Cooperativas - Curso Cuba

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FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIA POLÍTICA

SECCIÓN DE POSGRADO

DERECHO REGISTRAL DE LAS


PERSONAS CIVILES Y CREADAS POR
LEY

COOPERATIVAS

Alumna : Macalupú Huertas, Maria Virginia.

Docente : Cuba Ovalle, Luis Alfredo


Ciclo : II

Lima – Perú
2019
INDICE

RESUMEN.................................................................................................................................................3

1. OPERACIONES NOTARIALES.................................................................................................4

2. OPERACIONES MATERIALES.................................................................................................4
2.1 Calificación notarial:..........................................................................................................4
2.2 Legalización notarial:.........................................................................................................5
2.3 Legitimación notarial:........................................................................................................6

3. OPERACIONES FORMALES.....................................................................................................7
3.1 Configuración o redacción:..............................................................................................8
3.2 Autenticación:....................................................................................................................10
3.3 Autorización:......................................................................................................................11

4. COTEJO CON OTRAS FORMA..............................................................................................13


4.1 Configuración:...................................................................................................................13
4.2 Autenticación:...................................................................................................................14
4.3 Autorización:......................................................................................................................14

BIBLIOGRAFÍA......................................................................................................................................15

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RESUMEN

En presente trabajo abarca en su desarrollo las operaciones notariales esenciales que


debe de realizar el notario en el ejercicio diario de sus funciones y desempeño como
profesional del derecho, especializado en la rama notarial, lo cual permite que las
operaciones notariales realizadas día a día tengas la seguridad jurídica que los
usuarios requieren y que permite un tráfico jurídico confiable.

Empezaremos por establecer que son las operaciones notariales, las mismas que se
dividen en operaciones materia, que a su vez se subdividen en calificación notarial,
legalización notarial, y legitimación notarial; y las operaciones formales, que se
subdividen en configuración o redacción, autenticación, y autorización; además de
cotejar estas operaciones con otros operadores del derecho tales como el juez y el
registrador, que nos dará una diferencia sustancial de la importancia del ejercicio
notarial para la seguridad jurídica en nuestro país.

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1. OPERACIONES NOTARIALES

Son las etapas que el notario debe cumplir en el procedimiento dinámico de


formación, hasta lograr la estructura total o acto notarial, constituida en el
instrumento que absorbe su actividad y la de las partes [ CITATION Gat08 \l 3082 ].
En tal sentido podríamos indicar que las operaciones notariales no es más que
aquellos procedimientos que el notario público debe realizar de manera obligatoria,
objetiva e imparcial, al momento en el que es requerido por él o los contratantes, en
la realización de un acto y/o contrato, hasta lograr la formación sana y eficaz del
instrumento público; con la finalidad de otorgar seguridad jurídica a sus
contratantes, así como a la sociedad en su conjunto, generando certidumbre y paz
social para vuestra Nación.
Estas etapas se encuentran divididas en dos sectores: de derecho material o de
fondo, la calificación, legalización y legitimación; las de derecho formal son la
configuración o redacción, la autenticación y la autorización.

2. OPERACIONES MATERIALES

Las operaciones materiales se encuentran afectas al fondo y no a la forma; el


primer procedimiento que debe realizar el notario es el de calificar el acto, negocio u
contrato quieran realizar el contratante o los contratantes, seguidamente deberá
establecer si dicho acto, negocio u contrato se encuentran acorde a vuestra
legislación nacional, por ultimo busca la convalidación de la calificación y
legalización, con el fin de obtener un fruto saludable, que sea eficaz y que cumpla
con las expectativas de los contratantes.

2.1 Calificación notarial:


Es aquella operación de ejercicio en que el oficial público (Notario), luego de recibir
y explorar la voluntad de los requirentes y de esclarecer los hechos, determina una

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relación o situación de hecho para clasificarla en una de las categorías jurídicas.
Según las circunstancias del acto rechaza o acepta su intervención, esto es, se
declara competente o incompetente, aun cuando no haya constancia escrita de esa
declaración [ CITATION Gat08 \l 3082 ].
Esto significa que el notario opera cum cognitio causae, es decir las partes, le han
manifestado sus voluntades que hubo de penetrar para desentreñar su contenido.

