Tinaja y Vasija LIBRO
Tinaja y Vasija LIBRO
Tinaja y Vasija LIBRO
Tinaja y Vasija
Esteban Polo
[email protected]
www.tinajayvasija.com
Editorial Los otros nueve
Apex, Carolina del Norte, EEUU
Primera edición
Mayo 2014
El texto Bíblico ha sido tomado de la versión Reina-Valera © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina; ©
renovado 1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizado con permiso.
3
Índice
Prólogo ................................................................................................................................................................ 5
Presentación del Autor – Por Segundo Rodríguez ....................................................................................... 8
Introducción .....................................................................................................................................................10
Premisas.............................................................................................................................................................12
Parte I - La ofrenda en el Nuevo Pacto ........................................................................................................17
1 - La economía de la Primera Iglesia .......................................................................................................17
2 - La ofrenda para los santos ....................................................................................................................21
3 - Las obligaciones de los gentiles respecto a la Ley .............................................................................25
4 - Las necesidades de los ministros .........................................................................................................31
5 – Conclusiones y Preguntas Frecuentes ................................................................................................35
Parte II - El diezmo en la Ley ........................................................................................................................38
6 - La ley sobre el diezmo ...........................................................................................................................38
7 – Mitos de la ley del diezmo....................................................................................................................44
8 - Malaquías .................................................................................................................................................47
9 – La ofrenda de la viuda ..........................................................................................................................52
10 – Conclusiones y Preguntas Frecuentes ..............................................................................................58
Parte III - El diezmo antes de la Ley ............................................................................................................62
11 – El diezmo de Abram ..........................................................................................................................62
12 - El diezmo de Jacob..............................................................................................................................68
13 – Conclusiones y Preguntas Frecuentes ..............................................................................................71
Parte IV – Conclusiones para la iglesia de hoy ............................................................................................72
14 – El principio de dar ..............................................................................................................................72
15 – Conclusiones y Mitos .........................................................................................................................77
16 – Preguntas frecuentes...........................................................................................................................86
17 – Tinaja y Vasija ......................................................................................................................................89
Apéndices ..........................................................................................................................................................92
Apéndice A – Abecé del dador alegre ..................................................................................................92
Apéndice B – Todos los textos sobre el diezmo ................................................................................93
Apéndice C – Evolución de la doctrina bautista acerca del diezmo ................................................94
Apéndice D – Estadística de dadivosidad por Iglesia / Denominación .........................................99
Apéndice E - Cómo murieron los seguidores de Jesús ................................................................... 100
4
Prólogo
Cuando hablamos del tema de dar en la iglesia local, la mayoría de la gente automáticamente piensa
en los diezmos. ¿Cuántas veces has oído a un pastor enfatizar que diezmar es parte de la vida
Cristiana? Yo lo he oído bastante. Tú probablemente también. Yo creo que es bastante lamentable
que los creyentes del Nuevo Pacto no tengan un mejor entendimiento de lo que Cristo espera de
aquellos por quienes dio su vida, en quienes puso su Espíritu, y a quienes puso en su cuerpo, la
Iglesia.
Este es un problema enorme, uno que los cristianos realmente no le prestan mucha atención. Es
muy triste. Adoptar el diezmo como la norma para el creyente del Nuevo Pacto es realmente
teología haragana, si me lo preguntas. Es más fácil decir solo “Dame tu diez por ciento”, “Diezma”,
“Yo diezmo cada semana”, etc. Es mucho más complicado cuando haces la pregunta “¿Qué
responsabilidad tienen los creyentes del Nuevo Pacto de obedecer y guardar las leyes dadas a Israel
después de ser rescatados de Egipto?” “¿Guardamos la ley?” “¿Guardamos alguna parte de la ley?”
Yo creo que realmente hacemos mejor enseñando lo que Jesús verdaderamente cumplió en la cruz.
Hay similitud entre el Pacto Mosaico y el Nuevo Pacto, simplemente porque el Dios que hizo ambos
es el mismo. Sin embargo, sus expectativas para los creyentes no son idénticas de un pacto hacia el
otro. Una de las peores cosas que han sucedido con respecto a los pactos es la visión de que el Pacto
Mosaico tiene tres partes. Nadie podría haberlo pensado así cuando fue hecho en el Sinaí. Y nadie en
los días de Jesús tuvo tal entendimiento. Pero con la visión de que hay tres divisiones en el Pacto
Mosaico viene la idea de que Jesús puso fin a parte del Pacto, mientras permitió que otra parte del
Pacto extendiera su influencia y vigencia en el futuro con la porción secreta de su Reino-La Iglesia.
Esta es realmente teología muy peligrosa.
Esteban Polo ha compilado un bastante interesante tratado sobre dar en la vida cristiana. Lo que
hace tan especial a este libro es su público objetivo. Recursos teológicos equilibrados en español son
pocos y escasos. Los tiempos están cambiando y más recursos están encontrando su camino en las
manos de nuestros hermanos de habla hispana. Pero comparado a los recursos disponibles en inglés,
realmente no hay punto de comparación. Así, cuando yo encuentro un recurso valioso en español,
me entusiasmo tanto de recomendarlo. Esto es como yo encuentro este libro. Y hay más. Este libro
es escrito por un cristiano nativo de habla hispana. Este libro no es traducido. Esteban conoce cuán
importante una discusión acerca de este tópico es en Latinoamérica debido a que su sangre es latina.
Su corazón anhela por ver a los creyentes hispano hablantes a través del mundo crecer en la gracia y
el conocimiento del Señor Jesucristo (2 Pedro 3:18).
Si me permiten, déjenme decir unas pocas palabras acerca del cristiano y la ofrenda. Todo pertenece
al Señor. ¡Absolutamente todo! Si eso es realmente la verdad, ¿por qué hay tanta dificultad con
liberar todos los recursos por el bien del evangelio? Si hay una cosa que caracteriza la vida cristiana
es la Gran Comisión (Mateo 28:19-20). Nada vale más que vivir una vida que voluntariamente pierde
6
todo para ganar una simple cosa. Si tú estás viviendo para cualquier otra cosa que la Gran Comisión,
tú no estás viviendo la vida que el Señor desea para alguien por quién dio su vida, en quien puso su
Espíritu, y a quien le hizo ciudadano de su reino. Por supuesto, vivir para la Gran Comisión es algo
que realmente debemos redefinir, ¿correcto? Es más que invitar gente a tu iglesia local. Es más que
orar por ellos. Es más que ir en un viaje misionero o escribir un cheque para que otro vaya en uno.
Es más que asegurarse que los somalíes tengan agua potable. Es más que poner banderas de
diferentes naciones en el santuario de tu iglesia. Es más que eso.
La vida que Cristo espera de nosotros demanda nuestra obediencia. Tú puedes ser salvo por la
muerte sustitutoria de otro. De hecho, esa es la única manera en que puedes ser salvo, y no es por
nadie más que por muerte de Jesucristo. Pero no puedes vivir la vida cristiana porque otro creyente
lo hace por ti. La vida cristiana es mucho más que eso. Es vivida entrelazada con otros creyentes,
seguro. Pero es una vida que tú tienes que vivir. Tu caminar con Él tiene un costo. Tú no puedes
contabilizar el costo de otro. Tú no puedes vender las posesiones de otro. Tú no puedes escribir los
cheques por otro. Tú no puedes vivir a través del sitio web y testimonio de otros. Yo tampoco. El
Señor me llama también: “Thomas, ¿qué es lo que te he dado, que tú has optado para usarlo para tu
propio interés? ¿Qué hay por allí que realmente me pertenece, pero que tú has resuelto usarlo como
mejor te parece?” El discipulado cuesta. Y si yo soy honesto conmigo mismo, yo aceptaré y
confesaré que me cuesta mucho más que palabras. Si yo deseo honrar y agradar al Señor con mi
vida, me cuesta todo. Todo a cambio de una simple cosa.
Tengo que mantenerme recordándome a mí mismo que este no es un mensaje para otro. Es un
mensaje para todos nosotros. Y no es un mensaje que solo puede ser anunciado o predicado desde
un púlpito. Puede manifestarse primeramente en palabras. Pero no debería. El mensaje acerca del
cual estoy hablando tiene sacrificio de vida y amor reales que tú los puedes señalar. Momentos
reales, tangibles, que cambian vidas. Escribir el mensaje de la cruz en la vida de otro por
intencionalmente servirle y amarle es tan crítico para el mensaje como el mensaje mismo. ¿Qué sería
del evangelio si Dios solamente lo repitió generación tras generación a través de los profetas hasta
que eventualmente llegó el fin? ¿No lo ves? El evangelio no es el evangelio a menos que los clavos
de verdad atravesaron las muñecas y los pies de Jesús. El evangelio no es el evangelio a menos que
nuestros pecados realmente fueron llevados sobre sus hombros. El evangelio no es el evangelio a
menos que le hubo costado su sangre, su vida. La realidad del evangelio no está atrapada solamente
en las palabras. Y no debería ser así tampoco para nosotros. El mensaje del evangelio tiene que tener
esos momentos reales en nuestras vidas cuando le dejamos a Dios magnificar su amor sacrificial a
través de nuestros débiles, quebrados, humildes y humillados cuerpos.
Cuando pensamos acerca de dar, ¡esta es la clase de mentalidad que debemos tener! Cada peso en
nuestra cuenta bancaria es un activo de la Gran Comisión. Cuando elaboramos un presupuesto,
deberíamos pensar acerca de un presupuesto de la Gran Comisión. Cuando pensamos acerca de a
quién dar dinero y cuánto dinero dar, deberíamos formularnos la pregunta, “¿Cómo este acto de dar
encaja en la Gran Comisión?” Cada cosa que hagamos cae en esta categoría. Si tú no estás viviendo
para la Gran Comisión, realmente no estás viviendo la vida que Jesús espera que vivas. Y si tú estás
7
viviendo para la Gran Comisión, entonces todas tus posesiones llegan a ser recursos para promover
esa labor, desde las ciudades en las cuales vivimos hasta los últimos confines de la tierra.
Thomas W. Hudgins
Profesor Asistente de Estudios Bíblicos y Teológicos
Washington, D.C.
8
Esteban es hijo del pastor peruano Octavio Polo y de la misionera norteamericana Grace Wood. Sus
padres ya han partido a la presencia de Dios y están en espíritu delante de Él. Esteban nació en
diciembre de 1961, cuando sus padres ya estaban al frente de la Iglesia Bautista de Pacasmayo.
Desde su nacimiento, tanto él como sus hermanos han estado inmersos en un contexto cristiano. Es
en ese mismo contexto obtuvo sus primeros conocimientos bíblicos. Fue en ese contexto, también,
que se introdujo en el trabajo de interpretar y de aplicar fiel y pertinentemente la Biblia.
Esteban se casó con Indira Espinoza en enero de 1990. Él e Indira tienen dos hijos: Fiorella y
Angello. Actualmente, él junto a toda su familia viven en Estados Unidos, en el Estado de Carolina
del Norte.
Esteban ha estudiado y ha completado el programa de teología por extensión del Seminario Bautista
del Perú, el cual se realizó en la Primera Iglesia Bautista del Callao, bajo del ministerio del pastor
Rodolfo García. Además de su formación bíblica y teológica, él también tiene estudios universitarios.
Ha estudiado Ingeniería Electrónica en la Universidad Nacional de Ingeniería en Lima.
Toda esta información nos permite concluir que el libro que ha escrito Esteban Polo es digno de
leerse detenidamente. Tinaja y Vasija: ¿Qué dice la Biblia sobre diezmos y ofrendas? El tema está
desarrollado y escrito en una forma amena y clara. Son muchos los que escriben libros, pero son
pocos los que escriben amenamente. He leído dos veces el libro y he visto en él conocimiento
bíblico, experiencia cristiana, honestidad interpretativa, bastante valentía y mucha amenidad.
¡Realmente he disfrutado leyendo el libro!
9
El tema del diezmo y de las ofrendas no es tratado adecuadamente en las iglesias y es por eso que los
creyentes no dan a Dios ni lo uno, ni lo otro, ni las dos cosas juntas con el entendimiento, la
voluntad, la generosidad y alegría con las que deberían darlas. Esteban conoce esta realidad triste por
su peregrinaje en las iglesias y por su experiencia cristiana.
En su libro, nuestro hermano Esteban examina e interpreta adecuadamente los textos y párrafos del
Antiguo y del Nuevo Testamento que tienen que ver con los diezmos y las ofrendas. Luego de eso,
él los expone y los aplica en una manera natural, buscando que los cristianos seamos generosos con
un buen entendimiento de la palabra de Dios.
He disfrutado la lectura de este libro. Esteban me sorprendió gratamente cuando me pidió que
escribiese un prólogo para su libro. Mi sorpresa grata se acrecentó cuando leí todo su libro. Vi su
talento como escritor, pero más, vi su destreza hermenéutica, su honestidad interpretativa y su
valentía para decir lo que entiende que Dios dice en su palabra.
Les animo a leer el libro de principio a fin. Aprenderán y disfrutarán leyendo sobre este espinoso,
pero crucial tema bíblico. Es muy probable que no estén de acuerdo con algunas de las conclusiones
del autor, pero les aseguro que concordarán con él en varias de ellas.
“Ven y ve”, le dijo Felipe a Natanael cuando éste desmereció a Jesús a causa de su procedencia
(Evangelio según San Juan 1:45). Natanael le hizo caso a Felipe, fue y vio a Jesús en forma personal.
Desde que lo vio se quedó con él como su discípulo. Al igual que Felipe, les digo a ustedes respecto
a Esteban Polo y su libro: “Vengan y lean por ustedes mismos”. La experiencia les edificará
sobremanera.
Segundo Rodríguez
Misionero – Evangelista
Introducción
El maestro del estudio bíblico lo dijo a media voz, mientras los alumnos llegábamos y ocupábamos
nuestros asientos, “Hoy estudiaremos sobre el diezmo, algo que ni yo cumplo”.
Desde muy joven me he encontrado en encrucijadas parecidas, por un lado la enseñanza tradicional
recibida y por otro lado la palabra de Dios; aprendí que la mejor manera para salir de esa encrucijada
era enfrentar el tema desde la raíz. Primero, poner en duda todo lo aprendido, excepto la palabra de
Dios; derribar toda estructura en mi mente sobre el tema, y luego volver a empezar de cero,
solamente construyendo sobre bases sólidas y con ladrillos ciertos y bien cimentados.
Este estudio está a dirigido a creyentes no teólogos, mientras lo he ido desarrollando he enfrentado
algunos puntos que requieren de un estudio más profundo, y por su extensión se han quedado en el
tintero, de manera que estoy planeando escribir en el futuro un libro más extenso y profundo sobre
el tema.
He escuchado varios sermones y leído estudios acerca del tema, y la mayoría de ellos empiezan por
el Antiguo Testamento; aquí lo haremos de una manera diferente. ¿Por qué? Hace algunos meses
escuché una ilustración expuesta por mi pastor acerca de lo verdadero. Esta ilustración consiste en
explicar que a los empleados de un banco se les entrenaba para poder diferenciar los billetes
verdaderos de los falsos, ¿en qué consistía ese entrenamiento?, ¿en enseñarles las características de
los billetes falsos?, no, por el contrario, se les enseñaba a identificar las características de los billetes
verdaderos, de manera que hasta con los ojos cerrados ellos podrían reconocer un billete verdadero;
el riesgo de enseñarles las características de los billetes falsos, es que cada falsificador imprimiría
billetes con diferentes características, y falsificaciones nuevas se hacían con frecuencia.
No quiero decir que las instrucciones del Antiguo Testamento son falsas o carentes de valor, no es
así; el Antiguo Testamento es muy importante para los cristianos (Romanos 15:4, 1ra Corintios
11
10:11), pero creo que mucha de la instrucción en las iglesias respecto al dinero está basada
innecesariamente en el Antiguo Testamento, como si no existiera instrucción específica en el Nuevo
Testamento. Si conocemos bien la instrucción para los creyentes del Nuevo Pacto, será más fácil
identificar lo que no es compatible con esa instrucción. El conocer lo verdadero le dará a usted
libertad; los judíos creían que por ser descendientes de Abraham eran libres, pero Jesús les hace ver
que son esclavos del pecado, y que la verdadera libertad viene por conocerle a Él. Juan 8:31: “Y
conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”.
Probablemente al no usar el orden cronológico para este estudio me expongo a la crítica, es cierto. Si
usted desea estudiar más a fondo el tema podría leer la Biblia completa desde Génesis a Apocalipsis,
y le aseguro que tampoco lo habrá hecho en orden cronológico. ¿Qué hacemos para ayudar a un
creyente nuevo a conocer a Dios por medio de su palabra?, ¿le recomendamos leer todo el Antiguo
Testamento antes del Nuevo?, no, de seguro se rinde en los primeros capítulos de Levítico, sino lo
hizo ya antes; ¿qué hacemos? Le recomendamos el evangelio de Juan, o el de Lucas, ¿por qué?
Porque allí conocerán a Jesús -la verdad- y la verdad les hará libres.
Al leer las enseñanzas de Jesús en los evangelios encontramos que él frecuentemente usaba el orden
cronológico para sus enseñanzas, por ejemplo en el sermón del monte, “oísteis que fue dicho”, citaba al
Antiguo Testamento, “pero yo os digo” y dictaba su enseñanza (Mateo 5:21). También cuando ya
resucitado se encontró con los discípulos camino a Emaús (Lucas 24:13), les habló “... y comenzando
desde Moisés...”.
Pero esto no es una norma, miremos por ejemplo el sermón de Pedro en Hechos 3, luego de que el
cojo fue sanado. Inicia hablando de Jesús, luego de los profetas, luego de Moisés, y finalmente de
Abraham, es decir en el orden cronológicamente inverso. Así que, estimado lector, no tropiece con
este detalle fuera de lo tradicional y acompáñeme.
A lo largo del estudio me referiré a las enseñanzas en la ley dada a Moisés como “el diezmo de la
Ley”, para diferenciarlo no sólo de las ofrendas del Nuevo Pacto, sino también de las ocasiones en
que el Antiguo Testamento habla del diezmo previo a la ley dada a Moisés.
Este pequeño libro está orientado para el estudio personal del creyente, por eso al final de cada
capítulo hay un cuestionario que podrá responder si desea reforzar su entendimiento del estudio, y al
final de cada parte hay una sección de preguntas frecuentes. Sin embargo, he establecido las partes y
capítulos con cuestionarios pensando que quizás algún maestro quisiera usarlo en un grupo de
estudio. Estimo que cada capítulo puede ser cubierto en un tiempo de entre 30 y 45 minutos.
La traducción usada en los textos bíblicos es la Reina Valera Revisión 1960, a menos que se indique
otra versión.
12
Premisas
Si usted estudió en un seminario teológico no es necesario que lea estas premisas, en el curso de
Interpretación Bíblica las estudió con mayor profundidad. Debido a que nos servirán a lo largo del
estudio he tratado de describirlas e ilustrarlas para que puedan ser fácilmente entendidas.
Por ejemplo, un hermano relató un testimonio muy convincente de que por muchos años fue
indisciplinado con sus diezmos, y cuando finalmente aprendió que diezmar es la puerta a la
bendición de Dios, desde entonces ha sido fiel con sus diezmos, y su economía no solo fue sanada,
sino que sus negocios fueron prosperados en una manera extraordinaria.
También está el testimonio de una hermana que habiendo tenido que gastar una fuerte suma de
dinero en viajar y cuidar la salud de su padre, se vio imposibilitada de cumplir con sus diezmos;
luego que su padre partió a la presencia del Señor, decidió ponerse al día con sus diezmos, pero al
hacerlo no pudo honrar sus compromisos de pago con diferentes tarjetas de crédito; y finalmente no
ha podido cumplir ni con sus diezmos, ni deshacerse de la enorme deuda crediticia y sus intereses.
Además, tenemos el testimonio de un pastor que inició una nueva obra, contando con poco apoyo
económico, pero él y su esposa tuvieron la convicción de que en la nueva iglesia no establecerían el
diezmo como una obligación porque no lo consideraban correcto. Dios prosperó su ministerio y les
permitió en base a las ofrendas comprar un templo, y además proveyó para su familia,
permitiéndoles criar y educar a sus hijos y verlos convertirse en profesionales cristianos todos
involucrados en el ministerio del evangelio.
¿Qué podemos aprender de estos testimonios?, probablemente varias cosas, pero para que nuestro
estudio sea riguroso, no le daremos a ninguna de esas experiencias alguna validez o grado de
autoridad.
13
Por ejemplo, en Mateo capítulo 6 Jesús instruye a sus discípulos acerca de la oración, en el pasaje
paralelo de Lucas 1:11 ellos le piden “… enséñanos a orar…”. Jesús les da varias instrucciones:
- No ore para que los demás le vean; como los hipócritas que aman orar de pie en las
sinagogas o en las esquinas de las calles
- Entre a su aposento (cuarto), cierre su puerta, y ore a Dios en secreto
- Al orar no use vanas repeticiones, como los gentiles1 que piensan que la repetición aumenta
la posibilidad de ser atendidos
- Jesús hace una oración, que inicia con “Padre nuestro” como un modelo
- También da una instrucción sobre el ayuno similar a la primera instrucción de esta lista,
luego de ayunar, unge tu cabeza y lava tu rostro, para que los demás no sepan que has
ayunado. No como los hipócritas que palidecen y demacran su rostro para demostrar que
han ayunado.
Hay otros pasajes con instrucciones sobre la oración, como “orad sin cesar”, pero este no es un
estudio de la oración, solo estamos revisando estas instrucciones para entender nuestro punto, la
preponderancia de la instrucción.
Ahora veremos un pasaje donde se relatan hechos relacionados con la oración; en Hechos 4 se narra
que luego haber sanado al cojo (capítulo 3), Pedro y Juan fueron apresados por una noche, y al día
1 Gentil: No judío
14
siguiente fueron llevados ante las autoridades y ante la presión de los creyentes, que ya eran miles,
fueron puestos en libertad; entonces se reunieron con los demás creyentes y todos unánimes
hicieron una oración en voz alta, “Soberano Señor…”, luego de orar el lugar tembló y todos fueron
llenos del Espíritu Santo y hablaban con denuedo la palabra de Dios.
¿No contradice esta oración congregacional a la instrucción de Jesús de orar en secreto? ¿qué
debemos hacer? ¿limitar nuestras oraciones a un tiempo personal y privado, o extenderlo también a
los momentos en que nos encontremos con otros creyentes? ¿Qué vale más, la garantía de la
instrucción bíblica, que enseña que debemos orar en secreto, o la historia garantizada por la
manifestación del Espíritu Santo?, ¿están realmente en contraposición?, ¿se somete la historia a la
instrucción?, ¿enriquece la historia a la instrucción?
La Biblia contiene la instrucción de Dios para nosotros. Si Dios quiere instruirnos en algo
definitivamente debe estar escrito como instrucción en la Biblia. Si hay algún tema que no está
instruido en la Biblia debemos considerarlo muy cuidadosamente; solo en ese caso podremos
recurrir a los pasajes que narran eventos históricos; para lo cual deberíamos responder a las
siguientes preguntas: ¿Se repite el evento que estamos estudiando bajo un mismo patrón? ¿Son
consistentes entre sí estos eventos? ¿Existen otros pasajes en la Biblia que contradigan la enseñanza
que buscamos de estos eventos?
