1.3 Codigo Deontologico

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Código

Deontológico

De la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias


y del Organismo Autónomo Trabajo Penitenciario
y Formación para el Empleo
Código
Deontológico

De la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias

y del Organismo Autónomo Trabajo Penitenciario

y Formación para el Empleo

I
La Administración penitenciaria española garantiza que las sancio­
nes y medidas penales se cumplen en España, como establece el artí­
culo 25.2 de la Constitución, con dos orientaciones precisas: la ree­
ducación y reinserción social, y el reconocimiento de todos los dere­
chos fundamentales de las personas sujetas a su cumplimiento, con la
única excepción de los que se vean expresamente limitados por el
contenido del fallo condenatorio, el sentido de la pena y la Ley
Penitenciaria.
De acuerdo con ello, la Administración penitenciaria aplica, de la
manera más respetuosa, las previsiones de la Ley Orgánica 1/1979, de
26 de septiembre, General Penitenciaria, su Reglamento aprobado por
el Real Decreto 190/1996, de 9 de febrero, y las sentencias judiciales
que se dictan en la materia. Cuando se ejercen las facultades de orga­
nización normativa interna, también se tienen presentes las regulacio­
nes internacionales que invitan a los Estados miembros a requerir en
sus normas internas, al personal encargado del cumplimiento de esas
sanciones y medidas penales, la máxima honradez, neutralidad y res­
peto en relación con las personas sometidas al más intenso de los
poderes estatales: el punitivo. Así ocurre con las Recomendaciones del
Comité de Ministros del Consejo de Europa, R (2006) 2, de 11 de
enero, sobre las Reglas Penitenciarias Europeas, y R (1997) 12, de 10
de septiembre, sobre el personal encargado del cumplimiento de las
sanciones y medidas penales.

–3–
Secretaría General de Instituciones Penitenciarias

II

De este modo, la legislación española ha incorporado, y desarrollado


adecuadamente, todas las reglas emanadas del Consejo de Europa en
materia de ejecución de sanciones y medidas penales, por lo que nues­
tro ordenamiento jurídico es de los más avanzados y garantistas de
Europa en este ámbito. De lo que se trata ahora es de garantizar más
si cabe el cumplimiento de esas recomendaciones, profundizando en el
terreno de la deontología profesional del personal encargado de llevar
a efecto el cumplimiento de esas sanciones y medidas penales.
La deontología, como ética profesional, pertenece al ámbito estricta­
mente personal, y enlaza con el mundo de los valores. Está perfecta­
mente diferenciada del Derecho, por lo que un Código Deontológico
no pretende suplantar, ni reproducir, las normas jurídicas que discipli­
nan el ejercicio de la función pública, en general, ni específicamente
la actividad propia del personal penitenciario de la Secretaría
General de Instituciones Penitenciarias. Por ello, tampoco puede
imponer sanciones para el caso de su eventual incumplimiento. Su
finalidad, así, es establecer un código de conducta que recoja los prin­
cipios deontológicos y de compromiso personal que deben caracteri­
zar este servicio público en el Estado democrático de Derecho, y la
sociedad avanzada.

III
El presente Código Deontológico se estructura en cinco capítulos. El
primero de ellos recoge los principios generales que delimitan el con­
tenido, destinatarios y trascendencia de esta regulación. Los tres
siguientes plasman los concretos estándares deontológicos de compor­
tamiento que les son exigibles en cada uno de los ámbitos en que se
desenvuelve la actividad del personal penitenciario (como empleado
público, en su actividad profesional, en su relación con las personas
sujetas al cumplimiento de sanciones y medidas de ejecución penal, y
en sus relaciones con la sociedad), y el último establece los cauces de
vigilancia del cumplimiento de las obligaciones deontológicas previs­
tas en el presente Código, porque, en los términos que frecuentemente

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Código Deontológico del Personal de II.PP. y del OATPyFE

utiliza el Consejo de Europa, el Estado español está firmemente com­


prometido en combatir la impunidad de las conductas de corrupción
de las personas que desempeñan un empleo público.

