Jurisprudencia

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SALA PENAL PERMANENTE

R.N. N° 2780-2016, LIMA


Lima, once de abril de dos mil diecisiete.-
VISTOS: el recurso de nulidad interpuesto por la querellante Martha Elvira Rosa Meier
Miró Quesada, contra lo sentencia de vista del 29 de agosto de 2016 -fojas trescientos
veintinueve- que revocó la sentencia de fecha 03 de mayo de dos mil dieciséis, que
reservó el fallo condenatorio al querellado Rafael Enrique León Rodríguez por el delito
contra el honor – difamación agravada, en agravio de la Martha Elvira Rosa Meier Miró
Quesada; y, reformándola lo absolvió del ilícito penal y agraviada en referencia; de
conformidad con lo dictaminado por la señora Fiscal suprema en lo penal; interviniendo
como ponente el señor juez supremo Calderón Castillo; y,
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA
PRIMERA SALA PENAL TRANSITORIA
R.N. N° 4236-2007, CUSCO
Lima, veintitrés de enero de dos mil nueve
VISTOS; el recurso de nulidad interpuesto por la querellada Marina Sequeiros
Montesinos contra la sentencia de vista obrante a fojas ciento sesenta y dos, su fecha
diez de julio de dos mil siete; interviniendo como ponente el señor Vocal Supremo Julio
Enrique Biaggi Gómez; con lo expuesto por el señor Fiscal Supremo en lo Penal;

Cuarto: Que, del análisis de lo actuado se advierte, que si bien el querellado al


entrevistar al arquitecto Adolfo Saloma Gonzáles vertió expresiones que a juicio de la
agraviada ha perjudicado su honorabilidad, también lo es que no se infiere que hubiera
por parte del querellado animus difamandi sino el ánimo de ejercer el derecho a la
opinión y crítica, conforme es de verse de la transcripción del vídeo obrante a fojas
catorce, prueba debidamente valorada dentro de los alcances del derecho de
información, opinión, expresión y difusión del pensamiento mediante la palabra oral o
escrita o la imagen, recogidos en el inciso cuarto del artículo segundo de la Constitución
Política del Estado, más aún, cuando dicho programa televisivo se caracteriza por ser un
programa de crítica y denuncia; asimismo, se debe indicar que los hechos señalados en
el segundo considerando se enmarcaron dentro del contexto de la campaña electoral a
la Municipalidad Provincial del Cusco, en donde las partes en cuestión eran
contrincantes políticos por pertenecer a movimientos políticos distintos y que en todo
caso los comentarios que ha emitido el querellado en dicha entrevista no han
descalificado moralmente a la querellada.
Por otro lado, en cuanto a lo expresado por el querellado en el canal de televisión sobre
que la querellante Marina Sequeiros Montesinos ha mandado a sus matones con la
finalidad de victimarlo -entre otros comentarios-, ello debe valorarse dentro del
contexto en que fueron dichos, pues se dieron cuando realizaba una manifestación para
mostrar su protesta y defensa a favor [sic] de la querellante Sequeiros Montesinos; por
lo que no implica que se hubiera afectado en su honor a la querellante menos
descalificado ante la colectividad cusqueña, tanto más que no le causó perjuicio alguno,
pues resultó ser ganadora de las elecciones municipales de lo que se concluye que se ha
valorado debidamente las pruebas conforme a ley, no habiéndose acreditado el actuar
doloso o animus difamandi por parte del querellado, por lo que no se ha vulnerado el
principio de legalidad alegado.
Por estos fundamentos: declararon NO HABER NULIDAD en la sentencia de vista de
fojas ciento sesenta y dos, su fecha diez de julio de dos mil siete, que confirma la
sentencia de fojas ciento veintiséis, su fecha veinticinco de mayo de dos mil siete, que
absuelve a Alejandro Soto Reyes, por la comisión del delito contra el honor, en la
modalidad de difamación agravada, en agravio de Marina Sequeiros Montesinos; con lo
demás que contiene y es materia del recurso, y los devolvieron.

Exención por injurias recíprocas. Art. 116:


“Cuando las injurias fueren recíprocas, el tribunal podrá, según las circunstancias,
declarar exentas de pena a las dos partes o a alguna de ellas.” Respecto de esta exención
de pena legislada expresamente en nuestro Código, haremos algunas aclaraciones que
nos parecen importantes, comenzando por su fundamento y su naturaleza jurídica. 36
Art. 109 a 117 bis – E. L. Aguirre y A. J. OsioAsí, respecto de lo primero, manifestamos
nuestra coincidencia con Castro y Friele, en el sentido de que, tal como están legisladas,
la exención en este caso encuentra su fundamento en el principio “paria delicta mutua
compensatione tulluntur” 98 y no en la legítima defensa, pues no responde a su lógica,
en virtud de que se puede dejar sin sanción penal incluso a quien hubiera agredido en
primer lugar, cosa que no podría tener lugar en la legítima defensa con el autor de la
agresión ilegítima. En cuanto a la naturaleza jurídica, sostenemos que es una excusa
absolutoria, debido a que requiere la existencia de dos injurias, por ende, de dos
conductas típicas, antijurídicas y culpables, subsumibles en el artículo 110 del CP. Ello
nos lleva a sostener además que, aunque el Tribunal mediante la facultad discrecional
que otorga este artículo, escoja dejar sin pena a uno o a los dos autores de las injurias,
éstos pueden ser pasibles de que se les impongan sanciones o se les exijan reparaciones
en otros ámbitos del ordenamiento jurídico, donde rijan otros fundamentos de
responsabilidad diferentes a la penal. Para que se pueda encuadrar una situación en esta
excusa absolutoria, la segunda conducta injuriosa deberá ser consecuencia de una
primera, y ambas contar con todos los requisitos típicos autónomamente. Si bien
algunos autores exigen una continuidad temporal99, o cercanía suficiente en el tiempo
como para encadenar una injuria con otra, nosotros consideramos que esto no es lo
correcto, debido a que bien puede pasar cierto tiempo entre que las injurias fueron
consumadas y que el sujeto pasivo las conoció, por lo que mal podría afectar la exención,
la reacción tardía de éste último, cuando antes no sabía del agravio que se le había
causado. Por otro lado, la razón sostenida para exigir un contexto del cual se deriva, a
su vez, el requisito de continuidad o cercanía temporal, es que en caso contrario se
dificultaría la prueba para conectar ambas injurias100, lo que es una cuestión
netamente procesal. Y este carácter hace que esa cuestión deba dilucidarse por un plano
diferente al dogmático penal en orden a la excusa absolutoria legislada. Estamos de
acuerdo en que debe existir una relación de causalidad entre ambas injurias101, y por
ende, poder explicar la razón del nacimiento de la segunda, en la existencia de la
primera, pero nada más que eso, pues así como el primer autor tuvo la posibilidad de
elegir las circunstancias de modo, tiempo y lugar, en que profería sus aserciones, al
segundo debe permitírsele lo mismo, ya que si no se lo estaría dejando en desventaja,
cuando en el plano normativo se los trata en pie de igualdad. Lo que afirmaremos a
continuación, como consecuencia de lo dicho hasta aquí, es que la segunda injuria debe
dirigirse necesariamente hacia el primer injuriante y no hacia un tercero, pues esto lo
impone la naturaleza de excusa absolutoria y la relación de causalidad entre ambas
conductas. No debe exigirse querellas mutuas, o –si se me permiten los términos-,
querella y contraquerella102, puesto que, por un lado, no es un requisito que contenga
la norma que comentamos, y por otro lado, ello corresponde a lo estrictamente
procesal, pues las injurias existen o no si reúnen todos los requisitos del 110CP, más allá
de que se halla incoado la acción penal que habilitan o no. Esta excusa absolutoria no se
aplica a las calumnias por mandato implícito del legislador, pues no las designa en su
redacción. Por último, diremos que la facultad que el Tribunal puede ejercer
discrecionalmente, aunque no arbitrariamente, puede llevarlo a aplicar la exención de
pena sólo respecto de alguno de los dos injuriantes (tanto el primero como el segundo)
como a los dos. Y aunque algunos autores sostienen que es necesario un equilibrio –o
proporción- entre las injurias para que se aplique este artículo -por su naturaleza de
compensación-. Nosotros consideramos que no es necesario, pues es precisamente
sobre la existencia o no de ese equilibrio en la lesividad sobre lo que centrará el juzgador
su atención para considerar la aplicación de la excusa a uno (en caso de que no hubiere
proporción) o a los dos (en el caso de que sí la hubiere).