15
Ante cada pasaje bíblico debemos responder a varias preguntas, ¿qué?, ¿quién?, ¿para quién?,
¿cuándo?, ¿dónde?, ¿por qué?, ¿cómo?, ¿qué quería decir el autor? ¿cómo era la cultura en ese
entonces?; para responderlas adecuadamente tenemos que estudiar el pasaje completo, y no solo el
verso que contiene los elementos a estudiar. Si por el uso de las dos premisas anteriores puedes ser
acusado de biblicista o literal; el estudiar el contexto de cada pasaje, te permite cómodamente
sacudirte de esa imputación.
En Hechos capítulo 3, Pedro y Juan son usados por Dios para sanar al cojo; y se hacen varias
declaraciones, por ejemplo:
Pedro y Juan subían juntos al templo a la hora novena, la de la oración. ¿A qué templo subían?
Este, cuando vio a Pedro y a Juan que iban a entrar en el templo, les rogaba que le diesen limosna. ¿Quién pidió
limosna a Pedro y Juan?
Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y
anda. ¿A quién se lo dijo?
El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su Hijo Jesús, a quien vosotros
entregasteis y negasteis delante de Pilato, cuando éste había resuelto ponerle en libertad. Mas vosotros negasteis al
Santo y al Justo, y pedisteis que se os diese un homicida, y matasteis al Autor de la vida, a quien Dios ha resucitado
de los muertos, de lo cual nosotros somos testigos. ¿Quién lo dijo? ¿A quiénes se lo dijo?
16
Como se puede apreciar en estos versículos y las preguntas, usted tiene que revisar el contexto para
poder contestar correctamente. En este caso la motivación y el alcance de cada sentencia son claros
y fuera de discusión, y es difícil sacar el texto fuera de su contexto; sin embargo nos sirve como
ejercicio para afirmar la premisa. De la misma manera debemos tener cuidado al estudiar cualquier
pasaje de la Biblia.
17
El Nuevo Pacto1 se inició con el sacrificio de Cristo Jesús, y luego de su resurrección, su iglesia nació
con la llegada del Espíritu Santo. Ese día de Pentecostés, luego de la predicación de Pedro,
recibieron la palabra como tres mil personas; la primera comunidad de los creyentes estaba
conformada por judíos de diferentes nacionalidades, quienes además de cumplir con las obligaciones
de su religión judía en el templo (templo judío), se empezaron a reunir en las casas, allí compartían
su nueva vida, y el crecimiento continuaba cada día.
Por un momento dejemos nuestra cultura del siglo XXI en la cual el dinero ha llegado a ser la parte
central de todas las actividades de la vida; el consumismo y el estrés son síntomas de que todo gira
alrededor de la economía, dejemos esto y trasladémonos en nuestra imaginación a la cultura de ese
tiempo; la economía no era la parte central de la vida de los habitantes de Judea, sino las relaciones
sociales; no estoy tratando de minimizar el desprendimiento de los primeros creyentes, sino
pretendo que a partir de ahora y en los siguientes capítulos, podamos de alguna manera embarcarnos
en un viaje imaginario que nos sitúe en ese tiempo y cultura, y por medio del cual podamos sentir y
palpar las experiencias de estos primeros cristianos.
Entre las relaciones sociales, el vínculo más fuerte era la familia, los judíos estaban dispuestos a dar
para proveer las necesidades de algún familiar cuando este estaba enfermo o caía en desgracia. Luego
estaba el reconocimiento público, la satisfacción del aplauso era importante, y esto se lograba por el
estatus religioso y de servicio. Los más prósperos económicamente eran los ganaderos y agricultores,
los que poseían ganados y tierras; los más educados e influyentes eran los religiosos. Más del 90% de
la gente vivía en el campo, y sólo una pequeña minoría en las ciudades, y los que se dedicaban a las
profesiones artesanales eran parte de esta minoría; no existía aún la industria.
Recomiendo leer el libro de Hechos, capítulos 3 al 6, es extenso copiarlo todo aquí, pero su lectura
es indispensable para fortalecer su estudio.
Los apóstoles –así como todos los nuevos creyentes- siguieron practicando la religión judía,
incluyendo la circuncisión, las normas en cuanto a la comida, el diezmo, etc.; en el templo ellos eran
considerados un nuevo partido ante los ya existentes, fariseos, saduceos, zelotes, etc.; y por su
cantidad y fervor eran considerados peligrosos por las autoridades religiosas; lo cual provocaba que
fueran hostilizados, perseguidos, detenidos, y hasta muertos; en los capítulos siguientes a Hechos 6
se narra la muerte a pedradas de Esteban, y luego la actividad de Saulo –llamado luego Pablo- como
perseguidor de cristianos. Con el paso del tiempo la situación empeoró cuando el Imperio Romano
los declaró proscritos y los condenó a morir en los coliseos devorados por las fieras; eso los obligó a
reunirse clandestinamente y en las catacumbas; pero no nos adelantemos tanto.
En Hechos capítulo tres se narra que mientras Pedro y Juan iban al templo a la hora de la oración1,
Dios les usó para sanar a un cojo, lo cual provocó la reacción de los religiosos. Pedro y Juan fueron
apresados y liberados al siguiente día. Con estos eventos se añadieron cinco mil nuevos creyentes a la
iglesia, es decir ya había una comunidad de creyentes de más o menos ocho mil personas. Cuando
los creyentes se reunían en las casas, compartían la comida con alegría y sencillez, y para ayudar a los
necesitados, vendían sus propiedades y el dinero obtenido lo ponían a los pies de los apóstoles
(entregado a ellos en presencia de todos) y era repartido entre los necesitados, de manera que sus
necesidades eran cubiertas.
¿Por qué lo hacían? ¿Por qué ese desprendimiento? Estaban llenos del Espíritu Santo, del mensaje de
Jesús, quien se despojó de todo, y también dijo al joven rico, lo cual lo desanimó, “vende lo que
tienes, y dalo a los pobres”, pero ahora ellos impregnados del Espíritu y de amor, con facilidad lo
hicieron. Jacobo que luego llegó a ser el pastor de esta iglesia en Jerusalén dijo años más adelante:
“La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus
tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo.”
La mega-iglesia de Jerusalén
En Hechos 6:7 dice “Y crecía la palabra del Señor, y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente en
Jerusalén; también muchos de los sacerdotes obedecían a la fe.”, ¡ya eran ocho mil y el número se multiplicaba
grandemente!, haciendo un hipotético ejercicio matemático, podríamos decir que hoy día eran 8 mil,
¿y la siguiente semana?, ¿se multiplicaban por dos? ¡No!, eso no es grandemente; ¿por cuatro?;
bueno, hagamos el ejercicio usando el múltiplo 4, en un mes de 4 semanas, se habrían multiplicado
por 256 (4 x 4 x 4 x 4), es decir ¡más de 2 millones de personas!; sí que era una mega-iglesia; tal vez
exageré al usar la semana como unidad de tiempo y fui muy literal con el término multiplicar; pero
varios eruditos creen que la primera iglesia llegó a tener cien mil creyentes.
La comisión de diáconos
Así como el número de creyentes se multiplicó grandemente, ¡también los necesitados!, entre ellos
las viudas, al punto que hubo murmuración entre los de origen griego contra los hebreos por causa
de la distribución de la ofrenda entre las viudas de aquellos. Los apóstoles convocaron a la multitud
para elegir una comisión –años después se les identifica como diáconos- que se encargue de resolver
este problema, para que ellos –los apóstoles- no fueran distraídos del ministerio espiritual de la
palabra. Esta comisión recayó en siete varones quienes llenos del Espíritu Santo y de fe pudieron
dedicarse a recibir las ofrendas y administrarlas entre los necesitados.
Hasta este punto vemos que la comisión administraba el dinero recibido distribuyéndolo
íntegramente entre los necesitados. No se menciona aún la existencia de ancianos o pastores; y cada
uno de los apóstoles tenía su profesión de manera que no hay un indicio que nos lleve a pensar de
que por su ministerio en la palabra ellos recibían algo a cambio; tampoco se necesitaba dinero para la
adquisición o mantenimiento de edificios u otros gastos relacionados1. Esto cambiaría años más
tarde, pero lo que indico en este capítulo es la situación a las pocas semanas de iniciada la iglesia.
Debo mencionar aquí que para los creyentes la ofrenda era voluntaria y adicional al sistema de la ley
judía, es decir que por un lado tenían obligaciones impositivas, como el diezmo, la ofrenda, y otros,
de la ley, de las cuales no podían escapar, y que conformaban el tributo para mantener todo el
sistema religioso y civil de la nación, puesto que eran entregados a los levitas, quienes además de
hacer labores religiosas, hacían labores desde guardia, hasta administración judicial y civil; debido a
que Israel era una teocracia, es decir una religión y un estado al mismo tiempo. Esto era como el
impuesto que actualmente tenemos que entregar a la administración tributaria de nuestro país. Y por
otro lado adicionalmente los creyentes daban su ofrenda voluntariamente a la comisión de la iglesia
para atender a los necesitados.
1Historia de la Iglesia – Henry H. Halley – El primer edificio para iglesia se hizo en el reinado de Alejandro Severo (222-
235 D.C.). Después del edicto de Constantino (313 D.C.), comenzaron a hacerse en todas partes.
20
Es necesario anotar aquí que se acaba de producir una comunidad que practica la redistribución, es
decir los que más tienen se despojan de sus excesos para proveer a los que necesitan; y de manera
voluntaria; tal vez no era la primera vez en la historia que aparece una comunidad que practica la
redistribución, pero sí la primera en que la caridad se hace desinteresadamente. Funcionó, y a pesar
del fingimiento de Ananías y Safira (Hechos 5:1-10), castigado por el Espíritu Santo, la práctica real
del amor, sin compromiso, es algo que nunca antes ni después –que yo sepa- ha ocurrido, salvo en
las utopías.
En todo lo descrito en este capítulo no encontramos instrucción, sino el relato de las experiencias de
los primeros cristianos en cuanto a las ofrendas.
De acuerdo a los últimos versículos de Hechos capítulo 2, y los últimos versículos del capítulo 4
¿Por qué algunos creyentes vendían sus propiedades?
La iglesia en sus primeros días estuvo compuesta de creyentes judíos; ¿seguían practicando ellos su
religión mientras eran cristianos?
De acuerdo a Hechos capítulo 6, ¿por qué se eligió una comisión de siete varones?
21
En 1ra de Corintios 16 encontramos instrucción del apóstol Pablo que concuerda con las
experiencias narradas anteriormente en el primer capítulo de este libro (La economía de la primera
iglesia).
En cuanto a la ofrenda para los santos, haced vosotros también de la manera que ordené en las iglesias de Galacia.
Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que
cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas. Y cuando haya llegado, a quienes hubiereis designado por carta, a
éstos enviaré para que lleven vuestro donativo a Jerusalén.
Pablo da una instrucción a los Corintios como también lo hizo en Galacia; la instrucción no consiste
en que den una ofrenda, sino parte del hecho de que ya se suponía que iban a juntar una ofrenda
para los necesitados en Jerusalén; la parte importante de esta instrucción radica en la manera como
debe recolectarse esa ofrenda; se entiende por tanto que la entrega de ofrendas ya era una práctica
común entre las iglesias cristianas.
Lo nuevo aquí es que la ofrenda no era para los necesitados dentro de su propia iglesia, la de
Corinto, sino para los necesitados en una iglesia de otra región, Judea; es bastante probable que la
ofrenda de la que Pablo habla en sus cartas a los Corintios sea la que se menciona en Hechos 11:28-
30:
Y levantándose uno de ellos, llamado Agabo, daba a entender por el Espíritu, que vendría una gran hambre en toda
la tierra habitada; la cual sucedió en tiempo de Claudio. Entonces los discípulos, cada uno conforme a lo que tenía,
determinaron enviar socorro a los hermanos que habitaban en Judea; lo cual en efecto hicieron, enviándolo a los
ancianos por mano de Bernabé y de Saulo.
Regresando al texto anterior, el de 1ra Corintios 16, el énfasis de Pablo es que no se recolecte la
ofrenda cuando él llegue, sino que cada uno debería de antemano haber decidido cuánto ofrendar y
haberlo traído a la comisión, probablemente por varias semanas y por lo tanto sería acumulada; por
alguna razón Pablo quería evitar que en su presencia se recolecte la ofrenda, tal vez para no distraer
el tiempo de su ministerio en la palabra hacia los Corintios, o como se puede inferir de 2da Corintios
9:5 que era una incomodidad hacer parecer que el motivo de su visita era exigir la recolección de
ofrendas.
1Los santos son todos los creyentes, hechos santos en Cristo. No es una categoría especial o superior de creyentes.
Efesios 2:19; Filipenses 1:1.
22
Un punto muy importante es entender que cada creyente debería establecer la cantidad a ofrendar de
acuerdo a su prosperidad, es decir, en proporción a ella. Prosperidad es el incremento del capital o
bienes, lo cual implica que si esa semana el creyente no fue prosperado, no debía ofrendar o al
menos no debería sentirse obligado a ello. Prosperidad no es lo mismo que ingresos; sino más bien
la diferencia entre ingresos y gastos. No hay otra acepción fuera de esta en el significado de
prosperidad. Si el creyente fue prosperado, entonces debía ofrendar en alguna proporción a esa
prosperidad.
En la segunda carta de Pablo a los Corintios se encuentra el pasaje más grande de toda la Biblia con
respecto a dar, son los capítulos 8 y 9, recomiendo su lectura completa. En el capítulo 8 se explica la
razón de las ofrendas, aquí puede leer algunos versos a partir del verso 12 y hasta el 22:
Porque si primero hay la voluntad dispuesta, será acepta según lo que uno tiene, no según lo que no tiene. Porque no
digo esto para que haya para otros holgura, y para vosotros estrechez, sino para que en este tiempo, con igualdad, la
abundancia vuestra supla la escasez de ellos, para que también la abundancia de ellos supla la necesidad vuestra, para
que haya igualdad, como está escrito: El que recogió mucho, no tuvo más, y el que poco, no tuvo menos.
...
Y enviamos juntamente con él al hermano cuya alabanza en el evangelio se oye por todas las iglesias; y no sólo esto,
sino que también fue designado por las iglesias como compañero de nuestra peregrinación para llevar este donativo, que
es administrado por nosotros para gloria del Señor mismo, y para demostrar vuestra buena voluntad; evitando que
nadie nos censure en cuanto a esta ofrenda abundante que administramos, procurando hacer las cosas honradamente,
no sólo delante del Señor sino también delante de los hombres. Enviamos también con ellos a nuestro hermano, cuya
diligencia hemos comprobado repetidas veces en muchas cosas, y ahora mucho más diligente por la mucha confianza que
tiene en vosotros.
La ofrenda que Pablo estaba solicitando a los creyentes de varias iglesias -Galacia, Macedonia,
Corinto y probablemente otras más- no era para sustentar su ministerio, o el de algún otro apóstol o
anciano, sino era para cubrir las necesidades de los creyentes en Jerusalén que estaban pasando
escasez.
Ante el hambre de los hermanos en Judea, ¿a quién fue Pablo a solicitar ayuda? ¿a los que estaban
pasando necesidad? ¡No!, él fue a solicitar ayuda a los que tenían abundancia, note en el pasaje
anterior “...la abundancia vuestra supla la escasez de ellos...”; no pierda de vista nunca la intención de
Pablo.
23
Aunque Pablo era el promotor de esta ofrenda, él mismo evitó entrar en contacto físico con la
misma; ordenó que se acumule previamente a su llegada, y asignó a otro creyente de confianza para
llevar el donativo.
Es en el contexto de esta ofrenda para los necesitados en Jerusalén que Pablo plantea el siguiente
reto en 2da Corintios 9:6:
El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también
segará.
Notemos de este verso que la ofrenda no es un porcentaje ni una cantidad fija. Un creyente en el
momento de decidir cuánto ofrendar, y según ha prosperado, tenía dos opciones: hacerlo
escasamente o hacerlo generosamente; como resultado de hacerlo generosamente obtendrá en el
futuro una cosecha generosa; y si por el contrario, decide ofrendar escasamente, no sería maldecido,
ni tildado de ladrón, sino simplemente que su cosecha en el futuro también sería escasa. El castigo
que recibieron Ananías y Safira1 no fue por la cantidad ofrendada, sino por mentir al Espíritu Santo.
Pablo además resume la correcta actitud del creyente al ofrendar para los necesitados, en 2da
Corintios 9:7:
Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.
1. La cantidad a ofrendar debía salir del corazón, es decir de la voluntad de un corazón movido
hacia la escasez de sus hermanos, no por una tristeza lastimera, sino por el gozo de practicar
el amor al prójimo.
2. No por obligación o necesidad, es decir que nadie se lo estaba exigiendo, como en la religión
judía; ni tampoco se llevaría la cuenta de su aporte; se esperaba que la ofrenda sea la reacción
natural de un corazón que conoce a Dios y por lo tanto le ama, y ama a su prójimo como a sí
mismo.
Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los
frutos de vuestra justicia, para que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce por medio de
nosotros acción de gracias a Dios.
Porque la ministración de este servicio no solamente suple lo que a los santos falta, sino que también abunda en
muchas acciones de gracias a Dios.
Los versos estudiados aquí, de 1ra y 2da de Corintios, son usados algunas veces el día de hoy para
explicar la disciplina del diezmo, esto es incorrecto pues Pablo los escribió para instruir sobre las
ofrendas.
¿Por qué Pablo estaba promoviendo una ofrenda entre las iglesias?
¿Por qué Pablo no quería involucrarse directamente con la recolección y traslado de la ofrenda
colectada?
A partir del capítulo 10 del Libro de Hechos se narra como el evangelio fue aceptado por los
gentiles, es decir por personas que no eran ni de la raza judía, ni practicaban la religión judía. Esto
causó entre los creyentes judíos en Judea un malestar, una reacción contraria, que obligó a Pedro a
explicar la visión que tuvo del Señor que le llevó a presentar el evangelio a los gentiles, y como el
Espíritu Santo se derramó sobre ellos.
Para algunos de los creyentes de ese momento, el cristianismo era una extensión del judaísmo, la
vara que coronaba el tronco de Isaí1; no cabía en su mente otra manera de cristianismo que a través
del judaísmo; por eso primero su perpleja incredulidad cuando oyeron que gentiles habían creído en
el evangelio, y –por eso- luego, su exigencia de que se circunciden primero y cumplan toda la ley en
adelante.
El concilio de Jerusalén
El conflicto se agudizó entre los que creían que los gentiles tenían que practicar todas las ordenanzas
de la ley –llamados legalistas o judaizantes-, y los que afirmaban que eso no era necesario, a tal punto
que Pablo y Bernabé fueron a Jerusalén y convocaron una reunión de los apóstoles y ancianos para
resolver esta cuestión.
Luego de varias horas de debate, el conflicto se fue resolviendo luego que Pedro dijo en Hechos
15:10:
Ahora, pues, ¿por qué tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni
nosotros hemos podido llevar?
Por lo cual yo juzgo que no se inquiete a los gentiles que se convierten a Dios, sino que se les escriba que se aparten de
las contaminaciones de los ídolos, de fornicación, de ahogado y de sangre.
Los apóstoles y ancianos resolvieron escribir la resolución sugerida por Santiago para resolver el
problema:
Hechos 15:24-29:
Por cuanto hemos oído que algunos que han salido de nosotros, a los cuales no dimos orden, os han inquietado con
palabras, perturbando vuestras almas, mandando circuncidaros y guardar la ley, nos ha parecido bien, habiendo
llegado a un acuerdo, elegir varones y enviarlos a vosotros con nuestros amados Bernabé y Pablo, hombres que han
expuesto su vida por el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
Así que enviamos a Judas y a Silas, los cuales también de palabra os harán saber lo mismo.
1 Isaías 11:1-2
26
Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias:
que os abstengáis de lo sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación; de las cuales cosas si os guardareis,
bien haréis.
¿Y qué de los diez mandamientos? ¿Acaso los creyentes no debemos cumplir aquellos
mandamientos como “No matarás”, “No hurtarás”, etc.?
Pablo y el autor de Hebreos dedican capítulos enteros para explicar que ya no estamos bajo la ley,
que fue dada al pueblo de Israel; la Iglesia está bajo un nuevo y superior pacto establecido en la cruz,
y en ese pacto somos libres de cumplir la ley.
Pero todos los hombres tenemos una conciencia establecida por Dios, una ley moral escrita en
nuestros corazones por nuestro creador, que nos dice que matar es malo; de manera que como
creyentes no matamos, no porque estemos sujetos a la ley dada a Moisés, sino porque hay una ley
superior a los diez mandamientos, cuyo primer y más grande mandamiento es “Amarás al Señor tu
Dios sobre todas las cosas” y eso nos lleva a buscar agradar a Dios en todo; incluyendo no hacer
daño a nuestro prójimo; pero ya no lo hacemos enfocados en una ley de prohibiciones, sino
enfocados en Cristo, y viviendo la ley del Espíritu que nos lleva a servir a Dios de una manera
superior a la Ley.
De manera que la ley moral está vigente, pero la ley religiosa ha sido abolida.
Los siguientes pasajes tratan de explicar porque los cristianos no están sujetos a la ley dada a Moisés;
he excluido pasajes que hablan de lo mismo pero aplicado a la salvación, y solo toco los pasajes que
se refieren a la vida cristiana.
Esto porque hay cristianos y pastores que aceptan que la ley dada a Moisés no nos sirve para la
salvación, la cual es solo por la fe en Jesús, pero en cuanto a la vida cristiana, creen y predican que
los cristianos una vez salvos, aún están sujetos a algunos mandamientos de la ley dada a Moisés. Por
eso he excluido de estos siguientes pasajes por ejemplo a Gálatas 3:1-3 “¡Oh gálatas insensatos! ¿quién os
fascinó para no obedecer a la verdad, a vosotros ante cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado claramente entre vosotros
como crucificado? Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe?
¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne?”, y otros pasajes más;
en los que se condena el cumplir con la ley para alcanzar la salvación.
27
Pablo, en su carta a los Romanos les explica claramente a los creyentes que ya no están sujetos al
antiguo pacto:
Romanos 7:1-6
¿Acaso ignoráis, hermanos (pues hablo con los que conocen la ley), que la ley se enseñorea del hombre entre tanto que
éste vive?
Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos
bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra.
La carta a los Gálatas, fue escrita por Pablo para enfrentar el problema judaizante en la iglesia, y
además para divulgar la exhortación a Pedro y Bernabé por no enfrentar correctamente el problema.
Gálatas 3:24-29
De manera que la ley ha sido nuestro ayo1, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe. Pero
venida la fe, ya no estamos bajo ayo, pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; porque todos los que habéis
sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos. Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón
ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham
sois, y herederos según la promesa.
Gálatas 4:4-11
Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que
redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. Y por cuanto sois hijos, Dios
envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre! Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y
si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo.
Ciertamente, en otro tiempo, no conociendo a Dios, servíais a los que por naturaleza no son dioses; mas ahora,
conociendo a Dios, o más bien, siendo conocidos por Dios, ¿cómo es que os volvéis de nuevo a los débiles y pobres
rudimentos, a los cuales os queréis volver a esclavizar? Guardáis los días, los meses, los tiempos y los años. Me temo de
vosotros, que haya trabajado en vano con vosotros.
Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros, quisiera estar con
vosotros ahora mismo y cambiar de tono, pues estoy perplejo en cuanto a vosotros.
Decidme, los que queréis estar bajo la ley: ¿no habéis oído la ley?
Así que, hermanos, nosotros, como Isaac, somos hijos de la promesa. Pero como entonces el que había nacido según la
carne perseguía al que había nacido según el Espíritu, así también ahora. Mas ¿qué dice la Escritura? Echa fuera a
la esclava y a su hijo, porque no heredará el hijo de la esclava con el hijo de la libre. De manera, hermanos, que no
somos hijos de la esclava, sino de la libre.
Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.
En la mayoría de sus cartas, Pablo dedica pasajes para confirmar que ya no estamos bajo la ley de
Moisés, revise 2da Corintios 3 y Colosenses 2.
El autor del libro de Hebreos dedica su libro a establecer que el Nuevo Pacto, es superior al antiguo,
lea en Hebreos 7:18:
Queda, pues, abrogado el mandamiento anterior a causa de su debilidad e ineficacia (pues nada perfeccionó la ley), y de
la introducción de una mejor esperanza, por la cual nos acercamos a Dios.
Y en Hebreos 8:4-13
... habiendo aún sacerdotes que presentan las ofrendas según la ley; los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las
cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas
conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte.
Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas.
Porque si aquel primero hubiera sido sin defecto, ciertamente no se hubiera procurado lugar para el segundo.
29
Porque reprendiéndolos dice: He aquí vienen días, dice el Señor, En que estableceré con la casa de Israel y la casa de
Judá un nuevo pacto; No como el pacto que hice con sus padres El día que los tomé de la mano para sacarlos de la
tierra de Egipto; Porque ellos no permanecieron en mi pacto, Y yo me desentendí de ellos, dice el Señor.
...
Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer.
Podemos concluir que el diezmo establecido en la ley dada a Moisés no fue aplicado a los creyentes
del primer siglo, ni tiene sustento bíblico para ser exigido a los creyentes, o practicado por ellos
mismos.
Tenga cuidado cuando escucha a expositores de la Biblia clasificar la ley de Moisés en diferentes
categorías, por ejemplo leyes Judiciales o Civiles, leyes Religiosas o Ceremoniales, leyes Morales,
leyes Higiénicas, etc., podría estar tratando de introducir la idea de que solo algunas de estas leyes
han sido abrogadas y otras aún están vigentes; recuerde que para el israelita la ley era indivisible,
Pablo dice en Gálatas 3:10: “Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues
escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas.”, y
Santiago en el capítulo 2 verso 10 “cualquiera que guarda toda la ley pero ofende en un solo punto se ha hecho
culpable de todo”.
Cuando Jesús en Mateo 5:17-18 dice “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido
para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una
tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido”, daría la impresión que la ley tendrá vigencia
mientras duren el cielo y la tierra, pero la afirmación final es clara “hasta que todo se haya
cumplido”, y justamente Jesús fue el único que cumplió la ley, por eso en la cruz pudo decir
“Consumado es”, y por eso –según Apocalipsis- como cordero inmolado será el único capaz de
abrir los sellos, porque el venció. Superior a la ley de Moisés son las palabras de Jesús, que nunca
pasarán, así se acaben los cielos y la tierra, Mateo 24:35 “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no
pasarán”.
¿Por qué los creyentes reaccionaron negativamente ante la noticia de que gentiles habían recibido el
mensaje del evangelio?
¿Cuáles fueron las únicas obligaciones con respecto a la ley dada a Moisés que los apóstoles y
ancianos reunidos en Jerusalén recomendaron a los creyentes gentiles?
30
¿Cómo se sentía Pablo al escuchar que algunos de los creyentes en Galacia, aún querían estar
sometidos a la ley dada a Moisés?
31
Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros y daros
herencia con todos los santificados. Ni plata ni oro ni vestido de nadie he codiciado. Antes vosotros sabéis que para lo
que me ha sido necesario a mí y a los que están conmigo, estas manos me han servido. En todo os he enseñado que,
trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado
es dar que recibir.
Antes fuimos tiernos entre vosotros, como la nodriza que cuida con ternura a sus propios hijos. Tan grande es nuestro
afecto por vosotros, que hubiéramos querido entregaros no sólo el evangelio de Dios, sino también nuestras propias
vidas; porque habéis llegado a sernos muy queridos. Porque os acordáis, hermanos, de nuestro trabajo y fatiga; cómo
trabajando de noche y de día, para no ser gravosos a ninguno de vosotros, os predicamos el evangelio de Dios.
Estos pasajes nos indican que el ministerio de Pablo no era una carga –hasta ese momento- para las
iglesias que visitaba; ¡él mismo trabajaba con sus manos para que pudiera continuar su viaje y
predicar el evangelio! Pero, en algún momento del ministerio de Pablo, necesitó dinero, el cual fue
provisto por algunas de las iglesias incluyendo a Macedonia; veamos en 2 Corintios 11:8:
He despojado a otras iglesias, recibiendo salario para serviros a vosotros. Y cuando estaba entre vosotros y tuve
necesidad, a ninguno fui carga, pues lo que me faltaba, lo suplieron los hermanos que vinieron de Macedonia, y en todo
me guardé y me guardaré de seros gravoso.
En su defensa del apostolado, Pablo indica que es una orden del Señor que los que anuncian del
evangelio, vivan del evangelio, estableciendo así los ministerios a tiempo completo.
¿Quién fue jamás soldado a sus propias expensas? ¿Quién planta viña y no come de su fruto? ¿O quién apacienta el
rebaño y no toma de la leche del rebaño?
32
¿Digo esto sólo como hombre? ¿No dice esto también la ley? Porque en la ley de Moisés está escrito: No pondrás bozal
al buey que trilla. ¿Tiene Dios cuidado de los bueyes, o lo dice enteramente por nosotros? Pues por nosotros se escribió;
porque con esperanza debe arar el que ara, y el que trilla, con esperanza de recibir del fruto. Si nosotros sembramos
entre vosotros lo espiritual, ¿es gran cosa si segáremos de vosotros lo material? Si otros participan de este derecho sobre
vosotros, ¿cuánto más nosotros? Pero no hemos usado de este derecho, sino que lo soportamos todo, por no poner ningún
obstáculo al evangelio de Cristo. ¿No sabéis que los que trabajan en las cosas sagradas, comen del templo, y que los
que sirven al altar, del altar participan?
Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio.
En el versículo 13, el apóstol hace una comparación, de que así como los levitas comían de lo
aportado al templo, así también los ministros deben vivir de lo que se aporta en la iglesia. No está
mencionando directamente a los diezmos ni ofrendas de la ley; ni tampoco está vinculando que en la
iglesia la manera de aportar debe ser la misma que en el templo o la ley, observe el pasaje completo,
desde el verso 7 dice que el soldado debe ser sostenido, el sembrador come del fruto, el ganadero de
su ganado y de su leche, entonces ¿por qué el ministro del nuevo Pacto tendría que tomar del
diezmo del Antiguo Pacto? Lo que Pablo está indicando es que si los ministros se dedican al
evangelio, entonces que no se les exija trabajar secularmente para su sustento; si es posible, que lo
sostengan los que reciben el evangelio, es decir la fe y la gracia del evangelio, no de la obligación de
la ley.
Y en 2 Corintios 12:12-18
Con todo, las señales de apóstol han sido hechas entre vosotros en toda paciencia, por señales, prodigios y milagros.
Porque ¿en qué habéis sido menos que las otras iglesias, sino en que yo mismo no os he sido carga? ¡Perdonadme este
agravio!
He aquí, por tercera vez estoy preparado para ir a vosotros; y no os seré gravoso, porque no busco lo vuestro, sino a
vosotros, pues no deben atesorar los hijos para los padres, sino los padres para los hijos. Y yo con el mayor placer
gastaré lo mío, y aun yo mismo me gastaré del todo por amor de vuestras almas, aunque amándoos más, sea amado
menos.
Pero admitiendo esto, que yo no os he sido carga, sino que como soy astuto, os prendí por engaño, ¿acaso os he
engañado por alguno de los que he enviado a vosotros? Rogué a Tito, y envié con él al hermano. ¿Os engañó acaso
Tito? ¿No hemos procedido con el mismo espíritu y en las mismas pisadas?
En gran manera me gocé en el Señor de que ya al fin habéis revivido vuestro cuidado de mí; de lo cual también estabais
solícitos, pero os faltaba la oportunidad.
33
No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir
humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener
hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
Sin embargo, bien hicisteis en participar conmigo en mi tribulación. Y sabéis también vosotros, oh filipenses, que al
principio de la predicación del evangelio, cuando partí de Macedonia, ninguna iglesia participó conmigo en razón de dar
y recibir, sino vosotros solos; pues aun a Tesalónica me enviasteis una y otra vez para mis necesidades. No es que
busque dádivas, sino que busco fruto que abunde en vuestra cuenta.
Pero todo lo he recibido, y tengo abundancia; estoy lleno, habiendo recibido de Epafrodito lo que enviasteis; olor
fragante, sacrificio acepto, agradable a Dios.
Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.
Es decir que luego de algunos años los creyentes de las iglesias –con instrucción de Pablo-
comprendieron que además de ofrendar para ayudar a los necesitados, también debían ofrendar para
sustentar a los ministros en la predicación del evangelio, y no como una obligación sino como un
privilegio.
Evitando el asistencialismo
Es necesario señalar que de leer todas las cartas de Pablo se entiende que las ofrendas no pretendían
establecer una clientela de asistencialismo, es decir que el que estaba necesitado debía recibir
asistencia, pero también –si lo podía- debía trabajar, o recibir ayuda de sus familiares; pero más que
eso, cada creyente estaba impregnado del espíritu de no ser una carga (gravoso) sino un dador, “más
bienaventurado es dar que recibir”.
Honra a las viudas que en verdad lo son. Pero si alguna viuda tiene hijos, o nietos, aprendan éstos primero a ser
piadosos para con su propia familia, y a recompensar a sus padres;
...
Sea puesta en la lista sólo la viuda no menor de sesenta años, que haya sido esposa de un solo marido, que tenga
testimonio de buenas obras; si ha criado hijos; si ha practicado la hospitalidad; si ha lavado los pies de los santos; si ha
socorrido a los afligidos; si ha practicado toda buena obra.
...
Si algún creyente o alguna creyente tiene viudas, que las mantenga, y no sea gravada la iglesia, a fin de que haya lo
suficiente para las que en verdad son viudas.
Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente los que trabajan en predicar y
enseñar. Pues la Escritura dice: No pondrás bozal al buey que trilla; y: Digno es el obrero de su salario.
34
En este capítulo Pablo está dando instrucciones a Timoteo acerca de la distribución de las ofrendas
entre las viudas; pareciera que existía un problema de falta de fondos para ayudar a todas las viudas,
de manera que Pablo levanta la valla para clasificar a las viudas que verdaderamente necesitaban
ayuda y excluir de la distribución a las que podían ser ayudadas por sus familias; pero al mismo
tiempo instruye a Timoteo que los ancianos, de acuerdo a su desempeño, debían recibir un pago.
Y en el capítulo 6 versos 6 al 19, le recomienda a Timoteo alejarse del amor al dinero, y que a los
ricos les ordene a ser generosos:
Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda
nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. Porque los que quieren
enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y
perdición; porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y
fueron traspasados de muchos dolores.
Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la
mansedumbre.
…
A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas,
sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos. Que hagan bien, que sean
ricos en buenas obras, dadivosos, generosos; atesorando para sí buen fundamento para lo por venir, que echen mano de
la vida eterna.
De los pasajes expuestos en este capítulo, no se puede concluir que los ancianos o ministros
recibieran un sueldo estable, es decir una compensación periódica fija por su trabajo; pero sí es claro
que recibieron dinero para cubrir sus necesidades (en el caso de Pablo), y probablemente más allá de
sus necesidades (doble honor).
¿Hay instrucción bíblica acerca de que los creyentes deben ofrendar para el sostenimiento de los
ministros del evangelio?
35
Las siguientes conclusiones están intencionalmente clasificadas y ordenadas para poder compararse
con las conclusiones de las siguientes secciones del libro; esa comparación se presenta en el capítulo
15 Conclusiones y Mitos.
• Es voluntaria.
• Hay instrucción sobre ella.
• Es realizada por los creyentes.
• Está motivada por la necesidad de otros creyentes y el sustento de los ministros.
• Consiste en dinero.
• La cantidad es conforme haya prosperado.
• La frecuencia es semanal.
• Los destinatarios son los creyentes necesitados de la misma iglesia y de otras iglesias, también
los ministros del evangelio.
• Los ministros que gobiernen bien deben recibir doble sustento.
En este punto creo que es importante resaltar que ya hemos satisfecho el motivo de haber empezado
estudiando el Nuevo Pacto antes que el Antiguo; tenemos ya formada en nuestra mente la ideal e
insuperable manera como la economía de la iglesia del primer siglo funcionaba. Para esto he creído
conveniente escribir una cartilla que al final sería como un credo con respecto a todo este tema.
Hasta este punto la cartilla, que he llamado “Abecé del dador alegre” –e iré incrementando mientras
avanzamos con las conclusiones- contiene las siguientes declaraciones:
NO
Preguntas frecuentes
¿No se reunían los primeros creyentes en un templo?
Los creyentes judíos se reunían en el templo judío para cumplir con su religión, de igual manera iban
a las sinagogas; pero las reuniones exclusivas con otros creyentes –durante los primeros años- se
realizaban en casas, obviamente que no se podían reunir ocho mil personas en una sola casa, por lo
tanto se presume que cuando el autor de Hechos dice que se reunían en “casas” (Hechos 2:46) se
refería a que se reunían en una red de casas, de manera que no todos se congregaban en la misma
casa.
A diferencia de la religión judía, los primeros creyentes tenían claro que no habían recibido ninguna
indicación de Jesús de construir u ocupar un edificio especial para sus reuniones; al reunirse en casas
lo hacían para partir el pan, y compartir la palabra.
Si bien el Altísimo no habita en templos hechos de mano, como dice el profeta: El cielo es mi trono, Y la tierra el
estrado de mis pies. ¿Qué casa me edificaréis? dice el Señor; ¿O cuál es el lugar de mi reposo? ¿No hizo mi mano
todas estas cosas?
El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos
hechos por manos humanas, ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a
todos vida y aliento y todas las cosas.
Según Henry H. Halley en ‘Historia de la Iglesia’, el primer edificio para iglesia se hizo siendo
emperador Alejandro Severo (222-235 D.C.). Después del edicto de Constantino (313 D.C.),
comenzaron a construirse templos en todas partes.
¿Jesús no apoyó el diezmo? ¿Las enseñanzas de Jesús no forman parte de esta primera
parte?
Recuerde que el Nuevo Pacto se inicia con la muerte de Jesús, de modo que los tres pasajes que
estudiaremos corresponden al antiguo pacto:
• La instrucción de Jesús en Mateo 6, sobre la limosna.
• El comentario de Jesús acerca de la ofrenda de la viuda, en Marcos 12 y Lucas 21.
• El comentario de Jesús sobre que los religiosos debían practicar el diezmo al mismo tiempo
que la justicia y misericordia, en Mateo 23.
37
La ausencia de enseñanza de los apóstoles sobre el diezmo, ¿no indica que era una
costumbre que debía continuar?
Es un argumento lógico, y podría ser valedero siempre y cuando la iglesia hubiera continuado
estando compuesta siempre de solo judíos, es decir creyentes que desde niños habían sido enseñados
en la ley mosaica, y por lo tanto conocían las demandas de la ley acerca del diezmo; sin embargo, al
haberse extendido el evangelio a los gentiles, quienes no tenían conocimiento profundo de la ley,
hubiera sido necesario instruirles en todo aquello que fuera desconocido para ellos. Varias de las
cartas de Pablo fueron escritas a iglesias en Asia y Europa, compuestas en su gran mayoría por
creyentes no judíos. La ausencia de enseñanza específica sobre el diezmo, y la presencia explícita de
enseñanza sobre las ofrendas, demuestra que el diezmo no fue practicado por los primeros
creyentes.
¿No apoyó Pablo el recojo de diezmos cuando dijo en 1ra Corintios 9 que así como los que
sirven al altar, del altar participan, los que anuncian el evangelio deben vivir del evangelio?
¿No sabéis que los que trabajan en las cosas sagradas, comen del templo, y que los que sirven al altar, del altar
participan? Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio.
Pablo menciona que los Levitas vivían “del templo” obviamente se refería a los diezmos y ofrendas
de la ley, pero el símil que Pablo usa, es del origen del sustento, no de la forma del mismo. Pablo
hace la comparación para indicar que los que son servidos son los que deben sustentar al que sirve.
En el caso del templo, los hijos de Israel eran servidos por los levitas, por lo tanto el sustento de los
levitas debía venir de los diezmos de los hijos de Israel; en el caso de la iglesia, los creyentes son
servidos por los que anuncian el evangelio, y por lo tanto deben sustentarlos.
Hay que recordar que en ese momento el sistema religioso judío seguía operando y los judíos
seguían cumpliendo con sus obligaciones, entre ellas el diezmo, pero no lo hacían en la congregación
de creyentes, sino en el templo judío.
Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aún
estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo
he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es
por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe.
38
Hasta el capítulo anterior, usted debe haber apreciado lo importante que fue conocer la historia de la
primera iglesia, pero no solo eso, sino también la instrucción clara del apóstol Pablo sobre las
ofrendas del Nuevo Pacto.
Trasladémonos ahora en nuestro viaje imaginario hasta el desierto donde Moisés guía al pueblo de
Israel –desde Egipto- con rumbo a la tierra prometida. Allí se detuvieron en el monte Sinaí donde
Moisés recibió de Dios las tablas de la ley, y además todos los mandamientos que luego trascribió al
libro de Levítico; veamos la ley específica sobre el diezmo.
El nombre de Levítico viene de la tribu de Leví, y es bueno recordar aquí que Moisés y su hermano
Aarón eran de la tribu de Leví, y de sus familias eran los sacerdotes; las otras familias de la tribu de
Leví eran Merari, Coat y Gerson, y de sus familias eran los levitas.
Levítico 27
Y el diezmo de la tierra, así de la simiente de la tierra como del fruto de los árboles, de Jehová es; es cosa dedicada a
Jehová.
Y si alguno quisiere rescatar algo del diezmo, añadirá la quinta parte de su precio por ello.
Y todo diezmo de vacas o de ovejas, de todo lo que pasa bajo la vara, el diezmo será consagrado a Jehová.
No mirará si es bueno o malo, ni lo cambiará; y si lo cambiare, tanto él como el que se dio en cambio serán cosas
sagradas; no podrán ser rescatados.
39
Estos son los mandamientos que ordenó Jehová a Moisés para los hijos de Israel, en el monte de Sinaí.
La ley acerca del diezmo es clara acerca de quienes deben cumplirla, Jehová específicamente dice que
es para los hijos de Israel. Cualquiera que afirme que esta ley sobre el diezmo se aplica para alguien
fuera del pueblo de Israel, está sacando el texto fuera de su contexto.
Las leyes sobre el diezmo que aparecen en los libros de Levítico, Números y Deuteronomio, fueron
dadas antes de que el pueblo de Israel entre a la tierra prometida que fluía leche y miel, y justamente
fueron dadas para ser obedecidas luego que el pueblo de Israel tome posesión de esa tierra, no antes.
Note como en el pasaje anterior se habla de la simiente de la tierra y del fruto de los árboles,
instrucción que fue dada cuando el pueblo de Israel estaba vagando por un desierto donde ellos no
sembraban, ni había árboles.
Esta es toda la ley sobre el diezmo para los hijos de Israel en Levítico. En Números 18 hay un
agregado específico para los levitas, el diezmo del diezmo.
Números 18:22-32
Y no se acercarán más los hijos de Israel al tabernáculo de reunión, para que no lleven pecado por el cual mueran.
Mas los levitas harán el servicio del tabernáculo de reunión, y ellos llevarán su iniquidad; estatuto perpetuo para
vuestros descendientes; y no poseerán heredad entre los hijos de Israel.
Porque a los levitas he dado por heredad los diezmos de los hijos de Israel, que ofrecerán a Jehová en ofrenda; por lo
cual les he dicho: Entre los hijos de Israel no poseerán heredad.
Y habló Jehová a Moisés, diciendo: Así hablarás a los levitas, y les dirás: Cuando toméis de los hijos de Israel los
diezmos que os he dado de ellos por vuestra heredad, vosotros presentaréis de ellos en ofrenda mecida a Jehová el diezmo
de los diezmos. Y se os contará vuestra ofrenda como grano de la era, y como producto del lagar. Así ofreceréis también
vosotros ofrenda a Jehová de todos vuestros diezmos que recibáis de los hijos de Israel; y daréis de ellos la ofrenda de
Jehová al sacerdote Aarón. De todos vuestros dones ofreceréis toda ofrenda a Jehová; de todo lo mejor de ellos ofreceréis
la porción que ha de ser consagrada.
Y les dirás: Cuando ofreciereis lo mejor de ellos, será contado a los levitas como producto de la era, y como producto del
lagar. Y lo comeréis en cualquier lugar, vosotros y vuestras familias; pues es vuestra remuneración por vuestro
ministerio en el tabernáculo de reunión. Y no llevaréis pecado por ello, cuando hubiereis ofrecido la mejor parte de él; y
no contaminaréis las cosas santas de los hijos de Israel, y no moriréis.
Y en Deuteronomio 12:5-18 se indica que no se llevará el diezmo a cualquier lugar, sino al indicado
por Dios:
40
…sino que el lugar que Jehová vuestro Dios escogiere de entre todas vuestras tribus, para poner allí su nombre para su
habitación, ése buscaréis, y allá iréis. Y allí llevaréis vuestros holocaustos, vuestros sacrificios, vuestros diezmos, y la
ofrenda elevada de vuestras manos, vuestros votos, vuestras ofrendas voluntarias, y las primicias de vuestras vacas y de
vuestras ovejas; y comeréis allí delante de Jehová vuestro Dios, y os alegraréis, vosotros y vuestras familias, en toda obra
de vuestras manos en la cual Jehová tu Dios te hubiere bendecido.
…
Y al lugar que Jehová vuestro Dios escogiere para poner en él su nombre, allí llevaréis todas las cosas que yo os mando:
vuestros holocaustos, vuestros sacrificios, vuestros diezmos, las ofrendas elevadas de vuestras manos, y todo lo escogido
de los votos que hubiereis prometido a Jehová.
Ni comerás en tus poblaciones el diezmo de tu grano, de tu vino o de tu aceite, ni las primicias de tus vacas, ni de tus
ovejas, ni los votos que prometieres, ni las ofrendas voluntarias, ni las ofrendas elevadas de tus manos; sino que delante
de Jehová tu Dios las comerás, en el lugar que Jehová tu Dios hubiere escogido, tú, tu hijo, tu hija, tu siervo, tu sierva,
y el levita que habita en tus poblaciones; te alegrarás delante de Jehová tu Dios de toda la obra de tus manos.
