Ordenamiento Territorial
Ordenamiento Territorial
Ordenamiento Territorial
Marco conceptual
El ordenamiento territorial (OT) puede definirse como “una política de Estado y un instrumento de
planificación del desarrollo, desde una perspectiva sistémica, prospectiva, democrática y
participativa, que orienta la apropiada organización político administrativa de la Nación y la
proyección espacial de las políticas sociales, económicas, ambientales y culturales de la sociedad,
garantizando un nivel de vida adecuado para la población y la conservación del ambiente, tanto
para las actuales generaciones, como para las del futuro” (Lücke, 1999).
El OT es al mismo tiempo:
una política pública, en la medida que involucra la toma de decisiones concertadas de los actores
sociales, económicos, políticos y técnicos, para la ocupación ordenada y el aprovechamiento del
territorio.
una disciplina científica, que forma parte de la política de Estado sobre el desarrollo sostenible.
un proceso técnico- administrativo, porque orienta la regulación y promoción de la localización y
desarrollo de los asentamientos humanos, actividades económicas, sociales, y desarrollo físico,
espacial.
Normalmente, la legislación estatal establece la normativa para el proceso de Ordenación
Territorial (OT), al igual que su marco institucional; y define las características de los Planes de
Ordenamiento Territorial (POT) a nivel nacional, departamental y municipal, los procedimientos
para su aprobación y las competencias de las instancias relacionadas con el tema.
La FAO define la planificación del uso del suelo como “la evaluación sistemática (i) del potencial de
la tierra y del agua, (ii) de las alternativas para el uso del suelo y (iii) de las condiciones
económicas y sociales, con el fin de seleccionar y adoptar las mejores opciones de uso del suelo”.
El objetivo es seleccionar y poner en práctica los usos del suelo que mejor satisfagan las
necesidades de las personas, salvaguardando los recursos para el futuro. Este tipo de planificación
“afecta a todos los usos del suelo, y con ello, a la agricultura, el pastoreo, la silvicultura, la
conservación de la fauna y el turismo” (FAO, 1993).
Los objetivos de las políticas de OT varían dependiendo en nivel en el cual se aplica. La interacción
entre los tres niveles de la planificación territorial (a escala nacional, regional, y local), es necesaria
ya que en cada nivel ha de producirse una planificación con diferentes objetivos y componentes,
relacionados entre sí:
A nivel nacional
Su orientación es más política que técnica; y está asociado con los objetivos nacionales y
definición de políticas, estrategias, planes y programas, criterios y procedimientos para el OT y la
asignación de recursos. Un plan nacional de uso de la tierra puede abarcar: (i) la política del uso de
la tierra -se equilibran las demandas que competen a la tierra entre diferentes sectores de la
producción economía de alimentos, los cultivos de exportación, el turismo, la protección de la flora
y de la fauna, las comodidades privadas y públicas, las carreteras, la industria-; (ii); (iii) la
coordinación de agencias sectoriales involucradas en el uso de la tierra; y (iv) la legislación sobre
tales temas como la tenencia de la tierra, la autorización de bosque y los derechos al agua.
A nivel regional
Está asociado con las funciones de los gobiernos regionales, como formular, aprobar, ejecutar,
evaluar, dirigir, controlar y administrar los planes y políticas en materia ambiental y de OT, en
concordancia con los planes de los gobiernos locales. Se incorporan aspectos como la definición
del uso del suelo, integración territorial, planificación física y ambiental.
A nivel local
Se incluyen consideraciones exclusivas de los gobiernos locales, como normar la zonificación, el
diseño urbano, acondicionamiento territorial e infraestructura, conformación barrial, y ejecutar sus
planes correspondientes. El nivel local, incluye, no sólo ciudad, municipio, pueblo, aldea, o un
pequeño grupo de ellos, sino también núcleos agrarios (como en México, porque tienen facultades
legales para administrar sus tierras y recursos naturales), o tierras comunales (dentro de
municipios) o áreas protegidas (que pueden ser dentro de un municipio o abarcar varios); o
comunidades que tengan facultades legales para administrar sus tierras y recursos naturales.
1. Pobreza y equidad: El OT actúa como instrumento que permite guiar e impulsar las
inversiones públicas y privadas, con el fin de contribuir a revertir los procesos de exclusión y de
pobreza y de fortalecer un desarrollo territorial sostenible y la mejora de la calidad de vida de
las poblaciones.
2. Productividad de los asentamientos humanos: El OT previene y corrige la localización de los
asentamientos humanos e infraestructura productiva (sistema vial, energético y de
comunicaciones) y social; articula lo agrario, lo industrial, lo comercial y los servicios
(identificando las condiciones de vulnerabilidad en zonas de riesgo), tanto en zonas urbanas
como rurales; conecta al territorio con los mercados y los clústeres productivos.
3. Medio ambiente y prevención de los desastres: El OT vela por la salvaguarda de los
recursos naturales y los espacios protegidos; revierte los procesos de conflictos ambientales,
deterioro de los ecosistemas y competitividad territorial; y promueve políticas que regulen el uso
del territorio y el manejo de los recursos naturales y que, al mismo tiempo, contribuyen a
prevenir las consecuencias perjudiciales de los fenómenos naturales extremos.
4. Propiedad y tenencia de la tierra: El OT permite, a través del catastro, la demarcación
territorial, delimitar las fronteras entre unidades administrativas (municipios, tierras comunales…
etc), y facilitar el aprovechamiento sostenible de los recursos naturales, así como la diversidad
biológica, la ocupación ordenada del territorio, conservación del medio ambiente y ecosistemas,
preservación del patrimonio natural y cultural, el bienestar y salud de la población.
5. Gobernabilidad y participación ciudadana: El OT impulsa procesos de mayor participación
ciudadana, considerando los diversos intereses y visiones que tienen los actores sobre el uso y
manejo del territorio. Impulsa el desarrollo del territorio nacional de manera equilibrada y
competitiva con la participación de actores públicos, privados y comunales, a través de la
adecuada planificación del territorio, en respuesta a los requerimientos de los planes de
desarrollo económico y social de los tres niveles de gobierno. Profundiza en la democracia y la
descentralización al promover acuerdos sociales en los territories.