Trastorno de Ansiedad Karina

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Presentado por:

Yenny Karina Murillo Sánchez

Programa:

Facultad ciencias de la salud – Psicología V Semestre

Universidad Tecnológica del Chocò Diego Luis Córdoba

Docente:

Kelly Serna Becerra

Asignatura:

Psicología cognitivo conductual

09/02/2022
Tabla de contenido

Introducción...............................................................................................................................3

Antecedentes históricos de la ansiedad......................................................................................4

Descripción del trastorno...........................................................................................................5

Criterios diagnósticos...............................................................................................................15

Subcategorías del trastorno......................................................................................................22

Factores de riesgo o predisposición del trastorno....................................................................27

Tratamiento..............................................................................................................................28

Conclusión................................................................................................................................31

Referencias...............................................................................................................................32
Introducción

Principalmente, el trastorno de Ansiedad es uno de los problemas más frecuentes en la

sociedad actual. En la mayoría de los casos la ansiedad –que al progresar

puede convertirse en un trastorno de ansiedad– tienen un origen adaptativo, como

otras emociones, pero cuando son muy intensas pueden aparecer las

complicaciones, cómo el ataque de ansiedad. Sentir ansiedad de modo ocasional es

una parte normal de la vida. Sin embargo, las personas con trastornos de ansiedad con

frecuencia tienen preocupaciones y miedos intensos, excesivos y persistentes sobre

situaciones diarias. Con frecuencia, en los trastornos de ansiedad se dan episodios

repetidos de sentimientos repentinos de ansiedad intensa y miedo o terror que

alcanzan un máximo en una cuestión de minutos (ataques de pánico). Estos

sentimientos de ansiedad y pánico interfieren con las actividades diarias, son difíciles

de controlar, son desproporcionados en comparación con el peligro real y pueden

durar un largo tiempo. Con el propósito de prevenir estos sentimientos, puede suceder

que evites ciertos lugares o situaciones. Con el DSM-V, el trastorno por estrés

postraumático y el trastorno por estrés agudo, previamente considerados trastornos de

ansiedad, fueron reclasificados a una nueva categoría, los trastornos relacionados con

traumas y factores de estrés. El trastorno obsesivo-compulsivo, también otrora

trastorno de ansiedad, pasó a formar parte de la clasificación «trastorno obsesivo-

compulsivo y trastornos relacionados. (MayoClinic, s.f.)


Antecedentes históricos de la ansiedad

Las condiciones ahora consideradas como trastornos de ansiedad llegaron bajo la

égida de la psiquiatría hacia el final del siglo XIX. Gelder, Mayou y Geddes (2005)

explican que los trastornos de ansiedad se clasifican en dos grupos: síntomas

continuos y síntomas episódicos. Los criterios diagnósticos actuales psiquiátricos

reconocen una gran variedad de trastornos de ansiedad. Estudios recientes, además de

haber encontrado que hasta un 18% de la población estadounidense y un 20% de la

población española pueden estar afectados por uno o más de estos desórdenes, han

hallado que la genética encargada en propiciar la aparición y el desarrollo de estos es

la misma que la involucrada en los trastornos depresivos y bipolares. (Sortzen, s.f.)

El término ansiedad abarca cuatro aspectos que un individuo puede experimentar:

aprensión mental, tensión física, síntomas físicos y ansiedad disociativos. Cada uno

tiene sus propias características y síntomas y requieren tratamientos diferentes. Las

emociones presentes en los trastornos de ansiedad van desde el simple nerviosismo a

episodios de terror o pánico. Cuestionarios clínicos estandarizados de detección, tales

como la Escala de Ansiedad Manifiesta de Taylor o la Zung Self-Rating Anxiety

Scale, pueden utilizarse para detectar los síntomas de ansiedad y sugieren la necesidad

de una evaluación formal para el diagnóstico de un trastorno de ansiedad. Los

trastornos de ansiedad suelen tener un curso persistente. (Sortzen, s.f.)


Descripción del trastorno

Evolución histórica

A menudo se ha escrito que la historia de los trastornos de ansiedad es reciente y que

apenas se conocía como un trastorno antes del siglo XIX, sin embargo, puede que no

sea del todo cierto que la ansiedad sea una construcción relativamente reciente. Hay

indicios de que la ansiedad fue identificada claramente como un efecto negativo

distinto y como un trastorno separado por los filósofos y médicos

grecorromanos. Ya Hipócrates (460 a. C.-370 a. C.) y sus discípulos dejaron una

colección de textos médicos denominados el Corpus Hipocrático en donde se recoge

la fobia de un hombre llamado Nicanor, el cual, al acudir a fiestas nocturnas, cuando

escuchaba a la flautista “se alzaban masas de terrores. Dijo que apenas podía

soportarlo cuando era de noche, pero si lo escuchaba durante el día no se veía

afectado. Tales síntomas persistieron durante un largo período de tiempo”. (Puerta,

2018)

En las Disputas de Tusculan, la serie de cinco libros escritos por Cicerón (106 a.C-43

a.C), escribió que la aflicción (molestia), la preocupación (sollicitudo) y la ansiedad

(angor) se denominan trastornos (aegritudo), debido a la analogía entre una mente con

problemas y un cuerpo enfermo. (Puerta, 2018)

La manía: La ansiedad en la historia

Observando las diferencias de funcionamientos, en la filosofía y medicina antigua se

desarrolló una clasificación que denominaron La teoría de los cuatro humores que, en

esencia, afirmaba que el cuerpo humano está compuesto de cuatro sustancias básicas,

llamadas humores (líquidos), cuyo equilibrio indicaba el estado de salud de la


persona. Así, el término de manía aún se manejaba en 1801 cuando Pinel la

caracterizaba en su obra Tratado de la alienación mental o la manía como “una

perturbación de todas las facultades, es la locura propiamente dicha”. (Puerta, 2018)

