Antecedentes de Juicio de Amparo

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INTRODUCCIÓN

Unidad 1 Antecedentes del juicio de amparo


1.1 Época colonial y México independiente
1.2 Constitución de Apatzingán
1.3 Constitución Central de 1836
1.4 Constitución Yucateca de 1840
1.5 Bases Orgánicas de 1843
1.6 Reformas de 1847
1.7 Constitución de 1857
1.8 Constitución de 1917
1.9 Ley de Amparo de 1919 y 1936

Unidad 2 Procedencia constitucional y legal del juicio de amparo


2.1 Análisis del artículo 103 de la Constitución General de la República
2.2 Análisis del artículo 107 Constitucional
2.3 Ley reglamentaria de los artículos 103 y 107 Constitucionales
2.4 Recurso o juicio el amparo
2.5 Concepto de acto reclamado
2.6 El amparo contra actos stricto sensu
2.7 El amparo contra leyes

Unidad 3 Principios fundamentales del juicio de amparo


3.1 Principio de iniciativa de parte
3.2 Principio de agravio personal y directo
3.3 Principio de la relatividad de las sentencias
3.4 Principio de definitividad
3.5 Excepciones a la definitividad
3.6 El principio de estricto derecho
3.7 Excepciones al estricto derecho
3.8 Principio de procedencia del juicio de amparo directo o uniinstancial e
indirecto o biinstancial
Unidad 4 Las partes en el juicio de amparo
4.1 Concepto de parte
4.2 El quejoso
4.3 La autoridad responsable
4.4 El tercero perjudicado
4.5 El ministerio público federal

Unidad 5 De la capacidad y la personalidad


5.1 Conceptos generales sobre capacidad, legitimación y personalidad
5.2 La capacidad, del quejoso, del tercero perjudicado
5.3 La legitimación del quejoso, de la autoridad responsable, del tercero
perjudicado, del ministerio público
5.4 La personalidad en el juicio de amparo, del quejoso, del tercer
perjudicado, de las autoridades responsables, del ministerio público federal
5.5 Efectos jurídicos de la falta de personalidad y capacidad

Unidad 6 La competencia en el juicio de amparo


6.1 Concepto de competencia en el amparo
6.2 Diversas clases de competencia en el amparo
6.2.1 Por territorio
6.2.2 Por materia
6.2.3 Por grado
6.2.4 Por cuantía
6.3 Competencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
6.4 Competencia de los Tribunales Colegiados de Circuito
6.5 Competencia de los Jueces de Distrito
6.6 Competencia concurrente
6.7 Competencia auxiliar
6.8 Competencia por acumulación
6.9 Cuestiones competenciales:
6.9.1 Entre la Suprema Corte y los Tribunales Colegiados de Circuito
6.9.2 Entre la Suprema Corte o Tribunal Colegiado, por una parte y por la otra
Juzgado de Distrito
6.9.3 Entre las Salas de la Suprema Corte
6.9.4 Entre Tribunales Colegiados de Circuito
6.9.5 Entre Jueces de Distrito

Unidad 7 La improcedencia y el Sobreseimiento en el juicio de amparo


7.1 La improcedencia general de la acción de amparo
7.2 Improcedencia constitucional de la acción de amparo
7.3 La improcedencia legal de la acción de amparo
7.4 Análisis del artículo 73 de la ley de amparo
7.5 Consideraciones generales del Sobreseimiento en el Juicio de Amparo
7.6 El sobreseimiento por el desistimiento de la demanda
7.7 Diversos tipos de desistimiento
7.8 Desistimiento prohibido
7.9 El sobreseimiento por muerte del quejoso
7.10 El sobreseimiento por improcedencia del amparo
7.11 Por inactividad procesal
7.12 Efectos del sobreseimiento

Conclusión

Referencias Bibliográficas
ANTECEDENTES DEL JUCIO DE AMPARO

1.1 ÉPOCA COLONIAL Y MÉXICO INDEPENDIENTE:

En la Nueva España el derecho colonial se integró con el derecho español en sus


formas legal y consuetudinaria y o las costumbre indígenas. Al consumarse la
conquista de México y al iniciarse la colonización, la penetración jurídica
española se encontró con un conjunto de hechos y prácticas sociales autóctonas,
lejos de desaparecer por el derecho peninsular, fueron consolidadas pos
disposiciones reales y por la Recopilación de las Leyes de Indias de 1681. En la
Nueva España estuvo vigente la legislación exclusivamente para las colonias de
América. Las Leyes de Castilla tenían también aplicación en la Nueva España,
pues la Recopilación de 1681 dispuso que “en todo lo que no estuviese ordenado
en particular para las Indias, se aplicarán en las Leyes de Castilla”.
En el orden político, la autoridad suprema en las colonias españolas de América
era el mismo rey de España. El monarca español, concentraba en su persona a
las tres funciones en que se desarrolla la actividad integral del Estado.
En el derecho español positivo y el colonial, tenía la pretensión de ser realista.
Lo que debía determinar la promulgación de cualquier ley, o inclusive su
abrogación, era una motivación integrada por elementos y factores propios de la
realidad social para la que estaba destinada o que fuesen incompatibles con
ellas. Bajos estos auspicios, se creó el llamado Consejo de India, que actuaba
como consultor del rey en las cuestiones que a éstas interesarán.
El rey Carlos II en 1681 y dicho Consejo, ordenó la conjunción de ellas en un
código que se conoce con el nombre de Recopilación de Leyes de la Indias, tal
recopilación se observa la tendencia de proteger a la población indígena contra
abusos y arbitrariedades de los españoles, criollos y mestizos, así como el
designo invariable de evangelizarlos.
En un régimen jurídico- político la autoridad suprema del rey descansaba sobre
el principio del origen divino. Este siempre se vio suavizados por los principios
morales y religioso derivados de los postulados cristianos.
Es en las Leyes de Indias donde podemos encontrar la fuente primordial de
derecho neo- español, se las debe reputar como un código omnicomprensivo, o
sea como un cuerpo legal regulador de varias materias jurídicas.
Se ha criticado con cierta frecuencia que al régimen español, en el sentido de
marcado absolutismo, nada más injusto que estas críticas, el Derecho Español
en su aspecto legal y consuetudinario existid una garantía jurídica para los
gobernados en la jerarquía normativa en la que la norma era el Derecho Natural,
cuyos mandatos debían prevalecer sobre las costumbres y las leyes.
Esta supremacía jurídica del Derecho Natural fue posteriormente corroborada por
la ley 31 del título 18 de la Partida tres. Cuando existía una oposición con el
derecho natural, las leyes no debían ser suplidas, esto es, de debían ser atacadas
sus disposiciones ni ejecutadas solamente debías escucharse y, asumiendo una
actitud pasiva. El afectado o agraviado por tal pretendida aplicación podía acudir
al rey, solicitando su protección contra los actos de su directa autoridad o de sus
inferiores, se pedía amparo al rey a quien se ilustraba sobre los hechos, contra
el rey que había mandado alga por obrepción(mala información) o por subrepción
(ocultación de hechos, inspiradores del mandato real). Este recurso tutelaba el
derecho natural en primer lugar, y en segundo lugar las costumbres. Por tal
motivo, es pertinente afirmar que en el recurso te obedézcase pero no se cumpla,
hallamos un precedente histórico español de nuestro juicio de amparo.
El recurso no se consignó expresamente por medio de una regulación
sistemática, sino que fue producto de la costumbre jurídica, traducida en
prácticas inveteradas que comenzaron a observarse desde la época en que nació
el Derecho Foral en pleno medioevo. Este derecho se formó a través de los
llamados “fueros” que eran convenios que se concertaban entre el rey, por una
parte y la nobleza o los habitantes de las villas, por la otra. Cuando algún
soberano, osaba atentar contra los citados derechos, privilegios, se acostumbró
que los afectados obedecieran las disposiciones reales respectivas, pero sin
cumplirlas. Ofrecía una notoria contradicción pues podría suponerse que no es
posible obedecer una orden de autoridad sin cumplirla. Los vocablos obedecer y
cumplir es diferente. Obedecer significa reconocer autoridad legítima en quien da
una orden y por el contrario cumplir entraña la asunción de una actitud positiva
freten al mandamiento u orden, es decir, la ejecución de los actos tendientes.
1.2 CONSTITUCIÓN DE APATZINGÁN

El primer documento político constitucional que descubrimos la historia, del


México independiente, o en la época de las luchas de emancipación, fue el
"Decreto Constitucional para la Libertad de la América Mexicana" de octubre de
1814, que también se conoce con el nombre de "Constitución de Apatzingán".
La Constitución de Apatzingán, que no estuve en vigor, pero que es el mejor
índice de demostración del pensamiento político de los insurgentes que
colaboraron en su redacción, principalmente Morelos, y que según opinión de
Gamboa es superior a la Constitución Española de 1812, contiene un capítulo de
las garantías individuales. 1a Constitución de Apatzingán reputaba a los
derechos del hombre o garantías individuales como elementos insuperables por
el poder público, que siempre debía respetarlos en toda su integridad.,
influenciado por los principios jurídicos de la Revolución Francesa y por él
pensamiento de Juan Jacobo Rousseau, estima que los derechos del hombre
son superiores a toda organización social, pues su protección no es sino la única
finalidad del Estado y que la soberanía reside originalmente en el pueblo, siendo
imprescriptible, inalienable e indivisible.
La Constitución de Apatzingán contiene los derechos del hombre declarados en
algunos de sus preceptos integrantes, no brinda, al individuo, ningún medio
jurídico de hacerlos respetar, evitando sus posibles violaciones o reparando las
mismas en caso de que ya hubiesen ocurrido. No podemos encontrar en este
cuerpo de leyes un antecedente histórico de nuestro juicio de amparo. La omisión
del medio de control de éstas en que incurrieron los autores de la Constitución
de Apatzingán tal vez se haya debido a dos causas, principalmente, a saber: al
desconocimiento de las instituciones jurídicas semejantes y sobre todo a la
creencia que sustentaban todo casi todos los jurisconsultos y hombres de Estado
de aquella época, en el sentido de estimar que la sola inserción de los derechos
del hombre en cuerpos legales dota de supremacía, era suficiente para provocar
su respeto por parte de las autoridades concepción que la realidad se encargó
de desmentir palpablemente.
Héctor Fix Zamudio considera que “La Constitución de Apatzingán no solamente
establecía sistemas de naturaleza preventiva destinados a lograr la marcha
equilibrada de las instituciones políticas, sino que consagró en forma
rudimentaria, instrumentos procesales para reparar las violaciones que las
autoridades pudieran realizar en perjuicio de la Ley Fundamental…” y agrega:
"En la parte final del artículo 237. . . Se encontraba situada la siguiente
disposición: Cualquier ciudadano tendrá derecho de reclamar las infracciones
que notare." "Esto no significa, continúa dicho autor, que los constituyentes
tuviesen el propósito definitivo de establecer un procedimiento destinado a la
tutela de los derechos fundamentales, consagrados en su capítulo V",
concluyendo que "pero de cualquier manera, aunque sea inconscientemente y
todavía en germen, se encuentra en dicha Ley Fundamental el principio relativo
a la reclamación de los ciudadanos contra las violaciones constitucionales, por lo
que de haber tenido eficacia, hubiera podido conducir a una tutela procesal de la
amplia gama de los derechos del hombre que dicha carta consagró en su parte
dogmática".
1.3 CONSTITUCIÓN CENTRAL DE 1836

Constitución Centralista de 1836


Las Siete Leyes Constitucionales del año de 1836 cambian el régimen federativo
por el centralista, manteniendo la separación de poderes. La característica de
este cuerpo normativo, es la creación de un superponer, llamado el "Supremo
Poder Conservador", fruto, de la imitación del Senado Constitucional de Sieyes,
habiendo sido su propugnador Francisco Manuel Sánchez de Tagle. Estaba este
organismo integrado por cinco miembros, cuyas facultades eran desmedidas,
hasta tal punto de constituir una verdadera oligarquía., su primordial función
consistía en velar por la conservación del régimen constitucional, más su ejercicio
dista mucho de asemejarse al desplegado por el Poder Judicial Federal en las
Constituciones de 1857 y vigente, El denominado "Poder Supremo Conservador",
no era, como lo es el que ejercen los Tribunales de la Federación, de índole
jurisdiccional, sino meramente político, y cuyas resoluciones tenían validez "erga
omnes".
Efectivamente, el juicio constitucional o de amparo es un verdadero
procedimiento sui géneris en el que concurren los elementos esenciales de todo
proceso, siendo en el (la persona física o moral) víctima de las violaciones
constitucionales previstas por los artículos 101 y 103 de las Constituciones de 57
y 17 respectivamente.
Si se analiza, por otra parte, el derecho que tiene el agraviado de ocurrir a la
autoridad judicial federal en demanda de protección por las violaciones de que
ha sido víctima, se verá, que tiene todos los elementos de una acción, cuyo
ejercicio provoca la formación de la relación procesal, sobre la que recae una
sentencia con efectos de cosa juzgada relativa e individual.
No se encuentran, por el contrario, estos rasgos generales del juicio de amparo
en el control político ejercido por el Supremo Poder Conservador, El
funcionamiento del Supremo Poder Conservador no tenía, pues, todas aquellas
virtudes que se descubren en el juicio de amparo, principalmente las que
conciernen a los efectos relativos de la cosa juzgada, dando sus resoluciones
motivo a que se crearan, dentro de su propio régimen constitucional, ruptura,
tensión y desequilibrio entre las diversas autoridades máxime, cuyas demás
atribuciones, aparte de ser desmedidas y contener un principio de tiranía, eran
ilógicas y absurdas, en especial la relativa a "restablecer constitucionalmente, a
cualquiera de los tres poderes, o a los tres, cuando hayan sido disueltos
revolucionariamente", y la que declaraba que "el Supremo Poder Conservador no
es responsable de sus operaciones más que a Dios y a la opinión pública, y sus
individuos en ningún caso podrán ser juzgados ni reconvenidos por sus
opiniones".
Voto de José F. Ramírez .- Se palpó la necesidad de reformar las Siete Leyes
constitucionales de 1836, en breve lapso, pues en el año de 1840 se produce un
Proyecto de Reformas, elaborado por un grupo de Diputados al Congreso
Nacional, constituidos en una comisión que elaboraría un código fundamental.
Los integrantes de la comisión fueron los diputados Jiménez, Castillo Fernández
y Ramírez.
En la historia del derecho público mexicano no se debe pasar inadvertido el voto
particular emitido en junio de 184 por José Fernando Ramírez, en ocasión a la
reforma de la Constitución centralista de 1836.
El mencionado jurisconsulto se declaraba partidario de la división de poderes,
abogaba por que la suprema corte desempeñara mejor su cometido, estuviese
dotada de absoluta autonomía e independencia frente al ejecutivo y legislativo.
Es José F. Ramírez en quien podemos advertir la influencia del sistema de control
constitucional imperante en la constitución americana, al apuntar en su voto la
conveniencia de que México existiera un medio de mantener el régimen
constitucional. Proponía, que fuese la suprema corte la que conociera de la
constitucionalidad de las leyes o actos de las autoridades.
1.4 CONSTITUCIÓN YUCATECA DE 1840.

