Procedimiento Contencioso Administrativo

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CENTRO UNIVERSITARIO DEL NORTE

LICENCIATURA EN DERECHO “A”


PROCEDIMIENTO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO
PROFESOR: FRANCISCO JAVIER MIRAMONTES
ROBLES
ALUMNOS: DAVID CRUZ AGUILAR
JUDITH CAMPOS CEBALLOS

COLOTLÁN, JALISCO A 24 DE ENERO DEL 2022.


ACTIVIDAD UNO

Introducción

Como primera actividad para este curso de Procedimiento Contencioso


Administrativo, se nos indicó investigar algunos tópicos de los que obtendremos
información que nos ayudará a comprender o conocer las finalidades que nos tiene
esta materia para lograr más adelante tener los conocimientos básicos para poder
aplicar lo aprendido en el área de trabajo como abogados.

Como podemos ver la materia administrativa la encontramos en muchos aspectos de


nuestra vida diaria, por lo que es muy necesario conocer a fondo su aplicación, su
extensión para poder actuar de la mejor manera en la sociedad evitando infringir los
intereses de terceros, con acciones que descuidemos o ignoremos.

Por ello, es esencial conocer desde los principios o los significados de los conceptos en
sus aspectos generales para saber realmente a qué tipo de conocimientos nos conduce
y poder situarnos en la forma en que se podrán aplicar en la realidad.

Anteriormente hemos visto que en el aspecto administrativo, los particulares y el estado


juegan un rol muy importante para llevar a cabo los actos administrativos. En esta
materia nos corresponde conocer a que se refiere lo contencioso en la administración,
qué relación tiene con los particulares y como es que discuten o resuelven las
controversias que se pueden suscitar de la relación de los individuos con la
administración pública.

De esa manera iniciaremos definiendo los conceptos para adentrarnos en la materia y


lograr comprender también, como es que los órganos judiciales, como tribunales,
juegan un papel importante, ya que podremos conocer desde su actuación hasta como
es que pueden llegar a una resolución conforme a las normas.
1   concepto de Proceso y Procedimiento Administrativo  

La idea jurídica de proceso puede ser concebida en sentido amplio, como una
secuencia o serie de actos que se desenvuelven progresivamente, con el objeto de
llegar a un acto estatal determinado, destacando entonces en el concepto la unidad de
los actos que constituyen el proceso, su carácter teológico, es decir, que éstos se
caracterizan por estar encaminados en su conjunto a un determinado fin.

En este sentido amplio habría proceso en cualquier función estatal y podríamos hablar
entonces de: 1°) Proceso judicial (civil, penal, comercial, contencioso administrativo);
2°) proceso legislativo (es decir el conjunto de actos parlamentarios que tienen por fin
el dictado de una ley), y 3°) proceso administrativo (el conjunto de actos de la
administración que tienen por objeto la emanación de un acto administrativo.)

En efecto, razones históricas y políticas han dado la idea de proceso un significado


más alto y valioso que el de mera secuencia de actos estatales destinados a un fin
determinado: Le han atribuido la característica fundamental de ser una secuencia de
actos que tienen por fin decidir una controversia entre partes (litigio) por parte de una
autoridad imparcial e independiente (juez) con fuerza de verdad legal (autoridad de
cosa juzgada.) No importa fundamentalmente, tal vez, que el acto del juez resuelva
estrictamente un litigio, o que en cambio se refiera a las materias llamadas de
“jurisdicción voluntaria;” pero sí es fundamental que el acto final del proceso sea un
acto judicial, es decir, una decisión proveniente de una autoridad imparcial e
independiente, “desinteresada” respecto del proceso.

Es necesario ahora distinguir proceso y procedimiento. Proceso es un concepto


teleológico, procedimiento un concepto formal. Al hablar de proceso se destaca que el
conjunto de actos en consideración tiene por finalidad esencial llegar al dictado de un
determinado acto: En el concepto que adoptamos, ese acto es el jurisdiccional. Al
hablar de procedimiento, por el contrario, se prescinde del fin que la secuencia de actos
pueda tener, y se señala tan sólo ese aspecto externo, de que existe una serie de actos
que se desenvuelven progresivamente.

Por ello el proceso y el procedimiento tienen de común que ambos son una serie o
sucesión de actos coordinados; pero mientras que la mera serie o sucesión de actos
coordinados basta para constituir un procedimiento, no alcanza para caracterizar un
proceso. Todo proceso, “por ser su primer elemento una serie o sucesión de actos
coordinados, implica el procedimiento; todo proceso comporta un procedimiento;” pero
en cambio no todo procedimiento implica o comporta un proceso.

Si definimos en consecuencia provisionalmente al procedimiento administrativo como la


serie de actos en que se desenvuelve la actividad administrativa, será necesario
precisar en qué consiste esta última.

