Historia de Las Palomitas de Maiz
Historia de Las Palomitas de Maiz
Historia de Las Palomitas de Maiz
Unos pocos años después, sobre el 1510, cuando Hernán Cortés entró en la ciudad
de México observó que los sacerdotes aztecas portaban unos amuletos formados
por tiras de palomitas de maíz.
Esto es algo que actualmente no debe sorprenderte, es un grano originario de esas
tierras. Además fue uno de los primeros cereales cultivados por el hombre junto
con la cebada y el trigo. Los amerindios lo han cultivado y consumido desde hace
más de seis mil años y, del mismo modo, sabían cocinarlo de numerosas formas.
Eran conocedores, por ejemplo, de que no todos los granos de maíz explotan
con el calor. Sabían que esto sucedía en función de la cantidad de agua de su
interior.
Para estallar y expandirse bajo los efectos del calor, un grano de maíz debe
tener aproximadamente un 15 por ciento de agua. Solo entonces el agua se
evapora y el grano se convierte en esa blanca y blandita masa que llamamos
palomitas.
Los amerindios sabían que el maíz dulce se debía consumir rápidamente y que, en
cambio, el maíz duro era más idóneo para molerlo y hacer harinas y pan.
Para intentar solucionarlo, al final del siglo XIX la famosa cadena de tiendas
estadounidense Sears ofrecía a sus clientes la posibilidad de adquirir sacos de 12
kilos de mazorcas de maíz indio por un dólar.
Las palomitas de maíz eran ideales para este fin. Para ello consiguió convencer a
los propietarios del Linwoood Theatre para poner en la entrada un puesto para
vender cucuruchos de palomitas de maíz.
Tuvo tanto éxito, que en poco tiempo, al ver el tremendo negocio, los dueños de
las salas de cine ponían sus propios puestos en las antesalas de los cines.
Por tanto, el cine consiguió que este alimento alcanzase unas cifras de consumo
que nunca se habían alcanzado. Tanto es así que durante algún tiempo, en algunos
puntos del país se llamaban a los cines “pop-corn saloons”, es decir, salones de
palomitas de maíz.