Poder Judicial de la Nación USO OFICIAL ///buenos Aires, 18 de


mayo de 2011.-
AUTOS Y VISTOS: Para resolver en la presente causa n° 9144/10 caratulada “Soaje Pinto
José María y otros / lesiones leves” del registro de esta Secretaría n°8 del Juzgado
Nacional en lo Criminal y Correccional Federal n°4. Y CONSIDERANDO: I. Hechos El objeto
de investigación de esta causa está constituido por una sucesión de hechos bochornosos
en los que estuvieron presentes José María Soaje Pinto, Carlos Aguirre, Daniel Gustavo
Reposo, Guillermo Moreno, Agustín Tarelli, Ricardo Urbano Siri, Alberto Ricardo
González Arzac, Juan Carlos Nardelli, Hernán Verdaguer, Eduardo Lohidoy, Vivian
Stenghele y Mario Aníbal Romero. Los hechos ocurrieron el día 14 de julio del año 2010
en la reunión programada en la Sede de Papel Prensa, sito en la calle Mitre 739 de esta
ciudad, donde debía recibírsele declaración a Carlos Aguirre, Gerente de Finanzas Papel
Prensa, en el marco de una investigación de retornos en el ámbito de la empresa, la que
se encontraba a cargo de la Comisión Fiscalizadora de la Sociedad. En dicha oportunidad,
se produjo un enfrentamiento entre algunos de los presentes que culminó con las
denuncias recíprocas entre Carlos Aguirre y Soaje Pinto contra Guillermo Moreno y
Daniel Gustavo Reposo, por los delitos de lesiones leves y amenazas. En virtud de ello,
el 13 de agosto del año 2010 se acumuló a las presentes actuaciones la causa n° 9159/10
por guardar identidad los objetos procesales de ambos expedientes. II. Marco de la
reunión El 26 de mayo del año 2010, el Licenciado Guillermo Moreno -en su carácter de
Secretario de Comercio Interior y a cargo del ejercicio de los derechos societarios
correspondientes al capital accionario del Estado Nacional en la empresa Papel Prensa
S.A.- le solicitó a Daniel Reposo -Síndico de la Sindicatura General de la Nación- que se
investiguen los hechos relatados en la Asamblea General Ordinaria celebrada el 20 de
mayo del mismo mes y año en la empresa de conformidad con lo normado por el artículo
294, inciso 11 de la Ley 19.550. Dicho inciso establece que: “Son atribuciones y deberes
del síndico, sin perjuicio de los demás que esta ley determina y los que le confiera el
estatuto: (…) 11) Investigar las denuncias que le formulen por escrito accionistas que
representen no menos del Dos por Ciento (2 %) del capital, mencionarlas en informe
verbal a la asamblea y expresar acerca de ellas las consideraciones y proposiciones que
correspondan. Convocará de inmediato a asamblea para que resuelva al respecto,
cuando la situación investigada no reciba del directorio el tratamiento que conceptúe
adecuado y juzgue necesario actuar con urgencia.” La Comisión Fiscalizadora de la
Sociedad se encuentra a cargo de la investigación de posibles retornos del 10% o 15%
de las facturas de los proveedores, en la que se llevaron a cabo declaraciones de
diferentes integrantes de la sociedad, entre las que se encontraba la de Carlos Aguirre,
como Gerente de Finanzas Papel Prensa, que iba a ser llevada a cabo el 14 de julio. En la
audiencia se encontraban presentes Hernán Verdaguer, Eduardo Lohidoy y Alberto
Ricardo González Arzac como miembros del Consejo de vigilancia, Agustín Tarelli como
síndico y miembro de la Comisión Fiscalizadora, Ricardo Urbano Siri en su calidad de
síndico suplente, Juan Carlos Nardelli como escribano, Vivian Stenghele asistente de
Reposo y Tarelli, una persona de nombre Antonio - asistente de Moreno-, Mario Anibal
Romero, como personal de cocina de la empresa, y Daniel Reposo, Guillermo Moreno,
Carlos Aguirre y José María Soaje Pinto. III. Elementos de prueba A continuación se
detallarán las declaraciones que fueron prestadas tanto en sede policial como judicial.
III. A. Declaraciones en sede policial III.A.1. Subinspector Alberto Quirici: Indicó que
mientras se encontraba recorriendo el radio jurisdiccional, fue desplazado por la
División Comando Radio Eléctrico a la sede de Papel Prensa S.A., donde se entrevistó
con Carlos Aguirre y José María Soaje Pinto, quienes le manifestaron que estaban en una
audiencia, y que Guillermo Moreno y Daniel Reposo se ofuscaron por la presencia del
letrado -Soaje Pinto-, por lo que Moreno los increpó, y Reposo golpeó a Soaje Pinto en
el rostro, provocando un corte en su labio. Además, que en el tumulto el letrado sintió
un dolor en el dedo meñique (fs. 1). III.A.2. Carlos Horacio Aguirre: Manifestó que
cuando Moreno vio a Soaje Pinto le dijo “Quién carajo te paga”, a lo que el nombrado le
respondió “a vos qué carajo te importa”, lo que desencadenó en que Moreno perdiera
el control y se abalance contra Soaje Pinto con intención de darle una trompada,
generándose así un forcejeo, en el que intervinieron varios de los presentes. Agregó que
Reposo dio vuelta a la mesa y le pegó una trompada a Soaje. Que siguió el ataque entre
tres o cuatro personas que se encontraban ahí, que se abalanzaban y tiraban golpes,
mientras los insultaban y los amenazaban de muerte. Poder Judicial de la Nación USO
OFICIAL Además, indicó que concurrió con su abogado ya que el día en que se postergó
su audiencia -2 de julio-, Moreno le recomendó que la próxima vez asista con un
abogado (fs. 2/3). III.A.3 José María Soaje Pinto: Relató los mismos hechos que Carlos
Aguirre y agregó que es primo político del nombrado y que lo acompañó a la audiencia
ya que Moreno se lo había recomendado a su defendido (ver fojas 4/5). III.A.4 Daniel
Reposo: Denunció que el 14 de julio del año 2010 en una reunión programada en la Sede
de Papel Prensa, sito en Mitre 739, donde debía recibírsele declaración a Carlos Aguirre,
Gerente de Finanzas Papel Prensa, en el marco de una investigación por denuncia de
retornos en el ámbito de la empresa, el nombrado concurrió junto con su abogado -el
Dr. José María Soaje Pinto-, y se le informó que no podía ser asistido por tratarse de una
declaración testimonial, lo que provocó una reacción del letrado. Que Moreno le
preguntó a los presentes si sabían quién solventaba los gastos del abogado, a lo que
Soaje Pinto le dijo “qué carajo le importaba”. Agregó que el letrado manifestó frases
como: “Que a los montos, el se los cargaba a todos, que el próximo seria él y que ya
tenía varios cargados”. Que luego de ello, Soaje se acercó a Moreno y comenzó a
insultarlo y a tirarle trompadas, por lo que Moreno se paró de la silla y se puso en una