Ansiedad como neurosis

Es Morel quien, en 1866, inaugura la historia moderna de lo que hoy conocemos

como ansiedad con su artículo “Sobre el delirio emotivo, neurosis del sistema

nervioso ganglionar visceral”. A pesar de que no emplea nunca el término ansiedad,

Morel recoge en un mismo cuadro los estados en los que se puede reconocer tanto el

trastorno de ansiedad generalizada como las crisis de pánico, las obsesiones y las

fobias. A su juicio, todo ello revelaba una perturbación de la “emotividad” y, puesto

que él consideraba que ésta tenía como soporte fisiológico el “sistema nervioso

ganglionar visceral” (nuestro sistema nervioso autónomo), lo atribuía a un trastorno

funcional de éste, a una neurosis específica. (Puerta, 2018)

Seis años más tarde, Westphal aísla clínicamente la agorafobia, manifestación

neuropática cuyo síntoma central es un sentimiento de miedo (en griego:

phobos) irracional, que aparece cuando el sujeto se encuentra en un espacio

abierto (en griego: ágora) (Puerta, 2018)

Por otro lado, en 1880, el libro del neurólogo americano Beard, “Tratado práctico del

agotamiento nervioso” (neurastenia), introduce una nueva neurosis atribuida por su

autor a lo que hoy se llama el “estrés de la vida moderna”. El cansancio físico y

mental es su principal síntoma, pero va acompañada de otros muchos, somáticos y

físicos, entre los cuales se puede reconocer fenómenos fóbicos y obsesivos. (Puerta,

2018)
En 1895 Sigmund Freud se interesó por el estudio de la histeria y, más en general, de

las neurosis, emprendiendo la clasificación de la neurastenia. Afirmó que la

neurastenia de Beard debía descomponerse en dos neurosis distintas, la neurosis de

angustia y la neurastenia propiamente dicha. La primera describía la presencia de

angustia bajo dos formas: una leve que implica una espera ansiosa permanente, a la

que se incorporan crisis de angustia intensas, de duración limitada, que sobrevienen

en cualquier momento, quedando a veces la angustia enmascarada por síntomas

físicos como la sensación de ahogo u opresión torácica. Las aportaciones de Freud

fueron fundamentales, para la descripción y clasificación de los límites del grupo de

las neurosis, en el que se incluyeron cinco entidades distintas, la histeria, la

hipocondría, y las neurosis de angustia, fóbica y obsesiva. (Puerta, 2018)

La neurastenia va desapareciendo como protagonista progresivamente, y durante este

período hasta la primera mitad del S.XX, las antiguas neurosis se transformarán

prácticamente en nuestros trastornos de ansiedad actuales. (Puerta, 2018)

Desde la segunda mitad del S.XX hasta la actualidad

Aun así, la primera edición del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos

mentales publicado en 1952 por la Asociación de Psiquiatría Americana, el DSM-I,

conservaba la influencia del psicoanálisis y dedica un capítulo a los “trastornos

psiconeuróticos”. Definiendo como característica principal de éstos “la ansiedad que

puede percibirse directamente o ser controlada inconsciente y automáticamente

empleando diversos mecanismos psicológicos de defensa”. Aparecen descritas seis

categorías entre las que se encontraban la “reacción ansiosa”, la “reacción fóbica” y la


reacción obsesiva-compulsiva, convirtiéndose prácticamente en un grupo de

trastornos de ansiedad. (Puerta, 2018)

A partir de 1962, el psiquiatra americano Donald Klein observó que, entre las

personas con agorafobia los medicamentos psicotrópicos producían acciones

diferentes: Los sedantes eran eficaces en la ansiedad leve permanente, pero no

actuaban sobre las crisis de angustia, y lo contrario se cumplía con ciertos

antidepresivos. De ahí concluyó que las dos variedades de ansiedad eran de naturaleza

diferente, por lo que a partir de ese momento se diferenciaría ansiedad (anxiety) -

caracterizada por la presencia continua de una espera ansiosa, denominada hoy

“trastorno de ansiedad generalizada”- de lo que terminó designando Klein como

“crisis de pánico” (síntoma que en su momento Freud llamó crisis de angustia) -que se

definía por la aparición, con cierta frecuencia, de crisis de pánico, el “trastorno de

pánico” hoy aceptado-. (Puerta, 2018)

En 1968 aparece el DSM-II, la segunda versión del Manual diagnóstico,

caracterizando las neurosis de ansiedad como una preocupación ansiosa exagerada

que llega hasta el pánico y va acompañada a menudo por síntomas somáticos.

Recogiendo la distinción de conceptos que fueron elaborando anteriormente Freud y

Klein. (Puerta, 2018)

A finales de los años sesenta, se empieza a concebir la ansiedad como un término que

se refiere a un patrón de conducta caracterizado por sentimientos subjetivos de tensión

y activación fisiológica, y que se da como respuesta a estímulos internos

(pensamientos) y externos (ambientales). Se va perfilando, por tanto, como un

constructo multidimensional compuesto por tres componentes (comportamientos,

pensamientos y síntomas fisiológicos), los cuales interactúan entre sí. (Puerta, 2018)
El DSM-III introdujo en 1980 una verdadera revolución conceptual, se despegó de la

concepción psicoanalista para acercarse a la de la psiquiatría biológica y se acerca a

un enfoque social. Al contrario que en el manual de la Organización Mundial de la

