Ensayo Sobre La Pedagogía Empírica

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UNIVERSIDAD EJECUTIVA DE ESTADO DE MÉXICO

AREA DE INSCRIPCIÓN:DOCTORADO III

TÍTULO DE TRABAJO.

“ENSAYO SOBRE LA PEDAGOGÍA EMPÍRICA”

DOCTORANTE: VÍCTOR ALAN MORALES GARCÍA

DOCTOR: JESÚS MARTÍNEZ SOSA

ASGNATURA: SEMINARIO DE METODOLOGÍA DE LA


INVESTIGACIÓN EDUCATIVA.

AGOSTO 2020
PEDAGOGÍA EMPÍRICA

INTRODUCCIÓN

Durante los últimos años se ha confundido el concepto de pedagogía con el de


didáctica, ya que la primera es una ciencia que estudia la metodología y las
técnicas que se aplican a la enseñanza y la educación, especialmente la infantil.
Tiene su origen en el griego antiguo paidagogós. Este término estaba compuesto
por paidos (“niño”) y gogía (“llevar” o “conducir).

Según la doctora G. Labarrere, “Didáctica es una disciplina que abarca los


principios más generales de la enseñanza aplicable a todas las asignaturas en su
relación con los procesos educativos y cuyo objeto de estudio lo constituye el
proceso docente educativo a veces también llamado de enseñanza – aprendizaje.

Es importante poder distinguir dos conceptos dentro de educación: Pedagogía


como ciencia que estudia la educación y Didáctica como disciplina o grupo de
técnicas que favorecen el aprendizaje.

La pedagogía se ayuda de muchas otras disciplinas para poder llevar a cabo su


objetivo que es el estudio y mejora de la educación. Una de esas disciplinas es la
didáctica. La didáctica es una rama de la pedagogía que se encarga de buscar
métodos, técnicas y estrategias para mejorar el aprendizaje.

Por otro lado, es constante que algunas investigaciones educativas,


descontextualicen o elaboren parámetros de forma parcial a la hora de efectuar
interpretaciones. Esto sucede actualmente con las interpretaciones de PISA, en la
cual se plasma una lectura incompleta debido a que lo se plasman elementos
como: deserción, abandono, porcentaje de reprobación, etc.

Cuando investigamos, es importante interpretar los datos de nuestros estudios de


forma responsable, debido a que podemos caer en debilidades conceptuales
subyacentes en nuestra forma de realizar trabajos empíricos, es decir, en la
carencia o no de explicitación de la fundamentación epistemológica, metodológica
y ética que condiciona nuestra praxis.
Aunque existen diversas concepciones y aproximaciones al concepto “ideología”
(Lenk 1974, Trías 1975, Rossi 1980, Popkewitz 1988), utilizamos este término
para designar al conjunto de supuestos o ideas fundamentales necesarias para
justificar toda praxis humana.

Nuestro trabajo está regulado bajo estos contextos ya que no podemos inferir o
actuar de una forma empírica en todo momento, de ahí que se necesita tener una
base metodológica que determine nuestra praxis al interior del aula y que
promueva un aprendizaje eficaz

Hesse (1980)– plantean que los problemas epistemológicos de las ciencias de la


naturaleza como de las llamadas ciencias humanas y sociales son muy
semejantes ya que ni los datos pueden ser separados de la teoría ni los hechos
pueden ser reconstruidos al margen de su interpretación.

Con frecuencia observamos que se habla, se opina, se investiga sobre los hechos
y fenómenos educativos sin especificar o mencionar previamente el marco
epistemológico que se considera eficaz para que nuestra investigación facilite la
obtención de conocimientos científicos. Se ejerce sin tener en cuenta que para
igualar y fundar conocimientos científicos en el campo de la educación es
necesario superar el plano apriorístico y empírico basado en la contemplación
teórica, la observación asistemática y la experiencia no reglada.

Por ello, cuando hablamos de pedagogía empírica, tenemos la obligación de


especificar las bases conceptuales teóricas y metodológicas que justifican el tipo
de investigación por la que optamos en cada momento para “conocer” los
fenómenos educativos.

