La Prision Preventiva en El Codigo Procesal Penal
La Prision Preventiva en El Codigo Procesal Penal
La Prision Preventiva en El Codigo Procesal Penal
1. Introducción
La prisión preventiva, como institución jurídica procesal, cuenta con cinco ám-
bitos de exploración y estudio dentro del Derecho Procesal Penal. En primera
instancia se encuentra la etapa de imposición de la prisión preventiva, cuando
se cumplen los requisitos contenidos en el artículo 268° del Código Procesal
Penal.
acorde a la Ley N° 30076 del año 2013, que modificó el artículo 272° del Có-
digo Procesal Penal.
Por otro lado, el segundo presupuesto formal consiste en que se debe realizar la
audiencia en el marco de competencia de un juez de Investigación Preparatoria,
puesto que este es el único órgano judicial que puede imponer una prolonga-
ción de la prisión preventiva. Al respecto, la Corte Suprema ha establecido –en
la Casación N° 328-2012/Ica– que resulta concerniente precisar que un pedido
de prisión preventiva no puede considerarse una cuestión no reglada, dado que
sí existe una normativa referente a dicho tema; en ese sentido, en el artículo
264° del Código Procesal Penal se establece que el requerimiento de prisión
preventiva –y de todas aquellas medidas que involucren la limitación de liber-
tades– debe realizarse ante el juez de Investigación Preparatoria, al ser este
competente y natural.
a aquel que señala que para darse la prolongación de la medida deben concurrir
los presupuestos del fumus boni iuris; el del fumus delicti comissi; o probabili-
dad, sospecha grave o vehemente, ello acorde a lo señalado en la Casación N°
147-2016/Lima. Además, debe subsistir la prognosis de pena superior a cuatro
años de privación de la libertad y el peligro procesal en su faceta de peligro de
fuga y entorpecimiento de la actividad probatoria.
Como postura contraria, el tratamiento brindado por el Poder Judicial opta por
establecer que la ampliación de la prisión preventiva no puede admitirse bajo
ningún punto de vista. Esta perspectiva fue plasmada en el Pleno Jurisdiccional
Distrital de Chiclayo del año 2015, donde se enfatizó que –una vez dictada la
medida de prisión preventiva por un plazo menor al máximo legal– no sería po-
sible la ampliación del plazo; sino que procedería la prolongación de la medida.
Finalmente, dicho cuestionamiento llegó a la Corte Suprema a través del Ex-
pediente N° 3-2015. En él se precisó que la prórroga no se encuentra prevista
legalmente en el Código Procesal Penal. Asimismo, en la Ejecutoria Suprema
recaída en la Casación N° 147-2016/Lima se sostuvo que la figura de la amplia-
ción no se regula en dicho cuerpo normativo. En resumen, de las dos posturas
detalladas, la primera ya ha perdido gran adherencia; siendo –por consiguien-
te– la segunda la que ha prevalecido. Esto considerándose que, una vez vencido
el plazo ordinario de la prisión preventiva, lo que procedería es la prolongación
de la medida.
Ahora bien, resulta pertinente plantearse ¿qué se entiende por especial dificul-
tad, no solo de la investigación, sino también del proceso? Para responder ello,
es necesario mencionar el sentido de la primera línea jurisprudencial, conteni-
da en la Ejecutoria Suprema recaída en el Recurso de Nulidad N° 1392-2018/
Lima. En ella se señaló que, la dificultad de las diligencias probatorias estriba
en que se necesita un tiempo prudencial para su actuación en sede de instruc-
James Reátegui Sánchez
Ahora bien, una vez realizado el análisis del primer –y más importante– pre-
supuesto material; corresponde desarrollar el segundo, que versa sobre el peri-
culum libertatis, regulado en el artículo 274° del Código Procesal Penal. Sobre
ello, cuando se menciona la circunstancia acerca de la posibilidad del imputado
de sustraerse de la acción de la justicia u obstaculizar la actividad probatoria; se
colige que debe subsistir el peligro de fuga para la prolongación de la medida
de prisión preventiva. Además, es importante precisar que dicho peligro no
debe interpretarse en su sentido coloquial; sino que debe recurrirse a la reali-
zación de un juicio de ponderación y de probabilidad, casi cercano a la certeza.
En síntesis, ambos presupuestos materiales –en conjunto con los presupuestos
formales– son los criterios que deben tenerse en cuenta para decretar o no una
prolongación de prisión preventiva. Sin embargo, ahí no culmina el debate;
puesto que, debe cuestionarse –además– si es proporcionalmente viable la pro-
longación de la mencionada medida. En relación a ello, el Acuerdo Plenario N°
1-2017 se ha pronunciado, señalando que el plazo de la prolongación preventi-
va se encuentra amparado por el principio de proporcionalidad. En esa misma
línea se dirige el Recurso de Nulidad N° 80-2021/Lima, en el que se establece
que debe analizarse la proporcionalidad de la medida en sentido estricto, de
idoneidad y necesidad.
James Reátegui Sánchez
5.3. Desde su perspectiva, ¿en qué medida cree que los factores
extralegales afectan la decisión de imponer prisión preventiva en
nuestro país? ¿Considera que realmente se viene aplicando la pri-
sión preventiva en condiciones procesales mínimas para el imputa-
do?