En resumen, la finalidad de esta operación de ejercicio, se encuentra reflejada en la


interpretación y formación de las voluntades del o de los otorgantes, estableciendo
a estas la categoría jurídica correspondiente a la autonomía de voluntad de las
partes a fin de satisfacer sus requerimientos; siendo esta actuación de igualitaria e
imparcial.
Consideramos que dicha etapa se encuentra de forma implícita en el artículo 3 del
Decreto Legislativo 1049, en el que menciona: El notario ejerce su función en forma
personal, autónoma, exclusiva e imparcial. ( …)”

La calificación está presente en todos los documentos en los que de alguna manera
intervenga el notario; pero en los documentos privados la responsabilidad notarial
está limitada a sus relaciones con los requirentes, en un plano profesional, se
asesoramiento, sin atinencia a la función notarial propiamente dicha [ CITATION
Ped10 \l 3082 ].

2.2 Legalización notarial:


Es aquella operación de ejercicio mediante la cual el oficial público (Notario),
establecido el fin practico de las partes, encuadra, dentro de la norma legal, el
negocio o acto que aquellas le declaran para que sea perfectamente válido. Los
otorgantes por lo general, tienen una idea bastante clara de lo que quieren, pero
quizá sus manifestaciones verbales y aun las escritas no guardan relación con su
objetivo y de tal modo corren el riesgo de caer en ilegitimidad.

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Esta segunda operación es casi simultánea con la calificación, ya que lo que busca
es que el acto u contrato cumpla con los elementos esenciales que la ley requiere,
para que exista el negocio jurídico surgido como consecuencia de la calificación
realizada inicialmente.

Consideramos que dicha etapa se encuentra de forma implícita en el artículo 16


Literal j) del Decreto Legislativo 1049, en el que menciona: j) “Orientar su accionar
profesional y personal de acuerdo a los principios de veracidad, honorabilidad,
objetividad, imparcialidad, diligencia, respeto a la dignidad de los derechos de las
personas, la constitución y las leyes (…)”

El notario legaliza de dos maneras: materialmente, adecuando la voluntad de los


sujetos a los moldes que presta la norma vacía; formalmente, por medio de la
selección del tipo de documento y de la redacción.

El notario en su calidad de asesor, interprete de la voluntad, y garante de la


legalidad, no debe apartarse de las voluntades expresadas por los otorgantes, sin
embargo, este apartamiento no debe ser contrario a la ley, moral, buenas
costumbres, entre otras.

2.3 Legitimación notarial:


Es aquella operación de ejercicio por medio de la cual el notario, calificada la
naturaleza jurídica y legalizado el acto o negocio, estudia la situación relativa de los
sujetos y las condiciones objetivas que justifican el otorgamiento del acto notarial,
con el fin de que se produzcan las consecuencias queridas por aquellos.

Por la legitimación el notario admite a una persona como sujeto instrumental, la


individualiza, verifica, su aparente capacidad y habilidad, justifica la titularidad de su
derecho o situación relativa para el negocio que pretende y su libertad de
disposición, en su carácter de agente de percepción depura la situación impositiva,
bastantea las facultades del representante y autoriza el otorgamiento de las partes.

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La legitimación es prácticamente posterior a la calificación y legalización, aun
cuando puede haber algún aspecto preliminar, como la capacidad de la parte; pero,
en relación al instrumento lo precede, y tanto que la escritura entera la rezuma; en
efecto, la legitimación se inserta en la comparecencia, con la data y fe de conocer,
en las declaraciones y hechos de las partes que el notario recibe y redacta, en todo
el sector que denomino legitimaciones notariales y, por fin en el otorgamiento.

A diferencia de la calificación y de la legalización, que también son previas y operan


sobre la validez del acto y del instrumento, la legitimación se conecta además con
aspectos posteriores porque tiene que ver con la eficacia. La justificación
precedente, que realiza la legitimación de las partes, constituye el fundamento para
que se produzcan todas las consecuencias legales además de las previstas por los
sujetos negociales [ CITATION Ped10 \l 3082 ].

