REV98 SCon 1 Er 2016

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Revista de Derecho

Constitucional
N.º 98

Corte Suprema de Justicia


Centro de Documentación Judicial
CONTENIDO

Revista de Derecho
Constitucional N.° 98

CORTE SUPREMA Presentación.................................................................... i


DE JUSTICIA
Observaciones preliminares .............................................iii
Lic. Rodolfo Ernesto González Bonilla Doctrina
Magistrado Amnistía e imprescriptibilidad en los delitos de
Sala de lo Constitucional atrocidad: a propósito de la sentencia de incons-
Corte Suprema de Justicia titucionalidad 44-2013.
Martín Alexander Martínez Osorio .................... 1
Lcda. Evelin Carolina Del Cid
Jefa del Centro de Documentación Cuadro fáctico.........................................................25
Judicial

Jurisprudencia constitucional
Lic. José Alejandro Cubías Amparos
Jefe del Departamento de Publicaciones Improcedencias....................................................75
Sobreseimientos................................................ 421
Lcda. Roxana Maricela López Segovia Sentencias definitivas...................................... 443
Jefa de la Sección de Diseño Gráfico
Hábeas corpus
Lcda. Andrea Nathalia García Peña Improcedencias................................................. 597
Diagramación Inadmisibilidades............................................. 713
Sobreseimientos................................................ 729
Sentencias definitivas...................................... 741

Inconstitucionalidades
Iniciados por demanda
Improcedencias................................................. 813
Sentencias definitivas...................................... 893

*********
Indice por descriptores
La presente edición contiene sentencias
Amparos............................................................. 931
pronunciadas por la Sala de lo Constitu- Hábeas corpus................................................... 947
cional en los procesos de inconstitucio- Inconstitucionalidades.................................... 955
nalidad, hábeas corpus y amparos en el
período de enero-marzo del 2016; índice
analítico por descriptores y artículos re-
lacionados a la materia por estudiosos
del derecho.
Corte Suprema de Justicia
Dr. José Óscar Armando Pineda Navas
PRESIDENTE

Sala de lo Constitucional
Dr. José Óscar Armando Pineda Navas
PRESIDENTE

Dr. Florentín Meléndez Padilla


VOCAL

Dr. José Belarmino Jaime


VOCAL

Lic. Edward Sidney Blanco Reyes


VOCAL

Lic. Rodolfo Ernesto González Bonilla


VOCAL

Sala de lo Civil
Lcda. María Luz Regalado Orellana
PRESIDENTA

Dr. Ovidio Bonilla Flores


VOCAL

Lic. Óscar Alberto López Jerez


VOCAL

Sala de lo Penal
Lcda. Doris Luz Rivas Galindo
PRESIDENTA

Lic. José Roberto Argueta Manzano


VOCAL

Lic. Leonardo Ramírez Murcia


VOCAL

Sala de lo Contencioso Administrativo


Dra. Dafne Yanira Sánchez de Muñoz
PRESIDENTA

Lcda. Elsy Dueñas Lovos


VOCAL

Lcda. Paula Patricia Velásquez Centeno


VOCAL

Lic. Sergio Luis Rivera Márquez


VOCAL
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA
SALA DE LO CONSTITUCIONAL
Enero-marzo 2016

Presidente: Dr. José Óscar Armando Pineda Navas

Vocal: Dr. Florentín Meléndez Padilla

Vocal: Dr. José Belarmino Jaime

Vocal: Lic. Edward Sidney Blanco Reyes

Vocal: Lic. Rodolfo Ernesto González Bonilla


CORTE SUPREMA DE JUSTICIA

CENTRO DE DOCUMENTACIÓN JUDICIAL


SECCIÓN DE DERECHO CONSTITUCIONAL

Coordinador: Lic. Mauricio Haim Luna

Colaborador: Lic. Luis López

Colaborador: Lic. Luis Campos

Colaborador: Lic. German Del Valle


PRESENTACIÓN

La presente edición pretende ser un texto útil para los interesados en conocer y aplicar
la jurisprudencia como fuente de derecho.

La recopilación y el tratamiento jurídico de la información se llevan a cabo en el Centro


de Documentación Judicial, cuyo objetivo fundamental es divulgar las sentencias, a través
de revista, como mediante el uso de medios informáticos, que puede ser consultado por
los operadores judiciales y todos los interesados en conocer la jurisprudencia salvadoreña.

Este esfuerzo de la Corte Suprema de Justicia, en el marco de la democratización de


la sociedad salvadoreña, pretende dar a conocer los lineamientos que establece la Sala de
lo Constitucional para garantizar la plena vigencia de los derechos fundamentales. Por
esta razón, en esta nueva edición se encuentran las sentencias de los procesos de ampa-
ro, hábeas corpus e inconstitucionalidades; resaltando la inclusión del cuadro fáctico, en
sustitución del maximario publicado en volúmenes anteriores; además, aquellos términos
jurídicos utilizados en el cuerpo de la resolución y que forman parte de un diccionario
de descriptores asociados, lo que permitirá al lector centrar su foco de atención en la inves-
tigación de las sentencias que puntualmente necesita y minimizar los tiempos de búsqueda
de dicha información.

En ese sentido, se espera que esta y las siguientes publicaciones sean de máxima utilidad
práctica y didáctica y que permitan calibrar la jurisprudencia constitucional, orientándola al
debate, estudio y a la investigación, para el logro de los ideales generales de justicia, libertad
y paz duradera en El Salvador.
OBSERVACIONES PRELIMINARES

Esta edición contiene las resoluciones pronunciadas por la Sala de lo


Constitucional, en el primer trimestre de 2016.

METODOLOGÍA

Para tener un mejor acceso a las resoluciones, se ha elaborado un Cuadro


Fáctico, que consiste en una descripción sintetizada, precisa y clara del asunto
sometido a discusión; se incluye el contenido de la decisión o fallo cuando
ello sea estrictamente necesario. Este resumen lo elabora el analista del Área
Constitucional del Centro de Documentación Judicial, sin entrecomillar para que
sea evidente que no es parte de la sentencia.

Ejemplo:

109-2010

Demanda de amparo interpuesta por la sociedad peticionaria en contra


del artículo 9 letra e) de la Ley de Gravámenes Relacionados con el Control y
Regulación de Armas de Fuego, Municiones, Explosivos y Artículos Similares, por
la obligación de pago de un tributo consistente en un permiso especial para el
funcionamiento de su empresa de seguridad, el cual considera inconstitucional
porque no determina con claridad el hecho generador del tributo.

En la parte final, se encuentra un índice de alfabético de Descriptores con


sus Restrictores asociados y la referencia de la sentencia a la cual pertenecen.

La asignación de los descriptores implica la delimitación temática de los


puntos jurídicos de interés desarrollados en la sentencia; sin embargo, para
facilitar aún más la búsqueda de la información jurisprudencial, se agregan otros
elementos de esa delimitación mediante el uso de los restrictores.

El término DESCRIPTOR, podemos definirlo como la palabra o conjunto


de palabras con autonomía conceptual propia y diferenciada. Ejemplo, Debido
proceso, Derecho de audiencia, Garantías Constitucionales, etc.

El término RESTRICTOR, constituye la expresión de una idea sintética que


ofrece al usuario una mayor precisión del contenido de la sentencia, reflejado ya
por el descriptor, para facilitar su comprensión en el caso concreto. Ejemplo:

iii
Descriptor
AMPARO CONTRA LEYES
418-2009
Restrictor
Improcedente cuando la pretensión se configura sobre una disposición que
ya fue declarada inconstitucional

Descriptor
ASUNTOS DE MERA LEGALIDAD
272-2009
Restrictor
Inconformidades que carecen de contenido constitucional.

A cada sentencia se pueden asociar varios descriptores, este método permite


hacer referencia a distintos temas expuestos de manera explícita o implícita, y su
adecuada clasificación permite que puedan ser localizados por el usuario dentro
de cada uno de los Procesos (Amparos, Hábeas Corpus e Inconstitucionalidades)
y de acuerdo a cada tipo de resolución.

iv
Toda comunicación o colaboración
debe enviarse a la siguiente dirección:
REVISTA DE DERECHO CONSTITUCIONAL
CENTRO DE DOCUMENTACIÓN JUDICIAL
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA
Oficinas Administrativas y Jurídicas
de la Corte Suprema de Justicia,
Centro de Gobierno,
San Salvador, El Salvador.
Correo electrónico: [email protected]

Los artículos firmados a título personal,


no representan la opinión o pensamiento
del Centro de Documentación Judicial o
de la Sala de lo Constitucional.
AMNISTÍA E IMPRESCRIPTIBILIDAD EN LOS DELITOS DE ATROCIDAD: A
PROPÓSITO DE LA SENTENCIA DE INCONSTITUCIONALIDAD 44-20131
Por Martín Alexander Martínez Osorio2

I
Estimados organizadores del evento y distinguidos asistentes a este foro.
Para mi constituye un honor, la posibilidad de poder discutir una de las
sentencias trascendentales para la vida democrática del país, y que ha pronun-
ciado la conformación actual de la Sala de lo Constitucional: la sentencia dic-
tada el 13-VII-1016 –Inc. 44-2013– relativa a la Ley de Amnistía General para la
Consolidación de la Paz –decreto legislativo 486/1992–. Sin duda, es un tema
complicado por todos los puntos tratados en dicha sentencia y el respectivo
contraste que corresponde efectuar con el primer pronunciamiento que efec-
tuó la Sala el 14-IV-2000 –Inc. 24-97– y con el importante voto razonado emiti-
do por el doctor José Berlamino Jaime. Aún más, es una temática complicada
conforme la óptica jurídica desde la que se analice.
Así, es posible encontrar diversas posiciones teóricas que coinciden con la
posición mayoritaria de la sentencia, como también, con el pronunciamiento
discrepante; y ello acontece, si el intérprete parte del Derecho constitucional,
del Derecho penal internacional, del Derecho internacional de los derechos hu-
manos, y aún, desde la victimología y los derechos de los perjudicados en los
denominados procesos de “macro-victimización” o “victimización masiva”.
Mi visión va encaminada desde el ámbito del Derecho penal internacional,
sin dejar aquellos aspectos que desde el ámbito del Derecho de los derechos
humanos y del Derecho internacional pudieran servir para fundamentar la que
considero una solución aceptable para este tipo de cuestiones jurídicas. Por
otra parte, mi exposición –aún y cuando yo labore para la Sala de lo Constitu-
cional de la Corte Suprema de Justicia– no representa los puntos de vista de
dicha institución, sino mi percepción personal, la cual sustento tanto en mi de-
recho fundamental a expresar libremente mis ideas y a la libertad de cátedra e
investigación con la que contamos los docentes e investigadores universitarios.
Sin embargo, no puedo dejar de mostrar mi admiración y respeto a los
magistrados actuales de la Sala Constitucional, quienes han sabido defender

1 Ponencia dictada en el Instituto Iberoamericano de Derecho Constitucional Sección El


Salvador el 17-IX-2016.
2 Profesor de Derecho penal de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” y do-
cente de la Escuela de Capacitación Judicial del Consejo Nacional de la Judicatura. Colabo-
rador Jurídico de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia.
Artículo

con valentía y carácter los principios del Estado de Derecho, y han decidido de
–forma conjunta– enfrentarse a casos altamente polémicos que para otros hu-
bieran quedado en la “gaveta del olvido”. A los tribunales constitucionales no
llegan casos “fáciles” sino casos altamente complejos jurídicamente hablando,
y con una incidencia política indiscutible. Sin duda alguna, desde aquí y ahora,
sus diversos pronunciamientos tendrán una importante efecto en la transfor-
mación social de la realidad salvadoreña, y serán leídos, analizados, comparti-
dos y críticados por un sinnúmero de abogados y estudiantes de ciencias jurídi-
cas de la universidades salvadoreñas por largo tiempo.

II
Entrando en materia: ¿A que nos referimos cuando hablamos del delitos
de lesa humanidad, contra el derecho de gentes, crímenes de guerra, crímenes
internacionales, crímenes contra la humanidad o crímenes contra la paz?. De
inicio, se han entendido por delitos de lesa humanidad aquellos actos graves
de violencia que ofenden la conciencia ética de la humanidad y los más elemen-
tales valores del ser humano: su libertad, bienestar físico, salud y/o dignidad.
Se tratan de actos inhumanos que por su extensión y gravedad traspasan los
límites tolerables de lo que un orden jurídico nacional o internacional debe
proscribir. En efecto, tal y como expuso el Tribunal Penal Internacional para la
ex Yugoslavia, en su sentencia en el caso Erdemovic, estos crímenes trascienden
lo individual, puesto que cuando lo individual es violado, la humanidad como
bien jurídico colectivo es desafiada. De allí el concepto de la humanidad en ge-
neral como víctima que caracteriza de manera esencial este tipo de crímenes.
En cambio, los crímenes de guerra se relacionan a las graves violaciones de
la normativa, usos y costumbres aplicables a los conflictos armados, es decir,
un desconocimiento del Derecho internacional humanitario, que es en última
instancia el cuerpo de normas y principios utilizados para salvar vidas y aliviar el
sufrimiento durante los conflictos armados internos e internacionales. En suma,
la violación a los Convenios de Ginebra de 1949 y sus diversos protocolos adi-
cionales de 1977.
La clasificación de los mismos ha variado considerablemente desde el art.
6 de la Carta de Nüremberg, la Ley 10 del Consejo de Control Aliado para el
castigo de personas culpables de crímenes de guerra, crímenes contra la paz y
contra la humanidad, y en los Estatutos de los Tribunales Penales Internaciona-
les para Ruanda y la Ex Yugoslavia, hasta llegar los arts. 6, 7 y 8 del Estatuto de
Roma que da vida a la Corte Penal Internacional.

2
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Entre estos delitos se encuentran el genocidio, el asesinato, el exterminio,


la esclavitud, la deportación o el traslado forzoso de la población, la tortura,
el encarcelamiento, la desaparición forzada, la violación sexual, la esclavitud
sexual y la prostitución forzada entre otros execrables hechos.
Sin embargo, me gustaría referirme a ellos de acuerdo a una denominación
distinta y que va tomando camino en el Derecho penal internacional, es decir,
como crímenes de atrocidad. Ellos pueden caracterizarse por su carácter masivo
en cuanto las víctimas y los víctimarios.
La característica esencial de este tipo de delitos es su elevada cifra de víc-
timas y que se conecta con un gran número de victimarios que participan en
la planificación, ejecución, consumación y encubrimiento o también con una
explícita tolerancia. Ostentando estos últimos, un elevando rango o posición
dentro de una estructura estatal política, militar, insurgente o paramilitar la
cual se diferencia de quienes resultan ser los ejecutores materiales.
Por ello, estos delitos no pueden ser comparados en su gravedad con los
clásicos delitos contra la vida, la integridad física o la libertad personal. Se tra-
tan de delitos que responden a una violencia masiva, organizada y planeada,
que, aunque puedan traducirse en supuestos de violencia individual –tales
como las ejecuciones sumarias–, plantean una intervención criminal colectiva
y sistémica.
Diseccionado el término desde una óptica técnico-jurídica: en primer lugar,
se tratan de afectaciones a los tradicionales bienes jurídicos individuales pero
mediante un ataque generalizado y sistemático a través de una organización
estructurada y jerarquizada que puede ser estatal, para-militar o insurgente. A
ello se refiere la sentencia en análisis cuando habla de delitos realizados con-
forme un aparato organizado de poder que tiene entre sus características: (a)
un poder de mando y jerarquía; (b) la inobservancia del ordenamiento jurídico
vigente –entendido no solamente el local sino también el internacional–; (c)
la fungibilidad de los ejecutores inmediatos; y (d) la elevada disponibilidad del
ejecutor para cometer el hecho.
En segundo lugar, son crímenes que si bien afectan a bienes jurídicos indivi-
duales, se perjudica a la humanidad en general. Se tratan, pues, de infracciones
que cuestionan el estándar mínimo de derechos de la humanidad en su conjun-
to, y por ello existe un interés internacional en su persecución.
En términos sencillos, su represión es responsabilidad de la comunidad in-
ternacional y no sólo del Estado en cuyo interior de producen, aún y cuando
sea el primer obligado en prevenirlos y castigarlos.

3
Artículo

En razón de tratarse de crímenes que inobservan los más altos valores pro-
clamados por la comunidad internacional y las diversas naciones que la com-
ponen, existe un consenso a nivel internacional que se tratan de crímenes
que: (a) no admiten exenciones de responsabilidad penal respecto de quienes
participaron en los mismos como autores materiales o intelectuales, llámense
amnistías, indultos, leyes de obediencia debida, leyes de caducidad de la ac-
ción punitiva, etc.; (b) son imprescriptibles en cuanto a su persecución y juzga-
miento; (c) admiten su persecución internacional, más allá del Estado en que
fueron cometidos por cualquier país que así lo establezca en sus leyes internas
de acuerdo al principio de justicia universal –contemplado en el art. 10 del CP
1998– o mediante el respectivo proceso ante la Corte Penal Internacional (art.
1 Estatuto CPI). Este principio tiene importantes repercusiones respecto a la
garantía constitucional del ne bis in idem (art. 11 Cn.), el instituto procesal de
la cosa juzgada (art. 17 Cn.) y la extradición (art. 28 Cn.).

III
La sentencia en examen desarrolla los dos primeros aspectos. Mientras que
las decisiones de la Corte Suprema de Justicia emitidas el 8-V-2012 y 16-VIII-
2016, ref. 13-S-2012 y 23-S-2016, se refieren al principio de justicia universal.
Por razones de tiempo, me enfocaré en la sentencia 44-2013 y en sus dos
aspectos fundamentales: (a) la imposibilidad de dictar amnistías que impidan
la persecución y juzgamiento de los responsables de los crímenes de atrocidad;
(b) así como la imprescriptibilidad de los mismos.
Para sostener tales premisas, la sentencia brinda los siguientes argumen-
tos: (a) existe un consenso internacional plasmado en diferentes convencio-
nes, resoluciones de la Asamblea General de la ONU y sentencias de órganos
jurisdiccionales interamericanos –en particular de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos– que limitarían la potestad de la Asamblea Legislativa res-
pecto de la concesión de amnistías “amplias, absolutas e incondicionales”; y
(b) la promulgación de una amnistía de tan largos alcances, afecta derechos
fundamentales de las víctimas, en particular, los derechos de acceso a la justicia
y a la tutela judicial, el derecho a la protección en la conservación y defensa de
sus derechos, así como su derecho a conocer la verdad. En suma, los tres dere-
chos humanos que se han reconocido a nivel internacional para las víctimas de
conflictos armados internos: verdad, justicia y reparación.
A. Vamos con el primer punto, la obligación del Estado salvadoreño de per-
seguir los crímenes contra la humanidad, derivada de obligaciones internacio-
nales. El Derecho internacional público contemporáneo que surge a partir de

4
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

la mitad del siglo XX, reconoce la necesidad de regir las relaciones interna-
cionales, atendiendo al multilateralismo, de conformidad como lo establece
la carta fundacional de la Organización de las Naciones Unidas del 26-VI-1945.
Esta nueva visión parte de principios como la igualdad soberana entre Estados,
la prohibición del uso de la fuerza, el reconocimiento y promoción de los dere-
chos humanos y la preservación de la paz. De ahí en adelante, existe un especial
reconocimiento de los derechos humanos que permitió la construcción de un
estándar mínimo exigible a los Estados miembros del referido organismo inter-
nacional. Ese “estándar de mínimos” se encuentra comprendido en una varie-
dad de instrumentos internacionales de carácter global y regional, y entre ellos,
resaltan con particular importancia el Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos –PIDCP– y la Convención Americana de Derechos Humanos –CADH–.
En tal sentido, tanto el art. 2.1 del PIDCP (1966) así como el art. 1.1. de la
CADH (1969) establecen una obligación genérica a los Estados de reconocer,
respetar y garantizar los derechos contemplados en dichos instrumentos. Por
ende, no sólo aparece un deber de respetar o abstenerse de interferir en el
ejercicio de los derechos humanos; sino también de garantizar la adopción de
las medidas que sean necesarias –administrativas, legislativas y judiciales– para
prevenir o castigar su trasgresión.
En la materia que nos ocupa, aparecen a nivel mundial, la Convención para
la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio (1948); los Convenios de Gine-
bra relativos a los Conflictos Armados (1949) y sus dos protocolos adicionales
(1977); la Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhu-
manas o Degradantes (1984) y la Convención sobre la Imprescriptibilidad de
Crímenes de Guerra y Crímenes de Lesa Humanidad (1968) entre los más re-
presentativos. Y a nivel regional, aparecen dos instrumentos muy importantes:
la Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura (1985) y la
Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas (1994).
En cuanto a la CADH ella fue ratificada mediante el decreto legislativo n°
5 de 15-VI-1978 y publicado en el D.O. n° 113 de 19-VI-1978, efectuándose una
reserva y una declaración respecto del reconocimiento de la competencia con-
tenciosa de la Corte IDH. La cual fue aceptada mediante el decreto legislativo
n° 319, de 30-III-1995, publicada en el D.O. n° 82, tomo 327 del 5-V-1995, pero
únicamente para hechos o actos jurídicos posteriores o cuyo inicio de ejecución
sea posterior a la fecha en que se depositó el instrumento ante la OEA –es de-
cir, el día 6-VI-1995–.
Como sabemos, estos instrumentos se insertan en el ordenamiento local a
partir de su ratificación por la Asamblea Legislativa conforme lo establece el

5
Artículo

párrafo primero del art. 144 Cn., y sus efectos dimanan a partir de su vigencia.
No obstante, muchos de ellos obviamente, no eran aplicables a los hechos co-
metidos durante el conflicto armado interno que duró dos años, a excepción
de la Convención para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio –ratifi-
cada por el decreto ley n° 803 de 5-IX-1950– y el Protocolo II de la Convención
de Ginebra relativa a la Protección de las Personas Civiles en Tiempos de Guerra
–ratificado mediante el decreto legislativo n° 12 de 4-VII-1978 y de la que existe
referencia explícita en la sentencia en examen–.
Pero, de toda esta serie de instrumentos internacionales supra citados
¿Existe verdaderamente un deber de persecución de los delitos de atrocidad
cometidos durante el conflicto armado aún y cuando muchos de ellos fueron
ratificados en la década de los años noventa del siglo pasado y otros como la
Convención sobre la Imprescriptibilidad de Crímenes de Guerra y de Lesa Hu-
manidad ni siquiera han sido pensada su incorporación en el derecho interno?
La Sala Constitucional, en su sentencia 44-2013, considera que sí.
Además de reconocer la vigencia del Protocolo II de los Convenios de Gine-
bra relativo a la protección de las víctimas de los conflictos armados sin carác-
ter internacional, establece la existencia de una norma imperativa del Derecho
internacional de carácter consuetudinario que obliga al Estado salvadoreño a la
investigación, persecución y castigos de este tipo de crímenes.
Estas normas, conocidas en el ámbito del Derecho internacional público
como ius cogens, implican reconocer obligaciones a los Estados que no son
potestativas ni derogables por su derecho interno, y ello independientemente
que las hayan reconocido o no. Se tratan de normas tan sensibles e importan-
tes para mantener el marco de armonía internacional y cuyo respeto es funda-
mental para resguardar la fraternidad entre los sujetos internacionales.
A ellas hace referencia el art. 53 de la Convención de Viena sobre el Dere-
cho de los Tratados (1969) cuando literalmente establece: “[e]s nulo todo tra-
tado que, en el momento de su celebración, esté en oposición con una norma
imperativa de derecho internacional general. Para los efectos de la presente
Convención, una norma imperativa de derecho internacional general es una
norma aceptada y reconocida por la comunidad internacional de Estados en su
conjunto como norma que no admite acuerdo en contrario y que sólo puede
ser modificada por una norma ulterior de derecho internacional general que
tenga el mismo carácter”.
Tal precepto se complementa con lo expresado en el art. 64 de la misma
Convención: “[s]i surge una nueva norma imperativa de derecho internacional

6
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

general todo tratado existente que esté en oposición con esa norma se conver-
tirá en nulo y terminará”.
A este tipo de normas pertenece la prohibición de cometer delitos geno-
cidio, tortura, desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales y otros he-
chos comprendidos dentro de la categoría de crímenes de lesa humanidad y
crímenes de guerra. Y por ende, se trata de una norma que los instrumentos
internacionales antes citados únicamente se encargan de reconocer expresa-
mente.
Así, lo ha establecido expresamente la Corte IDH en el emblemático caso
de Barrios Altos (2006): “…son inadmisibles las disposiciones de amnistía, las
disposiciones de prescripción y el establecimiento de excluyentes de responsa-
bilidad que pretendan impedir la investigación y sanción de los responsables
de las violaciones graves de los derechos humanos tales como la tortura, las
ejecuciones sumarias, extralegales o arbitrarias y las desapariciones forzadas,
todas ellas prohibidas por contravenir derechos inderogables reconocidos por
el Derecho Internacional de los Derechos Humanos”. Como también lo esta-
blece para nuestro país en el caso de las Hermanas Serrano Cruz (2005): “ [l]a
Corte advierte que el Estado debe garantizar que el proceso interno tendiente
a investigar lo sucedido a Ernestina y Erlinda y, en su caso, sancionar a los res-
ponsables, surta sus debidos efectos. El Estado deberá abstenerse de recurrir
a figuras como la amnistía, la prescripción y el establecimiento de excluyentes
de responsabilidad, así como medidas que pretendan impedir la persecución
penal o suprimir los efectos de la sentencia condenatoria” (párrafo 172).
El referido planteamiento de la Corte IDH también es compartido por
la jurisprudencia de diversos tribunales superiores. Ello puede verse en la sen-
tencia emitida por la Corte Suprema de Justicia argentina en el leading case
“Arancibia Clavel” (2004) en el que se estudió la aplicación de la referida Con-
vención sobre la imprescriptibilidad a hechos anteriores a su ratificación; en
particular, a la conformación de una asociación ilícita para asesinar a opositores
políticos del régimen de Augusto Pinochet que se habían refugiado en Argen-
tina por parte de la Dirección de Inteligencia Nacional Chilena –DINA–. El voto
mayoritario –a cargo de los jueces Zaffaroni y Highton de Nolasco– sostuvo: …
[e]n rigor no se trata propiamente de la vigencia retroactiva de la norma in-
ternacional convencional, toda vez que su carácter de norma consuetudinaria
de derecho internacional anterior a la ratificación de la convención de 1968
era ius cogens, cuya función primordial es proteger a los Estados de acuerdos
concluidos en contra de algunos valores e intereses generales de la comunidad
internacional de Estados en su conjunto, para asegurar el respeto a aquellas re-

7
Artículo

glas generales de derecho cuya inobservancia puede afectar la esencia misma


del sistema legal”.
De igual forma, resolvió la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia de
Chile en el caso “Molco” del 13-XII-2006 que estableció: …[e]l Derecho Inter-
nacional ha elevado al carácter de principio la imprescriptibilidad de ciertas
categorías de crímenes nefandos, entre los cuales las “infracciones graves”,
enumeradas en el artículo I de los Convenios de Ginebra, declaración expresa-
mente formulada en la Convención sobre Imprescriptibilidad de los Crímenes
de Guerra y de los Crímenes de Lesa Humanidad, adoptada por la Asamblea
General de Naciones Unidas en 1968 y en vigor desde 1970, pero no ratificada
por Chile. […] El referido instrumento internacional, si bien no incorporado for-
malmente en nuestro derecho interno, da cuenta de un principio universalmen-
te aceptado, que la aludida Convención se limita a declarar comportándose
como simple expresión formal de normas consuetudinarias preexistentes sobre
la materia, lo que confiere a la regla sobre imprescriptibilidad así consagrada,
eficacia internacional, con independencia de la entrada o no en vigor del texto
que la contiene y aun respecto de Estados que no forman parte del tratado”.

IV
Existiendo entonces una norma imperativa derivada del Derecho interna-
cional que obliga a los Estados a perseguir y castigar los delitos de atrocidad,
es obvio, que tal norma también prohíbe la posibilidad de brindar todo tipo de
exenciones o eximentes respecto de la aplicación de la ley penal para este tipo
de hechos en razón de su gravedad. Y esto es lo que nos conecta con el tema
de si la potestad del órgano legislativo –contemplada en el n° 26 del art. 131
Cn.– tiene un límite derivado de esa norma internacional de carácter impera-
tivo.
Para esto es necesario establecer dos tipos de argumentación: (a) una de
carácter político –que se relaciona con la amnistía como un mecanismo que
permite la reconciliación nacional luego de un conflicto armado interno–, y (b)
otra de carácter jurídico-constitucional –que se enfoca con los derechos de las
víctimas a conocer la verdad de lo acontecido y a determinar quiénes son los
responsables de esos execrables delitos–.
Vamos con el primer punto, el carácter político de la amnistía se ha rela-
cionado como un elemento necesario de la pacificación social. Tanto el voto
del doctor Belarmino Jaime como la posición vertida por el Fiscal General de
la República señalan que el otorgamiento de la referida gracia obedeció al ob-
jetivo de lograr una reconciliación nacional, y su anulación podría repercutir

8
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

en una situación de inestabilidad respecto a circunstancias ya superadas por la


sociedad salvadoreña.
De inicio, en todo proceso de paz existen dos conceptos que deben ser te-
nidos en cuenta: la paz –esto es el cese de hostilidades y la reintegración de los
bandos en disputa a un marco social– y la justicia. De ahí que no puede existir
un proceso de paz interno exitoso sin justicia.
A este componente de justicia en el marco de cese de un conflicto armado
interno es lo que se conoce como justicia transicional. Siguiendo la denomina-
ción establecida por AMBOS ella comprende “…el entero ámbito de los pro-
cesos y mecanismos asociados con los intentos de una sociedad para afrontar
el legado de abusos a gran escala del pasado, para asegurar responsabilidad,
rendir justicia y lograr la reconciliación”.
En otras palabras, la justicia de transición se refiere a la justicia en la tran-
sición, y comprende el desarrollo de medidas tales las persecuciones penales
individuales, búsquedas de la verdad, la reforma institucional, la reparación a
las víctimas, etc. Por ende, la justicia transicional parte de una idea de respon-
sabilidad y equidad en la protección y vindicación de derechos y la prevención
y castigo de las infracciones, tomando en consideración los derechos del acu-
sado, los intereses de las víctimas y el bienestar de la sociedad a largo plazo.
Lo anterior, nos lleva a una conclusión: resulta incorrecto afirmar que el precio
de la paz es a menudo la justicia. Al contrario, lo que se debe garantizar es un
compromiso y equilibrio entre ambos valores.
Dentro de esas medidas de justicia transicional cabe la aplicación de las
amnistías post-conflictuales. En efecto, las amnistías pueden ser un elemento
importante en el ámbito de la transición y son admisibles en el ámbito del
Derecho internacional; sin embargo, su aplicación está sujeta a límites tanto
ratione materiae como ratione personae. Esto es: no son admisibles en el caso
de los delitos de atrocidad y tampoco respecto a sus autores materiales como
intelectuales.
En efecto, las amnistías de carácter absoluto, pueden vedar el derecho al
establecimiento de la verdad de lo acontecido y el reconocimiento de los res-
ponsables de cometer graves hechos contra la población civil. Pero aún más,
ello perjudica la construcción del Estado de Derecho ya que fortalece una cultu-
ra de impunidad. Así, desde las denominadas teorías justificadoras de la pena,
tales como la prevención general negativa como de la prevención general posi-
tiva: la realización de un proceso penal y la aplicación de la pena pueden tener
un potente efecto disuasorio que impediría la repetición de estos hechos en
el futuro. Por otra parte, la aplicación del Derecho penal, reafirma los valores

9
Artículo

consensuados en la Constitución como son el respeto a la libertad, dignidad e


integridad personal de cada uno de los habitantes de una nación.
B. Y aquí viene el otro contenido importante de la sentencia que comen-
tamos, los derechos fundamentales de quienes se llevan la peor parte del con-
flicto: las víctimas. Haciendo un esfuerzo de síntesis, podemos señalar que los
derechos básicos de las víctimas luego del cese de un conflicto bélico interno
son: (a) el de conocer la verdad –esclarecimiento de los hechos violatorios y las
responsabilidades correspondientes como una forma de reparación respecto
de los familiares de las víctimas así como del colectivo en general a tener in-
formación sobre lo acontecido–; (b) el de la justicia –deben tener acceso al
sistema jurídico que obligue al Estado a investigar, perseguir y sancionar a los
autores o al menos indagar la realidad de lo ocurrido; y (c) el de reparación,
entendido en un sentido genérico y no sólo como indemnización monetaria,
abarcando figuras jurídicas tales como restitución, la compensación, la reha-
bilitación, la satisfacción y las garantías de no repetición que son tomadas en
cuenta extensamente en el pronunciamiento judicial en sentencia. Sobre este
tópico, conviene efectuar un pequeño paréntesis con relación a este derecho
constitucional a conocer la verdad, el cual adquiere protagonismo jurispruden-
cial en la sentencia de amparo dictada el 5-II-2014 –Amp. 665-2010– (Caso Ma-
sacre de Tecoluca).
En este proveído, se sostuvo que el mismo, asiste a las víctimas en sentido
amplio, es decir, tanto a las víctimas directas como a sus familiares, de conocer
la verdad acerca de vulneraciones de los derechos fundamentales, como tam-
bién a la sociedad en su conjunto de indagar lo realmente ocurrido en tales
situaciones. Por ello, el Estado se encuentra obligado a realizar todas las tareas
necesarias para contribuir a esclarecer lo sucedido a través de las herramientas
que permitan llegar a la verdad de los hechos, sean judiciales o extrajudiciales.
Además, en la medida en que se considera que la sociedad también es titular
del derecho a conocer la verdad de lo sucedido, se posibilita construir la memo-
ria colectiva, la cual permitirá construir un futuro basado en el conocimiento
de la verdad, piedra fundamental para evitar nuevas vulneraciones de los dere-
chos fundamentales.
Recapitulando, conforme la gravedad de los delitos de atrocidad así como
de los derechos fundamentales de las víctimas –verdad, justicia y reparación– y
los compromisos derivados del Derecho internacional –convencional y consue-
tudinario– no son admisibles las amnistías absolutas. Como estableció la Corte
IDH en el caso Almonacid Arellano (2006): “…los Estados no pueden sustraerse
del deber de investigar, determinar y sancionar a los responsables de los críme-
nes de lesa humanidad aplicando leyes de amnistía u otro tipo de normativa

10
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

interna. Consecuentemente, los crímenes de lesa humanidad son delitos por los
que no se puede conceder amnistía” (párrafo 114).
Empero, esto no significa que no pueda utilizarse el mecanismo de la am-
nistía dentro de un proceso de paz. En efecto, no existe una norma de Derecho
internacional que prohíba a los Estados adoptar una ley de amnistía, sino que
lo inaceptable es que tales leyes incluyan dentro de su cobertura a los crímenes
de atrocidad.
A esto hace referencia la sentencia de la Sala Constitucional analizada: “…
[e]n las transiciones impulsadas por una negociación política entre las partes
en conflicto, la amnistía podría ser una herramienta legítima y eficaz para supe-
rar las secuelas de la guerra, promover el perdón, la reconciliación y la unidad
nacional, siempre que sea compatible con la Constitución y con los estándares
del DIDH y del DIH. […] La amnistía, pues, es una medida que así como puede
contribuir a lograr los fines previstos en los Acuerdos de Paz, tras la finaliza-
ción de un conflicto armado interno; pero puede también convertirse en un
obstáculo para el logro de tales fines, ya que impide el enjuiciamiento de los
responsables de ordenar o cometer crímenes de lesa humanidad y crímenes de
guerra constitutivos de graves violaciones al DIH, así como la reparación de las
víctimas, favoreciendo con ello la impunidad de tales delitos”.
Lo anterior, era de conocimiento de los protagonistas en el proceso de paz
salvadoreño, ya que en la Ley de Reconciliación Nacional de 23-I-1992, se ex-
ceptuaba de la aplicación de amnistía a aquellas “…personas que, según el
informe de la Comisión de la Verdad, hubieren participado en graves hechos de
violencia ocurridos desde el 1° de enero de 1980, cuya huella sobre la sociedad,
reclama con mayor urgencia el conocimiento público de la verdad, indepen-
dientemente del sector a que perteneciere su caso”.
Sin embargo, y luego de la recepción del informe de la Comisión de la Ver-
dad, esto fue abruptamente derogado por la Ley de Amnistía General para la
Consolidación de la Paz del 20-III-1993, que autorizó la aplicación de tal exen-
ción de forma “amplia, absoluta e incondicional a favor de todas las personas
que en cualquier forma hayan participado en la comisión de delitos políticos,
comunes conexos con éstos y en delitos comunes cometidos por un número de
personas que no baje de veinte antes del primero de enero de 1992”.
Adicionalmente, extinguía también toda forma de responsabilidad civil por
los delitos cometidos en dicho lapso de tiempo, desconociendo que la respon-
sabilidad civil ex delicto, si bien se relaciona con la responsabilidad penal en
cuanto a que son conocidas por la misma vía jurisdiccional penal por razones de

11
Artículo

practicidad, responden a fundamentos totalmente diferentes: la responsabili-


dad civil impone el deber de reparar a la víctima los daños causados por el delito.
La víctima, conforme a esta ley posterior, perdía por partida doble, en lo penal
no podía perseguir a los autores y partícipes de los crímenes de atrocidad; y
en lo civil, no podía peticionar el resarcimiento de los perjuicios causados por
los crímenes amnistiados. La desprotección es más que evidente y es lo que la
sentencia 44-2013 de 13-VII-2013 corrige de forma expresa.
A diferencia de estas amnistías absolutas o amnésicas –cuyo nombre deri-
va del griego amnesia referido a un acto de olvido– puede resultar admisible
una amnistía condicional, la cual no exime automáticamente de castigo por los
actos cometidos durante cierto periodo; sino que condiciona el beneficio a la
realización de ciertos actos o el cumplimiento de ciertas condiciones por parte
de los beneficiados. En particular, el de satisfacer los legítimos reclamos de las
víctimas, a través de la revelación completa de los hechos, el reconocimiento de
la responsabilidad, el arrepentimiento de los autores, etc.
Se ha señalado por la doctrina penal internacional, que sólo este tipo de
amnistía, denominada también amnistía responsable –accountable amnesty–,
puede, según las condiciones y circunstancias del caso concreto, contribuir a la
verdadera reconciliación. Y esto implica la cuidadosa ponderación de intereses
entre justicia y los derechos de las víctimas por un lado y la paz social por otro.
A esto hace referencia la sentencia de 18-V-2006 –ref- C-370-06– emitida
por la Corte Constitucional colombiana donde señala: “[f]iguras como las leyes
de punto final que impiden el acceso a la justicia, las amnistías en blanco para
cualquier delito, las auto amnistías (es decir, los beneficios penales que los de-
tentadores legítimos o ilegítimos del poder se conceden a sí mismos y a quienes
fueron cómplices de los delitos cometidos), o cualquiera otra modalidad que
tenga como propósito impedir a las víctimas un recurso judicial efectivo para
hacer valer sus derechos, se han considerado violatorias del deber internacional
de los Estados de proveer recursos judiciales para la protección de los derechos
humanos”.
Por ello, en la actualidad, se ha sugerido por un sector doctrinal, que la
exención de persecución o castigo por los delitos de atrocidad mediante la am-
nistía o cualquier otro tipo de exención de responsabilidad, debe examinarse
conforme un test de proporcionalidad, de acuerdo con los siguientes niveles de
análisis: primero, debe determinarse si la medida en cuestión es adecuada para
alcanzar el objetivo pretendido, esto, una transición pacífica o la paz de la so-
ciedad en cuestión. Este extremo implica el análisis de la seriedad y legitimidad
del objetivo declarado, en términos diversos, si la autoridad (normalmente el

12
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

gobierno) persigue real y seriamente este objetivo y no otros planes políticos


–por ejemplo, la legalización de un grupo armado–. En segundo lugar, la me-
dida debe ser necesaria o indispensable para alcanzar dicho objetivo, esto es,
no deben existir otras medidas que sean menos intrusivas para el interés de la
justicia –por ejemplo: una amnistía ofrecida a grupos armados irregulares plan-
tea la cuestión de si la paz o una transición pacífica no podría alcanzarse por
medio de una medida más flexible como puede ser una amnistía menos amplia
que excluya los crímenes más graves, o a quienes tienen mayor responsabilidad
penal o solo permita una atenuación sustancial de la pena a imponer–.
Por último, en la proporcionalidad en sentido estricto, entran a jugar to-
dos los diferentes elementos y criterios que hablan a favor del interés de paz
o de justicia. Aquí, debe hacerse una ponderación entre la cantidad y cuali-
dad (gravedad) de los actos que cubrirá la medida (aspecto de justicia) y el
(los) objetivo (s) que se desea (n) lograr. Los criterios en esta sede pueden
ser diversos: las limitaciones ratione materiae y ratione personae antes se-
ñaladas, el nivel de avance que tenga el procedimiento penal donde surtirá
efecto la amnistía, la regulación normativa de algunas formas de rendición de
cuentas y los efectos políticos, sociales y económicos globales que la medida
puede generar.

V
Conviene tratar el segundo tema tratado en la sentencia en examen, y es
el de la imprescriptibilidad de los delitos atroces. El pronunciamiento judicial de
la Sala Constitucional es enfático: “…[c]omo consecuencia de esta obligación
internacional de asegurar la represión legal efectiva de los crímenes de lesa hu-
manidad y crímenes de guerra, la imprescriptibilidad de dichos delitos se afirma
como expresión de un reconocimiento común y consuetudinario de los Esta-
dos, elevado a la categoría de principio imperativo de Derecho Internacional
(ius cogens), general y obligatorio, independientemente de su incorporación
en convenciones específicas o en el derecho interno, es decir, sin necesidad de
un vínculo específico, derivado de un tratado internacional determinado”.
Más adelante, agrega otro argumento que puede generar ciertas dudas in-
terpretativas cuando señala “…la aplicabilidad de los plazos de prescripción res-
pecto de los delitos exceptuados del alcance de la amnistía, únicamente podría
tener lugar durante el tiempo en que haya existido una efectiva posibilidad
de investigación, procesamiento, persecución o enjuiciamiento de tales delitos.
Esto es así, ya que como una manifestación del principio general del justo impe-
dimento, el cómputo de la prescripción tiene como presupuesto lógico el hecho

13
Artículo

de que, desde su inicio y durante su transcurso, exista la posibilidad efectiva de


ejercicio de la acción penal correspondiente”.
Relacionando lo anterior, es posible encontrar tres puntos que requie-
ren un análisis pormenorizado: (a) el fundamento de la imprescriptibilidad en
el caso de los delitos de atrocidad; (b) si estamos en presencia de una impres-
criptibilidad absoluta o de una situación de interrupción de la prescripción, y (c)
cuál sería el ordenamiento penal y procesal penal aplicable una vez declarada
inconstitucional los arts. 1, 2 y 4 de la Ley de Amnistía de 1993.
A. La prescripción hace referencia a una auto-limitación que el propio Esta-
do impone al ejercicio de su poder penal por razones temporales. Esto significa,
que una vez transcurrido el plazo previsto en la Ley, el Estado no puede llevar
adelante la persecución penal pública derivada de la sospecha que se ha come-
tido un hecho punible ni tampoco ejecutar una pena ya impuesta.
La fundamentación político-criminal de esto puede encontrarse en explica-
ciones derivadas del carácter material o del carácter procesal penal de la pres-
cripción. Desde la primera perspectiva, la pena cumple la función de compen-
sar la perturbación social causada por el delito, entonces, el paso del tiempo
–al igual que la pena– ha logrado también dicha finalidad pacificadora. En
consecuencia, una pena tardía podría comportar una perturbación igual o ma-
yor que la misma comisión del delito.
De modo distinto, y esto se relaciona con la perspectiva procesal de la pres-
cripción, ella se justifica porque el transcurso del tiempo torna dificultosa la
obtención de prueba, volviéndose difícil la reconstrucción eficaz del hecho his-
tórico objeto de la persecución. Esto constituye un grave problema para quien,
presumido inocente, enfrenta una acusación de la cual no puede defenderse
porque el tiempo ha borrado los elementos esenciales para su defensa.
Ambas tesis han dado lugar a las concepciones sustantivas y procesales acer-
ca de la naturaleza jurídica de la prescripción y cuyos efectos son decisivos en el
ámbito de los delitos que nos ocupan. Así, el entendimiento de la prescripción
como institución procesal, en razón de que el tiempo ha borrado las huellas
que permitan una reconstrucción histórica fiable de lo ocurrido, permite que su
regulación se haga en los códigos de procedimientos penales, normas que por
cierto se han considerado aplicables a partir de su vigencia comprendiendo los
hechos cometidos antes de la misma.
Esta tesis es dominante en Alemania y ha permitido ir modificando los pla-
zos de prescripción de los delitos cometidos por el nacional socialismo. Primero,
en 1950. Luego en 1965. Y por último en 1979, año en el que terminó por re-
conocer su imprescriptibilidad. Problema que por cierto, volvió a aparecer en el

14
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

proceso de reunificación alemana, en el que había que enjuiciar a los miembros


del gobierno de la República Democrática alemana.
El Tribunal Constitucional alemán, al confrontar tales reformas con el párra-
fo II del art. 103 de la Ley Fundamental de Bonn en el año 1969, sostuvo que las
normas relativas a la perseguibilidad de los delitos no se encuentran compren-
didas dentro de los elementos de la punibilidad, y es a estos últimos que hace
referencia la prohibición de retroactividad. En sus palabras: “[l]os preceptos
legales referentes a la prescripción regulan el tiempo durante el cual una acción
punible debe ser perseguida. En la medida en la que estos preceptos sólo se
refieren a la posibilidad de persecución, sin mencionar la punibilidad, quedan
excluidos del ámbito de valides del art. 103 GG; por tanto, la prolongación o la
suspensión de los plazos de prescripción no puede ser contraria a este precepto
constitucional”.
De forma distinta a lo expuesto anteriormente, considero que la prescrip-
ción tiene un fundamento sustantivo, y ello es porque extingue el ejercicio de
la potestad punitiva del Estado, constituyéndose de esa manera en una garan-
tía fundamental de los ciudadanos. Sin embargo, y tomando en cuenta plan-
teamientos de naturaleza retributiva así como preventivo-generales de la pena,
debemos reconocer que existen delitos que no han perdido con el paso del
tiempo su latente conflictividad social, lo que inexorablemente conduce a su
persecución, juzgamiento y castigo conforme el valor justicia como elemento
fundamental del Estado de Derecho.
En efecto, los delitos de atrocidad afectan el núcleo de los derechos huma-
nos y lesionan bienes jurídicos pertenecientes al orden internacional a los cua-
les el Estado está en obligación de protegerlos y garantizarlos. Por tal motivo es
que se considera dentro del ámbito del Derecho internacional a la Convención
sobre la Imprescriptibilidad de los Crímenes de Guerra y de los Crímenes de
Lesa Humanidad como una suerte de Derecho internacional imperativo que
determina un cumplimiento obligatorio por parte de los Estados, sin necesidad
de que un Estado haya ratificado dichas disposiciones. El referido instrumento
expresa esa regla imperativa en su art. 1: “[l]os crímenes (…) son imprescripti-
bles, cualquiera que se la fecha en que se haya cometido”.
B. Respecto al segundo punto, considero que la sentencia en comento es-
tablece la imprescriptibilidad de los delitos de lesa humanidad y crímenes de
guerra relacionados en el informe de la Comisión de la Verdad y otros de igual
gravedad, desde el momento de su comisión hasta en la actualidad. En esto es
enfática cuando sostiene. “[n]o podrá invocarse el tiempo de vigencia de tales
disposiciones para entorpecer, demorar o negar el ejercicio efectivo e inmedia-

15
Artículo

to de los derechos reconocidos en las normas constitucionales e internacionales


analizadas en esta sentencia”.
Es evidente entonces, que la sentencia no está habilitando una interrupción
del plazo de la prescripción –contemplado en los arts. 125, 126 y 127 del Código
Penal de 1973– sino confirmando la regla de imprescriptibilidad contemplada
en el Derecho internacional. Se trata de un argumento que justificaría aún más,
la posibilidad a las víctimas de obtener conocimiento de lo acontecido en el
conflicto armado, acceder a la justicia y obtener reparación de sus derechos
vulnerados.
C. Por último, es procedente referirnos al problema de la legislación penal y
procesal penal aplicable. La sentencia es clara cuando afirma: “[l]a calificación
jurídico-penal, (…), debe ajustarse a la ley del tiempo de su comisión, aunque
por sus características y contexto, esas conductas pertenezcan, además, a la
categoría internacional de crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad o
crímenes internacionales de carácter imprescriptible” (FJ IV.4.).
Ello impone al juzgador penal la aplicación del CP de 1973 conforme la
regla jurídica tempus regit actum; en otras palabras, se aplican las normas sus-
tantivas vigentes al momento de su comisión (art. 12 CP 1973) descartándose
la aplicación del CP 1996.
No obstante, que ello puede ser una la solución plausible, no podemos de-
jar de mencionar que muchos de los delitos contemplados en el Derecho inter-
nacional, pueda que no tengan un tipo penal correlativo en los cuatro delitos
relativos a la paz internacional contemplados en el CP 1973 –genocidio, incita-
ción pública a una guerra de agresión, delitos contra las leyes y costumbres de
guerra y delitos contra los deberes de humanidad–. Por ello, tanto el juez como
el fiscal tendrán que calificar estos hechos como delitos comunes tales como
el homicidio agravado, lesiones, violación, privación de libertad entre otros. A
excepción del delito de desaparición forzada que por su carácter continuado
permite la aplicación de los arts. 364, 365 y 366 del estatuto penal en vigor.
Lo insatisfactorio de la aplicación de estas figuras delictivas comunes es
que no pueden comprender el desvalor tanto de acción como de resultado
que tienen los crímenes de atrocidad. No es lo mismo la ejecución extrajudicial
efectuada conforme la orden de un aparato militar o insurgente que un homi-
cidio. Y por muy decepcionante que pueda parecer esta idea, sería contrario
al principio de irretroactividad de las leyes penales, la aplicación de cualquiera
de las figuras típicas comprendidas en el título XIX del Código Penal vigente.
Respecto al régimen procesal penal aplicable, si bien cabe la opción por la
aplicación del CPP de 1973 como están haciendo algunos jueces del oriente del

16
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

país de acuerdo a la regla del tempus delicti comissi, considero que las leyes
procesales admiten un régimen más flexible.
En efecto, la prohibición de la retroactividad de las leyes desfavorables (art.
21 Cn.) no rige en términos generales para el ámbito de las normas procesales
–las cuales se aplican conforme la ley procesal vigente al momento del proce-
samiento penal– por lo que las nuevas investigaciones y las que se encuentran
en curso pueda serles aplicado el estatuto procesal penal en vigor desde el
1-1-2011, y ello no sólo por la razón anteriormente señalada; sino también, por
la sustancial diferencia que existen entre ambas regulaciones en lo relativo al
catálogo de principios, derechos y garantías contempladas para los imputados
como para la víctimas; así también en cuanto al diseño del proceso penal vigen-
te del clara tendencia acusatoria en comparación al modelo inquisitorio que
regía en la época del conflicto armado.
VI
Para finalizar, me gustaría reconocer que la sentencia emitida por la Sala de
lo Constitucional el 13-VII-2016 –Inc. 44-2013– constituye un importante avan-
ce tanto en materia de internalización del Derecho Internacional, en particular
del Derecho internacional de los derechos humanos, del Derecho internacional
humanitario y del Derecho penal internacional.
En efecto, cuando la comunidad internacional pudo advertir los horrores
de Auschwitz, Treblinka y Dachau, así como los horrendos hechos sucedidos en
la Ex Yugoslavia, Ruanda y en algunos países de África. Se ha considerado la
existencia de hechos delictivos que merecen su persecución y juzgamiento en
cualquier parte del planeta. Y si no lo hacen los gobiernos obligados interna-
cionalmente a ello, lo hará la comunidad internacional. Este es el fundamento
que establece el Estatuto de Roma en su art. 1 respecto a la competencia de la
Corte Penal Internacional.
Tales mandatos derivados de los instrumentos internacionales que impo-
nen deberes de persecución y juzgamiento de delitos tales como el genoci-
dio, la desaparición forzada de personas o tortura, así como de aquellos que
reconocen derechos a las víctimas –como la Declaración sobre los Principios
Fundamentales de Justicia para las Víctimas de Delitos y del Abuso de Poder
de las Naciones Unidas (1985)– deben ser considerados afines a los valores con-
templados en nuestra Constitución, y por ende, integrados en la interpretación
judicial ordinaria y constitucional.
En esta línea discurre el reciente pronunciamiento de la Corte en Pleno de
la Corte Suprema de Justicia, dictada el 16-VIII-2006 –caso Benavides Moreno–
cuando expresó “…como el fundamento de los crímenes de lesa humanidad es

17
Artículo

precisamente el común reconocimiento internacional de la igual dignidad de


los seres humanos y como el derecho a la protección estatal implica la obliga-
ción inderogable de reprimir (investigar, enjuiciar, sancionar y reparar) dichos
crímenes, estas obligaciones constitucionales se complementan armónicamen-
te con el núcleo de protección de los tratados internacionales de Derechos
Humanos, creando un continuo normativo de tutela reforzada de la persona
humana, conforme el art. 144 inc. 2° Cn.”
De acuerdo a esto, la potestad constitucional de emitir amnistías por par-
te de la Asamblea Legislativa –contemplada en el art. 131 ord. 26 Cn.– tiene
límites derivados tanto de las convenciones internacionales de derechos hu-
manos y Derecho internacional humanitario como de principios imperativos
de carácter internacional que deben ser acatados, y que se muestran en con-
sonancia con los valores establecidos en los arts. 1 y 2 Cn.; por ende, y a partir
de un análisis interpretativo de carácter holístico, las exenciones de todo tipo
de responsabilidad a los autores y partícipes de delitos contra la humanidad
estarían comprendidas dentro de las prohibiciones establecidas en el art. 244
de nuestro estatuto fundamental. Esto es algo que no lo dijo enfáticamente la
sentencia de 14-VI-2000 –Inc. 24-97– y que si lo dice con contundencia la emiti-
da el 13-VII-2016 –Inc. 44-2013–.
Este proceso de progresiva penetración del Derecho internacional en el or-
denamiento jurídico interno y en la práctica de los tribunales salvadoreños,
y de la cual está sentencia es representativa, implica obviamente un ámbito
de limitación de la soberanía que entraría –en la feliz expresión de BECERRA
RAMÍREZ– en un “proceso de adelgazamiento” sin que llegue a totalmente a
desaparecer. Eso sí, una nueva concepción actualizada de la soberanía nacional
requiere entenderla y construirla de forma diferente a cómo se efectuó en el
siglo pasado, y que –en palabras de FERRAJOLI– deja de ser una “libertad ab-
soluta y salvaje, y queda subordinada, jurídicamente, a dos normas fundamen-
tales: el imperativo de la paz y la tutela de los derechos humanos.
Muchas gracias.

PREGUNTAS Y RESPUESTAS DEL FORO

Primera pregunta: ¿Qué es el ius cogens?

Alfred Verdross, en un artículo publicado en 1937, señalaba que en el De-


recho internacional existían reglas que tenían la característica de pertenecer
al derecho imperativo o ius cogens que los tratados no podían contradecirlas.

18
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Sostenía que el propio poder que tienen los Estados para concluir acuerdos es
en principio ilimitado, salvo que afecten disposiciones que tienen la naturaleza
de derecho imperativo u obligatorio. La Comisión de Derecho internacional
codificó este principio en el art. 37 del Proyecto de Convención sobre Derecho
de los Tratados estableciendo los antecedentes de lo que sería más tarde el art.
53 de la Convención de Viena. Este artículo establece: “…es nulo todo trata-
do que, en el momento de su celebración, esté en oposición con una norma
imperativa de derecho internacional general. Para los efectos de la presente
Convención, una norma imperativa de derecho internacional general es una
norma aceptada y reconocida por la comunidad internacional de Estados en su
conjunto como norma que no admite acuerdo en contrario y que sólo puede
ser modificada por una norma ulterior de derecho internacional general que
tenga el mismo carácter”.
Estas reglas, en el ámbito de la producción normativa local, no son normas
derogables porque son normas absolutas y no sirven para satisfacer las nece-
sidades de los Estados individuales sino el interés más alto de la comunidad
internacional. En otras palabras, son normas que expresan la existencia de un
orden público internacional.
Estas normas imperativas, son el resultado del multilateralismo expresado
en el Derecho internacional público contemporáneo, ya que a través de él se
obliga a los Estados a seguir ciertos comportamientos en el ámbito de las re-
laciones internacionales, debiendo cumplir normas que no le son potestativas,
independientemente que las haya reconocido como tales o no.
Así, el ius cogens constituye el conjunto de normas de obligatoriedad erga
omnes, con carácter universal, cuyo contenido es tan sensible e importante
para regular las relaciones internacionales, que su cumplimiento es de carác-
ter obligatorio, sin necesidad que un Estado haya ratificado dichas disposicio-
nes –si las mismas se encontraren contenidas en un tratado internacional– y
su observancia es fundamental para mantener la fraternidad entre los sujetos
internacionales.
Una de las características esenciales del ius cogens es que no está codifica-
do en un solo cuerpo normativo, hecho que constituye, una de sus mayores
ventajas, toda vez que esta situación le dota de flexiblidad y hace que su enu-
meración sea numerus apertus, toda vez que reunido en un solo instrumento
desvirtuaría su carácter evolutivo, reiterándose que no es necesaria su codifica-
ción para reconocerle su carácter vinculante.
La institución del ius cogens es esencialmente abierta y dinámica y de ahí
que cabe también que la práctica internacional, particularmente la convencio-

19
Artículo

nal o por la vía de tratados, atribuya de manera expresa carácter imperativo


a otras normas generales de Derecho internacional dentro del desarrollo pro-
gresivo de éste.
Por ende, existen normas que siempre se ha de considerar como ius cogens
y su obligatoriedad de cumplimiento no queda a discreción de los Estados o de
cualquier otro sujeto de Derecho Internacional Público. Así, unánimemente son
considerados como normas imperativas del ius cogens los propósitos y princi-
pios de la Carta de las Naciones Unidas (contempladas en sus artículos 1 y 2)
o el contenido íntegro de la Declaración Universal de los Derechos Humanos,
texto que si bien por su naturaleza no es obligatorio, sí lo es por su contenido,
en virtud de recoger normas del ius cogens.

Segunda pregunta
¿Tienen algún fundamento histórico estas normas de ius cogens relativas a
los delitos de atrocidad?

Se comprobó que en la II Guerra Mundial, habían muerto muchos más civi-


les en la retaguardia que combatientes en el campo de batalla. Víctimas de sus
propios gobiernos y no de sus enemigos. Doce millones de civiles asesinados.
El contrato social entre gobernantes y gobernados se mostró frágil en cuanto
a la protección de los segundos, quienes en lugar de velar por la seguridad de
sus ciudadanos, empezaron a transgredir sus derechos. Por ende, se buscó es-
tablecer obligaciones a nivel internacional para los Estados para el respeto de
los más elementales derechos de sus ciudadanos, siendo garante de lo mismo,
la comunidad internacional y sus diversas instituciones.
Desde entonces, el Estado debe cuidar de sus ciudadanos tanto porque lo
obliga la Constitución de cada país, como por las responsabilidades contraídas
ante la comunidad de naciones. Este nuevo contrato social, que regula dere-
chos de mínimos, se plasma en la Carta de Fundación de las Naciones Unidas y
en los instrumentos de Derechos Humanos posteriores.
Así, en los arts. 55 y 56 de la Carta de las Naciones Unidas se consagra el
compromiso de los Estados para con la comunidad internacional de respetar y
proteger los derechos humanos de sus ciudadanos a los que están obligados,
y se esboza un deber subsidiario y complementario de la comunidad interna-
cional de velar para que los gobiernos no violen los derechos humanos de sus
gobernados.
Son estas obligaciones de la comunidad internacional ante el incumplimien-
to de las obligaciones de los Estados, los que han dado lugar a la conformación

20
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

de los Tribunales ad hoc para la Ex Yugoslavia y para Ruanda, el caso de ex-


tradición del general chileno Augusto Pinochet, y recientemente, la creación y
fortalecimiento de la Corte Penal internacional.
Y porque no decirlo, ese ordenamiento internacional ha permitido por
ejemplo, la creación de una Comisión Internacional contra la Impunidad en
Guatemala –la CICIG– y que fue solicitada por el Gobierno de dicho país her-
mano a la ONU conforme el Acuerdo suscrito en la Ciudad de nueva York el 12
de diciembre de 2006.
En efecto, en la petición del 4 de abril de 2003 el gobierno de Guatemala
solicita a la Organización de las Naciones unidas el establecimiento y funciona-
miento de una Comisión Investigadora a fin de crear mecanismos efectivos de
combate a la impunidad provocadas por cuerpos ilegales de seguridad y apa-
ratos clandestinos de seguridad, los cuales afectan gravemente los derechos
humanos fundamentales.
Esto demostró el reconocimiento de un orden internacional al cual se acude
cuando los problemas desbordan el ámbito de la soberanía nacional. Se trata
de un gesto de valentía política del pueblo y del gobierno de Guatemala, que
nuestros gobernantes en El Salvador no quieren dar.
Por ello, y discrepando las tesis que señalan que la intervención internacio-
nal mediante una CICIES inobserva la soberanía salvadoreño, conviene señalar
que su creación no es una injerencia que invada la soberanía, sino que lo que se
intenta es restaurarla, pues los problemas que genera la delincuencia organiza-
da y corrupción han rebasado las aptitudes del Estado y repercuten más allá de
la frontera del Estado afectado.
No se trata de lesionar la soberanía sino de compartir la carga y la respon-
sabilidad, de cooperar que también el orden público internacional tiene con re-
lación a El Salvador. Así que, ¿se invadió la soberanía en el caso de Guatemala?
No, es el mismo gobierno guatemalteco el que pidió la asistencia. Se trató de
un Estado soberano que tocó las puertas de las Naciones unidas para plantear
que cierto problema no podía controlar y pidió ayuda a la ONU.

Tercera pregunta
¿Por qué el Estado salvadoreño debe perseguir los crímenes de atrocidad?

Los arts. 2 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el Pacto


de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, que establecen ese nuevo con-
trato social global, reafirman que los Estados tienen dos deberes frente a los
ciudadanos: el de respeto y el de garantía. Claro, el Estado debe abstenerse

21
Artículo

de violar los derechos de los ciudadanos, pero además debe constituirse en un


Estado protector que garantice y asegure que los derechos de los ciudadanos
serán efectivamente protegidos.
Ahora, si a pesar de todas estas prevenciones los derechos son transgre-
didos, el Estado debe restaurar el orden jurídico perturbado mediante la in-
vestigación, la persecución, el castigo y la reparación. Si no lo hace, lo hará la
comunidad internacional, y a ello responde el principio de justicia universal.
¿Qué existe en la actualidad en El Salvador? Que el Estado no ha garanti-
zado ni garantiza en la actualidad los derechos fundamentales de los ciudada-
nos ni en el tiempo de la guerra ni en la actualidad. El Estado no investiga, no
persigue, no castiga, no repara, y eso se llama, impunidad. Este ha sido y es el
problema fundamental de la justicia penal en El Salvador. Existen las normas
sustantivas, procedimientos jurídicos e instituciones, pero no se cumple con los
ciudadanos, a veces porque no quiere, a veces porque no se puede. El desafío
actual del sistema de justicia en El Salvador es hacer que las instituciones ver-
daderamente funcionen para que cumplan con su deber de proteger a los ciu-
dadanos tanto de los hechos graves acaecidos durante el conflicto bélico como
en la actualidad respecto a los delitos realizados por organizaciones criminales
y funcionarios corruptos.

Cuarta pregunta:
¿Cuál es el rol de la víctima en los delitos de atrocidad y respecto a su pro-
cesamiento penal?

El proceso penal durante todos estos años –e incluso en diversos instru-


mentos internacionales tales como el Pacto Internacional de Derechos Civiles
y Políticos como en lo relativo a la Convención Americana de Derechos Huma-
nos– era el proceso penal de los imputados, y se justificada porque el Estado
se aprovechaba del proceso como un instrumento de represión política en casi
todo el mundo se detenía a un sospechoso, lo torturaban y luego lo sentencia-
ban a largas penas en la cárcel.
En tal tesitura, se movió la reforma efectuada en América Latina de las
diversas legislaciones penales. Sin embargo, a partir de 1990, el centro del pro-
ceso cambió hacia la víctima. Si el orden jurídico en el ámbito penal había sido
violado y debía ser restaurado ¿A quién se considera el protagonista? Es a la
víctima quien debe quedar como el centro y la razón de ser del proceso penal y
a quien se le debe reparar el daño debido a que fue perjudicada por el delito.
La víctima –ignorada en el proceso de reforma penal– es la protagonista del
nuevo proceso penal.

22
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Así, lo ha reconocido esta Sala Constitucional en la sentencia 5-2001 cuando


detalla los derechos constitucionales de la víctima y que culmina con la senten-
cia en examen, por ello, el principio de igualdad de armas entre fiscal e impu-
tado, también debe comprender un referente de igualdad entre los derechos
del inculpado y la víctima. Ahora, en la actual coyuntura social de nuestro país,
las víctimas han sido desposeídas por los delincuentes de sus más elementales
derechos –vida, libertad ambulatoria, integridad personal, etc.–: el deber del
sistema judicial es devolvérselos. Ése es el reto actual de la reforma procesal
penal en El Salvador.

Quinta pregunta:
¿Se inobserva el principio de legalidad y el de retroactividad en la persecu-
ción de los delitos de atrocidad?

La posibilidad de que una ley penal sancione conductas realizadas previa-


mente a su entrada en vigor está completamente vedadas por el principio de
legalidad y ha sido rechazada categóricamente por los Estados de Derecho.
Este es un principio, tan claro en el ámbito de la cultura penal, no ha dejado
de producir algunos problemas de aplicación práctica. En el juicio de Nurem-
berg se dudó de que se cumpliera con el mandato de lex praevia dado que la
ley alemana no regulaba los crímenes de los que se acusaba a los veinticuatro
procesados.
Modernamente, como apunte en mi ponencia, ha surgido un problema
similar tras la caída del muro con la condena a Egon Krenz y otros dirigentes de
la extinta República Democrática alemana por las muertes producidas al querer
pasar la frontera, si bien en este caso no ha sido necesario recurrir al Derecho
natural, ha bastado recordar como ha hecho el Tribunal Europeo de Derechos
Humanos, que los delitos por los que fueron condenados estaban tipificados
en el Código Penal de la RDA y que al ser condenados por el Código de la Re-
pública Federal alemana, no se estaba violando el principio de legalidad; sino
antes al contrario, aplicándole la ley más benigna (STEDH de 22 de marzo de
2001, Streletz, Kessler y Krenz contra Alemania).
Ahora bien, el entendimiento tradicional del principio de legalidad y de su
sub-principio de irretroactividad de las leyes penales desvalorables puede ser
contraproducente en el ámbito de persecución, juzgamiento y condena de los
crímenes de lesa humanidad.
Como dijera el juez Leopodo Schiffrin de la Sala Tercera de la Cámara Fede-
ral de Apelaciones de la Plata en la sentencia emitida el 30-agosto-1989 –caso

23
Artículo

Schwammberger– : El nullum crimen nulla poena sine lege (…) no está destina-
do a establecer la previa calculabilidad de los crímenes (…) sino que se vincula
con una acentuación muy marcada en el campo del principio de división de po-
deres (…). Ocurre que en el plano internacional, donde no hay Estado, ni órga-
nos soberanos comunes, ni legislación propiamente dicha y no cabe la división
de poderes estatales inexistentes, el refugio que queda a los bienes esenciales,
vida, integridad, libertad, patrimonio, contra los desbordes de los Estados par-
ticulares, se halla, precisamente, en los principios y usos sancionados por la co-
mún conciencia jurídica, de modo que el nullum crimen, nulla poena sine lege
jugaría en ese plano internacional un rol contrario a su finalidad, ayudando a
la opresión en lugar de preservar de ella”.
¿Supone esto un abandono de la concepción liberal y garantista del prin-
cipio de legalidad? no. Lo que requiere es una relectura desde la óptica del
Derecho penal internacional. El art. 15.2 del Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos de 1966, resume el predominio de los principios internaciona-
les sobre el derecho interno cuando se trata de responsabilidad internacional.
En efecto, tras recogerse las principales consecuencias del principio de legali-
dad penal para los derechos internos y, concretamente, la irretroactividad de
las leyes penales, se establece que: “[n]ada de lo dispuesto en este artículo se
opondrá al juicio ni a la condena de una persona por actos u omisiones que, en
el momento de cometerse fueran delictivos según los principios generales del
derecho reconocidos por la comunidad internacional”.
Con ello se establece un principio de legalidad internacional en virtud del
cual, aunque los hechos no sean delictivos en el lugar de comisión, son perse-
guibles internacionalmente si en el momento de cometerse constituyen delitos
contra los principios reconocidos por la comunidad internacional. En suma, los
delitos que la comunidad internacional está interesada en perseguir como tal,
están sometidos al principio de legalidad en su dimensión supra-nacional, esto
es: basta con que sean considerados hechos delictivos para las normas interna-
cionales aunque no lo sean en el país en que se cometen.

24
cuadro fáctico
Amparos

Improcedencias
436-2015 Pág. 75
El actor dirige su reclamo contra la Junta Directiva de
la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales de la Uni-
versidad de El Salvador, a quien le atribuye la decisión de
no renovar su contrato laboral, la cual le fue comunicada
verbalmente el 10-VII-2015. Para justificar la inconstitucio-
nalidad de la actuación apuntada y, específicamente, para
fundamentar la presumible transgresión de los derechos
fundamentales de audiencia, defensa y estabilidad laboral,
aduce que fue separado del cargo que desempeñaba, sin
que previo a ello se tramitara un procedimiento en el que se
le expresaran los motivos para no renovar su contrato, en el
que se garantizaran sus derechos y en el que se posibilitara
su defensa; lo anterior, pese a que llevaba a cabo funciones
de carácter permanente y propias de la relacionada institu-
ción. Asimismo, sostiene que no es procedente que se exija
el agotamiento de la nulidad regulada en la Ley del Servicio
Civil, por cuanto esta no constituye un mecanismo idóneo,
rápido y efectivo para la tutela de los derechos constitucio-
nales en controversia.

472-2015 Pág. 78
El actor dirige su reclamo contra la Junta Directiva de
la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de El
Salvador, a quien le atribuye la decisión de no renovar su
contrato laboral, la cual le fue comunicada verbalmente el
10-VIII-2015. Para justificar la inconstitucionalidad de la ac-
tuación apuntada y, específicamente, para fundamentar la
presumible transgresión de los derechos fundamentales de
audiencia, defensa y estabilidad laboral, aduce que fue se-
Cuadro fáctico

parado del cargo que desempeñaba, sin que previo a ello


se tramitara un procedimiento en el que se le expresaran
los motivos para no renovar su contrato, en el que se garan-
tizaran sus derechos y en el que se posibilitara su defensa;
lo anterior, pese a que llevaba a cabo funciones de carácter
permanente y propias de la relacionada institución.

730-2014 Pág. 82
El demandante reclama contra varias autoridades admi-
nistrativas de la CSJ por haberle negado, el día 7-II-2013, la
licencia por enfermedad con goce de sueldo, y otorgársela
sin salario; lo considera lesivo de sus derechos fundamenta-
les, a su criterio no eran las autoridades competentes para
hacerlo.

173-2015 Pág. 85
Las actoras demandan al Consejo Académico Minis-
terial, por que manifiestan que el Consejo Directivo de la
Universidad de El Salvador autorizó el traslado de las intere-
sadas al Hospital Nacional San Juan de Dios de Santa Ana,
pero en dicha institución les expresaron que para proceder
al traslado también requerían de una resolución emitida por
el Consejo Académico Ministerial, por lo que presentaron
la documentación respectiva a la Dirección del citado hos-
pital. Pero se le informó al citado Director que el relaciona-
do traslado no fue aprobado y que si las actoras deseaban
continuar su formación como especialistas debían cursar el
primer año en segunda matrícula en carácter ad-honorem
en el Hospital Bloom; En ese sentido, manifestó que no se
había resuelto la situación de sus poderdantes y que, en con-
secuencia, se lesionaron los derechos de audiencia, recurrir,
petición y discriminación por razón de género de aquéllas.

185-2015 Pág. 88
La demanda firmada por el Presidente de la Corte de
Cuentas de la República, contra actuaciones de la Cámara
Segunda de lo Civil de la Primera Sección del Centro. Funda-
mentalmente, relata que ante el Juzgado Tercero de lo Civil

26
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

y Mercantil de esta ciudad se inició el proceso clasificado


bajo la referencia 03-PRES-14-3-3CM1(2), con el objeto de
que se autorizara la terminación del contrato del Director
de Recursos Humanos de la CCR, por la causal de ser un em-
pleado de confianza y por haber faltado a sus obligaciones
como empleado de la citada entidad. Luego, la citada Cá-
mara ordenó el reinstalo y el pago de lo adeudado al refe-
rido director.

187-2015 Pág. 93
La demanda de amparo firmada por el apoderado de la
sociedad CTE Telecom Personal, Sociedad Anónima de Capi-
tal Variable, en contra del Concejo Municipal de Usulután,
departamento de Usulután, por haber emitido el D.M. nú-
mero 4, de fecha 30-X-2012, publicado en el D.O. número
15, Tomo 398, de fecha 23-I-2013 que reformó el artículo 1
letra a) n° 2 de la Ordenanza de Tasas Municipales del Mu-
nicipio de Usulután, en el cual se establece un tributo por el
uso del suelo y subsuelo administrado por la municipalidad,
por la supuesta vulneración a los derechos de seguridad ju-
rídica y propiedad por infracción a la reserva de ley, y –de
forma eventual– por la lesión del derecho de propiedad por
la inobservancia al principio de capacidad económica.

189-2015 Pág. 100


La demanda de amparo firmada por el apoderado de la
sociedad CTE Telecom Personal, Sociedad Anónima de Capi-
tal Variable, en contra del Concejo Municipal de Usulután,
departamento de Usulután, por haber emitido el D.M. nú-
mero 4, de fecha 30-X-2012, publicado en el D.O. número 15,
Tomo 398, de fecha 23-I-2013, mediante el cual se adicionó
la letra c) al artículo 1 de la Ordenanza de Tasas Municipales
del Municipio de Usulután, por la supuesta vulneración a los
derechos de seguridad jurídica y propiedad por infracción
a la reserva de ley, y –de forma eventual– por la lesión del
derecho de propiedad por la inobservancia al principio de
capacidad económica.

27
Cuadro fáctico

519-2015 Pág. 107


La demanda de amparo fue firmada por el abogado
peticionario, en su carácter de apoderado general judicial
con cláusula especial del Municipio de Usulután, en la que
demanda a la Sala de lo Civil y reclama la constitucionalidad
de la resolución emitida el día 12-VIII-2015. Dicho acto -a su
juicio- le vulneró a su mandante los derechos de audiencia,
defensa y a recurrir -como manifestación del derecho a la
protección jurisdiccional-.

410-2015 Pág. 110


El interesado dirige su reclamo contra la decisión emiti-
da por el Gerente Médico de Servicios de Rehabilitación del
ISRI, mediante la cual se le impuso una sanción de treinta
días sin goce de sueldo; así como contra la resolución pro-
nunciada por el Presidente de dicho instituto, en la que se
mantuvo la sanción, reduciéndola a quince días sin goce de
salario. Para justificar la supuesta inconstitucionalidad de di-
chas actuaciones y, específicamente, para fundamentar la
presumible transgresión de su esfera jurídica, el interesado
sostiene que se le ha impuesto una sanción con inobservan-
cia de sus derechos de audiencia y defensa.

166-2015 Pág. 113


El peticionario solicitó que se tuviera por desistida la de-
manda incoada en contra del Concejo Municipal de Soya-
pango.

641-2015 Pág. 118


La actora cuestiona la constitucionalidad del auto del
26-V-2014 emitido por la Jueza de lo Civil suplente de Santa
Tecla, mediante el cual rectificó la tasa de interés de la deu-
da a la que la pretensora fue condenada sentencia. Dicha
decisión –a juicio de la demandante– le vulneró los derechos
al debido proceso, audiencia y seguridad jurídica.

682-2015 Pág. 124


Los apoderados del peticionario dirigieron su reclamo
en contra del Director General de la Policía Nacional Civil,

28
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

por haber impuesto la sanción de remoción de la institución


policial, a pesar que aparentemente a su poderdante única-
mente le fueron comunicadas las resoluciones pronunciadas
en su contra, sin que se le otorgara una oportunidad real de
defensa.

683-2015 Pág. 130


Los apoderados de la parte actora atacaron la decisión
del Director General de la Policía Nacional Civil, de remover
a su poderdante del cargo de agente policial, sin que apa-
rentemente se le brindara una oportunidad real de defensa,
y fundamentado en la aplicación de una normativa que no
se encontraba vigente al momento de hacerse efectiva la
aludida destitución.

690-2015 Pág. 135


Los abogados del peticionario dirigieron su reclamo en
contra de actuaciones del Director General de la PNC y del
Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguridad Pública
y Justicia, por haber ordenado la remoción del cargo, en un
procedimiento en el que supuestamente no se brindaron
oportunidades reales de defensa.

691-2015 Pág. 141


Los abogados del peticionario dirigieron su reclamo en
contra de actuaciones del Director General de la PNC y del
Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguridad Públi-
ca y Justicia, por haber ordenado la remoción del cargo de
agente policial, en un procedimiento en el que supuesta-
mente no se brindaron oportunidades reales de defensa.

692-2015 Pág. 146


Los apoderados del demandante pretenden atacar la
resolución pronunciada el 6-XII-2000 por el Director Gene-
ral de la PNC, mediante la cual se impuso la sanción de re-
moción de la institución policial; el visto bueno dado por el
Inspector General de la PNC, por medio del cual se ordenó
su retiro de la institución policial; así como la decisión del

29
Cuadro fáctico

Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguridad Pública


y Justicia, en la cual se confirmó la aludida resolución. Lo an-
terior, a pesar de que a su mandante únicamente le fueron
comunicadas las resoluciones pronunciadas en su contra, sin
que le otorgara presuntamente una oportunidad real de
defensa.

693-2015 Pág. 151


Los abogados del peticionario dirigieron su reclamo en
contra de actuaciones del Director General de la PNC y del
Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguridad Públi-
ca y Justicia, por haber ordenado la remoción del cargo de
agente policial, en un procedimiento en el que supuesta-
mente no se brindaron oportunidades reales de defensa.

624-2014 Pág. 157


La peticionaria dirigió su reclamo en contra de el Juez
de lo Civil de La Unión, ya que a su parecer se emitió una
sentencia condenatoria en su contra con fundamento en
una escritura de propiedad errónea, y además, sostuvo que
la Cámara de Segunda Instancia de la Tercera Sección de
Oriente declaró desierto el recurso de apelación planteado.

828-2014 Pág. 162


Los argumentos de la parte actora están básicamente
dirigidos, a que la Sala de lo Constitucional determine si el
Juez tres interino del Juzgado Quinto de lo Civil y Mercantil
debió tener por acreditado su interés legítimo con la voca-
ción sucesoral y en base a ello ordenara que se extendiera
la certificación íntegra del Proceso Declarativo Común de
Nulidad de Título Supletorio, sin necesidad de que el peti-
cionario estuviera declarado como heredero definitivo del
causante.

764-2015 Pág. 168


Los abogados del peticionario dirigieron su reclamo en
contra de actuaciones del Director e Inspector General de la
PNC y del Tribunal de Apelaciones, por haber ordenado la

30
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

remoción del cargo de agente policial, en un procedimiento


en el que supuestamente no se brindaron oportunidades
reales de defensa.

944-2014 pág. 173


El actor por medio del presente proceso demanda al
Presidente de la República como Comandante General de
las Fuerza Armada y el Ministro de la Defensa Nacional, por
emitir la orden de darle de baja de la institución militar por
recomendación del Tribunal de Honor de dicha institución,
por lo que estima que tal decisión vulneró los derechos de
estabilidad laboral, audiencia, al honor y la propia imagen.

594-2013 Pág. 180


La demandante interpuso su demanda de amparo con-
tra actuaciones del entonces Presidente de la Corte Supre-
ma de Justicia y el Director de Recursos Humanos de la mis-
ma institución, en virtud de que no se renovó su contrato
de trabajo en el cargo de recepcionista en la Dirección de
Publicaciones de la CSJ, a partir de enero de 2010, sin que se
le siguiera previamente el procedimiento correspondiente
donde se le permitiera exponer sus argumentos y presentar
pruebas a su favor. Tal decisión le fue comunicada de forma
verbal en los últimos días laborales de diciembre de 2009.
Por lo antes señalado, la peticionaria estima vulnerados sus
derechos de audiencia, defensa y a la estabilidad laboral.

762-2013 Pág. 184


El peticionario dirigió su reclamo en contra de la Corte
Suprema de Justicia por la aparente omisión de respuesta
a peticiones realizadas en el año 2004, mediante las cuales
pretendía modificar su escrito de renuncia al cargo de Juez
de Paz propietario de Guaymango, departamento de Ahua-
chapán.

6-2016 Pág. 192


La parte actora básicamente reclama que el Juez Quinto
de lo Mercantil de San Salvador admitió y tramitó el juicio

31
Cuadro fáctico

ejecutivo mercantil planteado en su contra, a pesar de que


a su criterio el poder presentado por la abogada de la so-
ciedad acreedora contenía errores y que incluso se adjudicó
en pago los bienes embargados, sin que la apoderada del
Banco estuviera legitimada.

720-2015 Pág. 196


Los abogados del peticionario dirigieron su reclamo en
contra de actuaciones del Director e Inspector General de la
PNC y del Tribunal de Apelaciones, por haber ordenado la
remoción del cargo de agente policial, en un procedimiento
en el que supuestamente no se brindaron oportunidades
reales de defensa.

721-2015 Pág. 202


Los abogados del peticionario dirigieron su reclamo en
contra de actuaciones del Director e Inspector General de la
PNC y del Tribunal de Apelaciones, por haber ordenado la
remoción del cargo de agente policial, en un procedimiento
en el que supuestamente no se brindaron oportunidades
reales de defensa.

722-2015 Pág. 207


Los apoderados de la demandante pretenden atacar el
Acuerdo N° 280 emitido el 19-XII-2000 por el Director Gene-
ral de la PNC, mediante el cual se dejó sin efecto los nombra-
mientos de determinado personal policial, entre los que se
encontraba la pretensora; el visto bueno dado por el Inspec-
tor General de la PNC 26-X-2000, por medio del cual se avaló
la destitución; y la decisión pronunciada por el Tribunal de
Apelaciones del Ministerio de Seguridad Pública y Justicia,
en la cual se confirmó el aludido Acuerdo del Director de la
PNC. Lo anterior, a pesar de que a su mandante únicamente
le fueron comunicadas las resoluciones pronunciadas en su
contra, sin que se le otorgara presuntamente una oportuni-
dad real de defensa. Por lo antes señalado, los abogados de
la parte actora estiman que dichos actos le vulneraron a su
representada los derechos de audiencia, defensa, estabili-

32
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

dad laboral y al ejercicio de la carrera policial y la violación a


la categoría jurídica de la prohibición de doble juzgamiento,
y a la seguridad jurídica consagrados en la normativa consti-
tucional, así como los artículos ocho, diez y once de la Con-
vención sobre Derechos Humanos.

763-2015 Pág. 213


Los abogados del peticionario dirigieron su reclamo en
contra de actuaciones del Director e Inspector General de la
PNC y del Tribunal de Apelaciones, por haber ordenado la
remoción del cargo de agente policial, en un procedimiento
en el que supuestamente no se brindaron oportunidades
reales de defensa.

765-2015 Pág. 219


Los apoderados del demandante pretenden atacar el
Acuerdo N° 013 emitido el 24-I-2001 por el Director Gene-
ral de la PNC, mediante la cual se dejó sin efecto los nom-
bramientos de determinado personal policial, entre los que
se encontraba el pretensor; el visto bueno emitida por el
Inspector General de la PNC, por medio del cual se avaló
la destitución; y la decisión pronunciada por el Tribunal de
Apelaciones del Ministerio de Seguridad Pública y Justicia,
en la cual se confirmó el aludido Acuerdo del Director de la
PNC. Lo anterior, a pesar de que a su mandante únicamente
le fueron comunicadas las resoluciones pronunciadas en su
contra, sin que se le otorgara presuntamente una oportuni-
dad real de defensa.

766-2015 Pág. 224


Los apoderados del demandante pretenden atacar el
Acuerdo N° 017 emitido el 6-II-2001 por el Director General
de la PNC, mediante la cual se dejó sin efecto los nombra-
mientos de determinado personal policial, entre los que se
encontraba el pretensor; el visto bueno dado por el Inspec-
tor General de la PNC, por medio del cual se avaló la des-
titución; y la decisión pronunciada por el Tribunal de Ape-
laciones del Ministerio de Seguridad Pública y Justicia, en

33
Cuadro fáctico

la cual se confirmó el aludido Acuerdo del Director de la


PNC. Lo anterior, a pesar de que a su mandante únicamente
le fueron comunicadas las resoluciones pronunciadas en su
contra, sin que se le otorgara presuntamente una oportuni-
dad real de defensa.

17-2016 Pág. 229


El abogado del interesado dirige el presente reclamo
contra el Acuerdo emitido por el Concejo Municipal de
Agua Caliente, departamento de Chalatenango, en el que
se acordó despedirlo de su cargo de Secretario Municipal
por no gozar de la confianza del referido Concejo. Para
justificar la supuesta inconstitucionalidad de tal actuación
y, específicamente, para fundamentar la presumible trans-
gresión de los derechos de audiencia, defensa y estabilidad
laboral, sostiene que la autoridad demandada destituyó al
interesado sin que, como un acto previo a esa situación, se
le hubiese seguido un procedimiento que le permitiera co-
nocer y controvertir las causas que justificaban su separa-
ción del cargo, pese a que a su juicio, no desempeñaba un
cargo de confianza.

479-2015 Pág. 234


El actor reclama contra el Director de la Policía Nacional
Civil por la resolución del 27-I-2004 pronunciada por el Tribu-
nal Disciplinario de la Policía Nacional Civil mediante la que
ordenó su destitución, la no designación de un defensor por
parte de la Dirección General de la Policía Nacional Civil y la
Procuraduría para la Defensa de los Derecho Humanos y el
no pago de su salario en el tiempo que estuvo recluido en el
Centro Penal de Metapán.

681-2015 Pág. 241


El apoderado de la sociedad peticionaria impugna el ar-
tículo 12 de la Ley de Impuestos a la Actividad Económica
del Municipio de Santa Ana –LIAESA–, creada mediante el
Decreto Legislativo –D.L.– número 551 del 22-XII-2010, pu-
blicado en el Diario Oficial –D.O.– número 241, Tomo 389

34
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

del 23-XII-2010, por medio del cual se establece un impuesto


cuyo monto se obtiene del activo imponible de las empre-
sas. Considera que la Asamblea Legislativa ha vulnerado tres
categorías jurídicas de la sociedad Almacenes Simán, S.A. de
C.V.: i) el “derecho a la tributación en forma equitativa”; ii)
el derecho a la seguridad jurídica, y iii) el derecho de propie-
dad, en virtud que el referido impuesto incorpora un hecho
imponible que no refleja capacidad económica.

495-2015 Pág. 246


El actor encamina su pretensión contra el Fiscal General
de la República por la omisión de judicializar la investigación
por el presunto delito de homicidio agravado en perjuicio
de su esposa, por lo que considera vulnerado su derecho de
acceso a la jurisdicción.

291-2015 Pág. 251


El peticionario dirige su reclamo contra el Presidente de
la Junta Directiva y representante de LaGeo, S.A. de C.V.,
pues afirma que, la referida autoridad dio por terminada su
relación laboral con la citada empresa de manera arbitraria.
Lo anterior, debido a que, a su juicio, se ha cancelado injus-
tificadamente su contrato de trabajo, ya que dicha decisión
se adoptó sin haberle seguido un procedimiento en el que
tuviera la oportunidad de intervenir y defenderse.

718-2015 Pág. 255


Los apoderados de la demandante pretenden atacar el
Acuerdo N° 280 emitido el 19-XII-2000 por el Director Gene-
ral de la PNC, mediante el cual se dejó sin efecto los nombra-
mientos de determinado personal policial, entre los que se
encontraba la pretensora; el visto bueno dado por el Inspec-
tor General de la PNC 26-X-2000, por medio del cual se avaló
la destitución; y la decisión pronunciada por el Tribunal de
Apelaciones del Ministerio de Seguridad Pública y Justicia,
en la cual se confirmó el aludido Acuerdo del Director de la
PNC. Lo anterior, a pesar de que a su mandante únicamente
le fueron comunicadas las resoluciones pronunciadas en su

35
Cuadro fáctico

contra, sin que se le otorgara presuntamente una oportuni-


dad real de defensa.

723-2015 Pág. 261


Los apoderados del demandante pretenden atacar la re-
solución pronunciada el 25-I-2001 por el Director General de
la PNC, mediante la cual se impuso la sanción de remoción
de la institución policial; el visto bueno dado por el Inspec-
tor General de la PNC, por medio del cual se avaló su des-
titución de la institución policial; y la decisión pronunciada
por el Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguridad
Pública y Justicia, en la cual se confirmó la aludida resolu-
ción. Lo anterior, a pesar de que a su mandante únicamente
le fueron comunicadas las resoluciones pronunciadas en su
contra, sin que le otorgara presuntamente una oportunidad
real de defensa.

751-2015 Pág. 266


Los argumentos del demandante están dirigidos, básica-
mente, a que este Tribunal determine: por una parte, si era
procedente que la Jueza de lo Civil de Ahuachapán declara-
ra nulo el título supletorio de dominio que había obtenido
respecto de la porción del inmueble que quedó luego del
contrato de compraventa con pacto de retroventa y, en con-
secuencia, si era pertinente o no ordenar la reivindicación
del bien; y por otro lado, que se revise si la Cámara de la
Tercera Sección de Occidente y la Sala de lo Civil debieron
o no revocar la sentencia de la jueza de primera instancia.

759-2015 Pág. 270


Los apoderados del demandante pretenden atacar la re-
solución pronunciada el 1-III-2001 por el Director General de
la PNC, mediante la cual se impuso la sanción de remoción
de la institución policial; el visto bueno dado por el Inspec-
tor General de la PNC, por medio del cual se avaló su des-
titución de la institución policial; y la decisión pronunciada
por el Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguridad
Pública y Justicia, en la cual se confirmó la aludida resolu-

36
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

ción. Lo anterior, a pesar de que a su mandante únicamente


le fueron comunicadas las resoluciones pronunciadas en su
contra, sin que le otorgara presuntamente una oportunidad
real de defensa.

760-2015 Pág. 275


El actor por medio de sus apoderados, manifiesta que
demanda al Director e Inspector General de la Policía Na-
cional Civil, por Acuerdo N° 003 emitido el 9-I-2001 por el
Director General de la Policía Nacional Civil, mediante el cual
se dejó sin efecto los nombramientos de determinado per-
sonal policial, entre los que se encontraba el actor; el visto
bueno dado por el Inspector General de la Policía Nacional
Civil, por medio del cual se avaló la destitución; Lo anterior,
a pesar de que solo le fueron comunicadas las resoluciones
pronunciadas en su contra, sin que se le otorgara presunta-
mente una oportunidad real de defensa. Por lo antes seña-
lado, los abogados de la parte actora estiman que dichos
actos le vulneraron a su representada los derechos de au-
diencia, defensa, estabilidad laboral y al ejercicio de la ca-
rrera policial.

761-2015 Pág. 281


Los apoderados del demandante pretenden atacar la
resolución notificada el 17-XI-2000 y emitida por el Director
General de la PNC, mediante la cual se impuso la sanción
de remoción de la institución policial; el visto bueno dado
por el Inspector General de la PNC, por medio del cual se
avaló su destitución de la institución policial; y la decisión
pronunciada por el Tribunal de Apelaciones del Ministerio
de Seguridad Pública y Justicia, en la cual se confirmó la alu-
dida resolución. Lo anterior, a pesar de que a su mandante
únicamente le fueron comunicadas las resoluciones pronun-
ciadas en su contra, sin que le otorgara presuntamente una
oportunidad real de defensa.

762-2015 Pág. 286


Los apoderados del demandante pretenden atacar la re-
solución notificada el 3-I-2001 y emitida por el Director Ge-

37
Cuadro fáctico

neral de la Policía Nacional Civil, mediante la cual se impuso


la sanción de remoción de la institución policial, con el visto
bueno dado por el Inspector General de la Policía Nacional
Civil, por medio del cual se avaló su destitución de la institu-
ción policial y la decisión pronunciada sin especificar la fecha
de emisión por el Tribunal de Apelaciones del Ministerio de
Seguridad Pública y Justicia, en la cual se confirmó la aludida
resolución. Sin que le otorgara presuntamente una oportu-
nidad real de defensa, Por lo antes señalado, estiman que
dichos actos le vulneraron a su representado los derechos
de audiencia, defensa, estabilidad laboral y al ejercicio de la
carrera policial.

181-2015 Pág. 292


El presente proceso fue planteado inicialmente por la
defensora pública laboral en representación de la parte ac-
tora contra las siguientes autoridades: i) el Ministro de Tu-
rismo, en virtud de haber ordenado el despido de la peticio-
naria el 31-X-2014; ii) la Jefa de la Unidad Administrativa del
Ministerio de Turismo, porque, según la parte actora, esta
ejecutó el despido ordenado por el referido Ministro; y iii)
el Tribunal de Servicio Civil por haber emitido la resolución
de fecha 19-III-2015, en la que se declaró improponible la
demanda presentada en el proceso de nulidad de despido.
Como consecuencia de dichos actos, la parte actora consi-
dera que las autoridades demandadas del Ministerio de Tu-
rismo vulneraron sus derechos de audiencia y defensa como
manifestaciones del debido proceso, a la estabilidad laboral
como concreción del derecho al trabajo y la presunción de
inocencia; mientras que el Tribunal de Servicio Civil habría
transgredido su derecho a la seguridad jurídica. Sin embar-
go, posteriormente, la demandante presentó un escrito me-
diante el cual, por una parte, revoca el mandato conferido
a la defensora pública laboral antes mencionada y, por otra,
desiste de su reclamo con relación al Ministro de Turismo
y la Jefa de la Unidad Administrativa de dicho Ministerio,
pues considera que son reclamos excluyentes que no pue-
den acumularse en este amparo. Asimismo, considera que el

38
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Tribunal de Servicio Civil le ha vulnerado sus derechos de au-


diencia y defensa como manifestaciones del debido proce-
so, de acceso a la justicia y a la protección no jurisdiccional.

18-2016 Pág. 295


Los apoderados del demandante pretenden atacar el
Acuerdo N° 027 emitido el 19-II-2001 por el Director General
de la PNC, mediante el cual se dejó sin efecto los nombra-
mientos de determinado personal policial, entre los que se
encontraba el pretensor; el visto bueno dado por el Inspec-
tor General de la PNC, por medio del cual se avaló la desti-
tución; y la decisión pronunciada por el Tribunal de Apela-
ciones del Ministerio de Seguridad Pública y Justicia, en la
cual se confirmó el aludido Acuerdo del Director de la PNC.
Lo anterior, a pesar de que a su representado únicamente
le fueron comunicadas las resoluciones pronunciadas en su
contra, sin que se le otorgara presuntamente una oportuni-
dad real de defensa. Por lo antes señalado, los abogados de
la parte actora estiman que dichos actos le vulneraron a su
mandante los derechos de audiencia, defensa, estabilidad
laboral y al ejercicio de la carrera policial y la violación a la
categoría jurídica de la prohibición de doble juzgamiento, y
a la seguridad jurídica consagrados en la normativa consti-
tucional.

41-2016 Pág. 301


El actor dirige su reclamo, contra la Presidenta, los
Miembros de la Junta Directiva y la Gerente de Recursos Hu-
manos de la Asamblea Legislativa, a quienes les atribuye la
decisión de destituirlo de su cargo, la cual le fue comunicada
mediante un memorando el 11-XI-2015. Para fundamentar
la presumible transgresión de sus derechos fundamentales
de audiencia, defensa y estabilidad laboral, aduce que fue
separado del cargo que desempeñaba, sin que previo a ello
se tramitara un procedimiento en el que se le expresaran
los motivos para despedirlo, en el que se garantizaran sus
derechos y en el que se posibilitara su defensa.

39
Cuadro fáctico

5-2016 Pág. 306


El actor por medio de su apoderado, dirige su reclamo
contra el Ministro de Economía y el Director del Centro de
Atención por Demanda CENADE, debido a la separación de
su cargo para el año 2016. Al respecto, manifiesta que la
separación del cargo que ocupaba, se llevó a cabo sin que
se tramitara un procedimiento previo ante la autoridad
competente en el que justificaran y comprobaran las causas
para despedirlo y en el que se le brindara la oportunidad
de controvertir aquellas y defenderse; alegando que se han
conculcado sus derechos a la seguridad jurídica y al trabajo,
así como el debido proceso.

577-2015 Pág. 309


El abogado del actor dirige su reclamo contra el Cole-
gio Médico de El Salvador en virtud de haber ordenado la
expulsión de su mandante como miembro de dicha asocia-
ción el 28-XI-2013 por una supuesta infracción del artículo
44 del Reglamento General del Colegio Médico. Como con-
secuencia de dicho acto considera que se habrían transgre-
dido los derechos de audiencia y defensa como manifes-
taciones del debido proceso, de asociación y al honor del
peticionario. Lo anterior, debido a que aparentemente no
se siguió ningún proceso disciplinario en su contra pese a
que dicha expulsión afecta su buena reputación, imagen y
prestigio.

684-2015 Pág. 313


Los abogados del peticionario dirigieron su reclamo en
contra de actuaciones del Director e Inspector General de la
PNC y del Tribunal de Apelaciones, por haber ordenado la
remoción del cargo de agente policial, en un procedimiento
en el que supuestamente no se brindaron oportunidades
reales de defensa.

714-2015 Pág. 319


Los apoderados de la demandante pretenden atacar el
Acuerdo N° 003 emitido el 9-I-2001 por el Director General

40
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

de la PNC, mediante el cual se dejó sin efecto los nombra-


mientos de determinado personal policial, entre los que se
encontraba el pretensor; el visto bueno dado por el Inspector
General de la PNC, por medio del cual se avaló la destitución;
y la decisión pronunciada por el Tribunal de Apelaciones del
Ministerio de Seguridad Pública y Justicia, en la cual se confir-
mó el aludido Acuerdo del Director de la PNC. Lo anterior, a
pesar de que a su mandante únicamente le fueron comunica-
das las resoluciones pronunciadas en su contra, sin que se le
otorgara presuntamente una oportunidad real de defensa.

715-2015 Pág. 325


Los apoderados del demandante pretenden atacar la
resolución pronunciada el 21-XII-2000 por el Director Ge-
neral de la PNC, mediante la cual se le impuso la sanción
de remoción de la institución policial; el visto bueno dado
por el Inspector General de la PNC, por medio del cual se
avaló su destitución de la institución policial; y la decisión
pronunciada por el Tribunal de Apelaciones del Ministerio
de Seguridad Pública y Justicia, en la cual se confirmó la alu-
dida resolución. Lo anterior, a pesar de que a su mandante
únicamente le fueron comunicadas las resoluciones pronun-
ciadas en su contra, sin que se le otorgara presuntamente
una oportunidad real de defensa.

716-2015 Pág. 330


Los abogados del peticionario dirigieron su reclamo en
contra de actuaciones del Director e Inspector General de la
PNC y del Tribunal de Apelaciones, por haber ordenado la
remoción del cargo de agente policial, en un procedimiento
en el que supuestamente no se brindaron oportunidades
reales de defensa.

717-2015 Pág. 335


Los apoderados del demandante pretenden atacar
el Acuerdo N° 280 emitido el 19-XII-2000 por el Director
General de la PNC, mediante la cual se dejó sin efecto los
nombramientos de determinado personal policial, entre los
que se encontraba el pretensor; el visto bueno dado por el

41
Cuadro fáctico

Inspector General de la PNC, por medio del cual se avaló


la destitución; y la decisión pronunciada por el Tribunal de
Apelaciones del Ministerio de Seguridad Pública y Justicia,
en la cual se confirmó el aludido Acuerdo del Director de la
PNC. Lo anterior, a pesar de que a su mandante únicamente
le fueron comunicadas las resoluciones pronunciadas en su
contra, sin que se le otorgara presuntamente una oportuni-
dad real de defensa.

719-2015 Pág. 341


Los apoderados del demandante pretenden atacar el
Acuerdo N° A-1173-11-2006 emitido el 23-X-2006 por el Di-
rector General de la PNC, mediante el cual se dejó sin efecto
los nombramientos de determinado personal policial, entre
los que se encontraba el pretensor; el visto bueno dado por
el Inspector General de la PNC, por medio del cual se avaló
la destitución; y la decisión pronunciada por el Tribunal de
Apelaciones del Ministerio de Seguridad Pública y Justicia,
en la cual se confirmó el aludido Acuerdo del Director de
la PNC. Lo anterior, a pesar de que a su representado úni-
camente le fueron comunicadas las resoluciones pronuncia-
das en su contra, sin que se le otorgara presuntamente una
oportunidad real de defensa.

29-2016 Pág. 347


El actor dirige su reclamo el Ministro de Economía, en
virtud de haber ordenado su despido sin procedimiento
previo. Para justificar la inconstitucionalidad de la actuación
apuntada y, específicamente, para fundamentar la presu-
mible transgresión de sus derechos fundamentales, aduce
que fue separado del cargo que desempeñaba en la rela-
cionada institución, sin que previo a ello se tramitara un
procedimiento en el que se garantizaran sus derechos y en
el que se posibilitara su defensa; lo anterior, pese a que se
encontraba vinculado laboralmente por medio de un con-
trato de servicios personales regulado por las Disposiciones
Generales de Presupuestos.

42
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

438-2015 Pág. 351


El peticionario solicitó que se tuviera por desistida la de-
manda incoada en contra del Juez Primero de lo Mercantil
de San Salvador.

114-2015 Pág. 356


El abogado del actor dirige su reclamo contra el Direc-
tor del Hospital Nacional Rosales en virtud de haber emitido
la resolución de fecha 29-V-2014, mediante la cual dejó sin
efecto el contrato de arrendamiento que se había suscrito
con el peticionario con el objeto de que se le permitiera ins-
talar un comedor dentro de las instalaciones del hospital.
Como consecuencia de dicho acto, considera que se habrían
vulnerado los derechos establecidos en los arts. 1, 2, 11 y 14
de la Constitución.

196-2015 Pág. 359


El Fiscal General de la República dirige su reclamo contra
la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Corte Supre-
ma de Justicia, en virtud de haber emitido la sentencia de fe-
cha 7-V-2014, mediante la cual se declaró ilegal la remoción
del Auxiliar del Fiscal I y, en consecuencia, se ordenó resti-
tuirlo en su puesto de trabajo o en otro de igual naturaleza
y jerarquía y pagarle la cantidad equivalente a los salarios
caídos desde que se removió de su cargo. Como consecuen-
cia de dicho acto, estima que se habrían vulnerado los dere-
chos de propiedad, a la seguridad jurídica y al debido proce-
so. En ese sentido, señala que la vulneración constitucional
se debe a que en la referida sentencia no se establecen las
disposiciones legales a las que debe darse cumplimiento a
efecto de pagar los salarios caídos antes referidos, sino que
se limita a expresar que estos deben ser contabilizados des-
de la fecha en que se removió de su cargo hasta la fecha de
ejecución de la sentencia.

28-2016 Pág. 362


El actor dirige su reclamo el Ministro de Economía, en
virtud de haber ordenado su despido sin procedimiento

43
Cuadro fáctico

previo. Para justificar la inconstitucionalidad de la actuación


apuntada y, específicamente, para fundamentar la presumi-
ble transgresión de sus derechos fundamentales, aduce que
fue separado del cargo que desempeñaba en la relaciona-
da institución, sin que previo a ello se tramitara un proce-
dimiento en el que se garantizaran sus derechos y en el que
se posibilitara su defensa; lo anterior, pese a que se encon-
traba vinculado laboralmente por medio de un contrato de
servicios personales.

30-2016 Pág. 366


La actora dirige su reclamo el Ministro de Economía,
en virtud de haber ordenado su despido sin procedimiento
previo. Para justificar la inconstitucionalidad de la actuación
apuntada y, específicamente, para fundamentar la presumi-
ble transgresión de sus derechos fundamentales, aduce que
fue separada del cargo que desempeñaba en la relaciona-
da institución, sin que previo a ello se tramitara un proce-
dimiento en el que se garantizaran sus derechos y en el que
se posibilitara su defensa; lo anterior, pese a que se encon-
traba vinculado laboralmente por medio de un contrato de
servicios personales.

38-2016 Pág. 371


La actora dirige su reclamo contra el Concejo Municipal
de Ciudad Arce, departamento de La Libertad, a quien le
atribuye la decisión de no renovar su contrato laboral, la
cual le fue comunicada el 30-XI-2015, y por ende separar-
la de su cargo. Para justificar la inconstitucionalidad de la
actuación apuntada y, específicamente, para fundamentar
la presumible transgresión de los derechos fundamentales
de audiencia, defensa y estabilidad laboral, aduce que fue
separada del cargo que desempeñaba, sin que previo a
ello se tramitara un procedimiento en el que se le expre-
saran los motivos para no renovar su contrato, en el que
se garantizaran sus derechos y en el que se posibilitara su
defensa.

44
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

305-2015 Pág. 374


La actora por medio de su apoderado manifiesta, que
dirige su reclamo contra la Presidenta del Instituto Salvado-
reño de Transformación Agraria, por haber emitido la resolu-
ción del 3-IX-2014 por medio de la cual se le informó que me-
diante el acuerdo correspondiente al acta de sesión ordina-
ria 29-2010 de fecha 19-VIII-2010 se había dejado sin validez
legal y administrativa el certificado de propiedad de fecha
28-V-2007 que fue extendido por el entonces Presidente del
Instituto Salvadoreño de Transformación Agraria, vulneran-
do sus derechos de Seguridad jurídica, propiedad y posesión.

659-2015 Pág. 379


El actor presenta demanda de amparo contra el Concejo
Municipal de Nueva San Salvador Santa Tecla por haber emi-
tido los artículos 9 y 12 letra a) de la Ordenanza Reguladora
para el Funcionamiento de los Establecimientos Comerciales
que Funcionen en el Complejo Deportivo El Cafetalón; Por
medio de los cuales se regula respectivamente, el horario de
funcionamiento para los establecimientos autorizados en el
área del Cafetalón y la prohibición de consumir bebidas al-
cohólicas en las instalaciones de dicho lugar.

556-2015 Pág. 384


La demanda de amparo, junto con la documentación
anexa, y el escrito firmados por el apoderado judicial de
la sociedad CTE Telecom Personal, Sociedad Anónima de
Capital Variable, que se abrevia CTE Telecom Personal,
S.A. de C.V., por medio de los cuales plantea, en el prime-
ro, una demanda contra el Concejo Municipal de Santa
María, departamento de Usulután, y, en el segundo, una
solicitud de desistimiento del presente proceso constitu-
cional.

618-2015 Pág. 388


Los abogados del peticionario dirigieron su reclamo en
contra del Concejo Municipal de Delgado, por haber orde-

45
Cuadro fáctico

nado el despido de su representado, aparentemente de for-


ma ilegal y arbitraria.

43-2016 Pág. 394


La apoderada del Concejo Municipal de San Salvador
dirige su reclamo contra la Sala de lo Contencioso Adminis-
trativo de la Corte Suprema de Justicia, en virtud de haber
decretado una medida cautelar. En ese orden de ideas, la
referida profesional manifiesta que la autoridad deman-
dada emitió la resolución de fecha 9-XII-2015 en el proceso
con referencia 302-2015, por medio de la cual –entre otros
puntos– decretó una medida cautelar consistente en la rein-
corporación de un empleado a la plaza que se imputa supri-
mida. En consecuencia, considera que la resolución emitida
por la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Corte Su-
prema de Justicia vulnera el derecho a la autonomía muni-
cipal de su representado, puesto que está en contra de la
decisión proveída por el señalado Concejo Municipal.

44-2016 Pág. 397


La apoderada del Concejo Municipal de San Salvador
dirige su reclamo contra la Sala de lo Contencioso Adminis-
trativo de la Corte Suprema de Justicia, en virtud de haber
decretado una medida cautelar. En ese orden de ideas, la re-
ferida profesional manifiesta que la autoridad demandada
emitió la resolución de fecha 8-XII-2015 en el proceso con re-
ferencia 311-2015, por medio de la cual –entre otros puntos–
decretó una medida cautelar consistente en la reincorpora-
ción de una empleada a la plaza que se imputa suprimida.
En consecuencia, considera que la resolución emitida por la
Sala de lo Contencioso Administrativo de la Corte Suprema
de Justicia vulnera el derecho a la autonomía municipal de
su representado, puesto que está en contra de la decisión
proveída por el señalado Concejo Municipal.

45-2016 Pág. 400


La apoderada del Concejo Municipal de San Salvador
dirige su reclamo contra la Sala de lo Contencioso Adminis-

46
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

trativo de la Corte Suprema de Justicia, en virtud de haber


decretado una medida cautelar. En ese orden de ideas, la
referida profesional manifiesta que la autoridad deman-
dada emitió la resolución de fecha 7-XII-2015 en el proceso
con referencia 339-2015, por medio de la cual –entre otros
puntos– decretó una medida cautelar consistente en la rein-
corporación de una empleada a la plaza que se imputa su-
primida. En consecuencia, considera que la resolución emiti-
da por la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Corte
Suprema de Justicia vulnera el derecho a la autonomía mu-
nicipal de su representado, puesto que está en contra de la
decisión proveída por el señalado Concejo Municipal.

46-2016 Pág. 402


El apoderado del Concejo Municipal de San Salvador
dirige su reclamo contra la Sala de lo Contencioso Adminis-
trativo de la Corte Suprema de Justicia, en virtud de haber
decretado una medida cautelar. En ese orden de ideas, el
referido profesional manifiesta que la autoridad deman-
dada emitió la resolución de fecha 7-XII-2015 en el proceso
con referencia 303-2015, por medio de la cual –entre otros
puntos– decretó una medida cautelar consistente en la re-
incorporación de un empleado a la plaza que se imputa
suprimida. En consecuencia, considera que la resolución
emitida por la Sala de lo Contencioso Administrativo de
la Corte Suprema de Justicia vulnera el derecho a la au-
tonomía municipal de su representado, puesto que está
en contra de la decisión proveída por el señalado Concejo
Municipal.

47-2016 Pág. 405


La apoderada del Concejo Municipal de San Salvador
dirige su reclamo contra la Sala de lo Contencioso Adminis-
trativo de la Corte Suprema de Justicia, en virtud de haber
decretado una medida cautelar. En ese orden de ideas, la
referida profesional manifiesta que la autoridad deman-
dada emitió la resolución de fecha 8-XII-2015 en el proceso

47
Cuadro fáctico

con referencia 769-2013, por medio de la cual –entre otros


puntos– decretó una medida cautelar consistente en la rein-
corporación de una empleada a la plaza que se imputa su-
primida. En consecuencia, considera que la resolución emiti-
da por la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Corte
Suprema de Justicia vulnera el derecho a la autonomía mu-
nicipal de su representado, puesto que está en contra de la
decisión proveída por el señalado Concejo Municipal.

51-2016 Pág. 407


La apoderada del Concejo Municipal de San Salvador
dirige su reclamo contra la Sala de lo Contencioso Adminis-
trativo de la Corte Suprema de Justicia, en virtud de haber
decretado una medida cautelar. En ese orden de ideas, la
referida profesional manifiesta que la autoridad demanda-
da emitió la resolución de fecha 8-XII-2015 en el proceso
con referencia 327-2015, por medio de la cual –entre otros
puntos– decretó una medida cautelar consistente en la re-
incorporación de una empleada a la plaza que se imputa
suprimida. En consecuencia, considera que la resolución
emitida por la Sala de lo Contencioso Administrativo de
la Corte Suprema de Justicia vulnera el derecho a la au-
tonomía municipal de su representado, puesto que está
en contra de la decisión proveída por el señalado Concejo
Municipal.

63-2016 Pág. 410


El apoderado del Concejo Municipal de San Salvador
dirige su reclamo contra la Sala de lo Contencioso Adminis-
trativo de la Corte Suprema de Justicia, en virtud de haber
decretado una medida cautelar. En ese orden de ideas, el
referido profesional manifiesta que la autoridad demanda-
da emitió la resolución de fecha 11-XII-2015 en el proceso
con referencia 391-2015, por medio de la cual –entre otros
puntos– decretó una medida cautelar consistente en la re-
incorporación de un empleado a la plaza que se imputa
suprimida. En consecuencia, considera que la resolución

48
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

emitida por la Sala de lo Contencioso Administrativo de


la Corte Suprema de Justicia vulnera el derecho a la au-
tonomía municipal de su representado, puesto que está
en contra de la decisión proveída por el señalado Concejo
Municipal.

687-2015 Pág. 413


Los apoderados de la parte actora reclaman por medio
del presente proceso en contra la sentencia del día 18-VI-
2015 emitida por el Juzgado Primero de lo Civil de Santa
Ana en el juicio clasificado bajo el número 73-10 E.C, reso-
lución de la Cámara de lo Civil de la Primera Sección de Oc-
cidente el día 26-VI-2015 por medio de la cual declaró sin
lugar por improcedente la excepción de prescripción de la
obligación alegada, sentencia del día 27-VII-2015 y la reso-
lución pronunciada por el Juez Primero de lo Civil de Santa
Ana mediante la cual resolvió proceder a vender en pública
subasta. Y que dichas actuaciones vulneraron a su mandan-
te los derechos de propiedad, seguridad jurídica y debido
proceso.

70-2016 Pág. 416


La apoderada del Concejo Municipal de San Salvador
dirige su reclamo contra la Sala de lo Contencioso Adminis-
trativo de la Corte Suprema de Justicia, en virtud de haber
decretado una medida cautelar. En ese orden de ideas, la
referida profesional manifiesta que la autoridad demanda-
da emitió la resolución de fecha 7-XII-2015 en el proceso
con referencia 339-2015, por medio de la cual –entre otros
puntos– decretó una medida cautelar consistente en la re-
incorporación de una empleada a la plaza que se imputa
suprimida. En consecuencia, considera que la resolución
emitida por la Sala de lo Contencioso Administrativo de
la Corte Suprema de Justicia vulnera el derecho a la au-
tonomía municipal de su representado, puesto que está
en contra de la decisión proveída por el señalado Concejo
Municipal.

49
Cuadro fáctico

Sobreseimientos
2-2014 Pág. 421
Se sobresee el proceso por desistimiento del actor.

122-2014 Pág. 422


Sobreséase el presente amparo incoado contra actua-
ciones del Concejo Municipal de Mejicanos por uso de vías
paralelas, en virtud de que se encuentra pendiente de resol-
ver proceso con referencia 84-2014 interpuesto ante la Sala
de lo Contencioso Administrativo de la Corte Suprema de
Justicia.
367-2013
151-2014 Pág. 425
La presente demanda se admitió por resolución de fecha
23-IV-2014, sometiendo al control constitucional la decisión
de no renovar el contrato laboral de la demandante para el
año 2014 y, por ende, removerla de facto del cargo de Jefe
de Atención Infantil que desempeñaba dentro de Ciudad
Mujer San Martín, sin la promoción de un procedimiento
previo. Acto que ha sido atribuido a la Directora Ejecutiva
de la SIS y a la Directora de CMSM.

367-2013 Pág. 428


El actor manifiesta en su demanda que reclama contra
la decisión del Director General de la Policía Nacional Civil
de no renovarle el contrato de servicios profesionales para
el año 2012 y, con ello, separarlo del cargo de colaborador
jurídico del Departamento de Representación Legal de la
Policía Nacional Civil, sin tramitarle previamente un proceso
en el que pudiera ejercer la defensa de sus derechos.

295-2014 Pág. 432


La admisión del presente amparo se circunscribió al con-
trol de constitucionalidad de la resolución emitida por la
autoridad demandada el 22-I-2014, en el proceso ejecutivo
mercantil de que se trata; tal actuación habría vulnerado

50
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

los derechos fundamentales de audiencia, defensa y a la vi-


vienda del no propietario del demandante, en virtud de que
se le pretendía lanzar del inmueble que habita, sin haberle
dado la oportunidad de intervenir en el proceso.

102-2015 Pág. 435


Se sobresee el proceso por desistimiento del actor.

282-2013 Pág. 438


La actora por medio de la presente demanda, reclama
contra el Consejo Ejecutivo de la Cruz Roja Salvadoreña, por
haberla despedido de su cargo alegando pérdida de con-
fianza, sin que se le tramitara un procedimiento previo para
que pudiera defenderse, por lo que le vulneraron su dere-
cho de audiencia, defensa y estabilidad laboral.

Sentencias definitivas
42-2015 Pág. 443
La asociación peticionaria manifestó en su demanda
que dirige su reclamo en contra de la Asamblea Legislativa,
por haber emitido los artículos 11 y 12 letra y) de la Ley de
Impuestos a la Actividad Económica del Municipio de Santa
Tecla, departamento de La Libertad, alegó que las dispo-
siciones impugnadas vulneran su derecho a la propiedad,
por inobservancia del principio de capacidad económica, ya
que establecen un tributo cuya base imponible es el “activo
imponible” de las empresas, el cual no es un elemento reve-
lador de la efectiva riqueza del sujeto pasivo del tributo en
cuestión, es decir, no refleja la capacidad contributiva.

405-2013 Pág. 453


El actor por medio de su representante manifiesta que
demanda al Director General del Instituto Salvadoreño del
Seguro Social, por vulneración a su derechos de audiencia,
defensa y a la estabilidad laboral, al haberlo removido del

51
Cuadro fáctico

cargo de colaborador jurídico-notario y ejecutor de embar-


gos que desempeñaba en la referida entidad, sin tramitarle
previamente un proceso en el que pudiera ejercer la defensa
de sus intereses.

643-2014 Pág. 461


El objeto de la controversia puesta en conocimiento de
este Tribunal consiste en determinar si el Concejo Municipal
de Santiago de María, al emitir el art. 6.1.3 de la OTSMSM,
ha conculcado el derecho a la propiedad por la inobservan-
cia del principio de reserva de ley de la sociedad deman-
dante, en virtud de que la tasa establecida en aquel es real-
mente un impuesto, pues por su pago no se recibe ningún
servicio de parte del municipio.

828-2013AC Pág. 472


Los presentes procesos acumulados han sido promovi-
dos –el primero– por la iglesia Católica, Apostólica y Roma-
na de El Salvador, por medio de su apoderado, en contra
de la Secretaria de Cultura de la Presidencia y del Director
Nacional de Patrimonio Cultural, por la vulneración de la
garantía institucional de autonomía de la Iglesia Católica y
el derecho a la autodeterminación informativa de las vícti-
mas cuyos datos e informaciones obran en el archivo docu-
mental de la Oficina de Tutela Legal del Arzobispado; y –el
segundo– por los señores […], en contra del Arzobispo de
San Salvador, como representante de la Iglesia Católica, por
la vulneración de sus derechos de acceso a la jurisdicción –
como manifestación del derecho a la protección jurisdiccio-
nal–, a la propiedad, a la libre contratación y a la autodeter-
minación informativa.

104-2013 Pág. 495


La actora por medio de la presente demanda reclama
contra el Presidente de la Corte Suprema de Justicia, por la
vulneración a los derechos de audiencia y a la estabilidad
laboral, al haberla trasladado del cargo de asistente infor-

52
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

mática, sin seguirle previamente un proceso en el que se le


informaran las razones que motivaron esa decisión y se le
permitiera defender sus intereses.

343-2014 Pág. 504


La sociedad demandante manifestó que dirigía su recla-
mo contra el Concejo Municipal de Ciudad Delgado por ha-
ber emitido el artículo 7.12.k.II de la Ordenanza Reguladora
de Tasas por Servicios Municipales de Ciudad Delgado y el
artículo 1 del D.M. n° 2, de 20-VII-2009, publicado en el D.O.
152, tomo 384, de 19-VIII-2009, a través del cual se reforma-
ron, entre estos, el art. 7.12.k de la citada ordenanza. Alega
que tales disposiciones impugnadas establecen en realidad
un impuesto –una clase de tributo que los municipios no
están autorizados a decretar– y no una tasa, por cuanto que
uno de los hechos imponibles que se grava con ellas es el
mero funcionamiento de los postes que sirven para mante-
ner instalados cables, entre otros, de servicio de telecomuni-
caciones ubicados dentro del municipio de Ciudad Delgado
y regulan un gravamen inequitativo.

625-2014 Pág. 515


La parte actora manifestó en su demanda que reclama
contra la Asamblea Legislativa por haber emitido los arts.
3 n° 25 y 31 de la Tarifa General de Arbitrios Municipales
de Armenia, departamento de Sonsonate (TGAMA), apro-
bada por medio del Decreto Legislativo n° 600 del 19-II-
1987, publicado en el Diario Oficial n° 114, tomo 295, de
23-VI-1987. La autoridad demandada inobservó el princi-
pio de capacidad económica al seleccionar como base im-
ponible del impuesto el activo, lo que no refleja capacidad
contributiva.

233-2014 Pág. 524


En el presente proceso establecida por la actora, el ob-
jeto de la controversia consiste que este Tribunal determine
si el Juez Primero de Paz de San Martín vulneró los dere-
chos de audiencia, de defensa y a la estabilidad laboral al

53
Cuadro fáctico

coaccionarla para que el 29-I-2014 firmara un documento


previamente elaborado por la autoridad demandada en el
que se hacía constar que renunciaba al cargo que ocupaba
como Colaboradora Judicial C-III, por motivos de salud. En
ese sentido se habría configurado un despido de hecho sin
que previo a ello se le tramitara un proceso en el que pudie-
ra ejercer la defensa de sus derechos e intereses.

375-2013 Pág. 531


El actor manifiesta que demanda al Ministro de Rela-
ciones Exteriores, por haberlo destituido de su cargo como
Consejero en la Embajada de Venezuela, a pesar de que su
contrato acababa de ser renovado y que no se le tramitó
ningún procedimiento previo a su despido en el que pudiera
defender sus intereses.

46-2013 Pág. 544


La parte actora manifestó en su demanda que desde el
3-I-2005 se desempeñó en el área de supervisión de talleres
de reparación de vehículos y revisión de presupuestos de
reparación del Instituto Salvadoreño del Seguro Social; sin
embargo, el 20-XII-2012 se le informó de la decisión emitida
por el Director General de esa institución de separarlo de
su cargo a partir de enero de 2013, sin haberle tramitado el
procedimiento previo establecido en el Contrato Colectivo
de Trabajo del Instituto Salvadoreño del Seguro Social, en el
que se le brindara la oportunidad de ejercer su defensa. Asi-
mismo, expresó que su despido, y el de otros trabajadores
afiliados al Sindicato de Trabajadores del ISSS, tenían como
objetivo afectar la membresía y su estructura de gobierno,
todo lo cual habría vulnerado sus derechos de audiencia, de-
fensa, al trabajo y a la libertad sindical.

48-2013 Pág. 561


La parte actora manifestó en su demanda que desde el
1-I-1992 ingresó a laborar en el Instituto Salvadoreño del
Seguro Social, siendo el último cargo que desempeñó el

54
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

de jefe de mantenimiento metropolitano; sin embargo, el


20-XII-2012 se le informó de la decisión emitida por el Di-
rector General de esa institución de separarlo de su cargo
a partir de enero de 2013, sin haberle tramitado el proce-
dimiento previo establecido en el Contrato Colectivo de
Trabajo del Instituto Salvadoreño del Seguro Social, en el
que se le brindara la oportunidad de ejercer su defensa.
Asimismo, expresó que su despido, y el de otros trabaja-
dores afiliados al Sindicato de Trabajadores de dicha ins-
titución, tenían como objetivo afectar la membresía y su
estructura de gobierno, todo lo cual habría vulnerado sus
derechos de audiencia, defensa, al trabajo y a la libertad
sindical.

519-2014 Pág. 573


La parte actora manifestó en su demanda que dirige su
reclamo contra la resolución pronunciada por la Junta Di-
rectiva de la Federación Salvadoreña de Taekwondo  el 23-
XI-2013, mediante la cual suspendió la participación de los
representantes y atletas de la escuela de taekwondo Chee-
tah’s en actividades federativas y competitivas a nivel na-
cional por el período de un año contado del 1-I-2014 al 31-
XII-2014. La referida sanción fue impuesta a consecuencia
de la participación de dicha escuela en un evento deportivo
internacional celebrado en octubre de 2013 en Costa Rica,
sin el aval de la Federación Salvadoreña de Taekwondo , sin
que previo a ello se tramitara el procedimiento establecido
en los Estatutos de esa federación.

616-2013AC Pág. 587


Los actores por medio del presente proceso de amparo
demanda al Concejo Municipal de Soyapango, por la vulne-
ración de sus derechos fundamentales de audiencia, de de-
fensa y a la estabilidad laboral, consagrados en los artículo
2, 11 y 219 inciso 2° de la Constitución, al no renovarles sus
contratos sus contratos laborales, sin tramitarles un procedi-
miento previo para poder defenderse.

55
HÁBEAS CORPUS

Improcedencias
240-2015 Pág. 597
El peticionario refiere que el Juez Primero de Vigilancia
Penitenciaria y de Ejecución de la Pena de San Salvador, se
opone de una forma contraria y arbitraria a que concluya
la pena de prisión en su país de origen Nicaragua, ya que,
no obstante cumple con los requisitos legales, en audiencia
especial celebrada el 06/02/2014, dicha autoridad se opuso
a su traslado en razón de que le requiere que presente fo-
tocopia de su cédula de identidad y hasta que se la presen-
te procederá a realizarle una nueva audiencia especial para
darle el visto bueno y tramitar su traslado.

380-2015 Pág. 608


El peticionario expresa que a la persona que se preten-
de favorecer se le ha impuesto la detención provisional,
sin que se tomara en cuenta que no presenta peligro de
fuga por ser una persona sexagenaria, del sexo femenino,
que ha colaborado con la justicia presentándose a la vista
pública, a quien nunca se le había restringido su libertad
y se le había aplicado una medida cautelar consistente en
una caución económica, encontrándose en riesgo su vida
o integridad, dada su actividad laboral. Además, alega el
error cometido por el Tribunal Segundo de Sentencia de
San Salvador en la aplicación de las reglas de la sana crítica,
al valorar la prueba.

386-2015 Pág. 612


El peticionario concretamente reclama que su sentencia
no se encuentra en conformidad con la ley, por lo que pro-
cede la aplicación retroactiva de la ley penal más favorable
en relación a la cuantía de su pena, planteando ante esta
Sala recurso de revisión de su sentencia condenatoria, para
lo cual detalla los motivos en los que fundamenta dicho me-
dio impugnativo, y que ha sido injustamente condenado
Cuadro fáctico

por uno de los delitos de homicidio agravado, respecto al


cual cuestiona la declaración del testigo criteriado y asegura
no haber estado presente en la ejecución del hecho.

413-2015 Pág. 617


El peticionario concretamente plantea la falta de mo-
tivación de la sentencia condenatoria pronunciada en su
contra, que la autoridad demandada no le permitió tener
acceso a una revisión de su sentencia, que su solicitud tiene
por objeto dejar establecido que los hechos ofertados por
el Ministerio Público fueron totalmente contradictorios y no
apegados a derecho; y, finalmente el actor pretende que
la Sala de lo Constitucional le habilite tener acceso a la revi-
sión de su sentencia, o se le permita tener por acreditada la
prueba que el Tribunal Cuarto de Sentencia de San Salvador
pasó por alto.

387-2015 Pág. 622


El solicitante reclama contra la detención provisional en
que se encuentra la persona a favorecer, la cual califica de
ilegal por las siguientes razones: inexistencia de orden de
allanamiento para ejecutar la detención administrativa que
ordenó la Fiscalía General de la República; que los agentes
policiales capturaron al favorecido en su lugar de trabajo
y no en el de su residencia, como se ha hecho constar en
las actas que corren agregadas al proceso, resultando que
el fiscal no tomó las entrevistas de los testigos de descargo
que demuestran esta circunstancia, la cual el juez instructor
expresó que por el principio de preclusión debía ser evalua-
da en vista pública; que la detención no tiene fundamen-
to legal, pues del croquis y acta de resultados agregados al
proceso se advierte que había imposibilidad humana para
que los equipos policiales pudieran ver hacia la zona donde
apareció el sujeto extorsionista, además, no consta acta de
seriado de billetes.

396-2015 Pág. 628


El actor por medio del presente proceso demanda al Juz-
gados Primero y Segundo de Vigilancia Penitenciaria, por la

58
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

falta de respuesta a su solicitud de envío de cómputo y de


la sentencia condenatoria, para pedir modificación de sen-
tencia y que le unifiquen las penas, alegando que de ese
manera le vulneran su derecho de respuesta con incidencia
a su derecho de libertad física.

404-2015 Pág. 637


El actor manifiesta que desde el año 2008 en que se lle-
varon sus casos ante el Juzgado Especializado de Sentencia
de San Miguel y el Juzgado Especializado de Sentencia B
de San Salvador, no ha recibido las respectivas sentencias
condenatorias, por lo que las ha solicitado en septiembre
y octubre de 2015, sin recibir respuesta hasta la fecha en
que elaboró su petición de hábeas corpus; y a su vez, ha so-
licitado al Juzgado Primero de Vigilancia Penitenciaria y de
Ejecución de la Pena de San Miguel, cómputo de sus penas
unificadas, en las mismas fechas aludidas, sin que tampoco
haya respondido.

10-2016 Pág. 643


El peticionario reclama que el derecho constitucional mate-
rial que presuntamente le habría sido conculcado es el dere-
cho a la libertad personal, ya que en su escrito señala que si
bien el Tribunal Tercero de Sentencia de Santa Ana ordenó
su libertad en virtud de haberlo sobreseído definitivamente,
la Cámara de lo Penal de la Primera Sección de Occidente or-
denó su captura mediante una resolución que –a su juicio–
contiene una valoración arbitraria de la prueba; por lo que
solicita a esta Sala amparo para que se revisen dichas deci-
siones y la prueba de cargo, se anule el fallo que cuestiona,
o en su defecto a través de esta Sala se habilite el recurso de
revisión de sentencia ante la primera de las a263-2015torida-
des señaladas.

263-2015 Pág. 648


El peticionario centra su reclamo tanto en la sentencia
definitiva condenatoria emitida en su contra por la comi-
sión del delito de secuestro agravado, como en la resolución

59
Cuadro fáctico

de inadmisión del recurso de revisión que incoó en contra


de la sentencia citada. El fundamento del primer acto re-
clamado es que en la sentencia condenatoria pronunciada
el 24/10/2007, según afirma el solicitante, no se relacionó
prueba que acredite su calidad de coautor en el delito de
secuestro agravado, la cual tampoco consta en el proceso,
ni concurrieron los presupuestos de ley sobre tal calidad.

7-2016 Pág. 654


El peticionario aduce, en su primer reclamo, vulneración
al derecho a recurrir por cuanto el Juez de Paz de Aguilares
omitió seguir el trámite respectivo al recurso de apelación
subsidiaria interpuesto en audiencia inicial contra la resolu-
ción que deniega el recurso de revocatoria de la decisión
que ordena la instrucción formal y decreta la medida cau-
telar de detención provisional en contra del favorecido. En
el segundo alegato, el peticionario sostiene la falta de moti-
vación del requisito legal de la apariencia de buen derecho
para decretar la medida cautelar de detención provisional
en contra del favorecido, pues señala que no se observan los
extremos de la configuración de la existencia del delito y la
probable participación del procesado.

16-2016 Pág. 659


En principio, la parte actora alega que el favorecido fue
capturado por agentes de la División de Asuntos Internos
de la Policía Nacional Civil, sin que hubiera orden escrita
que justificara la existencia de una detención administrativa
o provisional; asimismo, agrega que no concurren en este
caso los requisitos de la detención en flagrancia, por lo que
tampoco podía ser detenido bajo tal supuesto. En segundo
lugar, expresa que el Juez Tercero de Paz de la ciudad de
San Miguel al realizar la audiencia inicial, decreta detención
provisional y toma como base para decretar esta medida los
elementos de convicción presentados por la representación
fiscal. En ninguna de estas diligencias se individualiza a su
representado, ni se le identifica como el sujeto que realizó la
sustracción del dinero de las evidencias que se encontraban

60
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

en el laboratorio de la Regional Antinarcóticos de la Policía


Nacional Civil de la ciudad de San Miguel por el delito de
peculado atribuido a su cliente.

19-2016 Pág. 663


El peticionario reclama contra la sentencia condenatoria
firme en la cual se le impuso la pena de treinta y cinco años
de prisión por la comisión del delito de secuestro agravado,
en calidad de coautor, y contra la decisión de la Sala de lo
Penal de esta Corte, de fecha 3/3/2015, mediante la cual se
anuló la resolución favorable de un recurso de revisión y se
reitera la aludida sentencia definitiva, por vulnerar ambas
decisiones el principio de legalidad y seguridad jurídica, al
no concurrir a su parecer, los requisitos legales de la coauto-
ría sino los del cómplice no necesario y, por lo tanto, alega
que cumple una pena de prisión excesiva e inconstitucional.

5-2016 Pág. 668


El peticionario, en síntesis, señala que la resolución de
fecha 30/11/2015, dictada por la Cámara de la Segunda Sec-
ción de Occidente, en la que revocó las medidas cautelares
sustitutivas a la detención provisional decretadas por el Juz-
gado de Primera Instancia de Izalco, ordenó la imposición
de la última medida y girar las respectivas órdenes de cap-
tura, vulnera los derechos de libertad física, presunción de
inocencia y debido proceso del favorecido.

271-2015 Pág. 677


El demandante, en síntesis, dirige su reclamo contra el
régimen de seguridad en que se encuentra internado provi-
sionalmente en calidad de procesado, el cual desnaturaliza
la medida cautelar convirtiéndola en una pena anticipada
ilegal y arbitraria, pues no es sometido a evaluaciones que
conlleven a revocar la decisión de su traslado a dicho cen-
tro de seguridad, encontrándose desde hace más de dos
años en el mismo, vulnerándose con ello su libertad física,
su presunción de inocencia, el principio de legalidad en la
aplicación de tal régimen, así como las características de ex-

61
Cuadro fáctico

cepcionalidad, necesidad y temporalidad de este último; y


contra la decisión injustificada de su ingreso y traslado en
la calidad mencionada al Centro Penitenciario de Seguridad
de Zacatecoluca.

31-2016 Pág. 683


El peticionario básicamente solicita a la Sala de lo Cons-
titucional que realice el trámite de unificación de sus penas
y la rectificación de su cómputo, indicando el máximo total
de pena que a su juicio le corresponde, en virtud a la fecha
en que cometió los delitos.

33-2016 Pág. 687


Los solicitantes reclaman que, debido a los procesos ju-
diciales civiles que ha seguido el favorecido en contra de sus
tres hijas, una de ellas se desempeña como fiscal auxiliar,
puedan estarse siguiendo procesos administrativos ilegales
en su contra en la Fiscalía General de la República, y conse-
cuentemente, puede ser detenido de forma arbitraria pro-
ducto de venganzas personales, por lo que sé siente restrin-
gido de su libertad ambulatoria.

368-2015 Pág. 691


El actor manifiesta que demanda al Tribunal Primero de
Sentencia de San Salvador, por haber realizado un cómputo
de su pena de forma incorrecta, solicita se le realice el com-
puto correcto por medio del presente proceso, alega se le
vulnera su derecho de libertad física.

41-2016 Pág. 695


El actor solicita que se modifique la condena interpues-
ta, en virtud de que los elementos de prueba valorados por
el Juzgado Especializado de Sentencia de San Miguel, no
cumplieron con el criterio de la sana crítica, al no determi-
nar, por un lado, que la participación de la condenada fue
en calidad de cómplice a partir de los elementos de prueba
vertidos en juicio, y, por otro, al tenerse por participe al soli-
citante por la consideración del vínculo que tenía con aque-
lla y los registros penitenciarios, sin valorar otros elementos

62
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

probatorios; por lo que además, pide sea absuelto de forma


definitiva.

4-2016 Pág. 699


El actor manifiesta que reclama contra la falta de moti-
vación de resolución que decretó la medida cautelar de de-
tención provisional, por parte del Juzgado Especializado de
Instrucción de San Miguel, alegando que esta es ilegítima y
carente de fundamento que no se acredita el hecho delin-
cuencial del que se le acusa y que por eso se le vulnera su
derecho de libertad física.

69-2016 Pág. 703


La actora reclama la omisión del Juzgado Primero de Vi-
gilancia Penitenciaria y de Ejecución de la Pena de San Mi-
guel, de notificarle la resolución del cómputo de su pena a
su favorecida, lo cual afirma vulnera su derecho de defensa.

72-2016 Pág. 706


La pretensora alega por medio del presente proceso,
contra la decisión que decreta la medida cautelar de deten-
ción provisional en contra del favorecido en el acto de la au-
diencia de vista pública; pues a su parecer no habían variado
las condiciones de imposición de las medidas sustitutivas y
existía una garantía hipotecaria y contra sentencia definitiva
condenatoria por supuestamente carecer de motivación.

Inadmisibilidades
350-2015 Pág. 713
Inadmisibilidad por falta de evacuación de las prevencio-
nes realizadas.

393-2015 Pág. 715


Inadmisibilidad por falta de evacuación de las prevencio-
nes realizadas.

63
Cuadro fáctico

398-2015 Pág. 717


Inadmisibilidad por falta de evacuación de la prevención
realizada.

324-2015 Pág. 718


Inadmisibilidad por falta de evacuación de las prevencio-
nes realizadas.

351-2015 Pág. 721


Inadmisibilidad por falta de evacuación de las prevencio-
nes realizadas.

381-2015 Pág. 723


Inadmisibilidad por falta de evacuación de las prevencio-
nes realizadas.

414-2015 Pág. 725


Inadmisibilidad por falta de evacuación de las prevencio-
nes realizadas.

Sobreseimientos
210-2015 Pág. 729
El peticionario alega que ha sido juzgado dos veces por
el delito de homicidio agravado, una por el Tribunal de Sen-
tencia de Ahuachapán y otra por el Tribunal Segundo de
Sentencia de Santa Ana. Esta última sede judicial, manifies-
ta, lo puso en libertad el día 4 de julio de 2002, mientras
el Tribunal de Sentencia de Ahuachapán lo condenó con
posterioridad, en fecha 3 de junio de 2003, a 35 años de
prisión. De manera que expresa haber cumplido dicha pena,
por trece años, de forma contraria a lo establecido en los ar-
tículos 11 inciso 1° de la Constitución y 9 inciso 1° del Código
Procesal Penal.

409-2015R Pág. 731


La peticionaria manifiesta que a 11 días de haber in-
gresado al centro penitenciario el favorecido no se le había

64
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

otorgado el tratamiento médico especializado, ni la dieta


recomendada por el nefrólogo que lo estaba monitoreando
en libertad, que tenía inflamados sus pies, señal de que su
único riñón no está funcionando bien, y que no había po-
dido ingresar los medicamentos necesarios por las órdenes
que tienen los custodios y el reglamento interno del centro
penitenciario.

303-2015 Pág. 737


El pretensor afirmó al momento de promover este pro-
ceso el 2/10/2015, que la autoridad demandada ha omitido
dar respuesta a un escrito que contenía un recurso de revi-
sión con el cual pretendía modificar su pena, el cual afirma
planteó hace más de dos años.

Sentencias definitivas
255-2015 Pág. 741
El presente proceso de hábeas corpus ha sido promo-
vido en contra del Juzgado Especializado de Sentencia “B”
de San Salvador, a favor de una señora condenada por el
delito de robo agravado. Se alega inobservancia del princi-
pio de legalidad y vulneración al derecho a la presunción de
inocencia, debido al exceso del plazo legalmente dispuesto
para el mantenimiento de la medida cautelar de detención
provisional.

216-2015 Pág. 749


El presente proceso constitucional de hábeas corpus fue
promovido contra actuaciones del Juzgado Especializado
de Instrucción “A” de San Salvador. Se reclama violación del
derecho de defensa durante la audiencia especial de impo-
sición de medida cautelar, en donde se decretó la detención
provisional en contra del favorecido.

327-2015 Pág. 753


El actor manifiesta por medio de presente proceso, que
reclama contra del Juzgado Especializado de Sentencia “B”,

65
Cuadro fáctico

por no haberle notificado la sentencia condenatoria en su


contra.

291-2015 Pág. 764


El presente proceso de hábeas corpus ha sido promovi-
do contra actuaciones del Juzgado Especializado de Senten-
cia “C” de San Salvador, a favor de los procesados por los
delitos de tráfico ilícito y actos preparatorios, proposición,
conspiración y asociaciones delictivas y, además, el primero
por el ilícito de posesión y tenencia. Se alega inobservancia
del principio de legalidad y vulneración al derecho a la pre-
sunción de inocencia y libertad, al permitir la continuidad
del plazo legalmente dispuesto para el mantenimiento de la
medida cautelar de detención provisional.

64-2015 Pág. 772


El presente proceso constitucional de hábeas corpus fue
promovido en contra del Director del Centro Penitenciario
de Seguridad de Zacatecoluca y el área médica de dicho cen-
tro penal.

277-2015 Pág. 778


El presente proceso de hábeas corpus ha sido promovi-
do a su favor por la señora procesada por el delito de agru-
paciones ilícitas, contra omisiones del Juzgado Especializado
de Sentencia de Santa Ana y de la Sala de lo Penal. Alega
inobservancia del principio de legalidad y vulneración a los
derechos fundamentales de presunción de inocencia y li-
bertad física, al permitir la continuidad del exceso del plazo
legalmente dispuesto para el mantenimiento de la medida
cautelar de detención provisional.

211-2015 Pág. 788


El pretensor alega que al favorecido le revocaron la pena
de trabajo de utilidad pública, ordenando su detención sin
establecerse por parte de la autoridad los presupuestos le-
gales que justifican la aludida revocatoria.

66
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

343-2015 Pág. 799


El actor manifiesta por medio del presente proceso, que
reclama contra la resolución del la Cámara Tercera de lo Pe-
nal de la Primera Sección del Centro, en la cual confirmó
la medida cautelar de detención provisional impuesta a su
favorecido, alegando que ésta no cumple con el deber de
motivación como garantía del derecho de defensa, lo que
vulnera su derecho de libertad.

225-2015 Pág. 806


El presente proceso de hábeas corpus ha sido promo-
vido contra omisiones de la Dirección General de Centros
Penales, Dirección del Centro Penitenciario de Seguridad de
Zacatecoluca y Consejo Criminológico Regional Paracentral.
Arguye vulneración al derecho de libertad física al omitir
realizar de forma oportuna diligencias para conformar el
Equipo Técnico Criminológico del Centro Penitenciario de
Seguridad de Zacatecoluca, a efecto de determinarse me-
diante las evaluaciones respectivas la continuidad del inter-
no en ese centro.

67
INCONSTITUCIONALIDADES

INICIADOS POR DEMANDA


Improcedencias
113-2015 Pág. 813
El actor solicita se declare la inconstitucionalidad del ar-
tículo 11 inciso 2° de la Ley de Impuesto a las Operaciones
Financieras, por la supuesta transgresión a los artículos 86
inciso 1° y 168 ordinal 14° de la Constitución de la República.

120-2015 Pág. 819


En la demanda presentada por las ciudadanas solicitan
se declare la inconstitucionalidad, por vicio de contenido,
del art. 410 inc. 1° del Código de Trabajo, contenido en el
Decreto Legislativo n° 15, del 23-VI-1972, publicado en el
Diario Oficial n° 142, Tomo 236, del 31-VII-1972, por supues-
tamente vulnerar los arts. 3, 15, 172 inc. 3° y 186 inc. 5° de
la Constitución.

148-2015 Pág. 824


En la demanda presentada por el ciudadano solicita se
declare la inaplicabilidad, por vicios de forma y de conteni-
do, del art. 4 de la Ley de Contribución Especial a los Gran-
des Contribuyentes para el Plan de Seguridad Ciudadana
(LECOEGC), contenida en el Decreto Legislativo n° 161, de
29-X-2015, publicado en el Diario Oficial n° 203, Tomo 409,
de 5-XI-2015, por supuestamente vulnerar los arts. 131 ord.
6° y 135 de la Constitución.

157-2015 Pág. 829


En la demanda presentada por los ciudadanos solicitan
que se declare la inconstitucionalidad por omisión al art. 75
del Decreto Legislativo n° 630, de 22-V-2008, publicado en
el Diario Oficial n° 115, de 20-VI-2008, que contiene la Ley de
Cuadro fáctico

Gas Natural (LGN); por la supuesta violación al art. 168 ord.


14° de la Constitución.

109-2015 Pág. 833


El actor solicita se declare la inconstitucionalidad del De-
creto Legislativo n° 213, de 4-XII-2012, publicado en el Diario
Oficial n° 231, Tomo 397, de 10-XII-2012, mediante el cual
la Asamblea Legislativa eligió en el cargo de Fiscal General
de la República al abogado Luis Antonio Martínez Gonzá-
lez, para el período de tres años, que inició el 4-XII-2012 y
que concluye el 3-XII-2015, por supuestamente vulnerar los
artículo 131 ordinal 19° y 192, inciso 3°, en relación con el
artículo 177, todos de la Constitución.

129-2015 Pág. 837


Los ciudadanos demandantes solicitan la inconstitucio-
nalidad del artículo 49 inciso 1° de la Ley Disciplinaria Po-
licial, porque consideran que se vulneran los principios de
presunción de inocencia y defensa previstos en los arts. 11
inc. 1° y 12 Cn., ya que permite imponer una sanción discipli-
naria con la sola aceptación del cometimiento del ilícito por
parte del infractor.

130-2015 Pág. 842


Los actores solicitan la declaratoria de inconstitucionali-
dad, por omisión parcial, del artículo 68 del Código de Tra-
bajo, contenido en el Decreto Legislativo n° 15, de 23-VI-
1972, publicado en el Diario Oficial n° 142, tomo 236, de
31-VII-1972, por la supuesta violación al artículo 40 inciso
3° de la Constitución de la República; por omite cumplir lo
prescrito en el parámetro de control, al regular de manera
insuficiente el contrato de aprendizaje.

146-2015 Pág. 849


Las peticionarias solicitaron la declaratoria de inconsti-
tucionalidad, por omisión parcial, del artículo 68 del Código
de Trabajo, por no haberse emitido la regulación que prede-
termine la duración del contrato de aprendizaje.

70
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

107-2015 Pág. 855


En la demanda presentada por el ciudadano solicita se
declare la inconstitucionalidad, por omisión, de los arts. 42 y
43 de la Ley Orgánica de la Fiscalía General de la República
(LOFGR), contenida en el Decreto Legislativo n° 1037, de 27-
IV-2006, publicado en el Diario Oficial n° 95, Tonto 371, de
25-V-2006, por la supuesta vulneración a los arts. 3, 72 ord.
3°, 85 inc. 1°, 86 inc. 1°, 193 y 246 inc. 2° de la Constitución.

161-2015 Pág. 859


El actor solicita se declare, de modo general y obliga-
torio, la inconstitucionalidad del artículo 58 del Decreto
Legislativo n° 507, de 24-XI-1961, publicado en el Diario
Oficial n° 239, de 27-XII-1961, que contiene la Ley de Ser-
vicio Civil; por la supuesta violación al artículo 11 inciso 1
de la Constitución, porque establece la suspensión previa
de los funcionarios y empleados administrativos, cuando
la permanencia del funcionario o empleado constituya
grave peligro para la administración o fuere sorprendido
infraganti cometiendo alguna falta tipificada en el mismo
cuerpo normativo.

1-2016 Pág. 865


En la demanda presentada por el ciudadano solicita se
declare, de modo general y obligatorio, la inconstitucionali-
dad del art. 211 inc. 3° del Decreto Legislativo n° 677, de 11-
X-1993, publicado en el Diario Oficial n° 231, de 13-XII-1993,
que contiene el Código de Familia (CF); por la supuesta vio-
lación a los arts. 34 y 35 de la Constitución.

12-2016 Pág. 868


El actor solicita la declaratoria de inconstitucionalidad
de los artículos 12 letra a) y 18 de la Ordenanza Reguladora
para el Funcionamiento de los Establecimientos Comerciales
que funcionen en el Complejo Deportivo El Cafetalón, por
la presunta vulneración a los artículos 21 y 102 inciso 1° de
la Constitución de la República.

71
Cuadro fáctico

13-2016 Pág. 876


En la demanda presentada por el ciudadano solicita la
declaratoria de inconstitucionalidad de los arts. 12 letra a) y
18 de la Ordenanza Reguladora para el Funcionamiento de
los Establecimientos Comerciales que funcionen en el Com-
plejo Deportivo El Cafetalón (contenida en el Decreto Mu-
nicipal n° 6, del 1-XII-2015, publicado en el Diario Oficial n°
228, tomo 409, del 10-XII-2015), por la presunta conculcación
a los arts. 21 y 102 inc. 1° de la Constitución de la República

119-2015 Pág. 884


En la demanda presentada por las ciudadanas solicitan
se declare la inconstitucionalidad de los arts. 322 letra a y
332 del Código de Trabajo, por la presunta vulneración al
derecho a la protección jurisdiccional en su vertiente de ac-
ceso a la jurisdicción –art. 2 inc. 1° parte final de la Consti-
tución.

21-2016 Pág. 887


La peticionaria solicitó la declaratoria de inconstitucio-
nalidad del art. 24 de la Ley del Consejo Nacional de la Judi-
catura, ya que a su parecer establece un trato desigual entre
el consejal electo por parte de los Magistrados y Jueces del
Órgano Judicial y los demás consejales electos.

22-2016 Pág. 889


En la demanda presentada por los ciudadanos solicitan
que se declare inconstitucional el art. 74 frase final, del De-
creto Legislativo n° 665, de 7-III-1996, publicado en el Diario
Oficial n° 58, de 22-III-1996, que contiene la Ley de la Carre-
ra Docente; por la supuesta violación al principio de igual-
dad en relación con el derecho a optar cargos públicos -arts.
3 y 72 ord. 3° Cn., respectivamente-.

Sentencias definitivas
109-2013 Pág. 893
El peticionario solicitó la declaratoria de inconstitucio-
nalidad, por vicio de contenido, del art. 30 de la Ley de Re-

72
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

gulación de los Servicios de Información sobre Historial de


Crédito de las Personas, por la aparente vulneración a los
arts. 2 inc. 1°, 11 inc. 1° y 246 de la Constitución, ya que
las cuantías de las sanciones que regula, a su parecer, eran
desproporcionadas y, al ser pecuniarias, repercuten directa-
mente en el patrimonio de los administrados, vulnerando el
derecho a la propiedad.

165-2013 Pág. 912


En la demanda presentada por el ciudadano solicita la
declaratoria de inconstitucionalidad del Decreto Municipal
n° 1, de 10-IX-2013, publicado en el Diario Oficial n° 177,
Tomo 400, de 25-IX-2013, mediante el cual se reformó el art.
7, acápite 4, apartado I, letra a), sección 8, de la Ordenanza
Reguladora de las Tasas por Servicios Municipales del Muni-
cipio de San Pedro Masahuat, departamento de La Paz, por
la supuesta vulneración de los principios de tributación en
forma equitativa y seguridad jurídica, contemplados en los
arts. 131 ord. 6° y 2 de la Constitución.

73
Amparos
Improcedencias

436-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San


Salvador, a las nueve horas y ocho minutos del día trece de enero de dos mil
dieciséis.
Analizada la demanda firmada por el señor Wilson Francisco F. Z., junto con
la documentación anexa, es necesario efectuar las siguientes consideraciones:
I. El actor manifiesta que desde el 18-II-2008 laboró para la Facultad de
Jurisprudencia y Ciencias Sociales de la Universidad de El Salvador en el cargo
de docente con base en un contrato de servicios; además, indica que el 30-VI-
2015 finalizó la vigencia de su contrato pero que: “... continu[ó] trabajando en
la revisión de notas, entrega de papeletas, repetición de evaluaciones [...] eva-
luaciones remediales y el ingreso de notas de fin de ciclo II [...] todo ese tiempo
sin derecho a remuneración, en espera [...] que se prolongara el contrato [...]
y luego de ser recontratado [...] tal y como sucedió en los años anteriores...”.
Sin embargo, expone que el 10-VII-2015, la Directora de la Escuela de Re-
laciones Internacionales le informó que su contrato no sería renovado “... por
instrucciones del decano...”.
Al respecto, indica que fue separado de su cargo sin que se tramitara un
procedimiento previo en el que se le brindara la oportunidad de conocer los
motivos por los cuales no se renovaría su contrato, controvertirlos y ejercer
debidamente su defensa, lo anterior pese a que -según afirma- las labores que
desempeñaba eran de carácter permanentes y propias de la referida institu-
ción.
Como consecuencia de lo relatado, estima que se han conculcado sus dere-
chos de audiencia, defensa y estabilidad laboral.
II. Establecido lo anterior, conviene ahora, para resolver adecuadamente el
caso en estudio, exponer brevemente los fundamentos jurídicos de la presente
resolución.
La jurisprudencia constitucional -verbigracia las resoluciones pronunciadas
en los Amp. 49-2010 y 51-2010 el día 10-III-2010- ha señalado que el objeto del
proceso de amparo está representado por la pretensión, para cuya validez es
indispensable el efectivo cumplimiento de una serie de presupuestos procesa-
Amparos / Improcedencias

les que posibilitan la formación y el desarrollo normal del proceso, autorizando


la emisión de un pronunciamiento sobre el fondo del asunto.
Uno de ellos es el agotamiento de los recursos que la ley que rige el acto
franquea para atacarlo, el cual se encuentra establecido en el artículo 12 inciso
3° de la Ley de Procedimientos Constitucionales; tal requisito se fundamenta en
el hecho que, dadas las particularidades que presenta el amparo, este posee ca-
racterísticas propias que lo configuran como un proceso especial y subsidiario,
establecido para dar una protección reforzada a los derechos fundamentales
consagrados en la Constitución a favor de las personas, es decir, se pretende
que sea la última vía, una vez agotada la vía jurisdiccional o administrativa co-
rrespondiente.
Así, se ha señalado que la exigencia del agotamiento de los recursos com-
prende, además, una carga para la parte actora del amparo de emplear en
tiempo y forma los recursos que tiene expeditos conforme a la normativa de
la materia. De manera que, para entender que se ha respetado el presupuesto
apuntado, el pretensor debe cumplir con las condiciones objetivas y subjetivas
establecidas para la admisibilidad y procedencia de los medios de impugna-
ción, ya sea que estos se resuelvan al mismo nivel o en uno superior de la admi-
nistración o la jurisdicción, debido a que la inobservancia de dichas condiciones
motivaría el rechazo de tales recursos en sede ordinaria y, en consecuencia, no
se tendría por satisfecho el requisito mencionado.
III. Con el objeto de trasladar dichas nociones al caso concreto, se efectúan
las consideraciones siguientes:
1. De manera inicial, se observa que el actor dirige su reclamo contra la
Junta Directiva de la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales de la Univer-
sidad de El Salvador, a quien le atribuye la decisión de no renovar su contrato
laboral, la cual le fue comunicada verbalmente el 10-VII-2015.
Para justificar la inconstitucionalidad de la actuación apuntada y, específi-
camente, para fundamentar la presumible transgresión de los derechos funda-
mentales de audiencia, defensa y estabilidad laboral, aduce que fue separado
del cargo que desempeñaba, sin que previo a ello se tramitara un procedimien-
to en el que se le expresaran los motivos para no renovar su contrato, en el que
se garantizaran sus derechos y en el que se posibilitara su defensa; lo anterior,
pese a que llevaba a cabo funciones de carácter permanente y propias de la
relacionada institución.
Asimismo, el señor F. Z. sostiene que: “... no es procedente que se exija el
agotamiento de la nulidad regulada en la Ley del Servicio Civil, por cuanto esta

76
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

no constituye un mecanismo idóneo, rápido y efectivo para la tutela de los de-


rechos constitucionales en controversia...”.
2. Al respecto, debe acotarse que, tal como se estableció en la resolución de
26-I-2010 emitida en el Amp. 3-2010, la regulación de la nulidad de despido o
destitución del artículo 61 de la Ley de Servicio Civil posibilita al presuntamente
agraviado, dentro de los tres meses siguientes al hecho, dar cuenta de su caso
al Tribunal de Servicio Civil, el cual, una vez admitida la queja planteada, abrirá
un espacio probatorio a fin de que sean ventilados los elementos a partir de los
cuales pueda demostrarse la presunta irregularidad de la remoción de confor-
midad con lo establecido en dicha ley.
En consecuencia, la jurisprudencia de esta Sala -verbigracia la sentencia
emitida en el Amp. 661-2012 el 8-VI-2015- ha determinado que el procedimien-
to de nulidad consagrado en el aludido cuerpo normativo contempla una vía
idónea para que todo funcionario o empleado público despedido sin proce-
dimiento previo pueda discutir la lesión constitucional que presuntamente se
generó como consecuencia de la separación irregular de su cargo, indepen-
dientemente de que esté vinculado con el Estado por medio de Ley de Salarios
o de un contrato de servicios personales, siempre que por la naturaleza de sus
funciones el cargo desempeñado no sea de confianza o eventual.
En ese sentido, en la relacionada jurisprudencia se indicó que el Tribunal
de Servicio Civil -al conocer de las nulidades de despido que se le planteen- es
competente para determinar, observando los parámetros que este Tribunal ha
establecido en su jurisprudencia al precisar el contenido del derecho a la esta-
bilidad laboral reconocido en el artículo 219 de la Constitución, si el cargo des-
empeñado por el servidor público despedido debe o no ser catalogado como
de confianza o eventual y, por tanto, si la persona que lo ejerce es o no titular
de dicho derecho.
En ese orden de ideas, se advierte que la mencionada nulidad se erige
como una herramienta idónea para reparar la vulneración constitucional que
se alega en este proceso, puesto que posibilita un mecanismo por medio del
cual aquel servidor público que sea despedido sin causa justificada o sin que se
le siga el procedimiento correspondiente, puede discutir la afectación que se
produce en su esfera jurídica como consecuencia de su separación del cargo.
En consecuencia, la nulidad del despido consagrada en el artículo 61 de la
Ley de Servicio Civil se perfila como un medio impugnativo cuya exigibilidad
es indispensable para cumplir con lo preceptuado por el artículo 12 inciso 30

77
Amparos / Improcedencias

de la Ley de Procedimientos Constitucionales; por ende, al no verificarse tal


circunstancia, es decir, el agotamiento del relacionado medio impugnativo, la
queja planteada no cumple con uno de los requisitos imprescindibles para la
eficaz configuración de la pretensión de amparo y que encuentra asidero en la
precitada disposición.
En atención a lo expuesto, es posible advertir en el presente caso la exis-
tencia de un defecto en la pretensión constitucional de amparo que impide el
conocimiento y decisión sobre el fondo del reclamo formulado, pues se ha omi-
tido agotar mecanismos específicos franqueados en la legislación ordinaria que
posibilitarían la discusión y posible subsanación de la vulneración constitucional
generada por la actuación que se impugna, siendo pertinente la terminación
anormal del presente amparo a través de la figura de la improcedencia.
Por tanto, con base en las consideraciones precedentes y lo establecido en
el artículo 12 inciso 3° de la Ley de Procedimientos Constitucionales, esta Sala
RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo presentada por el señor
Wilson Francisco F. Z., por la falta de agotamiento del medio impugnativo
franqueado en la legislación correspondiente para la posible subsanación
de la vulneración constitucional alegada, específicamente del recurso de
nulidad que establece el artículo 61 de la Ley de Servicio Civil.
Lo anterior no impide que una vez agotado el recurso mencionado, el inte-
resado pueda nuevamente acudir a esta Sala.
2. Tome nota la Secretaría de esta Sala del lugar indicado por el demandante
para recibir los actos procesales de comunicación.
3. Notifíquese.
A. PINEDA.---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME---E. S. BLANCO. R.---R. E. GON-
ZALEZ.---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRI-
BEN---J. R. VIDES.---SRIO.---RUBRICADAS.

472-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San


Salvador, a las nueve horas y siete minutos del día trece de enero de dos mil
dieciséis.
Analizada la demanda firmada por el señor Marcelo Guadalupe P. R., junto
con la documentación anexa, es necesario efectuar las siguientes consideraciones:

78
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

I. El actor manifiesta que laboró para la Facultad de Ciencias Económicas de


la Universidad de El Salvador en el cargo de docente con base en un contrato
de servicios; además, indica que el 30-VI-2015 finalizó la vigencia de su contrato
pero que se le preguntó si deseaba continuar en el ciclo siguiente, a lo que ac-
cedió por lo que se le incluyó en la distribución de la carga académica.
Sin embargo, expone que el 10-VIII-2015, el Director de la Escuela de Eco-
nomía le informó que su contrato no sería renovado por decisión de la Junta
Directiva de la citada Facultad.
Al respecto, indica que fue separado de su cargo sin que se tramitara un
procedimiento previo en el que se le brindara la oportunidad de conocer los
motivos por los cuales no se renovaría su contrato, controvertirlos y ejercer
debidamente su defensa, lo anterior pese a que -según afirma- las labores que
desempeñaba eran de carácter permanentes y propias de la referida institu-
ción.
Como consecuencia de lo relatado, estima que se han conculcado sus dere-
chos de audiencia, defensa y estabilidad laboral.
II. Establecido lo anterior, conviene ahora, para resolver adecuadamente el
caso en estudio, exponer brevemente los fundamentos jurídicos de la presente
resolución.
La jurisprudencia constitucional -verbigracia las resoluciones pronunciadas
en los Amp. 49-2010 y 51-2010 el día 10-III-2010- ha señalado que el objeto del
proceso de amparo está representado por la pretensión, para cuya validez es
indispensable el efectivo cumplimiento de una serie de presupuestos procesa-
les que posibilitan la formación y el desarrollo normal del proceso, autorizando
la emisión de un pronunciamiento sobre el fondo del asunto.
Uno de ellos es el agotamiento de los recursos que la ley que rige el acto
franquea para atacarlo, el cual se encuentra establecido en el artículo 12 inciso
3° de la Ley de Procedimientos Constitucionales; tal requisito se fundamenta en
el hecho que, dadas las particularidades que presenta el amparo, este posee ca-
racterísticas propias que lo configuran como un proceso especial y subsidiario,
establecido para dar una protección reforzada a los derechos fundamentales
consagrados en la Constitución a favor de las personas, es decir, se pretende
que sea la última vía, una vez agotada la vía jurisdiccional o administrativa co-
rrespondiente.
Así, se ha señalado que la exigencia del agotamiento de los recursos com-
prende, además, una carga para la parte actora del amparo de emplear en
tiempo y forma los recursos que tiene expeditos conforme a la normativa de
la materia. De manera que, para entender que se ha respetado el presupuesto

79
Amparos / Improcedencias

apuntado, el pretensor debe cumplir con las condiciones objetivas y subjetivas


establecidas para la admisibilidad y procedencia de los medios de impugna-
ción, ya sea que estos se resuelvan al mismo nivel o en uno superior de la admi-
nistración o la jurisdicción, debido a que la inobservancia de dichas condiciones
motivaría el rechazo de tales recursos en sede ordinaria y, en consecuencia, no
se tendría por satisfecho el requisito mencionado.
III. Con el objeto de trasladar dichas nociones al caso concreto, se efectúan
las consideraciones siguientes:
1. De manera inicial, se observa que el actor dirige su reclamo contra la
Junta Directiva de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de El
Salvador, a quien le atribuye la decisión de no renovar su contrato laboral, la
cual le fue comunicada verbalmente el 10-VIII-2015.
Para justificar la inconstitucionalidad de la actuación apuntada y, específi-
camente, para fundamentar la presumible transgresión de los derechos funda-
mentales de audiencia, defensa y estabilidad laboral, aduce que fue separado
del cargo que desempeñaba, sin que previo a ello se tramitara un procedimien-
to en el que se le expresaran los motivos para no renovar su contrato, en el que
se garantizaran sus derechos y en el que se posibilitara su defensa; lo anterior,
pese a que llevaba a cabo funciones de carácter permanente y propias de la
relacionada institución.
2. Al respecto, debe acotarse que, tal como se estableció en la resolución de
26-I-2010 emitida en el Amp. 3-2010, la regulación de la nulidad de despido o
destitución del artículo 61 de la Ley de Servicio Civil posibilita al presuntamente
agraviado, dentro de los tres meses siguientes al hecho, dar cuenta de su caso
al Tribunal de Servicio Civil, el cual, una vez admitida la queja planteada, abrirá
un espacio probatorio a fin de que sean ventilados los elementos a partir de los
cuales pueda demostrarse la presunta irregularidad de la remoción de confor-
midad con lo establecido en dicha ley.
En consecuencia, la jurisprudencia de esta Sala –verbigracia la sentencia
emitida en el Amp. 661-2012 el 8-V1-2015– ha determinado que el procedi-
miento de nulidad consagrado en el aludido cuerpo normativo contempla una
vía idónea para que todo funcionario o empleado público despedido sin pro-
cedimiento previo pueda discutir la lesión constitucional que presuntamente
se generó como consecuencia de la separación irregular de su cargo, indepen-
dientemente de que esté vinculado con el Estado por medio de Ley de Salarios
o de un contrato de servicios personales, siempre que por la naturaleza de sus
funciones el cargo desempeñado no sea de confianza o eventual.

80
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

En ese sentido, en la relacionada jurisprudencia se indicó que el Tribunal


de Servicio Civil -al conocer de las nulidades de despido que se le planteen- es
competente para determinar, observando los parámetros que este Tribunal ha
establecido en su jurisprudencia al precisar el contenido del derecho a la esta-
bilidad laboral reconocido en el artículo 219 de la Constitución, si el cargo des-
empeñado por el servidor público despedido debe o no ser catalogado como
de confianza o eventual y, por tanto, si la persona que lo ejerce es o no titular,
de dicho derecho.
En ese orden de ideas, se advierte que la mencionada nulidad se erige
como una herramienta idónea para reparar la vulneración constitucional que
se alega en este proceso, puesto que posibilita un mecanismo por medio del
cual aquel servidor público que sea despedido sin causa justificada o sin que se
le siga el procedimiento correspondiente, puede discutir la afectación que se
produce en su esfera jurídica como consecuencia de su separación del cargo.
En consecuencia, la nulidad del despido consagrada en el artículo 61 de la
Ley de Servicio Civil se perfila como un medio impugnativo cuya exigibilidad
es indispensable para cumplir con lo preceptuado por el artículo 12 inciso 3°
de la Ley de Procedimientos Constitucionales; por ende, al no verificarse tal
circunstancia, es decir, el agotamiento del relacionado medio impugnativo, la
queja planteada no cumple con uno de los requisitos imprescindibles para la
eficaz configuración de la pretensión de amparo y que encuentra asidero en la
precitada disposición.
En atención a lo expuesto, es posible advertir en el presente caso la exis-
tencia de un defecto en la pretensión constitucional de amparo que impide el
conocimiento y decisión sobre el fondo del reclamo formulado, pues se ha omi-
tido agotar mecanismos específicos franqueados en la legislación ordinaria que
posibilitarían la discusión y posible subsanación de la vulneración constitucional
generada por la actuación que se impugna, siendo pertinente la terminación
anormal del presente amparo a través de la figura de la improcedencia.
Por tanto, con base en las consideraciones precedentes y lo establecido en
el artículo 12 inciso 3° de la Ley de Procedimientos Constitucionales, esta Sala
RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo presentada por el señor
Marcelo Guadalupe P. R., por la falta de agotamiento del medio impugna-
tivo franqueado en la legislación correspondiente para la posible subsana-
ción de la vulneración constitucional alegada, específicamente del recurso
de nulidad que establece el artículo 61 de la Ley de Servicio Civil.

81
Amparos / Improcedencias

Lo anterior no impide que una vez agotado el recurso mencionado, el inte-


resado pueda nuevamente acudir a esta Sala.
2. Tome nota la Secretaría de esta Sala del lugar indicado por el demandante
para recibir los actos procesales de comunicación.
3. Notifíquese.
A. PINEDA---F. MELENDEZ---J. B. JAIME---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZA-
LEZ---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRI-
BEN---J. R. VIDES---SRIO.---RUBRICADAS.

730-2014

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las ocho horas con veintinueve minutos del día trece de enero
de dos mil dieciséis.
Analizada la demanda presentada por el señor Carlos Antonio G. A., junto
con la documentación anexa, es necesario realizar las consideraciones siguien-
tes:
I. El actor sostiene que demanda a las siguientes autoridades de la Corte
Suprema de Justicia: Director de Recursos Humanos, Jefe del Departamento de
Registro Control y Planilla de la Dirección de Recursos Humanos y al delegado
de Presidencia.
En ese orden, expone que dichas autoridades no le otorgaron la licencia
con goce de sueldo por motivo de enfermedad que había solicitado, sino que
se le dieron licencia sin goce de sueldo, en virtud de art. 214 de la Ley del Sis-
tema de Ahorro para Pensiones, argumentándole que “... la licencia por enfer-
medad con goce de sueldo resultaría imposible para la Institución recuperar
el porcentaje del pago que corresponde del ISSS, dado que [su persona] tiene
calidad de pensionado”.
En ese sentido, considera que las autoridades que emitieron dicha negativa
no eran las competentes para hacerlo, pues -a su juicio- es la Corte en pleno
quien debe autorizar o no una licencia por enfermedad, por lo que con tal ac-
tuación las referidas autoridades administrativas habrían lesionado su derecho
a la licencia por enfermedad con goce de sueldo y a la seguridad jurídica.
II. Delimitados los elementos que constituyen el relato de los hechos plan-
teado por la parte actora, conviene ahora exponer brevemente los fundamen-
tos jurídicos en los que se sustentará la presente decisión, específicamente los
relativos al agravio de trascendencia constitucional.

82
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

1. En la resolución de fecha 27-I-2009 pronunciada en el Amp. 795-2006,


este Tribunal señaló que este proceso constitucional persigue que se imparta a
la persona la protección jurisdiccional contra cualquier acto de autoridad que
estime inconstitucional y que, específicamente, vulnere u obstaculice el ejerci-
cio de los derechos constitucionales consagrados a su favor.
En ese sentido, para la procedencia in limine litis de la pretensión de am-
paro, es necesario -entre otros requisitos- que el sujeto activo se autoatribuya
alteraciones difusas o concretas en su esfera jurídica derivadas de los efectos de
la existencia de una presunta acción u omisión -lo que en términos generales
de la jurisprudencia constitucional se ha denominado simplemente agravio–.
Dicho agravio tiene como requisitos que se produzca con relación a normas o
preceptos de rango constitucional –elemento jurídico– y que genere una afec-
tación difusa o concreta en la esfera jurídica de la persona justiciable –elemen-
to material–.
Desde esta perspectiva, se ha afirmado que hay ausencia de agravio cons-
titucional cuando el acto u omisión alegado es inexistente o cuando, no obs-
tante concurra una actuación u omisión por parte de la autoridad a quien se le
atribuye la responsabilidad, aquella ha sido legítima, es decir, se ha realizado
dentro del marco constitucional o es incapaz de producir por sí misma una
afrenta en la esfera jurídica constitucional del sujeto que reclama.
Consecuentemente, si la pretensión del actor de amparo no incluye los ele-
mentos antes mencionados, hay ausencia de agravio y la pretensión debe ser
rechazada por existir imposibilidad absoluta de juzgar el caso desde el ámbito
constitucional.
2. A. Por otro lado, en la sentencia pronunciada en el Amp. 24-2009 el día
16-XI-2012, este Tribunal sostuvo que el agravio es de tipo actual cuando, no
obstante el tiempo transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulnera-
ción de derechos fundamentales que se alega y el de la presentación de la de-
manda de amparo, no hayan desaparecido –es decir, permanezcan en el tiem-
po- los efectos jurídicos directos de dicha transgresión en la esfera particular de
la persona que solicita el amparo, entendidos tales efectos como la dificultad o
imposibilidad para continuar ejerciendo materialmente las facultades subjetivas
derivadas de un derecho del cual se tiene o se ha tenido su titularidad.
Entonces, para determinar si un agravio posee actualidad se deberá analizar
-atendiendo a las circunstancias fácticas de cada caso concreto y, en especial, a la
naturaleza de los derechos cuya transgresión se alega- si el lapso transcurrido en-
tre el momento en que ocurrió la vulneración a los derechos fundamentales y el
de la presentación de la demanda no sea consecuencia de la mera inactividad de

83
Amparos / Improcedencias

quien se encontraba legitimado para promover el respectivo proceso de amparo,


pues en el caso de no encontrarse objetivamente imposibilitado para requerir la
tutela de sus derechos y haber dejado transcurrir un plazo razonable sin solicitar
su protección jurisdiccional -volviendo con ello improbable el restablecimiento
material de dichos derechos- se entendería que ya no soporta en su esfera jurídi-
ca, al menos de manera directa e inmediata, los efectos negativos que la actua-
ción impugnada le ha causado y, consecuentemente, que el elemento material
del agravio que aparentemente se le ha ocasionado ha perdido vigencia.
B. De ahí que, a efecto de determinar la irrazonabilidad o no de la duración
del plazo para promover un proceso de amparo luego de acontecida la vulne-
ración constitucional que se alega, se requiere una evaluación de las circunstan-
cias del caso en concreto atendiendo a criterios objetivos, como pueden serlo:
en primer lugar, la actitud del demandante, en tanto que deberá determinarse
si la dilación es producto de su propia inactividad que, sin causa de justificación
alguna, dejó transcurrir el tiempo sin requerir la protección jurisdiccional respec-
tiva; y en segundo lugar, la complejidad –fáctica o jurídica– de la pretensión
que se formule.
III. 1. Trasladando las anteriores nociones al caso en estudio, se advierte
que el demandante reclama contra varias autoridades administrativas de la CSJ
por haberle negado, el día 7-II-2013, la licencia por enfermedad con goce de
sueldo, y otorgársela sin salario; esto lo considera lesivo de sus derechos fun-
damentales, en tanto que -a su criterio- no eran las autoridades competentes
para hacerlo.
Así pues, el acto reclamado es la autorización de la licencia sin goce de
sueldo otorgada el día 7-II-2013; sin embargo, la demanda mediante la cual se
ha dado inicio al presente proceso de amparo fue presentada a la Secretaría de
este Tribunal el 8-IX-2014, es decir, un año y siete meses después de la fecha del
acto contra el que reclama.
Y es que, debido a la naturaleza jurídica del proceso de amparo, es nece-
sario que, además de que exista un agravio concreto en la esfera jurídica del
peticionario, este debe ser actual, tal como se acotó en los autos de impro-
cedencia emitidos el 29-XI-2013 en los Amps. 593-2013 y 678-2013. Así, debe
indicarse cuál es el perjuicio actual que sufre la parte actora en sus derechos
fundamentales y no limitarse a manifestar -de manera general- acotaciones
relacionadas a presuntas lesiones a derechos constitucionales originadas por la
referida decisión.
2. En ese sentido, se observa que el peticionario no promovió el amparo
durante un lapso prolongado -un año y siete meses-, aspecto que desvirtuaría
la actualidad de la afectación padecida como consecuencia del acto reclamado.

84
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

En consecuencia, de los términos expuestos por la parte actora, se advierte


que no se está en presencia de un agravio actual en su esfera jurídica, puesto
que la licencia sin goce de sueldo reclamada fue realizada un año y siete meses
antes de la fecha en la cual acudió a sede constitucional a plantear el presente
reclamo, de lo cual no se infiere la existencia de un perjuicio actual respecto de
los efectos negativos que la actuación impugnada le ha causado y, consecuen-
temente, el elemento material del agravio que aparentemente se le ha ocasio-
nado ha perdido vigencia.
3. Con arreglo a las circunstancias expuestas, se concluye que este Tribunal
se encuentra imposibilitado para controlar la constitucionalidad de la actua-
ción cuestionada, debido a que no se observa actualidad en el agravio respecto
de la esfera jurídica del peticionario con relación al acto reclamado. De esta
forma, es pertinente declarar la improcedencia de la demanda de amparo, por
concurrir un defecto en la pretensión que habilita la terminación anormal del
proceso.
Por tanto, con base en las consideraciones precedentes, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por el señor
Carlos Antonio G. A., en virtud de los razonamientos efectuados en el
considerando III de esta resolución, es decir, por la ausencia de agravio
actual.
2. Tome nota la Secretaría de este Tribunal del medio técnico señalado por el
peticionario para recibir los actos procesales de comunicación.
3. Notifíquese.
F. MELENDEZ---J. B. JAIME---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZALEZ---PRONUN-
CIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---J. R. VIDES---
SRIO.---RUBRICADAS.

173-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las nueve horas y tres minutos del día catorce de enero de dos
mil dieciséis.
A sus antecedentes el escrito firmado por las señoras Cinthya Violeta A. C.,
Tania Alejandra H. J. y Karina Yamileth R. R. por medio del cual requieren que
se tenga por desistido este proceso de amparo.
Antes de emitir el pronunciamiento correspondiente, es necesario efectuar
las siguientes consideraciones:

85
Amparos / Improcedencias

I. 1. La apoderada de las actoras expresó que sus mandantes se desem-


peñaban como residentes becario 1 en el Hospital de Niños Benjamín Bloom,
habiendo reprobado su primer año de residencia médica, con lo cual perdían
su calidad de becarias y debían repetir dicho año ad honorem, ante lo cual soli-
citaron el traslado a la ciudad de Santa Ana.
Sostuvo que el Consejo Directivo de la Universidad de El Salvador autorizó
el traslado de las interesadas al Hospital Nacional San Juan de Dios de Santa
Ana, pero en dicha institución les expresaron que para proceder al traslado
también requerían de una resolución emitida por el Consejo Académico Minis-
terial -CAMI- por lo que presentaron la documentación respectiva a la Direc-
ción del citado hospital. Empero, mediante el memorando 15-85-40-144 se le
informó al citado Director que el relacionado traslado no fue aprobado y que
si las actoras deseaban continuar su formación como especialistas debían cur-
sar el primer año en segunda matrícula en carácter ad-honorem en el Hospital
Bloom; de igual forma, indicó que inconformes con dicha decisión presentaron
una solicitud, la cual aún no ha sido analizada por el CAMI.
En ese sentido, manifestó que no se había resuelto la situación de sus po-
derdantes y que, en consecuencia, se habían lesionado los derechos de audien-
cia, recurrir, petición y “... discriminación por razón de género...” de aquellas.
2. Por otra parte, se advierte que mediante escrito de fecha 25-XI-2015, las
demandantes solicitan que se tenga por desistido este proceso constitucional.
II.   Establecido lo anterior, conviene ahora, para resolver adecuadamente
el caso en estudio, exponer brevemente los fundamentos jurídicos de la pre-
sente resolución.
1. En la interlocutoria pronunciada en el Amp. 52-2009, de fecha 5-V-2009,
se consideró que un proceso excepcionalmente puede terminar de forma anti-
cipada por la voluntad directa o indirecta de las partes. Uno de los supuestos
en los que el procedimiento se trunca por consecuencia directa de la voluntad
de dichos sujetos procesales es el desistimiento, el cual consiste en la declara-
ción unilateral de voluntad del actor de abandonar el proceso y constituye una
forma de renuncia o dejación de un derecho, que tiene por efecto la extinción
del proceso en que se controvierte.
2. Ahora bien, tal como este Tribunal ha sostenido en su jurisprudencia
-verbigracia las interlocutorias pronunciadas en los Amp. 944-2007 y 945-2007,
ambas de fecha 15-IV- 2009-, el desistimiento constituye una causal de sobre-
seimiento, como se establece en el artículo 31 número 1 de la Ley de Procedi-

86
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

mientos Constitucionales, el cual únicamente puede tener lugar cuando se ha


admitido la demanda.
No obstante, cabe señalar que la pretensión de amparo es una declaración
de voluntad que, fundamentada en la amenaza, privación u obstaculización de
ejercicio o restricción de un derecho, se dirige ante la Sala de lo Constitucional
y frente a autoridades públicas o particulares -debidamente individualizados-,
con la finalidad que se reconozca el derecho invocado y se adopten las medidas
que sean indispensables para brindar una real protección jurisdiccional.
En ese sentido, dado que el desistimiento consiste básicamente en la re-
nuncia que la parte actora realiza respecto de la pretensión que ejercita, con
base en el principio dispositivo, al producirse este, el elemento objetivo de la
pretensión de amparo formulado dentro de un proceso determinado desapa-
rece, es decir, deja de existir la solicitud inicial efectuada a esta Sala para que
realice el respectivo control de constitucionalidad sobre el acto impugnado por
la expresa voluntad de la parte demandante.
Por ende, al faltar uno de sus elementos básicos, la pretensión no se en-
cuentra plenamente configurada y, en consecuencia, procede su rechazo limi-
nar mediante la figura de la improcedencia.
III. Expuestos los fundamentos jurídicos de la presente decisión, es perti-
nente trasladar las anteriores consideraciones al supuesto planteado.
En el caso en estudio se aprecia que las señoras Cinthya Violeta A. C., Tania
Alejandra H. J. y Karina Yamileth R. R. han decidido inhibir a este Tribunal de
continuar conociendo la pretensión planteada contra el CAMI “... en virtud de
haber iniciado cada una un proceso de incorporación en el Hospital Regional
San Juan de Dios de la Ciudad de Santa Ana, en especialidades médicas diferen-
tes a la de medicina pediátrica...”.
Así, dado que la parte actora ha manifestado su voluntad de retirar la peti-
ción de tutela jurisdiccional respecto de la actuación reclamada, es pertinente
concluir que ya no se configuraría el objeto procesal sobre el cual tenía que
pronunciarse esta Sala.
En ese sentido, al desaparecer el elemento objetivo de la pretensión de
amparo formulada, es decir, la solicitud inicial efectuada para que se realice el
respectivo control de constitucionalidad sobre el acto normativo impugnado,
procede el rechazo liminar de la pretensión mediante la figura de la improce-
dencia.
Por tanto, con base en las consideraciones precedentes, esta Sala RESUEL-
VE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo planteada por la aboga-
da Ivanya Elizabeth Ayala Cente, en calidad de apoderada de las señoras

87
Amparos / Improcedencias

Cinthya Violeta A. C., Tania Alejandra H. J. y Karina Yamileth R. R., contra


actuaciones del CAMI, por haber desistido las actoras de su pretensión.
2. Notifíquese.
---A. PINEDA---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME---E. S. BLANCO R.---R. E. GON-
ZALEZ---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRI-
BEN.---E. SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.

185-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las ocho horas con treinta y cuatro minutos del día catorce de
enero de dos mil dieciséis.
Analizada la demanda firmada por el señor Jovel Humberto Valiente cono-
cido por Johel Humberto Valiente, en su calidad de Presidente de la Corte de
Cuentas de la República, contra actuaciones de la Cámara Segunda de lo Civil
de la Primera Sección del Centro, junto con la documentación anexa, se hacen
las siguientes consideraciones:
I. Fundamentalmente, el Presidente de la Corte de Cuentas de la República
-CCR-, relata que ante el Juzgado Tercero de lo Civil y Mercantil de esta ciudad
se inició el proceso clasificado bajo la referencia 03-PRES-14-3-3CM1(2), con el
objeto de que se autorizara la terminación del contrato del señor José Gilberto
R. T., quien desempeñaba el cargo de Director de Recursos Humanos de la CCR,
por la causal de ser un empleado de confianza y por haber faltado a sus obliga-
ciones como empleado de la citada entidad.
De acuerdo a lo expuesto, el citado proceso concluyó por medio de la sen-
tencia de fecha 16-I-2015, mediante la cual, la citada autoridad, entre otros
aspectos, declaró que no había lugar a dar por terminado el contrato de pres-
tación de servicios personales número 62 de fecha 6-I-2014, suscrito entre el
licenciado Rosalío T. Z. y el licenciado José Gilberto R. T. por no haberse estable-
cido los hechos que generaron la pérdida de confianza alegada; declaró que no
había lugar al reinstalo del señor R. T., en virtud de que el contrato número 62
vencía el 31-XII-2014; y declaró que no había lugar al pago de daños y perjuicios
al Presidente de la CCR.
Ahora bien, con el objeto de controvertir la referida decisión, el señor R.
T. formuló el correspondiente recurso de revisión, el cual fue tramitado por la
Cámara Segunda de lo Civil de la Primera Sección del Centro. Dicho tribunal,
por sentencia de fecha 18-II-2015, confirmó los romanos I, III, IV y V del fallo de

88
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

la sentencia recurrrida y revocó el romano II, resolviendo en su lugar restituir en


el cargo de Director de Recursos Humanos de la CCR al licenciado José Gilberto
R. T., debiendo reintegrársele los salarios y bonificaciones dejados de percibir a
partir del 26-VIII-2014, fecha en la cual fue suspendido del cargo.
En ese orden de ideas, el Presidente de la Corte de Cuentas de la República
estima que con la citada sentencia se le han conculcado sus derechos de au-
diencia, defensa, petición, congruencia procesal y seguridad jurídica, debido a
que, a su juicio, la Cámara Segunda de lo Civil de la Primera Sección del Centro
ha aplicado un criterio erróneo en su resolución, pues consideró que el cargo
de Director de Recursos Humanos no era de confianza, circunstancia que, a su
parecer, es contraria al orden constitucional.
II. Expuesto lo anterior, corresponde ahora exponer los fundamentos jurídi-
cos de la resolución que se proveerá.
Así, tal como se sostuvo en el auto de 27-X-2010, pronunciado en el Amp.
408- 2010, en este tipo de procesos las afirmaciones de hecho de la parte ac-
tora deben justificar que el reclamo formulado posee trascendencia constitu-
cional, esto es, que se deben poner de manifiesto la presunta vulneración a la
dimensión subjetiva de los derechos fundamentales que se proponen como
parámetro de confrontación.
Por el contrario, si tales alegaciones se reducen al planteamiento de as-
pectos puramente legales o administrativos -consistentes en la simple incon-
formidad con las actuaciones o el contenido de las decisiones emitidas por las
autoridades dentro de sus respectivas competencias-, la cuestión sometida a
conocimiento se erige en un asunto de mera legalidad, situación que se traduce
en un vicio de la pretensión que imposibilita su juzgamiento.
III. Acotado lo anterior, corresponde ahora evaluar la posibilidad de cono-
cer las infracciones alegadas por el Presidente de la CCR.
1. El señor Joyel Humberto Valiente afirma que la sentencia emitida por la
Cámara Segunda de lo Civil de la Primera Sección del Centro es inconstitucio-
nal, pues a su juicio, los funcionarios que conforman el citado tribunal conside-
raron que el cargo que desempeñaba el señor R. T. dentro de la CCR, no estaba
comprendido dentro de los considerados de confianza y, con base en ello, la
citada Cámara ordenó el reinstalo y el pago de lo adeudado al referido señor.
En virtud de lo anterior, el demandante afirma que las Magistradas de la
Cámara Segunda de lo Civil de la Primera Sección del Centro, al entrar a ana-
lizar las funciones realizadas por el señor R. T. y determinar que estas eran de
carácter, permanente, han transgredido su esfera jurídica, ya que consideraron
que el cargo de Director de Recursos Humanos no era un puesto de confianza.

89
Amparos / Improcedencias

2. De lo argumentado por la parte demandante y de la certificación de la


sentencia emitida el día 18-II-2015 por las Magistradas de la mencionada Cá-
mara, se advierte que dichas funcionarias retomaron como fundamento para
su decisión, el criterio jurisprudencial sostenido por esta Sala respecto a la es-
tabilidad laboral en materia de contratación de personal en la Administración
Pública.
Así, se observa que el referido tribunal estableció que “... el cargo de Di-
rector de Recursos Humanos no faculta a adoptar decisiones determinantes
para la conducción de la institución, en este caso de la Corte de Cuentas de
la República, pues las funciones son principalmente técnicas...” y, además, en
dicho pronunciamiento se acotó que “... el licenciado José Gilberto R. T., no
desempeñaba un cargo de confianza, y por lo tanto como Director de Recursos
Humanos, no esta[ba] excluido del derecho a la estabilidad laboral...”. Así al
determinarse la titularidad de dicho derecho, se concluyó que no habían moti-
vos que impidieran su reinstalo.
En consecuencia, se observa que la autoridad judicial demandada más que
atender a un criterio que determinara la procedencia de la destitución con base
en la denominación del cargo que aquel desempeñaba dentro de la institución
-Director de Recursos Humanos- o que estuviera fundado únicamente en el
régimen laboral, atendió a un criterio jurídicamente razonable y sustentado en
la prueba aportada por las partes al proceso, mediante el cual determinó que el
referido cargo no era de confianza, que gozaba de estabilidad laboral y por lo
tanto podía ser reinstalado en su cargo.
3. A. Sobre la estabilidad laboral, la jurisprudencia de este Tribunal ha sos-
tenido -verbigracia las sentencias emitidas en los Amp. 307-2005, 782-2008 y
66-2009 los días 11-VI-2010, 14-IV-2010 y 4-II-2011, respectivamente- que la esta-
bilidad laboral, como manifestación del derecho al trabajo, implica el derecho
del empleado a conservar un trabajo o empleo, el cual puede invocarse cuando
concurran a su favor circunstancias como las siguientes: que subsista el puesto
de trabajo; que el trabajador no pierda su capacidad física o mental para des-
empeñar el cargo; que se desempeñe con eficiencia; que no se cometa falta
grave que la ley considere como causal de despido; que subsista la institución
para la cual se presta el servicio; y que, además, el puesto o cargo no sea de
aquellos que requieran de confianza, ya sea personal o política.
B. Asimismo, es preciso acotar que en la sentencia emitida por este Tribunal
en el Amp. 426-2009 el día 29-VII-2011 se estableció que los cargos de con-
fianza pueden caracterizarse como aquellos desempeñados por funcionarios o
empleados públicos que llevan a cabo actividades vinculadas directamente con

90
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

los objetivos y fines de dirección o alta gerencia de una determinada institución


-gozando de un alto grado de libertad en la toma de decisiones- y/o que pres-
tan un servicio personal y directo al titular de la entidad.
Además, en dicha sentencia, se concluyó que para determinar si un cargo
en particular es de confianza, independientemente de su denominación, se
deberá analizar de manera integral, y atendiendo a las circunstancias fácticas
de cada caso concreto, si en él concurren todas o la mayoría de las caracterís-
ticas siguientes: i) que se trate de un cargo de alto nivel; ii) que se trate de un
cargo con un grado mínimo de subordinación al titular; y iii) que se trate de
un cargo con una vinculación directa con el titular de la institución. Así, la cali-
ficación de un puesto como de confianza no puede supeditarse únicamente a
su denominación -jefes, gerentes, administradores o directores, entre otros- y
tampoco efectuarse de manera automática, sino que el criterio que resulta de-
terminante para catalogar a un puesto de trabajo como de esa naturaleza son
las funciones concretas que se realizan al desempeñarlo.
4. A. En razón de lo anterior, a partir de los motivos de transgresión expuestos
por el actor, se advierte que este -en esencia- alega que la sentencia emitida por la
Cámara Segunda de la Primera Sección del Centro es inconstitucional porque
justificó su decisión en una línea jurisprudencial establecida por esta Sala, en
la sentencia emitida en el Amp. 2- 2011, en virtud de la cual se concluyó que, a
partir de dicho pronunciamiento, debía modificarse el criterio jurisprudencial
relativo a la estabilidad laboral de quienes sirven al Estado mediante un contra-
to, en el sentido que la sola invocación de un contrato de servicios personales
no es suficiente para tener por establecido que la naturaleza de la prestación
de servicios realizada por una persona a favor del Estado es eventual o extraor-
dinaria; por ende, la finalización de la vigencia del plazo de un contrato no es
el criterio determinante para excluir la estabilidad de quienes están vinculados
con el Estado bajo esa modalidad, ya que, en definitiva, el trabajo no varía su
esencia por la distinta naturaleza del acto o de la formalidad que le dio origen
a la relación laboral.
Y es que, de la documentación anexa a la demanda se observa que la auto-
ridad demandada, en el pronunciamiento que se pretende impugnar, retomó
la sentencia emitida por esta Sala en el Amp. 2-2011 y efectuó un análisis del
cargo y de las funciones que desempeñaba el señor José Gilberto R. T. dentro
de la institución llegando a la conclusión de que su puesto no era de confianza.
Por lo anterior, se observa que la citada Cámara ajustó su resolución a los crite-

91
Amparos / Improcedencias

rios establecidos por este Tribunal en el precedente jurisprudencial relativo a la


estabilidad laboral de quienes sirven al Estado mediante un contrato.
B. Sobre el tópico, tal y como se afirmó en la sentencia pronunciada el 22-
VI-2012, en el Amp. 188-2009, la dimensión objetiva del amparo trasciende la
simple transgresión de un derecho fundamental acontecida en un caso parti-
cular, pues la ratio decidendi que haya servido al Tribunal para fundamentar su
decisión en ese caso, permite perfilar la correcta interpretación que ha de darse
a la norma constitucional que reconoce el derecho en cuestión; ello indudable-
mente es de utilidad no sólo a los tribunales, sino también a las autoridades y
funcionarios de los otros órganos del Estado para resolver los supuestos análo-
gos que se les presenten.
Y es que, no debe olvidarse que las autoridades públicas al ser investidas
en sus cargos, por un lado, asumen el deber de cumplir con lo establecido en la
Constitución, ateniéndose a su texto cualesquiera que fueren las leyes, decre-
tos, órdenes o resoluciones que la contraríen, tal como lo dispone el art. 235
de ese mismo cuerpo normativo; y, por otro lado, en virtud de la dimensión
objetiva del proceso de amparo, deben respetar la jurisprudencia que emana
de este Tribunal, puesto que -en el sistema de protección de derechos- figura
como el supremo intérprete y garante de la Constitución.
En perspectiva con lo anterior, las autoridades públicas deben atender a la
ratio decidendi de aquellos precedentes jurisprudenciales en los que se ha emi-
tido un pronunciamiento sobre las circunstancias bajo las cuales la aplicación
de una determinada actuación es inconstitucional, con el objeto de evitar que
su aplicación continúe perpetrando la vulneración de los derechos fundamen-
tales en casos análogos al discutido en el precedente.
C. Así, se colige que la queja planteada reviste una simple inconformidad
con el contenido de la actuación reclamada, esto es, con el hecho de que la
autoridad judicial desfavoreciera a la parte actora de este amparo por medio
de la emisión de su resolución conforme a un criterio jurisprudencial que –se-
gún el Presidente de la Corte de Cuentas– no Sera el apropiado para resolver
el caso que ventilaba ante aquella, pues, a su juicio, el cargo era de confianza
y por lo tanto, el reinstalo del señor R. T. es inconstitucional. Sin embargo, del
planteamiento efectuado no se ha podido establecer que la Cámara Segunda
de lo Civil de la Primera Sección del Centro haya resuelto arbitrariamente el caso
sometido a su conocimiento, más bien, se observa la utilización de un criterio
jurisprudencial sentado por este Tribunal en relación con la estabilidad laboral
de los empleados vinculados al Estado por medio de un contrato.
A causa de lo afirmado, se advierte que los alegatos expuestos por el ac-
tor redundan en la insatisfacción con los argumentos con base en los cuales la

92
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

autoridad judicial demandada justificó su decisión y consideró que el puesto


de Director de Recursos Humanos no era un cargo de confianza y por lo tanto,
era viable el reinstalo del señor R. T., sin que esto sea materia propia del proce-
so de amparo, ya que este mecanismo procesal no opera como una instancia
superior de conocimiento para la revisión, desde una perspectiva legal, de las
actuaciones realizadas por las autoridades dentro de sus respectivas atribucio-
nes, sino que pretende brindar una protección reforzada de los derechos fun-
damentales reconocidos a favor de las personas.
D. En conclusión, del análisis de las circunstancias fácticas y jurídicas esboza-
das se deriva la imposibilidad de juzgar, desde una perspectiva constitucional,
el fondo de lo pretendido por el señor Joyel Humberto Valiente conocido por
Johel Humberto Valiente, ya que este denota aspectos que se traducen en la
mera inconformidad con el contenido de la actuación reclamada. De ahí que es
pertinente declarar la improcedencia de la demanda de amparo incoada.
Por tanto, de conformidad con las razones expuestas en los acápites que
anteceden y lo estipulado en el artículo 13 de la Ley de Procedimientos Consti-
tucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda suscrita por el señor Jovel Humberto
Valiente conocido por Johel Humberto Valiente, en su calidad de Presiden-
te de la Corte de Cuentas de la República contra actuaciones de la Cámara
Segunda de lo Civil de la Primera Sección del Centro, por la presunta vulne-
ración de sus derechos de audiencia, defensa, petición, congruencia proce-
sal y seguridad jurídica, por haberse advertido que su reclamo reviste una
mera inconformidad con el criterio utilizado por la autoridad demandada
para sustentar su fallo, lo cual se traduce un asunto de mera legalidad que
este tribunal está impedido de conocer.
2. Tome nota la Secretaria de este Tribunal del lugar señalado por el deman-
dante, para recibir los actos procesales de comunicación.
3. Notifíquese.
F. MELENDEZ.---J. B. JAIME---E. S. BLANCO. R.---R. E. GONZALEZ.---PRONUN-
CIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---E. SOCORRO
C.---SRIA.---RUBRICADAS.

187-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las ocho horas con cincuenta y tres minutos del día catorce de
enero de dos mil dieciséis.
Analizada la demanda y escrito de evacuación de prevenciones firmados
por el abogado Salvador Enrique Anaya Barraza, como apoderado de la socie-

93
Amparos / Improcedencias

dad CTE Telecom Personal, Sociedad Anónima de Capital Variable, que puede
abreviarse CTE Telecom Personal, S.A. de C.V., junto con la documentación que
anexa, se hacen las siguientes consideraciones:
I. Se previno al referido profesional que aclarara o señalara con exactitud:
i) si su pretensión la dirigía como un amparo contra ley heteroaplicativa, en tal
caso debía especificar los actos de aplicación que le generaban un agravio de
trascendencia constitucional a la sociedad actora; ii) si la supuesta transgresión
a la seguridad jurídica que alegó se adecuaba al contenido de un derecho cons-
titucional más específico, para lo cual se le requirió exponer cómo consideraba
que se generaba tal vulneración; y iii) el derecho en específico que consideraba
lesionado en razón del principio de equidad tributaria y cómo se generaba tal
vulneración.
II. El apoderado de la parte demandante evacuó las observaciones realiza-
das de la siguiente manera:
El referido profesional enfatizó que promueve un amparo contra ley au-
toaplicativa, pues considera que se está frente a una disposición que genera
efectos negativos hacia su poderdante con el solo hecho de su entrada en vi-
gencia, por lo que no existen actos de aplicación que impugnar.
Respecto a la supuesta vulneración al derecho a la seguridad jurídica, el
abogado Anaya Barraza citó jurisprudencia de esta Sala en la cual se estable-
ció que tal derecho implicaba “...la certeza que el individuo posee de que su
situación jurídica no será modificada más que por procedimientos regulares y
autoridades competentes, ambos establecidos previamente...” por lo que -a
su juicio- el tributo impugnado contradice tal derecho al haber sido emitido
por una autoridad incompetente ya que este “...es una exacción tributaria de
alcance nacional...”.
Además, expuso que dado que se trata de un tributo de alcance nacional
emitido por una entidad no competente también supone una afrenta contra el
principio de reserva de ley como garantía del derecho de propiedad, reiteran-
do que “...con la emisión y vigencia de la disposición impugnada existe vulne-
ración al derecho de propiedad “por inobservancia del principio de reserva de
ley” ...” de su mandante.
Por último, en relación a la aparente transgresión al principio de equidad
tributaria aclaró que “... la disposición impugnada vulnera, además, el derecho
de propiedad de [su mandante], en tanto se infringe el principio de capacidad
económica contributiva, expresión de la equidad tributaria”.
III. Expuesto lo anterior, resulta pertinente reseñar los hechos que motivan
la presentación de la demanda de amparo:

94
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

El apoderado de la sociedad actora impugna el Decreto Municipal -D.M.-


número 4, emitido por el Concejo Municipal de Usulután, departamento de
Usulután, de fecha 30- X-2012, publicado en el Diario Oficial -D.O.- número
15, Tomo 398, de fecha 23-I-2013 que reformó el artículo 1 letra a) n° 2 de la
Ordenanza de Tasas Municipales del Municipio de Usulután -OTMU-. Mediante
dicha reforma se estableció un tributo municipal en concepto de tasa por el uso
del suelo y subsuelo por cada antena y torre de telecomunicación.
La disposición impugnada prescribe:
“Art. 1. Derechos por el uso del suelo y subsuelo, así:
a) Antenas y torres de Telecomunicación [...]
2) Uso de Suelo o Subsuelo cada una al mes……. $171.43, más el 5% de fiestas
patronales [...]”.

El abogado de la sociedad pretensora sostiene que esta se dedica a la pres-


tación de servicios de telecomunicaciones, sobre todo de telefonía de servicio
móvil, para lo cual ha instalado dentro del municipio de Usulután, un determi-
nado número de torres de telefonía en terrenos de propiedad privada por lo
que “...se ve constreñida a pagar un tributo violatorio de expresas disposicio-
nes constitucionales...”.
Al respecto, la parte actora ha planteado su demanda bajo el principio de
eventualidad procesal, y argumentó la existencia de vicios de forma por la su-
puesta falta de competencia del Concejo Municipal de Usulután para emitir
tal disposición, pues considera que establece un impuesto y no una tasa al no
existir una contraprestación por parte de la municipalidad. Por otro lado, como
vicio de fondo, sostuvo que si se llegase a considerar que el tributo regulado
sí consiste en una tasa, esta no cumple con la exigencia de equidad tributaria.
Respecto a la supuesta incompetencia del Concejo Municipal para emitir la
disposición cuestionada, el apoderado sostuvo que esta no establece la contra-
prestación que debe brindar la Municipalidad de Usulután a favor del contribu-
yente, por lo que el tributo regulado no es una tasa sino un impuesto que grava
la mera permanencia de cada torre ubicada en la circunscripción del referido
municipio. Asimismo, agregó en su escrito de evacuación de prevención que el
tributo impugnado “... es una exacción tributaria de alcance nacional emitida
por una entidad municipal...”, lo que significa que está fuera del ámbito com-
petencial del referido Concejo. En tal sentido, asevera que existe una vulnera-
ción a la seguridad jurídica y al derecho de propiedad por inobservancia del
principio de reserva de ley.

95
Amparos / Improcedencias

En cuanto al aparente vicio de fondo, el referido profesional manifestó que


“... ni el hecho generador, ni la base imponible, ni la temporalidad del tribu-
to impugnado presentan relación con la supuesta contraprestación municipal,
por lo que resulta tributariamente inequitativo que la municipalidad de Usulu-
tán pretenda cobrar un gravamen tributario mensual por la mera existencia de
las torres ubicadas en el área geográfica del municipio...”, y sostuvo que “... la
disposición impugnada vulnera el derecho de propiedad de su mandante, en
tanto se infringe el principio de capacidad económica contributiva, expresión
de la equidad tributaria”.
IV. Tomando en consideración los argumentos manifestados por el abo-
gado de la sociedad demandante, corresponde en este apartado exponer los
fundamentos jurídicos de la resolución que se proveerá.
1. Tal como se sostuvo en la resolución del 27-I-2009, pronunciada en el
Amp. 795- 2006, este proceso constitucional persigue que se imparta a la per-
sona la protección jurisdiccional contra cualquier acto de autoridad que estime
inconstitucional y que, específicamente, vulnere u obstaculice el ejercicio de los
derechos constitucionales consagrados a su favor.
En ese sentido, para la procedencia de la pretensión de amparo, es nece-
sario –entre otros requisitos– que el sujeto activo se autoatribuya alteraciones
difusas o concretas en su esfera jurídica derivadas de los efectos de la existencia
de una presunta acción u omisión – lo que en términos generales de la jurispru-
dencia constitucional se ha denominado simplemente agravio–. Dicho agravio
tiene como requisitos que se produzca con relación a normas o preceptos de
rango constitucional –elemento jurídico– y que genere una afectación difusa
o concreta en la esfera jurídica de la persona justiciable –elemento material–.
Desde esta perspectiva, se ha afirmado que hay ausencia de agravio cons-
titucional cuando el acto u omisión alegado es inexistente o cuando, no obs-
tante concurra una actuación u omisión por parte de la autoridad a quien se le
atribuye la responsabilidad, aquella ha sido legítima, es decir, se ha realizado
dentro del marco constitucional o es incapaz de producir por sí misma una
afrenta en la esfera jurídica constitucional del sujeto que reclama.
Consecuentemente, si la pretensión del actor de amparo no incluye los ele-
mentos antes mencionados, hay ausencia de agravio y la pretensión debe ser
rechazada por existir imposibilidad absoluta de juzgar el caso desde el ámbito
constitucional.
2. Por otra parte, es preciso señalar que los procesos constitucionales de
control concreto –amparo y hábeas corpus– tienen, principalmente, una di-
mensión de carácter subjetivo, ya que su finalidad es dar una protección re-
forzada a los derechos constitucionales de las personas frente a los actos u

96
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

omisiones de autoridades públicas o de particulares que vulneren su ejercicio.


En virtud de ello, se ha sostenido que los efectos de una sentencia estimatoria
en este tipo de proceso son inter partes, puesto que la consecuencia inmediata
que deriva de este pronunciamiento es la de reparar el daño ocasionado al
pretensor –Sentencia del 6-VI-2014, Amp. 9-2013–.
No obstante, es indiscutible que los efectos de las decisiones adoptadas en
esta clase de proceso trascienden al ámbito objetivo, puesto que, para emitir
un pronunciamiento que incide en el plano subjetivo, se requiere interpretar
los preceptos constitucionales relacionados con el caso planteado, específica-
mente aquellos en los que se regulan los derechos que se alegan vulnerados.
De ahí que los razonamientos que, a la luz de la Constitución, se realicen sobre
dichos preceptos orientan la interpretación y aplicación de los derechos funda-
mentales por parte de esta Sala por lo que deben ser atendidos con el objeto
de evitar vulneraciones de derechos fundamentales en casos análogos al discu-
tido en el precedente.
V. En el presente apartado se trasladarán las anteriores nociones a los argu-
mentos vertidos en el caso planteado con el propósito de dilucidar la proceden-
cia o no de la pretensión de la parte demandante
1. El abogado de la sociedad actora planteó –como vicio de forma– la su-
puesta falta de competencia del Concejo Municipal, pues considera que no
existe contraprestación por parte de la municipalidad a favor del contribuyen-
te, sino que el tributo grava la mera permanencia de las torres instaladas en
inmuebles de propiedad privada dentro del territorio municipal.
Al respecto, es preciso acotar que a partir de la Sentencia de 29-X-2010,
Amp. 1047-2008, esta Sala ha sostenido en su jurisprudencia que el subsuelo
es propiedad del Estado como tal y que el otorgamiento de concesiones para
su explotación –entendida como el aprovechamiento de los recursos naturales
que contiene– es una prerrogativa constitucional exclusiva de aquel –art. 103
inc. 3° Cn.–. Mientras que su utilización, toda vez que no implique explotación,
es una facultad que puede ser ejercida por el titular del inmueble.
En razón de lo anterior, resulta imprescindible dilucidar si la disposición
cuestionada grava el uso del suelo o subsuelo de inmuebles propiedad privada
o pública. Ahora bien, cuando se trate de disposiciones que no especifiquen
la naturaleza del inmueble, esta Sala ha sostenido que es necesario realizar
una interpretación sistemática y acudir a las leyes especiales que tienen por
objeto desarrollar los principios constitucionales que regulan lo referente a la
organización, funcionamiento y ejercicio de las facultades autónomas de los
municipios y la potestad tributaria de la cual están revestidos –Sentencia de
15-II-2013, Amp. 487-2009–.

97
Amparos / Improcedencias

En ese sentido, el art. 4 n° 23 del Código Municipal establece que es com-


petencia de las municipalidades regular el uso de parques, calles, aceras y otros
sitios municipales. Asimismo, el art. 130 de la Ley General Tributaria Municipal
señala que están afectos al pago de tasas los servicios públicos que impliquen
el uso de bienes municipales. Por tanto, se ha concluido que las Municipalida-
des son competentes para regular el uso de espacios públicos encomendados
a la administración municipal, aunado al poder tributario que les garantiza
el art. 204 ord. 1° Cn., de lo que se extrae que aquellas gozan de la facultad
constitucional para gravar la utilización del suelo y subsuelo administrado por
el municipio mediante el establecimiento de tasas municipales, siempre que
por su pago se pueda individualizar un servicio a favor del sujeto pasivo de la
obligación tributaria.
2. A. En el presente caso, la disposición cuestionada no especifica si el tribu-
to recae sobre torres ubicadas en inmuebles de propiedad privada o pública,
por lo que en atención a la citada jurisprudencia de esta Sala, tal disposición
debe de interpretarse en el sentido que grava la utilización del suelo y subsuelo
administrado por el municipio. Es decir, el tributo pesa únicamente sobre las
torres y antenas que estén instaladas en inmuebles de naturaleza pública bajo
la administración de la municipalidad.
Por otra parte, el abogado de la sociedad actora ha sido enfático en señalar
que su mandante es titular de torres de telecomunicaciones situadas “...exclusi-
vamente en terrenos de propiedad privada...” dentro de la circunscripción mu-
nicipal de Usulután, por lo que, contrario a lo sostenido por dicho profesional,
el hecho generador del tributo –uso del suelo y subsuelo de espacios públicos–
no encaja con la actividad que desarrolla la referida sociedad. En tal sentido,
esta se encuentra fuera del ámbito de aplicación de la disposición impugnada y
por tanto de los términos en que se encuentra formulada la demanda –amparo
contra ley autoaplicativa– se colige una ausencia de agravio de carácter consti-
tucional, por lo que debe ser rechazada la pretensión de la parte demandante.
B. En ese orden de ideas, es preciso señalar que, tal como lo precisó el
abogado Anaya Barraza, la demanda que promueve consiste en un amparo
contra ley autoaplicativa por lo que “...no existen... actos de aplicación que
impugnar”, razón por la cual, aún cuando ha afirmado que a su poderdante
se le exige el pago de dicha obligación tributaria, dichos cobros no son el ob-
jeto de control planteado por la parte demandante, ni devienen de la mera
vigencia de la disposición cuestionada, ya que esta no habilita expresamente
a la municipalidad a cobrar una tasa por el uso de inmuebles de propiedad

98
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

privada, lo cual sí resultaría contrario a las facultades que dicha entidad posee.
En virtud de ello, no se cumple con el presupuesto esencial del amparo contra
ley autoaplicativa: la afectación directa proveniente de la mera vigencia de la
disposición cuestionada.
3. Por otra parte, resulta pertinente acotar que en los Amps. 307-2011 y
631-2011, ambos de fecha 22-V-2013, se objetó el art. 1, letra a) número 2 de la
misma Ordenanza hoy cuestionada –previo a su reforma– cuyo texto es similar
al de la disposición que hoy se impugna. En tales decisiones, esta Sala consi-
deró que tal disposición habilitaba a la municipalidad de Usulután a gravar la
utilización del Suelo y subsuelo para mantener instaladas antenas o torres de
telecomunicaciones dentro de su circunscripción territorial siempre y cuando
estas se encontraran ubicadas dentro inmuebles de naturaleza pública.
Así, se concluyó que la disposición impugnada no adolecía de ilegitimidad
siempre y cuando se interpretase que el poder tributario municipal emanado
de él únicamente gravara el uso del suelo y subsuelo de terrenos de propiedad
pública que se encontraran bajo administración municipal.
Dichos procesos fueron sobreseídos en virtud que -como en el presente
caso- las antenas y torres de la sociedad demandante se encontraban situadas
en inmuebles privados, por lo que, bajo el análisis jurisprudencial antes expues-
to, no se advirtió la existencia de una afectación a los derechos de la parte acto-
ra por parte de la norma impugnada al estar fuera de su ámbito de aplicación.
4. Por tanto, de los argumentos alegados por la parte demandante, y aún
cuando menciona una supuesta trasgresión a derechos fundamentales, esta
aparentemente deviene de actos concretos de aplicación de la norma, por lo
que no se logra advertir cuál es el agravio de estricta trascendencia constitu-
cional que lesiona su esfera jurídica como consecuencia de la disposición cuya
constitucionalidad cuestiona, más bien, se evidencia una mera inconformidad
con los supuestos cobros que la municipalidad realiza por el uso del suelo y
subsuelo donde se encuentran instaladas las torres de su propiedad.
Por tanto, de conformidad con lo expuesto en los acápites precedentes y
según lo regulado en el artículo 13 de la Ley de Procedimientos Constituciona-
les, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por el abogado
Salvador Enrique Anaya Barraza, como apoderado de la sociedad CTE Te-
lecom Personal, Sociedad Anónima de Capital Variable, en contra del Con-
cejo Municipal de Usulután, departamento de Usulután, por haber emitido
el D.M. número 4, de fecha 30-X-2012, publicado en el D.O. número 15,
Tomo 398, de fecha 23-I-2013 que reformó el artículo 1 letra a) n° 2 de

99
Amparos / Improcedencias

la Ordenanza de Tasas Municipales del Municipio de Usulután, en el cual


se establece un tributo por el uso del suelo y subsuelo administrado por
la municipalidad, por la supuesta vulneración a los derechos de seguridad
jurídica y propiedad por infracción a la reserva de ley, y -de forma eventual-
por la lesión del derecho de propiedad por la inobservancia al principio de
capacidad económica, en virtud de que la sociedad actora no se encuentra
dentro del ámbito de aplicación de dicha disposición y por tanto no se
evidencia un agravio de trascendencia constitucional mediante el amparo
contra ley autoaplicativa que ha formulado.
2. Notifíquese.
A. PINEDA.---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME---E. S. BLANCO. R.---R. E. GON-
ZALEZ.---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRI-
BEN---E. SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.

189-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las ocho horas con cincuenta y dos minutos del día catorce de
enero de dos mil dieciséis.
Analizada la demanda y escrito de evacuación de prevención firmados por
el abogado Salvador Enrique Anaya Barraza, como apoderado de la sociedad
CTE Telecom Personal, Sociedad Anónima de Capital Variable, que puede abre-
viarse CTE Telecom Personal, S.A. de C.V., junto con la documentación que
anexa, se hacen las siguientes consideraciones:
I. Se previno al referido profesional que aclarara o señalara con exactitud:
i) si consideraba que la disposición cuestionada vulneraba derechos constitu-
cionales de su mandante en atención a la jurisprudencia emitida por esta Sala
en relación a disposiciones similares a la impugnada; ii) en caso de sostener la
supuesta vulneración a los derechos constitucionales de su mandante, debía
aclarar si su pretensión la dirigía como un amparo contra ley heteroaplicativa, y
especificar los actos de aplicación que le generaban un agravio de trascenden-
cia constitucional a la sociedad que representaba; iii) si la supuesta transgresión
a la seguridad jurídica que alegaba se adecuaba al contenido de un derecho
constitucional más específico, para lo cual debía exponer cómo se generaba tal
vulneración; iv) el derecho en específico que consideraba lesionado en razón
del principio de equidad tributaria, y cómo era que se generaba tal vulnera-
ción, y) si con sus planteamientos pretendía sostener la posible doble o múlti-

100
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

ple tributación; en tal caso se requería detallar las disposiciones que contenían
esa doble o múltiple tributación y por qué consideraba se trataba de la misma
contraprestación a favor del contribuyente; y vi) en caso que lo que pretendía
demostrar era que el tributo gravaba la actividad económica del contribuyen-
te, debía exponer de forma clara cómo concluía que aquel poseía como hecho
generador la actividad económica del sujeto pasivo en consideración a la redac-
ción de la disposición impugnada.
II. El apoderado de la parte demandante evacuó las observaciones realiza-
das de la siguiente manera:
El referido profesional enfatizó que existen derechos constitucionales de su
mandante vulnerados con motivo del acto impugnado por lo que promueve
un amparo contra ley autoaplicativa, pues considera que se está frente a una
disposición que genera efectos negativos hacia su poderdante con el solo he-
cho de su entrada en vigencia, por lo que no existen actos de aplicación que
impugnar.
Por otra parte, afirmó la transgresión a la seguridad jurídica en virtud que
el tributo cuestionado es “...una exacción tributaria sin contraprestación emiti-
da por una entidad municipal ...”, lo que significa que ha sido creado por una
entidad estatal incompetente y, por tanto, “...la predeterminación’ impositiva
hecha por una entidad incompetente, mediante la imposición de un gravamen
tributario, supone una afrenta a la seguridad jurídica”. Asimismo, de manera
simultánea, se produce una lesión al derecho de propiedad por inobservancia
al principio de reserva de ley.
En relación a la aparente transgresión al principio de equidad tributaria
aclaró que “... la disposición impugnada vulnera, además, el derecho de propie-
dad de [su mandante], en tanto se infringe el principio de capacidad económi-
ca contributiva, expresión de la equidad tributaria”.
En cuanto a la supuesta doble o múltiple tributación, el abogado de la so-
ciedad actora sostuvo que “...con el tributo cuestionado se persigue imponer
una múltiple tributación a cargo de los sujetos pasivos...” ya que “por un lado”
se exige el pago anual de un “derecho” por la permanencia de las torres y
antenas, pese a que previamente se ha pagado la tasa por instalación de cada
torre, de conformidad al art. 1 letra a), número 1) de la Ordenanza de Tasas
Municipales del Municipio de Usulután -OTMU-. En tal sentido, aseveró que el
pago de un tributo anual por la mera permanencia de dicha infraestructura, no
genera al contribuyente ningún beneficio, pues este ya paga por el trámite de
instalación de cada torre, por tanto “...el cobro de la pretendida tasa por uso

101
Amparos / Improcedencias

de suelo es, simple y llanamente, aunque con ropaje distinto, un tributo sobre
un mismo hecho generador y, como tal, deviene en inequitativo...”.
Por último, el referido profesional expuso que una torre o antena de telefo-
nía no funciona de manera independiente de la actividad empresarial o econó-
mica del operador de la red a la que están integradas tales infraestructuras, por
lo que gravar la permanencia de estas, genera un gravamen sobre la actividad
económica de su titular, lo cual solo puede realizarse a través de un impuesto y
no de una tasa municipal.
III. Expuesto lo anterior, resulta pertinente reseñar los hechos que motivan
la presentación de la demanda de amparo:
El apoderado de la sociedad actora impugna el Decreto Municipal -D.M.-
número 4, emitido por el Concejo Municipal de Usulután, departamento de
Usulután, de fecha 30- X-2012 el cual fue publicado en el Diario Oficial -D.O.-
número 15, Tomo 398, en fecha 23-I-2013 que contiene la adición de la letra c)
al artículo 1 de la OTMU, mediante el cual se establece un tributo municipal en
concepto de licencia por cada torre o antena de transmisión de telecomunica-
ciones dentro de dicho municipio.
La disposición impugnada prescribe:
“Art. 1. Derechos por el uso del suelo y subsuelo, así:
[...] c) Las personas naturales o jurídicas que tengan torres y antenas de
transmisión de telecomunicaciones dentro del Municipio de Usulután, deberán
cancelar el valor de un salario mínimo mensual para el sector comercio, más el
5% de fiestas patronales, durante los primeros quince días del mes de enero de
cada ejercicio fiscal, en concepto de licencia por cada torre o antena. [...]
El abogado de la sociedad pretensora sostiene que esta se dedica a la pres-
tación de servicios de telecomunicaciones, sobre todo de telefonía de servicio
móvil, para lo cual ha instalado dentro del municipio de Usulután, un deter-
minado número de torres de telefonía en terrenos de propiedad privada por
lo que su mandante es directa e inmediatamente afectada por la disposición
impugnada.
Al respecto, la parte actora ha planteado su demanda bajo el principio de
eventualidad procesal, y argumentó la existencia de vicios de forma por la su-
puesta falta de competencia del Concejo Municipal de Usulután para emitir
tal disposición, pues considera que establece un impuesto y no una tasa al no
existir una contraprestación por parte de la municipalidad. Por otro lado, como
vicio de fondo, sostuvo que si se llegase a considerar que el tributo regulado
sí consiste en una tasa, esta no cumple con la exigencia de equidad tributaria.

102
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Respecto a la supuesta incompetencia del Concejo Municipal para emitir la


disposición cuestionada, planteó que el tributo se impone no en razón de una
actividad municipal o de un permiso para el uso del espacio público, sino que
por la mera permanencia de la torre o antena en un espacio –en el caso de la
sociedad demandante– de propiedad privada dentro del territorio del munici-
pio de Usulután. Lo anterior –a juicio del apoderado– implica un gravamen a la
actividad económica de su mandante ya que “...las torres de telefonía y las an-
tenas de comunicación no funcionan de manera independiente de la actividad
comercial, empresarial o económica del contribuyente...”.
En tal sentido, sostuvo que no existe ninguna contraprestación a cargo de
la municipalidad a favor del contribuyente, por lo que el tributo no puede ca-
lificarse como una tasa y, por tanto, la entidad municipal ha infringido los de-
rechos de propiedad y seguridad jurídica por inobservancia a la reserva de ley
en materia tributaria.
En cuanto a los supuestos vicios de fondo, el abogado Anaya Barraza ex-
presó que “... ni el hecho generador, ni la base imponible, ni la temporalidad
del tributo impugnado presentan relación con la supuesta contraprestación
municipal, por lo que resulta tributariamente inequitativo que la municipalidad
de Usulután pretenda cobrar un gravamen tributario mensual por la mera exis-
tencia de las torres ubicadas en el área geográfica del municipio...”. Además,
señaló que el tributo resulta inequitativo pues representa una múltiple tribu-
tación ya que la municipalidad cobra por el derecho anual de permanencia de
las torres y antenas, pese a que previamente el contribuyente ha pagado una
tasa por instalación de cada torre de conformidad al art. 1 letra a), número 1)
OTMU.
En razón de lo expuesto, el referido profesional manifestó que la disposi-
ción impugnada vulnera el derecho de propiedad de su mandante, en tanto
se infringe el principio de capacidad económica contributiva, expresión de la
equidad tributaria.
IV. Tomando en consideración los argumentos manifestados por el abo-
gado de la sociedad demandante, corresponde en este apartado exponer los
fundamentos jurídicos de la resolución que se proveerá.
Tal como se sostuvo en la resolución del 27-I-2009, pronunciada en el Amp.
795- 2006, este proceso constitucional persigue que se imparta a la persona
la protección jurisdiccional contra cualquier acto de autoridad que estime in-
constitucional y que, específicamente, vulnere u obstaculice el ejercicio de los
derechos constitucionales consagrados a su favor.

103
Amparos / Improcedencias

En ese sentido, para la procedencia de la pretensión de amparo, es nece-


sario –entre otros requisitos– que el sujeto activo se autoatribuya alteraciones
difusas o concretas en su esfera jurídica derivadas de los efectos de la existencia
de una presunta acción u omisión – lo que en términos generales de la jurispru-
dencia constitucional se ha denominado simplemente agravio–. Dicho agravio
tiene como requisitos que se produzca con relación a normas o preceptos de
rango constitucional –elemento jurídico– y que genere una afectación difusa
o concreta en la esfera jurídica de la persona justiciable –elemento material–.
Desde esta perspectiva, se ha afirmado que hay ausencia de agravio cons-
titucional cuando el acto u omisión alegado es inexistente o cuando, no obs-
tante concurra una actuación u omisión por parte de la autoridad a quien se le
atribuye la responsabilidad, aquella ha sido legítima, es decir, se ha realizado
dentro del marco constitucional o es incapaz de producir por sí misma una
afrenta en la esfera jurídica constitucional del sujeto que reclama.
Consecuentemente, si la pretensión del actor de amparo no incluye los ele-
mentos antes mencionados, hay ausencia de agravio y la pretensión debe ser
rechazada por existir imposibilidad absoluta de juzgar el caso desde el ámbito
constitucional.
V. En el presente apartado se trasladarán las anteriores nociones a los argu-
mentos vertidos en el caso planteado con el propósito de dilucidar la proceden-
cia o no de la pretensión de la parte demandante
1. La disposición cuestionada establece un tributo municipal anual para la
obtención de una licencia por el uso del suelo y subsuelo por cada torre o ante-
na instalada dentro del municipio de Usulután. De acuerdo a lo sostenido por
el abogado de la sociedad actora, dicho tributo no proporciona un beneficio
al contribuyente por lo que no puede calificarse como una tasa y por tanto el
Concejo Municipal carece de competencia para su emisión.
Al respecto, es preciso acotar que a partir de la Sentencia de 29-X-2010,
Amp. 1047-2008, esta Sala ha sostenido en su jurisprudencia que el subsuelo
es propiedad del Estado como tal y que el otorgamiento de concesiones para
su explotación –entendida como el aprovechamiento de los recursos naturales
que contiene– es una prerrogativa constitucional exclusiva de aquel –art. 103
inc. 3° Cn.–. Mientras que su utilización, toda vez que no implique explotación,
es una facultad que puede ser ejercida por el titular del inmueble.
En razón de lo anterior, resulta imprescindible dilucidar si la disposición
cuestionada grava el uso del suelo o subsuelo de inmuebles propiedad privada
o pública. Ahora bien, cuando se trate de disposiciones que no especifiquen
la naturaleza del inmueble, esta Sala ha sostenido que es necesario realizar

104
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

una interpretación sistemática y acudir a las leyes especiales que tienen por
objeto desarrollar los principios constitucionales que regulan lo referente a la
organización, funcionamiento y ejercicio de las facultades autónomas de los
municipios y la potestad tributaria de la cual están revestidos -Sentencia de 15-
II-2013, Amp. 487-2009-.
En ese sentido, el art. 4 n° 23 del Código Municipal establece que es com-
petencia de las municipalidades regular el uso de parques, calles, aceras y otros
sitios municipales. Asimismo, el art. 130 de la Ley General Tributaria Municipal
señala que están afectos al pago de tasas los servicios públicos que impliquen
el uso de bienes municipales. Por tanto, se ha concluido que las Municipalida-
des son competentes para regular el uso de espacios públicos encomendados
a la administración municipal, aunado al poder tributario que les garantiza
el art. 204 ord. 1° Cn., de lo que se extrae que aquellas gozan de la facultad
constitucional para gravar la utilización del suelo y subsuelo administrado por
el municipio mediante el establecimiento de tasas municipales, siempre que por
su pago se pueda individualizar un servicio a favor del sujeto pasivo de la obli-
gación tributaria.
2. A. En el presente caso, la disposición cuestionada es parte de los “dere-
chos por el uso del suelo y subsuelo” –Art. 1 OTMU– pero no especifica si tal
tributo recae sobre torres ubicadas en inmuebles de propiedad privada o públi-
ca, por lo que en atención a la citada jurisprudencia de esta Sala, tal disposición
debe de interpretarse en el sentido que grava la utilización del suelo y subsuelo
administrado por el municipio. Es decir, el tributo pesa únicamente sobre las
torres y antenas que estén instaladas en inmuebles de naturaleza pública bajo
la administración de la municipalidad.
Por otra parte, el abogado de la sociedad actora, en reiterados apartados
de su demanda, ha señalado que su mandante es titular de torres de teleco-
municación situadas “...exclusivamente en terrenos de propiedad privada...”
dentro de la circunscripción municipal de Usulután, por lo que, contrario a lo
sostenido por dicho profesional, el hecho generador del tributo –uso del suelo
y subsuelo de espacios públicos– no encaja con la actividad que desarrolla la
referida sociedad. ‘En tal sentido, esta se encuentra fuera del ámbito de aplica-
ción de la disposición impugnada y por tanto de los términos en que se encuen-
tra formulada la demanda –amparo contra ley autoaplicativa– se colige una
ausencia de agravio de carácter constitucional por lo que debe ser rechazada
la pretensión de la parte demandante.
B. En ese orden de ideas, es preciso señalar que, tal como lo precisó el
abogado Anaya Barraza, la demanda que promueve consiste en un amparo
contra ley autoaplicativa por lo que no impugna ningún acto de aplicación

105
Amparos / Improcedencias

de dicha disposición, razón por la cual, aún cuando ha afirmado que a su po-
derdante se le exige el pago de la obligación tributaria, tales cobros no son el
objeto de control planteado por la parte demandante, ni devienen de la mera
vigencia de la disposición cuestionada, ya que esta no habilita expresamente a
la municipalidad a cobrar la tasa anual por el uso de inmuebles de propiedad
privada, lo cual sí resultaría contrario a las facultades que dicha entidad posee.
En virtud de ello, no se cumple con el presupuesto esencial del amparo contra
ley autoaplicativa: la afectación directa proveniente de la mera vigencia de la
disposición cuestionada.
Por tanto, de los argumentos alegados por la parte demandante, y aún
cuando menciona una supuesta trasgresión a derechos fundamentales, esta
aparentemente deviene de actos concretos de aplicación de la norma, por lo
que no se logra advertir cuál es el agravio de estricta trascendencia constitu-
cional que lesiona su esfera jurídica como consecuencia de la disposición cuya
constitucionalidad cuestiona, en virtud de que la sociedad actora se encuentra
fuera del ámbito de aplicación de la disposición cuestionada.
Por tanto, de conformidad con lo expuesto en los acápites precedentes y
según lo regulado en el artículo 13 de la Ley de Procedimientos Constituciona-
les, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por el abogado
Salvador Enrique Anaya Barraza, como apoderado de la sociedad CTE Te-
lecom Personal, Sociedad Anónima de Capital Variable, en contra del Con-
cejo Municipal de Usulután, departamento de Usulután, por haber emitido
el D.M. número 4, de fecha 30-X-2012, publicado en el D.O. número 15,
Tomo 398, de fecha 23-I-2013, mediante el cual se adicionó la letra c) al ar-
tículo 1 de la Ordenanza de Tasas Municipales del Municipio de Usulután,
por la supuesta vulneración a los derechos de seguridad jurídica y propie-
dad por infracción a la reserva de ley, y –de forma eventual– por la lesión
del derecho de propiedad por la inobservancia al principio de capacidad
económica, en virtud de que la sociedad actora no se encuentra dentro
del ámbito de aplicación de dicha disposición y por tanto no se evidencia
un agravio de trascendencia constitucional mediante el amparo contra ley
autoaplicativa que ha formulado.
2. Notifíquese.
A. PINEDA.---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME---E. S. BLANCO. R.---R. E. GON-
ZALEZ.---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRI-
BEN---E. SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.

106
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

519-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San


Salvador, a las trece horas con cincuenta y cinco minutos del día catorce de
enero de dos mil dieciséis.
Analizada la demanda de amparo firmada por el abogado Douglas Geo-
vanny Campos Vásquez en su carácter de apoderado general judicial con cláu-
sula especial del Municipio de Usulután, junto con la documentación anexa, se
efectúan las siguientes consideraciones:
I. En síntesis, el abogado manifiesta que su representado promovió ante
el Juzgado de lo Civil de Usulután un juicio ejecutivo civil en contra de la Com-
pañía de Telecomunicaciones de El Salvador, Sociedad Anónima de Capital Va-
riable, que se abrevia CTE, S.A. de C.V.; dicho proceso fue clasificado con el
número de referencia 73-PE-274-11-R3 y concluyó con una sentencia en la que
se condenó a la citada sociedad a pagar ciertas cantidades de dinero.
En ese sentido, la persona jurídica estando inconforme con lo resuelto plan-
teó un recurso de apelación ante la Cámara de la Segunda Sección del Oriente
quien admitió el medio impugnativo y convocó a las partes a una audiencia, la
cual fue revocada por el mismo tribunal de segunda instancia. Ante ello, la so-
ciedad al considerar que se le habían vulnerado sus derechos constitucionales
planteó un proceso de amparo que fue clasificado con la referencia 507-2012,
el cual fue sentenciado por esta Sala el día 2-IV-2014, en donde se estimó la
pretensión y por lo tanto se le requirió a la referida Cámara que tramitara el
recurso.
De esa manera, el tribunal de segunda instancia diligenció el recurso, con-
vocó a audiencia y el día 5-IX-2014 resolvió anular la sentencia condenatoria
emitida por el Juez de lo Civil de Usulután y a la vez declaró improponible la
demanda. Así pues, disconforme con esa resolución, el apoderado del munici-
pio de Usulután presentó un recurso de Casación ante la Sala de lo Civil quien
lo clasificó con la referencia 314-CAC-2014 y el día 12-VIII-2015, a pesar de que
-ajuicio del abogado- se planteó en tiempo y forma, lo declaró improcedente
por haber sido formulado dentro de un juicio ejecutivo que no estaba susten-
tado en títulos valores (y no tratarse de un proceso declarativo común ni de un
proceso abreviado).
Por lo tanto, el abogado Campos Vásquez demanda a la Sala de lo Civil y
reclama la constitucionalidad de la resolución emitida el día 12-VIII-2015. Dicho
acto -a su juicio- le vulneró a su mandante los derechos de audiencia, defensa y
a recurrir -como manifestación del derecho a la protección jurisdiccional-.

107
Amparos / Improcedencias

II. Determinados los argumentos esbozados por el apoderado del deman-


dante, corresponde en este apartado exponer los fundamentos jurídicos de la
resolución que se proveerá.
Tal como se ha sostenido en la resolución de 27-X-2010, pronunciada en el
Amp. 408- 2010, en este tipo de procesos las afirmaciones de hecho de la parte
actora deben justificar que el reclamo formulado posee trascendencia cons-
titucional, esto es, deben poner de manifiesto la presunta vulneración a los
derechos fundamentales que se proponen como parámetro de confrontación.
Por el contrario, si tales alegaciones se reducen al planteamiento de asun-
tos puramente judiciales o administrativos consistentes en la simple inconfor-
midad con las actuaciones o el contenido de las decisiones emitidas por las
autoridades dentro de sus respectivas competencias, la cuestión sometida al
conocimiento de este Tribunal constituye un asunto de mera legalidad, lo que
se traduce en un vicio de la pretensión que imposibilita su juzgamiento.
III. Corresponde ahora evaluar la posibilidad de conocer de las infracciones
alegadas por el apoderado de la parte actora en el presente caso, por lo cual se
efectúan las consideraciones siguientes:
1. De manera inicial, se observa que el abogado del peticionario dirige el
presente amparo en contra de la resolución emitida el día 12-VIII-2015 por la
Sala de lo Civil en el recurso de casación que su poderdante planteó por estar
inconforme con la decisión del tribunal de segunda instancia.
Para justificar la inconstitucionalidad de la actuación impugnada reclama
que la mencionada Sala liminarmente declaró improcedente el recurso a pesar
de haberlo planteado -a su criterio- en tiempo y forma; al respecto, señala que
ese tribunal rechazó el recurso por haber sido formulado dentro de un juicio
ejecutivo que no estaba sustentado en títulos valores y no tratarse de es un
proceso declarativo común ni abreviado.
2. Ahora bien, a partir del análisis de los argumentos esbozados en la
demanda, así como de la documentación incorporada a este expediente, se
advierte que, aun cuando el citado apoderado afirma que existe vulneración
a los derechos fundamentales de su mandante, sus alegatos únicamente evi-
dencian la inconformidad con el contenido de la decisión adoptada por la
referida autoridad demandada en la que se declaró improcedente el recurso
de casación.
En relación a lo cual, pese a que el abogado del demandante sostiene que
se han conculcado los derechos de su representado, sus alegatos están dirigi-
dos, básicamente, a que este Tribunal determine si el recurso de casación fue
planteado en tiempo y forma y, si la Sala de lo Civil debió admitirlo de confor-

108
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

midad con los requisitos establecidos en la normativa legal pertinente. Por ello,
se observa que lo que persigue es que este Tribunal verifique si el pronuncia-
miento de la autoridad demandada se ajusta a la exigencia subjetiva del pre-
tensor, es decir, que analice si en tal actuación se exponen todas las cuestiones,
circunstancias, razonamientos y elementos que -a juicio del referido profesio-
nal- debían plasmarse en ellas.
Al respecto, resulta pertinente señalar que esta Sala ha establecido
-v.gr. el auto pronunciado el día 27-X-2010 en el Amp. 408-2010- que, en
principio, la jurisdicción constitucional carece de competencia material para
efectuar el análisis relativo a la interpretación y aplicación que las autori-
dades judiciales desarrollen con relación a los enunciados legales que rigen
los trámites cuyo conocimiento les corresponde y, en consecuencia revisar
si, de conformidad con las disposiciones legales aplicables, era procedente
admitir el recurso interpuesto implicaría la irrupción de competencias que,
en exclusiva, han sido atribuidas y debe realizarse por los jueces y tribunales
ordinarios.
3. En ese orden de ideas, se colige que lo expuesto por el apoderado del
demandante más que evidenciar una supuesta transgresión a los derechos fun-
damentales de su representado, se reduce a plantear un asunto de mera lega-
lidad y de simple inconformidad con el contenido de la resolución emitida el
día 12-VIII-2015 por la Sala de lo Civil, mediante la cual declaró improcedente
el recurso de casación que el abogado Campos Vásquez planteó en como apo-
derado del Municipio de Usulután. Por lo que ponderar las razones que tuvo la
autoridad demandada para resolver en el sentido que lo hizo, implicaría invadir
la esfera de competencia de la misma, actuación que a esta Sala le está impedi-
da legal y constitucionalmente.
Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo presentada por el aboga-
do Douglas Geovanny Campos Vásquez en su calidad de apoderado gene-
ral judicial con cláusula especial del municipio de Usulután contra la actua-
ción atribuida a la Sala de lo Civil, en virtud de que su pretensión constituye
un asunto de mera legalidad e inconformidad con la decisión pronunciada
por la autoridad demandada en la que declaró improcedente el recurso de
casación.
2. Tome nota la Secretaría de esta Sala el medio técnico señalado por el abo-
gado del actor para recibir los actos procesales de comunicación.

109
Amparos / Improcedencias

3. Notifíquese.
A. PINEDA.---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME.---E. S. BLANCO R.---R. E. GON-
ZALEZ.---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRI-
BEN.---E. SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.

410-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las ocho horas y treinta y tres minutos del día quince de enero
de dos mil dieciséis.
Analizada la demanda de amparo y escrito firmados por el señor Jorge
Alberto A. E., junto con la documentación anexa, es necesario realizar las con-
sideraciones siguientes:
I. El demandante manifiesta que desde hace cinco años desempeña el car-
go de Director del Aparato Locomotor del Instituto Salvadoreño de Rehabili-
tación Integral -ISRI- bajo el Régimen de Ley de Salarios; y que en el desempe-
ño de sus funciones, en fecha 14-V-2015, mediante memorándum de Gerencia
Medica 2015-027, se le dieron instrucciones para darle cumplimiento al informe
del Ministerio de Trabajo CL-06-DGPS-2014 sobre las medidas de seguridad ocu-
pacional y se le requirió darle cumplimiento a la cláusula 10 del Laudo Arbitral
del ISRI.
Así también, el actor señala que el día 9-VI-2015 se emitió memorándum de
Gerencia Médica 2015-035 dirigido al Jefe de Taller de Ortopedia Técnica- Uni-
dad de Ortopedia Técnica, solicitándole información respecto a cuáles habían
sido las medidas a tomar por el doctor Jorge Alberto Á. E., en cumplimiento de
lo ordenado en el memorándum 2015-027.
Así, relata que los resultados del informe requerido sobre las medidas to-
madas por su persona en materia de seguridad e higiene ocupacional en la
Unidad de Ortopedia Técnica no fue de la satisfacción del Gerente Médico y de
Servicios de Rehabilitación, motivo por el cual el referido médico le impuso la
correspondiente amonestación al doctor Á. E., sobre la base de lo establecido
en el art. 18 del Reglamento General del ISRI y giró las órdenes pertinentes para
materializar dicha medida.
En ese sentido, el pretensor indica que el Gerente Médico y de Servicios de
Rehabilitación le impuso una sanción de treinta días sin goce de sueldo, com-
prendida del 20-VI-2015 al 19-VII-2015, ambas fechas inclusive, la cual fue pos-
teriormente modificada por el Presidente de dicho Instituto, según resolución

110
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

de las quince horas del día 19-VI-2015, en la que se redujo la sanción a quince
días a partir del 1-VII-2015.
Por lo antes manifestado, el interesado dirige su reclamo contra la decisión
emitida por el Gerente Médico y de Servicios de Rehabilitación en fecha 12-VI-
2015, mediante la cual ordenó suspender sin goce de sueldo por un período
de treinta días al doctor Á. E.; y la resolución del Presidente del ISRI, en la que
se mantuvo la referida sanción y se redujo a una suspensión de quince días sin
goce de salario.
Lo anterior, debido a que, a su juicio, las sanciones impuestas por las autori-
dades demandadas han sido adoptadas de manera unilateral, sin haberle dado
la oportunidad de defenderse de los hechos que le fueron atribuidos.
II. Determinado lo anterior, es necesario exponer brevemente los funda-
mentos jurídicos en que se sustentará la presente decisión.
Tal como se sostuvo en la resolución emitida el día 27-X-2010 en el Amp.
408-2010, en este tipo de procesos las afirmaciones de hecho de la parte actora
deben justificar que el reclamo formulado posee trascendencia constitucional,
esto es, han de poner de manifiesto la presunta vulneración a los derechos
fundamentales que se proponen como parámetro de control de constitucio-
nalidad.
Por el contrario, si tales alegaciones se reducen a aspectos puramente lega-
les o administrativos –consistentes en la simple inconformidad con el ejercicio
de las respectivas competencias–, la cuestión sometida a conocimiento se erige
en un asunto de mera legalidad, situación que se traduce en un vicio de la pre-
tensión que imposibilita su juzgamiento.
III. Con el objeto de trasladar las anteriores nociones al caso concreto, se
efectúan las consideraciones siguientes:
1. De manera inicial, se observa que el interesado dirige su reclamo contra
la decisión emitida por el Gerente Médico de Servicios de Rehabilitación del
ISRI, mediante la cual se le impuso una sanción de treinta días sin goce de
sueldo; así como contra la resolución pronunciada por el Presidente de dicho
instituto, en la que se mantuvo la sanción, reduciendo su duración a quince
días sin goce de salario.
Para justificar la supuesta inconstitucionalidad de dichas actuaciones y,
específicamente, para fundamentar la presumible transgresión de su esfera
jurídica, el interesado sostiene que se le ha impuesto una sanción con inobser-
vancia de sus derechos de audiencia y defensa, pues, ha sido sancionado con
quince días sin goce de sueldo sin que haya tenido participación en el trámite
seguido para tales efectos.

111
Amparos / Improcedencias

2. Ahora bien, se observa que los argumentos dirigidos a evidenciar la su-


puesta afectación a derechos como consecuencia de las actuaciones impugna-
das únicamente demuestran la inconformidad del demandante con los actos
contra los que reclama, en tanto que en su demanda describe el hecho por el
cual fue sancionado e intenta evidenciar que este no se configuraba como un
motivo válido para que su superior jerárquico procediera a amonestarlo.
Además, a partir de los alegatos expuestos, se advierte que el actor pre-
tende que se determine si, en su caso particular, la infracción que se le atribu-
ye ameritaba la imposición de una sanción, lo cual no es competencia de esta
Sala, pues no se observa que haya existido una afectación de trascendencia
constitucional en su esfera jurídica, ya que, de la documentación anexa a la
demanda se colige que tuvo la oportunidad de ejercer su derecho de defen-
sa, al plantear la revocatoria de la sanción inicialmente impuesta -30 días sin
goce de sueldo-.
Así, se colige que lo que pretende es que este Tribunal arribe a conclusiones
diferentes de las obtenidas por las autoridades demandadas, específicamente
respecto de la sanción que le fue impuesta, tomando como parámetro para
ello las circunstancias particulares del caso concreto, la valoración que tales
autoridades efectuaron de las pruebas presentadas ante ellas y las disposicio-
nes infraconstitucionales aplicables, situaciones que escapan del catálogo de
competencias conferido a esta Sala por estar circunscrita su función exclusiva-
mente a examinar si ha existido vulneración a derechos constitucionales y no al
estudio de cuestiones fácticas cuyo análisis y determinación han sido atribuidos
a otras autoridades.
Por ende, no se infiere la estricta relevancia constitucional de la pretensión
planteada, pues se advierte que los argumentos expuestos por el peticionario
más que evidenciar una supuesta transgresión de sus derechos, se reducen a
plantear un asunto de mera legalidad y de simple inconformidad con la actua-
ción que impugna.
3. Así pues, el asunto formulado por el demandante no corresponde al
conocimiento de la jurisdicción constitucional, por no ser materia propia del
proceso de amparo, ya que este mecanismo procesal no opera como una ins-
tancia superior de conocimiento para la revisión, desde una perspectiva legal,
de las actuaciones realizadas por las autoridades dentro de sus respectivas atri-
buciones, sino que pretende brindar una protección reforzada de los derechos
fundamentales reconocidos a favor de las personas.
De esta forma, ya que el asunto planteado carece de trascendencia cons-
titucional, es pertinente declarar la improcedencia de la demanda de amparo,

112
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

por concurrir un defecto en la pretensión que habilita la terminación anormal


del proceso.
Por tanto, con base en las consideraciones precedentes, esta Sala RE-
SUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo presentada por el señor
Jorge Alberto Á. E., en contra del Gerente Médico y de Servicios de Re-
habilitación y del Presidente del Instituto Salvadoreño de Rehabilitación
Integral –ISRI–, por la presunta vulneración de sus derechos de audiencia y
defensa, debido a que su reclamo reviste un asunto de mera legalidad y de
inconformidad con las actuaciones que pretende controvertir.
2. Tome nota la Secretaría de esta Sala del lugar y medio técnico indicados
por el pretensor para recibir los actos procesales de comunicación.
3. Notifíquese.
A.PINEDA---F. MELENDEZ---J. B. JAIME---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZA-
LEZ---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRI-
BEN---E. SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.

166-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las nueve horas y veintisiete minutos del día dieciocho de enero
de dos mil dieciséis.
Analizada la demanda de amparo incoada, junto con la documentación
anexa, y los escritos firmados por el abogado Salvador Enrique Anaya Barra-
za, en su calidad de apoderado judicial con cláusula especial de la sociedad
Compañía de Telecomunicaciones de El Salvador, Sociedad Anónima de Capital
Variable, que se abrevia CTE, S.A. de C.V. mediante los cuales, en la primera,
plantea amparo contra el Concejo Municipal de Soyapango, departamento de
San Salvador y, en el segundo, desiste del presente proceso constitucional, se
hacen las siguientes consideraciones:
I. 1. El apoderado de la sociedad actora sostiene que impugna el Decreto
Municipal –D.M.– n° 1, del 8-1-2015 emitido por el Concejo Municipal de Soya-
pango y publicado en el Diario Oficial –D.O.– n° 14, tomo número 406, del 22-
1-2015, que contiene la Ordenanza Reguladora de las Tasas y servicios municipa-
les de la ciudad de Soyapango, –en adelante, ORTASEMSO– específicamente el
art. 1 de dicho decreto, mediante el cual se reformó el art. 7, numeral 1.5.1 de

113
Amparos / Improcedencias

dicha ordenanza, fijando un tributo municipal por uso de espacio público de


cada poste instalado o que se instale en un futuro, con quantum mensual de
tres dólares (US$3,00/mes).
La disposición impugnada prescribe:
“Art. 1. Modificase el art. 7 numeral 1.5.1 por el siguiente:
1.5.1 Por el uso del espacio público de cada poste instalado o que se insta-
len en el futuro en el Municipio de Soyapango, por cada poste se pagará en
forma mensual la cantidad de. $3.00...”.

El abogado Anaya Barraza sostiene que su mandante se dedica a la presta-


ción de servicios de telecomunicaciones, especialmente de telefonía fija, para
lo cual ha instalado 8,506 postes en el municipio de Soyapango, cuya función
es servir de estructura para la colocación y sostenimiento del cableado necesa-
rio para brindar el servicio de telefonía fija.
Dicho profesional, considera que la disposición en cuestión no hace referen-
cia en ningún momento a alguna contraprestación que brinde la municipalidad
de Soyapango a favor del contribuyente, por lo que el tributo establecido es en
realidad un impuesto y no una tasa.
2. En razón de lo anterior, el apoderado de la sociedad actora plantea su
demanda bajo el principio de eventualidad y argumenta para ello dos cuestio-
nes de forma y una de fondo. En cuanto a los aspectos de forma, se centra en
la presunta falta de competencia del Municipio para decretar el tributo cues-
tionado, y como aspecto de fondo señala la supuesta falta de equidad en el
tributo.
A. Como primer punto de forma, sostiene que el artículo objetado contiene
un impuesto y no una tasa, ya que no se hace referencia a una contrapresta-
ción por parte de la Municipalidad a favor de los contribuyentes, por lo que –a
su juicio– “... significa que se está gravando ¡el uso o utilización que CTE hace
de sus propios postes!...”, sin precisar si se está gravando espacios públicos
municipales.
Por otra parte, considera que al no existir contraprestación municipal, no
puede interpretarse que el uso de los postes se realiza de forma aislada, pues
estos no funcionan de manera independiente, por lo que su permanencia y
uso dentro del municipio de Soyapango forma parte de la realización de su
actividad empresarial, por tanto resulta injustificado gravar de modo separado
la mera permanencia de cada poste, pues significa cargar tributariamente la
actividad económica de la sociedad demandante.
Por último, el apoderado de la sociedad actora argumenta en este punto
que la Municipalidad no extiende ningún documento –licencia, permiso o dere-

114
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

cho– que acredite el pago del tributo, lo que revela que no existe la emisión de
una autorización y por tanto no hay actividad municipal alguna que justifique
pagar mensualmente por la simple permanencia del poste en el sitio en el cual
la misma municipalidad autorizó su instalación.
B. En cuanto al segundo punto de forma, el abogado de la sociedad peticio-
naria arguye que existe exceso competencial del municipio, en el sentido que el
tributo cuestionado consiste en una regulación tributaria de alcance nacional,
lo que genera una invasión de la municipalidad a un ámbito exclusivo de la
Administración Central.
Y es que a su criterio, “... el establecimiento, instalación, ampliación, desa-
rrollo, mejoramiento, renovación y operación de las redes de telecomunicacio-
nes o de cualquiera de sus elementos es un tema de interés nacional ...” que
trasciende la esfera de la municipalidad, por lo que los intereses de un munici-
pio no pueden anteponerse al interés de alcance nacional en el desarrollo de la
infraestructura en telecomunicaciones, la cual es requerida para la prestación
de dicho servicio en todo el país, por lo que la incidencia de las municipalidades
en la operatividad de tales servicios puede afectar el acceso a los mismos. Por
ello, el servicio de telecomunicaciones ha sido sometido al régimen de servicio
público y ha sido conferido al gobierno central a través de la Superintendencia
General de Electricidad y Telecomunicaciones –SIGET–.
Al respecto, señala que el principio de limitación geográfica de los gobier-
nos locales establece que el ejercicio de la potestad tributaria está limitada a la
circunscripción municipal, tanto en razón de la actividad gravada como en sus
efectos. En el caso del tributo cuestionado –a criterio del referido profesional–
el interés involucrado es de alcance nacional por lo que el gravamen municipal
“... incide de modo determinante y negativo, en la potestad de la SIGET para la
determinación de los valores máximos de las tarifas básicas de la telefonía fija
y móvil...” y el Municipio se extralimita en su potestad de establecer tributos
pues su efecto tiene alcance nacional.
Tal situación, vulnera –a su criterio– la seguridad jurídica de su mandante.
Asimismo, se ve afectado el derecho de propiedad de su representado pues
CTE no puede trasladar al consumidor final, según el municipio en el cual resi-
de, el costo del tributo municipal sobre cada poste por lo que se ve obligado a
soportar en su patrimonio el tributo afectando su derecho de propiedad.
C. En cuanto al aspecto de fondo, en caso de que se considerara que el tri-
buto constituye una tasa, arguye que este no ha sido emitido conforme con los
parámetros constitucionales de equidad pues incumple los principios de “bene-
ficio y de razonable equivalencia de las tasas”. En atención a dichos principios,

115
Amparos / Improcedencias

el pago de las tasas debe fundamentarse en un beneficio o razonable equiva-


lencia, es decir, en la equiparación entre la prestación estatal y la correlativa
contraprestación a cargo del contribuyente.
Así, según sostiene el abogado Anaya Barraza “... ni el hecho generador, ni
la base imponible, ni la temporalidad del tributo impugnado prestan relación
con alguna actividad o servicio municipal en beneficio del contribuyente...” por
lo que no cumple con los referidos principios de beneficio y de razonable equi-
valencia de las tasas, lo que supone una vulneración a los derechos de propie-
dad y equidad tributaria.
III. De lo consignado en la demanda planteada y específicamente respecto
de la solicitud de desistimiento realizada en el presente proceso constitucional,
se hacen las siguientes consideraciones:
1. A. De acuerdo con lo afirmado en el auto de fecha 5-V-2009, pronuncia-
do en el Amp. 52-2009, un proceso excepcionalmente puede terminar de for-
ma anticipada, por la voluntad directa o indirecta de las partes. Precisamente,
uno de los supuestos en los que el proceso de amparo puede finalizar como
consecuencia directa de la voluntad de los mencionados sujetos procesales es
el desistimiento.
El desistimiento es la declaración unilateral de voluntad explicitada por el
actor, por medio de la cual hace saber su intención de abandonar, por una
parte, el proceso pendiente por él iniciado y, por otra y subsecuentemente, la
situación jurídica procesal generada por la formulación de la demanda.
En tal virtud, entre las consecuencias procesales que se originan por el de-
sistimiento, están: que el proceso concluye, y que no es posible emitir un pro-
nunciamiento de fondo en dicho proceso.
B. Relacionado con lo anterior, de acuerdo con lo afirmado en la jurispru-
dencia constitucional –v. gr. los autos de 15-IV-2009, emitidos en los proceso de
Amp. 944-2007 y 945-2007–, el desistimiento constituye una causal de sobre-
seimiento, tal como lo establece el art. 31 núm. 1 de la Ley de Procedimientos
Constitucionales, figura que únicamente puede tener lugar cuando el amparo
se encuentra en trámite, una vez que se ha admitido la demanda respectiva.
C. No obstante, cabe aclarar que la pretensión de amparo es una declaración
de voluntad que, fundamentada en la amenaza, privación u obstaculización de
ejercicio, restricción o desconocimiento de un derecho, se dirige ante esta Sala
y frente a autoridades públicas o particulares –debidamente individualizados–,
con la finalidad que se reconozca el derecho invocado y se adopten las medidas
que sean indispensables para brindar una real protección jurisdiccional.
a. En ese orden de argumentos, puede afirmarse que para la eficaz confi-
guración de dicha pretensión, es preciso que concurran en ella determinados

116
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

elementos básicos, tales como el elemento subjetivo, que se encuentra referido


a los sujetos del proceso, es decir, quién pide, frente a quién se pide y ante
quién se pide.
b. Otro de tales componentes es el referido al elemento objetivo, el cual
hace referencia a qué es lo que se pide dentro del proceso. O, dicho de forma
más concreta, alude al control de constitucionalidad que el interesado solicita
a este Tribunal en relación con el acto que impugna.
c. Finalmente, el elemento causal es el componente que se encuentra inte-
grado por el fundamento fáctico y jurídico en que la pretensión se sustenta.
Específicamente, el porqué se pide.
D. En ese sentido, debido a que el desistimiento se traduce en el abandono
expreso que la parte actora lleva a cabo con respecto a la declaración de volun-
tad que ejercita –con base en la disponibilidad que aquélla ostenta con relación
a ésta–, puede concluirse que desaparece el elemento objetivo de la pretensión
de amparo formulada dentro de un proceso específico.
Subsecuentemente, al faltar uno de sus componentes básicos, la pretensión
no se encuentra plenamente configurada y, en consecuencia, procede su recha-
zo mediante la figura de la improcedencia.
IV. Expuestos los fundamentos jurídicos de la presente decisión, es perti-
nente trasladar las anteriores consideraciones al supuesto planteado.
En el caso en estudio se aprecia que el abogado Salvador Enrique Anaya
Barraza, en su calidad de apoderado judicial con cláusula especial de la socie-
dad CTE, S.A. de C.V., manifiesta desistir de la demanda de amparo incoada
contra el Concejo Municipal de Soyapango, departamento de San Salvador.
Así, dado que la parte actora, a través de su representante –quien se encuentra
facultado para desistir en el presente proceso–, ha manifestado su voluntad de
retirar la petición de tutela jurisdiccional respecto de la actuación reclamada,
es pertinente concluir que ya no se configuraría el objeto procesal sobre el cual
tenía que pronunciarse esta Sala.
En ese sentido, al desaparecer el elemento objetivo de la pretensión de
amparo formulada, es decir, la solicitud inicial efectuada para que se realice el
respectivo control de constitucionalidad sobre el acto normativo impugnado,
la pretensión no ha sido plenamente configurada y, en consecuencia, procede
su rechazo mediante la figura de la improcedencia.
Por tanto, con base en los artículos 12 y 31 número 1 de la Ley de Procedi-
mientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo incoada por el aboga-
do Salvador Enrique Anaya Barraza, en su calidad de apoderado judicial

117
Amparos / Improcedencias

con cláusula especial de la sociedad Compañía de Telecomunicaciones de


El Salvador, Sociedad Anónima de Capital Variable, en el carácter antes
indicado, contra un acto normativo emitido por el Concejo Municipal de
Soyapango, departamento de San Salvador, debido a que la parte actora,
a través de su representante, ha manifestado su voluntad de desistir de la
petición de tutela jurisdiccional respecto de la actuación reclamada, por lo
que ya no se configuraría el objeto procesal sobre el cual tenía que pronun-
ciarse esta Sala.
2. Notifíquese.
F. MELENDEZ.---J. B. JAIME---R. E. GONZALEZ.---C. S. AVILÉS.---PRONUN-
CIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---J. R. VIDES.---
SRIO.---RUBRICADAS.

641-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las nueve horas con veintitrés minutos del día dieciocho de
enero de dos mil dieciséis.
Examinada la demanda de amparo y el escrito de evacuación de prevención
presentado, firmados ambos por la señora Lorena Arely M. A., junto con la do-
cumentación anexa, se realizan las siguientes consideraciones:
I. Se previno a la peticionaria que aclarara o señalara con exactitud: (i) las
manifestaciones concretas del derecho al debido proceso o proceso constitu-
cionalmente configurado que estimaba transgredidas como consecuencia de
las actuaciones impugnadas y que, a su vez, indicara los motivos en los cuales
fundamentaba su presunta afectación. Asimismo, debía señalar cuál era el de-
recho más específico que consideraba vulnerado con relación a la seguridad
jurídica que invocó transgredido; y (ii) si, como un acto previo a la promoción
de este proceso de amparo planteó en tiempo y forma (al habilitarlo el art. 501
del CPCM después de la notificación de la aclaración y el art. 506 del CPCM,
luego de haberse declarado sin lugar el recurso de revocatoria planteado) los
recursos de apelación y casación ante la Cámara de Segunda Instancia corres-
pondiente y la Sala de lo Civil, respectivamente, contra la resolución emitida
por la Jueza de lo Civil suplente de Santa Tecla y si alegó los hechos por los cua-
les estimaba han sido vulnerados sus derechos fundamentales. En consecuen-
cia, debía indicar –en el supuesto en que hubiera hecho uso de dichos medios

118
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

impugnativos– cuál fue el resultado de los mismos. Así como también, en caso
negativo, las razones por las que omitió plantearlos.
II. Con el objeto de evacuar las citadas prevenciones la pretensora indica
que por un error nominó al derecho que consideraba vulnerado “derecho al
debido proceso”, cuando lo correcto es violación al derecho a “la seguridad
jurídica en su manifestación de interdicción de la arbitrariedad”.
Relacionado a lo anterior, señala que la transgresión del mismo radica en
que la autoridad demandada resolvió favorablemente “... una petición extem-
poránea de rectificación de sentencia, irrespetando con ello, los plazos previs-
tos por la ley adjetiva, mismos que son de carácter perentorio e improrrogable,
según lo establecido por el art. 143 CPCM, quebrantando consecuentemente
las formas esenciales del juicio...”.
Asimismo, argumenta que dicha situación intentó cubrir un error en la va-
loración de la prueba, ya que la autoridad demandada pasó por alto el do-
cumento presentado por el apoderado del Bank of Nova Scotia mediante el
cual acreditó en el proceso la variabilidad de la tasa de interés. Lo anterior, fue
efectuado incluso apartándose de los parámetros establecidos por el legislador
en el artículo 225 del CPCM, transgrediendo con ello el principio de legalidad
puesto que fue resuelta una solicitud que le fue formulada por un escrito pre-
sentado extemporáneamente.
Por lo expuesto, la actora alega que “... pasar por alto lo aquí manifestado
(sic), significaría que cualquier juez, puede a su libre voluntad y por cualquier
motivo, ampliar los plazos procesales y modificar a su arbitrio una sentencia
definitiva que se encuentra firme, cuando así lo considerara conveniente...”.
Por otra parte, con respecto a la segunda prevención señala que “... ya
no se podía solicitar ni rectificación (sic), ni subsanación de omisiones de la
sentencia, salvo el caso de los errores materiales y puramente numéricos (...)
ni tampoco se podía interponer recurso de alzada alguno, por haber precluido
el termino que establece la ley procesal, ni mucho menos recurso de casación,
en virtud de que tal recurso solo está previsto para aquellos juicios ejecutivos
mercantiles cuyo documento base de la pretensión sea un título valor, de con-
formidad al art. 519 ordinal 1° [del] CPCM; lo cual no acontece en el presente
caso, donde el documento base de la acción agregado [en] el juicio ejecutivo
incoado en su contra, es una escritura de mutuo hipotecario...” [mayúsculas
suprimidas].
En ese sentido, sostiene que el único recurso que le quedaba expedito era
alegar la nulidad insubsanable, por haberse emitido el acto reclamado contra
ley expresa y terminante que ordena no modificar una sentencia firme; nulidad

119
Amparos / Improcedencias

que no tiene plazo para ser planteada. Así, además, en dicho recurso se alegó
la existencia de la vulneración de principios y garantías procesales de rango
constitucional, como el principio de vinculación a la Constitución, así como del
principio de legalidad.
Finalmente, señala además que al abogado que lo representó en el proce-
so de instancia, al habérsele denegado el recurso de revocatoria –el cual es el
único que admite la legislación para impugnar los autos simples– no tenía más
recursos que plantear, por cuanto, no podía apelar ni interponer casación, en
virtud de lo dispuesto por el art. 519 ordinal 1° CPCM que establece que el
recurso de casación únicamente es para las decisiones emitidas en los juicios
ejecutivos, promovidos con base en un título valor.
III. Expuesto lo anterior, resulta pertinente reseñar los hechos que motiva-
ron la presentación de la demanda de amparo.
En síntesis, de la documentación anexa se advirtió que en contra de la se-
ñora Lorena Arely M. A. se promovió por parte de The Bank of Nova Scotia
un proceso ejecutivo ante el Juez de lo Civil de Santa Tecla. Para tal efecto, el
banco demandante presentó como documento base de la acción el testimonio
de la escritura de mutuo y de cesión de crédito suscrito con la pretensora y que
se encontraba en mora.
Posteriormente, se admitió la demanda y luego mediante auto del 6-IX-
2013 se decretó embargo en bienes propios de la señora M. A. Así, se ordenó
notificar el decreto de embargo y demanda que lo motivaba, a efecto de que
la referida señora contestara la demanda. Sin embargo, transcurrido el plazo
conferido, no la contestó, ni alegó oposición que modificara o extinguiera la
acción ejecutiva promovida en su contra.
Así, agotadas las etapas procesales se emitió el 14-III-2014 una sentencia en
contra de la señora M. A. por parte del Juez de lo Civil de Santa Tecla median-
te la cual se le condenó a pagar a The Bank of Nova Scotia la cantidad de “...
doscientos sesenta y ocho mil ochocientos veintiún dólares con sesenta y cuatro
centavos de dólar de los Estados Unidos de América, en concepto de capital
adeudado, más sobre dicha suma, los intereses normales del siete punto diez
por ciento anual, a partir del día [26-V-2010], en adelante, hasta su cancela-
ción...”.
De igual manera, señaló que por error o negligencia en dicho fallo no se
tuvo por establecida y probada la modificación de la tasa de interés, habiendo
por tanto consignado en la decisión que se le condenaba a pagar el capital
más el interés pactado del 7.10% anual. Y ante esa situación, el apoderado de
la referida entidad bancaria mediante un escrito presentado el 30-IV-2014 –casi

120
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

treinta días después de que se le notificó la sentencia–, solicitó con base en


el art. 225 del Código Procesal Civil y Mercantil –CPCM– la rectificación de la
citada resolución.
En ese sentido, la demandante mencionó que posteriormente, la Juez su-
plente del Juzgado de lo Civil de Santa Tecla “... rectificó y modificó (so pre-
texto de la existencia de un error puramente numérico) extemporáneamente
y contra ley expresa y terminante la sentencia definitiva pronunciada [el 14-III-
2014] (...)”. Al respecto, afirmó que dicha sentencia fue notificada al apodera-
do de The Bank of Nova Scotia el 2-IV-2014 y a la pretensora el 3-IV-2014, de lo
cual se logra advertir que de conformidad con el art. 229 del CPCM, la referida
sentencia había adquirido firmeza.
Añadió, además que, debido a la modificación realizada, el abogado Faus-
to Antonio Gutiérrez Molina –apoderado de la pretensora– planteó el 11-III-
2015 un recurso de nulidad impugnando el auto que había rectificado la sen-
tencia; lo anterior basándose como argumento central que dicha decisión fue
pronunciada contra ley expresa y terminante que prohíbe modificar las senten-
cias firmes.
Asimismo, se alegó que para subsanarse el error cometido debió proceder
en tiempo, es decir, dentro de los dos días siguientes al de la notificación res-
pectiva, a solicitar la rectificación de la sentencia. Sin embargo, dicha petición
fue formulada extemporáneamente por lo cual la sentencia emitida ya no po-
día ser modificada ni rectificada, en consecuencia, la decisión emitida –a su
juicio– era nula.
Relacionado a lo anterior, la autoridad demandada mediante decisión no-
tificada el 21-IV-2015 le previno al abogado de la pretensora que precisara la
clase de nulidad planteada y razonara la misma. Ante ello, el representante de
la peticionaria señaló que se trataba de “... un error `in procedendo´ que en
esencia se traduce en que ese tribunal no aplic[ó] los [incisos 1, 2, 3 y 4] del Art.
225 CPCM (...) [y] en el caso de autos por tratarse de ley adjetiva, constituye
un claro quebrantamiento de las formas esenciales del juicio, y que por consi-
guiente conllevó a que ese juzgado resolviera rectificar una sentencia de forma
extemporánea, fuera de los parámetros legales, es decir contra ley expresa y
terminante, que le mandata (sic) no modificar una sentencia que ha adquirido
firmeza, de acuerdo (...) al art. 229 CPCM...”.
Posterior a ello, la autoridad demandada emitió el 18-IX-2015 una resolu-
ción mediante la cual expresó que: “... al no estar expresamente determinada
la nulidad, ni demostrado que se han infringido derechos constitucionales de la
demandada, es procedente desestimarla; en consecuencia se declara sin lugar

121
Amparos / Improcedencias

la nulidad...”. Sobre la misma, la peticionaria alegó que es evidentemente falaz,


pues dicha autoridad únicamente se encontraba facultada para modificar o
rectificar la sentencia en los supuestos de hecho establecidos en los incisos 2,
3, 4 y 5 del art. 225 CPCM y además ser planteado en tiempo, todo lo cual no
sucedió.
Finalmente, indicó que el convalidar la rectificación extemporánea e ilegal
de una sentencia firme no tiene previsto en la ley recurso alguno, y que por
tanto, ha quedado expedito al apoderado de la referida entidad bancaria el
promover una ejecución forzosa con base en un titulo de ejecución rectificado
ilegal e inconstitucionalmente.
Por lo antes expuesto, la señora Lorena Arely M. A. cuestionó la constitu-
cionalidad del auto del 26-V-2014 emitido por la Jueza de lo Civil suplente de
Santa Tecla, mediante el cual rectificó la tasa de interés de la deuda a la que
la pretensora fue condenada en la sentencia pronunciada el 14-III-2014 en el
proceso marcado bajo la referencia 253-E-13.
Dicha decisión –a juicio de la demandante– le vulneró los derechos al debi-
do proceso, audiencia y seguridad jurídica.
IV. Determinados los argumentos esbozados por el demandante, corres-
ponde en este apartado exponer los fundamentos jurídicos de la resolución
que se proveerá.
Tal como se ha sostenido en la resolución de 27-X-2010, pronunciada en el
Amp. 408-2010, en este tipo de procesos las afirmaciones de hecho de la parte
actora deben justificar que el reclamo formulado posee trascendencia cons-
titucional, esto es, deben poner de manifiesto la presunta vulneración a los
derechos fundamentales que se proponen como parámetro de confrontación.
Por el contrario, si tales alegaciones se reducen al planteamiento de asun-
tos puramente judiciales o administrativos consistentes en la simple inconfor-
midad con las actuaciones o el contenido de las decisiones emitidas por las
autoridades dentro de sus respectivas competencias, la cuestión sometida al
conocimiento de este Tribunal constituye un asunto de mera legalidad, lo que
se traduce en un vicio de la pretensión que imposibilita su juzgamiento.
V. Corresponde analizar si los alegatos planteados por la parte actora lo-
gran subsanar las observaciones formuladas en el auto de prevención mencio-
nado.
1. De manera inicial, con respecto al agravio que según su criterio ha sido
ocasionado en su esfera jurídica expresa que la autoridad demandada “... recti-
ficó y modificó (so pretexto de la existencia de un error puramente numérico)

122
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

extemporáneamente y contra ley expresa y terminante la sentencia definitiva


pronunciada [el 14-III-2014] (...)”.
Se observa, a partir del análisis de los argumentos esbozados en la deman-
da, así como de la documentación incorporada a este expediente, que aún
cuando la parte actora afirma que existe vulneración a sus derechos fundamen-
tales, los alegatos esgrimidos únicamente evidencian la inconformidad con el
contenido de la decisión adoptada por la referida autoridad demandada.
Y es que, sus argumentos están dirigidos, básicamente, a que este Tribu-
nal determine si es apegado a la legalidad el que se haya resuelto por parte
de la Jueza de lo Civil suplente de Santa Tecla un escrito en el que se solicitó
extemporáneamente por el acreedor demandante en el proceso de instancia,
la rectificación de la tasa de intereses anual respecto de la cantidad de dinero
adeudado. Lo anterior constituye una situación que escapa del catálogo de
competencias conferido a esta Sala.
Por ello, se observa que lo que persigue con su queja la peticionaria es que
este Tribunal verifique si los razonamientos que la autoridad demandada con-
signó en su pronunciamiento se ajustan a la exigencia subjetiva del pretensor,
es decir, que se analice si en tales actuaciones se exponen todas las cuestiones,
circunstancias, razonamientos y elementos que –a juicio de la referida parte
actora– debían plasmarse en ellas.
Al respecto, esta Sala ha establecido –v.gr. en el citado Amp. 408-2010–
que, en principio, la jurisdicción constitucional carece de competencia material
para efectuar el análisis relativo a la interpretación y aplicación que las autori-
dades judiciales desarrollen con relación a los enunciados legales que rigen los
trámites cuyo conocimiento les corresponde, pues hacerlo implicaría la irrup-
ción de competencias que, en exclusiva, han sido atribuidas y debe realizarse
por los jueces y tribunales ordinarios.
En ese orden de ideas, se colige que lo expuesto por la pretensora más
que evidenciar una supuesta transgresión a sus derechos fundamentales, se
reduce a plantear un asunto de mera legalidad y de simple inconformidad con
el contenido de la resolución pronunciada el 26-V-2014 por la Jueza de lo Civil
suplente de Santa Tecla en el proceso de instancia que fue clasificado bajo la
referencia 253-E-13 y que rectificó la tasa de intereses anual respecto de la can-
tidad de dinero adeudada por la peticionaria.
De esta forma, ya que el asunto planteado carece de trascendencia cons-
titucional, es pertinente declarar la improcedencia de la demanda de amparo,
por concurrir un defecto en la pretensión que habilita la terminación anormal
del proceso.

