CRIMINOLOGIA

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CRIMLG - criminología

EDUBP | SEG | p r i m e r c u a t r i m e s t r e
í n dic e

 presentación 3

 programa 4
contenido módulos

 mapa conceptual 6

 macroobjetivos 7

 agenda 7

 material 9
material básico
material complementario

 glosario 11

 módulos *
m1 | 14
m2 | 84
m3 | 105
m4 | 126


* cada módulo contiene:
microobjetivos
contenidos
mapa conceptual
material
actividades
glosario

 evaluación 172

impresión total del documento 172 páginas !

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.2


presentación

Estimados alumnos, les damos la bienvenida a la materia CRIMINOLOGÍA.

Puede que muchos de ustedes tengan la idea de que la CRIMINOLOGÍA se


ocupa del estudio de la criminalidad y “el delincuente”, e inicialmente podríamos
adelantarles que no es una percepción errónea. Pero vale comentarles que desde
la primera exposición sistemática de lo que hoy conocemos como criminología,
que corresponde a César Lombroso (1835-1909), esta ciencia tuvo las más
diversas designaciones, más allá de tratar siempre un mismo objeto de estudio.

Para darle un nombre a esta nueva área del conocimiento, la historia ha visto
articular variadas titulaciones: “reflexología criminal”, “antropología criminal”,
“biología criminal”, “sociología criminal”, frente a lo cual cada una de estas
denominaciones respondía a los posibles niveles de observación de un mismo
fenómeno, dependiendo si se enfocaban en una causalidad antropológica,
biológica, sociológica, o psicológica, pero en definitiva referían todas a
exploraciones científicas del delito como conducta, y que bien fueron finalmente
cobijadas bajo el nombre “Criminología”.

En la actualidad, podemos observar un sensible aumento en el interés


por la criminalidad y “el delincuente”, pero este interés lo observamos en la
producción y masivo consumo de un producto comercial que distribuye la
industria del entretenimiento. Series y películas de contenido que podríamos
llamar criminológico, tales como “CSI”, “UVE: Unidad de Victimas Especiales”;
“Bones”; “Dexter”; o “Lie to Me”; y películas como “Copy Cat”, “El Silencio de
los inocentes”; “Siete Pecados Capitales”; “Minority Report”, llenan las grillas de
canales y las salas de cines, aprovechando la extraña fascinación del público por
el violento, el criminal, el monstruo urbano.

Pero esta cooptación de la cuestión criminal por parte de esa redituable industria,
en vez de banalizar o frivolizar el tratamiento del problema, lo tematizó y situó
ante el sujeto común, un modelo de abordaje para esa cuestión criminal que,
incluso, puso en crisis la imagen tradicional de los sistemas de persecución
penal que asocian el remedio al crimen, sólo con el uso de la fuerza y el número
de policías, comenzando incluso a redefinir el estereotipo al que debe responder
el moderno investigador del crimen, más asociado al quehacer científico que
nunca.

Quizás algunos de los interrogantes que puedan ir surgiendo tengan que ver
con lo siguiente: ¿Qué es un crimen?, ¿Por qué categorizamos como criminal a
alguien?, ¿Por qué los individuos reaccionamos ante el crimen y ante el criminal
de determinada manera? ¿Es posible prevenir el crimen? ¿Las leyes penales
inciden sobre la conducta criminal? En definitiva, ¿la criminología da respuestas
al problema del crimen y a la cuestión criminal?

La criminología desde sus inicios, a través de sus científicos y teóricos, se


ha preocupado por buscar las respuestas a éstos y otros interrogantes.
Cada corriente y escuela de pensamiento propuso respuestas sostenidas en
paradigmas, que son el resultado de formas de mirar el mundo. Desde ellos, se
pueden analizar las más diversas conductas y respuestas de los individuos, los
Estados y las sociedades en general.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 3


La criminología nos permite encontrar los “por qué” de las conductas desviadas,
lo que sucede entre los individuos y operar sobre sus condicionantes e incluso
desenmarañar lo que se presenta como determinante.

Desde esta materia, nos adentraremos en el estudio de las principales perspectivas


teóricas de la criminología para abordar luego algunas de las explicaciones
que ellas dan a las problemáticas concretas referidas a la cuestión criminal,
y de qué manera podemos incidir para prevenir y tratar las contingencias que
surgen en una sociedad que exige respuestas en un marco de respeto por los
Derechos Humanos, que estimule la responsabilidad ciudadana y favorezca la
gobernabilidad democrática.

Es importante que lean atentamente los contenidos presentados, con sus


respectivas lecturas. En cada módulo encontrarán actividades que los prepararán
para la resolución de la evaluación integradora.

¡Los invitamos a recorrer y disfrutar este camino con nosotros!

p r o g ram a

MODULO 1: LA CRIMINOLOGÍA. ¿DE QUÉ ESTAMOS HABLANDO?

Unidad 1: El Saber Criminológico.


• Buscando un objeto de Estudio. 2.Origenes de la Criminología. Revisando la
historia. Del Poder Punitivo al Origen de la criminología. Delincuentes, brujas
… o simplemente la otredad. El Pensamiento Utópico. 3. El pensamiento
político impactando en el pensamiento criminológico. Tomás Hobbes (1588-
1679). La Ilustración. Jean-Jacques Rousseau (1712-1778). Montesquieu
(1689-1755). Voltaire (1694-1778). 4. Reenfocando la cuestión. Hacia la
Cuestión Criminal. Cesare Bonesana, Marqués de Beccaria (1738-1794).
John Howard (1727-1790). Jeremías Bentham (1748-1832). 5. Aportes a los
saberes criminológicos desde otros campos. Fisionomía. La Frenología

Unidad 2: La Criminología.
• ¿Los fundadores de la Criminología como Ciencia? 1.Cesar Lombroso (1836-
1909) 2.Enrico Ferri (1856-1929). 3.Rafael Garófalo (1851-1934)

MÓDULO 2: ESCUELAS CRIMINOLOGICAS


Ordenando la Biblioteca. Las criminologías o la criminología en la historia.
Unidad 3: La Escuela Clásica.
Unidad 4: La Escuela Positiva.
• Apreciaciones Generales. El Positivismo. La Escuela Positiva.

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MÓDULO 3: UNA DEFINICION PARA LA CRIMINOLOGIA. SU OBJETO
Y METODO
Unidad 5: Definiendo la Criminología. El origen del término. Definiciones
Unidad 6: Objeto y Método en la Criminología.
• Objeto de la Criminolgía. Estudio del delito. Estudio de la pena. Estudio del
delincuente. Estudio de la criminalidad. Estudio de la reacción social-insti-
tucional. Estudio referente al costo económico social del delito. Estudio de
la víctima del delito. Estudio de los programas preventivos. El Método en la
Criminología ¿O los métodos en las Criminologías?

MÓDULO 4: DE LAS TEORÍAS CRIMINOLÓGICAS A LAS PRÁCTICAS


PREVENTIVAS.
Unidad 7: Las Teorías Criminológicas. Criminología Clínica. Criminología
Interaccionista. Criminología Organizacional.
Unidad 8: Un giro práctico desde la criminología para profesionales de
la Seguridad.
• La Prevención del Delito y la Violencia como objeto de la Criminología.
Profundizando la cuestión. 2. Modelos de prevención. Prevención Situacional
– Ambiental. Prevención social. Prevención comunitaria. 3. La Seguridad
Ciudadana. Un modelo de abordaje centrado en las personas, multisectorial,
integral, preventivo y contextualizado en lo local. La Matriz de intervención
en Seguridad ciudadana. 4. El análisis estadístico en Seguridad.
Identificando los problemas de (in)Seguridad Ciudadana. ¿Magnitudes o
Significados? Los datos oficiales para medir el delito y la violencia y sus fuentes.
La Presentación de la Información.

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m a p a c o nc e pt u al

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.6


m a c r o o b j e t ivos

• Comprender e integrar correctamente la terminología, los conceptos básicos


y las principales aproximaciones teóricas desarrolladas por las ciencias
sociales, jurídicas o de la salud, sobre los temas constituidos como saber
criminológico.
• Conocer los paradigmas que configuraron la formulación inicial de los saberes
criminológicos, para comprender y comenzar a desarrollar un sentido crítico
respecto del ejercicio del poder punitivo y sus discursos legitimantes.
• Formular, reconocer y aplicar las diversas teorías criminológicas que permiten
explicar las conductas antisociales, el comportamiento delictivo entre ellas, y
planificar respuestas integradas con los aportes de la criminología.
• Entender desde el análisis crítico las principales definiciones y
conceptualizaciones de la criminología, atendiendo a los aspectos jurídicos,
axiológicos y prácticos de la misma, a fin de reconocerla como ciencia
empírica, fáctica y del ser, y así asumir como profesional de la seguridad
un rol estructurado en consecuencia al desarrollar tareas con un enfoque
necesariamente criminológico.
• Desarrollar el conocimiento de los temas centrales de la Criminología, así
como proporcionar los elementos necesarios para la aplicación de las
concepciones teóricas sobre la solución de los problemas concretos como
el delito y la violencia.
• Reconocer y comprender desde una perspectiva criminológica los conflictos
que requieren de la participación de un Licenciado en Seguridad, y relacionar,
manejar e interpretar las principales fuentes de datos sobre delincuencia
y violencia, en pos de elaborar explicaciones básicas sobre las formas
específicas de criminalidad y cómo responder a ellas.

a ge n da

Porcentaje estimativo por módulo según la cantidad y complejidad de los


contenidos y actividades.

MÓDULOS PORCENTAJES ESTIMADOS


1 20%
2 20%
3 30%
4 30%
TOTAL 100%

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Representación de porcentajes en semanas.

SEMANAS 1 2 3 4
1
2
3
Consigna
4 1 y 2 de la
Evaluación
5
6
Consigna
7 3 y 4 de la
Evaluación
8
9
10
Consigna
11 5 y 6 de la
Evaluación
12
13
14
Consigna
15 7 y 8 de la
Evaluación

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m a te rial

Material Básico:
• Contenidos desarrollados en el material de cátedra y en las actividades de
los módulo.
• MARCHIORI, Hilda. “CRIMINOLOGIA -INTRODUCCIÓN-. Córdoba.
Ed. Marcos Lerner Editora Córdoba. 1999. Capítulo I, únicamente el
punto “Etapas Históricas y Objetivos de la Criminología”; el Capítulo II
Teorías Criminológicas. Criminología Clínica; el Capítulo III, Criminología
Interaccionista; y el Capítulo IV, Criminología Organizacional.
• ELBERT, Carlos Alberto; “Manual Básico de Criminología”. Buenos Aires. Ed.
Eudeba. 1998 . Capítulo 4 “El positivismo criminológico”. Pueden acceder a
el en el siguiente Sitio web: https://sites.google.com/site/jorgeluisjofre/
Recursos-Acadmicos/Archivos ; o también en el siguiente link en pdf
“ELBERT_Manual Básico de Criminología.pdf” IC 1
• SOZZO, Máximo.,“Seguridad Urbana y Tácticas de Prevención del Delito.
(Publicado en: Cuadernos de Jurisprudencia y Doctrina Penal, Ad-Hoc,
BsAs, N. 10, 2000 IC 2

Material Complementario:
• ANITUA, Gabriel Ignacio, “Historia de los pensamientos criminológicos”.
Buenos Aires. Ed. Del Puerto, 2005.
• ANIYAR DE CASTRO, Lola y CODINO, Rodrigo; “Manual de Criminología
Sociopolítica”. Buenos Aires. Ed. Ediar. 2013
• BARATTA, Alessandro, “Criminología crítica y critica del derecho penal”.
México, Ed. Siglo XXI, 1991
• BECCARIA: “De los delitos y las penas”, Madrid, Alianza, 2011 (8.ª reimp.).
• BENTHAM, Jeremías, “El Panóptico”. Madrid. Ediciones de La Piqueta. 1978
• BERGALLI, BUSTOS ET ALL; “El Pensamiento Criminológico. Vol I. Un
Análisis Crítico”.Bogotá. Ed Temis. 1983
• BERGALLI, BUSTOS ET ALL; “El Pensamiento Criminológico. Vol II. Estado y
Control”.Bogotá. Ed Temis. 1983
• ELBERT, Carlos Alberto; “Manual Básico de Criminología”. Buenos Aires. Ed.
Eudeba. 1998
• FERRI, Enrico: “Sociología criminal”, Ed. Analecta, Pamplona, 2005.
• FOUCAULT, Michel. “La Verdad y las Formas Jurídicas”. Ed. Gedisa.
Barcelona. 2008
• FOUCAULT, Michel. “Las Palabras y las Cosas. Una Arqueología de las
Ciencias Humanas” Ed. Siglo XXI. México. 2008
• FOUCAULT: “Vigilar y castigar”, Ed. Siglo XXI, Madrid, 1982.
• GARCIA-PABLOS DE MOLINA, Antonio, “Tratado de Criminología”, 4.ª ed. Ed
Tirant Lo Blanch. Valencia, , 2008
• GAROFALO: “La criminología: estudio sobre el delito y sobre la teoría de
la represión”, Ed. B de F, Buenos Aires, 2005.
• HOBBES, Thomas. “LEVIATAN”. Ed. Losada. Buenos Aires 2003

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• JANOWITZ, Morris: Teoría Social y Control Social. En: American Journal of
Sociology. Universidad de Chicago.1975. Vol. 81, 1. Traducido por Juan
Pegoraro. Revisión de Máximo Sozzo y Publicado en Delito y Sociedad.
Revista de Ciencias Sociales, N°6/7,1995KANT, Immanuel. “¿Qué es la
ilustración?” Ed. Taurus. 2012
• JOFRÉ, Jorge Luis; “La Seguridad Ciudadana. ¿Mera retórica política o un
paradigama a seguir?” En: “Tendencias” Rev. De la Universidad Blas Pascal.
Año VI. 11. Córdoba. 2012
• LOMBROSO, Cesare: “L’uomo delinquente”, Milán, 1876.
• McLAUGHLIN, Eugene y MUNCIE, John. “Diccionario de Criminología” Ed.
Gedisa. Mexico. 2011
• MONTESQUIEU (CHARLES DE SECONDAT). “Del Espíritu de las Leyes”. 6°
Edición. Ed. Tecnos. España. 2007
• PEGORARO, Juan S. “Una reflexión sobre la inseguridad”, en Argumentos.
Revista de crítica social; N°2. Buenos Aires. 2003
• PAVARINI, Massimo, “Control y dominación”, México, Ed. Siglo XXI, 1993
• RODRIGUEZ MANZANERA, L. “Criminología”. 2a edición. México: Ed.
Porrúa. 1981
• ROUSSEAU, Jean Jacques. “Del Contrato Social”. Ed, Alianza Editorial.
España. 2012
• SAGAN, Carl; “El Mundo y sus Demonios – La Ciencia como una Luz en la
Oscuridad” Trad. Dolors Udina. Ed. PLANETA. Barcelona. 2000
• TAYLOR, Ian, WALTON, Paul y YOUNG, Jock, “La nueva criminología.
Contribución a una teoría social de la conducta desviada”. Bs. As., Amorrortu,
1997 (2°reimp)
• TIEGHI, Osvaldo N. “TRATADO DE CRIMINOLOGÍA” Ed. Grupo Editorial
20XII. Buenos Aires. 2016
• TUDURI VALDÉS, Mario; “Los sistemas e información geográfica (GIS) Y LA
Seguridad Ciudadana. ¿La panacea o una herramienta muy eficiente? En:
“Tendencias” Rev. De la Universidad Blas Pascal. Año VI. 11. Córdoba. 2012
• Zaffaroni, Eugenio; “Criminología, Aproximación desde un Margen”. Ed.
Temis. Bogotá.1988
• Zaffaroni, Eugenio. “Tratado de Derecho Penal” Parte General TII. Ed. Ediar.
Buenos Aires. 1987
• Zaffaroni, Eugenio et All. “Derecho Penal. Parte General” 2° Edición. Ed.
Ediar Buenos Aires. 2002.

material | IC

información complementaria 1 - 2

Las informaciones complementarias del material del módulo las encontrará


disponibles en su plataforma.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.10


g l osario

Abolición: en criminología y justicia penal, el término abolición en la actualidad,


se refiere al intento de suprimir las respuestas punitivas ante problemas
criminalizarlos. Se trata del primer paso en la estrategia abolicionista, seguido de
un llamamiento a la solución de controversias, la remediación y la justicia social.
En términos más generales, se refiere a la abolición de instituciones del Estado
(o respaldada por el Estado), a las que ya no se considera legítimas. En el plano
histórico del término abolición sea usado en la lucha contra la esclavitud, la
tortura, la prostitución, la pena de muerte y la prisión.
Abolicionismo: se trata de una perspectiva sociológica y política que analiza la
justicia y los sistemas penales como problemas sociales que, en vez de reducir
el delito y su impacto, los intensifica. Desde esta perspectiva, las cárceles,
reforzarían las construcciones ideológicas del delito dominantes, reproducirían
divisiones sociales y distraerían la atención de los delitos cometidos por los
poderosos. Los abolicionistas proponen la transformación radical del sistema
carcelario penal, y su reemplazo por una estrategia reflexiva e integradora, para
abordar estos complejos fenómenos sociales.
Adscribir: Adherir a alguien a un grupo, ideología, etc.
Albedrío: m. Potestad de obrar por reflexión y elección: libre albedrío.
Atavismo: m. Tendencia a continuar o a imitar costumbres y formas de vida
arcaicas: en nuestra sociedad, vestirse elegantemente los domingos es puro
atavismo. | BIOL. Herencia de caracteres propios de los antepasados: el tono
pelirrojo de su pelo es un atavismo.
Antropología: f. Ciencia que trata de los aspectos biológicos del hombre y
de su comportamiento como miembro de una sociedad: antropología biológica,
cultural o filosófica.
Bagaje: m. Conjunto de conocimientos o noticias de que dispone una persona:
bagaje artístico, cultural. | Equipaje.
Coloquio: m. Reunión organizada en que un número limitado de personas
debaten y discuten sobre un tema elegido previamente: suele participar en
coloquios radiofónicos.
Complejidad: existen dos acepciones: la vulgar, que se refiere a un “conjunto
integrado por diversos elementos” y otra más precisa, “sistema integrado por un
gran número de partes que interactúan de forma no sencilla”.
Congénito, ta: adj. Que se produce en la fase embrionaria o de gestación de
un ser vivo: enfermedad congénita. || Que se engendra junto con otra cosa: la
pobreza es un mal congénito de la sociedad.
Cronología: f. Disciplina que determina el orden y las fechas de los sucesos
históricos: la cronología forma parte de los estudios históricos. | Serie de hechos
históricos, datos, sucesos, etc., por orden de fechas: debemos elaborar la
cronología de los sucesos políticos de este siglo.
Crisol: m. Cavidad inferior de los hornos que sirve para recoger el metal fundido.
Deconstrucción: f. La idea de deconstrucción se emplea más comúnmente en
el terreno de la filosofía y se expresa con referencia al acto y el resultado de
deconstruir. Este verbo, que procede del vocablo francés déconstruire, alude a
desmontar, a través de un análisis intelectual, una cierta estructura conceptual.
Devenir: Ocurrir, suceder, acaecer. | Llegar a ser, convertirse en algo.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 11


Eficacia: cumplimiento estricto de un objetivo formulado; por ejemplo en el plazo
predeterminado, sin atender a otros aspectos tales como el costo, el recorrido,
la duración, etc. Una persona eficaz es la que meramente cumple sus objetivos,
sin reparar en costos.
Emerger: intr. Surgir o salir del agua u otro líquido: varios juncos emergían del
río. | Brotar o surgir algo.
Escrófula: f. PAT. Inflamación de los ganglios linfáticos, acompañada de un
estado de debilidad general que predispone a contraer las enfermedades
infecciosas y sobre todo a la tuberculosis.
Hereje: com. Persona que sostiene dogmas u opiniones diferentes a la
ortodoxia de su religión: los herejes son perseguidos por todas las religiones. |
Desvergonzado, procaz: este niño está hecho un hereje.
Heterogeneidad: f. Composición de un todo de partes de distinta naturaleza: la
heterogeneidad de su público dice mucho en su favor.
Huesos wormianos: Son unos pequeños huesos supernumerarios que en
ocasiones existen entre los huesos del cráneo normalmente descritos. Además
de los centros habituales de osificación, ésta puede darse en otros lugares,
dando lugar a huesos aislados e irregulares.
Ideología: f. Conjunto de ideas fundamentales que caracterizan el pensamiento
de una persona, una colectividad, una doctrina o una época: la ideología nazi fue
muy dañina para Europa.
Ilustración: Movimiento filosófico y literario imperante en Europa y América en
el siglo xviii, caracterizado por la creencia en la razón como medio para resolver
todos los problemas de la vida humana.
Inquisición: f Acción de inquirir. “la inquisición duró casi una hora” || Antiguo
tribunal eclesiástico establecido para descubrir y castigar las faltas contra la fe
o las doctrinas de la Iglesia. “en el siglo XVI, muchas personas murieron en la
hoguera porque la Inquisición los condenaba por herejes”
Inquisitio: (latín) refiere a la acción y efecto de inquirir. A indagar, examinar o
averiguar cuidadosamente algo.
Manicomio: m. Hospital para enfermos mentales
Mefítico, ca: adj. Se dice de lo que puede causar daño al ser respirado, y
especialmente cuando es fétido: gas mefítico.
Metafísico: f. Parte de la filosofía que trata de la esencia del ser y la realidad,
de sus manifestaciones, propiedades, principios y causas primeras: la metafísica
intenta dar una explicación del universo. | Razonamiento profundo sobre
cualquier materia.
Mismificante: Neologismo que refiere a lo “mismo”, como igual, semejante,
idéntico, indistinto y lo que pretende convertirlo en ello, despreciando la
existencia de lo “otro”.
Otredad: La noción de otredad, común en la filosofía, la sociología, la antropología
y otras ciencias, refiere al reconocimiento del Otro como un individuo diferente,
que no forma parte de lo propia.
Panóptico, ca: adj. Se dice del edificio construido de modo que toda su parte
interior se puede ver desde un solo punto: catedral panóptica.
Pasmoso: adj. Que causa pasmo, admiración o asombro: noticia pasmosa;
récord pasmoso.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.12


penal-welfare: concepto de bienestar que sostiene que la política penal,
requiere una evaluación en términos de sus consecuencias. Esta evaluación se
hace con mayor frecuencia utilizando un enfoque utilitarista, es decir, la utilidad
del enfoque en cuestión. La aplicación lógica de este concepto al sistema penal
dicta que la política relativa al tratamiento del delincuente debe ser evaluada en
términos de rehabilitación del delincuente, es decir, el delincuente no ofenderá
repetidamente al ser liberado y como resultado la sociedad será más segura.
La atención se centra en la utilidad del castigo, es decir, su beneficio para la
sociedad y la mejora de las condiciones personales.
Prevención: f. Preparación y disposición para evitar un riesgo o ejecutar una
cosa
Prevención Primaria: estrategias de apoyo a segmentos relativamente amplios
de la población y que responden a necesidades inespecíficas. E s la prevención
social por excelencia.
Prevención Secundaria: estrategias dirigidas a individuos o grupos específicos
que han sido identificados como proclives a incurrir en conductas habituales de
violencia y delincuencia. Con frecuencia, se orienta a neutralizar las condiciones
para que aparezca el delito.
Prevención Terciaria: estrategias dirigidas a grupos específicos de personas
que han cometido infracciones a la ley y que han ingresado al sistema penal, por
lo que buscan promover tratamientos que eviten su reincidencia
Proceso: m. Conjunto de las fases sucesivas de un fenómeno natural o de una
operación artificial: el proceso degenerativo ha avanzado. | DER. Conjunto de
actuaciones, autos y demás escritos en cualquier causa civil y criminal. | DER.
Causa criminal: este proceso se prolongará por varios meses.
Punitivo, va: adj. Relativo al castigo.
Retrógrado, da: adj. y s. desp. Partidario de ideas, actitudes, etc., propias
exclusivamente de tiempos pasados, y enemigo de cambios e innovaciones:
tiene ganas de vivir sola porque sus padres son unos retrógrados.
Ruptura: f. Hecho de romper sus relaciones personas o entidades: ruptura de
negociaciones.
Simetría: f. Armonía de posición de las partes o puntos similares unos respecto
de otros, y con referencia a punto, línea o plano determinado: nunca hay una
perfecta simetría entre los dos lados del cuerpo humano. | Proporción adecuada
de las partes de un todo entre sí y con el todo mismo: las ventanas de una casa
deben guardar cierta simetría.
Sentina: f. Cavidad inferior de la nave en la que se reúnen las aguas que se
filtran por sus costados y por cubierta que después se expulsa mediante una
bomba de agua. | Lugar sucio y pestilente, lleno de basuras: esta taberna es una
sentina asquerosa. | Lugar donde abundan los vicios: ese burdel es una sentina.
Sutura metópica: Es la sutura craneal ubicada entre los dos huesos frontales,
antes de constituir un único hueso.
Tisis: f. Enfermedad. Tuberculosis pulmonar: la tisis fue una enfermedad
mortal en el pasado. | Cualquier enfermedad en la que el enfermo se consume
lentamente, tiene fiebre y presenta ulceración en algún órgano.
Utopía o utopia: f. Proyecto, idea o sistema irrealizable en el momento en que se
concibe o se plantea: hoy por hoy, la igualdad social es una utopía.
Utópico, ca: adj. y s. De la utopía o relativo a ella: pensamiento utópico.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 13


m ó d u los

m1

m1 microobjetivos

• Analizar históricamente dónde se centró la búsqueda del Saber Criminológico,


para que conociendo las miradas, aciertos y desaciertos de quienes les
precedieron puedan aportar soluciones reflexivas, equilibradas y atinentes,
a los requerimientos de sus potenciales clientes y la sociedad en general.
• Examinar los postulados que abrazaron los precursores del saber
criminológico, y así comprender cómo diversas concepciones político-
filosóficas fueron modelando nuestro sistema de conocimiento, y de qué
forma la búsqueda de un horizonte ético debe preceder una respuesta
profesional, sobre todo desde lo criminológico.
• Desarrollar capacidades para razonar críticamente respecto de los contextos
sociales y políticos, y cómo se puede convertir a la criminología en una
ciencia o en un mero discurso legitimante del poder.
• Conocer las maneras en que fueron perfilándose los caminos tomados por
los pensadores en el inicio de la criminología, para comprender su fluidez
hacia las dos principales escuelas del Siglo XIX.

m1 contenidos

La Criminología: ¿De qué estamos hablando?


Unidad 1: El saber criminológico

1. Buscando un objeto de Estudio


Delimitar el objeto de estudio de la Criminología hoy, después de casi 160 años
de existencia de la disciplina, puede ser considerado algo sencillo. Seguramente
coincidirán con nosotros que sería de pretensiosos engreídos, ufanarnos de algo
que para muchos puede ser obvio. Pero cuidado, estos ciento sesenta años,
dan cuenta que no fue simple alcanzar el sitial de disciplina científica autónoma
al área del conocimiento que hoy nos convoca al estudio.
Deconstruir y presentar una historiografía del derrotero seguido por el saber de
“lo criminal”, no es una tarea ni corta ni sencilla, porque de manera persistente
la cuestión criminal fue objeto de apropiación por parte de la medicina, por la
psicología, por la sociología, convirtiendo al saber criminológico en un renglón
más de los índices de tratados y manuales de esas disciplinas que pretendían
contenerla.
Criminología clínica, antropología criminal, sociología criminal, sociología de
la desviación, psicología criminal, terminaron siendo suplementos de otras
ciencias, pero siempre, tratando de comprender, analizar y dar respuestas sobre
el objeto de lo que hoy llamamos Criminología.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.14


Y así, en el curso de más de un siglo y medio, los saberes criminológicos
fueron ofreciendo distintas respuestas a diversas demandas de orden social.
Las mismas fueron conformando un acervo de conocimientos que no pudieron
resistir el deseo de sistematización y organización del mismo, por parte de sus
productores, a pesar de la marcada heterogeneidad de los discursos de esta
disciplina.
En esta sistematización, favorecedora de la comprensión de la realidad, se
pretendió dar significado y sentido a los sucesos que pesaban sobre las
personas, ordenando y jerarquizando esos significados de una forma más o
menos organizada, favoreciendo ese necesario proceso de interpretación de la
realidad, y así dotar de algún grado de coherencia a nuestra existencia con el
mundo que nos rodea.
Esta forma de organizar ese conocimiento, válida para representar procesos de
variados saberes y tanto más, la forma en que interpretamos la criminalidad refleja
las ideas que podemos tener a propósito de este fenómeno social, y depende
finalmente de las distintas perspectivas con las que ordenamos nuestras ideas y
en función de lo que creemos que debe ser o como creemos que es la sociedad.
En definitiva, esta sistematización estará subordinada a nuestra concepción del
mundo que no es otra cosa que nuestra ideología. Es por ello que podemos
encontrar tantas explicaciones de la criminalidad como tantas son las ideologías
que pretenden revelar una concepción del mundo.

La ciencia representa un escenario especializado para interpretar la


realidad, y el fenómeno criminal como parte de esa realidad ha caído
en las redes de esos buscadores de respuestas llamados científicos,
los cuales con su producción dieron contenido a lo que hoy llamamos
la Criminología.
No obstante, siempre debe tenerse en cuenta que en la medida en
que cada teoría científica es sostenida por un conjunto de principios
rectores, las formas de analizar el objeto de estudio, de percibir
y mostrar sus descubrimientos y sus inevitables conclusiones,
estarán sujetas a esos principios. En definitiva, la producción estará
enmarcada en esa forma de concebir el mundo que esos principios
rectores sostienen, dejando entrever al observador avezado la marca
indeleble de la ideología en ella, y siendo tantas y variadas las
ideologías, serán las interpretaciones acerca del crimen y del criminal.

Es así que el criminólogo al pretender estudiar un tema específico del


área de su incumbencia -que puede ser la reincidencia criminal, los
delincuentes juveniles, o la sanción de la tenencia de drogas para el
consumo personal-, partirá de la base de su adhesión a un modelo de
sociedad, de cómo considera que deberían ser las relaciones entre
los ciudadanos, y las relaciones entre éstos y el Estado. En definitiva,
de las relaciones entre el individuo y la autoridad partiendo de la base
de cómo observa y piensa, es decir, cómo adscribe al poder y su
ejercicio.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 15


Quizá por eso, el mayor desafío estará en disponerse a desplegar una
mirada abierta y reflexiva que ponga bajo la lupa la multiplicidad de
explicaciones sobre el mismo fenómeno, y expandir el espíritu crítico
desde la validez científica de las observaciones hasta las fronteras de
una nueva forma de explicar la realidad. Es decir, iniciar este camino
sin desechar tal o cual autor o tal o cual teoría por el rótulo que el
poder o la corrección política le haya adosado, muy por el contrario,
estar dispuesto a desplegar, todas las herramientas conceptuales que
de una u otra manera representaron hitos en el camino abierto en pus
del conocimiento criminológico.

¡Hay tantas maneras de leer, y hace


falta tanto talento para leer bien!
-Gustave Flaubert-

Y, por cierto, desplegar el talento analítico que disponemos para convertir todo
ese bagaje en una verdadera herramienta de transformación.
El compromiso que debe suscribirse radica en asumir la responsabilidad de
saber que lo que desarrollemos debe aportar a la construcción de una sociedad
abierta, tolerante e inclusiva, y nunca representar el fundamento de la dominación
de unos sobre otros.
Este compromiso y responsabilidad debe ser común a todos los “intelectuales”,
pero debemos tener en claro que en criminología los discursos se dirigen a la
explicación de un problema común que es garantizar el “orden social”, y por
ello, en definitiva, es el “desorden social” y las amenazas al orden constituido
lo que aparenta ser la motivación principal para indagar en la materia. Por eso,
antes de procurar respuestas que faciliten el desarrollo de tecnologías dirigidas
a la dominación por parte de grupos dominantes, debemos desarrollar esa
inteligencia crítica que debe caracterizar a todo intelectual para poner bajo
análisis también esa pretensión de respuesta social, institucional y económica
para exponer y denunciar todo intento de dominio del cuerpo y del espíritu.
Esa responsabilidad de los intelectuales debe estar presente para no caer en lo
que Foucault bien observó en la historia de la criminología en Europa del siglo
XIX:

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.16


… el discurso insistente de la crimi-
nología encuentra aquí una de sus
funciones precisas: (…) proporcio-
nar a los mecanismos del castigo
legal un asidero justificable, no ya
simplemente sobre las infraccio-
nes, sino sobre los individuos; no
ya sobre lo que han hecho, sino
sobre lo que son, serán y pueden
ser…. Desde los 150 o 200 años
que hace que Europa ha estable-
cido sus nuevos sistemas de pena-
lidad, los jueces, poco a poco…, se
han puesto, pues, a juzgar otra cosa
distinta de los delitos: el “alma” de
los delincuentes.”

Michel Foucault en “Vigilar y Cas-


tigar” (1975)

Seguramente debiéramos tener más que presente la exigencia que Alain Badiou
hace a los intelectuales: no convertirse en “el perro guardián de los que mandan”.

2. Orígenes de la Criminología
Como hemos visto hasta aquí, la criminología es una disciplina científica cuyo
objeto es el estudio y análisis del delito, del delincuente, de las víctimas, de la
criminalidad, y de la reacción social e institucional que producen esos fenómenos;
teniendo como finalidad lo que identificamos como el mantenimiento del orden.
Seguramente podremos construir una mejor y más completa referencia a
nuestro objeto de estudio, pero para lograrlo es necesario recordar quienes
nos precedieron en la investigación, reflexión y discusión sobre estos aspectos,
que reconocemos propios de nuestra materia, y se instauraron como anteriores
a las escuelas clásica y positivista del siglo XIX, y sus derivaciones posteriores,
dirigidas todas sus corrientes, a dotar de un carácter científico a la criminología.
Para autores como Antonio García-Pablos de Molina, uno de los más prolíficos
catedráticos en criminología de la actualidad, hay dos tipos de fuentes a las que
hay que recurrir para esta reconstrucción histórica: las de carácter filosófico,
ideológico o político (utópicos, ilustrados, clásicos, reformistas) y las de
naturaleza empírica (Fisiología, Frenología, Psiquiatría entre otras).
Los invitamos a hacer con nosotros, un recorrido por algunos hitos en la historia.

Revisando la historia. Del Poder Punitivo al Origen de la Criminología


Desde que los primeros humanos comenzaron a conformar grupos para su
protección, subsistencia y provisión de recursos para satisfacer sus necesidades
elementales, uno de los problemas que debieron afrontar fue el de la cohesión
del mismo grupo, para lo cual, desarrollaron diversos mecanismos de control de
sus integrantes con el objeto de facilitar la satisfacción de sus intereses.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 17


El paso del tiempo y el consiguiente desarrollo evolutivo fue complejizando los
sistemas de relaciones, haciendo necesario una organización y un orden social.
Lo que en un principio se organizaba en base a simples criterios de superioridad
física y habilidades para proveer con éxito los medios de subsistencia ya no era
suficiente, y se hizo necesario un sistema más complejo de funciones dentro
de la comunidad. Comenzaron a diversificarse funciones y responsabilidades
distinguiéndose con claridad a los que proveían alimentos, de los que
comerciaban; a los que contenían y protegían de la conquista y la dominación
por la fuerza, de los que aseguraban proteger de la fuerza de la naturaleza
representada por dioses que debían ser venerados y atendidos como esos
intérpretes de las deidades ordenaban; y por cierto todos ellos, diferenciados de
quien estaba llamado a gobernar, sea por imperio del mandato de la sangre, el
mandato divino, pero siempre con la fuerza como principal instrumento para la
garantía del mantenimiento de ese orden.

Pero lo que nos interesa destacar es una característica esencial de


algunas sociedades que permitió que el poder se consolidara y diera
paso a un una expansión y dominación sobre otros, en beneficio
de aquellas culturas que comprendieron cómo explotarlo. El Poder
Punitivo. Esta modalidad de ejercicio del poder surgió cuando
determinadas sociedades se fueron organizando a modo de ejércitos,
con clases y jerarquías.

Si bien este tipo de sociedades se replicaron en distintas partes del planeta, nos
interesa particularmente enfocar el lente en la Europa de fines del medioevo,
donde los señores de la época retomaron el ejercicio del poder punitivo, que
tan buenos resultados le dio a la Roma imperial para ejercer su señorío en toda
la cuenca del mediterráneo y hasta su ocaso fue el modelo de dominación de
ejerció con tanta eficacia.
Bien vale aclarar en este punto, para evitar decepciones originadas en una
desbordante curiosidad, que no nos adentraremos en la cuestión criminal de
la antigua Sumeria cuyos registros de leyes sancionatorias se remontan al año
3000 AC.; o de Babilonia, con la huella que dejó la aplicación del Código de
Hammurabi allá por el 1700 AC., ya que, reiteramos, el foco de análisis para
nosotros es la Europa continental de finales de la Edad Media.
La razón de esta incisión en el dorso de la historia no es antojadiza sino que
permite observar esa marca característica en el ejercicio de la autoridad que se
mantiene hasta nuestros días, llamado poder punitivo.
Cuando Roma pasó de la república al imperio, el ejercicio del poder punitivo
fue mucho más evidente y cruel. La Roma Imperial pasó con ello a gozar de los
beneficios que le otorgaba esta modalidad de afianzamiento de su autoridad,
hasta que en el siglo V las cosas empezaron a cambiar, ya que Roma sucumbe
ante los pueblos bárbaros.
Con el declive de Roma en Europa, ese modelo de poder punitivo cayó con ella,
y los pueblos bárbaros fueron avanzando con sus costumbres sobre las tierras y
el tiempo, hasta que comenzado el tránsito sobre los siglos XI y XII, los señores,
los reyes, y la iglesia, reflotaron ese modelo que con tanta eficacia les permitió a
los romanos ampliar sus dominios durante tantos siglos, y más allá de sus siete
colinas.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.18


No puede considerarse casual que hayamos puesto sobre el tapete aquel modelo
expandido con el Imperio Romano y retomado tantos siglos después.
Ese modelo dotó de verticalidad a las sociedades europeas, les otorgó una sólida
estructura de estilo castrense, y fue el primer paso para expandir su señorío a
pueblos cercanos, siendo primero Europa, y de allí al mundo entero.
Ese poder punitivo no sólo fue trascendente para la identidad europea y su
virtualización, sino que para todo el orbe, en tanto y en cuanto es Europa quien,
con el tiempo, impondrá violentamente su dominio en todos los continentes.

Michael Foucault -agudo filósofo y estudioso del poder- en la serie


de conferencias que brindó en Rio de Janeiro en los años ´70, luego
reunidas y publicadas bajo el título “La Verdad y las Formas Jurídicas”,
nos recordaba que en Europa entre la caída del imperio romano de
occidente y hasta el siglo XIII, el sistema que resolvía los conflictos
y litigios, particularmente por influjo del derecho germánico, estuvo
gobernado por la lucha. En procedimientos que en algunos casos
podían concluir en negociación e intercambio, los contendientes se
batían en elaboradas pruebas de fuerza que podían terminar en algún
tipo de transacción económica.

Se trataba de procedimientos que no permitían a terceros intervenir en la


contienda entre adversarios, ni aún como un elemento neutro que buscase la
verdad e intentara discernir si alguno mentía -como un juez de nuestros tiempos-;
en esos procedimientos, nunca intervinieron mecanismos de indagación en
procura de la verdad o investigaciones que la pusieran en juego.
Con ese sistema no se pretendía probar la verdad sino la fuerza, es decir, el
peso, la importancia de quien sostenía una postura.
Esos procedimientos conocidos como Juicio por Combate eran, junto a las
Ordalías, las formas en que Dios intervenía otorgando la fuerza para ganar en
el duelo, o la entereza para soportar el dolor, y ser investido el triunfador como
inocente. Este era el núcleo de aquel Derecho Germánico del medioevo.
Pero estas prácticas por así decirlo “judiciales”, comenzaron a desaparecer y
paralelamente comenzaron a replicarse otras que dieron lugar a una determinada
manera de saber la verdad, una condición de posibilidad de saber, cuya
proyección y destino será trascendente para el desarrollo del Occidente tal como
lo conocemos.
Esta modalidad de saber en los “procesos” es la indagación. La verdad comenzó
así a establecerse por interrogatorio o inquisitio. El sujeto investigador -o
interrogador- pregunta al investigado –o interrogado-, y de este modo se espera
la obtención de una respuesta que “debe” ser la verdad. El interrogado es un
mero objeto del inquisidor, y si el objeto no responde lo suficiente o lo hace
sin la claridad o la precisión demandada por el investigador, se utiliza la fuerza
hasta obtener la respuesta. Tómese debida cuenta, que esa respuesta “debe”
ser la verdad, en razón de que, en la mayoría de los casos, si esa respuesta
esperada era pronunciada, el suplicio, el tormento y el martirio, pasaban a ser
las herramientas para lograrlo.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 19


La inquisitio de la que estamos hablando, no debe confundirse con la inquisición
episcopal o la inquisición pontificia, que fue una institución de la Iglesia católica
que reforzaba el dominio del papado sobre los hombres, más allá de que luego
nos referiremos a ella.
La inquisitio que nos referimos, es un procedimiento llevado a cabo en tribunales
laicos, instaurado como práctica necesaria para dictar el “Veredicto”.
El investigador o inquisidor tiene la virtud de su lado, ejerciendo en su función el
poder conferido por el soberano, dado que éste, al eliminar la participación de
las víctimas, pasa a ocupar su lugar. Lugar preponderante que antes la víctima
ocupaba como demandante
Las características de este “proceso”, que particularizaron ese poder punitivo,
en definitiva, son:
1) Las personas ya no tienen el derecho a resolver sus litigios “entre ellas”, sino
que se someten a un poder judicial y político que es quien dicta el veredicto.
2) Aparece la figura de un personaje en el proceso el “procurador”, quien actúa
en nombre del soberano y en representación de él como ofendido por el
hecho que la víctima ha denunciado.
3) Aparece la “infracción”, no sólo es la noción de un daño cometido por alguien
contra alguien, sino una ofensa al estado.
4) El soberano no solo es la única parte lesionada que ingresa al proceso, sino
que es la que exige reparación. De esta manera las confiscaciones pasan a
ser uno de los principales medios de enriquecimiento de las monarquías y
señoríos europeos de la época.

Resaltemos que aquel poder punitivo ejercido contra aquel que dañaba o
lesionaba a las personas o sus intereses, adquiere una trascendencia especial
cuando la víctima de la lesión o daño es apartada de la escena en la que
podía exigir venganza, reconstitución o reparación, para ocupar su lugar el
representante del rey, en un proceso donde se arrebata la condición de víctima
al damnificado y es el rey el único ofendido por la afrenta a su autoridad, por la
desobediencia a las normas que había creado, por su rebeldía.
Vale resaltar aquí, como bien advierte Foucault, que el surgimiento de la
interrogación no puede ser entendido como el resultado del progreso de la
racionalidad, en grave error se incurriría de interpretarse esto, como la victoria
de la razón sobre las viejas prácticas de aquel Derecho Germánico. En realidad,
era una manera muy precisa de ejercer desde el poder un saber que deriva de
una nueva forma de relación de poder. Remarquemos que la insquisitio, preveía
también prácticas de tortura y de delación, que infringían terror a la población
de la época.
Destaquemos en este punto que algunos autores como Gabriel Ignacio Anitúa,
afirman que el derecho penal que se gestó en esa época tomó la referencia del
infractor, del “otro” como un enemigo.
Ese modelo, esa forma de ejercer el poder, de averiguar verdades mediante
el interrogatorio y aplicar penas como se les aplicaba, encontró su máxima
expresión en la represión de la herejía por parte del Iglesia Católica. El puente
que supo tender la iglesia entre aquel poder punitivo del imperio romano y su
estructura de poder se debió a su organización burocrática, jerárquica y a sus
prácticas de inquisitio, para obtener confesiones y garantizar la disciplina en los
dispersos monasterios que eran controlados pocas veces.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.20


Luego, el éxito de ese modelo se dispersó en las estructuras estaduales que
surgieron con posterioridad.
Para ubicarnos cronológicamente, alrededor del 1200, se instala oficialmente
la Inquisición -ahora sí como institución de la Iglesia-, lo que representó la
aparición de los primeros equipos integrados de “especialistas” en arrancar
verdad e imponer deliberadamente el dolor. Ya no se trataba de castigar una
infracción, sino de marcar el poder del papado extendiendo su dominio no solo
como intermediador de Dios, sino ya sobre la faz de la tierra y especialmente
sobre el cuerpo, el cual era el instrumento de redención de las almas a través
del dolor.
En 1484, el Papa Inocencio VIII, publicó la Bula Summis Desiderantes Affectibus,
donde reconoce la existencia de las brujas, revirtiendo un mandato papal de
quinientos años antes, donde se negaba que las brujas fuesen realidades físicas
efectivamente existentes, y se consideraba hereje a quien creyera en ellas.

El documento mencionado anteriormente, de corta extensión pero


de innegable proyección, puede ser leído en: https://es.wikisource.
org/wiki/Summis_desiderantes_affectibus

La Bula de Inocencio VIII es recordada por investir de autoridad inquisitorial a


dos sacerdotes dominicos, cuya producción bibliográfica marcaría a sangre y
fuego la historia de la humanidad, manchando de vergüenza a la Iglesia Católica.
La citada Bula confiere a Heinrich Kramer y Jacobus Sprenger, dos sacerdotes
y profesores de teología de la Orden de los Frailes Predicadores, el estatus de
Inquisidores de las “depravaciones heréticas …”, con “… poderes para proceder
a la corrección, encarcelamiento y castigo justos de cualesquiera personas, …
“, “…. y otorgamos permiso a los antedichos Inquisidores, a cada uno de ellos
por separado o a ambos…”, “… para proceder, en consonancia con las reglas
de la Inquisición, contra cualesquiera personas sin distinción de rango ni estado
patrimonial, y para corregir, multar, encarcelar y castigar según lo merezcan sus
delitos, a quienes hubieren sido hallados culpables, adaptándose la pena al
grado del delito. …”.
Obviamente, y más allá de lo que representó la Inquisición, más allá de las formas
y “profundidades” en que penetró ese poder, es un poder esencialmente político
y mantuvo su influencia hasta expandirse y perfeccionarse en lo que Foucault
denominó el dominio del cuerpo.

Delincuentes, brujas… o simplemente la otredad


Hasta aquí, hemos recorrido muy tímidamente un camino por el que alcanzamos
a identificar algunos hitos que explican la forma en que fueron manifestándose
los saberes criminológicos.
Tal como afirma Aniyar de Castro en su “Manual de Criminología Sociopolítica”,
la historia de la criminología tiene mucho que ver con la historia del poder, del
orden, del control, de la dominación, y de la legitimación. Tampoco es ajena a
esa historia del devenir criminológico, la gobernabilidad, los derechos humanos
y en definitiva la democracia. Ese camino nos lleva a descubrir estructuras de
pensamiento criminológico en ese ciudadano de a pie, al ver sus prejuicios,
sus demandas y sus estereotipos; sus preconceptos, valores y principios; con

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 21


el ejercicio de la ciudadanía, la organización social y hasta el concepto de
desarrollo; con sus ideas sobre la tolerancia y el castigo; con sus exigencias
electorales y las propuestas de los actores políticos.
Todo esto debiera permitir la comprensión de que no solo hay una Criminología,
muy por el contrario, hay varias que por las distintas relaciones que con el
tiempo han tenido con las variables que han dado lugar a su existencia, y con
el tiempo, llegaron a diferenciarse de tal modo que no pudieron encajonarse en
una sola disciplina. Si bien encadenadas entre ellas, se abrieron caminos hacia
otros tipos de criminologías.
Hablar en plural cuando nos referimos a estos saberes, permite una aproximación
a la comprensión respecto de la multiplicidad de definiciones sobre Criminología,
o al menos da cuenta de lo dificultoso de pretender definirla.
Es que definir algo que está integrado con una multiplicidad de preocupaciones
respecto del Poder, de los grupos sociales, de la Ley, los delincuentes o el
castigo, implica una multiplicidad de escenarios incluso ideológicos.
Tal como afirma Aniyar de Castro en la obra mencionada anteriormente,
entendemos que una criminología debería tener por lo menos los siguientes
elementos:
• Alguna definición de lo que debe ser prioritariamente defendido y, por lo
tanto, protegido institucional o socialmente.
• Procesos de criminalización con requisitos y límites.
• Una forma de controlar comportamientos socialmente negativos, considera-
dos graves en un momento histórico y en un lugar determinado.

Si bien con esto no alcanzamos a definir la Criminología, por lo menos


tendremos en nuestra rudimentaria caja de herramientas los requisitos para
reconocer lo que pretende constituirse como un saber criminológico. Pero la
misma autora nos advierte que por más que una pretendida criminología tenga
estos requisitos, debemos escudriñar su producto con un lente humanista,
emancipador y progresista, bajo pena obviamente de derrumbar lo axiológico
que debe acompañar a la ciencia.
Esta afirmación es crucial, en tanto la existencia de sobradas experiencias en
la historia de la humanidad, da cuenta que cuando aparece un discurso con
estructura inquisitorial y nadie detiene su instalación, la consecuencia es la
muerte, cuando no, el genocidio. Así sucedió con las mujeres acusadas de
brujería; con los enemigos de la cristiandad con las cruzadas, o con los enemigos
de la democracia y la libertad de hoy que mueren por la proliferación del discurso
de la Seguridad, y con millones de personas que han muerto porque la ciencia
no se opuso, o, como decíamos al principio, los intelectuales tan solo fueron los
perros guardianes de los poderosos.
El mejor ejemplo lo presenta Eugenio Zaffaroni, que con una insolente
desvergüenza afirma que el “Malleus Maleficarum”, es la primera obra de
Criminología en la historia de la humanidad.
Algunos autores, no menos apasionados por el objeto de estudio que el
mismo Zaffaroni, prefieren edulcorar el contexto histórico de nacimiento de la
criminología, con el brillo que aportan los valores que sostuvieron utópicos e
iluministas.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.22


“Qué otra cosa es una mujer,
sino un enemigo de la amistad,
un castigo inevitable, un mal
necesario, una tentación natu-
ral, una calamidad deseable,
un peligro doméstico, un delei-
table detrimento, un mal de la
naturaleza pintado con alegres
colores”

Kramer y Sprenger
en MALLEUS MALEFICARUM -
1487

El Malleus Maleficarum o Martillo de las brujas, escrito por Heinrich Kramer,


conocido como Heinrich Institoris, y Jacob Sprenger, dos monjes inquisidores
dominicos, fue para Zaffaroni un significativo producto intelectual del medioevo,
y es la obra que consagra la autonomía de la criminología respecto del derecho
penal, exponiendo por vez primera en forma orgánica una completa teoría sobre
el origen del crimen, o sea, una exposición de la llamada etiología criminal.
Y más allá del interés que pueda tener para nuestra materia, el Malleus nos
brinda una perspectiva inigualable de lo que fue la Edad Media como escenario
de ejercicio de poder.
La osadía del jurista que citamos hizo que se ganara la respuesta de no pocos
detractores, quienes no han ahorrado tinta a la hora de criticar estas afirmaciones.

Sin necesidad de defensores de la visión presentada, Aniyar de Castro


afirma que en el contenido del Malleus se encuentran aquellos tres
elementos que debía contener todo saber que pretenda considerarse
“criminológico”.
Profundizando, Zaffaroni nos explica que dentro de aquel compendio
vergonzante de misoginia que fue el Malleus, operaba la integración
de cuatro elementos fundamentales para componer una teoría
criminológica, a saber, una Criminalística o técnicas para la recolección
de elementos de prueba; un derecho penal; un Derecho Procesal
Penal; y todo ello ordenado en función de una Política Criminal
destinada a la consolidación del Poder Punitivo.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 23


En definitiva y mixturando el planteo de Zaffaroni en los elementos
que propone Aniyar, tenemos:
1) Una teoría criminológica donde: A) Se presenta quiénes son los
buenos (los inquisidores del Santo Oficio) y quiénes son los malos
(obviamente las brujas); B) una pluricausalidad: la debilidad de la
mujer, el demonio y el poder divino; C) el estereotipo de minorías
sexuales causantes de los males sociales;
2) Una teoría procesal, criminalística y penológica, resumida en la
Inquisición;
3) Una Política Criminal dirigida a la eliminación física de quienes se
opusieran por ello al poder imperante.