Deuteronomio 14:22-29
Indefectiblemente diezmarás todo el producto del grano que rindiere tu campo cada año. Y comerás delante de Jehová
tu Dios en el lugar que él escogiere para poner allí su nombre, el diezmo de tu grano, de tu vino y de tu aceite, y las
primicias de tus manadas y de tus ganados, para que aprendas a temer a Jehová tu Dios todos los días.
Y si el camino fuere tan largo que no puedas llevarlo, por estar lejos de ti el lugar que Jehová tu Dios hubiere escogido
para poner en él su nombre, cuando Jehová tu Dios te bendijere, entonces lo venderás y guardarás el dinero en tu mano,
y vendrás al lugar que Jehová tu Dios escogiere; y darás el dinero por todo lo que deseas, por vacas, por ovejas, por
vino, por sidra, o por cualquier cosa que tú deseares; y comerás allí delante de Jehová tu Dios, y te alegrarás tú y tu
familia.
Y no desampararás al levita que habitare en tus poblaciones; porque no tiene parte ni heredad contigo. Al fin de cada
tres años sacarás todo el diezmo de tus productos de aquel año, y lo guardarás en tus ciudades. Y vendrá el levita, que
no tiene parte ni heredad contigo, y el extranjero, el huérfano y la viuda que hubiere en tus poblaciones, y comerán y
serán saciados; para que Jehová tu Dios te bendiga en toda obra que tus manos hicieren.
En Deuteronomio 26:12
Cuando acabes de diezmar todo el diezmo de tus frutos en el año tercero, el año del diezmo, darás también al levita, al
extranjero, al huérfano y a la viuda; y comerán en tus aldeas, y se saciarán.
De estos pasajes en Levítico, Números y Deuteronomio podemos concluir que el diezmo era un
tributo anual, que consistía en entregar un décimo de lo que producía el ganado –vacas y ovejas-, la
41
tierra –granos y frutos-, y sus derivados –vino y aceite-, a los levitas, quienes a su vez entregarían un
décimo a los sacerdotes.
Según Números 18:22 los israelitas no debían acercarse al tabernáculo, sino que deberían ser los
levitas quienes debían tomar el diezmo de los israelitas. La interpretación de los textos en
Deuteronomio 12 nos lleva a pensar que es el templo a donde los israelitas debían llevar sus
diezmos, pues dice “al lugar que Jehová vuestro Dios escogiere de entre todas vuestras tribus, para poner allí su
nombre para su habitación”, y “sino que en el lugar que Jehová escogiere, en una de tus tribus, allí ofrecerás tus
holocaustos, y allí harás todo lo que yo te mando”, lleva a concluir que ese lugar sería finalmente Jerusalén.
Como es cierto que Jerusalén no quedó establecido como el lugar de adoración hasta unos
cuatrocientos años después que los israelitas entraron a la tierra prometida, cuando David instaló su
tabernáculo allí; y mientras tanto el lugar central de la adoración y servicio religioso fue el
tabernáculo móvil de Moisés, se puede entender que todas las indicaciones del lugar donde llevar el
diezmo se refieren a lo mismo, y encajan con la realidad de que el lugar de adoración siguió
trasladándose por varios años; con la consideración de que los israelitas no debían llegar con sus
diezmos y ofrendas hasta el mismo lugar de adoración; y eso era resuelto –de alguna manera- con el
servicio de los levitas.
Según Nehemías 10:37 los levitas debían recolectar el diezmo de los israelitas y acumularlo en sus
ciudades. Para ello existían 48 ciudades levitas esparcidas por todo el territorio de Israel, de las cuales
35 eran exclusivas de los levitas, y 13 de los sacerdotes.
Note al inicio del pasaje estudiado en Números 18 la combinación de las palabras diezmo y ofrenda,
dice que el diezmo era ofrecido en ofrenda y entregado a los levitas; igualmente de lo que ellos
recibían también el diezmo era entregado en ofrenda a los sacerdotes; sin embargo la mayoría de
veces que se usa la palabra ofrenda en el Antiguo Testamento se refiere a animales para el sacrificio
–por culpa o gratitud- y no para la actividad del diezmo; también en menor grado se refiere a
vegetales como ofrenda de gratitud, y también a dinero (Éxodo 30).
El diezmo era para ser comido. Además cada tercer año, los diezmadores y los levitas debían
sentarse juntos a comer parte del diezmo, esta práctica tenía el sentido de que el pueblo de Israel no
debía olvidarse de los levitas, no desampararlos, puesto que ellos no tenían heredad como las demás
tribus. También debía compartirse la comida con el extranjero, el huérfano y la viuda hasta que se
sacien.
Considero importante que nos preguntemos ¿Por qué Dios pide un décimo, que para este subtítulo
tomamos como 10 por ciento, y no otro porcentaje?
Primero, Dios les ofreció una tierra que “fluye leche y miel”; de manera que el diezmo es una
devolución de lo que produce esa tierra, porque Él estaba detrás de esa fertilidad. Podríamos llamar
42
a esto una razón compensatoria. Los hijos de Israel compensaban a Dios por haber hecho fértil la
tierra, pagándole con lo producido por esa misma tierra.
Segundo, la razón de la igualdad. Siendo once tribus de Israel aparte de los levitas, supongamos que
cada tribu tenía la misma cantidad de familias ganaderas y agricultoras: cien familias de este tipo; y
que cada familia producía al año 1 tonelada de productos de la tierra, y 100 cabezas de ganado; por
lo tanto:
e. Diezmo del diezmo de los Levitas para los sacerdotes (10% de d):
• Productos de la tierra: 11 toneladas
• Ganado: 1,100 cabezas
Como se observa del cálculo (f versus c), los levitas tenían como disponibilidad para comida algo
muy parecido a cada tribu, solo mayor en un 10%.
Si Dios les hubiera ordenado a los hijos de Israel dar un tributo de 5%, o de 20%, el desbalance
entre los levitas y las otras tribus sería bastante mayor; de manera que 10% es una medida equitativa.
43
Como añadidura vemos el ejemplo de José en Egipto, cuyo caso se enmarca dentro de la teoría de
que el diezmo es un tributo. Estando José preso en Egipto, Faraón tuvo un sueño, el cual ninguno
de sus sabios consejeros pudo interpretar, fue cuando el copero se acordó de José y se lo recomendó
a Faraón, quien llamó a José y le explicó el sueño. José, aclarando primero que era Dios quien le
daba la interpretación, le expuso que Dios daría a Egipto 7 años de abundancia y luego 7 años de
escasez, para lo cual debía Faraón escoger un varón sabio y prudente para que gobierne el país, y
cobre un impuesto de 20 por ciento sobre lo producido durante los 7 años de abundancia, para que
así puedan sobrevivir durante los 7 años de escasez. Faraón reconoció que Dios le habló por medio
de José y le puso en ese cargo, ¡en un día pasó de la cárcel a ser el segundo hombre en todo Egipto!
Lo que encuentro aquí es que el promedio que los egipcios pagaron por impuestos durante esos 14
años fue de un diez por ciento, porque por siete años pagaron 20 por ciento y por otros siete años
no pagaron nada.
Mito: Lo mejor
Note que cuando los levitas escogían su diezmo (el diezmo del diezmo), lo tenían que hacer de lo
mejor; cosa que no era exigida al pueblo de Israel, a quienes por el contrario se les exigía que
entreguen el diezmo indistintamente si era bueno o malo, “No mirará si es bueno o malo, ni lo cambiará”
(Levítico 27:33).
Confundir el diezmo con las ofrendas por expiación es algo que ha llevado a algunos a decir que el
diezmo tenía que ser lo mejor.
Mito: Lo primero
Otro punto importante a notar es que el diezmo del pueblo de Israel no era lo primero de lo
producido por la tierra o ganado; no lo dice así en ninguna parte. ¿Si fuera lo primero, cómo sabrían
cuál es la décima parte si no sabían aún cuánto era el total?, recuerde que se hacía una vez al año.
Una explicación que me parece razonable es que cuando se tenía que entregar el diezmo, por
ejemplo el fruto, se iba contando y separando, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, este décimo fruto se
separaba para el diezmo, sin mirar si era bueno o malo, 11, 12, 13, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 20, este
también se separaba sin mirar, etc. En el caso de los animales se hacía algo parecido, se los hacía
pasar bajo la vara (Levítico 27:32) y se iba contando y separando cada décimo.
Muchos confunden el diezmo con las primicias (Deuteronomio 26), un concepto diferente que
incluye a los primeros granos, los primeros frutos, los primeros animales, las primeras cosas como
lana, aceite, vino, y hasta al primogénito de los hijos de los israelitas; ofrenda importante porque
indica que el Señor es primero no solo en nuestros corazones sino también en nuestros bienes, pero
que en dimensión no se comparaba al diezmo, por el simple hecho que las primicias cabían en una
canasta.
¿Sabía usted que probablemente Jesús, Pedro, Juan, Pablo y otros apóstoles, nunca diezmaron, a
pesar de ser judíos?
El diezmo era solamente para los que tenían tierras y obtenían granos y frutos de ella y sus derivados
–vino y aceite-, y para los que tenían ganado y este se reproducía.
Si Jesús era carpintero, o constructor como dicen algunos, no producía granos, frutos ni ganado para
diezmar, esa ley no le alcanzaba a él. Ningún artesano diezmaba.
45
De igual manera, Pedro y Juan, y otros apóstoles, su profesión era ser pescadores; y los pescados no
estaban incluidos en la ley del diezmo. También Pablo, como constructor de carpas, era un artesano
y no diezmaba.
En segunda instancia el diezmo era una obligación también de los levitas, pero no de los sacerdotes,
ningún sacerdote diezmaba (Números 18:21-24, Nehemías 10:37-38).
El dinero existía desde antes de Abram, antes que existiera la nación hebrea, y muchos siglos antes
que la ley fuera dada a Moisés.
El dinero es mencionado en la Biblia por primera vez en Génesis capítulo 17. Es mencionado en
más de 20 versículos1 solo en el libro de Génesis.
Además sí existía una manera de que el israelita entregue dinero al Levita. Si uno quería quedarse con
algo ya entregado en el diezmo, lo podía recuperar pagando su valor más el 20 por ciento; lo leímos
en el capítulo anterior, en Levítico 27.
Esta era la única manera que los levitas recibirían algo de dinero en el diezmo; pero el diezmo
consistía en lo producido; ganado, granos, frutos y derivados.
Una prueba de que el diezmo no era dinero, pues era para ser comido, está en Deuteronomio 14, ya
lo hemos leído antes. Si uno vivía demasiado lejos de alguna de las ciudades de los levitas indicadas
para la entrega del diezmo, entonces podía vender el diezmo, llevar el dinero obtenido a la ciudad de
los levitas, comprar allí con ese dinero lo equivalente en comida, y compartir la comida con los
levitas.
Además existía la ley de las ofrendas, y allí lo único que se daba era dinero, lo puede leer en Éxodo
30:13
Esto dará todo aquel que sea contado; medio siclo, conforme al siclo del santuario. El siclo es de veinte geras. La
mitad de un siclo será la ofrenda a Jehová.
El diezmo era para ser comido. Comido por el hijo de Israel que estaba diezmando y los levitas, y
cada 3 años debía también ser compartido con los huérfanos, viudas y extranjeros.
El alfolí es el granero, cámara o almacén donde se guardan los animales, granos, frutos y derivados.
Algunos confunden las primicias, que debían ser llevadas en canastas (Deuteronomio 26:1-2), con el
diezmo. Las primicias es un concepto diferente al diezmo; no deben ser confundidos.
1Comprar o pagar con dinero es mencionado en más de 20 versículos en Génesis, más de 30 veces, pues en algunos
versos es mencionado más de una vez.
46
Los israelitas entregaban el diezmo a los levitas. Los levitas llevaban el diezmo del diezmo al alfolí.
El lugar donde los levitas tomaban el diezmo de los israelitas no siempre era el mismo, pero en
todos los casos nunca los israelitas eran los que llevaban el diezmo al alfolí.
¿Debía el israelita mirar el décimo que iba a entregar como diezmo para ver si era bueno o malo?
¿Qué es el alfolí?
47
8 - Malaquías
Malaquías 3:8-10
¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros
diezmos y ofrendas.
Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado.
Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si
no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.
Este es tal vez el pasaje más usado fuera de su contexto cuando se trata el tema del diezmo y la
iglesia.
Ya hemos visto en la primera parte de este libro que la ley no se aplica a la iglesia; también hemos
visto en el capítulo anterior que la ley del diezmo y la ley de las ofrendas fueron dadas
exclusivamente para el pueblo de Israel; ¿tendríamos que saltarnos esas dos conclusiones para poder
aplicar esto a la iglesia? Claro que sí, pero no dejemos de estudiar el pasaje.
Ahora nuestro viaje imaginario nos lleva a unos 450 años antes de Cristo, los israelitas están exiliados
en Persia; obtendremos mayor información histórica del libro de Nehemías, contemporáneo del
profeta Malaquías. Le recomiendo leer todo el libro, aquí tomaremos los puntos que atañen a
nuestro estudio.
Nehemías
Nehemías estando en el exilio en Persia, siendo copero del rey, escuchó de la triste condición en que
se encontraba Jerusalén y el templo, y luego de hallar gracia ante el rey, pudo organizar la
reconstrucción de Jerusalén, los muros, el templo, y el servicio de los levitas y sacerdotes. Esdras fue
el escriba y sacerdote que le ayudó en la tarea de la reconstrucción.
Luego de mucha oposición y al terminar la reconstrucción, los israelitas leyeron el libro de la ley, e
hicieron promesa al Señor; luego de firmarla todo el pueblo se reunió e hicieron un juramento;
leámoslo en Nehemías 10:37-39
Que traeríamos también las primicias de nuestras masas, y nuestras ofrendas, y del fruto de todo árbol, y del vino y del
aceite, para los sacerdotes, a las cámaras de la casa de nuestro Dios, y el diezmo de nuestra tierra para los levitas; y
que los levitas recibirían las décimas de nuestras labores en todas las ciudades; y que estaría el sacerdote hijo de Aarón
con los levitas, cuando los levitas recibiesen el diezmo; y que los levitas llevarían el diezmo del diezmo a la casa de
nuestro Dios, a las cámaras de la casa del tesoro.
48
Porque a las cámaras del tesoro han de llevar los hijos de Israel y los hijos de Leví la ofrenda del grano, del vino y del
aceite; y allí estarán los utensilios del santuario, y los sacerdotes que ministran, los porteros y los cantores; y no
abandonaremos la casa de nuestro Dios.
En aquel día fueron puestos varones sobre las cámaras de los tesoros, de las ofrendas, de las primicias y de los diezmos,
para recoger en ellas, de los ejidos1 de las ciudades, las porciones legales para los sacerdotes y levitas; porque era grande
el gozo de Judá con respecto a los sacerdotes y levitas que servían.
Estas cámaras del tesoro eran para recoger allí el diezmo, es el Alfolí mencionado en Malaquías.
Y antes de esto el sacerdote Eliasib, siendo jefe de la cámara de la casa de nuestro Dios, había emparentado con
Tobías, y le había hecho una gran cámara, en la cual guardaban antes las ofrendas, el incienso, los utensilios, el
diezmo del grano, del vino y del aceite, que estaba mandado dar a los levitas, a los cantores y a los porteros, y la
ofrenda de los sacerdotes.
Mas a todo esto, yo no estaba en Jerusalén, porque en el año treinta y dos de Artajerjes rey de Babilonia fui al rey; y
al cabo de algunos días pedí permiso al rey para volver a Jerusalén; y entonces supe del mal que había hecho Eliasib
por consideración a Tobías, haciendo para él una cámara en los atrios de la casa de Dios.
Y me dolió en gran manera; y arrojé todos los muebles de la casa de Tobías fuera de la cámara, y dije que limpiasen
las cámaras, e hice volver allí los utensilios de la casa de Dios, las ofrendas y el incienso. Encontré asimismo que las
porciones para los levitas no les habían sido dadas, y que los levitas y cantores que hacían el servicio habían huido cada
uno a su heredad.
Entonces reprendí a los oficiales, y dije: ¿Por qué está la casa de Dios abandonada? Y los reuní y los puse en sus
puestos. Y todo Judá trajo el diezmo del grano, del vino y del aceite, a los almacenes.
Apenas Nehemías regresó a Persia, varios levitas y sacerdotes descuidaron el servicio, y esto
desanimó a varios otros.
• El sumo sacerdote construyó una cámara para un familiar en la cámara donde se almacenaba
el diezmo, llamada alfolí en el libro de Malaquías.
• La parte del diezmo correspondiente a los levitas no les estaba siendo dada
Eliasib, el sumo sacerdote (Nehemías 3:1) había usado el alfolí para construir allí una habitación a
Tobías, su nuevo pariente político, ¿y sabe quién era Tobías?, el peor enemigo de Nehemías, junto
con Sanbalat y Gesem. Lea Nehemías capítulo 2:9-20; capítulo 4:2-8; y todo el capítulo 6.
El sumo sacerdote albergando en el templo al enemigo de la obra ¡no podía haber nada más
decepcionante para Nehemías! ¿Y para Dios? ¡También!
Malaquías
Malaquías 1:1
¿Para quién o contra quién es la profecía? Parece que fuera contra todo el pueblo de Israel, pero
leamos el verso 6:
El hijo honra al padre, y el siervo a su señor. Si, pues, soy yo padre, ¿dónde está mi honra? y si soy señor, ¿dónde está
mi temor? dice Jehová de los ejércitos a vosotros, oh sacerdotes, que menospreciáis mi nombre.
Y Malaquías 2:1
Y Malaquías 2:4
Y sabréis que yo os envié este mandamiento, para que fuese mi pacto con Leví, ha dicho Jehová de los ejércitos.
Y Malaquías 2:8
Mas vosotros os habéis apartado del camino; habéis hecho tropezar a muchos en la ley; habéis corrompido el pacto de
Leví, dice Jehová de los ejércitos.
Y Malaquías 3:2-3
¿Y quién podrá soportar el tiempo de su venida? ¿o quién podrá estar en pie cuando él se manifieste? Porque él es
como fuego purificador, y como jabón de lavadores. Y se sentará para afinar y limpiar la plata; porque limpiará a los
hijos de Leví, los afinará como a oro y como a plata, y traerán a Jehová ofrenda en justicia.
En estos cinco pasajes vemos que la profecía de Malaquías estaba dirigida especialmente para los
sacerdotes deshonestos y los hijos de Leví, que incluye a sacerdotes y levitas. En Malaquías 2:1 dice
que este mandamiento es para los sacerdotes, ¿cuál mandamiento? Usted puede leer los siguientes
50
versos y no va a encontrar ningún mandamiento sino hasta Malaquías 3:7 “Volveos a mí…¿en qué
hemos de volvernos?...¿en qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas.
Ahora podemos entender un poco más los clásicos versículos de Malaquías 3:8-10
¿Quiénes estaban robando a Dios? La nación toda, pero empezando por los sacerdotes y levitas.
¿Quiénes tenían que llevar los diezmos al alfolí? Los levitas. Recuerde que los levitas recolectaban el
diezmo, y luego daban el diezmo del diezmo a los sacerdotes, pero solo lo mejor. Recuerde también
que el diezmo eran granos, frutos y animales; por eso el profeta dice “haya alimento en mi casa”.
Todo eso estaba descuidado. Los levitas no traían lo mejor, o lo traían incompleto, es decir se
quedaban con la mejor parte y con más de lo que debían quedarse; al mismo tiempo los sacerdotes
les retenían de su porción. De lo que recibían los sacerdotes también tenían que ofrecer lo mejor al
Señor, y no lo estaban haciendo.
Y decís: ¿En qué hemos menospreciado tu nombre? En que ofrecéis sobre mi altar pan inmundo. Y dijisteis: ¿En qué
te hemos deshonrado? En que pensáis que la mesa de Jehová es despreciable. Y cuando ofrecéis el animal ciego para el
sacrificio, ¿no es malo? Asimismo cuando ofrecéis el cojo o el enfermo, ¿no es malo?
¿Quiénes ofrecían pan inmundo, o animal ciego, cojo o enfermo? No eran los hijos de Israel, sino
los sacerdotes. Recuerden que los hijos de Israel entregaban el diezmo sin mirar si era bueno o malo;
eso era recibido por los levitas, quienes tenían que escoger el diezmo del diezmo y llevarlo a los
sacerdotes, pero solo lo mejor; y luego los sacerdotes ofrecían de eso en el altar. De manera que
finalmente los que determinaban que se presente lo mejor eran los sacerdotes; probablemente ellos –
y también los levitas- se estaban quedando con lo mejor y ofreciendo a Dios lo peor. Lea también
los versos 12 al 14.
Además los sacerdotes fueron infieles a sus mujeres, según Malaquías 2:13-14:
Y esta otra vez haréis cubrir el altar de Jehová de lágrimas, de llanto, y de clamor; así que no miraré más a la ofrenda,
para aceptarla con gusto de vuestra mano. Mas diréis: ¿Por qué? Porque Jehová ha atestiguado entre ti y la mujer de
tu juventud, contra la cual has sido desleal, siendo ella tu compañera, y la mujer de tu pacto.
Esto no solo encolerizó a Nehemías, y también a Malaquías, sino, como dije antes, al mismo Dios,
por eso los maldice, no solo a los sacerdotes, sino a la nación toda; pero es claro que el reclamo de
Dios va principalmente contra los sacerdotes. Como en muchas profecías, la misericordia de Dios se
ofrece si es que hay un cambio. Si todos cumplían con la ley del diezmo, entonces Dios les
bendeciría en abundancia.
¿Qué tiene esto que ver con los creyentes y la iglesia? Absolutamente nada.
¿Algún símil? ¿Esta maldición es para los creyentes del Nuevo Pacto si no ofrendan? No. No hay
maldición para los creyentes, Cristo recibió toda la maldición de la Ley por nosotros (Gálatas 3:10-
13). Se podría entender que si un creyente no siembra, como resultado no va a cosechar, y estaría
perdiendo bendición; pero recuerde que en el Nuevo Pacto los necesitados y las viudas no
ofrendaban, pero sí recibían de las ofrendas. Por lo tanto, lo correcto es decir que si un cristiano ha
sido prosperado y no siembra generosamente, que no espere cosechar generosamente; nada más.
Cuestionario – Malaquías
9 – La ofrenda de la viuda
Lucas 21:1-4
Levantando los ojos (Jesús), vio a los ricos que echaban sus ofrendas en el arca de las ofrendas. Vio también a una
viuda muy pobre, que echaba allí dos blancas. Y dijo: En verdad os digo, que esta viuda pobre echó más que todos.
Porque todos aquéllos echaron para las ofrendas de Dios de lo que les sobra; mas esta, de su pobreza echó todo el
sustento que tenía.
Cada vez que he escuchado esta historia ha sido para alabar la actitud y acción de la viuda. Le hago
un par de preguntas:
Devoradores de casas
Cuando éramos niños mis hermanos y yo teníamos un juego malvado. Cada día nuestra madre
dejaba sobre la mesa una barra de chocolate para cada uno, nosotros le quitábamos la envoltura
pero no comíamos las barras; las dejábamos en la mesa, cada una sobre su envoltura abierta.