123
Amparos / Improcedencias

Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de


Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárase improcedente la demanda de amparo firmada por la señora Lo-
rena Arely M. A., contra actuaciones atribuidas a la Jueza de lo Civil suplen-
te de Santa Tecla, por la presumible vulneración a sus derechos fundamen-
tales, por tratarse de un asunto de mera legalidad que carece de trascen-
dencia constitucional, debido a que aún cuando la parte actora afirma que
existe vulneración a sus derechos fundamentales, los alegatos esgrimidos
únicamente evidencian la inconformidad con el contenido de la decisión
adoptada por la referida autoridad demandada.
2. Notifíquese.
F. MELENDEZ. ---J. B. JAIME.---R. E. GONZALEZ.---C. S. AVILES.---PRONUNCIA-
DO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---J. R. VIDES.---
SRIO.---RUBRICADAS.

682-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las nueve horas y veintiocho minutos del día dieciocho de enero
de dos mil dieciséis.
Analizada la demanda de amparo firmada por los abogados Julio César Fe-
derico y Laura Cristina Preza de Calles, en su calidad de apoderados generales
judiciales con cláusula especial del señor D. A. R. T., junto con la documentación
anexa, se efectúan las siguientes consideraciones:
I. En síntesis, los apoderados del peticionario manifiestan que su represen-
tado ingresó a laborar en la Policía Nacional Civil –en adelante PNC– el 28-V-
1994 desempeñándose como agente policial. Posteriormente, argumenta que
el 26-XII-2000 se le notificó a su mandante que el Director General de la PNC
había ordenado su remoción de la institución policial.
Así, al ser notificado de dicha decisión, expresan que su mandante “acató
con responsabilidad dicha disposición”. Lo anterior, fue efectuado con base en
la normativa transitoria denominada “Régimen Especial para la remoción de
Miembros de la Policía Nacional que incurran en conductas irregulares”.
De igual manera, señalan que el motivo de dicha remoción se debió a que
presuntamente el pretensor “era irresponsable”, sin embargo, en constancia
emitida por el Jefe del Departamento de Registro e Historial Policial de la PNC

124
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

se establece que “... al revisar minuciosamente su expediente e historial de su


servicio que para efecto lleva ese departamento y que (...) su representado D.
A. R. T., no registraba sanciones disciplinarias por faltas leves, graves, ni muy
graves en su expediente policial, constancia [extendida el 25-IX-2012]...”.
Por otra parte, indican que su poderdante estaba contratado bajo el régi-
men laboral de Ley de Salarios y que “... a pesar de ello, no se le siguió un juicio
imparcial en el que pudiera hacer uso de su derecho de audiencia y manifestar
su defensa de acuerdo a la Ley Reguladora de la Garantía de Audiencia de los
Empleados Públicos no comprendidos en la Carrera Administrativa...”.
Por lo antes expuesto, los abogados del peticionario cuestionan la constitu-
cionalidad de las siguientes actuaciones: a) la resolución pronunciada el 26-XII-
2000 por el Director General de la PNC, mediante la cual se impuso al pretensor
la sanción de remoción de la institución policial; b) el visto bueno dado por el
Inspector General de la PNC, por medio del cual se ordenó su retiro de la insti-
tución policial; y c) la decisión pronunciada –sin especificar la fecha de emisión–
por el Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguridad Pública y Justicia, en
la cual se confirmó la aludida resolución.
Dichos actos –a su juicio– le infringieron a su mandante los derechos de
audiencia, defensa, estabilidad laboral y al ejercicio de la carrera policial y la
“... violación a la categoría jurídica de la prohibición de doble juzgamiento, y
a la seguridad jurídica consagrada en la normativa constitucional, así como los
artículos ocho, diez y once de la Convención sobre Derechos Humanos...”.
II. Determinados los argumentos expresados por los abogados de la parte
pretensora corresponde en este apartado exponer los fundamentos jurídicos
de la resolución que se proveerá.
1. Tal como se sostuvo en la resolución del 27-I-2009, pronunciada en el
Amp. 795-2006, este proceso constitucional persigue que se imparta a la per-
sona la protección jurisdiccional contra cualquier acto de autoridad que estime
inconstitucional y que, específicamente, vulnere u obstaculice el ejercicio de los
derechos constitucionales consagrados a su favor.
En ese sentido, para la procedencia de la pretensión de amparo en la etapa
inicial del proceso, es necesario –entre otros requisitos– que el sujeto activo se
autoatribuya alteraciones difusas o concretas en su esfera jurídica derivadas
de los efectos de la existencia de una presunta acción u omisión –lo que en
términos generales de la jurisprudencia constitucional se ha denominado sim-
plemente agravio–. Dicho agravio tiene como requisitos que se produzca con
relación a normas o preceptos de rango constitucional –elemento jurídico– y

125
Amparos / Improcedencias

que genere una afectación difusa o concreta en la esfera jurídica de la persona


justiciable –elemento material–.
Desde esta perspectiva, se ha afirmado que hay ausencia de agravio cons-
titucional cuando el acto u omisión alegado es inexistente o cuando, no obs-
tante concurra una actuación u omisión por parte de la autoridad a quien se le
atribuye la responsabilidad, aquella ha sido legítima, es decir, se ha realizado
dentro del marco constitucional o es incapaz de producir por sí misma una
afrenta en la esfera jurídica constitucional del sujeto que reclama.
Consecuentemente, si la pretensión del actor de amparo no incluye los ele-
mentos antes mencionados, hay ausencia de agravio y la pretensión debe ser
rechazada por existir imposibilidad absoluta de juzgar el caso desde el ámbito
constitucional.
2. A. Por otro lado, en la sentencia del 16-XI-2012, pronunciada en el Amp.
24-2009, este Tribunal sostuvo que el agravio es de tipo actual cuando, no obs-
tante el tiempo transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración
de derechos fundamentales que se alega y el de la presentación de la demanda
de amparo, no hayan desaparecido –es decir, permanezcan en el tiempo– los
efectos jurídicos directos de dicha transgresión en la esfera particular de la per-
sona que solicita el amparo, entendidos tales efectos como la dificultad o im-
posibilidad para continuar ejerciendo materialmente las facultades subjetivas
derivadas de un derecho del cual se tiene o se ha tenido su titularidad.
Entonces, para determinar si un agravio posee actualidad se deberá ana-
lizar –atendiendo a las circunstancias fácticas de cada caso concreto y, en es-
pecial, a la naturaleza de los derechos cuya transgresión se alega– si el lapso
transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración a los derechos
fundamentales y el de la presentación de la demanda no sea consecuencia de
la mera inactividad de quien se encontraba legitimado para promover el res-
pectivo proceso de amparo, pues en el caso de no encontrarse objetivamente
imposibilitado para requerir la tutela de sus derechos y haber dejado transcu-
rrir un plazo razonable sin solicitar su protección jurisdiccional –volviendo con
ello improbable el restablecimiento material de dichos derechos– se entendería
que ya no soporta en su esfera jurídica, al menos de manera directa e inmedia-
ta, los efectos negativos que la actuación impugnada le ha causado y, conse-
cuentemente, que el elemento material del agravio que aparentemente se le
ha ocasionado ha perdido vigencia.
Y es que la finalidad del amparo –restitución en el goce material de dere-
chos fundamentales– pierde sentido en aquellos casos en los que –como se

126
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

acotó en párrafos precedentes– la persona haya dejado transcurrir un plazo


razonable para requerir la tutela jurisdiccional de sus derechos fundamentales
sin haberse encontrado objetivamente imposibilitada para realizarlo, pues tal
situación denotaría que aquella pretende no el restablecimiento de sus dere-
chos sino la mera posibilidad de obtener una indemnización por la transgresión
de la que supuestamente ha sido objeto, es decir, plantearía una pretensión de
carácter pecuniario y no una pretensión de naturaleza estrictamente constitu-
cional.
B. De ahí que, a efecto de determinar la irrazonabilidad o no de la duración
del plazo para promover un proceso de amparo luego de acontecida la vulne-
ración constitucional que se alega, se requiere una evaluación de las circunstan-
cias del caso en concreto atendiendo a criterios objetivos, como pueden serlo:
en primer lugar, la actitud del demandante, en tanto que deberá determinarse
si la dilación es producto de su propia inactividad que, sin causa de justificación
alguna, dejó transcurrir el tiempo sin requerir la protección jurisdiccional res-
pectiva; y en segundo lugar, la complejidad –fáctica o jurídica– de la pretensión
que se formule.
III. Expuestas las consideraciones precedentes, corresponde ahora evaluar
la posibilidad de conocer de las infracciones alegadas por la parte actora en el
presente caso.
1. Los apoderados del demandante pretenden atacar la resolución pronun-
ciada el 26-XII-2000 por el Director General de la PNC, mediante la cual se im-
puso la sanción de remoción de la institución policial; el visto bueno dado por
el Inspector General de la PNC, por medio del cual se ordenó su retiro de la
institución policial; así como la decisión –sin especificar la fecha de emisión– del
Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguridad Pública y Justicia, en la
cual se confirmó la aludida resolución.
Lo anterior, a pesar de que a su mandante únicamente le fueron comuni-
cadas las resoluciones pronunciadas en su contra, sin que presuntamente se le
otorgara una oportunidad real de defensa.
Por lo antes señalado, los abogados de la parte actora estiman que dichos
actos le vulneraron a su representado los derechos de audiencia, defensa, esta-
bilidad laboral y al ejercicio de la carrera policial y “... la violación a la categoría
jurídica de la prohibición de doble juzgamiento, y a la seguridad jurídica consa-
grada en la normativa constitucional, así como los artículos ocho, diez y once
de la Convención sobre Derechos Humanos...”.

127
Amparos / Improcedencias

2. A. Ahora bien, pese a los alegatos expuestos por los apoderados del pre-
tensor se advierte que la resolución del Director General de la PNC, mediante la
cual se impuso la sanción de remoción de la institución policial del peticionario
fue emitida el 26-XII-2000, confirmada por el Tribunal de Apelaciones del Minis-
terio de Seguridad Pública y Justicia –sin precisarse el día específico de esa de-
cisión–; mientras que la demanda de amparo fue presentada el día 30-XI-2015
en la Secretaría de este Tribunal, es decir, el amparo es incoado catorce años y
once meses después de haberse pronunciado la resolución que considera vul-
neró sus derechos fundamentales.
Y es que, debido a la naturaleza jurídica del proceso de amparo, es nece-
sario que, además de que exista un agravio concreto en la esfera jurídica del
peticionario, este debe ser actual, tal como se acotó en los autos de improce-
dencia emitidos el 29-XI-2013 en los Amps. 593-2013 y 678-2013. Así, para que
un reclamo esté debidamente fundamentado debe indicarse cuál es el perjuicio
actual que sufre la parte actora en sus derechos fundamentales.
En efecto, de los términos expuestos en la demanda planteada, se observa
que la parte actora no promovió el amparo durante un lapso prolongado (ca-
torce años y once meses), aspecto que desvirtuaría la actualidad de la afecta-
ción padecida como consecuencia de la decisión de la autoridad demandada.
B. Por otra parte, se advierte que los apoderados del pretensor solicitan en
su demanda que: “... se le paguen a [su] patrocinado, los salarios caídos no per-
cibidos del día [12-XII-2000], hasta el [31-V-2015], haciendo un total de ciento
sesenta y un meses, es decir[,] [$72,491.86] dólares de los Estados Unidos de
América (...). [Así como también] se le pague indemnización por daños y per-
juicios físicos, morales y patrimoniales, equivalentes a [60,000.00]...”. De igual
manera, se observa –de la documentación anexa que los abogados Federico y
Preza de Calles incorporaron al Amp. 691-2015– que el peticionario reingresó
a laborar en la PNC el 24-VII-2015, mediante decisión del Director General de la
PNC establecida en el Acuerdo PNC/DG/N°. A-0881-07-2015.
Al respecto, se evidencia con ello que su pretensión va dirigida no a impug-
nar una transgresión de naturaleza constitucional y, en consecuencia el resta-
blecimiento de sus derechos sino la mera posibilidad de obtener una indemni-
zación por el agravio del que supuestamente ha sido objeto su representado,
por lo que se advierte que están planteando una pretensión de carácter pecu-
niario y no una de naturaleza estrictamente constitucional.
C. En consecuencia, de los términos expuestos por los abogados Julio César
Federico y Laura Cristina Preza de Calles en su demanda, se advierte que no
se está en presencia de un agravio actual en la esfera jurídica del peticionario,

128
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

puesto que la resolución que presuntamente vulneró los derechos fundamen-


tales de aquel fue emitida por el Director General de la PNC el 26-XII-2000, de
lo cual no se infiere la existencia de un perjuicio actual respecto de los efectos
negativos que las actuaciones impugnadas le han causado y, consecuentemen-
te, el elemento material del agravio que aparentemente se le ha ocasionado
ha perdido vigencia. Además, que se ha evidenciado que el propósito de su
demanda es obtener una indemnización y no el restablecimiento del derecho
fundamental presuntamente vulnerado.
3. En definitiva, con arreglo a las circunstancias expuestas, se concluye que
este Tribunal se encuentra imposibilitado para controlar la constitucionalidad
de las actuaciones cuestionadas, debido a que no se observa actualidad en el
agravio respecto de la esfera jurídica del peticionario con relación a los actos
reclamados. Así como también, debido a que su pretensión va encaminada a
la satisfacción de un interés pecuniario, lo cual no es el objetivo que persigue
el proceso constitucional de amparo. De esta forma, es pertinente declarar la
improcedencia de la demanda de amparo, por concurrir un defecto en la pre-
tensión que habilita la terminación anormal del proceso.
Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por los aboga-
dos Julio César Federico y Laura Cristina Preza de Calles, en su calidad de
apoderados generales judiciales con cláusula especial del señor D. A. R. T.,
contra actuaciones del Director General de la PNC y del Tribunal de Apela-
ciones del Ministerio de Seguridad Pública y Justicia, en virtud de que existe
ausencia de agravio actual, ya que la parte actora no promovió el amparo
durante un lapso prolongado (catorce años y once meses), aspecto que
desvirtuaría la actualidad de la afectación padecida como consecuencia de
la decisión de la autoridad demandada. Así como también por advertirse
que su pretensión se limita a la satisfacción de un interés pecuniario de
obtener una indemnización por el presunto agravio constitucional ocasio-
nado por los actos reclamados cuando este ya ha sido reincorporado a la
PNC.
2. Tome nota la Secretaría de este Tribunal del lugar y medio técnico señalado
por los abogados de la parte actora para oír notificaciones.
3. Notifíquese.
F. MELENDEZ. ---J. B. JAIME. ---R. E. GONZALEZ.---PRONUNCIADO POR LOS
SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---J. R. VIDES.---SRIO.---RUBRICA-
DAS.

129
Amparos / Improcedencias

683-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las nueve horas y veinticinco minutos del día dieciocho de enero
de dos mil dieciséis.
Analizada la demanda de amparo firmada por los abogados Julio César Fe-
derico y Laura Cristina Preza de Calles, en su calidad de apoderados generales
judiciales con cláusula especial del señor F. A. R. R., junto con la documentación
anexa, se efectúan las siguientes consideraciones:
I. En síntesis, los apoderados del peticionario manifiestan que su represen-
tado ingresó a laborar en la Policía Nacional Civil –en adelante PNC– el 16-XI-
1994 desempeñándose como cabo. Posteriormente, señala que su mandante
solicitó permiso sin goce de sueldo por el período correspondiente del 1-VII-
2000 hasta el 1-VII-2001, permiso que fue autorizado mediante Memorándum
N° DLUJ 139/00 del 6-II-2000.
Así, narra que el 2-VII-2001 el Director de dicha institución policial ordenó
que se le notificara su remoción de la institución policial y al ser notificado, su
representado “acató con responsabilidad dicha disposición”. Lo anterior, fue
efectuado con base en la normativa transitoria denominada “Régimen Especial
para la remoción de Miembros de la Policía Nacional que incurran en conductas
irregulares”.
Sobre dicha destitución alegan que se fundó en que su mandante era
“irresponsable”; sin embargo, “... en constancias de fecha [20-XI-2009] emitida
por la misma inspectoría de la [PNC], manifiesta que al Cabo F. A. R. R., no se
le encontraron faltas disciplinarias incumplidas pendientes, sin embargo fue re-
movido de la institución [policial]...”. Lo anterior, a pesar que el cuerpo legal en
el que se basó dicha remoción ya no se encontraba vigente al momento de su
aplicación, puesto que la vigencia de la aludida normativa finalizó el 26-II-2001.
Por otra parte, indican que su poderdante estaba contratado bajo el régi-
men laboral de Ley de Salarios y que “... a pesar de ello, no se le siguió un juicio
imparcial en el que pudiera hacer uso de su derecho de audiencia y manifestar
su defensa de acuerdo a la Ley Reguladora de la Garantía de Audiencia de los
Empleados Públicos no comprendidos en la Carrera Administrativa...”.
Por lo antes expuesto, los abogados del peticionario cuestionan la constitu-
cionalidad de las siguientes actuaciones: a) la resolución pronunciada el 12-XII-
2000 por el Director General de la PNC, mediante la cual se impuso al pretensor
la sanción de remoción de la institución policial; b) el visto bueno dado por el
Inspector General de la PNC, por medio del cual se ordenó su retiro de la insti-

130
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

tución policial; y c) la decisión pronunciada –sin especificar la fecha de emisión–


por el Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguridad Pública y Justicia, en
la cual se confirmó la aludida resolución.
Dichos actos –a su juicio– le infringieron a su mandante los derechos de
audiencia, defensa, estabilidad laboral y al ejercicio de la carrera policial y la “...
violación a la categoría jurídica de la prohibición de doble juzgamiento, y a la
seguridad jurídica consagrada en la normativa constitucional...”.
II. Determinados los argumentos expresados por los abogados de la parte
pretensora corresponde en este apartado exponer los fundamentos jurídicos
de la resolución que se proveerá.
1. Tal como se sostuvo en la resolución del 27-I-2009, pronunciada en el
Amp. 795-2006, este proceso constitucional persigue que se imparta a la per-
sona la protección jurisdiccional contra cualquier acto de autoridad que estime
inconstitucional y que, específicamente, vulnere u obstaculice el ejercicio de los
derechos constitucionales consagrados a su favor.
En ese sentido, para la procedencia de la pretensión de amparo en la etapa
inicial del proceso, es necesario –entre otros requisitos– que el sujeto activo se
autoatribuya alteraciones difusas o concretas en su esfera jurídica derivadas
de los efectos de la existencia de una presunta acción u omisión –lo que en
términos generales de la jurisprudencia constitucional se ha denominado sim-
plemente agravio–. Dicho agravio tiene como requisitos que se produzca con
relación a normas o preceptos de rango constitucional –elemento jurídico– y
que genere una afectación difusa o concreta en la esfera jurídica de la persona
justiciable –elemento material–.
Desde esta perspectiva, se ha afirmado que hay ausencia de agravio cons-
titucional cuando el acto u omisión alegado es inexistente o cuando, no obs-
tante concurra una actuación u omisión por parte de la autoridad a quien se le
atribuye la responsabilidad, aquella ha sido legítima, es decir, se ha realizado
dentro del marco constitucional o es incapaz de producir por sí misma una
afrenta en la esfera jurídica constitucional del sujeto que reclama.
Consecuentemente, si la pretensión del actor de amparo no incluye los ele-
mentos antes mencionados, hay ausencia de agravio y la pretensión debe ser
rechazada por existir imposibilidad absoluta de juzgar el caso desde el ámbito
constitucional.
2. A. Por otro lado, en la sentencia del 16-XI-2012, pronunciada en el Amp.
24-2009, este Tribunal sostuvo que el agravio es de tipo actual cuando, no obs-
tante el tiempo transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración
de derechos fundamentales que se alega y el de la presentación de la demanda

131
Amparos / Improcedencias

de amparo, no hayan desaparecido –es decir, permanezcan en el tiempo– los


efectos jurídicos directos de dicha transgresión en la esfera particular de la per-
sona que solicita el amparo, entendidos tales efectos como la dificultad o im-
posibilidad para continuar ejerciendo materialmente las facultades subjetivas
derivadas de un derecho del cual se tiene o se ha tenido su titularidad.
Entonces, para determinar si un agravio posee actualidad se deberá ana-
lizar –atendiendo a las circunstancias fácticas de cada caso concreto y, en es-
pecial, a la naturaleza de los derechos cuya transgresión se alega– si el lapso
transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración a los derechos
fundamentales y el de la presentación de la demanda no sea consecuencia de
la mera inactividad de quien se encontraba legitimado para promover el res-
pectivo proceso de amparo, pues en el caso de no encontrarse objetivamente
imposibilitado para requerir la tutela de sus derechos y haber dejado transcu-
rrir un plazo razonable sin solicitar su protección jurisdiccional –volviendo con
ello improbable el restablecimiento material de dichos derechos– se entendería
que ya no soporta en su esfera jurídica, al menos de manera directa e inmedia-
ta, los efectos negativos que la actuación impugnada le ha causado y, conse-
cuentemente, que el elemento material del agravio que aparentemente se le
ha ocasionado ha perdido vigencia.
Y es que la finalidad del amparo –restitución en el goce material de dere-
chos fundamentales– pierde sentido en aquellos casos en los que –como se
acotó en párrafos precedentes– la persona haya dejado transcurrir un plazo
razonable para requerir la tutela jurisdiccional de sus derechos fundamentales
sin haberse encontrado objetivamente imposibilitada para realizarlo, pues tal
situación denotaría que aquella pretende no el restablecimiento de sus dere-
chos sino la mera posibilidad de obtener una indemnización por la transgresión
de la que supuestamente ha sido objeto, es decir, plantearía una pretensión de
carácter pecuniario y no una pretensión de naturaleza estrictamente constitu-
cional.
B. De ahí que, a efecto de determinar la irrazonabilidad o no de la duración
del plazo para promover un proceso de amparo luego de acontecida la vulne-
ración constitucional que se alega, se requiere una evaluación de las circunstan-
cias del caso en concreto atendiendo a criterios objetivos, como pueden serlo:
en primer lugar, la actitud del demandante, en tanto que deberá determinarse
si la dilación es producto de su propia inactividad que, sin causa de justificación
alguna, dejó transcurrir el tiempo sin requerir la protección jurisdiccional res-
pectiva; y en segundo lugar, la complejidad –fáctica o jurídica– de la pretensión
que se formule.

132
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

III. Expuestas las consideraciones precedentes, corresponde ahora evaluar


la posibilidad de conocer de las infracciones alegadas por la parte actora en el
presente caso.
1. Los apoderados del demandante pretenden atacar la resolución pronun-
ciada el 12-XII-2000 por el Director General de la PNC, mediante la cual se im-
puso la sanción de remoción de la institución policial; el visto bueno dado por
el Inspector General de la PNC, por medio del cual se ordenó su retiro de la
institución policial; así como la decisión –sin especificar la fecha de emisión– del
Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguridad Pública y Justicia, en la
cual se confirmó la aludida resolución.
Lo anterior, a pesar de que a su mandante únicamente le fueron comuni-
cadas las resoluciones pronunciadas en su contra, sin que le otorgara presun-
tamente una oportunidad real de defensa y además que dicha remoción se
fundamentó en la aplicación de una normativa que no se encontraba vigente
al momento de hacerse efectiva la aludida destitución.
Por lo antes señalado, los abogados de la parte actora estiman que dichos
actos le vulneraron a su representado los derechos de audiencia, defensa, esta-
bilidad laboral y al ejercicio de la carrera policial y “... la violación a la categoría
jurídica de la prohibición de doble juzgamiento, y a la seguridad jurídica consa-
grada en la normativa constitucional...”.
2. A. Ahora bien, pese a los alegatos expuestos por los apoderados del pre-
tensor se advierte que la resolución del Director General de la PNC, mediante
la cual se impuso la sanción de remoción de la institución policial del peticio-
nario fue emitida el 12-XII-2000, confirmada por Tribunal de Apelaciones del
Ministerio de Seguridad Pública y Justicia –sin precisarse el día específico de
esa decisión–; mientras que la demanda de amparo fue presentada el día 30-XI-
2015 en la Secretaría de este Tribunal, es decir, el amparo es incoado casi quince
años después de haberse pronunciado la resolución que considera vulneró sus
derechos fundamentales.
Y es que, debido a la naturaleza jurídica del proceso de amparo, es nece-
sario que, además de que exista un agravio concreto en la esfera jurídica del
peticionario, este debe ser actual, tal como se acotó en los autos de improce-
dencia emitidos el 29-XI-2013 en los Amps. 593-2013 y 678-2013. Así, para que
un reclamo esté debidamente fundamentado debe indicarse cuál es el perjuicio
actual que sufre la parte actora en sus derechos fundamentales.
En efecto, de los términos expuestos en la demanda planteada, se obser-
va que la parte actora no promovió el amparo durante un lapso prolongado
(quince años), aspecto que desvirtuaría la actualidad de la afectación padecida
como consecuencia de la decisión de la autoridad demandada.

133
Amparos / Improcedencias

B. Por otra parte, se advierte que los apoderados del pretensor solicitan en
su demanda que: “... se le pague a [su] patrocinado, los salarios caídos no per-
cibidos del día [2-VII-2001], hasta el [24-VII-2015], haciendo un total de ciento
cincuenta y cinco meses, es decir[,] [$80,156.70] dólares de los Estados Unidos
de América (...). [Así como también] se le pague indemnización por daños y
perjuicios físicos, morales y patrimoniales, equivalentes a [98,305.65]...” [ma-
yúsculas suprimidas]. De igual manera, se observa –de la documentación anexa
que los abogados Federico y Preza de Calles incorporaron al Amp. 691-2015–
que el peticionario reingresó a laborar en la PNC el 24-VII-2015, mediante de-
cisión del Director General de la PNC establecida en el Acuerdo PNC/DG/N°.
A-0881-07-2015.
Al respecto, se evidencia con ello que su pretensión va dirigida no a impug-
nar una transgresión de naturaleza constitucional y, en consecuencia el resta-
blecimiento de sus derechos sino la mera posibilidad de obtener una indemni-
zación por el agravio del que supuestamente ha sido objeto su representado,
por lo que se advierte que están planteando una pretensión de carácter pecu-
niario y no una de naturaleza estrictamente constitucional.
C. En consecuencia, de los términos expuestos por los abogados Julio César
Federico y Laura Cristina Preza de Calles en su demanda, se advierte que no
se está en presencia de un agravio actual en la esfera jurídica del peticionario,
puesto que la resolución que presuntamente vulneró los derechos fundamen-
tales de aquel fue emitida por el Director General de la PNC el 12-XII-2000, de
lo cual no se infiere la existencia de un perjuicio actual respecto de los efectos
negativos que las actuaciones impugnadas le han causado y, consecuentemen-
te, el elemento material del agravio que aparentemente se le ha ocasionado
ha perdido vigencia. Además, que se ha evidenciado que el propósito de su
demanda es obtener una indemnización y no el restablecimiento del derecho
fundamental presuntamente vulnerado.
3. En definitiva, con arreglo a las circunstancias expuestas, se concluye que
este Tribunal se encuentra imposibilitado para controlar la constitucionalidad
de las actuaciones cuestionadas, debido a que no se observa actualidad en el
agravio respecto de la esfera jurídica del peticionario con relación a los actos
reclamados. Así como también, debido a que su pretensión va encaminada a
la satisfacción de un interés pecuniario, lo cual no es el objetivo que persigue
el proceso constitucional de amparo. De esta forma, es pertinente declarar la
improcedencia de la demanda de amparo, por concurrir un defecto en la pre-
tensión que habilita la terminación anormal del proceso.

134
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de


Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por los aboga-
dos Julio César Federico y Laura Cristina Preza de Calles, en su calidad de
apoderados generales judiciales con cláusula especial del señor F. A. R. R.,
contra actuaciones del Director General de la PNC y del Tribunal de Apela-
ciones del Ministerio de Seguridad Pública y Justicia, en virtud de que existe
ausencia de agravio actual, ya que la parte actora no promovió el amparo
durante un lapso prolongado (quince años), aspecto que desvirtuaría la ac-
tualidad de la afectación padecida como consecuencia de la decisión de la
autoridad demandada. Así como también por advertirse que su pretensión
se limita a la satisfacción de un interés pecuniario de obtener una indem-
nización por el presunto agravio constitucional ocasionado por los actos
reclamados cuando este ya ha sido reincorporado a la PNC.
2. Tome nota la Secretaría de este Tribunal del lugar y medio técnico señalado
por los abogados de la parte actora para oír notificaciones.
3. Notifíquese.
F. MELENDEZ.---J. B. JAIME. ---R. E. GONZALEZ.---PRONUNCIADO POR LOS
SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---J. R. VIDES.---SRIO.---RUBRI-
CADAS.

690-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las nueve horas y veintidós minutos del día dieciocho de enero
de dos mil dieciséis.
Analizada la demanda de amparo firmada por los abogados Julio César Fe-
derico y Laura Cristina Preza de Calles, en su calidad de apoderados generales
judiciales con cláusula especial del señor S. M. R. R., junto con la documenta-
ción anexa, se efectúan las siguientes consideraciones:
I. En síntesis, los apoderados del peticionario manifiestan que su represen-
tado ingresó a laborar en la Policía Nacional Civil –en adelante PNC– el 3-VI-
1996 desempeñándose como Técnico Contable IV. Posteriormente, argumenta
que el 3-II-2001 la Dirección General de la PNC ordenó que se le notificara su
remoción de la institución policial. Lo anterior, fue efectuado con base en el
“Régimen Especial para la remoción de Miembros de la Policía Nacional que
incurran en conductas irregulares”.

135
Amparos / Improcedencias

De igual manera, señalan que el motivo de dicha destitución se debió a que


presuntamente el pretensor “era irresponsable”, sin embargo, en constancia
emitida por el Departamento de Registro e Historial Policial de la PNC del 22-X-
2015, se establece que “… al revisar minuciosamente su expediente e historial
de servicio se constató que [su] representado (...) señor S. M. R. R., no registra[-
ba] sanciones disciplinarias por faltas leves, graves, ni muy graves en su historial
de servicio hasta esta fecha (sic)...”.
Por otra parte, indican que su poderdante estaba contratado bajo el régi-
men laboral de Ley de Salarios y que “... a pesar de ello, no se le siguió un juicio
imparcial en el que pudiera hacer uso de su derecho de audiencia y manifestar
su defensa de acuerdo a la Ley Reguladora de la Garantía de Audiencia de los
Empleados Públicos no comprendidos en la Carrera Administrativa...”.
Por lo antes expuesto, los abogados del peticionario cuestionan la constitu-
cionalidad de las siguientes actuaciones: a) la resolución pronunciada el 12-XII-
2000 por el Director General de la PNC, mediante la cual se impuso la sanción
de remoción de la institución policial; b) el visto bueno dado por el Inspector
General de la PNC, por medio del cual se ordenó su retiro de la institución
policial; y c) la decisión pronunciada –sin especificar la fecha de emisión– por
el Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguridad Pública y Justicia, en la
cual se confirmó la aludida resolución.
Dichos actos –a su juicio– le infringieron a su mandante los derechos de
audiencia, defensa, estabilidad laboral y al ejercicio de la carrera policial y la “...
violación a la categoría jurídica de la prohibición de doble juzgamiento, consa-
grada en la normativa constitucional...”.
II. Determinados los argumentos expresados por los abogados de la parte
pretensora corresponde en este apartado exponer los fundamentos jurídicos
de la resolución que se proveerá.
1. Tal como se sostuvo en la resolución del 27-I-2009, pronunciada en el
Amp. 795- 2006, este proceso constitucional persigue que se imparta a la per-
sona la protección jurisdiccional contra cualquier acto de autoridad que estime
inconstitucional y que, específicamente, vulnere u obstaculice el ejercicio de los
derechos constitucionales consagrados a su favor.
En ese sentido, para la procedencia de la pretensión de amparo en la etapa
inicial del proceso, es necesario –entre otros requisitos– que el sujeto activo se
autoatribuya alteraciones difusas o concretas en su esfera jurídica derivadas
de los efectos de la existencia de una presunta acción u omisión –lo que en
términos generales de la jurisprudencia constitucional se ha denominado sim-

136
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

plemente agravio–. Dicho agravio tiene como requisitos que se produzca con
relación a normas o preceptos de rango constitucional –elemento jurídico– y
que genere una afectación difusa o concreta en la esfera jurídica de la persona
justiciable –elemento material–.
Desde esta perspectiva, se ha afirmado que hay ausencia de agravio cons-
titucional cuando el acto u omisión alegado es inexistente o cuando, no obs-
tante concurra una actuación u omisión por parte de la autoridad a quien se le
atribuye la responsabilidad, aquella ha sido legítima, es decir, se ha realizado
dentro del marco constitucional o es incapaz de producir por sí misma una
afrenta en la esfera jurídica constitucional del sujeto que reclama.
Consecuentemente, si la pretensión del actor de amparo no incluye los ele-
mentos antes mencionados, hay ausencia de agravio y la pretensión debe ser
rechazada por existir imposibilidad absoluta de juzgar el caso desde el ámbito
constitucional.
2. A. Por otro lado, en la sentencia del 16-XI-2012, pronunciada en el Amp.
24-2009, este Tribunal sostuvo que el agravio es de tipo actual cuando, no obs-
tante el tiempo transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración
de derechos fundamentales que se alega y el de la presentación de la demanda
de amparo, no hayan desaparecido –es decir, permanezcan en el tiempo– los
efectos jurídicos directos de dicha transgresión en la esfera particular de la per-
sona que solicita el amparo, entendidos tales efectos como la dificultad o im-
posibilidad para continuar ejerciendo materialmente las facultades subjetivas
derivadas de un derecho del cual se tiene o se ha tenido su titularidad.
Entonces, para determinar si un agravio posee actualidad se deberá ana-
lizar –atendiendo a las circunstancias fácticas de cada caso concreto y, en es-
pecial, a la naturaleza de los derechos cuya transgresión se alega– si el lapso
transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración a los derechos
fundamentales y el de la presentación de la demanda no sea consecuencia de
la mera inactividad de quien se encontraba legitimado para promover el res-
pectivo proceso de amparo, pues en el caso de no encontrarse objetivamente
imposibilitado para requerir la tutela de sus derechos y haber dejado transcu-
rrir un plazo razonable sin solicitar su protección jurisdiccional –volviendo con
ello improbable el restablecimiento material de dichos derechos– se entendería
que ya no soporta en su esfera jurídica, al menos de manera directa e inmedia-
ta, los efectos negativos que la actuación impugnada le ha causado y, conse-
cuentemente, que el elemento material del agravio que aparentemente se le
ha ocasionado ha perdido vigencia.

137
Amparos / Improcedencias

Y es que la finalidad del amparo –restitución en el goce material de dere-


chos fundamentales– pierde sentido en aquellos casos en los que –como se
acotó en párrafos precedentes– la persona haya dejado transcurrir un plazo
razonable para requerir la tutela jurisdiccional de sus derechos fundamentales
sin haberse encontrado objetivamente imposibilitada para realizarlo, pues tal
situación denotaría que aquella pretende no el restablecimiento de sus dere-
chos sino la mera posibilidad de obtener una indemnización por la transgresión
de la que supuestamente ha sido objeto, es decir, plantearía una pretensión de
carácter pecuniario y no una pretensión de naturaleza estrictamente constitu-
cional.
B. De ahí que, a efecto de determinar la irrazonabilidad o no de la duración
del plazo para promover un proceso de amparo luego de acontecida la vulne-
ración constitucional que se alega, se requiere una evaluación de las circunstan-
cias del caso en concreto atendiendo a criterios objetivos, como pueden serlo:
en primer lugar, la actitud del demandante, en tanto que deberá determinarse
si la dilación es producto de su propia inactividad que, sin causa de justificación
alguna, dejó transcurrir el tiempo sin requerir la protección jurisdiccional res-
pectiva; y en segundo lugar, la complejidad –fáctica o jurídica– de la pretensión
que se formule.
III. Expuestas las consideraciones precedentes, corresponde ahora evaluar
la posibilidad de conocer de las infracciones alegadas por la parte actora en el
presente caso.
1. Los apoderados del demandante pretenden atacar la resolución pronun-
ciada el 12-XII-2000 por el Director General de la PNC, mediante la cual se im-
puso la sanción de remoción de la institución policial; el visto bueno dado por
el Inspector General de la PNC, por medio del cual se ordenó su retiro de la
institución policial; así como la decisión –sin especificar la fecha de emisión– del
Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguridad Pública y Justicia, en la
cual se confirmó la aludida resolución.
Lo anterior, a pesar de que a su mandante únicamente le fueron comuni-
cadas las resoluciones pronunciadas en su contra, sin que le otorgara presunta-
mente una oportunidad real de defensa.
Por lo antes señalado, los abogados de la parte actora estiman que dichos
actos le vulneraron a su representado los derechos de audiencia, defensa, esta-
bilidad laboral y al ejercicio de la carrera policial y “... la violación a la categoría
jurídica de la prohibición de doble juzgamiento, consagrada en la normativa
constitucional...”.

138
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

2. A. Ahora bien, pese a los alegatos expuestos por los apoderados del pre-
tensor se advierte que la resolución del Director General de la PNC, mediante
la cual se impuso la sanción de remoción de la institución policial del peticio-
nario fue emitida el 12-XII-2000, confirmada por el Tribunal de Apelaciones del
Ministerio de Seguridad Pública y Justicia –sin precisarse el día específico de
esa decisión–; mientras que la demanda de amparo fue presentada el día 2-XII-
2015 en la Secretaría de este Tribunal, es decir, el amparo es incoado casi quince
años después de haberse pronunciado la resolución que considera vulneró sus
derechos fundamentales.
Y es que, debido a la naturaleza jurídica del proceso de amparo, es nece-
sario que, además de que exista un agravio concreto en la esfera jurídica del
peticionario, este debe ser actual, tal como se acotó en los autos de improce-
dencia emitidos el 29-XI-2013 en los Amps. 593-2013 y 678-2013. Así, para que
un reclamo esté debidamente fundamentado debe indicarse cuál es el perjuicio
actual que sufre la parte actora en sus derechos fundamentales.
En efecto, de los términos expuestos en la demanda planteada, se obser-
va que la parte actora no promovió el amparo durante un lapso prolongado
(quince años), aspecto que desvirtuaría la actualidad de la afectación padecida
como consecuencia de la decisión de la autoridad demandada.
B. Por otra parte, se advierte que los apoderados del pretensor solicitan
en su demanda que: “... se le paguen a [su] patrocinado, los salarios caídos no
percibidos del día [2-II-2001], hasta el [31-V-2015], haciendo un total de ciento
sesenta meses, es decir[,] [$101,280.60] dólares de los Estados Unidos de Amé-
rica (...). [Así como también] se le pague indemnización por daños y perjui-
cios físicos, morales y patrimoniales, equivalentes a [60,000.00]...” [mayúsculas
suprimidas]. De igual manera, se observa de la documentación anexa que el
peticionario fue propuesto por el Tribunal de Ingreso y Ascenso de la PNC me-
diante resolución del 17-III-2015 para que fuese reincorporado a la institución
policial por el Director General de la PNC.
Al respecto, se evidencia con ello que su pretensión va dirigida no a impug-
nar una transgresión de naturaleza constitucional y, en consecuencia el resta-
blecimiento de sus derechos sino la mera posibilidad de obtener una indemni-
zación por el agravio del que supuestamente ha sido objeto su representado,
por lo que se advierte que están planteando una pretensión de carácter pecu-
niario y no una de naturaleza estrictamente constitucional.
C. En consecuencia, de los términos expuestos por los abogados Julio Cé-
sar Federico y Laura Cristina Preza de Calles en su demanda, se advierte que

139
Amparos / Improcedencias

no se está en presencia de un agravio actual en la esfera jurídica del señor S.


M. R. R., puesto que la resolución que presuntamente vulneró sus derechos
fundamentales fue emitida por el Director General de la PNC el 12-XII-2000,
de lo cual no se infiere la existencia de un perjuicio actual respecto de los
efectos negativos que las actuaciones impugnadas le han causado y, conse-
cuentemente, el elemento material del agravio que aparentemente se le ha
ocasionado ha perdido vigencia. Además, que se ha evidenciado que el pro-
pósito de su demanda es obtener una indemnización y no el restablecimiento
del derecho fundamental presuntamente vulnerado.
3. En definitiva, con arreglo a las circunstancias expuestas, se concluye que
este Tribunal se encuentra imposibilitado para controlar la constitucionalidad
de las actuaciones cuestionadas, debido a que no se observa actualidad en el
agravio respecto de la esfera jurídica del peticionario con relación a los actos
reclamados. Así como también, debido a que su pretensión va encaminada a
la satisfacción de un interés pecuniario, lo cual no es el objetivo que persigue
el proceso constitucional de amparo. De esta forma, es pertinente declarar la
improcedencia de la demanda de amparo, por concurrir un defecto en la pre-
tensión que habilita la terminación anormal del proceso.
Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por los aboga-
dos Julio César Federico y Laura Cristina Preza de Calles, en su calidad de
apoderados generales judiciales con cláusula especial del señor S. M. R. R.,
contra actuaciones del Director General de la PNC y del Tribunal de Apela-
ciones del Ministerio de Seguridad Pública y Justicia, en virtud de que existe
ausencia de agravio actual, ya que la parte actora no promovió el amparo
durante un lapso prolongado (quince años), aspecto que desvirtuaría la ac-
tualidad de la afectación padecida como consecuencia de la decisión de la
autoridad demandada. Así como también por advertirse que su pretensión
se limita a la satisfacción de un interés pecuniario de obtener una indem-
nización por el presunto agravio constitucional ocasionado por los actos
reclamados cuando –todo indica que– este ya ha sido reincorporado a la
PNC.
2. Tome nota la Secretaría de este Tribunal del lugar y medio técnico señalado
por los apoderados de la parte actora para oír notificaciones.
3. Notifíquese.
F. MELENDEZ. ---J. B. JAIME. ---R. E. GONZALEZ.---PRONUNCIADO POR LOS
SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---J. R. VIDES.---SRIO.---RUBRICA-
DAS.

140
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

691-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las nueve horas y veintinueve minutos del día dieciocho de ene-
ro de dos mil dieciséis.
Analizada la demanda de amparo firmada por los abogados Julio César Fe-
derico y Laura Cristina Preza de Calles, en su calidad de apoderados generales
judiciales con cláusula especial del señor J. A. A. M., junto con la documenta-
ción anexa, se efectúan las siguientes consideraciones:
I. En síntesis, los apoderados del peticionario manifiestan que su represen-
tado ingresó a laborar en la Policía Nacional Civil –en adelante PNC– el 15-III-
1994 desempeñándose como agente policial. Posteriormente, argumenta que
el 7-XII-2000 la Dirección General de la PNC ordenó que se le notificara su remo-
ción de la institución policial. Lo anterior, fue efectuado con base en el “Régi-
men Especial para la remoción de Miembros de la Policía Nacional que incurran
en conductas irregulares” y que debía aceptar la notificación de remoción y “...
a la ve[z] le obligan a desistir de[l] recurso de apelación, para tales efectos le
entregaron un modelo y que fue rellenado por [su] cliente...”.
Así, al ser notificado, su representado “acató con responsabilidad dicha dis-
posición”. Al respecto, señala que su poderdante “... no tuvo la oportunidad de
contrariar la resolución del Director de la PNC, violando con ello sus derechos
de audiencia, defensa, estabilidad laboral y al ejercicio de la carrera policial y
la violación a la categoría jurídica de la prohibición de doble juzgamiento y a
la seguridad jurídica, consagrada en la normativa constitucional...”. Asimismo,
indica que el régimen laboral de su mandante era de Ley de Salarios.
Por lo antes expuesto, los abogados del peticionario cuestionan la constitu-
cionalidad de las siguientes actuaciones: a) la resolución pronunciada el 7-XII-
2000 por el Director General de la PNC, mediante la cual se impuso la sanción
de remoción de la institución policial; b) el visto bueno dado por el Inspector
General de la PNC, por medio del cual se ordenó su retiro de la institución
policial; y c) la decisión pronunciada –sin especificar la fecha de emisión– por
el Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguridad Pública y Justicia, en la
cual se confirmó la aludida resolución.
Dichos actos –a su juicio– le infringieron a su mandante los derechos de
audiencia, defensa, estabilidad laboral y al ejercicio de la carrera policial y la “...
violación a la categoría jurídica de la prohibición de doble juzgamiento, y a la
seguridad jurídica, consagrada en la normativa constitucional...”.

141
Amparos / Improcedencias

II. Determinados los argumentos expresados por los abogados de la parte


pretensora corresponde en este apartado exponer los fundamentos jurídicos
de la resolución que se proveerá.
1. Tal como se sostuvo en la resolución del 27-I-2009, pronunciada en el
Amp. 795- 2006, este proceso constitucional persigue que se imparta a la per-
sona la protección jurisdiccional contra cualquier acto de autoridad que estime
inconstitucional y que, específicamente, vulnere u obstaculice el ejercicio de los
derechos constitucionales consagrados a su favor.
En ese sentido, para la procedencia de la pretensión de amparo en la etapa
inicial del proceso, es necesario –entre otros requisitos– que el sujeto activo se
autoatribuya alteraciones difusas o concretas en su esfera jurídica derivadas
de los efectos de la existencia de una presunta acción u omisión –lo que en
términos generales de la jurisprudencia constitucional se ha denominado sim-
plemente agravio–. Dicho agravio tiene como requisitos que se produzca con
relación a normas o preceptos de rango constitucional –elemento jurídico– y
que genere una afectación difusa o concreta en la esfera jurídica de la persona
justiciable –elemento material–.
Desde esta perspectiva, se ha afirmado que hay ausencia de agravio cons-
titucional cuando el acto u omisión alegado es inexistente o cuando, no obs-
tante concurra una actuación u omisión por parte de la autoridad a quien se le
atribuye la responsabilidad, aquella ha sido legítima, es decir, se ha realizado
dentro del marco constitucional o es incapaz de producir por sí misma una
afrenta en la esfera jurídica constitucional del sujeto que reclama.
Consecuentemente, si la pretensión del actor de amparo no incluye los ele-
mentos antes mencionados, hay ausencia de agravio y la pretensión debe ser
rechazada por existir imposibilidad absoluta de juzgar el caso desde el ámbito
constitucional.
2. A. Por otro lado, en la sentencia del 16-XI-2012, pronunciada en el Amp.
24-2009, este Tribunal sostuvo que el agravio es de tipo actual cuando, no obs-
tante el tiempo transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración
de derechos fundamentales que se alega y el de la presentación de la demanda
de amparo, no hayan desaparecido –es decir, permanezcan en el tiempo– los
efectos jurídicos directos de dicha transgresión en la esfera particular de la per-
sona que solicita el amparo, entendidos tales efectos como la dificultad o im-
posibilidad para continuar ejerciendo materialmente las facultades subjetivas
derivadas de un derecho del cual se tiene o se ha tenido su titularidad.
Entonces, para determinar si un agravio posee actualidad se deberá ana-
lizar –atendiendo a las circunstancias fácticas de cada caso concreto y, en es-

142
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

pecial, a la naturaleza de los derechos cuya transgresión se alega– si el lapso


transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración a los derechos
fundamentales y el de la presentación de la demanda no sea consecuencia de
la mera inactividad de quien se encontraba legitimado para promover el res-
pectivo proceso de amparo, pues en el caso de no encontrarse objetivamente
imposibilitado para requerir la tutela de sus derechos y haber dejado transcu-
rrir un plazo razonable sin solicitar su protección jurisdiccional –volviendo con
ello improbable el restablecimiento material de dichos derechos– se entendería
que ya no soporta en su esfera jurídica, al menos de manera directa e inmedia-
ta, los efectos negativos que la actuación impugnada le ha causado y, conse-
cuentemente, que el elemento material del agravio que aparentemente se le
ha ocasionado ha perdido vigencia.
Y es que la finalidad del amparo –restitución en el goce material de dere-
chos fundamentales– pierde sentido en aquellos casos en los que –como se
acotó en párrafos precedentes– la persona haya dejado transcurrir un plazo
razonable para requerir la tutela jurisdiccional de sus derechos fundamentales
sin haberse encontrado objetivamente imposibilitada para realizarlo, pues tal
situación denotaría que aquella pretende no el restablecimiento de sus dere-
chos sino la mera posibilidad de obtener una indemnización por la transgresión
de la que supuestamente ha sido objeto, es decir, plantearía una pretensión de
carácter pecuniario y no una pretensión de naturaleza estrictamente constitu-
cional.
B. De ahí que, a efecto de determinar la irrazonabilidad o no de la duración
del plazo para promover un proceso de amparo luego de acontecida la vulne-
ración constitucional que se alega, se requiere una evaluación de las circunstan-
cias del caso en concreto atendiendo a criterios objetivos, como pueden serlo:
en primer lugar, la actitud del demandante, en tanto que deberá determinarse
si la dilación es producto de su propia inactividad que, sin causa de justificación
alguna, dejó transcurrir el tiempo sin requerir la ^’ protección jurisdiccional res-
pectiva; y en segundo lugar, la complejidad –fáctica o jurídica– de la pretensión
que se formule.
III. Expuestas las consideraciones precedentes, corresponde ahora evaluar
la posibilidad de conocer de las infracciones alegadas por la parte actora en el
presente caso.
1. Los apoderados del demandante pretenden atacar la resolución pronun-
ciada el 7- XII-2000 por el Director General de la PNC, mediante la cual se im-
puso la sanción de remoción de la institución policial; el visto bueno dado por

143
Amparos / Improcedencias

el Inspector General de la PNC, por medio del cual se ordenó su retiro de la


institución policial; así como la decisión –sin especificar la fecha de emisión– del
Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguridad Pública y Justicia, en la
cual se confirmó la aludida resolución.
Lo anterior, a pesar de que a su mandante únicamente le fueron comuni-
cadas las resoluciones pronunciadas en su contra, sin que le otorgara presunta-
mente una oportunidad real de defensa.
Por lo antes señalado, los abogados de la parte actora estiman que dichos
actos le vulneraron a su representado los derechos de audiencia, defensa, esta-
bilidad laboral y al ejercicio de la carrera policial y “... la violación a la categoría
jurídica de la prohibición de doble juzgamiento, y a la seguridad jurídica consa-
grada en la normativa constitucional...”.
2. A. Ahora bien, pese a los alegatos expuestos por los apoderados del
pretensor se advierte que la resolución del Director General de la PNC, me-
diante la cual se impuso la sanción de remoción de la institución policial del
peticionario fue emitida el 7-XII-2000, confirmada por Tribunal de Apelaciones
del Ministerio de Seguridad Pública y Justicia –sin precisarse el día específico de
esa decisión–; mientras que la demanda de amparo fue presentada el día 2-XII-
2015 en la Secretaría de este Tribunal, es decir, el amparo es incoado casi quince
años después de haberse pronunciado la resolución que considera vulneró sus
derechos fundamentales.
Y es que, debido a la naturaleza jurídica del proceso de amparo, es nece-
sario que, además de que exista un agravio concreto en la esfera jurídica del
peticionario, este debe ser actual, tal como se acotó en los autos de improce-
dencia emitidos el 29-XI-2013 en los Amps. 593-2013 y 678-2013. Así, para que
un reclamo esté debidamente fundamentado debe indicarse cuál es el perjuicio
actual que sufre la parte actora en sus derechos fundamentales.
En efecto, de los términos expuestos en la demanda planteada, se obser-
va que la parte actora no promovió el amparo durante un lapso prolongado
(quince años), aspecto que desvirtuaría la actualidad de la afectación padecida
como consecuencia de la decisión de la autoridad demandada.
B. Por otra parte, se advierte que los apoderados del pretensor solicitan
en su demanda que: “... se le paguen a [su] patrocinado, los salarios caídos no
percibidos del día [7-XII-2000], hasta el [31-V-2015], haciendo un total de ciento
setenta y cinco [meses], es decir [,] [$78,795.50] dólares de los Estados Unidos
de América (...). [Así como también] se le pague indemnización por daños y
perjuicios físicos, morales y patrimoniales, equivalentes a [60,000.00]...” [ma-
yúsculas suprimidas]. De igual manera, se observa de la documentación anexa

144
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

que el peticionario reingresó a laborar en la PNC el 24-VII-2015, mediante de-


cisión del Director General de la PNC establecida en el Acuerdo PNC/DG/N°.
A-0881-07-2015.
Al respecto, se evidencia con ello que su pretensión va dirigida no a impug-
nar una transgresión de naturaleza constitucional y, en consecuencia el resta-
blecimiento de sus derechos sino la mera posibilidad de obtener una indemni-
zación por el agravio del que supuestamente ha sido objeta su representado,
por lo que se advierte que están planteando una pretensión de carácter pecu-
niario y no una de naturaleza estrictamente constitucional.
C. En consecuencia, de los términos expuestos por los abogados Julio César
Federico y Laura Cristina Preza de Calles en su demanda, se advierte que no se
está en presencia de un agravio actual en la esfera jurídica del señor J. A. A. M.,
puesto que la resolución que presuntamente vulneró sus derechos fundamen-
tales fue emitida por el Director General de la PNC el 12-XII-2000, de lo cual no
se infiere la existencia de un perjuicio actual respecto de los efectos negativos
que las actuaciones impugnadas le han causado y, consecuentemente, el ele-
mento material del agravio que aparentemente se le ha ocasionado ha perdido
vigencia. Además, que se ha evidenciado que el propósito de su demanda es
obtener una indemnización y no el restablecimiento del derecho fundamental
presuntamente vulnerado.
3. En definitiva, con arreglo a las circunstancias expuestas, se concluye que
este Tribunal se encuentra imposibilitado para controlar la constitucionalidad
de las actuaciones cuestionadas, debido a que no se observa actualidad en el
agravio respecto de la esfera jurídica del peticionario con relación a los actos
reclamados. Así como también, debido a que su pretensión va encaminada a
la satisfacción de un interés pecuniario, lo cual no es el objetivo que persigue
el proceso constitucional de amparo. De esta forma, es pertinente declarar la
improcedencia de la demanda de amparo, por concurrir un defecto en la pre-
tensión que habilita la terminación anormal del proceso.
Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por los aboga-
dos Julio César Federico y Laura Cristina Preza de Calles, en su calidad de
apoderados generales judiciales con cláusula especial del señor J. A. A. M,
contra actuaciones del Director General de la PNC y del Tribunal de Apela-
ciones del Ministerio de Seguridad Pública y Justicia, en virtud de que existe
ausencia de agravio actual, ya que la parte actora no promovió el amparo
durante un lapso prolongado (quince años), aspecto que desvirtuaría la ac-

145
Amparos / Improcedencias

tualidad de la afectación padecida como consecuencia de la decisión de la


autoridad demandada. Así como también por advertirse que su pretensión
se limita a la satisfacción de un interés pecuniario de obtener una indem-
nización por el presunto agravio constitucional ocasionado por los actos
reclamados cuando este ya ha sido reincorporado a la PNC.
2. Tome nota la Secretaría de este Tribunal del lugar y medio técnico señalado
por los apoderados de la parte actora para oír notificaciones.
3. Notifíquese.
F. MELENDEZ.---J. B. JAIME---R. E. GONZALEZ.---PRONUNCIADO POR LOS
SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---J: R. VIDES.---SRIO.---RUBRI-
CADAS.

692-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las nueve horas y veinticuatro minutos del día dieciocho de
enero de dos mil dieciséis.
Analizada la demanda de amparo firmada por los abogados Julio César Fe-
derico y Laura Cristina Preza de Calles, en su calidad de apoderados generales
judiciales con cláusula especial del señor J. D. E. G., junto con la documentación
anexa, se efectúan las siguientes consideraciones:
I. En síntesis, los apoderados del peticionario manifiestan que su represen-
tado ingresó a laborar en la Policía Nacional Civil –en adelante PNC– el 30-VII-
1994 desempeñándose como agente policial. Posteriormente, argumenta que
el 1-XII-2000 la Dirección General de la PNC recibe el dictamen de remoción de
su mandante.
En ese sentido, el 6-XII-2000 el Director de dicha institución policial ordenó
que se le notificara su remoción de la institución policial y al ser notificado,
su representado “acató con responsabilidad dicha disposición. Lo anterior, fue
efectuado con base en la normativa transitoria denominada “Régimen Especial
para la remoción de Miembros de la Policía Nacional que incurran en conductas
irregulares”.
Al respecto, señala que su poderdante “... no tuvo la oportunidad de con-
trariar la resolución de la Inspectoría General y Director de la Policía Nacional
Civil, violando con ello sus derechos de audiencia, defensa, estabilidad laboral
y al ejercicio de la carrera policial y la violación a la categoría jurídica de la pro-

146
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

hibición de doble juzgamiento, consagrada en la normativa constitucional...”.


Asimismo, indica que el régimen laboral de su mandante era de Ley de Salarios.
Por lo antes expuesto, los abogados del peticionario cuestionan la constitu-
cionalidad de las siguientes actuaciones: a) la resolución pronunciada el 6-XII-
2000 por el Director General de la PNC, mediante la cual se impuso al pretensor
la sanción de remoción de la institución policial; b) el visto bueno dado por el
Inspector General de la PNC, por medio del cual se ordenó su retiro de la insti-
tución policial; y c) la decisión pronunciada –sin especificar la fecha de emisión–
por el Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguridad Pública y Justicia, en
la cual se confirmó la aludida resolución.
Dichos actos –a su juicio– le infringieron a su mandante los derechos de
audiencia, defensa, estabilidad laboral y al ejercicio de la carrera policial y la “...
violación a la categoría jurídica de la prohibición de doble juzgamiento, consa-
grada en la normativa constitucional...”.
II. Determinados los argumentos expresados por los abogados de la parte
pretensora corresponde en este apartado exponer los fundamentos jurídicos
de la resolución que se proveerá.
1. Tal como se sostuvo en la resolución del 27-I-2009, pronunciada en el
Amp. 795-2006, este proceso constitucional persigue que se imparta a la per-
sona la protección jurisdiccional contra cualquier acto de autoridad que estime
inconstitucional y que, específicamente, vulnere u obstaculice el ejercicio de los
derechos constitucionales consagrados a su favor.
En ese sentido, para la procedencia de la pretensión de amparo en la etapa
inicial del proceso, es necesario –entre otros requisitos– que el sujeto activo se
autoatribuya alteraciones difusas o concretas en su esfera jurídica derivadas
de los efectos de la existencia de una presunta acción u omisión –lo que en
términos generales de la jurisprudencia constitucional se ha denominado sim-
plemente agravio–. Dicho agravio tiene como requisitos que se produzca con
relación a normas o preceptos de rango constitucional –elemento jurídico– y
que genere una afectación difusa o concreta en la esfera jurídica de la persona
justiciable –elemento material–.
Desde esta perspectiva, se ha afirmado que hay ausencia de agravio cons-
titucional cuando el acto u omisión alegado es inexistente o cuando, no obs-
tante concurra una actuación u omisión por parte de la autoridad a quien se le
atribuye la responsabilidad, aquella ha sido legítima, es decir, se ha realizado
dentro del marco constitucional o es incapaz de producir por sí misma una
afrenta en la esfera jurídica constitucional del sujeto que reclama.

147
Amparos / Improcedencias

Consecuentemente, si la pretensión del actor de amparo no incluye los ele-


mentos antes mencionados, hay ausencia de agravio y la pretensión debe ser
rechazada por existir imposibilidad absoluta de juzgar el caso desde el ámbito
constitucional.
2. A. Por otro lado, en la sentencia del 16-X1-2012, pronunciada en el Amp.
24-2009, este Tribunal sostuvo que el agravio es de tipo actual cuando, no obs-
tante el tiempo transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración
de derechos fundamentales que se alega y el de la presentación de la demanda
de amparo, no hayan desaparecido –es decir, permanezcan en el tiempo– los
efectos jurídicos directos de dicha transgresión en la esfera particular de la per-
sona que solicita el amparo, entendidos tales efectos como la dificultad o im-
posibilidad para continuar ejerciendo materialmente las facultades subjetivas
derivadas de un derecho del cual se tiene o se ha tenido su titularidad.
Entonces, para determinar si un agravio posee actualidad se deberá ana-
lizar –atendiendo a las circunstancias fácticas de cada caso concreto y, en es-
pecial, a la naturaleza de los derechos cuya transgresión se alega– si el lapso
transcurrido entre el
momento en que ocurrió la vulneración a los derechos fundamentales y el
de la presentación de la demanda no sea consecuencia de la mera inactividad
de quien se encontraba legitimado para promover el respectivo proceso de
amparo, pues en el caso de no encontrarse objetivamente imposibilitado para
requerir la tutela de sus derechos y haber dejado transcurrir un plazo razona-
ble sin solicitar su protección jurisdiccional –volviendo con ello improbable el
restablecimiento material de dichos derechos– se entendería que ya no soporta
en su esfera jurídica, al menos de manera directa e inmediata, los efectos ne-
gativos que la actuación impugnada le ha causado y, consecuentemente, que
el elemento material del agravio que aparentemente se le ha ocasionado ha
perdido vigencia.
Y es que la finalidad del amparo –restitución en el goce material de dere-
chos fundamentales– pierde sentido en aquellos casos en los que –como se
acotó en párrafos precedentes– la persona haya dejado transcurrir un plazo
razonable para requerir la tutela jurisdiccional de sus derechos fundamentales
sin haberse encontrado objetivamente imposibilitada para realizarlo, pues tal
situación denotaría que aquella pretende no el restablecimiento de sus dere-
chos sino la mera posibilidad de obtener una indemnización por la transgresión
de la que supuestamente ha sido objeto, es decir, plantearía una pretensión de
carácter pecuniario y no una pretensión de naturaleza estrictamente constitu-
cional.

148
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

B. De ahí que, a efecto de determinar la irrazonabilidad o no de la duración


del plazo para promover un proceso de amparo luego de acontecida la vulne-
ración constitucional que se alega, se requiere una evaluación de las circunstan-
cias del caso en concreto atendiendo a criterios objetivos, como pueden serlo:
en primer lugar, la actitud del demandante, en tanto que deberá determinarse
si la dilación es producto de su propia inactividad que, sin causa de justificación
alguna, dejó transcurrir el tiempo sin requerir la protección jurisdiccional res-
pectiva; y en segundo lugar, la complejidad –fáctica o jurídica– de la pretensión
que se formule.
III. Expuestas las consideraciones precedentes, corresponde ahora evaluar
la posibilidad de conocer de las infracciones alegadas por la parte actora en el
presente caso.
1. Los apoderados del demandante pretenden atacar la resolución pronun-
ciada el 6-XII-2000 por el Director General de la PNC, mediante la cual se impu-
so la sanción de remoción de la institución policial; el visto bueno dado por el
Inspector General de la PNC, por medio del cual se ordenó su retiro de la insti-
tución policial; así como la decisión del Tribunal de Apelaciones del Ministerio
de Seguridad Pública y Justicia, en la cual se confirmó la aludida resolución.
Lo anterior, a pesar de que a su mandante únicamente le fueron comuni-
cadas las resoluciones pronunciadas en su contra, sin que le otorgara presunta-
mente una oportunidad real de defensa.
Por lo antes señalado, los abogados de la parte actora estiman que dichos
actos le vulneraron a su representado los derechos de audiencia, defensa, esta-
bilidad laboral y al ejercicio de la carrera policial y “... la violación a la categoría
jurídica de la prohibición de doble juzgamiento, consagrada en la normativa
constitucional...”.
2. A. Ahora bien, pese a los alegatos expuestos por los apoderados del
pretensor se advierte que la resolución del Director General de la PNC, me-
diante la cual se impuso la sanción de remoción de la institución policial del
peticionario fue emitida el 6-XII-2000, confirmada por Tribunal de Apelaciones
del Ministerio de Seguridad Pública y Justicia –sin precisarse el día específico de
esa decisión–; mientras que la demanda de amparo fue presentada el día 2-XII-
2015 en la Secretaría de este Tribunal, es decir, el amparo es incoado casi quince
años después de haberse pronunciado la resolución que considera vulneró sus
derechos fundamentales.
Y es que, debido a la naturaleza jurídica del proceso de amparo, es nece-
sario que, además de que exista un agravio concreto en la esfera jurídica del

149
Amparos / Improcedencias

peticionario, este debe ser actual, tal como se acotó en los autos de improce-
dencia emitidos el 29-XI-2013 en los Amps. 593-2013 y 678-2013. Así, para que
un reclamo esté debidamente fundamentado debe indicarse cuál es el perjuicio
actual que sufre la parte actora en sus derechos fundamentales.
En efecto, de los términos expuestos en la demanda planteada, se obser-
va que la parte actora no promovió el amparo durante un lapso prolongado
(quince años), aspecto que desvirtuaría la actualidad de la afectación padecida
como consecuencia de la decisión de la autoridad demandada.
B. Por otra parte, se advierte que los apoderados del pretensor solicitan
en su demanda que: “... se le paguen a [su] patrocinado, los salarios caídos no
percibidos del día [24-I-2000], hasta el [31-V-20151, haciendo un total de ciento
setenta y un meses, es decir[,] [$88,904.20] dólares de los Estados Unidos de
América (...). [Así como también] se le pague indemnización por daños y per-
juicios físicos, morales y patrimoniales, equivalentes a [60,000.00]...”. De igual
manera, se observa –de la documentación anexa que los abogados Federico y
Preza de Calles incorporaron al Amp. 691-2015– que el peticionario reingresó
a laborar en la PNC el 24-VII-2015, mediante decisión del Director General de la
PNC establecida en el Acuerdo PNC/DG/N°. A-0881-07-2015.
Al respecto, se evidencia con ello que su pretensión va dirigida no a im-
pugnar una transgresión de naturaleza constitucional y, en consecuencia el
restablecimiento de sus derechos sino la mera posibilidad de obtener una
indemnización por el agravio del que supuestamente ha sido objeto su re-
presentado, por lo que se advierte que están planteando una pretensión de
carácter pecuniario y no una de naturaleza estrictamente constitucional.
C. En consecuencia, de los términos expuestos por los abogados Julio César
Federico y Laura Cristina Preza de Calles en su demanda, se advierte que no
se está en presencia de un agravio actual en la esfera jurídica del peticionario,
puesto que la resolución que presuntamente vulneró los derechos fundamen-
tales de aquel fue emitida por el Director General de la PNC el 6-XII-2000, de
lo cual no se infiere la existencia de un perjuicio actual respecto de los efectos
negativos que las actuaciones impugnadas le han causado y, consecuentemen-
te, el elemento material del agravio que aparentemente se le ha ocasionado
ha perdido vigencia. Además, que se ha evidenciado que el propósito de su
demanda es obtener una indemnización y no el restablecimiento del derecho
fundamental presuntamente vulnerado.
3. En definitiva, con arreglo a las circunstancias expuestas, se concluye que
este Tribunal se encuentra imposibilitado para controlar la constitucionalidad
de las actuaciones cuestionadas, debido a que no se observa actualidad en el

150
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

agravio respecto de la esfera jurídica del peticionario con relación a los actos
reclamados. Así como también, debido a que su pretensión va encaminada a
la satisfacción de un interés pecuniario, lo cual no es el objetivo que persigue
el proceso constitucional de amparo. De esta forma, es pertinente declarar la
improcedencia de la demanda de amparo, por concurrir un defecto en la pre-
tensión que habilita la terminación anormal del proceso.
Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por los aboga-
dos Julio César Federico y Laura Cristina Preza de Calles, en su calidad de
apoderados generales judiciales con cláusula especial del señor J. D. E.
G., contra actuaciones del Director General de la PNC y del Tribunal de
Apelaciones del Ministerio de Seguridad Pública y Justicia, en virtud de
que existe ausencia de agravio actual, ya que la parte actora no promovió
el amparo durante un lapso prolongado (quince años), aspecto que des-
virtuaría la actualidad de la afectación padecida como consecuencia de
la decisión de la autoridad demandada. Así como también por advertirse
que su pretensión se limita a la satisfacción de un interés pecuniario de
obtener una indemnización por el presunto agravio constitucional oca-
sionado por los actos reclamados cuando este ya ha sido reincorporado a
la PNC.
2. Tome nota la Secretaría de este Tribunal del lugar y medio técnico señalado
por los abogados de la parte actora para oír notificaciones.
3. Notifíquese.
F. MELENDEZ---J. B. JAIME---R. E. GONZALEZ---PRONUNCIADO POR LOS SE-
ÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---J. R. VIDES SRIO.---RUBRICADAS.

693-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las nueve horas y veintiún minutos del día dieciocho de enero
de dos mil dieciséis.
Analizada la demanda de amparo firmada por los abogados Julio César Fe-
derico y Laura Cristina Preza de Calles, en su calidad de apoderados generales
judiciales con cláusula especial del señor H. M. V. C., junto con la documenta-
ción anexa, se efectúan las siguientes consideraciones:

151
Amparos / Improcedencias

I. En síntesis, los apoderados del peticionario manifiestan que su represen-


tado ingresó a laborar en la Policía Nacional Civil –en adelante PNC– el 1-III-
1993 desempeñándose como Sargento en la División de Investigación Criminal.
Posteriormente, señala que su mandante solicitó se le extendiera una constan-
cia de antecedentes disciplinarios ante la Inspectoría General de la Policía Na-
cional Civil y se le emitió la misma en la que se establecía que no le encontraron
faltas disciplinarias incumplidas ni procesos pendientes en su contra.
A pesar de ello, el 2-I-2001 el Director de dicha institución policial ordenó
que se le notificara su remoción de la institución policial por atribuírsele la co-
misión de un robo de mercadería y múltiples faltas disciplinarias. Así, solicitó
otra constancia y en esta se expresó que: “... ‘Al revisar los registros que posee
Inspectoría General, en relación al personal removido por el Decreto Legislativo
101, aparece resolución emitida el [4-XII-2000] suscrita por el entonces Inspec-
tor General, Dr. […], en la cual se consigna que la causa de su remoción fue: por
atribuírsele el delito de Robo de Mercadería y múltiples faltas disciplinarias’ ...”.
De esa manera, al ser notificado de la destitución su representado a pesar
de no estar de acuerdo con la misma “acató con responsabilidad dicha disposi-
ción”. Lo anterior, fue efectuado con base en la normativa transitoria denomi-
nada “Régimen Especial para la remoción de Miembros de la Policía Nacional
que incurran en conductas irregulares”.
Paso el tiempo y a efecto de aclarar esa situación presentó escrito ante “el
ISPM (sic)” el 5-V-2010 y dicha institución le contestó el 10-VIII-2010 lo siguien-
te: “... 1) que se han investigado los registros que esta institución lleva y no
aparece en la nómina de empleado respectiva, en ningún año desde la funda-
ción de la misma;] 2) que tampoco existe en nuestros registros (sic), ninguna
denuncia en contra de su persona...”. Por lo que estima que los señalamientos
bajo los cuales se justificó su remoción son totalmente falsos y constituyen una
ilegalidad.
Por otra parte, indican que su poderdante estaba contratado bajo el régi-
men laboral de Ley de Salarios y que “... a pesar de ello, no se le siguió un juicio
imparcial en el que pudiera hacer uso de su derecho de audiencia y manifestar
su defensa de acuerdo a la Ley Reguladora de la Garantía de Audiencia de los
Empleados Públicos no comprendidos en la Carrera Administrativa...”.
Por lo antes expuesto, los abogados del peticionario cuestionan la constitu-
cionalidad de las siguientes actuaciones: a) la resolución pronunciada el 4-XII-
2000 por el Director General de la PNC, mediante la cual se impuso al pretensor
la sanción de remoción de la institución policial; b) el visto bueno dado por el

152
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Inspector General de la PNC, por medio del cual se ordenó su retiro de la insti-
tución policial; y c) la decisión pronunciada –sin especificar la fecha de emisión–
por el Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguridad Pública y Justicia, en
la cual se confirmó la aludida resolución.
Dichos actos –a su juicio– le infringieron a su mandante los derechos de
audiencia, defensa, estabilidad laboral y al ejercicio de la carrera policial y la “...
violación a la categoría jurídica de la prohibición de doble juzgamiento, y a la
seguridad jurídica consagrados en la normativa constitucional...”.
II. Determinados los argumentos expresados por los abogados de la parte
pretensora corresponde en este apartado exponer los fundamentos jurídicos
de la resolución que se proveerá.
1. Tal como se sostuvo en la resolución del 27-I-2009, pronunciada en el
Amp. 795- 2006, este proceso constitucional persigue que se imparta a la per-
sona la protección jurisdiccional contra cualquier acto de autoridad que estime
inconstitucional y que, específicamente, vulnere u obstaculice el ejercicio de los
derechos constitucionales consagrados a su favor.
En ese sentido, para la procedencia de la pretensión de amparo en la etapa
inicial del proceso, es necesario –entre otros requisitos– que el sujeto activo se
autoatribuya alteraciones difusas o concretas en su esfera jurídica derivadas
de los efectos de la existencia de una presunta acción u omisión –lo que en
términos generales de la jurisprudencia constitucional se ha denominado sim-
plemente agravio–. Dicho agravio tiene como requisitos que se produzca con
relación a normas o preceptos de rango constitucional –elemento jurídico– y
que genere una afectación difusa o concreta en la esfera jurídica de la persona
justiciable –elemento material–.
Desde esta perspectiva, se ha afirmado que hay ausencia de agravio cons-
titucional cuando el acto u omisión alegado es inexistente o cuando, no obs-
tante concurra una actuación u omisión por parte de la autoridad a quien se le
atribuye la responsabilidad, aquella ha sido legítima, es decir, se ha realizado
dentro del marco constitucional o es incapaz de producir por sí misma una
afrenta en la esfera jurídica constitucional del sujeto que reclama.
Consecuentemente, si la pretensión del actor de amparo no incluye los ele-
mentos antes mencionados, hay ausencia de agravio y la pretensión debe ser
rechazada por existir imposibilidad absoluta de juzgar el caso desde el ámbito
constitucional.
2. A. Por otro lado, en la sentencia del 16-XI-2012, pronunciada en el Amp.
24- 2009, este Tribunal sostuvo que el agravio es de tipo actual cuando, no obs-
tante el tiempo transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración

153
Amparos / Improcedencias

de derechos fundamentales que se alega y el de la presentación de la demanda


de amparo, no hayan desaparecido –es decir, permanezcan en el tiempo– los
efectos jurídicos directos de dicha transgresión en la esfera particular de la per-
sona que solicita el amparo, entendidos tales efectos como la dificultad o im-
posibilidad para continuar ejerciendo materialmente las facultades subjetivas
derivadas de un derecho del cual se tiene o se ha tenido su titularidad.
Entonces, para determinar si un agravio posee actualidad se deberá ana-
lizar –atendiendo a las circunstancias fácticas de cada caso concreto y, en es-
pecial, a la naturaleza de los derechos cuya transgresión se alega– si el lapso
transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración a los derechos
fundamentales y el de la presentación de la demanda no sea consecuencia de
la mera inactividad de quien se encontraba legitimado para promover el res-
pectivo proceso de amparo, pues en el caso de no encontrarse objetivamente
imposibilitado para requerir la tutela de sus derechos y haber dejado transcu-
rrir un plazo razonable sin solicitar su protección jurisdiccional –volviendo con
ello improbable el restablecimiento material de dichos derechos– se entendería
que ya no soporta en su esfera jurídica, al menos de manera directa e inmedia-
ta, los efectos negativos que la actuación impugnada le ha causado y, conse-
cuentemente, que el elemento material del agravio que aparentemente se le
ha ocasionado ha perdido vigencia.
Y es que la finalidad del amparo –restitución en el goce material de dere-
chos fundamentales– pierde sentido en aquellos casos en los que –como se
acotó en párrafos precedentes– la persona haya dejado transcurrir un plazo
razonable para requerir la tutela jurisdiccional de sus derechos fundamentales
sin haberse encontrado objetivamente imposibilitada para realizarlo, pues tal
situación denotaría que aquella pretende no el restablecimiento de sus dere-
chos sino la mera posibilidad de obtener una indemnización por la transgresión
de la que supuestamente ha sido objeto, es decir, plantearía una pretensión de
carácter pecuniario y no una pretensión de naturaleza estrictamente constitu-
cional.
B. De ahí que, a efecto de determinar la irrazonabilidad o no de la duración
del plazo para promover un proceso de amparo luego de acontecida la vulne-
ración constitucional que se alega, se requiere una evaluación de las circunstan-
cias del caso en concreto atendiendo a criterios objetivos, como pueden serlo:
en primer lugar, la actitud del demandante, en tanto que deberá determinarse
si la dilación es producto de su propia inactividad que, sin causa de justificación
alguna, dejó transcurrir el tiempo sin requerir la protección jurisdiccional res-

154
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

pectiva; y en segundo lugar, la complejidad –fáctica o jurídica– de la pretensión


que se formule.
III. Expuestas las consideraciones precedentes, corresponde ahora evaluar
la posibilidad de conocer de las infracciones alegadas por la parte actora en el
presente caso.
1. Los apoderados del demandante pretenden atacar la resolución pro-
nunciada el 4-XII-2000 por el Director General de la PNC, mediante la cual se
impuso la sanción de remoción de la institución policial; el visto bueno dado
por el Inspector General de la PNC, por medio del cual se ordenó su retiro de
la institución policial; así como la decisión –sin especificar la fecha de emisión–
del Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguridad Pública y Justicia, en la
cual se confirmó la aludida resolución.
Lo anterior, a pesar de que a su mandante únicamente le fueron comuni-
cadas las resoluciones pronunciadas en su contra, sin que le otorgara presun-
tamente una oportunidad real de defensa y además dicha remoción se fun-
damentó en la aplicación de una normativa que no se encontraba vigente al
momento de hacerse efectiva la aludida destitución.
Por lo antes señalado, los abogados de la parte actora estiman que dichos
actos le vulneraron a su representado los derechos de audiencia, defensa, esta-
bilidad laboral y al ejercicio de la carrera policial y “... la violación a la categoría
jurídica de la prohibición de doble juzgamiento, y a la seguridad jurídica consa-
grada en la normativa constitucional...”.
2. A. Ahora bien, pese a los alegatos expuestos por los apoderados del
pretensor se advierte que la resolución del Director General de la PNC, me-
diante la cual se impuso la sanción de remoción de la institución policial del
peticionario fue emitida el 4-XII-2000, confirmada por Tribunal de Apelaciones
del Ministerio de Seguridad Pública y Justicia –sin precisarse el día específico de
esa decisión–; mientras que la demanda de amparo fue presentada el día 2-XII-
2015 en la Secretaría de este Tribunal, es decir, el amparo es incoado casi quince
años después de haberse pronunciado la resolución que considera vulneró sus
derechos fundamentales.
Y es que, debido a la naturaleza jurídica del proceso de amparo, es nece-
sario que, además de que exista un agravio concreto en la esfera jurídica del
peticionario, este debe ser actual, tal como se acotó en los autos de improce-
dencia emitidos el 29-XI-2013 en los Amps. 593-2013 y 678-2013. Así, para que
un reclamo esté debidamente fundamentado debe indicarse cuál es el perjuicio
actual que sufre la parte actora en sus derechos fundamentales.

155
Amparos / Improcedencias

En efecto, de los términos expuestos en la demanda planteada, se obser-


va que la parte actora no promovió el amparo durante un lapso prolongado
(quince años), aspecto que desvirtuaría la actualidad de la afectación padecida
como consecuencia de la decisión de la autoridad demandada.
B. Por otra parte, se advierte que los apoderados del pretensor solicitan en
su demanda que: “... se le paguen a [su] patrocinado, los salarios caídos no per-
cibidos del día [2-I-2001], hasta el [15-VII-2015], haciendo un total de ciento se-
tenta y cuatro meses, es decir[,] [$120,474.12] dólares de los Estados Unidos de
América (...). [Así como también] se le pague indemnización por daños y per-
juicios físicos, morales y patrimoniales, equivalentes a [70,000.00]...”. De igual
manera, se observa –de la documentación anexa que los abogados Federico y
Preza de Calles incorporaron al Amp. 691-2015– que el peticionario reingresó
a laborar en la PNC el 24-VII-2015, mediante decisión del Director General de la
PNC establecida en el Acuerdo PNC/DG/N°. A-0881-07-2015.
Al respecto, se evidencia con ello que su pretensión va dirigida no a impug-
nar una transgresión de naturaleza constitucional y, en consecuencia el resta-
blecimiento de sus derechos sino la mera posibilidad de obtener una indemni-
zación por el agravio del que supuestamente ha sido objeto su representado,
por lo que se advierte que están planteando una pretensión de carácter pecu-
niario y no una de naturaleza estrictamente constitucional.
C. En consecuencia, de los términos ‘expuestos por los abogados Julio Cé-
sar Federico y Laura Cristina Preza de Calles en su demanda, se advierte que no
se está en presencia de un agravio actual en la esfera jurídica del peticionario,
puesto que la resolución que presuntamente vulneró los derechos fundamen-
tales de aquel fue emitida por el Director General de la PNC el 4-XII-2000, de
lo cual no se infiere la existencia de un perjuicio actual respecto de los efectos
negativos que las actuaciones impugnadas le han causado y, consecuentemen-
te, el elemento material del agravio que aparentemente se le ha ocasionado
ha perdido vigencia. Además, que se ha evidenciado que el propósito de su
demanda es obtener una indemnización y no el restablecimiento del derecho
fundamental presuntamente vulnerado.
3. En definitiva, con arreglo a las circunstancias expuestas, se concluye que
este Tribunal se encuentra imposibilitado para controlar la constitucionalidad
de las actuaciones cuestionadas, debido a que no se observa actualidad en el
agravio respecto de la esfera jurídica del peticionario con relación a los actos
reclamados. Así como también, debido a que su pretensión va encaminada a
la satisfacción de un interés pecuniario, lo cual no es el objetivo que persigue
el proceso constitucional de amparo. De esta forma, es pertinente declarar la

156
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

improcedencia de la demanda de amparo, por concurrir un defecto en la pre-


tensión que habilita la terminación anormal del proceso.
Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por los aboga-
dos Julio César Federico y Laura Cristina Preza de Calles, en su calidad de
apoderados generales judiciales con cláusula especial del señor H. M. V.
C., contra actuaciones del Director General de la PNC y del Tribunal de
Apelaciones del Ministerio de Seguridad Pública y Justicia, en virtud de
que existe ausencia de agravio actual, ya que la parte actora no promovió
el amparo durante un lapso prolongado (quince años), aspecto que des-
virtuaría la actualidad de la afectación padecida como consecuencia de
la decisión de la autoridad demandada. Así como también por advertirse
que su pretensión se limita a la satisfacción de un interés pecuniario de
obtener una indemnización por el presunto agravio constitucional oca-
sionado por los actos reclamados cuando este ya ha sido reincorporado a
la PNC.
2. Tome nota la Secretaría de este Tribunal del lugar y medio técnico señalado
por los abogados de la parte actora para oír notificaciones.
3. Notifíquese.
F. MELENDEZ.---J. B. JAIME---R. E. GONZALEZ.---PRONUNCIADO POR LOS
SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---J. R. VIDES.---SRIO.---RUBRI-
CADAS.

624-2014

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las trece horas con cincuenta y un minutos del día veinticinco
de enero de dos mil dieciséis.
Analizada la demanda de amparo firmada por la señora Evangelina V. de
G., quien actúa en su carácter personal, junto con la documentación anexa, se
efectúan las siguientes consideraciones:
I. En síntesis, la demandante manifiesta que el señor Santos Isabel Rivas
promovió en su contra un Juicio Civil Ordinario de Restablecimiento de Servi-
dumbre, el que fue dirimido por el Juez de lo Civil de La Unión y clasificado con
la referencia número 25/10- JO-773 (y). Así, indica que dicha autoridad judicial
pronunció sentencia definitiva el día 19-VI-2013, en la cual le ordenó restable-

157
Amparos / Improcedencias

cer la servidumbre de tránsito del inmueble en litigio, lo que implica destruir un


muro” que construyó en su propiedad, y al pago de costas procesales.
Sobre este punto, la peticionaria explica que el aludido Juez “...adminis-
tró mal el proceso...” pues indebidamente emitió la referida sentencia sobre la
base de “...una escritura de propiedad errónea que no está vigente...”, lo que
trató de probar con documentos que agregó antes de que el juez resolviera el
juicio. Sin embargo, señala que esas pruebas no fueron admitidas por el juzga-
dor pues las consideró extemporáneas, lo que en su opinión fue un error del
funcionario.
En razón de lo anterior, argumenta que no existe ninguna servidumbre,
que la inspección realizada por el juzgador “...no es verídica...” y no concuerda
con el dictamen catastral que consta en el expediente, cuya interpretación -a
su juicio- fue manipulada por el funcionario judicial. Desde esta perspectiva, la
pretensora también reclama en contra de la sentencia definitiva proveída el día
7-XI-2013 por la Cámara de Segunda Instancia de la Tercera Sección de Oriente,
por haber declarado desierto el recurso de apelación planteado por el aboga-
do que la representó en el juicio.
Por lo antes expuesto, la actora demanda al Juzgado de lo Civil de La Unión
y a la Cámara de Segunda Instancia de la Tercera Sección de Oriente y cuestio-
na la constitucionalidad de las siguientes actuaciones: a) la sentencia definitiva
pronunciada por el Juez de lo Civil de La Unión el día 19-VI-2013 en el Juicio Civil
Ordinario de Restablecimiento de Servidumbre con referencia 25/10-JO-773;
y b) la sentencia definitiva emitida por la Cámara de Segunda Instancia de la
Tercera Sección de Oriente, el día 7-XI- 2013, en virtud del recurso de apelación
con referencia Eda. #74 del 2013 C-I, planteado en contra de la sentencia del
juez de primera instancia, en la cual se declaró desierto el recurso. Dichos actos
-a su juicio- le han vulnerado los derechos establecidos en los artículos 11 y 12
de la Constitución de la República.
II. Determinados los argumentos esbozados por la demandante, correspon-
de en este apartado exponer los fundamentos jurídicos de la resolución que se
proveerá.
1. Tal como se ha sostenido en la resolución de 27-X-2010, pronunciada en
el Amp. 408-2010, en este tipo de procesos las afirmaciones de hecho de la par-
te actora deben justificar que el reclamo formulado posee trascendencia cons-
titucional, esto es, deben poner de manifiesto la presunta vulneración a los
derechos fundamentales que se proponen como parámetro de confrontación.
Por el contrario, si tales alegaciones se reducen al planteamiento de asun-
tos puramente judiciales o administrativos consistentes en la simple inconfor-

158
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

midad con las actuaciones o el contenido de las decisiones emitidas por las
autoridades dentro de sus respectivas competencias, la cuestión sometida al
conocimiento de este Tribunal constituye un asunto de mera legalidad, lo que
se traduce en un vicio de la pretensión que imposibilita su juzgamiento.
2. A. Tal como se ha sostenido en el auto de 12-XI-2010, pronunciado en el
proceso de Amp.104-2009, entre los presupuestos procesales especiales esta-
blecidos para la procedencia de la pretensión de amparo se encuentra el ago-
tamiento de los recursos que la ley franquea para impugnar el acto contra el
cual se reclama.
Lo anterior se justifica en que el amparo posee características propias que
lo configuran como un proceso especial, que ha sido establecido para proteger
de forma óptima a las personas frente a las acciones u omisiones de cualquier
autoridad o particular que vulneren, restrinjan u obstaculicen los derechos o
garantías reconocidos en la Constitución de la República. Por ello, se trata de
una exigencia particular que el legislador ha incorporado dentro de los presu-
puestos procesales del citado trámite.
A esta condición específica se refiere el art. 12 inciso 3° de la Ley de Pro-
cedimientos Constitucionales, al prescribir que el amparo únicamente puede
incoarse cuando el acto contra el que se reclama no puede subsanarse dentro
del respectivo procedimiento mediante otros recursos. Tal presupuesto obede-
ce a la función extraordinaria que está llamado a cumplir un Tribunal Consti-
tucional: la eficaz protección de los derechos fundamentales por su papel de
guardián Último de la constitucionalidad.
De ahí que el proceso en referencia se erija como un mecanismo de pro-
tección reforzada que deberá iniciarse únicamente cuando se han agotado los
recursos idóneos -judiciales o administrativos-, por medio de los cuales pueda
brindarse una protección jurisdiccional o no jurisdiccional conforme a la Cons-
titución. Dicho trámite está reservado sólo para aquellas situaciones extremas
en las que, por inexistencia de otras vías legales o ineficacia de las que existan,
peligra la salvaguarda de los derechos fundamentales.
B. Ahora bien, con arreglo a lo sostenido en la sentencia de 9-XII-2009,
pronunciada en el proceso de Amp. 18-2004, la exigencia del agotamiento de
los recursos debe hacerse de manera razonable, atendiendo a su finalidad, es
decir, la de permitir que las instancias judiciales ordinarias o administrativas re-
paren la lesión al derecho fundamental en cuestión, según sus potestades lega-
les y atendiendo a la regulación normativa de los “respectivos procedimientos”.
Con base en lo anterior, se infiere que, al margen de si los recursos son
ordinarios o extraordinarios, lo que debe analizarse de ellos es si los medios de

159
Amparos / Improcedencias

impugnación en sentido estricto poseen la idoneidad o aptitud mínima e in-


dispensable para reparar el derecho o garantía fundamental que se considera
conculcada.
En ese sentido, para configurar plenamente la pretensión de amparo y se
pueda dirimir la cuestión en ella planteada, es imprescindible que se hayan
agotado los recursos idóneos franqueados por el ordenamiento jurídico aten-
diendo a la finalidad que ellos persiguen.
III. Con el objeto de trasladar las nociones esbozadas al caso concreto, se
efectúan las consideraciones siguientes:
1. A partir del análisis de los argumentos esbozados en la demanda, aun
cuando la parte actora afirma que existe vulneración a sus derechos fundamen-
tales, sus alegatos únicamente evidencian la inconformidad con el contenido
de las decisiones adoptadas por las autoridades demandadas.
Y es que, sus argumentos están dirigidos, básicamente, a que este Tribunal
determine si el juez de primera instancia pronunció la sentencia definitiva so-
bre la base de un documento erróneo, también si manipuló la interpretación
del dictamen catastral agregado al juicio, o por otra parte si condenó por una
“...pretensión errónea... “, ya que la servidumbre no existía, pues no se había
constituido o “...nacido el [d]erecho [r]eal...”. Y además que esta Sala revise la
declaratoria de deserción del recurso de apelación que proveyó el tribunal de
segunda instancia demandado.
Lo anterior constituyen situaciones que escapan del catálogo de compe-
tencias conferido a esta Sala. Y es que se observa que lo que persigue con su
queja la peticionaria es que este Tribunal verifique si los razonamientos que las
autoridades demandadas consignaron en sus pronunciamientos se ajustan a la
exigencia subjetiva de la demandante, es decir, que se analice si en tal actua-
ción se exponen todas las cuestiones, circunstancias, razonamientos y elemen-
tos que -a su juicio- debían plasmarse y considerarse en ellas.
Al respecto, esta Sala ha establecido -v.gr. el citado auto pronunciado en
el Amp. 408- 2010- que, en principio, la jurisdicción constitucional carece de
competencia material para efectuar el análisis relativo a la interpretación y apli-
cación que las autoridades judiciales desarrollen con relación a los enunciados
legales que rigen los trámites cuyo conocimiento les corresponde, pues hacerlo
implicaría la irrupción de competencias que, en exclusiva, han sido atribuidas y
debe realizarse por los jueces y tribunales ordinarios.
En ese orden de ideas, se colige que lo expuesto por la parte actora más
que evidenciar una supuesta transgresión a sus derechos fundamentales, se
reduce a plantear un asunto de mera legalidad y de simple inconformidad con

160
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

el contenido de las resoluciones emitidas por el Juez de lo Civil de La Unión


mediante la cual le ordenó restablecer la servidumbre de tránsito del inmueble
que fue objeto de litigio y la decisión pronunciada por la Cámara de Segunda
Instancia de la Tercera Sección de Oriente, que declaró desierto el recurso de
apelación planteado.
2. A. Por otra parte, sobre el agotamiento de recursos es importante acotar
que en la demanda y en el escrito de mérito la pretensora expresa claramente
que el abogado Alex Manrique Cruz Majano, planteó en su nombre un recurso
de apelación ante la citada Cámara a efecto de impugnar la sentencia pronun-
ciada por el juez de primera instancia; sin embargo dicho medio impugnativo,
tal como indica y se advierte también de la documentación presentada- fue
declarado desierto, ya que el apelante no compareció “...a hacer uso de su
derecho...”.
En virtud de lo anterior, esta Sala considera que ello deriva de la falta de
cumplimiento de lo dispuesto en los artículos 1036, 1037 y 1038 del Código de
Procedimientos Civiles -normativa actualmente derogada pero aplicable al caso
en mención- , por lo que es dable afirmar que el no hacer un uso correcto y
adecuado de los recursos correspondientes fue responsabilidad y negligencia
de la entonces parte apelante.
B. En ese orden de ideas, cabe traer a cuenta que tal y como se afirmó en
el precitado Amp. 18-2004, la finalidad que se persigue con la exigencia del
agotamiento de los recursos es permitir que las instancias judiciales ordinarias o
administrativas reparen la lesión de derechos fundamentales que hayan ocasio-
nado con sus actuaciones, a efecto de cumplir con lo prescrito en el art. 12 inc.
30 de la L. Pr. Cn.; por ello, resulta necesario exigir a la parte actora que, previo
a la incoación del proceso de amparo, haya alegado los hechos en los que se
sustenta la vulneración de derechos fundamentales que arguye en su deman-
da. Con dicha exigencia se garantiza el carácter subsidiario y extraordinario del
proceso de amparo.
En definitiva, con ello, se otorga a las autoridades que conozcan de un
caso concreto y a aquellas ante quienes se interpongan los recursos que de-
ben agotarse previo a incoar la pretensión de amparo, una oportunidad real
de pronunciarse sobre la transgresión constitucional que se les atribuye y, en
su caso, de repararla de manera directa e inmediata. Además, se garantiza la
aplicación de los principios de veracidad, lealtad, buena fe y probidad proce-
sal, evitándose que las partes, a pesar de tener conocimiento de la infracción
constitucional y contar con la oportunidad procesal de hacerlo, omiten alegarla
en sede ordinaria, con el objetivo de conseguir, en el supuesto de que las de-
cisiones adoptadas en esa sede les sean desfavorables, la anulación de dichos

161
Amparos / Improcedencias

pronunciamientos por medio del amparo y, con ello, la dilación indebida del
proceso o procedimiento.
En ese sentido, se advierte que la actora debió ser más diligente pues tuvo
que exigirle a su apoderado que la procurara eficientemente en el recurso de
apelación que planteó ante la señalada Cámara.
En apego a lo antes expuesto, la parte actora al no haber agotado los re-
cursos judiciales, previo a la incoación del proceso de amparo, ha incumplido
uno de los presupuestos procesales para la tramitación de este proceso consti-
tucional, por lo que es procedente el rechazo inicial de la demanda por medio
de la figura de la improcedencia.
3. En conclusión, del análisis de las circunstancias fácticas y jurídicas expues-
tas se deriva la imposibilidad de juzgar, desde una perspectiva constitucional,
el fondo del reclamo planteado por la parte actora, ya que este se fundamenta
en un asunto de estricta legalidad y mera conformidad, además no agotó los
recursos correspondientes. De esta forma, es pertinente declarar la improce-
dencia de la demanda de amparo, por concurrir defectos en la pretensión que
habilita la terminación anormal del proceso.
Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárase improcedente la demanda de amparo firmada por la señora
Evangelina V. de G., por la presumible vulneración a sus derechos funda-
mentales, por ser asunto de mera legalidad e inconformidad; además, por
la falta de agotamiento de los recursos idóneos que el ordenamiento jurí-
dico franquea para impugnar las actuaciones judiciales contra la cual incoa
el presente proceso de amparo.
2. Tome nota la Secretaría de este Tribunal del medio técnico proporcionado
por la demandante para oír notificaciones, no así del lugar indicado por
encontrarse fuera de la circunscripción territorial de este municipio.
3. Notifíquese.
J. B. JAIME---E. S. BLANCO. R.---R. E. GONZALEZ.---SONIA DE SEGOVIA.---PRO-
NUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---E. SOCO-
RRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.

828-2014

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las trece horas con cincuenta y ocho minutos del día veinticinco
de enero de dos mil dieciséis.

162
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Se tiene por recibida copia de la hoja de datos de registro del abogado


Carlos Enrique V. C. -expedida por la Corte Suprema de Justicia- para efectos de
realizar la notificación por medio electrónico.
Analizada la demanda de amparo firmada por el referido profesional,
quien actúa en su carácter personal, junto con la documentación anexa, se
efectúan las siguientes consideraciones:
I. En síntesis, el pretensor menciona que ante el Juez Quinto de lo Civil y
Mercantil de San Salvador (Juez tres) se promovió en contra de “la sucesión”
de su padre el señor Lázaro Arístides V. B. un Proceso Declarativo Común de
Nulidad de Título Supletorio clasificado con la referencia 00630-14-CVPV-5CM3.
Sobre este punto, expone que en dicho juicio su progenitor fue representado
por un curador de la herencia yacente y se pronunció una sentencia que anuló
el título y la inscripción de un bien inmueble que era propiedad del causante.
Desde esa perspectiva, explica que de todo lo anterior tuvo conocimiento
en virtud de una visita “aleatoria” realizada en el Centro Nacional de Registros.
Por ello, posteriormente indagó sobre el trámite que se realizó para declarar
yacente la herencia de su difunto padre y el nombramiento del referido cura-
dor fue realizado por la Jueza Primero de lo Civil y Mercantil (Jueza tres), ante
quien el pretensor acreditó su “...vocación sucesoral...” y en base a ello le pidió
una certificación íntegra y parcial del trámite, la cual -afirma que- le fue exten-
dida.
En virtud de ello, manifiesta que el día 20-X-2014 presentó una solicitud
ante la aludida jueza para iniciar unas “...Diligencias de Aceptación de Herencia
y cese del curador de la herencia yacente nombrado...”, las cuales han sido cla-
sificadas con la referencia 05991-14-CVDV-1CM3. En ese orden, señala -además-
que paralelamente también solicitó al Juez Quinto de lo Civil y Mercantil de San
Salvador (Juez tres) una certificación íntegra del referido proceso común “... a
efecto de conocer la verdad de lo actuado en ese proceso...” para estudiar y
preparar las acciones legales a las que hubiere lugar.
Sin embargo, esa autoridad, cuyo cargo lo ejercía interinamente el juez Ós-
car Antonio Sánchez Bernal, rechazó lo pedido mediante el auto pronunciado
el día 21-X-2014. Al respecto, arguye que dicho funcionario judicial argumentó
que la calidad en la que comparecía y su “probable” interés legítimo todavía no
se encontraba legalmente acreditado.
Es decir, para dicho funcionario es necesario que haya una declaratoria de
heredero definitivo de la sucesión que a su defunción dejó su padre para solici-
tar la certificación del proceso.

163
Amparos / Improcedencias

Por lo expuesto, el pretensor demanda al juez tres interino del Juzgado


Quinto de lo Civil y Mercantil de San Salvador por proveer la resolución de
fecha 21-X-2014 en la cual rechazó la solicitud de extender una certificación
íntegra del proceso común que se dirimió en contra de su fallecido padre -re-
presentado por un curador de la herencia yacente-. De manera que, a su juicio
se le vulnera sus derechos a la protección jurisdiccional en su manifestación del
derecho de acceso a la jurisdicción, en relación al derecho fundamental a cono-
cer la verdad en su dimensión individual y en vinculación también al derecho a
la seguridad jurídica.
II. Determinados los argumentos esbozados por el demandante, corres-
ponde en este apartado exponer los fundamentos jurídicos de la resolución
que se proveerá.
Tal como se ha sostenido en la resolución de 27-X-2010, pronunciada en el
Amp. 408-2010, en este tipo de procesos las afirmaciones de hecho de la parte
actora deben justificar que el reclamo formulado posee trascendencia cons-
titucional, esto es, deben poner de manifiesto la presunta vulneración a los
derechos fundamentales que se proponen como parámetro de confrontación.
Por el contrario, si tales alegaciones se reducen al planteamiento de asun-
tos puramente judiciales o administrativos consistentes en la simple inconfor-
midad con las actuaciones o el contenido de las decisiones emitidas por las
autoridades dentro de sus respectivas competencias, la cuestión sometida al
conocimiento de este Tribunal constituye un asunto de mera legalidad, lo que
se traduce en un vicio de la pretensión que imposibilita su juzgamiento.
III. Con el objeto de trasladar las nociones esbozadas al caso concreto, se
efectúan las consideraciones siguientes:
1. A partir del análisis de lo esbozado en la demanda, aun cuando el actor
afirma que existe vulneración a sus derechos fundamentales, sus alegatos úni-
camente evidencian la inconformidad con el contenido de la decisión adoptada
por la autoridad demandada.
Y es que, sus argumentos están dirigidos, básicamente, a que este Tribunal
determine si el Juez tres interino del .Juzgado Quinto de lo Civil y Mercantil
debió tener por acreditado su interés legítimo con la “vocación sucesoral” y
en base a ello ordenara que se extendiera la certificación íntegra del Proceso
Declarativo Común de Nulidad de Título Supletorio sin necesidad de que el
peticionario estuviera declarado como heredero definitivo del causante. Lo an-
terior constituye una situación que escapa del catálogo de competencias con-
ferido a esta Sala.

164
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Pues, se observa que lo que persigue con su queja el pretensor es que este
Tribunal verifique si los razonamientos que la autoridad demandada consignó
en su pronunciamiento se ajusta a la exigencia subjetiva del demandante, es
decir, que se analice si en tal actuación se exponen todas las cuestiones, cir-
cunstancias, razonamientos y elementos que -a su juicio- debían plasmarse y
considerarse en ella.
En cuanto a ello, esta Sala ha establecido -v.gr. el citado auto pronunciado
en el Amp. 408-2010- que, en principio, la jurisdicción constitucional carece de
competencia material para efectuar el análisis relativo a la interpretación y apli-
cación que las autoridades judiciales desarrollen con relación a los enunciados
legales que rigen los trámites cuyo conocimiento les corresponde, pues hacerlo
implicaría la irrupción de competencias que, en exclusiva, han sido atribuidas y
debe realizarse por los jueces y tribunales ordinarios.
De esa manera, se colige que lo expuesto por la parte actora más que evi-
denciar una supuesta transgresión a sus derechos fundamentales, se reduce a
plantear un asunto de mera legalidad y de simple inconformidad con el conte-
nido de la resolución emitida por el Juez tres interino del Juzgado Quinto de lo
Civil y Mercantil de San Salvador mediante el cual rechazó la petición realizada
en cuanto a extender certificación íntegra del relacionado proceso común.
2. En razón de las circunstancias y aclaraciones apuntadas se concluye que
en el presente proceso no se advierte la trascendencia constitucional de la que-
ja sometida a conocimiento de este Tribunal, dado que el reclamo planteado
constituye una cuestión de estricta legalidad ordinaria y de simple inconfor-
midad con la actuación impugnada, situación que evidencia la existencia de
un defecto de la pretensión de amparo que impide la conclusión normal del
presente proceso y vuelve procedente su terminación mediante la figura de la
improcedencia.
IV. Ahora bien, se observa que el abogado V. C. se ha registrado en el Sis-
tema de Notificación Electrónica (SNE) de la Corte Suprema de Justicia, de ahí
que, para ordenar que los actos de comunicación en el presente proceso de
amparo se realicen de dicha forma se considera necesario hacer las siguientes
acotaciones:
1. El derecho de audiencia es una manifestación explícita del derecho a la
protección jurisdiccional, cuya articulación se produce como consecuencia de
los actos procesales de comunicación, ya que estos posibilitan la oportunidad
real a las posiciones procesales de ser oídos ante los jueces y tribunales. Por ello,
es viable afirmar que los actos de comunicación procesal se erigen en actuacio-
nes que optimizan al derecho a la protección jurisdiccional.

165
Amparos / Improcedencias

De esta forma, los acontecimientos procesales mencionados en último tér-


mino se entienden como los sucesos que se producen en los procesos con la
finalidad de dar a conocer a las partes y a terceros las decisiones que los funcio-
narios judiciales profieren. En ese sentido, la necesidad de hacer partícipes a las
partes los decretos, autos y sentencias es exigida por el derecho de audiencia.
Ligado con lo anterior, por regla general, la realización de los actos de co-
municación se encuentra condicionada por la utilización de aquellos mecanis-
mos o formalidades que, en principio, sean las más aptas y garantistas para la
obtención de un conocimiento real y efectivo de una decisión judicial.
2. En relación con la ejecución de los actos procesales de comunicación, el
art. 79 de la Ley de Procedimientos Constitucionales establece que, en los pro-
cesos sometidos a su conocimiento, la Sala de lo Constitucional podrá notificar
sus resoluciones, citar, solicitar informes y en general efectuar toda clase de
acto de comunicación procesal, utilizando cualquier medio técnico, sea elec-
trónico, magnético o cualquier otro, que posibilite la constancia por escrito y
ofrezca garantías de seguridad y confiabilidad. Además, la referida disposición
determina que todos los días y horas son hábiles para efectuar los actos de
comunicación por los medios de transmisión citados y que las resoluciones se
tendrán por notificadas desde las ocho horas del día hábil siguiente a la recep-
ción de la comunicación.
La referida disposición legal admite entonces la utilización de las nuevas
tecnologías como medio para la válida realización de actos de comunicación a
las partes y profesionales intervinientes y persigue la celeridad y simplificación
de la actividad jurisdiccional, siempre que los medios empleados permitan ob-
tener una constancia escrita y ofrezcan garantías de seguridad y confiabilidad.
Del mismo modo, el art. 178 del Código Procesal Civil y Mercantil -de aplica-
ción supletoria en los procesos de amparo- determina que cuando se notifique
una resolución por medios técnicos, se dejará constancia en el expediente de
la remisión realizada. En este caso, la notificación se tendrá por realizada trans-
curridas veinticuatro horas después del envío, siempre que conste evidencia de
su recibo.
En otros términos, tanto en la Ley de Procedimientos Constitucionales –ley
especial– como en el Código Procesal Civil y Mercantil -aplicable supletoriamen-
te para los casos no previstos en la referida norma- hay una disposición que
habilita el uso de otros medios para llevar a cabo los actos procesales de comu-
nicación.
3. En ese orden de ideas, la Corte Suprema de Justicia cuenta con un Sis-
tema de Notificación Electrónica Judicial que da soporte al envío de notifica-

166
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

ciones vía web y, además, lleva un registro de la información proporcionada


por las partes que han suministrado sus datos y medios informáticos, así como
su dirección, con el objeto de recibir notificaciones. Es decir, que la institución
lleva un registro de las personas que disponen de los medios antes indicados así
como otros datos de identificación, que permite poder comunicar las resolucio-
nes por esa vía a los interesados que así lo hubieren solicitado.
Además, tal y como consta en copia que corre agregada al expediente, el
abogado V. C. -en su carácter personal- ha proporcionado un correo electró-
nico en el que puede recibir los actos de comunicación procesal; en otros tér-
minos, dispone de un medio informático para practicar las notificaciones que
debe hacerle este Tribunal. En consecuencia, los actos de comunicación dentro
del presente proceso de amparo podrán realizarse al referido profesional en el
correo electrónico señalado para tal efecto, con el resguardo acreditativo de su
recepción que proceda.
Así, de conformidad con el art. 79 de la Ley de Procedimientos Constitu-
cionales, dado que la oficina encargada de realizar los actos de comunicación
y el abogado Carlos Enrique V. C., en su carácter personal, dispone de medios
informáticos que permiten el envío y la recepción de documentos de forma tal
que esté garantizada la autenticidad de la comunicación y su contenido, los
cuales, además, dejen constancia fehaciente tanto de su remisión y recepción
como del momento en que se efectúen; los actos de comunicación deberán
realizarse por dicho medio, entendiéndose que las resoluciones se tendrán por
notificadas desde las ocho horas del día hábil siguiente al de la recepción de la
comunicación cuya constancia de remisión quedará por escrito en el expedien-
te llevado por este Tribunal.
Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declarase improcedente la demanda de amparo firmada por el abogado
Carlos Enrique V. C. por la presumible vulneración a sus derechos funda-
mentales, por ser asunto de mera legalidad e inconformidad con la actua-
ción impugnada.
2. Tome nota la Secretaría de este Tribunal del lugar, de los medios técnicos
y electrónicos indicados por el demandante para oír notificaciones y de
la persona comisionada para tales efectos de conformidad al art. 180 del
Código Procesal Civil y Mercantil.
3. Notifíquese.
J. B. JAIME---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZALEZ---SONIA DE SEGOVIA.---PRO-
NUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---E. SOCO-
RRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.

167
Amparos / Improcedencias

764-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las nueve horas y veintiocho minutos del día veintiséis de enero
de dos mil dieciséis.
Analizada la demanda de amparo firmada por los abogados Julio César
Federico y Laura Cristina Preza Quezada o Laura Cristina Preza de Calles, en su
calidad de apoderados generales judiciales con cláusula especial del señor I. A.
F. D., junto con la documentación anexa, se efectúan las siguientes considera-
ciones:
I. En síntesis, los apoderados del peticionario manifiestan que su represen-
tado ingresó a laborar en la Policía Nacional Civil –en adelante PNC– el 7-IX-
1994 desempeñándose como agente policial. Posteriormente, argumenta que
el 29-XII-2000 la Dirección General de la PNC –con el visto bueno del Inspector
General de dicha institución policial– le notificó su remoción de la institución
policial.
Así, al ser notificado su mandante de la destitución, a pesar de no estar de
acuerdo con la misma “acató con responsabilidad dicha disposición”. Lo an-
terior, fue efectuado con base en el “Régimen Especial para la remoción de
Miembros de la Policía Nacional que incurran en conductas irregulares”.
Posteriormente, señala que su poderdante solicitó el 25-IX-2012 ante la Uni-
dad de Investigación Disciplinaria de la PNC que se le extendiera una constan-
cia de antecedentes disciplinarios. En dicha constancia se establecía que “ca-
rece de antecedentes disciplinarios por falta grave y muy grave en proceso de
investigación”.
Por otra parte, afirman que su representado estaba contratado bajo el ré-
gimen laboral de Ley de Salarios y que “... a pesar de ello, no se le siguió un
juicio imparcial en el que pudiera hacer uso de su derecho de audiencia y mani-
festar su defensa de acuerdo a la Ley Reguladora de la Garantía de Audiencia
de los Empleados Públicos no comprendidos en la Carrera Administrativa...”.
Por lo antes expuesto, los abogados de la peticionaria cuestionan la consti-
tucionalidad de las siguientes actuaciones: a) el Acuerdo N° 017 emitido el 6-II-
2001 por el Director General de la PNC, mediante la cual se dejó sin efecto los
nombramientos de determinado personal policial, entre los que se encontraba
la pretensora; b) el visto bueno dado por el Inspector General de la PNC el 19-
I-2001, por medio del cual se avaló la destitución; y c) la decisión pronunciada
–sin especificar la fecha de emisión– por el Tribunal de Apelaciones del Minis-

168
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

terio de Seguridad Pública y Justicia, en la cual se confirmó el aludido Acuerdo


del Director de la PNC.
Dichos actos –a su juicio– le infringieron a su mandante los derechos de
audiencia, defensa, estabilidad laboral y al ejercicio de la carrera policial y la “...
violación a la categoría jurídica de la prohibición de doble juzgamiento, y a la
seguridad jurídica consagrados en la normativa constitucional...”.
II. Determinados los argumentos expresados por los abogados de la parte
pretensora corresponde en este apartado exponer los fundamentos jurídicos
de la resolución que se proveerá.
1. Tal como se sostuvo en la resolución del 27-I-2009, pronunciada en el
Amp. 795-2006, este proceso constitucional persigue que se imparta a la perso-
nar la protección jurisdiccional contra cualquier acto de autoridad que estime
inconstitucional y que, específicamente, vulnere u obstaculice el ejercicio de los
derechos constitucionales consagrados a su favor.
En ese sentido, para la procedencia de la pretensión de amparo en la etapa
inicial del proceso, es necesario –entre otros requisitos– que el sujeto activo se
autoatribuya alteraciones difusas o concretas en su esfera jurídica derivadas
de los efectos de la existencia de una presunta acción u omisión –lo que en
términos generales de la jurisprudencia constitucional se ha denominado sim-
plemente agravio–. Dicho agravio tiene como requisitos que se produzca con
relación a normas o preceptos de rango constitucional –elemento jurídico– y
que genere una afectación difusa o concreta en la esfera jurídica de la persona
justiciable –elemento material–.
Desde esta perspectiva, se ha afirmado que hay ausencia de agravio consti-
tucional cuando el acto u omisión alegado es inexistente o cuando, no obstante
concurra una actuación u omisión por parte de la autoridad a quien se le atribu-
ye la responsabilidad, aquella ha sido legítima, es decir, se ha realizado dentro
del marco constitucional o es incapaz de producir por sí misma una afrenta en la
esfera jurídica constitucional del sujeto que reclama.
Consecuentemente, si la pretensión del actor de amparo no incluye los ele-
mentos antes mencionados, hay ausencia de agravio y la pretensión debe ser
rechazada por existir imposibilidad absoluta de juzgar el caso desde el ámbito
constitucional.
2. A. Por otro lado, en la sentencia del 16-XI-2012, pronunciada en el Amp.
24-2009, este Tribunal sostuvo que el agravio es de tipo actual cuando, no obs-
tante el tiempo transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración
de derechos fundamentales que se alega y el de la presentación de la demanda
de amparo, no hayan desaparecido –es decir, permanezcan en el tiempo– los

169
Amparos / Improcedencias

efectos jurídicos directos de dicha transgresión en la esfera particular de la per-


sona que solicita el amparo, entendidos tales efectos como la dificultad o im-
posibilidad para continuar ejerciendo materialmente las facultades subjetivas
derivadas de un derecho del cual se tiene o se ha tenido su titularidad.
Entonces, para determinar si un agravio posee actualidad se deberá ana-
lizar –atendiendo a las circunstancias fácticas de cada caso concreto y, en es-
pecial, a la naturaleza de los derechos cuya transgresión se alega– si el lapso
transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración a los derechos
fundamentales y el de la presentación de la demanda no sea consecuencia de
la mera inactividad de quien se encontraba legitimado para promover el res-
pectivo proceso de amparo, pues en el caso de no encontrarse objetivamente
imposibilitado para requerir la tutela de sus derechos y haber dejado transcu-
rrir un plazo razonable sin solicitar su protección jurisdiccional –volviendo con
ello improbable el restablecimiento material de dichos derechos– se entendería
que ya no soporta en su esfera jurídica, al menos de manera directa e inmedia-
ta, los efectos negativos que la actuación impugnada le ha causado y, conse-
cuentemente, que el elemento material del agravio que aparentemente se le
ha ocasionado ha perdido vigencia.
Y es que la finalidad del amparo –restitución en el goce material de dere-
chos fundamentales– pierde sentido en aquellos casos en los que –como se
acotó en párrafos precedentes– la persona haya dejado transcurrir un plazo
razonable para requerir la tutela jurisdiccional de sus derechos fundamentales
sin haberse encontrado objetivamente imposibilitada para realizarlo, pues tal
situación denotaría que aquella pretende no el restablecimiento de sus dere-
chos sino la mera posibilidad de obtener una indemnización por la transgresión
de la que supuestamente ha sido objeto, es decir, plantearía una pretensión de
carácter pecuniario y no una pretensión de naturaleza estrictamente constitu-
cional.
B. De ahí que, a efecto de determinar la irrazonabilidad o no de la duración
del plazo para promover un proceso de amparo luego de acontecida la vulne-
ración constitucional que se alega, se requiere una evaluación de las circunstan-
cias del caso en concreto atendiendo a criterios objetivos, como pueden serlo:
en primer lugar, la actitud del demandante, en tanto que deberá determinarse
si la dilación es producto de su propia inactividad que, sin causa de justificación
alguna, dejó transcurrir el tiempo sin requerir la protección jurisdiccional res-
pectiva; y en segundo lugar, la complejidad –fáctica o jurídica– de la pretensión
que se formule.

170
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

III. Expuestas las consideraciones precedentes, corresponde ahora evaluar


la posibilidad de conocer de las infracciones alegadas por la parte actora en el
presente caso.
1. Los apoderados del demandante pretenden atacar el Acuerdo N° 017
emitido el 6-II-2001 por el Director General de la PNC, mediante la cual se dejó
sin efecto los nombramientos de determinado personal policial, entre los que
se encontraba la pretensora; el visto bueno dado por el Inspector General de
la PNC el 19-I-2001, por medio del cual se avaló la destitución; y la decisión pro-
nunciada –sin especificar la fecha de emisión– por el Tribunal de Apelaciones
del Ministerio de Seguridad Pública y Justicia, en la cual se confirmó el aludido
Acuerdo del Director de la PNC.
Lo anterior, a pesar de que a su mandante únicamente le fueron comunica-
das las resoluciones pronunciadas en su contra, sin que se le otorgara presunta-
mente una oportunidad real de defensa.
Por lo antes señalado, los abogados de la parte actora estiman que dichos
actos le vulneraron a su representado los derechos de audiencia, defensa, esta-
bilidad laboral y al ejercicio de la carrera policial y “... la violación a la categoría
jurídica de la prohibición de doble juzgamiento, y a la seguridad jurídica consa-
grados en la normativa constitucional...”.
2. A. Ahora bien, pese a los alegatos expuestos por los apoderados del
pretensor se advierte que el Acuerdo N° 017 por el Director General de la PNC,
mediante la cual se dejó sin efecto los nombramientos de determinado perso-
nal policial emitido el 6-II-2001, confirmada por el Tribunal de Apelaciones del
Ministerio de Seguridad Pública y Justicia –sin precisarse el día específico de esa
decisión–; mientras que la demanda de amparo fue presentada el día 18-XII-
2015 en la Secretaría de este Tribunal, es decir, el amparo es incoado catorce
años y diez meses después de haberse pronunciado la resolución que considera
vulneró sus derechos fundamentales.
Y es que, debido a la naturaleza jurídica del proceso de amparo, es nece-
sario que, además de que exista un agravio concreto en la esfera jurídica del
peticionario, este debe ser actual, tal como se acotó en los autos de improce-
dencia emitidos el 29-XI-2013 en los Amps. 593-2013 y 678-2013. Así, para que
un reclamo esté debidamente fundamentado debe indicarse cuál es el perjuicio
actual que sufre la parte actora en sus derechos fundamentales.
En efecto, de los términos expuestos en la demanda planteada, se observa
que la parte actora no promovió el amparo durante un lapso prolongado (ca-
torce años y diez meses), aspecto que desvirtuaría la actualidad de la afecta-
ción padecida como consecuencia de la decisión de la autoridad demandada.

171
Amparos / Improcedencias

B. Por otra parte, se advierte que los apoderados del pretensor solicitan
en su demanda que: “... se le paguen a [su] patrocinado, los salarios caídos
no percibidos del día [21-XII-2000], hasta el [31-V-2015], haciendo un total de
ciento setenta y cuatro meses, es decir[,] [$78,345.24] dólares de los Estados
Unidos de América (...). [Así como también] se le pague indemnización por
daños y perjuicios físicos, morales y patrimoniales, equivalentes a [$60,000.00].
(...) Se le pague vacaciones, aguinaldos, bonos, y el régimen de disponibilidad
(alimentación) del año [2000] hasta el [24-VII-2015 y] gratificación especial de
[$600.00]...”.
De igual manera, se observa de la documentación anexa que el peticionario
ha aprobado el “Curso de Actualización y reforzamiento para Aspirantes a Re-
ingresar a la Policía Nacional Civil” que fue impartido por la Academia Nacional
de Seguridad Pública –entre los días 1 al 3-VII-2015– a efecto de lograr con ello
ser reincorporado a la institución policial.
Al respecto de lo solicitado por los abogados de la parte actora, se advierte
que su pretensión va dirigida no a impugnar una transgresión de naturaleza
constitucional y, en consecuencia el restablecimiento de sus derechos sino la
mera posibilidad de obtener una indemnización por el agravio del que supues-
tamente ha sido objeto su representado, por lo que se advierte que están plan-
teando una pretensión de carácter pecuniario y no una de naturaleza estricta-
mente constitucional.
C. En consecuencia, de los términos expuestos por los apoderados del pre-
tensor en su demanda, se advierte que no se está en presencia de un agravio
actual en la esfera jurídica del peticionario, puesto que la resolución que pre-
suntamente vulneró los derechos fundamentales de aquel fue emitida por el
Director General de la PNC el 6-II-2001, de lo cual no se infiere la existencia de
un perjuicio actual respecto de los efectos negativos que las actuaciones impug-
nadas le han causado y, consecuentemente, el elemento material del agravio
que aparentemente se le ha ocasionado ha perdido vigencia. Además, que se
ha evidenciado que el propósito de su demanda es obtener una indemnización
y no el restablecimiento del derecho fundamental presuntamente vulnerado.
3. En definitiva, con arreglo a las circunstancias expuestas, se concluye que
este Tribunal se encuentra imposibilitado para controlar la constitucionalidad
de las actuaciones cuestionadas, debido a que no se observa actualidad en el
agravio respecto de la esfera jurídica del peticionario con relación a los actos
reclamados. Así como también, debido a que su pretensión va encaminada a
la satisfacción de un interés pecuniario, lo cual no es el objetivo que persigue
el proceso constitucional de amparo. De esta forma, es pertinente declarar la

172
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

improcedencia de la demanda de amparo, por concurrir un defecto en la pre-


tensión que habilita la terminación anormal del proceso.
Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por los abogados
Julio César Federico y Laura Cristina Preza Quezada o Laura Cristina Preza
de Calles, en su calidad de apoderados generales judiciales con cláusula
especial del señor I. A. F. D., contra actuaciones del Director e Inspector
General de la PNC y del Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguri-
dad Pública y Justicia, en virtud de que existe ausencia de agravio actual,
ya que la parte actora no promovió el amparo durante un lapso prolonga-
do (catorce años y diez meses), aspecto que desvirtuaría la actualidad de
la afectación padecida como consecuencia de la decisión de la autoridad
demandada. Así como también por advertirse que su pretensión se limita a
la satisfacción de un interés pecuniario de obtener una indemnización por
el presunto agravio constitucional ocasionado por los actos reclamados,
cuando –todo indica que al cumplir con los requisitos correspondientes– el
peticionario ya ha sido reincorporado a la PNC.
2. Tome nota la Secretaría de este Tribunal del lugar y medio técnico señalado
por los abogados de la parte actora para oír notificaciones.
3. Notifíquese.
F. MELENDEZ. ---J. B. JAIME. ---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZALEZ.---PRO-
NUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E. SOCO-
RRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.

944-2014

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las nueve horas y veintiséis minutos del día veintisiete de enero
de dos mil dieciséis.
Agrégase a sus antecedentes las diligencias de comisión procesal remitidas
por el Juzgado Segundo de Paz de San Vicente, mediante las cuales se le notifi-
có al señor J. S. H. B. el auto pronunciado el 10-VIII-2015 en el que se le hicieron
determinadas prevenciones al peticionario.
Examinada la demanda de amparo y el escrito de evacuación de prevención
presentado, firmados ambos por el referido señor H. B., en su carácter perso-
nal, se realizan las siguientes consideraciones:

173
Amparos / Improcedencias

I. Se previno al pretensor que aclarara o señalara con exactitud: (i) la auto-


ridad que demandaba, individualizando al funcionario u órgano específico al
que colocaba en situación de pasividad respecto del reclamo planteado. Por lo
que debía indicar si además demandaría en el presente proceso al Presidente
de la República en su calidad de Comandante General de la Fuerza Armada;
(ii) si fue la primera o la segunda vez que ha estado de baja militar por reco-
mendación del Tribunal de Honor de la Fuerza Armada o por alguna otra cau-
sal; (iii) si consideraba vulnerado el derecho a la propia imagen y el derecho al
honor, conforme a los aspectos jurisprudenciales que le fueron expuestos y en
caso afirmativo mencionara los motivos de trasgresión del derecho que final-
mente invocara; (iv) señalara los motivos por los cuales estimaba vulnerado su
derecho a la estabilidad laboral; (v) las razones por las que consideraba que se
había transgredido su derecho de audiencia, puesto que en su argumentación
no mencionaba que hubiese tenido imposibilidad de participar en el proceso
seguido en la jurisdicción militar; y, (vi) si planteó, en tiempo y forma, algún
recurso contra la resolución emitida por la autoridad demandada. En conse-
cuencia, debía indicar –en el supuesto en que se haya hecho uso de algún
medio impugnativo– cuál fue el resultado del mismo, si alegó los hechos en
los que se sustenta la vulneración de derechos fundamentales que arguyó en
su demanda y, en caso negativo, las razones por las que omitió interponerlo.
II. Con el objeto de evacuar las citadas prevenciones el actor señala que sí
demanda al Presidente de la República y Comandante General de la Fuerza
Armada en el presente amparo. Asimismo, indica que es la primera vez que ha
estado de baja militar en la Fuerza Armada.
Por otra parte, menciona que se ha vulnerado su derecho al honor debido
a que al ser dado de baja “... esto generó ante mi famili[a] y amigos y lo peor
en nuevos empleos que h[a] solicitado, la idea que [es] una persona con un
comportamiento extraño, (...) generando la duda si realmente [es] una per-
sona confiable, de un desempeño profesional óptimo y honesto...”. Además,
señala que el Coronel C. C. le vulneró su derecho al honor al “... permitir que
[1]e fueran a buscar a [su] casa, [1]e amarran y [lo] golpean, además, vociferar
palabras insultante en contra de [su] persona, esto es dañino, lo cual baja la
moral y desdice (sic) del honor de la persona, ya que (...) [lo] habían desespe-
rado de una forma que deseaba mejor morir[s]e...”.
Asimismo, estima que se ha vulnerado su derecho a la propia imagen debi-
do a que el referido Coronel C. publicó su imagen en los medios de comunica-
ción –entre ellos el noticiero 4 Visión y el Diario de Hoy– “... exponiendo [su]
imagen, sin [su] autorización, a esos medios, eso es jugar (sic) con la dignidad

174
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

y la imagen de los demás...”. De igual manera, menciona que demanda al ci-


tado Coronel C. y al Teniente Coronel G. V. G. M., ya que fueron ellos quienes
gastaron de forma indiscriminada los fondos de subsidio de alimentación del
Destacamento Militar N° 9, con la idea de causarle un daño.
Por otra parte, señala que considera vulnerado su derecho a la estabilidad
laboral en el momento que “... de forma arbitraria el señor Ministro de la De-
fensa nacional (...) le dio la orden al Tribunal de Honor de la Fuerza Armada,
que no estaba de acuerdo con la decisión tomada, por el juzgado antes men-
cionado (sic), por lo que de cualquier forma ellos recomendaran la baja, esta
acción además de ser ambigua, arbitraria y prepotente vino a desestabilizar
[su] estabilidad laboral, tal es el caso que en la actualidad como apare[ce] con
restricción en los diferentes sistemas ni de vigilante pued[e] conseguir trabajo,
por el grave daño causado a su person[a]...”.
Ahora bien, con respecto a los motivos por los que estimaba vulnerado
su derecho de audiencia no hizo alusión alguna. De igual manera, no indica si
planteó, en tiempo y forma, algún recurso contra la resolución emitida por la
autoridad demandada.
III. 1. Expuesto lo anterior, resulta pertinente reseñar los hechos que moti-
varon la presentación de la demanda de amparo.
En síntesis, la parte actora manifestó que ha pertenecido a la Fuerza Arma-
da (FA) y que en el año 2010 se encontraba de alta en el Destacamento Militar
n° 7 con sede en Ahuachapán y en cumplimiento del Decreto Ejecutivo n° 70
fue delegado para conformar el contingente de la Fuerza de Tarea “ARES” y,
posteriormente, fue transferido a la “Orden General de Señores Oficiales”.
Así, en este último lugar, se le nombró como Tesorero del Fondo de Subsi-
dio del Destacamento Militar n° 9 y ahí trabajó aproximadamente un año con
seis meses y durante ese tiempo no tuvo ninguna “novedad”, es decir, proble-
mas con asuntos relacionados a faltantes de dinero o alguna malversación de
fondos.
Posteriormente, señaló que el Comandante de dicho destacamento militar
lo designó para que integrara de nuevo la Fuerza de Tarea “ARES”, en ese
contexto, mencionó que en la institución militar existe una orden girada por el
Estado Mayor Conjunto de la Fuerza Armada, en la cual se establece que todos
los señores oficiales y suboficiales que tienen nombramiento en alguna comi-
sión y estos son designados para integrar cualquier fuerza de tarea, deberán
de entregar su responsabilidad antes de incorporarse a los diferentes planes de
apoyo que realiza la Fuerza Armada a la Policía Nacional Civil en la seguridad
pública.

175
Amparos / Improcedencias

A efecto de cumplir con dicha orden, el pretensor indicó que le preguntó al


Coronel W. N. C. C., en su calidad de Comandante del referido destacamento
militar, a quien le iba a entregar formalmente dicha comisión y este le dijo que
al Sub Teniente C. W. Q. V. Así, mediante el acta correspondiente se dejó cons-
tancia de ello, y de esa manera comenzó a administrar la Comisión el Teniente
Coronel de Infantería DEM G. V. G. M., en calidad de Presidente y tesorero a
la vez.
En ese contexto, el actor sostuvo que antes de retirarse le hizo mención al
referido Teniente Coronel G. M. que ejercer ambos cargos no era legal ni co-
rrecto, contestándole aquel: “que se callara recluta” y que cumpliera la orden
del superior. De esa manera, a los pocos meses después comenzaron a surgir
los primeros problemas, cuando llegó la Auditoría Interna del Ministerio de
Defensa Nacional, la Inspectoría General de la Fuerza Armada, en donde en-
contraron observaciones a los procedimientos.
Al respecto, narró que de dichas auditorías finalmente se determinó que
el pretensor como encargado de la Comisión de Subsidio de Alimentación del
Destacamento Militar n° 9, debía hacerse cargo de cancelar la deuda de pro-
ductos que no habían sido ingresados en el kardex correspondiente. De esa si-
tuación, el demandante argumentó que no tuvo responsabilidad alguna pues-
to que “ni cuenta se dio en que lo gastaron”.
Así, posterior a ello, el peticionario afirmó que los señores C. C. y el Tenien-
te Coronel G. M. se dieron a la tarea de hostigarlo por medios electrónicos “...
hasta desesperar[lo], ya que ambos se pusieron de acuerdo para hacer[l]e la
vida imposible y aprovechando [su] ausencia gastaron el dinero, tal fue el caso
que simulaban hacer las compras pero los productos no ingresaban a las bode-
gas de la ranchería, de tanto que [lo] acosaron laboralmente fue que ambos
[l]e decían que si no se hacía cargo del de[s]falco generado por ellos, algo [1]
e pasaría...”.
Por otra parte, mencionó que a raíz del acoso del que era víctima faltó a
sus labores y se le inició un proceso en el Juzgado Militar de Instrucción de la
Quinta Brigada de Infantería por atribuírsele el delito de Abandono de destino
o de residencia, tipificado en el art. 133 inciso 1° del Código de Justicia Militar.
Sobre el ilícito penal, señaló que fue condenado, pero la pena de prisión le fue
sustituida por otra menos gravosa.
Asimismo, se le convocó el 1-VIII-2012 al Tribunal de Honor de la FA en el
que le informaron que se iniciarían diligencias administrativas en su contra.
Además, mencionó que al momento de rendir su entrevista “... fue altamente
presionado[,] coaccionado, humillado, hasta el grado de obligar[lo] a que [s]e

176
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

hiciera cargo de que [él] había hurtado dinero de la Comisión de Subsidio...”.


Del acta que fue redactada, señaló que no la firmó por no tener abogado que
lo defendiera y por no estar de acuerdo con el contenido de la misma.
En ese contexto, el 23-VII-2012 se le convocó para hacerle entrega de la
resolución del referido Tribunal de Honor, en donde se le estableció que le ini-
ciarían otro proceso, esta vez por el delito de Falta de Espíritu y Honor Militar.
Mencionó además que el día 17-VIII-2013 el Comandante del Destacamen-
to Militar n° 9 ordenó que “... no se [1]e cancelara [su] sueldo por el depósito
como está establecido si no que el pagador lo hiciera por cheque a fin de des-
contar[l]e deuda en la [Q]uinta Brigada de Infantería y el [referido] Destaca-
mento Militar, siendo el caso que (...) en ningún momento tuv[o] deuda alguna
con la [Q]uinta Brigada ni con el DM-9, para ese fin le hi[zo] un escrito al señor
Comandante que dio la orden de descuento[.]...”.
Finalmente, el peticionario señaló que fue emitida el 31-XII-2013 por el Pre-
sidente de la República y Comandante General de la Fuerza Armada –así como
por el Ministro de la Defensa Nacional–, la Orden General n° 16/013, en la cual
aparece consignada su baja de la institución militar por recomendación del Tri-
bunal de Honor de la misma. Dicha decisión estimó que le vulneró los derechos
a la estabilidad laboral, audiencia, al honor y a la propia imagen.
IV. Corresponde analizar si los alegatos planteados por la parte actora lo-
gran subsanar las observaciones formuladas en el auto de prevención mencio-
nado.
1. De manera inicial, el peticionario afirmó que los funcionarios que coloca
en situación de pasividad son: a) el Ministro de la Defensa Nacional; y b) Presi-
dente de la República y Comandante General de la Fuerza Armada
Aunado a lo anterior, se advierte que el pretensor en su escrito señala que
demanda al Coronel Walter Nelson C. y al Teniente Coronel G. V. G. M., ya que
fueron ellos quienes –a su juicio– gastaron de forma indiscriminada los fondos
de la comisión de subsidio de alimentación del Destacamento Militar N° 9, con
la idea de causarle un daño. Así también por haberle presuntamente vulnerado
el referido Coronel C. C. sus derechos al honor y a la propia imagen, puesto que
ordenó que lo fueran a traer a su casa, lo golpearon, ataron de manos y pies y
lo insultaron. De igual manera, cuando presuntamente dicho funcionario pu-
blicó su imagen en los medios de comunicación “... que a [el] lo habían privado
de libertad los delincuentes, exponiendo [su] imagen sin autorización, a esos
medios, es[o] es jugar con la dignidad y la imagen de los demás...”.
Respecto de los actos de estos últimos funcionarios militares, se observa
que el peticionario no denunció en contra de aquellos una posible comisión

177
Amparos / Improcedencias

de hechos punibles sancionados en el Código de Justicia Militar. En relación a


ello, se advierte que en la referida normativa se tipifican infracciones graves,
específicamente las señaladas en el Capítulo de delitos contra la Disciplina Mi-
litar, verbigracia los artículos 111 y 113 de referido cuerpo normativo. Dichos
artículos establecen lo siguiente:
“Art. 111. El militar que en el ejercicio de su autoridad o mando se excediere
arbitrariamente de sus facultades o las usare indebidamente, causando per-
juicio al servicio militar será castigado con la pena de reclusión de uno a cinco
años, según la gravedad del perjuicio”.
“Art. 113. El militar que se exceda arbitrariamente en el ejercicio de sus
funciones perjudicando a un inferior, o que lo maltrate prevalido de su autori-
dad, será castigado con la pena de reclusión de uno a tres años, sin perjuicio de
responder también por el delito que pudiere resultar”.
Por lo anterior, se advierte que el pretensor tiene expedito el derecho de
iniciar las acciones legales ante las instancias militares correspondientes a efec-
to de ver reparada la transgresión a las mismas y que se inicie un proceso para
la posible sanción a los Coroneles C. C. y G. M. Agotada dicha instancia y en el
supuesto de que fuesen absueltos dichos funcionarios, le quedaba expedito el
derecho a promover el medio impugnativo correspondiente ante la Cámara de
Segunda Instancia en lo militar.
En definitiva, al no haberse alegado la presunta vulneración constitucional
en sede ordinaria y no haberse promovido el procedimiento militar correspon-
diente, que se encuentran establecidos en el Código de Justicia Militar para
la sanción de ese tipo de situaciones que se pretende someter a control cons-
titucional, por lo se evidencia que existen otras vías que son idóneas para la
sanción o restablecimiento de los bienes jurídicos que pudieron resultar vulne-
rados. En vista de ello, y al advertirse la ausencia de agravio de trascendencia
constitucional es atinente la declaratoria de improcedencia en ese punto de su
pretensión.
2. Por otra parte, el señor J. S. H. B. señala como vulnerado su derecho a la
estabilidad laboral, debido a que “... de forma arbitraria el señor Ministro de
la Defensa Nacional (...) le dio la orden al Tribunal de Honor de la Fuerza Ar-
mada, que no estaba de acuerdo con la decisión tomada, por el juzgado antes
mencionado (sic)...”.
En atención a ello, se observa que tanto los argumentos expuestos en la
demanda así como los señalados en el escrito de evacuación de prevención,
no ponen de manifiesto la forma en la que se habría infringido al actor dicho
derecho por parte del referido Ministro.

178
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Lo anterior, puesto que de la documentación anexa se advierte que la san-


ción disciplinaria en contra del pretensor e impuesta por el Presidente de la
República en su calidad de Comandante de la Fuerza Armada, se debió a una
recomendación del Tribunal de Honor de la Fuerza Armada; lo cual es una fa-
cultad que se le encuentra concedida a dicho Tribunal en el artículo 5 ordinal
2° letra C del Reglamento de la Ley de la Carrera Militar. Motivo por el cual no
se logra observar la relación entre las autoridades demandadas –Comandante
General de la Fuerza Armada y el Ministro de la Defensa Nacional– con relación
al acto reclamado, pues estos autorizaron la baja del ente militar, lo cual fue
realizado previa recomendación dada por el mencionado Tribunal de Honor.
Asimismo, en cuanto a las prevenciones consistentes en los motivos por los
que estimaba vulnerado su derecho de audiencia a pesar de que no mencionó
en su demanda haber tenido la imposibilidad de participación en el proceso mi-
litar, al respecto se advierte que no hizo alusión alguna en su escrito de evacua-
ción de prevención. De igual manera, no indicó si planteó, en tiempo y forma,
algún recurso contra la resolución emitida por las autoridades demandadas a
pesar que se le solicitó su aclaración.
Como consecuencia de lo expuesto se colige que, pese a las prevenciones
formuladas, aún no existe claridad respecto de los motivos de vulneración del
derecho de audiencia, en relación con los actos de autoridad impugnados. Y
además, no se tiene certeza si se ha agotado algún tipo de medio impugnativo
para atacar la decisión considerada inconstitucional.
En atención a todo lo mencionado resulta claro que, si bien el demandante
ha presentado en tiempo su escrito de evacuación de prevención, las observa-
ciones formuladas en virtud del aludido auto todavía resultan vigentes, pues
existen aspectos imprescindibles de la pretensión de amparo cuyo esclareci-
miento ha sido omitido y, consecuentemente, es imposible pronunciarse sobre
el fondo de aquellos.
V. Con base en lo antes expuesto se colige la falta de aclaración o corrección
satisfactoria de la prevención por el actor, lo que produce la declaratoria de
inadmisibilidad de la demanda, tal como lo establece el artículo 18 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales (LPC), debiendo, consecuentemente, emitirse
un pronunciamiento en ese sentido.
Y es que el supuesto hipotético de la citada disposición no puede entender-
se únicamente referido a la presentación en tiempo del escrito que pretende
evacuar la prevención, pues aquel implica, además, que mediante este se sub-
sanen efectivamente las deficiencias de la demanda advertidas inicialmente, lo
que en este caso particular no ha sido satisfecho.

179
Amparos / Improcedencias

No obstante lo anterior, es menester acotar que dicha declaratoria no impi-


de que el interesado pueda formular nuevamente su queja ni que se analice su
procedencia, siempre que se cumplan los requisitos legales y jurisprudenciales
para tal efecto.
Por tanto, con fundamento en las consideraciones planteadas en los párra-
fos precedentes y de conformidad a lo establecido en los artículos 13 y 18 de la
LPC, esta Sala RESUELVE:
1. Declárase improcedente la demanda de amparo firmada por el señor J. S.
H. B., contra presuntas actuaciones del Presidente de la República en su
calidad de Comandante General de la Fuerza Armada y el Ministro de la
Defensa Nacional, por la presumible vulneración a sus derechos fundamen-
tales, por no haber agotado el procedimiento militar correspondiente, que
se encuentra establecido en el Código de Justicia Militar para la sanción de
ese tipo de situaciones que se pretende someter a control constitucional,
por lo que se evidenció la existencia de otras vías que son idóneas para la
sanción o restablecimiento de los bienes jurídicos que pudieron resultar
vulnerados. En vista de ello, y al advertirse la ausencia de agravio de tras-
cendencia constitucional se consideró atinente la declaratoria de improce-
dencia en ese punto de su pretensión.
2. Declárese inadmisible la demanda firmada por el referido señor H. B., con-
tra actuaciones atribuidas al Presidente de la República en su calidad de
Comandante General de la Fuerza Armada y el Ministro de la Defensa Na-
cional, por la presumible vulneración de sus derechos fundamentales; en
virtud de que pese a las prevenciones formuladas, aún no existe claridad
respecto de los motivos de vulneración del derecho de audiencia, en rela-
ción con los actos de autoridad impugnados. Y además, no se tiene certeza
si se han agotado algún tipo de medio impugnativo para atacar la decisión
considerada inconstitucional.
3. Notifíquese.
F. MELENDEZ---J. B. JAIME---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZALEZ---PRONUN-
CIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---E. SOCORRO
C.---SRIA.---RUBRICADAS.

594-2013

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las catorce horas con treinta y tres minutos del día veintiocho
de enero de dos mil dieciséis.

180
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Agrégase a sus antecedentes el escrito firmado por la señora Amarilis H. Z.,


en su calidad personal, por medio del cual intenta evacuar la prevención que
le fue formulada.
Antes de emitir el pronunciamiento que corresponda, se estima convenien-
te realizar las siguientes consideraciones:
I. Se previno a la demandante que subsanara y delimitara con claridad: (i)
cuál era el agravio actual y de trascendencia constitucional que el acto contra
el cual reclamaba había producido en su esfera jurídica; y ii) informara a esta
Sala sobre las fechas en que realizó las peticiones a las que hizo referencia en
sus solicitudes de fecha 12-III-2012 y 12-XII-2012.
II. La señora H. Z. intentó evacuar cada una de las deficiencias observadas
de la siguiente manera:
En su escrito mencionó que es una persona con capacidades especiales.
Además relacionó brevemente su historial laboral dentro de la Corte Suprema
de Justicia –CSJ–, su desempeño en los cargos asignados, el momento en que
se le notificó la no renovación de su contrato y las gestiones personales que
realizó para su reincorporación a su puesto de trabajo.
Por otra parte, mencionó que el agravio sufrido lo precisaba en cuanto a
que su desarrollo personal se limitó y retrocedió en el cultivo de sus capacida-
des y habilidades, por haber sufrido mucho en silencio y sentirse discriminada
por uno de los Órganos del Estado. No obstante, también expresó que había
reingresado al Centro de Publicaciones de la CSJ y que se encontraba “...con-
tenta con [su] trabajo...”. Además, agregó copias de notas dirigidas a diferen-
tes funcionarios las cuales afirma que corresponden a su archivo electrónico
por no contar con las fotocopias de las notas presentadas.
III. Expuesto lo anterior, resulta pertinente reseñar los hechos que motivan
la presentación de la demanda de amparo:
La demandante Amarilis H. Z. interpuso su demanda de amparo contra ac-
tuaciones del entonces Presidente de la Corte Suprema de Justicia y el Director
de Recursos Humanos de la misma institución, en virtud de que no se renovó
su contrato de trabajo en el cargo de recepcionista en la Dirección de Publica-
ciones de la CSJ, a partir de enero de 2010, sin que se le siguiera previamente el
procedimiento correspondiente donde se le permitiera exponer sus argumen-
tos y presentar pruebas a su favor. Tal decisión le fue comunicada de forma
verbal en los últimos días laborales de diciembre de 2009.
Por lo antes señalado, la peticionaria estima vulnerados sus derechos de
audiencia, defensa y a la estabilidad laboral.

181
Amparos / Improcedencias

IV. Tomando en consideración los argumentos manifestados por la parte


demandante, corresponde en este apartado exponer los fundamentos jurídi-
cos de la resolución que se proveerá.
1. Tal como se sostuvo en la resolución del 27-I-2009, pronunciada en el
Amp. 795-2006, este proceso constitucional persigue que se imparta a la per-
sona la protección jurisdiccional contra cualquier acto de autoridad que estime
inconstitucional y que, específicamente, vulnere u obstaculice el ejercicio de los
derechos constitucionales consagrados a su favor.
En ese sentido, para la procedencia de la pretensión de amparo, es nece-
sario –entre otros requisitos– que el sujeto activo se autoatribuya alteraciones
difusas o concretas en su esfera jurídica derivadas de los efectos de la existencia
de una presunta acción u omisión – lo que en términos generales de la jurispru-
dencia constitucional se ha denominado simplemente agravio–. Dicho agravio
tiene como requisitos que se produzca con relación a normas o preceptos de
rango constitucional –elemento jurídico– y que genere una afectación difusa
o concreta en la esfera jurídica de la persona justiciable –elemento material–.
Desde esta perspectiva, se ha afirmado que hay ausencia de agravio cons-
titucional cuando el acto u omisión alegado es inexistente o cuando, no obs-
tante concurra una actuación u omisión por parte de la autoridad a quien se le
atribuye la responsabilidad, aquella ha sido legítima, es decir, se ha realizado
dentro del marco constitucional o es incapaz de producir por sí misma una
afrenta en la esfera jurídica constitucional del sujeto que reclama.
Consecuentemente, si la pretensión del actor de amparo no incluye los ele-
mentos antes mencionados, hay ausencia de agravio y la pretensión debe ser
rechazada por existir imposibilidad absoluta de juzgar el caso desde el ámbito
constitucional.
2. Ahora bien, este agravio se materializa en el acto reclamado, es decir
en la actuación u omisión impugnada por la parte actora contra la cual dirige
su pretensión. De ahí que, la existencia del acto reclamado es una condición
necesaria para el desarrollo y finalización normal del proceso, por medio de la
sentencia estimatoria o desestimatoria de la pretensión. Por ello, la desapari-
ción, eliminación o invalidación del acto contra el cual se reclama vuelve –en
principio– nugatorio e inútil el pronunciamiento del proveído definitivo por
parte de este Tribunal.
Así, la jurisprudencia de esta Sala –v.gr. resoluciones del 5-VI-2013, 7-V-
2010, 14-XII-2007 y 18-VIII-2010, Amps. 436-2010, 242-2009, 177-2006 y 414-
2009, respectivamente– ha establecido que cuando los efectos del acto impug-
nado cesan, ya sea porque se revoca la resolución que lo contiene o porque
la autoridad demandada subsana el vicio que afectaba al peticionario, de tal

182
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

forma que los efectos de este se modifican, también desaparece el agravio que
afectaba al sujeto activo de la pretensión y, consecuentemente, la demanda
resulta defectuosa.
Y es que, al concurrir cualquiera de las situaciones antes descritas el proce-
so de amparo ya no tiene razón de ser, puesto que no existe la posibilidad de
terminarlo normalmente a través de la sentencia de fondo o definitiva. Así, el
artículo 31, número 5 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, establece
que la cesación de los efectos del acto reclamado es causal de terminación
del proceso mediante la figura procesal del sobreseimiento. En tal sentido, al
finalizar el efecto negativo violatorio, también debe cesar el conocimiento ju-
risdiccional en sede constitucional, por lo que resulta infructuosa la admisión
de una demanda que carezca de un elemento esencial como es el agravio de
trascendencia constitucional.
V. En el presente apartado se trasladarán las nociones jurisprudenciales ex-
puestas a los argumentos vertidos en el caso planteado con el propósito de
dilucidar la procedencia o no de los señalamientos de la pretensión de la parte
actora.
La demandante argumentó la supuesta vulneración a sus derechos de au-
diencia, defensa y a la estabilidad laboral por la no renovación de su contrato
correspondiente al año 2010. No obstante, en su escrito de evacuación de pre-
venciones expresó que se encontraba laborando dentro de la CSJ. Es decir, ha
sido reincorporada a sus labores en el Centro de Publicaciones de esta institu-
ción.
En tal sentido, se evidencia que el acto que impugnaba consistente en la no
renovación de su contrato ha cesado en sus efectos y la aparente transgresión
a sus derechos ha sido superada por actuaciones de las autoridades demanda-
das, por lo que la continuación del presente proceso resultaría infructuosa tal
como se señaló en el considerando anterior.
En conclusión, ante el cese de los supuestos efectos perniciosos del acto im-
pugnado en la esfera jurídica de la demandante, no existe un objeto de control
ni un agravio que esta Sala deba verificar, volviéndose defectuosa la pretensión
de la parte actora por lo que deberá ser declarada improcedente.
Por tanto, con base en las consideraciones precedentes y lo establecido en
los artículos 13 y 18 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, esta Sala
RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo presentada por la señora
Amarilis H. Z. en contra del entonces Presidente y el Director de Recursos

183
Amparos / Improcedencias

Humanos de la Corte Suprema de Justicia, en virtud de que el acto que


reclamaba ha cesado en sus efectos al haber sido restablecida en su cargo.
2. Notifíquese.
R. E. GONZALEZ---SONIA DE SEGOVIA---C. S. AVILES---PRONUNCIADO POR
LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---E. SOCORRO C.---SRIA.---RU-
BRICADAS.

762-2013

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA.


San Salvador, a catorce horas y treinta y dos minutos del día veintiocho de
enero de dos mil dieciséis.
Habiendo sido convocados los Magistrados Suplentes correspondientes
para conocer de la solicitud de abstención formulada por los Magistrados Pro-
pietarios de este Tribunal Óscar Armando Pineda Navas, Florentín Meléndez
Padilla, José Belarmino Jaime, Edward Sidney Blanco Reyes y Rodolfo Ernesto
González Bonilla se efectúan las siguientes consideraciones:
I. 1. Esencialmente, el demandante manifestó que hasta el año 2003 se
desempeñó como Juez de Paz Propietario de Guaymango, departamento de
Ahuachapán, ya que mediante escrito de fecha 7-X-2003, presentó su renuncia
ante la Corte Suprema de Justicia. Sin embargo, afirmaba que tal actuación “...
estaba fuera de toda cordura...”, pues aunque fue solicitada por su persona,
dicha petición la realizó en un momento en el que estaba psicológicamente
enfermo.
Por tales razones, el pretensor relataba que, con posterioridad a su renun-
cia, presentó algunos escritos a la Corte Suprema de Justicia requiriendo se re-
vocara su petición de renuncia, solicitudes que acompañó de la documentación
correspondiente del Instituto Salvadoreño del Seguro Social, en la que consta-
ba que padecía una enfermedad mental y con la que pretendía establecer que
tal manifestación de voluntad había sido un acto producto de una crisis men-
tal. Dichos escritos, según exponía, fueron presentados a la referida autoridad
en fechas 30-I-2004 y 9-VI-2004, respectivamente, sin que hasta la fecha haya
recibido una respuesta a sus peticiones.
Así, el actor señalaba que la Corte Suprema de Justicia no contestó las solici-
tudes mediante las que pretendía modificar su escrito de renuncia, motivo por
el que consideraba vulnerados sus derechos de “respuesta” y se ha transgredi-
do lo establecido en el art. 18 de la Cn.

184
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

2. Tomando en cuenta lo antes expuesto, los Magistrados Óscar Armando


Pineda Navas, Florentín Meléndez Padilla, José Belarmino Jaime, Edward Sid-
ney Blanco Reyes y Rodolfo Ernesto González Bonilla estimaron que, dado que
la omisión que pretendía controvertir el demandante estaba siendo atribuida a
la Corte Suprema de Justicia, tribunal del que forman parte, consideraron que
debían abstenerse de conocer del proceso de amparo –referencia 762-2013– y
de pronunciar una resolución definitiva con relación a la pretensión constitu-
cional incoada dentro de él. Lo anterior, con el objeto de evitar dudas en cuan-
to a la imparcialidad que como jueces debemos mantener en el ejercicio de
nuestras funciones y, de esa forma, no restarle pureza al proceso frente a las
partes o a la sociedad, ni deslegitimar su pronunciamiento definitivo.
Así, en cumplimiento del principio de imparcialidad y de conformidad con
los arts. 186 inc. 5° Cn., 20 y 52 del Código Procesal Civil y Mercantil (C.Pr.C.M.,
en adelante) y 12 inc. 1° de la LOJ sometieron a conocimiento de esta Sala su
solicitud de abstención pidiendo: 1) se califique por este Tribunal la causa de
abstención expuesta; y 2) se nombre y llame a los Magistrados Suplentes que
corresponda.
3. Al respecto, debe acotarse que como resultado de la aplicación directa
de lo dispuesto en el art. 12 de la Ley Orgánica Judicial, es la misma Sala de lo
Constitucional la que está habilitada expresamente para tramitar y resolver las
Abstenciones y Recusaciones suscitadas dentro de los procesos constitucionales
sometidos a su conocimiento, en cuanto que, tal disposición regula el trámite
que esta Sala debe aplicar cuando se susciten incidencias como las antes seña-
ladas.
En tal sentido, en congruencia con la naturaleza de las abstenciones y re-
cusaciones, como instrumentos para garantizar la imparcialidad del Juez o Ma-
gistrado, mediante la aplicación extensiva del artículo 12 de la Ley Orgánica
Judicial y en aplicación de la autonomía procesal de la Sala de lo Constitucional,
resultaba viable la configuración de un nuevo modo de proceder cuando se
planteara la Abstención o Recusación de los Magistrados de este Tribunal, de
manera que fuera la misma Sala –con cambios en su conformación– el ente en-
cargado de conocer los referidos incidentes, independientemente del número
de magistrados que se abstuvieran o a quienes se recusara.
De esta forma, se ha concluido que, en el caso de los procesos constitucio-
nales, ante la eventual solicitud de recusación o abstención de los magistrados
de la Sala de lo Constitucional, el mismo tribunal debe llamar a los Magistrados
Suplentes para que sean estos quienes evalúen si las razones o motivos esbo-
zados por los propios Magistrados Propietarios o por la parte recusante son

185
Amparos / Improcedencias

suficientes para aceptar la abstención o la recusación de quienes conforman la


Sala de lo Constitucional.
En consecuencia, de conformidad con el citado trámite se deja a cargo de
una conformación subjetiva distinta el análisis de las causales invocadas para
apartar del conocimiento a los Magistrados Propietarios que forman la Sala de
lo Constitucional, aunque –en principio– sea el mismo tribunal quien conozca
de los citados incidentes.
II. 1. Del análisis de la petición formulada se advierte que a los Magistrados
Propietarios Óscar Armando Pineda Navas, Florentín Meléndez Padilla, José Be-
larmino Jaime, Edward Sidney Blanco Reyes y Rodolfo Ernesto González Bonilla
al formar parte de la autoridad demandada –Corte Suprema de Justicia en Ple-
no– podría atribuírsele la omisión de respuesta alegada por la parte actora, ya
que, según el demandante, hasta la fecha sus peticiones no han sido resueltas.
2. En ese orden de ideas, conviene traer a colación que, como se expuso an-
teriormente, los Jueces o Magistrados deben abstenerse de conocer un asunto
cuando se pueda poner en peligro su imparcialidad, en virtud de su relación
con las partes, los abogados que los asisten o representan, el objeto litigioso,
por tener interés en el asunto o en otro semejante, así como por cualquier otra
circunstancia seria, razonable y comprobable que pueda poner en duda su im-
parcialidad frente a las partes o a la sociedad.
Y es que, la exigencia de acreditación de las causas por las que un juez
puede ser apartado del conocimiento de un asunto, se basa en la existencia
de sospechas objetivamente justificadas –exteriorizadas y apoyadas en datos
objetivos– que permitan afirmar que el juez no es ajeno a la causa.
En ese orden de ideas, conviene traer a colación que, como se expuso an-
teriormente, los Jueces o Magistrados deben abstenerse de conocer un asunto
cuando se pueda poner en peligro su imparcialidad, en virtud de su relación
con las partes, los abogados que los asisten o representan, el objeto litigioso,
por tener interés en el asunto o en otro semejante, así como por cualquier otra
circunstancia seria, razonable y comprobable que pueda poner en duda su im-
parcialidad frente a las partes o a la sociedad.
Y es que, la exigencia de acreditación de las causas por las que un juez
puede ser apartado del conocimiento de un asunto, se basa en la existencia
de sospechas objetivamente justificadas –exteriorizadas y apoyadas en datos
objetivos– que permitan afirmar que el juez no es ajeno a la causa.
En el presente caso, los Magistrados Propietarios tienen un nexo con la
actuación cuya constitucionalidad es cuestionada en esta ocasión: ellos forman
parte del tribunal al que se le atribuye la omisión de respuesta a escritos pre-

186
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

sentados en el año 2004, de los cuales –según lo expuesto por el demandante–


aún está pendiente su resolución. Es decir, parecería que a ellos también podría
atribuírseles la presunta omisión. Si se toma en consideración lo apuntado, de
permitir que tales funcionarios sigan conociendo, las potenciales decisiones
que emitan en la gestión del proceso podrían ser vistas como motivadas por
razones distintas a las suministradas por el ordenamiento jurídico, aspecto que
el principio de imparcialidad (art. 186 inc. 5° Cn.) pretende evitar.
En ese sentido, se observa que existen circunstancias serias, razonables y
comprobables que podrían restarle pureza al proceso frente a las partes o a la
sociedad, es decir, tienen un grado de consistencia tal que permite afirmar que
se encuentran objetiva y legítimamente justificadas, por lo que, con el fin de no
deslegitimar el pronunciamiento final que eventualmente se emita en este, es
procedente declarar ha lugar la solicitud de abstención formulada por los Ma-
gistrados Óscar Armando Pineda Navas, Florentín Meléndez Padilla, José Belar-
mino Jaime, Edward Sidney Blanco Reyes y Rodolfo Ernesto González Bonilla.
3. Una vez acreditada la existencia de causas justificadas para apartar a
los mencionados magistrados del conocimiento del reclamo planteado en el
presente proceso de amparo, y de acuerdo con lo sostenido en la jurispruden-
cia de este tribunal en la resolución de fecha 27-IV-2011, en el proceso de Inc.
16-2011, en el cual se afirmó que la Sala de lo Constitucional estará integrada
por los Magistrados designados expresamente por la Asamblea Legislativa,
y no por personas distintas a ellas, ya que a éstas les haría falta la legitima-
ción democrática derivada del nombramiento directo por el citado Órgano
fundamental del Estado, es procedente determinar a quién corresponderá el
conocimiento del fondo de la queja formulada.
En consecuencia, dado que, en defecto de los Magistrados Propietarios,
únicamente los suplentes están legitimados democráticamente para integrar el
tribunal constitucional al haber sido electos por la Asamblea Legislativa y ha-
biendo sido debidamente convocados a conformar Sala, es procedente que sean
los Magistrados Suplentes Francisco Eliseo Ortiz Ruiz, Carlos Sergio Avilés Velás-
quez, Celina Escolán Suay, Sonia Dinora Barillas de Segovia y Martín Rogel Ze-
peda quienes conozcamos en adelante el reclamo planteado por el señor Q. A.
III. Una vez conformado el Tribunal, se procede a efectuar el análisis de la
demanda firmada por el señor R. J. Q. A. y, sobre el particular, se efectúan las
siguientes consideraciones:
Inicialmente, el peticionario manifiesta que hasta el año 2003 se desempe-
ñó como Juez de Paz Propietario de Guaymango, departamento de Ahuacha-
pán, ya que mediante escrito de fecha 7-X-2003, presentó su renuncia ante la

187
Amparos / Improcedencias

Corte Suprema de Justicia. Sin embargo, según expone, tal actuación “... esta-
ba fuera de toda cordura...”, pues aunque fue solicitada por su persona, dicha
petición la realizó en un momento en el que estaba psicológicamente enfermo.
Por tales razones, el pretensor manifiesta que, con posterioridad a su re-
nuncia, presentó algunos escritos a la Corte Suprema de Justicia solicitando
se revocara su petición, solicitudes que acompañó de la documentación co-
rrespondiente del Instituto Salvadoreño del Seguro Social en la que constaba
que padecía una enfermedad mental y con la que pretendía establecer que su
renuncia había sido un acto producto de una crisis mental.
En ese sentido, expone que la Corte Suprema de Justicia no dio respuesta
a los escritos mediante los que pretendía modificar su solicitud de renuncia,
motivo por el que sostiene se han vulnerado sus derechos de “respuesta” y se
ha transgredido lo establecido en el art. 18 de la Cn.
IV. Determinados los argumentos expresados por la parte actora en su
demanda corresponde en este apartado exponer los fundamentos jurídicos de
la resolución que se proveerá.
1. Así, tal como se sostuvo en la resolución del 27-I-2009, pronunciada en el
Amp. 795-2006, este proceso constitucional persigue que se imparta a la per-
sona la protección jurisdiccional contra cualquier acto de autoridad que estime
inconstitucional y que, específicamente, vulnere u obstaculice el ejercicio de los
derechos constitucionales consagrados a su favor.
En ese sentido, para la procedencia in limine litis de la pretensión de am-
paro, es necesario –entre otros requisitos– que el sujeto activo se autoatribuya
alteraciones difusas o concretas en su esfera jurídica derivadas de los efectos de
la existencia de una presunta acción u omisión –lo que en términos generales
de la jurisprudencia constitucional se ha denominado simplemente agravio–.
Dicho agravio tiene como requisitos que se produzca con relación a normas o
preceptos de rango constitucional –elemento jurídico– y que genere una afec-
tación difusa o concreta en la esfera jurídica de la persona justiciable – elemen-
to material–.
Desde esta perspectiva, se ha afirmado que hay ausencia de agravio cons-
titucional cuando el acto u omisión alegado es inexistente o cuando, no obs-
tante concurra una actuación u omisión por parte de la autoridad a quien se le
atribuye la responsabilidad, aquella ha sido legítima, es decir, se ha realizado
dentro del marco constitucional o es incapaz de producir por sí misma una
afrenta en la esfera jurídica constitucional del sujeto que reclama.
Consecuentemente, si la pretensión del actor de amparo no incluye los ele-
mentos antes mencionados, hay ausencia de agravio y la pretensión debe ser

188
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

rechazada por existir imposibilidad absoluta de juzgar el caso desde el ámbito


constitucional.
2. A. Por otro lado, en la sentencia del 16-XI-2012, pronunciada en el Amp.
24-2009, este Tribunal sostuvo que el agravio es de tipo actual cuando, no obs-
tante el tiempo transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración
de derechos fundamentales que se alega y el de la presentación de la demanda
de amparo, no hayan desaparecido –es decir, permanezcan en el tiempo– los
efectos jurídicos directos de dicha transgresión en la esfera particular de la per-
sona que solicita el amparo, entendidos estos últimos como la dificultad o im-
posibilidad para continuar ejerciendo materialmente las facultades subjetivas
derivadas de un derecho del cual se tiene o se ha tenido su titularidad.
Entonces, para determinar si un agravio posee actualidad se deberá ana-
lizar –atendiendo a las circunstancias fácticas de cada caso concreto y, en es-
pecial, a la naturaleza de los derechos cuya transgresión se alega– si el lapso
transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración a los derechos
fundamentales y el de la presentación de la demanda es o no consecuencia de
la mera inactividad de quien se encontraba legitimado para promover el res-
pectivo proceso de amparo, pues en el caso de no encontrarse objetivamente
imposibilitado para requerir la tutela de sus derechos y haber dejado transcu-
rrir un plazo razonable sin solicitar su protección jurisdiccional –volviendo con
ello improbable el restablecimiento material de dichos derechos– se entiende
que ya no soporta en su esfera jurídica, al menos de manera directa e inmedia-
ta, los efectos negativos que la actuación impugnada le ha causado y, conse-
cuentemente, que el elemento material del agravio que aparentemente se le
ha ocasionado ha perdido vigencia.
Y es que la finalidad del amparo –restitución en el goce material de dere-
chos fundamentales– pierde sentido en aquellos casos en los que –como se
acotó supra– la persona haya dejado transcurrir un plazo razonable para re-
querir la tutela jurisdiccional de sus derechos fundamentales sin haberse encon-
trado objetivamente imposibilitada para realizarlo, pues tal situación denota
que aquella pretende no el restablecimiento de sus derechos sino la mera po-
sibilidad de obtener una indemnización por la transgresión de la que supues-
tamente ha sido objeto, es decir, plantearía una pretensión exclusivamente de
carácter pecuniario.
B. De ahí que, a efecto de determinar la irrazonabilidad o no de la duración
del plazo para promover un proceso de amparo luego de acontecida la vulne-
ración constitucional que se alega, se requiere una evaluación de las circunstan-
cias del caso en concreto atendiendo a criterios objetivos, como pueden serio:

189
Amparos / Improcedencias

en primer lugar, la actitud del demandante, en tanto que deberá determinarse


si la dilación es producto de su propia inactividad que, sin causa de justificación
alguna, dejó transcurrir el tiempo sin requerir la protección jurisdiccional res-
pectiva; y en segundo lugar, la complejidad –fáctica o jurídica– de la pretensión
que se formule.
3. Por otra parte, tal como se sostuvo en el Auto del 27-X-2010, pronuncia-
do en el Amp. 408-2010, en este tipo de procesos las afirmaciones de hecho de
la parte actora deben justificar que el reclamo formulado posee trascendencia
constitucional, esto es, han de poner de manifiesto la presunta vulneración a
los derechos fundamentales que se proponen como parámetro de control de
constitucionalidad.
Por el contrario, si tales alegaciones se reducen a aspectos puramente lega-
les o administrativos –consistentes en la simple inconformidad con el ejercicio
de las respectivas competencias–, la cuestión sometida a conocimiento se erige
en un asunto de mera legalidad, situación que se traduce en un vicio de la pre-
tensión que imposibilita su juzgamiento.
V. Expuestas las consideraciones precedentes, corresponde ahora evaluar
la posibilidad de conocer de las infracciones alegadas por la parte actora en el
presente caso.
1. El señor Roberto Joaquín Q. A. pretende atacar la omisión que atribuye
a la Corte Suprema de Justicia, por no haber dado respuesta a dos escritos por
él presentados en fechas 30-I-2004 y 9-VI-2004, con los cuales pretendía que
se dejara sin efecto la renuncia por él presentada previamente ante la referida
autoridad. En ese sentido, el demandante alega que la Corte Suprema de Jus-
ticia ha vulnerado su derecho de petición al haber omitido dar respuesta a las
solicitudes antes relacionadas.
2. En relación con lo anteriormente expuesto y según se constata en la
documentación anexa a la demanda, se evidencia que mediante Acuerdo N°
695-A, de fecha 23-X-2003, la Corte Suprema de Justicia aceptó la renuncia
interpuesta por el licenciado Roberto Joaquín Q. A.; y que por medio de las so-
licitudes de fechas 30-I-2004 y 9-VI-2004, pretendía que se revocara la decisión
adoptada en el citado acuerdo, debido a que, a su juicio, había renunciado
cuando se encontraba en una crisis ocasionada por un padecimiento psicoló-
gico.
Sin embargo, se observa que ha transcurrido un plazo de más nueve años
desde la formulación de las citadas peticiones y la presentación de la demanda,
lo que por una parte parecería evidenciar que el demandante ha consentido
la falta de respuesta a sus peticiones y, por otra, no permite deducir cuál es el

190
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

agravio actual que dicha actuación ocasiona en la esfera jurídica constitucional


de la parte actora.
Y es que, debido a la naturaleza jurídica del proceso de amparo, es nece-
sario que además de que exista un agravio concreto en la esfera jurídica del
peticionario, este debe ser actual. Así, debe indicarse cuál es el perjuicio actual
que sufre la parte actora en sus derechos fundamentales y no limitarse a mani-
festar –de manera general– acotaciones relacionadas a afectaciones a su esfera
jurídico-patrimonial.
En ese sentido, se observa que el peticionario no promovió el amparo du-
rante un lapso prolongado, aspecto que desvirtuaría la actualidad de la afec-
tación padecida como consecuencia de la falta de respuesta a las peticiones
formuladas por el demandante en fechas 30-I-2004 y 9-VI-2004.
En consecuencia, de los términos expuestos por el peticionario en su de-
manda, se advierte que no se está en presencia de un agravio actual en su
esfera jurídica, puesto que las peticiones cuya falta de respuesta alega, fueron
formuladas más de nueve años antes de plantear la demanda de amparo, de
lo cual no se infiere la existencia de un perjuicio actual respecto de los efectos
negativos que la actuación impugnada le ha causado y, consecuentemente,
el elemento material del agravio que aparentemente se le ha ocasionado ha
perdido vigencia.
3. En definitiva, con arreglo a las circunstancias expuestas, se concluye que
este Tribunal se encuentra imposibilitado para controlar la constitucionalidad
de la actuación cuestionada, debido a que no se observa actualidad en el agra-
vio respecto de la esfera jurídica del peticionario con relación al acto reclama-
do. De esta forma, es pertinente declarar la improcedencia de la demanda de
amparo, por concurrir un defecto en la pretensión que habilita la terminación
anormal del proceso.
Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por el señor Ro-
berto Joaquín Q. A., contra omisiones atribuidas a la Corte Suprema de
Justicia, por la supuesta vulneración de su derecho de petición, debido a
que el presunto agravio padecido por el actor carece de actualidad.
2. Tome nota la Secretaría de este Tribunal del medio técnico señalado por la
parte actora para recibir los actos procesales de comunicación, no así del
lugar indicado para tal efecto por encontrarse fuera de la circunscripción
territorial de este municipio.

191
Amparos / Improcedencias

3. Notifíquese.
FCO. E. ORTIZ R.---SONIA DE SEGOVIA---M. R. Z.---C. S. AVILES---PRONUN-
CIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---E. SOCORRO
C.---SRIA.---RUBRICADAS.

6-2016

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las trece horas y cincuenta y nueve minutos del día tres de fe-
brero de dos mil dieciséis.
Analizada la demanda firmada por el abogado Carlos Orlando L. H. en su
carácter personal, junto con la documentación anexa, se hacen las siguientes
consideraciones:
I. En síntesis, el demandante explica que el Banco Agrícola, Sociedad Anó-
nima, promovió un juicio ejecutivo mercantil en su contra el cual fue dirimido
por el Juzgado Quinto de lo Mercantil de San Salvador -hoy Juzgado Primero
de lo Mercantil de San Salvador-; en dicho juicio se emitió una sentencia el día
6-I-2009 en donde se le condenó a pagar al acreedor cierta cantidad de dinero.
Desde esa perspectiva, reclama que la demanda ejecutiva planteada en su
contra fue admitida y tramitada a pesar que habían errores en la personería
que mostró la apoderada del Banco. Sobre dicho punto, demanda que no de-
bió decretarse embargo en sus bienes y tampoco adjudicarlos en pago -luego
de finalizada la fase de ejecución- pues la abogada del acreedor “...no estaba
legitimada...”.
En virtud de lo expuesto, el pretensor L. H. cuestiona la constitucionalidad
de: (a) el auto emitido por el Juez Quinto de lo Mercantil de San Salvador el día
12-VIII-2008 mediante el que decreta embargo en su contra; (b) la sentencia
pronunciada por el referido juzgador el día 6-I-2009; y, (c) la resolución proveí-
da el día 6-X-2010 mediante la cual el citado juez ordena extender nueva cer-
tificación del acta de remate y del auto de adjudicación en pago de los bienes
embargados.
Dichos actos -a su juicio- le vulneran sus derechos al debido proceso y la
posesión.
II. Determinados los argumentos expresados por el peticionario en su de-
manda corresponde en este apartado exponer los fundamentos jurídicos de la
resolución que se proveerá.

192
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

1. A. Tal como se ha sostenido en la sentencia del 16-XI-2012, pronunciada


en el Amp. 24-2009, el agravio es de tipo actual cuando, no obstante el tiempo
transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración de derechos fun-
damentales que se alega y el de la presentación de la demanda de amparo, no
hayan desaparecido -es decir, permanezcan en el tiempo- los efectos jurídicos
directos de dicha transgresión en la esfera particular de la persona que solicita
el amparo, entendidos estos últimos como la dificultad o imposibilidad para
continuar ejerciendo materialmente las facultades subjetivas derivadas de un
derecho del cual se tiene o se ha tenido su titularidad.
Entonces, para determinar si un agravio posee actualidad se deberá ana-
lizar -atendiendo a las circunstancias fácticas de cada caso concreto y, en es-
pecial, a la naturaleza de los derechos cuya transgresión se alega- si el lapso
transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración a los derechos
fundamentales y el de la presentación de la demanda es o no consecuencia de
la mera inactividad de quien se encontraba legitimado para promover el res-
pectivo proceso de amparo, pues en el caso de no encontrarse objetivamente
imposibilitado para requerir la tutela de sus derechos y haber dejado transcu-
rrir un plazo razonable sin solicitar su protección jurisdiccional -volviendo con
ello improbable el restablecimiento material de dichos derechos- se entiende
que ya no soporta en su esfera jurídica, al menos de manera directa e inmedia-
ta, los efectos negativos que la actuación impugnada le ha causado y, conse-
cuentemente, que el elemento material del agravio que aparentemente se le
ha ocasionado ha perdido vigencia.
Y es que, la finalidad del amparo -restitución en el goce material de de-
rechos fundamentales- pierde sentido en aquellos casos en los que -como se
acotó anteriormente- la persona haya dejado transcurrir un plazo razonable
para requerir la tutela jurisdiccional de sus derechos fundamentales sin haberse
encontrado objetivamente imposibilitada para realizarlo, pues tal situación de-
nota que aquella pretende no el restablecimiento de sus derechos sino la mera
posibilidad de obtener una indemnización por la transgresión de la que supues-
tamente ha sido objeto, es decir, plantearía una pretensión exclusivamente de
carácter pecuniario.
B. De ahí que, a efecto de determinar la irrazonabilidad o no de la duración
del plazo para promover un proceso de amparo luego de acontecida la vulne-
ración constitucional que se alega, se requiere una evaluación de las circunstan-
cias del caso en concreto atendiendo a criterios objetivos, como pueden serlo:
en primer lugar, la actitud del demandante, en tanto que deberá determinarse
si la dilación es producto de su propia inactividad que, sin causa de justificación

193
Amparos / Improcedencias

alguna, dejó transcurrir el tiempo sin requerir la protección jurisdiccional res-


pectiva; y en segundo lugar, la complejidad -fáctica o jurídica- de la pretensión
que se formule.
2. Tal como se ha sostenido en la resolución de 27-X-2010, pronunciada en
el Amp. 408¬2010, en este tipo de procesos las afirmaciones de hecho de la
parte actora deben justificar que el reclamo formulado posee trascendencia
constitucional, esto es, deben poner de manifiesto la presunta vulneración a
los derechos fundamentales que se proponen como parámetro de confronta-
ción.
Por el contrario, si tales alegaciones se reducen al planteamiento de asun-
tos puramente judiciales o administrativos consistentes en la simple inconfor-
midad con las actuaciones o el contenido de las decisiones emitidas por las
autoridades dentro de sus respectivas competencias, la cuestión sometida al
conocimiento de este Tribunal constituye un asunto de mera legalidad, lo que
se traduce en un vicio de la pretensión que imposibilita su juzgamiento.
III. Expuestas las consideraciones precedentes, corresponde ahora evaluar
la posibilidad de conocer de las infracciones alegadas por el actor en el presen-
te caso.
1. A. De manera inicial, se observa que el abogado L. H. básicamente re-
clama que el Juez Quinto de lo Mercantil de San Salvador admitió y tramitó el
juicio ejecutivo mercantil planteado en su contra a pesar de que -a su criterio- el
poder presentado por la abogada de la sociedad acreedora contenía errores y
que -incluso- se adjudicó en pago los bienes embargados sin que la apoderada
del Banco estuviera “...legitimada...”. Al respecto, cabe señalar que el último
acto impugnado fue emitido por el Juez Quinto de lo Mercantil el día 6-X-2010.
Consecuentemente, es evidente que transcurrió un plazo de más de cinco
años desde la última decisión que le reclama a la autoridad demandada a la
presentación de la demanda de amparo (5-I-2016), y sin embargo el referido
pretensor no argumenta porqué dejó transcurrir ese lapso. Lo que por una par-
te parecería demostrar que consintió los actos y, por otra, no permite deducir
cuál es el agravio actual que dichas actuaciones ocasionan en su esfera jurídica
constitucional.
Y es que, debido a la naturaleza jurídica del proceso de amparo, es necesa-
rio que además de que exista un agravio concreto en la esfera jurídica del peti-
cionario, este debe ser actual. Así, debe indicarse cuál es el perjuicio actual que
sufre la parte actora en sus derechos fundamentales y no limitarse a manifestar
-de manera general- acotaciones relacionadas a posibles afectaciones a su es-
fera jurídico-patrimonial. En ese sentido, se observa que el abogado L. H. no

194
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

promovió el amparo durante un lapso prolongado, aspecto que desvirtuaría la


actualidad de la afectación padecida como consecuencia de las actuaciones u
omisiones cometidas por la autoridad demandada al admitir y tramitar el juicio
ejecutivo mercantil que la sociedad acreedora incoó en su contra.
En consecuencia, de los términos expuestos por el peticionario en su de-
manda, se advierte que no se está en presencia de un agravio actual en su
esfera jurídica, puesto que la actuaciones del Juzgado Quinto de lo Mercantil
de San Salvador fueron realizadas más de cinco años antes que presentara la
demanda de amparo; de lo cual no se infiere la existencia de un perjuicio actual
respecto de los efectos negativos que las actuaciones impugnadas le han causa-
do y, consecuentemente, el elemento material del agravio que aparentemente
se le han ocasionado ha perdido vigencia.
2. Por otra parte, se observa que de lo esbozado en la demanda, aun cuan-
do el demandante afirma que existe vulneración a sus derechos fundamenta-
les, sus alegatos únicamente evidencian la inconformidad con el contenido de
las decisiones adoptadas por la autoridad demandada respecto a la admisión y
el trámite del proceso ejecutivo.
Y es que, sus argumentos están dirigidos, esencialmente a que este Tribunal
determine si el Juez Quinto de lo Mercantil de San Salvador no debió admitir
y tramitar el juicio ejecutivo mercantil planteado en contra del señor Carlos
Orlando L. H. dado que -en su opinión- la apoderada de la sociedad acreedo-
ra no estaba legitimada para presentarse como tal en el proceso. Lo anterior
constituye una situación que escapa del catálogo de competencias conferido
a esta Sala.
Por tal motivo, no se logra apreciar cuál es el perjuicio de carácter constitu-
cional de los actos que pretende impugnar. También, es de señalar que no hace
ninguna referencia respecto de los medios impugnativos que la ley franquea
para casos como el que expone.
Al respecto cabe destacar que esta Sala ha establecido -v.gr. el auto pro-
nunciado el día 27-X-2010 en el Amp. 408-2010- que, en principio, la jurisdicción
constitucional carece de competencia material para efectuar el análisis relativo
a la interpretación y aplicación que las autoridades judiciales desarrollen con
relación a los enunciados legales que rigen los trámites cuyo conocimiento les
corresponde y, en consecuencia, revisar la valoración que la autoridad haya
realizado de los medios de prueba ventilados dentro de un proceso específico;
ello, implica la irrupción de competencias que, en exclusiva, han sido atribuidas
y debe realizarse por los jueces y tribunales ordinarios.

195
Amparos / Improcedencias

3. En virtud de las circunstancias y aclaraciones apuntadas se concluye que


este Tribunal se encuentra imposibilitado para controlar la constitucionalidad
de las actuaciones cuestionadas, debido a que no se observa actualidad en el
agravio respecto de la esfera jurídica del peticionario con relación a los actos
reclamados y, además, no se advierte la trascendencia constitucional de la que-
ja sometida a conocimiento de esta Sala, dado que la reclamación planteada
constituye una cuestión de estricta legalidad ordinaria y de simple inconfor-
midad con las actuaciones impugnadas; situación que evidencia la existencia
de defectos de la pretensión de amparo que impide la conclusión normal del
presente proceso y vuelve procedente su terminación mediante la figura de la
improcedencia.
Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por el abogado
Carlos Orlando L. H. en su carácter personal, en virtud de que no se obser-
va actualidad en el agravio respecto de su esfera jurídica con relación a los
actos reclamados y, además, no se advierte la trascendencia constitucional
de la queja sometida a conocimiento de este Tribunal, dado que la recla-
mación planteada constituye una cuestión de estricta legalidad ordinaria y
de simple inconformidad.
2. Tome nota la Secretaría de este Tribunal de los medios técnicos señalados
por el actor para recibir los actos procesales de comunicación.
3. Notifíquese.
A. PINEDA.---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME.---E. S. BLANCO R.---R. E. GON-
ZALEZ.---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRI-
BEN.---E. SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.

720-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las nueve horas y veintiún minutos del día tres de febrero de
dos mil dieciséis.
Analizada la demanda de amparo firmada por los abogados Julio César
Federico y Laura Cristina Preza Quezada o Laura Cristina Preza de Calles, en
su calidad de apoderados generales judiciales con cláusula especial del señor
M. R. L., junto con la documentación anexa, se efectúan las siguientes consi-
deraciones:

196
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

I. En síntesis, los apoderados del peticionario manifiestan que su representa-


do ingresó a laborar en la Policía Nacional Civil –en adelante PNC– el 17-IX-1993
desempeñándose como cabo. Posteriormente, argumenta que el 31-I-2001 la
Dirección General de la PNC –con el visto bueno del Inspector General de dicha
institución policial– le notificó su remoción de la institución policial. Así, al ser
notificado su mandante de la destitución, a pesar de no estar de acuerdo con
la misma “acató con responsabilidad dicha disposición”. Lo anterior, fue efec-
tuado con base en el “Régimen Especial para la remoción de Miembros de la
Policía Nacional que incurran en conductas irregulares”.
Posteriormente, señala que su poderdante solicitó el 24-V-2010 ante la Uni-
dad de Investigación Disciplinaria de la PNC que se le extendiera una constan-
cia de antecedentes disciplinarios. En dicha constancia se establecía que no le
encontraron faltas disciplinarias graves o muy graves. De igual manera, men-
ciona que el 19-IV-2010 su mandante solicitó a la Inspectoría General de la PNC
una constancia de antecedentes disciplinarios y en ella se indicó que no le en-
contraron faltas disciplinarias incumplidas ni procesos pendientes.
Por otra parte, indican que su representado estaba contratado bajo el régi-
men laboral de Ley de Salarios y que “... a pesar de ello, no se le siguió un juicio
imparcial en el que pudiera hacer uso de su derecho de audiencia y manifestar
su defensa de acuerdo a la Ley Reguladora de la Garantía de Audiencia de los
Empleados Públicos no comprendidos en la Carrera Administrativa...”.
Por lo antes expuesto, los abogados del peticionario cuestionan la constitu-
cionalidad de las siguientes actuaciones: a) la resolución pronunciada el 28-III-
2001 por el Director General de la PNC, mediante la cual se impuso al pretensor
la sanción de remoción de la institución policial; b) el visto bueno dado por el
Inspector General de la PNC, por medio del cual se ordenó su retiro de la insti-
tución policial; y c) la decisión pronunciada –sin especificar la fecha de emisión–
por el Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguridad Pública y Justicia, en
la cual se confirmó la aludida resolución.
Dichos actos –a su juicio– le infringieron a su mandante los derechos de
audiencia, defensa, estabilidad laboral y al ejercicio de la carrera policial y la “...
violación a la categoría jurídica de la prohibición de doble juzgamiento, y a la
seguridad jurídica consagrados en la normativa constitucional...”.
II. Determinados los argumentos expresados por los abogados de la parte
pretensora corresponde en este apartado exponer los fundamentos jurídicos
de la resolución que se proveerá.
1. Tal como se sostuvo en la resolución del 27-I-2009, pronunciada en el
Amp. 795-2006, este proceso constitucional persigue que se imparta a la per-

197
Amparos / Improcedencias

sona la protección jurisdiccional contra cualquier acto de autoridad que estime


inconstitucional y que, específicamente, vulnere u obstaculice el ejercicio de los
derechos constitucionales consagrados a su favor.
En ese sentido, para la procedencia de la pretensión de amparo en la etapa
inicial del proceso, es necesario –entre otros requisitos– que el sujeto activo se
autoatribuya alteraciones difusas o concretas en su esfera jurídica derivadas
de los efectos de la existencia de una presunta acción u omisión –lo que en
términos generales de la jurisprudencia constitucional se ha denominado sim-
plemente agravio–. Dicho agravio tiene como requisitos que se produzca con
relación a normas o preceptos de rango constitucional –elemento jurídico– y
que genere una afectación difusa o concreta en la esfera jurídica de la persona
justiciable –elemento material–.
Desde esta perspectiva, se ha afirmado que hay ausencia de agravio cons-
titucional cuando el acto u omisión alegado es inexistente o cuando, no obs-
tante concurra una actuación u omisión por parte de la autoridad a quien se le
atribuye la responsabilidad, aquella ha sido legítima, es decir, se ha realizado
dentro del marco constitucional o es incapaz de producir por sí misma una
afrenta en la esfera jurídica constitucional del sujeto que reclama.
Consecuentemente, si la pretensión del actor de amparo no incluye los ele-
mentos antes mencionados, hay ausencia de agravio y la pretensión debe ser
rechazada por existir imposibilidad absoluta de juzgar el caso desde el ámbito
constitucional.
2. A. Por otro lado, en la sentencia del 16-XI-2012, pronunciada en el Amp.
24-2009, este Tribunal sostuvo que el agravio es de tipo actual cuando, no obs-
tante el tiempo transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración
de derechos fundamentales que se alega y el de la presentación de la demanda
de amparo, no hayan desaparecido –es decir, permanezcan en el tiempo– los
efectos jurídicos directos de dicha transgresión en la esfera particular de la per-
sona que solicita el amparo, entendidos tales efectos como la dificultad o im-
posibilidad para continuar ejerciendo materialmente las facultades subjetivas
derivadas de un derecho del cual se tiene o se ha tenido su titularidad.
Entonces, para determinar si un agravio posee actualidad se deberá ana-
lizar –atendiendo a las circunstancias fácticas de cada caso concreto y, en es-
pecial, a la naturaleza de los derechos cuya transgresión se alega– si el lapso
transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración a los derechos
fundamentales y el de la presentación de la demanda no sea consecuencia de
la mera inactividad de quien se encontraba legitimado para promover el res-
pectivo proceso de amparo, pues en el caso de no encontrarse objetivamente

198
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

imposibilitado para requerir la tutela de sus derechos y haber dejado transcu-


rrir un plazo razonable sin solicitar su protección jurisdiccional –volviendo con
ello improbable el restablecimiento material de dichos derechos– se entendería
que ya no soporta en su esfera jurídica, al menos de manera directa e inmedia-
ta, los efectos negativos que la actuación impugnada le ha causado y, conse-
cuentemente, que el elemento material del agravio que aparentemente se le
ha ocasionado ha perdido vigencia.
Y es que la finalidad del amparo –restitución en el goce material de dere-
chos fundamentales– pierde sentido en aquellos casos en los que –como se
acotó en párrafos precedentes– la persona haya dejado transcurrir un plazo
razonable para requerir la tutela jurisdiccional de sus derechos fundamentales
sin haberse encontrado objetivamente imposibilitada para realizarlo, pues tal
situación denotaría que aquella pretende no el restablecimiento de sus dere-
chos sino la mera posibilidad de obtener una indemnización por la transgresión
de la que supuestamente ha sido objeto, es decir, plantearía una pretensión de
carácter pecuniario y no una pretensión de naturaleza estrictamente constitu-
cional.
B. De ahí que, a efecto de determinar la irrazonabilidad o no de la duración
del plazo para promover un proceso de amparo luego de acontecida la vulne-
ración constitucional que se alega, se requiere una evaluación de las circunstan-
cias del caso en concreto atendiendo a criterios objetivos, como pueden serlo:
en primer lugar, la actitud del demandante, en tanto que deberá determinarse
si la dilación es producto de su propia inactividad que, sin causa de justificación
alguna, dejó transcurrir el tiempo sin requerir la protección jurisdiccional res-
pectiva; y en segundo lugar, la complejidad –fáctica o jurídica– de la pretensión
que se formule.
III. Expuestas las consideraciones precedentes, corresponde ahora evaluar
la posibilidad de conocer de las infracciones alegadas por la parte actora en el
presente caso.
1. Los apoderados del demandante pretenden atacar la resolución pronun-
ciada el 28-III-2001 por el Director General de la PNC, mediante la cual se impu-
so al pretensor la sanción de remoción de la institución policial; el visto bueno
dado por el Inspector General de la PNC, por medio del cual se ordenó su retiro
de la institución policial; y la decisión pronunciada –sin especificar la fecha de
emisión– por el Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguridad Pública y
Justicia, en la cual se confirmó la aludida resolución.
Lo anterior, a pesar de que a su mandante únicamente le fueron comunica-
das las resoluciones pronunciadas en su contra, sin que se le otorgara presunta-
mente una oportunidad real de defensa.

199
Amparos / Improcedencias

Por lo antes señalado, los abogados de la parte actora estiman que dichos
actos le vulneraron a su representado los derechos de audiencia, defensa, esta-
bilidad laboral y al ejercicio de la carrera policial y la “... violación a la categoría
jurídica de la prohibición de doble juzgamiento, y a la seguridad jurídica consa-
grados en la normativa constitucional...”.
2. A. Ahora bien, pese a los alegatos expuestos por los apoderados del pre-
tensor se advierte que la resolución del Director General de la PNC, mediante la
cual se impuso la sanción de remoción de la institución policial del peticionario
fue emitida el 23-III-2001, confirmada por Tribunal de Apelaciones del Ministe-
rio de Seguridad Pública y Justicia –sin precisarse el día específico de esa deci-
sión–; mientras que la demanda de amparo fue presentada el día 11-XII-2015
en la Secretaría de este Tribunal, es decir, el amparo es incoado catorce años y
ocho meses después de haberse pronunciado la resolución que considera vul-
neró sus derechos fundamentales.
Y es que, debido a la naturaleza jurídica del proceso de amparo, es nece-
sario que, además de que exista un agravio concreto en la esfera jurídica del
peticionario, este debe ser actual, tal como se acotó en los autos de improce-
dencia emitidos el 29-XI-2013 en los Amps. 593-2013 y 678-2013. Así, para que
un reclamo esté debidamente fundamentado debe indicarse cuál es el perjuicio
actual que sufre la parte actora en sus derechos fundamentales.
En efecto, de los términos expuestos en la demanda planteada, se observa
que la parte actora no promovió el amparo durante un lapso prolongado (ca-
torce años y ocho meses), aspecto que desvirtuaría la actualidad de la afecta-
ción padecida como consecuencia de la decisión de la autoridad demandada.
B. Por otra parte, se advierte que los apoderados del pretensor solicitan
en su demanda que: “... se le paguen a [su] patrocinado, los salarios caídos no
percibidos del día [31-I-2001], hasta el [31-V-2015], haciendo un total de ciento
setenta y dos meses, es decir[,] [$73,714.04] dólares de los Estados Unidos de
América (...). [Así como también] se le pague indemnización por daños y per-
juicios físicos, morales y patrimoniales, equivalentes a [$70,000.00]...”. (...) Se le
pague vacaciones, aguinaldos, bonos, y el régimen de disponibilidad (alimenta-
ción) del año [2000] hasta el [24-VII-2015 y] gratificación especial de [$600.00].
De igual manera, se observa de la documentación anexa que el peticionario
fue propuesto por el Tribunal de Ingreso y Ascenso de la PNC mediante resolu-
ción del 16-III-2015 para que asistiese al curso de actualización y reforzamiento
y lograr con ello ser reincorporado a la institución policial.
Al respecto de lo solicitado por los apoderados de la parte actora, se ad-
vierte que su pretensión va dirigida no a impugnar una transgresión de natu-
raleza constitucional y, en consecuencia el restablecimiento de sus derechos

200
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

sino la mera posibilidad de obtener una indemnización por el agravio del que
supuestamente ha sido objeto su representado, por lo que se advierte que es-
tán planteando una pretensión de carácter pecuniario y no una de naturaleza
estrictamente constitucional.
C. En consecuencia, de los términos expuestos por los abogados del pre-
tensor en su demanda, se advierte que no se está en presencia de un agravio
actual en la esfera jurídica del peticionario, puesto que la resolución que pre-
suntamente vulneró los derechos fundamentales de aquel fue emitida por el
Director General de la PNC el 28-III-2001, de lo cual no se infiere la existencia de
un perjuicio actual respecto de los efectos negativos que las actuaciones impug-
nadas le han causado y, consecuentemente, el elemento material del agravio
que aparentemente se le ha ocasionado ha perdido vigencia. Además, que se
ha evidenciado que el propósito de su demanda es obtener una indemnización
y no el restablecimiento del derecho fundamental presuntamente vulnerado.
3. En definitiva, con arreglo a las circunstancias expuestas, se concluye que
este Tribunal se encuentra imposibilitado para controlar la constitucionalidad
de las actuaciones cuestionadas, debido a que no se observa actualidad en el
agravio respecto de la esfera jurídica del peticionario con relación a los actos
reclamados. Así como también, debido a que su pretensión va encaminada a
la satisfacción de un interés pecuniario, lo cual no es el objetivo que persigue
el proceso constitucional de amparo. De esta forma, es pertinente declarar la
improcedencia de la demanda de amparo, por concurrir un defecto en la pre-
tensión que habilita la terminación anormal del proceso.
Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por los abogados
Julio César Federico y Laura Cristina Preza Quezada o Laura Cristina Preza
de Calles, en su calidad de apoderados generales judiciales con cláusula
especial del señor M. R. L., contra actuaciones del Director e Inspector Ge-
neral de la PNC y del Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguridad
Pública y Justicia, en virtud de que existe ausencia de agravio actual, ya
que la parte actora no promovió el amparo durante un lapso prolongado
(catorce años y ocho meses), aspecto que desvirtuaría la actualidad de la
afectación padecida como consecuencia de la decisión de la autoridad de-
mandada. Así como también por advertirse que su pretensión se limita a
la satisfacción de un interés pecuniario de obtener una indemnización por
el presunto agravio constitucional ocasionado por los actos reclamados,

201
Amparos / Improcedencias

cuando –todo indica que– el peticionario ya ha sido reincorporado a la


PNC.
2. Tome nota la Secretaría de este Tribunal del lugar y medio técnico señalado
por los abogados de la parte actora para oír notificaciones.
3. Notifíquese.
F. MELENDEZ. ---J. B. JAIME.---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZALEZ.---PRONUN-
CIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E. SOCORRO
C.---SRIA.---RUBRICADAS.

721-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las nueve horas y veinticinco minutos del día tres de febrero de
dos mil dieciséis.
Analizada la demanda de amparo firmada por los abogados Julio César
Federico y Laura Cristina Preza Quezada o Laura Cristina Preza de Calles, en su
calidad de apoderados generales judiciales con cláusula especial del señor R. A.
C. H., junto con la documentación anexa, se efectúan las siguientes considera-
ciones:
I. En síntesis, los apoderados del peticionario manifiestan que su represen-
tado ingresó a laborar en la Policía Nacional Civil –en adelante PNC– el 29-XI-
1994 desempeñándose como agente policial. Posteriormente, argumenta que
el 19-I-2001 la Dirección General de la PNC –con el visto bueno del Inspector
General de la PNC– le notificó su remoción de la institución policial. Lo anterior,
fue efectuado con base en el “Régimen Especial para la remoción de Miembros
de la Policía Nacional que incurran en conductas irregulares”.
De igual manera, señalan que el motivo argüido por las autoridades de-
mandadas es que el 11-VI-2000, le hurtaron a su mandante el arma de equipo,
por lo que lo sancionaron con cinco días de suspensión sin goce de sueldo. De
dicha situación planteó denuncia ante la Fiscalía General de la República, por
lo cual se abrió el expediente marcado bajo la referencia 602-DE-UP-38-2000.
Así, dentro de dicha investigación el pretensor presuntamente aclaró el ex-
travío del arma de equipo que le fue asignada “... y [a pesar de] no tener fal-
tas disciplinarias incumplidas; (...) el Tribunal de Apelaciones del Ministerio de
Seguridad Pública y Justicia, [el 15-V-2001] resolvió confirmar en todos sus tér-
minos la resolución pronunciada por el señor Director General de la [PNC]...”.

202
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Por otra parte, indican que su poderdante estaba contratado bajo el régi-
men laboral de Ley de Salarios y que “... a pesar de ello, no se le siguió un juicio
imparcial en el que pudiera hacer uso de su derecho de audiencia y manifestar
su defensa de acuerdo a la Ley Reguladora de la Garantía de Audiencia de los
Empleados Públicos no comprendidos en la Carrera Administrativa...”.
Por lo antes expuesto, los abogados del peticionario cuestionan la consti-
tucionalidad de las siguientes actuaciones: a) la resolución emitida el 19-I-2001
por el Director General de la PNC, mediante la cual se impuso la sanción de
remoción de la institución policial; b) el visto bueno dado por el Inspector Ge-
neral de la PNC, por medio del cual se ordenó su retiro de la institución policial;
y c) la decisión pronunciada el 15–V-2001 por el Tribunal de Apelaciones del
Ministerio de Seguridad Pública y Justicia, en la cual se confirmó la aludida de-
cisión del Director de la PNC.
Dichos actos –a su juicio– le infringieron a su mandante los derechos de
audiencia, defensa, estabilidad laboral y al ejercicio de la carrera policial y la “...
violación a la categoría jurídica de la prohibición de doble juzgamiento, y a la
seguridad jurídica consagrados en la normativa constitucional...”.
II. Determinados los argumentos expresados por los abogados de la parte
pretensora corresponde en este apartado exponer los fundamentos jurídicos
de la resolución que se proveerá.
1. Tal como se sostuvo en la resolución del 27-I-2009, pronunciada en el
Amp. 795-2006, este proceso constitucional persigue que se imparta a la per-
sona la protección jurisdiccional contra cualquier acto de autoridad que estime
inconstitucional y que, específicamente, vulnere u obstaculice el ejercicio de los
derechos constitucionales consagrados a su favor.
En ese sentido, para la procedencia de la pretensión de amparo en la etapa
inicial del proceso, es necesario –entre otros requisitos– que el sujeto activo se
autoatribuya alteraciones difusas o concretas en su esfera jurídica derivadas
de los efectos de la existencia de una presunta acción u omisión –lo que en
términos generales de la jurisprudencia constitucional se ha denominado sim-
plemente agravio–. Dicho agravio tiene como requisitos que se produzca con
relación a normas o preceptos de rango constitucional –elemento jurídico– y
que genere una afectación difusa o concreta en la esfera jurídica de la persona
justiciable –elemento material–.
Desde esta perspectiva, se ha afirmado que hay ausencia de agravio cons-
titucional cuando el acto u omisión alegado es inexistente o cuando, no obs-
tante concurra una actuación u omisión por parte de la autoridad a quien se le
atribuye la responsabilidad, aquella ha sido legítima, es decir, se ha realizado

203
Amparos / Improcedencias

dentro del marco constitucional o es incapaz de producir por sí misma una


afrenta en la esfera jurídica constitucional del sujeto que reclama.
Consecuentemente, si la pretensión del actor de amparo no incluye los ele-
mentos antes mencionados, hay ausencia de agravio y la pretensión debe ser
rechazada por existir imposibilidad absoluta de juzgar el caso desde el ámbito
constitucional.
2. A. Por otro lado, en la sentencia del 16-XI-2012, pronunciada en el Amp.
24-2009, este Tribunal sostuvo que el agravio es de tipo actual cuando, no obs-
tante el tiempo transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración
de derechos fundamentales que se alega y el de la presentación de la demanda
de amparo, no hayan desaparecido –es decir, permanezcan en el tiempo– los
efectos jurídicos directos de dicha transgresión en la esfera particular de la per-
sona que solicita el amparo, entendidos tales efectos como la dificultad o im-
posibilidad para continuar ejerciendo materialmente las facultades subjetivas
derivadas de un derecho del cual se tiene o se ha tenido su titularidad.
Entonces, para determinar si un agravio posee actualidad se deberá ana-
lizar –atendiendo a las circunstancias fácticas de cada caso concreto y, en es-
pecial, a la naturaleza de los derechos cuya transgresión se alega– si el lapso
transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración a los derechos
fundamentales y el de la presentación de la demanda no sea consecuencia de
la mera inactividad de quien se encontraba legitimado para promover el res-
pectivo proceso de amparo, pues en el caso de no encontrarse objetivamente
imposibilitado para requerir la tutela de sus derechos y haber dejado transcu-
rrir un plazo razonable sin solicitar su protección jurisdiccional –volviendo con
ello improbable el restablecimiento material de dichos derechos– se entendería
que ya no soporta en su esfera jurídica, al menos de manera directa e inmedia-
ta, los efectos negativos que la actuación impugnada le ha causado y, conse-
cuentemente, que el elemento material del agravio que aparentemente se le
ha ocasionado ha perdido vigencia.
Y es que la finalidad del amparo –restitución en el goce material de dere-
chos fundamentales– pierde sentido en aquellos casos en los que –como se
acotó en párrafos precedentes– la persona haya dejado transcurrir un plazo
razonable para requerir la tutela jurisdiccional de sus derechos fundamen-
tales sin haberse encontrado objetivamente imposibilitada para realizarlo,
pues tal situación denotaría que aquella pretende no el restablecimiento de
sus derechos sino la mera posibilidad de obtener una indemnización por la
transgresión de la que supuestamente ha sido objeto, es decir, plantearía una
pretensión de carácter pecuniario y no una pretensión de naturaleza estricta-
mente constitucional.

204
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

B. De ahí que, a efecto de determinar la irrazonabilidad o no de la duración


del plazo para promover un proceso de amparo luego de acontecida la vulne-
ración constitucional que se alega, se requiere una evaluación de las circunstan-
cias del caso en concreto atendiendo a criterios objetivos, como pueden serlo:
en primer lugar, la actitud del demandante, en tanto que deberá determinarse
si la dilación es producto de su propia inactividad que, sin causa de justificación
alguna, dejó transcurrir el tiempo sin requerir la protección jurisdiccional res-
pectiva; y en segundo lugar, la complejidad –fáctica o jurídica– de la pretensión
que se formule.
III. Expuestas las consideraciones precedentes, corresponde ahora evaluar
la posibilidad de conocer de las infracciones alegadas por la parte actora en el
presente caso.
1. Los apoderados del demandante pretenden atacar la resolución emitida
el 19-I-2001 por el Director General de la PNC, mediante la cual se impuso la
sanción de remoción de la institución policial; el visto bueno dado por el Inspec-
tor General de la PNC, por medio del cual se ordenó su retiro de la institución
policial; y la decisión pronunciada el 15-V-2001 por el Tribunal de Apelaciones
del Ministerio de Seguridad Pública y Justicia, en la cual se confirmó la aludida
decisión del Director de la PNC.
Lo anterior, a pesar de que a su mandante únicamente le fueron comunica-
das las resoluciones pronunciadas en su contra, sin que se le otorgara presunta-
mente una oportunidad real de defensa.
Por lo antes señalado, los abogados de la parte actora estiman que dichos
actos le vulneraron a su representado los derechos de audiencia, defensa, esta-
bilidad laboral y al ejercicio de la carrera policial y la “... violación a la categoría
jurídica de la prohibición de doble juzgamiento, y a la seguridad jurídica consa-
grados en la normativa constitucional...”.
2. A. Ahora bien, pese a los alegatos expuestos por los apoderados del pre-
tensor se advierte que la resolución emitida por el Tribunal de Apelaciones del
Ministerio de Seguridad Pública y Justicia –que fue la última en ser pronunciada
y que confirmó la decisión dada por el Director de la PNC– se pronunció el 15-
V-2001, mientras que la demanda de amparo fue presentada el día 11-XII-2015
en la Secretaría de este Tribunal, es decir, el amparo es incoado catorce años y
siete meses después de haberse pronunciado la resolución que considera vulne-
ró sus derechos fundamentales.
Y es que, debido a la naturaleza jurídica del proceso de amparo, es nece-
sario que, además de que exista un agravio concreto en la esfera jurídica del
peticionario, este debe ser actual, tal como se acotó en los autos de improce-

205
Amparos / Improcedencias

dencia emitidos el 29-XI-2013 en los Amps. 593-2013 y 678-2013. Así, para que
un reclamo esté debidamente fundamentado debe indicarse cuál es el perjuicio
actual que sufre la parte actora en sus derechos fundamentales.
En efecto, de los términos expuestos en la demanda planteada, se observa
que la parte actora no promovió el amparo durante un lapso prolongado (ca-
torce años y siete meses), aspecto que desvirtuaría la actualidad de la afecta-
ción padecida como consecuencia de la decisión de la autoridad demandada.
B. Por otra parte, se advierte que los apoderados del pretensor solicitan
en su demanda que: “... se le paguen a [su] patrocinado, los salarios caídos no
percibidos del día [19-I-2001], hasta el [31-V-2015], haciendo un total de ciento
setenta y tres meses, es decir[,] [$95,530.60] dólares de los Estados Unidos de
América (...). [Así como también] se le pague indemnización por daños y perjui-
cios físicos, morales y patrimoniales, equivalentes a [60,000.00] (...) Se le pague
vacaciones, aguinaldos, bonos, y el régimen de disponibilidad (alimentación)
del año [2000] hasta el [24-VII-2015 y] gratificación especial de [$600.00]...”.
Asimismo, se observa de la documentación anexa que el peticionario ha
sido reincorporado a la institución policial, lo anterior, mediante el Acuerdo
PNC/DG/N° A-0881-07-2015 emitido el 24-VII-2015 por el Director General de
la PNC.
Al respecto de lo solicitado por los apoderados de la parte actora, se evi-
dencia con ello que su pretensión va dirigida no a impugnar una transgresión
de naturaleza constitucional y, en consecuencia el restablecimiento de sus de-
rechos sino la mera posibilidad de obtener una indemnización por el agravio
del que supuestamente ha sido objeto su representado, por lo que se advierte
que están planteando una pretensión de carácter pecuniario y no una de natu-
raleza estrictamente constitucional.
C. En consecuencia, de los términos expuestos por los abogados de la parte
pretensora en su demanda, se advierte que no se está en presencia de un agra-
vio actual en la esfera jurídica del señor R. A. C. H., puesto que la sentencia que
confirmó la decisión emitida en primera instancia fue emitida el 15-V-2001, de
lo cual no se infiere la existencia de un perjuicio actual respecto de los efectos
negativos que las actuaciones impugnadas le han causado y, consecuentemen-
te, el elemento material del agravio que aparentemente se le ha ocasionado
ha perdido vigencia. Además, que se ha evidenciado que el propósito de su
demanda es obtener una indemnización y no el restablecimiento del derecho
fundamental presuntamente vulnerado.
3. En definitiva, con arreglo a las circunstancias expuestas, se concluye que
este Tribunal se encuentra imposibilitado para controlar la constitucionalidad

206
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

de las actuaciones cuestionadas, debido a que no se observa actualidad en el


agravio respecto de la esfera jurídica del peticionario con relación a los actos
reclamados. Así como también, debido a que su pretensión va encaminada a
la satisfacción de un interés pecuniario, lo cual no es el objetivo que persigue
el proceso constitucional de amparo. De esta forma, es pertinente declarar la
improcedencia de la demanda de amparo, por concurrir un defecto en la pre-
tensión que habilita la terminación anormal del proceso.
Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por los abogados
Julio César Federico y Laura Cristina Preza Quezada o Laura Cristina Preza
de Calles, en su calidad de apoderados generales judiciales con cláusula
especial del señor R. A. C. H., contra actuaciones del Director e Inspector
General de la PNC y del Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguri-
dad Pública y Justicia, en virtud de que existe ausencia de agravio actual, ya
que la parte actora no promovió el amparo durante un lapso prolongado
(catorce años y siete meses), aspecto que desvirtuaría la actualidad de la
afectación padecida como consecuencia de la decisión de la autoridad de-
mandada. Así como también por advertirse que su pretensión se limita a
la satisfacción de un interés pecuniario de obtener una indemnización por
el presunto agravio constitucional ocasionado por los actos reclamados,
cuando el peticionario ya ha sido reincorporado a la PNC.
2. Tome nota la Secretaría de este Tribunal del lugar y medio técnico señalado
por los apoderados de la parte actora para oír notificaciones.
3. Notifíquese.
F. MELENDEZ. ---J. B. JAIME.---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZALEZ.---PRONUN-
CIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E. SOCORRO
C.---SRIA.---RUBRICADAS.

722-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las nueve horas y veintidós minutos del día tres de febrero de
dos mil dieciséis.
Analizada la demanda de amparo firmada por los abogados Julio César
Federico y Laura Cristina Preza Quezada o Laura Cristina Preza de Calles, en su
calidad de apoderados generales judiciales con cláusula especial de la señora

207
Amparos / Improcedencias

M. de la P. C. H., junto con la documentación anexa, se efectúan las siguientes


consideraciones:
I. En síntesis, los apoderados de la peticionaria manifiestan que su repre-
sentada ingresó a laborar en la Policía Nacional Civil –en adelante PNC– el
18-I-1994 desempeñándose como cabo. Posteriormente, argumenta que el
18-XI-2000 la Dirección General de la PNC le notificó su remoción de la insti-
tución policial. Lo anterior, fue efectuado con base en el “Régimen Especial
para la remoción de Miembros de la Policía Nacional que incurran en conduc-
tas irregulares”.
De igual manera, señalan que el motivo argüido por el Director de la PNC y
el Inspector General es que dicha destitución se debió a que presuntamente el
pretensor realizaba “conductas irregulares”. Sin embargo, en constancia emiti-
da por la Unidad de Investigación Disciplinaria de la PNC del 2-X-2015, se esta-
blecía que “... la cabo [...] M. de la P. C. H., ‘carece de antecedente disciplinario
por falta grave o muy grave en investigación’...”.
Por otra parte, indican que su poderdante estaba contratada bajo el régi-
men laboral de Ley de Salarios y que “... a pesar de ello, no se le siguió un juicio
imparcial en el que pudiera hacer uso de su derecho de audiencia y manifestar
su defensa de acuerdo a la Ley Reguladora de la Garantía de Audiencia de los
Empleados Públicos no comprendidos en la Carrera Administrativa...”.
Por lo antes expuesto, los abogados de la peticionaria cuestionan la consti-
tucionalidad de las siguientes actuaciones: a) el Acuerdo N° 280 emitido el 19-
XII-2000 por el Director General de la PNC, mediante la cual se dejó sin efecto
los nombramientos de determinado personal policial, entre los que se encon-
traba la pretensora; b) el visto bueno dado por el Inspector General de la PNC
26-X-2000, por medio del cual se avaló la destitución; y c) la decisión pronun-
ciada –sin especificar la fecha de emisión– por el Tribunal de Apelaciones del
Ministerio de Seguridad Pública y Justicia, en la cual se confirmó el aludido
Acuerdo del Director de la PNC.
Dichos actos –a su juicio– le infringieron a su mandante los derechos de
audiencia, defensa, estabilidad laboral y al ejercicio de la carrera policial y la
“... violación a la categoría jurídica de la prohibición de doble juzgamiento, y a
la seguridad jurídica consagrados en la normativa constitucional, así como los
artículos ocho, diez y once de la Convención sobre Derechos Humanos...”.
II. Determinados los argumentos expresados por los abogados de la parte
pretensora corresponde en este apartado exponer los fundamentos jurídicos
de la resolución que se proveerá.

208
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

1. Tal como se sostuvo en la resolución del 27-I-2009, pronunciada en el


Amp. 795-2006, este proceso constitucional persigue que se imparta a la per-
sona la protección jurisdiccional contra cualquier acto de autoridad que estime
inconstitucional y que, específicamente, vulnere u obstaculice el ejercicio de los
derechos constitucionales consagrados a su favor.
En ese sentido, para la procedencia de la pretensión de amparo en la etapa
inicial del proceso, es necesario –entre otros requisitos– que el sujeto activo se
autoatribuya alteraciones difusas o concretas en su esfera jurídica derivadas
de los efectos de la existencia de una presunta acción u omisión –lo que en
términos generales de la jurisprudencia constitucional se ha denominado sim-
plemente agravio–. Dicho agravio tiene como requisitos que se produzca con
relación a normas o preceptos de rango constitucional –elemento jurídico– y
que genere una afectación difusa o concreta en la esfera jurídica de la persona
justiciable –elemento material–.
Desde esta perspectiva, se ha afirmado que hay ausencia de agravio cons-
titucional cuando el acto u omisión alegado es inexistente o cuando, no obs-
tante concurra una actuación u omisión por parte de la autoridad a quien se le
atribuye la responsabilidad, aquella ha sido legítima, es decir, se ha realizado
dentro del marco constitucional o es incapaz de producir por sí misma una
afrenta en la esfera jurídica constitucional del sujeto que reclama.
Consecuentemente, si la pretensión del actor de amparo no incluye los ele-
mentos antes mencionados, hay ausencia de agravio y la pretensión debe ser
rechazada por existir imposibilidad absoluta de juzgar el caso desde el ámbito
constitucional.
2. A. Por otro lado, en la sentencia del 16-XI-2012, pronunciada en el Amp.
24-2009, este Tribunal sostuvo que el agravio es de tipo actual cuando, no obs-
tante el tiempo transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración
de derechos fundamentales que se alega y el de la presentación de la demanda
de amparo, no hayan desaparecido –es decir, permanezcan en el tiempo– los
efectos jurídicos directos de dicha transgresión en la esfera particular de la per-
sona que solicita el amparo, entendidos tales efectos como la dificultad o im-
posibilidad para continuar ejerciendo materialmente las facultades subjetivas
derivadas de un derecho del cual se tiene o se ha tenido su titularidad.
Entonces, para determinar si un agravio posee actualidad se deberá ana-
lizar –atendiendo a las circunstancias fácticas de cada caso concreto y, en es-
pecial, a la naturaleza de los derechos cuya transgresión se alega– si el lapso
transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración a los derechos
fundamentales y el de la presentación de la demanda no sea consecuencia de

209
Amparos / Improcedencias

la mera inactividad de quien se encontraba legitimado para promover el res-


pectivo proceso de amparo, pues en el caso de no encontrarse objetivamente
imposibilitado para requerir la tutela de sus derechos y haber dejado transcu-
rrir un plazo razonable sin solicitar su protección jurisdiccional –volviendo con
ello improbable el restablecimiento material de dichos derechos– se entendería
que ya no soporta en su esfera jurídica, al menos de manera directa e inmedia-
ta, los efectos negativos que la actuación impugnada le ha causado y, conse-
cuentemente, que el elemento material del agravio que aparentemente se le
ha ocasionado ha perdido vigencia.
Y es que la finalidad del amparo –restitución en el goce material de dere-
chos fundamentales– pierde sentido en aquellos casos en los que –como se
acotó en párrafos precedentes– la persona haya dejado transcurrir un plazo
razonable para requerir la tutela jurisdiccional de sus derechos fundamentales
sin haberse encontrado objetivamente imposibilitada para realizarlo, pues tal
situación denotaría que aquella pretende no el restablecimiento de sus dere-
chos sino la mera posibilidad de obtener una indemnización por la transgresión
de la que supuestamente ha sido objeto, es decir, plantearía una pretensión de
carácter pecuniario y no una pretensión de naturaleza estrictamente constitu-
cional.
B. De ahí que, a efecto de determinar la irrazonabilidad o no de la duración
del plazo para promover un proceso de amparo luego de acontecida la vulne-
ración constitucional que se alega, se requiere una evaluación de las circunstan-
cias del caso en concreto atendiendo a criterios objetivos, como pueden serlo:
en primer lugar, la actitud del demandante, en tanto que deberá determinarse
si la dilación es producto de su propia inactividad que, sin causa de justificación
alguna, dejó transcurrir el tiempo sin requerir la protección jurisdiccional res-
pectiva; y en segundo lugar, la complejidad –fáctica o jurídica– de la pretensión
que se formule.
III. Expuestas las consideraciones precedentes, corresponde ahora evaluar
la posibilidad de conocer de las infracciones alegadas por la parte actora en el
presente caso.
1. Los apoderados de la demandante pretenden atacar el Acuerdo N° 280
emitido el 19-XII-2000 por el Director General de la PNC, mediante el cual se
dejó sin efecto los nombramientos de determinado personal policial, entre los
que se encontraba la pretensora; el visto bueno dado por el Inspector General
de la PNC 26-X-2000, por medio del cual se avaló la destitución; y la decisión
pronunciada –sin especificar la fecha de emisión– por el Tribunal de Apela-

210
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

ciones del Ministerio de Seguridad Pública y Justicia, en la cual se confirmó el


aludido Acuerdo del Director de la PNC.
Lo anterior, a pesar de que a su mandante únicamente le fueron comunica-
das las resoluciones pronunciadas en su contra, sin que se le otorgara presunta-
mente una oportunidad real de defensa.
Por lo antes señalado, los abogados de la parte actora estiman que dichos
actos le vulneraron a su representada los derechos de audiencia, defensa, esta-
bilidad laboral y al ejercicio de la carrera policial y “... la violación a la categoría
jurídica de la prohibición de doble juzgamiento, y a la seguridad jurídica consa-
grados en la normativa constitucional, así como los artículos ocho, diez y once
de la Convención sobre Derechos Humanos...”.
2. A. Ahora bien, pese a los alegatos expuestos por los apoderados de la
pretensora se advierte que el Acuerdo N° 280 emitido el 19-XII-2000 por el Di-
rector General de la PNC, mediante el cual se dejó sin efecto los nombramien-
tos de determinado personal policial, confirmada –sin especificar la fecha de
emisión– por el Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguridad Pública y
Justicia; mientras que la demanda de amparo fue presentada el día 11-XII-2015
en la Secretaría de este Tribunal, es decir, el amparo es incoado casi quince
años después de haberse pronunciado la resolución que considera vulneró sus
derechos fundamentales.
Y es que, debido a la naturaleza jurídica del proceso de amparo, es nece-
sario que, además de que exista un agravio concreto en la esfera jurídica del
peticionario, este debe ser actual, tal como se acotó en los autos de improce-
dencia emitidos el 29-XI-2013 en los Amps. 593-2013 y 678-2013. Así, para que
un reclamo esté debidamente fundamentado debe indicarse cuál es el perjuicio
actual que sufre la parte actora en sus derechos fundamentales.
En efecto, de los términos expuestos en la demanda planteada, se obser-
va que la parte actora no promovió el amparo durante un lapso prolongado
(quince años), aspecto que desvirtuaría la actualidad de la afectación padecida
como consecuencia de la decisión de la autoridad demandada.
B. Por otra parte, se advierte que los apoderados del pretensor solicitan en
su demanda que: “... se le pague a [su] patrocinada, los salarios caídos no per-
cibidos del día [18-XI-2000], hasta el [31-V-2015], haciendo un total de ciento
setenta y cinco meses, es decir[,] [$90,499.50] dólares de los Estados Unidos
de América (...). [Así como también] se le pague indemnización por daños y
perjuicios físicos, morales y patrimoniales, equivalentes a [70,000.00] (...) Se le
pague vacaciones, aguinaldos, bonos, y el régimen de disponibilidad (alimen-

211
Amparos / Improcedencias

tación) desde [el 18-XI-2000 hasta el 31-VI-2015 y] la gratificación especial de


[$600.00] ...”.
De igual manera, se observa de la documentación anexa que la peticiona-
ria se encuentra activa actualmente en la institución policial, desempeñándose
como cabo, según constancia de fecha 5-X-2015.
Al respecto de lo solicitado por los apoderados de la parte actora, se evi-
dencia que su pretensión va dirigida no a impugnar una transgresión de natu-
raleza constitucional y, en consecuencia el restablecimiento de sus derechos
sino la mera posibilidad de obtener una indemnización por el agravio del que
supuestamente ha sido objeto su representada, por lo que se advierte que es-
tán planteando una pretensión de carácter pecuniario y no una de naturaleza
estrictamente constitucional.
C. En consecuencia, de los términos expuestos por los abogados de la pre-
tensora en su demanda, se advierte que no se está en presencia de un agravio
actual en la esfera jurídica de la señora M. de la P. C. H., puesto que el Acuerdo
que presuntamente vulneró sus derechos fundamentales fue emitida por el Di-
rector General de la PNC el 19-XII-2000, de lo cual no se infiere la existencia de
un perjuicio actual respecto de los efectos negativos que las actuaciones impug-
nadas le han causado y, consecuentemente, el elemento material del agravio
que aparentemente se le ha ocasionado ha perdido vigencia. Además, que se
ha evidenciado que el propósito de su demanda es obtener una indemnización
y no el restablecimiento del derecho fundamental presuntamente vulnerado.
3. En definitiva, con arreglo a las circunstancias expuestas, se concluye que
este Tribunal se encuentra imposibilitado para controlar la constitucionalidad
de las actuaciones cuestionadas, debido a que no se observa actualidad en el
agravio respecto de la esfera jurídica del peticionario con relación a los actos
reclamados. Así como también, debido a que su pretensión va encaminada a
la satisfacción de un interés pecuniario, lo cual no es el objetivo que persigue
el proceso constitucional de amparo. De esta forma, es pertinente declarar la
improcedencia de la demanda de amparo, por concurrir un defecto en la pre-
tensión que habilita la terminación anormal del proceso.
Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por los abogados
Julio César Federico y Laura Cristina Preza Quezada o Laura Cristina Preza
de Calles, en su calidad de apoderados generales judiciales con cláusula
especial de la señora M. de la P. C. H., contra actuaciones del Director e
Inspector General de la PNC y del Tribunal de Apelaciones del Ministerio

212
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

de Seguridad Pública y Justicia, en virtud de que existe ausencia de agra-


vio actual, ya que la parte actora no promovió el amparo durante un lap-
so prolongado (quince años), aspecto que desvirtuaría la actualidad de la
afectación padecida como consecuencia de la decisión de la autoridad de-
mandada. Así como también por advertirse que su pretensión se limita a
la satisfacción de un interés pecuniario de obtener una indemnización por
el presunto agravio constitucional ocasionado por los actos reclamados,
cuando la peticionaria ya ha sido reincorporada a la PNC.
2. Tome nota la Secretaría de este Tribunal del lugar y medio técnico señalado
por los apoderados de la parte actora para oír notificaciones.
3. Notifíquese.
F. MELENDEZ---J. B. JAIME---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZALEZ---PRONUN-
CIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---E. SOCORRO
C.---SRIA.---RUBRICADAS.

763-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las nueve horas y veintinueve minutos del día tres de febrero
de dos mil dieciséis.
Analizada la demanda de amparo firmada por los abogados Julio César
Federico y Laura Cristina Preza Quezada o Laura Cristina Preza de Calles, en su
calidad de apoderados generales judiciales con cláusula especial del señor J. E.
Q. P., junto con la documentación anexa, se efectúan las siguientes considera-
ciones:
I. En síntesis, los apoderados del peticionario manifiestan que su represen-
tado ingresó a laborar en la Policía Nacional Civil –en adelante PNC– el 17-
V-1993 desempeñándose como Sargento. Posteriormente, argumenta que el
4-XII-2000 la Dirección General de la PNC –con el visto bueno del Inspector
General de dicha institución policial– le notificó su remoción de la institución
policial. Así, al ser notificado su mandante de la destitución, a pesar de no es-
tar de acuerdo con la misma “acató con responsabilidad dicha disposición”. Lo
anterior, fue efectuado con base en el “Régimen Especial para la remoción de
Miembros de la Policía Nacional que incurran en conductas irregulares”.
Posteriormente, señala que su poderdante solicitó el 6-IX-2007 ante la Uni-
dad de Investigación Disciplinaria de la PNC que se le extendiera una constan-
cia de antecedentes disciplinarios. En dicha constancia se establecía que si bien

213
Amparos / Improcedencias

se le encontraron procedimientos disciplinarios por falta grave, estas ya habían


sido “canceladas, sobreseídas y exoneradas en su totalidad a su favor”.
De igual manera, menciona que su mandante solicitó a la Inspectoría Gene-
ral de la PNC una constancia de antecedentes disciplinarios y en ella se indicó
que no le encontraron faltas disciplinarias incumplidas ni procesos pendientes.
Por otra parte, afirman que su representado estaba contratado bajo el ré-
gimen laboral de Ley de Salarios y que “... a pesar de ello, no se le siguió un
juicio imparcial en el que pudiera hacer uso de su derecho de audiencia y mani-
festar su defensa de acuerdo a la Ley Reguladora de la Garantía de Audiencia
de los Empleados Públicos no comprendidos en la Carrera Administrativa...”.
Por lo antes expuesto, los abogados del peticionario cuestionan la constitu-
cionalidad de las siguientes actuaciones: a) la resolución pronunciada el 4-XII-
2000 por el Director General de la PNC, mediante la cual se impuso al pretensor
la sanción de remoción de la institución policial; b) el visto bueno dado por el
Inspector General de la PNC, por medio del cual se ordenó su retiro de la insti-
tución policial; y c) la decisión pronunciada –sin especificar la fecha de emisión–
por el Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguridad Pública y Justicia, en
la cual se confirmó la aludida resolución.
Dichos actos –a su juicio– le infringieron a su mandante los derechos de
audiencia, defensa, estabilidad laboral y al ejercicio de la carrera policial y la “...
violación a la categoría jurídica de la prohibición de doble juzgamiento, y a la
seguridad jurídica consagrados en la normativa constitucional...”.
II. Determinados los argumentos expresados por los abogados de la parte
pretensora corresponde en este apartado exponer los fundamentos jurídicos
de la resolución que se proveerá.
1. Tal como se sostuvo en la resolución del 27-I-2009, pronunciada en el
Amp. 795-2006, este proceso constitucional persigue que se imparta a la per-
sona la protección jurisdiccional contra cualquier acto de autoridad que estime
inconstitucional y que, específicamente, vulnere u obstaculice el ejercicio de los
derechos constitucionales consagrados a su favor.
En ese sentido, para la procedencia de la pretensión de amparo en la etapa
inicial del proceso, es necesario –entre otros requisitos– que el sujeto activo se
autoatribuya alteraciones difusas o concretas en su esfera jurídica derivadas
de los efectos de la existencia de una presunta acción u omisión –lo que en
términos generales de la jurisprudencia constitucional se ha denominado sim-
plemente agravio–. Dicho agravio tiene como requisitos que se produzca con
relación a normas o preceptos de rango constitucional –elemento jurídico– y

214
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

que genere una afectación difusa o concreta en la esfera jurídica de la persona


justiciable –elemento material–.
Desde esta perspectiva, se ha afirmado que hay ausencia de agravio cons-
titucional cuando el acto u omisión alegado es inexistente o cuando, no obs-
tante concurra una actuación u omisión por parte de la autoridad a quien se le
atribuye la responsabilidad, aquella ha sido legítima, es decir, se ha realizado
dentro del marco constitucional o es incapaz de producir por sí misma una
afrenta en la esfera jurídica constitucional del sujeto que reclama.
Consecuentemente, si la pretensión del actor de amparo no incluye los ele-
mentos antes mencionados, hay ausencia de agravio y la pretensión debe ser
rechazada por existir imposibilidad absoluta de juzgar el caso desde el ámbito
constitucional.
2. A. Por otro lado, en la sentencia del 16-XI-2012, pronunciada en el Amp.
24-2009, este Tribunal sostuvo que el agravio es de tipo actual cuando, no obs-
tante el tiempo transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración
de derechos fundamentales que se alega y el de la presentación de la demanda
de amparo, no hayan desaparecido –es decir, permanezcan en el tiempo– los
efectos jurídicos directos de dicha transgresión en la esfera particular de la per-
sona que solicita el amparo, entendidos tales efectos como la dificultad o im-
posibilidad para continuar ejerciendo materialmente las facultades subjetivas
derivadas de un derecho del cual se tiene o se ha tenido su titularidad.
Entonces, para determinar si un agravio posee actualidad se deberá ana-
lizar –atendiendo a las circunstancias fácticas de cada caso concreto y, en es-
pecial, a la naturaleza de los derechos cuya transgresión se alega– si el lapso
transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración a los derechos
fundamentales y el de la presentación de la demanda no sea consecuencia de
la mera inactividad de quien se encontraba legitimado para promover el res-
pectivo proceso de amparo, pues en el caso de no encontrarse objetivamente
imposibilitado para requerir la tutela de sus derechos y haber dejado transcu-
rrir un plazo razonable sin solicitar su protección jurisdiccional –volviendo con
ello improbable el restablecimiento material de dichos derechos– se entendería
que ya no soporta en su esfera jurídica, al menos de manera directa e inmedia-
ta, los efectos negativos que la actuación impugnada le ha causado y, conse-
cuentemente, que el elemento material del agravio que aparentemente se le
ha ocasionado ha perdido vigencia.
Y es que la finalidad del amparo –restitución en el goce material de dere-
chos fundamentales– pierde sentido en aquellos casos en los que –como se
acotó en párrafos precedentes– la persona haya dejado transcurrir un plazo

215
Amparos / Improcedencias

razonable para requerir la tutela jurisdiccional de sus derechos fundamentales


sin haberse encontrado objetivamente imposibilitada para realizarlo, pues tal
situación denotaría que aquella pretende no el restablecimiento de sus dere-
chos sino la mera posibilidad de obtener una indemnización por la transgresión
de la que supuestamente ha sido objeto, es decir, plantearía una pretensión de
carácter pecuniario y no una pretensión de naturaleza estrictamente constitu-
cional.
B. De ahí que, a efecto de determinar la irrazonabilidad o no de la duración
del plazo para promover un proceso de amparo luego de acontecida la vulne-
ración constitucional que se alega, se requiere una evaluación de las circunstan-
cias del caso en concreto atendiendo a criterios objetivos, como pueden serlo:
en primer lugar, la actitud del demandante, en tanto que deberá determinarse
si la dilación es producto de su propia inactividad que, sin causa de justificación
alguna, dejó transcurrir el tiempo sin requerir la protección jurisdiccional res-
pectiva; y en segundo lugar, la complejidad –fáctica o jurídica– de la pretensión
que se formule.
III. Expuestas las consideraciones precedentes, corresponde ahora evaluar
la posibilidad de conocer de las infracciones alegadas por la parte actora en el
presente caso.
1. Los apoderados del demandante pretenden atacar la resolución el 4-XII-
2000 por el Director General de la PNC, mediante la cual se impuso al pretensor
la sanción de remoción de la institución policial; el visto bueno dado por el Ins-
pector General de la PNC, por medio del cual se ordenó su retiro de la institu-
ción policial; y la decisión pronunciada –sin especificar la fecha de emisión– por
el Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguridad Pública y Justicia, en la
cual se confirmó la aludida resolución.
Lo anterior, a pesar de que a su mandante únicamente le fueron comunica-
das las resoluciones pronunciadas en su contra, sin que se le otorgara presunta-
mente una oportunidad real de defensa.
Por lo antes señalado, los abogados de la parte actora estiman que dichos
actos le vulneraron a su representado los derechos de audiencia, defensa, esta-
bilidad laboral y al ejercicio de la carrera policial y “... la violación a la categoría
jurídica de la prohibición de doble juzgamiento, y a la seguridad jurídica consa-
grados en la normativa constitucional...”.
2. A. Ahora bien, pese a los alegatos expuestos por los apoderados del
pretensor se advierte que la resolución del Director General de la PNC, me-
diante la cual se impuso la sanción de remoción de la institución policial del
peticionario fue emitida el 4-XII-2000, confirmada por Tribunal de Apelaciones

216
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

del Ministerio de Seguridad Pública y Justicia –sin precisarse el día específico de


esa decisión–; mientras que la demanda de amparo fue presentada el día 11-
XII-2015 en la Secretaría de este Tribunal, es decir, el amparo es incoado quince
años después de haberse pronunciado la resolución que considera vulneró sus
derechos fundamentales.
Y es que, debido a la naturaleza jurídica del proceso de amparo, es nece-
sario que, además de que exista un agravio concreto en la esfera jurídica del
peticionario, este debe ser actual, tal como se acotó en los autos de improce-
dencia emitidos el 29-XI-2013 en los Amps. 593-2013 y 678-2013. Así, para que
un reclamo esté debidamente fundamentado debe indicarse cuál es el perjuicio
actual que sufre la parte actora en sus derechos fundamentales.
En efecto, de los términos expuestos en la demanda planteada, se obser-
va que la parte actora no promovió el amparo durante un lapso prolongado
(quince años), aspecto que desvirtuaría la actualidad de la afectación padecida
como consecuencia de la decisión de la autoridad demandada.
B. Por otra parte, se advierte que los apoderados del pretensor solicitan
en su demanda que: “... se le paguen a [su] patrocinado, los salarios caídos
no percibidos del día [4-XII-2000], hasta el [31-V-2015], haciendo un total de
ciento setenta y cuatro meses, es decir[,] [$98,233.44] dólares de los Estados
Unidos de América (...). [Así como también] se le pague indemnización por da-
ños y perjuicios físicos, morales y patrimoniales, equivalentes a [$80,000.00]...”.
(...) Se le pague vacaciones, aguinaldos, bonos, y el régimen de disponibilidad
(alimentación) del año [2000] hasta el [24-VII-2015 y] gratificación especial de
[$600.00].
De igual manera, se observa de la documentación anexa que el peticionario
ha aprobado el “Curso de Actualización y reforzamiento para Aspirantes a Re-
ingresar a la Policía Nacional Civil” que fue impartido por la Academia Nacional
de Seguridad Pública –entre los días 1 al 3-VII-2015– a efecto de lograr con ello
ser reincorporado a la institución policial.
Al respecto de lo solicitado por los abogados de la parte actora, se advierte
que su pretensión va dirigida no a impugnar una transgresión de naturaleza
constitucional y, en consecuencia el restablecimiento de sus derechos sino la
mera posibilidad de obtener una indemnización por el agravio del que supues-
tamente ha sido objeto su representado, por lo que se advierte que están plan-
teando una pretensión de carácter pecuniario y no una de naturaleza estricta-
mente constitucional.
C. En consecuencia, de los términos expuestos por los apoderados del pre-
tensor en su demanda, se advierte que no se está en presencia de un agravio

217
Amparos / Improcedencias

actual en la esfera jurídica del peticionario, puesto que la resolución que pre-
suntamente vulneró los derechos fundamentales de aquel fue emitida por el
Director General de la PNC el 4-XII-2000, de lo cual no se infiere la existencia de
un perjuicio actual respecto de los efectos negativos que las actuaciones impug-
nadas le han causado y, consecuentemente, el elemento material del agravio
que aparentemente se le ha ocasionado ha perdido vigencia. Además, que se
ha evidenciado que el propósito de su demanda es obtener una indemnización
y no el restablecimiento del derecho fundamental presuntamente vulnerado.
3. En definitiva, con arreglo a las circunstancias expuestas, se concluye que
este Tribunal se encuentra imposibilitado para controlar la constitucionalidad
de las actuaciones cuestionadas, debido a que no se observa actualidad en el
agravio respecto de la esfera jurídica del peticionario con relación a los actos
reclamados. Así como también, debido a que su pretensión va encaminada a
la satisfacción de un interés pecuniario, lo cual no es el objetivo que persigue
el proceso constitucional de amparo. De esta forma, es pertinente declarar la
improcedencia de la demanda de amparo, por concurrir un defecto en la pre-
tensión que habilita la terminación anormal del proceso.
Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por los abogados
Julio César Federico y Laura Cristina Preza Quezada o Laura Cristina Preza
de Calles, en su calidad de apoderados generales judiciales con cláusula
especial del señor J. E. Q. P., contra actuaciones del Director e Inspector
General de la PNC y del Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguri-
dad Pública y Justicia, en virtud de que existe ausencia de agravio actual, ya
que la parte actora no promovió el amparo durante un lapso prolongado
(quince años), aspecto que desvirtuaría la actualidad de la afectación pa-
decida como consecuencia de la decisión de la autoridad demandada. Así
como también por advertirse que su pretensión se limita a la satisfacción
de un interés pecuniario de obtener una indemnización por el presunto
agravio constitucional ocasionado por los actos reclamados, cuando –todo
indica que al cumplir con los requisitos correspondientes– el peticionario ya
ha sido reincorporado a la PNC.
2. Tome nota la Secretaría de este Tribunal del lugar y medio técnico señalado
por los abogados de la parte actora para oír notificaciones.
3. Notifíquese.
F. MELENDEZ. ---J. B. JAIME. ---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZALEZ.---PRO-
NUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E. SOCO-
RRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.

218
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

765-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las nueve horas y veinticuatro minutos del día tres de febrero
de dos mil dieciséis.
Analizada la demanda de amparo firmada por los abogados Julio César
Federico y Laura Cristina Preza Quezada o Laura Cristina Preza de Calles, en su
calidad de apoderados generales judiciales con cláusula especial del señor J. A.
S. D., junto con la documentación anexa, se efectúan las siguientes considera-
ciones:
I. En síntesis, los apoderados del peticionario manifiestan que su represen-
tado ingresó a laborar en la Policía Nacional Civil –en adelante PNC– el 30-XI-
1996 desempeñándose como Agente policial. Posteriormente, argumenta que
el 28-XII-2000 la Dirección General de la PNC –con el visto bueno del Inspector
General de dicha institución policial– le notificó su remoción de la institución
policial. Así, al ser notificado su mandante de la destitución, a pesar de no estar
de acuerdo con la misma “acató con responsabilidad dicha disposición”.
Lo anterior, fue efectuado con base en el “Régimen Especial para la remo-
ción de Miembros de la Policía Nacional que incurran en conductas irregulares”.
Al respecto, señalan que su poderdante fue destituido de su cargo a pesar que
no le encontraron faltas disciplinarias ni incumplidas ni procesos pendientes.
Por otra parte, indican que su representado estaba contratado bajo el régi-
men laboral de Ley de Salarios y que “... a pesar de ello, no se le siguió un juicio
imparcial en el que pudiera hacer uso de su derecho de audiencia y manifestar
su defensa de acuerdo a la Ley Reguladora de la Garantía de Audiencia de los
Empleados Públicos no comprendidos en la Carrera Administrativa...”.
Por lo antes expuesto, de la documentación anexa se advierte que los abo-
gados de la peticionaria cuestionan la constitucionalidad de las siguientes ac-
tuaciones: a) el Acuerdo N° 013 emitido el 24-I-2001 por el Director General de
la PNC, mediante la cual se dejó sin efecto los nombramientos de determinado
personal policial, entre los que se encontraba el pretensor; b) el visto bueno
dado por el Inspector General de la PNC, por medio del cual se avaló la desti-
tución; y c) la decisión pronunciada –sin especificar la fecha de emisión– por
el Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguridad Pública y Justicia, en la
cual se confirmó el aludido Acuerdo del Director de la PNC.
Dichos actos –a su juicio– le infringieron a su mandante los derechos de
audiencia, defensa, estabilidad laboral y al ejercicio de la carrera policial y la “...

219
Amparos / Improcedencias

violación a la categoría jurídica de la prohibición de doble juzgamiento, y a la


seguridad jurídica consagrados en la normativa constitucional...”.
II. Determinados los argumentos expresados por los abogados de la parte
pretensora corresponde en este apartado exponer los fundamentos jurídicos
de la resolución que se proveerá.
1. Tal como se sostuvo en la resolución del 27-I-2009, pronunciada en el
Amp. 795-2006, este proceso constitucional persigue que se imparta a la per-
sona la protección jurisdiccional contra cualquier acto de autoridad que estime
inconstitucional y que, específicamente, vulnere u obstaculice el ejercicio de los
derechos constitucionales consagrados a su favor.
En ese sentido, para la procedencia de la pretensión de amparo en la etapa
inicial del proceso, es necesario –entre otros requisitos– que el sujeto activo se
autoatribuya alteraciones difusas o concretas en su esfera jurídica derivadas
de los efectos de la existencia de una presunta acción u omisión –lo que en
términos generales de la jurisprudencia constitucional se ha denominado sim-
plemente agravio–. Dicho agravio tiene como requisitos que se produzca con
relación a normas o preceptos de rango constitucional –elemento jurídico– y
que genere una afectación difusa o concreta en la esfera jurídica de la persona
justiciable –elemento material–.
Desde esta perspectiva, se ha afirmado que hay ausencia de agravio cons-
titucional cuando el acto u omisión alegado es inexistente o cuando, no obs-
tante concurra una actuación u omisión por parte de la autoridad a quien se le
atribuye la responsabilidad, aquella ha sido legítima, es decir, se ha realizado
dentro del marco constitucional o es incapaz de producir por sí misma una
afrenta en la esfera jurídica constitucional del sujeto que reclama.
Consecuentemente, si la pretensión del actor de amparo no incluye los ele-
mentos antes mencionados, hay ausencia de agravio y la pretensión debe ser
rechazada por existir imposibilidad absoluta de juzgar el caso desde el ámbito
constitucional.
2. A. Por otro lado, en la sentencia del 16-XI-2012, pronunciada en el Amp.
24-2009, este Tribunal sostuvo que el agravio es de tipo actual cuando, no obs-
tante el tiempo transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración
de derechos fundamentales que se alega y el de la presentación de la demanda
de amparo, no hayan desaparecido –es decir, permanezcan en el tiempo– los
efectos jurídicos directos de dicha transgresión en la esfera particular de la per-
sona que solicita el amparo, entendidos tales efectos como la dificultad o im-
posibilidad para continuar ejerciendo materialmente las facultades subjetivas
derivadas de un derecho del cual se tiene o se ha tenido su titularidad.

220
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Entonces, para determinar si un agravio posee actualidad se deberá ana-


lizar –atendiendo a las circunstancias fácticas de cada caso concreto y, en es-
pecial, a la naturaleza de los derechos cuya transgresión se alega– si el lapso
transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración a los derechos
fundamentales y el de la presentación de la demanda no sea consecuencia de
la mera inactividad de quien se encontraba legitimado para promover el res-
pectivo proceso de amparo, pues en el caso de no encontrarse objetivamente
imposibilitado para requerir la tutela de sus derechos y haber dejado transcu-
rrir un plazo razonable sin solicitar su protección jurisdiccional –volviendo con
ello improbable el restablecimiento material de dichos derechos– se entendería
que ya no soporta en su esfera jurídica, al menos de manera directa e inmedia-
ta, los efectos negativos que la actuación impugnada le ha causado y, conse-
cuentemente, que el elemento material del agravio que aparentemente se le
ha ocasionado ha perdido vigencia.
Y es que la finalidad del amparo –restitución en el goce material de dere-
chos fundamentales– pierde sentido en aquellos casos en los que –como se
acotó en párrafos precedentes– la persona haya dejado transcurrir un plazo
razonable para requerir la tutela jurisdiccional de sus derechos fundamentales
sin haberse encontrado objetivamente imposibilitada para realizarlo, pues tal
situación denotaría que aquella pretende no el restablecimiento de sus dere-
chos sino la mera posibilidad de obtener una indemnización por la transgresión
de la que supuestamente ha sido objeto, es decir, plantearía una pretensión de
carácter pecuniario y no una pretensión de naturaleza estrictamente constitu-
cional.
B. De ahí que, a efecto de determinar la irrazonabilidad o no de la duración
del plazo para promover un proceso de amparo luego de acontecida la vulne-
ración constitucional que se alega, se requiere una evaluación de las circunstan-
cias del caso en concreto atendiendo a criterios objetivos, como pueden serlo:
en primer lugar, la actitud del demandante, en tanto que deberá determinarse
si la dilación es producto de su propia inactividad que, sin causa de justificación
alguna, dejó transcurrir el tiempo sin requerir la protección jurisdiccional res-
pectiva; y en segundo lugar, la complejidad –fáctica o jurídica– de la pretensión
que se formule.
III. Expuestas las consideraciones precedentes, corresponde ahora evaluar
la posibilidad de conocer de las infracciones alegadas por la parte actora en el
presente caso.
1. Los apoderados del demandante pretenden atacar el Acuerdo N° 013
emitido el 24-I-2001 por el Director General de la PNC, mediante la cual se dejó
sin efecto los nombramientos de determinado personal policial, entre los que

221
Amparos / Improcedencias

se encontraba el pretensor; el visto bueno emitida por el Inspector General de


la PNC, por medio del cual se avaló la destitución; y la decisión pronunciada
–sin especificar la fecha de emisión– por el Tribunal de Apelaciones del Minis-
terio de Seguridad Pública y Justicia, en la cual se confirmó el aludido Acuerdo
del Director de la PNC.
Lo anterior, a pesar de que a su mandante únicamente le fueron comunica-
das las resoluciones pronunciadas en su contra, sin que se le otorgara presunta-
mente una oportunidad real de defensa.
Por lo antes señalado, los abogados de la parte actora estiman que dichos
actos le vulneraron a su representado los derechos de audiencia, defensa, esta-
bilidad laboral y al ejercicio de la carrera policial y “... la violación a la categoría
jurídica de la prohibición de doble juzgamiento, y a la seguridad jurídica consa-
grados en la normativa constitucional...”.
2. A. Ahora bien, pese a los alegatos expuestos por los apoderados del
pretensor se advierte de la documentación anexa que el Acuerdo N° 013 por el
Director General de la PNC, mediante la cual se dejó sin efecto los nombramien-
tos de determinado personal policial, entre los que se encontraba el pretensor,
fue emitido el 24-I-2001, y fue confirmada por el Tribunal de Apelaciones del
Ministerio de Seguridad Pública y Justicia –sin precisarse el día específico de esa
decisión–; mientras que la demanda de amparo fue presentada el día 18-XII-
2015 en la Secretaría de este Tribunal, es decir, el amparo es incoado catorce
años y diez meses después de haberse pronunciado la resolución que considera
vulneró sus derechos fundamentales.
Y es que, debido a la naturaleza jurídica del proceso de amparo, es nece-
sario que, además de que exista un agravio concreto en la esfera jurídica del
peticionario, este debe ser actual, tal como se acotó en los autos de improce-
dencia emitidos el 29-XI-2013 en los Amps. 593-2013 y 678-2013. Así, para que
un reclamo esté debidamente fundamentado debe indicarse cuál es el perjuicio
actual que sufre la parte actora en sus derechos fundamentales.
En efecto, de los términos expuestos en la demanda planteada, se observa
que la parte actora no promovió el amparo durante un lapso prolongado (ca-
torce años y diez meses), aspecto que desvirtuaría la actualidad de la afecta-
ción padecida como consecuencia de la decisión de la autoridad demandada.
B. Por otra parte, se advierte que los apoderados del pretensor solicitan
en su demanda que: “... se le paguen a [su] patrocinado, los salarios caídos no
percibidos del día [28-XII-2000] (sic), hasta el [31-V-2015], haciendo un total de
ciento ochenta meses, es decir[,] [$65,417.40] dólares de los Estados Unidos de
América (...). [Así como también] se le pague indemnización por daños y per-
juicios físicos, morales y patrimoniales, equivalentes a [$60,000.00]...”. (...) Se le

222
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

pague vacaciones, aguinaldos, bonos, y el régimen de disponibilidad (alimenta-


ción) del año [2001] hasta el [31-V-2015 y] gratificación especial de [$600.00].
Al respecto de lo solicitado por los apoderados de la parte actora, se ad-
vierte que su pretensión va dirigida no a impugnar una transgresión de natu-
raleza constitucional y, en consecuencia el restablecimiento de sus derechos
sino la mera posibilidad de obtener una indemnización por el agravio del que
supuestamente ha sido objeto su representado, por lo que se advierte que es-
tán planteando una pretensión de carácter pecuniario y no una de naturaleza
estrictamente constitucional.
C. En consecuencia, de los términos expuestos por los abogados de la par-
te pretensora en su demanda, se advierte que no se está en presencia de un
agravio actual en la esfera jurídica del peticionario, puesto que el Acuerdo que
presuntamente vulneró los derechos fundamentales de aquel fue emitida por
el Director General de la PNC el 6-II-2001, de lo cual no se infiere la existencia de
un perjuicio actual respecto de los efectos negativos que las actuaciones impug-
nadas le han causado y, consecuentemente, el elemento material del agravio
que aparentemente se le ha ocasionado ha perdido vigencia. Además, que se
ha evidenciado que el propósito de su demanda es obtener una indemnización
y no el restablecimiento del derecho fundamental presuntamente vulnerado.
3. En definitiva, con arreglo a las circunstancias expuestas, se concluye que
este Tribunal se encuentra imposibilitado para controlar la constitucionalidad
de las actuaciones cuestionadas, debido a que no se observa actualidad en el
agravio respecto de la esfera jurídica del peticionario con relación a los actos
reclamados. Así como también, debido a que su pretensión va encaminada a
la satisfacción de un interés pecuniario, lo cual no es el objetivo que persigue
el proceso constitucional de amparo. De esta forma, es pertinente declarar la
improcedencia de la demanda de amparo, por concurrir un defecto en la pre-
tensión que habilita la terminación anormal del proceso.
Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por los abogados
Julio César Federico y Laura Cristina Preza Quezada o Laura Cristina Preza
de Calles, en su calidad de apoderados generales judiciales con cláusula
especial del señor J. A. S. D., contra actuaciones del Director e Inspector
General de la PNC y del Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguri-
dad Pública y Justicia, en virtud de que existe ausencia de agravio actual, ya
que la parte actora no promovió el amparo durante un lapso prolongado
(catorce años y diez meses), aspecto que desvirtuaría la actualidad de la
afectación padecida como consecuencia de la decisión de la autoridad de-

223
Amparos / Improcedencias

mandada. Así como también por advertirse que su pretensión se limita a la


satisfacción de un interés pecuniario de obtener una indemnización por el
presunto agravio constitucional ocasionado por los actos reclamados.
2. Tome nota la Secretaría de este Tribunal del lugar y medio técnico señalado
por los abogados de la parte actora para oír notificaciones.
3. Notifíquese
F. MELENDEZ---J. B. JAIME---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZALEZ---PRONUN-
CIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---E. SOCORRO
C.---SRIA.---RUBRICADAS.

766-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las nueve horas y veintitrés minutos del día tres de febrero de
dos mil dieciséis.
Analizada la demanda de amparo firmada por los abogados Julio César
Federico y Laura Cristina Preza Quezada o Laura Cristina Preza de Calles, en su
calidad de apoderados generales judiciales con cláusula especial del señor J. A.
L. P., junto con la documentación anexa, se efectúan las siguientes considera-
ciones:
I. En síntesis, los apoderados del peticionario manifiestan que su represen-
tado ingresó a laborar en la Policía Nacional Civil –en adelante PNC– el 30-XI-
1996 desempeñándose como Agente policial. Posteriormente, argumenta que
el 7-XII-2000 la Dirección General de la PNC –con el visto bueno del Inspector
General de dicha institución policial– le notificó su remoción de la institución
policial. Así, al ser notificado su mandante de la destitución, a pesar de no estar
de acuerdo con la misma “acató con responsabilidad dicha disposición”.
Lo anterior, fue efectuado con base en el “Régimen Especial para la remo-
ción de Miembros de la Policía Nacional que incurran en conductas irregulares”.
Al respecto, señalan que su poderdante fue destituido de su cargo a pesar que
no le encontraron faltas disciplinarias ni incumplidas ni procesos pendientes.
Por otra parte, indican que su representado estaba contratado bajo el régi-
men laboral de Ley de Salarios y que “... a pesar de ello, no se le siguió un juicio
imparcial en el que pudiera hacer uso de su derecho de audiencia y manifestar
su defensa de acuerdo a la Ley Reguladora de la Garantía de Audiencia de los
Empleados Públicos no comprendidos en la Carrera Administrativa...”.

224
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Por lo antes expuesto, de la documentación anexa se advierte que los abo-


gados de la peticionaria cuestionan la constitucionalidad de las siguientes ac-
tuaciones: a) el Acuerdo N° 017 emitido el 6-II-2001 por el Director General de
la PNC, mediante la cual se dejó sin efecto los nombramientos de determinado
personal policial, entre los que se encontraba el pretensor; b) el visto bueno
dado por el Inspector General de la PNC, por medio del cual se avaló la desti-
tución; y c) la decisión pronunciada –sin especificar la fecha de emisión– por
el Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguridad Pública y Justicia, en la
cual se confirmó el aludido Acuerdo del Director de la PNC.
Dichos actos –a su juicio– le infringieron a su mandante los derechos de
audiencia, defensa, estabilidad laboral y al ejercicio de la carrera policial y la “...
violación a la categoría jurídica de la prohibición de doble juzgamiento, y a la
seguridad jurídica consagrados en la normativa constitucional...”.
II. Determinados los argumentos expresados por los abogados de la parte
pretensora corresponde en este apartado exponer los fundamentos jurídicos
de la resolución que se proveerá.
1. Tal como se sostuvo en la resolución del 27-I-2009, pronunciada en el
Amp. 795-2006, este proceso constitucional persigue que se imparta a la per-
sona la protección jurisdiccional contra cualquier acto de autoridad que estime
inconstitucional y que, específicamente, vulnere u obstaculice el ejercicio de los
derechos constitucionales consagrados a su favor.
En ese sentido, para la procedencia de la pretensión de amparo en la etapa
inicial del proceso, es necesario –entre otros requisitos– que el sujeto activo se
autoatribuya alteraciones difusas o concretas en su esfera jurídica derivadas
de los efectos de la existencia de una presunta acción u omisión –lo que en
términos generales de la jurisprudencia constitucional se ha denominado sim-
plemente agravio–. Dicho agravio tiene como requisitos que se produzca con
relación a normas o preceptos de rango constitucional –elemento jurídico– y
que genere una afectación difusa o concreta en la esfera jurídica de la persona
justiciable –elemento material–.
Desde esta perspectiva, se ha afirmado que hay ausencia de agravio cons-
titucional cuando el acto u omisión alegado es inexistente o cuando, no obs-
tante concurra una actuación u omisión por parte de la autoridad a quien se le
atribuye la responsabilidad, aquella ha sido legítima, es decir, se ha realizado
dentro del marco constitucional o es incapaz de producir por sí misma una
afrenta en la esfera jurídica constitucional del sujeto que reclama.
Consecuentemente, si la pretensión del actor de amparo no incluye los ele-
mentos antes mencionados, hay ausencia de agravio y la pretensión debe ser

225
Amparos / Improcedencias

rechazada por existir imposibilidad absoluta de juzgar el caso desde el ámbito


constitucional.
2. A. Por otro lado, en la sentencia del 16-XI-2012, pronunciada en el Amp.
24-2009, este Tribunal sostuvo que el agravio es de tipo actual cuando, no
obstante el tiempo transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulne-
ración de derechos fundamentales que se alega y el de la presentación de la
demanda de amparo, no hayan desaparecido –es decir, permanezcan en el
tiempo– los efectos jurídicos directos de dicha transgresión en la esfera par-
ticular de la persona que solicita el amparo, entendidos tales efectos como la
dificultad o imposibilidad para continuar ejerciendo materialmente las facul-
tades subjetivas derivadas de un derecho del cual se tiene o se ha tenido su
titularidad.
Entonces, para determinar si un agravio posee actualidad se deberá ana-
lizar –atendiendo a las circunstancias fácticas de cada caso concreto y, en es-
pecial, a la naturaleza de los derechos cuya transgresión se alega– si el lapso
transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración a los derechos
fundamentales y el de la presentación de la demanda no sea consecuencia de
la mera inactividad de quien se encontraba legitimado para promover el res-
pectivo proceso de amparo, pues en el caso de no encontrarse objetivamente
imposibilitado para requerir la tutela de sus derechos y haber dejado transcu-
rrir un plazo razonable sin solicitar su protección jurisdiccional –volviendo con
ello improbable el restablecimiento material de dichos derechos– se entendería
que ya no soporta en su esfera jurídica, al menos de manera directa e inmedia-
ta, los efectos negativos que la actuación impugnada le ha causado y, conse-
cuentemente, que el elemento material del agravio que aparentemente se le
ha ocasionado ha perdido vigencia.
Y es que la finalidad del amparo –restitución en el goce material de dere-
chos fundamentales– pierde sentido en aquellos casos en los que –como se
acotó en párrafos precedentes– la persona haya dejado transcurrir un plazo
razonable para requerir la tutela jurisdiccional de sus derechos fundamentales
sin haberse encontrado objetivamente imposibilitada para realizarlo, pues tal
situación denotaría que aquella pretende no el restablecimiento de sus dere-
chos sino la mera posibilidad de obtener una indemnización por la transgresión
de la que supuestamente ha sido objeto, es decir, plantearía una pretensión de
carácter pecuniario y no una pretensión de naturaleza estrictamente constitu-
cional.
B. De ahí que, a efecto de determinar la irrazonabilidad o no de la duración
del plazo para promover un proceso de amparo luego de acontecida la vulne-

226
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

ración constitucional que se alega, se requiere una evaluación de las circunstan-


cias del caso en concreto atendiendo a criterios objetivos, como pueden serlo:
en primer lugar, la actitud del demandante, en tanto que deberá determinarse
si la dilación es producto de su propia inactividad que, sin causa de justificación
alguna, dejó transcurrir el tiempo sin requerir la protección jurisdiccional res-
pectiva; y en segundo lugar, la complejidad –fáctica o jurídica– de la pretensión
que se formule.
III. Expuestas las consideraciones precedentes, corresponde ahora evaluar
la posibilidad de conocer de las infracciones alegadas por la parte actora en el
presente caso.
1. Los apoderados del demandante pretenden atacar el Acuerdo N° 017
emitido el 6-II-2001 por el Director General de la PNC, mediante la cual se dejó
sin efecto los nombramientos de determinado personal policial, entre los que
se encontraba el pretensor; el visto bueno dado por el Inspector General de la
PNC, por medio del cual se avaló la destitución; y la decisión pronunciada –sin
especificar la fecha de emisión– por el Tribunal de Apelaciones del Ministerio
de Seguridad Pública y Justicia, en la cual se confirmó el aludido Acuerdo del
Director de la PNC.
Lo anterior, a pesar de que a su mandante únicamente le fueron comunica-
das las resoluciones pronunciadas en su contra, sin que se le otorgara presunta-
mente una oportunidad real de defensa.
Por lo antes señalado, los abogados de la parte actora estiman que dichos
actos le vulneraron a su representado los derechos de audiencia, defensa, esta-
bilidad laboral y al ejercicio de la carrera policial y “... la violación a la categoría
jurídica de la prohibición de doble juzgamiento, y a la seguridad jurídica consa-
grados en la normativa constitucional...”.
2. A. Ahora bien, pese a los alegatos expuestos por los apoderados del
pretensor se advierte de la documentación anexa que el Acuerdo N° 017 por el
Director General de la PNC, mediante la cual se dejó sin efecto los nombramien-
tos de determinado personal policial, entre los que se encontraba el pretensor,
fue emitido el 6-II-2001, y fue confirmada por el Tribunal de Apelaciones del
Ministerio de Seguridad Pública y Justicia –sin precisarse el día específico de esa
decisión–; mientras que la demanda de amparo fue presentada el día 18-XII-
2015 en la Secretaría de este Tribunal, es decir, el amparo es incoado catorce
años y diez meses después de haberse pronunciado la resolución que considera
vulneró sus derechos fundamentales.
Y es que, debido a la naturaleza jurídica del proceso de amparo, es nece-
sario que, además de que exista un agravio concreto en la esfera jurídica del

227
Amparos / Improcedencias

peticionario, este debe ser actual, tal como se acotó en los autos de improce-
dencia emitidos el 29-XI-2013 en los Amps. 593-2013 y 678-2013. Así, para que
un reclamo esté debidamente fundamentado debe indicarse cuál es el perjuicio
actual que sufre la parte actora en sus derechos fundamentales.
En efecto, de los términos expuestos en la demanda planteada, se observa
que la parte actora no promovió el amparo durante un lapso prolongado (ca-
torce años y diez meses), aspecto que desvirtuaría la actualidad de la afecta-
ción padecida como consecuencia de la decisión de la autoridad demandada.
B. Por otra parte, se advierte que los apoderados del pretensor solicitan
en su demanda que: “... se le paguen a [su] patrocinado, los salarios caídos no
percibidos del día [7-XII-2000] (sic), hasta el [9-VIII-2015], haciendo un total de
ciento ochenta meses, es decir[,] [$80,046.80] dólares de los Estados Unidos de
América (...). [Así como también] se le pague indemnización por daños y per-
juicios físicos, morales y patrimoniales, equivalentes a [$60,000.00]...”. (...) Se le
pague vacaciones, aguinaldos, bonos, y el régimen de disponibilidad (alimenta-
ción) del año [2000] hasta el [24-VII-2015 y] gratificación especial de [$600.00].
De igual manera, se observa de la documentación anexa que el peticionario
ha aprobado el “Curso de Actualización y reforzamiento para Aspirantes a Re-
ingresar a la Policía Nacional Civil” que fue impartido por la Academia Nacional
de Seguridad Pública –entre los días 10-VIII al 11-IX-2015– a efecto de lograr
con ello ser reincorporado a la institución policial. Así, además, los apoderados
indican que su mandante “... una vez finaliz[ó] con [dicho curso]; le regresaron
(sic) el cargo de Agente de la Policía Nacional Civil y lo desplegaron en campo
a fungir como policía...”.
Al respecto de lo solicitado por los apoderados de la parte pretensora, se
advierte que su pretensión va dirigida no a impugnar una transgresión de na-
turaleza constitucional y, en consecuencia el restablecimiento de sus derechos
sino la mera posibilidad de obtener una indemnización por el agravio del que
supuestamente ha sido objeto su representado, por lo que se advierte que es-
tán planteando una pretensión de carácter pecuniario y no una de naturaleza
estrictamente constitucional.
C. En consecuencia, de los términos expuestos por los abogados de la parte
actora en su demanda, se advierte que no se está en presencia de un agravio
actual en la esfera jurídica del peticionario, puesto que el Acuerdo que presun-
tamente vulneró los derechos fundamentales de aquel fue emitida por el Di-
rector General de la PNC el 6-II-2001, de lo cual no se infiere la existencia de un
perjuicio actual respecto de los efectos negativos que las actuaciones impug-
nadas le han causado y, consecuentemente, el elemento material del agravio
que aparentemente se le ha ocasionado ha perdido vigencia. Además, que se

228
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

ha evidenciado que el propósito de su demanda es obtener una indemnización


y no el restablecimiento del derecho fundamental presuntamente vulnerado.
3. En definitiva, con arreglo a las circunstancias expuestas, se concluye que
este Tribunal se encuentra imposibilitado para controlar la constitucionalidad
de las actuaciones cuestionadas, debido a que no se observa actualidad en el
agravio respecto de la esfera jurídica del peticionario con relación a los actos
reclamados. Así como también, debido a que su pretensión va encaminada a
la satisfacción de un interés pecuniario, lo cual no es el objetivo que persigue
el proceso constitucional de amparo. De esta forma, es pertinente declarar la
improcedencia de la demanda de amparo, por concurrir un defecto en la pre-
tensión que habilita la terminación anormal del proceso.
Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por los abogados
Julio César Federico y Laura Cristina Preza Quezada o Laura Cristina Preza
de Calles, en su calidad de apoderados generales judiciales con cláusula
especial del señor J. A. L. P., contra actuaciones del Director e Inspector
General de la PNC y del Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguri-
dad Pública y Justicia, en virtud de que existe ausencia de agravio actual,
ya que la parte actora no promovió el amparo durante un lapso prolonga-
do (catorce años y diez meses), aspecto que desvirtuaría la actualidad de
la afectación padecida como consecuencia de la decisión de la autoridad
demandada. Así como también por advertirse que su pretensión se limita a
la satisfacción de un interés pecuniario de obtener una indemnización por
el presunto agravio constitucional ocasionado por los actos reclamados,
cuando el peticionario ya ha sido reincorporado a la PNC.
2. Tome nota la Secretaría de este Tribunal del lugar y medio técnico señalado
por los abogados de la parte actora para oír notificaciones.
3. Notifíquese.
F. MELENDEZ---J. B. JAIME---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZALEZ---PRONUN-
CIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---E. SOCORRO
C.---SRIA.---RUBRICADAS.