Por todo ello, se ha definido al procedimiento administrativo como la parte del derecho
administrativo que estudia las reglas y principios que rigen la intervención de los
interesados en la preparación de impugnación de la voluntad administrativa.

En consecuencia, estudia la participación y defensa del interesado (que puede ser un


particular, un funcionario o una autoridad pública, según veremos) en todas las etapas
de la preparación de la voluntad administrativa, y desde luego, cómo debe ser la
tramitación administrativa en todo lo que se refiere a la participación e intervención de
dichos interesados.

Estudia en particular la defensa de los interesados, y como lógica secuencia de ello la


impugnación de los actos y procedimientos administrativos por parte de éstos; se
ocupa pues de los recursos, reclamaciones y denuncias administrativas: Sus
condiciones formales de procedencia, el trámite que debe dárseles, los problemas que
su tramitación puede originar y cómo y por quién deben ser resueltos; pero no estudia
cómo deben ser resueltos los problemas de fondo que dichos recursos, etc., puedan
plantear, salvo que estén íntimamente ligados a un problema procedimental.
2   elementos del Proceso Administrativo: jurisdicción, acción, competencia y
pretensión.

Jurisdicción:

La jurisdicción se define como la actividad del Estado encaminada a la actuación del


derecho objetivo, mediante a la aplicación de la norma general al caso concreto, y se
clasifica atendiendo: 1) a la materia ordinaria o especializada y 2) al carácter del
tribunal.

La jurisdicción administrativa en México está reservada, de acuerdo con numerales de


la Constitución General de la República, en el ámbito de las autoridades estatales y del
Distrito Federal, a los tribunales de lo contencioso administrativo, aunque tenemos por
ejemplo a los estados de Campeche y Tlaxcala en los cuales la jurisdicción
administrativa se ejerce no a través de un tribunal sino de una sala administrativa-
electoral, dependiente del Tribunal Superior de Justicia.

Razón por la que se ha referido a la jurisdicción y no a los tribunales administrativos


cuya competencia procesal es la que considera tradicionalmente como la medida de la
jurisdicción, al ser la competencia la medida del poder del juez.

Es entonces, que se puede decir que el juzgador, tiene derecho para atender las
causas en su ámbito material y territorial de acuerdo a su jurisdicción, condiciones a
veces no suficientes, surgiendo así las controversias entre dos o más jueces o
tribunales sobre cuál de ellos es el que debe conocer de la demanda.

Acción:

La acción dentro del proceso administrativo juega un papel muy importante, por razón
de que es el elemento de origen de inicio del proceso administrativo.
Primero, se debe entender que el Procedimiento Administrativo es el conjunto de actos
en los cuales se materializa la acción de la Administración Pública para la satisfacción
de los intereses y los fines particulares. Por el contrario, el Proceso Administrativo es
una serie de actos que tiene como fin primordial y específico el que el órgano
jurisdiccional administrativo declare la verdad jurídica correspondiente entre las partes.

Para Eduardo García de Enterría, el Procedimiento Administrativo, se singulariza en el


mundo del Derecho Administrativo como el modo de producción de los actos
administrativos, es decir, es el cauce formal de la serie de actos en que se concreta la
actuación de la Administración Pública para la realización de los intereses y los fines de
los administrados.

Es decir, la ley regulará el Procedimiento Administrativo a través del cual pueden


producirse los actos administrativos, garantizado cuando proceda, el derecho de
audiencia del interesado, y en todo caso, está forma peculiar de gestión de los asuntos
públicos, por estar sometida al principio de legalidad, exige, el cumplimiento de
determinadas formalidades que, permitirán después el control jurisdiccional, mediante
el Proceso Administrativo.

En pocas palabras, la acción administrativa, como toda acción procesal, es un derecho


subjetivo público, que se ejerce por los gobernados como regla general, y por
excepción por las autoridades. La acción procesal administrativa va dirigida al juzgador
y tiene como contenido una pretensión.

Competencia:

La competencia para Joaquín Escriche es el derecho que tiene un juez o tribunal para
conocer de una causa, en igual sentido Antonio de J. Lozano define la competencia
como la porción de jurisdicción que se atribuye a los tribunales que pertenecen al
mismo orden jurisdiccional.

Manresa señala que la competencia es la facultad de conocer de ciertos negocios ya


por la naturaleza misma de las cosas o bien por la razón de las personas; en tanto en
una definición que no se contrapone, Chiovenda la define como el conjunto de las
causas que con arreglo a la ley puede un juez ejercer su jurisdicción, y la facultad de
ejercerla dentro de los límites que le esté atribuida.

La competencia jurisdiccional alude a la capacidad que tiene un órgano no


jurisdiccional para conocer y decidir, con exclusión de los demás órganos similares que
con él integran un mismo fuero judicial sobre un determinado asunto, y se surte de
acuerdo con las características de materia, territorio, grado y cuantía.

