Apelacion-2-2021 Tráfico de Influencias

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CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA

SALA PENAL PERMANENTE

SENTENCIA APELACIÓN N.° 2-2021/SAN MARTÍN


PONENTE: CÉSAR SAN MARTÍN CASTRO

Título: Tráfico de influencias. Motivación insuficiente


Sumilla. 1. El delito de tráfico de influencias es uno de peligro abstracto y,
específicamente, de desvinculación, centrado en el desvalor de la conducta. Afecta
el correcto funcionamiento de la Administración Pública, pues sea la influencia real
o simulada pone bajo sospecha su funcionamiento y la existencia en sí de una
institución social que está llamada a cumplir un papel fundamental en nuestra
sociedad. 2. Este tipo delictivo exige, primero, que el sujeto activo afirme ante el
tercero interesado o éste lo deduzca en función al cargo que aquél desempeñe en la
Administración de que tiene capacidad para interceder ante un funcionario o
servidor público o evidencie notoriamente tenerla (medios) –la influencia importa,
según el DRAE, asumir que se tiene un poder o autoridad con cuya intervención se
puede obtener de otro una ventaja, favor o beneficio–; segundo, que el agente
delictivo reciba, haga dar o prometer –el tercero interesado le entrega a cambio de
las influencias ofrecidas por el traficante de influencias un donativo o ventaja
determinada– (conducta típica), de modo que cuando el precepto dice “para sí o para
otro”, no necesariamente se refiere a que éste se encuentre destinado para el
traficante de la influencia sino que también puede ser recibió o hecho prometer para
un tercero; tercero, que se trate de un donativo, promesa, cualquier otra ventaja o
beneficio, como precio o retribución del ofrecimiento de interceder ante el
funcionario o servidor público (objeto corruptor); cuarto, que se ofrezca interceder
ante un funcionario o servidor público que ha de conocer, esté conociendo el caso
judicial o administrativo, y la invocación puede circunscribirse a una causa justa o
ilícita, que favorezca al interesado o no le perjudique, o de ser el caso que
perjudique a terceros (elemento teleológico); y, quinto, que las influencias estén
referidas al funcionario o servidor público respecto del cual ejerza funciones en la
administración o en la justicia y que además que ha de conocer, esté conociendo o
haya conocido dicho caso (ámbito). 3. El examen probatorio fue defectuoso. La
motivación es insuficiente, pues no explicó en su integridad y razonablemente que
las comunicaciones por WhatsApp entre el tercero interesado y el acusado carezcan
de contenido delictivo –no se introdujo una explicación acabada, sin fisuras, del
conjunto del material probatorio actuado–. No tuvo en consideración el mérito de lo
expuesto por la ex conviviente del tercero interesado, lo que fluye de los informes
referidos a las visitas de este último y del abogado, así como lo referido al propio
proceso de alimentos, ni lo correlacionó debidamente con el tenor de los textos en
cuestión. 4. El defecto de motivación resta base constitucional al fallo impugnado,
pues vulnera la garantía genérica de tutela jurisdiccional y, dentro de ella, de la
garantía específica de una motivación fundada en derecho –que es el único ámbito
en que se puede cuestionar una sentencia absolutoria mediante un recurso
acusatorio–. El razonamiento justificativo del Tribunal Superior no expresó
correctamente en estos casos la descripción del elemento de prueba íntegramente
–es especial, de los mensajes por WhatsApp–, no reflejó el contenido objetivo de los
demás medios de prueba, ni explicó la conexión de las pruebas con el hecho a
probar.

–SENTENCIA DE APELACIÓN–
Lima, veinticuatro de noviembre de dos mil veintiuno

VISTOS; en audiencia pública: el recurso de apelación


interpuesto por el señor FISCAL SUPERIOR DE SAN MARTÍN – TARAPOTO contra
la sentencia superior de fojas novecientos dieciséis, de doce de octubre de dos

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SENTENCIA APELACIÓN N.° 2-2021/SAN MARTÍN

mil veinte, en el extremo que absolvió a Arnaldo Favio Valle Marino de la


acusación fiscal formulada en su contra por delito de tráfico de influencias con
agravantes en agravio del Estado; con todo lo demás que al respecto contiene.
Ha sido ponente el señor SAN MARTÍN CASTRO.

