SP1650 2021 (54326)

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DIEGO EUGENIO CORREDOR BELTRÁN

Magistrado ponente

SP1650-2021
Radicado N° 54326.
Acta 105.

Bogotá, D.C., cinco (5) de mayo de dos mil veintiuno


(2021).

1. VISTOS

Se deciden los recursos de apelación interpuestos por la


Fiscalía y el apoderado de víctima, contra la sentencia
proferida el 16 de octubre de 2018 por el Tribunal Superior
de Cali, mediante la cual absolvió a BEATRIZ ABELLA
GODOY por el delito de concusión.

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Segunda instancia acusatorio No.54326
BEATRIZ ABELLA GODOY

2. ANTECEDENTES

2.1 Fácticos

De acuerdo con lo consignado en el escrito de


acusación, el 18 de octubre de 2011 Cidulfo Hernández Toro,
obrando como apoderado especial del Banco de Bogotá con
sede en Cali, denunció ante la Fiscalía varios hechos
irregulares que se suscitaron a raíz de la reclamación que a
dicha entidad hiciera el ciudadano Marcos Evangelista
Martínez Muñoz “por unas anomalías en la constitución,
emisión, redención y renovación de varios CDT que involucran
una suma superior a los ciento cincuenta millones de pesos
(150.000.000)”.

Para la gestión correspondiente, Martínez Muñoz


confirió poder al abogado Germán Bolaños Lemus, quien se
acercó a las instalaciones del banco para solicitar “los
rendimientos y perjuicios ocasionados” e informar que se
debía agotar una conciliación ante la Fiscalía.

Según el denunciante, pese a que la corporación


financiera decidió asumir la pérdida y cancelar la suma de
$158.000.000 al reclamante, ante su oficina concurrieron
intempestivamente, en la tarde del 10 de octubre de 2011,
Marcos Martínez Muñoz, Germán Bolaños Lemus y BEATRIZ
ABELLA GODOY, Fiscal 81 Seccional de Cali, quien fue
presentada como la funcionaria a cargo del asunto y afirmó,

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Segunda instancia acusatorio No.54326
BEATRIZ ABELLA GODOY

sin ser cierto, que el proceso penal por el tema del pago del
dinero reclamado, ya le había sido asignado por reparto,
aunque aún no contaba físicamente con la respectiva
carpeta.

Dijo el quejoso, que la Fiscal ABELLA GODOY,


aduciendo velar por los intereses de la víctima, pidió
reconocer el valor acordado, así como los perjuicios sufridos
y los honorarios profesionales de Bolaños Lemus, que para el
caso ascendían a la cantidad de 15.800.000 pesos. Así
mismo, deprecó que se reconociera la “tasa ilícitamente
plasmada en las fotocopias de los CDT exhibidos por él” y
advirtió, antes de abandonar la reunión, “que cualquier
acuerdo debía ser comunicado de manera directa a ella como
representante de la Fiscalía”.

Para el ente acusador, como la Fiscal ABELLA GODOY


no estaba facultada para intervenir en un asunto que jamás
le fue asignado, al acompañar al abogado Bolaños Lemus
para respaldar su propuesta, “sabiendo que su simple cargo
intimidada”, incurrió en una conducta lesiva de los intereses
de la administración pública.

2.2 Procesales

Los días 4, 5 y 6 de junio de 2014, ante el Juzgado 26


Penal Municipal con función de Control de Garantías de Cali,
previa legalización de la captura, la Fiscalía imputó a
BEATRIZ ABELLA GODOY el delito de concusión, de

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BEATRIZ ABELLA GODOY

conformidad con lo previsto en el artículo 404 del Código


Penal. La procesada no se allanó a cargos y fue afectada con
medida de aseguramiento de detención preventiva en el lugar
de residencia.
Repartido el escrito de acusación el 22 de julio de
2014, el Tribunal Superior de Cali realizó la respectiva
audiencia los días 6 de octubre del mismo año y 4 de
febrero de 2015.

La audiencia preparatoria tuvo lugar en sesiones del


24 de junio, 29 de julio y 12 de agosto de 2015; cumplido
ello, el juicio oral se llevó a cabo los días 28 de febrero, 1 de
junio y 26 de octubre de 2017; 29 de mayo, 24, 25 de
septiembre y 16 de octubre de 2018, fecha última en la cual
se emitió sentido del fallo de carácter absolutorio por el
punible de concusión y se profirió la sentencia
correspondiente.

Inconformes con la decisión, Fiscalía y representante de


víctima interpusieron y sustentaron debidamente el recurso
de apelación, que fue concedido por el Tribunal Superior de
Cali el 9 de noviembre siguiente.

3. SENTENCIA IMPUGNADA

Sostuvo el Juez Colegiado que, aunque resulte objeto


de censura el actuar desplegado por ABELLA GODOY, por
contrariar la ética judicial, la conducta es atípica en la

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BEATRIZ ABELLA GODOY

medida en que no se satisfacen plenamente los requisitos


estructurales de la concusión.

Al efecto, de una parte, consideró desacreditado el


carácter indebido de los dineros solicitados por la
enjuiciada y, de otra, descartó que se hubiese producido el
miedo extremo generado por quien abusa del poder,
necesario para que la víctima se rinda ante sus
pretensiones, en la medida en que los funcionarios del
banco ante quienes ABELLA GODOY hizo la solicitud no
tenían la facultad para acceder a la misma ni se sintieron
intimidados con su presencia.

En desarrollo de tales conclusiones se refirió en


primer lugar a la descripción típica de la concusión, de
acuerdo con lo contenido en el artículo 404 del Código
Penal; seguidamente, invocó un precedente jurisprudencial
de esta Corporación, en el cual se explican los elementos
estructurales del delito y, a partir de tal contexto mencionó
que la calidad de servidora pública de la implicada no
encuentra discusión, pues fue objeto de estipulación
probatoria.

Así mismo, aseguró que ABELLA GODOY abusó del


cargo. Así lo confirmaron las declaraciones de los
empleados del Banco de Bogotá, que dieron cuenta del
arribo de la Fiscal a la oficina de la Gerencia
Administrativa y de Servicios de la Región Occidente de la
entidad bancaria, el 10 de octubre de 2011, acompañada

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BEATRIZ ABELLA GODOY

de Marcos Evangelista Martínez y el abogado Germán


Bolaños Lemus, a quienes atendieron en reunión,
precisamente, al advertir la calidad de ABELLA GODOY.

En ese momento, continuó, la Fiscal aseguró la


asignación del caso iniciado por denuncia de Marcos
Evangelista Martínez contra la funcionaria del banco y
solicitó en favor del perjudicado la entrega del capital, el
pago de la tasa del interés del 7%, el pago de los
honorarios del abogado Germán Bolaños Lemus, y el
reconocimiento de una indemnización como consecuencia
del actuar delictivo de la funcionaria del banco.

No obstante la acreditación de estos tópicos, el a quo


echó de menos el carácter indebido de lo solicitado por la
Fiscal implicada, dado que entre Marcos Evangelista
Martínez Muñoz y el Banco existía una relación sustancial
derivada del contrato de “certificado de depósito a término”,
de naturaleza comercial, que nunca fue negada por el
banco a pesar de haberla calificado de irregular, pues, lo
cierto es que el primero citado demostró contar con el
certificado de custodia del CDT, constituido el 3 de marzo
de 2011 por valor de ciento cincuenta y seis millones de
pesos (156.000.000) con un interés anual del 7%, en
papelería autentica de la entidad bancaria.

Ese título valor fue constituido por Ana Belly Valencia


Calero, agente comercial que actuaba en nombre de la
entidad y, en esa medida, resultaba obligatorio para ambas

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BEATRIZ ABELLA GODOY

partes según lo establece el artículo 626 del Código de


Comercio, tanto así, que mediante concepto del 6 de
octubre de 2011, el banco decidió reintegrar el dinero al
depositante, en observancia de lo estatuido en el canon
1171 ibídem.

El Tribunal mencionó que la entidad en cita omitió


reconocer el pago del interés anual reflejado en el título
valor, en detrimento del derecho que como consumidor
financiero ostentaba Martínez Muñoz, en clara
defraudación de su expectativa razonable y legítima
analizada desde la óptica de la buena fe y lo contratado
por las partes, con independencia que el porcentaje
excediera el interés legal fijado para el año 2011, por
cuanto esa específica tasa no la determinaba la ley sino la
misma entidad bancaria.

A igual conclusión arribó en relación con el valor de


los honorarios del abogado Germán Bolaños Lemus,
porque fueron las exigencias efectuadas por el banco a
Martínez Muñoz, las que propiciaron la contratación de los
servicios profesionales del togado y, en ese orden, se
ofrecía razonable que el banco fuese quien pagara los
gastos derivados de la asesoría, estimada probada a través
de estipulación probatoria.

Al margen de lo anterior, de asumir indebida la


solicitud efectuada por ABELLO GODOY, en criterio del
Tribunal tampoco emerge demostrado el denominado

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BEATRIZ ABELLA GODOY

“metus publicae potestatis”, necesario para el agotamiento


del tipo penal, como quiera que la voluntad de los
empleados de la entidad no se afectó con su actuar, por
cuanto: (i) así lo declararon en curso del juicio oral, (ii) no
se vieron obligados a pagar o prometer el dinero indebido y
(iii) ninguno de ellos tenía el poder de decisión para influir
sobre la decisión de la Gerencia Jurídica de la Dirección
Nacional del banco, adoptada días atrás a la presentación
de ABELLO GODOY a las instalaciones de la sede
financiera.

Con todo, la petición subsidiaria de la Delegada del


Ministerio Público carece de vocación de prosperidad –
condenar por el delito de abuso de función pública –, pues, si

bien, al mencionar falsamente que era la funcionaria


asignada al caso y con ello solicitar dinero en nombre de
otro, abusó de su cargo como Fiscal 81 Seccional, no es
menos cierto que solicitar dineros ante un banco no es una
función legalmente atribuida a otro servidor público,
presupuesto indispensable para afirmar la existencia del
punible mencionado en el canon 428 de la Ley 599 de
2000, sin que sobre mencionar que, en todo caso, el delito
se encuentra prescrito.