No puede suscitarse un conflicto competencial entre dos órganos de diverso fuero o


jurisdicción, ni entre ambos por razón de la materia.

En la doctrina también se señala que la competencia es también determinada por razón


de: territorio, cuantía de asunto, su función como dice Carnelutti por la especial
autoridad que le está encomendada a un tribunal, elección que hagan las partes, la
prorroga expresa o tácita que hagan las partes de la competencia del juez, la conexión
de los procesos, que el demandado reconvenga al actor, acumulación de los procesos
entre sí, remisión, las personas, la causa, o sea de las cuestiones jurídicas que
constituyen la materia del proceso, la prevención, la que se determina por el orden
numérico de las salas.

Desde el punto de vista gramatical, señala el maestro Carlos Arellano García, la


competencia es la aptitud legal que tiene un órgano del estado para ejercitar derechos
y cumplir obligaciones. Respecto al órgano jurisdiccional en el proceso, la competencia
aludirá a la aptitud legal que tiene un órgano del Estado para ejercitar derechos y
cumplir obligaciones referidos al desempeño de la función jurisdiccional ante el caso
concreto controvertido en el que ha tomado injerencia.

Así tenemos que la competencia frente a la idea global de jurisdicción, obedece, entre
los diversos órganos judiciales, a razones prácticas de distribución de esa tarea de
juzgamiento.

Pretensión:
En las más recientes manifestaciones de nuestras legislaciones procesales
administrativas se muestra una excesiva preocupación por tipificar las pretensiones,
acciones o “recursos contencioso-administrativos”, según la terminología que se utilice,
en razón a las situaciones litigiosas que den lugar al proceso administrativo.

Por supuesto, el contencioso-administrativo ha dejado de ser un proceso al acto.

El objeto del proceso es la pretensión que se formula ante un órgano jurisdiccional


independiente en demanda de justicia frente a una Administración Pública.

La Ley de justicia administrativa del estado de Jalisco de diciembre de 1999 empieza


diciendo que “el juicio en materia administrativa tiene por objeto resolver las
controversias de carácter administrativo y fiscal”. En otras legislaciones será la
pretensión la que constituye el objeto del proceso.

El desplazamiento del acto administrativo como presupuesto procesal o, al menos, su


reducción a una de las modalidades de actuación de las Administraciones frente a las
que se formula la pretensión, la acción o el “recurso contencioso-administrativo”, dio
lugar a que en las legislaciones fueran apareciendo, al lado del acto, otras
manifestaciones de la conducta administrativa.

Pues bien, lo que se plantea es si en estos otros supuestos, puede el justiciable acudir
directamente al proceso administrativo o si antes debe deducir su pretensión al órgano
administrativo competente, ya que parece que sólo tiene sentido acudir al juez cuando,
habiéndoselo pedido a la Administración ésta no da, no hace o deja de hacer, lo que
deba dar, hacer o no hacer. No será ya porque así lo imponga el viejo y trasnochado
principio de que la jurisdicción administrativa es revisora de la vía administrativa, sino
por algo mucho más simple y elemental: porque no tiene sentido poner en marcha el
costoso y complicado mecanismo del personal, cuando podemos obtener al margen de
él satisfacción de nuestras pretensiones.

Un planteamiento correcto de la cuestión sólo puede hacerse partiendo de las


situaciones que han dado lugar al proceso. Por supuesto, como nos enseñó Jaime
Guasp, no es necesario acudir a la idea de litigio o conflicto jurídico para explicar la
naturaleza del proceso. Porque el proceso existe, desde el momento que se deduce
una pretensión de justicia ante un órgano jurisdiccional, al margen de que presuponga
o no una situación litigiosa. Pero, se cree que, aunque esto no sea necesario, por lo
general cuando se acude a un juez en demanda de justicia es porque existe un
conflicto o litigio y pedimos al juez que lo resuelva.

Aunque, como se ha indicado, no es que el acto administrativo sea un requisito


procesal que se han inventado los legisladores para obstaculizar la tutela judicial
efectiva. El acto constituye la situación litigiosa, lo que motiva la incoación del proceso.
Naturalmente, lo que pretendemos del órgano judicial no es la declaración de nulidad o
anulación por el puro placer de que se respete la legalidad; salvo en los supuestos de
acción pública, si acudimos al proceso es porque el acto y su ejecución afectan a
nuestros derechos o intereses legítimos. Por lo que, por lo general no bastará, para que
quede satisfecha nuestra pretensión, que la sentencia declare la nulidad o anulación.
Sino que será necesario que desaparezca aquella situación derivada del acto que
lesione nuestros derechos o intereses legítimos, o, en los supuestos de acción pública,
que contravenga el Ordenamiento jurídico. Lo que se pretende es que, por ejemplo, se
deje sin efecto la sanción impuesta; se anule o modifique una liquidación tributaria; que
se reintegre la posesión de una cosa que nos fue expropiada, etc.