FUNDAMENTOS DE HECHO
PRIMERO. Que, según la acusación fiscal de fojas una, de treinta de diciembre
de dos mil diecinueve, los hechos objeto del proceso penal son los siguientes:

∞ 1. PRELIMINAR

El imputado VALLE MARINO, Fiscal Provincial Provisional Penal de San


Martín, nombrado el seis de marzo de dos mil dieciocho –cargo
que desempeñó hasta el veinticinco de septiembre de dos mil
dieciocho– (antes, desde el trece de junio de dos mil once, se le designó
Fiscal Adjunto Provincial Titular), fue sometido a una investigación penal
bajo el cargo de formar parte de una presunta Organización Criminal “Los
verdugos de San Martín” (expediente ciento tres guión dos mil dieciocho),
a mérito de la cual fue intervenido, detenido y preso preventivo, así como
se le incautó su celular y otros bienes. En la diligencia de impresión,
visualización y transcripción de los archivos contenidos en un DVD
proveniente de su teléfono celular (línea cero cinco uno nueve cuatro dos
ocho cinco tres nueve nueve tres) se hallaron diversos registros en
WhatsApp que podrían significar delitos específicos, y que dieron lugar a
este proceso penal, previa autorización de la Fiscal de la Nación.

∞ 2. EN CUANTO AL DELITO DE PATROCINIO ILEGAL

El acusado VALLE MARINO habría prestado asesoramiento al ciudadano


Freddy Amasifuén Santillán y veló por sus intereses en diferentes
procesos judiciales, bajo la denominación de “apoyo académico”. Es así
que en el expediente ochocientos setenta y ocho guión dos mil catorce,
sobre delito ambiental, seguido ante la Sala Penal de Apelaciones de
Moyobamba, habría logrado que, bajo su asesoramiento, dicha Sala
Jurisdiccional declare la inadmisibilidad del recurso de apelación, así
como que reprograme la audiencia. Se mencionó otras asesorías en otros
expedientes, pero sin detallarlos.
* Empero, por estos cargos fue absuelto. La sentencia quedó firme.

∞ 3. RESPECTO AL DELITO DE TRÁFICO DE INFLUENCIAS

El acusado VALLE MARINO mantuvo comunicaciones por WhatsApp con la


línea del teléfono móvil del ciudadano Estrella Figueroa (nueve cuatro dos
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cuatro seis ocho dos cuatro seis), a quien indujo a que entregue apoyo
monetario –bajo la estructura de una denominada “encomienda”– al Juez
del Primer Juzgado de Paz Letrado de Moyobamba, doctor Gamer
Eduardo Delgado Barriento, a cambio de beneficiarlo en el proceso de
pensión de alimentos (expediente ciento ochenta guión dos mil dieciocho)
que le había instaurado su ex conviviente Vany Lusdina Vílchez Alvarado.
El citado encausado expresó conocer al indicado magistrado y pidió una
suma de dinero para consolidar un resultado satisfactorio, pero se trató de
una influencia simulada.
* Este cargo fue materia de absolución y es objeto de apelación por la
Fiscalía.

SEGUNDO. Que, respecto del trámite del proceso, se tiene lo siguiente:


1. La acusación de fojas una, de treinta de diciembre de dos mil diecinueve. La
Fiscalía solicitó se imponga al encausado VALLE MARINO por ambos delitos
(patrocinio ilegal y tráfico de influencias) seis años y siete meses de pena
privativa de libertad, igual tiempo de inhabilitación y trescientos sesenta y
cinco días multa.
2. Culminada la investigación preparatoria, el Juez Superior competente
realizó la audiencia de control conforme al acta de fojas ochocientos
cuarenta y uno, de catorce de febrero de dos mil veinte. Tras su realización
se emitió el correspondiente auto de enjuiciamiento. A continuación, el
Tribunal Superior dictó el auto de citación a juicio de fojas ochocientos
sesenta y siete, de diecisiete de agosto de dos mil veinte, que señaló fecha
para el plenario el día dieciséis de septiembre de dos mil veinte. Sin
embargo, a pedido de la defensa, se reprogramó la fecha en mención [auto
de fojas ochocientos ochenta y ocho, de dieciséis de septiembre de dos mil
veinte] para el día siete de octubre de dos mil veinte. La primera sesión de
audiencia corre conforme al acta de fojas novecientos seis de esa misma
fecha siete de octubre de dos mil veinte.
3. A la culminación del procedimiento principal se dictó la sentencia superior
de fojas novecientos dieciséis, de doce de octubre de dos mil veinte, que
absolvió a Arnaldo Favio Valle Marino de la acusación fiscal formulada en
su contra por delitos de patrocinio ilegal y tráfico de influencias con
agravantes en agravio del Estado.
4. El señor Fiscal Superior por escrito de fojas novecientos sesenta y siete, de
diecinueve de octubre de dos mil veinte, interpuso recurso de apelación
respecto del segundo delito. Éste fue concedido por auto de fojas
novecientos setenta y cinco, de tres de noviembre de dos mil veinte. Y se
elevó a este Supremo Tribunal el once de enero de dos mil veintiuno [vid.:
cuaderno de recurso de apelación supremo].