Salud (CIE-10), desaparece el capítulo de “Neurosis” y se sustituye por “Trastornos

de la ansiedad” que incluye la antigua neurosis de angustia, ya dividida en “Trastorno

pánico” y “Trastorno de ansiedad generalizada”, al igual que los “Trastornos fóbicos”

y el “Trastorno obsesivo-compulsivo” (Puerta, 2018)

Desde el Manual diagnóstico de 1980 hasta el actual, el DSM-V, no ha habido

grandes cambios en cuanto a los trastornos de ansiedad, dado que la perspectiva es

similar: estructurar los trastornos por categorías basándose principalmente en los

síntomas y, ocasionalmente y de forma secundaria, por los posibles factores que los

generan o causan. Pese a ello, la investigación continúa para generar una clasificación

que no se base únicamente en criterios objetivos de los síntomas predominantes, y

poder en un futuro establecer una clasificación en la que se tengan en cuenta desde

factores genéticos hasta el papel que juegan los factores ambientales y sociales;

una clasificación biopsicosocial que combine aproximaciones diferentes. (Puerta,

2018)

Definición y características

Los Trastornos de Ansiedad son una serie de desórdenes psicológicos que engloban

distintas formas de manifestarse (Trastorno Obsesivo Compulsivo, Trastorno de

Estrés Postraumático, Trastornos Fóbicos, etc.), en los que el factor común es la

aparición de un miedo y una ansiedad intensas. Las personas con trastornos de

ansiedad se preocupan constantemente y de manera excesiva, incluso cuando no hay


razones que lo motiven. En ocasiones, estas preocupaciones pueden incluso llegar a

interferir con la vida de la persona que padece este desorden, impidiéndole desarrollar

sus actividades cotidianas. (Marcos, 2021)

Los trastornos de ansiedad se pueden dividir en dos grandes grupos: aquellos

trastornos que se presentan de manera continuada, y aquellos otros que se producen en

episodios esporádicos o intermitentes. Por ello, es muy importante prestar atención a

los síntomas que presentan las personas con trastornos de ansiedad para prevenir así

posibles recaídas. (Marcos, 2021)

¿A qué se deben los Trastornos de Ansiedad?

Las causas de la ansiedad pueden ser variadas, aunque cabe distinguir tres grandes

categorías en las que se podrían englobar todas ellas: (Marcos, 2021)

Factores genéticos o de predisposición fisiológica: Se ha demostrado que existen

variables genéticas y físicas que hacen que determinadas personas tengan una mayor

propensión a padecer trastornos de ansiedad. Esto no quiere decir que todas las

personas que cuenten con este factor genético vayan a desarrollar este tipo de

trastornos, sino tan solo que tienen más probabilidades que otras personas de que, si

se enfrentan a factores de activación, puedan desarrollar dichos trastornos. (Marcos,

2021)

Factores externos o de activación: Además de la predisposición genética, existen

también otra serie de factores desencadenantes que pueden dar lugar a que una

persona desarrolle un trastorno de ansiedad. Nos referimos aquí a aquellas situaciones

o acontecimientos que puede vivir un individuo y que pueden dar lugar a una

activación de su sistema de alerta, generando así una respuesta ansiosa. Ejemplos de

este tipo de situaciones serían casos en los que el individuo pueda percibir algún tipo
de amenaza, como por ejemplo un accidente de tráfico o un desastre natural, o

situaciones en las que los planes o intereses del individuo se puedan ver en riesgo (por

ejemplo, aprobar un examen o conseguir una determinada licencia). (Marcos, 2021)

Factores de mantenimiento: Por último, encontramos los denominados “factores de

mantenimiento” que comprenden aquellas situaciones en las que los problemas que

han dado origen a la ansiedad no se resuelven fácilmente o en el corto plazo. Una vez

que una persona ha desarrollado una ansiedad, es mucho más difícil que esta

desaparezca, ya que reacciona ante este tipo de factores de mantenimiento. Esto

significa que, hasta que la situación que ha generado la ansiedad no se haya

solucionado, será muy difícil acabar con esta. (Marcos, 2021)

¿Cuáles son los principales síntomas de los Trastornos de Ansiedad?

Los trastornos de ansiedad generan una variedad muy amplia de síntomas en las

personas que los padecen. Los más comunes son los siguientes: (Marcos, 2021)

Síntomas psicológicos:

 Preocupación constante

 Irritabilidad

 Cansancio

 Problemas de concentración

 Miedos irracionales

 Problemas de sueño

Síntomas fisiológicos:
 Taquicardia

 Sudoración

 Tensión muscular

 Mareos

 Nauseas

 Tics y temblores

 Desmayos

 Indigestión o problemas digestivos

Postulados básicos

 Enfoque psicodinámico

Freud concibió la ansiedad como un estado afectivo desagradable en el que aparecen

fenómenos como la aprensión, sentimientos desagradables, pensamientos molestos y

cambios fisiológicos que se asocian a la activación autonómica. Este autor identifica

elementos fenomenológicos subjetivos y fisiológicos, siendo los primeros más

relevantes bajo su punto de vista, añadiendo que es el componente subjetivo el que

implica, en sí mismo, el malestar propio de la ansiedad. Por otra parte, carácter

adaptativo, actuando como una señal ante el peligro real e incrementando la

activación del organismo como preparación para afrontar la amenaza. (Sierral, s.f.)