En su virtud, dispongo aprobar el siguiente Código Deontológico:

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Secretaría General de Instituciones Penitenciarias

CAPÍTULO I: PRINCIPIOS GENERALES

Artículo 1.- Objeto


El presente Código expresa y sistematiza los estándares deontológicos
de comportamiento exigibles al personal penitenciario en el ámbito de
la actividad de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias y
del Organismo Autónomo Trabajo Penitenciario y Formación para el
Empleo. A tal fin, en este documento:
a) Se determinan los valores y principios éticos que presiden la orga­
nización y funcionamiento de la Administración penitenciaria.
b) Se definen las obligaciones y responsabilidades exigibles al perso­
nal penitenciario para garantizar el respeto y vigencia de estos
valores y principios éticos.
c) Se precisan los medios más adecuados para alertar a la
Administración penitenciaria de la eventual aparición de conductas
contrarias al presente Código.
d) Y se articulan los mecanismos e instrumentos necesarios para pre­
venir y corregir esas eventuales conductas contrarias a la ética
pública.

Artículo 2.- Destinatarios


1. A los efectos del presente Código Deontológico, se entiende por
“personal penitenciario” a toda persona que participe en el desarro­
llo de la actividad propia de la Secretaría General de Instituciones
Penitenciarias y del Organismo Autónomo Trabajo Penitenciario y
Formación para el Empleo, con independencia del carácter funcio­
narial, laboral o contractual que caracterice su relación.
2. Igualmente será de aplicación, en la medida que corresponda a la
naturaleza de sus tareas, al personal de las ONGs y entidades socia­
les que colaboren con la Secretaría General de Instituciones
Penitenciarias.

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Código Deontológico del Personal de II.PP. y del OATPyFE

Artículo 3.- Principios rectores


El comportamiento del personal penitenciario debe ajustarse a los
siguientes principios:
a) De cumplimiento de la legalidad, respetando la Constitución y el
resto de normas que integran el ordenamiento jurídico.
b) De interés público, de modo que su actuación persiga exclusiva­
mente la satisfacción de los intereses generales de la ciudadanía, y
la consecución de los fines legalmente atribuidos al sistema de eje­
cución penal. No realizará, ni permitirá, ninguna desviación del
interés general en beneficio de intereses particulares, propios o
ajenos.
c) De neutralidad, comportándose siempre de manera imparcial, y
desvinculada de intereses personales, familiares, corporativos, o de
cualquier otra naturaleza, que le puedan plantear conflicto con la
defensa de los intereses generales y el cumplimiento de la legali­
dad vigente.
d) De integridad, absteniéndose de intervenir en operaciones finan­
cieras, obligaciones patrimoniales o negocios jurídicos que puedan
influirle en el desempeño de sus responsabilidades en el sector
público, o suponer un conflicto de intereses con el cumplimiento
de sus obligaciones.
e) De ejemplaridad, actuando de tal modo que las acciones que rea­
lice conviertan su conducta en imitable, generando en su entorno
una influencia positiva.
f) De equidad, evitando cualquier tipo de discriminación por razón de
nacimiento, origen racial o étnico, género, sexo, orientación
sexual, religión o convicciones, opiniones, discapacidad, edad o
cualquier otra circunstancia personal o social.
g) De proporcionalidad, garantizando que las medidas que adopte
en su actuación sean proporcionales a los fines que se persiguen
con ellas, y tratando, en todo caso, de manera similar a quienes
se encuentren en la misma situación.

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Secretaría General de Instituciones Penitenciarias

h) De eficacia, actuando con criterios de economía y eficiencia, vigi­


lando el cumplimiento de los objetivos de la Secretaría General de
Instituciones Penitenciarias.
i) De transparencia, obrando de la forma más abierta posible en las
decisiones que tome y en las acciones que realice, sin perjuicio de
las obligaciones de discreción o secreto que derivan del cumpli­
miento de la legalidad y del respeto a los derechos individuales de
las personas administradas.
j) Y de buena fe, comportándose lealmente con la Administración,
con sus superiores, compañeros/as, subordinados/as, y con la ciu­
dadanía con la que se relacione en el ejercicio de sus funciones,
evitando la causación de cualquier daño o perjuicio ilegítimo.

Artículo 4.- Trascendencia de los estándares deontológicos


El grado de respeto y cumplimiento de los valores y principios deonto­
lógicos que se establecen en el presente Código informará los procedi­
mientos de evaluación del desempeño conforme a la normativa vigen­
te, así como la interpretación y aplicación del régimen disciplinario de
los empleados/as públicos/as, y los criterios de colaboración con ONGs
y entidades sociales.