No podemos obviar, que esta visión de Zaffaroni, más allá de que


sea compartida por otros académicos, ha recibido algunas críticas. 
Para conocerlas -al menos una de ellas-, y a modo de Lectura
Complementaria, aconsejamos la lectura del artículo “Un análisis
crítico de la visión de Zaffaroni sobre el curso actual de la Criminología”
IC 1 de Susana Murillo y Carlos Elbert

La historia de la Inquisición y su herramienta justificadora que representó el


Malleus nos marca como se constituye un discurso hegemónico y sus condiciones
en el sistema. Recordemos que desde el año 1200 donde la Inquisición episcopal
se inicia con la persecución de los heréticos franceses, otros reinos como en
España, asumieron ese modelo incluso de forma independiente a la autoridad
eclesial.
Afortunadamente, la mirada detractora hacia la Inquisición y su justificante no
tuvo que esperar el paso de los siglos. Debemos reconocer que también esa
realidad desgarradora derivó en una obra bibliográfica profundamente crítica. Si
aquella fue el inicio de la Criminología, esta última podría considerarse el germen
de la criminología crítica en el año 1600.
Concluyendo la segunda década de ese 1600, un jesuita llamado Friedrich von
Spee fue designado como confesor en la ciudad alemana de Wursburgo para
asistir a las brujas y herejes sometidos a proceso inquisitorial.
Lo que pudo ver, oír y sentir lo motivó a elevar una voz crítica a través de su libro
publicado en 1631, “Cautio Criminalis”, o “Cautela para los Acusadores”.
Carl Sagan, reconocido astrónomo y astrofísico, fallecido antes de terminar la
centuria pasada, puso su atención en Spee y transcribe en su libro “El Mundo y
sus Demonios. La Ciencia como una Luz en la Oscuridad “, algunos pasajes de
la obra de Spee que reproducimos a continuación para darnos una idea de lo
que al jesuita causó estupor:

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.24


Hay jueces que para aparentar una escru-
pulosidad suprema, hacen exorcizar a la
mujer, la transfieren a otra parte y la vuelven
a torturar para romper su aletargamiento;
sí mantiene silencio, entonces al menos
pueden quemarla. Ahora bien, en nombre
del Cielo me gustaría saber: si tanto la que
confiesa como la que no perecen del mismo
modo, ¿cómo puede escapar alguien por
inocente que sea? Oh mujer infeliz, ¿por
qué has concebido esperanzas a la ligera?
¿Por qué al entrar en la cárcel no admi-
tiste enseguida lo que ellos querían? ¿Por
qué, mujer insensata y loca, deseaste morir
tantas veces cuando podrías haber muerto
sólo una? Sigue mi consejo y antes de
soportar todos estos males di que eres cul-
Estatua de Von Spee en
pable y muere. No escaparás, porque sería
Paderborn - Alemania
una desgracia catastrófica para el celo de
Alemania.

Friedrich von Spee, en “Cautio Criminalis”


- 1631

1. Por increíble que parezca, entre nosotros, alemanes, y especialmente (me


avergüenza decirlo) entre católicos, hay supersticiones populares, envidia,
calumnias, maledicencias, insinuaciones y similares que, al no ser castigadas
ni refutadas, levantan la sospecha de brujería. Ya no Dios o la naturaleza,
sino las brujas son las responsables de todo.
2. Así, todo el mundo clama para que los magistrados investiguen a las brujas...
a quienes sólo el chisme popular ha hecho tan numerosas.
3. Los príncipes, en consecuencia, piden a sus jueces y consejeros que labran
los procesos contra las brujas.
4. Los jueces apenas saben por dónde empezar, ya que no tienen evidencias
[indicia] ni pruebas.
5. Mientras tanto, la gente considera sospechoso este retraso; y un informador
u otro convence a los príncipes a tal efecto.
6. En Alemania, ofender a estos príncipes es un serio delito; hasta los sacerdotes
aprueban lo que pueda complacerles sin preocuparse de quién ha instigado
a los príncipes (por muy bien intencionados que sean).
7. Al final, por tanto, los jueces ceden a sus deseos y consiguen empezar los
juicios.
8. Los jueces que se retrasan, temerosos de verse involucrados en asunto tan
espinoso, reciben un investigador especial. En este campo de investigación,
toda la inexperiencia o arrogancia que se aplique a la tarea se considera
celo de la justicia. Este celo también se ve estimulado por la expectativa de
beneficio, especialmente para un agente pobre y avaricioso con una familia
numerosa, cuando recibe como estipendio tantas monedas por cabeza de
bruja quemada, además de las tasas incidentales y gratificaciones que los

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 25


agentes instigadores tienen licencia para arrancar a placer de aquellos a los
que convocan.
9. Si los desvaríos de un demente o algún rumor malicioso y ocioso (porque
no se necesita nunca una prueba del escándalo) señalan a una pobre mujer
inofensiva, ella es la primera en sufrir.
10. Sin embargo, para evitar la apariencia de que se la acusa únicamente sobre
la base de un rumor, sin otras pruebas, se obtiene una cierta presunción de
culpabilidad al plantear el siguiente dilema: o bien ha llevado una vida mala
e impropia, o bien ha llevado una vida buena y propia. Si es mala, debe de
ser culpable. Por otro lado, si su vida ha sido buena, es igual de condenable;
porque las brujas siempre simulan con el fin de aparecer especialmente
virtuosas.
11. En consecuencia, se encarcela a la vieja. Se encuentra una nueva prueba
mediante un segundo dilema: tiene miedo o no lo tiene. Si lo tiene (cuando
escucha las horribles torturas que se utilizan contra las brujas), es una prueba
segura; porque su conciencia la acusa. Si no muestra temor (confiando en
su inocencia), también es una prueba; porque es característico de las brujas
simular inocencia y llevar la frente alta.
12. En caso de que éstas fueran las únicas pruebas, el investigador hace que
sus detectives, a menudo depravados e infames, hurguen en su vida anterior.
Esto, desde luego, no puede hacerse sin que aparezca alguna frase o acto
de la mujer que hombres tan bien dispuestos puedan torcer o distorsionar
para convertirlo en prueba de brujería.
13. Todo aquel que le desee mal tiene ahora grandes oportunidades de hacer
contra ella las acusaciones que desee; y todo el mundo dice que las pruebas
contra ella son consistentes.
14. Y así se la conduce a tortura, a no ser, como sucede a menudo, que sea
torturada el mismo día de su arresto.
15. En esos juicios no se permite a nadie tener abogado ni cualquier medio
de defensa justa porque la brujería se considera un delito excepcional
[de tal enormidad que se pueden suspender todas las normas legales de
procedimiento], y quien se atreve a defender a la prisionera cae bajo sospecha
de brujería personalmente... así como los que osan expresar una protesta en
estos casos y apremian a los jueces a ejercitar la prudencia, porque a partir
de entonces reciben el calificativo de defensores de la brujería. Así que todo
el mundo guarda silencio por miedo.
16. A fin de que pueda parecer que la mujer tiene una oportunidad de defenderse
a sí misma, la llevan ante el tribunal y se procede a leer y examinar —si se
puede llamar así—los indicios de su culpabilidad.
17. Aun en el caso que niegue esas acusaciones y responda adecuadamente
a cada una de ellas, no se le presta atención y ni siquiera se recogen sus
respuestas; todas las acusaciones retienen su fuerza y validez, por muy
perfectas que sean las respuestas. Se le ordena regresar a la prisión para
pensar más detenidamente si persistirá en su obstinación... porque, como
ha negado su culpabilidad, es obstinada.
18. Al día siguiente la vuelven a llevar fuera y escucha el decreto de tortura,
como si nunca hubiera rechazado las acusaciones.
19. Antes de la tortura, sin embargo, la registran en busca de amuletos; le afeitan
todo el cuerpo y le examinan sin moderación hasta esas partes íntimas que
indican el sexo femenino.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.26


20. ¿Qué tiene eso de asombroso? A los sacerdotes se los trata del mismo modo.
21. Cuando la mujer ha sido afeitada y examinada, la torturan para hacerle
confesar la verdad, es decir, para que declare lo que ellos quieren, porque
naturalmente no hay otra cosa que sea ni pueda ser la verdad.
22. Empiezan con el primer grado, es decir, la tortura menos grave. Aunque dura
en exceso, es suave comparada con las que seguirán. Así, si confiesa, ¡dicen
que la mujer ha confesado sin tortura!
23. Ahora bien, ¿qué príncipe puede dudar de su culpabilidad cuando le dicen
que ha confesado voluntariamente sin tortura?
24. La condenan pues a muerte sin escrúpulos. Pero la habrían ejecutado,
aunque no hubiese confesado; porque, en cuanto la tortura ha empezado, la
suerte ya está echada; no puede escapar, tiene que morir a la fuerza.
25. El resultado es el mismo tanto si confiesa como si no. Si confiesa, su culpa
es clara: es ejecutada. Cualquier retractación es en vano. Si no confiesa, la
tortura se repite: dos, tres, cuatro veces. En delitos excepcionales, la tortura
no tiene límite de duración, severidad o frecuencia.
26. Si, durante la tortura, la vieja contorsiona sus facciones con dolor, dicen
que se ríe; si pierde el sentido, que se ha dormido o está bajo un hechizo
aletargador. Y, si está aletargada, merece ser quemada viva, como se ha
hecho con alguna que, aunque torturada varias veces, no decía lo que los
investigadores querían.
27. E incluso confesores y curas afirman que murió obstinada e impenitente; que
no se convirtió ni abandonó su íncubo, sino que mantuvo su fe en él.
28. Sin embargo, si muere bajo tanta tortura, dicen que el diablo le rompió el
cuello.
29. Después de lo cual el cadáver es enterrado debajo del patíbulo.
30. Por otro lado, si no muere bajo tortura y si algún juez excepcionalmente
escrupuloso no osa torturarla más sin mayores pruebas o quemarla sin
confesión, la mantienen en la cárcel y la encadenan con la máxima dureza
para que se pudra hasta que ceda, aunque pueda pasar un año entero.
31. La acusada no puede liberarse nunca. El comité investigador caería en
desgracia si absolviera a una mujer; una vez arrestada y con cadenas, tiene
que ser culpable, por medios justos o ilícitos.
32. Mientras tanto, sacerdotes ignorantes y testarudos acosan a la desgraciada
criatura a fin de que, sea cierto o no, se confíese culpable; de no hacerlo así,
dicen, no puede ser salvada ni participar en los sacramentos.
33. Sacerdotes más comprensivos o cultos no la pueden visitar en la cárcel para
evitar que le den consejo o informen a los príncipes de lo que ocurre. Lo más
temible es que salga a la luz algo que demuestre la inocencia de la acusada.
Las personas que intentan hacerlo reciben el nombre de perturbadores.
34. Mientras la mantienen en prisión y bajo tortura, los jueces inventan astutos
mecanismos para reunir nuevas pruebas de culpabilidad con el fin de
declararla culpable de modo que, al revisarse el juicio, algún facultativo
universitario pueda confirmar que debía ser quemada viva.
35. Hay jueces que, para aparentar una escrupulosidad suprema, hacen exorcizar
a la mujer, la transfieren a otra parte y la vuelven a torturar para romper su
aletargamiento; sí mantiene silencio, entonces al menos pueden quemarla.
Ahora bien, en nombre del Cielo, me gustaría saber: si tanto la que confiesa
como la que no perecen del mismo modo, ¿cómo puede escapar alguien

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 27


por inocente que sea? Oh mujer infeliz, ¿por qué has concebido esperanzas
a la ligera? ¿Por qué, al entrar en la cárcel, no admitiste en seguida lo que
ellos querían? ¿Por qué, mujer insensata y loca, deseaste morir tantas
veces cuando podrías haber muerto sólo una? Sigue mi consejo y, antes de
soportar todos estos males, di que eres culpable y muere. No escaparás,
porque sería una desgracia catastrófica para el celo de Alemania.
36. Cuando, bajo la tensión del dolor, la bruja ha confesado, su situación es
indescriptible. No sólo no puede escapar, sino que también se ve obligada a
acusar a otras que no conoce, cuyos nombres con frecuencia ponen en su
boca los investigadores o sugiere el ejecutor, o son los que ha oído como
sospechosas o acusadas. Éstas a su vez se ven forzadas a acusar a otras, y
ésas, a otras, y así sucesivamente: ¿quién puede dejar de ver esto?
37. Los jueces deben suspender esos juicios (e impugnar así su validez) o
quemar a su familia, a ellos mismos y a todos los demás; porque todos,
antes o después, son acusados falsamente; y, tras la tortura, siempre se
demuestra que son culpables.
38. Así, finalmente, los que al principio clamaban con mayor fuerza para alimentar
las llamas se ven ellos mismos implicados, porque no atinaron a ver que
también les llegaría el turno. Así el Cielo castiga justamente a los que con
sus lenguas pestilentes; se crearon tantas brujas y enviaron a la hoguera a
tantas inocentes...

A continuación, los invitamos a ver un video de Eugenio Zaffaroni en


el que recuerda la figura del jesuita Friedrich Von Spee.

“Crimen y Cautela - Eugenio Zaffaroni sobre Friedrich Spee”

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.28


Veamos como ese discurso va imponiéndose en la medida que participa
activamente en la construcción de una visión de mundo, la cual debe estar en
sintonía con las pretensiones de los poderos. Aquel sujeto que no ocupó un
posicionamiento en el orden quedó excluido del proceso de construcción social
de la realidad. Semejante exclusión constituye una “otredad” incapacitante. No
formará parte ni tan siquiera para ser escuchada.
Bajo esta forma de constitución de “otredad” de parte del poder y grupos
dominantes, de manera inevitable se producen significantes en el otro, los
cuales se constituyen de manera opuesta, donde el poder y el saber que lo
justifican eligen quienes ocuparan el lugar del “nosotros” y el de los “otros”. El
blanco sobre el negro; el cristiano sobre el hereje; el hombre sobre la mujer, en
definitiva, el fuerte sobre el débil.
La visible y enriquecedora diversidad de lo que nos rodea requiere de la persona,
predisponerse a aceptar lo diferente. Tal predisposición no es solamente una
apertura epistemológica, sino fundamentalmente ética y política.
Más allá de la discusión del momento de nacimiento del saber criminológico, la
postura de Zaffaroni nos permite reconocer la existencia de una clara voluntad
política desplegada en un discurso justificante de la acción persecutoria de
un grupo de poder, el cual define con claridad una “otredad” como categoría
de análisis en el entramado cultural de una Europa muy anterior al modelo
cientificista post iluminista.
La cuestión es asumir en el análisis el desafío de reconocer que más allá de las
particularidades con que se “rellene” la justificación, la forma de presentarla ha
sido igual en el decurso de los años. Es decir, el poder identifica un enemigo,
genera miedo, garantiza la cohesión bajo su autoridad y todos legitiman la lisa
y llana eliminación del “otro peligroso”. Asumido ese desafío, el paso siguiente
será ampliar el radio conceptual, reconociendo incluso la existencia de diferentes
niveles de la realidad regidos por diferentes lógicas, y promover la integración
de los sujetos periféricos con ópticas distintas cuestionando su marginación y
reparando sus consecuencias.
Contra el desprecio de la “otredad”, la rebelión contra los “mismificante”. La
experiencia histórica que dio comienzo al camino que abrieron los precursores
de nuestra disciplina, nos mostró un modelo socializador con imposición de
dogmas intangibles y tecnologías de poder para lograr la uniformidad de la
especie. Esta uniformidad no es otra cosa que violencia contra el individuo,
y ya debiéramos haber aprendido la lección. El reconocimiento del otro y el
cuidado de su diferencia será el reaseguro de una vida digna con posibilidades
de desarrollo para todos.

El pensamiento utópico

Tomás Moro, reconocido como uno de los grandes pensadores de la humanidad,


nacido en Londres en 1478, fue un abogado encumbrado que llegó a ocupar
importantes cargos para la corona, y terminó su vida bajo el filo del hacha en
la torre de Londres en 1535 por oponerse sistemáticamente a Enrique VIII al
considerar la reforma protestante como herética.
En 1516 publica su obra Utopía, donde, entre otras construcciones intelectuales,
reclama por la proporcionalidad de las penas, dejando una crítica a Inglaterra
por la forma en que impone la pena de muerte a quien roba o a quien mata.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 29


“Creo, además, que todos ven lo
absurdo y lo pernicioso que es para
la república castigar con igual pena
a un ladrón y a un homicida. Si la
pena es igual tanto si roba como si
mata, ¿no es lógico pensar que se
sienta inclinado a rematar a quien
de otra manera se habría conten-
tado con despojar?”

Tomás Moro en “Utopía” -1516

Así, argumenta que es excesiva la pena de muerte como castigo de hurto,


y contraria también al interés público afirmando que ninguna pena será
suficientemente dura para evitar que roben los que carecen de otro medio de no
morirse de hambre.
Con esto, Moro afirma que se pierde la efectividad de la pena. El delincuente
sabrá que lo que queda para él es inevitablemente la ejecución, sea porque
robe o porque fuese un asesino, y con ello, no tendrá reparo alguno en matar si
igualmente siempre su condena será la muerte.
Entre lo que podríamos afirmar como pensamiento criminológico en Tomas
Moro, debemos señalar, por un lado, lo referente a la etiología criminológica y
por otro a ideas que se encuentran en el orden de la política criminológica por
su raíz preventiva. Todo esto al reconocer factores de riesgo como situaciones
económicas desfavorables; la ociosidad; el ambiente social; y la educación
deficiente.
Con esto, Moro abre de manera trascendente un abanico de factores de la
causalidad criminal.
La segunda idea es que todo el esfuerzo del Estado debe dirigirse hacia el
combate de los factores del delito, no al delito en sí, sino a aquello que lo produce;
es decir, a la prevención: si las causas del delito, nos dice, son los factores
económicos, la guerra, la ociosidad, el ambiente social, etc., debemos combatir
entonces la miseria, debemos lograr que el país esté en paz, debemos procurar
mejorar el ambiente social y educar a las personas. Este sustancial enfoque que
parece aún hoy tener dificultades de comprensión para la aplicación se resume
en una frase de Moro: “Mejor valdría asegurar a cada uno su subsistencia de
modo que nadie estuviera obligado por necesidad, primero a robar y luego a ser
ahorcado”.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.30


3. El pensamiento político impactando en el pensamiento
criminológico.
Thomas Hobbes (1588-1679)
Hacer algunas referencias a Tomas Hobbes es más que necesario, a fin de
tener en consideración de qué manera se dio fundamento, desde una postura
contractualista, el absolutismo monárquico, y, sobre todo, poner en discusión
dos modelos de organización, donde el miedo o la racionalidad y los derechos
son fundantes en uno u otro sistema.
Cuando hablamos de Poder, y más en temas como el control social, el Derecho
Penal, la Criminología, la Política Criminal, no podemos obviar el pensamiento
hobbesiano, fundamentalmente por el valor que aporta a la Seguridad en la
génesis del Estado y como se conjura el peligro de un hombre que es lobo del
hombre.
En el modelo de Hobbes, el hombre en estado de naturaleza, es un hombre sin
frenos, donde la competencia por la vida o por la posesión de los bienes, sólo
puede resolverse con la eliminación del contrario. Ese hombre es un sujeto que
no está sometido a racionalidades humanistas, donde el miedo a un arrollador
poder superior es lo único que puede mantenerlo a raya, un poder superior al
suyo es lo único que lo contiene.
En su “Leviatán”, Hobbes pretende explicarnos las causas del temor. Nos
recuerda que aquellos hombres de los inicios, que vivían en estado de naturaleza,
enmarcados en una clara igualdad de capacidades, cuando pretendían una
misma cosa y no podían disfrutarla ambos, se volvían enemigos y para lograr
sus objetivos, trataban de aniquilarse. Esto deriva en una pretensión constante
de extender el dominio sobre otros hombres.
Así, Hobbes, nos presenta en la naturaleza humana, tres causas elementales de
discordia. La competencia; la desconfianza; y la gloria.
La primera impulsa a los hombres a atacarse para lograr un beneficio; la segunda,
para lograr seguridad; la tercera, para ganar reputación. La primera hace uso de
la violencia para convertir al hombre, en dueño de personas, mujeres, niños y
ganados de otros hombres; la segunda, para defenderlos; la tercera, recurre a la
fuerza por motivos insignificantes, como una palabra, una sonrisa, una opinión
distinta, como cualquier otro signo de subestimación, ya sea directamente en sus
personas o de modo indirecto en su descendencia, en sus amigos, en su nación,
en su profesión o en su apellido. Todo esto, de manera inevitable, justificaba la
violencia y la dominación de manera espontánea.
Tal estado de guerra genera un temor irrefrenable por el peligro, y anula toda
capacidad productiva del hombre y con él, aislamiento, indigencia y muerte, ello
justifica con creces establecer un pacto -nacido del miedo a tanto peligro natural
y esperanza de mayores tranquilidades-, que encauce normativamente y por
consenso a las pasiones más elementales surgidas de las leyes de la naturaleza,
en las que Hobbes veía la razón de la maldad del hombre. Lo nodal es que todos
renuncien a su fuerza y libertad, surgidas de su derecho natural, para constituir
un poder absoluto que elimine la posibilidad de enfrentamientos y se convierta
así en la mejor forma de autodefensa.
El pacto era una suerte de paz consensuada, con una mutua transferencia de
derechos. Así, la razón establece cómo, la salvaguarda de la propia vida y el
logro de los bienes necesarios para la vida, se garantizan a través de una auto
restricción de todos.

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De esta manera, Hobbes afirma de manera categórica “El fin del Estado es,
particularmente, la seguridad… La causa final, fin o designio de los hombres
(que naturalmente aman la libertad y el dominio sobre los demás) al introducir
esta restricción sobre sí mismos (en la que los vemos vivir formando Estados) es
el cuidado de su propia conservación y, por añadidura, el logro de una vida más
armónica; es decir, el deseo de abandonar esa miserable condición de guerra
que, tal como hemos manifestado, es consecuencia necesaria de las pasiones
naturales de los hombres, cuando no existe poder visible que los tenga a raya y
los sujete, por temor al castigo, a la realización de sus pactos y a la observancia
de las leyes de naturaleza… “ Tomás Hobbes, “El Leviatán”
Así, corremos el velo del origen político de la “Seguridad”, con una argumentación
que fundamenta la forma más exitosa y duradera de articular pasiones y razón
con el propósito de obtener salvaguarda institucional a toda costa, y donde el
miedo es el verdadero carcelero de las libertades.
Cada uno de ustedes, debe analizar qué concepción de la vida del hombre se
corresponde con sus propios postulados filosóficos y éticos. ¿Es esta concepción
de la vida, eminentemente defensiva, casi bélica en toda su realización cotidiana,
la que marcará su desempeño profesional?
Recuerden que desde la Ética hobbesiana, esencialmente una Ética egoísta, el
principio de suscribir a un acuerdo limitativo de la libertad, es necesario para no
quedar al arbitrio malicioso de cualquiera, en otras palabras, nos limitaremos en
nuestra libertad de dañar a otros no porque sea malo en sí mismo, sino porque
sirve para que no nos dañen a nosotros.
¿No sería mejor pensar una vida en la que la colaboración sea auténtica?
De hecho, no nos resulta una banal ilusión pensar en un espíritu humano que
busque su realización y con posibilidades de hacerse efectiva, a partir del pleno
ejercicio de la libertad, y jamás hipotecada por el miedo.
Lo significativo, es que siempre habrá vías sociales y culturales para instaurar
una vida digna y el ser humano tiene la capacidad necesaria para lograrlo,
reconociendo que, en la razón y el conocimiento y cuidado de sí, reside la
posibilidad de encontrar la libertad y con ella la autorrealización del hombre.
Justamente la apuesta radica en fortalecer la capacidad de estructurar relaciones
de solidaridad y no de dominación o sumisión, lo que a su vez conlleva a una
refundación de la ciudadanía a través del compromiso efectivo con los valores
democráticos. Este compromiso, obliga a tener en claro que no se puede
renunciar ni hacer concesiones respecto a los derechos fundamentales; de ahí
la obligación de oponerse a la lógica del miedo.
Como han podido observar, la línea hobbesiana de pensamiento, ha centrado en
el miedo y la búsqueda de Seguridad, el nacimiento del Estado, dejando en claro
que el precio a pagar es la pérdida de la libertad original.
Construir un modelo opuesto representa el desafío virtuoso. Establecer una vida
de relación fundada en la solidaridad, y la cooperación desinteresada el modo.
Sortear las miserias y las urgencias cotidianas y rebelarse contra la sumisión y la
resignada frustración la fórmula. Relegar el miedo y desactivarlo la consecuencia.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.32


A continuación, los invitamos a ver un video sobre John Locke.

La ilustración

La ilustración es la liberación
del hombre de su culpable
incapacidad. La incapacidad
significa la imposibilidad de
servirse de su inteligencia sin
la guía de otro. Esta incapa-
cidad es culpable porque su
causa no reside en la falta
de inteligencia sino de deci-
sión y valor para servirse por
sí mismo de ella sin la tutela
de otro. ¡Sapere aude! ¡Ten el
valor de servirte de tu propia
razón! He aquí el lema de la
ilustración.

Immanuel Kant en “Que es


la Ilustración” (1784) Kant
(Estatua enclavada en Kalingrado)

La Ilustración fue un movimiento ideológico, cultural y científico, profundamente


intelectual que conmovió a Europa -especialmente Francia, Alemania e Inglaterra-
desde inicios del siglo XVIII hasta entrado el siglo XIX, pero observando como
acontecimiento central la Revolución Francesa. Lo alegórico de su nombre no
tiene otro sentido más que simbolizar lo que representó este movimiento luego
de la edad media, al disipar las tinieblas de la humanidad mediante las luces de

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 33


la razón, oponiéndose a los principios tradicionales, tanto en la filosofía como
en materia política, social y económica. Particularmente, el siglo XVIII se conoce
también, por esta razón, como el Siglo de las Luces.
Guiados por la idea de que sólo la razón podía perfeccionar la existencia de
la humanidad y conducirla a una era de progreso, pensadores de las más
variadas vertientes desarrollaron un conjunto de ideas que no solo conmovieron
la percepción del hombre mismo sino también impactaron en lo social y
político, cuestionando el absolutismo y a las clases privilegiadas, encausando el
descontento popular hacia lo que hoy conocemos como la Revolución Francesa
(1789).
El iluminismo con la razón como punto de partida para la búsqueda de la verdad,
negó el origen de la soberanía en Dios, fundamento del poder del monarca para
hacer recaer el origen de esa soberanía en el pueblo mismo, y reclamó como
derechos inalienables, la libertad, la igualdad y la resistencia a la opresión.
Arrebatarle el centro de la escena a Dios y ubicar al hombre en él, es lo que se
reconoce hoy como una de las características distintivas del iluminismo. Ese
antropocentrismo reconocido como un nuevo renacimiento, más allá de las artes
donde todo gira en torno al ser humano, fue acompañado de un florecimiento
del racionalismo, donde la razón y a la experiencia sensible marcan el camino,
y lo que la “diosa” razón y su nuevo culto no admite, no puede ser creído. Así,
resulta inevitable pensar en un hombre en busca de la felicidad, de su felicidad,
y principios como la mayor felicidad para el mayor número, no podían ser sino la
base de un nuevo pragmatismo que conoceremos como utilitarismo.
El racionalista Montesquieu, los iusnaturalistas Grocio y Puffendorf y el utilitarista
Bentham, desde sus disonancias, aportaron lo necesario para una nueva armonía
intelectual cobijada en ese gran escenario que fue la ilustración.
Todo este movimiento, impactará de lleno en lo que se pretende como un nuevo
orden, donde la sociedad, a través de nuevas instituciones, fundadas en nuevos
principios, continuará vallando sus dominios, para distinguir entre los que
admiten ese orden y los que lo ponen en riesgo, pero también surgieron autores
que se rebelaron contra el absolutismo y sus atrocidades, contra la crueldad de
las penas y en general todo lo relacionado con el Antiguo Régimen.
Todos los autores que formaron parte de esta etapa histórica y que podemos
englobar en el “iluminismo”, fueron encandilados por el crecimiento del análisis
científico. Como dijéramos, todos se volvían hacia la razón, enarbolándola como
bandera contra el orden antiguo. La corrupción, una imagen de caos irrefrenable
e instituciones que resultaban ser el cálido cobijo de las clases dominantes,
permitieron visibilizar como camino a recorrer, el del reconocimiento de
derechos, teniendo a la igualdad y la libertad como la contracara incuestionable
del régimen a superar.
Entre las ideas más trascendentes de la Ilustración, debemos destacar la del
“estado natural”. En ese marco conceptual, reconocieron un estado originario
donde los hombres gozaban de libertad e igualdad natural, la cual en virtud
del “contrato social”, se pierde, pero paralelamente les entrega su libertad civil
y la propiedad de todo lo que posee. Con esta idea, reconocemos al criminal
como aquel sujeto que se coloca en contra de ese contrato social, rompiendo
el compromiso de organización, por ello, debe dejar de ser miembro de la
organización y será tratado como un rebelde. Toda esta visión, surge de la obra
de Rousseau, “El contrato social”.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.34


Jean-Jacques Rousseau (Ginebra, 1712-1778)
Fue uno de los pensadores de la ilustración que más obras legó a la posteridad.
Nacido en Ginebra, en 1712, su inteligencia deslumbró en las artes, economía,
botánica, filosofía y política. Claramente reconocido como Ilustrado, en el
decenio que va desde 1755 a 1765 publica dos obras trascendentes, “Discurso
sobre el origen y fundamento de la desigualdad entre los hombres” y “El contrato
social”, donde reafirma su idea de que el hombre nace libre, y, sin embargo,
donde quiera que va esta encadenado.
La disonancia de sus ideas, que no podían sin hacer temblar las estructuras de
la época, no pocos enemigos le generaron, hasta el punto de ordenarse en París,
su arresto, situación que derivó en un peregrinaje por años.

El primer hombre a quien,


cercando un terreno, se le
ocurrió decir: esto es mío, y
halló gentes bastante simples
para creerle, fue el verdadero
fundador de la sociedad civil.
Cuántos crímenes, cuán-
tas guerras y cuantos horro-
res habría evitado al género
humano aquel que hubiese
gritado a sus semejantes,
arrancando las estacas de
la cerca y cubriendo el foso:
«Guardaos de escuchar a este
impostor; estáis perdidos si
olvidáis que los frutos son de
todos y la tierra de nadie».
Rousseau
(estatua enclavada frente al Pantheón de Rousseau en “Discurso sobre
París) el origen de la desigualdad
entre los hombres” - 1755

Para Rousseau, es el propio contrato el que además de crear el Estado de


Derecho establece los deberes y obligaciones de los individuos de acuerdo
con la “voluntad general”. Corno se ve, el contrato pensado por el ginebrino,
inspirador de la Revolución Francesa y fuente de una parte significativa del
pensamiento político contemporáneo, no es un acuerdo donde se entregan los
derechos naturales al Estado, sino que por el contrario es un acto originario y
fundacional, de una forma social que defienda y proteja con toda la fuerza del
común, a la persona, de todos y cada uno de los asociados y por la cual cada
uno, uniéndose a todos, no obedezca sino a sí mismo y que por lo tanto sea libre
siguiendo la “voluntad general” que será la misma que la de cada uno de los
individuos contratantes. Como se verá en el punto siguiente, la diferencia con el
modelo de Tomas Hobbes es trascendente.

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Como se observa, no es el miedo lo que lleva a los hombres a constituir el Estado
sino la búsqueda de un estadio superior en el que se garanticen y puedan actuar
sus derechos naturales. Se recurre así a una figura contractual históricamente
fundada, en la que el consenso de los individuos para conformar un Estado, no
significa la cesión de todos sus atributos ni la aparición de éstos como derechos
en el “contrato”, sino que algunos de estos atributos, representados como
derechos naturales, preexisten y subsisten a la constitución del Estado
Para Rousseau, ese Estado bien organizado disminuye las posibilidades de que
haya más delincuentes. El delito, es para él, un indicador trascendente de la
mala articulación del contrato social y de la desorganización del Estado.

A continuación, los invitamos a ver un video sobre Jean Jaques


Rousseau.

MONTESQUIEU (1689-1755)

Charles De Secondat, Barón de Montesquieu nace en Château de La Brède,


cerca de Burdeos, en 1689 y en 1748, sale a la luz su “Del Espíritu de las Leyes”
Decir que su obra es un elogio a la libertad, sería cuanto menos, reducir el
amplísimo despliegue analítico que anida en su texto. Pero no sería errado
afirmar que efectivamente da respuestas a las preguntas de cómo resguardarla,
tanto de las afrentas que sufre por mano del hombre común, como por mano de
aquellos investidos de la autoridad del estado.
¿Y por qué centrarnos en la libertad, para comprender la influencia de
Monstesquieu en nuestro objeto de estudio?
Antes que nada, destaquemos que, para él, la libertad es ese bien que permite el
goce de los otros bienes. Pero también destaca, que esa libertad, no consiste,
en hacer todo que aquello que aflore como deseo, sino muy por el contrario,
es una potestad de hacer todo lo que las leyes no prohíben hacer. Ya que, si
todos pudiesen hacer según lo que les viniese en gana, aún más allá de la ley, el
conflicto inevitable, tendría como primera víctima a la libertad.

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Así mismo, respecto de quienes ostentaban el poder, Montesquieu fue más que
claro, aquel que tenga el poder está tentado a abusar de él, y por ello, consideró
necesario establecer mecanismos que procuren que el propio poder, detenga al
poder.

“… existe el peligro de que


el mismo monarca o el
mismo senado se dedique a
elaborar leyes tiránicas para
aplicarlas tiránicamente”…
Y “tampoco hay libertad
si el poder de juzgar no
se encuentra separado del
poder legislativo y del eje-
cutivo. Si aquél estuviese
unido al poder legislativo,
el poder sobre la vida y la
libertad de los ciudadanos
sería arbitrario, puesto que
el juez sería legislador. Si
estuviese unido al poder
ejecutivo, el juez podría
tener la fuerza de un opre-
sor”
Montesquieu
(Museo del Louvre. Paris)
Montesquieu en “Del espí-
ritu de las leyes” - 1748

En esta “inteligencia” desplegada en sus textos, encontraron fundamento las


constituciones de la mayoría de los estados modernos, donde la independencia,
la separación, control y balance de los poderes del estado, representa la herencia
más significativa del trabajo de Montesquieu.
De esta clara separación de funciones en un estado, Montesquieu enseña que
el legislador, debe prever en la ley de manera estricta, tanto las infracciones
punibles, como las penas que éstas acarrean, y el juez realizará su función en
los límites de dicha ley.
En busca de la abolición de las penas inútiles, excesivas, y la tortura misma,
escribía: “La libertad triunfa cuando las leyes criminales son tales que cada
pena dimana de la naturaleza particular del delito. Entonces la arbitrariedad
desaparece, la pena no dimana del capricho del legislador, sino de la naturaleza
de las cosas, y no es el hombre quien violenta al hombre”
Afirmaba que la prevención del delito debe tener un sitio preponderante. Un
buen legislador debe tener en claro que su labor más favorable será si previene
el crimen que si lo castiga, por ello, las leyes penales deben orientarse
fundamentalmente, a evitar el delito y a la protección de la persona.
En definitiva, y como hemos visto, la ilustración desarrolló una posición crítica
hacia el orden existente, las instituciones estatales y en definitiva el poder. Esta
posición, claramente política, impactó en la consideración respecto del delito y
su sanción en tanto producto de la actividad típicamente estatal, reforzando aún
más ese inseparable vínculo entre lo político y el saber criminológico.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 37


Voltaire (1694-1778)
Francois Marie Arouet, más conocido como Voltaire, nació en París en 1694, fue
un prolífico pensador, autor de una narrativa que se desplazaba desde las artes,
pasando por la historia, hasta la filosofía. Al igual que los anteriores personajes
presentados, Voltaire, figura entre los más significativos representantes de la
Ilustración.
En materia criminológica, puede decirse que siempre mostró preocupación por
el problema de la pena. Afirmaba que la pena debe ser proporcionada y útil.
Proporcionada a la personalidad criminal del autor, a la naturaleza del hecho, al
escándalo producido por éste, y a la necesidad de ejemplaridad que experimente
la comunidad. Pero, fundamentalmente, debe ser útil.
Dicha postura, hizo que se mantuviera contrario a la tortura, y a la pena de
muerte.
Además, como acérrimo defensor de la propiedad privada, se pronunció en
contra de la confiscación.
Fue defensor del principio de legalidad, diciendo que los jueces deben ser
esclavos de la ley y no sus árbitros, y por lo tanto afirmó que debía imitarse
el poder discrecional del poder judicial, limitado por la ley, y por la razón que
impone la fundamentación de las sentencias.
Mucho de su pensamiento puede resumirse en su frase: “Castigar, pero castigar
útilmente. Si se pinta a la justicia con una venda sobre los ojos, es necesario que
la razón sea su guía”.
Antes de avanzar en este anclaje historicista, podemos ordenar lo visto hasta
aquí, afirmando que, dentro del iluminismo, se distinguen tres corrientes:
a) la que tras las huellas de Puffendorf y Grocio, pone el acento en planteamientos
de derecho natural;
b) la que se despliega con la pluma de Montesquieu y destaca sobre todo
la racionalidad, como cualidad inherente al hombre y también al Estado, en
definitiva, el racionalismo como bien supremo; y
c) la que pone su acento en el utilitarismo y pragmatismo.
Tal como enseña Bergalli en “El Pensamiento Criminológico” (Ed Temis), estas
corrientes, que juntas se reconocen como manifestaciones de ese iluminismo,
“revolucionario” para la época, con el advenimiento del Estado de derecho
liberal del siglo XIX, derivarán en vertientes que, una recogerá la racionalidad
como un absoluto, sus aspectos teorizantes y abstractos, la tendencia hacia lo
deductivo, hacia la filosofía, hacia el derecho natural, dando origen a la llamada
escuela clásica del derecho penal y en concreto al estudio del derecho penal
como una disciplina autónoma dentro del fenómeno criminal.
La otra vertiente recogerá del iluminismo su utilitarismo y pragmatismo, sobre
todo, tenderá simplemente al análisis del nuevo estado de cosas existentes, a
lo empírico; es el positivismo, que dará origen a la criminología como disciplina
autónoma dentro del fenómeno delictivo. Posteriormente, esfuerzos eclécticos,
dirigidos a construir un puente entre ambas disciplinas (derecho penal y
criminología), darán nacimiento a la política criminal.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.38


Lo invitamos a realizar la actividad 1, “Desde los inicios hasta Hobbes.
¿Qué pasaba antes? ¿Qué está pasando ahora? ¿Aprendimos algo?;
que le permitirán comprender mejor el carácter de los contenidos
vistos hasta aquí.

4. Reenfocando la cuestión. Hacia la Cuestión Criminal.


Cesare Bonesana, Marqués de Beccaria (1738-1794)
Más conocido simplemente como Cesare Beccaria, fue un pensador italiano,
originario de Milán, cuya influencia intelectual se desplegó desde la economía
hasta el derecho.
En la segunda mitad del siglo XVIII, publicó su “Tratado de los Delitos y de las
Penas”, donde alegó fervorosamente contra la irracionalidad, la arbitrariedad y
la crueldad que caracterizaba a las leyes penales y procesales del siglo XVIII.
Inspirado en la idea del contrato social, manifiesta que sólo el legislador puede
dictar leyes, al representar a todos los hombres que han acordado a través de ese
contrato social. El objetivo de ese contrato es la felicidad de los que comparten
ese compromiso, y para ello, las estructuras normativas, deben procurar la
prevención de los delitos, los que serán considerados tales en tanto previstos
por la ley, y la pena que acarre su comisión, se justificará por su objetivo de
prevenir futuras inconductas.

“El fin de las penas no es ator-


mentar y afligir a un ente sen-
sible, ni deshacer un delito ya
cometido. El fin, pues, no es
otro que impedir al reo causar
nuevos daños a sus ciudada-
nos y retraer a los demás de la
comisión de otros iguales. …
Para que cualquier pena no
sea violencia de uno o de
muchos contra alguien en
particular, debe ser esencial-
mente pública, pronta, nece-
saria, la mejor posible dadas
las circunstancias, proporcio-
nal a los delitos y dictadas por
las leyes...
Es mejor prevenir los delitos Marqués de Beccaria
(estatua enclavada en Milán)
que penarlos...”
Cesare Bonesana, marqués
de Beccaria en “.de los deli-
tos y las Penas” – 1764

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La obra de Beccaria es sumamente crítica a la desigualdad ante la Ley, aboga
contra la pena de muerte, la tortura y en general contra la desproporción entre la
entidad de los delitos cometidos y los castigos aplicados. Critica enérgicamente
la arbitrariedad y la crueldad de las leyes penales y procesales de su tiempo.
Su propuesta política puede resumirse a través de cinco postulados, leyes claras
y simples, predominio de la libertad y la razón sobre el oscurantismo, ejemplar
funcionamiento de la justicia libre de corrupciones, recompensas al ciudadano
honrado, y la elevación de los niveles culturales y educativos del pueblo.

JOHN HOWARD (1727-1790)


Howard, nació en el norte de Londres en el seno de una familia acomodada, pero
un hecho trascendente en su vida, lo conmocionó al punto de interesarse por
la situación de los castigos penales y más precisamente de las prisiones como
dispositivos para materializarlos. Aún joven fue apresado por corsarios que lo
encarcelaron en Francia, y su liberación fue producto de un canje por un oficial
francés en manos de británicos.
Luego del retorno a su tierra, fue nombrado “sheriff”, función que desempeñó
involucrándose en el análisis del estado de las prisiones en su condado.
Vinculado a la cuestión criminal, a la sanción y al castigo propiamente dicho,
más el contacto directo con la realidad de los penados, despertaron en Howard
no solo la necesidad de hacer oír una fuerte crítica, sino también a gestionar
cambios urgentes en el sistema de prisiones.
Con el objeto de fundar la exigencia de una reforma al sistema de prisiones,
dedicó casi veinte años de su vida a viajar por toda Europa visitando cárceles y
lazaretos consustanciado con el objetivo de aliviar los calvarios de los reclusos.
Su obra, lo ubica como uno de los pilares del sistema penitenciario moderno.
La trascendencia de Bentham lo iguala en cierto modo Beccaria, al reconocer
ambos la urgencia por humanizar los procesos penales de la época. La abolición
de la pena de muerte, la reducción de los castigos y tormentos físicos, normales
en los que sufrían una acusación penal, fue el objetivo de ambos.
Particularmente luchó por hacer entender que proporcionalidad racional entre
delito y castigo, y sistema penal menos arbitrario en la determinación de las
penas. A su vez, buscó hacer replantear los fines de la reclusión, haciendo ver
que el simple encierro, debía convertirse en una instancia de rehabilitación a través
de la penitencia y la reflexión. Así, dará origen al concepto de Penitenciaría,
y con ella, la aparición de nuevos diseños y modelos arquitectónicos para los
establecimientos de reclusión, que deben adecuarse a este nuevo principio.
Así como entendemos la inteligencia de Beccaria, en materia penal, debemos
destacar que la corroboración de la realidad carcelaria de Europa por parte
de Howard concluyó fundando la necesaria reforma humanizadora del sistema
penal, comprendiendo la rehabilitación del criminal como la forma de tratar la
cuestión antes que el suplicio.
Su obra, publicada en 1777, “El estado de las prisiones en Inglaterra y Gales”,
tuvo tres ediciones y en cada una fue aumentada con estudios en distintos países
de Europa, producto de 60000 kilómetros recorridos. Sus estudios fueron
reconocidos por su calidad de observación y narrativa, la cual daba cuenta de
forma muy gráfica la situación de los internos. A tal punto que distintos autores
que le sucedieron llamaron a su obra como la “Geografía del Dolor”

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Con su estudio, marcó el inicio de la reforma y su gran mérito fue atraer la atención
sobre esos hombres a los que llamó siglos después “Hombres infames”, los
olvidados. Con Howard se pasa de ver solo el hecho, para reconocer al sujeto
detrás del hecho.

Jeremías Bentham (1748-1832)


Desde la filosofía, sentando las bases del utilitarismo, o como jurista desarrollando
el estudio de las penas, Jeremías Bentham ocupa un sitial preponderante
Quizá el haber sido discípulo de Howard, lo predispuso a continuar los estudios
sobre la prisión.
Quizá su obra más conocida sea el Panóptico en que propone una cárcel en la
que el diseño arquitectónico, es puesto al servicio del tratamiento.
Un establecimiento pensado al modelo de Bentham es circular, con una torre de
vigilancia en su centro, desde la que se domina todo el entorno y prevista para
que un guardián tenga el control total de todos los vigilados

La administración de una institución de estas características, si bien


estaba facilitada la vigilancia, debía admitir las siguientes reglas:
a) Dulzura (admitía el trabajo forzado, pero sin sufrimiento
corporal);
b) Severidad (su vida en el panópticum no puede ser mejor que la
vida en libertad);
c) Economía (reglas de vinculadas a los ingresos y mantenimiento).

A su vez, continúa con las normas humanizadoras de las prisiones


que presentó Howard: separación de sexos, trabajo, alimentación,
vestuario, higiene, pero como dato relevante, agrega la necesidad de
atención de los libertos (aquellos que estuvieron internados y se les
concedió la libertad).

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“Las cárceles son todavía unas
sentinas de corrupción física y
moral, que exhalan a veces un
mefitismo que lleva las enferme-
dades y la muerte a unas largas
distancias de ellas.
El hacinamiento de tantos infe-
lices encerrados en un recinto
estrecho y sin ventilación, su des-
aseo, su desnudez, su escaso y
malsano alimento; todo esto reu-
nido, solamente por una especie
de prodigio, puede no producir
una infección general y mortí-
fera. Nadie sin exponerse mucho
puede acercarse a socorrer y con-
solar a estas víctimas desgracia-
Jeremías Bhentam das de la indolencia inhumana de
los gobiernos.”
Jeremías Bentham en Panóptico
- 1823

Bentham procuró infructuosamente la admisión de su Panóptico en Inglaterra, lo


que lo llevó intentarlo en Francia. Si bien las condiciones políticas impidieron su
puesta en práctica, su obra fue reconocida a tal punto, que logró el reconocimiento
de “Ciudadano Francés” por parte de la Asamblea.
Su obra, fue de gran influencia para la época y desde sus desarrollos sobre
eticidad, y con su exposición sobre el utilitarismo, expandió su influencia a
muchas más disciplinas.
Justamente desde ese utilitarismo, planteó la utilidad de la pena, afirmando
que debe ser para la reforma y corrección del delincuente y planteó que, si se
pretende evitar la comisión de delitos, debe aprovecharse el hedonismo que rige
el comportamiento humano.
Pero pretender que Bentham fue un mero “diseñador de prisiones”, sería un
gravísimo error.
Más allá del concepto de prisión que desarrolla, cuando expresa los otros usos
que aconsejaba para su creación, ni falta hace leer entre líneas y resulta más que
prudente una mínima reflexión sobre el punto.
“Otros usos del principio Panóptico.
1. Aplicación de este principio general a todos los casos en que un gran
número de hombres debe estar constantemente bajo la inspección de unos
pocos, sea para el simple encierro de las personas acusadas, sea para el
castigo de los culpados, sea para reformar a los malos, sea para forzar a los
perezosos al trabajo, sea para facilitar la asistencia de los enfermos, ó sea
para hacer fácil la enseñanza y llevar el poder de la educación a un punto
inconcebible hasta el día.

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2. Establecimientos a que por consiguiente es aplicable: 1°casas de seguridad;
2° cárceles; 3° casas de corrección; 4° casas de trabajo; 5°hospitales; 6°
manufacturas; 7° escuela.
3. Suficiencia de un solo hombre de confianza para estos establecimientos por
grandes que sean. “

Tal como manifiesta Foucault, Bentham no sólo veía una cárcel, él veía una
definición de las formas de ejercicio del Poder.
¿Había diferencias en aquellos años entre un reglamento de prisión, una escuela,
un asilo o un orfelinato?, la respuesta es obviamente Ninguna. El desarrolló la
idea de un poder omnicontemplativo.
La prisión de Bentham es la representación arquitectónica de un sistema
formidable de disciplinamiento, que, a su vez, dependiendo de la escala, permite
representar un panópticum social, en el cual el sistema de vigilancia diseñado
por los grupos dominantes tiene el control de la vida de educandos, presos,
locos, enfermos, pobres, pero fundamentalmente es el ejercicio de la opción de
ver sin ser visto.

5. Aportes a los saberes criminológicos desde otros campos.


Fisionomía.
La fisionomía es una pseudo ciencia que estudia la apariencia externa de los
individuos y las relaciones entre dicha apariencia y las características de su
“interioridad”.
Luis Rodríguez Manzanera en su “Criminología” (1981), nos cuenta que los
primeros registros de la existencia de esta práctica se tienen de la antigua
Grecia, donde vivió Zófiro, célebre fisionomista que es recordado por afirmación
de que Sócrates era un sujeto entregado al libertinaje, necio, brutal, voluptuoso,
todo esto por la conformación de la garganta. Uno de los reproches que recibió
por tal afirmación, fue por la inevitable comparación respecto de la conducta del
viejo filósofo y la de su discípulo Alcibíades quien era tan vicioso como perfecto
en su belleza.
Sócrates, padre del intelectualismo moral, replicó a las afirmaciones, que las
tendencias naturales son susceptibles de controlarse por la educación y la virtud,
y pronunció la frase: “habla para que te conozca”.
San Jerónimo, uno de los precursores de la Fisionomía, decía: “La cara es
el espejo del alma y los ojos, aun cuando callen, confiesan los secretos del
corazón...”. Solía aconsejar a los confesores, que observaran directamente a los
ojos de las personas para conocerla y para saber la verdad de su arrepentimiento.
La historia, puso en cabeza de Giovanni Batista Della Porta, el primer intento por
sistematizar, los estudios de Fisionomía. Autor de la “De Humana Phisiognomia”
(1586), sostuvo que algunos caracteres somáticos de índole criminal pueden
apreciarse en forma de anomalías en la cabeza, la frente, las orejas, la nariz, los
dientes y de otras partes del cuerpo.
Quizá el entorno artístico que vivió desde niño con una familia ligada al arte, le
permitió desarrollar con naturalidad una técnica de observación minuciosa de los
modelos que tenía ante sí. Con el correr del tiempo estudió las relaciones entre
criminalidad y locura, a partir de lo que interpretaba como una cierta semejanza
entre el iracundo, el epiléptico y el ladrón.

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Su vínculo más firme con los círculos que se instauraron como custodios de los
saberes criminológicos de la época, lo logra a partir de que sus conclusiones las
desarrolla visitando cárceles, y asistiendo a autopsias de asesinados y criminales
ajusticiados.
Independientemente de postular una pseudo ciencia, su método de observación,
debe ser destacado, obviamente, más allá de que sus conclusiones no puedan
ser tenidas en cuenta, más que como el esfuerzo por buscar una explicación
a fenómenos que afectaban a las sociedades e incomodaban al poder del
momento.
Otro fisónomo de renombre fue Jean Gaspar Lavater (1741-1801), pastor
protestante que en 1776 publica “Fragmentos fisionómicos para conocimiento
del hombre y del amor al hombre”, donde hace una serie de comparaciones
con los animales, concluyendo al respecto que determinados parecidos cono
ciertas especies están determinados a mostrar caracteres psicológicos que lo
confunden con esa especie.
Se debe destacar también, el aporte del reconocido artista Charles Le Brun,
quien explotó su capacidad artística, pretendiendo estudiar las pasiones, a través
de gestos humanos y animales, dejando para la posteridad, vívidas ilustraciones
que dan un plus de valor artístico a su legado.
La Fisionomía alcanzó tal grado relevancia en la época, que en Nápoles del
Siglo XVIII, se impuso como regla procesal, que en el momento de pronunciar la
sentencia se debía decir: “Oídos los testigos de cargo y de descargo y vista tu
cara y tu cabeza, te condeno a:”
Los aportes de la Fisionomía trasvasaron los límites su área de conocimiento y
métodos, podían enmarcar y resultaron antecedente de la frenología.
Así mismo, recomendamos analizar la descripción de los “hombres de maldad
natural” de la fisionomía, con la definición Lombrosiana de “Criminal Nato”.
Rodríguez Manzanera aporta en su obra ya citada, esa definición de Lavater y
nosotros transcribimos a continuación:
“Tiene la nariz oblicua en relación con la cara, el rostro deforme, pequeño y color
de azafrán; no tienen puntiaguda la barba; ellos tienen la palabra negligente; los
hombros cansados y puntiagudos; los ojos grandes y feroces, brillantes, siempre
iracundos, los párpados abiertos, alrededor de los ojos pequeñas manchas de
color amarillo, y dentro pequeños granos color de sangre brillante como el fuego,
revueltos con otros blancos, círculos de un rojo sombrío rodean la pupila, o bien
ojos brillantes y pérfidos, y seguido una lágrima colocada a los ángulos interiores;
las cejas rudas, los párpados derechos, la mirada feroz y a veces de través. “
El ignominioso trato que debe haber recibido aquel cuyas características físicas
se correspondían con la descripción anterior hace más de 200 años debe haber
sido desolador. La sensación de repulso es inevitable, pero las cosas hoy ¿han
mejorado?
En la República Argentina se ha popularizado un sarcasmo que se repite entre los
grupos más victimizados por las agencias policiales.” Lo llevaron por portación
de cara”, es un decir que pretende explicar nada más -y nada menos-, que las
detenciones arbitrarias, pero se funda en las pseudociencias del siglo XVIII. ¿O
estamos ante una actitud que reconoce una raíz más antigua?
Existen registros históricos citados por nutrida bibliografía respecto de un Edicto
del Emperador Romano Aurelius Valerius Valens (conocido como Valerio Valente),
de cuyo paso por la historia no se registra una huella significativa, tal vez por el
breve lapso de su imperio. Entre diciembre de 316 y marzo de 317. Pero tan

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corta estancia en los palacios, no le privó de dejarnos un legado de dudoso
fulgor. El denominado Edicto de Valerio, que ordenaba: “Cuando tengas dudas
entre dos presuntos culpables, condena al más feo”
La pregunta que nos queda es ¿los feos podemos estar tranquilos en el siglo
XXI? Y obviamente pareciera ser que la respuesta, aunque debiera ser sí… es un
rotundo no.