Además, Freud (1971) identifica tres teorías sobre la ansiedad: 1) La ansiedad real

que aparece ante la relación que se establece entre el yo y el mundo exterior; se


manifiesta como una advertencia para el individuo, es decir, le avisa de un peligro real

que hay en el ambiente que lo rodea. 2) La ansiedad neurótica, que resulta más

complicada, se entiende también como una señal de peligro, pero su origen hay que

buscarlo en los impulsos reprimidos del individuo, siendo ésta la base de todas las

neurosis; se caracteriza por la carencia de objeto, estando el recuerdo del castigo o

evento traumático reprimido, no se reconoce el origen del peligro; además, se

relaciona el peligro con el castigo contingente a la expresión de los impulsos

reprimidos, lo que permite reconocer la superioridad de esta ansiedad respecto a la

objetiva diferenció entre peligro real externo y peligro de origen interno y

desconocido. 3) La ansiedad moral es conocida como la de la vergüenza, es decir,

aquí el súper-yo amenaza al sujeto con la posibilidad de que el yo pierda el control

sobre los impulsos. (Sierral, s.f.)

 Enfoque conductista

El conductismo parte de una concepción ambientalista, donde la ansiedad es

entendida como un impulso (drive) que provoca la conducta del organismo. Desde

esta perspectiva, Hull (1921, 1943, 1952) conceptualiza la ansiedad como un impulso

motivacional responsable de la capacidad del individuo para responder ante una

estimulación determinada. Esta escuela utiliza en el estudio de la respuesta de

ansiedad los términos de miedo y temor frecuentemente. Así, desde las teorías del

aprendizaje, la ansiedad se relaciona con un conjunto de estímulos condicionados o

incondicionados que felicitan a la misma en forma de respuesta emocional; además,

ésta se concibe como un estímulo discriminativo, considerando que la ansiedad


conductual está mantenida a partir de una relación funcional con un refuerzo obtenido

en el pasado. Todo ello indica que se puede entender el escenario en el que se aprende

la conducta de ansiedad a través del aprendizaje por observación y el proceso de

modelado. (Sierral, s.f.)

 Enfoque cognitivo

La mayor aportación del enfoque cognitivo ha sido desafiar el paradigma estímulo-

respuesta, que se había utilizado para explicar la ansiedad. Los procesos cognitivos

aparecen entre el reconocimiento de una señal aversiva y la respuesta de ansiedad que

emite el sujeto. Desde este enfoque, el individuo percibe la situación, la evalúa y

valora sus implicaciones; si el resultado de dicha evaluación es amenazante, entonces

se iniciará una reacción de ansiedad modulada por otros procesos cognitivos;

situaciones similares producirán reacciones de ansiedad parecidas en su grado de

intensidad. Las situaciones que felicitan una mayor reacción de ansiedad se evitan y,

aún en su ausencia, la mera imagen de éstas también produce una reacción de

ansiedad; esto se explica de muy diversas formas pero, en general, se asume que la

reacción se genera a raíz del significado o interpretación individual que el sujeto

confiere a la situación. Algunas veces, el individuo reconoce que tal situación no es

una amenaza objetiva, a pesar de lo cual no puede controlar voluntariamente su

reacción de ansiedad. En definitiva, el eje cognitivo del individuo muestra los

pensamientos, ideas, creencias e imágenes que acompañan a la ansiedad; estos

pensamientos inductores de ansiedad giran en torno al peligro de una situación

determinada o al temor ante una posible amenaza. (Sierral, s.f.)


 Enfoque cognitivo-conductual

La aparición de éste enfoque se vincula a autores como Bowers (1973), Endler (1973)

o Endler y Magnusson (1976), aunando las aportaciones del enfoque cognitivo y del

conductual. Así, la conducta quedaría determinada a partir de la interacción entre las

características individuales de la persona y las condiciones situacionales que se

presentan. Cuando un individuo siente o afirma tener ansiedad, intervienen en dicho

proceso distintas variables, por lo que ninguna de ellas debe ser despreciada para el

estudio del mismo; se trata de variables cognitivas del individuo (pensamientos,

creencias, ideas, etc.) y variables situacionales (estímulos discriminativos que activan

la emisión de la conducta). Según esto, la ansiedad pasa de ser concebida como rasgo

de personalidad a ser considerada como un concepto multidimensional, existiendo

áreas situacionales específicas asociadas a diferencias relativas al rasgo de

personalidad. (Sierral, s.f.)

Criterios diagnósticos

Criterios para el diagnóstico del trastorno de ansiedad generalizada

A. Ansiedad y preocupación excesivas (expectación aprensiva) sobre una amplia gama

de acontecimientos o actividades (como el rendimiento laboral o escolar), que se

prolongan más de 6 meses. (Castillo, s.f.)

B. Al individuo le resulta difícil controlar este estado de constante preocupación.

C. La ansiedad y preocupación se asocian a tres (o más) de los seis síntomas siguientes

(algunos de los cuales han persistido más de 6 meses). (Castillo, s.f.)


Nota: En los niños sólo se requiere uno de estos síntomas:

1. inquietud o impaciencia

2. fatigabilidad fácil

3. dificultad para concentrarse o tener la mente en blanco

4. irritabilidad

5. tensión muscular

6. alteraciones del sueño (dificultad para conciliar o mantener el sueño, o sensación al

despertarse de sueño no reparador) (Castillo, s.f.)

D. El centro de la ansiedad y de la preocupación no se limita a los síntomas de un

trastorno; por ejemplo, la ansiedad o preocupación no hacen referencia a la

posibilidad de presentar una crisis de angustia (como en el trastorno de angustia),

pasarlo mal en público (como en la fobia social), contraer una enfermedad (como en

el trastorno obsesivo-compulsivo), estar lejos de casa o de los seres queridos (como en

el trastorno de ansiedad por separación), engordar (como en la anorexia nerviosa),

tener quejas de múltiples síntomas físicos (como en el trastorno de somatización) o

padecer una enfermedad grave (como en la hipocondría), y la ansiedad y la

preocupación no aparecen exclusivamente en el transcurso de un trastorno por estrés

postraumático. (Castillo, s.f.)

