04 La Transmigracion de Las Almas

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Seminario 6

Tema 4

La Transmigración de las
Almas

Instituto
SAHu
La Transmigración de las
Almas

Instituto para el Estudio de la Sabiduría Antigua y Desarrollo


de la Conciencia Humana
“La Evolución, y su hermana gemela la Involución,
son dos leyes que se procesan simultáneamente en todo
lo creado, constituyen el eje mecánico de la Naturaleza,
pero jamás nos llevarán a la Liberación”.

Samael Aun Weor

Material Didáctico de uso


interno y exclusivo de
estudiantes del Instituto SAHu

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EVOLUCIÓN E INVOLUCIÓN

En cuestiones de esoterismo,
orientalismo, ocultismo, etc., los eruditos
tienen plena libertad para escribir lo que
les plazca; empero no deben olvidar el
Libro de Oro. Quiero referirme al patrón
de medidas: el Tarot...
Nadie podría violar impunemente
las Leyes del Tarot sin recibir su
merecido; recordad que existe la Ley de
la Katancia, el Karma superior... Hay
responsabilidad en las palabras...
El dogma de la Evolución
quebranta las leyes cósmicas del Arcano
10 del Tarot, viola los desideratos del
Libro de Oro..., conduce a muchas gentes
al error.
Obviamente, todo erudito ocultista,
esoterista, debe siempre apelar al patrón
de medidas, al Tarot, si es que no quiere
caer en el absurdo.

Samael Aun Weor:


El Misterio del Áureo Florecer

Desde el punto de vista rigurosamente académico, la palabra


EVOLUCIÓN significa desarrollo, construcción, progresión, adelanto,
avance, edificación, dignificación, etc., etc., etc.
Haciendo un enfoque gramatical, ortodoxo y puro, aclaro: el término
INVOLUCIÓN quiere decir progresión a la inversa, retroceso, destrucción,
degeneración, decadencia, etc.
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Actualmente se están difundiendo tanto en el oriente como en el
occidente del mundo muchas doctrinas filosóficas fundamentadas en el dogma
de la Evolución.
La Evolución y la Involución son fuerzas mecánicas que se procesan
simultáneamente en toda la Naturaleza. Nosotros no negamos la realidad de
estas dos fuerzas, las explicamos.
Los basamentos científicos de la Evolución son las teorías nebulares del
origen del Universo, con todas sus innumerables alteraciones, modificaciones,
adiciones, restricciones, etc., que nada, realmente, cambia en la original
concepción errónea del proceso mecánico de construcción; y, segundo, la
caprichosa teoría de Darwin sobre el origen de las especies, con todas sus
correcciones y cambios posteriores. En realidad, la aparición de nuevas
especies como resultado de la evolución no pasa de ser más que una simple
hipótesis, porque jamás se ha podido verificar, nadie ha visto aparecer una
nueva especie.
El pensamiento moderno, al crear la teoría de la Evolución, se olvidó de
los procesos destructivos de la Naturaleza. La razón estriba en el campo de
visión intelectual demasiado limitado en estos tiempos.
Debido a esto se elaboran teorías de relumbrón, muy bonitas, pero con
un número insuficiente de hechos.
Ninguno de los procesos es ciertamente conocido en forma íntegra, y
observamos solamente parte del proceso; los hombres dicen que este proceso
consiste en cambios de tipo evolutivo.
La mente humana, en estos tiempos modernos, está embotellada en el
dogma de la Evolución, que solo sabe pensar en función de su propio
embotellamiento, y a los demás fenómenos de destrucción, decadencia y
degeneración les aplican los calificativos de evolución, desarrollo y progreso.
Las llamadas razas primitivas europeas de la Edad de Piedra, tales como
la de Cro-Magnon, que vivieron en las cavernas de la Tierra, fueron muy
hermosas, pero el impulso cíclico descendente involutivo pesaba terriblemente
sobre esas razas de origen atlante. Finalmente, el hombre paleolítico dejó su
puesto a su sucesor, desapareciendo casi por completo de escena.
Ninguno de los pueblos verdaderamente salvajes encontrados por los
exploradores ha mostrado signo alguno de evolución; por el contrario, en todos
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los casos sin excepción se han observado signos inconfundibles de
degeneración e involución.
Dentro de todo proceso evolutivo existe un proceso involutivo. La Ley
de Evolución y su hermana gemela la Ley de Involución trabajan en forma
coordenada y armoniosa en todo lo creado.
Obviamente, urge enfatizar la idea trascendente de que la Ley de las
Antítesis es coexistencial con cualquier proceso crudamente natural. Este
concepto de contenido es absolutamente irrecusable, irrebatible, irrefutable.
Ejemplos concretos: día y noche, luz y tinieblas, construcción y
destrucción, crecimiento y decrecimiento, nacimiento y muerte, etc., etc.
La exclusión de cualquiera de esas dos antes citadas leyes (Evolución e
Involución) originaría la estática, el quietismo, la parálisis radical de los
mecanismos naturales.
Negar, pues, cualquiera de esas dos ordenanzas significa, de hecho, caer
en un barbarismo...
Existe evolución en todo organismo que se gesta, nace y se desarrolla;
existe involución en toda criatura que caduca y muere.
Existe evolución en cualquier unidad cósmica que surge del Caos; existe
involución en todo planeta en estado de consunción llamado a convertirse en
luna, en cadáver...
Hay evolución en toda civilización ascendente; hay involución en
cualquier cultura de tipo descendente...
Es ostensible que esas dos citadas leyes constituyen el eje mecánico
fundamental de la Naturaleza.
Incuestionablemente, sin tal eje básico no podría girar la rueda de los
mecanismos naturales.
Sin embargo, triste es ver que hoy en día el hombre, embotellado en el
dogma terrible de la Evolución, en todo quiere ver el progreso. Para colmo de
los colmos hasta la espantosa degeneración social es para el hombre actual
evolución, progreso, avance, etc. En verdad que no hay peor ciego que aquel
que no quiere ver...
Si echamos un vistazo al panorama actual de la humanidad, pueden ver
Uds. a los millones de seres que pueblan la faz de la Tierra. ¿Son acaso esas
multitudes los inocentes de la antigua Arcadia? ¿Son esos aquellos que
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adoraban al Sol y a los Espíritus de la mañana en la época en que la Tierra era
hermosa en todo su esplendor? ¿Creen Uds. que estos que viven ahora podrían
entrar al Edén? ¿Dónde están las perfecciones de todos estos millones de seres?
No las hemos encontrado, ¿verdad?
¿Es eso evolución? No, realmente se ha involucionado. No sé en qué se
afianzan los fanáticos del dogma de la Evolución para asegurar que todo está
progresando, ¡si hemos perdido todo!
Los sentidos se degeneraron, se volvió todo monstruoso, horrible; no
estamos en los tiempos aquellos en que los ríos de agua pura manaban leche y
miel, estos no son los momentos en que la lira de Orfeo resuena en todos los
ámbitos del Universo, estos no son los instantes en que le rendimos culto a los
Dioses Santos.
Vemos por las calles parejitas aparentemente muy inocentes, como las del
Jardín del Edén. Qué ingenuos, ¿verdad? ¡Con qué cariño se toman la mano!
Pero vamos a ver el fondo de eso. ¡Qué fornicaciones! ¡Qué perversidades! Así
está el mundo, por aquí, por allá y por acullá.
Así, pues, el dogma de la Evolución resulta cansón; aseguran que todos
estamos evolucionando hasta ser dioses; es mentira, porque los hechos están
demostrando lo contrario.
¿En qué han quedado los Sagrados Misterios del pasado? ¿Dónde están
los templos? ¿Qué son las pirámides de Teotihuacán o de Egipto? Sí, son moles
de piedras hermosas, soleadas, soportando el peso de los siglos. Pero sus
hierofantes, ¿qué se hicieron? Ahora andan por ahí deambulando, caídos,
metidos en el lodo de la tierra. En general, todo por esta época es tinieblas
profundas, Ángeles caídos, Santuarios profanados, Iniciados vencidos, dolor,
amargura... ¿Podría decirse que esto es evolución? ...

