Inmunología Del Embarazo 2
Inmunología Del Embarazo 2
Inmunología Del Embarazo 2
Resumen.
Uno de los fenómenos que abre más interrogantes en la Inmunología es ¿Por qué el
embrión, comportándose como un injerto semialogénico, no es rechazado por la madre?
Se sabe que la madre produce una activa respuesta inmunológica frente al feto y sin
embargo, en condiciones normales, el rechazo inmunológico no se produce. En el
presente trabajo de revisión, se describen algunos mecanismos por medio de los cuales
se genera la tolerancia inmunológica específica de la madre hacia el embrión. Todos
estos mecanismos son interdependientes, y en conjunto constituyen una trama para
evitar el rechazo fetal. Aquí se detalla la acción de las hormonas sexuales femeninas
sobre el sistema inmunológico, el cambio del perfil de citoquinas, la generación de
proteínas inmunomoduladoras y de anticuerpos bloqueantes, el efecto de la expresión
de los HLA-G y el papel de algunas células inmunocompetentes como los linfocitos T
reguladores, las células dendríticas y las células asesinas naturales o Natural
Killer. Asimismo se detallan otras vías por las cuales el embrión se defiende del ataque
inmunológico materno como la inducción de la apoptosis en el endometrio y en los
leucocitos, el metabolismo de hierro y triptofano, la inhibición del sistema del
complemento y la expresión de anexinas.
Immunology of pregnancy.
Abstract.
One of the phenomena that offers more questions in Immunology is: Why the embryo,
behaving like a semialogenic graft, is not rejected by the mother? It is known that the
mother produces an active immunological response against the fetus and, nevertheless,
in normal conditions, the immunological rejection does not take place. In the present
work of revision, some mechanisms are described by means of which the specific
immunological tolerance of the mother is generated towards the embryo. All these
mechanisms are interdependent and altogether they constitute a safety network to avoid
the fetal rejection. Here the effects of female sex hormones on the immunological
system, the change of the profile of cytokines, the generation of immunomodulating
proteins and blocking antibodies, the effect of the expression of the HLA-G and the paper
of some cells, like Regulatory T lymphocytes, dendritic and Natural Killer cells, are
detailed. Also other routes by which the embryo defends itself of the maternal
immunological attack are described, like the induction of apoptosis in the endometrium
and leukocytes, the tryptophan and iron metabolisms, the inhibition of the complement
system and the expression of annexins.
INTRODUCCIÓN
Desde los inicios de la Inmunología uno de los grandes interrogantes que esta ciencia
ha planteado es ¿Por qué el embrión no es rechazado inmunológicamente por la
madre? Así, a lo largo de más de 60 años, se han realizado un sinnúmero de estudios
tendientes a resolver este enigma, puesto que el conocimiento de los mecanismos que
llevan al no rechazo materno-fetal permitiría entender mejor la fisiología del embarazo
y de este modo resolver problemas tales como infertilidad, preeclampsia, abortos
recurrentes, nacimientos prematuros y retardo en el crecimiento intrauterino. Además,
al develarse qué factores llevan al sistema inmunológico a una tolerancia específica, esto
podría ser empleado para mejorar las prácticas de transplantes de órganos y, por otra
parte, dado que idénticas estrategias estarían actuando en el no rechazo inmunológico
hacia los tumores, podrían revertirse este tipo de mecanismos y mejorar la terapia
oncológica. Este es, quizás, el punto central de esta incógnita inmunológica, ya que es
un hecho conocido que los embriones poseen genes maternos y paternos por partes
iguales y por lo tanto expresan antígenos de histocompatibilidad de ambos padres. Por
ende, podría considerarse que los embriones serían como injertos semialogénicos en la
madre y por consiguiente deberían ser rechazados por el sistema inmunológico. Más
interesante aún es el caso de los embarazos con embriones concebidos mediante la
donación de ovocitos, práctica frecuente en las técnicas de reproducción asistida, los
cuales se comportarían como injertos totalmente alogénicos para la madre receptora.
