Perspectiva de Género Gabriela Yuba

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Perspectiva de género: alcances e implicancias en materia de derechos humanos

Por Gabriela Yuba(*)


I.-Introducción

La violencia de género

La violencia contra las mujeres, la violencia de género, constituye uno de los flagelos
más grandes a nivel global. Según las Naciones Unidas, la violencia contra las mujeres
es una violación de derechos humanos de proporciones pandémicas.

Frente a este escenario se impone pensar globalmente y actuar localmente como una
forma de intervenir más eficaz y con una perspectiva de género.

Pensar en términos de “enfoque de género”, actuar, decidir, legislar, constituye un


proceso que requiere de una toma de conciencia de que la igualdad de género es la
forma de luchar contra la violencia de género, de lograr una sociedad más justa.

Pensar en términos de “género “o con una perspectiva de género, implica tener en


cuenta que existen estereotipos que acrecientan las desigualdades y que debemos
erradicar, combatir, para lograr una sociedad equitativa con base en una cultura de
derechos humanos.”

Cobra vigencia entonces la capacitación en perspectiva de género. Ello implica poner


en valor la educación como una actividad transformadora de la cultura, que va a
impactar en el modo de ver a la política como herramienta de realización de los
derechos humanos.

En el presente trabajo abordaremos nociones conceptuales, como también distintas


acciones en pos del empoderamiento de la perspectiva de género.

II.- Nociones conceptuales

Comprender qué se entiende por perspectiva de género supone un proceso cognitivo


que conjugue lo conceptual con la realidad sobre la que se interviene en pos de la
igualdad como meta esencial. De allí que resulte fundamental saber qué se entiende
por género; binomio sexo-género; de qué manera influyen en las normas de género el
patriarcado y cómo podemos enfrentar a las desigualdades de género que profundizan
las relaciones desiguales entre mujeres y hombres, que coartan la autonomía de las
mujeres y provocan la discriminación de género.

Así, nos referimos a sexo, género e identidad de género. Estos son conceptos
diferentes, pero que se relacionan entre sí.[1]

El género “… se refiere a los roles, comportamientos, actividades y atributos que una


sociedad determinada en una época determinada considera apropiados para mujeres
y hombres. Además de los atributos sociales y las oportunidades asociadas con la
condición de mujer y hombre, y las relaciones entre mujeres y hombres y niñas y
niños, el género también se refiere a las relaciones entre mujeres y las relaciones entre
hombres. Estos atributos, oportunidades y relaciones son construidos socialmente y
aprendidos a través del proceso de socialización…El género es parte de un contexto
sociocultural más amplio, como lo son otros criterios importantes de análisis
sociocultural, incluida la clase, raza, nivel de pobreza, grupo étnico, orientación sexual,
edad, etc.…”[2]. “Masculino” y “femenino” son categorías de género.

Lagarde en su obra “Género y feminismo. Desarrollo Humano y Democracia”[3]


citando Seyla Benhabib, señala que “Por género entiendo la construcción diferencial
de los seres humanos en tipos femeninos y masculinos. El género es una categoría
relacional que busca explicar una construcción de un tipo de diferencia entre los seres
humanos... es necesario cuestionar la oposición misma entre sexo y género. La
diferencia sexual no es meramente un hecho anatómico, pues la construcción e
interpretación de la diferencia anatómica es ella misma un proceso histórico y social.
Que el varón y la hembra de la especie difieren es un hecho, pero es un hecho también
siempre construido socialmente. La identidad sexual es un aspecto de la identidad de
género. El sexo y el género no se relacionan entre sí como lo hacen la cultura y la
naturaleza, pues la sexualidad misma es una diferencia construida culturalmente…”.[4]

La Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra


la Mujer o Convención de Belem do Pará[5] no define el “género” pero es el primer
instrumento internacional y regional que introduce ese concepto al definir la violencia
contra la mujer.

Concretamente dispone en el artículo 1 que “…para los efectos de esta Convención


debe entenderse por violencia contra la mujer cualquier acción o conducta, basada en
su género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer,
tanto en el ámbito público como en el privado…”.

Así, la Corte IDH ha establecido que no toda violación a un derecho humano cometida
contra una mujer trae aparejada violación de la Convención de Belém do Pará. Para
que se aplique la Convención conforme el art. 1, se requiere que la violación esté
basada en razones de género y dentro del contexto de violencia contra las mujeres. Se
alude aquí a estereotipos de género.[6]Y la creación y uso de estereotipos se convierte
en una de las causas de la violencia de género contra la mujer.

Posteriormente, es la Convención de Estambul (2011)[7] el primer instrumento


internacional que define expresamente el género y violencia de género.

