Psicoanálisis

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Psicoanálisis

El psicoanálisis (del griego ψυχή [psykhé], 'alma' o


'mente', y ἀνάλυσις [análysis], 'análisis', en el sentido
de examen o estudio) es una práctica terapéutica y
técnica de investigación1 2 fundada por el neurólogo
austríaco Sigmund Freud alrededor de 1896.3 A
partir del psicoanálisis se han desarrollado
posteriormente diversas escuelas de psicología
profunda o de orientación dinámica y analítica.
Asimismo, la teoría ha influido sobre muchas otras
escuelas psicológicas y de terapias no necesariamente
psicoanalíticas.4

El psicoanálisis tiene como objetivo la investigación y Freud y otros psicoanalistas en 1922. De izquierda
el tratamiento de los problemas emocionales desde el a derecha sentados: Sigmund Freud, Sándor
punto de vista de la infancia de la persona, la Ferenczi y Hanns Sachs. De pie: Otto Rank, Karl
interpretación de los sueños, los actos fallidos y la Abraham, Max Eitingon y Ernest Jones.
técnica de asociación libre, entre otras.5

El interés de Freud recayó en el tratamiento de individuos que manifestaban un comportamiento anormal


extrayendo sus conclusiones de la observación clínica, técnica que reivindica frente a la de la
experimentación. Freud creía que poderosos impulsos biológicos, principalmente de naturaleza sexual,
influían en el comportamiento humano. Opinaba que estas tendencias eran inconscientes y que creaban
conflictos entre el individuo y las normas sociales.6

Índice
Concepto
Definiciones derivadas de los tres aspectos
El psicoanálisis como teoría explicativa
El psicoanálisis como método de investigación
El psicoanálisis como terapia
Historia del psicoanálisis
Técnica psicoanalítica
Las tópicas
Primera tópica: consciente, preconsciente e inconsciente
Segunda tópica: el Ello, el Yo y el Superyó
Otros conceptos del psicoanálisis
Mecanismos de defensa
El desarrollo libidinal
Desarrollo sexual infantil
Disidencias, ampliaciones y escuelas alternativas del psicoanálisis
El psicoanálisis en la universidad
El psicoanálisis en la literatura o semanálisis
Eficacia en el tratamiento de trastornos psicológicos
Críticas al psicoanálisis
Explicaciones fallidas
Psicoanálisis y neurociencia
Cine y psicoanálisis
Véase también
Notas
Referencias
Bibliografía
Enlaces externos

Concepto
El concepto de «psicoanálisis» designa, por una parte, aquel modelo teórico descriptivo y explicativo de los
mecanismos, procesos y fenómenos implicados en la vida anímica humana. Este modelo se basó
inicialmente en la experiencia de Sigmund Freud en el tratamiento clínico de pacientes que presentan
histerias, fobias y diversos padecimientos psíquicos y ha tenido un amplio desarrollo teórico posterior con el
aporte de muchos teóricos del psicoanálisis. Por otra parte, «psicoanálisis» se refiere también a la terapia
psicoanalítica misma, es decir, a un conjunto de procedimientos y técnicas terapéuticas que se desarrollan a
partir de esta teoría para el tratamiento de patologías mentales. Finalmente, «psicoanálisis» puede referirse
además al método psicoanalítico: un método de investigación que ha sido aplicado, más allá de la
psicología clínica individual, al análisis de fenómenos culturales, por ejemplo en etnología y antropología
(entre otras disciplinas).7 El desarrollo del psicoanálisis es permanente en estos tres aspectos por parte de
investigadores y clínicos, si bien cabe remarcar que tal segmentación del campo psicoanalítico no puede ser
otra cosa que una esquematización descriptiva, y que en ningún caso da cuenta de la estructura propia del
psicoanálisis donde teoría y práctica se encuentran ligadas sin que pueda darse la una sin la otra. Freud
sostuvo que una de las glorias del psicoanálisis era la coincidencia de investigación y tratamiento,8 si bien
aclara que la técnica de ambas difiere. El psicoanálisis moderno se caracteriza por el pluralismo teórico,
metódico y terapéutico. Si el psicoanálisis puede ser considerado una teoría científica es un asunto que en
círculos académicos y profesionales continúa siendo controvertido.

La definición clásica de Freud nota 1 incluye, según resumen Jean Laplanche y Jean-Bertrand Pontalis, los
siguientes tres aspectos:

A) Un método de investigación que consiste esencialmente en evidenciar la significación


inconsciente de las palabras, actos, producciones imaginarias (sueños, fantasías, delirios) de un
individuo. Este método se basa principalmente en las asociaciones libres del sujeto, que
garantizan la validez de la interpretación. La interpretación psicoanalítica puede extenderse
también a producciones humanas para las que no se dispone de asociaciones libres.

B) Un método psicoterapéutico basado en esta investigación y caracterizado por la


interpretación controlada de la resistencia, de la transferencia y del deseo. En este
sentido se utiliza la palabra psicoanálisis como sinónimo de cura psicoanalítica;
ejemplo, emprender un psicoanálisis (o un análisis).
C) Un conjunto de teorías psicológicas y psicopatológicas en las que se sistematizan los
datos aportados por el método psicoanalítico de investigación y de tratamiento.7

Definiciones derivadas de los tres aspectos

El psicoanálisis como teoría explicativa

El psicoanálisis es una teoría sobre los procesos psíquicos inconscientes, que presenta una concepción
ampliada de la sexualidad, de sus relaciones con el acontecer psíquico y su reflejo en lo sociocultural. El
supuesto de que existen los procesos, fenómenos y mecanismos psíquicos inconscientes junto al papel de la
sexualidad y del llamado complejo de Edipo, que resulta en una diferenciación entre instinto y pulsión; así
como la aceptación de la teoría de la represión y el papel de la resistencia en el análisis constituyen para
Freud los pilares fundamentales de su edificio teórico, al punto que sostiene que «quien no pueda admitirlos
todos no debería contarse entre los psicoanalistas».10

Esta definición de Freud ha tenido amplia aceptación entre los psicoanalistas, así como también la
necesidad de la transmisión del saber a través del análisis didáctico y los análisis de control o supervisados.
Esta aceptación o identificación con los pilares centrales de la teoría y el método, se dio en medio de
controversias. Refiriéndose a la definición de Freud de 1922, la historiadora Élisabeth Roudinesco
comenta:

«Freud proporcionó la definición más precisa del marco psicoanalítico, al subrayar que sus
"pilares" teóricos eran el inconsciente, el complejo de Edipo, la resistencia, la represión y la
sexualidad (...) Si bien los freudianos de todas las tendencias siempre aceptaron reconocerse
en esta definición de psicoanálisis, no han cesado de combatir entre ellos a dividirse acerca de
la cuestión de la técnica psicoanalítica y el psicoanálisis didáctico».11

En efecto, los psicoanalistas de las generaciones que siguieron a Freud desarrollaron la teoría en diversas
direcciones, en parte reforzando y complementando sus ideas, en parte distanciándose de ellas o criticando
algunos puntos más o menos centrales. Estos movimientos de diferenciación e integración, han dado lugar a
la existencia de varias escuelas, con diversas concepciones u orientaciones. Por ejemplo, la Psicología del
yo, la teoría de las relaciones objetales (de Melanie Klein, Donald Winnicott), el psicoanálisis relacional, el
psicoanálisis lacaniano. Asimismo, escisiones tempranas y divergencias en aspectos decisivos dieron lugar
a escuelas completamente independientes, como la psicología analítica de Carl Gustav Jung.