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LA TRANSMIGRACIÓN
DE LAS ALMAS

“Por estos tiempos


tenebrosos del Kali-Yuga, la vida
celeste entre la muerte y el nuevo
nacimiento se hace cada vez más
imposible... La causa de tal
anomalía consiste en el
robustecimiento del Ego animal; la
Esencia de cada persona está
demasiado atrapada por el Yo
pluralizado”.
“Los Egos normalmente se
sumergen dentro del reino mineral
en los mundos infiernos, o
retornan en forma inmediata, o
mediata, en un nuevo organismo”.
“El Ego continúa en la semilla de nuestros descendientes; retornamos
incesantemente para repetir siempre los mismos dramas, las mismas
tragedias”.
“Debemos hacer hincapié en eso de que no todos los agregados
psíquicos logran tal humano retorno; realmente muchos Yoes-Diablos se
pierden debido a que, o bien se sumergen dentro del reino mineral, o
continúan reincorporándose en organismos animales, o resueltamente se
aferran, se adhieren a determinados lugares”.

Samael Aun Weor:


“El Misterio del Áureo Florecer”

Estos procesos Evolutivos e Involutivos de todas las cosas, aunque pueda


sorprendernos los vive también eso que se llama Conciencia, Esencia o
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simplemente Alma: oleadas de Esencias inician su Evolución en el Reino
Mineral, prosiguen con estado Vegetal, continúan en la escala Animal y por
último alcanzan el nivel de tipo humanoide intelectivo.
Oleadas de vida descienden luego Involucionando de acuerdo con la Ley
de la Caída, reviviendo procesos animales, vegetales y minerales, hacia el centro
de gravedad terrestre.
En todo caso, amable lector, para entender estos procesos, es necesario
comprender que es eso que diversos autores han calificado con el nombre de
«Elementales».
Es necesario
saber, pues, que los
Elementales son las
Conciencias de los
elementos, porque
bien sabemos que los
elementos del fuego,
aire, agua, tierra no son
algo meramente físico
como suponen los
ignorantes ilustrados,
sino más bien,
dijéramos, vehículos
de Conciencias sencillas, simples e ingenuas en el sentido más trascendental de
la palabra. Así que, los Elementales son los principios concientivos de los
elementos, en el sentido trascendental o esencial de la palabra, y eso es todo.
Los Elementales de la Naturaleza los hay de varias clases. Autoridades en
esa materia tenemos a Franz Hartman; bastante interesante resulta su libro «Los
Elementales». También tenemos a Paracelso, el gran médico, Felipe Teofastro
Bombastro de Hohenheim (Aureola Paracelso).
Existen, obviamente, Elementales de tipo Evolutivo y de tipo Involutivo
también. Muchos piensan, por ejemplo, que los changos, simios, monos,
orangutanes, gorilas, son de tipo Evolutivo, y algunos hasta suponen que el
hombre viene del mono, mas tal concepto cae estrepitosamente cuando
observamos las costumbres de esas especies animalescas.
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Póngase a un simio dentro de un laboratorio y obsérvese lo que sucede.
Las diversas familias de simios son involutivas, descienden del humanoide
intelectual.
El humanoide no viene del mono, la verdad de esto es a la inversa: los
simios son humanoides involucionantes, degenerados.
Observemos la familia de los cerdos; en los tiempos de Moisés, los
israelitas que llegaban a comer esa carne, eran decapitados. Es obvio que este
tipo de Elementales se encuentran en franca Involución.
Otro es el estado de los cuervos, y éstos, aunque se alimentan de la muerte
por el hecho de desenvolverse en el rayo de Saturno, poseen ciertos poderes
maravillosos que indican Evolución...
Obviamente, todo esto, que sea dicho en pleno siglo XX, pues resulta
bastante extraño. La gente se ha vuelto ahora tan complicada..., la mente se ha
desviado tanto de las sencillas verdades de la Naturaleza, que es difícil que ya
pueda aceptar de buena gana estas cosas.
Más bien, este tipo de conocimiento lo aceptan las gentes simples,
sencillas, aquellos que no tienen tantas complicaciones con el intelecto.
En todo caso, quiero decirles que
los Elementales minerales en su ascenso
Evolutivo, resultan interesantísimos. Es
extraordinario ver a los Gnomos o
Pigmeos entre las rocas, parecen
pequeños enanitos con sus grandes
libros, y su luenga barba blanca.
Los Elementales más avanzados del
reino mineral, cuando están preparados,
es obvio que dan el salto al reino vegetal.
Cada organismo vegetal es el cuerpo
físico de un Elemental vegetal. Todo
árbol, toda hierba, por insignificante
que esta sea, posee su Elemental
particular.
No quiere decir con esto que los
Elementales de las plantas, árboles y
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flores, etc., están sometidos a todas horas dentro de su cuerpo inmóvil, eso
sería absurdo e injusto además.
Los Elementales vegetales tienen plena libertad para entrar y salir de sus
cuerpos a voluntad; uno se asombra cuando los encuentra en la cuarta vertical.
Normalmente, las criaturas Elementales del reino vegetal, se encuentran
clasificadas en forma de familias.
Una es la familia de los naranjales, otra de la hierbabuena de menta, otra
de los pinos, etc., etc., etc.
Esos Elementales de las plantas tienen conciencia, son inteligentes
y hay grandes esoteristas que saben manipularlos o manejarlos a voluntad.
Resultan bellísimos, quienes los conocen pueden por medio de ellos actuar
sobre los elementos de la Naturaleza.
Los Elementales avanzados del reino vegetal ingresan más tarde a
los diversos departamentos del reino Animal. Estas criaturas, distribuidas en
múltiples familias o especies, tienen también sus guías y sus templos ubicados
en el Paraíso Terrenal, es decir, en la Cuarta Coordenada llamada por los
Ocultistas, Mundo Etérico.
Siempre se comienza la Evolución en el reino animal por organismos
animales simples, pero a medida que se va evolucionando, se va también
complicando la vida; y llega el instante en que el Elemental animal puede tomar
cuerpos orgánicos muy complejos.
Las criaturas Elementales más avanzadas del reino animal, ingresan
siempre en el reino de los humanoides intelectuales; no hay duda de que
estos bípedos tricerebrados o tricentrados son mucho más peligrosos.
Mucho se ha dicho sobre la Doctrina de la Transmigración de las Almas,
expuesta por el señor Krishna en la tierra sagrada de los Vedas unos mil años
antes de Cristo. A cada Alma se le asignan 108 existencias para su Auto-
Realización Intima. Aquéllos que no llegan a su Auto-Realización dentro del
número de existencias asignadas, es obvio que descienden dentro del Reino
Mineral sumergido, involucionan inevitablemente dentro de las entrañas de la
Tierra. Pero analicemos un poco más detalladamente esto que estamos
afirmando...
El Dante Alighieri nos habla en su «Divina Comedia» de los Nueve
Círculos Dantescos, y él ve esos Nueve Círculos dentro del interior de la Tierra.
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Nuestros antepasados de Anahuac, en la gran Tenochtitlan, hablan claramente
del Mixtlán, la región infernal que ellos también ubican en el interior mismo de
nuestro globo terrestre.
A diferencia de algunas otras sectas o religiones, para nuestros
antepasados de Anahuac, como hemos visto en sus códices, el paso por el
Mixtlán es obligatorio, y lo consideran como un mundo de probación, donde
las Almas son probadas y si logran pasar por los Nueve Círculos,
incuestionablemente ingresan al Edén, o sea, al Paraíso Terrenal.
Para los Sufís Mahometanos, el Infierno no es tampoco un lugar de
castigo, sino de instrucción para la Conciencia y de purificación. Para el
Cristianismo, en todos los rincones del mundo, el Infierno es un lugar de
castigo y de penas eternas. Sin embargo, el círculo secreto del Cristianismo, la
parte oculta de la religión Cristiana es diferente. En la parte oculta de cualquier
movimiento cristiano, en la parte íntima o secreta se encuentra la Gnosis. El
gnosticismo Universal ve el Infierno, no como un lugar de penas eternas y sin
fin, sino como un lugar de expiación, de purificación y de ilustración a su vez
para la Conciencia.
Obviamente, tiene que
haber dolor en los Mundos
Infiernos, puesto que la vida
es terriblemente densa
dentro del interior de la
tierra, y sobre todo en el
Noveno Círculo donde está
ese núcleo, dijéramos,
concreto de una materia
terriblemente dura.
Allí se sufre lo
indecible, en todo caso,
quienes ingresan en la
Involución sumergida del reino mineral, tarde o temprano deben pasar por eso
que se llama en el Evangelio Crístico «la Muerte Segunda».
No hemos pensado jamás en el gnosticismo Universal, al estudiar esta
cuestión del Infernus Dantesco, en que no tenga un límite el castigo.
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Consideramos que Dios, siendo eternamente justo, no podría cobrarle a nadie
más de lo que debe, pues toda culpa, por grave que sea tiene un precio; pagado
su precio parecería absurdo seguir pagando.
Aquí mismo, en nuestra justicia terrenal, que no es sino una justicia
perfectamente subjetiva, vemos que si un preso entra a la cárcel por tal o cual
delito, una vez que pagó su delito se le da el boleto de libertad. Ni las mismas
autoridades terrenales aceptarían que un preso continuara en la cárcel después
de haber pagado el delito.
Se han dado casos de presos que se acomodan tanto en la prisión, que
llegado el día de su salida, no han querido salir y ha habido que sacarles a la
fuerza. Así que toda falta por muy grave que sea, tiene un precio.
Si los jueces terrenales saben esto, cuánto más no lo sabría la Justicia
divinal. Por muy grave que haya sido el delito o los delitos que alguien haya
cometido, pues tiene su precio, pagado el precio, está el boleto de libertad.
Si no fuera así Dios sería entonces un gran tirano, y bien sabemos
nosotros que al lado de la Justicia Divina nunca falta la Misericordia. No
podríamos, en modo alguno, calificar a Dios como un tirano, tal proceder sería
blasfemar y a nosotros francamente, no nos gusta la blasfemia.
Así que la Muerte segunda es el límite del castigo en el infernus Dantesco.
Que a ese Infernus se le llame Tártarus en Grecia, o que se le llame averno en
Roma, o Avitchi en el Indostán, o Mixtlán en la antigua Tenochtitlan, importa
poco...
Cada país, cada religión, cada era o cada cultura ha sabido de la existencia
del Infernus y le ha calificado siempre con algún nombre. Para los antiguos
habitantes de la gran Hespéride, como vemos nosotros al leer la Divina
Eneida de Virgilio, el poeta de Mantua, el Infernus es la morada de Plutón; es
en aquella región cavernosa donde Eneas el Troyano encontrara a Dido, aquella
reina que se mató por amor a él mismo, después de haber jurado lealtad a las
cenizas de Siqueo.
Entendido todo esto podemos proseguir: es obvio que la Divina Madre
Kundalini, la Serpiente Ignea de Nuestros Mágicos Poderes, intenta lograr
nuestra Auto-Realización Intima durante el curso de las 108 existencias
que a cada uno de nosotros nos son asignadas; ostensiblemente dentro de