Los invito a leer una corta pero ilustrativa nota periodística en la


siguiente página web: http://www.elmundo.es/elmundo/2003/05/12/
sociedad/1052774814.html
También pueden tener acceso a la misma en pdf “EL MUNDO_
DELINCUENTES GUAPOS_PENAS BAJAS.pdf” IC 2

Esta cuestión de lindos y buenos, feos y malos, es por demás


antigua, y lamentablemente esta al parecer enturbiando nuestro
presente, pero existe toda una tradición cultural, desarrollada desde
el arte y proyectada hasta la comunicación, donde sin darnos
cuenta, asignamos rotulo de malhechor con clara significación de
delincuente, tanto al que hace mal cuando en la conformación de la
palabra subyace una carga distinta y refiriendo tanto al que mal hace
como al feo, al que está mal hecho.

La expresividad del arte es más clara aún, donde los buenos son siempre bellos,
como los ángeles y sus hermosas figuras, y las entidades diabólicas, presentadas
con horrorosas y contrahechas figuras.

La Frenología
La Frenología fue una disciplina que como punto de partida entendía que no era
posible explicar el hombre intelectual y moral sin estudiar primordialmente al
“hombre físico”.
Para la frenología las fuerzas que motivan los actos de los hombres no eran
intelectuales sino eminentemente físicos, marcando su rechazo al libre albedrío.
Los “frenólogos”, afirmaban que podían determinar, a través del estudio del
cráneo, el emplazamiento físico de las funciones psicológicas, y trabajando con
el cerebro como objeto de estudio, determinarían el punto donde se originaría
cada facultad intelectual, instinto o afecto, dependiendo la magnitud de estos,
del mayor o menor desarrollo de la parte cerebral correspondiente.
El nombre Frenología -deriva del griego “phren”, inteligencia, y “logos” tratado-,
tiene su principal desarrollo en el siglo XIX, pero sus antecedentes se remontan
al año 220 AC con Erisístrato, médico de la Grecia Antigua quien por sus trabajos
es considerado el fundador de la fisiología experimental al llevar adelante
experimentaciones con animales.

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Un médico, Franz Joseph GALL (1758-1828), daría inicio a los estudios de la
“frenología” difundidos sobre todo por la labor de su discípulo Johan Gaspar
SPURTZHEIM (1776-1832). Ambos se dedicaron propagar sus ideas en Francia,
luego de ser expulsados de Viena a instancias de la iglesia. La oposición de
teólogos y metafísicos se debía a que los frenólogos afirmaban que el “espíritu”,
estaba ubicado en el cerebro y por tanto como elemento físico, ya no les
pertenecía como objeto de estudio.
En la segunda década del siglo XIX, GALL y SPURTZHEIM publicarían sus
conclusiones acerca de la localización de las funciones físicas en distintas partes
del cerebro, algo que también era rechazado por la comunidad médica de la
época.
A pesar de ello, sus investigaciones generaron curiosidad en un interesante
número de personas dispuestas a formar parte del grupo de estudios que
investigaba las teorías de Gall, ampliando su equipo de trabajo.
De esta manera GALL con sus discípulos pudieron dedicar cerca de veinte años,
a la investigación de la anatomía humana, y particularmente a la investigación
de cráneos.

Su teoría se basa en tres sencillas ideas:


1. El contenido se moldea por el continente. el cerebro tiene la forma que le da
el cráneo, y se puede conocer el contenido por el continente. Observando
las características del cráneo se puede saber las cualidades y el carácter del
examinado.
2. Hay regiones claramente identificadas en el cerebro, se elaboran a partir de
ahí “mapas cerebrales”, dando una región a cada “facultad”.
3. Del estudio de cabezas de condenados a muerte (musée del’homme”)
los frenólogos dedujeron que los criminales tienen extraordinariamente
desarrollados los centros del instinto de defensa, el coraje y la tendencia
a reñir (agresividad), situados atrás de las orejas, y los centros del sentido
carnicero, la tendencia a matar, situados arriba y al frente de la oreja

Rodríguez Manzanera en su “Criminología” citando a Nerwood, afirma que la


teoría de Gall, dejo mayores recuerdos por sus errores que por sus aciertos.
Por su parte, Gabriel Ignacio Anitua en su “Historias…”, afirma que Gall llegaría
a “comprobar” la superioridad de la “raza” blanca, caucásica, que era a la que
pertenecería la burguesía del norte de Europa.
Colocaba un total de 27 facultades en los cráneos de los europeos del norte:
amor físico, amor reproductivo, amistad, instinto de defensa, instinto carnívoro,
astucia, inclinación al robo, orgullo, vanidad, circunspección, educabilidad,
instinto de ubicación, memoria de personas, memoria de palabras, facultad de
lenguaje, talento en la pintura, sentido del sonido, órgano de las matemáticas,
instinto de mecánica, sagacidad, espíritu metafísico, espíritu de agudeza y
chistes, talento poético, bondad, imitación, firmeza e instinto religioso.
Algunas de esas facultades, las últimas de las mencionadas como bondad o
firmeza, no existirían en los animales, y también faltaban en las cabezas de otros
miembros del sur del continente europeo, de las clases trabajadoras y de los
habitantes de otras zonas del mundo.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.46


Según el desarrollo y tamaño de las partes del cráneo en que éstas se localizaran,
se podía indicar el carácter predominante de la persona portadora de tal cráneo.,
Según Gall, sus estudios pudieron afirmar, que la delincuencia estaba determinada
biológicamente y en función de ello, el Derecho Penal, en vez de atender a los
hechos delictivos, debía esforzarse en atender estas predisposiciones biológicas
que determinabas que, si alguien no había delinquido, aun, tarde o temprano lo
haría. por tanto, los esfuerzos penales deberían atender estas predisposiciones
En definitiva, indicaba GALI, que la legislación penal debía abandonar toda
pretensión de Justicia y encaminarse a proteger a la sociedad de los incorregibles
que podían ser fácilmente detectados a partir de sus probados métodos de
estudio de cráneos.
Lo devastador de esta pretendida ciencia, era la consecuencia de la publicación
de sus conclusiones, la distinción entre distintas personas, unas más perfectas
que otras y los que no llegaban ese grado de perfección debían ser tratados
como “diferentes” “tipos” humanos diferentes -y unos más perfectos que otros-,
que deberían ser “tratados” como diferentes.

Unidad 2: La Criminología.
¿Los fundadores de la Criminología como Ciencia?
En este repaso histórico por quienes dejaron huella en el marco de la Criminología,
los invitamos a conocer, a través de una breve reseña, a tres figuras trascendentes
en la Criminología Científica: Lombroso, Ferri y Garófalo. Independientemente
que en las siguientes unidades veamos a los citados enmarcados en las escuelas
de pensamiento que los contuvieron, un breve repaso por sus vidas representa
el cierre adecuado a la presente unidad.
Cesar Lombroso (1836-1909)
En más de un manual y antología, encontramos a quienes reconocen a Cesare
Lombroso como el hito fundacional de la Criminología Científica, a partir de su
obra El hombre delincuente de 1876. Pero como ya venimos viendo en la lectura
de la materia, el pensamiento criminológico venía integrándose con los aportes
de muchos pensadores. A algunos podrán reconocer como fuente necesaria, y a
otros, como la disonancia llamada a enriquecer con otras armonías esta sinfonía
del conocimiento criminológico. Su Criminología, del movimiento positivista
criminológico italiano, como se verá, estuvo más cerca de los frenólogos y
psicólogos que de los sociólogos del siglo XIX. La influencia de los primeros, y
de los médicos en general, fue muy importante en sus años de formación.
César Lombroso nació en Verona, Italia, el 6 de noviembre de 1835. Proveniente
de una familia de origen judía, fue impulsado a seguir los estudios de medicina.
Su tesis doctoral fue un “Estudio sobre Cretinismo en Lombardía”.
En 1858, ingresa al Hospital de Santa Eufemia en Pavía, para llevar adelante sus
prácticas, organizando más adelante una sección para enfermos mentales.
Para 1859 Italia entra en guerra y Lombroso se incorpora al ejército como médico.
En 1863 regresa a su hospital y se le permite dar clase como docente, y por
primera vez imparte lecciones de Psiquiatría presentando enfermos mentales en
clase. En ese mismo año escribe: “Medicina Legal para Enajenados Mentales”.
En el año 1871, haciendo la autopsia del bandido calabrés Villela, creyó encontrar
en su cráneo un rasgo distintivo inquietante, el cual consideraba impropio de
los hombres actuales, un hoyuelo o foseta en la cresta occipital, común en

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determinadas especies animales. Esta particularidad le hizo conjeturar que
la condición de criminal lo es por ciertas deformidades en el cráneo, y por su
similitud con ciertas especies animales.
Esta observación que realiza Lombroso se deriva en una conclusión arrolladora,
que el delincuente nato, lo es por su inexorable predeterminación condicionada
por su configuración física y su escaso desarrollo evolutivo.
Así, la Primera definición del delincuente, por parte de la Criminología Positivista,
nos dice que es un salvaje resucitado en la sociedad moderna por un fenómeno
de herencia retrógrada: “el atavismo”, siendo Lombroso quien lo subraya con
vehemencia.
Hasta ese momento, Lombroso no pretendía encontrar una teoría que explique la
génesis del criminal. Lo que busca en realidad es encontrar las diferencias, o un
criterio diferencial entre un enfermo mental y un delincuente, pero al realizar este
descubrimiento, comienza a elaborar lo que él mismo llamaría, una Antropología
Criminal.
En 1872, después de haber tenido bajo su responsabilidad una institución
manicomial, publica el libro: “Memorias sobre los Manicomios Criminales”, en
donde se permite presentar las respuestas a sus primeras incógnitas, ideas sobre
la diferencia existente entre el delincuente y el loco, y su perspectiva en relación
con la identificación del delincuente como un enfermo con malformaciones muy
claras.
Lombroso, a esta altura promueve con vehemencia, que existan manicomios
para criminales, y la conveniencia de que los desquiciados no estén en las
prisiones, sino que estén internados en instituciones especiales.

El Delincuente es un salvaje resu-


citado en la sociedad moderna
por un fenómeno de herencia
retrógrada, es decir, por atavismo

Cesar Lombroso

También aconseja que si los enfermos cometieron un hecho de carácter antisocial


se los interne en manicomios especialmente creados para criminales, ya que si
se los envía con otros psicóticos se los estaría entregando a una situación que
en sí misma es una amenaza.
Otra obra trascendente de Lombroso es “El Genio y la Locura”, donde expone
públicamente su teoría de que no hay genio que en realidad no esté loco, ya
que todos los genios están locos, extendiéndose en fundamentos acerca de la
anormalidad del genio.
Finalmente, en abril de 1876 se publica el “Tratado Antropológico Experimental
del Hombre Delincuente”, en el cual Lombroso expone su teoría, considerando
algunos ese momento como la fecha oficial del nacimiento de la Criminología
como ciencia.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.48


También en 1876, Lombroso presenta dos trabajos en la Universidad de Turín para
ser aceptado como docente en Medicina legal. “La medicina legal del cadáver”,
y “Tanatología forense”, trabajos por los que recibió múltiples elogios además
del permitirle la incorporación Cátedra que deseaba con el nombramiento como
profesor titular.
Desde que ganó las cátedras que buscaba, no dejó de sufrir el boicot de aquellos
que formaban parte de grupos cerrados y negados a la posibilidad de abrir la
Universidad a nuevos docentes, por lo cual, cansado, en 1878 funda su cátedra
libre de psiquiatría y antropología criminal ya fuera de la universidad, con gran
éxito porque nutridos grupos de estudiantes prefieren sus clases a la formación
tradicional universitaria.
Publica una nueva edición de su “El hombre delincuente…”, la que, a esta altura,
obtendrá un éxito mundial, al traducirse a varios idiomas.
Lombroso, mostraba un apasionado interés en todo escenario donde su
existencia discurriese. Es así, como un día, al visitar el Museo de la Patria en
Turín, se percata que cada uno de aquellos próceres tenía características muy
llamativas. Eran rasgos en común de criminales natos, surgiendo de tal análisis
un trabajo: “El crimen político y las revoluciones”, y con él, una nueva categoría:
la del delincuente político.
En el lapso que va de 1885 a 1889, suceden dos acontecimientos importantes
para Lombroso y para la Escuela Positiva: El primero es la celebración del Primer
Congreso de Antropología Criminal, en Roma, allí se presentan los principales
expertos de todo el mundo en materia de criminales: en este congreso los
italianos – Lombroso, Ferri y Garófalo- exponen con gran éxito sus teorías. El
segundo fue un inesperado revés para Lombroso, pues los diputados aprueban
el nuevo Código italiano, bajo los lineamientos de la Escuela Clásica, sin incluir
ningún concepto de la Escuela Positiva, ello en contraste con la gran aceptación
de las tesis positivistas por sectores académicos y sociales.
En 1893, su prolífica carrera académica continúa con la publicación de “La
Mujer Delincuente”, en el que Lombroso expone la teoría de la Criminalidad por
equivalencia, afirmando que la mujer se prostituye y por eso no delinque tanto
como el hombre.
Uno de los aportes más sobresalientes de Lombroso a la escuela positiva fue la
aplicación del método inductivo-experimental al estudio de la delincuencia y su
concepción del criminal nato.
Pero para el profesor italiano, la tesis del atavismo del delincuente se ubicaría en
el centro, escena, mientras que otras dos, la epilepsia larvada y la locura moral,
explicarían la delincuencia en su totalidad. Así se conforma la teoría tríptica
lombrosiana.
Desde ese instante, la teoría atávica comienza a desarrollarse y Lombroso va
identificando nuevos caracteres regresivos que se suman al hoyuelo de la cresta
occipital, acentuando la identificación del criminal con el salvaje. Atendiendo a
sus observaciones, presenta esa serie de caracteres recesivos en su objeto de
estudio:
En lo Anatómicos. Estrechez de la frente, Exageración de los senos frontales,
la gran frecuencia de la sutura metópica, de los huesos wormianos, una menor
capacidad craneana, el rostro con una altura mayor de la normal, maxilar inferior
muy desarrollado, frente huidiza y estrabismo.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 49


En lo Fisiológico. Sensibilidad obtusa, ausencia o disminución de reacciones
vasculares, zurdez, mayor agilidad que lo común y esperable para sujetos
de iguales condiciones, con marcada sensibilidad a estimulos olfativos, pero
también al mismo tiempo se manifestaron defectos auditivos y visuales.
En lo Psicológico. Insensibilidad moral o afectiva, pereza, ausencia de
remordimientos, Insensibilidad física al frío o al calor; frialdad humana con
quinaban o cometían los delitos, pero a su vez exhibían manifestaciones de
ternura y afecto hacia los animales, y también una particular tendencia a la
venganza, a la crueldad, y especialmente a la ebriedad y el juego.
En lo Social. El criminal mostraría una tendencia a tener signos físicos producidos
por el mismo, La utilización de una jerga propia en sus expresiones verbales o en
su escritura a base de jeroglíficos, así como una instintiva tendencia a asociarse,
de acuerdo con sus especialidades delictivas.
Lombroso también presenta otras clasificaciones como la del criminal nato, el
pasional, o los ocasionales, los locos.
Pero estas calificaciones luego fueron multiplicándose por influjo de otros
autores incorporándose nuevas categorías, provocando que el delincuente fuese
visto y/o estudiado como:
1) Primitivo, atávico o psíquico
2) Como Anormal Moral, Loco Moral o Degenerado
3) Como Anormal Racial
4) Como Anormal Cerebral
5) Como Débil Mental

Enrico Ferri (1856-1929)


Rodríguez Manzanera, nos cuenta que, en 1879, un joven jurista italiano, que
estaba estudiando en París, se presenta espontáneamente ante Lombroso y con
sencillez, le dice: “soy Enrico Ferri, y deseo trabajar con usted”,
Nacido en San Benedetto Po, Mantua, el 25 de febrero de 1856, y sus estudios
universitarios los realizó en la Universidad de Bologna.
En 1877, presentó su tesis, en la que afirma que el libre albedrío es una ficción,
y que debe substituirse la responsabilidad moral por una responsabilidad social.
De Bologna se dirigió a Pisa a estudiar con el maestro Francesco Carrara y al
publicarse su tesis, remitió un ejemplar de ella a Cesar Lombroso.
Luego continuó su periplo formativo en busca de bases en Antropología y recaló
en París.
En 1979, ya en Bologna como docente, y aceptado por Lombroso, Publica su
obra “Nuevos Horizontes”, y encabeza una investigación con 700 penados, 300
enfermos mentales y 700 soldados como grupo de control.

El Derecho Penal tendría como objeto


la defensa contra los “enemigos natu-
rales de la sociedad”. Esto lo veremos
hoy representado en la teoría de Jakobs
sobre el Derecho Penal del Enemigo. La
sociedad se defendería de sus enemigos
naturales. De manera que, más que del
delito, se defendería
Enrico Ferri de los delincuentes.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.50


En 1882, Ferri, realizó estudios sobre la pena y publicó el libro titulado Socialismo
y Criminalidad, desde la Universidad de Siena, donde pasa cerca de 4 años.
A partir de 1886, abraza la carrera política, como instrumento para servir a las
causas populares y es electo como diputado hasta 1924.
En 1912 la Universidad de Roma crea el Instituto de Derecho Penal; y Ferri es
llamado a dirigirlo y lo denomina “Scuola di Applicazione Giurídico-Criminale”.
Desde allí, da cursos que se dividen en cuatro partes: el delincuente, el delito,
las sanciones y el procedimiento.
Reúne en un sistema orgánico y completo, las ideas enunciadas por Lombroso
y Garófalo. “Los nuevos horizontes del derecho y del procedimiento penal”
(donde se señalan, el método a aplicar, el área en que deben ser investigadas las
causas del fenómeno criminal, las características que ha de reunir la pena para
servir a los fines de defensa social, y se sugieren incluso los medios indirectos
para prevenir la delincuencia).
Durante los últimos años Ferri desarrolló una infatigable labor académica, viajo a
Sudamérica y a varios países europeos, participó en múltiples congresos, junto
con Lombroso, su maestro y amigo, así como con Garófalo.
Ferri se caracterizó por su afán por lograr que Italia tuviera un código penal de
corte positivista, por desgracia, no alcanzó a ver promulgado el nuevo código,
pues murió en el año de 1929 el código fue aprobado en 1930.

Rafael Garófalo (1851-1934)


Rafael Garófalo nació en Maples, Italia, el 18 de noviembre de 1851, en el seno
de una familia conservadora y católica, que va a dar al joven una formación
espiritual y religiosa que conservará toda la vida.
Curso sus estudios en la universidad de Nápoles, ingresa al Poder Judicial y
llega ser Presidente de la Cámara de Casación.
Antes de integrar la Escuela Positiva con Lombroso y Ferri, ya había publicado
algunos escritos en que dejaba ver su posición, de trascendencia indudable,
ya que dotará de bases jurídicas a la escuela Positiva, cerrando un proceso de
sistematización. A él se deben la incorporación de la peligrosidad, como base
de la responsabilidad del delincuente; la prevención especial como fin de la
pena; y los métodos prácticos de graduación de la pena, entre otros.
En 1878 publica “Estudios recientes sobre la Penalidad” y en 1880, “Criterio
Positivo de la Penalidad”.
En 1885 ve la luz su obra maestra: “Criminología”.
Algunos autores afirman que, si Lombroso concibió la Criminología como
Antropología Criminal y Ferri como Sociología Criminal, Garófalo no va a intentar
ni uno ni otro fin. Su misión consistirá en terminar de enhebrar con fríos raciocinios
éticos y sociológicos, con ajustada lógica jurídica, el enjambre conceptual del
novísimo testimonio científico.
Garófalo mostró una gran preocupación que signó su obra. La aplicación de la
teoría Criminológica en la práctica, tanto en lo legislativo como en lo judicial, y
para dar un cierre a esa producción, formula el primer esquema de las penas de
acuerdo ya no al delito, sino a la clasificación de los delincuentes.
Además de las diferencias filosóficas, su desacuerdo con sus colegas fue en
cuanto al determinismo absoluto, que no podía aceptar, y en cuanto a la pena de
muerte, de la cual Garófalo era un ferviente partidario.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 51


Pero existen además para Garófalo dos subclases de delincuentes, en los que
se observa la influencia del medio social en la delincuencia. Al respecto dice:
Individualizada la primera por el escaso sentimiento de piedad. En su virtud
pueden perpetrar acciones antisociales y de gran trascendencia bajo el influjo
de estímulos sociales, políticos o religiosos. La segunda queda integrada por
individuos carentes del sentimiento de probidad (sea por atavismo o herencia,
potenciados con mensajes del medio social) que afecta, generalmente, a las
formas menos violentas de la criminalidad”.

Rafael Garófalo, definió la peli-


grosidad como capacidad crimi-
nal, o como “peligrosidad proba-
ble”. Grave concepto que va a
afectar seriamente y en el imagi-
nario colectivo, la concreción de
los Derechos Humano.

Rafael Garófalo

A partir de esta concepción, Ferri estableció su Ley de saturación criminal, según


la cual: el nivel de la criminalidad viene determinado cada año por las diferentes
condiciones del medio físico y social, combinados con las tendencias congénitas
y con los impulsos ocasionales de los individuos.
La defensa de estas ideas fue lo que originó que los autores de esta escuela
fundamentaran sus teorías en el concepto acuñado por Garófalo de “temibilitá”
o peligrosidad social.
Garófalo participó en los Congresos Internacionales de Antropología Criminal y
de la Asociación Internacional de Derecho Penal. Fue profesor de la universidad
de Nápoles, y su denominación, al conjunto de conocimientos referentes al
crimen y al criminal:
Criminología, fue la que tuvo fortuna, por encima de la Antropología lombrosiana
o la Sociología ferriana.
Hasta aquí, con la conclusión del Módulo uno, pudimos realizar un “paseo” por el
camino de la historia del pensamiento, enfocados en los saberes criminológicos,
hasta llegar a los pensadores cuyos pasos dejaron una huella que aún se percibe
en muchas “búsquedas” de respuestas sobre la cuestión criminal.
En el próximo módulo, nos adentraremos en el análisis de las escuelas que
marcaron el derrotero científico de nuestra disciplina.

Lo invitamos a realizar la Actividad 2 del presente módulo. “¿Tenía


razón Lombroso?”, que le permitirá comprender mejor el carácter de
los contenidos vistos hasta aquí

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.52


Usted ya está en condiciones de realizar las Consignas 1 y 2 de la
Evaluación.

m1 |contenido | IC

información complementaria 1

CRIMINOLOGÍA

Un análisis crítico de la visión de Zaffaroni sobre el curso actual de


la criminología

El juez prohíbe al victimario su aproximación a las víctimas y ¿le obliga


a atenderlas?
(Artículos 57 y 49 del Código Penal)

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 53


UN ANÁLISIS CRÍTICO DE LA VISIÓN
DE ZAFFARONI SOBRE EL CURSO
ACTUAL DE LA CRIMINOLOGÍA

Susana Murillo y Carlos Elbert*

En la revista Capítulo Criminológico (Maracaibo, Venezuela) de diciembre de 1999,


pp. 153 y ss., se publicó la desgrabación de la conferencia que EUGENIO RAÚL ZAFFARONI
pronunciara al cierre del Congreso Internacional “La criminología del siglo XXI en
América Latina”, celebrado en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos
Aires, del 15 al 18 de septiembre de 1999.

Lamentablemente, por ser palabras de cierre, las opiniones del autor no pudieron ser
objeto de debate, lo que hubiese dado lugar a un interesante intercambio de opiniones.
A quienes firmamos esta nota no nos queda, en consecuencia, otro recurso que el
análisis de ese trabajo acudiendo a publicaciones especializadas.

El congreso que origina el objeto de estas reflexiones debatió –ya sobre el fin de
siglo– acerca de la disciplina criminológica, el lugar de lo empírico y lo teórico en
ella, su articulación con otras disciplinas, la compleja red de poderes con que se
entreteje y su ubicación dentro del contexto de las ciencias sociales. También sobre
su proyección futura durante el siglo que ahora es presente. Como es dable imaginar,
a estos puntos de vista generales se llegó por caminos diversos, con matices
particulares, apoyados en los bien conocidos avatares históricos, epistemológicos y
políticos de la disciplina a lo largo del siglo XX.

* Facultad de Ciencias Sociales y Facultad de Derecho, Universidad de Buenos Aires, respectivamente.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.54


98 Susana Murillo y Carlos Elbert

Por los motivos señalados, las palabras finales de ZAFFARONI resultaron provocativas,
pues desplegó una posición de escepticismo epistemológico hacia la criminología y
por extensión hacia otras ciencias sociales. No obstante, su posición encarna un dilema
que, con frecuencia, se presenta a todos los que están vinculados a la práctica de las
ciencias sociales. Es bien conocido el doble compromiso en que los científicos sociales
se encuentran involucrados. Por una parte, la vida académica en particular y la
intelectual en general, especialmente en el área de las ciencias sociales, se desarrolla
en el espíritu del escepticismo metódico, en el sentido de que toda respuesta es
provisoria. El conocimiento científico, esto es sabido, avanza de modo más grato
cuando se encuentra libre de presiones, y en el área social desarrolla a menudo formas
de pensamiento crítico, que, como en el caso de la criminología y la psiquiatría, han
cuestionado en las últimas décadas la persistencia de muchas instituciones, tales como
el manicomio y la prisión.

Pero, por otro lado, la aplicación de los conocimientos científicos a estrategias sociales
(en salud pública, asistencia social, control social, justicia penal), reclama compromisos
inmediatos. En estos ámbitos no hay lugar para el escepticismo o la ironía, pues en
ellos, más allá de las diversas consideraciones teóricas, es necesario desarrollar
estrategias para “atender las urgencias”, pues en esos casos se hallan comprometidos
valores esenciales que implica la convivencia democrática.

Uno de los lugares en que la afirmación anterior resulta pertinente es en el de la


vinculación de las ciencias sociales a los fenómenos de la criminología, ámbito en el
cual, a partir de la década del 60, se han producido críticas de diverso signo al sistema
criminológico que concluyen, o bien en la necesidad de su apropiación por disciplinas
singulares, o en la de su reforma, o en la de su abolición. Tales propuestas han tenido
su paralelo en las prácticas penales, en las que, en todo el mundo, se plantean
movimientos análogos a los recién mencionados y se fortalece la tendencia que propicia
la privatización de aspectos del mismo, coincidiendo, paradojalmente, con impulsos
a la creación de un sistema de penalización de carácter internacional que vaya más
allá de las soberanías territoriales.

Pero, a pesar de esa discusión teórica y de esas diversas prácticas, el delito continúa,
las prisiones siguen existiendo y en un contexto en el que las mutaciones estructurales
que se vienen operando en el mundo a partir de la década de 1970, han generado en
muchos países crisis económico-sociales, vinculadas a fenómenos de aumento de
desocupación. Este proceso ha sido paralelo al aumento de los índices de
encarcelamiento en muchos lugares del mundo (no nos pronunciamos aquí respecto
de relaciones causales, sólo constatamos la emergencia de estos fenómenos).

En ese contexto, en el que seres humanos reales y concretos sufren la miseria, la


exclusión y el castigo a que una vida miserable los condena, sostenemos que existen
urgencias que deben ser atendidas, más allá de la duda escéptica o la metódica.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 55


Un análisis crítico de la visión de Zaffaroni sobre el curso actual de la criminología 99

Afligidos por ello y dado que la trayectoria criminológica de ZAFFARONI nos resulta
digna del mayor respeto, dos especialistas de distintos campos de las ciencias sociales
hemos preparado este análisis, que ponemos hoy a consideración de los interesados
en la temática criminológica, epistemológica y de las ciencias sociales en general.

La estrategia discursiva de ZAFFARONI, en el artículo que nos ocupa, parece moverse


en una óptica diádica, que plantea como alternativas el infierno o el paraíso, lo divino
o lo demoníaco, olvidando que el hombre habita el reino de este mundo, donde todo
es ambiguo. En su estrategia, el locutor se presenta como desencarnado y más allá de
la historia, con lo cual sitúa a los receptores del discurso, en el lugar de la carne, el
mundo sensible y perecedero.

Para cumplir esa estrategia discursiva, una de las tácticas consiste en presentar una
visión de la historia de la criminología de carácter global que arranca en el Malleus
Maleficarum. Esta obra, producida en el siglo XV, enseñaba, entre otras cosas, a detectar
los indicios que permitían desenmascarar a una bruja. A partir de ese texto y utilizando
unos pocos mojones históricos, el planteo de ZAFFARONI establece una continuidad
que llega hasta los discursos y las prácticas criminológicas de nuestros días.

La exposición toma un carácter globalizante y continuo, que pierde de vista el cómo


de los poderes específicos. En ese sentido, se ignoran las enseñanzas dejadas por la
práctica de la historia, que tiende, desde hace al menos setenta años, a evitar las
“síntesis”. El método propuesto a fin de evitar los propios prejuicios, según nos han
enseñado hombres como FOUCAULT, es el trabajo con documentos1. Ése fue el modo
en que los historiadores de Annales2 ya a comienzos de la década del 30, criticaron al
positivismo evolucionista que intentó explicarlo todo desde un núcleo central de
significados que atravesara de modo continuado todos los acontecimientos históricos.
Por el contrario, se trata de mirar, a partir de documentos, series de acontecimientos,
buscando no las necesarias continuidades, sino más bien las rupturas , los cortes, las
mutaciones. Hablar en historia de las ideas (o en historia fáctica), de resumen y síntesis,
implica el peligro de hacernos recaer en un evolucionismo construido a partir de los
propios supuestos.

La estrategia discursiva de ZAFFARONI propone, justamente, una evolución histórica


casi sin rupturas. El proceso comenzaría en el siglo XV de este modo: “toda esta teoría
se desarrolla en la obra fundacional de nuestra ciencia que es el Malleus Maleficarum
de 1484. No es cierto que la criminología nace con Lombroso. No es cierto que la
criminología nace con ideólogos del liberalismo penal. La criminología nace en 1484

1. MICHEL FOUCAULT. La arqueología del saber, México, Siglo XXI, 1991, pp. 9 a 12.
2. LUCIEN FEBVRE. “De 1892 a 1933. Examen de conciencia de una historia y un historiador” y “Vivir la
historia. Palabras de iniciación”, en Combates por la historia, Barcelona, Planeta-Agostini, 1993.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.56


100 Susana Murillo y Carlos Elbert

con el libro El martillo de las brujas3. Dejaremos para otro trabajo demostrar en
detalle por qué tal afirmación es discutible desde el punto de vista epistemológico e
histórico. No obstante, querríamos decir que tal enunciado desconoce el enorme trabajo
llevado a cabo por importantes autores, criticando las afirmaciones globalizantes que
no explican lo específico. Así, en este caso, todos sabemos que hay poder punitivo,
así como que el hombre tiene reacciones ante la muerte o que tiene una vida cotidiana,
pero el asunto no consiste en reiterarlo, sino en ver las mutaciones, los cómo específico,
para actuar sobre ellos a partir de su conocimiento4.

En las últimas décadas, quien citó por primera vez al Malleus fue FOUCAULT, en La
vida de los hombres infames, pero lo hizo, curiosamente, en una dirección diversa a
la de ZAFFARONI. No para afirmar que allí empezó la criminología, sino, precisamente,
para mostrar la cesura entre la caza de brujas y la criminología en el sentido moderno
(y no es que FOUCAULT intentase defender a la criminología moderna). Tampoco lo
hizo para sostener continuos históricos, pues según nos dice en la Arqueología del
saber, el concepto de “continuidad” es un grave obstáculo epistemológico para conocer
de modo descentrado, produciendo formas de saber que operen como medios de
resistencia al poder. En total acuerdo con antropólogos como LÉVY STRAUSS y
epistemólogos como BACHELARD, FOUCAULT afirma que la idea de “continuidad” supone
que hay un centro de la historia y un punto de llegada de la misma y ese punto de
llegada es el sujeto que habla5.

Por otra parte, no ver las rupturas y no diferenciar las especificidades en este tipo de
disciplinas, puede permitir sacar como consecuencia que existe una analogía entre el
suplicio en la posesión demoníaca, el modelo correccional, la tortura en campos de
concentración y las penas alternativas a la privación de libertad. ¿Podemos, con
franqueza, afirmar tal cosa? ¿Qué diría de esto cualquier persona procesada o
condenada? Para quienes padecen, por estado de vulnerabilidad, algún tipo de penas,
¿será lo mismo efectuar trabajos comunitarios que morir quemado en la hoguera tras
haber sido torturado? Por otra parte, ¿creer o afirmar que “todo es igual y nada es
mejor”, qué efectos produce en los seres humanos?, el desencanto y el escepticismo,
¿no pueden ser acaso efectos de poder, de un poder más fino y más sutil que ningún
otro, pues modela nuestras acciones sin que tengamos conciencia de ello?

3. Malleus Maleficarum, por ENRIQUE INSTITORIS (HEINRICH KRÄMER) y JAKOB SPRENGER. Edición original:
Estrasburgo, 1488. Traducción española: Ediciones Felmar, España, 1976. En alemán : DTV, Munich,
1993. En inglés: Montagne - Summers, Londres, 1951. En francés, París, 1973.
4. En otro trabajo reciente, ZAFFARONI revela, por el contrario, una actitud cuidadosa con las especificidades
históricas acerca del concepto de “crimen organizado”. Sin embargo, atribuye allí también al Malleus
la génesis del derecho penal autoritario (en: El crimen organizado: una categorización frustrada,
cuadernos del departamento de Derecho Penal y Criminología, 1999, pp. 254 y 285).
5. Cfr. SUSANA MURILLO. El discurso de FOUCAULT: Estado, locura y anormalidad en la construcción del
individuo moderno, Buenos Aires, Of. de Publicaciones del CBC y carrera de Sociología, UBA, 1997

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 57


Un análisis crítico de la visión de Zaffaroni sobre el curso actual de la criminología 101

ZAFFARONI dice que se da cuenta que durante años ha hablado acerca del “curso de los
discursos de la cuestión criminal”. Ahora bien, intentar hacer criminología, o alguna
otra disciplina social, centrándose en el “curso de los discursos”, implica un problema
metodológico, que está vinculado a ciertos supuestos teóricos. En estas disciplinas
parece indicado hablar de prácticas discursivas y no discursivas. El discurso es una
práctica conformada por reglamentos, leyes, decretos, conceptos teóricos. Pero esa
práctica discursiva es inseparable de otra práctica, que llamaremos “práctica no-
discursiva”, lo que podríamos denominar “visibles” por contraposición a “enunciados”.
Las prácticas no-discursivas, las “visibilidades”, son, por ejemplo, los diseños
arquitectónicos, las posturas corporales, los hábitos y códigos no escritos. Enunciables
y visibles tienen su propia lógica, cada uno tiene su propio régimen; el uno es un
régimen de palabras y el otro de cuerpos y observación de los mismos. Pero esas dos
lógicas se complementan y sólo son separables a los fines analíticos. Un saber acerca
de la locura o el crimen, no puede obviar los regímenes antes aludidos. Los códigos
escritos y los no-escritos, los reglamentos y las arquitecturas, los conceptos teóricos
y las prácticas ocultas, permiten reconstruir, por ejemplo, el ámbito de lo carcelario o
el mundo de la llamada “desviación”. Para ello, los conceptos deben cotejarse con la
arquitectura, modalidades, uniformes, alojamientos, prácticas concretas, etc. De un
modo más sencillo podría hablarse de “escribir las prácticas” al mismo tiempo que
“reconstruir los discursos”. En esta doble reconstrucción se debería evitar pensar que
la teoría se “deduce” de la práctica o que la práctica es “aplicación” de la teoría. Entre
el nivel de las prácticas discursivas y extradiscursivas hay entrecruzamientos,
encuentros y desencuentros. Por ello, un llamado “curso de los discursos” es engañoso,
si se ignora al mismo tiempo el curso de las prácticas extradiscursivas, pues en ellas
la carne y la sangre están de alguna manera presentes. Seguir sólo el “curso de los
discursos” puede hacernos incurrir en el error de pensar que la criminología es sólo lo
que dicen criminólogos y otros científicos sociales, olvidando, otra vez, a los más
ocultos actores del proceso.

El análisis de ZAFFARONI, que sólo se despliega en el ámbito de lo discursivo, le lleva


a afirmar que “es muy difícil, complicado y discutible proveer una definición de la
criminología, porque, como en cualquier otra disciplina, la definición debe ser
tautológica, es decir, contener todo lo definido”. Independientemente del hecho de
que la definición tautológica es sólo un tipo de definición, que no se usa en ciencias
sociales, probablemente las definiciones más ricas sean aquéllas que incluyen la
historia de lo que definen. En realidad, ZAFFARONI se había ocupado de este tema ya
en 19886, pero con una perspectiva diferente. Entonces se interrogaba sobre el problema
del concepto, y decía : “se impone preguntarnos, por ende, si existe o debe existir un
saber criminológico, que nos sea necesario para impulsar la transformación de un
aspecto de nuestra realidad con miras al impulso del desarrollo humano de los hombres
de nuestro margen” (p. 14). A lo cual respondía, unas páginas más adelante, tras un

6. EUGENIO ZAFFARONI. Criminología, aproximación desde un margen, Bogotá, Temis.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.58


102 Susana Murillo y Carlos Elbert

concienzudo análisis: “Todo esto nos demuestra que en nuestro margen es necesario
un saber que nos permita explicar qué son nuestros sistemas penales, cómo operan,
qué efectos producen, por qué y cómo se nos ocultan estos efectos, qué vínculo
mantienen con el resto del control social y del poder, qué alternativas existen a esta
realidad y cómo se pueden instrumentar” (p. 19).

Finalmente, desembocó en un concepto que juzgaba como “previo o tentativo y pasible


de varias objeciones”:

“La criminología es el saber (conjunto de conocimientos) que nos permite explicar


cómo operan los controles sociales punitivos de nuestro margen periférico, qué
conductas y actitudes promueven, qué efectos provocan y cómo se los encubre en
cuanto ello sea necesario o útil para proyectar alternativas a las soluciones punitivas
o soluciones punitivas alternativas menos violentas que las existentes y más adecuadas
al proceso social” (p. 20).

El resto del trabajo –de 280 páginas– está dedicado a la afirmación de la criminología
como una disciplina especialmente referenciada a la cuestión del poder. Pareciera,
entonces, que el autor ha variado su pensamiento anterior, expresando ahora
conclusiones escépticas en cuanto a la posibilidad de asir un concepto sobre lo
criminológico. Por nuestra parte, consideramos oportuno recordar que, en
epistemología, todas las definiciones son harto complejas, por no decir imposibles, si
se parte de la base de que siempre son provisorias, incompletas y objeto de inexorable
superación. La definición tautológica sólo es posible en muy pocos casos y lo más
frecuente en ciencias sociales es la determinación del concepto a través de su desarrollo
histórico. El concepto mismo de ciencia es imposible de precisar de modo universal,
sin que, por ello, la idea de ciencia o de lo científico hayan desaparecido. Para decirlo
con palabras de uno de los autores de este artículo: “El grave problema que presenta
la definición de ciencia resulta de sus perfiles cambiantes, porque es histórica,
contingente, y objeto de constante reelaboración epistemológica” [...] “Muchos
epistemólogos niegan lisa y llanamente la posibilidad de definir la ciencia, porque
cada dato que se integra en ella deja automáticamente excluidas ciertas parcelas del
conocimiento posible”7. Puede afirmarse, entonces, que el punto de partida del
razonamiento de ZAFFARONI (la dificultad de definir absolutos) no es novedoso ni
exclusivo de la criminología.

Continuando con el problema de la definición, ZAFFARONI afirma (en el texto de 1999)


que “Si en cualquier disciplina una definición necesita verificación es porque impone
un acto de autoridad. Cada vez que cualquier científico, en serio o entre comillas, quiere
poner mojones a determinado ámbito de la realidad, es un acto de apoderamiento, un
acto de incorporación de una serie de objetos a un ámbito de conocimiento, es un ámbito
de poder. Y todos los actos de poder son sospechosos”.

7. CARLOS ELBERT. Manual básico de criminología, Buenos Aires, Eudeba, 1998, p. 24.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 59


Un análisis crítico de la visión de Zaffaroni sobre el curso actual de la criminología 103

En rigor de verdad, las definiciones no se verifican, porque son convenciones, y toda


convención, como reconocería hasta el más riguroso epistemólogo positivista, supone
una toma de decisión y toda toma de decisión es, inevitablemente, un acto de poder.
En realidad todo conocimiento y todo acto de habla es un “apoderamiento”. No existe
saber sin ejercicio del poder; por ello, pretender desarrollar el saber, alejándose del
poder, es imposible. Más aún, pensar relaciones humanas “sin poder”, es querer escapar
al mundo animal o al mundo de los dioses. Los conocimientos humanos conforman
una inescindible unidad saber-poder. Sobre esto, si bien no hay consenso universal,
hay fuertes acuerdos entre pensadores y científicos de diversas posiciones.

La pregunta que, entonces, podemos hacernos es ésta: ¿Qué estrategia subyace en los
discursos que caracterizan como “sospechosos” a los actos de poder, si es casi universal
el reconocimiento de que el poder está presente en todas las relaciones sociales? ¿Por
qué razón algunos locutores continúan enunciando su constante prédica contra el
ejercicio del poder y particularmente del poder en sentido abstracto? ¿Cuál es el
beneficio que el locutor obtiene? La estrategia de la denuncia de todos los poderes de
la tierra tiene la ventaja de colocar al locutor más allá de este mundo, más allá del
poder, en un sin poder. Pero de ese modo, mediante un hábil juego discursivo, lo sepa
o no quien lo ejercita, tenga o no conciencia de ello, termina tomando la posición de
algunos de aquellos a quienes denuncia, pues, al pretender evitar el ejercicio discursivo
del poder, se coloca en la neutralidad. Por su parte, la pretensión de neutralidad es un
más peligroso ejercicio del poder, ya que quien lo hace esconde, aun sin saberlo, su
ejercicio del mismo, al par que, al adoptar una posición “desencarnada”, “más allá”
de los humanos se ubica como los dioses, cuya palabra debe ser escuchada y aceptada,
pues ella no es portadora de la ley, sino la ley misma. Este tipo de discurso no impulsa
a pensar, sino que se cierra en sí mismo; sólo el lenguaje consciente de la propia
finitud, de los propios límites, puede ser un lenguaje que incite a pensar , esto es, a
elaborar nuevos interrogantes y a construir, entre todos, nuevos conocimientos. En
cambio, el lenguaje metafísico es cerrado, completo, sin poder y sin fisuras.

Por otra parte, pretender hablar desde el no-poder implica otro peligro: esta pretensión
ignora que si hay poder hay resistencia, porque si no fuese así, no sería necesario
ejercerlo. No verlo entraña el peligro de caer en la indiferencia típica de nuestros
tiempos, que, ante la presunta imposibilidad de cambios, se encierra en sí misma, lo
cual, en realidad, no es más que un efecto de poder. El conocimiento es apoderamiento
pero también resistencia a los poderes. Esta lucha de fuerzas tal vez no terminará
jamás, pero es uno de los pocos sentidos de lo humano.

Ahora bien, frente a la sospecha de que esta lucha poder-resistencia tal vez jamás
acabe, ¿debemos sumirnos en la indiferencia o el desencanto? ¿O, por el contrario,
ello debe impulsarnos a seguir conociendo y pensando para modificar lo real en la
medida en que sea posible? Esto tal vez sea una decisión, tal vez no haya un fundamento
último de tipo racional para la misma, pero sí hay resoluciones éticas, cuyo último
punto de apoyo está en quien las toma. Sabemos que no habría humanidad sin ley y la

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.60


104 Susana Murillo y Carlos Elbert

ley supone ejercicio del poder. ¿Qué haremos? ¿Suprimir la ley?, ¿aceptarla de modo
acrítico? En suma, estamos ante un dilema sin salida. El trabajo de ZAFFARONI así
parece sugerirlo y en ese sentido trasunta, tal vez más allá de sus intenciones, el
desencanto postmoderno.

Otro aspecto discutible del texto de ZAFFARONI es la noción de “científico en serio o


entre comillas”. ¿Cómo se distinguen los científicos “serios” de los “entre comillas”?
¿Quedan entrecomillados quienes quieren “poner mojones”? ¿ Es siempre disvalioso
poner mojones o referencias a una búsqueda de conocimiento? ¿Constituyen
necesariamente esos intentos –tal como se dice con durísimos conceptos– una
“pretensión de autoritarismo arbitrario y apriorístico”? Entendemos que en esa
afirmación, así como cuando sostiene que “lo fundamental es renunciar a esta
pretensión de autoritarismo arbitrario apriorístico y comenzar el recorrido. Comenzar
el recorrido a ver si ese recorrido nos aproxima a una delimitación”, se construye un
juego conceptual ambivalente, que pareciera decir una cosa mientras afirma la
contraria. En nombre de la certeza se desvaloriza a quienes pretendan delimitar
conocimientos o espacios de saber. ¿Será entonces que los científicos en serio deben
abjurar de métodos, definiciones y verificaciones? ¿Qué harán el científico en serio o
el entrecomillado para conocer la realidad? Ésta es una antigua pregunta
epistemológica que ha tenido diversas respuestas a lo largo de la historia, pero una
cosa es cierta, ni aun los más escépticos han renunciado a conocer, aunque dudaran
de ello. ZAFFARONI sugiere eludir este problema con el justificativo de “no quedar
ligado a formas de poder mediante el conocimiento”, pero, en verdad, no se está
instalando en el mismo plano de lo criticado, sino en lo argumental-silogístico, desde
donde cualquier afirmación puede eludir su relación con el mundo de lo empírico8.

Nuestra referencia a “lo empírico” no pretende ser de carácter inductivista. Sabemos


que “lo empírico” es también una construcción, sabemos que cualquier método de
investigación lleva a modelar la realidad sin reflejarla como en un espejo; esto es
harto conocido y se han escrito tomos sobre ello. Pero ni aun los textos más críticos
de las estrategias metodológicas tradicionales han renunciado a hundir su mirada y
sus manos en los documentos y los relatos. Esto, por otro lado, comporta un
compromiso ético y político, pues el intelectual o el científico social producen, o
deberían producir, para los otros y no sólo por el placer personal de hacerlo. Así
entonces, no adherimos a la posición según la cual el observador puede afirmar, por
ejemplo, que “él lo ve de tal modo”, y que ésa es “su verdad”, refugiándose en lo
totalmente intuitivo o subjetivo. ¿Cuáles serían las consecuencias socio-políticas de
tal postura? La posición subjetivista es difícilmente sostenible en ciencias sociales,

8. El mismo problema se planteó en una discusión académica anterior, sobre el contenido del libro de
ZAFFARONI, En busca de las penas perdidas cuando el autor explicó las razones que lo llevan a no
embarcarse en ninguna teoría política y a no profundizar sobre las estructuras concretas del poder
estatal en América Latina. Cfr.: “Encuentro con las penas perdidas”, publicación dirigida por CARLOS
ELBERT, Colección Jurídica y Social n.° 9, Santa Fe, 1993, pp. 99 y 100

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 61


Un análisis crítico de la visión de Zaffaroni sobre el curso actual de la criminología 105

como también lo es la utopía de un saber de carácter axiomático y deductivo. En ese


sentido, acordamos con ZAFFARONI cuando rechaza un modelo puramente deductivo
de la criminología. No así cuando insiste con las calificaciones y clasificaciones,
afirmando que: “El criminólogo, el que se inicia en la criminología, entrará inte-
rrogando y se va a encontrar con dos clases de criminólogos. El criminólogo sabio y
el criminólgo ingenuo. El criminólogo sabio será aquél que le dará una definición, le
dará un objetivo de la disciplina, eso se traducirá en determinada política criminal y
desarrollará las consecuencias de esa definición, de ese objetivo y de esa política
criminal hasta sus ultimísimas consecuencias, las que nunca había imaginado”.

Que una estrategia de carácter puramente deductivo es imposible en ciencias sociales,


creemos que es algo que hace ya mucho no se discute. “Hacer un silogismo con la ley
y el caso”, como decía BECCARIA en el siglo XVIII, es algo ya suficientemente criticado.
Pero el problema no es aquí ése, sino que ZAFFARONI establece un juicio que distingue
entre “criminólogo sabio” e “ingenuo”, descalificando a ambos y sin mencionar un
tercer tipo, salvo, claro, el del propio autor de la clasificación, que se preserva al
margen de ella o no explica su encuadramiento exacto. Incluso, se formula a estos
criminólogos descalificados, la admonición de que, si insisten por los rústicos caminos
del conocimiento que están intentando, quedarán ridiculizados también con esa
caricaturizada búsqueda de “ultimísimas consecuencias” .

Desde el punto de vista epistemológico, tanto las posiciones puramente inductivistas


como las deductivistas, no tienen ninguna vigencia en el campo de las ciencias sociales;
además, hablar de pluralismo metodológico y paradigmático es un lugar común en
ellas. Por eso, no se entiende la afirmación de ZAFFARONI acerca de que: “Hay algo
que distingue la criminología, en este sentido, de otras disciplinas [...] En criminología
todos los discursos están vivos, es decir, no estamos recorriendo un parque
paleontológico, estamos recorriendo un zoológico de animales vivos de todas las
épocas. Ningún discurso muere, son los árboles, pero árboles que lo que más puede
pasar es que cambien el follaje, pero siguen presentes, son todos contemporáneos”.
En todas las ciencias sociales y no sólo en la criminología, así como en la filosofía,
existen, afortunadamente, pluralidad de modelos y ello es acorde al objeto de estudio
de las ciencias sociales y a las reflexiones filosóficas. Los seres humanos son lo
suficientemente multifacéticos, las sociedades humanas son demasiado complejas, la
historia es tan dinámica que las generalizaciones universales son muy poco frecuentes
y a menudo poco serias en ciencias sociales (históricamente, cuando ello ocurre, tal
generalización universal depende de alguna academia científica deudora de algún
orden social conducido de modo monolítico, aunque no se note a primera vista).

