuros y redefinimos nuestras
identidades. Es muy importante que la igualdad de género penetre en las conciencias
individuales, pero aun más lo es que presida las relaciones interpersonales y la propia cultura
de las instituciones educativas.
Por ello, otra de las líneas estratégicas de acción para el cambio educativo con
perspectiva de género consiste en desarrollar buenas prácticas coeducativas, es decir, poner
en marcha acciones, conductas y prácticas igualitarias (aprender a hacer). Modificar pautas
de comportamiento que tenemos automatizadas puede resultar complejo, pero es importante
tener la voluntad de introducir cambios sostenibles en el tiempo. El valor de los cambios
reside en su sostenibilidad. Por ello, en este nivel de cambio lo importante es transformar
una pauta y mantenerla en el tiempo. Esta pauta puede afectar al reparto y distribución de
espacios, tiempos, actividades y/o recursos tanto en un contexto público (laboral, escolar,
social, etc.) como en contexto privado (familiar, pareja, etc.).
Este número monográfico recoge un conjunto de trabajos que proceden en su mayor
parte del proyecto teon XXI, el cual tiene su razón de ser en el marco del I Plan de Igualdad
entre Hombres y Mujeres en Educación desarrollado en Andalucía entre 2005 y 2012 y cuyo
propósito ha sido ofrecer recursos al profesorado para desarrollar planes de igualdad en sus
centros educativos, pero también incluye algunas colaboraciones procedentes de otros
proyectos de investigación que comparten el propósito de promover la igualdad desde la
evidencia científica. Todos ellos asumen una visión dinámica y socioconstruccionista del
género (West y Zimmerman, 1987; Crawford y Chaffin, 1997; Cala y De la Mata, 2006).
Los trabajos que recoge este monográfico abordan diversos temas de interés en la
agenda para el cambio educativo en materia de igualdad de género y han sido desarrollados
bajo la influencia de las aportaciones realizadas por el feminismo en los últimos años.
Ángeles Calatrava, desde su experiencia y conocimiento práctico en el ámbito de la
administración y política educativa de género, hace un recorrido por las políticas que se han
venido desarrollando en materia de igualdad en los últimos treinta años y reflexiona sobre los
desafíos pendientes y la importancia de continuar el camino iniciado.
El análisis de las vivencias, percepciones e inquietudes del profesorado en los
procesos de innovación educativa en materia de igualdad también constituye un área de
interés en este monográfico. Andrés Santamaría, Mercedes Cubero, Mar Prados y Manuel de la
Mata abordan el tema de la identidad del profesorado en los procesos de cambio coeducativo,
analizando las posiciones que adoptan en relación con ellos y cómo reconfiguran su identidad
profesional a partir de su implicación en proyectos y prácticas coeducativas. Por su parte, el
estudio sobre las metáforas que las profesoras usan para contar sus experiencias en la
aplicación de planes de igualdad ofrece claves para el seguimiento y la mejora de las políticas
de igualdad de género. En este grupo de trabajos también se encuentra el trabajo de Luisa
Vega, Olga Buzón y Mª Ángeles Rebollo sobre los recursos y estrategias del profesorado en la
aplicación de planes de igualdad mostrando el variado abanico de posibilidades de
argumentación, influencia y acción que usan las profesoras según las temáticas o ejes
prioritarios de cambio que asumen en sus proyectos.
La formación en género del alumnado universitario constituye el objeto de interés de
los trabajos de Trinidad Donoso y Anna Velasco de la Universidad de Barcelona y de Eva
Olmedo de la Universidad de Granada. El primero de estos trabajos aborda la importancia y
necesidad de sensibilizar y formar en perspectiva de género en el ámbito universitario,

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La innovación educativa como perspectiva de género

presentando una experiencia educativa a partir de la cual se observan cambios en las