posición de guardia para evitar que le pegue. El declarante refirió que intentó separar a
Soaje Pinto, quien al estar arrojando golpes le impactó uno en su rostro. Que mientras
se retiraba de la sala, el nombrado le manifestó a Moreno que lo esperaba afuera y que
elija el arma que quiera, ya que lo iban arreglar a los tiros y que se lo iba a llevar puesto
por ser zurdo (fs. 26/7). III. B. Declaraciones testimoniales en sede judicial III.B.1. Alberto
Ricardo González Arzaac (Miembro del Consejo de Vigilancia): Relató que: “Concurrí en
carácter de consejero en representación del Estado Nacional de la empresa Papel
Prensa. En algún momento, el citado Aguirre acudió con su abogado, el Dr. Soaje Pintos,
de mi amistad hace muchos años. Le aclaré, una vez que nos saludamos cordialmente,
que era un testimonio en un sumario interno de carácter administrativo de la empresa
por lo que no correspondía que su cliente tenga un abogado presente en el acto. Me
dijo que quería quedarse porque iban a terminar acusando a su cliente, y aquí quiero
hacer una aclaración. En ese momento, y a raíz de que también se investigaba los
cuantiosos honorarios que se han pagado por parte de la empresa a numerosos
profesionales, uno de los presentes que era quien tenía el rol de accionista estatal de
Papel Prensa, el Licenciado Guillermo Moreno, le preguntó quién le pagaba, a lo que el
Dr. Soaje Pinto respondió “y a vos que mierda te importa”. Soaje Pinto estaba al lado
mío, y comenzó a los forcejeos casi al aire ese momento, y como sé que es impulsivo, le
sujete un brazo. En esos momentos, tiró alguna trompada al aire, y se produjo una
especie de tumulto. Se levantaron varias personas. Oí caer una silla como consecuencia
de alguien que se levantó abruptamente. Después de una especie de tumulto, vi que
emanaba sangre del labio de Soaje Pinto. Por ello, lo llamé a la cordura, tomé una
servilleta de papel, y sequé la sangre que salía de su labio. Creí que se lograba la cordura
entre todos, pero Soaje Pinto inmediatamente continuó con algunos improperios, le dijo
montonero a Moreno y “judío” a Reposo, que es uno de los síndicos. Se corrieron para
el fondo alejándose de donde yo estaba, y siguieron los insultos hasta que Soaje Pinto y
su cliente se retiraron y dijeron que iban a realizar una denuncia policial. No fue más que
eso. No asumió ninguna gravedad la cuestión y terminó allí. Se levantó la reunión, no se
tomó la declaración prevista dado que se había retirado la persona citada.” Al
preguntarle cómo se produjo el corte del labio de Soaje Pinto, relató que hubo un
tumulto, que seguramente fue por un golpe de una mano, pero que no pudo
individualizar de quien fue (fs. 94/5). III.B.2. Mario Aníbal Romero (mozo de la empresa
Papel Prensa): Manifestó que: “Ese día -como siempre- se puso la mesa en la sala de
directorio. Serví lo que habitualmente toma cada uno. Estaban Moreno, Tarelli,
Stenghele, Reposo, y González Arzaac. Cuando terminé de servir las bebidas, ingresó
Aguirre con el Dr. Soaje Pinto, y les pregunté si iban a tomar algo. Soaje Pinto se saluda
con González Arzaac. Cuando se le va a presentar a Moreno, éste lo mira, y le dice “quién
carajo sos”. Ahí Soaje Pinto le respondió “cómo señor?”, a lo que Moreno le dijo en dos
oportunidades “a vos quién carajo te paga”. En ese momento, Soaje Pinto le respondió
“y a vos qué carajo te importa”. Luego, Moreno revoleó una silla y se cayó todo lo que
había servido en la mesa. Moreno lo agarró del saco a Soaje Pinto, y se comenzaron a
insultar. Aguirre quería llevar a Soaje Pinto para atrás, y estaba también González
Arzaac, quien no sé si lo quería llevar para atrás a Soaje Pintos o si lo estaba
manteniendo para que lo sigan zamarreando. Ahí Reposo gritó del otro lado de la mesa
“que venís a patotear”, y Moreno le dijo “así que me venís a patotear”, y Soaje Pinto le
dijo “cállate vos zurdo puto maricón”. Moreno agarrándose los genitales le dice “ésta
maricón”. En ese momento Moreno volvió agarrar del saco a Soaje Pinto, y Reposo dio
la vuelta a la mesa y le pegó una trompada. Aguirre dijo que quería hablar él porque
tenía que declarar, y entonces Moreno le dijo “vos qué carajo tenés que decir”. Ahí
Aguirre dice que era su cumpleaños, que el Dr. Soaje Pinto es su primo hermano y que
había ido para acompañarlo. Se le vuelven a ir encima a Soaje Pinto, y le tiraron unos
golpes sin alcanzarlo, entre ellos un tal Antonio, secretario de Moreno. Lo siguen hasta
la punta de la mesa contra la ventana y Aguirre le dijo que se Poder Judicial de la Nación
USO OFICIAL vaya. Moreno le dijo a Soaje Pinto “Ya nos vamos a ver”, y éste le respondió,
“Cuándo y dónde y con que calibre”. Moreno lo miró y le dijo “para que nos vamos a
volver a ver, si ya estas sangrando como el pescado por la boca”. Ahí salieron, y yo fui a
limpiar la mesa, y Moreno encontró un botón y una lapicera de Soaje Pinto, y los puso
encima de la mesa diciendo que tenía el trofeo de guerra. Cuando se iba Reposo, me
dijo “cuando traigan alguien para declarar traigan alguien que se le aguante porque a
los dos minutos está llamando a la policía”. Al final, Reposo me dijo “si yo me la aguanto”
en tono de chiste, y le respondí que no que ese no era mi baile”. A pedido del Dr. Soaje
Pinto se le preguntó si fue presionado para condicionar su testimonio, a lo que
respondió que: “No. De ningún punto de vista. El otro día tuve una propuesta de Reposo
por plata para que mi declaración sea más leve. Yo vine a declarar lo que vi y nada más”
(fs. 93). III.B.3. Vivián Haydee Stenghele (asistente de Reposo y Tarelli): Refirió que:
“Estaba en mi oficina de la Comisión Fiscalizadora, y fui a la Sala de Directorio con la
computadora, para recibir la declaración a Aguirre. Conecté la notebook, y empecé a
elaborar el acta. Estaban Reposo, Tarelli, sentados a mi costado. En frente mío estaba el
Licenciado Moreno. También se encontraba el Dr. González Arzaac. En la punta de la
mesa, estaba el Dr. Verdaguer. El mozo nos sirvió las bebidas. Faltaba solamente el
síndico suplente. En ese momento Ingresaron Aguirre junto a una persona que yo pensé
que era el síndico suplente, ya que no lo conocía, y además porque era la persona que
faltaba para que terminé de confeccionar el acta. Luego me enteré que esa persona era
Soaje Pinto. Mientras copiaba datos en la computadora, escucho un intercambio de
palabras, y de repente se cae el mate cocido, saltó la computadora, y salí de la sala.