Uno de los magistrados aclaró el voto. Sostuvo que


para el momento en que se produjo la reclamación por
parte de la implicada, el CDT no era exigible, esto es, para
el 10 de octubre de 2011, el banco no tenía la obligación

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BEATRIZ ABELLA GODOY

de reintegrar el dinero, pagar intereses ni mucho menos


honorarios de abogado.

Tampoco era válido afirmar, como se hizo en el fallo,


que la conducta de Valencia Calero generara obligación
alguna para el banco, pues, para la fecha señalada
ninguna autoridad judicial la había declarado responsable
y por tal razón, las condiciones del CDT no podían
modificarse.

Así las cosas, antes del vencimiento del CDT, el único


monto debido era el ofrecido por el banco, con la tasa del
3.1% y, en ese orden, reclamar un interés superior y
honorarios profesionales sí resultaba indebido.

Sin embargo, admitió que no se evidenció presente el


efecto “metus publicae potestatis” y es por ello que la
conducta devino en atípica.

Al margen de lo anterior, en su criterio la actuación


desplegada por ABELLO GODOY es constitutiva de abuso
de autoridad por acto arbitrario e injusto y así debió
declararse en la decisión de instancia, con independencia
de que actualmente no pueda perseguirse por encontrarse
prescrita.

El 9 de noviembre de 2018, el Juez Colegiado


concedió el recurso de apelación interpuesto y sustentado
en término por la delegada de la Fiscalía y el representante

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de víctima, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 177-


1 de la Ley 906 de 2004.

4. LOS RECURSOS

4.1 Los recurrentes

4.1.1 Fiscalía

Sobre los dos aspectos objeto de controversia, esto es,


si lo solicitado por ABELLA GODOY es o no indebido y la
existencia del temor producido en algún funcionario del
Banco de Bogotá, la delegada de la Fiscalía arribó a
conclusiones del todo diversas a las expuestas en el fallo de
primera instancia.

Frente al primer tópico, comenzó por señalar que la


asesoría que brindó el abogado a Marcos Evangelista
Martínez fue posterior a la reclamación que el último hiciese
al banco, el 12 de septiembre de 2011 – que a la postre, fue la
que propició la devolución del dinero invertido en el CDT, 15 días

después de radicada la petición –, de suerte que no existe nexo

causal entre la actuación del profesional del derecho y la


respuesta positiva del banco. En todo caso, agregó, el pago
de honorarios a cargo del banco solo sería exigible al
interior de un proceso de responsabilidad civil
extracontractual, si resultase condenado como tercero
civilmente responsable.

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BEATRIZ ABELLA GODOY

En el mismo sentido, destacó, Marcos Evangelista


Martínez Muñoz no exhibió el título valor cuando exigió su
pago, pues, solo portaba una copia simple del mismo y un
certificado de custodia. Así las cosas, de acuerdo con el
artículo 624 del Código de Comercio, el pago no podía ser
autorizado, menos aún, si el vencimiento ocurriría solo el 2
de marzo de 2012.

Agregó la opugnadora, que la solicitud de pago del


interés pactado correspondiente al 7%, constituyó una
exigencia indebida, no solo porque ese porcentaje fue
ofrecido a través de engaño por Ana Valencia Calero, sino
además, por cuanto no era exigible para el 10 de octubre de
2011. En lo que atañe a los perjuicios solicitados, desestimó
su procedencia en la medida en que, de manera previa,
Marcos Evangelista Muñoz no los mencionó, como tampoco
su apoderado judicial.

Reprochó el alcance que el Tribunal otorgó a la


estipulación probatoria sobre la existencia del contrato
bancario, pues, de ella no se sigue el reconocimiento del
banco en dicho sentido, sino que “solo se precisó el alcance de la
respuesta que dio la Gerencia Jurídica Nacional para hacer el pago del
CDT. Tan cierto es que el contrato bancario no existió, y lo que se dio
fue un fraude de la señora Ana Belly Valencia, que el mismo Banco la
denuncia por falsedad y otros, siendo condenada por estos delitos” 1.

1
Folio 330. Cuaderno #3 Tribunal.

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En relación con el “metus publicae potestatis”, enfatizó


que el delito de concusión es de mera conducta o de peligro
y no de resultado, como lo ha reconocido la jurisprudencia
de la Corte Suprema de Justicia, por lo que basta con que
se realice la exigencia, sin que sea necesario que se
entregue el objeto o la dádiva, es decir, con independencia
de que el sujeto pasivo esté en posibilidad de cumplirla.

Aunado a ello, si bien es cierto, Duvan Eduardo


Idárraga, Martha Lucía Betancourt y Cidulfo Hernández
Toro, de acuerdo con sus funciones no estaban facultados
para modificar la postura previamente asumida por la
entidad financiera, no lo es menos que eran las personas
que el Banco de Bogotá había delegado en el Valle del
Cauca para interactuar con los clientes y, del mismo modo,
para tramitar, investigar y elaborar informes base de
opinión, de utilidad para la adopción de las posturas del
caso por parte de la Gerencia Jurídica, a nombre de la
entidad bancaria.

Lo cierto es que, insistió, ABELLA GODOY tuvo como


propósito que el Banco de Bogotá cediera a su presencia
como representante de la Fiscalía General de la Nación y,
prevalida de una investigación que nunca tuvo a cargo,
dominó la situación al lograr su atención en oficinas
ordinariamente no dispuestas para tal efecto, en donde se
consideró además la posibilidad de acceder al pago de los
honorarios solicitados; es decir, su presencia sí resultó
idónea para intimidar.

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BEATRIZ ABELLA GODOY

Con base en lo expuesto, solicitó se revoque la


absolución y en su lugar se condene a la prenombrada por
el delito objeto de acusación.

4.1.2. Representante de víctima

El apoderado del Banco de Bogotá reiteró los


argumentos propuestos por la delegada del órgano de
investigación. Hizo énfasis en que la negociación sobre la
devolución del dinero y la tasa del 3.1% de interés sobre el
CDT, había finalizado días antes de que ABELLA GODOY se
presentara en las instalaciones de la entidad bancaria.

Así mismo, destacó que en ese momento se accedió a


atender al usuario Marcos Evangelista Martínez,
precisamente, por hallarse acompañado de una
representante de la Fiscalía, quien solicitó las sumas
dinerarias indebidas que ya se conocen.

Insistió en las razones por las cuales no era legítimo el


cobro del interés al 7%, los honorarios y perjuicios
supuestamente causados, en términos coincidentes con los
expuestos por la Fiscalía en este trámite.

Finalmente, afirmó que la enjuiciada “logró hacer ceder a


los funcionarios que la entidad crediticia tenía delegados para atender
este tipo de eventos, para recibir y poner en consideración las
peticiones que en nombre de tercero elevó la dra. BEATRIZ ABELLA

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BEATRIZ ABELLA GODOY

GODOY, situación que evidentemente no se hubiese materializado si no


concurriese con su presencia y presión la Fiscalía General de la Nación
a través de una de sus delegadas”2.

4.2 No recurrentes

4.2.1 Beatriz Abella Godoy

A partir de la descripción típica del delito de concusión,


previo apoyo en precedentes jurisprudenciales de esta
Corporación y en apartes de la sentencia de primera
instancia, la enjuiciada sostuvo:

i) Marcos Evangelista Martínez y el Banco de


Bogotá celebraron un contrato comercial
vinculante para las partes.
ii) El representante legal de la entidad financiera es
el único autorizado para tomar decisiones; este,
el 6 de octubre de 2011, en reconocimiento de la
exigibilidad de la obligación, ordenó la devolución
del capital y el pago de unos intereses a una tasa
diferente a la pactada inicialmente.
iii) La llamada telefónica que se realizó con Cidulfo
Hernández Toro en la oficina del Gerente de la
sucursal 180 del Banco de Bogotá, fue inane,
pues, este nada tuvo que ver con la decisión de
devolver el dinero y pagar los intereses.

2
Folio 341, Cuaderno #3 Tribunal.

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iv) Duván Eduardo Idárraga y Martha Lucía


Betancourth, funcionarios del Banco de Bogotá y
testigos de cargo, nunca se sintieron intimidados
o presionados a actuar de alguna manera,
conforme se concluye luego de escuchar sus
declaraciones en curso del juicio oral.
v) La intervención ante el banco se produjo en un
escenario de “amistad y pesar con mi amigo de toda la
vida y por consideración a su avanzada edad, intercedí
ante quien consideraba mi amigo Dr., Cidulfo Hernández,
para que atendiera con diligencia a mi amigo en su
reclamación, pero nunca solicité nada indebido” 3.

4.2.2 Defensa

Empezó por manifestar que los dineros solicitados en


la reunión del 10 de octubre de 2011, sí los debía la entidad
bancaria. Ello, por cuanto, el trámite de la constitución del
CDT por valor de 156.114.500 pesos a una tasa del 7%
efectivo anual, por término de un año iniciado el 2 de marzo
de 2011, fue llevado a cabo por Marcos Evangelista Muñoz
en una sucursal del Banco de Bogotá, a través de la
empleada – Ana Belly Valencia –. Ello significa que era
legítima la exigencia del dinero correspondiente a la tasa de
interés pactada y reflejada en el título valor.

De los honorarios del abogado Bolaños predicó igual


conclusión, pues, el primer aspecto comunicado por parte

3
Folio 347, Cuaderno # 3 Tribunal.

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BEATRIZ ABELLA GODOY

del banco en relación con la reclamación de Marcos


Evangelista Martínez desde que se percató de la
inexistencia del CDT en los registros del banco, el 12 de
septiembre de 2011, fue la necesidad de instaurar denuncia
penal contra Ana Belly Valencia y de realizar la práctica de
una prueba grafológica; aspectos por los cuales resulta
lógico que Marco Martínez, persona de la tercera edad,
hubiese optado por contratar los servicios de abogado,
pues, se trataba de una situación inesperada y angustiante,
en la medida en que el banco no suministró una respuesta
inmediata una vez cumplidas las exigencias mencionadas.

Sobre este asunto, comunicó que sólo después de una


nota periodística emitida el 2 de octubre siguiente en un
noticiero del canal regional telepacífico, el banco se
comunicó con Evangelista Martínez para solucionar el tema.
Fue así que se concertó la reunión del 7 de octubre, con
presencia del afectado, su abogado Bolaños Lemus – quien
exhibió el poder de representación – y Cidulfo Hernández.

