Dislipidemia
Dislipidemia
Dislipidemia
Generalmente no existen síntomas. Pueden existir depósitos de grasa en piel o tendones. Los
triglicéridos muy elevados pueden ocasionar dolor abdominal y pancreatitis, además es causa frecuente
de fatiga, zumbido de oídos y dolor ardoroso en miembros inferiores.3
La dislipidemia y los peligros de ataques al corazón o de trombosis no desaparecerán por sí solos. El
autocuidado se basa en un estilo de vida saludable, es decir, dieta adecuada, actividad física regular y
peso normal. Es por eso que su médico le indicará un plan específico de dieta, ejercicio y si fuera
necesario, un medicamento.3
Es preciso medir la concentración de colesterol, triglicéridos, LDL y HDL. Si sus concentraciones son
mayores a las recomendadas, se requiere consultar con un especialista.3
Objetivos
Dado que las dislipidemias son susceptibles de ser modificadas, los objetivos de esta revisión son
identificar y tratar de manera oportuna las dislipidemias para disminuir el riesgo de aterosclerosis,
sistematizar los criterios para el diagnóstico de las dislipidemias, formular las recomendaciones para el
tratamiento farmacológico y no farmacológico individualizado.
La finalidad de esta revisión es establecer un referente para orientar la toma de decisiones clínicas
basadas en recomendaciones sustentadas en la mejor evidencia disponible. Esta pone a disposición las
recomendaciones basadas en la mejor evidencia disponible con la intención de estandarizar las acciones
nacionales acerca para:
Desarrollo
Las dislipidemias son un conjunto de patologías caracterizadas por alteraciones en las
concentraciones de lípidos sanguíneos, componentes de las lipoproteínas, a un nivel que significa
riesgo para la salud.1
Constituyen un riesgo mayor y modificable de enfermedad ateroesclerótica, especialmente de
cardiopatía coronaria. Los estudios epidemiológicos observacionales y de intervención han
demostrado que ella se asocia a niveles altos de colesterol de las lipoproteínas de baja
densidad(LDL) y a bajas concentraciones en el colesterol de las lipoproteínas de alta densidad
(HDL). La elevación de triglicéridos (TG), frecuentemente se acompaña de una reducción de la
HDL y de una modificación de la composición de las LDL que las hace más susceptibles a la
oxidación con mayor potencial aterogenico. Hipertrigliceridemias severas pueden ser causa de
pancreatitis aguda. 1
La dislipidemia puede tener una causa primaria o genética o ser secundaria a otras patologias o factores
ambientales.
Dislipidemias secundarias:
Es importante investigar las causas con el fin de tratarlas o modificar las condiciones cuando sea
posible. En una hipercolesterolemia, descartar hipotiroidismo (niveles TSH y T4) y síndrome nefrosico
(proteinuria) y evaluar hábitos alimentarios (alto consumo de grasas saturadas y colesterol). En
trigliceridemias investigar diabetes y mejorar su control metabólico (glicemia y hemoglobina
glicosilada), investigar intolerancia a la glucosa (test de tolerancia), insuficiencia renal (nitrógeno
ureico, creatinina), hábitos alimentarios (alto consumo de azucares refinados, incluyendo fructosa), alto
consumo de alcohol y medicamentos que producen resistencia a la insulina (betabloqueadores,
diuréticos, estrógenos). Debe considerarse la obesidad y el sedentarismo como factores de riesgo
condicionantes, dado que su tratamiento puede tener resultados altamente favorables.2
Hipercolesterolemia aislada
Hipertrigliceridemia aislada
Hiperlipidemia mixta
Déficit HDL
Dislipidemia y ateroesclerosis:
La hipercolesterolemia:
Es la causa principal de esta lesión arterial. La mayor parte del colesterol es transportado por las LDL, la
presencia de factor de riesgo “hipercolesterolemia” se atribuye a un aumento de esta lipoproteína. Se
desconoce el mecanismo mediante las LDL producen ateroesclerosis, la evidencia parece indicar que las
LDL modificadas, especialmente oxidadas, son atrapadas en la matriz subendotelial siendo captadas por
monocitos-macrófagos a través de receptores “scavenger” que no tienen un sistema de autorregulación
para el colesterol intracelular, transformándose en células espumosas llenas de colesterol. Este proceso
genera inflamación de la pared arterial asociada a disfunción del endotelio, reclutamiento de células
musculares lisas que migran desde la capa media de la arteria y liberándose mediadores inflamatorios
como las citoquinas y moléculas de adhesión. El progreso de la placa de ateroesclerosis lleva a la
oclusión del lumen arterial.1y2
Hipertrigliceridemia:
La Hipertrigliceridemia grave puede ser un factor de riesgo de pancreatitis aguda. Se asocia a una mayor
morbimortalidad coronaria, lo que podría explicarse por su asociación muy frecuente con la disminución
de HDL y por una modificación cualitativa de las LDL. Cuando hay Hipertrigliceridemia, las LDL se