El psicoanálisis como método de investigación

El psicoanálisis incluye también una serie de métodos para la investigación de la experiencia, el


pensamiento y la conducta humana, tanto de sujetos individuales como de grupos y culturas. Esta última
aplicación se ha llamado también etnopsicoanálisis.12 13

La idea central de esta aplicación del psicoanálisis consiste en que tras la superficie en la que se representan
las formas de comportamiento perceptibles (en la conducta individual y en la de los grupos y culturas) así
como también tras las normas sociales y valores de una comunidad cultural, con frecuencia se esconden
contenidos y motivaciones inconscientes que no son de acceso fácil al Yo y que pueden develarse y hacerse
comprensibles con la ayuda de los conceptos y métodos del psicoanálisis.[cita requerida]

En las décadas siguientes a Freud, diversos psicoanalistas desarrollaron otras técnicas para la exploración e
interpretación psicoanalítica de diversas manifestaciones culturales: desde los cuentos de hadas y mitos
hasta el análisis de obras literarias mayores, del cine o de las artes plásticas.
El psicoanálisis como terapia

En el sentido estricto, el psicoanálisis puede ser definido como un


método y técnica de tratamiento psicoterapéutico basada en la
exploración del inconsciente a través de la asociación libre. A
diferencia de los métodos que se basan en ejercicios,
entrenamiento o aprendizaje (como las técnicas conductuales) o de
las explicaciones en el plano cognitivo, el psicoanálisis se cuenta
entre las técnicas de descubrimiento o develación que intentan que
el paciente logre una comprensión profunda de las circunstancias
(generalmente inconscientes) que han dado origen a sus
afecciones, o son la causa de sus sufrimientos o malestares
psíquicos. Aunque frecuentemente se asocia esto a la
introspección, constituye un malentendido esperar como objetivo
esencial de la terapia psicoanalítica una comprensión racional
acerca de las relaciones causales. Se trata más bien de lograr una
reestructuración de más amplio alcance de la personalidad, muy Sigmund Freud.
especialmente de la vida afectiva y particularmente en aquellas
áreas que contribuyen y mantienen la formación de síntomas, o de
formas defensivas que causan daño o malestar. [cita requerida]

El psicoanálisis clásico se desarrolla durante algunos años con una frecuencia de tres a cinco veces por
semana. En la disposición clásica el paciente se recuesta en un diván y habla, en lo posible sin censura,
sobre todo lo que siente, piensa, poniendo en palabras toda ocurrencia que le venga a la mente. Esta técnica
se denomina asociación libre y constituye la regla fundamental. El analista que está sentado tras él, escucha
manteniendo una atención parejamente flotante y comunica al paciente sus interpretaciones, hechas según
el material que va apareciendo durante el proceso analítico. El analista entrega estas interpretaciones a su
paciente tantas veces como considere conveniente y en las situaciones que decida. En particular el analista
captará e interpretará los patrones emocionales y de funcionamiento psíquico, los mecanismos típicos que el
paciente repite en la relación con él en forma de transferencia y, básicamente, las formaciones del
inconsciente que surjan en el discurrir del analizante a lo largo de su análisis. " Independientemente de las
variaciones que existen en las diferentes escuelas posteriores a Freud, donde muchas de ellas modifican esta
"disposición" o "encuadre" clásico, el eje central del psicoanálisis como técnica terapéutica es la asociación
libre. Desde la época de Freud y hasta la actualidad se le asigna a la llamada "regla técnica fundamental" un
carácter demarcatorio entre lo que se llama psicoanálisis y lo que es una terapia diversa de este.10

Historia del psicoanálisis


La historia del psicoanálisis corresponde en gran parte a la historia de su fundación, elaboración, revisión y
difusión por parte de su máxima figura, el médico y neurólogo vienés Sigmund Freud.

Se considera un antecedente clave para el nacimiento del psicoanálisis que Freud llegase a ser alumno de
Jean Martin Charcot en el hospital Salpêtrière de París entre los años 1885 y 1886.14 Freud se
familiarizaría así con las investigaciones llevadas a cabo sobre la histeria las cuales mostraban que mediante
la hipnosis se podían inducir, suprimir e intercambiar toda clase de síntomas presentes en los cuadros
histéricos, sugiriendo una etiología psicológica y no orgánica.15 Las mujeres histéricas que eran sometidas
a tal experiencia no conservaban en la conciencia lo sucedido, es decir, no recordaban, aunque la sugestión
hipnótica seguía actuando una vez deshecho el trance hipnótico. Ya de vuelta a Viena y en colaboración
con su amigo y colega, el fisiólogo Joseph Breuer,16 aplicó el método catártico descubierto por este, que
más tarde modificaría paulatinamente hasta dar forma al psicoanálisis.17
Tras años de experiencia clínica, Freud propuso la
teoría de que los síntomas histéricos y neuróticos
tenían como causa núcleos traumáticos reprimidos en
el inconsciente por ser moralmente inaceptables para
el Yo del sujeto.18 Freud postuló que estos núcleos
patológicos consistían en «uno o varios sucesos de
precoz experiencia sexual, perteneciente a la más
temprana infancia».19

En su artículo de 1914 Recordar, repetir, reelaborar,


Freud expone brevemente la historia de su método,
desde su antecesor, la hipnosis. Al referirse a esta, en Jean-Martin Charcot enseñando en el Salpêtrière
de París: mostrando a sus estudiantes una mujer
particular la «catarsis breueriana», menciona que la
("Blanche" (Marie) Wittman) en "estado histérico".
misma se enfocaba en la reproducción de los procesos
psíquicos de la situación en la que se adquirieron los
síntomas neuróticos "para que tuvieran su decurso a
través de la actividad consciente".20 Se partía del supuesto de que los síntomas remitían a esos procesos
reprimidos. Junto a la rememoración, la abreacción era otra de las metas a que se apuntaba mediante esta
técnica para lo cual se inducía al paciente a un estado hipnótico.

En un momento posterior, Freud decide abandonar la hipnosis, lo cual suele ser explicado diciendo
simplemente que no era una técnica con la que él estuviera particularmente cómodo, así como que no es de
por sí susceptible de ser aplicada en todos los casos. Por otra parte, se le adjudica como falencia el que tras
un período de recuperación, luego de haber sido aplicada, los síntomas retornaban nuevamente,
imponiendo la tarea de repetir el tratamiento. Por otra parte, también se dice que este método no permite
acceder al trabajo analítico a las «resistencias» del paciente. En cualquier caso, la técnica apuntaba,
entonces, a "colegir desde las ocurrencias libres del analizado aquello que él denegaba recordar. Se
pretendía sortear la resistencia mediante el trabajo interpretativo y la comunicación de sus resultados al
enfermo".21

En tercer lugar, Freud abandona la focalización sobre un problema determinado, conformándose con
"estudiar la superficie psíquica que el analizado presenta cada vez, y se vale del arte interpretativo, en lo
esencial, para discernir las resistencias que se recortan en el enfermo y hacérselas conscientes".21

En 1897, coincidiendo con la muerte de su padre, Freud, aplicó a su propia persona la experiencia clínica
acumulada y comenzó un estudio profundo de sus recuerdos, deseos y emociones que le permitieron
reconstruir su infancia. Este sistemático escrutinio de su psiquismo, considerado acto fundador del
psicoanálisis,22 es conocido como su autoanálisis.

En el período aproximadamente comprendido entre 1895 y 1905 Freud, atravesó por un intenso aislamiento
profesional y personal provocado por la oposición y a menudo indignación que sus teorías suscitaban. A
pesar de ello, Freud se mostró particularmente fructífero en estas circunstancias adversas publicando las que
se consideran dos obras cardinales del psicoanálisis, La interpretación de los sueños y Tres ensayos sobre
teoría sexual. El aislamiento de esta época, que el mismo Freud denominaría «espléndido aislamiento», fue
remitiendo paulatinamente y ya en otoño de 1902 nació modesta e informalmente la Psychologische
Mittwoch-Gesselschaft (literalmente: «Sociedad Psicológica de los miércoles»). Los médicos vieneses Max
Kahane, Rudolf Reitler, Alfred Adler y Wilhelm Stekel se empezaron a reunir, a iniciativa de este último,
en la casa de Freud cada miércoles por la noche.23 Este pequeño grupo formó el núcleo de lo que se
convertiría, en 1908, en la Asociación Psicoanalítica Vienesa (Wiener Psychoanalytische Vereinigung).24
En 1910 se fundó la Asociación Psicoanalítica
Internacional (IPA), pero no fue hasta 1919, tras el
final de la Gran Guerra (1914-1918), cuando el
movimiento psicoanalítico internacional comenzó a
extenderse social, geográfica y científicamente,
convirtiéndose en un referente no solo de la
psiquiatría y la clínica, sino también de la cultura
crítica. En este proceso de consolidación del
pensamiento y la práctica psicoanalítica, tuvo gran
importancia la creación de clínicas y ambulatorios de
carácter gratuito donde se trataba a las clases más
desfavorecidas, la puesta en práctica de la Sala de espera del consultorio en la casa de
"psicoterapia para las masas" que Freud había Freud, donde tenían lugar las reuniones de la
propuesto al final de la Guerra. La creación de estas "Sociedad Psicológica de los Miércoles".
clínicas gratuitas, 25 a la par que supuso un
compromiso social sin precedentes desde un
movimiento científico, obligó a desarrollar un modelo de formación psicoanalítico institucionalizado para
lograr la gran cantidad de psicoterapeutas necesarios para convertir en realidad el proyecto. Siguiendo este
modelo, se crearon clínicas gratuitas en Berlín, Viena, Londres, Moscú (sostenida con fondos públicos del
estado soviético), Budapest y Chicago. El avance del fascismo europeo durante los años treinta provocó el
cierre de estas clínicas, pese a sus buenos resultados clínicos y en investigación, y obligó la emigración
forzosa de la mayoría de psicoanalistas europeos.26

