Toma 114 Dichos

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114 Dichos Secretos

PRÓLOGO: Yehoshúa habló y Tomá anotó


Estos son los dichos [secretos] que Yehoshúa el viviente habló,
y que [anotó Yehudá, llamado] Tomá.
Estos son los dichos secretos que Yehoshúa el viviente habló,
y que anotó Dídimos Yehudá Tomá.

DICHO 1
La importancia de encontrar el sentido de estos dichos secretos
Y él dijo: [Quien encuentre] el sentido de estos dichos,
no saboreará [la muerte].

Y él dijo: Quien encuentre el sentido de estos dichos,


no saboreará la muerte.
DICHO 2
Busca hasta que encuentres

[Yehoshúa dijo]: Qué quien busca no deje [de buscar hasta] que
encuentre.
Y cuando encuentre [se maravillará.]
Y habiendo estado [maravillado], gobernará.
Y [cuando gobierne], hallará reposo.

Yehoshúa dijo: Qué quien busca no deje de buscar hasta que


encuentre.
Y cuando encuentre se turbará.
Y habiendo estado turbado se maravillará.
Y gobernará sobre todo.
DICHO 3
El reino esta dentro de nosotros
Y[ehoshúa] dijo: [....... Si] quienes los guían [les dijeran ¡He aquí], el
reino está en el cielo!, entonces las aves del cielo [llegarán antes que
ustedes. Si dijeran] ¡Está debajo de la tierra!, entonces los peces del
mar [llegarán] antes que ustedes. Más bien, el reino [de los cielos] está
dentro de ustedes y [afuera].
Quien llegue a conocerse a sí mismo lo hallará.
[Y cuando] lleguen a conocerse a ustedes mismos, [entenderán que
son los Hijos] del Padre [viviente. Pero si] no se conocen a ustedes
mismos, [están empobrecidos] y son el empobrecimiento.
Yehoshúa dijo: Si quienes los arrastran les dijeran ¡He aquí, el reino está en el
cielo!, entonces las aves del cielo llegarán antes que ustedes. Si les dijeran
¡Está en el mar!, entonces los peces del mar llegarán antes que ustedes. Más
bien, el reino está dentro de ustedes y afuera de ustedes.
Cuando lleguen a conocerse a ustedes mismos, entonces serán reconocidos
y entenderán que son los Hijos del Padre viviente. Pero si no se conocen a
ustedes mismos, están empobrecidos y son el empobrecimiento.
DICHO 4
Muchos primeros serán últimos
[Yehoshúa dijo: La perso]na mayor en días no vacilará en
preguntar a un ni[ño de siete día]s acerca del lugar de [vida,
y vivirá.] Pues muchos que son primeros [serán los últimos,
y] los últimos primeros; y [se convertirán en una sola
unidad.]

Yehoshúa dijo: La persona mayor en días no vacilará en


preguntar a un niño de siete días sobre el lugar de vida, y
vivirá. Pues muchos que son primeros serán los últimos, y
se convertirán en una sola unidad.
DICHO 5
Lo oculto se revelará
Yehoshúa dice: [Conoce lo que está en] frente de tu rostro,
y [lo que te está oculto] te será revelado. [Pues no hay
nada] oculto que no llegue a ser revelado, y nada sepultado
que [no se desentierre.]

Yehoshúa dice: Conoce lo que está enfrente de tu rostro, y


lo que te está oculto te será revelado. Pues no hay nada
oculto que no llegue a ser revelado, y nada escondido que
no llegue a ser manifestado.
DICHO 6
El verdadero ayuno, oración y obra de justicia
Le pr[eguntan sus discípulos y le d]icen: ¿Cómo ayunaremos? ¿cómo
oraremos? ¿cómo haremos obras de justicia? ¿qué [dieta]
observaremos?
Yehoshúa dice: [No mientan, y] no hagan lo que aborrecen.
[Porque todo, cuando se enfrenta] con verdad, es traído [a la luz.
Porque no hay nada] oculto [que no se manifieste.]
Le preguntan sus discípulos y le dicen: ¿Quieres que ayunemos?
¿cómo oraremos? ¿cómo haremos obras de justicia? ¿qué [dieta]
observaremos?
Yehoshúa dijo: No mientan, y no hagan lo que aborrecen.
Porque todo se revela delante del rostro del cielo.
Porque no hay nada oculto que no se manifieste, y no hay nada
cubierto que no sea revelado.
DICHO 7
El león y el ser humano
[Be]ndit[o] es [...]
Yehoshúa dijo: Bendito es el león que al ser ingerido por el
hombre se convierte en hombre; maldito el hombre que se deja
devorar por el león y el león se convierte en hombre.

Nota: aparente error, léase: y el hombre se convierte en león.