Este último admitió en juicio que desde esa data fue


solicitado el pago del CDT con el interés del 7% anual, así
como también el pago de honorarios profesionales del
abogado; fecha en la cual, a la culminación de la reunión,
recibió un correo electrónico de la Gerencia Jurídica del
banco con concepto favorable de pago del CDT, pero con
reconocimiento del 3.1% como tasa de interés.

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Con ello significó que el 10 de octubre siguiente, se


solicitó lo que el Banco de Bogotá debía a Evangelista
Martínez.

Ahora bien, descartó probada intimidación alguna en


relación con los empleados Martha Lucía Betancourth,
Duván Idárraga y Cidulfo Hernández, pues, ninguno se
sintió presionado o constreñido a actuar de alguna manera
con la presencia de ABELLA GODOY en las instalaciones de
una de las sucursales el día de los acontecimientos
noticiados; menos aún, si el funcionario del departamento
de seguridad – Cidulfo Hernández –, ya conocía para esa
data el sentido de respuesta de la Gerencia Jurídica de la
entidad.

4.2.3 Ministerio Público

Cuestionó que la Fiscalía hubiese puesto en


entredicho la validez del CDT en copia que presentó Marco
Evangelista Martínez para exigir su pago, dado que tal
reproche acabaría por desnaturalizar aún más la conducta
punible, al carecer de idoneidad el documento cuyo pago se
pretendía.

Reprochó que los recurrentes pretendan tildar de


irregular el cobro anticipado del CDT, al percatarse de que
el dinero jamás estuvo en poder del banco, cuando es lo
más coherente después de advertir la situación.

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Desde otra arista, sobre el reconocimiento de los


honorarios, mencionó que, si bien, el banco no contrató los
servicios profesionales del abogado en mención, ello no
supone indiscutiblemente que la exigencia en tal sentido
sea indebida, pues, es sensato considerar que el pago
corresponde al banco, en la medida en que el perjudicado
no ocasionó la situación de desaparición del CDT.

En todo caso, de lo que no hay duda, sostuvo la


delegada, es de que el denominado “metus publicae
potestatis” no se encontró subyacente en la víctima, pues,
ninguno de los presentes en la reunión del 10 de octubre de
2011 dio cuenta de ello; máxime, si se advierte que Cidulfo
Hernández conocía de antes a la enjuiciada y ello se reflejó
en el saludo amable que presenciaron todos al inicio de las
conversaciones de ese día.

5. CONSIDERACIONES

5.1 Competencia

De conformidad con lo previsto en el artículo 32,


numeral 3º, de la Ley 906 de 2004, la Sala de Casación Penal
de la Corte Suprema de Justicia es competente para conocer
de los recursos de apelación contra los autos y sentencias
que profieran los tribunales superiores.

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En consecuencia, se aborda el estudio del recurso


vertical que propusieron la Fiscalía y el representante de la
víctima, en contra de la sentencia proferida por el Tribunal
Superior de Cali el 16 de octubre de 2018, mediante la cual
absolvió a BEATRIZ ABELLA GODOY, entonces Fiscal 81
Seccional de Cali, del cargo de concusión por el cual fue
acusada.

5.2 Ámbito material del recurso

El Tribunal Superior de Cali absolvió a BEATRIZ


ABELLA GODOY del punible de concusión, por considerar
que la conducta desplegada el 10 de octubre de 2011 fue
atípica. Básicamente, descartó que las solicitudes dinerarias
efectuadas por la enjuiciada a los funcionarios del Banco de
Bogotá con sede en Cali, fuesen indebidas, como también
que su actuación hubiese producido el efecto “metus
publicae potestatis, dada la intrascendencia de la situación.

Para resolver las censuras elevadas por Fiscalía y el


representante de la víctima, la Sala se referirá, en primer
término, a la descripción legal del punible de concusión,
seguidamente profundizará sobre los elementos constitutivos
del tipo, para finalmente pronunciarse sobre lo ocurrido en
el asunto examinado.

La conducta punible que se estudia, recibe


delimitación típica en el artículo 404 de la Ley 599 de 2000,
bajo los siguientes términos:

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Art. 404.- Concusión. El servidor público que abusando de su


cargo o de sus funciones constriña o induzca a alguien a dar o
prometer al mismo servidor o a un tercero, dinero o cualquier
otra utilidad indebidos, o los solicite, incurrirá en prisión de
noventa y seis (96) a ciento ochenta (180) meses, multa de
sesenta y seis punto sesenta y seis (66.66) a ciento cincuenta
salarios mínimos legales mensuales vigentes, e inhabilitación
para el ejercicio de derechos y funciones públicas de ochenta
(80) a ciento cuarenta y cuatro (144) meses.

La configuración típica de este ilícito requiere los


siguientes elementos: (i) sujeto activo calificado que tenga la
calidad de servidor público; (ii) el abuso del cargo o de la
función; (iii) una conducta que se concreta con la ejecución
de uno cualquiera de los distintos verbos rectores:
constreñir, inducir o solicitar una prestación o utilidad
indebidas; y (iv) la relación de causalidad entre el actuar del
funcionario y el efecto buscado de dar o la entrega del
dinero o utilidad no debidos (CSJ SP, 5 may. 2012, rad.
36368).

En decisión reciente, la Corte analizó los elementos


constitutivos del tipo penal en mención, de la siguiente
manera:

“a. El sujeto activo debe ser un servidor público que abuse del cargo o
de sus funciones. Se da cuando al margen de los mandatos
constitucionales y legales concernientes a la organización, estructura y
funcionamiento de la administración pública, constriñe, induce o
solicita a alguien dar o prometer una cosa.

La arbitrariedad puede referirse solamente al cargo del que está


investido, caso en el cual es usual su manifestación a través de

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conductas por fuera de la competencia funcional del agente, posición


aceptada por la jurisprudencia atendiendo la incontrovertible ofensa
sufrida por la administración pública. En suma, es susceptible de
realización por los servidores públicos que en razón a su investidura o
a la conexión con las ramas del poder público, pueden comprometer la
función de alguna forma.

Cualquiera que sea la modalidad ejecutada por el autor, es


indispensable la concurrencia del elemento subjetivo predicable de la
víctima, el “metus publicae potestatis” que lleva a la víctima a rendirse
a las pretensiones del agente. Se ve obligada a pagar o prometer el
dinero o la utilidad indebidos por el temor del poder público.

Si el medio utilizado no es idóneo por cuanto la víctima no comprende


fácilmente que no posee otra alternativa diferente a ceder a la ilegal
exacción o asumir los perjuicios nacidos de su negativa, el delito no
alcanza su configuración.

La condición de servidor público ha de existir al instante del


cumplimiento de la conducta. Es imposible atropellar una calidad de la
cual se carece, puede estar temporalmente alejado de ella por virtud
de licencia, vacaciones, permiso, etc.

b. Constreñir es obligar, compeler o forzar a alguien para que haga


algo. Es ejercitar con violencia o amenazas una presión sobre una
persona alterando el proceso de formación de su voluntad sin
eliminarla, determinándola a hacer u omitir una acción distinta a la
que hubiese realizado en condiciones diversas. Puede revelarse a
través de palabras, actitudes o posturas, la ley no exige una forma
precisa de hacerlo.

Inducir es instigar o persuadir por diferentes medios a alguien a que


efectúe determinada acción y solicitar es pretender, pedir o procurar
obtener alguna cosa.

Desde esa perspectiva, la Corte viene divulgando que el


constreñimiento se configura con el uso de medios coactivos que
subyuguen el consentimiento del sujeto pasivo, o con el uso de
amenazas abiertas mediante un acto de poder. En la inducción, el
resultado se obtiene por medio de un exceso de autoridad que va
oculto, en forma sutil, en el abuso de las funciones o del cargo, el
sujeto pasivo se siente intimidado, cohibido porque si no hace u omite
lo pedido, puede resultar perjudicado en sus derechos por el agente.

Ello no solo teniendo en consideración el contenido y alcance de los


verbos rectores, sino además con arreglo al bien jurídico tutelado, la
administración pública, la cual se ve vulnerada con el acto de

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constreñir, inducir o solicitar, por resultar resquebrajada su estructura


y organización, generando en la colectividad sensación de deslealtad,
improbidad y deshonestidad.

Para su consumación basta con la exigencia, no requiere que el


desembolso se cause, o se entregue el objeto o la dádiva, por tratarse
de un punible de conducta o mera actividad. Basta con la
manifestación del acto de constreñir, inducir o solicitar dinero u otra
utilidad indebida, independiente de que el sujeto pasivo esté en
posibilidad de cumplirla, ha reiterado la Corte recientemente.

c. El elemento material de la concusión esta (sic) representado por la


promesa o la entrega de dinero o cualquier otra utilidad. Como es un
delito de conducta alternativa se consuma con la ejecución de
cualquiera de estas dos modalidades.

Por promesa se concibe el ofrecimiento de un beneficio futuro. El dinero


o la utilidad deben ser indebidos, esto es, no deberse a ningún título.

No interesa la forma como se haga y si constituye por si misma un


negocio ilícito, pues este examen solo importaría en el ámbito civil y no
en el campo penal.

Tanto la promesa como la entrega de dinero pueden tener como


destinatario al propio funcionario o a un tercero, particular o servidor
público”. (CSJ SP, 1 Jun 2017. Rad. 46165).

Así mismo, como presupuesto necesario para la


configuración del punible de concusión, la Sala tiene
discernido que debe abusarse del cargo o de la función,
diferenciando ambos conceptos:

“se abusa de la función cuando se desbordan o restringen


indebidamente sus límites o se utiliza con fines protervos; y se
abusa del cargo, cuando se aprovecha de modo indebido la
vinculación que éste pueda tener con una situación concreta que
el empleado no está llamado a resolver o ejecutar por razón de
sus funciones” (CSJ SP, 10 sep. 2003, rad. 18056).

22
Segunda instancia acusatorio No.54326
BEATRIZ ABELLA GODOY

El delito se consuma, conforme se ha advertido en


otras oportunidades, simplemente, “al ejecutarse cualesquiera de
estas acciones en provecho del servidor o de un tercero,
independientemente de que la dádiva o la utilidad hayan ingresado o
no al ámbito de disponibilidad del actor.