Pero a pesar de tal imposibilidad de universalidad y certeza, los hombres no parecen


querer renunciar a conocer. En sus búsquedas, el humano a veces acierta y a veces
falla. Desde el dominio del fuego hasta los telescopios espaciales hay un pequeño
universo de realizaciones humanas, motivadas por la curiosidad, el deseo de saber y
la necesidad de ejercer el poder. Profundamente ingenuos seríamos si renunciásemos

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.62


106 Susana Murillo y Carlos Elbert

a esta posibilidad, desarmándonos intelectualmente en un mundo donde el conocimiento


se ha transformado en el mayor insumo del poder. ¿A quién beneficiaríamos con tal
renuncia? ¿Quién se ve favorecido si hombres de probado espíritu democrático como
ZAFFARONI, descalifican a quienes no queremos renunciar a saber, aun cuando tenemos
la certeza de que nunca podremos saberlo todo y aun cuando no sabemos cuál será el
efecto de los saberes que intentamos producir? Que el ejercicio del saber-poder sea
azaroso, contingente e imprevisible en sus efectos no es achacable a ningún pobre
criminólogo latinoamericano, sino a la imperfección de la naturaleza humana que nadie
–absolutamente nadie– (he aquí, al fin, un conocimiento absoluto) puede negar.

La desconfianza y el rechazo del conocimiento, aún con las limitaciones del mismo que
el curso del siglo XX ha mostrado es, en el terreno de la criminología, de las ciencias
sociales y del derecho penal, peligrosamente vecino de una estrategia discursiva que, a
partir de la década de los 80 y en relación al consenso de Washington y la emergencia
de las políticas neoliberales, ha vuelto a propagandizar la idea de que en los hombres
hay tendencias destructivas que son inevitables. Desde esa perspectiva, tanto el crimen,
como la locura, serían parte de la esencia humana y la sociedad sólo podría ocuparse de
reprimirlos a fin de defenderse de ellos. La idea de tolerancia cero está en buena medida
basada en este supuesto metafísico. Por ello creemos que es fundamental reflexionar
profundamente acerca de los propios dichos, a fin de evitar que nuestras afirmaciones
favorezcan, más allá de nuestros deseos, tal concepción de lo social.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 63


7/8/2017 elmundo.es - Un estudio afirma que los delincuentes guapos reciben sentencias más benévolas

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Sociedad Un estudio afirma que los elmund
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Cultura elmund
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Pueden ser hasta un 20% más leves que las de los criminales normales Emisió
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Madrid24horas OSLO.- Los criminales bien parecidos tienen elmund
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Baleares más probabilidades de obtener sentencias elmund
SERVICIOS más ligeras incluso cuando el jurado sólo cuenta con una descripción juegos
El tiempo escrita de su físico, según un estudio de la Universidad de Oslo. elmund
Televisión elmund
Hemeroteca Los 500 estudiantes que participaron en la investigación pusieron en
Callejero
Pág. blancas evidencia que, cuando los crímenes son cometidos por un hombre descrito
Pág. amarillas como "guapo" o una mujer calificada de "bonita", se emiten castigos mucho
Diccionarios más suaves que cuando en la descripción del acusado se omite dicha
Horóscopo palabra.
Traductor
Barra de
navegación Todos los estudiantes recibieron informes de crímenes que iban desde
SUPLEMENTOS robos hasta violaciones y asesinatos, pero sólo la mitad contaba con
Magazine una descripción escrita del aspecto del acusado.
Crónica
Salud El estudio reveló la existencia de una tendencia a favorecer a los
El Cultural
Su vivienda delincuentes bien parecidos que cometen crímenes de menor gavedad,
Nueva economía como robo, contrabando o fraude. Los estudiantes les impusieron castigos
Motor un 20% más leves de media.
Viajes
Ariadna "Ya sabíamos que el atractivo afecta a las sentencias, pero este estudio
La luna
Aula
demuestra que sólo una simple palabra - "guapo" o "bonita" - tiene un
Campus efecto", comentó Per Schioldborg, profesor de Psicología de la Universidad
COMUNIDAD de Oslo. "Me quedé sorprendido", afirmó.
Charlas
Encuentros "Ponemos una simple palabra y hallamos que el estereotipo de la belleza se
Foros
¿Ligamos?
activa", señaló Schioldborg, quien añadió que se trata del primer estudio
Forolibre que demuestra el vínculo entre la apariencia y las sentencias, usando
Debates material escrito en lugar de fotografías.
Felicita online
Según los resultados obtenidos durante el estudio, el castigo de un ladrón
guapo que asalta una casa y se lleva 250.000 coronas noruegas (unos 36
Diario
euros) podría ser hasta un 24% más leve que el de un delincuente normal.
Vespertino
Para crímenes más serios como asesinatos o violaciones, las sentencias
LEYENDA
emitidas por los estudiantes fueron un 10% más suaves.
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m1 | actividad 1

“Desde los inicios hasta Hobbes. ¿Qué pasaba antes? ¿Qué está
pasando ahora? ¿Aprendimos algo?

Luego de haber traspuesto la etapa histórica signada por el pensamiento de


Hobbes y Rousseau, en los estudios del Módulo 1, analice detenidamente los
textos reproducidos a continuación y realice un ensayo de no más de una página,
donde responda los interrogantes que plantea la actividad. ¿Qué pasaba antes y
que pasa ahora? Elabore algunas conclusiones sobre lo aprendido.

A) PEGORARO, Juan. “Una reflexión sobre la inseguridad”. Argumentos. Revista


de crítica social (no. 2 mayo 2003) ED.: Instituto de Investigaciones Gino Germani,
Facultad de Ciencias Sociales, UBA. Buenos Aires 2003 . Alojado en:
http://biblioteca.clacso.edu.ar/Argentina/iigg-uba/20120627025448/2_3.pdf
(Ultimo acceso Mayo2017) Pueden tener acceso al mismo en pdf “PEGORARO_
REFLEXION SOBRE INSEGURIDAD.pdf” IC 1

”En la historia de las sociedades humanas la mayor amenaza a la vida ha sido


la imposibilidad de dominar las fuerzas de la naturaleza y la supuesta existencia
de seres sobrenaturales y todopoderosos (dioses) que conjugaban al mismo
tiempo la bondad y la maldad, la crueldad y la compasión, la vida y la muerte
(Girard, 1995); pero el mayor miedo ha radicado en la dificultad de establecer
un orden social que evitara la violencia recíproca inacabable. Es éste, el miedo
a una violencia sin orden, lo que llevó a aceptar resignadamente la imposición
de un orden con violencia (llamada civilización) y por lo tanto a la existencia de
dominantes y dominados, de poderosos y débiles, de soberanos y sometidos,
de victoriosos y derrotados sociales.
Bien, ¿cómo logran los sectores dominantes conjurar esa amenaza latente de que
se desencadene una violencia recíproca que destruya el orden de las diferencias,
“la cultura?”. Como sabemos, la institución –el estado- que representa el orden
apela a la amenaza y a la violencia que concebida como legítima, es capaz
de ejercer “castigos” invocando la defensa del orden amenazado y el supuesto
mandato societal.
Por otra parte el imaginario colectivo concibe que el Derecho Penal y las
instituciones que lo gestionan lo pueden defender de la amenaza del crimen y de
la inseguridad. Pero sabemos que los más grandes crímenes fueron cometidos
precisamente por esas instituciones que invocando el derecho de imponer
el orden castiga apelando a la ideología de la defensa social, al racismo, la
xenofobia, el sexismo, la religiosidad, y “razones de estado” y así ha mutilado,
asesinado, quemado, violado personas y desaparecido razas, grupos humanos,
sectas, comunidades, tribus, pueblos enteros.

B) BARATTA, ALESSANDRO. 2002 “Criminología Crítica Y Crítica Del Derecho


Penal. Introducción a. la sociología jurídico-penal”, Siglo XXI Editores
Argentina S.A IC 2“…el derecho penal tiende a privilegiar los intereses de las
clases dominantes y a inmunizar del proceso de criminalización comportamientos
socialmente dañosos típicos de los individuos pertenecientes a ellas, y ligados
funcionalmente a la existencia de la acumulación capitalista, y tiende a orientar
el proceso de criminalización sobre todo hacia formas de desviación típicas de

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 65


las clases subalternas. Esto no sólo acontece con la elección de los tipos de
comportamientos considerados para acuñar la figura legal delictiva y con la
diversa intensidad de la amenaza penal, que a menudo está en relación inversa
con la dañosidad social de los comportamientos, sino con la formulación técnica
misma de las figuras delictivas.
Cuando se dirigen a comportamientos típicos de los individuos pertenecientes
a las clases subalternas, y que contradicen las relaciones de producción y de
distribución capitalistas, forman ellas una red bastante apretada, mientras la
misma red es a menudo demasiado rala cuando las figuras delictivas tienen
por objeto la criminalidad económica y otras formas de criminalidad típicas
de los individuos pertenecientes a las clases que están en el poder….”. “…
Las máximas chances de ser seleccionado para formar parte de la “población
criminal” aparecen de hecho concentradas en los niveles más bajos de la escala
social (subproletariado y grupos marginales). La posición precaria en el mercado
de trabajo (desocupación, subocupación, carencia de calificación profesional) y
defectos de socialización familiar y escolar, que son característicos de quienes
pertenecen a los niveles sociales más bajos y que en la criminología positivista y
en buena parte de la criminología liberal contemporánea son indicados como las
causas de la criminalidad, revelan ser más bien connotaciones sobre cuya base
los estatus de criminal son atribuidos.”

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.66


m1 |actividad 1 | IC

información complementaria 1

Una reflexión sobre la inseguridad Titulo


Pegoraro, Juan S. - Autor/a; Autor(es)
Argumentos. Revista de crítica social (no. 2 mayo 2003) En:
Buenos Aires Lugar
Instituto de Investigaciones Gino Germani, Facultad de Ciencias Sociales, UBA Editorial/Editor
2003 Fecha
Colección
Gobierno; Sociedad; Estado; Desigualdad; Igualdad; Medios de comunicación; Temas
Derechos ciudadanos; Inseguridad; Delitos; Miedo;
Artículo Tipo de documento
http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/Argentina/iigg-uba/20120627025448/2_3.pdf URL
Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 2.0 Genérica Licencia
http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.0/deed.es

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Conselho Latino-americano de Ciências Sociais (CLACSO)
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EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 67


Juan Pegoraro

Una reflexión sobre la inseguridad

Juan S. Pegoraro
Desde el principio he hecho ver que la igualdad
es un estado de guerra y que la desigualdad
ha sido introducida por consentimiento
universal.
Th.Hobbes. De Cive

¿Qué se quiere decir con “inseguridad” ?


Esta pregunta dispara algunas reflexiones: la primera refiere a la
pertinencia y actualidad (o urgencia) para la investigación en ciencias sociales
de abordar este fenómeno social que de manera relevante está en la agenda
discursiva de los gobiernos, de los medios de comunicación, de los
planteamientos electorales y también de las demandas genéricas de la
ciudadanía. Las noticias periodísticas abonan una campaña de alarma social
ante la delincuencia violenta, lo que contribuye a reducir la problemática a un
crecimiento de la maldad y crueldad de ciertas personas (jóvenes, pobres,
excluidas, vulneradas, desocupadas). Ante esto suenan y resuenan voces de
imponer la “ley y el orden” y se ha puesto de moda una invocación a la
llamada “tolerancia cero” que en los hechos sólo persigue “incivilidades”
(Kelling, 2001, Marcus, 1997) mientras deja impune los grandes delitos del
poder y la corrupción pública. Persiste así una política penal con su
correspondiente “selectividad” o como dice M. Foucault una política que
administra diferencialmente los ilegalismos.

El miedo como estrategia de dominación

En la historia de las sociedades humanas la mayor amenaza a la vida ha


sido la imposibilidad de dominar las fuerzas de la naturaleza y la supuesta
existencia de seres sobrenaturales y todopoderosos (dioses) que conjugaban al
mismo tiempo la bondad y la maldad, la crueldad y la compasión, la vida y la
muerte (Girard, 1995); pero el mayor miedo ha radicado en la dificultad de
establecer un orden social que evitara la violencia recíproca inacabable. Es
éste, el miedo a una violencia sin orden, lo que llevó a aceptar resignadamente
la imposición de un orden con violencia (llamada civilización) y por lo tanto a la
existencia de dominantes y dominados, de poderosos y débiles, de soberanos y
sometidos, de victoriosos y derrotados sociales.

Bien, ¿cómo logran los sectores dominantes conjurar esa amenaza


latente de que se desencadene una violencia recíproca que destruya el orden
de las diferencias, “la cultura?”. Como sabemos, la institución –el estado- que
representa el orden apela a la amenaza y a la violencia que concebida como
legítima, es capaz de ejercer “castigos” invocando la defensa del orden
amenazado y el supuesto mandato societal.

Argumentos 1 (2), mayo 2003 1

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.68


Una reflexión sobre la inseguridad

Por otra parte el imaginario colectivo concibe que el Derecho Penal y las
instituciones que lo gestionan lo pueden defender de la amenaza del crimen y
de la inseguridad. Pero sabemos que los más grandes crímenes fueron
cometidos precisamente por esas instituciones que invocando el derecho de
imponer el orden castiga apelando a la ideología de la defensa social, al
racismo, la xenofobia, el sexismo, la religiosidad, y “razones de estado” y así
ha mutilado, asesinado, quemado, violado personas y desaparecido razas,
grupos humanos, sectas, comunidades, tribus, pueblos enteros.

La nueva inseguridad

A mi entender la actual inseguridad está asentada en una base material


distinta a aquella que estaba presente en otras etapas de la humanidad, y aún
en la era del Estado Keynesiano. Es una nueva forma de inseguridad que no se
ha producido por designio divino ni por un espasmo de la naturaleza
ingobernable e irreducible; como diría Marx, “la naturaleza no produce por una
parte poseedores de dinero o mercancías y por otra, personas que
simplemente poseen sus propias fuerzas de trabajo” (El Capital: I, 203): se ha
producido, como siempre, por una gestión política que produce efectos
inhumanos a todo nivel; esta política ha expandido los miedos sociales que
están presentes en la cotidianeidad como el miedo que produce la inseguridad
en el trabajo, el miedo que produce el desamparo en la salud, en la educación
y en la seguridad social. De tal manera el individuo ha quedado inerme ante
relaciones sociales que no controla y ello ha aumentado sus miedos y su
sensación de inseguridad ante el prójimo (“próximo”, Freud...) y a esto
pretende conjurarlo invocando una poción mágica, un pharmakon: el Derecho
Penal, que con violencia supuestamente anula la violencia (Resta, 1995). Pero
el derecho penal no posee cualidades prácticas per se ya que las normas están
mediadas ya por individuos portadores de relaciones sociales que ocupan
cargos en las instituciones estatales, ya por dichas instituciones estatales
(corporativas) como el Poder Policial, el Poder Judicial y el Poder Penitenciario
que son las que ejercen o no ejercen el Derecho Penal.

En realidad, como sabemos, es el poder policial el que en los hechos


maneja y gestiona la (in)seguridad ciudadana (Ferrajoli, 1989) y no como se
cree esa institución subordinada que es la justicia. No tanto porque no
comparta la visión de la (in)seguridad como la de la policía, sino que dicho
poder carece de capacidad operativa para vigilar, controlar, disciplinar,
normalizar las conductas humanas que es el verdadero objetivo de la
dominación social y no la moral ciudadana. Lo contrario sería caracterizar al
capitalismo y al orden social y las instituciones que lo componen, por una
intención de nobleza, de justicia, de moralidad, de ética general y universal
solidaria y fraterna, que se propone la felicidad de todos donde la continua
acumulación originaria y la tasa de ganancia serían solo un componente
material contingente.

Argumentos 1(2), mayo 2003 2

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 69


Juan Pegoraro

Causas y causalidad de la inseguridad

Una característica actual de las sociedades capitalistas occidentales es la


inclusión cultural de casi toda la población y al mismo tiempo una política de
exclusión y marginación social que Jock Young (2001) llama canibalismo y
bulimia, y una creciente violencia delictiva. Ambas características han sugerido
la imperiosa necesidad de explicaciones causalistas basada de naturaleza
individual revitalizando teorías bio-psicologistas y de la medición de
coeficientes mentales –“I.Q”- (Eysenk, 1973; Murray, 1992; Murray y
Herrnestein 1994; Wilson, 1997). Estas explicaciones son irradiadas desde
poderosas fundaciones norteamericanas como la Heritage, la Rockefeller, así
como departamentos académicos de universidades como Harvard, Columbia,
Los Angeles. Así acompañan teóricamente las políticas económicas neoliberales
de mercado justificando la exclusión social por las características o naturaleza
de los “perdedores” y el delito en la maldad irreducible de seres asociales y
amorales lo que ha disparado exponencialmente la población carcelaria en
EEUU (actualmente hay casi 2 millones de personas encarceladas y 4 millones
mas bajo control de agencias penales) y en todos los países capitalistas
occidentales.

Ahora bien, de lo dicho sobre la existencia de un orden social se


desprende que el miedo y la inseguridad son vividos y sufridos con diferencias
apreciables entre las clases sociales, grupos, comunidades; las clases
subalternas no solo sienten la inseguridad social y política de cara al
sometimiento que padecen, sino también la inseguridad intraclase, fenómeno
no nuevo, es cierto, pero que en los últimos 20 años se ha tornado dramático.
Como sostiene Lois Wacquant (2001) en una investigación realizada en ghetos
de Detroit se han roto los lazos sociales comunitarios que siempre estuvieron
presentes sosteniendo formas de solidaridad a su interior (Lewis, 1964;
Valentine, 1976; Wacquant, 2001; Lomnitz, 1983; Auyero, 1997); la ruptura
de la solidaridad interna en ellos ha sido sustituida por otras características
como la “despacificación, desdiferenciación e informalización”.

La exclusión social con mas la prédica individualista generó en esos


lugares como en nuestras poblaciones villeras o fabelas o vecindades o
chabolas, una desafiliación (Castel, 1995) y además la mayoritaria existencia
de "inútiles para el mundo", supernumerarios rodeados de una cantidad de
situaciones caracterizadas por la precariedad y la incertidumbre del mañana.

Los pobres siempre han vivido en la inseguridad y en el miedo, pero


ahora producto de una guerra social que desataran los grandes grupos
económicos que han producido una sociedad tremendamente polarizada,
aparecen ciertas formas de resistencia larvada de los sectores desposeídos que
atacan a sectores de clase media y alta. Pero claro, esta es una parte de la
problemática de la inseguridad ya que como decíamos se omite considerar la
violencia generalizada entre los propios pobres y excluidos sociales que se
victimizan entre sí, producto en gran medida de la desesperación y

Argumentos 1 (2), mayo 2003 3

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.70


Una reflexión sobre la inseguridad

degradación social y de los efectos de la marginación, la frustración y el


desamparo; y en este caso el sistema penal, y más aún la policía, se mantiene
al margen y hasta facilita la sordidez de estos actos intraclase que le permite
solapar otros delitos que producen un daño social mayor como aquellos
llamados delitos del poder (Pegoraro, 2002), en especial los económicos.

La habitualidad del delito

En parte producto de los medios de comunicación y en parte por esta


nueva realidad se ha hecho perceptible que el delito ha pasado de ser lo
infrecuente, lo anormal circunscripto a las conductas de los marginales y
extraños a ser una parte habitual en nuestra vida cotidiana tanto en las
instituciones públicas como en la familia, tanto en el mercado como en la
gestión de las políticas sociales, tanto en la guerra como en la paz.

El saber en el campo de las ciencias sociales no puede negar el papel


que ha jugado el delito y la violencia en la construcción del orden social por lo
que no se puede alegar ignorancia, inocencia o sorpresa (el cineasta Martin
Scorsese acaba de decir con relación a su film “Pandillas de Nueva York”, que
el hampa también construyó NY ¡!!!, y la banda de música U2 compuso una
canción: The hands that built América). Pero aún en este campo y en la
sociología académica en especial, es mayoritaria la visión “esperanzada” de la
existencia de una sociedad de carácter armónica y organicista que facilita
visiones simplistas y despolitizadas tanto de la violencia delictiva como de la
selectividad negativa del sistema penal.

Otra cuestión querría resaltar: al capitalismo no le conmueve el delito y


tampoco la contingente inseguridad personal sino la sedición (Foucault, 1979);
el capitalismo puede existir y reproducirse con altas tasas delictivas
interpersonales ya que la acumulación y reproducción económica, tanto legal
como ilegal (Pavarini, 2000, Pegoraro 2002) no es puesta en peligro por esos
tipos de delitos; lo que sí necesita es disponer de un estado “cautivo” (Banco
Mundial, 2.000) y un grado de previsibilidad en las transacciones financieras y
demás formas contractuales aunque aún éstas están sujetas a las formas del
fraude, la estafa, la violencia. Con esto quiero decir que para el desarrollo y
reproducción del capitalismo no obstante sus declamaciones, la llamada
inseguridad es un problema menor.

Son delitos o ¿son delitos?

Ahora bien, no puedo dejar de señalar que sobrevuela en mis reflexiones


la nueva realidad que integra también el fuerte crecimiento de los delitos
interpersonales violentos; éstos son realizados, mayoritariamente, por pobres-
débiles-vulnerados-desesperados sociales- (los únicos que son perseguidos
penalmente); son actos a los que la lectura vulgar los considera
“espasmódicos” (Thompson, 1995), de aquellos que se niegan a morir en
silencio frente a tanta inequidad social; pero no será necesario preguntarse

Argumentos 1(2), mayo 2003 4

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 71


Juan Pegoraro

acerca de su significado moral? ¿No existe en ellos una reclamación o protesta


humana, de sobrevivir, frente al genocidio al que son condenados?.
Es cierto que la imagen del holocausto es más turbadora que
esclarecedora pero las estadísticas sociales, no sólo de Argentina sino de
América Latina toda, muestran un verdadero genocidio social. El proyecto de
poder ha sido pensado con base en la variable “aceptación” de la racionalidad
económica - mercantil por parte de la población; ésta ha sido pensada como
los judíos caminando hacia los hornos crematorios sin resistir ya sea por terror,
por incomprensión o por vencidos, y no contaba con la existencia de algunos
muchos que violentan las sagradas normas legales para sobrevivir; aunque se
les atribuya falta de conciencia o racionalidad (¿?) no sólo violan la propiedad
sino que desconocen el derecho de propiedad. Ya lo había advertido
preocupadamente Hobbes, (2000) cuando decía que hay hombres que violan
las leyes por debilidad pero hay otros hombres que desprecian las leyes.

La guerra social siempre presente, pero hoy exacerbada, de los


poderosos y triunfadores sobre los derrotados sociales produce víctimas mas o
menos inocentes (¿que están en el medio?) pero la guerra siempre tiene estos
“inconvenientes”. Y así esta reflexión va en el camino de sostener que el
modelo neoliberal incluía una oblación social en un quirófano y se ha
encontrado con que muchos pacientes que iban camino a ser “autopsiados”
simplemente se niegan a ser pacientes. En tal sentido esta particular
inseguridad que sobrevuela a nuestra sociedad, como a otras
latinoamericanas, está producida por esta nueva “forma económica” legal-
ilegal, (Tonkonoff, 1997) que ejercen estos parias sociales para sobrevivir,
“forma económica” que es la que siempre han utilizado los sectores
dominantes, en otros rubros más lucrativos, para la acumulación capitalista.

Recordemos que Engels en La situación de la clase obrera en Inglaterra,


decía que la primera forma de revuelta del proletariado moderno contra la gran
industria era la criminalidad. ¿Es posible hacer una lectura de la inseguridad y
del delito no sobre las conductas de los vulnerados y marginados sino desde
ellos (Pegoraro, 2000), desde su mirada a la sociedad o al orden social?; creo
así que el significado real de esta expansión del delito violento de los de abajo
y la consiguiente “inseguridad” no puede reducirse a visiones morales
dependientes de lo jurídico - penal que expresan la naturalización de la
dominación y el sometimiento; las Ciencias Sociales y la Sociología en
particular necesitan salir de este encierro mentiroso.

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Argumentos 1 (2), mayo 2003 5


EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.72
Una reflexión sobre la inseguridad

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Argumentos 1(2), mayo 2003 6

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 73


Juan Pegoraro

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Pegoraro, J y Tonkonoff S. (2001) La violencia juvenil y los jóvenes de la
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m1 |actividad 1 | IC

información complementaria 2

La información complementaria se encuentra disponible en su Plataforma


Argumentos 1 (2), mayo 2003 7

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.74


m1 | actividad 2

“¿Tenía razón Lombroso?”

1- Luego de concluida la lectura del Módulo 1, analice detenidamente los


textos de los artículos numerados 1 y 2 del Profesor Bacigalupo, e intente
responder la pregunta: ¿Lombroso tenía razón? Fundamente

• Lea el artículo “El caso Fritzl: ¿Tenía razón Lombroso? (1)” alojado en: https://
www.elimparcial.es/noticia/12775/opinion/el-caso-fritzl:-tenia-razon-
lombroso-1.html. Pueden tener acceso al mismo en pdf “1_BACIGALUPO_
El caso Fritzl_ ¿Tenía razón Lombroso_MOD 1_ACT_2.pdf” IC 1
• Lea el artículo “El caso Fritzl: ¿Tenía razón Lombroso? (2)” alojado en:
https://www.elimparcial.es/noticia/12906/el-caso-fritzl:-tenia-razon-
lombroso-2.html. Pueden tener acceso al mismo en pdf “2_BACIGALUPO_
El caso Fritzl_ ¿Tenía razón Lombroso_MOD 1_ACT_2.pdf” IC 2

2. Lea el artículo “El caso Fritzl: ¿Tenía razón Lombroso? (3)” alojado en:
https://www.elimparcial.es/noticia/13029/el-caso-fritzl:-tenia-razon-
lombroso-y-3.html. Pueden tener acceso al mismo en pdf “3_BACIGALUPO_
El caso Fritzl_ ¿Tenía razón Lombroso_MOD 1_ACT_3.pdf” IC 3

Procure comparar su perspectiva con la del Dr. Bacigaluppo y vuelque su


reflexión en pocos renglones.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 75


18/8/2017 El caso Fritzl: ¿Tenía razón Lombroso? (1) | El Imparcial

opinión m1 |actividad 2 | IC

información complementaria 1
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opinion

El caso Fritzl: ¿Tenía razón


Lombroso? (1)
Miércoles 25 de junio de 2014, 17:32h

En los últimos días supimos de un hecho criminal


horroroso. Resumidamente: en una ciudad cercana a
Viena el electricista Fritzl, que tenía antecedente por
violación, mantuvo encerrada a su hija durante 24
años en un sótano de sesenta metros cuadrados y
un metro setenta de altura, abusó de ella
sexualmente desde que ésta tenía 11 años y tuvo
con ella siete hijos; a tres de ellos (de 19, 17 y 5
años) los ocultó en ese sótano. A otros tres los tuvo
en su casa; los vecinos afirman que los trataba
cariñosamente. Uno de ellos nació muerto y lo
quemó en la caldera de la casa. El horror producido Enrique Bacigalupo
al ser conocido el hecho es consecuencia de la
confluencia del incesto con el secuestro Catedrático de Derecho Penal
inusitadamente prolongado, sumados a la doble
personalidad de Fritzl, que, aparentemente normal Todos los artículos de
• Univ
en sociedad, fue capaz de reducir a su propia hija a Enrique Bacigalupo
un objeto sexual, privándola, en realidad, de toda •T
vida social. ¿Cómo explicar tanta brutalidad? Existe
una arraigada tendencia a preguntarse por las causas de tales comportamientos. Se
quiere saber el por qué de la misma manera que se sabe la causa de la tuberculosis.
Hasta ahora no ha sido posible dar una respuesta científicamente satisfactoria a la
cuestión.

Entre 1876 y 1896 Cesare Lombroso(1836/1909) sostuvo en cinco ediciones de su libro


“L’uomo delinquente” la teoría del delincuente nato, que, en general, ha sido rechazada
por su débil base metodológica. No obstante esa antigua teoría orientó, de una u otra
forma, reformas del derecho penal en la primera mitad del siglo XX, aunque nunca haya
sido la base única de esas reformas. En un cierto sentido, la categoría del delincuente
incorregible por métodos pedagógicos y terapéuticos, de v. Liszt (1882), tiene algunos
puntos comunes, aunque su explicación sea diversa, con la noción de delincuente nato
de Lombroso, para quien el delito es una forma atávica de conducta; el delincuente
sería una especie física y psíquicamente anormal del género humano, hereditaria, y el
delito sería expresión de un estadio ya superado de la civilización. Freud señalaba en
1913, en Totem y Tabú, a propósito del incesto, algo no lejano de las afirmaciones de
Lombroso cuando decía que en nuestro tiempo “viven seres humanos de los que
creemos que están muy cerca de los primitivos, mucho más que nosotros, en los que
por lo tanto vemos a los descendientes y representantes de seres humanos de otros
momentos”. Ferri agregaba, todavía en 1927, que el delincuente nato se caracteriza por
“la falta o debilidad del sentido moral que en los hombres normales es la mayor fuerza

https://www.elimparcial.es/noticia/12775/opinion/el-caso-fritzl:-tenia-razon-lombroso-1.html

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18/8/2017 El caso Fritzl: ¿Tenía razón Lombroso? (1) | El Imparcial
de repulsa del delito”. Aunque el prototipo de delincuencia en el que se apoyaron estas
ideas era el homicida brutal (para otras formas de delincuencia, por ejemplo la de las
mujeres o la política, se dieron explicaciones especiales), no cabe duda que hechos
como el que comentamos tiene manifestaciones de brutalidad que hasta podrían
superar las del asesinato y sugieren que acaso existe el delincuente nato de Lombroso.
[516]

Como explicación teórica la noción de delincuente nato carece hoy de aceptación. Es


explicable que así sea, pues su base empírica es considerada insuficiente para
demostrar lo que Lombroso, Ferri y otros afirmaban. Actualmente el concepto de
delincuente nato no es considerado aplicable ni siquiera a estos fenómenos criminales
especialmente conmovedores. Las investigaciones basadas en mediciones corporales,
rasgos específicos, proporciones del cuerpo, etc. no fueron sometidas al contraste de
grupos de supuestos no criminales, ni se supo en qué medida esos datos se
reproducían en la población general.

Las explicaciones causales de la criminalidad individual han perdido mucho de su fuerza


de convicción. Es notoria la tendencia a reemplazar las explicaciones causales de la
conducta del autor del crimen (etiológicas) por el estudio de los mecanismos sociales de
la criminalización y, más recientemente, por el estudio sociológico del delito en lo que se
llama una “sociedad de exclusión”, caracterizada por la “exclusión del mercado de
trabajo, la exclusión social entre la gente de la sociedad civil y las siempre expansivas
actividades excluyentes del sistema de justicia criminal y la seguridad privada” (Jock
Young, 1999). Estas explicaciones sociológicas presuponen una visión crítica de la
sociedad que en el paradigma causal no tiene cabida. Pero, muy probablemente no
permitan dar una explicación satisfactoria de crímenes como el de Fritzl, que no sufría
ninguna clase de exclusión social.

opinión enrique bacigalupo fritzl lombroso

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opinion

El caso Fritzl: ¿Tenía razón


Lombroso? (2)
Miércoles 25 de junio de 2014, 17:32h

El problema práctico de qué hacer con delincuentes


como Fritzl preocupa especialmente a la sociedad y,
como vimos, no sólo desde ayer. Pero, es preciso
recordarlo, las soluciones posibles tienen un marco
institucional que no estamos dispuestos a poner en
duda. El Estado de Derecho exige una solución
racional y legítima, que además respete la dignidad
de la persona, incluso en los delitos muy graves,
excluyendo la pena de muerte (art. 15 CE y art. 1 del
6º Protocolo adicional del Convenio Europeo de
Derechos Humanos).
Enrique Bacigalupo
Si bien en nuestros días nadie daría la razón a
Lombroso, el contexto científico del que la Catedrático de Derecho Penal
racionalidad del derecho penal depende es
sumamente complejo y, acaso, se acerca a Todos los artículos de
• Uni
conclusiones similares. No tengo el propósito de Enrique Bacigalupo
demostrarlo, sino de plantear la cuestión. •T

Sin las bases científico-experimentales actuales, Ferri sostenía ya en 1878 “la negación
del libre albedrío”, basándose en la imposibilidad de su prueba científica, sin tener en
cuenta que entonces tampoco había pruebas científicas del determinismo. Pero, la
situación actual es distinta: las actuales investigaciones experimentales del
funcionamiento cerebral vuelven a la suposición de que la “libertad de la voluntad es
sólo apariencia, detrás de la cual se encuentra una permanente conexión causal de
estados neuronales regidos por leyes naturales”. En la filosofía, consecuentemente, se
formula la pregunta de si es todavía válida la tesis de que el hombre es un ser racional y
“si en un mundo causalmente cerrado queda lugar para elección de alternativas de
actuación”. Si no cabe la elección de alternativas un concepto fundamental del derecho
penal podría perder todo fundamento: la culpabilidad, considerada fundamento y medida
de la pena, estaría en riesgo, si, como creía el personaje de Borges, “todo casual
encuentro [es] una cita”. El problema es grave porque en el derecho actual se piensa
que la culpabilidad es una exigencia del respecto de la dignidad de la persona.

En el marco mismo de las ideas penales, por otra parte, la situación no es menos
compleja. La solución de casos como el de Fritzl no resulta fácil. Desde el punto de vista
de la Justicia, la respuesta consiste en hacer soportar al delincuente un mal equivalente
al causado a sus víctimas. La perspectiva de la prevención de nuevos hechos impone
distinciones. Si se trata de la prevención individual, es decir, de la repetición de un
hecho semejante por el mismo autor, las posibilidades de que Fritzl, de 73 años,

https://www.elimparcial.es/noticia/12906/el-caso-fritzl:-tenia-razon-lombroso-2.html

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.78


18/8/2017 El caso Fritzl: ¿Tenía razón Lombroso? (2) | El Imparcial
reincida se suponen muy poco probables: ni tiene tiempo vital ni posibilidades reales
serias de repetir un hecho semejante, sobre todo porque su mundo circundante está Twee
altamente alertado. A tales efectos la pena carecería de sentido utilitario. Sin embargo,
ninguna sociedad toleraría, y con razón, que se renunciara a la pena por su supuesta E
inutilidad. Una prueba de ello es que, no obstante la suposición de la práctica @
imposibilidad de repetición del holocausto nazi en Europa, nadie pensó que esos #ULT
hechos debían quedar impunes. Si se piensa, por el contrario, en el efecto preventivo persona
que la pena tendrá sobre la sociedad en general, es decir, sobre autores potenciales de elimparc
hechos similares, la respuesta tampoco será clara; efectos de esta especie no se
pueden demostrar empíricamente. La experiencia es desgraciada: la pena del
holocausto no impidió múltiples genocidios ocurridos después. No obstante, tampoco
ninguna sociedad tolera la impunidad del genocidio.

Si pretendemos un derecho penal racional, como el predicado desde hace más de un


siglo, la pena debería servir a un fin socialmente útil. Por esta razón, no sería una
medida racionalmente legítima la pena sólo justificada en la justicia; su fundamento se
considera metafísico porque la retribución con mal del mal causado se deduce, como
sostenía Kant, de un (indemostrable) imperativo categórico. Pero, nadie está dispuesto
a renunciar a la esencia de una pena justa, la proporcionalidad entre pena y delito. Lo
que hoy no se acepta de la idea de retribución es que la pena sea irrenunciable Insertar
inclusive cuando aparezca como socialmente perjudicial. Es decir: las penas deberían
ser socialmente útiles (preventivas) y justas, guardando cierta proporcionalidad entre el
mal causado por el delito y el que tiene que sufrir el autor del delito; su ejecución debe
contribuir a la reinserción social del autor que establece el art. 25.2 CE. La síntesis es
extremadamente difícil. ¿Reinserción social de de personas supuestamente
“socializadas” como Fritzl o como los criminales nazis?

opinión enrique bacigalupo fritzl

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información complementaria 3
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opinion

El caso Fritzl: ¿Tenía razón


Lombroso? (y 3)
Miércoles 25 de junio de 2014, 17:32h

Sin recurrir a las tesis de Lombroso y de Ferri, el


caso Fritzl, tiene una solución legal fácil: si su salud
mental no está afectada, se aplicará la ley penal y se
le impondrá la pena correspondiente, que será de
larga duración. Dada su edad esa pena tendrá
posiblemente los efectos de una reclusión perpetua
(permitida en el derecho austriaco). Pero, es
necesario alertar contra opiniones como las que
afirman, sin haber visto al paciente, que “no hay
enfermedad mental que coarte la libertad de un
Josef Fritzl”. Habrá que esperar a estudios serios
sobre el estado mental de este sujeto. Ciertamente Enrique Bacigalupo
el mal causado es irreparable, pero de ello no se
sigue su normalidad mental. Los enfermos mentales Catedrático de Derecho Penal
también causan males reparables. Si el autor fuera
un enfermo mental la pena carecería de sentido. La Todos los artículos de
• Un
solución sería el hospital psiquiátrico, en el que, Enrique Bacigalupo
según el derecho austriaco, podría estar internado •
indefinidamente.

Lo problemático de este caso, en realidad, sería utilizarlo para justificar nuevas medidas
excepcionales para la prevención de otros similares. Aunque haya sido descubierto
después del de Natascha Kampusch, con el que guarda alguna analogía, no
disponemos de suficientes elementos empíricos para justificar medidas generales. Es
posible que casos como el de Fritzl sean de muy difícil prevención con los medios del
derecho penal.

Sin embargo, las más recientes informaciones sobre el hecho ponen de manifiesto,
además de aspectos puramente policiales (existencia de otros partícipes, la pregunta de
cómo es posible que un hecho de esta naturaleza ocurra en un medio urbano, la
resignación de las víctimas etc.), una cierta desorientación sobre la necesidad de una
solución general de este fenómeno criminal. Según informan los periódicos, parece que
en el Ministerio de Justicia austriaco se piensa, dado el historial de Fritzl, que los
antecedentes por delitos sexuales se deberían cancelar en un tiempo mucho mayor (30
años) que el actualmente previsto para otros delitos (10 ó 15 años). Esto es posible y
muy probablemente también es conveniente, aunque carecería por sí solo de efectos
preventivos, pues los datos registrados sólo serán utilizables ante un nuevo delito por el
que resulte sospechoso un autor ya registrado. Es la típica reacción de oportunismo
legislativo de convertir una circunstancia particular de un caso en el fundamento de una
regla general.

https://www.elimparcial.es/noticia/13029/el-caso-fritzl:-tenia-razon-lombroso-y-3.html

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.80


18/8/2017 El caso Fritzl: ¿Tenía razón Lombroso? (y 3) | El Imparcial

Recientemente sostuve que lo verdaderamente preventivo no es el registro de la Twee


condena, que cumple otras funciones, sino el sometimiento del condenado a vigilancia
una vez cumplida la pena. La información que los registros suministran, por lo tanto, no E
es prescindible, pero no es la solución preventiva. El “etiquetamiento” (labeling aproach) @
de las personas registradas y las consecuencias del mismo respecto de un proceso #ULT
justo, garantizado por la Constitución, han sido estudiados desde hace más de cuarenta persona
años. Por ello, si bien no es posible prescindir de registros, tampoco sería conveniente elimparc
no tomar en cuenta esas investigaciones. Es preciso establecer cuidadosamente cómo
deben funcionar, qué se debe registrar y por cuanto tiempo.

Todas estas reflexiones parecen justificar la opinión de que lo más importante que
sugieren casos como éste es que la prevención del delito no es la función primordial ni
la única legitimadora de la pena y, en todo caso, no es la que permitiría afirmar con
claridad su eficacia. En hechos de esta especie la legitimación de la pena tendrá, de
todos modos, una función preventiva, que impedirá confundirla con un mero acto de
venganza, aunque diferente de las formas tradicionales de prevención mediante el
temor a la pena. La estabilidad social requiere la punibilidad de estos hechos aunque
existan fundadas dudas sobre el efecto preventivo individual o general de la pena. En
términos técnicos, pero comprensibles: la sociedad quiere saber que las normas que Inserta
prohíben los delitos están vigentes y que operan en el caso concreto. La función de la
pena será precisamente contribuir a esa estabilidad comunicando la ratificación de las
normas violadas y demostrando la eficacia del sistema jurídico penal.

Si se contestara esta tesis sosteniendo que tal necesidad de la sociedad carece de una
base empírica suficiente, cabría responder con una seguridad casi absoluta que ningún
ciudadano racional y realmente informado de la problemática admitiría que en este caso
la pena careciera de legitimidad por la inutilidad social de la pena aplicable. Se trata de
una suposición extraordinariamente cercana a una prueba empírica, que como tal sería
imposible. Me

cadena perpetua enrique bacigalupo


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m1 glosario

Adscribir: Adherir a alguien a un grupo, ideología, etc.


Atavismo: m. Tendencia a continuar o a imitar costumbres y formas de vida
arcaicas: en nuestra sociedad, vestirse elegantemente los domingos es puro
atavismo. | BIOL. Herencia de caracteres propios de los antepasados: el tono
pelirrojo de su pelo es un atavismo.
Bagaje: m. Conjunto de conocimientos o noticias de que dispone una persona:
bagaje artístico, cultural. | Equipaje.
Complejidad: existen dos acepciones: la vulgar, que se refiere a un “conjunto
integrado por diversos elementos” y otra más precisa, “sistema integrado por un
gran número de partes que interactúan de forma no sencilla”.
Congénito, ta: adj. Que se produce en la fase embrionaria o de gestación de
un ser vivo: enfermedad congénita. || Que se engendra junto con otra cosa: la
pobreza es un mal congénito de la sociedad.
Deconstrucción: f. La idea de deconstrucción se emplea más comúnmente en
el terreno de la filosofía y se expresa con referencia al acto y el resultado de
deconstruir. Este verbo, que procede del vocablo francés déconstruire, alude a
desmontar, a través de un análisis intelectual, una cierta estructura conceptual.
Eficacia: cumplimiento estricto de un objetivo formulado; por ejemplo en el plazo
predeterminado, sin atender a otros aspectos tales como el costo, el recorrido,
la duración, etc. Una persona eficaz es la que meramente cumple sus objetivos,
sin reparar en costos.
Hereje: com. Persona que sostiene dogmas u opiniones diferentes a la
ortodoxia de su religión: los herejes son perseguidos por todas las religiones. |
Desvergonzado, procaz: este niño está hecho un hereje.
Heterogeneidad: f. Composición de un todo de partes de distinta naturaleza: la
heterogeneidad de su público dice mucho en su favor.
Huesos wormianos: Son unos pequeños huesos supernumerarios que en
ocasiones existen entre los huesos del cráneo normalmente descritos. Además
de los centros habituales de osificación, ésta puede darse en otros lugares,
dando lugar a huesos aislados e irregulares.
Sutura metópica: Es la sutura craneal ubicada entre los dos huesos frontales,
antes de constituir un único hueso.
Ideología: f. Conjunto de ideas fundamentales que caracterizan el pensamiento
de una persona, una colectividad, una doctrina o una época: la ideología nazi fue
muy dañina para Europa.
Ilustración: Movimiento filosófico y literario imperante en Europa y América en
el siglo xviii, caracterizado por la creencia en la razón como medio para resolver
todos los problemas de la vida humana.
Inquisición: f Acción de inquirir. “la inquisición duró casi una hora” || Antiguo
tribunal eclesiástico establecido para descubrir y castigar las faltas contra la fe
o las doctrinas de la Iglesia. “en el siglo XVI, muchas personas murieron en la
hoguera porque la Inquisición los condenaba por herejes”
Inquisitio: (latín) refiere a la acción y efecto de inquirir. A indagar, examinar o
averiguar cuidadosamente algo.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.82


Manicomio: m. Hospital para enfermos mentales: la internaron en un manicomio
para ponerla en tratamiento psiquiátrico.
Mefítico, ca: adj. Se dice de lo que puede causar daño al ser respirado, y
especialmente cuando es fétido: gas mefítico.
Mismificante: Neologismo que refiere a lo “mismo”, como igual, semejante,
idéntico, indistinto y lo que pretende convertirlo en ello, despreciando la
existencia de lo “otro”.
Otredad: La noción de otredad, común en la filosofía, la sociología, la antropología
y otras ciencias, refiere al reconocimiento del Otro como un individuo diferente,
que no forma parte de lo propia.
Panóptico, ca: adj. Se dice del edificio construido de modo que toda su parte
interior se puede ver desde un solo punto: catedral panóptica.
Proceso: m. Conjunto de las fases sucesivas de un fenómeno natural o de una
operación artificial: el proceso degenerativo ha avanzado. | DER. Conjunto de
actuaciones, autos y demás escritos en cualquier causa civil y criminal. | DER.
Causa criminal: este proceso se prolongará por varios meses.
Punitivo, va: adj. Relativo al castigo.
Retrógrado, da: adj. y s. desp. Partidario de ideas, actitudes, etc., propias
exclusivamente de tiempos pasados, y enemigo de cambios e innovaciones:
tiene ganas de vivir sola porque sus padres son unos retrógrados.
Sentina: f. Cavidad inferior de la nave en la que se reúnen las aguas que se
filtran por sus costados y por cubierta que después se expulsa mediante una
bomba de agua. | Lugar sucio y pestilente, lleno de basuras: esta taberna es una
sentina asquerosa. | Lugar donde abundan los vicios: ese burdel es una sentina.
Utopía o utopia: f. Proyecto, idea o sistema irrealizable en el momento en que se
concibe o se plantea: hoy por hoy, la igualdad social es una utopía.
Utópico, ca: adj. y s. De la utopía o relativo a ella: pensamiento utópico.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 83


m2

m2 microobjetivos

• Conocer desde una perspectiva histórica la forma en que se categorizó el saber


criminológico en sus escuelas principales, con sus intentos de construcción
de un saber científico, fortalezas y debilidades desde una postura ética y de
contenido humanista a los fines de integrar los conocimientos para su futuro
desempeño profesional, desde una perspectiva crítica y comprometida con
el reconocimiento de la dignidad humana.
• Analizar históricamente las condiciones que dieron lugar a la construcción
de un saber reconocido como clásico en criminología, y establecer su
proyección en el tiempo de modo tal de procurar una mayor riqueza en
fundamentos y perspectivas en el desempeño profesional.
• Reconocer la forma en que se estableció la escuela positiva, sus
condicionantes contextuales, de qué manera se proyectó en el tiempo y
cómo ha influido en determinadas perspectivas respecto del ejercicio del
poder y la política para desplegar una actividad profesional que integre el
saber criminológico pero desde una postura crítica hacia cualquier forma de
discriminación, o segregación de personas o grupos.

m2 contenidos

Escuelas Criminológicas. Ordenando la Biblioteca


Ordenando la Biblioteca

En el módulo uno nos propusimos orientarlos en el recorrido inicial de sus


estudios de Criminología, a través de un camino que siguiera el itinerario marcado
por los pensadores que dejaron su huella en nuestra materia.
Analizamos la fase pre-científica y los comienzos de la pretensión cientificista a
través de la presentación de aquellos que se destacaron como actores relevantes
en la búsqueda y construcción de un saber criminológico. Esa presentación
estuvo orientada cronológicamente para que puedan contextualizar los distintos
procesos que vivió la humanidad, y que pudieron condicionar a esos actores.

En este módulo, la pretensión será ordenar esa continuidad histórica


pero reconociendo que es ahora cuando empiezan los problemas
ya que en la continuidad del tiempo provocaremos incisiones para
nada inocentes, y podrán ver, dependiendo los catedráticos que
realicen esos cortes, los rumbos que desean que sean tomados, las
críticas que intentan que sean realizadas, e incluso las vanidades que
pretenden expandir para convertirse en los nuevos catedráticos con
nuevas pretensiones de construcción de nuevos rumbos.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.84


Tal como decía Foucault en “Las palabras y las cosas”, “No resulta fácil establecer
el estatuto de las discontinuidades con respecto a la historia en general. Menos
aún sin duda con respecto a la historia del pensamiento. ¿Se quiere trazar
una partición? Todo límite no es quizá sino un corte arbitrario en un conjunto
indefinidamente móvil. ¿Se quiere recortar un período? Pero ¿se tiene acaso el
derecho de establecer en dos puntas del tiempo, rupturas simétricas a fin de
establecer entre ellas un sistema continuo y unitario?”
Independientemente de las palabras del Foucault, los Criminólogos de distintas
Academias coinciden en asumir el desafío de realizar cortes y presentaciones
en base a diferentes pretensiones analíticas. Fundamentalmente si buscamos
comprender la historia de la Criminología con el fin de poder definirla y desplegar
toda la capacidad transformadora que su conocimiento puede aportar.
Autores progresistas exigen que la historia de “las criminologías” debe ser
contada cronológicamente, siguiendo sus razones e impulsos históricos,
tomando en cuenta la función de los elementos políticos y económicos presentes
en ese momento, entendiéndola como una consecuencia de cuál es el concepto
de Estado que la sustenta (si se genera por consenso o por conflicto), y de la
manera como se produce el conocimiento, detectando sus huellas en el tejido
social, en las instituciones, en las políticas públicas y, no por último menos
importante, viendo su relación con los derechos humanos.
Como sea que se propugne desde cualquier tribuna académica, como sea que se
pretenda desde este espacio, como sea que se lea desde cualquier libro, manual
o tratado, el enfoque para comprender debe ser crítico, tanto del propósito como
de los significados, tanto de las teorías como del sistema de control que ellas
generaron y que aún se cierne sobre nuestro futuro.

Las criminologías o la criminología en la historia.


Tal vez lo único que podemos afirmar en este proceso de búsqueda del saber,
y aventuraríamos que, en forma absoluta, es que la cuestión criminal es un
tópico. Es ese lugar común en el que todos son extranjeros, pero a su vez todos
reclaman carta de ciudadanía para construir vías de entrada, salida, y espacios
de explicación inequívocos.
Expertos de las más diversas disciplinas han intervenido para tratar de encontrar
soluciones a la cuestión de la criminalidad y todo lo que la rodea. Médicos,
sociólogos, psiquiatras, y obviamente abogados, y cada estudioso que se ocupó
de la cuestión lo hizo desde una tendencia claramente anclada en su área de
conocimiento desarrollada en su ciclo de estudios de grado.
Tan elemental circunstancia permite que comprendamos por qué cada estudioso
de la cuestión criminal no sólo da su propio concepto de Criminología -cercado
en su molde de conocimiento-, sino que también resuelve enfocarse en un
emergente específico de la materia, con métodos y direcciones claramente
distintivas. Esto, en algunas circunstancias dio lugar a pretenciosos actos de
soberbia académica, al intentar encumbrar como explicación única determinadas
razones de la criminalidad, factores de la misma o soluciones a ella.
Por ello, es que no resulta erróneo hablar de criminologías, las cuales se
amoldan a diversos continentes y etiquetas autoimpuestas o impuestas por sus
“competidores”, conformando así una multiplicidad de escuelas o tendencias
analíticas muy bien diferenciadas.
Como decíamos -y como vimos en el módulo anterior-, la curiosidad o interés
en la cuestión criminal respondió, en los distintos sujetos que la abordaron a
las más variadas motivaciones. Defensa propia, compasión, aumentar el poder

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o simples casualidades. Así, se siguió un devenir bastante inorgánico -en lo
que hace a la organización del conocimiento de lo criminal-, hasta que surge
la Escuela Positiva que justamente y aunque suene a una contradicción, da
nacimiento a la Escuela Clásica, cuestión que enseguida podrán observar.
Verán como la Criminología nace como tal, como una gran curiosidad científica
por conocer y dar solución a lo que representan los delitos, analizar y tratar al
que se considera delincuente, comprender en sí la Delincuencia, las reacciones
sociales, y los sistemas de Control Social.
Pero está claro que algunos le dieron una mirada desde el punto de vista
biológico, médico, otros aplicaron una mirada antropológica a estos problemas,
otros, desde la sociología, pretendieron explicar el delito por factores externos,
factores de tipo social, otros, dejaran ver una tendencia a observar lo criminal
desde las motivaciones internas, con una fuerte explotación de los recursos que
aporta la psicología.
Pero lo que es claro, es que una mirada unidimensional va destinada al fracaso. El
delito, por ser un fenómeno complejo, diverso, multicausal y dinámico, no puede
ser abordado y mucho menos con pretensión de solución a la problemática que
plantea, con una visión sesgada.
De manera general, en el siguiente cuadro presentamos algunas Escuelas
Criminológicas y su objeto de estudio.