17-2016

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las nueve horas y tres minutos del día cinco de febrero de dos
mil dieciséis.

229
Amparos / Improcedencias

Analizada la demanda presentada por el abogado Miguel Ángel Alvarado


Hernández en calidad de apoderado del señor Ricardo L. A., junto con la docu-
mentación anexa, es necesario realizar las consideraciones siguientes:
I. El apoderado del actor señala que su mandante laboraba para la Muni-
cipalidad de Agua Caliente, departamento de Chalatenango, en el cargo de
Secretario Municipal; sin embargo, expone que mediante el Acuerdo número 2
del Acta número 18 de fecha 4-V-2015, el Concejo Municipal de dicha localidad
acordó despedirlo de su cargo.
Al respecto, manifiesta que la separación de su poderdante del cargo que
ocupaba se llevó a cabo sin que se tramitara un procedimiento previo ante la
autoridad competente en el que se justificaran y comprobaran las causas para
destituirlo y en el que se le brindara la oportunidad de controvertir aquellas y
defenderse.
De igual manera, sostiene que el cargo de Secretario Municipal no implica
la facultad de adoptar con amplia libertad decisiones determinantes, sino que
es un cargo meramente técnico que no requiere de un algo grado de confian-
za.
Como consecuencia de lo reseñado, alega que se han conculcado los dere-
chos de audiencia, defensa y estabilidad laboral del peticionario.
II. Determinado lo anterior, es necesario exponer brevemente los funda-
mentos jurídicos en que se sustentará la presente decisión.
1. Entre los requisitos de procedencia de la demanda de amparo, el artículo
14 de la Ley de Procedimientos Constitucionales establece que el actor se au-
toatribuya la titularidad de un derecho reconocido en la Constitución, el cual
considere vulnerado u obstaculizado en virtud del acto de autoridad contra el
que reclama.
Así, en principio, no se exige como requisito de procedencia de la demanda
de amparo la comprobación objetiva de la titularidad del derecho que se atri-
buye la parte actora, sino solo, como se mencionó, la autoatribución subjetiva
de esta como elemento integrante de la esfera jurídica particular. Sin embargo,
existen casos en que a partir del examen liminar de la queja planteada, consi-
derando los elementos de convicción aportados y los criterios jurisprudenciales
establecidos en los precedentes que guardan identidad en sus elementos con
el supuesto sometido a valoración jurisdiccional, es posible establecer desde el
inicio del proceso la falta de titularidad del derecho cuya transgresión invoca el
pretensor; y es que, en un proceso de amparo no puede entrarse a conocer si
existe o no vulneración a un derecho constitucional cuando el supuesto agra-

230
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

viado no es su titular, ya que sin serlo no puede haber ningún acto de autori-
dad que lo transgreda.
En consecuencia, la falta de titularidad efectiva del derecho fundamental
que se aduce vulnerado impide entrar a conocer el fondo del asunto, esto es, a
examinar si la declaración subjetiva hecha por el demandante es cierta o no en
cuanto a la infracción constitucional alegada, obligando así a rechazar ab initio
la demanda formulada mediante la figura de la improcedencia.
2. Ahora bien, respecto al derecho a la estabilidad laboral, la jurisprudencia
de esta Sala –verbigracia la sentencia emitida en el Amp. 1036-2007 el día 5-III-
2010– ha sostenido que este implica la facultad de conservar un trabajo o em-
pleo y que es insoslayablemente relativo, pues el empleado no tiene derecho
a una completa inamovilidad, ya que es necesario que concurran los factores
siguientes: i) que subsista el puesto de trabajo; ii) que el empleado no pierda su
capacidad física o mental para desempeñar el cargo; iii) que las labores se desa-
rrollen con eficiencia; iv) que subsista la institución para la cual presta servicio;
y v) que el puesto no sea de aquellos cuyo desempeño requiera de confianza,
ya sea personal o política.
En estrecha relación con lo anterior, en la sentencia emitida por este Tribu-
nal en el Amp. 426-2009 el día 29-VII-2011 se estableció que los cargos de con-
fianza pueden caracterizarse como aquellos desempeñados por funcionarios o
empleados públicos que llevan a cabo actividades vinculadas directamente con
los objetivos y fines de dirección o alta gerencia de una determinada institu-
ción –gozando de un alto grado de libertad en la toma de decisiones– y/o que
prestan un servicio personal y directo al titular de la entidad.
Además, en dicha sentencia, se concluyó que para determinar si un cargo
en particular es de confianza, independientemente de su denominación, se de-
berá analizar de manera integral, y atendiendo a las circunstancias fácticas de
cada caso concreto, si en el concurren todas o la mayoría de las características
siguientes: i) que se trate de un cargo de alto nivel; ii) que se trate de un cargo
con un grado mínimo de subordinación al titular; y iii) que se trate de un cargo
con una vinculación directa con el titular de la institución.
III. Con el objeto de trasladar las anteriores nociones al caso concreto, se
efectúan las consideraciones siguientes:
1. El abogado del interesado dirige el presente reclamo contra el Acuerdo
número 2 del Acta número 18 de fecha 4-V-2015 emitido por el Concejo Muni-
cipal de Agua Caliente, departamento de Chalatenango, en el que se acordó
despedirlo de su cargo de Secretario Municipal por no gozar de la confianza
del referido Concejo.

231
Amparos / Improcedencias

Para justificar la supuesta inconstitucionalidad de tal actuación y, especí-


ficamente, para fundamentar la presumible transgresión de los derechos de
audiencia, defensa y estabilidad laboral, sostiene que la autoridad demandada
destituyó al interesado sin que, como un acto previo a esa situación, se le hu-
biese seguido un procedimiento que le permitiera conocer y controvertir las
causas que justificaban su separación del cargo, pese a que –a su juicio– no
desempeñaba un cargo de confianza.
2. Sobre el particular, resulta pertinente hacer referencia al criterio esta-
blecido por esta Sala en la sentencia pronunciada el día 17-II-2010 en el Amp.
36-2006 referido a la obligatoriedad de la tramitación de un procedimiento
previo a la destitución de las personas que prestan servicios al Estado mediante
el desempeño de cargos que implican confianza.
En ese sentido, tal como se ha establecido en ocasiones anteriores –verbi-
gracia en las sentencias de fechas 21-V-2003 y 13-IX-2005, pronunciadas en los
Amp. 337-2003 y 429-2005, respectivamente–, no obstante que el artículo 11
de la Constitución impone la obligación de tramitar un procedimiento previo
a la privación de cualquier derecho, en el que el afectado sea oído y vencido
en juicio con arreglo a las leyes, y a pesar de que el artículo 219 de la Constitu-
ción garantiza a los empleados públicos el derecho entendido por este Tribunal
como estabilidad laboral, no puede dejarse de lado que el inciso final de la
disposición constitucional citada señala puntualmente las excepciones a tal ga-
rantía, siendo el factor determinante de ellas, la confianza política o personal
depositada en la persona que desempeña determinado cargo.
En estrecha relación con lo anterior, en la citada sentencia emitida en el
Amp. 426-2009 se estableció que la calificación de un puesto como de confian-
za no puede supeditarse únicamente a su denominación y tampoco efectuar-
se de manera automática, sino que el criterio que resulta determinante para
catalogar a un puesto de trabajo como de esa naturaleza son las funciones
concretas que se realizan al desempeñarlo.
3. Ahora bien, en el presente caso, se aprecia que el señor L. A. estaba
nombrado en el cargo de Secretario Municipal; así, la naturaleza de las fun-
ciones que desarrollaba el demandante –entre ellas las relativas al registro de
actuaciones–, requerían necesariamente que se realizaran con la confianza de
quien en último término recibiría directamente sus servicios, es decir, el Con-
cejo Municipal, por lo cual el aludido cargo debe ser catalogado de confianza
y, por ende, excluido de la titularidad del derecho a la estabilidad laboral, tal
como se ha establecido, por ejemplo, en la sentencia pronunciada en el Amp.
395-2012 el 2-VII-2014.

232
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

En ese sentido, es evidente que el pretensor llevaba a cabo un servicio per-


sonal y directo para el Concejo Municipal, ya que la realización de las activida-
des y funciones inherentes a dicho puesto de trabajo se desenvuelven dentro
del entorno del titular de la municipalidad; asimismo, el cargo de Secretario
Municipal se encuentra subordinado únicamente a dicha autoridad máxima,
siendo el segundo nivel en la jerarquía institucional, de lo cual se colige que era
un funcionario público que desempeñaba un cargo de confianza y, por lo tan-
to, se encontraba comprendido en una de las excepciones que la Constitución
estableció para la titularidad del derecho a la estabilidad laboral, por lo que no
era necesario seguirle un procedimiento previo a su remoción.
4. Por ende, habiéndose advertido que el demandante efectivamente de-
sarrollaba funciones de Secretario Municipal que encajan dentro del perfil de
un empleado público que se desempeña en un cargo de confianza personal, se
colige que el derecho a la estabilidad laboral no se encuentra incorporado en
la esfera jurídica de aquel, por tratarse de una de las excepciones establecidas
en el artículo 219 inciso 3° de la Constitución; en razón de lo cual, no existe
exigencia constitucional para la tramitación de un procedimiento previo por
parte de la autoridad demandada a efecto de proceder a su separación del
aludido cargo.
En consecuencia, al haberse determinado la falta de titularidad del peticio-
nario con relación al derecho a la estabilidad laboral y existir un defecto en la
pretensión constitucional de amparo –derivado de la existencia de una decisión
desestimatoria previa, cuya relación lógica y presupuestos jurídicos son aplica-
bles al presente caso–, y con el fin de prescindir de una tramitación procesal
que implicaría una inútil gestión de la actividad jurisdiccional, es pertinente
declarar la improcedencia de la demanda de amparo.
Por tanto, con base en las consideraciones precedentes y de conformidad
con lo dispuesto en el artículo 14 de la Ley de Procedimientos Constitucionales,
esta Sala RESUELVE:
1. Tiénese al abogado Miguel Ángel Alvarado Hernández en calidad de apo-
derado del señor Ricardo L. A., en virtud de haber acreditado en forma
debida la personería con la que actúa en el presente proceso.
2. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por el citado pro-
fesional, en la calidad indicada, como consecuencia de la falta de titulari-
dad del derecho a la estabilidad laboral que se alega conculcado por des-
empeñar un cargo de confianza.
3. Tome nota la Secretaría de este Tribunal del lugar y medio técnico señala-
dos por el apoderado del demandante para recibir los actos procesales de
comunicación.

233
Amparos / Improcedencias

4. Notifíquese.
A. PINEDA.---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME.---E. S. BLANCO R.---PRONUNCIA-
DO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E. SOCORRO C.---
SRIA.---RUBRICADAS.

479-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las quince horas con nueve minutos del día cinco de febrero de
dos mil dieciséis.
Analizada la demanda de amparo firmada por el señor F. R. C., junto con la
documentación anexa, se hacen las siguientes consideraciones:
I. En síntesis, el actor manifiesta que desde el día 28-V-1994 hasta el 29-VIII-
2002 se desempeñó como miembro activo de la Policía Nacional Civil con el
grado de Agente identificado con orden numérico institucional [...]. Asimismo,
indica que el 29-VIII-2002 durante una intervención por un problema de vio-
lencia intrafamiliar sucedido en el Cantón Guadalupe, Caserío El Nance, ciudad
de Zaragoza, departamento de La Libertad, una persona del sexo masculino
resulto herido y posteriormente falleció.
En ese orden, aclara que por esa situación el 22-VI-2004 fue condenado
a 30 años de prisión por el Tribunal de Sentencia de Santa Tecla por el delito
de homicidio agravado. Además, precisa que el 27-I-2004 fue destituido de su
cargo en la PNC, lo que vulneró sus derechos al trabajo y de “inocencia”, pues
transcurrió un periodo de 5 meses entre su despido y la sentencia condenato-
ria. Aunado a ello, aclara que no se hizo presente a ninguna de las audiencias
en las que se decidió su despido.
Por otro lado, señala que debido a “... [su] precaria situación económica
que [le] produjo la imposición de la condena de 30 años de prisión, [le] oblig[ó]
a buscar ayuda en diferentes instancias gubernamentales, a fin de que alguien
ejerciera [su] defensa técnica...”; sin embargo, alega que no obtuvo respuesta
de las mismas. Finalmente, aduce una vulneración a su derecho a la igualdad
debido a que según el memorándum SAF/JDF N° 00703 del 17-III-2003 la Uni-
dad Jurídica de la PNC ordenó el pago de salario al personal de la PNC recluido
en los distintos Centros Penales del país; sin embargo, afirma que nunca recibió
algún salario durante su estancia en el Centro Penal de Metapán.
II. Determinados los argumentos expresados por el señor R. C. corresponde
en este apartado exponer los fundamentos jurídicos de la resolución que se
proveerá.

234
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

1. Tal como se sostuvo en la resolución del 27-I-2009, pronunciada en el


Amp. 795-2006, este proceso constitucional persigue que se imparta a la per-
sona la protección jurisdiccional contra cualquier acto de autoridad que estime
inconstitucional y que, específicamente, vulnere u obstaculice el ejercicio de los
derechos constitucionales consagrados a su favor.
En ese sentido, para la procedencia inicial de la pretensión de amparo, es
necesario – entre otros requisitos– que el sujeto activo se autoatribuya alte-
raciones difusas o concretas en su esfera jurídica derivadas de los efectos de
la existencia de una presunta acción u omisión –lo que en términos generales
de la jurisprudencia constitucional se ha denominado simplemente agravio–.
Dicho agravio tiene como requisitos que se produzca con relación a normas o
preceptos de rango constitucional –elemento jurídico– y que genere una afec-
tación difusa o concreta en la esfera jurídica de la persona justiciable –elemen-
to material–.
Desde esta perspectiva, se ha afirmado que hay ausencia de agravio cons-
titucional cuando el acto u omisión alegado es inexistente o cuando, no obs-
tante concurra una actuación u omisión por parte de la autoridad a quien se le
atribuye la responsabilidad, aquella ha sido legítima, es decir, se ha realizado
dentro del marco constitucional o es incapaz de producir por sí misma una
afrenta en la esfera jurídica constitucional del sujeto que reclama.
Consecuentemente, si la pretensión del actor de amparo no incluye los ele-
mentos antes mencionados, hay ausencia de agravio y la pretensión debe ser
rechazada por existir imposibilidad absoluta de juzgar el caso desde el ámbito
constitucional.
2. A. Por otro lado, en la sentencia del 16-XI-2012, pronunciada en el Amp.
24-2009, este Tribunal sostuvo que el agravio es de tipo actual cuando, no obs-
tante el tiempo transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración
de derechos fundamentales que se alega y el de la presentación de la demanda
de amparo, no hayan desaparecido –es decir, permanezcan en el tiempo– los
efectos jurídicos directos de dicha transgresión en la esfera particular de la per-
sona que solicita el amparo, entendidos tales efectos como la dificultad o im-
posibilidad para continuar ejerciendo materialmente las facultades subjetivas
derivadas de un derecho del cual se tiene o se ha tenido su titularidad.
Entonces, para determinar si un agravio posee actualidad se deberá ana-
lizar –atendiendo a las circunstancias fácticas de cada caso concreto y, en es-
pecial, a la naturaleza de los derechos cuya transgresión se alega– si el lapso
transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración a los derechos
fundamentales y el de la presentación de la demanda no ha sido consecuencia

235
Amparos / Improcedencias

de la mera inactividad de quien se encontraba legitimado para promover el


respectivo proceso de amparo. Así, en el caso de no encontrarse objetivamente
imposibilitado el interesado para requerir la tutela de sus derechos y haber de-
jado transcurrir un plazo razonable sin solicitar su protección jurisdiccional –vol-
viendo con ello improbable el restablecimiento material de dichos derechos– se
entendería que ya no soporta en su esfera jurídica, al menos de manera directa
e inmediata, los efectos negativos que la actuación impugnada le ha causado y,
consecuentemente, que el elemento material del agravio que aparentemente
se le ha ocasionado ha perdido vigencia.
B. De ahí que, a efecto de determinar la irrazonabilidad o no de la duración
del plazo para promover un proceso de amparo luego de acontecida la vulne-
ración constitucional que se alega, se requiere una evaluación de las circunstan-
cias del caso en concreto atendiendo a criterios objetivos, como pueden serlo:
en primer lugar, la actitud del demandante, en tanto que deberá determinarse
si la dilación es producto de su propia inactividad que, sin causa de justificación
alguna, dejó transcurrir el tiempo sin requerir la protección jurisdiccional res-
pectiva; y en segundo lugar, la complejidad –fáctica o jurídica– de la pretensión
que se formule.
3. Tal como se ha sostenido en la resolución de 27-X-2010, pronunciada en
el Amp. 408-2010, en este tipo de procesos las afirmaciones de hecho de la par-
te actora deben justificar que el reclamo formulado posee trascendencia cons-
titucional, esto es, deben poner de manifiesto la presunta vulneración a los
derechos fundamentales que se proponen como parámetro de confrontación.
Por el contrario, si tales alegaciones se reducen al planteamiento de asun-
tos puramente judiciales o administrativos consistentes en la simple inconfor-
midad con las actuaciones o el contenido de las decisiones emitidas por las
autoridades dentro de sus respectivas competencias, la cuestión sometida al
conocimiento de este Tribunal constituye un asunto de mera legalidad, lo que
se traduce en un vicio de la pretensión que imposibilita su juzgamiento.
III. Expuestas las consideraciones precedentes, corresponde ahora evaluar
la posibilidad de conocer de las infracciones alegadas por la parte actora en el
presente caso.
1. El peticionario pretende someter a control constitucional las siguientes
decisiones: i) la resolución del 27-I-2004 pronunciada por el Tribunal Disciplina-
rio de la PNC mediante la que ordenó su destitución de la PNC; ii) la no desig-
nación de un defensor por parte de la Dirección General de la PNC y la PDDH;
iii) el no pago de su salario en el tiempo que estuvo recluido en el Centro Penal
de Metapán.

236
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Para fundamentar su reclamo, el demandante centra su pretensión en los


siguientes aspectos: i) que no asistió a ninguna de las audiencias que dieron
lugar a su despido; ii) que solicitó a diferentes instituciones gubernamentales
el nombramiento de un defensor sin que este se le haya nombrado; iii) que
mientras estuvo recluido en el Centro Penal de Metapán no recibió su salario
pese a que mediante memorándum SAF/JDF N° 00703 del 17-III-2003 la Unidad
Jurídica de la PNC ordenó el pago de salario al personal de la PNC recluido en
los distintos Centros Penales del país.
2. Sobre el primer punto planteado, se observa que el señor R. C. ha omi-
tido señalar los motivos de estricta trascedencia constitucional en los que fun-
damenta su reclamo. Y es que, este únicamente se ha limitado en expresar que
fue despedido el 27-I-2004 y que la sentencia mediante la cual se le condenó a
30 años de prisión es de fecha 22-VI-2004; es decir, que transcurrió un lapso de
5 meses de diferencia entre la emisión de ambas decisiones. Asimismo, señaló
que no asistió a ninguna de las audiencias en su proceso de su despido.
Por ello, se advierte que los argumentos expuestos por el peticionario en
ningún momento ponen de manifiesto la forma en la que se habrían infringido
los derechos constitucionales alegados, sino que, más bien, evidencian que el
fundamento de la pretensión planteada descansa en un desacuerdo con la de-
cisión del Tribunal Disciplinario Central de la PNC de ordenar su despido.
Y es que, lo que este pretende es que este Tribunal determine, a partir de la
valoración del tiempo trascurrido entre su despido y la sentencia condenatoria
en su contra, que se vulneró su derecho de “inocencia” por haber sido sancio-
nado con la destitución sin habérsele condenado previamente por el delito de
homicidio. Lo anterior, pese a que el art. 3 del Reglamento Disciplinario de la
Policía Nacional Civil vigente al momento en el que el actor fue cesado de su
cargo establecía que “...[l]a responsabilidad disciplinaria de los miembros del
personal de la Policía Nacional Civil establecida en el presente Reglamento, se
entenderá sin perjuicio de la responsabilidad de orden civil, penal o administra-
tiva, en que pudiera incurrir, la cual será exigida en la forma establecida por la
Ley...”.
En ese sentido, si bien la legislación que regulaba en ese momento la con-
ducta disciplinaria de los agentes policiales establecía como una causal de des-
titución –entre otras– el haber cometido un delito doloso, el actor no toma en
cuenta que la responsabilidad disciplinaria es independiente de la penal, por lo
que no se colige la vulneración constitucional que pretende alegar.
3. A. En lo relativo a las vulneraciones alegadas sobre su derecho de defen-
sa, se advierte que el actor indicó que debido a su precaria situación económica

237
Amparos / Improcedencias

producto de la condena que se le impuso solicitó a diferentes instituciones gu-


bernamentales (Dirección General de la PNC y la Procuraduría Para la Defensa
de los Derechos Humanos) el nombramiento de un defensor; sin embargo, se
advierte que, pese a que no le competía al primero de dichos funcionarios la
designación de defensores para la asistencia legal de ex miembros de la PNC
que cumplían condenas penales, mediante nota del 25-VI-2009 la Dirección Ge-
neral de la PNC le comunicó que no podía atenderse su solicitud en virtud de
que ya no existían recursos judiciales que se pudieran interponer, debido a que
a la fecha la pena se encontraba en su fase de cumplimiento.
Además, si bien alega que no presenció ninguna audiencia previo a su des-
pido, se observa, de la lectura de la demanda, que el señor R. C. fue asistido
por un defensor en el procedimiento disciplinario que se le siguió previo a su
remoción, de lo que no se colige la presunta vulneración alegada en su derecho
de defensa.
B. Por otro lado, en lo relativo a la solicitud realizada a la PDDH, se advierte
que no es a esa institución a la que le compete la designación de defensores
públicos, toda vez que de conformidad al art. 194 II ord. 2° corresponde a la
Procuraduría General de la República (PGR) “... [d]ar asistencia legal a las per-
sonas de escasos recursos económicos, y representarlas judicialmente en la de-
fensa de su libertad individual y de sus derechos laborales...”. De lo anterior, se
deduce que la institución constitucionalmente encargada de brindar asistencia
legal en materia penal a las personas de escasos recursos, tal y como alega el
actor que era su situación, es la PGR.
Por consiguiente, no se observa la forma en la que la presunta falta de de-
signación de un defensor público por parte de la PDDH al demandante haya
causado una conculcación a sus derechos constitucionales alegados. Y es que,
esta Sala ha reconocido en su jurisprudencia –v.gr. sentencia de 28-III-2006,
Inc. 2-2005–, el rol de la PDDH en la conservación y defensa de los derechos
fundamentales puesto que le corresponde velar por el respeto y promoción de
los derechos de las personas. Para concretar esta función de gran importancia,
la. PDDH puede, entre otras facultades, investigar –de oficio o por denuncia–
casos de violaciones a derechos humanos; asistir a las presuntas víctimas de
violaciones a estos derechos; promover “recursos judiciales o administrativos”
para la protección de los derechos humanos; vigilar la situación de las personas
privadas de su libertad; y practicar inspecciones a fin de asegurar el respeto a
los derechos humanos (art. 194 I Cn.), fundamentalmente frente al poder del
Estado.

238
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

En consecuencia, no se deduce el presunto agravio sufrido por el actor con


la supuesta omisión de la PDDH de no nombrarle un defensor público en un
proceso penal, pues ello en principio no le corresponde a esa institución.
4. Finalmente, el demandante alega una vulneración a su derecho a la
igualdad debido a que según el memorándum SAF/JDF N° 00703 del 17-III-
2003 la Unidad Jurídica de la PNC ordenó el pago de salario al personal de la
PNC recluido en los distintos Centros Penales del país; sin embargo, afirma que
desconoce los alcances del mismo, pues nunca recibió algún salario durante su
estancia en el Centro Penal de Metapán.
No obstante ello, es necesario acotar que la parte actora omite indicar con
precisión un término de comparación –tertium comparationis– que pueda ser
aplicado al caso concreto y que sea susceptible de ser analizado en sede cons-
titucional, es decir, no establece un supuesto de hecho igual o similar que se
sitúe en una categoría más beneficiada que la suya de manera irrazonable y,
además, omite expresar los motivos por los cuales considera que tal diferen-
ciación le ha otorgado a esta un trato diferente sin justificación razonable –en
otras palabras, el por qué y de qué se le discrimina–.
En ese sentido, el señor R. C. no ha precisado un parámetro de compara-
ción que refleje una completa similitud con las circunstancias subjetivas y obje-
tivas del caso planteado, el cual permita advertir claramente el trato desigual
realizado por las autoridades demandadas en el presente proceso de amparo.
Y es que, en su demanda se ha limitado a manifestar que la Unidad Jurídica
de la PNC ordenó el pago de salario al personal de la PNC recluido en los distin-
tos Centros Penales del país; sin embargo, afirma que desconoce los alcances
del mismo, pues nunca recibió algún salario durante su estancia en el Centro
Penal de Metapán. Lo anterior, sin señalar que la autoridad demandada en un
supuesto fáctico idéntico haya resuelto de forma distinta.
5. Ahora bien, el señor R. C. pretende someter a control constitucional la
resolución del 27-I-2004 emitida por el Tribunal Disciplinario de la PNC median-
te la que se ordenó su destitución de la PNC.
En ese orden, se advierte que con fecha 1-IX-2010 el peticionario presentó
una demanda de amparo en la Secretaría de esta Sala contra el Tribunal Disci-
plinario de la PNC, la que fue asignada bajo el número de referencia 479-2010.
Al respecto, se observa que mediante resolución del 17-XI-2010 esta Sala decla-
ró inadmisible su demanda.
Lo anterior, debido a que el demandante no evacuó las observaciones
que le fueron realizadas a su demanda. No obstante, se le aclaró que dicha
resolución no era un impedimento para que el interesado pudiera formular

239
Amparos / Improcedencias

nuevamente su queja ni para que eventualmente se analizara el fondo de la


pretensión incoada, siempre que se cumplieran los requisitos legales y jurispru-
denciales para tal efecto
Sin embargo, se observa que pese a que la citada resolución en la que se le
precisó que podía presentar nuevamente su reclamo fue emitida el 17-XI-2010 y
notificada el 26-XI-2010, la parte actora ha presentado nuevamente su deman-
da de amparo contra la referida autoridad hasta el 21-VIII-2015; es decir, más
de 4 años 8 meses después de habérsele declarado inadmisible su demanda.
En consecuencia, de los términos expuestos por el peticionario en su de-
manda, se advierte que no se está en presencia de un agravio actual en su es-
fera jurídica, puesto que la citada resolución de inadmisibilidad fue notificada
el 26-XI-2010, por lo que transcurrieron más de 4 años 8 meses desde que se
declaró inadmisible la demanda de amparo 479-2010 hasta que fue presen-
tada la presente demanda de amparo el 21-VIII-2015, de lo cual no se infiere
la existencia de un perjuicio actual respecto de los efectos negativos que la
actuación impugnada le ha causado a la parte actora y, consecuentemente,
el elemento material del agravio que aparentemente se le ha ocasionado ha
perdido vigencia.
6. En definitiva, con arreglo a las circunstancias expuestas, se concluye que
este Tribunal se encuentra imposibilitado para controlar la, constitucionalidad
de la actuación y las omisiones cuestionadas por el actor, debido a que no se
ha logrado fundamentar el presunto agravio constitucional y actual padecido
en su persona con relación con las situaciones reclamadas. De esta forma, es
pertinente declarar la improcedencia de la demanda de amparo, por concurrir
defectos en la pretensión que habilitan la terminación anormal del proceso.
Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo presentada por el señor
F. R. C., en virtud de ser un asunto de mera legalidad, pues pretende que
se revise la destitución de la que fue objeto sin tomar en cuenta que la
responsabilidad penal es independiente de la responsabilidad disciplinaria.
Además, por la ausencia de agravio constitucional, ya que no le correspon-
día a la PDDH ni al Director de la PNC nómbrarle un defensor público; así
como, que no estableció un parámetro que reflejara una completa simi-
litud con las circunstancias subjetivas y objetivas del caso planteado con
relación al pago de sus salarios mientras estuvo recluido, el cual permitiera
advertir el trato desigual realizado por las autoridades demandadas en el

240
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

presente proceso de amparo. Finalmente, por la falta de agravio actual, ya


que no planteó la demanda de amparo en un plazo razonable.
2. Notifíquese.
---A. PINEDA---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME---E. S. BLANCO R.---PRONUNCIA-
DO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E. SOCORRO C.---
SRIA.---RUBRICADAS.

681-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las ocho horas con cincuenta y cinco minutos del cinco de febre-
ro de dos mil dieciséis.
Analizada la demanda firmada por el abogado Luis Enrique Alberto Sa-
mour Amaya, quien expresa ser apoderado de la sociedad Almacenes Simán,
Sociedad Anónima de Capital Variable, que se abrevia Almacenes Simán, S.A.
de C.V., se hacen las siguientes consideraciones:
I. El referido profesional impugna el artículo 12 de la Ley de Impuestos a la
Actividad Económica del Municipio de Santa Ana –LIAESA–, creada mediante
el Decreto Legislativo –D.L.– número 551 del 22-XII-2010, publicado en el Dia-
rio Oficial –D.O.– número 241, Tomo 389 del 23-XII-2010, por medio del cual
se establece un impuesto cuyo monto se obtiene del activo imponible de las
empresas.
La disposición impugnada prescribe:
De la Forma de Establecer la Cuantía del Impuesto
Art. 12.- Las tarifas mensuales del impuesto se establecerán mediante una
cuota fija y una variable que se aplicarán de acuerdo al activo imponible con-
forme a la siguiente tabla:
a) Hasta $1,000.00 Pagarán una tarifa fija de $2.29.
b) De $1,000.01 a $5,000.00 Pagarán $2.29 más el producto de multiplicar el
activo declarado en exceso de $1,000.00 por el factor de 0.002.
c) De $5,000.01 a $10,000.00 Pagarán $10.29 más el producto de multiplicar
el activo declarado en exceso de $5,000.00 por el factor de 0.002.
d) De $10,000.01 a $25,000.00 Pagarán $20.29 más el producto de multiplicar
el activo declarado en exceso de $10,000.00 por el factor de 0.0015.
e) De $25,000.01 a $50,000.00 Pagarán $42.79 más el producto de multiplicar
el activo declarado en exceso de $25,000.00 por el factor de 0.0013.

241
Amparos / Improcedencias

f) De $50,000.01 a $100,000.00 Pagarán $75.29 más el producto de multipli-


car el activo declarado en exceso de $50,000.00 por el factor de 0.001.
Los activos que superan los $100,000.00 pagarán de conformidad con la
siguiente tabla:
SI EL ACTIVO IMPONIBLE ES: IMPUESTO MENSUAL:
$125.29 más $0.70 por millar o fracción, ex-
De $100,000.01 a $200,000.00
cedente a $100,000.00
$195.29 más $0.60 por millar o fracción, ex-
De $200,000.01 a $300,000.00
cedente a $200,000.00
$255.29 más $0.45 por millar o fracción, ex-
De $300,000.01 a $400,000.00
cedente a $300,000.00
$300.29 más $0.40 por millar o fracción, ex-
De $400,000.01 a $500,000.00
cedente a $400,000.00
$340.29 más $0.30 por millar o fracción, ex-
De $500,000.01 a $1,000,000.00
cedente a $500,000.00
$490.29 más $0.18 por millar o fracción, ex-
De $1,000,000.01 en adelante
cedente $ 1,000,000.00

El abogado Samour Amaya considera que la Asamblea Legislativa ha vulne-


rado tres categorías jurídicas de la sociedad Almacenes Simán, S.A. de C.V.: i)
el “derecho a la tributación en forma equitativa”; ii) el derecho a la seguridad
jurídica, y iii) el derecho de propiedad, en virtud que el referido impuesto incor-
pora un hecho imponible que no refleja capacidad económica.
El referido abogado sostiene que el artículo impugnado vulnera el “dere-
cho a la tributación equitativa” en virtud que el legislador seleccionó como he-
cho imponible el activo de la empresa, el cual no refleja capacidad contributiva,
más bien solo demuestra la potencialidad de la capacidad productiva, por lo
que el referido impuesto funciona de manera regresiva: a mayor capacidad de
producción, mayor “castigo” tributario.
En relación a la seguridad jurídica, el abogado expone que el impuesto
cuestionado lesiona desproporcionadamente el patrimonio de la sociedad de-
mandante, y por ende no existe justificación, ni proporcionalidad en dicho im-
puesto, lo que resulta en una trasgresión al referido derecho.
Por último, en cuanto al derecho de propiedad, el citado profesional mani-
fiesta que al imponer un tributo contrario a la Constitución se está despojando
a la sociedad Almacenes Simán, S.A. de C.V. parte de su patrimonio para afron-
tar el pago del mismo.

242
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

II. Determinados los argumentos esbozados por la parte actora, correspon-


de en este apartado exponer los fundamentos jurídicos de la resolución que se
proveerá.
1. Se entiende por litispendencia el conjunto de efectos jurídicos procesales
que origina la admisión a trámite de una demanda y, con ello, el reconocimien-
to de que existe un conflicto jurídico formalmente planteado ante un tribunal
de justicia, el cual debe ser resuelto por este último.
La litispendencia produce importantes efectos procesales, entre los que –
doctrinariamente– destacan los siguientes: i) desde el momento de produc-
ción de la litispendencia surge para el órgano jurisdiccional el deber de dictar
sentencia de fondo –esto condicionado a la concurrencia de los presupuestos
procesales–; ii) respecto de las partes se produce la asunción de las expectati-
vas, cargas y obligaciones que están legalmente vinculadas a la existencia de un
proceso; iii) la existencia de un proceso con la plenitud de sus efectos impide la
existencia de otro en que se den las identidades propias de la cosa juzgada –
esto es, subjetivas, objetivas y causales–; iv) el juez competente en el momento
de producirse la litispendencia lo sigue siendo a pesar de los cambios que a lo
largo del proceso puedan producirse; y v) quienes estaban legitimados en el
momento de la litispendencia mantienen esa legitimación, sin perjuicio de los
cambios que puedan producirse en el tiempo de duración del proceso.
En estrecha relación con lo expuesto, debe acotarse que, de conformidad
con lo establecido en el artículo 281 del Código Procesal Civil y Mercantil –de
aplicación supletoria en el proceso de amparo–, la litispendencia se produce
desde la presentación de la demanda, si esta resulta admitida. Asimismo, el
artículo 109 de dicha normativa dispone que: “... [c]uando el riesgo de sen-
tencias con pronunciamientos o fundamentos contradictorios, incompatibles
o mutuamente excluyentes obedezca a la existencia simultánea de dos o más
procesos entre las mismas partes y con relación a la misma pretensión, deberá
acudirse a la excepción de litispendencia, sin que quepa la acumulación de di-
chos procesos...”.
2. En ese orden, la jurisprudencia de este Tribunal también ha sostenido
–resolución del 12-IV-2005 pronunciada en el Amp. 141-2005– que la figura
de la litispendencia produce la improcedencia de la demanda; así, se afirma
que eventualmente pueden plantearse ante el ente jurisdiccional dos o más
demandas que contengan pretensiones estructuralmente idénticas, las cuales
se encuentren siendo controvertidas en distintos procesos; es decir, que sean
idénticas en sus elementos subjetivo, objetivo y causal. Esto es lo que se conoce
como la litis pendencia, la cual implica la falta de un presupuesto material para

243
Amparos / Improcedencias

dictar la sentencia de fondo, vicio que puede ser advertido por el mismo tribu-
nal o alegado por las partes.
Por otra parte, se observa que a través de dicha institución la alegación
como defensa procesal de la existencia paralela de más de un proceso sobre
el mismo reclamo o conflicto entre las mismas partes, se persigue en esencia
evitar que pretensiones idénticas se traten en distintos procesos, ya que en
tal caso, es contingente el pronunciamiento de sentencias contradictorias que
quebranten la cosa juzgada.
3. Ahora bien, dada la perfecta identidad que supone la litispendencia en-
tre los elementos estructurales -objetivos, subjetivos y causales- de las preten-
siones que se encuentran siendo tramitadas en diferentes procesos, carece de
lógica jurídica proceder a la acumulación de los mismos, no obstante la pre-
visión legal al respecto. Ya que resulta más atinado que predomine la figura
procesal de la litis pendencia, con la consecuente paralización o finalización
definitiva del proceso que se ha promovido con posterioridad, o a través de la
declaratoria de improcedencia, si se determina liminarmente; puesto que no
existen elementos nuevos que puedan incorporarse mediante la acumulación
de los procesos ni se producen efectos negativos en las esferas jurídicas de las
partes por prescindir de la reunión procesal mencionada.
III. 1.Trasladando las anteriores nociones al caso concreto, se observa que,
en el presente proceso se cuestiona la constitucionalidad del artículo 12 de la
LIAESA, creada mediante el D.L. número 551 del 22-XII-2010, publicado en el
D.O. número 241, Tomo 389 del 23-XII-2010, por medio del cual se establece un
impuesto cuyo monto se obtiene del activo imponible de las empresas.
2. A. Ahora bien, se advierte que el abogado Samour Amaya, en calidad de
apoderado de la sociedad Almacenes Simán, S.A. de C.V., previamente presen-
tó una demanda de amparo, a la cual se le asignó la referencia 794-2014, cuya
pretensión estaba dirigida contra la Asamblea Legislativa por haber emitido la
disposición antes citada.
Dicha demanda fue admitida mediante resolución de fecha 30-I-2015, la
cual se circunscribió al control de constitucionalidad de la disposición mencio-
nada, en virtud que –según lo argumentado por la parte actora– el referido
artículo vulneraba el derecho de propiedad por inobservancia al principio de
capacidad económica de la sociedad peticionaria, puesto que el activo del con-
tribuyente constituía la base imponible del impuesto impugnado, lo cual no
reflejaba una real capacidad económica o contributiva del sujeto pasivo de la
obligación tributaria.

244
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

En el referido auto también se ordenó la suspensión de los efectos del acto


impugnado, lo cual debía entenderse en el sentido que, mientras se tramitara
dicho proceso, la municipalidad de Santa Ana debía abstenerse de exigir a la
sociedad Almacenes Simán, S.A. de C.V., el pago del referido tributo, así como
tampoco debía ejercer acciones administrativas o judiciales tendentes al cobro
de dicho tributo municipal, ni se generarán intereses o multas por su falta de
pago, mientras se mantuviera la verosimilitud de las circunstancias fácticas y
jurídicas apreciadas para la adopción de tal medida.
B. Por tanto, se observa que el reclamo efectuado en este amparo envuelve
una petición que ya ha sido planteada con anterioridad y que actualmente se
está tramitando por este Tribunal, y es que, la pretensión que está siendo so-
metida a conocimiento constitucional en el proceso de amparo con referencia
794-2014, versa, en esencia, sobre el mismo acto que se pretende impugnar en
este amparo, pues existe identidad entre los elementos que conforman ambas
pretensiones –sujetos, objeto y causa–.
En ese sentido, puede verificarse la semejanza relevante entre los suje-
tos activo y pasivo: la sociedad Almacenes Simán, S.A. de C.V. en contra de la
Asamblea Legislativa; así como la identidad de objeto, ya que en el presente
proceso se han planteado los mismos alegatos referentes a la aparente vulne-
ración a los derechos “a la tributación en forma equitativa”, seguridad jurídica
y propiedad, los cuales fueron reconducidos en el proceso 794-2014 a la posible
transgresión del derecho de propiedad por infracción a la capacidad económi-
ca. Además, se observa una identidad de causa o fundamento, puesto que la
actuación impugnada –la emisión de la disposición cuestionada–, los motivos
por los cuales se alega la supuesta vulneración constitucional y los derechos
invocados en ambos supuestos son básicamente los mismos.
C. En consecuencia, se advierte que la pretensión de amparo planteada por
el abogado Samour Amaya con relación a la supuesta vulneración de los dere-
chos constitucionales de la sociedad Almacenes Simán, S.A. de C.V., por parte
de la Asamblea Legislativa está siendo cuestionada en otro proceso de ampa-
ro; razón por la cual se advierte la existencia de litispendencia, lo que impide
el conocimiento del fondo de la petición así planteada y produce el rechazo
liminar de la demanda mediante la figura de la improcedencia.
Y es que, el efecto negativo o excluyente de la litispendencia consiste pre-
cisamente en garantizar la prohibición de doble juzgamiento, asimismo, busca
evitar el riesgo de fallos contradictorios o distintos, ya que no puede tolerarse
la apertura incontrolada de dos o más litigios con el objeto de discutir la misma
pretensión.

245
Amparos / Improcedencias

IV. Por otra parte, se advierte que el abogado Samour Amaya incurre en
una deficiencia procesal que impide verificar la calidad en que dice actuar
en el presente proceso, pues no anexó la copia certificada del poder general
judicial que menciona en su demanda y con el que pretende acreditar su
personería.
No obstante que la presentación del poder constituye un requisito indis-
pensable para acreditar la calidad con la que se dice actuar en representación
de otro –art. 68 y 69 Código Procesal Civil y Mercantil–, se advierte que en el
proceso de amparo con referencia 794-2014, el abogado Samour Amaya pre-
sentó el poder general judicial que lo acredita como apoderado de la sociedad
Almacenes Simán, S.A. de C.V.
En virtud de la paridad señalada entre el Amp. 794-2014 y el presente pro-
ceso, se constata que el referido abogado es –en efecto– apoderado de la ci-
tada sociedad.
Por tanto, con base en las consideraciones precedentes, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por el abogado
Luis Enrique Alberto Samour Amaya, en su calidad de apoderado de la
sociedad Almacenes Simán, S.A. de C.V., en virtud de existir litis pendencia
respecto a otro proceso de amparo incoado por la misma sociedad preten-
sora.
2. Tome nota la Secretaría de esta Sala del lugar, medio técnico y personas
comisionadas indicado por el apoderado de la parte actora, para recibir los
actos procesales de comunicación.
3. Notifíquese.
A. PINEDA.---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME.---E. S. BLANCO R.---PRONUNCIA-
DO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E. SOCORRO C.---
SRIA.---RUBRICADAS.

495-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las quince horas con diez minutos del día cinco de febrero de
dos mil dieciséis.
Agrégase a sus antecedentes el escrito firmado por el señor Carlos Arturo
C. J., junto con la documentación que anexa, por medio del cual evacua la pre-
vención que le fue formulada.
Antes de emitir el pronunciamiento que corresponda, se estima convenien-
te realizar las siguientes consideraciones:

246
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

I. Este Tribunal previno al señor C. J. que señalara: i) si hizo uso del pro-
cedimiento establecido en el art. 17 del Código Procesal Penal (C.Pr.Pn) con
el objeto de que se iniciara la persecución penal o, en caso que la referida
institución prescindiera de dicha acción, si se había solicitado la conversión de
la acción pública en privada para su respectiva tramitación; ii) los motivos por
los que atribuía la no judicialización de la investigación fiscal ref. 00224-UD-
HO-2013-SS directamente al Fiscal General de la República, pues se advirtió
que dicha investigación se encontraba en la Unidad Especializada Antipandi-
llas y Delitos de Homicidio con sede en la ciudad de San Salvador; iii) si había
solicitado al fiscal del caso o al Jefe de la referida Unidad Especializada la
judicialización de la investigación por el posible delito de homicidio agravado
en perjuicio de su esposa, debiendo en caso afirmativo, manifestar si alguna
autoridad de esa Unidad contestó su petición y cuál fue el resultado de su
solicitud; iv) en caso contrario, tenía que precisar si también encaminaba su
demanda contra la referida autoridad fiscal y los motivos de vulneración en
los que sustentaba su reclamo, así como la fecha exacta en la que se realizó
esa solicitud; v) si existían derechos más específicos con relación a la seguridad
jurídica que consideraba lesionados con las omisiones contra las que finalmen-
te reclamara; vi) cuáles eran los motivos por los que estimaba que su derecho
de acceso a la jurisdicción había sido vulnerado con la presunta omisión de
judicialización de la investigación seguida por el delito de homicidio agravado
en perjuicio de su esposa; vii) si a la fecha la Fiscalía General de la República
había judicializado la investigación ref. 00224-UDHO-2013-SS y además, en su
caso, tenía que detallar cuál era el estado actual del proceso judicial; en el
supuesto contrario, debía expresar cuál era el estado en que se encontraban
las referidas diligencias de investigación; y viii) si a la fecha de evacuación de
la presente prevención, se había dado respuesta a las solicitudes presentadas
ante las autoridades a las que pretende demandar en el presente proceso de
amparo y, en ese caso, cuál fue el contenido de dicha contestación y la fecha
en que se efectuó.
II. A fin de evacuar las citadas prevenciones, el señor C. J. indica que no hizo
uso del mecanismo establecido en el art. 17 C.Pr.Pn. Aclara que atribuye la no
judicialización del caso de su esposa al Fiscal General de la República debido a
que el 16-VIII-2013 le solicitó audiencia para informarle de posibles anomalías
e incongruencias suscitadas en la investigación del homicidio de su esposa y la
que se realizó el 9-XII-2013 “...dando por resultado esa reunión un compromiso
por parte de la FGR [de] resolver el caso a la brevedad posible...”, por lo que

247
Amparos / Improcedencias

solicitó la judicialización del caso nuevamente el 4-II-2015 sin tener respuesta a


la fecha. Por otro lado, señala que no ha solicitado la judicialización del caso ni
al fiscal asignado a la investigación ni al Jefe de la Unidad Especializada Anti-
pandillas y Delitos de Homicidio; no obstante, aclara que no encamina su pre-
tensión contra dichas autoridades.
Asimismo, acota que los motivos por los que –a su juicio– se le ha vulnera-
do su derecho de acceso a la jurisdicción “... es que no se [le] ha tratado con
igualdad, no se [le] ha tratado con respeto a [su] dignidad humana, [pues]
consider[a] que no ha existido una investigación capaz de llegar a la verdad,
consider[a] [sic] que hay desinterés de parte de la FGR en seguir la investiga-
ción y judicializar [su] caso...”.
Finalmente, señala que a la fecha no se ha judicializado la investigación
sobre el homicidio de su esposa.
III. Determinados los argumentos esbozados por la parte actora, correspon-
de en este apartado exponer los fundamentos jurídicos de la decisión que se
proveerá.
La jurisprudencia constitucional ha establecido –v. gr. en el auto del 26-I-
2010, pronunciado en el Amp. 3-2010– que el objeto del proceso de amparo
está representado por la pretensión, para cuya validez es indispensable el efec-
tivo cumplimiento de una serie de presupuestos procesales que posibilitan la
formación y el desarrollo normal del proceso, autorizando la emisión de un
pronunciamiento sobre el fondo del asunto.
Uno de los requisitos antes mencionados es el agotamiento de los recursos
que la ley que rige el acto franquea para atacarlo, puesto que, dadas las parti-
cularidades que presenta el amparo, este posee características propias que lo
configuran como un proceso especial y subsidiario, establecido para dar una
protección reforzada a los derechos fundamentales consagrados en la Consti-
tución a favor de las personas.
Así, se ha señalado que la exigencia del agotamiento de los recursos com-
prende, además, una carga para la parte actora del amparo de emplear en
tiempo y forma los recursos que tiene expeditos conforme a la normativa de
la materia. De forma que, para entender que se ha respetado el presupuesto
apuntado, el pretensor debe cumplir con las condiciones objetivas y subjetivas
establecidas para la admisibilidad y procedencia de los medios de impugna-
ción, ya sea que éstos se resuelvan al mismo nivel o en uno superior de la admi-
nistración o la jurisdicción, debido a que la inobservancia de dichas condiciones
motivaría el rechazo de tales recursos en sede ordinaria y, en consecuencia, no
se tendría por satisfecho el requisito mencionado.

248
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Asimismo, este Tribunal estableció en la sentencia pronunciada el día 9-XII-


2009 en el Amp. 18-2004, que: “... la exigencia del agotamiento de recursos
debe hacerse de manera razonable, atendiendo a su finalidad –permitir que
las instancias judiciales ordinarias o administrativas reparen la lesión al derecho
fundamental en cuestión, según sus potestades legales y atendiendo a la regu-
lación normativa de los ʻrespectivos procedimientosʼ–...”.
A partir de tal afirmación, se dota de un contenido específico al presupues-
to procesal regulado en el artículo 12 inciso 3° de la Ley de Procedimientos
Constitucionales y, en razón de ello, se colige que para exigir el agotamiento de
un recurso no basta sólo con determinar si el mismo es de naturaleza ordinaria
o extraordinaria, según las reglas establecidas en la legislación secundaria, sino,
más bien, debe tomarse en consideración si aquél es –de conformidad con su
regulación específica y contexto de aplicación– una herramienta idónea para
reparar la violación constitucional aducida por la parte agraviada, es decir, si la
misma posibilita que la afectación alegada pueda ser subsanada por esa vía de
impugnación.
IV. Con el objeto de trasladar las nociones esbozadas al caso concreto, se
efectúan las consideraciones siguientes:
1. El señor C. J. encamina su pretensión contra el Fiscal General de la Re-
pública por la omisión de judicializar la investigación ref. 00224-UDHO-2013-SS
por el presunto delito de homicidio agravado en perjuicio de su esposa.
2. A. Ahora bien, respecto de la omisión impugnada la parte actora sostu-
vo que no hizo uso del mecanismo establecido en el art. 17 C.Pr.Pn.
B. En ese sentido, se advierte que existe un mecanismo previsto por la legis-
lación ordinaria para controvertir las omisiones cuya constitucionalidad se cues-
tiona en este amparo, ya que mediante dicho procedimiento se podría reparar
la supuesta vulneración ocasionada en la esfera jurídica del peticionario. Y es
que, la Fiscalía General de la República es la institución encargada de dirigir la
investigación del delito; en consecuencia, a esta corresponde recabar las prue-
bas pertinentes, así como promover, en su caso, el ejercicio de las acciones que
sean procedentes.
Ahora bien, en caso de inactividad de dicha institución, el artículo 17 C.Pr.
Pn establece que: “... [s]i transcurridos cuatro meses de interpuesta la denun-
cia, aviso o querella el fiscal no presenta el requerimiento respectivo o no se
pronuncia sobre el archivo de las investigaciones, cuando éste proceda, la vícti-
ma podrá requerirle que se pronuncie, respuesta que deberá darse en el plazo
de cinco días. En caso de no existir respuesta el interesado podrá acudir al fiscal
superior a fin de que, dentro de tercero día, le prevenga al fiscal se pronuncie

249
Amparos / Improcedencias

bajo prevención de aplicar el régimen disciplinario que establece la Ley Orgáni-


ca de la Fiscalía General de la República. El fiscal deberá resolver en un término
de tres días...”.
Asimismo, el artículo 19 inc. 2° de dicho cuerpo normativo dispone que
en ciertos casos en los que el fiscal decida prescindir de la persecución penal,
la víctima puede recurrir ante el fiscal superior dentro del plazo de tres días
contados a partir del siguiente al de la notificación; por otro lado, en el artículo
29 de esa normativa se plantea la posibilidad de que las acciones públicas se
transformen en acciones privadas a petición de la víctima; dicha conversión –se-
gún el art. 17 inc. 6° del C.Pr.Pn.– se produce de pleno derecho si transcurridos
los plazos respectivos el funcionario competente de la Fiscalía General de la
República no se pronuncia sobre los requerimientos de la víctima respecto al
ejercicio de la acción penal.
C. En el caso sometido a conocimiento de este Tribunal se advierte que
el actor en su escrito manifestó que no encaminaba su reclamo el Jefe de la
Unidad Especializada Antipandillas y Delitos de Homicidio; no obstante, que
de la documentación anexa se advirtió que con fecha 5-XII-2013 la agente fiscal
M. Ch. H. informó que las diligencias de investigación del delito de homicidio
agravado en perjuicio de su esposa fueron remitidas el 7-XI-2013 a la referida
Unidad Especializada con sede en la ciudad de San Salvador.
Por lo que, el actor previo a incoar a la presente demanda de amparo tuvo
que haber solicitado al agente auxiliar de la FGR adscrito a esa Unidad Especiali-
zada que se pronunciara sobre la judicialización de la referida investigación ref.
00224-UDHO-2013-SS. De esta forma, en el supuesto de no obtener respuesta
alguna tendría que requerir la misma al Jefe de la mencionada Unidad Espe-
cializada.
D. Finalmente, debe tenerse en consideración que el amparo no opera
como una instancia superior de conocimiento para la revisión, desde una pers-
pectiva legal, de las actuaciones realizadas por las autoridades demandas den-
tro de sus respectivas atribuciones, sino que pretende brindar una protección
reforzada de los derechos fundamentales reconocidos a favor de las personas.
En consecuencia, al no haber agotado el procedimiento establecido en el
C.Pr.Pn ante las autoridades competentes de la Fiscalía General de la República,
se ha incumplido uno de los presupuestos procesales para la tramitación del
amparo, por lo que es pertinente el rechazo inicial de la demanda por medio
de la figura de la improcedencia.
Cabe aclarar que dicho pronunciamiento no es impedimento para que el
peticionario pueda presentar nuevamente su reclamo en caso de que, agotada

250
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

la vía ordinaria, la vulneración persista, ni para que se conozca posteriormente


de este.
Por tanto, con base en las consideraciones precedentes y lo establecido en
el artículo 12 inciso 3° de la Ley de Procedimientos Constitucionales, esta Sala
RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo presentada por el señor
Carlos Arturo C. J., debido a que existe un mecanismo previsto por la legis-
lación ordinaria para controvertir la omisión atribuida a la Fiscalía General
de la República previo a plantear la demanda de amparo.
2. Notifíquese.
A. PINEDA.---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME.---E. S. BLANCO R.---PRONUNCIA-
DO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E. SOCORRO C.---
SRIA.---RUBRICADAS.

291-2015

Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. San Salvador, a


las quince horas y cuatro minutos del día diez de febrero de dos mil dieciséis.
Agrégase a sus antecedentes el escrito firmado por el señor José Rodolfo A.
V., por medio del que evacua la prevención que le fue formulada.
Antes de emitir el pronunciamiento que corresponda, se estima convenien-
te realizar las siguientes consideraciones:
I. Este Tribunal previno al señor A. V. que señalara: i) los motivos por los
cuales sostenía que era titular del derecho a la estabilidad laboral; pese a que,
parecería que su relación laboral estaba determinada por un contrato indivi-
dual de trabajo, debiendo – de ser ello posible– anexar copia del contrato que
lo vinculaba con LaGeo, S.A. de C.V.; ii) si, con posterioridad a su despido, acu-
dió a alguna vía judicial o utilizó algún medio impugnativo para atacar la deci-
sión contra la que dirigía su reclamo, en cuyo caso tendría que indicar la auto-
ridad ante la cual lo planteó y la forma en que fue resuelto; y que estableciera
si había recibido alguna cantidad de dinero en concepto de indemnización por
parte de la empresa, como consecuencia de la terminación de su contrato con
LaGeo, S.A,. de C.V.
II. Con el objeto de evacuar las prevenciones formuladas por este Tribunal,
el demandante manifiesta que a partir del año 1999 ingresó a laborar para la
empresa LaGeo, S.A., de C.V. con el cargo de Auxiliar de Guardalmacén hasta
la fecha de su despido, el que se realizó sin haberle seguido un procedimiento

251
Amparos / Improcedencias

previo. Por otro lado, aclara que no hizo uso de ninguna vía judicial o medio
impugnativo para impugnar dicha decisión en sede ordinaria.
En otro orden, manifiesta que sí recibió dinero por parte de LaGeo en con-
cepto de indemnización por el tiempo laborado en dicha empresa.
III. Determinado lo anterior, es necesario exponer brevemente los funda-
mentos jurídicos en que se sustentará la presente decisión, específicamente
algunos aspectos referidos a los actos de autoridad y los requisitos que han de
cumplirse para su control constitucional cuando proceden de particulares.
Al respecto, en las interlocutorias pronunciadas en los Amp. 147-2005 y 255-
2005 los días 16-III-2005 y 3-V-2005, respectivamente, se ha señalado que el acto
de autoridad no es única y exclusivamente aquel emitido por personas físicas o
jurídicas que forman parte de los Órganos del Estado o que realizan actos por
delegación de estos, sino también aquellas acciones y omisiones producidas
por particulares que bajo ciertas condiciones limitan derechos constitucionales.
En ese mismo orden de ideas, se advierte que, tal como se indicó en la
sentencia emitida en el Amp. 934-2007 el día 4-III-2011, la jurisprudencia consti-
tucional ha superado aquella postura según la cual el proceso de amparo sólo
procede contra actos de autoridades formalmente consideradas. La interpre-
tación actual de la Ley de Procedimientos Constitucionales ha dotado de una
connotación material al “acto de autoridad”, en el entendido que el acto o la
omisión, contra el que se reclama es capaz de causar un agravio constitucional
independientemente del órgano o la persona que lo realiza.
De igual manera, en dicha sentencia se estableció que, siempre que se ve-
rifiquen las condiciones jurisprudenciales para la admisión de un amparo con-
tra particulares, los actos u omisiones, cuyo control de constitucionalidad se
podría procurar mediante un proceso de amparo, podrían devenir de: i) actos
derivados del ejercicio de derechos constitucionales, los cuales son actos que
se convierten en inconstitucionales a pesar de que, en principio, se efectúan
como resultado del ejercicio legítimo de un derecho fundamental; ii) actos nor-
mativos o normas privadas, es decir, las normas emitidas con fundamento en
potestad normativa privada; iii) actos sancionatorios, que son aquellas actua-
ciones emitidas con fundamento en la potestad privada para sancionar; y iv)
actos “administrativos” de autoridades privadas o particulares, los cuales son
actos que se sustentan en la potestad administrativa privada, es decir, actos
orientados al cumplimiento de las finalidades propias de personas jurídicas de
derecho privado y efectuados por los órganos de estas.
Ahora bien, las condiciones jurisprudenciales que determinan la proceden-
cia de un amparo contra particulares han sido plasmadas en la jurisprudencia

252
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

citada, así como también en las interlocutorias pronunciadas en los Amp. 256-
2003 y 119-2003 los días 7-VII-2003 y 20-X-2003, respectivamente. Así, se han
establecido como requisitos que deben concurrir en el acto emitido por un
particular para ser revisable en este proceso constitucional: que el particular
responsable del acto se encuentre en una situación de supra a subordinación
respecto del demandante; que no se trate de una simple inconformidad con
el contenido del acto que se impugna; que se haya hecho uso de los recursos
que el ordenamiento jurídico prevé frente a actos de esa naturaleza y que estos
se hayan agotado plenamente, o bien que dichos mecanismos de protección
no existan o sean insuficientes para garantizar los derechos constitucionales
del afectado; y que el derecho constitucional cuya vulneración se invoca por
el demandante sea, por su naturaleza, exigible u oponible frente al particular
demandado en el proceso.
En ese sentido, se colige que el incumplimiento de tales requisitos inhibiría
a este Tribunal de analizar la cuestión sometida a su conocimiento, por la exis-
tencia de un vicio de la pretensión que imposibilita su juzgamiento.
IV. Con el objeto de trasladar las nociones esbozadas al caso concreto, se
efectúan las consideraciones siguientes:
1. De manera inicial, se observa que el peticionario dirige su reclamo contra
el Presidente de la Junta Directiva y representante de LaGeo, S.A. de C.V., pues
afirma que, la referida autoridad dio por terminado su relación laboral con la
citada empresa de manera arbitraria.
Lo anterior, debido a que, a su juicio, se ha cancelado injustificadamente
su contrato de trabajo, ya que dicha decisión se adoptó sin haberle seguido
un procedimiento en el que tuviera la oportunidad de intervenir y defenderse.
2. Una vez indicado lo anterior, corresponde analizar si el reclamo plantea-
do encaja en los presupuestos establecidos para que esta Sala examine un acto
emitido por un particular y por lo tanto sea considerado un acto de autoridad.
Así, de lo reseñado en la demanda, se advierte que en el presente proceso,
si bien existe aparentemente una relación de supra a subordinación entre el
señor A. V. y el Presidente de la Junta Directiva y representante de LaGeo, S.A
de C.V., al haber emitido el supuesto acto del despido del peticionario, no se
advierte que se cumplan las condiciones jurisprudenciales que determinan la
admisión de un amparo contra particulares, toda vez que se constata que, la
relación laboral entre el actor y LaGeo, S.A. de C.V. estaba regida por un con-
trato individual de trabajo, cuya vigencia era por tiempo indefinido y que se
encuentra regulado por las disposiciones del Código de Trabajo.

253
Amparos / Improcedencias

3. Así, a efecto de cumplir con los requisitos establecidos en la jurispruden-


cia de este Tribunal en relación con los amparos contra particulares, resulta
necesario exigir a la parte actora que haya hecho uso de los recursos que el
ordenamiento jurídico prevé frente al acto contra el que reclama, pues con
dicha exigencia se garantiza el carácter subsidiario y extraordinario del proceso
de amparo.
En efecto, del relato efectuado por el pretensor se aprecia que el acto con-
tra el que reclama –a pesar de que pudo ser atacado mediante un proceso tra-
mitado en sede laboral– no fue controvertido ante la autoridad competente,
por no haberse formulado contra tal decisión recurso o procedimiento alguno.
Y es que, el actor señala expresamente que no acudió a la vía judicial con el
objeto de atacar el supuesto despido del que fue objeto.
Por ello, de las afirmaciones manifestadas en la demanda y escrito de
evacuación de prevenciones se advierte que, si bien la autoridad demandada
adoptó la decisión de dar por finalizada la relación laboral que vinculaba al
peticionario con la mencionada entidad, el señor A. V. también ha optado por
no impugnarla en sede ordinaria.
Así, se aprecia que aunque el demandante pudo haber acudido a los tribu-
nales con competencia en materia laboral para alegar que se terminó arbitra-
riamente su relación laboral –despido de hecho– y pudiera de esa forma exigir
lo que conforme a la ley le corresponde, ha decidido no hacer uso de los cauces
legales correspondientes e idóneos para subsanar la vulneración alegada.
Además, se advierte que el peticionario no aporta argumentos para jus-
tificar la falta de impugnación del acto reclamado, y más bien parecería que,
a pesar de que pudo atacar la actuación de la autoridad demandada, dejó
de utilizar una vía idónea para remediar la actuación cuya constitucionalidad
cuestiona.
Como consecuencia de lo expuesto, se colige que no se han cumplido, en
el caso concreto, los requisitos para la procedencia de un amparo contra par-
ticulares, ya que –tal como se apuntó anteriormente–, por un lado, aunque se
alegue la existencia de una relación de supra a subordinación entre el actor y la
autoridad demandada, se observa que el demandante no hizo uso de los recur-
sos de los que disponía para controvertir la actuación que estima gravosa. En
otros términos, no ha hecho uso de los recursos que el ordenamiento jurídico
prevé frente a actos de esa naturaleza.
4. En virtud de las circunstancias y aclaraciones apuntadas se concluye que
el caso planteado no reúne los presupuestos señalados por la jurisprudencia
constitucional para la procedencia de un amparo contra particulares, por cuan-

254
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

to no se ha comprobado que concurran las exigencias establecidas para este


tipo de amparos y que se han detallado en párrafos anteriores.
Dicha circunstancia evidencia la existencia de un defecto en la pretensión
de amparo que impide la conclusión normal del presente proceso y habilita su
terminación mediante la figura de la improcedencia.
Por tanto, con base en las consideraciones precedentes, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo presentada por el señor
José Rodolfo A. V. contra el Presidente de la Junta Directiva y representan-
te de LaGeo, S.A. de C.V., por la supuesta vulneración de sus derechos de
audiencia y defensa – como manifestaciones del debido proceso– y a la
estabilidad laboral –como concreción del derecho al trabajo– por no cum-
plirse con los presupuestos señalados por la jurisprudencia constitucional
para la procedencia de un amparo contra particulares.
2. Notifíquese.
A. PINEDA.---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME---E. S. BLANCO. R.---PRONUNCIA-
DO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---E. SOCORRO C.---
SRIA.---RUBRICADAS.

718-2015
SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:
San Salvador, a las nueve horas y veintiséis minutos del día diez de febrero de
dos mil dieciséis.
Analizada la demanda de amparo firmada por los abogados Julio César
Federico y Laura Cristina Preza Quezada o Laura Cristina Preza de Calles, en su
calidad de apoderados generales judiciales con cláusula especial del señor H. A.
C. M., junto con la documentación anexa, se efectúan las siguientes considera-
ciones:
I. En síntesis, los apoderados del peticionario manifiestan que su represen-
tado ingresó a laborar en la Policía Nacional Civil –en adelante PNC– el 14-XII-
1993 desempeñándose como Cabo. Posteriormente, argumentan que el 30-XII-
2000 la Dirección General de la PNC –con el visto bueno del Inspector General
de dicha institución policial– le notificó su remoción de la citada entidad. Así,
al ser notificado su mandante de la destitución, a pesar de no estar de acuerdo
con la misma “acató con responsabilidad dicha disposición”.
Lo anterior, fue efectuado con base en el “Régimen Especial para la remo-
ción de Miembros de la Policía Nacional que incurran en conductas irregula-

255
Amparos / Improcedencias

res”. Al respecto, señalan que su poderdante fue destituido de su cargo a pesar


que no le encontraron faltas disciplinarias ni procesos pendientes.
Por otra parte, indican que su mandante estaba contratado bajo el régi-
men laboral de Ley de Salarios y que “... a pesar de ello, no se le siguió un juicio
imparcial en el que pudiera hacer uso de su derecho de audiencia y manifestar
su defensa de acuerdo a la Ley Reguladora de la Garantía de Audiencia de los
Empleados Públicos no comprendidos en la Carrera Administrativa...”.
Por lo antes expuesto y de la documentación presentada se colige que los
abogados del peticionario cuestionan la constitucionalidad de las siguientes ac-
tuaciones: a) el Acuerdo N° 013 emitido el 24-I-2001 por el Director General de
la PNC, mediante el cual se dejó sin efecto los nombramientos de determinado
personal policial, entre los que se encontraba el pretensor; b) el visto bueno
dado por el Inspector General de la PNC, por medio del cual se avaló la desti-
tución; y c) la decisión pronunciada –sin especificar la fecha de emisión– por
el Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguridad Pública y Justicia, en la
cual se confirmó el aludido Acuerdo del Director de la PNC.
Dichos actos –a su juicio– le infringieron a su mandante los derechos de
audiencia, defensa, estabilidad laboral y al ejercicio de la carrera policial y la “...
violación a la categoría jurídica de la prohibición de doble juzgamiento, y a la
seguridad jurídica consagrados en la normativa constitucional...”.
II. Determinados los argumentos expresados por los abogados de la parte
pretensora corresponde en este apartado exponer los fundamentos jurídicos
de la resolución que se proveerá.
1. Tal como se sostuvo en la resolución del 27-I-2009, pronunciada en el
Amp. 795-2006, este proceso constitucional persigue que se imparta a la per-
sona la protección jurisdiccional contra cualquier acto de autoridad que estime
inconstitucional y que, específicamente, vulnere u obstaculice el ejercicio de los
derechos constitucionales consagrados a su favor.
En ese sentido, para la procedencia de la pretensión de amparo en la etapa
inicial del proceso, es necesario –entre otros requisitos– que el sujeto activo se
autoatribuya alteraciones difusas o concretas en su esfera jurídica derivadas
de los efectos de la existencia de una presunta acción u omisión –lo que en
términos generales de la jurisprudencia constitucional se ha denominado sim-
plemente agravio–. Dicho agravio tiene como requisitos que se produzca con
relación a normas o preceptos de rango constitucional –elemento jurídico– y
que genere una afectación difusa o concreta en la esfera jurídica de la persona
justiciable –elemento material–.

256
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Desde esta perspectiva, se ha afirmado que hay ausencia de agravio cons-


titucional cuando el acto u omisión alegado es inexistente o cuando, no obs-
tante concurra una actuación u omisión por parte de la autoridad a quien se le
atribuye la responsabilidad, aquella ha sido legítima, es decir, se ha realizado
dentro del marco constitucional o es incapaz de producir por sí misma una
afrenta en la esfera jurídica constitucional del sujeto que reclama.
Consecuentemente, si la pretensión del actor de amparo no incluye los ele-
mentos antes mencionados, hay ausencia de agravio y la pretensión debe ser
rechazada por existir imposibilidad absoluta de juzgar el caso desde el ámbito
constitucional.
2. A. Por otro lado, en la sentencia del 16-XI-2012, pronunciada en el Amp.
24-2009, este Tribunal sostuvo que el agravio es de tipo actual cuando, no obs-
tante el tiempo transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración
de derechos fundamentales que se alega y el de la presentación de la demanda
de amparo, no hayan desaparecido –es decir, permanezcan en el tiempo– los
efectos jurídicos directos de dicha transgresión en la esfera particular de la per-
sona que solicita el amparo, entendidos tales efectos como la dificultad o im-
posibilidad para continuar ejerciendo materialmente las facultades subjetivas
derivadas de un derecho del cual se tiene o se ha tenido su titularidad.
Entonces, para determinar si un agravio posee actualidad se deberá ana-
lizar –atendiendo a las circunstancias fácticas de cada caso concreto y, en es-
pecial, a la naturaleza de los derechos cuya transgresión se alega– si el lapso
transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración a los derechos
fundamentales y el de la presentación de la demanda no ha sido consecuencia
de la mera inactividad de quien se encontraba legitimado para promover el
respectivo proceso de amparo. Así, en el caso de no encontrarse objetivamente
imposibilitado el interesado para requerir la tutela de sus derechos y haber de-
jado transcurrir un plazo razonable sin solicitar su protección jurisdiccional –vol-
viendo con ello improbable el restablecimiento material de dichos derechos– se
entendería que ya no soporta en su esfera jurídica, al menos de manera directa
e inmediata, los efectos negativos que la actuación impugnada le ha causado y,
consecuentemente, que el elemento material del agravio que aparentemente
se le ha ocasionado ha perdido vigencia.
Y es que la finalidad del amparo –restitución en el goce material de dere-
chos fundamentales– pierde sentido en aquellos casos en los que –como se
acotó en párrafos precedentes– la persona haya dejado transcurrir un plazo
razonable para requerir la tutela jurisdiccional de sus derechos fundamentales
sin haberse encontrado objetivamente imposibilitada para realizarlo, pues tal

257
Amparos / Improcedencias

situación denotaría que aquella pretende no el restablecimiento de sus dere-


chos sino la mera posibilidad de obtener una indemnización por la transgresión
de la que supuestamente ha sido objeto, es decir, plantearía una pretensión de
carácter pecuniario y no una pretensión de naturaleza estrictamente constitu-
cional.
B. De ahí que, a efecto de determinar la irrazonabilidad o no de la duración
del plazo para promover un proceso de amparo luego de acontecida la vulne-
ración constitucional que se alega, se requiere una evaluación de las circunstan-
cias del caso en concreto atendiendo a criterios objetivos, como pueden serlo:
en primer lugar, la actitud del demandante, en tanto que deberá determinarse
si la dilación es producto de su propia inactividad que, sin causa de justificación
alguna, dejó transcurrir el tiempo sin requerir la protección jurisdiccional res-
pectiva; y en segundo lugar, la complejidad –fáctica o jurídica– de la pretensión
que se formule.
III. Expuestas las consideraciones precedentes, corresponde ahora evaluar
la posibilidad de conocer de las infracciones alegadas por la parte actora en el
presente caso.
1. Los apoderados del demandante pretenden atacar el Acuerdo N° 013
emitido el 24-I-2001 por el Director General de la PNC, mediante la cual se dejó
sin efecto los nombramientos de determinado personal policial, entre los que
se encontraba el pretensor; el visto bueno dado por el Inspector General de la
PNC, por medio del cual se avaló la destitución; y la decisión pronunciada –sin
especificar la fecha de emisión– por el Tribunal de Apelaciones del Ministerio
de Seguridad Pública y Justicia, en la cual se confirmó el aludido Acuerdo del
Director de la PNC.
Lo anterior, a pesar de que a su mandante únicamente le fueron comunica-
das las resoluciones pronunciadas en su contra, sin que se le otorgara presunta-
mente una oportunidad real de defensa.
Por lo antes señalado, los abogados de la parte actora estiman que dichos
actos le vulneraron a su mandante los derechos de audiencia, defensa, estabi-
lidad laboral y al ejercicio de la carrera policial y “... la violación a la categoría
jurídica de la prohibición de doble juzgamiento, y a la seguridad jurídica consa-
grados en la normativa constitucional...”.
2. A. Ahora bien, pese a los alegatos expuestos por los apoderados del pe-
ticionario se advierte que el Acuerdo N° 013 emitido el 24-I-2001 por el Director
General de la PNC, mediante el cual se dejó sin efecto los nombramientos de
determinado personal policial, y fue confirmada –sin especificar la fecha de
emisión– por el Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguridad Pública y

258
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Justicia; mientras que la demanda de amparo fue presentada el día 11-XII-2015


en la Secretaría de este Tribunal, es decir, el amparo ha sido incoado catorce
años y diez meses después de haberse pronunciado la resolución que considera
vulneró sus derechos fundamentales.
Y es que, debido a la naturaleza jurídica del proceso de amparo, es nece-
sario que, además de que exista un agravio concreto en la esfera jurídica del
peticionario, este debe ser actual, tal como se acotó en los autos de improce-
dencia emitidos el 29-XI-2013 en los Amps. 593-2013 y 678-2013. Así, para que
un reclamo esté debidamente fundamentado debe indicarse cuál es el perjuicio
actual que sufre la parte actora en sus derechos fundamentales.
En efecto, de los términos expuestos en la demanda planteada, se observa
que la parte actora no promovió el amparo durante un lapso prolongado (ca-
torce años y diez meses), aspecto que desvirtuaría la actualidad de la afectación
padecida como consecuencia de las decisiones de las autoridades demandadas.
B. Por otra parte, se advierte que los apoderados del pretensor solicitan en
su demanda que: “... se le pague a [su] patrocinado, los salarios caídos no perci-
bidos del día [30-XII-2000] (sic), hasta el [31-V-2015], haciendo un total de cien-
to setenta y tres meses, es decir[,] [$89,465.22] dólares de los Estados Unidos
de América (...). [Así como] se le pague indemnización por daños y perjuicios
físicos, morales y patrimoniales, equivalentes a [70,000.00]. (...) Se le pague
vacaciones, aguinaldos, bonos, y el régimen de disponibilidad (alimentación)
del año [2000] hasta el [24-VII-2015 y] la gratificación especial de [$600.00]...”.
De igual manera, se observa de la documentación anexa que el peticionario
fue propuesto por el Tribunal de Ingreso y Ascenso de la PNC mediante resolu-
ción del 16-III-2015 para que fuese reincorporado a la institución policial por el
Director General de la PNC.
Al respecto de lo solicitado por los apoderados de la parte actora, se evi-
dencia que su pretensión va dirigida no a impugnar una transgresión de natu-
raleza constitucional y, en consecuencia, al restablecimiento de sus derechos,
sino a plantear la mera posibilidad de obtener una indemnización por el agra-
vio del que supuestamente ha sido objeto su representado, por lo que se ad-
vierte que están formulando una pretensión de carácter pecuniario y no una
de naturaleza estrictamente constitucional.
C. En consecuencia, de los términos expuestos por los abogados del pre-
tensor en su demanda, se advierte que no se está en presencia de un agravio
actual en la esfera jurídica del señor H. A. C. M., puesto que el Acuerdo que
presuntamente vulneró sus derechos fundamentales fue emitido por el Direc-
tor General de la PNC el 24-I-2001, de lo cual no se infiere la existencia de un

259
Amparos / Improcedencias

perjuicio actual respecto de los efectos negativos que las actuaciones impug-
nadas le han causado y, consecuentemente, el elemento material del agravio
que aparentemente se le ha ocasionado ha perdido vigencia. Además, que
se ha evidenciado que el propósito de su demanda es obtener una indem-
nización y no el restablecimiento del derecho fundamental presuntamente
vulnerado.
3. En definitiva, con arreglo a las circunstancias expuestas, se concluye que
este Tribunal se encuentra imposibilitado para controlar la constitucionalidad
de las actuaciones cuestionadas, debido a que no se observa actualidad en el
agravio respecto de la esfera jurídica del peticionario con relación a los actos
reclamados. Así como, debido a que su pretensión va encaminada a la satisfac-
ción de un interés pecuniario, lo cual no es el objetivo que persigue el proceso
constitucional de amparo. De esta forma, es pertinente declarar la improce-
dencia de la demanda de amparo, por concurrir defectos en la pretensión que
habilitan la terminación anormal del proceso.
Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por los aboga-
dos Julio César Federico y Laura Cristina Preza Quezada o Laura Cristi-
na Preza de Calles, en su calidad de apoderados generales judiciales con
cláusula especial del señor H. A. C. M., contra actuaciones del Director y
del Inspector General de la PNC y del Tribunal de Apelaciones del Minis-
terio de Seguridad Pública y Justicia, en virtud de que existe ausencia de
agravio actual, ya que la parte actora no promovió el amparo durante un
lapso prolongado (catorce años y diez meses), aspecto que desvirtuaría la
actualidad de la afectación padecida como consecuencia de las decisiones
de las autoridades demandadas. Así como por advertirse que su preten-
sión se limita a la satisfacción de un interés pecuniario de obtener una
indemnización por el presunto agravio constitucional ocasionado por los
actos reclamados, no obstante que el peticionario ya ha sido reincorpora-
do a la PNC.
2. Tome nota la Secretaría de este Tribunal del lugar y medio técnico señalado
por los apoderados de la parte actora para oír notificaciones.
3. Notifíquese.
---A. PINEDA---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME---E. S. BLANCO R.---PRONUNCIA-
DO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E. SOCORRO C.---
SRIA.---RUBRICADAS.

260
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

723-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las nueve horas y veintiocho minutos del día diez de febrero de
dos mil dieciséis.
Analizada la demanda de amparo firmada por los abogados Julio César
Federico y Laura Cristina Preza Quezada o Laura Cristina Preza de Calles, en su
calidad de apoderados generales judiciales con cláusula especial del señor S. A.
G. R., junto con la documentación anexa, se efectúan las siguientes considera-
ciones:
I. En síntesis, los apoderados del peticionario manifiestan que su represen-
tado ingresó a laborar en la Policía Nacional Civil –en adelante PNC– el 16-VIII-
1993 desempeñándose como Cabo. Posteriormente, argumentan que el 25-I-
2001 la Dirección General de la PNC –con el visto bueno del Inspector General
de dicha institución policial– le notificó su remoción de la citada entidad. Así,
al ser notificado su mandante de la destitución, a pesar de no estar de acuerdo
con la misma “acató con responsabilidad dicha disposición”. Lo anterior, fue
efectuado con base en el “Régimen Especial para la remoción de Miembros de
la Policía Nacional que incurran en conductas irregulares”.
De igual manera, señalan que el motivo argüido por el Director de la PNC y
el Inspector General es que dicha destitución se debió a que presuntamente el
pretensor era irresponsable y realizaba “conductas irregulares”. Sin embargo,
en constancia suscrita por la Inspectora General de la PNC de fecha 8-IV-2010
se indicó que “no se le encontraron faltas disciplinarias incumplidas ni procesos
disciplinarios pendientes”. Asimismo, en constancia emitida por la Unidad de
Investigación Disciplinaria de la PNC del 2-X-2015, se estableció que “... el Cabo
[…] S. A. G. R., carece de antecedente disciplinario por falta grave o muy grave
en investigación...”.
Por otra parte, indican que su representado estaba contratado bajo el régi-
men laboral de Ley de Salarios y que “... a pesar de ello, no se le siguió un juicio
imparcial en el que pudiera hacer uso de su derecho de audiencia y manifestar
su defensa de acuerdo a la Ley Reguladora de la Garantía de Audiencia de los
Empleados Públicos no comprendidos en la Carrera Administrativa...”.
Por lo antes expuesto, los abogados del peticionario cuestionan la consti-
tucionalidad de las siguientes actuaciones: a) la resolución pronunciada el 25-I-
2001 por el Director General de la PNC, mediante la cual se le impuso al actor
la sanción de remoción de la institución policial; b) el visto bueno dado por
el Inspector General de la PNC, por medio del cual se avaló su destitución de

261
Amparos / Improcedencias

la institución policial; y c) la decisión pronunciada –sin especificar la fecha de


emisión– por el Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguridad Pública y
Justicia, en la cual se confirmó la aludida resolución.
Dichos actos –a su juicio– le infringieron a su mandante los derechos de
audiencia, defensa, estabilidad laboral y al ejercicio de la carrera policial y la
“... violación a la categoría jurídica de la prohibición de doble juzgamiento, y a
la seguridad jurídica consagrados en la normativa constitucional, así como loa
artículos ocho, diez y once de la Convención sobre Derechos Humanos...”.
II. Determinados los argumentos expresados por los abogados de la parte
pretensora corresponde en este apartado exponer los fundamentos jurídicos
de la resolución que se proveerá.
1. Tal como se sostuvo en la resolución del 27-I-2009, pronunciada en el
Amp. 795-2006, este proceso constitucional persigue que se imparta a la per-
sona la protección jurisdiccional contra cualquier acto de autoridad que estime
inconstitucional y que, específicamente, vulnere u obstaculice el ejercicio de los
derechos constitucionales consagrados a su favor.
En ese sentido, para la procedencia de la pretensión de amparo en la etapa
inicial del proceso, es necesario –entre otros requisitos– que el sujeto activo se
autoatribuya alteraciones difusas o concretas en su esfera jurídica derivadas
de los efectos de la existencia de una presunta acción u omisión –lo que en
términos generales de la jurisprudencia constitucional se ha denominado sim-
plemente agravio–. Dicho agravio tiene como requisitos que se produzca con
relación a normas o preceptos de rango constitucional –elemento jurídico– y
que genere una afectación difusa o concreta en la esfera jurídica de la persona
justiciable –elemento material–.
Desde esta perspectiva, se ha afirmado que hay ausencia de agravio cons-
titucional cuando el acto u omisión alegado es inexistente o cuando, no obs-
tante concurra una actuación u omisión por parte de la autoridad a quien se le
atribuye la responsabilidad, aquella ha sido legítima, es decir, se ha realizado
dentro del marco constitucional o es incapaz de producir por sí misma una
afrenta en la esfera jurídica constitucional del sujeto que reclama.
Consecuentemente, si la pretensión del actor de amparo no incluye los ele-
mentos antes mencionados, hay ausencia de agravio y la pretensión debe ser
rechazada por existir imposibilidad absoluta de juzgar el caso desde el ámbito
constitucional.
2. A. Por otro lado, en la sentencia del 16-XI-2012, pronunciada en el Amp.
24-2009, este Tribunal sostuvo que el agravio es de tipo actual cuando, no obs-
tante el tiempo transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración

262
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

de derechos fundamentales que se alega y el de la presentación de la demanda


de amparo, no hayan desaparecido –es decir, permanezcan en el tiempo– los
efectos jurídicos directos de dicha transgresión en la esfera particular de la per-
sona que solicita el amparo, entendidos tales efectos como la dificultad o im-
posibilidad para continuar ejerciendo materialmente las facultades subjetivas
derivadas de un derecho del cual se tiene o se ha tenido su titularidad.
Entonces, para determinar si un agravio posee actualidad se deberá ana-
lizar –atendiendo a las circunstancias fácticas de cada caso concreto y, en es-
pecial, a la naturaleza de los derechos cuya transgresión se alega– si el lapso
transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración a los derechos
fundamentales y el de la presentación de la demanda no ha sido consecuencia
de la mera inactividad de quien se encontraba legitimado para promover el
respectivo proceso de amparo. Así en el caso de no encontrarse objetivamente
imposibilitado el interesado para requerir la tutela de sus derechos y haber de-
jado transcurrir un plazo razonable sin solicitar su protección jurisdiccional –vol-
viendo con ello improbable el restablecimiento material de dichos derechos– se
entendería que ya no soporta en su esfera jurídica, al menos de manera directa
e inmediata, los efectos negativos que la actuación impugnada le ha causado y,
consecuentemente, que el elemento material del agravio que aparentemente
se le ha ocasionado ha perdido vigencia.
Y es que la finalidad del amparo –restitución en el goce material de dere-
chos fundamentales– pierde sentido en aquellos casos en los que –como se
acotó en párrafos precedentes– la persona haya dejado transcurrir un plazo
razonable para requerir la tutela jurisdiccional de sus derechos fundamentales
sin haberse encontrado objetivamente imposibilitada para realizarlo, pues tal
situación denotaría que aquella pretende no el restablecimiento de sus dere-
chos sino la mera posibilidad de obtener una indemnización por la transgresión
de la que supuestamente ha sido objeto, es decir, plantearía una pretensión de
carácter pecuniario y no una pretensión de naturaleza estrictamente constitu-
cional.
B. De ahí que, a efecto de determinar la irrazonabilidad o no de la duración
del plazo para promover un proceso de amparo luego de acontecida la vulne-
ración constitucional que se alega, se requiere una evaluación de las circunstan-
cias del caso en concreto atendiendo a criterios objetivos, como pueden serlo:
en primer lugar, la actitud del demandante, en tanto que deberá determinarse
si la dilación es producto de su propia inactividad que, sin causa de justificación
alguna, dejó transcurrir el tiempo sin requerir la protección jurisdiccional res-

263
Amparos / Improcedencias

pectiva; y en segundo lugar, la complejidad –fáctica o jurídica– de la pretensión


que se formule.
III. Expuestas las consideraciones precedentes, corresponde ahora evaluar
la posibilidad de conocer de las infracciones alegadas por la parte actora en el
presente caso.
1. Los apoderados del demandante pretenden atacar la resolución pro-
nunciada el 25-I-2001 por el Director General de la PNC, mediante la cual se
impuso la sanción de remoción de la institución policial; el visto bueno dado
por el Inspector General de la PNC, por medio del cual se avaló su destitución
de la institución policial; y la decisión pronunciada –sin especificar la fecha de
emisión– por el Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguridad Pública y
Justicia, en la cual se confirmó la aludida resolución.
Lo anterior, a pesar de que a su mandante únicamente le fueron comuni-
cadas las resoluciones pronunciadas en su contra, sin que le otorgara presunta-
mente una oportunidad real de defensa.
Por lo antes señalado, los abogados de la parte actora estiman que dichos
actos le vulneraron a su representado los derechos de audiencia, defensa, esta-
bilidad laboral y al ejercicio de la carrera policial y “... la violación a la categoría
jurídica de la prohibición de doble juzgamiento, y a la seguridad jurídica con-
sagrados en la normativa constitucional, y a la seguridad jurídica consagrados
en la normativa constitucional, así como los artículos ocho, diez y once de la
Convención sobre Derechos Humanos...”.
2. A. Ahora bien, pese a los alegatos expuestos por los apoderados del pre-
tensor se advierte que la resolución del Director General de la PNC, mediante la
cual se impuso la sanción de remoción de la institución policial del peticionario
fue emitida el 25-I-2001, y fue confirmada por el Tribunal de Apelaciones del
Ministerio de Seguridad Pública y Justicia –sin precisarse el día específico de
esa decisión–; mientras que la demanda de amparo fue presentada el día 11-
XII-2015 en la Secretaría de este Tribunal, es decir, el amparo ha sido incoado
catorce años y diez meses después de haberse pronunciado la resolución que
considera vulneró sus derechos fundamentales.
Y es que, debido a la naturaleza jurídica del proceso de amparo, es nece-
sario que, además de que exista un agravio concreto en la esfera jurídica del
peticionario, este debe ser actual, tal como se acotó en los autos de improce-
dencia emitidos el 29-XI-2013 en los Amps. 593-2013 y 678-2013. Así, para que
un reclamo esté debidamente fundamentado debe indicarse cuál es el perjuicio
actual que sufre la parte actora en sus derechos fundamentales.

264
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

En efecto, de los términos expuestos en la demanda planteada, se observa


que la parte actora no promovió el amparo durante un lapso prolongado (ca-
torce años y diez meses), aspecto que desvirtuaría la actualidad de la afectación
padecida como consecuencia de las decisiones de las autoridades demandadas.
B. Por otra parte, se advierte que los apoderados del pretensor solicitan
en su demanda que: “... se le paguen a [su] patrocinado, los salarios caídos no
percibidos del día [25-I-2001], hasta el [31-V-2015], haciendo un total de ciento
setenta y tres meses, es decir[,] [$89,465.22] dólares de los Estados Unidos
de América (...). [Así como] se le pague indemnización por daños y perjuicios
físicos, morales y patrimoniales, equivalentes a [$70,000.00]... (...) Se le pague
vacaciones, aguinaldos, bonos, y el régimen de disponibilidad (alimentación)
desde el [2000 hasta el 31-V-2015 y] la gratificación especial de [$600.00] ...”.
De igual manera, se observa de la documentación anexa que el pretensor
aprobó el “Curso de Actualización y reforzamiento para Aspirantes a Reingre-
sar a la Policía Nacional Civil” que fue impartido por la Academia Nacional de
Seguridad Pública –entre los días 1-VI-2015 al 3-VII-2015–. Asimismo, se advier-
te que se encuentra activo en la institución policial, según constancia emitida el
16-XI-2015 por la Jefa de División de Personal de la PNC.
Al respecto, se evidencia con ello que su pretensión va dirigida no a im-
pugnar una transgresión de naturaleza constitucional y, en consecuencia, al
restablecimiento de sus derechos sino a plantear la mera posibilidad de obte-
ner una indemnización por el agravio del que supuestamente ha sido objeto su
representado, por lo que se advierte que están formulando una pretensión de
carácter pecuniario y no una de naturaleza estrictamente constitucional.
C. En consecuencia, de los términos expuestos por los apoderados del pre-
tensor en su demanda, se advierte que no se está en presencia de un agravio
actual en la esfera jurídica del señor S. A. G. R., puesto que la resolución que
presuntamente vulneró sus derechos fundamentales fue emitida por el Direc-
tor General de la PNC el 25-I-2001, de lo cual no se infiere la existencia de un
perjuicio actual respecto de los efectos negativos que las actuaciones impug-
nadas le han causado y, consecuentemente, el elemento material del agravio
que aparentemente se le ha ocasionado ha perdido vigencia. Además, que se
ha evidenciado que el propósito de su demanda es obtener una indemnización
y no el restablecimiento del derecho fundamental presuntamente vulnerado.
3. En definitiva, con arreglo a las circunstancias expuestas, se concluye que
este Tribunal se encuentra imposibilitado para controlar la constitucionalidad
de las actuaciones cuestionadas, debido a que no se observa actualidad en el
agravio respecto de la esfera jurídica del peticionario con relación a los actos

265
Amparos / Improcedencias

reclamados. Así como, debido a que su pretensión va encaminada a la satisfac-


ción de un interés pecuniario, lo cual no es el objetivo que persigue el proceso
constitucional de amparo. De esta forma, es pertinente declarar la improce-
dencia de la demanda de amparo, por concurrir defectos en la pretensión que
habilitan la terminación anormal del proceso.
Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por los abogados
Julio César Federico y Laura Cristina Preza Quezada o Laura Cristina Preza
de Calles, en su calidad de apoderados generales judiciales con cláusula es-
pecial del señor S. A. G. R., contra actuaciones del Director y del Inspector
General de la PNC y del Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguri-
dad Pública y Justicia, en virtud de que existe ausencia de agravio actual, ya
que la parte actora no promovió el amparo durante un lapso prolongado
(catorce años y diez meses), aspecto que desvirtuaría la actualidad de la
afectación padecida como consecuencia de las decisiones de las autorida-
des demandadas. Así como por advertirse que su pretensión se limita a la
satisfacción de un interés pecuniario de obtener una indemnización por el
presunto agravio constitucional ocasionado por los actos reclamados, no
obstante que el peticionario ya ha sido reincorporado a la PNC.
2. Tome nota la Secretaría de este Tribunal del lugar y medio técnico señalado
por los apoderados de la parte actora para oír notificaciones.
3. Notifíquese.
A.PINEDA---F. MELENDEZ---J. B. JAIME---E. S. BLANCO R.---PRONUNCIADO
POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---E. SOCORRO C.---
SRIA.---RUBRICADAS.

751-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las trece horas con cincuenta y ocho minutos del día diez de
febrero de dos mil dieciséis.
Analizada la demanda de amparo planteada por el abogado German Eliseo
Hernández Umanzor en su calidad de apoderado general judicial del señor José
Arturo M. T., juntamente con la documentación anexa, se efectúan las siguien-
tes consideraciones:

266
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

I. En síntesis, el apoderado de la parte actora dirige su reclamo contra la


Jueza de lo Civil de Ahuachapán en virtud de que ordenó la entrega material
de una porción de inmueble en el cual reside su poderdante junto a su grupo
familiar.
Al respecto, manifiesta que el 7-IX-2015 la mencionada juzgadora se pre-
sentó a la vivienda del actor -ubicada en el cantón Las Chinamas, en la carretera
que conduce de Ahuachapán a la frontera El Jobo- con la finalidad de efectuar
el desalojo en virtud de un proceso común reivindicatorio de dominio, nulidad
de título supletorio y cancelación de inscripción promovidos en su contra; en
cuanto a ello, indica que le concedió hasta el día 10-IX-2015 fecha en la cual se
llevó a cabo el lanzamiento.
Ahora bien, el abogado explica que su mandante fue propietario del in-
mueble objeto del proceso, que es identificado como parcela 202 del sector
0101R12, cuya área catastral inicialmente era de 19,146.0923 metros cuadra-
dos. Al respecto, indica que celebró un contrato de compraventa con pacto
de retroventa con el señor Juan Francisco M. L. pero únicamente respecto a
14,000 metros cuadrados del bien raíz; sin embargo, ya que el señor M. T. no
cumplió con la condición para que se hiciera nuevamente la venta a su favor
el señor M. L. quedó como propietario de la parte que consta en el contrato
subsistiendo una “...porción restante” de 5,146.0923 metros cuadrados a favor
del señor M. T.
Ante ello, este último -posteriormente- inició, siguió y finalizó diligencias de
título supletorio para adquirir el dominio de la citada porción; sin embargo, el
señor M. L. interpuso una demanda en el referido Juzgado solicitando que se
declarara la nulidad absoluta de dicho título, la cancelación de la inscripción y
además pidió la reivindicación del derecho de dominio. Lo anterior, puesto que
consideraba que la compraventa efectuada entre él y el señor M. T. abarcaba
la totalidad de ambos inmuebles.
Como consecuencia de lo anterior, la juzgadora falló a favor del señor M.
L. Por tal motivo, el abogado alega que su patrocinado planteó un recurso de
apelación ante la Cámara de la Tercera Sección de Occidente quien -según la
documentación presentada- el día 29-VIII-2013 ratificó la sentencia del citado
Juzgado pero con el argumento de que el título supletorio había sido inscrito
erróneamente con un área superficial mayor a la real y además porque no rea-
lizó la titulación conforme a la ley.
En ese orden de ideas, el apoderado señala que su mandante planteó el
recurso de casación ante la Sala de lo Civil pero dicho tribunal el día 12-IX-2013
confirmó la sentencia de la jueza inferior.

267
Amparos / Improcedencias

Por lo expuesto, el abogado del actor demanda a la Jueza de lo Civil de


Ahuachapán por entregar materialmente la porción del inmueble en la que el
señor M. T. habitaba junto a su familia, cuando esa “porción restante” del bien
raíz, es decir, de 5,146.0923 metros cuadrados -en su opinión-, seguía siendo de
su propiedad pues tenía un título supletorio.
Dichas actuaciones -a juicio del apoderado- le vulneran a su mandante los
derechos de posesión, seguridad jurídica, y audiencia -como manifestación del
debido proceso-.
II. Determinados los argumentos esbozados por el referido profesional, co-
rresponde en este apartado exponer los fundamentos jurídicos de la resolución
que se proveerá.
Tal como se ha sostenido en la resolución de 27-X-2010, pronunciada en el
Amp. 408¬2010, en este tipo de procesos las afirmaciones de hecho de la parte
actora deben justificar que el reclamo formulado posee trascendencia cons-
titucional, esto es, deben poner de manifiesto la presunta vulneración a los
derechos fundamentales que se proponen como parámetro de confrontación.
Por el contrario, si tales alegaciones se reducen al planteamiento de asun-
tos puramente judiciales o administrativos consistentes en la simple inconfor-
midad con las actuaciones o el contenido de las decisiones emitidas por las
autoridades dentro de sus respectivas competencias, la cuestión sometida al
conocimiento de este Tribunal constituye un asunto de mera legalidad, lo que
se traduce en un vicio de la pretensión que imposibilita su juzgamiento.
III. Con el objeto de trasladar las nociones esbozadas al caso concreto, se
efectúan las consideraciones siguientes:
1. A partir del análisis de lo esbozado en la demanda, aun cuando el abo-
gado del actor afirma que existe vulneración a sus derechos fundamentales,
sus alegatos únicamente evidencian la inconformidad con el contenido de las
decisiones adoptadas por la autoridad demandada.
Y es que, sus argumentos están dirigidos, básicamente, a que este Tribunal
determine por una parte si era procedente que la Jueza de lo Civil de Ahuacha-
pán declarara nulo el título supletorio de dominio que había obtenido el señor
M. T .respecto de la porción del inmueble que quedó luego del contrato de
compraventa con pacto de retroventa y, en consecuencia, si era pertinente o
no ordenar la reivindicación del bien; y por otro lado, que se revise si la Cámara
de la Tercera Sección de Occidente y la Sala de lo Civil debieron o no revocar la
sentencia de la jueza de primera instancia. Las anteriores constituyen situacio-
nes que escapan del catálogo de competencias conferido a esta Sala.

268
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Así, este Tribunal ha establecido -v.gr. el citado auto pronunciado el día


27-X-2010 en el Amp. 408-2010- que, en principio, la jurisdicción constitucional
carece de competencia material para efectuar el análisis relativo a la interpre-
tación y aplicación que las autoridades judiciales desarrollen con relación a los
enunciados legales que rigen los trámites cuyo conocimiento les corresponde
y, en consecuencia, examinar el contenido de las resoluciones judiciales que se
emitieron con relación a la situación jurídica de la porción restante del inmue-
ble, implicaría la irrupción de competencias que, en exclusiva, han sido atribui-
das y deben realizarse por los jueces y tribunales ordinarios.
En ese orden de ideas, se colige que lo expuesto por el apoderado del actor
más que evidenciar una supuesta transgresión los derechos fundamentales de
su representado, se reduce a plantear un asunto de mera legalidad y de simple
inconformidad con el contenido de la sentencia emitida por la Jueza de lo Civil
de Ahuachapán.
2. En virtud de las circunstancias y aclaraciones apuntadas se concluye que
en el presente proceso no se advierte la trascendencia constitucional de la que-
ja sometida a conocimiento de este Tribunal, dado que la reclamación plantea-
da constituye una cuestión de estricta legalidad ordinaria y de simple incon-
formidad con la actuación impugnada, situación que evidencia la existencia de
un defecto de la pretensión de amparo que impide la conclusión normal del
presente proceso y vuelve procedente su terminación mediante la figura de la
improcedencia.
3. Finalmente, dado que de la documentación anexa a la demanda se ad-
vierte que se encuentra pendiente dirimir la titularidad de la porción excedente
del inmueble -luego de la compraventa con pacto de retroventa- debe aclararse
que el presente pronunciamiento no es un obstáculo para que el peticionario
pueda intentar otras vías -como la civil- para reparar la afectación que reclama.
Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárase improcedente la demanda de amparo planteada por el abogado
German Eliseo Hernández Umanzor en su calidad de apoderado general
judicial del señor José Arturo M. T., por ser asunto de mera legalidad e in-
conformidad con la decisión de la Jueza de lo Civil de Ahuachapán respecto
a la declaratoria de nulidad del título supletorio que estaba inscrito a favor
del actor y la orden de reivindicación del dominio de todo el inmueble a
favor del señor Juan Francisco M. L.
2. Tome nota la Secretaría de este Tribunal del lugar indicado por el abogado
de la demandante para oír notificaciones.

269
Amparos / Improcedencias

3. Notifíquese.
---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME---E. S. BLANCO R.---PRONUNCIADO POR LOS
SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E. SOCORRO C.---SRIA.---RUBRI-
CADAS.

759-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las nueve horas y veintinueve minutos del día diez de febrero
de dos mil dieciséis.
Analizada la demanda de amparo firmada por los abogados Julio César
Federico y Laura Cristina Preza Quezada o Laura Cristina Preza de Calles, en su
calidad de apoderados generales judiciales con cláusula especial del señor R. N.
B. C., junto con la documentación anexa, se efectúan las siguientes considera-
ciones:
I. En síntesis, los apoderados del peticionario manifiestan que su represen-
tado ingresó a laborar en la Policía Nacional Civil –en adelante PNC– el 30-IV-
1996 desempeñándose como Agente. Posteriormente, argumentan que el 1-III-
2001 la Dirección General de la PNC –con el visto bueno del Inspector General
de dicha institución policial– le notificó su remoción de la citada entidad. Así,
al ser notificado su mandante de la destitución, a pesar de no estar de acuerdo
con la misma “acató con responsabilidad dicha disposición”.
Lo anterior, fue efectuado con base en el “Régimen Especial para la remo-
ción de Miembros de la Policía Nacional que incurran en conductas irregula-
res”. Al respecto, señalan que su poderdante fue destituido de su cargo a pesar
que no le encontraron faltas disciplinarias ni procesos pendientes.
Por otra parte, indican que su representado estaba contratado bajo el régi-
men laboral de Ley de Salarios y que “... a pesar de ello, no se le siguió un juicio
imparcial en el que pudiera hacer uso de su derecho de audiencia y manifestar
su defensa de acuerdo a la Ley Reguladora de la Garantía de Audiencia de los
Empleados Públicos no comprendidos en la Carrera Administrativa...”.
Por lo antes expuesto, los abogados del peticionario cuestionan la consti-
tucionalidad de las siguientes actuaciones: a) la resolución pronunciada el 1-III-
2001 por el Director General de la PNC, mediante la cual se le impuso la sanción
de remoción de la institución policial; b) el visto bueno dado por el Inspector
General de la PNC, por medio del cual se avaló su destitución de la institución
policial; y c) la decisión pronunciada –sin especificar la fecha de emisión– por

270
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

el Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguridad Pública y Justicia, en la


cual se confirmó la aludida resolución.
Dichos actos –a su juicio– le infringieron a su mandante los derechos de
audiencia, defensa, estabilidad laboral y al ejercicio de la carrera policial y la “...
violación a la categoría jurídica de la prohibición de doble juzgamiento, y a la
seguridad jurídica consagrados en la normativa constitucional...”.
II. Determinados los argumentos expresados por los abogados de la parte
pretensora corresponde en este apartado exponer los fundamentos jurídicos
de la resolución que se proveerá.
1. Tal como se sostuvo en la resolución del 27-I-2009, pronunciada en el
Amp. 795-2006, este proceso constitucional persigue que se imparta a la per-
sona la protección jurisdiccional contra cualquier acto de autoridad que estime
inconstitucional y que, específicamente, vulnere u obstaculice el ejercicio de los
derechos constitucionales consagrados a su favor.
En ese sentido, para la procedencia de la pretensión de amparo en la etapa
inicial del proceso, es necesario –entre otros requisitos– que el sujeto activo se
autoatribuya alteraciones difusas o concretas en su esfera jurídica derivadas
de los efectos de la existencia de una presunta acción u omisión –lo que en
términos generales de la jurisprudencia constitucional se ha denominado sim-
plemente agravio–. Dicho agravio tiene como requisitos que se produzca con
relación a normas o preceptos de rango constitucional –elemento jurídico– y
que genere una afectación difusa o concreta en la esfera jurídica de la persona
justiciable –elemento material–.
Desde esta perspectiva, se ha afirmado que hay ausencia de agravio cons-
titucional cuando el acto u omisión alegado es inexistente o cuando, no obs-
tante concurra una actuación u omisión por parte de la autoridad a quien se le
atribuye la responsabilidad, aquella ha sido legítima, es decir, se ha realizado
dentro del marco constitucional o es incapaz de producir por sí misma una
afrenta en la esfera jurídica constitucional del sujeto que reclama.
Consecuentemente, si la pretensión del actor de amparo no incluye los ele-
mentos antes mencionados, hay ausencia de agravio y la pretensión debe ser
rechazada por existir imposibilidad absoluta de juzgar el caso desde el ámbito
constitucional.
2. A. Por otro lado, en la sentencia del 16-XI-2012, pronunciada en el Amp.
24-2009, este Tribunal sostuvo que el agravio es de tipo actual cuando, no
obstante el tiempo transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulne-
ración de derechos fundamentales que se alega y el de la presentación de la
demanda de amparo, no hayan desaparecido –es decir, permanezcan en el

271
Amparos / Improcedencias

tiempo– los efectos jurídicos directos de dicha transgresión en la esfera par-


ticular de la persona que solicita el amparo, entendidos tales efectos como la
dificultad o imposibilidad para continuar ejerciendo materialmente las facul-
tades subjetivas derivadas de un derecho del cual se tiene o se ha tenido su
titularidad.
Entonces, para determinar si un agravio posee actualidad se deberá ana-
lizar –atendiendo a las circunstancias fácticas de cada caso concreto y, en es-
pecial, a la naturaleza de los derechos cuya transgresión se alega– si el lapso
transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración a los derechos
fundamentales y el de la presentación de la demanda no ha sido consecuencia
de la mera inactividad de quien se encontraba legitimado para promover el
respectivo proceso de amparo. Así en el caso de no encontrarse objetivamente
imposibilitado el interesado para requerir la tutela de sus derechos y haber de-
jado transcurrir un plazo razonable sin solicitar su protección jurisdiccional –vol-
viendo con ello improbable el restablecimiento material de dichos derechos– se
entendería que ya no soporta en su esfera jurídica, al menos de manera directa
e inmediata, los efectos negativos que la actuación impugnada le ha causado y,
consecuentemente, que el elemento material del agravio que aparentemente
se le ha ocasionado ha perdido vigencia.
Y es que la finalidad del amparo –restitución en el goce material de dere-
chos fundamentales– pierde sentido en aquellos casos en los que –como se
acotó en párrafos precedentes– la persona haya dejado transcurrir un plazo
razonable para requerir la tutela jurisdiccional de sus derechos fundamentales
sin haberse encontrado objetivamente imposibilitada para realizarlo, pues tal
situación denotaría que aquella pretende no el restablecimiento de sus dere-
chos sino la mera posibilidad de obtener una indemnización por la transgresión
de la que supuestamente ha sido objeto, es decir, plantearía una pretensión de
carácter pecuniario y no una pretensión de naturaleza estrictamente constitu-
cional.
B. De ahí que, a efecto de determinar la irrazonabilidad o no de la duración
del plazo para promover un proceso de amparo luego de acontecida la vulne-
ración constitucional que se alega, se requiere una evaluación de las circunstan-
cias del caso en concreto atendiendo a criterios objetivos, como pueden serlo:
en primer lugar, la actitud del demandante, en tanto que deberá determinarse
si la dilación es producto de su propia inactividad que, sin causa de justificación
alguna, dejó transcurrir el tiempo sin requerir la protección jurisdiccional res-
pectiva; y en segundo lugar, la complejidad –fáctica o jurídica– de la pretensión
que se formule.

272
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

III. Expuestas las consideraciones precedentes, corresponde ahora evaluar


la posibilidad de conocer de las infracciones alegadas por la parte actora en el
presente caso.
1. Los apoderados del demandante pretenden atacar la resolución pro-
nunciada el 1-III-2001 por el Director General de la PNC, mediante la cual se
impuso la sanción de remoción de la institución policial; el visto bueno dado
por el Inspector General de la PNC, por medio del cual se avaló su destitución
de la institución policial; y la decisión pronunciada –sin especificar la fecha de
emisión– por el Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguridad Pública y
Justicia, en la cual se confirmó la aludida resolución.
Lo anterior, a pesar de que a su mandante únicamente le fueron comuni-
cadas las resoluciones pronunciadas en su contra, sin que le otorgara presunta-
mente una oportunidad real de defensa.
Por lo antes señalado, los abogados de la parte actora estiman que dichos
actos le vulneraron a su representado los derechos de audiencia, defensa, esta-
bilidad laboral y al ejercicio de la carrera policial y “... la violación a la categoría
jurídica de la prohibición de doble juzgamiento, y a la seguridad jurídica consa-
grados en la normativa constitucional...”.
2. A. Ahora bien, pese a los alegatos expuestos por los apoderados del pre-
tensor se advierte que la resolución del Director General de la PNC, mediante la
cual se impuso la sanción de remoción de la institución policial del peticionario
fue emitida el 1-III-2001, y fue confirmada por el Tribunal de Apelaciones del
Ministerio de Seguridad Pública y Justicia –sin precisarse el día específico de
esa decisión–; mientras que la demanda de amparo fue presentada el día 18-
XII-2015 en la Secretaría de este Tribunal, es decir, el amparo ha sido incoado
catorce años y nueve meses después de haberse pronunciado la resolución que
considera vulneró sus derechos fundamentales.
Y es que, debido a la naturaleza jurídica del proceso de amparo, es nece-
sario que, además de que exista un agravio concreto en la esfera jurídica del
peticionario, este debe ser actual, tal como se acotó en los autos de improce-
dencia emitidos el 29-XI-2013 en los Amps. 593-2013 y 678-2013. Así, para que
un reclamo esté debidamente fundamentado debe indicarse cuál es el perjuicio
actual que sufre la parte actora en sus derechos fundamentales.
En efecto, de los términos expuestos en la demanda planteada, se obser-
va que la parte actora no promovió el amparo durante un lapso prolonga-
do (catorce años y nueve meses), aspecto que desvirtuaría la actualidad de la
afectación padecida como consecuencia de las decisiones de las autoridades
demandadas.

273
Amparos / Improcedencias

B. Por otra parte, se advierte que los apoderados del pretensor solicitan
en su demanda que: “... se le paguen a [su] patrocinado, los salarios caídos no
percibidos del día [1-III-2001], hasta el [9-VIII-2015], haciendo un total de ciento
setenta y cuatro meses, es decir[,] [$73,909.98] dólares de los Estados Unidos
de América (...). [Así como] se le pague indemnización por daños y perjuicios
físicos, morales y patrimoniales, equivalentes a [$70,000.00]... (...) Se le pague
vacaciones, aguinaldos, bonos, y el régimen de disponibilidad (alimentación)
desde el [2001 hasta el 9-VIII-2015 y] la gratificación especial de [$600.00]...”.
De igual manera, se observa que los apoderados del peticionario señalan
que su representado aprobó el “Curso de Actualización y reforzamiento para
Aspirantes a Reingresar a la Policía Nacional Civil” que fue impartido por la
Academia Nacional de Seguridad Pública –entre los días 10-VIII-2015 al 11-IX-
2015– y que su mandante “... una vez finaliz[ó] con [dicho curso]; le regresaron
(sic) el cargo de Agente de la Policía Nacional Civil y lo desplegaron en campo a
fungir como policía...”. Lo anterior, con base en el Acuerdo referencia PNC/DG/
N° A-1107-10-2015 emitido por el Director General de la PNC.
Al respecto, se evidencia con ello que su pretensión va dirigida no a im-
pugnar una transgresión de naturaleza constitucional y, en consecuencia, al
restablecimiento de sus derechos sino a plantear la mera posibilidad de obte-
ner una indemnización por el agravio del que supuestamente ha sido objeto su
representado, por lo que se advierte que están formulando una pretensión de
carácter pecuniario y no una de naturaleza estrictamente constitucional.
C. En consecuencia, de los términos expuestos por los apoderados del pre-
tensor en su demanda, se advierte que no se está en presencia de un agravio
actual en la esfera jurídica del señor R. N. B. C., puesto que la resolución que
presuntamente vulneró sus derechos fundamentales fue emitida por el Direc-
tor General de la PNC el 1-III-2001, de lo cual no se infiere la existencia de un
perjuicio actual respecto de los efectos negativos que las actuaciones impug-
nadas le han causado y, consecuentemente, el elemento material del agravio
que aparentemente se le ha ocasionado ha perdido vigencia. Además, que se
ha evidenciado que el propósito de su demanda es obtener una indemnización
y no el restablecimiento del derecho fundamental presuntamente vulnerado.
3. En definitiva, con arreglo a las circunstancias expuestas, se concluye que
este Tribunal se encuentra imposibilitado para controlar la constitucionalidad
de las actuaciones cuestionadas, debido a que no se observa actualidad en el
agravio respecto de la esfera jurídica del peticionario con relación a los actos
reclamados. Así como, debido a que su pretensión va encaminada a la satisfac-
ción de un interés pecuniario, lo cual no es el objetivo que persigue el proceso

274
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

constitucional de amparo. De esta forma, es pertinente declarar la improce-


dencia de la demanda de amparo, por concurrir defectos en la pretensión que
habilitan la terminación anormal del proceso.
Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por los abogados
Julio César Federico y Laura Cristina Preza Quezada o Laura Cristina Preza
de Calles, en su calidad de apoderados generales judiciales con cláusula es-
pecial del señor R. N. B. C., contra actuaciones del Director y del Inspector
General de la PNC y del Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguri-
dad Pública y Justicia, en virtud de que existe ausencia de agravio actual, ya
que la parte actora no promovió el amparo durante un lapso prolongado
(catorce años y nueve meses), aspecto que desvirtuaría la actualidad de la
afectación padecida como consecuencia de las decisiones de las autorida-
des demandadas. Así como por advertirse que su pretensión se limita a la
satisfacción de un interés pecuniario de obtener una indemnización por el
presunto agravio constitucional ocasionado por los actos reclamados, no
obstante que el peticionario ya ha sido reincorporado a la PNC.
2. Tome nota la Secretaría de este Tribunal del lugar y medio técnico señalado
por los apoderados de la parte actora para oír notificaciones.
3. Notifíquese.
---A. PINEDA---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME---E. S. BLANCO R.---PRONUNCIA-
DO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E. SOCORRO C.---
SRIA.---RUBRICADAS.

760-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las nueve horas y veintitrés minutos del día diez de febrero de
dos mil dieciséis.
Analizada la demanda de amparo firmada por los abogados Julio César
Federico y Laura Cristina Preza Quezada o Laura Cristina Preza de Calles, en su
calidad de apoderados generales judiciales con cláusula especial del señor W.
B. G. A., junto con la documentación anexa, se efectúan las siguientes conside-
raciones:
I. En síntesis, los apoderados del peticionario manifiestan que su representa-
do ingresó a laborar en la Policía Nacional Civil –en adelante PNC– el 1-IV-1993

275
Amparos / Improcedencias

desempeñándose como Sargento. Posteriormente, argumenta que el 8-XII-


2000 la Dirección General de la PNC –con el visto bueno del Inspector General
de dicha institución policial– le notificó su remoción de la citada entidad. Así,
al ser notificado su mandante de la destitución, a pesar de no estar de acuerdo
con la misma “acató con responsabilidad dicha disposición”. Lo anterior, fue
efectuado con base en el “Régimen Especial para la remoción de Miembros
de la Policía Nacional que incurran en conductas irregulares”, a pesar que a su
poderdante no le encontraron faltas disciplinarias ni procesos pendientes.
Por otra parte, indican que su representado estaba contratado bajo el régi-
men laboral de Ley de Salarios y que “... a pesar de ello, no se le siguió un juicio
imparcial en el que pudiera hacer uso de su derecho de audiencia y manifestar
su defensa de acuerdo a la Ley Reguladora de la Garantía de Audiencia de los
Empleados Públicos no comprendidos en la Carrera Administrativa...”.
Por lo antes expuesto y de la documentación presentada se colige que los
abogados de la peticionaria cuestionan la constitucionalidad de las siguientes
actuaciones: a) el Acuerdo N° 003 emitido el 9-I-2001 por el Director General de
la PNC, mediante el cual se dejó sin efecto los nombramientos de determinado
personal policial, entre los que se encontraba el pretensor; b) el visto bueno
dado por el Inspector General de la PNC, por medio del cual se avaló la desti-
tución; y c) la decisión pronunciada –sin especificar la fecha de emisión– por
el Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguridad Pública y Justicia, en la
cual se confirmó el aludido Acuerdo del Director de la PNC.
Dichos actos –a su juicio– le infringieron a su mandante los derechos de
audiencia, defensa, estabilidad laboral y al ejercicio de la carrera policial y la “...
violación a la categoría jurídica de la prohibición de doble juzgamiento, y a la
seguridad jurídica consagrados en la normativa constitucional...”.
II. Determinados los argumentos expresados por los abogados de la parte
pretensora corresponde en este apartado exponer los fundamentos jurídicos
de la resolución que se proveerá.
1. Tal como se sostuvo en la resolución del 27-I-2009, pronunciada en el
Amp. 795-2006, este proceso constitucional persigue que se imparta a la per-
sona la protección jurisdiccional contra cualquier acto de autoridad que estime
inconstitucional y que, específicamente, vulnere u obstaculice el ejercicio de los
derechos constitucionales consagrados a su favor.
En ese sentido, para la procedencia de la pretensión de amparo en la etapa
inicial del proceso, es necesario –entre otros requisitos– que el sujeto activo se
autoatribuya alteraciones difusas o concretas en su esfera jurídica derivadas
de los efectos de la existencia de una presunta acción u omisión –lo que en

276
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

términos generales de la jurisprudencia constitucional se ha denominado sim-


plemente agravio–. Dicho agravio tiene como requisitos que se produzca con
relación a normas o preceptos de rango constitucional –elemento jurídico– y
que genere una afectación difusa o concreta en la esfera jurídica de la persona
justiciable –elemento material–.
Desde esta perspectiva, se ha afirmado que hay ausencia de agravio cons-
titucional cuando el acto u omisión alegado es inexistente o cuando, no obs-
tante concurra una actuación u omisión por parte de la autoridad a quien se le
atribuye la responsabilidad, aquella ha sido legítima, es decir, se ha realizado
dentro del marco constitucional o es incapaz de producir por sí misma una
afrenta en la esfera jurídica constitucional del sujeto que reclama.
Consecuentemente, si la pretensión del actor de amparo no incluye los ele-
mentos antes mencionados, hay ausencia de agravio y la pretensión debe ser
rechazada por existir imposibilidad absoluta de juzgar el caso desde el ámbito
constitucional.
2. A. Por otro lado, en la sentencia del 16-XI-2012, pronunciada en el Amp.
24-2009, este Tribunal sostuvo que el agravio es de tipo actual cuando, no obs-
tante el tiempo transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración
de derechos fundamentales que se alega y el de la presentación de la demanda
de amparo, no hayan desaparecido –es decir, permanezcan en el tiempo– los
efectos jurídicos directos de dicha transgresión en la esfera particular de la per-
sona que solicita el amparo, entendidos tales efectos como la dificultad o im-
posibilidad para continuar ejerciendo materialmente las facultades subjetivas
derivadas de un derecho del cual se tiene o se ha tenido su titularidad.
Entonces, para determinar si un agravio posee actualidad se deberá ana-
lizar –atendiendo a las circunstancias fácticas de cada caso concreto y, en es-
pecial, a la naturaleza de los derechos cuya transgresión se alega– si el lapso
transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración a los derechos
fundamentales y el de la presentación de la demanda no ha sido consecuencia
de la mera inactividad de quien se encontraba legitimado para promover el
respectivo proceso de amparo. Así, en el caso de no encontrarse objetivamente
imposibilitado el interesado para requerir la tutela de sus derechos y haber de-
jado transcurrir un plazo razonable sin solicitar su protección jurisdiccional –vol-
viendo con ello improbable el restablecimiento material de dichos derechos– se
entendería que ya no soporta en su esfera jurídica, al menos de manera directa
e inmediata, los efectos negativos que la actuación impugnada le ha causado y,
consecuentemente, que el elemento material del agravio que aparentemente
se le ha ocasionado ha perdido vigencia.

277
Amparos / Improcedencias

Y es que la finalidad del amparo –restitución en el goce material de dere-


chos fundamentales– pierde sentido en aquellos casos en los que –como se
acotó en párrafos precedentes– la persona haya dejado transcurrir un plazo
razonable para requerir la tutela jurisdiccional de sus derechos fundamentales
sin haberse encontrado objetivamente imposibilitada para realizarlo, pues tal
situación denotaría que aquella pretende no el restablecimiento de sus dere-
chos sino la mera posibilidad de obtener una indemnización por la transgresión
de la que supuestamente ha sido objeto, es decir, plantearía una pretensión de
carácter pecuniario y no una pretensión de naturaleza estrictamente constitu-
cional.
B. De ahí que, a efecto de determinar la irrazonabilidad o no de la duración
del plazo para promover un proceso de amparo luego de acontecida la vulne-
ración constitucional que se alega, se requiere una evaluación de las circunstan-
cias del caso en concreto atendiendo a criterios objetivos, como pueden serlo:
en primer lugar, la actitud del demandante, en tanto que deberá determinarse
si la dilación es producto de su propia inactividad que, sin causa de justificación
alguna, dejó transcurrir el tiempo sin requerir la protección jurisdiccional res-
pectiva; y en segundo lugar, la complejidad –fáctica o jurídica– de la pretensión
que se formule.
III. Expuestas las consideraciones precedentes, corresponde ahora evaluar
la posibilidad de conocer de las infracciones alegadas por la parte actora en el
presente caso.
1. Los apoderados de la demandante pretenden atacar el Acuerdo N° 003
emitido el 9-I-2001 por el Director General de la PNC, mediante el cual se dejó
sin efecto los nombramientos de determinado personal policial, entre los que
se encontraba el pretensor; el visto bueno dado por el Inspector General de la
PNC, por medio del cual se avaló la destitución; y la decisión pronunciada –sin
especificar la fecha de emisión– por el Tribunal de Apelaciones del Ministerio
de Seguridad Pública y Justicia, en la cual se confirmó el aludido Acuerdo del
Director de la PNC.
Lo anterior, a pesar de que a su mandante únicamente le fueron comunica-
das las resoluciones pronunciadas en su contra, sin que se le otorgara presunta-
mente una oportunidad real de defensa.
Por lo antes señalado, los abogados de la parte actora estiman que dichos
actos le vulneraron a su representada los derechos de audiencia, defensa, esta-
bilidad laboral y al ejercicio de la carrera policial y “... la violación a la categoría
jurídica de la prohibición de doble juzgamiento, y a la seguridad jurídica consa-
grados en la normativa constitucional...”.

278
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

2. A. Ahora bien, pese a los alegatos expuestos por los apoderados de la


pretensora se advierte que el Acuerdo N° 03 emitido el 9-I-2001 por el Direc-
tor General de la PNC, mediante el cual se dejó sin efecto los nombramientos
de determinado personal policial, fue confirmado –sin especificar la fecha de
emisión– por el Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguridad Pública y
Justicia; mientras que la demanda de amparo fue presentada el día 18-XII-2015
en la Secretaría de este Tribunal, es decir, el amparo ha sido incoado casi quince
años después de haberse pronunciado la resolución que considera vulneró sus
derechos fundamentales.
Y es que, debido a la naturaleza jurídica del proceso de amparo, es nece-
sario que, además de que exista un agravio concreto en la esfera jurídica del
peticionario, este debe ser actual, tal como se acotó en los autos de improce-
dencia emitidos el 29-XI-2013 en los Amps. 593-2013 y 678-2013. Así, para que
un reclamo esté debidamente fundamentado debe indicarse cuál es el perjuicio
actual que sufre la parte actora en sus derechos fundamentales.
En efecto, de los términos expuestos en la demanda planteada, se observa
que la parte actora no promovió el amparo durante un lapso prolongado (casi
quince años), aspecto que desvirtuaría la actualidad de la afectación padecida
como consecuencia de las decisiones de las autoridades demandadas.
B. Por otra parte, se advierte que los apoderados del pretensor solicitan
en su demanda que: “... se le pague a [su] patrocinado, los salarios caídos no
percibidos del día [8-XII-2000], hasta el [31-V-2015], haciendo un total de ciento
setenta y cuatro meses, es decir[,] [$85,808.10] dólares de los Estados Unidos
de América (...). [Así como] se le pague indemnización por daños y perjuicios
físicos, morales y patrimoniales, equivalentes a [80,000.00] (...) Se le pague
vacaciones, aguinaldos, bonos, y el régimen de disponibilidad (alimentación)
del año [2000] hasta el [24-VIII-2015 y] la gratificación especial de [$600.00]...”.
De igual manera, se observa de la documentación anexa que el peticionario
reingresó a laborar en la PNC el 24-VII-2015, mediante decisión del Director Ge-
neral de la PNC establecida en el Acuerdo PNC/DG/N°. A-0881-07-2015.
Al respecto de lo solicitado por los apoderados de la parte actora, se evi-
dencia que su pretensión va dirigida no a impugnar una transgresión de natu-
raleza constitucional y, en consecuencia, al restablecimiento de sus derechos,
sino a plantear la mera posibilidad de obtener una indemnización por el agra-
vio del que supuestamente ha sido objeto su representada, por lo que se ad-
vierte que están formulando una pretensión de carácter pecuniario y no una
de naturaleza estrictamente constitucional.
C. En consecuencia, de los términos expuestos por los abogados de la pre-
tensora en su demanda, se advierte que no se está en presencia de un agravio

279
Amparos / Improcedencias

actual en la esfera jurídica del señor W. B. G. A., puesto que el Acuerdo que
presuntamente vulneró sus derechos fundamentales fue emitido por el Direc-
tor. General de la PNC el 9-I-2001, de lo cual no se infiere la existencia de un
perjuicio actual respecto de los efectos negativos que las actuaciones impug-
nadas le han causado y, consecuentemente, el elemento material del agravio
que aparentemente se le ha ocasionado ha perdido vigencia. Además, que se
ha evidenciado que el propósito de su demanda es obtener una indemnización
y no el restablecimiento del derecho fundamental presuntamente vulnerado.
3. En definitiva, con arreglo a las circunstancias expuestas, se concluye que
este Tribunal se encuentra imposibilitado para controlar la constitucionalidad
de las actuaciones cuestionadas, debido a que no se observa actualidad en el
agravio respecto de la esfera jurídica del peticionario con relación a los actos
reclamados. Así como también, debido a que su pretensión va encaminada a
la satisfacción de un interés pecuniario, lo cual no es el objetivo que persigue el
proceso constitucional de amparo. De esta forma, es pertinente declarar la im-
procedencia de la demanda de amparo, por concurrir defectos en la pretensión
que habilitan la terminación anormal del proceso.
Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por los abogados
Julio César Federico y Laura Cristina Preza Quezada o Laura Cristina Preza
de Calles, en su calidad de apoderados generales judiciales con cláusula es-
pecial del señor W. B. G. A., contra actuaciones del Director y del Inspector
General de la PNC y del Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguri-
dad Pública y Justicia, en virtud de que existe ausencia de agravio actual, ya
que la parte actora no promovió el amparo durante un lapso prolongado
(casi quince años), aspecto que desvirtuaría la actualidad de la afectación
padecida como consecuencia de las decisiones de las autoridades deman-
dadas. Así como por advertirse que su pretensión se limita a la satisfacción
de un interés pecuniario de obtener una indemnización por el presunto
agravio constitucional ocasionado por los actos reclamados, no obstante
que el peticionario ya ha sido reincorporado a la PNC.
2. Tome nota la Secretaría de este Tribunal del lugar y medio técnico señalado
por los apoderados de la parte actora para oír notificaciones.
3. Notifíquese.
---A. PINEDA---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME---E. S. BLANCO R.---PRONUNCIA-
DO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E. SOCORRO C.---
SRIA.---RUBRICADAS.

280
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

761-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las nueve horas y veintisiete minutos del día diez de febrero de
dos mil dieciséis.
Analizada la demanda de amparo firmada por los abogados Julio César
Federico y Laura Cristina Preza Quezada o Laura Cristina Preza de Calles, en su
calidad de apoderados generales judiciales con cláusula especial del señor R. A.
L. A., junto con la documentación anexa, se efectúan las siguientes considera-
ciones:
I. En síntesis, los apoderados del peticionario manifiestan que su represen-
tado ingresó a laborar en la Policía Nacional Civil –en adelante PNC– el 16-XI-
1995 desempeñándose como Motorista III. Posteriormente, argumentan que
el 17-XI-2000 la Dirección General de la PNC –con el visto bueno del Inspector
General de dicha institución policial– le notificó su remoción de la citada enti-
dad. Así, al ser notificado su mandante de la destitución, a pesar de no estar de
acuerdo con la misma “acató con responsabilidad dicha disposición”.
Lo anterior, fue efectuado con base en el “Régimen Especial para la remo-
ción de Miembros de la Policía Nacional que incurran en conductas irregula-
res”. Al respecto, señalan que su poderdante fue destituido de su cargo a pesar
que no le encontraron faltas disciplinarias ni procesos pendientes.
Por otra parte, indican que su representado estaba contratado bajo el régi-
men laboral de Ley de Salarios y que “... a pesar de ello, no se le siguió un juicio
imparcial en el que pudiera hacer uso de su derecho de audiencia y manifestar
su defensa de acuerdo a la Ley Reguladora de la Garantía de Audiencia de los
Empleados Públicos no comprendidos en la Carrera Administrativa...”.
Por lo antes expuesto, los abogados del peticionario cuestionan la consti-
tucionalidad de las siguientes actuaciones: a) la resolución notificada el 17-XI-
2000 y emitida por el Director General de la PNC, mediante la cual se impuso
la sanción de remoción de la institución policial; b) el visto bueno dado por
el Inspector General de la PNC, por medio del cual se avaló su destitución de
la institución policial; y c) la decisión pronunciada –sin especificar la fecha de
emisión– por el Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguridad Pública y
Justicia, en la cual se confirmó la aludida resolución.
Dichos actos –a su juicio– le infringieron a su mandante los derechos de
audiencia, defensa, estabilidad laboral y al ejercicio de la carrera policial y la “...
violación a la categoría jurídica de la prohibición de doble juzgamiento, consa-
grada en la normativa constitucional...”.

281
Amparos / Improcedencias

II. Determinados los argumentos expresados por los abogados de la parte


pretensora corresponde en este apartado exponer los fundamentos jurídicos
de la resolución que se proveerá.
1. Tal como se sostuvo en la resolución del 27-I-2009, pronunciada en el
Amp. 795-2006, este proceso constitucional persigue que se imparta a la per-
sona la protección jurisdiccional contra cualquier acto de autoridad que estime
inconstitucional y que, específicamente, vulnere u obstaculice el ejercicio de los
derechos constitucionales consagrados a su favor.
En ese sentido, para la procedencia de la pretensión de amparo en la etapa
inicial del proceso, es necesario –entre otros requisitos– que el sujeto activo se
autoatribuya alteraciones difusas o concretas en su esfera jurídica derivadas
de los efectos de la existencia de una presunta acción u omisión –lo que en
términos generales de la jurisprudencia constitucional se ha denominado sim-
plemente agravio–. Dicho agravio tiene como requisitos que se produzca con
relación a normas o preceptos de rango constitucional –elemento jurídico– y
que genere una afectación difusa o concreta en la esfera jurídica de la persona
justiciable –elemento material–.
Desde esta perspectiva, se ha afirmado que hay ausencia de agravio cons-
titucional cuando el acto u omisión alegado es inexistente o cuando, no obs-
tante concurra una actuación u omisión por parte de la autoridad a quien se le
atribuye la responsabilidad, aquella ha sido legítima, es decir, se ha realizado
dentro del marco constitucional o es incapaz de producir por sí misma una
afrenta en la esfera jurídica constitucional del sujeto que reclama.
Consecuentemente, si la pretensión del actor de amparo no incluye los ele-
mentos antes mencionados, hay ausencia de agravio y la pretensión debe ser
rechazada por existir imposibilidad absoluta de juzgar el caso desde el ámbito
constitucional.
2. A. Por otro lado, en la sentencia del 16-XI-2012, pronunciada en el Amp.
24-2009, este Tribunal sostuvo que el agravio es de tipo actual cuando, no obs-
tante el tiempo transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración
de derechos fundamentales que se alega y el de la presentación de la demanda
de amparo, no hayan desaparecido –es decir, permanezcan en el tiempo– los
efectos jurídicos directos de dicha transgresión en la esfera particular de la per-
sona que solicita el amparo, entendidos tales efectos como la dificultad o im-
posibilidad para continuar ejerciendo materialmente las facultades subjetivas
derivadas de un derecho del cual se tiene o se ha tenido su titularidad.
Entonces, para determinar si un agravio posee actualidad se deberá ana-
lizar –atendiendo a las circunstancias fácticas de cada caso concreto y, en es-

282
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

pecial, a la naturaleza de los derechos cuya transgresión se alega– si el lapso


transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración a los derechos
fundamentales y el de la presentación de la demanda no ha sido consecuencia
de la mera inactividad de quien se encontraba legitimado para promover el
respectivo proceso de amparo. Así en el caso de no encontrarse objetivamente
imposibilitado el interesado para requerir la tutela de sus derechos y haber de-
jado transcurrir un plazo razonable sin solicitar su protección jurisdiccional –vol-
viendo con ello improbable el restablecimiento material de dichos derechos– se
entendería que ya no soporta en su esfera jurídica, al menos de manera directa
e inmediata, los efectos negativos que la actuación impugnada le ha causado y,
consecuentemente, que el elemento material del agravio que aparentemente
se le ha ocasionado ha perdido vigencia.
Y es que la finalidad del amparo –restitución en el goce material de dere-
chos fundamentales– pierde sentido en aquellos casos en los que –como se
acotó en párrafos precedentes– la persona haya dejado transcurrir un plazo
razonable para requerir la tutela jurisdiccional de sus derechos fundamentales
sin haberse encontrado objetivamente imposibilitada para realizarlo, pues tal
situación denotaría que aquella pretende no el restablecimiento de sus dere-
chos sino la mera posibilidad de obtener una indemnización por la transgresión
de la que supuestamente ha sido objeto, es decir, plantearía una pretensión de
carácter pecuniario y no una pretensión de naturaleza estrictamente constitu-
cional.
B. De ahí que, a efecto de determinar la irrazonabilidad o no de la duración
del plazo para promover un proceso de amparo luego de acontecida la vulne-
ración constitucional que se alega, se requiere una evaluación de las circunstan-
cias del caso en concreto atendiendo a criterios objetivos, como pueden serlo:
en primer lugar, la actitud del demandante, en tanto que deberá determinarse
si la dilación es producto de su propia inactividad que, sin causa de justificación
alguna, dejó transcurrir el tiempo sin requerir la protección jurisdiccional res-
pectiva; y en segundo lugar, la complejidad –fáctica o jurídica– de la pretensión
que se formule.
III. Expuestas las consideraciones precedentes, corresponde ahora evaluar
la posibilidad de conocer de las infracciones alegadas por la parte actora en el
presente caso.
1. Los apoderados del demandante pretenden atacar la resolución notifica-
da el 17-XI-2000 y emitida por el Director General de la PNC, mediante la cual
se impuso la sanción de remoción de la institución policial; el visto bueno dado
por el Inspector General de la PNC, por medio del cual se avaló su destitución

283
Amparos / Improcedencias

de la institución policial; y la decisión pronunciada –sin especificar la fecha de


emisión– por el Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguridad Pública y
Justicia, en la cual se confirmó la aludida resolución.
Lo anterior, a pesar de que a su mandante únicamente le fueron comuni-
cadas las resoluciones pronunciadas en su contra, sin que le otorgara presunta-
mente una oportunidad real de defensa.
Por lo antes señalado, los abogados de la parte actora estiman que dichos
actos le vulneraron a su representado los derechos de audiencia, defensa, esta-
bilidad laboral y al ejercicio de la carrera policial y “... la violación a la categoría
jurídica de la prohibición de doble juzgamiento, consagrada en la normativa
constitucional...”.
2. A. Ahora bien, pese a los alegatos expuestos por los apoderados del pre-
tensor se advierte que la resolución del Director General de la PNC, mediante
la cual se impuso la sanción de remoción de la institución policial del peticio-
nario fue notificada el 17-XI-2000, confirmada por el Tribunal de Apelaciones
del Ministerio de Seguridad Pública y Justicia –sin precisarse el día específico de
esa decisión–; mientras que la demanda de amparo fue presentada el día 18-
XII-2015 en la Secretaría de este Tribunal, es decir, el amparo ha sido incoado
más de quince años después de haberse notificado la resolución que considera
vulneró sus derechos fundamentales.
Y es que, debido a la naturaleza jurídica del proceso de amparó, es nece-
sario que, además de que exista un agravio concreto en la esfera jurídica del
peticionario, este debe ser actual, tal como se acotó en los autos de improce-
dencia emitidos el 29-XI-2013 en los Amps. 593-2013 y 678-2013. Así, para que
un reclamo esté debidamente fundamentado debe indicarse cuál es el perjuicio
actual que sufre la parte actora en sus derechos fundamentales.
En efecto, de los términos expuestos en la demanda planteada, se obser-
va que la parte actora no promovió el amparo durante un lapso prolongado
(más de quince años), aspecto que desvirtuaría la actualidad de la afectación
padecida como consecuencia de las decisiones de las autoridades demandadas.
B. Por otra parte, se advierte que los apoderados del pretensor solicitan en
su demanda que: “... se le paguen a [su] patrocinado, los salarios caídos no per-
cibidos del día [17-XI-2000], hasta el [24-VIII-2015], haciendo un total de ciento
setenta y ocho meses, es decir[,] [$87,398.00] dólares de los Estados Unidos de
América (...). [Así como] se le pague indemnización por daños y perjuicios físi-
cos, morales y patrimoniales, equivalentes a [$60,000.00]...”. (...) Se le pague
vacaciones, aguinaldos, bonos, y el régimen de disponibilidad (alimentación)
desde el [2000 hasta el 24-VIII-2015 y] la gratificación especial de [$250.00]...”.

284
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

De igual manera, se observa que los apoderados del peticionario señala


que su representado aprobó el “Curso de Actualización y reforzamiento para
Aspirantes a Reingresar a la Policía Nacional Civil” que fue impartido por la Aca-
demia Nacional de Seguridad Pública y que su mandante “... una vez finaliz[ó]
con [dicho curso]; le regresaron (sic) el cargo de Motorista III y lo desplegaron
en campo a fungir como policía...”.
Al respecto, se evidencia con ello que su pretensión va dirigida no a im-
pugnar una transgresión de naturaleza constitucional y, en consecuencia, al
restablecimiento de sus derechos sino a plantear la mera posibilidad de obte-
ner una indemnización por el agravio del que supuestamente ha sido objeto su
representado, por lo que se advierte que están formulando una pretensión de
carácter pecuniario y no una de naturaleza estrictamente constitucional.
C. En consecuencia, de los términos expuestos por los apoderados del pre-
tensor en su demanda, se advierte que no se está en presencia de un agravio
actual en la esfera jurídica del señor R. A. L. A., puesto que la resolución que
presuntamente vulneró sus derechos fundamentales emitida por el Director
General de la PNC le fue notificada el 17-XI-2000, de lo cual no se infiere la
existencia de un perjuicio actual respecto de los efectos negativos que las ac-
tuaciones impugnadas le han causado y, consecuentemente, el elemento ma-
terial del agravio que aparentemente se le ha ocasionado ha perdido vigencia.
Además, que se ha evidenciado que el propósito de su demanda es obtener
una indemnización y no el restablecimiento del derecho fundamental presun-
tamente vulnerado.
3. En definitiva, con arreglo a las circunstancias expuestas, se concluye que
este Tribunal se encuentra imposibilitado para controlar la constitucionalidad
de las actuaciones cuestionadas, debido a que no se observa actualidad en el
agravio respecto de la esfera jurídica del peticionario con relación a los actos
reclamados. Así como también, debido a que su pretensión va encaminada a
la satisfacción de un interés pecuniario, lo cual no es el objetivo que persigue el
proceso constitucional de amparo. De esta forma, es pertinente declarar la im-
procedencia de la demanda de amparo, por concurrir defectos en la pretensión
que habilitan la terminación anormal del proceso.
Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por los aboga-
dos Julio César Federico y Laura Cristina Preza Quezada o Laura Cristina
Preza de Calles, en su calidad de apoderados generales judiciales con cláu-
sula especial del señor R. A. L. A., contra actuaciones del Director y del

285
Amparos / Improcedencias

Inspector General de la PNC y del Tribunal de Apelaciones del Ministerio


de Seguridad Pública y Justicia, en virtud de que existe ausencia de agravio
actual, ya que la parte actora no promovió el amparo durante un lapso
prolongado (más de quince años), aspecto que desvirtuaría la actualidad
de la afectación padecida como consecuencia de las decisiones de las auto-
ridades demandadas. Así como por advertirse que su pretensión se limita a
la satisfacción de un interés pecuniario de obtener una indemnización por
el presunto agravio constitucional ocasionado por los actos reclamados, no
obstante todo indica que el actor ya ha sido reincorporado a la PNC.
2. Tome nota la Secretaría de este Tribunal del lugar y medio técnico señalado
por los apoderados de la parte actora para oír notificaciones.
3. Notifíquese.
A. PINEDA---F. MELENDEZ---J. B. JAIME---E. S. BLANCO R.---PRONUNCIA-
DO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---E. SOCORRO C.---
SRIA.---RUBRICADAS.

762-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las nueve horas y veinticuatro minutos del día diez de febrero
de dos mil dieciséis.
Analizada la demanda de amparo firmada por los abogados Julio César
Federico y Laura Cristina Preza Quezada o Laura Cristina Preza de Calles, en su
calidad de apoderados generales judiciales con cláusula especial del señor J. H.
P. R., junto con la documentación anexa, se efectúan las siguientes considera-
ciones:
I. En síntesis, los apoderados del peticionario manifiestan que su represen-
tado ingresó a laborar en la Policía Nacional Civil –en adelante PNC– el 19-
VIII-1995 desempeñándose como Colaborador Administrativo. Posteriormente,
argumentan que el 3-I-2001 la Dirección General de la PNC –con el visto bueno
del Inspector General de dicha institución policial– le notificó su remoción de
la citada entidad. Así, al ser notificado su mandante de la destitución, a pesar
de no estar de acuerdo con la misma “acató con responsabilidad dicha dispo-
sición”.
Lo anterior, fue efectuado con base en el “Régimen Especial para la remo-
ción de Miembros de la Policía Nacional que incurran en conductas irregula-

286
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

res”. Al respecto, señalan que su poderdante fue destituido de su cargo a pesar


que no le encontraron faltas disciplinarias ni procesos pendientes.
Por otra parte, indican que su representado estaba contratado bajo el régi-
men laboral de Ley de Salarios y que “... a pesar de ello, no se le siguió un juicio
imparcial en el que pudiera hacer uso de su derecho de audiencia y manifestar
su defensa de acuerdo a la Ley Reguladora de la Garantía de Audiencia de los
Empleados Públicos no comprendidos en la Carrera Administrativa...”.
Por lo antes expuesto y de la documentación presentada se colige que los
abogados del peticionario cuestionan la constitucionalidad de las siguientes
actuaciones: a) la resolución notificada el 3-I-2001 y emitida por el Director
General de la PNC, mediante la cual se impuso la sanción de remoción de la
institución policial; b) el visto bueno dado por el Inspector General de la PNC,
por medio del cual se avaló su destitución de la institución policial; y c) la deci-
sión pronunciada –sin especificar la fecha de emisión– por el Tribunal de Ape-
laciones del Ministerio de Seguridad Pública y Justicia, en la cual se confirmó la
aludida resolución.
Dichos actos –a su juicio– le infringieron a su mandante los derechos de
audiencia, defensa, estabilidad laboral y al ejercicio de la carrera policial y la “...
violación a la categoría jurídica de la prohibición de doble juzgamiento, y a la
seguridad jurídica consagrados en la normativa constitucional...”.
II. Determinados los argumentos expresados por los abogados de la parte
pretensora corresponde en este apartado exponer los fundamentos jurídicos
de la resolución que se proveerá.
1. Tal como se sostuvo en la resolución del 27-I-2009, pronunciada en el
Amp. 795-2006, este proceso constitucional persigue que se imparta a la per-
sona la protección jurisdiccional contra cualquier acto de autoridad que estime
inconstitucional y que, específicamente, vulnere u obstaculice el ejercicio de los
derechos constitucionales consagrados a su favor.
En ese sentido, para la procedencia de la pretensión de amparo en la etapa
inicial del proceso, es necesario –entre otros requisitos– que el sujeto activo se
autoatribuya alteraciones difusas o concretas en su esfera jurídica derivadas
de los efectos de la existencia de una presunta acción u omisión –lo que en
términos generales de la jurisprudencia constitucional se ha denominado sim-
plemente agravio–. Dicho agravio tiene como requisitos que se produzca con
relación a normas o preceptos de rango constitucional –elemento jurídico– y
que genere una afectación difusa o concreta en la esfera jurídica de la persona
justiciable –elemento material–.

287
Amparos / Improcedencias

Desde esta perspectiva, se ha afirmado que hay ausencia de agravio cons-


titucional cuando el acto u omisión alegado es inexistente o cuando, no obs-
tante concurra una actuación u omisión por parte de la autoridad a quien se le
atribuye la responsabilidad, aquella ha sido legítima, es decir, se ha realizado
dentro del marco constitucional o es incapaz de producir por sí misma una
afrenta en la esfera jurídica constitucional del sujeto que reclama.
Consecuentemente, si la pretensión del actor de amparo no incluye los ele-
mentos antes mencionados, hay ausencia de agravio y la pretensión debe ser
rechazada por existir imposibilidad absoluta de juzgar el caso desde el ámbito
constitucional.
2. A. Por otro lado, en la sentencia del 16-XI-2012, pronunciada en el Amp.
24-2009, este Tribunal sostuvo que el agravio es de tipo actual cuando, no obs-
tante el tiempo transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración
de derechos fundamentales que se alega y el de la presentación de la demanda
de amparo, no hayan desaparecido –es decir, permanezcan en el tiempo– los
efectos jurídicos directos de dicha transgresión en la esfera particular de la per-
sona que solicita el amparo, entendidos tales efectos como la dificultad o im-
posibilidad para continuar ejerciendo materialmente las facultades subjetivas
derivadas de un derecho del cual se tiene o se ha tenido su titularidad.
Entonces, para determinar si un agravio posee actualidad se deberá ana-
lizar –atendiendo a las circunstancias fácticas de cada caso concreto y, en es-
pecial, a la naturaleza de los derechos cuya transgresión se alega– si el lapso
transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración a los derechos
fundamentales y el de la presentación de la demanda no ha sido consecuencia
de la mera inactividad de quien se encontraba legitimado para promover el
respectivo proceso de amparo. Así en el caso de no encontrarse objetivamente
imposibilitado el interesado para requerir la tutela de sus derechos y haber de-
jado transcurrir un plazo razonable sin solicitar su protección jurisdiccional –vol-
viendo con ello improbable el restablecimiento material de dichos derechos– se
entendería que ya no soporta en su esfera jurídica, al menos de manera directa
e inmediata, los efectos negativos que la actuación impugnada le ha causado y,
consecuentemente, que el elemento material del agravio que aparentemente
se le ha ocasionado ha perdido vigencia.
Y es que la finalidad del amparo –restitución en el goce material de dere-
chos fundamentales– pierde sentido en aquellos casos en los que –como se
acotó en párrafos precedentes– la persona haya dejado transcurrir un plazo
razonable para requerir la tutela jurisdiccional de sus derechos fundamentales
sin haberse encontrado objetivamente imposibilitada para realizarlo, pues tal

288
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

situación denotaría que aquella pretende no el restablecimiento de sus dere-


chos sino la mera posibilidad de obtener una indemnización por la transgresión
de la que supuestamente ha sido objeto, es decir, plantearía una pretensión de
carácter pecuniario y no una pretensión de naturaleza estrictamente constitu-
cional.
B. De ahí que, a efecto de determinar la irrazonabilidad o no de la duración
del plazo para promover un proceso de amparo luego de acontecida la vulne-
ración constitucional que se alega, se requiere una evaluación de las circunstan-
cias del caso en concreto atendiendo a criterios objetivos, como pueden serlo:
en primer lugar, la actitud del demandante, en tanto que deberá determinarse
si la dilación es producto de su propia inactividad que, sin causa de justificación
alguna, dejó transcurrir el tiempo sin requerir la protección jurisdiccional res-
pectiva; y en segundo lugar, la complejidad –fáctica o jurídica– de la pretensión
que se formule.
III. Expuestas las consideraciones precedentes, corresponde ahora evaluar
la posibilidad de conocer de las infracciones alegadas por la parte actora en el
presente caso.
1. Los apoderados del demandante pretenden atacar la resolución notifica-
da el 3-I-2001 y emitida por el Director General de la PNC, mediante la cual se
impuso la sanción de remoción de la institución policial; b) el visto bueno dado
por el Inspector General de la PNC, por medio del cual se avaló su destitución
de la institución policial; y c) la decisión pronunciada –sin especificar la fecha
de emisión– por el Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguridad Pública
y Justicia, en la cual se confirmó la aludida resolución.
Lo anterior, a pesar de que a su mandante únicamente le fueron comuni-
cadas las resoluciones pronunciadas en su contra, sin que le otorgara presunta-
mente una oportunidad real de defensa.
Por lo antes señalado, los abogados de la parte actora estiman que dichos
actos le vulneraron a su representado los derechos de audiencia, defensa, esta-
bilidad laboral y al ejercicio de la carrera policial y “... la violación a la categoría
jurídica de la prohibición de doble juzgamiento, consagrada en la normativa
constitucional...”.
2. A. Ahora bien, pese a los alegatos expuestos por los apoderados del pre-
tensor se advierte que la resolución del Director General de la PNC, mediante la
cual se impuso la sanción de remoción de la institución policial del peticionario
fue notificada el 3-I-2001, y fue confirmada por el Tribunal de Apelaciones del
Ministerio de Seguridad Pública y Justicia –sin precisarse el día específico de
esa decisión–; mientras que la demanda de amparo fue presentada el día 18-

289
Amparos / Improcedencias

XII-2015 en la Secretaría de este Tribunal, es decir, el amparo ha sido incoado


casi quince años después de haberse pronunciado la resolución que considera
vulneró sus derechos fundamentales.
Y es que, debido a la naturaleza jurídica del proceso de amparo, es nece-
sario que, además de que exista un agravio concreto en la esfera jurídica del
peticionario, este debe ser actual, tal como se acotó en los autos de improce-
dencia emitidos el 29-XI-2013 en los Amps. 593-2013 y 678-2013. Así, para que
un reclamo esté debidamente fundamentado debe indicarse cuál es el perjuicio
actual que sufre la parte actora en sus derechos fundamentales.
En efecto, de los términos expuestos en la demanda planteada, se observa
que la parte actora no promovió el amparo durante un lapso prolongado (casi
quince años), aspecto que desvirtuaría la actualidad de la afectación padecida
como consecuencia de las decisiones de las autoridades demandadas.
B. Por otra parte, se advierte que los apoderados del pretensor solicitan
en su demanda que: “... se le paguen a [su] patrocinado, los salarios caídos no
percibidos del día [3-I-2001], hasta el [15-XII-2015], haciendo un total de ciento
ochenta meses, es decir[,] [$79,200] dólares de los Estados Unidos de América
(...). [Así como] se le pague indemnización por daños y perjuicios físicos, mo-
rales y patrimoniales, equivalentes a [60,000.00]...”. (...) Se le pague vacacio-
nes, aguinaldos, bonos, y el régimen de disponibilidad (alimentación) desde el
[2001 hasta el 15-XII-2015 y] la gratificación especial de [$250.00]...”.
Al respecto, se evidencia con ello que su pretensión va dirigida no a im-
pugnar una transgresión de naturaleza constitucional y, en consecuencia, al
restablecimiento de sus derechos, sino a plantear la mera posibilidad de obte-
ner una indemnización por el agravio del que supuestamente ha sido objeto su
representado, por lo que se advierte que están formulando una pretensión de
carácter pecuniario y no una de naturaleza estrictamente constitucional.
C. En consecuencia, de los términos expuestos por los apoderados del pre-
tensor en su demanda, se advierte que no se está en presencia de un agravio
actual en la esfera jurídica del señor J. H. P. R., puesto que la resolución que
presuntamente vulneró sus derechos fundamentales emitida por el Director
General de la PNC le fue notificada el 3-I-2001, de lo cual no se infiere la exis-
tencia de un perjuicio actual respecto de los efectos negativos que las actuacio-
nes impugnadas le han causado y, consecuentemente, el elemento material del
agravio que aparentemente se le ha ocasionado ha perdido vigencia. Además,
que se ha evidenciado que el propósito de su demanda es obtener una in-
demnización y no el restablecimiento del derecho fundamental presuntamente
vulnerado.

290
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

3. Por otra parte se advierte que los abogados del peticionario indican que
su mandante se enteró extemporáneamente que la Asamblea Legislativa había
emitido el 28-X-2014 el Decreto Legislativo N° 813 mediante el cual se habilita-
ba la reincorporación de los ex miembros de la PNC que fueron removidos bajo
el mencionado “Régimen Especial para la remoción de Miembros de la Policía
Nacional que incurran en conductas irregulares”.
Por lo anterior, dichos apoderados solicitaron que esta Sala: “... ordene su
inmediato reinstalo a la corporación policial y en consecuencia [que su] repre-
sentado sea mandado al curso de actualización y reforzamiento a la Academia
Nacional de Seguridad Pública, para que le regresen al cargo de Colaborador
Administrativo II de la [PNC] y lo desplacen al campo a fungir como administra-
tivo en la policía...”.
Al respecto, resulta pertinente señalar que esta Sala ha establecido –v.gr.
el auto pronunciado el día 27-X-2010 en el Amp. 408-2010– que, en principio,
la jurisdicción constitucional carece de competencia material para efectuar el
análisis relativo a la interpretación y aplicación que las autoridades judiciales o
administrativas desarrollen con relación a los enunciados legales que rigen los
trámites cuyo conocimiento les corresponde.
En consecuencia, este Tribunal no está habilitado para revisar si existieron
causas que imposibilitaron la presentación en tiempo de la solicitud de rein-
greso a la institución policial y tampoco para ordenar que sea reinstalado en el
cargo que ostentaba previo a su destitución de conformidad con la normativa
infraconstitucional pertinente, pues ello implicaría la irrupción de competen-
cias que, en exclusiva, han sido atribuidas y debe realizarse por los autoridades
policiales correspondientes.
4. En definitiva, con arreglo a las circunstancias expuestas, se concluye
que este Tribunal se encuentra imposibilitado para controlar la constitucio-
nalidad de las actuaciones cuestionadas, debido a que no se observa actuali-
dad en el agravio respecto de la esfera jurídica del peticionario con relación
a los actos reclamados. Así como, debido a que su pretensión va encaminada
a la satisfacción de un interés pecuniario, lo cual no es el objetivo que per-
sigue el proceso constitucional de amparo. Finalmente porque a esta Sala
no le compete revisar si se reunían los requisitos para el ingreso del actor
a la PNC, con base en la normativa infraconstitucional pertinente. De esta
forma, es pertinente declarar la improcedencia de la demanda de amparo,
por concurrir defectos en la pretensión que habilitan la terminación anormal
del proceso.

291
Amparos / Improcedencias

Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de


Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por los abogados
Julio César Federico y Laura Cristina Preza Quezada o Laura Cristina Preza
de Calles, en su calidad de apoderados generales judiciales con cláusula
especial del señor J. H. P. R., contra actuaciones del Director y del Inspector
General de la PNC y del Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguri-
dad Pública y Justicia, en virtud de que existe ausencia de agravio actual, ya
que la parte actora no promovió el amparo durante un lapso prolongado
(casi quince años), aspecto que desvirtuaría la actualidad de la afectación
padecida como consecuencia de las decisiones de las autoridades deman-
dadas. Así como por advertirse que su pretensión se limita a la satisfacción
de un interés pecuniario de obtener una indemnización por el presunto
agravio constitucional ocasionado por los actos reclamados. Finalmente
porque a esta Sala no le corresponde revisar si se reunían los requisitos
para el reingreso del actor a la PNC, con base en la normativa infraconstitu-
cional pertinente.
2. Tome nota la Secretaría de este Tribunal del lugar y medio técnico señalado
por los apoderados de la parte actora para oír notificaciones.
3. Notifíquese.
---A. PINEDA---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME---E. S. BLANCO R.---PRONUNCIA-
DO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E. SOCORRO C.---
SRIA.---RUBRICADAS.

181-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las ocho horas y cuarenta y cinco minutos del día diecisiete de
febrero de dos mil dieciséis.
Se tiene por recibida la demanda presentada por la abogada Marina Fide-
licia Granados de Solano, en calidad de defensora pública laboral y en repre-
sentación de la señora María Beatriz D. H., junto con la documentación anexa.
Agrégase a sus antecedentes el escrito firmado por la señora María Beatriz
D. H., mediante el cual, por una parte, revoca el mandato conferido a la defen-
sora pública laboral antes mencionada y, por otra, desiste de su reclamo con
relación a algunas de las autoridades demandadas.

292
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Antes de emitir el pronunciamiento que corresponda, se estima convenien-


te realizar las siguientes consideraciones:
I. 1. En síntesis, la referida defensora pública dirigía su reclamo contra las si-
guientes autoridades: i) el Ministro de Turismo, en virtud de haber ordenado el
despido de la peticionaria el 31-X-2014; ii) La Jefa de la Unidad Administrativa
del Ministerio de Turismo, porque, según la parte actora, esta ejecutó el despi-
do ordenado por el referido Ministro; y iii) el Tribunal de Servicio Civil por haber
emitido la resolución de fecha 19-III-2015, en la que se declaró improponible la
demanda presentada en el proceso de nulidad de despido. Como consecuencia
de dichos actos, la parte actora considera que las autoridades demandadas del
Ministerio de Turismo vulneraron sus derechos de audiencia y defensa –como
manifestaciones del debido proceso–, a la estabilidad laboral –como concre-
ción del derecho al trabajo– y la presunción de inocencia; mientras que el Tri-
bunal de Servicio Civil habría transgredido su derecho a la seguridad jurídica.
En ese sentido, la defensora Granados de Solano señalaba que la actora ha-
bía sido citada por la Jefa de la Unidad Administrativa del referido Ministerio el
31-X-2014 a una reunión en la cual en un primer momento se le preguntó si iba
a renunciar y, posteriormente, se le manifestó que “por órdenes del señor Mi-
nistro estaba despedida”; lo anterior, sin garantizarle a su representada un pro-
cedimiento previo en el cual se le permitiera ejercer su defensa. Con el objeto
de controvertir dicha decisión, se solicitó la nulidad del despido ante el Tribunal
de Servicio Civil, el cual declaró improponible la demanda por considerar que el
defensor público laboral que la había planteado “no había estampado el sello
de abogado postulante”; pese a que –según la Ley Orgánica de la Procuraduría
General de la República– los defensores públicos acreditan su personería con la
credencial única emitida por el titular de dicha institución. Asimismo, alegaba
que los defensores públicos no estampan su sello en las demandas para no ser
confundidos con abogados particulares.
2. Pese a lo antes expuesto, la señora María Beatriz D. H. presentó un es-
crito mediante el cual, por una parte, revoca el mandato conferido a la defen-
sora pública laboral antes mencionada y, por otra, desiste de su reclamo con
relación al Ministro de Turismo y la Jefa de la Unidad Administrativa de dicho
Ministerio, pues considera que son reclamos excluyentes que no pueden acu-
mularse en este amparo. Asimismo, considera que el Tribunal de Servicio Civil le
ha vulnerado sus derechos de audiencia y defensa –como manifestaciones del
debido proceso–, de acceso a la justicia y “a la conservación y defensa de sus
derechos” –rectius: derecho a la protección no jurisdiccional–.

293
Amparos / Improcedencias

II. Expuesto lo anterior, y con el objeto de resolver adecuadamente el caso


en estudio, corresponde exponer los fundamentos jurídicos de la resolución
que se proveerá.
Esta Sala ha señalado en reiteradas oportunidades –verbigracia en el so-
breseimiento de fecha 8-VII-2015, pronunciado en el Amp. 909-2013– que para
que se configure adecuadamente el extremo pasivo de la pretensión, es decir,
para el efectivo desarrollo del proceso de amparo, la queja debe dirigirse con-
tra todos los actos u omisiones concretos y de índole definitivo en los que se ha-
yan desplegado potestades decisorias y en los que se materialicen o consuman
determinadas situaciones jurídicas.
En ese sentido, para dar trámite a un proceso como el presente, es impres-
cindible que se demande a todas las autoridades que hayan emitido los actos
que causan un agravio constitucional de carácter definitivo a la parte actora,
pues de lo contrario resulta infructuosa y contraproducente la sustanciación de
un proceso cuya pretensión carezca de uno de los elementos esenciales para su
adecuada configuración.
III. Establecido lo anterior, corresponde ahora evaluar la posibilidad de co-
nocer de las infracciones alegadas por la peticionaria.
1. El presente proceso fue planteado inicialmente por la defensora pública
laboral Marina Fidelicia Granados de Solano, en representación de la señora
María Beatriz D. H. contra las siguientes autoridades: i) el Ministro de Turismo,
en virtud de haber ordenado el despido de la peticionaria el 31-X-2014; ii) la
Jefa de la Unidad Administrativa del Ministerio de Turismo, porque, según la
parte actora, esta ejecutó el despido ordenado por el referido Ministro; y iii) el
Tribunal de Servicio Civil por haber emitido la resolución de fecha 19-III-2015, en
la que se declaró improponible la demanda presentada en el proceso de nuli-
dad de despido. Como consecuencia de dichos actos, la parte actora considera
que las autoridades demandadas del Ministerio de Turismo vulneraron sus de-
rechos de audiencia y defensa –como manifestaciones del debido proceso–, a
la estabilidad laboral –como concreción del derecho al trabajo– y la presunción
de inocencia; mientras que el Tribunal de Servicio Civil habría transgredido su
derecho a la seguridad jurídica.
Sin embargo, posteriormente, la señora María Beatriz D. H. presentó un
escrito mediante el cual, por una parte, revoca el mandato conferido a la de-
fensora pública laboral antes mencionada y, por otra, desiste de su reclamo con
relación al Ministro de Turismo y la Jefa de la Unidad Administrativa de dicho
Ministerio, pues considera que son reclamos excluyentes que no pueden acu-
mularse en este amparo. Asimismo, considera que el Tribunal de Servicio Civil

294
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

le ha vulnerado sus derechos de audiencia y defensa –como manifestaciones


del debido proceso–, de acceso a la justicia y a la protección no jurisdiccional.
2. En ese sentido, se advierte que la parte actora no ha dirigido su reclamo
contra todas las autoridades que ejercieron efectivamente potestades deciso-
rias y cuyos actos le causan aparentemente un agravio de carácter constitucio-
nal. En razón de ello, el acto que constituye el objeto de control en la preten-
sión procesal de la demandante posee una naturaleza compleja, pues en su
concreción han intervenido diversas autoridades, las cuales poseen distintos
grados de responsabilidad en su materialización. Así, no es posible atribuir la
presunta afectación en la esfera jurídico constitucional de la peticionaria única-
mente a la autoridad que ha sido demandada.
Consecuentemente, se observa la existencia de un defecto en la pretensión
constitucional de amparo que impide el conocimiento y decisión sobre el fondo
del reclamo formulado, por lo que procede la terminación anormal del presen-
te amparo a través de la figura de la improcedencia.
No obstante lo anterior, es menester acotar que dicha declaratoria no impi-
de que la interesada pueda formular nuevamente su queja y que se analice su
procedencia, siempre que se cumplan los requisitos legales y jurisprudenciales
para tal efecto.
Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda planteada por la señora María Beatriz
D. H., por no haberse configurado adecuadamente la legitimación pasiva.
2. Tome nota la Secretaría de esta Sala de lugar y medio técnico señalado
por la señora María Beatriz D. H., para recibir los actos de comunicación
procesal.
3. Notifíquese.
A. PINEDA.---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME.---R. E. GONZALEZ.---PRONUNCIA-
DO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E. SOCORRO C.---
SRIA.---RUBRICADAS.

18-2016

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las nueve horas y veintiocho minutos del día diecisiete de febre-
ro de dos mil dieciséis.

295
Amparos / Improcedencias

Analizada la demanda de amparo firmada por los abogados Julio César


Federico y Laura Cristina Preza Quezada o Laura Cristina Preza de Calles, en
su calidad de apoderados generales judiciales con cláusula especial del señor
M. de J. Ch. L., junto con la documentación anexa, se efectúan las siguientes
consideraciones:
I. En síntesis, los apoderados del peticionario manifiestan que su represen-
tado ingresó a laborar en la Policía Nacional Civil –en adelante PNC– el 29-
XI-1994 desempeñándose como Agente. Posteriormente, argumentan que el
21-XII-2000 la Dirección General de la PNC –con el visto bueno del Inspector
General de dicha institución policial– le notificó su remoción de la citada enti-
dad. Así, al ser notificado su mandante de la destitución, a pesar de no estar
de acuerdo con la misma “acató con responsabilidad dicha disposición”. Lo an-
terior, fue efectuado con base en el “Régimen Especial para la remoción de
Miembros de la Policía Nacional que incurran en conductas irregulares”.
De igual manera, señalan que el motivo argüido por el Director de la PNC y
el Inspector General es que dicha destitución se debió a que presuntamente el
pretensor era indisciplinado, lo cual –afirman– no es cierto puesto que en nin-
gún momento recibió amonestación alguna. En ese sentido, mencionan que en
constancia emitida por la Unidad de Investigación Disciplinaria de la PNC del
8-IX-2009, se estableció que el peticionario “carece de antecedentes disciplina-
rio[s] por falta grave y muy grave en proceso de investigación”. Asimismo, en
constancia suscrita por la Inspectora General de la PNC de fecha 22-X-2010 se
indicó que “... el señor M. de J. Ch. L., no posee faltas disciplinarias incumplidas
[ni] procesos disciplinarios pendientes...”.
Por otra parte, sostienen que su mandante estaba contratado bajo el régi-
men laboral de Ley de Salarios y que “... a pesar de ello, no se le siguió un juicio
imparcial en el que pudiera hacer uso de su derecho de audiencia y manifestar
su defensa de acuerdo a la Ley Reguladora de la Garantía de Audiencia de los
Empleados Públicos no comprendidos en la Carrera Administrativa...”.
Por lo antes expuesto, los abogados del peticionario cuestionan la cons-
titucionalidad de las siguientes actuaciones: a) el Acuerdo N° 027 emitido el
19-II-2001 por el Director General de la PNC, mediante el cual se dejó sin efecto
los nombramientos de determinado personal policial, entre los que se encon-
traba el pretensor; b) el visto bueno dado por el Inspector General de la PNC,
por medio del cual se avaló la destitución; y c) la decisión pronunciada –sin
especificar la fecha de emisión– por el Tribunal de Apelaciones del Ministerio
de Seguridad Pública y Justicia, en la cual se confirmó el aludido Acuerdo del
Director de la PNC.

296
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Dichos actos –a su juicio– le infringieron a su mandante los derechos de


audiencia, defensa, estabilidad laboral y al ejercicio de la carrera policial y la “...
violación a la categoría jurídica de la prohibición de doble juzgamiento, y a la
seguridad jurídica consagrados en la normativa constitucional...”.
II. Determinados los argumentos expresados por los abogados de la parte
pretensora corresponde en este apartado exponer los fundamentos jurídicos
de la resolución que se proveerá.
1. Tal como se sostuvo en la resolución del 27-I-2009, pronunciada en el
Amp. 795-2006, este proceso constitucional persigue que se imparta a la per-
sona la protección jurisdiccional contra cualquier acto de autoridad que estime
inconstitucional y que, específicamente, vulnere u obstaculice el ejercicio de los
derechos constitucionales consagrados a su favor.
En ese sentido, para la procedencia de la pretensión de amparo en la etapa
inicial del proceso, es necesario –entre otros requisitos– que el sujeto activo se
autoatribuya alteraciones difusas o concretas en su esfera jurídica derivadas
de los efectos de la existencia de una presunta acción u omisión –lo que en
términos generales de la jurisprudencia constitucional se ha denominado sim-
plemente agravio–. Dicho agravio tiene como requisitos que se produzca con
relación a normas o preceptos de rango constitucional –elemento jurídico– y
que genere una afectación difusa o concreta en la esfera jurídica de la persona
justiciable –elemento material–.
Desde esta perspectiva, se ha afirmado que hay ausencia de agravio cons-
titucional cuando el acto u omisión alegado es inexistente o cuando, no obs-
tante concurra una actuación u omisión por parte de la autoridad a quien se le
atribuye la responsabilidad, aquella ha sido legítima, es decir, se ha realizado
dentro del marco constitucional o es incapaz de producir por sí misma una
afrenta en la esfera jurídica constitucional del sujeto que reclama.
Consecuentemente, si la pretensión del actor de amparo no incluye los ele-
mentos antes mencionados, hay ausencia de agravio y la pretensión debe ser
rechazada por existir imposibilidad absoluta de juzgar el caso desde el ámbito
constitucional.
2. A. Por otro lado, en la sentencia del 16-XI-2012, pronunciada en el Amp.
24-2009, este Tribunal sostuvo que el agravio es de tipo actual cuando, no obs-
tante el tiempo transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración
de derechos fundamentales que se alega y el de la presentación de la demanda
de amparo, no hayan desaparecido –es decir, permanezcan en el tiempo– los
efectos jurídicos directos de dicha transgresión en la esfera particular de la per-
sona que solicita el amparo, entendidos tales efectos como la dificultad o im-

297
Amparos / Improcedencias

posibilidad para continuar ejerciendo materialmente las facultades subjetivas


derivadas de un derecho del cual se tiene o se ha tenido su titularidad.
Entonces, para determinar si un agravio posee actualidad se deberá ana-
lizar –atendiendo a las circunstancias fácticas de cada caso concreto y, en es-
pecial, a la naturaleza de los derechos cuya transgresión se alega– si el lapso
transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración a los derechos
fundamentales y el de la presentación de la demanda no ha sido consecuencia
de la mera inactividad de quien se encontraba legitimado para promover el
respectivo proceso de amparo. Así, en el caso de no encontrarse objetivamente
imposibilitado el interesado para requerir la tutela de sus derechos y haber de-
jado transcurrir un plazo razonable sin solicitar su protección jurisdiccional –vol-
viendo con ello improbable el restablecimiento material de dichos derechos– se
entendería que ya no soporta en su esfera jurídica, al menos de manera directa
e inmediata, los efectos negativos que la actuación impugnada le ha causado y,
consecuentemente, que el elemento material del agravio que aparentemente
se le ha ocasionado ha perdido vigencia.
Y es que la finalidad del amparo –restitución en el goce material de dere-
chos fundamentales– pierde sentido en aquellos casos en los que –como se
acotó en párrafos precedentes– la persona haya dejado transcurrir un plazo
razonable para requerir la tutela jurisdiccional de sus derechos fundamentales
sin haberse encontrado objetivamente imposibilitada para realizarlo, pues tal
situación denotaría que aquella pretende no el restablecimiento de sus dere-
chos sino la mera posibilidad de obtener una indemnización por la transgresión
de la que supuestamente ha sido objeto, es decir, plantearía una pretensión de
carácter pecuniario y no una pretensión de naturaleza estrictamente constitu-
cional.
B. De ahí que, a efecto de determinar la irrazonabilidad o no de la duración
del plazo para promover un proceso de amparo luego de acontecida la vulne-
ración constitucional que se alega, se requiere una evaluación de las circunstan-
cias del caso en concreto atendiendo a criterios objetivos, como pueden serlo:
en primer lugar, la actitud del demandante, en tanto que deberá determinarse
si la dilación es producto de su propia inactividad que, sin causa de justificación
alguna, dejó transcurrir el tiempo sin requerir la protección jurisdiccional res-
pectiva; y en segundo lugar, la complejidad –fáctica o jurídica– de la pretensión
que se formule.
III. Expuestas las consideraciones precedentes, corresponde ahora evaluar
la posibilidad de conocer de las infracciones alegadas por la parte actora en el
presente caso.

298
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

1. Los apoderados del demandante pretenden atacar el Acuerdo N° 027


emitido el 19-II-2001 por el Director General de la PNC, mediante el cual se dejó
sin efecto los nombramientos de determinado personal policial, entre los que
se encontraba el pretensor; b) el visto bueno dado por el Inspector General de
la PNC, por medio del cual se avaló la destitución; y c) la decisión pronunciada
–sin especificar la fecha de emisión– por el Tribunal de Apelaciones del Minis-
terio de Seguridad Pública y Justicia, en la cual se confirmó el aludido Acuerdo
del Director de la PNC.
Lo anterior, a pesar de que a su representado únicamente le fueron co-
municadas las resoluciones pronunciadas en su contra, sin que se le otorgara
presuntamente una oportunidad real de defensa.
Por lo antes señalado, los abogados de la parte actora estiman que dichos
actos le vulneraron a su mandante los derechos de audiencia, defensa, estabi-
lidad laboral y al ejercicio de la carrera policial y “... la violación a la categoría
jurídica de la prohibición de doble juzgamiento, y a la seguridad jurídica consa-
grados en la normativa constitucional...”.
2. A. Ahora bien, pese a los alegatos expuestos por los apoderados del pe-
ticionario se advierte que el Acuerdo N° 027 emitido el 19-II-2001 por el Direc-
tor General de la PNC, mediante la cual se dejó sin efecto los nombramientos
de determinado personal policial, entre los que se encontraba el pretensor fue
confirmado –sin especificar la fecha de emisión– por el Tribunal de Apelaciones
del Ministerio de Seguridad Pública y Justicia; mientras que la demanda de am-
paro fue presentada el día 11-I-2016 en la Secretaría de este Tribunal, es decir,
el amparo es incoado catorce años y once meses después de haberse pronun-
ciado la resolución que el actor considera vulneró sus derechos fundamentales.
Y es que, debido a la naturaleza jurídica del proceso de amparo, es nece-
sario que, además de que exista un agravio concreto en la esfera jurídica del
peticionario, este debe ser actual, tal como se acotó en los autos de improce-
dencia emitidos el 29-XI-2013 en los Amps. 593-2013 y 678-2013. Así, para que
un reclamo esté debidamente fundamentado debe indicarse cuál es el perjuicio
actual que sufre la parte actora en sus derechos fundamentales.
En efecto, de los términos expuestos en la demanda planteada, se obser-
va que la parte actora no promovió el amparo durante un lapso prolonga-
do (catorce años y once meses), aspecto que desvirtuaría la actualidad de la
afectación padecida como consecuencia de las decisiones de las autoridades
demandadas.
B. Por otra parte, se advierte que los apoderados del pretensor solicitan
en su demanda que: “... se le paguen a [su] patrocinado, los salarios caídos no

299
Amparos / Improcedencias

percibidos del día [21-XII-2000] (sic), hasta el [31-V-2015], haciendo un total de


ciento setenta y cuatro meses, es decir[,] [$63,236.82] dólares de los Estados
Unidos de América (...). [Así como] se le pague indemnización por daños y
perjuicios físicos, morales y patrimoniales, equivalentes a [60,000.00]. (...) Se
le pague vacaciones, aguinaldos, bonos, y el régimen de disponibilidad (ali-
mentación) del año [2000] hasta el [24-VII-2015 y la] gratificación especial de
[$600.00]...”.
De igual manera, se observa de la documentación anexa que el peticionario
fue propuesto por el Tribunal de Ingreso y Ascensos de la PNC mediante reso-
lución del 16-III-2015 para que fuese reincorporado a la institución policial por
el Director General de la PNC.
Al respecto de lo solicitado por los apoderados de la parte actora, se evi-
dencia que su pretensión va dirigida no a impugnar una transgresión de natu-
raleza constitucional y, en consecuencia el restablecimiento de sus derechos
sino la mera posibilidad de obtener una indemnización por el agravio del que
supuestamente ha sido objeto su representado, por lo que se advierte que es-
tán planteando una pretensión de carácter pecuniario y no una de naturaleza
estrictamente constitucional.
C. En consecuencia, de los términos expuestos por los abogados del pre-
tensor en su demanda, se advierte que no se está en presencia de un agravio
actual en la esfera jurídica del señor M. de J. Ch. L., puesto que el Acuerdo que
presuntamente vulneró sus derechos fundamentales fue emitido por el Direc-
tor General de la PNC el 19-II-2001, de lo cual no se infiere la existencia de un
perjuicio actual respecto de los efectos negativos que las actuaciones impug-
nadas le han causado y, consecuentemente, el elemento material del agravio
que aparentemente se le ha ocasionado ha perdido vigencia. Además, que se
ha evidenciado que el propósito de su demanda es obtener una indemnización
y no el restablecimiento del derecho fundamental presuntamente vulnerado.
3. En definitiva, con arreglo a las circunstancias expuestas, se concluye que
este Tribunal se encuentra imposibilitado para controlar la constitucionalidad
de las actuaciones cuestionadas, debido a que no se observa actualidad en el
agravio respecto de la esfera jurídica del peticionario con relación a los actos
reclamados. Así como, debido a que su pretensión va encaminada a la satisfac-
ción de un interés pecuniario, lo cual no es el objetivo que persigue el proceso
constitucional de amparo. De esta forma, es pertinente declarar la improce-
dencia de la demanda de amparo, por concurrir defectos en la pretensión que
habilitan la terminación anormal del proceso.

300
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de


Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por los abogados
Julio César Federico y Laura Cristina Preza Quezada o Laura Cristina Preza
de Calles, en su calidad de apoderados generales judiciales con cláusula es-
pecial del señor M. de J. Ch. L., contra actuaciones del Director e Inspector
General de la PNC y del Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguri-
dad Pública y Justicia, en virtud de que existe ausencia de agravio actual, ya
que la parte actora no promovió el amparo durante un lapso prolongado
(catorce años y once meses), aspecto que desvirtuaría la actualidad de la
afectación padecida como consecuencia de las decisiones de las autorida-
des demandadas. Así como por advertirse que su pretensión se limita a la
satisfacción de un interés pecuniario de obtener una indemnización por el
presunto agravio constitucional ocasionado por los actos reclamados, no
obstante que –todo indica que– el peticionario ya ha sido reincorporado a
la PNC.
2. Tome nota la Secretaría de este Tribunal del lugar y medio técnico señalado
por los apoderados de la parte actora para oír notificaciones.
3. Notifíquese.
A. PINEDA.---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME.---R. E. GONZALEZ.---PRONUNCIA-
DO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E. SOCORRO C.---
SRIA.---RUBRICADAS.

41-2016

Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. San Salvador, a


las nueve horas y ocho minutos del día diecisiete de febrero de dos mil dieciséis.
Analizada la demanda firmada por el señor Erving O. L., junto con la docu-
mentación anexa, es necesario efectuar las siguientes consideraciones:
I. El actor manifiesta que desde el año 2012 laboraba en la Asamblea Le-
gislativa, específicamente en la Unidad de Prensa en el cargo de Colaborador
de Prensa con base en un contrato de servicios personales; sin embargo, expo-
ne que el 11-XI-2015 la Gerente de Recursos Humanos de la citada institución le
entregó un memorando en el que se le hacía saber que quedaba destituido de
su cargo; asimismo le leyó el Acuerdo firmado por 4 miembros de la Junta Di-
rectiva en el que constaba dicha decisión, pero no se le extendió copia de este.

301
Amparos / Improcedencias

Al respecto, indica que fue separado de su cargo sin que se tramitara un


procedimiento previo en el que se le brindara la oportunidad de conocer los
motivos por los cuales se le destituía, controvertirlos y ejercer debidamente su
defensa, lo anterior pese a que –según afirma– no desempeñaba un cargo de
confianza personal o política y las labores que llevaba a cabo eran de carácter
permanentes y propias de la referida institución.
Como consecuencia de lo relatado, estima que se han conculcado sus dere-
chos de audiencia, defensa y estabilidad laboral.
II. Establecido lo anterior, conviene ahora, para resolver adecuadamente el
caso en estudio, exponer brevemente los fundamentos jurídicos de la presente
resolución.
La jurisprudencia constitucional –verbigracia las resoluciones pronunciadas
en los Amp. 49-2010 y 51-2010 el día 10-III-2010– ha señalado que el objeto del
proceso de amparo está representado por la pretensión, para cuya validez es
indispensable el efectivo cumplimiento de una serie de presupuestos procesa-
les que posibilitan la formación y el desarrollo normal del proceso, autorizando
la emisión de un pronunciamiento sobre el fondo del asunto.
Uno de ellos es el agotamiento de los recursos que la ley que rige el acto
franquea para atacarlo, el cual se encuentra establecido en el artículo 12 inciso
3° de la Ley de Procedimientos Constitucionales; tal requisito se fundamenta en
el hecho que, dadas las particularidades que presenta el amparo, este posee ca-
racterísticas propias que lo configuran como un proceso especial y subsidiario,
establecido para dar una protección reforzada a los derechos fundamentales
consagrados en la Constitución a favor de las personas, es decir, se pretende
que sea la última vía, una vez agotada la vía jurisdiccional o administrativa co-
rrespondiente.
Así, se ha señalado que la exigencia del agotamiento de los recursos com-
prende, además, una carga para la parte actora del amparo de emplear en
tiempo y forma los recursos que tiene expeditos conforme a la normativa de
la materia. De manera que, para entender que se ha respetado el presupuesto
apuntado, el pretensor debe cumplir con las condiciones objetivas y subjetivas
establecidas para la admisibilidad y procedencia de los medios de impugna-
ción, ya sea que estos se resuelvan al mismo nivel o en uno superior de la admi-
nistración o la jurisdicción, debido a que la inobservancia de dichas condiciones
motivaría el rechazo de tales recursos en sede ordinaria y, en consecuencia, no
se tendría por satisfecho el requisito mencionado.
III. Con el objeto de trasladar dichas nociones al caso concreto, se efectúan
las consideraciones siguientes:

302
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

1. De manera inicial, se observa que el actor dirige su reclamo contra la


Presidenta, los Miembros de la Junta Directiva y la Gerente de Recursos Hu-
manos, todos de la Asamblea Legislativa, a quienes les atribuye la decisión de
destituirlo de su cargo, la cual le fue comunicada mediante un memorando el
11-XI-2015.
Para justificar la inconstitucionalidad de la actuación apuntada y, específi-
camente, para fundamentar la presumible transgresión de sus derechos funda-
mentales de audiencia, defensa y estabilidad laboral, aduce que fue separado
del cargo que desempeñaba, sin que previo a ello se tramitara un procedimien-
to en el que se le expresaran los motivos para despedirlo, en el que se garanti-
zaran sus derechos y en el que se posibilitara su defensa; lo anterior, pese a que
llevaba a cabo funciones de carácter permanente y propias de la relacionada
institución y que no desempeñaba un cargo de confianza personal o política.
Asimismo, sostiene que la nulidad regulada en la Ley del Servicio Civil “... no
constituye un mecanismo que sea razonablemente idóneo para controvertir el
despido de hecho [...] tomando en cuenta que en aquella no existe la posibili-
dad de suspender la ejecución de la actuación impugnada...”, por lo que estima
que no es un medio rápido y efectivo para subsanar las presuntas lesiones a sus
derechos fundamentales.
2. Al respecto, debe acotarse que, tal como se estableció en la resolución
de 26-I-2010 emitida en el Amp. 3-2010, la regulación de la nulidad de despido
o destitución del artículo 61 de la Ley de Servicio Civil posibilita al presuntamen-
te agraviado, dentro de los tres meses siguientes al hecho, dar cuenta de su
caso al Tribunal de Servicio Civil, el cual, una vez admitida la queja planteada,
abrirá un espacio probatorio a fin de que sean ventilados los elementos a partir
de los cuales pueda demostrarse la presunta irregularidad de la remoción de
conformidad con lo establecido en dicha ley.
En consecuencia, la jurisprudencia de esta Sala –verbigracia la sentencia
emitida en el Amp. 661-2012 el 8-VI-2015– ha determinado que el procedimien-
to de nulidad consagrado en el aludido cuerpo normativo contempla una vía
idónea para que todo funcionario o empleado público despedido sin proce-
dimiento previo pueda discutir la lesión constitucional que presuntamente se
generó como consecuencia de la separación irregular de su cargo, indepen-
dientemente de que esté vinculado con el Estado por medio de Ley de Salarios
o de un contrato de servicios personales, siempre que por la naturaleza de sus
funciones el cargo desempeñado no sea de confianza o eventual.
En ese sentido, en la relacionada jurisprudencia se indicó que el Tribunal
de Servicio Civil –al conocer de las nulidades de despido que se le planteen– es

303
Amparos / Improcedencias

competente para determinar, observando los parámetros que este Tribunal ha


establecido en su jurisprudencia al precisar el contenido del derecho a la esta-
bilidad laboral reconocido en el artículo 219 de la Constitución, si el cargo des-
empeñado por el servidor público despedido debe o no ser catalogado como
de confianza o eventual y, por tanto, si la persona que lo ejerce es o no titular
de dicho derecho.
En ese orden de ideas, se advierte que la mencionada nulidad se erige
como una herramienta idónea para reparar la vulneración constitucional que
se alega en este proceso, puesto que posibilita un mecanismo por medio del
cual aquel servidor público que sea despedido sin causa justificada o sin que se
le siga el procedimiento correspondiente, puede discutir la afectación que se
produce en su esfera jurídica como consecuencia de su separación del cargo.
En consecuencia, la nulidad del despido consagrada en el artículo 61 de la
Ley de Servicio Civil se perfila como un medio impugnativo cuya exigibilidad
es indispensable para cumplir con lo preceptuado por el artículo 12 inciso 3°
de la Ley de Procedimientos Constitucionales; por ende, al no verificarse tal
circunstancia, es decir, el agotamiento del relacionado medio impugnativo, la
queja planteada no cumple con uno de los requisitos imprescindibles para la
eficaz configuración de la pretensión de amparo y que encuentra asidero en la
precitada disposición.
En atención a lo expuesto, es posible advertir en el presente caso la exis-
tencia de un defecto en la pretensión constitucional de amparo que impide el
conocimiento y decisión sobre el fondo del reclamo formulado, pues se ha omi-
tido agotar mecanismos específicos franqueados en la legislación ordinaria que
posibilitarían la discusión y posible subsanación de la vulneración constitucional
generada por la actuación que se impugna, siendo pertinente la terminación
anormal del presente amparo a través de la figura de la improcedencia.
IV. Finalmente, se advierte que en la demanda, el interesado señala para re-
cibir actos de notificación una dirección ubicada en el municipio de San Marcos,
un número telefónico y una dirección de correo electrónico.
Con relación al lugar indicado, debe aclararse que, en virtud de lo dispuesto
en los artículos 170 y 171 del Código Procesal Civil y Mercantil –de aplicación
supletoria en los procesos de amparo–, debe señalar un lugar para oír notifica-
ciones dentro de esta ciudad o un número de fax, y no un número telefónico,
a efecto de dejar constancia de la realización de los actos procesales de comu-
nicación, caso contrario, las notificaciones deberán efectuarse en el tablero de
este tribunal.

304
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Con relación a la dirección de correo electrónico, se acota que la Corte Su-


prema de Justicia cuenta con un Sistema de Notificación Electrónica Judicial
que da soporte al envío de notificaciones vía web y, además, lleva un registro
de la información proporcionada por las partes que han suministrado sus datos
y medios informáticos, así como su dirección, con el objeto de recibir notifica-
ciones. Es decir, que la institución lleva un registro de las personas que dispo-
nen de los medios antes indicados así como otros datos de identificación, que
permite poder comunicar las resoluciones por esa vía a los interesados que así
lo hubieren solicitado.
Ahora bien, en el presente caso, se observa que el señor O. L. no ha in-
gresado sus datos a este registro, lo cual es necesario para que este Tribunal
pueda realizar los actos de notificación por dicho medio. En ese sentido, el
demandante deberá realizar los trámites correspondientes en la Secretaría de
la Sala de lo Constitucional para registrar su dirección electrónica en el Sistema
de Notificación Electrónica Judicial.
Por tanto, con base en las consideraciones precedentes y lo establecido en
el artículo 12 inciso 3° de la Ley de Procedimientos Constitucionales, esta Sala
RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por el señor Er-
ving O. L., por la falta de agotamiento del medio impugnativo franqueado
en la legislación correspondiente para la posible subsanación de la vulne-
ración constitucional alegada, específicamente del recurso de nulidad que
establece el artículo 61 de la Ley de Servicio Civil.
Lo anterior no impide que una vez agotado el recurso mencionado, el inte-
resado pueda nuevamente acudir a esta Sala.
2. Previénese al demandante que indique el lugar dentro del municipio de
San Salvador o el número de fax en el que desea recibir los actos procesales
de comunicación, de lo contrario, estos se realizarán en el tablero de esta
Sala; lo anterior, debido a que el lugar que señala se encuentra fuera de
la circunscripción territorial de este municipio o, en todo caso, si lo que
pretende es establecer un correo electrónico para recibir diligencias de no-
tificación, se previene que registre su dirección electrónica en el Sistema de
Notificación Electrónica Judicial en la Secretaría de este Tribunal.
3. Notifíquese.
---A. PINEDA---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME---R. E. GONZALEZ---PRONUNCIA-
DO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E. SOCORRO C.---
SRIA.---RUBRICADAS.

305
Amparos / Improcedencias

5-2016

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las nueve horas y dos minutos del día diecisiete de febrero de
dos mil dieciséis.
Analizada la demanda presentada por el abogado Oscar Miguel Castro Ma-
gaña en calidad de apoderado del señor Mario Antonio M., junto con la docu-
mentación anexa, es necesario realizar las consideraciones siguientes:
I. El apoderado del peticionario manifiesta que dirige su reclamo contra el
Ministro de Economía y el Director del Centro de Atención por Demanda –CE-
NADE– debido a la separación de su cargo para el año 2016.
Para fundamentar su reclamo, el citado profesional relata que en el año
2010 su mandante ingresó a laborar en el Ministerio de Economía, específica-
mente en el CENADE en el cargo de Coordinador Departamental y que, pos-
teriormente, le asignaron el cargo de Coordinador de Campo; sin embargo,
sostiene que el 23-XII-2015, al verificar el actor el listado de personas que de-
bían presentarse a laborar el 4-I-2016, se enteró que su nombre no figuraba en
aquel, ante lo cual solicitó que se le explicaran los motivos de dicha situación
pero no se le brindaron.
Al respecto, manifiesta que la separación de su poderdante del cargo que
ocupaba se llevó a cabo sin que se tramitara un procedimiento previo ante la
autoridad competente en el que se justificaran y comprobaran las causas para
despedirlo y en el que se le brindara la oportunidad de controvertir aquellas y
defenderse; lo anterior, pese a que: “... existió una relación directa de subordi-
nación patronal...”.
Como consecuencia de lo reseñado, alega que se han conculcado al peti-
cionario los derechos a la seguridad jurídica y al trabajo, así como el debido
proceso.
II. Determinado lo anterior, es necesario exponer brevemente los funda-
mentos jurídicos en que se sustentará la presente decisión.
Esta Sala ha sostenido –verbigracia las resoluciones de fechas 23-VI-2003 y
17-II-2009, pronunciadas en los Amp. 281-2003 y 1-2009, respectivamente– que
para la procedencia de la pretensión de amparo es necesario que el actor se
autoatribuya liminarmente alteraciones difusas o concretas en su esfera jurídi-
ca, derivadas de los efectos de la existencia del acto reclamado, cualquiera que
fuere su naturaleza, es decir, lo que en términos generales la jurisprudencia
constitucional ha denominado de manera concreta “agravio”. Dicho agravio se
funda en la concurrencia de dos elementos: el material y el jurídico, entendién-

306
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

dose por el primero cualquier daño, lesión, afectación o perjuicio definitivo que
la persona sufra en forma personal y directa; y por el segundo –el elemento
jurídico–, que el daño sea causado o producido en ocasión o mediante la real
violación de derechos constitucionales atribuida a alguna autoridad o, inclusi-
ve, a un particular.
Ahora bien, habrá casos en que la pretensión de la parte actora no incluya
los anteriores elementos –entiéndase por falta de agravio–; dicha ausencia, en
primer lugar, puede provenir de la inexistencia de un acto u omisión, ya que
sólo de modo inverso pueden deducirse efectos concretos que posibiliten la
concurrencia de un agravio; y en segundo lugar, puede ocurrir que no obstante
la existencia real de una actuación u omisión, por la misma naturaleza de sus
efectos, el sujeto activo de la pretensión no sufra perjuicio de trascendencia
constitucional, directo ni reflejo, actual ni futuro, como por ejemplo en los ca-
sos en que los efectos del acto reclamado no constituyen aspectos propios del
marco constitucional.
En efecto, para dar trámite a un proceso como el presente, es imprescindi-
ble que la omisión o el acto impugnado genere en la esfera jurídica de la parte
demandante un agravio o perjuicio definitivo e irreparable de trascendencia
constitucional, pues de lo contrario resultaría infructuosa y contraproducente
la sustanciación de un proceso cuya pretensión carezca de uno de los elemen-
tos esenciales para su adecuada configuración.
III. Trasladando las anteriores nociones al caso en estudio, se advierte que
el apoderado del actor manifiesta que demanda al Ministro de Economía y al
Director del CENADE, pues afirma que al verificar el listado de personas que
debían presentar a laborar el 4-I-2016, el nombre de su mandante no figuraba
en el mismo, sin que se le brindaran explicaciones sobre los motivos que funda-
mentaban dicha decisión.
Ahora bien, el abogado del pretensor afirma que este se encontraba vin-
culado laboralmente en virtud de un contrato por servicios profesionales “...
descontándole únicamente de su salario el diez por ciento de la renta...”; asi-
mismo, en el Reglamento Interno del Ministerio de Economía, específicamente,
en el art. 22 se regulan las atribuciones de CENADE, las cuales son: a) levantar
el registro de potenciales beneficiarios del subsidio de gas licuado del petróleo
(GLP), poniendo en marcha distintas estrategias para la conformación de la
base de datos que permita conocer las características socioeconómicas de los
hogares, así como su estructura de consumo en materia de energía eléctrica; b)
registrar, documentar, analizar y acreditar a los potenciales negocios de subsis-
tencia y otras entidades que soliciten su incorporación para gozar de beneficio

307
Amparos / Improcedencias

de GLP; c) determinar el monto mensual que se debe gestionar para el pago de


los subsidios: d) entregar el subsidio por el mecanismo definido a cada uno de
los beneficiarios: e) administrar el padrón de beneficiarios, procesando los da-
tos, actualizando el directorio, llevando el control interno que garantice su inte-
gración, validación, mantenimiento y resguardo en una base de datos, atender
y dar respuesta oportuna a los posibles beneficiarios del GLP e informar sobre
los resultados a la Comisión y Ministerio de Economía; y g) realizar otras atribu-
ciones que le sean asignadas por el Despacho Ministerial.
Así, no obstante el actor sostiene que existía “... una relación directa de
subordinación patronal...”, se verifica que las atribuciones conferidas al CENA-
DE se limitaban a las mencionadas en la referida disposición, en ese sentido su
contrato de trabajo “... por servicios profesionales...” respondía a la implemen-
tación del programa del pago de subsidio al GLP y a la entrega de la “tarjeta
solidaria” llevado a cabo por el Ministerio de Economía; dicho programa ya ha
sido implementado en su totalidad por el Ministerio demandado y en la actua-
lidad, las funciones del CENADE se circunscriben únicamente a la corroboración
de los datos de los usuarios a través de un número telefónico.
Se colige, entonces, que las funciones del actor en dicha institución eran de
carácter eventual, mientras se implementaba el referido programa social y que,
una vez finalizado o implementado el mismo, la eventualidad de su relación
laboral con el Ministerio de Economía y con el CENADE llegaría a su conclusión.
De ahí que, es posible concluir que en el presente caso no existe un agra-
vio de carácter constitucional en la actuación reclamada por el apoderado del
demandante, en tanto que como se ha establecido las funciones del CENADE
se veían condicionadas a la ejecución de dicho programa, cuyas labores eran
concretas y de carácter eventual, pues una vez finalizado dicho proyecto se
verían consumadas la finalidad y objetivo para los que fue contratado en el
referido centro.
Y es que, el art. 22 del mencionado reglamento señala como objetivo del
CENADE la entrega de manera directa, transparente y eficaz de subsidio de gas
licuado a las personas de los sectores de consumo doméstico de limitada capa-
cidad adquisitiva y otros, así como, también crear el registro de los beneficiarios
de GLP. Así entonces, al finalizarse la entrega de las “tarjetas solidarias” previs-
tas por el Ministerio de Economía, el CENADE se limita a actualizar los datos de
los beneficiarios, para lo cual prescinde de empleados eventuales contratados
para la implementación del referido proyecto.
En ese orden de ideas, no se infiere que la actuación reclamada por el abo-
gado del pretensor –la finalización de su relación laboral para el año 2016– que

308
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

se atribuye a las autoridades demandadas ocasione un agravio constitucional,


ni directo ni reflejo, tampoco actual ni futuro en su esfera jurídica, pues como
se ha establecido la naturaleza de su contratación laboral se agotaba en la im-
plementación de un proyecto de trabajo de Ministerio de Economía, el cual ya
ha sido finalizado, por lo que, debido a la ausencia de agravio constitucional,
la pretensión debe ser rechazada mediante la figura de la improcedencia por
existir imposibilidad absoluta de juzgar el caso desde este ámbito.
Por tanto, con base en los razonamientos expuestos, esta Sala RESUELVE:
1. Tiénese al abogado Oscar Miguel Castro Magaña en calidad de apoderado
del señor Mario Antonio M., en virtud de haber acreditado en forma debi-
da la personería con la que actúa en el presente proceso.
2. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por el citado pro-
fesional, en la calidad indicada, como consecuencia de la falta de agravio
ocasionada por la actuación que impugna y atribuye a las autoridades de-
mandadas.
3. Tome nota la Secretaría de este Tribunal del medio técnico señalado por el
apoderado del demandante para recibir los actos procesales de comunica-
ción.
4. Notifíquese.
---A. PINEDA---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME---R. E. GONZALEZ---PRONUNCIA-
DO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E. SOCORRO C.---
SRIA.---RUBRICADAS.

577-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las ocho horas con cuarenta y siete minutos del día diecisiete de
febrero de dos mil dieciséis.
Analizada la demanda presentada por el abogado Rubén Aníbal Blanco
Vásquez, actuando en su calidad de apoderado del señor Rodolfo Aníval M.
V., junto con la documentación anexa, es necesario realizar las consideraciones
siguientes:
I. En síntesis, el abogado del actor dirige su reclamo contra el Colegio Mé-
dico de El Salvador en virtud de haber ordenado la expulsión de su mandante
como miembro de dicha asociación el 28-XI-2013 por una supuesta infracción
del artículo 44 del Reglamento General del Colegio Médico. Como consecuen-
cia de dicho acto considera que se habrían transgredido los derechos de au-

309
Amparos / Improcedencias

diencia y defensa –como manifestaciones del debido proceso–, de asociación y


al honor del peticionario. Lo anterior, debido a que aparentemente no se siguió
ningún proceso disciplinario en su contra pese a que dicha expulsión afecta su
buena reputación, imagen y prestigio.
En ese sentido, señala que el demandante incluso había sido nombrado por
la Junta Directiva del Colegio Médico como miembro no docente de la Facultad
de Medicina de la Universidad de El Salvador –UES– ante la Asamblea General
Universitaria para el periodo 2011-2013, cargo en el que considera se desempe-
ñó con diligencia y responsabilidad.
Finalmente, aclara que al actor se le notificó la convocatoria para la asam-
blea en la que se iba a analizar su situación aproximadamente a las dieciséis
horas del 27-XI-2013, pese a que dicha asamblea estaba programada para el
28-XI-2013, por lo que considera que no tuvo un plazo razonable para preparar
su defensa; asimismo, destaca que su mandante no pudo asistir a la referida
asamblea por compromisos laborales y, no obstante ello, “... el Colegio Médico
decidió continuar con el procedimiento disciplinario sin la presencia de [su]
poderdante...”.
II. Determinados los argumentos expresados por la parte actora en su de-
manda corresponde en este apartado exponer los fundamentos jurídicos de la
resolución que se proveerá.
1. Así, tal como se sostuvo en la resolución del 27-I-2009, pronunciada en el
Amp. 795-2006, este proceso constitucional persigue que se imparta a la per-
sona la protección jurisdiccional contra cualquier acto de autoridad que estime
inconstitucional y que, específicamente, vulnere u obstaculice el ejercicio de los
derechos constitucionales consagrados a su favor.
En ese sentido, para la procedencia al inicio del proceso de la pretensión
de amparo, es necesario –entre otros requisitos– que el sujeto activo se autoa-
tribuya alteraciones difusas o concretas en su esfera jurídica derivadas de los
efectos de la existencia de una presunta acción u omisión –lo que en términos
generales de la jurisprudencia constitucional se ha denominado simplemente
agravio–. Dicho agravio tiene como requisitos que se produzca con relación a
normas o preceptos de rango constitucional –elemento jurídico– y que genere
una afectación difusa o concreta en la esfera jurídica de la persona justiciable
–elemento material–.
Desde esta perspectiva, se ha afirmado que hay ausencia de agravio cons-
titucional cuando el acto u omisión alegado es inexistente o cuando, no obs-
tante concurra una actuación u omisión por parte de la autoridad a quien se le
atribuye la responsabilidad, aquella ha sido legítima, es decir, se ha realizado

310
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

dentro del marco constitucional o es incapaz de producir por sí misma una


afrenta en la esfera jurídica constitucional del sujeto que reclama.
Consecuentemente, si la pretensión del actor de amparo no incluye los ele-
mentos antes mencionados, hay ausencia de agravio y la pretensión debe ser
rechazada por existir imposibilidad absoluta de juzgar el caso desde el ámbito
constitucional.
2. A. Por otro lado, en la sentencia del 16-XI-2012, pronunciada en el Amp.
24-2009, este Tribunal sostuvo que el agravio es de tipo actual cuando, no obs-
tante el tiempo transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración
de derechos fundamentales que se alega y el de la presentación de la demanda
de amparo, no hayan desaparecido –es decir, permanezcan en el tiempo– los
efectos jurídicos directos de dicha transgresión en la esfera particular de la per-
sona que solicita el amparo, entendidos estos últimos como la dificultad o im-
posibilidad para continuar ejerciendo materialmente las facultades subjetivas
derivadas de un derecho del cual se tiene o se ha tenido su titularidad.
Entonces, para determinar si un agravio posee actualidad se deberá ana-
lizar –atendiendo a las circunstancias fácticas de cada caso concreto y, en es-
pecial, a la naturaleza de los derechos cuya transgresión se alega– si el lapso
transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración a los derechos
fundamentales y el de la presentación de la demanda es o no consecuencia de
la mera inactividad de quien se encontraba legitimado para promover el res-
pectivo proceso de amparo. Así, en el caso de no encontrarse objetivamente
imposibilitado el interesado para requerir la tutela de sus derechos y haber de-
jado transcurrir un plazo razonable sin solicitar su protección jurisdiccional –vol-
viendo con ello improbable el restablecimiento material de dichos derechos– se
entiende que ya no soporta en su esfera jurídica, al menos de manera directa e
inmediata, los efectos negativos que la actuación impugnada le ha causado y,
consecuentemente, que el elemento material del agravio que aparentemente
se le ha ocasionado ha perdido vigencia.
B. De ahí que, a efecto de determinar la irrazonabilidad o no de la duración
del plazo para promover un proceso de amparo luego de acontecida la vulne-
ración constitucional que se alega, se requiere una evaluación de las circunstan-
cias del caso en concreto atendiendo a criterios objetivos, como pueden serlo:
en primer lugar, la actitud del demandante, en tanto que deberá determinarse
si la dilación es producto de su propia inactividad que, sin causa de justificación
alguna, dejó transcurrir el tiempo sin requerir la protección jurisdiccional res-
pectiva; y en segundo lugar, la complejidad –fáctica o jurídica– de la pretensión
que se formule.

311
Amparos / Improcedencias

III. Expuestas las consideraciones precedentes, corresponde ahora evaluar


la posibilidad de conocer de las infracciones alegadas por la parte actora en el
presente caso.
1. En síntesis, el abogado del actor dirige su reclamo contra el Colegio Mé-
dico de El Salvador en virtud de haber ordenado la expulsión de su mandante
como miembro de dicha asociación el 28-XI-2013 por una supuesta infracción
del artículo 44 del Reglamento General del Colegio Médico. Como consecuen-
cia de dicho acto considera que se habrían transgredido los derechos de au-
diencia y defensa –como manifestaciones del debido proceso–, de asociación y
al honor del peticionario. Lo anterior, debido a que aparentemente no se siguió
ningún proceso disciplinario en su contra pese a que dicha expulsión afecta su
buena reputación, imagen y prestigio.
2. Así, se evidencia que transcurrió aproximadamente un plazo de un año
y diez meses desde la emisión del referido acto hasta la presentación de la de-
manda, lo que no permite deducir cuál es el agravio actual que dicha actuación
ocasiona en la esfera jurídica constitucional de la parte actora.
En ese orden, se observa que el demandante no promovió el amparo en un
plazo razonable después de acontecida la supuesta vulneración constitucional,
sino que dejó transcurrir un lapso prolongado, aspecto que desvirtuaría la ac-
tualidad de la afectación padecida como consecuencia del acto reclamado. Y
es que, debido a la naturaleza jurídica del proceso de amparo, es necesario que
además de que exista un agravio concreto en la esfera jurídica del peticionario,
este debe ser actual. Así, debe indicarse cuál es el perjuicio actual que sufre la
parte actora en sus derechos fundamentales y no limitarse a manifestar – de
manera general– acotaciones relacionadas a afectaciones a su esfera jurídica.
3. En consecuencia, de los términos expuestos por el apoderado de la parte
actora en su demanda, se advierte que no se está en presencia de un agra-
vio actual en la esfera jurídica del demandante, puesto que el acto reclamado
fue emitido el 28-XI-2013, por lo que transcurrió aproximadamente un año y
diez meses desde la emisión del acto reclamado hasta que fue presentada la
demanda de amparo el 13-X-2015, de lo cual no se infiere la existencia de un
perjuicio actual respecto de los efectos negativos que la actuación impugnada
le ha causado a la parte actora y, consecuentemente, el elemento material del
agravio que aparentemente se le ha ocasionado ha perdido vigencia.
Por otras parte, de la documentación adjunta a la demanda también se ad-
vierte que mediante nota de fecha 12-II-2013 el presidente del Colegio Médico
le comunicó al peticionario que se iba a “presentar su caso ante la Asamblea de
Delegados”; asimismo, mediante nota del 23-IV-2013 se le informó que se había

312
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

designado a un miembro del Comité de Ética y Deontología de dicha asociación


para instruir el procedimiento respectivo y se le convocaba para rendir su decla-
ración el 30-IV-2013; es decir, contrario a lo manifestado por el demandante, se
deduce que este tuvo conocimiento del proceso instruido en su contra.
Así, con arreglo a las circunstancias expuestas, se concluye que este Tribu-
nal se encuentra imposibilitado para controlar la constitucionalidad de la ac-
tuación cuestionada, debido a que no se observa actualidad en el agravio res-
pecto de la esfera jurídica del peticionario con relación al acto reclamado. De
esta forma, es pertinente declarar la improcedencia de la demanda de amparo,
por concurrir un defecto en la pretensión que habilita la terminación anormal
del proceso.
Por tanto, de conformidad con los razonamientos antes expuestos, esta
Sala RESUELVE:
1. Tiénese al abogado Rubén Aníbal Blanco Vásquez como apoderado del
señor Rodolfo Aníval M. V., en virtud de haber acreditado en forma debida
la personería con la que interviene en el presente proceso.
2. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por el abogado
Rubén Aníbal Blanco Vásquez, en el carácter antes indicado, en virtud de
que ha transcurrido un año y diez meses desde la emisión del acto recla-
mado hasta que fue planteada la presente demanda de amparo, de lo cual
no se infiere la existencia de un perjuicio actual respecto de los efectos
negativos que la actuación impugnada le ha causado a la parte actora y,
consecuentemente, el elemento material del agravio que aparentemente
se le ha ocasionado ha perdido vigencia.
3. Tome nota la Secretaría de esta Sala del lugar señalado por la parte actora
para recibir los actos procesales de comunicación, así como de la persona
comisionada para tal efecto.
4. Notifíquese.
---A. PINEDA---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME---R. E. GONZALEZ---PRONUNCIA-
DO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E. SOCORRO C.---
SRIA.---RUBRICADAS.

684-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las nueve horas y veintinueve minutos del día diecisiete de fe-
brero de dos mil dieciséis.

313
Amparos / Improcedencias

Analizada la demanda de amparo firmada por los abogados Julio César


Federico y Laura Cristina Preza Quezada o Laura Cristina Preza de Calles, en su
calidad de apoderados generales judiciales con cláusula especial del señor M.
E. H. C., junto con la documentación anexa, se efectúan las siguientes conside-
raciones:
I. En síntesis, los apoderados del peticionario manifiestan que su represen-
tado ingresó a laborar en la Policía Nacional Civil –en adelante PNC– el 16-
XI-1993 desempeñándose como Agente. Posteriormente, argumenta que el
27-X-2000 la Dirección General de la PNC –con el visto bueno del Inspector
General de dicha institución policial– le notificó su remoción de la institución
policial. Así, al ser notificado su mandante de la destitución, a pesar de no es-
tar de acuerdo con la misma “acató con responsabilidad dicha disposición”. Lo
anterior, fue efectuado con base en el “Régimen Especial para la remoción de
Miembros de la Policía Nacional que incurran en conductas irregulares”.
Posteriormente, señalan que en constancias emitidas por la Delegación De-
partamental de San Vicente en memorándum N° 0146 –sin fecha– en la que
comunican a la Unidad de Investigaciones Disciplinarias “... copia de resolucio-
nes sancionatorias e historial de servicio (...) en donde se expresa que [su] re-
presentado ‘no encuentra ningún procedimiento disciplinario por falta grave’
en su contra... [mayúsculas y resaltados suprimidos]. Así, alegan que a pesar
que dicha situación “.... se compensó con el arresto y están ya canceladas. Estos
argumentos (sic) fueron suficientes para su despido...”.
Por otra parte, afirman que su representado estaba contratado bajo el ré-
gimen laboral de Ley de Salarios y que “... a pesar de ello, no se le siguió un
juicio imparcial en el que pudiera hacer uso de su derecho de audiencia y mani-
festar su defensa de acuerdo a la Ley Reguladora de la Garantía de Audiencia
de los Empleados Públicos no comprendidos en la Carrera Administrativa...”.
Por lo antes expuesto, los abogados del peticionario cuestionan la constitu-
cionalidad de las siguientes actuaciones: a) la resolución pronunciada el 12-XII-
2000 por el Director General de la PNC, mediante la cual se impuso al pretensor
la sanción de remoción de la institución policial; b) el visto bueno de fecha 26-X-
2000 emitido por el Inspector General de la PNC, por medio del cual se avaló su
remoción de la institución policial; y c) la decisión pronunciada –sin especificar
la fecha de emisión– por el Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguridad
Pública y Justicia, en la cual se confirmó la aludida resolución.
Dichos actos –a su juicio– le infringieron a su mandante los derechos de
audiencia, defensa, estabilidad laboral y al ejercicio de la carrera policial y la
“... violación a la categoría jurídica de la prohibición de doble juzgamiento, y a

314
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

la seguridad jurídica consagrados en la normativa constitucional, así como los


artículos ocho, diez y once de la Convención sobre Derechos Humanos...”.
II. Determinados los argumentos expresados por los abogados de la parte
pretensora corresponde en este apartado exponer los fundamentos jurídicos
de la resolución que se proveerá.
1. Tal como se sostuvo en la resolución del 27-I-2009, pronunciada en el
Amp. 795-2006, este proceso constitucional persigue que se imparta a la per-
sona la protección jurisdiccional contra cualquier acto de autoridad que estime
inconstitucional y que, específicamente, vulnere u obstaculice el ejercicio de los
derechos constitucionales consagrados a su favor.
En ese sentido, para la procedencia de la pretensión de amparo en la etapa
inicial del proceso, es necesario –entre otros requisitos– que el sujeto activo se
autoatribuya alteraciones difusas o concretas en su esfera jurídica derivadas
de los efectos de la existencia de una presunta acción u omisión –lo que en
términos generales de la jurisprudencia constitucional se ha denominado sim-
plemente agravio–. Dicho agravio tiene como requisitos que se produzca con
relación a normas o preceptos de rango constitucional –elemento jurídico– y
que genere una afectación difusa o concreta en la esfera jurídica de la persona
justiciable –elemento material–.
Desde esta perspectiva, se ha afirmado que hay ausencia de agravio cons-
titucional cuando el acto u omisión alegado es inexistente o cuando, no obs-
tante concurra una actuación u omisión por parte de la autoridad a quien se le
atribuye la responsabilidad, aquella ha sido legítima, es decir, se ha realizado
dentro del marco constitucional o es incapaz de producir por sí misma una
afrenta en la esfera jurídica constitucional del sujeto que reclama.
Consecuentemente, si la pretensión del actor de amparo no incluye los ele-
mentos antes mencionados, hay ausencia de agravio y la pretensión debe ser
rechazada por existir imposibilidad absoluta de juzgar el caso desde el ámbito
constitucional.
2. A. Por otro lado, en la sentencia del 16-XI-2012, pronunciada en el Amp.
24-2009, este Tribunal sostuvo que el agravio es de tipo actual cuando, no obs-
tante el tiempo transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración
de derechos fundamentales que se alega y el de la presentación de la demanda
de amparo, no hayan desaparecido –es decir, permanezcan en el tiempo– los
efectos jurídicos directos de dicha transgresión en la esfera particular de la per-
sona que solicita el amparo, entendidos tales efectos como la dificultad o im-
posibilidad para continuar ejerciendo materialmente las facultades subjetivas
derivadas de un derecho del cual se tiene o se ha tenido su titularidad.

315
Amparos / Improcedencias

Entonces, para determinar si un agravio posee actualidad se deberá ana-


lizar –atendiendo a las circunstancias fácticas de cada caso concreto y, en es-
pecial, a la naturaleza de los derechos cuya transgresión se alega– si el lapso
transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración a los derechos
fundamentales y el de la presentación de la demanda no ha sido consecuencia
de la mera inactividad de quien se encontraba legitimado para promover el
respectivo proceso de amparo. Así, en el caso de no encontrarse objetivamente
imposibilitado el interesado para requerir la tutela de sus derechos y haber de-
jado transcurrir un plazo razonable sin solicitar su protección jurisdiccional –vol-
viendo con ello improbable el restablecimiento material de dichos derechos– se
entendería que ya no soporta en su esfera jurídica, al menos de manera directa
e inmediata, los efectos negativos que la actuación impugnada le ha causado y,
consecuentemente, que el elemento material del agravio que aparentemente
se le ha ocasionado ha perdido vigencia.
Y es que la finalidad del amparo –restitución en el goce material de dere-
chos fundamentales– pierde sentido en aquellos casos en los que –como se
acotó en párrafos precedentes– la persona haya dejado transcurrir un plazo
razonable para requerir la tutela jurisdiccional de sus derechos fundamentales
sin haberse encontrado objetivamente imposibilitada para realizarlo, pues tal
situación denotaría que aquella pretende no el restablecimiento de sus dere-
chos sino la mera posibilidad de obtener una indemnización por la transgresión
de la que supuestamente ha sido objeto, es decir, plantearía una pretensión de
carácter pecuniario y no una pretensión de naturaleza estrictamente constitu-
cional.
B. De ahí que, a efecto de determinar la irrazonabilidad o no de la duración
del plazo para promover un proceso de amparo luego de acontecida la vulne-
ración constitucional que se alega, se requiere una evaluación de las circunstan-
cias del caso en concreto atendiendo a criterios objetivos, como pueden serlo:
en primer lugar, la actitud del demandante, en tanto que deberá determinarse
si la dilación es producto de su propia inactividad que, sin causa de justificación
alguna, dejó transcurrir el tiempo sin requerir la protección jurisdiccional res-
pectiva; y en segundo lugar, la complejidad –fáctica o jurídica– de la pretensión
que se formule.
III. Expuestas las consideraciones precedentes, corresponde ahora evaluar
la posibilidad de conocer de las infracciones alegadas por la parte actora en el
presente caso.
1. Los apoderados del demandante pretenden atacar la resolución pronun-
ciada el 12-XII-2000 por el Director General de la PNC, mediante la cual se impu-

316
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

so al pretensor la sanción de remoción de la institución policial; el visto bueno


de fecha 26-X-2000 emitido por el Inspector General de la PNC, por medio del
cual se avaló su remoción de la institución policial; y la decisión pronunciada
–sin especificar la fecha de emisión– por el Tribunal de Apelaciones del Ministe-
rio de Seguridad Pública y Justicia, en la cual se confirmó la aludida resolución.
Lo anterior, a pesar de que a su mandante únicamente le fueron comunica-
das las resoluciones pronunciadas en su contra, sin que se le otorgara presunta-
mente una oportunidad real de defensa.
Por lo antes señalado, los abogados de la parte actora estiman que dichos
actos le vulneraron a su representado los derechos de audiencia, defensa, esta-
bilidad laboral y al ejercicio de la carrera policial y “... la violación a la categoría
jurídica de la prohibición de doble juzgamiento, y a la seguridad jurídica consa-
grados en la normativa constitucional, así como los artículos ocho, diez y once
de la Convención sobre Derechos Humanos...”.
2. A. Ahora bien, pese a los alegatos expuestos por los apoderados del pre-
tensor se advierte que la resolución del Director General de la PNC, mediante la
cual se impuso la sanción de remoción de la institución policial del peticionario
fue emitida el 12-XII-2000 y fue confirmada por Tribunal de Apelaciones del
Ministerio de Seguridad Pública y Justicia –sin precisarse el día específico de
esa decisión–; mientras que la demanda de amparo fue presentada el día 30-
XI-2015 en la Secretaría de este Tribunal, es decir, el amparo es incoado quince
años después de haberse pronunciado la resolución que considera vulneró sus
derechos fundamentales.
Y es que, debido a la naturaleza jurídica del proceso de amparo, es nece-
sario que, además de que exista un agravio concreto en la esfera jurídica del
peticionario, este debe ser actual, tal como se acotó en los autos de improce-
dencia emitidos el 29-XI-2013 en los Amps. 593-2013 y 678-2013. Así, para que
un reclamo esté debidamente fundamentado debe indicarse cuál es el perjuicio
actual que sufre la parte actora en sus derechos fundamentales.
En efecto, de los términos expuestos en la demanda planteada, se obser-
va que la parte actora no promovió el amparo durante un lapso prolongado
(quince años), aspecto que desvirtuaría la actualidad de la afectación padecida
como consecuencia de las decisiones de las autoridades demandadas.
B. Por otra parte, se advierte que los apoderados del pretensor solicitan en
su demanda que: “... se le paguen a [su] patrocinado, los salarios caídos no per-
cibidos del día [12-XII-2000], hasta el [31-V-2015], haciendo un total de ciento
setenta y tres meses, es decir[,] [$90,008.60] dólares de los Estados Unidos de
América (...). [Así como] se le pague indemnización por daños y perjuicios físi-

317
Amparos / Improcedencias

cos, morales y patrimoniales, equivalentes a [$60,000.00]...”. (...) Se le pague


vacaciones, aguinaldos, bonos, y el régimen de disponibilidad (alimentación)
del año [2000] hasta el [31-V-2015 y] gratificación especial de [$600.00].
De igual manera, se observa de la documentación anexa que el peticionario
ha aprobado el “Curso de Actualización y reforzamiento para Aspirantes a Re-
ingresar a la Policía Nacional Civil” que fue impartido por la Academia Nacional
de Seguridad Pública –entre los días 1-VI-2015 al 3-VII-2015– a efecto de lograr
con ello ser reincorporado a la institución policial.
Al respecto de lo solicitado por los abogados de la parte actora, se advierte
que su pretensión va dirigida no a impugnar una transgresión de naturaleza
constitucional y, en consecuencia el restablecimiento de sus derechos sino la
mera posibilidad de obtener una indemnización por el agravio del que supues-
tamente ha sido objeto su representado, por lo que se advierte que están plan-
teando una pretensión de carácter pecuniario y no una de naturaleza estricta-
mente constitucional.
C. En consecuencia, de los términos expuestos por los apoderados del pre-
tensor en su demanda, se advierte que no se está en presencia de un agravio
actual en la esfera jurídica del peticionario, puesto que la resolución que pre-
suntamente vulneró los derechos fundamentales de aquel fue emitida por el
Director General de la PNC el 12-XII-2000, de lo cual no se infiere la existencia
de un perjuicio actual respecto de los efectos negativos que las actuaciones
impugnadas le han causado y, consecuentemente, el elemento material del
agravio que aparentemente se le ha ocasionado ha perdido vigencia. Además,
que se ha evidenciado que el propósito de su demanda es obtener una in-
demnización y no el restablecimiento del derecho fundamental presuntamente
vulnerado.
3. En definitiva, con arreglo a las circunstancias expuestas, se concluye que
este Tribunal se encuentra imposibilitado para controlar la constitucionalidad
de las actuaciones cuestionadas, debido a que no se observa actualidad en el
agravio respecto de la esfera jurídica del peticionario con relación a los actos
reclamados. Así como también, debido a que su pretensión va encaminada a
la satisfacción de un interés pecuniario, lo cual no es el objetivo que persigue
el proceso constitucional de amparo. De esta forma, es pertinente declarar la
improcedencia de la demanda de amparo, por concurrir un defecto en la pre-
tensión que habilita la terminación anormal del proceso.
Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:

318
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

1. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por los abogados


Julio César Federico y Laura Cristina Preza Quezada o Laura Cristina Preza
de Calles, en su calidad de apoderados generales judiciales con cláusula
especial del señor M. E. H. C., contra actuaciones del Director e Inspector
General de la PNC y del Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguri-
dad Pública y Justicia, en virtud de que existe ausencia de agravio actual,
ya que la parte actora no promovió el amparo durante un lapso prolonga-
do (quince años), aspecto que desvirtuaría la actualidad de la afectación
padecida como consecuencia de las decisiones de las autoridades deman-
dadas. Así como por advertirse que su pretensión se limita a la satisfacción
de un interés pecuniario de obtener una indemnización por el presunto
agravio constitucional ocasionado por los actos reclamados, no obstante
que –todo indica que al cumplir con los requisitos correspondientes– el
peticionario ya ha sido reincorporado a la PNC.
2. Tome nota la Secretaría de este Tribunal del lugar y medio técnico señalado
por los abogados de la parte actora para oír notificaciones.
3. Notifíquese.
A. PINEDA.---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME---R. E. GONZALEZ.---PRONUNCIA-
DO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---E. SOCORRO C.---
SRIA.---RUBRICADAS.

714-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las nueve horas y veintitrés minutos del día diecisiete de febrero
de dos mil dieciséis.
Analizada la demanda de amparo firmada por los abogados Julio César
Federico y Laura Cristina Preza Quezada o Laura Cristina Preza de Calles, en su
calidad de apoderados generales judiciales con cláusula especial del señor M.
A. V. F., junto con la documentación anexa, se efectúan las siguientes conside-
raciones:
I. En síntesis, los apoderados del peticionario manifiestan que su represen-
tado ingresó a laborar en la Policía Nacional Civil –en adelante PNC– el 16-
XI-1993 desempeñándose como Sargento. Posteriormente, argumentan que
el 14-XI-2000 la Dirección General de la PNC –con el visto bueno del Inspector
General de dicha institución policial– le notificó su remoción de la citada enti-
dad. Así, al ser notificado su mandante de la destitución, a pesar de no estar

319
Amparos / Improcedencias

de acuerdo con la misma “acató con responsabilidad dicha disposición”. Lo an-


terior, fue efectuado con base en el “Régimen Especial para la remoción de
Miembros de la Policía Nacional que incurran en conductas irregulares”.
Por otra parte, indican que su representado estaba contratado bajo el régi-
men laboral de Ley de Salarios y que “... a pesar de ello, no se le siguió un juicio
imparcial en el que pudiera hacer uso de su derecho de audiencia y manifestar
su defensa de acuerdo a la Ley Reguladora de la Garantía de Audiencia de los
Empleados Públicos no comprendidos en la Carrera Administrativa...”.
Por lo antes expuesto y de la documentación presentada se colige que los
abogados de la peticionaria cuestionan la constitucionalidad de las siguientes
actuaciones: a) el Acuerdo N° 003 emitido el 9-I-2001 por el Director General de
la PNC, mediante el cual se dejó sin efecto los nombramientos de determinado
personal policial, entre los que se encontraba el pretensor; b) el visto bueno
dado por el Inspector General de la PNC, por medio del cual se avaló la desti-
tución; y c) la decisión pronunciada –sin especificar la fecha de emisión– por
el Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguridad Pública y Justicia, en la
cual se confirmó el aludido Acuerdo del Director de la PNC.
Dichos actos –a su juicio– le infringieron a su mandante los derechos de
audiencia, defensa, estabilidad laboral y al ejercicio de la carrera policial y la “...
violación a la categoría jurídica de la prohibición de doble juzgamiento, y a la
seguridad jurídica consagrados en la normativa constitucional...”.
II. Determinados los argumentos expresados por los abogados de la parte
pretensora corresponde en este apartado exponer los fundamentos jurídicos
de la resolución que se proveerá.
1. Tal como se sostuvo en la resolución del 27-I-2009, pronunciada en el
Amp. 795-2006, este proceso constitucional persigue que se imparta a la per-
sona la protección jurisdiccional contra cualquier acto de autoridad que estime
inconstitucional y que, específicamente, vulnere u obstaculice el ejercicio de los
derechos constitucionales consagrados a su favor.
En ese sentido, para la procedencia de la pretensión de amparo en la etapa
inicial del proceso, es necesario –entre otros requisitos– que el sujeto activo se
autoatribuya alteraciones difusas o concretas en su esfera jurídica derivadas
de los efectos de la existencia de una presunta acción u omisión –lo que en
términos generales de la jurisprudencia constitucional se ha denominado sim-
plemente agravio–. Dicho agravio tiene como requisitos que se produzca con
relación a normas o preceptos de rango constitucional –elemento jurídico– y
que genere una afectación difusa o concreta en la esfera jurídica de la persona
justiciable –elemento material–.

320
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Desde esta perspectiva, se ha afirmado que hay ausencia de agravio cons-


titucional cuando el acto u omisión alegado es inexistente o cuando, no obs-
tante concurra una actuación u omisión por parte de la autoridad a quien se le
atribuye la responsabilidad, aquella ha sido legítima, es decir, se ha realizado
dentro del marco constitucional o es incapaz de producir por sí misma una
afrenta en la esfera jurídica constitucional del sujeto que reclama.
Consecuentemente, si la pretensión del actor de amparo no incluye los ele-
mentos antes mencionados, hay ausencia de agravio y la pretensión debe ser
rechazada por existir imposibilidad absoluta de juzgar el caso desde el ámbito
constitucional.
2. A. Por otro lado, en la sentencia del 16-XI-2012, pronunciada en el Amp.
24-2009, este Tribunal sostuvo que el agravio es de tipo actual cuando, no obs-
tante el tiempo transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración
de derechos fundamentales que se alega y el de la presentación de la demanda
de amparo, no hayan desaparecido –es decir, permanezcan en el tiempo– los
efectos jurídicos directos de dicha transgresión en la esfera particular de la per-
sona que solicita el amparo, entendidos tales efectos como la dificultad o im-
posibilidad para continuar ejerciendo materialmente las facultades subjetivas
derivadas de un derecho del cual se tiene o se ha tenido su titularidad.
Entonces, para determinar si un agravio posee actualidad se deberá ana-
lizar –atendiendo a las circunstancias fácticas de cada caso concreto y, en es-
pecial, a la naturaleza de los derechos cuya transgresión se alega– si el lapso
transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración a los derechos
fundamentales y el de la presentación de la demanda no ha sido consecuencia
de la mera inactividad de quien se encontraba legitimado para promover el
respectivo proceso de amparo. Así, en el caso de no encontrarse objetivamente
imposibilitado el interesado para requerir la tutela de sus derechos y haber de-
jado transcurrir un plazo razonable sin solicitar su protección jurisdiccional –vol-
viendo con ello improbable el restablecimiento material de dichos derechos– se
entendería que ya no soporta en su esfera jurídica, al menos de manera directa
e inmediata, los efectos negativos que la actuación impugnada le ha causado y,
consecuentemente, que el elemento material del agravio que aparentemente
se le ha ocasionado ha perdido vigencia.
Y es que la finalidad del amparo –restitución en el goce material de dere-
chos fundamentales– pierde sentido en aquellos casos en los que –como se
acotó en párrafos precedentes– la persona haya dejado transcurrir un plazo
razonable para requerir la tutela jurisdiccional de sus derechos fundamentales
sin haberse encontrado objetivamente imposibilitada para realizarlo, pues tal

321
Amparos / Improcedencias

situación denotaría que aquella pretende no el restablecimiento de sus dere-


chos sino la mera posibilidad de obtener una indemnización por la transgresión
de la que supuestamente ha sido objeto, es decir, plantearía una pretensión de
carácter pecuniario y no una pretensión de naturaleza estrictamente constitu-
cional.
B. De ahí que, a efecto de determinar la irrazonabilidad o no de la duración
del plazo para promover un proceso de amparo luego de acontecida la vulne-
ración constitucional que se alega, se requiere una evaluación de las circunstan-
cias del caso en concreto atendiendo a criterios objetivos, como pueden serlo:
en primer lugar, la actitud del demandante, en tanto que deberá determinarse
si la dilación es producto de su propia inactividad que, sin causa de justificación
alguna, dejó transcurrir el tiempo sin requerir la protección jurisdiccional res-
pectiva; y en segundo lugar, la complejidad –fáctica o jurídica– de la pretensión
que se formule.
III. Expuestas las consideraciones precedentes, corresponde ahora evaluar
la posibilidad de conocer de las infracciones alegadas por la parte actora en el
presente caso.
1. Los apoderados de la demandante pretenden atacar el Acuerdo N° 003
emitido el 9-I-2001 por el Director General de la PNC, mediante el cual se dejó
sin efecto los nombramientos de determinado personal policial, entre los que
se encontraba el pretensor; el visto bueno dado por el Inspector General de la
PNC, por medio del cual se avaló la destitución; y la decisión pronunciada –sin
especificar la fecha de emisión– por el Tribunal de Apelaciones del Ministerio
de Seguridad Pública y Justicia, en la cual se confirmó el aludido Acuerdo del
Director de la PNC.
Lo anterior, a pesar de que a su mandante únicamente le fueron comunica-
das las resoluciones pronunciadas en su contra, sin que se le otorgara presunta-
mente una oportunidad real de defensa.
Por lo antes señalado, los abogados de la parte actora estiman que dichos
actos le vulneraron a su representada los derechos de audiencia, defensa, esta-
bilidad laboral y al ejercicio de la carrera policial y “... la violación a la categoría
jurídica de la prohibición de doble juzgamiento, y a la seguridad jurídica consa-
grados en la normativa constitucional...”.
2. A. Ahora bien, pese a los alegatos expuestos por los apoderados de la
pretensora se advierte que el Acuerdo N° 003 emitido el 9-I-2001 por el Direc-
tor General de la PNC, mediante el cual se dejó sin efecto los nombramientos
de determinado personal policial, fue confirmado –sin especificar la fecha de
emisión– por el Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguridad Pública y

322
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Justicia; mientras que la demanda de amparo fue presentada el día 11-XII-2015


en la Secretaría de este Tribunal, es decir, el amparo ha sido incoado casi quin-
ce años después de haberse pronunciado la resolución que el actor considera
vulneró sus derechos fundamentales.
Y es que, debido a la naturaleza jurídica del proceso de amparo, es nece-
sario que, además de que exista un agravio concreto en la esfera jurídica del
peticionario, este debe ser actual, tal como se acotó en los autos de improce-
dencia emitidos el 29-XI-2013 en los Amps. 593-2013 y 678-2013. Así, para que
un reclamo esté debidamente fundamentado debe indicarse cuál es el perjuicio
actual que sufre la parte actora en sus derechos fundamentales.
En efecto, de los términos expuestos en la demanda planteada, se observa
que la parte actora no promovió el amparo durante un lapso prolongado (casi
quince años), aspecto que desvirtuaría la actualidad de la afectación padecida
como consecuencia de las decisiones de las autoridades demandadas.
B. Por otra parte, se advierte que los apoderados del pretensor solicitan en
su demanda que: “... se le paguen a [su] patrocinado, los salarios caídos no per-
cibidos del día [14-XI-2000], hasta el [31-V-2015], haciendo un total de ciento
setenta y cinco meses, es decir[,] [$121,166.50] dólares de los Estados Unidos
de América (...). [Así como] se le pague indemnización por daños y perjuicios
físicos, morales y patrimoniales, equivalentes a [80,000.00] (...) Se le pague
vacaciones, aguinaldos, bonos, y el régimen de disponibilidad (alimentación)
del año [2000] hasta el [24-VII-2015 y la] gratificación especial de [$600.00]...”.
De igual manera, se observa de la documentación anexa que el peticionario
reingresó a laborar en la PNC el 24-VII-2015, mediante decisión del Director Ge-
neral de la PNC establecida en el Acuerdo PNC/DG/N° A-0881-07-2015.
Al respecto de lo solicitado por los apoderados de la parte actora, se evi-
dencia que su pretensión va dirigida no a impugnar una transgresión de natu-
raleza constitucional y, en consecuencia, al restablecimiento de sus derechos,
sino a plantear la mera posibilidad de obtener una indemnización por el agra-
vio del que supuestamente ha sido objeto su representado, por lo que se ad-
vierte que están formulando una pretensión de carácter pecuniario y no una
de naturaleza estrictamente constitucional.
C. En consecuencia, de los términos expuestos por los abogados de la
pretensora en su demanda, se advierte que no se está en presencia de un
agravio actual en la esfera jurídica del señor M. A. V. F., puesto que el Acuer-
do que presuntamente vulneró sus derechos fundamentales fue emitido por
el Director General de la PNC el 9-I-2001, de lo cual no se infiere la existencia

323
Amparos / Improcedencias

de un perjuicio actual respecto de los efectos negativos que las actuaciones


impugnadas le han causado y, consecuentemente, el elemento material del
agravio que aparentemente se le ha ocasionado ha perdido vigencia. Ade-
más, que se ha evidenciado que el propósito de su demanda es obtener una
indemnización y no el restablecimiento del derecho fundamental presunta-
mente vulnerado.
3. En definitiva, con arreglo a las circunstancias expuestas, se concluye que
este Tribunal se encuentra imposibilitado para controlar la constitucionalidad
de las actuaciones cuestionadas, debido a que no se observa actualidad en el
agravio respecto de la esfera jurídica del peticionario con relación a los actos
reclamados. Así como, debido a que su pretensión va encaminada a la satisfac-
ción de un interés pecuniario, lo cual no es el objetivo que persigue el proceso
constitucional de amparo. De esta forma, es pertinente declarar la improce-
dencia de la demanda de amparo, por concurrir defectos en la pretensión que
habilitan la terminación anormal del proceso.
Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por los aboga-
dos Julio César Federico y Laura Cristina Preza Quezada o Laura Cristi-
na Preza de Calles, en su calidad de apoderados generales judiciales con
cláusula especial del señor M. A. V. F., contra actuaciones del Director y
del Inspector General de la PNC y del Tribunal de Apelaciones del Minis-
terio de Seguridad Pública y Justicia, en virtud de que existe ausencia de
agravio actual, ya que la parte actora no promovió el amparo durante un
lapso prolongado (casi quince años), aspecto que desvirtuaría la actua-
lidad de la afectación padecida como consecuencia de las decisiones de
las autoridades demandadas. Así como por advertirse que su pretensión
se limita a la satisfacción de un interés pecuniario de obtener una indem-
nización por el presunto agravio constitucional ocasionado por los actos
reclamados, no obstante que el peticionario ya ha sido reincorporado a
la PNC.
2. Tome nota la Secretaría de este Tribunal del lugar y medio técnico señalado
por los apoderados de la parte actora para oír notificaciones.
3. Notifíquese.
A.PINEDA---F. MELENDEZ---J. B. JAIME---R. E. GONZALEZ---PRONUNCIADO
POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---E. SOCORRO C.---
SRIA.---RUBRICADAS.

324
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

715-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las nueve horas y veinticuatro minutos del día diecisiete de fe-
brero de dos mil dieciséis.
Analizada la demanda de amparo firmada por los abogados Julio César
Federico y Laura Cristina Preza Quezada o Laura Cristina Preza de Calles, en su
calidad de apoderados generales judiciales con cláusula especial del señor J. D.
O. R., junto con la documentación anexa, se efectúan las siguientes considera-
ciones:
I. En síntesis, los apoderados del peticionario manifiestan que su represen-
tado ingresó a laborar en la Policía Nacional Civil –en adelante PNC– el 28-
V-1994 desempeñándose como Agente policial. Posteriormente, argumentan
que el 21-XII-2000 la Dirección General de la PNC –con el visto bueno del Ins-
pector General de dicha institución policial– le notificó su remoción de la citada
entidad. Así, al ser notificado su mandante de la destitución, a pesar de no
estar de acuerdo con la misma “acató con responsabilidad dicha disposición”.
Lo anterior, fue efectuado con base en el “Régimen Especial para la remoción
de Miembros de la Policía Nacional que incurran en conductas irregulares”.
De igual manera, señalan que si bien es cierto su poderdante fue sanciona-
do el 30-X-2000 con ciento ochenta días de suspensión del cargo sin goce de
sueldo –la cual fue ejecutada entre el 12-IV-2000 y finalizó el 9-X-2000–, está ya
fue cancelada por haber sido cumplida la misma.
Por otra parte, indican que su representado estaba contratado bajo el régi-
men laboral de Ley de Salarios y que “... a pesar de ello, no se le siguió un juicio
imparcial en el que pudiera hacer uso de su derecho de audiencia y manifestar
su defensa de acuerdo a la Ley Reguladora de la Garantía de Audiencia de los
Empleados Públicos no comprendidos en la Carrera Administrativa...”.
Por lo antes expuesto, los abogados del peticionario cuestionan la constitu-
cionalidad de las siguientes actuaciones: a) la resolución pronunciada el 21-XII-
2000 por el Director General de la PNC, mediante la cual se le impuso la sanción
de remoción de la institución policial; b) el visto bueno dado por el Inspector
General de la PNC, por medio del cual se avaló su destitución de la institución
policial; y c) la decisión pronunciada –sin especificarse fecha de su emisión–por
el Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguridad Pública y Justicia, en la
cual se confirmó la aludida resolución.
Dichos actos –a su juicio– le infringieron a su mandante los derechos de
audiencia, defensa, estabilidad laboral y al ejercicio de la carrera policial y la “...

325
Amparos / Improcedencias

violación a la categoría jurídica de la prohibición de doble juzgamiento, y a la


seguridad jurídica consagrados en la normativa constitucional...”.
II. Determinados los argumentos expresados por los abogados de la parte
pretensora corresponde en este apartado exponer los fundamentos jurídicos
de la resolución que se proveerá.
1. Tal como se sostuvo en la resolución del 27-I-2009, pronunciada en el
Amp. 795-2006, este proceso constitucional persigue que se imparta a la per-
sona la protección jurisdiccional contra cualquier acto de autoridad que estime
inconstitucional y que, específicamente, vulnere u obstaculice el ejercicio de los
derechos constitucionales consagrados a su favor.
En ese sentido, para la procedencia de la pretensión de amparo en la etapa
inicial del proceso, es necesario –entre otros requisitos– que el sujeto activo se
autoatribuya alteraciones difusas o concretas en su esfera jurídica derivadas
de los efectos de la existencia de una presunta acción u omisión –lo que en
términos generales de la jurisprudencia constitucional se ha denominado sim-
plemente agravio–. Dicho agravio tiene como requisitos que se produzca con
relación a normas o preceptos de rango constitucional –elemento jurídico– y
que genere una afectación difusa o concreta en la esfera jurídica de la persona
justiciable –elemento material–.
Desde esta perspectiva, se ha afirmado que hay ausencia de agravio cons-
titucional cuando el acto u omisión alegado es inexistente o cuando, no obs-
tante concurra una actuación u omisión por parte de la autoridad a quien se le
atribuye la responsabilidad, aquella ha sido legítima, es decir, se ha realizado
dentro del marco constitucional o es incapaz de producir por sí misma una
afrenta en la esfera jurídica constitucional del sujeto que reclama.
Consecuentemente, si la pretensión del actor de amparo no incluye los ele-
mentos antes mencionados, hay ausencia de agravio y la pretensión debe ser
rechazada por existir imposibilidad absoluta de juzgar el caso desde el ámbito
constitucional.
2. A. Por otro lado, en la sentencia del 16-XI-2012, pronunciada en el Amp.
24-2009, este Tribunal sostuvo que el agravio es de tipo actual cuando, no obs-
tante el tiempo transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración
de derechos fundamentales que se alega y el de la presentación de la demanda
de amparo, no hayan desaparecido –es decir, permanezcan en el tiempo– los
efectos jurídicos directos de dicha transgresión en la esfera particular de la per-
sona que solicita el amparo, entendidos tales efectos como la dificultad o im-
posibilidad para continuar ejerciendo materialmente las facultades subjetivas
derivadas de un derecho del cual se tiene o se ha tenido su titularidad.

326
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Entonces, para determinar si un agravio posee actualidad se deberá ana-


lizar –atendiendo a las circunstancias fácticas de cada caso concreto y, en es-
pecial, a la naturaleza de los derechos cuya transgresión se alega– si el lapso
transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración a los derechos
fundamentales y el de la presentación de la demanda no ha sido consecuencia
de la mera inactividad de quien se encontraba legitimado para promover el
respectivo proceso de amparo. Así, en el caso de no encontrarse objetivamente
imposibilitado el interesado para requerir la tutela de sus derechos y haber de-
jado transcurrir un plazo razonable sin solicitar su protección jurisdiccional –vol-
viendo con ello improbable el restablecimiento material de dichos derechos– se
entendería que ya no soporta en su esfera jurídica, al menos de manera directa
e inmediata, los efectos negativos que la actuación impugnada le ha causado y,
consecuentemente, que el elemento material del agravio que aparentemente
se le ha ocasionado ha perdido vigencia.
Y es que la finalidad del amparo –restitución en el goce material de dere-
chos fundamentales– pierde sentido en aquellos casos en los que –como se
acotó en párrafos precedentes– la persona haya dejado transcurrir un plazo
razonable para requerir la tutela jurisdiccional de sus derechos fundamentales
sin haberse encontrado objetivamente imposibilitada para realizarlo, pues tal
situación denotaría que aquella pretende no el restablecimiento de sus dere-
chos sino la mera posibilidad de obtener una indemnización por la transgresión
de la que supuestamente ha sido objeto, es decir, plantearía una pretensión de
carácter pecuniario y no una pretensión de naturaleza estrictamente constitu-
cional.
B. De ahí que, a efecto de determinar la irrazonabilidad o no de la duración
del plazo para promover un proceso de amparo luego de acontecida la vulne-
ración constitucional que se alega, se requiere una evaluación de las circunstan-
cias del caso en concreto atendiendo a criterios objetivos, como pueden serlo:
en primer lugar, la actitud del demandante, en tanto que deberá determinarse
si la dilación es producto de su propia inactividad que, sin causa de justificación
alguna, dejó transcurrir el tiempo sin requerir la protección jurisdiccional res-
pectiva; y en segundo lugar, la complejidad –fáctica o jurídica– de la pretensión
que se formule.
III. Expuestas las consideraciones precedentes, corresponde ahora evaluar
la posibilidad de conocer de las infracciones alegadas por la parte actora en el
presente caso.
1. Los apoderados del demandante pretenden atacar la resolución pronun-
ciada el 21-XII-2000 por el Director General de la PNC, mediante la cual se le

327
Amparos / Improcedencias

impuso la sanción de remoción de la institución policial; el visto bueno dado


por el Inspector General de la PNC, por medio del cual se avaló su destitución
de la institución policial; y la decisión pronunciada –sin especificarse fecha de
su emisión–por el Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguridad Pública
y Justicia, en la cual se confirmó la aludida resolución.
Lo anterior, a pesar de que a su mandante únicamente le fueron comunica-
das las resoluciones pronunciadas en su contra, sin que se le otorgara presunta-
mente una oportunidad real de defensa.
Por lo antes señalado, los abogados de la parte actora estiman que dichos
actos le vulneraron a su representado los derechos de audiencia, defensa, esta-
bilidad laboral y al ejercicio de la carrera policial y “... la violación a la categoría
jurídica de la prohibición de doble juzgamiento, y a la seguridad jurídica consa-
grados en la normativa constitucional...”.
2. A. Ahora bien, pese a los alegatos expuestos por los apoderados del
pretensor se advierte que mediante la resolución emitida el 21-XII-2000 por el
Director General de la PNC se le impuso al actor la sanción de remoción de la
institución policial, y fue confirmada –sin especificar la fecha de emisión– por el
Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguridad Pública y Justicia; mientras
que la demanda de amparo fue presentada el día 11-XII-2015 en la Secretaría
de este Tribunal, es decir, el amparo ha sido incoado casi quince años después
de haberse pronunciado la resolución que el pretensor considera vulneró sus
derechos fundamentales.
Y es que, debido a la naturaleza jurídica del proceso de amparo, es nece-
sario que, además de que exista un agravio concreto en la esfera jurídica del
peticionario, este debe ser actual, tal como se acotó en los autos de improce-
dencia emitidos el 29-XI-2013 en los Amps. 593-2013 y 678-2013. Así, para que
un reclamo esté debidamente fundamentado debe indicarse cuál es el perjuicio
actual que sufre la parte actora en sus derechos fundamentales.
En efecto, de los términos expuestos en la demanda planteada, se observa
que la parte actora no promovió el amparo durante un lapso prolongado (casi
quince años), aspecto que desvirtuaría la actualidad de la afectación padecida
como consecuencia de las decisiones de las autoridades demandadas.
B. Por otra parte, se advierte que los apoderados del pretensor solicitan
en su demanda que: “... se le paguen a [su] patrocinado, los salarios caídos no
percibidos del día [21-XII-2000], hasta el [31-V-2015], haciendo un total de cien-
to setenta y tres meses, es decir[,] [$77,894.98] dólares de los Estados Unidos
de América (...). [Así como] se le pague indemnización por daños y perjuicios
físicos, morales y patrimoniales, equivalentes a [60,000.00] (...) Se le pague

328
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

vacaciones, aguinaldos, bonos, y el régimen de disponibilidad (alimentación)


del año [2000] hasta el [24-VII-2015 y la] gratificación especial de [$600.00] ...”.
De igual manera, se observa de la documentación anexa que el peticionario
reingresó a laborar en la PNC el 24-VII-2015, mediante decisión del Director Ge-
neral de la PNC establecida en el Acuerdo PNC/DGIN° A-0881-07-2015.
Al respecto de lo solicitado por los apoderados de la parte actora, se evi-
dencia que su pretensión va dirigida no a impugnar una transgresión de natu-
raleza constitucional y, en consecuencia, al restablecimiento de sus derechos,
sino a plantear la mera posibilidad de obtener una indemnización por el agra-
vio del que supuestamente ha sido objeto su representado, por lo que se ad-
vierte que están formulando una pretensión de carácter pecuniario y no una
de naturaleza estrictamente constitucional.
C. En consecuencia, de los términos expuestos por los abogados del pre-
tensor en su demanda, se advierte que no se está en presencia de un agravio
actual en la esfera jurídica del señor J. D. O. R., puesto que la resolución que
presuntamente vulneró sus derechos fundamentales fue emitida por el Direc-
tor General de la PNC el 21-XII-2000, de lo cual no se infiere la existencia de un
perjuicio actual respecto de los efectos negativos que las actuaciones impug-
nadas le han causado y, consecuentemente, el elemento material del agravio
que aparentemente se le ha ocasionado ha perdido vigencia. Además, que se
ha evidenciado que el propósito de su demanda es obtener una indemnización
y no el restablecimiento del derecho fundamental presuntamente vulnerado.
3. En definitiva, con arreglo a las circunstancias expuestas, se concluye que
este Tribunal se encuentra imposibilitado para controlar la constitucionalidad
de las actuaciones cuestionadas, debido a que no se observa actualidad en el
agravio respecto de la esfera jurídica del peticionario con relación a los actos
reclamados. Así como, debido a que su pretensión va encaminada a la satisfac-
ción de un interés pecuniario, lo cual no es el objetivo que persigue el proceso
constitucional de amparo. De esta forma, es pertinente declarar la improce-
dencia de la demanda de amparo, por concurrir defectos en la pretensión que
habilitan la terminación anormal del proceso.
Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por los abogados
Julio César Federico y Laura Cristina Preza Quezada o Laura Cristina Preza
de Calles, en su calidad de apoderados generales judiciales con cláusula
especial del señor J. D. O. R., contra actuaciones del Director y del Inspector
General de la PNC y del Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguri-

329
Amparos / Improcedencias

dad Pública y Justicia, en virtud de que existe ausencia de agravio actual, ya


que la parte actora no promovió el amparo durante un lapso prolongado
(casi quince años), aspecto que desvirtuaría la actualidad de la afectación
padecida como consecuencia de las decisiones de las autoridades deman-
dadas. Así como por advertirse que su pretensión se limita a la satisfacción
de un interés pecuniario de obtener una indemnización por el presunto
agravio constitucional ocasionado por los actos reclamados, no obstante
que el peticionario ya ha sido reincorporado a la PNC.
2. Tome nota la Secretaría de este Tribunal del lugar y medio técnico señalado
por los apoderados de la parte actora para oír notificaciones.
3. Notifíquese.
A.PINEDA---F. MELENDEZ---J. B. JAIME---R. E. GONZALEZ---PRONUNCIADO
POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---E. SOCORRO C.---
SRIA.---RUBRICADAS.

716-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las nueve horas y veinticinco minutos del día diecisiete de febre-
ro de dos mil dieciséis.
Analizada la demanda de amparo firmada por los abogados Julio César
Federico y Laura Cristina Preza Quezada o Laura Cristina Preza de Calles, en su
calidad de apoderados generales judiciales con cláusula especial del señor W.
V. P. D., junto con la documentación anexa, se efectúan las siguientes conside-
raciones:
I. En síntesis, los apoderados del peticionario manifiestan que su representa-
do ingresó a laborar en la Policía Nacional Civil –en adelante PNC– el 4-VI-1996
desempeñándose como Agente. Posteriormente, argumentan que el 22-XII-
2000 la Dirección General de la PNC –con el visto bueno del Inspector General
de dicha institución policial– le notificó su remoción de la citada entidad. Así,
al ser notificado su mandante de la destitución, a pesar de no estar de acuerdo
con la misma “acató con responsabilidad dicha disposición”. Lo anterior, fue
efectuado con base en el “Régimen Especial para la remoción de Miembros de
la Policía Nacional que incurran en conductas irregulares”.
Posteriormente, señalan que su poderdante solicitó el 15-VIII-2012 ante la
Unidad de Investigación Disciplinaria de la PNC que se le extendiera una cons-
tancia de antecedentes disciplinarios. En dicha constancia se establecía que “...

330
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

se han revisado los archivos de esta sección constatando que el señor Agente
ONI [...] W. V. P. D., no registra antecedentes disciplinarios por faltas graves o
muy graves a la fecha...” [mayúsculas suprimidas].
Por otra parte, indican que su representado estaba contratado bajo el régi-
men laboral de Ley de Salarios y que “... a pesar de ello, no se le siguió un juicio
imparcial en el que pudiera hacer uso de su derecho de audiencia y manifestar
su defensa de acuerdo a la Ley Reguladora de la Garantía de Audiencia de los
Empleados Públicos no comprendidos en la Carrera Administrativa...”.
Por lo antes expuesto, los abogados del peticionario cuestionan la constitu-
cionalidad de las siguientes actuaciones: a) la resolución pronunciada el 22-XII-
2000 por el Director General de la PNC, mediante la cual se le impuso la sanción
de remoción de la institución policial; b) el visto bueno dado por el Inspector
General de la PNC, por medio del cual se avaló su destitución de la institución
policial; y c) la decisión pronunciada el 21-XII-2001 por el Tribunal de Apela-
ciones del Ministerio de Seguridad Pública y Justicia, en la cual se confirmó la
aludida resolución.
Dichos actos –a su juicio– le infringieron a su mandante los derechos de
audiencia, defensa, estabilidad laboral y al ejercicio de la carrera policial y la “...
violación a la categoría jurídica de la prohibición de doble juzgamiento, y a la
seguridad jurídica consagrados en la normativa constitucional...”.
II. Determinados los argumentos expresados por los abogados de la parte
pretensora corresponde en este apartado exponer los fundamentos jurídicos
de la resolución que se proveerá.
1. Tal como se sostuvo en la resolución del 27-I-2009, pronunciada en el
Amp. 795-2006, este proceso constitucional persigue que se imparta a la per-
sona la protección jurisdiccional contra cualquier acto de autoridad que estime
inconstitucional y que, específicamente, vulnere u obstaculice el ejercicio de los
derechos constitucionales consagrados a su favor.
En ese sentido, para la procedencia de la pretensión de amparo en la etapa
inicial del proceso, es necesario –entre otros requisitos– que el sujeto activo se
autoatribuya alteraciones difusas o concretas en su esfera jurídica derivadas
de los efectos de la existencia de una presunta acción u omisión –lo que en
términos generales de la jurisprudencia constitucional se ha denominado sim-
plemente agravio–. Dicho agravio tiene como requisitos que se produzca con
relación a normas o preceptos de rango constitucional –elemento jurídico– y
que genere una afectación difusa o concreta en la esfera jurídica de la persona
justiciable –elemento material–.

331
Amparos / Improcedencias

Desde esta perspectiva, se ha afirmado que hay ausencia de agravio cons-


titucional cuando el acto u omisión alegado es inexistente o cuando, no obs-
tante concurra una actuación u omisión por parte de la autoridad a quien se le
atribuye la responsabilidad, aquella ha sido legítima, es decir, se ha realizado
dentro del marco constitucional o es incapaz de producir por sí misma una
afrenta en la esfera jurídica constitucional del sujeto que reclama.
Consecuentemente, si la pretensión del actor de amparo no incluye los ele-
mentos antes mencionados, hay ausencia de agravio y la pretensión debe ser
rechazada por existir imposibilidad absoluta de juzgar el caso desde el ámbito
constitucional.
2. A. Por otro lado, en la sentencia del 16-XI-2012, pronunciada en el Amp.
24-2009, este Tribunal sostuvo que el agravio es de tipo actual cuando, no obs-
tante el tiempo transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración
de derechos fundamentales que se alega y el de la presentación de la demanda
de amparo, no hayan desaparecido –es decir, permanezcan en el tiempo– los
efectos jurídicos directos de dicha transgresión en la esfera particular de la per-
sona que solicita el amparo, entendidos tales efectos como la dificultad o im-
posibilidad para continuar ejerciendo materialmente las facultades subjetivas
derivadas de un derecho del cual se tiene o se ha tenido su titularidad.
Entonces, para determinar si un agravio posee actualidad se deberá ana-
lizar –atendiendo a las circunstancias fácticas de cada caso concreto y, en es-
pecial, a la naturaleza de los derechos cuya transgresión se alega– si el lapso
transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración a los derechos
fundamentales y el de la presentación de la demanda no ha sido consecuencia
de la mera inactividad de quien se encontraba legitimado para promover el
respectivo proceso de amparo. Así en el caso de no encontrarse objetivamente
imposibilitado el interesado para requerir la tutela de sus derechos y haber de-
jado transcurrir un plazo razonable sin solicitar su protección jurisdiccional –vol-
viendo con ello improbable el restablecimiento material de dichos derechos– se
entendería que ya no soporta en su esfera jurídica, al menos de manera directa
e inmediata, los efectos negativos que la actuación impugnada le ha causado y,
consecuentemente, que el elemento material del agravio que aparentemente
se le ha ocasionado ha perdido vigencia.
Y es que la finalidad del amparo –restitución en el goce material de dere-
chos fundamentales– pierde sentido en aquellos casos en los que –como se
acotó en párrafos precedentes– la persona haya dejado transcurrir un plazo
razonable para requerir la tutela jurisdiccional de sus derechos fundamentales
sin haberse encontrado objetivamente imposibilitada para realizarlo, pues tal

332
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

situación denotaría que aquella pretende no el restablecimiento de sus dere-


chos sino la mera posibilidad de obtener una indemnización por la transgresión
de la que supuestamente ha sido objeto, es decir, plantearía una pretensión de
carácter pecuniario y no una pretensión de naturaleza estrictamente constitu-
cional.
B. De ahí que, a efecto de determinar la irrazonabilidad o no de la duración
del plazo para promover un proceso de amparo luego de acontecida la vulne-
ración constitucional que se alega, se requiere una evaluación de las circunstan-
cias del caso en concreto atendiendo a criterios objetivos, como pueden serlo:
en primer lugar, la actitud del demandante, en tanto que deberá determinarse
si la dilación es producto de su propia inactividad que, sin causa de justificación
alguna, dejó transcurrir el tiempo sin requerir la protección jurisdiccional res-
pectiva; y en segundo lugar, la complejidad –fáctica o jurídica– de la pretensión
que se formule.
III. Expuestas las consideraciones precedentes, corresponde ahora evaluar
la posibilidad de conocer de las infracciones alegadas por la parte actora en el
presente caso.
1. Los apoderados del demandante pretenden atacar la resolución pronun-
ciada el 22-XII-2000 por el Director General de la PNC, mediante la cual se le
impuso la sanción de remoción de la institución policial; el visto bueno dado
por el Inspector General de la PNC, por medio del cual se avaló su destitución
de la institución policial; y la decisión pronunciada el 21-XII-2001 por el Tribunal
de Apelaciones del Ministerio de Seguridad Pública y Justicia, en la cual se con-
firmó la aludida resolución.
Lo anterior, a pesar de que a su mandante únicamente le fueron comuni-
cadas las resoluciones pronunciadas en su contra, sin que le otorgara presunta-
mente una oportunidad real de defensa.
Por lo antes señalado, los abogados de la parte actora estiman que dichos
actos le vulneraron a su representado los derechos de audiencia, defensa, esta-
bilidad laboral y al ejercicio de la carrera policial y “... la violación a la categoría
jurídica de la prohibición de doble juzgamiento, y a la seguridad jurídica consa-
grados en la normativa constitucional...”.
2. A. Ahora bien, pese a los alegatos expuestos por los apoderados del
pretensor se advierte que la resolución del Tribunal de Apelaciones del Minis-
terio de Seguridad Pública y Justicia –que fue la última en ser pronunciada y
que confirmó la decisión dada por el Director General de la PNC– fue emitida
el 21-XII-2001; mientras que la demanda de amparo fue presentada el día 11-
XII-2015 en la Secretaría de este Tribunal, es decir, el amparo ha sido incoado

333
Amparos / Improcedencias

casi catorce años después de haberse pronunciado la resolución que el actor


considera vulneró sus derechos fundamentales.
Y es que, debido a la naturaleza jurídica del proceso de amparo, es nece-
sario que, además de que exista un agravio concreto en la esfera jurídica del
peticionario, este debe ser actual, tal como se acotó en los autos de improce-
dencia emitidos el 29-XI-2013 en los Amps. 593-2013 y 678-2013. Así, para que
un reclamo esté debidamente fundamentado debe indicarse cuál es el perjuicio
actual que sufre la parte actora en sus derechos fundamentales.
En efecto, de los términos expuestos en la demanda planteada, se observa
que la parte actora no promovió el amparo durante un lapso prolongado (casi
catorce años), aspecto que desvirtuaría la actualidad de la afectación padecida
como consecuencia de las decisiones de las autoridades demandadas.
B. Por otra parte, se advierte que los apoderados del pretensor solicitan
en su demanda que: “... se le paguen a [su] patrocinado, los salarios caídos no
percibidos del día [22-XII-2000], hasta el [31-V-2015], haciendo un total de cien-
to setenta y tres meses, es decir[,] [$62,698.66] dólares de los Estados Unidos
de América (...). [Así como] se le pague indemnización por daños y perjuicios
físicos, morales y patrimoniales, equivalentes a [$60,000.00]... (...) Se le pague
vacaciones, aguinaldos, bonos, y el régimen de disponibilidad (alimentación)
desde el [2000 hasta el 24-VII-2015 y la] gratificación especial de [$600.00]...”.
De igual manera, se observa de la documentación anexa que el peticionario
reingresó a laborar en la PNC el 24-VII-2015, mediante decisión del Director Ge-
neral de la PNC establecida en el Acuerdo PNC/DG/N°. A-0881-07-2015.
Al respecto, se evidencia con ello que su pretensión va dirigida no a im-
pugnar una transgresión de naturaleza constitucional y, en consecuencia, al
restablecimiento de sus derechos sino la mera posibilidad de obtener una in-
demnización por el agravio del que supuestamente ha sido objeto su represen-
tado, por lo que se advierte que están formulando una pretensión de carácter
pecuniario y no una de naturaleza estrictamente constitucional.
C. En consecuencia, de los términos expuestos por los apoderados de la
parte actora en su demanda, se advierte que no se está en presencia de un
agravio actual en la esfera jurídica del pretensor, puesto que la resolución que
confirmó la decisión emitida por el Director General de la PNC fue pronunciada
el 21-XII-2001, de lo cual no se infiere la existencia de un perjuicio actual respec-
to de los efectos negativos que las actuaciones impugnadas le han causado y,
consecuentemente, el elemento material del agravio que aparentemente se le
ha ocasionado ha perdido vigencia. Además, que se ha evidenciado que el pro-
pósito de su demanda es obtener una indemnización y no el restablecimiento
del derecho fundamental presuntamente vulnerado.