Tal conclusión se desprende no sólo del alcance y significación


de los verbos rectores empleados por el legislador, sino igualmente del
hecho que la administración pública, que es el bien jurídicamente
tutelado, se ve transgredida con el acto mismo del
constreñimiento, de la inducción, o de la solicitud indebidos, en
cuanto cualquiera de ellas rompe con la normatividad que la
organiza y estructura, derrumbándola y generando la sensación
o certeza de deslealtad, improbidad y ausencia de transparencia

dentro de los coasociados4 (negrillas fuera del texto original).

Como en el presente caso la censura contra ABELLA


GODOY, se contrae a reprochar la solicitud de sumas de
dinero indebidas -el interés del 7% anual sobre el CDT, los
honorarios del abogado Germán Bolaños y perjuicios– , también es

preciso recordar lo expuesto por la Sala acerca de esta


específica modalidad de la conducta, así:

“En el caso que ocupa la atención de la Sala, la conducta ilícita


que se le reprocha a la procesada por “solicitar” dinero
indebido, debe exhibir para que tenga relevancia penal, las
siguientes características: en primer lugar, que la petición la
haga un servidor público; en segundo lugar, que ésta sea
idónea e inequívocamente dirigida a obtener un provecho o
utilidad indebidos, ya para un tercero, ora en beneficio del
servidor que hace la ilícita solicitud; y, en tercer aspecto, que el
servidor público, al hacerla, abuse del cargo o de sus
funciones”.
4
Entre otros, CSJ 19 de Dic 2001. Rad. 15910

23
Segunda instancia acusatorio No.54326
BEATRIZ ABELLA GODOY

En torno al verbo solicitar, que hace parte de la descripción


típica del comportamiento, la Corte ha precisado:

“(La solicitud) puede ir acompañada de fuerza física o moral


(constreñimiento) o simplemente mueva la voluntad del
destinatario por engaño o justo temor, este último en todo caso
no generado por violencia o amenazas (inducción).”

En otra oportunidad indicó:

“Dicha solicitud debe ser inequívoca, pues no toda expresión o


comportamiento del funcionario pueden ser tomados como delictuosos.
No debe quedar duda, por decirlo de otra forma, acerca de la
pretensión del funcionario de poner en venta su propia función o cargo
mediante el ofrecimiento directo, y sin necesidad de acudir al ardid o a
las amenazas.

Es importante señalar finalmente que, en tratándose de una


cualquiera de dichas formas de exteriorizar la exigencia, debe
permanecer subyacente el denominado metus publicae
potestatis como elemento subjetivo predicable de la víctima. De
modo que, si la investidura carece de la capacidad de persuadirla, en
el sentido de no llegar a comprender fácilmente que no tiene otra
alternativa que ceder a la ilegal exacción o asumir los perjuicios
derivados de su negativa, la conducta no alcanza configuración” 5
(negrilla original del texto).

No se discute la calidad de servidora pública de


BEATRIZ ABELLA GODOY para la fecha de los
acontecimientos, en tanto, ello fue estipulado por las
partes6.

Con la misma contundencia puede afirmarse que, con


abuso del cargo, la enjuiciada exaltó su investidura para
utilizarla al margen del ordenamiento jurídico.

5
CSJ SP, 7 nov. 2012, rad. 39395
6
Carpeta de pruebas de la Fiscalía, estipulación #3.

24
Segunda instancia acusatorio No.54326
BEATRIZ ABELLA GODOY

Al punto, Cidulfo Hernández Toro, abogado del


Departamento de Seguridad, Martha Lucía Betancourth,
analista de auditoría de operaciones y Duván Eduardo
Idarrága, Gerente Administrativo y de Servicios de la
Región Occidente, todos empleados del Banco de Bogotá,
fueron contestes en manifestar que el 10 de octubre de
2011, BEATRIZ ABELLA GODOY, en horas de la tarde
arribó a las instalaciones de la entidad financiera en
mención, ubicada en el piso 30 del edificio Corficolombiana
de la ciudad de Cali, acompañada de Marcos Evangelista
Martínez Muñoz y el profesional del derecho Germán
Bolaños Lemus7.

El contexto en el cual se desarrolló la reunión ese día


tiene unos matices que varían según el deponente de que
se trate, veamos:

a. Marcos Evangelista Martínez Muñoz sostuvo en


desarrollo del juicio oral8, que desde el 12 de septiembre de
2011, cuando se percató de que el CDT no aparecía en el
registro de la entidad financiera, estableció contacto con el
Gerente de esa sucursal, quien le puso de presente la
necesidad de allegar varios documentos, como el certificado
de depósito y la denuncia por abuso de confianza contra la
empleada del banco –Anabelly Valencia- que se encargó de

7
Este hecho resultó estipulado por fiscalía y defensa en sesión de juicio oral
realizada el 26 de octubre de 2017. Cfr. Cuaderno #2. Acta de audiencia
folio 205.
8
Sesión de juicio oral del 24 de septiembre de 2018. Record 00:04:55 a
02:00:14.

25
Segunda instancia acusatorio No.54326
BEATRIZ ABELLA GODOY

expedir el título valor, el 12 de febrero de la misma


anualidad.

Al día siguiente, luego de radicar la denuncia exigida


por el banco y esperar que se adelantara el proceso interno,
pese a la información suministrada por el Gerente de la
entidad, quien le advirtió innecesario contratar los servicios
profesionales, decidió otorgarle poder al abogado Germán
Bolaños para que estuviera al tanto de la situación y se
encargara de realizar lo pertinente mientras se ausentaba
del país por un par de semanas.

A su regreso, ambos decidieron elaborar una nota


periodística, que salió al aire el 2 de octubre siguiente, en
la cual se ponía de presente la situación irregular del CDT.
El deponente sostuvo que fue exitosa, pues, 2 días después
el banco lo contactó para llevar a cabo una diligencia de
conciliación el día 7 del mismo mes y año.

Llegada la fecha, se dirigió al banco junto con Germán


Bolaños y estableció contacto por primera vez con Cidulfo
Hernández, quien, según supo, permanece o trabaja para el
banco, pero desde Bogotá, y les informó que estaba
pendiente de la respuesta que emitiera el “nivel central”
sobre la reclamación atinente a la devolución del dinero,
más el interés del 7% pactado en el CDT, el pago de “daños
y perjuicios” y los honorarios profesionales del abogado.

26
Segunda instancia acusatorio No.54326
BEATRIZ ABELLA GODOY

Para el 10 de octubre, refirió, la empleada del banco


Martha Lucía Betancourt los convocó a una reunión en la
misma sede, a las 3 de la tarde, por lo que intentó
comunicarse con su abogado para su acompañamiento, sin
lograr resultados positivos, pues, no contestaba el celular,
por lo que dejó el mensaje con su secretaria.

A pregunta de la defensa sobre la asistencia a esa cita,


mencionó que por el afán de no presentarse solo, ante la
imposible comunicación con su abogado, acudió a BEATRIZ
ABELLA GODOY, su compañera de trabajo y amiga de toda
la vida, pidiéndole el favor de que lo acompañara.

Al comentarle la situación, ella le puso de presente


que por cuestiones laborales – de trabajo de esa Fiscalía
con las entidades financieras –, conocía a Cidulfo
Hernández, al cual se refirió en términos amables.

Al entrar al edificio, continúa, se percató de que su


abogado finalmente sí llegó y le indicó que BEATRIZ
ABELLA se encontraba ahí para acompañarlo, como amiga.
Una vez en el piso 30, Martha Lucía Betancourt estableció
contacto telefónico con Cidulfo Hernández, pues, este no
alcanzó a llegar “por dificultades que tuvo de trasladarse de
Bogotá”, a quien BEATRIZ ABELLA saludó “muy
amablemente, con un saludo efusivo”, lo cual le dio
tranquilidad.

27
Segunda instancia acusatorio No.54326
BEATRIZ ABELLA GODOY

La reunión consistió, básicamente y según su dicho,


en el planteamiento de las pretensiones atrás referidas por
parte de Germán Bolaños; la intervención de ABELLA
GODOY únicamente se limitó a saludar y a hacer una
referencia de que “ahí estaba yo, que me estaba acompañando…y
le dijo cosas de mi comportamiento social, económico y por qué no,

político”, al tiempo que, “a mí me expresaba que estuviese

tranquilo, que él es buena gente”.

El banco lo contacto 3 días después para comunicarle


que ya tenía una alternativa de solución, por lo que se
dirigió a la institución, esta vez sin abogado y sin Fiscal, a
escuchar la propuesta: la devolución del dinero y la entrega
del interés del 3.1%, la cual finalmente aceptó, pese a la
recomendación del profesional del derecho que lo asistía, de
no hacerlo.

b. Por su parte, la testigo Martha Lucía Betancourt


Sanclemente9, analista de auditoría del Banco de Bogotá
con sede en Cali, refirió que ese 10 de octubre de 2011,
Marcos Evangelista, Germán Bolaños y BEATRIZ ABELLO
llegaron al banco, no porque hubiese una reunión
pendiente convocada por ella, preguntando por Cidulfo
Hernández, “pero como su oficina está en Bogotá, yo le hacía el
puente acá en Cali, ellos querían hablar con él, por eso fueron a la

oficina”, para hablar acerca de la reclamación por el CDT,

que no aparecía constituido.

9
Sesión de juicio oral del 29 de mayo de 2018. Record: 00:06:08 a 00:29:06

28
Segunda instancia acusatorio No.54326
BEATRIZ ABELLA GODOY

Mencionó que Cidulfo Hernández “estaba viajando creo y


lo contactamos al celular. No estaba en la oficina de Bogotá, pero lo
contactamos por celular. Estábamos por teleconferencia en la oficina

del Director Administrativo”. Advirtió que a Marcos Evangelista

lo conoció desde cuando inició el tema de la reclamación.

Sobre los aspectos particulares de la reunión,


mencionó:

“Cuando llegamos a la oficina del Dr. Duván que es el


administrativo, se puso en contacto la llamada con el Dr.
Cidulfo, en ese momento se le informó que las personas que
estaban presentes en la reunión, era el señor Marcos
Evangelista que es el cliente del banco, su abogado y la Dra.
Beatriz Abella que era la fiscal que tenía el caso, en el
momento de la teleconferencia cuando comienza, después de
eso es que yo ya me voy a traer documentos a mi oficina y es
cuando estoy intermitente en la teleconferencia. Empiezo la
teleconferencia contactando al Dr. Cidulfo y en transcurso de
ella cuando piden información sobre los documentos que se
están tramitando con el banco, pues me desplazo entre mi
oficina y la del Dr. Duván, por eso digo que de manera
intermitente estuve en la teleconferencia”.