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TERCERO. Que el señor FISCAL SUPERIOR en el citado escrito de recurso de


apelación de fojas novecientos sesenta y siete, de diecinueve de octubre de dos
mil veinte, requirió la revocatoria de la sentencia absolutoria por el delito de
tráfico de influencias y se condene al imputado recurrido a cinco años y tres
meses de pena privativa de libertad, igual tiempo de inhabilitación y setecientos
treinta días multa; y, subordinadamente, se anule dicha absolución y se señale
ordene la celebración de un nuevo juicio oral. Es de precisar que la apelación
solo comprendió el delito de tráfico de influencias y excluyó el otro delito
(patrocinio ilegal), de suerte que la alzada solo comprende el extremo referido
al caso del ciudadano Frederick Eduardo Estrella Figueroa.
∞ Argumentó que no se justificó debidamente la absolución (quebrantamiento
de los artículos 158 apartado 1 y 393 numeral 2 del Código Procesal Penal –en
adelante, CPP–) y no es de recibo el motivo de insuficiencia probatoria; que el
cargo se sustentó en lo que se advirtió de la diligencia de impresión,
visualización y transcripción de autos del teléfono celular perteneciente al
citado Fiscal provisional provincial Valle Marino; que, sobre el particular, están
las actas referidas a las conversaciones entre el imputado, el señor Estrella
Figueroa y el abogado de este último, Ramos Zabarburú, quien había sido
alumno del citado Valle Marino; que estas conversiones dan cuenta del apoyo
vía patrocinio encubierto que el imputado, pese a no poder hacerlo, efectuó a
Estrella Figueroa, mencionándole las referencias del abogado que contrató a su
instancia o por recomendación suya, así como le dijo que había entregado la
“encomienda” –se entiende al Juez de Paz Letrado– y que era del caso ver cómo
se pronuncia; que a ello se agrega que los citados Estrella Figuera y Ramos
Zabarburú visitaron al imputado cuando estaba privado de libertad y en
momentos coetáneos a la investigación realizada en su contra.

CUARTO. Que, previo traslado a las contrapartes del recurso de apelación, en


virtud de la Ejecutoria Suprema de fojas cincuenta y cuatro, de dieciocho de
junio de dos mil veintiuno, se declaró bien concedido el recurso de apelación.

QUINTO. Que, instruidas las partes de la posibilidad de ofrecer nuevas pruebas


y no ofrecida ninguna, se expidió el decreto de fojas sesenta y cinco, de
veintitrés de septiembre de dos mil veintiuno, que señaló fecha para la
audiencia el día miércoles tres de noviembre del mismo año.

SEXTO. Que, según el acta adjunta, la audiencia pública de apelación se realizó


con la intervención de la señora Fiscal Adjunta Suprema en lo Penal, doctora
Edith Alicia Chamorro Bermúdez, del abogado defensor Edy Tirado Ramos y
del encausado Arnaldo Favio Valle Marino (invocó su derecho al silencio e hizo
uso de su derecho a la última palabra).

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SÉPTIMO. Que, concluida la audiencia, a continuación, e inmediatamente, en la


misma fecha, se celebró el acto de la deliberación de la causa en sesión secreta.
Efectuado ese día, se realizó la votación correspondiente y obtenida el número
de votos necesarios (por unanimidad), corresponde dictar la sentencia de vista
pertinente, cuya lectura se programó en la fecha.