334
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

3. En definitiva, con arreglo a las circunstancias expuestas, se concluye que


este Tribunal se encuentra imposibilitado para controlar la constitucionalidad
de las actuaciones cuestionadas, debido a que no se observa actualidad en el
agravio respecto de la esfera jurídica del peticionario con relación a los actos
reclamados. Así como, debido a que su pretensión va encaminada a la satisfac-
ción de un interés pecuniario, lo cual no es el objetivo que persigue el proceso
constitucional de amparo. De esta forma, es pertinente declarar la improce-
dencia de la demanda de amparo, por concurrir defectos en la pretensión que
habilita la terminación anormal del proceso.
Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por los abogados
Julio César Federico y Laura Cristina Preza Quezada o Laura Cristina Preza
de Calles, en su calidad de apoderados generales judiciales con cláusula es-
pecial del señor W. V. P. D., contra actuaciones del Director y del Inspector
General de la PNC y del Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguri-
dad Pública y Justicia, en virtud de que existe ausencia de agravio actual, ya
que la parte actora no promovió el amparo durante un lapso prolongado
(casi catorce años), aspecto que desvirtuaría la actualidad de la afectación
padecida como consecuencia de las decisiones de las autoridades deman-
dadas. Así como por advertirse que su pretensión se limita a la satisfacción
de un interés pecuniario de obtener una indemnización por el presunto
agravio constitucional ocasionado por los actos reclamados, no obstante
que el peticionario ya ha sido reincorporado a la PNC.
2. Tome nota la Secretaría de este Tribunal del lugar y medio técnico señalado
por los apoderados de la parte actora para oír notificaciones.
3. Notifíquese.
A. PINEDA.---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME.---R. E. GONZALEZ.---PRONUNCIA-
DO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E. SOCORRO C.---
SRIA.---RUBRICADAS.

717-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las nueve horas y veintiséis minutos del día diecisiete de febrero
de dos mil dieciséis.
Analizada la demanda de amparo firmada por los abogados Julio César
Federico y Laura Cristina Preza Quezada o Laura Cristina Preza de Calles, en su

335
Amparos / Improcedencias

calidad de apoderados generales judiciales con cláusula especial del señor M.


R. L. M., junto con la documentación anexa, se efectúan las siguientes conside-
raciones:
I. En síntesis, los apoderados del peticionario manifiestan que su represen-
tado ingresó a laborar en la Policía Nacional Civil –en adelante PNC– el 14-
XII-1993 desempeñándose como Sargento. Posteriormente, argumentan que
el 5-XII-2000 la Dirección General de la PNC –con el visto bueno del Inspector
General de dicha institución policial– le notificó su remoción de la citada enti-
dad. Así, al ser notificado su mandante de la destitución, a pesar de no estar
de acuerdo con la misma “acató con responsabilidad dicha disposición”. Lo an-
terior, fue efectuado con base en el “Régimen Especial para la remoción de
Miembros de la Policía Nacional que incurran en conductas irregulares”.
De igual manera, señalan que el motivo argüido por el Director de la PNC
y el Inspector General era que dicha destitución se debió a que presuntamen-
te el pretensor era indisciplinado. Sin embargo, mencionan que en constancia
suscrita por la Inspectora General de la PNC de fecha 27-V-2010 se indicó que al
peticionario no se le “encontraron faltas incumplidas ni procesos pendientes”.
Asimismo, en constancia emitida por la Unidad de Investigación Disciplinaria
de la PNC del 27-IV-2015, se estableció que “... se han revisado los archivos de
esta sección constatando que el señor Sargento ONI […] M. R. L. M., División
de Finanzas por la Delegación de Santa Ana, no registra antecedentes discipli-
narios por faltas graves o muy graves a la fecha...”.
Por otra parte, indican que su mandante estaba contratado bajo el régi-
men laboral de Ley de Salarios y que “... a pesar de ello, no se le siguió un juicio
imparcial en el que pudiera hacer uso de su derecho de audiencia y manifestar
su defensa de acuerdo a la Ley Reguladora de la Garantía de Audiencia de los
Empleados Públicos no comprendidos en la Carrera Administrativa...”.
Por lo antes expuesto y de la documentación presentada se colige que los
abogados del peticionario cuestionan la constitucionalidad de las siguientes
actuaciones: a) el Acuerdo N° 280 emitido el 19-XII-2000 por el Director Gene-
ral de la PNC, mediante el cual se dejó sin efecto los nombramientos de deter-
minado personal policial, entre los que se encontraba el pretensor; b) el visto
bueno dado por el Inspector General de la PNC, por medio del cual se avaló la
destitución; y c) la decisión pronunciada –sin especificar la fecha de emisión–
por el Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguridad Pública y Justicia, en
la cual se confirmó el aludido Acuerdo del Director de la PNC.
Dichos actos –a su juicio– le infringieron a su mandante los derechos de
audiencia, defensa, estabilidad laboral y al ejercicio de la carrera policial y la “...

336
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

violación a la categoría jurídica de la prohibición de doble juzgamiento, y a la


seguridad jurídica consagrados en la normativa constitucional...”.
II. Determinados los argumentos expresados por los abogados de la parte
pretensora corresponde en este apartado exponer los fundamentos jurídicos
de la resolución que se proveerá.
1. Tal como se sostuvo en la resolución del 27-I-2009, pronunciada en el
Amp. 795-2006, este proceso constitucional persigue que se imparta a la per-
sona la protección jurisdiccional contra cualquier acto de autoridad que estime
inconstitucional y que, específicamente, vulnere u obstaculice el ejercicio de los
derechos constitucionales consagrados a su favor.
En ese sentido, para la procedencia de la pretensión de amparo en la etapa
inicial del proceso, es necesario –entre otros requisitos– que el sujeto activo se
autoatribuya alteraciones difusas o concretas en su esfera jurídica derivadas
de los efectos de la existencia de una presunta acción u omisión –lo que en
términos generales de la jurisprudencia constitucional se ha denominado sim-
plemente agravio–. Dicho agravio tiene como requisitos que se produzca con
relación a normas o preceptos de rango constitucional –elemento jurídico– y
que genere una afectación difusa o concreta en la esfera jurídica de la persona
justiciable –elemento material–.
Desde esta perspectiva, se ha afirmado que hay ausencia de agravio cons-
titucional cuando el acto u omisión alegado es inexistente o cuando, no obs-
tante concurra una actuación u omisión por parte de la autoridad a quien se le
atribuye la responsabilidad, aquella ha sido legítima, es decir, se ha realizado
dentro del marco constitucional o es incapaz de producir por sí misma una
afrenta en la esfera jurídica constitucional del sujeto que reclama.
Consecuentemente, si la pretensión del actor de amparo no incluye los ele-
mentos antes mencionados, hay ausencia de agravio y la pretensión debe ser
rechazada por existir imposibilidad absoluta de juzgar el caso desde el ámbito
constitucional.
2. A. Por otro lado, en la sentencia del 16-XI-2012, pronunciada en el Amp.
24-2009, este Tribunal sostuvo que el agravio es de tipo actual cuando, no obs-
tante el tiempo transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración
de derechos fundamentales que se alega y el de la presentación de la demanda
de amparo, no hayan desaparecido –es decir, permanezcan en el tiempo– los
efectos jurídicos directos de dicha transgresión en la esfera particular de la per-
sona que solicita el amparo, entendidos tales efectos como la dificultad o im-
posibilidad para continuar ejerciendo materialmente las facultades subjetivas
derivadas de un derecho del cual se tiene o se ha tenido su titularidad.

337
Amparos / Improcedencias

Entonces, para determinar si un agravio posee actualidad se deberá ana-


lizar –atendiendo a las circunstancias fácticas de cada caso concreto y, en es-
pecial, a la naturaleza de los derechos cuya transgresión se alega– si el lapso
transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración a los derechos
fundamentales y el de la presentación de la demanda no ha sido consecuencia
de la mera inactividad de quien se encontraba legitimado para promover el
respectivo proceso de amparo. Así, en el caso de no encontrarse objetivamente
imposibilitado el interesado para requerir la tutela de sus derechos y haber de-
jado transcurrir un plazo razonable sin solicitar su protección jurisdiccional –vol-
viendo con ello improbable el restablecimiento material de dichos derechos– se
entendería que ya no soporta en su esfera jurídica, al menos de manera directa
e inmediata, los efectos negativos que la actuación impugnada le ha causado y,
consecuentemente, que el elemento material del agravio que aparentemente
se le ha ocasionado ha perdido vigencia.
Y es que la finalidad del amparo –restitución en el goce material de dere-
chos fundamentales– pierde sentido en aquellos casos en los que –como se
acotó en párrafos precedentes– la persona haya dejado transcurrir un plazo
razonable para requerir la tutela jurisdiccional de sus derechos fundamentales
sin haberse encontrado objetivamente imposibilitada para realizarlo, pues tal
situación denotaría que aquella pretende no el restablecimiento de sus dere-
chos sino la mera posibilidad de obtener una indemnización por la transgresión
de la que supuestamente ha sido objeto, es decir, plantearía una pretensión de
carácter pecuniario y no una pretensión de naturaleza estrictamente constitu-
cional.
B. De ahí que, a efecto de determinar la irrazonabilidad o no de la duración
del plazo para promover un proceso de amparo luego de acontecida la vulne-
ración constitucional que se alega, se requiere una evaluación de las circunstan-
cias del caso en concreto atendiendo á criterios objetivos, como pueden serlo:
en primer lugar, la actitud del demandante, en tanto que deberá determinarse
si la dilación es producto de su propia inactividad que, sin causa de justificación
alguna, dejó transcurrir el tiempo sin requerir la protección jurisdiccional res-
pectiva; y en segundo lugar, la complejidad –fáctica o jurídica– de la pretensión
que se formule.
III. Expuestas las consideraciones precedentes, corresponde ahora evaluar
la posibilidad de conocer de las infracciones alegadas por la parte actora en el
presente caso.
1. Los apoderados del demandante pretenden atacar el Acuerdo N° 280
emitido el 19-XII-2000 por el Director General de la PNC, mediante la cual se

338
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

dejó sin efecto los nombramientos de determinado personal policial, entre los
que se encontraba el pretensor; el visto bueno dado por el Inspector General
de la PNC, por medio del cual se avaló la destitución; y la decisión pronunciada
–sin especificar la fecha de emisión– por el Tribunal de Apelaciones del Minis-
terio de Seguridad Pública y Justicia, en la cual se confirmó el aludido Acuerdo
del Director de la PNC.
Lo anterior, a pesar de que a su mandante únicamente le fueron comunica-
das las resoluciones pronunciadas en su contra, sin que se le otorgara presunta-
mente una oportunidad real de defensa.
Por lo antes señalado, los abogados de la parte actora estiman que dichos
actos le vulneraron a su mandante los derechos de audiencia, defensa, estabi-
lidad laboral y al ejercicio de la carrera policial y “... la violación a la categoría
jurídica de la prohibición de doble juzgamiento, y a la seguridad jurídica consa-
grados en la normativa constitucional...”.
2. A. Ahora bien, pese a los alegatos expuestos por los apoderados del pe-
ticionario se advierte que el Acuerdo N° 280 emitido el 19-XII-2000 por el Direc-
tor General de la PNC, mediante el cual se dejó sin efecto los nombramientos
de determinado personal policial fue confirmado –sin especificar la fecha de
emisión– por el Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguridad Pública y
Justicia; mientras que la demanda de amparo fue presentada el día 11-XII-2015
en la Secretaría de este Tribunal, es decir, el amparo ha sido incoado casi quin-
ce años después de haberse pronunciado la resolución que el actor considera
vulneró sus derechos fundamentales.
Y es que, debido a la naturaleza jurídica del proceso de amparo, es nece-
sario que, además de que exista un agravio concreto en la esfera jurídica del
peticionario, este debe ser actual, tal como se acotó en los autos de improce-
dencia emitidos el 29-XI-2013 en los Amps. 593-2013 y 678-2013. Así, para que
un reclamo esté debidamente fundamentado debe indicarse cuál es el perjuicio
actual que sufre la parte actora en sus derechos fundamentales.
En efecto, de los términos expuestos en la demanda planteada, se observa
que la parte actora no promovió el amparo durante un lapso prolongado (casi
quince años), aspecto que desvirtuaría la actualidad de la afectación padecida
como consecuencia de las decisiones de las autoridades demandadas.
B. Por otra parte, se advierte que los apoderados del pretensor solicitan
en su demanda que: “... se le paguen a [su] patrocinado, los salarios caídos no
percibidos del día [5-XII-2000] (sic), hasta el [31-V-2015], haciendo un total de
ciento setenta y cuatro meses, es decir[,] [$120,474.12] dólares de los Estados
Unidos de América (...). [Así como] se le pague indemnización por daños y

339
Amparos / Improcedencias

perjuicios físicos, morales y patrimoniales, equivalentes a [80,000.00]. (...) Se


le pague vacaciones, aguinaldos, bonos, y el régimen de disponibilidad (ali-
mentación) del año [2000] hasta el [24-VII-2015 y la] gratificación especial de
[$600.00] ...”.
De igual manera, se observa de la documentación anexa que el peticionario
fue propuesto por el Tribunal de Ingreso y Ascensos de la PNC mediante reso-
lución del 16-III-2015 para que fuese reincorporado a la institución policial por
el Director General de la PNC.
Al respecto de lo solicitado por los apoderados de la parte actora, se evi-
dencia que su pretensión va dirigida no a impugnar una transgresión de natu-
raleza constitucional y, en consecuencia, al restablecimiento de sus derechos,
sino a plantear la mera posibilidad de obtener una indemnización por el agra-
vio del que supuestamente ha sido objeto su representado, por lo que se ad-
vierte que están formulando una pretensión de carácter pecuniario y no una
de naturaleza estrictamente constitucional.
C. En consecuencia, de los términos expuestos por los abogados del pre-
tensor en su demanda, se advierte que no se está en presencia de un agravio
actual en la esfera jurídica del señor M. R. L. M., puesto que el Acuerdo que
presuntamente vulneró sus derechos fundamentales fue emitido por el Direc-
tor General de la PNC el 19-XII-2000, de lo cual no se infiere la existencia de un
perjuicio actual respecto de los efectos negativos que las actuaciones impug-
nadas le han causado y, consecuentemente, el elemento material del agravio
que aparentemente se le ha ocasionado ha perdido vigencia. Además, que se
ha evidenciado que el propósito de su demanda es obtener una indemnización
y no el restablecimiento del derecho fundamental presuntamente vulnerado.
3. En definitiva, con arreglo a las circunstancias expuestas, se concluye que
este Tribunal se encuentra imposibilitado para controlar la constitucionalidad
de las actuaciones cuestionadas, debido a que no se observa actualidad en el
agravio respecto de la esfera jurídica del peticionario con relación a los actos
reclamados. Así como, debido a que su pretensión va encaminada a la satisfac-
ción de un interés pecuniario, lo cual no es el objetivo que persigue el proceso
constitucional de amparo. De esta forma, es pertinente declarar la improce-
dencia de la demanda de amparo, por concurrir defectos en la pretensión que
habilitan la terminación anormal del proceso.
Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por los abogados
Julio César Federico y Laura Cristina Preza Quezada o Laura Cristina Preza

340
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

de Calles, en su calidad de apoderados generales judiciales con cláusula es-


pecial del señor M. R. L. M., contra actuaciones del Director y del Inspector
General de la PNC y del Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguri-
dad Pública y Justicia, en virtud de que existe ausencia de agravio actual, ya
que la parte actora no promovió el amparo durante un lapso prolongado
(casi quince años), aspecto que desvirtuaría la actualidad de la afectación
padecida como consecuencia de las decisiones de las autoridades deman-
dadas. Así como por advertirse que su pretensión se limita a la satisfacción
de un interés pecuniario de obtener una indemnización por el presunto
agravio constitucional ocasionado por los actos reclamados, no obstante
que –todo indica– que el peticionario ya ha sido reincorporado a la PNC.
2. Tome nota la Secretaría de este Tribunal del lugar y medio técnico señalado
por los apoderados de la parte actora para oír notificaciones.
3. Notifíquese.
A.PINEDA---F. MELENDEZ---J. B. JAIME---R. E. GONZALEZ---PRONUNCIADO
POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---E. SOCORRO C.---
SRIA.---RUBRICADAS.

719-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las nueve horas y veintisiete minutos del día diecisiete de febre-
ro de dos mil dieciséis.
Analizada la demanda de amparo firmada por los abogados Julio César
Federico y Laura Cristina Preza Quezada o Laura Cristina Preza de Calles, en su
calidad de apoderados generales judiciales con cláusula especial del señor J. G.
F. B., junto con la documentación anexa, se efectúan las siguientes considera-
ciones:
I. En síntesis, los apoderados del peticionario manifiestan que su represen-
tado ingresó a laborar en la Policía Nacional Civil –en adelante PNC– el 17-
V-1993 desempeñándose como Sargento. Posteriormente, argumentan que el
29-XII-2000 la Dirección General de la PNC –con el visto bueno del Inspector
General de dicha institución policial– le notificó su remoción de la citada enti-
dad. Así, al ser notificado su mandante de la destitución, a pesar de no estar
de acuerdo con la misma “acató con responsabilidad dicha disposición”. Lo an-
terior, fue efectuado con base en el “Régimen Especial para la remoción de
Miembros de la Policía Nacional que incurran en conductas irregulares”.

341
Amparos / Improcedencias

De igual manera, señalan que el motivo argüido por el Director de la PNC y


el Inspector General es que dicha destitución se debió a que presuntamente el
pretensor era indisciplinado. Sin embargo, mencionan que en constancia emi-
tida por la Unidad de Investigación Disciplinaria de la PNC del 14-VIII-2012, se
estableció que “... en los registros de expedientes disciplinarios que se llevan en
esa Unidad hasta la fecha el señor Sargento […] J. G. F. B., carece de anteceden-
tes disciplinario[s] por falta grave y muy grave en proceso de investigación...”.
Asimismo, afirman que el Inspector General de la PNC no le extendió constan-
cia de carencia de faltas y procedimientos disciplinarios, sino que se limitó a
establecer que el pretensor se encontraba inactivo en la institución policial por
haber sido removido a partir del 29-XII-2000.
Por otra parte, sostienen que su mandante estaba contratado bajo el régi-
men laboral de Ley de Salarios y que “... a pesar de ello, no se le siguió un juicio
imparcial en el que pudiera hacer uso de su derecho de audiencia y manifestar
su defensa de acuerdo a la Ley Reguladora de la Garantía de Audiencia de los
Empleados Públicos no comprendidos en la Carrera Administrativa...”.
Por lo antes expuesto, y de la documentación anexa se advierte que los
abogados del peticionario cuestionan la constitucionalidad de las siguientes
actuaciones: a) el Acuerdo N° A-1173-11-2006 emitido el 23-X-2006 por el Direc-
tor General de la PNC, mediante el cual se dejó sin efecto los nombramientos
de determinado personal policial, entre los que se encontraba el pretensor; b)
el visto bueno dado por el Inspector General de la PNC, por medio del cual se
avaló la destitución; y c) la decisión pronunciada –sin especificar la fecha de
emisión– por el Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguridad Pública y
Justicia, en la cual se confirmó el aludido Acuerdo del Director de la PNC.
Dichos actos –a su juicio– le infringieron a su mandante los derechos de
audiencia, defensa, estabilidad laboral y al ejercicio de la carrera policial y la “...
violación a la categoría jurídica de la prohibición de doble juzgamiento, y a la
seguridad jurídica consagrados en la normativa constitucional...”.
II. Determinados los argumentos expresados por los abogados de la parte
pretensora corresponde en este apartado exponer los fundamentos jurídicos
de la resolución que se proveerá.
1. Tal como se sostuvo en la resolución del 27-I-2009, pronunciada en el
Amp. 795-2006, este proceso constitucional persigue que se imparta a la per-
sona la protección jurisdiccional contra cualquier acto de autoridad que estime
inconstitucional y que, específicamente, vulnere u obstaculice el ejercicio de los
derechos constitucionales consagrados a su favor.

342
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

En ese sentido, para la procedencia de la pretensión de amparo en la etapa


inicial del proceso, es necesario –entre otros requisitos– que el sujeto activo se
autoatribuya alteraciones difusas o concretas en su esfera jurídica derivadas
de los efectos de la existencia de una presunta acción u omisión –lo que en
términos generales de la jurisprudencia constitucional se ha denominado sim-
plemente agravio–. Dicho agravio tiene como requisitos que se produzca con
relación a normas o preceptos de rango constitucional –elemento jurídico– y
que genere una afectación difusa o concreta en la esfera jurídica de la persona
justiciable –elemento material–.
Desde esta perspectiva, se ha afirmado que hay ausencia de agravio cons-
titucional cuando el acto u omisión alegado es inexistente o cuando, no obs-
tante concurra una actuación u omisión por parte de la autoridad a quien se le
atribuye la responsabilidad, aquella ha sido legítima, es decir, se ha realizado
dentro del marco constitucional o es incapaz de producir por sí misma una
afrenta en la esfera jurídica constitucional del sujeto que reclama.
Consecuentemente, si la pretensión del actor de amparo no incluye los ele-
mentos antes mencionados, hay ausencia de agravio y la pretensión debe ser
rechazada por existir imposibilidad absoluta de juzgar el caso desde el ámbito
constitucional.
2. A. Por otro lado, en la sentencia del 16-XI-2012, pronunciada en el Amp.
24-2009, este Tribunal sostuvo que el agravio es de tipo actual cuando, no obs-
tante el tiempo transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración
de derechos fundamentales que se alega y el de la presentación de la demanda
de amparo, no hayan desaparecido –es decir, permanezcan en el tiempo– los
efectos jurídicos directos de dicha transgresión en la esfera particular de la per-
sona que solicita el amparo, entendidos tales efectos como la dificultad o im-
posibilidad para continuar ejerciendo materialmente las facultades subjetivas
derivadas de un derecho del cual se tiene o se ha tenido su titularidad.
Entonces, para determinar si un agravio posee actualidad se deberá ana-
lizar –atendiendo a las circunstancias fácticas de cada caso concreto y, en es-
pecial, a la naturaleza de los derechos cuya transgresión se alega– si el lapso
transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración a los derechos
fundamentales y el de la presentación de la demanda no ha sido consecuencia
de la mera inactividad de quien se encontraba legitimado para promover el
respectivo proceso de amparo. Así, en el caso de no encontrarse objetivamente
imposibilitado el interesado para requerir la tutela de sus derechos y haber de-
jado transcurrir un plazo razonable sin solicitar su protección jurisdiccional –vol-
viendo con ello improbable el restablecimiento material de dichos derechos– se

343
Amparos / Improcedencias

entendería que ya no soporta en su esfera jurídica, al menos de manera directa


e inmediata, los efectos negativos que la actuación impugnada le ha causado y,
consecuentemente, que el elemento material del agravio que aparentemente
se le ha ocasionado ha perdido vigencia.
Y es que la finalidad del amparo –restitución en el goce material de dere-
chos fundamentales– pierde sentido en aquellos casos en los que –como se
acotó en párrafos precedentes– la persona haya dejado transcurrir un plazo
razonable para requerir la tutela jurisdiccional de sus derechos fundamentales
sin haberse encontrado objetivamente imposibilitada para realizarlo, pues tal
situación denotaría que aquella pretende no el restablecimiento de sus dere-
chos sino la mera posibilidad de obtener una indemnización por la transgresión
de la que supuestamente ha sido objeto, es decir, plantearía una pretensión de
carácter pecuniario y no una pretensión de naturaleza estrictamente constitu-
cional.
B. De ahí que, a efecto de determinar la irrazonabilidad o no de la duración
del plazo para promover un proceso de amparo luego de acontecida la vulne-
ración constitucional que se alega, se requiere una evaluación de las circunstan-
cias del caso en concreto atendiendo a criterios objetivos, como pueden serlo:
en primer lugar, la actitud del demandante, en tanto que deberá determinarse
si la dilación es producto de su propia inactividad que, sin causa de justificación
alguna, dejó transcurrir el tiempo sin requerir la protección jurisdiccional res-
pectiva; y en segundo lugar, la complejidad –fáctica o jurídica– de la pretensión
que se formule.
III. Expuestas las consideraciones precedentes, corresponde ahora evaluar
la posibilidad de conocer de las infracciones alegadas por la parte actora en el
presente caso.
1. Los apoderados del demandante pretenden atacar el Acuerdo N° A-1173-
11-2006 emitido el 23-X-2006 por el Director General de la PNC, mediante el
cual se dejó sin efecto los nombramientos de determinado personal policial,
entre los que se encontraba el pretensor; el visto bueno dado por el Inspector
General de la PNC, por medio del cual se avaló la destitución; y la decisión pro-
nunciada –sin especificar la fecha de emisión– por el Tribunal de Apelaciones
del Ministerio de Seguridad Pública y Justicia, en la cual se confirmó el aludido
Acuerdo del Director de la PNC.
Lo anterior, a pesar de que a su representado únicamente le fueron co-
municadas las resoluciones pronunciadas en su contra, sin que se le otorgara
presuntamente una oportunidad real de defensa.

344
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Por lo antes señalado, los abogados de la parte actora estiman que dichos
actos le vulneraron a su mandante los derechos de audiencia, defensa, estabi-
lidad laboral y al ejercicio de la carrera policial y “... la violación a la categoría
jurídica de la prohibición de doble juzgamiento, y a la seguridad jurídica consa-
grados en la normativa constitucional...”.
2. A. Ahora bien, pese a los alegatos expuestos por los apoderados del pe-
ticionario se advierte que el Acuerdo N° A-1173-11-2006 emitido el 23-X-2006
por el Director General de la PNC, mediante el cual se dejó sin efecto los nom-
bramientos de determinado personal policial, entre los que se encontraba el
pretensor fue confirmado –sin especificar la fecha de emisión– por el Tribunal
de Apelaciones del Ministerio de Seguridad Pública y Justicia; mientras que la
demanda de amparo fue presentada el día 11-XII-2015 en la Secretaría de este
Tribunal, es decir, el amparo ha sido incoado nueve años y un mes después de
haberse pronunciado el Acuerdo que el actor considera vulneró sus derechos
fundamentales.
Y es que, debido a la naturaleza jurídica del proceso de amparo, es nece-
sario que, además de que exista un agravio concreto en la esfera jurídica del
peticionario, este debe ser actual, tal como se acotó en los autos de improce-
dencia emitidos el 29-XI-2013 en los Amps. 593-2013 y 678-2013. Así, para que
un reclamo esté debidamente fundamentado debe indicarse cuál es el perjuicio
actual que sufre la parte actora en sus derechos fundamentales.
En efecto, de los términos expuestos en la demanda planteada, se obser-
va que la parte actora no promovió el amparo durante un lapso prolongado
(nueve años y un mes), aspecto que desvirtuaría la actualidad de la afectación
padecida como consecuencia de las decisiones de las autoridades demandadas.
B. Por otra parte, se advierte que los apoderados del pretensor solicitan
en su demanda que: “... se le paguen a [su] patrocinado, los salarios caídos no
percibidos del día [29-XII-2000] (sic), hasta el [31-V-2015], haciendo un total
de ciento setenta y tres meses, es decir[,] [$119,781.74] dólares de los Estados
Unidos de América (...). [Así como] se le pague indemnización por daños y
perjuicios físicos, morales y patrimoniales, equivalentes a [80,000.00]. (...) Se
le pague vacaciones, aguinaldos, bonos, y el régimen de disponibilidad (ali-
mentación) del año [2000] hasta el [24-VII-2015 y la] gratificación especial de
[$600.00] ...”.
De igual manera, se observa de la documentación anexa que el peticionario
ha aprobado el “Curso de Actualización y reforzamiento para Aspirantes a Re-
ingresar a la Policía Nacional Civil” que fue impartido por la Academia Nacional
de Seguridad Pública –entre los días 1-VI-2015 al 3-VII-2015– a efecto de lograr

345
Amparos / Improcedencias

con ello ser reincorporado a la institución policial. Así, además, los apoderados
indican que su mandante “... una vez finaliz[ó] con [dicho curso]; le regresaron
(sic) el cargo de Agente de la Policía Nacional Civil y lo desplegaron en campo
a fungir como policía...”.
Al respecto de lo solicitado por los apoderados de la parte actora, se evi-
dencia que su pretensión va dirigida no a impugnar una transgresión de natu-
raleza constitucional y, en consecuencia el restablecimiento de sus derechos
sino la mera posibilidad de obtener una indemnización por el agravio del que
supuestamente ha sido objeto su representado, por lo que se advierte que es-
tán planteando una pretensión de carácter pecuniario y no una de naturaleza
estrictamente constitucional.
C. En consecuencia, de los términos expuestos por los abogados del pre-
tensor en su demanda, se advierte que no se está en presencia de un agravio
actual en la esfera jurídica del señor J. G. F. B., puesto que el Acuerdo que
presuntamente vulneró sus derechos fundamentales fue emitido por el Direc-
tor General de la PNC el 23-X-2006, de lo cual no se infiere la existencia de un
perjuicio actual respecto de los efectos negativos que las actuaciones impug-
nadas le han causado y, consecuentemente, el elemento material del agravio
que aparentemente se le ha ocasionado ha perdido vigencia. Además, que se
ha evidenciado que el propósito de su demanda es obtener una indemnización
y no el restablecimiento del derecho fundamental presuntamente vulnerado.
3. En definitiva, con arreglo a las circunstancias expuestas, se concluye que
este Tribunal se encuentra imposibilitado para controlar la constitucionalidad
de las actuaciones cuestionadas, debido a que no se observa actualidad en el
agravio respecto de la esfera jurídica del peticionario con relación a los actos
reclamados. Así como, debido a que su pretensión va encaminada a la satisfac-
ción de un interés pecuniario, lo cual no es el objetivo que persigue el proceso
constitucional de amparo. De esta forma, es pertinente declarar la improce-
dencia de la demanda de amparo, por concurrir un defecto en la pretensión
que habilita la terminación anormal del proceso.
Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por los abogados
Julio César Federico y Laura Cristina Preza Quezada o Laura Cristina Preza
de Calles, en su calidad de apoderados generales judiciales con cláusula
especial del señor J. G. F. B., contra actuaciones del Director e Inspector Ge-
neral de la PNC y del Tribunal de Apelaciones del Ministerio de Seguridad
Pública y Justicia, en virtud de que existe ausencia de agravio actual, ya que

346
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

la parte actora no promovió el amparo durante un lapso prolongado (nue-


ve años y un mes), aspecto que desvirtuaría la actualidad de la afectación
padecida como consecuencia de las decisiones de las autoridades deman-
dadas. Así como por advertirse que su pretensión se limita a la satisfacción
de un interés pecuniario de obtener una indemnización por el presunto
agravio constitucional ocasionado por los actos reclamados, cuando el pe-
ticionario ya ha sido reincorporado a la PNC.
2. Tome nota la Secretaría de este Tribunal del lugar y medio técnico señalado
por los apoderados de la parte actora para oír notificaciones.
3. Notifíquese.
A.PINEDA---F. MELENDEZ---J. B. JAIME---R. E. GONZALEZ---PRONUNCIADO
POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---E. SOCORRO C.---
SRIA.---RUBRICADAS.

29-2016

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las ocho horas y treinta y dos minutos del día veintidós de fe-
brero de dos mil dieciséis.
Analizada la demanda de amparo firmada por el señor Rodrigo Oswaldo
M. R., junto con la documentación anexa, es necesario realizar las considera-
ciones siguientes:
I En síntesis, el demandante manifiesta que promueve el presente proceso
de amparo en contra del Ministro de Economía, por la presunta terminación
arbitraria de su relación laboral con la institución, debido a la no renovación
de su contrato con dicha institución para el año 2016. Para fundamentar su
reclamo, el demandante relata que laboró en el citado Ministerio desde el 16-
III-2011 hasta el 31-XII-2015.
En ese sentido, el interesado sostiene que la terminación de su relación
laboral con la referida institución constituye un despido de hecho, ya que se or-
denó sin que previamente se le tramitara un procedimiento en el que pudiera
exponer sus razonamientos, controvertir la prueba presentada en su contra y
ejercer su defensa, pese a que se encontraba vinculado a la entidad por medio
de un contrato de servicios personales regulado por las Disposiciones Generales
de Presupuestos.
Asimismo, el actor manifiesta que el cargo que desempeñaba en dicha ins-
titución no era de aquellos que pueden considerarse de confianza política o

347
Amparos / Improcedencias

personal, pues las funciones y actividades inherentes a su cargo como Adminis-


trativo Departamental no implicaban facultades de adoptar decisiones deter-
minantes para la institución, sino únicamente en dar apoyo logístico y técnico
a su superior jerárquico.
Por todo lo antes señalado, el actor considera que tal actuación constituye
un despido de hecho que ha vulnerado sus derechos constitucionales de au-
diencia y defensa – como manifestaciones del debido proceso– y estabilidad
laboral.
II. Determinados los argumentos expresados por el señor M. R. en su de-
manda corresponde en este apartado exponer los fundamentos jurídicos de la
resolución que se proveerá.
1. La jurisprudencia constitucional ha establecido –v. gr. en el auto del 26-
I-2010, pronunciado en el Amp. 3-2010– que uno de los presupuestos proce-
sales del amparo es el agotamiento de los recursos que la ley que rige el acto
franquea para atacarlo, puesto que, dadas las particularidades que presenta el
amparo, éste posee características propias que lo configuran como un proceso
especial y subsidiario, establecido para dar una protección reforzada a los de-
rechos fundamentales consagrados en la Constitución a favor de las personas.
En razón de lo anterior, es imprescindible que la parte demandante haya
agotado previamente, en tiempo y forma, todos los recursos ordinarios desti-
nados a reparar o subsanar el acto o actos de autoridad contra los cuales re-
clama, pues caso contrario, la pretensión de amparo devendría improcedente.
No obstante lo relacionado en los párrafos precedentes, este Tribunal ha
establecido en sentencia pronunciada el día 9-XII-2009, emitida en el Amp. 18-
2004, que: “... la exigencia del agotamiento de recursos debe hacerse de ma-
nera razonable, atendiendo a su finalidad –permitir que las instancias judiciales
ordinarias o administrativas reparen la lesión al derecho fundamental en cues-
tión, según sus potestades legales y atendiendo a la regulación normativa de
los ‘respectivos procedimientos ‘–...”.
A partir de tal afirmación, se dota de un contenido específico al presu-
puesto procesal regulado en el artículo 12 inciso 3° de la Ley de Procedimien-
tos Constitucionales –L.Pr.Cn.– y, en razón de ello, se colige que para exigir
el agotamiento de un recurso no basta sólo con determinar si el mismo es de
naturaleza ordinaria o extraordinaria, según las reglas establecidas en la legisla-
ción secundaria, sino, más bien, debe tomarse en consideración si aquél es –de
conformidad con su regulación específica y contexto de aplicación– una he-
rramienta idónea para reparar la violación constitucional aducida por la parte

348
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

agraviada, es decir, si la misma posibilita que la afectación alegada pueda ser


subsanada por esa vía de impugnación.
2. Relacionado con lo anterior, en la sentencia pronunciada el 8-VI-2015, en
el Amp. 661-2012, esta Sala concluyó que el proceso de nulidad de despido ha
sido configurado como un mecanismo para que el servidor público que haya
sido despedido sin tramitársele previamente el proceso regulado en el art. 55
de la Ley de Servicio Civil obtenga la tutela no jurisdiccional que le permita ejer-
cer la defensa de sus derechos y conservar su puesto de trabajo, siempre que
por la naturaleza de sus funciones el cargo desempeñado no sea de confianza
o eventual.
En efecto, el Tribunal de Servicio Civil es el competente para conocer de los
procesos de nulidad de despido y para determinar, observando los parámetros
que este Tribunal ha establecido en su jurisprudencia al precisar el contenido
del derecho a la estabilidad laboral reconocido en el art. 219 de la Cn., si el car-
go desempeñado por el servidor público despedido debe o no ser catalogado
como de confianza o eventual y, por tanto, si la persona que lo ejerce es o no
titular de dicho derecho.
Por consiguiente, a partir del referido fallo, el proceso de la nulidad de des-
pido regulado en la Ley de Servicio Civil debe considerarse una vía idónea para
subsanar eventuales lesiones de los derechos fundamentales de los servidores
públicos que hayan sido separados de sus cargos sin la tramitación del proce-
so regulado en la aludida ley. Por ello, su exigibilidad es indispensable para
cumplir con lo preceptuado por el art. 12 inc. 3° de la L.Pr.Cn. y, por ende, al
no verificarse tal circunstancia, la queja planteada no cumplirá con uno de los
requisitos necesarios para la eficaz configuración de la pretensión de amparo.
III. Expuestas las consideraciones precedentes, corresponde ahora evaluar
la posibilidad de conocer de las infracciones alegadas por la parte actora en el
presente caso.
1. El señor M. R. dirige su reclamo el Ministro de Economía, en virtud de ha-
ber ordenado su despido sin procedimiento previo. Para justificar la inconstitu-
cionalidad de la actuación apuntada y, específicamente, para fundamentar la
presumible transgresión de sus derechos fundamentales, aduce que fue sepa-
rado del cargo que desempeñaba en la relacionada institución, sin que previo
a ello se tramitara un procedimiento en el que se garantizaran sus derechos y
en el que se posibilitara su defensa; lo anterior, pese a que se encontraba vincu-
lado laboralmente por medio de un contrato de servicios personales regulado
por las Disposiciones Generales de Presupuestos.

349
Amparos / Improcedencias

2. Al respecto, de conformidad con la sentencia del 8-V1-2015 pronuncia-


da en el Amp. 661-2012, la nulidad de despido regulada en la Ley de Servicio
Civil constituye una vía idónea para subsanar eventuales lesiones de los dere-
chos fundamentales de los servidores públicos que hayan sido separados de
sus cargos sin la tramitación del proceso regulado en la aludida ley. Por ello, su
exigibilidad es indispensable para cumplir con lo preceptuado por el art. 12 inc.
3° de la L.Pr.Cn.
En consecuencia, a partir del referido pronunciamiento, resulta necesario
exigir a la parte actora que, previo a la incoación del proceso de amparo, haya
alegado ante la autoridad competente los hechos en los que se sustenta la
vulneración de derechos fundamentales que arguye en su demanda, pues con
dicha exigencia se garantiza el carácter subsidiario y extraordinario del proceso
de amparo.
3. Sobre el tópico, el art. 61 de la Ley de Servicio Civil, establece que las des-
tituciones de empleados que se efectúen sin causa justificada o sin tramitarse
el procedimiento legalmente establecido, serán nulos; por lo que el empleado
podrá acudir al Tribunal de Servicio Civil, quien dará audiencia a la autoridad
demandada y abrirá un espacio probatorio a fin de que sean ventilados los
elementos a partir de los cuales pueda demostrarse la presunta irregularidad
en su remoción.
En ese orden de ideas, se advierte que la mencionada nulidad se erige
como una herramienta idónea para reparar la vulneración constitucional que
se alega en este proceso, puesto que posibilita un mecanismo por medio del
cual aquel servidor público que sea despedido sin causa justificada o sin que se
le siga el procedimiento correspondiente, puede discutir la afectación que se
produce en su esfera jurídica como consecuencia de su separación del cargo.
4. Ahora bien, en este caso particular, se advierte que el peticionario no uti-
lizó el recurso legalmente establecido en la Ley de Servicio Civil, pese a que, de
la lectura del relacionado artículo 61 se observa que, si dicha autoridad declara
la nulidad, ordenará en la misma resolución que el funcionario o empleado sea
restituido a su cargo o empleo y que se le cancelen los sueldos que ha dejado
de percibir, siempre que no pasen de tres meses; además, se establece el plazo
de tres días para que se cumpla dicha sentencia y se prevén los mecanismos co-
rrespondientes ante el incumplimiento de la resolución emitida por el Tribunal
de Servicio Civil.
De lo expuesto, se infiere que el interesado ha promovido el presente pro-
ceso de amparo sin haber agotado de manera previa y completa los mecanis-
mos que la normativa correspondiente le confiere.

350
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

5. En consecuencia, la nulidad del despido prevista en el artículo 61 de la


Ley de Servicio Civil se perfila como un medio impugnativo cuya exigibilidad
es indispensable para cumplir con lo preceptuado por el artículo 12 inciso 3°
de la Ley de Procedimientos Constitucionales; por ende, al no verificarse tal
circunstancia, es decir, el agotamiento del relacionado medio impugnativo, la
queja planteada no cumple con uno de los requisitos imprescindibles para la
eficaz configuración de la pretensión de amparo y que encuentra asidero en la
precitada disposición.
En atención a lo expuesto, es posible advertir en el presente caso la exis-
tencia de un defecto en la pretensión constitucional de amparo que impide el
conocimiento y decisión sobre el fondo del reclamo formulado, pues se ha omi-
tido agotar mecanismos específicos franqueados en la legislación ordinaria que
posibilitarían la discusión y posible subsanación de la vulneración constitucional
generada por la actuación que se impugna, siendo pertinente la terminación
anormal del presente amparo a través de la figura de la improcedencia.
Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 12 inciso 3° de la
Ley de Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por el señor Ro-
drigo Oswaldo M. R. contra actos del Ministro de Economía, por falta de
agotamiento de los recursos, en virtud de que el actor no promovió el pro-
ceso de nulidad previsto en el art. 61 de la Ley de Servicio Civil– para subsa-
nar las presuntas afectaciones a sus derechos.
Lo anterior no impide que una vez agotado el recurso antes mencionado,
el interesado pueda nuevamente acudir a esta Sala.
2. Tome nota la Secretaría de este Tribunal del lugar señalado por el deman-
dante para recibir los actos de comunicación procesal.
3. Notifíquese.
---F. MELENDEZ.---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZALEZ---C. ESCOLAN---PRO-
NUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E. SO-
CORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.

438-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las trece horas y cincuenta y uno minutos del día veinticuatro
de febrero de dos mil dieciséis.

351
Amparos / Improcedencias

Agréguese a sus antecedentes el escrito firmado por el abogado Juan An-


tonio Acevedo Lara, quien interviene como apoderado general judicial con
cláusula especial de la sociedad Banco Citibank de El Salvador, Sociedad Anó-
nima que puede abreviarse Banco Citibank de El Salvador, S.A., Banco Citi de
El Salvador, S.A. o simplemente Banco Citi, S.A. que antes se denominó Banco
Cuscatlán de El Salvador, Sociedad Anónima, juntamente con la documenta-
ción adjunta.
Analizada la demanda de amparo, el escrito firmado y la documentación
anexada por el abogado Gilberto Enrique Alas Menéndez y el escrito presenta-
do por el referido licenciado Acevedo Lara, ambos como apoderados generales
judiciales con cláusula especial de la mencionada sociedad se hacen las siguien-
tes consideraciones:
I. 1. En síntesis, el abogado Alas Menéndez expresa que en nombre de su
representada promovió ante el Juzgado Segundo de lo Mercantil de San Salva-
dor un juicio ejecutivo mercantil en contra de la sociedad Ingeniería Organiza-
da, Sociedad Anónima de Capital Variable y de los señores María del Mar Costa
de Murillo, conocida por María del Mar Costa Provenza de Murillo y Pedro
Salvador Murillo Salazar. Dicho proceso fue clasificado con la referencia 92-EM-
08 pero -posteriormente- fue remitido al Juzgado Primero de lo Mercantil de
San Salvador para continuar su trámite, esto según resolución emitida por este
último tribunal el día 20-XI-2013.
Así, el citado apoderado de la actora explica que la demanda ejecutiva fue
admitida por el Juez Segundo de lo Mercantil de San Salvador, a quien también
le solicitó que notificara el decreto de embargo a todos los demandados, pero
no fue posible. En virtud de ello, pidió que se tramitaran las diligencias perti-
nentes para que se les nombrara un Curador Ad Litem, sin embargo, mediante
resolución del día 6-X-2011 el citado Juez aceptó la solicitud para iniciar el pro-
cedimiento pero únicamente respecto de los demandados Costa Provenza de
Murillo y Murillo Salazar.
En dicho sentido, el licenciado Alas Menéndez menciona que pidió una am-
pliación pero no fue resuelta por el Juzgado Segundo de lo Mercantil de San
Salvador quien solo diligenció ciertos aspectos y solicitó información a institu-
ciones sobre la representación legal de la persona jurídica.
De esa manera, indica que cuando el Juzgado Primero de lo Mercantil ya
tenía el expediente, aunque el abogado Alas Menéndez realizó otras peticio-
nes, el juzgador de manera “sorpresiva” declaró el 30-I-2015 la caducidad de
la instancia. Por tal motivo, el apoderado expresa que planteó un recurso de
revocatoria explicando el impulso que le había dado al proceso pero dicho me-

352
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

dio impugnativo no fue resuelto, por el contrario el funcionario judicial declaró


firme la caducidad decretada.
2. A. Por otra parte, se advierte que el abogado Alas Menéndez, actuando
en la calidad antes relacionada, solicita a través del escrito presentado en la
Secretaría de esta Sala el día 16-XII-2015 que “...se deje sin efecto la demanda
de amparo...” pues en el presente proceso los actos reclamados eran las resolu-
ciones proveídas por el Juez Primero de lo Mercantil de San Salvador en el juicio
ejecutivo mercantil con referencia 92-EM-08 2° en donde declaró la caducidad
de la instancia y -posteriormente- decretó la firmeza de la misma, pero que, en
virtud de un recurso planteado, han sido revocadas.
Por lo tanto para el referido profesional la demanda de amparo “...ha per-
dido su razón de ser...”; ante ello, esta Sala infiere que el referido profesional
está desistiendo.
B. Ahora bien, se aprecia que el referido profesional Gilberto Enrique Alas
Menéndez, básicamente solicita desistir de la demanda de amparo planteada
en contra del Juez Primero de lo Mercantil de San Salvador. Sin embargo, al
analizar la documentación anexa, se advierte que no se encuentra facultado
expresamente para hacer esa solicitud con relación a la demanda de amparo
presentada.
3. En el mismo orden de ideas, el abogado Juan Antonio Acevedo Lara
se muestra parte como apoderado general judicial con cláusula especial de la
mencionada sociedad Banco Citibank de El Salvador, Sociedad Anónima, asi-
mismo expresa las mismas razones que el otro profesional y solicita también el
desistimiento de demanda de amparo.
Así, cabe señalar que junto a su escrito ha adjuntado una copia certificada
del testimonio de escritura matriz del poder conferido a su favor en el cual se
observa le fueron conferidas expresamente facultades especiales para, entre
otros, pedir el desistimiento.
II. Expuesto lo anterior, conviene ahora, para resolver adecuadamente el
caso en estudio, exponer brevemente los fundamentos jurídicos de la presente
resolución.
1. A. De acuerdo con lo afirmado en el auto de fecha 5-V-2009, pronuncia-
do en el Amp. 52-2009, un proceso excepcionalmente puede terminar de for-
ma anticipada, por la voluntad directa o indirecta de las partes. Precisamente,
uno de los supuestos en los que el proceso de amparo puede finalizar como
consecuencia directa de la voluntad de los mencionados sujetos procesales es
el desistimiento.

353
Amparos / Improcedencias

El desistimiento es la declaración unilateral de voluntad explicitada por el


actor, por medio de la cual hace saber su intención de abandonar, por una
parte, el proceso pendiente por él iniciado y, por otra y subsecuentemente, la
situación jurídica procesal generada por la formulación de la demanda.
En tal virtud, entre las consecuencias procesales que se originan por el de-
sistimiento, están: que el proceso concluye, y que no es posible emitir un pro-
nunciamiento de fondo en dicho proceso.
B. Ligado con lo anterior, de acuerdo con lo afirmado en la jurisprudencia
constitucional -v. gr., los autos de 15-IV-2009, emitidos en los proceso de Amp.
944-2007 y 945-2007-, el desistimiento constituye una causal de sobreseimien-
to, tal como lo establece el art. 31 núm. 1 de la Ley de Procedimientos Cons-
titucionales, figura que únicamente puede tener lugar cuando el amparo se
encuentra en trámite, una vez que se ha admitido la demanda respectiva.
C. No obstante, cabe aclarar que la pretensión de amparo es una declara-
ción de voluntad que, fundamentada en la amenaza, privación u obstaculiza-
ción de ejercicio, restricción o desconocimiento de un derecho, se dirige ante
esta Sala y frente a autoridades públicas o particulares -debidamente individua-
lizados-, con la finalidad que se reconozca el derecho invocado y se adopten
las medidas que sean indispensables para brindar una real protección jurisdic-
cional.
a. En ese orden de argumentos, puede afirmarse que para la eficaz confi-
guración de dicha pretensión, es preciso que concurran en ella determinados
elementos básicos, tales como el elemento subjetivo, que se encuentra referido
a los sujetos del proceso, es decir, quién pide, frente a quién se pide y ante
quién se pide.
b. Otro de tales componentes es el referido al elemento objetivo, el cual
hace referencia a qué es lo que se pide dentro del proceso. O, dicho de forma
más concreta, alude al control de constitucionalidad que el interesado solicita
a este Tribunal en relación con el acto que impugna.
c. Finalmente, el elemento causal es el componente que se encuentra inte-
grado por el fundamento fáctico y jurídico en que la pretensión se sustenta.
Específicamente, el por qué se pide.
D. En ese sentido, debido a que el desistimiento se traduce en el abandono
expreso que la parte actora lleva a cabo con respecto a la declaración de volun-
tad que ejercita -con base en la disponibilidad que aquélla ostenta con relación
a ésta-, puede concluirse que desaparece el elemento objetivo de la pretensión
de amparo formulada dentro de un proceso específico.

354
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Subsecuentemente, al faltar uno de sus componentes básicos, la pretensión


no se encuentra plenamente configurada y, en consecuencia, procede su recha-
zo liminar mediante la figura de la improcedencia.
III. Expuestos los fundamentos jurídicos de la presente decisión, es perti-
nente trasladar las anteriores consideraciones al supuesto planteado.
En el caso en estudio se aprecia que los abogados Gilberto Enrique Alas
Menéndez y Juan Antonio Acevedo Lara, en su calidad de apoderados gene-
rales judiciales con cláusula especial de la sociedad pretensora de este amparo,
manifiestan desistir de la demanda de amparo incoada contra el Juez Primero
de lo Mercantil de San Salvador.
Así, dado que la parte actora, a través de sus representantes, ha manifes-
tado su voluntad de retirar la petición de tutela jurisdiccional respecto de las
actuaciones reclamadas, y siendo que el abogado Acevedo Lara se encuentra
especialmente facultado para hacer ese tipo de peticiones, es pertinente con-
cluir que ya no se configuraría el objeto procesal sobre el cual tenía que pro-
nunciarse esta Sala.
En ese sentido, al desaparecer el elemento objetivo de la pretensión de
amparo formulada, es decir, la solicitud inicial efectuada para que se realice el
respectivo control de constitucionalidad sobre los actos impugnados, la pre-
tensión no ha sido plenamente configurada y, en consecuencia, procede su
rechazo liminar mediante la figura de la improcedencia.
Por tanto, con base en los artículos 12 y 31 número 1 de la Ley de Procedi-
mientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Tiénese a los abogados Gilberto Enrique Alas Menéndez y Juan Antonio
Acevedo Lara, en su calidad de apoderados generales judiciales con cláusu-
la especial de la sociedad Banco Citibank de El Salvador, Sociedad Anónima
que puede abreviarse Banco Citibank de El Salvador, S.A., Banco Citi de El
Salvador, S.A. o simplemente Banco Citi, S.A. que antes se denominó Banco
Cuscatlán de El Salvador, Sociedad Anónima, en virtud de haber acreditado
la personería con la que actúan en este proceso.
2. Declárese improcedente la demanda de amparo incoada por el abogado
Alas Menéndez en el carácter antes indicado, contra actuaciones del Juez
Primero de lo Mercantil de San Salvador en virtud de que tanto el citado
profesional como el apoderado Juan Antonio Acevedo Lara solicitaron de-
sistir del presente proceso, y este último cuenta como facultades especiales
para hacer tal petición.

355
Amparos / Improcedencias

3. Tome nota la Secretaría de esta Sala del lugar indicado por los abogados de
la parte actora para oír notificaciones, así como de las personas comisiona-
das para tales efectos de conformidad al art. 180 C.Pr.C.M.
4. Notifíquese.
A. PINEDA.---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME---E. S. BLANCO. R.---R. E. GON-
ZALEZ.---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRI-
BEN---E. SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.

114-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las ocho horas con cuarenta y cuatro minutos del veintiséis de
febrero de dos mil dieciséis.
Analizada la demanda de amparo firmada por el abogado Pedro Antonio
Martínez González, en carácter de apoderado del señor Jorge Alberto H. S.,
junto con la documentación anexa, se realizan las siguientes consideraciones:
I. En síntesis, el abogado del actor dirige su reclamo contra el Director del
Hospital Nacional Rosales en virtud de haber emitido la resolución de fecha 29-
V-2014, mediante la cual deja sin efecto el contrato de arrendamiento que se
había suscrito con el peticionario con el objeto de que se le permitiera instalar
“un comedor dentro de las instalaciones del hospital.” Como consecuencia de
dicho acto, considera que se habrían vulnerado los derechos establecidos en los
arts. 1, 2, 11 y 14 de la Constitución.
En ese orden, señala que el 8-VII-2013 su mandante firmó un contrato de
arrendamiento con el Director del referido hospital con el objeto de poder ins-
talar su negocio de comida; sin embargo, aclara que dicho arrendamiento co-
menzó muchos años antes; asimismo, destaca que en el referido contrato se
establecía que este sería prorrogable.
Asimismo, señala que, con base en el Informe Especial de Gestión Ambien-
tal al Hospital Nacional Rosales verificado por la Corte de Cuentas de la Repú-
blica, el 26-III-2014 se inició un juicio de cuentas y se determinó que la Dirección
del Hospital no había realizado seguimiento y monitoreo al cumplimiento de
las condiciones contractuales, lo cual, supuestamente, había ocasionado que
“... los cafetines privados que funcionan en el [h]hospital [prestaran] sus servi-
cios sin ningún tipo de control y seguimiento...”.
Aunado a lo anterior, el 15-V-2014 se realizó una inspección para verificar
el cumplimiento de las recomendaciones emitidas el 6-IX-2013 y se determinó

356
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

que no se habían acatado algunas de ellas, por lo que se extendió una prórroga
que vencía el 12-VI-2014; pese a ello, el 29-V-2014 el Director del referido hospi-
tal emitió el acto reclamado manifestando que se habían incumplido algunas
cláusulas del contrato.
II. Delimitados los elementos que constituyen el relato de los hechos plan-
teados por la parte actora, conviene ahora exteriorizar brevemente los funda-
mentos jurídicos en que se sustentará la presente decisión, en concreto, referi-
dos a la pretensión de amparo y a los asuntos de mera legalidad.
Así pues, se ha sostenido en el auto de 27-X-2010, pronunciado en el Amp.
408-2010, que en este tipo de procesos las afirmaciones de hecho de la parte
actora deben en esencia justificar que el reclamo planteado posee trascenden-
cia constitucional, esto es, deben evidenciar la probable vulneración de dere-
chos fundamentales.
Por el contrario, si tales alegaciones se reducen al planteamiento de asun-
tos puramente judiciales o administrativos consistentes en la simple inconfor-
midad con las actuaciones o el contenido de las decisiones emitidas por las
autoridades dentro de sus respectivas competencias, la cuestión sometida al
conocimiento de este Tribunal constituye un asunto de mera legalidad, lo que
se traduce en un vicio de la pretensión que imposibilita su juzgamiento.
III. Establecido lo anterior, corresponde ahora evaluar la posibilidad de co-
nocer de las infracciones alegadas por el peticionario.
1. El abogado del actor dirige su reclamo contra el Director del Hospital
Nacional Rosales en virtud de haber emitido la resolución de fecha 29-V-2014,
mediante la cual dejó sin efecto el contrato de arrendamiento que se había
suscrito con el peticionario con el objeto de que se le permitiera instalar “un
comedor dentro de las instalaciones del hospital.” Como consecuencia de dicho
acto, considera que se habrían vulnerado los derechos establecidos en los arts.
1, 2, 11 y 14 de la Constitución.
En ese orden, señala que el 8-VII-2013 su mandante firmó un contrato de
arrendamiento con el Director del referido hospital con el objeto de poder ins-
talar su negocio de comida; sin embargo, aclara que dicho arrendamiento co-
menzó muchos años antes; asimismo, destaca que en el referido contrato se
establecía que este sería prorrogable. Finalmente, destaca que la autoridad
demandada dio por terminado el contrato bajo el argumento de que se habían
incumplido ciertas cláusulas del contrato, lo cual se debe a una auditoría que
se realizó la Corte de Cuentas de la República en la cual se determinaba que la
Dirección del Hospital no había realizado seguimiento y monitoreo al cumpli-

357
Amparos / Improcedencias

miento de las condiciones contractuales, lo cual, supuestamente, había ocasio-


nado que “... los cafetines privados que funcionan en el [h]hospital [prestaran]
sus servicios sin ningún tipo de control y seguimiento...”.
2. En ese sentido, se advierte que los argumentos expuestos por la parte
actora en ningún momento ponen de manifiesto la forma en la que se habrían
infringido los derechos constitucionales que estima vulnerados, sino que, más
bien, evidencian que el fundamento de la pretensión planteada descansa en un
desacuerdo con la decisión emitida por la autoridad demandada.
Así, se observa que mediante la presentación de la demanda la parte acto-
ra pretende que se realice en sede constitucional una revisión a efecto de de-
terminar si era procedente que el Director del Hospital Nacional Rosales diera
por terminado el contrato de arrendamiento que había suscrito con el actor; sin
embargo, se debe tenerse en cuenta que la jurisdicción constitucional carece
de competencia material para verificar dicha actuación, ya que ello escapa al
catálogo de competencias conferido a este Tribunal. Asimismo, se advierte que
el acto reclamado puede ser controvertido mediante las vías ordinarias a efecto
de verificar si se cumplían las condiciones para dar por terminado el contrato
de arrendamiento.
3. En conclusión, del análisis de las circunstancias fácticas y jurídicas expues-
tas se deriva la imposibilidad de juzgar, desde una perspectiva constitucional,
el fondo del reclamo planteado por la parte actora, ya que este se fundamenta
en un asunto de estricta legalidad, por lo que es pertinente declarar la impro-
cedencia de la demanda de amparo.
Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Tiénese al abogado Pedro Antonio Martínez González como apoderado
del señor Jorge Alberto H. S., en virtud de haber acreditado en forma debi-
da la personería con la que interviene en el presente proceso.
2. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por el abogado
Pedro Antonio Martínez González, en el carácter antes señalado, contra el
Director del Hospital Nacional Rosales, en virtud de tratarse de un asunto
de mera legalidad. Lo anterior, al pretender que esta Sala determine si era
procedente que el Director del Hospital Nacional Rosales diera por termi-
nado el contrato de arrendamiento que había suscrito con el actor.
3. Tome nota la Secretaría de esta Sala del lugar y medio técnico señalado por
el abogado Pedro Antonio Martínez González, en el carácter antes señala-
do, para recibir los actos procesales de comunicación.

358
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

4. Notifíquese.
E. S. BLANCO R.---R. E. GONZALEZ.---FCO. E. ORTIZ R.---C. ESCOLAN.---M. R.
Z.---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E.
SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.

196-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las ocho horas con cuarenta y siete minutos del veintiséis de
febrero de dos mil dieciséis.
Analizada la demanda de amparo firmada por el Fiscal General de la Repú-
blica, junto con la documentación anexa, se realizan las siguientes considera-
ciones:
I. En síntesis, el peticionario dirige su reclamo contra la Sala de lo Contencio-
so Administrativo de la Corte Suprema de Justicia, en virtud de haber emitido
la sentencia de fecha 7-V-2014, mediante la cual se declaró ilegal la remoción
del licenciado José Raúl V. L.de su cargo de Auxiliar del Fiscal I y, en consecuen-
cia, se ordenó restituirlo en su puesto de trabajo o en otro de igual naturaleza
y jerarquía y pagarle la cantidad equivalente a los salarios caídos desde que se
removió de su cargo. Como consecuencia de dicho acto, estima que se habrían
vulnerado los derechos de propiedad, a la seguridad jurídica y al debido pro-
ceso.
En ese sentido, señala que la vulneración constitucional se debe a que en
la referida sentencia no se establecen las disposiciones legales a las que debe
darse cumplimiento a efecto de pagar los salarios caídos antes referidos, sino
que se limita a expresar que estos deben ser contabilizados desde la fecha en
que se removió de su cargo hasta la fecha de ejecución de la sentencia. Aunado
a lo anterior, destaca que esta Sala ha considerado en procesos similares que se
debe aplicar el plazo establecido en la Ley de Servicio Civil a efecto de cancelar
indemnizaciones.
II. 1. Inicialmente se advierte que constituye un hecho notorio –art. 314 n°
2 del Código Procesal Civil y Mercantil (C.Pr.C.M.), de aplicación supletoria a los
procesos constitucionales– que la Asamblea Legislativa en Sesión Plenaria Ex-
traordinaria celebrada el día 6-I-2016 nombró al abogado Douglas Arquímedes
Meléndez como nuevo Fiscal General de la República en sustitución del aboga-
do Luis Antonio Martínez González, quien promovió la presente demanda de
amparo en su carácter de Fiscal General de la República. Esta circunstancia se

359
Amparos / Improcedencias

hizo de conocimiento público a través de los medios de comunicación, por lo


que en virtud de esa situación, es necesario hacer las siguientes estimaciones.
2. Este Tribunal en la sentencia del 14-VII-2010 emitida en la Inconstitucio-
nalidad 13-2009/14-2009 acotó sobre el concepto de Administración Pública
que está compuesta por un conjunto de elementos personales y materiales, dis-
tribuidos en equipos o unidades a las que se asignan determinadas competen-
cias que forman parte del total de las potestades atribuidas al ente público en
conjunto –órgano institución–. Así, esas unidades que componen los entes de
la Administración Pública se denominan órgano persona, cuando con ellas se
hace referencia al titular o funcionario, que las representa; esta distinción se ha
formulado con la finalidad de explicar el mecanismo de imputación al Estado,
de la actividad de las personas que actúan en su nombre. En el mismo sentido
se ha pronunciado este Tribunal al afirmar que nuestro sistema de organiza-
ción administrativa se encuentra amparado en la teoría del órgano institución
persona y que, en cuanto a esta última concepción (órgano-persona), se enten-
derá representado por la persona física que realiza la función estatal; siendo
su voluntad la que concretiza las decisiones del ente administrativo en nombre
del cual ejerce su actividad, con la singularidad que esa voluntad expresada es
imputable a la persona jurídica que integra.
Por lo tanto, debe entenderse que los actos realizados por un funcionario
público, conforme al marco legal que rigen sus actuaciones, son emitidas en
nombre de la institución que representa y no a título personal.
3. En el caso en estudio, se advierte que la presente demanda de amparo
fue promovida por el señor Luis Antonio Martínez González en su calidad de
Fiscal General de la República; sin embargo, constituye un hecho notorio que
este cesó en su cargo el 4-XII-2015 y que posteriormente con fecha 6-I-2016 la
Asamblea Legislativa eligió al abogado Douglas Arquímedes Meléndez como
nuevo Fiscal General. En ese sentido, debe entenderse, a efectos de la legiti-
mación en el presente amparo, que la demanda promovida por el abogado
Martínez González fue interpuesta en su calidad de Fiscal General y no a título
personal por lo que la pretensión resulta atribuible a tal entidad estatal y la po-
sición que le correspondía ocupar al abogado Martínez González le concierne
actualmente al abogado Meléndez, en virtud de haber sido nombrado como
Fiscal General de la República.
III. Aclarado lo anterior, conviene ahora exteriorizar brevemente los funda-
mentos jurídicos en que se sustentará la presente decisión, en concreto, referi-
dos a la pretensión de amparo y a los asuntos de mera legalidad.

360
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Así pues, se ha sostenido en el auto de 27-X-2010, pronunciado en el Amp.


408-2010, que en este tipo de procesos las afirmaciones de hecho de la parte
actora deben en esencia justificar que el reclamo planteado posee trascenden-
cia constitucional, esto es, deben evidenciar la probable vulneración de dere-
chos fundamentales.
Por el contrario, si tales alegaciones se reducen al planteamiento de asun-
tos puramente judiciales o administrativos consistentes en la simple inconfor-
midad con las actuaciones o el contenido de las decisiones emitidas por las
autoridades dentro de sus respectivas competencias, la cuestión sometida al
conocimiento de este Tribunal constituye un asunto de mera legalidad, lo que
se traduce en un vicio de la pretensión que imposibilita su juzgamiento.
IV. Establecido lo anterior, corresponde ahora evaluar la posibilidad de co-
nocer de las infracciones alegadas por el peticionario.
1. El peticionario dirige su reclamo contra la Sala de lo Contencioso Adminis-
trativo de la Corte Suprema de Justicia, en virtud de haber emitido la sentencia
de fecha 7-V-2014, mediante la cual se declaró ilegal la remoción del licenciado
José Raúl V. L.de su cargo de Auxiliar del Fiscal I y, en consecuencia, se ordenó
restituirlo en su puesto de trabajo o en otro de igual naturaleza y jerarquía y
pagarle la cantidad equivalente a los salarios caídos desde que se removió de su
cargo. Como consecuencia de dicho acto, estima que se habrían vulnerado los
derechos de propiedad, a la seguridad jurídica y al debido proceso.
En ese sentido, señala que la vulneración constitucional se debe a que en
la referida sentencia no se establecen las disposiciones legales a las que debe
darse cumplimiento a efecto de pagar los salarios caídos antes referidos, sino
que se limita a expresar que estos deben ser contabilizados desde la fecha en
que se removió de su cargo hasta la fecha de ejecución de la sentencia.
2. En ese sentido, se advierte que los argumentos expuestos por la parte
actora en ningún momento ponen de manifiesto la forma en la que se habrían
infringido los derechos constitucionales que estima vulnerados, sino que, mas
bien, evidencian que el fundamento de la pretensión planteada descansa en un
desacuerdo con la decisión emitida por la autoridad demandada.
Así, se observa que mediante la presentación de la demanda la parte ac-
tora pretende que se realice en sede constitucional una revisión a efecto de
determinar, por una parte, si la Sala de lo Contencioso Administrativo estaba
obligada a establecer cuál era la normativa que la parte actora debía aplicar
para dar cumplimiento a la sentencia y, por otra parte, que este Tribunal deter-
mine cuáles son las disposiciones que debe tener en cuenta a efecto de cancelar
los salarios caídos en el caso concreto.

361
Amparos / Improcedencias

En ese orden, debe tenerse en cuenta que la jurisdicción constitucional ca-


rece de competencia material para verificar dicha actuación, ya que ello escapa
al catálogo de competencias conferido a este Tribunal; y es que, lo anterior
implicaría la realización de una labor de índole correctiva e interpretativa –en
exclusiva– sobre las disposiciones de la legislación ordinaria aplicable.
3. En conclusión, del análisis de las circunstancias fácticas y jurídicas expues-
tas se deriva la imposibilidad de juzgar, desde una perspectiva constitucional,
el fondo del reclamo planteado por la parte actora, ya que este se fundamenta
en un asunto de estricta legalidad, por lo que es pertinente declarar la impro-
cedencia de la demanda de amparo.
Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda planteada por el Fiscal General de la
República, por tratarse de un asunto de mera legalidad.
2. Tome nota la Secretaría de esta Sala del lugar y medio técnico señalado por
la parte actora para recibir los actos procesales de comunicación.
3. Notifíquese.
E. S. BLANCO R.---R. E. GONZALEZ.---FCO. E. ORTIZ R.---C. ESCOLAN.---M. R.
Z.---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E.
SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.

28-2016

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las ocho horas y treinta y tres minutos del día veintiséis de fe-
brero de dos mil dieciséis.
Analizada la demanda de amparo firmada por el señor Nahúm Antonio M.
M., junto con la documentación anexa, es necesario realizar las consideraciones
siguientes:
I. En síntesis, el demandante manifiesta que promueve el presente proceso
de amparo en contra del Ministro de Economía, por la presunta terminación
arbitraria de su relación laboral con la institución, debido a la no renovación
de su contrato con dicho ministerio para el año 2016. Para fundamentar su
reclamo, el demandante relata que laboró en la mencionada entidad desde el
7-XI-2010 hasta el 31-XII-2015.
En ese sentido, el interesado sostiene que la terminación de su relación
laboral con la referida institución constituye un despido de hecho, ya que se or-

362
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

denó sin que previamente se le tramitara un procedimiento en el que pudiera


exponer sus razonamientos, controvertir la prueba presentada en su contra y
ejercer su defensa, pese a que se encontraba vinculado a la entidad por medio
de un contrato de servicios personales.
Asimismo, el actor manifiesta que el cargo que desempeñaba en dicho mi-
nisterio no era de aquellos que pueden considerarse de confianza política o
personal, pues las funciones y actividades inherentes a su cargo como Técnico
en el Área de Digitalización no implicaban facultades de adoptar decisiones
determinantes para la institución, sino únicamente en dar apoyo logístico y
técnico a su superior jerárquico.
Por todo lo antes señalado, el actor considera que tal actuación constituye
un despido de hecho que ha vulnerado sus derechos constitucionales de au-
diencia y defensa –como manifestaciones del debido proceso– y estabilidad
laboral.
II. Determinados los argumentos expresados por el señor M. M. en su de-
manda corresponde en este apartado exponer los fundamentos jurídicos de la
resolución que se proveerá.
1. La jurisprudencia constitucional ha establecido –v. gr. en el auto del 26-
I-2010, pronunciado en el Amp. 3-2010– que uno de los presupuestos proce-
sales del amparo es el agotamiento de los recursos que la ley que rige el acto
franquea para atacarlo, puesto que, dadas las particularidades que presenta el
amparo, éste posee características propias que lo configuran como un proceso
especial y subsidiario, establecido para dar una protección reforzada a los de-
rechos fundamentales consagrados en la Constitución a favor de las personas.
En razón de lo anterior, es imprescindible que la parte demandante haya
agotado previamente, en tiempo y forma, todos los recursos ordinarios desti-
nados a reparar o subsanar el acto o actos de autoridad contra los cuales re-
clama, pues caso contrario, la pretensión de amparo devendría improcedente.
No obstante lo relacionado en los párrafos precedentes, este Tribunal ha
establecido en sentencia pronunciada el día 9-XII-2009, emitida en el Amp. 18-
2004, que: “... la exigencia del agotamiento de recursos debe hacerse de ma-
nera razonable, atendiendo a su finalidad –permitir que las instancias judiciales
ordinarias o administrativas reparen la lesión al derecho fundamental en cues-
tión, según sus potestades legales y atendiendo a la regulación normativa de
los ʻrespectivos procedimientosʼ–...”.
A partir de tal afirmación, se dota de un contenido específico al presu-
puesto procesal regulado en el artículo 12 inciso 3° de la Ley de Procedimien-
tos Constitucionales –L.Pr.Cn.– y, en razón de ello, se colige que para exigir

363
Amparos / Improcedencias

el agotamiento de un recurso no basta sólo con determinar si el mismo es de


naturaleza ordinaria o extraordinaria, según las reglas establecidas en la legisla-
ción secundaria, sino, más bien, debe tomarse en consideración si aquél es –de
conformidad con su regulación específica y contexto de aplicación– una he-
rramienta idónea para reparar la violación constitucional aducida por la parte
agraviada, es decir, si la misma posibilita que la afectación alegada pueda ser
subsanada por esa vía de impugnación.
2. Relacionado con lo anterior, en la sentencia pronunciada el 8-VI-2015, en
el Amp. 661-2012, esta Sala concluyó que el proceso de nulidad de despido ha
sido configurado como un mecanismo para que el servidor público que haya
sido despedido sin tramitársele previamente el proceso regulado en el art. 55
de la Ley de Servicio Civil obtenga la tutela no jurisdiccional que le permita ejer-
cer la defensa de sus derechos y conservar su puesto de trabajo, siempre que
por la naturaleza de sus funciones el cargo desempeñado no sea de confianza
o eventual.
En efecto, el Tribunal de Servicio Civil es el competente para conocer de los
procesos de nulidad de despido y para determinar, observando los parámetros
que este Tribunal ha establecido en su jurisprudencia al precisar el contenido
del derecho a la estabilidad laboral reconocido en el art. 219 de la Cn., si el car-
go desempeñado por el servidor público despedido debe o no ser catalogado
como de confianza o eventual y, por tanto, si la persona que lo ejerce es o no
titular de dicho derecho.
Por consiguiente, a partir del referido fallo, el proceso de la nulidad de des-
pido regulado en la Ley de Servicio Civil debe considerarse una vía idónea para
subsanar eventuales lesiones de los derechos fundamentales de los servidores
públicos que hayan sido separados de sus cargos sin la tramitación del proce-
so regulado en la aludida ley. Por ello, su exigibilidad es indispensable para
cumplir con lo preceptuado por el art. 12 inc. 3° de la L.Pr.Cn. y, por ende, al
no verificarse tal circunstancia, la queja planteada no cumplirá con uno de los
requisitos necesarios para la eficaz configuración de la pretensión de amparo.
III. Expuestas las consideraciones precedentes, corresponde ahora evaluar
la posibilidad de conocer de las infracciones alegadas por la parte actora en el
presente caso.
1. El señor M. M. dirige su reclamo el Ministro de Economía, en virtud de
haber ordenado su despido sin procedimiento previo. Para justificar la incons-
titucionalidad de la actuación apuntada y, específicamente, para fundamentar
la presumible transgresión de sus derechos fundamentales, aduce que fue se-
parado del cargo que desempeñaba en la relacionada institución, sin que pre-
vio a ello se tramitara un procedimiento en el que se garantizaran sus derechos

364
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

y en el que se posibilitara su defensa; lo anterior, pese a que se encontraba


vinculado laboralmente por medio de un contrato de servicios personales.
2. Al respecto, de conformidad con la sentencia del 8-VI-2015 pronunciada
en el Amp. 661-2012, la nulidad de despido regulada en la Ley de Servicio Civil
constituye una vía idónea para subsanar eventuales lesiones de los derechos
fundamentales de los servidores públicos que hayan sido separados de sus car-
gos sin la tramitación del proceso regulado en la aludida ley. Por ello, su exigi-
bilidad es indispensable para cumplir con lo preceptuado por el art. 12 inc. 3°
de la L.Pr.Cn.
En consecuencia, a partir del referido pronunciamiento, resulta necesario
exigir a la parte actora que, previo a la incoación del proceso de amparo, haya
alegado ante la autoridad competente los hechos en los que se sustenta la
vulneración de derechos fundamentales que arguye en su demanda, pues con
dicha exigencia se garantiza el carácter subsidiario y extraordinario del proceso
de amparo.
3. Sobre el tópico, el art. 61 de la Ley de Servicio Civil, establece que las des-
tituciones de empleados que se efectúen sin causa justificada o sin tramitarse
el procedimiento legalmente establecido, serán nulos; por lo que el empleado
podrá acudir al Tribunal de Servicio Civil, quien dará audiencia a la autoridad
demandada y abrirá un espacio probatorio a fin de que sean ventilados los
elementos a partir de los cuales pueda demostrarse la presunta irregularidad
en su remoción.
En ese orden de ideas, se advierte que la mencionada nulidad se erige
como una herramienta idónea para reparar la vulneración constitucional que
se alega en este proceso, puesto que posibilita un mecanismo por medio del
cual aquel servidor público que sea despedido sin causa justificada o sin que se
le siga el procedimiento correspondiente, puede discutir la afectación que se
produce en su esfera jurídica como consecuencia de su separación del cargo.
4. Ahora bien, en este caso particular, se advierte que el peticionario no uti-
lizó el recurso legalmente establecido en la Ley de Servicio Civil, pese a que, de
la lectura del relacionado artículo 61 se observa que, si dicha autoridad declara
la nulidad, ordenará en la misma resolución que el funcionario o empleado sea
restituido a su cargo o empleo y que se le cancelen los sueldos que ha dejado
de percibir, siempre que no pasen de tres meses; además, se establece el plazo
de tres días para que se cumpla dicha sentencia y se prevén los mecanismos co-
rrespondientes ante el incumplimiento de la resolución emitida por el Tribunal
de Servicio Civil.

365
Amparos / Improcedencias

De lo expuesto, se infiere que el interesado ha promovido el presente pro-


ceso de amparo sin haber agotado de manera previa y completa los mecanis-
mos que la normativa correspondiente le confiere.
5. En consecuencia, la nulidad del despido prevista en el artículo 61 de la
Ley de Servicio Civil se perfila como un medio impugnativo cuya exigibilidad
es indispensable para cumplir con lo preceptuado por el artículo 12 inciso 3°
de la Ley de Procedimientos Constitucionales; por ende, al no verificarse tal
circunstancia, es decir, el agotamiento del relacionado medio impugnativo, la
queja planteada no cumple con uno de los requisitos imprescindibles para la
eficaz configuración de la pretensión de amparo y que encuentra asidero en la
precitada disposición.
En atención a lo expuesto, es posible advertir en el presente caso la exis-
tencia de un defecto en la pretensión constitucional de amparo que impide el
conocimiento y decisión sobre el fondo del reclamo formulado, pues se ha omi-
tido agotar mecanismos específicos franqueados en la legislación ordinaria que
posibilitarían la discusión y posible subsanación de la vulneración constitucional
generada por la actuación que se impugna, siendo pertinente la terminación
anormal del presente amparo a través de la figura de la improcedencia.
Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 12 inciso 3° de la
Ley de Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por el señor Na-
húm Antonio M. M. contra actos del Ministro de Economía, por falta de
agotamiento de los recursos, en virtud de que el actor no promovió el pro-
ceso de nulidad previsto en el art. 61 de la Ley de Servicio Civil, para subsa-
nar las presuntas afectaciones a sus derechos.
Lo anterior no impide que una vez agotados los recursos antes menciona-
dos, el interesado pueda nuevamente acudir a esta Sala.
2. Tome nota la Secretaría de este Tribunal del lugar señalado por el deman-
dante para recibir los actos de comunicación procesal.
3. Notifíquese.
E. S. BLANCO R.---R. E. GONZALEZ.---FCO. E. ORTIZ R.---C. ESCOLAN.---M. R.
Z.---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E.
SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.

30-2016

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las ocho horas y treinta y dos minutos del día veintiséis de fe-
brero de dos mil dieciséis.

366
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Analizada la demanda de amparo firmada por la señora Telma Celia Elena


H. M., junto con la documentación anexa, es necesario realizar las considera-
ciones siguientes:
I. En síntesis, la demandante manifiesta que promueve el presente proceso
de amparo en contra del Ministro de Economía, por la presunta terminación
arbitraria de su relación laboral con la institución, debido a la no renovación
de su contrato con dicho ministerio para el año 2016. Para fundamentar su re-
clamo, la demandante relata que laboró en la citada entidad desde el 1-II-2013
hasta el 31-XII-2015.
En ese sentido, la interesada sostiene que la terminación de su relación
laboral con la referida institución constituye un despido de hecho, ya que se or-
denó sin que previamente se le tramitara un procedimiento en el que pudiera
exponer sus razonamientos, controvertir la prueba presentada en su contra y
ejercer su defensa, pese a que se encontraba vinculado a la entidad por medio
de un contrato de servicios personales.
Asimismo, la actora manifiesta que el cargo que desempeñaba en dicho
ministerio no era de aquellos que pueden considerarse de confianza política o
personal, pues las funciones y actividades inherentes a su cargo como Técnico
en el Área de Digitalización no implicaban facultades de adoptar decisiones
determinantes para la institución, sino únicamente en dar apoyo logístico y
técnico a su superior jerárquico.
Por todo lo antes señalado, la actora considera que tal actuación consti-
tuye un despido de hecho que ha vulnerado sus derechos constitucionales de
audiencia y defensa – como manifestaciones del debido proceso– y estabilidad
laboral.
II. Determinados los argumentos expresados por la señora H. M. en su de-
manda corresponde en este apartado exponer los fundamentos jurídicos de la
resolución que se proveerá.
1. La jurisprudencia constitucional ha establecido –v. gr. en el auto del 26-
I-2010, pronunciado en el Amp. 3-2010– que uno de los presupuestos proce-
sales del amparo es el agotamiento de los recursos que la ley que rige el acto
franquea para atacarlo, puesto que, dadas las particularidades que presenta el
amparo, éste posee características propias que lo configuran como un proceso
especial y subsidiario, establecido para dar una protección reforzada a los de-
rechos fundamentales consagrados en la Constitución a favor de las personas.
En razón de lo anterior, es imprescindible que la parte demandante haya
agotado previamente, en tiempo y forma, todos los recursos ordinarios desti-

367
Amparos / Improcedencias

nados a reparar o subsanar el acto o actos de autoridad contra los cuales re-
clama, pues caso contrario, la pretensión de amparo devendría improcedente.
No obstante lo relacionado en los párrafos precedentes, este Tribunal ha
establecido en sentencia pronunciada el día 9-XII-2009, emitida en el Amp. 18-
2004, que: “... la exigencia del agotamiento de recursos debe hacerse de ma-
nera razonable, atendiendo a su finalidad –permitir que las instancias judiciales
ordinarias o administrativas reparen la lesión al derecho fundamental en cues-
tión, según sus potestades legales y atendiendo a la regulación normativa de
los ‘respectivos procedimientos ’–...”.
A partir de tal afirmación, se dota de un contenido específico al presu-
puesto procesal regulado en el artículo 12 inciso 3° de la Ley de Procedimien-
tos Constitucionales –L.Pr.Cn.– y, en razón de ello, se colige que para exigir
el agotamiento de un recurso no basta sólo con determinar si el mismo es de
naturaleza ordinaria o extraordinaria, según las reglas establecidas en la legisla-
ción secundaria, sino, más bien, debe tomarse en consideración si aquél es –de
conformidad con su regulación específica y contexto de aplicación– una he-
rramienta idónea para reparar la violación constitucional aducida por la parte
agraviada, es decir, si la misma posibilita que la afectación alegada pueda ser
subsanada por esa vía de impugnación.
2. Relacionado con lo anterior, en la sentencia pronunciada el 8-VI-2015, en
el Amp. 661-2012, esta Sala concluyó que el proceso de nulidad de despido ha
sido configurado como un mecanismo para que el servidor público que haya
sido despedido sin tramitársele previamente el proceso regulado en el art. 55
de la Ley de Servicio Civil obtenga la tutela no jurisdiccional que le permita ejer-
cer la defensa de sus derechos y conservar su puesto de trabajo, siempre que
por la naturaleza de sus funciones el cargo desempeñado no sea de confianza
o eventual.
En efecto, el Tribunal de Servicio Civil es el competente para conocer de los
procesos de nulidad de despido y para determinar, observando los parámetros
que este Tribunal ha establecido en su jurisprudencia al precisar el contenido
del derecho a la estabilidad laboral reconocido en el art. 219 de la Cn., si el car-
go desempeñado por el servidor público despedido debe o no ser catalogado
como de confianza o eventual y, por tanto, si la persona que lo ejerce es o no
titular de dicho derecho.
Por consiguiente, a partir del referido fallo, el proceso de la nulidad de des-
pido regulado en la Ley de Servicio Civil debe considerarse una vía idónea para
subsanar eventuales lesiones de los derechos fundamentales de los servidores
públicos que hayan sido separados de sus cargos sin la tramitación del proce-

368
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

so regulado en la aludida ley. Por ello, su exigibilidad es indispensable para


cumplir con lo preceptuado por el art. 12 inc. 3° de la L.Pr.Cn. y, por ende, al
no verificarse tal circunstancia, la queja planteada no cumplirá con uno de los
requisitos necesarios para la eficaz configuración de la pretensión de amparo.
III. Expuestas las consideraciones precedentes, corresponde ahora evaluar
la posibilidad de conocer de las infracciones alegadas por la parte actora en el
presente caso.
1. La señora H. M. dirige su reclamo el Ministro de Economía, en virtud de
haber ordenado su despido sin procedimiento previo. Para justificar la incons-
titucionalidad de la actuación apuntada y, específicamente, para fundamentar
la presumible transgresión de sus derechos fundamentales, aduce que fue se-
parada del cargo que desempeñaba en la relacionada institución, sin que pre-
vio a ello se tramitara un procedimiento en el que se garantizaran sus derechos
y en el que se posibilitara su defensa; lo anterior, pese a que se encontraba
vinculado laboralmente por medio de un contrato de servicios personales.
2. Al respecto, de conformidad con la sentencia del 8-VI-2015 pronunciada
en el Amp. 661-2012, la nulidad de despido regulada en la Ley de Servicio Civil
constituye una vía idónea para subsanar eventuales lesiones de los derechos
fundamentales de los servidores públicos que hayan sido separados de sus car-
gos sin la tramitación del proceso regulado en la aludida ley. Por ello, su exigi-
bilidad es indispensable para cumplir con lo preceptuado por el art. 12 inc. 3°
de la L.Pr.Cn.
En consecuencia, a partir del referido pronunciamiento, resulta necesario
exigir a la parte actora que, previo a la incoación del proceso de amparo, haya
alegado ante la autoridad competente los hechos en los que se sustenta la
vulneración de derechos fundamentales que arguye en su demanda, pues con
dicha exigencia se garantiza el carácter subsidiario y extraordinario del proceso
de amparo.
3. Sobre el tópico, el art. 61 de la Ley de Servicio Civil, establece que las des-
tituciones de empleados que se efectúen sin causa justificada o sin tramitarse
el procedimiento legalmente establecido, serán nulos; por lo que el empleado
podrá acudir al Tribunal de Servicio Civil, quien dará audiencia a la autoridad
demandada y abrirá un espacio probatorio a fin de que sean ventilados los
elementos a partir de los cuales pueda demostrarse la presunta irregularidad
en su remoción.
En ese orden de ideas, se advierte que la mencionada nulidad se erige
como una herramienta idónea para reparar la vulneración constitucional que
se alega en este proceso, puesto que posibilita un mecanismo por medio del

369
Amparos / Improcedencias

cual aquel servidor público que sea despedido sin causa justificada o sin que se
le siga el procedimiento correspondiente, puede discutir la afectación que se
produce en su esfera jurídica como consecuencia de su separación del cargo.
4. Ahora bien, en este caso particular, se advierte que la peticionaria no uti-
lizó el recurso legalmente establecido en la Ley de Servicio Civil, pese a que, de
la lectura del relacionado artículo 61 se observa que, si dicha autoridad declara
la nulidad, ordenará en la misma resolución que el funcionario o empleado sea
restituido a su cargo o empleo y que se le cancelen los sueldos que ha dejado
de percibir, siempre que no pasen de tres meses; además, se establece el plazo
de tres días para que se cumpla dicha sentencia y se prevén los mecanismos co-
rrespondientes ante el incumplimiento de la resolución emitida por el Tribunal
de Servicio Civil.
De lo expuesto, se infiere que la interesada ha promovido el presente pro-
ceso de amparo sin haber agotado de manera previa y completa los mecanis-
mos que la normativa correspondiente le confiere.
5. En consecuencia, la nulidad del despido prevista en el artículo 61 de la
Ley de Servicio Civil se perfila como un medio impugnativo cuya exigibilidad
es indispensable para cumplir con lo preceptuado por el artículo 12 inciso 3°
de la Ley de Procedimientos Constitucionales; por ende, al no verificarse tal
circunstancia, es decir, el agotamiento del relacionado medio impugnativo, la
queja planteada no cumple con uno de los requisitos imprescindibles para la
eficaz configuración de la pretensión de amparo y que encuentra asidero en la
precitada disposición.
En atención a lo expuesto, es posible advertir en el presente caso la exis-
tencia de un defecto en la pretensión constitucional de amparo que impide el
conocimiento y decisión sobre el fondo del reclamo formulado, pues se ha omi-
tido agotar mecanismos específicos franqueados en la legislación ordinaria que
posibilitarían la discusión y posible subsanación de la vulneración constitucional
generada por la actuación que se impugna, siendo pertinente la terminación
anormal del presente amparo a través de la figura de la improcedencia.
Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 12 inciso 3° de la
Ley de Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por la señora
Telma Celia Elena H. M. contra actos del Ministro de Economía, por falta
de agotamiento de los recursos, en virtud de que el actor no promovió el
proceso de nulidad previsto en el art. 61 de la Ley de Servicio Civil, para
subsanar las presuntas afectaciones a sus derechos.
Lo anterior no impide que una vez agotados los recursos antes menciona-
dos, la interesada pueda nuevamente acudir a esta Sala.

370
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

2. Tome nota la Secretaría de este Tribunal del lugar señalado por la deman-
dante para recibir los actos de comunicación procesal.
3. Notifíquese.
E. S. BLANCO R.---R. E. GONZALEZ---C. ESCOLAN---FCO. E. ORTIZ R.---M. R.
Z.---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---E.
SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.

38-2016

Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. San Salvador, a


las nueve horas y ocho minutos del día veintiséis de febrero de dos mil dieciséis.
Analizada la demanda firmada por la señora Lisset Marisela O. A., junto con
la documentación anexa, es necesario efectuar las siguientes consideraciones:
I. La actora manifiesta que desde octubre de 2010 laboraba para la munici-
palidad de Ciudad Arce, departamento de La Libertad, en el cargo de Auxiliar
de la Unidad de Proyectos, con base en un contrato de servicios personales; sin
embargo, expone que el 30-XI-2015 se le informó que por decisión del Concejo
Municipal de dicha localidad su contrato laboral no sería renovado para el año
2016.
Al respecto, indica que fue separada de su cargo sin que se tramitara un
procedimiento previo en el que se le brindara la oportunidad de conocer los
motivos por los cuales no se renovaría su contrato, controvertirlos y ejercer
debidamente su defensa.
Como consecuencia de lo relatado, estima que se han conculcado los dere-
chos de audiencia, defensa y estabilidad laboral del peticionario.
II. Establecido lo anterior, conviene ahora, para resolver adecuadamente el
caso en estudio, exponer brevemente los fundamentos jurídicos de la presente
resolución.
La jurisprudencia constitucional –verbigracia las resoluciones pronunciadas
en los Amp. 49-2010 y 51-2010 el día 10-III-2010– ha señalado que el objeto del
proceso de amparo está representado por la pretensión, para cuya validez es
indispensable el efectivo cumplimiento de una serie de presupuestos procesa-
les que posibilitan la formación y el desarrollo normal del proceso, autorizando
la emisión de un pronunciamiento sobre el fondo del asunto.
Uno de ellos es el agotamiento de los recursos que la ley que rige el acto
franquea para atacarlo, el cual se encuentra establecido en el artículo 12 inciso
3° de la Ley de Procedimientos Constitucionales –L.Pr.C.–; tal requisito se fun-

371
Amparos / Improcedencias

damenta en el hecho que, dadas las particularidades que presenta el amparo,


este posee características propias que lo configuran como un proceso especial
y subsidiario, establecido para dar una protección reforzada a los derechos fun-
damentales consagrados en la Constitución a favor de las personas, es decir, se
pretende que sea la última vía, una vez agotada la vía jurisdiccional o adminis-
trativa correspondiente.
Así, se ha señalado que la exigencia del agotamiento de los recursos com-
prende, además, una carga para la parte actora del amparo de emplear en
tiempo y forma los recursos que tiene expeditos conforme a la normativa de
la materia. De manera que, para entender que se ha respetado el presupuesto
apuntado, el pretensor debe cumplir con las condiciones objetivas y subjetivas
establecidas para la admisibilidad y procedencia de los medios de impugna-
ción, ya sea que estos se resuelvan al mismo nivel o en uno superior de la admi-
nistración o la jurisdicción, debido a que la inobservancia de dichas condiciones
motivaría el rechazo de tales recursos en sede ordinaria y, en consecuencia, no
se tendría por satisfecho el requisito mencionado.
III. Con el objeto de trasladar dichas nociones al caso concreto, se efectúan
las consideraciones siguientes:
1. De manera inicial, se observa que la actora dirige su reclamo contra el
Concejo Municipal de Ciudad Arce, departamento de La Libertad, a quien le
atribuye la decisión de no renovar su contrato laboral, la cual le fue comunica-
da el 30-XI-2015, y por ende separarla de su cargo.
Para justificar la inconstitucionalidad de la actuación apuntada y, específi-
camente, para fundamentar la presumible transgresión de los derechos funda-
mentales de audiencia, defensa y estabilidad laboral, aduce que fue separada
del cargo que desempeñaba, sin que previo a ello se tramitara un procedimien-
to en el que se le expresaran los motivos para no renovar su contrato, en el que
se garantizaran sus derechos y en el que se posibilitara su defensa.
2. Al respecto, debe acotarse que, en las sentencias pronunciadas el 13-III-
2015 en los Amp. 84-2012 y 82-2012, este Tribunal concluyó que la nulidad de
despido ha sido configurado como un mecanismo para que el servidor públi-
co municipal que haya sido despedido sin tramitársele previamente el proceso
regulado en el artículo 71 de la Ley de la Carrera Administrativa Municipal –
LCAM– obtenga la tutela jurisdiccional que le permita ejercer la defensa de sus
derechos y conservar su puesto de trabajo.
Por consiguiente, debe considerarse la nulidad de despido establecida en
la LCAM como una vía idónea y eficaz para subsanar eventuales lesiones de
los derechos fundamentales de los servidores públicos municipales que hayan

372
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

sido separados de sus cargos sin la tramitación del proceso regulado en la


aludida ley.
Y es que, en efecto, los jueces que conforme a la LCAM y la Ley Orgánica
Judicial deben conocer de los procesos de nulidad de despido son competentes
para determinar, observando los parámetros que este Tribunal ha establecido
en su jurisprudencia al precisar el contenido del derecho a la estabilidad laboral
reconocido en el artículo 219 de la Constitución, si el cargo desempeñado por
el servidor público municipal despedido debe o no ser catalogado como de
confianza o eventual y, por tanto, si la persona que lo ejerce es titular o no de
tal derecho.
Ahora bien, de la lectura de la demanda relacionada, se advierte que la
señora O. A. no promovió el proceso de nulidad de despido establecido en la
LCAM para subsanar las presuntas afectaciones a sus derechos por parte del
Concejo Municipal de Ciudad Arce, departamento de La Libertad, pese a que
la mencionada nulidad se erige como una herramienta idónea para reparar la
vulneración constitucional que se alega en este proceso, puesto que posibilita
un mecanismo por medio del cual aquel servidor público que sea despedido sin
causa justificada o sin que se le siga el procedimiento correspondiente, puede
discutir la afectación que se produce en su esfera jurídica como consecuencia
de su separación del cargo.
En consecuencia, la nulidad del despido consagrada en el artículo 75 de la
LCAM se perfila como un medio impugnativo cuya exigibilidad es indispensa-
ble para cumplir con lo preceptuado por el artículo 12 inciso 3° de la L.Pr.C.; por
ende, al no verificarse tal circunstancia, es decir, el agotamiento del relaciona-
do medio impugnativo, la queja planteada no cumple con uno de los requisitos
imprescindibles para la eficaz configuración de la pretensión de amparo y que
encuentra asidero en la precitada disposición.
En atención a lo expuesto, es posible advertir en el presente caso la exis-
tencia de un defecto en la pretensión constitucional de amparo que impide el
conocimiento y decisión sobre el fondo del reclamo formulado, pues se ha omi-
tido agotar mecanismos específicos franqueados en la legislación ordinaria que
posibilitarían la discusión y posible subsanación de la vulneración constitucional
generada por la actuación que se impugna, siendo pertinente la terminación
anormal del presente amparo a través de la figura de la improcedencia.
Por tanto, con base en las consideraciones precedentes y lo establecido en
el artículo 12 inciso 3° de la Ley de Procedimientos Constitucionales, esta Sala
RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por la señora
Lisset Marisela O. A., por la falta de agotamiento del medio impugnativo

373
Amparos / Improcedencias

franqueado en la legislación correspondiente para la posible subsanación


de la vulneración constitucional alegada, específicamente del recurso de
nulidad que establece el artículo 75 de la Ley de la Carrera Administrativa
Municipal.
Lo anterior no impide que una vez agotado el recurso mencionado, la inte-
resada pueda nuevamente acudir a esta Sala.
2. Tome nota la Secretaría de esta Sala del medio técnico indicado por la de-
mandante para recibir los actos procesales de comunicación, no así del lu-
gar señalado por encontrarse fuera de la circunscripción territorial de este
municipio.
3. Notifíquese.
E. S. BLANCO. R.---R. E. GONZALEZ.---FCO. E. ORTIZ. R.---C. ESCOLÁN.---M. R.
Z.---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---E.
SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.

305-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las quince horas con diez minutos del día veintinueve de febrero
de dos mil dieciséis.
Analizada la demanda de amparo y el escrito presentados por el abogado
Ambrocio Arróliga Cubas en su calidad de apoderado de la señora Guadalupe
Carolina B. S., junto con la documentación que anexa, se realizan las siguientes
consideraciones:
I. En síntesis, el citado profesional dirige su reclamo contra la Presidenta
del Instituto Salvadoreño de Transformación Agraria (ISTA) por haber emitido
la resolución del 3-IX-2014 por medio de la cual se le informó que mediante el
acuerdo correspondiente al acta de sesión ordinaria 29-2010 de fecha 19-VIII-
2010 se había dejado sin validez legal y administrativa el certificado de propie-
dad de fecha 28-V-2007 que fue extendido por el entonces Presidente del ISTA
ingeniero Miguel López.
Al respecto, manifiesta que el 28-V-2007 el ISTA asignó a su representada
un inmueble ubicado en “...[P]olígono F-1, [s]olar 7, [p]orción 2, Santa Rita
Norte, Hacienda [E]l Singül, Cantón San Cristobál, municipio El Porvenir, Depar-
tamento de Santa Ana...”, mediante un certificado expedido por el entonces
Presidente de esa institución. Lo anterior, aclara en virtud de ser beneficiaria
de “... 1.00 Mzs [sic] de tierra ubicada en [p]ropiedad denominada Potrerillos,

374
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

del Cantón de San Miguel, Municipio de Texistepeque, Departamento de Santa


Ana, por parte de su abuela señora Rosenda F. A....”.
En razón de lo anterior, señala que el 18-VII-2014 su mandante solicitó al
ISTA la certificación del expediente del proceso de asignación del inmueble a
nombre de su abuela, No obstante, refiere que con fecha 3-IX-2014 la Presiden-
ta del ISTA le informó que al haberse realizado las investigaciones correspon-
dientes se determinó que la Hacienda Potrerillos no fue adquirida por el ISTA y
que además en la revisión realizada en los diferentes sistemas informáticos de
control de beneficiarios no se encontró registro de la señora Rosenda F. A. “...
en relación a algún inmueble que se le haya adjudicado...”.
En ese sentido, señala que dichas afirmaciones son falsas, pues cuenta con
la copia simple de un certificado de asignación debidamente firmado por el
Presidente del ISTA sobre un lote agrícola ubicado en la Hacienda Los Potreri-
llos. Al respecto, de la anulación del certificado a nombre de su representada,
alega que “...el acto de invalidar todos los certificados firmados por el Ing.
Miguel Tomás López, choca con los principios constitucionales de la seguridad
jurídica...”. Y es que, –a su criterio– “...para invalidar un certificado [se] debió
seguir un procedimiento conforme a las leyes, para así respetar el derecho de
cada quien y dar la oportunidad de defensa de cada persona...”.
Por otro lado, señala que su representada con fecha 25-IX-2013 firmó la es-
critura matriz de un inmueble correspondiente al “...solar 11, polígono F-2, San-
ta Rita, porción 2, Hacienda el Singüil...”. Sin embargo, alega que su mandante
creyó que se trataba del inmueble que le había sido asignado en el año 2007,
tal y como se hizo constar en el certificado firmado por el Presidente del ISTA. Y
es que, el 21-V-2013 llenó la solicitud de adjudicación del inmueble ubicado en
el Polígono F-1, Solar 7, porción 2, por lo que al momento de firmar la escritura
matriz creyó que estaba firmando por el referido inmueble. Al respecto, alega
que el “...ardid del ISTA queda claro, cuando no le notifican a [su] mandante,
previa a la firma del documento de compraventa que se trata[ba] de otro in-
mueble...”, por lo que considera que se ha despojado a la señora B. S. de forma
ilegal de su inmueble original.
Asimismo, menciona que con fecha 26-XI-2013 la señora B. S. presentó un
escrito dirigido a la Presidencia del ISTA en el que le hacía saber que “...le hi-
cieron firmar una escritura que no correspondía al inmueble amparado en el
certificado...”, por lo que solicitó que investigara a la persona que la engañó;
sin embargo, alega que a la fecha no se la ha dado respuesta a esa petición.
Posteriormente, refiere que se adjudicó el inmueble de su mandante a otra
persona, “...sabiendo que existía un certificado con mejor derecho...”, por lo

375
Amparos / Improcedencias

que a aquella se le hizo “...firmar la escritura sin explicar[le] que se trataba de


otro inmueble para favorecer a otra persona...”. En consecuencia, estima vul-
nerados los derechos a la seguridad jurídica, propiedad y posesión, así como los
principios de legalidad y “al debido proceso” de la señora B. S.
II. Determinados los argumentos expuestos por el apoderado de la deman-
dante, corresponde en este apartado exponer los fundamentos jurídicos de la
decisión que se emitirá.
Tal como se ha sostenido en la resolución de 27-X-2010, pronunciada en el
Amp. 408-2010, en este tipo de procesos las afirmaciones de hecho de la parte
actora deben justificar que el reclamo formulado posee trascendencia cons-
titucional, esto es, deben poner de manifiesto la presunta vulneración a los
derechos fundamentales que se proponen como parámetro de confrontación.
Por el contrario, si tales alegaciones se reducen al planteamiento de asun-
tos puramente judiciales o administrativos consistentes en la simple inconfor-
midad con las actuaciones o el contenido de las decisiones emitidas por las
autoridades dentro de sus respectivas competencias, la cuestión sometida al
conocimiento de este Tribunal constituye un asunto de mera legalidad, lo que
se traduce en un vicio de la pretensión que imposibilita su juzgamiento.
III. Corresponde ahora evaluar la posibilidad de conocer de las infracciones
alegadas por el apoderado de la parte actora en el presente caso.
1. El abogado Arróliga Cubas dirige su reclamo contra la Presidenta del
ISTA por haber emitido la resolución del 3-IX-2014 por medio de la cual se le
informó que mediante el acuerdo correspondiente al acta de sesión ordinaria
29-2010 de fecha 19-VIII-2010 se había dejado sin validez legal y administrativa
el certificado de propiedad de fecha 28-V-2007 que fue extendido por el enton-
ces Presidente del ISTA ingeniero Miguel López.
Para fundamentar la inconstitucionalidad de dicha actuación, el citado
profesional centra su pretensión en los siguientes aspectos: i) que se anuló el
certificado del 28-V-2007 sin haberse seguido un proceso previo; ii) que la peti-
cionaria firmó la escritura matriz correspondiente a la compraventa del inmue-
ble ubicado en el “...solar 11, polígono F-2, Santa Rita, porción 2, Hacienda el
Singüil...” sin tener conocimiento que se trataba de ese terreno; iii) la presunta
falta de respuesta a un escrito de fecha 26-XI-2013 en el que su mandante so-
licitó se investigara a la persona dentro del ISTA que la hizo firmar la escritura
de un inmueble equivocado; y iv) que el acta de posesión material presentada
por el ISTA era falsa, pues los testigos relacionados no fueron los presentados
por su representada.

376
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

2. Ahora bien, se advierte que los argumentos expuestos por el abogado


de la actora no ponen de manifiesto la forma en la que se habrían infringido
sus derechos constitucionales, sino que, más bien, evidencian que el fundamen-
to de la pretensión planteada descansa en una disconformidad de la deman-
dante con el bien inmueble que le fue adjudicado a su favor por parte del ISTA.
Y es que, de lo expuesto por el referido abogado se colige que pretende
que esta Sala determine, a partir de la valoración de circunstancias particulares
del proceso de adjudicación del inmueble promovido por la señora Guadalupe
Carolina B. S., la existencia de un vicio en el consentimiento de la actora en el
momento que firmó la escritura matriz de fecha 25-IX-2013, mediante la cual
aparentemente adquirió en propiedad un bien distinto al que pretendía inicial-
mente. Asimismo, procura que se establezca, a partir de la interpretación del
art. 18 de la Ley de Creación del ISTA, que la Junta Directiva de esa institución
no tenía las facultades legales suficientes para revocar el certificado de asigna-
ción de inmueble a favor de su representada.
Sin embargo, debe tenerse en cuenta que la jurisdicción constitucional ca-
rece de competencia material para determinar la existencia de un vicio en el
consentimiento por parte de la actora en el momento en el que firmó la escri-
tura mediante la que el ISTA le adjudicó la propiedad sobre el citado inmueble,
debido a que tal actividad implicaría la realización de una labor cuyo conoci-
miento le corresponde determinar a las autoridades judiciales ordinarias.
Y es que, según lo dispuesto en el art. 1322 del Código Civil (C) “... [l]os
vicios de que puede adolecer el consentimiento, son error, fuerza y dolo...”. En
ese sentido, en el supuesto de existencia de un vicio en el consentimiento el art.
1552 C señala que “...[1]a nulidad producida por un objeto o causa ilícita, y la
nulidad producida por la omisión de algún requisito o formalidad que las leyes
prescriben para el valor de ciertos actos o contratos [...] son nulidades absolu-
tas [...]. Cualquiera otra especie de vicio produce nulidad relativa, y da derecho
a la rescisión del acto o contrato...”.
En razón de ello, el art. 1554 C indica que: “...[1]a nulidad relativa no pue-
de ser declarada por el Juez sino a pedimento de parte; ni puede pedirse su
declaración por el ministerio público en el solo interés de la ley; ni puede ale-
garse sino por aquellos en cuyo beneficio la han establecido las leyes o por
sus herederos o cesionarios; y puede sanearse por el lapso de tiempo o por la
ratificación de las partes...”.
Por consiguiente, se deduce que al alegar la parte actora del presente pro-
ceso que el contrato de compraventa que firmó contenía los vicios de error y
dolo, tuvo que haber acudido ante el Juez de lo Civil respectivo a promover la

377
Amparos / Improcedencias

nulidad de ese instrumento público, pues determinar la nulidad de la referida


escritura matriz no forma parte del catálogo de competencias de este Tribunal.
En similares términos, tampoco compete a esta Sala establecer la falsedad de
un documento, toda vez que implicaría una labor de aplicación de la normativa
infraconstitucional a un supuesto concreto.
Aunado a ello, según se expuso en la resolución del 27-X-2010, emitida en
el Amp. 408-2010, la jurisdicción constitucional carece de competencia material
para efectuar el análisis relativo a la interpretación y aplicación que las auto-
ridades judiciales y administrativas desarrollen con relación a los enunciados
legales que rigen los trámites cuyo conocimiento les corresponde. En conse-
cuencia, examinar las razones por las que la Junta Directiva del ISTA consideró
que el Presidente de esa Institución no tenía las facultades legales de emitir
los certificados de adjudicación sobre un inmueble sino que esta era una acti-
vidad exclusiva de la Junta Directiva, así como determinar la falsedad o no del
acta de posesión material anexada con la demanda, implicaría la irrupción de
competencias que, en exclusiva, han sido atribuidas y deben realizarse por las
autoridades correspondientes.
3. En lo relativo, a la presunta vulneración del derecho de petición de la par-
te actora, se observa que el citado abogado fundamenta su pretensión en que
con fecha 26-XI-2013 la señora B. S. presentó un escrito dirigido a la Presidencia
del ISTA en el que la hacía saber que “...le hicieron firmar una escritura que no
correspondía al inmueble amparado en el certificado...”, por lo que solicitaba
que investigara a la persona que la engañó; sin embargo, alega que a la fecha
no se la ha dado respuesta a su petición.
No obstante, de la documentación anexa se advierte que sobre ese punto
la autoridad demandada consideró sobre esa situación que “... no [era] proba-
ble a juicio de e[se] Instituto, que la señora B. S. haya ignorado desde el inicio
del proceso, el inmueble que se le estaba adjudicando y transfiriendo...”.
Al respecto, es necesario acotar que la jurisprudencia de esta Sala respecto
al derecho de petición contenido en el artículo 18 de la Constitución, ha sos-
tenido v.gr. en la sentencia del 16-VI-2010 emitida en el Amp. 473-2008, que
éste se refiere a la facultad que asiste a las personas –naturales o jurídicas,
nacionales o extranjeras– para dirigirse a las autoridades públicas formulando
una solicitud por escrito y de manera decorosa. Debe destacarse que, como
correlativo al ejercicio de este derecho, se exige a los funcionarios estatales
responder los asuntos que se les planteen, y que dicha contestación no puede
limitarse a dar constancia de haberse recibido la petición, sino que estas deben
resolverlas conforme a las facultades que legalmente le han sido conferidas en
forma congruente y oportuna, y hacerlas saber.

378
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Ello no significa que tal resolución deba ser necesariamente favorable a lo


pedido, sino solamente dar la correspondiente respuesta. Por lo tanto, la situa-
ción alegada no puede considerarse atentatoria del derecho de petición de la
señora B. S., pues se advierte que hubo una respuesta a lo solicitado por esta,
en los términos señalados anteriormente.
4. En conclusión, del análisis de las circunstancias fácticas y jurídicas expues-
tas se deriva la imposibilidad de juzgar, desde una perspectiva constitucional,
el fondo del reclamo planteado por el abogado Arróliga Cubas, ya que este se
fundamenta en un asunto de estricta legalidad y, en consecuencia, es pertinen-
te declarar la improcedencia de la demanda de amparo.
Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo presentada por el Ambro-
cio Arróliga Cubas en su calidad de apoderado de la señora Guadalupe
Carolina B. S., en contra de la Presidenta del ISTA, en virtud de constituir un
asunto de mera legalidad, ya que pretendía que se estableciera la nulidad
de una escritura de compraventa realizada entre el ISTA y la parte actora
por la presunta existencia de un vicio en el consentimiento. Asimismo, se
advierte que dicho profesional pretendía alegar la falsedad de un docu-
mento y que este Tribunal determinara si la Junta Directiva del ISTA tenía o
no las facultades legales de anular los certificados de adjudicación emitidos
por la Presidencia de esa institución. Finalmente, por advertirse que no ha
existido agravio en cuanto al derecho de petición, por haberse emitido la
respuesta correspondiente.
2. Tome nota la Secretaría de esta Sala del lugar señalado por el abogado de
la demandante para recibir los actos procesales de comunicación.
3. Notifíquese.
---A. PINEDA---F. MELENDEZ.---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZALEZ---C. ES-
COLAN---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRI-
BEN.---E. SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.

659-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las ocho horas con cincuenta y dos minutos del día cuatro de
marzo de dos mil dieciséis.

379
Amparos / Improcedencias

Examinados la demanda de amparo y escrito firmados por el señor José


Luis Á. M., en su calidad personal, junto con la documentación que anexa, se
hacen las siguientes consideraciones:
I. El señor Á. M. ha presentado su demanda de amparo contra el Concejo
Municipal de “Nueva San Salvador” –Santa Tecla– por haber emitido los arts.
9 y 12 letra a) de la Ordenanza Reguladora para el Funcionamiento de los Es-
tablecimientos Comerciales que Funcionen en el Complejo Deportivo El Cafe-
talón –ORFEC–, creada mediante el Decreto Municipal –D.M.– número 6 del
1-XII-2015, publicado en el Diario Oficial –D.O.– número 228, Tomo 409 del 10-
XII-2015, por medio de los cuales se regula respectivamente, el horario de fun-
cionamiento para los establecimientos autorizados en el área del Cafetalón y la
prohibición de consumir bebidas alcohólicas en las instalaciones de dicho lugar.
Las disposiciones impugnadas prescriben:
Art. 9.- Los establecimientos autorizados en el área del Cafetalón, podrán
funcionar de lunes a domingo, iniciando a las cinco horas y concluyendo a las
veintidós horas.
Art. 12.- Quedan prohibidas en las instalaciones de “El Cafetalón”, la prác-
tica de las actividades o acciones siguientes:
a. El consumo de bebidas alcohólicas, salvo en actividades especiales con
previo permiso otorgado por la Municipalidad.
El demandante expresa que es propietario de un negocio ubicado en la
quinta calle oriente, frente al complejo deportivo El Cafetalón, Santa Tecla, y
dentro de su giro como restaurante comercializa alimentos y bebidas alcohóli-
cas de un contenido menor del 6%, específicamente cervezas.
No obstante, sostiene que las disposiciones que objeta limitan la comercia-
lización y consumo de cervezas dentro del Complejo Deportivo El Cafetalón, lo
cual vulnera el principio de reserva de ley y el derecho al “libre ejercicio de la
actividad económica”.
Respecto a la supuesta vulneración a la reserva de ley, el pretensor expone
que la Ley Reguladora de las Producción y Comercialización del Alcohol y de
las Bebidas Alcohólicas –LEREPCABA–, tiene por objeto regular –entre otros
aspectos– la venta de bebidas alcohólicas destiladas, cervezas y otras bebidas
fermentadas nacionales e importadas –Art. 1 LEREPCABA–. Así, en su art. 32
LEREPCABA establece que la venta y comercialización de las bebidas de conte-
nido alcohólico hasta 6% en volumen es libre y no requiere de licencia o permi-
so alguno para su venta ni comercialización.
Asimismo, la citada disposición prohíbe la venta y consumo de bebidas al-
cohólicas en lugares públicos, a partir de las dos horas hasta las seis horas, du-
rante los siete días de la semana en todo el territorio nacional.

380
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Pese a lo regulado por la mencionada ley, las disposiciones de la Ordenanza


que objeta establecen un horario diferente al antes mencionado, pues prohíbe
la venta de cervezas a partir de las 22:00 horas, lo que implica que “...elimina
el rango de las 10 [22] a las 2 horas para desarrollar esta actividad ...” según lo
permite la LEREPCABA.
En tal sentido, la parte actora sostiene que “...el legislador municipal, trans-
grediendo lo que está claramente regulado en la Ley secundaria, pretende por
medio de la disposición impugnada tergiversar la decisión legislativa de auto-
rizar la venta y consumo de cerveza de forma libre en El Salvador... a través de
un medio normativo que no posee la legitimidad para ello...”.
En relación a la posible conculcación al derecho a la libertad económica, el
demandante manifiesta que las disposiciones objetadas impiden la venta de
bebidas alcohólicas “...que representa un giro importante para el negocio que
[posee]...” al establecer un horario diferente al que establece la LEREPCABA.
II. Determinados los argumentos expresados por el actor, corresponde en
este apartado exponer los fundamentos jurídicos de la resolución que se emi-
tirá.
Tal como se sostuvo en la resolución del 27-I-2009, pronunciada en el Amp.
795-2006, este proceso constitucional persigue que se imparta a la persona
la protección jurisdiccional contra cualquier acto de autoridad que estime in-
constitucional y que, específicamente, vulnere u obstaculice el ejercicio de los
derechos constitucionales consagrados a su favor.
Es decir, dada la finalidad del amparo –como mecanismo extraordinario
de tutela de derechos fundamentales– las afirmaciones fácticas de la parte de-
mandante deben de justificar que el reclamo planteado posee trascendencia
constitucional, –Auto del 27-X-2010, pronunciado en el Amp. 408-2010– es de-
cir, de manera liminar ha de demostrarse la presunta vulneración a derechos
fundamentales que se convertirán en el parámetro de control constitucional en
el desarrollo del proceso.
En ese sentido, para la procedencia inicial de la pretensión de amparo, es
necesario –entre otros requisitos– que el sujeto activo se autoatribuya altera-
ciones difusas o concretas en su esfera jurídica derivadas de los efectos de la
existencia de una presunta acción u omisión –lo que en términos generales
de la jurisprudencia constitucional se ha denominado simplemente agravio–.
Dicho agravio tiene como requisitos que este se produzca con relación a nor-
mas o preceptos de rango constitucional –elemento jurídico– y que genere
una afectación difusa o concreta en la esfera jurídica de la persona justiciable
– elemento material–.

381
Amparos / Improcedencias

Desde esta perspectiva, se ha afirmado que hay ausencia de agravio cons-


titucional cuando el acto u omisión alegado es inexistente o cuando, no obs-
tante la existencia real de una actuación u omisión por parte de la autoridad
a quien se le atribuye la responsabilidad, se reducen a aspectos puramente
legales o administrativos, o aquella ha sido legítima, es decir, se ha realizado
dentro del marco constitucional o es incapaz de producir por sí misma una
afrenta en la esfera jurídica constitucional del sujeto que reclama; situaciones
que se traducen en un vicio de la pretensión que imposibilita su juzgamiento.
Consecuentemente, si la pretensión del actor de amparo no incluye los ele-
mentos antes mencionados, hay ausencia de agravio constitucional y la pre-
tensión debe ser rechazada por existir imposibilidad absoluta de juzgar el caso
desde este ámbito.
III. En el presente apartado se trasladarán las anteriores nociones a los ar-
gumentos vertidos en el caso planteado con el propósito de dilucidar la proce-
dencia o no de la pretensión.
1. El demandante sostiene que las disposiciones cuestionadas vulneran la
reserva de ley y su derecho de libertad económica, puesto que la LEREPCABA
en su art. 32 establece que la venta y comercialización de las bebidas de conte-
nido alcohólico hasta 6% en volumen es libre, no requiere de licencia o permiso
alguno para su venta ni comercialización, y la única limitación para su venta y
consumo en lugares públicos es a partir de las 2:00 horas hasta las 6:00 horas,
durante los siete días de la semana en todo el territorio nacional. No obstante,
el art. 12 letra a) ORFEC establece una prohibición al consumo de bebidas alco-
hólicas en las instalaciones de El Cafetalón, y el art. 9 ORFEC impone un horario
para el funcionamiento de los establecimientos ubicados en dicho lugar desde
las 5:00 horas hasta las 22:00 horas, lo cual restringe las horas en que la ley
permite la comercialización de bebidas alcohólicas.
2. Respecto de tales afirmaciones, en las resoluciones de improcedencia,
ambas de fecha 15-II-2016, pronunciadas en los procesos de Inconstitucionali-
dad 12-2016 y 13-2016, se estableció que la prohibición regulada en el art. 12
letra a) ORFEC, está dirigida a los consumidores y no a los comerciantes. Y es
que, tal como lo ha acotado esta Sala, la comercialización de bebidas con un
contenido alcohólico igual o inferior al 6% no requiere de permiso alguno, y
para comercializar bebidas alcohólicas que superen tal umbral, deben de solici-
tar el permiso correspondiente –art. 33 LEREPCABA– sin que las municipalida-
des puedan negarse a renovarlos sin causa justificada –Sentencia del 4-V-2011,
Inc. 18-2010–.

382
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Así, al realizar una interpretación integrada de las disposiciones objetadas


con la LEREPCABA –que tiene primacía sobre la Ordenanza– esta Sala concluyó
que de acuerdo al art. 12 letra a) ORFEC los consumidores no pueden ingerir
bebidas alcohólicas en los lugares que no estén autorizados para la venta de
estos productos y que se encuentren comprendidos dentro de El Cafetalón de
acuerdo a la descripción establecida en el art. 2 ORFEC. En tal sentido, pueden
consumirse bebidas alcohólicas en los establecimientos situados en El Cafetalón
que posean licencia para su comercialización –cuando sea necesaria–, restrin-
giéndose de forma total su consumo desde las 2:00 horas hasta las 6:00 horas,
durante los siete días de la semana, así como en los demás lugares de dicho
complejo municipal que no posean la referida licencia.
3. De tal manera, la prohibición establecida en el art. 12 letra a) ORFEC,
no genera un agravio de trascendencia constitucional que afecte al deman-
dante, ya que –por una parte– la restricción se dirige hacia el consumidor y no
a quien –como el pretensor– se dedica a vender bebidas alcohólicas. Además,
de acuerdo a lo establecido por esta Sala, dicha limitante debe de entenderse
de conformidad a lo previsto por la LEREPCABA –con prevalencia sobre la Or-
denanza–, que permite la comercialización libre de bebidas alcohólicas como
la cerveza.
En cuanto al art. 9 ORFEC que establece un horario para el funcionamiento
de los establecimientos autorizados en el área del Cafetalón de las 5:00 horas
a las 22:00 horas, deberá entenderse –bajo la interpretación realizada por esta
Sala– que dicho horario no aplica respecto a la comercialización de bebidas
alcohólicas por estar ya regulada por la LEREPCABA. Por tanto, tampoco se evi-
dencia un agravio en la esfera jurídica del demandante por lo que su demanda
deberá ser declarada improcedente.
4. Por otra parte, es preciso acotar que el peticionario ha planteado una
demanda contra ley autoaplicativa, lo que significa que impugna disposicio-
nes legales que considera que con su mera vigencia vulneran un derecho con
trascendencia constitucional. Es decir, no se cuestiona la interpretación que la
administración municipal pudiera haber realizado para realizar actos adminis-
trativos con base en dichas disposiciones.
Y es que, el peticionario ha mencionado que se le ha iniciado un proceso
administrativo sancionador por vender cervezas en su negocio y para acreditar
tal situación adjunta a su demanda copia de la resolución de inicio del referido
proceso y del acta de inspección en el cual se constató que personas consumían
tales bebidas. Al respecto, cabe aclarar que la forma en que la Municipalidad

383
Amparos / Improcedencias

interpreta las disposiciones cuestionadas por el demandante y exige su cumpli-


miento no constituye parte del reclamo planteado ante esta Sala.
Aunado a lo anterior, de la lectura de dichos documentos se observa que el
proceso sancionador se inició en cumplimiento de la Ordenanza Reguladora de
la Actividad de Comercialización y Consumo de Bebidas Alcohólicas en el Mu-
nicipio de Nueva San Salvador –Santa Tecla– y no con base en las disposiciones
que impugna el demandante.
De esta forma, ya que el asunto planteado carece de trascendencia cons-
titucional, es pertinente declarar la improcedencia de la demanda de amparo,
por concurrir un defecto en la pretensión que habilita la terminación anormal
del proceso.
Por tanto, de conformidad con los razonamientos antes expuestos, esta
Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda presentada por el señor José Luis Á.
M., en su calidad personal, en contra del Concejo Municipal de Nueva San
Salvador –Santa Tecla– por haber emitido los arts. 9 y 12 letra a) de la
Ordenanza Reguladora para el Funcionamiento de los Establecimientos
Comerciales que Funcionen en el Complejo Deportivo El Cafetalón, creada
mediante el D.M. número 6 del 1-XII-2015, publicado en el D.O. número
228, Tomo 409 del 10-XII-2015, por medio del cual se regula el horario de
funcionamiento para los establecimientos autorizados en el área de El Ca-
fetalón y la prohibición de consumir bebidas alcohólicas dentro de dicho lu-
gar, por la supuesta vulneración a la libertad económica y la reserva de ley
en virtud de no evidenciarse un agravio de trascendencia constitucional.
2. Tome nota la Secretaría de esta Sala del lugar y medio técnico señalado por
la parte actora para recibir los actos procesales de comunicación, así como
de las personas comisionadas para tal efecto.
3. Notifíquese.
---F. MELENDEZ---J. B. JAIME---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZALEZ---PRONUN-
CIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E. SOCORRO
C.---SRIA.---RUBRICADAS.

556-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las ocho horas y cincuenta y cuatro minutos del día catorce de
marzo de dos mil dieciséis.

384
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Se tienen por recibidos la demanda de amparo, junto con la documenta-


ción anexa, y el escrito firmados por el abogado Salvador Enrique Anaya Ba-
rraza, en calidad de apoderado judicial de la sociedad CTE Telecom Personal,
Sociedad Anónima de Capital Variable, que se abrevia CTE Telecom Personal,
S.A. de C.V., por medio de los cuales plantea, en el primero, una demanda
contra el Concejo Municipal de Santa María, departamento de Usulután, y, en
el segundo, una solicitud de desistimiento del presente proceso constitucional.
Examinada la demanda y el escrito antes relacionados, se hacen las siguien-
tes consideraciones:
I. 1. En la demanda presentada, el referido apoderado impugna las refor-
mas a los arts. 12.5 y 12.14 de la Ordenanza de Tasas por Servicios Municipales
del Municipio de Santa María, emitidas mediante Decreto Municipal –DM– nú-
mero 4, del 9-III-2015, publicado en el Diario Oficial –D.O.– número 73, tomo
407, del 24-IV-2015. En dichas disposiciones se establecen respectivamente dos
tributos: por mantener torres o antenas de uso telefónico, y la licencia por fun-
cionamiento de antena de telefonía móvil, celular o similar.
Las disposiciones cuestionadas en lo pertinente prescriben:
12- Derechos por uso de suelo y subsuelo en la ciudad de Santa María,
Usulután.
Se modifican los Art. 12.5 y 12.13
12.5- Por mantener torres o antenas de uso telefónico cada una al mes
$475.00
[…]
Se adiciona el Art. 13.14 [sic.]
12.14- Licencia por funcionamiento de antena de telefonía móviles, $900.00
Celular o similares
En lo medular, el referido abogado manifiesta que su mandante se dedica
a la prestación de servicios de telecomunicaciones, sobre todo telefonía de ser-
vicio móvil, por lo que ha instalado dentro de la circunscripción municipal de
Santa María, departamento de Usulután, torres que sirven de estructura para
instalar antenas de transmisión de comunicaciones de telefonía para servicio
móvil. Dichas torres se encuentran ubicadas exclusivamente en terrenos de pro-
piedad privada.
El apoderado de la sociedad demandante planteó que los tributos no pue-
den calificarse como tasas, pues no están relacionados con algún servicio, acti-
vidad o contraprestación efectuada por la Municipalidad, más bien, se grava el
mero hecho de mantener torres o antenas y el funcionamiento de cada antena
en la circunscripción municipal.

385
Amparos / Improcedencias

Además, alega que la municipalidad cobra los tributos por cada torre y
antena sin importar si estas se encuentren instaladas en un inmueble de pro-
piedad púbica o privada, lo que significa que se grava la mera existencia y fun-
cionamiento de la infraestructura de telecomunicaciones en el municipio.
En razón de lo expuesto, el abogado Anaya Barraza sostiene en su deman-
da que tales disposiciones vulneran el derecho de propiedad –por infracción a
la reserva de ley en materia tributaria– de su poderdante.
2. No obstante, por medio del escrito presentado en la Secretaría de esta
Sala el día 8-I-2016, el apoderado de la sociedad actora manifiesta que con ins-
trucciones de su mandante pide se tenga por desistida la demanda de amparo
presentada.
II. Expuesto lo anterior, conviene ahora, para resolver adecuadamente el
caso en estudio, exteriorizar brevemente los fundamentos jurídicos de la pre-
sente resolución.
1. De acuerdo con lo afirmado en el auto de fecha 5-V-2009, pronunciado
en el Amp. 52-2009, un proceso excepcionalmente puede terminar de forma
anticipada, por la voluntad directa o indirecta de las partes. Precisamente, uno
de los supuestos en los que el proceso de amparo puede finalizar como con-
secuencia directa de la voluntad de los mencionados sujetos procesales es el
desistimiento.
Dicho instituto puede concebirse como la declaración unilateral de volun-
tad explicitada por el actor, por medio de la cual hace saber su intención de
abandonar, por una parte, el proceso pendiente por él iniciado y, por otra y
subsecuentemente, la situación jurídica procesal generada por la formulación
de la demanda. En tal virtud, algunas de las consecuencias procesales que se
originan por el desistimiento son las siguientes: (i) el proceso concluye; y (ii) no
es posible emitir un pronunciamiento de fondo.
2. Ligado con lo anterior, de acuerdo con lo afirmado en la jurisprudencia
constitucional –v. gr., los autos de 15-IV-2009, emitidos en los proceso de Amp.
944-2007 y 945-2007–, el desistimiento constituye una causal de sobreseimien-
to, tal como lo establece el art. 31 núm. 1 de la Ley de Procedimientos Cons-
titucionales, figura que únicamente puede tener lugar cuando el amparo se
encuentra en trámite, una vez que ha admitido la demanda respectiva.
3. No obstante, cabe aclarar que la pretensión de amparo es una declara-
ción de voluntad que, fundamentada en la amenaza, privación u obstaculiza-
ción de ejercicio o restricción de un derecho, se dirige ante esta Sala y frente
a autoridades públicas o particulares –debidamente individualizados–, con la

386
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

finalidad que se reconozca el derecho invocado y se adopten las medidas que


sean indispensables para brindar una real protección jurisdiccional.
A. En ese orden de argumentos, puede afirmarse que para la eficaz confi-
guración de dicha pretensión, es preciso que concurran en ella determinados
elementos básicos, tales como el elemento subjetivo, que se encuentra referido
a los sujetos del proceso, es decir, quién pide, frente a quién se pide y ante
quién se pide.
B. Otro de tales componentes es el elemento objetivo, el cual hace referen-
cia a qué es lo que se pide dentro del proceso. O, dicho de forma más concreta,
alude al control de constitucionalidad que el interesado solicita a este Tribunal
en relación con el acto que impugna.
C. Finalmente, el elemento causal es el componente que se encuentra in-
tegrado por el fundamento fáctico y jurídico en que la pretensión se sustenta.
Específicamente, el porqué se pide.
4. En ese sentido, debido a que el desistimiento se traduce en el abandono
expreso que la parte actora lleva a cabo con respecto a la pretensión que ejer-
cita –con base en la disponibilidad que aquélla ostenta con relación a ésta–,
puede concluirse que desaparece el elemento objetivo de esta dentro de un
proceso específico.
Subsecuentemente, al faltar uno de sus componentes básicos, la pretensión
no se encuentra plenamente configurada y, en consecuencia, procede su recha-
zo liminar mediante la figura de la improcedencia.
III. Expuestos los fundamentos jurídicos de la presente decisión, es perti-
nente trasladar las anteriores consideraciones al supuesto planteado.
1. En el caso en estudio se aprecia que el apoderado de la sociedad deman-
dante ha presentado escrito de desistimiento –quien está facultado para ello–
por ser la instrucción recibida de su mandante, y de esta manera inhibe a este
Tribunal de continuar conociendo la pretensión planteada contra el Concejo
Municipal de Santa María, departamento de Usulután.
Así, dado que la parte actora ha manifestado su voluntad de retirar la peti-
ción de tutela jurisdiccional respecto del acto reclamado, es pertinente concluir
que ya no se configura el objeto procesal sobre el cual debía que pronunciarse
esta Sala.
En ese sentido, al desaparecer el elemento objetivo de la pretensión de
amparo formulada por el actor, es decir, la solicitud inicial efectuada para que
se realice el respectivo control de constitucionalidad sobre la actuación impug-
nada, la pretensión no se configura plenamente y, en consecuencia, procede su
rechazo liminar mediante la figura de la improcedencia.

387
Amparos / Improcedencias

2. Ahora bien, en atención a los efectos de la improcedencia ordenada por


esta Sala, resulta innecesario emitir un pronunciamiento sobre la petición for-
mulada por el demandante, consistente en la suspensión del acto reclamado.
Por tanto, con base en los artículos 12 y 31 número 1 de la Ley de Procedi-
mientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo incoada por el abogado
Salvador Enrique Anaya Barraza, en calidad de apoderado judicial de la
sociedad CTE Telecom Personal, Sociedad Anónima de Capital Variable,
contra el Concejo Municipal de Santa María, departamento de Usulután,
por haber reformado los arts. 12.5 y 12.14 de la Ordenanza de Tasas por
Servicios Municipales del Municipio de Santa María, en virtud de haber de-
sistido de su pretensión.
2. Tome nota la Secretaría de este Tribunal del lugar señalado por la parte
actora para recibir los actos procesales de comunicación, y de las personas
comisionadas para tales efectos.
3. Notifíquese.
F. MELENDEZ---J. B. JAIME---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZALEZ---PRONUN-
CIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---X. M. L.---SRIA.
---INTA.---RUBRICADAS.

618-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las quince horas con doce minutos del día catorce de marzo de
dos mil dieciséis.
Agréguese a sus antecedentes el escrito firmado por los abogados Fernan-
do Aparicio Cubías Martínez y Alex Edgardo Medrano Mejía, quienes actúan
en su calidad de apoderados del señor Nelson Ernesto L., mediante el cual pre-
tenden evacuar las prevenciones efectuadas por este Tribunal. Al efecto, se
hacen las siguientes consideraciones:
I. De manera inicial, mediante auto de las quince horas con catorce minutos
del día 16-XII-2015, se previno a los apoderados del pretensor que señalaran
con claridad y exactitud: i) si con posterioridad a la presentación de la demanda
de amparo el señor L. había recibido la correspondiente indemnización en vir-
tud del presunto despido y; en caso afirmativo, debían presentar la documen-
tación pertinente para establecer esa situación; ii) justificar las razones por las
cuales se habrían vulnerado los derechos constitucionales de su representado

388
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

en virtud de que –a su criterio– el procedimiento de despido le correspondía


a la Comisión Municipal de la Carrera Administrativa, de conformidad con los
arts. 17 y 70 de la LCAM, mientras que los arts. 17 inciso 1°, 67, 71 y 72 de la
referida normativa señalan que si bien la citada Comisión Municipal se encarga
de resolver sobre los derechos de los funcionarios o empleados municipales,
esta no conoce de la aplicación del referido régimen disciplinario, sino que tal
facultad le corresponde al Alcalde o al Concejo Municipal, lo cual implicaba una
simple inconformidad con la interpretación y aplicación de las disposiciones
relacionadas; iii) si el procedimiento de despido fue efectivamente iniciado y,
en caso afirmativo, debían indicar cuál era el estado actual y el resultado del
mismo y anexaran – en la medida de lo posible– la documentación correspon-
diente para acreditar esta última situación; iv) en caso de haber interpuesto
algún recurso contra la decisión emitida por el Juzgado que tramitó el procedi-
miento de despido, debían señalar cuál era el estado actual del proceso y el re-
sultado del mismo y anexaran –en la medida de lo posible– la documentación
correspondiente para acreditar esta última situación; v) si demandarían a todas
las autoridades – incluyendo las que conocieron de los recursos o procedimien-
tos– , el agravio de estricta trascendencia constitucional y los derechos que
presuntamente le fueron vulnerados a su representado con cada uno de los
actos reclamados y vi) las razones por las cuales consideraban que el derecho
a la seguridad jurídica de su mandante ha resultado vulnerado en virtud de la
actuación impugnada.
II. A fin de evacuar las citadas prevenciones, los abogados Cubías Martínez
y Medrano Mejía dirigen su reclamo contra el Concejo Municipal de Ciudad
Delgado, departamento de San Salvador, en virtud de haber ordenado el des-
pido del señor L. de forma ilegal y arbitraria.
Al respecto, manifiestan que el actor no ha recibido ninguna cantidad de
dinero en concepto de indemnización ni tampoco el aguinaldo correspondien-
te. Aunado a lo anterior, afirman que la presunta vulneración se basa en los
arts. 59 y 70 de la Ley de la Carrera Administrativa Municipal (LCAM), en virtud
de que no se le siguió el procedimiento de suspensión, el cual se tramita ante la
Comisión Municipal de la Carrera Administrativa.
Además, advierten que los miembros de la autoridad demandada manifes-
taron que plantearían un “Proceso Común de Autorización de Despido” ante
el Juzgado de lo Civil de Ciudad Delgado; sin embargo, desconocen si efectiva-
mente ha iniciado, puesto que el señor L. no ha sido notificado.
Finalmente, afirman que no han interpuesto recurso alguno ante el Juzga-
do de lo Civil de Ciudad Delgado por desconocer si hay resoluciones al respecto.

389
Amparos / Improcedencias

III. Determinados los argumentos expresados por la parte actora, corres-


ponde en este apartado exponer los fundamentos jurídicos de la resolución
que se proveerá.
1. Ahora bien, tal como se ha sostenido en la resolución de 27-X-2010,
pronunciada en el Amp. 408-2010, en este tipo de procesos las afirmaciones
de hecho de la parte actora deben justificar que el reclamo formulado posee
trascendencia constitucional, esto es, deben poner de manifiesto la presunta
vulneración a los derechos fundamentales que se proponen como parámetro
de confrontación.
Por el contrario, si tales alegaciones se reducen al planteamiento de asun-
tos puramente judiciales o administrativos consistentes en la simple inconfor-
midad con las actuaciones o el contenido de las decisiones emitidas por las
autoridades dentro de sus respectivas competencias, la cuestión sometida al
conocimiento de este Tribunal constituye un asunto de mera legalidad, lo que
se traduce en un vicio de la pretensión que imposibilita su juzgamiento.
2. En otro orden de ideas, la jurisprudencia constitucional ha establecido
–v. gr. en el auto del 26-I-2010, pronunciado en el Amp. 3-2010– que uno de
los presupuestos procesales del amparo es el agotamiento de los recursos que
la ley que rige el acto franquea para atacarlo, puesto que, dadas las particulari-
dades que presenta el amparo, éste posee características propias que lo confi-
guran como un proceso especial y subsidiario, establecido para dar una protec-
ción reforzada a los derechos fundamentales consagrados en la Constitución a
favor de las personas.
En razón de lo anterior, es imprescindible que la parte demandante haya
agotado previamente, en tiempo y forma, todos los recursos ordinarios desti-
nados a reparar o subsanar el acto o actos de autoridad contra los cuales re-
clama, pues caso contrario la pretensión de amparo devendría improcedente.
No obstante lo relacionado en los párrafos precedentes, este Tribunal ha
establecido en sentencia pronunciada el día 9-XII-2009, emitida en el Amp. 18-
2004, que: “... la exigencia del agotamiento de recursos debe hacerse de mane-
ra razonable, atendiendo a su finalidad – permitir que las instancias judiciales
ordinarias o administrativas reparen la lesión al derecho fundamental en cues-
tión, según sus potestades legales y atendiendo a la regulación normativa de
los respectivos procedimientos– ...”
A partir de tal afirmación, se dota de un contenido específico al presupues-
to procesal regulado en el artículo 12 inciso 3° de la Ley de Procedimientos
Constitucionales – L.Pr.Cn.– y, en razón de ello, se colige que para exigir el
agotamiento de un recurso no basta sólo con determinar si el mismo es de

390
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

naturaleza ordinaria o extraordinaria, según las reglas establecidas en la legisla-


ción secundaria, sino, más bien, debe tomarse en consideración si aquél es –de
conformidad con su regulación específica y contexto de aplicación– una he-
rramienta idónea para reparar la violación constitucional aducida por la parte
agraviada, es decir, si la misma posibilita que la afectación alegada pueda ser
subsanada por esa vía de impugnación.
3. Relacionado con lo anterior, en las sentencias pronunciadas el 13-III-2015,
en los Amps. 84-2012 y 82-2012, este Tribunal concluyó que el proceso de nuli-
dad de despido ha sido configurado como un mecanismo para que el servidor
público municipal que haya sido despedido sin tramitársele previamente el pro-
ceso regulado en el artículo 71 de la LCAM obtenga la tutela jurisdiccional que
le permita ejercer la defensa de sus derechos y conservar su puesto de trabajo,
siempre que por la naturaleza de sus funciones el cargo desempeñado no sea
de confianza.
En efecto, los jueces que conforme a la LCAM y la Ley Orgánica Judicial
deben conocer de los procesos de nulidad de despido son competentes para
determinar, observando los parámetros que este Tribunal ha establecido en
su jurisprudencia al precisar el contenido del derecho a la estabilidad laboral
reconocido en el art. 219 de la Cn., si el cargo desempeñado por el servidor pú-
blico municipal despedido debe o no ser catalogado como de confianza y, por
tanto, si la persona que lo ejerce es o no titular de dicho derecho.
Por consiguiente, a partir las referidas sentencias del 13-III-2015 debe consi-
derarse la nulidad de despido regulada en la LCAM una vía idónea y eficaz para
subsanar eventuales lesiones de los derechos fundamentales de los servidores
públicos municipales que hayan sido separados de sus cargos sin la tramitación
del proceso regulado en la aludida ley. Por ello, su exigibilidad es indispensable
para cumplir con lo preceptuado por el art. 12 inc. 3° de la L.Pr.Cn. y, por ende,
al no verificarse tal circunstancia, la queja planteada no cumplirá con uno de los
requisitos necesarios para la eficaz configuración de la pretensión de amparo.
IV. Expuestas las consideraciones precedentes, corresponde ahora evaluar
la posibilidad de conocer de las infracciones alegadas por los apoderados del
actor en el presente caso.
1. Así, los abogados Cubías Martínez y Medrano Mejía dirigen su reclamo
contra el Concejo Municipal de Ciudad Delgado, departamento de San Salva-
dor, en virtud de haber ordenado el despido del señor L. de forma ilegal y
arbitraria.
Dichos profesionales manifiestan que el actor ingresó a laborar en enero de
2007 por servicios profesionales en la Alcaldía Municipal de Ciudad Delgado y,

391
Amparos / Improcedencias

posteriormente, en enero de 2008 fue contratado por Acuerdo Municipal en


la plaza de Técnico Administrativo en el Departamento de Catastro Tributario,
bajo el régimen de la LCAM.
Sin embargo, exponen que el día 30-X-2015 la Secretaria Municipal le notifi-
có que estaba suspendido de sus labores de conformidad al Acuerdo Municipal
número 2 consignado en el acta número 25 de la sesión ordinaria celebrada el
día 21-X-2015 por el Concejo Municipal de Ciudad. Delgado. Lo anterior, para
iniciar un “Proceso Común de Autorización de Despido” en el Juzgado de lo
Civil de Ciudad Delgado.
Por otra parte, afirman que la suspensión de funciones constituye un “des-
pido de hecho arbitrario” puesto que tal decisión –a su criterio– le corresponde
a la Comisión Municipal de la Carrera Administrativa, de conformidad con los
arts. 17, 59 y 70 de la LCAM. Así, expresan que a su representado no se le siguió
el procedimiento de suspensión, el cual se tramita ante la Comisión Municipal
de la Carrera Administrativa, puesto que la referida Comisión no se ha creado.
2. Así, se evidencia que si bien los referidos profesionales utilizan una serie
de alegatos mediante los cuales intenta fundamentar un supuesto perjuicio
de carácter constitucional ocasionado en la esfera jurídica del señor L., como
consecuencia de la actuación cuya comisión imputa a la autoridad demanda-
da, estos se encuentran dirigidos, en esencia, a que esta Sala examine, desde
una perspectiva infraconstitucional, si el Concejo Municipal de Ciudad Delgado
debió emplear el procedimiento del art. 70 de la LCAM para un proceso de
despido.
Y es que, se colige que lo que pretenden los apoderados del peticionario
es que este Tribunal determine si el procedimiento de despido debía tramitarse
ante la Comisión Municipal de la Carrera Administrativa y así, posteriormente,
que dicha autoridad autorizara la suspensión previo al despido.
En ese orden de ideas, según los arts. 17 inciso 1°, 67, 71 y 72 de la LCAM, si
bien la Comisión Municipal de la Carrera Administrativa se encarga de resolver
sobre los derechos de los funcionarios o empleados municipales, §e advierte
que esta no conoce de la aplicación del régimen disciplinario referente a des-
pidos, sino que tal facultad le corresponde al Alcalde o al Concejo Municipal.
Aunado a lo anterior, existe la posibilidad de suspender al trabajador antes de
iniciar el citado procedimiento, en los casos de faltas graves.
Además, se observa del análisis de la documentación que se adjuntó con la
demanda, específicamente el Acuerdo Municipal número 2 consignado en el
acta número 25 de la sesión ordinaria celebrada el día 21-X-2015 por el Concejo
Municipal de Ciudad Delgado, que este concluyó que por la gravedad de los

392
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

hechos que se le atribuían al señor L., decidió suspenderlo a partir del 1-XI-2015
mientras se tramitaba el “Proceso Común de Autorización de Despido”.
Así, se colige que la suspensión antes señalada es una medida cautelar
adoptada como parte del procedimiento de despido -según el art. 72 de la
LCAM- y, en ese sentido, no se aplica el art. 70 del citado cuerpo normativo, en
el cual esta tiene un carácter punitivo o sancionatorio.
3. Por otra parte, a efecto de cumplir con lo prescrito en el art. 12 inc. 3° de
la L.Pr.Cn., resulta necesario exigir a la parte actora que, previo a la incoación
del proceso de amparo, haya alegado ante las autoridades competentes los
hechos en los que se sustenta la vulneración de derechos fundamentales que
arguye en su demanda. Con dicha exigencia se garantiza el carácter subsidiario
y extraordinario del proceso de amparo.
En definitiva, con ello, se otorga a las autoridades que conozcan de un
caso concreto y a aquellas ante quienes se interpongan los recursos que de-
ben agotarse previo a incoar la pretensión de amparo, una oportunidad real
de pronunciarse sobre la transgresión constitucional que se les atribuye y, en
su caso, de repararla de manera directa e inmediata. Además, se garantiza la
aplicación de los principios de veracidad, lealtad, buena fe y probidad procesal,
evitándose que las partes, a pesar de tener conocimiento de la infracción cons-
titucional y contar con la oportunidad procesal de hacerlo, omitan alegarla
en sede ordinaria, con el objetivo de conseguir, en el supuesto de que las de-
cisiones adoptadas en esa sede les sean desfavorables, la anulación de dichos
pronunciamientos por medio del amparo y, con ello, la dilación indebida del
proceso o procedimiento.
4. En ese sentido, previo a incoar una demanda de amparo, es necesario
que el demandante haya empleado todos los recursos que le franquean los
artículos 75, 78 y 79 de la LCAM, los cuales le permiten cumplir -por lo menos
de manera liminar- esta finalidad.
Según la LCAM, el trabajador que fuere despedido sin que se le siguiere el
procedimiento previo, interpondrá una demanda de nulidad de despido ante
el Juez de lo Laboral del municipio -artículo 75-. En caso de que la sentencia
resulte desfavorable, podrá plantear el recurso de revocatoria ante la misma
autoridad -artículo 78- y si esta también es adversa, podrá emplearse el recurso
de revisión, “... dentro de los tres días hábiles siguientes a la fecha de la notifi-
cación de la denegación del recurso de revocatoria...” -artículo 79-.
Ahora bien, de la lectura de la demanda y del escrito relacionado al inicio
de este proveído, se advierte que el señor L. no promovió el proceso de nulidad
de despido que provee la LCAM ni tampoco los respectivos recursos – revo-

393
Amparos / Improcedencias

catoria y revisión– para subsanar las presuntas afectaciones a sus derechos


por parte del Concejo Municipal de Ciudad Delgado, puesto que pudo haber
empleado la referida nulidad en caso de que la autoridad demandada no ini-
ciara el “Proceso Común de Autorización de Despido”, indicado en el Acuerdo
Municipal número 2 consignado en el acta número 25 de la sesión ordinaria
celebrada el día 21-X-2015 por el Concejo Municipal de Ciudad Delgado.
5. En definitiva, con arreglo a las circunstancias expuestas, se concluye que
este Tribunal se encuentra imposibilitado para controlar la constitucionalidad
de las actuaciones cuestionadas, debido a que se colige una mera inconformi-
dad con la aplicación de la LCAM y, además, por la falta de agotamiento de los
recursos por parte del actor. De esta forma, es pertinente declarar la improce-
dencia de la demanda de amparo, por concurrir un defecto en la pretensión
que habilita la terminación anormal del proceso.
Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 12 inciso 3° de la
Ley de Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por los aboga-
dos Fernando Aparicio Cubías Martínez y Alex Edgardo Medrano Mejía,
quienes actúan en su calidad de apoderados del señor Nelson Ernesto L.,
contra actuación del Concejo Municipal de Ciudad Delgado, puesto que:
a) existe una mera inconformidad, ya que los apoderados del peticionario
pretenden que este Tribunal determine si el procedimiento de despido de-
bía tramitarse ante la Comisión Municipal de la Carrera Administrativa; y
b) por la falta de agotamiento de los recursos, en virtud de que el actor no
promovió el proceso de nulidad de despido que prevé la LCAM ni tampoco
los respectivos medios de impugnación – revocatoria y revisión– para sub-
sanar las presuntas afectaciones a sus derechos.
Lo anterior no impide que una vez agotados los recursos antes menciona-
dos, el interesado pueda nuevamente acudir a esta Sala.
2. Notifíquese.
F. MELENDEZ.---J. B. JAIME---E. S. BLANCO. R.---R. E. GONZALEZ.---PRONUN-
CIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---X. M. L.---
SRIA.---INTA.---RUBRICADAS.

43-2016

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las quince horas con once minutos del día dieciséis de marzo de
dos mil dieciséis.

394
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Analizada la demanda firmada por la abogada María de la Paz Olivar de


Coto, quien actúa en su calidad de apoderada del Concejo Municipal de San
Salvador, junto con el documento que anexa, se hacen las siguientes conside-
raciones:
I. En síntesis, la apoderada del Concejo Municipal de San Salvador dirige su
reclamo contra la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Corte Suprema
de Justicia, en virtud de haber decretado una medida cautelar.
En ese orden de ideas, la referida profesional manifiesta que la autoridad
demandada emitió la resolución de fecha 9-XII-2015 en el proceso con referen-
cia 302-2015, por medio de la cual –entre otros puntos– decretó una medida
cautelar consistente en la reincorporación del señor José Arturo R. a la plaza
que se imputa suprimida.
En consecuencia, la abogada Olivar de Coto considera que la resolución
emitida por la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Corte Suprema de
Justicia vulnera el derecho a la autonomía municipal de su representado, pues-
to que está en contra de la decisión proveída por el señalado Concejo Munici-
pal.
II. Determinados los argumentos expresados por la parte actora, corres-
ponde en este apartado exponer los fundamentos jurídicos de la resolución
que se proveerá.
Así, según lo establecido por la jurisprudencia constitucional en la resolu-
ción de improcedencia pronunciada el día 20-II-2009 en el Amp. 1073-2008,
este Tribunal únicamente es competente para controlar la constitucionalidad
de los actos de carácter definitivo emitidos por las autoridades demandadas,
encontrándose impedido de analizar aquellos que carecen de dicha definitivi-
dad por tratarse de actuaciones de mero trámite o de ejecución.
III. Expuestas las consideraciones precedentes, corresponde ahora evaluar
la posibilidad de conocer de las infracciones alegadas por la parte actora en el
presente caso.
1. De lo expuesto en su demanda, la apoderada del Concejo Municipal de
San Salvador –en síntesis– dirige su reclamo contra la Sala de lo Contencioso
Administrativo de la Corte Suprema de Justicia, en virtud de haber decretado
una medida cautelar en el proceso con referencia 302-2015, de conformidad
con la resolución de fecha 9-XII-2015.
Ahora bien, se advierte que el acto reclamado –la resolución por medio de
la cual se decretó una medida cautelar a favor del trabajador– no es de carác-
ter definitivo, puesto que las medidas cautelares tienen un carácter temporal
e instrumental.

395
Amparos / Improcedencias

Así –según la sentencia de fecha 12-XI-2010, proveída en la Inc. 40-2009/41-


2009– las medidas cautelares envuelven la idea de prevención, que –a su vez–
equivale a precauciones y medidas que evitan un riesgo, puesto que la dimen-
sión temporal del proceso en algunas ocasiones genera la posibilidad de un fra-
caso, en su tramitación y en la eficacia de la sentencia que resultó estimatoria.
Además, es necesario tomar en consideración que, debido a la característi-
ca de la provisionalidad, su función concluye en cuanto se ha alcanzado el fin a
favor de la cual fueron dictadas o la situación fáctica que las sustenta ha dejado
de existir.
En otras palabras, estas tienen como finalidad impedir la realización de ac-
tos que, de alguna manera, obstaculicen o dificulten la efectiva satisfacción de
la pretensión y, por otra parte, para decretarlas no es necesario demostrar sin
duda alguna la vulneración de los derechos fundamentales del acto reclamado
–puesto que ese es el objetivo del proceso judicial–, por lo que se exige como
presupuestos básicos para su aplicación: la probable existencia de un derecho
amenazado –fumus boni iuris–; y el daño que ocasionaría el desarrollo tempo-
ral del proceso –periculum in mora–.
En consecuencia, de lo antes expuesto se colige que tal actuación no podría
producir un agravio en la esfera jurídica de la parte actora, debido a que por sí
misma no es susceptible de ocasionarle un perjuicio concluyente a esta, ya que
no se trata de un acto de carácter definitivo.
Asimismo, se advierte que en el proceso judicial tramitado ante la autori-
dad demandada existe la posibilidad real y efectiva de defender los derechos
de su representado y de subsanar las posibles vulneraciones.
2. En virtud de las circunstancias expuestas y de las aclaraciones apunta-
das, se concluye que este Tribunal se encuentra imposibilitado para controlar la
constitucionalidad de la referida resolución emitida por la Sala de lo Contencio-
so Administrativo de la Corte Suprema de Justicia. Ello debido a que –tal como
se ha señalado anteriormente– el objeto material de la fundamentación fáctica
de la pretensión de amparo debe estar constituido por un acto de autoridad,
el cual debe –entre otros requisitos– ser definitivo, exigencia, que, en el caso
en concreto, no se cumple.
En consecuencia, es pertinente declarar la improcedencia de la demanda
de amparo, por concurrir un defecto en la pretensión que habilita la termina-
ción anormal del proceso.
Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por la aboga-
da María de la Paz Olivar de Coto, quien actúa en su calidad de apode-

396
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

rada del Concejo Municipal de San Salvador, contra actuaciones de la


Sala de lo Contencioso Administrativo de la Corte Suprema de Justicia,
en virtud de que la resolución de fecha 9-XII-2015 –por medio de la
cual se ha decretado una medida cautelar en el proceso con referencia
302-2015– no es un acto de carácter definitivo, puesto que las medidas
cautelares tienen como finalidad impedir la realización de actos que, de
alguna manera, obstaculicen o dificulten la efectiva satisfacción de la
pretensión y, por otra parte, no van enfocadas a la decisión definitiva
del juzgador.
2. Tome nota la Secretaría de este Tribunal del lugar, medio técnico y perso-
nas comisionadas por la parte actora para recibir los actos procesales de
comunicación.
3. Notifíquese.
A. PINEDA.---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME.---E. S. BLANCO R.---R. E. GON-
ZALEZ.---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRI-
BEN.---E. SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.

44-2016

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las quince horas con doce minutos del día dieciséis de marzo de
dos mil dieciséis.
Analizada la demanda firmada por la abogada María de la Paz Olivar de
Coto, quien actúa en su calidad de apoderada del Concejo Municipal de San
Salvador, junto con el documento que anexa, se hacen las siguientes conside-
raciones:
I. En síntesis, la apoderada del Concejo Municipal de San Salvador dirige su
reclamo contra la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Corte Suprema
de Justicia, en virtud de haber decretado una medida cautelar.
En ese orden de ideas, la referida profesional manifiesta que la autoridad
demandada emitió la resolución de fecha 8-XII-2015 en el proceso con referen-
cia 311-2015, por medio de la cual –entre otros puntos– decretó una medida
cautelar consistente en la reincorporación de la señora María Isabel B. H. a la
plaza que se imputa suprimida.
En consecuencia, la abogada Olivar de Coto considera que la resolución emi-
tida por la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Corte Suprema de Justicia

397
Amparos / Improcedencias

vulnera el derecho a la autonomía municipal de su representado, puesto que


está en contra de la decisión proveída por el señalado Concejo Municipal.
II. Determinados los argumentos expresados por la parte actora, corres-
ponde en este apartado exponer los fundamentos jurídicos de la resolución
que se proveerá.
Así, según lo establecido por la jurisprudencia constitucional en la resolu-
ción de improcedencia pronunciada el día 20-II-2009 en el Amp. 1073-2008,
este Tribunal únicamente es competente para controlar la constitucionalidad
de los actos de carácter definitivo emitidos por las autoridades demandadas,
encontrándose impedido de analizar aquellos que carecen de dicha definitivi-
dad por tratarse de actuaciones de mero trámite o de ejecución.
III. Expuestas las consideraciones precedentes, corresponde ahora evaluar
la posibilidad de conocer de las infracciones alegadas por la parte actora en el
presente caso.
1. De lo expuesto en su demanda, la apoderada del Concejo Municipal de
San Salvador –en síntesis– dirige su reclamo contra la Sala de lo Contencioso
Administrativo de la Corte Suprema de Justicia, en virtud de haber decretado
una medida cautelar en el proceso con referencia 311-2015, de conformidad
con la resolución de fecha 8-XII-2015.
Ahora bien, se advierte que el acto reclamado –la resolución por medio
de la cual se decretó una medida cautelar a favor de la trabajadora– no es de
carácter definitivo, puesto que las medidas cautelares tienen un carácter tem-
poral e instrumental.
Así –según la sentencia de fecha 12-XI-2010, proveída en la Inc. 40-2009/41-
2009– las medidas cautelares envuelven la idea de prevención, que –a su vez–
equivale a precauciones y medidas que evitan un riesgo, puesto que la dimen-
sión temporal del proceso en algunas ocasiones genera la posibilidad de un fra-
caso, en su tramitación y en la eficacia de la sentencia que resultó estimatoria.
Además, es necesario tomar en consideración que, debido a la característi-
ca de la provisionalidad, su función concluye en cuanto se ha alcanzado el fin a
favor de la cual fueron dictadas o la situación fáctica que las sustenta ha dejado
de existir.
En otras palabras, estas tienen como finalidad impedir la realización de ac-
tos que, de alguna manera, obstaculicen o dificulten la efectiva satisfacción de
la pretensión y, por otra parte, para decretarlas no es necesario demostrar sin
duda alguna la vulneración de los derechos fundamentales del acto reclamado
–puesto que ese es el objetivo del proceso judicial–, por lo que se exige como
presupuestos básicos para su aplicación: la probable existencia de un derecho

398
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

amenazado –fumus boni iuris–; y el daño que ocasionaría el desarrollo tempo-


ral del proceso –periculum in mora–.
En consecuencia, de lo antes expuesto se colige que tal actuación no podría
producir un agravio en la esfera jurídica de la parte actora, debido a que por sí
misma no es susceptible de ocasionarle un perjuicio concluyente a esta, ya que
no se trata de un acto de carácter definitivo.
Asimismo, se advierte que en el proceso judicial tramitado ante la autori-
dad demandada existe la posibilidad real y efectiva de defender los derechos
de su representado y de subsanar las posibles vulneraciones.
2. En virtud de las circunstancias expuestas y de las aclaraciones apunta-
das, se concluye que este Tribunal se encuentra imposibilitado para controlar la
constitucionalidad de la referida resolución emitida por la Sala de lo Contencio-
so Administrativo de la Corte Suprema de Justicia. Ello debido a que –tal como
se ha señalado anteriormente– el objeto material de la fundamentación fáctica
de la pretensión de amparo debe estar constituido por un acto de autoridad,
el cual debe –entre otros requisitos– ser definitivo, exigencia, que, en el caso
en concreto, no se cumple.
En consecuencia, es pertinente declarar la improcedencia de la demanda
de amparo, por concurrir un defecto en la pretensión que habilita la termina-
ción anormal del proceso.
Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por la abogada
María de la Paz Olivar de Coto, quien actúa en su calidad de apoderada
del Concejo Municipal de San Salvador, contra actuaciones de la Sala de lo
Contencioso Administrativo de la Corte Suprema de Justicia, en virtud de
que la resolución de fecha 8-XII-2015 –por medio de la cual se ha decretado
una medida cautelar en el proceso con referencia 311-2015– no es un acto
de carácter definitivo, puesto que las medidas cautelares tienen como fina-
lidad impedir la realización de actos que, de alguna manera, obstaculicen o
dificulten la efectiva satisfacción de la pretensión y, por otra parte, no van
enfocadas a la decisión definitiva del juzgador.
2. Tome nota la Secretaría de este Tribunal del lugar, medio técnico y perso-
nas comisionadas por la parte actora para recibir los actos procesales de
comunicación.
3. Notifíquese.
A. PINEDA.---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME.---E. S. BLANCO R.---R. E. GON-
ZALEZ.---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRI-
BEN.---E. SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.

399
Amparos / Improcedencias

45-2016

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las quince horas con catorce minutos del día dieciséis de marzo
de dos mil dieciséis.
Analizada la demanda firmada por la abogada Juana Emilia Martínez, quien
actúa en su calidad de apoderada del Concejo Municipal de San Salvador, junto
con el documento que anexa, se hacen las siguientes consideraciones:
I. En síntesis, la apoderada del Concejo Municipal de San Salvador dirige su
reclamo contra la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Corte Suprema
de Justicia, en virtud de haber decretado una medida cautelar.
En ese orden de ideas, la referida profesional manifiesta que la autoridad
demandada emitió la resolución de fecha 7-XII-2015 en el proceso con referen-
cia 339-2015, por medio de la cual –entre otros puntos– decretó una medida
cautelar consistente en la reincorporación de la señora Liset Guadalupe C. de R.
a la plaza que se imputa suprimida.
En consecuencia, la abogada Martínez considera que la resolución emitida
por la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Corte Suprema de Justicia
vulnera el derecho a la autonomía municipal de su representado, puesto que
está en contra de la decisión proveída por el señalado Concejo Municipal.
II. Determinados los argumentos expresados por la parte actora, corres-
ponde en este apartado exponer los fundamentos jurídicos de la resolución
que se proveerá.
Así, según lo establecido por la jurisprudencia constitucional en la resolu-
ción de improcedencia pronunciada el día 20-II-2009 en el Amp. 1073-2008,
este Tribunal únicamente es competente para controlar la constitucionalidad
de los actos de carácter definitivo emitidos por las autoridades demandadas,
encontrándose impedido de analizar aquellos que carecen de dicha definitivi-
dad por tratarse de actuaciones de mero trámite o de ejecución.
III. Expuestas las consideraciones precedentes, corresponde ahora evaluar
la posibilidad de conocer de las infracciones alegadas por la parte actora en el
presente caso.
1. De lo expuesto en su demanda, la apoderada del Concejo Municipal de
San Salvador –en síntesis– dirige su reclamo contra la Sala de lo Contencioso
Administrativo de la Corte Suprema de Justicia, en virtud de haber decretado
una medida cautelar en el proceso con referencia 339-2015, de conformidad
con la resolución de fecha 7-XII-2015.

400
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Ahora bien, se advierte que el acto reclamado –la resolución por medio
de la cual se decretó una medida cautelar a favor de la trabajadora– no es de
carácter definitivo, puesto que las medidas cautelares tienen un carácter tem-
poral e instrumental.
Así –según la sentencia de fecha 12-XI-2010, proveída en la Inc. 40-2009/41-
2009– las medidas cautelares envuelven la idea de prevención, que –a su vez–
equivale a precauciones y medidas que evitan un riesgo, puesto que la dimen-
sión temporal del proceso en algunas ocasiones genera la posibilidad de un fra-
caso, en su tramitación y en la eficacia de la sentencia que resultó estimatoria.
Además, es necesario tomar en consideración que, debido a la característi-
ca de la provisionalidad, su función concluye en cuanto se ha alcanzado el fin a
favor de la cual fueron dictadas o la situación fáctica que las sustenta ha dejado
de existir.
En otras palabras, estas tienen como finalidad impedir la realización de ac-
tos que, de alguna manera, obstaculicen o dificulten la efectiva satisfacción de
la pretensión y, por otra parte, para decretarlas no es necesario demostrar sin
duda alguna la vulneración de los derechos fundamentales del acto reclamado
–puesto que ese es el objetivo del proceso judicial–, por lo que se exige como
presupuestos básicos para su aplicación: la probable existencia de un derecho
amenazado –fumus boni iuris–; y el daño que ocasionaría el desarrollo tempo-
ral del proceso –periculum in mora–.
En consecuencia, de lo antes expuesto se colige que tal actuación no podría
producir un agravio en la esfera jurídica de la parte actora, debido a que por sí
misma no es susceptible de ocasionarle un perjuicio concluyente a esta, ya que
no se trata de un acto de carácter definitivo.
Asimismo, se advierte que en el proceso judicial tramitado ante la autori-
dad demandada existe la posibilidad real y efectiva de defender los derechos
de su representado y de subsanar las posibles vulneraciones.
2. En virtud de las circunstancias expuestas y de las aclaraciones apunta-
das, se concluye que este Tribunal se encuentra imposibilitado para controlar la
constitucionalidad de la referida resolución emitida por la Sala de lo Contencio-
so Administrativo de la Corte Suprema de Justicia. Ello debido a que –tal como
se ha señalado anteriormente– el objeto material de la fundamentación fáctica
de la pretensión de amparo debe estar constituido por un acto de autoridad,
el cual debe –entre otros requisitos– ser definitivo, exigencia, que, en el caso
en concreto, no se cumple.
En consecuencia, es pertinente declarar la improcedencia de la demanda
de amparo, por concurrir un defecto en la pretensión que habilita la termina-
ción anormal del proceso.

401
Amparos / Improcedencias

Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de


Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por la abogada
Juana Emilia Martínez, quien actúa en su calidad de apoderada del Conce-
jo Municipal de San Salvador, contra actuaciones de la Sala de lo Conten-
cioso Administrativo de la Corte Suprema de Justicia, en virtud de que la
resolución de fecha 7-XII-2015 –por medio de la cual se ha decretado una
medida cautelar en el proceso con referencia 339-2015– no es un acto de
carácter definitivo, puesto que las medidas cautelares tienen como finali-
dad impedir la realización de actos que, de alguna manera, obstaculicen o
dificulten la efectiva satisfacción de la pretensión y, por otra parte, no van
enfocadas a la decisión definitiva del juzgador.
2. Tome nota la Secretaría de este Tribunal del lugar, medio técnico y perso-
nas comisionadas por la parte actora para recibir los actos procesales de
comunicación.
3. Notifíquese.
A. PINEDA---F. MELENDEZ---J. B. JAIME---E. S. BLANCO. R.---R. E. GONZA-
LEZ---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRI-
BEN---E. SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.

46-2016

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las quince horas con diecisiete minutos del día dieciséis de mar-
zo de dos mil dieciséis.
Analizada la demanda firmada por el abogado Ricardo García Argueta,
quien actúa en su calidad de apoderado del Concejo Municipal de San Salvador,
junto con el documento que anexa, se hacen las siguientes consideraciones:
I. En síntesis, el apoderado del Concejo Municipal de San Salvador dirige su
reclamo contra la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Corte Suprema
de Justicia, en virtud de haber decretado una medida cautelar.
En ese orden de ideas, el referido profesional manifiesta que la autoridad
demandada emitió la resolución de fecha 7-XII-2015 en el proceso con referen-
cia 303-2015, por medio de la cual –entre otros puntos– decretó una medida
cautelar consistente en la reincorporación del señor Paúl Enrique P. H. a la pla-
za que se imputa suprimida.

402
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

En consecuencia, el abogado García Argueta considera que la resolución


emitida por la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Corte Suprema
de Justicia vulnera el derecho a la autonomía municipal de su representado,
puesto que está en contra de la decisión proveída por el señalado Concejo
Municipal.
II. Determinados los argumentos expresados por la parte actora, corres-
ponde en este apartado exponer los fundamentos jurídicos de la resolución
que se proveerá.
Así, según lo establecido por la jurisprudencia constitucional en la resolu-
ción de improcedencia pronunciada el día 20-II-2009 en el Amp. 1073-2008,
este Tribunal únicamente es competente para controlar la constitucionalidad
de los actos de carácter definitivo emitidos por las autoridades demandadas,
encontrándose impedido de analizar aquellos que carecen de dicha definitivi-
dad por tratarse de actuaciones de mero trámite o de ejecución.
III. Expuestas las consideraciones precedentes, corresponde ahora evaluar
la posibilidad de conocer de las infracciones alegadas por la parte actora en el
presente caso.
1. De lo expuesto en su demanda, el apoderado del Concejo Municipal de
San Salvador –en síntesis– dirige su reclamo contra la Sala de lo Contencioso
Administrativo de la Corte Suprema de Justicia, en virtud de haber decretado
una medida cautelar en el proceso con referencia 303-2015, de conformidad
con la resolución de fecha 7-XII-2015.
Ahora bien, se advierte que el acto reclamado –la resolución por medio de
la cual se decretó una medida cautelar a favor del trabajador– no es de carác-
ter definitivo, puesto que las medidas cautelares tienen un carácter temporal
e instrumental.
Así –según la sentencia de fecha 12-XI-2010, proveída en la Inc. 40-2009/41-
2009– las medidas cautelares envuelven la idea de prevención, que –a su vez–
equivale a precauciones y medidas que evitan un riesgo, puesto que la dimen-
sión temporal del proceso en algunas ocasiones genera la posibilidad de un fra-
caso, en su tramitación y en la eficacia de la sentencia que resultó estimatoria.
Además, es necesario tomar en consideración que, debido a la característi-
ca de la provisionalidad, su función concluye en cuanto se ha alcanzado el fin a
favor de la cual fueron dictadas o la situación fáctica que las sustenta ha dejado
de existir.
En otras palabras, estas tienen como finalidad impedir la realización de ac-
tos que, de alguna manera, obstaculicen o dificulten la efectiva satisfacción de
la pretensión y, por otra parte, para decretarlas no es necesario demostrar sin

403
Amparos / Improcedencias

duda alguna la vulneración de los derechos fundamentales del acto reclamado


–puesto que ese es el objetivo del proceso judicial–, por lo que se exige como
presupuestos básicos para su aplicación: la probable existencia de un derecho
amenazado –fumus boni iuris–; y el daño que ocasionaría el desarrollo tempo-
ral del proceso –periculum in mora–.
En consecuencia, de lo antes expuesto se colige que tal actuación no podría
producir un agravio en la esfera jurídica de la parte actora, debido a que por sí
misma no es susceptible de ocasionarle un perjuicio concluyente a esta, ya que
no se trata de un acto de carácter definitivo.
Asimismo, se advierte que en el proceso judicial tramitado ante la autori-
dad demandada existe la posibilidad real y efectiva de defender los derechos
de su representado y de subsanar las posibles vulneraciones.
2. En virtud de las circunstancias expuestas y de las aclaraciones apunta-
das, se concluye que este Tribunal se encuentra imposibilitado para controlar la
constitucionalidad de la referida resolución emitida por la Sala de lo Contencio-
so Administrativo de la Corte Suprema de Justicia. Ello debido a que –tal como
se ha señalado anteriormente– el objeto material de la fundamentación fáctica
de la pretensión de amparo debe estar constituido por un acto de autoridad,
el cual debe –entre otros requisitos– ser definitivo, exigencia, que, en el caso
en concreto, no se cumple.
En consecuencia, es pertinente declarar la improcedencia de la demanda
de amparo, por concurrir un defecto en la pretensión que habilita la termina-
ción anormal del proceso.
Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por el abogado
Ricardo García Argueta, quien actúa en su calidad de apoderado del Con-
cejo Municipal de San Salvador, contra actuaciones de la Sala de lo Conten-
cioso Administrativo de la Corte Suprema de Justicia, en virtud de que la
resolución de fecha 7-XII-2015 –por medio de la cual se ha decretado una
medida cautelar en el proceso con referencia 303-2015– no es un acto de
carácter definitivo, puesto que las medidas cautelares tienen como finali-
dad impedir la realización de actos que, de alguna manera, obstaculicen o
dificulten la efectiva satisfacción de la pretensión y, por otra parte, no van
enfocadas a la decisión definitiva del juzgador.
2. Tome nota la Secretaría de este Tribunal del lugar, medio técnico y perso-
nas comisionadas por la parte actora para recibir los actos procesales de
comunicación.

404
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

3. Notifíquese.
A. PINEDA.---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME.---E. S. BLANCO R.---R. E. GON-
ZALEZ.---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRI-
BEN.---E. SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.

47-2016

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las quince horas con dieciséis minutos del día dieciséis de marzo
de dos mil dieciséis.
Analizada la demanda firmada por la abogada Sonia Marjori Portillo de
Paredes, quien actúa en su calidad de apoderada del Concejo Municipal de San
Salvador, junto con el documento que anexa, se hacen las siguientes conside-
raciones:
I. En síntesis, la apoderada del Concejo Municipal de San Salvador dirige su
reclamo contra la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Corte Suprema
de Justicia, en virtud de haber decretado una medida cautelar.
En ese orden de ideas, la referida profesional manifiesta que la autoridad
demandada emitió la resolución de fecha 8-XII-2015 en el proceso con referen-
cia 769-2013, por medio de la cual –entre otros puntos– decretó una medida
cautelar consistente en la reincorporación de la señora Rina Delmy L. de R. a la
plaza que se imputa suprimida.
En consecuencia, la abogada Portillo de Paredes considera que la resolu-
ción emitida por la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Corte Suprema
de Justicia vulnera el derecho a la autonomía municipal de su representado,
puesto que está en contra de la decisión proveída por el señalado Concejo
Municipal.
II. Determinados los argumentos expresados por la parte actora, corres-
ponde en este apartado exponer los fundamentos jurídicos de la resolución
que se proveerá.
Así, según lo establecido por la jurisprudencia constitucional en la resolu-
ción de improcedencia pronunciada el día 20-II-2009 en el Amp. 1073-2008,
este Tribunal únicamente es competente para controlar la constitucionalidad
de los actos de carácter definitivo emitidos por las autoridades demandadas,
encontrándose impedido de analizar aquellos que carecen de dicha definitivi-
dad por tratarse de actuaciones de mero trámite o de ejecución.

405
Amparos / Improcedencias

III. Expuestas las consideraciones precedentes, corresponde ahora evaluar


la posibilidad de conocer de las infracciones alegadas por la parte actora en el
presente caso.
1. De lo expuesto en su demanda, la apoderada del Concejo Municipal de
San Salvador –en síntesis– dirige su reclamo contra la Sala de lo Contencioso
Administrativo de la Corte Suprema de Justicia, en virtud de haber decretado
una medida cautelar en el proceso con referencia 769-2013, de conformidad
con la resolución de fecha 8-XII-2015.
Ahora bien, se advierte que el acto reclamado –la resolución por medio
de la cual se decretó una medida cautelar a favor de la trabajadora– no es de
carácter definitivo, puesto que las medidas cautelares tienen un carácter tem-
poral e instrumental.
Así –según la sentencia de fecha 12-XI-2010, proveída en la Inc. 40-2009/41-
2009– las medidas cautelares envuelven la idea de prevención, que –a su vez–
equivale a precauciones y medidas que evitan un riesgo, puesto que la dimen-
sión temporal del proceso en algunas ocasiones genera la posibilidad de un fra-
caso, en su tramitación y en la eficacia de la sentencia que resultó estimatoria.
Además, es necesario tomar en consideración que, debido a la característi-
ca de la provisionalidad, su función concluye en cuanto se ha alcanzado el fin a
favor de la cual fueron dictadas o la situación fáctica que las sustenta ha dejado
de existir.
En otras palabras, estas tienen como finalidad impedir la realización de ac-
tos que, de alguna manera, obstaculicen o dificulten la efectiva satisfacción de
la pretensión y, por otra parte, para decretarlas no es necesario demostrar sin
duda alguna la vulneración de los derechos fundamentales del acto reclamado
–puesto que ese es el objetivo del proceso judicial–, por lo que se exige como
presupuestos básicos para su aplicación: la probable existencia de un derecho
amenazado –fumus boni iuris–; y el daño que ocasionaría el desarrollo tempo-
ral del proceso –periculum in mora–.
En consecuencia, de lo antes expuesto se colige que tal actuación no podría
producir un agravio en la esfera jurídica de la parte actora, debido a que por sí
misma no es susceptible de ocasionarle un perjuicio concluyente a esta, ya que
no se trata de un acto de carácter definitivo.
Asimismo, se advierte que en el proceso judicial tramitado ante la autori-
dad demandada existe la posibilidad real y efectiva de defender los derechos
de su representado y de subsanar las posibles vulneraciones.
2. En virtud de las circunstancias expuestas y de las aclaraciones apunta-
das, se concluye que este Tribunal se encuentra imposibilitado para controlar la

406
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

constitucionalidad de la referida resolución emitida por la Sala de lo Contencio-


so Administrativo de la Corte Suprema de Justicia. Ello debido a que –tal como
se ha señalado anteriormente– el objeto material de la fundamentación fáctica
de la pretensión de amparo debe estar constituido por un acto de autoridad,
el cual debe –entre otros requisitos– ser definitivo, exigencia, que, en el caso
en concreto, no se cumple.
En consecuencia, es pertinente declarar la improcedencia de la demanda
de amparo, por concurrir un defecto en la pretensión que habilita la termina-
ción anormal del proceso.
Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por la abogada
Sonia Marjori Portillo de Paredes, quien actúa en su calidad de apoderada
del Concejo Municipal de San Salvador, contra actuaciones de la Sala de lo
Contencioso Administrativo de la Corte Suprema de Justicia, en virtud de
que la resolución de fecha 8-XII-2015 –por medio de la cual se ha decretado
una medida cautelar en el proceso con referencia 769-2013– no es un acto
de carácter definitivo, puesto que las medidas cautelares tienen como fina-
lidad impedir la realización de actos que, de alguna manera, obstaculicen o
dificulten la efectiva satisfacción de la pretensión y, por otra parte, no van
enfocadas a la decisión definitiva del juzgador.
2. Tome nota la Secretaría de este Tribunal del lugar, medio técnico y perso-
nas comisionadas por la parte actora para recibir los actos procesales de
comunicación.
3. Notifíquese.
A. PINEDA.---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME.---E. S. BLANCO R.---R. E. GON-
ZALEZ.---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRI-
BEN.---E. SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.

51-2016

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las quince horas con trece minutos del día dieciséis de marzo de
dos mil dieciséis.
Analizada la demanda firmada por la abogada María de la Paz Olivar de
Coto, quien actúa en su calidad de apoderada del Concejo Municipal de San

407
Amparos / Improcedencias

Salvador, junto con el documento que anexa, se hacen las siguientes conside-
raciones:
I. En síntesis, la apoderada del Concejo Municipal de San Salvador dirige su
reclamo contra la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Corte Suprema
de Justicia, en virtud de haber decretado una medida cautelar.
En ese orden de ideas, la referida profesional manifiesta que la autoridad
demandada emitió la resolución de fecha 8-XII-2015 en el proceso con referen-
cia 327-2015, por medio de la cual –entre otros puntos– decretó una medida
cautelar consistente en la reincorporación de la señora Mayra Yanira B. V. a la
plaza que se imputa suprimida.
En consecuencia, la abogada Olivar de Coto considera que la resolución
emitida por la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Corte Suprema de
Justicia vulnera el derecho a la autonomía municipal de su representado, pues-
to que está en contra de la decisión proveída por el señalado Concejo Munici-
pal.
II. Determinados los argumentos expresados por la parte actora, corres-
ponde en este apartado exponer los fundamentos jurídicos de la resolución
que se proveerá.
Así, según lo establecido por la jurisprudencia constitucional en la resolu-
ción de improcedencia pronunciada el día 20-II-2009 en el Amp. 1073-2008,
este Tribunal únicamente es competente para controlar la constitucionalidad
de los actos de carácter definitivo emitidos por las autoridades demandadas,
encontrándose impedido de analizar aquellos que carecen de dicha definitivi-
dad por tratarse de actuaciones de mero trámite o de ejecución.
III. Expuestas las consideraciones precedentes, corresponde ahora evaluar
la posibilidad de conocer de las infracciones alegadas por la parte actora en el
presente caso.
1. De lo expuesto en su demanda, la apoderada del Concejo Municipal de
San Salvador –en síntesis– dirige su reclamo contra la Sala de lo Contencioso
Administrativo de la Corte Suprema de Justicia, en virtud de haber decretado
una medida cautelar en el proceso con referencia 327-2015, de conformidad
con la resolución de fecha 8-XII-2015.
Ahora bien, se advierte que el acto reclamado –la resolución por medio
de la cual se decretó una medida cautelar a favor de la trabajadora– no es de
carácter definitivo, puesto que las medidas cautelares tienen un carácter tem-
poral e instrumental.
Así –según la sentencia de fecha 12-XI-2010, proveída en la Inc. 40-2009/41-
2009– las medidas cautelares envuelven la idea de prevención, que –a su vez–

408
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

equivale a precauciones y medidas que evitan un riesgo, puesto que la dimen-


sión temporal del proceso en algunas ocasiones genera la posibilidad de un fra-
caso, en su tramitación y en la eficacia de la sentencia que resultó estimatoria.
Además, es necesario tomar en consideración que, debido a la característi-
ca de la provisionalidad, su función concluye en cuanto se ha alcanzado el fin a
favor de la cual fueron dictadas o la situación fáctica que las sustenta ha dejado
de existir.
En otras palabras, estas tienen como finalidad impedir la realización de ac-
tos que, de alguna manera, obstaculicen o dificulten la efectiva satisfacción de
la pretensión y, por otra parte, para decretarlas no es necesario demostrar sin
duda alguna la vulneración de los derechos fundamentales del acto reclamado
–puesto que ese es el objetivo del proceso judicial–, por lo que se exige como
presupuestos básicos para su aplicación: la probable existencia de un derecho
amenazado –fumus boni iuris–; y el daño que ocasionaría el desarrollo tempo-
ral del proceso –periculum in mora–.
En consecuencia, de lo antes expuesto se colige que tal actuación no podría
producir un agravio en la esfera jurídica de la parte actora, debido a que por sí
misma no es susceptible de ocasionarle un perjuicio concluyente a esta, ya que
no se trata de un acto de carácter definitivo.
Asimismo, se advierte que en el proceso judicial tramitado ante la autori-
dad demandada existe la posibilidad real y efectiva de defender los derechos
de su representado y de subsanar las posibles vulneraciones.
2. En virtud de las circunstancias expuestas y de las aclaraciones apunta-
das, se concluye que este Tribunal se encuentra imposibilitado para controlar la
constitucionalidad de la referida resolución emitida por la Sala de lo Contencio-
so Administrativo de la Corte Suprema de Justicia. Ello debido a que –tal como
se ha señalado anteriormente– el objeto material de la fundamentación fáctica
de la pretensión de amparo debe estar constituido por un acto de autoridad,
el cual debe –entre otros requisitos– ser definitivo, exigencia, que, en el caso
en concreto, no se cumple.
En consecuencia, es pertinente declarar la improcedencia de la demanda
de amparo, por concurrir un defecto en la pretensión que habilita la termina-
ción anormal del proceso.
Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por la abogada
María de la Paz Olivar de Coto, quien actúa en su calidad de apoderada
del Concejo Municipal de San Salvador, contra actuaciones de la Sala de lo

409
Amparos / Improcedencias

Contencioso Administrativo de la Corte Suprema de Justicia, en virtud de


que la resolución de fecha 8-XII-2015 -por medio de la cual se ha decretado
una medida cautelar en el proceso con referencia 327-2015– no es un acto
de carácter definitivo, puesto que las medidas cautelares tienen como fina-
lidad impedir la realización de actos que, de alguna manera, obstaculicen o
dificulten la efectiva satisfacción de la pretensión y, por otra parte, no van
enfocadas a la decisión definitiva del juzgador.
2. Tome nota la Secretaría de este Tribunal del lugar, medio técnico y perso-
nas comisionadas por la parte actora para recibir los actos procesales de
comunicación.
3. Notifíquese.
---A. PINEDA---F. MELENDEZ---J. B. JAIME---E. S. BLANCO R.---R. E. GON-
ZALEZ---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRI-
BEN.---E. SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.

63-2016

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las quince horas con dieciocho minutos del día dieciséis de mar-
zo de dos mil dieciséis.
Analizada la demanda firmada por el abogado Ricardo García Argueta,
quien actúa en su calidad de apoderado del Concejo Municipal de San. Salva-
dor, junto con el documento que anexa, se hacen las siguientes consideracio-
nes:
I. En síntesis, el apoderado del Concejo Municipal de San Salvador dirige su
reclamo contra la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Corte Suprema
de Justicia, en virtud de haber decretado una medida cautelar.
En ese orden de ideas, el referido profesional manifiesta que la autoridad
demandada emitió la resolución de fecha 11-XII-2015 en el proceso con referen-
cia 391-2015, por medio de la cual –entre otros puntos– decretó una medida
cautelar consistente en la reincorporación del señor Jimmy Mauricio M. R. a la
plaza que se imputa suprimida.
En consecuencia, el abogado García Argueta considera que la resolución
emitida por la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Corte Suprema
de Justicia vulnera el derecho a la autonomía municipal de su representado,
puesto que está en contra de la decisión proveída por el señalado Concejo
Municipal.

410
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

II. Determinados los argumentos expresados por la parte actora, corres-


ponde en este apartado exponer los fundamentos jurídicos de la resolución
que se proveerá.
Así, según lo establecido por la jurisprudencia constitucional en la resolu-
ción de improcedencia pronunciada el día 20-II-2009 en el Amp. 1073-2008,
este Tribunal únicamente es competente para controlar la constitucionalidad
de los actos de carácter definitivo emitidos por las autoridades demandadas,
encontrándose impedido de analizar aquellos que carecen de dicha definitivi-
dad por tratarse de actuaciones de mero trámite o de ejecución.
III. Expuestas las consideraciones precedentes, corresponde ahora evaluar
la posibilidad de conocer de las infracciones alegadas por la parte actora en el
presente caso.
1. De lo expuesto en su demanda, el apoderado del Concejo Municipal de
San Salvador –en síntesis– dirige su reclamo contra la Sala de lo Contencioso
Administrativo de la Corte Suprema de Justicia, en virtud de haber decretado
una medida cautelar en el proceso con referencia 391-2015, de conformidad
con la resolución de fecha 11-XII-2015.
Ahora bien, se advierte que el acto reclamado –la resolución por medio de
la cual se decretó una medida cautelar a favor del trabajador– no es de carác-
ter definitivo, puesto que las medidas cautelares tienen un carácter temporal
e instrumental.
Así –según la sentencia de fecha 12-XI-2010, proveída en la Inc. 40-2009/41-
2009– las medidas cautelares envuelven la idea de prevención, que –a su vez–
equivale a precauciones y medidas que evitan un riesgo, puesto que la dimen-
sión temporal del proceso en algunas ocasiones genera la posibilidad de un fra-
caso, en su tramitación y en la eficacia de la sentencia que resultó estimatoria.
Además, es necesario tomar en consideración que, debido a la característi-
ca de la provisionalidad, su función concluye en cuanto se ha alcanzado el fin a
favor de la cual fueron dictadas o la situación fáctica que las sustenta ha dejado
de existir.
En otras palabras, estas tienen como finalidad impedir la realización de ac-
tos que, de alguna manera, obstaculicen o dificulten la efectiva satisfacción de
la pretensión y, por otra parte, para decretarlas no es necesario demostrar sin
duda alguna la vulneración de los derechos fundamentales del acto reclamado
–puesto que ese es el objetivo del proceso judicial–, por lo que se exige como
presupuestos básicos para su aplicación: la probable existencia de un derecho
amenazado –fumus boni iuris–; y el daño que ocasionaría el desarrollo tempo-
ral del proceso –periculum in mora–.

411
Amparos / Improcedencias

En consecuencia, de lo antes expuesto se colige que tal actuación no podría


producir un agravio en la esfera jurídica de la parte actora, debido a que por sí
misma no es susceptible de ocasionarle un perjuicio concluyente a esta, ya que
no se trata de un acto de carácter definitivo.
Asimismo, se advierte que en el proceso judicial tramitado ante la autori-
dad demandada existe la posibilidad real y efectiva de defender los derechos
de su representado y de subsanar las posibles vulneraciones.
2. En virtud de las circunstancias expuestas y de las aclaraciones apunta-
das, se concluye que este Tribunal se encuentra imposibilitado para controlar la
constitucionalidad de la referida resolución emitida por la Sala de lo Contencio-
so Administrativo de la Corte Suprema de Justicia. Ello debido a que –tal como
se ha señalado anteriormente– el objeto material de la fundamentación fáctica
de la pretensión de amparo debe estar constituido por un acto de autoridad,
el cual debe –entre otros requisitos– ser definitivo, exigencia, que, en el caso
en concreto, no se cumple.
En consecuencia, es pertinente declarar la improcedencia de la demanda
de amparo, por concurrir un defecto en la pretensión que habilita la termina-
ción anormal del proceso.
Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por el abogado
Ricardo García Argueta, quien actúa en su calidad de apoderado del Con-
cejo Municipal de San Salvador, contra actuaciones de la Sala de lo Conten-
cioso Administrativo de la Corte Suprema de Justicia, en virtud de que la
resolución de fecha 11-XII-2015 –por medio de la cual se ha decretado una
medida cautelar en el proceso con referencia 391-2015– no es un acto de
carácter definitivo, puesto que las medidas cautelares tienen como finali-
dad impedir la realización de actos que, de alguna manera, obstaculicen o
dificulten la efectiva satisfacción de la pretensión y, por otra parte, no van
enfocadas a la decisión definitiva del juzgador.
2. Tome nota la Secretaría de este Tribunal del lugar, medio técnico y perso-
nas comisionadas por la parte actora para recibir los actos procesales de
comunicación.
3. Notifíquese.
A. PINEDA---F. MELENDEZ---J. B. JAIME---E. S. BLANCO. R.---R. E. GONZA-
LEZ---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRI-
BEN---E. SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.

412
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

687-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las trece horas con cincuenta y nueve minutos del día dieciséis
de marzo de dos mil dieciséis.
Analizada la demanda de amparo planteada por los abogados Mario Enri-
que Sáenz y Óscar René Alas Albanés en sus calidades de Apoderados Genera-
les Judiciales con cláusula especial del señor José Ernesto B. C., juntamente con
la documentación anexa, se efectúan las siguientes consideraciones:
I. En síntesis, los mencionados abogados manifiestan que la señora Yolanda
Beatriz M. de P., por medio de un apoderado, promovió un juicio ejecutivo civil
en contra del señor Luis Ernesto Antonio B. M. -fallecido padre del actor José
Ernesto B. C.-; dicho proceso judicial fue tramitado por la Jueza Primero de lo
Civil de Santa Ana quien lo clasificó con la referencia 73-10 E.C y en el cual emi-
tió sentencia el día 18-VI-2015 en la que condenó al señor B. C., como heredero
del causante, a pagar ciertas cantidades de dinero a la acreedora.
Al respecto, explican que el difunto señor B. M. murió antes de la interpo-
sición de la demanda, razón por la cual la acreedora inició diligencias de He-
rencia Yacente en la cual se nombró un curador. Sin embargo, la citada Jueza
se percató y constató que en su mismo Tribunal se tramitó y finalizó un juicio
sumario de aceptación de herencia iniciado por el señor José Ernesto B. C. -hijo
del causante y pretensor en este amparo- quien ya había sido “...nombrado He-
redero Definitivo...”. Ante ello, la funcionaria judicial resolvió cesar al curador
nombrado, declaró nulo el emplazamiento y ordenó que las cosas volvieran al
estado en que se encontraban antes de dicho acto procesal.
En virtud de lo anterior, la acreedora solicitó que se modificara la demanda
en el sentido de demandar al heredero del causante, es decir, al señor José
Ernesto B. C. y se le notificara el decreto de embargo; la juzgadora admitió la
demanda e intentó el acto de comunicación pero no tuvo éxito, sin embargo
el mismo señor B. C. se “...apersonó al [j]uzgado...” para alegar ineptitud de la
acción y la pretensión de la demanda, solicitar que se declarara nulo lo actuado
en el juicio, oponiendo la excepción de falsedad civil del documento base de la
pretensión y la de prescripción extintiva de la obligación.
Sobre dichos puntos, la juzgadora en un primer auto declaró sin lugar la
ineptitud de la demanda y la nulidad alegada. Posteriormente mediante sen-
tencia pronunciada el día 18-VI-2015 declaró sin lugar la excepción de prescrip-
ción, estableció la no existencia de falsedad civil en el documento base de la

413
Amparos / Improcedencias

pretensión y se condenó al señor Luis Ernesto B. M. por medio de su heredero


José Ernesto B. C. a pagar a la acreedora las cantidades de dinero demandadas.
De dicha sentencia, ambas partes -acreedor y deudor- plantearon recurso
de apelación ante la Cámara de lo Civil de la Primera Sección de Occidente, en
el cual alegó nuevamente la excepción de prescripción de la obligación pero
el tribunal de segunda instancia “...horas después...” de haberlo presentado
resolvió esa petición declarándola “...sin lugar por improcedente...”, luego la
citada Cámara mediante sentencia emitida el día 27-VII-2015 modificó la sen-
tencia del juez inferior, no obstante que -entre otros puntos- condenó al señor
José Ernesto B. C. a pagarle a la señora M. de P. una determinada cantidad de
dinero.
Así, por lo expuesto alega que los juzgadores cometieron un error al no
declarar prescrita la obligación pues “...contaron mal...” el lapso y no tomaron
en cuenta que anterior a todo ese proceso la acreedora había interpuesto otro
proceso contra el deudor para exigir el cumplimiento del pago pero en dicha
oportunidad esa pretensión fue declarada improcedente por el tribunal de se-
gunda instancia que conoció el caso en ese momento.
Por lo expuesto, el abogado del actor cuestiona la constitucionalidad de:
a) la sentencia del día 18-VI-2015 emitida por el Juzgado Primero de lo Civil de
Santa Ana en el juicio clasificado bajo el número 73-10 E.C.; b) resolución de la
Cámara de lo Civil de la Primera Sección de Occidente el día 26-VI-2015 por me-
dio de la cual declaró sin lugar por improcedente la excepción de prescripción
de la obligación alegada; c) sentencia del día 27-VII-2015 por medio de la cual
dicha Cámara modificó la sentencia recurrida, no obstante que, entre otros
puntos, condenó al señor José Ernesto B. C. en su calidad de heredero en re-
presentación de la sucesión del causante Luis Ernesto B. M. a pagar a la señora
Yolanda Beatriz M. de P.; y, d) la resolución pronunciada por el Juez Primero
de lo Civil de Santa Ana mediante la cual resolvió proceder a vender en pública
subasta.
Dichas actuaciones -a juicio del apoderado- le vulneraron a su mandante los
derechos de propiedad, seguridad jurídica y debido proceso.
II. Determinados los argumentos esbozados por el referido profesional, co-
rresponde en este apartado exponer los fundamentos jurídicos de la resolución
que se proveerá.
Tal como se ha sostenido en la resolución de 27-X-2010, pronunciada en el
Amp. 408-2010, en este tipo de procesos las afirmaciones de hecho de la parte
actora deben justificar que el reclamo formulado posee trascendencia cons-

414
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

titucional, esto es, deben poner de manifiesto la presunta vulneración a los


derechos fundamentales que se proponen como parámetro de confrontación.
Por el contrario, si tales alegaciones se reducen al planteamiento de asun-
tos puramente judiciales o administrativos consistentes en la simple inconfor-
midad con las actuaciones o el contenido de las decisiones emitidas por las
autoridades dentro de sus respectivas competencias, la cuestión sometida al
conocimiento de este Tribunal constituye un asunto de mera legalidad, lo que
se traduce en un vicio de la pretensión que imposibilita su juzgamiento.
III. Con el objeto de trasladar las nociones esbozadas al caso concreto, se
efectúan las consideraciones siguientes:
1. A partir del análisis de lo esbozado en la demanda, aun cuando los abo-
gados del actor afirman que existe vulneración a los derechos fundamentales
de su representado, sus alegatos únicamente evidencian la inconformidad con
el contenido de las decisiones adoptadas por las autoridades demandadas.
Y es que, sus argumentos están dirigidos, básicamente, a que este Tribunal
determine si el Juez Primero de lo Civil de Santa Ana y los Magistrados de la
Cámara de lo Civil de la Primera Sección de Occidente, tomando como paráme-
tro lo previsto en la legislación ordinaria, debieron declarar prescrita la acción
y declarar que había lugar al resto de excepciones planteadas. Las anteriores
constituyen situaciones que escapan del catálogo de competencias conferido a
esta Sala, pues implicarían revisar la forma en que tales autoridades aplicaron
la normativa infraconstitucional correspondiente en el caso concreto.
Así, este Tribunal ha establecido -v.gr. el citado auto pronunciado el día
27-X-2010 en el Amp. 408-2010- que, en principio, la jurisdicción constitucional
carece de competencia material para efectuar el análisis relativo a la interpre-
tación y aplicación que las autoridades judiciales desarrollen con relación a los
enunciados legales que rigen los trámites cuyo conocimiento les corresponde
y, en consecuencia, examinar el contenido de las resoluciones judiciales que
se emitieron con relación a la prescripción de la acción y las otras excepciones
alegadas, implicaría la irrupción de competencias que, en exclusiva, han sido
atribuidas y deben realizarse por los jueces y tribunales ordinarios.
En ese orden de ideas, se colige que lo expuesto por los apoderados del ac-
tor más que evidenciar una supuesta transgresión los derechos fundamentales
de su representado, se reduce a plantear un asunto de mera legalidad y de sim-
ple inconformidad con el contenido de las resoluciones emitidas por el Juzgado
Primero de lo Civil de Santa Ana y de la Cámara de lo Civil de la Primera Sección
de Occidente con sede en esa localidad.

415
Amparos / Improcedencias

2. En virtud de las circunstancias y aclaraciones apuntadas se concluye


que en el presente proceso no se advierte la trascendencia constitucional de
la queja sometida a conocimiento de este Tribunal, dado que la reclamación
planteada constituye una cuestión de estricta legalidad ordinaria y de simple
inconformidad con las actuaciones impugnadas, situaciones que evidencian la
existencia de un defecto de la pretensión de amparo que impide la conclusión
normal del presente proceso y vuelve pertinente su terminación mediante la
figura de la improcedencia.
Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárase improcedente la demanda de amparo planteada por los abo-
gados Mario Enrique Sáenz y Óscar René Alas Albanés en sus calidades de
Apoderados Generales Judiciales con cláusula especial del señor José Ernes-
to B. C., por ser asunto de mera legalidad e inconformidad con las decisio-
nes del Juzgado Primero de lo Civil de Santa Ana y de la Cámara de lo Civil
de la Primera Sección de Occidente con sede en esa localidad, respecto a la
prescripción extintiva y otras excepciones alegadas en la primera instancia
del juicio y en el recurso de apelación.
2. Tome nota la Secretaría de este Tribunal del medio técnico indicado por los
abogados del demandante para oír notificaciones y de las personas comi-
sionadas para tales efectos de conformidad al art. 180 del Código Procesal
Civil y Mercantil.
3. Notifíquese.
A. PINEDA.---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME.---E. S. BLANCO R.---PRONUNCIA-
DO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E. SOCORRO C.---
SRIA.---RUBRICADAS.

70-2016

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las quince horas con quince minutos del día dieciséis de marzo
de dos mil dieciséis.
Analizada la demanda firmada por la abogada Juana Emilia Martínez, quien
actúa en su calidad de apoderada del Concejo Municipal de San Salvador, junto
con el documento que anexa, se hacen las siguientes consideraciones:
I. En síntesis, la apoderada del Concejo Municipal de San Salvador dirige su
reclamo contra la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Corte Suprema
de Justicia, en virtud de haber decretado una medida cautelar.

416
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

En ese orden de ideas, la referida profesional manifiesta que la autoridad


demandada emitió la resolución de fecha 7-XII-2015 en el proceso con referen-
cia 339-2015, por medio de la cual –entre otros puntos– decretó una medida
cautelar consistente en la reincorporación de la señora Ana Celys H. de L. a la
plaza que se imputa suprimida.
En consecuencia, la abogada Martínez considera que la resolución emitida
por la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Corte Suprema de Justicia
vulnera el derecho a la autonomía municipal de su representado, puesto que
está en contra de la decisión proveída por el señalado Concejo Municipal.
II. Determinados los argumentos expresados por la parte actora, corres-
ponde en este apartado exponer los fundamentos jurídicos de la resolución
que se proveerá.
Así, según lo establecido por la jurisprudencia constitucional en la resolu-
ción de improcedencia pronunciada el día 20-II-2009 en el Amp. 1073-2008,
este Tribunal únicamente es competente para controlar la constitucionalidad
de los actos de carácter definitivo emitidos por las autoridades demandadas,
encontrándose impedido de analizar aquellos que carecen de dicha definitivi-
dad por tratarse de actuaciones de mero trámite o de ejecución.
III. Expuestas las consideraciones precedentes, corresponde ahora evaluar
la posibilidad de conocer de las infracciones alegadas por la parte actora en el
presente caso.
1. De lo expuesto en su demanda, la apoderada del Concejo Municipal de
San Salvador –en síntesis– dirige su reclamo contra la Sala de lo Contencioso
Administrativo de la Corte Suprema de Justicia, en virtud de haber decretado
una medida cautelar en el proceso con referencia 339-2015, de conformidad
con la resolución de fecha 7-XII-2015.
Ahora bien, se advierte que el acto reclamado –la resolución por medio
de la cual se decretó una medida cautelar a favor de la trabajadora– no es de
carácter definitivo, puesto que las medidas cautelares tienen un carácter tem-
poral e instrumental.
Así –según la sentencia de fecha 12-XI-2010, proveída en la Inc. 40-2009/41-
2009–las medidas cautelares envuelven la idea de prevención, que –a su vez–
equivale a precauciones y medidas que evitan un riesgo, puesto que la dimen-
sión temporal del proceso en algunas ocasiones genera la posibilidad de un fra-
caso, en su tramitación y en la eficacia de la sentencia que resultó estimatoria.
Además, es necesario tornar en consideración que, debido a la característi-
ca de la provisionalidad, su función concluye en cuanto se ha alcanzado el fin a

417
Amparos / Improcedencias

favor de la cual fueron dictadas o la situación fáctica que las sustenta ha dejado
de existir.
En otras palabras, estas tienen como finalidad impedir la realización de ac-
tos que, de alguna manera, obstaculicen o dificulten la efectiva satisfacción de
la pretensión y, por otra parte, para decretarlas no es necesario demostrar sin
duda alguna la vulneración de los derechos fundamentales del acto reclamado
–puesto que ese es el objetivo del proceso judicial–, por lo que se exige como
presupuestos básicos para su aplicación: la probable existencia de un derecho
amenazado –fumus boni iuris–; y el daño que ocasionaría el desarrollo tempo-
ral del proceso –periculum in mora–.
En consecuencia, de lo antes expuesto se colige que tal actuación no podría
producir un agravio en la esfera jurídica de la parte actora, debido a que por sí
misma no es susceptible de ocasionarle un perjuicio concluyente a esta, ya que
no se trata de un acto de carácter definitivo.
Asimismo, se advierte que en el proceso judicial tramitado ante la autori-
dad demandada existe la posibilidad real y efectiva de defender los derechos
de su representado y de subsanar las posibles vulneraciones.
2. En virtud de las circunstancias expuestas y de las aclaraciones apunta-
das, se concluye que este Tribunal se encuentra imposibilitado para controlar la
constitucionalidad de la referida resolución emitida por la Sala de lo Contencio-
so Administrativo de la Corte Suprema de Justicia. Ello debido a que –tal como
se ha señalado anteriormente– el objeto material de la fundamentación fáctica
de la pretensión de amparo debe estar constituido por un acto de autoridad,
el cual debe –entre otros requisitos– ser definitivo, exigencia, que, en el caso
en concreto, no se cumple.
En consecuencia, es pertinente declarar la improcedencia de la demanda
de amparo, por concurrir un defecto en la pretensión que habilita la termina-
ción anormal del proceso.
Por tanto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por la abogada
Juana Emilia Martínez, quien actúa en su calidad de apoderada del Conce-
jo Municipal de San Salvador, contra actuaciones de la Sala de lo Conten-
cioso Administrativo de la Corte Suprema de Justicia, en virtud de que la
resolución de fecha 7-XII-2015 –por medio de la cual se ha decretado una
medida cautelar en el proceso con referencia 339-2015– no es un acto de
carácter definitivo, puesto que las medidas cautelares tienen como finali-
dad impedir la realización de actos que, de alguna manera, obstaculicen o

418
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

dificulten la efectiva satisfacción de la pretensión y, por otra parte, no van


enfocadas a la decisión definitiva del juzgador.
2. Tome nota la Secretaría de este Tribunal del lugar, medio técnico y perso-
nas comisionadas por la parte actora para recibir los actos procesales de
comunicación.
3. Notifíquese.
---A. PINEDA---F. MELENDEZ---J. B. JAIME---E. S. BLANCO R.---R. E. GON-
ZALEZ---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRI-
BEN.---E. SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.

419
Sobreseimientos
2-2014

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las diez horas con cuarenta y un minutos del día quince de
enero de dos mil dieciséis.
Agréganse a sus antecedentes los escritos firmados por: (i) la Fiscal de la
Corte; (ii) el abogado Marvin Moisés Castro Mejía, en calidad de apoderado
del Concejo Municipal de Ayutuxtepeque; y (iii) la señora Berta Marina J. de Á.;
por medio de los cuales evacuan los traslados que les fueron conferidos y ésta
última desiste del presente proceso de amparo.
Previo a continuar con el trámite correspondiente, se hacen las siguientes
consideraciones:
En el presente caso, la señora J. de A. expresa que ha decidido inhibir a este
Tribunal de conocer del fondo de la pretensión planteada, en virtud de que,
por motivos personales, finalizará de manera voluntaria la relación laboral que
la vincula con la municipalidad de Ayutuxtepeque.
Al respecto, se advierte que el desistimiento constituye una causal de
sobreseimiento de los procesos de amparo que no requiere, como requisito
previo, la aceptación de los demandados, de conformidad con lo establecido
en el art. 31 n° 1 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, por lo que es
una forma anormal de terminación de dichos procesos constitucionales.
En consecuencia, dado que la actora ha solicitado expresamente la
finalización de este proceso de amparo, es procedente acceder a la aludida
petición, por lo que deberá emitirse el sobreseimiento correspondiente.
Por tanto, con base en las razones expuestas y la disposición legal citada,
esta Sala RESUELVE:
1. Sobreséese en el presente proceso de amparo incoado por la señora Berta
Marina J. de Á. contra el Concejo Municipal de Ayutuxtepeque, por haber
desistido la referida señora de su pretensión.
2. Cese la medida cautelar adoptada y confirmada mediante las resoluciones
de fechas 10-I-2014 y 23-I-2014, respectivamente, en virtud de los efectos
del mencionado sobreseimiento.
3. Notifíquese.
F. MELENDEZ.---J. B. JAIME---R. E. GONZALEZ---PRONUNCIADO POR LOS SEÑO-
RES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E. SOCORRO C.---SRIA.---RUBRI-
CADAS.
Amparos / Sobreseimientos

122-2014

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las ocho horas con cincuenta y seis minutos del día tres de
febrero de dos mil dieciséis.
Se tiene por recibido el escrito firmado por las Magistradas de la Sala de
lo Contencioso Administrativo de la Corte Suprema de Justicia, en virtud del
cual rinden el informe respecto del proceso contencioso administrativo con
referencia 84-2014, junto con la documentación anexa.
Se tiene por recibido el escrito firmado por la abogada María de los Ángeles
Sánchez Villalta, quien actúa en carácter de apoderada del Concejo Municipal
de Mejicanos, departamento de San Salvador, en virtud del cual evacua la
audiencia que le fue concedida, junto con la documentación anexa.
Previo a emitir la decisión que corresponda, se hacen las siguientes
consideraciones:
I. 1. De manera inicial, la presente demanda se admitió por auto de las
quince horas con dieciocho minutos del 13-V-2015, circunscribiéndola al control
de constitucionalidad del Acuerdo Municipal número 2 del acta 51 de la 47°
sesión ordinaria de fecha 21-XII-2013, por medio del cual el Concejo Municipal
de Mejicanos decidió separar al señor Amílcar Enrique G. V. de su cargo como
“recolector” en los camiones recolectores de basura, en el Departamento de
Saneamiento Ambiental, a partir del 1-I-2014.
Tal admisión se debió a que, a juicio del demandante, se habrían vulnerado
sus derechos de audiencia, defensa y estabilidad laboral, en virtud de que fue
despedido de forma engañosa a través de la figura de supresión de plaza, ya que
se utilizó como “... un mecanismo por el cual se disfraz[ó] [un] despido...”, lo cual
implicó que no se tramitara previamente un procedimiento ante la autoridad
competente en el que se justificaran y comprobaran las causas por las cuales
se le destituiría de su cargo y en el que tuviera la oportunidad de controvertir
aquellas y defenderse. Lo anterior, a pesar que se encontraba incorporado a
la carrera administrativa municipal, aunado al hecho que su cargo no era de
confianza personal o política y que sus funciones eran continuas, permanentes
e inherentes a su puesto de trabajo.
Y es que, aseguró que el acto reclamado no constituía una verdadera
supresión de plaza porque no reunía los requisitos indispensables para
considerar que esta era innecesaria para la institución, por cuanto que en el
presente caso no se había probado el déficit ni la duplicidad de funciones a las
que hace referencia la autoridad demandada para justificar tal decisión.

422
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

2. Ahora bien, por auto de las quince horas con trece minutos del día 22-
IX-2015 se le concedió audiencia al señor G. V. –parte actora– y al Concejo
Municipal de Mejicanos –autoridad demandada– y, asimismo, se le solicitó a
la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Corte Suprema de Justicia que
informara sobre el estado actual del proceso con referencia 84-2014.
Lo anterior, en virtud de que la autoridad demandada advirtió –en síntesis–
que existe una causal de sobreseimiento, específicamente la falta de agotamiento
de la vía previa, puesto que la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Corte
Suprema de Justicia está ventilando el acto reclamado –es decir, la supresión de
la plaza– en el proceso con referencia 84-2014.
II. Ahora bien, de conformidad a lo preceptuado en el artículo 12 inciso 3° de
la Ley de Procedimientos Constitucionales, el cual literalmente establece que: “...
[1]a acción de amparo únicamente podrá incoarse cuando el acto contra el que
se reclama no puede subsanarse dentro del respectivo procedimiento mediante
otros recursos...”, se ha consagrado como condición especial de procedibilidad
de la pretensión de amparo una exigencia de carácter dual que implica, por un
lado, que el actor haya agotado los recursos del proceso o procedimiento en
que se hubiere suscitado la vulneración al derecho constitucional y por otro,
que de haberse optado por una vía distinta a la constitucional, idónea para
reparar la presunta vulneración, tal vía se haya agotado en su totalidad.
En ese sentido, en nuestro ordenamiento procesal constitucional, para
el planteamiento de una pretensión de amparo, es un presupuesto procesal
el agotamiento de la vía previa, si ya se ha optado por otra diferente de la
constitucional, así como el agotamiento –en tiempo y forma– de todas las
herramientas idóneas para reparar la violación constitucional aducida por la
parte agraviada, es decir, aquellas que posibilitan que la afectación alegada
pueda ser subsanada por esa vía de impugnación.
Ahora bien, respecto al agotamiento de la vía previa es posible afirmar
que, siendo el amparo un instrumento alternativo de protección a derechos
constitucionales, ante una supuesta vulneración a estos, el particular afectado
puede optar ya sea por esta vía constitucional como por otras que consagra el
ordenamiento jurídico. Sin embargo, debe quedar claro que la alternatividad
significa una opción entre dos o más vías, pero no el ejercicio simultáneo de
varias de estas, es decir, si bien se posibilita al agraviado optar por cualquiera
de las vías existentes, una vez seleccionada una distinta a la constitucional
aquella debe agotarse en su totalidad.
En consecuencia, la admisión y tramitación de un proceso de amparo es
jurídicamente incompatible con el planteamiento, sea este anterior o posterior,

423
Amparos / Sobreseimientos

de otra pretensión que, aunque de naturaleza distinta, posea un objeto


parecido.
Por lo antes expresado, desde ninguna perspectiva es procedente la
existencia paralela al amparo de otro mecanismo procesal de tutela en donde
exista un objeto similar de la pretensión, aunque sea esta de naturaleza distinta
a la incoada en el proceso constitucional.
III. 1. En el presente caso, la autoridad demandada advirtió –en síntesis– que
existe una causal de sobreseimiento, específicamente la falta de agotamiento
de la vía previa, puesto que la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Corte
Suprema de Justicia está ventilando el acto reclamado –es decir, la supresión de
la plaza– en el proceso con referencia 84-2014.
Por su parte, el señor G. V. –parte actora– no hizo uso de la audiencia
concedida, a pesar de habérsele notificado la resolución de fecha 22-IX-2015,
de conformidad con el acta de las nueve horas con cuarenta y cinco minutos
del día 21-X-2015.
Además, la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Corte Suprema de
Justicia rindió el informe solicitado respecto del estado actual del proceso con
referencia 84-2014. En dicho escrito, la referida Sala expresa que el proceso ha
sido contra el Acuerdo Municipal número 2 del acta 51 de fecha 21-XII-2013,
por medio del cual el Concejo Municipal de Mejicanos suprimió la plaza de
“recolector” del señor G. V.. Asimismo, manifiesta que actualmente se le ha
requerido al señalado Concejo que rinda el informe del art. 26 de la Ley de la
Jurisdicción Contencioso Administrativa (LJCA).
2. En ese orden de ideas, la parte actora ha interpuesto la demanda de
amparo el 27-I-2014; sin embargo, se advierte que también presentó su reclamo
ante la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Corte Suprema de Justicia
el 24-II-2014 y, en este segundo proceso, actualmente se le ha solicitado al
Concejo Municipal de Mejicanos que rinda el informe del art. 26 de la LJCA,
por lo que se concluye que el señor G. V. ha empleado vías paralelas, puesto
que ambas pretensiones se circunscriben al Acuerdo Municipal número 2 del
acta 51 de fecha 21-XII-2013.
En consecuencia, se deberá declarar el sobreseimiento del presente proceso
de amparo solicitado por la autoridad demandada. Lo anterior no impide que
una vez agotada la vía seleccionada, el interesado pueda nuevamente acudir a
esta Sala en caso de que considere que subsiste la vulneración a sus derechos.
Por tanto, con base en lo expuesto y las disposiciones legales citadas, esta
Sala RESUELVE:
1. Sobreséase el presente amparo incoado por el señor Amílcar Enrique G.
V., contra actuaciones del Concejo Municipal de Mejicanos por uso de vías

424
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

paralelas, en virtud de que se encuentra pendiente de resolver proceso con


referencia 84-2014 interpuesto ante la Sala de lo Contencioso Administrati-
vo de la Corte Suprema de Justicia.
2. Cese la medida cautelar decretada mediante resolución de fecha 13-V-
2015, en virtud de los efectos del mencionado sobreseimiento.
3. Notifíquese.
A.PINEDA---F. MELENDEZ---J. B. JAIME---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZALEZ-
--PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---E.
SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.

151-2014

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las diez horas con cuarenta y ocho minutos del día tres de
febrero de dos mil dieciséis.
Agréganse a sus antecedentes los escritos firmados por: (i) la señora Tania
Ana Luisa Cedillos de González, quien manifiesta actuar en su calidad de
Directora Ejecutiva de la Secretaría de Inclusión Social (SIS); (ii) la señora Sandra
Margarita Morales de Solano, quien actúa como Directora de Ciudad Mujer
San Martín (CMSM), por medio del cual solicita que se admitan como prueba
los documentos que presenta y que se dicte sobreseimiento en el presente
amparo; y (iii) la señora Evelyn Mariela S. de O., mediante el cual solicita que se
admitan como prueba los documentos que constan agregados en este proceso,
señala nuevo lugar y nuevo medio técnico para oír notificaciones y comisiona a
una persona para recibirlas.
Previo a resolver sobre lo solicitado, se hacen las siguientes consideraciones:
I. De manera inicial, se observa que la señora Tania Ana Luisa Cedillos de
González pretende intervenir en el presente proceso de amparo en su calidad
de Directora Ejecutiva de la SIS; sin embargo, se advierte que no ha anexado
documentación con la que acredite su nombramiento en el escrito relacionado
al inicio de este proveído.
Por tal motivo, deberá prevenirse a la referida señora que presente copia
fidedigna de su nombramiento como Directora Ejecutiva de la SIS, según el
art. 30 de la Ley del Ejercicio Notarial de la Jurisdicción Voluntaria y de otras
Diligencias, en el plazo de tres días contados a partir del siguiente al de la
notificación respectiva, de conformidad con lo dispuesto en los arts. 65 inc. 1°
y 66 inc. 1° del C.Pr.C.M. –de aplicación supletoria en el proceso de amparo–.

425
Amparos / Sobreseimientos

II. Respecto a la petición formulada por las partes, en el sentido que se


admitan como prueba los documentos que constan en el presente proceso y
los que adjuntan a sus escritos, es preciso apuntar que, según lo dispuesto en
el art. 164 inc. 2° del Código Procesal Civil y Mercantil (C.Pr.C.M.), de aplicación
supletoria al proceso de amparo, basta la presentación de los instrumentos
para que se tengan por agregados inmediatamente al expediente, por lo
que resulta innecesario emitir un pronunciamiento dirigido a consumar dicha
actuación.
III. 1. De manera inicial, la presente demanda se admitió por resolución de
fecha 23-IV-2014, sometiendo al control constitucional la decisión de no renovar
el contrato laboral de la señora S. de O. para el año 2014 y, por ende, removerla
de facto del cargo de Jefe de Atención Infantil que desempeñaba dentro de
Ciudad Mujer San Martín, sin la promoción de un procedimiento previo. Acto
que ha sido atribuido a la Directora Ejecutiva de la SIS y a la Directora de CMSM.
2. Al respecto, la Directora de CMSM solicita que se emita sobreseimiento
por falta de legitimación pasiva, regulada en el art. 31 n° 3 L.Pr.Cn., en virtud
de que no tiene competencia para adoptar la decisión de finalizar los contratos
de los empleados de la Presidencia de la República.
IV. 1. A. Expuesto lo anterior, con el objeto de resolver adecuadamente la
petición de la autoridad demandada, corresponde exponer los fundamentos
jurídicos de la resolución que se proveerá, para lo cual es necesario hacer una
breve referencia a la falta de legitimación pasiva en el proceso de amparo.
En la Resolución de 24-III-2010, Amp. 301-2007, se expresó que la
legitimación pasiva se entiende como el vínculo existente entre el sujeto o los
sujetos pasivos de la pretensión y su objeto, es decir, el nexo que se configura
entre dichas personas y el supuesto agravio generado por la acción u omisión
de una autoridad que aparentemente lesionó los derechos fundamentales
del peticionario. Ello implica que el presunto perjuicio ocasionado por el
acto sometido a control constitucional debe emanar de las actuaciones de
las autoridades que decidieron el asunto controvertido, razón por la cual
se exige, para el válido desarrollo de los procesos de amparo, que la parte
actora, al momento de plantear su demanda, la dirija contra todos los órganos
que ejercieron efectivamente potestades decisorias sobre el acto u omisión
impugnados en sede constitucional.
Ahora bien, el sujeto activo no debe demandar a todos los funcionarios
o autoridades que intervinieron durante la tramitación del procedimiento en
el que se emitió la actuación sometida a control, sino únicamente a los que
concurrieron con su voluntad en la materialización de la situación fáctica o

426
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

jurídica en controversia, que son los que deberán responder por el agravio
constitucional que sus decisiones ocasionaron.
En ese orden, en la Resolución de 5-V-2010, Amp. 74-2010, se sostuvo
que “autoridad ejecutora” es aquella que no concurrió con su voluntad en la
configuración del acto que lesionó o restringió los derechos fundamentales de
una persona, sino que se limitó a dar cumplimiento a una providencia emanada
de una autoridad con poder de decisión, siempre que no haya excedido su
mandato –pues tal exceso determinaría eventualmente su legitimación pasiva
en el proceso de amparo–.
B. Por otro lado, la existencia de vicios esenciales en la pretensión genera
la imposibilidad para el Tribunal de juzgar el caso concreto o, en todo caso,
torna inviable la tramitación completa del proceso, por lo cual la demanda de
amparo debe ser rechazada in limine o in persequendi litis. En lo concerniente
al rechazo de la pretensión durante la tramitación del proceso, esta clase de
rechazo se manifiesta mediante el sobreseimiento, el cual pone fin al proceso
haciendo imposible su continuación.
2. A. En el caso concreto, la Directora de CMSM argumenta –en síntesis–
que no tiene facultades de decisión respecto de la contratación o finalización
de contratos laborales del personal de dicha institución, por lo que carece de
legitimación pasiva, según lo establecido en el art. 14 n° 2 y 31 n° 3 L.Pr.Cn.
Para probar dicho argumento presenta una certificación de la Resolución n°
3 de fecha 10-I-2014, extendida por el Secretario para Asuntos Legislativos y
Jurídicos de la Presidencia de la República, en la cual aparece que el Presidente
de la República resuelve dar por finalizada, a partir del 1-I-2014, la contratación
de la señora S. de O. del cargo de Jefe de Atención Infantil.
De lo anterior, se advierte que la decisión de separar a la peticionaria de su
cargo, sin la promoción de un procedimiento previo, tuvo su origen en la orden
proferida por el Presidente de la República, quien encomendó la diligencia de
comunicación a la Directora Ejecutiva de de la SIS.
B. En vista de lo anterior, se colige que la Directora de CMSM y la Directora
Ejecutiva de la SIS no concurrieron con su voluntad en la materialización directa
de la actuación que aparentemente incidió de manera negativa en los derechos
de la actora, ya que la actuación de la primera se circunscribió a solicitar el
despido de la demandante y de la segunda a cumplir y comunicar la decisión
adoptada por el titular de la Presidencia de la República, institución de la cual
depende la Secretaría de Inclusión Social.
Tomando en cuenta lo anterior, se concluye que las citadas autoridades
demandadas carecen de legitimación pasiva en el presente proceso, pues

427
Amparos / Sobreseimientos

no tuvieron específicas potestades decisorias en el acto cuestionado por la


demandante; situación que se traduce en un defecto de la pretensión que
impide, por su relevancia, el conocimiento de fondo del asunto planteado, por
lo que deberá emitirse el sobreseimiento correspondiente.
Por tanto, con base en las razones expuestas y disposiciones legales citadas,
esta Sala RESUELVE:
1. Previénese a la señora Tania Ana Luisa Cedillos de González, que, en el pla-
zo de tres días contados a partir del siguiente al de la notificación respec-
tiva, aporte la documentación con la que acredite su calidad de Directora
Ejecutiva de la Secretaría de Inclusión Social, según el art. 30 de la Ley del
Ejercicio Notarial de la Jurisdicción Voluntaria y de otras Diligencias y los
arts. 65 inc. 1° y 66 inc. 1° del Código Procesal Civil y Mercantil.
2. Sobreséese en el presente proceso de amparo promovido por la señora
Evelyn Mariela S. de O. en contra de la Directora Ejecutiva de la Secretaría
de Inclusión Social y de la Directora de Ciudad Mujer San Martín.
3. Déjese sin efecto la medida cautelar adoptada y confirmada mediante re-
soluciones de fechas 23-IV-2014 y 10-VI-2014, respectivamente;
4. Tome nota la Secretaría de este Tribunal del nuevo lugar y nuevo medio
técnico señalados por la señora Evelyn Mariela S. de O. para oír notificacio-
nes de la persona comisionada para recibirlas.
5. Notifíquese.
---A. PINEDA---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME---E. S. BLANCO R.---PRONUNCIADO
POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E. SOCORRO C.---
SRIA.---RUBRICADAS.

367-2013

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA.


San Salvador, a las once horas con once minutos del día tres de febrero de dos
mil dieciséis.
Agréguese a sus antecedentes los escritos firmados por el abogado Carlos
Alfredo Valiente, en calidad de apoderado del Director de la Policía Nacional
Civil (PNC), junto con la documentación anexa.
Previo a continuar con la tramitación del presente proceso de amparo, se
deben realizar las siguientes consideraciones:
I. 1. En síntesis, el señor M. Á. V. M. manifestó en su demanda y escrito
de subsanación de prevención que inició a laborar en la PNC en el año 2007

428
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

como colaborador; sin embargo, el día 15-XII-2011 se le notificó que por medio
del Acuerdo ref. A-1075-11-2011, de fecha 30-XI-2011, el Director General de la
PNC había decidido no renovarle su contrato de servicios personales, debido
a que su actitud irresponsable y el incumplimiento de la confidencialidad
habían causado pérdida de la confianza. Con relación a ello, sostuvo que dicha
autoridad vulneró sus derechos de audiencia, de defensa y a la estabilidad
laboral, ya que se le separó de su cargo sin que se tramitara un procedimiento
previo, en el que se garantizaran oportunidades de defensa.
2. Por su parte, la autoridad demandada manifestó que la actuación
reclamada se efectuó dentro del marco que establece el Código de Trabajo
y la normativa policial, ya que previo a la decisión de no renovar el contrato
del actor se demostró que este había incurrido en irregularidades de carácter
laboral y penal, puesto que se había apropiado de forma indebida de un arma
de fuego secuestrada en un proceso judicial. Asimismo, se tramitó un proceso
laboral ante el Juzgado Cuarto de lo Laboral y Cámara Segunda de lo Laboral,
ambos de este distrito judicial, en el cual se declaró la legalidad de la finalización
del vínculo contractual con el demandante.
II. Delimitadas las argumentaciones de las partes, resulta necesario exponer
el orden lógico de la presente resolución: en primer lugar, se analizará la
importancia y las características indispensables de uno de los elementos que
configuran la relación procesal: la legitimación pasiva (1); para, posteriormente,
determinar las consecuencias derivadas de los defectos en la configuración de
tal presupuesto procesal in persequendi litis (2).
1. A. En la Resolución de 24-III-2010, Amp. 301-2007, se señaló que la
legitimación procesal alude a una especial condición o vinculación de uno
o varios sujetos con un objeto litigioso determinado que les habilita para
comparecer, individualmente o junto con otros, en un proceso concreto con el
fin de obtener una sentencia de fondo.
De este modo, para el caso particular del proceso de amparo, resulta
imprescindible que se legitimen activa y pasivamente las personas que han
intervenido en la relación fáctica o jurídica controvertida, lo que conlleva que
resulte necesaria y exigible la intervención de quienes hayan participado en la
configuración del acto reclamado.
B. En ese orden de ideas, se expresó en la citada resolución que la
legitimación pasiva se entiende como el vínculo existente entre el sujeto o los
sujetos pasivos de la pretensión y su objeto, es decir, el nexo que se configura
entre dichas personas y el supuesto agravio generado por la acción u omisión

429
Amparos / Sobreseimientos

de una autoridad que, aparentemente, lesiona los derechos fundamentales del


peticionario.
Ello implica que el presunto perjuicio ocasionado por el acto sometido a
control constitucional debe emanar de las actuaciones de las autoridades que
han decidido el asunto controvertido, razón por la cual se exige para el válido
desarrollo de los procesos de amparo que la parte actora, al momento de
plantear su demanda, la dirija contra todos los órganos que hayan desplegado
efectivamente potestades decisorias sobre el acto u omisión impugnados en
sede constitucional.
2. A. Establecido lo anterior, corresponde también precisar que la existencia
de vicios o defectos esenciales en la pretensión genera la imposibilidad para el
Tribunal de juzgar el caso concreto o, en todo caso, torna inviable la tramitación
completa del proceso, por lo cual la demanda de amparo debe ser rechazada in
limine o in persequendi litis.
En lo concerniente al rechazo de la pretensión durante la tramitación del
amparo, el mismo se manifiesta en materia procesal constitucional mediante
la figura del sobreseimiento, el cual se consigna en un auto que le pone fin al
proceso haciendo imposible su continuación.
B. En consecuencia, cuando se advierta la ausencia de presupuestos
procesales necesarios para el enjuiciamiento del reclamo incoado –como
cuando no se configura la legítima contradicción–, se infiere la procedencia
del sobreseimiento y el consecuente rechazo de la pretensión contenida en
la demanda, pues en estos supuestos es materialmente imposible emitir un
pronunciamiento sobre el fondo de la cuestión planteada.
III. Dentro del marco de referencia expuesto y atendiendo los argumentos
expresados por las partes, es procedente concretar las anteriores nociones
jurídicas en el caso en estudio.
1. La admisión del presente amparo se circunscribió al control de
constitucionalidad de la decisión del Director General de la PNC de no renovar
el contrato de servicios profesionales del señor V. M. para el año 2012 y,
con ello, separarlo del cargo de colaborador jurídico del Departamento de
Representación Legal de la PNC, sin tramitarle previamente un proceso en el
que pudiera ejercer la defensa de sus derechos.
2. En el transcurso del proceso el actor aportó copias simples de los
siguientes documentos: (i) oficio n° 150-2475-11, de fecha 28-XI-2011, remitido
por el Director General de la PNC al señor V. M., mediante el cual le notificó
que debido a la pérdida de la confianza su contrato para el año 2012 no
sería renovado; (ii) Acuerdo n° A-1075-11-2011, emitido el 28-XI-2011 por el

430
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Director General de la PNC, en el que se decidió no renovar el contrato de


servicios personales del señor V. M. para el año 2012, sin responsabilidad para
la institución policial ni para su titular; y (iii) constancia expedida el 19-XII-2011
por el Jefe del Departamento de Registro e Historial Policial de la PNC en la
que se hace constar que el señor V. M. no poseía sanciones registradas en su
expediente policial.
Por su parte, la autoridad demandada aportó, entre otros, certificación
de los siguientes documentos: (i) sentencia pronunciada el 15-VI-2012 por la
Cámara Segunda de lo Laboral de San Salvador, en la cual se absolvió a la PNC
de la acción de pago de indemnización y demás prestaciones accesorias por
despido injusto promovida por el señor V. M.; (ii) perfil descriptivo del cargo de
colaborador jurídico que desempeñaba el demandante; (iii) organigrama de la
Unidad Jurídica de la PNC; y (iv) acta de fecha 10-XI-2011, en la cual consta que
en el Juzgado Segundo de Instrucción de San Salvador el señor V. M. manifestó
que le fue entregada un arma que era propiedad de la PNC, la cual guardó en
la gaveta de su escritorio de trabajo, pero que desconocía cómo se extravío de
ese lugar.
3. A. Teniendo en cuenta lo anterior, se advierte que el actor tramitó en
la jurisdicción ordinaria, específicamente ante el Juez Cuarto de lo Laboral de
San Salvador, un proceso laboral para discutir la vulneración constitucional
generada con la situación que se impugna. Sin embargo, la Cámara Segunda
de lo Laboral de San Salvador, mediante la resolución mencionada en el párrafo
que antecede, confirmó la decisión de la autoridad demandada en el presente
caso.
En ese sentido, se observa que el actor únicamente demandó al Director
de la PNC, es decir, a las autoridad que decidió no renovar su contrato laboral
y en consecuencia destituirlo de su cargo como colaborador jurídico de la PNC,
omitiendo demandar a la Cámara Segunda de lo Laboral de San Salvador, la
cual también ejerció su potestad decisoria sobre el acto impugnado, por lo que
concurrió con su voluntad en la materialización de la situación en controversia.
B. Así, dado que la parte actora, al momento de plantear su demanda, debía
dirigirla contra todos los órganos que ejercieron efectivamente potestades
decisorias sobre el acto u omisión impugnados en esta sede constitucional,
el actor debió demandar también a la Cámara Segunda de lo Laboral de
San Salvador, pues esta conoció y confirmó la actuación de la autoridad
demandada. Y es que, de lo contrario, en el supuesto de que este Tribunal
pronunciara una sentencia estimatoria, el efecto material de esta no podría
invalidar la resolución pronunciada por dicha autoridad judicial; por lo tanto,

431
Amparos / Sobreseimientos

aquella continuaría desplegando sus efectos, lo cual generaría situaciones


contradictorias e inseguridad jurídica para la esfera jurídica de la actora y la
autoridad demandada.
Consecuentemente, se observa la existencia de un defecto en la pretensión
constitucional de amparo que impide el conocimiento y decisión sobre el fondo
del reclamo formulado, pues no se ha demandado a todas las autoridades que
ejercieron potestades decisorias sobre el acto controvertido, por lo que es
procedente la terminación anormal del presente amparo a través de la figura
del sobreseimiento.
Por tanto, con base en las razones expuestas y lo prescrito en el art. 31 n°
3, esta Sala RESUELVE:
1. Sobreséese el presente proceso de amparo formulado por el señor M. Á.
V. M. contra el Director General de la Policía Nacional Civil, por la supuesta
vulneración de sus derechos de audiencia, de defensa y a la estabilidad
laboral.
2. Notifíquese
---A. PINEDA---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME---E. S. BLANCO R.---PRONUNCIADO
POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E. SOCORRO C.---
SRIA.---RUBRICADAS.

295-2014

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las once horas con siete minutos del día veintiséis de febrero de
dos mil dieciséis.
Agréganse a sus antecedentes los escritos firmados, respectivamente, por
la Fiscal de la Corte, el señor Henry Edenilson R. M. y el Juez de lo Civil Interino
de Quezaltepeque, en virtud de los cuales evacuan los traslados que les fueron
conferidos y, además, este último cumple con el requerimiento realizado por
este Tribunal en la resolución de fecha 8-IX-2015.
El presente proceso de amparo ha sido promovido por el señor Henry
Edenilson R. M., contra actuaciones de la Jueza de lo Civil de Quezaltepeque,
las cuales considera lesivas de sus derechos de audiencia, defensa y a la vivienda
del no propietario.
Previo a conocer el fondo de la pretensión planteada, es menester realizar
las siguientes consideraciones:

432
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

I. 1. El demandante manifestó que el 1-IX-2008 celebró un contrato de


arrendamiento con el señor Víctor Yanuario S. T. sobre un bien inmueble que
es propiedad de este último, el cual se encuentra ubicado en Boulevard […], n°
[…], Urbanización […], Quezaltepeque, La Libertad, cuya vigencia fue acordada
para un plazo de un año, prorrogable por períodos iguales.
Al respecto, señaló que en el Juzgado de lo Civil de Quezaltepeque se
siguió el proceso ejecutivo mercantil ref. 199-EM-09, en el cual se pronunció
sentencia desfavorable, se adjudicó en pago el aludido inmueble y se ordenó el
desalojo de las personas que lo ocupaban, sin que previamente se le permitiera
intervenir en el mencionado proceso, a pesar de tener un derecho adquirido en
virtud del contrato de arrendamiento que se encontraba vigente.
En relación con ello, sostuvo que el 11-III-2014 presentó un escrito para
hacerle saber a la Jueza de lo Civil de Quezaltepeque la existencia del contrato
de arrendamiento que lo amparaba, sin embargo, por resolución de fecha
12-III-2014 la referida autoridad declaró sin lugar su petición y ordenó la
entrega material del inmueble. En virtud de lo antes expresado, aseveró que se
vulneraron sus derechos.
2. Por su parte, la autoridad demandada señaló que el juicio ejecutivo
mercantil ref. 199-EM-09 fue iniciado por la Caja de Crédito de San Martín,
Sociedad Cooperativa de R.L y C.V., contra los señores Víctor Yanuario S. T.,
Edith Guadalupe P. de U. y Sonia Marina S. de A., conocida por Sonia Marina
S. de M., esta última en calidad de garante hipotecaria. Ordenó notificar el
decreto de embargo a los demandados en Boulevard […], Urbanización […], n°
[…], Quezaltepeque, La Libertad. Diligencia que fue realizada el 5-IX-2009 por
medio del señor Henry R. M., quien manifestó ser empleado de los señores S.
T. y P. de U.
Posteriormente, pronunció sentencia estimatoria, la cual fue notificada
a los demandados en una dirección proporcionada por el señor S. T. cuando
compareció al proceso.
Asimismo, expresó que no tuvo conocimiento de que el señor Henry
Edenilson R. M. fuera arrendatario del inmueble embargado y que, al finalizar
la etapa de conocimiento y ejecución de la sentencia definitiva, adjudicó
a la parte demandante el bien embargado y ordenó la entrega material del
mismo. El referido señor R. M. presentó escrito el 11-III-2014 alegando ser el
arrendatario del inmueble adjudicado y que no se le había permitido ejercer
sus derechos. Al respecto, señaló que el señor R. M. recibió la notificación del
decreto de embargo que estaba dirigida a los demandados del juicio, momento
en el cual se identificó como empleado de éstos, no como arrendante del

433
Amparos / Sobreseimientos

inmueble. Además, sostuvo que el peticionario recibió a los peritos encargados


de realizar el valúo del inmueble en cuestión, por lo que afirma que aquel
conocía la existencia del proceso ejecutivo mercantil.
II. Establecido lo anterior, corresponde examinar la posible existencia de
un vicio que impediría a este Tribunal pronunciarse sobre la vulneración de
derechos invocada por el pretensor, específicamente la falta de agravio de
trascendencia constitucional.
1. En la Resolución de 4-I-2012, Amp. 609-2009, se precisó que para la
procedencia de la pretensión de amparo es necesario –entre otros requisitos–
que el actor se autoatribuya afectaciones concretas o difusas a sus derechos,
presuntamente derivadas de los efectos de una acción u omisión –elemento
material–. Además, el agravio debe producirse con relación a disposiciones
de rango constitucional –elemento jurídico–. Ahora bien, hay casos en que la
pretensión del actor no incluye los anteriores elementos. Dicha ausencia puede
ocurrir cuando no existe el acto u omisión o cuando, no obstante existir una
actuación concreta, por la misma naturaleza de sus efectos el sujeto activo de
la pretensión no sufre ningún perjuicio de trascendencia constitucional en sus
derechos.
Desde esa perspectiva, la falta de agravio de trascendencia constitucional es
un vicio de la pretensión que genera la imposibilidad de juzgar el caso concreto.
Si dicho vicio se advierte al momento de la presentación de la demanda, se
debe declarar improcedente la pretensión; en cambio, si se advierte durante el
trámite, es una causa de sobreseimiento conforme a los arts. 12 y 31 ord. 3° de
la Ley de Procedimientos Constitucionales.
2. Procede concretar las anteriores nociones al caso en estudio.
A. La admisión del presente amparo se circunscribió al control de
constitucionalidad de la resolución emitida por la autoridad demandada
el 22-I-2014, en el proceso ejecutivo mercantil 199-EM-09, promovido por la
Caja de Crédito de San Martín, Sociedad Cooperativa de R.L y C.V., contra el
señor Víctor Yanuario S. T. y otros. Tal actuación habría vulnerado los derechos
fundamentales de audiencia, defensa y a la vivienda del no propietario del
demandante, en virtud de que se le pretendía lanzar del inmueble que habita,
sin haberle dado la oportunidad de intervenir en el proceso.
B. Al respecto, se observa que el demandante dirigió su reclamo contra
la Jueza de lo Civil de Quezaltepeque por haber emitido la resolución de
fecha 22-I-2014, mediante la cual ordenó el desalojo del inmueble del cual
es arrendatario. En relación con dicha actuación, se advierte que, si bien
el peticionario manifestó su inconformidad con la misma, la supuesta

434
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

vulneración constitucional no derivaría del contenido de dicho proveído,


pues, con posterioridad a ese pronunciamiento, compareció ante la autoridad
demandada y alegó su derecho, según el escrito presentado el 11-III-2014.
En efecto, el reclamo del actor se fundamenta en el hecho de que la referida
autoridad judicial, a pesar de haber sido informada de la existencia del contrato
de arrendamiento suscrito, declaró sin lugar su petición referida a que se dejara
sin efecto la orden de desalojo y ordenó la entrega material del inmueble
adjudicado. En ese sentido, la supuesta transgresión constitucional derivaría
en todo caso de la decisión emitida por la Jueza de lo Civil de Quezaltepeque
el 12-III-2014 en la cual declaró sin lugar el escrito que interpuso ante dicha
autoridad.
A partir de lo expuesto, se concluye que la resolución pronunciada por la
Jueza de lo Civil de Quezaltepeque el 22-I-2014 no genera per se una vulneración
a los derechos de audiencia, defensa y a la vivienda del no propietario del
demandante. Como consecuencia de ello, se configura un supuesto de ausencia
de agravio que impide la terminación normal del presente proceso, debiendo
finalizarse por medio del sobreseimiento.
POR TANTO, con base en las razones expuestas y en el art. 31 n° 3 de Ley
de Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Sobreséese en el presente proceso de amparo promovido por el señor Hen-
ry Edenilson R. M., contra actuaciones de la Jueza de lo Civil de Quezaltepe-
que, departamento de La Libertad.
2. Notifíquese.
E. S. BLANCO R.---R. E. GONZALEZ---FCO. E. ORTIZ R.---C. ESCOLAN---M. R.
Z.---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---E.
SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.

102-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las quince horas con once minutos del día veintinueve de
febrero de dos mil dieciséis.
Se tienen por recibidos los escritos firmados por el abogado Carlos Alberto
Peñate Guzmán, quien actúa en carácter de apoderado de la sociedad TACA
INTERNATIONAL AIRLINES, SOCIEDAD ANÓNIMA, en lo sucesivo TACA, en
virtud de los cuales pide, en el primero, que se autorice su intervención en
la mencionada calidad en sustitución de la abogada Dafne Yanira Sánchez

435
Amparos / Sobreseimientos

de Muñoz, en el segundo, que se cumpla la medida cautelar y, en el tercero,


sobreseimiento por desistimiento, junto con la documentación que anexa.
Se tienen por recibidos los escritos firmados por el abogado Sergio Manuel
Peñate Fajardo, quien manifiesta actuar en carácter de apoderado del Consejo
Directivo de Aviación Civil, en virtud de los cuales pide, en el primero, que se
autorice su intervención en la mencionada calidad y rinde el informe que le fue
solicitado a la autoridad demandada y, en el segundo, solicita que se aclare el
alcance de la medida cautelar decretada en el auto de fecha 21-IX-2015, junto
con la documentación que anexa.
Previo a continuar con el trámite correspondiente, se hacen las siguientes
consideraciones:
I. 1. De manera inicial, por escrito relacionado al inicio de este proveído,
se advierte que el abogado Peñate Guzmán, quien actúa en carácter de
apoderado de la sociedad TACA, parte actora en el presente proceso, requiere
que se tenga por desistida la pretensión planteada en el presente proceso
constitucional.
El desistimiento constituye una causal de sobreseimiento de los procesos de
amparo que no requiere, como requisito previo, la aceptación de la autoridad o
funcionario demandado, y ello de conformidad con lo establecido en el artículo
31 número 1 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, constituyendo, por
tanto, una forma anormal de terminación del proceso.
En el caso en estudio se aprecia que el apoderado de la sociedad actora
solicita que se tenga por desistida la demanda de amparo. De forma que resulta
procedente acceder a la petición formulada por este, en virtud de que tiene
la facultad conforme a la copia fidedigna del testimonio de escritura pública
de poder general –el cual le fue delegado a su favor por la abogada Dafne
Yanira Sánchez de Muñoz– para realizar dicho acto procesal, por lo que deberá
sobreseerse este proceso.
2. Asimismo, en atención a los efectos del sobreseimiento ordenado por
esta Sala, resulta pertinente dejar sin efecto la medida cautelar adoptada en
este amparo mediante el auto de fecha 21-IX-2015.
II. 1. Finalmente, el abogado Sergio Manuel Peñate Fajardo actúa en
carácter de apoderado del Consejo Directivo de Aviación Civil; sin embargo,
se advierte que el poder otorgado por el Presidente del Consejo Directivo de
dicha institución a su favor es para que represente a la Autoridad de Aviación
Civil y no a la autoridad demandada en el presente proceso de amparo.
En ese sentido, no se le puede dar intervención en el presente proceso de
amparo, ya que es necesario que acredite su calidad de apoderado del Consejo

436
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Directivo de la Autoridad de Aviación Civil, de conformidad con lo dispuesto en


el artículo 69 inciso 1° del Código Procesal Civil y Mercantil.
2. Por otra parte, el abogado Peñate Fajardo solicita que se aclare el
alcance de la medida cautelar decretada en el auto de fecha 21-IX-2015; sin
embargo, debido al cese de esta como consecuencia del sobreseimiento, se
deberá declarar sin lugar la referida petición.
Por tanto, con base en las razones expuestas y disposiciones legales citadas,
esta Sala RESUELVE:
1. Tiénese al abogado Carlos Alberto Peñate Guzmán como apoderado de
la sociedad TACA INTERNATIONAL AIRLINES, SOCIEDAD ANÓNIMA, por
haber acreditado en debida forma su personería.
2. Sin lugar la solicitud planteada por el abogado Sergio Manuel Peñate Fa-
jardo de intervenir en el presente proceso de amparo, en virtud de que el
poder otorgado por el Presidente del Consejo Directivo de Aviación Civil a
su favor es para que represente a la Autoridad de Aviación Civil y no a la
autoridad demandada; es decir, al Consejo Directivo de dicha institución.
3. Sobreséese el presente proceso de amparo incoado inicialmente por la
abogada Dafne Yanira Sánchez de Muñoz, en su calidad de apoderada de
TACA, y retomado posteriormente por el abogado Peñate Guzmán, contra
el Consejo Directivo de Aviación Civil, por haber desistido dicha parte pro-
cesal de su pretensión, de conformidad al artículo 31 número 1 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales.
4. Cese la medida cautelar decretada mediante resolución de fecha 21-IX-
2015, en virtud de los efectos del mencionado sobreseimiento.
5. Sin lugar la solicitud de que se aclare el alcance de la medida cautelar de-
cretada en el auto de fecha 21-IX-2015 planteada por el abogado Peñate
Fajardo, en virtud del cese de esta como consecuencia del sobreseimiento.
6. Tome nota la Secretaría de esta Sala del medio técnico señalado por el
apoderado de la parte actora para recibir los actos procesales de comu-
nicación, no así el lugar indicado por encontrarse fuera de la circunscrip-
ción territorial del municipio de San Salvador, así como del medio técnico
indicado por el abogado Peñate Fajardo –no así el lugar mencionado por
encontrarse fuera de la circunscripción territorial del municipio de San Sal-
vador– para tales efectos.
7. Notifíquese.
A. PINEDA.---F. MELENDEZ.---E. S. BLANCO. R.---R. E. GONZALEZ.---C.
ESCOLÁN.---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO
SUSCRIBEN---E. SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.

437
Amparos / Sobreseimientos

282-2013

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las diez horas con cuarenta minutos del día dieciséis de marzo
de dos mil dieciséis.
Agrégase a sus antecedentes el escrito firmado por el abogado Melvin
Armando Zepeda, en calidad de defensor público laboral y en representación
de la señora Marta Alicia M. de G., por medio del cual solicita se autorice su
intervención en este proceso y evacua la audiencia conferida a la parte actora
en el auto de fecha 2-X-2015.
Previo a emitir el pronunciamiento correspondiente, es menester realizar
las siguientes consideraciones:
I. 1. La señora M. de G. manifestó en su demanda que el 1-III-1998 ingresó a
laborar en la Cruz Roja Salvadoreña (CRS), dentro de la cual desempeñó varios
cargos, siendo el último de estos el de Jefa Administrativa del Banco de Sangre
y Jefa de Recursos Humanos. Al respecto, señaló que el 18-I-2013 se le notificó el
punto 3.1 del acta CE/02-2013 de fecha 15-I-2013, en virtud del cual el Consejo
Ejecutivo de la CRS acordó despedirla sin responsabilidad para la institución por
la pérdida de confianza en el desempeño de sus labores.
En relación con ello, alegó que laboraba bajo el régimen de Ley de Salarios,
por lo que debió tramitarse un procedimiento en el que se justificaran y
comprobaran las causas de su despido y en el que se le brindara la oportunidad
de defenderse. Y es que, a su juicio, la autoridad demandada no tenía ninguna
justificación legal para despedirla y, por ende, no podía separarla de su cargo
de manera antojadiza, ya que cumplió siempre con sus obligaciones laborales.
2. Por resolución de fecha 30-X-2013 se admitió la demanda en los
términos planteados por la peticionaria, circunscribiéndose al control de
constitucionalidad del punto 3.1 del acta CE/02-2013 de fecha 15-I-2013, en
virtud del cual el Consejo Ejecutivo de la CRS acordó despedir a la actora sin
responsabilidad para la institución por la pérdida de confianza en el desempeño
de las labores que desempeñaba como Jefa Administrativa del Banco de Sangre
y Jefa de Recursos Humanos, lo cual presuntamente vulneró los derechos de
audiencia, de defensa y a la estabilidad laboral de la pretensora.
3. Por su parte, el Consejo Ejecutivo de la CRS presentó la siguiente
documentación: (i) escrito dirigido a la Procuraduría Auxiliar de San Salvador y
firmado por la señora M. de G., por medio del cual esta última requirió que se
desista del presente proceso por haber llegado a un acuerdo económico con la
autoridad demandada; y (ii) certificación de las planillas de pago de salarios de

438
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

recursos de Ley de Salarios y Fondos Propios y cheques extendidos a nombre


de la señora M. de G. de los meses comprendidos entre enero y noviembre de
2013, extendida por el Director Financiero de la CRS, en la que aparecen los
comprobantes de las remuneraciones que fueron ordenadas que se pagaran a
la demandante.
Con dichos documentos la aludida autoridad pretende comprobar que
cumplió con los términos del convenio suscrito con la demandante, formalizado
en documento privado autenticado de fecha 15-XI-2013 ante los oficios del
notario Oscar Ernesto Palacios Díaz, en el cual la señora M. de G. acordó que
presentaría su renuncia y verificaría las gestiones necesarias ante la procuradora
que la representa para desistir de este amparo cuando la autoridad demandada
le pagara los salarios no devengados en virtud de su despido.
4. Por auto de fecha 2-X-2015 se concedió audiencia a la actora a efecto
de que se pronunciara sobre el contenido del citado convenio. Al respecto,
el defensor público laboral de la señora M. de G. manifestó que los salarios
cancelados a su representada corresponden a los adeudados desde la fecha del
despido hasta el ordenamiento de la medida cautelar. Asimismo, alegó que la
demandante fue obligada y coaccionada, por parte del apoderado de la CRS,
a firmar el documento en el que interpuso su renuncia a partir del 30-XI-2013
y que, en todo caso, esta no llena los requisitos prescritos en el art. 402 del
Código de Trabajo (CT).
II. Delimitadas las argumentaciones de las partes, corresponde exteriorizar
los fundamentos jurídicos en que se sustentará la presente decisión.
El art. 31 n° 5 de la Ley de Procedimientos Constitucionales (L.Pr.Cn.)
establece la conclusión por sobreseimiento del proceso de amparo por “haber
cesado los efectos del acto reclamado”. Así, en aquellos casos en los cuales los
efectos de la actuación que producían el agravio cesan y desaparece el agravio
que afectaba al sujeto activo de la pretensión procede la terminación anormal
del proceso, por lo cual este Tribunal se ve imposibilitado de continuar con su
tramitación, debiendo rechazar la demanda presentada mediante la figura del
sobreseimiento.
Y es que, tomando en consideración que la base para darle trámite al
proceso de amparo es la configuración de una pretensión constitucional que
ataca actuaciones u omisiones administrativas o jurisdiccionales, cuando esta
base se destruye por desaparecer las actuaciones, omisiones impugnadas, o sus
efectos, el proceso de amparo ya no tiene razón de ser y no existe la posibilidad
de terminarlo normalmente por medio de una sentencia.

439
Amparos / Sobreseimientos

III. 1. A. a. En el presente caso se ha acreditado que las partes suscribieron


un convenio, formalizado en documento privado autenticado por notario con
fecha 15-XI-2013, en el cual la peticionaria declaró que presentaría su renuncia
y desistiría de este amparo cuando la autoridad demandada le pagara los
salarios no devengados en virtud de su despido. Asimismo, se ha comprobado
que por medio del escrito de fecha 15-XI-2013 la actora interpuso su renuncia
como empleada de la CRS a partir del 30-XI-2013, en cumplimiento al referido
convenio.
b. En relación con lo anterior, la demandante manifestó que fue obligada
y coaccionada por el apoderado de la CRS para firmar el documento en virtud
del cual interpuso su renuncia. Además, alegó que dicha renuncia no llenaba
los requisitos establecidos en el art. 402 del CT, los cuales consisten el que debe
realizarse a través de alguna de las siguientes modalidades: (i) en documento
privado autenticado; (ii) en las hojas autorizadas por la Inspección General de
Trabajo; o (iii) ante los Jueces de Primera Instancia con competencia en materia
laboral.
2. A. Al respecto, se advierte que por medio del referido convenio la señora
M. de G. declaró su voluntad de renunciar al cargo que desempeñaba en
la CRS y condicionó su decisión únicamente al hecho de que se le cancelara
cierta cantidad de dinero en concepto de salarios adeudados, situación que la
autoridad demandada materializó.
En ese sentido, dado que el compromiso de renuncia realizado por la
demandante ante las autoridades de la CRS se formalizó en un documento
privado autenticado, cumpliendo con los requisitos que establece el art. 402
del CT para que dicho acto tenga valor probatorio, se colige que la declaración
efectuada por la pretensora constituye una muestra inequívoca de su voluntad
de renunciar a su puesto de trabajo y de esa manera debe tenerse por
acreditado en este proceso.
B. Por otra parte, en cuanto al argumento formulado por la demandante en
el sentido de que fue obligada y coaccionada para firmar la aludida renuncia,
se advierte que el hecho de que la actora haya recibido la cantidad de dinero
pactada en el convenio en cuestión evidencia que consintió voluntariamente
los efectos del acuerdo al que llegó con la autoridad demandada, el cual le
reportó un beneficio económico. Además, no puede obviarse el hecho de que
el referido convenio fue adoptado por las partes después de que este Tribunal
admitió la demanda incoada por la actora y ordenó, como medida cautelar,
que se le restituyera en su puesto de trabajo.

440
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Aunado a ello, esta Sala ha afirmado en su jurisprudencia –v. gr. la


Resolución de fecha 4-X-1991, pronunciada en el proceso de Amp. 66-C-91– que
“la petición hecha por un funcionario a un empleado público en el sentido que
presente su renuncia, no constituye por sí misma privación u obstaculización
del derecho al trabajo; (...) precisamente porque ninguna autoridad tiene
facultad legal o competencia para hacer tal petición”.
3. En consecuencia, al haberse comprobado que la pretensora renunció al
puesto de trabajo que ocupaba en la CRS y que se le canceló cierta cantidad de
dinero en concepto de salarios desde el momento de su despido hasta la fecha de
la aludida renuncia, se advierte que el acto cuyo control de constitucionalidad –
esto es, la orden de despido emitida por el Consejo Directivo de esa institución–
ha dejado de producir efectos, por lo que resulta inviable pronunciarse sobre la
vulneración constitucional argüida en la demanda planteada y es procedente
pronunciar el sobreseimiento de este proceso de amparo, de conformidad con
lo prescrito en el art. 31 n° 5 de la L. Pr. Cn.
POR TANTO, con base en las razones expuestas y las disposiciones legales
citadas, esta Sala RESUELVE: (a) Tiénese al abogado Melvin Armando Zepeda
como defensor público laboral y representante de la señora Marta Alicia
M. de G., en virtud de haber acreditado en debida forma su personería; (b)
Sobreséese en el presente proceso de amparo promovido por la señora Marta
Alicia M. de G., por medio de los defensores públicos laborales Marina Fidelicia
Granados de Solano y Melvin Armando Zepeda, contra el Consejo Ejecutivo de
la Cruz Roja Salvadoreña; (c) Cesen los efectos de la medida cautelar adoptada
y confirmada en los autos de fechas 30-X-2013 y 20-II-2014, respectivamente; y
(d) Notifíquese.
A. PINEDA.---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME.---E. S. BLANCO R.---R. E.
GONZALEZ.---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO
SUSCRIBEN.---E. SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.

441
Sentencias definitivas
42-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las diez horas con cincuenta y uno minutos del día veinticinco
de enero de dos mil dieciséis.
El presente proceso de amparo ha sido promovido por la Asociación Pro-
motora de Centros Educativos, por medio de su apoderado, el abogado René
Eduardo Hernández Valiente, en contra de la Asamblea Legislativa, por la vul-
neración a su derecho a la propiedad, por la inobservancia del principio de
capacidad económica.
Han intervenido en el proceso la parte actora, la autoridad demandada y la
Fiscal de la Corte Suprema de Justicia.
Analizado el proceso y considerando:
I. 1. La asociación peticionaria manifestó en su demanda que dirige su re-
clamo en contra de la Asamblea Legislativa, por haber emitido los arts. 11 y 12
letra y) de la Ley de Impuestos a la Actividad Económica del Municipio de Santa
Tecla, departamento de La Libertad (LIAEMST), mediante el Decreto Legislati-
vo n° 691, de fecha 29-IV-2011, publicado en el Diario Oficial n° 108, Tomo n°
391, del 10-VI-2011. Las disposiciones impugnadas prescriben:

“De la Base Imponible


Art. 11.- Para efectos de esta ley se tendrá como base imponible el activo
imponible, entendiendo por activo imponible aquellos valores en activos que
posee una persona natural o jurídica para el desarrollo de su actividad econó-
mica específica.
El activo imponible se determinará deduciendo del activo total, todos aque-
llos activos gravados en otros municipios.
Las empresas que se dediquen a dos o más actividades determinadas en
esta Ley, pagarán el impuesto correspondiente por cada una de dichas activi-
dades.

De la Forma de Establecer la Cuantía del Impuesto


Art. 12. Las tarifas mensuales del impuesto se establecerán mediante una
cuota fija y una variable que se aplicarán de acuerdo a la base imponible, de la
siguiente manera:
Amparos / Sentencias Definitivas

Actividades económicas de cualquier naturaleza con activos imponibles has-


ta ¢8,750.00 ($1,000.00) pagarán una cuota fija mensual de ¢15.00 ($1.71) [...]
y) Actividades económicas dedicadas al sector Comercio, Servicio y Agrope-
cuario pagarán conforme a la siguiente tabla:

ACTIVO IMPONIBLE TARIFA MENSUAL

De ¢ 0.00 a ¢ 4,375.00
¢30.00 ($3.43)
(De $ 0.00 a $ 500.00)

¢39.9875 ($4.57) más ¢1.7500


De ¢4,375.01 a ¢10,000.00
($0.2000) por millar o fracción o su
(De $ 500.01 a $ 1,142.86)
equivalente en dólares sobre lo que
exceda de ¢ 4,375.00 ($500.00)
¢50.00 ($5.71) más ¢1.1996 ($0.1371)
De ¢10,000.01 a ¢ 25,000.00 por millar o fracción o su equivalente
(De $ 1,142.87 a$ 2,857.14) en dólares sobre lo que exceda de
¢10,000.00 ($1,142.86)
¢70.00 ($8.00) más ¢1.1497 ($0.1314)
De ¢25,000.01 a ¢ 50,000.00 por millar o fracción o su equivalente
(De $2,857.15 a $ 5,714.28) en dólares sobre lo que exceda de
¢25,000.00 ($2,857.14)
¢125.0375 ($14.29) más ¢1.0998
De ¢50,000.01 a ¢100,000.00 ($0.1257) por millar o fracción o su
(De$ 5,714.29 a $ 11,428.57) equivalente en dólares sobre lo que
exceda de ¢50,000.00 ($5,714.29)
¢200.025 ($22.86) más ¢0.4996
De ¢100,000.01 a ¢ 500,000.00 ($0.0571) por millar o fracción o
(De $11,428.58 a $ 57,142.86) su equivalente en dólares sobre el
excedente de ¢100,000.00 ($11,428.57)
¢450.0125 ($51.43) más ¢0.4497
De ¢500,000.01 a
($0.0514) por millar o fracción o
¢2,500.000.00 (De $57,142.87 a
su equivalente en dólares sobre el
$ 285,714.28 )
excedente de ¢500,000.00 ($57,142.86)

444
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

¢1,575.00 ($180.00) más ¢0.2625


De ¢2,500.000.01 a ($0.0300) por millar o fracción o
¢5,000.000.00  (De $285,714.29 su equivalente en dólares sobre
a $ 571,428.57) el excedente de ¢2,500,000.00
($285,714.29)
¢2,887.50 ($330.00) más ¢0.2502
($0.0286) por millar o fracción o
De ¢5,000.000.01 en adelante
su equivalente en dólares sobre
(De $571,428.58) en adelante
el excedente de ¢5,000,000.00
($571,428.57)

Todas las cantidades expresadas en este artículo han sido establecidas en


colones y dólares de los Estados Unidos de América”.

En relación con ello, alegó que las disposiciones impugnadas vulneran su


derecho a la propiedad, por inobservancia del principio de capacidad económi-
ca, ya que establecen un tributo cuya base imponible es el “activo imponible”
de las empresas, el cual no es un elemento revelador de la efectiva riqueza del
sujeto pasivo del tributo en cuestión, es decir, no refleja la capacidad contribu-
tiva. También, manifestó que es propietaria de los establecimientos educativos
Centro Escolar Campo Verde, Colegio La Floresta y Colegio Lamatepec, todos
ubicados en el Municipio de Santa Tecla, por lo que, es destinataria del tributo
impugnado.
En ese orden, arguyó que el impuesto que se le exige cancelar resulta de
restar al activo total de la empresa únicamente los activos gravados en otros
municipios, sin considerar las obligaciones con acreedores –pasivo–, por lo que
no muestra los recursos reales con los que cuenta el sujeto pasivo de la obliga-
ción tributaria.
2. A. Mediante el auto de fecha 13-II-2015 se admitió la demanda planteada
circunscribiéndose al control de constitucionalidad de los arts. 11 y 12 letra y)
de la LIAEMST por la presunta vulneración del derecho a la propiedad, por la
inobservancia del principio de capacidad económica.
B. En la misma resolución se suspendieron los efectos de la normativa
impugnada y, además, se ordenó comunicarle al Municipio de Santa Tecla
la existencia de este proceso para posibilitar su intervención como tercero
beneficiado.

445
Amparos / Sentencias Definitivas

C. Asimismo, se pidió informe a la Asamblea Legislativa, según lo dispuesto


en el art. 21 de la Ley de Procedimientos Constitucionales (L.Pr.Cn). En dicho
informe manifestó que no eran ciertos los hechos atribuidos en la demanda, ya
que ese Órgano de Estado ha actuado de conformidad a los arts. 121 y 131 ord.
6° de la Cn. al decretar el tributo impugnado, pues la tabla de aplicación del
impuesto a las actividades comerciales fue elaborada de forma objetiva y no de
manera antojadiza, con base a los criterios técnicos que nacieron en el proceso
de formación de ley; por tanto, no existe transgresión al derecho a la propiedad
por inobservancia del principio de capacidad económica de la demandante. En
ese sentido, señaló que el objetivo de las disposiciones impugnadas es gravar
las actividades comerciales realizadas para cumplir con la obligación del Muni-
cipio de Santa Tecla de realizar obras y servicios en beneficio de sus habitantes.
D. Finalmente, de conformidad con el art. 23 de la L.Pr.Cn., se concedió au-
diencia a la Fiscal de la Corte, pero esta no hizo uso de la oportunidad procesal
conferida.
3. Mediante resolución de fecha 15-IV-2015 se confirmó la suspensión pro-
visional de los efectos de las disposiciones impugnadas y, con base en el art. 26
de la L.Pr.Cn., se ordenó a la autoridad demandada que rindiera informe justi-
ficativo, en el cual básicamente ratificó los argumentos que expuso al rendir el
anterior informe.
4. Posteriormente, en virtud del auto de fecha 19-VI-2015 se confirieron los
traslados que ordena el art. 27 de la L.Pr.Cn., respectivamente, a la Fiscal de la
Corte, quien opinó que la base imponible del tributo en cuestión ciertamente
no reflejaba los haberes del sujeto pasivo existentes en determinado período
fiscal, por lo que no atiende al principio de capacidad económica y atenta con-
tra el derecho a la propiedad de la pretensora; y a la parte actora, quien básica-
mente reiteró los argumentos formulados en su demanda.
5. Por resolución de fecha 2-X-2015 se habilitó la fase probatoria de este
amparo por el plazo de ocho días, de conformidad con el art. 29 de la L.Pr.Cn.,
lapso en el cual la parte actora aportó prueba documental.
6. A continuación, mediante el auto de fecha 10-XI-2015 se otorgaron los
traslados que ordena el art. 30 de la L.Pr.Cn., respectivamente, a la Fiscal de la
Corte, quien ratificó los conceptos vertidos anteriormente y opinó que proce-
día emitir sentencia estimatoria en el presente proceso de amparo; a la parte
actora, quien reiteró los argumentos formulados en su demanda; y a la autori-
dad demandada, quien ratificó lo expresado en sus intervenciones anteriores.
7. Concluido el trámite establecido en la Ley de Procedimientos Constitucio-
nales, el presente amparo quedó en estado de pronunciar sentencia.