DICHO 8
Parábola: El pescador sabio
Y él dijo: El ser humano se asemeja a un pescador sabio
que echó su red al mar. La sacó del mar llena de peces
pequeños. Entre ellos descubrió un pez grande y bueno.
Aquel pescador sabio arrojó todos los peces pequeños al
mar, escogió sin vacilar al pez grande. Quien tiene oídos
para oír, ¡qué oiga!
DICHO 9
Parábola: El sembrador
Yehoshúa dijo: He aquí que el sembrador salió, llenó su mano
(con semillas) y (las) desparramó. Algunas cayeron en el camino
y vinieron los pájaros y las recogieron. Otras cayeron sobre
piedra y no arraigaron en la tierra ni hicieron germinar espigas.
Otras cayeron entre espinas y éstas ahogaron las semillas y
gusanos se las comieron. Otras cayeron en tierra buena y
produjo fruto bueno, produciendo 60 y 120 veces por medida.
DICHO 10
Yehoshúa ha arrojado fuego
Yehoshúa dijo: He arrojado fuego sobre el mundo y he aquí que
lo estoy vigilando hasta que arda.
DICHO 11

Yehoshúa dijo: Este cielo pasará y pasará el que está encima de


él. Y los muertos no están vivos, y los que están vivos no
morirán.
En los días cuando ustedes ingerían muertos, los hacían vivir.
Cuando estén en la luz ¿qué van a hacer?
El día en que eran uno, se hicieron dos.
Cuando sean dos, ¿qué van a hacer?
DICHO 12

Los discípulos dijeron a Yehoshúa: Sabemos que tú te irás de


nuestro lado; ¿quién va a ser el mayor (o líder, lit. grande) sobre
nosotros? Díjoles Yehoshúa: Dondequiera que estén, vayan a
Yaakov el Justo, por quien el cielo y la tierra existen.
DICHO 13

Dijo Yehoshúa a sus discípulos: «Hagan una comparación y


díganme a quién me parezco». Dijóle Shimon Kefa : «Te pareces
a un mensajero justo». Díjole Matitya: «Te pareces a un filósofo,
a un hombre sabio». Díjole Tomá: «Maestro, mi boca es
absolutamente incapaz de decir a quién te pareces». Respondió
Yehoshúa: «Yo ya no soy tu maestro, puesto que has bebido y te
has emborrachado del manantial que yo mismo he medido».
Luego le tomó consigo, se retiró y le dijo tres palabras.
Cuando Tomá se volvió al lado de sus compañeros, le
preguntaron éstos: «¿Qué es lo que te ha dicho Yehoshúa?»
Tomá respondió: «Si yo les revelara una sola palabra de las que
me ha dicho, cogerían piedras y las arrojarían sobre mí:
entonces saldría fuego de ellas y los abrasarían».
DICHO 14

Díjoles Yehoshúa: Si ayunan, causaran transgresión a ustedes


mismos. Y si oran, serán condenados. Y si dan tzedaka, harán
daño a vuestros espíritus. Y cuando entren en cualquier país
para caminar por las regiones, si los reciben coman lo que les
ponen en frente y curen a los enfermos entre ellos. Pues lo que
entra en la boca no los profanará, sino lo que sale de la boca eso
es lo que los profanará.
DICHO 15

Dijo Yehoshúa: Cuando vean a quien no nació de mujer,


póstrense sobre sus rostros y reverencienlo, él es vuestro padre.
DICHO 16

Dijo Yehoshúa: Quizás la gente piense que he venido para lanzar


paz sobre la tierra, y no saben que he venido para lanzar
conflictos sobre la tierra, a fuego, espada y guerra. Pues habrá
cinco en una casa, estarán tres contra dos y dos contra tres, el
padre contra el hijo y el hijo contra el padre. Y estarán de pie
solitarios (o “se encontrarán en soledad”).
DICHO 17

Dijo Yehoshúa: «Yo les daré lo que ningún ojo ha visto y ningún
oído ha escuchado y ninguna mano ha tocado y en ningún
corazón humano ha penetrado».
DICHO 18

Dijeron los discípulos a Yehoshúa: «Dinos cómo va a ser nuestro


fin». Respondió Yehoshúa: «¿Es que han descubierto ya el
principio para que pregunten por el fin? Sepan que donde está el
principio, allí estará también el fin. Dichoso aquel que se
encuentra en el principio: él conocerá el fin y no gustará la
muerte».
DICHO 19

Dijo Yehoshúa: «Dichoso aquel que ya existía antes de llegar a


ser. Si llegan a ser mis discípulos (y) escuchan mis palabras,
estas piedras se pondrán a vuestro servicio. Pues tienen cinco
árboles en el paraíso que ni en verano ni en invierno se mueven
y cuyo follaje no cae: quien los conoce no gustará la muerte».
DICHO 20

Los discípulos dicen a Yehoshúa: Dinos a qué se asemeja el


Reino Teocrático (lit. de los cielos = hebraísmo). El les ha dicho: Se
asemeja a una semilla de mostaza, la más pequeña de todas las
semillas, no obstante, cuando cae en la tierra fértil, produce una
planta grande y se hace albergue para los pájaros del cielo.
DICHO 21

Dijo Maryam a Yehoshúa: «¿A qué se parecen tus discípulos?»