El artículo 2 expresa puntualmente que ese Convenio se aplicará a todas las formas de
violencia contra las mujeres, incluida la violencia doméstica, que afecta a las mujeres
de manera desproporcionada.

El art. 3 inc. C y D define género y violencia contra las mujeres por razones de género:
“…Inc. c) por “género” se entenderán los papeles, comportamientos, actividades y
atribuciones socialmente construidos que una sociedad concreta considera propios de
mujeres o de hombres;…”
“…d) por “violencia contra las mujeres por razones de género” se entenderá toda
violencia contra una mujer porque es una mujer o que afecte a las mujeres de manera
desproporcionada…”.

Advertimos que todas las definiciones apuntan a la construcción social y cultural del
género.

Resulta también importante tener en cuenta además del género, la noción de sexo e
identidad de género. Como expresáramos al inicio, éstos son aspectos que se
encuentran ligados a la persona humana. Son diferentes, pero relacionados entre sí.

Por sexo (biológico) aludimos a las características biológicas que distinguen a mujeres
y hombres.

Por identidad de género se entiende según la Ley 26.743 como “… la vivencia interna
e individual del género tal como cada persona la siente, la cual puede corresponder o
no con el sexo asignado al momento del nacimiento, incluyendo la vivencia personal
del cuerpo. Esto puede involucrar la modificación de la apariencia o la función corporal
a través de medios farmacológicos, quirúrgicos o de otra índole, siempre que ello sea
libremente escogido. También incluye otras expresiones de género, como la
vestimenta, el modo de hablar y los modales…” (art. 2).

Ahora bien, las personas tienen también una orientación sexual. Esta es “la capacidad
de sentir una profunda atracción emocional, afectiva y sexual y las relaciones íntimas y
sexuales con individuos de un sexo/género diferente o del mismo sexo/género o más
de un sexo /género…”.[8]

Para entender desde una dimensión global la noción de género, resulta importante
señalar, que, en la construcción social y cultural del mismo, confluyen tres elementos:
las normas de género; los roles de género y las relaciones de género.

Las normas de género son las reglas impuestas por el patriarcado acerca de cómo
deben ser y relacionarse socialmente cada hombre y cada mujer.

El patriarcado significa “gobierno de los padres”. Desde un punto de vista histórico, se


refiere a un tipo de organización social en donde la autoridad la ejercía el varón, el jefe
de la familia. La familia es una de las instituciones básicas del orden social. Este
término se refiere entonces a una forma tradicional de organización social que suele
ser la base de la desigualdad de género. Se le brinda más importancia al hombre o a la
masculinidad que a la mujer y lo femenino. Es decir: el mundo de las decisiones sobre
la casa, la descendencia, los negocios, la propiedad, están bajo el mando de los
hombres. Las mujeres están relegadas a tareas de cuidado.[9]
Los roles de género apuntan a normas sociales y de conducta que son aceptadas como
propias para personas de un sexo específico en una cultura puntual. Generalmente
atribuyen tareas y responsabilidades asignadas a las mujeres, hombres, niñas y niños.
Los roles de género suelen sufrir modificaciones por el transcurso del tiempo según los
momentos históricos y bajo la influencia del empoderamiento y masculinidades.

Por último, las relaciones de género se refieren a las relaciones sociales que unen a los
hombres y mujeres como grupos sociales en una comunidad (cómo se distribuyen el
poder, el acceso y control de los recursos entre los sexos). También el transcurso del
tiempo los transforma y modifica.

Las desigualdades de género que surgen por las sub valoraciones desde lo social y las
relaciones de subordinación de las mujeres en relación con los varones, impactan en lo
socio-político-institucional, cultural y relacional, teniendo influencia también distintos
factores de vulnerabilidad: etnia, raza, ancianidad, existencia de conflictos armados,
migraciones, desplazamientos, situación económica desfavorables, edad, etc.[10]

La violencia de género aparece, como todo acto perjudicial, cometido en contra de la


voluntad de una persona y está basado en diferencias socialmente adjudicadas
(género) entre mujeres y hombres. La naturaleza y alcance de tipos de violencia varían
según las culturas, países y regiones.[11] Y la violencia contra las mujeres es una forma
de violencia de género.

Basada en una relación desigual de poder, la violencia contra las mujeres es toda
conducta, acción u omisión que, de manera directa o indirecta, en el ámbito público o
privado, afecta su vida, libertad, dignidad, integridad física, psicológica, sexual,
económica, patrimonial, como también su seguridad personal.[12]

Y son esas relaciones desiguales de poder que obstaculizan y limitan la autonomía de


las mujeres (autonomía desde lo económico, física, en la toma de decisiones)
acrecentando la discriminación e impactando en el modo de ejercer sus derechos
humanos fundamentales.

