Corynebacterium Diphtheriae

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Corynebacterium diphtheriae

Las corinebacterias se encuentran en las plantas y los animales y normalmente colonizan en la piel,
las vías respiratorias, el aparato digestivo y el tracto urogenital de los seres humanos. y todas las
especies pueden funcionar como patógenos, pero son pocas las que se asocian a enfermedades en
el ser humano. La más conocida es CORYNEBACTERIUM diphtheriae, que es el microorganismo
que provoca la difteria.

Estructura bacteriana

El género Corynebacterium es un conjunto amplio y heterogéneo de alrededor de 150 especies y


subespecies que tienen una pared celular con arabinosa, galactosa y ácido meso-diaminopimélico
y ácidos micólicos de cadena corta. Aunque, en general, los microorganismos con ácidos micólicos
de cadenas media y larga se tiñen con colorantes ácido-alcohol resistentes, los microorganismos
de este género no son ácido-alcohol resistentes. Las tinciones de Gram de estas bacterias revelan
agrupaciones y cadenas cortas de bacilos de formas irregulares, el libro los relaciona con forma de
palo de golf. Las corinebacterias son aerobias o anaerobias facultativas, inmóviles y catalasa-
positivas. La mayoría de las especies, no todas, fermentan los hidratos de carbono para producir
ácido láctico.

Epidemiología

La difteria es una enfermedad mundial, más prevalente en áreas urbanas pobres con hacinamiento
y cuando el nivel protector de la inmunidad inducida por la vacuna es bajo. Esta bacteria se
mantiene en la población mediante portadores asintomáticos en la orofaringe o en la piel de
personas inmunes. Las gotitas respiratorias o el contacto cutáneo transmiten la enfermedad de
una persona a otra. Los seres humanos son el único reservorio conocido de este microorganismo.

Y se menciona que, el factor de riesgo más importante para la infección es el desplazamiento de


individuos no inmunes a países con enfermedad endémica. La difteria es principalmente una
enfermedad pediátrica, pero la incidencia más alta se ha desplazado hacia los grupos de mayor
edad en áreas en las que hay programas de inmunización activa para niños. La infección cutánea
con CORYNEBACTERIUM diphtheriae toxigénico (difteria cutánea) también es posible, pero no
constituye una enfermedad de declaración obligatoria por lo que aún se desconoce su incidencia.

Patogenia

La toxina diftérica es el factor de virulencia más importante de CORYNEBACTERIUM diphtheriae. El


gen tox que codifica la exotoxina se introduce en las cepas de esta bacteria mediante un
bacteriófago lisogénico. Para que el producto génico se segregue se necesitan dos pasos de
procesamiento: 1) escisión proteolítica de la secuencia líder desde la proteína Tox durante la
secreción a partir de la célula bacteriana, y 2) escisión de la molécula de la toxina en dos
polipéptidos (A y B) que permanecen unidos mediante un puente disulfuro.
La síntesis de toxinas está regulada por un elemento codificado cromosómicamente, el represor
de la toxina diftérica. Esta proteína, es activada en presencia de altas concentraciones de hierro, y
este puede unirse al operador del gen de la toxina y prevenir la producción de toxina.

Manifestaciones clínicas

La presentación clínica de la difteria está determinada por 3 puntos: 1) el foco de infección; 2) el


estado de inmunidad del paciente, y 3) la virulencia del microorganismo. La exposición a
CORYNEBACTERIUM diphtheriae puede dar lugar a una colonización asintomática en personas
completamente inmunes, y una enfermedad respiratoria leve en pacientes con inmunidad parcial
o a una enfermedad fulminante, en ocasiones mortal, en los pacientes no inmunizados. La toxina
diftérica se produce en el foco de infección y a después se disemina a través de la sangre para
producir signos sistémicos de difteria.