446
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

II. El orden lógico con el que se estructurará esta resolución es el siguiente:


en primer lugar, se determinará el objeto de la presente controversia (III); en
segundo lugar, se expondrán ciertas consideraciones acerca del contenido del
derecho y principio alegados (IV); en tercer lugar, se analizará el caso sometido
a conocimiento de este Tribunal (V); y finalmente, se desarrollará lo referente
al efecto de esta decisión (VI).
III. 1. De acuerdo con la demanda presentada y su auto de admisión, el
presente proceso constitucional reviste la modalidad de un amparo contra ley
autoaplicativa, es decir, el instrumento procesal por medio del cual se atacan
aquellas disposiciones que vulneran derechos fundamentales, produciendo
efectos jurídicos desde el momento de la entrada en vigencia de la normativa.
En ese sentido, en oportunidades anteriores –v. gr., la Sentencia de fecha
3-XII-2010, pronunciada en el Amp. 584-2008– se ha afirmado que en este tipo
de procesos se efectúa, en cierta medida, un examen en abstracto de los pre-
ceptos normativos impugnados que directamente y sin la necesidad de un acto
posterior de aplicación transgreden derechos constitucionales –a semejanza de
lo que ocurre en el proceso de inconstitucionalidad–.
Por ello, resulta congruente trasladar y aplicar a esta modalidad de ampa-
ro, en lo pertinente, algunas de las reglas utilizadas en el proceso de inconsti-
tucionalidad a fin de depurar y delimitar con precisión y claridad los términos
en los que se efectuará la confrontación entre la disposición impugnada y la
Constitución.
No obstante, es imperativo acotar –tal como se efectuó en la Sentencia
de fecha 6-IV-2011, emitida en el Amp. 890-2008– que, si se opta por la vía del
amparo para cuestionar constitucionalmente una actuación normativa impu-
tada al legislador, dicho proceso no solo deberá cumplir con los requisitos de
procedencia establecidos para los procesos de inconstitucionalidad, sino que,
además, para su adecuada tramitación, el sujeto activo necesariamente deberá
atribuirse la existencia de un agravio personal, directo y de trascendencia consti-
tucional dentro de su esfera jurídica, es decir, lo argüido por aquel debe eviden-
ciar, necesariamente, la áfectación de alguno de sus derechos fundamentales.
2. De ahí que, en el caso que nos ocupa, el objeto de la controversia consis-
te en determinar si la Asamblea Legislativa conculcó el derecho a la propiedad
–por inobservancia del principio de capacidad económica– de la Asociación
Promotora de Centros Educativos, al emitir los arts. 11 y 12 letra y) de la LIAEM-
ST, en la medida en que contemplan un tributo cuya base imponible no refleja
capacidad económica, como es el activo imponible de las personas naturales o
jurídicas.

447
Amparos / Sentencias Definitivas

IV. 1. El derecho a la propiedad faculta a su titular a: (i) usar libremente los


bienes, que implica la potestad del propietario de servirse de la cosa y de apro-
vecharse de los servicios que pueda rendir; (ii) gozar libremente de los bienes,
que se manifiesta en la posibilidad del dueño de recoger todos los productos
que derivan de su explotación; y (iii) disponer libremente de los bienes, que se
traduce en actos de enajenación sobre la titularidad del bien.
Las modalidades del derecho a la propiedad, esto es, el libre uso, goce y
disposición de los bienes, se efectúan sin otras limitaciones más que las estable-
cidas en la Constitución o en la ley, siendo una de estas limitaciones la función
social, según lo establecido en el art. 102 inc. 1° de la Cn.
Finalmente, cabe aclarar que el derecho a la propiedad previsto en el art. 2
de la Cn. no se limita a la tutela del derecho real de dominio que regula la legis-
lación civil, sino que, además, abarca la protección de los derechos adquiridos o
de las situaciones jurídicas consolidadas por un sujeto determinado y sobre los
cuales este alega su legítima titularidad.
2. A. Por otro lado, tal derecho se encuentra estrechamente relacionado
con los tributos y, en razón de tal conexión, tanto los principios formales (reser-
va de ley y legalidad tributaria) como los principios materiales (capacidad eco-
nómica, igualdad, progresividad y no confiscación) del Derecho Constitucional
Tributario funcionan como garantías en sentido amplio de ese derecho. Por
ello, la inobservancia o el irrespeto a alguno de esos principios puede ocasionar
una intervención ilegítima en el citado derecho fundamental, por lo que su
vulneración puede ser controlada por la vía del proceso de amparo, tal como
dispone el art. 247 inc. 10 de la Cn.
B. Respecto al principio de capacidad económica (art. 131 ord. 6° de la Cn.),
en la Sentencia de fecha 5-X-2011, pronunciada en el Amp. 587-2009, se sostu-
vo que las personas deben contribuir al sostenimiento de los gastos del Estado
en proporción a su aptitud económico-social, limitando de esa manera a los
poderes públicos en el ejercicio de su actividad financiera. Así, dicho principio
condiciona y modula el deber de contribuir de las personas, constituyéndose
en un auténtico presupuesto y límite de la tributación. En todo caso, la capaci-
dad económica es una exigencia tanto del ordenamiento tributario globalmen-
te como de cada tributo.
La capacidad económica generalmente se mide por medio de cuatro indica-
dores: (i) el patrimonio; (ii) la renta; (iii) el consumo; o (iv) el tráfico de bienes.
Teniendo en cuenta lo anterior, en las Sentencias de fechas 22-IX-2010 y 2-II-
2011, emitidas en los Amps. 455-2007 y 1005-2008, respectivamente, se sostuvo
que el legislador solo puede elegir como hechos que generen la obligación de

448
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

tributar aquellos que, directa o indirectamente, revelen cierta capacidad eco-


nómica y, de manera congruente, la base o elemento para establecer la inten-
sidad del gravamen también debe reflejar dicha capacidad. En otras palabras,
es obligatorio al configurar el hecho generador y la base imponible, tener en
cuenta situaciones, aspectos o parámetros que revelen capacidad económica
para soportar la carga tributaria.
V. Desarrollados los puntos previos, se debe analizar si la actuación de la
autoridad demandada se sujetó a la normativa constitucional.
1. A. El amparo contra ley no es un mecanismo procesal cuya finalidad sea
la de impugnar la constitucionalidad de una disposición secundaria en abstrac-
to, sino la de proteger los derechos fundamentales cuando por la emisión de
una determinada disposición legal su titular estima que estos le han sido lesio-
nados. En virtud de ello, durante la tramitación de este tipo de proceso cons-
titucional, la parte actora deberá comprobar que efectivamente se encuentra
en el ámbito de aplicación de la disposición considerada inconstitucional y, ade-
más, que esta es lesiva de sus derechos.
Entonces, la demandante tiene la carga de la prueba, es decir, la obligación
de comprobar la existencia del hecho que fundamenta su pretensión, el cual
consiste, en el presente caso, en la aplicación de un impuesto en la circunscrip-
ción territorial del Municipio de Santa Tecla cuya base imponible -el “activo im-
ponible”- conculca el derecho a la propiedad por la inobservancia del principio
de capacidad económica.
B. La asociación demandante ofreció como prueba, entre otros, los siguien-
tes documentos: (i) copias de formularios de trámites empresariales correspon-
dientes a la declaración de activo anual del año 2013 de los 3 establecimientos
educativos que la demandante tiene en el Municipio de Santa Tecla, recibidos
por el Departamento de Registro Tributario de la Alcaldía de Santa Tecla; (ii) co-
pias de Balances Generales al 31-XII-2013 de los 3 establecimientos educativos
que la actora tiene en el Municipio de Santa Tecla; y (iii) copias de los estados
de cuenta de los 3 establecimientos que la pretensora tiene en el Municipio
de Santa Tecla, extendidos por el Departamento de Cuentas Corrientes de la
Alcaldía de Santa Tecla correspondientes al periodo comprendido del 1-VI-2011
al 30-IX-2014.
Con la documentación antes relacionada –que se adecúa a lo prescrito en
los arts. 330 y 343 del Código Procesal Civil y Mercantil–, se ha comprobado que
la actora es una persona jurídica que realiza actividades económicas y posee 3
centros privados de educación dentro de la circunscripción territorial del Mu-

449
Amparos / Sentencias Definitivas

nicipio de Santa Tecla, departamento de La Libertad; por lo que se encuentra


dentro del ámbito de aplicación de las disposiciones impugnadas.
2. En el presente caso, la asociación demandante impugna la constituciona-
lidad de los arts. 11 y 12 letra y) de la LIAEMST, los cuales establecen un impues-
to a las actividades económicas realizadas por las personas naturales o jurídi-
cas, cuyo pago mensual debe efectuarse con base en el “activo imponible” que
poseen dichas personas, el cual, a su criterio, no refleja capacidad económica.
Al respecto, en la Sentencia de fecha 6-X-2014, pronunciada en el Amp.
772-2012, se realizó control de constitucionalidad de las disposiciones ahora
impugnadas, precisamente por establecer un impuesto a cargo de las personas
naturales o jurídicas cuya base imponible era el “activo imponible” que poseen
dichas personas para el desarrollo de su actividad económica.
En consecuencia, el análisis de la pretensión planteada por la actora seguirá
este orden: en primer lugar, se retomarán los principales fundamentos expues-
tos en el citado precedente jurisprudencial (A); para, posteriormente, en virtud
de los principios stare decisis y de economía procesal, proceder a verificar si lo
resuelto en aquella oportunidad es aplicable a este caso concreto (B).
A. a. En el referido precedente se sostuvo que, en el caso de aquellos im-
puestos cuyo hecho generador lo constituye algún tipo de actividad económi-
ca –industrial, comercial, financiera o de servicios– realizada por comerciantes
individuales o sociales – sujetos pasivos–, el legislador generalmente prescribe
que la base imponible o la forma en la que se cuantifican monetariamente esos
tributos es el activo de la empresa, por lo que la capacidad económica con la
que cuentan dichos sujetos para contribuir se calcula por medio del análisis de
los balances generales de sus empresas, los cuales muestran la situación finan-
ciera de estas en una determinada fecha mediante el detalle de sus activos,
pasivos y capital contable.
b. En relación con ello, se afirmó que el activo se encuentra integrado por
todos los recursos de los que dispone una entidad para la realización de sus fines,
los cuales deben representar beneficios económicos futuros fundadamente espe-
rados y controlados por una entidad económica, provenientes de transacciones o
eventos realizados, identificables y cuantificables en unidades monetarias. Dichos
recursos provienen tanto de fuentes externas –pasivo– como de fuentes internas
–capital contable–.
El pasivo representa los recursos con los cuales cuenta una empresa para la
realización de sus fines y que han sido aportados por fuentes externas a la enti-
dad – acreedores–, derivados de transacciones realizadas que hacen nacer una
obligación de transferir efectivo, bienes o servicios. Por su parte, el capital con-

450
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

table –también denominado patrimonio o activo neto– está constituido por los
recursos de los cuales dispone una empresa para su adecuado funcionamiento
y que tienen su origen en fuentes internas de financiamiento representadas por
los aportes del mismo propietario – comerciante individual o social– y otras ope-
raciones económicas que afecten a dicho capital; de esa manera, los propietarios
poseen un derecho sobre los activos netos, el cual se ejerce mediante reembolso o
distribución. En otras palabras, el capital contable representa la diferencia aritmé-
tica entre el activo y el pasivo.
c. En consecuencia, se estableció que, para la realización de sus fines, una
empresa dispone de una serie de recursos –activo– que provienen de obligaciones
contraídas con terceros acreedores –pasivo– y de las aportaciones que realizan
los empresarios, entre otras operaciones económicas –capital contable–, siendo
únicamente esta última categoría la que efectivamente refleja la riqueza o capa-
cidad económica de un comerciante y que, desde la perspectiva constitucional, es
apta para ser tomada como la base imponible de un impuesto a la actividad eco-
nómica, puesto que, al ser el resultado de restarle al activo el total de sus pasivos,
refleja el conjunto de bienes y derechos que pertenecen propiamente a aquel.
B. a. En el presente caso, se advierte que los arts. 11 y 12 letra y) de la LIAEMST
son las disposiciones que fueron objeto de análisis en el Amp. 772-2012 citado, los
cuales regulan un impuesto que tiene como hecho generador la realización de
actividades económicas y cuya base imponible es el “activo imponible”, el cual se
determina en este caso concreto de acuerdo con lo previsto en el art. 11 de dicha
ley, es decir, “deduciendo” del activo total todos aquellos activos gravados en
otros municipios.
b. De lo expuesto, se colige que el “activo imponible” resulta de restar al ac-
tivo total de la empresa únicamente las “deducciones” (en realidad, exenciones)
mencionadas en dicha ley, sin considerar las obligaciones que aquella posee con
acreedores (pasivo), por lo que no refleja la riqueza efectiva del destinatario del
tributo en cuestión y, en ese sentido, tal como se estableció en el citado preceden-
te, no atiende al contenido del principio de capacidad económica.
Por consiguiente, del análisis de los argumentos planteados y las pruebas in-
corporadas al proceso, se concluye que existe vulneración del derecho fundamen-
tal a la propiedad de la Asociación Promotora de Centros Educativos, como con-
secuencia de la inobservancia del principio de capacidad económica en materia
tributaria; debiendo, consecuentemente, amparársele en su pretensión.
VI. Determinada la vulneración constitucional derivada de la actuación de
la Asamblea Legislativa, se debe establecer el efecto restitutorio de la presente
sentencia.

451
Amparos / Sentencias Definitivas

1. De acuerdo con el art. 35 de la L.Pr.Cn., cuando se reconoce la existencia


de un agravio a la parte actora en un proceso de amparo, la consecuencia natu-
ral y lógica de la sentencia es la de reparar el daño causado, ordenando que las
cosas vuelvan al estado en que se encontraban antes de la ejecución del acto
constatado inconstitucional.
2. A. En el presente caso, al haber consistido el acto lesivo en la emisión de
una ley autoaplicativa inconstitucional por parte de la Asamblea Legislativa, el
efecto restitutorio se traducirá en dejar sin efecto la aplicación de los arts. 11 y
12 letra y) de la LIAEMST, en relación con la Asociación Promotora de Centros
Educativos, por lo que el Municipio de Santa Tecla no deberá realizar cobros ni
ejercer acciones administrativas o judiciales tendentes a exigir el pago de canti-
dades de dinero en concepto del impuesto declarado inconstitucional en este
proceso o de los intereses o multas generados por su falta de pago.
B. Así, en virtud que el objeto de control del presente amparo recayó en
las disposiciones controvertidas y no en los actos aplicativos derivados de estas,
la presente decisión no implicará la obligación de devolver cantidad de dinero
alguna que haya sido cancelada en concepto de pago por el tributo ahora cons-
tatado inconstitucional.
Sin embargo, los procesos jurisdiccionales que no hayan concluido por me-
dio de una resolución firme al momento de la emisión de esta sentencia sí se ve-
rán afectados por esta. Por lo anterior, el Municipio de Santa Tecla no solo está
inhibido de promover nuevos procedimientos o procesos contra la Asociación
Promotora de Centros Educativos, para el cobro del tributo cuya inconstitu-
cionalidad se constató, sino también de continuar los procesos que no hayan
finalizado por medio de una sentencia firme y que persiguen el mismo fin.
3. A. Por otro lado, la dimensión objetiva del amparo trasciende los efectos
del caso particular, en el sentido de que la ratio decidendi que sirvió al Tribu-
nal para fundamentar su decisión permite establecer a partir de ese momento
la correcta interpretación que ha de darse a la disposición constitucional que
reconoce el derecho en cuestión, lo cual deberán tener en cuenta no solo los
tribunales, sino también las autoridades y funcionarios de los otros Órganos del
Estado cuando resuelvan supuestos análogos que se les presenten. Y es que las
autoridades públicas, por un lado, al ser investidas asumen el deber de cumplir
la Constitución, ateniéndose a su texto cualquiera que sean las leyes, decretos,
órdenes o resoluciones que la contraríen; y, por otro lado, deben respetar la
jurisprudencia emanada de este Tribunal, que en el sistema de protección de
derechos figura como el intérprete y garante supremo de la Constitución.

452
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

B. Teniendo en cuenta lo anterior, se concluye que el Municipio de Santa


Tecla, a través de su unidad correspondiente, también deberá abstenerse de
realizar cobros y/o de ejercer acciones administrativas o judiciales, para exigir el
pago de cantidades de dinero en concepto del tributo cuya inconstitucionalidad
se constató en este proceso o de los intereses o multas generados por su falta
de pago, a cualquier otro sujeto pasivo de la obligación tributaria municipal
establecida en las disposiciones controladas. Y es que, al establecerse que los
arts. 11 y 12 letra y) de la LIAEMST no atienden al contenido del principio de
capacidad económica, ello inhibe al Municipio de Santa Tecla de aplicarlo a
cualquier persona natural o jurídica que realice actividades económicas dentro
de su circunscripción territorial.
POR TANTO, con base en las razones expuestas y en los arts. 2 y 131 ord.
60 de la Cn., así como en los arts. 32, 33, 34 y 35 de la L.Pr.Cn., en nombre de
la República, esta Sala FALLA: (a) Declárase que ha lugar el amparo solicitado
por la Asociación Promotora de Centros Educativos contra la Asamblea Legisla-
tiva por la vulneración de su derecho a la propiedad, como consecuencia de la
inobservancia del principio de capacidad económica en materia tributaria; (b)
Dejase sin efecto la aplicación de los arts. 11 y 12 letra y) de la Ley de Impuestos
a la Actividad Económica del Municipio de Santa Tecla, departamento de La
Libertad, en relación con la Asociación Promotora de Centros Educativos, por
lo cual el Municipio de Santa Tecla deberá abstenerse, a través de su unidad
correspondiente, de realizar cobros y/o de ejercer acciones administrativas o
judiciales para exigir el pago de cantidades de dinero en concepto del tributo
cuya inconstitucionalidad se constató en este proceso o de los intereses o mul-
tas generados por su falta de pago; (c) Notifíquese.
J. B. JAIME---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZALEZ---SONIA DE SEGOVIA---PRO-
NUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---E. SOCO-
RRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.

405-2013

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA.


San Salvador, a las diez horas con treinta y un minutos del día tres de febrero
de dos mil dieciséis.
El presente proceso de amparo ha sido promovido por el señor Jorge Alber-
to A. o Jorge Alberto A. H., por medio de la defensora pública laboral, licencia-
da Marina Fidelicia Granados de Solano, en contra del Director General del Ins-

453
Amparos / Sentencias Definitivas

tituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS), por la vulneración de sus derechos
constitucionales de audiencia, defensa y a la estabilidad laboral, consagrados
en los arts. 2, 11 y 219 inc. 2° de la Cn.
Han intervenido en la tramitación de este amparo la parte actora, la auto-
ridad demandada y la Fiscal de la Corte Suprema de Justicia.
Analizado el proceso y considerando:
I.1. El peticionario sostuvo en su demanda que ingresó a laborar en el ISSS
el 18-X-2000 desempeñando varios cargos, siendo el último el de colaborador
jurídico-notario y ejecutor de embargos de la Unidad de Pensiones; sin embar-
go, por medio del Acuerdo D.G. 2012-08-0432, el Director General del ISSS dio
por finalizada su relación laboral con la citada institución a partir del 3-IX-2012
sin que se le tramitara el procedimiento que le permitiera ejercer la defensa de
sus intereses. Por ese motivo, afirmó que la aludida autoridad había vulnerado
sus derechos a la seguridad jurídica, propiedad, a la protección en la conver-
sación y defensa de los derechos, la presunción de inocencia, el principio de
legalidad, la “potestad sancionadora de la Administración” y el “sometimiento
a la Constitución”.
2. A. Por auto del 1-VII-2013 se previno al demandante que aclarara ciertas
deficiencias advertidas en su pretensión y, por medio de la resolución del 18-X-
2013, se suplió la deficiencia de la queja planteada, en el sentido de que, si bien
el actor aducía la vulneración de los referidos derechos y principios, de las argu-
mentaciones realizadas se entendía que la afectación alegada tenía asidero en
los derechos de audiencia, defensa y a la estabilidad laboral.
B. Posteriormente, en el mismo auto se admitió la demanda en los términos
previamente señalados, se declaró sin lugar la suspensión de los efectos del
acto reclamado, ya que el peticionario había permitido con su tardanza en
acudir a la jurisdicción constitucional que la aludida actuación alterara su esfera
jurídica, y se pidió al Director General del ISSS que rindiera el informe estable-
cido en el art. 21 de la Ley de Procedimientos Constitucionales (L.Pr.Cn.), en el
cual expresó que el acto impugnado sí existía, pero no era cierta la vulneración
de derechos que se le atribuía en la demanda.
C. Además, se le confirió audiencia a la Fiscal de la Corte de conformidad
con el art. 23 de la L.Pr.Cn., pero esta no hizo uso de ella.
3. A. Por medio de la resolución del 10-II-2014 se confirmó la denegatoria
de la suspensión de los efectos del acto reclamado y, además, se pidió a la au-
toridad demandada que rindiera el informe justificativo que regula el art. 26
de la L.Pr.Cn.

454
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

B. En atención a dicho requerimiento, el Director General del ISSS manifestó


que decidió dar por terminada la relación laboral que vinculaba al ISSS con el
demandante, sin responsabilidad patronal, en virtud de que incumplió sus obli-
gaciones laborales según las Cláusulas 7 y 11 del Contrato Colectivo de Trabajo
(CCTISSS) y los arts. 24, 31 y 50 n° 3°, 5° y 9° del Código de Trabajo y 147 n° 3°,
5°, 9° y 20° del Reglamento Interno de Trabajo del ISSS. Sin embargo, previo
a tomar esa decisión, tramitó el procedimiento administrativo correspondien-
te en el que el mencionado señor tuvo la oportunidad de defenderse de los
hechos que se le imputaban y, habiéndosele comprobado el cometimiento de
aquellas faltas, se concluyó que procedía su despido.
4. Posteriormente, en virtud del auto del 8-VII-2014 se confirieron los trasla-
dos que ordena el art. 27 de la L.Pr.Cn., respectivamente, a la Fiscal de la Corte,
quien sostuvo que le correspondía al demandante establecer la existencia de
un agravio personal y directo a sus derechos; y a la parte actora, quien expuso
que el Director General del ISSS no había desvirtuado los hechos argumentados
en la demanda.
5. Mediante la resolución del 16-X-2014 se abrió a pruebas el presente pro-
ceso por el plazo de ocho días, de conformidad con lo prescrito en el art. 29 de
la L.Pr.Cn., lapso en el cual la autoridad demandada presentó prueba documen-
tal y solicitó que se sobreseyera el presente proceso.
6. A continuación, en virtud del auto del 9-III-2015, se concedió audiencia a
la parte actora por el plazo de tres días contados a partir del siguiente al de la
notificación respectiva, para que se pronunciara sobre la solicitud de sobresei-
miento realizada por la autoridad demandada.
7. Por medio de la resolución del 11-V-2015, se sobreseyó el presente proce-
so, pues se consideró que la aceptación por parte del peticionario de cierta can-
tidad de dinero, en concepto de prestación por despido proveniente del Fondo
de Protección de los Trabajadores del ISSS, se traducía en una manifestación de
expresa conformidad con el acto impugnado.
8. En el auto del 14-IX-2015, se admitió el recurso de revocatoria promovido
por el peticionario contra la resolución del 11-V-2015 y se concedió audiencia a
la autoridad demandada por el plazo de tres días, con el fin de que se pronun-
ciara al respecto.
9. A. Así, mediante la resolución del 9-XI-2015 se revocó el proveído del
11-V- 2015, mediante el cual se sobreseyó el presente proceso de amparo, pues
se consideró que dicha decisión atribuía una consecuencia errónea al Fondo
de Protección de los Trabajadores del ISSS, el cual se trataba de un beneficio
económico conformado por diversas aportaciones cuyo otorgamiento no era

455
Amparos / Sentencias Definitivas

equiparable a la indemnización por despido; consecuentemente, no podía con-


siderarse la aceptación de esa cantidad de dinero como un reconocimiento de
las consecuencias producidas por una desvinculación laboral. De igual manera
se otorgaron los traslados que ordena el art. 30 de la L.Pr.Cn., respectivamen-
te, a la Fiscal de la Corte, quien manifestó que se garantizó al demandante
el ejercicio de sus derechos previo a la emisión del acto reclamado, pues se le
brindó la posibilidad de intervenir y desvirtuar los hechos que se le atribuían; a
la parte actora y a la autoridad demandada, quienes reiteraron los argumentos
expuestos en sus intervenciones previas.
B. Con esta última actuación, el proceso quedó en estado de pronunciar
sentencia.
II.   El orden lógico con el que se estructurará esta resolución es el siguien-
te: en primer lugar, se determinará el objeto de la presente controversia (III);
en segundo lugar, se hará una exposición sobre el contenido de los derechos
alegados (IV); y en tercer lugar, se analizará el caso sometido a conocimiento
de este Tribunal (V).
III. El objeto de la controversia puesta en conocimiento de este Tribunal
consiste en determinar si el Director General del ISSS vulneró los derechos de
audiencia, defensa y a la estabilidad laboral del señor Jorge Alberto A., al ha-
berlo removido del cargo de colaborador jurídico-notario y ejecutor de embar-
gos que desempeñaba en la referida entidad, sin tramitarle previamente un
proceso en el que pudiera ejercer la defensa de sus intereses.
IV. 1. El reconocimiento del derecho a la estabilidad laboral (art. 219 inc. 2°
de la Cn.) de los servidores públicos responde a dos necesidades: la primera,
garantizar la continuidad de las funciones y actividades que ellos realizan en las
instituciones públicas, debido a que sus servicios están orientados a satisfacer
un interés general; y, la segunda, conceder al servidor un grado de seguridad
que le permita realizar sus labores, sin temor a que su situación jurídica se mo-
difique fuera del marco constitucional y legal establecido.
El derecho a la estabilidad laboral, según las Sentencias del 11-III-2011, 24-
XI- 2010, 11-VI-2010 y 19-V-2010, Amps. 10-2009, 1113-2008, 307-2005 y 404-
2008 respectivamente, entre otras, faculta a conservar un trabajo cuando con-
curran las condiciones siguientes: (i) que subsista el puesto de trabajo; (ii) que
el empleado no pierda su capacidad física o mental para desempeñar el cargo;
(iii) que las labores se desarrollen con eficiencia; (iv) que no se cometa falta
grave que la ley considere causal de despido; (v) que subsista la institución para
la cual se presta el servicio; y (vi) que el puesto no sea de aquellos cuyo desem-
peño requiere de confianza personal o política.

456
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Por ende, no obstante que el citado derecho está reconocido en la Consti-


tución, también tiene sus limitaciones, ya que no asegura la permanencia de
aquellos empleados que han dado motivos para decidir su separación del car-
go, por ejemplo, cuando se les pierde la confianza, no efectúan un buen tra-
bajo o concurren otras razones como las expuestas en el párrafo anterior. Sin
embargo, previo a una destitución, debe tramitarse un procedimiento en el
que se aseguren oportunidades de audiencia y de defensa.
2. En la Sentencia del 11-II-2011, Amp. 415-2009, se expresó que el derecho
de audiencia (art. 11 inc. 1° de la Cn.) posibilita la protección de los derechos
subjetivos de los que es titular la persona, en el sentido de que las autoridades
están obligadas a seguir, de conformidad con lo previsto en la ley de la materia
o, en su ausencia, en aplicación directa de la disposición constitucional citada,
un proceso en el que se brinde a las partes la oportunidad de conocer las res-
pectivas posturas y de contradecirlas, previo a que se provea un acto que cause
un perjuicio a los derechos de alguna de ellas. Así, el derecho de defensa (art.
2 inc. 1° de la Cn.) está íntimamente vinculado con el derecho de audiencia,
puesto que es dentro del proceso donde los intervinientes tienen la posibilidad
de exponer sus razonamientos y de oponerse a su contraparte en forma plena
y amplia.
Para que lo anterior sea posible, es necesario hacer saber al sujeto pasivo de
dicho proceso la infracción que se le reprocha y facilitarle los medios necesarios
para que ejerza su defensa. De ahí que existe vulneración de estos derechos
fundamentales por: (i) la inexistencia de un proceso en el que se tenga la opor-
tunidad de conocer y de oponerse a lo que se reclama, o (ii) el incumplimiento
de las formalidades esenciales establecidas en las leyes que desarrollan estos
derechos.
V. A continuación, se analizará si la actuación de la autoridad demandada
se sujetó a la normativa constitucional.
1. A. La partes aportaron como prueba, entre otros, los siguientes docu-
mentos: (i) copia del Acuerdo n° 2005-022.MAY, tomado por el Consejo Direc-
tivo del ISSS en la sesión ordinaria celebrada el 27-V-2005, en el cual acordó
aprobar el nombramiento del señor Jorge Alberto A. H. en el cargo de cola-
borador jurídico–notario y ejecutor de embargos a partir del 23-V-2005, por
el régimen de Ley de Salarios; (ii) certificación de la resolución del 19-VI-2012,
firmada por el Jefe del Departamento de Beneficios Económicos y Servicios y
el Gerente General de la Unidad de Pensiones, ambos del ISSS, por medio de
la cual ordenaron citar y emplazar al señor Jorge Alberto A., a fin de que ejer-
ciera su derecho de defensa y aportara pruebas sobre el vínculo laboral que

457
Amparos / Sentencias Definitivas

existió entre él y sus empleadores Refrigeración e Industrias, S.A. de C.V., y el


Ministerio de Obras Públicas, Transporte, Vivienda y Desarrollo Urbano (MOP);
(iii) certificación de esquela de cita firmada por la Jefa de Asesoría Jurídica de
la Unidad de Pensiones del ISSS el 22-VI- 2012, mediante la cual comunicó al pe-
ticionario que el 27-VI-2012 se celebraría audiencia para iniciar el procedimien-
to para la resolución de quejas y conflictos, por atribuírsele el incumplimiento
de sus obligaciones laborales, por lo cual se le recomendó acompañarse de
un apoderado y se anexó cierta documentación relacionada con su caso; (iv)
certificación del acta del 27-VI-2012, en la cual se dejó constancia de la audien-
cia celebrada con el peticionario, representantes sindicales locales y la Jefa de
Asesoría Jurídica de la Unidad de Pensiones del ISSS, donde se informó al pri-
mero del inicio del procedimiento para la resolución de quejas y conflictos por
haber incumplido sus obligaciones laborales, en virtud de a) haber aceptado
como información verdadera de su historial laboral definitivo los períodos de
julio/1974 a diciembre/1975, con el empleador Refrigeración e Industrias, S.A.
de C.V., y de enero/1976 a diciembre/1985 con el MOP, con lo cual acreditó
cotizaciones que no le correspondían y se generó una pensión por un monto
al que no tenía derecho; y b) retener cierta cantidad de dinero en concepto de
reintegro de cotizaciones que pertenecían al aporte patronal del ISSS realizado
de mayo/2005 a abril/2006; (v) certificación de la esquela de cita firmada por
la Jefa del Departamento Jurídico de Personal del ISSS el 30-VII-2012, mediante
la cual solicitó al peticionario que se presentara a la audiencia a celebrarse el
10-VIII-2012, en la cual podía aportar pruebas; (vi) certificación del acta de la
audiencia celebrada el 10-VIII-2012, en la cual el peticionario compareció jun-
to a una abogada, esgrimió sus argumentos y aportó prueba testimonial; (vii)
certificación de las actas de las audiencias del 16-VIII-2012 y 17-VIII-2012, en las
cuales se dejó constancia de la recepción de la prueba testimonial ofertada por
la Gerencia de la Unidad de Pensiones del ISSS y el peticionario; (viii) certifica-
ción del informe firmado por la Jefa del Departamento Jurídico de Personal y
la colaboradora jurídica notarial del ISSS el 24-VIII- 2012, en la cual consta que,
de acuerdo con las Cláusulas 18 y 73 del CCTISSS, el señor Jorge Alberto A.
compareció a las audiencias efectuadas en la tramitación del procedimiento ad-
ministrativo sancionador y tuvo la oportunidad de defenderse de las acusacio-
nes efectuadas en su contra, así como de presentar las pruebas que consideró
pertinentes para controvertir dichas afirmaciones; sin embargo, se determinó
que había incumplido las obligaciones que establecen las Cláusulas 7 y 11 del
CCTISSS y arts. 24, 31 y 50 n° 3°, 5° y 9° del Código de Trabajo y 147 n° 3°, 5°, 9°
y 20° del Reglamento Interno de Trabajo del ISSS, por lo que recomendaron a

458
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

las autoridades competentes ejecutar las acciones legales respectivas; (ix) copia
del Acuerdo n° 2012-08-0432, firmado por el Director General del ISSS el 29-
VIII-2012, por medio del cual acordó dar por finalizada la relación laboral que
vinculaba al ISSS con el peticionario a partir del 3-IX-2012 y sin responsabilidad
institucional, en virtud de haber incumplido las obligaciones laborales previa-
mente relacionadas; y (x) nota firmada por el Gerente General de la Unidad
de Pensiones del ISSS el 31-VIII-2012, por medio de la cual comunicó al actor el
anterior acuerdo.
B. Teniendo en cuenta lo dispuesto en los arts. 331 y 341 inc. 1° del Código
Procesal Civil y Mercantil (C.Pr.C.M.), con el documento original y las menciona-
das certificaciones se han comprobado los hechos que en ellos se consignan. De
igual forma, en razón de lo prescrito en los arts. 330 inc. 2° y 343 del C.Pr.C.M.,
las copias presentadas constituyen prueba de los hechos consignados en los
documentos que reproducen, en vista de no haberse redargüido de falsas ni
los instrumentos originales.
C. a. Con base en los elementos de prueba presentados, valorados conjun-
tamente y conforme a la sana crítica, se tienen por establecidos los siguientes
hechos: (i) que el señor Jorge Alberto A. desempeñó el cargo de colaborador
jurídico-notario y ejecutor de embargos en la Unidad de Pensiones del ISSS has-
ta el 3-IX-2012; (ii) que fue removido de su cargo por el Director General del
ISSS mediante el Acuerdo n° 2012-08-0432, del 29-VIII-2012; y (iii) que previo
a su remoción se tramitó el procedimiento previsto en los arts. 18 y 73 del
CCTISSS, en el cual el demandante tuvo la oportunidad de presentar sus argu-
mentos y aportar pruebas.
2. Establecido lo anterior, corresponde verificar si la autoridad demandada
vulneró los derechos invocados por el peticionario.
A. Para tales efectos debe determinarse si el señor Jorge Alberto A., de
acuerdo con los elementos de prueba antes relacionados, era titular del dere-
cho a la estabilidad laboral al momento de su despido o si, por ‘el contrario,
concurría en él alguna de las excepciones establecidas por la jurisprudencia
constitucional con relación a la titularidad de ese derecho.
a. Tal como se indicó anteriormente, al momento de su remoción, el de-
mandante desempeñaba el cargo de colaborador jurídico-notario y ejecutor
de embargos en la Unidad de Pensiones del ISSS, de lo cual se colige que la
relación laboral en cuestión era de carácter público y, consecuentemente, aquel
tenía a la fecha de su separación del mencionado puesto de trabajo la calidad
de servidor público.

459
Amparos / Sentencias Definitivas

Además, dado que el peticionario se encontraba nombrado según el régi-


men de la Ley de Salarios en la aludida institución, se colige que aquel realizaba
labores de naturaleza permanente y, por ende, previo a su despido, era titular
del derecho a la estabilidad laboral.
b. De acuerdo con el art. 2 inc. 2° de la Ley de Servicio Civil, los empleados
de una institución oficial autónoma están excluidos de la carrera administrati-
va, por lo que se rigen por las leyes especiales que en estas entidades se emi-
tan sobre la materia. En el caso que nos ocupa, la normativa aplicable era el
CCTISSS.
b. En ese orden, las Sentencias del 19-II-2009 y 20-X-2004, Amps. 340-2007 y
8-2004, han establecido que el procedimiento previsto en las Cláusulas 18 y 73
del CCTISSS permite la intervención del trabajador, quien tiene derecho a que
se le informe sobre las diligencias llevadas a cabo para la averiguación de las
irregularidades o faltas que se le atribuyen. Asimismo, tales cláusulas permiten
que el procedimiento tenga lugar en primera instancia ante los representantes
del ISSS en la dependencia o centro de atención respectivo, con la participa-
ción de los representantes sindicales ahí destacados y, en caso de no lograrse
la solución al conflicto, se debe dirimir ante la Dirección General del ISSS con la
intervención de los representantes legales del sindicato.
c. En efecto, del contenido de las pruebas aportadas se constata que el 27-
VI-2012 se dio cumplimiento a la Cláusula 73 del CCTISSS, pues se informaron
al demandante y a los representantes sindicales las irregularidades advertidas y
las faltas que se le atribuían a dicho señor.
De igual manera, consta que el 10-VIII-2012 se llevó a cabo la audiencia
prevista en el art. 18 del CCTISSS, en la cual el peticionario tuvo la oportunidad
de expresar su versión sobre los hechos y de aportar elementos probatorios
de descargo con el fin de controvertir los señalamientos hechos en su contra.
Sin embargo, dado que estos no fueron desvirtuados, se determinó que el de-
mandante había incurrido en las faltas que se le atribuían y, por tal razón, el
Director General del ISSS procedió a removerlo del cargo que desempeñaba
por medio del Acuerdo del 29-VIII-2012.
B. Desde esa perspectiva, se colige que, previo a que el Director General
del ISSS diera por finalizada la relación laboral que vinculaba al demandante
con dicha institución, se tramitó el procedimiento que era aplicable a su caso
de conformidad con los arts. 18 y 73 del CCTISSS. En efecto, consta que el pe-
ticionario conoció con anticipación las causas que motivaron su destitución,
compareció a las audiencias respectivas junto a representantes sindicales y una
abogada, tuvo la posibilidad de exponer sus razonamientos, de controvertir el

460
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

contenido de la prueba presentada en su contra y de ejercer su defensa, por lo


que se concluye que la aludida autoridad dio cumplimiento a la obligación pre-
vista en el art. 11 de la Cn. antes de tener por comprobado el cometimiento de
las faltas que dieron lugar al despido de dicho señor y, por ende, a la pérdida
de la estabilidad laboral de la que gozaba.
Por tal razón, se concluye que el Director General del ISSS no vulneró los de-
rechos constitucionales de audiencia, defensa y a la estabilidad del señor Jorge
Alberto A. H., por lo que es procedente desestimar la pretensión planteada.
POR TANTO: con base en las razones expuestas y lo prescrito en los arts. 2,
11 y 219 inc. 2° de la Cn., así como en los arts. 32, 33 y 34 de la L.Pr.Cn., a nom-
bre de la República, esta Sala FALLA: (a) Declárase que no ha lugar al amparo
solicitado por el señor Jorge Alberto A. o Jorge Alberto A. H., contra el Director
General del ISSS, por la vulneración de sus derechos de audiencia, defensa y a
la estabilidad 1 (b) Notifíquese.
---A. PINEDA---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZA-
LEZ---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---
E. SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.

643-2014

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las diez horas con cincuenta y seis minutos del día cinco de fe-
brero de dos mil dieciséis.
El presente proceso de amparo ha sido promovido por la Sociedad de Aho-
rro y Crédito Apoyo Integral, S.A., que puede abreviarse, “SAC Integral S.A.”,
por medio de su apoderado, el abogado Mario Antonio Ayala Elías, en contra
del Concejo Municipal de Santiago de María, departamento de Usulután, por
la supuesta vulneración a su derecho a la propiedad, por la inobservancia del
principio de reserva de ley.
Han intervenido en el proceso la parte actora, la autoridad demandada y la
Fiscal de la Corte Suprema de Justicia.
Analizado el proceso y considerando:
I. 1. La sociedad peticionaria manifestó en su demanda que dirige su recla-
mo en contra del Concejo Municipal de Santiago de María, departamento de
Usulután, por haber emitido el art. 6.1.3 de la Ordenanza de Tasas por Servicios
Municipales de Santiago de María (OTSMSM), reformada mediante el Decreto
Municipal n° 2, del 2-VII-2009, publicado en el Diario Oficial n° 127, tomo n°
384, del 9-VII-2009. Dicho precepto legal establece:

461
Amparos / Sentencias Definitivas

“Art. 6.-
1-3. Licencia por operar dentro del municipio sean éstas Bancos, Financieras
y Casas de Préstamos e Instituciones de Crédito Anual [...] $3,000.00.”

En relación con ello, la sociedad demandante alegó que la disposición im-


pugnada no hace referencia a ninguna contraprestación que brinde la muni-
cipalidad de Santiago de María a su favor, por lo que el tributo establecido
es en realidad un impuesto y no una tasa; por tanto, no puede ser regulado
mediante ordenanza municipal, sino por medio de ley formal, siendo la Asam-
blea Legislativa el ente competente para emitirla. En ese orden, arguyó que el
precepto impugnado vulnera el derecho a la propiedad, por inobservancia del
principio de reserva de ley en materia tributaria, pues la autoridad demandada
ha creado un impuesto y no una tasa municipal.
2. A. Mediante el auto de fecha 23-II-2015 se suplió la deficiencia de la queja
formulada por la parte actora, de conformidad con el principio iura novit curia
–el Derecho es conocido por el Tribunal– y el art. 80 de la Ley de Procedimien-
tos Constitucionales (L.Pr.Cn.), en el sentido de que el derecho probablemente
conculcado con el acto impugnado era el de propiedad, por la inobservancia
del principio de reserva de ley. Así, la admisión de la demanda planteada se
circunscribió al control de constitucionalidad del art.
6.1.3 de la OTSMSM, por la presunta vulneración del derecho fundamental
y principio antes mencionados.
B. a. En el mismo auto, por una parte, se suspendieron los efectos de la
normativa impugnada, ya que concurrían los requisitos necesarios para su
adopción; y, por otra, se pidió al Concejo Municipal de Santiago de María que
rindiera el informe que establece el art. 21 de la L.Pr.Cn.
b. En su informe, la autoridad demandada manifestó que, según el art. 204
ords. 1 y 5 de la Cn., los municipios tienen autonomía para emitir ordenanzas
y reglamentos locales, por tanto, están habilitados para crear tasas y contri-
buciones especiales. Además, señaló que la norma impugnada efectivamente
contempla un impuesto, pero no lo crea, ya que hace una remisión a la Tarifa
General de Arbitrios del Municipio de Santiago de María, en razón de que gra-
va la actividad económica.
C. Asimismo, de conformidad con lo dispuesto en el art. 23 de la L.Pr.Cn.,
se concedió audiencia a la Fiscal de la Corte, pero esta no hizo uso de la opor-
tunidad procesal conferida.
3. A. Por resolución del 24-IV-2015 se previno al Concejo Municipal de San-
tiago de María para que acreditara la calidad con la que pretendía actuar en

462
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

este proceso; en el mismo auto se confirmó la suspensión provisional de los efec-


tos de la disposición impugnada y, además, se requirió a la autoridad deman-
dada que rindiera el informe justificativo que establece el art. 26 de la L.Pr.Cn.
B. En este contexto, la autoridad demandada reiteró los argumentos esgri-
midos en el anterior informe.
4. Por auto de fecha 10-VI-2015 se confirieron los traslados que ordena el
art. 27 de la L.Pr.Cn., respectivamente, a la Fiscal de la Corte, quien opinó, que
de acuerdo con los arts. 20 y 22 de la Ley de Bancos (LB), la Superintendencia
del Sistema Financiero (SSF) es la única autoridad competente para autorizar
a las instituciones financieras su funcionamiento en el territorio nacional, y a
la parte actora, quien básicamente reiteró los argumentos formulados en su
demanda.
5. Posteriormente, en virtud de la resolución del 14-IX-2015 se habilitó la
fase probatoria de este amparo por el plazo de ocho días, de conformidad con
el art. 29 de la L.Pr.Cn., lapso en el cual la sociedad demandante aportó prueba
documental.
6. A continuación, mediante el auto de fecha 11-XI-2015 se otorgaron los
traslados que ordena el art. 30 de la L.Pr.Cn., respectivamente, a la Fiscal de
la Corte, quien ratificó sus conceptos vertidos anteriormente y expresó que
existía vulneración del derecho a la propiedad de la sociedad demandante; a la
parte actora, quien reiteró los argumentos formulados en su demanda; y a la
autoridad demandada, quien no hizo uso de la oportunidad procesal conferida.
7. Concluido el trámite establecido en la L.Pr.Cn., el presente amparo quedó
en estado de pronunciar sentencia.
II. El orden lógico con el que se estructurará esta resolución es el siguiente:
en primer lugar, se determinará el objeto de la presente controversia (III); en
segundo lugar, se expondrán ciertas consideraciones acerca del contenido del
derecho y principio alegados, así como de la naturaleza jurídica de las tasas
municipales (IV); en tercer lugar, se analizará el caso sometido a conocimiento
de este Tribunal (V); y finalmente, se desarrollará lo referente al efecto de esta
decisión (VI).
III. 1. De acuerdo con la demanda presentada y su auto de admisión, el
presente proceso constitucional reviste la modalidad de un amparo contra ley
autoaplicativa, es decir, el instrumento procesal por medio del cual se atacan
aquellas disposiciones que vulneran derechos fundamentales, produciendo
efectos jurídicos desde el momento de la entrada en vigencia de la normativa.
En ese sentido, en oportunidades anteriores –v. gr., la Sentencia de 3-XII-
2010, Amp. 584-2008– se ha afirmado que en este tipo de procesos se efectúa,

463
Amparos / Sentencias Definitivas

en cierta medida, un examen en abstracto de los preceptos normativos impug-


nados que directamente y sin la necesidad de un acto posterior de aplicación
transgreden derechos constitucionales –a semejanza de lo que ocurre en el
proceso de inconstitucionalidad–.
Por ello, se ha sostenido que resulta congruente trasladar y aplicar a esta
modalidad de amparo, en lo pertinente, algunas de las reglas utilizadas en el
proceso de inconstitucionalidad a fin de depurar y delimitar con precisión y cla-
ridad los términos en los que se efectuará la confrontación entre la disposición
impugnada y la Constitución.
No obstante, es imperativo acotar –tal como se efectuó en la Sentencia de
6-IV-2011, Amp. 890-2008– que, si se opta por la vía del amparo para cuestio-
nar constitucionalmente una actuación normativa imputada al legislador, dicho
proceso no solo deberá cumplir con los requisitos de procedencia establecidos
para los procesos de inconstitucionalidad, sino que, además, para su adecuada
tramitación, el sujeto activo necesariamente deberá atribuirse la existencia de
un agravio personal, directo y de trascendencia constitucional dentro de su
esfera jurídica, es decir, lo argüido por aquel debe evidenciar, necesariamente,
la afectación de alguno de sus derechos fundamentales.
2. De ahí que, en el caso que nos ocupa, el objeto de la controversia puesta
en conocimiento de este Tribunal consiste en determinar si el Concejo Munici-
pal de Santiago de María, al emitir el art. 6.1.3 de la OTSMSM, ha conculcado
el derecho a la propiedad– por la inobservancia del principio de reserva de
ley– de SAC Integral S.A., en virtud de que la tasa establecida en aquel es real-
mente un impuesto, pues por su pago no se recibe ningún servicio de parte del
municipio.
IV. 1. El derecho a la propiedad faculta a su titular a: (i) usar libremente los
bienes, que implica la potestad del propietario de servirse de la cosa y de apro-
vecharse de los servicios que pueda rendir; (ii) gozar libremente de los bienes,
que se manifiesta en la posibilidad del dueño de recoger todos los productos
que derivan de su explotación; y (iii) disponer libremente de los bienes, que se
traduce en actos de enajenación sobre la titularidad del bien.
Las modalidades del derecho a la propiedad, esto es, el libre uso, goce y
disposición de los bienes, se efectúan sin otras limitaciones más que las estable-
cidas en la Constitución o en la ley, siendo una de estas limitaciones la función
social, según lo establecido en el art. 102 inc. 1° de la Cn.
Finalmente, cabe aclarar que el derecho a la propiedad previsto en el art. 2
de la Cn. no se limita a la tutela del derecho real de dominio que regula la legis-
lación civil, sino que, además, abarca la protección de los derechos adquiridos o

464
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

de las situaciones jurídicas consolidadas por un sujeto determinado y sobre los


cuales este alega su legítima titularidad.
2. A. Por otro lado, tal derecho se encuentra estrechamente relacionado
con los tributos y, en razón de tal conexión, tanto los principios formales (reser-
va de ley y legalidad tributaria) como los principios materiales (capacidad eco-
nómica, igualdad, progresividad y no confiscación) del Derecho Constitucional
Tributario funcionan como garantías en sentido amplio de ese derecho. Por
ello, la inobservancia o el irrespeto a alguno de esos principios puede ocasionar
una intervención ilegítima en el citado derecho fundamental, por lo que su
vulneración puede ser controlada por la vía del proceso de amparo, tal como
dispone el art. 247 inc. 1° de la Cn.
B. Respecto al principio de reserva de ley en materia tributaria, en la Sen-
tencia del 23-XI-2011, Amp. 311-2009, se sostuvo que este tiene como finalidad
garantizar, por un lado, el derecho a la propiedad frente a injerencias arbi-
trarias del poder público –dimensión individual– y, por otro lado, el principio
de autoimposición, esto es, que los ciudadanos no paguen más contribuciones
que aquellas a las que sus legítimos representantes han prestado su consenti-
miento –dimensión colectiva–.
Dicho principio tiene por objeto que un tema de especial interés para los
ciudadanos –es decir, el reparto de la carga tributaria– dependa exclusivamen-
te del órgano estatal que, por los principios que rigen su actividad, asegura de
mejor manera la conciliación de intereses contrapuestos en ese reparto. Así, en
nuestro ordenamiento jurídico la reserva de ley tributaria tiene reconocimiento
expreso en el art. 131 ord. 6° de la Cn.; sin embargo, este debe integrarse de
manera sistemática con lo dispuesto en el art. 204 ord. 1° de la Cn., que habi-
lita a los municipios a establecer tasas y contribuciones especiales, por lo que
la reserva solo afecta a esta clase de tributos cuando son de alcance nacional.
3. En la Sentencia de 15-II-2012, Inc. 66-2005, se estableció que la tasa es el
tributo cuyo hecho generador está integrado por una actividad o servicio divisi-
ble del Estado o Municipio, hallándose esa actividad relacionada directamente
con el contribuyente.
La jurisprudencia de este Tribunal –v. gr., en la Sentencia del 30-IV-2010,
Amp. 142-2007– ha caracterizado a las tasas con los siguientes elementos: (i) es
un gravamen pecuniario, que puede regularse en una ley u ordenanza munici-
pal y frente al cual el Estado o el Municipio se comprometen a realizar una activi-
dad o contraprestación, la cual debe plasmarse expresamente en su texto; (ii) se
trata de un servicio o actividad divisible, a fin de posibilitar su particularización;

465
Amparos / Sentencias Definitivas

y (iii) se trata de actividades que el Estado o el Municipio no pueden dejar de


prestar porque nadie más está facultado para desarrollarlas.
En resumen, las características propias y esenciales de la tasa son, por un
lado, que el hecho generador supone un servicio vinculado con el obligado al
pago; y, por otro, que dicho servicio constituye una actividad estatal inherente
a la soberanía. Es decir, para que exista una tasa debe haber una contrapresta-
ción realizada por el Estado o el Municipio que se particulariza en el contribu-
yente y, además, dicha contraprestación no puede ser efectuada por un ente
privado.

V. Desarrollados los puntos previos, se debe analizar si la actuación de la


autoridad demandada se sujetó a la normativa constitucional.
1. A. El amparo contra ley no es un mecanismo procesal cuya finalidad sea
la de impugnar la constitucionalidad de una disposición secundaria en abstrac-
to, sino la de proteger los derechos fundamentales cuando por la emisión de
una determinada disposición legal su titular estima que estos le han sido lesio-
nados. En virtud de ello, durante la tramitación de este tipo de proceso cons-
titucional, la parte actora deberá comprobar que efectivamente se encuentra
en el ámbito de aplicación de la disposición considerada inconstitucional y, ade-
más, que esta es lesiva de sus derechos.
Entonces, la sociedad demandante tiene la carga de la prueba, es decir,
la obligación de comprobar la existencia del hecho que fundamentan su pre-
tensión, el cual consiste, en el presente caso, en la supuesta vulneración de su
derecho a la propiedad por la aplicación de una tasa en la circunscripción terri-
torial del Municipio de Santiago de María, cuya base imponible supuestamente
infringe el derecho a la propiedad por la inobservancia del principio de reserva
de ley.
B. La demandante aportó como prueba los siguientes documentos: (i) co-
pia certificada por notario de las páginas 1, 10 y 11 del Diario Oficial n° 127,
Tomo n° 384, del 9-VII-2009, que contiene el Decreto Municipal n° 2, de fecha
2-VII-2009, emitido por el Concejo Municipal de Santiago de María; (ii) copia
certificada por notario de la segunda notificación de recordatorio para refren-
dar licencia de funcionamiento de fecha 7-II-2014, emitida por la Unidad de
Administración Tributaria Municipal de la Alcaldía de Santiago de María, por
medio de la cual se requirió a SAC Integral S.A. el pago del tributo en cuestión
correspondiente al año 2014; (iii) original de constancia emitida por el Auditor
Interno de SAC Integral S.A., en relación con la agencia que dicha sociedad tie-
ne en el Municipio de Santiago de María; y (iv) original de constancia emitida

466
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

por el Registro de Comercio del Centro Nacional de Registros, referente a la


dirección que SAC Integral S.A. posee en el Municipio de Santiago de María.
Del análisis de la documentación antes relacionada –que se adecúa a lo
prescrito en los arts. 330 inc. 2°, 331, 341 inc. 1° y 343 del Código Procesal Civil
y Mercantil y 30 de la Ley del Ejercicio Notarial de la Jurisdicción Voluntaria y
de Otras Diligencias– y de los argumentos presentados en la demanda, se ha
comprobado que la sociedad actora realiza operaciones financieras dentro de
la circunscripción territorial del Municipio de Santiago de María, departamento
de Usulután; por lo que se encuentra dentro del ámbito de aplicación de la
disposición impugnada.
2. Establecido lo anterior, corresponde examinar el argumento planteado
por la parte actora. Para ello, se debe analizar la naturaleza del tributo cuestio-
nado con la finalidad de determinar si existe un servicio jurídico o administra-
tivo como contraprestación por la obligación contenida en aquel y, en caso de
acreditarse la existencia de tal servicio, si el contenido de este es susceptible de
ser gravado mediante una tasa municipal.
A. La sociedad demandante alega que el tributo impugnado es un im-
puesto y no una tasa, ya que por su pago no recibe ningún servicio de parte
del Municipio de Santiago de María; lo cual no puede ser regulado mediante
ordenanza municipal, sino por medio de ley formal, siendo la Asamblea Legis-
lativa el ente competente para emitirla. Por su parte, la autoridad demandada
afirma que, según el art. 204 ords. 1 y 5 de la Cn., los municipios tienen autono-
mía para emitir ordenanzas y reglamentos locales, por tanto, están habilitados
para crear tasas y contribuciones especiales y que la norma impugnada efecti-
vamente contempla un impuesto, pero no lo crea, ya que hace una remisión a
la Tarifa General de Arbitrios del Municipio de Santiago de María, en razón de
que grava la actividad económica.
B. Tomando en cuenta lo expuesto, es necesario apuntar que los arts. 5 y
129 de la Ley General Tributaria Municipal prescriben que las tasas municipales
se generan en virtud de aquellos servicios públicos de naturaleza jurídica o ad-
ministrativa prestados por los municipios. En ese sentido, para justificar consti-
tucionalmente el cobro de una tasa, la normativa respectiva deberá establecer
con precisión cuál es la actividad que se generará como contraprestación por el
cobro del canon, como podrían ser, por ejemplo, la extensión de un permiso,
una licencia, una autorización –servicios jurídicos o administrativos– o una ac-
tividad material, siempre que pueda determinarse sin duda alguna que esta es
consecuencia directa del pago de ese tributo.

467
Amparos / Sentencias Definitivas

La disposición impugnada contempla una licencia anual para el funciona-


miento de bancos, financieras y casas de préstamos e instituciones de crédito
que operen en el municipio. De lo anterior se advierte que, por el pago anual
de $ 3,000.00 para que dichas entidades puedan operar en la circunscripción te-
rritorial del Municipio de Santiago de María, este se encuentra en la obligación
de extender una licencia que las faculte para desarrollar sus actividades. Así,
pareciera que el art. 6.1.3 de la OTSMSM regula un servicio público de carácter
jurídico que los sujetos obligados al pago reciben como contraprestación.
C. a. Ahora bien, para que un tributo pueda ser constitucionalmente cali-
ficado de “tasa” no solo se debe analizar si por su pago se realiza –aparente-
mente, en el presente caso– una contraprestación, sino también cuál es el con-
tenido del servicio que se brinda. En ese orden, el hecho generador del tributo
impugnado está constituido formalmente por la emisión de una licencia para
que bancos, financieras y casas de préstamo e instituciones de crédito operen
en el Municipio de Santiago de María.
b. En el presente caso, debe determinarse primeramente si la potestad de
otorgar una licencia para que opere o funcione una sociedad anónima dedica-
da a las actividades de intermediación financiera es de los municipios o está ex-
presamente encomendada, en un cuerpo normativo especial, a otra autoridad.
D. a. De acuerdo con los arts. 17 inc. 2° y 18 del Código de Comercio (C.
Com.), la sociedad se define como el ente jurídico resultante de un contrato
solemne, celebrado entre dos o más personas que estipulan poner en común
bienes o industria, con la finalidad de repartir entre sí los beneficios que pro-
vengan de los negocios a que van a dedicarse. Tales entidades se clasifican en
sociedad de personas y de capital, encontrándose dentro de este último grupo
la sociedad anónima.
Según lo dispuesto en los arts. 21, 25 y 193 del C.Com, la sociedad anóni-
ma se constituye por medio de escritura pública y su personalidad jurídica se
perfecciona con la inscripción de dicho instrumento en el Registro de Comer-
cio, salvo que una ley especial requiera el cumplimiento de requisitos y pro-
cedimientos adicionales para su constitución, organización, funcionamiento y
administración.
b. Así, cuando la sociedad tenga por objeto la realización de actividades de
intermediación financiera –v.gr. de ahorro y crédito–, se sujetará a las disposi-
ciones establecidas en la Ley de Bancos Cooperativos y Sociedades de Ahorro
y Crédito (LBCSAC) y la LB –en lo no previsto en la primera–. Por otro lado,
de conformidad con los arts. 2, 3, 155 y 157 de la LBCSAC y 18 y 19 de la LB,
la SSF es la autoridad competente para autorizar la constitución de esta clase

468
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

de sociedades y, una vez verificado el cumplimiento de los requisitos legales,


colocará una razón en la que conste la calificación favorable de la escritura de
constitución para que esta pueda ser inscrita en el Registro de Comercio.
Aunado a lo anterior, de acuerdo con el art. 20 de la LB, también corres-
ponde a la citada superintendencia conceder la autorización de inicio de ope-
raciones a las sociedades de ahorro y crédito, previa comprobación de que se
ha inscrito su escritura social en el registro respectivo y que los controles y pro-
cedimientos internos funcionaron en debida forma. Dicha autorización deberá
ser publicada, por una sola vez, en el Diario Oficial y en dos de circulación na-
cional y, según lo dispuesto en el inc. 4° del citado precepto, la iniciación de sus
actividades procederá hasta que se corrobore el cumplimiento de esta última
formalidad. Asimismo, el art. 22 de la LB prescribe que se debe informar de la
apertura de agencias a la SSF, siendo el titular de esta la única autoridad com-
petente para objetar, a través de una resolución objetivamente motivada, que
el proyecto de que se trate tendría un efecto negativo en la capacidad financie-
ra y administrativa de la sociedad de ahorro y crédito.
En esa misma línea, los arts. 3 letra b), 4 letra d) y 7 letra g) de la Ley
de Supervisión y Regulación del Sistema Financiero prescriben que la SSF, en
el ejercicio de sus potestades de vigilancia y fiscalización, tiene la facultad de
autorizar y suspender las operaciones de las entidades financieras que hayan
infringido la ley y, en su caso, de revocar las autorizaciones respectivas. De todo
lo anterior, se infiere que la SSF es la única autoridad competente para autori-
zar las operaciones de los integrantes del sistema financiero, para el caso que
nos ocupa las sociedades de ahorro y crédito, siempre que se haya cumplido
con los requisitos legalmente establecidos para ello.
En ese sentido, la potestad tributaria que la Constitución confiere a los
municipios en materia de tasas –art. 204 ord. 1° Cn.– no puede entenderse
comprensiva de actividades o servicios que han sido expresamente conferidos
a otras autoridades, tal como la LBCSAC y la LB hacen en relación con la exten-
sión de autorizaciones a las sociedades de ahorro y crédito como integrantes
del sistema financiero para operar o funcionar.
E. a. En términos similares, en la Sentencia de 3-VII-2015, Inc. 100-2013, se
sostuvo que la emisión de licencia para el funcionamiento de un banco, caja de
crédito, cooperativa o cualquier institución financiera le corresponde a la SSF;
en consecuencia, las municipalidades no tienen la facultad para emitir licencias
de esa naturaleza.
b. En la aludida sentencia también se consideró que, al no tener sustento
en las competencias municipales esa supuesta contraprestación, aquellos tribu-

469
Amparos / Sentencias Definitivas

tos que tuvieran como hecho imponible la emisión de ese tipo de autorización
constituían impuestos y no tasas. Por consiguiente, las normas municipales que,
como en el presente caso, tengan por objeto crear un tributo con esas caracte-
rísticas vulneran el principio de reserva de ley en materia tributaria, ya que han
sido emitidas por una autoridad incompetente para ello.
c. En virtud de lo expuesto, se concluye que el Concejo Municipal de San-
tiago de María, al emitir el art. 6.1.3 de la OTSMSM, en el que se establece una
“tasa” por licencia para que bancos, financieras, casas de préstamos e institu-
ciones de crédito funcionen en el municipio de Santiago de María, la autoridad
demandada infringió el principio de reserva de ley. Por tanto, dicho precepto
también transgrede el derecho a la propiedad de SAC Integral, S.A., pues se le
obliga a pagar cierta cantidad de dinero en concepto de un tributo inconstitu-
cional; por consiguiente, corresponde estimar la pretensión planteada por la
sociedad demandante.
VI. Determinada la transgresión constitucional derivada de la actuación del
Concejo Municipal de Santiago de María, corresponde establecer el efecto de
esta sentencia.
1. El art. 35 inc. 1° de la L.Pr.Cn. establece que el efecto material de la
sentencia de amparo consiste en ordenarle a la autoridad demandada que las
cosas vuelvan al estado en que se encontraban antes de la vulneración consti-
tucional. Pero, cuando dicho efecto ya no sea posible, la sentencia de amparo
será meramente declarativa, quedándole expedita al amparado la promoción
de un proceso en contra del funcionario personalmente responsable.
En todo caso, en la Sentencia del 15-II-2013, Amp. 51-2011, se aclaró que,
con independencia de si es posible o no otorgar un efecto material, se recono-
cerá el derecho que asiste al amparado para promover, con base en el art. 245
de la Cn., el respectivo proceso de daños directamente en contra del funciona-
rio responsable por la vulneración de sus derechos fundamentales.
2. A. En el caso particular, y dado que el reclamo constitucional plantea-
do se basó en la emisión de una disposición que con su sola vigencia causó la
referida transgresión constitucional, el efecto reparador se concretará en que
el Concejo Municipal de Santiago de María deberá abstenerse de aplicar a la
sociedad peticionaria la disposición impugnada. En ese sentido, la autoridad
demandada no deberá realizar cobros ni ejercer acciones administrativas o ju-
diciales tendentes a exigir el pago de cantidades de dinero en concepto del
tributo constatado inconstitucional en este proceso o de los intereses o multas
generados por su falta de pago.

470
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Así, en virtud de que el objeto de control del presente amparo recayó en la


disposición controvertida y no en los actos aplicativos derivados de esta, la pre-
sente decisión no implicará la obligación de devolver cantidad de dinero alguna
que haya sido cancelada en concepto de pago por el tributo ahora constatado
inconstitucional.
Sin embargo, los procesos jurisdiccionales que no hayan concluido por me-
dio de una resolución firme al momento de la emisión de esta sentencia sí se
verán afectados por esta. Por lo anterior, el Municipio de Santiago de María no
solo está inhibido de promover nuevos procedimientos o procesos contra SAC
Integral, S.A., para el cobro del tributo cuya inconstitucionalidad se constató,
sino también de continuar los procesos que no hayan finalizado por medio de
una sentencia firme y que persiguen el mismo fin.
B. Además, en atención a los arts. 245 de la Cn. y 35 inc. 1° de la L.Pr.Cn.,
la sociedad actora tiene expedita la promoción de un proceso por los daños
materiales y/o morales ocasionados como consecuencia de la vulneración de
derechos constitucionales declarada en esta sentencia, directamente en contra
de las personas que integraban el Concejo Municipal de Santiago de María
cuando ocurrió la aludida vulneración.
POR TANTO, con base en las razones expuestas y lo dispuesto en los arts. 2,
131 ord. 6°, 204 ord. 1° y 245 de la Cn., así como en los arts. 32, 33, 34 y 35 de
la L.Pr.Cn., en nombre de la República, esta Sala FALLA: (a) Declárese que ha
lugar el amparo solicitado por la Sociedad de Ahorro y Crédito Apoyo Integral,
S.A., en contra del Concejo Municipal de Santiago de María, departamento
de Usulután, por existir vulneración a su derecho a la propiedad en relación
con el principio de reserva de ley; (b) Déjese sin efecto la aplicación del art.
6.1.3 de la Ordenanza de Tasas por Servicios Municipales de Santiago de María,
departamento de Usulután, en relación con las aludida sociedad, por lo que la
autoridad demandada debe abstenerse de realizar cobros y/o ejercer acciones
administrativas o judiciales tendentes a exigir el pago de cantidades de dinero
en concepto del tributo constatado inconstitucional en este proceso, así como
de los intereses o multas generados por su falta de pago; (c) Queda expedita
a la sociedad actora la promoción de un proceso por los daños materiales y/o
morales ocasionados como consecuencia de la vulneración de derechos cons-
titucionales declarada en esta sentencia, directamente en contra de las perso-
nas que integraban el Concejo Municipal Santiago de María, departamento de
Usulután, cuando ocurrió la referida vulneración; y (d) Notifíquese.
A. PINEDA---F. MELENDEZ---J. B. JAIME---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZA-
LEZ---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRI-
BEN---E. SOCORRO C. SRIA.---RUBRICADAS.

471
Amparos / Sentencias Definitivas

828-2013AC

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las diez horas y once minutos del día veinticuatro de febrero de
dos mil dieciséis.
Los presentes procesos acumulados han sido promovidos –el primero– por
la iglesia Católica, Apostólica y Romana de El Salvador, por medio de su apo-
derado, el abogado José Mario Machado Calderón, en contra de la Secretaria
de Cultura de la Presidencia y del Director Nacional de Patrimonio Cultural, por
la vulneración de la garantía institucional de autonomía de la Iglesia Católica
y el derecho a la autodeterminación informativa de las víctimas cuyos datos e
informaciones obran en el archivo documental de la Oficina de Tutela Legal del
Arzobispado; y –el segundo– por los señores Marta L. de M., Blanca Miriam
A. M., María Dorila M. de M., Mauricio C. P., Mario Raúl B. A., Maura Antonia
R. de C., Jorge Alberto H. R. y Girón Alfonso E. U., en contra del Arzobispo de
San Salvador, como representante de la Iglesia Católica, por la vulneración de
sus derechos de acceso a la jurisdicción –como manifestación del derecho a la
protección jurisdiccional–, a la propiedad, a la libre contratación y a la autode-
terminación informativa.
Han intervenido en la tramitación de este amparo las partes actoras, las
autoridades demandadas y la Fiscal de la Corte Suprema de Justicia.
Analizado el proceso y considerando:
I. 1. A. La Iglesia Católica expuso en su demanda que dirige su reclamo
contra la “Resolución Inicial n° 001/2013 para el Reconocimiento y Declaración
Cultural del Archivo Documental Histórico de la Oficina de Tutela Legal del Ar-
zobispado”, emitida por la Secretaria de Cultura de la Presidencia y el Director
de Patrimonio Cultural en fecha 11-X-2013, en virtud de la cual se inició el proce-
dimiento para el reconocimiento y declaración antes mencionados y, además,
se ordenó la práctica de un inventario del referido acervo documental, bajo la
supervisión de peritos especializados de la Secretaría de Cultura de la Presiden-
cia, a fin de determinar su valor cultural.
Asimismo, en la aludida resolución se ordenó al Arzobispado de San Salva-
dor que cumpliera con las medidas de protección consistentes en: (i) realizar
las acciones necesarias que garantizaran la conservación de dicho acervo, para
lo cual debía atender las directrices para la salvaguarda del patrimonio cultural
del programa “Memoria del Mundo” de la Organización de las Naciones Uni-
das para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO); (ii) garantizar el dere-
cho de acceso y consulta al archivo documental histórico de la Oficina de Tutela

472
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Legal del Arzobispado, estableciendo los procedimientos necesarios que asegu-


ren su salvaguarda, protección y conservación, protegiendo además el derecho
a la integridad y seguridad de las personas relacionadas de forma alguna en
ese archivo; y (iii) velar porque las personas que custodien el aludido archivo,
como un bibliotecario o técnico especializado en el área de archivo, posean la
formación y experiencia idóneas para garantizar su óptima administración.
B. En relación con ello, alegó que la citada resolución vulnera el contenido
del art. 26 de la Cn., el cual reconoce a la Iglesia Católica personalidad jurídica y
le concede un grado de autonomía que opera en un doble plano organizativo
y normativo, en cuya virtud se le reconoce tanto la capacidad de establecer su
propia forma de organización interna como la de regular las relaciones entre
sus miembros.
En ese orden, señaló que las jurisdicciones de la Iglesia Católica se organi-
zan según lo estipula el Código de Derecho Canónico (CDC) y, de conformidad
con lo antes expuesto, el Estado salvadoreño no puede dictar normativa algu-
na que prescriba una forma organizativa distinta a la establecida en la legisla-
ción canónica. Por otra parte, el CDC regula la existencia de los denominados
“archivos eclesiásticos”, propiedad de la Iglesia Católica, los cuales contienen
los documentos históricos custodiados en los archivos de las comunidades ecle-
siales, que “no conservan solo huellas de hechos humanos sino que también
llevan a la meditación sobre la acción de la Divina Providencia en la historia”.
En ese sentido, expresó que, en ejercicio de su autonomía organizativa,
resolvió disolver la Oficina de Tutela Legal del Arzobispado y, de forma simul-
tánea, crear un nuevo organismo de asistencia legal denominado “Centro de
Documentación y Archivo Monseñor Rivera y Damas”, el cual no limitaría su
rango de acción a un determinado periodo histórico sino que estaría abierto a
todos los casos que lo requirieran; sin embargo, dicha autonomía ha sido con-
culcada mediante la emisión del acto reclamado, pues se ha invadido su área de
competencias y causado un perjuicio directo en su esfera jurídica..
Al respecto, resaltó que el citado archivo documental contiene testimonios
y declaraciones recibidas por la Oficina de Tutela Legal del Arzobispado en un
ambiente de confidencialidad y confianza, en un contexto histórico complejo
como fue la guerra civil salvadoreña. Así, al constituir tales declaraciones docu-
mentos eclesiásticos, han recibido a la fecha el debido resguardo y custodia por
su parte, situación que, en su opinión, se pone en riesgo con el acto reclamado
dado que, una vez que el citado archivo se declare bien cultural, este se encon-
trará disponible para el acceso y consulta de personas ajenas a los intereses de
las víctimas cuya información se encuentra contenida en ese archivo.

473
Amparos / Sentencias Definitivas

C. Finalmente, requirió que se suspendieran inmediatamente los efectos


del acto reclamado, pues las consecuencias de acatar lo resuelto en él serían
irreparables y, además, las autoridades demandadas le concedieron un plazo
de solo 10 días para la realización del inventario y la adopción de medidas pro-
visionales de protección.
2. A. Mediante el auto de fecha 1-XI-2013, con fundamento en el principio
iura novit curia –el Derecho es conocido por el Tribunal– y lo prescrito en el art.
80 de la Ley de Procedimientos Constitucionales (L.Pr.Cn.), se determinó que la
Iglesia Católica, Apostólica y Romana de El Salvador, Arquidiócesis de San Sal-
vador, poseía la legitimación procesal suficiente para actuar en defensa de los
intereses colectivos de las víctimas cuya información se encuentra plasmada en
los archivos administrados por la Oficina de Tutela Legal del Arzobispado y, en
consecuencia, que la línea argumentativa planteada en la demanda también
incluía la supuesta afectación del derecho a la autodeterminación informativa
de tales personas.
B. Establecido lo anterior se admitió la demanda, circunscribiéndose al con-
trol de constitucionalidad de la Resolución n° 001/2013, emitida por la Secre-
taria de Cultura de la Presidencia y el Director de Patrimonio Cultural en fecha
11-X-2013, por la supuesta vulneración de la garantía institucional de autono-
mía de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana de El Salvador, Arquidiócesis de
San Salvador, y del derecho a la autodeterminación informativa de las víctimas
cuyos datos y declaraciones forman parte del archivo documental de la Oficina
de Tutela Legal del Arzobispado.
C. En la misma interlocutoria se adoptó la medida cautelar consistente en
que la Secretaria de Cultura de la Presidencia y el Director Nacional de Patrimo-
nio Cultural debían inhibirse de ejecutar las medidas provisionales ordenadas
mediante la resolución impugnada; y, por su parte, la Iglesia Católica debía
adoptar medidas especiales de resguardo de la información que permanece en
la Oficina de Tutela Legal del Arzobispado, mientras se determina la situación
definitiva en cuanto al resguardo y manejo de los archivos ubicados en la citada
oficina y los supuestos en los cuales la Iglesia Católica dará información a las
instituciones que legítimamente lo soliciten.
Además, se pidió informe a las autoridades demandadas de conformidad
con lo prescrito en el art. 21 de la L.Pr.Cn., las cuales manifestaron que no eran
ciertos los hechos que se les atribuían y, al mismo tiempo, solicitaron que se
pronunciara sobreseimiento en el presente amparo por la causal de falta de
agotamiento de la vía administrativa o, en su defecto, se revocara la medida
cautelar adoptada.

474
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

D. Finalmente, se confirió audiencia a la Fiscal de la Corte, de conformidad


con el art. 23 de la L.Pr.Cn, pero esta no hizo uso de la oportunidad procesal
que le fue conferida.
3. A. Por resolución de fecha 29-XI-2013 se confirmó la medida precautoria
adoptada; se concedió audiencia a la actora a fin de que se pronunciara sobre
la petición de sobreseimiento efectuada por las autoridades demandadas; y se
ordenó a estas últimas que dieran cumplimiento a la referida medida cautelar y
rindieran el informe justificativo prescrito en el art. 26 de la L.Pr.Cn.
B. a. Al rendir su informe, la Secretaria de Cultura de la Presidencia y el
Director Nacional de Patrimonio Cultural manifestaron que los arts. 1, 53 y 63
de la Cn. facultan a las autoridades estatales para ejercer una labor de salva-
guarda del tesoro cultural salvadoreño. Así, la Ley Especial de Protección al
Patrimonio Cultural de El Salvador (LEPPCES) constituye el cuerpo normativo
por excelencia para concretar tal finalidad y brinda a la Secretaría de Cultura
de la Presidencia amplias atribuciones para proteger los denominados “bienes
culturales”, entre los que se encuentran aquellos relacionados con la historia
militar y social del país.
En relación con lo anterior, expusieron que en ningún momento pretenden
incidir en la autonomía y el derecho a la autodeterminación informativa de la
demandante y las personas cuya información y datos se encuentran plasma-
dos en los archivos de la Oficina de Tutela Legal del Arzobispado, sino que
únicamente se persigue el reconocimiento de dicho acervo documental como
tesoro cultural del país. En ese sentido, manifestaron que los procesos de inves-
tigación realizados por la citada oficina jurídica reflejan una labor invaluable y
pueden contener la descripción de posibles vulneraciones a derechos humanos
llevadas a cabo en el pasado por el Estado salvadoreño, cuyos detalles deben
ser respetados a fin de garantizar la intimidad de los declarantes. Por ello, en la
resolución reclamada se estableció como medida cautelar que el Arzobispado
de San Salvador debía realizar labores de conservación y protección de tales
documentos y, simultáneamente, respetar el derecho a la integridad y seguri-
dad de las personas relacionadas de alguna forma con tales archivos.
b. Además, expresaron que reconocen la propiedad que sobre los archi-
vos eclesiásticos posee la demandante y la autonomía de la cual goza para la
protección y conservación de dichos archivos; sin embargo, aclararon que su
intervención solo es necesaria en la medida que el art. 2 de la LEPPCES consi-
dera como bienes culturales únicamente a aquellos que son declarados como
tales por parte de la Secretaría de Cultura de la Presidencia. Consecuentemen-
te, se vuelven necesarios el reconocimiento e identificación de todo el archivo

475
Amparos / Sentencias Definitivas

documental llevado por la Oficina de Tutela Legal del Arzobispado en orden a


determinar cuáles de los documentos que lo conforman poseen valor cultural y
requieren protección estatal.
c. En otro orden, recalcaron que el acto reclamado en este proceso es de
carácter inicial, es decir, que únicamente se ordenó el comienzo del procedi-
miento administrativo tendiente a declarar como bienes culturales aquellos do-
cumentos del archivo de la Oficina de Tutela Legal del Arzobispado que, a juicio
de la Secretaría de Cultura de la Presidencia, merezcan tal calidad. Lo anterior
requiere la realización de un peritaje en orden a identificar, catalogar, valorar
y acreditar dichos documentos, todo lo cual se ha realizado según lo prescrito
en la LEPPCES y, por ello, con respeto al principio de legalidad en materia admi-
nistrativa. Para finalizar, las autoridades demandadas reiteraron la solicitud de
sobreseimiento realizada en su anterior intervención, ya que, a su juicio, en el
presente caso no ha existido un agotamiento de la vía administrativa.
4. En este estado del proceso, los señores Marta L. de M., Blanca Miriam
A. M., María Dorila M. de M., Mauricio C. P., Mario Raúl B. A., Maura Antonia
R. de C., Jorge Alberto H. R. y Girón Alfonso E. U. presentaron la demanda de
amparo que fue clasificada con el número de ref. 883-2013, dirigida contra el
Arzobispo de San Salvador, en su calidad de representante de la Iglesia Cató-
lica, Apostólica y Romana de El Salvador, en la que se estableció como acto
reclamado el decreto eclesiástico mediante el cual dicha autoridad decidió el
cierre de la Oficina de Tutela Legal del Arzobispado de San Salvador.
Dicha decisión, de acuerdo a los referidos señores, les causa agravio porque
el Arzobispo de San Salvador no consultó a los usuarios de los servicios de la
citada oficina su disposición de continuar o no recibiendo el apoyo legal que
esta les brindaba, además de no poner a su disposición los expedientes de sus
casos. Por lo anterior, consideran que existe una “apropiación indebida” por
parte de la citada autoridad, ya que se ha abstenido de entregar los expedien-
tes relativos a las masacres de El Mozote, La Quesera y El Sumpul, así como el
caso de contaminación por plomo suscitada en el Cantón Sitio del Niño, por lo
que han perdido el libre acceso a sus expedientes jurídicos, los cuales contienen
testimonios, fechas de denuncias, fotografías, notas periodísticas, etc., datos
que en algunos casos no están respaldados en soporte digital ni en los procesos
judiciales iniciados.
Por lo anterior, consideran vulnerados sus derechos de acceso a la jurisdic-
ción, a la propiedad, a la libre contratación y a la autodeterminación informa-
tiva, pues la omisión atribuida al Arzobispo de San Salvador, en relación con la
entrega material de los expedientes antes relacionados, les priva de la posibi-

476
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

lidad de continuar los respectivos procesos judiciales, representa una apropia-


ción ilegal de documentos cuya titularidad no le corresponde a la citada auto-
ridad –pues contienen información relativa a terceras personas– y les impide el
libre acceso a los datos contenidos en el referido acervo documental, los cuales
son de carácter personal y privado de los denunciantes.
5. En virtud de los autos de fecha 26-V-2014 se ordenó la acumulación del
expediente con ref. 883-2013 al proceso clasificado con la ref. 828-2013, por
existir entre ambos una relación de prejudicialidad; se autorizó la intervención
en este amparo de los señores Marta L. de M., Blanca Miriam A. M., María
Dorila M. de M., Mauricio C. P., Mario Raúl B. A., Maura Antonia R. de C., Jor-
ge Alberto H. R. y Girón Alfonso E. U., en calidad de terceros beneficiados; se
declaró sin lugar la petición de sobreseimiento efectuada por las autoridades
demandadas; y se confirieron los traslados que ordena el art. 27 de la L.Pr.Cn. a
la Fiscal de la Corte, quien expresó que le corresponde a la pretensora estable-
cer la existencia del agravio personal y directo que se le ha causado en sus dere-
chos constitucionales, a la parte actora, quien reiteró los conceptos expresados
en su anterior intervención y solicitó que se requiriera a la Procuraduría para la
Defensa de los Derechos Humanos y a la Fiscalía General de la República que se
abstuvieran de solicitar información detallada contenida en el archivo de la Ofi-
cina de Tutela de Derechos Humanos de la Arquidiócesis de San Salvador, y a los
terceros beneficiados, quienes no hicieron uso de esta oportunidad procesal.
6. Mediante auto de fecha 16-IX-2014 se ordenó comunicar a la Procuradu-
ría para la Defensa de los Derechos Humanos y a la Fiscalía General de la Repú-
blica la resolución emitida en fecha 1-XI-2013 y se abrió a pruebas este proceso
por el plazo de ocho días, de conformidad con lo dispuesto en el art. 29 de la
L.Pr.Cn., lapso en el cual las partes ofrecieron los elementos probatorios que
estimaron pertinentes.
7. Seguidamente, por auto de fecha 21-X-2014 se declaró sin lugar la soli-
citud formulada por los terceros beneficiados respecto a la práctica de un re-
conocimiento judicial, prueba pericial y prueba testimonial. Además, se otor-
garon los traslados que ordena el art. 30 de la L.Pr.Cn., respectivamente, a la
Fiscal de la Corte, quien expresó que, en su opinión, no se había cometido la
vulneración constitucional argumentada por la peticionaria; a la parte actora,
a los terceros beneficiados y a las autoridades demandadas, quienes reiteraron
los argumentos formulados en sus anteriores intervenciones.
8. Por resolución de fecha 19-VI-2015 se requirió a la Iglesia Católica, Apos-
tólica y Romana en El Salvador que, como prueba para mejor proveer, remitie-
ra ciertos documentos. Dicho requerimiento fue atendido mediante el escrito

477
Amparos / Sentencias Definitivas

presentado con fecha 7-VIII-2015. Así, concluido el trámite establecido en la Ley


de Procedimientos Constitucionales, el presente amparo quedó en estado de
pronunciar sentencia.
II. 1. Previo a enunciar el orden lógico que seguirá la presente sentencia,
es necesario efectuar ciertas consideraciones sobre la calificación jurídica de
una de las categorías cuya vulneración ha sido alegada por la Iglesia Católica,
Apostólica y Romana de El Salvador; en concreto, la presunta conculcación a la
garantía institucional de autonomía de la Iglesia Católica establecida en el art.
26 de la Cn.
A. De conformidad con lo dispuesto en el art. 80 de la L.Pr.Cn., este Tribunal
se encuentra facultado para suplir de oficio los errores u omisiones pertene-
cientes al Derecho en que incurrieran las partes. Al respecto, la referida facul-
tad se entiende como una actividad encaminada a delimitar correctamente el
fundamento jurídico que se utilizará para emitir la decisión de fondo, teniendo
presente los hechos aportados por las partes, que constituyen el aspecto fácti-
co de la causa de pedir de la pretensión de amparo.
Esta atribución se realiza con base en el principio iura novit curia -el Dere-
cho es conocido por el tribunal- y no contraviene el principio de aportación
procesal, el cual prohíbe que el órgano jurisdiccional introduzca el fundamento
fáctico y la prueba dentro del proceso proceso –salvo ciertas excepciones–,
pero no que establezca la correcta calificación jurídica de los hechos sometidos
a su conocimiento, pues el determinar cuál es el Derecho aplicable al caso con-
creto forma parte esencial de su labor básica de juzgar.
En consecuencia, la suplencia de la queja deficiente no supone una modifi-
cación o reconfiguración de la pretensión o de la oposición de las partes, sino
una declaración que realiza el tribunal sobre el nomen iuris, es decir, sobre la
correcta denominación de los derechos aparentemente vulnerados en el caso
concreto, con base en el cuadro fáctico expuesto por las partes.
B. De este modo, si alguno de los sujetos procesales considera que no es
atinente la calificación jurídica realizada por el tribunal o por la contraparte,
no es necesario, por lo general, que incorporen elementos probatorios para
refutarla, sino únicamente que expresen las razones jurídicas por las cuales es-
timan que el marco fáctico no encaja en alguno de los contenidos del dere-
cho en cuestión, pues la prueba que se introduce en un proceso tiene que ser
aportada por las partes con la finalidad de comprobar o desvirtuar los hechos
sometidos a controversia y no el fundamento normativo de la pretensión, salvo
ciertas excepciones -v. gr., cuando se invoca el Derecho extranjero–.

478
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Por consiguiente, no se vulnera el derecho de defensa de las partes al suplir-


se la queja deficiente, en los términos especificados en el art. 80 de la L.Pr.Cn.,
en una actuación procesal previa al pronunciamiento de la sentencia en un pro-
ceso de amparo o, incluso, dentro de esta misma resolución, siempre que tales
consideraciones se hagan de manera previa a la realización del correspondiente
análisis de fondo.
C. a. En el presente caso, la Iglesia Católica, Apostólica y Romana de El
Salvador manifestó en su demanda que con el acto reclamado se habría vul-
nerado la garantía institucional de autonomía que le reconoce el art. 26 de la
Cn., ya que, al emitir la Resolución n° 001/2013, la Secretaria de Cultura de la
Presidencia y el Director Nacional de Patrimonio Cultural pretenden interferir
en el mecanismo que ha determinado para organizar, proteger y resguardar
el archivo documental de la extinta Oficina de Tutela Legal del Arzobispado.
Así, argumenta que los documentos contenidos en el citado acervo docu-
mental poseen una naturaleza eminentemente eclesiástica, pues estos “no
conservan solo huellas de hechos humanos, sino que también llevan a la me-
ditación sobre la acción de la Divina Providencia en la historia”.
En ese sentido, estima que nadie que pretenda utilizar dicha documen-
tación puede atribuirse el derecho de disponer libremente de ella o hacerla
desaparecer, pues esta se encuentra bajo la responsabilidad de la autoridad
eclesiástica, que tiene la obligación de velar por la conservación de su patrimo-
nio documental. En otras palabras, considera que las disposiciones contenidas
en la LEPPCES, sobre cuya base las autoridades demandadas han sustentado
la decisión controvertida, no son aplicables respecto de los documentos que
conforman el archivo de la mencionada oficina de asistencia legal y, en conse-
cuencia, el procedimiento iniciado para declarar dicho archivo como patrimonio
cultural es ilegal.
b. Al respecto, si bien en el auto de admisión de este amparo se advirtió
que las afirmaciones efectuadas por la peticionaria en su demanda evidencia-
ban la posible transgresión de la garantía institucional de autonomía de la Igle-
sia Católica, reconocida en el art. 26 de la Cn., de los argumentos expuestos en
dicho escrito y en sus demás intervenciones dentro del proceso, se colige que
los hechos más bien reflejan una aparente vulneración del derecho a la seguri-
dad jurídica establecido en el art. 2 inc. 1° de la Cn.
Y es que, si bien el acto impugnado ordena la realización de un inventario
en el archivo documental de la extinta Oficina de Tutela Legal del Arzobispado
-por parte de personal especializado de la Secretaría de Cultura de la Presiden-
cia- y la adopción de determinadas medidas de protección del citado archivo

479
Amparos / Sentencias Definitivas

por parte del Arzobispo de San Salvador, situaciones que son consideradas por
la Iglesia Católica como una intromisión ilegítima en su organización interna,
el conflicto verdaderamente radica en que, a juicio de esta, el régimen legal
utilizado por las autoridades demandadas para fundamentar su decisión -esto
es, la LEPPCES- no es aplicable a los documentos que conforman el mencionado
acervo documental.
c. En consecuencia, dado que la peticionaria alega que las autoridades de-
mandadas erradamente iniciaron un procedimiento administrativo con respec-
to a un archivo documental cuyo contenido no forma parte del ámbito de pro-
tección de la LEPPCES, el examen de constitucionalidad del acto reclamado se
deberá efectuar con relación a los derechos a la seguridad jurídica de la Iglesia
Católica, Apostólica y Romana de El Salvador y a la autodeterminación informa-
tiva de las víctimas cuyos datos e informaciones obran en el archivo documental
de la extinta Oficina de Tutela Legal del Arzobispado.
2. Hechas las anteriores consideraciones, el orden lógico con el que se es-
tructurará esta resolución es el siguiente: en primer lugar, se determinará el ob-
jeto de la presente controversia (III); en segundo lugar, se hará una exposición
sobre el contenido de los derechos alegados (IV); en tercer lugar, se analizará el
caso sometido a conocimiento de este Tribunal (V); y finalmente, se desarrolla-
rá lo referente al efecto de esta decisión (VI).
III. El objeto de la controversia puesta en conocimiento de este Tribunal
estriba en determinar: (i) en primer lugar, si la Secretaria de Cultura de la Presi-
dencia y el Director Nacional de Patrimonio Cultural vulneraron los derechos a
la seguridad jurídica de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana de El Salvador
y el derecho a la autodeterminación informativa de las víctimas cuyos datos e
informaciones obran en el archivo documental de la Oficina de Tutela Legal
del Arzobispado, en razón de haber emitido la Resolución Inicial n° 001/2013
para el Reconocimiento y Declaración Cultural del Archivo Documental Histó-
rico de la Oficina de Tutela Legal del Arzobispado; y (ii) en segundo lugar, si el
Arzobispo de San Salvador, como representante de la Iglesia Católica, vulneró
los derechos de acceso a la jurisdicción, a la propiedad, a la libre contratación
y a la autodeterminación informativa de los señores L. de M., A. M., M. de M.,
C. P., B. A., R. de C., H. R.y E. U., al haber ordenado la disolución de la Oficina
de Tutela Legal del Arzobispado sin que, con posterioridad a dicho cierre, se les
entregaran los expedientes relativos a sus casos.
IV. 1. Respecto al derecho a la seguridad jurídica (art. 2 inc. 1° de la Cn.),
en las Sentencias de fechas 26-VIII-2011, emitidas en los procesos de Amp.
253-2009 y 548-2009, y en la Sentencia de fecha 31-VIII-2011, pronunciada en

480
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

el proceso de Amp. 493-2009, se perfiló el contenido y alcances de tal dere-


cho, estableciéndose con mayor exactitud las facultades de sus titulares, las
cuales pueden ser tuteladas por la vía del proceso de amparo según el art.
247 de la Cn.
Así, se precisó que la certeza del Derecho, a la cual la jurisprudencia consti-
tucional aludía para determinar el contenido del citado derecho, deriva princi-
palmente de que los órganos estatales y entes públicos realicen sus atribuciones
con plena observancia de los principios constitucionales, v. gr., de legalidad, de
cosa juzgada, de irretroactividad de las -leyes o de supremacía constitucional
(arts. 15, 17, 21 y 246 de la Cn.).
Por lo anterior, cuando se requiera la tutela de la seguridad jurídica por
la vía del amparo, no debe invocarse aquella como valor o principio, sino que
debe alegarse una vulneración relacionada con una actuación de una autori-
dad emitida con la inobservancia de un principio constitucional y que resulte
determinante para establecer la existencia de un agravio de naturaleza jurídica
a un individuo. Ello siempre que dicha transgresión no tenga asidero en la afec-
tación al contenido de un derecho fundamental más específico.
2. A. En la Sentencia de fecha 4-III-2011, pronunciada en el Amp. 934-2007,
se sostuvo que el derecho a la autodeterminación informativa (art. 2 inc. 1° de
la Cn.) tiene por objeto preservar la información de las personas que se encuen-
tra en registros públicos o privados -especialmente la almacenada en medios
informáticos- frente a su utilización arbitraria, sin que necesariamente se trate
de datos íntimos. El ámbito de protección del aludido derecho no puede en-
tenderse limitado a determinado tipo de datos –v. gr., los sensibles o íntimos-,
pues lo decisivo para fijar su objeto es la utilidad y el tipo de procesamiento que
de la información personal se quiere hacer.
De ahí que, a efecto de establecer si existe una vulneración del derecho a la
autodeterminación informativa, se deberá analizar, por una parte, la finalidad
que se persigue con la-. recepción, el procesamiento, el almacenamiento, la
transmisión y/o la presentación de la información personal de que se trate - con
independencia de sus características y de su naturaleza- y, por otra parte, los
mecanismos de control que con relación a dichas actividades de tratamiento
de datos se prevén.
B. En la Sentencia de fecha 20-X-2014, pronunciada en el proceso de Amp.
142-2012, se expresó que la autodeterminación informativa tiene dos facetas:
(i) material (preventiva), relacionada con la libertad del individuo en relación
con sus datos personales; y (ii) instrumental (protectora y reparadora), referida
al control que la resguarda y restablece en caso de restricciones arbitrarias.

481
Amparos / Sentencias Definitivas

En su dimensión material, el derecho en análisis pretende satisfacer la nece-


sidad de las personas de preservar su identidad, en caso de posible revelación y
uso de los datos que les conciernen, y de protegerlas de la ilimitada capacidad
de archivarlos, relacionarlos y transmitirlos. En virtud de dicha faceta, la perso-
na adquiere una situación que le permite: (i) definir la intensidad con que desea
que se conozcan y circulen tanto su identidad como otras circunstancias y datos
personales; (ii) combatir las inexactitudes o falsedades que afecten dicha infor-
mación; y (iii) defenderse de cualquier utilización abusiva, arbitraria, desleal o
ilegal que quiera hacerse de esos datos.
Tales objetivos se consiguen por medio de la técnica de protección de da-
tos, la cual está integrada por un conjunto de derechos subjetivos, deberes,
principios, procedimientos, instituciones y reglas objetivas. Entre algunos de los
derechos o modos de ejercicio de esta faceta material se pueden mencionar:
a. La facultad de conocer, en el momento específico de la recolección de
datos, el tipo de información personal que se va a almacenar, cuál es la finali-
dad que se persigue con su obtención y procesamiento, a quién se le hace en-
trega de esos datos y quién es el responsable del fichero donde se resguardan,
para poder realizar cualquier oposición, modificación o alteración de aquellos.
b. La potestad de la persona a saber si los datos que le conciernen son
objeto de uso o tratamiento por terceros en bancos de datos automatizados.
c. La libertad de la persona de acceder a la información, a fin de comprobar
si se dispone de información de ella, y de conocer su origen y- la finalidad que
se persigue con su almacenamiento.
d. La facultad de rectificación, integración o cancelación de los datos, para
asegurar su calidad y el acceso a ellos. Ello exige: primero, la modificación de la
información consignada erróneamente y la integración de la que está incom-
pleta; segundo, la facultad de cancelación o anulación de datos, por la falta de
relevancia o actualidad de la información para los fines del banco de datos o,
simplemente, para permitir al titular que recupere la disposición de cualquier
faceta de su personalidad y de sus datos íntimos o estrictamente privados que
figuran en la memoria informática o en el fichero respectivo.
e. La potestad de conocer la transmisión de datos personales a terceros, lo
que implica no solo conocer de forma anticipada la finalidad perseguida con la
base de datos –v. gr. que esta implique la posibilidad de poner en circulación la
información personal–, sino también obtener de los responsables del banco de
datos noticia completa de a quién se le ha facilitado aquella y con qué exten-
sión, uso y finalidad.

482
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

3. En cuanto al derecho de acceso a la jurisdicción, en la Sentencia de fecha


15-I-2010, pronunciada en el Amp. 840-2007, se sostuvo que este derecho im-
plica la posibilidad de acceder a los órganos jurisdiccionales para que estos se
pronuncien sobre la pretensión formulada, lo cual deberá efectuarse conforme
a las normas procesales y procedimientos previstos en las leyes respectivas.
Consecuentemente, el aspecto esencial que comprende dicho derecho es
el libre acceso al órgano judicial –entiéndase tribunales unipersonales o cole-
giados–, siempre y cuando se haga por las vías legalmente establecidas. Ello
implica que una negativa de este derecho, basada en causa inconstitucional
o por la imposición de condiciones o consecuencias meramente limitativas o
disuasorias de la posibilidad de acudir a la jurisdicción, deviene en vulneradora
de la normativa constitucional.
4. Respecto del derecho a la libertad de contratación (art. 23 de la Cn.), en
la Sentencia de fecha 25-VI-2009, pronunciada en el proceso de Inc. 26-2008,
se afirmó que entre individuos libres e iguales solo puede haber una forma de
relación contractual: la que se basa en el acuerdo de voluntades, como princi-
pal modo de ejercicio de la libertad de contratación. Asimismo, se indicó que
–como principio constitucionalmente reconocido– la contratación debe ser li-
bre, es decir, ser el resultado de una decisión personal de los contratantes. No
es posible que el Estado pueda obligar a contratar, sobre todo dentro de las
relaciones privadas. Como todo principio, esta connotación admite excepciones
de interpretación restrictiva en casos muy especiales de razonabilidad suficien-
te; sin embargo, en este ámbito la autonomía de la voluntad nos muestra al
contrato Como un reparto (o manera de distribuir cargas jurídicas) autónomo
y como fuente no estatal de producción de obligaciones jurídicas.
En definitiva, como se sostuvo en la Sentencia de fecha 13-VIII-2002, pro-
nunciada en el proceso de Inc. 15-99, los alcances del derecho a la libertad de
contratación son: (i) el derecho a decidir si se quiere contratar o no; (ii) el de-
recho a elegir con quién se quiere contratar; y (iii) el derecho a determinar el
contenido del contrato, es decir la forma y modo en que quedarán consignados
los derechos y obligaciones de las partes.
5. El derecho a la propiedad (art. 2 inc. 1° de la Cn.) consiste en la facultad
que posee una persona para: (i) usar libremente los bienes, lo que implica la
potestad del propietario de servirse de la cosa y de aprovecharse de los servi-
cios que pueda rendir; (ii) gozar libremente los bienes, que se manifiesta en la
posibilidad del dueño de recoger todos los productos que acceden o se derivan
de su explotación; y (iii) disponer libremente de los bienes, que se traduce en
actos de disposición o enajenación sobre la titularidad del bien.

483
Amparos / Sentencias Definitivas

Las Modalidades del libre uso, goce y disposición de los bienes del derecho
a la propiedad se efectúan sin ninguna limitación que no sea generada o esta-
blecida por la Constitución o la ley, siendo una de estas limitaciones el objeto
natural al cual se debe: la función social.
V. Desarrollados los puntos previos, corresponde en este apartado analizar
si las actuaciones impugnadas se adecuan a la normativa constitucional.
1. A. En el proceso se encuentran agregados, entre otros, los siguientes ele-
mentos probatorios: (i) certificación de la Resolución Inicial n° 001/2013 para
el Reconocimiento y Declaración Cultural del Archivo Documental Histórico de
la Oficina de Tutela Legal del Arzobispado, suscrita por la Secretaria de Cultura
de la Presidencia y por el Director Nacional de Patrimonio Cultural en fecha 11-
X-2013; (ii) certificación notarial de la nota de fecha 21-X-2013, suscrita por la
Secretaria de Cultura de la Presidencia, en virtud de la cual dicha autoridad co-
municó al Arzobispo de San Salvador la designación del equipo de peritos que
llevarían a cabo el inventario ordenado en la Resolución Inicial n° 001/2013;
(iii) copia simple del escrito de fecha 14-VII-2014, firmado por la señora Blanca
Miriam A. M. y dirigido al Arzobispo de San Salvador, por medio del cual le
requirió a este una copia certificada de toda la documentación relacionada
a la Masacre de Las Aradas o Masacre del Río Sumpul que se encuentre en la
Oficina de Tutela Legal del Arzobispado; (iv) copia simple del escrito de fecha
20-VII-2014, firmado por la señora María Marta L. de M. y dirigido al Arzobispo
de San Salvador, por medio del cual le requirió a la citada autoridad eclesiástica
una copia certificada de toda la documentación relacionada a la Masacre de
La Quesera que se encuentre en la Oficina de Tutela Legal del Arzobispado; (v)
copia simple de los escritos de fecha 24-VII-2014, suscritos por el apoderado de
la Iglesia Católica, Apostólica y Romana de El Salvador, mediante los cuales les
hizo saber a las señoras Blanca Miriam A. M. y María Marta L. de M. que no era
posible acceder a su solicitud de información debido a que ello equivaldría a
incumplir la medida cautelar adoptada en el presente amparo; (vi) copia simple
del Acuerdo n° 27, emitido por el Arzobispo de San Salvador en fecha 27-V-
1982, mediante el cual se creó la Oficina de Tutela Legal del Arzobispado; (vii)
certificación del Decreto n° 011/2013, emitido por el Arzobispo de San Salvador
en fecha 30-IX-2013, mediante el cual ordenó la disolución de la Oficina de Tu-
tela Legal del Arzobispado; (viii) certificación del Decreto n° 016/2013, pronun-
ciado por el Arzobispo de San Salvador en fecha 1-X-2013, en virtud del cual
se creó la Oficina de Tutela de los Derechos Humanos del Arzobispado de San
Salvador; (ix) certificación del Decreto n° 017/2013, emitido por el Arzobispo
de San Salvador en fecha 2-X-2013, mediante el cual se creó el Centro de Docu-

484
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

mentación y Archivo Monseñor Rivera y Damas; y (x) copia del Reglamento del
Centro de Documentación y Archivo Monseñor Rivera y Damas.
B. a. De acuerdo con el art. 331 del Código Procesal Civil y Mercantil
(C.Pr.C.M.), de aplicación supletoria al proceso de amparo, en virtud de que no
se ha demostrado la falsedad del documento público presentado, este consti-
tuye prueba fehaciente del hecho que en él se consigna. En cuanto a las copias
simples presentadas, de acuerdo con los arts. 330 inc. 2° y 343 del C.Pr.C.M., en
la medida en que tampoco se ha demostrado su falsedad, con ellas se estable-
cen los hechos que documentan. Finalmente, de conformidad con el art. 30 de
la Ley del Ejercicio Notarial de la Jurisdicción Voluntaria y de otras Diligencias, y
en virtud de que no se ha probado la falsedad de la certificación notarial pre-
sentada, esta constituye prueba de los hechos establecidos en el documento
respectivo.
b. Por otra parte, las certificaciones de decretos eclesiásticos emitidos por el
Arzobispo de San Salvador constituyen instrumentos privados, ya que son ma-
nifestaciones del poder de decisión dentro de una persona jurídica de Derecho
Privado –la Iglesia Católica, Apostólica y Romana– y, por ende, no cumplen las
formalidades que la ley prevé para los documentos públicos. La autenticidad
de tales instrumentos o de su contenido no ha sido impugnada por los demás
intervinientes en este proceso, por lo que constituyen prueba de los hechos
que consignan.
C. Con base en los elementos de prueba presentados, valorados conjun-
tamente y conforme a la sana crítica, se tienen por establecidos los siguientes
hechos: (i) que en fecha 27-V-1982 fue creada la Oficina de Tutela Legal del Ar-
zobispado, con el propósito de “[reasumir] las funciones técnicas del ex Socorro
Jurídic[o] del Arzobispado”; (ii) que en fecha 30-IX-2013 la referida oficina de
asistencia legal fue declarada disuelta por el Arzobispo de San Salvador, siendo
sustituida por la Oficina de Tutela de Derechos Humanos del Arzobispado en
fecha 1-X-2013; (iii) que en fecha 2-X-2013 se creó el Centro de Documentación
y Archivo Monseñor Rivera y Damas, al que se le delegó “proteger cuidadosa-
mente y administrar el legado gráfico y audiovisual que Tutela Legal” contribu-
yó a formar; (iv) que en fecha 11-X-2013 la Secretaria de Cultura de la Presiden-
cia y el Director Nacional de Patrimonio Cultural emitieron la Resolución Inicial
n° 001/2013, mediante la cual dieron inicio al procedimiento para el reconoci-
miento y declaración como Bien Cultural del archivo documental histórico de
la Oficina de Tutela Legal del Arzobispado, y ordenaron a la aludida autoridad
eclesial el cumplimiento de ciertas medidas cautelares de protección sobre el
citado archivo; (v) que en fechas 14-VII-2014 y 20-VII-2014 las señoras Blanca

485
Amparos / Sentencias Definitivas

Miriam A. M. y María Marta L. de M. solicitaron al Arzobispo de San Salvador


una copia certificada de la información contenida en el archivo documental de
la Oficina de Tutela Legal del Arzobispado, relativa a las masacres del Río Sum-
pul o Las Aradas y La Quesera; (vi) que en fecha 24-VII-2014 el apoderado de la
Iglesia Católica, Apostólica y Romana hizo saber a las aludidas peticionarias que
no sería posible dar cumplimiento a lo requerido por ellas en razón de la medi-
da cautelar adoptada en el presente amparo; y (vii) que el Centro de Documen-
tación y Archivo Monseñor Rivera y Damas, anteriormente denominado como
Archivo de la Oficina de Tutela Legal del Arzobispado, funciona mediante un
Reglamento en el que se establece el procedimiento para, entre otras cosas,
obtener información contenida en el referido acervo documental.
2. Establecido lo anterior, corresponde verificar si se han vulnerado los de-
rechos que las partes actoras de los presentes procesos de amparo acumulados
alegaron en sus demandas. Para ello, se realizará una descripción del procedi-
miento para la declaratoria de bienes culturales establecido en la LEPPCES (A);
a continuación, se analizará la naturaleza de los archivos documentales res-
guardados por la iglesia en el contexto de su labor administrativa y pastoral (B);
seguidamente, se determinará si los documentos que conforman el archivo de
la extinta Oficina de Tutela Legal del Arzobispado son susceptibles de protec-
ción estatal mediante la aplicación de la LEPPCES (C); y, finalmente, se estable-
cerá si acontecieron las vulneraciones constitucionales antes mencionadas (D).
A. a. La Constitución prescribe en su art. 63 que la riqueza artística, histó-
rica y arqueológica del país forma parte del tesoro cultural salvadoreño y, en
tal sentido, el Estado se encuentra obligado a procurar su protección y a emitir
leyes especiales con tal objetivo. La LEPPCES constituye un esfuerzo estatal en
orden a dar cumplimiento a la citada disposición constitucional y, en su art. 1,
reafirma el compromiso del Estado de velar por el rescate, investigación, con-
servación, protección, promoción, fomento, desarrollo, difusión y valoración
del patrimonio o tesoro cultural salvadoreño.
De conformidad con dicha ley, la labor de protección debe ser concretada
a través del Ministerio de Educación o “de la Secretaría de Estado que tenga a
su cargo la administración del [p]atrimonio [c]ultural del país”. En este sentido,
la Secretaría de Cultura de la Presidencia, como principal entidad estatal vin-
culada al ámbito cultural del país, se encuentra facultada legalmente para dar
cumplimiento a las disposiciones emanadas del citado cuerpo legal. Por otra
parte, el art. 2 inciso final del Reglamento de la LEPPCES también otorga a la
Dirección Nacional de Patrimonio Cultural atribuciones encaminadas a lograr la
finalidad expresada en dicha ley.

486
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

En otro orden, el art. 2 de la LEPPCES establece que únicamente poseen la


calidad de bienes culturales aquellos que hayan sido expresamente reconoci-
dos como tales por la entidad facultada para ello. El art. 3, por su parte, ofrece
una enumeración general de los bienes que conforman el Patrimonio Cultural
de El Salvador. Para el caso que nos ocupa, interesa destacar que, conforme
a dicha disposición, deben ser incluidos dentro de dicha categoría “los bienes
relacionados con la historia, con inclusión de [...] la historia militar y la historia
social” y “[l]os archivos oficiales y eclesiásticos”.
b. Respecto al procedimiento establecido para la declaratoria de un bien
cultural, el art. 3 del Reglamento de la LEPPCES indica que este será llevado a
cabo bajo la dirección del Ministerio de Educación por medio de las dependen-
cias establecidas en dicho cuerpo legal –entre las cuales se incluye la Dirección
General de Patrimonio Cultural–. También prescribe que la resolución que da
inicio al citado procedimiento debe determinar, en caso de ser necesarias, las
medidas de protección a las que deben estar sujetos los bienes cuya declara-
toria de pertenencia al Patrimonio Cultural nacional se encuentra en trámite.
Por su parte, el art. 6 del mencionado Reglamento dispone que el trámite
en cuestión debe ser realizado en un plazo máximo de 45 días, dentro de los
cuales la entidad directora podrá realizar los estudios, clasificaciones y recono-
cimientos necesarios en orden a emitir la resolución que sea más adecuada. El
proceso concluye, según se plasma en el art. 7 del Reglamento, con una decla-
ratoria del bien específico como Bien Cultural, con lo cual este pasa a formar
parte del Patrimonio Cultural de El Salvador y, por tanto, a ser sujeto de pro-
tección por parte del Estado.
B. Comúnmente se alude a los archivos de carácter eclesiástico como luga-
res o colecciones documentales donde se conserva la memoria de las comu-
nidades cristianas. En tales archivos se conservan un número importante de
documentos referentes no sólo a la propia comunidad religiosa (sus principios,
organización, actividades, etc.), sino también a las acciones misionales, litúrgi-
cas, sacramentales, educativas y asistenciales que llevaron a cabo los miembros
del clero a través del tiempo. En este sentido, se reconoce que la función de los
archivos eclesiásticos es la de ser una especie de “custodios” del devenir históri-
co de la Iglesia Católica, es decir, constituyen soportes materiales de los hechos
que han marcado la historia de tal institución religiosa desde su fundación.
Respecto a su clasificación, es preciso acotar que existe multiplicidad de
sistemas de organización de los archivos eclesiásticos. Uno de los más puntuales
es el propuesto en 1997 por la Asociación de Archiveros de la Iglesia en España,
de acuerdo al cual los archivos eclesiásticos pueden ser categorizados en virtud

487
Amparos / Sentencias Definitivas

de tres criterios: (i) según su antigüedad –archivos parroquiales y episcopales;


archivos monacales y de órdenes religiosas; archivos catedralicios, del cabildo
y de centros educativos del clero; archivos de grupos y asociaciones de fieles
(cofradías, hermandades) e instituciones hospitalarias y escolares–; (ii) según
su ámbito eclesiástico –archivos diocesanos; archivos parroquiales; archivos de
entes no sometidos al obispo diocesano; y archivos de personas jurídicas–; y
(iii) según la ‘Unción que desempeñan –archivos corrientes; archivos históricos;
y archivos secretos diocesanos–.
De lo expuesto en los párrafos precedentes, se concluye que el contenido
de los archivos eclesiásticos refleja la acción de la Iglesia Católica desde sus
épocas más remotas, pero necesariamente desde una perspectiva espiritual; en
otras palabras, se ha pretendido con la conformación de tales archivos ofrecer
un testimonio acerca de la manera en que los ministros de dicha institución
han materializado sus enseñanzas, ya que la actividad de toda entidad religiosa
trasciende el ámbito metafísico y posee en todos los casos una manifestación
tangible. Por ello, no puede afirmarse que todos los documentos en poder de
la Iglesia Católica y sus distintas subsedes nacionales constituyan partes de un
archivo eclesiástico, sino únicamente aquellos en los que se observe una con-
fluencia entre la descripción de eventos materiales y su interpretación a la luz de
la doctrina de la citada organización religiosa.
C. a. En el presente caso, tanto la Iglesia Católica como las autoridades de-
mandadas afirman que los documentos contenidos en el archivo de la extin-
ta Oficina de Tutela Legal del Arzobispado –el cual actualmente se denomina
Centro de Documentación y Archivo Monseñor Rivera y Damas– conforman
un archivo eclesiástico. La diferencia estriba en que, mientras la primera invoca
tal categoría para reivindicar su propiedad sobre dicho archivo y la autono-
mía que posee respecto a su organización, protección y administración, las se-
gundas sostienen que tal acervo documental entra en el ámbito de protección
del art. 3 letra ñ) de la LEPPCES –el cual considera a los archivos eclesiásticos
como parte integrante del Tesoro Cultural salvadoreño– y que, por tanto, po-
seen atribuciones para declarar tal archivo como Bien Cultural y someterlo al
procedimiento administrativo que conlleva dicha declaratoria. Las autoridades
demandadas, además, expresan que el citado archivo constituye un bien cul-
tural en la medida que también refleja hechos relativos a la historia militar y la
historia social de El Salvador, los cuales están comprendidos en la letra b) del
mencionado art. 3 de la LEPPCES.
b. Sobre tales argumentos, debe remarcarse que, tal como las partes lo han
manifestado, los documentos que conforman el archivo de la extinta Oficina

488
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

de Tutela Legal del Arzobispado consisten mayoritariamente en actas de de-


nuncias sobre violaciones a derechos humanos que la citada oficina recibió du-
rante el conflicto armado y en años posteriores, así como documentación que
respalda tales deposiciones –proporcionada en muchos casos por las mismas
víctimas o sus familiares– y constancia de las gestiones realizadas por la oficina
en orden a esclarecer los hechos denunciados. La toma de dichas declaraciones
y la apertura y seguimiento de los respectivos procesos –cuando las condicio-
nes materiales así lo permitían– ciertamente constituyó una manifestación de
la función social desarrollada por la Iglesia Católica, cuya estatura moral propi-
ciaba, tal como ésta lo ha sostenido, que las víctimas rindieran sus testimonios
en un ambiente de confianza y confidencialidad.
En ese sentido, no puede dejarse de lado el hecho de que, esencialmente,
los ofendidos veían a Tutela Legal del Arzobispado como una oficina de asisten-
cia jurídica de carácter privado, gratuita y en la cual depositaban su confianza
para dar impulso a- sus casos. En ese sentido, los expedientes que confirman el
archivo de dicha oficina son equiparables al legajo documental que un abogado
a quien se ha conferido un mandato o una organización que brinde asistencia
jurídica gratuita confirma para el seguimiento de los procesos en los cuales in-
terviene.
En efecto, los documentos que obran en el archivo de la extinta Oficina de
Tutela Legal del Arzobispado no revisten las características necesarias para ser
considerados como parte de un archivo eclesiástico; más bien, son documen-
tos privados cuya propiedad le corresponde a sus titulares –la Iglesia Católica,
Apostólica y Romana de El Salvador o, en su caso, a las víctimas de violaciones a
derechos que proporcionaron documentación para robustecer sus denuncias–.
Sin embargo, lo anterior no comporta una facultad irrestricta para disponer
libre y arbitrariamente del aludido acervo documental para sus titulares, pues-
to que, en este caso concreto, el ejercicio del derecho a la propiedad sobre el
archivo en cuestión se encuentra limitado por el respeto de otros dos derechos
fundamentales.
i. El primer límite a la libre disposición de dicho archivo por parte de la
Iglesia Católica lo constituye el derecho a conocer la verdad, plasmado en los
arts. 2 inc. 1° y 6 inc. 1° de la Cn. Y es que, tal como se sostuvo en la Sentencia
de fecha 5-II-2014, emitida en el Amp. 665-2010, dicho derecho implica la posi-
bilidad real de que las víctimas –en sentido amplio, es decir, tanto a las víctimas
directas como a sus familiares– de vulneraciones de los derechos fundamenta-
les, como la sociedad en su conjunto, conozcan lo realmente ocurrido en tales
situaciones.

489
Amparos / Sentencias Definitivas

En la misma resolución, se estableció que tal derecho posee una dimensión


individual y una colectiva. Según la dimensión individual, las personas, directa
o indirectamente afectadas por la vulneración de sus derechos fundamentales,
tienen siempre derecho a conocer, con independencia del tiempo que haya
transcurrido desde la fecha en la cual se cometió el ilícito, quién fue su autor,
en qué fecha y lugar se perpetró, cómo se produjo y por qué se produjo, entre
otras cosas; ello porque el conocimiento de lo sucedido constituye un medio de
reparación para las víctimas y sus familiares. En cuanto a la dimensión colectiva,
la sociedad tiene el legítimo derecho a conocer la verdad respecto de hechos
que hayan vulnerado gravemente los derechos fundamentales de las personas.
Por consiguiente, la Iglesia Católica se encuentra limitada para disponer li-
bremente del citado acervo documental en la medida que este contiene una
serie de testimonios y declaraciones de víctimas de violaciones de derechos hu-
manos durante la época del conflicto armado, los cuales pueden ser utilizados
en orden a esclarecer dichos hechos y, con ello, obtener la tutela del derecho a
conocer la verdad tanto de las víctimas como de la sociedad en general.
ii. El segundo límite es el respeto al derecho a la autodeterminación infor-
mativa de las víctimas cuya información y datos personales forman parte del
contenido del archivo en cuestión. Y es que, tal como se acotó supra, el citado
derecho implica la facultad para sus titulares de disponer libremente de su in-
formación personal, así como a conocer cuál es el destino que terceros dan a
tal información y establecer límites al tráfico de dichos datos, si así lo estiman
conveniente.
c. Como corolario de lo expuesto, la propiedad reconocida a la Iglesia Ca-
tólica, Apostólica y Romana de El Salvador sobre el archivo documental de la
extinta Oficina de Tutela Legal del Arzobispado lleva aparejado, entre otras,
el cumplimiento de las siguientes obligaciones: (i) elaborar un inventario de los
documentos que integran el mencionado archivo; (ii) resguardar y custodiar
debidamente el contenido de dicho acervo documental; (iii) prestar su colabo-
ración a las instituciones estatales –Ministerio Público, Órgano Judicial, etc.– u
organizaciones no gubernamentales que conforme al ordenamiento jurídico de
El Salvador se encuentren debidamente legitimadas para procurar el esclareci-
miento de casos de posibles violaciones a derechos fundamentales, siempre que
para ello sea necesario el acceso a los documentos contenidos en el citado archi-
vo y se realice con respeto a los derechos a la intimidad y a la autodeterminación
informativa de las víctimas; (iv) proporcionar a las personas legítimamente inte-
resadas la información y datos personales que obren en dichos registros; y (v)

490
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

devolver los documentos que hayan sido proporcionados por las mismas vícti-
mas para acreditar los hechos denunciados, cuando ellas mismas se lo requieran.
d. En consecuencia, se concluye que el archivo de la extinta Oficina de Tu-
tela Legal del Arzobispado no contiene elementos documentales que puedan
estimarse valiosos desde la perspectiva militar y social, en el sentido establecido
en el art. 3 letra b) de la LEPPCES, pues los expedientes sobre vulneraciones a
derechos humanos que administró dicha entidad –los que actualmente se en-
cuentran a cargo de la Oficina de Tutela de Derechos Humanos del Arzobispa-
do– contienen datos que únicamente atañen a sus. titulares, por lo que en ellos
radica un interés particular de los ofendidos y no hacen referencia directa al
contexto social y militar de la época.
En efecto, cada uno de esos expedientes refleja una necesidad de justicia
por parte de las víctimas que requirieron los servicios de la oficina jurídica en
cuestión y, si bien aluden a prácticas consideradas reprochables en las que incu-
rrieron las partes contendientes en el conflicto armado acontecido en El Salva-
dor en un contexto histórico anterior, tales documentos solo hacen referencia
a esos sucesos de manera circunstancial y no con una finalidad consciente de
registrarlos de firma sistemática, lo cual sí les otorgaría el valor que la Secretaria
de Cultura de la Presidencia )) el Director Nacional de Patrimonio Cultural han
pretendido acreditarles en la resolución impugnada.
D. a. i. En relación con la pretensión planteada por la Iglesia Católica, Apos-
tólica y Romana de El Salvador en el amparo con ref. 828-2013, dado que se ha
comprobado que el archivo de la ex Oficina de Tutela Legal del Arzobispado no
constituye un archivo de carácter eclesiástico y tampoco contiene documentos
que reflejen directamente la historia militar y social del país, se advierte que
dicho acervo documental no puede ser considerado un bien cultural según lo
establecido en el art. 3 letras b) y ñ) de la LEPPCES.
Por ello, al emitir la Resolución Inicial n° 001/2013 para el Reconocimiento
y Declaración Cultural del Archivo Documental Histórico de la Oficina de Tutela
Legal del Arzobispado, las autoridades demandadas excedieron las competen-
cias que legalmente les confiere la LEPPCES y, por ende, vulneraron el derecho a
la seguridad jurídica de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana de El Salvador,
por lo que es procedente ampararla en ese extremo de su pretensión.
ii. De igual forma, en virtud de que en la citada resolución se ordenó rea-
lizar un inventario del referido archivo bajo la supervisión de peritos especiali-
zados de la Secretaría de Cultura a fin de determinar su valor cultural, lo cual
implicaba que los citados expertos tuviesen acceso irrestricto a la información y
datos de las personas que solicitaron los servicios de la Oficina de Tutela Legal

491
Amparos / Sentencias Definitivas

del Arzobispado sin el consentimiento previo de sus titulares, se infiere que las
autoridades demandadas han vulnerado también el derecho a la autodetermi-
nación informativa de las mencionadas víctimas, por lo que resulta procedente
estimar este extremo de la pretensión planteada por la Iglesia Católica, Apostó-
lica y Romana de El Salvador en representación de las aludidas personas.
b. i. Por otra parte, en el proceso de amparo clasificado con la ref. 883-2013,
los señores L. de M., A. M., M. de M., C. P., B. A., R. de C., H. R.y E. U., solicitaron
que se declare ha lugar el amparo interpuesto contra el Arzobispo de San Sal-
vador, ya que, a juicio de los referidos señores, la citada autoridad eclesiástica
vulneró sus derechos al ordenar la disolución de la Oficina de Tutela Legal del
Arzobispado, sin que, con posterioridad a dicho cierre, se les entregaran los
expedientes relativos a sus casos, lo cual consideran una apropiación indebi-
da que les imposibilita la continuación de los procesos judiciales iniciados y les
obstaculiza el acceso a la información privada contenida en tales expedientes.
Al respecto, tal como se acotó supra, la titularidad sobre los documentos
que conforman el archivo de la extinta Oficina de Tutela Legal del Arzobispado
corresponde a la Iglesia Católica y, por ello, los referidos señores no tienen el
derecho de reclamar la devolución de los expedientes íntegros que contienen
sus denuncias; sin embargo, dado que el derecho a la propiedad de la Iglesia
Católica sobre el archivo en cuestión excluye los documentos que frieron pro-
porcionados por las víctimas para fundamentar lo expuesto en sus testimonios,
se advierte que en este supuesto sí poseen el derecho de reclamar su devolu-
ción, de manera individual y previa acreditación de la titularidad sobre dichos
documentos.
ii. En el caso objeto de estudio, se advierte que los demandantes –a quienes
se les garantizó su intervención en el presente amparo como terceros benefi-
ciados con el acto impugnado por la Iglesia Católica– no incorporaron ningún
medio de prueba tendiente a comprobar que, en efecto, el Arzobispo de San
Salvador les haya denegado o restringido el acceso a su información privada
contenida en el archivo de Tutela Legal. Por lo contrario, únicamente agrega-
ron al expediente de este amparo las solicitudes efectuadas por las señoras
Blanca Miriam A. M. y María Marta L. de M. en fechas 14-VII-2014 y 20-VII-2014,
respectivamente, mediante las cuales solicitaron al referido arzobispo la devo-
lución de toda la documentación relativa a ciertas masacres ocurridas durante
la guerra civil salvadoreña.
Dichas solicitudes, además de que, a priori, adolecen de una suficiente legi-
timación –ya que, en todo caso, las peticionarias debieron requerir la informa-
ción atinente a sus casos específicos–, fueron realizadas cuando este proceso

492
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

ya había sido iniciado, lo cual no permite que sean valoradas como prueba de
las vulneraciones constitucionales de las que supuestamente fueron objeto. En
consecuencia, se concluye que los los señores L. de M., A. M., M. de M., C. P.,
B. A., R. de C., H. R.y E. U. no presentaron elementos tendientes a establecer la
vulneración constitucional alegada y, por ende, su pretensión deberá ser deses-
timada.
VI. Determinadas las transgresiones constitucionales derivadas de la resolu-
ción pronunciada por la Secretaria de Cultura de la Presidencia y por el Director
Nacional de Patrimonio Cultural, corresponde establecer el efecto restitutorio
de esta sentencia.
1. El art. 35 inc. 1° de la L.Pr.Cn. establece que el efecto material de la
sentencia de amparo consiste en ordenarle a la autoridad demandada que las
cosas vuelvan al estado en que se encontraban antes de la vulneración cons-
titucional. Pero, cuando dicho efecto ya no sea posible, la sentencia será me-
ramente declarativa, quedándole expedita al amparado la promoción de un
proceso en contra del funcionario personalmente responsable.
En efecto, de acuerdo con el art. 245 de la Cn., los funcionarios públicos
que, como consecuencia de una actuación u omisión dolosa o culposa, hayan
vulnerado derechos constitucionales deberán responder, con su patrimonio y
de manera personal, de los daños materiales y/o morales ocasionados. En todo
caso, en la Sentencia de fecha 15-II-2013, emitida en el proceso de Amp. 51-
2011, se aclaró que, aun cuando en una sentencia estimatoria el efecto material
sea posible, el amparado siempre tendrá expedita la incoación del respectivo
proceso de daños en contra del funcionario personalmente responsable, en
aplicación directa del art. 245 de la Cn.
2. A. a. En el presente caso, al haberse comprobado la vulneración de los
derechos a la seguridad jurídica de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana de
El Salvador y a la autodeterminación informativa de las víctimas cuyos datos
e información personal está contenida en los documentos que conforman el
archivo de la extinta Oficina de Tutela Legal del Arzobispado, el efecto restitu-
torio deberá considerarse desde una perspectiva material, consistente en dejar
sin efecto la Resolución Inicial n° 001/2013 para el Reconocimiento y Declara-
ción Cultural del Archivo Documental Histórico de la Oficina de Tutela Legal del
Arzobispado, emitida por la Secretaria de Cultura de la Presidencia y el Director
Nacional de Patrimonio Cultural el 11-X-2013, en el expediente con ref. 1-438-
2010; mediante la cual se ordenó iniciar el procedimiento para declarar como
Bien Cultural el citado archivo y practicar un peritaje en orden a determinar su
valor cultural.

493
Amparos / Sentencias Definitivas

B5. Por otra parte, si bien se ha reconocido a la Iglesia Católica, Apostólica


y Romana de El Salvador la propiedad de los documentos que conforman el
archivo en cuestión --con excepción de aquellos que le fueron entregados por
las propias víctimas o sus familiares para sustentar sus denuncias–, el ejercicio
del derecho a la propiedad en referencia se encuentra limitado por los derechos
a conocer la verdad y a la autodeterminación informativa de las víctimas cuya
información y datos personales forman parte del contenido del aludido archivo;
por lo que aquella debe cumplir con las obligaciones descritas en el Consideran-
do V.2.C.c. de la presente sentencia.
C. Finalmente, en atención a los arts. 245 de la Cn. y 35 inc. 1° de la L.Pr.Cn.,
la Iglesia Católica, Apostólica y Romana de El Salvador y las personas afectadas
en su derecho a la autodeterminación informativa tienen expedita la promoción
de un proceso por los daños materiales y/o morales ocasionados como conse-
cuencia de la vulneración de derechos constitucionales declarada en esta sen-
tencia, directamente en contra de las personas que cometieron la vulneración
aludida.
POR TANTO, con base en las razones expuestas y lo prescrito en el art. 2, 6 y
245 de la Cn, así como en los arts. 32, 33, 34 y 35 de la L.Pr.Cn., en nombre de la
República, esta Sala FALLA: (a) Declárase que ha lugar el amparo solicitado por
la Iglesia Católica, Apostólica y Romana de El Salvador contra la Secretaria de
Cultura de la Presidencia y el -Director Nacional de Patrimonio Cultural, por la
vulneración de su derecho a la seguridad jurídica y el derecho a la autodetermi-
nación informativa de las víctimas cuyos datos e información personales obran
en el archivo de la extinta Oficina de Tutela Legal del Arzobispado de San Sal-
vador; (b) Declárese que no ha lugar el amparo solicitado por los señores Marta
L. de M., Blanca Miriam A. M., María Dorila M. de M., Mauricio C. P., Mario
Raúl B. A., Maura Antonia R. de C., Jorge Alberto H. R. y Girón Alfonso E. U.,
contra el Arzobispo de San Salvador, por las razones explicitadas en la presente
sentencia; (c) Déjese sin efecto la Resolución Inicial n° 001/2013 para el Recono-
cimiento y Declaración Cultural del Archivo Documental Histórico de la Oficina
de Tutela Legal del Arzobispado, emitida por las autoridades demandadas con
fecha 11-X-2013; (d) Ordénase a la Iglesia Católica, Apostólica y Romana de El
Salvador que cumpla con las obligaciones siguientes: (i) elaborar un inventario
de los documentos que integran el mencionado archivo; (ii) resguardar y cus-
todiar debidamente el contenido de dicho acervo documental; (iii) prestar su
colaboración a las instituciones estatales –Ministerio Público, Órgano Judicial,
etc.– u organizaciones no gubernamentales que conforme al ordenamiento
jurídico de El Salvador se encuentren debidamente legitimadas para procurar

494
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

el esclarecimiento de casos de posibles violaciones a derechos fundamentales,


siempre que para ello sea necesario el acceso a los documentos contenidos en
el citado archivo y se realice con respeto a los derechos a la intimidad y a la
autodeterminación informativa de las víctimas; (iv) proporcionar a las personas
legítimamente interesadas la información y datos personales que obren en di-
chos registros; y (y) devolver los documentos que hayan sido proporcionados
por las mismas víctimas para acreditar los hechos denunciados, cuando ellas
mismas se lo requieran; (e) Queda expedita a la Iglesia Católica, Apostólica y
Romana de El Salvador y a las personas afectadas en su derecho a la autodeter-
minación informativa la promoción de un proceso por los daños materiales y/o
morales resultantes de la vulneración de derechos constitucionales declarada
en esta sentencia; y (f) Notifíquese.
E. S. BLANCO. R.---R. E. GONZALEZ.---C. ESCOLÁN.---FCO. E. ORTIZ. R.---M. R.
Z.---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---E.
SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.

104-2013

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA.


San Salvador, a las once horas con doce minutos del día veintiséis de febrero
dos mil dieciséis.
El presente proceso de amparo ha sido promovido por la señora Evelyn
Verónica L. B., en contra del Presidente y del Director de Recursos Humanos de
la Corte Suprema de Justicia (CSJ), por la supuesta vulneración de sus derechos
fundamentales de audiencia y a la estabilidad laboral, reconocidos en los arts.
11 y 219 inc. 2° de la Cn.
Han intervenido en la tramitación de este amparo la parte actora, las auto-
ridades demandadas y la Fiscal de la Corte Suprema de Justicia.
Analizado el proceso y considerando:
I. 1. La pretensora manifestó en su demanda que el 1-IX-1998 ingresó a la-
borar al Órgano Judicial y desde entonces desempeñó diversos cargos, el último
de ellos como asistente informática de la Gerencia General de Administración
y Finanzas (GGAF) de la CSJ; sin embargo, mediante nota de fecha 4-II-2013
suscrita por el Director de Recursos Humanos (DRH) de dicha institución, se le
notificó que, a partir de esa fecha, sería trasladada al Departamento de Infor-
mática (DI). Ello, a su juicio, vulneró sus derechos de audiencia y a la estabilidad
laboral, pues, si bien conserva el salario que tenía asignado previo a su traslado,

495
Amparos / Sentencias Definitivas

dicho acto implicó ser destinada a una unidad administrativa ubicada en una
posición jerárquica inferior a la referida gerencia. Además, sostuvo que el acto
reclamado se materializó sin que previo a él se le siguiera un procedimiento que
le permitiera conocer y controvertir los hechos que lo motivaron y sin haber
cometido ninguna conducta que diera lugar a sanciones disciplinarias.
2. A. Mediante auto de fecha 6-III-2013 se admitió la demanda en los térmi-
nos planteados por la actora y se declaró sin lugar la suspensión de los efectos
del acto reclamado, pues no se advirtió de qué manera se le produciría a dicha
señora una situación irreversible.
B. En esa misma resolución se pidió a las autoridades demandadas que
rindieran el informe establecido en el art. 21 de la Ley de Procedimientos Cons-
titucionales (L.Pr.Cn.). En atención a dicho requerimiento, el DRH alegó que los
hechos que se le atribuían no eran ciertos, ya que únicamente había actuado
como autoridad ejecutora. El Presidente de la CSJ manifestó que no eran cier-
tos los hechos que se le atribuían en la demanda.
C. Además, se le confirió audiencia a la Fiscal de la Corte, de conformidad
con el art. 23 de la L.Pr.Cn., pero esta no hizo uso de la oportunidad procesal
que le fue conferida.
3. A. Por resolución de 9-V-2013 se confirmó la denegatoria de la suspen-
sión de los efectos de los actos reclamados y, además, se pidió a las autoridades
demandadas que rindieran el informe justificativo que regula el art. 26 de la
L.Pr.Cn.
B. Al rendir su informe, el Presidente de la CSJ manifestó que en la jurispru-
dencia de este Tribunal se había sostenido que el acto de traslado de un lugar
a otro, sin que este implicara desmejora salarial y/o de categoría, no podía
considerarse per se atentatorio de derechos constitucionales. En el presente
caso, a su criterio, el traslado de la señora L. B. de la GGAD al DI no afectó su
derecho a la estabilidad laboral, pues ella continúa desempeñando el cargo de
asistente informática, bajo régimen de Ley de Salarios y recibiendo la misma
remuneración, es decir, no ha existido desmejora salarial y, además, su trasla-
do no implicó un desplazamiento físico considerable que pudiera afectarla de
cualquier manera.
C. Por su parte, el DRH expuso que, conforme al Manual de Organización
de la dirección a su cargo, correspondía a la misma, a través de la Unidad de
Asistencia Técnica Administrativa, analizar y emitir opinión técnica sobre trasla-
dos. Además, en el Manual de Procedimientos de esa dirección se encontraba
el procedimiento de “traslado de personal”, pero este no contemplaba escu-
char la opinión del empleado en cuanto a su conformidad o no con dicha ac-

496
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

ción. Aunado a ello, el art. 37 de la Ley de Servicio Civil (LSC) facultaba a tras-
ladar a los empleados a otro cargo de igual clase sin su consentimiento cuando
fuera conveniente para la administración pública. No obstante lo anterior, se le
había dado traslado a la demandante para que manifestara las razones de su
inconformidad con su traslado al DI. Finalmente, alegó que no había existido
vulneración a los derechos fundamentales de la pretensora, ya que el acto de
traslado no había implicado desmejora salarial y/o de categoría.
4. Posteriormente, en virtud del auto de fecha 28-VIII-2013 se confirieron
los traslados que ordena el art. 27 de la L.Pr.Cn., respectivamente, a la Fiscal de
la Corte, quien no hizo uso de la oportunidad procesal que le fue conferida;
y a la parte actora, quien reiteró los argumentos formulados en su demanda.
5. Mediante resolución de 22-X-2015 se concluyó que, con los elementos ar-
gumentativos y de convicción presentados en el proceso, la pretensión consti-
tucional planteada se encontraba suficientemente delimitada y controvertida,
por lo que concurrían las circunstancias necesarias para omitir el plazo proba-
torio y emitir la sentencia que correspondiera, según lo establecido en el art.
29 de la L.Pr.Cn.
II. 1. Antes de proceder al examen de fondo, se analizarán posibles causas
de sobreseimiento en el presente proceso.
A. En la Resolución del 24-III-2010, Amp. 301-2007, se expresó que la legiti-
mación pasiva se entiende como el vínculo existente entre el sujeto pasivo de
la pretensión y el supuesto agravio generado por la acción u omisión de una
autoridad que aparentemente lesionó los derechos fundamentales del peticio-
nario. Ello implica que el presunto perjuicio ocasionado por el acto sometido a
control constitucional debe emanar de las actuaciones de las autoridades que
decidieron el asunto controvertido.
En ese orden, en la jurisprudencia constitucional se ha sostenido –v. gr.,
en la Resolución del 5-V-2010, Amp. 74-2010– que la “autoridad ejecutora” es
aquella que no concurrió con su voluntad en la configuración del acto que
lesionó o restringió los derechos fundamentales de una persona, sino que se
limitó a dar cumplimiento a una providencia emanada de una autoridad con
poder de decisión, siempre que no haya excedido su mandato, pues tal exceso
determinaría eventualmente su legitimación pasiva en el proceso de amparo.
Aunado a lo anterior, debe precisarse que la existencia de vicios o defectos
esenciales en la pretensión genera la imposibilidad para el Tribunal de juzgar
el caso concreto o, en su caso, torna inviable la tramitación completa del pro-
ceso. En el segundo supuesto, esta clase de rechazo se manifiesta mediante el
sobreseimiento.

497
Amparos / Sentencias Definitivas

B. Aplicando las anteriores consideraciones al presente caso, se advierte


que el DRH sostuvo que entre sus actividades y responsabilidades no se encon-
traba la de tomar decisiones respecto a la celebración, modificación o finaliza-
ción de los contratos del personal que labora para la institución. En atención a
ello, aseveró que en el presente caso había actuado como autoridad meramen-
te ejecutora.
En relación con lo anterior, la referida autoridad aportó una certificación de
ciertos pasajes del Manual de Descripción de Puestos de la dirección a su cargo,
en los que se detallan las funciones del titular de esa unidad administrativa,
entre ellas la de “cumplir y hacer cumplir los acuerdos y disposiciones emanadas
de la Presidencia y de la Corte Plena en relación a las atribuciones que la Direc-
ción de Recursos Humanos debe llevar a cabo”.
Del contenido del documento antes relacionado se colige que el citado di-
rector no concurrió con su voluntad en la decisión que aparentemente incidió
de manera negativa en los derechos de la peticionaria, ya que su actuación
se circunscribió a cumplir y comunicar las decisiones adoptadas por el titular
de la CSJ. Tomando en cuenta lo anterior, se concluye que la citada autoridad
carece de legitimación pasiva en el presente proceso, por lo que es pertinente
sobreseer en el presente amparo por la presunta vulneración de derechos cons-
titucionales atribuida a esa autoridad.
2. Así depurada la pretensión, el orden lógico con el que se estructurará
esta resolución es el siguiente: en primer lugar, se determinará el objeto de
la presente controversia (III); en segundo lugar, se hará una exposición sobre
el contenido de los derechos alegados (IV); y, finalmente, se analizará el caso
sometido a conocimiento de este Tribunal (V).
III. El objeto de la controversia puesta en conocimiento de este Tribunal
consiste en determinar si el Presidente de la CSJ vulneró los derechos de au-
diencia y a la estabilidad laboral de la señora Evelyn Verónica L. B., al haberla
trasladado del cargo de asistente informática de la GGAF al DI, sin seguirle
previamente un proceso en el que se le informaran las razones que motivaron
esa decisión y se le permitiera defender sus intereses.
IV. 1. A. La jurisprudencia constitucional ha sostenido que, salvo las excep-
ciones constitucional y legalmente previstas, todo servidor público es titular del
derecho a la estabilidad laboral, por lo que este surte sus efectos plenamen-
te frente a destituciones arbitrarias, es decir, realizadas con transgresión a la
Constitución o a las leyes.
El reconocimiento del derecho a la estabilidad laboral (art. 219 inc. 2° de
la Cn.) de los servidores públicos responde a dos necesidades: la primera, ga-

498
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

rantizar la continuidad de las funciones y actividades que ellos realizan en las


instituciones públicas, debido a que sus servicios están orientados a satisfacer
un interés general; y, la segunda, conceder al servidor un grado de seguridad
que le permita realizar sus labores, sin temor a que su situación jurídica se mo-
difique fuera del marco constitucional y legal establecido.
B. El derecho a la estabilidad laboral, según las Sentencias de 11-III-2011,
24-XI-2010, 11-VI-2010 y 19-V-2010, Amps. 10-2009, 1113-2008, 307-2005 y 404-
2008, respectivamente, faculta a conservar un trabajo cuando concurran las
condiciones siguientes: (i) que subsista el puesto de trabajo; (ii) que el emplea-
do no pierda su capacidad física o mental para desempeñar el cargo; (iii) que
las labores se desarrollen con eficiencia; (iv) que no se cometa falta grave que
la ley considere causal de despido; (v) que subsista la institución para la cual
se presta el servicio; y (vi) que el puesto no sea de aquellos cuyo desempeño
requiere de confianza personal o política.
C. Al respecto, en las Sentencias del 29-VII-2011 y 26-VIII-2011, Amps. 426-
2009 y 301-2009 respectivamente, se elaboró un concepto de “cargo de con-
fianza” a partir del cual, a pesar de la heterogeneidad de los cargos existentes
en la Administración Pública, se puede determinar si la destitución atribuida a
una determinada autoridad fue legítima o no desde la perspectiva constitucio-
nal. Así, los cargos de confianza son aquellos desempeñados por funcionarios
o empleados públicos que llevan a cabo actividades vinculadas directamente
con los objetivos y fines de una determinada institución, gozando de un alto
grado de libertad en la toma de decisiones y/o que prestan un servicio personal
y directo al titular de la entidad.
Entonces, para determinar si un cargo, independientemente de su deno-
minación, es de confianza, se debe analizar, atendiendo a las circunstancias
concretas, si en él concurren todas o la mayoría de las características siguientes:
(i) que el cargo es de alto nivel, en el sentido de que es determinante para la
conducción de la institución respectiva, lo que puede establecerse analizando
la naturaleza de las funciones desempeñadas –más políticas que técnicas– y
la ubicación jerárquica en la organización interna de la institución –en el nivel
superior–; (ii) que el cargo implica un grado mínimo de subordinación al titu-
lar de la institución, en el sentido de que el funcionario o empleado tiene un
amplio margen de libertad para la adopción de decisiones en la esfera de sus
competencias, y (iii) que el cargo implica un vínculo directo con el titular de la
institución, lo que se infiere de la confianza personal que dicho titular deposita
en el funcionario o empleado respectivo o de los servicios que este le presta
directamente al primero.

499
Amparos / Sentencias Definitivas

D. Además, el derecho a la estabilidad laboral conlleva una especial pro-


tección para los servidores públicos comprendidos en la carrera administrativa
frente a ciertos actos que anulan o limitan sus condiciones esenciales de traba-
jo, tales como los traslados arbitrarios.
a.   El traslado es un acto administrativo en virtud del cual un servidor pú-
blico, ante una necesidad imperiosa de la Administración, asume de forma per-
manente un cargo similar al que desempeñaba previo a la emisión de dicho
acto. Su fundamento es la necesidad de garantizar que la institución para la
cual labora dicho servidor público cumpla adecuadamente sus funciones por
medio del recurso humano idóneo. Ello significa que el Estado tiene la facultad
de destinar a sus funcionarios y empleados a distintos puestos de trabajo, se-
gún su nivel de especialización, en aras de satisfacer un interés público.
b.   Es necesario distinguir el traslado de otras figuras similares, previstas en
el ordenamiento jurídico, que también conllevan un cambio en alguna de las
condiciones de las relaciones laborales entre el Estado y sus servidores públicos.
Entre dichas figuras están las siguientes: (i) el ascenso, el cual permite a una
persona ocupar un cargo de mayor jerarquía al que desempeñaba anterior-
mente en la institución, (ii) la permuta, que implica un intercambio voluntario
de plazas entre dos servidores públicos y (iii) el descenso de clase, que consiste
en el traslado de un servidor público a un cargo de categoría inferior al que
desempeñaba antes.
La última figura mencionada opera como sanción aplicada al servidor que
se le haya comprobado descuido o mal comportamiento, mediante resolución
de la respectiva comisión de servicio civil. No debe ser confundida con el tras-
lado: en este se desplaza a la persona a un cargo de igual o similar categoría al
que tenía antes, en aras de satisfacer una necesidad imperiosa de la institución
pública correspondiente, mientras que en el descenso de clase ocurre una des-
mejora de las condiciones laborales –como la categoría del cargo, las funciones
asignadas y el salario– producto de una sanción por el incumplimiento de las
atribuciones que le correspondían al servidor en su cargo primigenio.
c. Para que un traslado sea legítimo debe ser necesario, es decir, basado en
razones objetivas relacionadas con el adecuado desempeño de las actividades
propias de una institución pública, y debe garantizar la no afectación de las
condiciones esenciales que rigen la relación laboral entre un servidor público
y el Estado, esto es, la localidad donde se presta el servicio, la categoría del
cargo, las funciones asignadas y el salario. Ello porque esta figura no debe em-
plearse como sanción, sino como un mecanismo extraordinario orientado a
organizar adecuadamente el recurso humano que labora para el Estado y, así,

500
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

garantizar el correcto funcionamiento de las instituciones públicas. Por ello,


previo a su materialización, se debe justificar sumariamente si concurren las
siguientes condiciones: (i) la necesidad que tiene una institución de reorgani-
zar su personal debido a que alguna de sus unidades administrativas carece de
suficiente personal para cumplir sus funciones y (ii) el nivel de especialización
del servidor público que se pretende trasladar y su idoneidad para desempeñar
el cargo al que será destinado, en el entendido de que dicha unidad no cuenta
con otra persona que pueda asumir las funciones de ese puesto de trabajo.
d. Por último, debe señalarse que, de conformidad con el art. 37 de la Ley
de Servicio Civil, cuando se trate de un cambio de la localidad –municipio– en la
que se prestan los servicios y no se cuente con la anuencia del servidor público
que será afectado, el traslado podrá ser decidido por la respectiva comisión de
servicio civil previa audiencia al interesado, de manera motivada y con la míni-
ma afectación a la vida personal y familiar del trabajador.
2. En virtud del derecho de audiencia (art. 11 inc. 1° Cn.), de acuerdo con
la jurisprudencia de esta Sala (v. gr., las Sentencias del 11-III-2011 y 4-II-2011,
Amps. 10-2009 y 228-2007 respectivamente), se exige que a toda persona, an-
tes de limitársele o privársele de uno de sus derechos, se le oiga y venza en un
proceso o procedimiento, tramitado de conformidad con las leyes. En virtud de
ello, existe vulneración del derecho de audiencia cuando el afectado no tuvo la
oportunidad real de pronunciarse en un caso concreto, limitándosele o priván-
dosele de un derecho sin la tramitación del correspondiente juicio.
V. A continuación se analizará si la actuación de la autoridad demandada
se sujetó a la normativa constitucional.
1. A. a. Las partes aportaron como prueba, entre otros, los siguientes docu-
mentos: (i) constancia expedida por la Jefa de la Unidad Técnica Central de la
CSJ, la cual acredita que la peticionaria ingresó al Órgano Judicial el 1-IX-1982;
(ii) certificación de memorando mediante el cual el Jefe del DI le requirió al
GGAF el traslado de la actora al referido departamento, para que lo apoyara
en licenciamiento, debido a que aquel estaba deficiente y, además, dicha se-
ñora reunía el perfil necesario para el cargo; (iii) certificación del memorando
GGAF-175-2013 ab, remitido por el GGAF al Jefe del DI, en el que consta que
la mencionada gerencia general autorizó el “traslado físico” de la demandante
para dar apoyo a un área que estaba deficiente; (iv) certificación de formulario
de traslado de personal suscrito por el GGAF y el Jefe del DI; (v) certificación
de informe de solicitud de traslado de personal elaborado por la Unidad de
Asistencia Técnica Administrativa de la DRH, en la que consta que dicha unidad
realizó el trámite del traslado de la actora a solicitud del Jefe del DI, quien le

501
Amparos / Sentencias Definitivas

requirió dicho traslado al GGAF y este último accedió a su petición; asimismo,


consta que dicho acto se justificó en la necesidad de que la referida señora
brindara apoyo en los registros de la Sección de Licenciamiento de dicha uni-
dad, pues aquella tenía la formación académica necesaria para desempeñarse
en el DI y, además, este necesitaba ser reforzado con más personal debido a
que en ese momento era un área deficiente; finalmente, se consignó que la
actora conservaría la plaza, el salario y el régimen de contratación que tenía
previo a la materialización del acto reclamado; (vi) certificación de nota de
fecha 27-I-2013, suscrita por el DRH, con acuse de recibo de fecha 4-II-2013, en
la que consta que dicho funcionario le informó a la demandante que, a partir
de la última fecha relacionada, sería trasladada al DI, pero mantendría su nom-
bramiento bajo el régimen de Ley de Salarios y conservaría el salario que tenía
asignado; (vii) copias certificadas, unas por el Jefe del DRH y otras por notario,
de formularios de evaluación de la peticionaria, en los cuales consta que esta
tuvo un buen desempeño en los cargos que desempeñó previo a su traslado;
y (viii) copia simple del carné institucional de la peticionaria que vence en di-
ciembre del corriente año, en el que consta que dicha señora tiene asignado
nominalmente el cargo de asistente informática de la GGAF.
b. De acuerdo con el art. 331 del Código Procesal Civil y Mercantil, de apli-
cación supletoria al proceso de amparo, en virtud de que no se ha demostrado
la falsedad de los documentos públicos presentados, estos constituyen prueba
fehaciente de los hechos que en ellos se consignan. Asimismo, en virtud de los
arts. 331 y 341 inc. 1° de dicho código y 30 de la Ley del Ejercicio Notarial de la
Jurisdicción Voluntaria y de otras Diligencias, con las certificaciones notariales
presentadas se han acreditado la autenticidad de los documentos que reprodu-
cen, así como los datos contenidos en ellas. Por otra parte, en razón de lo dis-
puesto en los arts. 330 inc. 2° y 343 del citado código, con la copia simple antes
mencionada, dado que no se acreditó su falsedad ni la del documento original,
se han comprobado de manera fehaciente los datos contenidos en ellas.
B. Con base en los elementos de prueba presentados, valorados conjunta-
mente, se tienen por establecidos los siguientes hechos y datos: (i) que la seño-
ra Evelyn Verónica L. B. ha laborado para el Órgano Judicial desde el 1-IX-1982;
(ii) que dicha señora desempeñó sus funciones en la GGAF hasta que, con fecha
4-II-2013, se le informó que, a partir de ese día, sería trasladada al DI, pero
conservaría la plaza, el salario y el régimen de contratación que tenía previo a
que se materializara dicho traslado; (iii) que el Jefe del DI y el GGAD acordaron
el traslado de la peticionaria, atendiendo a su perfil académico y a la necesi-
dad de reforzar el aludido departamento, el cual, aparentemente, carecía de

502
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

recurso humano suficiente para realizar ciertas actividades; (iv) que dichos fun-
cionarios realizaron un trámite que fue autorizado por la unidad competente
de la DRH para materializar el traslado; y (v) que, según las evaluaciones de la
peticionaria, esta tenía un buen desempeño laboral.
2. Establecido lo anterior, corresponde verificar si la autoridad demandada
vulneró los derechos de audiencia y a la estabilidad laboral de la señora Evelyn
Verónica L. B., al haberla trasladado del cargo que desempeñaba en la GGAF
de la CSJ al DI, sin que previo a ello se le tramitara un procedimiento en el que
se le permitiera controvertir las razones que motivaron dicho acto.
Con la prueba aportada al proceso se acreditó que, en virtud del requeri-
miento efectuado por el Jefe del DI al GGAF, la señora L. B. fue trasladada del
cargo de asistente informática de la GGAF al DI. Por otro lado, en la certifica-
ción del informe de solicitud de traslado de personal elaborado por la Unidad
de Asistencia Técnica Administrativa de la DRH, consta que el traslado de la
peticionaria se justificó en la necesidad de que esta brindara apoyo en los regis-
tros de la Sección de Licenciamiento del DI, pues tenía la formación académica
necesaria para desempeñarse en el mismo y aquella necesitaba ser reforzada
con más personal debido a que en ese momento estaba deficiente. Asimismo,
se ha probado que la actora conservó el cargo funcional de asistente informáti-
ca, el salario y el régimen de contratación que tenía previo a la materialización
del acto reclamado. Finalmente, se comprobó que la DRH otorgó audiencia a
la demandante para que manifestara las razones de su inconformidad con el
traslado, pero esta omitió pronunciarse al respecto.
No obstante que la demandante alegó que sus funciones en la GGAF eran
de asesoría y supervisión gerencial de la gestión de tecnología informática,
mientras que ahora en el DI sus funciones eran eminentemente operativas,
consistentes en realizar registros de licencias cada año, se ha probado que la
actora continúa desempeñando funciones técnicas que corresponden a su for-
mación académica y al cargo de asistente informática. Por otra parte, a pesar
de que la actora alega que el DI se ubicaba jerárquicamente dos niveles abajo
de la GGAF, su traslado no fue capaz de afectar su estabilidad laboral en la me-
dida en que le implicó una variación en su ubicación organizacional dentro de
la institución, pero no de la localidad donde presta su servicio.
De lo anterior se colige que si bien la autoridad demandada modificó ciertas
condiciones de la relación laboral entre la CSJ y la peticionaria, específicamente
la oficina a la que estaba adscrita, ello no le ocasionó una rebaja significativa
con relación al cargo que desempeñaba previo a la emisión del acto reclamado,
ya que ella continúa bajo el régimen de contratación de Ley de Salarios, recibe

503
Amparos / Sentencias Definitivas

la misma remuneración y, además, su traslado no implicó un desplazamiento


físico que pudiera afectarla.
Por consiguiente, en virtud de que no se comprobó que el traslado de la
señora Evelyn Verónica L. B. del cargo de asistente informática de la GGAF al
DI produjera una desmejora significativa de las condiciones laborales que tenía
previo a la emisión de dicho acto, se concluye que la autoridad judicial deman-
dada no vulneró los derechos de audiencia, de defensa y a la estabilidad laboral
al de la mencionada señora, por lo que es procedente desestimar su pretensión.
POR TANTO: con base en las razones expuestas y lo prescrito en los arts.
11 y 219 inc. 2° de la Cn., así como en los arts. 31 n° 3, 32, 33 y 34 de la L.Pr.
Cn., a nombre de la República, esta Sala FALLA: (a) Sobreséese en el presente
proceso de amparo promovido por la señora Evelyn Verónica L. B. contra el Di-
rector de Recursos Humanos de la Corte Suprema de Justicia; (b) Declárase que
no ha lugar el amparo solicitado por la señora Evelyn Verónica L. B. contra el
Presidente de la Corte Suprema de Justicia, por la vulneración de sus derechos
de audiencia, de defensa y a la estabilidad laboral; (c) Tiénese por actualizada
la personería con que actúa el abogado Jimmy Neyib Martell Hernández, en
representación del Presidente de la Corte Suprema de Justicia, en virtud de ha-
ber acreditado en debida forma la calidad con que interviene en este proceso;
y (d) Notifíquese.—
---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZALEZ--- FCO. E. ORTIZ R.---C. ESCOLAN---M. R.
Z.--- PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---
E. SOCORRO C.---SRIA.--- ---RUBRICADAS.

343-2014

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las diez horas con cincuenta y tres minutos del día veintiséis de
febrero de dos mil dieciséis.
El presente proceso de amparo fue promovido por la sociedad El Salvador
Network, S.A., por medio de su apoderada, la abogada Isis Lucila Bonilla de
Orantes, contra actuaciones del Concejo Municipal de Ciudad Delgado, depar-
tamento de San Salvador, por considerar vulnerado su derecho a la propiedad,
al contravenir los principios de reserva de ley y de no confiscación.
Han intervenido en este proceso la parte actora, la autoridad demandada
y la Fiscal de la Corte Suprema de Justicia.
Analizado el proceso y considerando:

504
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

I. 1. La sociedad demandante manifestó que dirigía su reclamo contra el


Concejo Municipal de Ciudad Delgado por haber emitido: (i) el art. 7.12.k.II de
la Ordenanza Reguladora de Tasas por Servicios Municipales de Ciudad Delga-
do (ORTSMCD), mediante el D.M. n° 31, de 16-VIII-2005, publicado en el D.O.
157, tomo 368, de 26-VIII-2005; y (ii) el art. 1 del D.M. n° 2, de 20-VII-2009,
publicado en el D.O. 152, tomo 384, de 19-VIII-2009, a través del cual se refor-
maron, entre estos, el art. 7.12.k de la citada ordenanza. Tales disposiciones, en
su orden y en lo pertinente, prescriben:
“Art. 7. Se establecen las siguientes tasas por servicio[s] que la Municipa-
lidad de Ciudad Delgado presta en esta ciudad, en dólares americanos, de la
manera que se detalla a continuación: [...]
12- LICENCIAS [...]
k) Poste de tendido eléctrico, de cable, de red telefónica u otro servicio [...]
II. Uso del suelo y subsuelo para poste eléctrico, por cada mes $0.80”.
“Art. 1.- Refórmense los siguientes numerales, romanos y literales del art. 7,
de la siguiente manera: Art. 7. Se establecen las siguientes tasas por servicio[s]
que la Municipalidad de Ciudad Delgado presta en esta ciudad, en dólares
americanos, de la manera que se detalla a continuación: [...]
12- LICENCIAS [...]
k) Poste de tendido eléctrico, de cable, de red telefónica u otro servicio
similar [...]
- Licencia por funcionamiento al mes $6.00”.
Fundamentó la impugnación constitucional de las aludidas disposiciones en
dos argumentos de carácter eventual:
A. En primer lugar, como aspecto de forma –específicamente de compe-
tencia–, expresó que las disposiciones impugnadas establecen en realidad un
impuesto –una clase de tributo que los municipios no están autorizados a de-
cretar– y no una tasa, por cuanto que uno de los hechos imponibles que se
grava con ellas es el mero funcionamiento de los postes que sirven para mante-
ner instalados cables, entre otros, de servicio de telecomunicaciones ubicados
dentro del municipio de Ciudad Delgado. Agregó que en dicho municipio tiene
instalados postes de su propiedad y que, además de estos, usa –como segundo
operador de esa localidad– postes propiedad de terceros para prestar el ser-
vicio de telecomunicaciones, por lo que no existe contraprestación municipal
que se otorgue a su favor por el pago del referido tributo. Por ello, consideró
que los actos reclamados infringían el principio de reserva de ley en materia tri-
butaria, configurándose una vulneración a sus derechos a la seguridad jurídica
y a la propiedad.

505
Amparos / Sentencias Definitivas

B. En segundo lugar, como aspecto de fondo, manifestó que las disposicio-


nes impugnadas, en el supuesto de que el aludido tributo se llegara a catalogar
como tasa y no impuesto, regulan un gravamen inequitativo en virtud de que
este: (i) no tiene justificación alguna, ya que no existe un servicio prestado por
la municipalidad como contraprestación; y (ii) posee efecto confiscatorio al ca-
recer de fundamentación técnica, pues su quantum no ha sido fijado en consi-
deración al costo que representa para la Administración Municipal el supuesto
servicio o prestación brindada. En ese sentido, consideró que los actos reclama-
dos transgreden sus derechos a la seguridad jurídica –en sus expresiones del
“derecho a la interdicción de la arbitrariedad” y del “derecho a la razonabili-
dad del acto público”– y a la propiedad, por la inobservancia de los principios
de “proporcionalidad tributaria”, “interdicción de la confiscación tributaria” y
“tributación en forma equitativa”, pues establecen un tributo que se apropia
ilegítimamente de su patrimonio.
2. A. Mediante el auto de 25-III-2015 se declaró improcedente el reclamo
planteado por la sociedad demandante respecto del art. 7.12.k.II de la ORTS-
MCD, debido a la falta de actualidad en el agravio.
B. También, en esa misma resolución, se suplió la deficiencia de la queja
formulada por la parte actora respecto del segundo acto reclamado, de confor-
midad con el principio iura novit curia y el art. 80 de la Ley de Procedimientos
Constitucionales (L.Pr.Cn.), en el sentido de que los argumentos formulados
por aquella podrían reconducirse a la probable trasgresión de su derecho a la
propiedad por la inobservancia de los principios de reserva de ley en materia
tributaria y de no confiscación. Así, la admisión de la demanda se circunscribió
al control de constitucionalidad del art. 1 del D.M. n° 2, de 20-VII-2009, a través
del cual el Concejo Municipal de Ciudad Delgado reformó el art. 7.12.k de la
citada ordenanza, en lo atinente a la “licencia por funcionamiento” de postes
de tendido eléctrico, cable, red telefónica u otros servicios similares, por la pre-
sunta vulneración del derecho fundamental y principios mencionados.
C. Además, en el mismo auto, por una parte, se suspendieron inmediata y
provisionalmente los efectos de la aludida disposición impugnada; y, por otra
parte, se pidió al Concejo Municipal de Ciudad Delgado que rindiera el informe
que establece el art. 21 de la L.Pr.Cn., en el que sostuvo que los hechos que se le
atribuían eran “parcialmente ciertos”, ya que sí se efectuó la reforma reclama-
da, pero observando los procedimientos establecidos en las leyes. Asimismo, se
confirió audiencia a la Fiscal de la Corte, tal como lo dispone el art. 23 de la L.Pr.
Cn., pero esta no hizo uso de ella.

506
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

3.   A través de la resolución emitida el 12-V-2015 se confirmó la suspensión


de los efectos de la normativa impugnada y, además, se requirió a la autoridad
demandada que rindiera el informe justificativo que establece el art. 26 de la
L.Pr.Cn., en el que reiteró los argumentos planteados con anterioridad.
4. Por medio del auto de 17-IX-2015 se confirieron los traslados previstos
en el art. 27 de la L.Pr.Cn., respectivamente, a la Fiscal de la Corte, en el que
expresó que la autoridad demandada debía probar que su actuación no causó
agravio a la sociedad demandante; y a la parte actora, quien formuló sus ale-
gatos en los mismos términos antes indicados.
5.   Mediante el auto de 18-XI-2015 se habilitó la fase probatoria por el plazo
de 8 días, de conformidad con el art. 29 de la L.Pr.Cn., lapso en el que única-
mente la parte actora ofreció prueba documental. En este estado del proceso,
la autoridad demandada indicó –entre otros aspectos– que a la Municipalidad
de Ciudad Delgado le correspondía autorizar el funcionamiento dentro de su
territorio de todo tipo de estructuras, tales como torres y postes, con inde-
pendencia si estas se encontraban ubicadas en lugares públicos o privados, ya
que le correspondían las siguientes funciones: (i) “verificar la viabilidad de la
instalación de tales estructuras”, a fin de que estas no ocasionaran riesgos a la
salud y a la vida de sus habitantes, y (ii) “mantener un control y vigilancia” so-
bre el cumplimiento de las “circunstancias en que se concedió el permiso para
su funcionamiento”.
6. Por medio de resolución de 9-XII-2015 se otorgaron los traslados que
ordena el art. 30 de la L.Pr.Cn., respectivamente, al Fiscal de la Corte, quien
expresó, por un lado, que la disposición impugnada, a pesar de aludir a un tipo
de permiso otorgado por la referida municipalidad como contraprestación, es-
tablecía un impuesto y no tasa, pues, al considerar como hecho generador de
dicho tributo el funcionamiento de postes de forma aislada, más bien gravaba
la actividad económica de la sociedad demandante, lo que infringía el derecho
a la propiedad de esta por la inobservancia del principio de reserva de ley en
materia tributaria; y, por otro lado, que la sociedad pretensora no había com-
probado el efecto confiscatorio que la mencionada disposición generaba en
sus derechos, por lo que debía declararse sin lugar la pretensión respecto de la
presunta transgresión de su derecho a la propiedad en relación con la infrac-
ción del principio de no confiscación; a la parte actora, la cual reiteró los argu-
mentos planteados con anterioridad; y, finalmente, a la autoridad demandada,
quien no hizo uso de dicha oportunidad procesal.
7. Concluido el trámite establecido en la L.Pr.Cn., el presente amparo quedó
en estado de pronunciar sentencia.

507
Amparos / Sentencias Definitivas

II. El orden lógico con el que se estructurará esta resolución es el siguiente:


en primer lugar, se determinará el objeto de la presente controversia (III); en
segundo lugar, se expondrán ciertas consideraciones acerca del contenido del
derecho y principio alegados, así como de la naturaleza jurídica de las tasas
municipales (IV); en tercer lugar, se analizará el caso sometido a conocimiento
de este Tribunal (V); y finalmente, se desarrollará lo referente al efecto de esta
decisión (VI).
III. 1. De acuerdo con la demanda presentada y su auto de admisión, el
presente proceso constitucional reviste la modalidad de un amparo contra ley
autoaplicativa, que es el instrumento procesal por medio del cual se atacan
aquellas disposiciones que contradicen preceptos constitucionales y que, por lo
tanto, vulneran derechos fundamentales, produciendo efectos jurídicos desde
su promulgación.
Si se opta por la vía del amparo para cuestionar constitucionalmente una
actuación legal, dicho proceso no sólo deberá cumplir con los requisitos de
procedencia de los procesos de inconstitucionalidad, sino que, además, el su-
jeto activo deberá atribuirse la existencia de un agravio personal, directo y de
trascendencia constitucional, es decir, la afectación a alguno de sus derechos
por encontrarse en el ámbito de aplicación de la disposición considerada incons-
titucional.
2. En el caso que nos ocupa, el objeto de la controversia estriba en determi-
nar si el Concejo Municipal de Ciudad Delgado, al emitir la disposición impug-
nada, vulneró el derecho a la propiedad de la sociedad actora, por inobservar
los principios de reserva de ley en materia tributaria y de no confiscación.
En relación con ello, es importante aclarar que, a pesar de que durante
la etapa probatoria la autoridad demandada expuso aspectos vinculados, por
un lado, con la competencia de esa municipalidad para gravar mediante ta-
sas la instalación de postes, actividad sobre la cual –afirmó– dicha entidad se
encargaba de verificar su “viabilidad”; y, por otro lado, con la naturaleza del
suelo –lugares públicos o privados– donde estaban instaladas tales estructuras,
dichos planteamientos no forman parte del objeto procesal de este amparo ni
de los términos del debate. Y es que la parte actora dirige su reclamo contra un
tributo que grava el funcionamiento y no la instalación de los referidos postes;
además, dicha parte procesal fundamenta su pretensión, entre otros aspectos,
en la supuesta propiedad privada de los postes objeto de gravamen y no en la
de los inmuebles donde dichas infraestructuras están adheridas.
IV. En este apartado, se hará una breve exposición sobre el derecho y uno
de los principios invocados como vulnerados con el acto reclamado.

508
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

1. El derecho a la propiedad faculta a su titular a: (i) usar libremente los


bienes, que implica la potestad del propietario de servirse de la cosa y de apro-
vecharse de los servicios que pueda rendir; (ii) gozar libremente de los bienes,
que se manifiesta en la posibilidad del dueño de recoger todos los productos
que derivan de su explotación; y (iii) disponer libremente de los bienes, que se
traduce en actos de enajenación sobre la titularidad del bien.
Las modalidades del derecho a la propiedad, esto es, el libre uso, goce y
disposición de los bienes, se efectúan sin otras limitaciones más que las estable-
cidas en la Constitución o en la ley, siendo una de estas limitaciones: la función
social.
Finalmente, cabe aclarar que el derecho a la propiedad previsto en el art. 2
de la Cn. no se limita a la tutela del derecho real de dominio que regula la legis-
lación civil, sino que, además, abarca la protección de los derechos adquiridos o
de las situaciones jurídicas consolidadas por un sujeto determinado y sobre los
cuales este alega su legítima titularidad.
2. A. Por otro lado, tal derecho se encuentra estrechamente relacionado
con los tributos y, en razón de tal conexión, tanto los principios formales (reser-
va de ley y legalidad tributaria) como los principios materiales (capacidad eco-
nómica, igualdad, progresividad y no confiscación) del Derecho Constitucional
Tributario funcionan como garantías en sentido amplio de ese derecho. Por
ello, la inobservancia o el irrespeto a alguno de esos principios puede ocasionar
una intervención ilegítima en el citado derecho fundamental, por lo que su
vulneración puede ser controlada por la vía del proceso de amparo, tal como
dispone el art. 247 inc. 1° de la Cn.
B. Respecto al principio de reserva de ley en materia tributaria, en la Sen-
tencia de 23-XI-2011, Amp. 311-2009, se sostuvo que este tiene como finalidad
garantizar, por un lado, el derecho a la propiedad frente a injerencias arbi-
trarias del poder público –dimensión individual– y, por otro lado, el principio
de autoimposición, esto es, que los ciudadanos no paguen más contribuciones
que aquellas a las que sus legítimos representantes han prestado su consenti-
miento –dimensión colectiva–.
Dicho principio tiene por objeto que un tema de especial interés para los
ciudadanos –es decir, el reparto de la carga tributaria– dependa exclusivamen-
te del órgano estatal que por los principios que rigen su actividad asegura de
mejor manera la conciliación de intereses contrapuestos en ese reparto. Así, en
nuestro ordenamiento jurídico la reserva de ley tributaria tiene reconocimiento
expreso en el art. 131 ord. 6° de la Cn.; sin embargo, este debe integrase de
manera sistemática con lo dispuesto en el art. 204 ord. 1° de la Cn., que habi-

509
Amparos / Sentencias Definitivas

lita a los municipios a establecer tasas y contribuciones especiales, por lo que


la reserva solo afecta a esta clase de tributos cuando son de alcance nacional.
C. En relación con el principio de no confiscación, el tributo no debe ab-
sorber una parte sustancial de la renta o capital gravado del contribuyente. En
todo caso, debe asegurarse a las personas naturales un mínimo vital exento de
toda tributación, a efecto de que puedan cubrir sus necesidades básicas. En el
caso de las personas jurídicas, debe asegurárseles un mínimo que les permita
continuar realizando la actividad correspondiente.
Sin duda, la mayor dificultad que plantea la aplicación de este principio es
la determinación concreta de la “parte sustancial” de un patrimonio que repre-
senta el mínimo aludido. En realidad, la equidad de un tributo, en términos de
no confiscación, solo puede establecerse en cada caso concreto tomando en
consideración el tiempo, el lugar, los montos y los fines económico-sociales de
cada tributo.
3. En la Sentencia de 15-II-2012, Inc. 66-2005, se estableció que la tasa es el
tributo cuyo hecho generador está integrado por una actividad o servicio divisi-
ble del Estado o Municipio, hallándose esa actividad relacionada directamente
con el contribuyente.
La jurisprudencia de este Tribunal –v. gr., en la Sentencia del 30-IV-2010,
Amp. 142-2007– ha caracterizado a las tasas con los siguientes elementos: (i) es
un gravamen pecuniario, que puede regularse en una ley u ordenanza munici-
pal y frente al cual el Estado o el Municipio se comprometen a realizar una activi-
dad o contraprestación, la cual debe plasmarse expresamente en su texto; (ii) se
trata de un servicio o actividad divisible, a fin de posibilitar su particularización;
y (iii) se trata de actividades que el Estado o el Municipio no pueden dejar de
prestar porque nadie más está facultado para desarrollarlas.
En resumen, las características propias y esenciales de la tasa son, por un
lado, que el hecho generador supone un servicio vinculado con el obligado al
pago; y, por otro, que dicho servicio constituye una actividad estatal inherente
a la soberanía. Es decir, para que exista una tasa debe haber una contrapresta-
ción realizada por el Estado o el Municipio que se particulariza en el contribu-
yente y, además, dicha contraprestación no puede ser efectuada por un ente
privado.
V. Corresponde en este apartado analizar si la actuación de la autoridad
demandada se sujetó a la normativa constitucional.
1. A. Por tratarse de un amparo contra ley, la sociedad demandante tiene la
carga de la prueba, es decir, la obligación de comprobar la existencia del hecho
que fundamenta su pretensión, el cual consiste, en el presente caso, en la su-

510
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

puesta vulneración de su derecho a la propiedad por la aplicación de un tributo


en la circunscripción territorial del Municipio de Ciudad Delgado que infringe
los principios de reserva de ley en materia tributaria y de no confiscación.
B. a. La parte actora presentó –entre otros– los siguientes documentos:
(i) certificación notarial del diario oficial que contiene la ORTSMCD; (ii) certi-
ficación notarial del diario oficial que contiene el D.M. n° 2, de 20-VII-2009, a
través del cual se reformó, entre otros, el art. 7.12.k de la ORTSMCD; y (iii) 6
estados de cuenta originales a nombre de El Salvador Network, S.A., emitidos
el 4-II-2014 por el Departamento de Cuentas Corrientes de la Alcaldía Municipal
de Ciudad Delgado, en los cuales consta que dicha sociedad debía pagar a esa
municipalidad ciertas cantidades de dinero en concepto de “días-mora”, “pos-
tes”, “STT”, “fiestas”, “intereses”, “multas” y “STA” del período de 1-IX-2009 a
27-II-2014.
b. Al respecto, en un amparo contra ley autoaplicativa no existe la carga
procesal de comprobar la existencia de la disposición que se impugna, ya que
los jueces conocen el Derecho vigente. En relación con las certificaciones apor-
tadas, constituyen pruebas fehacientes de la autenticidad de los documentos
correspondientes, ya que no se probó la falsedad de estos o de sus certificacio-
nes. Por otra parte, de acuerdo con el art. 331 del Código Procesal Civil y Mer-
cantil, con los documentos públicos presentados, los cuales fueron expedidos
por el funcionario competente, se han comprobado los hechos que en ellos se
consignan.
C. Con la documentación antes relacionada, se ha comprobado que la so-
ciedad actora posee postes –sea de su propiedad o de terceros– que utiliza
para mantener instalados cables de servicio de telecomunicaciones dentro de
la circunscripción territorial del Municipio de Ciudad Delgado, por lo que se
encuentra dentro del ámbito de aplicación de la disposición cuya constituciona-
lidad se examina.
D. Establecido lo anterior, es preciso advertir que las pretensiones de la
parte actora se examinarán de conformidad con el principio de eventualidad
procesal, siguiendo el orden que ella propone. Por ende, únicamente en el caso
de desestimarse la primera, resultará necesario conocer sobre la segunda.
2. Corresponde ahora examinar el primero de los motivos de transgresión
constitucional planteados por la parte actora y, para ello, se debe analizar la
naturaleza del tributo cuestionado con la finalidad de determinar, en primer
lugar, si existe un servicio jurídico o administrativo como contraprestación por
la obligación contenida en aquel; y, en segundo lugar, en caso de acreditarse la

511
Amparos / Sentencias Definitivas

existencia de tal servicio, si el contenido de este es susceptible de ser gravado


en virtud de una tasa.
A. La sociedad demandante asegura que el mencionado tributo tiene
como hecho generador el funcionamiento de los postes que sirven para man-
tener instalados cables, entre otros, de servicio de telecomunicaciones dentro
del municipio de Ciudad Delgado y que, por ende, en concepto de su pago no
obtiene ninguna contraprestación.
Por su parte, la autoridad demandada sostiene que dicha tasa sí posee
una contraprestación realizada por la referida municipalidad, consistente en el
“control y vigilancia” del cumplimiento de las “circunstancias en que se conce-
dió el permiso de funcionamiento” de tales postes. De forma que, asegura, ha
actuado con base en su autonomía municipal al crear mediante ordenanza la
tasa objeto de impugnación.
B. Ahora bien, no basta con establecer que el tributo impugnado concede
el derecho a que los postes sean utilizados dentro de un territorio determina-
do, sino que en la ordenanza deberá consignarse expresamente que por el
pago de la tasa se presta un servicio, como es el otorgamiento de una licencia,
permiso o autorización que efectivamente faculte a la sociedad contribuyente
a realizar dicha actividad.
Al respecto, los arts. 5 y 129 de la Ley General Tributaria Municipal prescri-
ben que las tasas municipales se generan en virtud de aquellos servicios públi-
cos de naturaleza jurídica o administrativa prestados por los municipios. De ello
se desprende que, para justificar constitucionalmente el cobro de una tasa, la
normativa respectiva deberá establecer con precisión cuál es esa actividad que
se generará como contraprestación por el cobro del canon, como podrían ser,
por ejemplo, la extensión de un permiso, una licencia, una autorización –servi-
cios jurídicos o administrativos– o una actividad material, siempre que pueda
determinarse sin ninguna duda que ésta es consecuencia directa del pago de
ese tributo.
Pues bien, el artículo impugnado establece básicamente que, para la ob-
tención de la licencia de funcionamiento de postes que sirven para mantener
instalados cables –entre otros– de servicio de telecomunicación, el sujeto pasi-
vo del tributo deberá pagar una cantidad mensual por cada uno de ellos. De lo
anterior, se advierte que, por el pago mensual de $6.00 por el funcionamiento
de cada poste que la sociedad contribuyente tiene en la circunscripción terri-
torial del municipio de Ciudad Delgado, éste se encuentra en la obligación de
extender una licencia que faculte a dicha sociedad para desarrollar la, men-
cionada actividad. Así, en principio, el tributo impugnado sí regula un servicio

512
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

público de carácter jurídico que los sujetos obligados al pago reciben como
contraprestación.
C. a. Ahora bien, para que un tributo pueda ser constitucionalmente ca-
lificado de “tasa”, también es necesario analizar el contenido de la actividad
que se autoriza con el otorgamiento del aludido permiso. En ese sentido, se
advierte que, tal como lo indica la parte actora, el hecho imponible del tributo
impugnado se encuentra vinculado con el funcionamiento de cada uno de los
postes para mantener instalados cables de servicios de telecomunicación den-
tro del municipio de Ciudad Delgado.
En ese sentido, es necesario señalar que los referidos postes no operan de
una manera aislada que justifique un gravamen individual, sino que su funcio-
namiento depende de la ejecución global de la actividad empresarial a la cual
se dedica dicha sociedad.
b. Así, establecer una tasa que grave el funcionamiento de cada uno de
los postes que la sociedad El Salvador Network, S.A., posee y/o utiliza en la
jurisdicción de Ciudad Delgado para la prestación de los servicios de telecomu-
nicaciones implica, en definitiva, gravar la actividad económica que la aludida
sociedad desarrolla en dicho municipio, lo cual podría ser materia de un im-
puesto municipal, pero no de una tasa.
c. En virtud de lo expuesto, se concluye que el Concejo Municipal de Ciudad
Delgado, al emitir la disposición impugnada, en el que se establece un tributo
por el funcionamiento de los mencionados postes dentro de la circunscripción
territorial del citado municipio, vulneró el principio de reserva de ley, pues emi-
tió un gravamen que no posee las características necesarias de una tasa, sino
que en todo caso las de un impuesto. Y, al exigirle a la sociedad actora el pago
de un tributo con inobservancia de dicho principio, también vulneró el derecho
a la propiedad de aquella, razón por la cual deberá declararse que ha lugar al
amparo solicitado por la referida sociedad.
3. Por otra parte, habiéndose establecido la existencia de un vicio formal
de constitucionalidad y con base en los principios de pronta y cumplida justicia
y de economía procesal, es innecesario entrar a valorar el segundo motivo de
transgresión constitucional planteado por la sociedad actora –vulneración del
derecho a la propiedad por la inobservancia del principio de no confiscación–.
VI. Determinada la transgresión constitucional alegada, corresponde esta-
blecer el efecto restitutorio de la presente sentencia.
1. De acuerdo al art. 35 de la L.Pr.Cn., cuando se reconoce la existencia de
un agravio a la parte actora en un proceso de amparo, la consecuencia natural
y lógica de la sentencia es la de reparar el daño causado, ordenando que las

513
Amparos / Sentencias Definitivas

cosas vuelvan al estado en que se encontraban antes de la ejecución del acto


declarado inconstitucional.
En todo caso, en la Sentencia del 15-II-2013, Amp. 51-2011, se aclaró que,
con independencia de si es posible o no otorgar un efecto material, se recono-
cerá el derecho que asiste al amparado para promover, con base en el art. 245
de la Cn., el respectivo proceso de daños directamente en contra del funciona-
rio responsable por la vulneración de sus derechos fundamentales.
2. A. En el caso particular, y dado que el reclamo constitucional planteado
se basó en la emisión de una disposición que con su sola vigencia causó la re-
ferida transgresión constitucional, el efecto reparador se concretará en que el
Concejo Municipal de Ciudad Delgado deberá abstenerse de aplicar a la parte
peticionaria la disposición impugnada. En ese sentido, la autoridad demandada
no deberá realizar cobros ni ejercer acciones administrativas o judiciales ten-
dentes a exigir el pago de cantidades de dinero en concepto del tributo cons-
tatado inconstitucional en este proceso o de los intereses o multas generados
por su falta de pago.
Así, en virtud de que el objeto de control del presente amparo recayó en
la disposición controvertida y no en los actos aplicativos derivados de esta, la
presente decisión no implicará la obligación de devolver cantidad de dinero al-
guna que haya sido cancelada en concepto de pago por el mencionado tributo
inconstitucional.
Sin embargo, los procesos jurisdiccionales que no hayan concluido por me-
dio de una resolución firme al momento de la emisión de esta sentencia sí se ve-
rán afectados por esta. Por lo anterior, el Municipio de Ciudad Delgado no solo
está inhibido de promover nuevos procedimientos o procesos contra la sociedad
demandante para el cobro del tributo cuya inconstitucionalidad se verificó, sino
también de continuar los procesos que no hayan finalizado por medio de una
sentencia firme y que persiguen el mismo fin.
B. Además, en atención a los arts. 245 de la Cn. y 35 inc. 1° de la L.Pr.Cn.,
la parte actora tiene expedita la promoción de un proceso por los daños mate-
riales y/o morales ocasionados como consecuencia de la vulneración de derecho
constitucional declarada en esta sentencia, directamente contra las personas
que cometieron la aludida vulneración.
POR TANTO, con base en las razones expuestas y lo dispuesto en los arts.
2, 131 ord. 6°, 204 ord. 1° y 245 de la Cn., así como en los arts. 32, 33, 34 y 35
de la L.Pr.Cn., en nombre de la República, esta Sala FALLA: (a) Declárese que
ha lugar el amparo solicitado por la sociedad El Salvador Network, S.A., contra
el Concejo Municipal de Ciudad Delgado, departamento de San Salvador, por

514
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

existir vulneración a su derecho a la propiedad en vinculación con el principio


de reserva de ley en materia tributaria; (b) Sobreséese en el presente proceso
en relación con la supuesta vulneración del derecho a la propiedad por inob-
servancia del principio de no confiscación; (c) Déjese sin efecto la aplicación del
art. 1 del D.M. n° 2, de 20-VII-2009 –publicado en el D.O. 152, tomo 384, de 19-
VIII-2009–, a través del cual el Concejo Municipal de Ciudad Delgado reformó
el art. 7.12. k de la ORTSMCD, en lo atinente a la “licencia por funcionamiento”
de postes de tendido eléctrico, cable, red telefónica u otros servicios simila-
res, respecto de la aludida sociedad, por lo que la autoridad demandada debe
abstenerse de realizar cobros y/o ejercer acciones administrativas o judiciales
tendentes a exigir el pago de cantidades de dinero en concepto del tributo
constatado inconstitucional en este proceso, así como de los intereses o multas
generados por su falta de pago; (d) Queda expedita a la sociedad actora la pro-
moción de un proceso por los daños materiales y/o morales ocasionados como
consecuencia de la vulneración de derechos constitucionales declarada en esta
sentencia directamente en contra de las personas que cometieron la referida
vulneración; y (e) Notifíquese.
---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZALEZ--- FCO. E. ORTIZ R.---C. ESCOLAN---M. R.
Z.--- PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---
E. SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.

625-2014

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las diez horas y veintidós minutos del día veintinueve de febrero
de dos mil dieciséis.
El presente proceso de amparo fue promovido por la sociedad La Yunta,
S.A. de C.V., por medio de su apoderado, el abogado Juan José Alvarenga Na-
vas, contra la Asamblea Legislativa, por la supuesta vulneración de su derecho
a la propiedad, como consecuencia de la inobservancia del principio de capaci-
dad económica.
Han intervenido en el proceso la parte actora, la autoridad demandada y la
Fiscal de la Corte Suprema de Justicia.
Analizado el proceso y considerando:
I. 1. La parte actora manifestó en su demanda que reclama contra la Asam-
blea Legislativa por haber emitido los arts. 3 n° 25 y 31 de la Tarifa General
de Arbitrios Municipales de Armenia, departamento de Sonsonate (TGAMA),

515
Amparos / Sentencias Definitivas

aprobada por medio del Decreto Legislativo n° 600 del 19-II-1987, publicado en
el Diario Oficial n° 114, tomo 295, de 23-VI-1987, que prescriben lo siguiente:
Art. 3. Impuestos
N° 25. Comerciantes sociales o individuales, cada uno, al mes, con activo:
a)  Hasta de ¢2,000.00........................................................................... ȼ3.00
b)  De más de ¢ 2,000.00 hasta ¢ 5,000.00............................................ ȼ5.00
c) De más de ¢5,000.00 hasta ¢10,000.00........................................... ȼ10.00
ch) De más de ȼ 10.000.00 ................................................................. ȼ10.00
más ȼ1.00 por cada millar o fracción sobre el excedente de ȼ10,000.00 [ma-
yúsculas suprimidas].

Art. 31. Es facultad de la Municipalidad determinar las categorías estable-


cidas en el art. 3 de esta Tarifa, para efectos del pago del respectivo impuesto
que de acuerdo a la misma le correspondiere pagar a los diferentes negocios o
actividades contenidos en el mismo, para lo cual deberá tomar en cuenta, en
cada caso, la ubicación del local, el activo, el mobiliario, el número de emplea-
dos y todo aquello que sea necesario para la determinación de categorías.
En el caso del número 36 del citado artículo 3, la Municipalidad tomará en
cuenta, además de los criterios señalados en el inciso anterior que considere
aplicables, el número de locales, la extensión de los mismos y las tarifas de
arrendamiento.
 
Afirmó que, en virtud del citado art. 3 n° 25, se establece un impuesto a
la actividad económica de los comerciantes sociales e individuales cuya base
imponible es el activo, sin deducción del pasivo, por lo cual considera que le
vulnera su derecho a la propiedad, por inobservancia del principio de capa-
cidad económica, ya que es titular de una empresa comercial de agroservicio
denominada “La Yunta”, ubicada en el municipio de Armenia.
2. A. Por auto pronunciado el 1-XII-2014, se admitió la demanda, circunscri-
biéndola al control de constitucionalidad de los arts. 3 n° 25 y 31 de la TGAMA.
B. En la misma interlocutoria, se ordenó la inmediata y provisional suspen-
sión de los efectos de las disposiciones impugnadas. Asimismo, se ordenó oír a
la Fiscal de la Corte y comunicarle a la autoridad municipal correspondiente la
existencia de este proceso para posibilitar su intervención en el presente ampa-
ro como tercera beneficiada con las normas reclamadas.
C. Se pidió informe a la Asamblea Legislativa, según lo dispuesto en el art.
21 de la L.Pr.Cn., la cual manifestó que no eran ciertos los hechos que le atribuía
la demandante. Por su parte, la Fiscal de la Corte no hizo uso de la audiencia
conferida.

516
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

3. A. Por medio del auto de fecha 23-I-2015 se confirmó la medida cautelar


decretada y se pidió a la autoridad demandada que rindiera el informe justifi-
cativo que establece el art. 26 de la L.Pr.Cn.
B. Al rendir su informe, la Asamblea Legislativa hizo consideraciones gene-
rales sobre los arts. 2, 103, 121 y 131 ord. 6° de la Cn.; asimismo, refirió que las
disposiciones impugnadas gravaban las actividades comerciales para cumplir
con la obligación tributaria de la municipalidad de Armenia de realizar obras y
servicios en beneficio de sus habitantes; concluyó pidiendo que se declare sin
lugar el amparo solicitado.
4. Por auto de fecha 9-IV-2015 se confirieron los traslados que ordena el art.
27 de la L.Pr.Cn., respectivamente, a la Fiscal de la Corte y a la parte actora. La
primera manifestó que la ley establece que para determinar la base imponible
únicamente se podrán hacer las deducciones que se establecen en la ley, pero
no menciona el pasivo, por lo que no se respeta el principio de capacidad eco-
nómica. Por su parte, la demandante reiteró sus argumentos.
5. Mediante la resolución del 18-VI-2015, se abrió a pruebas este proceso
por un plazo de 8 días, de conformidad con el art. 29 de la L.Pr.Cn.; término
en el cual la parte actora ofreció pruebas y la autoridad demandada se limitó a
ratificar los informes rendidos en este proceso.
6. Posteriormente, se otorgaron los traslados que ordena el art. 30 de la
L.Pr.Cn., respectivamente, a la Fiscal de la Corte, a la parte actora, al tercero
beneficiado y a la autoridad demandada; solamente las dos primeras y la auto-
ridad demandada respondieron, limitándose a ratificar los argumentos expre-
sados en sus intervenciones anteriores.
7. Concluido el trámite dispuesto en la L.Pr.Cn., el presente amparo quedó
en estado de pronunciar sentencia.
II. Establecido lo anterior, se expone el orden lógico con el que se estructu-
rará la presente resolución: en primer lugar, se depurará y, luego, delimitará el
objeto de la controversia (III); en segundo lugar, se expondrán ciertas conside-
raciones sobre el contenido del derecho fundamental alegado (IV); en tercer
lugar, se enjuiciará el objeto sometido a conocimiento de este Tribunal (V); y,
finalmente, se desarrollará lo referente al efecto de la decisión (VI).
III. 1. Primeramente, se advierte que en el presente proceso de amparo se
admitió la demanda interpuesta por La Yunta, S.A. de C.V., en contra de los
arts. 3 n° 25 y 31 de la TGAMA, pero esta última disposición únicamente tiene
la finalidad de facultar a la municipalidad de Armenia para determinar las cate-
gorías establecidas en el art. 3 de la Tarifa para efectos del pago del impuesto,
tomando en cuenta en cada caso la ubicación del local, el activo, el mobiliario,

517
Amparos / Sentencias Definitivas

el número de empleados y todo aquello que sea necesario para la determina-


ción de la categoría. Se entiende que se refiere a los negocios en los que se
tributará según las categorías establecidas en el art. 3, por ejemplo, en el n° 1
que determina 3 categorías para las academias y, según la categoría, así es el
monto del impuesto que debe pagarse mensualmente. De tal forma que en el
art. 31 impugnado la facultad concedida a la municipalidad es para calificar a
las empresas y ubicarlas en las categorías establecidas a efectos del pago del
impuesto.
Pero, en el caso de los comerciantes sociales e individuales comprendidos
en el n° 25 del art. 3, no se han determinado categorías, sino que se establece
que el pago que corresponde es de acuerdo al activo. Así, el art. 31 no tiene
relación con la pretensión planteada por la sociedad actora, por lo que no po-
dría causarle agravio constitucional. En vista de ello, solamente al art. 3 n° 25
se debe circunscribir el objeto del presente proceso; en consecuencia, se sobre-
seerá respecto a la impugnación del art. 31 de la TGAMA.
2. Este proceso constitucional reviste la modalidad de un amparo contra
ley autoaplicativa, que es el instrumento procesal por medio del cual se atacan
aquellas disposiciones que contradicen preceptos constitucionales y que, por lo
tanto, vulneran derechos fundamentales, produciendo efectos jurídicos desde
el momento mismo de su promulgación.
Si se opta por la vía del amparo para cuestionar constitucionalmente una
ley, dicho proceso no sólo deberá cumplir con los requisitos de procedencia de
los procesos de inconstitucionalidad, sino que, además, el sujeto activo deberá
atribuirse la afectación a alguno de sus derechos fundamentales por encon-
trarse en el ámbito de aplicación de la disposición considerada inconstitucional.
3. El objeto del presente proceso radica en determinar si la Asamblea Le-
gislativa vulneró el derecho a la propiedad de La Yunta, S.A. de C.V., al emitir el
art. 3 n° 25 de la TGAMA, que establece un impuesto a la actividad económica
comercial, tomando como base el activo de los comerciantes sociales o indivi-
duales sin deducción del pasivo.
IV. En este apartado, se hará una breve exposición sobre el derecho consi-
derado vulnerado con el art. 3 n° 25 de la TGAMA.
1. A. El derecho a la propiedad (art. 2 inc. 1° Cn.) faculta a una persona a: (i)
usar libremente los bienes, que implica la potestad del propietario de servirse
de la cosa y aprovechar los servicios que rinda; (ii) gozar libremente de los bie-
nes, que se manifiesta en la posibilidad del dueño de recoger todos los produc-
tos que deriven de su explotación, y (iii) disponer libremente de los bienes, que
se traduce en actos de enajenación respecto a la titularidad del bien.

518
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

B. En suma, las modalidades del derecho de propiedad, esto es, el libre


uso, goce y disposición de los bienes, se ejercen sin otras limitaciones más que
aquellas establecidas en la Constitución o la ley. Así, la propiedad se encuentra
limitada por el objeto natural al cual se debe: la función social.
C. Finalmente, cabe aclarar que, en virtud del derecho a la propiedad, no
solo se tutela el dominio, sino también las reclamaciones que se basen en algún
otro derecho real como la herencia, el usufructo, la habitación, la servidumbre,
la prenda o la hipoteca (art. 567 inc. 3° del Código Civil).
2. A. Por otro lado, tal derecho se encuentra estrechamente relacionado
con los tributos y, en razón de tal conexión, tanto los principios formales (reser-
va de ley y legalidad tributaria) como los principios materiales (capacidad eco-
nómica, igualdad, progresividad y no confiscación) del Derecho Constitucional
Tributario funcionan como garantías en sentido amplio de ese derecho. Por
ello, la inobservancia o el irrespeto a alguno de esos principios puede ocasio-
nar una intervención ilegítima en el citado derecho fundamental; consecuente-
mente, su vulneración puede perfectamente controlarse por la vía del proceso
de amparo, tal como dispone el art. 247 inc. 1° de la Cn.
B. Respecto al principio de capacidad económica (art. 131 ord. 6° Cn.), en
la Sentencia del 5-X-2011, Amp. 587-2009, se sostuvo que las personas deben
contribuir al sostenimiento de los gastos del Estado en proporción a su aptitud
económico-social, limitando de esa manera a los poderes públicos en el ejerci-
cio de su actividad financiera. Así, dicho principio condiciona y modula el deber
de contribuir de las personas, constituyéndose en un auténtico presupuesto y
límite de la tributación. En todo caso, la capacidad económica es una exigencia
del ordenamiento tributario globalmente y de cada tributo.
La capacidad económica se puede medir por medio de cuatro indicado-
res: el patrimonio, la renta, el consumo y el tráfico de bienes. Teniendo en
cuenta lo anterior, en las Sentencias del 22-1X-2010 y 2-II-2011, Amps. 455-2007
y 1005-2008 respectivamente, se sostuvo que el legislador solo puede elegir
como hechos que generen la obligación de tributar aquellos que directa o in-
directamente revelen cierta capacidad económica y, de manera congruente, la
base para establecer la intensidad del gravamen también debe reflejar dicha
capacidad. En otras palabras, corresponde al legislador configurar el hecho ge-
nerador y la base imponible tomando en cuenta situaciones que revelen capa-
cidad económica para soportar la carga tributaria.
V. Corresponde ahora analizar si la actuación de la autoridad demandada
se sujetó a la normativa constitucional.

519
Amparos / Sentencias Definitivas

1. A. La demandante afirma que su derecho a la propiedad resulta concul-


cado con la emisión del art. 3 n° 25 de la TGAMA, porque la autoridad deman-
dada inobservó el principio de capacidad económica al seleccionar como base
imponible del impuesto el “activo”, lo que no refleja capacidad contributiva.
B. Por su parte, la autoridad demandada sostuvo, con base en argumentos
de carácter general, que la disposición legal impugnada no vulnera el derecho
alegado por la sociedad demandante.
2. A. La parte actora ofreció, como prueba documental, certificaciones no-
tariales de: (i) las páginas correspondiente del Diario Oficial n° 114, Tomo n°
295, de 23-VI-1987, donde consta la publicación de la TGAMA; (ii) constancia
de renovación de matrícula de comercio de la sociedad actora, correspondien-
te al año 2013, extendida por el Departamento de Matrículas del Registro de
Comercio; y (iii) 2 estados de cuenta (segunda y tercera notificación) remiti-
dos por la Alcaldía Municipal de Armenia con fechas 31-V- 2013 y 19-VI-2013,
respectivamente, en los cuales se establece el monto de impuesto tasado por
la autoridad municipal, con base en los balances generales presentados en el
Registro de Comercio por la demandante.
B. Durante la tramitación de un proceso de amparo contra ley, la parte
actora debe probar que efectivamente se encuentra en el ámbito de aplicación
de la disposición considerada inconstitucional y que esta es lesiva de sus dere-
chos. Por ello, la sociedad demandante tiene la carga de probar la existencia
del hecho constitutivo alegado, esto es, la supuesta vulneración de su derecho
a la propiedad por la creación de un impuesto a la actividad económica en el
municipio de Armenia, cuya base imponible no observa el principio de capaci-
dad económica.
En consonancia con lo anterior, en el amparo contra ley autoaplicativa, no
existe la carga de demostrar la existencia de la disposición impugnada, ya que
los jueces en general conocen el Derecho vigente. Por otra parte, atendiendo
a la naturaleza autoaplicativa del objeto de control en el presente amparo, si
bien la sociedad actora aportó al expediente certificaciones notariales de los
estados de cuentas y de la matrícula de empresa antes relacionadas, las actua-
ciones de aplicación derivadas de la disposición impugnada, es decir, los actos
concretos de cobro efectuados a la sociedad demandante, no forman parte del
tema central a dilucidarse en el presente proceso. En ese sentido, se entiende
que la relacionada documentación fue aportada con el propósito de demostrar
que la sociedad peticionaria es, en efecto, sujeto pasivo del impuesto estable-
cido en la disposición enjuiciada, pero no para analizar los actos materiales de
cobro derivados de ella.

520
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

C. La autenticidad de las certificaciones notariales presentadas por la parte


actora no fueron cuestionadas en este proceso, por lo que, valoradas conjun-
tamente y conforme a las reglas de la sana crítica, permiten tener como hecho
establecido que la sociedad demandante realiza actividades comerciales, tiene
activos en Armenia y que, en razón de tales circunstancias, se encuentra obliga-
da a tributar en el referido municipio. Con base en ello, se ha comprobado que
la sociedad peticionaria se encuentra en el ámbito de aplicación de la referida
disposición legal.
3. Así, se pasará a enjuiciar la disposición legislativa que constituye el objeto
de control en el presente proceso de amparo.
A. Como aspecto conceptual previo, se abordarán algunas cuestiones sobre
los impuestos.
a. La jurisprudencia de este Tribunal ha sostenido –v. gr., en la Sentencia
de 30-IV- 2010, Amp. 142-2007- que el impuesto es el tributo cuyo hecho ge-
nerador es definido sin referencia alguna a servicios o actividades de la Ad-
ministración, por lo que constituye el tributo por antonomasia, pues se paga
simplemente porque se ha realizado un hecho indicativo de capacidad eco-
nómica, sin que la obligación tributaria se conecte causalmente con actividad
administrativa alguna.
b. En el caso de aquellos impuestos cuyo hecho generador lo constituye
algún tipo de actividad económica -industrial, comercial, financiera o de ser-
vicios- realizada por comerciantes individuales o sociales -sujetos pasivos-, el
legislador generalmente prescribe que la base imponible o la forma en la que
se cuantifican monetariamente esos tributos es el activo de las empresas, por lo
que la capacidad económica con la que cuentan dichos sujetos para contribuir
se calcula por medio del análisis de los balances generales de sus empresas,
los cuales muestran la situación financiera de estas en una determinada fecha
mediante el detalle de sus activos, pasivos y capital contable.
El activo se encuentra integrado por todos los recursos de los que dispone
una entidad para la realización de sus fines, los cuales deben representar be-
neficios económicos futuros, fundadamente esperados y controlados por una
entidad económica, provenientes de transacciones o eventos realizados, iden-
tificables y cuantificables en unidades monetarias. Dichos recursos provienen
tanto de fuentes externas -pasivo- como de fuentes internas -capital contable-.
El pasivo representa los recursos con los cuales cuenta una empresa para
la realización de sus fines y que han sido aportados por fuentes externas a
la entidad -acreedores-, derivados de transacciones realizadas que hacen na-
cer una obligación de transferir efectivo, bienes o servicios. Por su parte, el

521
Amparos / Sentencias Definitivas

capital contable -también denominado “patrimonio o activo neto”- está cons-


tituido por los recursos de los cuales dispone una empresa para su adecuado
funcionamiento y que tienen su origen en fuentes internas de financiamiento
representadas por los aportes del mismo propietario -comerciante individual
o social- y otras operaciones económicas que afecten a dicho capital; de esa
manera, los propietarios poseen un derecho sobre los activos netos, el cual se
ejerce mediante reembolso o distribución. En otras palabras, el capital contable
representa la diferencia aritmética entre el activo y el pasivo.
Por consiguiente, para la realización de sus fines una empresa dispone de
una serie de recursos –activo– que provienen de obligaciones contraídas con
terceros acreedores – pasivo– y de, entre otras operaciones económicas, las
aportaciones que realizan los empresarios –capital contable–, siendo única-
mente esta última categoría la que efectivamente refleja la riqueza o capaci-
dad económica de un comerciante y que, desde la perspectiva constitucional,
es apta para ser tomada como la base imponible de un impuesto a la actividad
económica, puesto que, al ser el resultado de restarle al activo el total de sus
pasivos, refleja el conjunto de bienes y derechos que pertenecen propiamente
a aquel.
B. La sociedad actora cuestiona la constitucionalidad del art. 3 n° 25 de la
TGAMA, ‘el cual establece un impuesto que tiene como hecho generador la
realización de actividades comerciales en el Municipio de Armenia. Dicho pre-
cepto establece que el pago mensual del tributo deberá efectuarse con base
en el activo, el cual se determina aplicando las deducciones a que se refiere el
art. 42 de la misma tarifa, entre ellas, la depreciación de activo fijo, a excepción
de los inmuebles, reservas de cuentas incobrables y títulos valores garantizados
por el Estado.
Así, la disposición impugnada parece que parte de una suerte de presun-
ción de que los comerciantes tienen per se capacidad contributiva. En efecto, la
referida disposición establece como elemento cuantifícador el “activo” de los
comerciantes, del cual no se deduce realmente el pasivo –que es lo que permi-
tiría equiparar dicho “activo” al “activo neto”–, sino que únicamente permite
las deducciones antes relacionadas.
Por lo anterior, se concluye que la carga tributaria establecida en el art. 3
n° 25 de la TGAMA no toma en cuenta la capacidad económica de la sociedad
actora, pues, al establecer como base imponible del impuesto el activo de los
comerciantes, sin deducción del pasivo, el gravamen no recae en la riqueza
efectiva con la que cuenta la sociedad demandante.

522
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Por tanto, del análisis de los argumentos planteados y de las pruebas in-
corporadas al proceso, se concluye que existe vulneración del derecho a la pro-
piedad de La Yunta, S.A. de C. y., como consecuencia de la inobservancia del
principio de capacidad económica, por lo que es procedente ampararla en su
pretensión.
VI. Determinada la vulneración constitucional alegada, corresponde esta-
blecer el efecto restitutorio de la presente sentencia.
1. De acuerdo con el art. 35 la L.Pr.Cn., cuando se reconoce la existencia
de un agravio a la parte actora en un proceso de amparo, la consecuencia de
la sentencia debe ser la de reparar el daño causado, ordenando que las cosas
vuelvan al estado en que se encontraban antes de la ejecución del acto decla-
rado inconstitucional.
2. A. En el presente caso, al haber consistido el acto lesivo en la emisión de
una ley autoaplicativa inconstitucional por parte de la Asamblea Legislativa, el
efecto restitutorio se traducirá en dejar sin efecto la aplicación del art. 3 n° 25
de la TGAMA, únicamente respecto a La Yunta, S.A. de C. V., por lo que el Mu-
nicipio de Armenia no deberá realizar cobros ni ejercer acciones administrativas
o judiciales tendentes a exigir el pago de cantidades de dinero en concepto
del impuesto constatado inconstitucional en este proceso o de los intereses o
multas generados por su falta de pago.
B. Ahora bien, debe aclararse que el efecto de la sentencia en los amparos
contra ley autoaplicativa es a futuro y, por ende, no afecta situaciones jurídicas
consolidadas. Desde esta perspectiva, esta sentencia no conlleva la obligación
de devolver a la sociedad demandante cantidad de dinero alguna que esta haya
cancelado al Municipio de Armenia en concepto de pago por el tributo cuya
inconstitucionalidad se constató.
Sin embargo, los procesos jurisdiccionales que no hayan concluido por me-
dio de una resolución firme al momento de la emisión de esta sentencia sí se
verán afectados por esta. Por lo anterior, el Municipio de Armenia no solo está
inhibido de promover nuevos procedimientos o procesos contra La Yunta, S.A.
de C. V., para el cobro del tributo cuya inconstitucionalidad se constató, sino
también de continuar los procesos que no hayan ,finalizado por medio de una
sentencia firme y que persigan el mismo fin.
POR TANTO, con base en las razones expuestas y en los arts. 2 y 131 ord.
6° de la Constitución y 31 n° 3, 32, 33 y 34 de la Ley de Procedimientos Consti-
tucionales, en nombre de la República de El Salvador, esta Sala FALLA: (a) so-
breséese en el presente proceso de amparo respecto a la impugnación del art.
31 de la Tarifa General de Arbitrios Municipales de Armenia, departamento de

523
Amparos / Sentencias Definitivas

Sonsonate, emitida por la Asamblea Legislativa por Decreto Legislativo n° 600


del 19-II-1987, publicado en el Diario Oficial n° 114, tomo 295, de 23-VI-1987;
(b) declárase que ha lugar al amparo solicitado por la sociedad La Yunta, S.A.
de C.V., en contra del art. 3 n° 25 de la Tarifa precitada, por la vulneración de
su derecho a la propiedad -como consecuencia de la inobservancia del principio
de capacidad económica-; (c) dejase sin efecto la aplicación del art. 3 n° 25 de
la referida Tarifa, en relación con la sociedad antedicha, en los términos expues-
tos en el considerando VI de esta sentencia; y (d) notifíquese.
A. PINEDA.---F. MELENDEZ.---E. S. BLANCO. R.---R. E. GONZALEZ.---C. ES-
COLÁN.---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRI-
BEN---E. SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.

233-2014

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA.


San Salvador, a las diez horas con cuarenta y tres minutos del día cuatro de
marzo de dos mil dieciséis.
El presente proceso de amparo ha sido promovido por la señora María del
Carmen D. de V. en contra del Juez Primero de Paz de San Martín, por conside-
rar que este vulneró sus derechos fundamentales de audiencia, de defensa y a
la estabilidad laboral, consagrados en los arts. 2, 11 y 219 inc. 2° Cn.
Han intervenido en la tramitación de este amparo la parte actora, la auto-
ridad demandada y la Fiscal de la Corte Suprema de Justicia.
Analizado el proceso y considerando:
I. 1. La peticionaria sostuvo en su demanda que ingresó a laborar al Juzga-
do Primero de Paz de San Martín y que el 13-XI-2013 fue nombrada en propie-
dad en el cargo de Colaboradora Judicial C-III. Sin embargo, expuso que el Juez
de dicho tribunal le exigió su renuncia semanas después de haber sido nombra-
da, a lo que se negó, por lo que el 29-I-2014 la llamó a su despacho y le mostró
dos documentos en los que constaba su renuncia por supuestos problemas de
salud. Al respecto, sostuvo que en un momento de coacción psicológica que el
juez ejerció sobre su persona firmó la renuncia -que únicamente consta en un
documento privado simple-; en ese sentido, nunca tuvo la libre voluntad de fir-
mar la renuncia, por lo que esta se encuentra viciada y debe ser declarada nula.
Además, en dicha renuncia no se expresan razones reales que la fundamenten
pues no es cierto que adolezca de algún problema de salud. Como consecuen-

524
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

cia de lo relatado, estimó que se han conculcado sus derechos de libertad y a


la estabilidad laboral.
2. A. Mediante la resolución pronunciada el 1-XII-2014 se suplió la deficien-
cia de la queja planteada por la parte actora, de conformidad con lo dispuesto
en el art. 80 de la Ley de Procedimientos Constitucionales (L.Pr.Cn), en el senti-
do de que los alegatos planteados para fundamentar la lesión del derecho de
libertad se reconducían a la presunta afectación de los derechos de audiencia,
de defensa y a la estabilidad laboral.
B. En el mismo auto, por una parte, se admitió la demanda planteada, cir-
cunscribiéndose al control de constitucionalidad de la decisión atribuida al Juez
Primero de Paz de San Martín, consistente en coaccionar a la actora para que
el 29-I-2014 firmara un documento previamente elaborado por la autoridad
demandada en el que se hacía constar que renunciaba al cargo que ocupaba
por motivos de salud y, con el objeto de tutelar de manera preventiva los dere-
chos de aquella, se ordenó la suspensión de los efectos del acto reclamado, en
el sentido de que, durante la tramitación de este amparo y no obstante que la
actora hubiera sido separada de su cargo, el Juez Primero de Paz de San Martín
debía reinstalar a la demandante en su cargo de Colaboradora Judicial C-III y
abstenerse de nombrar a otra persona para sustituirla. Ahora bien, en caso de
que hubiera sido designada o reubicada otra persona para desempeñar dicho
cargo, debía garantizar a la actora continuar en el cargo o en otro de igual
categoría, durante la tramitación de este proceso y hasta que se emitiera el
pronunciamiento respectivo. Además, debía realizar las gestiones pertinentes
con el objeto de que la actora fuera incorporada en los años 2014 y 2015 en los
acuerdos mediante los cuales se refrendaría al personal del Juzgado Primero de
Paz de San Martín que presta sus servicios bajo el régimen de Ley de Salarios,
así como remitir los informes correspondientes al Ministerio de Hacienda y a
cualquier otra instancia necesaria para los efectos legales correspondientes. De
igual manera, debía de garantizar que las autoridades administrativas corres-
pondientes, en especial las áreas de recursos humanos y de pagaduría, proce-
dieran al pago íntegro del salario y de las demás prestaciones laborales que le
correspondían a la peticionaria.
Además, se ordenó a la autoridad demandada que rindiera el informe es-
tablecido en el art. 21 de la L.Pr.Cn., dentro del cual manifestó que no eran
ciertos los hechos que se le atribuían.
C. Finalmente, se le confirió audiencia a la Fiscal de la Corte de conformidad
con lo dispuesto en el art. 23 de la L.Pr.Cn., pero esta no hizo uso de ella.

525
Amparos / Sentencias Definitivas

3. A. Por resolución de fecha 19-III-2015 se confirmó la suspensión de los


efectos del acto reclamado y se ordenó a la autoridad demandada que rindiera
el informe justificativo que regula el art. 26 de la L.Pr.Cn. y que cumpliera la
medida cautelar impuesta.
B. En atención a dicho requerimiento, el abogado Nelson Alberto Novoa
Alemán, actuando en calidad de apoderado del Juez Primero de Paz de San
Martín, expresó que reconocía que dicho juez había nombrado en propiedad a
la señora D. de V. en la plaza de Colaboradora Judicial C-III y que dicha relación
laboral se desarrolló bajo criterios de profesionalismo y respeto a su persona,
por lo que en ningún momento persuadió, coaccionó o impuso a dicha señora
la firma del documento en el que renunció a su cargo en el mencionado juzga-
do, sino que lo hizo de forma libre y espontánea. Asimismo, manifestó que con
posterioridad a su renuncia la peticionaria solicitó que se le reincorporara a su
cargo, pero se le explicó que ya había sido nombrada otra persona. En conse-
cuencia alegó que no se le despidió de hecho, como se alega en la demanda
de amparo.
4. Posteriormente, en virtud del auto de fecha 8-V-2015 se confirieron los tras-
lados que ordena el art. 27 de la L.Pr.Cn., respectivamente, a la Fiscal de la Corte,
quien manifestó que le correspondía a la pretensora establecer la existencia del
agravio personal y directo que estimaba se le había causado en sus derechos
constitucionales; y a la parte actora, la cual confirmó los conceptos vertidos
inicialmente en su demanda.
5. Mediante la resolución de fecha 04-VI-2015 se abrió a pruebas el presen-
te proceso por el plazo de ocho días, de conformidad con lo prescrito en el art.
29 de la L.Pr.Cn., lapso en el cual las partes aportaron la prueba documental
que estimaron pertinente.
6. A continuación, en virtud del auto de fecha 21-XII-2015 se declaró sin
lugar la solicitud formulada por la autoridad demandada, en el sentido de ad-
mitir y practicar el interrogatorio de testigos propuesto. Además, se otorgaron
los traslados que ordena el art. 30 de la L.Pr.Cn., respectivamente, a la Fiscal
de la Corte, quien señaló que las partes no habían podido probar las circuns-
tancias en que concluyó la relación laboral entre la autoridad demandante y la
peticionaria; a la parte actora y a la autoridad demandada, quienes ratificaron
lo manifestado en sus anteriores intervenciones.
7. Con esta última actuación el proceso quedó en estado de pronunciar
sentencia.
II. 1. Antes de proceder al examen de fondo, se analizará lo solicitado por
la demandante en su escrito del 26-I-2016.

526
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

La señora D. de V. solicita que esta Sala se pronuncie en relación con los


salarios que no le fueron cancelados a partir del 15-XII-2014, fecha en la que
fue notificada a la autoridad demandada la admisión de la demanda y la sus-
pensión del acto reclamado como medida cautelar.
Al respecto, debe aclararse que conforme a los alcances de la medida caute-
lar decretada en este amparo la autoridad demandada debía proceder al pago
de los salarios, prestaciones y otros desembolsos pecuniarios a la peticionaria
a partir del momento en que esta fue reinstalada efectivamente en su cargo,
es decir, desde el 7-V-2015, por lo que deberá declararse sin lugar la solicitud
formulada.
2. El orden lógico con el que se estructurará esta resolución es el siguiente:
en primer lugar, se determinará el objeto de la presente controversia (III); en
segundo lugar, se hará una sucinta relación del contenido de los derechos ale-
gados (IV); y, finalmente, se analizará el caso sometido a conocimiento de este
Tribunal (V).
III. En el presente caso, el objeto de la controversia puesta en conocimiento
de este Tribunal consiste en determinar si el Juez Primero de Paz de San Martín
vulneró los derechos de audiencia, de defensa y a la estabilidad laboral de la
señora María del Carmen D. de V. al coaccionarla para que el 29-I-2014 firmara
un documento previamente elaborado por la autoridad demandada en el que
se hacía constar que renunciaba al cargo que ocupaba como Colaboradora
Judicial C-III, por motivos de salud. En ese sentido se habría configurado un des-
pido de hecho sin que previo a ello se le tramitara un proceso en el que pudiera
ejercer la defensa de sus derechos e intereses.
IV. 1. El reconocimiento del derecho a la estabilidad laboral (art. 219 inc.
2° Cn.) de los servidores públicos responde a dos necesidades: la primera, ga-
rantizar la continuidad de las funciones y actividades que ellos realizan en las
instituciones públicas, debido a que sus servicios están orientados a satisfacer
un interés general; y, la segunda, conceder al servidor un grado de seguridad
que le permita realizar sus labores, sin temor a que su situación jurídica se mo-
difique fuera del marco constitucional y legal establecido.
A. El derecho a la estabilidad laboral, según las Sentencias de 11-III-2011,
24-XI-2010, 11-VI-2010 y 19-V-2010, Amps. 10-2009, 1113-2008, 307-2005 y 404-
2008, respectivamente, entre otras, faculta a conservar un trabajo cuando con-
curran las condiciones siguientes: (i) que subsista el puesto de trabajo; (ii) que
el empleado no pierda su capacidad física o mental para desempeñar el cargo;
(iii) que las labores se desarrollen con eficiencia; (iv) que no se cometa falta
grave que la ley considere causal de despido; (v) que subsista la institución para

527
Amparos / Sentencias Definitivas

la cual se presta el servicio; y (vi) que el puesto no sea de aquellos cuyo desem-
peño requiere de confianza personal o política.
B. a. Como un caso particular, en las Sentencias de 19-XII-2012, Amps.
1-2011 y 2-2011, se sostuvo que, para determinar si una persona es o no titular
del derecho a la estabilidad laboral, se debe analizar –independientemente de
que esté vinculada con el Estado por medio de Ley de Salarios o de un contra-
to de servicios personales– si en el caso particular concurren las condiciones
siguientes: (i) que la relación laboral es de carácter público y, por ende, el tra-
bajador tiene el carácter de empleado público; (ii) que las labores pertenecen
al giro ordinario de la institución, es decir, que guardan relación con las compe-
tencias de dicha institución; (iii) que las labores son de carácter permanente, en
el sentido de que se realizan de manera continua y, por ello, quien las efectúa
cuenta con la capacidad y experiencia necesarias para ejecutarlas de manera
eficiente; y (iv) que el cargo desempeñado no es de confianza, circunstancia
que debe determinarse con base en los criterios fijados por este Tribunal.
b. En las Sentencias de 29-VII-2011 y 26-VIII-2011, Amps. 426-2009 y 301-
2009, respectivamente, se elaboró un concepto de “cargo de confianza” a
partir del cual, a pesar de la heterogeneidad de los cargos existentes en la
Administración Pública, se puede determinar si la destitución atribuida a una
determinada autoridad es legítima o no desde la perspectiva constitucional.
Así, los cargos de confianza se caracterizan como aquellos desempeñados
por funcionarios o empleados públicos que llevan a cabo actividades vincula-
das directamente con los objetivos y fines de una determinada institución, go-
zando de un alto grado de libertad en la toma de decisiones, y/o que prestan
un servicio personal y directo al titular de la entidad.
Entonces, para determinar si un cargo, independientemente de su deno-
minación, es de confianza, se debe analizar, atendiendo a las circunstancias
concretas, si en él concurren todas o la mayoría de las características siguientes:
(i) que el cargo es de alto nivel, en el sentido de que es determinante para la
conducción de la institución respectiva, lo que puede establecerse analizando
la naturaleza de las funciones desempeñadas –más políticas que técnicas– y
la ubicación jerárquica en la organización interna de la institución –en el nivel
superior–; (ii) que el cargo implica un grado mínimo de subordinación al titu-
lar de la institución, en el sentido de que el funcionario o empleado posee un
amplio margen de libertad para la adopción de decisiones en la esfera de sus
competencias; y (iii) que el cargo implica un vínculo directo con el titular de la
institución, lo que se infiere de la confianza personal que dicho titular deposita

528
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

en el funcionario o empleado respectivo o de los servicios que este le presta


directamente al primero.
2. Por otra parte, en la Sentencia de 11-II-2011, Amp. 415-2009, se expresó
que el derecho de audiencia (art. 11 inc. 1° de la Cn.) posibilita la protección de
los derechos subjetivos de los que es titular la persona, en el sentido de que las
autoridades están obligadas a seguir, de conformidad con lo previsto en la ley
de la materia o, en su ausencia, en aplicación directa de la disposición consti-
tucional citada, un proceso en el que se brinde a las partes la oportunidad de
conocer las respectivas posturas y de contradecirlas, previo a que se provea un
acto que cause un perjuicio en los derechos de alguna de ellas. Así, el derecho
de defensa (art. 2 inc. 1° de la Cn.) está íntimamente vinculado con el derecho
de audiencia, puesto que es dentro del proceso donde los intervinientes tienen
la posibilidad de exponer sus razonamientos y de oponerse a su contraparte en
forma plena y amplia.
Para que lo anterior sea posible, es necesario hacer saber al sujeto contra
quien se inicia dicho proceso la infracción que se le reprocha y facilitarle los
medios necesarios para que ejerza su defensa. De ahí que existe vulneración de
estos derechos fundamentales por: (i) la inexistencia de un proceso en el que
se tenga la oportunidad de conocer y de oponerse a lo que se reclama; o (ii)
el incumplimiento de las formalidades esenciales establecidas en las leyes que
desarrollan estos derechos.
V. Desarrollados los puntos previos, corresponde en este apartado analizar
si la actuación de la autoridad demandada se sujetó a la normativa constitu-
cional.
1. A. Las partes aportaron como prueba, entre otros, las siguientes certifi-
caciones: (i) transcripción del Acuerdo n° 17 de fecha 18-XI-2013, por medio del
cual el Juez Primero de Paz de San Martín acordó nombrar en propiedad a la
señora María del Carmen D. de V. en el cargo de Colaborador Judicial C-III en
el referido Tribunal; y (ii) escrito de fecha 30-I-2014, firmado por dicha señora,
mediante el cual presentó su renuncia irrevocable al cargo que desempeñaba
dentro del Juzgado mencionado. Asimismo la autoridad demandada presentó
copia de la transcripción del Acuerdo n° 5 de fecha 13-II-2014, por medio del
cual el Juez Primero de Paz de San Martín acordó declarar vacante la plaza de
Colaborador Judicial C-III en virtud de la renuncia presentada por la deman-
dante.
B. Teniendo en cuenta lo dispuesto en el art. 331 y 341 inc. 1° del Código
Procesal Civil y Mercantil –de aplicación supletoria a los procesos de amparo–,
con los documentos antes detallados, los cuales fueron expedidos por el funcio-

529
Amparos / Sentencias Definitivas

nario correspondiente en el ejercicio de su competencia, se han comprobado


los hechos que en ellos se consignan. Asimismo, en razón de lo dispuesto en los
arts. 330 inc. 2° y 343 del código citado, con la copia simple antes mencionada,
dado que no se acreditó su falsedad, se han comprobado de manera fehacien-
te los datos contenidos en ella.
C. Con base en los elementos de prueba presentados, valorados conjun-
tamente y conforme a la sana crítica, se tienen por establecidos los siguientes
hechos y datos: (i) que la señora María del Carmen D. de V.se encontraba labo-
rando en el Juzgado Primero de Paz de San Martín, bajo el sistema de Ley de
Salarios, ejerciendo el cargo de Colaboradora Judicial C-III; (ii) que el 30-I-2014
la señora D. de V. presentó su renuncia al cargo que desempeñaba en dicho
Tribunal; y (iii) que el Juez Primero de Paz de San Martín tuvo por aceptada
la renuncia interpuesta por la demandante a partir del 30-I-2014, al declarar
vacante el cargo de Colaboradora Judicial C-III que desempeñaba dicha señora.
2. A. De lo anterior se observa que, en el presente proceso, la peticionaria
demandó al Juez Primero de Paz de San Martín, por supuestamente haberla
coaccionado a firmar un documento elaborado por dicha autoridad que con-
tenía una “renuncia voluntaria” por motivos de salud. En ese sentido se habría
configurado un despido de hecho sin que previo a ello se le tramitara un proce-
so en el que pudiera ejercer la defensa de sus derechos e intereses.
B. La autoridad demandada, por su parte, sostuvo que la actora había ex-
presado su voluntad de retirarse del Juzgado que preside, de forma libre y
unilateral, al presentar su renuncia el 30-I-2014, la cual desde esa fecha surtió
sus efectos.
3. Al respecto, se advierte que la demandante admitió que firmó la renun-
cia, por lo cual la existencia de dicho acto es un hecho no controvertido por
las partes. En ese sentido, la controversia entre la pretensora y la autoridad
demandada radica en la coacción de la que la primera supuestamente fue ob-
jeto para firmar la renuncia que dio por terminada la relación laboral, lo que,
en caso de haberse probado, hubiera permitido concluir que se trató de un
despido de hecho y no de una renuncia voluntaria. En relación con este pun-
to, se resalta que la señora D. de V. no aportó dentro de este amparo ningún
elemento probatorio orientado a acreditar que efectivamente fue coaccionada
para firmar el escrito de renuncia en cuestión. Ello a pesar de que tal situación
constituye el principal fundamento de su pretensión y, por lo tanto, al haber
afirmado ese hecho la demandante en su demanda y en los escritos en los que
evacuó los traslados conferidos, debía comprobarlo en el proceso para así apre-
ciar una posible vulneración de su estabilidad laboral.

530
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Por consiguiente, se concluye que no existió vulneración de los derechos


de audiencia, de defensa y a la estabilidad laboral de la demandante y, por lo
tanto, es procedente desestimar la pretensión planteada por esta.
POR TANTO: Con base en las razones expuestas y en los arts. 2 inc. 1°, 11
inc. 1° y 219 Cn., así como en los arts. 32, 33 y 34 de la L.Pr.Cn., a nombre de
la República, esta Sala FALLA: (a) Declárase sin lugar la solicitud planteada por
la señora María del Carmen D. de V. en su escrito del 26-I-2016; (b) Declárase
que no ha lugar al amparo solicitado por el la señora María del Carmen D. de
V. contra el Juez Primero de Paz de San Martín, por no existir vulneración a sus
derechos fundamentales de audiencia, de defensa y a la estabilidad laboral; (c)
Déjese sin efecto la medida cautelar decretada y confirmada por resoluciones
de fechas 1-XII-2014 y 19-III-2015; y (d) Notifíquese.
---F. MELENDEZ---J. B. JAIME---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZALEZ--- PRONUN-
CIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.--- E. SOCORRO
C.---SRIA.---RUBRICADAS.

375-2013

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA.


San Salvador, a las diez horas con cuarenta y nueve minutos del día cuatro de
marzo de dos mil dieciséis.
El presente proceso de amparo ha sido promovido por el señor Mario Er-
nesto C. G. contra el Ministro de Relaciones Exteriores (“el Ministro”), por la
vulneración de sus derechos de audiencia, de defensa, de petición y a la esta-
bilidad laboral.
Han intervenido en la tramitación de este amparo la parte actora, la auto-
ridad demandada y la Fiscal de la Corte Suprema de Justicia.
Analizado el proceso y considerando:
I. 1. El peticionario sostuvo en su demanda que desde el año 2001 laboró
en la Dirección General del Servicio Exterior y la Academia Diplomática de El
Salvador del Ministerio de Relaciones Exteriores (MRE) desempeñando funcio-
nes administrativas y técnicas, hasta que en el año 2009 se le asignó al servicio
exterior con el cargo de consejero en la Embajada de Venezuela con sede en
Caracas. En el año 2010 fue nombrado Ministro Consejero en la Representación
Diplomática y Consular de El Salvador en Colombia con sede en Bogotá, bajo la
modalidad de contrato de servicios personales.

531
Amparos / Sentencias Definitivas

Así también, mencionó que el 18-II-2013 se le notificó la Resolución n°


214/2013 de fecha 15-II-2013, mediante la cual el Ministro decidió dar por fi-
nalizada la relación laboral que lo unía con el MRE. Dicha actuación -afirmó- se
realizó no obstante que su contrato de trabajo había sido renovado el 5-II-2013
para el período del 1-I-2013 al 31-XII-2013.
Al respecto, sostuvo que dicha decisión se materializó sin que se le trami-
tara previamente un procedimiento en el que pudiera defender sus intereses,
aun cuando las funciones del cargo de Ministro Consejero que desempeñó en
la representación antes relacionada eran de carácter técnico y pertenecían al
giro ordinario del MRE. Además, aseveró que no tenía la facultad de tomar
decisiones determinantes para la conducción de dicha entidad, pues cumplía
órdenes de sus superiores, a quienes les brindaba apoyo técnico y administrati-
vo, por lo que -afirmó- no se trataba de un cargo de confianza como lo señaló
la autoridad demandada en su resolución de remoción.
Además, el referido señor expuso que con fecha 18-II-2013, mediante co-
rreo electrónico oficial enviado desde su cuenta institucional, solicitó al Minis-
tro una audiencia a efecto de obtener respuesta sobre la remoción del cargo
que su persona ostentaba, sin haber obtenido hasta la fecha respuesta alguna
del Ministro ni habérsele otorgado el derecho de audiencia que solicitaba.
En razón de lo anterior, el demandante sostuvo que la autoridad deman-
dada lesionó sus derechos al trabajo, estabilidad laboral, petición, audiencia y
defensa.
2. A. Mediante el auto de fecha 20-V-2013 se suplió la deficiencia de la
queja planteada por la parte actora, de conformidad con el art. 80 de la Ley
de Procedimientos Constitucionales (L.Pr.Cn.), en el sentido de que, además de
los derechos de audiencia y defensa alegados, el peticionario pretendió alegar
como lesionado el derecho a la estabilidad laboral.
Luego de efectuada dicha suplencia se admitió la demanda, circunscribién-
dose al control de constitucionalidad de: (i) la Resolución n° 214/2013 de fecha
15-II-2013 emitida por el Ministro, por medio de la cual removió al señor C.
G. de su cargo como Ministro Consejero en la Representación Diplomática y
Consular de El Salvador en Colombia, con sede en Bogotá, a pesar de la exis-
tencia del contrato vigente de dicho señor para el año 2013, situación que,
aparentemente, se materializó sin habérsele promovido un procedimiento en
el que pudiera ejercer la defensa de sus intereses; y (ii) la omisión de parte del
referido ministro de dar respuesta a la petición realizada por el actor el 18-II-
2013, mediante la cual le solicitó a aquel audiencia con posterioridad a haber
sido notificado de su remoción. Tal admisión se fundamentó en que, a juicio del

532
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

peticionario, se vulneraron los derechos de audiencia, de defensa, de petición


y a su estabilidad laboral.
B. En la misma interlocutoria se ordenó la suspensión de los efectos del acto
reclamado, en el sentido de que, durante la tramitación de este proceso de am-
paro la autoridad demandada debía acatar la vigencia del contrato laboral sus-
crito con el peticionario para el año 2013 y abstenerse de separar al pretensor
de su cargo y de nombrar a otra persona para sustituirlo, además de garantizar
que las autoridades administrativas correspondientes, en especial las áreas de
recursos humanos y de pagaduría, respetaran la vigencia del referido contrato,
asegurando con ello el pago íntegro de los salarios y de las demás prestaciones
laborales que le correspondieran al demandante.
C. Además, se pidió informe a la autoridad demandada de conformidad
con lo dispuesto en el art. 21 de la L.Pr.Cn. En su intervención, dicha autoridad
negó los hechos alegados por el actor e interpuso la revocatoria de la medida
cautelar adoptada por esta Sala por no existir apariencia de buen derecho.
D. Finalmente, se le confirió audiencia a la Fiscal de la Corte de conformidad
con el art. 23 de la L.Pr.Cn., pero esta no hizo uso de la oportunidad procesal
que le fue conferida.
3. A. Por resolución de fecha 26-VI-2013 se declaró sin lugar la revocatoria
de la medida cautelar adoptada en este amparo, solicitada por la autoridad de-
mandada, en virtud de que los argumentos formulados se encontraban orien-
tados, básicamente, a revelar que en el caso objeto de estudio no existían las
vulneraciones constitucionales alegadas por la parte actora, situación que de-
bía necesariamente decidirse en sentencia definitiva. Asimismo, se confirmó la
suspensión de los efectos del acto reclamado y, además, se pidió a la autoridad
demandada que cumpliera la medida precautoria aludida y rindiera el informe
justificativo que regula el art. 26 de la L.Pr.Cn.
B. En atención a dicho requerimiento, el Ministro manifestó que el cargo
que desempeñaba el peticionario era de confianza política, debido a que reali-
zaba funciones vinculadas con los objetivos del MRE. Por otro lado, los funcio-
narios diplomáticos, entre ellos los ministros consejeros, tenían la función de
representar los intereses del Estado y ello justificaba que fueran considerados
cargos de confianza. Por último, mencionó que todas las peticiones efectuadas
por el impetrarte ya le habían sido contestadas.
4. Posteriormente, en virtud del auto de fecha 29-VII-2015 se confirieron
los traslados que ordena el art. 27 de la L.Pr.Cn., respectivamente, a la Fiscal de
la Corte, quien manifestó que le correspondía a la autoridad demandada com-

533
Amparos / Sentencias Definitivas

probar que su actuación no le causó al demandante vulneraciones de sus de-


rechos; y a la parte actora, quien no hizo uso del traslado que le fue conferido.
5. Por resolución de fecha 7-X-2015 se abrió a pruebas el presente amparo
por el plazo de ocho días, de conformidad con lo prescrito en el art. 29 de la
L.Pr.Cn., lapso en el cual la autoridad demandada solicitó que se tomaran en
cuenta como prueba los documentos que presentó en el transcurso del presen-
te amparo.
6. A continuación, en virtud del auto de fecha 10-XII-2015 se otorgaron los
traslados que ordena el art. 30 de la L.Pr.Cn. Al respecto, la Fiscal de la Cor-
te manifestó que el actor gozaba de estabilidad laboral al momento en que
ocurrió su destitución, puesto que el cargo no era de confianza, por lo que la
autoridad demandada debió haber seguido el respectivo procedimiento antes
de finalizar la relación laboral con el peticionario. Asimismo, alegó que hasta
la fecha la autoridad demandada no había dado respuesta a la solicitud de
audiencia que le presentó la demandante, por lo que existió la vulneración al
derecho de petición.
La parte actora evacuó el traslado por medio de su apoderado Gustavo
Adolfo Benítez Orellana, el cual solicitó su intervención en tal carácter y reiteró
los argumentos expuestos por el demandante durante el transcurso del presen-
te amparo. Asimismo, el señor C. G. alegó que el Jefe de la Misión Diplomática
en la Embajada de El Salvador en Colombia vulneró su derecho a la privacidad
e intimidad, puesto que en un memorándum que le fue enviado se anexaron
capturas de pantalla del perfil personal del demandante en una red social, por
lo cual solicitó que se -acumulara- esa denuncia de acoso laboral de la autoridad
demandada a su persona.
Por su parte, la autoridad demandada, en atención al traslado conferido,
reiteró los argumentos expuestos en sus intervenciones previas.
7. Con esta última actuación, el proceso quedó en estado de pronunciar
sentencia.
II. 1. Antes de proceder al examen de fondo, se analizará lo solicitado por
el demandante en su escrito del 16-II-2016.
El señor C. G. solicita que esta Sala “acumule” su denuncia de acoso laboral
de la autoridad demandada a su persona.
Al respecto, se advierte que el demandante, para sustentar su petición,
alude a hechos nuevos que no forman parte del objeto de control del presente
amparo, pues relata cuestiones específicas posteriores a la iniciación del mismo
y que no guardan relación con el objeto del debate planteado en este caso, por
lo que deberá declararse sin lugar la solicitud formulada.

534
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

2. El orden lógico con el que se estructurará esta resolución es el siguiente:


en primer lugar, se determinará el objeto de la presente controversia (III); en
segundo lugar, se hará una exposición sobre el contenido de los derechos ale-
gados (IV); y, finalmente, se analizará el caso sometido a conocimiento de este
Tribunal (V).
III. En el presente caso, el objeto de la controversia puesta en conocimien-
to de este Tribunal consiste en determinar si el Ministro vulneró los derechos
de audiencia, de defensa, de petición y a la estabilidad laboral del señor Ma-
rio Ernesto C. G., al haberlo despedido del cargo de Ministro Consejero en la
Representación Diplomática y Consular de El Salvador en Colombia, con sede
en Bogotá, sin tramitarle previamente un proceso en el que pudiera ejercer la
defensa de sus derechos e intereses, y al haber omitido dar respuesta a la peti-
ción realizada por el actor el día 18-II-2013, mediante la cual le solicitó a aquel
audiencia con posterioridad de haber sido notificado de su remoción.
IV. 1. El reconocimiento del derecho a la estabilidad laboral (art. 219 inc. 2°
de la Cn.) de los servidores públicos responde a dos necesidades: la primera,
garantizar la continuidad de las funciones y actividades que ellos realizan en las
instituciones públicas, debido a que sus servicios están orientados a satisfacer
un interés general; y, la segunda, conceder al servidor un grado de seguridad
que le permita realizar sus labores, sin temor a que su situación jurídica se mo-
difique fuera del marco constitucional y legal establecido.
A. El derecho a la estabilidad laboral, según las Sentencias de 11-III-2011 y
24-XI-2010, Amps. 10-2009 y 1113-2008, respectivamente, se ha sostenido que,
no obstante el citado derecho implica la facultad de conservar un trabajo o
empleo, este es inevitablemente relativo, pues el empleado no goza de una
completa inamovilidad, sino que es necesario –entre otras cosas– que el puesto
no sea de aquellos cuyo desempeño requiera de confianza, ya sea personal o
política.
B. Al respecto, en las Sentencias de 29-VII-2011 y 26-VIII-2011, Amps. 426-2009
y 301-2009, respectivamente, se dotó al concepto de “cargo de confianza” de un
contenido más concreto y operativo, a partir del cual se puede determinar con ma-
yor precisión, frente a supuestos de diversa índole –dada la heterogeneidad de los
cargos existentes dentro de la Administración Pública–, si la destitución atribuida a
una autoridad es legítima o no desde la perspectiva constitucional.
En términos generales, se caracterizó a los cargos de confianza como aque-
llos desempeñados por funcionarios o empleados públicos que lleven a cabo
actividades vinculadas directamente con los objetivos y fines de dirección o alta
gerencia de una determinada institución –gozando de un alto grado de liber-

535
Amparos / Sentencias Definitivas

tad en la toma de decisiones y/o que presten un servicio personal y directo al


titular de la entidad.
Entonces, partiendo de la anterior definición, para determinar si un cargo
en particular es de confianza –independientemente de su denominación– se
debe analizar, de manera integral y atendiendo a las circunstancias fácticas de
cada caso concreto, si en él concurren todas o la mayoría de las características
siguientes: (i) que se trate de un cargo de alto nivel, en el sentido de ser deter-
minante para la conducción de la institución respectiva, situación que puede
establecerse tanto con el análisis de la naturaleza de las funciones que se des-
empeñan –más políticas que técnicas–, como con el examen de la ubicación
jerárquica en la organización interna de una determinada institución –nivel su-
perior–; (ii) que se trate de un cargo con un grado mínimo de subordinación al
titular, en el sentido de poseer un alto margen de libertad para la adopción de
decisiones en la esfera de sus competencias; y (iii) que se trate de un cargo con
una vinculación directa con el titular de la institución, lo que se puede inferir,
por una parte, de la confianza personal que aquel deposita en el funcionario
o empleado respectivo o, por otra parte, de los servicios directos que este le
presta.
2. En la Sentencia de 11-II-2011, Amp. 415-2009, se expresó que el derecho
de audiencia (art. 11 inc. 1° de la Cn.) posibilita la protección de los derechos
subjetivos de los que es titular la persona, en el sentido de que las autoridades
están obligadas a seguir, de conformidad con lo previsto en la ley de la materia
o, en su ausencia, en aplicación directa de la disposición constitucional citada,
un proceso en el que se brinde a las partes la oportunidad de conocer las res-
pectivas posturas y de contradecirlas, previo a que se provea un acto que cause
un perjuicio en los derechos de alguna de ellas. Así, el derecho de defensa (art.
2 inc. 1° de la Cn.) está íntimamente vinculado con el derecho de audiencia,
puesto que es dentro del proceso donde los intervinientes tienen la posibilidad
de exponer sus razonamientos y de oponerse a su contraparte en forma plena
y amplia.
Para que lo anterior sea posible, es necesario hacer saber al sujeto pasivo de
dicho proceso la infracción que se le reprocha y facilitarle los medios necesarios
para que ejerza su defensa. De ahí que existe vulneración de estos derechos
fundamentales por: (i) la inexistencia de un proceso en el que se tenga la opor-
tunidad de conocer y de oponerse a lo que se reclama; o (ii) el incumplimiento
de las formalidades esenciales establecidas en las leyes que desarrollan estos
derechos.

536
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

3. A. En las Sentencias del 5-I-2009 y 14-XII-2007, Amps. 668-2006 y 705-


2006 respectivamente, se sostuvo que el derecho de petición, consagrado en el
art. 18 de la Cn., faculta a toda persona –natural o jurídica, nacional o extran-
jera– a dirigirse a las autoridades para formular una solicitud por escrito y de
manera decorosa.
Correlativamente al ejercicio de este derecho, se exige a los funcionarios
que respondan a las solicitudes que se les planteen y que dicha contestación
no se limite a dejar constancia de haberse recibido la petición. En ese sentido,
la autoridad ante la cual se formule una petición debe responderla conforme
a sus facultades legales, en forma motivada y congruente, haciéndole saber a
los interesados su contenido. Ello, vale aclarar, no significa que tal resolución
deba ser favorable a lo pedido, sino solamente que se dé la correspondiente
respuesta.
Además, las autoridades legalmente instituidas, que en algún momento
sean requeridas para dar respuesta a determinado asunto, tienen la obligación
de responder a lo solicitado en el plazo legal o, si este no existe, en uno que
sea razonable.
B. a. Finalmente, en la Sentencia del l5-VII-2011, Amp. 78-2011, se afirmó
que las peticiones pueden realizarse, desde una perspectiva material, sobre
dos puntos: (i) un derecho subjetivo o interés legítimo del cual el peticionario
es titular y que pretende ejercer ante la autoridad y (ii) un derecho subjetivo,
interés legítimo o situación jurídica de la cual el solicitante no es titular, pero
pretende su reconocimiento mediante la petición realizada.
b. Entonces, para la plena configuración del agravio, en el caso del referido
derecho fundamental, es indispensable que, dentro del proceso de amparo, el
actor detalle cuál es el derecho, interés legítimo o situación jurídica material
que ejerce o cuyo reconocimiento pretende.
V. Desarrollados los puntos previos, corresponde en este apartado anali-
zar si la actuación de la autoridad demandada se sujetó a la normativa cons-
titucional.
1. A. Las partes aportaron como prueba, entre otros, certificaciones no-
tariales de los siguientes documentos: (i) Acuerdo n° 706/2010 de fecha 24-V-
2010, en virtud del cual el Ministro decidió nombrar al señor C. G. como Mi-
nistro Consejero en la Representación Diplomática y Consular de El Salvador
en Colombia, con sede en Bogotá; (ii) contratos de servicios personales corres-
pondientes a los años 2001, 2010 y 2011, que vincularon al demandante con el
MRE como Ministro Consejero; (iii) Resolución n° 214/2013 de fecha 15-II-2013
suscrita por el Ministro, en virtud de la cual removió al peticionario de dicho

537
Amparos / Sentencias Definitivas

cargo; (iv) acta de notificación de la citada resolución al demandante de fecha


18-II-2013; (v) pasajes del Manual de Descripciones de Puestos de Trabajo, en
los cuales aparecen las funciones y actividades correspondientes al cargo de
Ministro Consejero; y (vi) organigrama del MRE.
Así también la autoridad demandada presentó certificaciones de las re-
soluciones n° 482/2010, 848/2010, 683/2010, 710/2011, 711/2011, 1180/2011,
108/2012, 268/2012, 884/2012, 885/2012, 1085/2012 y 134/2013, en virtud de
las cuales los funcionarios competentes del MRE autorizaron la designación del
Ministro Consejero señor C. G. como Encargado de Negocios ad interim en la
representación antes descrita.
Por su parte, la parte actora presentó impresiones de correos electrónicos
de fecha 18-II-2013 en los cuales solicitaba al Ministro una audiencia con poste-
rioridad de haber sido notificado de su remoción.
B. Teniendo en cuenta lo dispuesto en los arts. 331 y 341 inc 1° del Código
Procesal Civil y Mercantil (C.Pr.C.M.), de aplicación supletoria en los procesos
de amparo, con las certificaciones antes detalladas, las cuales fueron expedidas
por el funcionario competente en el ejercicio de sus funciones, se han compro-
bado los hechos que en ellas se consignan. Así también, teniendo en cuenta lo
dispuesto en el art. 30 de la Ley del Ejercicio Notarial de la Jurisdicción Volunta-
ria y de Otras Diligencias, las certificaciones notariales aludidas, dado que no se
alegó ni probó su falsedad, constituyen prueba fehaciente de la autenticidad
de los documentos a los que se refieren. Asimismo, en razón de lo dispuesto
en los arts. 330 inc. 2° y 343 del C.Pr.C.M., con las impresiones de los correos
electrónicos antes relacionados, dado que no se acreditó su falsedad, se han
comprobado de manera fehaciente los datos contenidos en ellos.
C. Con base en los elementos de prueba presentados, valorados conjun-
tamente y conforme a la sana crítica, se tienen por establecidos los siguientes
hechos y datos: (i) que el señor C. G. ingresó a laborar en agosto de 2001 al
MRE como Asistente Administrativo II; (ii) que dicho señor desempeñó el car-
go de Ministro Consejero en la Representación Diplomática y Consular de El
Salvador en Colombia, con sede en Bogotá, a partir del 1-VI-2010; (iii) que el
aludido señor fue nombrado en los años 2010 a 2013 Encargado de Negocios
ad interim en la representación antes descrita; (iv) que mediante la Resolución
n° 214/2013, emitida por el Ministro el 15-II-2013, se removió al señor C. G.
del aludido cargo; (v) que dicha decisión le fue notificada al peticionario el
18-II­-2013; (vi) las funciones del cargo de Ministro Consejero; (vii) la estructura
organizativa del MRE; y (viii) que el 18-II-2013 el peticionario solicitó mediante

538
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

correos electrónicos una audiencia con posterioridad de haber sido notificado


de su remoción.
2. Establecido lo anterior, corresponde verificar si la autoridad demandada
vulneró los derechos invocados por el pretensor.
A. Para tal efecto se debe determinar si el señor C. G., de acuerdo con los
elementos de prueba antes relacionados, era titular del derecho a la estabili-
dad laboral al momento de su despido o si, por el contrario, concurría en él
alguna de las excepciones establecidas por la jurisprudencia constitucional con
relación a la titularidad de ese derecho.
a. El señor Mario Ernesto C. G., al momento de su remoción, desempeñaba
el cargo de Ministro Consejero en la Representación Diplomática y Consular de
El Salvador en Colombia, con sede en Bogotá, de lo cual se colige que dicho
señor estaba comprendido en la carrera diplomática, de conformidad con los
arts. 17 y 52 de la Ley Orgánica del Cuerpo Diplomático de El Salvador (LOCD),
y la relación laboral en cuestión era de carácter público, de modo que aquel
tenía a la fecha de su separación del mencionado puesto de trabajo la calidad
de servidor público.
b. Según consta en el Manual de Descripciones de Puestos de Trabajo del
MRE, las funciones del cargo que desempeñaba el demandante eran –entre
otras– las siguientes: (i) proteger y promover los intereses del Estado y defen-
der y asistir a las personas naturales y jurídicas en sus derechos e intereses; (ii)
expedir, revalidar y visar pasaportes, extender pasaportes especiales y expedir
toda clase de documentos en su calidad; (iii) propiciar, dentro de su jurisdicción,
consulados móviles a fin de prestar servicios consulares en aquellos lugares de
mayor concentración de salvadoreños, a efecto de atender la demanda de es-
tos servicios; (iv) llevar el registro de salvadoreños residentes en su jurisdicción,
así como apoyar el trabajo de otras instituciones gubernamentales responsa-
bles de la entrega de otra clase de documentos de identificación; (v) intervenir
en actos judiciales y administrativos; y (vi) asistir al Jefe de Misión en sus labores
y proponer y presentar programas y agendas de trabajo en su ámbito de com-
petencia a fin de fortalecer y complementar la gestión integral de la misión. Así
también, en dicho manual se menciona que el cargo de Embajador es el puesto
superior inmediato al de Ministro Consejero.
B. a. Para llevar a cabo algunas de sus funciones el MRE se auxilia de ciertos
organismos que, si bien dependen administrativamente de dicha institución,
desempeñan labores permanentes o temporales en otros Estados y organismos
internacionales. Se trata de las misiones diplomáticas de carácter permanente

539
Amparos / Sentencias Definitivas

y especial previstas en la LOCD y en instrumentos internacionales como la Con-


vención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas (CVRD).
El art. 3 de la citada Convención establece que las funciones que desem-
peñan dichas misiones son las siguientes: (i) representar al Estado acreditante
ante el Estado receptor; (ii) proteger en el Estado receptor los intereses del
Estado acreditante y los de sus nacionales dentro de los límites permitidos por
el Derecho Internacional; (iii) negociar con el Gobierno del Estado receptor;
(iv) enterarse por todos los medios lícitos de las condiciones y de la evolución
de los acontecimientos en el Estado receptor e informar sobre ello al Gobierno
del Estado acreditante; y (v) fomentar las relaciones amistosas y desarrollar las
relaciones económicas, culturales y científicas entre el Estado acreditante y el
Estado receptor.
Dichas misiones pueden estar conformadas por diversos funcionarios di-
plomáticos y empleados administrativos, quienes tienen distintas categorías y
funciones. Tanto la CVRD como la LOCD establecen que toda misión debe tener
un jefe, que es el encargado de representar al Estado acreditante ante el Esta-
do u organismo receptor. Según el art. 3 de la citada ley, dicha calidad puede
estar a cargo de Embajadores Extraordinarios, Plenipotenciarios, Enviados Ex-
traordinarios, Ministros Plenipotenciarios y Encargados de Negocios. Además,
en el escalafón diplomático están comprendidas otras categorías diplomáticas
inferiores a las antes señaladas, las cuales se detallan a continuación, en orden
ascendente: Tercer, Segundo y Primer Secretario de Embajada o Legación, Con-
sejero y Ministro Consejero.
b. Al respecto, si bien el art. 2 de la LOCD permite que las calidades de Em-
bajador Extraordinario y Plenipotenciario y de Ministro Plenipotenciario sean
asumidas por personas ajenas a la carrera diplomática, en cualquier caso, quie-
nes ocupen tales calidades en una misión oficial –según se trate de misiones
permanentes o de misiones especiales–representan al Estado de El Salvador
ante el Estado u organismo receptor. Ello les permite tener la dirección de los
servicios, diplomáticos y consulares, tal como lo establece el art. 18 de la LOCD.
Según lo previsto en la citada disposición, en ausencia temporal del titular
de la Embajada o Legación, el funcionario inmediato inferior asume las fun-
ciones de Encargado de Negocios ad interim. Lo anterior implica que, en tales
supuestos, dicha calidad y, por consiguiente, la jefatura de la misión podrían
ser ejercidas por un Ministro Consejero, quien, de conformidad con el art. 21
de la referida ley, tendría la facultad exclusiva de dirigirse al Ministro sobre
los asuntos del servicio, de suscribir los despachos oficiales y de pronunciar los

540
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

discursos de carácter oficial; es decir, tendría la representación del Estado de El


Salvador ante el Estado u organismo receptor y ante el Ministro.
Por consiguiente, en caso de asumir la jefatura de la misión, al Ministro
Consejero le correspondería cumplir los deberes previstos en el art. 22 de la
LOCD, que son, entre otros, los siguientes: (i) velar por la dignidad y buen nom-
bre del Estado; (ii) mantener las relaciones más cordiales con las autoridades
del país donde estuviere acreditado; (iii) velar por los intereses y derechos de
sus conciudadanos; (iv) autorizar conforme al Código Civil actos notariales de
salvadoreños y extranjeros que deban surtir efectos en El Salvador, a falta de
funcionarios consulares de carrera; (v) mantener activa y eficaz propaganda
dando a conocer los diversos aspectos de la República; (vi) intensificar las re-
laciones comerciales y culturales entre la República y el país donde resida; (vii)
impedir que las Embajadas y Legaciones sirvan de asilo a los acusados o con-
denados por delitos comunes; y (viii) vigilar que los Cónsules de su jurisdicción
ejerzan debidamente sus funciones.
C. a. Si bien las funciones del cargo de Ministro Consejero que constan en
el Manual de Descripciones de Puestos de Trabajo antes relacionado son, en
buena medida, de naturaleza técnica, estas deben ser analizadas en relación
con lo previsto en los instrumentos normativos que regulan la carrera diplo-
mática. En ese sentido, se observa que las funciones previstas en la CVRD para
toda misión diplomática son de naturaleza política, pues conllevan facultades
de representación del Estado, de protección de sus intereses y de negociación
en su nombre.
Además, la categoría de Ministro Consejero ocupa una de las posiciones
más altas en el escalafón diplomático y en el caso de las representaciones di-
plomáticas y consulares se encuentra subordinado al Embajador, por lo que en
ausencia de este podría adoptar la calidad de jefe de misión y ello le permitiría
ejercer ciertas facultades de control y dirección que tienen por objeto proteger
la imagen y los intereses del Estado y de sus ciudadanos ante otros Estados u
organismos internacionales.
Por consiguiente, las atribuciones de algunos funcionarios diplomáticos
asignados a una determinada representación diplomática y consular –en es-
pecial las del Ministro Consejero y del Jefe de dicha representación– tienen
connotación significativa para la dirección de las relaciones internacionales y,
por tanto, para el adecuado funcionamiento y los resultados satisfactorios del
MRE. Precisamente, en el caso en estudio, en los años en que ejerció el cargo
de Ministro Consejero el señor C. G. fue designado en diversas oportunidades
Encargado de Negocios ad interim, asumiendo la jefatura de la misión en la

541
Amparos / Sentencias Definitivas

Embajada de El Salvador en Colombia con sede en Bogotá. Lo anterior implica


que, debido a la naturaleza del cargo de Ministro Consejero, es necesario que
este sea ejercido por una persona que goce de la confianza de quien en último
término tiene a su cargo la conducción del MRE. Dicha confianza debe, en par-
ticular, estar presente en la persona que ejerce el mencionado cargo en la Re-
presentación Diplomática y Consular de El Salvador en Colombia, con sede en
Bogotá, debido a que dicho funcionario debe, junto al resto de miembros de la
representación, actuar en nombre del Estado y proteger sus intereses sobre as-
pectos de especial trascendencia en el campo de las relaciones internacionales.
b. Por ello, tal y como se señaló en un caso similar -Sentencia de 28-X-2015,
Amp 826-2013-, el cargo de Ministro Consejero de la Representación Diplomá-
tica y Consular de El Salvador en Colombia, con sede en Bogotá, puede catalo-
garse como de confianza y, en consecuencia, quien lo desempeña no es titular
del derecho a la estabilidad laboral, tal como lo establece el art. 219 inc. 3° de
la Cn., por lo que el Ministro no tenía la obligación de tramitarle un proceso o
procedimiento previo a ordenar su despido. En razón de lo anterior, se concluye
que no existe vulneración a los derechos de audiencia, de defensa y a la estabi-
lidad laboral del referido señor y, en consecuencia, es procedente desestimar la
pretensión planteada en su demanda.
D. En otro orden de ideas, el actor expuso en su demanda que el Ministro
vulneró su derecho de petición en razón de la omisión de dar respuesta a la pe-
tición del 18-II-2013, realizada mediante correo electrónico, en la cual le solicitó
audiencia a dicho funcionario con posterioridad de haber sido notificado de
su remoción. En respuesta a dicho alegato, el funcionario demandado expresó
que todas las peticiones efectuadas por el demandante le fueron contestadas
a través de sus delegados.
Al realizar un análisis de la información agregada al presente proceso, se
advierte la inexistencia de algún elemento que pruebe que el Ministro emitiera
alguna respuesta a la petición formulada por el señor C. G. Como se dijo en
el Considerando IV de esta sentencia, una de las implicaciones del derecho de
petición es que la autoridad correspondiente debe responder de manera mo-
tivada y congruente la solicitud que ante ella se interpone, haciéndole saber a
los interesados su contenido. Estas notas distintivas conllevan que se deje cons-
tancia de la respuesta, de manera que no deje lugar a dudas de su existencia y
legalidad y resulte satisfactoria para el interesado.
Por consiguiente, se concluye que la omisión del Ministro, en cuanto a dar
respuesta a la petición realizada por el señor Mario Ernesto C. G. el 18-II-2013,

542
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

vulneró el derecho de petición de la parte actora, por lo que es procedente am-


pararla en este extremo de su pretensión.
VI. Determinadas las transgresiones constitucionales derivadas de la omi-
sión del MRE, corresponde establecer el efecto restitutorio de esta sentencia.
1. El art. 35 inc. 1° de la L.Pr.Cn. establece que el efecto material de la sen-
tencia de amparo consiste en ordenarle a la autoridad demandada que las co-
sas vuelvan al estado en que se encontraban antes de la vulneración constitu-
cional. Pero, cuando dicho efecto ya no sea posible, la sentencia de amparo
será meramente declarativa, quedándole expedita al amparado la promoción
de un proceso en contra del funcionario personalmente responsable.
En efecto, de acuerdo con el art. 245 de la Cn., los funcionarios públicos
que, como consecuencia de una actuación u omisión dolosa o culposa, hayan
vulnerado derechos constitucionales deberán responder, con su patrimonio y
de manera personal, de los daños materiales y/o morales ocasionados. Solo
cuando el funcionario no posea suficientes bienes para pagar dichos daños, el
Estado (o el Municipio o la institución oficial autónoma, según el caso) deberá
asumir subsidiariamente esa obligación.
En todo caso, en la Sentencia del 15-II-2013, Amp. 51-2011, se aclaró que,
aun cuando en una sentencia estimatoria el efecto material sea posible, el am-
parado siempre tendrá expedita la incoación del respectivo proceso de daños
en contra del funcionario personalmente responsable, en aplicación directa del
art. 245 de la Cn.
2. En el caso que nos ocupa, se comprobó que la autoridad demandada
vulneró el derecho de petición de la parte actora al omitir dar respuesta a la
petición planteada en fecha 18-II-2013.
De esta manera, se colige que la omisión impugnada consumó sus efectos,
lo que impide una reparación material, por lo que procede únicamente declarar
mediante esta sentencia la infracción constitucional del mencionado derecho,
quedando expedita al demandante, en atención a los arts. 245 de la Cn. y 35
inc. 1° de la L.Pr.Cn., la promoción de un proceso, por los daños materiales y/o
morales ocasionados como consecuencia de la vulneración del derecho cons-
titucional de petición declarada en esta sentencia, directamente en contra de
la persona que ocupaba el cargo de Ministro de Relaciones Exteriores cuando
ocurrió la vulneración aludida.
POR TANTO, con base en las razones expuestas y lo prescrito en los arts. 2
inc. 1°, 11 inc. 1°, 18, 219 incs. 2° y 3° y 245 de la Cn., así como en los arts. 32,
33, 34 y 35 de la L.Pr.Cn., en nombre de la República, esta Sala FALLA: (a) Tié-
nese al abogado Gustavo Adolfo Benítez Orellana como apoderado del señor

543
Amparos / Sentencias Definitivas

Mario Ernesto C. G., por haber acreditado en debida forma la personería con la
que actúa en este amparo; (b) Declárase que no ha lugar al amparo solicitado
por el señor Mario Ernesto C. G., contra el Ministro de Relaciones Exteriores,
por no existir vulneración a sus derechos de audiencia, de defensa y a la esta-
bilidad laboral; (c) Déjese sin efecto la medida cautelar adoptada y confirmada
mediante resoluciones de fechas 20-V-2013 y 26-VI-2013, respectivamente; (d)
Declárase que ha lugar el amparo solicitado por el señor Mario Ernesto C. G.,
contra el Ministro de Relaciones Exteriores, por la vulneración de su derecho de
petición; (e) Queda expedita al señor Mario Ernesto C. G. la promoción de un
proceso por los daños materiales y/o morales ocasionados como consecuencia
de la vulneración de su derecho de petición en contra de la persona que ocupa-
ba el cargo de Ministro de Relaciones Exteriores cuando ocurrió la vulneración
aludida; y (f) Notifíquese.
A. PINEDA---F. MELENDEZ---J. B. JAIME---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZA-
LEZ---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRI-
BEN---E. SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.

46-2013

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA.


San Salvador, a las diez horas con treinta y un minutos del día cuatro de marzo
de dos mil dieciséis.
El presente proceso de amparo fue promovido por el señor Tony de Jesús H.
P., contra el Director General del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS),
que considera lesivas de sus derechos de audiencia, defensa, libertad sindical y
a la estabilidad laboral.
Han intervenido en el proceso la parte actora, la autoridad demandada y la
Fiscal de la Corte Suprema de Justicia.
Analizados los hechos y considerando:
I. 1. La parte actora manifestó en su demanda que desde el 3-I-2005 se
desempeñó en el área de supervisión de talleres de reparación de vehículos
y revisión de presupuestos de reparación del ISSS; sin embargo, el 20-XII-2012
se le informó de la decisión emitida por el Director General de esa institución
de separarlo de su cargo a partir de enero de 2013, sin haberle tramitado el
procedimiento previo establecido en el Contrato Colectivo de Trabajo del ISSS
(CCTISSS), en el que se le brindara la oportunidad de ejercer su defensa. Asimis-
mo, expresó que su despido, y el de otros trabajadores afiliados al Sindicato de

544
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Trabajadores del ISSS (STISSS), tenían como objetivo afectar la membresía y su


estructura de gobierno, todo lo cual habría vulnerado sus derechos de audien-
cia, defensa, al trabajo y a la libertad sindical.
2. A. Mediante resolución de fecha 1-II-2013 se suplieron las deficiencias
de la queja planteada y se admitió la demanda, circunscribiéndose al control
de constitucionalidad de la decisión en virtud de la cual el Director General del
ISSS ordenó el despido del peticionario a partir del mes de enero de 2013, por
la supuesta vulneración de sus derechos de audiencia, defensa, a la libertad
sindical y a la estabilidad laboral.
B. En dicho auto se ordenó la suspensión inmediata y provisional de los
efectos de la actuación impugnada, la cual debía entenderse en el sentido de
que, mientras se tramitara este proceso, la autoridad demandada debía resti-
tuir al peticionario en el cargo que desempeñaba, con todas las funciones que
le habían sido conferidas, así como garantizar su continuidad en el citado cargo
o en otro de igual categoría, independientemente de si se había contratado o
reubicado a otra persona para sustituirlo.
C. Asimismo, se pidió informe a la autoridad demandada de conformidad
con el art. 21 de la Ley de Procedimientos Constitucionales (L.Pr.Cn.) y se ordenó
que, luego de transcurrido el plazo de ley, con o sin el rendimiento del informe,
se mandara a oír a la Fiscal de la Corte. Así, la autoridad demandada, al rendir el
informe solicitado, expresó que no había vulnerado los derechos alegados por el
demandante. De igual manera, por medio del escrito presentado el 8-IV-2013,
dicha autoridad solicitó la revocatoria de la medida cautelar ordenada en este
proceso. Por su parte, en los escritos del 4-III-2013 y 8-VII-2013, el actor manifes-
tó que no se había cumplido con la referida medida cautelar.
3. A. Por resolución de fecha 11-VII-2014 se declaró sin lugar revocatoria de
la medida cautelar solicitada por el Director General del ISSS; se ordenó a la
citada autoridad que diera cumplimiento a la aludida medida; y se pidió nuevo
informe a la autoridad demandada, tal como establece el art. 26 de la L.Pr.Cn.
B. Así, dicho funcionario expresó que se dio por terminada la relación la-
boral entre el peticionario y el ISSS conforme a la Cláusula 36 del CCTISSS, la
cual dispone que, en caso de despido con responsabilidad para la institución,
se debe indemnizar al trabajador con una cantidad equivalente a un mes de
salario por cada año laborado y la proporción que corresponda por fracción.
Por ende, existía una potestad legal que surgió de un acuerdo entre el ISSS y el
Sindicato que permitía a la mencionada entidad prescindir de los servicios de
sus trabajadores sin seguir el procedimiento administrativo sancionador, garan-
tizándose una indemnización a favor de los afectados.