FUNDAMENTOS DE DERECHO

PRIMERO. Que la censura impugnatoria en apelación está centrada en la


apreciación de la prueba respecto del delito de tráfico de influencias y a sus
exigencias normativas. Corresponde examinar, por tanto, si las reglas del
derecho probatorio en orden a la presunción de inocencia y motivación fáctica
han sido válidamente interpretadas y aplicadas. Es decir, si, además, se
interpretó correctamente los medios de prueba y si se valoró adecuadamente los
elementos de prueba, así como si la motivación fáctica no presenta algún
defecto relevante que le reste eficacia procesal.
∞ Los poderes del Tribunal de Apelación importan una doble apreciación sobre
el material probatorio y acerca del análisis del Derecho penal aplicable, siempre
bajo el mismo alcance que el juez de primera instancia, asumiendo en todo
momento el principio devolutivo parcial (tamtum devolutum quantum apellatum).
Un límite en materia de valoración de la prueba está impuesto por el artículo
425, numeral 2, del CPP: no se puede otorgar diferente valor probatorio a la
prueba personal que fue objeto de inmediación por el órgano jurisdiccional de
primera instancia. Se entiende, en este último supuesto, que el Tribunal
Superior –en este caso, la Sala Penal de la Corte Suprema– no tiene restricción
o barrera alguna la interpretación de la prueba (lo que expresó el testigo, lo que
expuso el perito, lo que fluye del documento y de las actas documentadas), solo
la tiene respecto de la valoración del elemento de prueba resultante de la prueba
personal, aunque en lo atinente a las inferencias probatorias correspondientes su
aceptabilidad está en función a que el juez de primera instancia siguió
cumplidamente las reglas de la sana crítica (leyes de la lógica, máximas de la
experiencia y conocimientos científicos).

SEGUNDO. Que fue materia de acusación, en lo pertinente al recurso, el delito


de tráfico de influencias, previsto y sancionado por el artículo 400 del Código
Penal, cuyo tenor, en orden a los términos de la citada acusación, es el
siguiente:
“El que, invocando o teniendo influencias […] simuladas, hace dar […] para
sí o para un tercero, donativo […] con el ofrecimiento de interceder ante un
funcionario o servidor público que […] esté conociendo un caso judicial […].
Si el agente es un funcionario o servidor público, será reprimido con pena
[…]”.
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∞ Se está ante un delito de peligro abstracto y, específicamente, uno de


desvinculación, centrado en el desvalor de la conducta. Este delito afecta el
correcto funcionamiento de la Administración Pública, pues sea la influencia
real o simulada pone bajo sospecha su funcionamiento y la existencia en sí de
una institución social que está llamada a cumplir un papel fundamental en
nuestra sociedad [VÍLCHEZ CHINCHAYÁN, RONALD: Delitos contra la
Administración Pública, Editores del Centro, Lima, 2021, pp. 415-416].
∞ Lo que el tipo delictivo exige es, primero, que el sujeto activo afirme ante el
tercero interesado, o éste lo deduzca en función al cargo que aquél desempeña
en la Administración, que tiene capacidad para interceder ante un funcionario o
servidor público o evidencie notoriamente tenerla (medios) –la influencia importa,
según el DRAE, asumir que se tiene un poder o autoridad con cuya intervención
se puede obtener de otro una ventaja, favor o beneficio–; segundo, que el agente
delictivo reciba, haga dar o prometer –el tercero interesado le entrega a cambio
de las influencias ofrecidas por el traficante de influencias un donativo o ventaja
determinada– (conducta típica), de modo que cuando el precepto dice “para sí o
para otro”, no necesariamente se refiere a que éste se encuentre destinado para el
traficante de la influencia sino que también puede ser que recibió o hecho
prometer para un tercero; tercero, que se trate de un donativo, promesa,
cualquier otra ventaja o beneficio, como precio o retribución del ofrecimiento
de interceder ante el funcionario o servidor público (objeto corruptor); cuarto, que
se ofrezca interceder ante un funcionario o servidor público que ha de conocer o
esté conociendo el caso judicial o administrativo, al punto que la invocación
puede circunscribirse a una causa justa o ilícita, que favorezca al interesado o
no le perjudique, o de ser el caso que perjudique a terceros (elemento teleológico);
y, quinto, que las influencias estén referidas al funcionario o servidor público
respecto del cual ejerza funciones en la administración o en la justicia y que
además que ha de conocer, esté conociendo o haya conocido dicho caso (ámbito)
[LÓPEZ ROMANÍ, JAVIER EDUARDO: El delito de tráfico de influencias en el
Perú. En: AA.VV: Delitos contra la Administración Pública, Editorial Ideas,
Lima, 2020, pp. 245-256].