Escuelas Criminológicas Objeto de estudio


Escuela Clásica Delito
Escuela Positivista Delincuente
Criminología Organizacional Delincuencia
Criminología Interaccionista Reacción social
Criminología Crítica Control Social

Ustedes verán que en el siglo XIX todo lo que fue un saber aparentemente
disperso, de golpe se fue “ordenando”, y se identificaron al menos dos direcciones
de pensamiento que tienen una determinada orientación, se distinguen por un
método peculiar y responden a unos determinados presupuestos filosóficos.
Pero vale aclarar que muchas de esas diferencias tuvieron origen en los
enfrentamientos intelectuales de sus exponentes. También, debe decirse, esos
enfrentamientos propiciaron la delimitación de campos, la precisión en esos
métodos, y un mayor desarrollo intelectual por ganar espacios de realización
política en base a ellas.
A continuación, un breve recorrido por las llamadas Escuelas Clásica y Positivista.

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Unidad 3: LA ESCUELA CLASICA
En el módulo anterior alcanzamos a conocer a Enrico Ferri, eximio sociólogo
italiano, quien junto a Lombroso y Garofalo fueron los principales exponentes de
la Escuela Positivista.
Ahora bien, si en esta unidad hablaremos de la Escuela Clásica, ustedes se
preguntarán ¿por qué iniciamos el desarrollo “señalando” a un destacado
exponente de la Escuela Positivista?
Pues bien, algunos autores, sin dejar de reconocer a Ferri los aportes que
realizara a nuestra disciplina de estudio, apuntan que por el éxito incuestionable
e inalterable de su creación fue su mayor genialidad. La invención de una
inexistente escuela clásica del derecho penal, la cual fue integrada con todos
los autores que no integraban su escuela, la positivista, siendo sus principales
exponentes, Beccaria y Carrara.
Los dominios territoriales de esa Escuela Clásica no se circunscribían ni a una
Universidad en particular ni a un Reino en especial, ni sus integrantes hablaban
una lengua específica, por el contrario, se extendía a toda Europa y la componían
aristotélicos, tomistas, ilustrados, revolucionarios franceses, exponentes del
idealismo alemán, en un crisol que solo se entiende con las aclaraciones que
previamente hicimos.
La escuela clásica, tal como afirma Eugenio Zaffaroni en “Derecho Penal. Parte
General” (Adiar), jamás existió, pero a Enrico Ferri le resultó cómodo ponerle
un rótulo común a todos los penalistas que no compartían sus puntos de vista.
Para él no pasó de ser la actitud autoritaria de alguien que se considera el único
poseedor de la verdad científica, que rotula y amontona como metafísicos,
precientíficos o clásicos a quienes aún no alcanzaron los niveles de su verdad.
Pero más allá de la existencia o no de esta escuela, lo que efectivamente se
verificó fue una confrontación entre quienes eran parte de la escuela positivista,
y quienes no encajaban con sus puntos de vista.
Estas afirmaciones que para algunos pueden ser cuanto menos descorteses,
tienen arraigo en la circunstancia de que efectivamente nunca hubo un encuentro
de los exponentes de la escuela, no se les conoció publicaciones conjuntas, ni
tuvieron un representante que ejerciera como “cabeza” del grupo de pensadores.
Bajo la caracterización de “clásicos” fueron ubicados distintos autores, incluso
opuestos en sus formas de interpretar la realidad, pero que indudablemente si
alguna característica destacable se les puede identificar como causa común, fue
que sus valores eran compartidos en la reacción a la barbarie de un sistema que
exigía a gritos por una la humanización, por respeto a la ley, por el reconocimiento
de derechos fundamentales y la limitación del poder
Más allá de la pretensión de los catalogadores, la historia se esforzó por continuar
encontrando caracteres diferenciadores a lo que ya asumió como “Escuela
Clásica”, y reconoce como todo un flujo, un devenir histórico que contuvo a una
corriente pre-criminológica de contenido administrativo y legal, con una fuerte
pretensión de justificar un sistema de control social fundante del nuevo orden
establecido por la vía de la dominación legal.
Debe necesariamente entenderse que ese devenir histórico al que aludimos tiene
su fuente en la Ilustración, con ello parte de una imagen ideal del ser humano,
centro del universo, dueño y señor absoluto de sí mismo, de sus actos.
Así mismo, se le asigna a la Escuela Clásica una función política que legitima
los pasos del poder en ese control social mencionado y se reconocen en la
siguiente sucesión: contrato social; monopolio de la violencia en manos del que

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ejerce el poder; principio de legalidad, o solo está prohibido lo legislado como
tal; irretroactividad de la ley; codificación en cuerpos orgánicos, sistemáticos
de normas que eviten contradicciones en la ley; igualdad entre las partes de una
relación jurídica; interpretación fundada de la ley.
En definitiva, los autores agrupados en la Escuela clásica respondían a una
oportunidad histórica, donde Europa estaba redefiniendo sus estructuras y
requería de una plataforma jurídico-política que asegurara la previsibilidad y
estabilidad frente al antiguo régimen que se retraía, con una nueva clase en
ascenso y un nuevo esquema de poder.
Respondían a la existencia de un dogma de la libertad que hace iguales a todos
los hombres y fundamenta la responsabilidad, demostrando que lo delictivo
solo puede comprenderse como consecuencia del mal uso de la libertad en una
situación concreta, no a pulsiones internas ni a influencias externas.
Ese origen iluminista aporta una sustancial convicción, la de la defensa de las
garantías individuales y su reacción contra la arbitrariedad y los abusos de poder.
Cesare Beccaria, Giovanni Carmenan y Francesco Carrara fueron exponentes
de la Escuela Clásica. Imbuidos de los principios ilustrados, buscan la forma
de limitar el poder penal del Estado, para lo que se dedican a sistematizar
coherentemente el derecho penal y procesal penal.
Afirmaban que el derecho deriva de la razón y que la Ciencia del Derecho debe
indagar sobre cuáles son las mejores leyes y como aplicarlas. Para ello, se
plantearon la necesidad de limitar racionalmente al legislador como parte de un
“supremo código de la libertad”. De cualquier forma, una vez sancionada la ley,
el Estado debe hacerla respetar pues la violación del derecho es la esencia del
delito, lo cual es una circunstancia objetiva que no tiene nada que ver con las
características del autor.
El delito es un “ente jurídico”, afirman los clásicos, constituido por una violación
a las normas. La tarea del Estado se rige por un absoluto, esto quiere decir que
en cuanto a la creación de la ley penal, y en esa tarea, no se puede ir más allá
de la defensa de los derechos naturales, donde la pena se constituye como un
impedimento para la comisión de nuevos delitos.

“…el castigo que se le impone


a un criminal por el delito que
cometió no se hace con el
ánimo de tomar una venganza
sino la de prevenir a que en
un futuro no se realice otros
delitos semejantes…”

Giovanni Carmignani

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El peligro social es representado por la impunidad que sobrevendría si la
pena no se cumple, de donde se observa que su fin es la eliminación de ese
peligro social. Otros objetivos como la venganza, o la reeducación pueden ser
accesorios y en algunos casos deseables, pero no pueden ser en ningún caso ni
razón ni medida del castigo concreto.
El Positivismo, no se equivocó al identificar a Carrara y Carmignani como
referentes de la Escuela Clásica, porque sus obras efectivamente representan
con la de Beccaría, toda la tradición jurídica ilustrada que, como venimos
afirmando, es muy heterogénea.
Si se han de resumir las características principales de la Escuela Clásica,
verdadero penalismo ilustrado, debe destacarse el método racionalista y la idea
contractual, lo que derivaría en una idea de la pena fundada principalmente en el
libre albedrío y la culpabilidad moral y personal.
La base de la Escuela Clásica que modela el sentido de su Criminología se erige
sobre la teoría del contrato social, el que sostiene que los hombres se reúnen
libremente en sociedad conforme a una serie de acuerdos que garantizaban el
orden y la convivencia.
Es en relación con este consenso, que se impone y se acepta un castigo para
aquellas conductas que eran perjudiciales o peligrosas para el cuerpo social, y
la recompensa de aquellas que de alguna manera contribuían al mantenimiento
del equilibrio del mismo.
Así, se establecía una tipología de conductas consideradas como desviaciones
que posibilitaban clasificar a un individuo como delincuente. Con base en esto las
penas que la ley imponía aseguraban el buen funcionamiento y la supervivencia
de la sociedad, y toda pena que exceda ese consenso o que tenga fines distintos
es ilegítima y contraviene el contrato social.
Esta criminología clásica -que también podríamos denominar criminología
jurídica, se sustentaba básicamente en el derecho.

“La pena no debe exceder a las


necesidades de la tutela jurídica;
si excede, ya no es protección
del derecho sino violación del
mismo. La imputabilidad penal
se funda en el principio del libre
albedrío”

Francisco Carrara

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 89


Lo invitamos a realizar la actividad 1 pensada para este módulo: El
Libre Albedrío. Que le permitirán comprender mejor el carácter de
los contenidos vistos.

Luis Rodríguez Manzanera, en su “Criminología” (Porrúa, 1981), nos presenta los


postulados que pudieron identificarse como comunes a los distintos autores que
formaron parte de la Escuela Clásica:
1) La base filosófica es el Derecho Natural. Su adscripción al iusnaturalismo
los posiciona con una base: a) Teológica, al apoyarse en voluntad de Dios,
b) Racional, al entregarse al imperio de la Razón típico del iluminismo se
reflejan en toda la extensión de su perspectiva; c) Realista, para el cual lo
justo es lo que los hombres sienten y quieren como tal, bajo el imperio de
lo real;
2) Respeto absoluto al principio de legalidad. Se parte del principio mulla
poena, sine lege, nullum crimen sine lege, nula poena sine crimen (no debe
aplicarse pena que no esté en la ley, no hay delito si no está previsto por ley,
no debe aplicarse pena si no se ha cometido delito).
3) El delito no es un ente de hecho, sino un ente jurídico. EÍ punto cardinal de
la justicia penal es el delito, hecho objetivo y no el delincuente, lo subjetivo.
El delito no es una acción, sino una infracción.
4) Libre albedrío. El sujeto de la ley penal es el hombre capaz de querer como
ser consciente, inteligente y libre. Se presupone que todos los hombres tienen
capacidad para elegir entre el bien y el mal, el hombre puede libremente
realizar la acción prohibida o respetar la prohibición.
5) La pena sólo puede aplicarse a los individuos moralmente responsables.
La responsabilidad es de carácter moral, consecuencia del libre albedrío.
6) Quedan excluidos del derecho, y por lo tanto de la pena, aquellos que
carecen de libre albedrío, como los niños y los locos.
7) La pena es retribución, es el mal que se da al delincuente por el mal que este
hizo a la sociedad. El fundamento de la pena es la justicia y la retribución
jurídico sobre la base del libre albedrío.
8) La pena debe ser proporcional al delito cometido y al daño causado, es
decir la retribución debe ser exacta; a delitos más graves penas mayores,
mientras mayor sea el daño, más cantidad de pena debe darse al delincuente.
La justicia consiste en dar a cada uno la pena a que se ha hecho acreedor
por su conducta.
9) Las penas son sanciones aflictivas, determinadas, ciertas, ejemplares,
proporcionales, deben reunir los requisitos de publicidad, certeza, prontitud,
fraccionabilidad y reparabilidad, y en su ejecución deben ser correctivas,
inmutables e improrrogables.
10) La finalidad de la pena es restablecer el orden social externo que ha
sido roto por el delincuente. El delito, al romper el orden jurídico ofende a la
sociedad, crea un estado de inseguridad y requiere de la pena, que regresa
las cosas a su cauce.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.90


11) El derecho de castigar pertenece al Estado a título de tutela jurídica.
El estado tiene el monopolio de la pena, pero respetando los derechos del
hombre, que ha nacido libre e igual en derechos
12) El Derecho Penal es garantía de libertad, ya que asegura la seguridad
jurídica ante la autoridad.
13) Se considera que el método debe ser lógico-abstracto, silogístico
y deductivo. Debe partirse de un principio general y sacar de él las
consecuencias lógicas. Para elaborar el Derecho Penal debe utilizarse
el método deductivo, partiendo de principios generales, los cuales son
aceptados a priori.

De acuerdo estos postulados sistematizados por Rodríguez Manzanera, cada


individuo suscribe libremente su adhesión al contrato social, por el cual la
comunidad le provee orden y seguridad.
Como contrapartida, el ente social castigara aquellos que lleven adelante
conductas contrarias al orden establecido, que da equilibrio y estabilidad al
grupo humano.
En este contexto, la criminología estudiará el hecho cometido por el individuo,
analizará su conducta y en qué medida perjudicó a la comunidad para determinar
si las sanciones previstas para el tipo de delito son proporcionales y en qué
medida se prevendrían otras acciones como esta.

Unidad 3: LA ESCUELA POSITIVA


Apreciaciones Generales. El Positivismo
El positivismo fue una corriente cientificista, que consideraba que, a través del
método científico, el hombre superaba todo límite, cualquier límite. Visión que
fue facilitada, al originarse en una época de inicio del desarrollo industrial, donde
el hombre se deslumbró ante su poder sobre la naturaleza, a la que consideraba
sumamente simple y el culto al hecho (su poder) y a la técnica como instrumento
para dominar la naturaleza, le permitieron creer que, por vía de esa técnica,
podía superar cualquier límite.
El marco histórico en que surgió el positivismo, diversos autores lo ubican en
el período postrevolucionario (Revolución Francesa), cuando Augusto Comte,
principal sistematizador del positivismo, desarrolla una teoría “orgánica” única,
que según afirmaba, podía terminar con la crisis de la sociedad. Con un fuerte
culto a los hechos, a los fenómenos; toman patrones de las ciencias naturales y
pretenden trasladarlos al derecho penal.
Para Comte, la sociedad estaba inmersa en una absoluta desorganización
originada en una penosa anarquía espiritual.

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Para Comte, la humanidad iba
de las “épocas orgánicas” a
las “épocas críticas”. En ciclos
que mostraban un ORDEN, en
ascenso al PROGRESO, donde
se viviría en una Sociedad Posi-
tiva. Para ello no deben alte-
rarse los caracteres estructu-
rales constantes de vida colec-
tiva.
De allí la frase “ORDEN Y PRO-
GRESO” de la bandera de
Brasil, que muestra el influjo
del positivismo en la política
Latinoamericana.
Augusto Comte

Por un lado, se proclamó la muerte de Dios, y la Fe en la Ciencia, y por otro,


se propiciaba el gobierno de los sabios, lugar ocupado obviamente por los
científicos.
Para el positivismo, la ciencia debe entenderse como método regido por un
conjunto de leyes formuladas a partir de la observación empírica.
Luego de la observación de los hechos, se establecen inductivamente las leyes
que las rigen y así se llega a una concepción del mundo a partir de la física,
concepción que debemos admitir como mecanicista
Para esta corriente, la filosofía nunca fue otra cosa que una síntesis de las ciencias,
llegando a definir ese como su límite y hasta el punto de ser considerada anti
metafísica.
Eugenio Zaffaroni en su “Tratado de Derecho Penal” Parte General, tomo II (Ediar
1987), caracteriza al positivismo de la siguiente manera:
a. En principio, el positivismo tiene características absolutamente
conservadoras. A partir del culto al hecho, el culto a lo que es, no predispone
a tratar de cambiar lo que es.
b. El positivismo ha demostrado siempre una clara tendencia a despreciar
todo el pensamiento precedente y rotularlo peyorativamente bajo una
común etiqueta, pero él mismo no configura una unidad ni mucho menos.
c. El positivismo presenta un afán de conocer y demanda un método
riguroso, que, aunque hoy lo vemos como erróneo o erróneamente
aplicado, tampoco puede negarse que aspiró a eliminar del campo científico
una cantidad de prejuicios oscurantistas. Algunos pueden achacarle que
muestre dos facetas. La conservadora, ya vista, pero al lado de la misma
es innegable que contribuyó al avance de las ciencias, porque trajo consigo
la tendencia a delimitar problemas, con las exigencias metodológicas que
esto implica.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.92


En cuanto a los saberes criminológicos respecta, no se puede negar
que, por un lado, con el positivismo la ciencia del derecho penal
ha logrado una cierta precisión metódica de la que antes carecía,
y por otro, con el positivismo sociológico y evolucionista aparece
estructurado un nuevo orden de conocimientos que es la criminología,
al menos, su problemática planteada como interrogante científico
ineludible.

Una cuestión para remarcar del positivismo es el concepto que tiene del hombre
y como impactará con ello, en las ciencias penales.
La concepción antropológica dominante en el universo positivista es la tendencia
por entender al hombre en un sentido puramente biológico-naturalista.
El cientificismo del positivismo, desde lo antropológico, no distingue al hombre
de los demás entes, salvo por la complejidad misma del hombre, y esa mayor
complejidad, no lo saca de su mero nivel biológico, lo que definitivamente nos
pone en un problema a la hora de analizar la cuestión de la “dignidad humana”.
La ciencia jurídica y más precisamente el Derecho Penal visto con este lente,
no deja traslucir otra cosa que un mero dispositivo destinado a causar algunos
efectos y evitar otros. Siendo así, ¿qué política penal surge de esta concepción
biologicista del hombre?
Para los positivistas, lo que debe evitarse y lo que debe fomentarse puede ser
reconocido empíricamente. Los hechos verificados, muestran lo “dañoso” y lo
“benéfico”. Pero eso lo pueden reconocer los integrantes del grupo de iniciados
en el saber científicos. Y de nuevo los problemas. Unos pocos. Entonces una
sociedad regida por esa minoría de científicos -positivistas, por cierto-.
Otro positivista que debe destacarse fue Emile Durkheim, pensador francés,
reconocido como uno de los fundadores de la Sociología.
Para Durkheim, el delito no es malo en sí, sino que es malo en tanto la conciencia
social lo reprueba, por eso en su obra “De la División del Trabajo Social”, deja
entender que lo único común al delito, es la reacción que generan, ya que hieren
estados fuertes y precisos de la conciencia colectiva; no hieren sentimientos
vagos y mutables como el amor, por ejemplo. Hieren con precisión a lo
precisamente definido, vida, integridad física, propiedad.

“Nunca hay respuestas definiti-


vas, porque nunca hay pregun-
tas finales”.

Émile Durkheim

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 93


El delito, es parte de una sociedad -afirma Durkheim-. El pesar que provoca ver
una víctima de un delito es una reacción pasional surgida de una conciencia
colectiva. Hay algo como, la moral, por ejemplo, que genera esa reacción y
es precisamente ese “pesar” esa reacción común lo que revela una unidad de
efecto derivada de una unidad de causa, mostrando que el delito “es parte” de
una sociedad. De este razonamiento, deriva también la solidaridad social.
Este razonamiento cientificista, permitió también el crecimiento de una
denominada escuela cartográfica cuyo principal exponente, Adolphe Quetelet,
nacido en 1796, fundador del Observatorio Real de Bélgica, precursor del
positivismo sociológico y considerado fundador de la Estadística Moderna.
Quetelet, al aplicar el método de registro y análisis estadístico, expuso datos
que permitieron observar que había delitos que se repetían a través de los años
conforme a una regularidad que obedecía a ciertas leyes. Esto, en definitiva,
ponía el comportamiento de un hombre en un lugar que lo hacía susceptible
de una aproximación científica, cuantificada, así, si se podía prever el número
de nacimientos o de muertes, se podía predecir el volumen de homicidios, y
más particularmente las modalidades de homicidio, y paralelamente, lo mismo
ocurriría en otras modalidades delictivas.
Las conclusiones de Quetelet apuntaban a la existencia de una “patología social”.
Enrico Ferri, uno de los padres de la Escuela Positivista que analizaremos más
abajo, en su libro Sociología Criminal, afirma que “…La naturaleza congénita
y Ja transmisibilidad hereditaria de las tendencias criminales entre estos
individuos,…” (sic) “… justifican plenamente las palabras de Quetelet: «Las
enfermedades morales son como las enfermedades físicas; las hay contagiosas,
las hay epidémicas y hereditarias. El vicio se transmite en ciertas familias como
la escrófula y la tisis»
Esta cita de Enrico Ferri permite observar de qué manera esas conclusiones de
uno de los padres de la estadística, influyeron en la escuela positivista.
Continuando, para Quetelet, la mayor parte de los delitos, que afligían a un país
provenían de alguna familia que exigiría una vigilancia particular; un aislamiento
semejante al que se imponía a los apestados, sospechosos de llevar los
gérmenes de la infección.
A vez, Quetelet invoca la que llamó “Ley Térmica de la Delincuencia”, según
la cual los delitos de sangre y de contenido sexual se distribuían en el Sur, de
clima cálido, mientras que los delitos contra la propiedad, particularmente los
astuciosos, se concentraban en el Norte frío. Esta ley del comportamiento criminal
determinaba que en invierno se cometerían más delitos contra el patrimonio que
en verano, y conjeturaba una explicación, ya que se pasan más privaciones en
invierno por lo impiadoso del clima; así como que el calor agobiante deriva en
más delitos contra la persona.
Si, en definitiva, la cuestión del derecho penal está en el plano del deber ser y
este, bajo la concepción positivista es empíricamente verificable, estamos ante
un mecanismo que debe cumplir una función, y va corrigiendo, compeliendo
en función de estímulos, nos descubriríamos en otro problema, si hablando
en términos zoológicos, debemos aplicar ese mecanismo para condicionar
a ese animal y aumentar la tensión o disminuirla para lograr la reacción que
pretendemos.

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A continuación, los invitamos a ver un video de sobre “El Positivismo: https://
www.youtube.com/watch?v=_sqHVDJ6WFA

La escuela Positiva
La Unidad anterior, comenzó con una aclaración respecto de la forma en que la
Escuela Clásica, había nacido, pero en la presente Unidad, al hablar de la forma
en que se constituyó la Escuela Positiva, se verán sensibles diferencias.
Muy por el contrario, con lo que ocurrió con el origen de la anterior Escuela, la
Escuela Positiva tuvo una existencia real, a partir de la convergencia de tres áreas
del conocimiento amalgamadas con un objetivo común, medicina, derecho,
sociología, con profesionales dispuestos a satisfacer su curiosidad científica y
tras la figura de Cesare Lombroso, amalgamaron sus conocimientos en lo que
hoy conocemos como la escuela positiva.
Además, tuvieron su propio medio de difusión. La revista “Archivos de Psiquiatría,
Ciencia Penal y Antropología Criminal”, la que representó un verdadero éxito
para la divulgación de sus trabajos.
El momento en que esta escuela irrumpe en la historia del conocimiento
criminológico, es a partir de la eclosión del prestigio de las ciencias naturales.
Aunque todavía dentro del concepto del Estado como producto de un consenso
social - a partir de las ya estudiadas teorías contractualistas de Hobbes y de
Rousseau-, el cual había dado piso a la Criminología Clásica, producen una
primera ruptura en el pensamiento criminológico al desviarse la atención sobre
otro objeto de estudio: ya no es el delito, sino el delincuente.
En tanto la Criminología Clásica se enfocó en el estudio del delito y del sistema de
Justicia Penal, diseñado para el ejercicio de la libertad y de los límites del poder
punitivo del Estado, la Escuela Positiva se enfocó en el estudio del delincuente y
en la sociedad, más allá de que lo hayan hecho con su sesgo positivista.
¿A qué nos referimos con el sesgo positivista? A una dirección del proceso de
análisis, tomada en el marco de lo que consideraban “palpables” relaciones de
causa-efecto en la conducta infractora de normas sociales y penales; vinculando
la sociedad con la ecología desde una perspectiva biologicista, sugiriendo

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 95


determinismos y entendiéndola como si fuera un super organismo; es decir,
naturalizándola. A la vez, consideró que sus partes se sustituían entre sí cuando
una de ellas fallaba, de manera que el sistema siempre persistiría. Por eso, como
afirma Aniyar de Castro en su “Manual de Criminología Sociopolítica” (Ediar,
2013) se la llamó estructural-funcionalista.
Para uno de sus fundadores, la escuela positiva se planteó como objetivo,
estudiar el delito, primero en su génesis natural, y después en sus efectos
jurídicos, para adaptar jurídicamente a las varias causas que lo producen los
diversos remedios, que por consiguiente serían más eficaces.
“La escuela criminal positiva no consiste únicamente como todavía parecía
cómodo creer a muchos críticos, en el estudio antropológico del criminal, pues
constituye una renovación completa un cambio radical del método científico en
el estudio de la patología social criminal, y de lo que hay de más eficaces entre
los remedios sociales y jurídicos que nos ofrece. La ciencia de los delitos y de la
pena hacer una exposición doctrinal de silogismos, dados a la luz por la fuerza
exclusiva de la fantasía lógica; nuestra escuela ha hecho de ella una ciencia
de observación positiva, que fundándose en la antropología, la psicología, y la
estadística criminal así como sobre el derecho penal y los estudios penitenciarios
llega a ser la ciencia sintética que le damos el nombre de sociología criminal y
así esta ciencia, aplicando el método positivo el estudio del delito del delincuente
y del medio, no hace otra cosa que llevar a la ciencia criminal clásica, el soplo
vivificador de las últimas e irrefrenables conquistas hechas por la ciencia del
hombre y de la sociedad, renovada por la doctrina evolucionistas”.
Estas palabras volcadas por Enrico Ferri en “Los Nuevos Horizontes del Derecho
y del Procedimiento Penal”, y destacadas por Rodríguez Manzanera en su ya
citado “Criminología”, nos dan una acabada idea de lo que este joven sociólogo,
integrante de la escuela positiva se había figurado como objetivos a la hora de
constituir una nueva corriente de pensamiento.
A su vez, este prolífico exponente de la escuela veía en el positivismo no solo un
movimiento de reforma -en una confrontación franca contra los clásicos-, sino el
giro copernicano de la concepción que el hombre tenía del delito y la naturaleza
humana.
Pensaban que la misión histórica de los clásicos fue una reducción de las penas,
y ellos, estaban llamados a completar una misión práctica y científica más noble
y de mayor provecho, añadiendo a la solución del problema de la disminución de
las penas, la solución al problema de la disminución de los delitos.
Así como uno de los postulados inconmovibles de la Escuela Clásica, fue el
reconocimiento de la capacidad de elección libre del sujeto, gracias al libre
albedrío, la escuela positiva asumió el papel de eliminar lo que llamaron la
“metafísica” del libre albedrío, reemplazándolo por una ciencia de la sociedad,
asignándose la misión de erradicar el delito.
Sus adherentes asumieron que sus estudios ofrecían a la sociedad un enfoque
totalmente diferente de la criminalidad, un enfoque que solo persigue fines
prácticos, como la eliminación de la conducta antisocial y libre de creencias
filosóficas, punitivas y ético-religiosas.
Tal como afirman Taylor, Walton y Young, en “La Nueva Criminología” (Amorrortu
ed.1997), quizá uno de los atributos primordiales del positivismo, y del cual
pueden deducirse algunas de sus características principales, sea su insistencia
en la unidad del método científico. Esto quiere decir que las premisas e
instrumentos que se consideran eficaces para el estudio del mundo físico tienen
igual validez y utilidad para el estudio de la sociedad y el hombre. Insistiendo en
esta idea, los positivistas han propuesto el uso de métodos para cuantificar el

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.96


comportamiento, han aclamado la objetividad del científico y han afirmado que la
acción humana posee una naturaleza definida y está regida por leyes.
Una de las diferencias sustanciales entre estas dos escuelas que acapararon
el escenario de la cuestión criminal en el “amanecer” de nuestra Criminología,
radica en la formación de sus integrantes. La Escuela Clásica agrupó las obras
de filósofos y juristas, en cambio la escuela Positivista tuvo, sociólogos, médicos,
psiquiatras, biólogos y el concurso también de juristas, pero como verán, la
interdisciplina estuvo presente desde sus inicios, que como ya dijéramos se
nutrió y enriqueció -por así decirlo- con su vinculación los saberes médicos,
sociológicos y el de la ciencia del derecho entre otros.
Esta circunstancia fue determinante a la hora de definir el objeto de estudio. Es
innegable que cada tipo de especialista pretenda tener la clave para comprender
y manejar los sistemas de Control Social y fue por ello, que, durante la etapa
Clásica, se habían erigido verdaderos monumentos del saber jurídico sosteniendo
desde allí al Derecho Penal y sus aparatos de política criminal.
En cierto modo, la incorporación de otras disciplinas al estudio de la materia,
representaron casi un soplo de aire fresco en su momento, que sumado al
prestigio y respeto por las “ciencias”, y los avances de la tecnología al servicio
del conocimiento científicos, permitieron a la Criminología Positivista, instalarse
en ese momento y mantenerse con una persistente presencia, hasta el presente,
discernible en textos, discursos y aparatos del poder, pero siendo paulatinamente
permeados por el pensamiento de las nuevas criminologías.
En el módulo uno, pudimos recorrer algunos hitos en la vida de tres de los más
reconocidos pilares de la Escuela Positiva. Lombroso, Ferri y Garófalo, pero
si aquí desarrollamos la Escuela Positiva, no podríamos hablar del positivismo
criminológico, si no volviéramos a ellos.

Cesare Lombroso - Enrico Ferri - Raffaele Garófalo

Los criminales no En el salvaje, pero La ciencia penal no tiene otro


hablan como noso- además en el niño objeto más que garantizar la
tros, porque ellos no civilizado, el desa- defensa contra los enemigos natu-
sienten de la misma rrollo del indivi- rales de la sociedad y para con-
forma, hablan como duo reproduce y seguirlo deben conspirar todos los
salvajes, porque resume las fases esfuerzos de los criminalistas. Es
son verdadera- del desarrollo de una función eminentemente social,
mente salvajes en las especies que que debe cumplirse más allá de la
medio de la brillante le han precedido estrechez de miras y a los sofismas
civilización europea. en la serie zooló- de la escuela jurídica.
Lombroso gica. Ferri Garófalo

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 97


La Escuela Positivista, con su positivismo criminológico, destroza la “humanidad”
del sujeto, al privarlo de su libre albedrío y lo codena a una existencia
predeterminada antropológicamente signada.
Si para el Iluminismo de los clásicos, el hombre pasó a ser el centro del
universo, el positivismo criminológico lo destrona. A partir de esta escuela, el
comportamiento del individuo, en la dinámica de causas y efectos que rige el
mundo natural o el mundo social, pasa a ser un eslabón más en una cadena de
estímulos y respuestas, determinantes internos o externos, que no son otros que
los biológicos y los sociales.
Ese determinismo, que fortalece la escuela positiva, no es otra cosa que su
“herencia” biológica en la que está inmerso el “salvaje” que delinque
Ante esto, se justifica el golpe demoledor que pretende darle a la ciencia jurídica
tributaria de la escuela clásica, esta escuela al cambiar el fundamento represivo,
corriéndolo del hecho, al sujeto y en función de sus determinantes.
La lógica que da nacimiento a esta criminología positivista es por así decirlo
“transparente” e inevitable.
El crecimiento de las sociedades europeas, la pobreza, la sobrepoblación,
el persistente caos político posterior a la Revolución Francesa, incrementó la
violencia y la inseguridad. Era un reclamo constante, del que los pensadores se
hicieron eco y a través del método más que valido de observación, comenzaron a
sistematizar datos, organizarlos, interpretarlos y darles el carácter de conocimiento
de expansiva potencia transformadora. Al menos si la interpretación fuese
correcta, nada haría sospechar el fracaso del intento.
Por eso, los positivistas preguntan: cómo controlar el fenómeno criminal, pero
fundamentalmente, como evitar que ocurra. Que no es otra cosa que “prevenir”
(cosa que nos seguimos preguntando hoy)
Y para ello se disponen a sistematizar las experiencias conocidas y así disponer
medidas y recursos, a partir del conocimiento de cómo reacciona el mundo ante
determinado estímulo.
Esto, obviamente plausible, motoriza a profundizar en el estudio del delito y sus
causas, lo que permitirá inferir medidas correctivas para combatir el fenómeno,
pretendiendo incluso que un día se podría llegar a predecir quién y en qué forma
delinquir.
Pero bajo que costos…. Pero con que riesgos….

“Creaste un mundo sin asesi-


natos, pero tuviste que matar a
alguien para lograrlo”

Frase de la película Minority Report

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.98


“Por supuesto. Tratándose de una criminología estrechamente
penitenciaria, encontraba allí, en la prisión, personas que trabajaban
en edificantes, como los puertos, donde el hábito del tatuaje era
(como es hoy) una moda basada en el demostrar valor para enfrentar
un procedimiento doloroso. Hoy en día algunos jóvenes explican
sus tatuajes con la excusa de que su cuerpo es “un espacio (tal vez
hoy sentido como el único posible) de libertad”. Algunos, en un tono
débilmente filosófico, lo asumen como “un compromiso con el dolor”.
Pero para Lombroso, el delincuente astucioso, el estafador, tendría
características físicas diferentes a las del delincuente violento.
Curiosamente, como las mujeres eran casi inexistentes en las
penitenciarías -para justificarlo se basaba por una parte en que su
delincuencia era generalmente oculta-, Lombroso acudió a una
explicación que de todas maneras no se adaptaba a su tipo de
delincuente nato: las prostitutas serían, dijo, su equivalente. Los demás
caracteres que asigna a las mujeres demuestran lo poco científico de
sus planteamientos: las mujeres delincuentes tendrían ausencia de
refinamiento moral; y son incapaces de sufrimiento espiritual, tampoco
tendrían compasión por los sufrimientos de los demás, su inteligencia
sería inferior a la masculina, ellas serían en general más viciosas que
los hombres, aunque las que son delincuentes se comportan como
los hombres y se parecen a ellos. Según el, tales gravísimos defectos
pueden estar debilitados por la maternidad, la piedad, la búsqueda
de la pasión y la frialdad sexual. Todo esto parece bastante confuso
a una mirada contemporánea.”

Aniyar de Castro en su “Manual de Criminología Sociopolítica”


(Ediar, 2013)

Lo invitamos a realizar la actividad 2 del presente módulo: La


predicción del Crimen. Que le permitirán comprender mejor el
carácter de los contenidos vistos.

Está claro que, la aparición de la Escuela positiva fue casi inevitable ante la falta
de respuesta de quienes formaron parte de la escuela clásica. La ineficacia para
la reducción del delito -como dijimos-; y el desprecio de la “metafísica” vista
más como una capacidad retórica para dar significado a lo abstracto antes que
como camino para la resolución de los problemas de la sociedad europea de la
época, fueron claramente argumentos de peso para ver como natural el proceso
de empoderamiento de los positivistas.
A esto hay que sumarle, el respeto por el método científico de observación y
registro llevado adelante meticulosamente por Lombroso, entre otros; el respeto
que se ganaba la estadística como forma de ordenar cuantitativamente los
datos de la realidad, para interpretar cuanto menos constantes atendibles en la
reproducción de fenómenos de distinta naturaleza.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 99


Para concluir, destacamos los aportes de Rodríguez Manzanera, en la presentación
de los postulados de la Escuela Positiva, de entre los cuales, presentamos los
más significativos:
1) Su base filosófica se ubica en Augusto Comte y la científica en Darwin; mas
allá que el propio Ferri lo niegue. “el hecho decisivo es que la Escuela
Criminal Positiva se caracteriza especialmente por el método científico”.
2) El delito es un hecho de la naturaleza y como tal debe estudiarse. tiene
condición de ente jurídico, es un ente existente.
3) Negación del libre albedrío. La Escuela Positiva es determinista. Esto
habilita en cierta forma al estudio científico de las determinantes biológicas,
psicológicas o sociales del delincuente. El hombre no es tan libre como
cree, está determinado
4) Responsabilidad social (se sustituye la responsabilidad moral). El hombre
es responsable socialmente por el solo hecho de vivir en sociedad, y lo será
mientras viva en ella. Sin libre albedrío no hay responsabilidad moral.
5) Si solo hay responsabilidad social, nadie queda excluido del derecho, todos
son responsables en cuanto vivan en sociedad, la colectividad, por medio del
Estado, tiene la facultad y la obligación de defenderse del sujeto peligroso.
6) El derecho a imponer sanciones pertenece al Estado a título de defensa
social, y esa sanción lo es con tratamiento para educar y proporcional a la
peligrosidad del sujeto. (ocupa el lugar de la pena como retribución).
7) La misión de la ley penal es combatir la criminalidad considerada como
fenómeno social, y no restablecer el “orden jurídico”.
8) Se aceptan “tipos” criminales. Algunos criminales, por sus anomalías
orgánicas y psíquicas hereditarias o adquiridas, constituyen una clase
especial, una variedad de la especie humana. No hay un acuerdo en cuanto
a cuáles son los tipos criminales, y de hecho hay tantas tipologías como
tratadistas, pero todas parten de la clasificación lombrosiana.
9) La legislación penal debe estar basada en los estudios antropológicos y
sociológicos. (estudiar las causas y luego construir la teoría jurídica)
10) El método es inductivo-experimental. Se parte de la observación de los datos
particulares y de ellos se llega a una proposición general que comprende
todos los fenómenos que estén relacionados o sean semejantes.En el método
experimental se rechaza lo abstracto para conceder carácter científico sólo
a aquello obtenido de la observación y la experiencia, por lo cual no hay a
priori sino sólo a posteriori. En realidad, es el método lo que da a la Escuela
Positiva su denominación.

La criminología positivista en sus inicios sirvió para legitimar en el poder a un


nuevo grupo dominante, con el peso de una nueva de una teoría de la ciencia –
ganando a los clásicos la batalla ciencia/conocimiento-, e instaurando, un poder
unificado que devolvía el orden añorado tras el caos de la revolución. Ya vimos
que para el positivismo la ciencia supone el orden, y este supone progreso,
a menos que sea subvertido y por eso hay que identificar a los que están
determinados a ello. El positivismo se presentaba, entonces, como la, única vía
poder constituir una sociedad ideal.
En el terreno de la criminología, esto permitió que se admitiese sin oposición
criterios de anormalidad, enfermedad, desviación, patologías sociales o
“desorganización social”, en el caso de las llamadas delincuencia y conducta
desviada. Y para barnizar de aún más pureza, así como el que arrebata un

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.100


guardapolvo blanco para mostrar lo que se identifica con las profesiones no
discutidas y esconder el propio ropaje, se arrebató el lenguaje médico para
identificar problemas sociales. Esto facilito la conformación de un estereotipo
del delincuente, el cual pertenecería siempre a las clases subalternas.
Si se analiza a otra escala y se despliegan los estudios que en los mismos
términos vinculan subdesarrollo, medio geográfico, y delincuencia, se pueden
comprender ciertas relaciones de carácter geopolítico.

Los invito a leer el Capítulo 4 “El positivismo criminológico” págs. 47/56


Del libro: ELBERT, Carlos Alberto; “Manual Básico de Criminología”.
Buenos Aires. Ed. Eudeba. 1998
Pueden tener acceso al mismo en pdf “ELBERT_Manual Básico de
Criminología.pdf” IC 1

Luego de estudiar el módulo le proponemos realizar la actividad 2.

Usted ya está en condiciones de realizar las Consignas 3 y 4 de la


Evaluación.

m2 |contenidos | IC

información complementaria 1

La información complementaria se encuentra disponible en su Plataforma

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 101


m2 material

Material Básico:
• Contenidos desarrollados en el material de cátedra y en las actividades del
módulo.
• ELBERT, Carlos Alberto; “Manual Básico de Criminología”. Buenos Aires. Ed.
Eudeba. 1998 . Capítulo 4 “El positivismo criminológico”. Pueden acceder a
el en el siguiente Sitio web: https://sites.google.com/site/jorgeluisjofre/
Recursos-Acadmicos/Archivos ; o también en el siguiente link en pdf
“ELBERT_Manual Básico de Criminología.pdf”

Material Complementario:
• ANIYAR DE CASTRO, Lola y CODINO, Rodrigo; “Manual de Criminología
Sociopolítica”. Buenos Aires. Ed. Ediar. 2013
• RODRIGUEZ MANZANERA, L. “Criminología”. 2a edición. México: Ed.
Porrúa. 1981
• BERGALLI, BUSTOS ET ALL; “El Pensamiento Criminológico. Vol I. Un
Análisis Crítico”.Bogotá. Ed Temis. 1983
• BERGALLI, BUSTOS ET ALL; “El Pensamiento Criminológico. Vol II. Estado y
Control”.Bogotá. Ed Temis. 1983
• FOUCAULT, Michel. “Las Palabras y las Cosas. Una Arqueología de las
Ciencias Humanas” Ed. Siglo XXI. México. 2008
• BARATTA, Alessandro, “Criminología crítica y critica del derecho penal”.
México, Ed. Siglo XXI, 1991
• PAVARINI, Massimo, “Control y dominación”, México, Ed. Siglo XXI, 1993
• TAYLOR, Ian, WALTON, Paul y YOUNG, Jock, La nueva criminología.
Contribución a una teoría social de la conducta desviada. Bs. As., Amorrortu,
1997 (2°reimp)
• Zaffaroni, Eugenio. “Tratado de Derecho Penal” Parte General TII. Ed. Ediar.
Buenos Aires. 1987
• Zaffaroni, Eugenio et All. “Derecho Penal. Parte General” 2° Edición. Buenos
Aires. 2002.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.102


m2 actividades

m2 | actividad 1

“El Libre Albedrío”


Consignas:
1- En esta actividad tendrá que ver la película “The Adjustment Bureau”, titulada
en Latinoamérica “Agentes del destino” con Matt Damon y Emily Blunt.
2- Luego de la lectura de la primera parte del módulo y la visualización de
la película, deberá realizar un ensayo (de una página) donde desarrolle
un análisis crítico respecto de la condición humana, el libre albedrío y
su reconocimiento por parte de la Escuela Clásica. Puede explayarse con
argumentos tanto éticos, como morales o prácticos.

Tenga en cuenta que la Escuela Positiva niega por completo la posibilidad del
libre Albedrío.

m2 | actividad 2

“La Predicción del Crimen”


1-En esta actividad tendrá que ver la película “Minority Report”, con Tom Cruise

Luego de haber concluido el Módulo 2 y haber visualizado la película, deberá


realizar un análisis crítico respecto de la condición humana y el determinismo
que anida en ciertos saberes científicos-criminológicos.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 103


Para elaborar el análisis le otorgamos algunas preguntas orientadoras:

• ¿Hasta qué punto llevar la pretensión verdad constituida científicamente?


• Recuerde que podemos hablar del determinismo de la escuela positiva en
el siglo XIX o en el determinismo de una sociedad futurista como la de la
película.
• ¿Será que seguimos desarrollando un pretendido saber para que sea
instrumental de un sistema de poder?
• Pasado y futuro puestos a su servicio para que reflexionemos sobre el
cenagoso terrenos en el que nos movemos y si se pudiese, construir las
balsas que nos mantengan a salvo.

Esperamos su respuesta.

m2 glosario

Albedrío: m. Potestad de obrar por reflexión y elección: libre albedrío.


Antropología: f. Ciencia que trata de los aspectos biológicos del hombre y
de su comportamiento como miembro de una sociedad: antropología biológica,
cultural o filosófica.
Crisol: m. Cavidad inferior de los hornos que sirve para recoger el metal fundido.
Comngénito: adj. Que se produce en la fase embrionaria o de gestación de un
ser
Cronología: f. Disciplina que determina el orden y las fechas de los sucesos
históricos: la cronología forma parte de los estudios históricos. | Serie de hechos
históricos, datos, sucesos, etc., por orden de fechas: debemos elaborar la
cronología de los sucesos políticos de este siglo.
Devenir: Ocurrir, suceder, acaecer. | Llegar a ser, convertirse en algo.
Escrófula: f. PAT. Inflamación de los ganglios linfáticos, acompañada de un
estado de debilidad general que predispone a contraer las enfermedades
infecciosas y sobre todo a la tuberculosis.
Metafísico: f. Parte de la filosofía que trata de la esencia del ser y la realidad,
de sus manifestaciones, propiedades, principios y causas primeras: la metafísica
intenta dar una explicación del universo. | Razonamiento profundo sobre
cualquier materia.
Ruptura: f. Hecho de romper sus relaciones personas o entidades: ruptura de
negociaciones.
Simetría: f. Armonía de posición de las partes o puntos similares unos respecto
de otros, y con referencia a punto, línea o plano determinado: nunca hay una
perfecta simetría entre los dos lados del cuerpo humano. | Proporción adecuada
de las partes de un todo entre sí y con el todo mismo: las ventanas de una casa
deben guardar cierta simetría.
Tisis: f. Enfermedad. Tuberculosis pulmonar: la tisis fue una enfermedad
mortal en el pasado. | Cualquier enfermedad en la que el enfermo se consume
lentamente, tiene fiebre y presenta ulceración en algún órgano.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.104


m3

m3 microobjetivos

• Conocer las distintas definiciones y conceptualizaciones de la criminología


como una ciencia empírica, fática y del ser, para dar solidez a la labor de
profesional en Seguridad,
• Comprender la complejidad del objeto de Criminología, para reconocer sus
distintas variables y disponer de las herramientas que la ciencia ofrece para
su abordaje y tratamiento.
• Conocer la metodología que la ciencia criminológica dispone y valida para
la actuación de un profesional de la seguridad, a los fines de “enmarcar” sus
intervenciones.

m3 contenidos

Una definición para la criminología. Su objeto y método


Unidad 5: Definiendo La Criminología.

El origen del término.

En los dos módulos anteriores repasamos, a través de un relato de su derrotero


histórico, distintas manifestaciones de un interés común a variados grupos y en
distintas etapas.
Ese interés común, pudimos no solo identificarlo sino reconocerlo como un
reflejo persistente hasta nuestros días, y es la preocupación por el crimen y sus
circunstancias. Pudimos ver cómo, en una primera etapa se exponía a través
de voces dispersas para luego ir manifestándose con una inocultable pretensión
de organización y sistematización, con mucha más energía creativa con las
escuelas de mediados del Siglo XIX.

¿Pero qué es exactamente


la Criminología? Responder
a esta cuestión no es una
tarea sencilla. Sobre todo, si
observamos la complejidad
y la dinámica de su objeto
de estudio, lo cual hizo que,
en el primer módulo, hablá-
ramos en cierto punto de
“criminologías”.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 105


Podríamos comenzar aventurando una definición que debiera ser más de un
universo coloquial antes que asirla con caracteres tipográficos a una hoja de
papel, pero, aun así, arriesguemos:
“La Criminología es una ciencia que estudia los fenómenos criminales, los
factores de favorecen su producción, sus efectos y las respuestas necesarias
para su prevención”
Si bien podría decirse que es una modesta definición con posibilidades que ser
“recordada”, también debemos decir que, si es recordada, lo será más por su
modestica que por su inteligencia.
La primera regla del buen “definidor”, digamos que manda no utilizar en una
definición de un término equívoco, otros términos tan equívocos como el que
se pretende definir. Si ustedes se fijan nuevamente en la definición apuntada,
verán que apelamos a palabras que en realidad también debieran ser definidas,
pero además nos sumergen en una trampa epistemológica, ya que incorporamos
palabras que hacen depender casi de manera inicial al saber criminológico de la
rigidez de otras ciencias.
Por ejemplo, si decimos que Criminología, refiere a los fenómenos criminales,
deberemos acudir a las Ciencias Jurídicas, al Derecho Penal, para que nos
diga que es un crimen, que es un delito, lo cual heriría de muerte a una ciencia
que, para alcanzar su pretensión de tal, debe en primera instancia, mostrar su
autonomía e independencia para definir su objeto, que, en ese caso, lo tendría
que hacer el Derecho.
Imaginen ustedes, en tiempos de malestar, de temor, de complejidades y
múltiples inseguridades, donde la ciudadanía exige “leyes represivas”, para
atender a su reclamo de seguridad y los actores públicos, sin tanta discusión
técnica, modifican con una pasmosa persistencia y en forma recurrente, el código
penal. Con ello deberíamos tirar o desempaquetar en forma cíclica proyectos
de investigación por estar un día entre nuestros objetos para el estudio y al otro
día desaparecer.
A no ser que se asuma sin dar batalla alguna, el destino que pretenden de la
Criminología algunos actores, que es convertirla en un mero auxiliar del Derecho
Penal.
El análisis Criminológico, no tiene porqué asirse tan sólo a lo que es la respuesta
jurídica a una conducta socialmente relevante. Justamente uno de los puntos a
tratar, es porqué una conducta es socialmente relevante y otra no y eventualmente
porqué, de serlo, puede dejar de serlo y con ello, el poder lo elimina de los
códigos penales. A su vez, no todo lo que la norma jurídico penal incorpora
como conducta reprochable, puede llegar a serlo socialmente o exactamente a
la inversa.
Por ello, debe enfocarse el lente también, en el punto de confluencia entre las
normas jurídico-penales y las reglas sociales. Ese punto, no es otro que el
que representa lo que denominamos la “conducta desviada” de una norma de
referencia, y como se reacciona en términos amplios, a esa conducta, a través
de lo que denominamos Control Social.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.106


Le sugerimos leer en el material obligatorio el artículo de JANOWITZ,
Morris: Teoría Social y Control Social. En: American Journal of
Sociology. Universidad de Chicago.1975. Vol. 81, 1. Traducido por
Juan Pegoraro. Revisión de Máximo Sozzo y Publicado en Delito y
Sociedad. Revista de Ciencias Sociales, N°6/7,1995.

Al ampliar el foco de observación de un criminólogo, a un escenario mucho


más extenso que el encorsetado por el derecho, nos permitimos seguir a Morris
Janowitz, y para mostrar la amplitud de escenario, recordamos que, según
sus estudios, lo central en el control social es la idea de la autorregulación del
grupo – primario o de mayor escala-, con una perspectiva hacia la organización
social, donde uno de sus focos es lo que resulta de los mecanismos regulativos.
Podemos convenir así, que la idea de control social y conducta desviada no
puede mantenerse al margen del objeto de la criminología y conteniendo en esa
idea, los aspectos jurídico-penales.

En un período de debilitamiento
e ineficiente control social en las
sociedades industriales avanza-
das, lo continuos conflictos y la
desintegración son alternativos y
aún aspectos simultáneos.
La desintegración social implica
una reducción en la capacidad de
un grupo de controlar el compor-
tamiento de sus miembros y una
declinación de la interacción e
influencia; los conflictos sociales
implican un crecimiento de
Morris Janowitz
la interacción entre los grupos
sociales sobre la base del anta-
gonismo en los significados y en
las metas.

Pero, visto lo desarrollado hasta aquí, coincidiremos que aún queda tela por
cortar antes de concluir, respecto de cómo sería definida esta disciplina y cuál
sería su objeto.
Por de pronto, y hechas estas consideraciones previas, convengamos que
la pretensión de definir está signada por la pretensión de fijar con claridad el
significado o naturaleza de algo. ¿Pretensión que se puede alcanzar de manera
unívoca?
En el caso de la Criminología, como en general en toda materia integrante del
universo de las Ciencias Sociales, lo problemático se observará por la existencia
de tantas definiciones como autores traten la cuestión.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 107


Eugenio Zaffaroni en “Criminología, Aproximación desde un Margen”
(Temis. Bogotá.1988), para ir ordenado la oferta de definiciones, nos
aclara que en general, en la pretensión de definir a la Criminología,
podemos encontrar dos grandes grupos:

1) Por un lado, encontramos a todos aquellos que niegan el carácter científico


de la Criminología. Entre estos autores, encontramos a aquellos inmersos
en la Ciencia Jurídica y que a través de Manuales y Tratados de Derecho,
encasillan nuestra materia al carácter de ciencia auxiliar del Derecho Penal y
el objeto de estudio es el que define ese Derecho Penal.
2) Por otro lado, los que admiten el carácter científico de la Criminología, pero
a su vez, podemos separarlos en dos grandes grupos:
a) Respuestas que cuestionan el poder. Hemos visto en módulos anteriores, de
que manera el saber criminológico puede ser funcional a la maquinaria estatal
que decide quién es delincuente y quién no es delincuente, o sea, al sistema
penal. A los efectos de dejar en claro estas categorías, basta decir que, en
cierto momento, primero en función del llamado “interaccionismo simbólico”
y luego con la sociología del conflicto, la criminología extiende su ámbito al
“sistema penal” y con ello pone de manifiesto el funcionamiento selectivo
del sistema penal, el clasismo, el racismo, su irracionalidad en cuanto a los
fines que le asigna el discurso jurídico y, en definitiva, la íntima conexión
con el poder. De la “criminología” centrada en la “conducta criminal” se
pasó a la llamada “criminología de la reacción social” (con Aniyar de Castro
entre otros). Podemos encontrar entre estas Criminologías cuestionadoras
la llamada criminología “liberal”, la criminología “crítica” y la criminología
“radical”.
b) Las Respuestas que no cuestionan el poder. Todas ellas dejan fuera
del ámbito de la “criminología” el estudio del “sistema penal” y mucho
más la crítica ideológica al “sistema penal”, o sea, al derecho penal y a
las instituciones que tendrían por objeto hacerlo efectivo. En general,
entienden que ese es un ámbito reservado a la sociología del derecho y
que, por ende, no incumbe a la “criminología”, que debe ocuparse de los
datos fácticos acerca de las conductas criminales. Todo este conjunto de
teorías criminológicas que abarcan posiciones tan alejadas entre sí como
son el biologismo primitivo del siglo pasado y las investigaciones sociales
de campo limitadas micro-sociológicas) de nuestros días, suele englobarse
bajo el rótulo de “criminología positivista” o de “paradigma etiológico”.