Entonces nos escondíamos bajo la mesa, e imaginábamos que éramos unos gigantes muy malvados,
y que las barras de chocolate eran las casas de unas personas muy desafortunadas. Luego de unos
momentos y cuando pensábamos que los habitantes de las casas estaban distraídos, salíamos de
nuestro escondite gruñendo y vociferando como gigantes, y nos comíamos un pequeño pedazo de
nuestra barra, y luego regresábamos a escondernos, relamiendo y disfrutando del sabor del
chocolate; luego esperábamos pacientemente hasta que nuevamente los habitantes habían
descuidado la vigilancia de sus casas, y atacábamos de nuevo, así hasta terminar cada uno nuestra
barra de chocolate.
Cuando aún siendo niño leí en la Biblia que los escribas “devoraban las casas de las viudas”, me
imaginé que los escribas iban a las casas de estas desafortunadas personas y se comían el techo, las
paredes, todo; y con razón –pensaba yo- los dibujantes de historias bíblicas nunca los presentaban
magros o agobiados, al contrario, siempre estaban gruesos y orondos.
Con el paso de los años caí en cuenta que los escribas no devoraban literalmente las casas de las
viudas, sino que esa era una expresión simbólica de lo que en la realidad hacían.
53
¿Y quién dijo que los escribas devoraban las casas de las viudas?, ¿cuándo lo dijo?
Jesús lo dijo en este mismo pasaje que hemos leído arriba, el pasaje de la ofrenda de la viuda.
Guardaos de los escribas, que gustan de andar con ropas largas, y aman las salutaciones en las plazas, y las primeras
sillas en las sinagogas, y los primeros asientos en las cenas; que devoran las casas de las viudas, y por pretexto hacen
largas oraciones; éstos recibirán mayor condenación.
Levantando los ojos, vio a los ricos que echaban sus ofrendas en el arca de las ofrendas. Vio también a una viuda muy
pobre, que echaba allí dos blancas. Y dijo: En verdad os digo, que esta viuda pobre echó más que todos. Porque todos
aquéllos echaron para las ofrendas de Dios de lo que les sobra; mas esta, de su pobreza echó todo el sustento que tenía.
Y a unos que hablaban de que el templo estaba adornado de hermosas piedras y ofrendas votivas, dijo: En cuanto a
estas cosas que veis, días vendrán en que no quedará piedra sobre piedra, que no sea destruida.
La persona que dividió la escritura en capítulos cercenó el pasaje, puso una parte al final del capítulo
20 y el resto en el capítulo 21. ¡Gracias Stephen Langton1 por partir el pasaje! ¡Separaste la
instrucción de la historia!
Nuestro viaje nos lleva ahora a la época de Jesús, la religión judía tenía ya casi 1,500 años desde que
la ley fue dada a Moisés; Dios en varias ocasiones había tratado de corregir a su pueblo, pero ahora
en el clímax de la historia había mandado a su propio hijo para cumplir la ley y establecer un Nuevo
Pacto. Desde los tiempos de Malaquías hasta la época de Jesús la situación religiosa no había
mejorado, Juan el Bautista y Jesús denunciaron con palabras subidas de tono el comportamiento de
los religiosos.
Ahora Jesús advierte a sus discípulos ¡Tengan cuidado con los escribas! Entonces no era sólo una
historia como concluimos antes de leer el pasaje completo, ¡sí hay instrucción aquí! En el pasaje
paralelo de Marcos 12:38-44 la instrucción no está dividida allí (entre la instrucción y la historia),
pero sí entre la historia y la profecía, sin embargo la mayoría de expositores presenta el pasaje de la
viuda pobre por separado, ¡No solo Langton tenía un cuchillo descuidado!
1 Stephen Langton: (1150 – 1228 D.C.) Arzobispo de Canterbury. Dividió la Biblia en capítulos.
54
¿Quiénes eran los escribas? Los escribas eran los maestros de la ley, los que más la habían estudiado,
los que tenían la autoridad para interpretarla. En su posición tenían la capacidad de reglamentar,
limitar y extender la ley de Dios. Pero habían convertido a los mandamientos en una serie de
reglamentos muchas veces solo para su beneficio. Vea algunos de los ¡Ayes! que Jesús menciona en
Mateo 23:
Mas ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres; pues ni
entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que están entrando.
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque devoráis las casas de las viudas, y como pretexto hacéis largas
oraciones; por esto recibiréis mayor condenación.
...
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más
importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello.
...
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la
verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. Así también
vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad.
Jesús está condenando a los escribas y fariseos, porque eran estrictos al detalle con los diezmos pero
a costa de no practicar la justicia, misericordia y fe. Como judíos, y como religiosos, debían practicar
el diezmo de la Ley, pero sin pasar por alto el propósito de la Ley, que era el bienestar de los hijos de
Israel.
¿Cómo cree usted que los escribas devoraban las casas de las viudas?
Esto dará todo aquel que sea contado; medio siclo, conforme al siclo del santuario. El siclo es de veinte geras. La
mitad de un siclo será la ofrenda a Jehová. Todo el que sea contado, de veinte años arriba, dará la ofrenda a Jehová.
Ni el rico aumentará, ni el pobre disminuirá del medio siclo, cuando dieren la ofrenda a Jehová para hacer expiación
por vuestras personas. Y tomarás de los hijos de Israel el dinero de las expiaciones, y lo darás para el servicio del
tabernáculo de reunión; y será por memorial a los hijos de Israel delante de Jehová, para hacer expiación por vuestras
personas.
Primero, ¿para quién es este mandamiento? Para los hijos de Israel (Éxodo 30:12,16).
Observe que cada hijo de Israel, mayor de 20 años, tenía que ofrendar la misma cantidad de dinero1,
indistintamente si era rico o pobre. Probablemente este tributo es el mencionado en Mateo 17:24-27,
pues dos dracmas es lo mismo que medio siclo.
Acerca de la frecuencia, aunque no es claro, se puede entender que esta ofrenda podría ser única
para esa vez, es decir para la construcción del tabernáculo; o para cada vez que había un censo, o
anual.
¿Y qué habían hecho los escribas? Habían cambiado esto, de manera que quien más daba recibía más
perdón y más aplauso, a cambio de lo cual alargaban las oraciones y el pobre era humillado.
Con la ley original, el rico -por más rico que fuese- sólo debía echar esa humilde moneda que no
hacía mucho ruido al caer, probablemente vergüenza le causaba, pues nadie lo aplaudiría por eso,
nadie se asombraría, hasta podría ser abucheado. En cambio ahora anunciaban con trompetas su
camino al altar, y de lo que les sobraba tiraban las monedas para que al hacer ruido todos supieran de
su generosidad; se ganaban el aplauso, eran felices ellos y también los religiosos.
Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las
calles, para ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas cuando tú des limosna,
no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha, para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te
recompensará en público.
Esa actitud altiva que buscaba aplauso, que en este pasaje no corresponde a las ofrendas, sino a las
limosnas, se había instalado en los ricos, mire como oraba el fariseo en el templo, en Mateo 18:11-
12:
El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros
hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo
que gano.
1Actualmente muchos judíos continúan practicando esta ofrenda en el mes de Adar (Enero-Febrero) adecuada a la
moneda corriente vigente, equivalente a cinco dólares.
56
Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios,
sé propicio a mí, pecador. Os digo que este descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se
enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido.
Pobre pobre
En cambio el pobre, que originalmente solo debía echar una moneda que no lo haría más pobre,
ahora tenía que dar más que eso, de manera que con vergüenza y amargura lo hacía; vergüenza
porque su ofrenda nunca podría igualar a la de los ricos, y con amargura, porque sabía que eso le
significaba que su pobreza sería mayor.
Más triste era el caso de las viudas y de esta en particular que no tenía ni siquiera para cumplir lo que
la ley decía. Así “echó todo el sustento que tenía”, es decir que regresó a casa sin nada. Su casa
terminó por ser devorada, no tendría para alimentarse ella ni sus hijos.
¿Jesús aplaudió esto? Absolutamente no. Jesús condenó esta situación, originada por la maldad de
los escribas; ellos devoraban las casas (la economía) de las viudas, a cambio de hacer extensas
oraciones para la expiación de sus pecados.
Como vimos en la ofrenda del Nuevo Pacto, en la primera iglesia las viudas no eran las que
ofrendaban, sino las que recibían; todo lo contrario a lo que simultáneamente pasaba en el templo
judío.
La ley no fue hecha para perjudicar al hombre, sino al contrario, para su bienestar; mire como Jesús
condenaba a escribas y fariseos por torcer la ley en beneficio propio y perjudicando a los padres, en
Mateo 15:4-9:
Porque Dios mandó diciendo: Honra a tu padre y a tu madre; y: El que maldiga al padre o a la madre, muera
irremisiblemente. Pero vosotros decís: Cualquiera que diga a su padre o a su madre: Es mi ofrenda a Dios todo
aquello con que pudiera ayudarte, ya no ha de honrar a su padre o a su madre. Así habéis invalidado el mandamiento
de Dios por vuestra tradición. Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo: Este pueblo de labios me
honra; Mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas, mandamientos de
hombres.
Los escribas permitían que los hijos se excusen de sostener económicamente a sus padres
diciéndoles que ya habían apartado ese dinero para ofrenda a Dios; ¡estaban anulando el propósito
del mandamiento! ¿Por qué? Porque así recibirían mayor ofrenda.
Ni en el Antiguo Pacto, ni en el Nuevo Pacto, se nos pide dar todo nuestro dinero. No era la idea de
la ley de las ofrendas que las personas afectaran su presupuesto a tal grado. Sí se nos instruye que
ante la gravedad de la situación de algún otro hermano ofrendemos más allá de nuestras fuerzas (2da
Corintios 8:1-11), y tenemos el ejemplo de Jesús quien se despojó de todo y llegó hasta el sacrificio
de su propia vida, y el ejemplo de los primeros cristianos quienes se despojaron de bienes y
propiedades para aliviar la difícil situación de los necesitados. Recuerde que cuando Pablo pidió
ofrenda para los necesitados de Judea, él fue a pedirla a los que en ese momento tenían abundancia.
57
La viuda fue una víctima del sistema religioso judío, ella creía que dando su ofrenda su pecado era
expiado; Jesús no solo condenó este abuso, sino que de inmediato profetizó que ese templo frente al
cual estaban iba a ser destruido totalmente, no quedaría piedra sobre piedra, ¡el sistema religioso
judío iba a ser destruido! Y fue así, ya son casi dos mil años que los judíos no tienen su templo desde
que el general romano Tito lo destruyera en el año 70 D.C.; si vemos el cuadro completo, no
cercenado por Langton, tenemos las 3 escenas juntas -tanto en Marcos como en Lucas- Jesús
condena a los escribas y el sistema religioso, Jesús resalta a la víctima de este sistema, y Jesús anuncia
la destrucción del sistema.
En estos dos capítulos, sobre Malaquías y la Ofrenda de la viuda, usted está descubriendo lo
importante que es no tomar un texto fuera de su contexto, ¡uno tiene una perspectiva totalmente
diferente!
¿Hay instrucción en la Biblia que entreguemos en ofrenda o diezmo todo el dinero que tenemos?
58
• Es un tributo obligatorio.
• Hay instrucción sobre él.
• Es realizada por los hijos de Israel que son ganaderos y agricultores.
• Es de Jehová. Es cosa dedicada a Jehová.
• Consiste en comida. Animales, granos, frutas y derivados.
• Es el décimo de cada animal, grano, fruta o derivado producido.
• La frecuencia es anual.
• Los destinatarios son los levitas; estos a su vez diezmaban sobre el diezmo a los sacerdotes.
• Es obligatoria.
• Hay instrucción sobre ella.
• Es realizada por los hijos de Israel mayores de 20 años.
• Es por la expiación de los pecados.
• Consiste en dinero.
• Es una cantidad fija de dinero, medio siclo.
• La frecuencia era única / cada vez que había un censo / anual.
• El destino es el servicio del tabernáculo, luego del templo.
Preguntas frecuentes
¿Diezmaban los israelitas más de una vez al año?, mi pastor enseña que el total era el 23 y
1/3 por ciento
La mayoría de estudiosos que tratan a fondo el tema del diezmo concluyen en que hubo más de un
diezmo, aunque no todos están de acuerdo en la cantidad y en qué consistía cada uno; las
conclusiones más comunes son:
Sin embargo hay los que encuentran hasta 3 diferentes diezmos anuales, y uno adicional cada 3 años.
59
Para resolver este tema hay que analizar con profundidad todos los pasajes, lo que demandaría
mucho espacio del libro; y considerando que el resultado de esta cuestión es irrelevante para los
creyentes del Nuevo Pacto, solo trataremos ligeramente el tema.
Los pasajes que se deben examinar, luego de excluir a Números 18:25-32 que es el diezmo del
diezmo, no obligado a los israelitas sino a los levitas, son los siguientes:
• Levítico 27:30-34
• Números 18:20-24
• Deuteronomio 12:5-21
• Deuteronomio 14:22-29
• Deuteronomio 26:12
He estudiado el tema varios días y encuentro difícil de sustentar bíblicamente cualquiera de las
posiciones de múltiples diezmos; aunque los pasajes bíblicos pueden prestarse para sustentar cada
una de las posiciones, considero que los que estiman la existencia de más de un diezmo han
descuidado algunos puntos como los siguientes:
Aunque etimológicamente Deuteronomio significa segunda ley, se traduce mejor como reiteración, y
se parece más a una segunda promulgación detallada de las instrucciones de la ley, aunque no de
todas. Pero no es una nueva ley, o una ley adicional. Se podría decir que es la reglamentación final,
estando a las puertas de entrar a la tierra prometida. Note que la instrucción original en Levítico
acerca del diezmo es bien general y escueta, solamente 5 versículos; en Números también son solo 5
versículos; en cambio en Deuteronomio es tratado el tema a detalle en un total de 29 versículos
distribuidos en 3 diferentes capítulos.
Diferentes transmisiones
No hay ningún pasaje que diga explícitamente que había más de un diezmo, ni en los libros de
Moisés, ni en los libros históricos, ni en los poéticos, ni en los profetas; tampoco se lo encuentra en
las menciones que se hace en el Nuevo Testamento acerca del diezmo.
60
Estos tres puntos nos obligan a considerar que para determinar la cantidad de diezmos no podemos
descuidadamente suponer que lo expuesto en Deuteronomio es adicional a lo expuesto en Números,
sino más bien suplementario con mayor detalle; y por lo tanto para identificar posibles tipos de
diezmo y sus diferencias, no debemos comparar textos de Números versus textos de Deuteronomio,
sino solamente basarnos en los pasajes de Deuteronomio y buscar allí las posibles características y
diferencias. En el pasaje de Levítico hay generalidades; en Números encontrará el motivo y las
instrucciones del diezmo del diezmo de los Levitas a los sacerdotes; sólo los pasajes de
Deuteronomio están dirigidos a los israelitas.
Similitudes: Ordenado por Moisés a los israelitas. Llevado por los israelitas al lugar donde
Dios escogiere para poner su nombre por habitación. Habrá una comida de la que
participarán los israelitas y sus familias.
Puntos complementarios: En el pasaje 1 los levitas y los siervos son incluidos en la comida,
en el pasaje 2 los levitas no deben ser desamparados. En el pasaje 1 no se dice claramente
que la comida sea del diezmo, en el pasaje 2 sí lo dice claramente. En el pasaje 1 no se
menciona que sea anual, pero se lo puede suponer; en el pasaje 2 la instrucción de que sea
anual es clara.
Diferencias: Si el israelita está lejos, en el pasaje 1, debe seguir unas instrucciones, en el pasaje
2 las instrucciones son diferentes.
La diferencia encontrada, ¿es suficiente para determinar que el diezmo del pasaje 1 es un diezmo
diferente al del pasaje 2? Creo que un estudio más profundo nos ayudaría a determinarlo.
Si comparamos los pasajes 3 y 4, respecto al tercer año, comprobamos que son lo mismo. La
cuestión ahora radica en determinar si este diezmo del tercer año es una variación del diezmo anual,
o es un diezmo adicional. ¿Existe suficiente evidencia en los textos bíblicos para afirmar que es un
diezmo adicional?, creo que la clave de este dilema se reduce a la interpretación de dos textos:
Deuteronomio 14:28: Al fin de cada tres años sacarás todo el diezmo de tus productos de aquel año, y lo
guardarás en tus ciudades; y Deuteronomio 26:12: Cuando acabes de diezmar todo el diezmo de tus frutos en el
año tercero, el año del diezmo, darás también al levita, al extranjero, al huérfano y a la viuda; y comerán en tus
aldeas, y se saciarán. ¿Indican estos versículos que el diezmo del tercer año era adicional al anual, es
decir que ese año se tenían que dar dos diezmos?
61
Contrario a lo que la mayoría de estudiosos concluyen, no me parece que los versos indiquen un
diezmo adicional cada 3 años, sino que es el mismo diezmo con variaciones, orientado a los
necesitados.
He escuchado a varios expositores hablar del 23 1/3 por ciento anual, uno de los más importantes es
John MacArthur, sin embargo creo que comete un error en su cálculo. Él sugiere que cada año había
un primer diezmo, y luego de lo que quedaba (en sus propias palabras), -del 90 por ciento- se hacía
un segundo diezmo, por lo tanto sumando los dos tenemos un 19 por ciento (no un 20 por ciento),
y luego añade, que el tercer año de lo que quedaba (81 por ciento) se volvía a diezmar, por lo tanto el
tercer año el tercer diezmo era de 8.1 por ciento, el cual divide entre 3 años, resultando en 2.7 por
ciento, sumado al 19 de los diezmos regulares, hace un total de 21.7 por ciento.
Me temo que muchos de los que anuncian diezmos superiores al 10 por ciento anual lo que tratan de
decir es que ¡los cristianos tenemos suerte de que solo se nos exija el 10 por ciento! puesto que a los
israelitas se les exigía más del 20 por ciento. Los que enseñan así ocultan que solo diezmaban los
ganaderos y agricultores y por lo tanto la mayoría de su audiencia no diezmaría nada. Debo excluir a
John MacArthur de esta corriente, pues aunque habla del 23 1/3 por ciento, él cree que el diezmo de
ayer es el impuesto a las autoridades civiles de hoy.
No es correcto. El texto está en Levítico 25; me parece que la instrucción es que el israelita deje de
sembrar la tierra cada séptimo año para que descanse; pero la tierra el sexto año habrá producido
suficiente, y el ganado igual se reproducirá durante el séptimo, y por lo tanto, el levita igual seguirá
recibiendo el diezmo en compensación por su servicio a Dios y a los israelitas de las otras tribus,
puesto que no tenía heredad en la tierra.
Jesús en Mateo 23:23, ¿no avaló que se continúe con la práctica del diezmo?
Ese versículo fue tratado en el capítulo “La ofrenda de la viuda”. Jesús está condenando que los
escribas y fariseos cumplían al detalle la ley, pero no respetaban lo más importante, el espíritu de la
ley, ambas cosas, el diezmo y la justicia, dice el verso que son de la Ley. Debe recordar que Jesús aún
está bajo el antiguo pacto, pues el Nuevo inició con su muerte; además debe recordar que los
diezmos continuaron en la religión judía paralelamente con el crecimiento de la iglesia, pero no
dentro de ella. A lo largo de su ministerio Jesús nunca instruyó que se deje de cumplir la ley, al
contrario, varias veces indicó que debe ser cumplida, por ejemplo en Mateo 8:2-4 Jesús sana a un
leproso y luego le dice que vaya y se muestre al sacerdote y presente la ofrenda que Moisés había
ordenado. Jesús aprobó el cumplimiento de la ley hasta su muerte en la cruz, en ella cumplió con el
Antiguo Pacto e inició el Nuevo Pacto.
62
11 – El diezmo de Abram
Génesis 14:17-20
Cuando volvía de la derrota de Quedorlaomer y de los reyes que con él estaban, salió el rey de Sodoma a recibirlo al
valle de Save, que es el Valle del Rey.
Entonces Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y vino; y le bendijo, diciendo: Bendito sea
Abram del Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra; y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó tus enemigos
en tu mano. Y le dio Abram los diezmos de todo.
La historia completa se inicia en el capítulo anterior (capítulo 13), Abram ya había recibido la
promesa de Dios (capítulo 12), pero su nombre aún no había sido cambiado a Abraham (capítulo
17). Abram y Lot se establecen en Canaán; ambos eran muy ricos en ganado y en posesiones.
Debido a los frecuentes conflictos entre los pastores de ganado de Abram y de Lot, decidieron
separarse. Lot escogió la parte que a la vista era más atractiva, la llanura del Jordán donde estaban
Sodoma y Gomorra, y Abram fue hacia el otro lado.
63
Por este tiempo Abram y Lot ya conocían la maldad de los habitantes de Sodoma, quienes son
descritos como pecadores contra Jehová en gran manera (Génesis 13:13).
Luego hubo una guerra entre dos grupos de reyes, entre los derrotados estaba el rey de Sodoma, y
como resultado, sus bienes, ganado y habitantes fueron tomados como botín de guerra, entre ellos
Lot, su familia y su gente.
Pero escapó uno de los cautivos y dio aviso a Abram, quien de inmediato con unos aliados logró
armar un ejército y salir tras de los que habían tomado cautivo a Lot.
Abram logró su objetivo, derrotó al enemigo y recobró todo el botín, que incluía el ganado, los
bienes y las personas. En este momento es que sucede lo descrito en los versículos arriba. Salieron al
encuentro de Abram dos reyes, el de Sodoma y el de Salem, llamado Melquisedec.
Melquisedec bendijo a Abram y a Dios, y Abram le dio el diezmo del botín recuperado (Hebreos
7:4), y luego de que su personal comió algo del botín, y repartió entre sus aliados lo que les
correspondía, entregó todo lo demás del botín al rey de Sodoma, a pesar de que este le ofreció a
Abram que se quedara con los bienes; Abram no aceptó la oferta, porque había hecho voto a
Jehová, no consideraba nada de lo recuperado como suyo, y no quería que en el futuro se dijera que
él fue enriquecido por el rey de Sodoma; por eso –finalmente- Abram no se quedó con nada.
Aunque no se dice que Abram dio el diezmo de manera voluntaria a Melquisedec, su posterior
actitud con el rey de Sodoma así nos lo indica.
Le recomiendo leer completamente el capítulo 14 para que confirme lo que he explicado aquí.
Algunos estudiosos1 explican que era costumbre pagana en la época de Abram que los vencedores
en batalla dieran el diezmo del botín al sacerdote de su dios; común en los pueblos de Acadia, Asiria,
Babilonia, Canaán, Egipto, Sumeria y Siria. Es probable que haya sido esta la motivación de Abram
al dar el diezmo del botín a Melquisedec, porque de acuerdo a Génesis, esta fue la única vez que
Abram participó en una batalla, y la única vez que se registra que diezmó.
Existe la probabilidad de que Abram dio el diezmo a Melquisedec por instrucción divina según
Génesis 26:5, pero ese pasaje se puede referir a las instrucciones sí registradas que Dios dio a
Abraham acerca de los sacrificios de animales, circuncisión, expulsión de Agar, sacrificio de Isaac, y
no al diezmo del cual no hay registro de instrucción. Es más probable que lo haya hecho siguiendo la
costumbre pagana. Además si Abram hubiera querido honrar a Dios probablemente hubiera
sacrificado un animal, como Dios lo hizo en el Edén, Abel lo imitó, así mismo Noé, y hasta el
mismo Abram en eventos anteriores.