Consideramos que dicha etapa se encuentra de forma implícita en el artículo 2 del


Decreto Legislativo 1049, en el que menciona: “El notario es el profesional del
derecho que está autorizado para dar fe de los actos y contratos que ante él se
celebran. Para ello formaliza la voluntad de los otorgantes, redactando los
instrumentos a los que confiere autenticidad ( …)”

3. OPERACIONES FORMALES

Para que tenga eficacia el hecho o el acto en la esfera jurídica, se requiere que las
mismas sean exteriorizadas en un instrumento notarial, para ello después de las
operaciones de fondo que ha tenido que realizar el notario; debe efectuar las
operaciones formales, estas son: configuración o redacción, autenticación y
autorización; lo cual es exclusivo de su competencia. Gattari (1988) en su obra
Manual de Derecho Notarial afirma lo siguiente:

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Las operaciones de ejercicio calificadas como formales se exteriorizan en
el instrumento notarial, y son tres: configuración o redacción, autenticación y
autorización. Desarrolladas las de fondo, para tener vigencia en el mundo
jurídico, que es exterior, se necesitan los medios legales instituidos según la
competencia material del órgano, correspondiéndole al notario las tres indicadas
(p. 61).

3.1 Configuración o redacción:


Partiendo del sistema de notariado latino al cual pertenecemos, tenemos que el
autor del documento es el notario, en ese sentido la redacción como gestión, es
un derecho y deber funcional del notario, es decir está dentro de sus funciones
que le competen de forma exclusiva; se trata de escribir en un soporte de papel
la voluntad de las partes que intervienen en un negocio jurídico, el cual
previamente (operaciones de fondo) el notario ya ha calificado, por lo que la
redacción consistirá en plasma por escrito lo interpretando, percibido y realizado
a pedido de las partes, sobre un negocio jurídico especifico. Gattari (1988)
afirma. “Cinco principios la guían: economía procesal, composición,
concentración, atribución y confesión notarial” (p.62).

La comunicación lingüística previa se debe de registrar de forma fehaciente en


instrumento público, ajustando el negocio determinado a la Ley, dado a que son
las partes y la Ley los que les dan los elementos mariales y formales; los sujetos
en esta operación formal son las partes y el notario.

Si las partes exteriorizan sus voluntades es él notario, el llamado a moldear las


mismas, conforme a ley y orientándolos en un orden que resulte beneficioso
para las partes; en cambio sí solo se tratase de una comprobación, notificación,
u otros actos donde que no se recogen de la comunicación lingüística, el notario
tiene limitación respecto del texto del instrumento públicos, puesto que no lo
puede moldear de forma libre, debiendo solo ceñirse a la comprobación o
descripción del acto.

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La redacción es el resultado de las operaciones notariales de fondo, puesto que
ya se calificó si resulta procedente o no el negocio jurídico que se pretende, así
también se ha efectuado un control ajuntando el negocio a las normas legales
para evitar posteriores nulidades, teniendo como último punto la eficacia del
negocio jurídico, es decir conseguir las consecuencias deseadas.
El arte de redactar de forma clara y concisa es una característica propia del
notario, el mismo que data desde años antiquísimos, antes que el notario sea
conocido como lo conocemos actualmente, en la época del imperio romano,
estos notarios antiguos eran conocidos como tabeliones, cuya función principal
era asesorar, e interpretar la voluntad de las partes, redactando definitivamente
las convenciones fijadas entre las partes, dándoles autenticidad.

Pese a que la operación de ejercicio – Configuración o redacción – del notario


es una de sus funciones, ello no implica que el notario no puede emitir su juicio
de opinión, porque de todo lo manifestado por las partes, solo exteriorizara en
instrumento público, aquella información, acuerdo o convenio que sea
trascendental para el negocio jurídico, amoldando las voluntades expresadas en
forma oral, inclusive las precepciones negativas a positivas, manteniendo en
todo momento su imparcialidad.

Entonces una de las operaciones formales es la redacción, lo que se ha definido


como el acto que realiza el notario al exteriorizar las voluntades de las partes en
un instrumento público, sin embargo también, las partes tiene derecho también a
presentar su voluntad ya previamente exteriorizada en una minuta, ello no quiere
decir que no pase por la calificación, que es una operación de fondo del ejercicio
notarial, con el cual el notario determinara si la acepta o no, verificando que este
ajustada a derecho y que exprese realmente la voluntad de las partes, en caso
contrario tiene derecho a negarse en intervenir a la rogación hechas por las
partes.

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3.2 Autenticación:
Aquella actividad por la cual el notario percibe a través de sus sentidos los
hechos y dichos que suceden a su alrededor, los cuales quedan plasmados en
el documento público.

Esta percepción sensorial que realiza el notario, es independiente, pues se


refiere a la percepción solamente, sin embargo para que tenga valor es
necesario que el instrumento público, en el cual se plasme lo percibido
sensorialmente por el notario este autorizado por este. En ese sentido la
autenticación se realiza previamente a la autorización, que uno de las
operaciones de ejercicio formal que realiza el notario.