Con severa objetividad, es de admitirse que Manuel Crescencio Rejón, autor


material de dicho proyecto; fue el precursor directo de la formula fundamental que
se desarrolló posteriormente en el juicio de amparo; sin embargo, han surgido al
respecto algunas discusiones entre eminentes tratadistas de nuestro derecho
constitucional: unos, defienden a rejón como creador del juicio de amparo; otros,
exigen para Mariano otero esta y consideración. A pesar de las críticas de herrera
y Lasso, así como de Mariano azuela Jr., quienes consideran el sistema de la
Constitución yucateca contradictorio y confuso, no debe negársela a rejón la
primacía en la organización racional de un sistema de control constitucional.
Según el artículo 53 del mencionado proyecto, correspondía a la Suprema Corte
de justicia de Yucatán:
Amparar en el goce de sus derechos a los que le pidan su protección contra las
leyes y decretos de la Legislatura que sean contrarios a la Constitución, o contra
las providencias del gobernador o Ejecutivo reunido, cuando en ellas se hubiese
infringido el Código fundamental o las leyes, limitándose en ambos casos a
reparar el agravio en la parte que éstas o la Constitución, hubiesen sido violadas.
Rejón explica, respecto a esta facultad del Poder Judicial para vigi-lar la
constitucionalidad de la legislación, que las leyes así censuradas no quedarían
destruidas, sólo se disminuiría su fuerza moral "con los golpes redoblados de la
jurisprudencia"; en esto se nota, claramente, la influen-cia de las ideas expuestas
por Tocqueville.
En los artículos 63 y 64, respectivamente, se establecía:
Los jueces de primera instancia ampararán en el goce de los derechos
garantizados por el artículo anterior (el artículo 62 formaba parte del, capítulo
denominado "garantías individuales" y enumeraba en IX fracciones los derechos
de los habitantes), a los que les pidan su protección contra cualesquiera
funcionarios que no correspondan al orden judicial, decidiendo breve y
sumariamente las cuestiones que se susciten sobre los asuntos indicados.
1.5 BASES ORGANICAS DE 1843

Bases constitucionales del amparo son las reglas del código político que norman
fundamentalmente a la institución, por sí solas o complementadas y
reglamentadas por la ley ordinaria (Ley de Amparo).
Se hallan consignadas en el artículo 107 de la Constitución que, como ya advertí,
es en esencia, reglamentario del artículo 103 del propio ordenamiento.
Las bases constitucionales del amparo son:
1. Base de la instancia de parte agraviada;
2. Base de la existencia del agravio;
3. Base de la prosecución judicial del amparo;
4. Base de la relatividad de los efectos de la sentencia de amparo;
5. Base de la definitivita del acto reclamado;
Primera Base: La Instancia de Parte Agraviada
Conforme a la base de la instancia de parte agraviada, el acto inicial del juicio de
amparo ha de ser siempre una demanda de amparo presentada ante el órgano
de defensa constitucional, por la parte que se considere agraviada por la ley o
por el acto de autoridad reputado inconstitucional por la propia parte agraviada.
Según esto, no es posible que el juicio de amparo se inicie o se prosiga
oficiosamente como el proceso inherente al sistema de defensa constitucional
encomendado a órgano político.
Reglamentación:
La base de la instancia de parte agraviada se encuentra expresamente
consignada en la fracción I del artículo 107 de la Constitución (párrafo inicial del
mismo artículo, hasta antes de la reforma de 19 de febrero de 1951), según la
cual: "El juicio de amparo se seguirá siempre a instancia de parte agraviada."
Tácitamente la Ley de Amparo confirma o ratifica esta base constitucional, en su
artículo 4°, cuyo párrafo inicial dispone que: "El juicio de amparo únicamente
puede promoverse por la parte a quien perjudique el acto o a ley que se reclama."
Ventajas:
Las ventajas de a aplicación de la base de la instancia de parte agraviada son
las mismas que vimos se derivan de que se vede la posibilidad de que el órgano
de defensa constitucional actúe oficiosamente.
Segunda Base: La Existencia del Agravio
Para los efectos del amparo, el agravio es el menoscabo que como consecuencia
de una ley o acto de autoridad, sufre una persona en alguno de los derechos que
la Constitución le otorga.
Persona agraviada es, pues, aquella cuyos derechos constitucionales han sido
menoscabados, es decir, dañados o perjudicados por leyes o por actos de
autoridad. Sin embargo, el daño y el perjuicio que dan contenido al agravio son
algo más que el daño y el perjuicio de los que habla la legislación civil, cuya
connotación es meramente patrimonial.
Efectivamente, daño, según el artículo 2108 del Código Civil del Distrito Federal,
es la pérdida o menoscabo sufrido en el patrimonio por falta de cumplimiento de
una obligación; en tanto que el artículo siguiente del propio ordenamiento reputa
perjuicio a la privación de cualquier ganancia lícita que debiera haberse obtenido
con el cumplimiento de la obligación.
La jurisprudencia ha confirmado este criterio al establecer que:
Las palabras parte agraviada se contraen a las personas que han sufrido un
agravio y se refieren, en general, a la ofensa o perjuicio que se hace a alguien en
sus derechos o intereses; la palabra perjuicio debe entenderse no en los términos
de la ley civil, como la privación de cualquier ganancia lícita que pudiera haberse
obtenido, sino como sinónimo de ofensa que se hace a los derechos o intereses
de una persona.
Elementos de la producción del agravio
Para efectos del amparo, al inferirse el agravio, han de concurrir los cuatro
siguientes elementos:
1) Elemento material u objetivo, consistente en el daño o perjuicio, agravio
propiamente dicho, inferido a la persona que lo recibe, de acuerdo con el
concepto que de él acabamos de dar;
2) Elemento subjetivo pasivo, o persona a quien la autoridad infiere el agravio;
3) Elemento subjetivo activo, o autoridad que al actuar infiere el agravio, y
4) Elemento jurídico o formal, o precepto constitucional violado por la autoridad
que infiere el agravio, y protegido por el amparo.
Naturaleza del agravio
El agravio debe ser personal, directo y objetivo.
Que el agravio deba ser personal, significa que la persona que promueve o a
nombre de quien se promueva el amparo ha de ser, precisamente, el titular de
los derechos lastimados, titularidad que funda su interés jurídico para lograr,
mediante el amparo, la protección de aquéllos.
Que el agravio deba ser directo significa que el menoscabo de derechos
constitucionales originados por la ley o por el acto de autoridad violatorio de la
Constitución, debe afectar, precisamente, al titular de tales derechos y sólo a él
por lo que no tendrá el carácter de agravio la ofensa resentida por el tercero o
por quien sólo de modo reflejo (indirecto), resiente perjuicio; "Parte agraviada lo
es, ha dicho la jurisprudencia; para los efectos del amparo, la directamente
afectada por la violación de garantías; no el tercero a quien directamente afecta
la misma violación."
Que el agravio deba ser objetivo, significa que su existencia ha de ser real,
independientemente del pensamiento o de circunstancia alguna peculiar al sujeto
pasivo o al sujeto activo, o al titular del órgano de defensa constitucional.
Según esto, el agravio debe tener existencia determinada por la comparación
entre cualquiera de las hipótesis consignadas en el artículo 103 de la Constitución
y repetidas en el artículo 1° de la Ley de Amparo, por una parte, y la actuación
de la autoridad, por la otra; comparación como resultado de la cual se pueda
concluir válidamente que la autoridad ha realizado, al actuar, la mencionada
hipótesis. Dicha existencia hará irrelevante, por tanto, el juicio u opinión que
acerca del agravio puedan tener la persona que lo reciba, la autoridad que lo
infiera, o el titular del órgano que conozca y resuelva el amparo.
Tercera Base: La Prosecución Judicial del Amparo
Al enunciar el concepto del amparo y al hacer el análisis de sus elementos, vimos
lo que significa la prosecución judicial del amparo, así como la razón de ser de
ésta y sus ventajas.
Expresamente se refieren a la prosecución judicial del amparo, tanto la
Constitución, como la ley de la materia. Efectivamente, el párrafo introductorio
del artículo 107 de la Constitución indica que las controversias de que habla el
artículo 103 se sujetarán a los procedimientos y a las formas de orden jurídico
que determine la ley; procedimientos y formas de orden jurídico que no son otros,
según dejan entender con posterioridad el propio artículo 107 y su ley
reglamentaria, que los judiciales. Por lo demás, en la fracción I del artículo 107
se habla del juicio de amparo, que deberá seguirse siempre a instancia de parte
agraviada, y en la fracción IV se habla de la ley reglamentaria del juicio de
amparo.
Por lo que respecta a la Ley de Amparo, pueden citarse numerosos artículos de
ella que aluden al juicio de amparo. Citemos como ejemplo el artículo 1° que en
su primer párrafo determina el objeto del juicio de amparo; el artículo 5° que
precisa quiénes son partes en el juicio de amparo; el artículo 12 que determina
los modos de justificar la personalidad en el juicio de amparo; el artículo 19 que
se refiere a la representación de las autoridades responsables en el juicio de
amparo; el artículo 20 que alude a la representación de varias personas que
presenten demanda en el juicio de amparo.
Tácitamente, la prosecución judicial del amparo se deduce de todas aquellas
disposiciones constitucionales o legales que aluden a instituciones y partes de
todo juicio. Por ejemplo: en el artículo 107 de la Constitución encontramos la
fracción V que habla de la procedencia del amparo ante la Suprema Corte de
Justicia, que es un tribunal por antonomasia, así como de la petición de amparo
ante los tribunales colegiados de circuito, y la fracción VII que se refiere a la
demanda de amparo ante los jueces de distrito, tribunales y jueces que tienen la
misma naturaleza judicial que la Suprema Corte de Justicia.
Por lo que respecta a la Ley de Amparo, basta la simple lectura de su índice para
comprender que el amparo a cuyo trámite se refiere, se prosigue judicialmente y
sólo judicialmente.
Cuarta Base: La Relatividad de los Efectos de la Sentencia de Amparo
La relatividad de los efectos de la sentencia de amparo significa que dicha
sentencia no afecta favorable o desfavorablemente más que a quienes fueron
partes en el juicio y exclusivamente por lo que atañe a su relación con el acto
reclamado, y sólo con él.
En virtud de la relatividad de los efectos de la sentencia, ésta reviste dos
aspectos, uno positivo y otro negativo.
Aspecto positivo, por cuanto la sentencia sólo afectará: a las partes en el juicio y
al acto reclamado.
Aspecto negativo, por cuanto la sentencia en nada afectará:
a) A quienes no hayan sido partes en el juicio de amparo, aun cuando su situación
jurídica, concreta sea igual a la de quienes sí tuvieron tal carácter, y,
b) A leyes o a actos de autoridad no reclamados en el juicio de amparo aun
cuando su naturaleza constitucional sea idéntica a la de los actos que sí fueron
reclamados.
Excepción al efecto relativo de la sentencia de amparo, con respecto a la
autoridad responsable.
El efecto relativo de la sentencia de amparo sufre una excepción jurisprudencial
por lo que respecta a la autoridad no señalada en el juicio como responsable. En
efecto, la jurisprudencia, después de haber sentado la tesis de que: "Las
sentencias dictadas en los juicios de amparo, no obligan a las autoridades que
no hayan sido parte de ellos, porque no se les ha pedido ni rendido informes, ni
interpuesto recurso alguno."
Ha sustentado el criterio de que:
Las ejecutorias de amparo deben ser inmediatamente cumplidas por toda
autoridad que tenga conocimiento de ellas y que por razón de sus funciones deba
intervenir en su ejecución, puesto que atento a la parte final del primer párrafo
del artículo 107 de la Ley Orgánica de los artículos 103 y 107 constitucionales,
no solamente la autoridad que haya figurado con el carácter de responsable en
el juicio de garantías está obligada a cumplir la sentencia de amparo. Sino
cualquier otra autoridad que por sus funciones tenga que intervenir en la
ejecución de este fallo.
Reglamentación
Consignan expresamente la relatividad de los efectos de la sentencia de amparo,
tanto la Constitución como la Ley de Amparo:
La fracción II del artículo 107 de la Constitución recoge la Fórmula de Otero
expresada ya en la última parte del artículo 102 de la Constitución de 1857, en
los siguientes términos:
"La sentencia será siempre tal, que sólo se ocupe de individuos particulares,
limitándose a ampararlos y protegerlos en el caso especial sobre el que verse la
queja, sin hacer una declaración general respecto de la ley o acto que la
motivare."
Por lo que respecta a la Ley de Amparo, su artículo 76 dispone que:
Las sentencias que se pronuncien en los juicios de amparo sólo se ocuparán de
los individuos particulares o de las personas morales, privadas u oficiales que los
hubieren solicitado, limitándose a ampararlos y protegerlos, si procediera, en el
caso especial sobre el que verse la demanda, sin hacer una declaración general
respecto de la ley o acto que la motivare.
La limitación constitucional legalmente impuesta a los efectos de la sentencia de
amparo se contrae, lógicamente, sólo a los puntos resolutivos de esta, pues son
ellos los que están propiamente destinados a alterar la situación jurídica de las
partes, razón por la que no hay inconveniente para que en las condiciones de la
sentencia se hagan apreciaciones generales que pugnen con el sentido de la
Fórmula de Otero, pues dichas consideraciones no tienen, como los puntos
resolutivos, fuerza ejecutiva y al abordar aspectos generales del problema
resuelto en la sentencia, contribuyen a enriquecer los preceptos legales y las
especulaciones doctrinales sobre el particular (Ignacio Burgoa).
La adopción de la base de la relatividad de los efectos de la sentencia de amparo
por nuestra Constitución y por su ley reglamentaria, es congruente con la
naturaleza judicial de nuestro medio de defensa de la Constitución y tiene las
mismas ventajas de éste con respecto al sistema de carácter político cuyas
resoluciones son casi siempre de alcance general.
Quinta Base: La Definitivita del Acto Reclamado
Esta base significa que el acto reclamado es definitivo por cuanto no puede ser
legalmente impugnado por recursos, por medios de defensa legal o por juicios
ordinarios, con el fin de que la autoridad lo modifique o lo revoque.
Así en términos generales, puede afirmarse que una sentencia pronunciada en
segunda instancia por un tribunal superior de justicia es un acto definitivo, puesto
que el mencionado fallo no puede ser impugnado legalmente echando mano de
recursos, de medios de defensa legal o de juicios ordinarios, para que él sea
modificado o revocado. En el mismo caso se encuentran las disposiciones de
carácter administrativo cuya ley normativa no permita que por medio de los
indicados recursos se altere el acto del modo antes señalado, y las leyes una vez
que han sido sancionadas, promulgadas y publicadas por el poder ejecutivo.
En cambio, las legislaciones civiles y administrativas ofrecen múltiples ejemplos
de resoluciones judiciales o de actos de autoridad que pueden ser impugnados
por los interesados, ocurriendo a recursos, a medios de defensa legal o a juicios
ordinarios a fin de obtener la modificación o la revocación del fallo o del acto.
La base de la definitividad del acto reclamado es consecuencia de la naturaleza
extraordinaria del juicio de amparo, antes demostrada, y persigue
congruentemente con tal naturaleza: 1) la conservación de dicha naturaleza, y 2)
lograr la indispensable economía procesal.
1) La conservación de la naturaleza extraordinaria del juicio de amparo se logra
exigiendo el carácter definitivo del acto reclamado porque, de no ser así, el juicio
de amparo perdería su índole extraordinaria y se convertiría en ordinario ya que
la impugnación que por medio de él se hiciera del acto reclamado correría pareja
con la impugnación ordinaria puesto que no se apoyaría en la inconstitucionalidad
del acto, sino en sus vicios de carácter legal ordinario.
2) La economía procesal, por otra parte, se logra mediante la exigencia del
carácter definitivo del acto reclamado, porque de suprimirse éste se duplicarían
las instancias: la instancia ordinaria por cuyo medio pudiera obtenerse la
revocación o la modificación del acto; y la instancia extraordinaria o de amparo
por cuyo medio, a más de que se enjuiciaría la constitucionalidad del mencionado
acto, se obtendría, también, su revocación o su modificación.
Reglamentación.
La base de la definitividad del acto reclamado se halla reglamentada tanto
constitucional como legalmente.
Constitucionalmente se halla reglamentado el carácter definitivo del acto
reclamado, en la fracción III, incisos a y b, y en la fracción IV, del artículo 107.
Legalmente la base de la definitividad del acto reclamado consignada en los
preceptos constitucionales acabados de citar, se halla reglamentada en el
artículo 73, fracciones XIII, XIV y XV, de la ley de amparo.
Consecuencias Jurídicas de la inobservancia de la base de definitividad del acto
reclamado.
La consecuencia jurídica inmediata e inevitable de que el quejoso no agote, antes
de ocurrir al amparo, los recursos, los medios de defensa o los juicios ordinarios
legalmente existentes para impugnar el acto, es que sea' improcedente el juicio
de amparo.
Tal improcedencia se desprende tácitamente de lo que sobre el particular
disponen las fracciones III, inciso a, y IV del artículo 107 de la Constitución, y
expresamente las fracciones XIII, XIV y XV del artículo 73 de la Ley de Amparo,
a cuyo texto aludimos en ocasión anterior.
Ignacio Burgoa plantea esta cuestión no carente de interés:
¿Debe el juez ante quien se eleva una demanda de amparo en contra de un acto
impugnable por medios ordinarios que no han sido previamente agotados,
desechar de plano la demanda, sin suspensión del acto reclamado, por
considerar que en ella hay motivo manifiesto a ineludible de improcedencia, en
aplicación de lo que dispone el artículo 145 de la Ley de Amparo; o debe admitir
la demanda a fin de estudiarla y, en su caso, sobreseer con posterioridad?
Al abordar el problema, la jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia, ha
sostenido:
La existencia de un posible recurso contra los actos reclamados, motivo de un
juicio de garantías, no es óbice para admitir y tramitar la demanda de amparo,
sino que, por lo contrario, es conveniente hacerlo, a fin de que se estudie
debidamente la cuestión; sin perjuicio de que después se dicte el sobreseimiento
que corresponda, si del resultado del estudio respectivo aparece realmente la
existencia de alguna causa de improcedencia.
El mencionado autor critica la tesis jurisprudencial acabada de transcribir, pues
hace ver que la existencia o la inexistencia del recurso, del medio de defensa
legal o del juicio ordinario, y la utilización o la falta de utilización de él es un dato
objetivo derivado de la ley y de la correspondiente relación de hechos, que sólo
puede aquilatar íntegramente el juez ante quien se eleve el amparo. El juez,
mediante el simple examen de la demanda, sabrá si se cumplió o no se cumplió
con la base de la definitividad del acto reclamado, y consecuentemente, deberá
proceder, en el caso de que no se haya hecho así, de acuerdo con lo mandado
por el artículo 145 de la Ley de Amparo.
Considero esta crítica infundada, porque la tesis de la Corte no es aplicable al
caso cierto de que exista un recurso ordinario, sin agotar el cual habrá el "motivo
manifiesto e indudable de improcedencia" del que habla el artículo 145 de la ley,
sino a la posibilidad de que tal recurso exista, que el juez deberá, sin duda,
comprobar antes de decretar la improcedencia de la demanda.
En la hipótesis prevista por Burgoa, hay certeza; en la contemplada por la Corte,
hay duda. Las soluciones tienen, por tuerza, que ser diferentes.
Excepciones legales y jurisprudenciales a la base de la definitividad del acto
reclamado, o casos en los que dicha base no surte efectos.
Por razones de diversa índole, a las que aludiré enseguida, la Constitución, la ley
o la jurisprudencia relevan en determinados casos al quejoso, de la obligación de
agotar antes de acudir al amparo, los medios ordinarios de defensa.
Efectivamente, el agraviado puede ocurrir directamente al amparo sin necesidad
de agotar precisamente los recursos, los medios de defensa; legal o los juicios
ordinarios, que señale la ley, si:
1) Los actos reclamados consisten en la deportación, en el destierro o en la
imposición de cualquiera de las penas prohibidas en el artículo 22 constitucional,
o importen peligro de perder la vida (artículo 73, tracción XII, párrafo segundo, de
la Ley de Amparo);
| 2) El acto reclamado es un acto de formal prisión.
Esta excepción no es absoluta, pues la jurisprudencia ha señalado a ella estas
dos modalidades:
a) No procede el amparo en contra del auto de formal prisión cuando el agraviado
ha interpuesto contra tal auto el recurso ordinario de apelación que conceda la
ley procesal penal correspondiente (artículo 300 del Código de Procedimientos
Penales para el Distrito Federal), y
b) Si procede el amparo desde el momento en que el agraviado desiste de dicho
recurso ordinario.
Ignacio Burgoa explica que el fundamento jurídico de este criterio de la Corte es
la posibilidad de que el auto de formal prisión viole directamente las garantías
consagradas por el artículo 19 constitucional; si el acto reclamado viola las
garantías consagradas en los artículos 16, 19 y 20 constitucionales. Por ejemplo:
que se dé una orden de cateo domiciliario por autoridad que no sea la judicial;
que se practique una detención por más de tres días sin que se justifique con un
auto de formal prisión debidamente requisitado; que se incomunique
indebidamente a un reo. Esta excepción a la base de la definitividad del acto
reclamado no es aplicable si la violación a los mencionados artículos
constitucionales proviene de una sentencia, en cuyo caso el agraviado tiene
obligación de agotar los medios de defensa ordinarios.
4) El quejoso es extraño al juicio dentro del cual se produjo el acto que lo agravia
(artículo 73, fracción XIII, de la Ley de Amparo, que remite a la fracción VII,
indebidamente el texto de la ley remite a la fracción IX; del artículo 107
constitucional).
Por extraño al juicio debemos entender a la persona que no ha sido emplazada
y que por no haberlo sido no se ha apersonado en él.
5) La reconsideración administrativa no está expresamente establecida por la ley
del acto reclamado.
Sobre el particular la jurisprudencia asienta el criterio de que:
"Cuando la reconsideración administrativa no esté expresamente establecida por
la ley del acto, no puede tener por efecto interrumpir el término para pedir amparo
y puede desecharse de plano."
No obstante, la misma Suprema Corte de Justicia ha agregado que si la
reconsideración: "es interpuesta dentro de los quince días siguientes a la
notificación del acuerdo y es admitida y substanciada, debe conceptuarse que el
término para interponer el amparo ha de contarse desde la fecha de la notificación
de la resolución que recaiga a tal reconsideración".
Según esto, cuando la ley del acto no concede expresamente el recurso de
reconsideración, no es necesario agotar este camino antes de solicitar el amparo,
pero si aun cuando la ley del acto no establezca la reconsideración se interpone
ésta dentro de los quince días siguientes a la fecha de la notificación y se admite
y se sustancie, el amparo sólo será procedente después de que se obtenga la
resolución de la reconsideración.
6) La ley señala para reclamar contra un acto administrativo, la vía administrativa
y la vía judicial y ya se haya hecho uso de una o de otra.
7) Si el acto reclamado consiste en una ley cuya promulgación se impugne en el
amparo con independencia de su primer acto de ejecución.
8) En el mandamiento escrito en el que se contenga el acto reclamado no se cite
el fundamento legal o reglamentario en el que él se apoye.
El motivo por el cual se releva al agraviado de la obligación de acudir a los medios
de defensa ordinarios antes de recurrir al amparo, en el caso de que la autoridad
no cite en su mandamiento escrito el fundamento legal del mismo, es que en tales
condiciones el agraviado carece de la información necesaria para poder combatir
legalmente el acto.
COMENTARIO: Las bases constitucionales del juicio de Amparo, son los
principios jurídicos por los cuales se rige éste, tales principios se encuentran
constituidos en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; Ahora
bien la doctrina ha considerado que existen bases Constitucionales principales y
secundarias, según su importancia de dichas bases.
1.6 ACTAS DE REFORMAS DE 1847