A lo largo de su historia el psicoanálisis no ha dejado


de evolucionar conforme nuevos hechos eran
descubiertos. También, debido a los diferentes puntos
de vista e interpretaciones de diversos autores, se ha
ramificado en varias escuelas y técnicas de
intervención. Entre los colaboradores y sucesores más
representativos de Freud, aparte de los más arriba
mencionados, se cuentan, Otto Rank, Wilhelm Reich,
Paul Federn, Hanns Sachs, Oskar Pfister, Max
Eitingon, Abraham Brill, Sándor Ferenczi, Karl
Abraham, Ernest Jones, Marie Bonaparte, Lou
Andreas-Salomé, Karen Horney, Anna Freud,
Melanie Klein, Donald Winnicott, Wilfred Bion,
Jacques Lacan, Erich Fromm, Erik Erikson y muchos
Sigmund Freud con otros colegas en el congreso
otros que han refinado las teorías freudianas e de La Haya, 1920. La fotografía muestra a Freud
introducido las propias. Mención especial, por su sentado (centro), Ernest Jones (segundo desde la
importancia e impacto en el movimiento izquierda), Sándor Ferenczi (segundo desde la
psicoanalítico, merecen los autores Carl Gustav Jung derecha) y de pie (centro) Karl Abraham; varios
y Alfred Adler. Ambos se distanciaron del hombres no identificados aparecen sentados o de
psicoanálisis, discrepando en especial de la tesis pie.
freudiana de la etiología sexual de las neurosis, y
propusieron ideas, conceptos y teorías alternativas.

Técnica psicoanalítica
Según el psicoanálisis, los síntomas histéricos y neuróticos tienen un origen ligado a conflictos
inconscientes, aspectos de los cuales, pese a ser ajenos por completo al consciente del analizado, pugnan
por emerger a la conciencia. El retorno de lo reprimido, resultado de una represión fallida ante la fuerza
emergente del material reprimido, es una formación de compromiso, ejemplo de lo cual constituye el
síntoma histérico y, en general, el neurótico. El objetivo de la terapia es vencer las resistencias para que el
analizado acceda a las determinaciones inconscientes de sus sentimientos, actitud o conducta. Freud, en una
de las oportunidades en las que describe la operación que lleva a cabo la terapia analítica, lo hace en estos
términos: "la rectificación con posterioridad del proceso represivo originario".27

La «regla fundamental» de la técnica psicoanalítica es la asociación libre.28 El analista introduce al


paciente en la técnica solicitándole que le comunique todos los pensamientos, ocurrencias, ideas o imágenes
que se le pasen por la mente, independientemente de que estos le parezcan absurdos, irrelevantes o
comprometedores, «sin criticarlos o seleccionarlos».29 Al comunicar estos contenidos, el analizado no
debe tener en cuenta cuan insignificante, trivial o desagradable le resulten, ya que esto solo expresaría la
acción de las resistencias.

El analista por su parte, también debe respetar reglas, particularmente las tres siguientes:

Escuchar al analizado con una atención parejamente flotante, es decir, sin privilegiar
ningún elemento de su discurso, lo que implica que el analista «deje funcionar lo más
libremente posible su propia actividad inconsciente y suspenda las motivaciones que
habitualmente dirigen la atención».30 En palabras de Freud, «el analista debe escuchar y
no hacer caso de si se fija en algo».31
Mantener una actitud neutral, en cuanto a los valores, es decir, no dirigir la cura en función
de un ideal religioso, moral o social, no juzgar, no aconsejar.32 La posición debe ser
igualmente neutral frente a las manifestaciones transferenciales y frente al discurso del
paciente, es decir, «no conceder a priori una importancia preferente, en virtud de prejuicios
teóricos, a un determinado fragmento o a un determinado tipo de significaciones».33
Observar una actitud de estricta abstinencia, lo que implica que el analista «no satisface las
demandas del paciente ni desempeña los papeles que este tiende a imponerle».34 El
sentido de este principio es que la cura debe transcurrir de tal forma que el analizado no se
sirva de ella para obtener satisfacciones sustitutivas de sus síntomas.

En cuanto a la interpretación, su función no es propuesta como un enunciado que refiera el material que
ofrece el caso a una teoría (como el Complejo de Edipo, la nosología psicoanalítica, las tópicas que
representan el aparato psíquico, etc.), sistematizada o no, que incluya la experiencia propia del analista y el
consenso de la comunidad analítica, sino algo que se acercaría mucho más a un desciframiento. En este
sentido, el psicoanalista Donald Winnicott comenta la importancia de «que el analista no conozca las
respuestas, excepto en la medida en que el paciente dé las claves. El analista recoge las claves y hace las
interpretaciones».35

Los lapsus son actos erróneos para la conciencia, en los que se manifiesta una descarga del inconsciente.
Para Freud, expresa un motivo personal relevante, desconocido para la personalidad consciente. A menudo
el lapsus no es obvio y se revela solo después de una larga cadena de asociaciones.

Una segunda área explotada por la asociación libre es la de los sueños, considerada la «vía regia al
inconsciente». Para el psicoanálisis los sueños son siempre (al menos esto es lo postulado en La
interpretación de los sueños) realizaciones de deseos,36 los cuales generalmente se disfrazan por ser
inaceptables para la organización consciente del individuo. Freud distingue en la estructura del sueño: el
contenido manifiesto, que generalmente parece incoherente y sin sentido pero que presenta algún tipo de
historia narrativa; y el contenido latente, que se refiere a las asociaciones que se despliegan a partir del
sueño manifiesto. El sueño (la ilación de sus contenidos manifiestos) es una formación producida por el
trabajo del sueño que transforma el material latente mediante la condensación, el desplazamiento, el
trastorno en su contrario y diversos tratamientos que las representaciones inconscientes reciben, en virtud de
su estructura, y que Freud designó como desfiguración onírica.37 La dirección del trabajo del análisis es
precisamente en sentido contrario al del trabajo del sueño ya que obtiene el contenido latente donde era lo
manifiesto. Los sueños son figuraciones capaces de acceder a la
conciencia, ya que en esta situación de reposo (el dormir) es
cuando la censura se encuentra más relajada y la resistencia se
encuentra debilitada. Los anhelos y deseos que tienen prohibido el
acceso en los estados conscientes tienen una oportunidad de
escaparse tras el velo de la desfiguración onírica.

También en el chiste (Witz en alemán) encuentra el psicoanálisis


una de las manifestaciones paradigmáticas del inconsciente.

Freud afirmó que el individuo neurótico, cuyas necesidades


eróticas infantiles permanecieron insatisfechas, podrá orientar sus
requerimientos libidinosos hacia una nueva persona que surja en su
horizonte, siendo muy probable que las dos porciones de su libido
(la consciente y la inconsciente) participen en este proceso. Es por
lo tanto perfectamente normal y comprensible que una carga de
libido se oriente también hacia el psicoanalista. Este proceso da
lugar a lo que en psicoanálisis se denomina transferencia.

Cuando se habla de «transferencia» en la terapia, se considera que


el paciente transfiere o reedita sobre la figura del analista demandas Portada de la primera edición en
alemán de La interpretación de los
libidinales experimentadas en la infancia en relación a personas
sueños .
que entonces fueron importantes o significativas. La transferencia
ofrece la oportunidad para poner en acto los conflictos infantiles y
estructuras cognoscitivas que condujeron a las represiones y a las
distintas formaciones de sus neurosis; y asimismo proporciona al sujeto las condiciones para rectificar esos
hechos que tuvieron lugar en la infancia y que, por permanecer inconscientes, se habían mantenido
refractarios a sus intentos previos de influir en ellos.nota 2

La contratransferencia será aquel conjunto de reacciones inconscientes del analista frente a la persona del
analizado y frente a la transferencia. Se le considera un elemento muy importante en el trabajo analítico
porque cada uno posee en su propio inconsciente un instrumento con el cual puede interpretar las
expresiones del inconsciente en los demás.