Veamos ahora que nos dicen los que saben, respecto de lo que consideran que
es la Criminología.
Definiciones
En primer lugar, recordemos que etimológicamente “Criminología”, deriva de
criminis, vocablo latino que significa crimen y de logos, voz griega que significa
estudio, tratado, por lo que podemos interpretarlo como el estudio acerca del
crimen.
Seguramente, los distintos autores a quien debemos el nombre de nuestra área
temática de interés deben haber pensado en esa definición etimológica.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.108


Seguramente en 1833, cuando el antropólogo francés Pablo Topinard cuando
difundía sus numerosos estudios de craneometía y antropometría, decidió
incorporara la palabra Criminología, no imaginó la maquinaria que estaba
poniendo en marcha.
A su vez, fue Cesare Lombroso, el primero en exponer en forma sistemática,
estudios que hoy reconocemos como de Criminología, en su “Tratado
Antropológico-Experimental del Hombre Delincuente”, en 1876.
Pero fue Rafael Garófalo, como ya vimos, discípulo de César Lombroso,
quien definió a la Criminología, allá por el año 1885, como ciencia general
de la criminalidad y de las penas, pero su mayor logro, lo fue a través de la
universalización de la palabra Criminología, al titular su libro más conocido
“Criminología, studio sul delitto, sulle sue cause e sui mezzi di repressione”
(Criminología, estudio sobre el delito, sus causas y sus medios de represión).
El sociólogo y filósofo José Ingenieros, italiano radicado en argentina, afirmaba
que la Criminología, comprende el estudio de la Etiología Criminal, con lo
que devela todo lo referente a las causas del delito; la Clínica Criminológica,
que profundiza sobre las formas en que se manifiesta los hechos delictivos;
y la terapéutica criminal, que estudia las medidas, sociales e individualizadas
aplicables para la defensa social contra los delincuentes. Para Ingenieros la
Criminología es la ciencia multidisciplinaria que estudia la conducta humana
peligrosa, constituya delito o no, tanto de los casos en forma individual como de
los fenómenos de masa
El profesor Quintiliano Saldaña en 1929 define a la Criminología como ciencia
del crimen o estudio científico de la criminalidad, sus causas y medios para
combatirla.
En 1940, David Abrahamsen expresa, que la Criminología permite la investigación
a través de la etiología del delito y busca tratar o curar al delincuente y prevenir
las conductas delictivas.
En 1945, Hurwitz en su Tratado de Criminología, señala que la Criminología
estudia los factores individuales y sociales que fundamentan la conducta
criminal. Su objetivo central es la etiología del crimen.
Desde Francia, Rene Resten, decía que la Criminología consiste en la aplicación
de la Antropología diferencial al estudio de los factores criminógenos de origen
biológico, fisiológico, psicológico y sociológico, en busca de sus bases racionales
para apoyar la profilaxis del crimen y la regeneración del criminal.
El criminólogo alemán Hans Von Hentig, asigna la Criminología, el conocimiento
del delito y la represión del delito, en una interpretación histórica, psicológica,
antropológica o sociológica.
Para GUNTHER KAISER la Criminología es la ciencia que estudia el delito.
Goppinger, por su parte, aporta un concepto amplio de la Criminología, afirmando
que es una ciencia empírica e interdisciplinar que se ocupa de las circunstancias
de la esfera humana y social, relacionadas con el surgimiento, la comisión y la
evitación del crimen, así como del tratamiento de quienes violan la ley. A su vez,
agrega que dirige sus investigaciones obrando con un principio interdisciplinar
y multifactorial, en el campo de la experiencia hacia todo lo que esté relacionado
tanto con las normas del Derecho como con la personalidad del delincuente y
sus circunstancias en relación con la conducía condenada por el orden jurídico
y social.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 109


García Pablos de Molina en su Manual de Criminología de 1988, define a la
Criminología, como la ciencia empírica e interdisciplinaria que se ocupa del
crimen, del delincuente de la víctima y del control social del comportamiento
desviado.

En México, nuestros maestros llegaron a


la misma conclusión que los participan-
tes del Coloquio de Londres, muchos
años antes, cuando concibieron a la Cri-
minología como “ciencia sintética, tanto
natural como social y no jurídica con una
finalidad preventiva, a la que se llega por
medio del estudio del crimen y del cri-
minal, con un método de observación y
experimentación, es decir, encontramos
los elementos ciencia, síntesis, método,
empirismo y objeto…”
Rodríguez Manzanera

En Latinoamérica, desde México, Rodríguez Manzanera, prolífico criminólogo


mexicano, admite la definición presentada por Mariano Ruiz Funes y luego
completada por Alfonso Quiroz Cuarón, quienes consideran a la Criminología
como una Ciencia Sintética, causal explicativa, natural y cultural de las conductas
antisociales.
OLIVERA DÍAZ, en su Criminología Peruana afirma que la Criminología es aquella
“disciplina que a la vez que explica y estudia las causas de la conducta delictiva
y peligrosa, estudia también la persona del delincuente
Ya en Argentina, Luis Marcó del Pont, señalaba que la Criminología es un
poderoso instrumento para la prevención de los delitos y conductas desviadas
dentro de un adecuado marco político-criminal.
Es decir que los conceptos actuales de la Criminología implican la consideración
de los múltiples y complejos aspectos que abarcan los procesos de la violencia.
La breve reseña planteada parte de las diferentes épocas históricas y sociales.
En su mayoría los conceptos expresan:
• La Criminología como una ciencia que estudia la problemática del delito, de
la criminalidad.
• La Criminología, desde objetivos claros y delimitados para el estudio,
investigación, asistencia y prevención del delito, delincuente, víctima.
• La Criminología como una disciplina científica que requiere de la
interdisciplina.
• La Criminología comprende diferentes teorías e interpretaciones del
fenómeno de la criminalidad, así como de diversas alternativas en las
medidas asistenciales y preventivas.

Hilda Marchiori, prestigiosa voz de la Criminología y de la Victimología desde la


Provincia de Córdoba, Argentina, nos enseña que la Criminología es una disciplina
científica e interdisciplinaria que tiene por objeto el estudio y análisis del delito,
de la pena, delincuente, víctima, criminalidad, reacción social institucional,
cultural y económica, a los fines de la explicación, asistencia y prevención de los
hechos de violencia.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.110


Por su parte, Máximo Sozzo, expresa que el campo del saber de las ciencias
sociales, referido a la problematización de la cuestión criminal, cuyas fronteras
son flexibles y borrosas y han ido cambiando a lo largo del tiempo y el espacio,
en el contexto de la modernidad y sobre la cual se suceden y compiten diferentes
intentos de significación. Sozzo, afirma en forma contundente que la Criminología
se visualiza como una Ciencia Política, teniendo como centro de referencia la
actividad de gobernar, de gestionar individuos y poblaciones.
La presentación de estas “definiciones”, indudablemente expone el problema,
cuanto menos de una falta de consenso acerca de lo que es la Criminología.
Esto, llevó a que el tema fuera tratado en profundidad en encuentros
internacionales, donde estudiosos de todo el mundo podrían zanjar la cuestión.
El Segundo Congreso Internacional de Criminología realizado en París, en el
año 1950, estableció que competía a la Criminología -considerada ya sin duda
como una disciplina científica-, aplicar las ciencias del hombre al estudio del
criminal, de su acto y de las circunstancias. Se recomendaba establecer entre
las diferentes ciencias un vínculo de coordinación para el estudio del crimen.
Con posterioridad, a ese Congreso, y procurando unificar criterios sobre la
enseñanza de la Criminología, en 1955 se reunieron en el Bedford College
de Londres, reconocidos criminólogos de todo el mundo, estando presentes,
entre otros: Grassberger, Cornil, Ribeiro, Sellin, Pinatél, Erra, Mannheim, Sulhi,
Dimitrijevic y López Rey.
El encuentro, auspiciado por la UNESCO y organizado por la Sociedad
Internacional de Criminología fue por demás fructífera, ya que se llegó a
importantes acuerdos en lo referente al contenido, alcance y fin de la enseñanza
criminológica. La opinión a la que se adhirieron la mayoría de los participantes
al coloquio de Londres sobre el concepto de la Criminología fue propuesta por
BENIGNO DI TULUO, dentro de la línea clásica de ENRICO FERRI:
“La Criminología debe ser una ciencia sintética que se basa en la Antropología
y en la Sociología Criminales. La conclusión a la que se llegó en el mencionado
coloquio es la siguiente:
“Esta ciencia sintética se propone, hoy como ayer, la disminución de la
criminalidad, y en el terreno teórico que debe permitir llegar a este fin práctico,
propone el estudio completo del criminal y del crimen, considerado este último
no como una abstracción jurídica, sino como una acción humana, como un
hecho natural y social. El método utilizado por la Criminología es el método
de observación y de experimentación, empleado en el marco de una verdadera
clínica social.
Naturalmente que, al suscribir esta concepción, que ve en la Criminología una
ciencia unitaria y autónoma, que apela a la Clínica y a la Experimentación, y
sintetiza los resultados así obtenidos, los participantes en el Coloquio de Londres
subrayaron sencillamente una orientación, un camino que seguir.

Lo invitamos a realizar la Actividad Nº1: La mesa de trabajo del


criminólogo. Mesa ratona o mesa gigante. Que le permitirán
comprender mejor el carácter de los contenidos vistos.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 111


Unidad 6: OBJETO Y MÉTODO EN LA CRIMINOLOGÍA
Objeto de la Criminología
Los distintos autores que abordaron la cuestión del objeto de la Criminología
se movilizaron debido a interrogantes, que en definitiva aparecían en función
de una serie de problemas claramente identificados. El poder, la sociedad, o la
academia, fueron tematizando.
Debido a ello, y en distintas etapas, fueron desarrollándose abordajes sobre una
serie de temas que, propios del saber criminológico, engrosaron las bibliotecas
de la disciplina.
Algunos autores, en este punto, plantean como objeto de estudio al delito, al
delincuente y a la pena, otros al delincuente y a la víctima, pero, en definitiva,
no son temas ajenos a nosotros, porque fueron esos temas los que se vieron al
tratar de definir a la Criminología.
En este punto, seguimos a la amplia identificación de objetivos presentada por la
Dra. Hilda Marchiori en su “Criminología -Introducción- “(Marcos Lerner Editora
Córdoba. 1999), quien despliega de manera amplia todos los “objetivos” que se
plantea la disciplina, referidos como los problemas a los que se ha enfrentado a
lo largo de las décadas, y enmarcados en:
1. Estudio del delito
2. Estudio de la pena
3. Estudio del delincuente
4. Estudio de la criminalidad
5. Estudio de la reacción social-institucional
6. Estudio del costo económico-social del delito.
7. Estudio de la víctima del delito
8. Estudio de los programas preventivos

1. Estudio del delito


A los efectos de evitar la complejidad propia de las Ciencias Jurídicas a
nuestra materia, preferimos plantear una definición fuera de esos marcos, pero
obviamente, lo más precisa posible:
Delito es todo acto, conducta u omisión, descripta y sancionada por una ley
penal.
Como pueden observar, la única manera de hablar de delito es a través de lo que
el Derecho Penal establece en forma taxativa.
Por esta razón, es que afirmamos que no podemos definir delito, sobre la base
de lo que una cultura determinada considera como conducta objetable. Pero
también es cierto, que el carácter estático de la norma, puede dejarla un paso
atrás de lo que serían esas conductas objetables que incluso, por reglas de la
experiencia, pueden facilitar o favorecer las condiciones de producción delictiva,
lo que torna prudente y aconsejable su abordaje criminológico.
Esto explica la razón, de que existan un sinnúmero de conductas, que pueden
ser de interés criminológico, sin estar presentes en los catálogos de conductas
penalmente perseguibles, como por ejemplo la prostitución, o también, sería
posible, que la sociedad considere nuevas figuras delictuales, como es el caso de
muchas conductas insospechadas en un momento de la historia y por el avance
de la tecnología se hace necesaria su incorporación a los códigos penales.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.112


Marchiori, afirma que la primera etapa de la Criminología se abordó el delito, sus
tipos y modalidades.
El punto cúlmine de esta etapa fue el trabajo de Francisco Carrara y su obra
Programa de Derecho Criminal.
Con el trabajo de Carrara, se sella una definición de delito donde se observa
al mismo como la infracción de la ley del Estado, promulgada para proteger la
seguridad de los ciudadanos resultante de un acto externo del hombre, positivo
o negativo, moralmente imputable y políticamente dañoso.
Esta etapa y objeto, se identifica con la Escuela Clásica, que estudiamos en el
Módulo 2.
Si el delito era el objetivo de estudio, podemos convenir que su definición
era trascendente para esa primera etapa de la Criminología y en definitiva fue
determinante en la vinculación del “delito” con nuestra disciplina al punto tal de
que en esa primera etapa el objeto se considerase en términos unívocamente
jurídicos.

2. Estudio de la Pena
Continuando con el análisis de los objetivos, para Marchiori, la segunda etapa
de la Criminología gira en torno al problema del castigo del accionar delictivo.
Esta problematización, se corresponde con la necesidad de romper con una
práctica donde el castigo, generalmente la muerte, se aplicaba, cualquiera sea
el delito.
Con el tiempo el concepto de equilibrio comenzó a desarrollarse sobre todo en
la búsqueda de una relación entre delito y pena. De allí viene la construcción
simbólica que desde el arte se realiza, pretendiendo ligar ese equilibrio, a la
imagen de la justicia, acompañando a la dama de los ojos vendados la figura de
una balanza.

Pero la pena, con el tiempo fue mutando en su significación


a. En sus orígenes tenía un carácter retributivo. El objetivo es devolver el mal
causado;
b. Esa retribución se determinaba a partir del valor que el delito tenía como
daño;
c. Además de retribución la pena debe servir para prevención;
d. La Pena es vista como reproche social-cultural, como tratamiento y
prevención;

Ese reproche social debe servir para la readaptación social y la comprensión,


por el individuo, de la finalidad social de la pena.
En ese contexto la readaptación social presupone, tratamiento educativo, laboral,
asistencial y de cualquier otro carácter de que pueda disponerse en conformidad
con los progresos de las ciencias penitenciarias y criminológicas.

3. Estudio del delincuente


En este punto, los criminólogos comienzan a cuestionar el carácter abstracto
del “delito”, como una construcción puramente jurídica. De esta manera, ponen
en escena al individuo tanto para estudiarlo, como para reaccionar contra ese
sujeto.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 113


Porque ese sujeto hizo “lo prohibido”. Para responderse pasó a ser crucial
conocerlo. Su historia, su personalidad, su relación con el medio,
Surge así, un enfoque “clínico” para conocer al hombre y el significado de su
conducta.
Esa conducta agresora, caracterizada como delito, es un emergente de una
alteración biológica, psicológica o social, y deben indagarse, analizarse todas
variables que permitan responder el porqué de esa conducta.
Así como delito y pena fueron acaparados por el derecho, en esta etapa, se
incorporan los enfoques médicos y psicológicos, como estudios clínicos para
estudiar la personalidad criminal.
El paso de los estudios del delito como fenómeno abstracto al estudio del sujeto
que delinque, lo da Cesar Lombroso y la Antropología Criminal.
Aquí comienza a diferenciarse la delincuencia masculina de femenina, las
diferentes conductas con relación a edades, caracteres, etc. La influencia del
alcohol, de las drogas, y se inicia la clasificación de los delincuentes con relación
a sus características distintivas, todo a partir de las observaciones realizadas, y
ceñidas a modelos metodológicos respetados en la época
Esta etapa es reconocida por la mayoría de los estudiosos, como el inicio de la
Criminología científica.

4. Estudio de la Criminalidad
Analizar en forma global el fenómeno delictivo, en relación con el grupo social, y
el territorio donde se despliega fue el objeto central de esta etapa.
Esta etapa de la Criminología se va a caracterizar por su análisis de los grupos
sociales, las condiciones económicas y sociales que afectan la comisión de los
delitos.
Aquí, el lente se enfoca en identificar distintas variables que puedan relacionarse
con el delito. Índices demográficos, vinculados a sexo, edad, educación salud,
religión, necesidades insatisfechas, variables económicas. Las observaciones
son comprensivas incluso del clima, y características geográficas como
topográficas o lo urbano y lo rural.
Con Quetelet, de quien tuvimos una aproximación en el módulo anterior y
con Guerry, vemos de que manera los estudios estadísticos, geográficos y
cartográficos se vincularon con comportamientos sociales.
Pero Alejandro Lacassagne realiza observaciones cruciales, que le permiten
afirmar que el criminal es peligros en cuanto se encuentra en un medio adecuado
para delinquir.
Apunta a su vez, que, a mayor desorganización social, mayor criminalidad y a
menor desorganización social, menor criminalidad,
Emilio Durkheim a su vez, se enfoca en la “anomia”, como falta de normas que
provoca conflictos sociales.
Destaca dos tipos de Anomia; a) La anomia aguda, producto de las
transformaciones sociales sumamente rápidas; y b) La anomia crónica que
surge ante la aceptación y búsqueda del progreso más rápido y destructivo en
las cuales las relaciones industriales y comerciales quedan libres de todas las
restricciones.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.114


Durkheim, Gabriel Tarde, Healy, Glueck, y Merton entre otros, desde la sociología,
aportaron estudios referentes a la criminalidad que abarcaron diversas líneas
de pensamiento identificadas con enfoques específicos, donde, los más
significativos son:
a. Teorías basadas en la anomia, estructural-funcionalistas
b. Enfoques multifactoriales de la criminalidad
c. Teorías ecológicas, estudios de barrios y zonas geográficas
d. Teorías del aprendizaje-asociación diferencial
e. Teorías del control
f. Teorías críticas

Un giro de trascendencia, en la mirada hacia la criminalidad, lo constituyen


los estudios de la Escuela de Chicago, que, enfocando su estudio en zonas
determinadas, procuraban determinar constantes que influyeran incluso sobre la
decisión de acometimiento.
El enfoque ecologista, estudia la criminalidad de manera relacionada a las
características de los espacios urbanos y la manera en que la comunidad y los
individuos, delincuentes o no, pueden interactuar en el para el cumplimiento de
sus fines. Obviamente, presentan la existencia de relaciones entre determinados
contextos urbanos que, debido a la distribución de los espacios públicos y
privados, la iluminación, la paisajística, y el mobiliario urbano facilitan los
acometimientos delictivos.
Wolf Middendorff, profundiza en el análisis de la criminalidad profesional, y
avanza en el estudio de las criminalidades no convencionales.
Desde la sociología, también se procuró la observación de la criminalidad
observando la existencia de dos tipos de criminalidad:
a. La Criminalidad conocida; es decir los hechos delictivos que llegan al
conocimiento de las instituciones, policía, administración de justicia,
hospitales. Es la criminalidad visible y aunque numéricamente identificada,
es la menor parte de la totalidad de la criminalidad.
b. La Cifra negra criminalidad o criminalidad desconocida o cifra oculta, que
está constituida por los delitos que no son conocidos por las instituciones,
sean policiales o por la administración de justicia.
Generalmente se determina por aproximaciones, por fuentes tangenciales (de
áreas no vinculadas al delito pero que su intervención se debe a un hecho
delictivo, como por ejemplo los hospitales); o por estudios específicos como las
encuestas de victimización.
Se considera que en las cifras negras tienen mayor incidencia los hechos
delictivos producidos dentro del núcleo familiar y aquellos referidos a delitos
sexuales.
Las Encuestas de Victimización han resultado un instrumento valioso en
la detección de la Cifra Negra de la Criminalidad, pero también de los datos
referentes a los procesos de victimización.
Estos estudios suelen revelar de forma descarnada, los grados de impunidad,
de percepción de inseguridad, y la consideración pública del sistema de justicia
y el sistema policial.
Esta etapa de la Criminología permitió ampliar los conocimientos referentes a la
relación delito y datos sociales brindando nuevas perspectivas en el análisis e
interpretación de la criminalidad.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 115


5. Estudio de la Reacción Social Institucional
Cuando nos referimos a la Reacción Social Institucional, apuntamos a los
múltiples y variados modos y mecanismos que se despliegan institucionalmente,
ante el delito.
De forma más que clara, Marchiori, refiere que los estudios acerca de la
reacción Social Institucional, pretenden dar respuesta a las siguientes preguntas:
¿Cómo reaccionan las instituciones frente al delito?; ¿De qué manera?; ¿Cómo
opera el sistema policial?; ¿Qué tipos de penas presenta la sociedad frente a
la delincuencia?; ¿Cuál es el sistema penitenciario?; ¿Cómo se selecciona
al personal policial, penitenciario y de justicia?; ¿Comprende la enseñanza
universitaria el estudio e investigación de la criminalidad?;
Llevar adelante un trabajo sobre la reacción social institucional requiere
que el investigador, tenga presente la existencia de comprensión de una
complejidad en el abordaje, por demás trascendente. La dispersión de efectos
y situaciones que se generan ante un hecho delictivo desborda hacia múltiples
instituciones. Las instituciones específicas que atienden el fenómeno de la
criminalidad: policía, administración de justicia, sistema penitenciario, centros
de asistencia a víctimas, patronatos de apoyo al delincuente en las salidas
post-penitenciarias, instituciones de prevención, instituciones que abarcan no
sólo las gubernamentales sino también las instituciones no-gubernamentales
de seguridad convierten la inicial observación cuanto menos en un fotograma
desconcertante. Y como si eso fuera poco, cuando se pretende dar el primer
paso, que es la búsqueda de información, nos encontramos con la falta de
registros fiables.
Aun así, el noruego Philippe Roberts, Emilio Vian, Karl Christiansen y Berl
Kutchinsky, han ampliado de manera considerable el horizonte analítico,
ofreciendo una mirada crítica tanto de las organizaciones como de las
construcciones simbólicas de la sociedad con relación a la respuesta ante la
delincuencia.
Los estudios del holandés Nils Christie en relación con esto, son más que
interesantes. La legitimación social del dolor como respuesta al delito; y
los mecanismos de control de la judicatura, y de la policía, dan cuenta de la
importancia de ampliar los enfoques y la tematización de nuevas cuestiones.
Esta etapa de la Criminología plantea, entonces, el conocimiento de la estructura
y metodología de la reacción social institucional, sus aciertos, desaciertos y
dificultades.

6. Estudio referente al costo económico-social del delito


Otro punto trascendente es el del costo económico- social de un delito. Los
criminólogos que se preocuparon en el estudio y obtención de datos sobre las
dimensiones de la criminalidad continuaron en los interrogantes referentes a
los costos económicos de la criminalidad, costos que afectan gravemente los
presupuestos de los países, regiones y ciudades. Las investigaciones de Alfonso
Quiróz Cuarón, criminólogo, mexicano; Manuel López Rey Y Arrojo; Hans Von
Hentig; W. Mideendorff, y posteriormente los trabajos de Naciones Unidas, se
han convertido en un aporte invaluable.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.116


Las líneas de trabajo que propone Marchiori, para el estudio del costo económico
del delito son:
a. El costo económico aproximado del delito en una determinada región, en
especial a través de los presupuestos asignados a policía, administración de
justicia y sistema penitenciario.
b. El costo económico aproximado de un determinado delito.
c. El costo económico aproximado de la criminalidad.
d. El costo económico y social de la pena.
e. El costo social, daño moral causado a la víctima.

¿De qué manera se puede determinar el costo de la pérdida de vida de un familiar


a consecuencia de un hecho violento? ¿De qué manera se puede determinar
las graves consecuencias de un niño víctima de un delito de violación? ¿O las
amenazas del delincuente apuntando con un arma la cabeza de la víctima?
La Criminología señala, en esta etapa, la importancia de considerar el costo
moral, emocional y social que provoca el delito en la persona de la víctima, daño
en muchos casos, de carácter irreversible.

7. Estudio de la víctima del delito


La Criminología hasta esta etapa había estudiado y analizado al delito,
desplegando todo su esfuerzo en procura del conocimiento acercas del
delincuente.
Esta mirada sesgada, dejó ver una cierta deshumanización de la academia, al
olvidar que detrás de un fenómeno criminal, hay un sujeto herido, maltratado o
cuanto menos despojado de algún bien o derecho.
Para Marchiori, la víctima es la persona que padece un sufrimiento físico,
emocional y social a consecuencia de la violencia, de una conducta agresiva
antisocial. Es la persona que padece la violencia a través del comportamiento
del delincuente que transgrede las leyes de su sociedad y cultura. De este
modo, la víctima está íntimamente vinculada al concepto consecuencias del
delito, que se refiere a los hechos o acontecimientos que resultan de la conducta
antisocial, principalmente el daño, su extensión y el peligro causado individual
y socialmente.
Para la Organización de las Naciones son consideradas víctimas, las personas
que, individual o colectivamente hayan sufrido daños, inclusive lesiones físicas
o mentales, sufrimiento emocional, pérdidas financieras o menoscabo sustancial
de sus derechos fundamentales como consecuencia de acciones u omisiones
que violen la legislación penal vigente en los Estados Miembros incluida la que
proscribe el abuso de poder.
Los trabajos de Mendelsohn, Hans Von Hentig y Ellenberger, fueron de los
primeros en arrebatar de las tinieblas a quienes se encontraban en el otro
extremo del fenómeno delictivo y el Mendelsohn, el primero en utilizar la palabra
victimología.
Con el libro “El criminal y sus víctimas, de Hans Von Hentig, de 1948, se logra
uno de los más sensibles aportes a la Criminología. Allí se describe una víctima
latente. A un sujeto con predisposición a ser víctima.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 117


“The criminal and his victims”, de Hans Von
Henting, es una de las obras que constituyen
uno de los aportes más valiosos a la
Criminología.
Describe una víctima latente, la predisposición
a ser víctima del delito, la pareja criminal-
víctima y la relación criminal —víctima
en sus diversos grados.

Ellenberger, Wolfgang, Schefer y Fattah, siguen enriqueciendo el conocimiento


con estudios sobre participación de la víctima en el hecho; sobre la víctima
precipitante; sobre las predisposiciones victimológicas; en definitiva, aspectos
psicológicos de la personalidad de la víctima. En suma, sus obras son
instrumentos de altísimo valor no solo para comprender a ese sujeto inserto en
la conflictiva, sino también como herramienta para la prevención
Una segunda etapa de la victimología aparece con los simposios y congresos
internacionales donde se destacan la importancia de la tarea asistencial a la
víctima y la necesidad imperiosa de que el juez posea elementos sobre la víctima.
Los Simposios Internacionales realizados en Alemania, Japón, Yugoslavia,
Israel, Brasil, Australia, Holanda, Canadá y Sud África. (2003); Naciones Unidas,
a partir de 1985 contribuye de manera esencial a la comprensión de la víctima
elaborando Los principios Fundamentales de Justicia para las víctimas del delito
y del abuso del poder.

8. Estudio de los Programas Preventivos

Los invitamos a leer del Material Obligatorio, SOZZO, Máximo.,“Seguridad


Urbana y Tácticas de Prevención del Delito. (Publicado en: Cuadernos de Juris-
prudencia y Doctrina Penal, Ad-Hoc, BsAs, N. 10, 2000)
Disponible en: http://www.pensamientopenal.com.ar/doctrina/35799-seguri-
dad-urbana-y-tacticas-prevencion-del-delito

Por Prevención; entendemos a todas las medidas desplegadas para evitar o


atenuar las acciones delictivas.
Marchiori, cita al eximio docente de la Universidad Nacional de Córdoba, Dr.
Fernando Martínez Paz, cuando expresaba que, si bien la prevención está en la
encrucijada de teorías, métodos y procedimientos, en los últimos años comienza
a ocupar un espacio importante en la reflexión jurídica y social, por ello el
tema educación y prevención y sus relaciones, es central para las sociedades
democráticas modernas y es un permanente desafío para las disciplinas.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.118


Martínez Paz cuestiona la imprecisión o inadecuación al término prevención,
debido a que, si el término prevención supone anticipar o evitar algo, no hay
acuerdo en precisar lo que se pretende evitar o anticipar.
En realidad, el problema radica en el lugar que han ocupado en las marquesinas
del gran teatro de la cuestión criminal, determinados actores. La preeminencia
de los estudiosos del derecho fue generando una forma de ver todo el fenómeno
del comportamiento antisocial, encorsetado en la cuestión normativa y su
construcción negativa. Todos los esfuerzos estaban dirigidos hacia la norma
sancionatoria sin dejar margen a otra posibilidad que la simple verificación de
realización de conducta prohibida, y cumplimiento de la sanción ordenada por
la norma, por eso no solo ni la víctima fue tenida en cuenta, sino que tampoco
se tuvo en cuenta el aspecto más importante que es la convivencia y que para
que ella florezca, es necesario garantizar el respeto, la protección, el cuidado
del otro, en definitiva la dignidad, y para ello, es vital actuar antes que el dolor se
haga carne en la existencia de la víctima. En definitiva, Prevenir.
Esa es la razón por la cual la prevención siempre tuvo un rol de carácter marginal,
casi siempre confundida con la disuasión o la función intimidante del derecho.
Según el criminólogo JOSÉ María Rico la Prevención es el conjunto de medidas
que impiden el surgimiento de la delincuencia, es una forma de intervención
consistente en adoptar medidas para impedir la delincuencia o disminuir el
riesgo de perpetración de delitos.
Para la autora que nos sirve de guía, la prevención, de manera histórica, se ha
manifestado a través de los siguientes modelos:
a) El modelo clásico o punitivo; que parte de la aplicación de la ley y de los
efectos intimidatorios de las penas severas y altas y de un sistema de ejecución
penitenciario riguroso y deshumanizante.
b) El modelo médico —psicológico— terapéutico que realiza la prevención del
delito a través del tratamiento del delincuente y su readaptación;
c) El modelo social que puntualiza las reformas de las estructuras y organización
social;
d) Modelo preventivo denominado comunitario que consiste en la activa
participación de los vecinos para transformar su propio hábitat y erradicar la
violencia del barrio.
e) Modelo de Prevención mecánico o físico dirigido a utilizar determinados
espacios para reducir la criminalidad. (Los diseños de Newman a través de lo
que denominaba “Defensible Spaces”. Este modelo surge con las ideas de O.
Newman y su libro “El espacio que puede defenderse” sobre el diseño de las
áreas comunes que tienen una importante incidencia en la seguridad del barrio.
f) Modelo de prevención del crimen a través del diseño ambiental, modelo
preventivo que continúa la línea iniciada por Newman en la transformación de
espacios inseguros por espacios seguros.
g) Modelo de seguridad urbana, iniciado en 1987. Este modelo es la respuesta
al crecimiento desmesurado de las ciudades, que resultan políticas sociales
inadecuadas y provocan exclusión, marginalidad y delincuencia.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 119


El modelo preventivo de seguridad urbana, para ciudades más seguras comenzó
con el Foro Europeo (FESU), planteando una respuesta democrática a la
inseguridad urbana y fue imitado por otras regiones, entre ellas, ciudades de
Latinoamérica. El modelo consiste en promover redes para asegurar una mejor
cohesión en la implementación de programas de prevención con la participación
y comprometida de instituciones gubernamentales; no-gubemamentales y la
participación de los vecinos.
GlLBERT BONNEMASON, uno de los iniciadores de este modelo señala que para
luchar contra la delincuencia el medio no es la represión, pero tampoco sólo la
prevención. Las políticas que inciden exclusivamente en las medidas represivas,
la policía, cárcel son fracasos masivos y costosos para nuestra sociedad. Por
el contrario, los países que aplican una política que asocia la prevención y la
represión del delito, con discernimiento y determinación, son los únicos países
que han podido anunciar estabilizaciones o disminuciones de la delincuencia
y del consumo de drogas. Por ello es necesario, expresa BONNEMAISON,
desarrollar una política urbana fundada en una asociación inteligente de
prevención y sanción para controlar mejor la delincuencia y la reincidencia.
La Prevención del delito ha estado presente en todas las teorías y desarrollos de
la Criminología.
Esta etapa de la Criminología está vigente y permite nuevas miradas y
consideraciones del delito, del delincuente, de la víctima, de la criminalidad y de
la reacción social-institucional y cultural. En el módulo 4 profundizaremos sobre
algunas de ellas como un giro práctico de la actividad criminológica.

Los invitamos a leer del Material Obligatorio, del Capítulo I, “Etapas


Históricas y Objetivos de la Criminología” págs. 15/76, Del libro
MARCHIORI, HILDA “Criminología -Introducción- “. Córdoba. Ed
Marcos Lerner. Editora Córdoba. 1999

El Método en la Criminología ¿O los métodos en las Criminologías?


Para entrar de lleno en el problema, sin pretensión de definir Método, pero sí
para remarcar los límites de su comprensión, entendemos como tal, a una forma
ordenada y sistemática de hacer algo, donde el procedimiento es vital para dar
solidez y consistencia a los resultados.
El saber científico, justamente está signado por sus métodos, los que, por sus
rígidas estructuras, permitieron forjar el respeto que toda investigación, bajo
esos parámetros se realice.
La Criminología, al ser ciencia, debe ser metódica, por eso tiene su método, y
obviamente es método científico en general.
Rodríguez Manzanera en su ya citado por nosotros “Criminología”, nos recuerda
que las reglas del método son las reglas que enunció Mario Bunge:
1) El análisis lógico (tanto sintáctico como semántico), es la primera operación
que debiera emprenderse al comprobar las hipótesis científicas;

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.120


2) El método científico, aplicado a la confirmación de afirmaciones informativas,
se reduce al método experimental;
3) Obsérvense singulares en busca de elementos de prueba de universales;
4) Formúlense preguntas precisas;
5) La recolección y el análisis de datos deben hacerse conforme a las reglas
de la estadística;
6) No existen respuestas definitivas, y ello simplemente porque no existen
preguntas finales.
Ahora bien, no perdamos de vista que la Criminología es interdisciplinaria
(transdisciplinaria según Aniyar de Castro), y cada disciplina aspira llegar a su
objeto de conocimiento según su método. Pero más aún, sepamos y aceptemos
las variaciones metodológicas según el nivel de interpretación criminológica en
que estemos trabajando (sea conductual, individual o general).
Aniyar de Castro en su “Manual de Sociología Sociopolítica”, nos presenta un
cuadro que reproducimos y marca las diferencias entre las criminologías y sus
métodos.

Nivel Nivel Nivel


Nivel Político
Epistemológico Criminológico Interpretativo
Método
Administrativa
Deductivo,
Criminología Política Criminal Criminología de
lógico
Clásica Prevención la Represión
abstracto,
General
especulativo
-Criminología Criminología de
Método Positivista Paso al acto la Represión
Inductivo -Criminología Prevención (o
causal Clínica General y resocialización,
explicativo -Estructural- Especial reintegración,
Funcionalista reeducación)

Abolicionismo
Construccio- Criminología Nuevos bienes
Reacción Social
nismo Interaccionista jurídicos
protegidos

Materialismo Criminología Teoría política del Criminología de


Histórico Radical Control Social la Liberación
Criminología del
Criminología Sistema de Control Social
Teoría Crítica
Crítica Justicia Penal Criminología de
los DDHH

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 121


Lo invitamos a realizar la Actividad Nº2: ¿Cómo me gano la vida?.
Que le permitirán comprender mejor el carácter de los contenidos
vistos.

Usted ya está en condiciones de realizar las Consignas 5 y 6 de la


Evaluación.

m3 material

Material Básico:
• Contenidos desarrollados en el material de cátedra y en las actividades de
los módulos.
• JANOWITZ, Morris: Teoría Social y Control Social. IC 1 En: American Journal
of Sociology. Universidad de Chicago.1975. Vol. 81, 1. Traducido por Juan
Pegoraro. Revisión de Máximo Sozzo y Publicado en Delito y Sociedad.
Revista de Ciencias Sociales, N°6/7,1995.
• SOZZO, Máximo., “Seguridad Urbana y Tácticas de Prevención del Delito.
(Publicado en: Cuadernos de Jurisprudencia y Doctrina Penal, Ad-Hoc, BsAs,
N. 10, 2000). Para acceder en PDF, SOZZO_TACTICAS DE PREVENCION.
PDF. IC 2 O también puede accedes desde la siguiente página: “https://sites.
google.com/site/jorgeluisjofre/Recursos-Acadmicos/Archivos”
• MARCHIORI, HILDA “Criminología -Introducción- “. Córdoba. Ed Marcos
Lerner. Editora Córdoba. 1999. Capítulo I, “Etapas Históricas y Objetivos de
la Criminología”

Material Complementario:
• ANIYAR DE CASTRO, Lola y CODINO, Rodrigo; “Manual de Criminología
Sociopolítica”. Buenos Aires. Ed. Ediar. 2013

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• BARATTA, Alessandro, “Criminología crítica y critica del derecho penal”.
México, Ed. Siglo XXI, 1991
• BERGALLI, BUSTOS ET ALL; “El Pensamiento Criminológico. Vol I. Un
Análisis Crítico”.Bogotá. Ed Temis. 1983
• BERGALLI, BUSTOS ET ALL; “El Pensamiento Criminológico. Vol II. Estado y
Control”.Bogotá. Ed Temis. 1983
• ELBERT, Carlos Alberto; “Manual Básico de Criminología”. Buenos Aires. Ed.
Eudeba. 1998
• FERRI, Enrico: “Sociología criminal”, Ed. Analecta, Pamplona, 2005.
• GAROFALO: “La criminología: estudio sobre el delito y sobre la teoría de la
represión”, Ed. B de F, Buenos Aires, 2005.
• JANOWITZ, Morris: Teoría Social y Control Social. En: American Journal of
Sociology. Universidad de Chicago.1975. Vol. 81, 1. Traducido por Juan
Pegoraro. Revisión de Máximo Sozzo y Publicado en Delito y Sociedad.
Revista de Ciencias Sociales, N°6/7,1995
• JOFRÉ, Jorge Luis; “La Seguridad Ciudadana. ¿Mera retórica política o un
paradigama a seguir?” En: “Tendencias” Rev. De la Universidad Blas Pascal.
Año VI. 11. Córdoba. 2012
• McLAUGHLIN, Eugene y MUNCIE, John. “Diccionario de Criminología” Ed.
Gedisa. Mexico. 2011
• PEGORARO, Juan S. “Una reflexión sobre la inseguridad”, en Argumentos.
Revista de crítica social; N°2. Buenos Aires. 2003
• PAVARINI, Massimo, “Control y dominación”, México, Ed. Siglo XXI, 1993
• RODRIGUEZ MANZANERA, L. “Criminología”. 2a edición. México: Ed.
Porrúa. 1981
• TAYLOR, Ian, WALTON, Paul y YOUNG, Jock, “La nueva criminología.
Contribución a una teoría social de la conducta desviada”. Bs. As., Amorrortu,
1997 (2°reimp)
• TIEGHI, Osvaldo N. “TRATADO DE CRIMINOLOGÍA” Ed. Grupo Editorial
20XII. Buenos Aires. 2016
• Zaffaroni, Eugenio; “Criminología, Aproximación desde un Margen”. Ed.
Temis. Bogotá.1988
• Zaffaroni, Eugenio. “Tratado de Derecho Penal” Parte General TII. Ed. Ediar.
Buenos Aires. 1987
• Zaffaroni, Eugenio et All. “Derecho Penal. Parte General” 2° Edición. Ed.
Ediar Buenos Aires. 2002.

m3 |contenidos | IC

información complementaria 1 - 2

Las siguientes informaciones complementarias se encuentran disponibles


directamente en plataforma.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 123


m3 actividades

m3 | actividad 1

La mesa de trabajo del criminólogo, ¿mesa ratona o mesa gigante?

Hasta ahora ha podido observar el desarrollo histórico de nuestra ciencia, pero


fundamentalmente se ha dado una idea de la complejidad de la construcción de
nuestro saber.
Lo invitamos en este punto a que realice el siguiente ejercicio:
1-Teniendo en cuenta el criterio que usted a esta altura ha desarrollado,
seleccione una definición de Criminología, entre todas las que se han puesto
bajo examen, y responda:
¿Necesitaría una mesa gigante o con una mesa ratona bastaría para acoger
a invitados de distintas ramas del conocimiento para analizar una cuestión
criminal? Fundamente su elección.

2- ¿De qué manera encararía usted una investigación criminológica sobre


un hecho delictual? ¿qué otros saberes provenientes de diversas ciencias o
técnicas, además de la suya -Licenciado en Seguridad-, le permitirían desplegar
una hipótesis sobre el hecho bajo examen?
A modo de ejemplo: Para responder posiciónese como Licenciado en Seguridad
convocado a una escena criminal en un domicilio, donde se ha encontrado una
persona muerta en una de las habitaciones, con rastros de violencia en distintas
habitaciones del mismo inmueble.
El resto de integrantes de la familia -la pareja y dos menores-, no se sabe dónde
se encuentran.
¡Esperamos disfrute de este ejercicio! Esperamos su respuesta.

m3 | actividad 2

¿Cómo me gano la vida?


Una percepción común está representada por la idea extendida de que el saber
criminológico puede ser explotado únicamente desde la función pública, sea en
una fiscalía de instrucción o en la policía. Lo cual, nos permitimos adelantarle,
es a todas luces un error.
• A partir de la siguiente situación, responda las consignas que se detallan
más abajo.
“Una empresa importante se radica en su ciudad y le seduce la idea de trabajar
en ella. Usted es un Licenciado en Seguridad y esa rama de actividad no se ha
solicitado a postular para puestos en la empresa en cuestión.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.124


Como los egresados de la UBP son seguros de sí, de sus conocimientos y
potencialidad, el hecho de no ser convocado no es un problema, y decide ir a
hablar con el gerente de RRHH, para explicarle la conveniencia de contratar a un
profesional de la Seguridad como usted.”

Consignas:
1- Piense seis funciones que puedan explotarse en una empresa privada, y que
surjan de sus conocimientos de criminología en su profesión de Licenciado
en Seguridad.
2- ¿De qué forma se presentaría como el profesional ideal para esa empresa,
con esas seis funciones “apetecibles” en las que ha pensado, y que sin duda
harán que desde la empresa le hagan una jugosa oferta laboral?
3- Defina con precisión la actividad que desarrolla la empresa.

m3 glosario

Coloquio: m. Reunión organizada en que un número limitado de personas


debaten y discuten sobre un tema elegido previamente: suele participar en colo-
quios radiofónicos.
Emerger: intr. Surgir o salir del agua u otro líquido: varios juncos emergían del
río. | Brotar o surgir algo.
Pasmoso: adj. Que causa pasmo, admiración o asombro: noticia pasmosa;
récord pasmoso.
Prevención: f. Preparación y disposición para evitar un riesgo o ejecutar una
cosa
Prevención Primaria: estrategias de apoyo a segmentos relativamente amplios
de la población y que responden a necesidades inespecíficas. E s la prevención
social por excelencia.
Prevención Secundaria: estrategias dirigidas a individuos o grupos específicos
que han sido identificados como proclives a incurrir en conductas habituales de
violencia y delincuencia. Con frecuencia, se orienta a neutralizar las condiciones
para que aparezca el delito.
Prevención Terciaria: estrategias dirigidas a grupos específicos de personas
que han cometido infracciones a la ley y que han ingresado al sistema penal, por
lo que buscan promover tratamientos que eviten su reincidencia

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 125


m4

m4 microobjetivos

• Conocer las más importantes corrientes criminológicas, sus exposiciones


y desarrollos analíticos respecto de su objeto, para poder integrar conoci-
mientos, analizar críticamente y abordar posibles fenómenos como la vio-
lencia y delito.
• Conocer y articular las distintas tácticas de prevención del delito y la vio-
lencia, para aplicarlas en el marco de lo que un Estado de Derecho exige, y
responder a las exigencias de la sociedad.
• Conocer las distintas metodologías de análisis estadístico del delito y la vio-
lencia, como así también sus formas de presentarlo y vincularlo, para consti-
tuir un diagnóstico que permita dar respuestas fundadas a las problemáticas
detectadas.
• Reconocer a la Seguridad Ciudadana como táctica de intervención, para
poder utilizarla como un modelo de intervención criminológica posible en su
desarrollo profesional futuro.

m4 contenidos

Unidad 7: Las Teorías Criminológicas.


Aniyar de Castro, en su libro “Criminología Sociopolítica” nos apunta que desde
un punto de vista cronológico tenemos lo que da en llamar Criminologías Antiguas,
reconociendo como tales a la Clásica, a la Positivista y a la Organizacional,
teniendo en cuenta que todas ellas coexistes con las nuevas criminologías.
La Criminología Clásica, como ya vimos, consolidó un tipo de dominación
enmarcada en lo legal, siendo el Derecho Penal el encargado de encuadrar a
los discordantes.
La Criminología Positivista, escudándose en el prestigio de los saberes
científicos, procuró darles marco científico a políticas de control del delincuente,
en momentos en los que el control social se veía conmovido por el caos posterior
a la Revolución Francesa. Su pretensión última, desentrañar los motivos o
causas de la transgresión, basada en la observación concreta del considerado
transgresor. De estas teorías surgirá el significante de anormal o enfermo usado
por la Criminología Clínica.
Por su parte la Criminología Organizacional, propia de las instituciones del
Sistema Penal, opera en función de objetivos propios de efectividad.
Por su parte, bajo el rótulo de nuevas criminologías, Aniyar ubica a la Criminología
Interaccionista y a la Criminología Crítica entre otras.
Marchiori, en su ya citado “Criminología…”, decide analizar las teorías
criminológicas partiendo de la base que en su gran mayoría pueden resumirse
en tres corrientes principales.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.126


a) Criminología Clínica
b) Criminología Interaccionista
c) Criminología Organizacional

Los invitamos a leer del libro, MARCHIORI, Ilda “Criminología


-Introducción-“. Córdoba. Marcos Lerner Editora Córdoba. 1999; los
capítulos II TEORÍAS CRIMINOLÓGICAS. CRIMINOLOGÍA CLÍNICA;
CAPÍTULO III, CRIMINOLOGÍA INTERACCIONISTA; Y CAPÍTULO IV,
CRIMINOLOGÍA ORGANIZACIONAL.

Lo invitamos a realizar la Actividad 1: ¡Organicemos la estantería!,


que le permitirá comprender mejor el carácter de los contenidos
vistos en esta unidad.

Unidad 8: Un giro práctico desde la criminología para profesionales


de la Seguridad.
1. La Prevención del Delito y la Violencia como objeto de la Criminología.
Profundizando la cuestión

Ya en el módulo anterior pudimos verificar que la prevención como modalidad de


respuesta al fenómeno de los actos delictivos es objeto de abordaje criminológico.
En el marco la Licenciatura en Seguridad en la que está inserta la materia, esta
cuestión toma una prevalencia significativa.
Sabemos que, en los últimos años la Seguridad se convirtió en el motivo de
preocupación más relevante para todos los latinoamericanos.

Pero además, no podemos desconocer la importancia de la


Seguridad para la Democracia. En este sentido debemos recordar,
fundamentalmente, la definición de Criminología brindada por Máximo
Sozzo cuando afirma que la Criminología se vislumbra como Ciencia
Política, teniendo como referencia la actividad de gobernar.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 127


Esta mención, nos debe dar un sentido de compromiso mayor en la construcción
de conocimiento criminológico, ya que el saber a construir y desplegar tiene
impacto directo sobre el sistema, sobre la ciudadanía y en definitiva sobre
nuestras democracias aún en un proceso de consolidación.
Ya que tal como se afirma desde la OEA en “La seguridad pública en las Américas:
Retos y oportunidades” (2008), “La inseguridad ciudadana no solo es una de
las amenazas centrales de la convivencia civilizada y pacífica, sino también un
desafío para la consolidación de la democracia y el Estado de Derecho”.
Es más que oportuno poner en juego los resultados de una encuesta de opinión
que recoge las percepciones u opiniones de los latinoamericanos acerca de su
preocupación por la inseguridad ciudadana. Este tipo de estudios no puede ser
relegado.
Es de vital importancia, y tanto académicos como líderes políticos de la región no
pueden mirar para otro lado, analizar los fenómenos, dar respuestas y conducir el
“clima de opinión” respecto de la violencia y la delincuencia ya que es necesaria
para la gobernabilidad en la medida que facilita o bloquea la aceptación por
parte de la ciudadanía de políticas determinadas.
Debemos insistir, además, que no sólo el delito tiene impacto negativo en el
sistema, sino, como verán, la percepción de inseguridad y la confianza en las
instituciones también desgarra el tejido social. Estas percepciones se tornan
realidad al influir en el comportamiento colectivo de las personas, generando
cambios de su comportamiento personal, en su vida social, en su economía, todo,
con la efímera y endeble expectativa de responder a una situación presumida.
En el año 2011, ya Latinobarómetro (organización radicada en Chile y con un
altísimo prestigio en estudios cualitativos), nos advertía que la preocupación
principal sobre la que hay más consenso verbal es “la delincuencia”. Es así
como en la pregunta abierta, la principal respuesta a la pregunta respecto del
problema más importante de la región es la delincuencia y la seguridad pública.
En el 2011 el 28% de los latinoamericanos consideraron que este era el principal
problema en sus países
Pero durante el 2013 la realidad no cambió y se mantuvo la tendencia.

En el cuadro de la derecha pueden observar, como Latinobarómetro determina


que la delincuencia es motivo de mayor preocupación, incluso que el desem-
pleo. (grafico propio en base Latinobarómetro,)

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.128


A continuación, podrán observar que la situación para el año 2016 no dio
muestras de que se haya intervenido con éxito en la cuestión.

Esta realidad justifica con creces exponer de forma un tanto más profunda algunas
de las modalidades más exitosas de abordaje preventivo de la seguridad.
Particularmente, presentaremos algunas de ellas, con material básico, que
permitan dimensionar cada una de esas modalidades como verdaderas
herramientas para la prevención.
Tomar conciencia durante el transcurso del período de formación profesional
que la sociedad está esperando recibir personas con capacidad de resolver los
problemas, por los que desde hace años viene reclamando soluciones, obliga a
doblar los esfuerzos por analizar con un fuerte espíritu crítico los errores que se
cometieron, y a multiplicar el sacrificio por asimilar los conocimientos necesarios
para construir modelos eficaces y efectivos que respondan a las exigencias de
una sociedad democrática.
Una de las características más notables de las respuestas a la situación de (in)
seguridad verificable en toda la región, es el continuo devaneo pendular entre
los discursos preventivos y las políticas represivas, en un constante movimiento
de aparentes avances y evidentes retrocesos.
Debemos convenir que más allá de los discursos que se dan en algunas tribunas
donde se apela a frases como “el padre del delito es la exclusión social”; “No
habrá seguridad si no hay compromiso de la ciudadanía”; o “la participación
ciudadana es vital para la seguridad”; se observa de manera palmaria que los
mayores recursos, los actos más visibilizados, los anuncios más festejados y las
reformas más promovidas, se centran en la mayor cantidad de móviles, el mayor
número de policías, el aumento de las penas y la responsabilidad penal a menor
edad.
Pero lo más grave del discurso de la Seguridad, es su capacidad deshumanizante
cuando apela a su construcción más devastadora: El miedo.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 129


De hecho, los discursos de la seguridad pueden transitar dos caminos. Uno
donde los expertos o los responsables de la seguridad enfrenten las percepciones
negativas desde el conocimiento, presentando datos, desnudando la información,
objetivando el problema, identificando sus causas, expresando con claridad los
recursos que se invertirán para conjurar la crisis, haciendo públicos los pasos
que se darán en ese sentido e invitando a posteriores reuniones de evaluación
de los resultados obtenidos.
Y el otro, lamentablemente el más común, usando ampulosas alegorías a la
guerra contra el crimen, prometiendo cuantiosas inversiones en más policías y
modificando las leyes que no dejan actuar a los servidores del orden.
Lamentablemente, este último recurso es el más común porque representa la
coartada perfecta, mostrando sensibilidad a un problema real -la inseguridad-, y
rapidez en la reacción. Pero las cifras del delito, nos muestran que en realidad
poco se ha logrado con las respuestas de eta naturaleza.
El riesgo que anida en esta realidad, se vincula al poder convocante que ejerce
la “pretensión de estar seguros”. Recuerden sin ir más lejos lo que representó el
discurso presente en las movilizaciones producidas en Buenos Aires, Argentina,
convocadas por Juan Carlos Blumberg, entre el año 2004 y 2006, con su prédica
de mayor seguridad. Las masivas convocatorias que lograba y las modificaciones
legislativas que impulsó y logró. Concesiones que tampoco resolvieron el
problema del delito y muy por el contrario, generaron otros problemas.
En este sentido, desde las ciencias sociales se advierte con firmeza acerca de
los peligros del “populismo punitivo”, la “criminalización de la pobreza” o la
“criminalización del conflicto social”. Y por los mismos motivos, se destaca la
capacidad aglutinante del temor, y el riesgo de manipulación en función de los
discursos políticos, manipulación dirigida a justificar una simplemente arbitraria
limitación de los derechos y garantías individuales.
Ya desde el módulo uno, venimos observando como los discursos son
llamativamente similares y lo único que cambian son los ropajes de los que los
enuncian, sean pretores del Imperio Romano, sean de la curia inquisidora, o
sean las togas de los magistrados

Identificar un enemigo común o, en


definitiva, la utilización del miedo y
con ello, dejar abierta la posibilidad
de manipulación de la ciudadanía,
puede ser terrible si se convierte en
un recurso de las elites dominantes.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.130


Como bien afirma Juan Pegoraro: “Es éste, el miedo a una violencia sin orden,
lo que llevó a aceptar resignadamente la imposición de un orden con violencia
(llamada civilización) y por lo tanto a la existencia de dominantes y dominados,
de poderosos y débiles, de soberanos y sometidos, de victoriosos y derrotados
sociales.”