Él respondió: «Se parecen a unos niños que se han acomodado
en un campo que no es suyo. Cuando se presenten los dueños
del terreno les dirán: Devuelvan nuestro campo. Se quitan su
ropa frente a ellos para cedérselo y para devolverles su campo».
Por eso les digo: «Si el dueño de la casa se entera de que va a
venir el ladrón, se pondrá a vigilar antes de que llegue y no
permitirá que éste penetre en la casa de su dominio para quitarle
sus pertenencias. Así, pues, ustedes estén también alerta ante el
mundo (i.e. sistema), ciñan sus lomos con fortaleza para que los
ladrones encuentren cerrado el paso hasta ustedes; pues (si no)
hallarán la ventaja que ustedes anticiparon. ¡Que haya entre
ustedes un hombre sabio que —cuando la cosecha hubiere
madurado— venga rápidamente con la hoz en la mano y la
siegue! El que tenga oídos para oír, que oiga».
DICHO 22

Yehoshúa ve a infantes que están siendo amamantados. Dice a


sus discípulos: Estos infantes a los que están dando el pecho se
asemejan a los que entran en el Reino.
Le dicen: ¿Así al convertirnos en infantes entraremos en el
Reino? Yehoshúa les ha dicho: Cuando hagan de los dos uno, y
hagan del interior como el exterior y el exterior como el interior y
lo de arriba como lo de abajo, y cuando establezcan el varón con
la hembra como una sola unidad de tal modo que el hombre no
sea masculino ni la mujer femenina, cuando hagan un ojo de un
solo ojo y una mano en el lugar de una mano y un pie en el lugar
de un pie y una imagen en el lugar de una imagen, entonces
entrarán en el Reino.
DICHO 23

Dijo Yehoshúa «Yo los escogeré uno entre mil y dos entre diez
mil; y resultará que ellos quedarán como uno solo».
DICHO 24

Dijeron sus discípulos: «Instruyenos acerca del lugar donde


moras, pues sentimos la necesidad de indagarlo». Díjoles: «El
que tenga oídos, que escuche: en el interior de un hombre de luz
hay siempre luz y él ilumina todo el universo; sin su luz reinan las
tinieblas».
DICHO 25

Dijo Yehoshúa: «Ama a tu hermano como a tu vida; cuídalo


como la pupila de tu ojo».
DICHO 26

Dijo Yehoshúa: «La paja en el ojo de tu hermano, sí que la ves;


pero la viga en el tuyo propio, no la ves. Cuando hayas sacado la
viga de tu ojo, entonces verás claramente para poder quitar la
paja del ojo de tu hermano».
DICHO 27

Dijo Yehoshúa: «Si no ayunan con respecto al mundo, no


encontrarán el Reino Teocrático. Si no observan el Shabat como
Shabat, no verán al Padre».
DICHO 28

Dijo Yehoshúa: «Yo estuve en medio del mundo y me manifesté


a ellos en carne. Los hallé a todos ebrios (y) no encontré entre
ellos uno siquiera con sed. Y mi ser sintió dolor por los hijos de
los hombres (hebraísmo, i.e. los seres humanos), porque son
ciegos en su corazón y no se percatan de que han venido vacíos
al mundo y vacíos intentan otra vez salir de él. Ahora bien: por el
momento están ebrios, pero cuando hayan expulsado su vino,
entonces se arrepentirán».
DICHO 29

Dijo Yehoshúa: «Dijo Yehoshúa: «Si la carne existe gracias al


Espíritu sería un prodigio. Si el Espíritu (existe) gracias al cuerpo, es
prodigio de prodigios. Yo me maravillo cómo esta gran riqueza ha
venido a alojarse en esta pobreza».
DICHO 30

Dijo Yehoshúa: «Donde hay [tres personas] Dios está allí, y


donde hay uno, [yo digo,] estoy con él.
Levanta la piedra, y allí me encontrarás; corta la madera y estoy
allí.

Dijo Yehoshúa: «Donde hay tres dioses, dioses son; donde hay
dos o uno, con él estoy yo»
DICHO 31

Dijo Yehoshúa: «Ningún profeta es aceptado en su propio país;


ningún médico cura a quienes lo conocen».
DICHO 32

Dijo Yehoshúa: «Una ciudad que se construye encima de una


montaña alta y fortificada, no puede caer ni quedar escondida».
DICHO 33

Dijo Yehoshúa: «Lo que escucharás en tu oído, proclámalo


desde tus techos a otros oídos. Pues nadie enciende una
lámpara para ponerla debajo de un cesto ni la pone en un lugar
escondido, sino que se coloca sobre el candelero para que todos
los que entran y salen vean su resplandor».
DICHO 34

Dijo Yehoshúa: «Si un ciego guía a un ciego, caen juntos en un


hoyo».
DICHO 35

Dijo Yehoshúa: «Nadie puede entrar en la casa del poderoso


para conquistarla con fuerza, a menos que le ate sus manos,
entonces saqueará su casa.».
DICHO 36

Dijo Yehoshúa: «No estén ansiosos desde la mañana hasta la


noche ni desde la noche hasta la mañana, ni por el alimento que
comerán ni por la ropa que vestirán. Son bien superiores a las
flores de viento, que ni peinan lana ni hilan. Al tener una
vestidura, ¿que les falta? ¿O quién puede aumentar a la estatura
de ustedes? El mismo les dará su vestidura».