Se presume que el desarrollo del sistema inmune, desde el punto de vista filogenético,
fue establecido antes de la aparición de la viviparidad. Por lo tanto, el sistema
reproductivo apareció en conflicto potencial con el sistema inmune, ya que fue necesario
encontrar una manera de tolerar al embrión mientras que se debía rechazar cualquier
otro material extraño (1).
Con respecto a la tercera hipótesis, se sabe que durante la preñez existen cambios
numéricos y funcionales en distintas poblaciones de leucocitos como así también en el
perfil de citoquinas (7). Estas alteraciones producirían una disminución de la respuesta
inmunológica de la madre para reaccionar hacia los antígenos fetales y contra otros
antígenos con los cuales ha estado previamente en contacto. Esto se manifiesta sobre
todo en la respuesta celular o citotóxica, mientras que la producción de anticuerpos está
aumentada, consecuentemente, las mujeres embarazadas no padecen un estado de
inmunosupresión tal que las exponga a un estado de indefensión hacia cualquier agente
patógeno, por lo tanto, esta hipótesis tampoco se cumple.
En el caso particular del desarrollo de la tolerancia “Materno fetal” existe una serie de
factores involucrada, muchos de estos factores son interdependientes y concatenados
constituyen una red para evitar el rechazo embrionario.
Por lo tanto, el aumento de los niveles de los esteroides sexuales durante la gestación,
favorece el no rechazo materno-fetal al inhibir la acción de células citotóxicas y aumentar
la producción de citoquinas antiinflamatorias, inclinando la balanza hacia una respuesta
tolerogénica.
Citoquinas
Unas de las principales células productoras de citoquinas son los linfocitos T CD4 o
“colaboradores” (helper). A partir de un precursor Th0 se pueden distinguir dos
subpoblaciones llamadas Th1 y linfocitos Th2. Los linfocitos T CD4 Th1 producen
principalmente las interleuquinas (IL) IL-1, IL-2, IL-12, IL-15, IL-18, interferón-gamma
(IFNg) y TNFa, mientras que los Th2 son fuente de IL-4, IL-5, IL-6, IL-10, IL-13 y factor
estimulante de colonias granulocítico-macrofágicas (GM-CSF) (17, 18).
Fig. 1. Células y citoquinas Th1 y Th2. Las citoquinas tipo Th1 inducen una respuesta
inmune inflamatoria mientras que las citoquinas tipo Th2 favorecen la respuesta anti-
inflamatoria. Ambos tipos de citoquinas se interregulan.
Como se ha dicho anteriormente las hormonas femeninas aumentan la respuesta de
citoquinas tipo Th2 y disminuyen la de citoquinas tipo Th1 (7).
Durante el embarazo, una fuente adicional de citoquinas Th1 y Th2 son el epitelio y el
tejido conectivo decidual, el cito y sinciciotrofoblasto, el corion, el amnios y las células
de Hofbauer. Estas citoquinas participan en la inducción de la tolerancia materno-fetal,
regulan la inmunidad local contra agentes infecciosos y modulan la producción hormonal
placentaria y el remodelado del tejido endometrial durante la invasión trofoblástica (18).
Ha sido observado que en mujeres con abortos recurrentes, a nivel endometrial, hay
aumento de IL-12, lo cual actuaría como estímulo para la diferenciación de linfocitos Th0
hacia Th1 (19). Asimismo en mujeres embarazadas, pero con historia previa de aborto
recurrente, se observó un aumento en los niveles séricos de IFN-g, en comparación con
mujeres con embarazos normales (20).
En el año 2005 el “fenómeno Th2” postulado por Wegmann fue replanteado por
Wilczyn´ski (18), ya que existe evidencia de que, tanto en el momento de la
implantación como en el parto, la balanza se inclinaría hacia las citoquinas Th1.
