Procesal Penal

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FILIAL UNIVERSITARIA D.G.I.

C
PERFIL: INVESTIGACIÓN CRIMINAL.

Trabajo Final
de Derecho Procesal Penal.

Autor: Adriel Ballester Rosales.

Grupo: 2. Filial 100 y Aldabó.

La Habana 2021.
Introducción.

Mediante el presente trabajo nos proponemos realizar un análisis teórico y doctrinal


de un hecho constitutivo de delito que será desarrollado y estudiado desde la
perspectiva del proceso penal, entendido como el conjunto de normas jurídicas
emanadas del poder del Estado, que ordenan el proceso, sea en su conjunto o en los
actos particulares que lo integran, que tiene por finalidad aplicar el derecho material
para restablecer la legalidad quebrantada .

Desarrollaremos de forma breve y concisa, las fuentes del Derecho Procesal Penal
presentes, la interpretación de sus leyes, así como los principios que lo rigen,
buscando su fundamento en su principio genérico el Debido Proceso, legalmente
estipulado en el capítulo IV de la Constitución de la República de Cuba, partiendo
del siguiente caso obtenido en una Estación de la PNR del municipio Playa.

Siendo las 15:00 horas del día 24 de julio de 2021, se persona en la Estación 08 de
la PNR del Municipio Playa en La Habana, la ciudadana cubana Inés García Rivera,
de 58 años de edad, natural de Palma Soriano, con numero de identidad
63022340956, quien residen en calle 17 No. 84012 entre 84 y 86, Playa, la cual
refiere que mientras dormía la siesta alrededor de las 13,00 horas del propio día,
sintió un ruido en la sala de su domicilio, percatándose cuando se dirige hacia el
lugar, que el ciudadano FELIPE MARTÍNEZ DÍAZ vecino de su localidad había
fracturado la ventana de la sala desprendiendo dos de sus persianas creando un
orificio a través del cual logró sacar su televisor plasma marca konka y la caja
decodificadora de televisión digital.

Podemos afirmar que los hechos narrados son constitutivos de un delito de Robo con
Fuerza en las Cosas, previsto y sancionado en el artículo 328 apartado 1, inciso c) y
apartado 3 inciso a) del Código Penal vigente, cuyo marco sancionador es de veinte

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a treinta años de privación de libertad o privación perpetua de libertad. En esta figura
delictiva se protegen los derechos patrimoniales de las personas como bien jurídico,
resulta figura agravada del delito de hurto. Se trata de un delito consumado en el que
el sujeto puede ser cualquier individuo que sustraiga, es decir se apropie o tome para
sí, cualquier cosa u objeto mueble de ajena pertenencia con ánimo de lucro, donde
se evidencia el empleo de la fuerza como medio para perpetrar la sustracción.

El estudio en cuestión resulta importante, toda vez que nos permitirá realizar un
breve bosquejo de los principales elementos y principios que integran el Derecho
Procesal Penal, cuyo dominio es vital para el desarrollo profesional de los oficiales
del MININT, quienes en su enfrentamiento diario al delito convergen con una serie de
situaciones que terminan con un tratamiento penal.

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Desarrollo

Las garantías de los derechos ciudadanos reconocidos por nuestro Estado, se


encuentran establecidos en la Constitución de La República aprobada en el año
2019, en su capítulo IV, fundamentados en el disfrute de un debido proceso donde se
respeten las garantías procesales que en el ámbito judicial se establecen en la
legislación sustantiva.

Nuestra legislación procesal penal vigente, presenta características del sistema de


enjuiciar mixto al combinar rasgos acusatorios e inquisitivos del proceso y a su vez
encontramos manifestaciones garantistas, relativos a la igualdad jurídica de los
ciudadanos con el predominio de las garantías procesales a través de la ley escrita,
materializadas en el debido proceso, artículo 94 de la Constitución vigente.