Dijo Yehoshúa: «No estén preocupados desde la mañana hasta


la noche y desde la noche hasta la mañana (pensando) qué van
a vestir».
DICHO 37

Sus discípulos dicen: «¿Cuándo te nos revelarás y cuándo te


percibiremos?» Él dice: «Cuando se quiten sus vestidos sin
avergonzarse y tomen su ropa y la pongan bajo sus pies para
pisar sobre ella, como hacen los niños, entonces verán al Hijo del
Viviente y no temerán».
DICHO 38

Dijo Yehoshúa: «Muchas veces desearon escuchar estas


palabras que les estoy diciendo sin tener a su disposición alguien
a quien oírselas. Días llegarán en que me buscarán (y) no me
encontrarán».
DICHO 39

Dijo Yehoshúa: «Los fariseos y los escribas recibieron las llaves


del conocimiento y las han escondido: ni ellos entraron, ni
dejaron entrar a los que querían. Pero ustedes sean astutos
como las serpientes y sencillos como las palomas».
DICHO 40

Dijo Yehoshúa: «Una vid ha sido plantada al margen del Padre y


—como no está firmemente arraigada— será arrancada de cuajo
y se malogrará».
DICHO 41

Dijo Yehoshúa: «A quien tiene en su mano se le dará; y a quien


nada tiene —aun aquello poco que tiene— se le quitará».
DICHO 42

Dijo Yehoshúa: «Háganse pasajeros».


DICHO 43.

Le dijeron sus discípulos: «¿Quién eres tú para decirnos estas


cosas?» «De lo que les estoy diciendo, no son capaces de
entender quién soy yo; se han vuelto como los de Judea, ya que
éstos aman el árbol pero odian su fruto, o aman el fruto pero
odian el árbol».
DICHO 44.

Dijo Yehoshúa: «A quien insulte al Padre, se le perdonará; y a


quien insulte al Hijo, (también) se le perdonará. Pero quien
insulte a la inspiración divina no encontrará perdón ni en la tierra
ni en el cielo».
DICHO 45.

Dijo Yehoshúa: «No se


cosechan uvas de los
espinos ni se recogen
higos de las zarzas,
(pues) no dan fruto
alguno. [Un] hombre
bueno saca cosas buenas
de su tesoro; un hombre
malo saca cosas malas
del mal tesoro que tiene
en su corazón y habla
maldades, pues de la
abundancia del corazón
saca él la maldad».
DICHO 46

Dijo Yehoshúa: «Desde Adám hasta Yojanan el Inmersor, entre


los nacidos de mujeres no hay ninguno más exaltado que
Yojanan el Inmersor, de manera que sus ojos no se quiebren ( =
expresión idiomática). No obstante, he dicho que quienquiera entre
ustedes que se haga como niño, conocerá el Reino y será más
exaltado que Yojanan».
DICHO 47.

Dijo Yehoshúa: «Una persona no puede montar dos caballos ni


tensar dos arcos, y un esclavo no puede servir a dos amos, de
otra manera honrará a uno y ofenderá al otro.

Nadie bebe vino añejo e inmediatamente quiere beber vino


nuevo. Y no se pone vino nuevo en odres viejos, para que no se
revienten. Y no se pone vino añejo en odres nuevos, para que no
se vuelva ácido. No se cose remiendo viejo en ropa nueva,
porque vendría un rasgón».
DICHO 48.

Dijo Yehoshúa: «Si dos personas hacen la paz entre sí dentro de


esta misma casa, dirán a la montaña: ¡Desaparece de aquí! Y
ésta desaparecerá»
DICHO 49.

Dijo Yehoshúa: «Dichosos los solitarios y los elegidos: ustedes


encontrarán el Reino, ya que de él proceden (y) a él tornarán»
DICHO 50.

Dijo Yehoshúa: «Si les preguntan: ¿De dónde han venido?,


díganles: Nosotros procedemos de la luz, del lugar donde la luz
tuvo su origen por sí misma; (allí) estaba afincada y se manifestó
en su imagen. Si les preguntan: ¿Quién son ustedes?, digan:
Somos sus hijos y los elegidos del Padre Viviente. Si se les
pregunta: ¿Cuál es la señal de vuestro Padre que llevan en
ustedes mismos?, díganles: Es el movimiento y a la vez el
reposo».
DICHO 51.

Le dijeron sus discípulos: «¿Cuándo sobrevendrá el reposo de


los difuntos y cuándo llegará el mundo nuevo?» Él les dijo: «Ya
ha llegado (el reposo) que esperan, pero usted no lo reconocen».
DICHO 52.

