Escribo para Volar en La UP6 Paraná

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ESCRIBO PARA VOLAR

Lectura y escritura en la Unidad Penal Femenina N.º 6

Paraná

Gracias a los palabreros del Área de Comunicación Comunitaria de la FCEdu-


UNER y a las Referentes Educativas de la UP6 por permitirme vivir esta
experiencia junto a “El carrito de las letras” Biblioteca Ambulante.

Gracias a las escritoras que, aún viviendo intramuros, se animaron -a través de


la palabra- a saltar la reja.
La pregunta que me motivó fue ¿es posible crear condiciones de
lectura/escritura con mujeres en un contexto de privación de la libertad?

Para ello de 2015 a 2017 se desarrollaron estos encuentros literarios,


tuvimos un espacio, tuvimos otro, fue con harinas, con la bacha del pelo y las
mangueras de desagote del Taller de Peluquería, en un mesón largo, afuera a
la sombra de los arboles, en el Salón de Usos Múltiples, durante la comida,
durante la siesta y en la hora de la escuela.

El primer espacio resultaba sumamente incómodo, poco cálido, oscuro;


en suma, muy poco propicio para leer y mucho menos, escribir. Luego nos
trasladamos a un espacio más amplio, con techos altos y colmado de
elementos de los más variados, las paredes lucían adornos de goma eva y todo
tenía un dejo de abandono polvoriento, muy cercano a la cocina, ese salón era
un constante bullicio. Para llegar a allí había que pasar por un patiecito y un día
había colgadas bombachas tipo culotte, no solía ver ropa interior colgada. El
ruido y el olor de la cocina nos invadía, nos invadía para bien porque la cumbia
sonaba y el aroma de las salsas y preparados nos invitaba al sabor. El olor a
harina abundaba y no era extraño encontrar así pegotes de masa en la mesa,
no había más que dos sillas desvencijadas, una banqueta y las pequeñas
ventanas -en lo alto- tenían rejas. Cada tarde esas mujeres se sumergían en la
lectura de un cuento o realizaban actividades propias del proceso de escritura
(construir el personaje, marco, conflicto, resolución, descripciones, etc)

Leímos a Alejandro Jodorowsy, José Saramago, Clarice Lispector, John


Katzenbach, Eduardo Galeano, Paulo Coelho, Juan Forn, José de
Vasconcelos, Sor Juana Inés de las Cruz, Julio Cortázar, Mario Benedetti, así
sin orden ni categorías, leímos letras de canciones, pensamos en aquello que
nos inspira, hablamos de la Ley Blumberg, de películas, nos prestamos los
cuadernos, estuvimos felices, estuvimos tristes y no siempre estuvimos.
Usamos lápices negros, lápices de colores, biromes y hojas sueltas, recortes
de revistas y libros viejos. Muchas de las clases tuvieron como centro el género
lírico, por su multiplicidad de estilos, extensión breve y mayor posibilidad
creadora, consideré que sería de más fácil producción y no me equivoqué;
generalmente se partía de un sentimiento, una figura, una persona famosa o un
elemento y luego empezaba el proceso tomando los recursos poéticos ya
estudiados previamente.

¿Era posible pensar en algo para más adelante cuando ninguna de ellas
deseaba estar allí la siguiente semana?

Con el tiempo nos trasladamos, a diferencia del anterior espacio aquí


estábamos más despojadas. Allí contábamos con sillas, un baño, pizarrón, dos
armarios con libros propios y un baúl pintado de verde, El carrito propiamente
dicho, pudimos desarrollar nuestra actividad literaria, pretendí trabajar a partir
de distintas dinámicas y disparadores que tenían que ver con lecturas
recreativas para promover la escritura libre. También, y de forma espontánea,
se generaron conversaciones sobre estados emocionales, opiniones literarias y
deseos de nuevas lecturas o de conocer más acerca del mundo de las letras.

Un punto de partida de este trabajo, fue la práctica de la lectura, como


un proceso de la pura interioridad, como afirma Hans-Georg Gadamer. La
aproximación al texto siempre se realizó “desde las circunstancias propias de
la persona que lee, de manera que la “verdad” del texto está formada por la
sucesión y la tensión de sus lecturas”, por lo que fue vital compartir esos
momentos, reflexionar sobre los referentes para, a partir de allí, incentivar la
creación. En términos de Michèle Petit, quien parte de un trabajo más formal
sobre la lectura en los adolescentes: “El lector no es, por lo tanto, pasivo; lleva
a cabo un trabajo productivo, reescribe. Hace desplazarse el sentido, hace lo
que se le ocurre, desvía, reutiliza, introduce variantes, deja de lado los usos
correctos. Pero él a su vez es alterado: encuentra algo que no espera, y nunca
sabe hasta dónde puede ser llevado.”