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tal ciclo de vidas sucesivas, tenemos innumerables oportunidades para la Auto-
Realización; aprovecharlas es lo indicado.
Desafortunadamente, nosotros reincidimos en el error incesantemente, y
el resultado al fin, suele ser el fracaso.
Resulta palmario y evidente, que no todos los seres humanos quieren
hollar la senda que ha de conducirlos a la liberación final.
Los distintos mensajeros que vienen de lo alto, profetas, Avataras,
grandes apóstoles, han querido siempre señalarnos con precisión exacta la
rocallosa senda que conduce a la auténtica y legítima felicidad.
Desgraciadamente, las gentes nada quieren con la sabiduría divina, han
encarcelado a los Maestros, han asesinado a los Avataras, se han bañado con la
sangre de los justos, odian mortalmente todo lo que tenga sabor a Divinidad.
Sin embargo, todos como Pilatos se lavan las manos, se creen santos,
suponen que marchan por el camino de perfección.
No podemos negar el hecho contundente y definitivo de que existen
millones de equivocados sinceros, que muy honradamente presumen de
virtuosos y piensan de sí mismo lo mejor.
En el Tártarus viven Anacoretas de toda especie, místicos
equivocados, sublimes faquires, sacerdotes de muchos cultos, penitentes de
toda especie, que todo aceptarían menos la tremenda verdad de que están
perdidos y que marchan por el camino de la maldad.
Con justa razón dijo el Gran Kabir Jesús: «De mil que me buscan uno me
encuentra, de mil que me encuentran uno me sigue, de mil que me siguen uno
es mío.»
El «Bhagavad Gita» dice textualmente lo siguiente:
«Entre miles de hombres, tal vez uno intente llegar a la perfección; entre
los que lo intenten, posiblemente uno logre la perfección, y entre los perfectos,
quizá uno me conoce perfectamente.»
Así pues, paciente lector, si el Alma humana, agota las 108 existencias,
que por cierto guardan estricta concordancia matemática con el número de
cuentas que forman el collar del Buddha, y de acuerdo con las Leyes del
Tiempo, Espacio y Movimiento, tal Alma involuciona inevitablemente en el
Reino Mineral sumergido, hacia el Centro de Estabilidad Planetaria, para
reascender evolutivamente un poco más tarde.
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Sin embargo, cualquier nuevo reascenso desde el Centro de Gravedad
terrestre, exige previa desintegración del Mí Mismo, del Ego, del Yo
Psicológico. Esta, como hemos dicho, es la «Muerte Segunda».
Como quiera que la Esencia está embotellada ente el Ego, la disolución
de este último se hace indispensable a fin de que ella se libere. En el Centro de
Estabilidad Planetaria se restaura la Prístina Pureza original de toda esencia.
Ascienden aquéllos que han disuelto el Ego. Descienden aquéllos que no
lo han disuelto. Los victoriosos se convierten en Buddhas, en Maestros. Los
fracasados, después de la Muerte Segunda, se transforman en Elementales de
la Naturaleza.
Grave sería que el Ego no tuviera límites y continuara eternamente
desarrollándose y desenvolviéndose; jamás tendría el mal del mundo límite, se
extendería victorioso por los espacios infinitos y dominaría todos los cosmos.
En este caso si habría injusticia. Afortunadamente, el Gran Arquitecto del
Universo ha puesto un dique al mal.
Aquéllos que quieran Auto-
Realizarse Intimamente con el
propósito de evitarse el descenso a los
mundos infiernos, deben meterse por la
Senda de la REVOLUCION DE LA
CONCIENCIA; esto significa separarse y
apartarse completamente de la Leyes de
Evolución e Involución.
Descender en el Mundo Soterrado,
es radicalmente diferente al ascenso
evolutivo sobre la superficie de la Tierra.
La recapitulación animálica en abismo es
de tipo degenerativo, involutivo,
descendente, doloroso. La recapitulación
vegetaloide entre las entrañas de la Tierra
es espantosa, los que por tal proceso
pasan, parecen más bien sombras que se
deslizan por aquí, por allá y por acullá en
sufrimientos inenarrables.
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La recapitulación
involutiva descendente
mineral entre las entrañas del
mundo en que vivimos, es
más amarga que la muerte
misma, las criaturas se
fosilizan, se mineralizan y se
desintegran lentamente entre
tormentos imposibles de
explicar con palabras.
Es evidente que la
destrucción del Sí Mismo, la
aniquilación del Ego, la disolución del Sí Mismo en las regiones sumergidas del
Averno, es absolutamente indispensable para la destrucción del mal dentro de
cada uno de nosotros. Obviamente, sólo mediante la muerte del ego, se hace
posible la Liberación de la Esencia, entonces ésta resurge, y sale a la superficie
planetaria, a la luz del sol, para reiniciar un nuevo proceso Evolutivo dentro de
estas dos Leyes Mecánicas de la Naturaleza.
El reascenso se verifica siempre atravesando los estados mineral, vegetal
y animal hasta reconquistar el estado humanoide que otrora se perdiera. Es
claro que con el reingreso a este estado, nuevamente se nos asignan otra vez
108 existencias, que también tienen relación con las 108 vueltas que el Brahmán
indostánico hace alrededor de la Vaca Sagrada, y que si no las aprovechamos
debidamente, nos conducirán por el camino descendente, de regreso al Averno.
La Conciencia sufre tanto los procesos Evolutivos como los Involutivos.
Millones de humanoides tienen la Conciencia dormida, mas al entrar en el
Abismo, después de las 108 existencias, despiertan inevitablemente en el mal y
para el mal. Lo importante en este caso es que de todas maneras despiertan
aunque sea para justificar sus errores en los mundos infiernos.
Aquéllos que creen llegar a la Auto-Realización con el tiempo y mediante
la Evolución, y ganando muchas experiencias, están de hecho equivocados;
éstos que así piensan están aplazando el error de siglo en siglo, de existencia en
existencia, y la realidad es que al fin se pierden en el Abismo.