Cuando salgo veo que venía el escribano Nardelli, Lohidoy y una persona más que
después me enteré que era Urbano Siri, el síndico suplente. Yo fui a la Secretaría y me
quedé con Alicia Carrera y Patricia, dos secretarias, porque me sentía mal. Se
escuchaban gritos. Me había descompuesto. Me preguntaron que pasaba, y les dije que
había gritos y que se estaban peleando. Al pasar un rato, y cuando no se escuchaban
mas gritos, volví y uno de los mozos me dijo que estaba todo tranquilo. Mientras me
acerco se vuelven a escuchar gritos. Me quede parada y cuando se calmó nuevamente
entré para retirar las cosas, y me dijeron que íbamos a terminar el acta que se había
iniciado. Recién ahí me enteró que se retiraron Aguirre y Soaje Pinto que era la persona
que había ingresado con él a la sala de reunión. Imprimí el acta, firmaron, y se repartió
fotocopia del acta entre los presentes.” Agregó que: “Mientras yo escribía el acta, oí que
Moreno, al ingresar Soaje Pintos, le dijo “vos quién sos”, y allí éste respondió “a vos qué
carajo te importa” en un tono de voz elevado, y en ese instante es cuando se cae el mate
cocido, y salta la computadora. Ahí me retiré. De hecho Moreno estaba leyendo un
diario, y ésta persona estaba parada porque había entrado recién” (fs. 99/100). III.B.4.
Hernán Pablo Verdaguer (Miembro del Consejo de Vigilancia): Relató que: “Soy
miembro del Consejo de Vigilancia de Papel Prensa, y había concurrido invitado por la
Comisión Fizcalizadora para presenciar la audiencia que se iba a celebrar con la persona
mencionada. Al comenzar la reunión estaba presente, además de la Comisión
Fiscalizadora, el Licenciado Moreno en carácter de accionista del Estado Nacional.
Aguirre estaba con su abogado, Dr. Soaje Pinto. Se produjo un fuerte intercambio de
palabras entre Moreno y Soaje Pinto. Moreno lo increpó preguntándole “quién carajo le
pagaba”, lo que motivó que los dos se pararan y se comenzaran a insultar. Moreno lo
tomó del saco a Soaje Pinto. En ese momento ingresa el secretario de Moreno al recinto,
y percibo que Reposo que estaba del otro lado de la mesa, da la vuelta, y le da un
puñetazo a Soaje Pinto. Se generó un gran tumulto, e intentó separar y me interpongo
entre las personas que estaban allí. Luego, observé que Moreno arrojó una silla por el
aire, la que impacto en mi pierna izquierda. Los hechos fueron esos. Duró
aproximadamente diez minutos. Una vez que se calmó todo, se retiraron de la sala de
reunión Aguirre y Soaje Pintos, quien estaba sangrando. Creo que el inicio del incidente
se dio por actitud provocante e intimidante del Licenciado Moreno.” A pedido del Dr.
Rua, se le pidió que precise si mantenía una querella contra el licenciado Moreno y
Reposo por considerarse víctima de un delito que les atribuye, manifestó que: “Yo
estuve presente en la asamblea de Papel Prensa conocida como “la asamblea de los
guantes de box” que fue posterior a estos hechos, en donde hubo incidentes, y luego de
eso realicé una denuncia penal. No recuerdo si promoví una querella, si que firmé una
denuncia penal, pero desconozco el estado en el que está”. A su vez, recordó que previo
al incidente hubo un intercambio verbal entre otro miembro del Consejo de Fiscalización
-Tarelli- y Soaje Pinto en la que discutían si podía estar presente o no en la declaración
pero que fue sólo una discusión de palabras sin agravios (fs. 97/8). III.B.5. Ricardo
Urbano Siri (Síndico Suplente): “Fue la primer audiencia que concurrí como síndico
titular, y entré a la sala de reunión acompañado por el escribano Nardelli, con unos
minutos de demora respecto del inicio, y cuando ingresé, estaban forcejeando, e
intercambiando golpes el Dr. Soaje Pinto y el Dr. Reposo. Creo que estaba Verdaguer
tratando de separarlos. El Licenciado Moreno estaba en el extremo contra la ventana,
se decían distintos tipos de insultos con el Dr. Poder Judicial de la Nación USO OFICIAL
Soaje Pinto. Ví unos anteojos, que creo que eran del Dr. Soaje Pinto, que estaban debajo
de la mesa, y los levanté. Finalmente, se los pudo separar, el Dr. Soaje Pinto sangraba
un poco de un labio, y manifestó que tenía dolor en un dedo y que tenía miedo de
habérselo fracturado. Allí terminó el episodio. El Dr. Soaje Pinto y el citado para declarar
se retiraron.” (fs. 102). III.B.6. Agustín Carlos Alberto Tarelli (Síndico y miembro de la
Comisión Fiscalizadora): Relató que: “Los síndicos de la comisión fiscalizadora fuimos
requeridos por un accionista, el Estado Nacional, cuya representación la tiene atribuida
el secretario de comercio interior, para iniciar una investigación en el marco del artículo
294, inciso 11, de la Ley de Sociedades Comerciales. A consecuencia de una denuncia
que había formulado en una asamblea celebrada meses antes el Sr. José Pirilo, quien
fuera dueño del diario La Razón, y por ello socio junto con la AGEA, que es Clarín, y
Sociedad Anónima La Nación. En ese marco empezamos a citar gente, y recibimos una
falta de colaboración absoluta por parte de la empresa. Se atribuye eso a que el principal
imputado sería Jorge Noseda, Gerente General de la empresa desde el año 1977. Todos
los que citamos eran dependientes de él. Aguirre fue citado para una declaración
anterior, se presentó al final, y no se llevó a cabo, por lo que se fijó una nueva fecha. El
día 14 de julio nos constituimos en la sala de directorio. Para estas audiencias pedimos
colaboración de todos los socios, invitamos al presidente, interventor judicial,
integrantes del consejo de vigilancia, es decir, buscamos la mayor transparencia posible.
En esta oportunidad, llegó Aguirre junto a otra persona la cual saludó a Gonzalez Arzaac
afectuosamente, y le preguntamos Aguirre quien era el señor y dijo que era su abogado,
entonces yo le dije que era una testimonial y que los testigos no podían ser asistidos por
letrados. Esto generó una reacción por parte de Soaje Pinto que en la citación no se
decía el carácter de la declaración, y le dije que tenía razón pero que ahora se lo
informábamos y que debía retirarse. Manifestó que iba a quedarse y se sentó. La
empresa padece un exceso de la utilización de toda la tecnología obrante para reflejar
los hechos que se van suscitando, lo que genera mucho gasto. Estaba Moreno presente,
accionista en representación del Estado Nacional, y miró a Soaje Pinto y le dijo “a vos
quien te paga”. Realmente estamos asustados, yo soy síndico y estamos asustados con
los gastos que hay. Él le contestó “como me decís”, a lo que Moreno respondió “si quien
te paga”, manifestándole Soaje Pinto “a vos que carajo te importa”. Ahí se pararon los
dos y comenzó un forcejeo más propio de gente mayor que tiene mal resuelta su
madurez, se tomaban de la solapa, puro grito. Ahí cuando se estaban agarrando escuché
que Soaje Pinto le dijo en sentido amenazante: “A los zurdos como vos yo los conozco,
yo ya me cargue en mi vida muchos monto”. Yo no vi una sola acción de violencia más
que el aparato externo que exponían como si se fuesen a pelear. En ese momento
Reposo se levanta y va a separar y se come una mano. Moreno tenía una silla tomada
del respaldo y algunos de los presentes gritaban que no tire la silla, siendo una escena
ruidosa que genera a mi juicio vergüenza ajena, y ahí yo me interpuse en el medio y le
dije a Moreno que se dejen de joder. Había mucho ruido. Siguieron las amenazas, donde
Soaje Pinto le dijo que se quería batir a duelo y que eligiera el arma. Se le habían caído
los anteojos, y observé que estaba con un papel en la boca como que le sangraba.
Después de todo eso vino otra gente, un escribano Nardelli y Lohidoy. Luego, se fue
Aguirre y el Dr. Soaje Pinto diciendo éste último que ya se iban a encontrar.