CAPÍTULO II:

DEL CUMPLIMIENTO DE LAS FUNCIONES PÚBLICAS

Sección Primera: Deontología en el empleo público

Artículo 5.- Cumplimiento de la legalidad


El personal penitenciario desarrollará su actividad con las garantías y
dentro de los límites establecidos por la Constitución y el resto de nor­
mas que integran el ordenamiento jurídico.
La actividad penitenciaria se ejercerá respetando, en todo caso, la dignidad
humana de las personas recluidas, cuyos derechos e intereses solo podrán
ser restringidos en lo que dispongan las leyes y las sentencias judiciales.

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Artículo 6.- Interés público e imparcialidad


El personal penitenciario actuará con honradez e integridad, procuran­
do la satisfacción de los intereses generales.

Su comportamiento se fundamentará en consideraciones objetivas

orientadas hacia la imparcialidad y el bien común, al margen de posi­


ciones personales, corporativas o de cualquier otro tipo.

Artículo 7.- Incompatibilidades


El personal penitenciario se abstendrá de intervenir en aquellos asun­
tos en que tenga un interés personal, tanto porque comporte un bene­
ficio propio o para su entorno familiar y social inmediato, como por­
que suponga un menoscabo de intereses de terceros.
De manera semejante, y con independencia del régimen legal de
incompatibilidades, no podrá realizar ninguna actividad privada que
pueda suponer un conflicto de intereses con su puesto público, no
influirá en la agilización o resolución de trámites o procedimientos
administrativos sin causa justificada, y no aceptará ningún trato de
favor, ni situación que implique privilegio o ventaja injustificada.

Artículo 8.- Dedicación a la función pública


El personal penitenciario deberá mostrar atenta disposición para el cum­
plimiento de sus funciones y atribuciones, que desarrollará lealmente. El
desempeño de las tareas correspondientes a su puesto de trabajo se reali­
zará de forma diligente, cumpliendo la jornada y el horario legalmente
establecidos, y evitando cualquier ausencia injustificada al trabajo.
En un esfuerzo responsable, deberá usar el tiempo de trabajo para rea­
lizar sus quehaceres de la manera más eficaz.

Artículo 9.- Actuaciones extraordinarias


Ante situaciones extraordinarias, o de urgencia, el personal que des­
empeña el empleo público debe realizar aquellas tareas profesionales
que sean necesarias para atender las necesidades que se planteen.

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Secretaría General de Instituciones Penitenciarias

Artículo 10.- Obediencia


El personal penitenciario deberá dar cumplimiento a las órdenes que le
imparta el superior jerárquico competente, en la medida en que reúnan
las formalidades establecidas, y tengan por objeto la realización de actos
de servicio vinculados con sus funciones, salvo que constituyan una
infracción manifiesta del ordenamiento jurídico, en cuyo caso lo pondrá
inmediatamente en conocimiento de los órganos de inspección peniten­
ciaria y de la autoridad de la que dependa el superior.

Artículo 11.- Uso adecuado de instalaciones, recursos y bienes


El personal penitenciario administrará con austeridad los recursos y
bienes, y mantendrá convenientemente las instalaciones, que se hayan
puesto a su disposición para el cumplimiento de sus funciones, y se
abstendrá de utilizarlos en provecho propio, o de personas allegadas,
o vinculadas al mismo por cualquier título o relación, así como de rea­
lizar cualquier otro uso impropio de ellos.

Artículo 12.- Negocios y regalos


El personal penitenciario no puede realizar, ni directa ni indirectamen­
te, ningún negocio jurídico o económico particular con las personas
con las que se relacione en el ejercicio de la función pública.
Igualmente, se abstendrá de solicitar prebendas, y rechazará cualquier
regalo, favor, beneficio, promesa o servicio que le fueren ofrecidos en aten­
ción al ejercicio de la función pública o por cualquier causa vinculada al
mismo, que vayan más allá de los usos habituales, sociales y de cortesía.