Mi labor apuntó a la construcción de un espacio comunitario, donde la


palabra de todas tuvo lugar. Muchas veces aparecieron aquí los “bajones”
anímicos, los reveses judiciales, las añoranzas por lo que se dejó detrás
(afuera). También aparecieron las evocaciones de lecturas infantiles -“quiero
volver a leer Mi Planta de Naranja Lima”…-, las alegrías y los logros -“me
dieron la laboral”…- los amores nacidos al calor de la prisión, etc.

En palabras de Petit, “Los espacios colectivos de lectura sacan de su


soledad a cada uno, le hacen comprender que sus sufrimientos son
compartidos, no sólo por los que están a su lado, sino también por los
personajes que encuentran en las páginas leídas o por quienes las escribieron.
En más de un caso, esas experiencias literarias contribuyen a una formación
de la sensibilidad y a una educación sentimental…”

Como mi trabajo se situó en un penal femenino, también apareció la


dimensión del género. Marta Dillon dice que “(…) Las cárceles buscan la
desestructuración de la persona, cambian las reglas para demostrar su poder,
para destruir el “yo” y que puedan ser más maleables.” La autora habla de una
doble condena, ya que las mujeres no solamente delinquieron, sino que
violaron su mandato de género, el de ser madres devotas: el abandono de sus
hijos para estar tras las rejas significa una doble transgresión.

Sin embargo, la palabra surgió, clara y potente, cuando se lograba, más


no sea, un pequeño ambiente de comunidad de lectoras y escritoras. La
comunicación comunitaria se planteó, entonces, como una mirada que nos
permitió construir comunidad, a partir de “escuchar” para producir sentidos
compartidos, facilitar procesos de construcción de nuevos sentidos y modos de
nombrar; a la vez que generar herramientas para poner en circulación la
palabra, sobre todo las voces que estaban más silenciadas o acalladas.

Mediante el ejercicio de la palabra escrita, considero que estas mujeres


pudieron enfrentarse a los discursos sobre ellas mismas que corroboran esta
lógica carcelaria, pero que son también parte de la opinión pública y que, en
muchos casos, constituyen subjetividades donde las creen incapaces,
marginales, situadas por fuera de una sociedad de la cual, sin embargo, son
una parte funcional. Así, poder pensarse, tanto en la propia biografía como en
el contexto sociopolitico, les permitió tomar la palabra y decirse mediante la
construcción de un discurso propio capaz de cuestionar y reformular las
subjetividades.

MARÍA ELIDA MERCADO


A veces no me dan ganas de irme.

me hago la tonta y camino por el patio.

miro el mural.

Las veo fumar,

le limpio los mocos a algún niño,

ayudo a depilar cejas

o tomo mate con tal de seguir compartiendo.

Demoro la salida.

¿Por qué querer quedarme en este lugar donde se da una convivencia


forzada?

Donde son todas apellido.

Ya sé que vos no tuviste nada que ver, M., pero yo no puedo hacer nada para
sacarte, contame toda tu historia, yo me la guardo. no voy a ser otra alcahueta
que te vuelva a sepultar. quiero ser tu amiga. pero no soy tu mesías ni una
santa.

Con vos soy libre gratis, le digo.

Se hacen las ocho y no solamente viene el recuento antes de la cena sino


también las píldoras.

Si yo estuviese presa, también querría estar dormida todo el día.

(estas son palabras mías, arrojadas al calor de una noche post taller)
Leemos “La caja” de Juanjo Conti y nos preguntamos… ¿qué hay dentro
de ella?

En la caja puede haber un perfume un pañuelo una rosa que se la


manda un amigo especial. Que ella va a oler el perfume y le entra intriga y ella
ya le comentó a todo el grupo de señoras que hay en el barrio y la vecina dice
que es una zorra y que al final era de su hija el regalo que le habían enviado.
Lo que había en la caja era un papelito que decía: "la curiosidad mató al gato."
S.
Hablamos de cómo son y cómo vemos a nuestras compañeras

S. está ansiosa esperando la llega de sus papeles, la libertad para salir y


estar con su familia, su hijo y nietas. Salir adelante y hacer sus cosas. También
le gusta leer mucho. Es servicial, tiene una gran bondad, cada vez que ve que
te sientes triste te da un abrazo, es cariñosa; cuando está furiosa no le hablo,
pero cuando se le pasa charlamos, el mimosa y curiosa.

R. se siente afligida, no quiere alcanzar la soledad, pero por momentos


se ahoga en un mar profundo, los pensamientos llegan a cada momento,
queda tan sola en un desierto, pero al pensar en su familia, llora al despertar.