“… La violencia contra las mujeres es una ofensa a la dignidad humana y una


manifestación de las relaciones de poder históricamente desiguales entre mujeres y
hombres…”.[13]

En la lucha contra la violencia hacia las mujeres, la igualdad de género aparece como
un principio esencial para eliminar las discriminaciones que inciden en el ejercicio de
los derechos humanos de las mujeres y además como un elemento vital como eje de
desarrollo, poniendo el acento en las personas en cuanto sujetos de derechos y en su
dignidad.

De manera que la igualdad de género es una cuestión de derechos humanos. Sin


igualdad no hay una sociedad justa, con oportunidades para todas y todos sin
distinción y sin discriminación. En definitiva: no hay desarrollo SOSTENIBLE y
SOSTENIBILIDAD.
La igualdad de género implica:
• Mismas oportunidades, derechos y responsabilidades.
• Concierne e involucra a los hombres y las mujeres.
• Poner fin a la brecha de género.
• Empoderar a las mujeres y a las niñas.
• Mejorar el acceso en la toma de decisiones políticas.
• Poner fin a la violencia contra las mujeres.
• Fortalecer la capacitación y liderazgo económico de las mujeres.
• Fomentar el acceso a la educación de calidad de las mujeres y niñas.
• Desarrollar políticas con perspectiva de género.

III.- Perspectiva de género

La violencia contra las mujeres constituye una forma de discriminación. Ésta


obstaculiza el ejercicio pleno de los derechos humanos fundamentales, atacando al
derecho a la igualdad y dignidad de las personas.

Toda vez que el derecho a la igualdad y acceso a la justicia adquieren relevancia como
pilares para garantizar el ejercicio y goce de los derechos humanos para todos sin
distinciones, se requiere de una mirada específica desde el Estado para hacer realidad
dichos derechos, especialmente respecto de los sujetos vulnerables.[14]

La perspectiva de género surge como una herramienta imprescindible en el marco del


abordaje de la violencia contra las mujeres, que impacta en el modo de actuar, decidir,
legislar, ejecutar políticas públicas en materia de derechos humanos.

Ella, es una “categoría de análisis que sostiene que las diferencias entre hombres y
mujeres se explican a partir de las condiciones sociales, culturales, políticas,
económicas y jurídicas, históricamente creadas para determinar la vida de hombres,
mujeres a partir de su sexo biológico… permite comprender y profundizar sobre el
comportamiento aprendido diferencialmente entre hombres y mujeres. La
perspectiva de género explica así cómo los hombres y las mujeres históricamente han
estado regulados por comportamientos “permitidos”, “esperados”, “negados” o
condenados” por el ambiente social en que viven, el cual está basado en las ideas de la
dominación masculina que plantean – como fundamento principal- la inferioridad de
las mujeres y la superioridad de los hombres…”.[15]

Ahora bien, en la lucha y acción orientada a la remoción y eliminación de patrones


estereotipados que promueven la violencia, debemos tener presente la Convención
de Belém do Pará , que establece en el artículo 6 que : “… El derecho de toda mujer a
una vida libre de violencia incluye, entre otros: A) el derecho de la mujer a ser libre de
toda forma de discriminación , y b) el derecho de la mujer a ser valorada y educada
libre de patrones estereotipados de comportamiento y prácticas sociales y culturales
basadas en conceptos de inferioridad o subordinación…”.
Esta norma refleja claramente las implicancias de una vida sin violencia. Basada la
violencia de género en el preconcepto de la inferioridad de las mujeres, que es a su vez
sustento de la cultura de la desigualdad y discriminación que se observa en la sociedad
en general, la perspectiva de género emerge como herramienta para hacer realidad el
derecho a la igualdad y los demás derechos reconocidos en los tratados y
convenciones de DDHH. La violencia contra las mujeres es un fenómeno complejo y
multidimensional que debe ser intervenido de manera intersectorial y holística.

La remoción de los estereotipos de género[16] y patrones socioculturales [17]que


promueven y sostienen la desigualdad de género y las relaciones de poder contra las
mujeres, constituyen uno de los objetivos de toda política contra la violencia de
género con perspectiva de género.

La perspectiva de género constituye entonces un enfoque imprescindible frente a las


desigualdades entre hombres y mujeres que ponen en jaque a la igualdad como valor
esencial y que hace a la dignidad humana.

III.1.-Fundamento

Encuentra fundamento la perspectiva de género en la obligación de los Estados en la


lucha contra la violencia contra las mujeres y todas las actividades implicadas en ello;
en la promoción y defensa del derecho a la igualdad y no discriminación, en cuanto
garantes[18] de los tratados y convenciones internacionales de DDHH que ratificaron.