Sección Segunda: Deontología en el trabajo

Artículo 13.- Trato respetuoso


En sus relaciones de trabajo, el personal penitenciario mantendrá un
trato cívico, correcto y respetuoso con todas las personas con las que

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Código Deontológico del Personal de II.PP. y del OATPyFE

se relacione, y evitará cualquier actuación que pueda producir situa­


ciones de discriminación, desprecio, humillación o acoso.
Especialmente, evitará cualquier tipo de discriminación por razón de
nacimiento, origen racial o étnico, género, sexo, orientación sexual,
religión o convicciones, opiniones, discapacidad, edad o cualquier otra
circunstancia personal o social; así como el abuso de autoridad y la
utilización de expresiones o comportamientos vejatorios o de conno­
tación sexual.

Artículo 14.- Ejemplaridad


1. El personal penitenciario debe, bajo cualquier circunstancia, actuar de
tal manera que su ejemplo ejerza una influencia positiva sobre las
personas sujetas a sanciones y medidas penales, y suscite su respeto.
2. Las empleadas y empleados públicos no podrán consumir, ni dentro
ni fuera de los establecimientos públicos, ni dentro ni fuera de su
horario de trabajo, ninguna sustancia que pueda alterar su capacidad
o comportamiento en el momento de ejercer la función pública.

Artículo 15.- Profesionalidad


El personal penitenciario debe mantener permanentemente actualiza­
da su competencia y capacitación profesional, asumiendo la necesidad
de un proceso de aprendizaje continuo y permanente, manteniendo
una actitud de evaluación crítica continua, y dando cuenta, en su caso,
a sus superiores, o a los órganos competentes, de cualquier propuesta
que considere adecuada para mejorar el desarrollo de las funciones de
la unidad en la que esté destinado.

Artículo 16.- Celeridad y eficacia


El personal penitenciario actuará con los principios de eficacia, econo­
mía y eficiencia, cumpliendo con diligencia las tareas que se le enco­
mienden, y resolviendo dentro de los plazos legalmente establecidos
para ello.

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Secretaría General de Instituciones Penitenciarias

Artículo 17.- Coherencia institucional


Las empleadas y empleados públicos han de conocer y respetar el pro­
yecto institucional de la Secretaría General de Instituciones
Penitenciarias, y cumplirán, y harán cumplir, las normas existentes en
la institución.
El personal directivo es además garante de su aplicación.

Artículo 18.- Solidaridad profesional


En el desarrollo de su trabajo, el personal penitenciario adoptará una
postura constructiva y solidaria con el resto de profesionales con los
que deban relacionarse, trabajando en equipo y de forma coherente y
positiva, y manteniendo la debida comunicación e información conti­
nuada para el cumplimiento de sus funciones. Respetará las opiniones
divergentes, y encauzará los conflictos que puedan suscitarse de
manera reservada, pacífica y orientada a la eficacia del servicio públi­
co. También se abstendrá de descalificar a cualquier persona involu­
crada en la ejecución penitenciaria, y de cuestionarla en presencia de
las sometidas a sanciones o medidas penales, o en condiciones en que
tal crítica negativa les pueda ser accesible.

Artículo 19.- Confidencialidad


El personal penitenciario está obligado a guardar secreto profesional
respecto de los datos, noticias o informaciones que conozca a conse­
cuencia del ejercicio de la función pública, o en relación con él, y se
refieran a personal penitenciario y personas sujetas a sanciones o
medidas de ejecución penal, así como sus respectivos familiares y
relaciones sociales, y especialmente respecto de lo que afecte a la
seguridad de la institución o de sus instalaciones, bienes o recursos.

Artículo 20.- Comunicación


1. Cuando deban transmitir información, las empleadas y empleados
públicos lo harán de forma veraz y contrastada, evitando la difu­
sión de rumores, ya de forma individual o colectiva.

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2. Cuando la información relativa a una persona sujeta a sanción o


medida penal haya de ser transmitida a una autoridad con derecho a
recibirla, el personal penitenciario tiene la obligación de hacerlo de
forma objetiva, franca y completa, evitando silencios respecto de
cuestiones que puedan ser relevantes.

CAPÍTULO III:

DE LAS RELACIONES CON LAS PERSONAS SUJETAS AL

CUMPLIMIENTO DE LA EJECUCIÓN PENAL

Artículo 21.- Atención directa


El personal penitenciario, en el ejercicio de sus respectivas competen­
cias, deberá mantener una atención directa y frecuente con los admi­
nistrados/as durante su permanencia en la Institución Penitenciaria
garantizando la efectividad de la intervención penitenciaria.