El 18 de mayo de 1847 se promulgó el Acta de Reformas. Su expedición tuvo


como origen el Plan de la Ciudadela de 4 de Agosto de 1846, en este se
desconoció el régimen central de 1836.
La reimplantación del federalismo se inspiró en la experiencia que durante el
régimen centralista había sufrido la República.
Las ideas de Mariano Otero, fueron acogidas en sus perfiles cardinales en el acta
de las reformas de 1847, se contienen en el voto particular. En el congreso
nacional extraordinario figuraba Manuel Crescencio, como diputado del Distrito
Federal, presento el ilustre yucateco un documento dirigido a la nación, el que
además de proclamar el sistema federal propuso la implantación del juicio de
amparo, aunque con la amplitud con que lo hizo adoptar en Yucatán, sino
restringió a la sola protección de las garantías individuales, sugiriendo que fuesen
los jueces de la primera instancia a los que incumbiese el conocimiento de dicho
juicio.
1.7 CONSTITUCIÓN DE 1857

El juicio de amparo sufrió serias vicisitudes en los debates del Congreso


Constituyente de 1856-57; el artículo 102 del proyecto original propugnó por un
sistema de protección constitucional el cual eliminaba el órgano político y
adoptaba la fórmula Otero, pero daba intervención tanto a los tribunales federales
como locales y requería "la garantía de un jurado compuesto de vecinos del
Distrito respectivo". Los diputados Arriaga y Mata defendieron el proyecto ante
los ataques de Ignacio Ramírez y Anaya Hermosillo; Ocampo a favor también del
proyecto, lo reelaboró en tres artículos, eliminando la participación de los
tribunales de los Estados y León Guzmán como miembro único de la comisión de
estilo, al no consignar en el texto definitivo de la minuta el contenido del artículo
102 que se refería al jurado y que ya había sido aprobado por la asamblea, salvó
a la Constitución de 1857 de un procedimiento totalmente inaplicable.
En esta Ley fundamental inició su vida jurídica el juicio de amparo con las
siguientes características: exclusividad de los tribunales federales para conocer
del amparo por violaciones a los derechos humanos, a la esfera federal o a las
esferas "estaduales", siempre a instancia de parte, sin declaratoria general y sólo
aplicable a casos concretos; conforme se deriva del texto de los artículos 101 y
102 de la Constitución de 1857.
Art. 101. Los tribunales de la federación resolverán toda controversia que se
suscite:
I. Por leyes o actos de cualquiera autoridad que violen las garantías individuales.
II. Por leyes o actos de la autoridad federal que vulneren o restrinjan la soberanía
de los Estados.
III. Por leyes o actos de las autoridades de éstos, que invadan la esfera de la
autoridad federal.
Art. 102. Todos los juicios de que habla el artículo anterior se seguirán, a petición
de la parte agraviada, por medio de procedimientos formas del orden jurídico,
que determinará una ley. La sentencia será siempre tal, que sólo se ocupe de
individuos particulares, limitándose a protegerlos y ampararlos en el caso
especial sobre que verse el proceso sin hacer ninguna declaración general
respecto de la ley o acto que la motivare.
1.8 CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE 1917

A pesar de las experiencias y los debates acumulados en el lapso comprendido


de 1857 a 1917 la Constitución vigente mantiene la línea general trazada por el
texto de 1857 y la legislación derivada de éste; se reafirma entonces el control
de la legalidad, al mismo tiempo que el control de la constitucionalidad en el
mismo juicio, aunando a la defensa constitucional una tercera instancia, especie
de casación o apelación. Situación que fue justificada por Carranza en su
mensaje y Proyecto de Constitución, diciendo:
El pueblo mexicano está ya tan acostumbrado al amparo de los juicios civiles que
el gobierno a mi cargo ha creído que sería no sólo injusto, sino impolítico, privarlo
ahora de tal recurso, estimando que bastará limitarlo únicamente a los casos de
verdadera y positiva necesidad, dándole un procedimiento fácil y expedito para
que sea efectivo.
Así pues, el Constituyente de 1916-17 reproduce en el artículo 103 exactamente
los mismos términos del artículo 101 de 1857, e introduce en el artículo 107 el
texto del artículo 102 de 1857, pero agregando diversas bases fundamentales a
las que debe sujetarse el juicio de amparo.
El proyecto de artículo 107 con sus doce fracciones fue discutido ampliamente
por la asamblea: los diputados jara y medina formularon un voto particular en el
que se manifestaban en contra del amparo contra sentencias definitivas
pronunciadas en juicios civiles y penales, argumentando que con ello se atentaba
contra la administración de justicia en los estados y se nulificaba la soberanía de
los mismos; sin embargo, las intervenciones de los diputados A. González,
Lizardi, Truchuelo y Macias, apoyando con diversos argumentos el proyecto
presentado, atrajeron el voto necesario para su aprobación mayoritaria.
Los principales lineamientos del artículo 107 original, algunos de los cuales
todavía se conservan a pesar de las sucesivas reformas que ha sufrido, son los
siguientes:
 Ratifica la fórmula otero (fracción I).
 Crea y regula, con algún detalle, el amparo directo y su suspensión, en
materia civil y penal (fracciones II, III, IV, V, VI, VII y VIII).
 Establece las reglas generales del amparo ante los jueces de Distrito (fra.
X).
 Determina un régimen de responsabilidades (fracciones X, XI y XII).

Creación del Amparo
En la actualidad se descubren dos corrientes excluyentes que atribuyen la
paternidad de dicho medio constitucional de defensa a alguno de estos egregios
juristas y políticos mexicanos, Manuela Crescencio Rejón y Marian Otero.
Manuel Crescencio Rejón, se desprende de su aportación la estructura jurídica
del amparo el sig.:
Procedencia de dicho juicio anta la Corte Suprema (local) para preservar la
<constitución contra cualquier acto que cause un agravio individual imputable a
los poderes ejecutivo o legislativo;
Procedencia del amparo ante los jueces de primera instancia contra actos de
autoridades distintas del gobernador o de le legislatura, que vulnerasen las
garantías individuales;
Principio de la instancia de parte en la procedencia del amparo y del de la
relatividad de las sentencias respectivas.
Mariano Otero en el Acta de Reformas de 1847, otorgaba competencia a los
Tribunales de la Federación para proteger a “cualquier habitante de la República
en el ejercicio y conservación de los derechos que le conceden esta Constitución
y las leyes constitucionales, contra todo ataque de los poderes legislativo y
ejecutivo, ya de la Federación, ya de los Estados, limitándose dichos tribunales
a impartir su protección general respecto de la ley o acto que la motivare”.
1.9 LEYES DE AMPARO 1919 Y 1936
Las leyes reglamentarias del juicio de amparo, es decir, aquellas que el
procedimiento con todas sus derivaciones y aspectos, mediante el cual los
órganos constitucionalmente competentes ejercen el control de los actos de las
autoridades estatales lesivos de las garantías individuales y del orden
constitucional en sus diversas hipótesis, pueden clasificarse cronológicamente
en tres grupos, aquellas que corresponden a una época anterior a la Constitución
del 57; aquellas que reglamentan el juicio de amparo durante la vigencia de ésta
y las que se expidieron bajo el imperio de la Constitución de 1917.
Una noción de los puntos más importantes de las diversas leyes de amparo que
han reglamentado nuestra magnifica institución demostrara su proceso evolutivo
sobre todo la tendencia de facilitar la expedición de la tutela constitucional para
mantener incólumes los derechos individuales del hombre.
Iniciativa de la ley reglamentaria de 1852, fue presentada al congreso de la unión
durante el gobierno de Mariano Arista, por José urbano Fonseca, se compone de
quince artículos los cuales reglamentan el medio de defensa de los derechos
constitucionales a que se contra el art. 25 del acta. Se denomina recurso de
amparar.
Ley orgánica de 30 de noviembre de 1861. Primera ley organiza de
procedimientos de los tribunales de la federación. Se compone de 34 artículos y
fue promulgada por el presidente Juárez. Establece tres órganos para conocer el
amparo, juzgados de distrito, tribunales de circuito y sala de la suprema corte.
Fija el derecho público.
Ley de 20 de enero de 1869. También promulgada por el presidente Juárez, se
compone de 31 art. Que tratan de la interposición del recurso de amparo y
suspensión del acto reclamado, substanciación del recurso de la sentencia en la
última instancia y de la ejecución.
Ley de 14 de diciembre de 1882. Se promulgo por el presidente Manuel Gonzáles
de 83 arts., distribuidos en diversos capítulos sobre la naturaleza del amparo y la
competencia de los jueces, de la demanda de amparo, de la suspensión del acto
reclamado, de las excusas, recusaciones e impedimentos de la substanciación
del recurso.
PROCEDENCIA CONSTITUCIONAL Y LEGAL DEL
JUICIO DE AMPARO

2.1 ANÁLISIS DEL ARTÍCULO 103 DE LA CONSTITUCIÓN


GENERAL DE LA REPUBLICA
El artículo 103 Constitucional.

Art. 103.- Los tribunales de la Federación resolverán toda controversia que se


suscite:
De entrada, el artículo 103 establece la competencia a favor de los tribunales de
la Federación, de todo lo relativo a la materia de amparo, precisamente al sujetar
al control de los tribunales de la Federación, cuanta controversia exista que tenga
su origen en violación de garantías individuales.
I.- Por leyes o actos de la autoridad que violen las garantías individuales;
Esta fracción I establece como motivo para acudir a los tribunales de la
Federación, la violación de garantías individuales, entendiendo éstas, como las
que otorga la propia Constitución, según indica el artículo 1º, que en la parte a
destacar señala: “En los Estados Unidos Mexicanos todo individuo gozará de las
garantías que otorga esta Constitución,..”
De lo anterior se colige que las garantías individuales el Estado Mexicano
asumen que las otorga, no que las reconoce, como indicaba el texto de 1857.
II.- Por leyes o actos de la autoridad federal que vulneren o restrinjan la soberanía
de los Estados o la esfera de competencia del Distrito Federal, y
III.- Por leyes o actos de las autoridades de los Estados o del Distrito Federal que
invadan la esfera de competencia de la autoridad federal.

Con independencia de las Controversias Constitucionales, materia de estudio por


separado, las dos fracciones que se comentan resultan innecesarias, puesto que
cualquier acto de autoridad, de cualquier tipo, que cause menoscabo en los
derechos fundamentales del gobernado, invariablemente podrá ubicarse en los
supuestos de la fracción I ya comentada.
2.2 ANÁLISIS DEL ARTÍCULO 107 CONSTITUCIONAL

El artículo 107 constitucional

ARTÍCULO 107. Todas las controversias de que habla el artículo 103 se sujetarán
a los procedimientos y formas del orden jurídico que determine la ley, de acuerdo
con las bases siguientes:

El encabezado del artículo 107 Constitucional, establece el principio de


prosecución judicial para la atención de los asuntos en los que se impetre el
Amparo y Protección de la Justicia Federal.

I.- El juicio de amparo se seguirá siempre a instancia de parte agraviada;

Establece el principio de Instancia de Parte, es decir, que el Juicio de Amparo se


seguirá sólo cuando exista petición expresa del quejoso o persona afectada con
el acto de autoridad. El juicio de amparo no se sigue de oficio.

II.- La sentencia será siempre tal, que sólo se ocupe de individuos particulares,
limitándose a ampararlos y protegerlos en el caso especial sobre el que verse la
queja, sin hacer una declaración general respecto de la ley o acto que la motivare.

Lo anterior constituye la llamada “Fórmula Otero”, y que soporta precisamente el


control de los actos del Poder Judicial, pues de lo contrario, si las sentencias
fueran de tal amplitud que una vez pronunciadas, dejasen sin efectos la Ley que
hubiera sido impugnada, el Poder Judicial estaría invalidando los actos
formalmente legislativos del Poder Legislativo, con las funestas consecuencias
que ello acarrearía.
En el juicio de amparo deberá suplirse la deficiencia de la queja de acuerdo con
lo que disponga la Ley Reglamentaria de los Artículos 103 y 107 de esta
Constitución.

Cuando se reclamen actos que tengan o puedan tener como consecuencia privar
de la propiedad o de la posesión y disfrute de sus tierras, aguas, pastos y montes
a los ejidos o a los núcleos de población que de hecho o por derecho guarden el
estado comunal, o a los ejidatarios o comuneros, deberán recabarse de oficio
todas aquellas pruebas que puedan beneficiar a las entidades o individuos
mencionados y acordarse las diligencias que se estimen necesarias para precisar
sus derechos agrarios, así como la naturaleza y efectos de los actos reclamados.

En los juicios a que se refiere el párrafo anterior no procederán, en perjuicio de


los núcleos ejidales o comunales, o de los ejidatarios o comuneros, el
sobreseimiento por inactividad procesal ni la caducidad de la instancia, pero uno
y otra sí podrán decretarse en su beneficio. Cuando se reclamen actos que
afecten los derechos colectivos del núcleo tampoco procederán el desistimiento
ni el consentimiento expreso de los propios actos, salvo que el primero sea
acordado por la Asamblea General o el segundo emane de ésta.