Posteriormente cerramos el acta.” Explicó que en algún momento escuchó a Soaje Pinto
decir algo como “judío de mierda”. Por último, agregó que Aguirre decía que era su
primo y que como era su cumpleaños, el Dr. Soaje Pinto lo venía acompañar. Aclaró que
para él eso fue el germen de la violencia, ya que cuando a uno le dicen que no puede
estar en una audiencia, se levanta, saluda y se va (fs. 105/6). III.B.7. Juan Carlos Nardelli
Mira (escribano): Refirió que: “Fui convocado para labrar acta de lo que ocurriese
durante esa reunión por el directorio de la empresa. Como llegué unos minutos antes,
una secretaria me invitó a una sala que está destinada al interventor, que en ese
momento era el Dr. Arecha, quien no se encontraba presente, y me invitó un café.
Aproveché esos minutos para ir preparando los borradores de lo que sería el
encabezamiento del acta que seguidamente labraría. Se hizo presente el Dr. Urbano Siri,
integrante de la comisión que tomaría esa audiencia. Estuvimos charlando de temas de
actualidad, y minutos mas tarde escuchamos unos gritos, sobre todo una voz femenina
que decía “se están agarrando a trompadas”. Además se escuchaban gritos de voces
masculinas. Provenían de la sala donde se iba a celebrar la reunión, la sala de reunión
de directorio. Nos dirigimos con el Dr. Siri hasta ahí, y desde la puerta comprobamos
que estaban forcejeando el Dr. Soaje Pinto con el Licenciado Moreno, y una persona más
que estaba como colaborador de Moreno -el secretario privado del nombrado-, y había
dos personas más de importante contextura física. Dos de todos esos estaban alrededor
de Soaje Pinto en un forcejeo. En esos instantes Moreno se desprende de la pelea, toma
una silla y desde un metro de distancia de Soaje Pinto se la tira por la cabeza. Es una silla
bastante pesada, armada de cuero, con apoya brazos, y si no me equivoco pegó en la
pierna del Dr. Verdaguer. En medio de la confusión, el Dr. Reposo, titular de la SIGEN,
dio vuelta la mesa y mientras lo insultaba al Dr. Soaje Pinto se dirigió hacia él y le propinó
un puñetazo en la boca, en el labio superior. El golpe fue en el Poder Judicial de la Nación
USO OFICIAL momento en que el Dr. Soaje Pinto estaba en lucha con otras personas. A
partir de ahí, gracias a la intervención del asistido del Dr. Soaje Pinto, es decir, la persona
que iba a declarar, quien intentaba calmar los ánimos, al igual que el Dr. Verdaguer, el
Dr. Siri, Lohidoy y yo, logramos apaciguar un poco los ánimos, y pese que se continuaron
insultando, el forcejeo y el disturbio cesó. Luego Soaje Pinto y su asistido optaron por
retirarse por no estar dadas las condiciones por celebrarse la pretendida audiencia” (fs.
103/4). III.B.8. Eduardo Alberto Lohidoy (miembro del Consejo de Vigilancia): Refirió
que: “El 14 de julio la comisión fiscalizadora de la empresa -en el marco de una
investigación interna que se estaba llevando a cabo en Papel Prensa- citó a prestar
declaración al Licenciado Carlos Aguirre. Concurrí a esa citación en mi carácter de
consejero de vigilancia titular de Papel Prensa. Si mal no recuerdo el licenciado Aguirre
había sido citado para las 8.30 o 9.00 horas, y habitualmente esas reuniones tenían lugar
en la sala de Directorio de la empresa. Mientras los asistentes se preparaban para dar
inicio a la diligencia yo me encontraba en el ámbito en el cual se ubican las secretarias,
lugar contiguo a presidencia, aprovechando para realizar algunas tareas en una de las
computadoras de ellas. En un momento dado, una de las secretarias de presidencia -
Alicia Carrera- se acercó muy nerviosa y alterada y me dijo textualmente “Dr. Vaya que
se están agarrando a las trompadas”. En ese momento yo escuchaba gritos y un gran
desorden, lo que me hizo pensar que algo grave sucedía. Me levanté y corrí hacia la sala
de directorio que era el lugar donde estaban sucediendo los hechos. Serán 10 o 15
metros entre un lugar y otro. Al ingresar a la sala, observé un gran desorden producto
de una gresca en la que parecían encontrarse involucrados los sres. Guillermo Moreno,
Daniel Reposo, un asistente de Moreno, y un señor que luego me enteré que era el Dr.
Soaje Pinto, a quien yo no conocía. Inmediatamente me dispuse a intentar calmar los
ánimos y separar a las personas que se encontraban en estos acontecimientos,
sumándome al Dr. Verdaguer que estaba haciendo lo propio. En la sala se encontraban
también, el Dr. González Arzac, el Dr. Agustín Tarelli, la contadora Vivian Stenghele, el
licenciado Aguirre, el escribano Nardelli y el Dr. Siri. No recuerdo que haya habido otra
persona en ese momento aunque no lo puedo asegurar. Si recuerdo específicamente a
los nombrados. Luego de distintos forcejeos, insultos y gritos de todo tipo, pude apreciar
que el Dr. Soaje Pinto sangraba de su boca, también recuerdo que se limpió la sangre
con un pañuelo de papel. Tras unos minutos, Soaje Pinto y el licenciado Aguirre se
retiraron de la sala y los restantes nombrados junto a mi permanecimos en el recinto
por alrededor de una hora más, labrando un acta, cuya redacción estuvo a cargo de
Stenghele y Tarelli, en la que se dejó constancia formal de la frustración de la diligencia
que se encontraba prevista.” (fs. 120). III. C. Otros elementos A continuación se
enunciarán los otros elementos probatorios que fueron recolectados en el marco de la
presente investigación. III.C.1. Pedido de querella de José María Soaje Pinto en la que
indicó que en la sede de Papel Prensa fue agredido físicamente mediante un golpe de
puño en el labio por Mario Guillermo Moreno y Daniel Reposo. Además, que Moreno le
arrojó una silla y le partió el dedo meñique de la mano derecha. Justificó su presencia
allí debido a que su primo político Carlos Aguirre había sido convocado a prestar una
supuesta “declaración”. Que al arribar Soaje Pinto, Guillermo Moreno le preguntó
“quien carajo le pagaba”, y al contestarle “a vos que carajo te importa” motivó que el
nombrado ataque al letrado, Agregó que la lesión sufrida en su dedo demanda más de
un mes de curación por lo que transforma la acción en lesiones graves (fs. 20/4). III.C.2.
Copia del acta suscripta el día 14 de julio de la que se desprende que el Dr. Tarelli
informó que el declarante no podía contar con asistencia letrada debido al tenor de la
declaración, lo que generó una reacción intespectiva y violenta por parte de Soaje Pinto.
Surge que Moreno le preguntó al letrado quien le pagaba, lo que generó una reacción
verbal y física de Soaje Pinto. Se dejo constancia que el señor Verdaguer no estaba de
acuerdo con el término “violento” y “físico” consignado en el acta. Que Tarelli le
respondió que por su ubicación no pudo observar la agresión inicial de Soaje Pinto (fs.
29/30). III.C.3. Informe médico de José María Soaje Pinto del que se informa que:
“presenta herida contusa de 0,5 cm. de extensión en cara mucosa de hemilabio superior
derecho, excoriación en comisura labial derecha, borde superior y tumefacción
equimótica con dolor e impotencia funcional en quinto dedo (índice) de mano derecha.
Dichas lesiones que por sus características son de muy reciente data (aproximadamente
de 3 a 4 horas) fueron producidas por golpes o choques con o contra cuerpos duros” (fs.