545
Amparos / Sentencias Definitivas

De igual manera, señaló que tenía indicios de que el demandante realizaba


actos fuera de la ley, lo cual afectaba el buen funcionamiento de su área de
trabajo y, en virtud de no contar con los elementos probatorios suficientes para
iniciar el procedimiento correspondiente, optó por separarlo de su cargo para
que no siguiera perjudicando a la institución, por lo que, al haber asumido la
responsabilidad por su despido, consideró que no había vulnerado sus dere-
chos.
Por otra parte, manifestó que la medida cautelar adoptada en este proceso
causaba un perjuicio al patrimonio del ISSS, ya que no se estaría garantizando
la devolución del gasto que implicaría cancelar al peticionario sus prestaciones
laborales en caso de que la pretensión fuera desestimada. Por ese motivo, soli-
citó que previo al cumplimiento de dicha medida se exigiera al señor H. P. pres-
tar una caución suficiente para garantizar el resarcimiento de los daños y per-
juicios que pudiera causar al ISSS o, en su defecto, que se revocara la medida.
4. A. Por resolución de fecha 13-XI-2013 se declararon sin lugar las solicitu-
des realizadas por el Director General del ISSS, en el sentido de que se exigiera
al actor que rindiera caución suficiente o se revocara la medida cautelar; se or-
denó nuevamente a la citada autoridad que cumpliera con la aludida medida;
se le pidió que rindiera el informe correspondiente en el plazo de cinco días
hábiles contados a partir de la notificación; y se confirieron los traslados que or-
dena el art. 27 de la L.Pr.Cn. a la Fiscal de la Corte, quien manifestó que corres-
pondía al demandante comprobar la existencia del agravio en sus derechos, y
a la parte actora, quien únicamente manifestó que se adhería a lo resuelto por
esta Sala en el auto del 13-XI-2013.
B. En este estado del proceso, la autoridad demandada, por medio del escri-
to del 10-XII-2013, manifestó que se habían girado las instrucciones necesarias
a las dependencias correspondientes para que el peticionario fuera reinstalado
en su antiguo puesto de trabajo a partir del mes de enero de 2014.
5. Mediante el auto de fecha 15-I-2014 se habilitó la fase probatoria por el
plazo de ocho días, de conformidad con el art. 29 de la L.Pr.Cn., plazo en el cual
las partes aportaron pruebas. Asimismo, la autoridad demandada, por medio
del escrito presentado el 15-VII-2014, manifestó que en la Sentencia de fecha
5-V-2014, con ref. 50-2011, la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Corte
Suprema de Justicia había resuelto un caso similar al sometido a conocimiento
de este Tribunal, en el cual consideró que el acto administrativo impugnado era
legal, pues el empleado que había sido removido de conformidad con la Cláu-
sula 36 del CCTISSS no tenía fuero sindical ni se le estaba atribuyendo infracción
o falta que justificara el despido, por lo cual el trabajador tenía derecho a la in-

546
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

demnización conforme a la ley. Por tal razón, solicitó que se tomaran en cuenta
dichos argumentos en este caso.
6. Posteriormente, en virtud de la resolución de fecha 13-VIII-2014, se ad-
mitió la prueba documental ofertada por la autoridad demandada; se declaró
sin lugar la solicitud efectuada por el actor, en el sentido de admitir y practicar
el interrogatorio de los testigos propuestos; y se confirieron los traslados que
ordena el art. 30 de la L.Pr.Cn., a la Fiscal de la Corte, quien expresó que existía
una causal de terminación anormal del proceso por la conformidad del actor
con el acto reclamado; a la parte actora, quien reiteró los argumentos expues-
tos en sus intervenciones previas; y a la autoridad demandada, la cual expresó
que el peticionario desempeñaba en el ISSS el cargo de auxiliar de mecánica
bajo el régimen de contrato y que fue separado de su cargo por Acuerdo n°
2012-0677.DIC, a partir del 31-XII-2012, con responsabilidad patronal de acuer-
do a la Cláusula 36 inc. 2° del CCTISSS, por lo que no tenía la obligación de
seguirle el procedimiento respectivo.
7. Por medio de la resolución de fecha 15-X-2014 se concedió audiencia a
la parte actora por el plazo de tres días contados a partir del siguiente al de
la notificación, a fin de que se pronunciara sobre la posible existencia de una
causal de sobreseimiento, pues había requerido al Fondo de Protección de los
Trabajadores del ISSS que le brindaran la prestación por despido establecida en
la Cláusula n° 54 letra a) del CCTISSS, lo cual podría traducirse en una expresa
conformidad con el acto reclamado. En cumplimiento a la anterior resolución,
el actor expresó que había retirado el monto que le correspondía del citado
fondo de protección, el cual representaba un ahorro de cada trabajador y no
una indemnización, por lo que la causal de sobreseimiento advertida no apli-
caba a su caso.
8. En el auto de fecha 23-I-2015 se sobreseyó el presente proceso, pues se
consideró que la aceptación por parte del peticionario de cierta cantidad de di-
nero, en concepto de prestación por despido proveniente del Fondo de Protec-
ción de los Trabajadores del ISSS, se traducía en una manifestación de expresa
conformidad con el acto impugnado, y se dejó sin efecto la medida cautelar
adoptada en el presente proceso.
9. A. Posteriormente, en virtud de la resolución de fecha 28-IX-2015 se re-
vocó el proveído de fecha 23-I-2015, mediante la cual se sobreseyó el presente
proceso de amparo, pues se consideró que dicha decisión atribuía una conse-
cuencia errónea al Fondo de Protección de los Trabajadores del ISSS, el cual
se trataba de un beneficio económico conformado por diversas aportaciones
cuyo otorgamiento no era equiparable a la indemnización por despido; conse-

547
Amparos / Sentencias Definitivas

cuentemente, no podía considerarse la aceptación de esa cantidad de dinero


como un reconocimiento de las consecuencias producidas por una desvincula-
ción laboral. Asimismo, se ordenó la suspensión inmediata y provisional de los
efectos de la actuación impugnada, por lo que el actor debía ser restituido en
el cargo que desempeñaba en el ISSS y la autoridad demandada debía abste-
nerse de nombrar a otra persona para sustituirlo en dicho cargo.
B. En la misma resolución se requirió a la parte actora que remitiera los
documentos que acreditaran que al momento de su despido se encontraba
afiliado al STISSS, que se desempeñaba en algún cargo directivo dentro de este
o que se encontraba dentro del año siguiente de haber cesado en sus funciones
como directivo sindical; y al Director General del ISSS que remitiera la siguiente
documentación: (i) certificación de los contratos individuales de trabajo suscri-
tos entre el ISSS y el peticionario, correspondientes a los años 2012 y 2014 o de
los documentos en los que constara su nombramiento en el cargo funcional y/o
nominal que desempeñaba en el ISSS al momento de su despido; (ii) certifica-
ción del documento que contenía el perfil descriptivo del cargo que desempe-
ñaba el pretensor en esa entidad; y (iii) el organigrama de esa institución.
C. Así, por medio del escrito presentado el 5-X-2015 el actor remitió la docu-
mentación solicitada. Por su parte, en el escrito de fecha 1-X-2015, la autoridad
demandada solicitó la revocatoria del auto de fecha 28-IX-2015.
10. A. Por medio de la resolución de fecha 14-I-2016 se declaró sin lugar el
recurso de revocatoria promovido por el Director General del ISSS; se ordenó
a dicho funcionario que diera cumplimiento a la medida cautelar ordenada en
este proceso y rindiera el informe respectivo en el plazo de tres días contados
a partir de la notificación de ese proveído; y se le requirió por segunda vez que
remitiera la documentación que le fue solicitada en el auto de fecha 28-IX-2015.
B. Con el escrito presentado el 25-I-2016 la autoridad demandada remitió la
anterior documentación e informó de las gestiones realizadas para dar cumpli-
miento a la medida cautelar ordenada en el presente proceso. Asimismo, con
el escrito de fecha 9-II-2016, la citada autoridad informó que había reinstalado
al peticionario a partir de ese día con su misma plaza y salario, dando cum-
plimiento a la medida cautelar ordenada en el auto del 28-IX-2015. Con esta
última actuación, el proceso quedó en estado de pronunciar sentencia.
II. El orden lógico con el que se estructurará esta resolución es el siguien-
te: en primer lugar, se delimitará el objeto de la presente controversia (III); en
segundo lugar, se harán consideraciones sobre los derechos constitucionales
alegados (IV); en tercer lugar, se analizará el caso concreto (V); y, finalmente,
se desarrollará lo referente al efecto de esta decisión (VI).

548
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

III. El objeto del presente proceso consiste en determinar si el Director Ge-


neral del ISSS vulneró los derechos de audiencia, defensa, la estabilidad laboral
y a la libertad sindical del señor Tony de Jesús H. P. al removerlo del cargo que
desempeñaba en dicha institución, sin haberle tramitado el procedimiento pre-
visto en el CCTISSS, en el que se le permitiera ejercer la defensa de sus intereses.
IV 1. El reconocimiento del derecho a la estabilidad laboral (art. 219 inc. 2°
de la Cn.) de los servidores públicos responde a dos necesidades: la primera,
garantizar la continuidad de las funciones y actividades que ellos realizan en las
instituciones públicas, debido a que sus servicios están orientados a satisfacer
un interés general; y, la segunda, conceder al servidor un grado de seguridad
que le permita realizar sus labores, sin temor a que su situación jurídica se mo-
difique fuera del marco constitucional y legal establecido.
A.   El derecho a la estabilidad laboral, según las Sentencias de fechas 11-
III-2011, 24-XI-2010, 11-VI-2010 y 19-V-2010, emitidas en los procesos de Amps.
10-2009, 1113-2008, 307-2005 y 404-2008, respectivamente, entre otras, faculta
a conservar un trabajo cuando concurran las condiciones siguientes: (i) que
subsista el puesto de trabajo; (ii) que el empleado no pierda su capacidad físi-
ca o mental para desempeñar el cargo; (iii) que las labores se desarrollen con
eficiencia; (iv) que no se cometa falta grave que la ley considere causal de des-
pido; (v) que subsista la institución para la cual se presta el servicio; y (vi) que
el puesto no sea de aquellos cuyo desempeño requiere de confianza personal
o política.
B. Al respecto, en las Sentencias de fechas 29-VII-2011 y 26-VIII-2011, pro-
nunciadas en los procesos de Amps. 426-2009 y 301-2009, respectivamente, se
elaboró un concepto de “cargo de confianza” a partir del cual, a pesar de la
heterogeneidad de los cargos existentes en la Administración Pública, se puede
determinar si la destitución atribuida a una determinada autoridad es legítima
o no desde la perspectiva constitucional.
Así, los cargos de confianza se caracterizan como aquellos desempeñados
por funcionarios o empleados públicos que llevan a cabo actividades vincula-
das directamente con los objetivos y fines de una determinada institución, go-
zando de un alto grado de libertad en la toma de decisiones, y/o que prestan
un servicio personal y directo al titular de la entidad.
Entonces, para determinar si un cargo, independientemente de su deno-
minación, es de confianza, se debe analizar, atendiendo a las circunstancias
concretas, si en él concurren todas o la mayoría de las características siguientes:
(i) que el cargo es de alto nivel, en el sentido de que es determinante para la
conducción de la institución respectiva, lo que puede establecerse analizando

549
Amparos / Sentencias Definitivas

la naturaleza de las funciones desempeñadas –más políticas que técnicas– y


la ubicación jerárquica en la organización interna de la institución –en el nivel
superior–; (ii) que el cargo implica un grado mínimo de subordinación al titu-
lar de la institución, en el sentido de que el funcionario o empleado posee un
amplio margen de libertad para la adopción de decisiones en la esfera de sus
competencias; y (iii) que el cargo implica un vínculo directo con el titular de la
institución, lo que se infiere de la confianza personal que dicho titular deposita
en el funcionario o empleado respectivo o de los servicios que este le presta
directamente al primero.
2. Por otra parte, en la Sentencia de fecha 11-II-2011, emitida en el Amp.
415-2009, se expresó que el derecho de audiencia (art. 11 inc. 1° de la Cn.) po-
sibilita la protección de los derechos subjetivos de los que es titular la persona,
en el sentido de que las autoridades están obligadas a seguir, de conformidad
con lo previsto en la ley de la materia o, en su ausencia, en aplicación directa de
la disposición constitucional citada, un proceso en el que se brinde a las partes
la oportunidad de conocer las respectivas posturas y de contradecirlas, previo
a que se provea un acto que cause un perjuicio en los derechos de alguna de
ellas. Así, el derecho de defensa (art. 2 inc. 1° de la Cn.) está íntimamente vin-
culado con el derecho de audiencia, puesto que es dentro del proceso donde
los intervinientes tienen la posibilidad de exponer sus razonamientos y de opo-
nerse a su contraparte en forma plena y amplia.
Para que lo anterior sea posible, es necesario hacer saber al sujeto contra
quien se inicia dicho proceso la infracción que se le reprocha y facilitarle los
medios necesarios para que ejerza su defensa. De ahí que existe vulneración de
estos derechos fundamentales por: (i) la inexistencia de un proceso en el que
se tenga la oportunidad de conocer y de oponerse a lo que se reclama; o (ii)
el incumplimiento de las formalidades esenciales establecidas en las leyes que
desarrollan estos derechos.
3. A. En la Sentencia de fecha 26-VI-2015, pronunciada en el Amp. 746-2011,
se estableció que el derecho a la libertad sindical (art. 47 de la Cn.) faculta a los pa-
tronos y trabajadores, sin distinción alguna, a asociarse libremente para la defensa
de sus intereses, formando asociaciones profesionales y sindicatos. Estas organiza-
ciones, a su vez, se encuentran facultadas para ejercer libremente sus funciones de
defensa de los intereses comunes de sus miembros. Dicho derecho es de carácter
complejo, pues su titularidad se atribuye tanto a sujetos individuales como a co-
lectivos y requiere de los sujetos obligados la realización tanto de actuaciones
concretas como de simples deberes de abstención.

550
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Así, tal como se sostuvo en las Sentencias de fechas 5-XII-2006 y 22-X-2010,


emitidas en los procesos de Amps. 475-2005 y 895-2007, respectivamente, la
libertad sindical comprende dos facetas: una individual, que se predica de los
trabajadores; y otra colectiva, que se establece respecto de los sindicatos ya
constituidos.
B. a. En su faceta individual, la libertad sindical comprende los derechos que
poseen los trabajadores para constituir sindicatos o afiliarse a los ya constitui-
dos, sin autorización previa y en total libertad, a efecto de ejercer la defensa
de sus intereses laborales –libertad sindical positiva–; y para incorporarse o re-
tirarse libremente de tales organizaciones, sin que ello les ocasione perjuicio
alguno –libertad sindical negativa–. Dicha faceta comprende los derechos de
los trabajadores: (i) a fundar organizaciones sindicales; (ii) a afiliarse, desafiliar-
se y reafiliarse libremente en las organizaciones existentes; y (iii) a desarrollar
actividades sindicales.
b. En su faceta colectiva, la aludida libertad consiste en el derecho de los
sindicatos de autorganizarse y de actuar libremente en defensa de los inte-
reses de sus afiliados. Ello implica la posibilidad de ejercer facultades: (i) de
reglamentación interna; (ii) de representación; (iii) de afiliación a federaciones
y confederaciones nacionales e internacionales; (iv) de disolución y liquidación;
y (v) de gestión interna y externa.
V. Corresponde en este apartado analizar si la actuación de la autoridad
demandada se sujetó a la normativa constitucional.
1. A. Las partes ofrecieron como prueba los siguientes documentos: (i) co-
pia del Acuerdo n° 2012-12-1809.DIC, tomado por el Consejo Directivo del ISSS
en la sesión extraordinaria celebrada el 19-XII-2012, por medio del cual autori-
zó el pago de la indemnización y las prestaciones laborales proporcionales al
actor por la finalización de la relación laboral con responsabilidad para el ISSS
a partir del 1-I-2013, conforme al Acuerdo n° 2012-12-0677.DIC, emitido por la
Dirección General de esa institución; (ii) copia del acta elaborada en la Direc-
ción General de Trabajo el 7-II-2013, en la cual se dejó constancia que el señor
H. P. no aceptó la indemnización y demás prestaciones laborales ofrecidas por
el ISSS en la audiencia común conciliatoria; (iii) certificación del documento que
contiene la refrenda de nombramiento por sistema de contratos del peticiona-
rio, en la cual consta que dicho señor desempeñó el cargo funcional de auxiliar
de mecánica en la División de Apoyo y Mantenimiento del ISSS durante el año
2012; (iv) certificación del Manual de Descripción de Puestos del ISSS, en la que
constan las funciones que corresponden al cargo de auxiliar de mecánica; (v)
copia del organigrama institucional; y (vi) constancia firmada por el Secretario

551
Amparos / Sentencias Definitivas

de Organización y Estadística del STISSS el 30-IX-2015, en la cual se hizo constar


que el peticionario es miembro activo y afiliado a esa organización desde el
mes de junio de 2005.
B. a. Teniendo en cuenta lo dispuesto en el art. 331 y 341 ord. 1° del Código
Procesal Civil y Mercantil (C.Pr.C.M.), con el documento original y las menciona-
das certificaciones se han comprobado los hechos que en ellos se consignan. De
igual forma, en razón de lo prescrito en los arts. 330 inc. 2° y 343 del C.Pr.C.M.,
las copias presentadas constituyen prueba de los hechos consignados en los
documentos que reproducen, en vista de no haberse redargüido de falsas ni
los instrumentos originales.
b. Por otro lado, el art. 314 ord. 1° del C.Pr.C.M. establece que no requie-
ren ser probados los hechos admitidos por las partes. Estos son los hechos no
controvertidos por los intervinientes, es decir, aquellos sobre los que existe con-
formidad entre las partes, porque: (i) ambas han afirmado los mismos hechos,
(ii) una de ellas ha admitido los aseverados por la contraria o (iii) una de ellas
los ha corroborado mediante la exposición de otros hechos o argumentos re-
lacionados con los expresados por la contraparte. El tener por establecidos los
hechos admitidos en el proceso, de modo que queden excluidos de prueba, es
algo razonable y que se encuadra dentro del poder de disposición de las partes,
pues si estas pueden disponer de su pretensión o resistencia, también pueden
disponer de los hechos que la sustenta.
En el presente caso, por medio de los escritos presentados el 31-VII-2013
y 1-X-2014 la autoridad demandada admitió la existencia del acto reclamado.
Asimismo, expresó que decidió separar al señor H. P. de su puesto de trabajo
con responsabilidad para la institución por Acuerdo n° 2012-0677.DIC. Dicha
afirmación se corrobora con la copia del Acuerdo n° 2012-12-1809.DIC, toma-
do por el Consejo Directivo del ISSS el 19-XII-2012, en el cual se detalló que la
indemnización autorizada a favor del peticionario se justificó en la finalización
de su relación laboral conforme al Acuerdo n° 2012-12-0677.DIC, emitido por la
referida Dirección General.
C. Con base en los elementos de prueba presentados, valorados conjun-
tamente y conforme a la sana crítica, se tienen por establecidos los siguientes
hechos: (i) que el señor Tony de Jesús H. P. desempeñaba el cargo funcional de
auxiliar de mecánica, nombramiento efectuado bajo la modalidad de contrato;
(ii) que el Director General del ISSS, por medio del Acuerdo n° 2012-12-0677.
DIC, tomó la decisión de remover al peticionario de su puesto de trabajo, con
responsabilidad patronal; (iii) que el 1-I-2013 finalizó la relación laboral antes
mencionada; (iv) las funciones y actividades inherentes al cargo de auxiliar de

552
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

mecánica; y (v) que el peticionario está afiliado y es miembro activo del STISSS
desde el mes de junio de 2005.
2. Establecido lo anterior, se determinará si el señor H. P., de acuerdo con
los elementos de prueba antes relacionados, era titular del derecho a la esta-
bilidad laboral al momento de su despido o si, por el contrario, concurría en él
alguna de las excepciones establecidas por la jurisprudencia constitucional con
relación a la titularidad de ese derecho.
A. Se ha establecido que el demandante, al momento de su remoción, ejer-
cía las funciones correspondientes al cargo de auxiliar de mecánica, de lo cual
se colige que la relación laboral en cuestión era de carácter público y que, con-
secuentemente, aquel tenía a la fecha de su separación del puesto de trabajo la
calidad de servidor público. Asimismo, el peticionario se encontraba vinculado
al ISSS por contrato y las labores que realizaba eran de naturaleza permanente,
sujetándose al régimen previsto en el CCTISSS.
B.   a. Del contenido del manual que contiene la descripción del puesto de
auxiliar de mecánica, se advierte que la persona que desempeña el referido
cargo tiene, entre otras, las siguientes funciones específicas: (i) colaborar con
la evaluación del estado físico y mecánico de los vehículos, para determinar su
envío al taller; (ii) apoyar la supervisión de reparaciones automotrices que rea-
lizan las empresas suministrantes de los servicios; (iii) realizar reparaciones de
los automotores mediante la inspección física y el análisis de fallas reportadas
por los solicitantes; (iv) verificar el funcionamiento adecuado del equipo a uti-
lizar y reportar cualquier anomalía; (v) limpiar el área y/o equipo, de acuerdo
a las necesidades; (vi) atender las consultas y/o reclamos de los usuarios; (vii)
colaborar con la inducción del personal nuevo, dando a conocer los procesos
y/o funciones; (viii) dar a conocer al jefe el resultado de sus actividades; y (ix)
realizar otras actividades encomendadas por la jefatura inmediata.
Además, según el organigrama institucional incorporado al presente pro-
ceso, la División de Apoyo y Mantenimiento en la cual el peticionario realizaba
sus funciones depende de la Subdirección Administrativa del ISSS y ésta, a su
vez, de la Subdirección General de esa entidad.
A partir de las funciones antes mencionadas, se colige que el ejercicio del
referido cargo no implica la facultad de adoptar –con amplio margen de liber-
tad– decisiones determinantes para la conducción del ISSS, sino que reviste
un carácter eminentemente técnico. Además, dicho puesto de trabajo no es
de alto nivel, en la medida que depende jerárquicamente de la jefatura de la
División de Apoyo y Mantenimiento, la que, a su vez, está subordinada a la Sub-
dirección Administrativa del ISSS, de acuerdo con el organigrama institucional.

553
Amparos / Sentencias Definitivas

b. Por consiguiente, el cargo que desempeñaba el actor en el ISSS no es de


confianza y, por ello, cuando se ordenó su destitución el pretensor gozaba de
estabilidad laboral. Por ese motivo, previo a la destitución, a quien desempeñe
el referido cargo deben garantizársele todas las oportunidades de defensa me-
diante la tramitación de un proceso o procedimiento, de conformidad con la
normativa que le sea aplicable.
3. Corresponde en este apartado analizar los argumentos que la autoridad
demandada esgrimió en su defensa, específicamente sobre la posibilidad de
retomar en el presente caso las afirmaciones realizadas por la Sala de lo Con-
tencioso Administrativo en la Sentencia de fecha 5-V-2014, pronunciada en el
proceso con ref. 50-2011 (A), y la aplicación del art. 36 inc. 2° del CCTISSS (B);
para, finalmente, verificar si la autoridad demandada vulneró los derechos in-
vocados por el actor (C).
A. a. La autoridad demandada argumentó en su defensa que la Sala de lo
Contencioso Administrativo de la Corte Suprema de Justicia había resuelto un
caso similar al sometido a conocimiento de este Tribunal, en el cual consideró
que el acto del despido conforme a la Cláusula 36 inc. 2° del CCTISSS era legal.
b. Al respecto, es preciso aclarar que la Sala de lo Contencioso Administrati-
vo es el tribunal al que corresponde el conocimiento de la legalidad de los actos
de la Administración Pública, por lo que en ejercicio de las funciones que le han
sido encomendadas emite resoluciones que se traducen en auto-precedentes
de obligatoria observancia para ella misma, los cuales pueden ser citados por
otros tribunales –incluida esta Sala– e instituciones del Estado. Sin embargo, tal
como se expuso en la Sentencia de fecha 14-IV-2011, pronunciada en el proce-
so de Amp. 288-2008, la Sala de lo Constitucional es el intérprete supremo de
la Constitución, es decir, goza de una auténtica supremacía funcional, ya que
posee el monopolio para invalidar cualquier acto normativo, con efectos gene-
rales y abstractos, inclusive las actuaciones de las Salas que integran la Corte
Suprema de Justicia, cuando estas sean impugnadas en los procesos de amparo
o hábeas corpus.
En ese contexto, los criterios que adopten otros tribunales de la República
sobre un tema específico –incluyendo lo resuelto por la Sala de lo Contencioso
Administrativo en el proceso con ref. 50-2011–, no impiden que este Tribunal
establezca sus propios precedentes y determine el contenido a los derechos
previstos en la Constitución, los que se vuelven de obligatorio cumplimiento en
el Sistema Jurídico salvadoreño. En efecto, esta Sala tiene una posición prepon-
derante como máxime intérprete de la Constitución, teniendo la facultad de

554
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

adoptar el sentido de las disposiciones jurídicas acorde a los preceptos de dicha


normativa y la posibilidad de revisarlos y modificarlos para lograr su eficacia.
Por tal razón, independientemente del criterio establecido en la Sentencia
citada por la autoridad demandada, esta Sala establecerá su línea jurispruden-
cial en el control de constitucionalidad que realiza en el presente caso, en ejer-
cicio de la función jurisdiccional que se le ha encomendado y en virtud de ser el
intérprete vinculante de última instancia de acuerdo con la Constitución.
B. a. De acuerdo con el art. 2 inc. 2° de la Ley de Servicio Civil (LSC),
los empleados de una institución oficial autónoma están excluidos de
la carrera administrativa, por lo que se rigen por las leyes especiales que en
estas entidades se emitan sobre la materia. En el caso que nos ocupa, la norma-
tiva aplicable era el CCTISSS.
En ese orden, en las Sentencias de fechas 19-II-2009 y 20-X-2004, emitidas
en los procesos de Amps. 340-2007 y 8-2004, respectivamente, se estableció
que el procedimiento previsto en las Cláusulas 18 y 73 del CCTISSS permite la
intervención del trabajador, quien tiene derecho a que se le informe sobre las
diligencias llevadas a cabo para la averiguación de las irregularidades o faltas
que se le atribuyen. Asimismo, tales cláusulas permiten que el procedimiento
tenga lugar en primera instancia ante los representantes del ISSS en la depen-
dencia o centro de atención respectivo, con la participación de los representan-
tes sindicales ahí destacados y, en caso de no lograrse la solución al conflicto,
se debe dirimir ante la Dirección General del ISSS, con la intervención de los
representantes legales del sindicato.
b. En relación con ello, la autoridad demandada manifestó que la Cláusula
36 inc. 2° del CCTISSS faculta a la institución que dirige a prescindir de los servi-
cios de sus trabajadores sin seguir el mencionado procedimiento administrativo
sancionador, ya que se garantiza una indemnización a favor de los afectados.
La citada cláusula establece que: “Los trabajadores gozarán de estabilidad en
los cargos y no podrán ser despedidos, trasladados, suspendidos ni desmejora-
dos en sus condiciones de trabajo, salvo por causa legalmente justificada, con-
forme a la ley, Contrato Colectivo de Trabajo, Reglamento Interno de trabajo
y disposiciones que las partes acuerden al respecto./En caso de despido con
responsabilidad para el Instituto, éste deberá indemnizarle con una cantidad
equivalente a un mes de salario por cada año laborado y proporcionalmente
por fracción del mismo./Servirá de base para calcular el monto de la indemniza-
ción el salario que el trabajador estuviere devengando a la fecha del despido”.
c. i. Al respecto, el art. 219 inc. 2° de la Cn. garantiza a los servidores pú-
blicos la estabilidad en sus puestos de trabajo. Tal protección se justifica en

555
Amparos / Sentencias Definitivas

que dichos servidores, a diferencia de los trabajadores que están vinculados a


los intereses de un empleador particular, despliegan su actividad laboral con
el Estado, tienen delimitadas sus atribuciones por el Ordenamiento Jurídico y
las desarrollan para satisfacer intereses generales de la comunidad. Por ello, la
relación que existe entre el Estado y sus servidores es de carácter permanente,
continua y busca el eficaz desempeño de la función administrativa como medio
para la obtención del bien común. En ese sentido, la regulación de dicho dere-
cho debe garantizar que ese vínculo laboral no será disuelto sin dar a conocer
al empleado los motivos de esa decisión y sin brindarle la oportunidad de con-
trovertirlos en el procedimiento respectivo.
En sintonía con lo anterior, en la Sentencia de fecha 5-XII-2003, emitida en
el Amp. 714-2002, se estableció que la existencia de un contrato colectivo de
trabajo no varía la calidad de servidor público de la persona que desempeña sus
labores en una institución oficial autónoma. Asimismo, se sostuvo que, inde-
pendientemente de los motivos que se aleguen como justificativos de la desti-
tución, debe cumplirse siempre con la exigencia del proceso previo que señala
el art. 11 de la Cn., de tal forma que se otorgue al interviniente la posibilidad
de exponer sus razonamientos, controvertir la prueba en su contra y ejercer la
defensa de sus derechos.
ii. El CCTISSS es un acuerdo que surge entre uno o varios sindicatos y la
citada institución, en el que se regulan los derechos y las obligaciones que am-
bos deben cumplir con el fin de otorgar servicios de salud de calidad a los de-
rechohabientes. En el Capítulo VI, referido a la “Estabilidad en el Trabajo”, la
Cláusula 36 inc. 2° del CCTISSS prevé el despido con responsabilidad para el
ISSS y la indemnización al empleado afectado con dicha decisión. En similares
términos, el art. 58 inc. 1° del Código de Trabajo regula la “indemnización por
despido de hecho sin causa justificada” de los trabajadores del sector privado y
dispone que “[c]uando un trabajador contratado por tiempo indefinido, fuere
despedido de sus labores sin causa justificada, tendrá derecho a que el patrono
le indemnice con una cantidad equivalente al salario básico de treinta días por
cada año de servicio y proporcionalmente por fracciones de año”.
En relación con ello, en la Sentencia de fecha 16-X-2007, pronunciada en el
proceso de Inc. 63-2007, se expuso que las disposiciones que rigen las relacio-
nes laborales del servicio público no ponen el acento en la tutela del trabaja-
dor ni en la visión del beneficio económico de la empresa, sino en el ejercicio
permanente, continuo y eficaz de las funciones estatales. En consecuencia, la
aplicación de la normativa laboral al empleo público debe tener un carácter

556
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

instrumental, supletorio, analógico y condicionado, que exige un juicio de com-


patibilidad.
Asimismo, en la Sentencia de fecha 13-VII-1995, emitida en el proceso de
Inc. 9-94, se sostuvo que toda cláusula de contenido económico que se incorpo-
re a los Contratos Colectivos de Trabajo que rigen a empresas privadas afecta
directamente al patrimonio del empleador como persona privada; pero, cuan-
do se trata de cláusulas de esa naturaleza previstas en los Contratos Colectivos
de Trabajo de las Instituciones Oficiales Autónomas, resultan afectados fondos
públicos sujetos a la fiscalización de la Corte de Cuentas de la República.
iii. La Cláusula 36 inc. 2° del CCTISSS contempla la remoción de un empleado
de esa entidad en condiciones similares a las previstas para los trabajadores del
sector privado en el art. 58 inc. 1° del Código de Trabajo. En las relaciones laborales
particulares esto implica que, por cualquier motivo o sin justificación, el empleador
puede remover a un trabajador y asumir las consecuencias económicas de su deci-
sión afectando su patrimonio. Dicha causal, al trasladarla a las relaciones laborales
de carácter público, es incompatible con la estabilidad laboral que el art. 219 inc.
2° de la Cn. garantiza a los servidores públicos, pues estos cuentan con una serie
de prerrogativas derivadas de la permanencia y la continuidad de las funciones
que desempeñan en el Estado, de manera que sólo pueden ser removidos por
las causas legalmente previstas y una vez que se les tramite el procedimiento en
el que se les permita ejercer la defensa de sus derechos.
Además, los servidores públicos efectúan actividades por medio de las que
el Estado cumple el mandato constitucional de servir a la población sin ánimo
de lucro. Por el contrario, en las relaciones laborales privadas pueden existir in-
tereses económicos que pongan énfasis en el beneficio o perjuicio del emplea-
dor o del trabajador. En este último caso, adquiere relevancia el otorgamiento
de la indemnización al trabajador por el despido injustificado del empleador.
En cambio, la indemnización prevista en la citada Cláusula 36 inc. 2° compro-
mete fondos públicos en un intento de reparar un despido que vulnera el art.
219 inc. 2° de la Cn.
Desde esa perspectiva, la Cláusula 36 inc. 2° del CCTISSS permite que, a
discreción de la autoridad competente y fuera del marco constitucional, se mo-
difique la situación de los servidores públicos que gozan de estabilidad laboral,
pese a que, independientemente de las causas que se aleguen como justifi-
cativas de su destitución, debe cumplirse con la exigencia constitucional del
procedimiento previo. Y es que la privación de ese derecho no es una potestad
discrecional de las autoridades públicas, sino que es una atribución legal que,
en todo caso, debe cumplir con el art. 11 de la Cn.

557
Amparos / Sentencias Definitivas

C. a. En el presente caso, se ha comprobado que la autoridad demandada


removió al peticionario de su puesto de trabajo con base en la Cláusula 36
inc. 2° del CCTISSS. Asimismo, se ha establecido que dicho funcionario omitió
tramitar el procedimiento específico que establecen las Cláusulas 18 y 73 del
CCTISSS, con el fin de garantizar el ejercicio de los derechos del pretensor, con-
forme a lo prescrito en el art. 11 de la Cn.
Al respecto, si bien el vínculo laboral existente entre el actor y el ISSS se
encontraba sometido a las estipulaciones del CCTISSS, se ha establecido que la
Cláusula 36 inc. 2° vulnera la Constitución, por lo que el Director General del
ISSS debió tramitar el procedimiento citado supra con el fin de garantizar al
peticionario la protección constitucional que otorga el art. 219 inc. 2° de la Cn.,
por tratarse de un servidor público, especialmente cuando el inc. 1° de la men-
cionada cláusula establece que los trabajadores del ISSS gozarán de estabilidad
en sus cargos y no podrán ser despedidos salvo causa legalmente justificada.
Desde esa perspectiva, se concluye que referido funcionario vulneró los dere-
chos de audiencia, defensa y a la estabilidad laboral del señor Tony de Jesús H.
P., por lo que es procedente ampararlo en su pretensión.
b. En relación con la vulneración del derecho a la libertad sindical, la docu-
mentación incorporada al proceso comprueba que el peticionario es miembro
activo del STISSS desde junio de 2005; sin embargo, los argumentos efectuados
en la demanda y los datos plasmados en la constancia emitida por el Secretario
de Organización y Estadística del STISSS no evidencian los actos u omisiones
que realizó el Director General del ISSS con el fin de restringir al peticionario el
libre desarrollo de sus actividades sindicales o la defensa de sus intereses labo-
rales como miembro activo del referido sindicato. En efecto, para demostrar
la vulneración del citado derecho es necesario precisar la faceta individual o
colectiva de la libertad sindical que ha sido afectada y contar con un mínimo
de actividad probatoria que lo evidencie, elementos con los cuales no se cuenta
en el presente caso. Por tal razón, es procedente desestimar este punto de la
pretensión planteada.
VI. Determinada la transgresión constitucional derivada de las actuaciones
de la autoridad demandada, corresponde establecer el efecto de la presente
sentencia.
1. El art. 35 inc. 1° de la L.Pr.Cn. establece que el efecto material de la
sentencia de amparo consiste en ordenarle a la autoridad demandada que las
cosas vuelvan al estado en que se encontraban antes de la vulneración consti-
tucional. Pero, cuando dicho efecto ya no sea posible, la sentencia de amparo

558
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

será meramente declarativa, quedándole expedita al amparado la promoción


de un proceso en contra del funcionario personalmente responsable.
En efecto, de acuerdo con el art. 245 de la Cn., los funcionarios públicos
que, como consecuencia de una actuación u omisión dolosa o culposa, hayan
vulnerado derechos constitucionales deberán responder, con su patrimonio y
de manera personal, de los daños materiales y/o morales ocasionados. En todo
caso, en la Sentencia de fecha 15-II-2013, emitida en el Amp. 51-2011, se aclaró
que, aun cuando en una sentencia estimatoria el efecto material sea posible,
el amparado siempre tendrá expedita la incoación del respectivo proceso de
daños en contra del funcionario personalmente responsable, en aplicación di-
recta del art. 245 de la Cn.
2. A. a. En el presente proceso, se comprobó la vulneración de derechos
constitucionales como consecuencia de la actuación del Director General del
ISSS. Sin embargo, en el régimen jurídico aplicable a este caso no existe una dis-
posición que regule el trámite que se debe seguir cuando un servidor público
es despedido sin seguirle un procedimiento.
b. En las Sentencias de fechas 19-XII-2012, emitidas en los procesos de
Amps. 1-2011 y 2-2011, se estableció que, cuando en el régimen jurídico respec-
tivo no existe una disposición que garantice el restablecimiento del derecho a
la estabilidad laboral del servidor público a quien le han sido vulnerados sus
derechos, debe aplicarse, por analogía, el art. 61 inc. 4° de la LSC. Tal disposi-
ción es aplicable a los procesos de amparo por la congruencia que guarda con
sus características específicas, pues tiene la finalidad de reparar la vulneración
de derechos fundamentales declarada y no el establecimiento de responsabili-
dades subjetivas.
Además, dicha normativa, independientemente de las exclusiones de apli-
cación que establece, es un marco general del cual, siempre y cuando no exista
regulación específica y no sea contrario a la naturaleza del régimen de carrera
de que se trate, pueden extraerse disposiciones para suplir vacíos, como en el
presente caso, en el cual la aplicación analógica en cuestión atiende a la nece-
sidad de complementar de manera óptima el régimen para la reparación inte-
gral del derecho a la estabilidad laboral de la parte agraviada, sin contravenir
la naturaleza declarativo-objetiva del proceso de amparo.
Lo anterior es acorde con lo establecido en el art. 170 del Reglamento Inter-
no de Trabajo del ISSS, en el sentido de que “[l]o no previsto en [dicho Regla-
mento], deberá resolverse de conformidad con lo dispuesto por la Legislación
Laboral vigente, entendiéndose sin perjuicio de mejores derechos establecidos
en favor de los trabajadores y trabajadoras”.

559
Amparos / Sentencias Definitivas

B. Desde esa perspectiva, el efecto de la presente sentencia de amparo con-


sistirá en: (i) invalidar la decisión mediante la cual el Director General del ISSS
autorizó la destitución con responsabilidad patronal del señor Tony de Jesús H.
P. a partir del mes de enero de 2013; en consecuencia, la autoridad demandada
deberá garantizar la continuidad del demandante en su cargo o en otro de igual
categoría; y (ii) ordenar que se cancelen a dicho señor los salarios que dejó de
percibir, siempre que no pasen de tres meses, tal como lo prescribe el art. 61
inc. 4° de la LSC, en relación con el art. 170 del Reglamento Interno de Trabajo
del ISSS.
En ese sentido, debido a que el pago de los salarios caídos es susceptible de
ser cuantificado, la autoridad demandada debe hacerlo efectivo cargando la
respectiva orden de pago del monto de los salarios y prestaciones respectivos
al presupuesto vigente de la institución o, en caso de no ser esto posible por
no contarse con los fondos necesarios, emitir la orden para que se incluya la
asignación respectiva en la partida correspondiente al presupuesto del ejercicio
siguiente.
C. Además, en atención a los arts. 245 de la Cn. y 35 inc. 1° de la L.Pr.Cn., la
parte actora tiene expedita la promoción de un proceso por los daños materia-
les y/o morales ocasionados como consecuencia de la vulneración de derechos
constitucionales declarada en esta sentencia directamente contra la persona
que cometió la aludida vulneración.
Ahora bien, al exigir el resarcimiento del daño directamente a la persona
que fungía como funcionario, independientemente de que se encuentre o no
en el ejercicio del cargo, deberá comprobársele en sede ordinaria que ha incu-
rrido en responsabilidad civil, por lo que en el proceso respectivo se tendrá que
demostrar: (i) que la vulneración constitucional ocasionada por su actuación
dio lugar a la existencia de tales daños –sean morales o materiales–; y (ii) que
dicha circunstancia se produjo bajo un determinado grado de responsabilidad
–sea esta dolo o culpa–. Asimismo, deberá establecerse en dicho proceso, con
base en las pruebas aportadas, el monto estimado de la liquidación que corres-
ponda dependiendo de la vulneración acontecida y del grado de responsabili-
dad en que se incurrió en el caso en particular.
POR TANTO, con base en las razones expuestas y lo prescrito en los arts.
2, 11, 47, 219 inc. 2° y 245 de la Cn., así como en los arts. 32, 33, 34 y 35 de la
L.Pr.Cn., en nombre de la República, esta Sala FALLA: (a) Declárese que no ha
lugar el amparo promovido por el señor Tony de Jesús H. P., contra el Director
General del ISSS, por la vulneración de su derecho a la libertad sindical; (b) De-
clárase que ha lugar el amparo promovido por el señor H. P., contra el referido

560
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

funcionario, por la vulneración de sus derechos constitucionales de audiencia,


defensa y a la estabilidad laboral; (c) Invalídase la decisión mediante la cual el
Director General del ISSS acordó autorizar el despido del peticionario del cargo
que desempeñaba; en consecuencia, la referida autoridad deberá garantizar a
dicho señor la continuidad en el citado cargo o en otro de igual categoría; (d)
Páguese al demandante la cantidad pecuniaria equivalente a los salarios caídos,
con base en el art. 61 inc. 4° de la Ley de Servicio Civil, en relación con el art. 170
del Reglamento Interno de Trabajo del ISSS; (e) Queda expedita al demandante
la promoción de un proceso por los daños materiales y/o morales ocasionados
contra la persona que cometió la vulneración de derechos constitucionales de-
clarada en esta sentencia; y (f) Notifíquese.
F. MELENDEZ---J. B. JAIME---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZA LEZ.---PRONUN-
CIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E. SOCORRO
C.---SRIA.---RUBRICADAS.

48-2013

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA.


San Salvador, a las diez horas con treinta y un minutos del día cuatro de marzo
de dos mil dieciséis.
El presente proceso de amparo fue promovido por el señor Mauricio Alfon-
so F. A., contra el Director General del Instituto Salvadoreño del Seguro Social
(ISSS), que considera lesivas de sus derechos de audiencia, defensa, libertad
sindical y a la estabilidad laboral.
Han intervenido en el proceso la parte actora, la autoridad demandada y la
Fiscal de la Corte Suprema de Justicia.
Analizados los hechos y considerando:
I. 1. La parte actora manifestó en su demanda que desde el 1-I-1992 ingre-
só a laborar en el ISSS, siendo el último cargo que desempeñó el de jefe de
mantenimiento metropolitano; sin embargo, el 20-XII-2012 se le informó de la
decisión emitida por el Director General de esa institución de separarlo de su
cargo a partir de enero de 2013, sin haberle tramitado el procedimiento previo
establecido en el Contrato Colectivo de Trabajo del ISSS (CCTISSS), en el que
se le brindara la oportunidad de ejercer su defensa. Asimismo, expresó que su
despido, y el de otros trabajadores afiliados al Sindicato de Trabajadores del
ISSS (STISSS), tenían como objetivo afectar la membresía y su estructura de

561
Amparos / Sentencias Definitivas

gobierno, todo lo cual habría vulnerado sus derechos de audiencia, defensa, al


trabajo y a la libertad sindical.
2. A. Mediante resolución de fecha 19-IV-2013, se suplieron las deficiencias
de la queja planteada y se admitió la demanda, circunscribiéndose al control de
constitucionalidad de la decisión en virtud de la cual el Director General del ISSS
habría ordenado el despido del peticionario a partir del mes de enero de 2013,
por la supuesta vulneración de sus derechos de audiencia, defensa, libertad
sindical y a la estabilidad laboral.
B. En dicho auto se ordenó la suspensión inmediata y provisional de los
efectos de la actuación impugnada, la cual debía entenderse en el sentido de
que, mientras se tramitara este proceso, la autoridad demandada debía resti-
tuir al peticionario en el cargo que desempeñaba, con todas las funciones que
le habían sido conferidas, así como garantizar su continuidad en el citado cargo
o en otro de igual categoría, independientemente de si se había contratado o
reubicado a otra persona para sustituirlo.
C. Asimismo, se pidió informe a la autoridad demandada de conformidad
con el art. 21 de la Ley de Procedimientos Constitucionales (L.Pr.Cn.) y se ordenó
que, luego de transcurrido el plazo de ley, con o sin el rendimiento del informe,
se mandara a oír a la Fiscal de la Corte. Así, la autoridad demandada, al rendir
el informe solicitado, manifestó que el acto impugnado fue emitido con base
en la normativa aplicable al caso concreto. De igual manera, por medio de los
escritos presentados el 2-V-2013 y 7-V-2013, respectivamente, dicha autoridad
solicitó la revocatoria de la medida cautelar y que se sobreseyera este proceso,
ya que el peticionario había acudido a la jurisdicción laboral para dilucidar su
caso, lo cual imposibilitaba la tramitación del presente amparo. Por su parte, en
los escritos de fecha 9-V-2013 y 10-VII-2013, el actor manifestó que no se había
cumplido con la referida medida cautelar.
3. A. Por resolución de fecha 30-VI-2014 se concedió audiencia al deman-
dante con el fin de que se pronunciara sobre la causal de sobreseimiento adver-
tida en el proceso y la solicitud de revocatoria de la medida cautelar efectuada
por el Director General del ISSS; y se pidió nuevo informe a la autoridad deman-
dada, tal como establece el art. 26 de la L.Pr.Cn.
B. Así, dicho funcionario expresó que se dio por terminada la relación labo-
ral entre el peticionario y el ISSS en virtud de que el actor desempeñaba un car-
go de confianza, por lo que la institución no estaba en la obligación de seguirle
procedimiento alguno antes de separarlo del puesto de jefe de mantenimiento
regional. En efecto, se decidió prescindir de los servicios del pretensor porque
su desempeño no estaba acorde con los objetivos institucionales previamente

562
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

establecidos. Asimismo, el peticionario no había demostrado que su remoción


se produjo con el fin de afectar el gobierno del STISSS, ya que, según sus re-
gistros, a la fecha de su despido no se encontraba afiliado al aludido sindicato.
C. Por su parte, el actor manifestó que decidió prescindir del proceso labo-
ral que había iniciado anteriormente.
4. A. Por resolución de fecha 22-X-2014, se declaró sin lugar las solicitudes
realizadas por el Director General del ISSS, en el sentido de que se revocara
la medida cautelar y se sobreseyera el presente proceso, pues el peticionario
había sido reinstalado en una plaza vacante y la vía seleccionada previamente
por el actor había sido agotada, por lo que el proceso laboral en cuestión se
encontraba archivado. Asimismo, se confirmó la resolución del 19-IV-2013 y se
confirieron los traslados que ordena el art. 27 de la L.Pr.Cn., respectivamente,
a la Fiscal de la Corte, quien manifestó que correspondía al demandante com-
probar la existencia del agravio en sus derechos, y a la parte actora, quien úni-
camente manifestó que ratificaba los argumentos expresados en su demanda.
5. Mediante el auto de fecha 17-XII-2014 se habilitó la fase probatoria por
el plazo de ocho días, de conformidad con el art. 29 de la L.Pr.Cn., lapso en el
cual únicamente la autoridad demandada aportó pruebas. Asimismo, la citada
autoridad, por medio del escrito presentado el 30-I-2015, solicitó que se sobre-
seyera el presente proceso en virtud de que el peticionario había aceptado el
pago de cierta cantidad de dinero proveniente del Fondo de Protección de los
Trabajadores del ISSS.
6. Posteriormente, en virtud de la resolución de fecha 18-III-2015 se sobre-
seyó el presente proceso, pues se consideró que la aceptación por parte del pe-
ticionario de cierta cantidad de dinero, en concepto de prestación por despido
proveniente del Fondo de Protección de los Trabajadores del ISSS, se traducía
en una manifestación de expresa conformidad con el acto impugnado, y se
dejó sin efecto la medida cautelar adoptada en el presente proceso.
7. A. Por medio de la resolución de fecha 28-IX-2015 se revocó el proveído
de fecha 18-III-2015, mediante el cual se sobreseyó el presente proceso de am-
paro, pues se consideró que la citada decisión atribuía una consecuencia erró-
nea al Fondo de Protección de los Trabajadores del ISSS, el cual se trataba de
un beneficio económico conformado por diversas aportaciones cuyo otorga-
miento no era equiparable a la indemnización por despido; consecuentemente,
no podía considerarse la aceptación de esa cantidad de dinero como un reco-
nocimiento de las consecuencias producidas por una desvinculación laboral.
Asimismo, se ordenó la suspensión inmediata y provisional de los efectos de la
actuación impugnada en los términos citados anteriormente.

563
Amparos / Sentencias Definitivas

B. En la misma resolución se requirió a la parte actora que remitiera los


documentos que acreditaran que al momento de su despido se encontraba afi-
liado a alguno de los sindicatos del ISSS, que se desempeñaba en algún cargo
directivo dentro de este o que se encontraba dentro del año siguiente de haber
cesado en sus funciones como directivo sindical; y al Director General del ISSS
que remitiera la siguiente documentación: (i) certificación del documento que
contenía el perfil descriptivo del cargo de jefe de mantenimiento metropolita-
no que desempeñaba el pretensor en esa entidad; y (ii) el organigrama de esa
institución.
C.   De igual manera, se otorgaron los traslados que ordena el art. 30 de la
L.Pr.Cn., respectivamente, a la Fiscal de la Corte, quien expresó que las partes
no habían presentado prueba suficiente para realizar un análisis integral del
caso; a la parte actora, quien manifestó su conformidad con la resolución del
28-IX-2015, incorporó la documentación que le había sido requerida y solicitó
el cumplimiento de la medida cautelar ordenada en dicha providencia; y a la
autoridad demandada, quien solicitó la revocatoria del auto en cuestión.
8. A. Por medio de la resolución de fecha 14-I-2016 se declaró sin lugar el
recurso de revocatoria promovido por el Director General del ISSS; se ordenó
a dicho funcionario que diera cumplimiento a la medida cautelar ordenada en
este proceso y rindiera el informe respectivo en el plazo de tres días contados
a partir de la notificación de ese proveído; y se le requirió por segunda vez que
remitiera la documentación solicitada por medio del auto del 28-IX-2015.
B. Así, la autoridad demandada, en el escrito presentado el 25-I-2016, remi-
tió la anterior documentación e informó que se habían iniciado las gestiones
administrativas para reinstalar al peticionario. Asimismo, con el escrito de fecha
9-II-2016, la citada autoridad informó que había reinstalado del peticionario
a partir de ese día en la plaza de supervisor de mantenimiento de la Sección
Mantenimiento de Equipo Médico de la División de Apoyo y Mantenimiento
del ISSS, con su mismo salario, dando cumplimiento a la medida cautelar orde-
nada en el auto del 28-IX-2015. Con esta última actuación, el proceso queda en
estado de pronunciar sentencia.
II. El orden lógico con el que se estructurará esta resolución es el siguien-
te: en primer lugar, se delimitará el objeto de la presente controversia (III); en
segundo lugar, se harán consideraciones sobre los derechos constitucionales
alegados (IV); en tercer lugar, se analizará el caso concreto (V); y, finalmente,
se desarrollará lo referente al efecto de esta decisión (VI).
III. El objeto del presente proceso consiste en determinar si el Director Ge-
neral del ISSS vulneró los derechos de audiencia, defensa, a la estabilidad la-

564
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

boral y a la libertad sindical del señor Mauricio Alfonso F. A. al removerlo del


cargo que desempeñaba en dicha institución, sin haberle tramitado el procedi-
miento previsto en el CCTISSS, en el que se le permitiera ejercer la defensa de
sus intereses.
IV. 1. El reconocimiento del derecho a la estabilidad laboral (art. 219 inc. 2°
de la Cn.) de los servidores públicos responde a dos necesidades: la primera,
garantizar la continuidad de las funciones y actividades que ellos realizan en las
instituciones públicas, debido a que sus servicios están orientados a satisfacer
un interés general; y, la segunda, conceder al servidor un grado de seguridad
que le permita realizar sus labores, sin temor a que su situación jurídica se mo-
difique fuera del marco constitucional y legal establecido.
A.   El derecho a la estabilidad laboral, según las Sentencias de fechas 11-
III-2011, 24-XI-2010, 11-VI-2010 y 19-V-2010, emitidas en los procesos de Amps.
10-2009, 1113-2008, 307-2005 y 404-2008, respectivamente, entre otras, faculta
a conservar un trabajo cuando concurran las condiciones siguientes: (i) que
subsista el puesto de trabajo; (ii) que el empleado no pierda su capacidad físi-
ca o mental para desempeñar el cargo; (iii) que las labores se desarrollen con
eficiencia; (iv) que no se cometa falta grave que la ley considere causal de des-
pido; (v) que subsista la institución para la cual se presta el servicio; y (vi) que
el puesto no sea de aquellos cuyo desempeño requiere de confianza personal
o política.
B. Al respecto, en las Sentencias de fechas 29-VII-2011 y 26-VIII-2011,
pronunciadas en los procesos de Amps. 426-2009 y 301-2009, respectiva-
mente, se elaboró un concepto de “cargo de confianza” a partir del cual,
a pesar de la heterogeneidad de los cargos existentes en la Administración
Pública, se puede determinar si la destitución atribuida a una determinada au-
toridad es legítima o no desde la perspectiva constitucional.
Así, los cargos de confianza se caracterizan como aquellos desempeñados
por funcionarios o empleados públicos que llevan a cabo actividades vincula-
das directamente con los objetivos y fines de una determinada institución, go-
zando de un alto grado de libertad en la toma de decisiones, y/o que prestan
un servicio personal y directo al titular de la entidad.
Entonces, para determinar si un cargo, independientemente de su deno-
minación, es de confianza, se debe analizar, atendiendo a las circunstancias
concretas, si en él concurren todas o la mayoría de las características siguientes:
(i) que el cargo es de alto nivel, en el sentido de que es determinante para la
conducción de la institución respectiva, lo que puede establecerse analizando
la naturaleza de las funciones desempeñadas –más políticas que técnicas– y

565
Amparos / Sentencias Definitivas

la ubicación jerárquica en la organización interna de la institución –en el nivel


superior–; (ii) que el cargo implica un grado mínimo de subordinación al titu-
lar de la institución, en el sentido de que el funcionario o empleado posee un
amplio margen de libertad para la adopción de decisiones en la esfera de sus
competencias; y (iii) que el cargo implica un vínculo directo con el titular de la
institución, lo que se infiere de la confianza personal que dicho titular deposita
en el funcionario o empleado respectivo o de los servicios que este le presta
directamente al primero.
2. Por otra parte, en la Sentencia de fecha 11-II-2011, emitida en el Amp.
415-2009, se expresó que el derecho de audiencia (art. 11 inc. 1° de la Cn) po-
sibilita la protección de los derechos subjetivos de los que es titular la persona,
en el sentido de que las autoridades están obligadas a seguir, de conformidad
con lo previsto en la ley de la materia o, en su ausencia, en aplicación directa de
la disposición constitucional citada, un proceso en el que se brinde a las partes
la oportunidad de conocer las respectivas posturas y de contradecirlas, previo
a que se provea un acto que cause un perjuicio en los derechos de alguna de
ellas. Así, el derecho de defensa (art. 2 inc. 1° de la Cn.) está íntimamente vin-
culado con el derecho de audiencia, puesto que es dentro del proceso donde
los intervinientes tienen la posibilidad de exponer sus razonamientos y de opo-
nerse a su contraparte en forma plena y amplia.
Para que lo anterior sea posible, es necesario hacer saber al sujeto contra
quien se inicia dicho proceso la infracción que se le reprocha y facilitarle los
medios necesarios para que ejerza su defensa. De ahí que existe vulneración de
estos derechos fundamentales por: (i) la inexistencia de un proceso en el que
se tenga la oportunidad de conocer y de oponerse a lo que se reclama; o (ii)
el incumplimiento de las formalidades esenciales establecidas en las leyes que
desarrollan estos derechos.
3. A. En la Sentencia de fecha 26-VI-2015, pronunciada en el Amp. 746-2011,
se estableció que el derecho a la libertad sindical (art. 47 de la Cn.) faculta a
los patronos y trabajadores, sin distinción alguna, a asociarse libremente para
la defensa de sus intereses, formando asociaciones profesionales y sindicatos.
Estas organizaciones, a su vez, se encuentran facultadas para ejercer libremen-
te sus funciones de defensa de los intereses comunes de sus miembros. Dicho
derecho es de carácter complejo, pues su titularidad se atribuye tanto a sujetos
individuales como a colectivos y requiere de los sujetos obligados la realización
tanto de actuaciones concretas como de simples deberes de abstención.
Así, tal como se sostuvo en las Sentencias de fechas 5-XII-2006 y 22-X-2010,
emitidas en los procesos de Amps. 475-2005 y 895-2007, respectivamente, la

566
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

libertad sindical comprende dos facetas: una individual, que se predica de los
trabajadores; y otra colectiva, que se establece respecto de los sindicatos ya
constituidos.
B. a. En su faceta individual, la libertad sindical comprende los derechos que
poseen los trabajadores para constituir sindicatos o afiliarse a los ya constitui-
dos, sin autorización previa y en total libertad, a efecto de ejercer la defensa
de sus intereses laborales –libertad sindical positiva–; y para incorporarse o re-
tirarse libremente de tales organizaciones, sin que ello les ocasione perjuicio
alguno –libertad sindical negativa–. Dicha faceta comprende los derechos de
los trabajadores: (i) a fundar organizaciones sindicales; (ii) a afiliarse, desafiliar-
se y reafiliarse libremente en las organizaciones existentes; y (iii) a desarrollar
actividades sindicales.
b. En su faceta colectiva, la aludida libertad consiste en el derecho de los
sindicatos de autorganizarse y de actuar libremente en defensa de los inte-
reses de sus afiliados. Ello implica la posibilidad de ejercer facultades: (i) de
reglamentación interna; (ii) de representación; (iii) de afiliación a federaciones
y confederaciones nacionales e internacionales; (iv) de disolución y liquidación;
y (v) de gestión interna y externa.
V. Corresponde en este apartado analizar si la actuación de la autoridad
demandada se sujetó a la normativa constitucional.
1. A. Las partes ofrecieron como prueba los siguientes documentos: (i) co-
pia del Acuerdo n° 2012-12-0682, firmado por el Director General del ISSS el
18-XII-2012, mediante el cual autorizó la destitución del peticionario del car-
go de jefe de mantenimiento regional, perteneciente a la División de Apoyo y
Mantenimiento, a partir del 1-I-2013, sin responsabilidad patronal, en virtud de
existir pérdida de confianza en sus funciones; (ii) nota firmada por el Jefe de la
División de Recursos Humanos del ISSS el 16-V2013, en la cual hizo constar que
el peticionario laboró en dicha institución del 01-I-1992 al 31-XII-2012, bajo la
figura de contrato individual de trabajo y que dicha relación laboral había fina-
lizado sin responsabilidad para el ISSS; (iii) copia de la constancia firmada el 13-
VI-2014 por la jefa de la Sección de Administración de Información de Personal
y el Técnico de Recurso Humanos, ambos del ISSS, en la cual se hizo constar que
el demandante fue reinstalado en el cargo funcional de supervisor de mante-
nimiento a partir del 2-VI-2014; (iv) certificación del Manual de Descripción de
Puestos del ISSS, en la que constan las funciones que corresponden al cargo de
jefe de mantenimiento regional; (v) copia del organigrama institucional; y (vi)
constancia firmada por el Secretario de Organización y Estadística del STISSS
el 23-X-2015, en la que se hizo constar que el peticionario es miembro activo y

567
Amparos / Sentencias Definitivas

afiliado a esa organización desde el mes de julio de 2014 y que, a la fecha, no


había ejercido cargos en la Junta Directiva ni era representante sindical.
B.   Teniendo en cuenta lo dispuesto en los arts. 331 y 341 inc. 1° del Có-
digo Procesal Civil y Mercantil (C.Pr.C.M.), con los documentos originales y la
mencionada certificación se han comprobado los hechos que en ellos se con-
signan. De igual forma, en razón de lo prescrito en los arts. 330 inc. 2° y 343 del
C.Pr.C.M., las copias presentadas constituyen prueba de los hechos consigna-
dos en los documentos que reproducen, en vista de no haberse redargüido de
falsas ni los instrumentos originales.
C.   Con base en los elementos de prueba presentados, valorados conjun-
tamente y conforme a la sana crítica, se tienen por establecidos los siguientes
hechos: (i) que el señor Mauricio Alfonso F. A. desempeñaba el cargo funcional
de jefe de mantenimiento regional, específicamente de la zona metropolitana,
ya que, tal como afirmó la autoridad demandada en su escrito presentado el
25-I-2016, el puesto de “jefe de mantenimiento metropolitano” tiene aquélla
denominación desde el año 2009; (ii) que el Director General del ISSS, por me-
dio del Acuerdo n° 2012-12-0682, tomó la decisión de remover al peticionario
de su puesto de trabajo sin responsabilidad patronal, en virtud de la pérdida
de confianza; (iii) que el 1-I-2013 finalizó la relación laboral antes mencionada;
(iv) las funciones y actividades inherentes al cargo de jefe de mantenimiento
regional; y (v) que el peticionario está afiliado y es miembro activo del STISSS
desde el mes de junio de 2014 y que, a la fecha, no ha ejercido ningún cargo en
la Junta Directiva ni es representante sindical.
2. Establecido lo anterior, se determinará si el señor F. A., de acuerdo con
los elementos de prueba antes relacionados, era titular del derecho a la esta-
bilidad laboral al momento de su despido o si, por el contrario, concurría en él
alguna de las excepciones establecidas por la jurisprudencia constitucional con
relación a la titularidad de ese derecho.
A. Se ha establecido que el demandante, al momento de su remoción, ejer-
cía las funciones correspondientes al cargo de jefe de mantenimiento regional,
de lo cual se colige que la relación laboral en cuestión era de carácter público y
que, consecuentemente, aquél tenía a la fecha de su separación del puesto de
trabajo la calidad de servidor público. Asimismo, el peticionario se encontraba
vinculado al ISSS por contrato y las labores que realizaba eran de naturaleza
permanente, sujetándose al régimen previsto en el CCTISSS.
B.   a. Del contenido del manual que contiene la descripción del puesto de
jefe de mantenimiento regional, se advierte que la persona que desempeña
el referido cargo tiene, entre otras, las siguientes funciones específicas: (i) pla-

568
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

nificar las actividades a desarrollar en el área; (ii) diseñar y supervisar perma-


nentemente el cumplimiento de los programas de mantenimiento preventivo y
correctivo de las áreas bajo su responsabilidad; (iii) brindar asesoría al personal
que lo necesite, sobre el uso adecuado de los equipos e instalaciones; (iv) con-
trolar la atención de las órdenes de trabajo recibidas en el área ejecutadas por
los técnicos o contratistas externos; (v) programar la revisión de equipos médi-
cos de forma periódica; (vi) elaborar el plan de mantenimiento preventivo a la
infraestructura que requiere de trabajos menores y la maquinaria hospitalaria;
(vii) programar y tramitar el préstamo de vehículos; (viii) comunicar con efec-
tividad vertical y horizontal los avances y resultados de sus tareas; (ix) realizar
reuniones periódicas para definir, coordinar y dar seguimiento a los planes de
acción encaminados a contribuir con los objetivos del área; (x) apoyar el adies-
tramiento de personal nuevo; y (xi) revisar y autorizar documentos, informes,
notas, reportes y controles administrativos relacionados con el área.
Además, según el organigrama institucional incorporado al presente pro-
ceso, el puesto que desempeñaba el peticionario depende de la División de
Apoyo y Mantenimiento y esta, a su vez, de la Subdirección Administrativa del
ISSS y la Subdirección General de esa entidad.
A partir de las funciones antes mencionadas, se colige que el ejercicio del
referido cargo no implica la facultad de adoptar –con amplio margen de liber-
tad– decisiones determinantes para la conducción del ISSS, sino que reviste un
carácter eminentemente técnico, pues sus funciones están orientadas esencial-
mente a diseñar, programar y controlar el mantenimiento preventivo y correc-
tivo de equipos e instalaciones de la referida institución. Además, dicho puesto
de trabajo no es de alto nivel, en la medida que depende jerárquicamente de la
División de Apoyo y Mantenimiento, la que, a su vez, está subordinada a la Sub-
dirección Administrativa del ISSS, de acuerdo con el organigrama institucional.
b. Por consiguiente, el cargo que desempeñaba el actor en el ISSS no es de
confianza y, por ello, cuando se ordenó su destitución el pretensor gozaba de
estabilidad laboral. Por ese motivo, previo a la destitución, a quien desempeñe
el referido cargo deben garantizársele todas las oportunidades de defensa me-
diante la tramitación de un proceso o procedimiento, de conformidad con la
normativa que le sea aplicable.
C.   Habiéndose determinado la titularidad del derecho a la estabilidad laboral
del demandante, debe verificarse si la autoridad demandada le siguió el procedi-
miento aplicable en este caso.
a. De acuerdo con el art. 2 inc. 2° de la Ley de Servicio Civil (LSC), los em-
pleados de una institución oficial autónoma están excluidos de la carrera admi-

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Amparos / Sentencias Definitivas

nistrativa, por lo que se rigen por las leyes especiales que en estas entidades se
emitan sobre la materia. En el caso que nos ocupa, la normativa aplicable era
el CCTISSS.
En ese orden, en las Sentencias de fechas 19-II-2009 y 20-X-2004, pronun-
ciadas en los procesos de Amps. 340-2007 y 8-2004, se estableció que el proce-
dimiento previsto en las Cláusulas 18 y 73 del CCTISSS permite la intervención
del trabajador, quien tiene derecho a que se le informe sobre las diligencias
llevadas a cabo para la averiguación de las irregularidades o faltas que se le atri-
buyen. Asimismo, tales cláusulas permiten que el procedimiento tenga lugar en
primera instancia ante los representantes del ISSS en la dependencia o centro
de atención respectivo, con la participación de los representantes sindicales ahí
destacados y, en caso de no lograrse la solución al conflicto, se debe dirimir
ante la Dirección General del ISSS, con la intervención de los representantes
legales del sindicato.
b. En el presente caso, se ha comprobado que la autoridad demandada re-
movió al peticionario de su puesto de trabajo sin tramitar previamente el pro-
cedimiento citado supra, en el cual aquel tuviera la oportunidad de exponer
sus razonamientos, controvertir las pruebas en su contra y ejercer la defensa
de sus derechos. Ello a pesar de que la Cláusula 36 inc. 1° del CCTISSS establece
que los trabajadores del ISSS gozarán de estabilidad en sus cargos y no podrán
ser despedidos salvo causa legalmente justificada. Desde esa perspectiva, se
concluye que referido funcionario vulneró los derechos de audiencia, defensa y
a la estabilidad laboral del señor Mauricio Alfonso F. A., por lo que es proceden-
te ampararlo en su pretensión.
3. En relación con la vulneración del derecho a la libertad sindical, la docu-
mentación incorporada al proceso comprueba que el peticionario es miembro
activo del STISSS desde julio de 2014; sin embargo, los argumentos efectuados
en la demanda y los datos plasmados en la constancia emitida por el Secretario
de Organización y Estadística del STISSS no evidencian que el aludido señor
formaba parte de dicha organización sindical al momento de su despido, que
desempeñaba algún cargo directivo dentro de este o que se encontraba den-
tro del año siguiente de haber cesado en sus funciones como directivo sindical.
Además, la referida documentación no revela que la autoridad demandada
haya efectuado actos u omisiones con el objeto de restringir al peticionario su
afiliación sindical o el libre desarrollo de actividades sindicales.
En efecto, para demostrar la vulneración del citado derecho es necesario
precisar la faceta individual o colectiva de la libertad sindical que ha sido afec-
tada y contar con un mínimo de actividad probatoria que lo evidencie, elemen-

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Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

tos con los cuales no se cuenta en el presente caso. Por tal razón, es procedente
desestimar este punto de la pretensión planteada.
VI. Determinada la transgresión constitucional derivada de las actuaciones
de la autoridad demandada, corresponde establecer el efecto de la presente
sentencia.
1. El art. 35 inc. 1° de la L.Pr.Cn. establece que el efecto material de la
sentencia de amparo consiste en ordenarle a la autoridad demandada que las
cosas vuelvan al estado en que se encontraban antes de la vulneración consti-
tucional. Pero, cuando dicho efecto ya no sea posible, la sentencia de amparo
será meramente declarativa, quedándole expedita al amparado la promoción
de un proceso en contra del funcionario personalmente responsable.
En efecto, de acuerdo con el art. 245 de la Cn., los funcionarios públicos
que, como consecuencia de una actuación u omisión dolosa o culposa, hayan
vulnerado derechos constitucionales deberán responder, con su patrimonio y
de manera personal, de los daños materiales y/o morales ocasionados. En todo
caso, en la Sentencia de fecha 15-II-2013, emitida en el Amp. 51-2011, se aclaró
que, aun cuando en una sentencia estimatoria el efecto material sea posible,
el amparado siempre tendrá expedita la incoación del respectivo proceso de
daños en contra del funcionario personalmente responsable, en aplicación di-
recta del art. 245 de la Cn.
2. A. a. En el presente proceso, se comprobó la vulneración de derechos
constitucionales como consecuencia de la actuación del Director General del
ISSS. Sin embargo, en el régimen jurídico aplicable a este caso no existe una dis-
posición que regule el trámite que se debe seguir cuando un servidor público
es despedido sin seguirle un procedimiento.
b. A partir de las Sentencias de fechas 19-XII-2012, pronunciada en los pro-
cesos de Amps. 1-2011 y 2-2011, se estableció que, cuando en el régimen ju-
rídico respectivo no existe una disposición que garantice el restablecimiento
del derecho a la estabilidad laboral del servidor público a quien le han sido
vulnerados sus derechos, debe aplicarse, por analogía, el art. 61 inc. 4° de la
LSC. Tal disposición es aplicable a los procesos de amparo por la congruencia
que guarda con sus características específicas, pues tiene la finalidad de reparar
la vulneración de derechos fundamentales declarada y no el establecimiento de
responsabilidades subjetivas.
Además, dicha normativa, independientemente de las exclusiones de apli-
cación que establece, es un marco general del cual, siempre y cuando no exista
regulación específica y no sea contrario a la naturaleza del régimen de carrera
de que se trate, pueden extraerse disposiciones para suplir vacíos, como en el

571
Amparos / Sentencias Definitivas

presente caso, en el cual la aplicación analógica en cuestión atiende a la nece-


sidad de complementar de manera óptima el régimen para la reparación inte-
gral del derecho a la estabilidad laboral de la parte agraviada, sin contravenir
la naturaleza declarativo-objetiva del proceso de amparo.
Lo anterior es acorde con lo establecido en el art. 170 del Reglamento Inter-
no de Trabajo del ISSS, en el sentido de que “[l]o no previsto en [dicho Regla-
mento], deberá resolverse de conformidad con lo dispuesto por la Legislación
Laboral vigente, entendiéndose sin perjuicio de mejores derechos establecidos
en favor de los trabajadores y trabajadoras”.
B. Desde esa perspectiva, el efecto de la presente sentencia de amparo
consistirá en: (i) invalidar el Acuerdo n° 2012-12-0682, mediante el cual el Di-
rector General del ISSS autorizó la destitución sin responsabilidad patronal del
peticionario a partir del mes de enero de 2013; en consecuencia, la autoridad
demandada deberá garantizar la continuidad del referido señor en su cargo o
en otro de igual categoría; y (ii) ordenar que se cancelen al actor los salarios
que dejó de percibir, siempre que no pasen de tres meses, tal como lo prescribe
el art. 61 inc. 4° de la LSC, en relación con el art. 170 del Reglamento Interno
de Trabajo del ISSS.
En ese sentido, debido a que el pago de los salarios caídos es susceptible de
ser cuantificado, la autoridad demandada debe hacerlo efectivo cargando la
respectiva orden de pago del monto de los salarios y prestaciones respectivos
al presupuesto vigente de la institución o, en caso de no ser esto posible por
no contarse con los fondos necesarios, emitir la orden para que se incluya la
asignación respectiva en la partida correspondiente al presupuesto del ejercicio
siguiente.
C. Además, en atención a los arts. 245 de la Cn. y 35 inc. 1° de la L.Pr.Cn., la
parte actora tiene expedita la promoción de un proceso por los daños materia-
les y/o morales ocasionados como consecuencia de la vulneración de derechos
constitucionales declarada en esta sentencia directamente contra la persona
que cometió la aludida vulneración.
Ahora bien, al exigir el resarcimiento del daño directamente a la persona
que fungía como funcionario, independientemente de que se encuentre o no
en el ejercicio del cargo, deberá comprobársele en sede ordinaria que ha incu-
rrido en responsabilidad civil, por lo que en el proceso respectivo se tendrá que
demostrar: (i) que la vulneración constitucional ocasionada por su actuación
dio lugar a la existencia de tales daños –sean morales o materiales–; y (ii) que
dicha circunstancia se produjo bajo un determinado grado de responsabilidad
–sea esta dolo o culpa–. Asimismo, deberá establecerse en dicho proceso, con

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Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

base en las pruebas aportadas, el monto estimado de la liquidación que corres-


ponda dependiendo de la vulneración acontecida y del grado de responsabili-
dad en que se incurrió en el caso en particular.
POR TANTO, con base en las razones expuestas y lo prescrito en los arts. 2,
11, 47, 219 inc. 2° y 245 de la Cn., así como en los arts. 32, 33, 34 y 35 de la L.Pr.
Cn., en nombre de la República, esta Sala FALLA: (a) Declárese que no ha lugar
el amparo promovido por el señor Mauricio Alfonso F. A., contra el Director
General del ISSS, por la vulneración de su derecho a la libertad sindical; (b) De-
clárase que ha lugar el amparo promovido por el señor F. A., contra el referido
funcionario, por la vulneración de sus derechos constitucionales de audiencia,
defensa y a la estabilidad laboral; (c) Invalídase el Acuerdo n° 2012-12-0682,
mediante el cual el Director General del ISSS acordó autorizar el despido del pe-
ticionario del cargo que desempeñaba; en consecuencia, la referida autoridad
deberá garantizar a dicho señor la continuidad en el citado cargo o en otro de
igual categoría; (d) Páguese al demandante la cantidad pecuniaria equivalente
a los salarios caídos, con base en el art. 61 inc. 4° de la Ley de Servicio Civil, en
relación con el art. 170 del Reglamento Interno de Trabajo del ISSS; (e) Queda
expedita al demandante la promoción de un proceso por los daños materiales
y/o morales ocasionados contra la persona que cometió la vulneración de dere-
chos constitucionales declarada en esta sentencia; y (f) Notifíquese.
F. MELENDEZ---J. B. JAIME---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZALEZ---PRONUN-
CIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---E. SOCORRO
C.---SRIA.---RUBRICADAS.

519-2014

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA.


San Salvador, a las diez horas con treinta y dos minutos del día quince de marzo
de dos mil dieciséis.
El presente proceso de amparo fue promovido por Laura Vanessa V. R., en
su carácter personal y como directora de la escuela de taekwondo Cheetah’s,
contra actuaciones de la Junta Directiva de la Federación Salvadoreña de Tae-
kwondo (FESAT), que considera lesivas de sus derechos de audiencia, defensa
y del “principio de legalidad”.
Han intervenido en el proceso la parte actora, la autoridad demandada y la
Fiscal de la Corte Suprema de Justicia.
Analizados los hechos y considerando:

573
Amparos / Sentencias Definitivas

I. 1. La parte actora manifestó en su demanda que dirige su reclamo con-


tra la resolución pronunciada por la Junta Directiva de la FESAT el 23-XI-2013,
mediante la cual suspendió la participación de los representantes y atletas de
la escuela de taekwondo Cheetah’s en actividades federativas y competitivas
a nivel nacional por el período de un año contado del 1-I-2014 al 31-XII-2014.
La referida sanción fue impuesta a consecuencia de la participación de dicha
escuela en un evento deportivo internacional celebrado en octubre de 2013 en
Costa Rica sin el aval de la FESAT, sin que previo a ello se tramitara el procedi-
miento establecido en los Estatutos de esa federación (EFESAT).
Asimismo, expresó que la citada Junta Directiva, al ordenar tal suspensión,
se atribuyó competencias que no le correspondían, pues la potestad de impo-
ner sanciones es de la Comisión Disciplinaria de la FESAT, la cual omitió dar una
resolución al caso alegando que no estaba organizada para dirimir un proceso
de esa naturaleza. Por tal razón, la autoridad demandada vulneró sus derechos
de audiencia y defensa e inobservó el principio de legalidad, pues restringió a
los representantes y atletas de la aludida escuela la posibilidad de participar en
eventos, torneos y campeonatos; de formar parte de la selección nacional y de
optar a una posición en el ranking nacional e internacional.
2. A. Mediante Resolución del 17-X-2014, se suplieron las deficiencias de
la queja planteada y se admitió la demanda, circunscribiéndose al control de
constitucionalidad de la decisión del 23-XI-2013, emitida por la Junta Directiva
de la FESAT, por la supuesta vulneración de los derechos de audiencia, defensa
y a la seguridad jurídica, por la inobservancia del principio de legalidad.
B. En dicho auto, se ordenó la suspensión inmediata y provisional de los
efectos de la actuación impugnada, la cual debía entenderse en el sentido de
que, mientras se tramitara este proceso, la autoridad demandada y cualquier
otra autoridad deportiva debían abstenerse de aplicar la sanción impuesta a
los representantes y atletas de la escuela Cheetah’s, por lo cual debía permi-
tírseles participar en las actividades federativas y competitivas a nivel nacional.
C. Asimismo, se pidió informe a la autoridad demandada de conformidad
con el art. 21 de la Ley de Procedimientos Constitucionales (L.Pr.Cn.) y se or-
denó que luego de transcurrido el plazo de ley, con o sin el rendimiento del
informe, se mandara a oír a la Fiscal de la Corte, pero estos no hicieron uso de
los traslados conferidos.
3. A. Por Resolución del 12-II-2015 se confirmó la resolución del 17-X-2014
y se pidió nuevo informe a la autoridad demandada, tal como establece el art.
26 de la L.Pr.Cn.

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Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

B. Así, la Junta Directiva de la FESAT expresó que reconocía a la peticionaria


como una de las atletas que ha representado al país en diferentes competen-
cias nacionales e internacionales y como directora de la escuela de taekwondo
Cheetah’s. En el evento “VI Open internacional Costa Rica del ranking G1 de
WTF” la demandante y los atletas de su escuela no podían ser tomados en
cuenta como seleccionados nacionales pues ya existía un grupo conformado
y evaluado. Sin embargo, un atleta de la citada escuela se presentó al evento
representando a El Salvador, pese a que no contaba con el aval de la FESAT,
motivo por el cual el 28-X-2013 emplazó a la pretensora con el fin de que acu-
diera a la sesión de Junta Directiva del 2-XI-2013 y explicara lo sucedido, lo que
así hizo, posterior a lo cual presentó sus alegatos por escrito.
En ese sentido, el 16-XI-2013 hizo llegar a la Comisión Disciplinaria el expe-
diente con código CD-FESAT-001-2013, que contenía los elementos de juicio por
los cuales consideraba que había motivos suficientes para sancionar a la peti-
cionaria y a su escuela de taekwondo. Sin embargo, la citada comisión resolvió
denegar la solicitud de la Junta Directiva por no estar organizados para dirimir
un proceso de esa naturaleza y solicitó un tiempo prudencial para resolverlo.
Por ello, y debido a que ya había finalizado el plazo que establecen los EFESAT
para dar una solución al caso sin que la Comisión Disciplinaria cumpliera con el
mandato conferido, procedió a imponer la sanción correspondiente, con base
en los arts. 63 letra e) y 86 de los EFESAT.
Posterior a ello, tuvo conocimiento de una opinión administrativa emitida
por el Gerente General del Instituto Nacional de los Deportes (INDES) en el
caso de la sanción impuesta, pero esta carece de efectos vinculantes y obliga-
torios para la FESAT, pues la máxima autoridad del deporte a nivel nacional es
el Comité Directivo del INDES, instancia administrativa que no agotó la atleta
Laura Vanessa V. R. Por los anteriores motivos consideró que no había vulne-
rado los derechos alegados en la demanda y solicitó el sobreseimiento del pre-
sente proceso.
4.  Por Resolución del 24-IV-2015 se declaró sin lugar el sobreseimiento soli-
citado y se confirieron los traslados que ordena el art. 27 de la L.Pr.Cn. a la Fis-
cal de la Corte, quien manifestó que correspondía a la demandante comprobar
la existencia del agravio en sus derechos, y a la parte actora, quien expresó que
presentó el recurso de revisión contra la resolución emitida por la Junta Direc-
tiva de la FESAT, en cumplimiento del art. 78 de los EFESAT, pero la Comisión
Disciplinaria no lo resolvió; por ese motivo, acudió al Comité Directivo del IN-
DES con el fin de agotar las instancias administrativas correspondientes, el cual

575
Amparos / Sentencias Definitivas

por medio del Gerente General estableció que la autoridad demandada había
incumplido los citados Estatutos.
5.  Mediante el auto del 1-VII-2015, se habilitó la fase probatoria por el pla-
zo de ocho días, de conformidad con el art. 29 de la L.Pr.Cn., plazo en el cual
únicamente la parte actora solicitó que se admitiera la prueba instrumental
que ya se encontraba agregada al proceso.
6. A. Posteriormente, por medio de la resolución del 23-IX-2015, se admitió
la prueba documental ofertada y se otorgaron los traslados que ordena el art.
30 de la L.Pr.Cn., respectivamente, a la Fiscal de la Corte, quien manifestó que
la Junta Directiva de la FESAT había vulnerado los derechos de la peticionaria,
pues invadió competencias de la Comisión Disciplinaria sin garantizarle la posi-
bilidad de ejercer la defensa de sus intereses; a la parte actora, quien expresó
que la sanción impuesta no está prevista en ningún cuerpo normativo o regla-
mento de la FESAT, lo cual había tenido efectos negativos en los representantes
y miembros de la escuela Cheetah’s; y a la autoridad demandada, quien no hizo
uso del traslado que le fue conferido.
B. Con esta última actuación, el proceso quedó en estado de pronunciar
sentencia.
II. El orden lógico con el que se estructurará esta resolución es el siguiente:
en primer lugar, se delimitará el objeto de la presente controversia (III); en
segundo lugar, se harán consideraciones sobre los derechos constitucionales
y principio alegados (IV); en tercer lugar, se analizará el caso concreto (V), y
finalmente, se desarrollará lo referente al efecto de esta decisión (VI).
III. 1. A. En las Resoluciones del 16-III-2005 y 1-VI-1998, Amps. 147-2005 y
143-98, respectivamente, se sostuvo que los actos de autoridad son tradicional-
mente definidos como los emitidos por personas físicas o jurídicas que forman
parte de los órganos del Estado o los que se realizan por delegación de estos y
frente a las cuales el sujeto se encuentra en una relación de subordinación. Sin
embargo, el concepto de autoridad de los actos que derivan del ejercicio de ese
imperium debe comprender también a personas o instituciones particulares
que no son autoridades en estricto sentido cuando, bajo ciertas condiciones,
sus acciones y omisiones limiten derechos constitucionales.
B. Así, para que un acto emitido por un particular sea revisable en el pro-
ceso de amparo debe cumplir los siguientes requisitos: (i) que el particular que
lo pronuncia se encuentre en una situación de supra-subordinación respecto del
quejoso; (ii) que no se trate de una inconformidad con su contenido; (iii) que se
agoten los medios ordinarios que el ordenamiento jurídico prevé, que dichos
mecanismos de protección no existan o que sean insuficientes para garantizar

576
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

los derechos constitucionales del afectado; y (iv) que el derecho invocado sea
exigible frente al particular demandado.
C. De conformidad con los arts. 27 y 28 de la Ley General de los Depor-
tes (LGD), las Federaciones deportivas son entidades de utilidad pública, con
personalidad jurídica y sin fines de lucro que están integradas por asociacio-
nes deportivas, clubes deportivos y atletas, entre otros, constituyéndose en
la máxima autoridad en su deporte a nivel nacional. Asimismo, de acuerdo
con los arts. 27 y 44 de la LGD las federaciones reconocidas y reguladas por el
INDES no deben considerarse como miembros, órganos o funcionarios de la
Administración Pública, pero se rigen por lo previsto en sus estatutos, la LGD y
supletoriamente por lo dispuesto en la Ley de Asociaciones y Fundaciones Sin
Fines de lucro.
D. Al respecto, la parte actora atribuye a la FESAT la vulneración de sus
derechos constitucionales en virtud de haber suspendido la participación de
los representantes y atletas de la escuela de taekwondo Cheetah’s en eventos
deportivos nacionales por el período de un año, sin haber tramitado el pro-
cedimiento previsto en sus estatutos. En relación con ello, se advierte que la
demandante intentó agotar los recursos previstos en la normativa aplicable sin
obtener un resultado por parte de la entidad correspondiente. Por su parte, en
la Sentencia del 6-VII-2007, Amp. 754-2006, se expresó que no puede exigirse el
agotamiento de medios impugnativos sin la previa tramitación de un procedi-
miento en el cual se brinde al interesado la oportunidad de ejercer su defensa.
De igual manera, los derechos invocados en la demanda pueden ser exigi-
bles frente a la autoridad particular que emitió el acto reclamado, pues está en
la obligación de garantizar su ejercicio con base en los arts. 2 y 11 de la Cn. En
efecto, por la naturaleza de los derechos que se alegan vulnerados y la vincula-
ción que la FESAT tiene con la peticionaria y la escuela que ella representa, esta
última debía afrontar las consecuencias de la sanción impuesta por la máxima
autoridad nacional en el taekwondo pese a que, aparentemente, no era la
competente para emitir ese pronunciamiento. Por tal razón, se concluye que
la FESAT se encuentra en una posición de supra-subordinación frente a la peti-
cionaria, por lo cual se cumplen los requisitos establecidos por la jurisprudencia
constitucional para emitir una decisión de fondo en relación con la referida au-
toridad particular.
2. Aclarado lo anterior, el objeto del presente proceso consiste en determi-
nar si la Junta Directiva de la FESAT vulneró los derechos de audiencia, defensa
y a la seguridad jurídica, por la inobservancia del principio de legalidad, de
Laura Vanessa V. R., en su calidad personal y como directora de la escuela de

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Amparos / Sentencias Definitivas

taekwondo Cheetah’s, al haber suspendido la participación de los representan-


tes y atletas de la referida escuela en cualquier tipo de actividad federativa y
competitiva a nivel nacional del 1-I-2014 al 31-XII-2014, sin tramitar el procedi-
miento establecido en los EFESAT en el que se le permitiera ejercer la defensa
de sus intereses.
IV. 1. A. En las Sentencias del 26-VIII-2011, Amps. 253-2009 y 548-2009, y
Sentencia del 31-VIII-2011, Amp. 493-2009, se reconsideró lo que se entendía
por el derecho a la seguridad jurídica (art. 2 inc. 1° Cn.), estableciéndose con
mayor exactitud las facultades de sus titulares que pueden ser tuteladas por la
vía del proceso de amparo según el art. 247 de la Cn.
Así, se precisó que la certeza del Derecho, a la cual la jurisprudencia consti-
tucional venía haciendo alusión para determinar el contenido del citado dere-
cho, deriva principalmente de que los órganos estatales y entes públicos reali-
cen sus atribuciones con plena observancia de los principios constitucionales, v.
gr., de legalidad, de cosa juzgada, de irretroactividad de las leyes o de supre-
macía constitucional (arts. 15, 17, 21 y 246 Cn.).
Por lo anterior, cuando se requiera la tutela de la seguridad jurídica por la
vía del proceso de amparo, no debe invocarse la misma como valor o principio,
sino que debe alegarse una vulneración relacionada con una actuación de una
autoridad emitida con la inobservancia de un principio constitucional y que
resulte determinante para establecer la existencia de un agravio de naturaleza
jurídica a un individuo. Ello siempre que dicha transgresión no tenga asidero en
la afectación al contenido de un derecho fundamental más específico.
B. a. En su expresión más genérica, el principio de legalidad constituye una
garantía del ciudadano frente al poder del Estado, ya que las actuaciones de las
autoridades públicas que incidan en la esfera jurídica de las personas –limitan-
do o ampliando el margen de ejercicio de sus derechos– deben basarse en una
ley previa, dotada de ciertas características.
Así, en la Sentencia del 20-I-2012, Amp. 47-2009, se expuso el contenido
de este principio: (i) la intervención en el goce de un derecho debe realizarse
con base en una ley previa al hecho enjuiciado –lex praevia–; (ii) dicha ley debe
haber sido emitida exclusivamente por el parlamento y bajo el carácter de ley
formal –lex scripta–; (iii) los términos utilizados en la disposición normativa han
de ser claros, precisos e inequívocos para el conocimiento de la generalidad –
lex certa–; y (iv) la aplicación de la ley ha de guardar estricta concordancia con
lo que en ella se ha plasmado –lex stricta–.
b. De lo anterior se desprende que el principio de legalidad irradia todo el
ordenamiento jurídico, de tal manera que las autoridades estatales se encuen-

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Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

tran llamadas a actuar dentro del marco legal que define sus atribuciones, lo
cual representa para los sujetos la certeza de que sus derechos sólo podrán
ser limitados de acuerdo a la forma y términos previamente establecidos. Por
ende, cuando la normativa establecezca el procedimiento a diligenciarse, las si-
tuaciones que encajan en un supuesto hipotético o bien la consecuencia a apli-
car al caso concreto, las autoridades, en aplicación del principio de legalidad,
deben cumplir con lo dispuesto en aquella, pues de lo contrario se produciría
una afectación en los derechos de las personas.
2. Por otra parte, en la Sentencia de 11-II-2011, Amp. 415-2009, se expresó
que el derecho de audiencia (art. 11 inc. 1° de la Cn.) posibilita la protección de
los derechos subjetivos de los que es titular la persona, en el sentido de que las
autoridades están obligadas a seguir, de conformidad con lo previsto en la ley
de la materia o, en su ausencia, en aplicación directa de la disposición consti-
tucional citada, un proceso en el que se brinde a las partes la oportunidad de
conocer las respectivas posturas y de contradecirlas, previo a que se provea un
acto que cause un perjuicio en los derechos de alguna de ellas. Así, el derecho
de defensa (art. 2 inc. 1° de la Cn.) está íntimamente vinculado con el derecho
de audiencia, puesto que es dentro del proceso donde los intervinientes tienen
la posibilidad de exponer sus razonamientos y de oponerse a su contraparte en
forma plena y amplia.
Para que lo anterior sea posible, es necesario hacer saber al sujeto contra
quien se inicia dicho proceso la infracción que se le reprocha y facilitarle los
medios necesarios para que ejerza su defensa. De ahí que existe vulneración de
estos derechos fundamentales por: (i) la inexistencia de un proceso en el que
se tenga la oportunidad de conocer y de oponerse a lo que se reclama; o (ii)
el incumplimiento de las formalidades esenciales establecidas en las leyes que
desarrollan estos derechos.
V. Corresponde en este apartado analizar si la actuación de la autoridad
demandada se sujetó a la normativa constitucional.
1. A. Las partes ofrecieron como prueba los siguientes documentos: (i) co-
pia de la constancia firmada por el Secretario de la FESAT el 2-VII-2009, en la
cual hizo constar la nómina de miembros que a esa fecha formaban parte de
la citada federación, entre los cuales se encontraba la escuela de taekwondo
Cheetah’s; (ii) certificación notarial de la nota firmada por el presidente de la
FESAT el 28-X-2013, por medio de la cual convocó a la peticionaria para el 2-IX-
2013, con el fin de que explicara los motivos de la participación de la escuela
Cheetah’s en el campeonato internacional G1 en Costa Rica sin aval de la FES-
AT; (iii) copia de la nota firmada por la misma autoridad el 4-XI-2013, en la que

579
Amparos / Sentencias Definitivas

solicita a la demandante que, en virtud de haber brindado su informe verbal el


2-XI-2013, lo remita por escrito en el plazo de tres días hábiles, de conformidad
con el art 74 de los EFESAT; (iv) certificación notarial del escrito firmado por
Vanessa V. el 6-XI-2013, por medio del cual informa a la Junta Directiva de la FE-
SAT sobre la participación de alumnos de la escuela Cheetah’s en el “Costa Rica
Open 2013”; (v) certificación notarial de la nota firmada por el presidente de la
referida Junta Directiva el 8-XI-2013, por medio del cual remitió el expediente
con ref. CD-FESAT-001-2013 al presidente de la Comisión Disciplinaria, en virtud
de considerar que la escuela Cheetah’s y su representante habían infringido el
art. 63 letra e) de los EFESAT; (vi) certificación notarial del acta firmada por los
miembros de la Comisión Disciplinaria de la FESAT el 16-XI-2013, en la cual de-
jaron constancia de la no aceptación de la solicitud de dirimir el caso sometido
a su conocimiento, en virtud de que debían organizarse internamente previo
a tomar una decisión, por lo cual solicitaron a la Junta Directiva un tiempo
prudencial para establecerse y dar a conocer a las diferentes escuelas o gim-
nasios de taekwondo la función que realizarían; (vii) certificación notarial del
Acuerdo tomado por la Junta Directiva de la FESAT el 23-XI-2013, por medio del
cual suspendió la participación de los representantes y atletas de la escuela de
taekwondo Cheetah’s en cualquier tipo de actividad federativa y competitiva a
nivel nacional por el período de un año contado a partir del 1-I-2014 al 31-XII-
2014, de conformidad con el art. 67 de los EFESAT; (viii) certificación notarial
del acta de notificación de la anterior decisión; (ix) copia del escrito firmado
por Vanessa V. el 29-XI-2013, en el cual solicita a la Comisión Disciplinaria de
la FESAT que dejara sin efecto la resolución emitida por la autoridad deman-
dada y, en su lugar, dictara la resolución que correspondía; y (x) certificación
notarial del escrito firmado por el Gerente General del INDES el 7-IV-2014, en
el cual informó a la FESAT que el Comité Directivo del INDES consideraba im-
procedente lo actuado en el caso de la escuela Cheetah’s, en virtud de que la
autoridad competente para imponer sanciones era la Comisión Disciplinaria de
esa federación.
B. a. De conformidad con los arts. 331 y 341 inc. 1° del Código Procesal
Civil y Mercantil (C.Pr.C.M.) y 30 de la Ley del Ejercicio Notarial de la Jurisdic-
ción Voluntaria y de otras Diligencias, y en virtud de que no se ha probado la
falsedad de las certificaciones notariales presentadas, estas constituyen plena
prueba de la autenticidad de los documentos que reproducen. De igual forma,
en razón de lo prescrito en los arts. 330 inc. 2° y 343 del C.Pr.C.M., de aplicación
supletoria al proceso de amparo, las copias presentadas constituyen prueba

580
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

de los hechos consignados en los documentos que reproducen, en vista de no


haberse redargüido de falsas ni los instrumentos originales.
b. Por otro lado, el art. 314 ord. 1° del C.Pr.C.M. establece que no requie-
ren ser probados los hechos admitidos por las partes. Estos son los hechos no
controvertidos por los intervinientes, es decir, aquellos sobre los que existe con-
formidad entre las partes, porque: (i) ambas han afirmado los mismos hechos,
(ii) una de ellas ha admitido los aseverados por la contraria o (iii) una de ellas
los ha corroborado mediante la exposición de otros hechos o argumentos re-
lacionados con los expresados por la contraparte. El tener por establecidos los
hechos admitidos en el proceso, de modo que queden excluidos de prueba, es
algo razonable y que se encuadra dentro del poder de disposición de las partes,
pues si estas pueden disponer de su pretensión o resistencia, también pueden
disponer de los hechos que la sustenta.
En el presente caso, por medio del escrito presentado el 17-III-2015 la au-
toridad demandada reconoció a la peticionaria como atleta y directora de la
Escuela de taekwondo Cheetah’s y no controvirtió la calidad de esta última
como miembro de la FESAT.
C. Con base en los elementos de prueba presentados, valorados conjunta-
mente y conforme a la sana crítica, se tienen por establecidos los siguientes he-
chos: (i) que Laura Vanessa V. R. es atleta y directora de la escuela de taekwon-
do Cheetah’s: (ii) que la referida escuela al momento de la emisión del acto
reclamado era miembro de la FESAT; (iii) que la autoridad demandada solicitó a
la peticionaria los informes verbal y escrito correspondientes a la participación
de su escuela en el campeonato internacional G1/2013 en Costa Rica; (iv) que,
al contar con dichos informes, la autoridad demandada remitió el expediente
con ref. CD-FESAT-001-2013 a la Comisión Disciplinaria de la FESAT, con el fin
de que determinara si la citada escuela y su representante habían infringido
el art. 63 letra e) de los EFESAT; (v) que la aludida Comisión Disciplinaria no
resolvió el caso sometido a su conocimiento, pues consideró que debía organi-
zarse internamente previo a tomar una decisión; (vi) que la Junta Directiva de
la FESAT pronunció la resolución del 23-XI-2013 suspendiendo la participación
de los representes y atletas de la referida escuela en cualquier tipo de actividad
federativa y competitiva a nivel nacional por el período de un año, en virtud de
que la Comisión Disciplinaria omitió darle una solución al caso y la participación
sin el aval de la FESAT en el evento internacional en cuestión era una falta muy
grave que debía ser sancionada; y (vii) que la demandante solicitó a la Comisión
Disciplinaria que dejara sin efecto la anterior decisión y que emitiera en su lugar
una nueva resolución sin obtener resultado.

581
Amparos / Sentencias Definitivas

2. Establecido lo anterior, corresponde verificar si la autoridad demandada


vulneró los derechos invocados por la parte actora.
A. a. De acuerdo con los arts. 1 y 2 de los EFESAT, dicha entidad es el or-
ganismo rector y máxima autoridad en el taekwondo a nivel nacional y está
constituida por las escuelas de desarrollo del taekwondo que dependan di-
rectamente de ella, escuelas privadas, subfederaciones regionales y colegios
de árbitros, entre otros. Asimismo, conforme a los arts. 6 y 7 de dicho cuerpo
normativo, la FESAT es una entidad deportiva de utilidad pública, con perso-
nalidad jurídica y capacidad para obrar, la cual tiene por objetivo promover el
taekwondo como arte marcial y deporte olímpico de combate bajo altos idea-
les deportivos y el respeto de los derechos humanos.
En relación con las máximas autoridades que la conforman, el art. 16 de
los EFESAT señala que son órganos de la federación: (i) la Asamblea General;
(ii) la Junta Directiva; (iii) las subfederaciones; (iv) los comités nombrados por
la Junta Directiva; y (v) cualquier otra forma colegiada que la Junta Directiva
o la Asamblea General determinen. Así, el art. 17 señala que la Asamblea Ge-
neral es la más alta autoridad de la FESAT, ejerce el poder legislativo y es el
organismo elector por excelencia, por lo cual, entre otras cosas, le compete: (i)
conocer y resolver sobre la aprobación, reforma o derogación de los Estatutos
y reglamentos de la federación; (ii) elegir a los miembros de la Junta Directiva;
y (iii) elegir a la Comisión Disciplinaria de la FESAT.
Por su parte, el art. 33 de los EFESAT establece que la Junta Directiva es la
encargada de la dirección y administración de la federación, así como de la eje-
cución de las resoluciones de la Asamblea General y los acuerdos y políticas que
dicte el INDES. Además, según el art. 37 de dicha normativa tiene, entre otras,
las siguientes atribuciones: (i) planificar todas las actividades y eventos oficiales
de la FESAT a nivel nacional e internacional; (ii) elaborar los planes de trabajo
anuales; (iii) conocer y elaborar el proyecto de presupuesto anual y someterlo
a la aprobación de la Asamblea General; (iv) emitir los acuerdos que se deriven
de su gestión administrativa y comunicarlos a quien corresponda; (v) designar
en los cargos de libre nombramiento a las personas idóneas para integrar a los
comités que sean necesarios; (vi) elaborar los reglamentos que sean necesarios
para la federación; y (vii) aprobar el ingreso de nuevos miembros en la catego-
ría que corresponda.
Con respecto a la Comisión Disciplinaria, los arts. 63, 80 y 81 de los EFESAT
prescriben que es una autoridad con plena autonomía en la toma de sus de-
cisiones y le compete: (i) conocer el procedimiento sancionatorio e imponer
las respectivas sanciones; (ii) conocer y resolver respecto de las resoluciones

582
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

emitidas por la Junta Directiva en cuanto a la aplicación de la normativa de la


federación a sus miembros; y (iii) conocer y dirimir los conflictos de carácter
personal, económico y deportivo que se susciten entre los miembros, atletas,
comités, dirigentes y demás participantes en las actividades deportivas.
b. De acuerdo con los arts. 60 al 63 de los EFESAT, sus miembros pueden
incurrir en infracciones leves, graves y muy graves que serían sancionadas con
suspensión de 30 días a un año dependiendo de su gravedad. Para ello, debe
tramitarse el procedimiento sancionatorio prescrito en los arts. 74 al 77 que
inicia cuando la Junta Directiva cita al presunto infractor para que comparezca
en 5 días hábiles a rendir un informe verbal sobre los hechos, posterior a lo
cual debe presentarlo por escrito en el plazo de tres días hábiles. Al contar con
dicha documentación, la Junta Directiva debe remitir en igual término los argu-
mentos del caso a la Comisión Disciplinaria, debiendo esta admitir o denegar
la solicitud en 8 días.
Si la admite, procederá a la apertura del plazo probatorio por 8 días hábiles,
en el cual el presunto infractor podrá manifestar su defensa. Posteriormente,
la Comisión tiene 10 días para dictar una resolución, la cual es impugnable me-
diante el recurso de revisión en los tres días hábiles siguientes a su notificación.
Esta última decisión es apelable ante la Comisión Estatal de Apelación y Arbi-
traje dentro de los 3 días hábiles siguientes a la notificación correspondiente.
B. a. Del contenido de las disposiciones relacionadas se concluye que: (i)
la Junta Directiva de la FESAT es la autoridad a quien corresponde recabar los
argumentos del presunto infractor relacionados con las infracciones cometidas
y remitirlos a la Comisión Disciplinaria; y (ii) es competencia de la Comisión Dis-
ciplinaria dar continuidad al procedimiento sancionador previsto en los arts. 75
al 77 de los EFESAT y emitir la resolución correspondiente.
b. Al respecto, en la Sentencia del 12-XI-2010, Inc. 40-2009, se expuso que
la configuración del procedimiento, como instrumento por medio del cual las
personas puedan ejercer la defensa no jurisdiccional de sus derechos, debe ase-
gurar la aplicación de los principios y derechos observados en el ámbito de los
procesos judiciales que les garanticen, en sus respectivas posiciones, condicio-
nes de igualdad, la posibilidad real de exponer sus argumentos, de defenderse
y de utilizar las pruebas pertinentes ante la autoridad competente.
C. a. De las pruebas aportadas al proceso, se advierte que la Junta Directiva
de la FESAT recibió los argumentos vertidos por la parte actora en los términos
que prevé el art. 74 de los EFESAT y que remitió dicha información a la Comi-
sión Disciplinaria el 11-XI-2013, tal como lo exige el art. 75 de la normativa en
cuestión. Sin embargo, en el acta del 16-X1-2013, se dejó constancia de que la

583
Amparos / Sentencias Definitivas

aludida Comisión no aceptó la solicitud planteada, pues consideró que no se


encontraba organizada para tomar una decisión.
Así, el 23-XI-2013 la autoridad demandada acordó sancionar a los represen-
tantes y atletas de la escuela de taekwondo Cheetah’s y suspender su partici-
pación en actividades federativas y competitivas a nivel nacional por un año
contado del 1-I-2014 al 31-XII-2014. La referida entidad justificó su decisión en
lo siguiente: (i) la Comisión Disciplinaria de la FESAT omitió resolver sobre la
infracción cometida por la aludida escuela al participar en un evento deportivo
internacional sin el aval de la federación; y (ii) dicha falta, tipificada en el art. 63
letra e) de los EFESAT, debía ser sancionada en virtud de su gravedad.
b. Al respecto, se advierte que la autoridad demandada inició el procedi-
miento administrativo sancionador con base en las competencias que al efecto
le otorgan los EFESAT; sin embargo, invadió las potestades propias de la Comi-
sión Disciplinaria de la FESAT cuando emitió el acto impugnado sin brindar a
la interesada la oportunidad de aportar las pruebas necesarias para ejercer su
defensa. Desde esa perspectiva, si bien la parte actora expuso sus argumentos
en la etapa inicial del procedimiento ante la Junta Directiva de la FESAT, la
omisión de llevar a cabo las subsiguientes etapas de este –v. gr. la apertura a
pruebas– le impidió rebatir los motivos por los cuales se le atribuía la citada in-
fracción frente a la autoridad a quien le correspondía tramitar su caso y emitir
la decisión respectiva.
c. Por los anteriores motivos, se concluye que la Junta Directiva de la FES-
AT vulneró los derechos de audiencia, defensa y a la seguridad jurídica, por la
inobservancia del principio de legalidad, de Laura Vanessa V. R., en calidad de
atleta y directora de la escuela de taekwondo Cheetah’s, al haber emitido una
decisión fuera del margen de sus competencias y restringirle las posibilidades
de hacer valer sus intereses en el procedimiento sancionador correspondiente,
pues no pudo participar en todas sus etapas formulando alegaciones y aportan-
do pruebas. En consecuencia, resulta procedente ampararla en su pretensión.
VI. Determinada la transgresión constitucional derivada de las actuaciones
de la autoridad demandada, corresponde establecer el efecto de la presente
sentencia.
1. Para ello, debe emitirse un pronunciamiento sobre lo solicitado por la
parte actora en su escrito presentado el 3-XI-2015, en el sentido de que esta
Sala se pronuncie sobre los daños y perjuicios ocasionados a su persona, a la
escuela de taekwondo Cheetah’s y a sus alumnos como consecuencia de la
sanción impuesta y se establezca el resarcimiento correspondiente.

584
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

A. La L.Pr.Cn. es la normativa que delimita los alcances del proceso de am-


paro. Según el art. 81 de la L.Pr.Cn., el amparo es un proceso declarativo-ob-
jetivo, en el sentido de que se limita a la declaratoria de si existe o no una
vulneración de derechos constitucionales por parte de una autoridad y, por
ende, no tiene como objeto el establecimiento de responsabilidad alguna. Di-
cha disposición prescribe que “[1]a sentencia definitiva [...] produce los efectos
de cosa juzgada contra toda persona o funcionario, haya o no intervenido en
el proceso, sólo en cuanto a que el acto reclamado es o no inconstitucional, o
violatorio de preceptos constitucionales. Con todo, el contenido de la senten-
cia no constituye en sí declaración, reconocimiento o constitución de derechos
privados subjetivos de los particulares o del Estado...”.
En ese orden, en la Resolución del 7-II-2014, Amp. 497-2011, se dijo que la
configuración del proceso de amparo en aquellos términos imposibilita que en
un fallo estimatorio se hagan pronunciamientos respecto a la responsabilidad
personal del funcionario o la subsidiaria del Estado, pues sobre esto le corres-
ponde pronunciarse a la jurisdicción ordinaria.
Por otro lado, en la Sentencia del 25-IX-2013, Amp. 545-2010, se estableció
que el demandante puede ejercer, de conformidad con el art. 2 de la Cn., las
acciones que el ordenamiento jurídico contempla para obtener, a través de la
jurisdicción ordinaria, la reparación de los daños materiales y morales que haya
sufrido por la actuación de la autoridad particular demandada. De esa forma,
se colige que el fundamento de la responsabilidad de los particulares radica en
el art. 2 de la Cn.
En ese contexto, se advierte que la responsabilidad que deriva de esa dis-
posición trata de resolver las colisiones que se suscitan por la lesión de los de-
rechos de una persona por parte de una autoridad particular, la cual tiene
como elemento esencial una actividad dañosa que obliga a reparar el perjuicio
causado. Lo que se pretende en el proceso respectivo es que el perjudicado
obtenga una reparación por los daños producto de esa afectación mediante la
indemnización correspondiente.
Como ya se dijo, que la configuración actual del proceso de amparo no se
extiende al enjuiciamiento de los daños materiales o morales que pudo haber
causado una autoridad particular con su actuación inconstitucional. Como con-
secuencia de lo anterior, la promoción de un proceso por estos daños –que se
deja expedita en la sentencia amparo con base en el art. 2 de la Cn.– implica
para el interesado la posibilidad de promover el proceso para el juzgamiento
de la responsabilidad civil de la autoridad ante la jurisdicción ordinaria, pero no
frente a la jurisdicción constitucional.

585
Amparos / Sentencias Definitivas

B. En ese orden de ideas, se concluye que escapa de las competencias de


este Tribunal pronunciarse sobre la presunta responsabilidad personal, subjeti-
va y patrimonial en que habrían incurrido los miembros de la Junta Directiva de
la FESAT al emitir el acto impugnado, pues compete a la jurisdicción ordinaria
establecer la existencia de esos daños, el grado de responsabilidad en la que
puedan haber incurrido y monto que en su caso corresponda. En consecuencia,
deberá desestimarse la solicitud planteada por la parte actora en cuanto a emi-
tir pronunciamiento sobre el resarcimiento de los daños y perjuicios causados a
su persona, la escuela de taekwondo Cheetah’s y sus alumnos por parte de las
personas que cometieron la vulneración constitucional.
2. En el presente proceso se comprobó la vulneración de derechos constitu-
cionales como consecuencia de la actuación de la Junta Directiva de la FESAT.
Además, en el auto de admisión del 17-X-2014 se suspendieron los efectos del
acto reclamado, por lo que en la actualidad no surte efectos en los derechos
de la peticionaria. Asimismo, se advierte que el plazo para el que la autoridad
demandada impuso la sanción a los representantes y atletas de la escuela de
taekwondo Cheetah’s ya expiró.
En consecuencia, únicamente resulta procedente declarar la infracción
constitucional de los derechos de audiencia, defensa y a la seguridad jurídica
de la demandante, por la inobservancia del principio de legalidad, y dejar expe-
dita la promoción de un proceso por los daños materiales y/o morales resultan-
tes de la vulneración de derechos constatada en esta sentencia directamente en
contra de las personas que cometieron dicha transgresión, con base en el art.
2 de la Cn.
Ahora bien, al exigir el resarcimiento del daño directamente a dichas per-
sonas, independientemente de que estén o no en el cargo, deberá compro-
bárseles en sede ordinaria que han incurrido en responsabilidad civil, por lo
que en el proceso respectivo se tendrá que demostrar: (i) que la vulneración
constitucional ocasionada por su actuación dio lugar a la existencia de tales da-
ños –sean morales o materiales–; y (ii) que dicha circunstancia se produjo bajo
un determinado grado de responsabilidad –sea esta dolo o culpa–. Asimismo,
deberá establecerse en dicho proceso, con base en las pruebas aportadas, el
monto estimado de la liquidación que corresponda dependiendo de la vulne-
ración acontecida y del grado de responsabilidad en que se incurrió en el caso
en particular.
3. Finalmente, en relación con la solicitud planteada por la peticionaria,
referida a que se ordene al Comité Directivo del INDES la aplicación de las me-
didas establecidas en la LGD contra la Junta Directiva de la FESAT, se advierte

586
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

que en el escrito firmado por el Gerente General de dicha entidad el 7-IV-20l4


se emitió un pronunciamiento vinculado con su solicitud, por lo cual el INDES ya
tiene conocimiento de la actuación proveída por referida Junta Directiva. Des-
de esa perspectiva, deberá desestimarse la anterior solicitud, pues compete al
Comité Directivo en cuestión tomar las medidas respectivas contra la autoridad
demandada, en caso de que éstas procedan.
POR TANTO, con base en las razones expuestas y lo prescrito en los arts. 2,
11 y 86 de la Cn., así como en los arts. 32, 33, 34 y 35 de la L.Pr.Cn., en nombre
de la República, esta Sala FALLA: (a) Declárese que ha lugar el amparo pro-
movido por Laura Vanessa V. R., en su carácter personal y como directora de
la escuela de taekwondo Cheetah’s, contra la Junta Directiva de la FESAT, por
la vulneración de sus derechos de audiencia, defensa y a la seguridad jurídica,
por la inobservancia del principio de legalidad; (b) Sin lugar lo solicitado por la
peticionaria, en el sentido de que se emita un pronunciamiento sobre el resar-
cimiento de los daños y perjuicios causados a su persona, a la escuela de tae-
kwondo Cheetah’s y a sus alumnos, por parte de las personas que cometieron
la vulneración constitucional en el presente proceso; (c) Sin lugar lo solicitado
por la demandante, en el sentido de que se ordene al Comité Directivo del IN-
DES aplicar las medidas establecidas en la Ley General de los Deportes contra la
Junta Directiva de la FESAT; (d) Queda expedita a la demandante la promoción
de un proceso por los daños materiales y/o morales ocasionados contra las per-
sonas que cometieron la vulneración de derechos constitucionales declarada
en esta sentencia; y (e) Notifíquese.
--- A. PINEDA ---F. MELENDEZ---J. B. JAIME---E. S. BLANCO R.---R. E. GON-
ZALEZ--- PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRI-
BEN.--- X. M. L.---SRIA.-INTA.---RUBRICADAS.

616-2013AC

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA.


San Salvador, a las diez horas con cuarenta y nueve minutos del día dieciséis de
marzo de dos mil dieciséis.
El presente proceso de amparo acumulado ha sido promovido por los seño-
res Leonardo Saúl H. V. y Máximo M., por medio de la defensora pública laboral
Marina Fidelicia Granados de Solano, contra el Concejo Municipal de Soyapan-
go y el Jefe de Recursos Humanos de esa municipalidad, por la vulneración de

587
Amparos / Sentencias Definitivas

sus derechos fundamentales de audiencia, de defensa y a la estabilidad laboral,


consagrados en los arts. 2, 11 y 219 inc. 2° de la Cn.
Han intervenido en la tramitación de este amparo la parte actora, las auto-
ridades demandadas y la Fiscal de la Corte Suprema de Justicia.
Analizado el proceso y considerando:
I. 1. La abogada Granados de Solano sostuvo en sus escritos de demanda
que los señores H. V. y M. desempeñaron el cargo de Servicios Varios en la Finca
y Agro-Turismo Chantecuan del municipio de Soyapango, pero el 20-XII-2012
el Jefe de Recursos Humanos de esa municipalidad les informó verbalmente
que el Concejo Municipal había decidido no renovar sus contratos laborales, los
cuales finalizaban el 31-XII-2012.
Con relación a ello, sostuvo que sus representados se encontraban incor-
porados a la carrera administrativa municipal, pues estaban vinculados labo-
ralmente con el referido municipio en virtud de un contrato de servicios per-
sonales de carácter permanente y las labores que desarrollaban eran propias y
continuas de la mencionada finca, la cual es propiedad del Municipio de Soya-
pango, razón por la cual, previo al despido, debió tramitarse el procedimiento
establecido en la Ley de la Carrera Administrativa Municipal (LCAM), en el que
las autoridades demandadas justificaran las razones que motivaron tal decisión
y en el que se brindaran oportunidades reales de defensa. En consecuencia,
consideró conculcados los derechos de audiencia, de defensa y a la estabilidad
laboral.
2. Por auto de fecha 2-VI-2014 se ordenó acumular al proceso con ref. 616-
2013 el amparo clasificado con la ref. 617-2013 y, además, se admitieron las
demandas en los términos planteados por la parte actora. Asimismo, se declaró
sin lugar la suspensión de las actuaciones reclamadas y se pidió informe a las
autoridades demandadas de conformidad con el art. 21 de la Ley de Procedi-
mientos Constitucionales (L.Pr.Cn.), quienes alegaron que no eran ciertas las
actuaciones que se les atribuían. Posteriormente, se le confirió audiencia a la
Fiscal de la Corte de conformidad con el art. 23 de la L.Pr.Cn., quien no hizo uso
de la oportunidad procesal que le fue conferida.
3.  A. Mediante auto de fecha 28-X-2014 se previno al abogado Rafael Ar-
nulfo Orellana Torres que aportara la documentación con la que acreditara su
calidad de apoderado del Jefe de Recursos Humanos de la municipalidad de
Soyapango y, además, se pidió a las autoridades demandadas que rindieran el
informe justificativo que regula el art. 26 de la L.Pr.Cn.
B. Por medio de escrito presentado el 14-XI-2014, el abogado Orellana To-
rres pretendió rendir los informes que le fueron solicitados a las autoridades

588
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

demandadas. Sin embargo, mediante el auto de fecha 14-V-2015 se previno al


referido profesional que aportara la documentación con la que acreditara su
calidad de apoderado de aquellas y, además, se confirieron los traslados que
ordena el art. 27 de la L.Pr.Cn., respectivamente, a la Fiscal de la Corte, quien
sostuvo que le correspondía a los pretensores probar la existencia del agravio
personal y directo que la actuación reclamada había causado a sus derechos
constitucionales, y a la parte actora, quien esencialmente reiteró los argumen-
tos vertidos en su anterior intervención.
4.  Mediante auto de fecha 18-VIII-2015 se habilitó la fase probatoria por el
plazo de ocho días, de conformidad con lo dispuesto en el art. 29 de la L.Pr.Cn.,
lapso en el cual ninguna de las partes presentó prueba alguna.
5.  Seguidamente, en virtud del auto de fecha 27-X-2015 se confirieron los
traslados que ordena el art. 30 de la L.Pr.Cn., respectivamente, a la Fiscal de la
Corte, quien manifestó que no procede amparar a los demandantes, ya que
estos estaban vinculados con el Municipio de Soyapango por medio de contra-
tos eventuales de trabajo y las funciones que realizaban no eran de carácter
permanente; a la parte actora, quien reiteró los argumentos expuestos en el
transcurso del presente amparo; y a las autoridades demandadas, quienes no
hicieron uso de la oportunidad procesal conferida.
6. Con estas últimas actuaciones, el presente proceso quedó en estado de
pronunciar sentencia.
II. 1. Antes de proceder al examen de fondo, se analizará una posible causa
de sobreseimiento en el presente proceso.
A. a. En la Resolución de fecha 24-III-2010, pronunciada en el proceso de
Amp. 301-2007, se expresó que la legitimación pasiva se entiende como el vín-
culo existente entre el sujeto o los sujetos pasivos de la pretensión y el supuesto
agravio generado con la acción u omisión de una autoridad que aparentemen-
te lesionó los derechos fundamentales del peticionario. Ello implica que el pre-
sunto perjuicio ocasionado con el acto sometido a control constitucional debe
emanar de las actuaciones de las autoridades que decidieron el asunto con-
trovertido, razón por la cual se exige para el válido desarrollo de los procesos
de amparo que la parte actora, al momento de plantear su demanda, la dirija
contra todos los órganos que desplegaron efectivamente potestades decisorias
con relación al acto u omisión impugnados en sede constitucional.
En ese orden, en la jurisprudencia constitucional se ha sostenido –v. gr., en
la Resolución de fecha 5-V-2010, emitida en el Amp. 74-2010– que la “autoridad
ejecutora” es aquella que no concurrió con su voluntad en la configuración del
acto que lesionó los derechos fundamentales de una persona, sino que se limi-

589
Amparos / Sentencias Definitivas

tó a dar cumplimiento a una providencia emanada de una autoridad con poder


de decisión, siempre que no haya excedido su mandato, pues ello determinaría
eventualmente su legitimación pasiva en el proceso de amparo.
b. Aunado a lo anterior, debe precisarse que la existencia de vicios esencia-
les en la pretensión genera la imposibilidad para el Tribunal de juzgar el caso
concreto o, en todo caso, torna inviable la tramitación completa del proceso,
por lo cual la demanda de amparo debe ser rechazada in limine o in persequen-
di litis. En lo concerniente al rechazo de la pretensión durante la tramitación
del proceso, esta clase de rechazo se manifiesta mediante el sobreseimiento,
o una sentencia, cuando aquel procede solo respecto de uno de los sujetos
demandados.
B. a. La admisión de este amparo se circunscribió al control de constitucio-
nalidad de la decisión del Concejo Municipal de Soyapango y del Jefe de Recur-
sos Humanos de dicha municipalidad de no renovar el contrato laboral de los
señores H. V. y M. para el año 2013.
b. Ahora bien, con base en la documentación incorporada al proceso se in-
fiere que el citado Jefe de Recursos Humanos intervino en los actos reclamados
únicamente como un ejecutor, pues se limitó a notificar a los demandantes que
por órdenes del Concejo Municipal de Soyapango sus contratos de trabajo no
serían renovados. Tomando en cuenta lo anterior, se concluye que la citada au-
toridad carece de legitimación pasiva, por lo que resulta procedente sobreseer
en el presente amparo por la presunta vulneración de derechos constitucionales
atribuida a esa autoridad.
2. Así depurada la pretensión, el orden lógico con el que se estructurará
esta resolución es el siguiente: en primer lugar, se determinará el objeto de
la presente controversia (III); en segundo lugar, se hará una exposición sobre
el contenido de los derechos alegados (IV); y, finalmente, se analizará el caso
sometido a conocimiento de este Tribunal (V).
III. En el presente caso, el objeto de la controversia consiste en determinar
si el Concejo Municipal de Soyapango vulneró los derechos de audiencia, de
defensa y a la estabilidad laboral de los señores Leonardo Saúl H. V. y Máximo
M., al no renovarles sus contratos laborales para el año 2013 y, por ende, se-
pararlos del cargo que ocupaban sin tramitarles previamente un proceso en el
cual pudieran ejercer la defensa de sus intereses.
IV. 1. A. El reconocimiento del derecho a la estabilidad laboral (art. 219 inc. 2° de
la Cn.) de los servidores públicos responde a dos necesidades: la primera, garantizar
la continuidad de las funciones y actividades que ellos realizan en las institucio-
nes públicas, debido a que sus servicios están orientados a satisfacer un inte-

590
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

rés general; y, la segunda, conceder al servidor un grado de seguridad que le


permita realizar sus labores, sin temor a que su situación jurídica se modifique
fuera del marco constitucional y legal establecido.
B. El derecho a la estabilidad laboral, según las Sentencias de fechas 11-
III-2011, 24-XI-2010, 11-VI-2010 y 19-V-2010, pronunciadas en los procesos de
Amp. 10-2009, 1113-2008, 307-2005 y 404-2008, respectivamente, entre otras,
faculta a conservar un trabajo cuando concurran las condiciones siguientes: (i)
que subsista el puesto de trabajo; (ii) que el empleado no pierda su capacidad
física o mental para desempeñar el cargo; (iii) que las labores se desarrollen con
eficiencia; (iv) que no se cometa falta grave que la ley considere causal de des-
pido; (v) que subsista la institución para la cual se presta el servicio; y (vi) que
el puesto no sea de aquellos cuyo desempeño requiere de confianza personal
o política.
C. Al respecto, en las Sentencias de fechas 29-VII-2011 y 26-VIII-2011, emiti-
das en los procesos de Amp. 426-2009 y 301-2009, respectivamente, se elaboró
un concepto de “cargo de confianza” a partir del cual, a pesar de la hetero-
geneidad de los cargos existentes en la Administración Pública, se puede esta-
blecer si la destitución atribuida a una determinada autoridad es legítima o no
desde la perspectiva constitucional.
Así, los cargos de confianza se caracterizan como aquellos desempeñados
por funcionarios o empleados públicos que llevan a cabo actividades vincula-
das directamente con los objetivos y fines de una determinada institución, go-
zando de un alto grado de libertad en la toma de decisiones, y/o que prestan
un servicio personal y directo al titular de la entidad.
Entonces, para determinar si un cargo, independientemente de su deno-
minación, es de confianza, se debe analizar, atendiendo a las circunstancias
concretas, si en él concurren todas o la mayoría de las características siguientes:
(i) que el cargo es de alto nivel, en el sentido de que es determinante para la
conducción de la institución respectiva, lo que puede establecerse analizando
la naturaleza de las funciones desempeñadas –más políticas que técnicas– y
la ubicación jerárquica en la organización interna de la institución –en el nivel
superior–; (ii) que el cargo implica un grado mínimo de subordinación al titu-
lar de la institución, en el sentido de que el funcionario o empleado posee un
amplio margen de libertad para la adopción de decisiones en la esfera de sus
competencias; y (iii) que el cargo implica un vínculo directo con el titular de la
institución, lo que se infiere de la confianza personal que dicho titular deposita
en el funcionario o empleado respectivo o de los servicios que este le presta
directamente al primero.

591
Amparos / Sentencias Definitivas

2. Por otra parte, en la Sentencia de fecha 11-II-2011, emitida en el Amp.


415-2009, se expresó que el derecho de audiencia (art. 11 inc. 1° de la Cn.) po-
sibilita la protección de los derechos subjetivos de los que es titular la persona,
en el sentido de que las autoridades están obligadas a seguir, de conformidad
con lo previsto en la ley de la materia o, en su ausencia, en aplicación directa de
la disposición constitucional citada, un proceso en el que se brinde a las partes
la oportunidad de conocer las respectivas posturas y de contradecirlas, previo
a que se provea un acto que, cause un perjuicio en los derechos de alguna de
ellas. Así, el derecho de defensa (art. 2 inc. 1° de la Cn.) está íntimamente vin-
culado con el derecho de audiencia, puesto que es dentro del proceso donde
los intervinientes tienen la posibilidad de exponer sus razonamientos y de opo-
nerse a su contraparte en forma plena y amplia.
Para que lo anterior sea posible, es necesario hacer saber al sujeto contra
quien se inicia dicho proceso la infracción que se le reprocha y facilitarle los
medios necesarios para que ejerza su defensa. De ahí que existe vulneración de
estos derechos fundamentales por: (i) la inexistencia de un proceso en el que
se tenga la oportunidad de conocer y de oponerse a lo que se reclama; o (ii)
el incumplimiento de las formalidades esenciales establecidas en las leyes que
desarrollan estos derechos.
V. Desarrollados los puntos previos, corresponde en este apartado analizar
si las actuaciones de la autoridad demandada se sujetaron a la normativa cons-
titucional.
1. A. La partes aportaron como prueba, entre otros, los siguientes docu-
mentos: (i) constancia extendida el 26-VI-2013 por el Jefe de la Unidad Jurídica
de la municipalidad de Soyapango, en la cual se hace constar que los señores
H. V. y M. trabajaron para dicha entidad, que fueron contratados de mane-
ra eventual para ejecutar los proyectos de poda y corta de café en la Finca y
Agro-turismo Chantecuan y que sus contratos finalizaron el 31-XII-2012; y (ii)
copias de los contratos de trabajo de fechas 18-I-2012 y 19-I-2012, por medio de
los cuales se prorrogaron los contratos eventuales de trabajo de los señores H.
V. y M., respectivamente, para que laboraran en el mantenimiento y desarrollo
de la Finca y Agro-turismo Chantecuan durante el año 2012.
B. De acuerdo con el art. 331 del Código Procesal Civil y Mercantil (C.Pr.C.M.),
en virtud de que no se ha demostrado la falsedad del documento público pre-
sentado, con la constancia antes detallada, la cual fue expedida por el funcio-
nario competente, se han comprobado los hechos que en ella se consignan.
Asimismo, de acuerdo con los arts. 330 inc. 2° y 343 del C.Pr.C.M., en la medida

592
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

en que tampoco se ha demostrado la falsedad de las copias aportadas, con


ellas se establecen los hechos que documentan.
C. Con base en los elementos de prueba presentados, valorados conjunta-
mente y conforme a la sana crítica, se tienen por establecidos los siguientes he-
chos y datos: (i) que los demandantes se encontraban vinculados laboralmen-
te con la municipalidad de Soyapango por medio de contratos eventuales de
trabajo, desempeñando el cargo de Servicios Varios para el mantenimiento y
desarrollo de la Finca y Agro-turismo Chantecuan; (ii) que el Concejo Municipal
de Soyapango tomó la decisión de no renovar los contratos laborales de los
pretensores; y (iii) que dichas decisiones se tomaron sin haberles seguido pre-
viamente a los demandantes un procedimiento en el cual pudieran ejercer la
defensa de sus derechos.
2. A. Establecido lo anterior, corresponde verificar si la autoridad demanda-
da vulneró los derechos invocados por los peticionarios. Para tal efecto se debe
determinar si los demandantes, de acuerdo con los elementos de prueba antes
relacionados, eran titulares del derecho a la estabilidad laboral al momento de
su despido o si, por el contrario, concurrían en ellos alguna de las excepciones
establecidas por la jurisprudencia constitucional con relación a la titularidad de
ese derecho.
a. Tal como se afirmó en la Sentencia de fecha 19-XII-2012, emitida en el
proceso de Amp. 1-2011, para determinar si una persona vinculada al Estado
por medio de un contrato laboral es titular del derecho a la estabilidad laboral
se debe analizar si en el caso concreto concurren las particularidades siguientes:
(i) que la relación laboral es de carácter público y, por ende, el trabajador tiene
el carácter de empleado público; (ii) que las labores desarrolladas pertenecen al
giro ordinario de la institución, esto es, que son funciones relacionadas con las
competencias de esta; (iii) que la actividad efectuada es de carácter permanen-
te, en el sentido de que es realizada de manera continua y que, por ello, quien
la presta cuenta con la capacidad y experiencia necesarias para desempeñarla
de manera eficiente; y (iv) que el cargo desempeñado no es de confianza.
b. En el presente caso, se ha comprobado que los señores H. V. y M., al mo-
mento en que se les notificó la no renovación de sus contratos, desempeñaban
el cargo de Servicios Varios en el proyecto “Chapoda y Corta de Café” para el
mantenimiento y desarrollo de la Finca y Agro-turismo Chantecuan. Además,
se ha acreditado que dichos señores se encontraban vinculados laboralmente
con el Municipio de Soyapango por medio de “contratación eventual” por un
plazo determinado, cuya vigencia expiró el 31-XII-2012, y que, en virtud del

593
Amparos / Sentencias Definitivas

cumplimiento de dicho plazo, la autoridad demandada tomó la decisión de no


renovarles sus contratos para el año 2013.
c. Los contratos de trabajo a plazo fijo o determinado son aquellos que se
celebran para la realización de labores que no corresponden al quehacer coti-
diano de la institución; es decir, se utilizan cuando se contrata a personas para
el desarrollo de tareas eventuales y no permanentes dentro de la institución
pública de que se trate. Este tipo de contratos no son por sí mismos inconstitu-
cionales, siempre que, conforme al principio de la autonomía de la voluntad,
provengan del acuerdo entre los empleadores y los trabajadores y, además, no
sean desnaturalizados o utilizados para encubrir de manera fraudulenta una
relación laboral de naturaleza indeterminada, es decir, no puede disfrazarse
como actividad eventual una actividad de carácter permanente y que pertene-
ce al giro ordinario de la institución.
Al respecto, se advierte que en el texto de los contratos laborales celebra-
dos entre los peticionarios y el Alcalde Municipal de Soyapango se consignó,
en forma precisa y clara, que las contrataciones eran de modo eventual, que se
trataban de prórrogas de contratos por un plazo determinado y que las labo-
res a desarrollar se enmarcaban en el proyecto de “Chapoda y Corta de Café”
en la Finca y Agro-turismo Chantecuan, la cual es propiedad del Municipio de
Soyapango; por lo que no se trataba de actividades de carácter permanente y
continuo en la referida finca.
Aunado a lo anterior, las funciones desempeñadas por los demandantes
eran coherentes con el objeto del referido proyecto, pues las labores que reali-
zaban básicamente consistían en la poda de sombra y el mantenimiento de la
plantación de café en la finca.
d. En otro orden de ideas, si bien los demandantes argumentaron que sus
vínculos laborales eran de naturaleza permanente porque los contratos fueron
prorrogados en varias ocasiones, es preciso apuntar que el solo hecho de que
se produjera la renovación del referido contrato no modificaba la naturaleza
eventual de este y los convertía en indefinidos, pues para ello era necesario
un acuerdo de voluntades y que, además, ocurriera una transformación en las
actividades laborales efectuadas por los peticionarios, en el sentido de que es-
tas se hubieran convertido en labores permanentes y del giro ordinario de la
institución municipal.
Además, los arts. 11 inc. 2° y 2 n° 5 de la LCAM establecen que no están
comprendidas dentro de la carrera administrativa municipal las personas con-
tratadas temporalmente para desarrollar labores contempladas dentro de par-
tidas presupuestarias que obedecen a la solución de necesidades eventuales de

594
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

la administración; en consecuencia, estas personas no son titulares del derecho


a la estabilidad laboral.
B. Así, dado que la relación laboral entre los demandantes y el Municipio
de Soyapango se fundó en contratos suscritos por un plazo determinado, en el
marco de un proyecto eventual desarrollado en la Finca y Agro-turismo Chan-
tecuan, y no en la contratación permanente de los peticionarios, se infiere que
estos no eran titulares del derecho a la estabilidad laboral.
En consecuencia, al haberse determinado que los demandantes no eran
titulares del derecho a la estabilidad laboral porque no existía una relación
laboral de naturaleza permanente, las rupturas de los vínculos laborales susten-
tadas en el vencimiento del plazo de los contratos no tuvieron carácter de des-
pidos arbitrarios y lesivos de los derechos fundamentales de audiencia, defensa
y a la estabilidad laboral; razón por la cual deberán desestimarse las pretensio-
nes constitucionales planteadas.
POR TANTO, con base en las razones expuestas y en los arts. 2, 11.y 219 inc.
2° de la Cn., así como en los arts. 31 n° 3, 32, 33 y 34 de la L.Pr.Cn., en nombre
de la República, esta Sala FALLA: (a) Sobreséese en el presente proceso de am-
paro promovido por los señores Leonardo Saúl H. V. y Máximo M., por medio
de la defensora pública laboral Marina Fidelicia Granados de Solano, en contra
del Jefe de Recursos Humanos de la municipalidad de Soyapango; (b) Declára-
se que no ha lugar al amparo solicitado por los señores Leonardo Saúl H. V. y
Máximo M., por medio de la defensora pública laboral Marina Fidelicia Grana-
dos de Solano, en contra del Concejo Municipal de Soyapango, en virtud de no
existir vulneración a sus derechos fundamentales de audiencia, de defensa y a
la estabilidad laboral; y (c) Notifíquese.
---A. PINEDA---F. MELENDEZ---J. B JAIME---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZA-
LEZ--- PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRI-
BEN.--- E. SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.

595
Hábeas corpus
Improcedencias

240-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las doce horas y cuarenta y un minutos del día trece de enero
de dos mil dieciséis.
A sus antecedentes escrito elaborado por el señor Arle Napoleón R. M.,
también conocido por Aníbal Joaquín M. M., mediante el cual responde la
prevención efectuada por este Tribunal en la resolución de las doce horas y
cuarenta y cinco minutos del día 08/10/2015.
El presente proceso de hábeas corpus ha sido promovido a su favor por el
señor Arle Napoleón R. M., también conocido por Aníbal Joaquín M. M., contra
actuaciones del Juez Primero de Vigilancia Penitenciaria y de Ejecución de la
Pena de San Salvador y el Director del Centro Penitenciario de Seguridad de
Zacatecoluca.
Analizada la pretensión y considerando:
I. 1. El peticionario refiere que el Juez Primero de Vigilancia Penitenciaria
y de Ejecución de la Pena de San Salvador, se opone de una forma contraria y
arbitraria a que concluya la pena de prisión en su país de origen –Nicaragua–,
ya que, no obstante cumple con los requisitos legales, en audiencia especial
celebrada el 06/02/2014, dicha autoridad se opuso a su traslado en razón de
que le requiere que presente fotocopia de su cédula de identidad y hasta que
se la presente procederá a realizarle una nueva audiencia especial para darle
el visto bueno y tramitar su traslado.
Al citado juzgador no le ha importado que tanto la autoridad central de
la Dirección General de Centros Penales, como la Corte Suprema de Justicia,
han concluido que sus dos identidades –Arle Napoleón R. y Aníbal Joaquín
M.– corresponden a la misma persona.
Aclara que las autoridades diplomáticas y consulares de su país han com-
probado su identidad a través de su certificación de partida de nacimiento, la
cual fue presentada ante el juez en la aludida audiencia, pero no se la quiso dar
por válida y se la rechazó “(...) usando la falsa hipocresía y estrategia que podía
ser falsificada el no puede acusar y calumniar a las autoridades de mi país ni
tildarlos asi porque ellos saben que al [h]acer eso es ilegal ac[á] el sucio en su
Hábeas Corpus / Improcedencias

trabajo es este juez que pone prete[x]tos y e[x]cusa[s] [a]busando de autori-


dad y poder para no dejarme [ir] y no cumplir mi pena en mi país (...)” (sic.).
2. “(...) durante el tiempo que este juez se contin[ú]e oponiendo [a] mi
traslado y permane[z]ca yo en este penal responsabili[z]o a [é]l en primer lugar
como autoridad judicial por lo que acae[z]ca [a] mi estado de salud y [a] mi
vida por las enfermedades que he adquirido y se me [han] desarrollado duran-
te mi permanen[c]ia en este en[c]ierro inhumano y confinado que vivo ya que
estoy bajo de potasio y sodio tengo gastritis crónica y colon y soy asmático ya
que mi cuadro clínico y médico de este penal habla por mi mismo (...)” (sic.).
3. “(...) llevo (...) 5 años de permane[c]er en este penal y estar sometido a
las limitaciones de un r[é]gimen y de un en[c]ierro de tortura que se practica en
este país según leyes vigentes el cual es noci[v]o y de extremo daño a la salud,
de los internos inhumano que viola todos los derechos inherentes o inc[ó]lumes
que una persona tiene as[í] como su personalidad jur[í]dica ya que la adminis-
tración de este centro nos mantiene en una especie de aislamiento prolongado
en tortura psicol[ó]gica sin respetar lo prescrito en el Art. 27 de la Constitución
ya que el régimen de seguridad en este centro se ha desnaturalizado conforme
al fin principal uti[litario] constitucional ya que nos encontramos en un simple
castigo de tortura de aislamiento prolongado lo cual es prohibido por nuestra
ley, hay que [v]alorar y tener presente que soy un enfermo cr[ó]nico con m[ú]
ltiples enfermedades y por mi misma enfermeda[d] corre peligro mi vida en
este centro (...)” (sic.).
4. Asimismo, alude que otra de las causas de las condiciones precarias de
reclusión que describe es la baja alimentación y mala calidad en la preparación
de las diferentes dietas alimenticias para los enfermos, como en su caso, por
bajos niveles de potasio, incluso ya no les proporcionan la dieta que tenían por
ese padecimiento.
“(...) el señor Director de este penal (...) prohi[bió] que se les llevara jugo de
tomate y jugo natural de fruta y [gatorade] y leche y otros productos l[á]cteos
que antes se nos [vendían] en la tienda institucional que hay en este penal lo
cual como estos productos nos [beneficiaban] en nuestra salud los quit[ó] ya
que como la misión del go[b]ierno es matarnos y para lavarse las mano[s] [é]l
y la administración y el [á]rea clínica y médica que se presta[n] para co[c]inar y
esconder las suciedades han elaborado una lista nutricional de productos que
piensan [v]ender en la tienda lo cual es todo fantasma para cubrir y guardar las
apariencias humanitaria[s] las cuales son más de torturas para alejar que nos
[ayuden] (...)” (sic.).

598
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

II. En consideración del reclamo número 3 relacionado en el acápite ante-


rior, este Tribunal mediante resolución de las doce horas y cuarenta y cinco mi-
nutos del día 08/10/2015, previno al peticionario a fin de que expresara de for-
ma clara y breve qué actuaciones u omisiones concretas, atribuibles al Director
del Centro Penitenciario de Seguridad de Zacatecoluca, son las que provocan,
según alude, “aislamiento prolongado en tortura psicológica sin respetar lo
prescrito en el Art. 27 de la Constitución” y de qué manera tal situación afecta
actual y directamente su integridad –física, psíquica o moral–.
Al respecto el peticionario trae a colación la queja número uno, referida
a la omisión del Juez Primero de Vigilancia Penitenciaria y de Ejecución de la
Pena de San Salvador, de autorizar su traslado a Nicaragua –su país de origen–
para continuar cumpliendo su pena, al requerirle certificación de su cédula de
identidad, decisión que asegura vulnera sus derechos y garantías constitucio-
nales como privado de libertad, pues se opone a su traslado, posibilidad que
se encuentra contemplada en la “Convención Interamericana de Cumplimiento
de Pena en el Extranjero”, por ello solicita a este Tribunal se le realice una dac-
tiloscopia tomando como muestra sus huellas, ya que el juez en comento no ha
querido realizarla.
En relación con la prevención específicamente, reitera que padece diversas
enfermedades como bajo de potasio, de las defensas, asma, sinusitis crónica,
gastritis, “(...) durante la permanencia en este encierro cruel e inhumano y en
las condiciones que [v]ivo lo [responsabilizo] al juez Roberto Carlos Calderon
porque al retrasar mi traslado y extradición juega con mi dignidad humana y
salud y vida ya que en este tipo de encierro han muerto ya internos de pota-
sio e insuficiencia renal y al alargar el mas mi estadia prolonga y aumenta y
alarga mas mi enfermedad y arriesgandome que me pueda dar otra enferme-
dad aca como la contraída aca por los internos que han falle[c]ido a causa de
Hipopotemia generada por la infraestructura del tipo de Construcción de las
instalaciones de este penal [agudiza] aún más nuestra enfermedad y muerte
(...)”. (Sic.).
El encierro en que se encuentra, según alude, constituye un aislamiento
prolongado que provoca su tortura, vulnerando el Art. 27 Cn. Las omisiones
que le atribuye al Director del referido reclusorio, vinculadas con dicho aisla-
miento, son que “(...) [él] sabe perfectamente la enfermeda[d] que adolezco
y tengo la cual es potasio y la mala y pésima alimentación que tengo por tener
una dieta y alimentación hipoproteica bajo consumo de proteínas e hipoca-
lórica alimentos con poco nivel y bajo de calorías y el encierro y el aislamien-
to prolongado en estas celdas no son mas que una evidencia de torturas o

599
Hábeas Corpus / Improcedencias

[crimen] inhumano y maltrato a la salud psicológica o física generada por las


[diversas] enfermedades de muerte durante el tiempo y años de estar [acá] sin
l[í]mite de tiempo (...)” (Sic.).
III. Previo a analizar la pretensión planteada por el solicitante, se considera
pertinente hacer referencia al examen inicial que se realiza a la misma en este
proceso constitucional, para verificar el cumplimiento de las condiciones nece-
sarias y así emitir una decisión sobre lo requerido.
En ese sentido, este Tribunal debe corroborar si el peticionario ha supera-
do los requisitos mínimos para conocer y decidir sobre los alegatos planteados;
pues, cuando se propongan cuestiones que deban ser resueltas por otras au-
toridades o que no revelen una vulneración constitucional, y que por lo tanto
no trasciendan de ser inconformidades del demandante con lo decidido por
una autoridad judicial o administrativa, la tramitación del hábeas corpus será
infructuosa y deberá rechazarse la pretensión al inicio del proceso, por, medio
de una declaratoria de improcedencia –v. gr., improcedencia HC 162-2010 del
24/11/2010–.
IV.1. Es preciso traer a colación la definición jurisprudencial sobre el obje-
to de control del proceso de hábeas corpus, para al mismo tiempo limitar su
ámbito de tutela; tales aspectos permitirán determinar si los planteamientos
efectuados por el solicitante se corresponden con el alcance de este tipo de
proceso constitucional.
Esta Sala ha sostenido que mediante el proceso de hábeas corpus se con-
trolan actuaciones u omisiones de las autoridades o particulares, que inciden
o amenacen el derecho de libertad física o integridad –física, psíquica o mo-
ral– de los solicitantes; de manera que éstos, al efectuar sus peticiones, deben
señalar con precisión dichos aspectos configurativos del agravio, que hacen
constitucionalmente trascendente su pretensión y que permiten que la misma
pueda ser analizada, de lo contrario este Tribunal se encontraría imposibilita-
do para continuar con su examen –v. gr. resoluciones interlocutorias HC 53-
2011 del 18/2/2011, 104-2010 del 16/6/2010–.
Por otro lado, es necesario advertir –en virtud de la configuración de la
pretensión– que el proceso de hábeas corpus se ha desarrollado jurispruden-
cialmente bajo distintas tipologías, entre ellas el hábeas corpus correctivo.
Esta clase de exhibición personal es un mecanismo para tutelar, entre otros
derechos, la integridad física, psíquica o moral de las personas privadas de li-
bertad, con el objeto de permitir a estas el desarrollo de una vida desprovista
de agravamientos ilegítimos en las condiciones de ejecución de tal privación.

600
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

La tutela en estos casos ya no se solicita ni se dirige con el fin de reparar le-


siones en la libertad física de la persona –derecho tradicionalmente protegido
por medio del hábeas corpus clásico– sino a proteger el derecho fundamental
a la integridad personal, en cualquiera de las tres dimensiones aludidas. Este
último derecho, jurisprudencialmente se ha sostenido, presenta una conexión
innegable e intensa con la dignidad humana, en tanto pretende resguardar la
incolumidad de la persona, rechazando cualquier tipo de injerencia en desme-
dro de las dimensiones física, psíquica y moral –HC 155-2012 del 2/10/2013, y
HC 187-2011 del 6/6/2012.
Pero además de dicha vinculación material, existe una de carácter formal,
pues esta es reconocida por el mismo constituyente en el inciso 2° del artículo
11, ya que al indicar el derecho amparado por el hábeas corpus correctivo –la
integridad–, se refiere asimismo a la dignidad humana, valor superior del orde-
namiento jurídico, el cual la jurisprudencia de esta Sala ha manifestado que es
el germen de los demás valores constitucionales –resoluciones de inconstitu-
cionalidad 36-2005 y 26-2006, de fechas 13/4/2007 y 12/3/2007–, reforzando
así la obligación de interpretar el aludido derecho de conformidad con el valor
del cual deriva de forma inmediata.
En virtud de que la categoría constitucional protegida a través del proce-
so en referencia es la integridad –sobre la cual existe una especial obligación
de analizarlo de conformidad con el valor de la dignidad humana– y que di-
cho derecho pertenece a la esfera personal del individuo, cuando se planteen
pretensiones que se fundamenten en su vulneración es ineludible que el actor
proporcione al Tribunal la descripción de las actuaciones u omisiones que estén
lesionando o poniendo en inminente peligro la integridad del favorecido. Las
fórmulas generales –aquellas referidas a personas indeterminadas o, aunque
aludan a personas concretas, no especifican las actuaciones u omisiones que
vulneran el derecho protegido respecto a cada de una de ellas– son un obstá-
culo para el enjuiciamiento constitucional de la queja planteada y, por lo tanto,
deben impedir el desarrollo normal del hábeas corpus, ya que este sería infruc-
tuoso –HC 187-2011 del 6/6/2012–.
De forma que la concreción en el planteamiento, tanto de las personas
como de las actuaciones u omisiones que están provocando transgresiones
o inminentes lesiones a la integridad y además de la vinculación entre unas y
otras, es indispensable para la adecuada configuración de este tipo de preten-
siones, así como de cualquiera que se plantee en un proceso de constituciona-
lidad concreto, y, entre otros aspectos, definirá la tramitación o no de la pro-

601
Hábeas Corpus / Improcedencias

puesta del solicitante –en similares términos se sostuvo en la improcedencia


HC 173-2010 de fecha 21/10/2011–.
2. Ahora bien, el peticionario plantea una serie de cuestionamientos diri-
gidos contra el Juez Primero de Vigilancia Penitenciaria y de Ejecución de la
Pena de esta ciudad y el Director del Centro Penitenciario de Seguridad de
Zacatecoluca.
El primero de ellos se centra en la omisión por parte del juzgador mencio-
nado, en autorizar el traslado del peticionario a Nicaragua, a fin de que este
continúe cumpliendo su pena en ese país por ser el de su origen, en virtud de
que dicha autoridad estimó necesario, de acuerdo a lo expresado por el solici-
tante, que este presentara copia certificada de su cédula de identidad y cuan-
do lo hiciera programaría nueva audiencia especial, sin haber valorado, según
afirma, otros documentos que presentó, los cuales el juez, alude, arguyó de no
acreditar autenticidad, calificándolos de probablemente falsos. A este reclamo
agrega que continuar cumpliendo su condena en el centro penal de máxima
seguridad, es responsabilidad del citado juzgador, a quien además atribuye la
probabilidad de que su estado de salud se agrave, dado a las múltiples enfer-
medades que padece y a las condiciones de reclusión que son desfavorables a
las mismas.
La segunda queja expuesta por el demandante se refiere a que la privación
de libertad en que se encuentra es inhumana, constituye una tortura psicológi-
ca y vulnera lo establecido en el Art. 27 Cn., respecto a ello atribuye al Director
del Centro Penitenciario de Seguridad de Zacatecoluca, que a sabiendas de sus
padecimientos de salud –bajos niveles de potasio, calcio, gastritis, asma–, le
proporcionan una pésima alimentación que no cumple con los estándares de
una dieta hipocalórica e hipoproteica, aunado al encierro prolongado en que
permanece y la estructura del establecimiento.
Finalmente, el último reclamo se sintetiza en que la tienda institucional pe-
nitenciaria, por orden del Director del centro, ha dejado de vender productos
que eran beneficiosos para la alimentación del peticionario, favorables para
sus padecimientos.
3. i. Detallado lo anterior, respecto al primer reclamo es necesario advertir
que en los términos en que ha sido argumentado, se trata de una mera in-
conformidad del solicitante con la decisión adoptada por el Juez Primero de
Vigilancia Penitenciaria y de Ejecución de la Pena de San Salvador; dado que
el peticionario señala los motivos por los cuales no accedió preliminarmente
dicho juzgador a que fuera trasladado a su país de origen a continuar cum-

602
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

pliendo su condena, los cuales no revelan un asunto de posible transgresión


constitucional, pues se limitan a la ausencia de un requisito que a juicio de tal
autoridad era necesario agregar para analizar la petición realizada posterior-
mente –certificación de la cédula de identidad–.
En tal sentido, con los argumentos expuestos por el solicitante en torno a
la queja referida, se evidencia su desacuerdo con la exigencia de la autoridad
judicial sobre la presentación de copia certificada de su cédula de identidad,
con lo cual, tal como lo aludió, se reprogramaría nueva audiencia especial para
decidir el fondo de lo requerido. De manera que la negativa de la autoridad
basada en la valoración de la documentación que sustentaba la petición, no
es capaz de reflejar que la misma contraviene derechos o garantías fundamen-
tales del demandante.
En esa misma decisión emitida por el juzgador se basa el peticionario
para asegurar que con probabilidad acontezca un agravamiento a su salud al
continuar privado de libertad en el Centro Penitenciario de Seguridad de Za-
catecoluca, bajo las condiciones inherentes a dicho reclusorio; sin embargo,
este aspecto que atribuye a la autoridad judicial, tampoco es susceptible de
tramitarse y concederse un pronunciamiento de fondo, dado que el deman-
dante parte de un supuesto generado de una decisión que no es definitiva
sino que intenta superar un requisito que, a juicio de la autoridad, es nece-
sario para el análisis del fondo de lo propuesto, por tanto, no se trata de un
hecho cierto que se encuentre afectando la esfera jurídica del solicitante,
sino de un suceso que estima muy probable de acontecer, pero el mismo no
existe, es decir, su salud no se ha agravado actual y de manera vigente en
virtud de continuar recluido en ese centro a causa de la decisión de la auto-
ridad judicial señalada.
En conclusión, este aspecto de la pretensión debe ser rechazado por me-
dio de su declaratoria de improcedencia, puesto que se trata de una mera
inconformidad del peticionario con la decisión judicial cuestionada y no revela
un tema de vulneración constitucional que deba ser analizado por este Tribu-
nal.
ii. Por otro lado, el solicitante también reclama sobre el internamiento en
que se encuentra, el cual asegura constituye una tortura psicológica y lo cali-
fica de ser inhumano; sin embargo, sobre ello únicamente alude que atribuye
al Director del Centro Penitenciario de Seguridad de Zacatecoluca que se le
proporciona una pésima e inadecuada alimentación que no cumple los están-
dares de las dietas que debe consumir –hipocalórica e hipoproteica–, es decir,
no obstante califica en tales términos el internamiento en que se encuentra, la

603
Hábeas Corpus / Improcedencias

única atribución que efectúa en contra de la autoridad penitenciaria citada es


la relacionada con la alimentación.
Respecto a ello es indispensable hacer notar que esta Sala ha sostenido en
su jurisprudencia que procede la terminación liminar del proceso de hábeas
corpus iniciado con posterioridad –entre otros supuestos– cuando la nueva so-
licitud contenga una pretensión estructuralmente idéntica a la que haya sido
planteada ante el mismo ente jurisdiccional con anterioridad –HC 106-2012 del
18/04/2012 y HC .174-2011 de fecha 14/09 /2011–.
Ello, según la citada jurisprudencia, es lo que se conoce como litispenden-
cia, la cual revela, de acuerdo a la doctrina, la falta de un presupuesto material
para dictar la sentencia de fondo, vicio que puede ser advertido por el mismo
tribunal o alegado por las partes.
En ese sentido, dada la perfecta identidad que supone la litispendencia
entre los elementos de las pretensiones –elementos objetivos y subjetivos –
que se encuentran siendo tramitadas en diferentes procesos constitucionales,
para el caso de hábeas corpus, carece de lógica proceder a la acumulación de
los mismos, puesto que no existen elementos nuevos que puedan incorporarse
mediante la reunión procesal mencionada, ni se producen efectos negativos
en las esferas jurídicas de las partes por prescindirse de ella.
Acotado lo anterior, es preciso señalar que de acuerdo con el registro de
expediente que lleva esta Sala, el señor Arle Napoleón R. M., también conocido
por Aníbal Joaquín M. promovió proceso constitucional de hábeas corpus el día
08/04/2015, registrado con el número de referencia 167-2015, contra actuacio-
nes del Director del Centro Penitenciario de Seguridad de Zacatecoluca.
En la referida solicitud de hábeas corpus el peticionario realizó diversos
reclamos que se sintetizan en que no se le ha continuado proporcionando la
dieta “hipper”, lo cual le ha agravado sus padecimientos de salud, así como
las raciones limitadas de alimentos que le son entregadas y las omisiones de
los médicos en brindarle “Ultracax” por ser el tratamiento adecuado para sus
bajos niveles de potasio previamente medicado.
En virtud de dicho planteamiento este Tribunal decretó exhibición perso-
nal por resolución de las doce horas y cuarenta y un minutos del 13/11/2015,
para lo cual se nombró juez ejecutor y se solicitó informe de defensa a la au-
toridad demandada.
A partir de lo anterior, esta Sala considera que la pretensión planteada aho-
ra por el peticionario, es en términos similares a la propuesta en el proceso de
hábeas corpus con referencia 167-2015, de manera que, se configura una iden-

604
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

tidad entre los elementos que conforman tal aspecto de la pretensión, pues
existe una igualdad de los sujetos activo y pasivo –el señor Arle R. y el Director
del Centro Penitenciario de Seguridad de Zacatecoluca–.
Además en cuanto al objeto, pues se tiene que el solicitante requiere que
se declare la vulneración constitucional a su derecho de integridad personal,
por la alimentación que le es proporcionada, sin cumplirse la dieta que ne-
cesita debido a sus padecimientos, lo cual atribuye al Director del reclusorio
mencionado.
Por último, también se establece una coincidencia de causa o fundamento,
en atención a que la relación fáctica y los motivos por los cuales se alega la
vulneración constitucional, se han planteado en términos concordantes con el
proceso citado, dado que se alega una vulneración al derecho de integridad
por recibir una alimentación inadecuada que incumple las dietas que deben
proporcionársele al solicitante en función de sus padecimientos de salud.
De manera que, siendo coincidentes los elementos constitutivos de las pre-
tensiones en ambos hábeas corpus –tal como se evidenció–, ello permite apre-
ciar que actualmente existe litispendencia, ya que el reclamo correspondiente
al proceso de hábeas corpus 167-2015 aún se encuentra en conocimiento de
este Tribunal.
Por lo anterior, a fin de evitar un inútil dispendio de la actividad jurisdic-
cional de esta Sala, corresponde declarar improcedente la solicitud de hábeas
corpus que nos ocupa por haberse advertido la existencia de la causal de litis-
pendencia de forma liminar.
iii. Si bien es cierto, el demandante aduce que el encierro en que se en-
cuentra privado de libertad constituye una tortura psicológica y lo califica de
inhumano, atribuible ambas condiciones al Director del reclusorio indicado,
debido a la alimentación que recibe en los términos antes aludidos, además de
ello, pese a la prevención efectuada por este Tribunal, no proporcionó otros
argumentos que revelen una posible transgresión constitucional al derecho
mencionado distinta a aquella que se encuentra pendiente de trámite en el
proceso de hábeas corpus 167-2015; en otras palabras, los argumentos del
peticionario expuestos en este proceso constitucional son incapaces de revelar
un tema de posible vulneración que deba ser conocido por esta Sala, pues no
se concreta en acciones u omisiones ocasionadas por la autoridad demandada
que la estén generando.
De tal forma que ese punto de la pretensión referido a las condiciones de
internamiento en que se encuentra cumpliendo la condena el peticionario,

605
Hábeas Corpus / Improcedencias

contiene un vicio que no puede ser subsanado por este Tribunal y también
debe ser rechazado a través de su declaratoria de improcedencia.
iv. En cuanto a la última queja vertida por el demandante de este hábeas
corpus, en la que hace alusión a que en la tienda del centro penitenciario don-
de se encuentra privado de libertad ya no se venden los productos alimenticios
que benefician a su salud; debe señalarse que de acuerdo al Reglamento Ge-
neral de la Ley Penitenciaria, la supervisión y control de la tienda institucional
estará a cargo de la Dirección General de Centros Penales a través de un depar-
tamento de auditoría, a fin de que periódicamente fiscalice su administración,
siendo la finalidad de dicho establecimiento, entre otras, satisfacer necesidades
inmediatas del reclusorio –Arts. 152 y 154 del citado reglamento–.
En ese orden, las carencias de la tienda institucional son de exclusivo con-
trol de la Dirección General de Centros Penales, y es a dicha institución a quien
corresponde velar por la correcta administración de la misma; por lo que, la
omisión de que el aludido establecimiento cuente con productos alimenticios
específicos solamente puede ser controlada por la citada institución con inme-
diación del Director del centro penitenciario correspondiente.
Es por tal razón que la queja vertida en los términos indicados, no plantea
un tema de trascendencia constitucional que deba ser conocido por esta Sala,
pues la omisión señalada por el solicitante, debe ser solventada por la institu-
ción correspondiente; al ser así, en sí misma no propone un tema de posible
vulneración al derecho de integridad personal del interno.
Ciertamente la imposibilidad de acceder a cierto tipo de alimentos para
una persona privada de libertad que padece diversas enfermedades como las
mencionadas por el solicitante, puede representar una posible incidencia en
su salud, ello no implica automáticamente que el centro penitenciario omi-
ta por completo la obligación de alimentar a la comunidad reclusa, lo cual
sí representaría un tema de vulneración constitucional –entre otros cuestio-
namientos–; sin embargo no es el argumento planteado por el peticionario,
sino la dificultad que la tienda institucional no venda cierto tipo de productos
alimenticios que serían favorables a su salud.
No obstante esa imposibilidad, también debe tomarse en cuenta que la
tienda referida, tiene por finalidad cumplir necesidades inmediatas del esta-
blecimiento penitenciario, lo que significa que no se encuentra orientada a
suplir las necesidades especificas de cada recluso.
V. Por otra parte, es de hacer notar que previamente se consignó el auxilio
judicial como mecanismos para llevar a cabo los actos de comunicación de las

606
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

resoluciones emitidas por este Tribunal; por lo que deberá continuarse aten-
diendo al mismo.
Sin perjuicio de dicho señalamiento, de advertirse alguna circunstancia que
imposibilite la comunicación que se ordena practicar al pretensor a través del
aludido medio, también se autoriza a la Secretaría de este Tribunal para que
proceda a realizar la notificación por otros mecanismos dispuestos en la legis-
lación procesal pertinente y en la jurisprudencia constitucional y que fueren
aplicables, debiendo efectuar las gestiones necesarias en cualquiera de dichos
medios para cumplir tal fin. Inclusive a través de tablero judicial, una vez ago-
tados los procedimientos respectivos.
Por las razones expuestas y con base en los artículos 11 inciso 2° de la
Constitución, 13, 26, 30, 43, 44, 45, 46 y 71 de la Ley de Procedimientos Cons-
titucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárase improcedente la pretensión incoada por el señor Arle Napoleón
R. M., también conocido por Aníbal Joaquín M. M., relacionada con la deci-
sión del Juez Primero de Vigilancia Penitenciaria y de Ejecución de la Pena
de San Salvador, de requerirle certificación de copia de su cédula de iden-
tidad, para celebrar nuevamente audiencia especial en la que se decida so-
bre su petición de traslado a su país de origen para continuar cumpliendo
en este el resto de su condena; en virtud que dicho reclamo plantea una
mera inconformidad con tal decisión.
2. Declárase improcedente la pretensión referida a que la decisión del Juez
Primero de Vigilancia Penitenciaria y de Ejecución de la Pena de esta ciu-
dad ocasionará un agravamiento en la salud del peticionario debido a que
imposibilita su traslado a su país de origen para continuar cumpliendo su
condena en este; en razón de que tal cuestionamiento no revela un tema
de posible vulneración constitucional actual y vigente en la esfera jurídica
del solicitante.
3. Declárase improcedente la pretensión vinculada con la omisión del Director
del Centro Penitenciario de Seguridad de Zacatecoluca, en proporcionar al
solicitante la alimentación y dieta adecuada e indispensable en atención a
sus padecimientos de salud; en virtud de existir litispendencia.
4. Declárase improcedente la pretensión relacionada con las condiciones in-
humanas y constitutivas de tortura psicológica en que se encuentra priva-
do de libertad el señor Arle R.; dado que en torno sus argumentos no re-
velan actuaciones u omisiones de la autoridad demandada que propongan
un tema de transgresión a sus derechos constitucionales.

607
Hábeas Corpus / Improcedencias

5. Declárase improcedente la pretensión incoada por el peticionario, relativa


a la omisión del Director del Centro Penitenciario de Seguridad de Zacate-
coluca, en ordenar que se continúe con la venta de productos alimenticios
que benefician a su salud en la tienda institucional; en razón que dicho
planteamiento carece constitucional.
6. Notifíquese.
A. PINEDA.---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME.---E. S. BLANCO R.---PRONUNCIA-
DO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E. SOCORRO C.---
SRIA.---RUBRICADAS.

380-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las doce horas con cincuenta y dos minutos del día trece de
enero de dos mil dieciséis.
El presente proceso de hábeas corpus ha sido promovido en contra del
Tribunal Segundo de Sentencia de San Salvador por el licenciado Francisco Re-
nato Rivas Torres, a favor de la señora Elvira Arely R. R., procesada por el delito
de estafa agravada.
Vista la solicitud y considerando:
I. El peticionario plantea el siguiente reclamo: “...la señora Elvira Arely R.
R., de sesenta y un años de edad, (...) se encuentra detenida, guardando de-
tención a la orden del Juzgado de Segundo de Sentencia de San Salvador (...)
en el centro de Readaptación de Mujeres, de Ilopango, por la supuesta par-
ticipación en el delito de estafa agravada. (...) se violentaron las normas del
debido proceso, en el sentido que no obstante que se le condeno a sufrir una
pena de cinco años de prisión, se señalo para la lectura de la sentencia respec-
tiva para el día nueve de diciembre del año en curso, por lo que dicha decisión
no se encuentra firme y ejecutoriada, (...) y dicho tribunal ordenó la detención
provisional como medida cautelar, sin tomar en cuenta que la (...) dicha me-
dida cautelar, no puede ser arbitraria para adoptarse, sino que se requieren
otros presupuestos que sirvan para fundamentar ese presupuestos se enmar-
ca en que no existe peligro de fuga, y dicho tribunal no tomo en cuenta que la
imputada es una persona sexagenaria, del sexo femenino, que ha colaborado
con la administración de justicia haci[é]ndo[se] presente a la vista pública, y
que nunca se la había restringido materialmente su libertad (...) sino que se la
impuso una caución económica; con dicha medida se pone en riesgo su vida

608
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

o integridad física, dada la vinculación de su actividad laboral en captar fon-


dos económicos de préstamos personales que realiza (...) [además] existe una
sentencia de la Honorable Cámara Tercera de lo Penal de la Primera Sección
del Centro, de fecha uno de septiembre del presente año, donde anula la sen-
tencia definitiva condenatoria dictada por el Juzgado tercero de Sentencia de
San Salvador (...) ῾por haberse valorado las pruebas aplicando erróneamente
las reglas de la sana crítica’, sin embargo el Juez Segundo de Sentencia de San
Salvador, comete el mismo error, de no valorar la prueba en forma conjunta y
conforme a las reglas de la sana crítica, (...) con la gravante que la prueba tes-
timonial fue más aún contradictoria, que la primera vista pública no obstante
ser la misma ofertada en esta última...” (Mayúsculas suplidas) (sic).
II. Antes de analizar la pretensión planteada, esta Sala considera pertinen-
te hacer referencia al examen inicial que se realiza a esta en un proceso cons-
titucional de hábeas corpus, para verificar el cumplimiento de las condiciones
necesarias y así emitir una decisión sobre lo requerido.
En ese sentido, este Tribunal debe corroborar si el peticionario ha superado
los requisitos mínimos para conocer y decidir sobre los alegatos planteados;
pues, cuando se propongan cuestiones que deban ser resueltas por otras auto-
ridades y que por lo tanto no trasciendan de ser inconformidades del deman-
dante con lo decidido por una autoridad judicial o administrativa, la tramita-
ción del hábeas corpus será infructuosa y deberá rechazarse la pretensión al
inicio del proceso, por medio de una declaratoria de improcedencia –verbigra-
cia, improcedencia HC 1622010 del 24/11/2010–.
III. Citada que ha sido la jurisprudencia constitucional y vista la solicitud
presentada, se tiene que el peticionario expresa que a la persona que se pre-
tende favorecer se le ha impuesto la detención provisional, sin que se tomara
en cuenta que no presenta peligro de fuga por ser una persona sexagenaria,
del sexo femenino, que ha colaborado con la justicia presentándose a la vista
pública, a quien nunca se le había restringido su libertad y se le había aplicado
una medida cautelar consistente en una caución económica, encontrándose
en riesgo su vida o integridad, dada su actividad laboral. Además, alega el
error cometido por el Tribunal Segundo de Sentencia de San Salvador en la
aplicación de las reglas de la sana crítica, al valorar la prueba.
De manera que, el argumento del peticionario radica principalmente en
que este tribunal – con competencia constitucional– determine si en el caso
concreto de la señora R. R. concurre o no un peligro de fuga, pues según su
visión particular existen ciertas condiciones que, a su criterio, impiden aplicar

609
Hábeas Corpus / Improcedencias

la referida restricción a la referida señora, esto es que se trata de una persona


del sexo femenino, sexagenaria que cumplió con la medida cautelar de fianza,
corriendo riesgo su vida por sus antecedentes laborales; además, requiere que
se establezca que el tribunal sentenciador incurrió en un error de valoración
sobre la prueba que utilizó para condenarla.
Sin embargo, su relato no constituye un argumento que describa vulnera-
ciones de normas constitucionales con afectación directa en los derechos de
libertad o integridad física de la persona que se espera favorecer, derivadas
de la actuación de la autoridad judicial contra la que alega. En ese sentido, si
bien el peticionario reclama de la restricción en la que se encuentra la referida
señora, los hechos planteados únicamente evidencian una inconformidad con
la detención provisional que le ha sido impuesta a aquella mientras causa fir-
meza la sentencia definitiva dictada en su contra; así como respecto a la valo-
ración de elementos probatorios efectuada por la autoridad demandada para
sustentar la decisión judicial de condenar a la señora R. R., como consecuencia
del proceso aludido.
Así, es pertinente aclarar que a esta Sala no le compete sustituir al juez en
su labor jurisdiccional; ya que, lo alegado por el solicitante –determinación de
la concurrencia o no del peligro de fuga y valoración probatoria– constituyen
asuntos de mera legalidad, que por su naturaleza están excluidos del conoci-
miento de este tribunal.
Y es que, si a través de este proceso se entrase a examinar aspectos pura-
mente legales, como determinar la existencia o inexistencia del peligro de fuga
para determinar la imposición de la detención provisional o la incorrecta aplica-
ción de las reglas de la sana crítica al dictar una sentencia condenatoria, se ten-
dría que valorar prueba, lo cual produciría una desnaturalización del proceso
de hábeas corpus, convirtiendo a esta Sala –con competencia constitucional–,
en una instancia más dentro del proceso iniciado en sede penal, ocasionando
un dispendio de la actividad jurisdiccional. –verbigracia, improcedencia de HC
13-2015 del 6/2/2015–.
En cuanto al señalamiento efectuado por el solicitante de que la aplicación
de la medida cautelar de detención provisional, podría poner en riesgo la vida
o integridad física de la señora Elvira Arely R. R., por dedicarse esta a la capta-
ción de fondos económicos de préstamos personales que realiza, debe decirse
que esos son hechos que tampoco pueden ser analizados por esta Sala en la
medida que no se hace referencia a ninguna situación concreta que se esté
suscitando actualmente en la convivencia penitenciaria de la referida imputa-

610
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

da, con otras personas que también han sido acusadas de haber cometido un
ilícito, aspecto que va implícito con la restricción a su libertad; resultando que
el peticionario hace alusión a especulaciones sobre lo que podría acontecer en
atención a las actividades laborales de la señora R. R.
En ese sentido, esta Sala ha estimado que la separación de internos en los
centros penitenciarios, es una función que debe ser asumida y cumplida a ca-
balidad por las autoridades administrativas de cada centro de internamiento.
Es decir, es su obligación corroborar que la distribución de los internos, razo-
nablemente, no propicie –entre otros aspectos– un peligro para su adecuada
convivencia, tanto en centros ordinarios como en centros de internamiento
especial – verbigracia, sentencia de HC 164-2005/79-2006 Ac., del 09/03/11–.
Ciertamente, como se ha expuesto, las autoridades penitenciarias deben
verificar la debida separación de los internos –sean procesados y condena-
dos–, entre otros factores, para evitar circunstancias que puedan afectar la
integridad física de aquellos, pero no puede este Tribunal establecer la ido-
neidad de un centro de internamiento para una persona, a partir de las par-
ticulares condiciones que concurran en aquella –en este caso ser la persona
que se pretende favorecer sexagenaria y del sexo femenino de acuerdo a lo
expuesto en la solicitud–, ya que lo esencial es que las autoridades administra-
tivas dispongan las medida necesarias para obtener tal fin, con independencia
del establecimiento penitenciario en el que se cumpla la detención provisional
o la pena.
De ahí, que los argumentos propuestos no implican circunstancias con re-
levancia constitucional, ya que no puede sostenerse que la interna no puede
permanecer en un determinado centro penitenciario por sus antecedentes
laborales sino que, en todo caso, a que en cualquiera donde se decida su ubi-
cación, tenga una distribución y separación que impida vulneraciones a sus
derechos constitucionales; por lo que no se vulnera derechos al solicitante por
el hecho de encontrarse en un centro de internamiento determinado.
Por las consideraciones señaladas, esta Sala advierte vicios en la preten-
sión, imposibilitándose conocer del fondo de la misma por tratarse de asuntos
de mera legalidad; debiendo finalizarse este proceso, mediante la declaratoria
de improcedencia.
IV. Por otra parte, se advierte que el peticionario señaló un medio técnico
para recibir notificaciones, el cual deberá tomarse en cuenta para tales efectos;
sin embargo, de advertirse alguna circunstancia que imposibilite la comunica-
ción que se ordena practicar al actor a través del aludido medio, también se

611
Hábeas Corpus / Improcedencias

autoriza a la secretaría de este Tribunal para que proceda a realizar la notifi-


cación por otros mecanismos dispuestos en la legislación procesal pertinente y
que fueren aplicables, debiendo efectuar las gestiones necesarias en cualquiera
de dichos medios para cumplir tal fin. Inclusive a través de tablero judicial, una
vez agotados los procedimientos respectivos.
Por las razones expresadas y en cumplimiento de lo establecido en los ar-
tículos 11 inciso segundo de la Constitución y 13 de la Ley de Procedimientos
Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárase improcedente la pretensión planteada a favor de la señora Elvira
Arely R. R., por alegarse asuntos de mera legalidad.
2. Tome nota la secretaría de esta Sala del medio técnico señalado por el
peticionario para recibir los actos procesales de comunicación y, de existir
alguna circunstancia que imposibilite mediante dicha vía ejecutar el acto de
comunicación que se ordena, se deberá proceder conforme a lo dispuesto
en el considerando IV de esta resolución.
5. Notifíquese y oportunamente archívese.
A. PINEDA.---F. MELENDEZ---J. B. JAIME.---E. S. BLANCO R.---PRONUNCIA-
DO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E. SOCORRO C.---
SRIA.---RUBRICADAS.

386-2015

Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. San Salvador,


a las trece horas con cuarenta y cuatro minutos del día trece de enero de dos
mil dieciséis.
El presente proceso constitucional de hábeas corpus fue iniciado en contra
de los tribunales Segundo, Cuarto y Sexto de Sentencia, todos de San Salva-
dor, a su favor por el señor Edgar Armindo A., condenado por el delito homi-
cidio agravado.
Analizada la pretensión y considerando:
I. El peticionario señala que se encuentra cumpliendo tres condenas por
homicidio agravado, penas impuestas por tribunales de sentencia distintos, la
primera es de treinta años de prisión –referencia 219-06-10–, la segunda de
treinta y cinco años de prisión, mas cinco por el delito de agrupaciones ilíci-
tas –referencia 214-02-2007–, y la tercera de dieciocho años con seis meses de
prisión, haciendo un total de ochenta y ocho años con seis meses de prisión,

612
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

por lo que al solicitar la unificación de dichas penas, estas fueron reducidas a


un total de sesenta años de prisión.
A ese respecto, refiere que su pena no se encuentra de conformidad con
la ley, por existir una norma favorable posterior a la condena la cual le es
aplicable retroactivamente, de ahí que afirma: “...corresponde se me aplique
dicha ley penal (...) por lo que procede motivo legítimo de revisión contra
dicha sentencia (...) por lo que expongo (...) –las– condiciones de impugna-
bilidad objetiva: (...) a partir de lo preceptuado en los art 406 inc 1°, 431 N°
6, 432, 433 y siguientes del Código Procesal Penal derogado, pero aplicable
al presente caso y recurso por ser la ley (...) conforme a la cual se me proceso
y condenó además por lo regulado actualmente en el art. 505 inc. final del
vigente código Procesal Penal (...) la sentencia firme, es susceptible de inter-
poner contra de ella el presente recurso de revisión (...) específicamente por
el motivo de revisión, regulado en el art. 431 N° 6 del Código Procesal Penal
derogado (...) se me deben unificar las sentencias por los tres delitos dejándo-
me a una pena total de treinta y cinco años como máximo (...) cumpliendo la
condición de impugnabilidad subjetiva para la admisión del presente recurso
de revisión...”(sic).
Indica que a partir de la valoración de prueba contenida en una de las
sentencias condenatorias, según lo expuesto por el testigo criteriado, el deli-
to no llegó a etapa de ejecución por su persona, pues el testigo alude a una
reunión el día de los hechos, en la cual él no estuvo presente, pues había sido
capturado una hora antes, lo cual lo excluye del delito, “...no es posible estar
en dos lugares a la vez (...) y también el día de mi captura (...) en ese operativo
no andaban mi nombre en las ordenes de captura entonces (...) un sargento le
dijo a un agente que me llevara (...) y que me pusieran por agrupaciones (...)
y al final ya cuando el señor juez venía de la deliberación de un solo (...) me
elevó a homicidio agravado (...) cosa que este homicidio la víctima era la mujer
del criteriado y por problemas de celos él mismo le –iba- a quitar la vida (...) mi
persona no tiene nada que ver y ninguna participación en el ya mencionado
homicidio (...) por lo cual no tendía que haber sido procesado y condenado
por el delito de homicidio agravado y además manifiesto que el testigo en nin-
gún momento me ha visto a mi participando (...) por lo que con todo respeto
y decoro pido (...) evalue mi proceso (...) se me de los tramites correspondien-
tes al presente recurso de revisión (...) –fui condenado– injustamente, por no
encontrarme en el lugar de los hechos el día en que fue cometido el homicidio
además (...) se debe de revisar –la sentencia firme– y unificar y modificar la
pena de prisión y asi mismo modificar el nuevo cómputo (...) pido se programe

613
Hábeas Corpus / Improcedencias

y señale la audiencia oral para resolver el presente recurso de revisión y orde-


nar mi traslado y presencia... “(sic).
II. De lo propuesto en el presente caso el peticionario concretamente recla-
ma que: a) su sentencia no se encuentra en conformidad con la ley, por lo que
procede la aplicación retroactiva de la ley penal más favorable en relación a la
cuantía de su pena, planteando ante esta Sala recurso de revisión de su sen-
tencia condenatoria, para lo cual detalla los motivos en los que fundamenta
dicho medio impugnativo, y b) que ha sido injustamente condenado por uno
de los delitos de homicidio agravado, respecto al cual cuestiona la declaración
del testigo criteriado y asegura no haber estado presente en la ejecución del
hecho.
III. 1. En relación al reclamo identificado como letra a) del considerando
anterior, es pertinente señalar que si bien el peticionario afirma que su sen-
tencia condenatoria contiene vicios de ilegalidad, ello lo hace partir de la falta
de aplicación, en su caso, de una de las causales que habilitan la revisión de su
sentencia, específicamente la número 6 del artículo 431 del Código Procesal
Penal derogado, por lo que detalla a esta Sala los motivos que sustentan su
procedencia, solicitando que sean analizados y se señale audiencia para que
su condena pueda ser rebajada.
Al respecto, en su jurisprudencia esta Sala ha sostenido que el examen del
recurso de revisión de una sentencia condenatoria, al constituir parte de las
atribuciones de los tribunales de sentencia, se encuentra vedado a este tribu-
nal –con competencia constitucional–, pues el mismo exige, entre otras cosas,
verificar por parte de la sede judicial que emitió la sentencia si concurre alguna
de las circunstancias que hacen factible la modificación de la misma, como
cuando corresponda aplicar una ley penal más favorable o se haya aplicado
una ley declarada inconstitucional –improcedencia HC 69-2015 del 10/4/2015
y sentencia de HC 226-2009 del 23/3/2010–.
Y es que, a esta Sala únicamente le compete el conocimiento de aquellas
vulneraciones cometidas en perjuicio de derechos o garantías constituciona-
les que incidan en el derecho a la libertad personal, y no conocer del recurso
de revisión de una sentencia condenatoria; pues ello, constituye un asunto de
mera legalidad que no es posible analizar a través de este proceso constitucio-
nal, siendo, como se expuso, los jueces penales –dentro de su jurisdicción– los
encargados de establecer tales circunstancias.
Es preciso indicar además, que de acuerdo al artículo 44 de la Ley Peniten-
ciaria el cómputo de la pena puede ser rectificado de oficio o a pedimento de
parte en cualquier momento durante la ejecución de la pena.

614
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

En ese sentido, este tribunal ha considerado en otras ocasiones que ante


la posibilidad franqueada por el ordenamiento jurídico de solicitar la modifica-
ción del cómputo de la pena, los cuestionamientos referidos a su rectificación
se traducen en una mera inconformidad con dicha decisión, situación que re-
viste la naturaleza de los denominados por la jurisprudencia como asuntos de
mera legalidad –v.gr., improcedencia del HC 178-2010, del 28/1/2011–.
En consecuencia, esta Sala se encuentra inhibida de emitir un pronuncia-
miento sobre el derecho fundamental tutelado mediante el hábeas corpus res-
pecto del reclamo apuntado, pues de hacerlo estaría actuando al margen de
su competencia. Y es que, si una persona se considera agraviada producto de
la determinación del cómputo de su pena, el ordenamiento jurídico secunda-
rio contempla los mecanismos pertinentes a fin de promover en la jurisdicción
penal el trámite respectivo, pero no puede pretenderse que esta Sala –con
competencia constitucional– sustituya al juez penal en su labor de control del
cumplimiento de las penas de prisión.
En esos términos, este punto de la pretensión del solicitante contiene un
vicio insubsanable que imposibilita su análisis de fondo por esta Sala, por lo
que debe rechazarse mediante la declaratoria de improcedencia.
2. El señor A. también reclama de una de las condenas impuestas, por
considerar que la misma es injusta, señalando las circunstancias por las cuales
se determina su inocencia; sin embargo, ello lo hace partir de su propia valo-
ración de la prueba vertida en el proceso penal, principalmente del testimonio
del testigo criteriado, por evidenciar la contradicción en sus declaraciones; de
ahí que, cuestiona la valoración que el juez hizo de la misma en el juicio y pide
a esta Sala se revise el fallo tomando en consideración sus argumentos.
En ese sentido, del reclamo planteado no se advierte la aportación de ar-
gumentos que describan vulneración de normas constitucionales con afecta-
ción directa al derecho fundamental de libertad física del señor A., derivadas
de la actuación de la autoridad judicial contra la que reclama; por el contrario,
lo expuesto únicamente evidencia su inconformidad con el fallo condenatorio
dictado en su contra, en estricta relación con la valoración probatoria efectua-
da por la autoridad judicial en el mismo.
De ahí que, como esta Sala lo ha reiterado en sus pronunciamientos juris-
prudenciales a partir de las leyes que le rigen, no le compete sustituir al juez
en su labor jurisdiccional; ya que, lo propuesto constituye un asunto de mera
legalidad siendo únicamente las autoridades judiciales en materia penal, las
que por ley están facultadas para analizar y determinar asuntos como los re-

615
Hábeas Corpus / Improcedencias

queridos en esta solicitud –v.gr., improcedencias HC 3-2012 del 02/03/2012 y


205-2010 del 26/01/2011, entre otras–.
Y es que, si a través de este proceso se entrase a examinar aspectos pu-
ramente legales, como controvertir la prueba testimonial, determinar la par-
ticipación delincuencial o la inocencia del imputado en el hecho atribuido y
revisar la valoración probatoria que contenga la sentencia, obligadamente se
valoraría dicha prueba, lo cual produciría una desnaturalización del proceso de
hábeas corpus, convirtiendo a esta Sala –con competencia constitucional–, en
una instancia más dentro del proceso iniciado en sede penal, ocasionando un
dispendio de la actividad jurisdiccional.
Asimismo, en su jurisprudencia esta Sala ha establecido que no se encuen-
tra dentro de sus facultades la revisión de lo vertido en una sentencia conde-
natoria dispuesta por un juez de lo penal, específicamente, sobre el resultado
de la función de valoración de la prueba realizada por el juzgador, que haya
establecido la responsabilidad penal por la comisión de un hecho delictivo;
pues ello, constituye un asunto de mera legalidad que no es posible conocer
a través de este proceso constitucional, siendo, como se expuso, los jueces
penales –dentro de su jurisdicción– los encargados de establecer tales circuns-
tancias. –HC 205-2010 del 26/01/2011 y 92-2012 del 02/05/2012–.
En consecuencia, por las consideraciones que anteceden, esta Sala advier-
te vicios en la pretensión del peticionario, imposibilitándose conocer del fondo
de la misma por alegarse asuntos de estricta legalidad; por ello, deberá finali-
zarse mediante la declaratoria de improcedencia.
IV. En virtud de la condición de restricción en la que se encuentra el señor
A. en el Centro Penitenciario de Seguridad de Zacatecoluca, es pertinente rea-
lizar el respectivo acto procesal de comunicación por la vía del auxilio judicial
para garantizar su derecho de audiencia y a la protección jurisdiccional. En ese
sentido, es procedente aplicar de forma supletoria el artículo 141 inciso 1° del
Código Procesal Civil y Mercantil, disposición que regula la figura del auxilio
judicial. De manera que, deberá requerirse la cooperación al Juzgado Primero
de. Paz de Zacatecoluca, a efecto de notificar este pronunciamiento al solici-
tante, de manera personal, en el mencionado centro penal.
De advertirse alguna circunstancia que imposibilite la comunicación que se
ordena practicar al peticionario a través del aludido medio, también se auto-
riza a la Secretaría de este Tribunal para que proceda a realizar la notificación
por otros mecanismos dispuestos en la legislación procesal pertinente y en la ju-
risprudencia constitucional y que fueren aplicables, debiendo efectuar las ges-

616
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

tiones necesarias en cualquiera de dichos medios para cumplir tal fin. Inclusive
a través de tablero judicial, una vez agotados los procedimientos respectivos.
Por lo expuesto y de conformidad con el artículo 13 de la Ley de Procedi-
mientos Constitucionales y 141 inciso 1°, 171, 181 inciso 2° y 192 del Código
Procesal Civil y Mercantil esta sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la pretensión de hábeas corpus planteada a su fa-
vor por el señor Edgar Armindo A., por alegarse asuntos de mera legalidad.
2. Notifíquese esta resolución al favorecido en el Centro Penitenciario de Za-
catecoluca; para ello requiérase auxilio al Juzgado Primero de Paz de esa
localidad, quien deberá informar con brevedad sobre la realización de ese
acto procesal de comunicación.
3. Ordénase a la Secretaría de esta Sala que, con el fin de cumplir el anterior
requerimiento, libre el oficio correspondiente junto con la certificación de
esta resolución. De existir alguna circunstancia que imposibilite mediante
dicho medio ejecutar el acto de comunicación que se ordena; se deberá
proceder conforme a lo dispuesto en esta resolución.
4. Notifíquese.
A. PINEDA.---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME.---E. S. BLANCO R.---PRONUNCIA-
DO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E. SOCORRO C.---
SRIA.---RUBRICADAS.

413-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las doce horas con once minutos del día trece de enero de dos
mil dieciséis.
El presente proceso de hábeas corpus ha sido promovido a su favor por el
señor José Benjamín B. G., condenado por los delitos de secuestro agravado,
contra actuaciones del Tribunal Cuarto de Sentencia de San Salvador.
Analizada la pretensión y considerando:
I. El peticionario sostiene que fue condenado a la pena de treinta y cinco
años de prisión por el delito de secuestro agravado, decisión que “... respeto,
más no estoy de acuerdo con ella, ya que la misma me ha generado desde un
principio un agravio a mis intereses particulares (...) que la decisión tomada
por el tribunal colegiado que conoció de la causa ha sido totalmente arbitra-
ria, no razonada y tampoco motivada (...) dicho tribunal pasó por alto que
una sentencia a la hora de ser impuesta debe contar con un razonamiento

617
Hábeas Corpus / Improcedencias

que sea el producto de haberse investigado todo lo concerniente al debido


proceso...”(sic).
Además, aduce que “... la decisión tomada por los aplicadores de justicia,
se constituyó totalmente injusta cuando de manera arbitraria, al no [permi-
tírseme] tener acceso a una revisión de mi sentencia, tal como lo establece el
Código Procesal Penal en sus artículos 406 inciso final, 407 inciso primero, 431
incisos 1 hasta el 6 y 432 N1(...)
[A]cudo ante ustedes porque al agotar la vía del Recurso de Revisión tal
como lo ordenan los artículos (...) 433 y 431 en sus seis incisos dejé establecido
tanto los motivos como el fundamento que era digno de revisión y que por
tanto facultaba al tribunal sentenciador para haberme concedido la revisión
del caso, sin embargo este (...) me ha violentado el acceso a la justicia, derecho
al cual toda persona que ha sido procesada y condenada tiene derechos.
Honorable Sala de lo Constitucional lo que pretendo por medio del presen-
te (...) es dejar establecido que los hechos ofertados por el Ministerio Público
fueron totalmente contradictorios y no apegados a derecho, en ese sentido les
solicito el que me permita demostrar que mi detención en el momento de mi
captura ha restringido ilegalmente mi libertad ambulatoria y de esa manera
mi principio de [presunción] de inocencia ha sido totalmente violentado; solici-
to a esta honorable Sala solicite los autos de la sentencia que me fue impuesta
por el Tribunal Cuarto de Sentencia de (...) San Salvador, y de conformidad
con lo establecido en la Ley de Procedimientos Constitucionales se me habilite
tener acceso a la revisión misma de mi sentencia, o se me permita, por medio
de esta honorable Sala tener por acreditados los ofrecimientos de prueba que
en su debido momento el Tribunal Cuarto de Sentencia pasó por alto...”(sic).
II. Antes de analizar la pretensión planteada, esta Sala considera pertinen-
te hacer referencia al examen inicial que se realiza a la solicitud presentada en
este proceso constitucional, para verificar el cumplimiento de las condiciones
necesarias y emitir una decisión sobre lo requerido.
En ese sentido, este Tribunal debe verificar si el peticionario ha supera-
do los requisitos mínimos para conocer y decidir sobre los alegatos plantea-
dos; pues, cuando se propongan cuestiones que deban ser resueltas por otras
autoridades y que por lo tanto no trasciendan de ser inconformidades del
demandante con lo decidido por una autoridad judicial o administrativa, la
tramitación del hábeas corpus será infructuosa y deberá rechazarse la preten-
sión al inicio del proceso, por medio de una declaratoria de improcedencia
–verbigracia, improcedencia HC 162-2010 del 24/11/2010–.

618
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

III. El peticionario concretamente plantea: i) la falta de motivación de la


sentencia condenatoria pronunciada en su contra, ii) que la autoridad deman-
dada “...no le permitió tener acceso a una revisión de [su] sentencia...”, iii) que
su solicitud tiene por objeto “... dejar establecido que los hechos ofertados
por el Ministerio Público fueron totalmente contradictorios y no apegados a
derecho...”; y, finalmente iv) el actor pretende que esta Sala le “... habilite
tener acceso a la revisión (...) de mi sentencia, o se me permita (...) tener por
acreditad[a] (...) [la] prueba que (...) el Tribunal Cuarto de Sentencia pasó por
alto...”.
1. En cuanto a la alegada falta de motivación se advierte que si bien el
actor propone un tema que podría tener trascendencia constitucional, de sus
propias afirmaciones se determina que plantea una mera inconformidad con
la referida sentencia condenatoria pronunciada en su contra por el Tribunal
Cuarto de Sentencia de San Salvador, pues se limita a vincular la supuesta
ausencia de fundamentación con el señalamiento de no haberse investigado
todo lo concerniente al debido proceso, cuestión que por sí no traslada un
argumento de carácter constitucional que habilite el control de lo reclamado.
2.  Respecto a lo segundo alegado y conforme a los términos propuestos
por el solicitante, este Tribunal considera que dicho planteamiento está orien-
tado en alegar una mera inconformidad con la resolución que aparentemente
rechazó el recurso de revisión.
En cuanto a ello, es preciso reiterar que la jurisprudencia constitucional ha
sostenido que la Sala no puede considerarse como una instancia más dentro
del proceso penal, también ha señalado que la naturaleza jurídica del hábeas
corpus es la de un proceso constitucional, cuya finalidad no es la sustitución
de los recursos de impugnación, ya que su función es de índole estrictamente
constitucional y no admite la revisión del juicio de legalidad a cargo de un
tribunal inferior –al respecto, véase la sentencia del HC 145-2008R, de fecha
28/10/2009– .
3. Por otra parte, el señor B. G. expresamente aduce que su solicitud tiene
por objeto “... dejar establecido que los hechos ofertados por el Ministerio
Público fueron totalmente contradictorios y no apegados a derecho...” vulne-
rando con ello su presunción de inocencia; en otras palabras, el actor preten-
de controvertir en esta sede constitucional el sustrato fáctico atribuido a su
persona en la sentencia condenatoria, cuestión que por sí carece de contenido
constitucional pues la jurisprudencia constitucional ha sostenido de forma re-
iterada que la determinación de la responsabilidad penal de una persona en

619
Hábeas Corpus / Improcedencias

un hecho delictivo, a partir de la valoración de los hechos y las pruebas que


constan en el proceso penal, no es una labor que corresponda a este tribunal,
sino que está otorgada exclusivamente por ley a los jueces penales –improce-
dencia HC 64-2011 del 18/3/2011–.
4. Paralelamente, el actor pretende que esta Sala le habilite tener acceso
a la revisión de su sentencia o se le permita tener por acreditados la prueba
que el Tribunal Cuarto de Sentencia aparentemente omitió. En esos términos,
se advierten obstáculos para conocer de la petición propuesta, pues el peti-
cionario requiere que esta Sala admita el aludido recurso, lo anterior supone
conocer sobre los conceptos que sustentan las pretensiones del referido medio
de impugnación interpuesto contra una sentencia definitiva firme, atribución
exclusiva de los jueces penales que emiten sentencias definitivas, pues a estos
corresponde el análisis del juicio de admisibilidad de dicho recurso y, luego del
trámite legal respectivo, la decisión del fondo del asunto. Y es que de acceder
a lo pedido se convertiría esta sede en una instancia más dentro del proceso
penal, desnaturalizando de tal manera la función que le ha sido encomenda-
da –verbigracia, improcedencias HC 172-2010 del 9/2/2011 y HC 231-2011 del
2/9/2011–.
En relación con el requerimiento de tener por acreditado el ofrecimiento
de prueba que el tribunal sentenciador aparentemente no consideró al mo-
mento de emitir la sentencia condenatoria, esta Sala reitera que no le corres-
ponde la decisión de admitir o rechazar pruebas, pues ello parte del análisis
de las mismas, cuestión que, según se indicó en líneas precedentes, es una
atribución exclusiva de los jueces con competencia en materia penal y que, por
tanto, se traduce en un asunto de estricta legalidad.
Por las razones indicadas, la pretensión planteada muestra vicios insubsa-
nables que imposibilitan a este Tribunal efectuar un análisis constitucional del
fondo de lo propuesto y, en consecuencia, se torna inoperante la tramitación
del presente hábeas corpus hasta su completo desarrollo, siendo pertinente
finalizar el mismo de manera anormal a través de la declaratoria de improce-
dencia.
IV. El peticionario señaló en su solicitud de hábeas corpus que puede
ser notificado en el Centro Penal de Apanteos, recinto número […], celda
número […].
En atención a la condición de restricción en la que se encuentra el solici-
tante dentro del aludido establecimiento penitenciario es pertinente realizar

620
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

el respectivo acto procesal de comunicación por la vía del auxilio judicial


para garantizar sus derechos de audiencia y a la protección jurisdiccional,
pues este mecanismo permite establecer con certeza la fecha en que aquel
tiene conocimiento directo e inmediato de los pronunciamientos de este Tri-
bunal. Lo anterior supone que el acto procesal de comunicación debe efec-
tuarse de forma personal a su destinatario y no por medio de las autoridades
penitenciarias.
En ese sentido, es procedente aplicar de forma supletoria el artículo 141
inciso 1° del Código Procesal Civil y Mercantil, disposición que regula la figura
del auxilio judicial. De manera que, deberá requerirse la cooperación al Juzga-
do Primero de Paz de Santa Ana, a efecto de notificar este pronunciamiento
al solicitante de este hábeas corpus, de forma personal, en el mencionado
centro penal.
Sin perjuicio de dicho señalamiento, de advertirse alguna circunstancia que
imposibilite la comunicación que se ordena practicar al peticionario a través del
aludido medio, también se autoriza a la Secretaría de este Tribunal para que
proceda a realizar la notificación por otros mecanismos dispuestos en la legis-
lación procesal pertinente y en la jurisprudencia constitucional y que fueren
aplicables, debiendo efectuar las gestiones necesarias en cualquiera de dichos
medios para cumplir tal fin. Inclusive a través de tablero judicial, una vez ago-
tados los procedimientos respectivos.
Por tanto, con base en las razones expresadas y en cumplimiento de lo es-
tablecido en los artículos 11 inciso 2° de la Constitución, 13 de la Ley de Proce-
dimientos Constitucionales, 12, 20, 141 inciso 1° y 192 del Código Procesal Civil
y Mercantil –de aplicación supletoria–, esta Sala RESUELVE:
1. Declárase improcedente la pretensión incoada a su favor por el señor José
Benjamin B. G., por reclamar asuntos de estricta legalidad.
2. Fíjese el procedimiento del auxilio judicial para realizar la notificación de
esta resolución y posteriores al solicitante de este hábeas corpus, en vir-
tud de lo expuesto en el considerando IV de esta decisión, para lo cual se
ordena a la Secretaría de este Tribunal emitir las comunicaciones que sean
pertinentes.
3. Requiérase auxilio al Juzgado Primero de Paz de Santa Ana, para que no-
tifique este pronunciamiento –de forma personal– al actor en el Centro
Penal de Apanteos.
4. Solicítese al funcionario judicial comisionado que informe a esta Sala, a la
brevedad posible, sobre la realización de dicho acto procesal de comunica-
ción.

621
Hábeas Corpus / Improcedencias

5. Notifíquese esta decisión y archívese oportunamente el respectivo proceso


constitucional.
A. PINEDA.---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME.---E. S. BLANCO R.---PRONUNCIA-
DO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E. SOCORRO C.---
SRIA.---RUBRICADAS.

387-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las doce horas con cincuenta y dos minutos del día dieciocho de
enero de dos mil dieciséis.
El presente proceso de hábeas corpus ha sido promovido en contra del Juz-
gado de Instrucción de San Marcos, por el abogado Víctor Johel Rodríguez
Mejía a favor del señor Julio Enrique M. L., procesado por el delito de extorsión.
Analizada la pretensión y considerando:
I.- El peticionario en su solicitud expone los siguientes reclamos:
1. “...Vengo a demandar exhibición personal o hábeas corpus, a favor del
detenido Julio Enrique M. L., por detención ilegal por ausencia de causa legal
y por procedimiento ilegal. Ahora con detención provisional ilegal. Así. Proce-
dimiento ilegal por violación de morada. (...) Que según acta de detención (...)
tres agentes más de la Policía Nacional Civil, se apersonaron con el propósito de
efectuar registro de allanamiento, girada por la licenciada Ana América Lore-
na Rodríguez Avelar, Jueza Especializada de Instrucción, San Salvador, fechada
tres de mayo del dos mil quince, oficio número dos mil cincuenta y tres, a fin
de hacer efectiva la orden de detención administrativa girada por el licenciado
Álvaro Francisco Rodríguez Elías. Orden de allanamiento que no ha sido agre-
gada al proceso...” (Sic).
2. “... Que según acta policial, el señor Julio Enrique M. L., fue detenido (...)
en el interior de su casa de habitación, (...) Cuál es el fundamento de la exhibi-
ción personal, por allanamiento de morada, resulta que el señor Juan Ignacio
V. U., Jefe de Recursos Humanos, (...) por medio [de escrito] (...) informa [al
juez instructor] que el señor Julio Enrique M. L., en la noche comprendida entre
el seis y el siete de mayo del corriente año, en la madrugada alrededor de las
01:00 AM, un grupo de agentes de la ley lo llegaron a retirar de su lugar de tra-
bajo, (...) Es decir que se afirma que el señor M. L. fue detenido en este lugar,
no en el lugar que aparece el acta que es el domicilio del imputado. (...) Que
con el objeto de fortalecer la aseveración del señor V. U., sobre la detención

622
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

ilegal, se pidió al señor Juez de Instrucción, la declaración [testigos] (...) [pero


no pudieron ser tomados] en cuenta en la audiencia preliminar, (...) porque
simplemente el fiscal del caso [no realizó las entrevistas de esos testigos] (...) De
esto se reclamo en audiencia al Juez, manifestando que es un hecho acusable al
fiscal, pero que la etapa de instrucción precluye y por lo tanto debe resolverse
en vista pública...” (Sic).
3. “... la detención ilegal en que se encuentra el imputado, es sin causa o
fundamento legal, es decir no hay causa o hechos acusables, del croquis agre-
gado a los autos (...) se desprende que el equipo uno, está ubicado a cincuenta
metros “”parada de buces”” (...) el segundo equipo está ubicado a doscientos
metros al poniente del equipo uno sobre el desvío a Santo Tomás, (...) De este
hallazgo se desprende, la causa ilegal, por imposibilidad humana, es decir que
la ubicación del equipo dos, le imposibilita ver humanamente hacia el otro des-
vió, que es la carretera vieja a Zacatecoluca, de donde dice el Agente apareció
el sujeto extorsionista, (...) es imposible humanamente poder ver u observar,
como tampoco se puede ver u observar ni con binoculares (...) dice la fiscal que
al ser intervenido el imputado se le encontró dinero seriado, lo cual no está
asentado en el acta (...) así que sostengo y evidencio que sí hay detención ilegal
por no haber causa legal de detención...” (Sic).
II. A partir de lo expuesto por el solicitante en su escrito inicial, se denota
que este reclama contra la detención provisional en que se encuentra la perso-
na favorecer, la cual califica de ilegal por las siguientes razones: i) inexistencia
de orden de allanamiento para ejecutar la detención administrativa que orde-
nó la Fiscalía General de la República; ii) que los agentes policiales capturaron al
señor M. L. en su lugar de trabajo y no en el de su residencia, como se ha hecho
constar en las actas que corren agregadas al proceso, resultando que el fiscal
no tomó las entrevistas de los testigos de descargo que demuestran esta cir-
cunstancia, la cual el juez instructor expresó que por el principio de preclusión
debía ser evaluada en vista pública; iii) que la detención no tiene fundamento
legal, pues del croquis y acta de resultados agregados al proceso se advierte
que había imposibilidad humana para que los equipos policiales pudieran ver
hacia la zona donde apareció el sujeto extorsionista, además, no consta acta
de seriado de billetes.
1. En relación con el primer reclamo vinculado a la inexistencia en el ex-
pediente de la orden de allanamiento para ejecutar la detención administra-
tiva girada por la representación fiscal, debe indicarse que este tribunal ha
establecido en su jurisprudencia que para proceder al análisis constitucional de
un asunto, debe verificarse si al momento de plantearse la pretensión, el acto

623
Hábeas Corpus / Improcedencias

reclamado estaba produciendo un agravio en la esfera jurídica del favorecido,


pues si al iniciarse el proceso constitucional de hábeas corpus, el acto cuestio-
nado ya no sigue surtiendo efectos, el agravio alegado deviene en inexistente y
ello viciaría la pretensión –verbigracia, sentencia HC 205-2008 del 16/6/2010–.
Por tanto, al solicitar la protección constitucional, la persona que se pre-
tende favorecer debe estar sufriendo afectaciones en sus derechos de libertad
física, dignidad o integridad física, psíquica o moral, derivadas de la actuación
u omisión de alguna autoridad o particular contra la que se reclama; así, en
caso de emitirse una decisión estimatoria, se hagan cesar dichas incidencias,
restableciéndose, si ese fuere el caso, tales categorías jurídicas –verbigracia,
sobreseimiento HC 176-2007 del 15/1/2010–.
De acuerdo con los precedentes jurisprudenciales citados, es preciso acotar
que en el caso particular, el pretensor expresa que en el proceso judicial no
consta la orden de allanamiento librada para ejecutar la detención adminis-
trativa decretada por la representación fiscal; sin embargo, expresa que dicha
detención administrativa ya no está surtiendo efectos en la libertad del señor
M. L., pues actualmente se ha decretado en su contra detención provisional.
Así, la actuación reclamada ha perdido vigencia pues, la restricción al de-
recho de libertad física del señor M. L., ya no depende de la actuación que a
su criterio adolece de inconstitucionalidad –detención administrativa– sino de
otra diferente –detención provisional– y, por lo tanto, el cuestionamiento que
ahora se viene a exponer presenta un vicio de falta de actualidad en el agravio
alegado.
Lo anterior porque el planteamiento de la pretensión, no cuenta con el re-
quisito ineludible de la existencia de una vulneración constitucional que al mo-
mento de requerir la actividad de esta Sala esté surtiendo efectos en el derecho
de libertad del referido señor, lo que impide conocer y decidir su pretensión
por medio de sentencia de fondo, dado que no fue oportunamente planteada.
Así, se configura una circunstancia que impide un pronunciamiento sobre el
fondo del asunto (verbigracia resolución de HC 57-2012 de fecha 21/3/2012).
Hechas las consideraciones que anteceden, y ante la imposibilidad de exa-
minar lo propuesto por el solicitante sobre este tema, deberá rechazarse este
punto de la pretensión, por medio de una declaratoria de improcedencia, ante
la falta de actualidad en el agravio, de conformidad con lo prescrito en el artí-
culo 13 de la Ley de Procedimientos Constitucionales. Disposición que acuerdo
a la jurisprudencia de este tribunal, se aplica analógicamente al proceso de
hábeas corpus.

624
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

2. En su segundo reclamo, el pretensor manifiesta que el señor M. L. fue


capturado en su lugar de trabajo; sin embargo, los agentes policiales hacen
constar que tal captura fue realizada en su lugar de residencia, lo cual es con-
trario a lo realmente ocurrido. Asimismo, expresa que tiene testigos que seña-
lan el lugar exacto donde se dio la captura, los cuales no fueron entrevistados
por la representación fiscal, decidiendo el juez instructor que tal circunstancia
sea evaluada en la etapa de juicio.
De lo reseñado en el segundo argumento se tiene que el reclamo se ha
vinculado a hipotéticas irregularidades en la actuación de los agentes policiales
al haber consignado en el acta de captura hechos distintos a los acontecidos.
Así, el solicitante pide que se declare la existencia de una vulneración cons-
titucional por existir una contradicción en los hechos consignados en las actas
en las cuales se deja constancia de la captura de la persona que se pretende fa-
vorecer, de ahí que, la pretensión está orientada a revelar una alteración de la
realidad de los hechos que acontecieron al momento de la detención adminis-
trativa del señor M. L., pues según se afirma en la solicitud que nos ocupa existe
una contradicción entre lo ocurrido y lo que se consignó en el acta respectiva,
requiriéndose que esta Sala, con competencia constitucional, controle y esta-
blezca la falsedad o veracidad de los datos consignados en aquella; misma que
el juez instructor ya ha ordenado sea establecida en la etapa del juicio.
Al respecto, es pertinente mencionar que la jurisprudencia constitucional
ha dispuesto que en esta sede no es posible determinar circunstancias como
las señaladas, pues son aspectos que deben ser decididos por las autoridades
competentes –como en este caso que el propio solicitante afirma que, el juez
instructor ha expresado que tales señalamientos se conocerán en la etapa de
juicio–, sin que pueda pretenderse que este tribunal sea el que los investigue
y determine, ya que no constituye parte de sus atribuciones –ver sentencia de
HC 140-2009 del 11/11/2011–.
A partir del precedente jurisprudencial aludido, se concluye que lo plantea-
do no puede ser enjuiciado por esta Sala, ya que no tiene competencia para
investigar y establecer la existencia de actuaciones irregulares que se atribuyan
a otras autoridades, siendo procedente rechazar mediante una declaratoria de
improcedencia la presente solicitud, pues como se ha dispuesto los actos some-
tidos a análisis no constituyen un presupuesto de hecho habilitante para ejer-
cer el control constitucional para el cual ha sido creada la jurisdicción de la mis-
ma naturaleza, ya que lo propuesto es un asunto de mera legalidad que, puede
ser objeto de control por otras autoridades, a través de los mecanismos legales
que para ese fin se han creado y de los cuales puede hacer uso el solicitante.

625
Hábeas Corpus / Improcedencias

3. En su último alegato, el pretensor sostiene que la detención provisional


decretada en contra de la persona que se quiere favorecer no tiene fundamen-
to legal, pues del croquis y acta de resultados agregados al proceso se advierte
que había imposibilidad humana para que los equipos policiales pudieran ver
hacia la zona donde apareció el sujeto extorsionista, además, no consta acta
de seriado de billetes.
Con relación a lo reclamado, debe decirse que esta Sala en su jurispruden-
cia ha establecido que no está dentro de sus atribuciones el revisar la actividad
de valoración de la prueba que haya determinado a un juez o tribunal penal a
declarar la existencia de un delito y la participación de una persona en la comi-
sión de un hecho delictivo, pues la valoración probatoria de cargo y descargo,
así como establecer la suficiencia de la prueba aportada en el proceso, es de ex-
clusiva competencia de las autoridades encargadas de dirimir el proceso penal.
Por tanto, si se considera que una autoridad judicial, al restringir la libertad
física no realizó una adecuada valoración de los elementos probatorios, tiene
expeditos los medios impugnativos que la normativa secundaria establece para
intentar revocar dichas decisiones – verbigracia resolución de HC 332-2012 del
19/12/2012–.
En el caso particular esta Sala determina que, no obstante el pretensor
hace referencia a la falta de fundamentación de la detención provisional im-
puesta a la persona que se pretende favorecer, de los hechos planteados se
evidencia una inconformidad del solicitante con la detención provisional decre-
tada al señor M. L., y con la valoración efectuada sobre la prueba de cargo en
la cual el juez instructor sustentó su decisión –específicamente con el croquis de
ubicación de equipos policiales que participaron en los dispositivos, así como
la inexistencia de acta de seriado de billetes–; ya que, según el peticionario, de
acuerdo a la ubicación de los equipos policiales era imposible que estos pudie-
ran ver hacia el lugar “donde apareció el sujeto extorsionista”.
De ahí que, si bien se alude a una falta de fundamentación de la decisión
que restringe la libertad, de los argumentos propuestos únicamente se revela
que su reclamo descansa en una inconformidad con la detención provisional
que decretara el juez instructor respectivo. En tal sentido, lo alegado carece
de relevancia constitucional, pues los jueces penales son los facultados para
ello, siendo improcedente su conocimiento; y es que si a través de este proce-
so se entrase a examinar aspectos puramente legales como el planteado, se
produciría una desnaturalización del proceso de hábeas corpus, convirtiendo
a esta Sala –con competencia constitucional–, en una instancia más dentro del
proceso iniciado en sede penal, ocasionando un dispendio de la actividad ju-
risdiccional.

626
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

En consecuencia, los alegatos expuestos inhiben a esta Sala de emitir un


pronunciamiento de fondo sobre el derecho fundamental tutelado mediante
el hábeas corpus, pues de hacerlo estaría actuando al margen de su compe-
tencia. Y es que, si una persona se considera agraviada con el resultado de la
valoración de los hechos y de la probanza, en lo atinente al establecimiento de
la responsabilidad penal, el ordenamiento jurídico secundario contempla los
mecanismos pertinentes a interponer en la jurisdicción penal –medios impug-
nativos– a fin de controvertir el perjuicio ocasionado por el pronunciamiento
judicial antes referido.
Por las consideraciones que anteceden, esta Sala advierte vicios en la pre-
tensión del licenciado Rodríguez Mejía, imposibilitándose conocer del fondo de
la misma por alegarse asuntos de estricta legalidad; por tanto, deberá finalizar-
se el presente proceso mediante la declaratoria de improcedencia.
III. La secretaría de esta Sala deberá tomar nota del medio electrónico se-
ñalado por el peticionario para recibir los actos procesales de comunicación.
De advertirse alguna circunstancia que imposibilite la comunicación que se
ordena practicar al peticionario a través del medio indicado en el número an-
terior, se autoriza a la secretaría de este tribunal para que proceda a realizar
la notificación por otros mecanismos dispuestos en la legislación procesal per-
tinente que fueren aplicables, debiendo efectuar las gestiones necesarias en
cualquiera de dichos medios para cumplir tal fin. Inclusive a través de tablero
judicial, una vez agotados los procedimientos respectivos.
En atención a las razones expuestas y con base en los artículos 11 inciso 2°
de la Constitución y 13 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, esta Sala
RESUELVE:
1. Declárase improcedente la pretensión planteada por el abogado Víctor Jo-
hel Rodríguez Mejía a favor del señor Julio Enrique M. L., por existir falta
de actualidad en el primer agravio alegado, y por alegarse asuntos de mera
legalidad respecto al resto de reclamos.
2. Tome nota la secretaría de esta Sala del medio electrónico señalado para
recibir los actos procesales de comunicación; sin embargo, de existir alguna
circunstancia que imposibilite mediante dicha vía ejecutar la notificación
que se ordena, se deberá proceder conforme a lo dispuesto en el conside-
rando III de esta resolución.
3. Notifíquese.
F. MELENDEZ.---J. B. JAIME.---R. E. GONZALEZ.---C. S. AVILES.---PRONUNCIA-
DO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E. SOCORRO C.---
SRIA.---RUBRICADAS.

627
Hábeas Corpus / Improcedencias

396-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las doce horas con cuarenta y dos minutos del dieciocho de
enero de dos mil dieciséis.
El presente hábeas corpus ha sido promovido a su favor por el señor Cé-
sar Emilio L. T., condenado por los delitos de portación de armas y homicidio
agravado, contra omisiones de los Juzgados Primero y Segundo de Vigilancia
Penitenciaria de San Salvador, y de los Tribunales Primero y Sexto de Sentencia
de la misma ciudad.
Analizada la pretensión y considerando:
I. El peticionario expone: “Capturado: Abril 2002 (...) Delito: Portación de
Armas Tribunal de Sentencia: 6° de Sentencia Quantum penal: A- 3 años de pri-
sión, Juzgado de Vigilancia: 2° de San Salvador. Capturado 17-Diciembre-2002
Delito: Homicidio Agravado Tribunal de Sentencia: Primero, San Salvador
Quantum penal: A 30 años, modificado a veinte años (3-Julio-2014) Juzgado
de Vigilancia: 1° de San Salvador. Expongo: Salí libre, la 1ª vez, por ser excarce-
lable. He escrito, a los cuatro Juzgados 6° de Sentencia, 2° de Vigilancia de S.S.
a uno, solicitando, resolución de sentencia de los 3 años, y al otro (2°), cómputo
de pena. En diciembre – 2014, [empecé] a escribirle a ambos, en mayo – 2015
igual. No hay respuesta. Yo les escribo, cuando es obligación jurídica, darme
respuesta (de oficio). Incluso, al 2° de vigilancia, le exprese, que me acumule,
las dos condenas, y no lo hace. He escrito, misma fecha, al 1° de Vigilancia de
San Salvador al 1° de Sentencia de San Salvador para mi cómputo, y resolución
de sentencia no responden. Al 1° de vigilancia de S.S. cómputo y unifiquen pe-
nas. Al 1° de Sentencia, que mande, resolución de sentencia y copia resolución
de modificación de pena.
Total, que nadie responde y los jueces tienen que actuar de oficio. Vulnera-
do falta de respuesta. Me afecta. Sin esto, no puedo solicitar, ningún beneficio,
ya llevo 13 años de prisión.” (Sic.).
II. Antes de analizar la pretensión planteada, esta Sala considera pertinen-
te hacer referencia al examen inicial que se realiza a la solicitud presentada en
este proceso constitucional, para verificar el cumplimiento de las condiciones
necesarias y así emitir una decisión sobre lo requerido.
En ese sentido, este Tribunal debe verificar si el peticionario ha superado los
requisitos mínimos para conocer y decidir sobre los alegatos planteados; pues,
cuando se propongan cuestiones que deban ser resueltas por otras autorida-
des y que por lo tanto no trasciendan de ser inconformidades del demandante

628
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

con lo decidido por una autoridad judicial o administrativa, la tramitación del


hábeas corpus será infructuosa y deberá rechazarse la pretensión al inicio del
proceso, por medio de una declaratoria de improcedencia –v. gr., improceden-
cia HC 162-2010 del 24/11/2010–.
III. El solicitante en síntesis alega: i) que fue capturado en abril del 2002,
y se emitió condena en su contra por el Tribunal Sexto de Sentencia de San
Salvador, situación a partir de la cual no se le ha enviado la sentencia condena-
toria respectiva, dando lugar a sus solicitudes de envío de dicha resolución en
diciembre del 2014 y mayo del 2015, sin recibir respuesta; aclara que de este
caso fue puesto en libertad “por ser excarcelable” (sic.); ii) que posteriormen-
te fue capturado el 17/12/2002, y fue condenado por el Tribunal Primero de
Sentencia de esta ciudad, por la comisión del delito de homicidio agravado,
autoridad a quien ha solicitado resolución de sentencia y copia de resolución
de modificación de pena, en las mismas fechas que lo hizo a la sede judicial
antes señalada, sin recibir respuesta; y iii) ha pedido cómputo de penas a los
Juzgados Primero y Segundo de Vigilancia Penitenciaria y de Ejecución de la
Pena de esta ciudad, y al primero, además, unificación de penas, en las fechas
relacionadas, sin haber recibido respuesta hasta la fecha de elaboración de su
escrito de hábeas corpus.
1. Respecto al primer reclamo, es necesario hacer notar que la sola pro-
puesta de no recibir respuesta a sus solicitudes de envío de sentencia elabo-
radas en 2014 y 2015, en la que ha incurrido el Tribunal Sexto de Sentencia de
San Salvador, no revela un tema de posible vulneración constitucional, pues no
se argumentan motivos de incidencia de esa omisión en el derecho de libertad
física; sin embargo, se trata de un asunto de posible omisión de habérsele en-
tregado la sentencia de mérito desde que se celebró la correspondiente vista
pública.
De modo que a partir del punto señalado debe establecerse que este Tri-
bunal ha sostenido en su jurisprudencia que el proceso de hábeas corpus tie-
ne por objeto brindar una protección reforzada al derecho de libertad física
o integridad –física, psíquica o moral–, frente a actuaciones u omisiones de
autoridades o particulares que restrinjan inconstitucional e ilegalmente tales
derechos; esas restricciones constituyen el agravio ocasionado en perjuicio de
los solicitantes de este tipo de proceso –v. gr. resoluciones interlocutorias HC
53-2011 del 18/2/2011, 104-2010 del 16/6/2010–.
Una de las características esenciales del agravio es su actualidad, ello im-
plica que la restricción que se reclama esté incidiendo en la esfera jurídica del
solicitante al momento en que introduce el reclamo ante esta Sala, pues de lo

629
Hábeas Corpus / Improcedencias

contrario, el agravio carece de vigencia y como consecuencia produce un vicio


insubsanable en la pretensión –v. gr., sentencia HC 423-2013 del 19/11/2013,
sobreseimiento 205-2008 del 16/6/2010–.
Sobre este último aspecto, la Sala ha señalado, específicamente en la ju-
risprudencia –v. gr. sobreseimiento de HC 132-2014, del 25/7/2014, improce-
dencia de HC 408-2014 del 01/10/2014–, que para preservar la seguridad jurí-
dica, deben existir parámetros para establecer la real actualidad o vigencia del
agravio; esto sobre todo porque la Ley de Procedimientos Constitucionales no
regula un plazo para presentar una solicitud de hábeas corpus –ni de ampa-
ro–a partir de la ocurrencia del comportamiento que ha vulnerado derechos
fundamentales. Esto último podría generar que actuaciones realizadas varios
años atrás puedan ser impugnadas mucho tiempo después de su ocurrencia,
con todos los efectos negativos que dicha situación conlleva, tanto respecto a
la seguridad jurídica como consecuencias prácticas –ver sobreseimiento de HC
23-2014, del 2/7/2014–.
Para determinar si un agravio es actual, de acuerdo a este Tribunal, debe
analizarse –en atención a las circunstancias fácticas de cada caso concreto, y,
en especial, a la naturaleza de los derechos cuya transgresión se alega– si el
lapso transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración a los de-
rechos fundamentales y la presentación de la demanda, no sea consecuencia
de la mera inactividad de quien se encontraba legitimado para promover el
proceso, pues en el caso de no encontrarse objetivamente imposibilitado para
requerir la tutela de sus derechos y haber dejado transcurrir un plazo razona-
ble sin solicitar su protección jurisdiccional se entendería que ya no soporta en
su esfera jurídica, al menos de manera directa e inmediata, los efectos nega-
tivos que la actuación impugnada le ha causado y, consecuentemente, que el
elemento material del agravio que aparentemente se le ha ocasionado ha per-
dido vigencia –ver además sobreseimiento de HC 132-2014, del 25/7/2014–.
A efecto de determinar la razonabilidad del plazo transcurrido entre la vul-
neración alegada y la solicitud de exhibición personal incoada, debe hacerse
un análisis de las circunstancias del supuesto en atención a criterios objetivos
como la inactividad del pretensor desde el agravio acontecido, que sin justi-
ficación alguna dejó pasar el tiempo sin solicitar la protección jurisdiccional.
En ese orden de ideas, esta Sala advierte que el agravio alegado por el
solicitante –omisión de remisión de la sentencia condenatoria emitida por el
Tribunal Sexto de Sentencia de San Salvador– carece de actualidad, dado que
desde que probablemente pudo haber sido dictada la resolución –entre los
años 2002 y 2003–, ya que el peticionario no menciona en qué fecha exacta-

630
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

mente se emitió, hasta la fecha en que promovió este proceso constitucional,


habían transcurrido once años aproximadamente, sin que el mismo previa-
mente haya realizado alguna gestión para obtener la resolución en comento,
a excepción de las peticiones que realizó en los años 2014 y 2015, es decir, más
de diez años después, aunado a que la sentencia se encuentra ejecutoriada de
acuerdo a lo señalado en su escrito, porque ha solicitado cómputo de pena.
En otras palabras, el agravio generado por la omisión en que incurrió el
Tribunal Sexto de Sentencia de San Salvador, en enviar la sentencia respectiva
al solicitante, que dio lugar a sus peticiones requiriendo su envío, ha perdido
vigencia, en virtud de que transcurrieron casi once años de inactividad del pre-
tensor para su obtención.
Y es que si bien es cierto que las autoridades judiciales tienen la obliga-
ción de comunicar personalmente ese tipo de resoluciones a los procesados,
transcurrido un tiempo razonable sin que aquellas lo hayan hecho y en el que
el imputado puede advertir esa circunstancia, esta Sala ha señalado que bajo
tales supuestos, el impedimento para acceder a la sentencia definitiva ya no
está siendo provocado por la omisión de la autoridad, sino por la pasividad
del agraviado que no interviene para obtenerla, es decir, no se avoca al juez
penal para que se le envíe la sentencia ni solicita la tutela constitucional ante
la omisión, tardanza injustificada o denegatoria de la autoridad demandada –
ver sobreseimientos de HC 23-2014, del 2/7/2014, y 132-2014, del 25/7/2014–.
En esta petición, al no haberse alegado circunstancias que impidieran al
solicitante obtener la sentencia condenatoria, más allá de la omisión de la au-
toridad demandada en entregarla en cumplimiento de su obligación legal, y
al indicar que dicha sentencia se encuentra ejecutoriada, se considera que des-
pués del tiempo transcurrido desde el momento en que surgió la posibilidad
de exigir su envío y la presentación de la solicitud de este hábeas corpus, se ha
desvanecido el agravio planteado en su derecho a ser notificado personalmen-
te de su sentencia condenatoria y, en consecuencia, en su derecho de libertad
física; con lo cual objetivamente se carece del elemento material necesario
para continuar con el trámite de la petición incoada, por lo que deberá decla-
rarse improcedente este aspecto de la pretensión.
2. Respecto al segundo reclamo, y específicamente a la omisión por parte
del Tribunal Primero de Sentencia de San Salvador, en enviar copia de la sen-
tencia de mérito al señor César Emilio L. T., luego de sus peticiones realizadas
en los años 2014 y 2015; se advierte la existencia de un impedimento para
tramitar la pretensión, ya que según consta en la base de datos que lleva esta
Sala, el señor L. T. solicitó –por similares motivos– exhibición personal en el

631
Hábeas Corpus / Improcedencias

proceso de hábeas corpus registrado con la referencia HC 23-2014, habiéndose


resuelto, con fecha 02/07/2014, sobreseimiento por falta de actualidad en el
agravio respecto a la alegada omisión de notificación de la sentencia conde-
natoria al favorecido.
En ese sentido, es importante destacar que la solicitud formulada en el HC
23-2014, y el punto de la demanda que hoy se discute son pretensiones consti-
tucionales en el fondo idénticas, pues se reclama la misma queja alegada en el
proceso de hábeas corpus previamente promovido a su favor por el señor L. T.,
habiendo determinado esta Sala que el agravio alegado carecía de actualidad.
Es preciso hacer notar, que en el HC 23-2014, se alegó directamente la omi-
sión de notificación de la sentencia condenatoria; sin embargo, en este caso,
pese a que se alega la omisión en responder las peticiones de envío de la misma
resolución, en el fondo subyace el tema mismo tema analizado en la exhibición
personal referida, es decir, la omisión por, parte del Tribunal Primero de Senten-
cia de esta ciudad, en notificar la sentencia de mérito.
Así, se advierte la semejanza de los sujetos activo y pasivo entre las pre-
tensiones planteadas: hábeas corpus promovido a su favor por el señor César
Emilio L. T., contra actuaciones del Tribunal Primero de Sentencia de San Salva-
dor. Además se establece la coincidencia en cuanto a la identidad de objeto,
pues el solicitante requiere que se declare la vulneración constitucional con
esta pretensión a su derecho a ser notificado de la sentencia condenatoria,
con incidencia en su libertad física.
Por último, también se determina una identidad de causa o fundamento,
en atención a que la relación fáctica y los motivos por los cuales se alega la
vulneración constitucional, se han planteado en términos similares al proceso
antes citado; siendo el argumento jurídico a partir del cual se pretende que
esta Sala conozca nuevamente de estos hechos, la supuesta vulneración que
le ocasiona al peticionario no recibir la sentencia condenatoria dictada en su
contra por el Tribunal Primero de Sentencia de esta ciudad.
En tal sentido, esta Sala en ocasiones similares en que se ha presentado
una pretensión idéntica a otra resuelta con antelación ha sostenido la impo-
sibilidad de conocer de otro hábeas corpus, ello en virtud de lo dispuesto en
el artículo 64 numeral 2 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, y que
es aplicable a la resolución definitiva –ver sobreseimiento HC 257-2009 del
15/1/2010–.
Por lo anterior, se considera que conocer nuevamente de aspectos que en
efecto fueron planteados y resueltos previamente por este Tribunal, implicaría
un inútil dispendio de la actividad jurisdiccional impartida por esta Sala, por

632
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

lo que corresponde declarar improcedente la pretensión planteada por el de-


mandante en virtud de existir cosa juzgada.
3. Ahora bien, del segundo reclamo, el solicitante también ha alegado la
omisión por parte del Tribunal Primero de Sentencia de esta ciudad, de res-
ponder sus peticiones efectuadas en diciembre del 2014 y mayo del 2015, so-
bre el envío de copia de la resolución en que se modificó su pena de prisión
de treinta a veinte años; sin embargo, es de hacer notar que tal omisión no
revela un tema de posible transgresión constitucional al derecho de libertad
física del solicitante, en virtud de que el mero desconocimiento de la decisión
que declaró la modificación de la pena de manera favorable al procesado, no
implica por sí una restricción ilegal que trascienda a la pena que se encuentra
cumpliendo actualmente modificada a su favor al haberse disminuido por diez
años.
Ciertamente, es insoslayable la obligación de las autoridades en notificar
personalmente a los procesados penalmente, las decisiones que sean adopta-
das en el desarrollo de las causas, ya sean estas favorables o no a sus intereses
particulares; no obstante, para efectos de determinación del agravio alegado
ante esta tribunal constitucional, debe considerarse que la actuación u omisión
alegada, inexorablemente revele una afectación actual y directa al derecho de
libertad física, es decir, que el supuesto fáctico atribuido a la autoridad que de-
manda a través del hábeas corpus, debe ser capaz de proponer una incidencia
negativa de carácter inconstitucional en el derecho aludido; de lo contrario
la pretensión contiene un vicio en su elemento objetivo, insuperable por esta
Sala, el cual impide continuar con su conocimiento de fondo.
Es precisamente ese presupuesto el que no ha sido cumplido por el preten-
sor en este aspecto del reclamo, esto significa que los argumentos brindados
por el solicitante no proponen un tema de trascendencia constitucional que
deba ser enjuiciado, y por lo tanto debe ser rechazado este punto de la peti-
ción a través de su declaratoria de improcedencia.
4. En relación con la petición realizada por el solicitante al Juzgado Prime-
ro de Vigilancia Penitenciaria y de Ejecución de la pena, referida a su cómputo
de pena; se advierte la existencia de un impedimento para tramitar la preten-
sión, ya que según consta en la base de datos que lleva esta Sala, el señor L. T.
solicitó –por idénticos motivos– exhibición personal en el proceso de hábeas
corpus registrado con la referencia HC 201-2015, habiéndose resuelto, con fe-
cha 30/09/2015, improcedente por evidenciarse un vicio que impide su cono-
cimiento en esta sede constitucional.

633
Hábeas Corpus / Improcedencias

En ese sentido, es importante destacar que la solicitud formulada en el


HC 201-2015, y el punto de la demanda que hoy se discute son pretensiones
constitucionales idénticas, pues se reclama la misma queja alegada en el pro-
ceso de hábeas corpus previamente promovido a su favor por el señor L. T.,
habiendo determinado esta Sala la existencia de un vicio en la pretensión que
imposibilitó continuar con su trámite normal.
Así, se advierte la semejanza de los sujetos activo y pasivo entre las pre-
tensiones planteadas: hábeas corpus promovido a su favor por el señor César
Emilio L. T., contra actuaciones del Juzgado Primero de Vigilancia Penitenciaria
y de Ejecución de la Pena de San Salvador. Además se establece la coincidencia
en cuanto a la identidad de objeto, pues el solicitante requiere que se decla-
re la vulneración constitucional con esta pretensión a su derecho de libertad
física.
Por último, también se determina una identidad de causa o fundamento,
en atención a que la relación fáctica y los motivos por los cuales se alega la
vulneración constitucional, se han planteado en términos similares al proceso
antes citado; siendo el argumento jurídico a partir del cual se pretende que
esta Sala conozca nuevamente de estos hechos, la supuesta vulneración que
le ocasiona al peticionario no recibir el cómputo de su pena de prisión que se
encuentra cumpliendo.
En tal sentido, esta Sala en ocasiones similares en que se ha presentado una
pretensión idéntica a otra resuelta con antelación ha sostenido la imposibilidad
de conocer de otro hábeas corpus, ello en virtud de lo dispuesto en el artículo
64 numeral 2 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, y que es aplicable a
la resolución definitiva –ver sobreseimiento HC 257-2009 del 15/1/2010–.
Por lo anterior, se considera que conocer nuevamente de aspectos que en
efecto fueron planteados y resueltos previamente por este Tribunal, implicaría
un inútil dispendio de la actividad jurisdiccional impartida por esta Sala, por
lo que corresponde declarar improcedente la pretensión planteada por el de-
mandante en virtud de existir cosa juzgada.
5. Finalmente, respecto a la queja referida a las peticiones efectuadas por
el solicitante a los Juzgados Primero y Segundo de Vigilancia Penitenciaria y de
Ejecución de la Pena de San Salvador, sobre el cómputo de su pena al segundo,
y sobre unificación de penas al primero, es necesario hacer las consideraciones
siguientes.
En relación con el cómputo de la pena, este Tribunal ha señalado en ca-
sos similares –resoluciones de HC 281-2014 del 26/05/2014, y 201-2015 del
30/09/2015– que el desconocimiento del cómputo de pena, es decir la fecha

634
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

en la que se cumplirá la pena de prisión impuesta, no genera por sí, una afec-
tación constitucional con incidencia en el derecho de libertad protegido a tra-
vés del hábeas corpus, ya que en el momento que lo considere oportuno, el
interesado puede solicitar a la autoridad judicial respectiva que se le haga sa-
ber el mismo. En todo caso, si no se le hubiera notificado el referido cómputo
por parte de la autoridad judicial correspondiente, ello constituye un incum-
plimiento de tipo legal por parte de la autoridad a la que le corresponde efec-
tuar dicho cálculo, siendo que, ese tipo de omisión puede ser alegada ante las
autoridades competentes en materia penal para verificar esas circunstancias, a
efecto que se proceda a dar cumplimiento a lo dispuesto en la normativa legal
relativa al control del cumplimiento de las penas de prisión.
En ese sentido, este Tribunal ha reiterado en su jurisprudencia –verbigracia
resolución HC 93-2012 del 18/04/2012– su falta de competencia para anali-
zar y decidir asuntos que carezcan de trascendencia constitucional, ya que el
planteamiento de aspectos de índole estrictamente legal, pueden reclamarse
ante las autoridades judiciales que tienen competencia para el conocimiento
del proceso penal o, en su caso, de la fase de ejecución de la pena; dado que
a ellos se les ha atribuido esa facultad. Por tanto, si el peticionario estima la
existencia de infracciones en razón de las circunstancias que expone, estas son
de tipo legal, y es con base en las normas de la materia correspondiente que
deberá establecerse las consecuencias que se podrían provocar.
En consecuencia, la omisión de respuesta alegada por el peticionario que
se atribuye a la autoridad demandada, no es capaz de tener incidencia en su
derecho de libertad; y a partir de ello, su argumento presenta un vicio que
impide su conocimiento en esta sede constitucional, por estar referido a un
asunto de estricta legalidad, lo cual es igualmente aplicable para su petición de
unificación de pena.
IV. Por otra parte, se advierte que el peticionario señaló que puede ser
notificado mediante auxilio judicial que sea requerido al Juzgado Segundo de
Paz de San Vicente, por encontrarse recluido en la Penitenciaría Oriental de
San Vicente.
En atención a la condición de reclusión en la que se encuentra el solicitan-
te dentro del aludido establecimiento penitenciario es pertinente realizar el
respectivo acto procesal de comunicación por la vía del auxilio judicial para
garantizar el derecho de audiencia y a la protección jurisdiccional del peticio-
nario, pues este mecanismo permite establecer con certeza la fecha en que
aquel tienen conocimiento directo e inmediato de los pronunciamientos de
este Tribunal. Lo anterior supone que el acto procesal de comunicación debe

635
Hábeas Corpus / Improcedencias

efectuarse de forma personal al destinatario de la misma y no por medio de


las autoridades penitenciarias.
En ese sentido, es procedente aplicar de forma supletoria el artículo 141 in-
ciso 1° del Código Procesal Civil y Mercantil, disposición que regula la figura del
auxilio judicial. De manera que, deberá requerirse la cooperación al Juzgado
Segundo de Paz de San Vicente, a efecto de notificar este pronunciamiento al
solicitante de este hábeas corpus, de forma personal, en el mencionado centro
penal.
De advertirse alguna circunstancia que imposibilite la comunicación que
se ordena practicar al peticionario a través del aludido medio, se autoriza a
la Secretaría de este Tribunal para que proceda a realizar la notificación por
otros mecanismos dispuestos en la legislación procesal pertinente que fueren
aplicables, debiendo efectuar las gestiones necesarias en cualquiera de dichos
medios para cumplir tal fin. Inclusive a través de tablero judicial, una vez ago-
tados los procedimientos respectivos.
Por las razones expuestas y con base en los artículos 11 inciso 2° de la Cons-
titución, 13 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, 20, 141, 171 y 181
del Código Procesal Civil y Mercantil, esta Sala RESUELVE:
1. Declarase improcedente la pretensión incoada por el señor César Emilio L.
T., en relación con la omisión por parte del Tribunal Sexto de Sentencia de
San Salvador, en enviarle la sentencia condenatoria respectiva; en virtud de
carecer de actualidad el agravio alegado.
2. Declarase improcedente el aspecto de la pretensión referido a la omisión
por parte del Tribunal Primero de Sentencia de esta ciudad, en responder
las peticiones del solicitante de envío de sentencia condenatoria; en razón
de existir cosa juzgada respecto a ese reclamo en el proceso de HC 23-2014.
3. Declarase improcedente la pretensión en cuanto a la omisión por parte del
Tribunal Primero de Sentencia de esta ciudad, en responder las peticiones
de envío de la resolución en que se modificó favorablemente la pena del
señor César Emilio L. T.; por carecer de trascendencia constitucional.
4. Declarase improcedente la pretensión incoada en cuanto a la omisión del
Juzgado Primero de Vigilancia Penitenciaria y de Ejecución de la Pena de
San Salvador, en realizar el cómputo de la pena del peticionario; dado que
existe cosa juzgada al respecto en el proceso de HC 201-2015.
5. Declarase improcedente la pretensión en cuanto a las omisiones del Juzga-
do Primero y Segundo de Vigilancia Penitenciaria y de Ejecución de la Pena
de esta ciudad, el primero por no efectuar unificación de pena, y el segun-

636
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

do por no realizar cómputo de pena; por evidenciarse un vicio que impide


su conocimiento en esta sede constitucional.
6. Fíjese el procedimiento del auxilio judicial para realizar la notificación de
esta resolución y posteriores al solicitante de este hábeas corpus, en vir-
tud de lo expuesto en el considerando IV de esta decisión, para lo cual se
ordena a la Secretaría de este Tribunal emitir las comunicaciones que sean
pertinentes.
7. Requiérase auxilio al Juzgado Segundo de Paz de San Vicente para que
notifique este pronunciamiento –de forma personal– al peticionario en la
Penitenciaria Oriental de dicha localidad.
8. Solicítese al funcionario judicial comisionado que informe a esta Sala, a la
brevedad posible, sobre la realización de dicho acto procesal de comunica-
ción.
9. Notifíquese.
F. MELENDEZ.---J. B. JAIME.---R. E. GONZALEZ.---C. S. AVILES.---PRONUNCIA-
DO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E. SOCORRO C.---
SRIA.---RUBRICADAS.

404-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las doce horas con cuarenta y un minutos del dieciocho de ene-
ro de dos mil dieciséis.
El presente hábeas corpus ha sido promovido a su favor por el señor Rafael
Antonio G. C., condenado por el delito de robo, contra omisiones del Juzgado
Especializado de Sentencia de San Miguel, del Juzgado Especializado de Sen-
tencia “B” de San Salvador, y del Juzgado Primero de Vigilancia Penitenciaria y
de Ejecución de la Pena de San Miguel.
Analizada la pretensión y considerando:
I. El peticionario expone: “Penado por los Juzgados Especializados de Sen-
tencia de San Miguel, y “B”, de San Salvador, por ilícitos de Robos a ocho años
de prisión y 19 años con 4 meses, caso desde 2008, a usted expongo: me unie-
ron las penas (62.2 p.p.) pero a los tres juzgados les he solicitado resultados,
en septiembre-2015 1° escrito, 2° escrito 26-Octubre-2015. (1) Juzgado Esp.
San Miguel, de Sentencia – Sentencia de mérito (2) Juzgado Esp. S.S. “B”, de
sentencia – Sentencia de mérito (3) Juzgado 1° de Vigilancia Penitenciaria San
Miguel – Cómputo de pena. Penas unidas. No responden, 18 Cn., vulnerado.

637
Hábeas Corpus / Improcedencias

Lógico, que incide, en mi libertad. Para solicitar una conmutación, un indulto,


un recurso extraordinario de revisión, es necesario: sentencia y cómputo, y al
no tenerlo me afecta, en la búsqueda de mi libertad.” (Sic.).
II. Antes de analizar la pretensión planteada, esta Sala considera pertinente
hacer referencia al examen inicial que se realiza a la solicitud presentada en
este proceso constitucional, para verificar el cumplimiento de las condiciones
necesarias y así emitir una decisión sobre lo requerido.
En ese sentido, este Tribunal debe verificar si el peticionario ha superado los
requisitos mínimos para conocer y decidir sobre los alegatos planteados; pues,
cuando se propongan cuestiones que deban ser resueltas por otras autorida-
des y que por lo tanto no trasciendan de ser inconformidades del demandante
con lo decidido por una autoridad judicial o administrativa, la tramitación del
hábeas corpus será infructuosa y deberá rechazarse la pretensión al inicio del
proceso, por medio de una declaratoria de improcedencia –v. gr., improceden-
cia HC 162-2010 del 24/11/2010–.
III. El solicitante en síntesis alega: i) que desde el año 2008 en que se lle-
varon sus casos ante el Juzgado Especializado de Sentencia de San Miguel y el
Juzgado Especializado de Sentencia “B” de San Salvador, no ha recibido las res-
pectivas sentencias condenatorias, por lo que las ha solicitado en septiembre y
octubre de 2015, sin recibir respuesta hasta la fecha en que elaboró su petición
de hábeas corpus; y ii) a su vez, ha solicitado al Juzgado Primero de Vigilancia
Penitenciaria y de Ejecución de la Pena de San Miguel, cómputo de sus penas
unificadas, en las mismas fechas aludidas, sin que tampoco haya respondido.
1. Respecto al primer reclamo, es necesario hacer notar que la sola propues-
ta de no recibir respuesta a sus solicitudes de envío de sentencia elaboradas en
2015, para poder solicitar conmutación de pena, indulto, o revisión, en la que
han incurrido las autoridades judiciales demandadas, no revela un tema de po-
sible vulneración constitucional, pues no se argumentan motivos de incidencia
de esas omisiones en el derecho de libertad física –ver improcedencia de HC
72-2012, del 07/03/2012; sin embargo, se trata de un asunto de posible omisión
de habérsele entregado las sentencias de mérito desde que se celebraron las
correspondientes vistas públicas en los casos específicos.
De modo que a partir del punto señalado debe establecerse que este Tri-
bunal ha sostenido en su jurisprudencia que el proceso de hábeas corpus tie-
ne por objeto brindar una protección reforzada al derecho de libertad física
o integridad –física, psíquica o moral–, frente a actuaciones u omisiones de
autoridades o particulares que restrinjan inconstitucional e ilegalmente tales
derechos; esas restricciones constituyen el agravio ocasionado en perjuicio de

638
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

los solicitantes de este tipo de proceso –v. gr. resoluciones interlocutorias HC


53-2011 del 18/2/2011, 104-2010 del 16/6/2010–.
Una de las características esenciales del agravio es su actualidad, ello im-
plica que la restricción que se reclama esté incidiendo en la esfera jurídica del
solicitante al momento en que introduce el reclamo ante esta Sala, pues de lo
contrario, el agravio carece de vigencia y como consecuencia produce un vicio
insubsanable en la pretensión –v. gr., sentencia HC 423-2013 del 19/11/2013,
sobreseimiento 205-2008 del 16/6/2010–.
Sobre este último aspecto, la Sala ha señalado, específicamente en la ju-
risprudencia –v. gr. sobreseimiento de HC 132-2014, del 25/7/2014, improce-
dencia de HC 408-2014 del 01/10/2014–, que para preservar la seguridad jurí-
dica, deben existir parámetros para establecer la real actualidad o vigencia del
agravio; esto sobre todo porque la Ley de Procedimientos Constitucionales no
regula un plazo para presentar una solicitud de hábeas corpus –ni de ampa-
ro– a partir de la ocurrencia del comportamiento que ha vulnerado derechos
fundamentales. Esto último podría generar que actuaciones realizadas varios
años atrás puedan ser impugnadas mucho tiempo después de su ocurrencia,
con todos los efectos negativos que dicha situación conlleva, tanto respecto a
la seguridad jurídica como consecuencias prácticas –ver sobreseimiento de HC
23-2014, del 2/7/2014–.
Para determinar si un agravio es actual, de acuerdo a este Tribunal, debe
analizarse –en atención a las circunstancias fácticas de cada caso concreto, y,
en especial, a la naturaleza de los derechos cuya transgresión se alega– si el lap-
so transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración a los derechos
fundamentales y la presentación de la demanda, no sea consecuencia de la
mera inactividad de quien se encontraba legitimado para promover el proceso,
pues en el caso de no encontrarse objetivamente imposibilitado para requerir
la tutela de sus derechos y haber dejado transcurrir un plazo razonable sin so-
licitar su protección jurisdiccional se entendería que ya no soporta en su esfera
jurídica, al menos de manera directa e inmediata, los efectos negativos que la
actuación impugnada le ha causado y, consecuentemente, que el elemento
material del agravio que aparentemente se le ha ocasionado ha perdido vigen-
cia –ver además sobreseimiento de HC 132-2014, del 25/7/2014–.
A efecto de determinar la razonabilidad del plazo transcurrido entre la vul-
neración alegada y la solicitud de exhibición personal incoada, debe hacerse un
análisis de las circunstancias del supuesto en atención a criterios objetivos como
la inactividad del pretensor desde el agravio acontecido, que sin justificación
alguna dejó pasar el tiempo sin solicitar la protección jurisdiccional.

639
Hábeas Corpus / Improcedencias

En ese orden de ideas, esta Sala advierte que el agravio alegado por el
solicitante –la omisión de envío de las sentencias de mérito, cometida por los
Juzgados Especializados de Sentencia de San Miguel y de Sentencia “B” de San
Salvador– carece de actualidad, dado que desde que probablemente pudie-
ron haber sido dictadas las resoluciones –entre los años 2008 y 2009–, ya que
el peticionario no menciona en qué fecha exactamente se emitieron, hasta la
fecha en que promovió este proceso constitucional, habían transcurrido cinco
años aproximadamente, sin que el mismo previamente haya realizado alguna
gestión para obtener la resolución en comento, a excepción de sus peticiones
en el año 2015, es decir, más de cuatro años después; aunado a que la sentencia
se encuentra ejecutoriada de acuerdo a lo señalado en su escrito, porque se le
unificaron las penas y ha solicitado el cómputo.
En otras palabras, el agravio generado por la omisión en que incurrieron
las autoridades judiciales demandadas en enviar las sentencias respectivas al
solicitante, que dio lugar a sus peticiones de envío, ha perdido vigencia, en
virtud de que transcurrieron casi cinco años de inactividad del pretensor para
su obtención.
Y es que si bien es cierto las autoridades judiciales tienen la obligación de
comunicar personalmente ese tipo de resoluciones a los procesados, transcu-
rrido un tiempo razonable sin que aquellas lo hayan hecho y en el que el im-
putado puede advertir esa circunstancia, esta Sala ha señalado que bajo tales
supuestos, el impedimento para acceder a la sentencia definitiva ya no está
siendo provocado por la omisión de la autoridad, sino por la pasividad del agra-
viado que no interviene para obtenerla, es decir, no se avoca al juez penal para
que se le envíe la sentencia ni solicita la tutela constitucional ante la omisión,
tardanza injustificada o denegatoria de la autoridad demandada –ver sobresei-
mientos de HC 23-2014, del 2/7/2014, y 132-2014, del 25/7/2014–.
En esta petición, al no haberse alegado circunstancias que impidieran al
solicitante obtener las sentencias condenatorias, más allá de la omisión de la
autoridad demandada en entregarla en cumplimiento de su obligación legal, y
al indicar que dicha sentencia se encuentra ejecutoriada, se considera que des-
pués del tiempo transcurrido desde el momento en que surgió la posibilidad
de exigir su envío y la presentación de la solicitud de este hábeas corpus, se ha
desvanecido el agravio planteado en su derecho a ser notificado personalmen-
te de su sentencia condenatoria y, en consecuencia, en su derecho de libertad
física; con lo cual objetivamente se carece del elemento material necesario para
continuar con el trámite de la petición incoada, por lo que deberá declararse
improcedente este aspecto de la pretensión.

640
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

2. Respecto al segundo reclamo, referido a solicitudes de cómputo de pe-


nas unificadas, efectuadas por el solicitante al Juzgado Primero de Vigilancia
Penitenciaria y de Ejecución de la Pena de San Miguel, es necesario hacer las
consideraciones siguientes.
En relación con el cómputo de la pena, este Tribunal ha señalado en ca-
sos similares –resoluciones de HC 281-2014 del 26/05/2014, y 201-2015 del
30/09/2015– que el desconocimiento del cómputo de pena, es decir la fecha en
la que se cumplirá la pena de prisión impuesta, no genera por sí, una afectación
constitucional con incidencia en el derecho de libertad protegido a través del
hábeas corpus, ya que en el momento que lo considere oportuno, el interesado
puede solicitar a la autoridad judicial respectiva que se le haga saber el mismo.
En todo caso, si no se le hubiera notificado el referido cómputo por parte de la
autoridad judicial correspondiente, ello constituye un incumplimiento de tipo
legal por parte de la autoridad a la que le corresponde efectuar dicho cálcu-
lo, siendo que, ese tipo de omisión puede ser alegada ante las autoridades
competentes en materia penal para verificar esas circunstancias, a efecto que
se proceda a dar cumplimiento a lo dispuesto en la normativa legal relativa al
control del cumplimiento de las penas de prisión.
En ese sentido, este Tribunal ha reiterado en su jurisprudencia –verbigra-
cia resolución HC 93-2012 del 18/04/2012– su falta de competencia para ana-
lizar y decidir asuntos que carezcan de trascendencia constitucional, ya que el
planteamiento de aspectos de índole estrictamente legal, pueden reclamarse
ante las autoridades judiciales que tienen competencia para el conocimiento
del proceso penal o, en su caso, de la fase de ejecución de la pena; dado que
a ellos se les ha atribuido esa facultad. Por tanto, si el peticionario estima la
existencia de infracciones en razón de las circunstancias que expone, estas son
de tipo legal, y es con base en las normas de la materia correspondiente que
deberá establecerse las consecuencias que se podrían provocar.
En consecuencia, la omisión de respuesta alegada por el peticionario que
se atribuye al Juzgado Primero de Vigilancia Penitenciaria y de Ejecución de la
Pena de San Miguel, no es capaz de tener incidencia en su derecho de libertad;
y a partir de ello, su argumento presenta un vicio que impide su conocimiento
en esta sede constitucional, por estar referido a un asunto de estricta legalidad.
IV. Por otra parte, se advierte que el peticionario señaló que puede ser
notificado mediante auxilio judicial que sea requerido al Juzgado Segundo de
Paz de San Vicente, por encontrarse recluido en la Penitenciaría Oriental de
San Vicente.

641
Hábeas Corpus / Improcedencias

En atención a la condición de reclusión en la que se encuentra el solicitan-


te dentro del aludido establecimiento penitenciario es pertinente realizar el
respectivo acto procesal de comunicación por la vía del auxilio judicial para
garantizar el derecho de audiencia y a la protección jurisdiccional del peticio-
nario, pues este mecanismo permite establecer con certeza la fecha en que
aquel tienen conocimiento directo e inmediato de los pronunciamientos de
éste Tribunal. Lo anterior supone que el .acto procesal de comunicación debe
efectuarte de forma personal al destinatario de la misma y no por medio de las
autoridades penitenciarias.
En ese sentido, es procedente aplicar de forma supletoria el artículo 141 in-
ciso 1° del Código Procesal Civil y Mercantil, disposición que regula la figura del
auxilio judicial. De manera que, deberá requerirse la cooperación al Juzgado
Primero de Paz de San Vicente, a efecto de notificar este pronunciamiento al
solicitante de este hábeas corpus, de forma personal, en el mencionado centro
penal.
De advertirse alguna circunstancia que imposibilite la comunicación que
se ordena practicar al peticionario a través del aludido medio, se autoriza a
la Secretaría de este Tribunal para que proceda a realizar la notificación por
otros mecanismos dispuestos en la legislación procesal pertinente que fueren
aplicables, debiendo efectuar las gestiones necesarias en cualquiera de dichos
medios para cumplir tal fin. Inclusive a través de tablero judicial, una vez ago-
tados los procedimientos respectivos.
Por las razones expuestas y con base en los artículos 11 inciso 2° de la Cons-
titución, 13 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, 20, 141, 171 y 181 del
Código Procesal Civil y Mercantil, esta Sala RESUELVE:
1. Declarase improcedente la pretensión incoada por el señor Rafael Antonio
G. C., en relación con la omisión por parte del Juzgado Especializado de
Sentencia de San Miguel y el Juzgado Especializado de Sentencia “B” de
San Salvador, en enviar las respectivas sentencias condenatorias; en virtud
de carecer de actualidad el agravio alegado.
2. Declarase improcedente el aspecto de la pretensión referido a la omisión
por parte del Juzgado Primero de Vigilancia Penitenciaria y de Ejecución de
la Pena de San Miguel, en responder las peticiones de cómputo de pena del
solicitante; en razón de evidenciarse un vicio que impide su conocimiento
en esta sede constitucional.
3. Fíjese el procedimiento del auxilio judicial para realizar la notificación de
esta resolución y posteriores al solicitante de este hábeas corpus, en vir-
tud de lo expuesto en el considerando IV de esta decisión, para lo cual se

642
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

ordena a la Secretaría de este Tribunal emitir las comunicaciones que sean


pertinentes.
4. Requiérase auxilio al Juzgado Primero de Paz de San Vicente para que no-
tifique este pronunciamiento –de forma personal– al peticionario en la Pe-
nitenciaria Oriental de dicha localidad.
5. Solicítese al funcionario judicial comisionado que informe a esta Sala, a la
brevedad posible, sobre la realización de dicho acto procesal de comunica-
ción.
6. Notifíquese.
F. MELENDEZ---J. B. JAIME---R. E. GONZALEZ---C. S. AVILES.---PRONUNCIA-
DO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E. SOCORRO C.---
SRIA.---RUBRICADAS.

10-2016

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las trece horas con cuarenta y un minutos del día veinticinco de
enero de dos mil dieciséis.
El presente proceso constitucional de hábeas corpus fue iniciado en contra
de la Cámara de lo Penal de la Primera Sección de Occidente, por el señor René
Eleazar G. H., a su favor, condenado por el delito de robo agravado.
Analizada la pretensión y considerando:
I. El peticionario refiere que fue sobreseído definitivamente por el Tribunal
Tercero de Sentencia de Santa Ana, por el delito de robo agravado; sin embar-
go, refiere que se dirige a esta Sala: “...mediante el presente amparo de incons-
titucionalidad de la decisión motivada y jurídica tomada por la Cámara Primero
de lo Penal de la Primera Sección de Occidente el cual reordeno mi captura una
vez que el tribunal sentenciador ordeno mi libertad, habiéndose violentado
garantías constitucionales y procesales (...) existe la e[s]encialidad del agravio
y el yerro jurídico (...) –en– la decisión tomada por magistrado A quo de la
Cámara (...) ha incurrido en una falacia, como consecuencia de la falta a la
razón suficiente (...) sobre la base de indicios no contundentes (...) existiendo
una motivación ilegítima por parte de la Cámara (...) al reordenar mi captura
(...) ob[v]iando la valoración de la prueba testimonial y pericial de[s]filada en
audiencia de vista pública, habiendo entonces una valoración arbitraria (...) les
solicito (...) al d[á]r[s]ele tramite a la presente solicitud de amparo se tenga en
consideración que los hechos acreditados por la fiscalía (...) no present[ó] la

643
Hábeas Corpus / Improcedencias

robuste[z] probatoria para la incriminación sobre la base del il[í]cito penal (...)
los elementos de cargo ofertados por la fiscalía no fueron convincentes, y no
superaron al principio de presunción de inocencia (...) la Cámara (...) me ha vio-
lentado garantías constitucionales, las cuales i[m]plican el respeto a la decisión
establecida por parte del tribunal sentenciador al decretarme un sobreseimien-
to definitivo (...) –hay– errónea aplicación de parte de Cámara al ordenar mi
captura (...) pido a ustedes honorable magistrados el que se anali[c]en en corte
los elementos de prueba ofertados por la fiscalía general de la república (...) los
cuales me violentan en la actualidad mi derecho a la libertad ambulatoria con
relación al fallo pronunciado por parte del juzgador del tribunal sentenciador
(...) y la arbitrariedad cometida por (...) la Cámara Primero de lo Penal (...) y se
determine (...) si las decisiones tomadas por él juzgador se apegan a la hecho y
derecho para ordenar nuevamente mi captura, y si se observan en la resolución
del aquo pido se anule el fallo de este, o se permita al impetrarte por [v]enia de
esta honorable sala el tener acceso nuevamente a la administración de justicia
(...) –para que– interponga recurso de revisión de sentencia, ante el tribunal
sentenciador que lo puso en libertad...”(mayúsculas suprimidas)(Sic).
II. En este punto, es preciso aclarar que de los argumentos expuestos por
el peticionario en su demanda, en esencia, el derecho constitucional material
que presuntamente le habría sido conculcado es el derecho a la libertad per-
sonal, ya que en su escrito señala que si bien el Tribunal Tercero de Sentencia
de Santa Ana ordenó su libertad en virtud de haberlo sobreseído definitiva-
mente, la Cámara de lo Penal de la Primera Sección de Occidente ordenó su
captura mediante una resolución que –a su juicio– contiene una valoración
arbitraria de la prueba; por lo que solicita a esta Sala amparo para que se revi-
sen dichas decisiones y la prueba de cargo, se anule el fallo que cuestiona, o en
su defecto a través de esta Sala se habilite el recurso de revisión de sentencia
ante la primera de las autoridades señaladas.
De ahí que, si bien es cierto en la solicitud presentada por el demandante
expresa pedir amparo, de la causa de pedir explicitada en la demanda, se de-
termina que el señor G. H. pide –en rigor– protección a su derecho de libertad
personal.
En ese orden de ideas, debe indicarse que el art. 12 inciso final L.Pr.Cn.
prevé que: “Si el amparo solicitado se fundare en detención ilegal o restricción
de la libertad personal de un modo indebido, se observará lo que dispone el
Título IV de la presente ley”.
En virtud de ello, y siendo que la tramitación de los procesos constitucio-
nales debe realizarse en función del derecho que pretende tutelar, y evitar el
ritualismo y las interpretaciones que supediten la eficacia del derecho a aspec-

644
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

tos puramente formales o literales, esta Sala consideró pertinente encauzar la


pretensión por la vía procesal idónea y se haga el análisis liminar correspon-
diente a la pretensión de hábeas corpus, en atención que la pretensión del
demandante no concuerda con el proceso constitucional elegido, maximizán-
dose así los principios de iura novit curia (suplencia de la queja deficiente, art.
80 L. Pr. Cn.) y el principio de dirección y ordenación del proceso (art. 5 L. Pr.
Cn. y 14 C. Pr. C. M.).
III.- Aclarado lo anterior, se tiene que la pretensión propuesta por el señor
G. H., está encaminada a que este tribunal revise las resoluciones emitidas
por el Tribunal Tercero de Sentencia de Santa Ana y la Cámara de lo Penal de
la Primera Sección de Occidente, en relación a la valoración de prueba, y se
determine que el sobreseimiento definitivo que ordena su libertad es el que
debe prevalecer y no la decisión emitida por la Cámara aludida que ordena
su captura, pues a su juicio no hay prueba contundente que lo incrimine en el
delito, de ahí que pida la anulación de dicho fallo, o en su defecto esta Sala
autorice la tramitación del recurso de revisión de la sentencia.
A ese respecto, si bien el peticionario reclama de resolución emitida por la
Cámara de lo Penal de la Primera Sección de Occidente por alegar que la misma
no se encuentra apegada a derecho, las razones a partir de las cuales sustenta
su queja se limitan a cuestionar dicho fallo, aduciendo valoración arbitraria de
la prueba desfilada en la vista pública, pues la misma carece de contundencia
para acreditar su participación, por lo que pretende que sea revisado por éste
tribunal y declarada su nulidad; sin embargo, no aporta argumentos que des-
criban vulneración de normas constitucionales con afectación directa en sus
derechos de libertad física o integridad física, psíquica o moral, derivadas de la
actuación de la autoridad judicial contra la que reclama.
Lo expuesto por el peticionario únicamente evidencia su inconformidad
con la resolución dictada por la Cámara de lo Penal de la Primera Sección de
Occidente y con la falta de valoración de prueba testimonial y pericial a su
favor; es decir, pretende que este tribunal efectúe un contraste entre sus ar-
gumentos y la postura adoptada por la referida Cámara en la decisión judicial
que cuestiona, con el objeto de que en esta sede se anule la misma y se con-
firme el sobreseimiento definitivo emitido por el Tribunal Tercero de Sentencia
de Santa Ana; sin embargo, son las autoridad judiciales en materia penal, las
que por ley están facultadas para analizar y determinar asuntos como el re-
querido en esta solicitud y por tal razón, lo propuesto constituye un asunto de
mera legalidad.

645
Hábeas Corpus / Improcedencias

Al respecto, se debe insistir en que el mínimo necesario para tramitar y


conocer en el hábeas corpus es la determinación de actos concretos atribui-
dos a una autoridad o particular que generen violaciones constitucionales que
incidan en el derecho de libertad de una persona. Entonces, este tribunal no
tiene atribuida competencia para hacer revisiones de todo lo acontecido den-
tro de un proceso penal, para advertir vicios que puedan evaluarse a favor del
imputado y, por tanto, configurar una pretensión que pueda ser susceptible
de ser analizada a efecto de determinar si se han cometido o no infracciones
bajo los parámetros descritos, sino que resulta imprescindible que se propon-
gan actuaciones de las cuales este tribunal verifique si generan vulneración al
derecho protegido a través del hábeas corpus.
Efectuar análisis como el solicitado constituiría, al igual que los asuntos
de mera legalidad, una desnaturalización de este proceso constitucional, al
convertir a esta Sala en una instancia revisora de la actuación de los jueces pe-
nales, principalmente de la valoración de prueba, sin que se propongan viola-
ciones constitucionales con afectación directa al derecho de libertad personal.
Por lo que, ante la imposibilidad de examinar lo propuesto por el solicitante,
deberá emitirse una declaratoria de improcedencia –véase resoluciones de HC
85-2012 del 16/3/2012 y 83-2012 del 18/04/2012-.
Asimismo, en virtud a la petición referido a que esta Sala declare la nulidad
de la resolución emitida por la Cámara de lo Penal de la Primera Sección de
Occidente , esta Sala ha sostenido que en relación con la aplicación del régimen
de las nulidades, a este tribunal no le corresponde analizar su ocurrencia, dado
que la declaratoria de nulidad se postula como el régimen de inexistencia exigi-
do por una disposición legal, en interés de salvaguardar los valores o principios
que consagra, de modo que elimina el valor o efecto jurídico de un acto por
haberse realizado en contravención a esa disposición, denotando la eficacia de
la norma que pretende hacerse valer ante actos contrarios a ella, lo cual conlle-
va a una interpretación de la legalidad que únicamente corresponde realizar al
juez en materia penal, siendo ello distinto a la declaratoria de una vulneración
constitucional para la cual si está facultado este tribunal –v. gr., improcedencia
HC 232-2013, de fecha 9/1/2013–.
Y es que, aun y cuando se reconozca una vulneración constitucional, ello
no supone bajo ninguna circunstancia que este tribunal determine la existen-
cia de nulidades dentro de un proceso penal, pues no está habilitado –como
se dijo– para efectuar la interpretación de la legalidad que subyace en ese
tipo de alegatos, siendo ello aspectos cuyo conocimiento le corresponde en

646
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

exclusiva al juez penal –resoluciones de HC 118-2008 del 15/7/2010 y 11-2011


del 8/4/2011–.
Finalmente, respecto a la solicitud de peticionario en cuanto a que “por
venia de esta honorable Sala” pueda tener interponer recurso de revisión de la
sentencia ante el Tribunal Tercero de Sentencia de esta Sala, es de indicar que
a este tribunal únicamente le compete el conocimiento de pretensiones en las
que se planteen vulneraciones cometidas en perjuicio de derechos o garantías
constitucionales que incidan en el derecho a la libertad personal, y no sustituir
al juez en su labor jurisdiccional.
De ahí que, si una persona se considera agraviada con el resultado de la
valoración probatoria efectuada por la autoridad judicial, el ordenamiento ju-
rídico secundario contempla los mecanismos pertinentes a interponer en la
jurisdicción penal –medios impugnativos–, así como sus requisitos de proce-
dencia, a fin de controvertir el pronunciamiento que genere el perjuicio alega-
do; pero no puede pretender que por medio de esta Sala –con competencia
constitucional– se autorice o tramite peticiones como las referidas, pues ello
implicaría una invasión a las competencias que les son propias a los jueces
penales, y volvería a esta tribunal una instancia más dentro de ese tipo de
procesos judiciales, lo que desnaturalizaría la función constitucional que le ha
sido encomendada.
Por lo anterior se concluye, que la pretensión propuesta tiene vicios que
constituyen un obstáculos para emitir una decisión de fondo y que torna
inoperante la continuación del proceso, siendo pertinente declararla impro-
cedente
IV. Por otra parte, en virtud de la condición de restricción en la que se
encuentra el peticionario en el Centro Penitenciario de Apanteos y a efecto de
garantizar su derecho de audiencia y de protección jurisdiccional, es proceden-
te aplicar en el presente caso de forma supletoria el artículo 141 inciso 1° del
Código Procesal Civil y Mercantil, para lo cual deberá requerirse cooperación
al Juzgado Cuarto de Paz de Santa Ana, a efecto de notificar este pronuncia-
miento al solicitante de este hábeas corpus, de manera personal, en el estable-
cimiento penitenciario aludido.
Sin perjuicio de dicho señalamiento, de advertirse alguna circunstancia que
imposibilite la comunicación que se ordena practicar al peticionario a través
del aludido medio, también se autoriza a la secretaría de este tribunal para
que proceda a realizar la notificación por otros mecanismos dispuestos en la le-
gislación procesal pertinente y en la jurisprudencia constitucional y que fueren

647
Hábeas Corpus / Improcedencias

aplicables, debiendo efectuar las gestiones necesarias en cualquiera de dichos


medios para cumplir tal fin. Inclusive a través de tablero judicial, una vez ago-
tados los procedimientos respectivos.
Por lo expuesto y de conformidad con los artículos 13 de la Ley de Pro-
cedimientos Constitucionales, 141 inciso 1° y 192 del Código Procesal Civil y
Mercantil, se RESUELVE:
1. Declárase improcedente la pretensión planteada a su favor por el señor
René Eleazar G. H., por haberse alegado asuntos de mera legalidad.
2. Pídase auxilio al Juzgado Cuarto de Paz de Santa Ana, para que notifique
este pronunciamiento al solicitante en el Centro Penitenciario de Apan-
teos.
3. Ordénase a la secretaría de esta Sala que, con el fin de cumplir el requeri-
miento dispuesto en el número precedente, libre el oficio correspondiente
junto con la certificación de esta decisión; y de existir alguna circunstancia
que imposibilite mediante dicha vía ejecutar la notificación, se deberá pro-
ceder conforme a lo dispuesto en esta resolución.
4. Solicítese al funcionario judicial comisionado que informe a esta Sala, a la
brevedad posible, sobre la realización de dicho acto procesal de comunica-
ción.
5. Notifíquese y oportunamente archívese el respectivo proceso constitu-
cional.
J. B. JAIME.---E. S. BLANCO R.---SONIA DE SEGOVIA.---PRONUNCIADO POR
LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E. SOCORRO C.---SRIA.---
RUBRICADAS.