E. La ansiedad, la preocupación o los síntomas físicos provocan malestar clínicamente

significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del

individuo. (Castillo, s.f.)


F. Estas alteraciones no se deben a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p.

ej., drogas, fármacos) o a una enfermedad médica (p. ej., hipertiroidismo) y no

aparecen exclusivamente en el transcurso de un trastorno del estado de ánimo, un

trastorno psicótico o un trastorno generalizado del desarrollo. (Castillo, s.f.)

- Criterios para el diagnóstico del trastorno debido a enfermedad médica

A. La ansiedad prominente, las crisis de angustia o las obsesiones o compulsiones

predominan en el cuadro clínico. (Castillo, s.f.)

B. A partir de la historia clínica, de la exploración física o de las pruebas de laboratorio

se demuestra que las alteraciones son la consecuencia fisiológica directa de una

enfermedad médica. (Castillo, s.f.)

C. Estas alteraciones no pueden explicarse mejor por la presencia de otro trastorno

mental (p. ej., trastorno adaptativo con ansiedad en el que el agente estresante es una

enfermedad médica grave). (Castillo, s.f.)

D. Estas alteraciones no aparecen exclusivamente en el transcurso de un delirium

E. Estas alteraciones provocan un malestar clínicamente significativo o deterioro social,

laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo. (Castillo, s.f.)

Especificar si:

- Con ansiedad generalizada: cuando predomina una ansiedad o preocupación excesivas

centradas en múltiples acontecimientos o actividades. − Con crisis de angustia:

cuando predominan las crisis de angustia. (Castillo, s.f.)

- Con síntomas obsesivo-compulsivos: cuando predominan las obsesiones o las

compulsiones en la presentación clínica. (Castillo, s.f.)


Nota de codificación: Incluir el nombre de la enfermedad médica en el Eje I, por

ejemplo, F06.4 Trastorno de ansiedad debido a feocromocitoma, con ansiedad

generalizada [293.89]; codificar también la enfermedad médica en el Eje III. (Castillo,

s.f.)

Criterios para el diagnóstico del trastorno de ansiedad inducido por sustancias

A. La ansiedad de carácter prominente, las crisis de angustia o las obsesiones o

compulsiones predominan en el cuadro clínico. (Castillo, s.f.)

B. A partir de la historia clínica, de la exploración física o de las pruebas de

laboratorio se demuestra que 1 o 2: (Castillo, s.f.)

1. los síntomas del Criterio A aparecen durante la intoxicación o abstinencia o en el

primer mes siguiente (Castillo, s.f.)

2. el consumo del medicamento está relacionado etiológicamente con la alteración.

C. La alteración no se explica mejor por la presencia de un trastorno de ansiedad no

inducido por sustancias. Entre las pruebas que demuestran que los síntomas pueden

atribuirse más correctamente a un trastorno de ansiedad no inducido por sustancias se

incluyen las siguientes: la aparición de los síntomas precede al consumo de la

sustancia (o medicamento); los síntomas persisten durante un tiempo considerable (p.

ej., alrededor de 1 mes) después del final del período agudo de intoxicación o de

abstinencia, o son claramente excesivos en comparación con los que cabría esperar

teniendo en cuenta el tipo o la cantidad de sustancia consumida o la duración de este

consumo; o existen otras pruebas que sugieren la existencia de un trastorno de


ansiedad independiente no inducido por sustancias (p. ej., una historia de episodios de

carácter recidivante no relacionados con sustancias). (Castillo, s.f.)

D. La alteración no aparece exclusivamente en el transcurso de un delirium.

E. La alteración provoca un malestar clínicamente significativo o deterioro social,

laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo. (Castillo, s.f.)

Nota: Sólo debe efectuarse este diagnóstico en vez del de intoxicación o abstinencia

cuando los síntomas de ansiedad son claramente excesivos en comparación con los

que cabría esperar en una intoxicación o una abstinencia y cuando son de suficiente

gravedad como para merecer una atención clínica independiente. (Castillo, s.f.)

Código para el trastorno de ansiedad inducido por (sustancia específica)

-F10.8 Alcohol [291.8]

− F16.8 Alucinógenos [292.89]

− F15.8 Anfetamina (o sustancias similares) [292.89]

− F15.8 Cafeína [292.89]

− F12.8 Cannabis [292.89]

− F14.8 Cocaína [292.89]

− F19.8 Fenciclidina (o derivados) [292.89]

− F18.8 Inhalantes [292.89]

− F13.8 Sedantes, hipnóticos o ansiolíticos [292.89]

− F19.8 Otras sutancias (o desconocidas) [292.89]


Especificar si:

Con ansiedad generalizada: si predominan una ansiedad o una preocupación

excesivas, centradas en múltiples acontecimientos o actividades Con crisis de

angustia: si predominan las crisis de angustia. (Castillo, s.f.)

− Con síntomas obsesivo-compulsivos: si predominan las obsesiones o las

compulsiones.

− Con síntomas fóbicos: si predominan síntomas de carácter fóbico.

Especificar si:

− De inicio durante la intoxicación: si se cumplen los criterios diagnósticos de

intoxicación por una sustancia y los síntomas aparecen durante el síndrome de

intoxicación. (Castillo, s.f.)

− De inicio durante la abstinencia: si se cumplen los criterios diagnósticos de

síndrome de abstinencia de una sustancia y los síntomas aparecen durante o poco

después de la abstinencia. (Castillo, s.f.)