Afirmó, en concreto, haber escuchado cuando


BEATRIZ ABELLA se presentó como la fiscal que tenía el
caso asignado, en el momento en que entabló
comunicación telefónica con el señor Cidulfo Hernández.

Así mismo, la deponente confirmó que para ese día el


banco aún no había comunicado una respuesta a Marcos
Martínez, respecto de la reclamación; finalmente, a
pregunta de Defensa sobre si se sintió presionada,

29
Segunda instancia acusatorio No.54326
BEATRIZ ABELLA GODOY

constreñida o intimidada en dicha reunión, la testigo


mencionó:

“hace parte de mi cargo atender cliente interno y externo (…) no


entiendo por qué me tendría que ver presionada (…) yo estaba
realizando una labor dentro de mis funciones de ser contacto
para una reclamación y solamente eso”.

c. Al juicio también compareció Duván Eduardo


Idárraga López10, Gerente Administrativo y de servicios de
la región occidente para el Banco de Bogotá en Cali. Explicó
de manera general, que las reclamaciones de los clientes se
reciben por escrito para estudio del asunto:

“si el caso implica manejos con el departamento de


seguridad, se les manda a ellos para que hagan las
revisiones y evaluaciones documentales que estimen
convenientes y poder dar una respuesta a los clientes (…)
a don Marcos se le atendió y se le dijo nosotros vamos a revisar
el caso y se le va a dar una respuesta en consideración a lo
que está documentado, al hecho de que es una funcionaria del
banco, que es papelería del banco, pero debemos hacer un
proceso interno de investigación. Una vez efectuado y
determinado que efectivamente los dineros nunca habían
ingresado a las arcas del banco, sino que los manejaba la
exfuncionaria, pues se le dio respuesta y se le informó a don
evangelista que el banco iba a reconocer el capital de ese CDT,
más los intereses que estaban de acuerdo a la política de
captación para la fecha de los hechos, digamos que esa fue la
respuesta que se le dio a don Marcos, que le íbamos a
responder por el dinero”.

Sobre la reunión que se examina, sostuvo que el


banco tenía su sede en la Calle 10 No. 4 – 47 piso 30 del

10
Sesión de juicio oral del 29 de mayo de 2018. Record: 00:31:20 a 00:53:29

30
Segunda instancia acusatorio No.54326
BEATRIZ ABELLA GODOY

edificio Corficolombiana, lugar al que llegaron Marco


Evangelista, su abogado y:

“una funcionaria que se presentó como funcionaria de la


Fiscalía, venían preguntando por el Dr. Cidulfo Hernández
que como tiene sede en Bogotá y como mi oficina era un espacio
cerrado, pues hicimos la teleconferencia desde mi oficina para
conversar las tres personas que venían y con el Dr. Cidulfo.
Cuando empieza la teleconferencia con el Dr. Cidulfo, el Dr.
Cidulfo reconoció a la funcionaria de la Fiscalía, él le preguntó
dra. Usted en qué tipo de interacción está ahí, ella le dijo
textualmente, a mí me asignaron el caso, pero no me ha
llegado la carpeta, eso lo escuché claramente en esa
conversación y como le digo, el Dr. Cidulfo del
Departamento de Seguridad la conocía porque en casos
anteriores habían interactuado (…) como estaban en la
oficina, pues la conversación era prácticamente de ellos, yo
continué realizando algunas actividades (…)”.

El testigo explicó, ante pregunta de la defensa, que la


decisión de pagar el capital correspondiente al título valor
constituido por Marco Evangelista Martínez y los intereses,
obedeció al resultado de la investigación interna que se
hiciera por el banco y al concepto jurídico que emitió la
Gerencia en Bogotá, no a presiones de alguna índole
surgidas en la reunión del 10 de octubre de 2011, por
cuanto, para esa fecha el tema ya estaba definido.

Finalmente, aclaró que no se sintió intimidado,


presionado o atemorizado con ocasión de esa reunión, dado
que no tuvo participación en el desarrollo de la misma,
pues:

31
Segunda instancia acusatorio No.54326
BEATRIZ ABELLA GODOY

“(…) el caso lo manejó el Dr. Cidulfo (…) [quien] prepara


un informe con todos los elementos de juicio del caso que
se está reclamando y se lo entrega al departamento
jurídico quien es el área encargada de emitir respuestas
(…) [el] Dr. Cidulfo participó en la investigación del
departamento de seguridad como soporte al informe de la
Gerencia Jurídica”

d. Cidulfo Hernández, por su parte, en curso de su


declaración en juicio11 refirió que para el 7 de octubre de
2011, en la ciudad de Cali atendió al abogado Germán
Bolaños en la oficina de Martha Lucía Betancourt,
oportunidad en la cual el profesional del derecho puso de
presente, como pretensiones: i) el reconocimiento del
interés correspondiente al 7% pactado en el CDT, ii) que el
banco reconociera y pagara sus honorarios profesionales y
iii) que se pagara algún dinero por concepto de perjuicios
ocasionados a Marcos Evangelista.

El abogado, resaltó el deponente, insistió en que la


conciliación que se hiciere en ese sentido debía efectuarse a
instancias de la Fiscalía, por cuanto, ya existía un proceso
penal derivado de esa situación; sin embargo, agregó, su
postura fue negativa en atención a que el banco aún no
había tomado una decisión definitiva sobre qué aspectos
iba a reconocer, de los reclamados por Marcos Martínez.

Sin embargo, notició que ese mismo día, pasada la


reunión con el abogado, del banco le fue comunicado que le
11
Sesión de juicio oral del 26 de octubre de 2017g. Record 06:30:10 a
02:49:11.

32
Segunda instancia acusatorio No.54326
BEATRIZ ABELLA GODOY

iban a devolver el dinero al reclamante y a reconocer el


pago de unos intereses; información suministrada vía
telefónica a Germán Bolaños, en esa misma fecha.

En punto de la reunión sostenida el día que hizo


presencia BEATRIZ ABELLA GODOY, destacó que él se
dirigía hacia Chaparral – Tolima, cuando recibió la llamada
de Martha Lucía Betancourt, a través de la cual le puso de
presente que a la oficina había acudido Marcos Evangelista,
Germán Bolaños, y que había una fiscal acompañándolos;
entonces, volvió a ocuparse del asunto porque estaban
pidiendo hablar con alguien de la regional, pese a que esa
reunión no había sido concertada ni programada.

Concretamente, sostuvo: “(…) el hecho que esté la Fiscalía


General de la Nación hizo que yo tomara la decisión de bajarme del
vehículo automotor y fui a la oficina más cercana y me desplace a la
oficina autopista sur del Banco de Bogotá y desde esa gerencia me
comuniqué con la regional de Cali (…) debo advertir que nosotros no
atendemos ese tipo de reuniones, para eso se delega a los comerciales
de las oficinas, pero en vista de que se encontraba una fiscal ahí, yo
marque a la regional, Dra Martha Lucía Betancourt y ella me direccionó
a la oficina del Dr. Duván, porque en la oficina del Dr. Duván había un
dispositivo donde se podía hacer teleconferencia, no video, solo la
llamada (…).”

Al testigo se le pregunta si conocía a BEATRIZ


ABELLA, a lo que responde que había interactuado en la
Fiscalía 81 Seccional, por cuanto, allí había un proceso de
apropiación de unos dineros por parte de una cajera en el

33
Segunda instancia acusatorio No.54326
BEATRIZ ABELLA GODOY

que actuó como representante de víctimas. Confirma que la


funcionaria se presentó como la fiscal del caso.

“(…) yo le pregunté que, si la habían asignado, dijo que sí pero


que no le habían subido la carpeta al despacho, y la elogié por hacer
actuaciones proactivas y manifestó que se debían garantizar los

derechos de las víctimas”.

En ese orden, concluye “si se hubieran presentado sin la


fiscal no se hubiera atendido porque no había cita y accedí porque
como se presenta la fiscalía yo diría que es intimidación porque no es
normal que se presente la fiscalía a un banco”.

En su sentir, lo indebido consistió en que la implicada


terminara efectuando gestiones para garantizar el pago de
los honorarios del abogado, invocando una calidad que
para el caso era inexistente, como si la Fiscalía General de
la Nación fuese una oficina de cobro. Fue por esa razón que
se procedió, una vez verificada en la Oficina de
Asignaciones de la Fiscalía General de la Nación, que no se
había asignado el caso a esa Fiscalía, a comunicar esa
irregularidad al órgano de investigación penal y a elevar la
correspondiente queja disciplinaria ante el Consejo
Seccional de la Judicatura.

De manera específica, mencionó: “ella se presentó como


Fiscalía General de la Nación y dijo estar actuando en representación
y en protección de los derechos de las víctimas; cualquier, cualquier
exigencia que realice en el marco de esa afirmación, está fuera de
cualquier ehh es completamente indebida porque ni tiene la facultad

34
Segunda instancia acusatorio No.54326
BEATRIZ ABELLA GODOY

de fiscal asignada al caso, ni tiene la facultad para realizar esa


solicitud ni gestionar pagos en favor de terceros (…) si a la reunión se
hubiese presentado solamente Marcos Evangelista y el Doctor Germán
Bolaños Lemus, todas las exigencias que hubieran podido pedir, que le
financiáramos el carro al dr German Bolaños Lemus y es legítima la
petición, porque es el abogado de él, si se presentan solo ellos dos,
podían decirme los honorarios son del 50%, y nosotros le hubiéramos
dicho es legítima pero eso no significa que el banco la vaya a pagar,
pero es legítima y son los honorarios que el pactó, pero el problema que
aquí radica es que es una representante de la fiscalía quien se
presenta y realiza la solicitud.

(…) yo creo que en este caso puntual, si personalizamos el tema


de la presión es decir, la Dra Beatriz Abella Godoy como persona
natural no podría generar mayor presión, por eso decía yo si se
presenta solo el abogado y el cliente, yo le hubiera dicho a la oficina
despáchelos y fijemos una fecha para reunirnos en Cali, yo estoy allá,
pero es que el problema es que aquí no se presentó BEATRIZ ABELLA
GODOY, se presentó la Fiscal 81 Seccional e hizo la solicitud, es decir,

se presentó la Fiscalía General de la Nación”12.