Podemos señalar los siguientes instrumentos internacionales como marcos jurídicos


fundantes:
· CADH: arts. 1.1; 8;11.1; 25; 29.B
· Protocolo de San Salvador: art. 3
· Declaración Universal de Derechos Humanos: arts. 1; 2.
· Declaración Americana de los Deberes y derechos del hombre: art. 2.
· PIDESyC: art. 2.2.
· CEDAW: arts. 1; 2; 3.
· PIDCyP: arts. 2;3; 5.2; 14.
· Recomendación General nro19 CEDAW.
· Convención de Belém do Pará: arts. 1;4 inc. F; 6;7; 8; 8 inc. B; 9.
· MESECVI: Declaración sobre la violencia contra las mujeres, niñas y adolescentes y
sus derechos sexuales y reproductivos.( 19/9/2014.)

III.2- Capacitación en perspectiva de género

Efectuar una intervención; implementar una política o juzgar con perspectiva de


género supone un análisis desde un punto de vista integral en la temática de los
derechos de las mujeres, reconociendo que existen diferencias entre hombres y
mujeres en cuanto a sus necesidades, intereses, pero apuntando a la eliminación de
prácticas que tengan efectos discriminatorios o profundicen diferencias por razones de
género y desigualdades.
Todo esto lleva al abordaje de una capacitación que tienda a la reducción de la
complejidad de la temática de la violencia de género y que se traduzca en actividades y
acciones que pongan en un pie de igualdad a las mujeres respecto de los hombres, en
el ejercicio y goce de sus derechos humanos fundamentales.

Hemos reseñado los fundamentos legales y convencionales sobre la igualdad y no


discriminación, pero resulta esencial que los logros jurídicos y políticos se traduzcan en
resultados concretos para los derechos de las mujeres. Tal como lo sostiene la CIDH en
su informe temático “Estándares jurídicos vinculados a la igualdad de género y a los
derechos de las mujeres en el sistema interamericano de derechos humanos:
desarrollo y aplicación”, esto se logra con la colaboración y compromiso de distintos
actores sociales, Estados, ONG, agencias internacionales, sectores académicos y
medios de comunicación.

La formación o capacitación en cuestiones de género y con perspectiva de género,


orientada hacia la igualdad de género, ha sido tomada por distintos Estados como
parte de su agenda pública.

Así podemos señalar a modo de ejemplo, la organización de cursos de derechos


humanos; género, legislación sobre violencia doméstica; Convención de Belém do
Pará; Sistema Interamericano de Derechos Humanos (SIDH); la creación de Secretarías
de Género en el ámbito de los poderes judiciales, escuelas judiciales y fuerzas de
seguridad en distintos países como : Bolivia; Colombia, Costa Rica, Guatemala,
México, Paraguay; Perú, Uruguay entre otros. [19]

Por otro lado, la incorporación de la perspectiva de género en decisiones judiciales, en


el ámbito de la Corte IDH es de vital trascendencia, lo que lleva a profundizar aún más
el tema de la capacitación en ese enfoque.

Es que el enfoque o perspectiva de género supone:


· “… Adecuada comprensión del fenómeno de la violencia contra las mujeres.
· Asumir el contexto generalizado de violencia contra la mujer.
· Adecuada identificación de las relaciones de poder desiguales entre los géneros.
· Utilización de un lenguaje no sexista.
· Ausencia de prejuicios y estereotipos de género.
· Incorporación de los estándares internacionales que protegen los derechos de las
mujeres (incluyendo jurisprudencia de mecanismos internacionales) …”.[20]

A los ítems señalados, debemos agregar un análisis de la situación sobre la que se


interviene. La mirada local implica una aplicación real y concreta de los nuevos
paradigmas en materia de derechos humanos (de promoción de la persona, de la
igualdad y no discriminación) no disociando la realidad, el fenómeno multicausal de la
violencia y el derecho aplicable.

En ese sentido no es un dato menor, considerar el escenario o contexto social en el


que nos desenvolvemos. En la actualidad, Argentina, por ejemplo, tiene un incremento
de casos de femicidio. El escenario de violencia de género es mayor. Según la Tercera
Edición del Registro de Femicidios del P. Judicial, elaborado por la CSJN[21] se
produjeron 254 casos de femicidio, 19 femicidios más que el año pasado. De esos 254
femicidios, 244 niños, niñas y adolescentes quedaron sin su mamá, que fue asesinada.
Este incremento de la violencia de género y el contexto social, pone en evidencia la
necesidad de tomar medidas integrales para hacer frente a este flagelo (según la ONU
es una pandemia), debiendo poner énfasis en aquellas personas más vulnerables: los
niños, niñas y adolescentes, hijos de las mujeres asesinadas, como también en el resto
de las mujeres de manera preventiva.