Los invito a leer el Artículo de PEGORARO, Juan. “Una reflexión sobre la


inseguridad”. Argumentos. Revista de crítica social (no. 2 mayo 2003) ED.:
Instituto de Investigaciones Gino Germani, Facultad de Ciencias Sociales,
UBA. Buenos Aires 2003. Alojado en: http://biblioteca.clacso.edu.ar/Argen-
tina/iigg-uba/20120627025448/2_3.pdf

Pueden tener acceso al mismo en pdf “PEGORARO_REFLEXION SOBRE


INSEGURIDAD.pdf” IC 1

Ante esto, debemos destacar el papel preponderante del Profesional de


Seguridad, que explotando las herramientas de la Criminología, puede desactivar
el miedo, dar respuestas, y encontrar soluciones que restituyan la confianza de
la ciudadanía, aportando desde la profesión, lo necesario para consolidar aún
más la gobernabilidad democrática.

2. Modelos de prevención
En este punto, siguiendo a Máximo Sozzo en “SEGURIDAD URBANA Y TÁCTICAS
DE PREVENCIÓN DEL DELITO”, el cual fue objeto de lectura obligatoria en
el módulo 3, les recordamos lo que venimos afirmando desde las primeras
unidades de la materia.
El recurso penal, no competa el contenido de la Criminología. Y lo que es peor,
no satisface la exigencia ciudadana respecto de la cuestión criminal.
Ese recurso, es la “forma” en que el Poder Punitivo se manifiesta como ejercicio
de autoridad, para lo cual, se asoció indisolublemente a modelos represivos. Pero
más allá de esa realidad, los teóricos del derecho, además, persisten en asignar
a la norma penal una función preventiva, y aun concediéndole esa complejidad,
autores como Alessandro Baratta, ya denunciaron el fracaso rotundo de los
sistemas de justicia criminal, para prevenir el delito.
La constante exigencia de prevención, y el vacío que el sistema penal dejó al
respecto, estimuló el desarrollo de los denominados recursos extrapenales,
como dispositivos para la prevención del delito.
Algunos de esos recursos, integrados desde la criminología, representan
tipologías diferenciadas para la prevención que, dispuestas y formuladas
operativamente, son distinguidas por Sozzo, como Tácticas Alternativas de
Prevención del Delito.
Cada una de estas tácticas o modelos, tienen sustento a su vez en las teorías
explicativas del delito que estudiamos anteriormente.
Por ejemplo, la Táctica Situacional y Ambiental, tiene su anclaje en las teorías
ecológicas del delito, la de elección racional u otras que hacen énfasis en el
cálculo que hace el delincuente entre el costo y el beneficio del delito antes de
delinquir.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 131


La Táctica de la Prevención Social se nutre, en gran medida, de las teorías
sociológicas de la criminalidad, entre las que se cuenta la teoría de la anomia o
el enfoque epidemiológico de la violencia o de los factores de riesgo.
Y la Táctica de la prevención comunitaria se la identifica como una mixtura entre
las dos tácticas anteriores, en donde el énfasis se observa en una característica
trascendente, la comunidad es entendida como sujeto esencial y beneficiario de
las iniciativas.
Ustedes ahora, podrán tener una respuesta, sobre el porqué de la extensión
teórica de la materia. Obviamente aquí, pueden dimensionar la importancia de
dotar de significado las decisiones, ya que optar por una táctica u otra tiene
efectos directos sobre el desarrollo de las iniciativas que deseamos emprender,
en virtud de que la concepción explicativa del delito y la violencia que fundamente
nuestros pasos dará solidez o no a los programas que, como profesionales de
seguridad, desarrollemos.
Ahora bien, la solidez que aportan a las tácticas, las teorías explicativas, se
pone de manifiesto, cuando verificamos la coherencia entre el fundamento, los
objetivos, las metas, y las actividades.
Esto lo veremos, con mayor claridad especialmente cuando desarrollemos el
modelo de Seguridad Ciudadana,
Por lo pronto, en el cuadro que sigue, podrán ver como se conjugan, tácticas,
objetos de intervención, y teorías explicativas:
Objeto de Teorías Expli-
Tácticas Ejemplos Desventaja
Intervención cativa
La prevención
El espacio a) Teoría de - Designed situacional
físico y el la Elección out crime pretende anti-
contexto delic- Racional: Se -Defensible ciparse razo-
tual como trata de una Spaces namiento del
factores que construcción – Cpted agresor dificul-
incrementan teórica que tando el acome-
la posibilidad parte de la Iniciativas timiento. Pero la
de ocurrencia crítica a la vinculadas dinámica delic-
delictiva o de posibilidad de al urbanismo tiva tiene mas
violencia. conocer, eva- (recuperación posibilidades
luar e inter- de espacios de adaptarse a
venir sobre la públicos, los obstáculos
“disposición mejor ilumi- que los planes
o tendencia nación), o urbanísticos
Situacional criminal” de distintos pro- adaptarse a los
– Ambien- las personas. gramas como cambios de las
tal b) “Designing desarme o modalidades
out crime”: vigilancia. delictivas.
es un Estas inicia-
esfuerzos tivas pueden
teóricos y beneficiar a la
prácticos ínti- población en
mamente inte- general, como
rrelacionados también estar
que ponen en dirigidas a
vinculación grupos espe-
la cuestión cíficos.
criminal con
el desarrollo
ambiental o
urbano.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.132


Políticas Públi- -Teorías del
cas en Gene- Control.
ral. -Anomia.
-factores Las causas
de riesgo del crimen Dirigidas a
(pobreza, están en grupos de
Su amplitud e
exclusión, factores alto riesgo,
inespecificidad
Social analfabetismo, estructurales, (violencia
en materia de
etc.) perdida de familiar,
“seguridad”
Se observan mecanismos escuela,
como políticas de control; salud)
generales de disociación
salud, educa- entre metas y
ción, habitacio- medios para
nales, ETC. alcanzarlas.

Experiencias
de policía
Esta táctica comunitaria,
parte del los serenaz-
supuesto del gos de Perú, Los procesos
poder del así como tam- participativos
La comunidad,
empodera- bién el involu- si no preveen
el capital social
miento ciu- cramiento en un liderazgo y
y sus vínculos,
dadano y su proyectos de asistencia téc-
(redes) Tam-
capacidad de corto alcance, nica, pueden
Comunita- bién las co-
reconstituir a enfocados a convertirse en
rio producciones
través de la la prevención nuevas frus-
de seguridad,
convivencia, social o situa- traciones para
asociaciones
los acuerdos cional. la comunidad
público, priva-
y la solida- 1) Community produciendo el
das, etc.
ridad, , una Policing; salto contrario
comunidad 2)Neighbour- al esperado.
“disfrutable” hood Watch;
3) Tolerancia
Cero

Prevención Situacional-Ambiental
Esta táctica es una forma de intervención, con fuerte arraigo en países
anglosajones y en un paulatino proceso de radicación en Latinoamérica,
particularmente propiciada y con algunas experiencias exitosas en Chile.
Estas teorías, a diferencia de las teorías de la criminalidad, no se interesan por
las razones por las que una persona se convierte en delincuente (de hecho,
mantienen que, en la mayoría de los casos, los delincuentes no son tan diferentes
del resto de la población) y en cómo rehabilitarlos, sino en las circunstancias en
las que se delinque y en reducir las oportunidades para el delito.
Las teorías en las que se basa la prevención situacional del delito incluyen: la
teoría de las actividades rutinarias (Cohen y Felson,); la teoría de la elección
racional (Cornish y Clarke,); la teoría del patrón delictivo (Brantingham y
Brantingham); aquellas teorías que enfatizan la modificación del ambiente físico
para prevenir el delito, incluidas la prevención criminal basada en la modificación
del ambiente físico (Jeffery,) y la teoría del espacio defendible (Newman,); y, por
último, la policía orientada a la solución de problemas (Goldstein,).

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 133


Estas teorías mantienen que el delito no se manifiesta de forma aleatoria en el
espacio o en el tiempo, sino que existen lugares y períodos específicos en los
que el delito es más prevalente (por ejemplo, en zonas de ocio nocturno los fines
de semana). Esto supone la importancia del contexto y los factores ambientales,
los cuales varían con estas dos dimensiones (a diferencia de la disposición
criminal del individuo, que se asume constante).
La Prevención Situacional, fundamentalmente toma de la teoría de la Decisión
Racional, un postulado esencial, que establece la existencia de una racionalidad
y un proceso voluntario llevado a cabo por las personas cuando van a cometer
un delito.
Comparte con la perspectiva con la escuela clásica de que el delito es una
opción racional, utilitaria, instrumental y altamente selectiva. Así, el delincuente
es responsable de sus actos y la sociedad es la víctima, que tiene el derecho
de utilizar todos sus recursos contra quien, calculando racionalmente la mejor
oportunidad, ha decidido hacer daño a la sociedad delinquiendo.

Para que se produzca un delito, deben confluir tres elementos:


a) Autor motivado: Es la persona dispuesta a cometer un delito.
Esta persona es la persona que realiza el análisis de conveniencia. Analiza
oportunidades ambientales, de entorno, si hay un vigilante o guardián y las
oportunidades de acceso al objetivo y de escape; analiza las vulnerabilidades
de la víctima y del objetivo;
Para explicar esta decisión racional, Gary Becker en su teoría de la Economía del
Crimen, sostiene que la conducta delictual estaría directamente relacionada con
los incentivos o disuasivos que los sujetos adviertan. Así, si el sujeto estima
que los beneficios de la actividad delictual son más altos que las ganancias
que reportan las actividades lícitas, el sujeto optaría por involucrarse en hechos
ilícitos.
Becker expresa esto en una fórmula: “B - pC > W”, donde “B” representa
cualquier beneficio financiero, físico o de cualquier naturaleza que le reporte el
delito; “C” expresa los costos de la actividad delictiva para el delincuente; “p”
es la probabilidad de ser descubierto y castigado efectivamente y “W” son las
ganancias que el sujete tendría si su accionar fuese lícito.
Según este modelo, cuando las ganancias del delito disminuyen (por dificultades
en su venta, por “reforzamiento del blanco” o por la medida que se tome);
cuando las probabilidades de ser descubierto y ser sancionado aumentan; y los
beneficios de las actividades lícitas crecen, disminuiría la actividad delictual., si
las circunstancias le indican que la recompensa será mayor que el esfuerzo y
riesgo de sanción en que deberá incurrir.
b) Blanco o víctima accesible: un blanco es el objeto de la acción delictiva.
En el caso del delito de robo, el blanco es el objeto que se pretende sustraer.
Éste blanco, puede ser percibido como atrayente y accesible por parte del
delincuente.
c) Contexto: El contexto, es ese espacio físico, social, económico y cultural
donde ocurre el evento delictivo y que por sus características, favorece el
acometimiento.
De esta manera, las actividades que se deben realizar, y los dispositivos que hay
que desplegar, para prevenir el delito, radican en: A) Aumentar los obstáculos
que generen un mayor esfuerzo/costo al potencial ofensor; B) Aumentar el riesgo
de ser descubierto; C) Reducir los beneficios/ganancias del delito.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.134


The Defensible Spaces o Teoría del Espacio Defendible, es una de las teorías
que da sustento a la Táctica Situacional Ambiental y fue desarrollada desde
1972, por Oscar Newman, quien recoge la cuestión de la vigilancia natural desde
una perspectiva novedosa y desarrolla este concepto de espacio defendible
desde la arquitectura. Newman explica que la territorialidad y la distinción entre
el espacio público y privado son cruciales para mantener el orden en un área
residencial. Según el autor, la territorialidad genera un sentido de propiedad que
aumenta la responsabilidad personal, la vigilancia y un sentimiento protector por
parte del residente que puede prevenir el crimen.

Las causas de surgimiento de


conductas antisociales son tres:
a) el anonimato de sus habitan-
tes, debido al gran tamaño de
los conjuntos; b) la falta de vigi-
lancia, que antes se daba natu-
ralmente desde el interior de los
edificios; y c) la inexistencia de
rutas alternativas por diseños
tipo laberinto. Sus postulados
promueven conjuntos habita-
cionales con una graduación
tipológica de espacios: espacio
público, semi-público, semi-pri-
vado y privado.
Oscar Newman

Otra de las propuestas arquitectónicas desarrolladas por Newman es la de las


comunidades cerradas. En su diseño, estas comunidades definían sólo un acceso
posible, obviamente facilitando la vigilancia en un solo acceso, permitiendo el
control de todo acceso y salida.
El estudio de Oscar Newman, presentaba suficiente solidez, y congruencia con
las teorías explicativas, al punto tal de generar el financiamiento de sus proyectos
por parte de las agencias federales de EEUU.

• Puede consultar referencias de Newman en el siguiente sitio web: http://


www.defensiblespace.com/start.htm

Así, se desarrollaron dos proyectos pilotos: uno en Asylum Hill, Connecticut, y el


otro en Portland, Oregon.
Los cambios realizados en Asylum Hill mostraron que el buen diseño del espacio
público tenía efecto a corto plazo en la reducción del crimen, demostrando una
relación causal entre medio ambiente físico y crimen.
A su vez, el proyecto Portland incorporaba iluminación peatonal, estudios
cuantitativos y cualitativos, la promoción de tránsito peatonal y el mejoramiento
de la vigilancia natural en las paradas de colectivos.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 135


Las críticas del trabajo de Newman no fueron pocas y estaban encolumnadas
en la detracción hacia la sobrevaloración que Newman le daba a la arquitectura,
acusándolo de promover un determinismo arquitectónico, por ignorar el impacto
de otros factores contextuales y sociales y por desajustes metodológicos. A
pesar de ello, su trabajo influyo y aún es antecedente válido para desarrollos
urbanos de diversa escala.
CPTED (Crime Prevention Through Environmental Design) o Prevención del
Crimen a través del diseño ambiental es una táctica de Prevención Situacional
Ambiental, derivada de la Teoría de Newman.
Canadá, Estados Unidos y otros países de Europa, han aprovechado este
enfoque con cierto grado de éxito, demostrando la aplicabilidad de las teorías
que lo sostienen.
El concepto de CPTED, fue acuñado en 1972 por C. Ray Jeffery, y se basa en la
idea de que ocurren delitos en determinados espacios debido a las oportunidades
de localización que ofrece el entorno físico. Esto permite plantear que es posible
alterar el entorno físico de manera que se disminuya la probabilidad de que
ocurran delitos.

“El medio ambiente urbano


puede influir en el comporta-
miento criminal en particular y
en el comportamiento en gene-
ral de dos maneras; físicamente,
proporcionando el entorno físico
al que los individuos respon-
den; socialmente, proveyendo
las relaciones sociales a la que
responden los individuos. Las
características físicas del medio
ambiente urbano más negati-
vas son ruido, polución y sobre-
población. Las características
sociales son alineación, sole-
dad, ansiedad y deshumaniza-
ción”.

C. Ray Jeffery

CPTED, despliega sus intervenciones, alrededor de cinco conceptos: control


natural de accesos, vigilancia natural, mantención y reforzamiento territorial. A
continuación, se desarrollan:

1. Control Natural de los Accesos


El control natural de los accesos es una estrategia de diseño cuyo objetivo es
reducir la oportunidad criminal. Promueve el diseño de elementos arquitectónicos
a modo de umbrales para crear en los potenciales asaltantes la percepción de
que hay un riesgo en elegir esa área porque tiene un usuario específico.
Las principales recomendaciones físicas que considera son: conectar accesos
directos con áreas observables, prevenir la colocación de accesos en áreas no
observadas, diseñar espacios que orienten a los usuarios, dando indicación
natural de salida o de entrada, y proveer un número limitado de rutas de acceso.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.136


2. Vigilancia Natural
La vigilancia natural es una estrategia de diseño que busca incrementar
la visibilidad sobre un espacio, a través de una apropiada ubicación, diseño
de ventanas, iluminación y diseño de paisaje, se pretende incrementar las
posibilidades de que los vecinos puedan observar la actividad que ocurre en
el entorno, lo que pone a observado -posible ofensor-, en la posibilidad de
autocensurarse, modificar su comportamientos inadecuado o simplemente la
posibilidad de llamar a la policía para que esta haga su trabajo. En definitiva,
incrementar el riesgo de que sea descubierto.
3. Mantenimiento de los espacios urbanos
El concepto de mantención de espacios urbanos se refiere a la necesidad de
tener planes de manejo, de limpieza y jardinería, de los espacios públicos.
Según CPTED es vital que el espacio urbano sea percibido por los vecinos como
un espacio cuidado y disfrutable. En este sentido, se asocia este concepto con
la teoría conocida como de “las ventanas rotas”, que supone que un espacio
deteriorado concentra mayores delitos de oportunidad que uno en buen estado
de mantención.
4. Reforzamiento Territorial
El concepto de reforzamiento territorial alude al sentido de afecto que establece
el habitante con su entorno inmediato y que por lo cual, cuida.
El diseño de espacios que buscan aumentar un sentido de afecto en sus usuarios
usa muchas técnicas. Ubicar deliberadamente actividades seguras en áreas
potencialmente inseguras puede lograr este efecto. De esa manera se aumenta
no sólo el uso sino también la mantención del área.
5. Participación Comunitaria
Se considera que el habitante urbano tiene una memoria de origen en su
experiencia espacial de la unidad que habita, convirtiéndolo en un experto
natural que aporta considerablemente al diseño urbano.

A continuación, los invitamos a ver un video denominado


“Construyendo ciudades más seguras” por Macarena Rau Vargas,
sobre el modelo CPTED.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 137


Prevención social
La prevención social tiene por objetivo disminuir el delito y la violencia a través
de la intervención en la reducción de los factores sociales de riesgo que llevarían
a la persona hacia la actividad delictiva.
Este tipo de tácticas, por su costo, por su carácter más general y por su
inespecificidad en cuanto a una materia exclusiva, suelen ser llevadas adelante
por el sector estatal. Factores de riesgo estructurales, como conectividad
urbana, educación, salud, si bien pueden volcar a un individuo a una carrera
delictiva, también genera otra infinidad de conflictos y su abordaje interesa a
más de una agencia estatal.
Otro elemento característico es el plazo de su intervención y el tiempo y acciones
a desplegar para empezar a registrar indicadores respecto del impacto de la
táctica.
No debe confundirse esta táctica con acciones comúnmente llamadas “sociales”
pero por su anclaje teórico, fundamentos y despliegue de actividades se
corresponden con tácticas comunitarias.
En este sentido, señalaremos que es efectivo que el trabajo a nivel de las
dimensiones sociales barriales tiene resultados, sobre todo en cuanto a las
dimensiones subjetivas de la inseguridad, específicamente en la sensación de
inseguridad y temor.
Prevención comunitaria
La prevención comunitaria del delito y la violencia es un modelo mucho más
cercano que los anteriores en cuanto a su tiemplo de experimentación, y como
decíamos con anterioridad, las teorías que lo sostienen no necesariamente
responderán a una sola escuela siendo quizá una mixtura entre ellas lo que
sostenga intelectualmente la intervención.
A su vez, suelen tener una complejidad más marcada ya que suelen integrar
además de los actores tradicionales, -policías, autoridades locales, comunidad, -
también pueden incorporar nuevos actores de la sociedad civil, de las actividades
económicas, la cultura, etc.
El carácter acotado desde lo territorial, en un espacio local, es lo que da fortaleza
distintiva a esta táctica. Esto, da una trascendencia mayor a los gobiernos
locales, por su cercanía al ciudadano, por su carácter, habitualmente de mayor
“cercanía” y mayores posibilidades de articular respuestas fuera de las grandes
burocracias estaduales de mayor nivel de responsabilidad administrativa y
política.
Al respecto, señalaremos que se registran buenos resultados, precisamente,
cuando es la propia comunidad la que ha definido cuáles son los factores de
riesgo más importantes por trabajar y cómo hacerlo, involucrándose también en
la evaluación de los procesos.
Según Ximena Tocornal, investigadora chilena, para efectos de este modelo la
comunidad suele ser entendida como: una Barrera frente al Deterioro social,
es un factor de protección y de contención; representa un Sistema de Control
Informal, verdadero censor de conductas desviadas, y es un “locus”, un lugar,
sobre el que se asienta esa comunidad, aportando un límite real y no Conceptual.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.138


3. La Seguridad Ciudadana. Un modelo de abordaje centrado en las personas,
multisectorial, integral, preventivo y contextualizado en lo local.
Hasta aquí, vimos tres modelos o tácticas preventivas, que tienen cierto arraigo en
distintos países. Pero en los últimos años se viene hablando con más insistencia
y afortunadamente con más precisión terminológica de la Seguridad Ciudadana.
Y esto nos permitimos recalcarlo, en virtud de que, cuando se hablaba de Seguridad
Ciudadana, se utilizaban los términos como un comodín, como un sinónimo de
“Seguridad”, o de “Seguridad Urbana” (en contraposición a rural), o aludiendo
a cuanta particularidad pueda presentar la cuestión seguridad, perdiendo de
vista que desde la década de los 80 en España pero ya en los 90 gracias al
Programa Naciones Unidas para el Desarrollo, el término fue solidificándose tras
una construcción de sentido que lo ubicó como un modelo de abordaje Centrado
en las Personas, Multisectorial, Integral, Preventivo, Contextualizado en lo Local
y con estrategias, tácticas, y un modelo metodológico confiable.
A continuación, transcribimos un artículo de Jorge Luis Jofré, docente de la
Universidad Blas Pascal y director de la Diplomatura en Seguridad Ciudadana,
donde se presenta una reseña de lo que representa la Seguridad Ciudadana
como táctica preventiva del delito y la violencia.

La Seguridad Ciudadana
¿Mera retórica política o un paradigma a seguir?
La tematización de la Seguridad y su elevación a la categoría de “principal
problema” a resolver en la agenda política latinoamericana, ha generado una
proliferación de discursos y referenciaciones a distintas “modalidades” de la
seguridad, que, en vez de aportar claridad conceptual a los ciudadanos, termina
por convertir los espacios de diálogo sobre la seguridad en una Babel, donde el
entendimiento para la búsqueda de consensos corre el riesgo de desvanecerse.
El presente artículo, pretende dar un marco para la comprensión de los
referenciaciones tanto a la seguridad pública como a la seguridad interior y a
su vez, reafirmar como modelo distintivo a la Seguridad Ciudadana, planteando
incluso como incógnita, el porqué de su falta de consolidación como política
pública.
De manera cotidiana, el hombre común, la madre de familia, la sacrificada
educadora, el esperanzado joven, es bombardeado con noticias que
inevitablemente tematizan la cuestión “seguridad”.
Medios de prensa escritos, radiales y televisivos, buscan respuestas a los
reclamos que, en forma individual o grupal, desde el dolor o la bronca, se
replican potenciando la exigencia de responsabilización de los actores públicos.
Cuando los micrófonos, grabadores y cámaras se dirigen a funcionarios, sean
políticos, policiales o judiciales, comienzan a surgir las respuestas guionadas
y “políticamente correctas”, que más que representar el análisis oficial del
problema, y la presentación de vías de solución al mismo, pasan a formar parte
de una nueva categoría de “Oscar” a la mejor “Respuesta Elusiva”, donde el
que “esquiva con estilo”, recibe un tiempo extra de inmunidad, tal como resulta
de los “reality” televisivos, y aquel que aunque tímidamente asuma o impute
incapacidades institucionales o personales, pasa a recibir el disfavor de la
corporación expuesta en su inutilidad.

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Podría ser esperable, que exista un “plus” de preocupación en los actores
públicos sobre los discursos posibles, ante el impacto que suelen producir en la
opinión pública los hechos violentos y/o delictivos, sobre todo porque la errónea
elección de una palabra puede ser determinante en un proceso electoral cuando
el incauto funcionario se expresa imprudentemente.
Esta “trascendencia” de la seguridad para la ciudadanía, hace que pase a formar
parte de pretenciosos y galantes discursos de conquista electoral, y como en
toda regla de conquista, aparecen las vanidosas necesidades del que pretende
el éxito en el proceso de “seducción”. Así nacen adjetivos novedosos que se
adosan a la palabra Seguridad y pretenden erigirse como el nuevo modelo
portador de todas las soluciones a las necesidades de la “gente”.
Vale aquí, marcar brevemente como punto de inflexión, lo que representó para la
conformación del discurso de la seguridad, el retorno a la democracia en los ´80.
Antes de esa etapa, el discurso “seguritizador” impuesto por las potencias
occidentales, durante la expansión de la guerra fría, fue adoptado dócilmente
por las FFAA latinoamericanas, y ponía a la “seguridad del Estado” ante todo
y sobre todo, diluyendo cualquier posibilidad de que los derechos de las
personas pudieran servir de resguardo contra el sector que se erigía como
guardián de esos “valores” occidentales superiores y que había sido ungido
para protegernos de ese enemigo ideológico.
Con el “reverdecer” democrático en Latinoamérica, los “consensos políticos”
fueron marcando a las claras el cambio de “referente” de la seguridad, pasando
del Estado al individuo, y con ello, diferenciando significativamente la Defensa,
de la Seguridad “pública” o “interior”, redefiniendo los roles de las Fuerzas
Armadas y posicionando a las fuerzas policiales de manera excluyente en la
construcción de la seguridad.
Esta distinción si bien puede asumirse como clara, es necesario recordarla para
que se tengan presentes los riesgos del discurso securitizador, que, si bien hoy
no asume la misma “textura” de aquel discurso totalitario, trata de aterciopelarse
sin poder esconder, afortunadamente, su condición de mero populismo punitivo.
Retomando el desarrollo inicial y asumiendo como indiscutibles los paradigmas
que impone el sistema democrático, desde la consolidación de la democracia
de “electores”, estos últimos pasaron a ser los impávidos jurados dispuestos a
premiar con un voto al que utilizara el discurso más atractivo, aunque luego y de
manera inexorable replicase las matrices tradicionales.
Pero la afectación a la gobernabilidad democrática que genera la sensación de
inseguridad otorga una importancia especial a esta problemática, que la ubica
mucho más allá de los discursos, incluso más allá de esos procesos electorales,
porque su ineficaz e ineficiente abordaje va limando y desgastando la credibilidad
tanto de los responsables políticos de una sociedad como de sus instituciones.
Por esa razón, se hace necesario, recordar cuales son las diferencias a las que
aluden las distintas conceptualizaciones y con ello permitir que la ciudadanía,
identifique con mayor claridad los discursos vacíos, de las opciones reales de
la política.

¿De qué Seguridad hablamos?


Desde aquellos tiempos del regreso a la democracia, como se ha visto, se buscó
incesantemente un consorte para la palabra Seguridad. Había que disociarla de
aquella pecaminosa bigamia constituida con las palabras Doctrina y Nacional.
Como diferenciar estos nuevos tiempos de la nueva Seguridad y sepultar la
dolorosa historia de la Doctrina de la Seguridad Nacional.

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Y en esa búsqueda, se pretendió constituir un prosaico maridaje entre
la seguridad y alguna otra palabra que por la presunción de legitimidad que
aportaba produjese consenso entre propios y extraños.
No dejar esa palabra sola y adosarle un adjetivo que limitase y completara
su significado, mostraba a las claras la necesidad de separarse de cualquier
posibilidad de confusión con los paradigmas totalitarios.
Seguridad Democrática, Seguridad Pública, Seguridad Interior, pasaron a formar
parte del glosario político, en una sinonimia que más allá de marcar distancias
con el pasado, mostraba, además, las carencias que los consensos políticos
debían afrontar y revertir.
Así, cuando se hablaba de Seguridad Democrática, se pretendía resaltar
la vigencia del Estado de Derecho, y el “efectivo ejercicio de las libertades
ciudadanas”; refiriendo a un “proceso continuo y sostenido de consolidación
y fortalecimiento del poder civil”, constitucionalmente establecido en procesos
electorales “libres, honestos y pluralistas” bajo el cual se subordine a las fuerzas
armadas y policiales y se las límite de manera efectiva a sus “competencias
constitucionales” (Tratado Marco de Seguridad Democrática en Centroamérica,
Honduras. 1995)
Al hablar de Seguridad Pública, en cierto modo se dan por asimilados los
paradigmas democráticos y se reafirma la obligación insoslayable del Estado
de brindar “protección” a sus habitantes, con un marcado énfasis en el
fortalecimiento de las instituciones públicas de la seguridad, para reafirmar la
función del Estado, como único proveedor de Seguridad.
El concepto de Seguridad Interior, más allá de su definición normativa, puede
entenderse también, como reafirmatorio de los principios contenidos en la idea
de Seguridad Democrática. Entallado en el molde de la Seguridad Pública, fue
instaurado quizá, con el mandato de marcar significativamente las diferencias
entre las situaciones de “Defensa Exterior”, y “Seguridad Interior”, siendo
la primera, objeto excluyente de las Fuerzas Armadas y la segunda, objeto
excluyente de las Fuerzas de Seguridad –y policiales-.
Lo visto hasta ahora, permite afirmar que, si hay algo que aúna estas tres formas
de referirse a la Seguridad y que la diferencia del modelo totalitario de la Doctrina
de la Seguridad Nacional es que el objeto referente ya no es el Estado sino el
individuo, y en el reconocimiento de su dignidad humana, busca consolidar el
sistema de libertades básicas y derechos fundamentales, explorando distintas
alternativas, pero en el marco de un sistema de valores democráticos.
Por lo dicho hasta aquí, entender la seguridad como disociada de la democracia,
representa un dislate mayúsculo, y tal vez para algunos insistir con la referenciación
a la democracia desde la seguridad, puede resultar hasta redundante. Pero
nuestra historia política, debe hacernos comprender que el hecho de vivir en
democracia no implica que la democracia pueda asumirse como concluida, sino
como un proceso continuo que en forma permanente asume nuevos desafíos
y seguramente la conceptualización de la Seguridad en democracia es uno de
ellos.

Seguridad en Democracia
No quedan dudas que nuestra democracia posee una legitimidad de origen,
vinculada a lo electoral, y representa un sistema de mínimos que nos indican
que hemos alcanzado un umbral. Además, esa legitimidad debe integrarse
con una legitimidad de ejercicio del poder –Estado democrático de derecho- y
una legitimidad de fines, a través de sus objetivos declarados de desarrollar

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 141


la ciudadanía política, civil y social. Estos tres planos, definen la calidad de la
democracia y, por ende, sus posibilidades de perdurar. (PNUD, OEA, 2010)
Ese sistema de mínimos, también se verifica en cuanto a las responsabilidades
del Estado respecto de las necesidades ciudadanas y en qué medida sus
instituciones las satisfacen.
Respecto de la seguridad en democracia, si consideramos que la democracia y
nosotros, los ciudadanos, debemos conformamos con ese sistema de mínimos,
bastaría con que el Estado, coordine el esfuerzo nacional de policía, mantenga
el sistema de justicia penal y el sistema penitenciario, en un flujo de estrategias
que tiendan a nuestra protección, de una serie de amenazas –definidas por ese
Estado- que escapan a nuestro control. Este modelo, responde –en mayor
o en menor medida al modelo de “Seguridad Pública” o “Seguridad Interior”,
representado en la República Argentina por la Ley de Seguridad Interior.
Pero debemos convenir, que la democracia es mucho más que la democracia
electoral. La urgencia, hoy se manifiesta en avanzar hacia una “democracia de
ciudadanía” (PNUD, 2004). Esa democracia electoral nos dio las libertades y el
derecho a decidir políticamente, el destino de nuestros países, y ahora, es la
democracia de “ciudadanos”, la que debe consolidarse para avanzar hacia la
efectiva realización de nuestros derechos.
La clave entonces radica en dar el salto de “electores” a “ciudadanos”, y esto,
implica el ejercicio de una ciudadanía integral, abarcativa de sus tres dimensiones,
política, civil y social.
La ciudadanía política, se realiza con el ejercicio del derecho a participar en los
órganos del poder político o ejerciendo el derecho a elegir a quienes participarán
en él.
La ciudadanía Civil se realiza con el efectivo goce y disfrute de los derechos a
la libertad individual, la seguridad personal y con la efectiva protección jurídica
que puede aportar la independencia del Poder Judicial en un marco de equidad.
Es aquí, donde la Seguridad se debe comprender en el marco del sistema, y
porqué, debemos hablar de Ciudadanía, cuando nos referimos a ella y en un
concepto superador de lo conocemos como Seguridad Pública o Seguridad
Interior.
La ciudadanía Social, es la que abarca un espectro más amplio y al decir de los
instrumentos internacionales de Naciones Unidas, se integra con los derechos
“Económicos, Sociales y Culturales” que incorporan la noción de bienestar, que
revitaliza y amplía el sistema democrático.
Un indicador representativo del nivel de “Ciudadanía Civil” –más allá de su
acotado alcance-, lo hallamos en los niveles de (in)seguridad que se observan
en la región. La violencia y el delito impactan en forma directa en la vida personal,
familiar y social de los latinoamericanos, convirtiéndose en la pesada carga
que impide la realización de esa ciudadanía civil, afectando como dijéramos el
efectivo goce y disfrute de los derechos a la libertad y a la seguridad personal
Es más que oportuno tener presente los resultados del informe Latinobarómetro
2011, del cual surge el 28% de los latinoamericanos consideran que “delincuencia
y seguridad pública” es el principal problema en sus países. (Latinobarómetro,
2011:71). Un nivel de preocupación de esta magnitud, incluso mayor que el
desempleo, no puede ser ignorado, ya que la inseguridad ciudadana no solo
es una de las amenazas centrales de la convivencia civilizada y pacífica, sino
también un desafío para la consolidación de la democracia y el Estado de
Derecho (OEA. 2008)

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En “La Democracia de ciudadanía: una agenda para la construcción de ciudadanía
en América Latina”, la OEA y el PNUD (2009), detectan tres fenómenos –asociados
a la cuestión seguridad- que deben ser especialmente tenidos en cuenta, por sus
efectos en la gobernabilidad democrática y en los derechos de las personas:
• Investigaciones recientes muestran que el apoyo a la democracia como
sistema de gobierno en la región se ve seriamente afectado por la alta
percepción de inseguridad y la valoración del desempeño del gobierno en el
combate a la delincuencia, más que por el hecho de haber sido víctima de un
acto delictivo. En la medida de que aumenta la percepción de inseguridad,
disminuye el apoyo a las instituciones democráticas y comienzan a salir a la
luz, discursos autoritarios arraigados en la cultura política de la Latinoamérica.
• En la medida que se torna más significativa la tasa de homicidios –entre
otros factores- las fuerzas policiales comienzan a asumir un protagonismo
desmesurado pudiendo hacerles ganar espacios de autonomía inaceptables
frente a los poderes civiles y democráticos.
• En tanto se incrementa la percepción de que los mecanismos públicos
de seguridad y justicia son inútiles o contraproducentes para enfrentar la
inseguridad, la ciudadanía comienza a desertar de las estructuras “oficiales”,
tomando caminos que van desde la apelación a la “seguridad privada”
hasta casos extremos pero registrados de linchamiento como método para
combatir la delincuencia.
Del informe citado, surque la existencia de una compleja relación entre la
reducción de la inseguridad –central a la ciudadanía civil- con la defensa de otros
derechos civiles. La inseguridad no solo es una de las amenazas centrales de la
convivencia civilizada y pacífica, sino también un desafío para la consolidación
de la democracia y el Estado de Derecho (OEA/PNUD, 2009).
En este contexto, debe explicarse la necesaria conceptualización de la seguridad,
referenciada desde el ejercicio de la ciudadanía.
La Seguridad de la democracia y para la democracia, exige más de lo que brinda la
Seguridad Pública o Seguridad Interior. Si aquel salto de electores a ciudadanos
del que hablábamos implica una forma elaborada de responsabilización
ciudadana, el ejercicio de la ciudadanía, más allá de la ciudadanía política, implica
el empoderamiento de la sociedad, “en un enfoque ascendente, que permita
desarrollar las capacidades de las personas y así, puedan tomar decisiones
informadas actuando por sí mismas”. (ONU.OCHA, 2009)
Ahora bien, hablar de “protección” –como representativa de la idea de Seguridad
Pública-, y de “empoderamiento”, implica que nos remitamos a lo que el PNUD,
en su informe de desarrollo Humano del año 1994, dio en llamar “Seguridad
Humana”, y así comprender a la Seguridad Ciudadana como una dimensión
de ella y representativa de una matriz de enfoque que va más allá del sistema
tradicional del “control” del Estado como proveedor único de Seguridad.

La Seguridad Ciudadana. Una modalidad específica de la Seguridad Humana


Cuando en el año 1994, el Programa Naciones Unidas para el Desarrollo, publicó
su Informe de Desarrollo Humano, se sentaron las bases para que el concierto
internacional, comenzara a doblar los esfuerzos por arraigar en todo el mundo, la
idea una interdependencia necesaria entre Democracia, Desarrollo, y el respeto
de los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales.
En dicho informe, el concepto de desarrollo humano sostenible pone al ser
humano en el centro de la escena y mostró decididamente que las desigualdades

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eran tan grandes, que sostener aquellas modalidades de desarrollo culminarían
perpetuando desigualdades semejantes para las generaciones futuras. La
esencia del desarrollo humano sostenible es que todos tengan igual acceso a
las oportunidades de desarrollo, ahora y en el futuro. (PNUD, 1994)
El carácter multidimensional que desde entonces los organismos internacionales
le dan al desarrollo, afortunadamente difiere con aquella interpretación
eminentemente económica que predominó en la segunda mitad del siglo veinte
y que condicionó la colaboración internacional a los países subdesarrollados,
ya que en vistas únicamente a los equilibrios presupuestarios, y a los ingresos
“per cápita”, despreciaron las necesidades sociales y culturales de cada país,
profundizando la desigualdad y hasta en algunos casos la pobreza estructural.
De hecho, el ingreso es una fuente importante de oportunidades, pero no es
exclusiva: la educación, la libertad política o el medio ambiente saludable, entre
otros muchos, contribuyen a que los seres humanos tengamos vidas más plenas
(PNUD, 2009).
Una de las consecuencias más trascendentes de esta ampliación del significado
de desarrollo, es que obliga a entender que con la democracia se refuerzan
de manera recíproca. Democracia y desarrollo se perfeccionan mutuamente
ya que la democracia no se consolidará sin políticas sociales que propicien el
desarrollo, ni una estrategia de desarrollo puede prosperar sin la legitimidad
que otorga la participación ciudadana en democracia. (Boutros Boutros – Ghali,
2003)
Otra consecuencia trascendente radica en afirmar, que el desarrollo humano
es un proceso de ampliación de la gama de opciones de que disponen las
personas para hacer su vida más plena; y, por último, se introduce el concepto
de seguridad humana que significa que la gente puede ejercer esas opciones en
forma segura y libre (PNUD 1994).
Aunque el concepto “seguridad humana” en principio es tan amplio como lo es el
propio “desarrollo humano”, el Informe de Desarrollo Humano de 1994, destacó
dos fuentes principales de inseguridad humana: “los riesgos crónicos, tales como
el hambre, la enfermedad o la represión”, y “las alteraciones súbitas y dolorosas
en la vida cotidiana, ya sea en el hogar, en el trabajo o en la comunidad”.
Pero más allá de esas dos fuentes, el Informe citado reconoce que la amplitud de
amenazas al desarrollo, pueden agruparse en siete categorías:
• La seguridad económica que busca proteger a la persona de amenazas
como la pobreza persistente, el desempleo, etc.
• La seguridad alimentaria, que busca proteger a la persona de amenazas
como el hambre;
• La seguridad sanitaria, que busca proteger a la persona ante amenazas
como las enfermedades; la falta de acceso a cuidados sanitarios; etc.;
• La seguridad medioambiental, que busca proteger a la persona ante amenazas
como la degradación medioambiental, el agotamiento de recursos, etc.;
• La seguridad personal a la cual reconocemos como la dimensión de la
Seguridad Ciudadana, que busca proteger a la persona ante amenazas
como la violencia, el delito, etc.;
• La seguridad comunitaria, que busca la protección de la identidad de grupos
sociales diversos y los empodera para sobrellevar y vencer amenazas tales
como las tensiones étnicas, religiosas, etc.;
• La seguridad política, que busca la protección frente a la represión estatal.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.144


Con el tiempo y ante la trascendencia de lo que representó esa visión de la
Seguridad, la ONU, creó la Comisión de Seguridad Humana, la cual en
su informe “Human Security Now”, define la seguridad humana como: “…
protección del núcleo vital de todas las vidas humanas de forma que se mejoren
las libertades humanas y la realización de las personas. La seguridad humana
significa proteger las libertades fundamentales, aquellas libertades que son la
esencia de la vida. Significa proteger a las personas de situaciones y amenazas
críticas (graves) y más presentes (extendidas). Significa utilizar procesos que se
basen en las fortalezas y aspiraciones de las personas. Significa crear sistemas
políticos, sociales, medioambientales, económicos, militares y culturales que, de
forma conjunta, aporten a las personas los fundamentos para la supervivencia, el
sustento y la dignidad.” (ONU.OCHA, 2009)
Por un lado, apela a la “protección”, entendida como estrategias, establecidas
por los estados, las agencies internacionales, las ONG y el sector privado, para
proteger a las personas de las amenazas. Este concepto hace referencia a las
respuestas organizacionales, que, en el marco de la responsabilidad institucional,
despliegan en protección de las personas y es por ello por lo que responde a
una mecánica descendente.
Por otro lado, apela al “empoderamiento”, entendido como estrategias que
apuntan a incrementar la capacidad de resistencia de las personas a situaciones
de conflicto, para que en forma participativa desarrollen su potencial cívico
y encuentren soluciones a sus situaciones de riesgo y es por ello por lo que
responde una mecánica ascendente.
El Informe de Desarrollo Humano para América Central 2009-2010 “Abrir
Espacios para la Seguridad Ciudadana y el Desarrollo Humano”, ubica a la
Seguridad Ciudadana como una modalidad específica de la Seguridad Humana,
que a su vez la estructura desde su base, porque la vida, la integridad personal
y el patrimonio -objeto de protección de la Seguridad Ciudadana- son las
oportunidades fundamentales para el desarrollo humano, y la violencia y el
delito son amenazas graves y previsibles para aquellos.
Otra razón que obliga a observar la seguridad conforme este paradigma de
“ciudadanía”, radica en sus caracteres que –compartidos con los de la Seguridad
Humana de la cual provienen-, tornan en más que atractiva la matriz que de ellos
derivan (ONU.OCHA, 2009).

• Doble marco político de Protección y Empoderamiento. Refuerza la


responsabilidad de los actores públicos en la constitución de un enfoque
descendente que garantice la eficaz y eficiente actuación del Estado en la
protección del individuo, procurando que normas, procesos e instituciones
a su vez, estimulen el empoderamiento ciudadano en la definición e
implementación de acciones que garanticen el pleno goce de sus derechos.
• Centrada en las personas, integrándolas en la comunidad y estimulando
su participación en la definición de las necesidades y en la búsqueda de
soluciones.
• Multisectorial/Integral Toma en consideración el amplio espectro de
amenazas y vulnerabilidades, tanto dentro de cada comunidad como entre
ellas (incluidos los factores locales, nacionales, regionales e internacionales).
Desarrolla un análisis integral y de conjunto que incorpore los campos de
seguridad, desarrollo y derechos humanos.
• Contextualizada. Identifica las necesidades concretas de la comunidad
afectada y permite el desarrollo de soluciones más adecuadas que se integren
en las realidades, las capacidades y los mecanismos de recuperación

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 145


locales. Identifica las lagunas en la estructura de seguridad existente en el
marco local y opera sobre ellas.
• Preventiva Identifica las causas y las lagunas básicas de protección y
empoderamiento, para desarrollar soluciones sostenibles. Enfatiza en la
prevención, así como en la respuesta a la hora de desarrollar prioridades.
Enfoca en las medidas de empoderamiento que se basan en la resistencia y
las capacidades locales.

La Seguridad Ciudadana. Una matriz de enfoque integral


Ahora bien, hasta aquí se han puesto en consideración, una serie de herramientas
conceptuales que pretenden ubicar a la Seguridad Ciudadana como una visión
que va más allá del discurso ocasional, de “barricada”.
Pero debe tenerse en cuenta además, que la matriz sobre la que opera, la
distingue del enfoque tradicional, que funda su accionar en los mecanismos y
tecnologías de “control” por parte del Estado donde las acciones se dirigen al
incremento del número de policías, el fortalecimiento de las capacidades reactivas
del Estado, la proliferación de normas de carácter prohibitivo y facilitadoras del
ejercicio de la autoridad policial y el endurecimiento de la respuesta penal con el
incremento en la medida de las penas.
Las posibilidades de éxito ante el problema de la inseguridad, bajo una matriz
que aborde el problema unidimensionalmente, ya están probadas.
Esas prácticas focalizadas exclusivamente en el “Control”, ponen al Estado
como único protagonista de la Seguridad, generando lo que podemos identificar
como un “desgobierno de la Seguridad” -aunque suene contradictorio-.
Esto, no quiere decir que deba “despreciarse” la opción de “Control”, la cual,
debe entenderse como el conjunto de mecanismos y tecnologías puestas al
servicio de lo que la sociedad política define como orden público –revelado a
través del sistema normativo de un país-, para su mantenimiento y su eventual
reconstitución ante hechos que intenten quebrantarlo o lo violen.
Sin lugar a duda, es el Estado quien tiene la responsabilidad indelegable de
garantizar la Seguridad a sus habitantes, es él quien cuenta con las capacidades
materiales e institucionales para abordar fenómenos de complejidad tal como
el crimen organizado. Por ello, debe fortalecerse, pero en el sentido que exige
un sistema democrático, lejos de lo que el populismo punitivo impone como
tendencia.
Pero un abordaje de esta naturaleza, unidireccional, implica desconocer el
carácter multidimensional del delito y la violencia, y su “Prevención” es lo único
que permitiría mejorar los niveles de Seguridad Ciudadana. Es en esta faceta,
donde la ciudadanía tiene un rol relevante a ejercer y de manera coordinada con
el Estado.
Si estableciésemos una línea en la que la Prevención estuviera en un extremo y el
Control, en otro, podríamos determinar que la participación ciudadana tendría su
mayor capacidad de actuación en el área de la prevención y a medida que avanza
hacia el Control decrece dicha posibilidad de actuación y consecuentemente
aumenta la actuación estatal.
Debe tenerse en cuenta, que violencia y delincuencia deben ser reconocidas
como multi-causales, pues obedecen tanto a factores asociados a la violencia
incidental, a esos hechos de violencia ocasional que no alcanzan a constituirse
como delitos pero que pueden derivar en uno, (como esos hechos de conflicto

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.146


entre vecinos que pueden derivar en una disputa violenta que ocasione
lesiones), como a factores asociados a la criminalidad organizada o la violencia
instrumental. Teniendo en cuenta esta matriz, la estrategia para promover la
seguridad ciudadana debe ser integral, y debe incluir acciones que se encuentran
en ese espectro que va desde la Prevención hasta el Control. (PNUD., 2008)
Es sumamente amplio el registro bibliográfico que intenta explicar desde distintas
disciplinas, las causas de los comportamientos violentos y los delictivos. La
matriz de enfoque integral que presupone la aceptación del concepto de
Seguridad Ciudadana pretende agruparlas en distintas categorías de problemas,
en los que se agrupan distintos factores asociados. Con ello, se pretende facilitar
el diagnóstico de la situación de la violencia y la delincuencia de un determinado
lugar y con ello coadyuvar a la identificación de líneas de intervención, que
incidan sobre los problemas diagnosticados, para el diseño de una política
integral de convivencia y seguridad ciudadana.
La medición del impacto de los abordajes enmarcados en esta matriz, ocupan
un lugar preponderante de la literatura acerca de la Seguridad Ciudadana,
engrosando año tras año el catálogo de prácticas exitosas relevadas en distintas
ciudades latinoamericanas. Pero ¿Cuáles son las causas que provocan que este
modelo aún no se haya consolidado definitivamente erradicando las prácticas
que en vez de solucionar el problema de la (in)Seguridad, lo profundizan de
manera drástica?
Seguramente la búsqueda de respuestas a esa pregunta excede el marco del
presente artículo, pero no puede dejar de mencionarse un interrogante, que, si
bien puede constituir tan sólo una pieza de un rompecabezas mucho más grande,
quizás de lugar a la necesidad de indagar más profundamente en cuestiones
que hasta ahora se asumen como inconmovibles y de imposible realización.
¿En qué medida el modelo policial de corte castrense, jerárquico y piramidal,
con su estructura burocrática, que se mantiene más allá de los recambios
electorales de la democracia, y refractario a cualquier “intromisión civil”, no se ha
convertido en el principal escollo para la consolidación del modelo de Seguridad
Ciudadana?
Seguramente en la búsqueda de respuestas a esa pregunta se encuentren
muchas más razones de las que supone la pregunta misma, pero difícilmente
alguna de ellas refute la convicción de que la Seguridad Ciudadana es el
paradigma a seguir.

La Matriz de intervención en Seguridad ciudadana.


Como han podido observar, la Seguridad Ciudadana es una dimensión de la
Seguridad Humana y como tal, impone que sus intervenciones se desplieguen
desde una perspectiva metodológica propia que permite identificar, comprender
y actuar en escenarios donde se hayan verificado problemas asociados a la
Seguridad. (OCHA, 2009).
Si tuviésemos que presentar las fases una intervención en Seguridad Ciudadana,
podríamos resumirla de la siguiente manera.
La primera fase, de análisis, mapeo y planificación, requiere necesariamente de
un complejo proceso, inicial. El proceso, que llamamos diagnóstico –integrativo
del análisis y mapeo-, es una fase crítica que implica definir una situación inicial
o el punto de partida hacia la situación objetivo o situación que se pretende
alcanzar.