Este apartado de la fracción II, indica la procedencia constitucional de la


suplencia de la queja, figura respecto de la cual, mi posición personal es contraria
a la misma, siempre y cuando las partes acudan al juicio de garantías por
conducto de abogado reconocido, mediante la cédula respectiva, ya que lo que
está en juego en el litigio, no son los intereses de las partes, sino la capacidad
de los abogados.

Cierto, el titular de los derechos subjetivos ha depositado en su abogado su


patrimonio, su honra, su libertad, y aún más, puede confiarle la protección de su
vida. Sin embargo, el hecho de acudir con un mal litigante, que muchas veces no
tiene la capacidad necesaria, le implica al afectado la posibilidad real de perder
lo que para él es de afecto.
En esos casos, podría considerarse la suplencia de la queja deficiente,
estipulándose una sanción pecuniaria en contra del litigante, lo que traería como
consecuencia un mayor respeto a los actos de autoridad, y un mayor decoro a la
propia profesión de abogado.

III.- Cuando se reclamen actos de tribunales judiciales, administrativos o del


trabajo, el amparo sólo procederá en los casos siguientes:

a).- Contra sentencias definitivas o laudos y resoluciones que pongan fin al juicio,
respecto de las cuales no proceda ningún recurso ordinario por el que puedan
ser modificados o reformados, ya sea que la violación se cometa en ellos, o que,
cometida durante el procedimiento, afecte a las defensas del quejoso,
trascendiendo al resultado del fallo; siempre que en materia civil haya sido
impugnada la violación en el curso del procedimiento mediante el recurso
ordinario establecido por la ley e invocada como agravio en la segunda instancia,
si se cometió en la primera. Estos requisitos no serán exigibles en el amparo
contra sentencias dictadas en controversias sobre acciones del estado civil o que
afecten al orden y a la estabilidad de la familia;

Es la procedencia del amparo directo o uniinstancial, que sólo podrá interponerse


en contra de sentencias que conforme a la ley del acto de donde emanen, no
exista medio de defensa ordinario.

Establece el principio de Definitividad de las sentencias, así como la excepción


para los casos en que está de por medio la estabilidad familiar, base de nuestra
sociedad.

De igual modo, se establece que el amparo será procedente tanto contra los
defectos de la resolución definitiva por violaciones constitucionales cometidos al
momento de resolver el asunto, como contra las violaciones in precediendo
cometidas.
b).- Contra actos en juicio cuya ejecución sea de imposible reparación, fuera de
juicio o después de concluido, una vez agotados los recursos que en su caso
procedan, y

Este apartado nos muestra la procedencia del amparo indirecto o biinstancial en


contra de las violaciones cometidas dentro del procedimiento que sean de
imposible reparación.

La Suprema Corte de Justicia ha determinado que las violaciones in procedendo


deben ser a garantías constitucionales y no violaciones procedimentales.

c).- Contra actos que afecten a personas extrañas al juicio;

La figura del Tercero Extraño a Juicio, encuentra soporte Constitucional en el


párrafo precedente, y definitivamente, al no haber participado en el ligio de origen,
mal habría de estar sujeto a agotar los recursos derivados de un procedimiento
del que ni siquiera tiene conocimiento de su existencia.

IV.- En materia administrativa el amparo procede, además, contra resoluciones


que causen agravio no reparable mediante algún recurso, juicio o medio de
defensa legal. No será necesario agotar éstos cuando la ley que los establezca
exija, para otorgar la suspensión del acto reclamado, mayores requisitos que los
que la Ley Reglamentaria del Juicio de Amparo requiera como condición para
decretar esa suspensión;

La presente disposición es una salvaguarda del derecho del gobernado en cuanto


a la suspensión del acto reclamado, pues la autoridad administrativa es afecta a
imponer cargas excesivas para suspender el acto reclamado, lo que llevó al
constituyente a la necesidad de incluir este apartado en aras de la seguridad
jurídica mediante la equidad.

V.- El amparo contra sentencias definitivas o laudos y resoluciones que pongan


fin al juicio, sea que la violación se cometa durante el procedimiento o en la
sentencia misma, se promoverá ante el tribunal colegiado de circuito que
corresponda, conforme a la distribución de competencias que establezca la Ley
Orgánica del Poder Judicial de la Federación, en los casos siguientes:

a).- En materia penal, contra resoluciones definitivas dictadas por tribunales


judiciales, sean éstos federales, del orden común o militares.

b).- En materia administrativa, cuando se reclamen por particulares sentencias


definitivas y resoluciones que ponen fin al juicio dictadas por tribunales
administrativos o judiciales, no reparables por algún recurso, juicio o medio
ordinario de defensa legal;

c).- En materia civil, cuando se reclamen sentencias definitivas dictadas en juicios


del orden federal o en juicios mercantiles, sea federal o local la autoridad que
dicte el fallo, o en juicios del orden común. En los juicios civiles del orden federal
las sentencias podrán ser reclamadas en amparo por cualquiera de las partes,
incluso por la Federación, en defensa de sus intereses patrimoniales, y

d).- En materia laboral, cuando se reclamen laudos dictados por las Juntas
Locales o la Federal de Conciliación y Arbitraje, o por el Tribunal Federal de
Conciliación y Arbitraje de los Trabajadores al Servicio del Estado;

Los párrafos precedentes establecen la certeza de que el Amparo Directo sólo


podrá promoverse contra laudos, resoluciones o sentencias que pongan fin al
juicio, e inclusive, señala que la Federación podrá interponer la demanda de
garantías cuando sus intereses patrimoniales se vean afectados por una
resolución definitiva.

La Suprema Corte de Justicia, de oficio o a petición fundada del correspondiente


Tribunal Colegiado de Circuito, o del Procurador General de la República, podrá
conocer de los amparos directos que por su interés y trascendencia así lo
ameriten.
Establece la facultad de atracción de la Suprema Corte de Justicia en aquellos
asuntos que tal manera revistan importancia para la colectividad, que deban ser
del conocimiento de las Salas o del Pleno. No fija los criterios para determinar el
porqué de la importancia o la trascendencia, ni establece a quién corresponde
determinar dichas situaciones.

Sin embargo, hemos visto a través de los medios de comunicación, asuntos como
la matanza de Aguas Blancas, que tanto impactó a la sociedad, que la Corte
decidió realizar las investigaciones necesarias para atender el asunto.

VI.- En los casos a que se refiere la fracción anterior, la ley reglamentaria de los
artículos 103 y 107 de esta Constitución señalará el trámite y los términos a que
deberán someterse los tribunales colegiados de circuito y, en su caso, la
Suprema Corte de Justicia, para dictar sus respectivas resoluciones;

El artículo 166 de la Ley de Amparo establece los requisitos para formular una
demanda de garantías, y el procedimiento lo rigen los artículos del 177 al 191.

Es menester aclarar que dado que en el amparo directo no existe audiencia


constitucional, la regla procedente es la que establece el artículo 184, es decir,
cinco días para que el Magistrado Presidente turne el asunto al Magistrado
Ponente, y quince días para que éste emita la sentencia correspondiente.

En la praxis, es fama pública que los asuntos a estudio en los tribunales


colegiados suelen dormir el sueño de los justos, tanto, que existe la figura de la
caducidad de la instancia, lo que en la realidad se torna en una verdadera
denegación de justicia sin pena para el juzgador.

VII.- El amparo contra actos en juicio, fuera de juicio o después de concluido, o


que afecten a personas extrañas al juicio, contra leyes o contra actos de autoridad
administrativa, se interpondrá ante el juez de Distrito bajo cuya jurisdicción se
encuentre el lugar en que el acto reclamado se ejecute o trate de ejecutarse, y
su tramitación se limitará al informe de la autoridad, a una audiencia para la que
se citará en el mismo auto en el que se mande pedir el informe y se recibirán las
pruebas que las partes interesadas ofrezcan y oirán los alegatos, pronunciándose
en la misma audiencia la sentencia;

Establece la forma en que habrán de tramitarse los Amparos Indirectos, y el


legislador establece perfectamente los requisitos para formular la demanda de
garantías en el artículo 116 de la Ley de Amparo en vigor.

Establece también, la obligación para la autoridad responsable de rendir el


informe con justificación.

También queda comprendida en la fracción anterior, la existencia de una


audiencia en la que deberá dictarse la resolución. En la práctica, es sabido que
los jueces tardan luengos meses en dictar sus sentencias, aduciendo la carga de
trabajo, lo que se reitera se aparta de una justicia pronta y expedita.

VIII.- Contra las sentencias que pronuncien en amparo los Jueces de Distrito o
los Tribunales Unitarios de Circuito procede revisión. De ella conocerá la
Suprema Corte de Justicia:

a).- Cuando habiéndose impugnado en la demanda de amparo, por estimarlos


directamente violatorios de esta Constitución, leyes federales o locales, tratados
internacionales, reglamentos expedidos por el Presidente de la República de
acuerdo con la fracción I del artículo 89 de esta Constitución y reglamentos de
leyes locales expedidos por los gobernadores de los Estados o por el Jefe del
Distrito Federal, subsista en el recurso el problema de constitucionalidad;

b).- Cuando se trate de los casos comprendidos en las fracciones II y III del
artículo 103 de esta Constitución.

La Suprema Corte de Justicia, de oficio o a petición fundada del correspondiente


Tribunal Colegiado de Circuito, o del Procurador General de la República, podrá
conocer de los amparos en revisión, que por su interés y trascendencia así lo
ameriten.

En los casos no previstos en los párrafos anteriores, conocerán de la revisión los


tribunales colegiados de circuito y sus sentencias no admitirán recurso alguno;

Aquí nos encontramos la procedencia y el porqué de la denominación de juicio


de amparo biinstancial, al conceder una segunda oportunidad o instancia para la
debida resolución del asunto.

IX.- Las resoluciones que en materia de amparo directo pronuncien los Tribunales
Colegiados de Circuito no admiten recurso alguno, a menos de que decidan sobre
la inconstitucionalidad de una ley o establezcan la interpretación directa de un
precepto de la Constitución cuya resolución, a juicio de la Suprema Corte de
Justicia y conforme a acuerdos generales, entrañe la fijación de un criterio de
importancia y trascendencia. Sólo en esta hipótesis procederá la revisión ante la
Suprema Corte de Justicia, limitándose la materia del recurso exclusivamente a
la decisión de las cuestiones propiamente constitucionales;

He tenido la oportunidad de hacer valer, desde la contestación de demanda, la


inconstitucionalidad de determinados artículos de la Ley Federal del Trabajo, lo
que obviamente no atiende la Autoridad Laboral. Sin embargo, cuando se emite
el Laudo, tengo preparado mi amparo para solicitar al tribunal colegiado que se
avoque al conocimiento de la cuestión de inconstitucionalidad y en caso de que
no lo haga, he tenido la oportunidad de hacer valer el recurso de revisión ante la
Suprema Corte de Justicia de la Nación.

X.- Los actos reclamados podrán ser objeto de suspensión en los casos y
mediante las condiciones y garantías que determine la ley, para lo cual se tomará
en cuenta la naturaleza de la violación alegada, la dificultad de reparación de los
daños y perjuicios que pueda sufrir el agraviado con su ejecución, los que la
suspensión origine a terceros perjudicados y el interés público.
Dicha suspensión deberá otorgarse respecto de las sentencias definitivas en
materia penal al comunicarse la interposición del amparo, y en materia civil,
mediante fianza que dé el quejoso para responder de los daños y perjuicios que
tal suspensión ocasionare, la cual quedará sin efecto si la otra parte da
contrafianza para asegurar la reposición de las cosas al estado que guardaban
si se concediese el amparo, y a pagar los daños y perjuicios consiguientes;

La fracción que se comenta establece la procedencia constitucional de la


suspensión del acto reclamado en tratándose de juicios de garantías.

XI.- La suspensión se pedirá ante la autoridad responsable cuando se trate de


amparos directos promovidos ante los Tribunales Colegiados de Circuito y la
propia autoridad responsable decidirá al respecto. En todo caso, el agraviado
deberá presentar la demanda de amparo ante la propia autoridad responsable,
acompañando copias de la demanda para las demás partes en el juicio,
incluyendo al Ministerio Público y una para el expediente. En los demás casos,
conocerán y resolverán sobre la suspensión los Juzgados de Distrito o los
Tribunales Unitarios de Circuito;

Establece las formas en que deberá solicitarse y tramitarse la suspensión, bien


sea por conducto de la responsable, en los casos de amparo directo, o ante el
Juez de Distrito en los casos del amparo bi-instancial.

XII.- La violación de las garantías de los artículos 16, en materia penal, 19 y 20


se reclamará ante el superior del tribunal que la cometa, o ante el Juez de Distrito
o Tribunal Unitario de Circuito que corresponda, pudiéndose recurrir, en uno y
otro caso, las resoluciones que se pronuncien, en los términos prescritos por la
fracción VIII. Si el Juez de Distrito o el Tribunal Unitario de Circuito no residieren
en el mismo lugar en que reside la autoridad responsable, la ley determinará el
juez o tribunal ante el que se ha de presentar el escrito de amparo, el que podrá
suspender provisionalmente el acto reclamado, en los casos y términos que la
misma ley establezca;
Establece los casos de la denominada jurisdicción concurrente, que faculta al
superior de la autoridad responsable, a otorgar la suspensión en los casos en
que así lo ameriten.

XIII.- Cuando los Tribunales Colegiados de Circuito sustenten tesis


contradictorias en los juicios de amparo de su competencia, los Ministros de la
Suprema Corte de Justicia, el Procurador General de la República, los
mencionados Tribunales o las partes que intervinieron en los juicios en que
dichas tesis fueron sustentadas, podrán denunciar la contradicción ante la
Suprema Corte de Justicia, a fin de que el Pleno o la Sala respectiva, según
corresponda, decidan la tesis que debe prevalecer como jurisprudencia.

Cuando las Salas de la Suprema Corte de Justicia sustenten tesis contradictorias


en los juicios de amparo materia de su competencia, cualquiera de esas Salas,
el Procurador General de la República o las partes que intervinieron en los juicios
en que tales tesis hubieran sido sustentadas, podrán denunciar la contradicción
ante la Suprema Corte de Justicia, que funcionando en pleno decidirá cuál tesis
debe prevalecer.

La resolución que pronuncien las Salas o el Pleno de la Suprema Corte en los


casos a que se refieren los dos párrafos anteriores, sólo tendrá el efecto de fijar
la jurisprudencia y no afectará las situaciones jurídicas concretas derivadas de
las sentencias dictadas en los juicios en que hubiese ocurrido la contradicción,

Establece la fracción XIII los supuestos para la denuncia de contradicción de


tesis, que en la actualidad es la mejor de las formas de integrar jurisprudencia.

XIV.- Salvo lo dispuesto en el párrafo final de la fracción II de este artículo, se


decretará el sobreseimiento del amparo o la caducidad de la instancia por
inactividad del quejoso o del recurrente, respectivamente, cuando el acto
reclamado sea del orden civil o administrativo, en los casos y términos que señale
la ley reglamentaria. La caducidad de la instancia dejará firme la sentencia
recurrida;
La fracción XIV que se comenta, contiene una manifiesta violación a las garantías
contenidas en los párrafos segundo y tercero del artículo 17 Constitucional, pues
el hecho de que el quejoso, no siendo obrero, reo o ejidatario, deje de promover
durante un determinado tiempo, no debe ser materia de una sanción tan grande
que implique la deserción del derecho, pues los tribunales están para impartir
justicia, y la denegación mayor consiste precisamente en la tardanza de los
tribunales, que en todo caso, habría de tener consecuencias para quienes
integran los tribunales, por su desidia y molicie al resolver, y no, para las partes
que han promovido en espera de una justicia pronta y expedita.

XV.- El Procurador General de la República o el Agente del Ministerio Público


Federal que al efecto designare, será parte en todos los juicios de amparo; pero
podrán abstenerse de intervenir en dichos juicios, cuando el caso de que se trate
carezca a su juicio, de interés público;

Esta fracción debería de ser la más importante del artículo en comento, pues la
adecuada y técnica intervención del Ministerio Público, velando por los intereses
de la sociedad, debería ser garante de esa justicia pronta y expedita que
preconiza el artículo 17 de nuestra Carta Magna, siendo que en la realidad, el
órgano técnico que se supone es el Ministerio Público, se abstiene de participar
en la contienda constitucional por simple apatía. Lástima que a éste, no se le
apliquen sanciones por su incumplimiento.