Le dijeron sus discípulos: «24 profetas alzaron su voz en Israel y


todos hablaron de tí». El les dijo: «Han dejado a un lado al
viviente (que está) ante ustedes ¡y hablan de los muertos!».
DICHO 53.

Le dijeron sus discípulos: «¿Es provechosa la circuncisión o


no?» Y él les dijo: «Si fuera provechosa, ya les engendraría su
padre circuncisos en el seno de sus madres; sin embargo, la
verdadera circuncisión por el espíritu (i.e. el poder del Eterno) se
ha hecho totalmente provechosa».
DICHO 54.

Dijo Yehoshúa: «Dichosos los pobres, pues de ustedes es el


reino teocrático».

NOTAS:
Pobres, en heb. ‫( עניים‬Aniyim).
Mansos, en heb. ‫( ענוים‬Anavim).
DICHO 55

Dijo Yehoshúa: «Quien no odie a su padre y a su madre, no


podrá ser discípulo mío. Y (quien no) odie a sus hermanos y
hermanas (y no cargue) con su cruz como yo, no será digno de
mí».
DICHO 56

Dijo Yehoshúa: «Quien haya comprendido el mundo, ha


encontrado un cadáver. El mundo no es digno de quien haya
encontrado un cadáver».

Traducción basada en semitismos:


Dijo Yehoshúa: «Quien haya comprendido el mundo, ha
dominado el cuerpo. El mundo no es digno de quien haya
dominado el cuerpo».
NOTA: Dicho 111b
«Quien se encuentra (domina) a sí mismo, de él no es digno el mundo».
DICHO 57

Dijo Yehoshúa: «El Reino del Padre se parece a un hombre que


tenía una [buena] semilla. Vino de noche su enemigo y sembró
cizaña entre la buena semilla. Este hombre no consintió que ellos
(los jornaleros) arrancasen la cizaña, sino que les dijo: No sea
que vayan a arrancar la cizaña y con ella arranquen el trigo; ya
aparecerán las matas de cizaña el día de la siega, (entonces) se
las arrancará y se las quemará».
DICHO 58

Dijo Yehoshúa: «Dichoso el hombre que ha sufrido: ha


encontrado la vida».
DICHO 59

Dijo Yehoshúa: «Fijen su mirada en el Viviente mientras están


vivos, no sea que luego mueran e intenten contemplarlo y no
puedan».
DICHO 60

Un samaritano que llevaba un cordero camino de Judea. Él dijo a


sus discípulos : «éste hombre está (atando) el cordero» Ellos le
dijeron: «(Irá) a sacrificarlo para comérselo.» Y les dijo:
«Mientras esté vivo no se lo comerá, sino sólo después de
haberlo degollado, cuando (el cordero) se haya convertido en un
cadáver». Ellos dijeron: «No podrá obrar de otro modo». El dijo:
«Para que ustedes no se conviertan en cadáveres y sean
comidos, busquen un lugar de reposo».

Nota: Mt 6
No acumulen para sí tesoros en la tierra, donde la polilla y la
herrumbre destruyen, y donde ladrones penetran y roban; sino
acumulen tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni la herrumbre
destruyen, y donde ladrones no penetran ni roban.
DICHO 61.

Dijo Yehoshúa: «Dos reposarán en un mismo lecho: el uno


morirá, el otro vivirá».
Dijo Shelomit: «¿Quién eres tú, señor? Es decir, ¿de quién
[vienes]? Te tendiste en mi lecho y comiste de mi mesa».
Díjole Yehoshúa: «Yo soy el que procede de quien (me) es igual;
(variante: Soy quien viene de la igualdad) he sido hecho partícipe
de los [atributos o personas] de mi Padre».
[Shelomit dijo]: «Yo soy tu discípula». [Yehoshúa le dijo]: «Por
eso digo que si uno ha llegado a ser igual, se llenará de luz; mas
en cuanto se desintegre, se inundará de tinieblas».
DICHO 62
(inicio de un nuevo discurso)
Dijo Yehoshúa: «Yo comunico mis secretos a los que [son
dignos] de ellos. No dejes que tu izquierda sepa lo que hace tu
mano derecha».
DICHO 63

Dijo Yehoshúa: «Había un hombre rico que poseía una gran


fortuna, y dijo: Voy a emplear mis riquezas en sembrar,
cosechar, plantar y llenar mis graneros de frutos de manera que
no me falte de nada. Esto es lo que él pensaba en su corazón; y
aquella noche se murió. El que tenga oídos, que oiga»
DICHO 64