Indicó, así mismo, que BEATRIZ ABELLA expresó que


lo que esperaba era que se garantizaran los derechos de las
víctimas, porque “yo era conocedor de las implicaciones que
tenía el no indemnizar adecuadamente los perjuicios”.

e. Finalmente, sobre lo ocurrido el 10 de octubre,


Germán Bolaños Lemus13 sostuvo que, cuando se
estableció la comunicación telefónica con Cidulfo
12
Audiencia de juicio oral del 26 de octubre de 2017. Record 2:15:07 a
2:19:16
13
Sesión de juicio oral del 29 de mayo de 2018. CD1 Record 00:35:40 a
01:54:10; CD 2 Record 00:02:27 a 00:15:08.

35
Segunda instancia acusatorio No.54326
BEATRIZ ABELLA GODOY

Hernández, BEATRIZ ABELLA lo saludó amablemente y la


impresión que ello dejó fue que se conocían de antes. La
prenombrada le habló de Marcos, a quien se refirió como su
amigo, buena persona y cliente del banco desde años atrás.

Luego, Cidulfo les comunicó que el banco había


aceptado el pago, pero solo el 3.1% de interés, y que no
aceptaba hacerse cargo del pago de los honorarios
profesionales, por lo que hubo necesidad de que él pusiera
de presente la causación de un daño y la obligación de
repararlo por cuenta de la entidad financiera.

Del contenido de las declaraciones antes resumidas,


emerge un primer aspecto que llama la atención de la Sala:

Marcos Evangelista Martínez intentó justificar la


presencia de BEATRIZ ABELLA GODOY el 10 de octubre de
2011 en las instalaciones del Banco de Bogotá ubicado en
el piso 30 del edificio Corficolombiana de Cali, de un lado,
por su afán y preocupación de no llegar solo a la reunión
para la cual fue citado por Martha Lucía Betancourt,
apenas un par de horas antes al desarrollo de la misma,
para tratar el tema de su reclamación; y de otro, por la
empatía que le generó a ella la situación, a pesar de sus
múltiples ocupaciones, explicada por la amistad de años
atrás que los unía.

La explicación devendría plausible, de no ser porque


eso no fue lo que aconteció en realidad. En efecto, los tres

36
Segunda instancia acusatorio No.54326
BEATRIZ ABELLA GODOY

empleados del Banco de Bogotá, que de algún modo


tuvieron comunicación o contacto con Marcos Martínez y
sus acompañantes en la fecha en cuestión – Martha Lucía
Betancourt, Duvan Eduardo Idarraga y Cidulfo Hernández –, dan

cuenta de la situación contraria, esto es, que su presencia


en la entidad fue espontánea, pues, no había cita alguna
programada para discutir acerca de la reclamación sobre el
CDT.

Y no había una reunión pendiente, por cuanto,


Marcos Martínez, días atrás, no solo ya había elevado la
reclamación, sino que había procedido de la manera en que
fue indicado por el banco, es decir, había aportado los
documentos necesarios para someter a estudio e
investigación interna la anomalía con el título valor y sólo
restaba aguardar por la respuesta que el Banco considerara
pertinente.

En ese orden, el acompañamiento de BEATRIZ


ABELLA GODOY fue planeado con antelación, por lo menos
entre Marcos Evangelista y ella. Solo así puede explicarse
su presencia ese día, en la medida en que los testigos dan
cuenta que ello no obedeció a un evento fortuito.

Ahora bien, para esa data – 10 de octubre de 2011 –,


Marcos Evangelista no conocía aún la decisión del banco de
reintegrarle el dinero con cierta tasa de interés. Así lo
afirmó en su declaración y así lo confirmó Martha Lucía
Betancourt, en tanto, si bien, Cidulfo Hernández anticipó

37
Segunda instancia acusatorio No.54326
BEATRIZ ABELLA GODOY

cual sería el sentido de la respuesta, lo cierto es que


formalmente el banco no la había comunicado aún. De
suerte que la intervención de BEATRIZ ABELLA tenía un
propósito particular: lograr el reconocimiento del 7% de
interés efectivo anual, el pago de honorarios del abogado y
el reconocimiento de unos perjuicios que se afirmó
causados.

La manera como ABELLA GODOY podía lograr o


incidir en tal cometido, era a través de un acto idóneo e
inequívoco dirigido a manipular la voluntad de Cidulfo
Hernández: realzar o destacar la investidura propia del
cargo como Fiscal 81 Seccional que ostentaba, a través del
acto específico de anunciarse ante el interlocutor como la
representante del órgano de investigación asignada al caso
del abuso de confianza originado por la denuncia
instaurada por Marcos Evangelista Martínez contra la
empleada del Banco de Bogotá, Anabelly Valencia para, a
partir de ese engaño, efectuar solicitudes indebidas, en
tanto, ajenas a sus funciones legales y constitucionales.

Conforme al tratamiento jurisprudencial reseñado en


precedencia, la Sala enfatiza que se abusa del cargo o de la
función pública cuando el servidor, al margen de las
normas constitucionales y legales a las cuales debe
obediencia, es decir aquellas que organizan y diseñan
estructural y funcionalmente la administración pública,
constriñe, induce o solicita a alguien dar o prometer alguna
cosa.

38
Segunda instancia acusatorio No.54326
BEATRIZ ABELLA GODOY

El delito se consuma con el solo hecho de ejecutar


alguna de estas acciones, con el propósito de obtener
provecho para si o para otro, pero, eso sí, con
independencia o sin que resulte necesario que la dádiva o
la utilidad hayan ingresado efectivamente a la esfera de
disponibilidad del actor.

Sobre el particular, esta Corporación ha sostenido:

“(…) para su consumación basta con la exigencia no requiere


que el desembolso se cause o se entregue el objeto o la dádiva
por tratarse de un punible de conducta o mera actividad basta
con la manifestación del acto de constreñir inducir o solicitar
dinero u otra utilidad indebida independiente de que el sujeto
pasivo esté en posibilidad de cumplirla a reiterado la corte
recientemente” (CSJ SP 8 Jun 2011. Rad, 27703).

Lo anterior se explica, porque la idoneidad de la


conducta no se examina de cara al resultado producido en
la víctima, sino desde la perspectiva de que se observe, ex
ante, apropiado o adecuado para algo, no en vano estamos
ante un tipo penal de mera conducta.

Así, entonces, se reitera lo siguiente: una Fiscal


delegada se acerca a un banco, se contacta con la persona
del área de seguridad que tiene a cargo el trámite de las
reclamaciones de los clientes, engaña al afirmar ser quien
tiene a su cargo una investigación penal por delito
presuntamente cometido por una de sus empleadas, resalta
las virtudes y bondades de la víctima que la acompaña y

39
Segunda instancia acusatorio No.54326
BEATRIZ ABELLA GODOY

respecto de quien resalta su amistad, para luego manifestar


su interés en que resulte debidamente indemnizada, dado
que de lo contrario, la entidad se vería afectada, ello
indiscutiblemente informa de la extralimitación de poder
idónea e inequívocamente dirigida a lograr que el sujeto
pasivo acceda a sus pretensiones.

Ello, se reitera, sin que resulte relevante, para efectos


de la configuración típica del delito de concusión, que lo
pretendido sea o no finalmente realizable, pues lo
determinante es la ejecución de las maniobras adecuadas
para el ilícito fin propuesto.

En este asunto, para la Sala no hay duda de que


BEATRIZ ABELLA GODOY abusó de su cargo, pues,
prevalida de su calidad de funcionaria pública
–específicamente como Fiscal 81 Seccional de Cali–, se
presentó como representante de autoridad y en tal virtud
ejecutó una de las acciones contenidas en los verbos
rectores alternativos del tipo penal en mención, esto es,
solicitó, en este particular asunto, sumas de dinero
indebidas, con el pretexto de propender por una debida
indemnización de quien era la víctima y su amigo personal.

En reciente pronunciamiento, la Sala se refirió al


alcance de cada uno de los verbos rectores de la concusión.
En relación con el que atañe a los actuales fines –solicitar–
sostuvo:

40
Segunda instancia acusatorio No.54326
BEATRIZ ABELLA GODOY

“Los mencionados verbos rectores significan: (i) constreñir:


«obligar, precisar, compeler por fuerza a alguien a que haga y ejecute
algo, oprimir, reducir, limitar»; (ii) inducir: «mover a alguien a algo,
causar o provocar indirectamente algo, extraer»; y, (iii) solicitar:
«pretender, pedir o buscar algo con diligencia y cuidado».

Cada una de estas modalidades tiene un concreto contenido, tal


como lo ha determinado esta Sala Penal:

[…]

La solicitud debe ser expresa, clara e inequívoca con total


abandono de actos de violencia, engaño, artificios y amenazas sobre la
víctima, con la intención de vender su función o el cargo, y a través de
ello, recibir una suma de dinero u otra utilidad, o la promesa de que así
será. (CSJ SP, auto 30 may. 2012, rad. 33743).

[…]

En ese orden, se entiende consumado el delito con la sola


manifestación o expresión que hace el servidor público a través de una
de las tres modalidades comisivas, es decir, constreñimiento, inducción
o solicitud de una prestación indebida. En consecuencia, la conducta
punible únicamente exige que el servidor público realice un
requerimiento indebido en forma de amenaza [expresa o
implícita -sea que se materialice o no-], de un posible perjuicio
para el destinatario, en el evento en que este opte por no acceder al
pedimento, mediando la coerción que implica esa investidura adquirida

por el cargo que ostenta”.14 (Negrillas fuera del texto original).

De acuerdo con lo anterior, no se desestima la


comisión del delito por el hecho de que Martha Lucía
Betancourt o Duván Eduardo Idárraga se hayan sentido

14
CSJ SP, 15 Jul 2020. Rad, 56600.

41
Segunda instancia acusatorio No.54326
BEATRIZ ABELLA GODOY

ajenos a presiones indebidas por parte de BEATRIZ


ABELLA, por cuanto, su intervención operó apenas en
calidad de intermediarios. El interés de ABELLA GODOY
era entablar contacto con Cidulfo Hernández, dado que era
quien estaba encargado de llevar la investigación interna
por la reclamación radicada; tanto así, que acudió al Banco
de Bogotá manifestando la necesidad de hablar con él. En
ese orden, es apenas lógico que el denominado metus
publicae potestatis no se hubiese consolidado en relación
con ninguno de los dos primero citados.

