Integración Educativa 1
Integración Educativa 1
Integración Educativa 1
Concepto
2) La aplicación del criterio normalizador a la integración social de los sujetos minusválidos, supone
también el principio de Racionalización y Sectorización de Servicios, de forma que éstos reciban las
atenciones que precisen dentro de su medio ambiente natural. Así es como lo define el Plan Nacional de
Educación Especial (1978), que entiende por sector la unidad geográfica y de población en la que se
considera posible, de manera adecuada y eficaz, evaluar las necesidades, programar los servicios,
coordinar las competencias, prestar las atenciones requeridas y estar sujetos a los oportunos controles de
calidad. Un concepto subyacente al principio de sectorización es el de la interdisciplinariedad, pues la
complejidad de funciones que inciden en el sector, lógicamente conlleva una pluralidad de profesiones.
b) Social: Las unidades de educación especial están en el centro ordinario, por lo que los alumnos con
deficiencias realizan algunas actividades junto a los demás chicos, como actividades extraescolares
o juegos.
c) Funcional: Los alumnos con necesidades educativas especiales están escolarizados en las aulas
ordinarias, participando plenamente del proceso educativo.
La integración escolar surgió como una forma de incluir en la escuela común aquellos alumnos que se
encuentran en los márgenes del sistema escolar, debido a diversas dificultades. Antiguamente, cuando un
alumno no alcanzaba los niveles de rendimiento estipulados por el diseño curricular, era derivado a una
escuela especial. Muchas veces ocurría que un alumno no rendía lo suficiente en la escuela común, pero
tampoco estaba tan atrás como para la escuela especial. Asimismo, cuando un niño padecía algún
trastorno o discapacidad, su destino escolar era inevitablemente la escuela especial en sus distintas
modalidades (mentales, sordos, no videntes o motores).
Las actitudes personales de quienes intervienen en el proceso son determinantes para su buen
fin. Conceptos como "aceptación", "normalización", "pertenencia" pueden tener una importancia
fundamental en el. Relacionada con las actitudes la interacción social, especialmente con los pares parece
ser uno de los factores más importantes para el éxito de la integración.Para que la igualdad de
oportunidades pueda darse en un sistema de integración es necesario proveer al niño de un adecuado
servicio de apoyo, que bien puede darse en un centro de recursos que debe cumplir al menos las
siguientes funciones:
Material didáctico: selección del material, producción y/o adaptación, distribución y préstamo,
archivo tecnología, servicio de información y exposición, servicio de asesoramiento y formación de
profesionales.
La integración escolar
El preescolar es parte integrante de una institución en la cual no se atiende a la diversidad de los alumnos
como se debería y creemos que es necesario que la educadora considere algunos elementos para poder
atenderlos e integrarlos dentro de las actividades.
Los problemas de integración de grupo se manifiestan desde muy temprana edad, por lo que el ámbito
escolar adquiere importancia clave en la detección.
Resumen
Para poder llevar a la práctica, de manera efectiva, un modelo educativo que potencie la
inclusión es necesario e imprescindible que los docentes compartan los principios que conlleva
este movimiento. Exponemos las características de una escuela inclusiva y la necesidad de
formación del profesorado para llevarla a cabo de manera satisfactoria.
El origen del movimiento inclusivo se sitúa en los países anglosajones, dentro del marco de la
educación especial. En un intento por sintetizar sus bases, podríamos decir que la escuela
inclusiva reconoce la diferencia como un valor, de modo que todo el mundo puede formar parte
de ella en situación de igualdad. Este reconocimiento de las diferencias individuales nos lleva al
reconocimiento de la diversidad. Así, diversidad es reconocimiento de diferencias y valoración
de ellas.
El movimiento inclusivo se remonta a la ley de 1975 de los Estados Unidos (Education for All
Handicapped Children ACt), en la cual se consideraba que el alumnado con algún tipo de
deficiencia podía recibir una educación apropiada en ambientes menos restrictivos (clase
ordinaria). A partir de esta idea, surgen dos grandes movimientos: la iniciativa de educación
regular (REI) y la escuela inclusiva. El movimiento de la escuela inclusiva se centra en cómo
aumentar la participación del alumnado con deficiencias en un aula ordinaria,
independientemente de las características y niveles de cada persona.
No existe un consenso entre los autores más representativos de este movimiento (Ainscow,
2001; Arnaiz, 2003; Dyson, 1999; Stainback & Stainback, 1999) ya que cada uno tiene su
propia visión sobre el mismo.