Este punto cobra relevancia cuando el docente logra esta dualidad y realiza
actividades de tipo formal e informal y logra con ello estructurar situaciones de
aprendizaje colaborativo prácticamente de forma automática porque no pueden
estar desligadas, logrando pasar de una observación empírica a un fundamento
científico con los resultados que se obtienen al aplicar diversas estrategias y como
bien dice se aplican de forma constante. Lo considerado sería que todos
ajustemos nuestros trabajos sobre dificultades relevantes pertinentes que
manifiesten a las necesidades reales del sistema educativo que requieren una
urgente respuesta.

Si el objetivo final de toda investigación educativa es “conocer para mejorar la


práctica” es natural que constituya un requerimiento indispensable para quienes se
dedican a investigar en este campo tener un juicio profundo de la realidad
educativa sobre la que pretenden injerirse ya que, de lo contrario, muchos de los
problemas planteados y las soluciones propuestas pueden ser consideradas como
utópicas y descontextualizadas.

Los supuestos ideológicos del investigador no sólo convienen la selección de los


problemas a investigar sino también de la deliberación del marco metodológico
que se considera oportuno para llevar a cabo en cada caso el proceso
investigador.

La totalidad de las indagaciones realizadas se limitan a marcar que utilizan un


enfoque o paradigma metodológico cuantitativo, cualitativo o mixto fundándose en
que se utilizan unas técnicas específicas para la recogida de información y con
esta simple verificación eluden la forzosa discusión previa de carácter
epistemológica sobre la naturaleza del objeto a investigar.

El conocimiento empírico solo adquiere el rango de científico cuando se gravita


sobre “pruebas”. Con frecuencia se tiende a razonar que el “argumentario
probatorio” de la investigación educativa es endeble y, por tanto, carente de la
solidez necesaria, sobre todo si se coteja con el que se utiliza en el ámbito de las
ciencias naturales.

La pedagogía, en la disposición que quería ser una ciencia, no podía quedar al


margen de este movimiento innovador que suponía la introducción de la
metodología experimental propuesta por Claude Bernad (1868) en el ámbito de las
ciencias humanas y sociales. De ahí que durante muchos años existiera cierta
preocupación por dotar a esta disciplina de un establecimiento epistemológico
construido a partir del experimento a pesar de que los diseños metodológicos
efectuados en este campo contaban con bastantes dificultades y problemas.

El concepto de “metodología empírico controlada” –término acuñado por Nagel


(1981) se considera en este momento como un nuevo patrón metodológico de la
investigación educativa en la medida que posibilita obtener generalizaciones a
partir de las observaciones empíricas sin utilizar la manipulación de los fenómenos
como se requiere en el experimento.

Durante las últimas décadas los investigadores se han esforzado en la


construcción y verificación de modelos que permitieran avanzar posibles
relaciones causa/efecto entre diversas variables de los fenómenos analizados.

El principal problema que cuestiona la utilización de estos “modelos causales” en


la investigación social es la adecuación entre la estructura lógica subyacente en
teoría utilizada para explicar las relaciones entre los fenómenos y las propiedades
del modelo de análisis empírico.

Por ello procede señalar que la utilización de datos empíricos en la investigación


educativa conlleva una referencia a cierto tipo de juicios prácticos pero no significa
que sean claramente científicos. Una cosa es que el conocimiento sea empírico y
otra distinta que además sea científico. De nuevo hemos caído en un error que es
necesario aclarar: ningún dato empírico puede ser utilizado como válido sin tener
en cuenta la teoría que sustenta el procedimiento metodológico que ha permitido
su obtención (Stegmuller, 1979).

El docente realiza diversas funciones qué son propias de un pedagogo o un


investigador, entre ellas el diseño de proyectos educativos logrando plantear los
objetivos del aprendizaje y encaminarlas a través de diversas estrategias con base
metodológico, asimismo desarrolla programas de apoyo educativo los cuales se
reflejan sobre todo cuando se aplican en alumnos con necesidades educativas
especiales y con esta situación de confinamiento, también ha diseñado material
didáctico para satisfacer las necesidades de los alumnos que a lo largo del ciclo
escolar han sido detectada obligándolo a la exigencia de actuar con rigor y sentido
ético en todas las decisiones tomadas a la largo del proceso realizado para la
obtención de las evidencias aplicando un código ético y deontológico.

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