Es el mismo Cidulfo Hernández quien respalda las


conclusiones a las que arriba la Sala. En efecto, narró como
suspendió las actividades que adelantaba, para responder
al llamado de Marcos Evangelista, BEATRIZ ABELLA y el
abogado Germán Bolaños, únicamente, por la
consideración de que se le intimaba acudir al llamado de la
Fiscal encargada del caso.

Expresó, que si no le hubiesen dicho que quien quería


hablar con él era la fiscal asignada a un asunto específico,
habría obviado intervenir. Empero, como lo sostenido era
que había llegado la fiscal asignada a la carpeta ya referida,
se apresuró a buscar una oficina para atender el
requerimiento de la autoridad.

Agregó el citado testigo, que fue precisamente en esa


reunión del 10 de octubre, que BEATRIZ ABELLA GODOY
le recomendó a su amigo y le recordó sobre la existencia de

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Segunda instancia acusatorio No.54326
BEATRIZ ABELLA GODOY

consecuencias desfavorables para quien al interior de un


proceso penal no indemnice de manera integral a las
víctimas.

De lo anterior se sigue que, no obstante resultar


suficiente el despliegue de conductas exteriorizadas por
BEATRIZ ABELLO para configurar el punible contra la
administración pública – en tanto idóneas en el cometido
de generar presión, desde la simulación de autoridad –,
refuerza la comisión del punible la presión que en todo caso
logró ABELLA GODOY ejercer sobre Cidulfo Hernández.

Véase que este ciudadano no solo otorgó prioridad a la


comunicación con Marcos Evangelista Martínez y su
abogado, por cuanto arribaron al banco en compañía de
una delegada de la Fiscalía General de la Nación, quien en
uso de esa calidad no solo mintió sobre la asignación del
caso, sino que con evidente abuso del mismo, pretendió
obtener sumas dinerarias acompañadas de un mensaje
implícito de consecuencias nocivas al interior del proceso
penal, para quien no indemnice como es debido a un
perjudicado.

Para Cidulfo Hernández quien, no sobra precisar,


ninguna amistad guardaba con BEATRIZ ABELLA - si así
fuese para qué invocar la autoridad en vez de acudir a la cercanía

propia de quienes se reputan amigos –, la situación le generó tal

malestar y extrañeza, que se dirigió a la Oficina de


Asignaciones de la Fiscalía General de la Nación, a fin de

43
Segunda instancia acusatorio No.54326
BEATRIZ ABELLA GODOY

verificar que en verdad BEATRIZ ABELLA GODOY, Fiscal


81 Seccional, fuese la funcionaria encargada del proceso
penal iniciado contra la empleada del Banco de Bogotá.

En ese aspecto, no puede pasar inadvertido que, al


percatarse del engaño, lo que realizó de inmediato fue
poner en conocimiento la situación irregular a la Fiscalía
General de la Nación, así como elevar queja disciplinaria
contra ABELLA GODOY, precisamente, concluye la Sala,
por el repudio derivado del engaño y presiones adelantados
por la implicada.

La Sala debe subrayar en el ámbito de este tipo de


punibles, esa sutileza que suele rodearlos, generalmente
reflejada en la imposibilidad de recaudar otros medios de
conocimiento directos que respalden la declaración de la
víctima.

Sin embargo, como viene de verse, ello no significa la


imposibilidad de rebasar el estándar de conocimiento de la
duda razonable, para lo cual será especialmente relevante
el acopio de medios de conocimiento que permitan la
corroboración periférica.

En este sentido, puede afirmarse de manera


contundente que Cidulfo Hernández no tenía razones por
las cuales quisiera perjudicar a BEATRIZ ABELLA, tanto
así que él no presentó formalmente denuncia penal en su
contra, sino que, según su dicho en juicio oral, elevó una

44
Segunda instancia acusatorio No.54326
BEATRIZ ABELLA GODOY

comunicación a la Fiscalía informando lo sucedido, pero sin


que su intención fuese la de activar la administración de
justicia sino únicamente noticiar un evento irregular; pese
a lo cual a esa información le fue asignado ese alcance.

Ello es trascendente porque se trata de un medio


complementario o periférico, que tiene la entidad suficiente
para afianzar el aspecto que se pretende probar,
relacionado con la responsabilidad de BEATRIZ ABELLA,
en tanto refuerza la conclusión de que los sucesos
ocurrieron en la manera en que fue noticiado por Cidulfo
Hernández.

Ahora bien, no puede aceptarse la tesis planteada por


la acusada, referida a que actuó movida por la compasión y
la amistad, en tanto, ello implicó evidente abuso de su
cargo, a partir de la implícita pero efectiva presión que,
sabe y por ello lo expresó, ejerce al invocar su calidad de
delegada de la Fiscalía General de la Nación.

Por lo demás, que a la reunión en cuestión hubiese


acudido el abogado del afectado con la estafa, verifica que
no se trataba de socorrer a una persona desvalida, sino de
activar un mecanismo efectivo para obtener el pago de todo
lo pretendido.

Tampoco puede sostenerse que, como la decisión del


banco ya estaba tomada y que únicamente bastaba la
comunicación formal a Marcos Evangelista Martínez, las

45
Segunda instancia acusatorio No.54326
BEATRIZ ABELLA GODOY

solicitudes hechas por ABELLA GODOY hayan resultado


inanes, pues, se insiste, para la consumación de esta
modalidad delictual basta con el impacto capaz e idóneo
para viciar o alterar la voluntad, por desconcierto,
confusión, molestia o repudio.

Entender el “metus publica potestatis”, únicamente


desde la óptica del miedo extremo generado por quien
abusa del poder, equivale a desconocer esas formas de
engaño que, sin producir un sentimiento de esas
características, logran emerger idóneas para minar la
voluntad de la víctima.

Lo anterior, por cuanto “no siempre el sujeto activo se dirige


a cara descubierta, pues son maneras demasiado groseras y, por lo
mismo, de las más raras (…) así nace la vieja fórmula de derecho
romano, la llamada concusión implícita o fraudulenta, que se concreta
en la receptación de lo indebido, a través de una forma de actuar de
inducir al sujeto”15.

Sobre este particular aspecto, suficiente resulta


señalar que de tiempo atrás la Sala ha puntualizado que en
la concusión implícita “el sujeto activo usa medios que,
aparentemente, no envuelven coacción, los emplea en tal forma que el
sujeto pasivo se siente intimidado (…)”16.

Es así como de manera tradicional pero con total


vigencia en la actualidad, la Sala ha considerado que la

15
Ramos Mejía, Enrique. El delito de concusión. Pág 65 y ss.
16
CSJ AP 8 Oct 1993. Rad. 7768.

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BEATRIZ ABELLA GODOY

concusión puede presentarse, a partir del entendimiento de


cada uno de los vocablos que componen el tipo penal, a
través de acciones distintas: “la de naturaleza activa, ha sido
denominada concusión explícita; y a la de índole pasiva se le dado el
nombre de concusión implícita (…) la primera se configura cuando
se utilizan medios claramente coactivos que vencen el consentimiento
del sujeto pasivo, cuando se amenaza abiertamente con un acto de
poder. En la segunda, se consigue el resultado mediante un
exceso de autoridad que va latente u oculto, en forma sutil, con
un habilidoso abuso de funciones o del cargo (…)”17. (negrillas
fuera del texto original).

Sostener lo contrario como lo hizo el Tribunal a quo,


esto es, que la conducta carece de relevancia penal por
cuanto ninguno de los empleados del banco expresó sentir
el miedo a la autoridad, significa poner en tela de juicio la
idoneidad de la exigencia que, como viene de verse, emerge
indiscutible.

No interesa, entonces, si Martínez Muñoz conoció el


sentido de la decisión del banco antes, durante o después
de la reunión del 10 de octubre de 2011, pues, la
declaración de Cidulfo Hernández fue creíble,
circunstanciada y coherente, en torno de las solicitudes
que efectuó ABELLA GODOY, supuestamente dentro del
marco de una investigación penal, tanto así que Marcos
Martínez y Germán Bolaños confirman que la implicada
recomendó a su conocido y encargado del caso, Cidulfo
Hernández, tratar con preferencia a su amigo, en atención

17
CSJ SP 11 Feb. 2003.

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Segunda instancia acusatorio No.54326
BEATRIZ ABELLA GODOY

a sus calidades humanas y en procura de devolverle lo


debido, dentro del marco de una debida reparación a la
víctima.

Con todo, las exigencias no eran debidas. En el ámbito


civil el banco seguramente sería llamado a responder por el
hecho de su empleada conforme a la normatividad invocada
por el Tribunal, pero, no sobra recordar, la responsabilidad
penal se predica de manera individual y, en ese orden, no
podía afirmarse válidamente que el banco estaba en la
obligación de responder por el pacto no autorizado de
Anabelly Valencia acerca de la tasa de interés, menos aún,
cuando para ese momento, ni siquiera había sido declarada
penalmente responsable.

Igual suerte sigue la solicitud del pago de honorarios y


perjuicios. Una cosa es que se sostenga que quien se repute
perjudicado de una situación en particular pida las sumas
que considere generadas por la conducta reprochada, que
es indudablemente legítimo, y otra muy diferente, que no
puede confundirse, es la exigencia, dentro de un proceso
penal y a partir de exponer de manera tácita que ellas
corresponden al pago del daño causado, sumas de dinero
que, precisamente por la ilegitimidad del escenario en el
cual se piden, nunca pueden adquirir el carácter de
debidas.

El objeto de discusión, que precisamente constituye el


yerro en el cual incurrió el A quo, no responde a definir si

48
Segunda instancia acusatorio No.54326
BEATRIZ ABELLA GODOY

en el plano civil el banco pagaría o no las sumas solicitadas


por el afectado, sino que se instala en el escenario de un
proceso penal en el cual, cabe destacar, el banco como ente
abstracto no es investigado, ni puede ser condenado como
responsable, si se atiende que la conducta, acorde con lo
que se sabe, operó por parte de una empleada del mismo
que engañó a la víctima, y por ello se asume principal
encargada de indemnizar, dentro del proceso penal, se
repite, los perjuicios causados.