Así, por ejemplo, podemos encontrar definiciones tan diferentes y clarificadoras como señala
Ainscow (2001, p. 44), “una escuela que no solo acepta la diferencia, sino que aprende de ella”,
o como definen Stainback y Stainback (1999, pp. 21-35), “es la que educa a todos los
estudiantes en la escuela ordinaria”.
¿Integración o inclusión?
Semánticamente, incluir e integrar tienen significados muy parecidos, lo que hace que muchas
personas utilicen estos verbos indistintamente. Sin embargo, en los movimientos sociales,
inclusión e integración representan filosofías totalmente diferentes, aun cuando tengan
objetivos aparentemente iguales, o sea, la inserción de las personas con discapacidad en la
sociedad.
La escuela inclusiva se construye sobre la participación y los acuerdos de todos los agentes
educativos que en ella confluyen. Considera el proceso de aprendizaje del alumnado como la
consecuencia de su inclusión en el centro escolar. Surge de una dimensión educativa cuyo
objetivo se dirige a superar las barreras con las que algunos alumnos y alumnas se encuentran
en el momento de llevar a cabo el recorrido escolar. Con una escuela inclusiva se trata de
lograr el reconocimiento del derecho que todos tienen tanto a ser reconocidos, como a
reconocerse a sí mismos como miembros de la comunidad educativa a la que pertenecen,
cualquiera que sea su medio social, su cultura de origen, su ideología, el sexo, la etnia o
situaciones personales derivadas de una discapacidad física, intelectual, sensorial o de la
sobredotación intelectual.
En esta escuela que se propone, el desarrollo de la convivencia se realiza a través del diálogo.
Los conflictos se transforman en una oportunidad para el desarrollo personal y social, porque
permite la aproximación entre los agentes en conflicto y el desarrollo de su aprendizaje.
Podemos establecer algunas de las diferencias entre integración e inclusión, como bien
señalan Arnaiz (2003) y Moriña (2002).
Tiende a disfrazar las limitaciones para No disfraza las limitaciones, porque ellas son
aumentar la posibilidad de inserción. reales.
La situación actual en España necesita lo que en palabras de Giroux son los “profesores como
intelectuales transformativos”. El intelectual transformativo es el docente que busca crear
espacios donde todos tengan las mismas posibilidades, tanto dentro de la escuela como
cuando salgan de ella. Es un profesional comprometido con la lucha por la creación de una
escuela para todos. No obstante, este autor apunta que la innovación educativa es al mismo
tiempo una amenaza y un desafío para los docentes de la escuela. Principalmente porque las
medidas de las instituciones educativas denotan poca confianza en las capacidades del
profesorado. Muestra de ello es el diseño curricular vigente en nuestras escuelas. Es un
currículum técnico que define qué, cómo, cuándo y por qué hay que enseñar. El docente se
convierte así en un técnico ejecutor de las directrices prefijadas. Aunque el discurso legislativo
afirme que el profesor es autónomo, después se le plantean una serie de protocolos educativos
que tiene que seguir al pie de la letra. Y el caso es que, pese a este escaso poder de decisión,
es justamente el profesorado el que tiene en su mano el cambio.
La calidad de la educación está estrechamente ligada con la calidad de los profesores, y no con
la calidad de los proyectos que se generen fuera. El profesor tiene calidad si tiene autonomía,
si es un intelectual, y toma decisiones de las que será responsable, y cuya conveniencia
evaluará para así comprender y mejorar la situación educativa.
Una vez determinadas las atenciones especificas e individuales que precisa el alumnado, se
hará necesario ver cómo se ordena el contexto escuela y comunidad, cómo se articulan los
recursos, cómo se potencian los mismos y se optimizan, qué cambios hay que generar en la
práctica educativa de los centros escolares, del profesorado en las aulas, del profesorado como
personas individuales, del alumnado con necesidades…, para que sea posible una adecuada
inclusión educativa como mediación para una inclusión social de todas las personas.
- El apoyo pedagógico planeado es un factor facilitador para la continuidad y éxito del proceso
de inclusión.
- Afecto, paciencia y respeto del docente hacia el alumnado son términos a tener presentes en
todo momento por el docente.
- Formación del docente para atender y manejar las necesidades que se presenten en el
alumnado.