La perspectiva de género, por otra parte, no puede verse de manera aislada del interés
superior del niño, lo que implica una transversalidad de género. Un ejemplo de ello es
la sanción de la ley nacional 27.363 que incorpora al Código Civil y Comercial de la
Nación el art. 700 bis y modifica el art. 702, sobre privación automática de la
responsabilidad parental. No considerar ese contexto de violencia, es justamente no
contar con una perspectiva de género que permita poner la mirada y las acciones
afirmativas en la erradicación, eliminación, prevención de la violencia y generar
espacios y ámbitos que sean favorecedores de la cultura de paz y de derechos
humanos, en sintonía con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y los ODS
(especialmente los ODS nro. 5 y 16).

Se debe trabajar pues, en la eliminación de ambientes favorecedores de la impunidad


en casos de violencia de género. Debe ser una política de Estado.

III.3.- Decisiones de la Corte IDH

No podemos dejar de mencionar en el abordaje de la perspectiva de género algunos


fallos de la Corte IDH que muestran claramente la importancia de ese enfoque en
términos de derechos humanos de las mujeres.

1) Corte IDH. Caso del Penal Miguel Castro Castro vs. Perú. Sent. Del 25/11/2006[22]

El caso: En el llamado “Operativo Mudanza”. El 6/5/1992 un número elevado de


miembros de la policía y fuerzas armadas, ingresaron en el Penal Castro Castro en el
pabellón de las mujeres prisioneras (acusadas de pertenecer a la agrupación Sendero
Luminoso). Se encontraban mujeres embarazadas y ancianas. Este operativo dejó 45
mujeres muertas y varias heridas. Se llevó a cabo el mismo durante la semana del día
de la madre y de un día de visita femenino. El ataque (con la excusa de trasladar a las
detenidas a otro centro) fue presenciado por familiares, hijas e hijos. Varias mujeres
heridas fueron trasladadas al hospital. Las mujeres fueron violadas por el personal de
seguridad, no contaron con la atención médica pertinente, estaban incomunicadas,
obligadas a permanecer a la intemperie desnudas, a hacer sus necesidades fisiológicas
en presencia de hombres que las custodiaban, no tenían elementos de higiene íntima
personal, no se les permitió ducharse; sus familiares no contaban con la información
de su paradero y estado. Consecuencia de estos ataques, muchas mujeres sufrieron
problemas en su salud mental.

Puntos principales
1. La Corte IDH condenó al Estado de Perú por violación del derecho a la vida,
integridad personal, garantías judiciales y protección judicial.
2. Se introdujo el análisis desde una perspectiva de género. Este análisis permitió
comprobar que las mujeres sufrieron más violencia en sus ataques por el sólo hecho
de ser mujeres; es decir, por su género, con respecto a los hombres. Se las consideró
como “portadoras simbólicas” de una identidad y las productoras de las futuras
generaciones de la sociedad.[23] Las mismas constituían una amenaza a su comunidad,
por no conformar con su rol y por destrozar o subvertir su rol.
3. El análisis de género ha contribuido para revelar el carácter sistémico de la
discriminación contra la mujer.
4. Se analizó la violencia de género como forma de discriminación.
5. Se puso en evidencia la mayor vulnerabilidad de las mujeres durante los conflictos
armados.
6. Se definió la violencia sexual: acciones de naturaleza sexual cometidas sin el
consentimiento, comprendiendo la invasión física del cuerpo, como también se
incluyen actos que no involucren penetración o contacto físico (desnudos forzados y
otras actitudes vejatorias de la sexualidad femenina).
7. Constituye una forma de tortura la penetración dactilar en la vagina de una mujer
(es también una violación) al ser realizada por un funcionario del Estado.
8. El desnudo forzado es una forma de violencia sexual.
9. La perspectiva de género se consideró determinante para la fijación del daño: tiene
un impacto diferente la tortura hacia las mujeres lo que influye en la determinación
del daño a reparar.
10. Se calificó este crimen (este tipo de violencia ejercida contra las mujeres) como de
“lesa humanidad”.
11. Se dispusieron programas de educación en derechos humanos dirigidos a agentes
de fuerzas de seguridad.