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El descenso dentro de las entrañas del reino mineral con el propósito de
liberar la Esencia de entre los elementos indeseables que en una u otra forma
se adhieren a la psiquis, se repite una y otra vez hasta un total de 3.000 veces.
Concluidos los 3.000 periodos de la Gran Rueda, cualquier tipo de Auto-
Realización Intima resulta
imposible.
Sin embargo, hay en esta Ley
de la Transmigración de las Almas
algo que no hemos dicho; hemos
citado la ley del Eterno Retorno,
hemos mencionado es otra Ley
conocida como Recurrencia; mas
debemos aclarar que estas dos
citadas leyes se desarrollan y
desenvuelven sobre la línea espiral
de la vida.
Esto significa que cada ciclo
de manifestación se procesa en
espiras o curvas cada vez más altas
dentro de la gran línea espiral del
Universo. Como quiera que esto
también suele ser un poco
abstracto, me veo en la necesidad de aclarar mejor, a fin de que todos Uds.
puedan comprender profundamente la Enseñanza.
Al escaparse la Esencia después de la Muerte Segunda, al resurgir, al salir
nuevamente a la luz del Sol, obviamente transformada en gnomo, habrá de
reiniciar un nuevo proceso evolutivo, pero dentro de una octava superior.
Esto significa que tal criatura Elemental mineral, se hallará
indudablemente dentro del Reino Mineral con un estado de Conciencia
superior al que tenía cuando iniciaba Evolución similar en el anterior ciclo de
manifestación.
Al proseguir con estas explicaciones, no deben olvidar que cualquier
ciclo de manifestación incluye evoluciones en los Reinos Mineral, Vegetal,
Animal y Humano (en este último se nos asignan siempre 108 existencias).
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Si examinamos un caracol, veremos curva sobre curva, algo semejante a
una escalera de tipo espiraloide; es evidente que cada uno de estos ciclos de
manifestación se desarrolla en curvas cada vez más altas.
Ahora os explicaréis por qué motivo existe tanta variedad de Elementales
minerales, vegetales, animales y diversos grados de inteligencia entre los
humanoides.
Incuestionablemente es muy grande la diferencia entre los Elementales
minerales que por vez primera comienzan como tales y aquellos que ya han
repetido el mismo proceso muchas veces.
Lo mismo podemos decir sobre los Elementales vegetales y animales, o
sobre los humanoides.
Como quiera que los ciclos de manifestación son siempre 3.000, el último
de éstos realmente se encuentra en una octava muy alta.
Aquellas Esencias que dentro de las 3.000 vueltas de la Rueca no lograron
la Maestría, se absorben en su Chispa Virginal para sumergirse definitivamente
entre el seno del Espíritu Universal de vida.
Es notorio, palmario y evidente, que durante los ciclos de manifestación
cósmica, hemos de pasar por todas las experiencias prácticas de la vida.
Indubitablemente, cualquier Esencia que haya pasado por los 3.000
ciclos de manifestación ha experimentado también 3.000 veces los horrores
del Abismo, y por ende, ha mejorado y adquirido Auto-Conciencia.
Así pues, tales Esencias tienen de hecho pleno derecho a la felicidad
Divina. Desafortunadamente, no gozarán de la Maestría; no la adquirieron y
por ello no la tienen.
Ostensiblemente, no son las Chispas Virginales o Mónadas Divinas las
que sufren, sino la Esencia, la emanación de las citadas Chispas, lo que de Alma
tenemos cada uno de nosotros.
Los dolores pasados por toda Esencia ciertamente vienen a ser bien
recompensados, porque a cambio de tantos sufrimientos se adquiere Auto-
Conciencia y felicidad sin límites
Maestría es diferente; nadie podría lograr el Adeptado sin los tres
Factores de la Revolución de la Conciencia, expresados claramente por
Nuestro Señor el Cristo: «el que quiera venir en pos de mi, niéguese a sí mismo,
tome su cruz y sígame.»
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Negarse a sí mismo significa disolución del «Yo»; Tomar la Cruz, echarla
sobre nuestros hombros; representa el nacimiento alquímico, el trabajo con el
Maithuna (aspecto del que hablaremos en temas posteriores). Seguir al Cristo
equivale a sacrificarse por la humanidad, a dar la vida para que otros vivan.
Si en 3.000 ciclos de 108 vidas cada uno, no se viven estos Tres Factores
de la REVOLUCIÓN DE LA CONCIENCIA, toda puerta se cierra y la
Esencia misma, convertida en un Elemental inocente, se sumerge entre el seno
de la Gran Realidad, es decir, entre el gran Alaya del Universo, entre el Espíritu
Universal de Vida o Parabrahatman, como le denominan los indostanes.
Quienes fracasan definitivamente, quienes no saben aprovechar las
innumerables oportunidades que estos 3.000 periodos nos deparan, quedarán
para siempre excluidos de la Maestría. En este último caso, aquella Chispa
Inmortal que todos llevamos dentro, la Mónada sublime, recoge su Esencia, es
decir, sus principios anímicos, se la absorbe en sí misma y se sumerge luego en
el Espíritu Universal de vida para siempre.
Es obvio que las Mónadas fracasadas no lograron la Maestría; poseen la
Felicidad Divinal, mas no tienen legítima Auto-Conciencia; son apenas Chispas
de la Gran Hoguera, no pudieron convertirse en Llamas...
Estas Chispas Virginales ven a los Maestros, a los Dioses, en forma similar
al modo que las hormigas ven a los humanoides. Estas Mónadas que no
lograron o no quisieron la Maestría, definitivamente quedaron excluidas de
toda escala jerárquica. Aclaro: no todas las Chispas inmortales, no todas las
Mónadas sublimes quieren la Maestría.
Cuando alguna Mónada, cuando alguna Chispa Divinal, quiere de verdad
alcanzar el sublime estado de «Mónada-Maestro», es indubitable que trabaja
entonces a su Esencia, a su Alma, despertando en esta Alma infinitos anhelos
de espiritualidad trascendente.