XVI.- Si concedido el amparo la autoridad responsable insistiere en la repetición


del acto reclamado o tratare de eludir la sentencia de la autoridad federal, y la
Suprema Corte de Justicia estima que es inexcusable el incumplimiento, dicha
autoridad será inmediatamente separada de su cargo y consignada al Juez de
Distrito que corresponda. Si fuere excusable, previa declaración de
incumplimiento o repetición, la Suprema Corte requerirá a la responsable y le
otorgará un plazo prudente para que ejecute la sentencia. Si la autoridad no
ejecuta la sentencia en el término concedido, la Suprema Corte de Justicia
procederá en los términos primeramente señalados. Cuando la naturaleza del
acto lo permita, la Suprema Corte de Justicia, una vez que hubiera determinado
el incumplimiento o repetición del acto reclamado, podrá disponer de oficio el
cumplimiento substituto de las sentencias de amparo, cuando su ejecución afecte
gravemente a la sociedad o a terceros en mayor proporción que los beneficios
económicos que pudiera obtener el quejoso. Igualmente, el quejoso podrá
solicitar ante el órgano que corresponda, el cumplimiento substituto de la
sentencia de amparo, siempre que la naturaleza del acto lo permita. La
inactividad procesal o la falta de promoción de parte interesada, en los
procedimientos tendientes al cumplimiento de las sentencias de amparo,
producirá su caducidad en los términos de la ley reglamentaria.

La fracción anterior, establece la procedencia del cumplimiento sustituto de las


sentencias, una vez que se han dado las condiciones para ello.

Establece también, la excepción al monopolio del ejercicio de la acción penal a


favor de la autoridad administrativa, cuando señala que la autoridad responsable
será consignada ante el Juez de Distrito, sin el requisito previo de la integración
de una indagatoria.

XVII.- La autoridad responsable será consignada a la autoridad correspondiente,


cuando no suspenda el acto reclamado debiendo hacerlo, y cuando admita fianza
que resulte ilusoria o insuficiente, siendo, en estos dos últimos casos, solidaria la
responsabilidad civil de la autoridad con el que ofreciere la fianza y el que la
prestare;

Similar a la fracción XVI, en ésta se establece la facultad de consignar a la


autoridad responsable, cuando la suspensión tenga vicios en su otorgamiento.
2.3 LEY REGLAMENTARIA DE LOS ARTÍCULOS 103 Y 107
CONSTITUCIONAL

la reglamentación legal del juicio de amparo está contemplada en la Ley


Reglamentaria de los Artículos 103 y 107 Constitucionales, o sea, la Ley de
Amparo, así como en la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación.

El 6 y 10 de junio de 2011, se publicaron dos importantes reformas a la


Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que impactan
directamente en la administración de justicia federal. La primera de ellas
concierne fundamentalmente al juicio de amparo, institución protectora de los
derechos fundamentales por excelencia, el cual se ve robustecido al ampliarse la
procedencia del amparo respecto de cualquier norma general, al preverse su
procedencia por violaciones a los derechos humanos plasmados en los tratados
internacionales de los que el Estado mexicano sea parte; con la introducción de
figuras como el amparo adhesivo y los intereses legítimos individual y colectivo;
la adopción de nuevos conceptos en torno a la violación de derechos por omisión
de las autoridades; la declaratoria general de inconstitucionalidad cuyos alcances
y condiciones se determinarán en la ley reglamentaria; la creación de los Plenos
de Circuito; y una nueva forma de integrar jurisprudencia “por sustitución”; entre
otras.

La segunda, en íntima relación con la anterior, evidencia el reconocimiento de la


progresividad de los derechos humanos, mediante la expresión clara del principio
pro persona como rector de la interpretación y aplicación de las normas jurídicas,
en aquellas que favorezcan y brinden mayor protección a las personas.

Así, la ampliación de los derechos que significa la concreción de algunas


cláusulas constitucionales, como aquella relativa a los migrantes o a la
suspensión de garantías, aunada a la obligación expresa de observar los tratados
internacionales firmados por el Estado mexicano, miran hacia la justiciabilidad y
eficacia de los derechos que, a la postre, tiende al mejoramiento de las
condiciones de vida de la sociedad y al desarrollo de cada persona en lo
individual.

el decreto por el cual se reforman varios artículos de la Constitución Política de


los Estados Unidos Mexicanos entre ellos el artículo 103 y 107 correspondientes
al juicio de amparo:

PODER EJECUTIVO
SECRETARIA DE GOBERNACIÓN

DECRETO por el que se reforman, adicionan y derogan diversas disposiciones


de los artículos 94, 103, 104 y 107 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos.
Al margen un sello con el Escudo Nacional, que dice: Estados Unidos
Mexicanos.- Presidencia de la República.
FELIPE DE JESÚS CALDERÓN HINOJOSA, Presidente de los Estados Unidos
Mexicanos, a sus habitantes sabed:
Que el Honorable Congreso de la Unión, se ha servido dirigirme el siguiente
DECRETO
“LA COMISIÓN PERMANENTE DEL HONORABLE CONGRESO DE LA UNIÓN,
EN USO DE LA FACULTAD QUE LE CONFIERE EL ARTÍCULO 135
CONSTITUCIONAL Y PREVIA LA APROBACIÓN DE LAS CÁMARAS DE
DIPUTADOS Y DE SENADORES DEL CONGRESO GENERAL DE LOS
ESTADOS UNIDOS MEXICANOS, ASÍ COMO LA MAYORÍA DE LAS
LEGISLATURAS DE LOS ESTADOS,
DECRETA:
SE REFORMAN, ADICIONAN Y DEROGAN DIVERSAS DISPOSICIONES DE
LOS ARTÍCULOS 94, 103, 104 Y 107 DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE
LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS.

Artículo Único.- Se reforma el artículo 94, para modificar el párrafo ubicado


actualmente en octavo lugar; se incorpora un nuevo párrafo para quedar en
séptimo lugar y se incorpora otro nuevo párrafo para quedar en noveno lugar. Se
reforma el artículo 103. Se reforma el artículo 104. Se reforma el artículo 107 de
la siguiente manera: el párrafo inicial; las fracciones I y II; el inciso a) de la fracción
III; las fracciones IV, V, VI y VII; el inciso a) de la fracción VIII; las fracciones IX,
X, XI, XIII, XVI y XVII y se deroga la fracción XIV, todos de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos.

Artículos Transitorios

Primero. El presente Decreto entrará en vigor a los 120 días de su publicación en


el Diario Oficial de la Federación.
Segundo. El Congreso de la Unión expedirá las reformas legales
correspondientes dentro de los 120 días posteriores a la publicación del presente
Decreto.
Tercero. Los juicios de amparo iniciados con anterioridad a la entrada en vigor
del presente Decreto, continuarán tramitándose hasta su resolución final
conforme a las disposiciones aplicables vigentes a su inicio, salvo por lo que se
refiere a las disposiciones relativas al sobreseimiento por inactividad procesal y
caducidad de la instancia, así como el cumplimiento y ejecución de las sentencias
de amparo.
Cuarto. Para la integración de jurisprudencia por reiteración no se tomarán en
cuenta las tesis aprobadas en los asuntos resueltos conforme a lo dispuesto en
las disposiciones vigentes con anterioridad a la entrada en vigor del presente
Decreto.

México, D.F., a 4 de mayo de 2011.- Sen. Manlio Fabio Beltrones Rivera,


Presidente.- Dip. Juan Carlos López Fernández, Secretario.- Rúbricas.”

En cumplimiento de lo dispuesto por la fracción I del Artículo 89 de la Constitución


Política de los Estados Unidos Mexicanos, y para su debida publicación y
observancia, expido el presente Decreto en la Residencia del Poder Ejecutivo
Federal, en la Ciudad de México, Distrito Federal, a tres de junio de dos mil once.-
Felipe de Jesús Calderón Hinojosa.- Rúbrica.- El Secretario de Gobernación,
José Francisco Blake Mora.- Rúbrica.
2.4 RECURSO O JUICIO EL AMPARO

JUICIO DE AMPARO, NO ES UN RECURSO. El amparo no es un recurso con el


contenido que a tal concepto confiere la doctrina procesal; esto es, una instancia
o procedimiento utilizado por las partes para impugnar una resolución y así
obtener su revocación, reforma o modificación; sino que es un procedimiento de
jerarquía constitucional, tendiente a conservar a los individuos en el disfrute de
sus garantías individuales, incluso las de exacta aplicación de la ley. Así pues,
los efectos jurídicos de una ejecutoria, aun cuando tienen semejanza con los de
una sentencia de segunda instancia o pronunciada en el recurso de apelación,
porque este pronunciamiento constituye un grado de conocimiento del conflicto o
controversia, son diversos, pues la ejecutoria de amparo tiene entidad propia en
funciones de restituir al quejoso en el goce de la garantía violada

2.5 CONCEPTO DE ACTO RECLAMADO

El acto reclamado para efectos de amparo se define como la conducta que puede
manifestarse de forma material u omisiva, por parte de una autoridad estatal,
nacional, federal, local o municipal, la cual se considera que transgrede las
garantías individuales de los ciudadanos o que afecta el principio de distribución
de competencias entre la Federación y los Estados de la República, en otras
palabras, es aquella conducta a la cual se opone el quejoso en el juicio de
amparo.
La existencia del acto reclamado es un requisito fundamental para la procedencia
de juicio de amparo, pues es la pieza fundamental que justifica el ejercicio de la
acción y se actualiza cuando una autoridad, genera un perjuicio en contra de los
derechos sustantivos tutelados del gobernado. Los actos reclamados pueden
consistir en un hacer o no hacer, mismos que el afectado, atribuye a la autoridad
responsable, como contrarios a derecho dentro del marco jurídico aplicable.
2.6 EL AMPARO CONTRA ACTOS STRICTO SENSU

La demanda de amparo, se promueve siempre contra un acto de autoridad


(principio de la procedencia del amparo contra actos de autoridad artículo 103
Constitucional) A efecto de que el Juez Federal, pueda dirimir si ese acto viola la
constitución es preciso que se requiera de la autoridad gubernativa, señalada
como responsable que intervenga en el juicio informando sobre la existencia del
acto que se le imputa y en caso que se admita su emisión y/o ejecución de lo que
defienda a través de la exposición de las razones o motivos por los que le dio
nacimiento y la base legal que le sirvió para emitirlo o ejecutarlo. Por tanto, el
quejoso deberá mencionar qué autoridades tienen injerencia en ese acto de
autoridad, a fin de que les sea requerido el informe justificado y puedan participar
en el juicio.

Existen dos tipos o clases de autoridades responsables: ordenadora y ejecutora.

“ARTICULO II.- Es autoridad responsable la que dicta, promulga, publica, ordena,


ejecuta o trata de ejecutar la Ley o el acto reclamado.

2.7 AMPARA CONTRA LEYES

Este tipo de amparo está previsto en su existencia y procedencia en


el artículo 114 fracciones I, 158 y 166 fracción IV de la Ley de Amparo
en vigor. Por tanto, el amparo contra leyes podrá ser de dos clases:
a) Amparo indirecto o binistancial,
b) Amparo unistancial.
La procedencia de uno y otro dependerá directamente del tipo de ley
que sea atacada como inconstitucional por el quejoso en su demanda
de amparo, y señalada como acto reclamado violatorio de sus
garantías individuales. El principio básico de existencia de este tipo
de amparo, es que de acuerdo con el principio constitucional de
supremacía de la constitución, las leyes del Congreso, tratados
internacionales, leyes de las legislaturas de cada una de la entidades
federativas y de los reglamentos expedidos por el Presidente de la
República o Gobernadores los Estados, deben de ajustarse
totalmente a los contenidos de cada uno de los preceptos de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
En el amparo contra leyes se analizan preceptos legales de
naturaleza abstracta, impersonal y general, lo que no sucede en los
demás supuestos de procedencia del amparo.
3.0 PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DEL JUICIO DE
AMPARO.

3.1 principio de iniciativa de parte


Parte agraviada, es la persona que teniendo la calidad de gobernado, resiente
en su esfera jurídica los efectos de un acto de autoridad. Para que el juicio de
amparo se inicie, se requiere que la persona afectada por ese acto, promueva la
demanda respectiva, siendo esa una de las características del amparo como
medio de control constitucional por órgano judicial.

La parte agraviada en amparo, siempre es un sujeto que tiene la condición de


gobernado, siendo gobernado la persona cuya esfera de derechos pueda ser
afectada por actos autoridad. Cuando se actualiza esa lesión se estará ante un
agraviado, quien al entablar la demanda de amparo, adquirirá la condición de
quejoso. Si el agraviado no promueve la demanda de garantías entonces
permanecerá en la condición de agraviado; pero si entabla la demanda para dar
cabida al juicio, se convertirá en quejoso.

Este principio se encuentra inscrito en el artículo 107 Fracción I, de la


Constitución, así como en el artículo 4° de la Ley de Amparo.

Con motivo de este principio, el juicio de amparo adquiere la condición de medio


de control constitucional por órgano judicial, permitiendo que los tribunales
federales conozcan de la controversia respectiva, debido a que el agraviado por
el acto de autoridad, insta para que el Tribunal Federal entre en funciones y diga
el derecho entre las partes.
3.2 PRINCIPIO DE AGRAVIO PERSONAL Y DIRECTO

Para que el amparo prospere, es menester que el quejoso acredite que el acto
reclamado existe, que ese acto lo lesiona en su patrimonio y que además esa
lesión tiene una relación inmediata con motivo del surgimiento del propio acto, lo
que implica la presencia del principio de la existencia de un agravio personal y
directo.

Para los efectos de este principio, por agravio se entiende a la lesión o afectación
del acto de autoridad.

Se entiende por agravio personal, a la lesión que resiente un gobernado en su


patrimonio, promoviendo ese mismo sujeto, por si mismo o por conducto de su
representante o apoderado legal, la demanda de amparo.

El agravio directo es la afectación que resiente una persona en su esfera jurídica


con motivo de la lesión que produce ese acto en su esfera de derechos en forma
inmediata entre la emisión del acto y el surtimiento de los efectos del mismo.

3.3 PRINCIPIO DE LA RELATIVIDAD DE LAS SENTENCIAS

Uno de los principios más característicos del amparo, es el de la relatividad de


los efectos de la sentencia de amparo, que lo ubica como un medio de control
constitucional por órgano judicial.
Este principio implica que la ejecutoria en que se otorgue el amparo y protección
de la justicia federal, solamente beneficiará a quien haya comparecido ante el
juez federal en demanda de la declaratoria de inconstitucionalidad del acto
reclamado, sin que otras personas que sean afectados o agraviados por el mismo
acto de autoridad, puedan verse favorecidas con esa sentencia que declara
inconstitucional el acto reclamado.
Este principio se denomina formula Otero, en atención a que Mariano Otero lo
perfeccionó.
3.4 PRINCIPIO DE DEFINITIVIDAD

El principio de definitividad exige que previamente a la interposición de la


demanda de amparo, se hayan agotado todos los recursos ordinarios o medios
legales de defensa que tiendan a anular el acto reclamado, entendiendo por
agotar esas instancias, a la presentación del escrito en que se haga valer y el
desahogo del proceso o procedimiento respectivo en todas sus partes.

Este principio está inscrito en los artículos 107 fracciones III, IV y V de la


Constitución Federal y en el artículo 73 fracciones XIII, XIV y XV de la ley de
amparo, precepto éste en que se sostiene, que en caso de no agotarse los
recursos ordinarios o medios legales de defensa, el amparo propuesto será
improcedente.

3.5 excepciones a la definitividad

EXCEPCIONES AL PRINCIPIO DE DEFINITIVIDAD:

A) En el caso de que el amparo se promueva contra una ley federal o local,


autoaplicativa o heteroaplicativa, contra un tratado internacional, un reglamento
administrativo federal o local o cualquier otro acto que tenga las características
de una ley (obligatorio, de observancia general, impersonal y abstracto), el
afectado por el mismo no estará constreñido a agotar recursos ordinarios contra
ese acto de autoridad.

B) En amparo contra órdenes verbales, éstas representan actos de autoridad


netamente inconstitucionales, ya que conforme al artículo 16 Constitucional,
todos los actos de molestia deben constar por escrito y por ello el afectado no
estará constreñido a agotar recursos ordinarios contra ese acto de autoridad.

C) En el amparo por falta de fundamentación legal, la autoridad responsable deja


de mencionar con base en que disposición legal ha dado nacimiento a un acto
de autoridad, éste podrá ser impugnado en amparo sin necesidad de que el
quejoso agote recursos ordinarios, ya que ignora cual ley es la que se aplicó al
caso concreto y cuáles son los recursos que la misma pueda prever. El artículo
16 constitucional exige a todas las autoridades a fundar y motivar todos los actos
que emitan en ejercicio de sus atribuciones, para que el gobernado sepa con que
base legal se da nacimiento al acto y en esas condiciones pueda impugnarlo a
través del recurso legal que sostenga la ley o reglamento que aplique.
D) Amparo por no preverse en una ley la suspensión del acto reclamado. Si el
acto reclamado emana de autoridad administrativa y procede contra él un recurso
ordinario o medio legal de defensa, que no suspenda el acto reclamado, ya que
la ley secundaria que regula a ese recurso no la prevé, el agraviado no estará
obligado a agotar ese recurso.
E) Cuando para agotar la suspensión en el recurso ordinario, se exigen más
requisitos que los previstos por la ley de amparo.
F) Por existir pluralidad de recursos. Si contra un acto de autoridad administrativa,
proceden sendas vías para impugnarlo, la administrativa y la judicial, basta con
que el gobernado entable una de ellas y la agote, para que el juicio de amparo
prospere.
G) Por proceder un recurso fáctico. Por recurso fáctico se entiende a aquella
instancia que tiende a anular o invalidar un acto de autoridad, pero que no lo
contempla una ley.
H) Por violación directa a un precepto constitucional.
I) Amparo para proteger la vida y la integridad personal.
J) Amparo contra auto de formal prisión.
K) Amparo contra controversias sobre acciones del estado civil.
L) Amparo contra controversias que afecten al orden y a la estabilidad de la
familia.
M) Amparo a favor de menores de edad e incapaces.
N) Amparo promovido por tercero extraño a juicio
3.6 EL PRINCIPIO DE ESTRICTO DERECHO

Este principio obliga a los jueces de amparo a estudiar exclusivamente la


controversia que haya sido planteada ante ellos, resolviéndolo con base a las
consideraciones vertidas por el quejoso en su demanda y no analizando
abiertamente el acto de autoridad en cuanto a su constitucionalidad.