2) CORTE IDH, caso “González y otras (“Campo Algodonero”) vs. México, sentencia del
16/11/2009. Serie C.-205.[24]

El caso: se refiere a la desaparición y posterior muerte de tres jóvenes mujeres (dos de


ellas menores de edad): Claudia Ivette González – 20 años-; Esemeralda Herrera
Monreal-15- y Laura Berenice Ramos -17- en Ciudad Juárez entre el 22 de septiembre
de 2001 y octubre de 2001.
Sus familiares presentaron denuncias por su desaparición, no iniciándose una
investigación exhaustiva. Las autoridades se limitaron a exhibir carteles de búsqueda,
elaborar registros de desaparición y envío de oficios a Policía. En noviembre de 2001
fueron encontrados los tres cadáveres de las jóvenes mujeres, al costado de un campo
algodonero, con signos de violencia física y sexual. El contexto en el que se sucedieron
los hechos estaba enmarcado en el aumento de los homicidios de mujeres,
influenciado por una cultura de discriminación hacia la mujer. Es conocida la existencia
en Ciudad Juárez por la gran cantidad de femicidios.
Puntos principales
1. La Corte declaró que el Estado violó los siguientes derechos: el derecho a la vida,
integridad y libertad personal; derechos del niño; deber de investigar con debida
diligencia; el derecho a vivir sin violencia y sin discriminación (CADH, Convención de
Belém do Pará; CDN).
2. La violencia contra la mujer es una forma de discriminación.
3. La creación y uso de estereotipos se convierte en una de las causas y consecuencias
de la violencia de género contra la mujer.
4. Aplicación de la perspectiva de género en el análisis del contexto de la realidad
donde se produjeron los hechos (discriminación estructural).
5. Las reparaciones establecidas en la sentencia deben estar dirigidas a cambiar la
situación de discriminación estructural.
6. Se deben remover todos los obstáculos de jure y de facto que impidan la
investigación de los hechos y los procesos judiciales, evitando la repetición de hechos
iguales.
7. Incorporación de la perspectiva de género en las líneas de investigación respecto de
la violencia sexual; formulación y armonización de protocolos penales de México con
normas internacionales para casos de desaparición, abuso sexual y homicidio de
mujeres.
8. Elaboración de programas educativos y capacitación en derechos humanos con
perspectiva de género.
9. Capacitación a funcionarios para casos similares y sobre víctimas de discriminación y
violencia de género.

3) Corte IDH. Caso Inés Fernández Ortega vs. México, sentencia del 30/8/2010. Serie C.
215. [25]

El caso

Inés Fernández Ortega era una mujer indígena de 25 años que fue violada por
integrantes del ejército mejicano en marzo de 2002. Perteneciente a la comunidad
indígena Me’phaa, estaba casada y tenía cuatro hijos. Mientras se encontraba en su
casa junto a sus hijos, un grupo de 11 militares armados ingresaron a su domicilio. La
interrogaron y fue violada por algunos militares frente al resto de miembros de fuerza
de seguridad presentes, encontrándose algunos apostados fuera de la casa; todos ellos
armados. El hecho fue denunciado e interpusieron varios recursos para investigar y
sancionar a los responsables sin éxito.

Principales puntos
1. La Corte decidió que el Estado era responsable por la violación de los derechos a la
integridad personal; dignidad; vida privada; a no ser objeto de injerencias arbitrarias o
abusivas en el domicilio; garantías judiciales y protección judicial y acceso a la justicia.
[26]
2. La violencia sexual es una forma paradigmática de la violencia contra la mujer.
3. La declaración de la víctima constituye una prueba fundamental, habida cuenta de la
naturaleza de la violencia sexual (generalmente con ausencia de otras pruebas).
4. Se debe evitar la revictimización en la investigación, especialmente en casos de
violencia sexual.
5. La violencia sexual puede constituir una forma de tortura, aún cuando fuera sólo
una vez u ocurra fuera de instalaciones estatales (por ejemplo en el domicilio de la
víctima).
6. La violencia contra la mujer es una forma de discriminación que impide gravemente
el goce y ejercicio de derechos y libertades en un pie de igualdad con los hombres.
7. La discriminación contra la mujer incluye la violencia sexual contra la mujer porque:
a) es una mujer; b) porque la afecta de modo desproporcionado.
8. Se dispusieron medidas de reparación: atención adecuada a los padecimientos
físicos y psicológicos sufridos, atendiendo al género y etnicidad (se tomaron en cuenta
condiciones de vulnerabilidad).
9. La violencia sexual o violación no siempre deja lesiones evidentes después de ser la
mujer violentada. La Corte ha dicho que NO debe exigirse prueba de la resistencia
física al ataque, sino que es suficiente con que haya elementos coercitivos en la
conducta. Puesta en valor de la eliminación de estereotipos.
10. Implementación de programas y cursos obligatorios y permanentes de
capacitación sobre investigación en casos de violencia sexual contra las mujeres, que
incluyan perspectiva de género y etnicidad para funcionarios federales y de fuerzas
armadas-
11. Cursos permanentes y obligatorios de capacitación y formación en derechos
humanos.