transforman en partículas más pequeñas y densas, que son más susceptibles a la oxidación y por lo tanto
más aterogénicas.2
Hiperlipemia Mixta:
La causa más frecuente se debe a una combinación de factores genéticos y secundarios que interactúan
favoreciendo la aparición de dislipidemia. También hay hiperlipidemias mixtas genéticas como la
disbetalipoproteinemia.2 (alteración isoformas Apo E)
Déficit HDL:
Se basa en los niveles séricos de col-total, LDL, HDL y TG. El col-total es la suma de colesterol
presente en la LDL, HDL y VLDL, teniendo en cuenta que la ateroesclerosis tiene una patogenia
multicausal, para determinar el nivel de riesgo de la alteración de lípidos es necesario evaluar la
presencia o ausencia de otros factores de riesgo cardiovascular que pueda presentar el paciente. Es lo
que se denomina Riesgo cardiovascular Global(RCG).1y2
La obesidad (especial la abdominal) y el hábito sedentario, son importantes factores condicionantes para
la aparición de factores de riesgo mayores como diabetes, hipertensión arterial y dislipidemia. La
resistencia a la insulina es un denominador común a todas estas condiciones, conocido como síndrome
metabólico y considerado como una de las principales causas de ateroesclerosis.2
Se recomienda la determinación de c-total en todos los individuos adultos y en los niños (> 2 años) y
adolescentes que tengan antecedentes familiares de enfermedad coronaria precoz o de dislipidemia
genéticas. Si existen restricciones económicas, la investigación debe orientarse a individuos susceptibles
(con factores de riesgo cardiovascular). 1y2
Si el c-total es < 200 mg/dl, se considera normal y si no hay otros factores de riesgo, se debe reevaluar
cada 5 años. En caso que el c-total sea 200 a 239 mg/dl y HDL <35 mg/dl o que haya otros factores de
riesgo, presencia de xantomas o una enfermedad ateroesclerótica con manifestaciones clínicas, se debe
realizar un estudio de lípidos. 1 y 2
Perfil lipídico:
Las determinaciones de lípidos, hechos con ayuno de 12 horas, comprenden colesterol c-total, HDL y
TG, derivando LDL según formula de Friedewald. (siempre que los TG sean < 400 mg/dl) 1y2
Estos valores de lípidos sirven para hacer el diagnóstico de dislipidemia y también para fijar los
objetivos terapéuticos a alcanzar en los pacientes en tratamiento.1y2
En hipercolesterolemia asilada o mixta debe evaluarse función tiroidea y renal y analizarla dieta y
medicamentos que el paciente recibe. En Hipertrigliceridemias, buscar diabetes o intolerancia a la
glucosa, evaluar obesidad especialmente de distribución tóraco-abdominal, sedentarismo, dieta y
medicamentos que se pueden asociar a un síndrome metabólico que se puede expresar con aumento de
TG y HDL bajo. 1
Tratamiento:
Debe considerar el apropiado manejo y corrección de las causas secundarias. Cuando no se obtienen los
objetivos de niveles de lípidos aceptables, la dislipidemia debe ser tratada con dietoterapia y fármacos si
la respuesta es insatisfactoria a las metas deseables.1
Es definido por el RCV, con un apropiado diagnóstico del tipo del tipo de dislipidemia, de las
enfermedades asociadas y factores condicionantes, debe indicarse un tratamiento que requiere
evaluaciones periódicas generalmente de por vida.2 Las medidas terapéuticas comprenden:
Objetivos terapeuticos:
El principal objetivo del tratamiento de un paciente con dislipidemia es alcanzar niveles de lípidos que
disminuyan el RCV o muerte por causa CV. Existe evidencia de que el tratamiento es beneficioso en
reducir el RCV, para evitar una reincidencia. El control de la dislipidemia puede hacer regresar lesiones
ateromatosas existentes o evitar su progresión, como también disminuye la disfunción endotelial y
estabiliza las lesiones evitando los accidentes de placa. Al cabo de 1 a 2 años de tratamiento hay una
indiscutida disminución de eventos CV coronarios y cerebrales y una reducción de la mortalidad.2
Como metas adicionales:
• Elevar los niveles de Col-HDL sobre 35 mg/dl (prevención primaria) o sobre 45 mg/dl
(prevención secundaria)
• Reducir niveles de triglicéridos a menos de 200 mg/dl (prevención primaria) o a menos de 160
mg/dl (prevención secundaria)
• Mantener euglicemia en diabéticos
• Mantener el peso en individuos eutróficos y reducirlo entre un 5 a 10% en obesos
• Mantener cifras de presión arterial iguales o inferiores a 135/80 mm Hg
• Abandonar el hábito de fumar
• Mantener o aumentar una actividad física en forma regular
Algoritmo para el tratamiento farmacológico
Control y seguimiento:
Aunque la meta del tratamiento es reducir el nivel del LDL, la mayoría de los pacientes con riesgo bajo
o moderado se puede controlar analizando los niveles de Col-total lo que tiene la ventaja de reducir los
costos y no requerir la condición de ayuno para la determinación de la muestra. Para la mayoría de los
pacientes un nivel de Col-total de 200-240 mg/dl equivale a un LDL de 130-160 mg/dl.
