La Revolución Neolitica

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Escuela de Agricultura y Sacarotecnia

Asignatura: Historia
Cursos: 1º C – 1º D
Profesora: Marcela Fernández García

UNIDAD 1: LOS ORÍGENES DE LA HUMANIDAD: las sociedades ágrafas

DEL MESOLÍTICO AL NEOLÍTICO (13.000 a.C al 10.000 a.C)

Hace aproximadamente 13.000 años a.C, la temperatura del planeta se elevó


gradualmente, por lo que las grandes masas de hielo que cubrían el hemisferio norte se
derritieron. Así el nivel de los mares subió y muchas regiones bajas se inundaron. Los animales
como renos y bisontes migraron a las regiones frías, otros se extinguieron. Algunos animales no
pudieron adaptarse a las nuevas condiciones ambientales y se extinguieron como el mamut; y

otros redujeron sus tamaños.

Los grupos humanos reaccionaron de diferente manera ante estos cambios. Primero, los
cazadores del Paleolítico obtenían menos cantidad de carne. Algunos grupos siguieron las
manadas de animales al norte, pero aumentaron la pesca y la recolección de semillas y frutos. A
fines del Mesolítico, otros grupos comenzaron a desarrollar nuevas actividades nunca practicadas
por los grupos humanos: la agricultura y la ganadería. Estas nuevas actividades económicas
dieron lugar a la Revolución Neolítica.
LA REVOLUCIÓN NEOLÍTICA (10.000 a.C)

Neolítico significa piedra nueva o pulida. En este período, la transformación más


importante fue social y económica lo que marcó el comienzo de un nuevo modo de vida: la
sedentarización y la economía productiva.
Los hombres comenzaron a practicar la agricultura y la ganadería. Con estas nuevas
actividades económicas productivas comenzó la Revolución Neolítica en el 10.000 a.C.
Estas transformaciones se produjeron lentamente en un proceso de miles de años. La
agricultura y la ganadería modificaron profundamente las relaciones de los hombres entre sí y
con la naturaleza. Desde entonces, los hombres transformados en productores pudieron
producir y controlar el abastecimiento de sus alimentos, organizando una economía productora.
Aunque continuaron dependiendo de factores naturales como la mayor o menor fertilidad de los
suelos o la existencia de agua para el riego.
La Revolución Neolítica fue un cambio profundo y un paso fundamental para el dominio de
la naturaleza por parte de las sociedades humanas. A medida que la población y los rebaños
aumentaban y que las técnicas de cultivo se volvían más complejas, los hombres comenzaron a
establecerse por más tiempo en un lugar: se hicieron sedentarios. Es decir, que las sociedades
neolíticas abandonaron el nomadismo y la economía parasitaria y destructiva, transformándose
en sociedades sedentarias con economías productoras.
Las aldeas del Neolítico, se instalaron a orillas de ríos, como el Nilo, el Éufrates, el Tigris, el
Indo, el Ganges o el Amarillo. Allí construyeron aldeas donde vivían varios clanes que van a
transformarse en el centro de las más importantes civilizaciones antiguas: los egipcios, los
pueblos de la Mesopotamia, la cultura India y China. En América, se destacaron los Incas y los
Aztecas.
LA VIDA EN LAS ALDEAS DEL NEOLÍTICO

Las nuevas actividades económicas permitieron un aumento de la población porque estaba


mejor alimentada y era más seguro vivir en un lugar fijo que trasladarse permanentemente.
Las actividades en las aldeas se diversificaron y surgió una nueva división del trabajo. Había
más personas para alimentar, pero también había más brazos para trabajar. Los hombres se
encargaron de criar el ganado, de limpiar y preparar el terreno para el cultivo y fabricar
herramientas. Además, se ocupaban de la caza y de la pesca, dos actividades que continuaron
desarrollándose.

Los niños también ayudaban a limpiar los campos, a espantar los pájaros y a cuidar vacas
y ovejas. Mientras que las mujeres tenían a su cargo, la siembra, la recolección de frutos,
fabricaban tejidos con lanas y fibras, confeccionaban cestos, canastos y piezas de alfarería para
almacenar líquidos y semillas.
Con el tiempo cada habitante del poblado fue desarrollando una perfeccionándose en una
actividad; por ejemplo: el trabajo de la madera, del metal para fabricar herramientas, el trabajo
de arcilla para fabricar vasijas, etc. Esta especialización, se relaciona con una nueva división del
trabajo, por oficios, cuando cada uno trabajaba en la actividad que mejor hacía. Así aparecieron
los alfareros, los cesteros, los artesanos del metal, los tejedores y la madera, etc. Estas
especializaciones se combinaban siempre con la agricultura y la ganadería, es decir que las
personas eran a la vez, campesinos y artesanos.
NUEVOS INVENTOS.
Las nuevas actividades dieron lugar a los nuevos inventos como: los telares, la hoz y la
azada. La rueda comenzó a usarse 4000 años a.C. Las sociedades neolíticas eran muy organizadas
y cooperaban todos sus miembros entre sí para mejorar su nivel de vida. Estos nuevos inventos,
sumados a la mejor división de las tareas por especialización en diferentes oficios dieron como
resultado el aumento de la población y la expansión de las aldeas. Las primeras aldeas del
Neolítico eran muy pequeñas, pero con el paso del tiempo, la población mejor alimentada y
organizada fue creciendo. Las actividades productivas fueron perfeccionándose y comenzaron a
tener excedentes. Esto permitió el contacto entre diferentes aldeas para el intercambio de
productos, dando origen a una nueva actividad económica, el comercio. Como no se había
inventado la moneda, los intercambios se hacían por medio del trueque.

LAS PRIMERAS CIUDADES


Con el tiempo, el aumento de la población y la necesidad de emprender actividades más
complejas para el control y distribución del agua, como la construcción de diques y canales, hizo
necesario crear nuevas autoridades. Las aldeas crecieron dando lugares al surgimiento de las
ciudades. En estas ciudades, los líderes ya no deben haber sido los mejores guerreros o
cazadores sino quienes tenían mayores conocimientos sobre las lluvias, las crecidas de los ríos.
Los ancianos
quienes eran
los que
tenían más
experiencias
gozaban de
mayor
respeto y
fueron sus
autoridades.
Algunos
miembros de
la
comunidad
comenzaron
a exigir

reconocimiento y obediencia al resto de la población, por desarrollar funciones diferentes, que


sólo las realizaban grupos reducidos. Estas funciones diferentes eran las religiosas, las militares y
las de diferentes saberes. Los primeros por ser quienes estaban en contacto con los dioses, los
segundos por ser los mejores guerreros y los últimos por poseer conocimientos que no todos
alcanzaban se transformaron en los primeros príncipes y reyes.
Las prácticas y creencias religiosas de las sociedades neolíticas estaban relacionadas con
las nuevas actividades económicas, como la agricultura. Es posible, que creyeran que los espíritus
de los antepasados, en contacto con la tierra cooperaban en la germinación de las plantas
cultivadas. El culto a la fertilidad creció y se hizo más importante. La tierra en la que estaban
enterrados los antepasados adquirió entonces otra significación surgiendo los cementerios
cerca de los poblados donde los muertos eran sepultados cuidadosamente en tumbas edificadas.

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