Las tópicas
Tal y como aclaran Jean Laplanche y Jean-Bertrand Pontalis en su "Diccionario de Psicoanálisis" Tópica
hace referencia a una "Teoría o punto de vista que supone una diferenciación del aparato psíquico en cierto
número de sistemas dotados de características o funciones diferentes y dispuestos en un determinado orden
entre sí, lo que permite considerarlos metafóricamente como lugares psíquicos de los que es posible dar una
representación espacial figurada. Corrientemente se habla de dos tópicas freudianas, la primera en que se
establece una distinción fundamental entre inconsciente, preconsciente y consciente, y la segunda que
distingue tres instancias: el ello, el yo, el superyó.38

Primera tópica: consciente, preconsciente e inconsciente

La conciencia es la cualidad momentánea que caracteriza las percepciones externas e internas dentro del
conjunto de los fenómenos psíquicos. El término inconsciente se utiliza para connotar el conjunto de los
contenidos no presentes en el campo actual de la conciencia. Está constituido por contenidos reprimidos
que buscan regresar a la conciencia o bien que nunca fueron conscientes y su cualidad es incompatible con
la conciencia. El preconsciente designa una cualidad de la psique que califica los contenidos que no están
presentes en el campo de la conciencia pero pueden devenir en conscientes. Los estados reprimidos son
inaccesibles sin una hipnosis, generalmente son revelaciones a través de imágenes retenidas durante el
tiempo de vida de cada individuo.

Segunda tópica: el Ello, el Yo y el Superyó

El Ello es la instancia más antigua y original de la personalidad y


la base de las otras dos. Comprende todo lo que se hereda o está
presente al nacer, se presenta de forma pura en nuestro
inconsciente. Representa nuestros impulsos o pulsiones más
primitivos. Constituye, según Freud, el motor del pensamiento y el
comportamiento humano. Opera de acuerdo con el principio del
placer y desconoce las demandas de la realidad.

El Superyó es la parte que contrarresta al ello, representa los


pensamientos morales y éticos recibidos de la cultura. Consta de
dos subsistemas: la "conciencia moral" y el ideal del yo. La
"conciencia moral" se refiere a la capacidad para la
autoevaluación, la crítica y el reproche. El ideal del yo es una
autoimagen ideal que consta de conductas aprobadas y
recompensadas. Diagrama del modelo estructural de
tres instancias (Ello, Yo y Superyó) y
El Yo es una parte del ello modificada por su proximidad con la de su superposición con el modelo
realidad y surge a fin de cumplir de manera realista los deseos y espacial de la psique en la primera
demandas del ello de acuerdo con el mundo exterior, a la vez que tópica de S. Freud (consciente,
trata de conciliarse con las exigencias del superyó. El yo preconsciente, inconsciente).
evoluciona a partir del ello y actúa como un intermediario entre
este y el mundo externo. El yo sigue al principio de realidad,
satisfaciendo los impulsos del ello de una manera apropiada en el mundo externo. Utiliza el pensamiento
realista característico de los procesos secundarios. Como ejecutor de la personalidad, el yo tiene que medir
entre las tres fuerzas que le exigen: las del mundo de la realidad, las del ello y las del superyó, el yo tiene
que conservar su propia autonomía por el mantenimiento de su organización integrada.

Los papeles específicos desempeñados por las entidades ello, yo y superyó no siempre son claros, se
mezclan en demasiados niveles. La personalidad consta según este modelo de muchas fuerzas diversas en
conflicto inevitable.

Otros conceptos del psicoanálisis

Mecanismos de defensa

Freud define la represión como una operación cuya esencia consiste en rechazar y mantener alejados de la
consciencia determinados elementos que resultarían dolorosos o inaceptables para el yo. La pulsión, cuya
satisfacción por sí misma produciría placer, conlleva el peligro de producir displacer por los problemas que
acarrearía el no satisfacer otras exigencias, igualmente internas, pero que constituyen las instancias
psíquicas (superyoicas) representantes de las exigencias morales. Estos pensamientos o ideas tienen para
Freud un contenido sexual. La represión se origina en el conflicto psíquico que se produce por el
enfrentamiento de exigencias internas contrarias entre un deseo que reclama imperativamente su
satisfacción y las prohibiciones morales. En un sentido más general y menos estricto, la palabra «represión»
fue utilizada también por Freud como sinónimo de «defensa», en tanto se refiere a ella como prototipo de
otras operaciones y mecanismos defensivos, mediante los cuales el yo se protege del dolor o displacer que
causa este conflicto, «reprimiendo» el deseo inconsciente.39

En los sueños opera la condensación. Varios elementos presentes en el sueño latente se conjugan, se unen
en un mismo elemento; pueden ser fragmentos de imágenes, frases o trozos de ideas. Estos fragmentos de
vivencias siempre estarán unidos de alguna forma por elementos comunes, que los relacionan y aparecen
durante el análisis por medio de la asociación libre. Un ejemplo de condensación se da cuando soñamos
con una persona que reúne rasgos de diferentes personas, a veces se presenta como una persona
determinada y de pronto se convierte o desempeña el papel de alguna otra más.

El desplazamiento, que también se presenta en los sueños, pero que corresponde a una de las operaciones
que el psicoanálisis describe para la formación de síntomas neuróticos, consiste en la separación o
desprendimiento del afecto (la intensidad, la importancia y la cantidad de afecto) que está ligado a una idea
o representación y que se desplaza hacia otras representaciones. De esta manera puede parecer como
importante algún elemento que en realidad es superfluo y, por el contrario, recordar de forma imprecisa y
sin importancia elementos que originalmente la tenían, pero que por esta vía han quedado desprovistos de
su monto de afecto original. El desplazamiento es el proceso que más influye en ocultar el sentido latente
del sueño. Cuanto más confuso y oscuro es un sueño, más ha sido influido por el desplazamiento.40

El desarrollo libidinal

El psicoanálisis emplea el término pulsión (impulso que tiende a la consecución de un fin) para el estudio
del comportamiento humano. Se denomina pulsión a las fuerzas derivadas de las tensiones somáticas en el
ser humano, y las necesidades del ello; en este sentido las pulsiones se ubican entre el nivel somático y el
nivel psíquico.

La pulsión es un impulso que se inicia con una excitación corporal (estado de tensión), y cuya finalidad
última es precisamente la supresión de dicha tensión.

Hay dos tipos de pulsiones, la pulsión sexual o de vida (Eros) y la pulsión de muerte (Tánatos). Para el
psicoanálisis el impulso sexual tiene unas acotaciones muy superiores a lo que habitualmente se considera
como sexualidad. La libido es la energía pulsional, y puede presentar diferentes alternativas según esté
dirigida a los objetos (libido objetal), o bien se dirija al propio Yo (libido narcisista).

El psicoanálisis establece una serie de fases a través de las cuales se verifica el desarrollo del sujeto. Desde
el punto de vista de dichas fases, los conflictos psíquicos - y su posibilidad de resolución- dependerán del
estancamiento de una fase (fijación) o del retorno a una fase precedente (regresión).

Freud distinguió a partir de 1915 diversos momentos y "dimensiones" de una pulsión:

1. La fuente que tiene su origen en lo somático y que se traduce por una tensión, una suerte
de impulso (en alemán: Drang).
2. El Drang mismo, es decir la tensión interior que se traduciría en Trieb (pulsión).
3. La meta que se puede encontrar en un estado pasivo o activo.
4. El "objeto" de la pulsión, que en lo real es un medio, un medio bastante accesorio ya que
solo sirve para disminuir temporalmente la tensión inherente a la pulsión.

Desarrollo sexual infantil


La teoría plantea que conforme crecen los niños su deseo se enfoca en diferentes áreas del cuerpo, en los
que se busca la satisfacción libidinal. Siguiendo una secuencia de etapas psicosexuales en las que son
importantes diferentes zonas erógenas, los niños pasan del autoerotismo a la sexualidad reproductora y
desarrollan sus personalidades adultas:

1. Fase oral (desde el nacimiento hasta los 12 o 18


meses): la boca es la zona erógena preeminente y
procura al bebé no solo la satisfacción de alimentarse,
sino, sobre todo, el placer de chupar. Es decir, de poner
en movimiento los labios, la lengua y el paladar en una
alternancia rítmica.
2. Fase anal (12-18 meses hasta 3 años): en esta época la
fuente principal de placer y conflicto potencial son las
actividades en las que interviene el ano. Con frecuencia
representa el primer intento del niño por convertir una
actividad involuntaria en voluntaria. Los niños pueden
experimentar dolor o placer ya sea al retener o al
expulsar sus desechos fisiológicos. Debemos separar
aquí el placer orgánico de defecar, aliviando una
necesidad corporal, del placer sexual consistente en
retener las heces y los gases para después expulsarlos
bruscamente. Carta de Sigmund Freud a una
3. Fase fálica (3 a 6 años): el órgano sexual masculino madre en relación a la
desempeña un papel dominante. En esta fase, las homosexualidad de su hijo. La carta
caricias masturbatorias y los tocamientos ritmados de fue más tarde enviada
las partes genitales proveen al niño un placer anónimamente "De una madre
autoerótico. Freud considera que el clítoris es agradecida" a Alfred Charles Kinsey.
considerado por la niña como una forma de falo inferior. Página 1. 9 de abril de 1935.
Al comienzo de la fase fálica, los niños/as creen que
todas las personas poseen falo y la diferencia entre
tener o no falo se percibe como una oposición por castración. Cada uno toma rumbo
diferente al entrar en lo que Freud denomina Edipo, o complejo de Edipo, en el cual primero
se da una identificación con la madre en ambos casos. El niño siente deseos sexuales
hacia su madre, y al percibir a las niñas como castradas abandona sus deseos por temor a
que le ocurra lo mismo, creándose en el varón la angustia de castración que lo lleva a
renunciar a sus deseos incestuosos e identificarse con su padre. La niña abandona a la
madre porque la cree culpable de su castración y surge la envidia del pene. Sin embargo,
se da cuenta de que si es como su madre puede acceder a un pene (véase el concepto
psicoanalítico de falo), a lo cual reacciona identificándose con ella y aparece el deseo de
engendrar un hijo de su padre.
La homosexualidad es definida como una perversión causada por una interrupción del
desarrollo libidinal en esta etapa. Para Freud se produce por una fijación en una etapa
temprana del desarrollo psicosexual o una resolución incorrecta del complejo de Edipo.
Esta interrupción no permite alcanzar la madurez sexual (heterosexualidad). Un conflicto de
homosexualidad inconsciente puede ser un núcleo constituyente de esquizofrenia o
paranoia. Más adelante, Freud describe el narcisismo como un componente común a la
homosexualidad, la esquizofrenia y las perversiones. Sin embargo, Freud llegaría a
reconsiderar su posición con el tiempo, hasta el punto de que en su conocida Carta a una
madre americana, Freud no dudó en afirmar que la homosexualidad «no es un vicio ni un
signo de degeneración, y no puede clasificarse como una enfermedad».41 Señaló que
perseguir la homosexualidad era una «gran injusticia y una crueldad», y que el análisis, a lo
sumo, serviría para devolver la armonía a una persona si se sentía infeliz o neurótica,
independientemente de si era homosexual o no.
4. Período de latencia (desde los seis años hasta la pubertad): en este período se desarrollan
fuerzas psíquicas que inhiben el impulso sexual y reducen su dirección. Los impulsos
sexuales inaceptables son canalizados a niveles de actividad más aceptados por la cultura.
Freud lo llamaba «período de calma sexual». No lo consideraba una etapa, ya que no
surgía nada dramáticamente nuevo.
5. Fase genital (desde la pubertad hasta la adultez): surge en la adolescencia cuando
maduran los órganos genitales. Hay un surgimiento de los deseos sexuales y agresivos. El
impulso sexual, el cual antes era autoerótico, se busca satisfacer a partir de una interacción
genuina con los demás. Freud creía que los individuos maduros buscan satisfacer sus
impulsos sexuales sobre todo por la actividad genital reproductora con miembros del sexo
opuesto.

Disidencias, ampliaciones y escuelas alternativas del psicoanálisis


Desde poco después de su aparición, el psicoanálisis se
ramificó en varias teorías alternativas. Por una parte
surgieron las teorías de autores que, aun adheridos
inicialmente al psicoanálisis, discreparon con ciertas
concepciones clave de la teoría de Freud y formaron
escuelas alternativas:

Carl Gustav Jung discrepaba sobre el origen y


destino sexual de la libido, la interpretación de
los sueños, el concepto de inconsciente y el
modo de tratar las neurosis. En su teoría Jung y Adler, disidentes y fundadores de sus
destacaron los conceptos de inconsciente propias escuelas de psicología.
colectivo y arquetipo. Su escisión tuvo un
carácter traumático, tanto para el psicoanálisis
como disciplina, como para las partes
implicadas personalmente. La salida de Jung de la Asociación Psicoanalítica Internacional
y del movimiento psicoanalítico, el cual estaba destinado a liderar tras Freud, tuvo
connotaciones de cisma. Creó su propia escuela denominada psicología analítica.
Alfred Adler difería con respecto a la importancia que daba Freud al factor sexual. Adler
hipotetizó un complejo de inferioridad que explicaría las neurosis y creó un método
alternativo para tratarlas. Fue la primera disidencia importante en la historia del
psicoanálisis (1908) al crear una teoría paralela que sustituía la libido por el instinto de
poder. A su propio enfoque lo denominó psicología individual.
Otto Rank manifestó diferencias con la función del Complejo de Edipo.

Por otra parte, se crearon escuelas que ampliaron el psicoanálisis freudiano:

Anna Freud desarrolló conceptualmente las funciones y los mecanismos de defensa del
yo.42 Se la considera, junto a Heinz Hartmann y otros, fundadora de la escuela
psicoanalítica llamada psicología del yo. Heinz Hartmann fue uno de los discípulos favoritos
de Freud, y este consideraba que nunca se alejó de sus ideas.
La escuela inglesa de Melanie Klein, fundamentada en la teoría de la relación de objeto,
desarrolló conceptos como el complejo de Edipo temprano, el superyó temprano, la
posición esquizo-paranoide, la posición depresiva, los mecanismos de defensa y la envidia
primaria. Poskleinianos relevantes que coincidieron y/o desarrollaron los postulados de
Klein fueron Donald Woods Winnicott y Wilfred Bion.
El psicoanálisis culturalista de Erich Fromm y Karen Horney. Fromm sostuvo que existe un
"inconsciente social" constituido por los procesos económicos materiales (en el sentido de
Karl Marx). Horney fue
una psicoanalista que
disentía de las ideas de
Freud sobre la
sexualidad femenina
(criticó el que Freud
considerase la envidia
del pene como un
fenómeno universal), el
origen de las neurosis (a
las que atribuía causas
culturales), los Anna Freud, Melanie Klein y Karen Horney fueron algunas de las
mecanismos de defensa psicólogas que ampliaron posteriormente el marco de referencia del
y la aplicación de los psicoanálisis.
conceptos de ello, yo y
superyó en otras
sociedades distintas de las que analizó Freud.
La psicología del sí mismo, escuela teórica del psicoanálisis de Heinz Kohut.
El psicoanálisis interpersonal de Harry Stack Sullivan y sus derivados ulteriores, como el
psicoanálisis relacional.
La escuela francesa de Jacques Lacan que postuló un inconsciente de lenguaje y
estructuras funcionales sintácticas, inspirándose en el estructuralismo antropológico de
Claude Lévi-Strauss.
El psicoanálisis latinoamericano, entre cuyos pioneros cabe destacar a Enrique Pichon-
Rivière en Argentina, a Durval Marcondes en Brasil y a Ignacio Matte Blanco en Chile.

Aunque todas mantienen los principios básicos de la teoría de Freud sobre el inconsciente, otras partes de
las teorías son ampliadas y reinterpretadas por cada escuela. Aparte de las grandes escuelas mencionadas
aquí, existen otras innumerables orientaciones, institutos y agrupaciones que se pueden considerar
derivadas del enfoque analítico. Además se ha creado la corriente de la psicoterapia psicoanalítica que,
aceptando los presupuestos psicoanalíticos, utiliza una concepción y una técnica diferente a la del
psicoanálisis propiamente dicho.

El psicoanálisis en la universidad

El papel que desempeña la enseñanza universitaria en la formación de los psicoanalistas es un tema que se
discutió desde los albores del psicoanálisis, en momentos del surgimiento de sus primeras instituciones. El
propio Freud dedicó un breve artículo a este tema en 1919: Debe enseñarse el psicoanálisis en la
universidad, que se publicó por primera vez traducido al húngaro en la revista Gyógyászat',' en el cual
concluye que si bien el psicoanalista puede prescindir de la universidad para su formación específica
como tal, la universidad es la que puede beneficiarse al incluir el psicoanálisis en sus planes de estudio.43
La primera cátedra de psicoanálisis en la Universidad estuvo a cargo del médico psiquiatra y
psicoanalista húngaro Sándor Ferenczi, quien fue nombrado Profesor de Psicoanálisis en Budapest en
1919, nombramiento que se produjo a petición de los propios estudiantes que iniciaron un movimiento
para lograr que se instaurara como asignatura.44

La situación presente es que el psicoanálisis como enfoque teórico suele estudiarse en la universidad en
diversas carreras. En general en los estudios de pregrado no se forma directamente a psicoanalistas para el
ejercicio clínico. Si un estudiante de psicología o medicina una vez licenciado opta por esta rama, debe
especializarse posteriormente para formarse como psicoanalista. En algunos países existe legislación
asociada al tema, pero generalmente los criterios que regulan los créditos que debe poseer un profesional
para ejercer como psicoanalista tienen su fundamento en la propia teoría (que define un concepto de
psicoanálisis didáctico) y están formalmente descritos por las instituciones psicoanalíticas (asociaciones,
sociedades, institutos).