Dentro de las citoquinas más importantes que se producen durante la implantación están
las del sistema de la interleuquina 1 (IL-1), compuesto por IL-1α, ΙΛ−1β, ελ ανταγονιστα
δελ ρεχεπτορ (ΙΛ−1ρα) ψ λοσ ρεχεπτορεσ ΙΛ−1ρ τΙ ψ τΙΙ.
En 1992 Barañao y col. demostraron que los embriones humanos producían IL-1 y que
aquellos embriones con una producción deficiente de esta citoquina no implantaban (21,
22). Simultáneamente el grupo de Polan y Simón presentaban sus hallazgos en cuanto
a la expresión de receptores de IL-1 tipo I en el endometrio secretorio (23, 24).
Posteriormente otros grupos demostraron que en blastocistos humanos existen todos
los componentes del sistema IL-1 (25-27).
Se postula que el sistema de la IL-1 permite una comunicación entre el blastocisto con
el endometrio uterino en una manera parácrina, aumentando la receptividad endometrial
mientras que el blastocisto todavía está en el camino hacia el útero (28). En el ratón, la
unión de IL-1b al IL-1r tipo I es esencial para la implantación, habiéndose demostrado
que el bloqueo del receptor con el IL-1ra es suficiente para impedir el anclaje
embrionario (29). Además, en endometrio humano se ha detectado un aumento en la
expresión de los IL-1r Tipo I y presencia de ARNm de IL-1b en la fase luteal media.
Por otra parte, los experimentos con ratones knock out han demostrado que la expresión
materna de LIF es indispensable para la implantación. En las ratonas que carecen del
gen para el LIF no se produce la implantación embrionaria. Sin embargo, los embriones
de ratones knock out para LIF, implantan si las hembras son inyectadas con LIF exógeno
o bien si son transferidos al útero de ratonas normales (32, 33).
La expresión de LIF coincide con los niveles elevados de estrógenos, y se puede inducir
su producción por la administración de estrógenos exógenos. Además en el primer
trimestre del embarazo, se detecta ARNm de LIF en decidua y placenta, no obstante la
expresión es más baja que la del endometrio secretor, lo cual sugiere que la expresión
de LIF no es dependiente de hormonas durante el embarazo (32).
Al igual que sucede con la IL-1, el LIF no sólo afecta al endometrio. Hay evidencia de
que LIF también afecta al blastoscito humano. El blastocisto expresa el receptor para el
LIF (LIF-R). Aunque aún no se conoce la función exacta del LIF-R “embrionario”, se
presume que el LIF media señales entre las células inmunocompetentes de la decidua y
el trofoblasto. Además, la comunicación entre el embrión y el endometrio es
bidireccional. El blastocisto también produce LIF, de tal modo que ejercería un control
sobre el endometrio materno (26, 31).
Más recientemente se han identificado a los linfocitos Th17 los cuales secretan otra
citoquina altamente pro-inflamatoria como es la IL-17. Esta promueve el reclutamiento
de leucocitos neutrófilos en infecciones agudas o en heridas y la producción de GM-CSF,
IL-6 y TNF-a, las cuales sustentan a los linfocitos Th17 (los cuales participan en las
lesiones crónicas de enfermedades inflamatorias autoinmunes o causadas por
microorganismos). Estas citoquinas también activan a células epiteliales, endoteliales,
estromales y fibroblastos que a su vez producen más mediadores como IL-1, IL-6, TNF-
alfa, iNOS, metaloproteinasas y qumiocinas que inducen inflamación.
Un tema que merece un capítulo aparte y por ello no será tratado extensamente en este
trabajo de revisión, es la función de las quimiocinas durante la gestación y el parto. Se
sabe que en el útero, la progesterona estimula la expresión de mRNA de las quimiocinas
CXCL10/IP-10, CX3CL1/Fractalquina y CCL2/MCP-1 en células del estroma, resultando
en un aumento de la capacidad migratoria de las células NK periféricas durante la preñez
(40). Además, en un trabajo de revisión Gómez-López y col. (41) han compilado los
estudios referidos particularmente al papel de las quimiocinas en la rotura de las
membranas fetales a término y prematuras, sugiriendo que estos compuestos
desempeñan un papel importante en otros eventos tales como la dilatación del cuello
uterino y las contracciones del miometrio.