33). III.C.4. Informe médico de Daniel Reposo, del cual surge que el nombrado presenta:
“tumefacción equimótica en región malar izquierda y bolsa sanguínea (chichón) en
región occipital superior izquierda. Dichas lesiones que por su características tienen una
evolución aproximada de 09 a 12 horas, fueron producidas por golpes o choques contra
cuerpos duros (…)” (fs. 39). III.C.5. Actuación notarial suscripta por el Escribano Juan C.
Nardelli, de la que se desprende que Soaje Pinto se tomó a trompadas con Reposo, que
el licenciado Poder Judicial de la Nación USO OFICIAL Moreno arrojó una silla por el aire,
mientras el resto de los presentes intentaban separarlos (fs. 45/7). III.C.6. Pedido de
querella de Guillermo Moreno en el que relató que Aguirre se presentó junto con el Dr.
Soaje Pinto con la intención de que lo asista en la audiencia, oportunidad en la que se le
hizo saber que prestaría declaración testimonial y que no era posible que el abogado
intervenga. Explicó que se generó una primera discusión y que en ese momento consultó
a los presentes respecto de quién era el sujeto y quién solventaba sus honorarios. A raíz
de ello, Soaje Pinto fue hasta donde estaba Moreno, le respondió con agresiones
verbales tales como “a vos que carajo te importa” o “yo ya me cargué varios montos y
el próximo vas a ser vos” y le tiró alguna trompada. Agregó que se produjo un forcejeo
y que Reposo al tratar de separarlos recibió un golpe por parte de Soaje Pinto. Además,
relató que no fue lesionado ni lesionó a nadie (fs. 48/51). III.C.7. Solicitud de
sobreseimiento efectuada por el Dr. Rúa respecto de su defendido Moreno en la que
realiza una valoración de los elementos probatorios recolectados. Más precisamente,
aclaró que ninguno de los declarantes aportó ninguna referencia sobre una silla arrojada
por su defendido que impactara sobre Soaje Pinto ni tampoco se precisó ninguna de las
supuestas amenazas que el letrado dijo haber escuchado (fs. 121/5). III.C.8. Escrito del
Dr. Soaje Pinto, en el que solicita los procesamientos de Moreno y de Reposo, como así
también, que se lo tenga por querellante. Explicó que mediante las declaraciones
testimoniales recibidas se acreditaron los hechos relatados por el nombrado y las
lesiones que sufrió. Agregó que del expediente remitido al Tribunal por el propio
Reposo, se desprende que en el encabezado de cada una de las declaraciones no indica
que se trate de testimoniales como se esgrimió para alejarlo del lugar y que ninguno de
los presentes tenía autoridad para receptarlas (fs. 132/135). III.C.9. Presentación de
Daniel Reposo en la que solicitó su sobreseimiento y relató los mismos hechos que al
momento de recibirle declaración testimonial en sede policial. Aclaró que no lesionó a
Soaje Pinto, sino que éste se mordió el labio y fue por ello que sangró al finalizar el
forcejeo. En cuanto a la lesión de la mano, indicó que se debió al golpe que el propio
Soaje Pinto le dio en la cabeza a Reposo. Además, que tampoco lo amenazó sino por el
contrario que fue Soaje quien lo amenazó a él (fs. 143/5). III.C.10.Certificación de la
causa n° 13340/10 del registro del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional
Federal n°3, Secretaría n°6, en la que se investigaba a Daniel Reposo a raíz de los dichos
de Mario Aníbal Romero en la declaración testimonial que se recibió en este Tribunal,
de la que se desprende que con fecha 10 de marzo del año en curso se resolvió sobreseer
al nombrado. Dicho resolutorio no se encuentra firme en virtud del recurso de apelación
interpuesto por el Fiscal Federal. IV. Valoración de la prueba Expuestas las constancias
probatorias, es momento de analizar si es posible reconstruir los hechos y verificar si
ellos constituyen conductas penalmente relevantes. Fundamentalmente debe
enfocarse el análisis en los dichos vertidos por los testigos que declararon en esta sede,
quienes presenciaron los hechos. Lo decisivo de tales testimonios, en lo que respecta
exclusivamente al tema de amenazas y lesiones, es que no han resultado del todo
coincidentes. Para hacer efectivo este análisis se parte de aquello que se puede tener
por cierto, dividiendo el suceso en tres etapas a efectos de distinguir y analizar las
coincidencias y diferencias de los relatos brindados por los presentes con el objeto de
reconstruir la situación que dio inicio a las presentes actuaciones. Luego, se verificará el
alcance de cada testimonio para corroborar las dos hipótesis principales. En este
sentido, se puede tener por cierto que el suceso fáctico ocurrió el 14 de julio del año
2010 en la reunión programada en la Sede de Papel Prensa, sito en la calle Mitre 739 de
esta ciudad, donde debía recibírsele declaración a Carlos Aguirre, Gerente de Finanzas
Papel Prensa, en el marco de una investigación de retornos en el ámbito de la empresa,
que se encontraba a cargo de la Comisión Fiscalizadora de la Sociedad. En ese marco se
produjo un enfrentamiento entre algunos de los presentes que culminó con las
denuncias recíprocas entre Carlos Aguirre y Soaje Pinto con Guillermo Moreno y Daniel
Gustavo Reposo, por los delitos de lesiones leves y amenazas. Primer etapa: Origen del
enfrentamiento La primera circunstancia que se analizará es el origen del
enfrentamiento. En este sentido, Aguirre se presentó con el Dr. Soaje Pinto para que lo
asista en el acto. Al ingresar a la sala de audiencias se le informó al letrado que no podía
estar presente por el carácter testimonial de la declaración. Ello le fue manifestado por
González Arzaac, Verdaguer y Tarelli. Aguirre indicó que concurrió con el Dr. Soaje Pinto
ya que el 2 de julio del mismo año Moreno le habría indicado que le convenía asistir con
un abogado a su declaración. Por su parte, el propio letrado explicó que en las
declaraciones obrantes en Poder Judicial de la Nación USO OFICIAL el expediente
administrativo ninguna aclaraba en su encabezado que fuesen testimoniales y que
además ninguno de los presentes tenía autoridad para recibirlas. Ahora bien, en cuanto
a esta situación, las personas que estuvieron presentes en la audiencia coinciden en que
Moreno preguntó por el origen de los honorarios del Dr. Soaje Pinto. Sin embargo, existe
una contradicción en la forma en que realizó la pregunta. Por un lado, Aguirre, Soaje
Pinto, Romero y Verdaguer sostuvieron que la pregunta realizada por Moreno fue “a vos
quién carajo te paga”, mientras que Moreno, Reposo, Tarelli y González Arzaac indicaron
que el representante del Estado Nacional preguntó “quién le pagaba” o “quién
solventaba sus honorarios”. En cuanto a la respuesta del letrado fue “a vos qué carajo
te importa”, lo que se corroboró con los dichos de todos los testigos. Reposo y Tarelli
agregaron que Soaje Pinto le dijo a Moreno: “Que a los montos, él se los cargaba a todos,
que el próximo sería él y que ya tenía varios cargados”. Segunda etapa: Forcejeo y
agresiones físicas A raíz del enfrentamiento verbal, se generó una nueva situación en la
que Moreno y Soaje Pinto empezaron a forcejear entre sí. Aquí nuevamente existen
versiones diferentes respecto de la forma en que sucedieron los hechos. Por un lado,
Aguirre y Soaje Pinto refirieron que Moreno se abalanzó sobre el letrado intentando
darle una trompada, como así también, que mientras se producía el forcejeo Reposo dio
vuelta a la mesa y le pegó una trompada a Soaje, partiéndole el labio y volándole los
anteojos. Que el ataque continuó entre tres o cuatro personas, mientras lo insultaban y
lo amenazaban de muerte. Por el contrario, Reposo y Moreno indicaron que Soaje Pinto
se le acercó al último de los nombrados, quien estaba sentado y comenzó a insultarlo y
a tirarle trompadas, por lo que éste se paró y se puso en posición de guardia para evitar
que le pegue. Que Reposo se levantó con el fin de separar a Soaje y cuando se colocó en
el medio para interceder e invitar a Soaje a que se retire, éste siguió tirando trompadas,
de las cuales una impactó sobre su rostro. Ahora bien, por un lado el mozo de la empresa
-Mario Aníbal Romerorelató que al responderle Soaje Pinto a Moreno “a vos qué carajo
te importa”, éste le revoleó una silla y consecuentemente lo agarró del saco. Que entre
diferentes insultos, Reposo dio vuelta a la mesa y le pegó una trompada a Soaje Pinto.