Una meta de LDL <160 mg/dl se puede homologar a un Col-total <240 mg/dl, y un nivel de LDL<130
mg/dl equivale a un Col-total <200mg/dl
Una vez se logre la meta referida al Col-total, se debe confirmar con una medición del nivel de LDL. De
ahí en adelante, el nivel de colesterol se medirá 1 a 2 veces en el año y se reforzarán las indicaciones
dietéticas y de actividad física.
Dietoterapia:
El objetivo la reducción de los niveles elevados de col-total, LDL y TG y la elevación del HDL. Esto
incluye la promoción de la actividad física que contribuye al logro de los objetivos mencionados.
Las medidas nutricionales se adaptarán a la clasificación clínica y tenderán a provocar un cambio del
estilo de vida del individuo. La implementación de estas medidas en forma progresiva a través de un
programa educativo, a fin de obtener la mayor adherencia posible al programa.
Muchos pacientes, especialmente los jóvenes de bajo RCV, requerirán sólo medidas no farmacológicas
para lograr las metas de tratamiento. El equipo de salud deberá promover un control periódico de estos
pacientes para mejorar sus capacidades de autocuidado y también para contribuir a la adherencia y
mantención de los cambios en las conductas realizados.
Dietoterapia en Hipercolesterolemia:
La dieta etapa 1
constituye el primer
paso del tratamiento
dietético y
básicamente
consiste en disminuir
las fuentes más
obvias de grasas
saturadas y
colesterol.
Si estas medidas
no son suficientes
para alcanzar la meta propuesta o si el paciente ya estaba siguiendo estas recomendaciones sin haber
alcanzado la meta del LDL, se pasa a la dieta etapa 2. Los pacientes con enfermedad coronaria
establecida y aquellos con un RCV máximo deben iniciar su tratamiento con la dieta etapa 2 y
mantenerla, estén o no en tratamiento con fármacos. Para lograr una reducción de esta magnitud se
requiere prestar atención a la selección de los alimentos, para lo cual puede recurrirse a las Guías
Alimentarias para la Población Chilena y para el Adulto Mayor.2
Dietoterapia en Hipertrigliceridemia:
La dieta puede corregir o mejorar la dislipidemia de muchos pacientes. Se orienta al control de la
obesidad y a reducir el consumo de glúcidos, especialmente los refinados incluyendo los que contengan
fructosa. También debe limitarse o suprimirse la ingesta de alcohol. El estímulo a la actividad física y la
suspensión del hábito tabáquico también ayudan a controlar estas dislipidemias. 1
En estos pacientes las medidas no farmacológicas son similares a las descritas para la
hipercolesterolemia aunque mas enfocada en la reducción de peso, la disminución del consumo de
azúcares refinados y fructosa, la disminución del consumo de alcohol y suprimir el tabaquismo (la
reducción de los niveles de TG se acompaña de un aumento del HDL).2
Las recomendaciones en este caso son:
• corrección del sobrepeso u obesidad
• evitar el consumo de azúcares: dulces, caramelos, pasteles, helados, bebidas gaseosas, jaleas y flanes,
no dietéticos
• evitar mermeladas que contengan fructosa o sacarosa
• evitar jugos envasados y en polvo que contengan sacarosa y fructosa
• evitar dulces en molde como membrillo, camote, o manjar
• reducir o suprimir el consumo de alcohol
• aumentar el consumo de fibra dietaria
• estimular el consumo de ácidos grasos poliinsaturados y omega 3 provenientes de pescados con alto
contenido graso: atún, salmón, jurel, sardinas, sierra
• estimular la actividad física regular
• eliminar el cigarrillo.