En países como Argentina y Francia el psicoanálisis sigue ocupando un lugar central en las facultades de
psicología y humanidades.[cita requerida] El psicoanálisis en Chile también tiene cierta presencia académica.
En general, sigue vigente en países de habla hispana y algunos países europeos como método terapéutico y
de introspección, pero su vigencia en otros países disminuyó considerablemente desde mediados del siglo
XX.[cita requerida]

El psicoanálisis en la literatura o semanálisis

El “semanálisis” es una teoría literaria llamada así debido a que la producción del sentido se da a través de
la sintaxis, además de ser inseparable del sujeto hablante y retomar la gramática generativa, la semiótica y el
psicoanálisis hasta crear una nueva ciencia que estudia la significación, aun sin cumplir con los parámetros
del positivismo.

Una de las características de ésta es su ruptura con lo meramente estructural, herencia del formalismo. Su
innovación consiste en analizar los textos no solo desde la distribución de sus elementos ni de su contenido,
sino desde el sujeto que enuncia el discurso; es así como inicia la nueva “ciencia del sujeto” (Kristeva,
1976).

A partir de que Jacques Lacan retomara en 1964 las investigaciones de Freud se espera que el psicoanalista
sea capaz de establecer el significado no solo de lo enunciado en los textos, sino ir más allá hasta llegar a
comprender lo no dicho en ellos, lo oculto, lo que antes quedaba sin definir, perdido entre en la
multiplicidad de interpretaciones subjetivas del lector.

En este sentido, la teoría psicoanalítica retoma parte de la teoría saussureana, aunque sin dar tanto peso a la
distinción debido a que no hay gran unión entre significado y significante. A diferencia de Saussure, Lacan
no presta tanta importancia al significado, más bien encuentra en el significante un espacio ideal para
englobar al inconsciente y es ahí en donde ve la clave para descubrir el discurso que se esconde tras la
connotación, con lo que da un nuevo sentido al papel del lenguaje en la configuración del inconsciente. Es
así como el significante se vuelve un aliado para dar forma a una manera distinta de descubrir el discurso
oculto tras las palabras que ya no designan un significado absoluto, sino uno múltiple.

Así, el significante como parte del inconsciente involucra la ambivalencia de desplazamiento y


condensación, nombradas de tal manera por Freud, comprendidas por la lingüística como metonimia y
metáfora según corresponde. Ambos tropos consisten en comparar términos incluidos en el texto, sin
embargo, la metonimia o desplazamiento marca la comparación a partir de nombrar al objeto comparado
con el nombre de otra cosa por su relación de causa-efecto, parte-todo o continente-contenido; mientras que
la metáfora o condensación determina la semejanza entre dos términos a través del sentido figurado.

De tal manera, al realizar un estudio psicoanalítico de una obra literaria se identifican las anomalías
figurales o sintácticas, mismas que son susceptibles a la interpretación. De esta forma se podrá encontrar
una secuencialidad metonímica que expresará el anhelo, siempre frustrado, del objeto del deseo, lo cual
determinará la comprensión de la identidad extraviada. Al mismo tiempo, por medio de la metáfora se
podrá definir cuál es ese “otro” que, según Freud, funge como sustituto de la madre, es decir, se encuentra
en lugar de lo perdido. Todo lo anterior es parte de la Topología de Lacan que revisa las formaciones del
inconsciente, ocultas en el significante.
Además del significante y la interpretación, la teoría psicoanalítica o semanálisis toma en cuenta la pulsión
y la transferencia para encontrar el sentido del texto. La primera, la pulsión, es el deseo del otro, formación
del inconsciente que no será ni puede ser satisfecha en su totalidad porque en ese caso dejaría de haber
placer no satisfecho del todo, lo que motiva el deseo. En cuanto a la segunda, la transferencia, surge de la
demanda del sujeto, el inconsciente puesto en acto de su realidad que propicia a su vez la pulsión. Por lo
tanto, lo que demanda el inconsciente es lo que falta para satisfacer el deseo, lo que se marca a través de la
relación con la causa real que se enuncia con la metonimia; así tanto la pulsión como el efecto del
significante producen el sujeto del inconsciente.

De esta forma, el inconsciente como lenguaje comienza el proceso analítico de transferencia con diferentes
significantes y correlatos que se activan en un nivel menor al de la conciencia. La transferencia tiene a su
vez tres registros: El registro imaginario que abarca el amor de transferencia, el registro simbólico que es el
deseo y el registro real que toma en cuenta el goce y el objeto real de las pulsiones parciales.

Todos estos conceptos y más son vistos, explicados y ejemplificados a profundidad en tres textos por medio
de los cuales es posible comprender con demostraciones precisas cómo el inconsciente del sujeto hablante
en la obra compone al significante saussureano, develando el verdadero sentido de lo enunciado.

El primero de ellos, Lo siniestro de Sigmund Freud, análisis tomado del volumen VII de sus Obras
Completas, demuestra cómo surge, se confunde y se renueva el sentido de lo espeluznante, a partir del
estudio de dos términos alemanes: heimlich y unheimlich, el primero para designar a lo familiar, lo
conocido, lo íntimo; el segundo para nombrar a lo que debía permanecer oculto pero que ha sido revelado,
lo demoníaco. Por medio del análisis del ambiente creado en algunos cuentos de E. T. A. Hoffmann, entre
otras obras, se confronta y ejemplifica la evolución que ha habido en la determinación de lo siniestro por
medio de recursos como son la confusión entre lo animado y lo inanimado, la aparición del doble o la
imagen en el espejo, el automatismo o impulso de repetición, entre otros elementos.

El segundo texto, El seminario sobre “La Carta Robada” de Jacques Lacan, editado por Nara Araújo y
Teresa Delgado, analiza el relato de Edgar Allan Poe y brinda un excelente ejemplo de cómo el significante
determina la interpretación del sentido y no así el significado, ya que el centro del cuento se encuentra en la
desviación de la carta y no en el contenido de la misma, por lo que hay un deslizamiento de errancia entre
desplazamiento y condensación, metonimia y metáfora que dan pie a la multiplicidad de sentido.

Por último, el texto Semanálisis y producción de sentido de Julia Kristeva, en el cual se enlistan las
cualidades de la nueva ciencia, a la par que se ponen a prueba sus capacidades y límites de acuerdo con lo
que requiere tanto la lingüística como el psicoanálisis para llevar a cabo su función.

En conjunto, todos los textos antes mencionados permiten al lector conocer y poner a prueba los
lineamientos marcados por la semanálisis, por lo que resultan ideales para aquel que quiera conocer más
acerca de cómo se produce e interpreta el sentido de una obra de acuerdo con lo delimitado por Freud y
Lacan.45

Eficacia en el tratamiento de trastornos psicológicos


Los detractores del psicoanálisis consideran que no es efectivo en el tratamiento de trastornos psicológicos.
Se apoyan en estudios estadísticos (ver referencias) que comparan la eficacia clínica de distintas formas de
terapia (psicoanalíticas, gestálticas, conductuales, cognitivas, etc.) con una terapia placebo o con la ausencia
de terapia.46 47 48 49 Estos estudios muestran que en promedio las psicoterapias aportan beneficios y
algunas de las terapias cognitivas están a la par de los tratamientos farmacológicos y su efectividad se
potencia cuando son empleadas en conjunto. En cambio, la efectividad del psicoanálisis en el tratamiento
de enfermedades (depresión, trastornos de ansiedad, trastornos de la alimentación, adicciones, trastornos de
la personalidad...) está por debajo del promedio y no
supera la efectividad de un tratamiento placebo; y
puede, en consecuencia, retrasar o impedir en algunos
casos la cura.[cita requerida]

Sin embargo, y en sentido opuesto, existen otras


investigaciones que avalan la efectividad del
tratamiento psicoanalítico y psicodinámico (una forma
de terapia corta fundamentada en el psicoanálisis),50
lo cual indica que la terapia podría ser utilizada para el
Comparación del tamaño del efecto de la terapia
alivio de síntomas en diversos pacientes. Los mismos
psicodinámica. Smith, Glass and Miller. 1980.
estudios han demostrado que las ganancias obtenidas
a partir del uso de terapias psicodinámicas se
mantienen, e incluso incrementan, después de la terminación del tratamiento,51 beneficios que pueden
servir para la reducción de síntomas en trastornos psicosomáticos,52 trastornos de la personalidad,53
trastornos depresivos,54 trastornos de ansiedad,55 y en general, trastornos psiquiátricos (depresión mayor,
depresión maternal, estrés postraumático, bulimia nerviosa, anorexia nerviosa, dependencia al opio,
dependencia a la cocaína, trastornos de personalidad del claustro c, trastorno límite de la personalidad,
trastorno somatomorfo y fobia social).56