263-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las doce horas y cuarenta y dos minutos del día veintisiete de
enero de dos mil dieciséis.
El presente proceso de hábeas corpus ha sido promovido a su favor por el
señor José René S. J., condenado por el delito de secuestro agravado, contra
actuaciones del Tribunal de Sentencia de Santa Tecla.
Analizada la pretensión y considerando:
I. El peticionario alude que el Tribunal de Sentencia de Santa Tecla emitió
sentencia condenatoria en su contra con fecha 24/10/2007, imponiéndole la

648
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

pena de cincuenta años de prisión por la comisión del delito de secuestro agra-
vado, en vulneración de los principios de culpabilidad y legalidad, en virtud de
que en dicha decisión no concurrieron los presupuestos de ley, con lo cual se le
ha privado de libertad de forma arbitraria.
A su vez cuestiona la resolución emitida por la citada sede judicial de fecha
05/06/2014, en la que inadmitió un recurso de revisión que presentó en contra
de la sentencia mencionada.
Respecto de ambas decisiones judiciales cuestionadas, alega que arbitra-
riamente se le ha condenado como coautor a la pena de cincuenta años de
prisión, sin existir ningún fundamento ni presupuesto legal para ello, realizan-
do una interpretación extensiva de la ley penal y no restrictiva, con ello no
se cumplen los requisitos de tipicidad para acreditarle la calidad de coautor,
pues no se configura legalmente que haya tenido el “codominio funcional del
hecho”, no se le menciona o ubica por ningún medio de prueba valorado o
inmediado en la sentencia firme en relación con algún grado de participación
en la privación de libertad de la víctima, ni en la solicitud de negociación de
entrega del dinero, tampoco fue reconocido por la víctima (y testigo) en el
anticipo de prueba de reconocimiento en rueda de personas, siendo negativo
el resultado, así como no resultó positivo el análisis dactiloscópico del dinero
seriado que fue secuestrado, pues nunca le fue decomisado dinero alguno.
En razón de todo lo anterior, suplica justicia material y no formal en su
caso, aunado a que se considera inocente por no haber participado en el deli-
to referido y a pesar de eso ha sido condenado.
Con fecha 21/08/2015 el solicitante elaboró segundo escrito sosteniendo,
en iguales términos, la pretensión previamente relacionada, el cual fue envia-
do a este Tribunal juntamente con el primer escrito.
II. Ante tal planteamiento, mediante resolución de las doce horas y cuaren-
ta y tres minutos del día 02/10/2015, este Tribunal previno al solicitante a fin de
que expresara de forma clara y precisa: i) de qué manera cada una de las actua-
ciones judiciales cuestionadas son vulneradoras de la Constitución, con especial
referencia al derecho de libertad personal; y ii) si la queja relacionada con la
sentencia definitiva fue planteada durante el juicio o impugnada mediante los
mecanismos legales existentes para tal efecto.
Al respecto el peticionario aduce que la sentencia firme le genera agravio,
al no haber sido respetada en ella por el tribunal sentenciador tanto la ga-
rantía de reserva de ley como el derecho de libertad física, “(...) al acreditarle
arbitrariamente la calidad de coautor y la pena de prisión en dicha calidad

649
Hábeas Corpus / Improcedencias

sin cumplirse los requisitos de ley que el legislador [ha] establecido para ello,
realizándose una interpretación y aplicación extensiva arbitraria al respecto
en la sentencia firme por parte del Tribunal de Sentencia de Santa Tecla, y es
que por otro lado, respecto al principio de legalidad, se ha sostenido por la
Honorable Sala de lo Constitucional que rige a los tribunales jurisdiccionales,
por lo que toda actuación de estos ha de presentarse necesariamente como
ejercicio de un poder o competencia atribuidos previamente por la ley, la que
los construye y delimita, lo cual significa que los tribunales jurisdiccionales de-
ben someterse en todo momento a la ley a la que esta establezca, debiendo
actuar de conformidad a todo ordenamiento jurídico y no realizar actos que
no tienen fundamento legal o cuando no actúan conforme a lo que la ley de la
materia establece, como ocurre en la sentencia firme condenatoria, en la cual
no se ha actuado conforme a lo que la ley de la materia establece respecto a la
coautoría que se me acredita arbitrariamente, realizando en la misma un acto
que no tiene fundamento legal, afectando y trascendiendo hasta mi derecho
a la seguridad jurídica en su relación con el principio de legalidad, implica una
obligación por parte de los funcionarios de respetar los límites que la ley prevé
al momento de realizar una actividad en el ejercicio de sus funciones, de ma-
nera que si la normativa establece el procedimiento que cualquier funcionario
debe seguir o la consecuencia jurídica que debe aplicar a un caso concreto y
este no cumple con lo previamente dispuesto en el ordenamiento jurídico, pro-
duce una afectación a la seguridad jurídica de las personas, como ha ocurrido
en la sentencia firme al acreditarme la calidad e coautor y ponerme en dicha
calidad sin cumplirse los presupuestos de ley para ello (...) configurándose en
la sentencia firme inobservancia del principio de legalidad y seguridad jurídica
con incidencia en mi derechos de libertad, por lo que la restricción de libertad
en que me encuentro en exceso deviene en ser inconstitucional en mi perjuicio
y agravio (...)
(...) La queja relacionada en la sentencia definitiva, fue planteada por la
defensa pública en el juicio como parte de sus argumentos, no siendo impug-
nada por mi defensa pública en casación, pero sí ha sido impugnada por mi
persona ejerciendo mi derecho de defensa material mediante recurso de re-
visión interpuesto por mi persona contra la sentencia firme, el cual me fue
declarado no ha lugar por el referido Tribunal de Sentencia de la ciudad de
Santa Tecla.” (sic.).
III. 1. Antes de analizar la pretensión planteada, esta Sala considera perti-
nente hacer referencia al examen inicial que se realiza sobre la solicitud presen-

650
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

tada en este proceso constitucional, a efecto de verificar el cumplimiento de las


condiciones necesarias para emitir una decisión sobre lo requerido.
En ese sentido, este Tribunal debe corroborar si el peticionario ha superado
los requisitos mínimos para conocer y decidir sobre los alegatos planteados;
pues, cuando se propongan cuestiones que deban ser resueltas por otras au-
toridades y que por lo tanto no trasciendan de ser inconformidades del de-
mandante con lo decidido por una autoridad judicial o administrativa, la tra-
mitación del hábeas corpus será infructuosa y deberá rechazarse la pretensión
al inicio del proceso, por medio de una declaratoria de improcedencia –v. gr.,
improcedencia HC 162-2010 del 24/11/2010–.
2. El peticionario centra su reclamo tanto en la sentencia definitiva conde-
natoria emitida en su contra por la comisión del delito de secuestro agravado,
como en la resolución de inadmisión del recurso de revisión que incoó en con-
tra de la sentencia citada.
En relación con el primer acto reclamado, cuyo fundamento es que en la
sentencia condenatoria pronunciada el 24/10/2007, según afirma el solicitan-
te, no se relacionó prueba que acredite su calidad de coautor en el delito de
secuestro agravado, la cual tampoco consta en el proceso, ni concurrieron los
presupuestos de ley sobre tal calidad; este Tribunal ha sostenido en su juris-
prudencia que el proceso de hábeas corpus tiene por objeto brindar una pro-
tección reforzada al derecho de libertad física o integridad –física, psíquica o
moral–, frente a actuaciones u omisiones de autoridades o particulares que
restrinjan inconstitucional e ilegalmente tales derechos; esas restricciones cons-
tituyen el agravio ocasionado en perjuicio de los solicitantes de este tipo de
proceso –verbigracia, resoluciones interlocutorias HC 53-2011 del 18/2/2011,
104-2010 del 16/6/2010-.
Una de las características esenciales del agravio es su actualidad, ello im-
plica que la restricción que se reclama esté incidiendo en la esfera jurídica del
solicitante al momento en que introduce el reclamo ante esta Sala, pues de
lo contrario, el agravio carece de vigencia y como consecuencia produce un
vicio insubsanable en la pretensión – verbigracia, sentencia HC 423-2013 del
19/11/2013 y sobreseimiento HC 205-2008 del 16/6/2010–.
Sobre este último aspecto, la Sala ha señalado, específicamente en la ju-
risprudencia de amparo – sentencia 24-2009, del 16/11/2012–, que para pre-
servar la seguridad jurídica, deben existir parámetros para establecer la real
actualidad o vigencia del agravio; esto sobre todo porque la Ley de Procedi-
mientos Constitucionales no regula un plazo para presentar una solicitud de
amparo –ni de hábeas corpus– a partir de la ocurrencia del comportamiento

651
Hábeas Corpus / Improcedencias

que ha vulnerado derechos fundamentales. Esto último podría generar que ac-
tuaciones realizadas varios años atrás puedan ser impugnadas mucho tiempo
después de su ocurrencia, con todos los efectos negativos que dicha situación
conlleva, tanto respecto a la seguridad jurídica como consecuencias prácticas –
asimismo, sobreseimiento HC 23-2014, del 2/7/2014–.
Para determinar si un agravio es actual, de acuerdo a este Tribunal, debe
analizarse –en atención a las circunstancias fácticas de cada caso concreto, y,
en especial, a la naturaleza de los derechos cuya transgresión se alega– si el lap-
so transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración a los derechos
fundamentales y la presentación de la demanda, no sea consecuencia de la
mera inactividad de quien se encontraba legitimado para promover el proceso,
pues en el caso de no encontrarse objetivamente imposibilitado para requerir
la tutela de sus derechos y haber dejado transcurrir un plazo razonable sin so-
licitar su protección jurisdiccional se entendería que ya no soporta en su esfera
jurídica, al menos de manera directa e inmediata, los efectos negativos que la
actuación impugnada le ha causado y, consecuentemente, que el elemento
material del agravio que aparentemente se le ha ocasionado ha perdido vigen-
cia –ver además sobreseimiento de HC 132-2014, del 25/7/2014–.
A efecto de determinar la razonabilidad del plazo transcurrido entre la vul-
neración alegada y la solicitud de exhibición personal incoada, debe hacerse un
análisis de las circunstancias del supuesto en atención a criterios objetivos como
la inactividad del pretensor desde el agravio acontecido, que sin justificación
alguna dejó pasar el tiempo sin solicitar la protección jurisdiccional.
En ese orden de ideas, esta Sala advierte que en el presente caso el agravio
alegado por el solicitante –cumplimiento de pena de prisión impuesta en vir-
tud de una sentencia condenatoria en la cual no existen elementos probatorios
que acrediten su calidad de coautor en el delito– carece de actualidad, pues
desde que se pronunció la referida resolución –el 24/10/2007– hasta la fecha
de inicio de su petición de hábeas corpus –02/09/2015– han transcurrido apro-
ximadamente más de siete años; eso significa que, pese a que el solicitante se
ha presentado a esta sede constitucional a plantear su reclamo, lo ha hecho
después de haber transcurrido alrededor de siete años del pronunciamiento
de la referida decisión; de ahí que dicho plazo no resulta razonable para exigir
el control constitucional por el tema de mínima actividad probatoria en una
sentencia condenatoria firme.
Y es que si bien es cierto las autoridades judiciales para determinar la res-
ponsabilidad penal de una persona deben analizar que existan elementos de
convicción vertidos en el proceso que sostengan la comisión del delito atribui-

652
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

do y la participación del imputado en el mismo; es decir, debe mediar en el pro-


ceso un mínimo de actividad probatoria introducida a este válidamente sobre
la cual el juez funde la responsabilidad penal atribuida al imputado –verbigra-
cia resolución de HC 152-2008 de fecha 6/10/2010–; una vez transcurrido un
tiempo razonable sin que el condenado o cualquier persona haya solicitado la
tutela constitucional ante dicha omisión, se considera que desde el momento
en que surgió la posibilidad de exigir dicho control –es decir, desde la emisión
de la sentencia condenatoria contra la cual se reclama– y la presentación de
la solicitud de este hábeas corpus, se desvaneció el agravio planteado en sus
derechos de protección jurisdiccional y defensa con incidencia en su libertad
física; con lo cual objetivamente se carece del elemento material necesario para
continuar con el trámite de la petición incoada, por lo que deberá declararse
improcedente este aspecto de la pretensión.
El aludido criterio jurisprudencial ha sido sostenido por esta Sala en las re-
soluciones emitidas en los procesos de hábeas corpus con referencia 23-2014
del 2/7/2014, 132-2014 del 25/7/2014, 365-2015 del 21/12/2015 –entre otras–,
el cual es aplicable al presente caso por advertirse –según se indicó– la falta de
actualidad en el agravio constitucional alegado al momento de instar la actua-
ción de este Tribunal.
3. Asimismo, respecto a la inadmisión del recurso de revisión cuestionada
por el peticionario, se advierte que este no ha propuesto argumentos que reve-
len un tema de posible vulneración constitucional que deba ser enjuiciado por
este Tribunal, dado que se limita a relacionar que el Tribunal de Sentencia de
Santa Tecla inadmitió dicho medio de impugnación, sin referir de qué manera
ese pronunciamiento le genera agravio en alguno de sus derechos fundamen-
tales que pudieran ser tutelados a través de este proceso constitucional, pese
a que esta Sala le otorgó la oportunidad de expresar de manera clara de qué
forma esa decisión judicial ocasionaba un perjuicio inconstitucional en tales
derechos.
Al ser así, este Tribunal se encuentra imposibilitado para continuar el trá-
mite normal del cuestionamiento incoado contra la resolución de inadmisión
del recurso de revisión presentado por el señor S. J., pues carece trascendencia
constitucional, por lo que debe ser rechazado mediante su declaratoria de im-
procedencia.
IV. Por otra parte, se advierte que previamente este Tribunal consignó el
mecanismo para efectuar las comunicaciones correspondientes, al cual deberá
continuar atendiendo la Secretaría.

653
Hábeas Corpus / Improcedencias

Por las razones expuestas y con base en los artículos 11 inciso 2° de la Cons-
titución, 13, 26, 30, 43, 44, 45, 46 y 71 de la Ley de Procedimientos Constitucio-
nales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárase improcedente la pretensión propuesta en torno tanto a la sen-
tencia definitiva condenatoria, como a la resolución emitida por el Tribu-
nal de Sentencia de Santa Tecla mediante la cual inadmitió el recurso de
revisión interpuesto por el señor José René S. J.; en virtud de que, en el
primer cuestionamiento el agravio alegado carece de actualidad, y, en
el segundo, no plantea un tema de posible vulneración consti-
tucional que deba ser enjuiciado por este Tribunal.
2. Notifíquese.
F. MELENDEZ.---J. B. JAIME.---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZALEZ.---PRONUN-
CIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E. SOCORRO
C.---SRIA.---RUBRICADAS.

7-2016

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las doce horas con once minutos del día veintisiete de enero de
dos mil dieciséis.
El presente proceso de hábeas corpus ha sido promovido por el abogado
Arturo Ernesto López Contreras a favor del señor William Misael N. A., procesa-
do por el delito de organizaciones terroristas, en contra del Juzgado de Paz de
Aguilares y el Juzgado de Instrucción de Quezaltepeque.
Analizada la pretensión y considerando:
I. El peticionario aduce que el Juzgado de Paz de Aguilares celebró audien-
cia inicial el 18/12/2015 en el proceso penal seguido en contra del señor N.
A., decretando instrucción con imposición de la medida cautelar de detención
provisional.
A ese respecto, sostiene que “... [e]n el mismo acto, la [d]efensa del agra-
viado interpuso [r]ecurso de [r]evocatoria con [a]pelación [s]ubsidiaria ante el
Juez de Paz en mención, quien declar[ó] sin lugar la [r]evocatoria en comento
y OMITI[Ó] DARLE TR[Á]MITE RESPECTIVO A LA APELACI[Ó]N SUBSIDIARIA,
remitiendo al margen de la ley, sus actuaciones al Juzgado de Instrucción de
Quezaltepeque, cuya Juzgadora las ratificó en [a]uto respectivo notificado el 6
de enero de 2016 (...)

654
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Este [d]efensor sostiene que el Juez de Paz de Aguilares ha violentado la


legalidad de su propia decisión al no conceder el [d]erecho de [a]cceso a la ac-
tivación de un [m]edio [i]mpugnativo como el mencionado, por no remitir las
actuaciones y providencias realizadas por él, bajo los efectos de la [a]pelación
[s]ubsidiaria.
Este [d]efensor sostiene que la Jueza de Instrucción de Quezaltepeque ha
violentado los parámetros legales establecidos en nuestro [s]istema [p]rocesal
[p]enal, al omitir dar trámite a la [a]pelación [s]ubsidiaria interpuesta por esta
[d]efensa en tiempo y forma y como consecuencia ha limitado el [d]erecho de
[a]cceso al [m]edio [i]mpugnativo de [a]pelación [s]ubsidiaria en detrimento
de la [d]efensa de William Misael N. A.
La situación jurídica del agraviado debi[ó] haber establecido una congruen-
cia entre el contenido fáctico del hecho inculpado y la calificación jurídica del
delito en mención. Pero es el caso que del contenido fáctico del hecho inculpa-
do, el cual se detalla en documentación adjunta no se vislumbra participación
alguna de mi defendido en ningún tipo penal llamado Organizaciones Terroris-
tas, máxime cuando mi defendido fue detenido en un lugar abierto al público
y sin realizar ninguna conducta relacionada (...) [con el] delito en mención.
Según el hecho inculpado, mi defendido fue detenido el 13 de diciembre
de 2015 en el parqueo interno de una cervecería en Aguilares junto a otras per-
sonas, siendo el caso que a mi defendido no se le atribuye ninguna conducta
relacionada con el delito de Organizaciones Terroristas.
Este [d]efensor sostiene que la [d]etención [p]rovisional impuesta por el
Juez de Paz y confirmada por la Jueza Instructora en mención, agravian el [d]
erecho de [l]ibertad (...) de William Misael N. A. como consecuencia de una [d]
etención emitida por autoridad pero sin revestir de legalidad que exige el art[í]
culo 329 1) Pr. Pn. que contempla los requisitos para decretar la [d]etención [p]
rovisional de una persona: elementos de convicción suficientes para sostener
razonablemente la existencia de un delito y la probabilidad de participación del
agraviado; extremos que no se observan y deducción que se extrae de la simple
lectura del contenido f[á]ctico del caso y de la calificación jurídica aplicada a
dicho hecho.
Finalmente esta [d]efensa sostiene que la [d]etención de William Misael
N. A. no se encuentra apegada a la legalidad por cuanto la misma autoridad
jurisdiccional ha limitado en perjuicio del agraviado su [d]erecho de [a]cceso
efectivo al [m]edio [i]mpugnativo de [a]pelación [s]ubsidiaria y confirma una
[d]etención sin elemento de convicción alguno que pueda estar relacionado

655
Hábeas Corpus / Improcedencias

o tenga concordancia entre el hecho y la calificación jurídica atribuida al mis-


mo...”(sic).
II. Antes de analizar la pretensión planteada, esta Sala considera pertinen-
te hacer referencia al examen inicial que se realiza a la solicitud presentada en
este proceso constitucional, para verificar el cumplimiento de las condiciones
necesarias para emitir una decisión sobre lo requerido.
En ese sentido, este Tribunal debe verificar si el peticionario ha presentado
los requisitos mínimos para conocer y decidir sobre los alegatos planteados;
pues, cuando se propongan cuestiones que deban ser resueltas por otras au-
toridades y que por lo tanto no trasciendan de ser inconformidades del de-
mandante con lo decidido por una autoridad judicial o administrativa, la tra-
mitación del hábeas corpus será infructuosa y deberá rechazarse la pretensión
al inicio del proceso, por medio de una declaratoria de improcedencia –v. gr.,
improcedencia HC 162-2010 del 24/11/2010-.
III. Con ese objeto, este Tribunal determina que el solicitante –en síntesis–
plantea dos reclamos: i) Que el Juzgado de Paz de Aguilares omitió tramitar el
recurso de apelación subsidiaria interpuesto en audiencia inicial contra la deci-
sión que declara sin lugar el recurso de revocatoria de la resolución que decre-
ta la instrucción del proceso penal e impone la medida cautelar de detención
provisional en contra del señor N. A.; y, ii) falta de motivación del requisito de
la apariencia de buen derecho para decretar la medida cautelar de detención
provisional en contra del favorecido, “deducción que se extrae de la simple lec-
tura del contenido fáctico del caso y de la calificación jurídica aplicada a dicho
hecho”.
1. El peticionario aduce, en su primer reclamo, vulneración al derecho a
recurrir por cuanto el Juez de Paz de Aguilares omitió seguir el trámite respec-
tivo al recurso de apelación subsidiaria interpuesto en audiencia inicial contra
la resolución que deniega el recurso de revocatoria de la decisión que ordena
la instrucción formal y decreta la medida cautelar de detención provisional en
contra del favorecido.
A ese respecto, debe decirse que el artículo 453 inciso 1° del Código Proce-
sal Penal señala que.los recursos deberán interponerse bajo pena de inadmisibi-
lidad, en las condiciones de tiempo y forma que se determinen, con indicación
específica de los puntos de la decisión que son impugnados.
Así, respecto al recurso de revocatoria el artículo 461 inciso 1° del Código
Procesal Penal dispone que este procederá contra las decisiones pronunciadas
en audiencia o fuera de ellas, contra las decisiones que resuelvan un incidente
o cuestión interlocutoria. Por su parte, el artículo 463 señala que cuando se

656
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

trata de recursos de revocatoria por escrito, la resolución que recaiga causará


ejecutoria, a menos que se haya interpuesto en el mismo momento y en forma,
con el de apelación subsidiaria y éste sea procedente.
A partir de lo anterior, esta Sala considera que la afectación constitucio-
nal que aduce el pretensor en el derecho a recurrir del favorecido, de acuerdo
con la propia configuración legal del proceso penal, es inexistente, pues la ley
adjetiva penal no habilita la posibilidad de interponer recurso de apelación
subsidiario de forma oral en audiencia contra la decisión que deniega la revo-
catoria, sino solo cuando este último medio de impugnación sea interpuesto
por escrito. Precisamente, el artículo 452 inciso 1° del Código Procesal Penal
dispone que las resoluciones judiciales serán recurribles solo por los medios y
en los casos expresamente establecidos.
En ese sentido, el peticionario pretende que se reconozca una supuesta
vulneración constitucional en el derecho a recurrir a partir de su errónea inter-
pretación de la ley, pues a su parecer la autoridad judicial demandada debió
tramitar el recurso de apelación subsidiaria, el cual según se ha señalado, no
fue interpuesto en la forma que establece la ley procesal penal.
Con base en lo expuesto, este Tribunal considera que los planteamientos del
pretensor se traducen en una mera inconformidad con la decisión que declara
sin lugar el recurso de revocatoria interpuesto contra la decisión que ordenó
instrucción formal del proceso penal y decretó la medida cautelar de detención
provisional en contra del favorecido, al no habilitarse legalmente la apelación
subsidiaria de forma oral contra dicha decisión. De ahí que, lo alegado –en
esos términos– carece de contenido constitucional, al no estar vinculado con el
objeto de control en el proceso constitucional que nos ocupa.
2. En el segundo alegato el peticionario sostiene la falta de motivación del
requisito legal de la apariencia de buen derecho para decretar la medida cau-
telar de detención provisional en contra del favorecido, pues señala que no se
observan los extremos de la configuración de la existencia del delito y la proba-
ble participación del procesado.
A ese respecto, debe decirse que si bien el actor aduce un tema que podría
tener trascendencia constitucional, de las argumentaciones que sostiene dicho
alegato se advierte que su pretensión está orientada a que esta Sala analice los
hechos acusados y la calificación jurídica impuesta al señor N. A., pues manifies-
ta que la falta de motivación del aludido requisito legal se deduce de “... la sim-
ple lectura del contenido fáctico del caso y de la calificación jurídica aplicada a
dicho hecho...”, ya que a su parecer del “... contenido fáctico del hecho (...) no
se vislumbra participación alguna de mi defendido en ningún tipo penal llama-

657
Hábeas Corpus / Improcedencias

do Organizaciones Terroristas (...), siendo el caso que a mi defendido no se le


atribuye ninguna conducta relacionada con el [aludido] delito...”(sic). En otras
palabras, el actor no señala deficiencias en la fundamentación de la decisión
judicial reclamada, sino que se limita a indicar una aparente “incongruencia”
entre la relación de los hechos y la calificación jurídica establecida.
Sobre tal punto es preciso indicar que la jurisprudencia constitucional ha
sostenido que si esta Sala analizara si la conducta de una persona se adapta
al comportamiento previsto en un tipo penal determinado, ello supondría la
valoración de los elementos probatorios incorporados al proceso penal, siendo
dicha facultad una labor que les ha sido otorgada únicamente a los jueces y
tribunales competentes en el área penal, y cuya determinación, en definitiva,
constituye un asunto de mera legalidad, que por su naturaleza está excluido
del conocimiento de esta Sala –verbigracia, improcedencia HC 205-2010 de fe-
cha 26/1/2011–.
Y es que precisamente a los jueces competentes en materia penal les atañe
determinar la calificación jurídica provisional o definitiva – en la sentencia– de
los hechos, entre otros aspectos, por cuanto se les ha encomendado por ley
el control de la legalidad; por lo tanto este Tribunal no puede sobrepasar esa
función jurisdiccional, al hacerlo se estaría arrogando facultades concedidas ex-
clusivamente a los jueces penales –improcedencia HC 44-2010, del 18/3/2010–.
Entonces, a partir de la jurisprudencia constitucional aludida, se considera
que en los términos propuestos la pretensión del actor está orientada a plan-
tear su inconformidad con la decisión que impone la medida cautelar de de-
tención provisional por considerar que los hechos acusados no guardan “con-
gruencia” con la calificación jurídica atribuida al señor N. A.
Por lo expuesto, se determina que existen vicios insubsanables que imposi-
bilitan a este Tribunal efectuar un análisis constitucional respecto de los argu-
mentos propuestos al reclamar asuntos de estricta legalidad y, en consecuen-
cia, se torna inoperante la tramitación del presente hábeas corpus hasta su
completo desarrollo.
IV. El abogado López Contreras designó un medio técnico y una dirección
para recibir notificaciones, los cuales deberán ser tomados en cuenta para tal
efecto; sin embargo, de advertirse alguna circunstancia que imposibilite la co-
municación que se ordena practicar a la parte actora a través de tales vías,
también se autoriza a la Secretaría de este Tribunal para que proceda a realizar
la notificación por otros mecanismos dispuestos en la legislación procesal per-
tinente y en la jurisprudencia constitucional y que fueren aplicables, debiendo
efectuar las gestiones necesarias en cualquiera de dichos medios para cumplir

658
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

tal fin. Inclusive a través de tablero judicial, una vez agotados los procedimien-
tos respectivos.
Por las razones expresadas y en cumplimiento de los artículos 11 inciso 2°
de la Constitución y 13 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, esta Sala
RESUELVE:
1. Declárase improcedente la pretensión planteada por el abogado Arturo
Ernesto López Contreras a favor del señor William Misael N. A., por eviden-
ciarse vicios al reclamar cuestiones de estricta legalidad.
2. Tome nota la Secretaría de esta Sala del medio técnico y de la dirección
señalados por el peticionario para recibir los actos procesales de comunica-
ción y, de existir alguna circunstancia que imposibilite mediante dicha vía
ejecutar la notificación que se ordena, se deberá proceder conforme a lo
dispuesto en el considerando IV de esta resolución.
3. Notifíquese la presente resolución y oportunamente archívese el corres-
pondiente proceso constitucional.
F. MELENDEZ---J. B. JAIME---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZALEZ.---PRONUN-
CIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E. SOCORRO
C.---SRIA.---RUBRICADAS.

16-2016

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las doce horas con cincuenta y un minutos del día diez de febre-
ro de dos mil dieciséis.
El presente proceso constitucional de hábeas corpus ha sido promovido por
el abogado Selvin Bladimir Martínez Hernández, en contra del Juzgado Tercero
de Paz de San Miguel, a favor del señor Roberto Armando D. M., procesado por
el delito de peculado.
Analizada la pretensión y considerando:
I. El peticionario manifiesta que se ha restringido de manera ilegal la liber-
tad personal del señor Roberto Armando D. M., quien se encuentra recluido en
las bartolinas de la Delegación de la Policía Nacional Civil de la ciudad de San
Miguel.
Al respecto, expone los siguientes reclamos:
1. En principio, alega que el señor D. M. fue capturado por agentes de la
División de Asuntos Internos de la Policía Nacional Civil, sin que hubiera orden
escrita que justificara la existencia de una detención administrativa o provisio-

659
Hábeas Corpus / Improcedencias

nal; asimismo, agrega que no concurren en este caso los requisitos de la deten-
ción en flagrancia, por lo que tampoco podía ser detenido bajo tal supuesto,
para luego ser presentado ante el Juzgado Tercero de Paz de San Miguel, quien
le decretó detención provisional por atribuírsele la comisión del delito de pe-
culado.
2. En segundo lugar, expresa que “... [el] Juez Tercero de Paz de la ciudad
de San Miguel, quien (...) [al] realizar la audiencia inicial (...) le decreta deten-
ción provisional y toma como base para decretar esta medida los elementos
de convicción presentados por la representación fiscal (...) En ninguna de estas
diligencias (...) se individualiza a mi representado ni se le identifica como el su-
jeto que realizó la sustracción del dinero de las evidencias que se encontraban
en el laboratorio de la Regional Antinarcóticos de la Policía Nacional Civil de la
ciudad de San Miguel por el delito de peculado atribuido a mi cliente; lo base
probatoria que la Policía Nacional Civil tomo para detener a mi representado es
lo manifestado por el inspector (...) quien refiere en su dicho que posiblemente
sea mi representado, puesto que él es el encargado del laboratorio y que hay
otro técnico, con la misma función pero que se encontraba de vacaciones, sin
tomar en cuenta que no se sabía y no se sabe cuándo realmente fueron las
sustracciones de dinero de las evidencias y por quien o quienes fueron sustraí-
das, que dicho sea de paso hay sustracción no solo de las evidencias que se
encuentran embaladas por mi representado, sino también otras embaladas por
el otro técnico […] y otras de otro que estuvo anteriormente, (...) la libertad (...)
debe ser protegid[a] (...) y su afectación debe estar motivada por fundamentos
jurídicos y probatorios suficientes (...) no existiendo [en este caso] suficientes
elementos de convicción para acreditar la apariencia de buen derecho en lo
que se refiere [a la] probable participación del procesado en el delito que se
le imputa (...) pues no hay elementos que este haya sustraído el dinero y él no
es el responsable de todo lo que se encuentra dentro del laboratorio...” (Sic).
II. 1. Con relación al reclamo vinculado a la inexistencia de orden escrita
o de flagrancia para ejecutar la detención policial del señor Roberto Arman-
do D. M., debe indicarse que este tribunal ha establecido en su jurisprudencia
que para proceder al análisis constitucional de un asunto, debe verificarse si al
momento de plantearse la pretensión, el acto reclamado estaba produciendo
un agravio en la esfera jurídica del favorecido, pues si al iniciarse el proceso
constitucional de hábeas corpus, el acto cuestionado ya no sigue surtiendo
efectos, el agravio alegado deviene en inexistente y ello viciaría la pretensión –
verbigracia, sentencia HC 205-2008 del 16/6/2010–.

660
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Por tanto, al solicitar la protección constitucional, la persona que se pre-


tende favorecer debe estar sufriendo afectaciones en sus derechos de libertad
física, dignidad o integridad física, psíquica o moral, derivadas de la actuación
u omisión de alguna autoridad o particular contra la que se reclama; así, en
caso de emitirse una decisión estimatoria, se hagan cesar dichas incidencias,
restableciéndose, si ese fuere el caso, tales categorías jurídicas –verbigracia,
sobreseimiento HC 176-2007 del 15/1/2010–.
De acuerdo con los precedentes jurisprudenciales citados, es preciso aco-
tar que en el caso particular, el pretensor expresa que en el proceso instruido
en contra de la persona que se pretende favorecer no consta la existencia de
una orden de detención administrativa –o provisional– por escrito y, además,
que no se justifica la concurrencia de los requisitos de la flagrancia para que la
Policía Nacional Civil pudiera detener al señor D. M.; sin embargo, expresa que
dicha detención administrativa ya no está surtiendo efectos en la libertad del
referido señor, pues actualmente el Juzgado Tercero de Paz de San Miguel le
ha decretado en su contra detención provisional.
Así, la actuación reclamada ha perdido vigencia pues, la restricción al de-
recho de libertad física del señor D. M., ya no depende de la actuación que a
criterio del peticionario adolece de inconstitucionalidad –detención policial sin
orden escrita ni flagrancia– sino de otra diferente –detención provisional– y,
por lo tanto, el cuestionamiento que ahora se viene a exponer presenta un
vicio de falta de actualidad en el agravio alegado.
Lo anterior porque el planteamiento de la pretensión, no cuenta con el re-
quisito ineludible de la existencia de una vulneración constitucional que al mo-
mento de requerir la actividad de esta Sala esté surtiendo efectos en el derecho
de libertad del referido señor, lo que impide conocer y decidir su pretensión
por medio de sentencia de fondo, dado que no fue oportunamente planteada.
Así, se configura una circunstancia que impide un pronunciamiento sobre el
fondo del asunto (verbigracia resolución de HC 57-2012 de fecha 21/3/2012).
Hechas las consideraciones que anteceden, y ante la imposibilidad de exa-
minar lo propuesto por el solicitante sobre este tema, deberá rechazarse este
punto de la pretensión, por medio de una declaratoria de improcedencia.
2. En su último alegato, el pretensor sostiene que la detención provisional
decretada en contra de la persona que se quiere favorecer, no está sustentada
en elementos probatorios suficientes que permitan individualizarlo, fundamen-
tándose la misma solo en el testimonio de un inspector policial, quien sostiene
que aquel es responsable de la sustracción de ciertas evidencias por ser el en-

661
Hábeas Corpus / Improcedencias

cargado de dicha área, desconociéndose con ello que en la misma oficina han
laborado otras personas.
Con relación a lo reclamado, debe decirse que esta Sala en su jurispruden-
cia ha establecido que no está dentro de sus atribuciones el revisar la actividad
de valoración de la prueba que haya determinado a un juez o tribunal penal a
declarar la existencia de un delito y la participación de una persona en la comi-
sión de un hecho delictivo, pues la valoración probatoria de cargo y descargo,
así como establecer la suficiencia de la prueba aportada en el proceso, es de ex-
clusiva competencia de las autoridades encargadas de dirimir el proceso penal.
Por tanto, si se considera que una autoridad judicial, al restringir la libertad
física no realizó una adecuada valoración de los elementos probatorios, tiene
expeditos los medios impugnativos que la normativa secundaria establece para
intentar revocar dichas decisiones –verbigracia, resolución de HC 332-2012 del
19/12/2012–.
En el caso particular esta Sala determina que, de los hechos planteados se
evidencia una inconformidad del solicitante con la detención provisional de-
cretada al señor D. M., y con la valoración efectuada sobre la prueba de cargo
en la cual el Juez Tercero de Paz de San Miguel sustentó su decisión –específi-
camente con el testimonio de un inspector policial–; ya que, según el peticio-
nario, en la oficina donde se aduce que la persona que se pretende favorecer
sustrajo ciertas evidencias, también laboraban otras personas lo que impide
individualizar al responsable.
De ahí que, de los argumentos propuestos se revela que el reclamo des-
cansa en una inconformidad con la detención provisional que decretara el juez
respectivo. En tal sentido, lo alegado carece de relevancia constitucional, pues
los jueces penales son los facultados para ello, siendo improcedente su cono-
cimiento; y es que si a través de este proceso se entrase a examinar aspectos
puramente legales como el planteado, se produciría una desnaturalización del
proceso de hábeas corpus, convirtiendo a esta Sala –con competencia cons-
titucional–, en una instancia más dentro del proceso iniciado en sede penal,
ocasionando un dispendio de la actividad jurisdiccional.
En consecuencia, los alegatos expuestos inhiben a esta Sala de emitir un
pronunciamiento de fondo sobre el derecho fundamental tutelado mediante
el hábeas corpus, pues de hacerlo estaría actuando al margen de su compe-
tencia. Y es que, si una persona se considera agraviada con el resultado de la
valoración de los hechos y de la probanza, en lo atinente al establecimiento de
la responsabilidad penal, el ordenamiento jurídico secundario contempla los
mecanismos pertinentes a interponer en la jurisdicción penal –medios impug-

662
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

nativos– a fin de controvertir el perjuicio ocasionado por el pronunciamiento


judicial antes referido.
Por las consideraciones que anteceden, esta Sala advierte vicios en la pre-
tensión del abogado Selvin Bladimir Martínez Hernández, imposibilitándose
conocer del fondo de la misma por alegarse asuntos de estricta legalidad; por
tanto, deberá finalizarse el presente proceso mediante la declaratoria de im-
procedencia.
III. La secretaría de esta Sala deberá tomar nota del medio electrónico se-
ñalado por el peticionario para recibir los actos procesales de comunicación.
De advertirse alguna circunstancia que imposibilite la comunicación que se
ordena practicar al peticionario a través del medio indicado en el número an-
terior, se autoriza a la secretaría de este tribunal para que proceda a realizar
la notificación por otros mecanismos dispuestos en la legislación procesal per-
tinente que fueren aplicables, debiendo efectuar las gestiones necesarias en
cualquiera de dichos medios para cumplir tal fin. Inclusive a través de tablero
judicial, una vez agotados los procedimientos respectivos.
Por las razones expresadas y en cumplimiento de los artículos 11 inciso 2°
de la Constitución, 13 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, esta Sala
RESUELVE:
1. Declárese improcedente la pretensión de hábeas corpus planteada a favor
del señor Roberto Armando D. M., por existir falta de actualidad respecto de
uno de los reclamos alegados y por haberse propuesto un asunto de mera
legalidad, conforme lo expuesto en el considerando II de esta decisión.
2. Tome nota la secretaría de esta Sala del medio electrónico señalado para
recibir los actos procesales de comunicación; sin embargo, de existir alguna
circunstancia que imposibilite mediante dicha vía ejecutar la notificación
que se ordena, se deberá proceder conforme a lo dispuesto en el conside-
rando III de esta resolución.
3. Notifíquese.
---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME---E. S. BLANCO R.---PRONUNCIADO POR LOS
SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E. SOCORRO C.---SRIA.---RUBRI-
CADAS.

19-2016

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las doce horas y once minutos del día diez de febrero de dos
mil dieciséis.

663
Hábeas Corpus / Improcedencias

El presente proceso de hábeas corpus ha sido promovido a su favor por el


señor Carlos Alfredo U. M., condenado por el delito de secuestro agravado,
contra actuaciones del Tribunal Sexto de Sentencia de San Salvador y la Sala de
lo Penal de la Corte Suprema de Justicia.
Analizada la pretensión y considerando:
I. El peticionario reclama contra la pena de treinta y cinco años de prisión
que le fue impuesta por el Tribunal Sexto de Sentencia de San Salvador por atri-
buírsele el delito de secuestro agravado en calidad de coautor y contra la deci-
sión emitida por la Sala de lo Penal, el 3/3/2015, en la cual “.... reitera la misma
restricción ilegal e ilegítima de mi derecho de libertad ambulatoria mediante
pena que no se encuentra en conformidad a la ley...”; lo anterior por conside-
rar que tales decisiones no se encuentran apegadas a la ley al no concurrir los
requisitos de la coautoría y por ello sostiene que ambas autoridades inobservan
el principio de legalidad y la seguridad jurídica.
“…[L]os tribunales jurisdiccionales deben actuar de conformidad al ordena-
miento jurídico, lo cual incumplen las autoridades denunciadas en mi agravio
en la pena de prisión impuesta en la sentencia firme y la resolución emitida al
respecto por la Sala de lo Penal al anular la resolución favorable a mi persona
en recurso de revisión, al imponerme una pena en la calidad de coautor sin
concurrir los presupuestos de ley para ello, por lo que el principio de legalidad
se ve vulnerado (...) ya que el demandado en la sentencia firme realiza una in-
terpretación extensiva analógica respecto al coautor (...) al acreditarme dicha
calidad de forma arbitraria en la sentencia firme, por lo que tanto el Tribunal
Sexto de Sentencia de la ciudad de San Salvador, y la Sala de lo Penal de la Cor-
te Suprema de Justicia, no actúan en sujeción al principio de reserva de ley (...),
lo cual se violenta mediante las actuaciones de las autoridades denunciadas,
encontrándome restringido ilegalmente de mi derecho de libertad ambulato-
ria por una pena de prisión que no es encuentra en conformidad a la ley, exis-
tiendo inobservancia del principio de legalidad y seguridad jurídica ambos de
rango constitucional con incidencia en mi derecho de libertad ambulatoria, ya
que no me corresponde una pena de prisión excesiva como coautor, sino que
en menor cantidad de restricción de mi derecho de libertad como cómplice no
necesario...” (sic.).
II. Con relación a los reclamos planteados es de indicar, como esta Sala lo ha
reiterado en su jurisprudencia, que los asuntos sometidos a control por medio
del proceso de hábeas corpus deben fundarse en la existencia de vulneraciones
a derechos fundamentales con incidencia en la libertad física de las personas,

664
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

es decir deben de tener un matiz constitucional –verbigracia, improcedencia


HC 162-2010 del 24/11/2010–.
Caso contrario, cuando se propongan cuestiones que deban ser resueltas
por otras autoridades y que por lo tanto no trasciendan de ser inconformida-
des de los demandantes con lo decidido, la tramitación del hábeas corpus será
infructuosa y deberá rechazarse la pretensión al inicio del proceso, por medio
de una declaratoria de improcedencia.
III. En el presente caso el peticionario reclama –en síntesis– contra la sen-
tencia condenatoria firme que se le impuso la pena de treinta y cinco años de
prisión por la comisión del delito de secuestro agravado, en calidad de coautor,
y contra la decisión de la Sala de lo Penal de esta Corte, de fecha 3/3/2015, me-
diante la cual se anuló la resolución favorable de un recurso de revisión y se “re-
itera” la aludida sentencia definitiva, por vulnerar ambas decisiones el principio
de legalidad y seguridad jurídica, al no concurrir –a su parecer– los requisitos
legales de la coautoría sino los del cómplice no necesario y, por lo tanto, alega
que cumple una pena de prisión excesiva e inconstitucional.
A partir de lo expuesto por el propio peticionario se advierte que su plan-
teamiento lo funda en su inconformidad con las decisiones judiciales antes
señaladas al haber determinado, en la primera, su participación delincuencial
como coautor en el delito de secuestro agravado y haber impuesto, en con-
secuencia, una pena de prisión en relación con dicha calidad y, en la segunda
por haberse ratificado tal pronunciamiento condenatorio, pues a su parecer la
sanción penal a imponer en su caso debía ser la correspondiente a la calidad de
cómplice no necesario y ante ello aduce que hubo una interpretación extensiva
analógica respecto a la coautoría.
Esta Sala ha sostenido reiteradamente en su jurisprudencia que el estableci-
miento de la participación delincuencial de una persona –ya sea en calidad de
autor, coautor, instigador o cómplice, en cualquiera de sus modalidades– en un
hecho delictivo concreto, así como la fijación de la correspondiente sanción pe-
nal a imponer de acuerdo con los límites establecidos en la ley y las circunstan-
cias que concurran en el caso, son atribuciones legales que les competen a los
jueces penales que emiten las sentencias definitivas, pues a ellos les compete la
valoración de los hechos y las pruebas agregadas a un proceso penal –improce-
dencia HC 55-2012 del 29/2/2012–.
Sobre esto último, es preciso señalar que el proceso de hábeas corpus por
su naturaleza constitucional no es una instancia más dentro del proceso penal,
pues la competencia de esta Sala es en materia constitucional. De manera que,

665
Hábeas Corpus / Improcedencias

el argumento del señor U. M. orientado a que este Tribunal analice lo relativo


a su participación delincuencial a fin de determinar que le corresponde cumplir
una sanción penal “menor”, carece de contenido constitucional.
Así, el planteamiento expuesto por el favorecido inhibe a esta Sala de emi-
tir un pronunciamiento sobre el derecho tutelado mediante el proceso consti-
tucional de hábeas corpus –libertad personal–, pues de hacerlo estaría actuan-
do al margen de su competencia.
Por las razones expuestas este Tribunal conforme a sus atribuciones está
impedido de conocer sobre lo alegado por tratarse de un asunto de estricta
legalidad, y ante la imposibilidad de examinar lo propuesto por el actor deberá
emitirse una declaratoria de improcedencia.
IV. Por otra parte, es preciso acotar que el señor U. M. refiere que cumple
pena de prisión por sentencia condenatoria firme, en otras palabras, plantea el
conocimiento de una decisión ejecutoriada.
A ese respecto, es preciso acotar que este Tribunal ha sostenido en su ju-
risprudencia la posibilidad de tramitar un proceso constitucional de hábeas
corpus aunque exista sentencia condenatoria firme cuando se aleguen vulne-
raciones constitucionales, pero lo ha condicionado al cumplimiento de dos ex-
cepciones sin que ello vulnere el principio constitucional de cosa juzgada –al
respecto, véase la sentencia del HC 190-2008 de fecha 10/11/2010–. De manera
que, el actor debe señalar con precisión el cumplimiento de alguno de los requi-
sitos dispuestos en el referido precedente jurisprudencial; sin embargo, antes
de verificar su concurrencia es indispensable que el reclamo propuesto eviden-
cie trascendencia constitucional para luego examinar si es posible, a pesar de
existir una sentencia ejecutoriada, conocer sobre el fondo de lo solicitado.
Lo anterior no sucede en el presente caso pues, como se sostuvo en el con-
siderando precedente, los argumentos propuestos por el solicitante son de
estricta legalidad, consecuentemente, deberá emitirse una declaratoria de im-
procedencia.
V. Se advierte que el actor señaló como lugar para recibir notificaciones el
Centro Penitenciario de Seguridad de Zacatecoluca.
A ese respecto, esta sala considera pertinente acceder al requerimiento del
señor U. M., ello tomando en cuenta la condición de restricción en la que se
encuentra dentro del referido establecimiento penitenciario. Por lo tanto, con
el fin de asegurar el conocimiento directo e inmediato de esta resolución es
procedente notificarle la presente por medio de auxilio judicial – previsto en
el artículo 141 inciso 1° del Código Procesal Civil y Mercantil, de aplicación su-

666
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

pletoria–, pues este mecanismo deja constancia del momento exacto en que el
solicitante la recibe.
En ese sentido, a efecto de garantizar el derecho de audiencia y a la protec-
ción jurisdiccional del peticionario deberá requerirse la cooperación del Juzga-
do Segundo de Paz de Zacatecoluca, a efecto de notificar este pronunciamien-
to al solicitante, de manera personal, en el mencionado centro penal.
Sin perjuicio de lo expuesto, de advertirse alguna circunstancia que im-
posibilite la comunicación que se ordena practicar al solicitante a través del
aludido mecanismo, también se autoriza a la Secretaría de este Tribunal para
que proceda a realizar la notificación por otras vías dispuestas en la legis-
lación procesal pertinente y que fueren aplicables, debiendo efectuar las
gestiones necesarias por cualquiera de dichos medios para cumplir tal fin.
Inclusive a través de tablero judicial, una vez agotados los procedimientos
respectivos.
Por las razones expuestas y de conformidad con los artículos 11 inciso 2° de
la Constitución, 13 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, 141 inciso 1°
y 192 del Código Procesal Civil y Mercantil –de aplicación supletoria–, esta Sala
RESUELVE:
1. Declárase improcedente la pretensión planteada por el señor Carlos Alfre-
do U. M., por alegarse un asunto de estricta legalidad.
2. Requiérase auxilio al Juzgado Segundo de Paz de Zacatecoluca, para que
notifique este pronunciamiento al solicitante en el Centro Penitenciario de
Sensuntepeque.
3. Ordénase a la Secretaría de esta Sala que, con el fin de cumplir el requeri-
miento dispuesto en el número precedente, libre el oficio correspondiente
junto con la certificación de esta decisión; y, de existir alguna circunstancia
que imposibilite mediante dicha vía ejecutar la comunicación que se orde-
na; se deberá proceder conforme a lo dispuesto en el considerando V de
esta resolución.
4. Solicítese al funcionario judicial comisionado que informe a esta Sala, a la bre-
vedad posible, sobre la realización de dicho acto procesal de comunicación.
5. Notifíquese la presente resolución y oportunamente archívese el respectivo
expediente.
---A. PINEDA---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME---E. S. BLANCO R.---PRONUNCIA-
DO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E. SOCORRO C.---
SRIA.---RUBRICADAS.

667
Hábeas Corpus / Improcedencias

5-2016

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las doce horas con cuarenta y un minutos del día diez de febre-
ro de dos mil dieciséis.
El presente proceso de hábeas corpus ha sido promovido por el abogado
Carlos Eliseo Chávez Torres, contra actuaciones de la Cámara de la Segunda
Sección de Occidente, y a favor del señor Marcos Tulio L. R., procesado por el
delito de tráfico de objetos prohibidos en centros penitenciarios de detención
o reeducativos, en perjuicio de la administración pública.
Analizada la pretensión y considerando:
I. El solicitante refiere que interpone este proceso de hábeas corpus con-
tra la resolución de las quince horas con veintisiete minutos del 30/11/2015,
emitida por la Cámara de la Segunda Sección de Occidente, en la que resolvió
el recurso de apelación incoado por la representación fiscal contra la decisión
de sustituir la detención provisional por otras medidas cautelares, adoptada
en audiencia especial de revisión de medidas cautelares por el Juzgado de Pri-
mera Instancia de Izalco.
En dicha resolución, la Cámara revocó las medidas sustitutivas decretadas
a favor del señor Marcos Tulio L. R. y otros, y ordenó al Juzgado de Primera
Instancia, decretar la detención provisional y librar las respectivas órdenes de
captura. Decisión que, a juicio de los peticionarios, es arbitraria y vulnera el
derecho de libertad ambulatoria de su representado y los demás imputados,
quienes aún se encuentra en libertad, “pero bajo la amenaza de una inmi-
nente detención provisional en su perjuicio que se hará efectiva una vez que
se comunique dicha resolución al Juzgado de Primera Instancia de Izalco y se
giren las respectivas órdenes a la Policía Nacional Civil como autoridad pública
competente para ello.”
Las vulneraciones constitucionales en que asegura incurre la resolución
cuestionada, las fundamenta en que:
1. Al haberse celebrado la audiencia especial de revisión de medida cau-
telar, a las doce horas del 18/11/2015, la fecha en que vencía el término para
interponer el recurso de apelación contra la decisión de sustituir la detención
provisional por otras medidas cautelares adoptada por el Juzgado de Primera
Instancia de Izalco, era el día 23/11/2015, de conformidad al Art. 169 C. Pr.
Pn.; sin embargo, la Fiscalía presentó el respectivo recurso a las doce horas con
treinta y cinco minutos del 24/11/2015, es decir, de forma extemporánea, y la
Cámara lo admitió y revocó la decisión impugnada.

668
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

2. Tal decisión fue adoptada sin el más mínimo fundamento legal y sin to-
mar en cuenta los demás elementos de prueba incorporados al proceso; debido
a que en ella se basó el peligro de fuga y de obstaculización de la investigación,
únicamente en que el delito atribuido es grave de conformidad al Art. 329 N° 2
C. Pr. Pn., pues tiene señalada una pena de prisión cuyo máximo excede los tres
años, sin tomar en cuenta que el procesado se presentó voluntariamente a dar
cumplimiento a la primera resolución de dicho tribunal de alzada, pronunciada
en respuesta del primer recurso de apelación interpuesto por la Fiscalía contra
la decisión adoptada por el Juzgado de Paz de Izalco.
3. Se sustenta en una presunción de culpabilidad, en lugar de inocencia,
“(...) por cuanto la Cámara hace argumentaciones en las que valora prueba de
la incorporada hasta esta etapa de instrucción, sin que éste sea el momento
procesal oportuno, y que, en contra de toda lógica resultan en interpretacio-
nes en las que, no obstante haberse recabado la prueba de descargo que ubi-
ca a los procesados dentro del centro penal al momento en que otras personas
supuestamente introdujeron objetos (que constituye el elemento objetivo bá-
sico del tipo penal), se determina por la Cámara que subsiste la apariencia de
buen derecho y el peligro de fuga.” (Sic.).
4. Se vulnera el debido proceso configurado en los Arts. 11 y 12 Cn., ya
que “(...) se está decretando la detención provisional cuando las circunstan-
cias que inicialmente planteó la Representación Fiscal han variado sustancial-
mente respecto a la imputación que se hiciera en el requerimiento, y por
ende, las razones que llevaron a la Cámara a motivar una inicial detención
provisional en aquél momento procesal, ya no concurren en manera alguna
respecto a los cuatro procesados (...) que han demostrado claramente su su-
jeción voluntaria al proceso, que hace innecesaria la adopción de la detención
provisional; y que únicamente son necesarias medidas sustitutivas a la deten-
ción provisional.” (Sic.).
II. Previo a realizar un análisis de la pretensión planteada por el solicitante,
se considera pertinente referirse al examen inicial que se realiza a la misma en
este proceso constitucional, para verificar el cumplimiento de las condiciones
necesarias y emitir una decisión sobre lo requerido.
En ese sentido, este Tribunal debe corroborar si el peticionario ha supe-
rado los requisitos mínimos para conocer y decidir sobre los alegatos plan-
teados; pues, cuando se propongan cuestiones que deban ser resueltas por
otras autoridades y que por lo tanto no trasciendan de ser inconformidades
del demandante con lo decidido por una autoridad judicial o administrativa

669
Hábeas Corpus / Improcedencias

o carezcan de matiz constitucional, la tramitación del hábeas corpus será in-


fructuosa y deberá rechazarse la pretensión al inicio del proceso, por medio
de una declaratoria de improcedencia –ver improcedencia HC 162-2010 del
24/11/2010 –.
Para tales efectos, se hará relación al contenido del proceso de hábeas
corpus (1), así como las exigencias del tipo de hábeas corpus preventivo (2),
y con ello determinar si el reclamo planteado cumple con los presupuestos
desarrollados (3).
1. Este proceso constitucional tiene por objeto controlar actuaciones u omi-
siones de las autoridades nacionales o particulares, que inciden o amenacen el
derecho de libertad física o integridad –física, psíquica o moral– de los solicitan-
tes o de las personas a cuyo favor se promueve la acción; de manera que estos,
al efectuar sus peticiones, deben señalar con precisión dichos aspectos configu-
rativos del agravio, que hagan constitucionalmente trascendente su pretensión
y que permitan que la misma pueda ser analizada, de lo contrario este Tribunal
se encontraría imposibilitado para continuar con su examen –v. gr. resoluciones
interlocutorias HC 53-2011 del 18/02/2011, 104-2010 del 16/06/2010, 148-2015
del 10/06/2015, 205-2015 del 07/08/2015–.
La falta de señalamiento expreso de la pretensión con las características
antes mencionadas, constituye un vicio en la misma, el cual impide que pueda
emitirse un pronunciamiento sobre el fondo de lo requerido.
2. En la jurisprudencia constitucional se ha indicado que el hábeas corpus
puede adoptar diferentes modalidades, siendo una de éstas el tipo que se ha
instado en este proceso, el cual no se encuentra expresamente regulado en la
Constitución; sin embargo, este Tribunal ha determinado que con fundamen-
to en el artículo 11 de la Constitución, es posible conocer de esa modalidad de
proceso, con el objeto de proteger de manera integral y efectiva el derecho
fundamental de libertad física, cuando se presenta una amenaza inminente e
ilegítima contra el citado derecho, de forma que la privación de libertad no se
ha concretado, pero existe amenaza cierta de que ello ocurra –v. gr. resolución
de HC 240-2009 de fecha 15/04/2010-.
En tal sentido, el hábeas corpus preventivo es un mecanismo idóneo para
impedir una lesión a producirse en el derecho de libertad física de la perso-
na, y, en tales casos, tiene como presupuesto de procedencia la amenaza de
eventuales detenciones contrarias a la Constitución, a fin de evitar que se ma-
terialicen. Dicha amenaza no puede ser una mera especulación, sino que debe
ser real, de inminente materialización y orientada hacia una restricción ilegal,

670
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

es decir que esta debe estar a punto de concretarse –v. gr., resoluciones de
improcedencia HC 52-2011 del 15/6/2011, 398-2011 del 25/11/2011, 228-2015
del 24/08/2015, entre otras–.
Con base en lo anterior, se han establecido requisitos esenciales para la
configuración de este tipo de hábeas corpus: que haya un atentado decidido
a la libertad de una persona y en próxima vía de ejecución, es decir, una orden
de restricción ya emitida; que la amenaza a la libertad sea cierta, no presun-
tiva; y que de existir una orden de detención, esta se haya producido en vul-
neración de preceptos constitucionales –v. gr. resoluciones de improcedencia
HC 201-2010 del 19/1/2011, 306-2011 del 21/10/2011, 151-2010, del 6/10/2010,
437-2014 del 22/10/2014, 228-2015 del 24/08/2015–.
3. El peticionario, en síntesis, señala que la resolución de fecha 30/11/2015,
dictada por la Cámara de la Segunda Sección de Occidente, en la que revocó
las medidas cautelares sustitutivas a la detención provisional decretadas por el
Juzgado de Primera Instancia de Izalco, ordenó la imposición de la última me-
dida y girar las respectivas órdenes de captura, vulnera los derechos de libertad
física, presunción de inocencia y debido proceso, del señor Marcos Tulio L. R.,
en virtud de las razones enumeradas en el considerando I de esta resolución.
A partir de ahí, es necesario verificar si el acto reclamado constituye una
verdadera amenaza inconstitucional a la libertad física del señor Marcos Tulio
L. R., como presupuesto del hábeas corpus preventivo.
De acuerdo con lo manifestado por el peticionario, la amenaza real e in-
minente contra la libertad física del señor Marcos Tulio L. R., proviene de la
resolución pronunciada por la Cámara de la Segunda Sección de Occidente
mediante la cual admitió el recurso de apelación incoado por la Fiscalía, revocó
la sustitución de la detención provisional por otras medidas cautelares decre-
tada por el Juzgado de Primera Instancia de Izalco, ordenó se le impusiera la
detención provisional y se giraran ordenes de captura.
i. La inconstitucionalidad de tal amenaza, se basa, según lo expresado por
el solicitante, en primer lugar, en una supuesta admisión ilegal del recurso
de apelación interpuesto por la representación fiscal, contra la decisión del
Juzgado de Primera Instancia de Izalco, por transgredir lo dispuesto en el Art.
169 C. Pr. Pn.
Al respecto, es necesario hacer notar que el Art. 168 C. Pr. Pn. establece el
cómputo general de los plazos en un proceso penal, en el sentido que en cual-
quier etapa del proceso, en los términos por día no se contarán los de asueto,
descanso semanal ni los días inhábiles.

671
Hábeas Corpus / Improcedencias

Paralelamente el Art. 169 C. Pr. Pn., estipula el cómputo de los plazos rela-
tivos a la libertad de los imputados, es decir, se refiere a aquellos plazos en los
que se determina el tiempo en que se encuentra restringida la libertad física
de la persona –por ejemplo los contemplados en el Art. 8 del mismo cuerpo
normativo–; en lo pertinente contempla: “No obstante lo dispuesto en el artí-
culo anterior, los términos establecidos en relación a la libertad del imputado
lo serán en días continuos y en tal razón no podrán ser prorrogados y se con-
tarán los de asueto, descanso semanal y días inhábiles.”
Por otro lado, en cuanto al término de interposición del recurso de apela-
ción, dicho código establece en el Art. 465 que este medio de impugnación
deberá interponerse dentro del término de cinco días ante el mismo juez que
dictó la resolución.
Una de las resoluciones que admite apelación es aquella relativa a las me-
didas cautelares, cuyo trámite ha sido contemplado por el legislador de ma-
nera más expedita que el desarrollado para la apelación de otras actuaciones
judiciales, al disponer que una vez interpuesta la apelación deberán remitirse
las actuaciones pertinentes al tribunal de alzada en veinticuatro horas, y este
último deberá resolver, sin más trámite, en el término de tres días –Art. 341 C.
Pr. Pn.–.
Este conjunto de disposiciones no establece expresamente qué tipo de
cómputo debe emplearse para definir la interposición del recurso de apelación
contra una resolución referida a medidas cautelares. Si bien es cierto el Art. 169
C. Pr. Pn., establece una excepción en casos relacionados con la libertad física,
es demasiado impreciso y no habilita expresamente a extender su alcance a las
decisiones aludidas.
Sin embargo, ante tal falta de claridad, es indispensable interpretar siste-
máticamente las disposiciones citadas, a fin de determinar si la admisión rea-
lizada por el tribunal de alzada demandado, en efecto representa un asunto
de trascendencia constitucional que podría convertir la restricción inminente
en ilegal.
El legislador ha dispuesto para el recurso de apelación contra resoluciones
relativas a medidas cautelares, se reitera, un trámite más rápido que para el
resto de decisiones que sean impugnadas mediante dicho recurso –Art. 341 C.
Pr. Pn.–. De manera que, esta configuración legislativa permite que se decida
con prontitud la situación jurídica del procesado respecto a la medida cautelar
que se encuentra cumpliendo, ya sea previniendo que la restricción se prolon-
gue ante un pronunciamiento que deberá emitirse más rápidamente, o que

672
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

esta continúe pero con el conocimiento cierto y ágil del imputado a cerca de
tal circunstancia.
Esto implica que la tramitación del recurso de apelación para el caso in-
dicado, se encuentra diseñada de manera preferente al ejercicio del derecho
de libertad física del acusado, es decir, su agilidad representa una inclinación
evidente a que su condición de restricción se solvente con prontitud, sin que
ello signifique una decisión de fondo sobre el recurso favorable a sus intereses.
Por otra parte, para la interposición del recurso de apelación se disponen
cinco días a partir de la emisión o notificación del acto a impugnar –Art. 465
C. Pr. Pn.–, tal término comprende la oportunidad para las partes procesales
de elaborar su escrito debidamente fundado, en ejercicio del derecho de de-
fensa para el acusado, de protección jurisdiccional para el resto de partes y la
consecuente garantía de equivalencia de armas procesales.
Determinar qué tipo de cómputo debe aplicarse a ese término contem-
plado para interponer un recurso de apelación cuando se trate de pronuncia-
mientos sobre medidas cautelares, debe atender a un criterio de proporciona-
lidad y razonabilidad.
En ese orden, se tiene que la opción que garantiza el pleno ejercicio de
los derechos fundamentales relacionados con recurrir, es el cómputo general
contemplado en el Art. 168 C. Pr. Pn., o sea, el relacionado con días hábiles,
el cual imposibilita coartar indebidamente los mismos, incluso cuando se trata
de impugnar resoluciones relativas a medidas cautelares, pues ello permite
que las partes puedan preparar debidamente la estrategia a plantear en su
pretensión impugnativa.
Ciertamente, el cómputo general que excluye los días inhábiles, de asueto
y descanso semanal, implica una afectación mínima indirecta al derecho de
libertad física de la persona a cuyo favor se promueve el recurso de apelación
y también cuando se incoa en su contra, en tanto se posterga un poco más
el tiempo tanto para impugnar una decisión que restringe el derecho de li-
bertad física, como para que adquiera firmeza el pronunciamiento que le ha
favorecido; sin embargo, debe tenerse en cuenta, como se señaló antes, que
el legislador ha diseñado un trámite más ágil en el caso de apelaciones contra
resoluciones referidas a medidas cautelares, que permite un equilibrio entre los
derechos aludidos y la libertad en cuestión.
En otras palabras, ante la afectación que genera al derecho de libertad
física el cómputo general que debe tomarse en cuenta para interponer un
recurso de apelación, el legislador contempla paralelamente una tramitación

673
Hábeas Corpus / Improcedencias

más rápida de tal recurso por el tribunal de segunda instancia cuando se trata
de impugnar resoluciones sobre medidas cautelares, con el objeto de definir
eficazmente la situación jurídica del procesado respecto a la medida que se
encuentra cumpliendo.
De ese modo, resulta que la opción de cómputo general es razonable y
proporcional al contemplar una limitación al derecho de libertad física que es
coherente con el ejercicio del resto de derechos vinculados con recurrir de una
resolución judicial y con el trámite configurado legalmente para responder al
medio impugnativo.
Entonces, no es posible comprender que por encontrarse vinculado un
tema de medidas cautelares con la libertad física en la resolución impugnada,
deberá aplicarse el cómputo relativo a ese derecho contemplado en el Art.
169 C. Pr. Pn., dado que para tramitar la apelación en relación con ese tipo
de decisión existe una configuración con preferencia al ejercicio del derecho
de libertad física que representa un equilibrio con respecto a los derechos de
defensa, protección jurisdiccional e igualdad de armas procesales, el cual hace
innecesario que la presentación del recurso para esos casos sea de acuerdo a
la disposición referida –en días continuos–.
En tal sentido, debe considerarse que dicho artículo es aplicable a efecto
de determinar: el plazo en que una persona transcurre bajo cierta medida cau-
telar, la pena como consecuencia de una condena, el lapso de cumplimiento
de pena a fin de acceder a algún beneficio penitenciario, entre otros casos en
los que se siga como parámetro establecer el tiempo de restricción al derecho
de libertad aludido.
Y es que, resulta indiscutible que en el proceso penal la mayoría de deci-
siones judiciales adoptadas presentan una conexión con el derecho de libertad
física, ya sea a través de su afectación directa o su favorecimiento –condenas,
decreto de medidas cautelares, absoluciones, entre otras–; de modo que no es
posible asegurar que para todos los pronunciamientos referidos a la libertad
física debe aplicarse el cómputo contemplado en el Art. 169 C. Pr. Pn., pues ello
representaría una restricción considerable de los plazos para el ejercicio efec-
tivo del resto de derechos fundamentales antes mencionados, así como una
reducción en los términos para los tribunales de segunda instancia.
A partir de ahí, la alegada inconstitucionalidad de la admisión pronuncia-
da por la Cámara sobre el recurso de apelación, que tiene como base el Art.
169 C. Pr. Pn., no plantea un tema de posible vulneración constitucional, dado
que, al haberse celebrado la audiencia especial de revisión de medida cautelar

674
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

el día 18/11/2015, en que se pronunció la decisión impugnada, y admitido el


recurso de apelación en fecha 24/11/2015, de conformidad con el Art. 168 C.
Pr. Pn., la interposición de dicho recurso se encontraba dentro del plazo legal
exigido por el Art. 465 C. Pr. Pn., pues habían transcurrido a esa fecha cuatro
días hábiles, lo cual hacía factible su promoción.
Por tanto, al haberse verificado que en los términos propuestos la admi-
sión del recurso de apelación realizada por la Cámara de la Segunda Sección
de Occidente, no propone un tema de posible vulneración constitucional que
podría convertir en ilegal la restricción en vías de ejecución a la libertad física
del señor Marcos Tulio L. R., sino una errónea interpretación del solicitante
en cuánto al cómputo que debe aplicarse para admitir dicho recurso en estos
casos, consecuentemente este aspecto de la pretensión debe ser rechazado de
manera liminar.
ii. Seguidamente el peticionario alude que las otras razones que hacen in-
constitucional la resolución pronunciada por el tribunal de apelaciones, son:
falta de fundamentación legal mínima, al basarse únicamente en la gravedad
del delito de acuerdo con el Art. 329 N° 2 C. Pr. Pn., sin tomar en cuenta que
previamente su representado se sometió voluntariamente al proceso; por ba-
sarse en una presunción de culpabilidad, pues dicho tribunal valoró prueba
obtenida en instrucción cuando no es el momento oportuno, no obstante ha-
ber prueba de descargo que desvirtuó el elemento objetivo del tipo penal, la
Cámara continuó sosteniendo la concurrencia de la apariencia de buen de-
recho y del peligro de fuga; y, por vulnerar el debido proceso, en virtud de
que las condiciones iniciales que dieron lugar a la imposición de la detención
provisional sustituida por el Juzgado de Instrucción de Izalco, han variado al
haberse demostrado una sujeción voluntaria al proceso.
Partiendo de ello, se advierte que si bien el solicitante alega falta de fun-
damentación mínima en la resolución, al mismo tiempo aduce que la Cámara
hizo valoraciones probatorias sobre elementos recabados en instrucción cuan-
do no era el momento oportuno, y que, no obstante haber prueba de descargo
que desvirtuaba la imputación, se tuvieron por acreditados los extremos de
la medida cautelar; de manera que existe una evidente contradicción en los
alegatos planteados por el peticionario, que permite inferir que esa falta de
fundamentación alegada se encuentra relacionada con su desacuerdo respecto
a la motivación realizada por la Cámara de la Segunda Sección de Occidente,
la cual fue sustentada, según lo expresado por aquel, con los elementos proba-
torios recabados hasta la etapa de instrucción, pese a haberse comprobado un
sometimiento voluntario al proceso por parte del imputado.

675
Hábeas Corpus / Improcedencias

De igual forma, con lo aseverado se denota que la gravedad del hecho


ilícito atribuido de conformidad al Art. 329 N° 2 C. Pr. Pn., no constituyó el
único fundamento proporcionado por la Cámara para motivar su decisión, en
tanto el mismo peticionario alude que dicho tribunal hizo una valoración de la
prueba incorporada hasta ese momento procesal que le permitió sostener la
apariencia de buen derecho y el peligro de fuga; lo cual significa que tanto la
gravedad del ilícito como la prueba existente fueron tomados en cuenta por
el tribunal referido.
Ciertamente el sometimiento voluntario del imputado al proceso penal
seguido en su contra, podría representar una circunstancia que lleve a las
autoridades a ponderar si realmente existe un peligro de obstrucción de la
investigación o de que se sustraiga de la misma; sin embargo, este aspecto
necesariamente debe ser valorado juntamente con el resto de presupuestos
que conllevan a decretar una medida cautelar o permitir que el procesado
continúe sometido a la causa en libertad.
Con base en lo anterior, debe señalarse que a pesar que a juicio del solici-
tante las condiciones que llevaron a imponer en un inicio la detención provisio-
nal han variado a causa del sometimiento voluntario del imputado al proceso
penal, para el tribunal demandado los dos motivos relacionados –la gravedad
del hecho y la prueba incorporada– aparentemente sustentaron la decisión
adoptada.
Esto significa que no es que únicamente se haya prescindido de la modifi-
cación de las condiciones que inicialmente impusieron la detención provisional
como motivo para confirmar la resolución impugnada, sino que el tribunal de
alzada valoró los dos aspectos aludidos para sostener esa decisión.
En tal sentido, los argumentos proporcionados por el peticionario son
incapaces de establecer, liminarmente, que la resolución pronunciada por la
Cámara de la Segunda Sección de Occidente es producto de una posible trans-
gresión constitucional que incida directamente en el derecho de libertad física
del señor Marcos Tulio L. R. y que haga que la restricción originada de ella sea
ilegal, por falta de fundamentación mínima.
Por tanto, la pretensión en los términos planteados contiene un vicio en su
elemento objetivo referido a que del acto reclamado no es posible verificar un
tema de posible transgresión constitucional que deba ser analizado por este
Tribunal, y, consecuentemente, debe ser declarada improcedente.
III. 1. Por otra parte, se advierte que el licenciado Carlos Eliseo Chávez
Torres, en representación del señor Marcos Tulio L. R., señaló en su solicitud

676
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

de hábeas corpus que puede ser notificado mediante telefax; mecanismo a


través del cual la Secretaría de este Tribunal deberá efectuar los actos de co-
municación.
Sin perjuicio de ello, de advertirse alguna circunstancia que imposibilite
la comunicación que se ordena practicar al peticionario a través del aludido
medio, también se autoriza a la Secretaría de este Tribunal para que proceda
a realizar la notificación por otros mecanismos dispuestos en la legislación pro-
cesal pertinente y en la jurisprudencia constitucional y que fueren aplicables,
debiendo efectuar las gestiones necesarias en cualquiera de dichos medios
para cumplir tal fin. Inclusive a través de tablero judicial, una vez agotados los
procedimientos respectivos.
Por tanto, con base en las razones expresadas y en cumplimiento de lo
establecido en el artículo 11 inciso 2° de la Constitución y 13 de la Ley de Pro-
cedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárase improcedente la pretensión planteada en este proceso de há-
beas corpus promovido por el abogado Carlos Eliseo Chávez Torres, a favor
del señor Marcos Tulio L. R., en virtud de que su pretensión carece de tras-
cendencia constitucional.
2. Notifíquese y archívese oportunamente.
---A. PINEDA---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME---E. S. BLANCO R.---PRONUNCIA-
DO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E. SOCORRO C.---
SRIA.---RUBRICADAS.

271-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las doce horas con cuarenta y dos minutos del quince de febre-
ro de dos mil dieciséis.
El presente proceso constitucional de hábeas corpus ha sido promovido a
su favor por el señor Roberto Antonio H. H., contra actuaciones y omisiones
del Director del Centro Penitenciario de Seguridad de Zacatecoluca y Director
General de Centros Penales.
Analizada la pretensión y considerando:
I. 1. El peticionario refiere que se encuentra restringido ilegal y arbitraria-
mente de su derecho de libertad física, en cumplimiento de detención provi-
sional por más de dos años en el Centro Penitenciario de Seguridad de Zaca-
tecoluca, de forma injustificada, sin haber sido revocada ni evaluada la apli-

677
Hábeas Corpus / Improcedencias

cación de régimen de seguridad en que se encuentra; dicha medida cautelar


se ha desnaturalizado en una pena anticipada, ya que no se le brinda ningún
tipo de programa, ni evaluaciones, para que sea revocada la aplicación de tal
régimen impuesto por la Dirección General de Centros Penales.
No existen presupuestos de ley para que se le continúe aplicando el men-
cionado régimen, pues asegura no tener ninguna falta disciplinaria ni sanción
durante el tiempo en que se ha encontrado en detención bajo el mismo, por lo
que se trata de una situación ilegal de pena anticipada afectando su derecho
de libertad y de presunción de inocencia.
La aplicación y ubicación en régimen de seguridad no le ha sido ordenada
por autoridad judicial si no que se le mantiene por actuaciones de competen-
cia de ley de las autoridades demandadas, lo cual vulnera el criterio jurispru-
dencial emitido por este Tribunal respecto a la aplicación de internamiento en
centros de seguridad, según la sentencia de inconstitucionalidad 5-2001, bajo
el romano IV, en la que se establecen que las características del citado régimen
son la excepcionalidad, la necesidad y la duración limitada, las cuales no han
sido cumplidas en su caso al encontrarse procesado en detención provisional
donde se presume su inocencia, por lo que dicha actuación le violenta princi-
pios y garantías constitucionales, entre ellos el principio de legalidad.
Respecto al principio enunciado, alega que “la garantía primordial del de-
recho a la libertad física, denominada como reserva de ley, la cual tiene por
objeto asegurar que sea únicamente el legislador el habilitado para determinar
los casos y las formas que posibiliten restringir el derecho en comento de liber-
tad física, y ello ha de llevarse a cabo mediante un acto normativo que tenga
el carácter de ley en sentido formal, por lo que en ese mismo orden de ideas
debe agregarse que la reserva de ley predicable de los limites ejercidos sobre el
derecho fundamental a la libertad, no solo se extiende a los motivos de restric-
ción del derecho en comento de libertad física, sino también a las formalidades
requeridas para su ejecución y al tiempo permitido para su mantenimiento, por
consiguiente corresponde al legislador contemplar los supuestos de hecho, las
formalidades y desde luego los plazos de restricción del derecho de libertad
personal en régimen de seguridad, ello a efecto de que la configuración de los
limites en comento, no se deje al arbitrio del aplicador de los mismos, por lo
que en este caso como agraviado existe por parte de la autoridad demandada
inobservancia del principio de legalidad con incidencia en mi derecho de liber-
tad ambulatoria, ya que la autoridad demandada no aplica la ley la normativa
que corresponde art. 79 inc. 2° Ley Penitenciaria de acuerdo a la vigencia de

678
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

la misma y me mantiene en una privación de libertad restricción que no esta


conforme a la ley, (...)” (sic.).
2. A su vez, el peticionario expresa que fue ingresado y trasladado de for-
ma injustificada en calidad de detenido provisionalmente al régimen de segu-
ridad en que se encuentra.
II. Previo a realizar un análisis de la pretensión planteada por el solicitante,
se considera pertinente referirse al examen inicial que se realiza a la misma en
este proceso constitucional, para verificar el cumplimiento de las condiciones
necesarias y así emitir una decisión sobre lo requerido.
En ese sentido, este Tribunal debe corroborar si el peticionario ha supe-
rado los requisitos mínimos para conocer y decidir sobre los alegatos plan-
teados; pues, cuando se propongan cuestiones que deban ser resueltas por
otras autoridades y que por lo tanto no trasciendan de ser inconformidades
del demandante con lo decidido por una autoridad judicial o administrativa
o carezcan de matiz constitucional, la tramitación del hábeas corpus será in-
fructuosa y deberá rechazarse la pretensión al inicio del proceso, por medio
de una declaratoria de improcedencia –ver improcedencia HC 162-2010 del
24/11/2010 90-2015, 22/04/2015, 196-2015 del 27/07/2015, entre otras–.
III. 1. El demandante, en síntesis, dirige su reclamo contra: 1) el régimen
de seguridad en que se encuentra internado provisionalmente en calidad de
procesado, el cual desnaturaliza la medida cautelar convirtiéndola en una
pena anticipada ilegal y arbitraria, pues no es sometido a evaluaciones que
conlleven a revocar la decisión de su traslado a dicho centro de seguridad,
encontrándose desde hace más de dos años en el mismo, vulnerándose con
ello su libertad física, su presunción de inocencia, el principio de legalidad en
la aplicación de tal régimen, así como las características de excepcionalidad,
necesidad y temporalidad de este último; y 2) contra la decisión injustificada
de su ingreso y traslado en la calidad mencionada al Centro Penitenciario de
Seguridad de Zacatecoluca.
Con relación a lo propuesto en el número 2, se advierte la existencia de
un impedimento para tramitar la pretensión, ya que según consta en la base
de datos que lleva esta Sala, a favor del señor Roberto Antonio H. H. se soli-
citó –por el mismo motivo– exhibición personal en el proceso de hábeas cor-
pus registrado con la referencia HC 451-2013 habiéndose resuelto, con fecha
13/06/2014, no ha lugar el hábeas corpus promovido, por no haberse vulnera-
do sus derechos de defensa y libertad física, al haberse cumplido con el deber
de motivación en las decisiones que le impusieron el régimen especial de inter-
namiento, pues el peticionario alegaba que su traslado al Centro Penitenciario

679
Hábeas Corpus / Improcedencias

de Seguridad de Zacatecoluca fue ejecutado de forma “automática” sin haber-


se emitido una resolución en forma motivada.
En ese sentido, es importante destacar que la solicitud formulada en el HC
451-2013, y el punto número 2 de la demanda que hoy se discute son preten-
siones constitucionales idénticas, pues se reclama la misma queja alegada en el
proceso de hábeas corpus previamente promovido a favor del señor Roberto
Antonio H. H., habiendo declarado esta Sala no ha lugar la misma por no ha-
berse comprobado la vulneración constitucional alegada.
Así, se advierte la semejanza de los sujetos activo y pasivo entre las preten-
siones planteadas: hábeas corpus promovido a favor del señor Roberto Anto-
nio H. H., contra actuaciones del Director General de Centros Penales. Además
se establece la coincidencia en cuanto a la identidad de objeto, pues el solici-
tante requiere que se declare la vulneración constitucional con esta pretensión
a su derecho de libertad física.
Por último, también se determina una identidad de causa o fundamento,
en atención a que la relación fáctica y los motivos por los cuales se alega la
vulneración constitucional, se han planteado en términos similares al proceso
antes citado; siendo el argumento jurídico a partir del cual se pretende que
esta Sala conozca nuevamente de estos hechos, su ingreso y traslado injus-
tificado en calidad de detenido provisionalmente al Centro Penitenciario de
Seguridad de Zacatecoluca.
Esta Sala en ocasiones similares en que se ha presentado una pretensión
idéntica a otra resuelta con antelación ha sostenido la imposibilidad de co-
nocer de otro hábeas corpus, ello en virtud de lo dispuesto en el artículo 64
numeral 2 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, y que es aplicable a la
resolución definitiva –sobreseimiento HC 257-2009 del 15/1/2010–.
Por lo anterior, se considera que conocer nuevamente de aspectos que en
efecto fueron planteados y resueltos previamente por este Tribunal, implicaría
un inútil dispendio de la actividad jurisdiccional impartida por esta Sala, por lo
que corresponde declarar improcedente la pretensión número 2 incoada por
el demandante en virtud de existir cosa juzgada.
2. Ahora bien, en cuanto al primer reclamo antes mencionado, relaciona-
do con el internamiento ilegal y arbitrario en que se encuentra el peticionario
en calidad de detenido provisionalmente por más de dos años, este Tribunal
advierte que si bien es cierto el señor Roberto Antonio H. H. ha permanecido
por más de dos años en detención provisional en el Centro Penitenciario de
Seguridad de Zacatecoluca, lo cual por sí mismo sugiere un tema de posible vul-

680
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

neración a su derecho de libertad física, en caso de que no se haya prorrogado


el término, este sustenta su reclamo no precisamente en la inconstitucionalidad
del tiempo en que lleva detenido si no en el régimen de seguridad en que ha
permanecido bajo detención provisional; y al respecto es necesario hacer notar
que el solicitante ha mencionado que por decisión de la Dirección de Centros
Penales, fue trasladado e ingresado a dicho reclusorio en su condición de de-
tenido provisional y no de condenado, de manera que dicha decisión respalda
que al momento de promover este hábeas corpus se encontrara interno en ré-
gimen de seguridad en la calidad aludida, la cual no había variado de acuerdo
con lo que el solicitante ha expresado en su escrito.
En tal sentido, este punto del reclamo es revelador del mero desacuerdo
del peticionario con el régimen de seguridad que fue ordenado para que cum-
pliera la detención provisional, dado que no obstante alega no se le han prac-
ticado evaluaciones para revocar la decisión de su internamiento inicialmente
adoptada, existe una resolución que determinó la necesidad de que en su con-
dición de detenido provisionalmente permaneciera en el Centro Penitenciario
de Seguridad de Zacatecoluca, condición que según afirma continúa vigente.
Y es que, aunque el peticionario alegue que no existen presupuestos de
ley para que se le continúe aplicando el mencionado régimen, pues asegura
no tener ninguna falta disciplinaria ni sanción durante el tiempo en que se ha
encontrado en detención bajo el mismo y que como consecuencia se ha infrin-
gido el principio de legalidad, es este quien manifiesta que la decisión de que
cumpla la detención provisional bajo régimen de seguridad fue adoptada por
el Director de Centros Penales –autoridad competente para ello–, de la que
si bien se alegó falta de justificación previamente se desestimó este punto en
la sentencia del hábeas corpus 451-2013, en la que se determinó que tanto el
equipo técnico disciplinario y el Consejo Criminológico Regional dictaminaron
la necesidad de que el señor Roberto Antonio H. H. cumpliera su detención
provisional en un centro de seguridad.
A su vez, el peticionario no aduce que por considerar personalmente que
las condiciones que motivaron el cumplimiento de su detención provisional
bajo régimen de seguridad haya solicitado a las autoridades competentes que
cese el mismo y que sea trasladado a un régimen común, sin que se le haya
dado respuesta a su petición; por lo que no hay agravio que controlar en los
términos expresados por el peticionario.
En definitiva, el planteamiento propuesto por el demandante se trata de
un asunto de mera inconformidad con el régimen de seguridad que fue decidi-

681
Hábeas Corpus / Improcedencias

do a fin de que cumpliera la detención provisional que le fue decretada en el


proceso penal que se sigue en su contra; y, por tanto, debe ser rechazado este
punto de la demanda a través de su declaratoria de improcedencia.
IV. En virtud de encontrarse el peticionario privado de libertad en el Cen-
tro Penal de Seguridad de Zacatecoluca, La Paz, este tribunal considera con-
veniente aplicar el artículo 141 inciso 1° del Código Procesal Civil y Mercantil,
disposición supletoria que regula la figura del auxilio judicial, con el objeto de
garantizar el derecho de audiencia y a la protección jurisdiccional del solicitan-
te. De modo que, deberá requerirse la cooperación del Juzgado Segundo de
Paz de Zacatecoluca, para notificar de forma personal este pronunciamiento
al señor Roberto Antonio H. H. en el referido centro penal. Asimismo, se auto-
riza a la Secretaría de esta Sala para que las sucesivas decisiones emitidas en
este hábeas corpus, se hagan saber al solicitante según lo dispuesto en este
pronunciamiento.
De advertirse alguna circunstancia que imposibilite la comunicación que
se ordena practicar al peticionario a través del aludido medio, se autoriza a
la Secretaría de este Tribunal para que proceda a realizar la notificación por
otros mecanismos dispuestos en la legislación procesal pertinente que fueren
aplicables, debiendo efectuar las gestiones necesarias en cualquiera de dichos
medios para cumplir tal fin. Inclusive a través de tablero judicial, una vez ago-
tados los procedimientos respectivos.
Por las razones expuestas y con base en los artículos 11 inciso 2° de la Cons-
titución, 18 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárase improcedente la pretensión planteada en este proceso de há-
beas corpus promovido a su favor por el señor Roberto Antonio H. H., por
existir cosa juzgada al alegarse un planteamiento respecto del cual este Tri-
bunal ya resolvió en el proceso de HC 451-2013, y por incoarse un reclamo
que se trata de una mera inconformidad con la decisión de internarlo en
régimen de seguridad mientras se encuentra en detención provisional.
2. Fíjese el procedimiento del auxilio judicial para realizar la notificación de
esta resolución y posteriores al solicitante de este hábeas corpus, en vir-
tud de lo expuesto en el considerando V de esta decisión, para lo cual se
ordena a la Secretaría de este Tribunal emitir las comunicaciones que sean
pertinentes.
3. Requiérase auxilio al Juzgado Segundo de Paz de Zacatecoluca, La Paz,
para que notifique este pronunciamiento –de forma personal– al peticio-
nario en el Centro Penal de dicha localidad.

682
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

4. Solicítese al funcionario judicial comisionado que informe a esta Sala, a la


brevedad posible, sobre la realización de dicho acto procesal de comunica-
ción.
5. Notifíquese y oportunamente archívese.
---A. PINEDA---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME---E. S. BLANCO R.---PRONUNCIA-
DO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---J.R. VIDES---
SRIO.---RUBRICADAS.

31-2016

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las trece horas con cuarenta y cinco minutos del día veinticuatro
de febrero de dos mil dieciséis.
El presente proceso de hábeas corpus fue iniciado contra actuaciones del
Juzgado Segundo de Vigilancia Penitenciaria y de Ejecución de la Pena de San
Salvador, por el señor Oscar Ernesto C. B., a su favor, quien afirma encontrarse
cumpliendo pena de prisión.
Analizada la solicitud presentada y considerando:
I.- El peticionario manifiesta expresamente lo siguiente: “...de conformidad
a los Arts. 15, 18, 27, inc . final, 172 y 235, todos de la Constitución de la Repú-
blica y el Art. 62 del vigente Código Procesal Penal, y Arts. 35, 37 N° 5, 44 inc.
2° todos de la Ley Penitenciaria, solicito a su digna autoridad (...) el trámite
de ley correspondiente a fin de que se me practique unificación de penas y se
rectifique el computo de pena (...) para lo cual solicito a la vez se programe y
señale la audiencia oral especial respectiva (...) ya que procede la unificación de
penas (...) al encajar mi situación jurídica perfectamente en dicha disposición
legal por lo que es procedente se me unifiquen las penas, y a la vez conforme a
lo regulado en el Art. 44 inc. 2° de la misma ley Penitenciaria (...) es procedente
se emita y rectifique un nuevo computo de pena único que abarque todas las
penas de las sentencias firmes y se unifique en una sola pena global, conforme
a la pena máxima que se encontraba vigente en el momento en que sucedie-
ron y fueron cometidos los delitos (...) cuando la peña máxima era de 30 años
de prisión (...) debiendo rectificar el computo de mi pena de esta manera (...)
conforme al principio ‛stare decesis’ (...) en sentencia definitiva proveida por
dicha Sala en proceso constitucional de habeas corpus N° 380-14 (...) en la cual
se determina (...) que para el cumplimiento de pena, debe tomarse en cuenta
el máximo vigente de pena la momento de cometer los delitos (...) por lo que

683
Hábeas Corpus / Improcedencias

reitero la petición (...) se me delimite en el computo rectificado de pena la


fecha de cumplimiento total de pena de los treinta años de prisión (...) y se pro-
grame y señale la audiencia oral especial respectiva y se garantice mi presencia
y traslado a la misma y se ...”(mayúscula suprimida)(sic).
II. A ese respecto, en su jurisprudencia este tribunal ha señalado que en ma-
teria constitucional la incoación de un proceso viene determinada por la pre-
sentación de una solicitud o demanda, según sea el caso, caracterizada como el
acto procesal de postulación que debe llevar implícita una pretensión de natu-
raleza constitucional. Esta condiciona la iniciación, el desarrollo y la conclusión
del proceso –verbigracia, improcedencia HC 109-2010, de fecha 22/6/2010, en-
tre otras–.
Entonces, ante la solicitud para iniciar este proceso constitucional resulta
inevitable examinar si el peticionario ha presentado los requisitos mínimos
para conocer y decidir sobre el alegato planteado; pues, cuando se propongan
cuestiones que deban ser resueltas por otras autoridades y que por lo tanto
no trasciendan de ser inconformidades del demandante con lo decidido por
una autoridad judicial o administrativa, la tramitación del hábeas corpus será
infructuosa y deberá rechazarse la pretensión al inicio del proceso, por medio
de una declaratoria de improcedencia –v.gr., improcedencia HC 162-2010 del
24/11/2010–.
III. Con base en la jurisprudencia citada, este tribunal considera pertinente
pronunciarse sobre la pretensión propuesta. En ese sentido, se tiene que el se-
ñor C. B. básicamente solicita a esta Sala que realice el trámite de unificación de
sus penas y la rectificación de su cómputo, indicando el máximo total de pena
que –a su juicio– le corresponde, en virtud a la fecha en que cometió los delitos.
A ese respecto, es preciso indicar que de acuerdo con el artículo 62 del
Código Procesal Penal, citado por el propio peticionario, al juez de sentencia
que pronuncie la última sentencia deberá proceder a la unificación de todas las
penas impuestas al condenado; de no hacerlo dicha autoridad, le compete al
juez de vigilancia penitenciaria y de ejecución de la pena que sea competente
en razón de la primera condena dictada.
Lo anterior implica, que la ley atribuye dicha competencia –unificación de
las penas– de forma exclusiva a los tribunales de sentencia y, en su defecto,
a los jueces de vigilancia penitenciaria y de ejecución de la pena respectivos;
de ahí que, la solicitud de practicar dicha unificación de penas, o en su caso
la omisión de realizarse, únicamente puede ser alegada ante las autoridades
competentes en materia penal para verificar esas circunstancias, a efecto que
se proceda conforme a lo dispuesto en la normativa legal relativa al control

684
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

del cumplimiento de las penas de prisión –resolución de HC 93-2012, de fecha


18/4/2012–.
Es preciso indicar además, que de acuerdo al artículo 44 de la Ley Peniten-
ciaria el cómputo de la pena puede ser rectificado de oficio o a pedimento de
parte en cualquier momento durante la ejecución de la pena.
En ese sentido, este tribunal ha considerado en otras ocasiones que ante
la posibilidad franqueada por el ordenamiento jurídico de solicitar la modifica-
ción del cómputo de la pena, los cuestionamientos referidos a su rectificación
se traducen en una mera inconformidad con dicha decisión, situación que re-
viste la naturaleza de los denominados por la jurisprudencia como asuntos de
mera legalidad –v.gr., improcedencia del HC 178-2010, del 28/1/2011–.
Aunado a ello, la jurisprudencia de esta Sala también ha establecido que,
la sola ausencia de un documento que refleje la fecha en la que una persona
condenada cumplirá la pena total de prisión impuesta no genera, por sí, una
afectación constitucional con incidencia en el derecho de libertad protegido
a través del hábeas corpus, ya que en todo caso ello constituye un incumpli-
miento de tipo legal por parte de la autoridad judicial a la que le corresponde
efectuar dicho cálculo –v.gr. improcedencia HC 19-2014 del 05/03/2014–.
En consecuencia, esta Sala se encuentra inhibida de emitir un pronuncia-
miento sobre el derecho fundamental tutelado mediante el hábeas corpus res-
pecto del reclamo apuntado, pues de hacerlo estaría actuando al margen de
su competencia. Y es que, si una persona se considera agraviada producto de
la inexistencia del cómputo de pena o de la falta de acumulación de condenas,
el ordenamiento jurídico secundario contempla los mecanismos pertinentes a
fin de promover en la jurisdicción penal el trámite respectivo, pero no puede
pretenderse que esta Sala –con competencia constitucional– sustituya al juez
penal en su labor de control del cumplimiento de las penas de prisión.
De ahí que, lo propuesto carece de contenido constitucional, por estar re-
ferido a un asunto de estricta legalidad que, en todo caso, debe alegarse ante
el juez penal competente, tornando inoperante la tramitación del presente
hábeas corpus hasta su completo desarrollo; por lo que, deberá finalizarse el
mismo de manera anormal a través de la figura de la improcedencia.
Finalmente, en atención al antecedente jurisprudencial invocado por el pe-
ticionario –sentencia de HC 380-2014 del 14/01/2015–, con base al cual preten-
de que esta Sala resuelva la pretensión que ahora plantea, se advierte que si
bien el reclamo analizado en dicho precedente estaba relacionado al trámite
de unificación de penas y de rectificación del cómputo, este fue tramitado ante
la autoridad judicial pertinente, siendo la decisión emitida por aquella la cues-

685
Hábeas Corpus / Improcedencias

tionada, por contener vicios de constitucionalidad, circunstancia que es distinta


a lo ahora propuesto por el señor C. B., quien, para el caso en particular, pre-
tende que sea este tribunal –con competencia constitucional– el que directa-
mente realice actuaciones expresamente conferidas por ley a los jueces penales
y de vigilancia penitenciaria respectivos, como es la unificación de penas y el
cómputo de pena.
De manera que, no es posible considerar la aplicación del principio de “sta-
re decisis” por parte de esta Sala, en los términos señalados por el peticionario,
pues la obligación de retomar y aplicar los precedentes constitucionales emiti-
dos por este tribunal, viene determinada por la similitud de supuestos y funda-
mentos jurídicos, situación que, como se ha indicado, no ocurre en relación al
precedente jurisprudencial citado en este hábeas corpus.
IV. 1. Ahora bien, en virtud de encontrarse el peticionario en el Centro
Penitenciario de Zacatecoluca, este tribunal considera conveniente aplicar su-
pletoriamente el artículo 141 inciso 1° del Código Procesal Civil y Mercantil,
disposición que regula la figura del auxilio judicial, con el objeto de garantizar
el derecho de audiencia y a la protección jurisdiccional del señor C. B.. En ese
sentido, deberá requerirse cooperación al Juzgado Primero de Paz de esa lo-
calidad, para que le notifique este pronunciamiento de manera personal al
peticionario en el Centro Penitenciario referido.
2. De advertirse alguna circunstancia que imposibilite la comunicación que
se ordena practicar a través del aludido medio, se autoriza a la secretaría de
este tribunal para que proceda a realizar la notificación por otros mecanismos
dispuestos en la legislación procesal pertinente que fueren aplicables, debien-
do efectuar las gestiones necesarias en cualquiera de dichos medios para cum-
plir tal fin. Inclusive a través de tablero judicial, una vez agotados los procedi-
mientos respectivos.
Con base en lo expuesto y a lo establecido en los artículos 11 inc. 2° de la
Constitución, 13 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, 141 inciso 1° y
192 del Código Procesal Civil y Mercantil, esta sala RESUELVE:
1. Declárase improcedente la pretensión planteada a su favor por el señor
Oscar Ernesto C. B., por alegarse aspectos de estricta legalidad.
2. Requiérase auxilio al Juzgado Primero de Paz de Zacatecoluca para que no-
tifique personalmente esta decisión al solicitante en el Centro Penitenciario
de esa localidad.
3. Ordénase a la Secretaría de esta Sala que, con el fin de cumplir el requeri-
miento dispuesto en el número precedente, gire las comunicaciones que
estime convenientes; y de existir alguna circunstancia que imposibilite me-

686
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

diante dicha vía ejecutar la notificación que se ordena; se deberá proceder


conforme a lo dispuesto en esta resolución.
4. Solicítese al funcionario judicial comisionado que informe a esta Sala, a la
brevedad posible, sobre la realización de dicho acto procesal de comunica-
ción.
5. Notifíquese y oportunamente archívese.
---E. S. BLANCO R.---FCO. E. ORTIZ R.---C. ESCOLAN---M. R. Z.---PRONUNCIA-
DO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E. SOCORRO C.---
SRIA.---RUBRICADAS.

33-2016

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las doce horas con cuarenta y un minutos del día veintinueve de
febrero de dos mil dieciséis.
El presente proceso constitucional de hábeas corpus ha sido promovido
por los abogados Francisco José Ferman y Francisco José Ferman Gómez, en
contra de actuaciones de la fiscal auxiliar S. E. S. A., a favor del señor N. R. S. A.
Analizada la pretensión y considerando:
I. Los peticionarios refieren que el señor N. R. S. A. ha iniciado proceso civil
de nulidad de escrituras públicas de donaciones, sus correspondientes inscrip-
ciones registrales, y subsidiariamente de revocación de donaciones por ingra-
titud, en el Juzgado de lo Civil de Santa Tecla, contra sus hijas S. E. S. A., V. S.
S. A. y N. I. S. A.
Además el señor S. A., ha presentado denuncia en la oficina de auditoría
fiscal de la Fiscalía General de la República, contra la primera de sus hijas,
quien desempeña el cargo de fiscal en la sede de Zaragoza, a fin de que se in-
vestigue su conducta como fiscal; así como ha presentado denuncia en la Sec-
ción de Investigación Profesional de la Corte Suprema de Justicia, para que se
investigue tanto a aquella como a la notaria M. E. A. de R., en el otorgamiento
de las mencionadas escrituras.
A raíz de ello, su hija S. E. S. A. le ha advertido que “(...) puede ser preso o
se le puede iniciar proceso administrativo en primera fase, por supuesto delito
de falso testimonio; haciendo uso de su estatus dentro de la Fiscalía General
de la República por las conexiones y redes de influencia que ejerce en dicha
institución.”

687
Hábeas Corpus / Improcedencias

Los solicitantes aseguran que su mandante teme estar procesado ilegal-


mente y consecuentemente ser detenido en forma arbitraria producto de ven-
ganzas personales, por lo que se siente restringido de su libertad ambulatoria,
en virtud de los procesos administrativos al interior de la institución fiscal se-
guidos en su contra, además, se siente amenazado en su seguridad jurídica.
“El derecho de nuestro mandante, se fundamenta en la prevención y la
defensa del derecho a la libertad que se encuentra en vías de ejecución y cuya
emisión vulnera derechos fundamentales defensa, libertad, etc.” (Sic.).
En consideración de lo anterior, solicitan un hábeas corpus preventivo, a
fin de que se establezca si existe o no investigación o proceso administrativo
en la Fiscalía General de la República contra su mandante.
II. Antes de analizar la pretensión planteada, esta Sala considera pertinen-
te hacer referencia al examen inicial que se realiza a la misma en este proceso
constitucional, para verificar el cumplimiento de las condiciones necesarias y así
emitir una decisión sobre lo requerido.
En ese sentido, este Tribunal debe corroborar si el peticionario ha supe-
rado los requisitos mínimos para conocer y decidir sobre los alegatos plan-
teados; pues, cuando se propongan cuestiones que deban ser resueltas por
otras autoridades y que por lo tanto no trasciendan de ser inconformidades
del demandante con lo decidido por una autoridad judicial o administrativa, o
se trate de asuntos sin trascendencia constitucional, la tramitación del hábeas
corpus será infructuosa y deberá rechazarse la pretensión al inicio del proceso,
por medio de su declaratoria de improcedencia –v. gr., improcedencia HC 162-
2010 del 24/11/2010–.
III. Los solicitantes, en síntesis, reclaman que, debido a los procesos judicia-
les civiles que ha seguido el señor N. R. S. Á. en contra de sus tres hijas y a que
una de ellas se desempeña como fiscal auxiliar. –S. E. S. A.–, puedan estarse
siguiendo procesos administrativos ilegales en su contra en la Fiscalía General
de la República, y consecuentemente, puede ser detenido de forma arbitraria
producto de venganzas personales, por lo que sé siente restringido de su liber-
tad ambulatoria.
A partir de tales argumentos, la pretensión se perfila como un hábeas
corpus de carácter preventivo, y a efecto de determinar si se adecúa a los pre-
supuestos del mismo, es pertinente referirse a su configuración.
Jurisprudencialmente este Tribunal ha sostenido que el hábeas corpus pre-
ventivo es un mecanismo idóneo para impedir una lesión a producirse en el
derecho de libertad física de la persona, y, en tales casos, tiene como presu-

688
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

puesto de procedencia la amenaza de eventuales detenciones contrarias a la


Constitución, a fin de evitar que se materialicen. Dicha amenaza no puede ser
una mera especulación, sino que debe ser real, de inminente materialización y
orientada hacia una restricción ilegal, es decir que esta debe estar a punto de
concretarse –v. gr., resoluciones de improcedencia HC 52-2011 del 15/6/2011,
398-2011 del 25/11/2011, entre otras–.
Con base en lo anterior, se han establecido requisitos esenciales para la
configuración de este tipo de hábeas corpus: que haya un atentado decidido
a la libertad de una persona y en próxima vía de ejecución, es decir, una orden
de restricción ya emitida; que la amenaza a la libertad sea cierta, no presun-
tiva; y que de existir una orden de detención, esta se haya producido en vul-
neración de preceptos constitucionales –v. gr. resoluciones de improcedencia
HC 201-2010 del 19/1/2011, 306-2011 del 21/10/2011, 151-2010, del 6/10/2010,
437-2014 del 22/10/2014–.
Asimismo, se ha determinado que la expresión de la aparente iniciación de
diligencias de investigación por parte del ente fiscal o la misma promoción del
proceso penal, no significan por sí actuaciones de restricción a la libertad física
en vías de ejecución en perjuicio de cierta persona, en virtud de que el comien-
zo de ellas no implica, en todos los casos, la emisión mecánica e inmediata de
una orden de detención –ver resoluciones dictadas en HC 53-2011 y HC 203-
2010, del 18/02/2011 y 25/02/2011, respectivamente–.
De acuerdo con la jurisprudencia citada, aplicada a lo argumentado por
los peticionarios, este Tribunal advierte que la queja planteada carece de tras-
cendencia constitucional, en tanto se alude como acto que amenaza con res-
tringir la libertad física del señor N. R. S. A., la posible existencia de procesos
de investigación administrativa que puede estar llevando en su contra la Fisca-
lía General de la República por influencias de su hija S. E. S. A.; circunstancias
que en atención a la construcción jurisprudencial no pueden considerarse re-
veladoras de un atentado decidido contra la libertad física de su representado
en vía de ejecución y que se trata de una amenaza real o cierta, para continuar
con su tramitación a través de este proceso constitucional.
Las investigaciones seguidas contra el señor S. A., aducidas por los solici-
tantes, son incapaces de adecuarse a los presupuestos que exige el hábeas
corpus preventivo, antes relacionados, es decir, esas averiguaciones –de lle-
varse a cabo– no implican la existencia de una orden de detención cierta, no
presuntiva, próxima a ejecutarse, contraria a la norma suprema, librada por la
institución fiscal contra aquel.

689
Hábeas Corpus / Improcedencias

Tampoco, como se relacionó, la sola promoción del proceso penal ante la


autoridad judicial competente, que pueda acontecer como producto de esa
investigación, constituye un atentado inminente en la libertad física, dado que
es el juez quien determinará, en consideración de los elementos agregados al
proceso, la necesidad, en su momento, de decretar o no una medida cautelar
restrictiva de dicho derecho.
Por tanto, al ser un presupuesto indiscutible en este tipo de exhibición per-
sonal, la existencia real o cierta de una orden de detención administrativa o
judicial, contraria a la Constitución y girada contra la persona a favor de quien
se promueve la acción constitucional, y no haberse alegado por los peticiona-
rios, la pretensión contiene un vicio insubsanable.
En ese orden, es importante hacer énfasis en que para la configuración de
una pretensión en esta clase de proceso constitucional no resulta suficiente el
planteamiento de una amenaza cierta en virtud de la efectiva existencia de
una orden de detención, sino que, además, es indispensable que el solicitante
relacione las circunstancias vulneradoras de la Constitución en que se funda la
misma –aspectos que, se reitera, no han sido referidos por los peticionarios–.
De manera que, la referencia de que existen investigaciones en sede fiscal
contra el señor S. A., no presupone una inminente incidencia en los derechos
fundamentales de aquel, tutelados mediante este proceso constitucional.
En ese orden, el cuestionamiento realizado por los solicitantes carece de
trascendencia constitucional, pues no plantea una amenaza real en vías de eje-
cución contraria a la norma suprema que transgreda el derecho de libertad
física del señor N. R. S. Á.
En consecuencia, en este caso existe un obstáculo para continuar con el
trámite de la pretensión, debiéndose finalizar de forma anormal mediante su
declaratoria de improcedencia.
IV. Por otra parte, se advierte que los licenciados Francisco José Ferman y
Francisco José Ferman Gómez, en representación del señor N. R. S. A., indica-
ron en su solicitud de hábeas corpus lugar y medio electrónico donde pueden
ser notificados; por lo que, la Secretaría de este Tribunal, deberá realizar los
actos de comunicación correspondientes a través de las vías designadas por
los solicitantes.
Sin perjuicio de dicho señalamiento, de advertirse alguna circunstancia
que imposibilite la comunicación que se ordena practicar al peticionario a tra-
vés de los aludidos medios, también se autoriza a la Secretaría de este Tribunal
para que proceda a realizar la notificación por otros mecanismos dispuestos

690
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

en la legislación procesal pertinente y en la jurisprudencia constitucional y que


fueren aplicables, debiendo efectuar las gestiones necesarias en cualquiera de
dichos medios para cumplir tal fin. Inclusive a través de tablero judicial, una
vez agotados los procedimientos respectivos.
Por tanto, con base en las razones expresadas y en cumplimiento de lo
establecido en el artículo 11 inciso 2° de la Constitución, artículo 13 de la Ley
de Procedimientos Constitucionales, y artículos 12, 20, 180, 181 inciso 2° y 192
del Código Procesal Civil y Mercantil, esta Sala RESUELVE:
1. Declarase improcedente la pretensión incoada por los abogados Francisco
José Ferman y Francisco José Ferman Gómez, a favor del señor N. R. S. Á.,
en virtud de que los planteamientos que la fundamentan carecen de tras-
cendencia constitucional.
2. Notifíquese y oportunamente archívese.
---F. MELENDEZ.---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZALEZ---C. ESCOLAN---PRO-
NUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E. SOCO-
RRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.

368-2015

Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, San Salvador,


a las doce horas con catorce minutos del día catorce de marzo de dos mil die-
ciséis.
A sus antecedentes el oficio número 249 de fecha 2/2/2016, recibido el
12/2/2016, procedente del Juzgado Primero de Paz de Zacatecoluca, median-
te el cual remiten las diligencias del auxilio requerido por esta Sala.
Analizada la documentación relacionada con el proceso constitucional de
hábeas corpus promovido a su favor por el señor Cristian Alexander G., quien
afirma cumplir pena de prisión en el Centro Penitenciario de Seguridad de Za-
catecoluca, contra actuaciones Tribunal Primero de Sentencia de San Salvador,
se hacen las siguientes consideraciones:
I.1. El peticionario manifiesta que “... interpongo la presente petición
escrita de proceso constitucional de h[á]beas corpus contra actuaciones del
Tribunal Primero de Sentencia de (...) San Salvador en razón de encontrarse
violentando mi derecho de libertad ambulatoria en afectación y violación de
garantías constitucionales específicamente regulada en el artículo 182 nº 5
(...) referente al derecho (...) de una pronta y cumplida justicia (...) ya q[ue] es

691
Hábeas Corpus / Improcedencias

el caso q[ue] he presentado escritos basados en los artículos de media pena ya


pasada su fecha de haberla cumplido, de igual forma escrito de dos terceras
partes cumpliendo con el requisito principal de cancelaci[ó]n de responsa[b]
ilidad civil desde seis meses atr[á]s y hasta el momento no recibo respuesta
alguna de parte de dicha autoridad de forma injustificada no me RESUELVE
conforme a derecho el escrito de dos terceras partes gener[á]ndome retarda-
ción de justicia, ya q[ue] fue detenido el d[í]a cinco de abril del dos mil uno,
a las nueve con cincuenta minutos de la noche de aquel d[í]a mi[é]rcoles, por
lo q[ue] violenta mi derecho de respuesta del artículo 18 de la misma ley pri-
maria...”(sic).
2. Asimismo, al final de su escrito señala que “... con el debido respeto y
[decoro] pido a sus honorables personas me realicen la verdadera conta[b]
ilidad de mi c[ó]mputo por q[ue] el tiempo q[ue] all[í] aparece no es el correc-
to...”(sic).
II. En relación con el primer reclamo por resolución de fecha 22/12/2015 se
previno al señor Cristian Alexander G. para que, dentro del plazo de tres días
contados a partir del siguiente al de la notificación respectiva, señalara de ma-
nera clara: i) cuál fue la actuación concreta que solicitó a la autoridad judicial
en los escritos que afirma haber presentado desde “hace seis meses”; ii) las vul-
neraciones constitucionales que se generan a partir de las supuestas omisiones
de respuesta que alega; iii) cuál es la afectación real que lo reclamado produce
en los derechos tutelados por medio de este proceso constitucional –libertad
física o integridad personal–.
La referida decisión fue notificada personalmente al peticionario el
29/1/2016, tal como consta en el acta suscrita por este y el señor notificador
del Juzgado Primero de Paz de Zacatecoluca, incorporada al folio 13 de este
proceso constitucional.
En ese sentido, se advierte que ya transcurrió el plazo legal concedido para
contestar la citada prevención, sin que se haya cumplido con la misma; y cuya
subsanación era indispensable para analizar la propuesta del actor en el pre-
sente caso. En virtud de tal circunstancia y en aplicación analógica del artículo
18 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, deberá declararse inadmisi-
ble la pretensión planteada al no haber sido atendida la prevención dirigida al
señor Cristian Alexander G.
En este punto es de acotar que la declaratoria de inadmisibilidad deja in-
tacta la pretensión constitucional, pues lo que ha sucedido es el rechazo in
limine –al inicio- de la demanda por motivos formales que imposibilitaron cual-

692
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

quier pronunciamiento respecto de la pretensión; de ahí que, el interesado tie-


ne expedita la posibilidad de dar inicio a un nuevo proceso de hábeas corpus
y, en este caso, su pretensión debe cumplir con los requisitos establecidos en
la jurisprudencia constitucional para que se habilite su control –verbigracia,
resoluciones HC 193-2007, del 20/5/2009 y HC 141-2014 del 6/10/2014–.
III. En cuanto al segundo planteamiento propuesto es preciso hacer las
siguientes consideraciones:
1. Antes de analizar la pretensión planteada, esta Sala considera pertinen-
te hacer referencia al examen inicial que se realiza sobre la solicitud presenta-
da en este proceso constitucional, a efecto de verificar el cumplimiento de las
condiciones necesarias para emitir una decisión sobre lo requerido.
A ese respecto, este Tribunal en su jurisprudencia ha señalado que en
materia constitucional la incoación de un proceso viene determinada por la
presentación de una solicitud o demanda, según sea el caso, caracterizada
como el acto procesal de postulación que debe llevar implícita una preten-
sión de naturaleza constitucional. Esta condiciona la iniciación, el desarro-
llo y la conclusión del proceso –verbigracia, improcedencia HC 109-2010 del
22/6/2010–.
Entonces, ante la solicitud para iniciar este proceso constitucional resul-
ta inevitable examinar si el peticionario ha cumplido los requisitos mínimos
para conocer y decidir sobre el alegato planteado; pues, cuando se propongan
cuestiones que deban ser resueltas por otras autoridades y que por lo tanto
no trasciendan de ser inconformidades del demandante con lo decidido por
una autoridad judicial o administrativa, la tramitación del hábeas corpus será
infructuosa y deberá rechazarse la pretensión al inicio del proceso, por medio
de una declaratoria de improcedencia –verbigracia, improcedencia HC 162-
2010 del 24/11/2010–.
2. En el presente caso el solicitante ha solicitado expresamente que esta
Sala realice el cómputo de su pena de prisión por considerar que el realizado
por el tribunal respectivo –sin identificarlo nominalmente– no es correcto.
En primer lugar es preciso señalar que el artículo 44 de la Ley Penitenciaria
dispone que una vez recibida la certificación de la sentencia le corresponde al
juez de vigilancia penitenciaria y de ejecución de la pena respectivo ordenar
su cumplimiento y practicar el cómputo del tiempo que ha estado privado de
libertad el condenado, con base en las reglas que establece el Código Procesal
Penal y fijar la fecha en que cumplirá la media, las dos terceras partes y la tota-
lidad de la condena.

693
Hábeas Corpus / Improcedencias

Asimismo, el inciso segundo de dicha disposición establece que “En cual-


quier tiempo podrá rectificarse el cómputo practicado a solicitud de parte o
de oficio”.
Tomando en cuenta tales preceptos legales, esta Sala advierte que la
facultad para realizar y rectificar el cómputo de la pena corresponde de
forma exclusiva a los jueces de vigilancia penitenciaria y de ejecución de
la pena; de manera que, la solicitud de realizar dicho cálculo temporal es
un asunto cuya decisión está excluida de la competencia de este Tribunal
Constitucional.
Abonado a lo anterior, debe decirse que de las propias aseveraciones del
peticionario se determina que su propuesta carece de contenido constitucio-
nal pues únicamente evidencia su inconformidad con el cómputo realizado
por el tribunal respectivo, al considerar que “... el tiempo q[ue] all[í] aparece
no es el correcto...”(sic). Y tal como se indicó en líneas precedentes, la rectifi-
cación del cómputo de la pena puede solicitarse en cualquier momento ante
la autoridad judicial aludida.
En ese sentido, la pretensión propuesta en esos términos inhibe a esta Sala
de emitir un pronunciamiento sobre el derecho tutelado mediante el proceso
constitucional de hábeas corpus, pues de hacerlo estaría actuando al margen
de su competencia. En consecuencia, lo alegado por el solicitante se traduce
en lo denominado por la jurisprudencia como un asunto de mera legalidad,
pues su análisis y determinación –como se indicó– corresponde a los jueces
creados previamente por la ley para conocer respecto a la fase de ejecución
de las penas.
Hechas las consideraciones que anteceden, y ante la imposibilidad de re-
solver lo propuesto por el señor Cristian Alexander G., deberá emitirse una
declaratoria de improcedencia de la pretensión planteada.
Por las razones expuestas y de conformidad con los artículos 11 inciso 2º
de la Constitución, 13y 18 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, esta
Sala RESUELVE:
1. Declárase inadmisible la pretensión planteada a su favor por el señor Cris-
tian Alexander G., por no haberse subsanado la prevención efectuada por
este Tribunal.
2. Declárase improcedente la pretensión propuesta por el señor Cristian
Alexander G. al reclamar asuntos de estricta legalidad.
3. Notifíquese la presente resolución al peticionario por el mecanismo señala-
do en el considerando III de la resolución que antecede.

694
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

4. Archívese oportunamente el respectivo proceso constitucional.


F. MELENDEZ---J. B. JAIME---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZALEZ---PRONUN-
CIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---X. M. L.---
SRIA.---INTA.---RUBRICADAS.

41-2016

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las doce horas y cuarenta y dos minutos del día catorce de mar-
zo de dos mil dieciséis.
El presente proceso de hábeas corpus ha sido promovido por el señor Jim-
my Ronald E. T., a su favor y de Diana Carolina V. H., en contra de actuaciones
del Juzgado Especializado de Sentencia de San Miguel; ambos han sido conde-
nados por los delitos de extorsión y agrupaciones ilícitas.
Analizada la pretensión y considerando:
I. El peticionario refiere que se les han violentado sus derechos al haber
sido condenados a dieciocho años de prisión, en el año 2012, por el Juzgado
Especializado de Sentencia de San Miguel, en virtud de haberlos declarado
responsables penalmente de los delitos antes mencionados.
Tal decisión genera agravio, por un lado, a la señora Diana Carolina V. H.,
porque su participación debió ser calificada como cómplice de acuerdo a lo
contemplado en el Art. 36 números 1 y 2 del Código Penal; sin embargo, en
la vista pública no concurrió, por parte del juez, la sana crítica, dado que se
intentó probar el grado de participación de la condenada por medio de un
elemento contundente como el dicho del imputado Juan José G. R., quien
admitió en última instancia que fue él quien planeó y consumó el delito de
extorsión y confesó haber engañado a la imputada con respecto a la proce-
dencia del dinero.
Por otro lado, la sentencia condenatoria también genera agravio al soli-
citante, en virtud de que tampoco concurrió para su caso la sana crítica por
parte del juzgador, pues como base de su condena tomó el vínculo que en ese
momento mantenía con la imputada antes referida, y los registros penitencia-
rios robustecieron esa inclinación, obviando bitácoras de llamadas; asegura
que la duda de los hechos existió en todo momento de principio a fin “(...) y
con esto actuando arbitrariamente ya que el art. 7 del código procesal penal
regula que en caso de duda lo mas favorable para el imputado y en nuestro
caso no fue asi, ademas en el año dos mil catorce la ima[g]en y la conducta de

695
Hábeas Corpus / Improcedencias

los ju[z]gadores quedo manchada por diferentes ilícitos entre ellos sobornos y
agrupaciones [ilícitas] esto y lo antes referido viene a robustecer la incertidum-
bre de ha[b]er sido víctimas de un juicio viciado es por ello que en materia pe-
dimos lo siguiente: A) Que se modifique de forma considerada dicha sentencia
argumentándolo en la modificación del delito de Extorsión a cómplices en el
caso de Diana Carolina V. H., y que a mi se me absuelva de forma definitiva
por todo lo antes manifestado. B) Que se anule dicho veredicto y se fije fecha
de una nueva audiencia fundamentada esto en el art. 415 literal 2º del código
procesal penal, (...)” (sic.).
II. Antes de analizar la pretensión planteada, esta Sala considera pertinen-
te hacer referencia al examen inicial que se realiza en este proceso constitu-
cional, para verificar el cumplimiento de las condiciones necesarias y así emitir
una decisión sobre lo requerido.
En ese sentido, este Tribunal debe corroborar si el peticionario ha supera-
do los requisitos mínimos para conocer y decidir sobre los alegatos plantea-
dos; pues, cuando se propongan cuestiones que deban ser resueltas por otras
autoridades y que por lo tanto no trasciendan de ser inconformidades del
demandante con lo decidido por una autoridad judicial o administrativa, o ca-
rezcan de trascendencia constitucional, la tramitación del hábeas corpus será
infructuosa y deberá rechazarse la pretensión al inicio del proceso, por medio
de una declaratoria de improcedencia –v. gr., improcedencias de HC 162-2010
del 24/11/2010, 90-2015, 22/04/2015, entre otras–.
III. De acuerdo con lo planteado, el solicitante, en síntesis, solicita que se
modifique su condena y la de la señora Diana Carolina V. H., en virtud de que
los elementos de prueba valorados por el Juzgado Especializado de Sentencia
de San Miguel, no cumplieron con el criterio de la sana crítica, al no deter-
minar, por un lado, que la participación de la condenada fue en calidad de
cómplice a partir de los elementos de prueba vertidos en juicio, y, por otro, al
tenerse por participe al solicitante por la consideración del vínculo que tenía
con aquella y los registros penitenciarios, sin valorar otros elementos probato-
rios; por lo que además, pide sea absuelto de forma definitiva.
Respecto a ello, es necesario precisar que mediante el proceso de hábeas
corpus se controlan actuaciones u omisiones de las autoridades o particulares,
que inciden o amenacen el derecho de libertad física o integridad –física, psí-
quica o moral– de los solicitantes; de manera que éstos, al efectuar sus peticio-
nes, deben señalar con precisión dichos aspectos configurativos del agravio,
que hacen constitucionalmente trascendente su pretensión y que permiten
que la misma pueda ser analizada, de lo contrario este Tribunal se encontraría

696
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

imposibilitado para continuar con su examen –v. gr. resoluciones interlocuto-


rias HC 53-2011 del 18/2/2011, 104-2010 del 16/6/2010–.
A su vez, constituye un límite a las competencias conferidas constitucional
y legalmente a este Tribunal, realizar revisiones o modificaciones de sentencias
por cualquiera de los presupuestos contemplados en la ley, en tanto ello co-
rresponde llevarlo a cabo a los tribunales de sentencia que celebran los juicios
respectivos, de acuerdo a lo estatuido en el Art. 489 del Código Procesal Penal,
y particularmente al que emitió la sentencia que se pretende sea revisada –ver
improcedencia de HC 312-2015 del 23/10/2015–.
De modo que, la falta de señalamiento expreso del agravio generado por
la autoridad contra quien se reclama, con las características antes mencionadas
o pretender que este Tribunal efectúe una revisión de la sentencia condenato-
ria cuando es competencia de otra autoridad judicial, constituyen vicios en la
pretensión los cuales impiden que pueda continuarse con su trámite normal.
En ese orden, al encontrarse vedado este Tribunal a realizar una revisión
del proceso penal, concretamente de la sentencia condenatoria bajo las con-
diciones aludidas, al mismo tiempo se encuentra inhabilitado para hacer ges-
tiones en representación del demandante que se encuentren encaminadas a
obtener una respuesta en esos términos, lo cual debe ser propuesto ante la
autoridad judicial que emitió la sentencia definitiva condenatoria.
A partir de ahí es que la petición de modificación de sentencia realizada
por el demandante a este Tribunal bajo el argumento de que no se cumplió el
criterio de la sana crítica en virtud de los elementos de prueba que debieron
ser valorados y de la determinación de la calidad en la participación de la con-
denada, constituye un asunto de mera legalidad que debe ser planteado ante
el Juzgado Especializado de Sentencia de San Miguel, a través del recurso de
revisión que posibilita la verificación de las circunstancias cuestionadas por el
solicitante, y no a esta Sala, pues de lo contrario implicaría arrogarse compe-
tencias designadas a otras autoridades judiciales.
Y es que, en todo caso, cuando las personas condenadas a raíz de la emi-
sión de una sentencia derivada del respectivo juicio penal, consideren que en
la misma no se valoraron elementos de prueba, que a su juicio debieron ser
considerados, la ley predetermina los mecanismos recursivos para impugnar
tal decisión que genera agravio al condenado, los cuales, al ser activados ante
los tribunales competentes, determinan la posibilidad de enjuiciar las conde-
nas a través de la valoración de los elementos de prueba que los impugnantes
consideran deben examinarse.

697
Hábeas Corpus / Improcedencias

A través del proceso de hábeas corpus, la Sala de lo Constitucional no


puede conocer y analizar elementos de prueba que fueron valorados por de-
terminado tribunal sentenciador a fin de revertir la decisión emitida por el
mismo; esta tiene competencia exclusivamente para ejercer un control sobre
decisiones judiciales desde una perspectiva eminentemente constitucional, es
decir, cuando tales actuaciones representen una clara vulneración a preceptos
constitucionales en los que se amparan derechos fundamentales tutelados por
medio de esta acción.
Por tanto, al constituir un asunto de mera legalidad la pretensión plantea-
da, no es posible continuar con su tramitación y debe ser rechazada mediante
su declaratoria de improcedencia.
IV. Por otra parte, el peticionario señala que se encuentra cumpliendo su
condena en el Centro Penitenciario de Seguridad de Zacatecoluca.
En atención a la condición de restricción en la que se encuentra el peticio-
nario dentro del aludido establecimiento penitenciario es pertinente realizar el
respectivo acto procesal de comunicación por la vía del auxilio judicial para ga-
rantizar el derecho de audiencia y a la protección jurisdiccional del solicitante,
pues este mecanismo permite establecer con certeza la fecha en que aquel tie-
ne conocimiento directo e inmediato de los pronunciamientos de este Tribunal.
Lo anterior supone que el acto procesal de comunicación debe efectuarse de
forma personal al destinatario de la misma y no por medio de las autoridades
penitenciarias.
En ese orden, es procedente aplicar de forma supletoria el artículo 141 inci-
so 1º del Código Procesal Civil y Mercantil, disposición que regula la figura del
auxilio judicial. De manera que, deberá requerirse la cooperación al Juzgado
Segundo de Paz de Zacatecoluca, a efecto de notificar este pronunciamiento
al solicitante de este hábeas corpus, de manera personal, en el mencionado
centro penal.
Sin perjuicio de ello, de advertirse alguna circunstancia que imposibilite
la comunicación que se ordena practicar al peticionario a través del aludido
medio, también se autoriza a la Secretaría de este Tribunal para que proceda
a realizar la notificación por otros mecanismos dispuestos en la legislación pro-
cesal pertinente y en la jurisprudencia constitucional y que fueren aplicables,
debiendo efectuar las gestiones necesarias en cualquiera de dichos medios
para cumplir tal fin. Inclusive a través de tablero judicial, una vez agotados los
procedimientos respectivos.
Por tanto, con base en las razones expresadas y en cumplimiento de lo
establecido en el artículo 11 inciso 2º de la Constitución y 13 de la Ley de Proce-

698
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

dimientos Constitucionales, artículos 12, 20, 141, 171 y 181 del Código Procesal
Civil y Mercantil, esta Sala RESUELVE:
1. Declárase improcedente la pretensión incoada por el señor Jimmy Ronald
E. T. a su favor y de la señora Diana Carolina V. H.; en virtud de que se trata
de un asunto de mera legalidad.
2. Fíjese el procedimiento del auxilio judicial para realizar esta y las notifica-
ciones posteriores al solicitante, en virtud de lo expuesto en el consideran-
do IV de esta decisión.
3. Requiérase auxilio al Juzgado Segundo de Paz Zacatecoluca para que noti-
fique este pronunciamiento –de forma personal– al peticionario en el Cen-
tro Penitenciario de Seguridad de dicha localidad.
4. Ordénase a la Secretaría de esta Sala que gire las comunicaciones que esti-
me convenientes. De existir alguna circunstancia que imposibilite mediante
dicha vía ejecutar la notificación que se ordena; se deberá proceder confor-
me a lo dispuesto en esta resolución.
5. Solicítese al funcionario judicial comisionado que informe a esta Sala, a la
brevedad posible, sobre la realización de dicho acto procesal de comunica-
ción.
6. Notifíquese y archívese oportunamente.
F. MELENDEZ---J. B. JAIME---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZALEZ---PRONUN-
CIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---X. M. L.---
SRIA.---INTA.---RUBRICADAS.

4-2016

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las doce horas con quince minutos del día catorce de marzo de
dos mil dieciséis.
El presente proceso de hábeas corpus ha sido promovido a su favor por el
señor Oscar José P. S., procesado por el delito de pertenecer a una organiza-
ción terrorista –según afirma–, contra actuaciones del Juzgado Especializado
de Instrucción de San Miguel y el Director General de Centros Penales.
Analizada la pretensión y considerando:
I. 1. El señor P. S. aduce que se decretó la medida cautelar de detención
provisional en su contra por “... supuestamente realizar paros a supuestos pan-
dilleros, relación que aparece desmesurada por declaraciones de [t]estigos (...)
denominados (...) como ‘Apolo I’ y ‘Caín’ relacionándome únicamente que es-

699
Hábeas Corpus / Improcedencias

tuve posteando en un hecho delincuencial, circunstancia que no es verdad,


nunca he tenido relaciones directas por mi medio, me dedico a trabajar en re-
paraciones de aires acondicionados y si de buena fe [tuve] interrelaciones con
personas inescrupulosas fue debido a mi trabajo realizado en el taller donde
laboro, es por ello y por esa escasa relación de hechos, y que básicamente no
se acredita el hecho delincuencial supuesto en el que particip[é] que considero
que la detención provisional decreta en mi contra es ilegítima y carente de
fundamento legal conforme a los requisitos que nuestro legislador establece
en los [a]rtículos 329 del C. Pr. Pn. [r]azón por la que vengo a solicitar h[á]beas
corpus a mi favor en contra de: 1) La resolución formulada por la [s]eñora Juez
Especializada de Instrucción de la Ciudad de San Miguel donde me decreta la
[d]etención [p]rovisional y omite de conformidad con el [a]rtículo 332 del C.
Pr. Pn. aplicar medidas alternativas a la detención provisional...”(mayúsculas
omitidas)(sic).
2. También reclama “... 2) En contra del [s]eñor Director General de Centros
Penales (...) por mantenerme en un encierro total en [b]artolinas [p]oliciales,
encierro que evidentemente lesiona mi dignidad humana, pone en riesgo mi
integridad física, lesiona económicamente a mi familia, me prohíbe la visita fa-
miliar, nótese que mi familia paga por mi sustento es decir por mi alimentación
me ingresan los alimentos relativos a carnes, pollo, etc. Y esa calidad de alimen-
tos nunca llega a mi organismos por extraviarse en estas celdas, ya que solo
ingresa arroz, ensalada y tortillas por lo cual si se pone en riesgo mi integridad
física, (...) cuando lo evidente y lógico sería estar en detención provisional en
el [c]entro penal de mi [j]urisdicción a efecto de no lesionar el carácter econó-
mico a mi familia y donde se me asegure un trato justo, médico y con apoyo
familiar, esta calidad de encierro no es compatible con las atribuciones que la
Constitución le otorga a las funciones de la Policía Nacional Civil (...). Por lo cual
vengo a solicitar h[á]beas corpus en contra (...) [d]el Director General de Cen-
tros Penales por mantenerme en encierro con grave riesgo [de] mi integridad
por obligarme a guardar [d]etención en [b]artolinas [p]oliciales...” (mayúsculas
suplidas)(sic).
Asimismo, agrega en el petitorio de su escrito que ha estado en “encierro
policial por más de dos meses”.
II. En relación con el segundo reclamo por resolución de fecha 8/2/2016 se
previno al señor Oscar José P. S. para que, dentro del plazo de tres días conta-
dos a partir del siguiente al de la notificación respectiva, señalara de manera
clara: i) argumentos de carácter constitucional que evidencien cómo cada una
de las actuaciones que aduce (la entrega incompleta de sus alimentos en las

700
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

bartolinas policiales, el tiempo de detención en dicho lugar y la aseveración


de no permitírsele visita familiar) generan una afectación concreta y actual en
su derecho a la integridad personal –en cualquiera de sus tres dimensiones– y
en su dignidad; ii) las razones por las cuáles considera que es el Director Ge-
neral de Centros Penales quien lo mantiene privado de libertad en bartolinas
policiales; y, iii) explicara a qué se refiere cuando afirma que “esta calidad de
encierro no es compatible con las atribuciones que la Constitución le otorga a
la Policía Nacional Civil”.
La referida decisión fue notificada al peticionario por el medio técnico se-
ñalado en su escrito de inicio el día 16/2/2016, así consta en el acta suscrita
por el notificador de este tribunal incorporada al folio 5 de este proceso cons-
titucional.
En ese sentido, se advierte que ya transcurrió el plazo legal concedido para
contestar la citada prevención, sin que se haya cumplido con la misma; y cuya
subsanación era indispensable para analizar la propuesta del actor en el pre-
sente caso. En virtud de tal circunstancia y en aplicación analógica del artículo
18 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, deberá declararse inadmisi-
ble la pretensión planteada al no haber sido atendida la prevención dirigida
al señor P. S.
En este punto es de acotar que la declaratoria de inadmisibilidad deja in-
tacta la pretensión constitucional, pues lo que ha sucedido es el rechazo in
limine –al inicio- de la demanda por motivos formales que imposibilitaron cual-
quier pronunciamiento respecto de la pretensión; de ahí que, el interesado tie-
ne expedita la posibilidad de dar inicio a un nuevo proceso de hábeas corpus
y, en este caso, su pretensión debe cumplir con los requisitos establecidos en
la jurisprudencia constitucional para que se habilite su control –verbigracia,
resoluciones HC 193-2007, del 20/5/2009 y HC 141-2014 del 6/10/2014–.
III. Respecto al reclamo señalado en el considerando I número 1 se hacen
las siguientes consideraciones:
1. Antes de analizar la pretensión planteada, esta Sala considera pertinen-
te hacer referencia al examen inicial que se realiza sobre la solicitud presenta-
da en este proceso constitucional, a efecto de verificar el cumplimiento de las
condiciones necesarias para emitir una decisión sobre lo requerido.
A ese respecto, este Tribunal en su jurisprudencia ha señalado que en ma-
teria constitucional la incoación de un proceso viene determinada por la pre-
sentación de una solicitud o demanda, según sea el caso, caracterizada como el
acto procesal de postulación que debe llevar implícita una pretensión de natu-

701
Hábeas Corpus / Improcedencias

raleza constitucional. Esta condiciona la iniciación, el desarrollo y la conclusión


del proceso –verbigracia, improcedencia HC 109-2010, de fecha 22/6/2010, en-
tre otras–.
Entonces, ante la solicitud para iniciar este proceso constitucional resul-
ta inevitable examinar si el solicitante ha presentado los requisitos mínimos
para conocer y decidir sobre el alegato planteado; pues, cuando se propongan
cuestiones que deban ser resueltas por otras autoridades y que por lo tanto
no trasciendan de ser inconformidades del demandante con lo decidido por
una autoridad judicial o administrativa, la tramitación del hábeas corpus será
infructuosa y deberá rechazarse la pretensión al inicio del proceso, por medio
de una declaratoria de improcedencia –verbigracia, improcedencia HC 162-
2010 del 24/11/2010–.
2. Así, en el presente caso el peticionario reclama la falta de motivación
“legal” de la resolución que decretó la medida cautelar de detención provisio-
nal en su contra por no acreditar –según su parecer– el hecho en el que su-
puestamente participó, es decir, el requisito de la apariencia de buen derecho,
ello en virtud de la escasa relación de hechos que se le atribuye y por no ser
verdad lo declarado por los testigos “Apolo I” y “Caín”, respecto a su aparente
intervención en una actividad ilícita.
Sobre lo propuesto debe decirse que si bien el actor propone un tema que
podría tener trascendencia constitucional al alegar la falta de fundamentación
de la decisión que impuso la detención provisional en su contra, de los argu-
mentos que sostienen ese alegato se advierte que su pretensión está orienta-
da en alegar su inconformidad con el referido pronunciamiento del Juzgado
Especializado de Instrucción de San Miguel, pues el propio peticionario señala
la actuación concreta que se le atribuye y las pruebas que aparentemente lo
vinculan, lo cual, en esos términos, fundan el requisito de la apariencia de
buen derecho respecto del cual reclama.
Ahora bien, es preciso acotar que no corresponde a este Tribunal deter-
minar si la relación fáctica propuesta por la representación fiscal es “escasa”
para acreditar un hecho delictivo, así como tampoco establecer la veracidad
o suficiencia de los elementos probatorios propuestos, para el caso las dos de-
claraciones que relaciona el actor, cuestiones que por sí carecen de contenido
constitucional al estar vinculadas con la valoración de los hechos y las pruebas
dentro del proceso penal, labor que corresponde de forma exclusiva a los jue-
ces competentes en esa materia –verbigracia, improcedencias HC 103-2012 del
20/4/2012 y HC 158-2014 del 11/6/2014–.

702
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

En ese sentido, el análisis propuesto por el actor es de aquellos que no


pueden ser establecidos mediante el proceso constitucional que nos ocupa,
y cuya determinación, en definitiva, constituye un asunto de mera legalidad,
que por su naturaleza está excluido del conocimiento de esta Sala, pues de
hacerlo estaría actuando al margen de su competencia. En ese sentido, ante
la imposibilidad de examinar lo propuesto deberá emitirse una declaratoria de
improcedencia sobre este punto de la pretensión.
Por las razones expuestas y de conformidad con los artículos 13 y 18 de la
Ley de Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárase inadmisible la pretensión planteada a su favor por el señor Oscar
José P. S., por no haberse subsanado la prevención efectuada por este Tri-
bunal.
2. Declárase improcedente la pretensión propuesta por el señor Oscar José P.
S. por reclamar asuntos de estricta legalidad.
3. Notifíquese la presente resolución al peticionario.
4. Archívese oportunamente el respectivo proceso constitucional.
F. MELENDEZ---J. B. JAIME---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZALEZ---PRONUN-
CIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---X. M. L.---
SRIA.---INTA.---RUBRICADAS.

69-2016

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las trece horas con cuarenta y siete minutos del día dieciséis de
marzo de dos mil dieciséis.
El presente proceso de hábeas corpus ha sido planteado en contra del Juz-
gado Primero de Vigilancia Penitenciaria y de Ejecución de la Pena de San Mi-
guel, por la señora Silvia Josefina A. S., a favor de la señora Dilia Guadalupe F.
M., condenada por el delito de extorsión.
Analizada la pretensión y considerando:
I. La peticionaria manifiesta en su solicitud lo siguiente: “...(v)engo a pro-
mover diligencias de exhibición personal a favor de la señora (...) F. M., persona
procesada y sentenciada por el delito de extorsión y la cual esta bajo la vigilan-
cia del Juzgado Primero de Vigilancia Penitenciaria y de Ejecución de la Pena
de San Miguel, que si bien es cierto ya tiene una sentencia condenatoria (...) se
le ha visto vulnerado su derecho de defensa en un futuro, por parte de dicho

703
Hábeas Corpus / Improcedencias

Juzgado (...) ya que no se le ha notificado de un cómputo, ni a la señora en


mención ni al centro penitenciario...” (Mayúsculas suplidas) (sic).
II. Como asunto previo, debe indicarse que la habilitación para efectuar el
análisis liminar de las pretensiones que se presenten a este tribunal se encuen-
tra reconocida de manera reiterada y consistente por la jurisprudencia constitu-
cional como un mecanismo para determinar inicialmente la correcta configura-
ción de las peticiones que se efectúen, ya que únicamente las que cumplan con
los requisitos necesarios podrán ser analizadas y decididas mediante sentencia
definitiva.
Aquellas que presenten deficiencias referidas a la ausencia de trascenden-
cia constitucional del reclamo, falta de vinculación entre el acto reclamado y los
derechos fundamentales protegidos a través del hábeas corpus –entre otras–,
carecerán de las condiciones que permitan a este tribunal evaluar la propuesta
que se efectúa, lo que genera la emisión de un pronunciamiento de improce-
dencia o sobreseimiento, según la etapa en que se haya identificado el vicio, al
inicio o durante el trámite del proceso, respectivamente –véase resolución de
HC 141-2010 de fecha 5/11/2010–.
III. A partir de la jurisprudencia citada, se tiene que en el presente caso, la
señora A. S. básicamente reclama de la omisión del Juzgado Primero de Vigi-
lancia Penitenciaria y de Ejecución de la Pena de San Miguel, a cuya orden se
encuentra la señora F. M., de notificarle la resolución del cómputo de su pena,
lo cual –afirma– vulnera su derecho de defensa.
Respecto a lo propuesto por la peticionaria, si bien alega la la falta de no-
tificación de una resolución judicial, no relaciona ningún argumento que per-
mita evaluar como tal omisión puede generar una situación capaz de tener
incidencia en su derecho de libertad física de la condenada.
Y es que, en relación con la resolución del cómputo de la pena, este tribunal
ha señalado en casos similares –HC 281-2014 del 26/05/2014– que el descono-
cimiento del cómputo de pena, es decir la fecha en la que se cumplirá la pena
de prisión impuesta, no genera por sí, una afectación constitucional con inci-
dencia en el derecho de libertad protegido a través del hábeas corpus, ya que
en el momento que lo considere oportuno, el o la interesada pueden solicitar
a la autoridad judicial respectiva que se le haga saber el mismo. En todo caso,
si no se le hubiera notificado el referido cómputo por parte de la autoridad
judicial correspondiente, ello constituye un incumplimiento de tipo legal por
parte de la autoridad a la que le corresponde efectuar dicho cálculo, siendo
que, ese tipo de omisión puede ser alegada ante las autoridades competentes

704
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

en materia penal para verificar esas circunstancias, a efecto que se proceda a


dar cumplimiento a lo dispuesto en la normativa legal relativa al control del
cumplimiento de las penas de prisión.
En ese sentido, este tribunal ha reiterado en su jurisprudencia –verbigra-
cia resolución HC 93-2012 del 18/4/2012– su falta de competencia para anali-
zar y decidir asuntos que carezcan de trascendencia constitucional, ya que el
planteamiento de aspectos de índole estrictamente legal, pueden reclamarse
ante las autoridades judiciales que tienen competencia para el conocimiento
del proceso penal o, en su caso, de la fase de ejecución de la pena; dado que a
ellos se les ha atribuido esa facultad.
De ahí que, si la señora A. S. estima la existencia de infracciones en razón de
las circunstancias que expone, estas son de tipo legal, y es con base en las nor-
mas de la materia correspondiente que deberá establecerse las consecuencias
que se podrían provocar.
En consecuencia, la omisión de notificación del cómputo alegada por la
peticionaria que se atribuye a la autoridad demandada, no es capaz de tener
incidencia en el derecho de libertad de la señora Dilia Guadalupe F. M.; y a par-
tir de ello, su argumento presenta un vicio que impide su conocimiento en esta
sede constitucional, por estar referido a un asunto de estricta legalidad que, en
todo caso, debe alegarse ante el juez penitenciario respectivo.
IV. Por otro lado, en cuanto a la notificación de esta decisión y consideran-
do la petición que al respecto plantea la peticionaria en su pretensión, deberá
procederse a notificar en el tablero de esta Sala, según lo habilita el 171 del Có-
digo Procesal Civil y Mercantil; asimismo, se tiene por autorizado al licenciado
Salvador Eduardo Flores Deras, para recibir notificaciones en su nombre.
Por las razones expuestas y de conformidad con los artículos 11 inciso 2º
de la Constitución, 13 de la Ley de Procedimientos Constitucionales y 171 del
Código Procesal Civil y Mercantil, esta Sala, RESUELVE:
1. Declárase improcedente la pretensión planteada a favor de la señora Dilia
Guadalupe F. M., por evidenciarse un vicio que impide su conocimiento en
esta sede constitucional.
2. Notifíquese en el tablero de esta Sala y téngase por autorizado al licencia-
do Salvador Eduardo Flores Deras, para recibir actos procesales de comuni-
cación en nombre de la peticionaria.
A. PINEDA.---F. MELENDEZ---J. B. JAIME---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZA-
LEZ---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRI-
BEN.---E. SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.

705
Hábeas Corpus / Improcedencias

72-2016

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, San


Salvador, a las doce horas con once minutos del día dieciséis de marzo de dos
mil dieciséis.
El presente proceso constitucional de hábeas corpus fue promovido por la
señora Verónica Issa H. de A. a favor del señor José Mauricio A. R., condenado
por los delitos de evasión de impuestos y reintegros, devoluciones, compensa-
ciones o acreditamientos indebidos, contra actuaciones del Tribunal Quinto de
Sentencia de San Salvador y de la Cámara Segunda de lo Penal de la Primera
Sección del Centro.
Analizada la pretensión y considerando:
I. La peticionaria aduce los siguientes argumentos:
1. Que durante el trámite del proceso penal el favorecido gozó de me-
didas cautelares sustitutivas, pero al momento de la celebración de la vista
pública “... el Juez del Tribunal Quinto de Sentencia de San Salvador le decretó
al señor A. R., la detención provisional, mientras se efectuaba la celebración
de la [v]ista [p]ública, a pesar que no se habían modificado las condiciones
de un modo gravoso, cuando se le concedieron las medidas sustitutivas a la
detención provisional y existir la garantía hipotecaria como medida cautelar
patrimonial...”
2. Agrega que en la sentencia se hizo “... una mera transcripción de los in-
formes contenidos en el procedimiento de fiscalización, lo cual no cumple con
los requisitos de motivación del fallo y congruencia del mismo, que compren-
den una misma dimensión del derecho a la seguridad jurídica.
Y a pesar que la [d]efensa [t]écnica del señor José Mauricio A. R., hizo expre-
sa manifestación que se interpondrían los recursos judiciales pertinentes, inician-
do por el [r]ecurso de [a]pelación (...); lo cual determinaba que la [s]entencia [d]
efinitiva [c]ondenatoria dictada por el [t]ribunal [s]entenciador no había adqui-
rido en aquel momento firmeza, por lo que era procedente que se mantuviera
al procesado las medidas sustitutivas a la detención provisional. Así, se formuló
y puso en conocimiento de la alzada a la Cámara Segunda de lo Penal de la
Primera Sección del Centro, ocurriendo que finalmente se ratificó y avaló la [s]
entencia [d]efinitiva que contenía los vicios previamente indicados (...).
Ante tales circunstancias, se ha interpuesto [r]ecurso de [c]asación contra
la [s]entencia [d]efinitiva [c]ondenatoria del Tribunal Quinto de Sentencia de
San salvador y de la Cámara Segunda de lo Penal de la Primera Sección del

706
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Centro; por lo que es evidente que se continúan controlando las decisiones


jurisdiccionales; no obstante, el señor A. R., ya se encuentra padeciendo la
gravedad sobrevenida de la arbitrariedad que le impuso la pena de prisión que
se encuentra cumpliendo en un Centro Penitenciario ...”(sic).
Que con la sentencia definitiva se ha vulnerado la presunción de inocencia
del favorecido “... esta situación se vio prolongada, ratificada y confirmada en
el acto jurisdiccional adoptado por la Cámara Segunda de lo Penal de la Prime-
ra Sección del centro, mediante resolución pronunciada (...) [el] día diecisiete
de noviembre de dos mil quince, como se desprende especialmente de la fun-
damentación jurídico-fáctica contenida en tal acto resolutivo (...).
De manera que, han sido meras presunciones las que llevaron al Tribunal
Sentenciador a precisar que el señor José Mauricio A. R., es la persona que co-
metió los delitos atribuidos (...) obviando fundamentales aspectos vinculados
a la actividad que el imputado pudo y desarrolló en las instancias administrati-
vas (...); sin embargo, el Juez del Tribunal Quinto de Sentencia de San Salvador,
concluye imponiendo una sanción penal que en suma implica una pena de
prisión de diez año, (...) y la Cámara Segunda de lo Penal de la Primera Sección
del Centro ratifica y confirma tal decisión (...)
De manera que en efecto (...) existe agravio de naturaleza jurídica consti-
tucional con respecto al señor A. R.; que se ve materializado con la imposición
de la pena, además de la violación del derecho a la seguridad jurídica conteni-
do en el Art. 2 CN y comprendido objetivamente en el presente a partir que en
la Sentencia emitida por el Juez del Tribunal Quinto de Sentencia de San Sal-
vador, ésta careció de una motivación lógico-jurídica y de la fundamentación
debida, así como también la prueba ofertada y valorada por el Juez (...), bajo
las reglas de la [s]ana [c]rítica, no alcanza a determinar con certeza positiva
que el imputado haya sido la persona que en autoría directa cometió el hecho
delictivo aludido, ya que de todo el desfile probatorio realizado en ningún
momento se logró destruir la presunción de inocencia del señor José Mauricio
A. R., lo cual ineludiblemente significaba que al menos existía una duda sobre
la realización de los hechos con relevancia penal atribuidos al imputado, por
lo que procedía aplicar (...) como consecuencia un fallo ABSOLUTORIO a favor
del mismo ...”(mayúsculas suplidas)(sic).
3. Finalmente solicita se le apliquen medidas “... reparadoras que le restitu-
yan el derecho a gozar sin restricciones más gravosas de la libertad ambulato-
ria, mientras se revuelva la verificación del recurso de casación en conocimien-
to y análisis por parte de la Sala de lo Penal de la Corte Suprema de Justicia.

707
Hábeas Corpus / Improcedencias

Estando acreditados los extremos suficientes para precisar que el actual


confinamiento dentro de un Centro Penitenciario a la que está siendo someti-
do el ciudadano José Mauricio R. A., es ilegal y arbitrario; solicito que se tenga
por admitido el hábeas corpus, (...) que pueda verificar la situación procesal del
mismo, según el expediente de la causa penal que actualmente se encuentra
en la Sala de lo Penal de la Corte Suprema de Justicia, correspondiente a la
imposición de la sanción penal por los delitos de evasión de impuestos y reinte-
gros, devoluciones, compensación o acreditamientos indebidos (...), por el que
se encuentra cumpliendo la pena de prisión en su totalidad suma el término
de diez años; y así, se procedan a brindar medidas correctivas oportunas para
efectos que mientras la [s]entencia [d]efinitiva no se encuentra firme, pueda
gozar de una medida alterna...”(mayúsculas y resaltadas suplidos)(sic).
II. Con relación al reclamo planteado es de indicar, como esta Sala lo ha rei-
terado en su jurisprudencia, que los asuntos sometidos a control por medio del
proceso de hábeas corpus deben cimentarse en la existencia de vulneraciones
a derechos fundamentales con incidencia en la libertad física de las personas,
es decir deben tener un matiz constitucional –por ejemplo, improcedencia HC
162-2010 del 24/11/2010, entre otras–.
Caso contrario, cuando se propongan cuestiones que deban ser resueltas
por otras autoridades –administrativas o judiciales– y que por lo tanto no tras-
ciendan de ser inconformidades del demandante con lo decidido por aquellas,
la tramitación del hábeas corpus será infructuosa y deberá rechazarse la pre-
tensión al inicio del proceso, por medio de una declaratoria de improcedencia.
III. La peticionaria reclama contra: i) la decisión emitida en audiencia de
vista pública por el Juez Presidente del Tribunal Quinto de Sentencia de San
Salvador mediante la cual decretó la medida cautelar de detención provisional
en contra de José Mauricio A. R., a pesar que “...no se habían modificado las
condiciones de un modo gravoso (...) y existir la garantía hipotecaria...”; ii) la
sentencia definitiva condenatoria emitida por el aludido tribunal sentenciador
por carecer de motivación al haber realizado una “... mera transcripción de
los informes contenidos en el procedimiento de fiscalización, lo cual no cum-
ple con los requisitos de la motivación del fallo y congruencia del mismo...”,
decisión que fue ratificada por la Cámara Segunda de lo Penal de la Primera
Sección del Centro; iii) requiere la aplicación de medidas sustitutivas a la deten-
ción provisional que le permitan al favorecido gozar de su derecho de libertad
personal sin restricciones “... mientras se resuelva (...) [el] recurso de casación
en conocimiento y análisis por parte de la Sala de lo Penal de la Corte Suprema
de Justicia...”

708
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

1. En el primer planteamiento la pretensora alega contra la decisión que


decreta la medida cautelar de detención provisional en contra del favorecido
en el acto de la audiencia de vista pública, pues a su parecer no habían variado
las condiciones de imposición de las medidas sustitutivas y existía una garantía
hipotecaria.
En esos términos la pretensión propuesta carece de contenido constitucio-
nal al estar referida a una mera inconformidad de la señora H. de A. con la
imposición de la medida cautelar de detención provisional en contra de su es-
poso. A ese respecto, debe decirse que la peticionaria pretende que esta Sala
revise dicha decisión para verificar sus planteamientos –de no modificación de
las condiciones que habilitaron la imposición de una medida sustitutiva con-
sistente en una garantía hipotecaria–, ello implicaría que esta Sala realizara
la labor de un tribunal de instancia, cuestión ajena al control constitucional
circunscrito al hábeas corpus.
Precisamente, si a través de este proceso constitucional se entrase a exa-
minar aspectos puramente legales como el planteado, se produciría una des-
naturalización del hábeas corpus, convirtiendo a esta Sala en una instancia
más dentro del proceso iniciado en sede penal, ocasionando un dispendio de
la actividad jurisdiccional. Por tanto, la determinación de lo propuesto por la
actora, en definitiva, constituye un asunto de estricta legalidad, que por su
naturaleza está excluido del conocimiento de este Tribunal.
2. En el segundo planteamiento la peticionaria alega la falta de motivación
de la sentencia definitiva condenatoria emitida en contra del favorecido por el
Juez Presidente del Tribunal Quinto de Sentencia de San Salvador y ratificada
por la Cámara Segunda de lo Penal de la Primera Sección del Centro.
En cuanto este reclamo debe acotarse que la solicitante señala expre-
samente que el aludido tribunal de alzada “...ratificó y avaló la [s]entencia
[d]efinitiva que contenía los vicios previamente indicados (...). Ante tales
circunstancias, se ha interpuesto [r]ecurso de [c]asación contra la [s]en-
tencia [d]efinitiva [c]ondenatoria del Tribunal Quinto de Sentencia de San
Salvador y la Cámara Segunda de lo Penal de la Primera Sección del Centro;
por lo que es evidente que se continúan controlando las decisiones jurisdic-
cionales...”(sic).
Los “vicios” que menciona la señora H. de A. son –entre otros– que en
la sentencia definitiva se realizó “... una mera transcripción de los informes
contenidos en el procedimientos de fiscalización, lo cual no cumple con los
requisitos de motivación del fallo y congruencia del mismo...”.

709
Hábeas Corpus / Improcedencias

A partir de las propias afirmaciones de la peticionaria se advierte que


en el recurso de casación interpuesto para ante la Sala de lo Penal de esta
Corte se reclama contra la decisión mediante la cual la cámara ratificó la sen-
tencia condenatoria del señor A. R. pronunciada por el Tribunal Quinto de
Sentencia de San Salvador, por alegar la falta de motivación de esta última,
siendo este mismo reclamo propuesto en la solicitud de hábeas corpus que
nos ocupa.
Ahora bien, es preciso acotar que esta Sala ha sostenido que en el su-
puesto de haberse planteado el reclamo constitucional previo al proceso de
habeas corpus en un proceso penal, en donde también pueden protegerse
de manera eficaz los derechos supuestamente vulnerados –cuando en ambos
se ha invocado la tutela de las mismas categorías protegibles–, supondría la
imposibilidad, en este momento, de realizar el análisis de fondo respectivo,
pues los hechos que motivan el reclamo constitucional han sido planteados
con anterioridad al inicio del presente proceso en un tribunal ordinario y debe,
por tanto, agotarse la vía procesal inicialmente seleccionada del –verbigracia,
improcedencia HC 302-2015 del 16/10/2015–.
Lo contrario, supondría desconocerse la posibilidad de satisfacer el recla-
mo del interesado dentro del ámbito del proceso ordinario, ya que cualquier
justiciable puede hacer uso de la vía penal como medio para obtener la pro-
tección de sus categorías constitucionales. Lo anterior, también tiene por fin
evitar la grave posibilidad de sentencias contradictorias o al menos encontra-
das, motivo por el cual es procedente rechazar la demanda de hábeas corpus
– verbigracia, sentencia HC 150-2003 del 19/12/ 2003–.
De acuerdo con el aludido precedente jurisprudencial y tomando en cuen-
ta lo expuesto en la solicitud de hábeas corpus, esta Sala estima que en el
presente caso la defensa técnica del favorecido ha escogido en primer lugar la
jurisdicción ordinaria para reparar el supuesto daño causado por los “vicios”
que atribuyen al tribunal de sentencia aludido – entre otros, la falta de mo-
tivación de la sentencia condenatoria– y a la cámara por haber ratificado tal
pronunciamiento, pues plantearon el recurso de casación antes que el proceso
de hábeas corpus para restablecer el derecho de libertad personal del señor
José Mauricio A. R.
En ese sentido, la vía elegida por el favorecido o su defensa técnica es, en
definitiva, útil para reparar el supuesto daño causado por las actuaciones que
atribuyen a las autoridades demandadas y, por tanto, este Tribunal advierte
la imposibilidad de conocer de lo propuesto en el presente hábeas corpus, y

710
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

ante la imposibilidad de examinar lo propuesto por el actor, deberá emitirse


una declaratoria de improcedencia de la pretensión.
3. La señora H. de A. también requiere –en síntesis– la aplicación de medi-
das sustitutivas a la detención provisional que le permitan al favorecido gozar
de su derecho de libertad personal sin restricciones “... mientras se resuelva la
verificación del recurso de casación en conocimiento y análisis por parte de la
Sala de lo Penal de la Corte Suprema de Justicia...”.
A ese respecto, debe reiterarse que la solicitud de revisión de medidas cau-
telares impuestas a una persona en razón de su procesamiento penal es una
atribución que corresponde a los jueces o magistrados penales que conocen
de la causa, ello de conformidad con el artículo 344 del Código Procesal Penal.
En el mismo sentido lo ha interpretado esta Sala al sostener que la autoridad
responsable de controlar la medida cautelar es el tribunal a cuyo cargo se en-
cuentra el proceso penal, en la sentencia del HC 323-2011 del 14/9/2012.
A partir de lo antes expuesto este Tribunal determina que la solicitud de
aplicación de medidas sustitutivas a la detención provisional realizada por la
señora H. de A. es una cuestión de estricta legalidad cuya determinación co-
rresponde exclusivamente a los jueces competentes en materia penal. De ma-
nera que, lo propuesto al estar desprovisto de contenido constitucional hace
imposible su control por medio del proceso de hábeas corpus.
En este punto, debe aclararse que a pesar de que la peticionaria sostie-
ne que el señor José Mauricio A. R. se “... encuentra cumpliendo la pena de
prisión que en su totalidad suma el término de diez años...”; de sus propios
argumentos esta Sala advierte que el acto que restringe el derecho de libertad
personal del favorecido es la medida cautelar de detención provisional y no la
pena de prisión indicada, pues asevera expresamente que la sentencia conde-
natoria aún no se encuentra firme al haberse presentado recurso de casación
para ante la Sala de lo Penal de esta Corte y, por otra parte, también requiere
la aplicación de medidas cautelares sustitutivas a la detención provisional. De
ahí que, lo relatado respecto al cumplimiento de la pena de prisión no sea
capaz de evidenciar la existencia de un agravio de contenido constitucional
actual.
Hechas las consideraciones que anteceden, y ante la imposibilidad de exa-
minar lo propuesto por la peticionaria ante esta Sala, pues de hacerlo estaría
actuando al margen de su competencia, deberá emitirse una declaratoria de
improcedencia de la pretensión.
IV. La peticionaria señaló una dirección y un medio técnico para recibir no-
tificaciones, los cuales se tomarán en cuenta para tales efectos; sin embargo,

711
Hábeas Corpus / Improcedencias

de advertirse alguna circunstancia que imposibilite la comunicación que se or-


dena practicar a la persona designada, también se autoriza a la Secretaría de
este Tribunal para que proceda a realizar la notificación por otros mecanismos
dispuestos en la legislación procesal pertinente y en la jurisprudencia constitu-
cional y que fueren aplicables, debiendo efectuar las gestiones necesarias en
cualquiera de dichos medios para cumplir tal fin. Inclusive a través de tablero
judicial, una vez agotados los procedimientos respectivos.
En atención a las razones expuestas y con base en los artículos 11 inciso 2º
de la Constitución y 13 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, esta Sala
RESUELVE:
1. Declárase improcedente el presente hábeas corpus promovido por la seño-
ra Verónica Issa H. de A. a favor del señor José Mauricio A. R., por reclamar
asuntos de estricta legalidad y por haberse escogido la vía ordinaria antes
que la constitucional para reparar la supuesta vulneración constitucional
reclamada.
2. Tome nota la Secretaría de esta Sala de la dirección y del medio técnico
señalados para recibir los actos procesales de comunicación; sin embargo,
de existir alguna circunstancia que imposibilite mediante dicha vía ejecutar
la notificación que se ordena, se deberá proceder conforme a lo dispuesto
en el considerando IV de esta resolución.
3. Notifíquese la presente resolución y oportunamente archívese el corres-
pondiente proceso constitucional.
A. PINEDA.---F. MELENDEZ---J. B. JAIME---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZA-
LEZ---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRI-
BEN.---E. SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.

712
Inadmisibilidades

350-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las trece horas con cuarenta y dos minutos del día dos de febre-
ro de dos mil dieciséis.
A sus antecedentes: i) oficio número 1328 remitido por el Juzgado Primero
de Paz de San Vicente, recibido en la secretaría de esta Sala el 05/01/2016, por
medio del cual remite diligencias de auxilio judicial debidamente diligenciadas,
y ii) escrito firmado por Oscar Armando M. L., recibido por conducto oficial
interno el día 07/01/2016, por medio del cual pretende evacuar la prevención
que le fuera realizada por esta Sala.
El presente proceso constitucional de hábeas corpus ha sido promovido en
contra del Juzgado Especializado de Sentencia de San Miguel y del Juzgado
Primero de Vigilancia Penitenciaria y de Ejecución de la Pena de San Miguel,
por el señor Oscar Armando M. L., a su favor.
Analizada la pretensión y considerando:
I. El peticionario manifiesta que fue capturado el día 22/08/2009, por los
delitos de extorsión en grado de tentativa y robo, siendo condenado a la pena
de diecisiete años de prisión. A ese respecto indica: “(1) tribunal sentenciador:
especializado san miguel (2) Juzgado de Vigilancia: primero de San Miguel.
Con todo respeto expongo: mayo-2015, vía correo, escribí, a ambos tribunales
a uno, para solicitarle mi copia de resolución de sentencia (de oficio, no actúan
los jueces. ¿ porqué?) y el otro (2), mi cómputo de pena. El 31- agosto –2015,
igual cosa, a ambas, y no hay respuesta a nadie...”(sic).
II. 1. En relación a lo alegado se previno al peticionario, por resolución emi-
tida a las a las trece horas con cuarenta y dos minutos del día dieciocho de no-
viembre de dos mil quince para que, en el plazo de tres días contados a partir
de la respectiva notificación, manifestara con precisión ante este tribunal lo
siguiente: i) cómo las omisiones de las que reclama le generan alguna inciden-
cia en los derechos tutelados por medio del proceso constitucional de hábeas
corpus –libertad física o integridad física, psíquica o moral–, ii) en qué fecha se
celebró la audiencia de vista pública en la que se emitió fallo condenatorio en
su contra, y iii) cuál es su situación jurídica en relación con su derecho de liber-
tad personal al momento de instar la actuación de esta Sala, todo ello a fin de
poder dictar la decisión que corresponda.
Hábeas Corpus / Inadmisibilidades

La referida decisión fue notificada al peticionario por medio de auxilio ju-


dicial el día quince de diciembre de dos mil quince, tal como consta en el acta
suscrita por el notificador del Juzgado Primero de Paz de San Vicente e incor-
porada al folio 10 de este expediente.
2. A ese respecto, es preciso acotar que el peticionario suscribió el escrito
de contestación el día 16/12/2015 –según consta en el mismo–; es decir, dentro
del plazo de tres días contados a partir de la fecha en la cual fue notificado
personalmente de la prevención aludida –el 15/12/2015–; sin embargo, este
fue remitido y recibido en esta sede por medio de conducto oficial hasta el día
07/01/2016.
En atención a lo expuesto y tomando en cuenta la fecha en que fue firma-
do el escrito del peticionario, así como su condición de restricción dentro del
aludido establecimiento penitenciario, se considera pertinente admitir –de for-
ma excepcional–el escrito de subsanación de la prevención realizada por esta
Sala. Lo anterior, tiene por objeto garantizar el derecho de audiencia, defensa
y a la protección jurisdiccional del favorecido. Por tanto, es pertinente analizar
la procedencia de los argumentos argüidos por el solicitante en su segundo
escrito.
3. Ahora bien, en el escrito de contestación el pretensor aduce lo siguien-
te: “...(d)oy por evacuadas prevén[c]iones: (1) (...) sin mi cómputo, sin mi re-
solución de sentencia, uno no puede seguir buscando libertad física, llamese:
conmutación, indulto, previsión, amparo, etcétera, (...) (2) no recuerdo con
exactitud (3) supuestamente penado o sentenciado no se si hay apelaciones,
no se. esto es producto de los jueces especializados...”(sic).
4.  A partir de lo expuesto en el escrito de contestación y tomando en cuen-
ta los aspectos prevenidos en la resolución de fecha 18/11/2015, este tribunal
advierte que el señor M. L. ha omitido pronunciarse sobre los aspectos de su
pretensión que le fueron expresamente prevenidos por esta Sala por existir
deficiencias en la misma, limitándose a reiterar que requiere tanto el cómputo
de su pena como la resolución de su sentencia, indicando que no recuerda
en qué fecha se celebró su audiencia de vista pública y que “supuestamente”
se encuentra en calidad de “sentenciado”, sin aportar los argumentos fácticos
que fundamenten su planteamiento; de ahí que, no se aclaran los puntos que
fueron observados por este Sala, los cuales son indispensables para configurar
la pretensión constitucional que nos ocupa.
Y es que este tribunal ha exigido para la debida configuración de la pre-
tensión de hábeas corpus, la indicación clara y precisa de los argumentos que
determinen las actuaciones atribuidas a la autoridad demandada consideradas

714
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

violatorias de su derechos fundamentales y protegidos mediante este proceso


constitucional –v.gr., resolución de HC 124-2004 de fecha 18/12/2009–, lo cual
no fue subsanado por el peticionario en esta ocasión. En virtud de tal circuns-
tancia y en aplicación analógica del artículo 18 de la Ley de Procedimientos
Constitucionales, deberá declararse inadmisible la pretensión, al no haberse
evacuado la prevención dirigida al señor Oscar Armando M. L. en los términos
requeridos por esta Sala.
Por todo lo expuesto y con base en el artículo 18 de la Ley de Procedimien-
tos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárase inadmisible la pretensión propuesta por el señor Oscar Armando
M. L., por no haber contestado la prevención realizada por este tribunal en
los términos requeridos en la resolución pronunciada el día dieciocho de
noviembre de dos mil quince.
2. Notifíquese el presente pronunciamiento y archívese el respectivo pro-
ceso constitucional.
---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZALEZ--- PRO-
NUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.--- E. SOCO-
RRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.

393-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las trece horas con cuarenta y ocho minutos del día dos de fe-
brero de dos mil dieciséis.
El presente proceso constitucional de hábeas corpus ha sido promovido en
contra del Juzgado Segundo de Vigilancia Penitenciaria y de Ejecución de la
Pena de San Salvador, por el señor José Roberto M. M., a su favor, condenado
por el delito de tráfico de personas.
Analizada la pretensión y considerando:
I. El peticionario reclama de la supuesta retardación de justicia por parte
del Juzgado Segundo de Vigilancia Penitenciaria y de Ejecución de la Pena de
San Salvador, manifestado –en lo relevante– que “...sobrepaso mis 2/3, y aún
el juez, no envía no libra oficio, para mi evaluaciones al equipo técnico del pe-
nal, donde me encuentro (...) le he solicitado al juez un estudio socioeconómi-
co, que la ley penitenciaria, me lo avala (51 L.P.), por mi incapacidad de pago,
y no me responde. el derecho me asiste. mi pobreza económica, es precaria
(...) ya escribí, y no responden... “(sic).

715
Hábeas Corpus / Inadmisibilidades

II. Por resolución de las trece horas con cuarenta y dos minutos del día
dieciséis de diciembre de dos mil quince, se previno al peticionario para que,
dentro del plazo de tres días contados a partir de la notificación respectiva,
señalara de manera concisa cómo las omisiones de las que reclama le generan
alguna incidencia en los derechos tutelados por medio del proceso constitucio-
nal de hábeas corpus –libertad física o integridad física, psíquica o moral–,- y
en qué fecha solicitó la realización del estudio socioeconómico, del cual –afir-
ma– no recibe respuesta. Ello, en atención a que el reclamo propuesto por el
señor M. M. se advirtió impreciso.
La mencionada prevención fue notificada personalmente al señor M. M.
por medio de auxilio requerido al Juzgado Primero de Paz de San Vicente, el
cual fue diligenciado en el Centro Penitenciario de esa localidad el día veintiu-
no de enero de dos mil dieciséis, según consta en el acta agregada al folio 10
de este expediente.
En ese sentido, se tiene que efectivamente se realizó el acto procesal de co-
municación y que transcurrió el plazo legal concedido para subsanar la citada
prevención sin que el peticionario haya cumplido con la misma; y siendo que
los aspectos que fueron prevenidos son indispensables para dar trámite a la
solicitud planteada, esta Sala considera pertinente, en aplicación del artículo
18 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, declarar inadmisible el recla-
mo propuesto al no haberse subsanado la prevención dirigida al peticionario.
En este punto es de acotar que la declaratoria de inadmisibilidad deja intac-
ta la pretensión constitucional, pues lo que ha sucedido es el rechazo in limine
de la demanda por motivos formales que imposibilitaron cualquier pronuncia-
miento respecto de la pretensión; de ahí que, el interesado tiene expedita la
posibilidad de dar inicio a un nuevo proceso de hábeas corpus y, en este caso,
su pretensión debe cumplir con los requisitos establecidos en la jurisprudencia
constitucional para que se habilite su control –verbigracia, resolución del HC
193-2007, pronunciada el 20/5/2009–.
Por las razones expuestas y de conformidad con lo dispuesto en el artículo
18 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, esta sala RESUELVE:
1. Declárase inadmisible la pretensión planteada por el señor José Roberto M.
M., a su favor, por no haberse subsanado la prevención efectuada por este
tribunal.
2. Notifíquese en la forma dispuesta desde el inicio de este proceso penal.
---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZALEZ---PRO-
NUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.--- E. SO-
CORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.

716
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

398-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las doce horas con once minutos del día cinco de febrero de dos
mil dieciséis.
A sus antecedentes el acta de notificación de fecha 21/1/2016, remitida
por medio de fax el 22/1/2016, procedente del Juzgado Primero de Paz de
Zacatecoluca.
Analizado el anterior documento relacionado con el proceso de hábeas
corpus promovido a su favor por el señor Charles M. A., condenado por la pro-
posición y conspiración en el delito de homicidio agravado, contra actuaciones
del Tribunal de Sentencia de Santa Tecla, se hacen las siguientes consideracio-
nes:
I. El solicitante afirma que cumple pena de prisión impuesta por sentencia
firme emitida por el Tribunal de Sentencia de Santa Tecla el 27/5/2010. A ese
respecto, sostiene que “... ha[y] ley favorable contra la sentencia pre[v]ia y de
conformidad al artículo 129-A el cual se reform[ó] en la fecha que descono[z]
co la cual establece que la proposición y conspiración en el delito de homicidio
agravado será sancionado respectivamente con una pena que se fijar[á] entre
la quinta parte del m[í]nimo y la mitad del m[í]nimo de las penas correspon-
dientes establecidas en el artículo anterior, en base a esta reforma interpongo
hábeas corpus en contra [de] la sentencia pre[v]ia, ya que he solicitado a las
juezas de sentencia de Santa Tecla por medio de escritos y [hacen] caso omiso
razón por la cual me [v]eo obligado [a] acudir a sus honorables magistrados
de la ley y pido se aplique la reforma en el Art. 129-A, ya que el art. 15 del
Código Penal me favore[c]e y pido se aplique la mínima condena de la cual
est[á] estable[c]ida en el art. 129-A. Y que no soy letrado de la ley pido [se me]
garantice un defensor público por carecer de recursos económicos y no puedo
[costear] un abogado particular... “(sic).
II. En virtud de lo propuesto, esta Sala previno al peticionario por resolu-
ción de fecha 22/12/2015 para que, dentro del plazo de tres días contados a
partir del siguiente al de la notificación de la referida decisión, señalara con
precisión las fechas en que remitió los escritos a los que hace alusión y para
que expresara concretamente lo que requirió a la autoridad demandada por
medio de los mismos.
La mencionada decisión fue notificada personalmente al señor M. A. el día
21/1/2016, tal como consta en el acta relacionada en el prefacio de este auto.

717
Hábeas Corpus / Inadmisibilidades

En ese sentido, se advierte que ya transcurrió el plazo legal concedido para


contestar la citada prevención, sin que se haya cumplido con la misma; y cuya
subsanación era indispensable para analizar la propuesta del actor en el pre-
sente caso. En virtud de tal circunstancia y en aplicación analógica del artículo
18 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, deberá declararse inadmisible
la pretensión planteada al no haber sido atendida la prevención dirigida al pe-
ticionario.
En este punto es de acotar que la declaratoria de inadmisibilidad deja intac-
ta la pretensión constitucional, pues lo que ha sucedido es el rechazo in limine
–al inicio- de la demanda por motivos formales que imposibilitaron cualquier
pronunciamiento respecto de la pretensión; de ahí que, el interesado tiene ex-
pedita la posibilidad de dar inicio a un nuevo proceso de hábeas corpus y, en
este caso, su pretensión debe cumplir con los requisitos establecidos en la juris-
prudencia constitucional para que se habilite su control –verbigracia, resolucio-
nes HC 193-2007, del 20/5/2009 y HC 141-2014 del 6/10/2014–.
Por las razones expuestas y de conformidad con el artículo 18 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala resuelve:
1. Declárase inadmisible la pretensión planteada a su favor por el señor Char-
les M. A., por no haberse subsanado la prevención efectuada por este Tri-
bunal.
2. Notifíquese la presente resolución al peticionario.
3. Archívese oportunamente el respectivo proceso constitucional
---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZALEZ---PRO-
NUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.--- E. SO-
CORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.

324-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA,


San Salvador, a las doce horas con cuarenta y un minutos del día nueve de fe-
brero de dos mil dieciséis.
Analizados los documentos relacionados con el proceso de hábeas corpus
promovido a su favor por el señor Carlos Alfredo U. M., contra actuaciones del
Tribunal Sexto de Sentencia de San Salvador y la Sala de lo Penal de la Corte
Suprema de Justicia, se hacen las siguientes consideraciones:
I. El solicitante sostuvo en su escrito de promoción de este proceso que se
encontraba restringido ilegal y arbitrariamente de su derecho de libertad am-
bulatoria mediante pena de prisión de treinta y cinco años que le fue impuesta

718
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

por el Tribunal Sexto de Sentencia de San Salvador, por atribuírsele la comisión


del delito de secuestro agravado en calidad de coautor, y, además, en razón
de la decisión emitida por la Sala de lo Penal, en la cual anuló la resolución fa-
vorable del recurso de revisión que interpuso. Fundamenta lo anterior en que
la condena no se encuentra apegada a la ley al no concurrir los requisitos de
la coautoría, lo cual vulnera garantías constitucionales por inobservar ambas
autoridades el principio de legalidad dispuesto en el Art. 15 Cn. y el de segu-
ridad jurídica.
“(...) los tribunales jurisdiccionales deben actuar de conformidad al ordena-
miento jurídico, lo cual incumplen las autoridades denunciadas en mi agravio
en la pena de prisión impuesta en la sentencia firme y la resolución emitida al
respecto por la Sala de lo Penal al anular la resolución favorable a mi persona
en recurso de revisión, al imponerme una pena en la calidad de coautor sin
concurrir los presupuestos de ley para ello, por lo que el principio de legalidad
se ve vulnerado cuando la administración o los tribunales realizan actos que
no tienen fundamento legal o cuando lo actúan conforme a lo que la ley de la
materia establece (v. gr. resolución de HC 130-2007 de fecha 10 de Agosto de
2009) ya que el demandado en la sentencia firme realiza una interpretación
extensiva analógica respecto al coautor lo cual prohíbe el principio de legalidad
en materia penal al acreditarme dicha calidad de forma arbitraria en la senten-
cia firme, por lo que tanto el Tribunal Sexto de Sentencia de la ciudad de San
Salvador, y la Sala de lo Penal de la Corte Suprema de Justicia, no actúan en
sujeción al principio de reserva de ley, ya que el derecho a la seguridad jurídica
en su relación con el principio de legalidad, implica una obligación por parte
del juez o magistrado de respectar los limites que la ley prevé al momento de
realizar una actividad en el ejercicio de sus funciones como lo es al deliberar y
emitir una sentencia condenatoria, o resolver un recurso, de manera que si la
normativa establece el procedimiento que cualquier funcionario debe seguir la
consecuencia jurídica que debe aplicar en un caso concreto, y éste no cumple
con lo previamente dispuesto en el ordenamiento jurídico, produce una afecta-
ción a la seguridad jurídica de las personas (v. gr. resolución de Hábeas Corpus
231-2006 de fecha 1-8-2009), lo cual se violenta mediante las actuaciones de las
autoridades denunciadas, encontrándome restringido ilegalmente de mi dere-
cho de libertad ambulatoria (...)” (sic.).
II. 1. En relación con lo argumentado, por resolución de las doce horas y
cuarenta y cinco minutos del día 10/11/2015, se previno al peticionario para
que, dentro del plazo de tres días contados a partir del siguiente al de la notifi-
cación respectiva, expresara a esta Sala de forma clara y precisa: i) si el cuestio-

719
Hábeas Corpus / Inadmisibilidades

namiento contra la sentencia condenatoria firme emitida por el Tribunal Sexto


de Sentencia de San Salvador, fue propuesto ante dicha autoridad judicial y
sobre el cual ésta omitió pronunciarse, o si no le fue posible la invocación del
derecho constitucional vulnerado que ahora refiere en su demandada; y ii)
cuáles son los cuestionamientos específicos de carácter constitucional contra
la decisión judicial pronunciada por la Sala de lo Penal, que deban ser conoci-
dos por este Tribunal.
La referida decisión fue notificada personalmente al señor Carlos Alfredo
U. M. por medio de auxilio requerido al Juzgado Primero de Paz de Zacateco-
luca, a las doce horas con diez minutos del día 21/01/2016, tal como consta en
el acta incorporada al folio 16 de este proceso constitucional.
La Secretaría de este Tribunal, con fecha 28/01/2016, recibió informe del
auxilio judicial debidamente diligenciado por parte del Juzgado Primero de
Paz de Zacatecoluca, con el que esta Sala corrobora la notificación personal de
la prevención en comento; no obstante, no se ha recibido respuesta por parte
del peticionario señor Carlos Alfredo U. M., respecto a la prevención realizada.
En ese sentido, advierte este Tribunal que ya transcurrió el plazo legal con-
cedido para evacuar la citada prevención, sin que se haya cumplido con la
misma; y cuya subsanación era indispensable para analizar la pretensión del
hábeas corpus incoado. En virtud de tal circunstancia y en aplicación analógica
del artículo 18 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, deberá declarar-
se inadmisible la pretensión planteada en este caso.
III. Por otra parte, este Tribunal previamente consignó mecanismo para
efectuar los actos de comunicación al solicitante, por lo que deberá notificarse
esta decisión a través del mismo.
Sin embargo, de advertirse alguna circunstancia que imposibilite la comu-
nicación que se ordena practicar al peticionario a través de esa vía, también se
autoriza a la Secretaría de este Tribunal para que proceda a realizar la notifi-
cación por otros medios dispuestos en la legislación procesal pertinente y que
fueren aplicables, debiendo efectuar las gestiones necesarias en cualquiera de
dichos medios para cumplir tal fin. Inclusive a través de tablero judicial, una vez
agotados los procedimientos respectivos.
En atención a las razones expuestas y con base en el artículo 18 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala resuelve:
1. Declarase inadmisible la pretensión planteada por a su favor por el señor
Carlos Alfredo U. M., por no haber evacuado la prevención realizada por
este Tribunal.

720
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

2. Notifíquese el presente pronunciamiento y, oportunamente, archívese el


expediente.
---A. PINEDA---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME---E. S. BLANCO R.--- PRONUNCIA-
DO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.--- E. SOCORRO
C.---SRIA.---RUBRICADAS.

351-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las trece horas con cuarenta y ocho minutos del día diez de
febrero de dos mil dieciséis.
Por recibido vía correo oficial interno, el oficio número 86 de fecha
25/01/2016, procedente del Juzgado Segundo de Paz de San Vicente, median-
te el cual se remiten diligencias de auxilio judicial solicitadas por este tribunal.
El presente proceso de hábeas corpus ha sido promovido en contra del
Juzgado Especializado de Sentencia “B” de San Salvador, por el señor Wilbert
Antonio R. M., a su favor, quien manifiesta haber sido condenado por el delito
de homicidio agravado.
Analizada la pretensión y considerando:
I. El peticionario sostiene los siguientes argumentos: “...nema: detención
provisional ilegal. 6 p.p., 11.2 Cn, 12 Cn (...) capturado 2009, enero. Delito:
homicidio agravado. Juez de Sentencia: Especializado “B” San Salvador. Quan-
tum penal: treinta años. A ustedes: hasta hoy 31-octubre-2015, redacto y ex-
pongo que no recibo mi sentencia condenatoria de mérito, ni cómputo (...)
estoy viviendo en detención provisional. ordenar el cese de la detención pro-
visional 6 PP, 7 años en Det. provisional y entré a 8 años...” (Mayúsculas supri-
midas) (sic).
II. Por resolución de las trece horas con cincuenta y siete minutos del día
dieciséis de diciembre de dos mil quince, se previno al peticionario para que,
dentro del plazo de tres días contados a partir de la notificación respectiva,
señalara de manera concisa los siguientes aspectos: i. cómo el no recibir su
sentencia condenatoria ni el cómputo de su pena le genera alguna incidencia
en los derechos tutelados por medio del proceso constitucional de hábeas
corpus, ii. si ha realizado alguna petición por escrito a la autoridad judicial
que demanda, respecto a la documentación que alega no recibe, debiendo
especificar la fecha y en cuántas ocasiones lo ha requerido, iii. en qué fecha

721
Hábeas Corpus / Inadmisibilidades

se celebró la audiencia de vista pública en la que se emitió fallo condenatorio


en su contra, y iv. cuál es su situación jurídica en relación con su derecho de
libertad personal al momento de instar la actuación de esta Sala, debiendo
especificar a la orden de que autoridad judicial se encuentra. Ello, en aten-
ción a que el reclamo propuesto por el peticionario se advirtió confuso e
incompleto.
La mencionada prevención fue notificada personalmente al señor Wilbert
Antonio R. M., por medio de auxilio requerido al Juzgado Segundo de Paz de
San Vicente, el cual fue diligenciado de forma personal, en el Centro Peniten-
ciario de esa localidad el día veinticinco de enero de dos mil dieciséis, según
consta en el acta agregada al folio 11 de este expediente.
En ese sentido, se tiene que efectivamente se realizó el acto procesal de
comunicación y que transcurrió el plazo legal concedido para subsanar la ci-
tada prevención sin que el peticionario haya cumplido con la misma; y siendo
que los aspectos que fueron prevenidos son indispensables para dar trámite
a la solicitud planteada, esta Sala considera pertinente, en aplicación del ar-
tículo 18 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, declarar inadmisible
el reclamo propuesto al no haberse subsanado la prevención dirigida al peti-
cionario.
En este punto es de acotar que la declaratoria de inadmisibilidad deja
intacta la pretensión constitucional, pues lo que ha sucedido es el rechazo
in limine de la demanda por motivos formales que imposibilitaron cualquier
pronunciamiento respecto de la pretensión; de ahí que, el interesado tiene
expedita la posibilidad de dar inicio a un nuevo proceso de hábeas corpus y,
en este caso, su pretensión debe cumplir con los requisitos establecidos en la
jurisprudencia constitucional para que se habilite su control –verbigracia, reso-
lución del HC 193-2007, pronunciada el 20/5/2009–.
Por las razones expuestas y de conformidad con lo dispuesto en el artículo
18 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, esta sala RESUELVE:
1. Declárase inadmisible la pretensión planteada por el señor Wilbert Antonio
R. M., a su favor, por no haberse subsanado la prevención efectuada por
este tribunal.
2. Notifíquese en la forma dispuesta desde el inicio de este proceso constitu-
cional.
---A. PINEDA---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME---E. S. BLANCO R.---PRONUNCIA-
DO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E. SOCORRO
C.---SRIA.---RUBRICADAS.

722
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

381-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las doce horas y cuarenta y cinco minutos del día veintidós de
febrero de dos mil dieciséis.
A sus antecedentes escrito elaborado por el licenciado German Edwin Guz-
mán Abrego, mediante el cual responde la prevención realizada por este Tri-
bunal en el auto de las doce horas y cuarenta y dos minutos del 05/01/2016.
El presente proceso de hábeas corpus ha sido promovido por el menciona-
do profesional, contra actuaciones del Juzgado Especializado de Instrucción de
San Miguel, a favor del señor Julio Heriberto B., a quien se le atribuye el delito
de homicidio agravado, en perjuicio de la víctima Luis Orlando G., y el de agru-
paciones ilícitas.
Analizada la documentación agregada al expediente de este proceso cons-
titucional, se hacen las consideraciones siguientes:
I. El peticionario expuso en el escrito de promoción de este hábeas corpus
que al señor Julio Heriberto B. se encuentra ilegalmente privado de su derecho
de libertad ambulatoria, ya que “(...) No consta en autos El Derecho Constitu-
cional, de protección de la Persona Humana, en tal sentido esta Representa-
ción, considera que al haberse pronunciado la Detención Provisional por parte
de la señorita Juez Especializado de Instrucción de San Miguel, en su contra,
tales categorías han sido vulneradas en detrimento del favorecido. Haber vio-
lentado la señorita Juez Especializado de Instrucción tales como derecho de
audiencia. (...)
(...) No consta en autos cuando andaba en libertad el favorecido la más mí-
nima garantía legal de conocimiento de una imputación en su contra. Para que
lo que respecta al derecho de audiencia consagrado en artículo 11 de la Cons-
titución y la relación que guarda con los actos procesales de comunicación,
como la máxima protección efectiva de los derechos de los gobernados, ya que
en esencia, no solo responde a una protección de éstos, sino que obedece a ra-
zones de orden público; por ello, toda ley que faculta privar un derecho, debe
establecer las causas para hacerlo y el procedimiento a seguir, en el cual se po-
sibilite la intervención efectiva del gobernado a fin de que conozca los hechos
que lo motivaron, obteniendo así la posibilidad de desvirtuarlos. Acto procesal
que posibilita el conocimiento de la incoación de una pretensión y el contenido
de la misma; y que, además, fija un plazo inicial para que el emplazado cumpla
una actividad o declare su voluntad respecto a ésta y No cuando el gobernado
ya se encuentra guardando detención Provisional.

723
Hábeas Corpus / Inadmisibilidades

(...)
(...) existe en autos certeza que el favorecido No sabía de dicho auto de
detención en su contra sin tener certeza de dicho acto de comunicación para
defenderse en juicio ya detenido es mentira, ni legal ni justo su defensa mate-
rial No la ejerce conforme a la ley si nunca se le ha comunicado y nunca supo el
Juzgador que el favorecido ejerció su derecho material por tal acto de comuni-
cación previsto en la ley, y vulnerado en su contra de hecho el debido proceso
realizado en contra del señor Julio Heriberto B.” (Sic.).
II. De acuerdo con lo anterior, se previno al solicitante para que señalara
de forma clara y precisa cuál es la actuación específica realizada por el Juzgado
Especializado de Instrucción de San Miguel, que transgrede inconstitucional-
mente el derecho de libertad física del señor Julio Heriberto B. y los motivos
que hacen suponer esa vulneración.
Al respecto, el peticionario reitera los argumentos planteados en el escrito
de promoción de este hábeas corpus, señalando que consta en el expediente
judicial llevado en contra del señor Julio Heriberto B., entrevista del testigo
identificado con clave “Fox”, que consisten en solo un relato sin trascendencia
para decretarle la detención administrativa en relación con el hecho que se le
atribuye; no se demuestra en auto un racionamiento jurídico para su detención
provisional, la cual no reúne los requisitos legales; al momento de su captura,
según consta en acta, expresó no querer que se le diera aviso a nadie sobre su
detención, tampoco nombró un abogado de su elección, ni se le indicaron los
motivos de tal restricción; sin embargo, aquel le manifestó al solicitante que
pidió que se le diera aviso a su madre.
Asegura que no existe la más mínima imputación en contra del indiciado
para haberle decretado la detención administrativa y la judicial, como funda-
mento reitera que no se le comunicó a nadie sobre la detención del señor B.,
y alega que debido a la detención en que se encuentra el mismo su estado de
salud es gravísimo.
III. A partir de lo anterior, se advierte que no obstante el peticionario con-
testa la prevención realizada por este Tribunal, los argumentos vertidos no
cumplen con los términos exigidos en la misma, en virtud de que no aclara cuál
es la actuación u omisión atribuible a la autoridad demandada que genera una
supuesta vulneración al derecho de libertad física del señor Julio Heriberto B.,
y los motivos que le hacen suponer tal vulneración, pues se limita a señalar,
entre otros aspectos, que no se le comunicó a nadie la captura de este, no se
le nombró abogado de su elección, no se le informó la imputación antes de su
detención, no hay imputación mínima, pero no vincula todas esas aseveracio-

724
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

nes con alguna actuación proveniente del Juzgado Especializado de Instrucción


de San Miguel.
En tales condiciones no es posible tener por configurada la pretensión in-
coada por el abogado German Edwin Guzmán Abrego, por ello, deberá ser
rechazada por medio de la inadmisibilidad, de conformidad con lo establecido
en el artículo 18 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, cuyo tenor literal
dispone que la falta de aclaración o corrección oportuna de la prevención, pro-
duce la referida declaratoria. Disposición que, de acuerdo con la jurisprudencia
de este tribunal –resolución HC 193-2007, de fecha 13/06/2008, 289-2011 del
24/08/2011, entre otras– se aplica analógicamente en el proceso de hábeas
corpus. Es decir, aunque el solicitante presentó un escrito pretendiendo cum-
plir la prevención efectuada por esta Sala, en él no logró superar los aspectos
confusos de su inicial planteamiento, de manera que aquella no fue aclarada
de forma oportuna.
Con fundamento en los argumentos expuestos y según lo dispuesto en el
artículo 18 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declarase inadmisible la solicitud promovida por el licenciado German Ed-
win Guzmán Abrego, a favor del señor Julio Heriberto B., por no haberse
subsanado la prevención efectuada por esta Sala.
2. Notifíquese y archívese oportunamente.
---A. PINEDA---F. MELENDEZ.---E. S. BLANCO R.---C. ESCOLAN---PRONUNCIA-
DO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.--- E. SOCORRO
C.---SRIA.---RUBRICADAS.

414-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las doce horas con once minutos del día veintidós de febrero de
dos mil dieciséis.
A sus antecedentes el oficio número 158, del 22/1/2016, recibido el
3/2/2016, procedente del Juzgado Segundo de Paz de Zacatecoluca, median-
te el cual remite las diligencias del auxilio requerido por esta Sala.
Analizada la documentación relacionada con el proceso de hábeas corpus
promovido a su favor por el señor José Israel R. Q., condenado por el delito de
homicidio agravado, contra actuaciones del Juzgado de Primera Instancia de
Tejutla, se hacen las consideraciones siguientes:

725
Hábeas Corpus / Inadmisibilidades

I. El solicitante aduce que el artículo 129 del Código Penal fue “... reforma-
do en sus numerales 3, 4 y 7 seg[ú]n decreto legislati[v]o #1009 y publicado
en Diario Oficial #58, tomo 394, del 23 de marzo del 2012, (...) siendo que
interpongo (...) el pre[s]ente proceso constitucional de ‛h[á]beas corpus’ con-
tra resolución emitida por (...) [el] Tribunal de Primera Instancia de Tejutla,
Chalatenango, en razón de no haber querido modificar la pena que se me [h]
a [impuesto] siendo el caso que el art. 129 numerales 3, 4 y 7 han sido reforma-
dos y son procedentes, en el caso que nos atribu[y]e ya que en 2 ocasiones he
solicitado que se me modifique la sentencia y se [h]an negado a hacerlo, omi-
tiendo dar una resolución ni para bien ni para mal, de igual forma, por lo que
acudo a dicho (...)‛h[á]beas corpus’ ya que la resolución [e]mitida en mi contra
es de[s]favorable y violenta mis derechos y garantías constitucionales siendo
que el art. 15 del Código Penal nos regula la ley penal favorable posterior a la
condena como el art. 407, del mismo Código Penal, [así] le expongo que el 31
de julio de 1996 fui detenido por las autoridades competentes siendo que se
me acusaba de masacre en aquel tiempo siendo que en el mes de noviembre
de 1999 se me condenó a 30 años de pri[s]ión por el delito de homicidio para
lo cual la pena m[á]xima que reg[í]a (...) era de 30 años (...) como ya antes he
mencionado en el año 2012 es reformado el Art. 129 (...) el cual regula la pe-
nalidad del homicidio agra[v]ado por lo cual dicha reforma es procedente en
este caso por lo cual interpongo el (...) ‛h[á]beas corpus’ para que se pongan
los buenos oficios y sea modificada la pena según lo estable[c]ido en la refor-
ma dada bajo decreto legislati[v]o...”(sic).
II. En virtud de lo propuesto por resolución de fecha 4/1/2016 se previno
al peticionario para que, dentro del plazo de tres días contados a partir del
siguiente al de la notificación de dicha decisión, señalara de forma clara y con-
creta: cuál es la actuación u omisión contra la cual reclama en su solicitud de
hábeas corpus, si la decisión emitida por la autoridad demandada en la que se
deniega la modificación de su pena de prisión o si la falta de respuesta a dos
solicitudes que refiere; en caso de tratarse del primer acto indicado, deberá
expresar el contenido concreto de dicha decisión respecto del cual alega su in-
constitucionalidad y la fecha de su emisión –esto último, si fuere posible–; y, si
su reclamo se centra en la omisión de respuesta a dos peticiones, deberá expre-
sar las fechas en que remitió tales escritos al Juzgado de Primera Instancia de
Tejutla con indicación expresa de lo que requirió a dicha autoridad por medio
de los mismos.
La mencionada decisión fue notificada personalmente al señor R. Q. el día
20/1/2016, así consta en el acta suscrita por este y la notificadora del Juzga-

726
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

do Segundo de Paz de Zacatecoluca, incorporada al folio 12 de este proceso


constitucional.
En ese sentido, advierte este Tribunal que ya transcurrió el plazo legal
concedido para solventar la citada prevención, sin que se haya cumplido con
la misma; y cuya subsanación era indispensable para analizar la pretensión
del hábeas corpus. En virtud de tal circunstancia y en aplicación analógica del
artículo 18 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, deberá declararse
inadmisible la pretensión planteada en este caso al no haberse evacuado la
prevención dirigida al señor José Israel R. Q.
En este punto es de acotar que la declaratoria de inadmisibilidad deja
intacta la pretensión constitucional, pues lo que ha sucedido es el rechazo
in limine de la demanda por motivos formales que imposibilitaron cualquier
pronunciamiento respecto de la pretensión; de ahí que, el interesado tiene
expedita la posibilidad de dar inicio a un nuevo proceso de hábeas corpus y,
en este caso, su pretensión debe cumplir con los requisitos establecidos en la
jurisprudencia constitucional para que se habilite su control –verbigracia, reso-
luciones HC 193-2007, del 20/5/2009 y HC 141-2014 del 6/10/2014–.
Por las razones expuestas y de conformidad con el artículo 18 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala resuelve:
1. Declárase inadmisible la pretensión planteada a su favor por el señor José
Israel R. Q., por no haberse subsanado la prevención efectuada por este
Tribunal.
2. Notifíquese la presente resolución al peticionario mediante el procedimien-
to dispuesto en el considerando III de la resolución que antecede.
3. Archívese oportunamente el respectivo proceso constitucional.
---A. PINEDA---F. MELENDEZ.---E. S. BLANCO R.---C. ESCOLAN---PRONUN-
CIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.--- E. SOCORRO
C.---SRIA.---RUBRICADAS.

727
Sobreseimientos

210-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA,


San Salvador, a las doce horas con seis minutos del día trece de enero de dos
mil dieciséis.
El presente proceso de hábeas corpus fue solicitado a su favor por Juan
Carlos V. –o V.– O., condenado por homicidio agravado, contra actuaciones del
Tribunal de Sentencia de Ahuachapán.
Analizado el proceso y considerando:
I. El peticionario alega que ha sido juzgado dos veces por delito de homici-
dio agravado en perjuicio de Alic Schafic V. S., una por el Tribunal de Sentencia
de Ahuachapán y otra por el Tribunal Segundo de Sentencia de Santa Ana.
Esta última sede judicial, manifiesta, lo puso en libertad el día 4 de julio
de 2002, mientras el Tribunal de Sentencia de Ahuachapán lo condenó con
posterioridad, en fecha 3 de junio de 2003, a 35 años de prisión. De manera
que expresa haber cumplido dicha pena, por trece años, de forma contraria a
lo establecido en los artículos 11 inciso 1° de la Constitución y 9 inciso 1° del
Código Procesal Penal.
II. A partir de los términos del reclamo planteado por el favorecido es pre-
ciso señalar que, según la jurisprudencia de este tribunal, el proceso de há-
beas corpus tiene por objeto brindar una protección reforzada al derecho de
libertad física o integridad –física, psíquica o moral– de los detenidos, frente a
actuaciones u omisiones de autoridades o particulares que restrinjan inconsti-
tucional e ilegalmente tales derechos; esas restricciones constituyen el agravio
ocasionado en perjuicio de los solicitantes de este tipo de proceso –verbigracia,
resoluciones interlocutorias HC 53-2011 del 18/2/2011, 104-2010 del 16/6/2010-.
Una de las características esenciales del agravio es su actualidad, ello im-
plica que la restricción que se reclama esté incidiendo en la esfera jurídica del
solicitante al momento en que introduce el reclamo ante esta sala, pues de
lo contrario, el agravio carece de vigencia y como consecuencia produce un
vicio insubsanable en la pretensión – verbigracia, sentencia HC 423-2013 del
19/11/2013 y sobreseimiento HC 205-2008 del 16/6/2010–.
Sobre este último aspecto, se ha señalado, específicamente en la jurispru-
dencia de amparo –sentencia 24-2009, del 16/11/2012–, que para preservar la
seguridad jurídica, deben existir parámetros para establecer la real actualidad
Hábeas Corpus / Sobreseimiento

o vigencia del agravio; esto sobre todo porque la Ley de Procedimientos Cons-
titucionales no regula un plazo para presentar una solicitud de amparo –ni de
hábeas corpus– a partir de la ocurrencia del comportamiento que ha vulnera-
do derechos fundamentales. Esto último podría generar que actuaciones reali-
zadas varios años atrás puedan ser impugnadas mucho tiempo después de su
ocurrencia, con todos los efectos negativos que dicha situación conlleva, tanto
respecto a la seguridad jurídica como consecuencias prácticas – asimismo, so-
breseimiento HC 23-2014, del 2/7/2014–.
Para determinar si un agravio es actual, de acuerdo a este tribunal, debe
analizarse –en atención a las circunstancias fácticas de cada caso concreto, y,
en especial, a la naturaleza de los derechos cuya transgresión se alega– si el lap-
so transcurrido entre el momento en que ocurrió la vulneración a los derechos
fundamentales y la presentación de la demanda, no sea consecuencia de la
mera inactividad de quien se encontraba legitimado para promover el proceso,
pues en el caso de no encontrarse objetivamente imposibilitado para requerir
la tutela de sus derechos y haber dejado transcurrir un plazo razonable sin so-
licitar su protección jurisdiccional se entendería que ya no soporta en su esfera
jurídica, al menos de manera directa e inmediata, los efectos negativos que la
actuación impugnada le ha causado y, consecuentemente, que el elemento
material del agravio que aparentemente se le ha ocasionado ha perdido vigen-
cia –ver además sobreseimiento de HC 132-2014, del 25/7/2014–.
En ese orden de ideas, esta sala advierte que en el presente caso el agravio
alegado por el solicitante –cumplimiento de pena de prisión impuesta en vir-
tud de una sentencia condenatoria que supuestamente vulnera la prohibición
de doble juzgamiento– carece de actualidad, pues desde que se pronunció la
referida resolución –el 3/6/2003, según el favorecido– hasta la fecha de presen-
tación del hábeas corpus –el 16/7/2015– ha transcurrido más de 12 años; eso
significa que, pese a que el solicitante ha planteado su reclamo ante esta sala,
lo ha hecho luego de haber transcurrido largo tiempo después de la referida
decisión; de ahí que dicho plazo no resulta razonable para exigir el control
constitucional de una condena supuestamente firme.
Y es que si bien es cierto las autoridades judiciales no pueden enjuiciar dos
veces a una persona por la misma causa, una vez transcurrido un tiempo ra-
zonable sin que el condenado o cualquier persona haya solicitado la tutela
constitucional ante dicha actuación, se considera que desde el momento en
que surgió la posibilidad de exigir dicho control –es decir, desde la emisión de la
sentencia condenatoria contra la cual se reclama– y la presentación de la solici-
tud de este hábeas corpus, se desvaneció el agravio planteado en sus derechos

730
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

fundamentales; con lo cual objetivamente se carece del elemento material ne-


cesario para continuar con el trámite de la petición incoada, por lo que deberá
decretarse sobreseimiento.
El aludido criterio jurisprudencial ha sido sostenido en las resoluciones emi-
tidas en los procesos de hábeas corpus con referencia 23-2014, del 2/7/2014;
132-2014, del 25/7/2014 y 363-2015, de fecha 21/12/2015 –entre otras–, el cual
es aplicable al presente caso por advertirse –según se indicó– la falta de actua-
lidad en el agravio constitucional alegado al momento de instar la actuación
de este tribunal.
Con fundamento en los argumentos expresados y lo dispuesto en los ar-
tículos 11 inciso 2° Cn y 31 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, este
tribunal RESUELVE:
1. Sobreséese el hábeas corpus solicitado a su favor por Juan Carlos V. –o V.–
O., por no haber actualidad en el agravio planteado.
2. Notifíquese. De advertirse alguna circunstancia que imposibilite la comu-
nicación a través de los medios señalados por las partes, se autoriza a la
secretaría de este tribunal para que proceda a realizar la notificación por
otros mecanismos dispuestos en la legislación procesal pertinente que fue-
ren aplicables, debiendo efectuar las gestiones necesarias en cualquiera de
dichos medios para cumplir tal fin, inclusive a través de tablero judicial, una
vez agotados los procedimientos respectivos.
3. Archívese oportunamente.
A. PINEDA.---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME.---E. S. BLANCO R.---PRONUNCIA-
DO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E. SOCORRO C.---
SRIA.---RUBRICADAS.

409-2015R

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las doce horas y tres minutos del día veinticinco de enero de
dos mil dieciséis.
El presente recurso de revisión ha sido promovido por Blanca Lidia C. de F.,
en contra de resolución de la Cámara de Segunda Instancia de la Tercera Sec-
ción de Oriente, con sede en San Miguel, en la cual se solicitó hábeas corpus a
favor de Julio César F. M.
Analizado el proceso y considerando:

731
Hábeas Corpus / Sobreseimiento

I. En escrito presentado el día 9 de noviembre de 2015, la solicitante expuso


ante la mencionada cámara que el Tribunal de Sentencia de La Unión emitió
sentencia condenatoria en contra del favorecido el día 28 de septiembre de
2015, por el delito de agresión sexual en menor e incapaz, y decretó detención
provisional, la cual cumple en el Centro Preventivo y de Cumplimiento de Penas
de San Miguel.
Refirió, en lo pertinente, que en mayo de 2014 fue sometido a una ope-
ración quirúrgica y se le encontró un tumor canceroso en la vejiga y el riñón
derecho completamente disfuncional, habiéndosele indicado después del pro-
cedimiento reposo absoluto.
A finales del mismo mes se le extrajo el riñón derecho, habiendo recaído
en diciembre de 2014, por lo que en febrero de 2015 fue referido al “Centro de
Diagnóstico”, en el cual inició sesiones de quimioterapia en marzo del mismo
año.
Agregó que desde que fue detenido su esposo - “... no recibe las medicinas
necesarias para su tratamiento, mucho menos el tratamiento médico especia-
lizado que su enfermedad requiere, quedando pendientes los respectivos exá-
menes de laboratorio y radiología para monitorear la evolución de su enferme-
dad (...); sobre todo en el Centro Penal donde guarda detención, porque no re-
cibe la dieta necesaria recomendada por el doctor Juan Carlos A. M., Nefrólogo
que practicó la Nefrectomía, para procurar la supervivencia de su único riñón
y por consiguiente su vida, porque de no cumplirse con las indicaciones médi-
cas puede agravarse más su situación al grado de necesitar métodos dialíticos
(diálisis). Como consecuencia en los últimos días y hasta el día de ayer (15 de
noviembre/2015), se ha agudizado su condición observándose una retención
de líquidos serológicos sobre todo en sus extremidades inferiores, que se notan
evidentemente por la inflamación de sus pies, señal inequívoca que su riñón
no está funcionando bien. Debido a la delicada situación de salud en que se
encuentra mi esposo, he intentado ingresar los medicamentos necesarios, pero
ha sido infructuoso por las órdenes que tienen los custodios y el reglamento
interno de cada centro penitenciario...” (sic).
Con base en su exposición consideró que se ha vulnerado los derechos a la
vida e integridad personal del señor F. M. y solicitó a la cámara que: decretara
hábeas corpus, el favorecido fuera evaluado por peritos, se gestionara el trasla-
do hacia el centro de salud respectivo para recibir el tratamiento de quimiote-
rapia o, en caso de no cumplirse esto último, se decretara arresto domiciliario.
II. La Cámara de Segunda Instancia de la Tercera Sección de Oriente, me-
diante resolución de hábeas corpus dictada el 23 de noviembre de 2015, decla-

732
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

ró no haber existido vulneración a los derechos fundamentales del favorecido,


con base en lo informado por el juez ejecutor, quien manifestó que ya se ha-
bían ordenado exámenes médicos a favor del señor F. M. y se le dejó cita para
el Hospital Nacional de San Miguel, lo anterior con el objeto de determinar el
estado de salud y el tratamiento que se debe proporcionar.
Agregó que tanto las constancias que se anexaron al hábeas corpus o algu-
na otra no han sido presentadas al centro penal, por lo que el médico desco-
nocía su existencia.
Asimismo, la dieta no ha podido ser modificada porque debe basarse en
un diagnóstico del paciente que aún no se tiene, pero los exámenes corres-
pondientes ya han sido ordenados; añadiendo que la nota médica donde se
establece una dieta específica para el señor F. M. no ha sido presentada a las
autoridades de ese centro penal.
También expresó que no observó inflamación de los pies del favorecido,
por lo que no hay evidente retención de líquidos serológicos en las extremida-
des inferiores ni otra parte de su cuerpo.
Finalmente, no puede ingresarse medicamentos al centro penal si estos no
han sido recetados por un médico.
III. En fecha 2 de diciembre de 2015, la peticionaria presentó recurso de
revisión de la decisión de la mencionada cámara.
En él señaló, en síntesis, que:
El juez ejecutor carece de conocimientos necesarios para concluir que no
hay retención de líquidos en el señor F. M., pues ello solo lo puede determinar
un médico.
Refiere que el mismo médico del centro penal admitió que evaluó la salud
del favorecido hasta 31 días después de que ingresó, dejando cita para realizar
exámenes en el Hospital Nacional de San Miguel, no sabiendo hasta cuando se
llevarán a cabo los mismos.
Además, al señalar el médico que no puede ingresar ningún medicamento
sin receta médica, ha reconocido que el favorecido nunca ha recibido el trata-
miento recomendado por el médico especialista que lo trató.
La cámara, añade, se contradice en su fallo al señalar que no se ha pro-
porcionado atención médica y luego indicar que ya se ordenaron las gestiones
necesarias para ofrecer al interno la asistencia médica correspondiente en el
centro donde se encuentra recluido.
Aduce que la cámara pretende que el tratamiento se le otorgue en el cen-
tro donde está recluido, sin embargo el tratamiento para el padecimiento del

733
Hábeas Corpus / Sobreseimiento

favorecido –quimioterapias– debe administrarse en hospitales especializados


ya que la red nacional no lo proporciona o si lo hace es muy tardado. Sobre ello
sostiene que “...las autoridades del Centro Penal de San Miguel (ni de ningún
otro) van a estar pendiente de la necesidades de un interno que sufre una en-
fermedad terminal como el cáncer; mucho menos tienen los recursos o medios
necesarios para estarlo trasladando a un centro especializado (en caso de po-
der llevar –que no se puede–) y desde el mes de marzo de 2015 que se iniciaron
las sesiones de quimioterapia sistémica en el Centro de Diagnóstico, las mismas
fueron interrumpidas...” en virtud de la sentencia dictada en su contra y la im-
posición de detención provisional.
Por lo tanto manifiesta interponer recurso de revisión con el objeto de que
esta sala revoque la decisión de la mencionada cámara y decrete arresto domi-
ciliario.
IV. Este tribunal advierte que la propuesta de la señora Blanca Lidia C. de
F. presenta, desde su proposición inicial, algunos vicios que se ven confirmados
con lo manifestado en la interposición del recurso de revisión.
En la solicitud de hábeas corpus hace alusión a los padecimientos de salud
del señor Julio César F. M. y a los procedimientos médicos a los que fue someti-
do antes de que se ordenara su detención provisional.
El día 9 de noviembre de 2015, cuando planteó su petición ante la cámara,
manifestaba que a 11 días de haber ingresado al centro penitenciario al favo-
recido no se le había otorgado el tratamiento médico especializado, ni la dieta
recomendada por el nefrólogo que lo estaba monitoreando en libertad, que
tenía inflamados sus pies –señal de que su único riñón no está funcionando
bien– y que no había podido ingresar los medicamentos necesarios por las ór-
denes que tienen los custodios y el reglamento interno del centro penitenciario.
No existe, en su propuesta, ninguna actuación u omisión que se atribuya a
alguna autoridad, por ejemplo al director del centro penal donde se encuentra
recluido el favorecido, ni las razones por las cuales existe un comportamiento
inconstitucional. Y es que la señora C. de F. no ha expresado que haya acudido,
ella o cualquier otra persona, ante las autoridades para solicitar que se le apli-
que la dieta correspondiente, que se le traslade a las sesiones de quimioterapia
prescritas, que se le permita ingresar el medicamento indicado por el médico,
y que aquellas hayan negado, ignorado o cumplido inadecuadamente las ór-
denes médicas.
Incluso manifiesta que los medicamentos no ha podido ingresarlos por las
disposiciones reglamentarias del centro penal, sin ofrecer razones de por qué

734
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

tal negativa, ocurrida de conformidad con la normativa respectiva del centro


según sus propias afirmaciones, es contraria a la Constitución y vulnera los de-
rechos fundamentales del señor F. M.
También ha agregado a su solicitud de hábeas corpus, constancias médi-
cas en relación con padecimientos del favorecido y prescripciones al respecto,
pero no manifiesta haberlas presentado ante las autoridades administrativas
o judiciales competentes ni expresa que alguna autoridad se haya negado u
obviado, ilegalmente, a atender las mismas. Esta omisión ha sido advertida por
el juez ejecutor, según consta en la resolución de la cámara, quien se presentó
al centro penal y no encontró evidencia alguna de que se haya presentado al-
guna documentación que permitiera que los médicos del centro analizaran la
situación del señor F. M., tal como fue planteada ante el tribunal que decidió
el hábeas corpus.
Y es que tanto en la solicitud de hábeas corpus como en el recurso de revi-
sión, se advierte que la peticionaria lo que pretendía de la cámara y requiere
de este tribunal es que, luego de la realización de peritaje para constatar los
padecimientos de su esposo, se decrete arresto domiciliario, asumiendo que las
autoridades no podrían proporcionarle el tratamiento médico ni los traslados
necesarios al centro de salud respectivo.
Ni las cámaras ni esta sala, en la tramitación de un proceso de hábeas cor-
pus, tienen competencia para determinar qué medida cautelar debe cumplir
un imputado. Tampoco puede asumirse que las autoridades penitenciarias,
una vez realizadas las gestiones correspondientes, no trasladarán al señor F.
M. a sus sesiones de quimioterapia ni entregarán la dieta que corresponde,
sobre todo tomando en cuenta su obligación constitucional y legal de tutelar
los derechos a la vida e integridad personal de los internos y, además, que la
peticionaria, se insiste, no ha manifestado que se haya informado a los funcio-
narios penitenciarios respectivos sobre todos los pormenores del estado de su
salud de su esposo, para que estos puedan actuar adecuadamente y con mayor
prontitud.
De manera que la pretensión de la señora C. de F., desde su inicio, presenta
vicios que impiden su enjuiciamiento constitucional y ello, al detectarse duran-
te el trámite del proceso, amerita la emisión de sobreseimiento.
Es de aclarar que la peticionaria puede acudir a las autoridades judiciales
–el tribunal a cargo del proceso penal, el juez de vigilancia penitenciaria y de
ejecución de la pena competente– y administrativas –como el director del cen-
tro penal– para plantear su peticiones de que el favorecido sea trasladado a

735
Hábeas Corpus / Sobreseimiento

sus sesiones de quimioterapia o que se le proporcione cualquier tratamiento


que necesite, así como lo referente a su dieta y los medicamentos que han
sido prescritos; para agilizar los procedimientos que, según la resolución de la
cámara, ya se están realizando para evaluar el estado de salud del favorecido y
proporcionar el tratamiento correspondiente, ya sea dentro del centro o fuera,
en instituciones públicas o privadas, según sus necesidades. A los funcionarios
correspondientes también puede plantear su solicitud de que el incoado sea
puesto en arresto domiciliario.
Asimismo, el comportamiento puede ser enjuiciado posteriormente en un
proceso constitucional, toda vez que se reclame de actuaciones u omisiones
específicas que se estiman inconstitucionales, dentro de los límites de la com-
petencia funcional de esta sala o la cámara correspondiente.
Con fundamento en las razones expuestas y lo dispuesto en los artículos 11
inciso 2° de la Constitución y 72 de la Ley de Procedimientos Constitucionales;
esta sala RESUELVE:
1. Revócase la sentencia emitida el día 23 de noviembre de 2015 por la Cá-
mara de Segunda Instancia de la Tercera Sección de Oriente, con sede en
San Miguel, mediante la cual declaró no haber vulneración los derechos
fundamentales de Julio César F. M.
2. Sobreséese el hábeas corpus solicitado a favor del señor F. M., por no ha-
berse configurado adecuadamente la pretensión.
3. Notifíquese. De existir alguna circunstancia que imposibilite ejecutar tal
acto de comunicación de la forma señalada por las partes, se autoriza a la
secretaría de este tribunal para que realice todas las gestiones pertinentes
con el objeto de notificar la presente resolución por cualquiera de los otros
mecanismos dispuestos en la legislación procesal aplicable, debiendo efec-
tuar las diligencias necesarias en cualquiera de dichos medios para cumplir
tal fin; inclusive a través de tablero judicial, una vez agotados los procedi-
mientos respectivos.
4. Comuníquese esta resolución también al director del Centro Penal de San
Miguel y al Juzgado Primero de Vigilancia Penitenciaria y de Ejecución de
la Pena de San Miguel y remítase certificación de la documentación presen-
tada por la pretensora junto a la solicitud de hábeas corpus.
5. Archívese oportunamente.
J. B. JAIME.---E. S. BLANCO R.---SONIA DE SEGOVIA.---PRONUNCIADO POR
LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E. SOCORRO C.---SRIA.---
RUBRICADAS.

736
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

303-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las once horas con cincuenta y tres minutos del día veinticuatro
de febrero de dos mil dieciséis.
El presente proceso de hábeas corpus ha sido promovido contra actuacio-
nes del Tribunal Primero de Sentencia de Santa Ana, por el señor Juan Carlos C.
V., a su favor, condenado por el delito de homicidio agravado.
Analizado el proceso y considerando:
I. El peticionario expone que se encuentra restringido ilegal y arbitraria-
mente de su libertad, por parte del Tribunal Primero de Sentencia de Santa
Ana, pues afirma haber: “...solicitado a dicha autoridad judicial rectificación del
computo de mi pena, ya que arbitrariamente me ha aplicado en el mismo las
reglas del concurso real actual (vigente) de cumplir sucesivamente las condenas
la primera de 12 años de prisión la cual cumpli en sus totalidades en el año 2011
y una segunda de 60 años por el delito de ‛homicidio agravado’; la cual me esta
haciendo cumplir ilegalmente y arbitrariamente (...) ya que cuando cometi el
primer delito en el año 1999 [estaba] vigente para la regla del concurso real de
delitos la pena mencionada de 30 años de prisión. Por lo que la pena total que
me corresponde es de 30 años de prisión la cual cumplo totalmente en el año
2029 por lo que he solicitado la rectificación del computo de dicha pena a esta
autoridad (...) a fin de que aplique mi pena máxima de 30 años de prisión (...) y
no el total errado de 60 años (...) pero es el caso que dicha autoridad judicial no
me RESUELVE la petición realizada en forma legal la cual recibió hace más de
2 años vulnerándome (...) mis garantías constitucionales de audiencia, defensa
material, respuesta y acceso a la justicia (...) por lo que pido se decrete auto de
[exhibición] personal ...”(Sic.)
II. De conformidad con la Ley de Procedimientos Constitucionales se nom-
bró como jueza ejecutora a María Guadalupe Pérez González, quien en su in-
forme rendido a esta sala, entre otras cuestiones, se refirió al reclamo plantea-
do relativo a la solicitud de rectificación de pena ante el Tribunal Primero de
Sentencia de Santa Ana, e indicó que dicha sede recibió el 25/9/2013 escritos
mediante los cuales dos condenados, entre ellos el favorecido, interpusieron re-
curso de revisión, y que fueron resueltos en pronunciamiento emitido el 31 de
ese mismo mes y año, declarándose no ha lugar. Concluyó que desde esa fecha
se ha mantenido en un estado de indefensión al favorecido por no “hacerle
saber su estado legal actual”.
III. A requerimiento de esta sala, el Tribunal Primero de Sentencia de Santa
Ana envió oficio número 219, de fecha 18/11/2015, al que adjuntó informe en

737
Hábeas Corpus / Sobreseimiento

el que señaló que del Centro Preventivo y de Cumplimiento de Penas de Zacate-


coluca se remitió con fecha 23/8/2013 escrito suscrito por el ahora favorecido,
por medio del cual se interpuso recurso de revisión respecto a la pena que se le
impuso por ese tribunal, a lo cual afirmó se le dio el trámite de ley, refirió que
el 25/10/2013 se celebró audiencia de discusión de recurso, en la cual estuvo
presente el acusado, resolviéndose luego de escuchar los alegatos respectivos,
que se mantendría la penalidad de treinta años de prisión. Decisión que poste-
riormente también se le notificó a aquel.
Señaló que actualmente se encuentra en cumplimiento de la pena de pri-
sión impuesta. Aclarando que según la normativa que se le ha aplicado, el favo-
recido debe de cumplir sesenta años de prisión como máximo.
A su informe adjuntó los pasajes a los cuales hizo referencia.
IV. Visto lo anterior debe indicarse que el ahora favorecido manifestó, en
su solicitud de hábeas corpus, que el aludido tribunal de sentencia omitió con-
testar un escrito que contenía un recurso de revisión de sentencia relativo a que
se le modificara su pena; según él mismo expresa.
1.  Al respecto, este tribunal ha verificado que según se consigna en auto
de fecha 25/9/2013 dictado por el Tribunal Primero de Sentencia de Santa Ana,
el favorecido – y otro condenado– presentó escrito el 20/9/2013 ante el men-
cionado juzgado, mediante el cual interponía recurso de revisión de sentencia
condenatoria, en el cual exponía que le fuera modificada “la penalidad” con
la que fue condenado. Dicho medio impugnativo fue admitido mediante el
pronunciamiento relacionado.
El 28/10/2013 se celebró audiencia para la discusión del recurso, en esta se
verificó la asistencia de las partes, entre ellas, como se relaciona en el acta res-
pectiva, se contó con la presencia del condenado y su defensa técnica; y en ésta
la autoridad determinó declarar no ha lugar el recurso interpuesto y se emitió
la resolución del recurso el 31/10/2013.
Luego de ello, se libró oficio número 68 de fecha 6/11/2013 en el que se
requirió notificar al procesado la última decisión indicada. Al respecto, se tiene
acta de fecha 13/11/2013 en el centro penal en el cual se encontraba recluido
el favorecido, en la que se consigna que se comunicó tal pronunciamiento y se
entregó copia del mismo al referido interno C. V.
2. El pretensor afirmó –al momento de promover este proceso el 2/10/2015–
que la autoridad demandada ha omitido dar respuesta a un escrito que con-
tenía un recurso de revisión con el cual pretendía modificar su pena, el cual
afirma planteó hace más de dos años; con relación a ello, esta sala ha determi-
nado que la sede judicial mencionada, resolvió un recurso planteado en el año
2013 en similares términos al que ahora se relaciona en este proceso, el cual fue

738
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

dirimido en resolución de fecha 31/10/2013 y la cual le fue comunicada poste-


riormente al favorecido.
Así, en ese recurso, el tribunal de sentencia resolvió declarar no ha lugar la
modificación de la pena impuesta. Entonces, el planteamiento efectuado en
esta sede acerca del recurso que supuestamente fue planteado hace más de
dos años, ya ha sido objeto de análisis por parte de aquella, antes de la promo-
ción de este proceso.
3. Este tribunal ha sostenido que al solicitar la protección constitucional, el
que pretende ser favorecido con el hábeas corpus debe estar sufriendo afecta-
ciones en sus derechos de libertad física, dignidad o integridad física, psíquica
o moral, derivadas de la actuación u omisión de alguna autoridad o particular
contra la que se reclama; para así, en caso de emitirse una decisión estimatoria,
hacer cesar dichas incidencias, restableciéndose, si ese fuere el caso, tales dere-
chos –v. gr. sobreseimiento HC 176-2007, del 15/1/2010–.
En este caso, como ha quedado evidenciado, al momento de presentar la
solicitud de hábeas corpus correspondiente, no existe una omisión del Tribunal
Primero de Sentencia de Santa Ana que haya estado surtiendo efectos en la es-
fera jurídica del favorecido, pues el planteamiento presentado ante la referida
autoridad judicial había sido ya resuelto y hecho de conocimiento al imputado,
tal como consta en la documentación descrita en esta resolución; de manera
que el agravio de naturaleza constitucional deviene inexistente; situación que
produce su rechazo en este estado, mediante la figura del sobreseimiento.
Con fundamento en los argumentos expuestos y lo regulado en los artícu-
los 11 inciso 2° de la Constitución y 31 de la Ley de Procedimientos Constitucio-
nales, esta sala RESUELVE:
1. Sobreséese el hábeas corpus solicitado a favor de Juan Carlos C. V., debido
a la inexistencia de agravio.
2. Notifíquese. De advertirse alguna circunstancia que imposibilite la comuni-
cación a través del medio indicado en este proceso, se autoriza a la secre-
taría de este tribunal para que proceda a realizar la notificación por otros
mecanismos dispuestos en la legislación procesal pertinente que fueren
aplicables, debiendo efectuar las gestiones necesarias en cualquiera de di-
chos medios para cumplir tal fin, inclusive a través de tablero judicial, una
vez agotados los procedimientos respectivos.
3. Archívese oportunamente.
---E. S. BLANCO R.---FCO. E. ORTIZ R.---C. ESCOLAN---M. R. Z.--PRONUNCIA-
DO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E. SOCORRO C.---
SRIA.---RUBRICADAS.

739
Sentencias definitivas

255-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las once horas con cincuenta y tres minutos del día trece de
enero de dos mil dieciséis.
El presente proceso de hábeas corpus ha sido promovido por el abogado
Francisco José Cortez Girón en contra del Juzgado Especializado de Sentencia
“B” de San Salvador, a favor de la señora Karla Lizeth P. S. condenada por el
delito de robo agravado.
Analizado el proceso y considerando:
I. El peticionario refiere en su solicitud que “...su representada fue detenida
(...) por la supuesta comisión del delito calificado definitivamente como Robo
Agravado en contra de las víctimas Afrodita, Atenas y Olimpo, motivo por el
cual se procesa judicialmente, realizándose la respectiva vista pública en el pro-
ceso marcado bajo la referencia 31-B-15-4, la cual inicia el día siete de abril de
2015, terminando el día nueve de dicho mes y año. (...) Que el día once de
abril de dos mil quince se cumplieron los veinticuatro meses que el artículo 8
del Código Procesal Penal establece como plazo máximo de detención para los
delitos graves. (...) Que a la fecha aún no se ha realizado la lectura de la sen-
tencia definitiva, lo cual no ha permitido que se pueda impugnar tal decisión,
lo que también ha imposibilitado que se realice la ampliación excepcional del
plazo de la detención provisional. (...) Que además el día ocho de mayo de dos
mil quince, presente ante la autoridad demandada una solicitud de realización
de audiencia especial de revisión de medida, de la que a la fecha aún no tengo
conocimiento de resolución alguna. (...) en esa perspectiva (...) al haberse so-
brepasado el plazo de veinticuatro meses de detención provisional de mi man-
dante, el cual es el plazo máximo establecido por el legislador en la legislación
secundaria, sin realizarse la entrega de sentencia por escrito, no permite la am-
pliación excepcional de dicho plazo, por lo que se está vulnerando el derecho
de libertad física constitucionalmente reconocido a mi representada...” (Sic).
II. De conformidad con la Ley de Procedimientos Constitucionales se nom-
bró jueza ejecutora a Angélica Emérita Majano de Navarrete, quien en su in-
forme rendido a esta sala señaló que efectivamente se han cumplido los veinti-
cuatro meses que dispone la ley para el mantenimiento de la detención provi-
Hábeas Corpus / Sentencias Definitivas

sional, y que aún no se ha llevado a cabo la audiencia de lectura de la sentencia


definitiva.
Agregó que la “jueza del juzgado especializado B de San Salvador” resolvió
sustituir la detención provisional por otras medidas cautelares además de la
imposición del pago de una caución, sin remitir ningún documento en el que se
haga constar que la libertad de la imputada fue materializada.
A su informe adjuntó certificación de los pasajes del proceso que le fueron
requeridos.
III. La autoridad demandada remitió oficio número 5189-2 el 18/11/2015,
mediante el cual informó que la procesada entró en detención el 15/4/2013,
manteniéndose dicha medida cautelar durante todo su proceso a la fecha de la
celebración de la audiencia de vista pública en la cual fue condenada por el de-
lito de robo agravado, sin que se haya realizado la audiencia de lectura de sen-
tencia respectiva, pues la misma no ha sido emitida en razón de “encontrarse
suspendidos el juez Titular y Secretario del Juzgado Especializado de Sentencia
B de la Ciudad de San Salvador”, aseveró.
Indicó que el defensor particular de la procesada solicitó el 6/10/2015 au-
diencia de revisión de medida, así mediante resolución de 9/10/2015 se progra-
mó para el día 23/10/2015, la cual se aplazó por no comparecer los defensores
particulares.
Informó que finalmente mediante resolución de fecha 25/10/2015 se deter-
minó sustituir la aludida detención por otras medidas y también se impuso la
rendición de una caución económica; no obstante ello, la autoridad no agregó
ninguna documentación en la que se hiciera constar la materialización de la
cesación de la detención provisional a favor de la referida imputada.
IV. Es necesario exponer los fundamentos jurisprudenciales que darán base
a la decisión a tomar, y al respecto se tiene:
1. En cuanto a la pretensión propuesta, esta sala ha establecido parámetros
generales que orientan la determinación de la duración de la detención provi-
sional y así ha señalado que esta: a) no puede permanecer más allá del tiem-
po que sea necesario para alcanzar los fines que con ella se pretenden; b) no
puede mantenerse cuando el proceso penal para el que se dictó ha finalizado y
c) nunca podrá sobrepasar la duración de la pena de prisión señalada por el le-
gislador para el delito atribuido al imputado y que se estima, en principio, es la
que podría imponerse a este; d) tampoco es posible que esta se mantenga una
vez superado el límite máximo temporal que regula la ley (ver resoluciones HC
145-2008R, 75-2010 y 7-2010, de fechas 28/10/2009, 27/7/2011 y 18/5/2011,
entre otras).

742
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

2. También es de hacer referencia, a los aspectos que sirven para fijar la


duración de la medida cautelar de detención provisional y para ello hay que
acudir a lo dispuesto en el artículo 8 del Código Procesal Penal, que señala
los límites temporales máximos de la misma: 12 y 24 meses, para delitos me-
nos graves y graves, respectivamente. Lo anterior sin perjuicio de la excepción
consignada en el inciso 3° de tal disposición legal, que permite la posibilidad
de ampliar el plazo de la detención provisional para los delitos graves por un
período de doce meses más, durante o como efecto del trámite de los recursos
de la sentencia condenatoria y mediante resolución debidamente fundada; sin
embargo, la existencia de tales límites no implica una habilitación para las dis-
tintas autoridades que conocen de los procesos penales de irrespetar los plazos
dispuestos para el trámite de los mismos y llevar estos, de manera injustificada,
a prolongarse hasta aquellos extremos, sino que la disposición legal relaciona-
da lo que determina es que bajo ninguna circunstancia la detención provisional
dispuesta en un proceso penal, podrá mantenerse más allá de los tiempos ahí
dispuestos.
Además, la superación del límite máximo de detención dispuesto en la ley,
en inobservancia del principio de legalidad reconocido en el artículo 15 y, es-
pecíficamente en relación con las restricciones de libertad, en el artículo 13,
genera una vulneración a la presunción de inocencia, artículo 12, y a la libertad
física, artículo 2 en relación con el 11, todas disposiciones de la Constitución.
3. Dichos parámetros, a los que debe atenerse la autoridad correspondien-
te para enjuiciar la constitucionalidad de la duración de la medida cautelar más
grave que reconoce la legislación, no solamente están dispuestos en nuestra
Constitución y en la ley, sino también son exigencias derivadas de la Conven-
ción Americana sobre Derechos Humanos, tratado internacional suscrito y ra-
tificado por El Salvador, a las cuales se ha referido la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, que ha ido construyendo paulatinamente un estándar al
que se asimila el que ha tenido desarrollo en la jurisprudencia constitucional
salvadoreña, en materia de hábeas corpus.
El referido tribunal regional ha establecido, en síntesis, que: a) existe una
obligación estatal de no restringir la libertad del detenido más allá de los lí-
mites estrictamente necesarios para asegurar que no impedirá el desarrollo
eficiente de las investigaciones y que no eludirá la acción de la justicia; b) nadie
puede ser privado de libertad sino de acuerdo a lo dispuesto en la ley; c) debe
garantizarse el derecho de la persona a ser juzgada en un plazo razonable o
a ser puesta en libertad, en cuyo caso el Estado podrá limitar la libertad del
imputado por otras medidas menos lesivas que aseguren su comparecencia al

743
Hábeas Corpus / Sentencias Definitivas

juicio, distintas a la privación mediante encarcelamiento –derecho que a su vez


obliga a los tribunales a tramitar con mayor diligencia y prontitud los procesos
penales en lo que el imputado esté detenido–; y finalmente, que cuando la ley
establece un límite máximo legal de detención provisional, luego de él no pue-
de continuar privándose de libertad al imputado –ver al respecto sentencias de
los casos Suárez Rosero contra Ecuador, de 12/11/1997, Instituto de Reeduca-
ción del Menor contra Paraguay, de 2/9/2004, y Bayarri contra Argentina, de
30/10/2008–.
4. Es preciso también señalar que no obstante el mantenimiento de una
medida cautelar privativa de libertad como la detención provisional resulte en
contra de lo dispuesto en la Constitución, por haberse excedido el límite máxi-
mo regulado en la legislación aplicable, ello no implica –como la misma Corte
Interamericana de Derechos Humanos lo ha reconocido expresamente según
se indicó en el apartado precedente– que haya imposibilidad de decretar, de
así estimarse procedente, cualquier otra medida diferente a la objetada, que
permita asegurar los fines del proceso penal, pues el juzgamiento debe conti-
nuar y con ello es indudable que subsiste la necesidad de seguir garantizando
la resolución del mismo y el efectivo cumplimiento de la decisión final que se
dicte.
Por lo que, no obstante la detención provisional, en el caso de haber excedi-
do el límite legal máximo dispuesto para su mantenimiento, pierda su naturale-
za cautelar o de aseguramiento del resultado del proceso, la autoridad judicial
sigue encargada de garantizar a través de un mecanismo diferente, es decir a
través de otro u otros de los medios de coerción dispuestos en la ley, el debido
equilibrio qué debe existir entre los intereses contrapuestos que se generan en
el seno de un proceso penal –es decir, entre la libertad del imputado y la nece-
sidad de garantizar el éxito del procesamiento–.
5. Por otra parte, con respecto a la solicitud referida a la celebración de
audiencia de revisión de medida, que afirma el peticionario planteó ante la
autoridad demandada y ésta aún no ha sido contestada, debe decirse que tal
requerimiento tiene incidencia en el derecho de libertad, pues la referida au-
diencia es para decidir la condición en que la favorecida enfrentará el proceso
penal seguido en su contra, de acuerdo con ello, el hábeas corpus de pronto
despacho es aquel utilizado ante el retraso de una resolución, informe o cual-
quier providencia que se espera genere beneficios a la persona a cuyo favor se
ha requerido, para que los mismos efectivamente se produzcan, con lo cual si
bien no hay certeza de conseguirse el restablecimiento de la libertad personal,

744
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

se logra una respuesta sobre lo solicitado, que pueda llegar a producir inciden-
cia en el ejercicio de ese derecho.
Por tanto, con el referido tipo de hábeas corpus se pretende la obtención
de una contestación a la brevedad posible, ya sea que se estime o deniegue
lo pedido, de tal forma que no solamente se verifica si hay omisión en el otor-
gamiento de la respuesta, sino también la dilación generada, aparejada a la
omisión.
V. Expresados los fundamentos jurisprudenciales base de esta resolución ha
de pasarse al estudio del caso propuesto
1. Con respeto a la solicitud realizada por el defensor particular de la fa-
vorecida –también peticionario en este proceso” relativa a que se celebrara
audiencia de revisión de medida, debe indicarse que consta en el expediente
remitido, la existencia de tal petición efectuada el 5/5/2015 y otra presentada
el 6/10/2015.
Ahora bien, posterior al planteamiento de este hábeas corpus, se tiene que
el juzgado especializado indicado señaló por resolución del 9/10/2015 fecha
para la citada audiencia, sin embargo esta se aplazó mediante acta del día
23/10/2015 por falta de asistencia de algunos defensores, pero se consignó la
asistencia a la misma del ahora peticionario en su calidad de defensor particu-
lar de la imputada. Luego de ello, sin celebrar la indicada audiencia, la autori-
dad judicial resolvió el 25/10/2015 lo relativo a la condición de la procesada, de-
terminando la referida cesación de la detención, pero no se tienen diligencias
posteriores de las que puede colegirse que su condición haya variado.
De manera que, en cuanto al aspecto analizado, se verifica que durante la
tramitación del hábeas corpus la autoridad judicial dio respuesta a los reque-
rimientos antes señalados, fijando la fecha para la referida audiencia y deter-
minando aplazar la misma según los motivos consignados; con relación a ello,
debe decirse que este tribunal ha reconocido en su jurisprudencia que el pro-
ceso penal es un instrumento idóneo para la satisfacción de reclamos susten-
tados en vulneraciones constitucionales acontecidas en los mismos. Asimismo
que carece de sentido que este tribunal se pronuncie en sentencia de fondo so-
bre la queja constitucional planteada mediante un proceso de hábeas corpus,
cuando la autoridad a cargo del procesamiento en el que se alega acontecer
aquella la ha declarado y como consecuencia de ello ha hecho cesar sus efectos.
Así, en supuestos en los cuales los efectos de la actuación cuestionada han
desaparecido por haberse acogido, en el seno del procedimiento judicial, la
misma queja que motiva la promoción del hábeas corpus, deberá sobreseerse
este último –sobreseimiento HC 290-2014, de fecha 12/12/2014–.

745
Hábeas Corpus / Sentencias Definitivas

Y siendo que en este caso, el efecto de una sentencia favorable consistiría


en ordenar a la autoridad demandada que dé respuesta a dicha solicitud; al
haberse ya efectuado esto último lo procedente es sobreseer este aspecto por
las razones expuestas.
2. En cuanto al aspecto referido al alegado exceso del límite máximo de la
detención provisional en el que se afirma se encuentra la ahora favorecida al
momento en que viene a requerir la tutela ante esta sede.
Con respecto a ello, a partir de la certificación del expediente penal remiti-
da a esta sala, se puede constatar lo siguiente:
A la procesada P. S. se le decretó el 15/4/2013 la detención provisional en
audiencia inicial celebrada por el Juzgado de Paz San Julián, la cual comenzó a
cumplir desde esa fecha, y fue ratificada en audiencia preliminar; siendo conde-
nada en la audiencia de vista pública celebrada el día 7/4/2015, por parte del
Juzgado Especializado de Sentencia –B– de esta ciudad por el delito de robo
agravado –según afirmó dicha autoridad a esta sala–; encontrándose en de-
tención provisional al momento de promover este proceso el 28/9/2015, pues
no se ha informado que su condición ha variado.
Y es que si bien, consta que con fecha 25/10/2015 se emitió resolución en
la que supuestamente se sustituyó la detención y se impuso una caución eco-
nómica, no hay datos acerca de que dicha procesada fue puesta en libertad en
esa fecha.
Así, relacionado lo que precede y tomando en cuenta lo establecido en el
artículo 8 del Código Procesal Penal, se tiene que el límite máximo de deten-
ción provisional para el caso concreto ha debido ser de veinticuatro meses en
razón del delito atribuido –robo agravado–. De manera que, desde la fecha en
que inició el cumplimiento de la detención provisional decretada –15/4/2013–
hasta el momento en que se presentó la solicitud de este hábeas corpus en
la que se alegó tal reclamo –28/9/2015– la beneficiada cumplía en detención
provisional más de veintinueve meses. Es decir, cuando se promovió el presente
proceso, la favorecida había permanecido detenida provisionalmente un tiem-
po superior al límite máximo legal al que se ha hecho alusión.
Así, al haberse establecido el exceso temporal de la medida cautelar men-
cionada, a partir de los criterios fijados por esta sala en atención a la norma
que los regula –artículo 8 del Código Procesal Penal–, se colige que la orden
de restricción devino ilegal, habiendo transgredido en consecuencia el derecho
fundamental de libertad física de la favorecida mencionada.
VI. Es preciso indicar los efectos del presente pronunciamiento.

746
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Dado que la detención provisional que mantiene la favorecida –pues no


se ha informado que su situación haya variado– objeto de control en este pro-
ceso, una vez superado el término máximo determinado en la ley, se volvió
inconstitucional, en tales condiciones no puede continuar surtiendo efectos.
Sin embargo, debe recordarse que la detención provisional no es el único
mecanismo procesal regulado en la ley para asegurar la comparecencia de la
persona procesada y las resultas del proceso penal. Asimismo que, mientras no
exista una decisión definitiva sobre la responsabilidad criminal de la imputada,
la necesidad de resguardar el aludido fin se mantiene, pues el proceso continúa
en desarrollo.
En coherencia con lo dicho, es necesario que la autoridad demandada, o
la que se encuentre a cargo del proceso penal, al recibo de esta decisión, dis-
ponga de manera inmediata, lo relativo a la condición en que la imputada en-
frentará el proceso penal en su contra en tanto adquiera firmeza su sentencia,
a través de cualquiera de las otras medidas cautelares distintas a la detención
provisional dispuestas en el ordenamiento jurídico, una vez establecidas las ra-
zones que las justifiquen.
En ese sentido, el reconocimiento realizado por esta sala únicamente pue-
de generar la cesación de la restricción al derecho de libertad física que ha sido
sometida a control, pues es la consecuencia natural de la expiración del plazo
legal señalado para ello, lo que implica que, en procura de los otros intereses
en juego en el proceso penal, la autoridad judicial competente está obligada
a analizar la adopción de alguna o algunas de las otras medidas cautelares
señaladas en la ley –como se dijo, diversas a la declarada inconstitucional, que
permitan proteger el eficaz resultado del proceso penal correspondiente–.
En relación con ello, debe indicarse que, como está determinado en la le-
gislación procesal penal aplicable y se ha reconocido en jurisprudencia de este
tribunal, es atribución de las autoridades penales –y no de este tribunal, con
competencia constitucional– emitir, a partir de la valoración de los elementos
que obran en el proceso que está a su cargo, las decisiones correspondientes
que aseguren las resultas del mismo y la vinculación de la imputada a dicho
proceso. Lo anterior, de ser procedente, a través de las medidas cautelares dis-
puestas por el ordenamiento jurídico respectivo.
Además debe señalarse que cualquier otra restricción al derecho de liber-
tad personal que enfrente la persona beneficiada no deberá verse modificada
por esta decisión, en tanto lo controlado en esta sede y reconocido inconstitu-
cional es la medida cautelar de detención provisional decretada por el delito de
extorsión, proceso penal del cual conoce el Juzgado Especializado de Sentencia
“B” de esta ciudad.

747
Hábeas Corpus / Sentencias Definitivas

Finalmente es de manifestar que, en virtud de que la promoción y trámite


del proceso constitucional de hábeas corpus no suspende el proceso penal en
el cual se alega ha acontecido la vulneración constitucional reclamada, es in-
evitable el avance de este último y con ello la emisión de diversas resoluciones,
algunas de las cuales pueden haber incidido modificando la condición jurídica
de la imputada en cuanto a su libertad. De tal forma que, es obligación de la
autoridad a cuyo cargo se encuentre el proceso penal determinar si el acto de
restricción declarado inconstitucional y que por lo tanto debe cesar –la medi-
da cautelar de detención provisional cuya continuación se ordenó durante el
juicio celebrado– es el mismo que se encuentra cumpliendo la persona favo-
recida, pues de lo contrario su situación no podrá verse modificada por esta
decisión.
Por todo lo anteriormente expuesto y de conformidad con los artículos 2 in-
ciso 1°, 11 inciso 2° 12, 13, 15 de la Constitución; 7 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos; 9.3 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polí-
ticos; 65 y 71 de la Ley de Procedimientos Constitucionales; esta sala RESUELVE:
1. Sobreséese este proceso constitucional promovido a favor de Karla Lizeth
P. S. en cuanto al aspecto relativo a la solicitud de audiencia, por existir un
impedimento para conocer el fondo de lo propuesto.
2. Declárase ha lugar al hábeas corpus promovido a favor de la referida se-
ñora P. S. por haber existido inobservancia del principio de legalidad y
vulneración al derecho a la presunción de inocencia, debido al exceso del
plazo legalmente dispuesto para el mantenimiento de la medida cautelar
de detención provisional; todo ello, por parte del Juzgado Especializado de
Sentencia “B” de San Salvador.
3. Determine inmediatamente la autoridad demandada, la condición jurídica
en la cual la persona favorecida enfrentará el proceso penal en su contra,
a efecto de garantizar los fines del mismo. Lo anterior en caso de que la
condena que le fue impuesta no haya adquirido firmeza al recibo de este
pronunciamiento. Si la autoridad demandada ya no está tramitando el pro-
ceso penal, disponga la realización de las actuaciones legales necesarias
para hacer cumplir este fallo, entre ellas, la comunicación inmediata de
esta sentencia a la autoridad que estuviere conociendo de aquel.
4. Notifíquese en el lugar o medio técnico señalados por la favorecida.
5. Oportunamente archívese.
A. PINEDA.---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME.---E. S. BLANCO R.---PRONUNCIA-
DO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E. SOCORRO C.---
SRIA.---RUBRICADAS.

748
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

216-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las doce horas con treinta y cuatro minutos del día veinticinco
de enero de dos mil dieciséis.
El presente proceso constitucional de hábeas corpus fue promovido por la
licenciada Ana Gladys Carranza de Torres, a favor del señor Wilfredo V. L., con-
tra actuaciones del Juzgado Especializado de Instrucción “A” de San Salvador.
Analizado el proceso y considerando:
I. La peticionaria en su escrito de promoción de este hábeas corpus, refi-
rió que compareció a la audiencia de imposición de medidas a las once horas
por haber tenido otra audiencia en el Juzgado Segundo de Familia de Santa
Ana, manifestándole el secretario del juzgado especializado que por órdenes
expresas de la Jueza que preside dicho tribunal no podía entrar a la audien-
cia, “(...) dejando al reo sin derecho a su defen[s]a técnica, no obstante haber
presentado el poder y aceptando el cargo (...) violentando de esta manera el
Principio de Igualdad, Incumplimiento de Garantías, Generalidad, consagrado
en el artículo 12, 14, y 16 del Código Procesal Penal, (...) por estas razones que
considero que el señor Wilfredo V. L., se encuentra en una detención ilegal
(...)” (Mayúsculas suplidas) (sic.).
Mediante escrito presentado en la secretaría de este tribunal el día
25/09/2015, la licenciada Carranza de Torres contestó la prevención realizada
por esta Sala y señaló que al señor Wilfredo V. L. no le fue asignado procurador
en la audiencia de imposición de medidas “(...) hecho que consta el proceso, en
el acta donde consta la audiencia es la pieza doce, del proceso A1 103/2015,
Juzgado Especializado de Instrucción de esta Ciudad, folios 2328 al 2359; el
poder donde me muestro parte esta [agregado] al folio 2318, el cual fue pre-
sentado antes de la audiencia; y al leer el acta la audiencia se abre de las diez
horas veinte minutos del día veintidós de junio del corriente año, en la sala de
audiencia, manifestando que se empez[ó] tarde ya que se estaba esperando a
defen[s]a técnica de los imputados; en el folio 2357 en el número 32 se mencio-
na el nombre de mi defendido; en el folio 2358 vuelto manifiesta “se entiende
nombrados los defensores quienes han presentaron poder antes de la presente
acta y los nombrados en esta; ni siquiera se menciona la comparecencia o no de
los defensores y de sus defendidos.” (Mayúsculas suplidas) (sic.).
II. De conformidad con la Ley de Procedimientos Constitucionales se nom-
bró juez ejecutor al licenciado Mauricio Adalberto Ama Hernández, quien lue-
go de hacer consideraciones sobre el derecho de defensa señaló que “...al leer

749
Hábeas Corpus / Sentencias Definitivas

el acta de la Audiencia de imposición de medidas la cual se encuentra en los


folios 2328-2359, se puede apreciar que la licenciada Ana Gladys Carranza de
Torres no estaba presente a la hora de dar inicio a la Audiencia de Imposición
de Medidas, no obstante haberse iniciado a las diez horas y veinte minutos del
día veintidós de junio del corriente año, y estar señalada las nueve horas de ese
mismo día, por lo que la Juez Especializada de Instrucción inicio la audiencia
sin la comparecencia de la licenciada Ana Gladys Carranza de Torres, lo cual se
justifica ya que se llevaba más de una hora de retraso (...) la Juez se percató
de lo ocurrido en el escrito suscrito por la señora Candelaria María V. R., ha-
biendo dirigido el escrito a la Fiscalía General de la República, y no al Tribunal,
y no encontrándose presente la licenciada Ana Gladys Carranza de Torres, en
la audiencia tomo a bien no dar por recibido los escritos, ni darle los trámites
correspondientes, razón por la cual no se tuvo como parte a la licenciada (...)
como defensora particular del imputado Wilfredo V. L., en el proceso, sino que
se presume que quien ejercía la defensa técnica hasta ese momento era la de-
fensa pública, previamente nombrada, siendo según el acta de la audiencia
respectiva quien ejercía la defensa técnica la licenciada Iris Alicia Lima Umaña,
como defensora publica de la Procuraduría General de la República (...). Por lo
que a mi criterio no se dejó en ningún momento en indefensión al imputado
Wilfredo V. L., ya que siempre se le garantizo la asistencia de un defensor...”
(mayúsculas suprimidas)(sic.).
III. El Juzgado Especializado de Instrucción “A” de San Salvador, por me-
dio de oficio número 8276A1-103-2015 de fecha 20/11/2015, informó que “...
El escrito donde se le daba poder por parte de la señor Candelaria María V. R.,
a la licenciada Ana Gladys Carranza de Torres, venia dirigido a la Fiscalía Gene-
ral de la República y un segundo escrito firmado por la Licenciada Ana Gladys
Carranza de Torres, aceptando el cargo el cual fue presentado por una tercera
persona, no obstante se le considera como parte según el Artículo noventa y
seis inciso último del Código Procesal Penal, tal como se consigna en la parte
final del Acta de Imposición de Medida Cautelar; aún y cuanto por no haberse
presentado a la hora señalada para celebrar dicha audiencia el imputado Wil-
fredo V. L., fue representado por la defensora Publica. Tal como consta en el
acta de Audiencia Especial de Medida Cautelar, pues era imposible posponerla
como era la pretensión de la Defensa Particular (...) No puede aducirse que
hubo indefensión puesto que el imputado estuvo en todo momento represen-
tado por la Defensa Pública Licenciada Iris Alicia Lima Umaña según consta en
el acta de la misma...” (mayúsculas y negritas suprimidas)(sic.).

750
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

IV. En relación con el tema propuesto a análisis, es preciso aludir a lo soste-


nido en sentencia emitida en el proceso de inconstitucionalidad número 8-2011,
de fecha 22/02/2013 y retomada en la sentencia de hábeas corpus número
332-2013 de fecha 02/05/2014.
1. En ellas, este tribunal se refirió a la importancia del derecho de defensa
en el proceso penal y reiteró que, en relación con el imputado, este puede verse
desde dos perspectivas: material y técnica.
Esta última tiene por objeto, entre otros aspectos, garantizar la igualdad
de armas dentro del proceso penal, pues pretende que tanto acusador como
acusado cuenten con los mismos medios de defensa y ataque, así como idénti-
cas posibilidades de alegación, prueba e impugnación, y ello, se ha sostenido,
se logra con la participación del abogado defensor.
La función que ejerce dicho sujeto procesal no supone únicamente el aseso-
ramiento personal sobre quien pende un cargo penal a fin de que brinde una
deposición lo más verosímil posible de su estrategia procesal; sino que también
implica sugerir elementos de prueba a los distintos órganos de persecución y
juzgamiento que la sustenten, participar en los actos de producción de prueba,
controlar su desarrollo .e interpretar lo producido, así como sostener una apli-
cación de la ley conforme las necesidades del encartado.
Por tan importante función, es que la Constitución y el Código Procesal
Penal imponen la obligatoriedad de la defensa técnica, tanto del imputado
presente como de aquel que se encuentra ausente. En principio, a desarrollar-
se por un profesional de la confianza del encartado y, en caso de no poderlo
nombrar el imputado, el Estado se encuentra en la obligación de designarle
uno de carácter público y, en su defecto, uno de oficio –artículos 98 y 101 de la
normativa procesal penal–. Es así que el defensor viene a complementar la ca-
pacidad de defensa material, tanto en el ámbito de la fase preparatoria, como
en la fase contradictoria del procedimiento criminal.
2. Ahora bien, en cuanto a la posibilidad legal de celebrar audiencia inicial
sin la presencia de alguno de los que deben participar, esta Sala señaló en la
sentencia citada que, la regla procesal contenida en el artículo 298 inciso 2°
de la normativa procesal penal –la cual prescribe la realización de la audiencia
inicial cuando ninguna de las partes concurra a la hora y fecha señalada– debe
ser interpretada conforme a la regulación que el Código Procesal Penal realiza
de los actos de comunicación, en particular de la notificación y la citación (ar-
tículos 160 y 165).
Es así que la regulación en comento, únicamente podrá funcionar a manera
de último recurso, cuando los diversos intervinientes hayan sido debidamente

751
Hábeas Corpus / Sentencias Definitivas

notificados de la celebración de la audiencia y decidan no asistir por motivos di-


versos. En estos casos, si las incomparecencias se constituyen en tácticas dilato-
rias, cuya finalidad esencial sea afectar el normal desarrollo del proceso penal,
resultará aplicable por parte del juez el régimen disciplinario contemplado en
los artículos 132 ord. 2° y 133 de la mencionada normativa.
3. Sobre supuestos de ausencia de defensor en audiencia inicial se indicó
que, ante la incomparecencia de un defensor técnico –particular o público–
que brinde asistencia al encartado, resulta procedente efectuar una interpreta-
ción sistemática con lo estipulado en el artículo 101 del Código Procesal Penal
que establece: “[e]n los casos en que resulte imposible la defensa particular o
pública podrá designarse por el juez un defensor de oficio”. Y si, pese a ello, el
juez advierte alguna disminución en las posibilidades de una adecuada defensa
técnica, podrá suspender y reprogramar la audiencia inicial conforme lo estipu-
lado en el artículo 299.
Finalmente, en el caso de no poder optarse por el nombramiento de un
defensor de oficio, por encontrarse dentro de la finalización del plazo para
realizar la audiencia inicial, resolverá con base en el requerimiento fiscal, como
una situación meramente excepcional y subsidiaria de las hipótesis anteriores.
De manera que, cuando el imputado se encuentra presente para la celebra-
ción de la audiencia inicial, el juez debe agotar todos los mecanismos estableci-
dos en la normativa procesal penal para asegurar que cuente con un abogado
defensor. Realizadas todas las gestiones para lograr dicho objetivo, sin que se
tenga éxito en ello, la autoridad judicial está autorizada para resolver con base
en el requerimiento fiscal.
V. 1. Según la documentación incorporada a este hábeas corpus, el día
veintidós de junio del año dos mil quince el Juzgado Especializado de Instruc-
ción “A” de San Salvador celebró audiencia especial de imposición de medi-
da cautelar en contra del imputado detenido Wilfredo V. L., quien no había
sido trasladado para la audiencia, consta que se presentó escrito suscrito por
la señora Candelaria María V. R., quien nombra como defensora particular del
imputado antes señalado a la licenciada Ana Gladys Carranza de Torres sin em-
bargo esta no se encontraba presente en dicha audiencia; razón por la cual, fue
asistido por la defensora pública licenciada Iris Alicia Lima Umaña.
En dicha audiencia se impuso al imputado la medida cautelar de detención
provisional.
2. De acuerdo con lo constatado en el proceso penal, la Jueza Especializada
de Instrucción “A” de San Salvador decidió celebrar la audiencia especial de
imposición de medida cautelar en contra del favorecido, a pesar de no encon-

752
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

trarse presente su defensora particular pues no llegó a la hora señalada para la


audiencia –a pesar de que se hizo un tiempo de espera–; razón por la cual, el
señor V. L. fue representado por la defensora pública licenciada Iris Alicia Lima
Umaña.
Con base en lo expuesto, se advierte que el derecho de defensa ha sido
garantizado al imputado en la audiencia especial de imposición de medida cau-
telar, a través de la asistencia de la abogada pública, a quien se le brindó su
oportunidad de intervenir en la referida audiencia en igualdad de armas frente
a la participación de la Fiscalía General de la República; en ese sentido, no pue-
de considerarse que se haya colocado al señor V. L. en situación de desventaja,
pues al momento de imponerse la medida cautelar de detención provisional se
contaba con la defensa técnica que garantizó el respeto de sus derechos.
Por lo tanto, se concluye que no existe la vulneración constitucional recla-
mada, ya que sí se ha garantizado el derecho de defensa del señor V. L. durante
la audiencia especial de imposición de medida cautelar en donde se le decretó
la detención provisional en su contra, lo que imposibilita estimar la pretensión
planteada en este proceso constitucional.
Por las razones expuestas y de conformidad con los artículos 11 inciso 2° y
12 de la Constitución; esta Sala RESUELVE:
1. Declárase no ha lugar al hábeas corpus promovido por la licenciada Ana Gl-
adys Carranza de Torres, a favor del señor Wilfredo V. L., por haberse com-
probado que durante el desarrollo de la audiencia especial de imposición
de medida cautelar se ha garantizado su derecho de defensa, en relación
con la medida cautelar de detención provisional que se ha ordenado en su
contra, por lo que continúe en la. situación jurídica en que se encuentra.
2. Notifíquese.
3. Archívese.
J. B. JAIME.---E. S. BLANCO R.---SONIA DE SEGOVIA.---PRONUNCIADO POR
LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E. SOCORRO C.---SRIA.---
RUBRICADAS.

327-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las doce horas con treinta y siete minutos del día veinticinco de
enero de dos mil dieciséis.
El presente proceso de hábeas corpus ha sido promovido a su favor por el
señor Óscar Armando D. u Óscar Antonio D., procesado por el delito de homi-

753
Hábeas Corpus / Sentencias Definitivas

cidio agravado, contra actuaciones y omisiones del Juzgado Especializado de


Sentencia de San Salvador.
Analizado el proceso y considerando:
I. El peticionario refiere: “(...) penado por 45 años, por homicidio agravado
capturado 2012, homicidio agravado, hace 3 o 4 meses, me condenaron, pero;
aún no me llega resolución de sentencia, y sobrepaso tiempo de detención pro-
visional, por el tribunal de sentencia especializado de San Salvador no recuerdo
con exactitud “b” o “c”.
De mi situación hasta hoy desconozco, como marcha, lo que no es correcto,
es deber, de Juez asegurarse que uno este informado. He preguntado, y me
dicen, que estoy en una detención ilegal.” (sic.)
II.- Conforme lo dispone la Ley de Procedimientos Constitucionales se pro-
cedió a nombrar juez ejecutor a Edgar Ofilio Yanes Guardado, quien únicamen-
te intimó al Juez Especializado de Instrucción “C” de San Salvador e informó
que no tuvo a la vista el expediente judicial porque se encuentra en el Archivo
General de la Corte Suprema de Justicia, y para obtenerlo se necesitaba de un
procedimiento interno que lleva cierto plazo de tiempo por lo que le solicitó a
dicha sede judicial remitiera a esta Sala resoluciones pertinentes del caso.
III.- El Juzgado Especializado de Instrucción “C” de San Salvador en el pre-
sente hábeas corpus, mediante oficio número 2358 de fecha 02/12/2015 ma-
nifestó que al señor Oscar Antonio D. se le decretó detención provisional el
29 de julio de 2013, se le condenó el delito de agrupaciones ilícitas, homicidio
agravado y homicidio agravado imperfecto en perjuicio de Felipe Antonio H.
B., Virgilio de Jesús M., Miguel Antonio B. E., Luis Alonso M. y la víctima con
el régimen de protección con clave Faraón, siendo que al momento de fallo se
encontraba vigente la detención provisional; la notificación de la sentencia a
las partes técnicas se realizó el 22/08/2014 y al imputado de manera personal
el 17/09/2014. Posteriormente la defensa del señor Oscar Antonio D. interpuso
recurso de apelación por lo que mediante auto del 12/11/2014 se remitió el
proceso a la Cámara Especializada de lo Penal siendo que por medio de oficio
número 578 de fecha 10/09/2015 se comunicó a dicha sede judicial que el abo-
gado defensor del señor D. presentó recurso de casación y el imputado se ad-
hirió a dicho medio impugnativo; por tanto, puede inferirse que el señor D. ha
sido notificado oportunamente de la sentencia y ha hecho uso de los medios
impugnativos que franquea la ley. Informando que la sentencia aún no está
firme y por tanto no es posible su ejecución.
IV.- El Juzgado Especializado de Instrucción “B” de San Salvador por medio
de oficio número 5525-2 de fecha 03/12/2015 informó que “...visto el conteni-

754
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

do de la resolución del proceso de hábeas corpus promovido por el sindicado,


efectivamente la sentencia de mérito que relaciona, hasta el momento no se
encuentra elaborada, ni firmada por el Licenciado ROGER RUFINO PAZ RIVAS,
quien fue el juez que en su momento precedió la vista pública, y quien se en-
cuentra destituido de su cargo. Con relación a la situación jurídica del procesa-
do, (...) el imputado OSCAR ARMANDO D. u OSCAR ANTONIO D., fue intimado
por los delitos que se le acusaban en las Bartolinas de la Delegación de la Policía
Nacional Civil de Lourdes Colón, a las cero una hora con treinta minutos del día
ocho del mes de Junio del año dos mil doce, y consecuentemente se le Decreto
Detención Provisional en Audiencia Especial de Imposición de Medidas por el
Juzgado Especializado de Instrucción el día doce del mes de Junio del año dos
mil doce, denotando que ha transcurrido más de veinticuatro meses desde el
momento de su detención, sobrepasando los límites legalmente establecidos
para la medida cautelar, teniendo hasta este momento más de tres años de
encontrarse en detención sin que hasta la fecha exista sentencia emitida en
el presente proceso penal, por tanto la Suscrita Juzgadora por medio de Auto
proveído a las nueve horas con treinta minutos del día veintiséis de octubre del
presente año, cesó la medida cautelar a la detención provisional impuesta
al imputado, el cual ya fue enviado vía fax para que sea notificado por auxilio
judicial...” (sic.).
IV.- Previo a dar inicio al análisis requerido es preciso indicar, que a partir
de lo informado y lo constatado en la documentación remitida, este tribunal
advierte que al favorecido se le han tramitado dos procesos penales en los
dos juzgados a los que se intimó pero que el señor D. está reclamando especí-
ficamente de aquel en el que fue capturado en el año 2012 y del que aún no
le han notificado la sentencia condenatoria; por tanto, es que el análisis de
esta Sala se realizará en relación con el proceso penal que se le tramita en el
Juzgado Especializado de Instrucción “B” de San Salvador, ya que este tribunal
únicamente puede enjuiciar la constitucionalidad de actuaciones u omisiones
por parte de aquella autoridad que esté presuntamente generando el agravio
en la esfera jurídica del favorecido en el tiempo en que se viene a reclamar y
es que en el proceso seguido ante el Juzgado Especializado de Instrucción “C”
de San Salvador ya se le notificó la sentencia y esta fue recurrida en apelación
y casación.
Y es que esta Sala ha sostenido reiteradamente que, al solicitar la protec-
ción jurisdiccional, el que pretende ser favorecido con el hábeas corpus debe
estar sufriendo afectaciones en sus derechos de libertad física, dignidad o
integridad física, psíquica o moral, derivadas de la actuación u omisión de

755
Hábeas Corpus / Sentencias Definitivas

alguna autoridad o particular contra la que se reclama; para así, en caso de


emitirse una decisión estimatoria, hacer cesar dichas incidencias, restablecién-
dose, si ese fuere el caso, tales derechos –v. gr. Sobreseimiento HC 176-2007,
del 15/01/2010–.
Por lo tanto, de conformidad con lo antes expuesto, es preciso sobreseer
en cuanto al reclamo planteado contra el Juzgado Especializado de Instrucción
“C” de San Salvador y realizar el análisis respectivo en relación con la omisión
del Juzgado Especializado de Instrucción “B” de San Salvador.
V.- 1. Ahora bien, de conformidad con los términos del cuestionamiento
planteado ante este tribunal, debe indicarse que, la competencia de esta sala
para conocer de casos como el presente viene dada por el derecho fundamen-
tal involucrado ante la alegada tardanza en la elaboración y notificación de
la sentencia definitiva condenatoria, cuando el imputado se encuentra dete-
nido, y la consecuente imposibilidad de controvertirla mediante los recursos
pertinentes, en tanto que uno de los efectos que pueden generarse al impug-
nar una sentencia es, precisamente, la puesta en libertad del procesado. No se
trata, por lo tanto, como se ha sostenido reiteradamente en la jurisprudencia
constitucional, de que esta sala se convierta en contralora del cumplimiento de
los plazos procesales por parte de las autoridades judiciales o administrativas;
sin embargo, cuando su incumplimiento signifique un obstáculo para que la
persona utilice los mecanismos de defensa de los que dispone para atacar una
decisión que restringe su derecho de libertad personal, es decir para que ejer-
cite su derecho a recurrir de las resoluciones que le causan agravio, el asunto
se vuelve competencia de este tribunal en materia de hábeas corpus, al estar
involucrado el referido derecho de libertad (v. gr. resolución HC 9-2009, de
fecha 11/3/2010).
Hay que agregar que, para efectos de determinar si la tardanza en el proce-
so penal, en este caso en la notificación de una sentencia condenatoria, se en-
cuentra o no justificado debe acudirse al examen de determinados aspectos: i)
la complejidad del asunto, referida a la complejidad fáctica o jurídica del litigio,
presente en el supuesto en estudio, tal como se indicó en párrafos precedentes;
ii) el comportamiento de las partes, ya esta sala ha sostenido que no merece
el carácter de indebida una dilación que haya sido provocada por el propio
litigante que luego reclama de ella, lo cual no se ha indicado que haya ocurrido
en el supuesto en estudio; iii) la actitud del tribunal, referida a si las dilaciones
en el proceso obedecen a la inactividad del órgano judicial, que sin causa de
justificación, dejó transcurrir el tiempo sin impulsar de oficio el procedimiento,
sin emitir una resolución de fondo, u omitió adoptar medidas adecuadas para

756
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

conceder la satisfacción real y práctica dé las pretensiones de las partes (senten-


cia HC 185-2008, de 10/2/2010).
2. Establecida la habilitación constitucional para conocer del caso con-
creto, es preciso resolver el reclamo de la solicitante y para ello es necesario
hacer referencia al artículo 396 del Código Procesal Penal, relativo a la redac-
ción y lectura de la sentencia definitiva. El mismo dispone, en lo pertinente,
que la sentencia será redactada por el juez ponente y firmada por todos,
dentro de los diez días hábiles de haberse pronunciado el fallo verbal salvo
que, si por motivos excepcionales la sentencia no fuere entregada en el tér-
mino establecido, se habilitarán por resolución fundada cinco días hábiles
más.
Por su parte, el artículo 470 del mismo cuerpo de leyes establece el plazo de
interposición del recurso de apelación de las sentencias definitivas dictadas en
primera instancia, instituyendo diez días contados a partir de la notificación de
la resolución a impugnar. Además, el artículo 477 del referido código, determi-
na uno de los efectos que podrían derivarse de la resolución de dicho recurso,
cuando es favorable para el imputado, es decir su puesta en libertad.
3. Al verificar la información del expediente correspondiente al proceso pe-
nal instruido en contra del señor D., se tiene que la vista pública se celebró el
07/07/2014 y ese día el Juzgado Especializado de Sentencia “B” de San Salva-
dor dictó un fallo condenatorio por los delitos de homicidio agravado en perjui-
cio de Edwin Alexander H. M., homicidio agravado en perjuicio de una persona
de sexo masculino no identificada, homicidio agravado en perjuicio de Julio
Alberto G. P. en subsunción con el delito de agrupaciones ilícitas; siendo que la
autoridad demandada informó que en efecto aún no encuentra elaborada ni
firmada la sentencia condenatoria.
A partir de lo reseñado se ha determinado, que desde el día en que se emi-
tió el fallo condenatorio –07/07/2014– hasta la fecha en que se presentó este
hábeas corpus –16/10/2015– transcurrieron más de quince meses durante los
cuales se le impidió ejercer su derecho a recurrir de la decisión condenatoria,
con la virtualidad de lograr, entre otros efectos, el posible restablecimiento de
la libertad personal del favorecido, mediante el uso de los mecanismos proce-
sales pertinentes.
Es así que, en el caso planteado, producto de la inactividad de la autoridad
jurisdiccional, se han producido dilaciones indebidas, ya que se ha paralizado
el proceso penal del imputado por más de quince meses, manifestándose por
parte de la autoridad demandada como motivo para justificar la falta de emi-
sión y notificación de la sentencia que el licenciado Roger Rufino Paz Rivas, que

757
Hábeas Corpus / Sentencias Definitivas

fue el juez que en su momento precedió la vista pública se encuentra destitui-


do de su cargo y es quien no la ha elaborado y firmado.
Dicha razón no es apta para argumentar el retardo en la elaboración y noti-
ficación de la resolución respectiva, pues no coincide con los supuestos recono-
cidos por la jurisprudencia de esta Sala que podría justificar una dilación, como
por ejemplo la complejidad del caso o el comportamiento de las partes; al con-
trario, la dilación advertida en el presente caso, constituye un “plazo muerto”
es decir, de inactividad judicial en el proceso respectivo carente de justificación
en detrimento de los derechos fundamentales de libertad personal y defensa
del procesado.
Y es que se denota que la autoridad demandada dejó transcurrir el tiempo
y no adoptó las medidas legales correspondientes a efecto de emitir y notifi-
car con celeridad la sentencia del señor D.; pues su propuesta en el proceso
constitucional de hábeas corpus para sustentar tal retraso en el juzgamiento
del imputado y así descartar la vulneración a sus derechos fundamentales, no
puede ser aceptada por esta sala, ya que ello implicaría trasladar a los incoados
las deficiencias operativas del sistema judicial.
Al respecto, se puede advertir que el Juzgado Especializado de Sentencia
“B” de San Salvador omitió adoptar las medidas legales correspondientes para
garantizar la elaboración de la sentencia y su correspondiente notificación, vul-
nerando con ello el derecho a recurrir en detrimento del derecho de .libertad fí-
sica del favorecido, en tanto que al no emitir por escrito la sentencia respectiva
y no notificarla, ha mantenido al incoado en una situación de incertidumbre e
inseguridad jurídica y ha obstaculizado la posibilidad de hacer uso de los me-
dios impugnativos que le confiere la ley.
En virtud de lo argumentado, puede aseverarse que la referida infracción
legal ocasionó vulneración al derecho de libertad del favorecido al haber es-
tado detenido provisionalmente sin poder plantear los recursos que estimase
pertinentes en ejercicio de su derecho a recurrir, a efecto de intentar restable-
cer –entre otros aspectos– su derecho de libertad física.
4. Tomando en cuenta la naturaleza del reclamo planteado en el presente
proceso –falta de emisión de la sentencia condenatoria y su notificación– y
la consecuente vulneración constitucional reconocida por este tribunal, la res-
titución del derecho de libertad personal del favorecido no puede constituir
el efecto de lo decidido, pues este tipo de pronunciamiento lo que posibilita
es que la autoridad judicial correspondiente emita la sentencia y consecuente-
mente la notifique para que dicha actividad habilite el planteamiento de los
recursos que establece el Código Procesal Penal, con la viabilidad de lograr,

758
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

según llegase a decidirse en sede penal, la puesta en libertad de la persona


favorecida; es decir, que la abstención de tales actuaciones supone una afecta-
ción constitucional que al acontecer, tiene como efecto ordenar a la autoridad
demandada ejecute las diligencias omitidas y con ello se permita ejercer el de-
recho a recurrir (véase resolución HC 126-2010R, de fecha 27/10/2010).
VI.- 1. A. En cuanto a los términos de la pretensión propuesta referida al
supuesto exceso del límite máximo de la detención provisional en que se en-
cuentra el ahora favorecido, esta sala ha establecido parámetros generales que
orientan la determinación de la duración de la detención provisional y así ha
señalado que esta: a) no puede permanecer más allá del tiempo que sea nece-
sario para alcanzar los fines que con ella se pretenden; b) no puede mantener-
se cuando el proceso penal para el que se dictó ha finalizado y c) nunca podrá
sobrepasar la duración de la pena de prisión señalada por el legislador para el
delito atribuido al imputado y que se estima, en principio, es la que podría im-
ponerse a este; d) tampoco es posible que esta se mantenga una vez superado
el límite máximo temporal que regula la ley (ver resoluciones HC 145-2008R,
75-2010 y 7-2010, de fechas 28/10/2009, 27/7/2011 y 18/5/2011, entre otras).
B. También es de hacer referencia, a los aspectos que sirven para determi-
nar la duración de la medida cautelar de detención provisional y para ello hay
que acudir a lo dispuesto en el artículo 8 del Código Procesal Penal, que señala
los límites temporales máximos de la misma: 12 y 24 meses, para delitos me-
nos graves y graves, respectivamente. Lo anterior sin perjuicio de la excepción
consignada en el inciso 3° de tal disposición legal, que permite la posibilidad
de ampliar el plazo de la detención provisional para los delitos graves por un
período de doce meses más, durante o como efecto del trámite de los recursos
de la sentencia condenatoria y mediante resolución debidamente fundada; sin
embargo, la existencia de tales límites no implica una habilitación para las dis-
tintas autoridades que conocen de los procesos penales de irrespetar los plazos
dispuestos para el trámite de los mismos y llevar estos, de manera injustificada,
a prolongarse hasta aquellos extremos, sino que la disposición legal relaciona-
da lo que determina es que bajo ninguna circunstancia la detención provisional
dispuesta en un proceso penal, podrá mantenerse más allá de los tiempos ahí
dispuestos.
Además, la superación del límite máximo de detención dispuesto en la ley,
en inobservancia del principio de legalidad reconocido en el artículo 15 y, es-
pecíficamente en relación con las restricciones de libertad, en el artículo 13,
genera una vulneración a la presunción de inocencia, artículo 12, y a la libertad
física, artículo 2 en relación con el 11, todas disposiciones de la Constitución.