- El estudio y seguimiento permanente del alumno(a), que permite valorar los logros, detectar
las dificultades para proponer acciones que contribuyan a superarlos.
- Las dificultades educativas o dificultades de aprendizaje como suelen son muy comunes en
cualquier proceso de formación, porque cada individuo posee características diferentes que lo
convierten en un ser único y por lo tanto debe recibir un tratamiento individualizado que atienda
las particularidades que presenta.
- Las peculiaridades que en general presenta el alumnado de una institución requieren de
tratamientos diferenciados, porque considerar a un grupo de alumnos o personas con
caracteres homogéneos es incurrir en un error, en una "utopía.
- Proporcionar el entorno y los medios adecuados para el desarrollo, y que se remuevan las
barreras que la propia escuela crea para propiciar un aprendizaje exitoso.
- Establecer un planteamiento global, un planteamiento de centro que afecte a toda la vida del
mismo, a partir de un enfoque intercultural desde donde se revisen los propios valores,
estrategias y objetivos.
- Organización interna
Todo esto requiere una serie de compromisos que impliquen, tanto a la propia Administración
educativa, en sus criterios de gestión educativa, como de los propios agentes docentes,
tutoriales, de apoyo, así como a otros agentes de la propia comunidad.
El docente precisa de unas pautas de seguimiento que les aporten orientaciones a la hora de
llevar a cabo su trabajo. Hablamos de:
- Aprender a manejar los tiempos y los espacios. Contemplar el aula como espacio total a
disposición del aprendizaje comunitario. Aprender a flexibilizar el tiempo, ya que esto facilita la
individualización de la enseñanza.
- Capacitar al profesorado para crear nuevos canales de comunicación que sobrepasen las
fronteras del centro. Si la escuela inclusiva es una escuela para todos, abierta al entorno, los
profesionales que en ella trabajen deben saber y poder contactar con profesionales de otros
centros (en foros, seminarios) para preguntar, comentar, intercambiar… y así mejorar la acción.
Hablamos de colaboración frente a competición.
Serán los propios docentes los que, en el transcurrir de su tarea, detectarán sus propias
necesidades de formación. De ahí que la formación más importante, quizá sea, la que lo
capacite para buscar los recursos necesarios allí cuando los necesite.
En definitiva, en el mundo actual, los cambios se suceden cada vez con mayor rapidez. La
transformación de las relaciones sociales dentro del marco de la globalización y la
multiculturalidad hace que la única constante en cualquier situación educativa sea la diversidad.
Ante este panorama, es difícil seguir trabajando de acuerdo con la tradición educativa. La
escuela inclusiva se presenta como una respuesta que no sólo reconoce, sino que además
valora, la heterogeneidad del alumnado, al centrarse en el desarrollo de las potencialidades de
cada cual, y no en sus dificultades.
Resulta fundamental cuidar al máximo la formación del profesorado. Son los profesores los que
llevarán a cabo los cambios, por lo que no podemos pensar en una propuesta de mejora en la
escuela que no vaya acompañada de una mejora en la formación del profesorado.
Pero el caso es que el profesorado nunca se encontrará totalmente preparado para cualquier
situación. Ante esta perspectiva, la mejor formación surge a partir de la conciencia de
formación diaria y para toda la vida y que capacite al profesorado para asumir la gran
responsabilidad que conlleva la correcta toma de decisiones educativas.
En la escuela del siglo XXI al profesorado le corresponde alentar al alumnado en este proceso,
dotarles de puntos de referencia para comprender el mundo que le rodea y reforzar al mismo
tiempo su sentido de pertenencia a la comunidad. De la reflexión y revisión de su práctica
educativa surgirán tanto los cambios metodológicos como culturales, imprescindibles para
construir ese ámbito de inclusión. El centro escolar ha de ser y ocupar ese importante espacio
educativo que le corresponde donde las múltiples formas de la participación se articulen a
través de la convicción de la pertenencia al género humano.
BILBIOGRAFÍA
DE PABLOS RAMÍREZ, J.C. (1997). El papel del profesorado en una sociedad de cambio.
Granada. Universidad de Granada. Granada.
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FULLAN, A; HARGREAVES, A. (1997). ¿Hay algo por lo que merezca la pena luchar en la
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ARNAIZ, P. (2003). Educación Inclusiva, una escuela para todos. Málaga: Archidona Aljibe.
MORIÑA, A. (2002). El camino hacia la inclusión en España. Una revisión de las estadísticas
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