percepciones, actitudes y conductas del alumnado a partir del análisis reflexivo y crítico de
los diarios del propio alumnado universitario. El segundo de estos trabajos presenta una
propuesta innovadora para reflexionar sobre las culturas de aprendizaje en la universidad
desde una perspectiva de género, descubriendo contextos de aprendizaje poco permeables a
los saberes femeninos a través del uso de fotografías y las interpretaciones del alumnado. En
la sección de colaboraciones también nos encontramos el trabajo firmado por Rafael García-
Pérez, Arianna Sala, Esther Rodríguez-Vidales y Assumpta Sabuco en el que se desmonta los
discursos que cuestionan la formación en género como mero adoctrinamiento ideológico;
basándose en evidencias científicas, estos autores demuestran la falta de formación en el
plano cognitivo y metacognitivo en relación con esta materia, lo que supone una grave
irresponsabilidad social debido al ulterior impacto que este déficit puede tener en una mala
praxis educativa.
La socialización diferencial de género y sus implicaciones en las relaciones y la
convivencia de hombres y mujeres constituye otro núcleo temático abordado en este
monográfico. El artículo de Vicky Ferrer y Esperanza Bosch analiza la socialización diferencial
de género desde un plano afectivo a partir del concepto de amor y los mitos románticos
planteando propuestas para la prevención de la violencia de género. Por su parte, Estrella
Ruiz-Pinto, Rafael García-Pérez y Mª Ángeles Rebollo presentan un original trabajo de análisis
de las redes sociales del alumnado adolescente en el aula desde una perspectiva de género,
demostrando la influencia de los mandatos de género en las relaciones entre iguales según la
naturaleza de las actividades. El artículo de Assumpta Sabuco, Arianna Sala, Rita Santana y Mª
Ángeles Rebollo analiza los discursos sobre la masculinidad de niños varones, descubriendo la
presencia de los mandatos de género en las interacciones, significados y emociones de los
niños varones en el contexto escolar y mostrando el control social del grupo como una
práctica de socialización en grupos de iguales para asumir el modelo hegemónico. En la
sección de colaboraciones también el trabajo de Miguel Bascón, Javier Saavedra y Samuel
Arias presentan una propuesta de actividad con adolescentes basadas en la resolución de
dilemas para trabajar competencias de diálogo y negociación de significados en relación con
la violencia de género.
Como hemos señalado con anterioridad, la igualdad se aprende no sólo formalmente
sino también de manera informal. La organización escolar puede configurar un espacio para la
coeducación desde el uso de los espacios, del lenguaje, las normas y pautas de convivencia,
etc. El trabajo de Rafael García-Pérez, Carlos Quiñones y Manuel Jesús Espigares, además de
aportar una herramienta útil y válida para el análisis de los centros educativos en materia de
igualdad, se muestra particularmente útil para identificar los aspectos de la organización
escolar que distan más de ser paritarios e inclusivos señalando vías y contenidos para
transformar la cultura escolar.
La familia supone el contexto de socialización primaria por excelencia y, por tanto,
asume un papel de gran trascendencia en el cambio hacia un modelo coeducativo. Este
monográfico incluye un artículo sobre las actitudes de colaboración o resistencia en el ámbito
familiar hacia las innovaciones educativas con perspectiva de género en el ámbito escolar.
Ramón González-Piñal, Rafael García-Pérez y Mª Rosario Rodríguez-Díaz analizan la brecha de
género en la familia a partir de un estudio en el que combinan perspectivas antropológicas,
educativas y sociológicas.
Por último, este volumen recoge varios trabajos en los que se presentan y analizan
buenas prácticas coeducativas claramente vinculadas al contenido principal del monográfico.
A partir de los trabajos previos de Bascón et al. (2010) y Rebollo et al. (2012), Javier
Saavedra, Miguel Bascón, Mar Prados y Assumpta Sabuco elaboran, aplican y validan una
escala observacional para el profesorado de gran utilidad, la cual constituye una herramienta
valiosa para medir la calidad de las prácticas coeducativas y su efecto en la comunidad
escolar. Con la misma idea, Joaquín Piedra, Rafael García-Pérez, Águeda Latorre y Carlos
Quiñones describen un conjunto de buenas prácticas coeducativas en Educación Física,
reflejando algunos ejemplos de prácticas en el nivel de secundaria y en el nivel de Primaria,
los cuales reflejan actividades desarrolladas en distintos centros y contextos sociales en los

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La innovación educativa como perspectiva de género

que se desarrolla la coeducación a distinto nivel de profundidad desde el área de Educación


Física. En la sección de colaboraciones, los trabajos de Díaz-Greñu, Anguita y Torrego sobre la
aplicación de un proyecto de innovación sobre igualdad de género y diversidad afectivo-sexual
en educación secundaria y el de Raquel Barragán y Estrella Ruiz sobre usos educativos de las
redes sociales desde una perspectiva de género resultan de interés en esta vertiente de
innovación educativa, mostrando propuestas educativas de gran valor coeducativo vinculadas
a la innovación y mejora de las escuelas desde la perspectiva de género.
Quiero finalizar este artículo agradeciendo el apoyo del equipo editorial de esta
revista por su apuesta decidida en la publicación de este volumen dedicado a la inclusión de
la perspectiva de género en educación en un momento en el que la lucha por la igualdad no
parece una prioridad política y en el que el modelo de una educación pública de calidad para
todos y todas está casi llegando a contemplarse como una quimera imposible. También quiero
destacar mi profundo agradecimiento a las autoras y autores de los trabajos que forman parte
de este volumen no sólo por su participación en él sino por su complicidad y perseverancia en
construir una sociedad más inclusiva, democrática y justa.
Me gustaría dedicar este volumen a todas las profesoras y profesores, madres y
padres, equipos directivos y responsables políticos que continúan creyendo en la igualdad y
trabajan con tesón e ilusión para conseguirla día a día, procurando superar sus propias
expectativas para ofrecer las mejores oportunidades a nuestras niñas, niños, adolescentes y
jóvenes.
Por último, por parte de los editores de los revista, en el apartado de “Firma
invitada”, incluyen un excelente trabajo de educación comparada (“Entre la fe y la ciencia:
La teoría de la cultura mundial y la educación comparada”), que ha recibido el Premio
George Bereday de la Comparative and International Education Society (CIES) de los Estados
Unidos como el mejor trabajo publicado en 2012 en la Comparative Education Review. Está
llamado a desempeñar un papel relevante en la discusión hispanoamericana de ese ámbito de
trabajo. Agradecen al profesor Miguel Pereyra, como en otras ocasiones, sus gestiones,
disposición y oportunidad.

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