El notario público, le imprime una cualidad originaria, y característica a la


autenticidad, puesto que al ser percibidos por él, se garantiza que los hechos o
voluntades de las partes consignados en el documentos son verdaderos y que
además dicho instrumento cumple con todas las garantías y requisitos formales,
es decir ajustado a derecho, a fin de que tengan vigencia en el mundo jurídico.
La autenticación contempla no solo la formalidad del documento sino hace
referencia también al fondo, es decir que los hechos o voluntades indicas son
aquella que el notario percibió de las partes. “El notario está autorizado para dar
fe de los actos y contratos que ante él se celebren” (Tambini, 2014, p. 67).

A través del tiempo se ha hecho necesario registrar los hechos o voluntades en


documento que sirvan para acreditarlos, de ello que la autenticación tiene su
objetivo en la voluntad de las partes, puesto que le es necesario al hombre la
seguridad jurídica plena de los actos que realiza.

Cuatro son, pues, los estadios para logar la autenticación plena que exige la
inmediación: a) La evidencia que sobre los hechos de la audiencia tiene aquí y

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ahora el notario, verdad actual, obtenida de visu et auditu, suis sensibus; b)
presunción legal de veracidad, verdad impuesta, coactiva, oficial, con eficacia
futura basada en el principio de autoridad; c) un producto en la inteligencia,
certeza, que sustenta el asentimiento, necesidad de verdad que siente
intensamente el hombre; y d) un producto de su voluntad, la seguridad en la cual
descansa de sus preocupaciones, sabiendo la incolumidad de sus derechos.
(Gattari, 2011, p. 65).

Entonces la autenticación es una operación de ejercicio formal exclusiva del


notario dado a la función que desempeña en la sociedad, todo hecho o voluntad
que conste en instrumento público, se entiende que las voluntades recogidas de
las partes son verdaderas y que los hechos plasmados en el documento han
sucedido en su presencia.

La autenticación no solo sirve para probar como cierto un hecho, sino también
para que sea oponible a terceros. Neri (2014) afirma:
Que la autenticación es el cumplimiento del acto en cuya virtud la ley
ordena aprobar como cierta la existencia de un hecho o de un acto
jurídico. Para que el instrumento público revista el carácter de auténtico o
fehaciente debe ser visto y oído, esto es, percibido sensorialmente y, por
tanto, consignado, comprobado y declarado por funcionario investido de
autoridad y de facultad autenticadora. (p.377 y SS).

La inmediación es una cualidad indispensable el esta operación formal, dado


que solo a través de ella se logra la autenticación.

3.3 Autorización:
Realizada las operaciones formales de ejercicio que hemos venido viendo,
llegamos al último acto que se debe realizar para que el instrumento público
tenga firmeza en el ámbito jurídico, esto es la suscripción del mismo, la firma del
notario que consigna en el instrumento notarial, mediante el cual luego de

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calificar los hechos y voluntades de las partes, y adjuntándolo a derecho, de tal
forma que incluso se considera un medio probatorio, si fuese necesario
presentarlo en juicio, al cumplirse todas las operaciones de ejercicio notarial, de
fondo y las formales, el documento adquiere tal valor que su veracidad, solo
puede ser revertida mediante mandato judicial.

El objetivo de la firma del notario es la de autorizar el documento, convirtiendo el


instrumento en notarial. “En todo instrumento notarial pueden haber tres tipos de
firmas que corresponden a diversa posición y distinto objetivo: la de los
comparecientes que en las actas prestan su conformidad con la narración; la del
otorgante en las escrituras, que implica un consentimiento geminado, asunción
del negocio y rectificación del texto; por último, la del autorizante, esto es, del
oficial público que por medio de la suscripción convierte el instrumento en
notarial. Hay otras firmas, de testigos, firmantes a ruego, etc., que no nos
interesan” (Garatti, 2011, p. 66).

La firma que el notario plasma en el documento debe estar situada al final del
mismo, luego que lo hicieren los intervinientes, con esa acción el notario asume
la responsabilidad por el documento, su contenido y su veracidad, puesto se
entiende que ha tenido que pasar por varios filtros que permitan denotar al
documento de la legalidad absoluta.

Es decir el documento tiene forma, que permite constituir derechos y


obligaciones o también constituyen prueba de hechos; la autorización no solo
consiste en la firma simple del notario, sino esta debe de cumplir con lo
establecido en el artículo 14 de la Ley del Notariado, firma, rubrica, signo, sello, y
otras de seguridad que estime el notario conveniente, las mismas que
previamente, es decir en la incorporación del notario al colegio de notarios
receptivo, tuvo que haber registrado dichos elementos.