4) CORTE IDH Caso “Rosendo Cantú y otra vs. México”. Sentencia del 31/8/2010[27]

El caso

Los hechos del presente caso se produjeron en el contexto de una fuerte presencia
militar en el Estado de Guerrero para reprimir la delincuencia. En dicho Estado se
encuentran varias comunidades indígenas. Valentina Rosendo Cantú era una joven de
17 años, casada y con una hija. En febrero de 2002, en ocasión de encontrarse en un
arroyo cerca de su domicilio para lavar ropa, fue interceptada por varios militares,
quienes la interrogaron para obtener información acerca de un posible delincuente,
exhibiéndole fotos para su reconocimiento, como también un listado de nombres. Fue
golpeada, amenazada con armas y violada. Valentina y su esposo realizaron denuncias
y presentaron recursos, para que se investigaran los hechos, siendo derivados a la
justicia militar y posteriormente archivados.

El Estado de México reconoció la falta de atención médica especializada y oportuna de


Rosendo Cantú, en su calidad de menor de edad, mujer, indígena frente a la violación
sexual en manos de militares.

Puntos principales
1. La Corte declaró al Estado de México responsable internacionalmente por violación
de derechos a la integridad personal; garantías judiciales y protección judicial; acceso a
la justicia; derechos del niño; art. 7 Convención de Belém do Pará.
2. La violencia contra la mujer es una violación de derechos humanos, una ofensa a la
dignidad humana y una manifestación de las relaciones de poder históricamente
desiguales entre hombres y mujeres que trasciende los sectores de la sociedad,
independientemente de su clase, raza, etnia, cultura, edad, religión.
3. La violación sexual puede constituir una forma de tortura aun cuando consista en un
solo hecho u ocurra fuera de dependencias estatales.
4. Puesta en valor de las condiciones de vulnerabilidad e identificación de obstáculos
adicionales que enfrentan las mujeres indígenas para el acceso al a justicia: niña,
condición de mujer; indígena; habitar en zona montañosa aislada de centros de
atención médica y para radicar una denuncia; dificultades con el idioma para
relacionarse. Estos elementos agravan el acceso a la justicia y atención médica.
5. Importancia de la declaración de la víctima. Eliminar estereotipos. El impacto por lo
traumático de los hechos vividos puede derivar en imprecisiones en el relato. Esto en
modo alguno lo invalida, teniendo en cuenta la incidencia de los hechos traumáticos y
violentos, como también que la declaración se produjo en tiempos distintos (2002 a
2010); siendo Valentina Rosendo Cantú una niña en esa época.
6. Se pone el acento en el género y etnicidad para la puesta en marcha y desarrollo de
programas de capacitación para investigación en casos de violencia contra las mujeres
para funcionarios estatales.
7. Estandarizar protocolos de actuación para investigaciones de violaciones sexuales.

IV.- A modo de cierre

La perspectiva de género importa un modo de intervenir en la realidad que va más allá


de los aspectos conceptuales. Implica “empoderarse” en un modo de actuar y pensar
libre de estereotipos, despojarse de la idea de cómo debería haber actuado la víctima;
comprender la esencia de la dinámica de la violencia; las relaciones de poder que
pueden existir entre la víctima y agresor; identificar y valorar las condiciones de
vulnerabilidad y los contextos en que se desarrollan los hechos, libres de todo tipo de
prejuzgamiento.

Se debe apuntar hacia la toma de conciencia que la variable género tiene un impacto
determinante en la forma de resolver el caso y de intervenir en cuanto a la prevención
y promoción de los derechos, con una comprensión integral del concepto.

Debemos orientar nuestras acciones hacia la toma de conciencia de que actuar con
perspectiva de género, constituye una obligación de los Estados en tanto garantes de
los tratados internacionales de DDHH especialmente respecto de los derechos de las
mujeres.

Bibliografía especializada: Casas, Laura J. Berterame, María Celina, La perspectiva de


género en la aplicación del derecho internacional de los Derechos Humanos: el Caso
del Penal Miguel Castro Castro. Publicado en: Sup. Const. 2008 (octubre), 43 LA LEY
2008-F., 176.Fallo Comentado: Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte
Interamericana de Derechos Humanos) - 2006-11-25 - Penal Miguel Castro Castro c.
Perú.Cita Online: AR/DOC/2257/2008; Del Mazo, Carlos Gabriel, Salud mental y
perspectiva de género. Publicado en: DFyP 2014 (junio) , 198 .Cita Online:
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(*) Abogada egresada de la Facultad de Derecho de la UBA. Ex Jueza del Juzgado de