Dijo Yehoshúa: «Un hombre tenía invitados. Y cuando hubo


preparado la cena, envió a su criado a avisar a los huéspedes.
Fue (éste) al primero y le dijo: Mi amo te invita. Él respondió:
Tengo (asuntos de) dinero con unos mercaderes; éstos vendrán
a mí por la tarde y yo habré de ir y darles instrucciones; pido
excusas por la cena. Fue a otro y le dijo: Estás invitado por mi
amo. Él le dijo: He comprado una casa y me requieren por un
día; no tengo tiempo. Y fue a otro y le dijo: Mi amo te invita. Y él
le dijo: Un amigo mío se va a casar y tendré que organizar el
festín. No voy a poder ir; me excuso por lo de la cena. Fue a otro
y le dijo: Mi amo te invita. Éste replicó: Acabo de comprar una
hacienda (y) me voy a cobrar la renta; no podré ir, presento mis
excusas. Fue el criado (y) dijo a su amo: Los que invitaste a la
cena se han excusado. Dijo el amo a su criado: Sal a la calle (y)
tráete a todos los que encuentres para que participen en mi
festín; los mercaderes y hombres de negocios [no entrarán] en
los lugares de mi Padre»
DICHO 65

El dijo: «Una persona bondadosa poseía una viña y se la arrendó


a unos viñadores para que la trabajaran y así poder percibir de
ellos el fruto. Envió, pues, a un siervo para que éstos le
entregaran la cosecha de la viña. Ellos prendieron al siervo y le
golpearon hasta casi matarlo. Éste fue y se lo contó a su amo,
quien dijo: Tal vez no les reconoció; y envió otro siervo. También
éste fue maltratado por los viñadores. Entonces envió a su propio
hijo, diciendo ¡A ver si respetan por lo menos a mi hijo! Los
viñadores —a quienes no se les ocultaba que éste era el
heredero de la viña— le prendieron (y) le mataron. El que tenga
oídos, que oiga».»
DICHO 66

Dijo Yehoshúa: «Muéstrenme la piedra que los constructores han


rechazado; ésta es la piedra angular»
DICHO 67

Dijo Yehoshúa: «Quien sea conocedor de todo, pero falle en (lo


tocante a) sí mismo, falla en todo»
DICHO 68

Dijo Yehoshúa: «Dichosos ustedes cuando se les odie y se les


persiga. Donde les hayan perseguido, no encontrarán lugar».
DICHO 69

Dijo Yehoshúa:
«Dichosos los que han
sufrido persecución en
su corazón: éstos son
los que han reconocido
al Padre de verdad».
«Dichosos los
hambrientos, pues el
estómago de quien
desea se saciará».
DICHO 70.

Dijo Yehoshúa: «Cuando adquieran (realicen o saquen) aquello


dentro de ustedes, lo que está en ustedes los salvará. Si no lo
tienen dentro, aquello que no tienen dentro los matará».
DICHO 71

Dijo Yehoshúa: «Voy a des[truir esta] casa y nadie podrá


[re]edificarla».
DICHO 72

[Un hombre] le [dijo]: «Di a mis hermanos que repartan conmigo


los bienes de mi padre». El replicó: «¡Hombre! ¿Quién ha hecho
de mí un repartidor (o quien divide) ?» Y se dirigió a sus
discípulos, diciéndoles: «No soy repartidor, ¿soy?»
DICHO 73.

Dijo Yehoshúa: «La cosecha es en verdad abundante, pero los


obreros son pocos. Rueguen, pues, al Eterno (lit. Señor/Amo)
que envíe obreros para la cosecha».

Avot 2:15,16
Rabi Tarfon dijo: el día es corto (katzar; katzir=cosecha), y el trabajo
es abundante, y los obreros son perezosos, y la recompensa es
grande, y el dueño de la casa es insistente.
No es tu responsabilidad terminar la labor, pero tampoco eres libre
para renunciar a ella.
DICHO 74.

Dijo Yehoshúa: «Señor, hay muchos alrededor del pozo, pero no


hay nadie dentro del pozo».
DICHO 75.

Dijo Yehoshúa: «Muchos están ante la puerta, pero son los


solitarios los que entrarán en la cámara nupcial».
DICHO 76.

Dijo Yehoshúa: «El reino del Padre se parece a un comerciante


poseedor de mercancías, que encontró una perla. Ese
comerciante era sabio: vendió sus mercancías y compró aquella
perla única. Busquen también ustedes el tesoro imperecedero allí
donde no entran ni polillas para devorar(lo) ni gusano para
destruir(lo)».
DICHO 77

Dijo Yehoshúa: «Yo soy la luz que está sobre todos ellos. Yo soy
el todo, todo salió de mí y ha llegado hasta mí. Partan la madera
y allí estoy yo; levantan la piedra y allí me encontrarán».
DICHO 78

Dijo Yehoshúa: «¿Qué salieron a ver al desierto, una caña


sacudida por el viento? ¿a una persona vestida con ropas finas
[como vuestros] gobernantes y vuestros dignatarios? Son ellos
los que se visten con ropas finas, pero no podrán conocer la
verdad».
DICHO 79

Le dijo una mujer de entre la multitud: «Dichoso el vientre que te


llevó y los senos que te amamantaron». El [le] respondió:
«Dichosos aquellos que han escuchado la palabra del Padre y la
han cumplido en verdad, pues días vendrán en que dirán:
Dichoso el vientre que no ha concebido y los senos que no han
amamantado».
DICHO 80

Dijo Yehoshúa: «El que haya comprendido el mundo, ha


encontrado (semitismo: dominado) el cuerpo. El mundo no es
digno de la persona que haya encontrado (semitismo: dominado)
el cuerpo».

