Ayuno Intermitente
Ayuno Intermitente
Ayuno Intermitente
EL AYUNO
INTERMITENTE
¿QUÉ ES?
VIDAKETO
VidaKeto
¿Qué es el ayuno intermitente? Así funciona el comer a intervalos.
El método 16/8: se conoce como el método “Leangains”. Con él puedes comer durante 8
horas y tienes que ayunar durante 16. En pocas palabras, el periodo de ayuno normal
incluye el sueño y unas horas más. Puedes saltarte el desayuno, por ejemplo, y hacer la
primera comida al medio día y seguir comiendo hasta las 8.
Dieta 5:2: la idea es que durante dos días a la semana reduzcas la ingesta de calorías a un
máximo de 500-600 calorías al día. Los días no tienen que ser consecutivos. Los otros cinco
días puedes comer lo que quieras.
Comer, parar, comer: este tipo de ayuno intermitente alterna días de ayuno con días de
comer. Comes lo que quieras durante 24 horas y luego te tomas un descanso total de
comida el día siguiente. Tienes que repetir este patrón una o dos veces a la semana. Las
bebidas sin calorías (como el café solo, el té sin azúcar, etc.) están permitidas.
Otros estudios han descubierto que una combinación del método 16/8 y el entrenamiento de
fuerza (tanto con el propio peso como con pesos) puede reducir más grasa que el entrenamiento
de fuerza por sí solo. (1) No obstante, no se observaron indicios de ganancia muscular en los
sujetos de los estudios.
Nota: este tipo de dieta no es necesariamente e caz para quienes tengan diabetes o tensión alta
ni para mujeres embarazadas o en periodo de lactancia. Recuerda que deberías consultar con un
médico o un nutricionista profesional antes de cambiar tus hábitos alimentarios.
Las personas con alguna de estas condiciones deberían evitar el ayuno intermitente:
Diabetes y otro tipo de trastornos metabólicos
Enfermedad cardiovascular
Cáncer
iños
N
Mujeres embarazadas
Mujeres en período de lactancia
Personas de edad avanzada
Personas que han tenido trastornos de la alimentación
El ayuno intermitente puede ser una buena forma de perder peso, pero ¿te has parado a pensar
en el aspecto social?
Imagínate: unos amigos te invitan a un cumpleaños. En la mesa te encuentras todo tipo de
comida y tus amigos se sirven una generosa ración. ¿Y tú? ¿Te sientas al lado y bebes agua? ¿Y
qué pasa si además también has quedado para cenar? Si quieres planear tus ayunos bien, tienes
que poder disfrutar de la comida con tus amigos y familia. Pero en términos generales, este tipo
de patrón no te deja mucha libertad para improvisar, así que recuerda no aislarte: ¡el aspecto
social también forma parte de una vida saludable!
El ayuno intermitente de nitvamente no es para todo el mundo, pero puede ser un buen método
para perder grasa corporal. Como no se trata de un estilo de alimentación exible y espontáneo,
si tu estilo de vida necesita ese margen de exibilidad, es más recomendable que pruebes otras
técnicas, como las que se centran más en los macronutrientes, en las que puedes comer lo que
quieras siempre y cuando te mantengas dentro de los parámetros de macronutrientes que te has
marcado.
En resumen:
El ayuno intermitente no es para todo el mundo, pero puede ser un buen método para reducir la
grasa corporal. Deberías vigilar los alimentos que tomas cuando comes, ya que no puedes
llenarte de hamburguesas, fritos y pizza. Recuerda que ayunar solo es una herramienta para
hacer de vez en cuando (¡y siendo consciente de lo que se hace!). No se trata de dejar de comer: lo
importante es seguir una dieta sana y equilibrada. Para más información sobre otro tipo de
dietas puedes consultar este artículo en el que analizamos los aspectos a tener en cuenta.
Julia Denner Como dietista, Julia trabaja para inspirar a otros a llevar una dieta saludable y
equilibrada. Le encanta cocinar y disfruta con la naturaleza, el yoga y los entrenamientos de
fuerza.
Pero, como sabemos, este tipo de experiencias personales no constituyen prueba cientí ca, donde
solo los experimentos bien diseñados y controlados pueden probar que una determinada práctica
puede mejorar nuestra salud. En el caso del ayuno intermitente, cada vez hay más investigaciones
que apoyan sus bene cios. Una nueva revisión del investigador español Rafael de Cabo, en el
'New England Journal of Medicine', pone los puntos sobre las íes.
Foto: unsplash/@katerdfern.
La pérdida de peso corporal es uno de los primeros factores asociados a la restricción calórica y
que se consideran responsables de sus bene cios, tales como un mejor control de los niveles de
azúcar o de colesterol. Posteriormente se propuso, además, que al comer menos se reduciría el
consumo de oxígeno para la obtención de energía a partir de los alimentos y esto, a su vez,
reduciría el estrés oxidativo responsable del envejecimiento al disminuir el daño por los radicales
libres. El ayuno intermitente permite activar los mismos mecanismos bene ciosos de la
restricción calórica sin sus desventajas, como puede ser una perdida excesiva de peso corporal o
de masa muscular.