3   tipos de procedimiento. (interno, externo, previo, de ejecución, de oficio y a


petición de parte)

Procedimiento Interno. - Se da en todo el conjunto de actos que realiza la


Administración, en la administración de sus órganos, sin afectar la esfera jurídica de los
particulares.
Procedimiento Externo. - Es aquel que, si interfiere en la esfera jurídica de los
particulares, sin importar el grado, es decir, no importa si es en menor o mayor grado,
basta que interfiera.
Procedimiento Previo. - Es aquel que requiere de estudios previos para su realización
y así poder comprobar si es conveniente o no. Si éste no se cumple voluntariamente,
sigue el procedimiento posterior.
Procedimiento Posterior. - Este procedimiento se refiere a lo que es la ejecución, el
cual se puede dar de dos formas: una en la que los partes en el contrato se obligan a
cumplir con su parte sin necesidad de que el Estado intervenga para obligarlo a
cumplir; y en que el Estado intervenga coactivamente para hacer cumplir con lo
establecido.
Procedimiento de Oficio. - También conocido como vinculado, es aquel en que la
autoridad tiene que llevar a cabo como parte del cumplimiento de sus obligaciones.
Procedimiento a Petición de parte. - Necesariamente requiere que un particular motive
a la autoridad para que realice determinado acto administrativo o para que lo ejecute.
Se ha considerado que no debe existir una ley que establezca firmemente cómo debe
de ser el procedimiento administrativo, ya que como hemos estudiado, el Derecho
Administrativo es demasiado amplio y resulta muy difícil codificarlo.
Igual sería en cuanto al procedimiento, de todas las materias que regula, cada una
requiere de elementos particulares para así garantizar la no afectación de los intereses
de los particulares.

4   Las partes en el procedimiento administrativo

 Son partes en el juicio contencioso administrativo:

1. El demandante.

2. Los demandados. Tendrán ese carácter:

1. La autoridad que dictó la resolución impugnada.


2. El particular a quien favorezca la resolución cuya modificación o
nulidad pida la autoridad administrativa.

3. El jefe del Servicio de Administración Tributaria o el titular de la


dependencia u organismo desconcentrado o descentralizado que sea
parte en los juicios en que se controviertan resoluciones de
autoridades federativas coordinadas, emitidas con fundamento en
convenios o acuerdos en materia de coordinación, respecto de las
materias de la competencia del Tribunal.

Dentro del mismo plazo que corresponda a la autoridad demandada,


la Secretaría de Hacienda y Crédito Público podrá apersonarse como
parte en los juicios en que se controvierta el interés fiscal de la
Federación.

3. El tercero que tenga un derecho incompatible con la pretensión del


demandante.

Comentario:

Con esta primera actividad nos adentramos a lo que la materia compete, iniciando
comprendiendo sus conceptos para darnos una idea de lo que es.

Primero entendemos pues, que un proceso es una secuencia de actos con los cuales
se pretende llegar a una finalidad y en lo que nos corresponde el procedimiento
administrativo se entiende como la parte del derecho administrativo con la cual se
estudia las reglas y principios que rigen la intervención de los interesados en la
preparación de impugnación de la voluntad administrativa.

Los interesados que existen son los demandados, el demandante y de ves en cuando
terceros, y se busca pues que las partes como en la mayoría de las ramas del derecho
reciban lo justo según lo marca la ley.

También con esta actividad podemos ver que existen diferentes procedimientos dentro
de la materia por lo cual resulta interesante ver como esta se abarca tanto y que son
cosas que muchas veces se ven en la vida diaria pero alejados del derecho no
comprenden la capacidad de alcance de estas y como es que funcionan estas.

Tenemos en idea de que esta materia puede llegar a ser complicada debido a todo lo
que implica y que existen varias leyes que tratan sobre este tipo de temas, pero
esperamos que podamos absorber lo mas posible, ya que nos llama mucho la atención
su funcionamiento en la vida cotidiana y como la podríamos usar en nuestra carrera
como futuros abogados.

FUENTES CONSULTADAS

SILVA, L. (S/F). COMPETENCIA POR AFINIDAD EN LA JURISDICCION


CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO. México. Artículo publicado por la UNAM. Sitio
web: https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/5/2301/18.pdf

ANÓNIMO. (S/F). PARTE GENERAL I. EL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO.


PROCEDIMIENTO Y RECURSOS ADMINISTRATIVOS. Consultado en:
https://www.gordillo.com/pdf_tomo5/03/03-capitulo1.pdf

Ginebra Serrabou, X. (2008). Ley federal de procedimiento contencioso administrativo: comentarios (No.


Sirsi) i9789702804574). México..

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