Familia y Minoridad nro.1, Distrito Judicial Sur (Ushuaia) Tierra del Fuego. Magíster en
Minoridad (Universidad Notarial Argentina). Observadora de las actividades públicas
de la 36° Sesión del Órgano de Tratado de la Convención de los Derechos del Niño,
Comité de los Derechos del niño, Ginebra, Suiza (Mayo 2004). Autora de numerosos
artículos sobre Derecho de Familia.
[1] CURSO ONU MUJERES: Igualdad de género a nivel local en América Latina y el
Caribe: gobernabilidad democrática y desarrollo inclusivo. Abril/junio 2016.
[2] ONU MUJERES: glosario de término de género. Idem
[3]http://igualdaddegeneros.prd.org.mx/documentos/GENERO_FEMINISMO_DESARR
OLLO_HUMANO_DEMOCRACIA.pdf
fecha de consulta: 7/8/2017
GENERO Y FEMINISMO.DESARROLLO HUMANO Y DEMOCRACIA. De Lagarde, Marcela
Cuadernos Inacabados. 25.
[4] Ob. Cit. Pág.14
[5] Ley Nacional 24.632.( Sanción : 13/3/1996).
[6] http://www.oas.org/en/mesecvi/docs/bdp-guiaaplicacion-web-es.pdf
Fecha de consulta: 8/8/2017. “Guía para la aplicación de la Convención para prevenir,
sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres”. MESECVI.2014.
[7] Convenio del Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la violencia contra
las mujeres y la violencia doméstica
[8] conf. ONU MUJERES. Curso on line citado ut supra. Módulo 1.
[9] CURSO ONU MUJERES: Igualdad de género a nivel local en América Latina y el
Caribe: gobernabilidad democrática y desarrollo inclusivo.Abril/junio 2016.MODULO 1.
[10] 100 Reglas de Brasilia, sobre Acceso a la justicia de las personas vulnerables.
[11] FUENTE: UNICEF, UNFPA, PNUD, ONU MUJERES.
[12] Ley nacional 26.485, art. 4.
[13] http://www.oas.org/en/mesecvi/docs/bdp-guiaaplicacion-web-es.pdf
Fecha de consulta: 11/8/2017
[14] Art. 75 inc. 23 CN.
[15] http://www.ohchr.org/Documents/Issues/Women/WRGS/Herramienta DHV SG
alta.pdf
Fecha de consulta: 14/3/2017
[16] Los estereotipos de género se refieren a la construcción social y cultural de
hombres y mujeres en razón de sus diferentes funciones físicas, biológicas, sexuales y
sociales. Es un término general que se refiere a un grupo estructurado de creencias
sobre los atributos personales de mujeres y hombres. Son problemáticas cuando
apuntan para ignorar características, habilidades, circunstancias individuales de
manera tal que se le niegan a las personas sus derechos y libertades fundamentales y
se crean jerarquías de género. ( conf. http://www.oas.org/en/mesecvi/docs/bdp-
guiaaplicacion-web-es.pdf
fecha de consulta: 8/8/2017
GUIA PARA APLICACIÓN DE LA CONVENCION DE BELEM DO PARA. MESECVI.)
[17] Art. 2 inc. E Ley Nacional 26.485 y Decreto 1011/2010.
[18] Los Estados.
[19] http://www.oas.org/es/cidh/informes/pdfs/EstandaresJuridicos.pdf
Fecha de consulta: 15/8/2017.
Estándares jurídicos vinculados a la igualdad de género y a los derechos de las mujeres
en el sistema interamericano de derechos humanos: desarrollo y aplicación
[20]
http://www.ohchr.org/Documents/Issues/Women/WRGS/Herramienta_DHVSG_alta.p
df
Fecha de consulta: 14/8/2017-
“Herramienta para la incorporación del enfoque de derechos humanos y perspectiva
de género en la elaboración de sentencias relativas a delitos de femicidio y otras
formas de violencia contra la mujer”, Guatemala, diciembre 2015.
[21] http://www.csjn.gov.ar/om/femicidios.html
Fecha de consulta: 17/6/2017.
[21] http://www.diariojudicial.com/nota/78255/noticias/los-femicidios-en-
aumento.html
Fecha de consulta: 17/6/2017.
[22] http://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_160_esp.pdf
fecha de consulta: 15/8/2017
[23] Medina, Graciela, El valor de la jurisprudencia internacional para evitar la violencia
contra la mujer. Decisiones de la ONU, la Corte Interamericana de Derechos Humanos
y la Comisión de Derechos Humanos.
Publicado en: LA LEY 06/05/2016, 7. Cita Online: AR/DOC/1313/2016
[24] http://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_205_esp.pdf
Fecha de consulta: 15/8/2017
[25] http://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_215_esp.pdf. Fecha de
consulta: 15/8/2017
[26] CADH; Conv. De Belém do Pará; Conv. Para prevenir y sancionar la tortura.
[27] http://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_216_esp.pdf
fecha de consulta: 18/8/2017

Citar: elDial.com - DC23BB

Publicado el 30/08/2017

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