De igual manera, Verdaguer y Nardelli Mira, relataron que Moreno agarró del saco a
Soaje Pinto y que revoleó una silla, como también que Reposo le dio un puñetazo al
letrado. Por otra parte, González Arzaac indicó que Soaje Pinto comenzó tirando
trompadas al aire, generándose una especie de tumulto y que al lograr separarlos,
observó que de la boca del nombrado emanaba sangre. En la misma línea, Tarelli relató
que Moreno y Soaje Pinto se tomaban de la solapa del saco, produciéndose un forcejeo
y que en ese momento escuchó al letrado decir: “a los zurdos como vos yo los conozco,
yo ya me cargue en mi vida muchos monto”. Aclaró que Reposo fue a separar y recibió
una trompada. Lohidoy hizo saber que al ingresar a la sala observó una gresca en la que
se encontraban involucrados Moreno, su asistente, Reposo y Soaje Pinto y que luego de
forcejeos, insultos y gritos, apreció que Soaje Pinto sangraba de la boca. Urbano Siri
manifestó que al entrar a la sala de reunión observó que Soaje Pinto y Reposo
forcejeaban e intercambiaban golpes, y al separarlos el letrado sangraba un poco de la
boca. Tercer etapa: Final del enfrentamiento Finalmente, en cuanto a la última etapa,
Aguirre y Soaje Pinto se retiraron del lugar y los restantes labraron un acta, en la que se
dejó constancia formal de lo acontecido. Reposo y Moreno indicaron que mientras Soaje
Pinto se retiraba de la sala de reunión le refirió a Moreno que lo esperaba afuera y que
elija el arma que quiera, “que se lo iba a llevar puesto por zurdo” (sic). Del escrito
presentado por Moreno surge, además, que hostigó a Reposo por ser judío. A su vez, los
testimonios coincidieron en que Soaje Pinto se retiró con el labio sangrando. Atribución
de la responsabilidad Es posible afirmar que la presencia del letrado fue una de las
causales que dio inicio a la discusión, como así también, que se produjo un forcejeo
entre Moreno y Soaje Pinto, en el que intervino Reposo. Además, se acreditó que hubo
insultos de cada parte y que el letrado defensor se retiró con un corte en el labio. Por el
contrario, existen diferentes versiones respecto a: • la forma en que Moreno cuestionó
la presencia del letrado defensor, ya que por un lado si se tiene en cuenta los dichos de
Aguirre, Soaje Pinto, Romero y Verdaguer es posible afirmar que Moreno comenzó con
las agresiones verbales al preguntarle “a vos quien carajo te paga”, aunque si se tiene
en cuenta lo dicho por Moreno, Reposo, Tarelli y González Arzaac, es posible sostener
que Moreno preguntó de buena forma quien le pagaba los honorarios, sin poder
concluir, en este caso, que el nombrado comenzó con la Poder Judicial de la Nación USO
OFICIAL agresión verbal, sino que fue Soaje Pinto al responder “a vos que carajo te
importa”. Es decir, en primer lugar no es posible atribuir concretamente a una de las dos
personas el inicio de agresiones verbales que dieron origen al enfrentamiento. • si fue
Moreno o Soaje Pinto quien dio inicio al forcejeo. Si bien no es posible establecer quien
comenzó con las agresiones verbales, igualmente podría determinarse quien inició con
las agresiones físicas, aunque tal como sucede con el punto anterior existen
contradicciones que no permiten esclarecer tal situación. Es decir, si se toma en cuenta
determinados testimonios es posible afirmar que fue Moreno quien se abalanzó sobre
Soaje Pinto, mientras que si se toma los dichos de otros de los presentes es posible
concluir que fue Soaje Pinto quien se abalanzó sobre Moreno. Esto implica que en este
punto tampoco es posible atribuir concreta responsabilidad a alguno de ellos. • si
efectivamente Reposo le propinó un golpe a Soaje Pinto y si Reposo recibió un golpe en
el tumulto. En este caso si es posible afirmar que Soaje Pinto y Reposo sufrieron golpes
o lesiones a causa del enfrentamiento ya que se encuentra constatado por los informes
médicos presentados a fojas 33 y 39. Sin embargo, no se puede determinar cuales
fueron las causas de tales lesiones. Tal como se ha detallado anteriormente, existen
manifestaciones de que Reposo dio vuelta la mesa y le pegó una trompada a Soaje Pinto,
como así también, de que Reposo intentó separar y recibió un golpe en el tumulto. A su
vez, otros testigos indicaron que al ingresar a la sala de reunión tanto Soaje Pinto como
Reposo intercambiaban golpes. Ahora bien, señaladas las contradicciones, es necesario
mencionar que el objetivo principal del proceso penal es la búsqueda de la verdad real,
siendo necesaria para la atribución de responsabilidad la reconstrucción del suceso
fáctico que desencadenó las denuncias recíprocas que dieron origen a las presentes
actuaciones. Tal como señala Maier, el procedimiento penal es, en gran medida, un
método regulado jurídicamente de investigación histórica, ya que uno de sus fines
consiste en averiguar la verdad acerca de una hipótesis histórica que constituye el objeto
del procedimiento (Maier, Julio J.B. “Derecho Procesal Penal. I. Fundamentos”, Ed. Del
Puerto, 2º edición, Buenos Aires 2004, pág. 847). Sólo se pueden admitir como ocurridos
los hechos o circunstancias que son acreditados mediante pruebas objetivas, lo cual
impide que aquéllas sean fundadas en elementos puramente subjetivos. En este
sentido, la sana crítica racional -sistema utilizado para la valoración de los elementos
probatorios- establece la plena libertad de convencimiento de los jueces y exige que las
conclusiones a que se llegue sean el fruto razonado de las pruebas en las que se apoye.