1The sacred tenth, Henry Lansdell, 1906. Westminster Dictionary of the Bible, John D. Davis, 1964. Evangelical
Dictionary of Theology, Walter Elwell, 2001.
64
El diezmo de Abram, tiene más parecido a la ofrenda de Caín, en Génesis 14:11 se describe en qué
consistían los bienes que en botín habían llevado los vencedores: riqueza y provisiones. Por lo tanto
no se parecía en nada al tipo de ofrenda agradable a Dios ofrecida por Abel: un cordero sacrificado,
sino más bien a la ofrenda de Caín: provisiones, que pueden incluir al fruto de la tierra.
Hasta este momento de la historia bíblica Dios no había dado instrucción ninguna sobre ofrendas
del fruto de la tierra, tampoco Dios le dio instrucción específica a Abram para que diera el diezmo
del botín; si fuera así entonces de los animales recuperados en el botín hubiera tomado uno y lo
hubiera sacrificado. La interrogante inmediata surge, ¿por qué sacrificar un animal de la tierra de
Sodoma y Gomorra, no tendría que tener una expectativa superior para escoger un animal?, la
misma pregunta se tendría que hacer respecto al diezmo que Abram hizo del botín, pues también
vino de Sodoma y Gomorra.
La conclusión es inevitable, Abram usó de la costumbre pagana del diezmo sobre el botín de guerra.
No hay instrucción anterior de parte de Dios que nos enseñe cómo y porqué hacerlo. Luego, en la
Ley de Moisés, hay instrucciones sobre el botín de guerra, pero no se parecen a la de Abram, ni
tampoco lo entregado era un 10 por ciento, sino un 1 por ciento del botín para los levitas, y 0.1 por
ciento del botín para el sacerdote (Números 31). No hay otro evento anterior ni posterior en la vida
de Abram que nos lleve a imitarlo.
Entonces Abimelec tomó ovejas y vacas, y siervos y siervas, y se los dio a Abraham, y le devolvió a Sara su mujer. Y
dijo Abimelec: He aquí mi tierra está delante de ti; habita donde bien te parezca. Y a Sara dijo: He aquí he dado mil
monedas de plata a tu hermano; mira que él te es como un velo para los ojos de todos los que están contigo, y para con
todos; así fue vindicada.
En este evento Abraham recibe bienes y mil monedas de plata, y no se menciona que Abraham haya
dado diezmo de lo que recibió; se podría argumentar que no tuvo la oportunidad de encontrarse con
un sacerdote de Dios para hacerlo, sin embargo otro hecho narrado en la Biblia desacredita ese
argumento; leamos en Génesis 12:5
Tomó, pues, Abram a Sarai su mujer, y a Lot hijo de su hermano, y todos sus bienes que habían ganado y las
personas que habían adquirido en Harán, y salieron para ir a tierra de Canaán; y a tierra de Canaán llegaron.
Este fue un evento anterior al encuentro con Melquisedec, por lo tanto Abram sí tuvo oportunidad
de la riqueza adquirida en Harán, dar un diezmo a Melquisedec cuando se encontró con él, y no lo
hizo. De manera que el diezmo de Abram a Melquisedec fue un evento único y del cual no hay
instrucción.
65
El autor del libro Hebreos menciona varias veces a Melquisedec en los capítulos 5, 6 y 7; es en este
último capítulo, donde se habla más del orden sacerdotal de Melquisedec, y además se menciona el
diezmo de Abram.
Hebreos 7:1-18
Porque este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, que salió a recibir a Abraham que volvía de la
derrota de los reyes, y le bendijo, a quien asimismo dio Abraham los diezmos de todo; cuyo nombre significa
primeramente Rey de justicia, y también Rey de Salem, esto es, Rey de paz; sin padre, sin madre, sin genealogía; que
ni tiene principio de días, ni fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre.
Considerad, pues, cuán grande era éste, a quien aun Abraham el patriarca dio diezmos del botín. Ciertamente los que
de entre los hijos de Leví reciben el sacerdocio, tienen mandamiento de tomar del pueblo los diezmos según la ley, es
decir, de sus hermanos, aunque éstos también hayan salido de los lomos de Abraham.
Pero aquel cuya genealogía no es contada de entre ellos, tomó de Abraham los diezmos, y bendijo al que tenía las
promesas. Y sin discusión alguna, el menor es bendecido por el mayor. Y aquí ciertamente reciben los diezmos hombres
mortales; pero allí, uno de quien se da testimonio de que vive. Y por decirlo así, en Abraham pagó el diezmo también
Leví, que recibe los diezmos; porque aún estaba en los lomos de su padre cuando Melquisedec le salió al encuentro.
Si, pues, la perfección fuera por el sacerdocio levítico (porque bajo él recibió el pueblo la ley), ¿qué necesidad habría aún
de que se levantase otro sacerdote, según el orden de Melquisedec, y que no fuese llamado según el orden de Aarón?
Porque cambiado el sacerdocio, necesario es que haya también cambio de ley; y aquel de quien se dice esto, es de otra
tribu, de la cual nadie sirvió al altar. Porque manifiesto es que nuestro Señor vino de la tribu de Judá, de la cual nada
habló Moisés tocante al sacerdocio. Y esto es aun más manifiesto, si a semejanza de Melquisedec se levanta un
sacerdote distinto, no constituido conforme a la ley del mandamiento acerca de la descendencia, sino según el poder de
una vida indestructible. Pues se da testimonio de él: Tú eres sacerdote para siempre, Según el orden de Melquisedec.
Queda, pues, abrogado el mandamiento anterior a causa de su debilidad e ineficacia (pues nada perfeccionó la ley), y de
la introducción de una mejor esperanza, por la cual nos acercamos a Dios.
Todo el libro de Hebreos es una comparación para establecer la superioridad del Nuevo Pacto sobre
el Antiguo Pacto; en estos capítulos el autor se dedica a demostrar que el sacerdocio de Melquisedec
era mayor que el sacerdocio de los levitas, así como también Melquisedec mismo era superior a
Abram. El autor de Hebreos llega a establecer que:
• Melquisedec es superior a Abram. Esto debido a que el mayor bendice al menor, y que el
menor diezma al mayor.
• Melquisedec es un tipo de Cristo. Dice que es semejante al Hijo de Dios; no tiene principio
de días, ni fin de vida; permanece sacerdote para siempre; y se da testimonio de que vive.
• El sacerdocio de Melquisedec es superior al sacerdocio levítico. Esto debido a que en Abram
diezmaron todos sus descendientes incluidos Leví y los levitas.
66
• El sacerdocio levítico no es perfecto. Debido a que hubo necesidad de otro sacerdote, Cristo
Jesús según el orden de Melquisedec, y no según el orden de Aarón.
• La ley de Moisés ha sido reemplazada al cambiar el sacerdocio. No conforme a la ley del
mandamiento acerca de la descendencia, sino según el poder de una vida indestructible.
• El sacerdocio de Jesús es para siempre, según el orden de Melquisedec.
• La ley queda abrogada. Debido a su debilidad e ineficacia, y la introducción de una mejor
esperanza.
Es importante mencionar que en el Nuevo Pacto todos los creyentes somos sacerdotes, y Cristo
Jesús es el sumo sacerdote. En su primera carta capítulo 2 versos 9 y 10, Pedro les dice a los
creyentes:
Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las
virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero
que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado
misericordia.
En Apocalipsis 1:5-6, Juan dirigiéndose a las siete iglesias del Asia, dice:
Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre, y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él
sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén.
Y cuando tomó el rollo, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero, teniendo
cada uno una cítara, y tazones de oro llenos de incienso, que son las oraciones de los santos. Y cantan un cántico
nuevo, diciendo:
¡Digno eres de tomar el rollo, y de abrir sus sellos, Porque Tú fuiste inmolado, Y con tu sangre redimiste para Dios,
De toda tribu y lengua y pueblo y nación; Y los has hecho para nuestro Dios, un reino de sacerdotes, Y reinarán sobre
la tierra!
Somos sacerdotes para Dios en el sentido que desde que Cristo -nuestro sumo sacerdote- se
sacrificó por nuestros pecados por una sola vez y para siempre, ya no necesitamos a los sacerdotes
del orden de Aarón, sino que cada uno de nosotros tenemos el camino libre para llegar al Padre –
entrar al Lugar Santísimo- por la sangre de Cristo (Hebreos 10:19-20).
Es correcto que esas palabras son literales en Génesis, pero se refieren a todo lo recuperado del
botín; dice en Hebreos 7:4 “Considerad, pues, cuán grande era éste, a quien aun Abraham el patriarca dio
67
diezmos del botín.” Abram antes y después de este episodio era rico en abundancia y no se menciona
ninguna vez que haya diezmado sobre sus bienes o sobre sus ganancias o ingresos.
Mito: El diezmo de Abram es de la fe, es antes de la ley, por tanto no fue abolido
No por haber sido antes de la ley significa que debemos practicarlo, ni que es un principio moral
eterno, a menos que haya un mandato específico; por ejemplo hay otras cosas que los patriarcas
practicaron antes de la ley:
• La circuncisión – Abraham, Isaac, Moisés antes de la ley. Fue ordenado luego en la ley
• Sacrificio de animales – Abel, Noé, Abraham, Isaac, Jacob. Fue ordenado luego en la ley
• Diezmo – Abram. Fue ordenado luego en la ley.
¿Por qué solo practicar el diezmo de Abram, y no la circuncisión o los sacrificios de animales?
12 - El diezmo de Jacob
Génesis 28:19-22
Y llamó el nombre de aquel lugar Bet-el, aunque Luz era el nombre de la ciudad primero. E hizo Jacob voto,
diciendo: Si fuere Dios conmigo, y me guardare en este viaje en que voy, y me diere pan para comer y vestido para
vestir, y si volviere en paz a casa de mi padre, Jehová será mi Dios. Y esta piedra que he puesto por señal, será casa de
Dios; y de todo lo que me dieres, el diezmo apartaré para ti.
Este pasaje nos relata la promesa que Jacob, nieto de Abraham, hizo a Dios luego de un encuentro
con Él. Hay que recordar que debido al episodio de la primogenitura, y el robo de la bendición, Esaú
quería matar a Jacob; por lo tanto Jacob y Rebeca -su madre- convinieron en que Jacob fuera a la
tierra de Betuel1, para evitar que Esaú le matara. Es en este camino que tuvo el encuentro con Dios
en Bet-el, y allí hizo la promesa de darle el diezmo; el hebreo original hace entender que no se trata
de un voto a ser cumplido una sola vez, sino a lo largo del resto de su vida.
Note que la promesa de Jacob es condicionada a que Dios haga varias cosas.
• Le acompañe
• Le guarde en el viaje
• Le provea de comida y vestido
• Pueda volver luego a la casa de su padre en paz
Si Dios hace esas cosas, Jacob entonces tendrá como Dios a Jehová, y de todo lo que le diere, le
apartará el diezmo. No fue una respuesta como la de su abuelo Abraham, o de su padre Isaac. Jacob
es incrédulo y hace un voto que Dios no le había pedido, un voto que contiene una propuesta de
transacción: Tú me bendices y yo te hago mi Dios y te doy el diezmo.
Dios no le había pedido el diezmo, y no tenemos idea como pensaba cumplir Jacob su promesa, tal
vez pensaba quemar el diezmo en un altar, o encontrarse con Melquisedec como sucedió con su
abuelo y darle el diezmo.
Votos innecesarios
Muchas veces cuando estamos en aprietos somos prontos para hacer promesas o votos al Señor, que
Él no nos ha pedido. En Jueces capítulo 11, Jefté, lleno del Espíritu de Dios se preparaba para
enfrentar a los enemigos de la nación de Israel, en esa circunstancia, tal vez pensando que una
promesa a Dios le movería a su favor, hizo el siguiente voto en el versículo 30:
Si entregares a los amonitas en mis manos, cualquiera que saliere de las puertas de mi casa a recibirme, cuando regrese
victorioso de los amonitas, será de Jehová, y lo ofreceré en holocausto.
Dios no le había pedido nada, le había llenado de su Espíritu y le iba a dar la victoria, como que así
fue. Jefté derrotó a los enemigos, y cuando regresaba a su casa, la primera persona en salir a recibirle
fue su hija única. Jueces 11:35:
Y cuando él la vio, rompió sus vestidos, diciendo: ¡Ay, hija mía! en verdad me has abatido, y tú misma has venido a
ser causa de mi dolor; porque le he dado palabra a Jehová, y no podré retractarme.
Jefté tuvo que sacrificar a su hija, cosa que Dios no le había pedido.
Regresando a la historia de Jacob, llegó a la tierra de Harán, en el capítulo 31 de Génesis se narra que
estando en casa de Labán su suegro, participó de la conspiración de las hijas de Labán contra su
padre, y huyó con ellas. Labán le persiguió, le alcanzó, y le hizo ver que tenía el derecho de quitarle la
vida, pero por consejo de Dios no lo hizo, sino que hizo pacto con él.
Luego lleno de temor por encontrarse con su hermano Esaú, en el capítulo 32 tuvo un encuentro
con Dios y nuevamente le pidió protección. Finalmente luchó con Dios y su nombre fue cambiado a
Israel.
En el capítulo 33 el encuentro fue emotivo con su hermano, y –luego de veinte años- llegó sano y
salvo a la tierra de Canaán donde se instaló con toda su familia.
A lo largo de esta historia, Jacob tuvo varios encuentros con Dios y en varios de ellos edificó altares
para Él; pero no se menciona que haya cumplido su promesa de apartar diezmo o entregarlo a
alguien; es probable que nunca lo haya hecho, recordemos que el significado de su nombre “el
suplantador” estuvo muy de acuerdo con varias de sus acciones a lo largo de su vida. Además, su
voto tenía como condición que le devuelva en paz a la casa de su padre, es decir que de antemano
Jacob no pensaba cumplir con el voto durante los veinte años que pasó fuera de la casa paterna. A
pesar de estas acciones, Dios siempre fue fiel a la promesa dada a su abuelo y preservada a través de
su padre Isaac y de él mismo.
No se conoce de ninguno de los hijos de Jacob –las doce cabezas de las tribus de Israel- que haya
practicado el diezmo; ni tampoco de ninguno de sus descendientes mientras fueron esclavos en
Egipto por cuatrocientos treinta años; hasta –luego del Éxodo- que en el libro de Levítico, Dios le
da a Moisés la ley.
• Es voluntario.
• No hay instrucción sobre él.
• Es realizado por Abram.
• No se indica el motivo.
• Consiste en animales y bienes.
• Es el décimo del botín recuperado
• Es único.
• El destinatario es Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios altísimo.
• El resto del diezmo fue para el rey de Sodoma, Abram no se quedó con nada.
Preguntas frecuentes
Jesús en Mateo 23:23, ¿no avaló que se continúe con la práctica del diezmo?
Ese versículo fue tratado en el capítulo nueve “La ofrenda de la viuda”, y luego en las preguntas
frecuentes del capítulo diez. Jesús indirectamente está avalando la práctica del diezmo de la Ley, pero
no el diezmo de Abram, dice “...diezmáis...de la ley...”. No hay ningún pasaje en la Biblia –incluido
este- que instruya a practicar el diezmo de Abram.
72
14 – El principio de dar
Asimismo se alegró mucho el rey David, y bendijo a Jehová delante de toda la congregación; y dijo David: Bendito seas
tú, oh Jehová, Dios de Israel nuestro padre, desde el siglo y hasta el siglo. Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el
poder, la gloria, la victoria y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh
Jehová, es el reino, y tú eres excelso sobre todos. Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo; en tu
mano está la fuerza y el poder, y en tu mano el hacer grande y el dar poder a todos. Ahora pues, Dios nuestro,
nosotros alabamos y loamos tu glorioso nombre. Porque ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que pudiésemos
ofrecer voluntariamente cosas semejantes? Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos. Porque nosotros,
extranjeros y advenedizos somos delante de ti, como todos nuestros padres; y nuestros días sobre la tierra, cual sombra
que no dura. Oh Jehová Dios nuestro, toda esta abundancia que hemos preparado para edificar casa a tu santo
nombre, de tu mano es, y todo es tuyo.
Si basamos nuestro principio de dar en el Viejo Pacto, entonces estamos devolviendo a Dios de lo
que Él nos dio, pues somos esclavos. El diezmo y las ofrendas de la Ley contienen este propósito,
pero recuerde que el diezmo siempre fue alimento de lo producido en la tierra de Israel.
Pablo usa la alegoría de un niño para indicar que la ley fue temporal, y mientras operaba la ley, el
niño era como un esclavo a la ley; pero con el Nuevo Pacto, el trato de esclavo se acabó, y ahora
somos hijos adoptados con todos los derechos, entre ellos la herencia de Dios por medio de Cristo;
73
de manera que ya no solo decimos “Tuyas son todas las cosas”, sino “gracias Padre, porque todas las
cosas son nuestras”. Véalo en Gálatas 4:1-7:
Pero también digo: Entre tanto que el heredero es niño, en nada difiere del esclavo, aunque es señor de todo; sino que
está bajo tutores y curadores hasta el tiempo señalado por el padre. Así también nosotros, cuando éramos niños,
estábamos en esclavitud bajo los rudimentos del mundo. Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su
Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos
la adopción de hijos. Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama:
¡Abba, Padre! Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo.
¡Ya no eres esclavo! ¡eres hijo! ¡deja esa mentalidad de esclavo! ¡eres heredero de Dios y coheredero
con Cristo!, es lo que le dice Pablo a los Romanos en Romanos 8:15-17:
Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de
adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos
hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos
juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.
En el Nuevo Pacto, los creyentes ya no tenemos que devolver a Dios nada, somos sus hijos, lo que
Él nos da es de Él, pero también es nuestro; ¡No suena muy espiritual!, tal vez “Nada es nuestro”
suena mejor, pero no es la verdad.
Pablo hablando a los Colosenses con respecto a las inútiles ordenanzas del viejo pacto, sobre todo
las que prohíben cosas dice en Colosenses 2:18-23:
Nadie os prive de vuestro premio, afectando humildad y culto a los ángeles, entremetiéndose en lo que no ha visto,
vanamente hinchado por su propia mente carnal, y no asiéndose de la Cabeza, en virtud de quien todo el cuerpo,
nutriéndose y uniéndose por las coyunturas y ligamentos, crece con el crecimiento que da Dios.
Pues si habéis muerto con Cristo en cuanto a los rudimentos del mundo, ¿por qué, como si vivieseis en el mundo, os
sometéis a preceptos tales como: No manejes, ni gustes, ni aun toques (en conformidad a mandamientos y doctrinas de
hombres), cosas que todas se destruyen con el uso? Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto
voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne.
El saber que en Cristo tenemos todo, nos debe estimular a dar para los necesitados y para el avance
de la obra, pues de gracia recibimos y de gracia damos; ese es el verdadero motor, ya no la
devolución.
No estoy ignorando que hay pasajes en el Nuevo Testamento donde se dice que somos siervos o
esclavos de Cristo. Pablo se declaró siervo de Jesucristo; pero esta fue una declaración gratuita y
voluntaria de parte de Pablo, mas no un requerimiento de Dios; es decir Dios adoptó a Pablo y le
declaró hijo, en respuesta Pablo graciosamente se somete a Cristo como su siervo; pero no anula eso
el hecho de que Pablo es ahora un hijo heredero de Dios, y coheredero con Jesucristo.
74
Jesucristo nos compró con el precio de su sangre. ¿De quién nos compró? ¿A quién pagó el precio?
¿Para qué nos compró?, son preguntas que nos hacen revisar el significado de la muerte de Cristo.
Algunos creen que Cristo nos compró de Satanás, pues tal vez le pertenecíamos a él, o éramos sus
esclavos; pero el mensaje completo de la escritura es que Dios es quien demanda desde el Génesis la
muerte de un cordero sin mancha; y su sangre derramada paga el precio por nuestro pecado, esa
figura se repite hasta Apocalipsis, cuando Jesús, el cordero inmolado, es el único digno de abrir los
sellos. No era Satanás quien demandaba la muerte del cordero, y el derramamiento de la sangre, sino
Dios; y ese sacrificio voluntario de Cristo compró nuestra redención, que en otras palabras es
nuestra libertad, nuestro cambio de estatus, de esclavos a libres.
Cristo el Señor
Ahora tenemos el derecho de ser hijos de Dios, sin embargo para disfrutar ese derecho debemos
rendir nuestra voluntad a Cristo, debemos someter nuestros deseos a Él. Debe haber una renuncia
en el centro de nuestra voluntad; ahora el Señor, el amo de nuestras decisiones ya no seré mas yo,
sino Él; tampoco será el dinero o las riquezas, sino Él. Esa decisión voluntaria de sumisión no solo
convierte a Cristo en nuestro Señor, sino también a Dios en nuestro Padre, y a Cristo en nuestro
hermano (Romanos 8:9); es una nueva relación que supera la de solo ser siervo diciéndole “Abba,
Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de mí esta copa; mas no lo que yo quiero, sino lo
que tú” (Marcos 14:36); sino diciéndole ahora “¡Abba, Padre! ya no soy esclavo, sino hijo, y si hijo,
también heredero de Dios por medio de Cristo” (Gálatas 4:6-7).
¿Fuiste llamado siendo esclavo? No te dé cuidado; pero también, si puedes hacerte libre, procúralo más. Porque el que
en el Señor fue llamado siendo esclavo, liberto es del Señor; asimismo el que fue llamado siendo libre, esclavo es de
Cristo. Por precio fuisteis comprados; no os hagáis esclavos de los hombres.
Si Pablo buscara afirmar en el verso 22 que el que antes era libre, ahora es esclavo de Cristo, está
negando la redención de Cristo que funciona en el sentido contrario. La relación esclavitud-libertad
de la que Pablo habla aquí, es la de que si uno es casado o soltero, o si es circunciso o incircunciso; y
que si uno era libre de esos compromisos al convertirse al cristianismo, entonces tiene más tiempo
para servir, y por lo tanto se esclaviza para Cristo; en cambio el casado o circunciso tiene que
cumplir con ese compromiso, y por lo tanto ya no tiene toda la libertad para servir a Cristo. En este
pasaje Pablo no está hablando de si uno es hijo o esclavo, sino si uno tiene un compromiso el cual
puede cambiar al ser llamado por Cristo.
La mayordomía cristiana
Vosotros, pues, también, estad preparados, porque a la hora que no penséis, el Hijo del Hombre vendrá. Entonces
Pedro le dijo: Señor, ¿dices esta parábola a nosotros, o también a todos? Y dijo el Señor: ¿Quién es el mayordomo fiel
75
y prudente al cual su señor pondrá sobre su casa, para que a tiempo les dé su ración? Bienaventurado aquel siervo al
cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. En verdad os digo que le pondrá sobre todos sus bienes.
Mas si aquel siervo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; y comenzare a golpear a los criados y a las criadas,
y a comer y beber y embriagarse, vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe, y le
castigará duramente, y le pondrá con los infieles. Aquel siervo que conociendo la voluntad de su señor, no se preparó, ni
hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes. Mas el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, será
azotado poco; porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya
confiado, más se le pedirá.
Y también la del hijo pródigo, en Lucas 15:11-32 (léalo en su Biblia); la primera es sobre un
mayordomo, y la segunda sobre un hijo.