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El instrumento notarial alcanza su pleno valor con este último ejercicio formal, la
autorización le otorga vida pública al instrumento, puesto que sin la firma del
notario, dicho documento no sería público, y a lo sumo tendría solo validez en el
ámbito privado, incluso si estuviera en el protocolo pero no contara con la
autorización dicho documento no sería instrumento notarial, pero la doctrina y
jurisprudencia lo admite solo como documento privado siempre que lleve la firma
de las partes.

4. COTEJO CON OTRAS FORMA

Las tres operaciones formales que hemos desarrollado, son exclusivas del notario en
su ámbito de aplicación, es decir dentro del ejercicio de su función notarial; el juez y
el registrador también tiene operaciones de ejercicio de igual denominación que
hemos visto, pero difieren en la aplicación.

4.1 Configuración: conforme a lo que se ha desarrollado, ha quedado claro que el


notario es quien asume la redacción del documento, y pese a que exista la
minuta que puede ser entregada por las partes, el notario igual debe calificarla,
sin embargo esta misma operación de configuración también es realizada por el
juez, pero de forma distinta, en su ámbito, puesto que su labor se realiza sobre
un negocio o acto ya configurado, si una de las partes consiente emitirá un fallo
voluntario, es decir se limita a reconocer y dale valor judicial a lo plasmado en el
documento, pero no asume su redacción, si por otro lado hay contradicción
emitirá una fallo teniendo en consideración los elementos de fondo y formales,
sin asentimiento de las partes, ya que solo aplica la norma jurídica conforme a
derecho, pero no priman las voluntades de las partes.

El registrador, de igual forma en su ámbito configura la inscripción teniendo en


cuenta los elementos de fondo y forma, pero trabaja con sinopsis que extrae de
los instrumentos públicos realizados por el notario. “Cada uno utiliza los medios
específicos; el registrador opera por extracto y cotejo entre asiento y documento;

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el juez desarrolla un discurso jurídico sobre bases contradictorias, debiendo
escuchar las oposiciones de las partes; el notario se limita a ordenar lo quereres
y voluntades y les aplica las formas legales exteriorizadas en la redacción y
narración” (Gattari, 2011, p. 68).

4.2 Autenticación: Mientras el autenticación es para el notario la percepción


sensorial que realiza con las partes, aplicando la inmediación, esta operación
difiere completamente con la que tienen el juez y el registrador, es más podemos
decir que ni el juez ni el registrador les hace falta la inmediación, puesto que el
juez para resolver una pretensión y emitir su sentencia correspondiente, verifica
los hechos y pruebas que han sido presentadas mediante los escritos, es decir
no tiene contacto directo con el justiciable, solo en la audiencia, pero es mínimo;
el registrador por su partes para inscribir un título de igual forma lo hace con la
presentación del instrumento público, en ningún extremo existe inmediación con
el usurario.

4.3 Autorización: a comparación del notario que al suscribir el documento, el


mismo adquiere valor en el mundo jurídico, y se convierte en un instrumento
notarial por excelencia, con todas las exigencias de fondo y forma; la suscripción
que realiza el juez en las sentencias es para darles imperio, están referidas a
cosa juzgada, es realizada sin anuencia de las partes, dado que se está
emitiendo un fallo por un conflicto existente; en tanto el registrador suscribe
certificados y demás dentro de sus funciones pero imprimiéndoles una fe
administrativa, respecto de información que obra en los asientos registrales,
pero no autoriza de igual forma que un notario.

En síntesis, la cualidad autorizante que tiene el notario es única, no gozando de


esta el juez ni el registrador.

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BIBLIOGRAFÍA

- GATTARI, Carlos Nicolás, Manual de derecho notarial, 1ª ed. Buenos Aires,


Depalma, 1988.
-
- TAMBINI ÁVILA, Mónica, Manual de derecho notarial, 3ª ed. Lima, Instituto
Pacífico, 2014.
-
- GATTARI, Carlos Nicolás, Manual de derecho notarial, 1ª ed. Buenos Aires,
AbeledoPerrot, 2011.
-
- NERI, Argentino I, Tratado teorico y practico de derecho notarial, T.I (parte
general), Buenos Aires, Depalma, 1980.

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