Lispector
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Lispector
POR
BELLA JOZEF
Universidade Federal do Rio de Janeiro
La obra de Clarice Lispector nos parece, desde sus inicios, una de las inventivas más
renovadoras que se producen en América Hispánica. A partir de su libro de estreno —
Perto do coração selvagem (1944)— nuevos caminos se abren para la literatura brasileña,
al hacer de la narrativa problematizada una forma de conocimiento. La visión subjetiva del
mundo (o intimismo) y el documentarismo, he aquí las líneas maestras de la ficción
brasileña, después de 1940. Entre ambas tendencias, siguiendo lo que había sido iniciado
en 22, la experimentación de nuevas técnicas configuró nuevos medios de expresión.
El Romanticismo, inaugurando la representación de zonas regionales, marcó una
tendencia que se extendió hasta nuestros días, con sensibles ampliaciones y diversificaciones
en su espacio textual, manteniendo una línea de tradición (fenómeno común a toda
América Hispánica). El Modernismo quiso configurar la vida de la ciudad con nuevas
perspectivas, en un globalismo totalizador. La ciudad surge firmada por el afán de
modernidad. Desde sus primeros cuentos y novelas, la obra de Clarice Lispector está
incrustada en la ciudad y en el tiempo presente, con un esfuerzo de objetivación de la
realidad inmediata. Esto contribuyó para transformar su literatura en un fragmento de la
vida urbana. Interioriza la acción, con una anécdota mínima. Un conflicto dramático se
instala en la temática de la existencia, con su experiencia anterior (recuerdos, percepciones,
apariencias huidizas). Registra la historia en su acaecer. Construye la novela bajo los ojos
del lector, manipulando la inevitable ambigüedad de un presente, donde todo surge
mezclado (sin la perspectiva seleccionada y esclarecedora de la distancia temporal) y
donde los mismos acaecimientos cambian de substancia y de peso según la luz que se haga
1
Las citas, traducidas por nosotros, corresponden a La pasión según G.H., Rio, Editora do Autor,
1964, p.19 y La vía crucis del cuerpo, Rio, Artenova, 1974, p.73.
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2
Jozef, Bella. O espaço reconquistado, Petrópolis, Vozes, 1974, p. 16.
3
Muecke. The Compass of Irony, London, Methuen, 1969, p.182.
4
Ricardou, Jean. Problémes do nouveau roman. Paris, Seuil,1967, p.111.
5
Kristeva, Julia. Introducção à semanálise, São Paulo, Perspectiva, 1974, p.76.
CLARICE LISPECTOR: LA TRANSGRESIÓN COMO ACTO DE LIBERTAD 707
TÉCNICAS Y ESTRUCTURA
Una ordenación lógica preside el acto creador, al lado de un aspecto intuitivo.6 Los
cuentos y novelas de Clarice Lispector son de estructura abierta, en infinitos diálogos con
el lector que es llevado a juntar los índices, para recomponer la totalidad de lo real. Este
es fragmentado con el intuito de dar una visión plurisignificativa.
Desde las primeras palabras, la A. extiende los hilos de la acción que culmina en el
desenlace. Unas veces hay un acercamiento lento al efecto culminante, otras la intensidad
se manifiesta desde el comienzo (lo que no excluye un crecimiento progresivo del efecto).
La acción exterior es abolida en favor del momento que se arrastra y del sondeo
psicológico de caracteres que se desintegran y de conciencias sorprendidas en el flujo de
ideas. En sus vueltas al pasado, las evocaciones no arrastran la nostalgia de un perdido
ambiente natural sino comprueban la pérdida de una esencia, centro de una posible
renovación dentro de la voráz vida urbana. La pérdida jamás podrá desaparecer, puesto
que es la vida misma del hombre en su corporeidad. El fracaso corresponde a una frustrante
existencia cuyas causas son psicoontológicas. No busca una explicación social, al nivel
ideológico. Hay, por un momento, una conciencia lúcida del estado de frustración e
imposibilidad de una vida plena. Ese vacío interior, ese sin sentido de la existencia, esa
aguda soledad son constantes en la obra de Clarice Lispector. Hay, por lo tanto, temas que
sobresalen sobre los demás y sus obras se presentan como sucesivas reelaboraciones de
esos temas centrales. Esa tendencia reductora no se ejerce sobre los procedimientos
estilísticos que se caracterizan cada vez más por un refinamiento de técnicas expresivas.
Ese lenguaje que “solo se sumerge en la mitología personal y secreta del autor” (Barthes)
es continuada lucha por expresarse y a su decifración libertadora. La constelación de
imágenes es consecuencia de la actividad de lo imaginario que sobre ella imprime sus
formas. La ficción pasa a ser una tesitura imagética. No se dirige a determinar la situación
de ciertos seres sino la pura condición humana. A partir de hechos y personajes, en
cualquier momento no previsto del tiempo, hace como un registro verbal de la realidad,
que puede emparentarse con algunos mecanismos de la escritura automática de los
surrealistas. Estos llevaron los autores contemporáneos a la conquista de la realidad en
todos sus planos. A partir del surrealismo, y como valoración de las teorías de Freud y de
las manifestaciones oníricas e ilógicas, puede decirse que sucedió en el terreno de las artes
una aglutinación alrededor de lo fantástico en trayectoria opuesta a la razón, a lo
organizadamente real. Dentro del surrealismo se realiza el punto alto de interpenetración
de los varios tipos de arte: la confluencia ideal de la aplicación de procedimientos
fotográficos, pictóricos, cinematográficos, todos ellos propios de la plasticidad surrealista.
El surrealismo, según MacAdam,7 trataba de acumular en el mundo consciente los
elementos de la subconciencia, acto que debería llevar al público a buscar dentro de sí,
dentro de su propia subconciencia para descubrir el sector de su personalidad trivializado
o destruido por una época materialista. En los cuentos de Clarice, como en sus novelas,
hay un momento de autoexamen, provocado por un hecho externo, y luego estimulan una
6
Nunes, Benedito. ClariceLispector. São Paulo, Edições Quíron, 1973.
7
Mac Adam, Alfred. “Rayuela de Julio Cortázar: un tipo de análisis estructural”. La novela
hispanoamericana actual, New York, Las Américas-Anaya, 1971, p.96.
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8
Lispector, Clarice. Laços de Familia, Rio, José Olympio Edit., 1974,6a ed.
9
Nunes, Benedito. ibidem, p.63.
10
Lacan, J. Ecrits, Paris, Seuil, 1966, p.502.
11
Durand, Gilbert. La imaginación simbólica, Buenos Aires, Amorrortu, 1971, p.15.
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CONCLUSIONES
12
Durand, Gilbert. Les structures anthropologiques de l’imaginaire. Paris, Bordas, 1969, 290, 371.