= DICHO 56
Referencia: DICHO 111b «Quien se encuentra (domina) a sí mismo, de él no
es digno el mundo».
DICHO 81

Dijo Yehoshúa: «Quien haya llegado a ser rico, que se haga rey;
y quien posea el poder, que renuncie (a su poder)».

Similar: DICHO 110


«Quien haya encontrado (dominado) el mundo y se haya hecho
rico, ¡que renuncie al mundo!».
Referencia:
I Corintios 4:8
DICHO 82

Dijo Yehoshúa: «Quien esté cerca de mí, está cerca del fuego;
quien esté lejos de mí, está lejos del Reino».

Similar: DICHO 10
He arrojado fuego sobre el mundo y he aquí que lo estoy
vigilando hasta que arda.
DICHO 83

Dijo Yehoshúa: «Las imágenes se manifiestan al hombre, y la luz


que hay en ellas permanece latente en la imagen de la luz del
Padre. La luz será revelada, pero su imagen está escondida por
su luz».

Referencia: Dicho 24
Dijeron sus discípulos: «Instruyenos acerca del lugar donde
moras, pues sentimos la necesidad de indagarlo». Díjoles: «El
que tenga oídos, que escuche: en el interior de un hombre de luz
hay siempre luz y él ilumina todo el universo; sin su luz reinan las
tinieblas».
DICHO 84

Dijo Yehoshúa: «Cuando vean lo que se parece a ustedes, se


alegrarán; pero cuando vean las imágenes de ustedes que
vinieron a ser antes que ustedes —ni mueren ni son visibles—,
¿cuánto podrán soportar?».
DICHO 85

Dijo Yehoshúa: «Adam vino a ser por una gran fuerza y una gran
riqueza; pero no se hizo digno de ustedes. Pues si hubiera sido
digno, no habría saboreado la muerte».
DICHO 86

Dijo Yehoshúa: «[Las zorras tienen su guarida] y los pájaros [su]


nido, pero el Hijo del hombre no tiene lugar donde reclinar su
cabeza (y) descansar».
DICHO 87

Dijo Yehoshúa: «Miserable es el cuerpo que depende de un


cuerpo, y miserable es el alma (nefesh = la vida / ‫ )נפש‬que
depende de aquellos juntos».
Dicho 112: ¡Ay de la carne que depende del alma (‫)נפש‬, ay del
alma (‫ )נפש‬que depende de la carne!
Dicho 29: Dijo Yehoshúa: «Si la carne existe gracias al Espíritu sería
un prodigio. Si el Espíritu (existe) gracias al cuerpo, es prodigio de
prodigios. Yo me maravillo cómo esta gran riqueza ha venido a
alojarse en esta pobreza».
Jn. 3:6 Lo que es nacido de la carne, carne es, y lo que es nacido del
Espíritu, espíritu es.
DICHO 88

Dijo Yehoshúa: «Los ángeles (lit. mensajeros) y los profetas


vendrán a ustedes y les darán lo que les corresponde a ustedes;
ustedes les darán lo que está en sus manos. Ustedes se dirán a
sí mismos ¿Cuándo vendrán ellos a recoger lo que les
pertenece?».
DICHO 89

Dijo Yehoshúa: «¿Por qué lavan lo exterior del vaso? ¿Es que no
comprenden que aquel que hizo el interior no es otro que quien
hizo el exterior?».
DICHO 90

Dijo Yehoshúa: «Vengan a mí, pues mi yugo es adecuado y mi


dominio suave, y encontrarán reposo para ustedes mismos».
DICHO 91

Ellos le dijeron: «Dinos quién eres tú, para que creamos en ti». El
les dijo: «Ustedes examinan el aspecto del cielo y de la tierra, y
no han sido capaces de entender a aquel que está ante ustedes.
Tampoco han sabido entender como examinar este tiempo
crítico».
DICHO 92

Dijo Yehoshúa: «Busquen y encontrarán: mas aquello por lo que


me preguntaban anteriormente —sin que yo entonces les diera
respuesta alguna— quisiera manifestároslo ahora, y ustedes no
me hacen preguntas en este sentido».
DICHO 93

Dijo Yehoshúa: «No echen las cosas santas a los perros, no sea
que vengan a parar en el montón de estiércol; no arrojen las
perlas a los cerdos, para que ellos no las [....]».
DICHO 94

Dijo Yehoshúa: «El que busca encontrará, [y al que llama] se le


abrirá».
DICHO 95

Dijo Yehoshúa: «Si tienen algún dinero, no lo presten con interés,


sino denlo a aquel que no va a devolvérselo».
DICHO 96

Dijo Yehoshúa: «El reino del Padre se parece a una mujer que
tomó un poco de levadura, la [introdujo] en la masa (y) la
convirtió en grandes hogazas de pan. Quien tenga oídos, que
oiga».
DICHO 97