N. mujer melancólica, creyente, ama a su familia y los extraña mucho.


Sus hijos y su nieta son su vida. Amó mucho a su pareja, él murió, hace dos
días se cumplió un año de su fallecimiento y a pesar de todo, su amor por él
sigue intacto. Ama mucho con todo el corazón y alma. La ayuda la esperanza
de que cuando a ella le toque partir, cuando Dios lo decida, van a
reencontrarse, van a vivir en la otra vida lo que no pudieron vivir en esta, van a
tener los hijos que no pudieron. N. tiene mucho amor hacia su familia, su
amado eterno y sobre todas las cosas a Dios. N. es una persona muy
reservada, sensible y muy sufrida. Como compañera es excepcional, muy fiel,
creyente en Dios y muy respetuosa.

R. es muy alegre, vive bailando. Ella es muy sensible, es amable y le


gusta cantar, es inquieta, anda todo el día con su risa. R. es una chica linda,
simpática, le gusta mucho bailar y cantar. A veces se angustia cuando piensa
en su familia, cuando habla conmigo le doy esperanzas porque creo que esto
es para ella un escarmiento, para que al salir ya su forma de ver las cosas sea
distinta y apueste al estudio.
C. desea que sus compañeras aprendan a leer y escribir. Cuando está a
su alcance, ella ayuda a sus compañeras con las tareas; pero al ser personas
adultas les cuesta mucho la lectura. C. les tiene mucha paciencia y cariño, se
siente bien al poder brindarle un poco de apoyo a las que necesitan.
Producimos poesías y breves textos a partir de diversas dinámicas

R.

Respira.

Pisa.

No dudes sé valiente.

Sigue de frente.

Abre tu mente.

Cada vez se acercará el final de esta meta.

No será sorpresa.

Ser libre se expresa.

Lo verás en la naturaleza.

Se acercará el final de este camino y sólo marcas quedarán.

Mujer delicada como una flor

a pesar de los golpes, sigue adelante.

Muy valiente.

Entrega todo su amor

deja de lado el rencor

saca todo el dolor.

Enfrenta la decepción, sólo cree en Dios para caminar sin temor.

Mujer pequeña, brillante,

grande de corazón.
M.

El otoño me enajena como un lapacho, se siente raro este ser y no ser.


A veces me enoja no saber si ya estamos o no, si ponerme contenta o no. Que
todo se tiña de amarillo me llena de alegría.

Quisiera tejerles ponchos a los árboles que van perdiendo sus hojas;
luego recuerdo que no sé tejer y la emoción se me pasa.

Me hago la promesa, para el próximo otoño no solamente estaré en otro


lado si no con dos agujas y lanas.
A.

Derrota Ami

Voy a salir victoriosa Qué loco haberte encontrado

hace calor y duele entre tanta oscuridad

pero no detiene mi prosa qué loco haber tomado

aunque mi corazón se congele. de tu mano la amistad.

En las puertas del infierno En poco tiempo saber

un poco más adentro lo mucho que valés

un oscuro cielo eterno vos tenés mucho poder

sin buscar, me encuentro. no sé si lo sabés.

El azufre deja marcas Fuerte y tímida amiga

inmortales en mi piel llena de bondad

son las secuelas de confundir que no te venza la fatiga

azúcar con miel. de perder tu libertad

El cielo siempre se despeja

y el sol vuelve a salir

se romperá la reja

y saldremos a reír.

Calmame

Perdete un ratito en la incertidumbre

besame un poquito

para calmar el hambre.

Olvidate de todo hasta tu materia.

¿Tenés miedo?

Yo también, querida.
B.

Me quedé vacía desde que te fuiste,

el corazón anclado en el dolor y en el tiempo.

Sin poder reaccionar, apenas respirando,

hondo, profundo, lejano inalcanzable…

tanto desierto, sin lágrimas…

La mirada fija en ningún lado,

buscando encontrarte en los días pasados.

Todo mi ser te extraña… tanto…

que he dejado de ser.

Solamente en la garganta un nudo, ciego

que amenaza hacia afuera y hacia adentro,

está arrugado día a día mi corazón.

Seguiré esperando, como pueda… que vuelvas...

Que me devuelvas lo que me da vida...

Soy tu madre… sos mi hija…

todo mi ser te extraña…


L.

Cada vez que te acuerdes de mí, piensa

en todo el tiempo que

desperdiciamos separadas.

Jamás amé a nadie hasta

que llegaste tú y estoy segura que

tú jamás amaste hasta que yo te amé.

Por eso te pido que seas honesta

contigo y te des una oportunidad de ser

feliz por primera vez.

Por siempre.

A 23 días de aquel mágico día.

A.N.

Si hay algo que no me perdono,

es que hoy es sábado,

quiero salir a bailar

y estoy encerrada en esta tumba.

A.