Artículo 22.- Cooperación en la resocialización


La actividad profesional del personal penitenciario debe realizarse con
el convencimiento y responsabilidad de acompañar a las personas some­
tidas a sanciones o medidas penales en su proceso de reinserción social,
potenciando los aspectos que les permitan su integración en la sociedad.
Especialmente, garantizará el pleno ejercicio de sus derechos compa­
tibles con la condena, y la comunicación con los familiares, y promo­
verá el aprovechamiento de las oportunidades de mejora de sus condi­
ciones de vida que estén normativamente establecidas.
En los casos de internamiento, tratará de reducir al máximo sus efec­
tos nocivos.

Artículo 23.- Respeto a la dignidad


El personal penitenciario evitará el uso de formas o métodos de cum­
plimiento de la función pública que atenten contra la dignidad o la pro­

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Secretaría General de Instituciones Penitenciarias

pia estima de las personas sometidas a sanciones o medidas penales,


absteniéndose en especial de emplear términos o gestos devaluadores,
discriminatorios o denigrantes.

Artículo 24.- Proscripción de los malos tratos


En especial, se abstendrá de cualquier comportamiento que suponga el
empleo de violencia física o psíquica, amenaza, intimidación, humilla­
ción o desprecio hacia las personas sometidas a sanciones o medidas
penales, y de cualquier acto de presión dirigido a la realización o abs­
tención de un comportamiento. Igualmente, velará porque no se pro­
duzcan estas situaciones entre las personas sometidas a sanciones o
medidas penales.
El personal penitenciario que tenga fundada noticia de uno de tales
comportamientos deberá ponerlo inmediatamente en conocimiento de
su superior.
El empleo de los medios coercitivos autorizados se realizará conforme
a los criterios de idoneidad, necesidad y proporcionalidad.

Artículo 25.- Relaciones afectivas


El personal penitenciario evitará que cualquier relación afectiva afecte
al desarrollo de su actividad. En consecuencia, notificará inmediatamen­
te a sus superiores cualquier relación que trascienda la profesional y
suponga una vinculación afectiva o íntima con una persona respecto de
la que tenga que ejercer sus funciones.

Artículo 26.- Relaciones con menores


El personal penitenciario que desarrolle su función con menores de
edad, dará siempre supremacía al interés de éstos, su integración
familiar y social, y la prevención de todas aquellas situaciones que
puedan perjudicar su desarrollo personal, cuidando de no herir su
sensibilidad.

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Artículo 27.- Información y transparencia


El personal penitenciario informará, a las personas relacionadas con el
servicio público que tenga encomendado, y especialmente a las perso­
nas sometidas a sanciones o medidas penales, de forma clara y com­
prensible para ellas, acerca de sus derechos y obligaciones, así como
de los elementos relevantes para el cumplimiento de la pena o medida
de que se trate.
Igualmente, se les informará de los mecanismos institucionales y de
voluntariado que pueden ofrecerles ayuda y asistencia en el cumplimien­
to de la pena o medida.

CAPÍTULO IV:

DE LAS RELACIONES CON LA SOCIEDAD

Artículo 28.- Participación de la sociedad civil


1. Las autoridades penitenciarias potenciarán la participación de la
sociedad civil en la vida penitenciaria, estimulando y dando facili­
dades para el desarrollo de programas de ONGs, entidades y aso­
ciaciones en la conjunción de sus esfuerzos con las actividades de
intervención reeducadora, así como la labor del voluntariado en su
asistencia a la población reclusa; especialmente en el momento de
preparación para la salida en libertad, de cara a facilitar la integra­
ción social de las personas presas o condenadas a otras penas y
medidas penales.
2. El personal penitenciario facilitará esta participación en las tareas
que respectivamente tenga encomendadas, de forma que la vida en
prisión se ajuste lo máximo posible a los aspectos positivos de la
vida en el exterior. Tratará de reducir al máximo los efectos noci­
vos del cumplimiento de las penas o medidas penales, favorecien­
do los vínculos sociales y el acceso de los/as condenados/as a las
prestaciones públicas.