Por virtud de este principio, el juez se encuentra maniatado para estudiar el acto
y defender la constitución, pues no podrá anular el acto reclamado, sino solo con
base en el estudio de los conceptos de violación que exprese el quejoso en la
demanda o en los agravios esgrimidos en los escritos de recursos, pero si el
quejoso no atacó debidamente el acto, el juez negará el amparo y la protección
de la justicia de la unión, a pesar de que la inconstitucionalidad del acto sea
manifiesta y a todas luces.

3.7 EXCEPCIONES AL PRINCIPIO DE ESTRICTO DERECHO:

A) En materia de amparo contra leyes declaradas jurisprudencialmente como


inconstitucionales.
B) En amparo penal a favor del reo.
C) En amparo agrario.
D) En materia laboral en favor del trabajador..
E) En favor de los menores e incapaces.

3.8 PRINCIPIO DE PROCEDENCIA DEL JUICIO DE AMPARO


DIRECTO O UNISTANCIAL E INDIRECTO O BISTANCIAL

Una de las características de los medios de control constitucional es que éstos


proceden exclusivamente contra actos de autoridad. Siendo el amparo un medio
de defensa de la Constitución, éste prospera tan solo contra esa clase de actos,
sin que puedan impugnarse actos de particulares por medio del juicio de
garantías.
Se entiende por autoridad para efectos del amparo, a las personas que
desarrollan actos en cumplimiento de las funciones de gobierno, frente a los
gobernados, estas personas pueden integrar al gobierno propiamente o a un
órgano descentralizado, con lo que dichos entes adquieren la calidad de
autoridad.

Así pues, es autoridad, aquel organismo que la ley faculta para emitir actos
unilateralmente y que deban ser obedecidos por los gobernados al estar
respaldados por el imperio estatal.

Existen diversas clases de actos de autoridad:

Atendiendo al ámbito de la autoridad: Federal, Estatal, Distrital o Municipal.


Conforme a la naturaleza del acto: Legislativo, ejecutivo (administrativo) o
judicial.
De acuerdo con los efectos propios del acto: Positivo, negativo u omitivo.

El juicio de amparo se ha creado para favorecer exclusivamente a quien tenga la


condición de gobernado, sin que los órganos de gobierno, ni los órganos que
tienen la calidad de organismos descentralizados que puedan dar nacimiento a
actos de autoridad, tengan a su favor esa acción, salvo que actúen como
gobernados frente a otros entes.
El amparo se ha creado para beneficiar a los gobernados contra los actos de
autoridad que lesionen su esfera jurídica, sin que proceda para impugnare actos
de entes públicos que afecten a otros entes de la misma índole en defensa de su
competencia o de los actos que hayan emitido. Las entidades públicas tienen a
su favor la acción de amparo cuando tienen la calidad de gobernados o, como
dice la ley de amparo (art. 9°), cuando defienden sus derechos patrimoniales,
fuera de estos casos pueden demandar la anulación de actos de otro ente
público, por ser inconstitucionales, mediante la promoción del juicio de
controversia constitucional, o a través de la acción de inconstitucionalidad, pero
no son titulares de la acción de amparo.
4.0 LAS PARTES EN EL JUICIO DE AMPARO.

4.1 CONCEPTO DE PARTE

Es todo sujeto que interviene en un procedimiento y -a favor o en contra- de quien


se pronuncia la dicción del derecho en un conflicto jurídico. Al Ministerio Público
se le considera también como parte porque representa a la colectividad y, en un
momento determinado, la sentencia que se dicte puede afectar o beneficiar a la
misma, es decir que representa el interés que la sociedad tiene en que la dicción
del derecho sea en tal o cual sentido

4.2 EL QUEJOSO
Es el titular de la acción de amparo y quien recibe un perjuicio con el acto
reclamado.
El agraviado, también llamado "quejoso", es quien promueve el juicio de
garantías, quien demanda la protección de la Justicia Federal, quien ejercita la
acción constitucional, el que equivale, en un juicio ordinario, al actor.
Quejoso o agraviado es el que ataca un acto de autoridad que considera lesivo a
sus derechos, ya sea porque estime que viola en su detrimento garantías
individuales; o porque, proveniente de autoridad federal, considere que vulnera o
restringe la soberanía de los Estados; o, por el contrario, porque haya sido emitido
por las autoridades de estos con invasión de la esfera que corresponde a las
autoridades federales (artículo 103 constitucional, reproducido por el 1o. de la
Ley de Amparo).
Quejoso, en suma, es toda persona, física o moral, todo gobernado, con
independencia de sexo, nacionalidad, estado civil, y edad (artículos 6o. a 10 de
la propia Ley) y puede promover por sí o por interpósita persona (artículo 4o. de
la Ley de Amparo).
4.3 LA AUTORIDAD RESPONSABLE
La autoridad responsable en el juicio de amparo es el órgano estatal de facto o
jure, investido con facultades o poderes de decisión o ejecución, cuyo ejercicio
crea, modifica o extingue situaciones generales o concretas de hecho o jurídicas,
con trascendencia particular y determinada de una manera imperativa; en otros
términos, señala el artículo 11 de la Ley de Amparo, que es autoridad
responsable la que dicta u ordena, ejecuta o trata de ejecutar la ley o el acto
reclamado. Por tanto, se considera que un Juez de Distrito, por el hecho de haber
concedido la libertad bajo fianza al inculpado, dentro del incidente de suspensión
del juicio indirecto que promovió en contra de la sentencia que confirmó el auto
de formal prisión decretado en su contra, no debe ser considerado como
autoridad responsable en el juicio de amparo directo, pues no cae en su ámbito
competencial la ejecución de la sentencia reclamada y, por tanto, el juicio con
respecto a dicha autoridad es improcedente y debe ser sobreseído con
fundamento en los artículos 166, fracción III, 73,fracción XVIII, y 74, fracción III,
de la Ley de Amparo.

4.4 EL TERCERO PERJUDICADO

El tercero perjudicado puede ser una persona física o moral, siempre y cuando
sea titular de un derecho que dada su naturaleza, puede ser afectado por los
efectos que se presenten a partir de la sentencia que se dicte en el juicio de
amparo, por lo que el gobernado puede tener interés jurídico para intervenir en
el proceso que intenta impugnar el acto reclamado y en su caso procurar para
que no se declare su inconstitucionalidad.
El art. 5º de la Ley de amparo señala quienes tienen ese carácter:
La contraparte del agraviado cuando el acto reclamado emana de un juicio o
controversia que no sea del orden penal, o las partes (actor y demandado) en el
mismo juicio cuando el amparo sea promovido por persona extraña al
procedimiento;
El ofendido o las personas, que conforme a la ley, tengan derecho tengan
derecho a la reparación del daño o a exigir la responsabilidad civil proveniente
de la comisión de un delito, en su caso, en los juicios de amparo, promovido
contra actos judiciales del orden penal, siempre que éstos afecten dicha
reparación o responsabilidad.
La persona o personas que hayan gestionado a su favor el acto contra él que se
pida amparo, cuando se trate de providencias dictadas por autoridades distintas
de la judicial o del trabajo.

El tercero perjudicado se legitima en el juicio de amparo, cuando en la demanda


de garantías se le otorga ese carácter por disposición de la ley, y la autoridad de
amparo le reconoce el mismo.

4.5 EL MINISTERIO PÚBLICO FEDERAL


Esta parte en el juicio de amparo es la llamada también como fiscalía u órgano
acusador del Estado. Es el representante de la sociedad que tiene el monopolio
del ejercicio de la acción penal. Debido a su carácter de representante social el
Ministerio Público no tiene interés propio, sino que su interés está vinculado al
interés de la sociedad. Otra característica de esta figura procesal del amparo, es
que no guarda dependencia alguna respecto del Poder Judicial, ya que depende
del Poder Ejecutivo:
Es la institución jurídico-administrativa que participa en los procedimientos con
dos personalidades distintas, pero con una sola finalidad general que consiste en
defender los intereses sociales o del Estado; su intervención como parte en todos
los juicios de amparo, acorde con lo que establece la fracción XV del artículo 107
de la Constitución Política delos Estados Unidos Mexicanos, y la fracción IV del
artículo 5o. de la Ley de Amparo, se concreta a velar por la observancia del orden
constitucional, específicamente, en vigilar y propugnar el acatamiento de los
preceptos constitucionales y legales que consagran las garantías individuales;
por su autonomía e intervención procesal propia, le compete observar los actos
procesales que asumen las partes en el juicio; puede también abstenerse de
intervenir, ya sea en forma expresa o revelar su desinterés en el asunto con su
silencio. Por tanto, para cumplir con sus atribuciones, como parte del juicio de
amparo, debe ser llamado a juicio a través del legal emplazamiento con la copia
simple de la demanda o del recurso de que se trate, condición necesaria para
estar en aptitud de formular con plena autonomía, su decisión en el pedimento
en el que, previo análisis del asunto, solicitará la concesión del amparo, la
negativa o el sobreseimiento en el juicio. En otro aspecto, tiene la personalidad
de autoridad y representante de la sociedad cuando actúa en la investigación y
persecución de los delitos en la función propia del ejercicio de la acción penal, en
los términos que señala el artículo 21 de la Constitución General de la República,
en cuyo caso cuenta con facultades para interponer los recursos que señala la
ley, incluso, en los amparos penales cuando se reclamen resoluciones de
tribunales locales, cuya facultad está condicionada a que la resolución que
pretenda recurrir le cause agravio a su representación; finalmente, funge como
representante de la nación como entidad jurídica en defensa de los intereses
patrimoniales de la misma y como consejero jurídico del gobierno.
5.0 DE LA CAPACIDAD Y LA PERSONALIDAD

5.1 CONCEPTOS GENERALES SOBRE CAPACIDAD,


LEGITIMACIÓN Y PERSONALIDAD

La capacidad es la aptitud para ser titular de derechos y obligaciones y ejercerlos


por sí mismo.
Así, la capacidad es de dos tipos, a saber:
a) Capacidad de goce. Es la que cualquier persona tiene por el sólo hecho de
serlo; se expresa como la aptitud de ser titular de derechos y obligaciones, y
b) La capacidad de ejercicio. No todas las personas la tienen, ya que se entiende
como la aptitud para ejercitar por sí mismo los derechos y las obligaciones de las
que se es titular.
La legitimación, es una figura de carácter eminentemente procesal, y se entiende
como la calidad de ser parte en un juicio determinado

5.2 LA CAPACIDAD DEL QUEJOSO, DE LA AUTORIDAD


RESPONSABLE, DEL TERCERO PERJUDICADO, DEL
MINISTERIO PÚBLICO
CAPACIDAD DEL QUEJOSO Y DEL TERCERO PERJUDICADO
Se debe establecer en principio para la interposición del juicio de amparo, que
debe tener la capacidad de ejercicio, esto es, que sea hábil para contratar, lo que
significa haber cumplido la mayoría de edad y no se encuentre en alguno de los
supuestos que marca el art. 450 del Código Civil para el Distrito Federal en
Materia de Fuero Común y para toda la República en Materia de Fuero Federal.
A continuación y sentado lo anterior, para establecer que la falta de capacidad
de ejercicio en la persona física es impedimento para promover el juicio de
amparo, ello resultaría erróneo, pues si las personas carecen de dicha capacidad
lo podrán hacer por medio de sus legítimos representantes, como lo veremos al
estudiar la parte que se refiere a la personalidad.
Así, la capacidad, a que se refiere la Ley de Amparo, para promover o interponer
un juicio de garantías se encuentra determinada en su art. 4o., que por su
importancia a continuación se transcribe:
Art 4o. El juicio de amparo únicamente puede promoverse por la parte a quien
perjudique la ley, el tratado internacional, el reglamento o cualquier otro acto que
se reclame, pudiendo hacerlo por sí, por su representante por su defensor si se
trata de un acto que corresponda a una causa criminal, por medio de algún
pariente o persona extraña en los casos en que esta ley lo permita expresamente;
y sólo podrá seguirse por el agraviado, por su representante legal o por su
defensor.
Del precepto antes transcrito se desprende que para poder promover un juicio de
amparo, es fundamental que le perjudique una ley o acto de autoridad a un
gobernado, ya que si no es así, entonces no tiene capacidad para interponer
dicho juicio.
Ahora bien, dentro de la capacidad del quejoso para la interposición de un juicio
de garantías, tenemos que el Estado no puede ser quejoso, pues carece de
garantías individuales y, por consiguiente, no puede promover amparo contra sus
mismos actos. Sin embargo, cuando actúa como entidad de derecho privado, en
igual plano que los particulares, sí podrá interponer el amparo en defensa de sus
intereses patrimoniales, tal como lo previene la Constitución.
Al Ministerio Público, que es parte en un proceso penal, también le está vedada
la acción de amparo y, por tanto, no puede promover un juicio de garantías, ello
en razón de que no tiene tampoco garantías individuales y los intereses que
representa son los de la sociedad que, evidentemente, no goza de los derechos
subjetivos públicos consagrados en favor de los individuos.
Otra de las personas que tampoco tiene capacidad para interponer un juicio de
amparo es el ofendido por un delito, ya que es de explorado derecho que el titular
de la acción penal sea el Ministerio Público, y que la sociedad es la que está
interesada en que se castigue a los culpables de una acción delictiva. Pero al no
tener éstas garantías individuales, como ya se mencionó en el párrafo que
antecede, no tiene acción para promover un amparo, ni aún representada por el
Ministerio Público, existen casos en que procede el juicio de amparo, respecto de
actos emanados de un proceso penal en que no es interpuesto por el reo o por
su defensor, razón por la cual a continuación se reproduce el dispositivo que
contiene la excepción a la regla general:
Art 10 El ofendido olas personas que conforme a la ley tengan derecho a la
reparación del daño o a exigir la responsabilidad civil probamente de la comisión
de un delito, sólo podrán promover el juicio de amparo contra actos que emanen
del incidente de reparación o de responsabilidad civil. También podrán promover
el juicio de amparo contra los actos surgidos dentro del procedimiento penal,
relacionados inmediata o directamente con el aseguramiento del objeto del delito
y de los bienes que estén afectos a la reparación o a la responsabilidad civil.
Dividido en dos partes fundamentales se encuentra el numeral transcrito, toda
vez que, para que la autoridad judicial condene a la responsabilidad civil o a la
reparación del daño, necesariamente debe ser declarado culpable o penalmente
responsable el indiciado. Por lo cual en el supuesto caso que el juez habiendo
condenado al inculpado a una pena que se encuentre señalada en el Código
Penal para un delito determinado y estime procedente la reparación del daño, o
bien, haya absuelto al sentenciado del pago de la reparación del daño, esto
motiva detrimento en los intereses del ofendido o de quien tenga derecho a la
reparación del daño. En consecuencia, una vez que se agoten los recursos que
la ley establezca, procederá el juicio de amparo; asimismo, la segunda parte del
precepto en cuestión, no se mencionan los incidentes, sino los actos dentro de
procedimiento que se consideran corno de imposible reparación y que son los
que estén afectos al aseguramiento del objeto del delito y de los bienes afectos
a la responsabilidad civil o reparación del daño.
En relación con la capacidad del tercero perjudicado, debe apuntarse que para
comparecer en juicio, forzosamente debe tener la capacidad de ejercicio, ya que
si no es así:, entonces debe rechazarse su intervención, hasta en tanto no
intervenga por él su representante legal.
Si la legitimación se determina como la calidad de ser parte en un juicio,
vinculándose a la relación Jurídica de la acción, acto seguido se indicará cómo
se legitiman las partes en el juicio de amparo.
5.3 LA LEGITIMACIÓN DEL QUEJOSO DE LA AUTORIDAD
RESPONSABLE, DEL TERCERO PERJUDICADO, DEL
MINISTERIO PÚBLICO.

LEGITIMACION DEL QUEJOSO


El quejoso se legitima, en el juicio de amparo, acudiendo ante los
tribunales de la Federación y entablando su acción constitucional por
considerar que una ley o acto de autoridad le viola sus garantías
individuales, y la autoridad de amparo le admite su demanda.