¿Ya notó la diferencia entre ser un mayordomo y ser un hijo? ¿No? Lea los dos pasajes de nuevo.
El mayordomo tiene que ser fiel a la perfección, porque si falla en algo recibirá azotes, pocos o
muchos. En cambio, el hijo, así falle mucho, todo le es perdonado y en vez de azotes, en su nombre
se hará fiesta.
¡No estoy diciendo que tiene usted licencia para malgastar! No me malentienda. Pero si usted es hijo,
no tiene que portarse solo como mayordomo, ni vivir por temor, sino disfrutar de todas las cosas
que el Padre nos da en abundancia. 1ra Timoteo 6:17 “A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni
pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en
abundancia para que las disfrutemos”.
¡Tampoco estoy diciendo que no debemos ser administradores responsables! Lo que pongo en
cuestión aquí es que la idea de “nada es nuestro” se distribuye dentro del paquete de muchos de los
maestros de la mayordomía, y no creo que es el enfoque correcto. Algunas veces estos conceptos de
mayordomía son enseñados con el objetivo de establecer el diezmo como práctica.
Lo que sí estoy diciendo es que cuando te rindes ante Dios y vienes humillado, reconociendo tu
pequeñez ante su grandeza, tu pecado ante su santidad, ¡Él no te cambia las cadenas! ¡Tampoco te
pone un sello de esclavitud! Recuerda esa imagen del padre esperando al hijo pródigo que llega a
casa, ¡Él corre hacia ti con los brazos extendidos, y te recibe con un fuerte abrazo!, y si caes de
rodillas ante Él, te levanta y ¡pone un anillo en tu dedo!, y ordena la mejor ropa para ti, y la mejor
fiesta para que todos sepan que eres su Hijo, andabas extraviado, pero ahora has vuelto a casa. No
vuelvas a ponerte las ataduras, no vuelvas a flagelar tu mente con la idea de que tu Padre celestial no
te tratará como hijo, o que los jornaleros tendrán mejor atención; basta con eso.
¿Dios administra correctamente sus posesiones? ¡Por supuesto que sí!, entonces ¿Dios es un buen
mayordomo?, si la pregunta solo implica si Dios es un buen o mal administrador, entonces la
respuesta es sí, claro que es un buen mayordomo; pero la pregunta podría estar mal hecha pues
presume que Dios es un mayordomo, pero Dios no es un mayordomo, es el dueño de todo,
entonces ¿Dios es un buen mayordomo? ¡No! ¡Dios es el dueño!
76
¿Administra usted correctamente lo que Dios le da? ¿Es usted un buen hijo?
77
15 – Conclusiones y Mitos
Este cuadro nos muestra comparativamente las conclusiones de nuestro estudio. ¿Cree usted que se
puede tomar un poco de aquí y otro poco de allá para establecer una práctica correcta en su iglesia?
78
¿De cuál guerra obtuvo usted el botín del cual diezma? ¿Ha entregado usted el resto del botín al rey
de Sodoma, o al dueño original aun siendo este un pecador en gran manera?
¿En qué momento se realizó, o dónde está el soporte bíblico que explique, la transferencia de poder
o título, de Melquisedec al tesorero de su iglesia, para que éste sea el receptor del diezmo?
¿Por qué imita usted el diezmo de Abram, y no imita otras costumbres de él, por ejemplo la
circuncisión? Jesús y Pablo fueron circuncidados, y Pablo circuncidó a Timoteo, ¿no es esto más
evidencia que el diezmo de Abram?
¿Cada tercer año has sentado en tu mesa al levita, a la viuda, al huérfano y al extranjero, y has
comido juntamente con ellos tu diezmo?
¿En qué momento se realizó, o dónde está el soporte bíblico que explique, la transferencia de poder
o título, de los levitas al tesorero de su iglesia, para que éste sea el receptor del diezmo? ¿Sabe que el
título de levita es hereditario, que ni aun israelitas de otras tribus podían tomarlo?
¿Sabe Ud. que el motivo principal de que el diezmo era dado a los Levitas era porque estos no
podían tener tierras, ni propiedades, ni heredad? ¿Cumple su iglesia local o regional, o sus ministros
con este requisito?
¿Por qué solo cumple usted con el diezmo de la Ley y no con todas las otras leyes dadas juntamente
con esa?
Un poco de historia
La iglesia católica instituyó la práctica del diezmo a partir del Concilio de Macon, Francia en el año
585 D.C. como una obligación, bajo pena de excomunión. En la realidad, y a pesar de que varios
concilios posteriores lo han ratificado, mayormente ha sido letra muerta, es decir que casi nadie lo
practicaba, y nadie era excomulgado por eso. En algunos países, como España, por un acuerdo entre
la iglesia y la monarquía, la iglesia colectaba el 10% lo cual ya incluía el impuesto a la monarquía,
luego de colectado era entregado lo correspondiente al rey de España.
79
En las iglesias evangélicas se empezó a practicar el diezmo durante el siglo XIX; además varias
iglesias imitaron esta costumbre del Adventismo que durante el siglo XX tenía un crecimiento
sostenido.
La nueva maldición
Como gentiles, tenemos ahora que pagar a la administración tributaria de nuestro país; no
necesitamos de fe para hacerlo, pues es obligatorio. Romanos 13:1-7:
Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por
Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que
resisten, acarrean condenación para sí mismos.
Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la
autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella; porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo,
teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo. Por lo
cual es necesario estarle sujetos, no solamente por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia.
Pues por esto pagáis también los tributos, porque son servidores de Dios que atienden continuamente a esto mismo.
Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra,
honra.
Pagamos los impuestos por sometimiento y por causa de la conciencia; los servidores públicos de
nuestra nación nos sirven a nosotros, pero también sirven a Dios, nos guste o no.
Recuerde que cuando estudiamos las ofrendas en el Nuevo Pacto, en la primera parte, no
encontramos ninguna maldición o castigo por no ofrendar, o por ofrendar escasamente, nada
parecido a la maldición del profeta Malaquías en contra de los sacerdotes, levitas y toda la nación de
Israel; sin embargo aquí, en el Nuevo Pacto, encontramos que si no pagamos el tributo o impuesto a
nuestras autoridades estamos resistiendo a Dios, y acarreamos condenación.
Luego de haber hecho este estudio no encuentro un hilo entre el diezmo de Abram, el diezmo de
Jacob y el diezmo de la Ley; tampoco encuentro un hilo entre el diezmo de la Ley y la ofrenda del
Nuevo Pacto; pero sí encuentro un hilo entre el diezmo de la Ley y el tributo a las autoridades
civiles.
80
Este mito sugiere que no debemos calcular el diezmo luego de descontar los impuestos (ingreso
neto), sino antes (ingreso bruto).
No hay sustento bíblico para decir que el diezmo de Abram o el diezmo de la Ley fueran sobre el
ingreso bruto. Primero que ninguno de los dos diezmos fueron sobre ingresos; el de Abram fue
sobre un botín de guerra, y el de la Ley fue solo sobre lo producido por la tierra.
Además, en el caso de Abram, primero los hombres que fueron a la guerra comieron de ese botín; y
también se podría inferir que Abram dio a sus aliados su parte correspondiente antes de dar el
diezmo (no se puede afirmar esto con certitud, pero tampoco lo contrario).
Por último en el caso del diezmo de la Ley, en sí mismo ese diezmo era el impuesto, porque servía
para compensar a los levitas, quienes eran los servidores públicos. En la actualidad, nosotros ya
pagamos un impuesto a nuestras autoridades a través del ente administrador de los tributos de
nuestro país, que es por lo general superior a lo que los hijos de Israel pagaban con el diezmo.
Muchas iglesias exigen diezmar sobre el ingreso bruto, lo cual se constituye en una medida
discriminatoria en contra del creyente de clase económica baja, puesto que además de que de su
ingreso bruto se les descuentan los impuestos y aportes obligatorios a instituciones del estado,
también toma de allí para todos los demás gastos como movilidad, vivienda, etc., a diferencia de los
ricos, que muchos de ellos tienen empresas –excluidas del diezmo- y a estas se le cargan muchos de
los gastos como movilidad, vivienda, educación, etc., quedando su cheque libre de esas cargas. Si el
pastor diezma de su sueldo, pero muchos de sus gastos como vivienda, movilidad, etc., son pagados
directamente por la iglesia; entonces la disposición de que las empresas no diezman, sumado a que se
exige diezmar sobre el ingreso bruto no los diferencia mucho de los devoradores de viudas.
Lo correcto para el creyente es que ofrende generosamente según haya sido prosperado; y como
hemos estudiado, la prosperidad no es lo mismo que el ingreso, sino lo mismo que ganancia, que es
a final de cuentas la diferencia de los ingresos menos los egresos.
El Nuevo Pacto es superior a la ley del Antiguo Pacto, todo el libro de Hebreos está escrito para
concluir en esto. El modelo de dar para los creyentes del Nuevo Pacto es superior y diferente al
modelo del diezmo de la Ley. Si usted revisa el cuadro anterior verificará esto, la superioridad es en
calidad, no en cantidad; la comparación no es numérica.
Revisemos dos ejemplos, una viuda pobre y un próspero ganadero. En la ley del diezmo la viuda
pobre no diezmaba nada, en el Nuevo Pacto tampoco; por tanto el 10% no es su punto de partida.
81
El próspero ganadero en el diezmo de la Ley entregaba el décimo de las vacas y ovejas nacidas en
ese año; en el Nuevo Pacto, entrega dinero en proporción a su ganancia y como en su corazón con
alegría se lo proponga; no hay porcentaje, no hay límite superior e inferior; puede que el reto de los
necesitados y del avance del evangelio de ese momento le mueva a vender algunas propiedades, y a
entregar el dinero a la administración de su iglesia, y que eso supere con creces el 10% de su
prosperidad de esa semana; como que puede que no sea así. Por lo tanto no hay un precedente de
comparación numérica entre el Antiguo y Nuevo Pacto.
En el segundo capítulo de este libro vimos que debido a la gran hambre que vino sobre Judea, Pablo
empezó a colectar ofrendas, ¿dónde? ¿acaso en Judea? ¡No!, Pablo no esperaba que los creyentes en
Judea con la difícil situación que estaban pasando dieran ofrendas; él solicitó las ofrendas a los
creyentes de otras regiones. A veces es la voluntad de Dios que, aunque por mucho tiempo hayas
sido un fiel dador, te humilles y recibas la ofrenda de tus hermanos. Recuerda lo que dijo Pablo a los
Corintios cuando les solicitó la ofrenda para los de Judea: “Porque no digo esto para que haya para otros
holgura, y para vosotros estrechez, sino para que en este tiempo, con igualdad, la abundancia vuestra supla la escasez
de ellos, para que también la abundancia de ellos supla la necesidad vuestra, para que haya igualdad, como está
escrito: El que recogió mucho, no tuvo más, y el que poco, no tuvo menos”. Es decir que si en el futuro los de
Corinto pasaran necesidad, entonces los de Judea les enviarían ofrenda.
Por cierto, no ignoramos que las mega-iglesias enseñan el diezmo, por ejemplo las tres más grandes
de EEUU, Lakewood Church en Houston, Texas, con asistencia de 43 mil semanal; LifeChurch en
Edmond, Oklahoma, con asistencia de 26 mil semanal; y Fellowship Church en Grapevine, Texas,
con asistencia de 24 mil semanal; todas ellas enseñan a sus miembros a diezmar.
Primero, ¿es la riqueza uno de los objetivos de la iglesia?, no olviden que cuando Pedro y Juan, en
Hechos capítulo 3, encontraron al cojo, le dijeron: “No tengo plata ni oro”, ¡los apóstoles no tenían
dinero!, ni ellos ni la iglesia; recuerde que los apóstoles recibieron ofrendas, ¡pero no para
acumularlas o comprar edificios!, sino para repartirlas entre los necesitados. “¡Pero lo que tengo te
doy!”, ¿qué le dieron? ¡El poder de Dios! No estoy diciendo que las mega-iglesias no tengan el poder
de Dios, pero este episodio de Pedro, Juan y el cojo, nos enseña que no podemos medir –o
comparar- el poder de Dios por el poder económico.
¿Era la primera iglesia una mega-iglesia? ¡Por supuesto! Recuerde que en el capítulo uno estimamos
que llegaron a ser 2 millones; y solo recogían ofrendas para los necesitados.
Probablemente si Jesús viviera en este tiempo, condenaría la ostentación de los tremendos negocios
que se hacen llamar iglesias, y usan la fe y la ingenuidad de sus miembros para beneficio propio; su
indignación sobrepasaría la que le provocaron los escribas, fariseos, y los mercaderes del templo. Los
apóstoles del primer siglo no tenían riqueza y vivieron una vida sufrida, vea el apéndice sobre como
terminaron sus vidas.
82
Segundo, ¿cree usted que si los creyentes de su iglesia andan en la verdad y libertad serán
prosperados?
Las estadísticas en EEUU muestran que menos del 25% de los creyentes miembros de iglesias
diezman, y que de esos diezmadores solo la sexta parte es fiel y regular en sus diezmos. El total
diezmado solo fue el 2.38% de sus ingresos en el 2009. El cuadro se completa al conocer que este
porcentaje está en decrecimiento por 40 años consecutivos. Ver que los maestros del diezmo se han
incrementado grandemente, y al mismo tiempo conocer estas decrecientes estadísticas, me hace
concluir que muchos de los creyentes hoy están llenos de frustración y culpabilidad.
La iglesia católica ha emprendido estos últimos meses un movimiento para re-enseñar a sus fieles a
diezmar, y admite que sólo un 10% de ellos lo hace.
Si en su iglesia se enseña y practica el diezmo ¿cree que los creyentes lo hacen generosamente? ¿Cree
usted que si los creyentes aprenden a practicar la ofrenda del Nuevo Pacto no serán más generosos
que antes?
El dar por obligación es una barrera para nuevos creyentes, ¿no cree usted que para un nuevo
creyente le será más fácil integrarse a una comunidad que da alegremente y contagiarse de ese
espíritu?, y como resultado de esto, ¿no cree usted que el número de creyentes en su iglesia crecería?
Tercero, matemáticas. Multiplique mayor prosperidad por mayor generosidad por mayor número de
creyentes, la posibilidad de que el ingreso de una iglesia aumente es grande, pero recuerde, no es
misión de la iglesia acumular bienes ni dinero.
Frecuentemente pastores que enseñan a diezmar repiten “No diezmar es una excusa porque tienes
temor de que no te va a alcanzar, te falta la fe”; el mismo cuestionamiento se puede hacer a los
mismos pastores “Usted enseña a diezmar porque tiene temor de que no le va a alcanzar, le falta la
fe”.
La estabilidad del presupuesto de una iglesia, y por consiguiente la estabilidad económica de sus
pastores, se han hecho dependientes de los diezmos, debido a que el ingreso de un creyente
mantiene cierta estabilidad en el tiempo, y de la misma manera sus diezmos. Viviendo bajo ese
modelo, no se requiere de fe, ya se sabe cuánto ingresará por el resto del año. Podría requerir un
paso de fe aceptar un cambio a un sistema no basado en los diezmos.
Fe se necesita para tener una familia y proveer para ella, el no hacerlo es negar la fe; eso le enseñó
Pablo a su discípulo en 1ra Timoteo 5:7-8 cuando le instruía sobre la administración de las ofrendas
de ayuda para los necesitados: “Manda también estas cosas, para que sean irreprensibles; porque si alguno no
provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo”. No hay
ningún pasaje bíblico que amedrente a través de cuestionar su fe, para enseñar a los creyentes del
Nuevo Pacto a diezmar.
83
Si, por el contrario, crees que son correctas, pero en tu iglesia se enseña el diezmo y estimas muy
difícil que esto cambie, al punto que no crees que puedas intentarlo o sugerirlo; el camino correcto
es la oración.
Cristo nos libertó para que vivamos en libertad. Por lo tanto, manténganse firmes y no se sometan nuevamente al yugo
de esclavitud. Escuchen bien: yo, Pablo, les digo que si se hacen circuncidar, Cristo no les servirá de nada. De nuevo
declaro que todo el que se hace circuncidar está obligado a practicar toda la ley. Aquellos de entre ustedes que tratan de
ser justificados por la ley, han roto con Cristo; han caído de la gracia. Nosotros, en cambio, por obra del Espíritu y
mediante la fe, aguardamos con ansias la justicia que es nuestra esperanza. En Cristo Jesús de nada vale estar o no
estar circuncidados; lo que vale es la fe que actúa mediante el amor.
Ustedes estaban corriendo bien. ¿Quién los estorbó para que dejaran de obedecer a la verdad? Tal instigación no puede
venir de Dios, que es quien los ha llamado.
«Un poco de levadura fermenta toda la masa.» Yo por mi parte confío en el Señor que ustedes no pensarán de otra
manera. El que los está perturbando será castigado, sea quien sea. Hermanos, si es verdad que yo todavía predico la
circuncisión, ¿por qué se me sigue persiguiendo? Si tal fuera mi predicación, la cruz no ofendería tanto. ¡Ojalá que esos
instigadores acabaran por mutilarse del todo!
Dos semanas luego de terminar de redactar este estudio generosamente recibí1 un estudio que mi
padre -pastor por 50 años- escribió en 1986, copio aquí algunos de sus párrafos:
Con bastante frecuencia se oye decir a la gente que las iglesias son como empresas comerciales, que bajo el pretexto de
hacer obras benévolas y la evangelización del mundo, hacen mercadería en el nombre de Dios. A los pastores y
misioneros se los mira como astutos vendedores de un producto, que lleva la etiqueta de "religión".
Se supone que las iglesias son centros para ocuparse exclusivamente en asuntos espirituales, pero la mayor preocupación
saltante de sus dirigentes es por las ofrendas y los diezmos.
Tales líderes no pueden en ningún momento dejar de hablar, exhortar y hasta amenazar a la congregación para que
den sus ofrendas y diezmos.
...
Si el celo por la Casa de Dios consumió al Señor en aquel tiempo de la ley mosaica al ver que el templo se había
convertido en “casa de comercio” y “cueva de ladrones” (Mat. 21:13), ¿cuánto más se enojaría ahora ante la triste
situación a que se ha llegado en las iglesias?
...
El apóstol Pedro dijo que entre el pueblo de Dios, esto es en la iglesia, habrá falsos maestros que harían mercadería
con palabras fingidas, 2 Ped.2:1-3. Esta profecía se está cumpliendo en estos días, ya que en todas las iglesias se da
mucho más énfasis al dinero que al desarrollo espiritual y salvación del pecador. A veces se aprovecha la candidez del
oyente para sacar dinero públicamente en nombre de Dios. Esto se ve en las campañas evangelísticas, donde se prepara
psicológicamente al público para que de su dinero. Estos líderes han tomado la piedad como fuente de ganancia (1
Tim.6:5).
La inclinación a la denuncia es mayor en su panfleto que en mi estudio; él toma “el decir de la gente”
-que ya por ese entonces se mostraba crítica hacia algunos predicadores- como elemento para
cuestionar y llamar a la reflexión a los líderes evangélicos. Un tono más alto encuentro en la
denuncia de Manuel González Prada contra los religiosos de su época (1900), en su obra
“Presbiterianas” de la cual copio algunos versos de su Prólogo: “A los clérigos”:
Pero ninguno de los tres anteriores (me incluyo), se compara al tono elevado de Jesús contra los
escribas y fariseos (parafraseado):
Los religiosos se sientan en el púlpito de Moisés; hagan lo que dicen, pero no los imiten, porque ellos enseñan y no
practican. Preparan pesadas cargas, muy difíciles de llevar, y las echan sobre las espaldas de la gente, pero ellos ni
siquiera levantan un dedo para moverlas. Todo lo hacen para ser vistos.
¡Hipócritas! ¡Tumbas adornadas!, por fuera bellos, pero por dentro ¡descompuestos y putrefactos!
¡Arrastrados! ¿Cómo escaparán del infierno? Les enviaré profetas, sabios y maestros, pero ustedes los golpearán,
perseguirán y matarán.
¡Hipócritas! Hacéis lo imposible por ganar un discípulo, y luego le hacéis doblemente merecedor del infierno que
vosotros.
¡Necios y ciegos!
16 – Preguntas frecuentes
Si usted conoce de alguna necesidad y cree que es mejor satisfacerla inmediatamente con su dinero
de manera directa, hágalo.
Sin embargo, creo que en cuanto al sustento de los ministros, es mejor que su ofrenda sea canalizada
a través de la administración de la iglesia. Si usted se hace miembro de una iglesia debe conocer sus
deberes con ella, y casi todas las iglesias sustentan a su pastor en base al dinero de los creyentes,
llámese diezmo u ofrenda. De manera que usted debe ser responsable con el sustento económico de
su pastor a través de su ofrenda.
¿Contar? Nadie le obliga a llevar la cuenta de sus ofrendas, creo que su actitud debe ser parecida a
“que tu izquierda no sepa lo que hace tu derecha”1; pero si en las obligaciones hacia su iglesia está
que registre lo que usted deposita como ofrenda; entonces lo que haya dado directamente a un
necesitado solo quedará entre usted y Dios, no lo podrá registrar como un ingreso a la
administración de la iglesia.
No hay ningún problema, si usted lo hace con alegría, y cree que de esa manera es generoso,
continúe haciéndolo. La única cuestión es ¿es usted prosperado de la misma manera siempre?, es
decir, si usted es prosperado algunas veces más que otras, entonces dar el 10% de sus ingresos no
cumple con la recomendación “...según haya prosperado...”.
1 Mateo 6:3 Mas cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha.
87
La ofrenda que Pablo solicitó a las iglesias era para los santos en Jerusalén, ¿no son los
santos los pastores?
No, los santos son todos los creyentes. Lea Efesios 2:19; Filipenses 1:1.
He escuchado algunos pastores que tratan de demostrar que ellos son los representantes de Dios, y
por lo tanto los receptores de ofrendas y diezmos. En el Nuevo Pacto, Cristo abrió a través de su
sangre el camino hacia el Padre. Él es el único mediador entre Dios y los hombres. En ese sentido,
todos los creyentes tenemos igual acceso al Padre, en el nombre de Cristo; y los pastores no son una
categoría especial o superior de creyentes. Cristo es el sumo sacerdote que una vez para siempre se
sacrificó por nosotros, y ahora cada uno de nosotros es un sacerdote, y podemos –sin necesidad de
nadie más- presentarnos confiadamente ante el Padre.
¿El silencio de los apóstoles Pablo, Santiago, Pedro y Juan, en sus cartas, sobre el diezmo,
no implica que daban por hecho que debía continuar?
En el capítulo "Las responsabilidades de los gentiles con respecto a la Ley" se explica porque el
diezmo de la Ley no se aplicó a los creyentes gentiles; sin embargo hay muchos pastores y creyentes
que creen que algunas de las ordenanzas de la ley aún deben cumplirse, entre ellos el diezmo. Si esto
fuera así, debería seguirse cumpliendo de acuerdo a lo reglamentado en la Ley, es decir, de la cosecha
y del ganado, y debe ser entregado a los levitas. No solo no hay ninguna instrucción que el diezmo
debía ser derivado de los levitas a los apóstoles o pastores, sino tampoco no hay ningún indicio que
deba ser así. En el caso de los creyentes judíos, ellos siguieron haciéndolo hasta el año 70, cuando se
perdió el registro levita. En el caso de los creyentes gentiles, nunca lo hicieron hasta el siglo VI
cuando la iglesia católica empezó a observarlo.