TERCERO. Que, sobre el particular, el Ministerio Público sostuvo que el


entonces Fiscal Provincial Provisional, acusado Arnaldo Favio Valle Marino,
asesoró al litigante Frederick Eduardo Estrella Figueroa en el curso de un juicio
de pensión de alimentos que se le seguía ante el Primer Juzgado de Paz Letrado
de Moyobamba, a cargo del doctor Gamer Eduardo Delgado Barriento. El
imputado había recomendado, para su defensa, al abogado Herles Ramos
Zabarburú, con quien también había coordinado. Además, expresó tener
influencias sobre el indicado juez y pidió dinero para este último, y ante la
pregunta de Estrella Figueroa, realizada por WhatsApp el veinte de julio de dos

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mil dieciocho, si había hablado con el juez antes de la audiencia, respondió: “Si
ya se entregó la encomienda”.

CUARTO. Que los medios de prueba actuados son, de un lado, los textos de
WhatsApp que dan cuenta de los diálogos entre el imputado y el interesado; y, de
otro lado, (i) el acta de constatación fiscal de fojas setecientos trece, de nueve
de septiembre de dos mil dieciocho, que acredita que Estrella Figueroa visitó en
la Comisaría al imputado cuando estaba detenido, (ii) el informe del
Establecimiento Penal de Moyobamba de fojas ochocientos treinta y seis, de
diez de mayo de dos mil diecinueve, que da cuenta de las visitas realizadas por
el abogado del tercero interesado al imputado preso preventivo los días
veintiuno de diciembre de dos mil ocho, veintidós de febrero de dos mil
diecinueve y veinticinco de febrero de dos mil diecinueve, (iii) el oficio del Juez
de Paz Letrado sobre la causa civil seguida contra Estrella Figuera sobre
alimentos, y (iv) las copias de esa causa. Asimismo, en el plenario se recibieron
las testimoniales del tercero interesado Estrella Figueroa, de su abogado Herles
Ramos Zabarburú y de la demandante en sede civil por alimentos Vany Luzdina
Vílchez Alvarado.

QUINTO. Que los textos por WhatsApp han sido transcriptos en los fundamentos
jurídicos treinta y tres al treinta y siete y cuarenta de la sentencia superior
[folios veintiocho a treinta y uno]. Lo relevantes es, primero, la realidad de una
relación impropia entre el fiscal encausado y el tercero interesado, a quien conocía
–así lo declaró la ex conviviente de este último, sin oposición alguna– que
importó un asesoramiento y seguimiento del caso de alimentos incoado a este
último; segundo, una recomendación de un abogado para su caso, un ex alumno
suyo; tercero, la presunta conversación con el juez de la causa, ofrecido por el
imputado al interesado; y, cuarto, la pregunta del tercero interesado de la
concreción de la conversación que se ofreció con el juez y la respuesta del
imputado en el sentido que ya le había entregado la “encomienda”.
∞ En este contexto es razonable inferir que se pidió un beneficio económico
destinado supuestamente al juez que conocía del proceso de alimentos, que la
entrega de tal beneficio económico fue aceptada por el tercero interesado y que,
luego, el imputado le dijo que ya se lo había proporcionado al juez –es patente,
dado su tenor, que cuando se hizo mención a la encomienda, ésta era para el
Juez–. Por consiguiente, existen buenas razones para considerar que se dan los
elementos del tipo delictivo de tráfico de influencias. Según declaró el Juez de
Paz Letrado y no existiendo dato alguno en contrario, tal “encomienda” nunca
se entregó al citado Juez ni se le conversó sobre la decisión que debía adoptar,
al punto que la pretensión de una determinada pensión alimenticia no se
cumplió (de catorce por ciento pedida a treinta por ciento otorgada), de ahí que
se trató de una influencia simulada.
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∞ Entendió el Tribunal Superior, siguiendo lo declarado por el tercero