20
PREGUNTAS Y RESPUESTAS

P.- Querido Maestro, por todo lo que Ud. acaba de exponer parece
ser, si no me equivoco, que eso es precisamente lo que quiso decir el Señor
Krishna cuando habló de la transmigración de las Almas, y también el
Maestro Pitágoras cuando se refirió a la Metempsicosis. ¿Es esto así?

R.- Escucho la palabra del caballero que hizo la pregunta y es claro que
me apresuro a responderla: Amigos, señoras, ciertamente esto que estoy
afirmando esta noche, tiene documentación en la India y en Grecia. La
primera con la maravillosa doctrina expuesta por aquel antiguo Avatara
Indostán llamado Krishna, y en la segunda la doctrina de Pitágoras.
Obviamente la Metempsicosis de aquel gran filósofo griego y la
doctrina de la transmigración de las Almas enseñada por el Avatara hindú,
son idénticas en la forma y en el fondo, desafortunadamente las gentes
tergiversan la enseñanza y por último la rechazan en forma arbitraria.

P.- Preclaro Maestro, lo que no comprendo es la razón por la cual


distinguidas figuras reconocidas como Maestros, tales como la Señora
H.P. Blavatsky y Charles Leadbeater, al igual que Annie Besant,
fundadores de la Sociedad Teosófica y personas con facultades de
clarividencia, clariaudiencia y otros poderes, nunca repararon en los
hechos que tanto el Gran Kabir Jesús, como Krishna, Pitágoras y Ud.,
Maestro Samael, han enseñado; sino por el contrario han preconizado en
sendos tratados de gran reconocimiento en el mundo de las escuelas
pseudo-esotéricas que el hombre inexorablemente camina por la vía
ascendente de la Evolución hasta que algún día en el decorrer de los
tiempos, llega a la perfección y a ser uno con el Padre. ¿Puede explicarnos
tal incongruencia?

R.- Escucho a un señor que hace una pregunta muy importante y es


incuestionable que me apresuro a responderle en la mejor forma.

21
Ciertamente las leyes de la Evolución y de la Involución, trabajan en
forma armoniosa y coordinada en toda la naturaleza.
Es indubitable que a toda subida le sucede una bajada, a todo ascenso un
descenso; sería pues absurdo suponer que la ley de la Evolución fuese algo
diferente.
Si ascendemos por una montaña indudablemente llegaremos a la
cima, después habremos de descender. Así es la ley de la Evolución y de la
Involución, mis queridos hermanos.
Estas dos grandes leyes constituyen el eje mecánico de toda la Naturaleza;
si cualquiera de estas dos leyes dejase de funcionar siquiera un momento, se
paralizarían de hecho todos los mecanismos naturales. Hay Evolución en el
grano que germina, crece y se desarrolla; existe Involución en el vegetal que se
marchita y muere.
Hay Evolución en la criatura que se desarrolla dentro del vientre materno,
en el niño que nace, en el adolescente, en el joven, existe Involución en aquel
que envejece y muere.
Los procesos Evolutivos e Involutivos se hallan completamente
ordenados dentro de esta gran Creación.
Desgraciadamente, aquellos que se han embotellado en el Dogma de la
Evolución, no son ya capaces de comprender los infinitos procesos
destructivos y decadentes de todo lo que es, de todo lo que ha sido y de todo
lo que será.
Ni la Evolución, ni la Involución, podrán llevarnos jamás a la Auto-
Realización Intima del Ser.
Si nosotros de verdad queremos liberarnos, si en forma seria anhelamos
la auténtica felicidad, necesitamos en forma urgente e inaplazable meternos
por la senda de la Revolución de la Conciencia.
No está de más enfatizar la idea trascendental y trascendente, de que no
es posible llegar a la Gran Realidad mientras giremos incesantemente con la
rueda del SAMSARA.
¿De qué sirve, señores y señoras, retornar incesantemente a este valle de
lágrimas, evolucionar e involucionar constantemente y bajar una y otra vez a
los Mundos Infiernos?

22
Es nuestro deber despertar Conciencia para ver el camino que ha de
conducirnos con precisión absoluta a la liberación final.
Incuestionablemente, muchas preclaras inteligencias del saber oculto,
transmitieron a la humanidad a finales del siglo pasado y principios del
presente, una enseñanza elemental, sencilla.
Es claro que tales personas sólo se propusieron enseñar públicamente las
primeras letras de la doctrina secreta. Entonces no se detuvieron demasiado en
el análisis de las leyes evolutivas e involutivas.
Ya Rudolf Steiner en 1912, aseveró que ellos, los iniciados de aquella
época, sólo habían entregado una enseñanza incipiente, elemental, pero que
más tarde se daría a la humanidad una doctrina esotérica superior de orden
trascendental.
Ahora nosotros estamos entregando este tipo de doctrina esotérica
superior.
Es pues indispensable no condenar o criticar a aquellos que en el pasado
trabajaron en alguna forma por la humanidad. Ellos hicieron lo que pudieron;
ahora debemos nosotros dilucidar y aclarar.

P.- Maestro, Ud. decía que algunas Mónadas tienen interés en Auto-
Realizarse y otras no, a pesar de que todas emanan del Absoluto; yo
conceptuaba que todas tenían el deber de buscar su Auto-Realización.
¿Podría explicarme un poco más sobre esto?

R.- Escucho la palabra de un joven y con el mayor gusto voy a responder:


ante todo amigos, quiero que comprendáis que Lo Divinal, Dios, el Espíritu
Universal de Vida, no es dictatorial.
Si eso que es lo real, si eso que es la verdad, si eso que no es del tiempo,
fuese de tipo dictatorial, ¿qué suerte podríamos nosotros aguardar?
Amigos, Dios respeta así mismo su propia libertad; con esto quiero
decirles que dentro del seno de lo divinal no existen dictaduras. Toda chispa
virginal, toda Mónada, tiene plena libertad para aceptar o rechazar la maestría.
¿Entendido?

23
P.- Con esto que nos acaba de explicar, Maestro, ¿podríamos decir
que la Mónada es responsable de que la Esencia vaya al Infierno?

R.- Veo en el auditorio a una dama que con toda sinceridad me ha hecho
una pregunta y es evidente que me alegra responderle: Señores y señoras,
cuando una Mónada Divinal quiere la Maestría, es ostensible que lo logra
trabajando incesantemente a la Esencia desde adentro, desde lo más profundo.
Resulta palmario y manifiesto que si la Mónada no está interesada por la
Maestría, jamás despertará en la Esencia incorporada ninguna aspiración
íntima. Obviamente en este caso, la Esencia desprovista de todo anhelo,
enfrascada en el Ego, embutida entre el Mí Mismo, ingresará a los Mundos
Infiernos.
Así pues respondo en forma enfática diciendo: La Mónada sí es culpable
del fracaso de toda Esencia. Si la Mónada trabajara a la Esencia realmente,
profundamente, es incuestionable que esta última jamás descendería fracasada
al Tártarus.