Asimismo, distintas investigaciones han intentado evaluar los efectos de la terapia psicoanalítica a largo
plazo (50 sesiones o más) y han encontrado un mejoramiento en pacientes tratados con esta modalidad,
logrando dos objetivos principales: Disminuir síntomas y modificar estructuras disfuncionales de la
personalidad.57 58 59 60 Mientras que diferentes estudios han mostrado que el psicoanálisis y las terapias
psicodinámicas pueden ser útiles para el tratamiento de niños con diabetes,61 trastornos emocionales,62
trauma infantil63 y un amplio rango de dificultades conductuales y emocionales.64

La Asociación Psicoanalítica Internacional publicó en 1999 un trabajo (Fonagy y otros) en el que se revisan
los principales casos clínicos documentados y estudios sobre la eficacia del psicoanálisis. Los resultados
indican que la efectividad es mayor en los pacientes más jóvenes, que los tratamientos largos tienen mejores
resultados, que el psicoanálisis puede reducir el uso de medicación psicotrópica y que el psicoanálisis se
asocia con una mejora en la capacidad laboral, entre otras conclusiones. Aunque la misma publicación
opina que muchos estudios estadísticos relativos a la eficacia del psicoanálisis presentan deficiencias
metodológicas, haciendo notar que "los estudios no pueden demostrar de manera inequívoca que el
psicoanálisis sea efectivo en relación a un placebo activo u otras formas de terapia" y que "la mayoría de
los estudios tienen limitaciones graves que pueden llevar a los críticos de la disciplina a desacreditar los
resultados".65

Por su parte, el psicoanalista Robert Galatzer-Levy recopiló y analizó cuatro estudios en pacientes adultos y
varios estudios en niños y adolescentes, y estudios en grupos pequeños, en el libro Does Psychoanalysis
Work?,66 Galatzer concluye que el psicoanálisis demuestra ser eficaz para muchos pacientes y hace
hincapié en la necesidad por parte del psicoanálisis de seguir recopilando más datos empíricos.

Las pruebas proporcionadas por estas investigaciones han ayudado a legitimar el estatus teórico y práctico
del psicoanálisis ante un creciente número de personas dentro de la comunidad científica.[cita requerida] Esto
ha llevado, sin embargo, a que algunos psicoanalistas teman que sus conceptos se vean reducidos a una
validez epistemológica excesivamente positivista67 y pierdan su sentido subjetivo, escéptico y curioso, por
una racionalidad mecanizada.68 Este pensamiento indica que los abordajes estadísticos que apuntan a
medir la eficacia de los tratamientos terapéuticos no tienen en cuenta la singularidad de cada caso evaluado.

Críticas al psicoanálisis
El psicoanálisis ha sido cuestionado principalmente por su
carácter heterodoxo frente a las ciencias
naturales[cita requerida].

Uno de sus primeros críticos fue el filósofo Karl Popper,


quien en sus trabajos sobre la filosofía de la ciencia estableció
que varios de los postulados de Freud no cumplían con el
principio de falsabilidad (esto es, la capacidad de que un
postulado se demuestre falso), lo que podía llevar a una
interpretación flexible de los mismos ante las evidencias de
sus resultados empíricos.69 Más adelante, otros filósofos,
como Adolf Grünbaum, consideraron si los presupuestos del
psicoanálisis podían someterse o no al escrutinio de
falsabilidad. Grünbaum, aunque concuerda con la conclusión
de Popper (el psicoanálisis no sería una ciencia), disiente Karl Popper controvirtió el carácter
respecto de su argumentación y considera que sí es posible científico del psicoanálisis, alegando la
probar que las predicciones, sobre las que el psicoanálisis infalsabilidad de algunos de sus
elementos.
sustenta sus postulados y justifica su carácter científico, son
simplemente falsas.70 Otras críticas filosóficas apuntan a la
falta de consistencia externa e interrelación entre el
psicoanálisis y otras ramas de la ciencia relativas a la mente humana. Sobre la base de este y otros
argumentos, Mario Bunge clasifica al psicoanálisis entre las pseudociencias.71

Entre los elementos criticados al psicoanálisis puede contarse el Complejo de Edipo. Bronislaw Malinowski
cuestiona la idea de su aplicación universal tras haber estudiado a tribus como las de las Islas Trobiand.
Concluyó que el complejo no debía darse solamente en la relación madre/hijo, sino en otros tipos,
ajustándose a las peculiaridades de cada sistema familiar.72 También se han cuestionado otros principios
como el complejo de castración o la pulsión de muerte, por no tener fundamento científico suficiente.73

Algunos críticos han ido más allá y han investigado el resultado de tratamientos aplicados con este sistema.
Así, Hans Eysenck, tras estudiar una serie de casos, llegó a la conclusión de que no había diferencias
significativas entre el número de casos exitosos y aquellos que mejoraron de manera espontánea.74 Sin
embargo, los estudios de Eysenck, en los que decía demostrar que solo la terapia conductista es efectiva,
han sido denunciados como fraudulentos y con datos fabricados. Esto llevó a que en 2020 revistas
científicas retractaran oficialmente numerosos artículos de Eysenck75 (Véase Polémicas y denuncias sobre
falseamiento de datos).

Autores como Karin Obholzer han señalado que casos emblemáticos, como el de Sergei Pankeyev, fueron
en realidad un fraude.76

Explicaciones fallidas

Si en algunos ámbitos el psicoanálisis se ha mostrado fructífero, tampoco faltan casos en los que la
aplicación indiscriminada o no contrastada de sus tesis ha tenido consecuencias negativas, cuando no
contraproducentes.

El caso más llamativo es el del autismo. El psicoanálisis, al aplicar sus tesis sobre el desarrollo infantil,
partía de la idea de que el trastorno autista era provocado por el estilo de crianza de los padres, lo que llevó
a la creación del mito de la «madre nevera».77 De esta manera, trataba de dar por demostrada una hipótesis
que, sin embargo, Leo Kanner (descubridor del trastorno78 ) había descartado en su artículo de 1943:
«No es fácil evaluar el hecho de que todas nuestras pacientes procedan de padres muy
inteligentes. (…) Otro hecho destaca prominentemente: en todo el grupo hay muy pocos
padres y madres realmente cálidos (…). Surge la pregunta de si, o hasta qué punto, este hecho
ha contribuido a la condición de sus hijos. La soledad de los niños desde el nacimiento hace
difícil atribuir el cuadro general exclusivamente al tipo de relaciones parentales tempranas con
nuestros pacientes. Por tanto, debemos asumir que estos niños han llegado al mundo con una
incapacidad innata para formar el contacto afectivo normal con las personas biológicamente
proporcionado, al igual que otros nacen con deficiencias intelectuales o físicas innatas.»
Kanner, L. (1943): 'Autistic disturbances of affective contact.' Nervous Child, 2.79

En contra de esta tesis, la interpretación psicoanalista se impuso, dando lugar a la práctica de crear centros
para recluir a los niños y apartarlos de sus padres,80 aplicando terapias de muy dudosa eficacia,78 y
creando serios problemas de autoinculpación en padres y madres.78 77

Las investigaciones científicas posteriores evidenciaron la falsedad de las tesis psicoanalíticas al demostrar
la base neurológica y hereditaria del autismo.78 Actualmente, las guías de buena praxis en el tratamiento
del autismo desaconsejan las terapias psicodinámicas.81 82

A pesar de esto, los psicoanalistas lacanianos siguen defendiendo el papel del psicoanálisis en el debate
sobre autismo.83

Psicoanálisis y neurociencia
El psicoanálisis se ha ido integrando con el desarrollo actual de las neurociencias, en lo que se ha venido a
denominar neuropsicoanálisis.84

Científicos como Eric Kandel, Premio Nobel de Medicina y Fisiología (2000), o António Damásio, Premio
Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica (2005), reclaman un diálogo entre las
neurociencias y el psicoanálisis. Damásio cita: "Creo que podemos decir que los discernimientos de Freud
sobre la naturaleza de la conciencia concuerdan con los puntos de vista más avanzados de la neurociencia
contemporánea".85 A su vez, Kandel: "Acerca de la mente, no hay todavía concepción más coherente e
intelectualmente satisfactoria que el psicoanálisis".86 Aunque también Kandel afirma que las bases del
"inconsciente neuronal" no tienen similitud con el "inconsciente freudiano" y no está relacionado con
fuerzas instintivas o conflictos sexuales ya que la información nunca entra en la "conciencia".87