 Difteria respiratoria

Los microorganismos se multiplican localmente en las células epiteliales en la faringe o las


superficies adyacentes e inicialmente causan daños localizados como consecuencia de la actividad
de la exotoxina. Los síntomas de difteria que afectan al aparato respiratorio se desarrollan tras un
período de incubación de 2-4 días. El inicio es brusco, con malestar, dolor de garganta, faringitis
exudativa y febrícula. El exudado evoluciona a una seudomembrana espesa compuesta de
bacterias, linfocitos, células plasmáticas, fibrina y células muertas, y esto pueden recubrir las
amígdalas, la úvula y el paladar y puede extenderse hacia la nasofaringe o en sentido descendente
hacia la laringe.

La seudomembrana se adhiere con firmeza al tejido subyacente y es difícil de despegar sin hacer
que sangre el tejido, lo cual es algo característico de la difteria. A medida que el paciente se
recupera, que es aproximadamente al cabo de 1 semana, la membrana se despega y se expectora.
Las complicaciones sistémicas en los pacientes con enfermedad grave afectan principalmente al
corazón y al sistema nervioso. En la mayoría de los pacientes con difteria pueden detectarse
indicios de miocarditis.

 Difteria cutánea

La difteria cutánea se adquiere a través del contacto cutáneo con otras personas infectadas. El
microorganismo coloniza la piel y entra en el tejido subcutáneo a través de grietas en la piel. Y se
desarrolla una pápula que evoluciona a una úlcera crónica que no cicatriza. y a veces, está
recubierta de una membrana grisácea. En la herida también suele haber a menudo sepas de
Staphylococcus aureus.
Diagnóstico

 Cultivo

Las muestras para la recuperación de CORYNEBACTERIUM diphtheriae deben recolectarse de la


nasofaringe y de la garganta y deben inocularse en una placa de agar sangre enriquecida en un
medio selectivo. El agar CNA suele usarse para la recuperación selectiva de bacterias
grampositivas; por tanto, constituye un medio alternativo práctico. Pero independientemente del
medio que se utilice, deben de identificarse mediante pruebas bioquímicas todas las cepas que
simulen un CORYNEBACTERIUM diphtheriae, además se debe de confirmar la presencia de
exotoxina diftérica, ya que hay cepas no toxigénicas.

 Pruebas de toxigenicidad

Todas las cepas de CORYNEBACTERIUM diphtheriae deben someterse a pruebas para la


producción de exotoxinas. La prueba de referencia para la detección de toxina diftérica es un
análisis de inmunodifusión in vitro (prueba de Elek).

Una prueba alternativa consiste en la detección del gen de la exotoxina usando el método de
amplificación de ácidos nucleicos que está basada en la reacción en cadena de la polimerasa (PCR).
Este método puede detectar el gen tox en cepas clínicas y directamente en muestras clínicas.
Aunque esta prueba es rápida y específica, las cepas en las que no se expresa el gen tox pueden
dar una señal positiva.

Tratamiento, prevención y control

El aspecto más importante del tratamiento de la difteria es la administración de antitoxina


diftérica para neutralizar específicamente la exotoxina antes de que se una a la célula huésped.
Una vez que la célula interioriza la toxina, sucede la muerte celular.

El tratamiento antibiótico con penicilina o eritromicina también se utiliza para eliminar esta
bacteria y concluir la producción de toxina. Es importante el reposo en cama, el aislamiento para
prevenir la propagación secundaria y mantener permeables las vías respiratorias en los pacientes
con difteria respiratoria. Una vez recuperado, el paciente puede recibir inmunización con toxoide,
ya que la mayoría no desarrolla anticuerpos protectores tras una infección natural.

La difteria sintomática puede prevenirse mediante la inmunización activa con toxoide diftérico. Y
el atóxico inmunógeno se prepara mediante el tratamiento con formalina de la toxina.
Inicialmente, a los niños se les administran cinco inyecciones de este preparado con los antígenos
de la tos ferina y el tétanos a los 2, 4, 6, 15 a 18 meses y a los 4-6 años. Tras ese tiempo, se
recomiendan dosis de refuerzo con toxoide diftérico combinado con toxoide tetánico cada 10
años.

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