Dijo Yehoshúa: «El reino del [Padre] se parece a una mujer que
transporta(ba) un recipiente lleno de harina. Mientras iba [por un]
largo camino, se rompió el asa (y) la harina se fue
desparramando a sus espaldas por el camino. Ella no se dio
cuenta (ni) se percató del accidente. Al llegar a casa puso el
recipiente en el suelo (y) lo encontró vacío».
DICHO 98

Dijo Yehoshúa: «El reino del Padre se parece a un hombre que


tiene la intención de matar a un hombre poderoso: desenvainó
(primero) la espada en su casa (y) la hundió en la pared para
comprobar la fuerza de su mano. Entonces dio muerte al hombre
poderoso».
DICHO 99

Los discípulos le dijeron: «Tus hermanos y tu madre están


afuera». El les dijo: «Los aquí (presentes) que hacen la voluntad
de mi Padre, éstos son mis hermanos y mi madre; ellos son los
que entrarán en el reino de mi Padre».
DICHO 100

Le mostraron a Yehoshúa una moneda de oro, diciéndole: «Los


agentes de César nos piden los impuestos». El les dijo: «Dad a
César lo que es de César, dad a Elohim lo que es de Elohim y
denme a mí lo que me pertenece».
DICHO 101

Dijo Yehoshúa: «El que no aborrece a su padre y a su madre


como yo, no podrá ser [discípulo] mío; y quien [no] ame [a su
padre] y a su madre como yo, no podrá ser [discípulo] mío; pues
mi madre, la que [...], pero [mi madre] de verdad me ha dado la
vida».
DICHO 102

Dijo Yehoshúa: «¡Ay de ellos, los fariseos, pues se parecen a un


perro echado en un pesebre de bueyes!: ni come, ni deja comer
a los bueyes».
DICHO 103

Dijo Yehoshúa: «Dichoso el hombre que sabe por donde van a


entrar los ladrones, de manera que (él) pueda levantarse,
recoger sus [...] y armarse».

Similar al Dicho 21.


DICHO 104

[Le] dijeron: «Ven, vamos hoy a hacer oración y a ayunar».


Respondió Yehoshúa: «¿Qué clase de pecado he cometido yo, o
en qué he sido derrotado? Cuando el novio haya abandonado la
cámara nupcial, ¡que ayunen y oren entonces!».
DICHO 105

Dijo Yehoshúa: «Quien conociere al padre y a la madre, será


llamado hijo de prostituta».
DICHO 106

Dijo Yehoshúa: «Cuando sean capaces de hacer de los dos uno


solo, serán hijos del hombre; y si dicen: ¡Montaña, trasládate de
aquí!, se trasladará».
DICHO 107

Dijo Yehoshúa: «El Reino se parece a un pastor que poseía cien


ovejas. Una de ellas —la más grande— se extravió. Entonces
dejó abandonadas (las) noventa y nueve (y) se dio a la búsqueda
de ésta hasta que la encontró. Luego —tras la fatiga— dijo a la
oveja: Te quiero más que a (las) noventa y nueve».
DICHO 108

Dijo Yehoshúa: «Quien bebe de mi boca, vendrá a ser como yo;


y yo mismo me convertiré en él, y lo que está oculto le será
revelado».
DICHO 109

Dijo Yehoshúa: «El Reino se parece a un hombre que tiene


[escondido] un tesoro en su campo sin saberlo. Al morir dejó el
terreno en herencia a su [hijo, que tampoco] sabía nada de ello:
éste tomó el campo y lo vendió. Vino, pues, el comprador y —al
arar— [dio] con el tesoro; y empezó a prestar dinero con interés
a quienes quiso».
DICHO 110

Dijo Yehoshúa: «Quien haya encontrado el mundo y se haya


hecho rico, ¡que renuncie al mundo!».
DICHO 111

Dijo Yehoshúa: «El Cielo y la tierra se enrollarán en presencia de


ustedes, mientras que quien vive del Viviente no conocerá
muerte ni (...); pues Yehoshúa dice: Quien se encuentra a sí
mismo, de él no es digno el mundo».
DICHO 112

Dijo Yehoshúa: «¡Ay de la carne que depende del alma (la vida
humana ‫)נפש‬, ay del alma (‫ )נפש‬que depende de la carne!».
DICHO 113

Le dijeron sus discípulos: «¿Cuándo va a llegar el Reino?» (Dijo


Yehoshúa): «No vendrá con expectación. No dirán: ¡Helo aquí!
o ¡Helo allá!, sino que el reino del Padre está extendido sobre la
tierra y los hombres no lo ven».
DICHO 114

Simón Petros les dice: Mariam debe salir de entre nosotros, pues
las hembras no son dignas de vida. Yehoshúa dice: He aquí que
para que se convierta en varón, yo la guiaré, para que ella
tambien venga a ser un espíritu viviente, semejante a ustedes,
varones. Pues cada mujer que se convierte en varón, entrará en
el Reino de los Cielos.

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