El neurólogo y neurocientífico argentino Facundo Manes,88 incluye a Freud en su historia de las


neurociencias. Manes sostiene, en su libro "Usar el cerebro", que "durante las décadas de 1880 y 1890 el
trabajo de Sigmund Freud evolucionó del método anátomo-clínico (después de los estudios histológicos
experimentales) a la neurología teórica (histeria y modelos de afasia) y a la psicología, proceso que dio
origen al nacimiento del psicoanálisis".89

Cine y psicoanálisis
La relación entre el cine y el psicoanálisis ha sido en las últimas décadas cada vez más estrecha. Una
muestra de ello es el hecho de que prácticamente todos los congresos y conferencias internacionales de
psicoanálisis cuentan con participaciones de destacados psicoanalistas especializados en el análisis del cine.
Por otra parte, la apreciable cantidad de largometrajes de calidad cuyo tema central es el psicoanálisis, sus
principales autores o hasta sus pacientes famosos da cuenta de una relación recíproca. [cita requerida]
Aunque el cine y el psicoanálisis nacen juntos (Sigmund Freud publicó junto a Josef Breuer los Estudios
sobre la histeria en el mismo año en que los hermanos Lumière presentaron su primera película), Freud se
mostró muy escéptico respecto de las posibilidades, significación y alcance de este nuevo medio para el
psicoanálisis. Según consta en su correspondencia con Sándor Ferenczi, sabía, sin embargo, que nada
podría evitar que se filmara sobre la técnica y la teoría psicoanalítica, pero mantuvo su posición crítica y
llegó a negarse a ser vinculado personalmente con alguna representación fílmica. Pensaba que no existía
una posibilidad seria y respetable de mostrar de manera plástica las abstracciones a las que había arribado la
teoría psicoanalítica. En 1925, a pesar de ello y en medio de una polémica al respecto con Freud, Karl
Abraham y Hanns Sachs entregaron su apoyo técnico y asesoría científica para la primera película
psicoanalítica Misterios de un alma (Geheimnisse einer Seele), del director Georg Wilhelm Pabst.90 91

En las décadas que siguen y hasta la fecha, el psicoanálisis, la vida de Freud o el contexto histórico de sus
desarrollos han sido temas que han aparecido con cierta frecuencia en el cine:92

Alfred Hitchcock realiza en 1945 una visita a la temática psiquiátrica y psicoanalítica en su


filme Spellbound (Recuerda en España, Cuéntame tu vida en Argentina), protagonizado por
Gregory Peck e Ingrid Bergman. Esta película relaciona psicoanálisis y surrealismo, debido
a la secuencia diseñada por Salvador Dalí para ilustrar los sueños del protagonista.
John Huston lleva al cine la vida de un joven Freud en el biopic Freud, pasión secreta
(Freud, también Freud: The Secret Passion, 1962), interpretado por Montgomery Clift.93 94
En las películas de Woody Allen, el psicoanálisis es un tema recurrente.95
Richard Gere encarnó a un psicoanalista vulnerable, el doctor Isaac Barr, en Análisis final
(1992), dirigida por Phil Joanou, un psiquiatra atrapado en la fascinación por dos atractivas
hermanas (Uma Thurman y Kim Basinger) y envuelto en una laberíntica trama criminal. En
él se alude al sueño de las flores incluido en La interpretación de los sueños de Freud.96
La historia de la relación entre Sigmund Freud y la princesa Marie Bonaparte, incluida la
ayuda que ella prestó para la huida de la familia de Freud al exilio, se llevó a la pequeña
pantalla y se estrenó en 2004. Princesse Marie fue dirigida por Benoît Jacquot y
protagonizada por Catherine Deneuve como la princesa Marie Bonaparte, y por Heinz
Bennent como Freud.97
La película Mahler auf der Couch (Mahler sobre el diván, 2010), de los cineastas Percy y
Félix Adlon, aborda la conflictiva vida sentimental de Gustav Mahler y evoca con humor los
encuentros con su contemporáneo, el explorador del alma Sigmund Freud.98
El director de cine David Cronenberg estrenó en 2011 A Dangerous Method (Un método
peligroso, en español), la adaptación al cine (con ayuda del libro A Most Dangerous
Method, de John Kerr) de la obra de teatro de 2002 The Talking Cure, de Christopher
Hampton. Sigmund Freud es interpretado por el actor Viggo Mortensen, quien comparte
reparto con Keira Knightley (Sabina Spielrein) y Michael Fassbender (Carl Gustav Jung).99
En Freud, serie de televisión alemana de 2020 de Netflix, se narra en ocho capítulos una
biografía ficticia de la juventud del padre del psicoanálisis.100

Véase también
Conceptos psicoanalíticos
Psicoanalistas
Concepción de salud en psicoanálisis

Notas
1. Freud definió el psicoanálisis de diferentes maneras en muy distintos contextos a lo largo de
su obra. Laplanche y Pontalis se refieren aquí a la definición enciclopédica de 1922
(publicada en 1923) y que es la más ampliamente citada en toda la literatura secundaria
sobre el psicoanálisis: «Dos artículos de enciclopedia: 'Psicoanálisis' y 'Teoría de la
libido'».9 10
2. "El psicoanalista francés Jacques Lacan, quien retomó los conceptos de Freud, definió la
transferencia como «la puesta en acto de la realidad sexual del inconsciente»" (Cf. Lacan,
J., El Seminario, Libro 11, Caps. 11 y 12, Paidós, Bs. As. ISBN 950-12-3981-0)

Referencias
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1. Santamaría Ambriz, Rocío (2002). «Acerca 1922). Traducción José Luis Etcheverry.
del método psicoanalítico de Buenos Aires & Madrid: Amorrortu editores.
investigación» (http://www.redalyc.org/pdf/3 pp. 231 (a), 242 (b), 234-235 (c). ISBN 978-
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original Vocabulaire de la Psychanalyse
Enlaces externos
Wikcionario tiene definiciones y otra información sobre psicoanálisis.

Asociaciones

Asociación Psicoanalítica Internacional (http://www.ipa.world/)


Organizaciones psicoanalíticas internacionales (http://www.ipa.world/en/About/Societies.as
px?hkey=684dc744-778b-421a-b739-f8e9c3854644)
Asociación Mundial de Psicoanálisis (http://www.wapol.org/)

Textos psicoanalíticos

Miles de artículos de psicoanálisis: Freud-Lacan, etc (http://www.elsigma.com/)


Topia. Un sitio de psicoanálisis, sociedad y cultura (http://www.topia.com.ar)

Críticas

Entrevista a Mario Bunge sobre el psicoanálisis, El Ojo Escéptico, 12 de abril de 1995 [1] (ht
tp://bibliotecaesceptica.wordpress.com/2008/05/18/entrevista-a-mario-bunge-sobre-el-psico
analisis/)
Página/12 (http://www.pagina12.com.ar/2000/suple/psico/00-10/00-10-19/psico01.htm).
Psicoanálisis y legislación de la práctica profesional
International Network of Freud Critics (https://web.archive.org/web/20180728214417/http://w
ww.psychiatrie-und-ethik.de/infc/1_gesamt_en.html) (en inglés)
Freud: El Psicoanálisis como sistema de cura; La promesa terapéutica del Psicoanálisis (htt
p://www.iztacala.unam.mx/errancia/v12/PDFS_1/LITORALES%20texto%206%20ERRANCI
A%2012%20SLOTERDIJK%20Y%20FREUD.pdf)
Psicoanálisis y cristianismo como métodos rivales de cura (https://www.academia.edu/1817
9251/SLOTERDIJK_Y_FREUD_OBSERVACIONES_SOBRE_EL_CRISTIANISMO_Y_EL
_PSICOAN%C3%81LISIS_COMO_SISTEMAS_RIVALES_DE_CURA)

Cine y psicoanálisis

Geheimnisse einer Seele (Misterios de un alma) (https://www.imdb.com/title/tt0016914/comb


ined), película dirigida por Georg Wilhelm Pabst y con guion, entre otros, de los
psicoanalistas Karl Abraham y Hanns Sachs
A Dangerous Method (Un método peligroso) (https://www.imdb.com/title/tt1571222/combine
d), película de David Cronenberg acerca de las relaciones entre Freud, Jung y Sabina
Spielrein

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