"Uno de los aspectos más interesantes del ayuno intermitente es su efecto potencial sobre la
longevidad"
En los periodos de ayuno se entra en un modo de 'reparación', donde las células senescentes o
envejecidas son eliminadas entrando en lo que se llama autofagia, se mejoran las defensas
contra el estrés metabólico y oxidativo, la reparación del ADN o la génesis de mitocondrias. Uno
de los ejemplos más claros de estos efectos es el estudio de Valter Longo, en el que demostró que
con su dieta que imita al ayuno se conseguía un 'reseteo' del sistema inmune. Por otra parte, en
los periodos de recarga de alimento, las células se ponen en 'modo crecimiento', reactivando la
regeneración de tejidos y células.
Las señales que activan o desactivan uno u otro 'modo' en el organismo son la ingesta energética
total, la composición de la dieta (especialmente si es alta o baja en proteínas) y la duración del
ayuno (se estima que al menos son necesarias 12 horas para activar producción de cuerpos
cetónicos). Esto provoca oscilaciones en los niveles de algunos sensores energéticos que le dicen
a la célula que entre en 'modo de supervivencia' cuando la disponibilidad de energía y proteínas
es baja, o en 'modo de crecimiento' cuando vuelve a haber energía y especialmente en forma de
aminoácidos y glucosa.
Los estudios en animales y en humanos han demostrado que los bene cios del ayuno
intermitente van más allá de los producidos por la pérdida de peso. Algunos trabajos han
comparado la restricción calórica con el ayuno intermitente, siendo el segundo más efectivo para
la mejora del control de glucosa, presión arterial o pérdida de grasa abdominal o el estado
in amatorio, entre otros. Además, estudios en animales han demostrado que el ayuno
intermitente mejora la capacidad cognitiva, lo que también se ha podido comprobar en humanos
dentro del estudio CALERIE, con mejoras en la memoria verbal, función ejecutiva y cognitiva
general.
Pero además de sus bene cios a corto plazo sobre el metabolismo, uno de los aspectos más
interesantes del ayuno intermitente es su efecto potencial sobre la longevidad y la prolongación
de los años en salud. Ya hemos señalado que, en animales, la restricción calórica puede alargar
la vida de forma muy signi cativa. Sin embargo, consumir una dieta muy baja en calorías de
forma permanente es difícilmente asumible y tiene como contrapartida efectos poco deseables
para la vitalidad. El ayuno intermitente puede ser una fórmula que nos permita conseguir esos
mismos bene cios atenuando o minimizando los perjuicios. Y aunque no podemos hacer ensayos
clínicos para comprobar el efecto del ayuno intermitente sobre la longevidad en humanos, dada
nuestra larga vida, los mecanismos que se aplican a otros mamíferos también funcionan para
nosotros.
La revisión publicada en el 'New England Journal of Medicine' detalla las posibles aplicaciones
clínicas del ayuno intermitente, más allá del aumento de la longevidad, y propone algunas
consideraciones prácticas para su implementación. Entre las aplicaciones mencionadas están la
obesidad, la diabetes, la enfermedad cardiovascular, algunos cánceres, enfermedad
neurodegenerativa, asma, esclerosis múltiple y artrosis. Entre ellas, todas las denominadas
enfermedades asociadas al proceso de envejecimiento.
Foto: unsplash/@jmason.
Sin embargo, adoptar una dieta de ayuno intermitente con una o dos ingestas al día no es fácil
teniendo en cuenta los hábitos dietéticos occidentales de tres comidas principales y varios
picoteos diarios, además de un constante y ubicuo bombardeo de estímulos alimenticios al
alcance de la mano. Por otro lado, iniciar un ayuno intermitente puede generar hambre,
irritabilidad y falta de concentración, aunque estos efectos suelen desaparecer en un mes. Por
último, la mayoría de los profesionales sanitarios no están formados en este tipo de dieta, por
ello, el propio artículo propone una pauta gradual de ayuno intermitente, aumentado
progresivamente la ventana de ayuno diario. Así se podría comenzar durante un mes con un
ayuno intermitente 14/10 (14 horas consecutivas de ayuno), cinco días a la semana, al mes
siguiente hacer un 16/8, cinco días a la semana, al siguiente un 18/6, también cinco días a la
semana, para alcanzar el objetivo nal del 18/6, siete días a la semana. También se propone una
implementación progresiva del denominado ayuno intermitente 5:2, que consiste en hacer una
importante restricción calórica de menos de 1.000 calorías diarias, dos días a la semana.
Obviamente, todo bajo control médico de la evolución antropométrica y algunos biomarcadores
como la glucemia y los cuerpos cetónicos, entre otros.
Theodosius Dobzhansky acuñó una frase: “Nada tiene sentido en biología si no es a la luz de la
evolución”. Cada vez van ganando fuerza aspectos relacionados con la llamada medicina
evolutiva, donde las hipótesis de partida están relacionadas con el que fue nuestro estilo de vida
durante cientos de miles de años. A pesar de que nadie duda de que los ritmos circadianos son
resultado de nuestra adaptación a los ciclos de luz-oscuridad, o de los efectos bene ciosos de la
actividad física para el ser humano, el aspecto evolutivo ha sido poco considerado en nutrición.
El ayuno intermitente puede haber sido programado en nuestras células por un estilo de vida que
hemos perdido totalmente en el mundo occidental, con disponibilidad de alimentos las 24 horas.
Tal vez si conseguimos conjugar la ciencia más avanzada con un estilo de vida más propio como
especie, podremos vivir aún más y mejor.
PARA HACER UN
AYUNO INTERMITENTE
DE FORMA CORRECTA
La forma
correcta
de hacer
ayuno
A CAMBIAR TU ESTILO DE
VIDA