Dicho ello, lo cierto es que, en el marco de la presente investigación, los testigos que
presenciaron el hecho lo vivieron en relación con su situación en particular. Es decir, al
recrear el momento y los hechos que dieron inicio a las presentes actuaciones, existen
contradicciones propias de lo que vivió, percibió o pensó cada uno. Ello imposibilita la
búsqueda de la verdad a la que se hizo referencia. Al dividir el hecho en etapas y describir
lo relatado por cada uno de los presentes se demostró las diferentes contradicciones
que surgen respecto de un único suceso. En este sentido, cada uno de los testigos -de
alguna u otra manera- compartían un vínculo con los involucrados, lo que generó que
éstos terceros observadores del suceso fáctico sean parciales o tengan diferentes
concepciones o puntos de vistas de los hechos. En este orden, los implicados realizan
descripciones fácticas diferentes en cuanto le otorgan una significación jurídica distinta
al mismo suceso y en el relato realizado por cada uno se posicionan en el lugar de la
víctima. Es decir, cada una de las personas realizó una valoración e interpretación
subjetiva de los hechos que observó, que no permite al Tribunal la correcta y precisa
reconstrucción del hecho investigado. En este sentido, Michel Foucault sostiene que:
“Por bien que se diga lo que se ha visto, lo visto no reside jamás en lo que se dice, y por
bien que se quiera hacer ver, por medio de imágenes, de metáforas, de comparaciones,
lo que se está diciendo, el lugar en el que ellas resplandecen no es el que despliega la
vista, sino el que definen las sucesiones de la sintaxis” (Michel Foucault, “Las Palabras y
Las Cosas”, Capítulo 1 “Las Meninas”, Ed. Siglo Veintiuno, Pág. 27). En la presente
investigación es claro que existe un estado de duda respecto a la forma en que se
produjeron los hechos que no puede ser resuelta con los elementos probatorios
recolectados. No es posible llegar a una conclusión razonada derivada de las pruebas ya
que éstas, por el contrario, generan diferentes hipótesis de un único suceso fáctico. Ante
la imposibilidad de recomponer el hecho, es decir, describir el presupuesto básico de la
responsabilidad criminal fundada en el principio de culpabilidad por el acto que
presupone un acontecimiento imputable, menos aún es posible atribuir la
responsabilidad a cada implicado. Sobre el particular, los acontecimientos de la vida de
las personas que son sometidas a un tribunal, deben estar descriptos del modo más
preciso que sea Poder Judicial de la Nación USO OFICIAL posible, ya que una
caracterización defectuosa del hecho constituiría un impedimento para el proceso. Es
decir, debe cumplirse con el requisito de individualizar el hecho, es decir, darle una
identidad tal que se pueda decir que sólo un suceso histórico, un recorte del acontecer
fáctico y no cualquier otro, va a ser juzgado como hecho imputable al acusado. Para
llegar a este postulado Puppe resalta que “La descripción del hecho en el escrito de
acusación o en la notificación de multa tiene que ser inequívoca, en el sentido de que,
según las reglas generales de la lógica, de las ciencias naturales y de la experiencia
restante, sea prácticamente imposible que diversos hechos cumplan con esa
descripción”. En tal sentido, como método describe que “Intentemos, por tanto, una
formulación de la exigencia de determinación, independientemente de las
particularidades del caso individual. La descripción del hecho, presuponiendo que ella
sea cierta, tiene que cumplir la condición de especificidad, y esto tiene que ser derivable
de su contenido solamente mediante leyes generales de la lógica y de la experiencia.
(Puppe, Ingeborg, Die Individualisierung der Tat in Anklageschirift und Bubgeldbescheid
und ihre nachträgliche Korrigierbarkeit, publicado en NStZ, 1982, pp. 230 ss. esp. p. 230,
citado por Sancinetti Marcelo A., La nulidad de la acusación por indeterminación del
hecho y el concepto de instigación, Editorial Ad-Hoc, Buenos Aires, 2001, pág. 76). De lo
contrario, la declaración de los imputados en los términos del artículo 294 del Código
Procesal Penal de la Nación en lugar de ser un medio de defensa sería un medio de
investigación para el acusador perdido, y de esta forma, la indeterminación del hecho
no solo violaría el principio acusatorio, sino también el principio nemo tenetur, en la
medida en que el acusado se ve obligado a aportar elementos para completar el hecho
imperfectamente atribuido, o para mostrarlo diverso, con lo cual puede terminar
incriminándose. La descripción del suceso que se imputa debe resultar la afirmación de
un “acontecimiento -que se supone real- con todas las circunstancias de modo, tiempo
y lugar que lo ubiquen en el mundo de los hechos (temporal y espacialmente) y le
proporcionen su materialidad concreta” (Maier Julio B.J., Derecho Procesal Penal, t. 1,
Fundamentos, Editores del Puerto, Buenos Aires, 1999, pág. 559). En virtud de lo
mencionado, no es posible en las presentes actuaciones realizar una reconstrucción
concreta y clara del hecho investigado en el marco de las presentes actuaciones, por lo
que no se puede cumplir con los presupuestos necesarios para alcanzar el grado de
sospecha requerido por el artículo 294 del Código Procesal Penal de la Nación. En
definitiva como la declaración indagatoria es el acto que -junto con los elementos
probatorios reunidos durante el transcurso de la investigacióndeterminará el dictado de
una resolución acerca de la situación procesal del imputado, es necesario que el
conocimiento de los hechos adquirido al momento de la citación - grado de sospecha-
sea también suficiente para fundar un auto de procesamiento, en caso de que esa
sospecha no sea rebatida por los dichos del imputado. Ello siempre que se entienda -
como estimo correcto- que este acto constituye un medio de defensa del imputado y no
un mecanismo en manos del instructor para obtener pruebas de cargo. Asimismo, se
debe destacar que independientemente de cuál sea el nivel de sospecha que debe existir
para que proceda el llamado a indagatoria, en ella -por constituir un acto en el que se
realiza el derecho material de defensa- se debe garantizar el derecho del imputado a ser
oído, y esto sólo es posible a partir de una imputación íntegra, clara, precisa y
circunstanciada del hecho concreto que se le atribuye. En base a lo dicho, estimo que
en autos no existen elementos probatorios suficientes que permitan cumplir con esta
exigencia, y garantizar con ello el derecho de defensa en juicio consagrado en el artículo
18 de la Constitución Nacional. A modo de conclusión, entiendo que con los elementos
probatorios recolectados no es posible reconstruir el suceso fáctico desarrollado el día
14 de julio del año 2010 en la sede de Papel Prensa, ya que existe un estado de
incertidumbre respecto de la forma en que sucedió el hecho que no permite atribuir
responsabilidad a cada implicado. Más precisamente, no es posible recomponer
históricamente el suceso fáctico, ya que las pruebas obrantes en el expediente no
permiten arribar racionalmente a una conclusión determinada. Es decir, se agotó la
investigación y no es posible determinar cuál fue realmente el desarrollo de los hechos,
y, más imposible aún, es a cual de todos los imputados, ya sea Daniel Reposo, Guillermo
Moreno, José María Soaje Pinto y Carlos Aguirre, que imputarle. Por lo tanto, al no existir
otras medidas tendientes al descubrimiento de la verdad y teniendo en cuenta que las
contradicciones suscitadas por los testigos imposibilitan al Tribunal a arribar a la verdad
histórica del único suceso fáctico investigado, es que procederé de conformidad con lo
nombrado en el artículo 195 del Código Procesal Penal de la Nación. V. Consideración
final Poder Judicial de la Nación USO OFICIAL A fojas 121/25 el Dr. Rúa, abogado
defensor de Guillermo Moreno, solicitó el sobreseimiento de su defendido. En igual
sentido, Daniel Reposo solicitó su sobreseimiento a fojas 143/5. Por otro lado, José
María Soaje Pinto instó la acción penal contra Guillermo Moreno y Daniel Reposo,
requirió que se los convoque a prestar declaración indagatoria, como así también, que
se lo tenga por parte querellante (fs. 132/5). Ahora bien, en virtud del análisis realizado
y de la conclusión arribada en el marco de las presentes actuaciones, es que corresponde
rechazar los planteos efectuados. Por todo lo expuesto, es que; RESUELVO: I. ARCHIVAR
las presentes actuaciones hasta tanto surjan nuevos .elementos de prueba que permitan
avanzar en la presente investigación (artículo 195 del Código Procesal Penal de la
Nación). II. RECHAZAR los planteos realizados por el Dr. Rúa, el Dr. Soaje Pinto y Daniel
Reposo a fojas 121/5, 132/5 y 143/5, respectivamente. Notifíquese, regístrese,
cúmplase y archívese. FIRMADO: ARIEL LIJO, JUEZ FEDERAL ANTE MI: JUAN TOMÁS
RODRÍGUEZ PONTE, SECRETARIO

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