Criterios diagnósticos para el trastorno de ansiedad de separación

A. Ansiedad excesiva e inapropiada para el nivel de desarrollo del sujeto, concerniente a

su separación respecto del hogar o de las personas con quienes está vinculado, puesta

de manifiesto por tres (o más) de las siguientes circunstancias: (Castillo, s.f.)

1. malestar excesivo recurrente cuando ocurre o se anticipa una separación respecto

del hogar o de las principales figuras vinculadas (Castillo, s.f.)


2. preocupación excesiva y persistente por la posible pérdida de las principales figuras

vinculadas o a que éstas sufran un posible daño (Castillo, s.f.)

3. preocupación excesiva y persistente por la posibilidad de que un acontecimiento

adverso dé lugar a la separación de una figura vinculada importante (p. ej., extraviarse

o ser secuestrado) (Castillo, s.f.)

4. resistencia o negativa persistente a ir a la escuela o a cualquier otro sitio por miedo

a la separación (Castillo, s.f.)

5. resistencia o miedo persistente o excesivo a estar en casa solo o sin las principales

figuras vinculadas, o sin adultos significativos en otros lugares (Castillo, s.f.)

6. negativa o resistencia persistente a ir a dormir sin tener cerca una figura vinculada

importante o a ir a dormir fuera de casa (Castillo, s.f.)

7. pesadillas repetidas con temática de separación

8. quejas repetidas de síntomas físicos (como cefaleas, dolores abdominales, náuseas

o vómitos) cuando ocurre o se anticipa la separación respecto de figuras importantes

de vinculación. (Castillo, s.f.)

B. La duración del trastorno es de por lo menos 4 semanas.

C. El inicio se produce antes de los 18 años de edad.

D. La alteración provoca malestar clínicamente significativo o deterioro social,

académico (laboral) o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.

(Castillo, s.f.)

E. La alteración no ocurre exclusivamente en el transcurso de un trastorno

generalizado del desarrollo, esquizofrenia u otro trastorno pos psicótico, y en


adolescentes y adultos no se explica mejor por la presencia de un trastorno de angustia

con agorafobia. (Castillo, s.f.)

Especificar si: (Castillo, s.f.)

− Inicio temprano: si el inicio tiene lugar antes de los 6 años de edad.

Subcategorías del trastorno

Los trastornos de ansiedad son una categoría que engloba distintos subtipos de

desórdenes mentales. Las diferentes categorías de trastornos de ansiedad son las

siguientes: (Marcos, 2021)

 Trastorno de Ansiedad Generalizada

Es el trastorno más común entre adultos, y se caracteriza por la existencia de periodos

de larga duración en los que quien lo padece sufre una preocupación excesiva y

constante. La diferencia con las fobias (trastornos fóbicos) se encuentra en que, en el

caso del Trastorno de Ansiedad Generalizada, la preocupación no se centra en un

objeto o situación particular, sino que es generalizada. Cuando se da en niños,

hablamos de Trastorno de Ansiedad en la Infancia, aunque en estos casos existen

particularidades que hacen que se considere un subtipo diferenciado de trastorno.

(Marcos, 2021)
 Trastorno de Pánico

En el caso del trastorno de pánico, el paciente sufre episodios breves pero intensos

de terror y agitación, generalmente acompañados de síntomas físicos tales como

nauseas, mareos, sudoración, vómitos, etc. Estos picos tienen una corta duración,

inferior a diez minutos, pero se suceden a lo largo del tiempo, lo que llega a interferir

gravemente con la vida cotidiana del paciente. Existe una variante de este trastorno,

consistente en el Trastorno de Pánico con Agorafobia, en la que el paciente desarrolla

también temor a salir de su casa, la cual interpreta como un entorno seguro. (Marcos,

2021)

Existen dos variantes de trastornos de pánico: (Marcos, 2021)

Trastorno de pánico sin agorafobia: En estos casos el paciente experimenta ataques

de pánico de manera periódica o frecuente, los cuales llegan a interferir con su vida

personal, pero sin que esto le suponga la imposibilidad de salir de su casa o afrontar

su vida cotidiana. Aunque el paciente frecuentemente anticipa la aparición de futuros

ataques de pánico, ante lo que desarrolla un gran temor, no llega a desarrollar el

trastorno de la agorafobia. (Marcos, 2021)

Trastorno de pánico con agorafobia: En determinadas ocasiones, las personas que

padecen de trastornos de pánico generan con posterioridad un trastorno adicional,

la agorafobia. Debido a que quienes sufren de ataques de pánico suelen sentir gran

temor y anticipación ante la posibilidad de nuevos ataques, algunos de ellos terminan

por evitar cualquier situación que pueda desencadenarlos. Por ello, estas personas

terminan por ser incapaces de salir de su casa; interpretan que este es el único entorno

seguro en el cual es menos probable que sufran nuevos ataques. (Marcos, 2021)
 Trastorno Fóbico (fobias)

En el caso de las fobias, la ansiedad se debe a un desencadenante externo y específico.

Estos desencadenantes pueden ser cualquier cosa: un animal, una situación, un objeto,

una persona, etc. Las personas que lo padecen son conscientes de que su miedo es

excesivo e injustificado. Sin embargo, a pesar de ello, no pueden sobreponerse al

mismo. (Marcos, 2021)

En general se puede hablar de tres grandes grupos de fobias: (Marcos, 2021)

Fobias específicas: Este grupo engloba las fobias concretas (situaciones, objetos o ser

concreto), las más importantes de este grupo son las fobias a los animales, a la sangre,

al entorno natural (miedo a las alturas por ejemplo) y las situaciones (la más

característica es la fobia a los aviones). (Marcos, 2021)

Fobias sociales: Este tipo de miedos nace de la interacción entre las personas. Las

más habituales son el miedo a hablar con desconocidos, estar en lugares con mucha

gente, estar en un sitio solo o hablar en público. El miedo de fondo de este tipo de

fobias suele ser el temor a ser juzgado, a hacer el ridículo, o a sentirse humillado o

avergonzado. Este tipo de desorden es también conocido como trastorno de ansiedad

social. (Marcos, 2021)

Fobias generalizadas: Se habla también en muchos casos de ansiedad generalizada.