Ya no soy una niña, pero quisiera volver atrás para acomodar algunos errores.
Sé que no se puede pero volveré a aparentar ser niña y estar más con mi
madre, aprender a valorar, a apreciar y a respetar más que nunca en la vida.
N.

Qué sería de mí si no me hubieras alcanzado.

Cómo estaría hoy si no me hubieras perdonado.

Tendría un vacío en mi corazón,

vagaría sin rumbo, sin dirección.

Si no fuera por tu gracia y por tu amor,

sería como un pájaro herido que se muere en el suelo.

Sería como un ciervo que busca agua en un desierto.

Si no fuera por tu gracia y por tu amor.

Si no fuera por tu gracia y por tu amor.


¿Y si jugamos a escribir cadáveres exquisitos?

La luna se esconde entre las nubes

nubes con las que tapan el cielo cuando

cuando mojadas tus manos al atardecer se asoma cada día y llega la triste

melancolía

melancolía es lo que me da el recordarte

recordarte, yo recuerdo mucho cosas lindas que me han pasado a mí.

Hoy siento un vicio, la melancolía, un dolor viejo, el arrepentimiento, no te

puedo arrancar del pensamiento y llueve todavía

todavía estoy esperando una respuesta

respuesta al escuchar el sonido de tu dulce voz amargo y oscuro todo se

rompe decepción en mi corazón

corazón con un poco de dolor y perdón

perdón es una palabra que suena fácil pero pocos pueden decir.

Quiero reírme, pero reírme en serio, con ganas

Ganas de salir corriendo y no parar

Parar, seguir, ya no es una duda, es un misterio

¿Misterio? ¡Quiero saberlo todo! No juegues conmigo

Conmigo nada es aburrido y todo es temporal

Temporal el de anoche, con granizo y todo

Todo lo que tengo es para vos, menos mi cuerpo

Cuerpo, vida, alma, ser humano


Humano es que lo he dejado de ser… un poco

Poco te conozco, pero ya me enamoré

Enamoré a cuánto hombre conocí

Conocí acá en el penal toda la injusticia posible

Posiblemente podamos amarnos hasta el infinito.


Escribimos anáforas luego de leer “Posibilidades” de Wislawa
Szymborska

C.

Prefiero el silencio al parloteo de no decir nada.

Prefiero la soledad a la compañía y seguir estando sola.

Prefiero la verdad a las “mentiras piadosas” por antagónicas, “mentiras” y


“piadosas”.

Prefiero escuchar a hablar, aunque no sé por qué siempre termino hablando.

Prefiero el ostracismo a la exposición.

Prefiero vivir a permanecer.

Prefiero sembrar a recoger.

Prefiero no enamorarme porque duele el desamor.

Prefiero soñar con los pies en la tierra, de lo contrario la caída es brutal.

Prefiero las películas y los libros.

Prefiero la soledad, me gusta estar sola.

Prefiero el amor incondicional de mis nietas, tan incondicional que a veces


duele.

Prefiero los poemas cortos, las historias cortas, porque me dan la posibilidad
de cambiar.

Prefiero la infidelidad a mí misma que el ser fiel a conocimientos a los que no


me atrevería a cambiar.

Prefiero las mutaciones y las metamorfosis que el “nunca más”.

Prefiero estar abierta, eso me permite sobrevivir, de lo contrario estaría…


muerta.
B.

Prefiero elegir de qué escribir.

Prefiero las naranjas en las quintas de San Pedro.

Prefiero cansarme y dormir.

Prefiero, si tengo frío, sentarme cerca del fuego.

Prefiero los días de lluvia y el invierno.

Prefiero los días de sol y el verano.

Prefiero la nostalgia que me produce el otoño o caminar en primavera, de tu


mano.

Prefiero creer solamente en Dios, sin religiones de por medio.

Prefiero la orfandad, al desamor de padres por accidente.

Prefiero estar en casa cuando S. despierte de miedo.

Prefiero hacerme cargo de mis culpas, al juicio de la gente.

Prefiero el amor crudo de mis perros.

Prefiero cortar el pasto en el fondo, tomando tereré.

Prefiero sentarme, tomar aire y mirar el cielo.

Prefiero olvidarme del daño que me han hecho, al que no perdoné.

Prefiero no saber si me engañaste.

Prefiero no necesitar anteojos al leer.

Prefiero escuchar música sin parlantes.

Prefiero dar la cara a tenerme que esconder.

Prefiero que entiendan que cometí errores aún sabiendo.

Prefiero el riesgo de perder.

Prefiero haber aprendido que el riesgo es el único método para alcanzar algo.
Fanzine editado artesanalmente por María Elida Mercado

Ilustración de tapa de Lucas Ariel Mercado

Eterna colaboración de Betiana Spadillero

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