Según el caso práctico seleccionado y expuesto con anterioridad, nos encontramos


ante un hecho constitutivo del delito de Robo con Fuerza en las Cosas, suceso que,
según lo narrado, sucedió en el municipio Playa de nuestra ciudad y que fue
denunciado por la perjudicada o víctima Inés García Rivera, donde se pone de
manifiesto la iniciativa estatal como rasgo del sistema de enjuiciar mixto. Esto se
refleja en que el proceso se puede iniciar lo mismo a través de la denuncia del
perjudicado o por la actuación de las autoridades competentes, en el caso de
descubrirse un hecho delictivo (Policía, Instrucción Policial, Fiscalía) en
representación del Estado, lo cual es la actuación estatal en la fase sumarial del
proceso, donde se practican por esos órganos las diligencias de prueba. La función
principal en esta etapa en nuestro ordenamiento, la lleva el órgano de instrucción y la
Fiscalía.

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Es así, que a través de la denuncia formulada por la víctima se inicia la acción penal
pública y obligatoria, etapa en la que la función principal la ejercen el órgano de
instrucción y la Fiscalía como se dijo anteriormente, esta última embestida de
derechos y obligaciones que le otorga el Estado para el ejercicio de la acusación, la
pretensión punitiva y promover la actividad jurisdiccional con el objetivo de preservar
el orden jurídico establecido, tal y como se establece en el artículo 273 de la Ley 5 de
1977- Ley de Procedimiento Penal.

En esta etapa y mediante el ejercicio de la acción penal se concreta en sí, el


nacimiento de la relación jurídico-procesal entre la Fiscalía como parte en el proceso
y el órgano jurisdiccional.

Se pone de manifiesto en las funciones de estos órganos el principio de legalidad del


proceso penal, con el encargo de perseguir toda aquella conducta que revista
características de delito según los elementos de tipicidad contenidos en la legislación
penal vigente, que se extiende hasta el final del proceso, pues una vez iniciada la
investigación y conocimiento de un hecho presumiblemente delictivo, ninguna
autoridad está facultada para paralizar discrecionalmente el cauce procesal del
asunto. A menos que mediante el principio de oportunidad el propio órgano
determine que no existen elementos suficientes para sostener la imputación, la
escasa entidad del delito cometido o las condiciones personales del autor, elementos
que condicionen la renuncia a la persecución legal, conllevando la adopción de una
decisión no penal de la denuncia a través de una advertencia al comisor de la
actividad delictiva o la aplicación de una medida pecuniaria administrativa (artículo
8.2 y 8.3 del Código Penal vigente.)

La acusación en este caso se ejercita sobre el ciudadano FELIPE MARTÍNEZ DÍAZ,


quién resulta acusado de la comisión del delito de Robo con Fuerza en las Cosas
según los hechos acontecidos, el que se presume inocente en virtud del principio de
presunción de inocencia que define al proceso penal y el artículo 95, inciso c) de

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nuestra Constitución, que obligan al juzgador a que se le demuestre la existencia de
delito más allá de la simple presencia de indicios, pruebas circunstanciales e incluso
de la misma confesión del hecho por parte del acusado. Le corresponde a la Fiscalía
probar su culpabilidad, que es la que sostiene la acusación, demostrando a través de
las pruebas pertinentes que determine durante la investigación, que el hecho fue
cometido por el acusado en cuestión.

Al acusado se le debe informar desde su primera comparecencia, los cargos de la


imputación; es decir, de qué y por qué se le acusa, e instruirlo del derecho que le
asiste para prestar declaración en ese momento o cuando lo estime pertinente, así
como la posibilidad que tiene de guardar silencio. Hasta este momento, el proceso se
caracteriza por la secretividad.

En su declaración el acusado podrá expresar todo lo que estime conveniente en


favor de su defensa (defensa material), de lo cual se tomará registro documentado.
Elementos que forman parte del principio de contradicción -que se presenta como la
obligación constitucionalmente reconocida de que nadie puede ser condenado si
previamente no ha tenido la posibilidad de ser oído y vencido en juicio; es decir, el
derecho a resistir la imputación- y que se encuentran estipulados en los artículos 160
al 166 de la Ley 5 de 1977- Ley de Procedimiento Penal.

El acusado como la otra parte en el proceso, comenzará a serlo una vez que se dicte
la resolución decretando cualquiera de las medidas cautelares que autoriza la ley y
podrá proponer pruebas a su favor. El defensor, a partir de este momento tendrá la
obligación de representar a su defendido, teniendo el derecho durante la fase
investigativa a entrevistarse con su representado si se encuentra detenido, con la
debida privacidad y cuantas veces lo considere oportuno, a examinar los documentos
que conforman las actuaciones investigativas, a proponer pruebas, a presentar
documentos y a solicitar la revocación o modificación de la medida cautelar impuesta

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a su representado (defensa técnica), tal y como se establece en los artículos 249 y
250 de la Ley 5 de 1977- Ley de Procedimiento Penal.