Se experimenta ansiedad, preocupación y miedo en múltiples acontecimientos. A

diferencia del resto de fobias, en este caso no se trata de temores que se manifiestan

ante sucesos o elementos concretos, sino que son constantes en la vida del individuo

que las padece, lo que termina por bloquearle por completo impidiéndole desarrollar

una vida satisfactoria. (Marcos, 2021)


 Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC)

Este desorden se caracteriza por la presencia de obsesiones y compulsiones. Las

obsesiones son pensamientos angustiosos, intrusivos y repetitivos; mientras que

las compulsiones consisten en actos realizados de manera repetitiva y sistemática por

el paciente. Se trata de un trastorno relativamente frecuente en la población. (Marcos,

2021)

 Trastorno de Estrés Postraumático

En el caso del estrés postraumático, la ansiedad viene desencadenada por un suceso

previo; este tipo de suceso suele conllevar un fuerte impacto emocional en el paciente.

Suelen tratarse de situaciones extremas, como por ejemplo una catástrofe natural, un

accidente, un atentado terrorista, una guerra, etc. Entre los tipos de estrés se

encuentran: estrés agudo, estrés agudo episódico, estrés crónico, estrés postraumático.

(Marcos, 2021)

 Trastorno de Ansiedad por Separación

Cuando una persona se separa de un ser querido, un objeto o un lugar, puede generar

altos niveles de ansiedad. En estos casos hablamos de ansiedad por separación. Este

proceso se considera normal en bebés y niños si es de corta duración; pero cuando se

trata de individuos adultos, o si la ansiedad es excesiva y prolongada, hablaríamos ya

de un trastorno. Este tipo de trastorno puede manifestarse con distintos síntomas y


motivado por varias causas. Sin embargo, no se puede hablar como tal de la existencia

de diferentes tipologías. (Marcos, 2021)

Esto se debe a que en última instancia, a pesar de estas pequeñas variaciones, se trata

de un mismo trastorno. No obstante, es importante recalcar que no todos los casos de

ansiedad por separación constituyen un trastorno. La ansiedad por separación es un

proceso normal, tanto en niños como en adultos. Hablamos de trastorno propiamente

dicho cuando la angustia o la ansiedad se manifiestan de manera excesiva e

incontrolada; esto se da, por ejemplo, cuando la persona afectada es incapaz de

controlar sus emociones o mantener la separación. (Marcos, 2021)

 Trastorno de Ansiedad Social

También se conoce como fobia social. Hace referencia a un temor persistente e

injustificado que puede sentir una persona al encontrarse expuesta a situaciones

sociales. En estos casos, el afectado puede sentirse juzgado, bajo escrutinio o

desaprobado por parte de otras personas; esta situación termina por generar al

paciente un intenso malestar emocional. (Marcos, 2021)

Se pueden distinguir dos subtipos diferenciados de fobia social: (Marcos, 2021)

Trastorno de ansiedad social generalizado: Hablamos de fobia social generalizada

cuando la persona que la padece presenta temor a la mayoría de las situaciones

sociales, sin hacer distinción entre ellas. Esto implicaría cualquier situación en la que

haya gente presente. (Marcos, 2021)

Trastorno de ansiedad social específico: A diferencia del caso anterior, la fobia

social específica se da cuando el temor del paciente se produce tan solo en ocasiones
o circunstancias muy concretas, pero no en todas las demás. Un ejemplo de esto

podría ser el dar un discurso ante una audiencia, o ir al baño en presencia de otras

personas. (Marcos, 2021)

Factores de riesgo o predisposición del trastorno

Los siguientes factores pueden incrementar el riesgo de padecer un trastorno de

ansiedad: (MayoClinic, 2021)

 Trauma. Los niños que soportaron maltratos o traumas o que presenciaron eventos

traumáticos tienen mayor riesgo de manifestar un trastorno de ansiedad en algún

momento de sus vidas. Los adultos que atraviesan un evento traumático también

pueden manifestar trastornos de ansiedad. (MayoClinic, 2021)

 Estrés debido a una enfermedad. Tener un problema de salud o una enfermedad

grave puede causar gran preocupación acerca de cuestiones como el tratamiento y el

futuro. (MayoClinic, 2021)

 Acumulación de estrés. Un evento importante o una acumulación de situaciones

estresantes más pequeñas de la vida pueden provocar ansiedad excesiva, por ejemplo,

la muerte de algún familiar, estrés en el trabajo o preocupaciones continuas por la

situación financiera. (MayoClinic, 2021)

 Personalidad. Las personas con determinados tipos de personalidad son más

propensas a sufrir trastornos de ansiedad que otras personas. (MayoClinic, 2021)


 Otros trastornos mentales. Las personas que padecen otros trastornos mentales,

como depresión, a menudo también padecen un trastorno de ansiedad. (MayoClinic,

2021)

 Tener familiares consanguíneos que padecen un trastorno de ansiedad. Los

trastornos de ansiedad pueden ser hereditarios. (MayoClinic, 2021)

 Drogas o alcohol. El consumo o el uso indebido o la abstinencia de drogas o alcohol

pueden provocar o empeorar la ansiedad. (MayoClinic, 2021)