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Secretaría General de Instituciones Penitenciarias

Artículo 29.- Comunicación pública


1. Las autoridades penitenciarias informarán a la sociedad del papel
que juega el sistema penitenciario, y del trabajo que realiza su per­
sonal, de manera que se transmita la importancia de su contribu­
ción a la sociedad.
2. Cuando el personal penitenciario deba transmitir, fuera de la
Institución a la que pertenece, información relativa a personas
sujetas al cumplimiento de sanciones o medidas penales, se ase­
gurará de que sea objetiva, veraz y completa, salvaguardando en
todo caso los derechos a la intimidad, honor y propia imagen de
aquéllas.
3. Sin perjuicio de la libertad de expresión que legalmente le corres­
ponda, que ejercitará conforme a los principios de lealtad y buena
fe, el personal penitenciario guardará reserva y discreción respec­
to de toda información que pueda comprometer la seguridad del
servicio y de las instalaciones, o la seguridad, normal conviven­
cia o intimidad de las personas sometidas a penas o medidas
penales.
4. La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias defenderá a
sus empleados de aquellas injurias ,calumnias, agresiones o ame­
nazas de las que sean víctimas en el ejercicio legítimo de sus fun­
ciones.

CAPÍTULO V:

DE LA VIGILANCIA DEL CUMPLIMIENTO

DEL PRESENTE CÓDIGO DEONTOLÓGICO

Artículo 30.- Compromiso institucional


1. La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias asume como
uno de sus objetivos primordiales la promoción y desarrollo de este
Código Deontológico, difundiéndolo entre su personal y colabora-
dores/as, y obligándose a velar por su cumplimiento.

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Código Deontológico del Personal de II.PP. y del OATPyFE

2. Corresponde especialmente al personal directivo la misión de cum­


plir de la manera más estricta, y hacer cumplir a todo el personal a
su cargo, las previsiones de este Código.

Artículo 31.- Proscripción de la impunidad


Todo el personal penitenciario debe poner en conocimiento de su superior,
de la Comisión de Seguimiento, o de las autoridades competentes, cual­
quier anomalía o hecho que perturbe la vida normal del establecimiento,
así como los actos de que tuviera noticia, con motivo o con ocasión del
ejercicio de sus funciones, que pudieran causar perjuicio a las
Administraciones Públicas o constituir delito, daño, lesión o violación de
cualquiera de las disposiciones contenidas en el presente Código.

Artículo 32.- Comisión de Seguimiento


1. Se crea una Comisión de Seguimiento, a la que corresponde espe­
cíficamente la vigilancia del grado de cumplimiento del presente
Código Deontológico, y la formulación de las propuestas que
resulten precisas para la erradicación de los comportamientos que
denoten corrupción personal, y la optimización de las actitudes
deontológicas, en el ámbito de actuación de la Secretaría General
de Instituciones Penitenciarias.
2. Está formada por cinco miembros, designados por la Secretaria
General de Instituciones Penitenciarias, conforme a la siguiente
composición:
a) Una persona entre profesionales r elacionados con la institución
penitenciaria, que ejercerá la Presidencia.
b) Una persona integrante de la Inspección Penitenciaria.
c) Una persona representante sindical de los/as trabajadores/as.
d) Un director o directora de Centro Penitenciario.
e) Una persona integrante de la parte social del Consejo Social
Penitenciario.

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Secretaría General de Instituciones Penitenciarias

3. La participación en esta Comisión tiene carácter gratuito.


4. La Comisión gozará de capacidad de autoorganización, y regulará
su propio régimen de sesiones y votaciones. Publicará anualmente
una Memoria expresiva del nivel de cumplimiento del presente
Código Deontológico, que trasladará a la Secretaría General de
Instituciones Penitenciarias.
5. Cualquier institución o persona (empleado/a público/a, personal
colaborador, persona sometida a sanciones o medidas penales, o
familiares o allegados a éstos/as) podrá poner en conocimiento de
esta Comisión de Seguimiento cualquier hecho que se valore pro­
pio de su competencia.

En Madrid, a 7 de septiembre de 2010

LA SECRETARIA GENERAL DE

INSTITUCIONES PENITENCIARIAS

Mercedes Gallizo Llamas

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