Actividad física:
El aumento de la actividad física es un componente esencial en el manejo de las dislipidemias. Existe
evidencia que la actividad física regular reduce la mortalidad por enfermedad cardiovascular. Este efecto
benéfico se produce a través de distintos mecanismos: reduce los niveles de LDL, TG y aumenta los
HDL. Puede promover reducción del peso corporal en sujetos con sobrepeso, lo que a su vez incrementa
el efecto beneficioso sobre las lipoproteínas. Tiene un efecto favorable sobre la presión arterial,
resistencia a la insulina y la vasculatura coronaria; por lo tanto, todo paciente que se incorpora a un
tratamiento por dislipidemia debe ser estimulado a iniciar un programa regular de
actividad física.
Para ser efectivo, el programa debe ser individualizado, considerando el grado de acondicionamiento
físico del paciente, su condición cardíaca y preferencias en el tipo de actividad. La disponibilidad de
programas regulares grupales favorecen la adherencia a este tipo de actividad, como también el realizar
la actividad en compañía. El ejercicio debe poner el énfasis en actividades aeróbicas, tales como la
caminata rápida, trote, natación, bicicleta o tenis, que producen un estrés moderado sobre el sistema
cardio-respiratorio y debe ser prescrito considerando cantidad, intensidad y frecuencia. Una vez que se
logren las metas deseadas debe mantenerse en forma permanente un programa regular de ejercicio.
Recomendaciones de actividad física:
• Las personas de todas las edades deben realizar actividad física de intensidad moderada (ej. caminata
rápida), como mínimo durante 30 minutos, idealmente todos los días. En general, los beneficios para la
salud se incrementan con una actividad física de mayor duración e intensidad.
• Las personas sedentarias que inician un programa de actividad física deben comenzar con actividades
de corta duración y de moderada intensidad, incrementando gradualmente estos dos parámetros hasta
lograr la meta deseada.
• Las personas afectadas por patologías crónicas, tales como enfermedades CV, diabetes mellitus, u otras
personas de alto riesgo de tener estas patologías, deberán consultar con su médico antes de iniciar un
programa de actividad física, quien realizará una evaluación y recomendará el tipo de programa más
adecuado.1
Rendimiento de las medidas dietoterapeuticas:
Las medidas no farmacológicas pueden lograr reducciones en el LDL de un 10-15%. Esta disminución
puede ser mayor en sujetos con una alimentación habitual con un alto contenido de grasas saturadas y
colesterol. Los cambios observables en los niveles de TG son de mayor magnitud, disminución de 20-
30%, especialmente si se logra bajar de peso e incrementar la actividad física. Esto generalmente se
acompaña de una mejoría en los niveles de HDL, de la presión arterial y de la glicemia, reduciendo el
RCG.2
Tratamiento farmacológico:
El objetivo del tratamiento para prevención cardiovascular es llegar a una meta recomendable para el
LDL.
Debe controlarse en 1 a 2 meses los niveles de transaminasas y CPK. Tienen riesgo bajo de daño
hepático (<3%) y de miopatía con rabdomiolisis, con peligro de insuficiencia renal aguda. (<1 millón de
prescripciones) 1
Las resinas: (colesteramina, colestipol) absorben sales biliares en intestino aumentando el catabolismo
del colesterol hepático y de las LDL. No tienen efecto sistémico, pero son menos potentes que las
Estatinas y la tolerancia y aceptabilidad de los pacientes es limitadas. 1
En casos severos se pueden combinar las Estatinas con las resinas para obtener un efecto aditivo.
Los fármacos de elección para el tratamiento farmacológico son los Fibratos y niacina (ácido
nicotínico).
Los Fibratos: (bezafibrato, ciprofibrato, fenofibrato, gemfibrozilo), son ligandos del PPARa, aumentan
la actividad de la lipasa lipoproteína, inhibiendo la expresión de la apoC3, y aumentan el catabolismo de
las partículas ricas en TG. Reducen los niveles de C-total en 10-15%, del LDL en 10-20% y de TG en
20-50%. Por este efecto, aumentan el HDL en 10-20% y modifican la composición de la LDL,
disminuyendo su susceptibilidad a la oxidación. Tienen buena tolerancia y pueden causar una miopatía.