LEGITIMACIÓN DEL TERCERO PERJUDICADO


El tercero perjudicado se legitima en el juicio de amparo, cuando en
la demanda de garantías se le otorga ese carácter por disposición de
la ley, y la autoridad de amparo le reconoce el mismo.
LEGITIMACIÓN DE LA AUTORIDAD RESPONSABLE
La autoridad responsable se legitima en el momento en que el
agraviado la señala como tal, por encontrarse entre los supuestos que
establece el art. 11 de la Ley de Amparo, y la autoridad que conozca
del juicio le reconoce tal calidad, solicitándole su informe con
justificación y lo rinde.
LEGITIMACIÓN DEL MINISTERIO PÚBLICO FEDERAL
Deviene directamente de lo establecido en el art. 107, frac. XV de la
Constitución federal, al prevenir que el Ministerio Público federal es
parte en todos los juicios de amparo.
5.5 EFECTOS JURÍDICOS DE LA FALTA DE PERSONALIDAD Y
CAPACIDAD

En caso de que el quejoso carezca de capacidad en el juicio de


amparo, puede originar el desechamiento de su demanda de amparo,
si es que se advierte tal circunstancia de la propia demanda; pero si
no resulta de esa manera, también puede sobrevenir dentro del juicio,
y por consiguiente, se decretará el sobreseimiento en el mismo. La
falta de legitimación del quejoso regularmente ameritará el
sobreseimiento en el juicio de amparo. La falta de capacidad en el
tercero perjudicado origina su rechazamiento en el juicio de amparo.
La falta de legitimación en la autoridad responsable, y en el tercero
perjudicado da como consecuencia el rechazamiento de su
intervención, de una u otra, en el juicio de amparo. El Ministerio
Público federal no puede dejar de estar legitimado, razón por la cual
nunca se dará la falta de legitimación del Ministerio Público en el juicio
de que se trata.
6. LA COMPETENCIA EN EL JUICIO DE AMPARO

6.1 CONCEPTO DE COMPETENCIA EN EL AMPARO


Competencia es la facultad que la ley otorga a un órgano jurisdiccional para que
conozca determinados asuntos, dentro de los límites que la propia norma
determina. Es un presupuesto procesal básico para poder ejercer la jurisdicción
y así estar en aptitud de realizar cualquier otro acto procesal.
Por tanto, para que un juez tenga competencia respecto del conocimiento de un
determinado asunto, se precisa que, hallándose éste dentro de la órbita de su
jurisdicción, la ley le reserve su conocimiento, con preferencia respecto de los
demás jueces o tribunales.

6.2 DIVERSAS CLASES DE COMPETENCIAS EN EL AMPARO


Las Leyes procesales señalan ciertos criterios para determinarla y normalmente
se habla de competencia por razón de materia, la cuantía, el grado y territorio;
sobre el tema, la Ley de Amparo prevé competencia por territorio, por grado,
auxiliar y concurrente, a lo largo del desarrollo del presente, se especificará
algunas de estas competencias para una apreciación más correcta.

6.2.1 POR TERRITORIO


La competencia territorial es la que distribuye las facultades jurisdiccionales entre
diversos órganos jurisdiccionales, según diferente asignación de límites
geográficos.
En materia de amparo, la Suprema Corte de justicia de la Nación tiene
competencia territorial en todo el territorio mexicano, ya que las normas jurídicas
vigentes no le fijan límites territoriales a su Jurisdicción.
Los Tribunales Colegiados de Circuito, en cambio, tienen aptitud legal para
resolver en amparo dentro de una circunscripción geográfica limitada. Conforme,
al quinto párrafo del artículo 94 constitucional (reformado según Diario Oficial del
mes de agosto de 1987, en vigor desde el 15 de enero de 1988), el Pleno de la
Suprema Corte determinará el número, división en circuitos y jurisdicción
territorial y especialización por materia de los tribunales colegiados y unitarios de
circuito.
En los términos del artículo 11 de la nueva Ley Orgánica del Poder judicial de la
Federación (Diario Oficial de 5 de enero de 1988, en vigor desde el 15 del mismo
mes y año), corresponde a la Suprema Corte de justicia conocer en Pleno:
"l. Determinar el número y límites territoriales, de los Circuitos en que se divida el
territorio de la República, para los efectos de esta ley.
"Il. Determinar el número y especialización por materia de los Tribunales
Colegiados que existirán en cada uno de. los Circulitos a que se refiere la fracción
anterior.
"XXIII. Nombrar a los magistrados de Circuito y a los jueces de Distrito, sin
expresar en sus nombramientos respectivos la jurisdicción territorial en que
deban ejercer sus funciones.
"XXIV. Asignar la jurisdicción territorial en que deban ejercer sus funciones los
magistrados de Circuito y la de. los jueces de Distrito; y tratándose de estos
últimos, en los lugares en que haya dos o más, el juzgado en que deban prestar
sus servicios.

6.2.2 POR MATERIA


La competencia por materia es la aptitud legal que se atribuye a un órgano
jurisdiccional para conocer de asuntos controvertidos que se refieren a una
determinada rama del Derecho.
En el juicio de amparo, la competencia por materia funciona en la Suprema Corte
de justicia de la Nación y se utiliza para la distribución de asuntos en las cuatro
Salas de la Suprema Corte de justicia de la Nación.
Por lo que hace a los Tribunales Colegiados de Circuito se ha establecido en el
Acuerdo 1/88 del Pleno de la Suprema Corte de justicia, publicado en Diario
Oficial de 15 de enero de 1988, una especialización competencial por materia,
sólo para el Distrito Federal y el Estado de Jalisco. En el Distrito Federal hay dos
Tribunales Colegiados en materia penal, seis Tribunales Colegiados en materia
administrativa, cinco Tribunales Colegiados en materia civil, siete Tribunales
Colegiados en materia de trabajo y dos Tribunales Unitarios, con residencia en
la ciudad de México. En el Estado de Jalisco, con residencia en Guadalajara, hay
un Tribunal Colegiado en materia penal, tres Tribunales Colegiados en materia
administrativa, tres Tribunales Colegiados en materia civil, un Tribunal Colegiado
en materia de trabajo y dos Tribunales Unitarios.
La competencia por materia tiene la ventaja de que los- ministros de la Suprema
Corte de justicia, los magistrados de los Tribunales Colegiados de Circuito y los
jueces de Distrito, que están adscritos respectivamente a una Sala especializada
de la Corte, a un Tribunal Colegiado especializado, o a un juzgado de Distrito
especializado, en cierta rama del Derecho, sólo conoce de amparos en esa rama
del Derecho, lo que le permite enfocar su atención a esa sola rama del Derecho
y ello repercutirá en la formación de una especialidad que encauzará al juzgador
o juzgadores hacia una mayor profundización en el conocimiento de ese tipo
amparos.

6.2.3 POR GRADO


La competencia por grado es aquella aptitud de conocimiento de controversias
que se atribuye a órganos jurisdiccionales y que deriva de una primera, segunda
o ulterior instancia. La primera instancia es el proceso de resolución de una
controversia desde el planteamiento hasta el dictado de la sentencia definitiva. Si
ésta es impugnable, mediante la interposición de un recurso, se inicia una
segunda instancia en la que se analizan los agravios que se hayan expresado
contra presuntas violaciones de procedimiento o contra presuntas violaciones
que se dicen cometidas en la sentencia misma. En el sistema jurídico procesa
mexicano lo común es que se presenten dos instancias. En la primera instancia,
además de las resoluciones definitivas que fallan sobre el asunto controvertido
planteado, en su integridad, también hay otras resoluciones como autos y
sentencias interlocutorias, susceptibles de impugnarse y dar lugar, en virtud de
la interposición riel recurso correspondiente, a una segunda instancia en la que
se resuelve el recurso interpuesto. En este caso, la segunda instancia se limita a
fallar sobre los agravios que se layan hecho valer en contra del auto o
interlocutoria que layan sido motivo del recurso interpuesto.
En el juicio de amparo existe la competencia por grado. El amparo que se
promueve ante los jueces de Distrito, denominado amparo indirecto o biinstancial,
permite dos instancias. La sentencia definitiva dictada por los jueces de distrito
es impugnable mediante el recurso de revisión, del que podrá. conocer la
Suprema Corte de justicia o el Tribunal Colegiado respectivo, según las reglas de
competencia existentes para la revisión, entre la Suprema Corte y los Tribunales
Colegiados de Circuito. También se abre una segunda instancia cuando debe el
superior conocer de la revisión o de la queja contra los autos y resoluciones que,
sin ser una sentencia definitiva, están comprendidos en la procedencia de tales
recursos.

6.2.4 POR CUANTÍA


Se expresa el mencionado Diccionario, sobre Competencia por cuantía, en voz
escrita por Carina X. Gómez Fr&oulm; de, en los siguientes términos: En virtud
de la poca importancia de los litigios a resolver, casi todas las jurisdicciones
estatales cuentan con juzgados de mínima cuantía, también denominados
juzgados de paz, los cuales resuelven las controversias bajo procedimientos más
sencillos y rápidos, privilegiando la economía procesal. El juez goza de facultades
para actuar como un amigable componedor y se puede convertir en un juez de
equidad, más que un juez de derecho. La competencia se determina con base
en el valor económico del asunto planteado. En el orden local, como en el federal,
se regula por las leyes orgánicas del Poder Judicial, dentro de las que se
encuentra determinada y actualizada la cantidad mínima de un asunto litigioso
para ser sometido ante los jueces del orden común de primera instancia. Si dicha
cantidad resulta menor del mínimo fijado en las leyes orgánicas el asunto deberá
someterse ante los jueces de mínima cuantía.
La competencia por cuantía también se utiliza para las materias penales y se
determina por la naturaleza de la pena (no privativa de libertad) o por un máximo
en años (pena máxima) de las sanciones privativas de libertad.
6.3 COMPETENCIA DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA
NACIÓN

En el artículo 107 constitucional se establecen las bases para fijar la competencia


de la Suprema Corte de justicia de la Nación, respecto del juicio de amparo.
Según Decreto publicado en Diario Oficial de la Federación de 10 de agosto de
1987 y que entró en vigor el día 15 de enero de 188, se adicionó un párrafo final
a la fracción V del artículo 107 constitucional, para otorgar a la Suprema Corte
de justicia la facultad de conocer de los amparos directos únicamente en el caso
en que ejerza su competencia por atracción pues, normalmente, de los amparos
directos sólo conocen los Tribunales Colegiados de Circuito.
Establece el párrafo final adicionado de la fracción V de la Constitución: "La
Suprema Corte de justicia de oficio o a petición fundada del correspondiente
Tribunal Colegiado de Circuito, o del Procurador General de la República, podrá
conocer de los amparos directos que por sus características especiales así lo
ameriten." Con anterioridad al Decreto de reformas al artículo 107 constitucional,
publicada en Diario Oficial de 10 de agosto de 1987 y que entró en vigor el día
15 de enero de 1988, la Suprema Corte de justicia de la Nación tenía
competencia para conocer del amparo directo contra sentencias definitivas o
laudos, por violaciones cometidas en el procedimiento o en la sentencia misma:
en materia penal, cuando las sentencias imponían la pena de muerte o una
sanción privativa de libertad que excediera del término que para el otorgamiento
de la libertad caucional señala la fracción I del artículo 20 constitucional o cuando
las sentencias procedían de tribunales del fuero federal, incluso los castrenses;
en materia administrativa, cuando se reclamasen por particulares sentencias
definitivas dictadas por Tribunales Federales, Administrativos o Judiciales, no
reparables por algún recurso, juicio o medio ordinario de defensa legal, con las
limitaciones que, en materia de competencia estableciese la ley secundaria; en
materia civil, cuando se reclamasen sentencias definitivas dictadas en juicios de
orden federal o en juicios mercantiles, o en juicios del orden común, según las
reglas de competencia que estableciese la ley secundaria. Sólo la Corte conocía
de amparos contra sentencias dictadas en controversias sobre acciones del
estado civil o que afectasen al orden y estabilidad de la familia.

6.4 COMPETENCIA DE LOS TRIBUNALES COLEGIADOS DE


CIRCUITO
Para poder diferenciar la competencia que atañe a cada uno de estos tribunales,
es necesario precisar contra que actos de autoridad procede conocer a cada uno;
por lo que primeramente fijaremos las bases de competencia del tribunal
colegiado de circuito, para después avocarnos a las reglas de competencia de
los tribunales unitarios de circuito. Artículo 34.
Los tribunales colegiados de circuito son competentes para conocer del juicio de
amparo directo.
La competencia de los tribunales se fija de acuerdo con la residencia de la
autoridad que haya dictado el acto reclamado y, en su caso, atendiendo a la
especialización por materia.
La Ley Orgánica del Poder Judicial Federal en su artículo 37, establece las
bases de competencia por materia de los tribunales colegiados y que, a saber,
les compete resolver, según la naturaleza del asunto del que emana el acto
reclamado, pudiendo ser de materia penal, administrativa, civil o mercantil y
laboral, siempre y cuando se trate de resoluciones, sentencias o laudos, dictados
en juicios del orden local o federal y según sea la materia (fracción I).
Siguiendo el análisis del artículo antes citado, se desprende que la competencia
que se le atribuye a los tribunales colegiados, se extiende también a resolver
sobre los recursos de revisión, de queja y reclamación, que se encuentran
previstos en los artículos 81, 97 y 104 respectivamente de la Ley de Amparo,
atendiendo que, en estos supuestos, se estará a lo que la ley en la materia
establezca (fracción II, III y VIII)
6.5 COMPETENCIA DE LOS JUECES DE DISTRITO
Es juez competente el que tenga jurisdicción en el lugar donde el acto que se
reclame deba tener ejecución, trate de ejecutarse, se esté ejecutando o se haya
ejecutado. Si el acto reclamado puede tener ejecución en más de un distrito o ha
comenzado a ejecutarse en uno de ellos y sigue ejecutándose en otro, es
competente el juez de distrito ante el que se presente la demanda.
Cuando el acto reclamado no requiera ejecución material es competente el juez
de distrito en cuya jurisdicción se haya presentado la demanda. "Si el acto ha
comenzado a ejecutarse en un Distrito y sigue ejecutándose en otro, cualquiera
de los jueces de esas jurisdicciones, a prevención, será competente.
"Es competente el juez de distrito en cuya jurisdicción resida la autoridad que
hubiese dictado la resolución reclamada, cuando ésta no requiera ejecución
material." Sintéticamente expresadas, las reglas de competencia, previstas en el
artículo trascrito, con base constitucional en el artículo 107, fracción VII,
establecen el sistema de atribuir competencia al juez bajo cuya jurisdicción se
realicen los actos de ejecución, o traten de realizarse ellos. Si no es ejecutable o
si no se ha iniciado la ejecución, es competente el juez de Distrito en cuya
jurisdicción resida la autoridad responsable. En el supuesto del segundo párrafo
del artículo 36 de la Ley de Amparo, antes reproducido, la frase "a prevención"
significa que es competente el juez de Distrito ante quien se ha propuesto la
demanda de amparo.
Otro precepto que regula, en la Ley de Amparo, la competencia de los jueces de
Distrito, lo es el artículo 42: "Es competente para conocer del juicio de amparo-
que se promueva contra actos de un juez de Distrito, otro de la misma categoría
dentro del mismo Distrito, si los hubiere, o, en su defecto, el más inmediato dentro
de la jurisdicción del Tribunal Colegiado de Circuito a que pertenezca dicho juez.
"Para conocer de los juicios de amparo que se promuevan contra actos de un
Tribunal Unitario de Circuito es competente el juez de Distrito que, sin pertenecer
a su jurisdicción, esté más próximo a la residencia de aquél."
6.6 COMPETENCIA CONCURRENTE

La competencia concurrente es una facultad de naturaleza excepcional que la


Constitución y la Ley de Amparo, otorgan a los ciudadanos para promover un
juicio en base a la violación de las garantías que se desprenden de los artículos
16, en materia penal Y 20, apartado A, fracciones I, VIII y X, párrafos primero y
segundo, de la Constitución Federal. En este juicio podrá conocer el superior del
tribunal que la cometa, o ante el Juez de Distrito, es decir, el ciudadano puede
elegir, según el interés de proteger dichas garantías, entre presentar su demanda
de amparo ante la autoridad judicial federal, o ante el superior jerárquico del
tribunal o Juez que haya cometido la violación, quienes serán competentes para
el conocimiento de la demanda, sin que afecte el hecho de que las autoridades
residan en el mismo lugar, pues únicamente se limita cuando se trata de la
violación de las garantías constitucionales señaladas.
Este tipo de competencia también se presenta cuando existe la participación de
autoridades judiciales federales, cuando en las controversias de orden civil o
criminal exista la aplicación de leyes federales o tratados internacionales
celebrados con el Estado mexicano; en el caso de que sólo afecten intereses
particulares, según a criterio del actos podrán conocer los Jueces y tribunales del
orden común de los Estados y del Distrito Federal, según lo dispuesto por el
artículo 104 , fracción I, de la CPEUM y el artículo 37 de la Ley Reglamentaria de
los Artículos 103 y 107 Constitucionales.

6.7 COMPETENCIA AUXILIAR


La competencia auxiliar, es la que se ha dotado a los Jueces de primera instancia,
para conocer de manera urgente, los asuntos que ameriten la pronta intervención
de la Justicia Federal, ello con la finalidad de prevenir algún perjuicio que pudiera
ocurrir al interesado; en la competencia auxiliar delegada a las autoridades
judiciales a que se refiere al artículo 35 párrafo segundo de la Ley de Amparo,
únicamente se limitan de realizar los actos que les atribuye la legislación, en
virtud de la urgencia del asunto que se trate, pues la función de éstas, se reduce
a coadyuvar mediante la preparación del juicio que corresponda, puesto que
posteriormente los Jueces de Distrito continúan con la tramitación del juicio.
El artículo 107 Constitucional fracción XII párrafo segundo, medularmente es
siguiente:
Si el Juez de Distrito o el Tribunal Unitario de Circuito no residieren en el mismo
lugar en que reside la autoridad responsable, la ley determinará el juez o tribunal
ante el que se ha de presentar el escrito de amparo, el que podrá suspender
provisionalmente el acto reclamado, en los casos y términos que la misma ley
establezca.
Del precepto antecedente, se aprecia que las facultades que se atribuyen a los
órganos auxiliares, se limitan a la recepción de la demanda, así como al
otorgamiento de la suspensión provisional del acto que se reclame.