Tratamiento

Tratamiento psicológico. El tratamiento psicológico que consigue mejores resultados

para la mayoría de trastornos de ansiedad es la terapia cognitivo-conductual (TCC)

que incluye lo que se llama "exposición". La TCC tiene como objetivo que la persona

aprenda a afrontar ("exponerse a") las situaciones que le dan miedo/ansiedad o las

cosas que ha dejado de hacer, sin utilizar conductas de evitación ni de seguridad, de

tal manera que la persona compruebe que la ansiedad va disminuyendo sin escapar de

la situación. (Forcadell, 2019)

Paciente y terapeuta definen un programa de tratamiento para ir afrontando las

situaciones temidas y conseguir una disminución de la ansiedad. Este tratamiento

psicológico requiere de una implicación activa por parte del paciente durante semanas
o meses. Conseguir cambios efectivos a través del propio trabajo es muy importante

para la persona que tiene el trastorno, porque mejora la auto-confianza y permite

seguir afrontando situaciones temidas y mantener las mejoras conseguidas. (Forcadell,

2019)

Tratamiento farmacológico. Los trastornos de ansiedad, a menudo, son tratados con

tratamiento farmacológico. Los más utilizados son un tipo de antidepresivos que se

llaman inhibidores selectivos de la re captación de la serotonina que tardan unas

semanas en hacer efecto. A pesar de que se llamen "antidepresivos", estos fármacos

han sido muy estudiados también en el tratamiento de los trastornos de ansiedad.

Mientras se espera la respuesta del tratamiento con antidepresivos se puede

recomendar la utilización de otra familia de fármacos, las benzodiacepinas, durante un

tiempo muy breve. Cuando se prescriben estos fármacos, se debe informar a los

pacientes de los efectos secundarios, de la duración del tratamiento y de la no

conveniencia de interrumpirlo de forma brusca. (Forcadell, 2019)

¿Tratamiento farmacológico o psicológico?

El tratamiento elegido depende de muchos factores como el tipo de trastorno de

ansiedad, la gravedad, la disponibilidad de acceder a profesionales entrenados en

tratamientos psicológicos y, sobre todo, la decisión de la persona que tiene el

trastorno. (Forcadell, 2019)

En la mayoría de trastornos de ansiedad es recomendable que la persona primero

reciba tratamiento psicológico con terapia cognitivo-conductual (TCC). Si no hay un

profesional disponible para ofrecer este tratamiento, o si la persona no lo desea, es

habitual que reciba un tratamiento farmacológico. (Forcadell, 2019)


En algunos casos, se pueden combinar ambos tratamientos. También en algunos casos

se puede empezar con un tratamiento farmacológico y, después, iniciar tratamiento

psicológico. El profesional es quien debe explicar a la persona que busca ayuda todas

las opciones terapéuticas. (Forcadell, 2019)

El papel de los familiares: Hay muchos factores que influyen en el origen y

evolución de los trastornos que afectan a la salud mental. En este sentido, el entorno

social y, en especial, la familia de aquellas personas que tienen un trastorno de

ansiedad son aspectos importantes. Cuando estos trastornos afectan a niños y

adolescentes, la familia tiene un papel fundamental y será necesario involucrarla en el

tratamiento. (Forcadell, 2019)

Trabajar con la familia puede ser útil para que aprendan a identificar los síntomas y el

funcionamiento de la ansiedad, colaborar de manera activa en el tratamiento y

modificar estilos de relación con los pacientes que, a veces, hacen que el trastorno se

siga manteniendo (como la sobreprotección, la participación en las conductas de

seguridad, el exceso de crítica y exigencia, etc.).El familiar, conjuntamente con el

profesional y el paciente, puede colaborar en las tareas que el paciente tiene que hacer

para exponerse a las situaciones temidas. (Forcadell, 2019)


Conclusión

Para finalizar, la ansiedad es una respuesta normal a una amenaza o una situación de estrés

psicológico. Está relacionada con la sensación de miedo y cumple una importante función en

la supervivencia. Cuando alguien tiene que afrontar una situación peligrosa, la ansiedad

desencadena una respuesta de lucha o huida. Esta respuesta proporciona al cuerpo, a través de

distintos cambios fisiológicos como el incremento del flujo sanguíneo en los músculos y en el

corazón, la energía y la fuerza necesarias para afrontar situaciones amenazantes para la vida

que indispongan su salud mental y con ello se evidencien resultados tanto físicos como

psicológicos.
Referencias

Castillo. (s.f.). Obtenido de

https://webs.ucm.es/info/seas/ta/diag/Trastornos_de_ansiedad_segun_la_DSM.pdf

Forcadell, E. (2019). Obtenido de

https://www.clinicbarcelona.org/asistencia/enfermedades/trastornos-de-ansiedad/

tratamiento

Marcos, V. (2021). Obtenido de

https://www.somospsicologos.es/blog/trastornos-de-ansiedad/#:~:text=Los%20Trastornos

%20de%20Ansiedad%20son,miedo%20y%20una%20ansiedad%20intensas.

MayoClinic. (s.f.). Obtenido de

https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/anxiety/symptoms-causes/syc-

20350961#:~:text=Acumulaci%C3%B3n%20de%20estr%C3%A9s.,continuas%20por%20la

%20situaci%C3%B3n%20financiera.

MayoClinic. (2021). Obtenido de

https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/anxiety/symptoms-causes/syc-

20350961

Puerta, V. (2018). Obtenido de https://amadag.com/la-ansiedad-en-la-historia/

Sierral, J. (s.f.). Obtenido de https://salud.dgire.unam.mx/PDFs/Ansiedad-angustia-y-estres.pdf


Sortzen. (s.f.). Obtenido de https://sortzenpsicoterapia.com/D/product/trastornos-de-ansiedad/

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