Anticuerpos
Durante el embarazo la predominancia de la respuesta Th2/Th3/Tr1 resulta en un
aumento de la respuesta inmune tolerogénica. Se favorece la producción de anticuerpos
y en particular, para el mantenimiento del embarazo viable, resulta importante el mayor
título de anticuerpos bloqueantes o asimétricos.
Proteínas inmunomoduladoras
También se sabe que impediría el reconocimiento del antígeno por parte de las células
inmunocompetentes. Además inhibiría, la proliferación de linfocitos, la producción de
citoquinas tipo Th1, la actividad de LT citotóxicos y de células NK (44).
Galectinas: Otras proteínas que son cruciales en la respuesta inmunológica son las
galectinas. La galectinas (Gal) son proteínas que se unen a glicanos de la superficie
celular. Dentro de las galectinas, la Gal-1 juega un papel fundamental como
inmunomoduladora puesto que actúa por distintos mecanismos: regula la proliferación
y supervivencia de linfocitos T efectoras, favorece el recambio leucocitario, bloquea la
secreción de citoquinas proinflamatorias Th1 y aumenta las citoquinas Th2.
HLA-G
Los antígenos HLA-G son moléculas no clásicas dentro de los antígenos del CMH de clase
I. Se describieron inicialmente como unos HLA diferentes, los cuales se expresaban
selectivamente en la interfase materno-fetal (en las células del citotrofoblasto)
observándose además que estas moléculas se unían a los receptores inhibitorios de las
células NK uterinas, contribuyendo de tal modo a la tolerancia materno-embrionaria
(50).
A diferencia de las otras moléculas de los HLA de clase I, los HLA-G se caracterizan por
su polimorfismo mínimo (9 alelos), por su distribución restringida a ciertos tejidos, y por
sus características biológicas que llevan a tolerancia inmunológica. Existen siete
isoformas, 4 de membrana (HLA-G1 a G4) y 3 formas solubles (G5 a G7), todas se
producen por empalme alternativo del transcripto primario de HLA-G. Además existen
otras formas solubles llamadas sHLA-G (por shed HLA-G) que se pueden generar por la
proteólisis de los HLA-G de membrana (51).
Existe una fuerte evidencia que los HLA-G juegan un importante papel en la
immunosupresión materno-fetal, dado que por diferentes mecanismos los HLA-G son
capaces de regular la actividad de células NK, linfocitos T y células presentadoras de
antígenos (CPA) (52, 55). Así por ejemplo: Inhiben la actividad citotóxica de células NK
y linfocitos T (56), inhiben la proliferación de estas células a través de receptores
inhibitorios ILT-2, e inducen su apoptosis vía CD8, inducen células NK y linfocitos T
supresores y CPA tolerogénicas. Asimismo, aumentan la expresión de receptores
inhibitorios en NK, linfocitos T y CPA, inhiben la presentación antigénica por la CPA vía
el receptor inhibitorio ILT4, favorecen la producción de citoquinas Th2 por los linfocitos
T (57) e inducen linfocitos Tr1 (productores de IL-10).
La IL-10 es esencial no sólo para que se produzca la supresión de las células citotóxicas
por parte de las Tr1, sino también para que estas Tr1 puedan diferenciarse. Además
existe una subpoblación de CD, las CD-10 que se caracterizan por expresar grandes
cantidades de HLA-G, receptores ILT4 y por producir IL-10. Se ha comprobado que estas
CD-10 son capaces de inducir Tr1 aloespecíficos a través de una vía ILT4/HLA-G
dependiente de IL-10 (58). Datos recientes han demostrado que la IL-10, el LIF, TGF b
así como los estrógenos y la progesterona aumentan la expresión de estos antígenos
(51, 59).