6.8 COMPETENCIA POR ACUMULACIÓN

En la acumulación, dentro del amparo, los autos de un expediente, formado con


motivo de una demanda de amparo, se unen a los autos de un expediente más
antiguo, formado con motivo de otra demanda de amparo.
Desde el punto de vista procesal, en ciertos casos es recomendable la
acumulación para satisfacer el principio de economía procesal y para evitar que
se dicten sentencias contradictorias en asuntos vinculados entre sí. Dentro del
capítulo VI de la Ley de Amparo, se tratan conjuntamente la competencia y la
acumulación. Ello es procedente pues, el juez del asunto más antiguo se
convierte en competente para conocer del asunto más reciente.
El artículo 57 de la Ley de Amparo establece los supuestos en que opera la
acumulación de expedientes que se tramitan ante jueces de Distrito: "En los
juicios de amparo que se encuentren en tramitación ante los jueces de Distrito,
podrá decretarse la acumulación a instancia de parte o de oficio en los casos
siguientes:
"l. Cuando se trate de. juicios promovidos por el mismo. quejoso, por el mismo
acto reclamado, aunque las violaciones constitucionales sean distintas, siendo
diversas las autoridades responsables
"Il. Cuando se trate de juicios promovidos contra las mismas autoridades, por el
mismo acto. reclamado, siendo diversos los quejosos, ya sea que éstos hayan
intervenido en el negocio o controversia que motivó el amparo o que sean
extraños a los mismos."
Los amparos acumulables se tramitan ante jueces de Distrito. La acumulación se
decreta de oficio o a petición de parte.

6.9 CUESTIONES COMPETENCIALES

Competencia, en derecho procesal, se entiende como la facultad que se otorga


por virtud de la ley a un órgano jurisdiccional para que conozca de un
determinado asunto7; para efectos de amparo, el conflicto competencial surge
cuando el juicio de garantías, se plantea ante un órgano jurisdiccional
incompetente, o en su defecto, que siendo competente se reputa como
incompetente.
Es dable señalar que, las reglas generales de competencia, consagradas en la
Constitución Federal, la Ley en la materia y la Ley Orgánica del Poder Judicial de
la Federación, pueden ser transgredidas de manera accidental, por defectos de
interpretación, ignorancia de quien interpone la demanda etc. en el entendido
también de que la vulneración a esas reglas, puede ser intencionada. Conforme
a las disposiciones que rigen la Ley de Amparo en cuanto a conflictos
competenciales, estos pueden plantearse y resolverse de oficio o a instancia de
parte; será de oficio cuando el órgano de conocimiento manifieste su
incompetencia y la haga valer; a instancia de parte, será cuando alguna de las
partes estime la incompetencia ante el órgano en que se está promoviendo y la
haga valer.
6.9.1 ENTRE LA SUPREMA CORTE Y LOS TRIBUNALES DE
CIRCUITO

Si el amparo se recibe en la Suprema Corte de, Justicia y debe conocer de él un


Tribunal Colegiado de Circuito, la Corte enviará la demanda con sus anexos al
Tribunal de Circuito, después de que se declare incompetente de plano (artículo
47)
El Tribunal Colegiado no podrá objetar la competencia que le atribuye la Corte
(artículo 47).

6.9.2 ENTRE LA SUPREMA CORTE O TRIBUNAL COLEGIADO,


POR UNA PARTE Y POR EL OTRO JUZGADO DE DISTRITO

Si un amparo que debe ser indirecto, se plantea directamente ante la Suprema


Corte de justicia o ante un Tribunal Colegiado de Circuito, se declararán
incompetentes de plano y remitirán la demanda con sus anexos, al juez de
Distrito, a quien corresponda su conocimiento. El juez designado por la Corte no
podrá objetar su competencia. El designado por el Tribunal Colegiado de Circuito
no podrá objetar su competencia a no ser que esté en el caso referido en el
artículo 51. Si el juez de Distrito no pertenece a la jurisdicción del Tribunal
Colegiado de Circuito, podrá plantear la competencia, por razón del territorio,
conforme al artículo 52 (artículo 47, tercer párrafo).

6.9.3 ENTRE LAS SALAS DE LA SUPREMA CORTE

Artículo 40.
El pleno o las salas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación podrán ejercer,
de manera oficiosa o a solicitud del Procurador General de la República la
facultad de atracción para conocer de un amparo directo que corresponda
resolver a los tribunales colegiados de circuito, cuando por su interés y
trascendencia lo ameriten, de conformidad con el siguiente procedimiento:
I. Planteado el caso por cualquiera de los ministros, o en su caso hecha la
solicitud por el Procurador General de la República, el pleno o la sala acordará si
procede solicitar los autos al tribunal colegiado de circuito, en cuyo caso, previa
suspensión del procedimiento, éste los remitirá dentro del plazo de tres días
siguientes a la recepción de la solicitud;
II. Recibidos los autos se turnará el asunto al ministro que corresponda, para que
dentro del plazo de quince días formule dictamen a efecto de resolver si se ejerce
o no dicha facultad; y
III. Transcurrido el plazo anterior, el dictamen será discutido por el tribunal pleno
o por la sala dentro de los tres días siguientes.

6.9.4 ENTRE TRIBUNALES COLEGIADOS DE CIRCUITO

Descripción que efectúa el Diccionario Jurídico de Derecho Constitucional


(México, 1997) sobre Tribunales colegiados de circuito: Denominación: el nombre
de tribunales colegiados de circuito se formó de la fusión de terminología de las
constituciones de Cádiz y estadounidense; de la primera se tomó la
denominación tribunales y de la segunda, circuito; se les dio el nombre de
colegiados, por estar integrados por varios miembros y para distinguirlos de los
unitarios. En Estados Unidos se les denominó de circuito por una doble razón:
como límite de una competencia y por virtud del recorrido o camino que después
de ser andado vuelve al punto de partida; originalmente en ese país se previó la
existencia de tres cortes de circuito integradas por dos jueces de la corte
suprema, más el juez de distrito correspondiente al estado visitado; aquellos eran
itinerantes, tenían fijado un circuito que recorrían periódicamente; podían actuar
sólo dentro de su circuito.
Integración: los tribunales colegiados de circuito se integran por tres magistrados,
un secretario de acuerdos, un secretario, actuarios y empleados [artículo 38 de
la ley orgánica del poder judicial de la federación).
Competencia: La competencia de los tribunales colegiados de circuito es amplia
y está referida a tres rubros principales, amparos directos, recursos y resolución
de competencias, impedimentos y excusas.
Organización: Cada tribunal tiene un presidente que designan sus propios
miembros, dura en ejercicio un año y puede ser reelecto; adopta sus resoluciones
por mayoría o unanimidad.

6.9.5 ENTRE JUECES DE DISTRITO


a) El primer supuesto se refiere a una cuestión competencial entre jueces de
Distrito por razón de materia. En tal hipótesis, el juez de distrito que recibe una
demanda y considera que es incompetente la remite sin demora alguna al juez
de Distrito que corresponda, sin resolver su admisión ni sobre la suspensión del
acto (artículo 509).
b) La segunda hipótesis de cuestiones competenciales entre jueces de Distrito
esta prevista en el artículo 51 de la Ley de amparo. El juez de Distrito ante quien
se promueve el juicio de amparo tiene conocimiento de que otro juez está
conociendo de otro juicio promovido por el mismo quejoso, contra las mismas
autoridades y por el mismo acto reclamado, aunque los conceptos de violación
san diversos, dará aviso inmediatamente a dicho juez, por medio de oficio,
acompañándole copia de la demanda, con expresión del día y hora de su
presentación.
Recibido el oficio por el juez requerido, previas: las alegaciones de las partes,
dentro de tres días, decidirá en las veinticuatro horas siguientes, si se trata del
mismo asunto y si a él le corresponde el conocimiento del juicio, y comunicará su
resolución al juez requirente. Si el juez requerido decidiere que se trata del mismo
asunto, y reconociere la competencia del otro juez, le remitirá los autos relativos;
en casa contrario, sólo le comunicará su resolución. Si el juez requerido estuviere
conforme con la resolución del requerido, lo hará saber a éste, remitiéndole, en
su caso, los autos relativos, o pidiendo la remisión de los que abren en su poder.
7. LA IMPROCEDENCIA DEL JUICIO DE AMPARO

7.1 LA IMPROCEDENCIA GENERAL DE LA ACCIÓN DE AMPARO

Artículo 61.

El juicio de amparo es improcedente:

I. Contra adiciones o reformas a la Constitución Política de los Estados


Unidos Mexicanos;

II. Contra actos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación;

III. Contra actos del Consejo de la Judicatura Federal;

IV. Contra resoluciones dictadas por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la
Federación;

V. Contra actos del Congreso de la Unión, su Comisión Permanente o cualquiera


de sus cámaras en procedimiento de colaboración con los otros poderes que
objeten o no ratifiquen nombramientos o designaciones para ocupar cargos,
empleos o comisiones en entidades o dependencias de la Administración Pública
Federal, centralizada o descentralizada, órganos dotados de autonomía
constitucional u órganos jurisdiccionales de cualquier naturaleza;

VI. Contra resoluciones de los tribunales colegiados de circuito;

VII. Contra las resoluciones o declaraciones del Congreso Federal o de las


Cámaras que lo constituyen, de las Legislaturas de los Estados o de sus
respectivas Comisiones o Diputaciones Permanentes, en declaración de
procedencia y en juicio político, así como en elección, suspensión o remoción de
funcionarios en los casos en que las Constituciones correspondientes les
confieran la facultad de resolver soberana o discrecionalmente;

VIII. Contra normas generales respecto de las cuales la Suprema Corte de


Justicia de la Nación haya emitido un declaratorio general de inconstitucionalidad
en términos de lo dispuesto por el Capítulo VI del Título Cuarto de esta Ley, o en
términos de lo dispuesto por la Ley Reglamentaria de las Fracciones I y II del
Artículo 105 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos;

IX. Contra resoluciones dictadas en los juicios de amparo o en ejecución de las


mismas.

7.2 LA IMPROCEDENCIA CONSTITUCIONAL DE LA ACCIÓN DE


AMPARO

1. La improcedencia de la Acción de Amparo Capítulo VI

2. Concepto de improcedencia Esla imposibilidad jurídica de que la acción


alcance su objetivo por algún obstáculo legal, ya sea porque el obstáculo exista
o sobrevenga durante el juicio.

3. Oficiosidad de la incompetencia La SCJN considera que: sea las partes la


aleguen o no, debe de analizarse previamente la procedencia del juicio de
amparo por ser cuestión de orden público.

4. La ley de amparo establece que debe verificarse previamente a la admisión de


la demanda, si existe motivo manifiesto e indudable de improcedencia.
También señala la ley que, para sobreseer, el juez deberá indicar los
fundamentos legales y precisando con claridad el acto o actos por los cuales
deberá de sobreseerse.

5. La acción de amparo consiste en la imposibilidad jurídica que tienen las


personas de poner en movimiento al órgano judicial pretendiendo el amparo y
protección de la justicia federal.

La improcedencia .de la acción de amparo, por el contrario, estriba en la


imposibilidad de que se admita la demanda por algún impedimento que señale la
ley

6. Clasificación de las Improcedencias Constitucionales Improcedencias legales


(artículo 73 de la ley de amparo) Improcedencias jurisprudenciales (SCJN y
Tribunales Colegiados de Distrito)
7. Improcedencias Constitucionales Artículo 33. Son extranjeros los que no
posean las calidades determinadas en el artículo 30. Tienen derecho a las
garantías que otorga el Capítulo I, Título Primero, de la presente Constitución;
pero el Ejecutivo de la Unión tendrá la facultad exclusiva de hacer abandonar el
territorio nacional, inmediatamente y sin necesidad de juicio previo, a todo
extranjero cuya permanencia juzgue inconveniente.

Articulo 60 Improcedencia contra las resoluciones o declaraciones de los


organismos y autoridades en materia electoral.

7.3 La improcedencia legal de la acción de amparo

1. Improcedencias legales Artículo 73.- El juicio de amparo es improcedente:

I.- Contra actos de la Suprema Corte de Justicia; Se fundamenta en que la SCJN


es la máxima autoridad jurisdiccional en el país. Igualmente valido para las
decisiones de los Tribunales Colegiados que causen ejecutoria

II.- Contra resoluciones dictadas en los juicios de amparo o en ejecución de las


mismas; Es improcedente porque el amparo tiene sus propios medios de
impugnación: incidentes y recursos.

III.- Contra leyes o actos que sean materia de otro juicio de amparo que se
encuentre pendiente de resolución, ya sea en primera o única instancia, o en
revisión, promovido por el mismo quejoso, contra las mismas autoridades y por
el propio acto reclamado, aunque las violaciones constitucionales sean diversas;
◦ Hay litispendencia

IV.- Contra leyes o actos que hayan sido materia de una ejecutoria en otro juicio
de amparo, en los términos de la fracción anterior; Por ser Cosa Juzgada

V.- Contra actos que no afecten los intereses jurídicos del quejoso; Al no existir
agravio personal y directo de carácter jurídico se declara improcedente.
VI. - Contra leyes, tratados y reglamentos que, por su sola vigencia, no causen
perjuicio al quejoso, sino que se necesite un acto posterior de aplicación para que
se origine tal perjuicio; La ley es vigente, pero no se ha aplicado, por lo tanto, no
es motivo de agravio.

VII.- Contra las resoluciones o declaraciones de los organismos y autoridades en


materia electoral; El artículo 60 constitucional refiere a la intocabilidad de las
decisiones en materia electoral.

VIII.- Contra las resoluciones o declaraciones del Congreso Federal o de las


Cámaras que lo constituyen, de las Legislaturas de los Estados o de sus
respectivas Comisiones o Diputaciones Permanentes, en elección, suspensión o
remoción de funcionarios, en los casos en que las Constituciones
correspondientes les confieran la facultad de resolver soberana o
discrecionalmente ◦ En estos casos, son derechos políticos y no civiles.

7.4 ANÁLISIS DEL ARTÍCULO 73 DE LA LEY DE AMPARO


Concepto de improcedencia. La improcedencia del amparo es una institución
jurídica por virtud de la cual el juzgador federal se encuentra imposibilitado para
determinar si el acto reclamado por el quejoso es constitucional o
inconstitucional. La improcedencia motiva que el juzgador federal no dirima la
controversia constitucional ante él planteada, por exigirlo así alguna de las
causas que conforman a la misma institución.

La institución en estudio está conformada por una serie de hipótesis normativas


debidamente previstas por la Ley de Amparo, así como por la Constitución, como
ya se ha visto, y por la jurisprudencia formada por la Suprema Corte de Justicia.

Contra resoluciones de otro amparo

“Fracción II. Contra resoluciones dictados en los juicios de amparo o en ejecución


de las mismas”

Supuestos de improcedencia previstos en esta fracción. Esta fracción prevé dos


supuestos de improcedencia del amparo y son: 2

a) El amparo es improcedente contra resoluciones emanadas de un juicio de


amparo
b) El juicio de garantías no procede tratándose de la inimpugnabilidad de los
actos en ejecución de una resolución derivada de un juicio de amparo.

Improcedencia del juicio de amparo contra resoluciones emanadas de otro juicio


de amparo. Es improcedente cuando se pretende impugnar una resolución
judicial emanada de otro juicio de amparo, independientemente de que sean
actos o resoluciones de juzgados de Distrito, de tribunales Unitarios de Circuito.
CONCLUSION
3388

40

Conclusión
Aquí, hemos explicado la relevancia de la nueva Ley de
Amparo. Sabemos que para entenderla es necesario tener
presente que la reforma de 2011 al artículo primero de la
Constitución Federal amplía nuestros derechos fundamentales
al incorporar todos los derechos humanos que se
contienen en los tratados internacionales de los que México
es parte, dentro del catálogo de derechos humanos del que
gozamos en nuestro país.
En resumen, el amparo es un medio o herramienta
de defensa que tenemos disponible para pedir que los
tribunales federales revisen y, en su caso, garanticen la
protección de nuestros derechos humanos, cuando éstos
se vean violentados o amenazados por los actos, omisiones
y normas generales de una autoridad, así como en ciertos
casos por actos de particulares que lleven a cabo actos
equiparables a los de una autoridad.
Explicamos también, cómo las posibilidades de recurrir
efectivamente al amparo se fortalecen al introducir y
definir en la ley el concepto de interés legítimo. De la
misma manera, el interés legítimo puede ser colectivo y
mencionamos que existen ciertos derechos humanos que
por su naturaleza son colectivos, como el derecho al medio
ambiente. Por último, abordamos qué sucede cuando se
resuelve un amparo y cómo bajo la nueva ley, existe un mecanismo
para que las decisiones sobre normas generales
puedan llegar a tener efectos para todas las personas en
México. Explicamos también qué es y cómo se forma la
jurisprudencia.

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