interesado, que se trató de un pedido al imputado de presentación de un
abogado para que lo patrocine y que cuando se hizo mención a la “encomienda”
era para facilitar el pago del abogado [fundamento cuadragésimo tercero de la
sentencia, folios treinta y dos a treinta y tres]. Empero, tal explicación no es
coherente, desde que es claro que la referencia no era al abogado sino al juez,
no siendo razonable entender que la “encomienda” era el pago de honorarios al
defensor pues no le correspondía hacerlo al fiscal imputado, ni así podía
entenderse, pues no hay correlación entre lo informado por el tercero interesado
y la respuesta del fiscal acusado. Por lo demás, en un mensaje del dieciocho de
julio de dos mil dieciocho el tercero interesado le dijo al imputado lo de su
propuesta en el juicio de solo pagar el catorce por ciento de pensión de
alimentos, así como le precisa que ojalá éste acepte. Si bien el imputado le
proporcionó un abogado, él tenía un trato más directo con el tercero interesado
–a quien conocía, como dijo la testigo Vílchez Alvarado, e incluso, al igual que
el abogado recomendado, fue a visitarlo cuando estaba preso–, a quien éste
pedía su intercesión ante el juez.

SEXTO. Que, en estas condiciones, es patente que el examen probatorio del


Tribunal Superior fue defectuoso. La motivación es insuficiente, pues no
explicó en su integridad y razonablemente que las comunicaciones por WhatsApp
entre el tercero interesado Estrella Figuera y el acusado Valle Marino carezcan
de contenido delictivo –no se introdujo una explicación acabada, sin fisuras, del
conjunto del material probatorio actuado–. No se tuvo en consideración el
mérito de lo expuesto por la ex conviviente del tercero interesado, lo que fluye
de los informes referidos a las visitas de este último y del abogado Ramos
Zabarburú, así como lo vinculado al propio proceso de alimentos, ni lo
correlacionó debidamente con el tenor de los textos en cuestión.
∞ El defecto de motivación resta base constitucional al fallo impugnado, pues
vulneró la garantía genérica de tutela jurisdiccional y, dentro de ella, de la
garantía específica de una motivación fundada en derecho –que es el único
ámbito en que se puede cuestionar una sentencia absolutoria mediante un
recurso acusatorio–. El razonamiento justificativo del Tribunal Superior no
expresó correctamente en estos casos la descripción del elemento de prueba
íntegramente –en especial, de los mensajes por WhatsApp – ni los explicó
cabalmente; no reflejó el contenido objetivo de los demás medios de prueba, ni
explicó la conexión de las pruebas con el hecho a probar.
∞ Se ha producido, entonces, una vulneración de un elemento integrante de su
formación interna de la sentencia: la fijación de los hechos desde la apreciación
de la prueba (interpretación y valoración): artículo 394, numeral 3, del Código
Procesal Penal. Estando involucrada una garantía constitucional, es de rigor
anular la sentencia, conforme al artículo 150, literal d), del Código Procesal

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Penal (artículo 139, numerales 3 y 5, de la Constitución, y en los términos del


artículo 425, apartado 3, literal a), del citado Código.

DECISIÓN

Por estas razones: I. Declararon FUNDADO el recurso de apelación interpuesto


por el señor FISCAL SUPERIOR DE SAN MARTÍN – TARAPOTO contra la sentencia
superior de fojas novecientos dieciséis, de doce de octubre de dos mil veinte, en
el extremo que absolvió a Arnaldo Favio Valle Marino de la acusación fiscal
formulada en su contra por delito de tráfico de influencias con agravantes en
agravio del Estado; con todo lo demás que al respecto contiene. En
consecuencia, ANULARON la referida sentencia superior. II. Reponiendo la
causa al estado que le corresponde: ORDENARON que otro Colegiado
Superior dicte otra sentencia previo juicio oral teniendo presente lo resuelto en
la presente sentencia; con transcripción. III. DISPUSIERON se lea esta
sentencia de vista en audiencia pública, se notifique inmediatamente y se
publique en la Página Web del Poder Judicial; registrándose. INTERVINO el
señor juez supremo Bermejo Ríos por vacaciones de la señora jueza suprema
Torre Muñoz. HÁGASE saber a las partes procesales personadas en esta sede
suprema.
Ss.

SAN MARTÍN CASTRO

SEQUEIROS VARGAS

BERMEJO RÍOS

COAGUILA CHÁVEZ

CARBAJAL CHÁVEZ

CSMC/EGOT

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