Podrá escuchar a algunos expositores argumentando que la iglesia es el nuevo alfolí, o que los
pastores son los nuevos sacerdotes. Mi opinión, desarrollada en el capítulo anterior es que así como
los judíos diezmaban a los levitas, los creyentes gentiles -de acuerdo a la instrucción de Pablo en
Romanos 13- debemos pagar nuestros impuestos a las autoridades civiles por Dios establecidas.
Primero habría que anotar que esta respuesta es para enseñar a un creyente próspero, porque si el
creyente está necesitado, o arrastra una deuda que no está siendo satisfecha en el corto plazo, se le
debe enseñar que no está obligado a dar, y además el pastor debería trabajar con los diáconos en
ayudar a estas personas en su necesidad e instruirlas para salir de esa situación.
Ahora, al creyente próspero bíblicamente no podríamos instruirle más allá de “según hayas
prosperado”, “como ha dispuesto tu corazón”, “generosamente”, “no por obligación”, “con alegría”
y sin buscar el aplauso. Pero la pregunta plantea un problema práctico; supongamos un creyente que
tuvo esta semana ingresos por 1000 y gastos por 700, es decir que fue prosperado en 300, lo cual
significa una semana extraordinaria para él, porque generalmente su utilidad no sobrepasaba 100.
¿Cuánto debe dar?
88
Hay varias preguntas a considerar ¿cuáles son los retos? ¿cuáles las necesidades extraordinarias de
algunos hermanos en mi iglesia o comunidad? ¿o más allá de ella?, ¿hay algún reto para la extensión
del evangelio? ¿está la economía de mi pastor o pastores pasando aprietos? ¿cómo está mi economía
en relación a la economía de mi pastor o pastores?
¿Peligro?, si la iglesia acumula dinero, sus líderes buscarán en qué gastarlo o invertirlo, es una
tentación muy grande, averigüe lo que pasó este año 2014 a Paul (David) Yonggi Cho, pastor de la
iglesia más grande del mundo, declarado de malgastar 12 millones de dólares de su iglesia; o lo que
pasó hace 20 años con la fundación “New Era Philanthropy”, nada más que otro esquema Ponzi,
donde decenas de iglesias y pastores perdieron millones de dólares. Si usted cree que su iglesia está
acumulando dinero sin un propósito, actúe de inmediato, no espere que el lazo del diablo atrape a
sus líderes.
89
17 – Tinaja y Vasija
Hace dos semanas empecé a escribir esta monografía, y a los pocos minutos me enfrenté a la
solicitud del software de textos “Guardar como:”. Ese día estaba conmovido por una historia ajena a
este proyecto, la historia del profeta Elías y la viuda de Sarepta; y de allí tomé los nombres de los
recipientes que contenían la harina y el aceite que no se acababan, la tinaja y la vasija; lo tomé como
un nombre temporal, pensando que seguramente lo cambiaría más adelante por uno más apropiado
al tema de las ofrendas y diezmos.
Mientras escribía fui masticando alternativas de nombres, como Vino Nuevo que me permitiría
escribir más libros bajo ese mismo título, tratando diferentes temas que creo que la iglesia del siglo
XXI incorrectamente trae del antiguo pacto. También consideré Odre viejo o Vestido viejo.
También debido a que se mencionó más de una vez el tema de las viudas, consideré un nombre que
lo contenga.
Finalmente llegó hoy1 el día de poner el nombre definitivo. He sido sorprendido por un elemento en
la historia de Elías y la viuda de Sarepta que no había considerado antes, y que me ha hecho
decidirme a conservar este nombre.
El profeta Elías iniciaba su ministerio, había estado escondido en el arroyo de Querit sustentado por
cuervos que le traían pan y carne. La sequía era muy dura esos años, al punto que ni rocío había. El
arroyo del que Elías bebía agua se secó, y Dios le dijo que vaya a Sarepta y se encuentre allí con la
viuda.
Esta mujer estaba desesperada, la sequía y pobreza le habían llevado al punto que estaba
preparándose para morir, ella y su hijo; fue cuando Elías la encontró y le pidió agua para beber; ella
sin argumentar se dispuso a hacerlo, pero de inmediato Elías le pidió también pan, ¿tenemos aquí a
un profeta devorador de casas de viudas?; fue cuando ella no pudo contenerse más y reveló al
profeta que solo tenía un puñado de harina y un poco de aceite; y que solo había estado buscando
un par de leños para preparar un poco de pan para ella y su hijo, y luego dejarse morir.
Elías le dijo –y esta fue la parte que inicialmente me había impactado hace dos semanas- que antes
de preparar el pan para ella y su hijo, le prepare comida para él. Ya esto sonaba osado, ¡pero Elías
fue más allá!, no quería pan simple, sino una pequeña torta preparada de una manera especial.
Inmediatamente luego le declaró la palabra de Dios: La harina de la tinaja no escaseará, ni el aceite de la
vasija disminuirá, hasta que Jehová haga llover sobre la faz de la tierra.
Y fue así. Puede leer la historia en 1ra de Reyes capítulo 17. La historia se completa con el episodio
de la enfermedad y muerte del hijo de la viuda; esta increpó al profeta; y el profeta increpó a Dios,
pidiéndole por la resurrección del niño, y Dios se lo concedió. Para la viuda eso fue la garantía de
que Elías era un verdadero profeta de Dios.
Los elementos de esta historia no me satisfacían para que el nombre de “Tinaja y Vasija” se quedara
como el título definitivo. La obediencia de la viuda y la fe del profeta no encajaban en el bosquejo de
esta monografía; hasta que hace unos momentos caí en cuenta de algo.
A lo largo de los aproximadamente 1500 años que Israel vivió bajo la ley del antiguo pacto, y antes
que Jesús estableciera con su muerte el Nuevo Pacto, Dios habló a su pueblo por medio de profetas.
Y estos profetas no eran de la tribu de Leví, es decir no eran ni levitas ni sacerdotes. No vivían del
sistema tributario religioso de la ley dada a Moisés.
¡Estos profetas eran la voz de Dios, y no recibían nada del diezmo!, vivían realmente por la fe. De
modo que la fe en la historia con la viuda de Sarepta, no era un elemento solitario en el carácter de
Elías; él y todos los profetas eran hombres de fe, llamados por Dios para ser sus voceros, pero Dios
mismo no los consideró dentro del sistema tributario para su sustento.
¿Cómo era posible que Dios haya establecido un sistema completo de administración para su pueblo
y no haya considerado dentro de él a sus profetas? Una lista completa de profetas incluye a los
patriarcas desde Abraham, hasta Malaquías, otros también incluyen a Jesús el Hijo de Dios. De
todos ellos solo Samuel y Moisés estuvieron dentro del sistema tributario como beneficiarios de los
diezmos.
Esto reafirma lo aprendido en el estudio, que los diezmos de la Ley fueron establecidos como un
tributo para sostener a la nación de Israel, puesto que los levitas eran funcionarios que hacían todo
tipo de labores que incluían guardia, música, logística, tesorería, cocina; servicios religioso, militar y
judicial, etc. Solo el diezmo del diezmo (1%) era para los sacerdotes. Y nada para los profetas.
Los profetas, como Elías, eran sostenidos directamente por Dios, mire la similitud con los setenta
enviados por Jesús, en Lucas 10:1-11:
Después de estas cosas, designó el Señor también a otros setenta, a quienes envió de dos en dos delante de él a toda
ciudad y lugar adonde él había de ir. Y les decía: La mies a la verdad es mucha, mas los obreros pocos; por tanto,
rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies. Id; he aquí yo os envío como corderos en medio de lobos.
No llevéis bolsa, ni alforja, ni calzado; y a nadie saludéis por el camino. En cualquier casa donde entréis,
primeramente decid: Paz sea a esta casa. Y si hubiere allí algún hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; y si no, se
volverá a vosotros. Y posad en aquella misma casa, comiendo y bebiendo lo que os den; porque el obrero es digno de su
salario. No os paséis de casa en casa.
En cualquier ciudad donde entréis, y os reciban, comed lo que os pongan delante; y sanad a los enfermos que en ella
haya, y decidles: Se ha acercado a vosotros el reino de Dios. Mas en cualquier ciudad donde entréis, y no os reciban,
saliendo por sus calles, decid: Aun el polvo de vuestra ciudad, que se ha pegado a nuestros pies, lo sacudimos contra
vosotros. Pero esto sabed, que el reino de Dios se ha acercado a vosotros.
Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado. Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos,
echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia. No os proveáis de oro, ni plata, ni cobre en vuestros cintos;
ni de alforja para el camino, ni de dos túnicas, ni de calzado, ni de bordón; porque el obrero es digno de su alimento.
Bien escribió el autor de Hebreos respecto de los profetas, que ellos no recibieron lo prometido en
este mundo, pero se sostuvieron viendo al invisible. En Hebreos 11 “...por fe conquistaron reinos, hicieron
justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron
fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros. ... Otros experimentaron
vituperios y azotes, y a más de esto prisiones y cárceles. Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo
de espada; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados; de
los cuales el mundo no era digno; errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la
tierra. Y todos éstos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron lo prometido; proveyendo Dios
alguna cosa mejor para nosotros, para que no fuesen ellos perfeccionados aparte de nosotros...”, ¡qué tremendo
testimonio de esos hombres! ¡cuánto disfrutamos ahora nosotros debido a su fe no premiada!
Mas allá de las diversas reacciones que pudiera causar este libro, la cuestión de fondo es si estamos
dispuestos a creer la palabra de Dios, pues como creyentes, dentro o fuera del ministerio de la
palabra, sin fe es imposible agradar a Dios. Por la obra de Cristo en la cruz, vivimos ahora bajo un
Nuevo Pacto, andemos en su novedad y libertad, y no nos sometamos a las imperfecciones del
antiguo.
Lucas 6:38
Dad, y se os dará;
medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo;
porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir.
92
Apéndices
DIOS Y YO
Soy hijo de Dios, comprado, redimido, y adoptado, por tanto soy heredero de Dios y
coheredero con Cristo
Según he prosperado
NO
SI
Pago impuestos al gobierno, porque son servidores nuestros, y de Dios, y esto agrada a Dios
93
Génesis 14:17-24
Génesis 28:18-22
Levítico 27:30-34
Números 18:20-32
Deuteronomio 14:22-29
Deuteronomio 26:12-15
1 Samuel 8:14-17
2 Crónicas 31:4-12
Nehemías 10:37-39
Nehemías 12:44
Nehemías 13:4-12
Amós 4:1-6
Malaquías 3:8-11
Mateo 23:23
Lucas 11:42
Lucas 18:11-14
Hebreos 7:1-10
94
A continuación los artículos pertinentes a ofrendas, diezmo, dinero, mayordomía, etc., en las confesiones
valdenses1 y bautistas.
14. Nosotros honramos a los gobiernos seculares, con sujeción, obediencia, prontitud y pago.
5. Sostenemos que los ministros de la iglesia deben ser irreprensibles tanto en vida como en doctrina; y si se
prueba lo contrario, ellos deben ser depuestos de su oficio, y ser sustituidos por otros; y que ninguna persona
puede presumir de tomar este honor para sí mismo sino aquel que es llamado por Dios como lo fue Aarón –
que los deberes de los tales son alimentar el rebaño de Dios, no por lucro, o como teniendo dominio sobre la
herencia de Dios, sino como ejemplos para el rebaño, en palabra, en conversación, en caridad, en fe, y en
castidad.
6. Aprobamos, que los reyes, príncipes, y gobernadores, son los ministros designados y establecidos por Dios,
a los cuales tenemos que obedecer [en todo asunto legal y civil]. Porque llevan la espada para defender al
inocente, y castigar al que hace lo malo; razón por la cual debemos honrarlos y pagarles tributo. De este poder
y autoridad, nadie puede excluirse como fue manifestado en el ejemplo del Señor Jesucristo, el cual
voluntariamente pagó el tributo, sin tomar sobre sí mismo jurisdicción alguna o poder temporal.
XXXVIII. El sostenimiento de los oficiales arriba mencionados, debe ser libre y voluntario no por una ley
impuesta a la Iglesia, según es establecido por Cristo, que los que predican el Evangelio deben vivir también
por él.
1 Corintios 9:7, 14; Gálatas 6:6; 1 Tesalonicenses 5:13; 1 Timoteo 5:17-18; Filipenses 4:15-16.
26.10. Siendo la obra de los pastores atender constantemente al servicio de Cristo, en sus iglesias, en el
ministerio de la Palabra y la oración velando por sus almas, como aquellos que han de dar cuenta a Él, es la
responsabilidad de las iglesias a las que ellos ministran darles no solamente todo el respeto debido, sino
compartir también con ellos todas sus cosas buenas, según sus posibilidades, de manera que tengan una
provisión adecuada, sin que tengan que enredarse en actividades seculares, y puedan también practicar la
1 Se considera que los Valdenses son precursores de los anabaptistas, nombre original dado a los actuales bautistas.
95
hospitalidad hacia los demás. Esto lo requiere la ley de la naturaleza y el mandato expreso de nuestro Señor
Jesús, quien ha ordenado que los que predican el evangelio vivan del evangelio.
Hechos 6:4; 1 Timoteo 3:2; 5:17; Hebreos 13:17; 1 Timoteo 5:17,18; 1 Corintios 9:14; Gálatas 6:6,7; 2
Timoteo 2:4; 1 Timoteo 3:2; 1 Corintios 9:6-14; 1 Timoteo 5:18
El principal tema de discusión en la sesión matinal de la Convención Bautista del Sur fue el reporte del comité
sobre diezmar... El comité ha recomendado la adopción del sistema de diezmos, y que varias convenciones
estatales, asociaciones distritales, pastores, iglesias y sociedades misioneras, eduquen a la gente a pagar
sistemáticamente a Dios no menos que un décimo de sus ingresos.
96
24. Mayordomía: Dios es la fuente de todas las bendiciones, temporales y espirituales; todo lo que tenemos y
somos se lo debemos a Él. Los cristianos están endeudados espiritualmente a todo el mundo, un encargo
santo en el evangelio, y una mayordomía obligatoria en sus posesiones. Por lo tanto, están bajo obligación de
servirlo con su tiempo, talentos y posesiones materiales, y deben reconocer que todo esto les ha sido confiado
para que lo usen para la gloria de Dios y para ayudar a los demás. Según las Escrituras, los cristianos deben
contribuir con sus bienes con alegría, regular, sistemática, proporcional y liberalmente para el progreso de la
causa del Redentor en la tierra.
Lucas 12:42; 16:1-8; Tito 1:7; 1 Pedro 4:10; 2 Corintios 8:1-7; 2 Corintios 8:11-19; 2 Corintios 12:1-15; Mateo
25:14-30; Romanos 1:8-15; 1 Corintios 6:20; Hechos 2:44-47.
Se ha repetido el texto anterior (1925), pero se han añadido citas que soportan el diezmo.
Dios es la fuente de todas las bendiciones, temporales y espirituales; todo lo que tenemos y somos se lo
debemos a Él. Los Cristianos están endeudados espiritualmente con todo el mundo, un encargo santo en el
evangelio, y una mayordomía obligatoria en sus posesiones. Por tanto, están bajo la obligación de servir a
Dios con su tiempo, talentos y posesiones materiales; y deben reconocer que todo esto les ha sido confiado
para que lo usen para la gloria de Dios y para ayudar a otros. De acuerdo con las Escrituras, los Cristianos
deben contribuir de lo que tienen, alegre, regular, sistemática, proporcional y liberalmente para el progreso de
la causa del Redentor en la tierra.
Génesis 14.20; Levítico 27.30-32; Deuteronomio 8.18; Malaquías 3.8-12; Mateo 6.1-4,19-21; 19.21; 23.23;
25.14-29; Lucas 12.16-21,42; 16.1-13; Hechos 2.44-47; 5.1-11; 17.24; 25.20-35; Romanos 6.6-22; 12.1-2; 1
Corintios 4.1-2; 6.19-20; 12; 16.1-4; 2 Corintios 8-9; 12.15; Filipenses 4.10-19; 1 Pedro 1.18-19.
Luego de la versión de 1963, el contenido de Fe y Mensaje Bautista ha sido actualizado varias veces
pero no en el capítulo de Mayordomía.
El Comité Ejecutivo se complace en anunciar noticias emocionantes sobre una alianza entre la Convención
Bautista del Sur y Crown Financial Ministries.
En la reunión del 2006 de la CBS en Greensboro, Carolina del Norte, se aprobó una decisión de trasladar la
enseñanza general de la administración de Lifeway Resources al Comité Ejecutivo Bautista del Sur.
Como resultado de ello, el Comité Ejecutivo eligió Crown Financial Ministries para ser el programa de
elección en la enseñanza y entrega de un programa integral de mayordomía para muchas iglesias bautistas del
sur en todo el país. ¡Crown se ha distinguido como un líder en proveer recursos cristianos en presupuesto,
gestión y resolución de deuda y compromiso total con un estilo de vida de señorío para cada creyente!
Esta alianza tiene un enfoque multi-propósito que incluirá soluciones de enseñanza Crown, conferencias de
97
alto impacto para pastores, enseñanza de mayordomía para iglesias, recursos para presupuesto en línea
(Mvelopes) y mucho más.
Gracias por su interés y participación en esta maravillosa asociación con Crown Financial Ministries. Miramos
juntos hacia un futuro brillante.
Si las iglesias están cumpliendo fielmente sus responsabilidades encomendadas en la Biblia, los cristianos no
deberían tener ningún problema para dar a sus fondos excedentes a la iglesia para que el liderazgo pueda
administrar esos fondos. Sin embargo, si las iglesias están haciendo caso omiso de sus responsabilidades, los
cristianos pueden desear reconsiderar donde colocar sus fondos excedentes.
Esto no incluye el diezmo. Los cristianos deben pagar su diezmo a su iglesia local o donde reciben su
enseñanza y el alimento espiritual, pero con sus fondos excedentes que pueden ser más selectivos si la iglesia
local no está cumpliendo con su obligación bíblica.
El diezmo se ha definido tradicionalmente como dar el primer 10% de los ingresos a la iglesia. En el Antiguo
Testamento, el diezmo indicaba la devoción de Israel a Dios. Retener los diezmos y ofrendas era considerado
como robar a Dios y cuando el pueblo abandonó el diezmo, a menudo se fue tras los ídolos. Cuando Jesús
estaba en la tierra, enfocó la mayordomía en la actitud interior. Él consideraba la administración de las
finanzas como una indicación de la fiabilidad con las cosas espirituales.
El Nuevo Testamento no exige a los cristianos a dar el diezmo en el sentido de dar 10%, pero sí reitera
muchas cosas sobre dar: los pobres y necesitados deben ser atendidos, los que dan pueden confiar en Dios
para suplir sus necesidades, y el dar debe hacerse con alegría. Creemos que los miembros de la iglesia,
siguiendo el ejemplo de Cristo, que dio Su vida, deben dar alegremente en proporción a lo que el Señor les ha
prosperado. Que seas fiel en tu ofrenda a la iglesia con regularidad y por encima de eso, te permite a ti mismo
ser movido por el Espíritu para satisfacer necesidades específicas conforme aparezcan, sabiendo que
obtendrás en proporción a lo que siembras y que en última instancia vas a dar cuenta de tus obras.
Dios es la fuente de todas las bendiciones, temporales y espirituales; todo lo que tenemos y somos se lo
debemos a Él. Los Cristianos están endeudados espiritualmente con todo el mundo, un encargo santo en el
evangelio, y una mayordomía obligatoria en sus posesiones. Por tanto, están bajo la obligación de servir a
Dios con su tiempo, talentos y posesiones materiales; y deben reconocer que todo esto les ha sido confiado
para que lo usen para la gloria de Dios y para ayudar a otros. De acuerdo con las Escrituras, los Cristianos
98
deben contribuir de lo que tienen, alegre, regular, sistemática, proporcional y liberalmente para el progreso de
la causa del Redentor en la tierra.
Génesis 14.20; Levítico 27.30-32; Deuteronomio 8.18; Malaquías 3.8-12; Mateo 6.1-4,19-21; 19.21; 23.23;
25.14-29; Lucas 12.16-21,42; 16.1-13; Hechos 2.44-47; 5.1-11; 17.24; 25.20-35; Romanos 6.6-22; 12.1-2; 1
Corintios 4.1-2; 6.19-20; 12; 16.1-4; 2 Corintios 8-9; 12.15; Filipenses 4.10-19; 1 Pedro 1.18-19.
99
Porcentaje de dádiva de creyentes con respecto a su ingreso bruto. Obtenida de Generous Giving
(generousgiving.org). En teoría si todos los miembros económicamente activos de una iglesia dieran
el 10% de su ingreso bruto, el porcentaje en la tabla sería 10. El porcentaje viene decreciendo cada
año durante los últimos 40 años.
100
Esteban: Uno de los siete diáconos escogidos por la iglesia primitiva fue apedreado en Jerusalén, y
fue el primer mártir cristiano.
Pedro: Se supone que sufrió el martirio en Roma, durante el reinado de Nerón. Por petición del
mismo Pedro, fue crucificado con la cabeza para abajo.
Andrés: Al llegar a Edesa Mesopotamia en un viaje misionero fue crucificado en la cruz, cuyos dos
extremos estaban transversalmente elevados en la tierra (en forma de X), de aquí el origen de la
expresión la cruz de Andrés.
Marcos: Murió arrastrado por el pueblo de Alejandría en una gran fiesta a su ídolo Máximo.
Santiago: El hijo de Zebedeo fue decapitado a espada en Jerusalén, por orden del rey Agripa en el
año 44 de la era Cristiana. Su valor e intrepidez en el camino de la ejecución movieron al
arrepentimiento a su ejecutor quien profesó el Cristianismo y sufrió el martirio con el apóstol.
Felipe: Fue azotado, puesto en prisión y después fue crucificado en Asia Menor en el año 54.
Bartolomé: Fue misionero a Turquía y la India. Fue cruelmente azotado y luego crucificado por los
fanáticos idólatras en Armenia.
Tomás: Llamado también Dídimo, predicó el Evangelio en Partia y también en la India, donde
debido al enojo de los sacerdotes paganos fue atravesado con una lanza.
Lucas: Se supone que fue colgado de un olivo por los sacerdotes idólatras de Grecia.
Mateo: Fue atravesado con una lanza en Nadaba, Etiopia en el año 60.
Santiago: El Justo, fue arrojado por los fariseos desde el pináculo, sobrevivió la caída y fue muerto a
garrotazos, mientras de rodillas hacia oraciones por sus verdugos.
Simón: El zelote. Luego de la muerte de Santiago, fue elegido obispo de Jerusalén, luego predicó en
África. Murió aserrado en Persia.
Judas: Llamado también Judas Leveo o Tadeo. Fue crucificado en Edesa, Mesopotamia en el año 72.
Matías: El escogido para tomar el lugar de Judas, fue apedreado en Jerusalén y después decapitado.
Pablo: Al regresar a Roma de un viaje misionero, fue aprendido por orden de Nerón y decapitado.