Células inmunocompetentes
Los Tr1 se diferencian a partir de CD4+CD25- tras la presentación del antígeno por
células dendríticas inmaduras en presencia de citoquinas como la IL-10. Se localizan en
tejidos inflamados y realizan su función supresora de una forma no dependiente del
antígeno, a través de citoquinas supresoras como IL-10 y TGF-b, mientras que las Treg
se sitúan en los órganos linfoides periféricos y parecen actuar de forma antígeno
específica a través de señales dependientes del contacto celular y de la secreción de IL
(58, 60).
Los linfocitos Th3 son células productoras de TGFb con un funcionamiento muy similar
al de las Tr1. Se las ha descrito en las placas de Peyer y los ganglios mesentéricos y se
les considera como las causantes de los mecanismos de tolerancia oral.
Tanto los Th3 como los Tr1 serían fundamentales para el establecimiento de la tolerancia
materna hacia los antígenos embrionarios. Se ha reportado exitencia de Treg en ratones
y humanos (61), y se ha demostrado que estas linfocitos Treg inducen tolerancia
específica hacia los antígenos paternos en la preñez murina.
En mujeres con un embarazo normal los linfocitos Treg se hallan aumentados en sangre,
tejido decidual y nodos linfáticos del útero. Contrariamente, mujeres con disminución de
Treg en sangre periférica tuvieron abortos espontáneos (62-65).
Se comprobó en ratones que la exposición al líquido seminal durante la cópula promovía
una tolerancia a los aloantígenos paternos probablemente mediada por la proliferación
de Treg específicos hacia ciertos componentes del plasma seminal y de la esperma (66).
Las poblaciones de linfocitos Treg se pueden amplificar in vitro o in vivo para propósitos
terapéuticos. También, se pueden emplear células dendríticas para aumentar el número
y la funcionalidad de los linfocitos Treg. Por lo tanto, es posible pensar en el desarrollo
de terapias con linfocitos Treg para, en un futuro, tratar la infertilidad y otras patologías
reproductivas. Para ello se requerirá un mayor conocimiento de los antígenos, citoquinas
y hormonas que regulan estas células (63).
Células NK: Las células NK constituyen entre el 5 y el 15% de los linfocitos circulantes
y se ubican preferentemente en el bazo, los pulmones, el tracto gastrointestinal, el
hígado y la decidua uterina. En particular, las células NK uterinas (uNK) son los leucocitos
más abundantes del endometrio durante el período preimplantacional y en la preñez
temprana en mamíferos (68-70).
Las uNK difieren de las NK de sangre periférica (pNK) por presentar una alta expresión
del marcador CD56 y una nula expresión de CD16 (CD16-CD56Brillante). Son grandes linfocitos granulados,
y secretan citoquinas proangiogénicas que regulan el desarrollo placentario y el establecimiento de embarazo. La disminución de uNK se ha
asociado a abortos recurrentes, en donde se ha observado además un aumento de células NK CD16+CD56 dism. y una disminución de NK CD16-
CD56Brillante en fase secretoria (71).
Estos datos apoyan la hipótesis NK1/NK2/NK3/NKr1, así tanto las NKr1 en sangre
periférica como las NK3 en decidua pueden desempeñar funciones importantes en el
mantenimiento del embarazo por la regulación de la función inmune materna (71).
Células dendríticas: Las células dendríticas (CD) son presentadoras de antígenos que
responden a señales recibidas de microambiente tisular. En el tejido epitelial y el tejido
conjuntivo de las mucosas, las CD pueden adquirir fenotipos únicos que son necesarios
para regulación de las funciones inmunes locales específicas, como son la tolerancia a
los antígenos presentes en los alimentos, tolerancia a los antígenos respiratorios, y
protección contra organismos patógenos. Los fenotipos de las CD dependerán del tipo
de citoquinas y mediadores antiinflamatorios producidos por las células epiteliales y
presentes en su entorno tanto en condiciones fisiológicas como en respuesta a las
señales microbianas (75).