Son litogénicos a nivel biliar. 1
La Niacina: tiene efectos similares en reducir los TG y el LDL y es más efectiva para aumentar el HDL
(15-35%). Inhiben la síntesis de VLDL. Su efecto no deseado es un flush vasomotor que disminuye al
asociarla a aspirina. NIaspan tiene menos efectos vasomotores y de alteración de enzimas hepáticas. 1
Los ácidos grasos omega 3: (Epasan) provenientes de aceites de pescado, en altas dosis, pueden ser
útiles en el manejo de Hipertrigliceridemias severas con quilomicronemia.
También se pueden combinar los Fibratos con niacina si la respuesta a uno de ellos es solo parcial.
En pacientes de alto riesgo, especialmente si son pacientes con manifestaciones clínicas de daño
vascular, debe iniciarse el tratamiento con Estatinas, ya que el objetivo es lograr que le LDL < 100
mg/dl (o < 70). Hacen excepción los pacientes con TG > 500 mg/dl, en quienes se debe indicar como
fármaco inicial Fibrato o niacina. La indicación de resinas como monoterapia no es conveniente, pues
tienden a elevar los TG. En el caso de respuestas parciales, se pueden combinar Fibratos y niacina con
Estatinas a dosis controladas y monitorizadas, con prudencia, pues se eleva el riesgo de rabdomiolisis e
insuficiencia renal aguda. Esto se ve en pacientes que usan Estatina con gemfibrozilo, por lo que no es
recomendada su asociación. El mayor riesgo, lo presentan pacientes con una limitada función renal y los
que reciben ciclosporina, macrólidos, antimicóticos y jugo de pomelo. 1
La mayoría de los pacientes con HDL bajo presentan una asociación con Hipertrigliceridemia y el
tratamiento de esta con medidas generales o farmacológicas, corrige el déficit de HDL. Por otro lado,
existe controversia si todos los pacientes con HDL asilado tienen mayor RCV. Las medidas
dietoterapeúticas son aplicables, pero como el efecto de fármacos que aumentan el HDL es limitado, el
tratamiento propuesto es reducir el LDL con Estatinas y eventualmente, asociar niacina para lograr una
relación entre C-total / HDL < 5 en los sujetos que tengan manifestaciones clínicas de enfermedad
ateroescleróticas o que tengan antecedentes familiares de ella en individuos jóvenes.1
LDL HDL TG
Estatinas ↓20-60 ↑5-10 ↓10-30
Ezetimibe ↓15-20 ↑0-5 ↓0-5
Resinas ↓15-30 ↑0-5 ↑5-10
Fibratos ↓0-20 ↑10-20 ↓20-50
Niacina ↓15-25 ↑15-35 ↓20-50
Ácidos grasos ↓0-5 ↓0-5 ↓20-60
omega 3
Conclusión
La dislipidemia es una elevación anormal de lípidos sanguíneos por diferentes causas de las cuales,
podemos controlar por medio de la dietoterapia y fármacos y así evitar enfermedades cardiovasculares.
En estudios se comprueba lo favorable que son ciertos factores como la actividad física, el consumo de
ácidos grasos esenciales, el consumo de frutas y verduras, y la baja de peso ayudan al recuperar los
niveles normales de los lípidos en la sangre. Siendo estos de carácter protector en algunos casos por
aumentar los niveles de HDL como, por ejemplo, el consumo de 10 a 30 g/día de alcohol (vino tinto), la
ingesta de omega 3 y 6 disminuyen los TG y aumentan los HDL, la actividad física disminuye los LDL
sanguíneos. Una dieta balanceada y saludable en conjunto con la actividad física podrían evitan las
dislipidemias y enfermedades cardiovasculares. De no ser así, se encuentra el tratamiento farmacológico
el cual se establece de forma individual según la clasificación clínica.
Bibliografia
1. http://www.smschile.cl/documentos/cursos2008/atencionprimaria/Dislipidemias.pdf
2. http://web.minsal.cl/portal/url/item/75fefc3f8128c9dde04001011f0178d6.pdf
3. https://www.redclinica.cl/plantilla/especialidades/cardiologia/enfe_card/dislipidemia.aspx
4. http://www.cenetec-difusion.com/CMGPC/IMSS-233-09/ER.pdf
5. http://www.medigraphic.com/pdfs/imss/im-2013/im136t.pdf