P.- Maestro, me aterra pensar que tuviera mi Esencia que


pasarse en un sufrimiento durante 108 vidas multiplicadas por 3.000,
o sea 324.000 existencias humanas para que al final de cuentas llegue a
vivir en el Absoluto en forma de una Mónada fracasada o sea, sin Auto-
Realización. En estas circunstancias, bien vale la pena hacer todos los
esfuerzos y sacrificios posibles por Auto-Realizarse por más sufrimientos
que esto implique, ya que no son absolutamente nada en comparación con
los que la Naturaleza me impondrá si escojo el camino del fracaso, ¿no lo
cree Ud. así?

R.- Distinguido señor, gran amigo, permítaseme decirle en forma enfática


que toda Chispa Divinal, que toda Mónada, puede elegir el camino.
Es indubitable que en el espacio infinito existen trillonadas de Mónadas
absolutamente inocentes, más allá del bien y del mal.
Muchas de éstas intentaron lograr la Maestría; desafortunadamente
fracasaron. Millonadas de otras jamás quisieron la Maestría; ahora, sumergidas
24
entre el seno del Espíritu Universal de Vida, gozan de la auténtica felicidad
divina porque son destellos de la Divinidad; desafortunadamente no poseen la
Maestría.
El caballero que hace la pregunta es claro que tiene enormes inquietudes;
esto se debe a que su Mónada interior lo anima y lo trabaja incesantemente; su
deber es pues marchar con firmeza por la Senda del Filo de la Navaja hasta
lograr la Auto-Realización íntima del Ser.

P.- Maestro, ¿se debe a esto que a muchas personas que se les habla
de las enseñanzas Gnósticas, a pesar de que captan perfectamente lo que
les explicamos, no se deciden a seguir por el Camino de la Revolución de
la Conciencia? ¿Quiere decir que su Mónada no las trabaja para que
sigan por el camino de la Auto-Realización?

R.- Al joven que hace la pregunta, voy a responderle: Necesitamos


reflexión profunda para enfocar esta cuestión desde diversos ángulos: sucede
que a muchas Mónadas les agrada marchar lentamente con el riesgo de que sus
Esencias fracasen en cada ciclo de humanas existencias; otras prefieren
trabajar a sus Esencias en forma intermitente, de cuando en cuando, y por
último, tenemos Mónadas que definitivamente no trabajan a su Esencia jamás.
Es pues éste el motivo por el cual no todas las personas que escuchan la
enseñanza la aceptan realmente. Sin embargo, es conveniente saber que alguien
que por ejemplo en la presente existencia no aceptase el Evangelio de la Nueva
Era de Acuarius, podría aceptarla en vidas subsiguientes, siempre y cuando no
haya llegado todavía a las 108.

P.- Maestro, estas Mónadas que jamás están interesadas por trabajar
a su Esencia, ¿pertenecen nada más al planeta Tierra o también existen
en otros planetas?

R.- Joven, amigo, recordad la ley de las analogías filosóficas, la ley


de las correspondencias y de la numerología: «tal como es arriba, es abajo.»
La Tierra no es el único planeta habitado del espacio estrellado; la
pluralidad de los mundos habitados es una tremenda realidad; esto nos invita a
25
comprender que las Mónadas de otros planetas también gozan de plena libertad
para aceptar o rechazar la Maestría.
Personalidad, Esencia, es diferente. Con esto quiero decir en forma
enfática lo siguiente: No todas la humanas personalidades existentes en los
otros mundos habitados del espacio infinito han caído tan bajo como nosotros
los habitantes de la Tierra.
Amigos, en las diversas esferas del infinito existen humanidades
planetarias maravillosas que marchan de acuerdo con las grandes leyes
cósmicas, empero, repito, no todas las Mónadas quieren la Maestría.
Infiernos existen en todos los mundos, en todas las galaxias, mas no todos
los Infiernos planetarios están habitados.
El Sol, por ejemplo, es un astro maravilloso que con su luz ilumina a todos
los planetas del Sistema Solar de Ors. Resulta interesante saber que los Mundos
Infiernos del Astro Rey, están completamente limpios; obviamente en este
brillante Sol no es posible encontrar fracasos cósmicos; ninguno de sus
habitantes marchan en la Involución sumergida; las criaturas que viven en el
Astro Rey son completamente Divinas, Espíritus Solares.
Es conveniente no olvidar que cualquier unidad cósmica que surge a la
vida posee inevitablemente un Reino Mineral Sumergido entre las
infradimensiones naturales.
Existen mundos cuyo Reino Mineral Sumergido está densamente
poblado, entre ellos nuestro planeta Tierra. Esto indica, señala, el fracaso de
muchas Mónadas.
Necesitamos sin embargo, ahondar un poco más en esta cuestión y
entender con plena claridad, que el descenso de cualquier Esencia a la
morada horripilante de Plutón, no siempre significa fracaso definitivo.
Es ostensible que el fracaso final, sólo es para las Esencias, para las
Mónadas, que no lograron la Auto-Realización Intima en 3.000 ciclos o
períodos de existencias, mejor dijéramos en 3.000 vueltas de la rueda del
SAMSARA, pues al llegar a la última de éstas, como ya he dicho tantas veces,
las puertas se cierran.

P.- Venerable Maestro, al principio de esta importante disertación,


nos dice que al descender la Esencia a los Mundos Infiernos se van
26
recapitulando estados animaloides, vegetaloides y mineraloides. ¿Tuviera
la amabilidad de explicarnos la palabra recapitular?

R.- Con el mayor placer daré respuesta a la pregunta del caballero: quiero
que Uds., amigos míos, comprendan bien lo que es la recapitulación
animálica, vegetaloide y mineraloide abismal.
Descender involucionando entre las entrañas del mundo soterrado, es
radicalmente diferente al ascenso evolutivo sobre la superficie de la Tierra.
La recapitulación animálica en el Abismo es de tipo degenerativo,
involutivo, descendente, doloroso.
La recapitulación vegetaloide entre las entrañas de la Tierra es espantosa;
los que por tales procesos pasan, parecen más bien sombras que se deslizan
por aquí, por allá y acullá en sufrimientos inenarrables. La recapitulación
involutiva descendente mineral entre las entrañas del mundo en que vivimos
es más amarga que la muerte misma; las criaturas se fosilizan, se mineralizan y
se desintegran lentamente entre tormentos imposibles de explicar con palabras.
Después de la Muerte Segunda, la Esencia se escapa, resurge a la Luz del
Sol para recapitular procesos similares en forma evolutiva, ascendente,
inocentes y felices.
He ahí pues, amigos míos, la diferencia entre recapitulaciones involutivas
y evolutivas.
En todo caso, todos estos infinitos procesos involutivos y evolutivos
son de tipo exclusivamente lunar y se desenvuelven claramente dentro del
caracol universal.

P.- Maestro, nos explica Ud. que con cada ciclo de existencias los
Elementales en el proceso evolutivo van despertando Conciencia porque
se va procesando en octavas más elevadas. ¿Este despertar de Conciencia
es acaso el resultado de los sufrimientos por la Involución o es el resultado
del proceso ascendente?

R.- Distinguido amigo, es bueno que Ud. entienda que la Conciencia sufre
tanto en los procesos evolutivos como en los involutivos, y que por lo tanto, a
base de tantos esfuerzos y sacrificios va despertando progresivamente.
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Millones de humanoides tienen la Conciencia profundamente dormida,
mas al entrar en el Abismo después de la 108 existencias de cualquier ciclo de
manifestación, despiertan inevitablemente en el mal y para el mal.
Lo interesante en este caso es que de todas maneras despiertan, aunque
sea para justificar sus errores en los Mundos Infiernos.
Cualquier iluminado clarividente podrá evidenciar por sí mismo el hecho
de que los Elementales inocentes están despiertos en el sentido positivo
evolutivo.
Vemos pues dos tipos de Conciencia despierta: primero el de las criaturas
inocentes de la naturaleza; segundo, el de los humanoides involucionantes del
Abismo.
Existe una tercera clase de gentes despiertas: me refiero a los Maestros, a
los Dioses, pero no es de ellos de quienes en este preciso instante nos estamos
ocupando.
Incuestionablemente, dentro de la Rueda del SAMSARA, girando con la
misma, existen Conciencias inocentes despiertas, y también criaturas
involucionantes abismales, despiertas en el mal y para el mal.