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A su vez, el diagnóstico se constituirá como una fortaleza de la organización que
lo lleve adelante, si su construcción y presentación se realiza en un escenario que
favorezca la participación de la comunidad será aún mejor, ya que así, incidirá
positivamente en la legitimación del proyecto o programa que se pretenda
desarrollar.
Luego del diagnóstico, se inicia la etapa de planificación, que es la formulación
de las opciones técnicamente viables para alcanzar los objetivos de impacto
perseguidos, o -de un modo menos técnico-, la definición de los pasos a seguir
para solucionar el problema identificado en el diagnóstico.
No puede soslayarse, que todo diagnóstico se realiza en función de la
intervención. Y si nuestra intervención es en Seguridad Ciudadana, conviene
recordar los principios de la Seguridad Humana, para tener en claro el marco en
el que debemos desenvolvernos en los procesos de recopilación y análisis de
datos, basados en esos principios que servirán de guía. Veamos a continuación:
Centrada en las personas, Multisectorial/Integral, Contextualizada; y Preventiva.
Esta característica obliga a utilizar una matriz para realizar el diagnóstico, muy
meticulosa, que implica una doble evaluación.
Por un lado, una Evaluación Institucional y por otro una Evaluación Situacional
que integre la Dimensión objetiva y la dimensión subjetiva de la seguridad.
La segunda fase, denominada de Implementación, implica llevar adelante lo
programado, con la comunidad, a través de las alianzas locales, entre el sector
privado, el tercer sector y el sector público.
Para ello, y desde la primera fase, se aplican técnicas que promuevan el
involucramiento, empoderamiento y apropiación del proyecto por parte de la
comunidad.
En esta fase, deben agotarse todas las instancias que sean necesarias para
asegurar esa apropiación a que nos referimos.
La tercera fase, de evaluación, es aquella donde se mide el resultado de la
intervención, a través de las técnicas que se hayan predefinido y acordado en la
planificación misma. Sean evaluaciones Ex ante; intermedias, de impacto o de
resultado.
Ante el grado de “complejidad” aparente, y en comparación con la simplificación
de las respuestas tradicionales, podría pensarse que el principal problema
de esta táctica, radica en la escasa aceptación por parte de la ciudadanía en
función del tiempo que pasaría antes de ver resultados, pero debemos afirmar,
que tomar medidas, por rápidas y voluntariosas que parezcan, sin siquiera un
diagnóstico que aporte lo necesario para la identificación del problema, sus
dimensiones, y las variables posibles de abordaje para su solución es cuanto
menos una irresponsable dilapidación de recursos, sin hablar del riesgo que
implica no intervenir en forma precisa en las vulnerabilidades del sistema que en
definitiva generaron la exigencia de la comunidad.
Es obvio que sin diagnóstico y sin planificación en función del diagnóstico, no
se puede determinar ni las amenazas, ni las vulnerabilidades, ni mucho menos
se pueden determinar los caminos que aporten mayor eficacia y eficiencia a las
respuestas que se diseñen.

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Todo dispositivo, sea tecnológico, comunitario o inclusive simbólico, que
requiera el despliegue de recursos, materiales o personales, debe responder
a una necesidad detectada y con fundamento suficiente. Debe expresarse con
precisión, en qué medida va a incidir ese dispositivo sobre “ese” problema
detectado. En qué tiempo se medirá la eficacia y fundamentalmente “cuando” se
rendirá cuentas sobre lo llevado a cabo, con la evaluación en mano.
Por eso, afirmamos que es imposible pensar una acción transformadora en una
provincia, en un barrio, en una comunidad, en materia de seguridad ciudadana
sin un adecuado conocimiento de la situación inicial por la que se reclama
“Seguridad”.
Y si las diferencias en lo que son las distintas intervenciones en Seguridad, se
verifican por la matriz sobre la que operan, a esta altura, habrán podido identificar
en la matriz de la Seguridad Ciudadana diferencias sustanciales.
La matriz tradicional que aún tiene su arraigo en algunas realidades políticas
de América Latina, es la que une indisolublemente la idea de intervención,
con prácticas que se asientan fundamentalmente en el “CONTROL”, donde las
acciones se dirigen al incremento del número de policías, el fortalecimiento de
las capacidades reactivas del Estado, la proliferación de normas de carácter
prohibitivo y facilitadoras del ejercicio de la autoridad policial y el endurecimiento
de la respuesta penal con el incremento en la medida de las penas.

Al respecto, ya Alessandro
Baratta nos expresaba “Los
resultados que ha llegado a
obtener, desde hace ya tiempo,
el análisis histórico y social de
la justicia criminal,” y los siste-
mas de policiamiento clásico,
“… se pueden sintetizar con
la afirmación de que el sistema
de justicia criminal…”, sus órga-
nos, e instituciones con las que
trabaja para el cumplimiento de
sus fines, “…se manifiesta inca-
paz de resolver lo concerniente
a sus funciones declaradas.
Esto significa que la pena, como
instrumento principal de este
sistema, falla en lo que respecta
a la función de prevención de la
criminalidad…”. (Baratta, 1997)

Esas prácticas focalizadas exclusivamente en el “Control”, ponen al Estado


como único protagonista de la Seguridad, generando lo que paradojalmente
podemos identificar como un “desgobierno de la Seguridad” -aunque suene
contradictorio-.
Esto, bajo ningún punto de vista implica despreciar la opción de “Control”,
representada por el Sistema de Justica Penal y las fuerzas policiales, sino que,
por el contrario, nuestra matriz de trabajo impone considerar ese abordaje,
insuficiente.
Sin lugar a duda, es el Estado quien tiene la responsabilidad indelegable de
garantizar la Seguridad a sus habitantes, es él quien cuenta con las capacidades

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materiales e institucionales para abordar fenómenos de complejidad tal como
el crimen organizado. Desde el Estado es desde donde se tienden, además,
las líneas de “Protección” que la matriz de Seguridad Humana exige que estén
presentes. Por ello, debe fortalecerse, pero en el sentido que exige un sistema
democrático, lejos de lo que el populismo punitivo impone como tendencia.
El carácter complejo, multidimensional y dinámico, del delito y la violencia, y la
exigencia de su “Prevención” obliga a ampliar la matriz con otras acciones que
se integran necesariamente al “Control” de los órganos públicos de la Seguridad.
La intervención en Seguridad Ciudadana implica reconocer seis categorías de
problemas, que van desde el Déficit de Capital Social, hasta la existencia del
Crimen Organizado.
Esas categorías, se encuentran presentes en la mayoría de las comunidades
donde se interviene y para resolver los problemas de seguridad hay que
desplegar técnicas que permitan revertir las situaciones de crisis.
Construcción de Capital Social; Reducción de Factores de Riesgo (Alcohol,
Drogas, Armas); Prevención de Violencia de Genero e Intrafamiliar; Generación
de contextos urbanos seguros (CPTED); Fortalecimiento de la Policía y la Justicia
y Desmantelamiento del Crimen Organizado; Una matriz de esta naturaleza,
es lo único que permitiría mejorar los niveles de Seguridad Ciudadana. Es en
esta faceta, donde la ciudadanía tiene un rol relevante a ejercer y de manera
coordinada con el Estado.
Es sumamente amplio el registro bibliográfico que intenta explicar desde distintas
disciplinas, las causas de los comportamientos violentos y los delictivos. Pero la
matriz de enfoque integral presentada ha agrupado esas causas seis categorías
de problemas, en los que se agrupan distintos factores asociados. Con ello, se
pretende facilitar el diagnóstico de la situación de la violencia y la delincuencia de
un determinado lugar y coadyuvando a la identificación de líneas de intervención,
que incidan sobre los problemas diagnosticados, para el diseño de una política
integral de convivencia y seguridad ciudadana.
Este enfoque, representa una matriz de intervención que propicia el Programa
de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y que puede graficarse de la
siguiente manera:

Gráfico: PNUD. 2008

Para el PNUD, violencia y delincuencia deben ser reconocidas como multi-


causales, pues obedecen tanto a factores asociados a la violencia incidental,

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esos hechos de violencia ocasional que no alcanzan a constituirse como
delitos pero que pueden derivar en uno, (como situaciones de conflicto entre
vecinos que terminan en disputas con lesiones); como a factores asociados a
la criminalidad organizada o la violencia instrumental. Teniendo en cuenta esta
matriz, la estrategia para promover la seguridad ciudadana debe ser integral,
y debe incluir acciones que se encuentran en ese espectro que va desde la
Prevención hasta el Control.

Pero, además, debe integrarse este marco, con las acciones tendientes
a PROTEGER a las personas, diferentes de aquellas que pretenden
EMPODERARLAS.
Sepamos que hay acciones que dependen de un rol más activo de la ciudadanía
y hay acciones que ponen a la ciudadanía en un rol un tanto más pasivo y a su
vez, se pueden observar aquellas en las que se estimulan en mayor o en menor
grado las capacidades en las personas, para enfrentar o prevenir las situaciones
de inseguridad, como un elemento de la respuesta.
El fortalecimiento de las funciones tradicionales de la policía y la justicia implica
una serie de acciones representativas de una política de Control, con carácter
de Protección.
Mecanismos que faciliten a la ciudadanía el procedimiento de denunciar hechos
ilícitos, aportando agilidad, comodidad, buen trato y respeto a los derechos de
las víctimas, es representativo de la existencia de una política de Control que se
acerca al Empoderamiento.
Las acciones tendientes a la efectiva igualdad de oportunidades educativas,
o las que tienden la eliminación de la precarización laboral, o las que buscan
mejorar las condiciones sanitarias de comunidades vulnerables, forman parte
de una grilla elemental de políticas sociales que se centran en la Prevención y el
Empoderamiento.
A su vez, las acciones de prevención situacional contienen elementos de
Prevención y de Protección.
Por último, podemos observar políticas que se encuentran en la intersección de los
ejes Protección-Empoderamiento y Prevención-Control. Allí se pueden identificar
acciones que combinan satisfactoriamente, elementos de las dos dimensiones y
que aportan significativas posibilidades de éxito. Entre ellas están los modelos
de policiamiento comunitario; las Juntas o Foros de Participación Ciudadana
para la Seguridad Ciudadana; y las que fortalecen el rol de los gobiernos locales
para el abordaje de la (in)Seguridad Ciudadana.
Ustedes con estas líneas habrán tenido la oportunidad de observar, las diferencias
entre un profesional de seguridad que realice un despliegue técnico basado
en conocimientos criminológicos, y una empresa de venta de tecnología con
interesantes ofertas en cámaras y servicio de monitoreo.
Lo visto hasta aquí, pretende dejar en claro, que las respuestas a las situaciones
de inseguridad ciudadana no solo deben proteger pasivamente a las personas,
sino que fundamentalmente deben estimular sus capacidades para hacer frente
a las amenazas identificadas y para fortalecer su resistencia y sus oportunidades
para actuar en su propio nombre y en el de otros.
Y el modelo de Seguridad Ciudadana es la matriz más completa para dar las
respuestas que exigen.

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3. El análisis estadístico en Seguridad.
Identificando los problemas de (in)Seguridad Ciudadana. ¿Magnitudes o
Significados?
Uno de los problemas más significativos a la hora de intentar formular proyectos y
programas dirigidos a la prevención de la delincuencia, radica en las dificultades
con las que se encontrarán aquellos que intenten identificar y cuantificar el
fenómeno.
A la hora de elaborar o adaptar los programas que se pretendan aplicar, es
importante que se hayan colectado y sistematizado datos de referencia e
investigaciones fiables, e incluso, de ser posible, información sobre prácticas
óptimas en materia de prevención de la delincuencia.
Estos datos son de importancia, no sólo para la elaboración o selección de
los programas o proyectos a aplicar, sino que, además, serán igualmente
importantes para el seguimiento y la evaluación de las actividades realizadas.
La administración pública a todos los niveles, los servicios policiales y las
organizaciones no gubernamentales a menudo trabajan con las universidades
y los centros de investigación y formación para que les ayuden a preparar los
datos, medir los resultados y evaluar los efectos de los programas. Lo que
ocurre, es que estamos en un contexto, de escasez y baja calidad de fuentes
oficiales de información delictual, corroboradas por innumerable cantidad de
investigaciones académicas.
Dichas investigaciones han llegado a un cierto grado de consenso en su
diagnóstico, denunciando una fuerte precariedad regional en torno a la
institucionalidad y capacidad técnica para recopilar, sistematizar y difundir
información delictiva.
El significativo incremento en el grado de preocupación de la ciudadanía por
cuestiones como el delito y la seguridad pública, como sabemos representa el
llamado de atención de la ciudadanía, que se resiste a sentir como inevitable,
convivir con el miedo y la inseguridad. Justamente el problema principal que
obliga a muchos a pensar en lo inexorable de esa existencia llena de incertidumbre
de las sociedades actuales podría explicarse debido a la ignorancia sobre la
cuestión de la criminalidad y el riesgo mayor se proyecta en la naturalización de
este tipo de fenómenos que hasta terminan haciendo tolerable y entendible, lo
que debiera ser execrable.
Por ello, no debe ser considerado un freno, llevar adelante la tarea de medir
la violencia y criminalidad, aún desde su complejidad. Pero lo que sí debe
tenerse en claro, que los fenómenos a medir son diversos y las metodologías de
recolección de información, múltiples.
Cuando nos disponemos a presentar un análisis de la dimensión objetiva de la
seguridad y específicamente lo relativo a la determinación de cómo se manifiesta
el delito en una zona determinada y sobre una comunidad dada, la principal
fuente de información a la que suele acudirse es la “estadística oficial”.
La usualmente denominada “estadística oficial” del delito es un tipo de
información específico, de carácter cuantitativo, que da cuenta sobre una serie
de comportamientos que se producen en la vida social que responderían a
la etiqueta “delitos”, y que es generada en procesos de registro por parte de
instituciones estatales en el marco del “gobierno de la seguridad”.
Definir y registrar un hecho, como delito por parte de las instituciones estatales, lo
convierte en oficial. A su vez, esta “estadística oficial” se subdivide en dos tipos,
de acuerdo con la institución en la cual se registra la información: la estadística
policial y la estadística judicial.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.152


Ambos tipos de información estadística poseen características que reflejan la
actividad de distintas instituciones y a su vez, es recabada con metodologías
distintas, y obviamente finalidades distintas.
Debe comprenderse que la utilización de estos “números” para explicar la cuestión
criminal, está asociado a las instituciones estatales dedicadas específicamente al
“gobierno de la seguridad”. Es por ello por lo que no debe olvidarse el grado de
compromiso de las instituciones responsables de la “seguridad”, para generar y
aportar información que pueda dar cuenta de la “inseguridad”, que, a su vez, es
generada por el desgobierno que ellas mismas provocan.
Esta situación, hace que identifiquemos con claridad, al menos dos limitaciones
bien claras de las estadísticas oficiales. Por un lado, el carácter “manufacturado”
de las estadísticas y la cuestión de la “cifra negra” de la criminalidad
Al hablar de carácter “manufacturado”, debe entenderse que ningún instrumento
de medición es neutral, y dependiendo de “para qué” se toma la decisión de
medir, se determinará el tipo de instrumento y cuáles serán los campos para
tener en cuenta, al constituir el registro.
Por ello se puede afirmar esa falta de neutralidad. La imagen parcial de la realidad
que nos ofrece la información oficial del delito nos presenta el componente
ideológico que rige los designios de la institución que elabora la estadística. Por
ejemplo, el hecho de que existan “delitos silenciados”, representativos de una
clara falta de igualdad ante la obligación de los estados de atender el reclamo
de Seguridad, muestra que la discriminación en materia de inseguridad consiste
en un desbalance injustificado entre las amenazas y la protección que el sistema
ofrece a las personas. Este desbalance, se produce en razón de, por ejemplo, la
injustificada tolerancia social o institucional a mecanismos de violencia como por
ejemplo la violencia de género, que de manera reciente, comenzó a ser objeto
de consideración por parte del Estado y con ello, reflejado en las estadísticas, en
cambio, unos años atrás, no sólo no había información desagregada de este tipo
de manifestaciones violentas, sino que incluso las mujeres no eran “protegidas”
por el Estado ante un tipo específico de violencia de la cual son víctimas.
Tampoco debe olvidarse, que la problemática de la violencia impacta directamente
en la legitimidad de las instituciones que debieran prevenirla como así también,
en el nivel de aceptación de las autoridades que gobiernan. De allí que no sea
raro encontrar organizaciones exitosas que construyen su imagen gracias a la
“manufacturación” de las cifras.
Más allá de la obvia ambigüedad con la que se presenta la información en esos
casos, ya que nunca se expresa que dato permite inferir que el incremento del
número de sentencias condenatorias represente mayor eficacia investigativa en
vez de un incremento de los hechos delictivos en virtud de la ineficacia preventiva;
se olvida que el servicio policial va mucho más allá de la función de “Control” de
las actividades de los ciudadanos. El servicio policial, involucra un sinnúmero
de actividades que incluso exceden lo normado por las leyes orgánicas de la
policía pero que impactan en su legitimidad pública, debido a que muchas de
sus actividades, son representativas del accionar de la institución, por ser la
organización con mayor capacidad logística y operativa del estado para ofrecer
ayuda a quien lo necesite en momentos extremos.
Al hablar de la “cifra negra” de la criminalidad, nos referimos a lo que se puede
denominar “criminalidad sumergida”, la cual se distingue de la criminalidad
aparente debido a que representa el conjunto de conductas que se producen en la
vida social que presuntamente pueden asociarse a las conductas comprendidas
–tipificadas- en la ley penal como delitos, y que no han sido o denunciadas o
conocidas por las instituciones obligadas a su abordaje –policía y justicia penal-.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 153


Las razones de la brecha entre la criminalidad sumergida y la criminalidad
denunciada, puede deberse a múltiples razones, entre ellas, se pueden
mencionar: la percepción de la víctima respecto de una aparente insignificancia
en la lesión producida por el hecho; la falta de confianza de la ciudadanía en la
voluntad investigativa o de restablecimiento del orden público por parte de los
funcionarios obligados a actuar; el miedo a represalias; etc.
A su vez, dependiendo del tipo de delito, la brecha entre la criminalidad
aparente y los delitos denunciados puede ser menor o mayor. Hechos como
los homicidios, los robos de automotores, los robos en entidades bancarias
poseen un índice muy bajo de “invisibilidad”, por distintos factores, como el
caso de los hechos violentos que culminan en muerte circunstancia muy difícil
de ocultar; o las obligaciones que asumen los ciudadanos u organizaciones, de
reportar hechos delictivos como paso previo a la presentación de reclamos ante
compañías aseguradoras.
Otros casos de eventos que conllevan un impacto emocional traumático y la sola
idea de su reedición en los procesos judiciales pueden generan la necesidad
de no denunciar, pueden generar una brecha importante entre la cifra negra y la
criminalidad aparente, como en los casos de violencia sexual
Como han podido observar, el fenómeno delictivo entonces, puede ser descrito
como un “Iceberg”, donde sobre la línea de flotación, por encima del agua, se
observa una masa de hielo que aparenta ser una gran base de sustentación, que
representaría todo el sistema de registros policiales de denuncias; y mientras
dirigimos la mirada hacia arriba, podemos observar que esa institucionalidad
que se inicia con la denuncia, sigue con los registro de procesos judiciales,
luego los registros de sentencias condenatorias y luego, al final los registro de
reclusos de unidades penitenciarias.

Como puede observarse, el sistema va drenando elementos de esta realidad,


desde esa aparente base, disminuyendo el número de registros, tal en la medida
que se va ascendiendo hacia la cúspide.
Pero el problema más grave de esta imagen lo representa lo que se oculta de esa
institucionalidad y que se integra con todos esos hechos que no son denunciados
pero que conforman el universo “delito” y que su no institucionalización en sí
misma representa un dato más que relevante.
Si nos dejamos llevar por la construcción simbólica que propicia la imagen
anterior, deberíamos estar más que atentos a lo que esconde bajo la superficie
la información estadística oficial del universo aparente, ya que, si una política de
seguridad no tiene como fundamento para su determinación un estudio de la

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.154


cifra negra, corre el más que probable riesgo de que al no haber dimensionado
adecuadamente la realidad, no se resuelva el problema que pretendía abordarse.
Para indagar acerca esa cifra negra, surgen a fines de los años ´60, las encuestas
de victimización, Ese tipo de estudio permite indagar sobre los comportamientos
efectivamente producidos en la sociedad, donde las personas responden a un
cuestionario que les permite exponer sus propias experiencias de victimización
(hechos delictivos de los que resultaron víctimas) y las de su grupo conviviente
en un cierto período de tiempo.
En los Estados Unidos de Norteamérica, desde principios de los años ´70, se
viene desarrollando la Encuesta Nacional de Victimización Delictiva (NCVS), la
cual recoge los datos sobre victimización violenta y a la propiedad, discriminando
la información por tipo de víctima, tipos de hogares y características del incidente.
La NCVS es para EE. UU., la principal fuente nacional de información sobre
la victimización criminal. Se trata de una recolección de datos realizada por la
Oficina del Censo de EE. UU. para la Oficina de Estadísticas de Justicia (BJS).
La NCVS recopila información sobre los delitos no fatales, reportados y no
reportados a la policía, en contra de personas de 12 años o más a partir de una
muestra nacional representativa de hogares estadounidenses.
Los crímenes violentos medidos por la NCVS incluyen asalto sexual y violación,
robo, asalto agravado y asalto simple. Delitos contra la propiedad incluyen robo
hogar, robo de vehículos y robo.
Ahora bien, más allá de las expectativas que puede generar este instrumento de
cuantificación, debe aclararse que también puede carecer de neutralidad, ya que
no necesariamente debe entenderse que nos dará en forma inexorable una imagen
detallada de la criminalidad real, integrada por la cifra negra y la criminalidad
aparente, sino que desde su diseño estará limitada a brindar una imagen de
determinadas conductas dentro del universo más amplio, y la selección de lo
determinable estará fundado en algún criterio político, institucional, filosófico o
simplemente práctico.
Otra cuestión que merece destacarse es que las encuestas de victimización no
formulan preguntas que permitan indagar fenómenos signados por el discurso
jurídico, como en el caso de las estadísticas judiciales y policiales. Lo que, para
la estadística policial, podría identificarse como hurto, hurto calamitoso, hurto
con escalamiento, robo, robo calificado por el uso de arma, o robo calificado
por efracción, en las encuestas de victimización, quedarían categorizadas de
manera general como “robo”, ya que esas categorías en vez de ser jurídicas
pasan a ser sociológicas. Si bien existe cierta relación en la forma de “catalogar”
comportamientos, queda claro que se torna imposible comparar las dos fuentes
de información.
Pero más allá de lo necesario de una mínima enumeración de las críticas que
reciben este tipo de encuestas, en paralelo, debe reconocerse que los estudios
de victimización han comenzado a aportar información respecto de distintas
situaciones que permanecían ocultas para el analista de la cuestión criminal.
Además de aportar algo de luz sobre la cifra negra, revelan cuestiones como la
percepción de inseguridad, los comportamientos autoprotectivos, y la legitimidad
de los órganos públicos de la seguridad (policía y poder judicial), con lo que
determinadas visiones de la ciudadanía pasan a tener valor por el sólo hecho de
su nueva visibilidad.
Como han podido verificar hasta aquí, tanto las fuentes oficiales, como las
encuestas de victimización, aisladamente tienen limitaciones, pero su estudio y
análisis en conjunto, aporta elementos invaluables, más allá de los problemas
señalados.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 155


En otras palabras, lo imprescindible no solo es debatir la consistencia de las
cifras y los números, sino también los marcos teórico-metodológicos en que
se sustentan. Quizá, una definición de violencia en términos de una relación
social de conflicto abre las posibilidades de comprensión del fenómeno más allá
de los tradicionales números provenientes de las denuncias o las encuestas de
victimización, que a esta hora se han convertido en fuentes insuficientes haciendo
necesario ampliar las fuentes de información y la utilización de instrumentos
teórico-metodológicos propios de otras ramas del conocimiento como las de la
economía (que analicen los costos de la violencia); las de las ciencias sociales
(que analicen actores, grupos etáreos, impactos institucionales); o las de la
antropología, con el interés de incorporar los elementos propios que permitan
entender las lógicas subyacentes a los comportamientos de ciertos grupos
humanos; y a su vez, que se favorezcan trabajos sustentados en fuentes no
convencionales de información, como análisis de medios, encuestas cualitativas,
entre otras, que en definitiva, permitan conocer el verdadero significado de la
violencia y/o el delito.
Los datos oficiales para medir el delito, la violencia y sus fuentes.
En el siguiente cuadro, podrán observar los registros o fuentes de información
que pueden ser relevantes para el diagnóstico y cuáles son las instituciones que
los resguardan y eventualmente podrían aportarlo ante el requerimiento de la
persona o grupo que realiza el diagnóstico.

INSTITUCIÓN RESPON-
REGISTROS O FUENTES DE INFORMACION
SABLE
Policía, policía judicial Denuncias formuladas por la ciudadanía o
o fuerzas de seguridad actuaciones de oficio en hechos en los que
con competencia en la deban intervenir por imperio legal.
investigación penal pre-
paratoria
Procedimientos policiales, de causas contra-
Policía o Fuerzas de
vencionales (que violan los códigos de convi-
Seguridad
vencia urbana).
Denuncias formuladas por la ciudadanía en
Ministerio Público Fiscal forma directa ante los Fiscales o actuaciones
iniciadas de oficio por el agente fiscal.
Registro de Sentencias Condenatorias.
Debe tenerse en cuenta que depende el sis-
tema procedimental del estado, pueden existir
condenas en Juicios Abreviados Iniciales (ante
Poder Judicial
Jueces de Control que llevan adelante un juicio
abreviado ante la confesión lisa y llana de un
hecho descubierto en flagrancia); en Cámaras
criminales (de Juicio común);

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.156


Registro de datos de las personas tanto en
prisión preventiva como condenados. Tam-
bién pueden ser útiles los datos de las per-
Servicios Penitenciarios sonas que por la fase del cumplimiento de la
condena en que se encuentren pueden estar
sometidos a regímenes de salidas laborales o
transitorias.
Registro de datos de las personas que se
encuentran cumpliendo con condenas firmes
Ministerios de Justicia
y bajo regímenes de semi libertad o libertad
o áreas de atención de
condicional y que permitan determinar cuáles
liberados
son los sistemas de reinserción a los que están
sometidos
Registro de datos sobre las personas, contex-
Centros de Salud o de tos, magnitud, características y efectos de los
emergencia hechos de violencia que llegan para su aten-
ción.

La Presentación de la Información
Presentar la información del delito y la violencia, implica tener en claro aspectos
metodológicos que permitirán no sólo la focalización del análisis, sino que
también permitirán desarrollos comparativos que enriquecerán el diagnóstico.
En este punto, centraremos el desarrollo en una serie de indicadores que definen
qué se quiere conocer y qué se pretende poner a consideración pública.
Podemos decir que un indicador es una medida que sintetiza una situación de
importancia, cuya evolución en el tiempo es importante reconocer.
Debe entenderse, que un indicador es una herramienta que permite clarificar
situaciones o estados y determinar su evolución en el tiempo. Se diseñan para
contar con un estándar contra el cual evaluar, estimar o demostrar el progreso
con respecto de una situación o en relación con metas establecidas.
Los indicadores, en el marco de la Seguridad Ciudadana, son de vital importancia,
ya que se constituirán como verdaderas “señales” que nos facilitarán saber dónde
estamos y hacia donde nos dirigimos con respecto a determinados objetivos y
metas, así como evaluar programas específicos y determinar su impacto.
Para cada indicador, debe existir una definición y metadatos, que permitan
mejorar su mejor comprensión y fundamentalmente su socialización. Deben
ser confiables y exactos, y la recolección de la información debe estar dirigida
a que se construya el mismo indicador de la misma manera y bajo condiciones
similares, mes a mes, semestre a semestre, año tras año -depende el ciclo
temporal que pretenda analizarse-, de modo que las comparaciones sean
válidas. Deben estar disponibles para varios años, con el fin de que se pueda
observar el comportamiento del fenómeno a través del tiempo, así como para
diferentes regiones y/o unidades de análisis.
Estas cuestiones son claramente explicitadas, porque recién en los últimos años,
se comenzó a transitar por un camino que permitirá resolver problemas como, la
multiplicidad de indicadores para describir los casos de criminalidad y violencia;
la existencia de diversas fuentes no conciliadas para los mismos temas o
territorios; la diversidad de definiciones, mecanismos y tecnologías para producir

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 157


información y la interpretación de los términos que tanto la jurisprudencia como
las instituciones, han ido delimitando en materia de convivencia y seguridad
ciudadana.
Los indicadores sobre los que se han logrado consensos a nivel Latinoamericano
en el marco del proyecto “Sistema Regional de Indicadores Estandarizados de
Convivencia y Seguridad Ciudadana” al cual pueden acceder desde la página
web: http://www.iadb.org/es/temas/gobierno/sistema-regional-de-indicadores-
estandarizados-en-convivencia-y-seguridad-ciudadana-ses,9198.html, son los
siguientes:

Hechos DEFINICIÓN INDICADOR


Lesiones intencionales
ocasionadas por una per-
sona a otra, que causan la
Tasa de homicidios por
Homicidios muerte (excluye las muer-
100.000 habitantes.
tes por lesiones de tránsito
y otras lesiones no inten-
cionales).
Muertes ocasionadas por
Muertes por
una lesión en un accidente Tasa de muertes por tránsito
lesiones en
de tránsito (sin importar el por cada 100.000 habitantes.
tránsito
momento en que suceda).
Muertes causadas por
Tasa de suicidios por cada
lesiones intencionales
Suicidios 100.000 habitantes mayores
auto-infligidas en personas
de 5 años.
mayores de 5 años.
Muertes por Muertes causadas por Tasa de muertes por armas
armas de proyectil (es) disparada (s) de fuego por cada 100.000
fuego con arma de fuego. habitantes.
Cualquier acto de carácter
sexual que se realice sin
el consentimiento de una
Tasa de denuncias de delitos
Delitos sexua- persona, haya o no pene-
sexuales por cada 100.000
les tración y en el caso de los
habitantes.
niños, niñas y adolescen-
tes, aun con su consenti-
miento.
Todo acto sexual, la tenta-
tiva de consumar un acto
sexual, los comentarios o
insinuaciones sexuales no
deseados, o las acciones
para comercializar o utili-
zar de cualquier otro modo
Violencia Prevalencia de violencia
la sexualidad de una per-
sexual sexual
sona mediante coacción
por otra persona, inde-
pendiente de la relación
de esta con la víctima, en
cualquier ámbito incluido
el hogar o el lugar de tra-
bajo.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.158


Cualquier acción u omisión
de personas, con quienes
Tasa de denuncias de mal-
exista una relación o de
Maltrato de trato de niños, niñas y ado-
instituciones, que vulneren
niños, niñas y lescentes por cada 1.000
la integridad física o psico-
adolescentes personas menores de 18
lógica de los niños, niñas
años de edad.
y adolescentes (excluye
delitos sexuales).
Tasa denuncias de violencia
Todo acto u omisión que intrafamiliar/familiar/domés-
genere violencia entre los tica por cada 100.000 habi-
Violencia intra-
miembros de la familia tantes.
familiar/fami-
o de la pareja/expareja
liar/doméstica
(excluye los delitos sexua- Prevalencia de violencia
les). intrafamiliar/familiar/domés-
tica
Tasa de hurto por cada
Apoderarse de un bien 100.000 habitantes.
ajeno sin ejercer violencia
Hurto
ni fuerza sobre las cosas o Porcentaje de victimización
sobre las personas. por hurto en personas mayo-
res de 18 años.
Apoderarse de una cosa
o mueble ajeno con el -Tasa de robo por cada
propósito de obtener pro- 100.000 habitantes.
vecho para sí o para otro,
Robo
mediante el ejercicio de -Porcentaje de victimización
cualquier tipo de violencia por robo en personas mayo-
sobre las personas y/o res de 18 años.
cosas.
Hurto y robo Apoderarse de un automo- Tasa de hurto y robo de
de automoto- tor matriculado con o sin automotores por cada 10.000
res violencia. automotores matriculados.
Privación de la libertad de
una persona plenamente
identificada, en contra de
Tasa de secuestro por cada
Secuestro su voluntad, exigiendo una
100.000 habitantes.
ventaja económica o de
otra índole a cambio de su
liberación.
Transgresión o violación
Infracciones cometida por conducir
Porcentaje de infracciones
de tránsito por cuando las capacidades
por conducir en estado de
embriaguez físicas están disminuidas
embriaguez etílica.
etílica por el consumo de alco-
hol.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 159


Proceso en el que una per-
sona sufre las consecuen- Tasa de victimización delic-
Victimización
cias de un delito, por parte tiva en personas mayores de
delictiva
de otro ser humano o una 18 años.
institución.
Porcentaje de personas con
Sensación de desprotec-
Percepción de percepción de inseguridad
ción en general asociada
(in)seguridad en personas mayores de 18
al delito.
años.
Porcentaje de personas a
Sensación asociada a la
Percepción de quienes preocupa ser víc-
posibilidad de ser víctima
riesgo timas de algún delito en su
de un acto delincuencial.
ciudad.
Cambio en las actitudes o
comportamientos de las
Porcentaje de personas
Percepción de personas ante la sensa-
mayores de 18 años, con
miedo ción de probabilidad de
percepción de miedo.
ser víctima de algún delito
en el futuro.
Es el grado de credibili-
dad que se tiene en las
instituciones encargadas
Porcentaje de personas
Confianza en de brindar protección a la
mayores de 18 años, con
las institucio- población, investigar los
confianza en las institucio-
nes eventos delictivos ocurri-
nes.
dos, sancionar a sus cau-
santes y reinsertarlos en la
sociedad.
Evaluaciones relativa-
Porcentaje de personas
Actitudes mente permanentes, ya
mayores de 18 años, que
hacia la violen- sean positivas o negativas,
justifican del uso de la vio-
cia sobre personas, grupos,
lencia.
objetos o ideas.
Fuente: BID. 2011. “Sistema Regional De Indicadores Estandarizados Con-
vivencia Y Seguridad Ciudadana “. Resumen ejecutivo de proyecto. DATOS
EN: http://www.iadb.org/es/temas/gobierno/sistema-regional-de-indicadores-
estandarizados-en-convivencia-y-seguridad-ciudadana-ses,9198.html

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.160


A continuación los invitamos a ver un video sobre “El Sistema
regional de indicadores Estandarizados de convivencia y Seguridad
ciudadana”

En definitiva, a los efectos de presentar la información, deberá tenerse en cuenta


algunos conceptos muy sencillos.
b) La Frecuencia de Delitos
Es el número de delitos registrados por la policía en un determinado espacio
territorial o jurisdiccional. Se trata del número absoluto de denuncias,
normalmente agrupadas según el lugar en que se reporta que ocurrió el hecho
delictual.
A su vez, puede presentarse también, mostrando el porcentaje de denuncias que
tiene el país en relación con el total de denuncias del continente
A su vez, podemos presentar también, el peso porcentual acumulado, sumando
los porcentajes uno a uno de cada país de la región. Ello nos permite mostrar
tres lugares distintos de una ciudad, suman el 55% (por ejemplo) de los delitos
de la ciudad, durante el período “X”.

B) Tasa de denuncias
La tasa de denuncias es un dato estadístico, que corresponde a una expresión
numérica que permite llevar valores a una escala común y, por tanto, hacer
comparables las mediciones, sin importar las diferencias de población entre
ciudades o entre ellas y las localidades más pequeñas.
Internacionalmente, como hemos visto más arriba con el “Sistema Regional
de Indicadores Estandarizados de Convivencia y Seguridad Ciudadana”, se
ha impuesto la norma de expresar las denuncias en tasas por cada 100.000
habitantes, lo cual permite comparar entre países o ciudades, sabiendo que
estamos en una escala común de magnitudes.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 161


Para calcular las tasas de denuncias, la fórmula a desarrollar es la siguiente:

Por ello, si queremos determinar la Tasa de denuncias de homicidio de la


República Argentina, tendremos los siguientes datos:
Frecuencia de denuncias de homicidios = 2237 (dato ficticio)
N.º de Habitantes = 40765000 (dato ficticio)

Entonces:

Así, la Tasa de denuncias de Homicidio en Argentina para el año 2010 es:


5,48 Homicidios cada 100.000 habitantes (dato ficticio)
Otro dato importante es determinar las variaciones porcentuales entre dos
períodos temporales. A continuación, se presenta la fórmula para determinar la
variación porcentual entre un período y otro.

C) Análisis por tipo de delitos


En este tipo de presentación, la información con la que se debe contar es la
relativa a cada “tipología” delictiva. Deben procurarse las frecuencias de
denuncias de delitos en el lugar a intervenir y luego de ello, en una graficación
tipo “torta” se presenta el peso porcentual de los Delitos contra la propiedad, los
delitos contra las personas y el resto de los delitos.
Ese tipo de gráficos ayuda a dar una rápida dimensión “visualmente” estructurada,
de la situación del área analizada.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.162


Este tipo de presentación, permite determinar los delitos con una mayor
incidencia en la Unidad de análisis. A su vez, se puede determinar de la misma
manera, cada uno de los tipos de delitos contra la propiedad y con ello medir
cual el fenómeno delictivo de mayor incidencia (Robo, Hurto, etc.)
D) Otros tipos de Análisis
La profundidad e inteligencia de los análisis delictivos, puede observarse en
virtud de la forma de agrupar la información y en virtud de ello, la utilidad que
puede darse a la información.
Por ejemplo, a partir de gráficos publicados por el Sistema Nacional De
Información Criminal, de la Dirección Nacional de Política Criminal - Ministerio
de Justicia, Seguridad y DD. HH., de la República Argentina, la sociedad podría
tener elementos que reduzcan su vulnerabilidad. Si esos datos estuvieran
focalizados en la Unidad de Análisis o unidad territorial definida al comienzo del
diagnóstico, sería esa comunidad que se asienta sobre ella, la beneficiaria de
dicho conocimiento.

Distribución de
frecuencias de
homicidios dolosos
por franja horaria de
ocurrencia

DIR. Nac. de Política


Criminal – Min.de Justicia,
Seguridad y DD. HH.-
Argentina.2008

Por ejemplo, en el cuadro que antecede puede observarse que entre las 20:00hs y
las 23:59, se produjo el 26% de los homicidios dolosos, lo cual podría determinar
que en dicha franja horaria se correría un mayor riesgo que en otros horarios
por una simple observación cuantitativa. Pero la distribución de hechos en las
distintas franjas analizadas, muestra una relativa normalidad que no permitiría
de manera concluyente decir que una franja es más segura que otras en tanto
no haya elementos que permitan comprender cualitativamente el fenómeno
estudiado.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 163


Distribución de frecuencias de homicidios dolosos en ocasión de robo por
tipo de lugar de ocurrencia

Dir. Nac. de Política Criminal – Min.de Justicia, Seguridad y DD. HH.-


Argentina.2008

En el cuadro que antecede, puede observarse que en la vía pública se produjeron


la mayoría de los homicidios dolosos.

Víctimas de homicidios dolosos según sexo por grupo de edades

Dir. Nac. de Política Criminal – Min.de Justicia, Seguridad y DD. HH.-


Argentina.2008

En el cuadro anterior se observa que varones entre 25 y 34 años representan un


grupo vulnerable que debe ser atendido ya que son los que corren más riesgos
de sufrir un ataque lesivo contra su persona

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.164


Víctimas de homicidios dolosos según clase de víctima

Dir. Nac. de Política Criminal – Min.de Justicia, Seguridad y DD. HH.- Argen-
tina.2008

A su vez, es la población civil la que corre mayor riesgo de ser víctima de un


homicidio.
Hasta aquí, se han revisado distintas formas de presentar la información.
Frecuencias, Tasas, Variaciones porcentuales, incidencias según hora, lugares,
sexo, edad, y condición de la víctima. Todo ello con el objeto de que observen de
qué forma puede interesarse y beneficiarse a la comunidad con la que se trabaja
en Seguridad Ciudadana, aportando información correctamente analizada.
Otra forma de presentar la información, es a través de la georreferenciación que
además constituye una verdadera herramienta para la toma de decisiones.
En materia de (in)Seguridad Ciudadana, el análisis geográfico del delito, ha
adquirido un impulso más que significativo, impulsado principalmente por el
crecimiento de las tecnologías de la información y paralelamente a ello, el avance
y el desarrollo en los Sistemas de Información Georreferenciada.
Fundamentalmente, estas tecnologías permiten observar el fenómeno de la
violencia y el delito, a partir de la presentación histórica de su ocurrencia en
un entorno cartográfico, permitiendo focalizar el cuándo y el dónde de esa
“producción” delictiva.
A su vez, los sistemas de información georreferenciada (SIG), pueden operar
superponiendo capas de información, que permitirían la integración de otras
variables al análisis del fenómeno delictivo. Para poder introducirse en sus
usos, los invito a efectuar la lectura del material presentado como obligatorio
“Experiencia de Chile en el empleo de tecnología SIG en los procesos de
mejoramiento de la gestión policial y la implementación y evaluación de
programas de prevención social y situacional del crimen y la violencia” de Patricio
Tudela, Alan Lenz Alcayaga y José Campos Vidal. Departamento de Información
y Estudios, División de Seguridad Ciudadana, Ministerio del Interior de Chile; al
cual podrán acceder desde el siguiente link TUDELA_SIG EN CHILE. IC 2
A su vez, también podrán acceder al artículo “Los sistemas de información
geográfica (GIS) y la Seguridad Ciudadana. ¿La panacea o una herramienta
muy eficiente?” del profesor Mario Esteban Tuduri Valdés, de nuestra
Universidad, publicado en la Edición N°11 de la Revista Tendencias (UBP)
Rev-Tendencias-11 IC 3

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 165


Lo invitamos a realizar la Actividad 2: “Midiendo el delito y la
violencia”.

Usted ya está en condiciones de realizar las Consignas 7 y 8 de la


Evaluación.

Referencias.
• Bjorn Moller, 1996, “Conceptos sobre seguridad: nuevos riesgos y desafíos”.
DESARROLLO ECONOMICO - REVISTA DE CIENCIAS SOCIALES IDES,
Buenos Aires, vol. 36, N.º 143, octubre-diciembre 1996 (pp. 769-792)
• Boutros Boutros – Ghali. 2003. “La interacción entre democracia y desarrollo”.
UNESCO
• “Tratado Marco de Seguridad Democrática en Centroamérica” 1995.
Disponible en Versión digital en: “http://www.sica.int/busqueda/Centro%20
de%20Documentaci%C3%B3n.aspx?IDItem=974&IdCat=10&IdEnt=330&Id
m=1&IdmStyle=1”
• OEA. 2008. “La seguridad pública en las Américas: Retos y oportunidades”
www.oas.org
• PNUD. 1994. “Un programa para la cumbre mundial de desarrollo social”
Informe sobre Desarrollo Humano
• PNUD. 2004 “La democracia en América Latina: hacia una democracia de
ciudadanas y ciudadanos”. - 2a ed. - Buenos Aires. Aguilar, Altea, Taurus,
Alfaguara, 2004.
• PNUD. 2008. Proyecto Regional De Gobernabilidad Local En América Latina.
“Gobernabilidad Local, Convivencia Y Seguridad Ciudadana Marco Para La
Acción”. Disponible en formato en: http://www.regionalcentrelac-undp.org/
images/stories/DESCENTRALIZACION/marcoparalaaccion.pdf
• PNUD. 2009. “Abrir espacios para la seguridad ciudadana y el desarrollo
humano” Informe sobre Desarrollo Humano para América Centra. IDHAC,
2009-2010
• PNUD. OEA. 2010 “Nuestra Democracia”. México FCE, PNUD, OEA.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.166


m4 |contenidos | IC

información complementaria 1 - 2 - 3

Las siguientes informaciones complementarias se encuentran disponibles


directamente en plataforma.

m4 material

Material Básico:

• Contenidos desarrollados en el material de cátedra y en las actividades de


los módulos.
• MARCHIORI, HILDA “Criminología -Introducción- “. Córdoba. Ed Marcos
Lerner. Editora Córdoba. 1999; los capítulos II Teorías Criminológicas
Criminología Clínica; Capítulo III, Criminología Interaccionista; Y Capítulo IV,
Criminología Organizacional
• TUDURI VALDEZ, Mario Esteban: “Los sistemas de información geográfica
(GIS) y la Seguridad Ciudadana. ¿La panacea o una herramienta muy
eficiente?” Universidad Blas Pascal, publicado en la Edición N°11 de la
Revista Tendencias (UBP) Rev-Tendencias-11
• TUDELA, Patricio, “Experiencia de Chile en el empleo de tecnología SIG en
los procesos de mejoramiento de la gestión policial y la implementación y
evaluación de programas de prevención social y situacional del crimen y
la violencia”. BID. 2003. Acceso a través del siguiente Link: https://sites.
google.com/site/jorgeluisjofre/Recursos-Acadmicos/Archivos. Sitio:
https://sites.google.com/site/jorgeluisjofre/Recursos-Acadmicos/
Archivos

Material Complementario:
• ANIYAR DE CASTRO, Lola y CODINO, Rodrigo; “Manual de Criminología
Sociopolítica”. Buenos Aires. Ed. Ediar. 2013
• BARATTA, Alessandro, “Criminología crítica y critica del derecho penal”.
México, Ed. Siglo XXI, 1991
• BERGALLI, BUSTOS ET ALL; “El Pensamiento Criminológico. Vol I. Un
Análisis Crítico”.Bogotá. Ed Temis. 1983
• BERGALLI, BUSTOS ET ALL; “El Pensamiento Criminológico. Vol II. Estado y
Control”.Bogotá. Ed Temis. 1983
• ELBERT, Carlos Alberto; “Manual Básico de Criminología”. Buenos Aires. Ed.
Eudeba. 1998
• FERRI, Enrico: “Sociología criminal”, Ed. Analecta, Pamplona, 2005.
• GAROFALO: “La criminología: estudio sobre el delito y sobre la teoría de la
represión”, Ed. B de F, Buenos Aires, 2005.
• JANOWITZ, Morris: Teoría Social y Control Social. En: American Journal of
Sociology. Universidad de Chicago.1975. Vol. 81, 1. Traducido por Juan

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 167


Pegoraro. Revisión de Máximo Sozzo y Publicado en Delito y Sociedad.
Revista de Ciencias Sociales, N°6/7,1995
• JOFRÉ, Jorge Luis; “La Seguridad Ciudadana. ¿Mera retórica política o un
paradigama a seguir?” En: “Tendencias” Rev. De la Universidad Blas Pascal.
Año VI. 11. Córdoba. 2012
• McLAUGHLIN, Eugene y MUNCIE, John. “Diccionario de Criminología” Ed.
Gedisa. Mexico. 2011
• OEA. 2008. “La seguridad pública en las Américas: Retos y oportunidades”
www.oas.org
• ONU.OCHA. 2009. “TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA SEGURIDAD HUMANA.
Aplicación del concepto de seguridad humana y el Fondo Fiduciario de
las Naciones Unidas para la seguridad de los Seres Humanos” Al libro
puede accederse en el siguiente link: https://sites.google.com/site/
jorgeluisjofre/Recursos-Acadmicos/Archivos
• PEGORARO, Juan S. “Una reflexión sobre la inseguridad”, en Argumentos.
Revista de crítica social; N°2. Buenos Aires. 2003
• PAVARINI, Massimo, “Control y dominación”, México, Ed. Siglo XXI, 1993
• PNUD. 2004 “La democracia en América Latina: hacia una democracia de
ciudadanas y ciudadanos”. - 2a ed. - Buenos Aires. Aguilar, Altea, Taurus,
Alfaguara, 2004.
• RODRIGUEZ MANZANERA, L. “Criminología”. 2a edición. México: Ed.
Porrúa. 1981
• TAYLOR, Ian, WALTON, Paul y YOUNG, Jock, “La nueva criminología.
Contribución a una teoría social de la conducta desviada”. Bs. As., Amorrortu,
1997 (2°reimp)
• TIEGHI, Osvaldo N. “TRATADO DE CRIMINOLOGÍA” Ed. Grupo Editorial
20XII. Buenos Aires. 2016
• TUDELA, Patricio, “Experiencia de Chile en el empleo de tecnología SIG en
los procesos de mejoramiento de la gestión policial y la implementación y
evaluación de programas de prevención social y situacional del crimen y
la violencia”. BID. 2003. Acceso a través del siguiente Link: https://sites.
google.com/site/jorgeluisjofre/Recursos-Acadmicos/Archivos
• TUDURI VALDÉS, Mario; “Los sistemas e información geográfica (GIS) Y LA
Seguridad Ciudadana. ¿La panacea o una herramienta muy eficiente? En:
“Tendencias” Rev. De la Universidad Blas Pascal. Año VI. 11. Córdoba. 2012
• Zaffaroni, Eugenio; “Criminología, Aproximación desde un Margen”. Ed.
Temis. Bogotá.1988
• Zaffaroni, Eugenio. “Tratado de Derecho Penal” Parte General TII. Ed. Ediar.
Buenos Aires. 1987
• Zaffaroni, Eugenio et All. “Derecho Penal. Parte General” 2° Edición. Ed.
Ediar Buenos Aires. 2002.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.168


m4 actividades

m4 | actividad 1

¡Organicemos la estantería!

Consideramos que para comprender las complejidades que rodean a nuestra


ciencia, lo mejor que puede hacer en este punto es or-ga-ni-zar-se.

La actividad, como sabe, es una tarea no obligatoria pero el volumen de


personajes y teorías que hemos repasado hasta aquí merecen un proceso de
sistematización en un cuadro o en un mapa conceptual.

Lo invitamos a que realice un cuadro de esta naturaleza donde se exponga


de manera sintética y ordenada el derrotero del saber criminológico, con sus
exponentes y las escuelas y/o corrientes que los cobijaron.

Esperamos disfrute la actividad.

m4 | actividad 2

“Midiendo el delito y la violencia”

En la última parte del módulo 4 vieron el giro práctico que toma la criminología
para un licenciado en seguridad, por eso es vital que conozcan algunas
operaciones de estadística básica que les permitan dar el paso inicial de toda
evaluación en seguridad.
El objeto de la presente actividad es que usted vaya internalizando las formulas
básicas en materia estadística, y que son fundamentales para la criminología.
Por eso, se pone a su disposición una tabla de la frecuencia delictiva del Robo
en el continente americano, pero pueden aportar la que ustedes dispongan.

Algunos datos del delito están disponibles en la página del Observatorio de


Seguridad de la OEA : http://www.oas.org/dsp/Observatorio/database/
indicatorsdetails.aspx?lang=es&indicator=193, y la información demográfica
pueden ubicarla en este sitio web de la misma fuente http://www.oas.org/dsp/
Observatorio/database/indicatorsdetails.aspx?lang=es&indicator=74

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 169


A partir de los datos ofrecidos, o los que usted disponga, deberá:
a) Determinar el porcentaje de denuncias que tiene cada país en relación con el
total de denuncias del continente y ordenar en forma decreciente.
b) Determinar el peso porcentual acumulado, sumando los porcentajes uno a
uno de cada país de la región.
c) Calcular la tasa por cada 100.000 habitantes, de Robos en el continente
americano. Ordenar la tabla según el valor obtenido conforme el punto
precedente, de forma decreciente.

21. Robo (total)

1. Criminalidad y Violencia
Número total de casos de robo registrados por la policía. Por robo se entiende
el hurto de bienes de una persona venciendo resistencia con el uso de la
fuerza o con amenaza del uso de la fuerza. En la categoría de robo se incluyen
los atracos. tirones y los hurtos con violencia. pero no el carterismo ni la extor-
sión.

Países Población Año 2011 Frecuencia Robo


Antigua y Barbuda 90000 125
Argentina 40.765.000 388.165
Bahamas 347000 919
Barbados 274000 411
Belice 318000 485
Bolivia 10.088.000 12.863
Brasil 196.655.000 811.705
Canadá 34.350.000 30.405
Chile 17.270.000 32.725
Colombia 46.927.000 94.254
Costa Rica 4.727.000 23.120
Dominica 68000 4
Ecuador 14.666.000 53.277
El Salvador 6.227.000 9.554
Estados Unidos 313.085.000 357.832
Granada 105000 165
Guatemala 14.757.000 9.537
Guyana 756000 2.740
Haití 10.124.000 ---
Honduras 7.755.000 ---
Jamaica 2.751.000 3.033
México 114.793.000 741.764
Nicaragua 5.870.000 28.429
Panamá 3.571.000 9.506
Paraguay 6.568.000 8.918
Perú 29.400.000 48.785

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.170


República
10.056.000 81.399
Dominicana
Saint Kitts y Nevis 53000 108
San Vicente y las
109000 17
Granadinas
Santa Lucía 176000 539
Suriname 529000 1.663
Trinidad y Tobago 1.346.000 5.498
Uruguay 3.380.000 13.829
Venezuela 29.437.000 29.132

m4 glosario

Diagnóstico: Identificación de la etiología de una patología, mediante la


observación de sus signos y emergentes.
Paradigma: Ejemplo o ejemplar
Retórico: Arte de expresarse con corrección y eficacia, embelleciendo la
expresión de los conceptos y dando al lenguaje escrito o hablado el efecto
necesario para deleitar, persuadir o conmover. | Lenguaje afectado y pomposo.
Seguritizador: Término empleado para revelar un esquema discursivo que
busca la explotación del miedo para incrementar las medidas de control y de
reducción de libertades individuales.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag. 171


e v a l uac ión

La versión impresa no incluye la actividad obligatoria. La misma se


encuentra disponible directamente en plataforma.

EDUBP | SEGURIDAD | Criminología - pag.172

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