Ha sido propuesto que las CD de la decidua serían los guardianes del sistema
inmunológico de la mucosa uterina e inducir tolerancia bajo condiciones fisiológicas
normales. Las CD pueden también responder a los estímulos inflamatorios para permitir
la activación de los linfocitos T y producir una respuesta inmune protectora cuando es
necesario.
Es bien sabido que la exposición a agentes tales como prostaglandina E2 (PGE2) (76) induce la
maduración de las CD mieloides a CD inductoras de Th2, mientras que otras citoquinas, tales como el TGFb, promueven la diferenciación a CD
tolerogénicas (77). Ambas, PGE2 y TGFb, están normalmente presentes en la interfase materno-fetal y ambas pueden influir sobre las CD hacia la
repuesta tolerogénica.
En un modelo hipotético propuesto por Blois y col. (78), de cómo las CD regulan la
respuesta inmunológica hacia el embrión se postula que, durante un embarazo normal,
los estímulos tolerogénicos dados por los trofoblastos, la progesterona, la PGE 2, la vitamina D,
y las células en el ambiente (por ej. células NK y macrófagos), promueven la activación parcial de las CD residentes. Esto da lugar a la producción
de citoquinas anti-inflamatorias como la IL-10, que promueven la inducción de tolerancia materna por mecanismos tales como la producción de
citoquinas Th2/Th3 (protectoras del embarazo) y la generación de Treg (que aumentan la supresión del sistema inmune).
Apoptosis y macrófagos
Otro mecanismo por el cual el trofoblasto puede escaparse al ataque de las células
inmunes maternas es mediante la expresión de ligandos de inducción de apoptosis como
es el ligando de Fas (L-Fas= CD95-L) observado en placentas humanas, en
sinciotrofoblasto y en el citotrofoblasto velloso y no-velloso. Este L-Fas se uniría a la
molécula Fas (CD95) expresada en los leucocitos deciduales maternos e induciría su
apoptosis (79, 80). También la inducción a la apoptosis de las células maternas puede
producirse mediante la unión del “ligando inductor de apoptosis relacionado con TNF”
(TRAIL), expresado en placenta, con su receptor (TRAIL-R) expresado en leucocitos
maternos.Así, la inducción de la apoptosis mediada por Fas-L-Fas y TRAIL-TRAIL-R
también favorecería la supervivencia embrionaria frente al ataque inmunológico materno
(81).
De acuerdo a lo postulado por Mor (84, 85) durante el embarazo normal, la implantación
del embrión genera una cierta cantidad de células apotóticas a nivel del endometrio. La
eliminación de estas células apoptóticas promueve, en los macrófagos, la producción de
citoquinas antiinflamatorias e inmunosupresoras (como la IL-10) y de factores del
crecimiento (como el TGFb), los cuales pueden favorecer la supervivencia del trofoblasto
induciendo la expresión de factores anti-apoptóticos y manteniendo la tolerancia
inmune.
En embarazos complicados, como los que se producen por una implantación defectuosa
del embrión, se produciría un aumento significativo en el número de células
endometriales apoptóticas. Esta apoptosis aumentada puede recargar la capacidad
eliminatoria de los macrófagos y promover la producción de citoquinas pro-inflamatorias
que favorecen la muerte del trofoblasto. Por ejemplo, este entorno puede dar lugar a un
aumento de la apoptosis del trofoblasto mediada por Fas y a un ataque inmunológico
materno (84).
Anexinas
Las anexinas son un grupo de proteínas que actúan como reguladores e inhibidores de
la coagulación (90). Su acción es calcio dependiente y se unen a fosfolípidos cargados
negativamente haciéndolos inaccesibles a los factores de coagulación (91).
CONCLUSIONES