28
RECUERDOS ANCESTRALES

“Pitágoras regañó en cierta ocasión a un


discípulo que quiso dar de patadas a un perro
que aullaba, diciéndole: «No pegues a ese
perro, porque en su lastimero aullido he
reconocido a un amigo que murió hace algún
tiempo»”.
“Esta es la sabia Ley de la
«Metempsicosis» tan odiada por los fanáticos
del Dogma de la Evolución”.

Samael Aun Weor:


“Mensaje de Navidad 67-68”.

Teniendo por escenario el anfiteatro cósmico, quiero verter en estas


páginas algunos recuerdos...
Mucho antes de que surgiera de entre el Caos esa cadena lunar de la cual
hablaran tantos insignes escritores teosofistas, existió cierto universo del cual
sólo quedan ahora sus huellas entre los registros íntimos de la Naturaleza...
Fue en un mundo de esos donde acaeció lo que a continuación relato, con
el evidente propósito de aclarar la Doctrina de la Transmigración de las Almas...
De acuerdo con los desideratos cósmicos, en tal planeta evolucionaron e
involucionaron siete razas humanas muy semejantes a las de nuestro mundo...
Por la época de su quinta raza raíz demasiado parecida a la nuestra,
existió la abominable civilización del Kali-Yuga o Edad de Hierro, tal como
en estos momentos la tenemos nosotros aquí en la Tierra...
Entonces yo, que sólo era un pobre animal intelectual condenado a la
pena de vivir, había venido de mal en peor reincorporándome incesantemente
en organismos masculinos o femeninos, según el debe y el haber del Karma...
Confieso sin ambages que inútilmente trabajaba mi Madre Naturaleza
creándome cuerpos; yo siempre los destruía con mis vicios y pasiones.

29
Cual si fuese una maldición insoportable, cada una de mis existencias se
repetía dentro de la línea espiraloide, en curvas más y más bajas... Obviamente
me había precipitado por el camino involutivo, descendente.
Me revolcaba como el cerdo en el lodo abyecto de todos los vicios y ni
remotamente me interesaban los temas espirituales...
Es incuestionable que me había tornado en un cínico irredento: resulta
palmario que cualquier tipo de castigo por grave que éste fuera, estaba de hecho
condenado al fracaso...
Dicen que ciento ocho cuentas tiene el collar del Buddha y esto nos indica
el número de vidas que se le asignan a toda Alma...
Debo hacer cierto énfasis al decir que la última de esas ciento ocho
existencias fue para mí algo definitivo..., entonces ingresé en la Involución del
reino mineral sumergido.
La última de esas personalidades fue de sexo femenino y es evidente que
después de revolcarse en el lecho de Procusto me sirvió de pasaporte para el
Infierno...
Entre el vientre mineral de aquel mundo, blasfemaba, maldecía,
hería, insultaba fornicaba espantosamente y me degeneraba más y más sin
dar muestras jamás de arrepentimiento...
Me sentía cayendo en la remota lejanía del pasado; la forma humana me
disgustaba; prefería sumir entre esos abismos figuras de bestias; después parecía
yo planta, sombra que se deslizaba aquí, allá y acullá; por último sentí que me
fosilizaba...
¿Convertirme en piedra? ¡Qué horror!... Empero, como quiera que
ya estaba tan degenerado, ni eso me importaba...
Ver cual leproso de la ciudad de los muertos vivientes caer dedos, orejas,
nariz, brazos y piernas, ciertamente no es nada agradable; sin embargo, ni esto
me conmovía...
Fornicaba incesantemente en el lecho de Procusto con cuanta larva se
acercaba y sentía que me extinguía como vela, candela o cirio...
La vida entre las entrañas minerales de tal planeta obviamente se me hacía
demasiado aburridora, y por ello, como queriendo matar el tiempo tan largo y
tedioso, me revolcaba como un cerdo entre la inmundicia.

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Me debilitaba espantosamente todo hecho pedazos y moría
penosamente; me desintegraba con una lentitud horrenda...
Ya ni siquiera tenía fuerzas para pensar (mejor estuvo así). Por fin llegó la
Muerte Segunda de la cual habla el Apocalipsis de San Juan; exhalé el postrer
aliento y luego...
La Esencia quedó libre; me vi convertido en un hermoso niño; ciertos
Devas después de examinarme detenidamente, me permitieron entrar por las
atómicas puertas que le conducen a uno de regreso a la superficie planetaria, a
la luz del sol.
Ostensiblemente había muerto el Ego, el Mí Mismo, el Yo. Mi Alma libre
asumía ahora la bella forma de un tierno infante!... ¡Qué dicha, Dios mío! ¡Cuán
grande es la misericordia de Dios!...
La Esencia liberada del Ego es íntegramente inocente y pura. El Yo aquel
se convirtió dentro de las entrañas de ese mundo en polvareda cósmica...
¿Cuánto tiempo viví en los mundos infiernos? No lo sé: posiblemente
unos ocho mil o diez mil años...
Ahora desprovisto de ego retorné a la senda de tipo evolutivo; ingresé al
reino de los gnomos o pigmeos, seres que trabajan con el limo de la tierra,
Elementales inocentes del mineral...
Más tarde ingresé a los paraísos Elementales del reino vegetal;
reincorporándome constantemente en plantas, árboles y flores; ¡Cuán dichoso
me sentía en los templos del Edem recibiendo enseñanzas a los pies de los
Devas!...
La dicha de los paraísos Jinas es inconcebible para el humano
razonamiento.
Cada familia en esos Edenes tiene sus templos y sus instructores; uno se
llena de éxtasis al entrar en el santuario de los naranjales, o en la capilla de la
familia Elemental de la hierbabuena de menta, o en la iglesia de los eucaliptos...
Tratando de procesos evolutivos debemos hacer el siguiente enunciado:
«Natura non facit saltus» (la Naturaleza no hace saltos). Es pues evidente
que los estados más avanzados del reino vegetal me permitieron el paso al
estado animal.