Si al acusado no se le impone ninguna medida cautelar por el Instructor o el Fiscal,


según sea el caso, entonces no adquirirá la condición de parte y por tanto no se
establecerá esa equiparación o igualdad en el proceso y el acusado se mantendrá
sin que su abogado puede personarse en la fase preparatoria y menos aún tener
acceso a las actuaciones o aportar, o proponer pruebas.

Como se puede apreciar La Ley no garantiza la asistencia del abogado desde los
primeros momentos del proceso penal, pues no es hasta pasado siete días de la
detención (tiempo máximo que puede durar el proceso de adopción de alguna de las
medidas cautelares establecidas, según lo establecido en los artículos 246 y 247 de
la Ley 5 de 1977- Ley de Procedimiento Penal.), en que es posible que el abogado
intervenga en el proceso con todos los derechos y garantías mencionas.

La expuesta desigualdad durante esta etapa debería ser eliminada de la legislación,


otorgándole la condición de parte al acusado desde el mismo momento en que se le
formula la acusación mediante el acta de detención o cuando se le tome declaración
como acusado, en caso de no ser detenido.

Al respecto nuestra Constitución en el artículo 95, inciso b), estipula la posibilidad al


acusado de disponer de asistencia letrada desde el inicio del proceso, lo cual entra
en contradicción con lo establecido en la Ley de Procedimiento Penal vigente, que se
encuentra en proceso de actualización para hacer efectivo dicho precepto
constitucional que como Ley suprema obliga a ajustar la ley sustantiva a lo allí
estipulado.

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Conclusiones

El presente trabajo ha resultado de gran utilidad, puesto que nos ha permitido


ampliar nuestros conocimientos en relación al proceso penal, así como los principios
que rigen el Derecho Procesal Penal.

Mediante el análisis doctrinal y legal del hecho manifiesto en la dinámica, pudimos


abordar y desarrollar los rasgos, características y principios que rigen el proceso
penal desde la denuncia e inicio de la investigación. Comprobando que las garantías
y derechos son respetados en nuestro sistema de justicia, cuestión está apoyada
también por el pueblo en referendo constitucional, con un alto consenso de las
masas.

El debido proceso es una de nuestras garantías constitucionales, donde los órganos


encargados de impartir justicias muestran en nuestro país total apego a sus normas,
cualquier persona tiene el derecho de exigir su cumplimiento y nuestros órganos de
que este se cumpla.

Se impone actualizar nuestra legislación procesal sustantiva, atemperando los


preceptos al mandato constitucional de respeto a las garantías y derechos de los
ciudadanos durante el proceso, fundamentalmente en aquellos casos en que el
acusado forma parte del proceso y la posibilidad de acceder a las actuaciones y
proponer pruebas para demostrar su inocencia.

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BIBLIOGRAFÍA:
Básica:

Colectivo de autores. Universidad de La Habana. Editorial Félix Varela. La Habana,


2002.

Decreto-Ley 310

Decreto Ley 313

Gaceta Oficial. Ley de Procedimiento Penal de la República de Cuba. Ley 5 de 13 e


agosto de 1977. Edición Ordinaria de 15 de agosto de 1977.
Prieto Morales, Aldo. Derecho Procesal Penal. Ediciones CENPES. La Habana, 1982.
Rivero García, Danilo. Estudios sobre el Proceso Penal. Ediciones ONBC. La
Habana, 2014.
Complementaria:

Gaceta Oficial. Código Penal de La República de Cuba. Ley 62. Edición actualizada.
Gaceta Oficial. Asamblea Nacional del Poder Popular: Constitución de La República
de Cuba. La Habana, 2019.
Gaceta Oficial. Asamblea Nacional del Poder Popular: Ley 82/1998 de la Fiscalía.
Pérez González, Ernesto. Psicología, Derecho Penal y Criminología, Ediciones
ONBC, 2012.

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