Entonces, si la acusada dice actuar como fiscal,


además encargada del caso y buscando de un tercero un
pago ajeno a la investigación que se supone adelantar, es
claro que lo solicitado sí debe asumirse indebido, sin
necesidad de examinar dentro del plano estrictamente civil,
la efectiva obligación, por parte de la entidad crediticia, de
asumir intereses ajenos a los que ofrece, pagar al
apoderado del afectado o cubrir unos daños que, se reitera,
en el plano penal están radicados en cabeza de la ejecutora
de la conducta ilícita

Por lo demás, la tesis referida a que la conducta


emergía inocua porque ya la entidad había aceptado el
pago, desconoce el escenario que gobierna el bien jurídico
tutelado en el delito de concusión –la administración
pública –, en este caso sometida a grave desdoro por la
actuación de una de sus representantes-, pero también
pasa por alto que lo aceptado pagar por el banco es ajeno a
lo requerido en la reunión, atinente a un más alto interés,

49
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BEATRIZ ABELLA GODOY

el pago de honorarios del abogado y la indemnización de


supuestos perjuicios, para no hablar de esa especie de
cláusula aceleratoria del plazo, que implicó pedir el pago de
los intereses cuando aún no habían sido causados.

Esta misma circunstancia, esto es que el banco no


había aceptado pagar todo lo pedido, es lo que explica, así
mismo, que la intervención de la acusada en la reunión
tantas veces citada sí tuviera efectos concretos, dentro del
rango del temor pasible de infundir al empleado encargado
de tramitar el asunto, pues, nótese cómo no solo ello obligó
a que aceptara este realizar el trámite, sino que recibió no
tan velada intimidación –la acusada le recordó los
presuntos efectos nocivos que generaba no pagar la
indemnización-, que bien pudo conducir a adelantar algún
diligenciamiento, así en el caso concreto ello no hubiese
ocurrido.

En ese orden de ideas, se concluye, queda demostrado


que BEATRIZ ABELLA GODOY solicitó el pago de dineros
en favor de un tercero, valiéndose de una situación creada
por ella misma con el objeto de generar coerción en su
víctima, no solo por hacer valer su cargo, sino porque hizo
creer que le había sido asignada la investigación penal;
conducta que desplegó, dada su condición de Fiscal, con
conocimiento de ilicitud y voluntad de realización, para
obtener una contraprestación irregular; comportamiento
con el que afectó de manera injusta las expectativas que la

50
Segunda instancia acusatorio No.54326
BEATRIZ ABELLA GODOY

sociedad y el Estado depositaron en ella, cuando fue


nombrada en la posición aludida.

Con su proceder, la acusada menoscabó la confianza


del público en las autoridades, que espera una respuesta
de la administración pública objetiva, transparente y
ceñida a las disposiciones legales vigentes. No obstante,
como se acreditó, la enjuiciada vulneró los aludidos
postulados – administración pública, a partir de la
administración de justicia – con menoscabo del bien
jurídico tutelado, sin que mediase causa que justificase su
conducta.

Su actuación se ofrece igualmente culpable, en la


medida en que BEATRIZ ABELLA GODOY contaba con la
experiencia y preparación para comprender la ilicitud de su
conducta, no obstante, lo cual, determinó la voluntad a fin
abusar de su cargo y por virtud de ello, solicitar dineros
indebidos, advirtiéndose que no concurrió causal de
exculpación en su proceder.

Se trata, sin duda, de persona imputable, de quien era


exigible un comportamiento conforme a derecho, pues, de
la prueba allegada no es posible suponer la incapacidad de
ajustar su proceder al ordenamiento jurídico vigente.

Así las cosas, demostrada la materialidad del delito y


la responsabilidad de BEATRIZ ABELLA GODOY en su
comisión, no queda solución distinta que la de revocar la

51
Segunda instancia acusatorio No.54326
BEATRIZ ABELLA GODOY

sentencia de primera instancia y, en su lugar, condenarla


como autora del delito de concusión.

6. DOSIFICACIÓN DE LA PENA

El artículo 404 del Código Penal establece una


sanción privativa de la libertad de noventa y seis (96) a
ciento ochenta (180) meses de prisión, multa de sesenta y
seis punto sesenta y seis (66.66) a ciento cincuenta (150)
salarios mínimos legales mensuales vigentes, e
inhabilitación para el ejercicio de derechos y funciones
públicas de ochenta (80) a ciento cuarenta y cuatro (144)
meses.

Para efectos de la individualización de la pena que ha


de imponerse a la procesada, lo primero que se advierte es
que, al no haber sido incluida en la acusación ninguna
circunstancia de mayor punibilidad, conforme al artículo
60 de la Ley 599 de 2000, el ámbito punitivo está
determinado en el primer cuarto mínimo, esto es entre 96 y
117 meses.

Ahora, para efectos de determinar la sanción


aplicable, se debe considerar que, aunque la conducta en sí
misma es grave y esto es lo que justifica su tipificación,
esta gravedad no excedió la contemplada por el legislador,
razón por la cual se aprecia como justo, proporcional y

52
Segunda instancia acusatorio No.54326
BEATRIZ ABELLA GODOY

razonable fijar la pena en noventa y seis (96) meses de


prisión.

En razón a los mismos criterios de gravedad de la


conducta, dentro del ámbito punitivo correspondiente,
aplicando los parámetros del artículo 61 del C. P., pero
también de cara a las acreditadas condiciones económicas
de la procesada, se fijará la pena de multa en la suma de
sesenta y seis punto sesenta y seis (66.66) salarios
mínimos legales mensuales vigentes.

Finalmente, a la procesada se le condenará a la pena


principal de interdicción de derechos y funciones públicas
por el término de 80 meses, por las mismas razones que
gobernaron imponer el mínimo en la sanción de prisión.

7. SUBROGADOS PENALES

No se reúnen los requisitos señalados en el artículo 63


del Estatuto Penal, relacionados con la suspensión de la
ejecución de la pena, por ausencia del elemento objetivo,
pues la pena privativa de la libertad que se impone es
superior los tres (3) años exigidos en el artículo original, o
los cuatro (4) años señalados en la modificación introducida
por la Ley 1709 de 2014.

Tampoco resulta viable la sustitución de la prisión


intramural por domiciliaria.

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Segunda instancia acusatorio No.54326
BEATRIZ ABELLA GODOY

Así, si se aplica el artículo 38 del Código Penal sin la


reforma establecida en la citada ley, no concurre el factor
objetivo, pues el delito de concusión está sancionado con
una pena mínima que supera los cinco (5) años de prisión.

Y si se optara por aplicar la reforma prevista en la Ley


1709 de 2014, aun cuando se cumple el aspecto objetivo
señalado en el artículo 38 B – 1, porque la pena mínima
prevista en la ley para el delito de concusión es de ocho (8)
años, es claro que el numeral 2º de la misma preceptiva
prohíbe conceder la prisión domiciliaria para los delitos
contemplados en el inciso 2º del artículo 68 A del Código
Penal, entre los cuales figuran los delitos dolosos contra la
administración pública, bien jurídico vulnerado con el
punible por el cual se imparte sentencia de condena en este
caso.

Además, no se presentan las hipótesis de los


numerales 2, 3, 4 y 5 del artículo 314 de la Ley 906 de 2004,
referidas a que la acusada sea mayor de sesenta y cinco (65)
años, se trate de una persona a la que le falten dos (2) meses
o menos para el parto, que padezca grave enfermedad
dictaminada por perito oficial, ni se ha aducido y
demostrado la condición de madre cabeza de familia,
circunstancias que a tenor del artículo 68 A - 3, modificado

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BEATRIZ ABELLA GODOY

por la Ley 1709 de 2014, permitirían la sustitución de la


ejecución de la pena.

En ese orden, BEATRIZ ABELLA GODOY deberá


ejecutar la sanción privada de la libertad en el
establecimiento que el INPEC disponga para ese efecto. Por
ende, se librará la correspondiente orden de captura.

8. OTRAS DETERMINACIONES

Como la presente providencia supone la primera


condena emitida contra la enjuiciada, quien fue absuelta en
primera instancia, la misma, conforme las reglas
transitorias fijadas en el fallo SP-4883-2018, es suscrita por
seis de los Magistrados integrantes de la Sala.

Frente a tres Magistrados que no participan de esta


decisión, la interesada, si así lo quiere, podrá promover
recurso de impugnación especial, en los mismos términos
procesales previstos en la Ley 906 de 2004 para el recurso
de apelación.

Se ordena comunicar la presente sentencia a las


autoridades previstas en el artículo 166 de la Ley 906 de
2004 y demás preceptos concordantes.

DECISIÓN

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BEATRIZ ABELLA GODOY

En mérito de lo expuesto, la Sala de Casación Penal de


la Corte Suprema de Justicia, administrando justicia en
nombre de la República de Colombia y por autoridad de la
Ley,

RESUELVE

Primero: Revocar la sentencia absolutoria proferida


por el Tribunal Superior de Cali.

Segundo: En consecuencia, condenar a BEATRIZ


ABELLA GODOY como autora del delito de concusión a las
siguientes penas principales: prisión por un término de
noventa y seis (96) meses, multa por valor equivalente a
sesenta y seis punto sesenta y seis (66.66) salarios mínimos
mensuales legales vigentes, y a la inhabilitación para el
ejercicio de derechos y funciones públicas por el lapso de
ochenta meses.

Tercero: No conceder a BEATRIZ ABELLA GODOY la


suspensión condicional de la ejecución de la sentencia ni la
prisión domiciliaria.

Cuarto: Librar orden de captura en contra de


BEATRIZ ABELLA GODOY para que cumpla la pena
privativa de la libertad aquí dispuesta.

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Segunda instancia acusatorio No.54326
BEATRIZ ABELLA GODOY

Quinto: Dar cumplimiento al acápite de otras


determinaciones.

Sexto: Comunicar que contra esta decisión procede el


recurso de impugnación especial.

Notifíquese y cúmplase.

DIEGO EUGENIO CORREDOR BELTRÁN

EUGENIO FERNÁNDEZ CARLIER

LUIS ANTONIO HERNÁNDEZ BARBOSA

FABIO OSPITIA GARZÓN

EYDER PATIÑO CABRERA

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BEATRIZ ABELLA GODOY

HUGO QUINTERO BERNATE

Nubia Yolanda Nova García


Secretaria

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