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Comencé reincorporándome en organismos muy simples y después de
haber tenido millones de cuerpos, concluí retornando en organismos cada vez
más y más complejos...
Como sobresaliente nota de estos párrafos, debo aseverar que aún
conservo remembranzas muy interesantes de una de esas tantas existencias, a
la orilla de un hermoso río de aguas cantarinas que alegre se precipitaba
siempre entre su lecho de rocas milenarias...
Era entonces una humilde criatura, un espécimen muy particular del
género de los Batracios. Me movía dando saltitos aquí, allá y acullá, entre el
boscaje.
Es evidente que tenía plena Conciencia de mí mismo; sabía que
otrora había pertenecido al peligroso reino de los animales intelectuales... Mis
mejores amigos eran los Elementales de esos vegetales que tenían sus raíces a
orillas del río, con ellos platicaba en el lenguaje universal...
Moraba deliciosamente en la umbría muy lejos de los humanoides
racionales; cuando presentía algún peligro de inmediato me refugiaba entre las
aguas cristalinas...
Muchas veces continué retornando en variados organismos, antes de que
tuviera la dicha de reincorporarme en un espécimen de cierta clase de anfibios
muy inteligentes, que alegres salían de entre las procelosas aguas del Ponto para
recibir los rayos solares en la arenosa playa...
Cuando llegó la terrible Parca soberana que a todos los mortales hace
estremecer de miedo, di el último adiós a los tres reinos inferiores y regresé en
un organismo humanoide; así reconquisté trabajosamente el estado de animal
racional que otrora perdiera...
En ese, mi nuevo estado de Bípedo tricerebrado o tricentrado,
rememoraba, evocaba, insólitos sucesos abismales; ni remotamente deseaba
volver al mundo soterrado; anhelaba aprovechar sabiamente el nuevo ciclo de
ciento ocho vidas que ahora se me asignaban para mi Auto-Realización íntima...
La experiencia pretérita había dejado dolorosas cicatrices en el fondo de
mi Alma; en modo alguno estaba dispuesto a repetir los procesos involutivos
de los mundos infiernos.
Bien sabía que la rueda del Samsara gira incesantemente en forma
evolutiva e involutiva y que las Esencias después de su paso por el reino animal
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intelectual, descienden millares de veces al horroroso precipicio para eliminar
los elementos subjetivos de las percepciones; empero, de ninguna manera
anhelaba yo más sufrimientos abismales y por ello estaba bien dispuesto a
aprovechar mi nuevo ciclo de existencias racionales.
Por esa época la civilización de dicho planeta había llegado a su cúspide;
los habitantes de aquel mundo tenían naves marítimas y aéreas, gigantescas
ciudades ultramodernas, poderosas industrias y comercio, universidades de
todo tipo, etc., etc., etc., desafortunadamente no se coordinaba en modo
alguno tal orden de cosas con las inquietudes del espíritu.
En una cualquiera de esas mis nuevas existencias humanoides, con
la Conciencia inquieta, como sintiendo un extraño terror, resolví inquirir,
indagar, buscar el camino secreto...
Dice un proverbio de la sabiduría antigua: «Cuando el discípulo está
preparado el Maestro aparece».
El Gurú, el Guía, apareció para sacarme de las Tinieblas a la Luz; él me
enseñó los Misterios de la Vida y de la Muerte; él me indicó la Senda del Filo
de la Navaja.
Así devino el Misterio del Aureo Florecer; yo comprendía a fondo mi
propia situación; sabía que tan sólo era un pobre homúnculo racional, mas
anhelaba convertirme en Hombre Verdadero y es obvio que lo logré en aquel
gran día cósmico, en aquel anteayer sideral, muchísimo antes del Mahanvantara
de Padma o Loto de Oro.
Desgraciadamente por aquellos tiempos tan remotos, cuando apenas
iniciaba mis estudios esotéricos a los pies del Maestro, no gozaba de
fortuna alguna; mi familia - habitantes de aquel mundo- vivía en la pobreza;
una hermana que velaba por la casa ganaba míseros centavos en el mercado
público vendiendo frutas y verduras; yo solía acompañarle...
En alguna ocasión me encerraron en horrenda prisión sin motivo de
ninguna especie... Mucho tiempo estuve tras las rejas crueles de aquella cárcel;
empero -y esto es curioso- nadie me acusaba; no existía delito que perseguir; se
trataba de un caso muy especial y para colmo, ni siquiera figuraba mi nombre
en la lista de presos; obviamente existía cierto tipo de persecución secreta
contra los Iniciados; así lo vine a comprender.

33
Pacientemente, en espera de alguna oportunidad, acechaba cualquier
instante venturoso con el propósito de escapar...
Varias veces lo intenté en vano, mas al fin, un día de esos tantos, los
guardas sin saber cómo ni por qué se olvidaron de una puerta dejándola abierta;
es incuestionable que de ninguna manera estaba dispuesto a perder la tan
anhelada oportunidad: en cuestión de segundos, salí de aquella prisión dando
después ciertos rodeos a una plaza de mercado, con el deseo de despistar a
algunos policías que me alcanzaron a ver y que me seguían. De todas maneras
triunfé en el intento y me alejé de aquella ciudad para siempre.
Concluiré el presente capítulo diciendo que sólo trabajando en la Fragua
Encendida de Vulcano logré entonces convertirme en Hombre Auténtico.

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GLOSARIO

Áureo.- adj. lit. De oro o parecido al oro.

Bhagavad Guita.- Bhagavad-Gita (El canto del Señor), poema sánscrito


compuesto por 700 versos y dividido en 18 capítulos, considerado por la
mayoría de los hindúes como su texto religioso más importante y esencia
misma de sus creencias. Casi todos los filósofos hindúes importantes han
escrito algún comentario sobre el Gita, y aún continúan apareciendo nuevas
interpretaciones y traducciones de esta obra..

Bípedo tricerebredado.- Bípedo.-(lat.) adj.-m. De dos pies. 2 m. fam.


Hombre. Tricerebrado.- Se refiere al os tres cerebros: Intelectual, Emocional y
Motror instintivo sexual.

Cro-magnon.- (Según la ciencia oficial) homínido de características muy


similares al hombre actual, que pertenece a la subespecie del Homo sapiens
sapiens. Los hombres de Cro-Magnon vivieron en el oeste y sur de Europa
durante la última glaciación.

Edem.- (hebreo) delicia, placer. En el Génesis “El Jardín de las Delicias”.


El Edem o Edén es la Cuarta Dimensión.

Humanoide intelctivo.- Humanoide. m. Ser con ciertos rasgos de


hombre. intelectivo, -va .- (lat. intellectivu ) adj. Que tiene virtud de entender.

Infradimensiones.- Dimensiones infereiores de la naturaleza,


consideradas por las distintas religiones, como el Infierno, el Avirchi, el naraka,
etc.
Kali Yuga.- (Sánsc) El Cuarto Yuga. La Edad Negra o de Hierro. Donde
existe el máximo de degeneración.

Katancia.- Karma de tipo superior, aplicado a los seres que se han auto
realizado y llegan a cometer algún error.

Mahanvantara.- (Sánscrito).- Día Cósmico, tiempo en que se procesan


las 7 razas de un planeta, su duración es de 311 billones 40 mil millones de años

Mónadas.- Es el espíritu. La parte más pura y divinal del ser humano, el


padre que está en Secreto.

Padma.- (Sánscrito).- Loto (flor característica de la India). Loto de oro,


es el nombre dado al antiguo día Cósmico o Mahanvantara.

Parabrahatman.- (sánscrito).- Literalmente superior a Brahama (El


Padre, Dios). El Supremo e infinito Brama, Lo “Absoluto”. El supremo
principio eterno omnipresente.

Samsara.- (Sánscrito).- Literalmente “Rotación”, el océano de


nacimientos y muertes. Los renacimientos humanos representados como un
círculo contínuo.

Sufis.- Sufismo (en árabe, tasawwuf), término colectivo que designa a un


importante movimiento de creencias, tradiciones y rituales místicos aceptado
por todo el mundo islámico desde el siglo XI.

Tesosfistas.- Institución fundada por Helena Ptronila Blavatski, autora


varios libros como “Isis sin velo”, “Doctrina Secreta”, etc. Teosofía se traduce
como la Religión de la Sabiduría.
Cuestionario:

1. ¿Cuántos ciclos de 108 vidas nos asignan?

2. ¿En la Biblia como aparece el simbolismo del paso del Alma por el reino
mineral, vegetal, animal y humano?

3. ¿Cuál es la Utilidad práctica de recordar las vidas pasadas?

4. ¿Cuál es nuestra verdadera Misión en la Vida?


Instituto SAHu
Instituto para el Estudio de la
Sabiduría Antigua y Desarrollo
de la Consciencia Humana

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