759
Hábeas Corpus / Sentencias Definitivas

C. Dichos parámetros, a los que debe atenerse la autoridad correspondien-


te para enjuiciar la constitucionalidad de la duración de la medida cautelar más
grave que reconoce la legislación, no solamente están dispuestos en nuestra
Constitución y en la ley, sino también son exigencias derivadas de la Conven-
ción Americana sobre Derechos Humanos, tratado internacional suscrito y ra-
tificado por El Salvador, a las cuales se ha referido la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, que ha ido construyendo paulatinamente un estándar al
que se asimila el que ha tenido desarrollo en la jurisprudencia constitucional
salvadoreña, en materia de hábeas corpus.
El referido tribunal regional ha establecido, en síntesis, que: a) existe una
obligación estatal de no restringir la libertad del detenido más allá de los lí-
mites estrictamente necesarios para asegurar que no impedirá el desarrollo
eficiente de las investigaciones y que no eludirá la acción de la justicia; b) nadie
puede ser privado de libertad sino de acuerdo a lo dispuesto en la ley; c) debe
garantizarse el derecho de la persona a ser juzgada en un plazo razonable o
a ser puesta en libertad, en cuyo caso el Estado podrá limitar la libertad del
imputado por otras medidas menos lesivas que aseguren su comparecencia al
juicio, distintas a la privación mediante encarcelamiento –derecho que a su vez
obliga a los tribunales a tramitar con mayor diligencia y prontitud los procesos
penales en lo que el imputado esté detenido–; y finalmente, que cuando la ley
establece un límite máximo legal de detención provisional, luego de él no pue-
de continuar privándose de libertad al imputado –ver al respecto sentencias de
los casos Suárez Rosero contra Ecuador, de 12/11/1997, Instituto de Reeduca-
ción del Menor contra Paraguay, de 2/9/2004, y Bayarri contra Argentina, de
30/10/2008–.
2. Expresados los anteriores fundamentos jurisprudenciales ha de pasarse
al estudio del caso propuesto.
De acuerdo a los pasajes del proceso remitidos a este tribunal para ser
incorporados a este expediente, así como de lo informado por la autoridad
demandada, se puede constatar que al señor D. se le decretó detención pro-
visional en la audiencia especial de imposición de medida cautelar celebrada
en el Juzgado Especializado de Instrucción de San Salvador el día 12/06/2012,
medida que se mantuvo hasta la celebración de la vista pública en el Juzgado
Especializado de Sentencia “B” de Sentencia de San Salvador el 07/07/2014,
diligencia en la que se emitió un fallo condenatorio en contra del señor D. por
tres delitos de homicidio agravado y el de agrupaciones ilícitas; siendo que a
la fecha continúa en la misma condición de detenido provisionalmente y a la
espera de la emisión de la sentencia condenatoria.

760
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Relacionado lo que precede y tomando en cuenta lo establecido en el ar-


tículo 8 del Código Procesal Penal, se tiene que el límite máximo de detención
provisional para el caso concreto ha debido ser de veinticuatro meses en ra-
zón de los delitos atribuidos –homicidios agravados y agrupaciones ilícitas–. De
manera que, desde la fecha en que se inició el cumplimiento de la detención
provisional –12/06/2012– hasta el momento en que se presentó la solicitud de
este hábeas corpus –16/10/2015– el beneficiado cumplía detención provisional
durante más de cuarenta meses. Es decir, cuando se promovió el presente pro-
ceso, el favorecido había permanecido detenido provisionalmente un tiempo
superior al límite máximo legal al que se ha hecho alusión.
Así, al haberse establecido el exceso temporal de la medida cautelar men-
cionada, a partir de los criterios fijados por esta sala en atención a la norma
que los regula –artículo 8 del Código Procesal Penal–, se colige que la orden
de restricción devino ilegal, habiendo transgredido en consecuencia el derecho
fundamental de libertad física del señor D.
3. En razón de lo expuesto, es preciso determinar los efectos del presente
pronunciamiento en cuanto al reconocimiento del exceso temporal en el cum-
plimiento de la detención provisional.
Consta en la documentación anexada la resolución de fecha 09/11/2015,
en la que la autoridad demandada advirtió el exceso en el plazo legal de la
detención provisional impuesta al señor D., razón por la cual la hizo cesar y
ordenó la sustitución de la misma; dicha orden no fue materializada en razón
de que no se ha verificado que el imputado haya cumplido con la rendición de
una caución económica que fue determinada como condicionante para la apli-
cación de las restantes medidas decididas en dicha diligencia.
Al respecto, la jurisprudencia de esta Sala ha sostenido que en cualquier
etapa del proceso penal, si se ha superado el término máximo previsto en la ley
para el mantenimiento de la detención provisional, la restricción al derecho de
libertad de una persona se vuelve inconstitucional; motivo por el cual, aquella
no puede continuar surtiendo efectos, debiendo cesar la privación ilegítima al
derecho de libertad, y la autoridad a cargo del proceso judicial correspondien-
te debe disponer la adopción de otras medidas cautelares señaladas en la ley
a fin de garantizar el eficaz resultado del proceso penal; es decir, hasta que la
sentencia condenatoria adquiriera firmeza.
En el presente caso, si bien el Juez Especializado de Sentencia “B” de San
Salvador estableció el exceso de la detención provisional del señor D. y ordenó
su conclusión, por tanto es ineludible que se materialicen los efectos de tal pro-

761
Hábeas Corpus / Sentencias Definitivas

nunciamiento; ello sin perjuicio de que la autoridad competente esté obligada


a resguardar el resultado del proceso penal respectivo.
Sobre este aspecto, se considera que, tal como lo ha reconocido la juris-
prudencia de esta sala, es el juez que conoce del proceso penal el encarga-
do de determinar las medidas cautelares que permitan garantizar la presencia
del imputado durante el trámite de aquel así como su resultado; sin embargo,
frente a la determinación de la existencia de exceso en el límite máximo legal
de la medida cautelar de detención provisional debe establecer dentro de las
alternativas legalmente dispuestas la o las medidas que corresponderá aplicar
al imputado para cumplir con los fines indicados.
En ese sentido, la atribución del juez penal de utilizar cualquiera de las me-
didas prescritas dentro del catálogo contenido en la legislación procesal penal
aplicable, no implica, que pueda aplicarse una de cuyo cumplimiento se haga
depender la puesta en libertad del procesado, ya que para considerar que se
ha reparado la vulneración constitucional que representa mantener a una per-
sona cumpliendo detención un tiempo superior al legalmente establecido, se
debe garantizar que efectivamente la condición del imputado respecto de su
libertad sea modificada –ver resolución de HC 163-2014 de fecha 19/09/2014–.
En ese sentido, el reconocimiento realizado por esta Sala únicamente pue-
de generar la cesación de la restricción al derecho de libertad física que actual-
mente padezca el beneficiado y sometida a control, pues es la consecuencia
natural de la expiración del plazo legal señalado para ello, lo que implica que,
en procura de los otros intereses en juego en el proceso penal, la autoridad
judicial competente está obligada a analizar la adopción de alguna o algunas
de las otras medidas cautelares señaladas en la ley –como se dijo, diversas a la
provisional por ser inconstitucional, que permitan proteger el eficaz resultado
del proceso penal correspondiente–.
En relación con ello, debe indicarse que, como está determinado en la le-
gislación procesal penal aplicable y se ha reconocido en jurisprudencia de este
tribunal, es atribución de las autoridades penales –y no de este tribunal, con
competencia constitucional– emitir, a partir de la valoración de los elementos
que obran en el proceso que está a su cargo, las decisiones correspondientes
que aseguren las resultas del mismo y la vinculación del imputado a dicho pro-
ceso.
Además debe señalarse que cualquier otra restricción al derecho de liber-
tad personal que enfrente la persona beneficiada en razón de otros procesos
penales no deberá verse modificada por esta decisión, en tanto lo controlado

762
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

en esta sede y reconocido inconstitucional es la medida cautelar de detención


provisional decretada por los delitos de homicidio agravado y agrupaciones ilí-
citas, proceso penal del cual conoce el Juzgado Especializado de Sentencia “B”
de San Salvador, según referencia 291-B-13-5.
Por las razones expuestas y de conformidad con los artículos 11 inciso 2°,
12, 13, 15 de la Constitución; 7 y 8.2 de la Convención Americana sobre Dere-
chos Humanos; 9.3 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos; esta
sala RESUELVE:
1. Sobreséese el presente proceso constitucional, en cuanto a la vulneración
atribuida al Juzgado Especializado de Sentencia “C” de San Salvador.
2. Declárase ha lugar al hábeas corpus promovido a su favor por el señor Ós-
car Armando D. u Óscar Antonio D., por haberse vulnerado sus derechos
de defensa y a recurrir, al haber omitido la redacción y notificación de la
sentencia condenatoria emitida en su contra en un plazo razonable; y por
haber existido inobservancia del principio de legalidad y vulneración al de-
recho a la presunción de inocencia, debido al exceso del plazo legalmen-
te dispuesto para el mantenimiento de la medida cautelar de detención
provisional; ambas circunstancias con incidencia en su derecho de libertad
personal; todo ello, por parte del Juzgado Especializado de Sentencia “B”
de San Salvador.
3. Ordénase a la autoridad demandada proceda, de manera inmediata, a
emitir la sentencia condenatoria y hacer efectivo el acto de comunicación
a las partes y al señor D., a efecto de posibilitarles hacer uso de los recursos
legalmente dispuestos contra ese tipo de decisiones.
4. Ordénase a la autoridad demandada, o aquella que tenga a cargo el pro-
ceso penal seguido en contra del señor Óscar Armando D. u Óscar Antonio
D., que de manera inmediata determine la condición jurídica en la que el
favorecido enfrentará el proceso penal en su contra, a efecto de garantizar
los fines del mismo, con el objeto de definir la situación jurídica de aquel
respecto a la imputación que se le hace. En caso de no tener ya el proceso
penal, disponga la realización de las actuaciones legales necesarias para
hacer cumplir este fallo.
5. Notifíquese.
6. Archívese.
J. B. JAIME.---E. S. BLANCO R.---SONIA DE SEGOVIA.---PRONUNCIADO POR
LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E. SOCORRO C.---SRIA.---
RUBRICADAS.

763
Hábeas Corpus / Sentencias Definitivas

291-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las doce horas con treinta y siete minutos del día veintisiete de
enero de dos mil dieciséis.
El presente proceso de hábeas corpus ha sido promovido por el aboga-
do Oscar Alberto Lara Reyes, contra actuaciones del Juzgado Especializado de
Sentencia “C” de San Salvador, a favor de los señores Edwar Alexander y Her-
nán Alberto ambos de apellidos R. D., procesados por los delitos de tráfico
ilícito y actos preparatorios, proposición, conspiración y asociaciones delictivas
y, además, el primero por el ilícito de posesión y tenencia.
Analizado el proceso y considerando:
I. El peticionario refiere que los señores Edwar Alexander y Hernán Alberto
ambos de apellidos R. D., fueron capturados el 11/09/2013, por orden adminis-
trativa girada por la Fiscalía General de la República, decretándoseles formal-
mente la detención provisional el 16/09/2013, en audiencia de imposición de
medidas celebrada por el Juzgado Especializado de Instrucción “B” de esta ciu-
dad (...) que a la fecha suman más de veinticuatro meses de detención provisio-
nal, lo cual en su exceso es constitutivo de una privación de libertad indebida;
situación que fue advertida por el Juez Especializado de Sentencia “C”, por lo
cual señaló para el día diecisiete de septiembre de este año, audiencia especial
a fin de revisar la medida cautelar de la detención en la cual se encuentran
los procesados, resolviendo al final de la misma que en efecto el plazo legal
máximo de internamiento provisional había excedido los límites legales y por lo
tanto era procedente el dejarlo sin efecto, condicionando la puesta en libertad
de los procesados al pago de fianzas, cuyo cumplimiento únicamente puede
realizarse en efectivo, imponiendo al señor Hernán Alberto la suma de veinte
mil dólares de los Estados Unidos de América y al señor Edwar Alexander R. D.
la de trescientos cincuenta mil dólares de los Estados Unidos de América(...)”
(Mayúsculas y resaltado suplido) (sic.).
Dicha situación vulnera los derechos de libertad física, presunción de ino-
cencia y debido proceso de sus representados, pues su libertad está siendo
privada de forma indebida al superar la detención provisional en que se en-
cuentran los términos máximos previstos legalmente para su cumplimiento,
transformándose en una autentica pena anticipada, a la cual a su vez se han
impuesto condiciones de imposible cumplimiento, cuando la misma ley es clara
respecto a prohibir ese tipo de medidas, las que en definitiva tienden a poster-
gar de forma encubierta la detención de la persona.

764
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

II.- Conforme lo dispone la Ley de Procedimientos Constitucionales se pro-


cedió a nombrar jueza ejecutora a Damaris Arely Ceron Faustino, quien infor-
mó que “...existe vulneración constitucional en perjuicio de los señores R. D.,
y es necesario enfatizar que el plazo para el mantenimiento de la detención
provisional ha finalizado en atención a lo dispuesto en el artículo 8 C.Pr.Pn.
por lo que la restricción hasta este momento es considerada ilegal, vulnerando
el derecho de libertad que toda persona tiene, ya que la única forma en que
podría sobrepasar ese plazo es que haya una sentencia condenatoria, caso que
hasta el momento no existe, también se ha violentado principios constituciona-
les del debido proceso y seguridad jurídica comprendida en los artículos 2, 11,
12 y 13 de la Constitución. En tal sentido la superación de tal término máximo
señalado en la ley para la aludida medida cautelas implica una lesión al derecho
a presunción de inocencia, pues al señalar el legislador un límite que no puede
superarse impide que la libertad sea restringida más allá de lo estrictamente
necesario para los fines que se propone y evitar desnaturalizar la medida que
es cautelar y no punitiva (...) se sugiere se declare ha lugar el hábeas corpus
solicitado...” (mayúsculas suprimidas)(sic.)
III.- El Juzgado Especializado de Instrucción “C” de San Salvador en el pre-
sente hábeas corpus, mediante oficio número 2449 de fecha 03/12/2015 mani-
festó que “...En el período comprendido entre la finalización de la vista pública
y la elaboración del fallo, se advirtió que era necesario convocar, de oficio, a
una audiencia especial de revisión de la medida cautelar de detención provisio-
nal en la que se encontraban sometidos algunos de los imputados, ya que el
plazo de veinticuatro meses establecido por la legislación procesal penal –art.
8 CPP–, vencía para un total de veintiuno de los veintiocho enjuiciados, dentro
de los cuales se encontraban los señores R. D.; misma que se programó para el
día dieciséis de septiembre, por medio del auto de fecha ocho de septiembre,
con el fin de revisar la constitucionalidad de esa medida cautelar. En audiencia
especial de revisión de medidas, llevada a cabo en la fecha indicada, se resolvió
dejar sin efecto la medida cautelar de detención provisional entre otros, para
los señores Edwar Alexander R. D. y Hernán Alberto R. D., y en su defecto se
les impuso para mantenerlos sujetos al proceso, una serie de medidas consis-
tentes en: a) la obligación de presentarse cada día hábil a este sede judicial, c)
En caso de cambiar de domicilio, informar a este sede judicial previo a dicho
cambio, d) No comunicarse con los demás imputados que figuran en la presen-
te causa, por ningún medio, y e) Que rindan cada uno una caución económica;
en el caso de los señores R. D., se impuso la caución económica de veinte mil
dólares de los Estados Unidos de América, para el señor Hernán Alberto y de

765
Hábeas Corpus / Sentencias Definitivas

trescientos cincuenta mil dólares de los Estados Unidos de América, para el


señor Edwar Alexander, esta caución económica fue impuesta, tomando en
cuenta sus ocupaciones, ingresos económicos y hechos acusados, con el fin de
mantenerlos sujetos al proceso y al cumplimiento eventual de una condena
(...). El fallo pronunciado el día uno de octubre, respecto a los señores R. D., re-
sultó en una absolución, por los hechos acusados, para el señor Hernán Alberto
R. D., razón por la que se ordenó su inmediata libertad, al Centro Penal de
Zacatecoluca, el mismo día que se pronunció el fallo; pero en el caso del señor
Edwar Alexander R. D., fue condenado a la pena de veinticinco años de prisión
por los delitos de Tráfico Ilícito, veintisiete años de prisión por nueve hechos
de Conspiración constitutivos del delito de Actos Preparatorios, Proposición,
Conspiración y Asociaciones Delictivas, y cuatro años de prisión por el delito de
Posesión y Tenencia, previstos en los arts. 23 Cp, 33, 34 inciso 2° y 52 LRARD,
haciendo un total de cincuenta y seis años de prisión (...). Finalmente es de
hacer notar, que el señor Edwar Alexander R. D., continúa a la orden de este
Juzgado, al interior del Centro Penitenciario de Máxima Seguridad de la ciudad
de Zacatecoluca departamento de La Paz, mientras no se inicie la ejecución de
la sentencia...” (sic.).
IV.- Con posterioridad, el abogado Lara Reyes presentó escrito el 14/12/2015,
en el que manifestó “...por el tiempo transcurrido desde la interposición del re-
curso y éste momento, las condiciones en las cuales fue planteado el Habeas
Corpus se han modificado para uno solo de los imputados siendo el señor Her-
nan Alberto D., persona que a la fecha ha recuperado su libertad, no siguiendo
la misma suerte el señor Edwar Alexander R. D., es en relación a ello que las
condiciones que motivaron la interposición del Habeas Corpus siguen existien-
do para el señor Edwar Alexander R. D....”; luego, reiteró en los mismos térmi-
nos los argumentos de su pretensión inicial.
V.- 1. A. En cuanto a los términos de la pretensión propuesta referida al
supuesto exceso del límite máximo de la detención provisional, esta Sala ha es-
tablecido parámetros generales que orientan la determinación de la duración
de la detención provisional y así ha señalado que esta: a) no puede permane-
cer más allá del tiempo que sea necesario para alcanzar los fines que con ella
se pretenden; b) no puede mantenerse cuando el proceso penal para el que
se dictó ha finalizado y c) nunca podrá sobrepasar la duración de la pena de
prisión señalada por el legislador para el delito atribuido al imputado y que se
estima, en principio, es la que podría imponerse a este; d) tampoco es posible
que esta se mantenga una vez superado el límite máximo temporal que regula

766
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

la ley (ver resoluciones HC 145-2008R, 75-2010 y 7-2010, de fechas 28/10/2009,


27/7/2011 y 18/5/2011, entre otras).
B. También es de hacer referencia, a los aspectos que sirven para determi-
nar la duración de 1a medida cautelar de detención provisional y para ello hay
que acudir a lo dispuesto en el artículo 8 del Código Procesal Penal, que señala
los límites temporales máximos de la misma: 12 y 24 meses, para delitos me-
nos graves y graves, respectivamente. Lo anterior sin perjuicio de la excepción
consignada en el inciso 3° de tal disposición legal, que permite la posibilidad
de ampliar el plazo de la detención provisional para los delitos graves por un
período de doce meses más, durante o como efecto del trámite de los recursos
de la sentencia condenatoria y mediante resolución debidamente fundada; sin
embargo, la existencia de tales límites no implica una habilitación para las dis-
tintas autoridades que conocen de los procesos penales de irrespetar los plazos
dispuestos para el trámite de los mismos y llevar estos, de manera injustificada,
a prolongarse hasta aquellos extremos, sino que la disposición legal relaciona-
da lo que determina es que bajo ninguna circunstancia la detención provisional
dispuesta en un proceso penal, podrá mantenerse más allá de los tiempos ahí
dispuestos.
Además, la superación del límite máximo de detención dispuesto en la ley,
en inobservancia del principio de legalidad reconocido en el artículo 15 y, es-
pecíficamente en relación con las restricciones de libertad, en el artículo 13,
genera una vulneración a la presunción de inocencia, artículo 12, y a la libertad
física, artículo 2 en relación con el 11, todas disposiciones de la Constitución.
C. Dichos parámetros, a los que debe atenerse la autoridad correspondien-
te para enjuiciar la constitucionalidad de la duración de la medida cautelar más
grave que reconoce la legislación, no solamente están dispuestos en nuestra
Constitución y en la ley, sino también son exigencias derivadas de la Conven-
ción Americana sobre Derechos Humanos, tratado internacional suscrito y ra-
tificado por El Salvador, a las cuales se ha referido la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, que ha ido construyendo paulatinamente un estándar al
que se asimila el que ha tenido desarrollo en la jurisprudencia constitucional
salvadoreña, en materia de hábeas corpus.
El referido tribunal regional ha establecido, en síntesis, que: a) existe una
obligación estatal de no restringir la libertad del detenido más allá de los lí-
mites estrictamente necesarios para asegurar que no impedirá el desarrollo
eficiente de las investigaciones y que no eludirá la acción de la justicia; b) nadie
puede ser privado de libertad sino de acuerdo a lo dispuesto en la ley; c) debe
garantizarse el derecho de la persona a ser juzgada en un plazo razonable o

767
Hábeas Corpus / Sentencias Definitivas

a ser puesta en libertad, en cuyo caso el Estado podrá limitar la libertad del
imputado por otras medidas menos lesivas que aseguren su comparecencia al
juicio, distintas a la privación mediante encarcelamiento –derecho que a su vez
obliga a los tribunales a tramitar con mayor diligencia y prontitud los procesos
penales en lo que el imputado esté detenido–; y finalmente, que cuando la ley
establece un límite máximo legal de detención provisional, luego de él no pue-
de continuar privándose de libertad al imputado –ver al respecto sentencias de
los casos Suárez Rosero contra Ecuador, de 12/11/1997, Instituto de Reeduca-
ción del Menor contra Paraguay, de 2/9/2004, y Bayarri contra Argentina, de
30/10/2008–.
2. Expresados los anteriores fundamentos jurisprudenciales ha de pasarse
al estudio del caso propuesto.
De acuerdo a los pasajes del proceso remitidos a este tribunal para ser in-
corporados a este expediente, así como de lo informado por la autoridad de-
mandada y la jueza ejecutora, se puede constatar que a los señores R. D. se les
decretó detención provisional en la audiencia especial de imposición de medida
cautelar celebrada en el Juzgado Especializado de Instrucción de San Salvador
el día 16/09/2013, medida que se ratificó en la celebración de la audiencia pre-
liminar por medio del auto de apertura a juicio de fecha 04/05/2015. Luego,
el Juez Especializado de Sentencia “C” de San Salvador mediante resolución
de fecha 18/09/2015 advirtió el exceso en el plazo de la detención provisional,
por lo que la dejó sin efecto y ordenó otras medidas cautelares entre ellas la
rendición de una caución económica, para uno de los favorecidos por veinte mil
dólares y para el otro por trescientos cincuenta mil dólares.
No obstante ello, consta en la documentación agregada que al momento
de interponerse este proceso constitucional -24/09/2015-, los beneficiados aún
se encontraban privados de libertad pese a que, como la autoridad judicial
demandada lo reconoció, el plazo máximo de la detención provisional había
sido superado.
Relacionado lo que precede y tomando en cuenta lo establecido en el ar-
tículo 8 del Código Procesal Penal, se tiene que el límite máximo de detención
provisional para el caso concreto ha debido ser de veinticuatro meses en ra-
zón de los delitos atribuidos –tráfico ilícito, actos preparatorios, proposición,
conspiración y asociaciones delictivas, posesión y tenencia–. De manera que,
desde la fecha en que se inició el cumplimiento de la detención provisional
–16/09/2013– hasta el momento en que se presentó la solicitud de este hábeas
corpus –24/09/2015– los beneficiados cumplían detención provisional durante
más de veinticuatro meses. Es decir, cuando se promovió el presente proceso,

768
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

los favorecidos habían permanecido detenidos provisionalmente un tiempo su-


perior al límite máximo legal al que se ha hecho alusión.
A ese período debe adicionarse el transcurrido hasta la emisión del fallo
pronunciado el 01/10/2015, que es la fecha en la que el señor Hernán Alberto
R. D. fue puesto en libertad por haber sido absuelto de los delitos por los que
se le procesaba; mientras que el señor Edwar Alexander R. D. fue condenado
por los delitos de tráfico ilícito, actos preparatorios, proposición, conspiración y
asociaciones delictivas y el de posesión y tenencia, por lo que este –a la fecha–
ha continuado privado de su libertad pues aunque la autoridad demandada
ordenó la sustitución de la detención provisional, dicha orden no fue materia-
lizada en razón de que no consta que el imputado haya cumplido con la rendi-
ción de la caución económica que fue determinada como condicionante para la
aplicación de las demás medidas cautelares; siendo inadmisible la continuación
de la detención pues una vez superado su límite máximo legal no existe razón
alguna que justifique su aplicación –en similar sentido sentencia HC 189-2013,
de 4/7/2014‑
Al respecto, debe decirse que esta Sala no es competente para pronunciar-
se sobre la factibilidad del cumplimiento de las medidas cautelares –v. gr. cau-
ción económica– por las cuales fue reemplazada la detención provisional; sin
embargo, se insiste, excedido el plazo máximo de esta última, no hay motivo
que permita que materialmente se siga ejecutando.
Así, al haberse establecido el exceso temporal de la medida cautelar men-
cionada, a partir de los criterios fijados por esta Sala en atención a la norma
que los regula –artículo 8 del Código Procesal Penal–, se colige que la orden
de restricción devino ilegal, habiendo transgredido en consecuencia el derecho
fundamental de libertad física de los señores R. D.
En este punto, conviene aclarar que de la documentación remitida a esta
Sala no consta que la autoridad judicial demandada haya utilizado la habilita-
ción legal de la ampliación del plazo de la detención provisional de conformidad
con el inciso 3° del artículo 8 del Código Procesal Penal, así como tampoco, la
autoridad intimada informó a este tribunal que haya emitido resolución alguna
extendiendo por doce meses más la detención provisional; es por tal razón, que
la vulneración constitucional sobre el derecho de libertad física acá reconocida
se basa en el plazo legal máximo ordinario de los 24 meses dispuestos para los
delitos graves según el inciso 2° del artículo 8 del Código Procesal Penal.
3. En razón de lo expuesto, es preciso determinar los efectos del presente
pronunciamiento.

769
Hábeas Corpus / Sentencias Definitivas

- En relación con el señor Hernán Alberto R. D., se tiene que tanto la auto-
ridad demandada y el abogado Lara Reyes informaron que con fecha uno de
octubre dos mil quince se ordenó su inmediata libertad, por haber sido absuel-
to de los delitos por los cuales se le estaba procesando, por lo que cesó toda
medida restrictiva a su libertad personal.
En ese sentido, dado que la condición jurídica del favorecido ha variado
respecto a la que tenía en el momento de promoverse el presente proceso
constitucional –pues como se determinó el acto sometido a control, es decir la
medida cautelar de detención provisional, ya concluyó–, el efecto de la resolu-
ción que reconoce una vulneración constitucional ya no puede consistir en la
restitución del derecho de libertad; por lo que el señor Hernán Alberto R. D.
debe continuar en la condición jurídica en la que se encuentre.
- En el caso del señor Edwar Alexander R. D., se tiene que la autoridad
demandada advirtió el exceso en el plazo legal de la detención provisional im-
puesta, por lo que la hizo cesar y ordenó la sustitución de la misma por resolu-
ción de fecha 18/09/2015; dicha orden no fue materializada en razón de que
no se ha verificado que el imputado haya cumplido con la rendición de una
caución económica que fue determinada como condicionante para la aplica-
ción de las restantes medidas decididas en dicha diligencia.
Al respecto, la jurisprudencia de esta Sala ha sostenido que en cualquier
etapa del proceso penal, si se ha superado el término máximo previsto en la ley
para el mantenimiento de la detención provisional, la restricción al derecho de
libertad de una persona se vuelve inconstitucional; motivo por el cual, aquella
no puede continuar surtiendo efectos, debiendo cesar la privación ilegítima al
derecho de libertad, y la autoridad a cargo del proceso judicial correspondien-
te debe disponer la adopción de otras medidas cautelares señaladas en la ley
a fin de garantizar el eficaz resultado del proceso penal; es decir, hasta que la
sentencia condenatoria adquiriera firmeza.
En el presente caso, si bien el Juez Especializado de Sentencia “C” de San
Salvador estableció el exceso de la detención provisional del señor R. D. y or-
denó su conclusión, por tanto es ineludible que se materialicen los efectos de
tal pronunciamiento; ello sin perjuicio de que la autoridad competente esté
obligada a resguardar el resultado del proceso penal respectivo.
Sobre este aspecto, se considera que, tal como lo ha reconocido la juris-
prudencia de esta Sala, es el juez que conoce del proceso penal el encarga-
do de determinar las medidas cautelares que permitan garantizar la presencia
del imputado durante el trámite de aquel así como su resultado; sin embargo,
frente a la determinación de la existencia de exceso en el límite máximo legal

770
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

de la medida cautelar de detención provisional debe establecer dentro de las


alternativas legalmente dispuestas la o las medidas que corresponderá aplicar
al imputado para cumplir con los fines indicados.
En ese sentido, la atribución del juez penal de utilizar cualquiera de las me-
didas prescritas dentro del catálogo contenido en la legislación procesal penal
aplicable, no implica, que pueda aplicarse una de cuyo cumplimiento se haga
depender la puesta en libertad del procesado, ya que para considerar que se
ha reparado la vulneración constitucional que representa mantener a una per-
sona cumpliendo detención un tiempo superior al legalmente establecido, se
debe garantizar que efectivamente la condición del imputado respecto de su
libertad sea modificada –ver resolución de HC 163-2014 de fecha 19/09/2014–.
En ese sentido, el reconocimiento realizado por esta Sala únicamente pue-
de generar la cesación de la restricción al derecho de libertad física que actual-
mente padezca el beneficiado y sometida a control, pues es la consecuencia
natural de la expiración del plazo legal señalado para ello, lo que implica que,
en procura de los otros intereses en juego en el proceso penal, la autoridad
judicial competente está obligada a analizar la adopción de alguna o algunas
de las otras medidas cautelares señaladas en la ley –como se dijo, diversas a la
provisional por ser inconstitucional, que permitan proteger el eficaz resultado
del proceso penal correspondiente–.
En relación con ello, debe indicarse que, como está determinado en la le-
gislación procesal penal aplicable y se ha reconocido en jurisprudencia de este
tribunal, es atribución de las autoridades penales –y no de este tribunal, con
competencia constitucional– emitir, a partir de la valoración de los elementos
que obran en el proceso que está a su cargo, las decisiones correspondientes
que aseguren las resultas del mismo y la vinculación del imputado a dicho pro-
ceso.
Además debe señalarse que cualquier otra restricción al derecho de liber-
tad personal que enfrente la persona beneficiada en razón de otros procesos
penales no deberá verse modificada por esta decisión, en tanto lo controlado
en esta sede y reconocido inconstitucional es la medida cautelar de detención
provisional decretada por los delitos de tráfico ilícito, actos preparatorios, pro-
posición, conspiración y asociaciones delictivas y el de posesión y tenencia, pro-
ceso penal del cual conoce el Juzgado Especializado de Sentencia “C” de San
Salvador, según referencia 24-C-2015-3/4.
Por las razones expuestas y de conformidad con los artículos 11 inciso 2°,
12, 13, 15 de la Constitución; 7 y 8.2 de la Convención Americana sobre Dere-

771
Hábeas Corpus / Sentencias Definitivas

chos Humanos; 9.3 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos; esta
Sala RESUELVE:
1. Declárase ha lugar al hábeas corpus promovido por el abogado Oscar Al-
berto Lara Reyes a favor de los señores Edwar Alexander y Hernán Alberto
ambos de apellidos R. D., por haber existido inobservancia del principio de
legalidad y vulneración al derecho a la presunción de inocencia y libertad,
por parte del Juzgado Especializado de Sentencia “C” de San Salvador, al
permitir la continuidad del plazo legalmente dispuesto para el manteni-
miento de la medida cautelar de detención provisional.
2. Continúe el señor Hernán Alberto R. D. en la condición jurídica en que se
encuentre, por haber cesado el acto de restricción declarado inconstitu-
cional.
3. Ordénase a la autoridad demandada, o aquella que tenga a cargo el proce-
so penal seguido en contra del señor Edwar Alexander R. D., que de mane-
ra inmediata determine si es procedente ampliar el plazo de la medida cau-
telar de detención y, en caso negativo, establezca la condición jurídica en
la que el favorecido enfrentará el proceso penal en su contra, a efecto de
garantizar los fines del mismo, con el objeto de definir la situación jurídica
de aquel respecto a la imputación que se le hace. En caso de no tener ya el
proceso penal, disponga la realización de las actuaciones legales necesarias
para hacer cumplir este fallo.
4. Notifíquese.
5. Archívese.
F. MELENDEZ---J. B. JAIME---E. S. BLANCO R---R. E. GONZALEZ.---PRONUN-
CIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E. SOCORRO
C.---SRIA.---RUBRICADAS.

64-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las once horas con cincuenta y cinco minutos del día cinco de
febrero de dos mil dieciséis.
El presente proceso constitucional de hábeas corpus fue promovido en con-
tra del Director del Centro Penitenciario de Seguridad de Zacatecoluca y el área
médica de dicho centro penal, por el señor José Ivan M. C.
Analizado el proceso y considerando:
I. El peticionario en su escrito de inicio reclama:

772
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

1. Que en virtud de tener problemas de salud, entre estos, ser hipertenso,


su dieta fue cambiada a una “hiposódica”, sin embargo, refiere que en algunas
ocasiones no recibe de forma injustificada, la porción de comida que le corres-
ponde; y en otras, no se la proporcionan.
2. No obstante tenía programada una cirugía en su garganta, las autorida-
des penitenciarias censuraron su salida al centro hospitalario donde esta debía
practicarse y cuando pregunta al respecto, solo le responden “pendiente”. Por
lo anterior, refiere que interpone queja judicial de conformidad a lo estableci-
do en el artículo 45 de la Ley Penitenciaria.
II. Conforme a la Ley de Procedimientos Constitucionales se nombró juez
ejecutor a Eliseo Antonio Pérez Pérez, quien de forma detallada, en cuanto a
lo reclamado señaló: “...Con respecto al estado de salud del solicitante se pudo
verificar según la información que consta en el expediente clínico que se le han
realizado una serie de exámenes clínicos (...) el paciente actualmente posee
un diagnóstico de estrechez de cuerdas bucales el cual está siendo manejado
por un médico otorrinolaringólogo (...) En cuanto al tipo de ración alimenticia
(...) en la visita que realizó el suscrito [señaló que verificó el momento en los
reclusos recibían su almuerzo] (...) la alimentación es la misma que reciben los
demás reos la cual consiste generalmente en: arroz, carne, refresco y dos tor-
tillas (...) situación confirmada por el jefe de la clínica médica de dicho centro
penitenciario (...) el estado nutricional se pudo determinar que el solicitante
está dentro de los niveles aceptables tanto en su peso como en su talla ya que
según consta en el expediente clínico (...) se estableció un peso de 190 libras
equivalente a 86 kilos lo que lleva a la conclusión que el reo no presenta indi-
cios de desnutrición ni de sobrepeso según expediente clínico (...) en cuanto a
[la] estrechez de las cuerdas vocales (...) se han hecho una serie de gestiones
con la finalidad de tratar esta situación sin embargo, por diferentes hechos
acecidos no se ha podido realizar satisfactoriamente las gestiones necesarias
para la intervención quirúrgica (...) estando solo en control de dicha afección
y esperando solo la programación que dé el Hospital Nacional Rosales para la
programación de cirugía...”
Concluyó: “...del análisis realizado a la documentación presentada (...) se
observa que se ha dado seguimiento a los problemas de salud presentados por
los encargados a tal grado de hacer gestiones para realizar cirugía (...) estando
pendiente de su estado nutricional (...) teniendo como obstáculos para lograr
conseguir las respectivas citas la saturación del sistema público de salud, lo cual
no es imputable a las autoridades intimadas (...) teniendo como una solución
estar a la espera de la programación por parte de las autoridades competentes

773
Hábeas Corpus / Sentencias Definitivas

(...) la situación antes mencionada se ve evidenciada en el reporte realizado por


C. M. M. C. en su carácter de médico del centro penitenciario y así como por
el reconocimiento médico forense de evaluación médica realizada (...) que se
encuentran agregados a la certificación que se anexa (...) en conclusión (...) se
considera que no ha existido vulneración del Derecho Constitucional (...) a la
Salud del reo José Iván M. C....” (sic).
A su informe adjuntó los pasajes del proceso penal que le fueron requeri-
dos.
III. El Director del Centro Penitenciario de Seguridad de Zacatecoluca me-
diante oficio SDT-0737-2015 de fecha 15/6/2015 remitió informe en el que se-
ñaló en cuanto los reclamos expuestos, que al interno se le prescribió dieta
hiposódica, pero que por su mejoría en su estado de salud desde el mes de abril
tiene dieta corriente.
Señala que la comida viene supervisada en sus porciones por un nutricio-
nista del centro penitenciario, quien verifica las porciones “a fin de producir el
resultado nutritivo y necesario para el organismo de los internos”. Indica que
existe un personal de custodia, que supervisa el reparto de alimentos en cada
sector, y si algún interno decide no tomar sus alimentos por algún motivo, es
reportado para conocimiento de la administración.
Por otra parte, refirió que el ahora favorecido ha estado en consultas con
el Hospital Nacional Rosales por su padecimiento de la garganta, y que tiene
pendiente la cirugía pues el 30/6/2014 se le trasladó para la toma de “epop”
para ser intervenido, pero debido a que en esa fecha el referido nosocomio
no estaba brindando citas para ese mismo año, sino hasta el 2015 debido a la
saturación de pacientes, se le programó cita para el mes de julio de 2015, en la
cual se determinará si será o no sometido a cirugía.
Afirmó que mientras tanto el procesado ha sido asistido por su padecimien-
to en la clínica del centro penitenciario.
IV. Resulta imprescindible referirse a la construcción jurisprudencial instau-
rada por este tribunal a partir de la resolución HC 164-2005/79-2006 Ac. de
fecha 9/3/2011, en la que se enfatizó que el hábeas corpus es el mecanismo
idóneo para proteger a las personas detenidas de actuaciones u omisiones que
atenten contra su dignidad en relación con su integridad. Además, se sostuvo,
la protección de la salud de los internos tiene una vinculación directa con la
integridad.
Y es que, en el caso de las personas que enfrentan restricción y respecto de
las que se reclama la inconstitucionalidad de las condiciones del cumplimiento
de su privación de libertad por afectaciones a diversos derechos –entre ellos

774
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

la salud– que a su vez menoscaben la integridad, lo que deberá determinarse


según las particularidades de cada caso.
Sobre la temática abordada cabe citar lo dispuesto en tratados internacio-
nales suscritos por El Salvador, entre ellos el Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos el cual, en su artículo 10, establece que las personas privadas
de libertad serán tratadas humanamente; y la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, que reconoce el derecho al respeto a la integridad física,
psíquica y moral de las personas que se encuentran detenidas (artículo 5).
Así también es importante referirse al principio X de los Principios y Bue-
nas Prácticas sobre la Protección de las Personas Privadas de Libertad en las
Américas, aprobados por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos
el día trece de marzo de dos mil ocho, que indica que las personas privadas de
libertad tienen derecho a la salud, entendida como el disfrute del más alto nivel
posible de bienestar físico, mental y social, que incluye, entre otros, la atención
médica, psiquiátrica y odontológica adecuada; la disponibilidad permanente
de personal médico idóneo e imparcial así como el acceso a tratamiento y me-
dicamentos apropiados y gratuitos.
Dicho principio también señala que el Estado debe garantizar que los servi-
cios de salud proporcionados en los lugares de privación de libertad funcionen
en estrecha coordinación con el sistema de salud pública.
Es por ello que la protección a la integridad y a la salud de las personas
detenidas no solo está reconocida de forma expresa en una disposición cons-
titucional (art. 65) sino también a través de normas de derecho internacional
que El Salvador debe cumplir de buena fe.
V. 1. De la documentación agregada a las presentes diligencias, remitidas
a esta sala por el juez ejecutor designado y por la autoridad demandada; se
tiene:
Efectivamente el interno al momento de promover el habeas corpus el
22/1/2015, tenía prescrita dieta “hiposódica” la cual fue cambiada posterior-
mente a corriente, por encontrarse estable de salud, ello según se advierte
en solicitud de dieta emitida el 13/4/2015, y consulta médica en la clínica del
centro penitenciario –en el que se encuentra recluido el interno– de esa misma
fecha, en la que también se señala el cambio de dieta a corriente. Folios 41 y 61.
Consta también reconocimiento médico forense emitido el 20/2/2015 –fe-
cha cercana a la de la promoción de este proceso– por la doctora I. E. R. C., en
el que se determina: “Paciente con diagnóstico de estrechez de cuerdas bucales
e hipertensión arterial (...) el paciente iba a ser operado de las cuerdas bucales
por el otorrinolaringólogo, pero ya no lo operaron porque el día dela cirugía

775
Hábeas Corpus / Sentencias Definitivas

el Hospital Nacional Rosales estaba en huelga (...)diagnóstico de hipertensión


arterial el cual está siendo manejado adecuadamente (...) se está dando cum-
plimiento a sus citas médicas...”folio 39.
Asimismo, se encuentra agregado “Hoja de Seguimiento Médico” emitido
por el doctor C. M. M. C., médico de dicho reclusorio y en el que describe los pa-
decimientos y tratamientos del interno antes de la promoción de este proceso,
así se refiere: “...10-12-13 fue llevado con otrorrino por problemas de cuerdas
bocales y recomienda que no fuerza la voz para evitar llegar a una cirugía (...)
21-3-2014 fue evaluado nuevamente por otorrino (...) 22-4-14 evaluado por mé-
dico otorrino del hospital rosales quien lo evaluó y deja exámenes y también
refiere que lo va a operar de la garganta pero realizara estudios previos (...)
30-6-14 programado (...) para realizar epop para ser operado por otorrino la-
ringólogo, considerando la cita del hospital rosales (...) paciente esta en control
médico con Otorrinolaringología en Hospital Nacional Rosales...”(sic).
Indicó, que en la red nacional las citas “son de tiempo prolongado progra-
madas según sistema propio de cada nosocomio”, y específicamente en hospi-
tal mencionado las citas son “más tardadas” dado que atiende a nivel nacional,
afirmó que en razón de ello, dicho centro penal le da prioridad a las citas en ese
hospital, en caso de que se suscite la concurrencia de dos con un especialista
de un hospital diferente, y también porque por el padecimiento de las cuerdas
bucales, a veces el paciente “pierde la voz” señaló que éste continua en control
con otorrinolaringología, “estando a la espera de programación de cirugía de
las cuerdas vocales, según calendarización del Hospital Rosales...” (sic). Folios
35 y 36.
Se tienen también las consultas efectuadas por el favorecido en la clínica
del centro penitenciario en el cual cumple privación, en esta se advierte con-
sultas por dolor de garganta, y que tenía prescrita dieta hiposódica pero por
mejoría en su estado de salud se le refirió a corriente, folios 58 y 61. Según
consultas que constan, el interno ha oscilado en un peso de 202 a 190 libras.
Ahora bien, en cuanto al reclamo relativo a que el interno tiene una dieta
especial dado su padecimiento, la cual asevera, en algunas ocasiones no se le
proporciona de forma completa y en otras no se le brinda, esta sala debe in-
dicar que de lo que pudo constatar el juez ejecutor designado por esta sala
al momento de la intimación, este informó que el interno recibe la misma ali-
mentación que los demás –dado que a ese momento ya no estaba con dieta
especial– es decir, en igual proporción; y que según el reconocimiento médico
forense efectuado, el estado de salud del interno es estable, de manera que,
no es posible advertir una incidencia en el derecho de integridad física del favo-

776
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

recido, a partir de las supuestas descompensaciones en las porciones de comi-


da, o su falta total, en algunas ocasiones, que señala han acontecido.
Entonces, el peritaje realizado al favorecido, que ha sido reseñado, no evi-
dencia ningún detrimento en la salud de éste en razón de tal aspecto, siendo
que el examen mencionado le fue realizado al interno a menos de un mes de
haberse promovido este proceso.
Así, a partir de lo expresado no es posible determinar una vulneración cons-
titucional vinculada con el derecho a la salud de aquel, no existiendo ningún
respaldo médico sobre ello; de ahí, que respecto a tal aspecto deberá desesti-
marse.
Con relación al reclamo que resta, relativo a que no se le traslada a citas
médicas con el especialista para que se le realice una cirugía de garganta, es
de indicar, que efectivamente, el favorecido, según el reconocimiento médico
forense y consta en el expediente del mismo que tiene “estrechez de cuerdas
bucales”, teniendo pendiente cirugía.
Al respecto, en el informe de seguimiento médico, emitido por el galeno
del centro penitenciario, dicho interno lleva su control por su patología con un
especialista en el área de otorrinolaringología del Hospital Nacional Rosales,
control que no ha sido de forma continua ya que la red nacional hospitalaria
tiene su propia programación de citas, según se refiere en el aludido documen-
to y son de intervalos prolongados entre una y otra. Lo anterior también ha
sido afirmado por el director del reclusorio indicado en su informe de defensa
rendido a esta sala, pues éste ha aseverado que al procesado se le ha estado
llevando a su control médico con el especialista en dicho nosocomio, pero que
los cupos de las citas son distanciados.
Esto es concordante con lo dispuesto por el médico forense en el recono-
cimiento efectuado, pues señaló que: “no le realizaron la cirugía porque ese
día el Hospital Nacional Rosales estaba en huelga”. A ello, debe agregarse que
constan oficios de referencia para la especialidad de otorrinolaringología, emi-
tidas por el médico del centro penal y gestiones para tramitar citas.
De manera tal, que según puede verificar esta sala, la omisión de realiza-
ción de la cirugía es una situación no atribuible a las autoridades penitenciarias
relacionadas, sino a cuestiones que trascienden a los hechos expuestos en este
proceso constitucional, y que no pueden ser analizadas desde la perspectiva
planteada, pues lo que sí consta es que se han hecho las gestiones correspon-
dientes, de acuerdo a sus facultades legales, de parte de las autoridades de-
mandadas para que la referida intervención quirúrgica se realice, y dado que
ha sido un proceso prolongado la programación de tal cirugía, se le ha brinda-
do atención médica en la clínica del centro penal, no advirtiéndose, a partir de

777
Hábeas Corpus / Sentencias Definitivas

lo consignado en el reconocimiento médico relacionado, una desmejora en su


salud en razón de ello.
En consecuencia, sobre este aspecto también deberá desestimarse, y por
tanto la medida cautelar decretada en este proceso deberá hacerse cesar; lo
anterior, sin perjuicio de que la autoridad siga brindando al favorecido el tra-
tamiento necesario y procurar que se realice la cirugía que a éste le ha sido
indicada, de ser aun lo procedente, según criterio médico, debiendo informar a
esta sala cuando se haya efectuado dicha cirugía, de ser el caso.
Por todo lo expuesto y de conformidad con los artículos 11 inciso 2° y 65
de la Constitución, 10 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y
5 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos; esta Sala RESUELVE:
1. Declárase no ha lugar al hábeas corpus solicitado a su favor por José Ivan M.
C., por haberse determinado la inexistencia de una vulneración constitucio-
nal a su integridad física, por parte del Director del Centro Penitenciario de
Seguridad de Zacatecoluca y el encargado del área médica de tal recluso-
rio. En consecuencia cese la medida cautelar impuesta.
2. Ordénase al Director del Centro Penitenciario de Seguridad de Zacateco-
luca y al Médico de la clínica de dicho centro penitenciario, que continúen
realizando –como a la fecha, según se ha informado– las gestiones necesa-
rias para asegurar que el favorecido obtenga el tratamiento necesario para
los padecimientos diagnosticados, ya sea en el mismo centro penitenciario
en el cual se encuentra recluido o en la red hospitalaria nacional, llevándo-
le, si es lo pertinente según criterio médico, a que se le realice la cirugía que
tiene indicada y se encuentra pendiente, al recibo de esta decisión; asimis-
mo, que se le brinde, de ser lo procedente y dejando constancia de ello, la
alimentación que se le prescriba.
3. Notifíquese, según el procedimiento determinado en el presente proceso.
4. Archívese oportunamente
---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME---E. S. BLANCO R.---PRONUNCIADO POR LOS
SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E. SOCORRO C.---SRIA.---RUBRI-
CADAS.

277-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las doce horas con treinta y siete minutos del día diez de febre-
ro de dos mil dieciséis.

778
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

El presente proceso de hábeas corpus ha sido promovido a su favor por la


señora Elsa Cristina L. C. procesada por el delito de agrupaciones ilícitas, contra
omisiones del Juzgado Especializado de Sentencia de Santa Ana y de la Sala de
lo Penal.
Analizado el proceso y considerando:
I. La peticionaria afirma que se decretó la medida cautelar de detención
provisional en su contra el 5/3/2012 y que en audiencia de vista pública cele-
brada en el Juzgado Especializado de Sentencia de Santa Ana –sin especificar
fecha– se le condenó a la pena de tres años de prisión.
A ese respecto, sostiene que “... hasta la presente fecha solo cuento con
el fallo  dispositivo no así con la sentencia física para la interposición de cual-
quier recurso que flanquea la ley, desconociendo el estado de mi proceso o
a que instancia se encuentra, por cuanto la detención provisional ha vencido
se vuelve necesario que [e]l Juez [d]e Sentencia [d]e Santa Ana, (...) resuelva
únicamente la situación de la detención provisional que es la medida impuesta
sobre mí, mientras se resuelven los recursos interpuestos por las demás partes
intervinientes en el proceso. (...)
[Al] día de hoy (...) y estando pronto a cumplir mi pena impuesta en prisión
sosteniendo la ilegalidad de la detención provisional sin una sentencia firme
por escrito debidamente notificada a mi persona teniendo únicamente el fallo
dispositivo condenatorio; y como lo he mencionado anteriormente pronto a
cumplir la totalidad de mi pena sin sentencia firme a[ú]n (...)
Al hacer un cómputo del tiempo en que he pasado detenida se advierte
que se ha excedido el plazo legal dispuesto para el mantenimiento de la deten-
ción provisional, establecido en el Art. 8 CCP. Lo anterior en virtud que la ex-
tensión del tiempo de la detención provisional venció el veintiocho de febrero
del presente año, transcurriendo más de tres años en una detención ilegal (...)
A partir de dicha fecha la detención provisional ordenada no ha sufrido
ninguna modificación, a lo largo de las distintas etapas del proceso penal (...)
[Y] juntamente con la negativa de llevar [a cabo] la celebración de la au-
diencia especial de revisión de medidas en la que únicamente se discutirá la de-
tención provisional misma que es por disposición de ley el verificar la detención
provisional que se encuentra cada uno de los procesados en las [ó]rdenes de
los juzgados, oficiosamente deben de cerciorarse revisar y discutir la necesidad
de sostener la detención provisional, misma que no acat[ó] el Juzgado Especia-
lizado de Sentencia de Santa Ana (...)
[L]a ciudadana ha por cumplir veinticuatro meses de estar en detención
provisional, sin que a la fecha se haya modificado la misma y sin tener, m[á]s

779
Hábeas Corpus / Sentencias Definitivas

que el fallo dispositivo sin contar con la sentencia física debidamente notificada
y fundada mi sentencia, para impugnar la misma por los medios establecidos
por la ley por la condena que se me impuso de tres años por el delito de Agru-
paciones Ilícitas...”(sic).
II.- Conforme lo dispone la Ley de Procedimientos Constitucionales se pro-
cedió a nombrar jueza ejecutora a la licenciada María Guadalupe Pérez Gon-
zález, quien manifestó que “...Habiéndose expirado el plazo máximo de la de-
tención provisional, que para el caso en concreto es de veinticuatro meses; por
haber sido detenido a las diecisiete horas del día veintinueve de febrero del año
dos mil doce. Y excediéndose el plazo a partir del veintinueve de febrero del
año dos mil catorce (...) Póngase en Libertad a la Señora Elsa Cristina L. C....”
(mayúsculas y negritas suprimidas)(sic.).
III.- El Juzgado Especializado de Sentencia de Santa Ana en el presente há-
beas corpus, mediante oficio número 2738 de fecha 08/10/2015 remitió infor-
me en el que manifestó que “...se le realizó Vista Pública el día treinta de abril
de dos mil catorce; emitiéndose un fallo condenatorio para la imputada antes
detallada a cumplir la pena principal de cuatro años de prisión (...) la señora L.
C. fue detenida el veintinueve de febrero de dos mil doce, realizando la audien-
cia, realizando la audiencia especial de imposición de medida el Juez Instructor
Especializado, el día cinco de marzo de dos mil doce, en donde se le impuso la
medida cautelar de la detención provisional (...) sentencia que sí se le notificó a
dicha imputada con fecha uno de agosto del año dos mil catorce, en donde la
imputada recibió una copia de la misma, dejando sus huellas dactilares y su fir-
ma para constancia, sentencia de la cual se interpuso recurso de apelación, de
una de las imputadas juzgada por la suscrita, remitiéndose el mismo a la Cáma-
ra Especializada de lo Penal, informando la misma posteriormente que de dicha
causa se interpuso recurso de casación, por lo que el proceso penal en comento
ya no se encuentra en este Juzgado...” (mayúsculas y negritas suprimidas)(sic.).
Posteriormente, a solicitud de esta Sala, el Juzgado Especializado de Sen-
tencia de Santa Ana remitió otro informe por medio de oficio número 165 de
fecha 20/01/2016 en el que agregó que el recurso de apelación fue declarado
inadmisible por resolución del 03/03/2015, de la cual se interpuso recurso de
casación el cual fue declarado inadmisible con fecha 12/10/2015; por lo que
la Cámara Especializada de lo Penal de San Salvador declaró ejecutoriada la
respectiva sentencia mediante resolución emitida a las diez horas cincuenta
minutos del día veintinueve de octubre de dos mil quince. Siendo que el pro-
ceso penal fue recibido en dicha sede judicial el 29/10/2015, emitiéndose las
respectivas certificaciones de ley, siendo que la favorecida se encuentra a la

780
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

orden del Juzgado Primero de Vigilancia Penitenciaria y de Ejecución de la Pena


de Santa Ana.
IV. La Sala de lo Penal por medio de oficio sin número de fecha 20/01/2016
informó que “... el proceso bajo la referencia 219C2015, instruido contra Elsa
Cristina L. C., y Otras, procesada por el ilícito penal calificado como Agrupacio-
nes Ilícitas (...) ya cuenta con resolución debidamente notificada a las partes
acreditadas, en razón del recurso de casación interpuesto por la imputada Ade-
lina Guadalupe A. Z.; tal como consta en el sistema informático de seguimien-
to de casos que lleva esta Secretaría. En tal sentido, la situación jurídica de la
sindicada L. C. ha variado, puesto que dicho fallo se encuentra firme...” (sic.).
V. En la certificación del expediente judicial con referencia 227-02-2013, re-
mitido a esta Sala, se tiene –en lo pertinente– lo siguiente:
Sentencia de las dieciséis horas veinte minutos del día treinta de abril de dos
mil catorce, en la que consta que la señora Elsa Cristina L. C. fue condenada a
cuatro años de prisión por el delito de agrupaciones ilícitas.
Acto procesal de comunicación, de las once horas diez minutos del día uno
de agosto de dos mil catorce, en la que se verifica que el notificador hizo entre-
ga de la copia de la sentencia definitiva y para constancia firmó y dejó impresa
sus huellas dactilares.
Recurso de apelación interpuesto contra la sentencia condenatoria por la
señora Adelina Guadalupe A. Z.
Resolución de la Cámara Especializada de lo Penal de fecha dieciocho de
mayo de dos mil quince por medio del cual se confirmó la sentencia definitiva
condenatoria recurrida.
Resolución de la Sala de lo Penal de las ocho horas con quince minutos del
día doce de octubre de dos mil quince, por medio del cual se declara inadmisi-
ble el recurso de casación promovido por parte de la señora Adelina Guadalu-
pe A. Z.
Auto de las diecisiete horas del día veintinueve de octubre de dos mil quin-
ce por medio del cual el Juzgado Especializado de Sentencia de Santa Ana,
declaró firme la sentencia condenatoria dictada en contra de la señora L. C.,
quedando a la orden del Juzgado Primero de Vigilancia Penitenciaria y de Eje-
cución de la Pena de Santa Ana.
VI.- Así, reseñado lo anterior, se constata que a la fecha de presentación de
la solicitud del presente proceso de hábeas corpus –11/09/2015–, la sentencia
condenatoria ya había sido notificada a la señora L. C. pues según se ha verifi-
cado de la certificación del proceso penal la copia de la sentencia fue entrega-
da a la favorecida el día 01/08/14.

781
Hábeas Corpus / Sentencias Definitivas

En vista de lo anterior, es preciso señalar que la jurisprudencia de esta Sala


ha reiterado que para proceder al análisis constitucional de un asunto, debe
establecerse si al momento de plantearse la pretensión, el acto reclamado está
produciendo agravios en la esfera jurídica del favorecido, pues si al iniciarse el
proceso, el acto cuestionado ya no sigue surtiendo efectos, el agravio deviene
en inexistente, y ello viciaría la pretensión, debiendo sobreseerse al respecto –v.
gr. resolución de HC 205-2008 de fecha 16/06/2010–.
Ello, como ha sido señalado en la jurisprudencia de este tribunal, dado que,
de conformidad al inc. 2° del art. 11 de la Constitución: “La persona tiene dere-
cho al hábeas corpus cuando cualquier individuo o autoridad restrinja ilegal o
arbitrariamente su libertad. También procederá el hábeas corpus cuando cual-
quier autoridad atente contra la dignidad o integridad física, psíquica o moral
de las personas detenidas”. Por tanto, el planteamiento de la pretensión en
el proceso de hábeas corpus debe revelar afectaciones a la esfera jurídica del
favorecido con el proceso constitucional, específicamente respecto al derecho
de libertad física o en la dignidad o integridad física, psíquica o moral; deriva-
das de una actuación u omisión de alguna autoridad o particular; así, en el su-
puesto de emitirse una decisión estimatoria, se hagan cesar dichas incidencias,
restableciéndose –si fuere el caso– tales categorías jurídicas –v. gr. resolución
de HC 176-2007 de fecha 15/01/2010–.
En ese orden, en el presente hábeas corpus se ha determinado que, al re-
querirse el control constitucional de la falta de notificación de la sentencia con-
denatoria, según el informe de la autoridad demandada y lo constatado en
el expediente penal, el acto de comunicación de la sentencia condenatoria se
había realizado aproximadamente trece meses antes de la presentación del
escrito de hábeas corpus.
Es así, que el acto reclamado –la falta de notificación de la sentencia con-
denatoria– había perdido sus efectos y no incidía en su esfera jurídica, com-
probando así la falta de actualidad en el agravio alegado a partir del acto re-
clamado; consecuentemente, es procedente finalizar de manera anormal este
proceso constitucional.
VII.- Otra de las pretensiones de la solicitante es sobre la “negativa de llevar
a cabo la celebración de la audiencia especial de revisión de medidas” la cual
debe realizarse de forma oficiosa –según afirma– por disposición de ley.
Sobre este aspecto, cabe destacar que en el artículo 307 del Código Pro-
cesal Penal derogado se disponía el examen obligatorio de la medida cautelar
de detención provisional a señalar de oficio por el juez cada tres meses; dicho
mandato constituía una obligación del juez o tribunal que se encontraba co-

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Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

nociendo del proceso penal que no podía ser soslayada. Por lo que la revisión
oficiosa de la medida cautelar era un mandato por disposición de ley.
Mientras que en la actual normativa procesal penal, los artículos 343 y 344
regulan la forma en que dicho mecanismo debe llevarse a cabo, y señalan que
la audiencia de revisión de medidas cautelares puede ser solicitado por cual-
quiera de las partes en cualquier estado del proceso penal. Para su celebración
se citará a todas las partes y se llevará a cabo con aquellos que concurran a la
misma.
Es decir, se trata de una audiencia oral y pública para verificar la continua-
ción o cesación de los elementos fácticos y/o jurídicos que fundamentaron la
imposición de una o de varias medidas cautelares y que si bien deben ser con-
vocadas todas las partes, la diligencia puede llevarse a cabo a pesar de que no
concurran todas ellas –véase resolución de HC 47-2007 de fecha 29/6/2011–.
Ahora bien, a partir del estudio de la documentación remitida para ser
agregada al presente expediente de hábeas corpus, se puede determinar que
es la actual normativa procesal penal la que rige el trámite del proceso que se le
sigue a la señora L. C.; de ahí que, el planteamiento de la peticionaria orientado
a que la autoridad judicial tiene la obligación por mandato de ley de revisar
de oficio la medida cautelar de detención provisional carece de trascendencia
constitucional, porque –como se ha dispuesto en otros casos– está sustentado
en una errónea interpretación de la solicitante con la normativa procesal que
alega; pues en la normativa vigente no se contempla la revisión oficiosa de la
medida cautelar, con lo cual, no es posible identificar un alegato vinculado a
una actuación susceptible de generar una vulneración a su derecho de libertad,
por lo que resulta jurídicamente imposible su continuación debiendo finalizar-
se el mismo por medio de la figura del sobreseimiento –v. gr., resolución HC
294-2013 del 29/01/2014–.
En virtud de lo anterior, y por carecer el planteamiento de contenido consti-
tucional, el cual no permite un análisis de fondo respecto del asunto propuesto,
de conformidad con el art. 31 de la Ley de Procedimientos Constitucionales,
deberá sobreseerse el presente proceso constitucional, aclarándose que di-
cho proveído no tiene incidencia alguna en el proceso penal, ni en la situa-
ción jurídica actual de la beneficiada (v. gr. resolución de HC 98-2009 de fecha
01/07/2011).
VIII.- 1. A. En cuanto a los términos de la pretensión propuesta, referida al
supuesto exceso del límite máximo de la detención provisional en que se en-
cuentra la ahora favorecida, esta sala ha establecido parámetros generales que
orientan la determinación de la duración de la detención provisional y así ha

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Hábeas Corpus / Sentencias Definitivas

señalado que esta: a) no puede permanecer más allá del tiempo que sea nece-
sario para alcanzar los fines que con ella se pretenden; b) no puede mantener-
se cuando el proceso penal para el que se dictó ha finalizado y c) nunca podrá
sobrepasar la duración de la pena de prisión señalada por el legislador para el
delito atribuido al imputado y que se estima, en principio, es la que podría im-
ponerse a este; d) tampoco es posible que esta se mantenga una vez superado
el límite máximo temporal que regula la ley (ver resoluciones HC 145-2008R,
75-2010 y 7-2010, de fechas 28/10/2009, 27/7/2011 y 18/5/2011, entre otras).
B. También es de hacer referencia, a los aspectos que sirven para determi-
nar la duración de la medida cautelar de detención provisional y para ello hay
que acudir a lo dispuesto en el artículo 8 del Código Procesal Penal, que señala
los límites temporales máximos de la misma: 12 y 24 meses, para delitos me-
nos graves y graves, respectivamente. Lo anterior sin perjuicio de la excepción
consignada en el inciso 3° de tal disposición legal, que permite la posibilidad
de ampliar el plazo de la detención provisional para los delitos graves por un
período de doce meses más, durante o como efecto del trámite de los recursos
de la sentencia condenatoria y mediante resolución debidamente fundada; sin
embargo, la existencia de tales límites no implica una habilitación para las dis-
tintas autoridades que conocen de los procesos penales de irrespetar los plazos
dispuestos para el trámite de los mismos y llevar estos, de manera injustificada,
a prolongarse hasta aquellos extremos, sino que la disposición legal relaciona-
da lo que determina es que bajo ninguna circunstancia la detención provisional
dispuesta en un proceso penal, podrá mantenerse más allá de los tiempos ahí
dispuestos.
Además, la superación del límite máximo de detención dispuesto en la ley,
en inobservancia del principio de legalidad reconocido en el artículo 15 y, es-
pecíficamente en relación con las restricciones de libertad, en el artículo 13,
genera una vulneración a la presunción de inocencia, artículo 12, y a la libertad
física, artículo 2 en relación con el 11, todas disposiciones de la Constitución.
C Dichos parámetros, a los que debe atenerse la autoridad correspondiente
para enjuiciar la constitucionalidad de la duración de la medida cautelar más
grave que reconoce la legislación, no solamente están dispuestos en nuestra
Constitución y en la ley, sino también son exigencias derivadas de la Conven-
ción Americana sobre Derechos Humanos, tratado internacional suscrito y ra-
tificado por El Salvador, a las cuales se ha referido la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, que ha ido construyendo paulatinamente un estándar al
que se asimila el que ha tenido desarrollo en la jurisprudencia constitucional
salvadoreña, en materia de hábeas corpus.

784
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

El referido tribunal regional ha establecido, en síntesis, que: a) existe una


obligación estatal de no restringir la libertad del detenido más allá de los lí-
mites estrictamente necesarios para asegurar que no impedirá el desarrollo
eficiente de las investigaciones y que no eludirá la acción de la justicia; b) nadie
puede ser privado de libertad sino de acuerdo a lo dispuesto en la ley; c) debe
garantizarse el derecho de la persona a ser juzgada en un plazo razonable o
a ser puesta en libertad, en cuyo caso el Estado podrá limitar la libertad del
imputado por otras medidas menos lesivas que aseguren su comparecencia al
juicio, distintas a la privación mediante encarcelamiento –derecho que a su vez
obliga a los tribunales a tramitar con mayor diligencia y prontitud los procesos
penales en lo que el imputado esté detenido–; y finalmente, que cuando la ley
establece un límite máximo legal de detención provisional, luego de él no pue-
de continuar privándose de libertad al imputado –ver al respecto sentencias de
los casos Suárez Rosero contra Ecuador, de 12/11/1997, Instituto de Reeduca-
ción del Menor contra Paraguay, de 2/9/2004, y Bayarri contra Argentina, de
30/10/2008–.
2. Expresados los anteriores fundamentos jurisprudenciales ha de pasarse
al estudio del caso propuesto.
De acuerdo a los pasajes del proceso remitidos a este tribunal para ser in-
corporados a este expediente, así como de lo informado por la autoridad de-
mandada, se puede constatar que a la señora L. C. se le decretó detención
provisional en la audiencia especial de imposición de medida cautelar celebra-
da en el Juzgado Especializado de Instrucción de Santa Ana el día 05/03/2012,
medida que se mantuvo hasta la celebración de la vista pública en el Juzgado
Especializado de Sentencia de Santa Ana el 30/04/2014 , diligencia en la que
se emitió un fallo condenatorio en contra de la señora L. C. por el delito de
agrupaciones ilícitas, y se ordenó que continuara en la detención en la que se
encontraba hasta la firmeza de dicha decisión.
Posteriormente una de las condenadas recurrió en apelación y la Cámara
Especializada de lo Penal mediante resolución de fecha 03/09/2015 lo declaró
inadmisible; siendo que de esta decisión se recurrió en Casación y, las diligen-
cias fueron recibidas en la Sala de lo Penal de esta corte el 01/07/2015, siendo
que por resolución del 12/10/2015 declaró inadmisible dicho medio impugnati-
vo, declarándose firme la sentencia condenatoria el 29/10/2015.
Relacionado lo que precede y tomando en cuenta lo establecido en el ar-
tículo 8 del Código Procesal Penal, se tiene que el límite máximo de detención
provisional para el caso concreto ha debido ser de veinticuatro meses en razón
del delito atribuido –agrupaciones ilícitas–. De manera que, desde la fecha en

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Hábeas Corpus / Sentencias Definitivas

que se inició el cumplimiento de la detención provisional –05/03/2012– hasta el


momento en que se presentó la solicitud de este hábeas corpus –11/09/2015–
el beneficiado cumplía detención provisional durante más de cuarenta y dos
meses. Es decir, cuando se promovió el presente proceso, el favorecido había
permanecido detenido provisionalmente un tiempo superior al límite máximo
legal al que se ha hecho alusión.
Ahora bien, este proceso fue promovido el 11/09/2015 en contra del Juz-
gado Especializado de Sentencia de Santa Ana, momento en el cual –como
se indicó– el proceso ya estaba en conocimiento de la Sala de lo Penal desde
hace más de dos meses, computados estos a partir del día en que el expediente
respectivo fue recibido en esa sede casacional; de modo que, le correspondía a
la Sala de lo Penal al recibir el proceso, verificar y revisar la situación de exceso
acontecida en el cumplimiento de la medida cautelar hoy sometida a análisis,
y una vez comprobada la finalización del plazo máximo de duración señalado
en el artículo 8 del Código Procesal Penal, ordenar la cesación de la detención
provisional y disponer a su vez –luego de una valoración rigurosa de los ele-
mentos que obran en el proceso que está a su cargo– otros medios de coerción
que estimara pertinentes para garantizar las resultas del proceso mientras se
dirimía el citado recurso.
Lo anterior es en razón que el tiempo que dure la tramitación del citado re-
curso en dicho tribunal casacional –el cual tiene plazos ya fijados por la ley pro-
cesal penal– es independiente del dispuesto legalmente para el mantenimiento
de la medida cautelar, siendo, precisamente este último, el sometido a control
en este proceso constitucional, de acuerdo a los términos propuestos, ya que
se alega la prosecución de la detención provisional a pesar de haber llegado al
límite máximo del plazo dispuesto en la ley.
Con respecto a ello, debe aclararse, como se advierte de los pasajes respec-
tivos, que el aludido plazo legal de la medida cautelar llegó a su límite máximo
y se excedió desde que el proceso se encontraba en otra sede judicial; y ya
excedido la medida cautelar indicada continuó así mientras se dirimía el men-
cionado medio impugnativo; siendo concretamente en ese tiempo –en que se
encontraba a cargo del tribunal casacional– que se plantea el presente hábeas
corpus, y por lo tanto, únicamente es posible declarar la vulneración constitu-
cional acontecida en relación con esta última autoridad.
Así, al haberse establecido el exceso temporal de la medida cautelar men-
cionada, a partir de los criterios fijados por esta sala en atención a la norma
que- los regula –artículo 8 del Código Procesal Penal–, se colige que la orden

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Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

de restricción devino ilegal, habiendo transgredido en consecuencia el derecho


fundamental de libertad física de la señora L. C.
En este punto, conviene aclarar que de la documentación remitida a esta
Sala no consta que las autoridades judiciales hayan utilizado la habilitación le-
gal de la ampliación del plazo de la detención provisional de conformidad con
el inciso 3° del artículo 8 del Código Procesal Penal, así como tampoco, ninguna
de las autoridades intimadas informó a este tribunal que haya emitido resolu-
ción alguna extendiendo por doce meses más la detención provisional; es por
tal razón, que la vulneración constitucional sobre el derecho de libertad física
acá reconocida se basa en el plazo legal máximo ordinario de los 24 meses
dispuestos para los delitos graves según el inciso 2° del artículo 8 del Código
Procesal Penal.
3. Con relación a los efectos de la presente decisión es de indicar que, dada
la variación en la condición jurídica de la favorecida respecto a la que tenía al
momento de promoverse el presente proceso constitucional, pues actualmen-
te ya se encuentra en cumplimiento de la pena de prisión impuesta según la
documentación remitida a esta Sala que se ha relacionado; y siendo que lo re-
clamado consistía en el exceso de la medida cautelar de detención provisional
dispuesta en su contra; el acto sometido a control -detención provisional- ha
concluido, por lo que el reconocimiento de la violación al derecho de libertad
personal acá realizado no puede generar efectos en la orden de restricción ac-
tual, cuya constitucionalidad además de no haber sido discutida en este hábeas
corpus, no se ve incidida por la vulneración constitucional que en este proceso
se ha reconocido.
Por las razones expuestas y de conformidad con los artículos 11 inciso 2°,
12, 13, 15 de la Constitución; 7 y 8.2 de la Convención Americana sobre Dere-
chos Humanos; 9.3 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos; 31 de
la Ley de Procedimientos Constitucionales; esta sala RESUELVE:
1. Sobreséese el presente hábeas corpus promovido a su favor por la señora
Elsa Cristina L. C., por existir un vicio en la pretensión que impide su conoci-
miento de fondo, es decir, por la falta de actualidad del agravio a la fecha
de presentación de la solicitud de este proceso constitucional respecto de
la falta de notificación de la sentencia condenatoria.
2. Sobreséese el presente hábeas corpus solicitado a su favor por la señora L.
C., por existir una errónea interpretación sobre los alcances de la normati-
va legal propuesta como infringida; con lo cual, no existe en la actuación
de las autoridades demandadas una afectación al derecho de libertad de
aquel.

787
Hábeas Corpus / Sentencias Definitivas

3. Declárase ha lugar al hábeas corpus promovido a su favor por la señora Elsa


Cristina L. C., por haber existido inobservancia del principio de legalidad y
vulneración a los derechos fundamentales de presunción de inocencia y
libertad física, por parte de la Sala de lo Penal de la Corte Suprema de Jus-
ticia, al permitir la continuidad del exceso del plazo legalmente dispuesto
para el mantenimiento de la medida cautelar de detención provisional.
4. Continúe la favorecida en la situación jurídica en que se encuentre.
5. Notifíquese.
6. Archívese.
---A. PINEDA---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME---E. S. BLANCO R.---PRONUNCIA-
DO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E. SOCORRO C.---
SRIA.---RUBRICADAS.

211-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las doce horas con diecisiete minutos del día veintiséis de febre-
ro de dos mil dieciséis.
El presente proceso constitucional de hábeas corpus ha sido iniciado contra
actuaciones del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria y de Ejecución de la Pena
de San Vicente, por el abogado Samuel Isaí Flores Vásquez, a favor del señor
Guillermo Antonio M. H., condenado por el delito de posesión y tenencia.
Leído el proceso y considerando:
I. En lo esencial, el peticionario aduce que mediante sentencia emitida por
el Tribunal de Sentencia de Zacatecoluca el día 22/4/2014, su representado
fue condenado a la pena de tres años de prisión, la cual fue reemplazada por
trabajos de utilidad pública, remitiéndose la causa al Juzgado de Vigilancia Pe-
nitenciaria y de Ejecución de la Pena de San Vicente, mediante oficio de fecha
23/09/2014; a ese respecto, indica que a fin de determinar el tipo de trabajo
a imponer, el condenado fue citado al juzgado referido para el día 5/11/2014,
mediante auxilio judicial a través del Juzgado de Paz de San Juan Talpa, diligen-
cia en la cual se le indicó que a partir de sus capacidades se coordinaría con el
Departamento de Prueba Asistida para determinar el local de cumplimiento de
las medidas; por lo que, habiéndose recibido el informe de dicha institución,
el juzgado referido ordenó citar a su representado para notificarle el lugar y
el horario para el cumplimiento del trabajo de utilidad pública y practicarle el
cómputo de pena, realizándose dos citas, debido a que en la primera no se
establecía cómo había sido efectuada, por lo que fue convocado para el día

788
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

18/05/2015; sin embargo, dicha cita fue entregada a la madre del señor M.
H., quien –refiere– “padece enfermedad neurológica que le afecta su capaci-
dad cerebral y que (...) le provoca episodios de amnesia por lo que ésta no le
informó accidentalmente a mi cliente sobre la cita recibida que materialmente
nunca entró a –su– esfera del conocimiento...”(sic).
Señala que en virtud de lo expuesto, la autoridad judicial que demanda
mediante resolución del día 21/05/2015 ordenó que su representado fuera
conducido mediante apremio a las instalaciones del tribunal, lo cual se mate-
rializó el día 4/06/2015 y en lugar de ser informado de la forma de realización
del trabajo de utilidad pública, se levantó acta cuyo contenido equivale a una
intimación, como si se tratara de una orden de captura y en contravención al
artículo 46 de la Ley Penitenciaria, se ordenó audiencia oral para valorar su
situación jurídica, la cual se celebró ese mismo día, en la que se resolvió la revo-
catoria del trabajo de utilidad pública, no obstante, que no se cumplen los pre-
supuestos legales para ello, según el Art. 56 del Código Penal y además, “...sin
antes haberse notificado a mi representado sobre el tipo de trabajo, horarios
y el lugar donde debía realizarlo (...) por lo que no se puede hablar en ningún
momento de incumplimiento o inasistencia injustificada de una pena que ni
siquiera había iniciado, y por lo tanto es una resolución contraria a derecho que
genera una vulneración directa a la libertad ambulatoria de mi representado,
volviéndose una detención ilegal (...) a través de la Policía Nacional Civil de
San Juan Talpa, quien lo mantiene privado de libertad por orden de la suscrita
jueza ...”(mayúsculas suprimidas)(sic).
II.-En la forma prescrita por la Ley de Procedimientos Constitucionales se
nombró juez ejecutor, designando para ello a Myron Roberto Aguilar Parada
quien manifestó que “...para que exista una revocación del reemplazo de la
pena de traba.jo de utilidad pública deben existir ciertos requisitos para que un
juez de vigilancia penitenciaria la ordene y como hemos señalado, el requisito
haciendo una interpretación literal y sistemática de los preceptos antes mencio-
nados es “haber incurrido en tres ausencias injustificadas al trabajo de utilidad
pública” (...) para el caso en comento el trabajo de utilidad pública nunca se
comenzó a ejecutar porque el juzgado de vigilancia luego de haber, convocado
al señor M. H. a audiencia oral con el objeto de que este hiciera saber sus des-
trezas y habilidades para trabajar, siendo que resolvió que el Departamento de
Prueba y Libertad Asistida (D.E.P.L.A.) debía gestionar el local, a una segunda
convocatoria donde supuestamente se le daría a conocer dicho local, pero no
consta en el proceso que efectivamente el D.E.P.L.A. había gestionado el lugar,
no obstante el señor no se presentó a esa diligencia, sin motivo alguno ya que

789
Hábeas Corpus / Sentencias Definitivas

efectivamente se citó a través de madre señora […], según folio setenta y uno,
no obstante haber el solicitante en su escrito expresado que dicha señora sufre
amnesia, esto no se puede comprobar por falta de prueba para ello, además
consta una firma de la mencionada señora; pero dejando de un lado eso este
juzgado especial estima que esa ausencia injustificada no es suficiente como
para revocar el reemplazo de la pena ya que sobre lo que se basó la autori-
dad fue en la no comparecencia al “último llamado” del favorecido, pero del
estudio de las presente diligencia podemos llegar a la conclusión que fue un
único y primer llamado para comparecer a la audiencia donde supuestamente
se le iba hacer saber dónde cumpliría su trabajo de utilidad (...) este juzgador
estima que no se cumplen los requisitos como para revocar el reemplazo de la
pena de prisión ya que el señor M. H., solo se ausento no al trabajo sino a la
diligencia donde le harían saber el lugar donde lo cumpliría (...) se ha vulnerado
el derecho a la libertad física ya que a partir de la revocatoria del reemplazo de
la pena el día cuatro de junio del presente año el señor M. H. está guardando
prisión de forma ilegal ya que no existían los requisitos para que se le revocara
el trabajo de utilidad pública...” (mayúsculas suprimidas)(sic.).
III.- El Juzgado de Vigilancia Penitenciaria y de Ejecución de la Pena de San
Vicente, mediante auto de fecha 21/09/2015 manifestó que recibió de parte
del Departamento de Prueba. y Libertad Asistida Regional Central E, San Sal-
vador, que se le instruyó a dicho asistido en el deber de cumplir la pena como
las consecuencias de su incumplimiento, habiéndole gestionado la Alcaldía Mu-
nicipal de San Juan Talpa, ordenando su cita para las nueve horas y cincuenta
minutos del treinta de abril de dos mil quince, por medio de auxilio judicial del
Juzgado de Paz de San Juan Talpa; el que consta que fue citado legalmente
para que compareciera, recibiendo la esquela la señora […], quien manifestó ser
la madre de dicho señor, quien la recibió a entera satisfacción y se comprome-
tió a entregarla.
Agregó que de conformidad con el artículo 165 inc. 2° CPP libró orden de
apercibimiento, la que se hizo efectiva el 03/06/2015, a quien se le levantó acta
el día 04/06/2015 y se le informó los motivos de su detención, explicándole
que se ordenó citarlo a efecto que iniciara el cumplimiento de las jornadas
impuestas, siendo que de la primer cita que se ordenó incurrió en lo regulado
en el artículo 56 del Código Penal “si el condenado incurre en tres ausencias no
justificadas al trabajo, el Juez de Vigilancia correspondiente, ordenará que la
sentencia se ejecute ininterrumpidamente hasta el cumplimiento de la conde-
na”; siendo este el caso concreto del liberado, se ha sustraído de la vigilancia,
no obstante que a él le quedo claro en acta del día cinco de noviembre del año

790
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

dos mil catorce, la forma que debería cumplir con las jornadas de trabajo de
utilidad pública, impuestas por el Tribunal de Sentencia de Zacatecoluca.
Señaló que “En el caso que nos ocupa, no existe un abanico de opciones
para poder hacer uso de ellos, siendo claramente establecido las circunstancias
en las que ha caído el condenado y no quedo otra opción que hacer cumplir
la pena impuesta. Se deja claro que el señor antes mencionado, no mencionó
ni ofreció por medio de su Defensor, presentar alguna documentación en el
que consta la enfermedad que padece la madre del mismo, ni mucho menos
que se citara a dicha señora a fin que se le practicara evaluación médica por
parte del Instituto de Medicina Legal, así mismo dicho señor tenía conocimien-
to de la enfermedad de su madre, pudiendo señalar otra forma de citación,
o por menos dejar algún número de teléfono para poder contactarlo, pues
consta en el presente proceso que trabaja en un horario de siete de la mañana
a cinco de la tarde, aunado que transcurrieron, desde el día cinco de marzo
del presente año, fecha en que se presentó al departamento de prueba, más
de dos meses, pudiendo comparecer a esta sede judicial a preguntar sobre
su caso, mostrando interés para cumplir la pena y de la circunstancia que su
madre la pudo haber recibido y no entregársela. Aunado a lo anterior, consta
en el informe remitido por el Departamento de Prueba consta que su núcleo
familiar está compuesto por su padre, su madre, su hermana, y la empleada, y
que tienen una tienda en su casa, por lo que atendiendo la enfermedad de la
madre, no se encuentra lógica que los demás familiares que viven en su casa no
se hayan percatado de la recepción de la cita, y más aún la empleada, y como
se expuso anteriormente no se presentaron elementos idóneos para sustentar
sus alegatos (...) Por lo que a la situación actual de dicho interno es que a la
fecha se encuentra cumpliendo la pena impuesta en el Centro Penal de Ciudad
Barrios...” (sic.).
IV.- Establecidos los alegatos planteados por el requirente, relacionados los
informes emitidos por el juez ejecutor y la autoridad demandada; se procederá
a resolver lo solicitado, para lo que es preciso apuntar lo siguiente:
1. En este caso, el pretensor alega que al señor M. H. le revocaron la pena
de trabajo de utilidad pública, ordenando su detención, sin establecerse por
parte de la autoridad los presupuestos legales que justifican la aludida revoca-
toria.
Lo planteado está relacionado con una inobservancia del principio de le-
galidad y seguridad jurídica, pues cualquier restricción al derecho de libertad
física ordenada por una autoridad debe ser de conformidad a lo dispuesto en
la ley, como lo regula el artículo 13 de la Constitución “Ningún órgano gu-

791
Hábeas Corpus / Sentencias Definitivas

bernamental, autoridad o funcionario podrá dictar órdenes de detención o


de prisión si no es de conformidad con la ley”, de donde se deriva la garantía
primordial del derecho a la libertad física, denominada reserva de ley. Dicha ga-
rantía tiene por objeto asegurar que sea únicamente el legislador el habilitado
para determinar los casos y las formas que posibiliten restringir el derecho en
comento; y ello ha de llevarse a cabo mediante un acto normativo que tenga el
carácter de ley en sentido formal, al cual su aplicador -el juez- debe ceñirse de
manera irrestricta.
Y es que la jurisprudencia de esta Sala ha expresado que el derecho de liber-
tad física posee el carácter de límite al poder estatal consagrado a favor de la
persona humana, de manera que toda autoridad debe abstenerse de ejecutar
actos que quebranten o interfieran con el goce de dicho derecho, siendo ad-
misibles únicamente las limitaciones establecidas por el ordenamiento jurídico.
Asimismo, este tribunal ha sostenido que la reserva de ley predicable de los
límites ejercidos sobre el derecho fundamental a la libertad, no solo se extiende
a los motivos de restricción del derecho de libertad física, sino también a las
formalidades requeridas para su ejecución y al tiempo permitido para su man-
tenimiento. -v. gr. resolución de HC 130-2009 de fecha 28/10/2009-.
Por otro lado, respecto al principio de legalidad, se ha dicho que “rige a
los tribunales jurisdiccionales, por lo que toda actuación de éstos ha de pre-
sentarse necesariamente como ejercicio de un poder o competencia atribuidos
previamente por la ley, la que los construye y delimita. Lo anterior significa
que los tribunales jurisdiccionales deben someterse en todo momento a lo que
la ley establezca. Este sometimiento implica que los tribunales jurisdiccionales
deben actuar de conformidad a todo el ordenamiento jurídico. En virtud de lo
anterior, el principio en cuestión se ve vulnerado cuando la Administración o
los tribunales realizan actos que no tienen fundamento legal o cuando no ac-
túan conforme a lo que la ley de la materia establece”.-v. gr. resolución de HC
130-2007 de fecha 10/08/2009-.
Luego, el derecho a la seguridad jurídica en su relación con el principio de
legalidad, implica una obligación por parte de los funcionarios de respetar los
límites que la ley prevé al momento de realizar una actividad en el ejercicio de
sus funciones; de manera que si la normativa establece el procedimiento que
cualquier funcionario debe seguir o la consecuencia jurídica que debe aplicar
en un caso concreto, y éste no cumple con lo previamente dispuesto en el orde-
namiento jurídico, produce una afectación a la seguridad jurídica de las perso-
nas. -v. gr. resolución de HC 231-2006 de fecha 19/08/2009-.

792
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

De modo que, en el presente caso, esta Sala es competente para conocer


del caso propuesto, pues todas las autoridades públicas deben someterse en
sus actos al orden jurídico en su totalidad, lo que comprende la normativa cons-
titucional y legal aplicable que rige a los tribunales jurisdiccionales, por lo que
toda actuación de éstos ha de presentarse necesariamente como ejercicio de
una potestad atribuida previamente por la ley (v. gr. resolución HC 215-2010,
de fecha 23/9/2011).
2. De acuerdo a los pasajes de la certificación del expediente de ejecución
de pena remitido por el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria y de Ejecución de
la Pena de San Vicente, se tiene:
-Sentencia condenatoria de 22/04/2014 emitida por el Tribunal de Senten-
cia de Zacatecoluca, en la cual se condenó al señor Guillermo Antonio M. H. por
el delito de posesión y tenencia, a la pena de 3 años de prisión y se le otorgó
el beneficio de reemplazo de la pena por ciento cuarenta y cuatro jornadas de
trabajo de utilidad pública.
-Acta de la audiencia celebrada en el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria y
de Ejecución de la Pena de San Vicente del 05/11/2014, en la que consta que el
señor M. H. manifestó que el trabajo de utilidad pública lo puede realizar los
días sábados, en oficios varios; en razón de ello, la Jueza le manifestó que ges-
tionaría con el Departamento de Prueba y Libertad Asistida Regional Central
“E” de la ciudad de San Salvador para que determinara el local en que cumplirá
dicha pena y para ello se le citaría nuevamente.
- Auto del 07/05/2015, en el que se hizo constar que se le citaría al señor
M. H. para el día dieciocho de mayo de dos mil quince a efecto de que le dé
cumplimiento a la pena impuesta.
-Acta de citación al señor Guillermo Antonio M. H. de fecha 12/05/2015, la
cual fue recibida por la señora […].
- Auto de 21/05/2015, por medio del cual el Juez de Vigilancia Penitenciaria
y de Ejecución de la Pena de San Vicente interino manifestó que en virtud de
no haber comparecido el señor M. H. a la cita del 18/05/2015 ordenó su apre-
hensión por medio de la Policía Nacional Civil.
-Acta de las doce horas y cuarenta minutos de fecha 04/06/2015, en la que
la Jueza de Vigilancia Penitenciaria y de Ejecución de la Pena de San Vicente
manifestó que “... se le hace saber [al señor M. H.] que se giró orden de apre-
hensión en su contra, en virtud que se ordenó citarlo a efecto que iniciara con
el cumplimiento de las jornadas impuestas, por lo que a la fecha de la primer
cita ha incurrido en lo regulado en el Art. 56 del CPP, por tener conocimiento

793
Hábeas Corpus / Sentencias Definitivas

que le llegaría nueva cita...”(sic.); razón por la cual convocó a audiencia oral a
las catorce horas de ese mismo día para determinar su situación jurídica.
- Acta de la audiencia de las catorce horas del día 04/06/2015, convocada
para resolver la situación jurídica del señor M. H. respecto al no cumplimiento
de la pena de trabajo de utilidad pública y en la que consta que el asistido
expresó “...que al inicio se presentó a este Juzgado para cumplir la pena, se
le remitió al DPLA “E” de la ciudad de San Salvador, y quedó a la espera que
lo citaran para iniciar el cumplimiento de la pena, pero no recibió la cita; que
trabaja en un taller automotriz de siete de la mañana hasta cinco de la tarde,
que el trabajo es en San Salvador, que a su casa llega los días viernes, pues vive
en San Juan Talpa, que la mamá adolece de un tumor en el cerebro y pierde el
conocimiento y al parecer por eso no le hizo saber que lo habían citado, pero él
ha estado pendiente de la cita para cumplir la pena, que pide se le dé la oportu-
nidad de seguir cumpliendo la pena de trabajo de utilidad pública...”; al respec-
to, la autoridad judicial resolvió “...Revocar el reemplazo de la pena de Trabajo
de Utilidad Pública, en contra del señor Guillermo Antonio M. H. impuesta en
el Tribunal de Sentencia de Zacatecoluca, por el delito de Posesión y Tenencia,
y se ordena que cumpla la pena de tres años de prisión a que originalmente fue
condenado en ese Tribunal, por el delito relacionado, por haberse sustraído del
cumplimiento del cumplimiento de la pena, en vista que fue legalmente citado
y no compareció al último llamado que por medio de cita se hizo por esta sede,
y que fue recibida por la madre del asistido, señora […], con base al artículo
cincuenta y seis del Código Penal, en relación con el artículo cincuenta y ocho
inciso segundo Ley Penitenciaria...” (sic.).
3. Es preciso señalar que, la jurisprudencia de esta Sala ha determinado que
en el hábeas corpus se carece de competencia para analizar las valoraciones
que los juzgados con competencia penal hagan del material probatorio que se
presenta por las partes -o de la ausencia del mismo- en el trámite de un proceso
de esa materia, cualquier valoración que este tribunal hiciera al respecto invadi-
ría la competencia de aquellos jueces, quienes son los únicos legitimados legal-
mente para pronunciarse sobre ello, así como se estableció en la resolución de
HC 490-2014 de fecha 15/04/2015.
Adicionalmente se ha determinado la imposibilidad de examinar los referi-
dos elementos a efecto de pronunciarse sobre su capacidad para generar con-
vicción en el juzgador, pues ello implicaría que esta Sala actúe como un tribunal
de instancia –v. gr. resolución de HC 119-2010 de fecha 20/08/2010–.
Lo anterior es importante establecerlo pues el pretensor alega, por un lado,
que el señor M. H. no recibió una cita para presentarse al juzgado porque fue

794
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

entregada a su madre quien –refiere– “padece enfermedad neurológica que le


afecta su capacidad cerebral y que (...) le provoca episodios de amnesia por lo
que ésta no le informó accidentalmente a mi cliente sobre la cita recibida que
materialmente nunca entró a –su– esfera del conocimiento...” (sic); y, además
porque la autoridad demandada funda su informe en que ni el favorecido ni
su defensor presentaron documentación alguna en el que se hiciera constar
la enfermedad que padece la madre “...ni mucho menos que se citara a di-
cha señora a fin que se le practicara evaluación médica por parte del Instituto
de Medicina Legal...”; señaló –además– que frente a esa situación, el asistido
debió indicar otra forma de citación, dejar un número de teléfono para con-
tactarlo o apersonarse a dicha sede judicial a preguntar sobre su caso. Que el
núcleo familiar del señor M. H., según el informe remitido por el DEPLA consta
que está conformado por “...su padre, su madre, su hermana, y la empleada, y
que tienen una tienda en su casa, por lo que atendiendo la enfermedad de la
madre, no se encuentra lógica que los demás familiares que viven en su casa no
se hayan percatado de la recepción de la cita, y más aún la empleada, y como
se expuso anteriormente no se presentaron elementos idóneos para sustentar
sus alegatos...” (sic.).
En el caso de la Jueza de Vigilancia Penitenciaria y de Ejecución de la Pena
de San Vicente se advierte que trata de justificar ante este tribunal las razones
por las cuales a su criterio no le generó convicción, ni credibilidad la excusa pro-
puesta por el asistido para no atender el llamamiento judicial. Analizar todos
esos aspectos no es facultad de esta Sala en el proceso de hábeas corpus, los
mismos constituyen asuntos de mera legalidad, en concreto este tribunal no
puede examinar la valoración que hizo la autoridad demandada de los argu-
mentos que le fueron propuestos para justificar la inasistencia a la cita, ni tam-
poco si son o no válidos, porque de hacerlo implicaría actuar como un tribunal
de instancia.
De ahí que, si está o no justificada la incomparecencia del señor M. H. a la
cita judicial, es un asunto que no se encuentra vinculado a afectaciones consti-
tucionales pues ello descansa en una serie de hechos que están sujetos a com-
probación cuya determinación es propia de la valoración de los jueces penales.
Por el contrario, este tribunal tiene competencia para examinar si en la deci-
sión judicial sometida a análisis, a la luz del precepto constitucional citado –art.
13 Cn.–, la autoridad demandada cumplió con las condiciones y presupuestos
legales exigibles para restringir válidamente el derecho a la libertad física del
favorecido.

795
Hábeas Corpus / Sentencias Definitivas

De modo que una vez fijados los parámetros respecto de la competencia


de este tribunal sobre los aspectos reseñados, cabe destacar lo que el legislador
ha dispuesto en relación al control de la ejecución de las penas y las medidas
de seguridad pues ha otorgado esta facultad a los jueces de vigilancia peniten-
ciaria y de ejecución de la pena, según lo establece el artículo 37 número 1 y 11
de la Ley Penitenciara, quienes además pueden revocar las formas sustitutivas
de la ejecución de la pena de prisión de conformidad con lo establecido en el
Código Penal.
Así, el artículo 56 del Código Penal regula el incumplimiento del trabajo
de utilidad pública y establece: “Si el condenado incurre en tres ausencias no
justificadas al trabajo, el Juez de Vigilancia Correspondiente, ordenará que la
sentencia se ejecute ininterrumpidamente hasta el cumplimiento de la conde-
na”. Y por su parte, el art: 58 inc. 2° de la Ley Penitenciara dispone “...Si el con-
denado se ausenta injustificadamente durante tres días en el cumplimiento de
la pena, el Juez de Vigilancia Penitenciaria y de Ejecución de la Pena ordenará
que la sentencia se ejecute ininterrumpidamente en el establecimiento peniten-
ciario más cercano al domicilio del condenado...”.
Expuesto lo anterior, procede verificar las circunstancias propias del caso
para determinar si el contenido de la decisión judicial objeto de contención ha
sido acorde a lo dispuesto por la Constitución y la legislación secundaria.
De la relación de los pasajes del proceso penal referidos al presente caso,
se tiene que al señor M. H. se le citó al juzgado de vigilancia penitenciaria con
el objeto de que iniciara con el cumplimiento de las jornadas de trabajo de
utilidad pública, por lo que se le informaría el lugar del mismo; no obstante,
a pesar de que consta que su madre la señora […] recibió la cita, aquel no se
presentó y la autoridad demandada ordenó su aprehensión por medio de la
seguridad pública.
De ahí que, una vez llevado ante la Jueza de Vigilancia Penitenciaria y de
Ejecución de la Pena de San Vicente, esta levantó un acta a las doce horas con
cuarenta minutos de fecha 04/06/2015, en la que determinó que el señor M.
H. faltó a la primera cita e incurrió en lo regulado en el artículo 56 del Código
Penal por lo que resolvería su situación jurídica en una audiencia convocada
para el mismo día; así, corre agregada el acta de la audiencia celebrada a las
catorce horas de ese día, en el que la autoridad demandada decidió revocar
la pena de trabajo de utilidad pública de conformidad con los artículos 56 del
Código Penal y 58 inc. 2° de la Ley Penitenciaria, e imponer el cumplimiento de
la pena privativa de libertad, en virtud que el señor M. H. se sustrajo del cum-

796
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

plimiento de la pena “...en vista que fue legalmente citado y no compareció al


último llamado que por medio de cita se hizo por esta sede, y que fue recibida
por la madre del asistido...”.
Esta Sala determina que en el contenido de la decisión de revocatoria de
la pena de trabajó de utilidad pública, la autoridad demandada no estableció
que el señor M. H. había incurrido en tres ausencias no justificadas al trabajo;
sino que, de manera expresa ha dicho que ha faltado a la “primer cita” que le
ha realizado dicha sede judicial, razón por la cual se ha alejado del supuesto de
hecho previsto por el legislador secundario en los arts. 56 C. Pn. y 58 inc. 2° de
la Ley Penitenciaria.
Sobre este punto, ya se señaló en la jurisprudencia de esta Sala que los
jueces se encuentran sujetos al principio de legalidad y este se ve vulnerado
cuando los tribunales realizan actos que no tienen fundamento legal o cuando
no actúan conforme a lo que la ley de la materia establece.
En ese sentido, este Tribunal ha verificado que la actuación de la Jueza
de Vigilancia Penitenciaria y de Ejecución de la Pena de San Vicente no se en-
contró apegada a los parámetros legales y constitucionales respectivos, pues
para revocar la pena de prestación de trabajo de utilidad pública se requiere
ineludiblemente el cumplimiento de los presupuestos legales antes señalados
para poder hacer efectiva la ejecución de la pena privativa de libertad y cons-
ta en el acta de la audiencia de las catorce horas del día 04/06/2015 que se
revocó aquella pena con inobservancia del mandato normativo, pues sólo se
ha relacionado en dicha decisión una ausencia –como lo hace constar la jue-
za– injustificada al llamamiento judicial dejando de lado señalar cuáles eran las
otras dos inasistencias no justificadas por parte del señor M. H.. Cabe destacar
que incluso no se trataba de una inasistencia a su trabajo de utilidad pública
pues aún no se le había notificado en legal forma el lugar del cumplimiento
del mismo; siendo que de la certificación agregada, se entiende que dicha cita
judicial era con el objeto de informarle al asistido el lugar donde desempeñaría
las jornadas de trabajo de utilidad pública.
En consecuencia, la resolución emitida por la Jueza de Vigilancia Penitencia-
ria y de Ejecución de la Pena de San Vicente en la cual ordena el cumplimiento
de la pena de tres años de prisión ha generado vulneración constitucional en el
derecho de libertad física del condenado por haberse inobservado el principio
de legalidad y el derecho a la seguridad jurídica, siendo procedente estimar la
pretensión propuesta.
Es de hacer ver que esta Sala no está valorando circunstancias fácticas pro-
pias del proceso penal sino lo que la autoridad ha establecido en su decisión y

797
Hábeas Corpus / Sentencias Definitivas

cómo de su propio razonamiento hay una separación de la legalidad en torno


al dictamen de restricción al derecho de libertad del favorecido en torno al
cumplimiento de la pena de prisión.
V. Una vez reconocida la vulneración constitucional atribuida a la autoridad
demandada, es necesario establecer los efectos de este pronunciamiento.
Tal como se indicó en líneas previas, esta Sala determinó que en el conteni-
do de la resolución por medio de la cual se revocó el trabajo de utilidad pública,
la Jueza de Vigilancia Penitenciaria y de Ejecución de la Pena de San Vicente
no logró establecer que el señor M. H. en efecto se haya ausentado injustifi-
cadamente al cumplimiento de su pena en tres oportunidades, por lo que la
restricción a su derecho de libertad física se hizo con inobservancia del princi-
pio de legalidad y el derecho a la seguridad jurídica; por tanto, para reparar la
afectación constitucional las cosas deben de volver al estado en que se encon-
traban hasta antes de la emisión de la aludida decisión, debiendo quedar esta
sin efecto y ordenando al Juzgado de Vigilancia Penitenciaria y de Ejecución de
la Pena de San Vicente que ciña su actuar a la Constitución y emita –de manera
inmediata– la decisión que corresponda, tomando en cuenta los parámetros
dados en esta resolución.
De conformidad con las razones expuestas y con base en los artículos 11
inciso 2° y 13 inciso 1° de la Constitución, esta Sala RESUELVE:
1. Declárase ha lugar al presente hábeas corpus solicitado por el abogado
Samuel Isaí Flores Vásquez, a favor del señor Guillermo Antonio M. H.,
por haber existido vulneración a su derecho fundamental de libertad fí-
sica como consecuencia de la inobservancia del principio de legalidad y el
derecho a la seguridad jurídica en cuanto al reclamo propuesto, por parte
del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria y de Ejecución de la Pena de San
Vicente.
2. Ordénase a dicha autoridad judicial que proceda de inmediato a dejar sin
efecto la decisión por medio de la cual revoca las jornadas de trabajo de
utilidad pública dictada en contra del señor M. H. y emita la resolución que
constitucionalmente corresponda, con base en los parámetros establecidos
en esta decisión.
3. Notifíquese
4. Archívese.
---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZALEZ---FCO. E. ORTIZ R.---C. ESCOLAN---M. R.
Z.---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E.
SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.

798
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

343-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador a las doce horas del día cuatro de marzo de dos mil dieciséis.
El presente proceso de hábeas corpus ha sido promovido por la licenciada
Crissia Meiber López Castro, contra actuaciones de la Cámara Tercera de lo
Penal de la Primera Sección del Centro, a favor de Sandra Guadalupe C. R., co-
nocida también según afirma, por Sandra Guadalupe C. de A., acusada por la
supuesta comisión del delito de Lavado de Dinero y Activos.
Leído el proceso y considerando:
I. La peticionaria refirió en su escrito de inicio, que el 21/10/2015 el tri-
bunal de alzada resolvió confirmar la restricción de la libertad física de la seño-
ra C. R. o C. de A., decretada en audiencia inicial por el Juez Noveno de Paz de
San Salvador, citando un conjunto de tratados internacionales, jurisprudencia
y doctrina que justifican la persecución del delito de lavado de dinero que en
nada abonan a fundamentar el porqué de la no procedencia de la adopción de
una medida sustitutiva a la más gravosa.
La Cámara y el Juez omitieron el imperativo de realizar un integral análisis
de las circunstancias que motivan la adopción de la medida cautelar de restric-
ción de libertad, por lo que no han valorado y tomado en cuenta las condicio-
nes excepcionales del favorecido.
En conclusión, la resolución emitida por la Cámara Tercera de lo Penal de
la Primera Sección del Centro, “(...) de ninguna forma explica, motiva y funda-
menta cuales son las pruebas que directamente –vinculadas con la procesada–
la han llevado a calificar intelectivamente que la referida señora pueda huir de
la justicia o entorpecer la investigación, como presupuestos de la adopción de
la medida.” (sic.).
Posteriormente, la licenciada López Castro contestó la prevención realizada
por esta Sala, y reiteró los alegatos expuestos en su solicitud inicial de hábeas
corpus, relacionados con la falta de motivación en que incurrió la Cámara Ter-
cera de lo Penal de la Primera Sección del Centro, al ratificar la detención pro-
visional impuesta por el Juzgado Noveno de Paz de esta ciudad, en contra de
la señora Sandra Guadalupe C. R. o Sandra Guadalupe C. de A., además indicó
que: “En el proceso penal se presentaron pruebas de la licitud de sus ingresos y
de sus arraigos, los cuales simplemente fueron descartados por las autoridades
sin justificar porque no son suficientes o porque los mismos no garantizaran
que huyera del país o impidiera la ejecución del curso normal del proceso judi-
cial (véase el considerando XVIII de la página 50 de la resolución dictada por

799
Hábeas Corpus / Sentencias Definitivas

la Cámara donde simplemente dice que no son suficientes, pero no explica por
qué).
(...) la motivación no es algo abstracto o que simplemente pueda ser satis-
fecha con la transcripción de pruebas y doctrina en una resolución, como se
hizo en el presente caso. La motivación requiere que, se expliquen los hechos
y probanzas que de forma directa con la situación del favorecido, justifican
la restricción de la libertad. De tal forma que dicha motivación debe ser inde-
pendiente en cada caso, respecto de la situación o circunstancias que atañen a
cada uno de los sujetos que intervienen en el proceso penal como imputados,
siendo improcedente la realización de afirmaciones y conclusiones generaliza-
das –por la existencia de otros procesados– como ocurrió en el presente caso.
Finalmente, expuso: “...De la lectura de la resolución dictada por la Cámara
no se advierte motivación alguna respecto de los hechos y pruebas analizados,
directamente en relación con el favorecido, que permitan concluir o justificar
porqué en la situación concreta del favorecido es procedente la detención pro-
visional.” (Resaltado y mayúsculas suplidos) (sic.).
II. En la forma prescrita por la Ley de Procedimientos Constituciona-
les, se procedió a nombrar como juez ejecutor a Manuel Enrique Hernández
Guandique a fin de diligenciar el presente hábeas corpus, quien manifestó “...
Haciendo un breve análisis del presente caso (...) no hay vulneración constitu-
cional alegada, ya que tal como ampliamente lo aclara la Cámara en su respec-
tiva resolución, los presupuestos procesales necesarios para la imposición de la
medida cautelar en este caso se cumplen, “Periculum in Mora” y “Fumus boni
iuris” conceptos ampliamente discutidos y aclarados por parte de la doctrina y
la jurisprudencia de esta Honorable Sala...”.
III.- La Cámara Tercera de lo Penal de la Primera Sección del Centro me-
diante oficio número Ape 229-15 de fecha 4/02/2016, expresó que conoció del
recurso de apelación contra la detención provisional decretada a la referida
procesada C. R. o C. de A., y señaló que “... a las quince horas y cincuenta y
cinco minutos del día veintiuno de octubre del año recién pasado, esta tribunal
dictó resolución debidamente fundamentada, tal como se comprueba en la
referida resolución, en la que se hicieron consideraciones basadas en los Tra-
tados Internacionales, Jurisprudencia nacional como internacional, se analizó
el Fomus Bonis Iuris como el Periculum In Mora, concluyéndose que existían
dentro del proceso los elementos de convicción suficientes como para confir-
mar la detención provisional dictada en contra de los imputados por el señor
Juez inferior en grado, por lo que no es cierto la afirmación de la solicitante, de
que no se valoraron ni tomaron en cuenta los elementos que existían dentro

800
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

del proceso, porque no se explicó, ni se motivo la providencia en mención, la


que fué notificada en legal forma a las partes, dentro del plazo legal, tal como
puede constarse con las actas de notificación levantadas al respecto...” (sic.).
IV.- El Juzgado Noveno de Instrucción de San Salvador por medio de
oficio número 500 de fecha 5/2/2016 informó que la ahora favorecida está
siendo procesada en dicho juzgado por el delito que provisionalmente se cali-
fica de lavado de dinero y activos, sometida a la medida cautelar de detención
provisional; y se fijó un plazo de instrucción de seis meses que vence el veintiu-
no de abril del presente año, encontrándose dentro del mismo.
V.- 1. En relación con lo planteado en este hábeas corpus es pertinente
manifestar que, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Cons-
titución, las órdenes de detención o de prisión siempre deben emitirse de con-
formidad con la ley y por escrito.
2. La jurisprudencia constitucional se ha referido a la importancia de la mo-
tivación de las resoluciones judiciales, por su vinculación con el derecho funda-
mental de defensa, en tanto la consignación de las razones que llevaron a una
autoridad judicial a emitir una decisión en determinado sentido permite exa-
minar su razonabilidad, controlarla mediante los mecanismos de impugnación
y hacer evidente la sumisión del juez o cualquier autoridad a la Constitución
-resolución de HC 152-2008 de 6/10/2010, entre otras-.
3. La imposición de la detención provisional implica la comprobación de
ciertos presupuestos, mismos que se encuentran dispuestos en el Código Pro-
cesal Penal –artículo 329–: apariencia de buen derecho y peligro en la demora.
La concurrencia de ambos debe ser analizada por la autoridad judicial a la que
compete la adopción de la medida cautelar, en cada caso concreto.
El primero consiste en un juicio de imputación o fundada sospecha de par-
ticipación del imputado en un hecho punible. La exigencia de ese presupuesto
material requiere la observancia de dos particularidades: 1) desde un punto de
vista formal, se necesita algo más que un indicio racional de criminalidad, pues
la detención provisional precisa no sólo que exista constancia del hecho, sino
también que el juez tenga “motivos” sobre la “responsabilidad penal” del im-
putado; y 2) desde un punto de vista material, se precisa que el hecho punible
sea constitutivo de delito y no de falta.
Se trata pues, de la pertenencia material del hecho a su autor, por lo que
se vuelve indispensable que toda resolución en que se haga relación a la con-
currencia de apariencia de buen derecho –existencia del delito y participación
delincuencial–, contenga una afirmación clara, precisa y circunstanciada del he-
cho concreto y la relevancia jurídica del mismo.

801
Hábeas Corpus / Sentencias Definitivas

La existencia de apariencia de buen derecho, debe conjugarse con la del


peligro en la demora, que en el proceso penal, consiste en un fundado peli-
gro de fuga u obstaculización de la investigación del imputado. Así, sin fun-
damentada sospecha sobre los aspectos mencionados no puede justificarse la
detención provisional, dado que su finalidad esencial consiste, en asegurar las
resultas del proceso–sentencia HC 41-2008R, de 18-2-2009–.
4. Asimismo, es de señalar que en reiterada jurisprudencia se ha sostenido
que la aplicación de la medida cautelar de detención provisional debe funda-
mentarse en indicios racionales de la comisión de un delito y de la participación
del imputado en el mismo, que han de originarse en elementos vertidos en
el proceso. De tal manera que, para ordenar la detención provisional de una
persona ha de mediar en el proceso penal un mínimo de actividad probatoria
sobre la cual el juez que conoce la causa cimiente la citada restricción al dere-
cho de libertad física, elementos probatorios que deben haberse introducido al
proceso penal válidamente, esto es, sin conculcar derechos fundamentales. Lo
anterior es un imperativo derivado de la presunción de inocencia así como del
derecho de defensa del imputado – verbigracia resolución de HC 152-2008 de
fecha 6/10/2010–.
VI.- 1. De conformidad con los antecedentes jurisprudenciales indica-
dos y la propuesta de la peticionaria, el análisis constitucional a efectuar se
circunscribirá a verificar si en la decisión judicial de la autoridad demandada
que decretó la medida cautelar de detención provisional en contra de la favo-
recida se ha cumplido con el deber de motivación como garantía del derecho
de defensa, a efecto de determinar la constitucionalidad de esta.
2. Para ello, es necesario analizar la resolución emitida por la Cámara
Tercera de lo Penal de la Primera Sección del Centro, de fecha 21/10/2015, en la
que en los Considerandos I, II, III, IV, V y VI de dicha decisión, relacionó la nor-
mativa internacional y nacional que tratan sobre el combate a la delincuencia
transnacional organizada vinculados con el narcotráfico, tráfico ilícito de armas
y el lavado de dinero y activos, desarrolla el tipo penal de lavado de dinero y
activos regulado en el artículo 4 de la Ley de Lavado de Dinero y Activos, los
casos especiales a los que se refiere el artículo 5 de normativa citada.
En el Considerando VII establece lo relativo al fumus boni iuris o apariencia
del buen derecho conforme el artículo 329 inciso 1º del Código Procesal Penal,
que está constituido por la existencia del hecho tipificado como delito y la pro-
babilidad de participación del imputado en la comisión del mismo y para ello
cita los elementos indiciarios de cargo presentados por la Fiscalía General de
la República que constan de más de cincuenta y dos documentos agregados

802
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

al proceso penal, allanamientos realizados en siete inmuebles de los cuales se


extrajo una serie de evidencia que la Cámara detalla y enumera en la aludida
resolución. En el considerando XI, consigna la valoración en torno a la prue-
ba indiciaria y señala que “...En cuanto a los elementos de prueba agregados
por fiscalía que comprende una serie de cuentas bancarias, activos, créditos,
inmuebles y muebles a favor de los procesados, y en entre otra grama de ele-
mentos de convicción que se recolectaron a partir de una serie de registros con
prevención de allanamientos en inmuebles propiedad de los procesados, para
este Tribunal a esta etapa procesal se cuenta con elementos suficientes para
tener probabilidades positivas sobre la existencia del delito y la participación de
los imputados, tomando en cuenta que si bien la mayoría de ellos a esta etapa
son de naturaleza indiciaria y carentes de valor probatorio, se ha dicho por la
doctrina que estos elementos son suficientes para acreditar una imputación en
etapas iniciales de investigación. En ese sentido, se entiende que la aparente
dificultad que propone el blanqueo de capitales, por las propias circunstancias
o características del delito y dada la capacidad de camuflaje y hermetismo con
las que actúan organizaciones de este tipo, trae aparejado como consecuencia
que en el aspecto probatorio resulte relevante la prueba indiciaria...”.
De ahí que la Cámara en el Considerando XII establece la participación de
cada imputado y citó que “...Del relato fáctico contenido en el requerimiento
(...) se encuentra acreditado a través de los elementos de carácter indiciario in-
corporados al proceso hasta el momento, como lo son los estados financieros y
movimientos bancarios de los acusados, certificaciones de los bienes inmuebles
a su nombre y movimientos realizados en torno a los mismos entre varios de
los procesados...”. Por lo que en el nexo causal, consignado en el Considerando
XIII, de manera indiciaria la Cámara pudo determinar que los imputados –entre
ellos la persona beneficiada en este proceso constitucional– mantenían víncu-
los con distintos individuos ligados a la actividad ilícita sin participar en dichos
eventos, realizando una o varias de las acciones que se encuentran detalladas
en el Art. 4 de la Ley Especial de Lavado de Dinero y Activos. Por lo que el
tribunal de instancia concluyó en el Considerando XIV que los imputados “...in-
diciariamente se tiene probabilidad positiva sobre la existencia y participación
de los mismos en el delito de Lavado de Dinero y Activos (...) ya que aunque no
se ha determinado el delito precedente, se tiene documentación de que hay
nexos con el crimen organizado, pero indiciariamente persiguieron un nuevo
hecho lucrativo en sí mismo, lesionando el bien jurídico protegido por este deli-
to de lavado de activos, que al sobrepasar la condición objetiva de punibilidad,
pueden ser objeto de imputación separada (...) queda constancia mediante las

803
Hábeas Corpus / Sentencias Definitivas

certificaciones de los registros públicos de bienes inmuebles y demás bienes


muebles que adquirieron los imputados, sin aparentemente justificar los me-
dios para su compra o adquisición, ya que no registra ningún tipo de ingreso o
contribución tributaria...” (mayúsculas suprimidas)(sic.).
En el considerando XVII, se regula lo relativo al periculum in mora, como
segundo elemento para la procedencia de la interposición de la medida cau-
telar de la detención provisional, comprendido en el inciso 2º del artículo 329
del Código Procesal Penal; del cual el tribunal de instancia señala que “... se
ha presentado una serie de indicios que pretenden probar los arraigos que los
imputados tienen en el país, para desvirtuar un posible peligro de fuga, y su
sometimiento al procedimiento que se le sigue en su contra, entre ellos, certifi-
cación de partidas de nacimiento de hijos, que demuestran arraigo familiar, re-
cibos de impuestos que demuestran arraigo domiciliar, facturas de colegiaturas
debidamente cancelados, y un contrato de servicios del imputado José Misael
C. R. con la empresa CLARO, registros migratorios, antecedentes penales, etc.
arraigos presentados que esta Cámara considera no son suficientes para des-
cartar el peligro de fuga inminente en este tipo de ilícitos...”. A continuación
la Cámara señala respecto de los elementos objetivos del periculum in mora
y considera que es un delito grave, y agrega que de conformidad al inciso 2º
del art. 331 Pr.Pn. es de los delitos que se establece de manera taxativa que
no se sustituirá la medida cautelar de detención provisional por cualquier otra
medida distinta siendo que “...para este Tribunal existe fundamento ampara-
do en la ley para decretar por tanto la detención provisional, ya que la citada
disposición constituye uno de los criterios objetivos que amparan legalmente
la imposición de la medida cautelar de la detención provisional en contra de los
referidos imputados...”. Por lo que considero procedente confirmar la medida
cautelar decretada por el Juez Noveno de Paz de San Salvador.
3. A partir de lo resuelto, se advierte que la Cámara Tercera de lo Penal
de la Primera Sección del Centro señaló las razones por las que consideró que
existían suficientes elementos de convicción –prueba documental y artículos
decomisados– para determinar, en esa fase procesal, la existencia del delito y la
participación de la referida señora C. R. o C. de A. en el mismo, asimismo, tomó
en cuenta la gravedad del delito, en razón de la penalidad dispuesta en la Ley
de Lavado de Dinero y de Activos para sancionarlo, por otra parte los arraigos
presentados no le generaron convicción, por lo que consideró que aquellos
eran insuficientes para descartar el peligro de fuga.
Sobre este último tema, esta Sala precisa aclarar que en la jurisprudencia
constitucional se ha reconocido que la gravedad del delito es un elemento ob-

804
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

jetivo susceptible de ser utilizado para determinar la concurrencia de uno de


los presupuestos procesales que justifican la imposición de medidas cautelares,
el peligro en la demora –véase resoluciones de HC 36-2010 de fecha 20/4/2010
y 188-2009 de fecha 13/8/2010, entre otras–.
Por otra parte, cabe mencionar que este tribunal ha dispuesto en su ju-
risprudencia en cuanto a la individualización de las personas procesadas, que
al tratarse de pluralidad de imputados, la exigencia de motivación no llega a
extremos tales de exigir una exposición extensa y prolija de las razones que
llevan al juzgador a resolver en tal o cual sentido, ni tampoco requiere de la
expresión completa del proceso lógico que el Juez utilizó para llegar a su de-
cisión, ni es imprescindible una descripción exhaustiva de lo que se consideró
probado, dado que basta con exponer en forma breve, sencilla pero concisa,
los motivos de la decisión jurisdiccional, de tal manera que tanto la persona a
quien se dirige la resolución, como cualquier otro interesado en la misma, logre
comprender y enterarse de las razones que la informan.
Asimismo, cabe mencionar que en un inicio es aceptable establecer –para
una pluralidad de imputados– este requisito de manera general, siempre y
cuando de la motivación realizada –fundada en los elementos aportados inicial-
mente en la investigación– se vislumbren con claridad los motivos que llevan al
juez a considerar posibles autores o participes a los imputados procesados; ello
en atención a la posibilidad que existe de que el juez, en ese primer momen-
to, cuente únicamente con elementos probatorios que involucren de manera
general a los inculpados, y de los que no sea posible determinar las probables
diferencias en los grados de participación delincuencial de los mismos, lo que
sin lugar a dudas debe procurarse en el transcurso de la fase de investigación
procesal –véase resoluciones de HC 514-2014R, 65-2010R y 15-2009 de fechas
14/01/2015, 25/05/2010 y 8/04/2011, respectivamente–.
Con base en lo dicho, este tribunal advierte que la Cámara decidió con-
firmar la detención provisional por considerar que existen indicios suficientes
para establecer que la conducta de la favorecida encaja en el tipo penal atri-
buido, para ello se hicieron razonamientos generales acerca de los hechos pre-
sentados por la parte acusadora, precisamente por tratarse de la fase inicial del
proceso penal en la que se tienen indicios que durante la fase de instrucción
deben investigarse a efecto de determinar si procede la etapa de juicio en con-
tra de los imputados y de manera particular en contra de la beneficiada.
En este contexto, de acuerdo a la jurisprudencia de este tribunal, las razo-
nes que justifican el cumplimiento de los presupuestos procesales de la deten-
ción provisional son suficientes para considerar que en la fase inicial del proceso

805
Hábeas Corpus / Sentencias Definitivas

penal es posible sostener la medida cautelar impuesta, ya que al tratarse de


una pluralidad de imputados, no se requiere un análisis exhaustivo sobre este
aspecto para cada uno de ellos, dado que por la complejidad de las conduc-
tas atribuidas es razonable que en ese estado procesal solo se tengan indicios
generales que vinculen al imputado y que permitan sostener la necesidad de
sujetarlo al proceso con la medida cautelar impuesta.
En ese sentido, es posible inferir de lo expuesto por la autoridad demanda-
da que, en relación con la persona favorecida, existen datos que llevaron a los
magistrados a determinar la concurrencia de los presupuestos procesales que
justifican este tipo de restricciones a la libertad de las personas, los cuales fue-
ron expuestos en la decisión que decretó la medida cautelar impuesta.
Por tanto, se ha logrado determinar que la pretensión planteada no debe
ser estimada, en tanto que la autoridad demandada cumplió con su deber de
motivación al decretar la detención provisional en contra de la favorecida, con
base en los parámetros constitucionalmente admisibles.
Por las razones expresadas y de conformidad con los artículos 2, 11, 12 inci-
so 1º de la Constitución; esta Sala RESUELVE:
1. Declárase no ha lugar el presente hábeas corpus solicitado por la licenciada
Crissia Meiber López Castro a favor de Sandra Guadalupe C. R., conocida
también según afirma, por Sandra Guadalupe C. de A., por haberse cumpli-
do el deber de motivación en la decisión en la que se confirmó la medida
cautelar de detención provisional en su contra.
2. Continúe la favorecida en la situación jurídica en que se encuentre.
3. Notifíquese.
4. Archívese.
F. MELENDEZ---J. B. JAIME---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZALEZ---PRONUN-
CIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E. SOCORRO
C.---SRIA.---RUBRICADAS.

225-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las once horas con cincuenta y tres minutos del día dieciséis de
marzo de dos mil dieciséis.
Por recibidos: oficio SDT-0198-2016, remitido por el Director del Centro Pe-
nitenciario de Seguridad de Zacatecoluca el 5/2/2016 y al cual adjunta escrito
suscrito por el ahora favorecido Misael Antonio O., en el cual según su conteni-

806
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

do, se advierte que reitera los términos de su pretensión inicial; y, oficio 255, de
fecha 2/2/2016 mediante el cual el Juzgado de Primero de Paz de Zacatecolu-
ca, remite diligencias de comisión procesal.
El presente proceso de hábeas corpus ha sido promovido a su favor por el
referido señor O., contra omisiones de la Dirección General de Centros Penales,
Dirección del Centro Penitenciario de Seguridad de Zacatecoluca y Consejo Cri-
minológico Regional Paracentral.
Leído el proceso y considerando:
I. El peticionario alega encontrarse en el Centro Penitenciario de Seguridad
de Zacatecoluca bajo el régimen de encierro especial desde el 7/4/2011, del
cual asegura no se le realizan ni programas “especializados” ni evaluaciones
técnicas encaminadas a determinar si debe seguir en dicho régimen o ser reubi-
cado en otro, lo anterior en virtud de que dicho establecimiento penitenciario
no tiene equipo técnico criminológico nombrado desde “hace años”, circuns-
tancia que les fue informada a la población interna en general por el director
de ese centro penal y corroborada por la Jueza de Vigilancia Penitenciaria y
de Ejecución de la Pena de San Vicente por resolución de las quince horas y
cincuenta y cinco minutos del día 15/8/2014 –según afirma–; vulnerándose con
ello, además, lo dispuesto en el art. 79 inc. 2º de la Ley Penitenciaria, relativo a
la excepcionalidad, necesidad y temporalidad en que una persona puede estar
recluida en dichos centros de seguridad.
II. De conformidad con la Ley de Procedimientos Constitucionales se nom-
bró como juez a ejecutor a Gerardo Luna Benítez, quien en su informe rendido
a esta sala se limitó a señalar que realizó las intimaciones a las autoridades
demandadas, y que solicitó la verificación del expediente del ahora favorecido,
pero sin realizar conclusiones acerca de ello.
III. Las autoridades demandadas, remitieron su respectivo informe de de-
fensa así:
- El Director General de Centros Penales informó el 22/1/2016 que el in-
terno Misael Antonio O., sí ha recibido programas de capacitación –los cuales
describe en su informe– desde su ingreso al Centro Penitenciario de Seguridad
de Zacatecoluca en el cual se encuentra el favorecido, pero admitió que en ra-
zón de un “atentado” que se dio en el año 2010 en contra del Equipo Técnico
Criminológico de aquel entonces, dichos miembros del mismo solicitaron su
traslado, por lo que durante un tiempo no estaba conformado un equipo para
dicho centro penal. No obstante ello, aseveró que se hicieron esfuerzos para
que un equipo itinerante estuviera desplazándose cada semana, y a la fecha ya
se cuenta con equipo técnico completo.

807
Hábeas Corpus / Sentencias Definitivas

- Mediante oficio número 57/2016 recibido el 25/1/2016 el Director del


Consejo Criminológico Regional Parecentral remitió informe suscrito por los
miembros del aludido consejo. En este se indicó que el interno ha sido evaluado
en fechas 23/3/2012 y 1/4/2012, y que ha recibido también diferentes cursos
penitenciarios. Sin indicar haber efectuado una evaluación en fechas recientes.
- El Director del Centro Penitenciario de Seguridad de Zacatecoluca, infor-
mó mediante oficio SDT-0093-2016 de fecha 20/1/2016 que el favorecido ha re-
cibido varios programas dentro del centro penal en el cual se encuentra, y con
relación al reclamo planteado acerca de la inexistencia de un equipo técnico
que realice evaluaciones indicó, que desde el día 7/10/2013 al 31/1/2015 no se
contaba con Equipo Técnico Criminológico de forma permanente, pero a par-
tir del 11/1/2016 ya se ha establecido equipo permanente para dicho recinto,
quienes iniciaran con los programas especializados.
Así, tampoco indicó ninguna evaluación al interno en fechas cercanas a la
promoción de este proceso o posteriores inmediatas a éste.
IV. 1. Con respecto al tema en estudio debe indicarse que esta sala ya se ha
referido al régimen especial, y ha señalado que este es admisible constitucional-
mente bajo parámetros de excepcionalidad, proporcionalidad, temporalidad
y necesidad; y es que la adopción del mismo implica restricciones adicionales
al derecho de libertad respecto a otro régimen, así de no aplicarse aquel con
base en la Constitución, atentaría contra dicha categoría constitucional (véase
resolución HC 416-2011, de fecha 18/5/2012).
De acuerdo con el artículo 194 del Reglamento de la Ley Penitenciaria el
Equipo Técnico Criminológico determinará o calificará la peligrosidad extrema
a la inadaptación del interno a los centros ordinario y abierto. Lo hará bajo la
apreciación de causas objetivas y mediante resolución razonada.
Asimismo, el Reglamento de la Ley Penitenciaria en su artículo 145, letra
“c”, establece que una de las funciones de los Equipos Técnicos Criminológicos
de cada centro penitenciario es la formulación de propuestas de ubicación de
los internos.
Así, la permanencia en dicho régimen especial se establece a través de las
propuestas de los equipos técnicos ante el Consejo Criminológico Regional, au-
toridad que determina, conforme a sus funciones, la clasificación de los pena-
dos en los distintos tipos de centros, según las condiciones personales de aque-
llos –articulo 31 número 3 de la Ley Penitenciaria, 181 y 197 del Reglamento de
la misma ley.
De ahí, que los avances conductuales de los penados se advierten precisa-
mente en las evaluaciones que de forma periódica y sistemática deberían reali-

808
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

zarse a los éstos, por parte de los equipos técnicos criminológicos designados a
cada centro penal (véase también sentencia HC 200-2011, de fecha 27/2/2013).
De modo que, la falta de conformación de un equipo técnico que esté de
forma constante y de acuerdo a los plazos legales –articulo 197 del Reglamento
de la Ley Penitenciaria–realizando evaluaciones podría conllevar a una perma-
nencia indeterminada e injustificada bajo tal régimen especial de encierro al
haber podido variar condiciones personales del interno, sin que éste haya sido
evaluado y se haya podido establecer tal aspecto.
2. Por otra parte, conforme a la ley penitenciaria mencionada, en el artículo
21 se establece entre las funciones del Director General de Centros Penales ga-
rantizar el cumplimiento de la referida ley así como de su reglamento, además
de presentar el proyecto de presupuesto de funcionamiento e inversión y vigi-
lar que se cumpla lo presupuestado; proponer al Ministro de Justicia para su
nombramiento o contratación, la nómina del personal de todas sus dependen-
cias, así como refrenda, traslados, ascensos y destituciones. Lo anterior, consi-
derando además, que dicho ente tiene el control administrativo de los Centros
Penitenciarias de los cuales forman parte los equipos técnicos –artículos 28y
139 del Reglamento de la Ley Penitenciaria.
En el mismo reglamento, se indica que una de las funciones de la Dirección
del Centro Penal es “coordinar (...) el Equipo Técnico Criminológico” y de igual
forma, “atender en forma permanente las necesidades de los internos”, artícu-
lo 141.
De manera tal que son ambas autoridades administrativas las que mayor
incidencia tienen en el proceso de conformación –y debida contratación– del
Equipo Técnico Criminológico del Centro Penitenciario de Seguridad de Zaca-
tecoluca.
No obstante ello, también los Consejos Criminológicos Regionales tienen la
función de supervisar el trabajo de los equipos técnicos que les correspondan,
en este caso el Consejo Criminológico Regional Paracentral es el encargado de
supervisar que exista conformado un equipo para que cumpla con los dispues-
to en la normativa penitenciaria. Artículo 44 letras “a”, “d” y “g” del reglamen-
to indicado.
Entonces, aunque esta última autoridad relacionada no pueda incidir admi-
nistrativamente para la conformación del equipo técnico criminológico en un
especifico centro, sí está en la obligación de coordinar el trabajo de los equipos
técnicos criminológicos de los centros penales –bajo su competencia– aunque
estos sean de forma itinerante, como se alude estuvo funcionando el Equipo
Técnico Criminológico en el Centro Penitenciario de Zacatecoluca. Y además,

809
Hábeas Corpus / Sentencias Definitivas

de hacer las gestiones, conforme a sus competencias legales, para solicitar se


conforme equipo técnico criminológico, en caso de inexistencia de este.
V. Advertido lo anterior, el reclamo propuesto está referido a una afecta-
ción al derecho de libertad física, pues se alega que no existe un equipo técni-
co criminológico que realice evaluaciones que puedan conllevar a resoluciones
que permitan determinar la permanencia en dicho régimen especial o ser tras-
ladado a un centro ordinario en donde pudiese llegar a obtener, al cumplir con
los parámetros legales, ciertas cuotas de libertad.
En ese sentido, en el caso concreto se ha acreditado que desde el 7/10/2013
al 31/1/2015 no se contaba con Equipo Técnico Criminológico de forma per-
manente, según lo afirmó el Director del Centro Penitenciario de Seguridad de
Zacatecoluca, y tampoco se ha informado que el interno haya sido evaluado
en fechas recientes, ya que por su parte el Director General de Centros Penales
manifestó que ese centro había estado funcionando con un equipo itinerante,
para impartir programas a los internos, sin referir nuevas evaluaciones al favo-
recido desde el año 2012.
De manera que, a la fecha de promoción de este proceso, el día 15/7/2015,
el interno no había sido evaluado desde el año 2012, por parte de un equipo
técnico criminológico, a efecto de que tal autoridad pudiese emitir el dictamen
respectivo para determinar si aquel debe o no permanecer en ese régimen
especial, ante el Consejo Criminológico Regional. Ello, de forma contraria a lo
determinado en la ley, pues esta indica que los penados deben ser evaluados
de forma periódica, según los artículos 253 y 350 del Reglamento de la Ley Pe-
nitenciaria, debiendo considerarse que la aplicación de tal régimen es temporal
hasta que desaparezcan las condiciones que fundamentaron el mismo, y no
puede volverse nunca en un encierro prolongado e indeterminado, pues ello
contraviene su excepcionalidad, volviéndolo inconstitucional, como así lo ha in-
dicado esta sala (verbigracia resolución HC 416-2011, de fecha ya relacionada).
Lo cual es concordante con los artículos 79 de la Ley Penitenciaria y 197 de su
Reglamento.
Así, la omisión del Director General de Centros Penales como del Director
de dicho reclusorio en hacer gestiones oportunas encaminadas a conformar un
Equipo Técnico Criminológico para ese centro penitenciario de seguridad ha
permitido, que el favorecido no obtenga evaluación integral por más de tres
años al momento de promover este proceso, lo cual ha provocado una inciden-
cia en su derecho de libertad, al no poderse determinar si dicho recluso puede
acceder a cumplir pena en un centro penal abierto u ordinario, en el caso de
haberse superado las condiciones que lo fundamentaron. Y es que si bien, el

810
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

aludido director del citado recinto indicó que se hicieron esfuerzos para confor-
mar equipo técnico, esté no refirió datos en ese aspecto y que se acreditaran
en el proceso, pero además el favorecido tampoco fue evaluado por el equipo
técnico que actuaba de forma itinerante.
Ello, también era una cuestión que le competía verificar al Consejo Crimi-
nológico Regional no solo en su deber de velar que se cumpla la normativa
penitenciaria, sino además, porque como se dijo, una de sus funciones es coor-
dinar la labor de los equipos técnicos criminológicos. Por tanto, la pretensión
propuesta deberá ser estimada.
Cabe agregar que esta situación –de ausencia de conformación de equi-
po técnico criminológico permanente– ya había sido advertida también por el
Juzgado de Vigilancia Penitenciaria y de Ejecución de la Pena de San Vicente,
según resolución de fecha 15/8/2014, autoridad que ordenó solventar la mis-
ma; sin embargo, no se refirieron en este proceso constitucional, evaluaciones
recientes al interno en específico, a partir de tal pronunciamiento judicial, ello,
por parte de las aludidas autoridades administrativas.
VI. Con respecto a la vulneración reconocida, debe aclararse que esta sala
no tiene facultades para determinar si el favorecido debe permanecer o no en
el régimen especial en el cual se encuentra pues ello es competencia exclusiva
de los Equipos Técnicos Criminológicos que evalúan y emiten dictamen sobre
la ubicación de los internos ante el Consejo Criminológico Regional respectivo;
así, dada la naturaleza de la pretensión lo procedente es ordenar al Equipo Téc-
nico Criminológico del Centro Penitenciario de Seguridad de Zacatecoluca que,
realice las gestiones que correspondan para que el favorecido sea evaluado y
se emita el dictamen que se considere pertinente, ello, en caso de no haberlo
hecho ya al recibo de esta decisión.
VII. Finalmente, con relación al escrito suscrito por el referido señor O., re-
lacionado al inicio de esta resolución, en virtud de que lo expuesto en el mismo
se refiere al reclamo dirimido en esta sentencia lo que corresponde es agregar-
lo a sus antecedentes.
Con fundamento en los argumentos expuestos y de conformidad con lo
establecido en los artículos 11 inciso 2º de la Constitución, esta sala resuelve:
1. Agréguese a sus antecedentes la documentación reseñada al inicio de esta
sentencia.
2. Declárase ha lugar al hábeas corpus promovido a su favor por el señor Mi-
sael Antonio O., por haberse vulnerando el derecho de libertad física del
favorecido por parte de las autoridades demandadas, al omitir realizar de
forma oportuna diligencias para conformar el Equipo Técnico Criminoló-

811
Hábeas Corpus / Sentencias Definitivas

gico del Centro Penitenciario de Seguridad de Zacatecoluca, a efecto de


determinarse mediante las evaluaciones respectivas la continuidad del in-
terno en ese centro.
3. Ordenáse al Equipo Técnico Criminológico del Centro Penitenciario de Se-
guridad de Zacatecoluca, proceda a realizar las gestiones correspondientes
para que pueda evaluarse al favorecido y que se emita el dictamen que se
considere procedente. Ello, en caso de no haberlo hecho ya al recibo de
esta decisión.
4. Notifíquese conforme al procedimiento dispuesto en el presente proceso
constitucional.
5. Archívese.
A. PINEDA.---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME.---E. S. BLANCO R.---R. E. GON-
ZALEZ.---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRI-
BEN.---E. SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.

812
Inconstitucionalidades
Iniciados por demanda

Improcedencias

113-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA,


San Salvador a las catorce horas y treinta y cinco minutos del día catorce de
enero de dos mil dieciséis.
Analizada la demanda presentada por el ciudadano Marvin Osvaldo Gon-
zález Argueta, mediante la cual solicita se declare la inconstitucionalidad del
art. 11 inc. 2° de la Ley de Impuesto a las Operaciones Financieras (emitida me-
diante Decreto Legislativo n° 764, de 31-VII-2014, publicado en el Diario Oficial
n° 142, Tomo 404, de 31-VII-2014 [o “LIOF”]), por la supuesta transgresión a los
arts. 86 inc. 1° y 168 ord. 14° de la Constitución de la República (en lo sucesivo
“Cn.”); se hacen las siguientes consideraciones:
La disposición legal que ha sido impugnada establece lo siguiente:
Ley de Impuesto a las Operaciones Financieras.
Normas Aplicables
“Art. 11 [inc. 2°].- La Administración Tributaria emitirá la normativa que
facilite la aplicación de esta Ley, estableciendo en ella entre otros, la forma
como se deberán efectuar las retenciones, reglas de redondeo, controles y los
documentos de resguardo necesarios. Para tales efectos, podrá apoyarse en
el Banco Central de Reserva de El Salvador y la Superintendencia del Sistema
Financiero”.

I. Inicialmente, el demandante citó el contenido normativo del objeto y de


los parámetros de control.
En ese orden, por una parte, al referirse al art. 168 ord. 14° Cn., manifestó
que tal disposición constitucional otorga la facultad expresa y directa al Pre-
sidente de la República para decretar los reglamentos que se encarguen de
desarrollar una ley; y, por otra, al referirse al art. 86 inc. 1° Cn., expresó que la
facultad reglamentaria antes descrita, es indelegable.
Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Improcedencias

1. Al justificar la inconstitucionalidad argüida, el accionante sostuvo que al


desarrollar el contenido normativo del artículo impugnado, “se estaría actuan-
do en contra [de los] Artículos 11 inc. 2° y artículo 168 inc. 14 [Cn.]” (sic).
Y es que –alegó–, a la Administración Tributaria se le están concediendo fa-
cultades normativas que “no le han sido otorgadas por la constitución”, ya que
la facultad normativa de desarrollar los contenidos de la leyes secundarias “solo
es reconocida constitucionalmente para el Presidente [de la] República” (sic).
Después de comentar la concepción de la potestad reglamentaria, según
lo dicho por este Tribunal en la sentencia de 25-VI-2009, Inc. 26-2008, opinó
que, tal facultad “no debe de poseerla cualquier persona en particular ya que
como se ve es una potestad muy grande que concede la [Constitución] única y
exclusivamente al Presidente [de la] República” (sic).
Desde tal perspectiva, luego de señalar la necesidad de las leyes de contar
con la denominada “colaboración reglamentaria” y, los requisitos y alcance de
ésta, el peticionario indicó: (i) los requisitos para la limitación de los derechos
fundamentales; y, (ii) las consecuencias derivadas de la interrelación de la ley
y el reglamento en el sistema de fuentes del Derecho; para afirmar que, “si un
reglamento es creado para desarrollar o explicar una ley de mejor manera este
tipo de reglamento únicamente podrá ser emitido por el Presidente [de la]
República por ser una facultad que le concede la Constitución de la República”.
Desde tal punto de vista, luego de exponer lo que a su juicio consiste en la
concepción, funciones y límites de los reglamentos de ejecución, de acuerdo a
lo expuesto en sentencia del 25-VI-2009, Inc. 26-2008 –ya citada–, sostuvo que
“... el reglamento ejecutivo solo podrá decretarlo el Presidente [de la] Repúbli-
ca, para que pueda tener competencia general para todas las personas que se
sometan a él”.
2. Por otra parte, el peticionario comentó el principio de inderogabilidad
de las atribuciones y competencias y, lo definió según lo expresado por esta
Sala en la sentencia de 19­IV-2005, Inc. 46-2003.
Al respecto, resaltó que “[e]ste criterio de la eficacia personal interna de
los instrumentos normativos subordinados al reglamento tiene importancia
respecto a la posibilidad de transferir o delegar la competencia reglamentaria
a ese tipo de fuentes normativas, aunque sea dentro del propio Órgano Ejecu-
tivo”.
En consecuencia, “el reglamento de ejecución sí está destinado a los parti-
culares, precisamente porque su objeto es desarrollar y facilitar la aplicación de
una ley de carácter general”.
Y es que, en cuanto a los reglamentos de ejecución, alegó que su eficacia
personal externa se basa en la “legitimidad política directa del Presidente de la

814
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

República, el cual estaría delegando que se emitan normas de carácter general


y abstracto para el cumplimiento de terceros, lo que equivale a una reglamen-
tación y no a la regulación propia de un instructivo, que no puede contener
normas que trasciendan la institución en la cual han sido emitidas”.
Estas consideraciones agotan el contenido relevante de la demanda.
II. En vista de los motivos de inconstitucionalidad alegados por el ciudada-
no González Argueta es pertinente hacer una referencia a las condiciones que
debe cumplir .una pretensión de inconstitucionalidad para justificar el inicio de
este proceso.
El proceso de inconstitucionalidad tiene por objeto realizar un análisis so-
bre la estimación o no de una pretensión de inconstitucionalidad. Esta preten-
sión consiste en un alegato sobre la supuesta contradicción entre el contenido
normativo de una disposición o acto identificado como objeto de control y el
contenido normativo de una disposición constitucional propuesta como pará-
metro. El inicio y desarrollo de este proceso solo es procedente cuando dicha
pretensión está fundada. El fundamento de la pretensión radica en los motivos
de inconstitucionalidad, es decir, en la exposición suficiente de argumentos que
demuestren la probabilidad razonable de una contradicción o confrontación
entre normas derivadas de las disposiciones invocadas. De lo contrario, una
pretensión sin fundamento es improcedente (Auto de13-III-2013, Inc. 4-2013).
El que la pretensión de inconstitucionalidad deba plantear un contraste
entre normas, indica que el fundamento de esa pretensión exige una labor
hermenéutica o interpretativa, o sea, una argumentación sobre la inconsisten-
cia entre dos normas, no solo entre dos disposiciones o textos. Las normas son
productos interpretativos y su formulación no se logra con una simple lectura
o un mero cotejo de enunciados lingüísticos (Auto de 13-III-2013, Inc. 5-2013).
Por ello, el fundamento de la pretensión de inconstitucionalidad debe ser
reconocible como un auténtico ejercicio argumentativo de interpretación de
normas y no como una ligera impresión subjetiva de inconsistencia, causada
por una lectura defectuosa o superficial de los enunciados respectivos, por el
uso de criterios extravagantes de contraposición textual o por una interpreta-
ción aislada, inconexa o fragmentaria de las disposiciones en juego (Auto de
14-VI-2013, Inc. 97-2012).
Para no banalizar el control de constitucionalidad, la tesis o idea de que
existe una incompatibilidad o contradicción entre el objeto y el parámetro de
control debe ser plausible, es decir, aceptable en principio, mínima o tentati-
vamente, o por lo menos no rechazable de modo manifiesto o inmediato. El
fundamento de la pretensión no puede ser solo aparente o sofisticado, como

815
Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Improcedencias

sería el construido con base en una patente deficiencia interpretativa, cuyo


resultado sea ajeno al sentido racional ordinario de los contenidos lingüísticos
analizados, según su contexto, finalidad y alcance jurisprudencial; o cuando en
lugar de contenidos normativos se contraponen especulaciones personales so-
bre las posibles desviaciones de la aplicación del objeto de control. Una preten-
sión en esas condiciones es insustancial o improcedente, incapaz de justificar el
desenvolvimiento de una amplia actividad jurisdiccional sobre la existencia de
la inconstitucionalidad alegada (Auto de 14-VI-2013, Inc. 97-2012).
Además, en relación con las disposiciones constitucionales empleadas como
parámetros de control, un ejercicio argumentativo auténtico y suficiente de in-
terpretación de normas, debe tomar en cuenta que la atribución de sentido o la
determinación de significado que realiza esta Sala en su jurisprudencia quedan
incorporadas al contenido normativo de tales disposiciones (Improcedencia de
6-X-2011, Inc. 14-2011). De este modo, es indispensable que la supuesta con-
frontación internormativa que sostiene la pretensión de inconstitucionalidad
sea compatible con el alcance o criterio hermenéutico que este tribunal haya
adscrito en sus sentencias al respectivo precepto constitucional. En su caso, el
fundamento de la pretensión podría exponer las razones suficientes por las que
esa comprensión jurisprudencial del texto de la Constitución debe ser abando-
nada o modificada, pero no puede simplemente ignorarla, pues ello también
revelaría el carácter superfluo del alegato planteado (Auto de 14-VI-2013, Inc.
139-2012).
III. Corresponde la aplicación de los criterios antes expuestos al contenido
relevante.
1. Para iniciar con el tema, es necesario efectuar algunas consideraciones
sobre la potestad reglamentaria.
A. En primer lugar, dicha potestad se entiende como la facultad atribuida
por el ordenamiento jurídico a determinados órganos o entes públicos, y en
razón de determinadas y variadas circunstancias, para dictar reglamentos, es
decir, disposiciones jurídicas de contenido normativo, obligatorias y con valor
subordinado a la ley (Sentencias de 16-VII-2002, Inc. 11-97).
B. Dentro de sus distintas manifestaciones es pertinente referirse al re-
glamento de ejecución, que se dicta para detallar los aspectos accesorios
y los medios técnicos que posibilitan la aplicación de una ley. Este tipo de
reglamento puede y debe desarrollar los contenidos de la ley mediante dis-
posiciones acordes con ella, siempre que no contradigan su texto y su fina-
lidad. Es decir, cumple una función normativa complementaria, al interpre-
tar el alcance o precisar las formas de aplicación de las disposiciones legales;

816
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

derivar o constatar la habilitación legal de competencias inherentes o implíci-


tas; disciplinar cuestiones técnicas o intensamente variables; definir medidas
de escasa o nula incidencia en la esfera jurídica de los ciudadanos; o concretar
principios generales del derecho, entre otros contenidos posibles, ya que las
formas que adopta la colaboración normativa entre la ley y el reglamento son
múltiples y heterogéneas (Sentencia de 25-VI-2009, Inc. 26-2008).
C. Ahora bien, conviene diferenciar entre el reglamento y los instrumentos
normativos subordinados a éste (instructivos, instrucciones, circulares, directi-
vas, etc.), ya que el contraste entre ellos responde al criterio de la eficacia per-
sonal.
El reglamento de ejecución está destinado a los particulares, precisamente
porque su objeto es desarrollar y facilitar la aplicación de una ley de carácter
general, ya que el alcance de su colaboración normativa con la ley y su consi-
guiente eficacia personal externa se basan en la legitimidad política directa del
Presidente de la República.
Por su parte, los instructivos, instrucciones o circulares se fundan en el po-
der jerárquico, de mando o de supervisión que tiene un funcionario sobre el
servicio que administra; por lo tanto su eficacia solo es interna en cuanto a la
Administración Pública, por lo tanto, carece de eficacia directa sobre los parti-
culares (Cfr. con Sentencia de 5-XII-2012, Inc. 13-2012).
2. Expuesto lo anterior, el motivo de inconstitucionalidad central alegado
consiste en que la facultad establecida en el objeto de control únicamente pue-
de ser ejercitada por el Presidente de la República, dado que el producto norma-
tivo que será emitido tendrá que ser acatado por los particulares.
A. Por el modo en que está formulado el argumento del actor, esta Sala
únicamente puede analizar la procedencia del reproche con relación a la su-
puesta infracción al principio de indelegabilidad de funciones –art. 86 inc. 1°
parte final Cn.–, pues, se trata de un parámetro de control más concreto que el
derivable del art. 168 ord. 14° Cn.
Y es que, al exponer la razones por las cuales considera que el art. 11 inc.
2° LIOF es inconstitucional, se advierte que el ciudadano González Argueta
reconoce que la potestad de decretar reglamentos de ejecución corresponde
al Presidente de la República; sin embargo, la disposición objetada faculta a
la Administración Tributaria a fin de emitir normativa que –a su criterio– será
obligatoria para los particulares, siendo este el argumento con el que pretende
evidenciar la transgresión constitucional que produce el objeto de control; en
consecuencia, el reconocimiento de a quién corresponde ejercer la potestad re-
glamentaria es un enfoque más genérico del que se produce en relación al del

817
Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Improcedencias

principio de indelegabilidad de funciones –art. art. 86 inc. 1° parte final Cn.–;


en esa línea, conviene recordar que el posible exceso en la competencia de un
órgano del Gobierno (en este caso, el Órgano Legislativo) no es argumento su-
ficiente para entrar a revisar una eventual inconstitucionalidad cuyo parámetro
de control sea una norma que regula las competencias de otro órgano (Presi-
dente de la República) (Cfr. con Sentencia de 6-IX-2001, Inc. 27-99).
Por lo anterior, debe aplicarse el criterio jurisprudencial según el cual “...
ante la invocación simultánea de disposiciones constitucionales que contienen
preceptos genéricos y otros más concretos, y en los cuales se refleje la misma
confrontación normativa, es de mayor sujeción para el fallo dar preferencia a
estas últimas (resoluciones de 11-V-2005 y 24-IV-2013, Incs. 11-2004 y 115-2012,
respectivamente). En consecuencia, la demanda presentada debe rechazarse
por medio de la figura de la improcedencia en relación con del art. 168 ord.
14° Cn.
3. En cuanto a la presunta vulneración del principio de indelegabilidad
de funciones, este Tribunal considera que el peticionario no logró identificar
adecuadamente los elementos del control de constitucionalidad indispensa-
bles para que en el presente proceso constitucional se emita una sentencia de
fondo, en la confrontación internormativa desarrollada; y es que, tal posición
tiene basamento en que, el ciudadano González Argueta, no justificó cómo las
normas que serían dictadas por la Administración Tributaria tendrían la virtua-
lidad de cumplir con las finalidades propias de los reglamentos emitidos por el
Presidente de la República.
En efecto, el solicitante explicó la potencial aplicación de la normativa in-
constitucionalidad a los particulares, pero no argumentó cómo los ámbitos nor-
mativos indicados en el art. 11 inc. 2° LIOF, implican ineludiblemente la emisión
de un reglamento; pues no desarrolló que carácter o efecto tienen las normas
que se pretende dictar.
IV. Con base en todo lo apuntado y de conformidad con el artículo 6 de la
Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárase improcedente la pretensión contenida en la demanda presenta-
da por el ciudadano Marvin Osvaldo González Argueta, mediante la soli-
cita la declaratoria de inconstitucionalidad del art. 11 inc. 2° de la Ley de
Impuesto a las Operaciones Financieras, por la supuesta transgresión a los
arts. 86 inc. 1° parte final y 168 ord. 14° Cn.
2. Tome nota la Secretaría de este Tribunal del lugar señalado por el deman-
dante para recibir los actos procesales de comunicación.

818
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

3. Notifíquese.-
A. PINEDA.---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME---E. S. BLANCO. R.---PRONUNCIA-
DO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---E. SOCORRO C.---
SRIA.---RUBRICADAS.

120-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las catorce horas con treinta minutos del día catorce de enero
de dos mil dieciséis.
Analizada la demanda presentada por las ciudadanas Liliana Maricela Vi-
llalovo Mejía, Hazel María Preza Zelada, Roxana María Cisneros Romaldo y Ve-
rónica Lissette González de Romero, mediante la cual solicitan se declare la
inconstitucionalidad, por vicio de contenido, del art. 410 inc. 1° del Código de
Trabajo (CT, en lo sucesivo), contenido en el Decreto Legislativo n° 15, del 23-
VI-1972, publicado en el Diario Oficial n° 142, Tomo 236, del 31-VII-1972, por su-
puestamente vulnerar los arts. 3, 15, 172 inc. 3° y 186 inc. 5° de la Constitución
(Cn., en lo que sigue), esta Sala hace las siguientes consideraciones:
La disposición impugnada literalmente establece:
Código de Trabajo
Art. 410 [inc. 1°].- Se prohíbe interrogar a los testigos leyéndoles las pre-
guntas formuladas en el cuestionario presentado al efecto, el cual sólo servirá
de guía al juez para recibir sus declaraciones. El juez podrá hacer al testigo
todas las preguntas que estime necesarias para asegurarse de su veracidad o
para el mejor esclarecimiento de los hechos; y las partes podrán hacer al testigo
hasta tres preguntas sobre cada punto de su deposición.
I. 1. En relación con la supuesta transgresión al principio de legalidad es-
tablecido en el art. 15 Cn., las demandantes expusieron que por su investidu-
ra, los jueces administran justicia en nombre del pueblo y por autoridad de
la Constitución y de la ley, de manera que en el ejercicio de su función debe
asegurarse la imparcialidad, debiendo ser equidistante respecto de las partes
procesales.
Aunado a esto –dijeron–, la función principal de los jueces es velar por el
cumplimiento de los derechos y garantías constitucionales dentro de los pro-
cesos de los que conozca, por tanto, “[...] el modelo de juez que reconoce la
Constitución y las Leyes [sic] en El Salvador, es la de un juez dedicado a la ob-
jetividad e imparcialidad en la valoración de los hechos; en ese sentido, es un

819
Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Improcedencias

juez garante del trámite de la investigación; [sic] pues la tarea de investigar, es


incompatible con la de juzgar”.
2. Por otra parte, las pretensoras afirmaron que el art. 410 inc. 1° CT vulne-
ra el principio de igualdad reconocido en el art. 3 inc. 1° Cn., entendido como
una garantía a los ciudadanos a ser tratados de igual manera. En la disposición
impugnada este principio se viola por el tratamiento desigual que conlleva ha-
cia las partes en un proceso laboral, debido a que cuando el juez interroga a
los testigos y les formula las preguntas que estime necesarias se vuelve parte
procesal, perdiendo la imparcialidad en su función y en la valoración de los
hechos que se les presenten.
Sobre lo anterior –alegaron–, “[...] en la práctica en los Juzgados de lo La-
boral y en base a [sic] esta disposición legal, art. 410 inc primero C. Tr. [sic], es el
Juez el que en base al [sic] cuestionario presentado por la parte, el que procede
a interrogar al testigo, poniendo a la parte que presenta los testigos en una
posición de ventaja al ser el juez un experto en el interrogatorio [...]”.
3. Por último, las ciudadanas expusieron que el art. 410 inc. 1° CT transgre-
de el principio de imparcialidad judicial derivado de los arts. 172 inc. 3° y 186
inc. 5° Cn., que se refiere a la “ajenidad” del juez frente a los intereses de las
partes en un litigio, porque obstaculiza el derecho a un juez natural, indepen-
diente e imparcial, en tanto que permite a los juzgadores ser partes procesales
al concederles la facultad de interrogar a los testigos presentados.
II. 1. Sobre lo expuesto, es preciso manifestar que en el proceso de incons-
titucionalidad el fundamento jurídico de la pretensión se configura con el seña-
lamiento preciso de las disposiciones legales impugnadas y de las disposiciones
constitucionales que permitan establecer el contraste normativo correspon-
diente; mientras que el fundamento material de la pretensión lo constituye,
por un lado, el contenido del objeto y del parámetro de control y, además, los
argumentos tendentes a evidenciar la contradicción existente entre ambos.
En este sentido, el inicio y desarrollo de este proceso sólo es procedente
cuando dicha pretensión de inconstitucionalidad exprese claramente la con-
frontación internormativa que demuestre la presunta inconstitucionalidad ad-
vertida y, además, cuando se funde en la exposición suficiente de argumentos
sobre la probabilidad razonable de dicha confrontación, no sólo entre dos dis-
posiciones o textos. Y es que, debido a que las normas son productos interpre-
tativos y su formulación no se logra con una simple lectura o un mero cotejo
de enunciados lingüísticos, una pretensión de esta índole requiere un auténtico
ejercicio argumentativo de interpretación de disposiciones, más allá de una li-
gera impresión subjetiva de inconsistencia, causada por una lectura superficial

820
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

de los enunciados respectivos, por una simple contraposición textual o por una
interpretación aislada o inconexa de las disposiciones en juego.
Además, es preciso indicar que para no banalizar el control de constitu-
cionalidad, la tesis o idea de que existe una incompatibilidad entre objetos
y parámetros de control debe ser plausible, es decir, aceptable en principio,
mínima o tentativamente, o por lo menos no rechazable de modo manifiesto o
inmediato. El fundamento de la pretensión no puede ser sólo aparente o sofis-
ticado, como sería el construido con base en una patente deficiencia interpre-
tativa, cuyo resultado sea ajeno al sentido racional ordinario de los contenidos
lingüísticos analizados, según su contexto, finalidad y alcance jurisprudencial.
2. De esto se deriva que en los procesos de inconstitucionalidad existe de-
fecto absoluto en la facultad de juzgar de esta Sala, siendo improcedente la
pretensión in limine: (i) cuando el fundamento jurídico de la pretensión es defi-
ciente –v. gr., cuando en la demanda se omite mencionar las disposiciones cons-
titucionales supuestamente violentadas o bien, en un caso extremo, cuando no
se expresa cuál es la normativa impugnada–; (ii) cuando el fundamento mate-
rial de la pretensión de inconstitucionalidad es deficiente, es decir cuando la ar-
gumentación expuesta por el demandante no logra evidenciar la contradicción
entre el objeto de control y las disposiciones constitucionales supuestamente
violadas o bien, cuando habiendo invocado como parámetro de control una
disposición constitucional se le atribuye un contenido inadecuado o equívoco
–argumentación incoherente–; y (iii) cuando la pretensión de inconstitucionali-
dad carece totalmente de fundamento material.
III. 1. Aplicando tales conceptos, se estima que el motivo relativo a la in-
constitucionalidad del art. 410 inc. 1° CT por la supuesta vulneración al art.
15 Cn. es deficiente en su fundamento material. La razón de lo anterior es que
los argumentos vertidos por las demandantes no guardan coherencia con con-
tenido del parámetro de control propuesto, pues en lugar de fundamentar la
supuesta infracción al principio de legalidad establecido en el art. 15 Cn., aqué-
llas han basado su reproche en la presunta transgresión a la imparcialidad que
deben observar los jueces en el ejercicio de su función.
Este Tribunal ya ha afirmado en su jurisprudencia –por ejemplo, en Senten-
cias de 1-IV-2004, Inc. 52-2003– que el principio de Legalidad incorpora una
garantía de orden material que supone la imperiosa necesidad de predetermi-
nación normativa de las conductas ilícitas y de las sanciones correspondientes,
mediante procesos jurídicos que permitan predecir, con suficiente grado de
certeza, las conductas que constituyen una infracción y las penas o sanciones
aplicables.

821
Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Improcedencias

Así, el principio de legalidad conlleva a que las normas jurídicas sancionato-


rias cumplan con los requisitos de: (i) lex praevia, que se implica la prohibición
de retroactividad; (ii) lex scripta, que excluye la costumbre como posible fuente
de infracciones y sanciones e indica, asimismo, que la norma jurídica tiene cate-
goría de ley cuando emana del Órgano Legislativo; (iii) lex stricta, que exige del
legislador la máxima precisión en la determinación de las conductas punibles
y de las sanciones respectivas; y (iv) lex certa, que envuelve que los términos
utilizados en la disposición normativa han de ser claros, precisos e inequívocos
para el conocimiento de la generalidad, lo cual comprende un mandato de de-
terminación o taxatividad que ha de inspirar la tarea del legislador –Sentencia
de 23-XII-2010, Inc. 5-2001–.
Como se observa, las pretensoras han omitido en sus alegatos expresar de
qué manera lo consignado en el art. 410 inc. 1° CT implica la conculcación del
contenido del principio de legalidad ya descrito, por lo cual este punto de su
pretensión deberá declararse improcedente.
2. En cuanto a la supuesta vulneración que se ha alegado al principio de
igualdad – art. 3 inc. 1° Cn.– por lo regulado en el art. 410 inc. 1° CT, se advierte
que este punto de la pretensión carece de sustento argumentativo.
Como lo ha sostenido reiteradamente esta Sala –por ejemplo, en resolu-
ción de 11-I-2013, Inc. 98-2012, y en Sentencia de 16-XII-2013, Inc. 7-2012–, el
alegato de violación al principio de igualdad reconocido en el art. 3 inc. 1° Cn.
implica para los demandantes la carga de argumentar racionalmente la concu-
rrencia de elementos concretos, esto es: (i) si él precepto contra el que se dirige
su pretensión contiene una desigualdad por equiparación o diferenciación; (ii)
el criterio objetivo con arreglo al cual se hace la comparación –el término de
comparación–, debiendo precisar, entre cuáles sujetos o situaciones ocurre la
desigualdad; (iii) la inexistencia de una justificación para el trato equiparador o
diferenciador; y (iv) la imputación de consecuencias jurídicas a los sujetos com-
parados, en virtud de la igualdad o desigualdad advertida.
De acuerdo con lo expuesto, en tanto que las ciudadanas no han aportado
los argumentos necesarios en torno a los aspectos indicados para realizar el
juicio de igualdad respectivo, sino que, al igual que el punto anterior, han enfo-
cado sus alegatos en intentar justificar una supuesta infracción al principio de
imparcialidad judicial por parte del objeto de control propuesto, este punto de
la pretensión se declarará improcedente.
3. Finalmente, en lo que concierne a la presunta transgresión al deber de
imparcialidad que deben observar los jueces en el ejercicio de sus funciones
conforme al art. 186 inc. 5° Cn. –en relación con la independencia de la función

822
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

jurisdiccional a que se refiere el art. 172 inc. 3° Cn.–, por parte del art. 410 inc.
1° CT, se vuelve necesario realizar ciertas consideraciones.
En el marco de un proceso constitucionalmente configurado, la idea de
imparcialidad resulta inherente al ejercicio de la función jurisdiccional, siendo
una manifestación concreta de la sujeción de los juzgadores al ordenamiento
jurídico –art. 186 inc. 5° Cn.–. Tal imparcialidad judicial tiene como uno de sus
pilares la “búsqueda de la verdad” –esto es, la veracidad o falsedad de los enun-
ciados relacionados con los hechos en discusión–, para lo cual, sobre todo en un
modelo acusatorio, el juez basa su decisión en la prueba que le han aportado
las partes procesales.
En este sentido, en la producción probatoria el juzgador debe mantener un
rol cognoscitivo y no inquisitivo, lo cual–en armonía con las implicaciones de la
imparcialidad judicial–, significa que en el acto específico de prueba testimo-
nial, el interrogatorio de testigos debe estar en manos de las partes y la interven-
ción judicial debe ser excepcional, limitándose estrictamente a lo aclaratorio, sin
que ello implique controvertir, sustituir o complementar la labor de las partes,
desacreditar alguna de las posiciones procesales o sembrar dudas sobre la cre-
dibilidad de la versión de los hechos proporcionada en la deposición testifical.
De esta manera, en interpretación de lo sostenido en la ya citada Senten-
cia de Inc. 5-2001 –en ese caso en relación con normas procesales penales–, la
intervención del juez en un interrogatorio testimonial o pericial por medio de
preguntas de carácter aclaratorio no busca suplir las deficiencias de las partes,
sino precisar puntos oscuro, confusos o ininteligibles de la declaración, en los
aspectos en los que sea claramente necesario, sin que ello conlleve la vulnera-
ción al deber de independencia e imparcialidad judicial –arts. 172 inc. 3° y 182
inc. 5° Cn.–.
Todo lo anterior permite afirmar que las actoras han realizado una interpre-
tación errónea del contenido del objeto de control propuesto, pues la facultad
allí concedida al juzgador laboral es de carácter excepcional y no envuelve la
suplencia de la actividad probatoria de las partes, al tener una finalidad mera-
mente aclaratoria; por tanto, la pretensión debe desestimarse al ser deficiente
en su fundamento material.
IV. Con base en lo expuesto, de acuerdo con los arts. 6 número 3 de la Ley
de Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárase improcedente la pretensión contenida en la demanda pre-
sentada por las ciudadanas Liliana Maricela Villalovo Mejía, Hazel Ma-
ría Preza Zelada, Roxana María Cisneros Romaldo y Verónica Lissette
González de Romero, relativa a declarar la inconstitucionalidad del art.

823
Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Improcedencias

410 inc. 1° del Código de Trabajo, por la supuesta vulneración del prin-
cipio de legalidad establecido en el art. 15 de la Constitución, por ser
deficiente en su fundamento material.
2. Declárase improcedente la pretensión contenida en la demanda pre-
sentada por las ciudadanas en mención, referente a declarar la incons-
titucionalidad del art. 410 inc. 1° del Código de Trabajo, por la presunta
violación del principio de igualdad reconocido en el art. 3 inc. 1° de la
Constitución, al no haber vertido los argumentos necesarios para sus-
tentar la desigualdad alegada en dicho objeto de control y poder llevar
a cabo el juicio de igualdad respectivo.
3. Declárase improcedente la pretensión contenida en la demanda presenta-
da, relativa a declarar la inconstitucionalidad del art. 410 inc. 1° del Código
de Trabajo, por la supuesta transgresión al deber de imparcialidad e inde-
pendencia de la función jurisdiccional establecidos en los arts. 172 inc. 3° y
186 inc. 5° de la Constitución, respectivamente, al ser deficiente en su fun-
damento material, por haber hecho las demandantes una interpretación
equívoca del contenido del objeto de control propuesto.
4. Notifíquese.
A. PINEDA---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZA-
LEZ--- PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRI-
BEN.--- E. SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.

148-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las catorce horas con cincuenta y cuatro minutos del día catorce
de enero de dos mil dieciséis.
Analizada la demanda presentada por el ciudadano Herbert Danilo Vega
Cruz, mediante la cual solicita se declare la inaplicabilidad, por vicios de forma
y de contenido, del art. 4 de la Ley de Contribución Especial a los Grandes Con-
tribuyentes para el Plan de Seguridad Ciudadana (LECOEGC, en lo que sigue),
contenida en el Decreto Legislativo n° 161, de 29-X-2015, publicado en el Diario
Oficial n° 203, Tomo 409, de 5-XI-2015, por supuestamente vulnerar los arts.
131 ord. 6° y 135 de la Constitución (Cn., en lo que sigue), esta Sala hace las
siguientes consideraciones:
La disposición sobre la que se pide la inaplicación literalmente establece:

824
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Ley de Contribución Especial a los Grandes Contribuyentes para el Plan


de Seguridad Ciudadana
“Art. 4.- La contribución especial para la seguridad ciudadana tendrá por
hecho generador la obtención de ganancias netas iguales o mayores a QUINIEN-
TOS MIL DÓLARES DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA (US$500,000.00),
y se calculará aplicando la tasa del cinco por ciento (5%) sobre el monto total
de las mismas, obtenidas por cualquier persona jurídica, uniones de personas,
sociedades irregulares de hecho, domiciliadas o no”.
I. 1. El ciudadano Vega Cruz, además de referirse a jurisprudencia de este
Tribunal sobre los requisitos que debe cumplir una declaratoria de inaplicabi-
lidad para dar inicio a un proceso de inconstitucionalidad, expresó que “[1]
a disposición impugnada de inaplicabilidad [sic], o sea el art. 4 de la Ley de
Contribución Especial a los Grandes Contribuyentes para el Plan de Seguridad
Ciudadana [...] no pasó por la comisión de hacienda de la Asamblea Legislativa,
no fue discutida por miembros de la misma comisión, sino que fue presentada
directamente, el 29 de octubre de 2015, al pleno de la Asamblea Legislativa,
para su aprobación con mayoría simple [...] violando el proceso de formación
y aprobación de ley establecido en el art. 135 Cn., además no existe un estudio
realizado por los legisladores [...] sobre si la disposición impugnada de inapli-
cabilidad [...] cumple con los requisitos exigidos por el derecho constitucional
tributario del art. 131 ord. 6° Cn.”.
2. Por otra parte, el demandante expuso que de acuerdo con el art. 41 de
la Ley del Impuesto sobre la Renta los grandes contribuyentes fiscales cuyas ga-
nancias son iguales o mayores a quinientos mil dólares en un año ya están sien-
do gravados con el impuesto sobre la renta, lo que implica doble tributación.
Acto seguido, el ciudadano Vega Cruz transcribió el considerando III de
la Sentencia de 17-IV-2015, Inc. 98-2014, luego de lo cual manifestó que “[l]a
contribución especial para la seguridad ciudadana y convivencia, dirigida a los
grandes contribuyentes, impugnada de INAPLICABILIDAD [sic], viola el art. 131
ord. 6° y 135 Cn., ya que el legislador se extralimitó al violar el proceso de for-
mación y aprobación de Ley y el principio de capacidad no contrinutiva [sic] de
los grandes contribuyentes, desde el ámbito subjetivo, o sea, se ha excedido de
la capacidad económica de los contribuyentes, violando el principio de equidad
tributaria que exige la constitución”.
Por último, dijo que “[l]a contribución especial para la seguridad ciudadana
y convivencia impugnada de inaplicabilidad [sic], vulnera y AGOTA LA CAPACI-
DAD PRODUCTIVA DE LOS GRANDES CONTRIBUYENTES [sic], o sea, aquellos
sectores cuyas ganancias son igual o superiores a quinientos mil dólares en un

825
Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Improcedencias

año y LESIONA LA GENERACIÓN DE SU FUENTE [sic] lo cual proscribe toda le-


sión a los medios con los cuales se realizan los procesos productivos de manera
negativa el patrimonio de los grandes contribuyentes y transgrede los límites
formales y sustanciales en torno a la configuración y determinación del mis-
mo [del tributo], además de existir una doble tributación al estar dicho hecho
generador ya grabado [sic] con el impuesto sobre la renta, art. 41 LISR. [sic],
por lo tanto, dicha contribución especial viola las garantías constitucionales de
equidad, proporcionalidad, capacidad económica y no confiscación de los ciu-
dadanos”.
II. 1. Sobre lo expuesto, es preciso manifestar que en el proceso de incons-
titucionalidad –como lo ha señalado la jurisprudencia de esta Sala, verbigracia
en improcedencia de 11-X-2013, Inc. 150-2012–, el fundamento jurídico de la
pretensión se configura con el señalamiento preciso de las disposiciones legales
impugnadas y de las disposiciones constitucionales que permitan establecer el
contraste normativo correspondiente; mientras que el fundamento material de
la pretensión lo constituye, por un lado, el contenido del objeto y del paráme-
tro de control y, además, los argumentos tendentes a evidenciar la contradic-
ción existente entre ambos.
En este sentido, el inicio y desarrollo de este proceso sólo es procedente
cuando dicha pretensión de inconstitucionalidad exprese claramente la con-
frontación internormativa que demuestre la presunta inconstitucionalidad ad-
vertida y, además, cuando se funde en la exposición suficiente de argumentos
sobre la probabilidad razonable de dicha confrontación, no sólo entre dos dis-
posiciones o textos. Y es que, debido a que las normas son productos interpre-
tativos y su formulación no se logra con una simple lectura o un mero cotejo
de enunciados lingüísticos, una pretensión de esta índole requiere un auténtico
ejercicio argumentativo de interpretación de disposiciones, más allá de una li-
gera impresión subjetiva de inconsistencia, causada por una lectura superficial
de los enunciados respectivos, por una simple contraposición textual o por una
interpretación aislada o inconexa de las disposiciones en juego.
Además, es preciso indicar que para no banalizar el control de constitu-
cionalidad, la tesis o idea de que existe una incompatibilidad entre objetos
y parámetros de control debe ser plausible, es decir, aceptable en principio,
mínima o tentativamente, o por lo menos no rechazable de modo manifiesto o
inmediato. El fundamento de la pretensión no puede ser sólo aparente o sofis-
ticado, como sería el construido con base en una patente deficiencia interpre-
tativa, cuyo resultado sea ajeno al sentido racional ordinario de los contenidos
lingüísticos analizados, según su contexto, finalidad y alcance jurisprudencial.

826
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

2. De lo esto se deriva que en los procesos de inconstitucionalidad existe


defecto absoluto en la facultad de juzgar de esta Sala, siendo improcedente
la pretensión in limine: (i) cuando el fundamento jurídico de la pretensión es
deficiente –v. gr., cuando en la demanda se omite mencionar las disposicio-
nes constitucionales supuestamente violentadas o bien, en un caso extremo,
cuando no se expresa cuál es la normativa impugnada–; (ii) cuando el funda-
mento material de la pretensión de inconstitucionalidad es deficiente, es decir
cuando la argumentación expuesta por el demandante no logra evidenciar la
contradicción entre el objeto de control y las disposiciones constitucionales su-
puestamente violadas o bien, cuando, habiendo invocado como parámetro de
control una disposición constitucional, se le atribuye un contenido inadecuado
o equívoco –argumentación incoherente–; y (iii) cuando la pretensión de in-
constitucionalidad carece totalmente de fundamento material.
III. 1. A. Al aplicar los criterios antes expuestos al contenido relevante de la
demanda planteada por el ciudadano Vega Cruz –con independencia de que
éste solicita la inaplicación del art. 4 LECOEGC, a pesar que en el presente caso
no se está en presencia de una certificación de resolución de un juez o tribunal
ordinario en la que se haya inaplicado dicha disposición, conforme al art. 77-E
de la Ley de Procedimientos Constitucionales–, se advierte en cuanto al vicio de
forma alegado que no se ha formulado una argumentación suficiente de con-
traste entre el objeto de control y la disposición constitucional invocada como
parámetro de control.
La razón de lo anterior es que el actor no ha aportado los argumentos nece-
sarios para sustentar de qué manera el vicio legislativo de forma que menciona
–la supuesta omisión del estudio del proyecto de ley respectivo en la Comisión
de Hacienda de la Asamblea Legislativa– transgrede el contenido del art. 135
Cn., en específico los principios informadores y garantías de la actividad legis-
lativa en el procedimiento de formación de las leyes que se han inobservado.
B. Al respecto, es necesario reiterar lo expresado en la Sentencia de 30-VI-
1999, Inc. 8-96, en cuanto a que el control de constitucionalidad por vicios de
forma no pretende proteger cualquier infracción a los requisitos formales del
procedimiento de formación de leyes, sino únicamente las que, con su desco-
nocimiento, vulneran principios fundamentales que el constituyente reconoció
como orientadores e informadores de dicha actividad legislativa.
Los principios en mención, conforme lo expuesto en Sentencias de 13-XII-
2005 y 30-XI-2011, Incs. 9-2004 y 11-2010, radican en el respeto y garantía del
principio democrático y sus concreciones en la actividad del Órgano Legislativo,
a saber: (i) el principio de representación; (ii) el principio de deliberación; (iii)

827
Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Improcedencias

la regla de las mayorías para la adopción de las decisiones; y (iv) la publicidad


de los actos. En tal sentido, la inobservancia de aquellos actos esenciales que
integran el procedimiento de producción normativa y que aseguran el debate
y la contradicción en la toma de decisiones legislativas, produce como conse-
cuencia vicios en la formación de la voluntad que, en consecuencia, afectan su
validez.
En consecuencia de lo expuesto, al ser deficiente la labor argumentativa
aportada, este punto de la pretensión será rechazado por improcedente.
2. De igual manera, se advierte que el motivo relacionado con el presunto
vicio de contenido del art. 4 LECOEGC por vulneración al art. 131 ord. 6° Cn.,
es deficiente en su fundamento material, debido a que no existe claridad en
los argumentos vertidos sobre qué manifestaciones formales o materiales del
principio de equidad tributaria que contiene dicha disposición constitucional se
estiman vulnerados.
En efecto, como se observa del contenido de la demanda, el ciudadano
Vega Cruz alega la inconstitucionalidad del art. 4 LECOEGC, por considerar que
dicho objeto de control transgrede límites formales –sin detallar si se refiere
a la reserva de ley o al principio de legalidad– y límites materiales del poder
tributario estatal, mencionando dentro de estos últimos, de forma indistinta y
sin considerar la índole del tributo cuestionado, la conculcación a los principios
de igualdad tributaria –nominada por él como “equidad”–, de capacidad eco-
nómica y de no confiscación.
Tal confusión del actor en cuanto al contenido y alcances de los principios
que la jurisprudencia de esta Sala ha adscrito al principio de equidad tributaria
regulado en el art. 131 ord. 6° Cn. –v.gr., Sentencia de 9-VII-2010, Inc. 35-2009–,
vuelve indeterminado el parámetro de control propuesto, pues no permite pre-
cisar en qué sentido lo estipulado en el art. 4 LECOEGC transgrede la disposi-
ción constitucional aludida, vicio de la pretensión que este Tribunal no puede
suplir conforme a lo consignado en el art. 80 de la Ley de Procedimientos Cons-
titucionales, debiendo declararse improcedente este punto de la demanda.
IV. Con base en lo antes expuesto y de conformidad con el artículo 6 ordi-
nal 3° de la Ley de Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárase improcedente la pretensión contenida en la demanda pre-
sentada por el ciudadano Herbert Danilo Vega Cruz, relativa a declarar
la inconstitucionalidad del art. 4 de la Ley de Contribución Especial a
los Grandes Contribuyentes para el Plan de Seguridad Ciudadana, por
la supuesta vulneración al art. 135 de la Constitución, por ser deficiente
en su fundamento material.

828
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

2. Declárase improcedente la pretensión contenida en la demanda pre-


sentada por el ciudadano en mención, referente a declarar la inconsti-
tucionalidad del art. 4 de la Ley de Contribución Especial a los Grandes
Contribuyentes para el Plan de Seguridad Ciudadana, por la presunta
violación al principio de equidad tributaria establecido en el art. 131 ord.6°
de la Constitución, por ser deficiente en su fundamento material.
3. Notifíquese.
---A. PINEDA---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZA-
LEZ---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---
E. SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.

157-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA.


San Salvador a las nueve horas con once minutos del día catorce de enero de
dos mil dieciséis.
Analizada la demanda presentada por los ciudadanos Fredy José Canales
Orellana, Fidel Alberto Granados Pineda, Catalina Graciela Hernández López,
Laura Yaneth Martínez Cortez, Miguel Alejandro Pacas Gómez, Erick Fernando
Peña Moran, Sandra Yamileth Rosales, Luis Mario Rodezno Hernández, Brenda
Liseth Vásquez Aparicio y Brenda Yaneth Vásquez Ayala, mediante la cual so-
licitan que se declare la inconstitucionalidad por omisión al art. 75 del Decreto
Legislativo n° 630, de 22-V-2008, publicado en el Diario Oficial n° 115, de 20-VI-
2008, que contiene la Ley de Gas Natural (LGN en lo sucesivo); por la supuesta
violación al art. 168 ord. 14° de la Constitución (Cn. en lo sucesivo).
La disposición impugnada prescribe:
Reglamentos.
“Art. 75.- El Presidente de la República emitirá los reglamentos de aplica-
ción de la presente Ley, dentro de un plazo de ciento veinte días, contados a
partir de la vigencia del presente Decreto.”

I. Los demandantes expusieron que en el art. 75 de la LGN se establece


que, dentro de las atribuciones y obligaciones que le otorga el art. 168 ord. 14°
Cn., corresponde al Presidente de la República la creación de un reglamento de
la Ley de Gas Natural, ya que, según los actores, el gas natural constituye una
importante fuente de energía fósil.
La LGN ha sido creada –manifestaron– para garantizar la protección de los
recursos naturales del país, ya que el crecimiento continuo de la demanda de

829
Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Improcedencias

electricidad en el país, la diversificación de la matriz energética como objeto


de política energética y la introducción de nuevos combustibles derivados del
petróleo, ha derivado en la introducción de plantas de generación que utilizan
como insumo principal el gas natural con el fin de producir energía; por lo que
la creación de un reglamento de ejecución de dicha ley serviría para mejorar su
aplicación.
El art. 75 de la LGN –dijeron–, obliga al Presidente de la República para que
cree el reglamento de ejecución de la misma, tal como lo establece también el
art. 168 ord. 14° Cn., por lo que de no emitirse se violentaría la Constitución y
la ley mediante una omisión por parte del Presidente de la República.
Dicha omisión por parte del Órgano Ejecutivo –afirmaron–, estaría dañan-
do o afectando el medio ambiente por la explotación de recursos naturales;
asimismo, se afecta directamente al menos dos derechos, como el derecho a la
salud y a un medio ambiente sano; de igual forma, la falta de reglamentación
genera una afectación directa en la imposición de sanciones por parte del Mi-
nisterio de Salud, ya que carece de una estructura jurídica formal que permita
la imposición de sanciones, así como la estructura legal para el control de la
explotación de los recursos naturales de los que hace mención la Ley de Gas
Natural.
En ese sentido –sostuvieron–, también podría hablarse de vicios legales di-
rectos por la falta de reglamentación, como las concesiones de las que habla el
art. 17 inc. 2° LGN que serán reguladas por su reglamento, así como los requisi-
tos para la licitación (art. 28 LGN), precio al consumidor (art. 32 LGN), causales
para dejar sin efecto la concesión (art. 34 LGN). Dicho vacío legal que genera
la falta de reglamentación no puede ser complementado supletoriamente por
otra ley, por la complejidad de la materia que se regula en ella y de igual for-
ma la Ley de Gas Natural expresa que se regirá por su reglamento en cuanto a
estos aspectos.
La existencia de un reglamento –concluyeron– también ayudaría a tener
una mejor aplicación de la LGN y ya no se tendrían vicios legales ni incertidum-
bre jurídica por parte de las empresas que se benefician de esta y de las perso-
nas particulares, las cuales directa o indirectamente pueden ser afectadas por
la explotación de dicho recurso natural.
II. Luego de haber sido expuestos los argumentos de los demandantes, (1)
es procedente hacer referencia a las condiciones que debe cumplir una preten-
sión de inconstitucionalidad para justificar el inicio del proceso; para luego (2)
analizar los argumentos de los demandantes; por último (III) se procederá a
emitir la decisión que corresponda después del análisis liminar de la pretensión.

830
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

1. Debe señalarse que la inconstitucionalidad por omisión, como mecanis-


mo para dar cumplimiento a los mandatos constitucionales, resalta el carácter
normativo y la eficacia directa de la Constitución. En ese sentido, y asumiendo
que todas las normas constitucionales vinculan, sin excepción, y por esencia
todos los derechos son operativos, existen algunos casos en los que la Constitu-
ción solamente deja enunciado un mandato para que se desarrolle dentro de
los límites que la misma norma impone.
La inconstitucionalidad por omisión se vincula, por tanto, con la estructura
de determinadas normas constitucionales, que requieren para su efectividad
de una intervención reguladora ulterior, y se verifica con el incumplimiento de
mandatos constitucionales permanentes y concretos.
Es decir, el conocimiento jurisdiccional, respecto de la inacción por parte
de los entes con potestades normativas, solamente es aplicable a los mandatos
constitucionales, que imponen a los entes públicos investidos de potestades
normativas, la obligación de desarrollarlos para dar cumplimiento a ciertos ele-
mentos del contenido de la Ley Suprema.
Estos mandatos a los entes con potestades normativas pueden encontrarse
de forma expresa o implícita dentro de la Constitución; en el primero de los ca-
sos, no existe problema en delimitar concretamente lo que el constituyente re-
mite; mientras que en el segundo de los supuestos debe ser evidente el carácter
imperativo que el constituyente le ha impregnado a ese contenido normativo,
en virtud del cual se espera cierta actividad del ente al cual se le remite; es decir,
si la disposición no presenta el carácter facultativo o de una mera atribución o
competencia, podría entenderse como una disposición cuyo desarrollo es obli-
gatorio en virtud de su misma formulación.
B. En ese sentido, es necesario diferenciar los mandatos constituciona-
les de otras figuras que pudieran generar confusión en el tema tratado, espe-
cíficamente en cuanto al reparto de competencias constitucionales, a fin de
dilucidar si el incumplimiento de una atribución constitucional encaja dentro
de la inconstitucionalidad por omisión.
Las normas de competencia implican un reparto en la esfera de atribucio-
nes de cada órgano o entidad estatal, que actúan como límite en el ejercicio de
las mismas, en el entendido que no podrán realizarse otras actividades o com-
petencias no contempladas por la disposición constitucional -sin perjuicio de las
potestades implícitas-. Mientras que los mandatos constitucionales -como ya se
dijo- suponen normas que requieren para su efectividad de una intervención
reguladora ulterior.

831
Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Improcedencias

En consecuencia, la inacción debe ser entendida como la abstención por


parte del ente de hacer algo, pero no de una simple abstención, sino de aquella
que tiene que ver con no hacer algo para lo que es competente y está obligado
en virtud que existe, como condición sine qua non, un mandato o encargo al
ente que establece una conducta y que resulta lesionado con aquélla omisión;
de manera que no se trata de la no realización de una acción discrecional, sino
de la no realización de la esperada y debida.
2. En el presente caso, se advierte que la disposición constitucional pro-
puesta como parámetro de control no reúne los presupuestos necesarios para
dar inicio a un proceso de inconstitucionalidad, debido a que el parámetro de
control para enjuiciar una omisión debe ser de carácter sustantivo, es decir,
debe tratarse de una obligación constitucional de desarrollar la materia que
aparezca como un encargo constitucional.
En ese sentido, los demandantes solo han alegado una de las competencias
del Órgano Ejecutivo en lo relativo a decretar reglamentos –art. 168 ord. 14°
Cn.– sin relacionarlo con otra disposición dentro de la misma Constitución que
obligue a desarrollar la materia por vía reglamentaria.
En consecuencia, la disposición constitucional mencionada como paráme-
tro de control –art. 168 ord. 14° Cn.– no puede ser invocada en un proceso de
inconstitucionalidad por omisión, cuyo principal efecto es constatar la inacción
en el desarrollo de mandatos constitucionales –normas que sin el consecuente
desarrollo ven mermada su efectividad práctica–.
III. Con base en lo expuesto, normativa y jurisprudencia constitucional cita-
da y en virtud del artículo 6 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, esta
Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la pretensión contenida en la demanda presenta-
da por los ciudadanos Fredy José Canales Orellana, Fidel Alberto Granados
Pineda, Catalina Graciela Hernández López, Laura Yaneth Martínez Cor-
tez, Miguel Alejandro Pacas Gómez, Erick Fernando Peña Moran, Sandra
Yamileth Rosales, Luis Mario Rodezno Hernández, Brenda Yaneth Vásquez
Ayala, Brenda Liseth Vásquez Aparicio, en cuanto a la inconstitucionalidad
por omisión al art. 75 de la Ley de Gas Natural, por la supuesta violación
al art. 168 ord. 14° Cn. por no reunir los requisitos necesarios para poder
iniciar un proceso de inconstitucionalidad.
2. Notifíquese.
A. PINEDA.---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME.---E. S. BLANCO R.---R. E. GON-
ZALEZ.---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRI-
BEN.---E. SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.

832
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

109-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las once horas con siete minutos del día veinticinco de enero de
dos mil dieciséis.
Analizada la demanda presentada por el ciudadano Carlos Rafael Antonio
Násser Vásquez, mediante la cual solicita se declare la inconstitucionalidad del
Decreto Legislativo n° 213, de 4-XII-2012, publicado en el Diario Oficial n° 231,
Tomo 397, de 10-XII-2012, mediante el cual la Asamblea Legislativa eligió en
el cargo de Fiscal General de la República al abogado Luis Antonio Martínez
González, para el período de tres años, que inició el 4-XII-2012 y que concluye
el 3-XII-2015, por supuestamente vulnerar los arts. 131 ord. 19° y 192, inc. 3°,
en relación con el art. 177, todos de la Constitución (Cn., en lo que sigue), esta
Sala hace las siguientes consideraciones:
El Decreto impugnado, en lo pertinente, prescribe lo siguiente:
“Decreto n° 213
ARTÍCULO ÚNICO.- Elígese en el cargo de FISCAL GENERAL de la REPÚBLI-
CA, al Abogado Luis Antonio Martínez González, para el período de tres años,
que inicia este día y que concluye el tres de diciembre del año dos mil quince.”.
I. 1. El demandante expuso que en el decreto impugnado existió incum-
plimiento de las normas de producción jurídica para su validez constitucional,
específicamente las relacionadas al proceso de verificación y comprobación –y
aportación de razones objetivas– de la moralidad y competencia notoria del
abogado electo como Fiscal General de la República.
Además, el actor añadió que no pretende que este Tribunal emita un jui-
cio de perfectibilidad sobre el proceso que la Asamblea Legislativa desarrolló
para elegir al abogado Luis Antonio Martínez González como Fiscal General, ni
mucho menos que se pronuncie sobre la conveniencia de tal elección o sobre
aspectos relativos a su moralidad y cualidades profesionales del mismo, sino
que demanda la infracción constitucional que, según su criterio, cometió el le-
gislador al realizar un procedimiento de elección de funcionario que incumplió
normas de validez de producción jurídica.
2. Acto seguido, el ciudadano Násser Vásquez expresó que las elecciones
indirectas que realiza el Órgano Legislativo tienen normas de producción que
deben ser cumplidas para su validez constitucional, las cuales devienen en con-
diciones, requisitos y procedimientos establecidos por la Constitución.
Dichas normas de producción –dijo–, son tanto materiales-formales, como
procedimentales. En las de índole material-formal, se encuentran las que seña-

833
Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Improcedencias

lan, entre otros aspectos, los funcionarios a elegir y los requisitos que deben
cumplir los aspirantes al cargo; mientras que en las normas procedimentales
se encuentran los trámites y etapas que debe seguir el ente legislativo para
evaluar los candidatos y realizar la elección de forma válida. El cumplimiento
de estas normas –aseveró– permite que la decisión política para elegir a un de-
terminado candidato a un cargo de elección indirecta se base en la idoneidad
y competencia notoria de la persona, sin obedecer a criterios de conveniencia
política o de reparto de cuotas partidarias.
En relación con lo anterior, el pretensor citó la Sentencia de 10-VII-2012,
Inc. 29-2012, en la que esta Sala –en ese caso específico en referencia al cargo
de Fiscal General de la República– advirtió la obligatoriedad de la Asamblea
Legislativa de documentar, fundamentar y justificar de manera objetiva la ido-
neidad de las personas que se elijan para desempeñar tal cargo, por contar
con las cualificaciones técnicas, profesionales y personales requeridas, esto en
cuanto a los requisitos de moralidad y competencias notorias.
3. A continuación, el demandante alegó que el art. 131 ord. 19° Cn. contie-
ne una prescripción habilitante para la Asamblea Legislativa con respecto a la
elección del Fiscal en comento, la cual, no obstante, conlleva a la vez una serie
de deberes, como el de exponer las razones por las que se considera que un
candidato es idóneo para ocupar el cargo público que corresponda.
Así –continuó–, en consideración a los requisitos para ejercer el cargo de
Fiscal General de la República consignados en el art. 192 inc. 3° Cn., en relación
con el art. 177 Cn., en específico los de moralidad y competencia notoria, al ser
términos indeterminados y abiertos, es obligación del legislador precisar y es-
tablecer cánones o criterios objetivos para demostrar el cumplimiento de tales
requisitos en el candidato electo, en atención a los principios de transparencia,
publicidad y el deber de motivación de la decisión legislativa.
Dentro de esos parámetros objetivos y medibles –agregó– se encuentran
los de la cualificación técnica, profesional o académica, por ejemplo mediante
la existencia de una trayectoria jurídica destacada en materia penal, por poseer
publicaciones en revistas académicas arbitradas sobre temas de justicia penal,
experiencia docente en materias penales y procesales penales, postgrados en
alguna rama del Derecho vinculada con la labor fiscal, entre otros aspectos,
además de la probidad, honestidad y rectitud, todo lo cual tuvo que haber
sido constatado empíricamente, previa ponderación, y argumentado en el dic-
tamen o en el texto o considerandos del decreto de elección. En este orden
de ideas –adujo–, la simple presentación de las credenciales por parte de los
postulantes y la tenencia de dicha documentación por parte de los legisladores,

834
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

de ninguna forma puede implicar que se satisfaga el requisito de justificar y


exponer las razones de la elección de los candidatos.
4. Sobre el Decreto Legislativo objeto de control, expresó que el único texto
que se asemejaba a un considerando sólo hacía referencia a la facultad consti-
tucional de la que está revestida la Asamblea Legislativa para realizar la elec-
ción del Fiscal General de la República; además, en su texto sólo se hizo constar
la elección del abogado Luis Antonio Martínez como Fiscal General por tres
años –en el período que inició el 4-XII-2012 y que concluyó el 3-XII­2015–, lo que
lleva a concluir que dicho Decreto no se encuentraba debidamente motivado
por el Órgano Legislativo.
Esta carencia argumentativa –arguyó–, obligaba a la remisión al Dictamen
n° 16 de la Comisión Política de la Asamblea Legislativa para tratar de identifi-
car la motivación en la elección mencionada y así constatar si existió un riguroso
análisis de la documentación de cada candidato al cargo. En dicho Dictamen,
más allá de aspectos procedimentales y de mencionar que se estudió, analizó y
comprobó la competencia notoria del electo, no existió un solo argumento que
indicara el análisis de la documentación de los candidatos ni de la ponderación
de cada perfil, ni mucho menos el señalamiento de criterios o herramientas
utilizadas para comprobar la idoneidad del seleccionado, mencionando que el
criterio para depurar la lista fue el consenso, cuando en su lugar debió haber
sido la idoneidad de los candidatos.
El pretensor continuó expresando que dada la naturaleza de la función que
desempeña el Fiscal General y las cualidades de independencia e imparcialidad
que éste debe reunir, su elección debe darse dentro de un procedimiento legis-
lativo deliberativo, pero que además sea público y transparente, lo cual no se
cumple con la transmisión por el Canal Legislativo de las entrevistas que la Co-
misión Política realizó a los candidatos, o que la Asamblea Legislativa revelara
la lista total de candidatos, sino que también se requería que se hicieran públi-
cas las razones que justificaron y sustentaron la idoneidad del candidato electo.
5. Finalmente, atendiendo a la fecha en que se presentó la demanda, el
demandante solicitó como medida cautelar la suspensión provisional del acto
reclamado, consistente en inhabilitar al abogado Luis Antonio Martínez Gon-
zález para ejercer las funciones de Fiscal General de la República, mientras se
tramitara el presente proceso de inconstitucionalidad.
Para justificar su petición sobre tal medida, el ciudadano Násser Vásquez
expresó que – según su criterio– en el presente caso se cumplía el requisito de
apariencia de buen derecho, pues sus argumentos demostraban la posibilidad
de que en la elección del referido profesional como Fiscal General se vulneraron

835
Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Improcedencias

las disposiciones constitucionales invocadas. Asimismo, el actor expuso que se


cumplía el presupuesto de peligro en la demora, ya que la continuación en ese
entonces del abogado Martínez González en el cargo mencionado implicaría
que los intereses del Estado y la sociedad serían afectados, además de que –ase-
veró– al ejercer el cargo aludido dicha persona tenía una serie de ventajas de
índole política y hasta de presión hacia los diputados, que viciaban la equidad
y transparencia del proceso de elección del titular de la institución respectiva.
II. 1. Expuestos los argumentos comprendidos en la demanda, es pertinen-
te, en primer lugar, reiterar que el objeto de control del proceso de inconsti-
tucionalidad incluye las actuaciones específicas realizadas por los Órganos del
Estado en el ejercicio de competencias directamente .atribuidas por la Constitu-
ción, ya que, si bien se trata de actos concretos, son actuaciones que tienen a
la Constitución como único fundamento normativo y que, por tanto, admiten
como parámetro de control los límites –formales y/o materiales– que aquella
establece –ver, entre otros, las autos de admisión de 28-III-2012 y 9-IV-2014,
Incs. 49-2011 y 18-2014, respectivamente–.
Así, el control jurisdiccional de esta clase de actos, como la designación
de funcionarios de elección indirecta que señala el art. 131 ord. 19° Cn., es un
elemento inseparable del concepto de Constitución, pues de lo contrario se
permitiría la existencia de actuaciones de los gobernantes que, al imposibilitar
su examen, generarían en el ordenamiento jurídico zonas exentas de control de
constitucionalidad o de disposiciones constitucionales que no se harían respe-
tar ante su infracción –resoluciones de 3-XI-1997 y 1-XII-1998, Incs. 6-93 y 16-93,
en su orden–.
2.Sin perjuicio de lo anterior, es necesario aclarar que en tanto que el proce-
so de inconstitucionalidad tiene como base una confrontación normativa entre
un objeto de control, que puede ser una disposición o cuerpo normativo, una
omisión de un mandato constitucional o, como en el presente caso, un acto de
cumplimiento de la Constitución –art. 6 número 2 de la Ley de Procedimientos
Constitucionales (L.Pr.Cn.)–, y un parámetro de control, consistente en la dispo-
sición o disposiciones constitucionales que se estiman vulneradas y las normas
constitucionales que se adscriben a aquéllas por parte de la jurisprudencia de
este Tribunal –art. 6 número 3 L.Pr.Cn.–, el inicio, tramitación y normal conclu-
sión del mismo tendrá como presupuesto que dicho objeto de control exista o
que, en su caso, no haya perdido validez.
De esta manera, si, por ejemplo, la disposición o cuerpo normativo que
se impugna ya ha sido derogado al momento de presentarse la demanda o el
acto cuya inconstitucionalidad se solicita ya ha cesado sus efectos, el proceso
carecería de finalidad, pues no existiría un objeto de control y, en consecuencia,
no habría un sustrato material respecto al cual pronunciarse.

836
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

3.Aplicando tales conceptos al caso en análisis, se observa que el deman-


dante solicita la inconstitucionalidad del decreto legislativo por el cual se eligió
en el cargo de Fiscal General de la República al abogado Luis Antonio Martí-
nez González; sin embargo, en tanto que dicha persona concluyó su mandato
como titular de esa institución el 3-XII-2015 –encontrándose ya electo en ese
cargo por Decreto Legislativo n° 235, de 6-I-2016, el abogado Douglas Arquí-
mides Meléndez Ruíz– y que, por tal motivo, el decreto cuestionado ha cesado
sus efectos, esta Sala se ve impedida para conocer del presente proceso, por
lo cual se rechazará in limine la pretensión contenida en la demanda por im-
procedente.
III. Con base en lo expuesto y en lo establecido en los arts. 6 y 7 de Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la pretensión contenida en la demanda pre-
sentada por el ciudadano Carlos Rafael Antonio Násser Vásquez, refe-
rente a declarar la inconstitucionalidad del Decreto Legislativo n° 213,
de 4-XII-2012, publicado en el Diario Oficial n° 231, Tomo 397, de 10-
XII-2012, mediante el cual la Asamblea Legislativa eligió en el cargo
de Fiscal General de la República al abogado Luis Antonio Martínez
González, para el período de tres años, que inició el 4-XII-2012 y que
concluyó el 3-XII-2015, por supuestamente vulnerar los arts. 131 ord.
19° y 192 inc. 3°, en relación con el art. 177, todos de la Constitución,
en tanto que dicha persona concluyó su mandato como titular de esa
institución el 3-XII-2015, encontrándose esta Sala, en consecuencia, im-
pedida para conocer del presente proceso, al no haber sustrato mate-
rial sobre el cual pronunciarse.
2. Notifíquese.
---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZALEZ---SONIA
DE SEGOVIA--- PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO
SUSCRIBEN.--- E. SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.

129-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA,


San Salvador, a las quince horas del día veinticinco de enero de dos mil dieciséis.
Analizada la demanda presentada por los ciudadanos Willian Alexander Va-
negas Alvarado, Cesia Adonira Aguilar de Castro, Teresa Idalia Amaya Menjivar,
Raquel Noemi Asencio Portillo, Adriana Mercedes Calles Hernández, Erika Va-

837
Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Improcedencias

nessa Cruz Minero, Marcela Beatriz Guillén Torres, Elisandra Marisela Mercedes
Barrios, Mirna Cicela Orellana Díaz e Ingrid Verónica Osorio Alas mediante la
cual solicitan la declaratoria de inconstitucionalidad –por vicio de contenido–
del inc. 1° del art. 49 de la Ley Disciplinaria Policial –en adelante LEDIPOL– por
contravenir lo dispuesto en el inc. 1° del art. 11 y el art. 12 de la Constitución
que estipulan la presunción de inocencia y los derechos de audiencia y defensa,
se efectúan las siguientes consideraciones:
El precepto en análisis se encuentra en el Decreto Legislativo n° 518 de 20-
XII-2007, publicado en el Diario Oficial n° 10, tomo 378 de 16-01-2008, el cual
prescribe:
“PROCEDIMIENTO PARA FALTAS LEVES
Art. 49.- Si el indagado admite su culpabilidad, el jefe con competencia
sancionadora procederá a emitir la sanción que corresponda.
En caso contrario, se procederá según lo dispuesto en el artículo siguiente”.
I. Los ciudadanos demandantes solicitan la inconstitucionalidad del referi-
do precepto porque consideran que se vulneran los principios de presunción
de inocencia y defensa previstos en los arts. 11 inc. 1° y 12 Cn., ya que permite
imponer una sanción disciplinaria con la sola aceptación del cometimiento del
ilícito por parte del infractor.
Al efecto, sostienen que la Administración Pública puede imponer sancio-
nes a los ciudadanos que cometan una infracción gubernativa o disciplinaria,
constituyendo ambas, manifestaciones del ius puniendi estatal. En particular,
se aplican sobre los agentes de una organización estatal con la finalidad de
conservar la disciplina interna y garantizar el regular ejercicio de las funciones
públicas.
Un ejemplo de lo anterior lo constituye la Ley Disciplinaria Policial, creada
de conformidad a lo establecido en el art. 159 Cn., y que enuncia garantías y
procedimientos a los cuales se encontrarán sujetos los miembros de dicha insti-
tución. Sin embargo, su aplicación debe tener en cuenta los principios constitu-
cionales contenidos en la noción jurídica del debido proceso. El mismo puede
caracterizarse como un conjunto de principios y garantías inherentes a todo ser
humano, a efecto de ser juzgado por un juez natural y competente, mediante
la sustanciación de un procedimiento preestablecido por la ley, el cual debe ser
público y donde se respeten las garantías de audiencia, defensa e inocencia.
Desde dicha óptica, afirman, el derecho de audiencia impone que antes de
procederse a limitar la esfera jurídica de una persona o a privarle de un dere-
cho, la misma debe ser oída y vencida en juicio con arreglo a las leyes. Por otra

838
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

parte, la defensa implica la disponibilidad de utilizar diversos medios de prueba


que se consideren pertinentes a fin de desvirtuar la hipótesis acusadora.
Por otra parte, el art. 11 Cn., establece un trato de inocente a quien se le
atribuye la realización de una conducta ilícita mientras no se compruebe su
culpabilidad dentro de un procedimiento administrativo sancionador. Ello com-
prende, que los planteamientos de la acusación que versen sobre la responsa-
bilidad del imputado deben ser probados, y en su defecto, favorecerlo. Pero
no pueden existir presunciones de culpabilidad, ni mucho menos, afirmarse
automáticamente tal extremo sin prueba que lo fundamente.
Conforme a tales argumentaciones, consideran que el precepto en cues-
tión, permite la imposición de una sanción administrativa sin un proceso que
demuestre fehacientemente el cometimiento de la falta administrativa ni mu-
cho menos la responsabilidad del infractor. En tal sentido, afirman que la per-
sona investigada en el ámbito disciplinario debe ser considerada un “sujeto
de derecho” y no un mero “objeto” sobre el cual debe recaer el poder de la
Administración.
Por lo anterior, solicitan la inconstitucionalidad del precepto legal en refe-
rencia.
II. Tomando en cuenta los argumentos esgrimidos por los demandantes, es
procedente efectuar algunas consideraciones con la finalidad de delimitar ade-
cuadamente los aspectos de la pretensión sobre los cuales se llevará el, control
de constitucionalidad.
1.Como en anteriores pronunciamientos ha estipulado esta Sala, el control
de constitucionalidad que se efectúa mediante este proceso, supone decidir
sobre la compatibilidad lógico-jurídica entre el objeto de control –”la ley, el
decreto o reglamento que se estime inconstitucional”– y las disposiciones cons-
titucionales propuestas como parámetro de control – “artículos pertinentes
de la Constitución”– a fin de que el primero sea expulsado del ordenamiento
jurídico en el caso de resultar contrario al segundo.
Para que ello se lleve a cabo mediante un pronunciamiento definitivo, es
imprescindible el adecuado establecimiento de la confrontación inter-normati-
va entre los elementos del control constitucional. Y ello implica una obligación
para la parte actora de delimitar en forma clara y completa la contradicción ad-
vertida entre la Constitución y la disposición, conjunto de preceptos o cuerpo
normativo impugnado, seleccionando los parámetros de control adecuados a
los fundamentos jurídicos propuestos, los cuales no pueden resultar menciona-
dos de forma equivocada en la demanda.
2. En particular, la argumentación expositiva contenida en una demanda
en relación con los presuntos vicios de inconstitucionalidad de que adolece una

839
Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Improcedencias

disposición secundaria controvertida, debe efectuarse de forma ordenada y


coherente a fin de demostrar palmariamente a esta Sala tal contraste, el cual
tiene que ser en un sentido estrictamente técnico-jurídico. Pues se trata de una
exposición, que debe trascender los conflictos interpretativos de mera legali-
dad, y enfocarse en las implicaciones constitucionales que se derivan de la sola
existencia del precepto cuestionado.
3. Conforme a lo anterior, los demandantes relacionan –en síntesis– que
la sanción disciplinaria en el procedimiento por faltas leves, cuyo fundamento
lo constituya la admisión de culpabilidad, es inconstitucional por vulnerar los
principios de inocencia y defensa. Sin embargo, se advierte que tales argumen-
tos, más que tratarse de asuntos con trascendencia constitucional son tópicos
de mera legalidad que se relacionan con la importancia de un determinado
medio de prueba –la confesión– como un mecanismo de simplificación dentro
del procedimiento disciplinario; y ello, sin perjuicio de que el infractor decida
instar –como una opción alternativa– la tramitación del procedimiento regular
contemplado en el art. 50 LEDIPOL.
En efecto, en un precedente anterior, esta Sala señaló que la imposición
de una sanción administrativa, requiere la sustanciación de un procedimiento
de comprobación del ilícito, el cual debe concluir con una decisión declarativa
acerca de su existencia o no, imponiendo en el primer caso la sanción respec-
tiva. En tal sentido, tanto la presunción de inocencia –es decir, la necesidad de
que exista una actividad probatoria de cargo que la desvirtúe– como el recono-
cimiento de diversas oportunidades reales de intervención a las partes y el uso
de facultades relativas a la utilización de los medios de prueba pertinentes para
su defensa resultan presupuestos de validez procedimental ineludibles (senten-
cia de 29-IV-2013, Inc. 18-2008).
A esto hace referencia el art. 50 LEDIPOL que establece: “....[e]l indagado
manifestará si requiere de la instrucción del procedimiento y ofrecerá la prueba
o solicitará las diligencias que considere pertinentes para su defensa. El jefe con
competencia sancionadora recibirá la prueba por sí o por medio del instructor,
nombrado para que depure el expediente, con citación del investigado, dentro
del término de cuatro días hábiles, contados a partir del día siguiente al de la
respectiva notificación”.
No obstante lo anterior, el precepto en discusión regula otra opción al pre-
sunto infractor concerniente en que voluntariamente admita la responsabilidad
por el ilícito administrativo cometido, dándole relevancia probatoria a dicho
acto. Se trata de una variante del medio probatorio conocido como confesión
consistente en manifestaciones personales en los que se reconoce de forma
expresa haber realizado o participado en un hecho sujeto a investigación.

840
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Si bien es cierto que las oportunidades de intervención procesal del sindi-


cado, generalmente constituyen un medio de defensa –ejemplo la declaración
que brinda luego de conocer la imputación–, no lo es que también puedan
constituir un medio de prueba cuando es libremente expresada y en la que no
se haya empleado ningún medio de coacción fisica ni psicológica para obtener-
la. Y es en este sentido que debe entenderse el precepto cuestionado, pues re-
porta valor probatorio a las expresiones de auto-incriminación que ha realizado
conforme a una elección libre, consciente y espontánea.
En tal sentido, conviene enfatizar a los demandantes, que ni la Constitución
y ni los diversos ordenamientos penales o administrativos prohíben el acto vo-
luntario de producir pruebas que sean valoradas en contra del aportante, y el
caso más claro de esto –como se advierte en el caso en análisis– resulta ser la
confesión. Por el contrario, lo que resulta inadmisible es la compulsión, el en-
gaño o la intimidación por parte de los órganos estatales de investigación para
lograr una declaración auto-incriminante.
Obviamente, al ser la confesión un medio de prueba –y de cargo– puede
ser valorado y dar lugar a la clausura del procedimiento administrativo, sin que
ello signifique una “presunción de culpabilidad” como erróneamente exponen
los demandantes; al contrario, sus efectos determinan una forma de abrevia-
ción procesal u oportunidad como las que se establecen en el proceso penal
común respecto a la suspensión condicional del procedimiento –art. 24 C.Pr.
Pn.– y el procedimiento abreviado –art. 417 num. 2° C.Pr.Pn.– entre otros ins-
titutos jurídicos.
Tales formas de solución anticipada en los procesos administrativos sancio-
nadores no deben entenderse tampoco como contrarias a las garantías cons-
titucionales en estudio; sino más bien, como una modulación de las mismas
atendiendo a la gravedad de las consecuencias que reporta el ámbito discipli-
nario –se trata de ilícitos leves– y la efectividad que la actividad administrativa
requiere para el cumplimiento de sus fines de satisfacción de los intereses ge-
nerales (sentencia de 14-XII-2015, inc. 171-2013).
En suma, no existe afectación alguna a los derechos constitucionales sus-
tentados por los demandantes, en la medida que el art. 49 LEDIPOL regula una
forma anticipada de terminación del procedimiento disciplinario, a la cual pue-
de acceder el infractor si así lo decide voluntariamente o solicita la aplicación
del trámite contemplado en el art. 50 del mismo cuerpo legal.
En consecuencia, al no existir una argumentación que demuestre palmaria-
mente un tópico de trascendencia constitucional, conviene declarar la presente
demanda como improcedente.

841
Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Improcedencias

III. Con base a las consideraciones anteriores, y en virtud de los artículos 6,


7 y 18 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárese improcedente la pretensión contenida en la demanda presenta-
da por los ciudadanos Willian Alexander Vanegas Alvarado, Cesia Adoni-
ra Aguilar de Castro, Teresa Idalia Amaya Menjivar, Raquel Noemi Asencio
Portillo, Adriana Mercedes Calles Hernández, Erika Vanessa Cruz Minero,
Marcela Beatriz Guillén Torres, Elisandra Marisela Mercedes Barrios, Mirna
Cicela Orellana Díaz e Ingrid Verónica Osorio Alas mediante la cual solicitan
la declaratoria de inconstitucionalidad –por vicio de contenido– del inc. 1°
del art. 49 de la Ley Disciplinaria Policial –en adelante LEDIPOL– por contra-
venir lo dispuesto en el inc. 1° del art. 11 y el art. 12 de la Constitución, en
virtud de tratarse de un problema de mera legalidad concerniente al valor
de la confesión como medio de prueba relevante en orden a la simplifica-
ción del procedimiento sancionatorio disciplinario.
2. Notifíquese.
---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME---R. E. GONZALEZ---SONIA DE SEGOVIA---PRO-
NUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.--- E. SOCO-
RRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.

130-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA.


San Salvador a las once horas con dos minutos del día veinticinco de enero de
dos mil dieciséis.
Analizada la demanda presentada por los ciudadanos Rubén Alejandro An-
gulo Sánchez, Salvador Alexander Melgar Majano y Verónica Lissette González
de Romero, mediante la cual solicitan la declaratoria de inconstitucionalidad,
por omisión parcial, del art. 68 del Código de Trabajo (contenido en el Decreto
Legislativo n° 15, de 23-VI-1972, publicado en el Diario Oficial n° 142, tomo
236, de 31-VII-1972 [en lo sucesivo “CTr.”]), por la supuesta violación al art. 40
inc. 3° de la Constitución de la República (“Cn.” en lo que sigue); se hacen las
siguientes consideraciones:
El contenido exacto del precepto infraconstitucional cuestionado es el que
sigue:
Código de Trabajo.
“Art. 68.- En ningún caso el patrono o el aprendiz incurrirán en responsabi-
lidad por la terminación del contrato de aprendizaje”.
 

842
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

I. 1. Básicamente, los pretensores alegaron que el objeto de control –art. 68


CTr.– omite cumplir lo prescrito en el art. 40 inc. 3° Cn. –parámetro de control–,
al regular de manera insuficiente el contrato de aprendizaje.
A. Para justificar tal posición, realizaron algunas consideraciones en tor-
no: (i) a los derechos fundamentales, esencialmente enfocados a explicar su
concepción y sus características; y, (ii) al derecho a la igualdad, a efecto de
evidenciar las consecuencias jurídicas que conlleva, a través lo expresado por
la jurisprudencia constitucional; con tales ideas, afirmaron que, un trabajador
que sea sujeto de un despido injustificado tendrá derecho a la indemnización
correspondiente, no así el aprendiz, ya que el objeto de control no prevé res-
ponsabilidad del patrono.
B. De acuerdo a lo anterior, arguyeron que “el [C]ódigo de [T]rabajo
no trata de manera igual a los trabajadores, entre ellos a los trabajadores
aprendices con el simple hecho [de] omitir una protección constitucional,
al no establecer el tiempo máximo que puede ser una persona trabajador
aprendiz”.
En ese contexto, aseveraron que “[l]a legislación en cuanto a los aprendices
es omisiva”, dado que, en comparación al contrato individual de trabajo, éste
puede terminar por despido injustificado, supuesto en que el Código de Tra-
bajo ha determinado las consecuencias jurídicas para el patrono o empleador;
ante tal diferencia, opinaron que “[1]as condiciones de los aprendices [son]
equiparable[s] a la de los demás trabajadores”, ya que “sus servicios, la prác-
tica, y la preparación en un oficio, arte u ocupación, es un trabajo que por su
naturaleza es remunerable”.
Por ello –agregaron–, “las circunstancias equiparables de los trabajadores
y los aprendices en cuanto a la labor que realizan, [conlleva que] la similitud
jurídica de su situación jurídica [sea] más relevante que su diferencia”, lo que
a su parecer, no se respeta, pues, consideran que el art. 68 CTr. “trata de ma-
nera desigual al aprendiz” porque restringe indebidamente su derecho a ser
indemnizado.
C. Ahora bien, después de formular algunas consideraciones relativas a la
importancia del trabajo para las personas y de la protección constitucional que
debe gozar, los solicitantes acotaron que de acuerdo a la jerarquía, dependen-
cia y remuneración, “las actividades de los aprendices constituyen legalmente
un trabajo”; sin embargo, éstos no tiene un “trato igual al de los demás traba-
jadores”.
En ese orden, señalaron que “[e]l punto de controversia es que el tiempo
máximo en que un trabajador sea aprendiz no está establecido en la ley” (itá-

843
Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Improcedencias

licas propias del Tribunal), ya que, en opinión de los interesados, un aprendiz


puede llegar a serlo de forma indefinida.
2. En apoyo a sus argumentos, los deponentes insistieron que en el ordena-
miento jurídico nacional “no se determina el periodo en que [...] la enseñanza
metódica, practica de artes, oficios u ocupaciones deberá realizase, no se esta-
blece un tiempo mínimo ni máximo de duración del contrato” (sic).
Por lo tanto, los ciudadanos Angulo Sánchez, Melgar Majano y González
de Romero manifestaron que el parámetro de control establece un “mandato
al legislador [que][,] aunque literalmente no atribuye la creación de un régi-
men especial, en sentido amplio le manda a tutelar este derecho de manera mi-
nuciosa” dado que implica la “protección del trabajador que se contrate bajo
el régimen de aprendiz”.
En consecuencia, enfatizaron que el Órgano Legislativo no ha estableci-
do el período máximo de duración del contrato de aprendizaje, lo cual podría
vulnerar: los beneficios de la seguridad social a favor del trabajador aprendiz;
la posibilidad de la persona de firmar un contrato individual de trabajo que le
otorgue mayores beneficios, etc.; efectos que, según los actores, violarían las
prescripciones normativas derivadas del art. 40 inc. 3° Cn.
Estas consideraciones agotan el contenido relevante de la demanda.
II. En vista del motivo de inconstitucionalidad alegado por los peticiona-
rios, es pertinente hacer una referencia a las condiciones que debe cumplir una
pretensión de inconstitucionalidad, por omisión, para justificar el inicio de este
proceso.
1. El proceso de inconstitucionalidad tiene por objeto realizar un análisis so-
bre la estimación o no de una pretensión de inconstitucionalidad. Esta preten-
sión consiste en un alegato sobre la supuesta contradicción entre el contenido
normativo de una disposición o acto identificado como objeto de control y el
contenido normativo de una disposición constitucional propuesta como pará-
metro. El inicio y desarrollo de este proceso solo es procedente cuando dicha
pretensión está fundada. El fundamento de la pretensión radica en los motivos
de inconstitucionalidad, es decir, en la exposición suficiente de argumentos que
demuestren la probabilidad razonable de una contradicción o confrontación
entre normas derivadas de las disposiciones invocadas. De lo contrario, una
pretensión sin fundamento es improcedente.
El que la pretensión de inconstitucionalidad deba plantear un contraste
entre normas indica que el fundamento de esa pretensión exige una labor her-
menéutica o interpretativa, o sea, una argumentación sobre la inconsistencia

844
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

entre dos normas, no solo entre dos disposiciones o textos. Las normas son
productos interpretativos y su formulación no se logra con una simple lectura o
un mero cotejo de enunciados lingüísticos.
Por ello, el fundamento de la pretensión de inconstitucionalidad debe ser
reconocible como un auténtico ejercicio argumentativo de interpretación de
normas y no como una ligera impresión subjetiva de inconsistencia, causada
por una lectura defectuosa o superficial de los enunciados respectivos, por el
uso de criterios extravagantes de contraposición textual o por una interpreta-
ción aislada, inconexa o fragmentaria de las disposiciones en juego.
Para no banalizar el control de constitucionalidad, la tesis o idea de que
existe una incompatibilidad o contradicción entre el objeto y el parámetro de
control debe ser plausible, es decir, aceptable en principio, mínima o tentati-
vamente, o por lo menos no rechazable de modo manifiesto o inmediato. El
fundamento de la pretensión no puede ser solo aparente o sofisticado, como
sería el construido con base en una patente deficiencia interpretativa, cuyo
resultado sea ajeno al sentido racional ordinario de los contenidos lingüísticos
analizados, según su contexto, finalidad y alcance jurisprudencial; o cuando en
lugar de contenidos normativos se contraponen especulaciones personales so-
bre las posibles desviaciones de la aplicación del objeto de control. Una preten-
sión en esas condiciones es insustancial o improcedente, incapaz de justificar el
desenvolvimiento de una amplia actividad jurisdiccional sobre la existencia de
la inconstitucionalidad alegada.
2. Sobre la inconstitucionalidad por omisión, esta Sala ha dicho que consis-
te en la falta de cumplimiento, por parte los órganos con potestades norma-
tivas, de los mandatos constitucionales de desarrollo obligatorio o regulación
de ciertos temas o asuntos, en la medida que ese incumplimiento exceda un
plazo razonable y obstaculice con ello la aplicación eficaz de la Constitución
(Sentencia de 26-I-2011, Inc. 37-2004). Es decir que ese tipo de inconstitucio-
nalidad exige demostrar –en forma argumentada– la existencia de una orden
concreta, específica e ineludible de producción normativa infraconstitucional
de desarrollo que, como consecuencia de la estructura abierta y de la función
promocional de la Constitución, es necesaria para la aplicación efectiva de cier-
tas normas constitucionales (Sentencia de 15-II-2012, Inc. 66-2005).
Así, los mandatos constitucionales de legislar deben distinguirse de la po-
testad genérica que corresponde a la Asamblea Legislativa o a otros entes pú-
blicos en relación con sus atribuciones normativas. Las normas que establecen
esas competencias de regulación como simples habilitaciones no son mandatos
constitucionales de legislar, porque estos implican algo más: una orden u obli-

845
Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Improcedencias

gación concreta, derivada de normas constitucionales que requieren inexora-


blemente de cierta actividad reguladora de desarrollo, por la nula aplicabilidad
que tendrían sin un engranaje normativo que proporcione a los operadores
jurídicos las directrices indispensables para su cumplimiento (Auto de Improce-
dencia de 25-VIII-2009, Inc. 8-2008).
Por otra parte, la jurisprudencia de esta Sala ha descartado la asimilación
entre la omisión legislativa y la mera inactividad reguladora, pues no se trata
de una simple abstención de hacer o de cualquier indolencia legislativa, sino
de la conducta de no hacer aquello a lo que, de forma concreta, se está cons-
titucionalmente obligado, por una específica exigencia constitucional de ac-
ción (Sentencia de 12-VII-2005, Inc. 59-2003). Tampoco puede plantearse como
omisión legislativa una discrepancia o insatisfacción particular sobre la visión
de cómo debe ser la manera más adecuada de regular un sector de la realidad
social, pues la elección del contenido de la normativa necesaria para darle cum-
plimiento al mandato constitucional corresponde al legislador (Auto de Impro-
cedencia de 13-IV-2011, Inc. 67-2010), dentro del marco de posibilidades que la
Constitución habilita (Sentencia de 15-II-2012, Inc. 66-2005).
III. Corresponde aplicar los criterios antes expuestos al contenido relevante
de la demanda planteada.
1. Debido a la ambigüedad estructural de la línea argumentativa expuesta
por los solicitantes, este Tribunal debe aclarar que, únicamente se pronunciará
sobre la aparente omisión del Órgano Legislativo en cuanto a la determinación
del plazo máximo de duración del contrato de aprendizaje, por la expresa ale-
gación contenida en la demanda, más no en las presuntas consecuencias jurídi-
co negativas que –a criterio de los interesados– debe soportar el aprendiz por
la terminación injustificada del referido acto jurídico.
Y es que, en toda la argumentación, esta Sala advierte que los demandan-
tes pretenden introducir –erróneamente– en la preterición argüida, la supuesta
falta de regulación de la responsabilidad patronal por la terminación injustifica-
da del precitado contrato, en comparación a lo prescrito para el contrato indivi-
dual de trabajo, que según la opinión de aquéllos, genera una desigualdad en
menoscabo del aprendiz; dicho en otras palabras, los interesados confunden
el pretendido cumplimiento del mandato que ordena la determinación de un
límite temporal para el desarrollo del contrato de aprendizaje, como la causa
de los perjuicios que sufre el aprendiz por la falta de responsabilidad contrac-
tual del empleador en caso de terminación injustificada del vinculo jurídico en
cuestión, siendo dos regulaciones distintas, pues de la terminación del contrato
(verbigracia, debido al cumplimiento del plazo fijado por las partes, por ha-

846
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

berse agotado su objeto [la satisfactoria capacitación del aprendiz] o por la


celebración de un contrato individual de trabajo), no se sigue la imputación
de responsabilidad patronal con la consecuente afectación de las prestaciones
sociales a las que tiene derecho al aprendiz.
2.No obstante lo anterior, al analizar la pretensión de inconstitucionalidad,
este Tribunal considera que en la misma no se ha formulado una argumenta-
ción suficiente de contraste entre el artículo impugnado y la disposición consti-
tucional invocada como parámetro de control. La razón básica de este defecto
es que la demanda no contiene ninguna argumentación para demostrar la exis-
tencia de un mandato constitucional concreto para regular el aspecto supues-
tamente omitido (la fijación legal del plazo máximo de duración del contrato
de aprendizaje); y no se ha justificado la ineficacia del art. 40 inc. 3° Cn.
Tal posición tiene basamento en las siguientes consideraciones:
A. En primer lugar, del contenido material del art. 68 CTr. se colige que
éste tiene por objeto regular la exoneración de responsabilidad contractual del
patrono y del aprendiz por la terminación del contrato de aprendizaje; por lo
tanto, los demandantes no han justificado por qué específica y necesariamen-
te la disposición legal en comento tendría que regular la vigencia del referido
contrato, ya que el cumplimiento del plazo del contrato es condición suficiente
pero no necesaria para la terminación del mismo; debiéndose advertir que los
actores alegaron una omisión parcial (por deficiente regulación) en torno a
fijación del plazo máximo de duración del contrato de aprendizaje, cuando el
objeto de control, en ningún momento hace alusión a tal elemento temporal.
En ese orden, se concluye que los peticionarios se limitaron a reiterar la
existencia de la aparente preterición legislativa, sin explicitar las razones por
la cuales el legislador se encuentra obligado para regular dicho elemento con-
tractual.
B. En segundo lugar, el art. 40 inc. 3° Cn. ordena regular los siguientes as-
pectos: (i) el aseguramiento al aprendiz de la enseñanza de un oficio; (ii) un tra-
tamiento digno; (iii) una retribución equitativa; y, (iv) beneficios de previsión y
seguridad social; es decir, directamente la Constitución no establece un plazo
máximo de duración para el contrato de aprendizaje.
Con relación a las áreas que la Ley Fundamental exige sean reguladas, se
advierte que el Código de Trabajo recalca tales obligaciones –art. 61 CTr.–, y
determina que:
a. El patrono tiene la obligación de proporcionarle enseñanza y adiestra-
miento al aprendiz en todas las tareas o fases del oficio, arte u ocupación; y,
éste debe obedecer las órdenes o instrucciones que reciba del patrono o de sus

847
Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Improcedencias

representantes, en lo relativo al desempeño de sus labores; observar la necesa-


ria aplicación en el desempeño de su trabajo; y, asistir a las clases de instrucción
técnica y observar la aplicación necesaria –arts. 62 letra b) y 63 letras b), c) y d)
CTr.–; de acuerdo a lo anterior, en principio, se denota que el Código de Traba-
jo tiene por objeto garantizar el cumplimento del primero de los objetivos que
el texto básico adscribe al contrato de aprendizaje.
b. Por otra parte, el patrono debe guardar –al aprendiz– la debida conside-
ración, absteniéndose de maltratarle de obra o de palabra; y debe abstenerse
de ocuparlo en labores incompatibles con su desarrollo físico, ni en trabajos o
labores ajenos al oficio, arte u ocupación señalados en el, respectivo contrato;
por su parte, y, correlativamente, el aprendiz debe respetar al patrono, su cón-
yuge, ascendientes, descendientes o representantes y observar buena conduc-
ta en el lugar de trabajo o en el desempeño de sus funciones –arts. 62 letra d),
63 letra a) y 64 CTr.–; conforme a las anteriores obligaciones, se advierte que
el Código de Trabajo, en términos genéricos, busca que el aprendiz reciba un
trato digno y para ello, ha establecido obligaciones en torno a la relación inter-
personal con el empleador y al desarrollo de la actividad que se busca aprende.
c. En esa línea, debido a que el aprendiz tiene el derecho de recibir una re-
tribución equitativa, el patrono debe pagar o suministrar a aquél, las prestacio-
nes económicas y sociales a que tuviere derecho conforme al Capítulo I, Título
Segundo, Libro I del Código de Trabajo, contratos y reglamentos internos –arts.
62 letra b) y 69 inc. 1° Cn.–; lo cual indica, aparentemente, el cumplimiento de
otro de los mandatos descritos en el art. 40 inc. 3° Cn.
d. Por último, los beneficios derivados de la previsión y seguridad social son
regulado por el Código de Trabajo, en la medida y alcances en los que la Ley
del Seguro Social y sus reglamentos lo dispongan –art. 66–, lo que implica el
cumplimiento formal del mandato constitucional en comento.
En ese orden, en principio, el mandato de regular el plazo máximo de dura-
ción del contrato de aprendizaje, no es uno de los contenidos constitucionales
descritos en el parámetro de control; por tanto, la fijación o no de la vigencia
del precitado convenio, no es un obstáculo que condicione la eficacia normati-
va del art. 40 inc. 3° Cn.
C. Ahora bien, debido a que el criterio decisivo para la determinación de la
inconstitucionalidad por omisión no es de los plazos o límites temporales –ni
siquiera aunque estuviesen estipulados por el constituyente–, sino de la im-
portancia e indispensabilidad de la medición legislativa para el cumplimiento y
exigibilidad de la norma constitucional (Sentencia de 12-VII-2005, Inc. 59-2003);
debe señalarse que de acuerdo a los postulados constitucionales relativos al

848
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

contrato de aprendizaje, de ninguna manera se impide que la partes establez-


can un plazo en el que dicha convención surtirá efectos.
Por lo tanto, el empleador y el aprendiz pueden fijar libremente el plazo
que determinará la extensión temporal del contrato de aprendizaje; ante ello,
debe considerarse que, en principio, el plazo para el adiestramiento dependerá
del grado de complejidad o tecnicidad del oficio, arte u ocupación que se pre-
tenda adquirir, lo que evidencia el carácter transitorio o temporal del referido
convenio; por lo tanto, el establecimiento a priori de un plazo fijo (o la falta de
éste), no genera la ineficacia del canon constitucional de enjuiciamiento, según
los términos explicados anteriormente.
Debido a esto se concluye que la pretensión de inconstitucionalidad carece
de fundamento y por ello es improcedente.
IV. Con base en lo antes expuesto y de conformidad con el artículo 6 ordi-
nal 3° de la Ley de Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárase improcedente por falta de fundamento la pretensión contenida
en la demanda presentada por los ciudadanos Rubén Alejandro Angulo
Sánchez, Salvador Alexander Melgar Majano y Verónica Lissette González
de Romero, mediante la cual solicitan la declaratoria de inconstitucionali-
dad, por omisión parcial, del art. 68 del Código de Trabajo, por la supuesta
contradicción con el art. 40 inc. 3° Cn.
2. Notifíquese.
F. MELENDEZ---J. B. JAIME---E. S. BLANCO R.--- R. E. GONZALEZ---SONIA DE
SEGOVIA.---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUS-
CRIBEN---E. SOCORRO C. ---SRIA.---RUBRICADAS.

146-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA.


San Salvador a las once horas con cuatro minutos del día veinticinco de enero
de dos mil dieciséis.
Analizada la demanda presentada por las ciudadanas Xiomara Nohemy
Azucena Flores, Ximena Saraí Rogel Guerra, Julieta Geraldine Villalta Palomo
y Verónica Lissette González de Romero, mediante la cual solicitan la declara-
toria de inconstitucionalidad, por omisión parcial, del art. 68 del Código de
Trabajo (contenido en el Decreto Legislativo n° 15, de 23-VI-1972, publicado en
el Diario Oficial n° 142, tomo 236, de 31-VII-1972 [en lo sucesivo “CTr.”]), por la
supuesta violación al art. 40 inc. 3° de la Constitución de la República (“Cn.” en
lo que sigue); se hacen las siguientes consideraciones:

849
Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Improcedencias

El contenido exacto del precepto infraconstitucional cuestionado es el que


sigue:
Código de Trabajo.
“Art. 68.- En ningún caso el patrono o el aprendiz incurrirán en responsabi-
lidad por la terminación del contrato de aprendizaje”.

I. Básicamente, las pretensoras alegaron que el objeto de control –art. 68


CTr.– omite cumplir lo prescrito en el art. 40 inc. 3° Cn. –parámetro de control–,
al no regular el “tiempo que debe tener un contrato de aprendizaje”.
1.Para justificar tal posición, luego de exponer algunas consideraciones en
torno a la preterición legislativa parcial y sus implicaciones para la eficacia de
las normas jurídicas del texto básico, las actoras sostuvieron que “el legislador
no se pronuncia en cuanto al tiempo que debe durar el contrato de [aprendi-
zaje]”, lo que a su criterio, implica la vulneración de los “objetivos por los cuales
se regula dicho régimen de forma especial”; por lo anterior –aseguraron–, “el
empleado que se constituya bajo este régimen no tiene una seguridad social, al
momento de no saber cuánto será el tiempo que deba desarrollarse como tal”.
En consecuencia, al aprendiz se le limita “firmar un contrato individual de
trabajo que le otorgue mejores beneficios en aras de su trabajo”.
2. Conforme a lo ordenado en el parámetro de control, las accionantes
manifestaron que “[s]i los objetivos expresamente son el, trato digno, retri-
bución equitativa y beneficios de previsión y seguridad social”, al no emitirse
la regulación que predetermine la duración del contrato de aprendizaje “se
estaría vulnerando todas las garantías que dichos objetivos le están otorgando
al aprendiz”.
Y es que –argumentaron–, “el legislador con omitir estipular el tiempo,
omite pronunciarse sobre las prestaciones de ley a las cuales tiene derecho to-
dos los trabajadores”; en ese orden, consideraron injusto que, “un aprendiz
trabaje para un patrono por tiempo indefinido y [...] que al ser despedido o
dar por terminado el contrato, [...] no tendrá derecho a prestaciones, como la
indemnización por despido injusto”, ya que –agregaron–, “no existe la retribu-
ción equitativa en cuanto al trabajo realizado”.
Estas consideraciones agotan el contenido relevante de la demanda.
II. En vista del motivo de inconstitucionalidad alegado por las peticiona-
rias, es pertinente hacer una referencia a las condiciones que debe cumplir una
pretensión de inconstitucionalidad, por omisión, para justificar el inicio de este
proceso.
1. El proceso de inconstitucionalidad tiene por objeto realizar un análisis so-
bre la estimación o no de una pretensión de inconstitucionalidad. Esta preten-

850
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

sión consiste en un alegato sobre la supuesta contradicción entre el contenido


normativo de una disposición o acto identificado como objeto de control y el
contenido normativo de una disposición constitucional propuesta como pará-
metro. El inicio y desarrollo de este proceso solo es procedente cuando dicha
pretensión está fundada. El fundamento de la pretensión radica en los motivos
de inconstitucionalidad, es decir, en la exposición suficiente de argumentos que
demuestren la probabilidad razonable de una contradicción o confrontación
entre normas derivadas de las disposiciones invocadas. De lo contrario, una
pretensión sin fundamento es improcedente.
El que la pretensión de inconstitucionalidad deba plantear un contraste
entre normas indica que el fundamento de esa pretensión exige una labor her-
menéutica o interpretativa, o sea, una argumentación sobre la inconsistencia
entre dos normas, no solo entre dos disposiciones o textos. Las normas son
productos interpretativos y su formulación no se logra con una simple lectura o
un mero cotejo de enunciados lingüísticos.
Por ello, el fundamento de la pretensión de inconstitucionalidad debe ser
reconocible como un auténtico ejercicio argumentativo de interpretación de
normas y no como una ligera impresión subjetiva de inconsistencia, causada
por una lectura defectuosa o superficial de los enunciados respectivos, por el
uso de criterios extravagantes de contraposición textual o por una interpreta-
ción aislada, inconexa o fragmentaria de las disposiciones en juego.
Para no banalizar el control de constitucionalidad, la tesis o idea de que
existe una incompatibilidad o contradicción entre el objeto y el parámetro de
control debe ser plausible, es decir, aceptable en principio, mínima o tentati-
vamente, o por lo menos no rechazable de modo manifiesto o inmediato. El
fundamento de la pretensión no puede ser solo aparente o sofisticado, como
sería el construido con base en una patente deficiencia interpretativa, cuyo
resultado sea ajeno al sentido racional ordinario de los contenidos lingüísticos
analizados, según su contexto, finalidad y alcance jurisprudencial; o cuando en
lugar de contenidos normativos se contraponen especulaciones personales so-
bre las posibles desviaciones de la aplicación del objeto de control. Una preten-
sión en esas condiciones es insustancial o improcedente, incapaz de justificar el
desenvolvimiento de una amplia actividad jurisdiccional sobre la existencia de
la inconstitucionalidad alegada.
2. Sobre la inconstitucionalidad por omisión, esta Sala ha dicho que consis-
te en la falta de cumplimiento, por parte los órganos con potestades norma-
tivas, de los mandatos constitucionales de desarrollo obligatorio o regulación
de ciertos temas o asuntos, en la medida que ese incumplimiento exceda un

851
Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Improcedencias

plazo razonable y obstaculice con ello la aplicación eficaz de la Constitución


(Sentencia de 26-I-2011, Inc. 37-2004). Es decir que ese tipo de inconstitucio-
nalidad exige demostrar –en forma argumentada– la existencia de una orden
concreta, específica e ineludible de producción normativa infraconstitucional
de desarrollo que, como consecuencia de la estructura abierta y de la función
promocional de la Constitución, es necesaria para la aplicación efectiva de cier-
tas normas constitucionales (Sentencia de 15-II-2012, Inc. 66-2005).
Así, los mandatos constitucionales de legislar deben distinguirse de la po-
testad genérica que corresponde a la Asamblea Legislativa o a otros entes pú-
blicos en relación con sus atribuciones normativas. Las normas que establecen
esas competencias de regulación como simples habilitaciones no son mandatos
constitucionales de legislar, porque estos implican algo más: una orden u obli-
gación concreta, derivada de normas constitucionales que requieren inexora-
blemente de cierta actividad reguladora de desarrollo, por la nula aplicabilidad
que tendrían sin un engranaje normativo que proporcione a los operadores
jurídicos las directrices indispensables para su cumplimiento (Auto de Improce-
dencia de 25-VIII-2009, Inc. 8-2008).
Por otra parte, la jurisprudencia de esta Sala ha descartado la asimilación
entre la omisión legislativa y la mera inactividad reguladora, pues no se trata
de una simple abstención de hacer o de cualquier indolencia legislativa, sino
de la conducta de no hacer aquello a lo que, de forma concreta, se está cons-
titucionalmente obligado, por una específica exigencia constitucional de ac-
ción (Sentencia de 12-VII-2005, Inc. 59-2003). Tampoco puede plantearse como
omisión legislativa una discrepancia o insatisfacción particular sobre la visión
de cómo debe ser la manera más adecuada de regular un sector de la realidad
social, pues la elección del contenido de la normativa necesaria para darle cum-
plimiento al mandato constitucional corresponde al legislador (Auto de Impro-
cedencia de 13-IV-2011, Inc. 67-2010), dentro del marco de posibilidades que la
Constitución habilita (Sentencia de 15-II-2012, Inc. 66-2005).
III. Corresponde aplicar los criterios antes expuestos al contenido relevante
de la demanda planteada.
1. En primer lugar, este Tribunal debe aclarar que únicamente se pronuncia-
rá sobre la aparente omisión del Órgano Legislativo en cuanto a la determina-
ción del plazo máximo de duración del contrato de aprendizaje, dada la expre-
sa alegación contenida en la demanda, más no en las presuntas consecuencias
jurídico negativas que –a criterio de las actoras– debe soportar el aprendiz por
la, terminación del referido acto jurídico.
Y es que, en toda la argumentación, esta Sala advierte que las demandan-
tes pretenden introducir –erróneamente– en la preterición parcial argüida, las

852
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

posibles afectaciones del aprendiz a sus prestaciones sociales por la terminación


del contrato de aprendizaje, ya que, las interesadas confunden el pretendido
cumplimiento del mandato que ordena la determinación de un límite temporal
para el desarrollo del precitado contrato, como la causa de los perjuicios que
sufre el aprendiz por la falta de responsabilidad contractual del empleador en
caso de terminación injustificada del vínculo jurídico en cuestión, siendo dos
regulaciones distintas, pues de la terminación del contrato (verbigracia, debido
al cumplimiento del plazo fijado por las partes, por haberse agotado su objeto
[la satisfactoria capacitación del aprendiz] o por la celebración de un contrato
individual de trabajo), no se sigue la imputación de responsabilidad patronal
con la consecuente afectación de las prestaciones sociales a las que tiene dere-
cho al aprendiz.
2. No obstante lo anterior, al analizar la pretensión de inconstitucionalidad,
este Tribunal considera que en la misma no se ha formulado una argumenta-
ción suficiente de contraste entre el artículo impugnado y la disposición consti-
tucional invocada como parámetro de control. La razón básica de este defecto
es que la demanda no contiene ninguna argumentación para demostrar la exis-
tencia de un mandato constitucional concreto para regular el aspecto supues-
tamente omitido (la fijación legal del plazo máximo de duración del contrato
de aprendizaje); y, no se ha justificado la ineficacia del art. 40 inc. 3° Cn.
Tal posición tiene basamento en las siguientes consideraciones:
A. En primer lugar, del contenido material del art. 68 CTr. se colige que
éste tiene por objeto regular la exoneración de responsabilidad contractual del
patrono y del aprendiz por la terminación del contrato de aprendizaje; por lo
tanto, las demandantes no han justificado por qué específica y necesariamen-
te la disposición legal en comento tendría que regular la vigencia del referido
contrato, ya que el cumplimiento del plazo del contrato es condición suficiente
pero no necesaria para la terminación del mismo; debiéndose advertir que las
actoras alegaron una omisión parcial (por deficiente regulación) en torno a fija-
ción del plazo máximo de duración del contrato de aprendizaje, cuando el pa-
rámetro de control, en ningún momento hace alusión a tal elemento temporal.
En ese orden, se concluye que las peticionarias se limitaron a reiterar la
existencia de la aparente preterición legislativa, sin explicitar las razones por
la cuales el legislador se encuentra obligado para regular dicho elemento con-
tractual.
B. En segundo lugar, el art. 40 inc. 3° Cn. ordena regular los siguientes as-
pectos: (i) el aseguramiento al aprendiz de la enseñanza de un oficio; (ii) un tra-
tamiento digno; (iii) una retribución equitativa; y, (iv) beneficios de previsión y

853
Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Improcedencias

seguridad social; es decir, directamente la Constitución no establece un plazo


máximo de duración para el contrato de aprendizaje.
Con relación a las áreas que la Ley Fundamental exige sean reguladas, se
advierte que el Código de Trabajo recalca tales obligaciones –art. 61 CTr.–, y
determina que:
a. El patrono tiene la obligación de proporcionarle enseñanza y adiestra-
miento al aprendiz en todas las tareas o fases del oficio, arte u ocupación; y,
éste debe obedecer las órdenes o instrucciones que reciba del patrono o de sus
representantes, en lo relativo al desempeño de sus labores; observar la necesa-
ria aplicación en el desempeño de su trabajo; y, asistir a las clases de instrucción
técnica y observar la aplicación necesaria –arts. 62 letra b) y 63 letras b), c) y
d) CTr.–; de acuerdo a lo anterior, en principio, se denota que el Código de Tra-
bajo tienen por objeto garantizar el cumplimento del primero de los objetivos
que el texto básico adscribe al contrato de aprendizaje.
b. Por otra parte, el patrono debe guardar –al aprendiz– la debida conside-
ración, absteniéndose de maltratarle de obra o de palabra; y debe abstenerse
de ocuparlo en labores incompatibles con su desarrollo físico, ni en trabajos o
labores ajenos al oficio, arte u ocupación señalados en el respectivo contrato;
por su parte, y, correlativamente, el aprendiz debe respetar al patrono, su cón-
yuge, ascendientes, descendientes o representantes y observar buena conduc-
ta en el lugar de trabajo o en el desempeño de sus funciones –arts. 62 letra d),
63 letra a) y 64 CTr.–; conforme a las anteriores obligaciones, se advierte que
el Código de Trabajo, en términos genéricos, busca que el aprendiz reciba un
trato digno y para ello, ha establecido obligaciones en torno a la relación inter-
personal con el empleador y al desarrollo de la actividad que se busca aprende.
c. En esa línea, debido a que el aprendiz tiene el derecho de recibir una re-
tribución equitativa, el patrono debe pagar o suministrar a aquél, las prestacio-
nes económicas y sociales a que tuviere derecho conforme al Capítulo I, Título
Segundo, Libro I del Código de Trabajo, contratos y reglamentos internos –arts.
62 letra b) y 69 inc. 1° Cn.–; lo cual indica, aparentemente, el cumplimiento de
otro de los mandatos descritos en el art. 40 inc. 3° Cn.
d. Por último, los beneficios derivados de la previsión y seguridad social son
regulado por el Código de Trabajo, en la medida y alcances en los que la Ley
del Seguro Social y sus reglamentos lo dispongan –art. 66–, lo que implica el
cumplimiento formal del mandato constitucional en comento.
En ese orden, en principio, el mandato de regular el plazo máximo de dura-
ción del contrato de aprendizaje, no es uno de los contenidos constitucionales
descritos en el parámetro de control; por tanto, la fijación o no de la vigencia

854
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

del precitado convenio, no es un obstáculo que condicione la eficacia normati-


va del art. 40 inc. 3° Cn.
C. Ahora bien, debido a que el criterio decisivo para la determinación de la
inconstitucionalidad por omisión no es de los plazos o límites temporales –ni
siquiera aunque estuviesen estipulados por el constituyente–, sino de la im-
portancia e indispensabilidad de la medición legislativa para el cumplimiento y
exigibilidad de la norma constitucional (Sentencia de 12-VII-2005, Inc. 59-2003);
debe señalarse que de acuerdo a los postulados constitucionales relativos al
contrato de aprendizaje, de ninguna manera se impide que la partes establez-
can un plazo en el que dicha convención surtirá efectos.
Por lo tanto, el empleador y el aprendiz pueden fijar libremente el plazo
que determinará la extensión temporal del contrato de aprendizaje; ante ello,
debe considerarse que, en principio, el plazo para el adiestramiento dependerá
del grado de complejidad o tecnicidad del oficio, arte u ocupación que se pre-
tenda adquirir, lo que evidencia el carácter transitorio o temporal del referido
convenio; por lo tanto, el establecimiento a priori de un plazo fijo (o la falta de
éste), no genera la ineficacia del canon constitucional de enjuiciamiento, según
los términos explicados anteriormente.
Debido a esto se concluye que la pretensión de inconstitucionalidad carece
de fundamento y por ello es improcedente.
IV. Con base en lo antes expuesto y de conformidad con el artículo 6 ordi-
nal 3° de la Ley de Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárase improcedente por falta de fundamento la pretensión contenida
en la demanda presentada por las ciudadanas Xiomara Nohemy Azucena
Flores, Ximena Saraí Rogel Guerra, Julieta Geraldine Villalta Palomo y Veró-
nica Lissette González de Romero, mediante la cual solicitan la declaratoria
de inconstitucionalidad, por omisión parcial, del art. 68 del Código de Tra-
bajo, por la supuesta contradicción con el art. 40 inc. 3° Cn.
2. Notifíquese.-
F. MELENDEZ.---J. B. JAIME---E. S. BLANCO. R.---R. E. GONZALEZ.---SONIA DE
SEGOVIA.---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUS-
CRIBEN---E. SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.

107-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las once horas con quince minutos del día tres de febrero de
dos mil dieciséis.

855
Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Improcedencias

Analizada la demanda presentada por el ciudadano Jaime Roberto Vilano-


va Chica, mediante la cual solicita se declare la inconstitucionalidad, por omi-
sión, de los arts. 42 y 43 de la Ley Orgánica de la Fiscalía General de la Repú-
blica (LOFGR, en lo que sigue), contenida en el Decreto Legislativo n° 1037, de
27-IV-2006, publicado en el Diario Oficial n° 95, Tonto 371, de 25-V-2006, por
la supuesta vulneración a los arts. 3, 72 ord. 3°, 85 inc. 1°, 86 inc. 1°, 193 y 246
inc. 2° de la Constitución (en lo que sigue, Cn.), así como el escrito de 6-XI-2015,
presentado en esa misma fecha, esta Sala hace las siguientes consideraciones:
Las disposiciones impugnadas literalmente establecen:
Ley Orgánica de la Fiscalía General de la República
“Excusa o Impedimento
Art. 42.- Los fiscales, siempre que hicieren manifestación de excusa o impe-
dimento, procederán en la forma prescrita en la legislación procesal aplicable”.
“Calificación de los Impedimentos y Excusas del Fiscal
Art. 43.- La Asamblea Legislativa calificará los impedimentos y excusas del
Fiscal General de la República y éste las de los funcionarios de la Fiscalía”.
I. 1. El demandante expuso que las disposiciones impugnadas incurren en
inconstitucionalidad por omisión, pues no regulan el supuesto que el Fiscal Ge-
neral de la República deba excusarse del cargo cuando participe en el procedi-
miento legislativo de elección del titular de la Fiscalía General de la República,
es decir, cuando busque su reelección en dicha institución.
A. Sobre los parámetros de control propuestos, el ciudadano Vilanova Chi-
ca manifestó que “[...] los arts 3 y 72 ord. 3° Cn. reconocen el derecho al su-
fragio pasivo igualitario [sic], al establecer la igualdad de todas las personas
ante la ley y el derecho de los ciudadanos a optar a cargos públicos, lo que,
interpretado en conjunto o en armonía, significa que los postulantes a un car-
go público deben estar en igualdad de condiciones [...] sin que ninguno pueda
disponer de ventajas indebidas, derivadas de una condición que pueda incidir
de manera ilegítima a su favor [...]”.
Lo anterior –aseveró– no implica que todos los candidatos a un cargo de-
ban estar en las mismas condiciones materiales, sino que todos deben tener, en
abstracto, iguales posibilidades de optar y acceder al cargo pretendido; de esta
forma, si la ley omite regular e impedir situaciones que impliquen un poder de
influencia a favor de alguno de los postulantes, se impide la equiparación for-
mal y objetiva de los aspirantes al cargo.
B. En segundo lugar, con base en lo expuesto en Sentencia de 10-VII-2012,
Inc. 29- 2012, el actor alegó que los arts. 42 y 43 LOFGR vulneran los arts. 86
inc. 1° y 193 Cn., en específico, “el principio de independencia institucional” de

856
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

la Fiscalía General de la República, expresando que “[s]i el procedimiento de


elección permite la reelección [...] es necesario garantizar que también durante
dicho procedimiento la FGR no solo [sic] sea, sino que parezca independiente y
autónoma [...] En virtud de la enorme dosis de poder constitucional de la FGR,
las decisiones de su titular interesan a los diputados de la Asamblea Legislativa,
quienes deciden si lo reeligen o no, por lo que este principio de independencia
exigiría que la ley tome las medidas cautelares o garantías para evitar que du-
rante el procedimiento de elección, las funciones institucionales sean someti-
das o influencias [sic] por la finalidad de reelección del titular de la FGR”.
C. Aunado a lo anterior, el pretensor adujo que las disposiciones impug-
nadas transgreden los arts. 85 inc. 1° y 246 inc. 2° Cn., en concreto lo que él
denomina el “principio de integridad de la función pública, en su manifestación
de prevención de conflictos de interés en el ejercicio de cargos públicos”; así –
dijo–, “[u]na de las formas de garantizar la integridad de la función pública es
la prevención de conflictos de intereses o situaciones de riesgo objetivo para
los intereses públicos, causadas por intereses privados que incentivan a un fun-
cionario (o aparentan hacerlo) [sic] a favorecer [...] su situación particular en
perjuicio o por encima de los fines que orientan el cargo público”.
D. En atención a lo anterior, el ciudadano Vilanova Chica arguyó que de
los contenidos derivados de los parámetros de control propuestos emana un
mandato para la Asamblea Legislativa, consistente en regular en la LOFGR una
excusa forzosa del cargo de Fiscal General de la República para la persona que
ejerza el cargo y que decida buscar su reelección en el mismo, obligación que,
de no cumplirse, produciría como efectos la desventaja de los demás aspirantes
al cargo en relación al titular de la institución, quien dispone del poder insti-
tucional para reforzar su postulación, así como la influencia en las decisiones
del Fiscal de criterios de oportunidad política, en razón de la expectativa de la
reelección y posibles conflictos de interés.
2. Finalmente –por la fecha en que fue presentada la demanda–, el actor
solicitó la adopción de una medida cautelar, por estimar el cumplimiento de
los presupuestos necesarios para ello. Así, manifestó que la apariencia de buen
derecho se encontraba justificada en los argumentos de la inconstitucionalidad
planteada; mientras que el peligro en la demora radicaba en que, como fue de
conocimiento público, en ese entonces se desarrollaba el procedimiento legisla-
tivo de elección del titular de la Fiscalía General de la República, en el cual par-
ticipaban setenta y dos aspirantes al cargo, incluyendo al que, en ese entonces,
fuera titular en funciones de la institución –es decir, el abogado Luis Antonio
Martínez González–, por lo cual, a criterio del pretensor, se cumplía el supuesto
fáctico que podía producir los efectos perniciosos descritos.

857
Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Improcedencias

En consecuencia –puntualizó–, esta Sala tenía la opción adoptar cautelar-


mente cualquiera de las siguientes medidas: la suspensión provisional del pro-
cedimiento de elección (ahora concluido), hasta decidir el fondo de la deman-
da; la separación provisional de funciones del que fuera titular de la Fiscalía
General de la República, mientras se desarrollara el procedimiento de elección
aludido; o la exclusión del abogado Martínez González de los candidatos que
aspiraban al cargo en mención.
II. 1. A. En cuanto a lo expuesto, esta Sala ha sostenido en sus pronuncia-
mientos – por ejemplo, en auto de 21-IX-2012, Inc. 53-2012, así como en Senten-
cia de 28-IV-2000, Inc. 2-95–, que cuando la pretensión de inconstitucionalidad
radica en una omisión de cumplimiento de una orden al legislador, el pretensor
debe indicar con precisión el mandato en el texto constitucional que se estima
inobservado –Sentencia de 22-VIII-2014, Inc. 43- 2013–; tales mandatos, explí-
citos o implícitos, más que meras proposiciones declarativas de buenas inten-
ciones, son verdaderas imposiciones jurídicas establecidas por el Constituyente,
que obligan al órgano legisferante a su concreción mediante la producción nor-
mativa respectiva –cfr., Sentencias de 26-I-2011 y de 23-I-2015, Incs. 37-2004 y
53- 2005, en su orden–.
Esto se debe a que la supremacía de la Constitución no sólo la posiciona
como referente negativo, como límite al poder, sino que, además, provoca que
su proyecto normativo sea de obligatorio cumplimiento; por tanto, la acepta-
ción del instituto de la omisión vulneradora de una disposición constitucional
se refleja en obligaciones de hacer por parte del legislador en relación con una
exigencia determinada.
B. Sin perjuicio de lo anterior, debe aclararse que no todo silencio legislativo
conlleva un efecto vulnerador de la Constitución, sino únicamente los que se
encuentran vinculados a un mandato constitucional; en caso contrario, dicha in-
actividad legislativa produce –por voluntad del legislador o por su negligencia
o imprevisión– un mero vacío normológico o laguna normativa que debe resol-
verse mediante la integración del derecho, principalmente mediante analogía
o por la aplicación de sus principios generales.
2. A. En el caso en examen, se advierte que el actor alega una omisión legis-
lativa de un mandato constitucional que, según su criterio, se deriva a partir de
la integración del contenido normativo de varias disposiciones constitucionales,
a saber: la obligación de regular en la LOFGR una excusa forzosa para el titular
de la Fiscalía General de la República –con independencia de la persona de que
se trate– cuando éste participe en el proceso legislativo respectivo para lograr
su reelección en dicho cargo.

858
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Según el pretensor dicho mandato se construye, por un lado, desde el prin-


cipio de igualdad –art. 3 inc. 1° Cn.– y el reconocimiento de tal principio en el
derecho al sufragio pasivo –art. 72 ord. 3° Cn.–; por otro, por consideración
de la independencia que deben observar los órganos de Gobierno en el ejer-
cicio de sus funciones –art. 86 inc. 1° primera parte Cn.–, en relación con las
atribuciones constitucionales del Fiscal General de la República –art. 193 Cn.–;
y, finalmente, a partir de la forma republicana, democrática y representativa
de gobierno –art. 85 inc. 1° Cn.– y de la primacía del interés público sobre el
particular consignada en el art. 246 inc. 2° parte final Cn.
B. Sobre lo anterior, este Tribunal no advierte la existencia del mandato que
supuestamente contienen los parámetros de control propuestos como base de
la inconstitucionalidad por omisión planteada; al contrario, al considerar los
argumentos vertidos, se estima que el mandato constitucional que alega el ciu-
dadano Vilanova Chica parte de una construcción artificiosa de disposiciones
constitucionales y de las normas que la jurisprudencia de esta Sala ha adscrito a
las mismas, sin demostrar su conexidad de forma argumentativa.
Por tal motivo, al no existir el mandato constitucional alegado, la preten-
sión carece de fundamento material, debiendo rechazarse por improcedente.
III. Con base en lo expuesto, y en virtud de los arts. 6 número 3) de la Ley
de Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárase improcedente la pretensión contenida en la demanda presenta-
da por el ciudadano Jaime Roberto Vilanova Chica, por medio de la cual
solicita se declare la inconstitucionalidad por omisión de los arts. 42 y 43
de la Ley Orgánica de la Fiscalía General de la República, por la supuesta
vulneración a los arts. 3 inc. 1°, 72 ord. 3°, 85 inc. 1°, 86 inc. 1° primera par-
te, 193 y 246 inc. 2° parte final de la Constitución, por no advertirse en los
parámetros de control propuestos la existencia del mandato constitucional
alegado.
2. Notifíquese.
---A. PINEDA---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME---E. S. BLANCO R.---R. E. GON-
ZALEZ--- PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRI-
BEN.--- E. SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.

161-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA.


San Salvador, a las nueve horas con veintisiete minutos del día cinco de febrero
de dos mil dieciséis.

859
Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Improcedencias

Analizada la demanda presentada por el ciudadano Carlos Humberto Re-


cinos Mejía, en la cual solicita se declare, de modo general y obligatorio, la
inconstitucionalidad del art. 58 del Decreto Legislativo n° 507, de 24-XI-1961,
publicado en el Diario Oficial n° 239, de 27-XII-1961, que contiene la Ley de
Servicio Civil (LSC en lo sucesivo); por la supuesta violación al art. 11 inc. 1 de la
Constitución (Cn); se hacen las siguientes consideraciones:
La disposición impugnada prescribe:
Ley de Servicio Civil.
“Suspensión previa
Art. 58.- Cuando la permanencia del funcionario o empleado constituya
grave peligro para la administración o fuere sorprendido infraganti cometien-
do cualquiera de las faltas enumeradas en los artículos 32, 53 y 54, la autoridad
o jefe podrá acordar, sin ningún trámite la suspensión previa del servidor y al
hacerlo así lo comunicará, dentro de los 3 días hábiles después de ser emitido el
acuerdo, a la Comisión respectiva en la misma nota que manifieste su decisión
de destituirlo o despedirlo [...]”.

I. Básicamente, los argumentos del demandante se pueden resumir en que


el art. 58 de la LSC establece la suspensión previa de los funcionarios y em-
pleados administrativos, cuando la permanencia del funcionario o empleado
constituya grave peligro para la administración o fuere sorprendido infraganti
cometiendo alguna falta tipificada en el mismo cuerpo normativo. De acuerdo
con la disposición impugnada, esta suspensión puede decretarse sin ningún
trámite, circunstancia que –a criterio del actor– viola el art. 11 inc. 1 Cn., de-
bido a que toda acción que pretenda limitar un derecho fundamental debe
ser precedida por un juicio previo en el cual se garanticen los derechos de los
empleados o funcionarios sometidos a la Ley de Servicio Civil.
La ley mencionada –afirmó– trasgrede a la Constitución en su art. 11 inc.
1°, debido a que, a las personas a las que se pretenda privar de algún derecho,
se les debe seguir un proceso, el cual no debe ser necesariamente especial, sino
aquel establecido para cada caso por las disposiciones constitucionales respec-
tivas; de igual forma, es necesario que este proceso se ventile ante entidades
previamente establecidas o en su defecto ante una autoridad competente, así
como garantizar las formalidades de un debido proceso y, por último, que la
decisión que se tome en dicho proceso sea conforme con las leyes vigentes con
carácter anterioridad al hecho que motiva su aplicación.
En ese sentido –siguió–, el procedimiento previo que no contempla la dis-
posición impugnada supone, por un lado, hacer saber al administrado la in-

860
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

fracción o el ilícito que se le reprocha y, por otro, dar a los intervinientes la


posibilidad de exponer sus razonamientos y facilitarle el ejercicio de los medios
de defensa.
Asimismo –sostuvo–, en materia punitiva penal y procesal penal, al adop-
tarse como medida cautelar a la detención provisional, se ha previsto el recurso
impugnativo de la misma a través de la apelación; a su criterio, esto también
debería regir en el Derecho Administrativo Sancionador, es decir que, luego
de aplicada la sanción previa, el agraviado también pueda hacer uso de algún
recurso impugnativo de la misma.
II. Establecidos los argumentos del demandante, esta Sala expondrá algu-
nas nociones sobre la adecuada configuración del proceso de inconstituciona-
lidad (1), de igual forma, se expresarán las consideraciones jurisprudenciales
pertinentes sobre el derecho de audiencia en el derecho administrativo sancio-
nador (2), para finalmente, determinar si en el presente caso se han cumplidos
los requisitos de admisibilidad y procedencia que permitan conocer del fondo
de la pretensión planteada (3).
1. Con respecto a la pretensión de inconstitucionalidad, se ha afirmado
abundantemente que su fundamento jurídico lo configura el señalamiento
preciso de la disposición impugnada y la disposición constitucional propuesta
como parámetro de control; mientras que el fundamento material se estruc-
tura a partir, en primer lugar, del establecimiento del contenido del objeto y
del parámetro de control y, en segundo lugar, con los argumentos tendentes a
evidenciar la contradicción existente entre el contenido de uno y del otro.
Ahora bien, los tribunales –y esta Sala no es la excepción– deben actuar
respondiendo a peticiones concretas, sin poder configurar de ofició el objeto
de control sobre el que recaerá su decisión. De ello se deduce que el plantea-
miento de la pretensión está exclusivamente a cargo del demandante.
A. De lo anteriormente dicho se concluye que en los procesos de incons-
titucionalidad no puede conocerse del fondo del asunto: (i) si el fundamento
jurídico de la pretensión de inconstitucionalidad es deficiente –v. gr., cuando
en la demanda se omite mencionar las disposiciones constitucionales supues-
tamente violentadas, o bien, en un caso extremo, cuando no se expresa cuál
es la normativa impugnada–; (ii) si el fundamento material de la pretensión de
inconstitucionalidad es deficiente, es decir, cuando la argumentación expuesta
por el demandante no logra evidenciar la contradicción por él advertida entre
la normativa impugnada y las disposiciones constitucionales supuestamente
violadas, o bien, cuando, habiendo invocado como parámetro de control una
disposición constitucional, se le atribuye un contenido inadecuado o equívoco;

861
Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Improcedencias

(iii) si la pretensión de inconstitucionalidad carece totalmente de fundamento


material o éste es incongruente con el fundamento jurídico; y (iv) cuando se ha
realizado una interpretación aislada o no uniforme de la ley o reglamento que
contiene la norma impugnada para lograr compatibilidad con la Constitución.
En todos estos supuestos habrá que rechazar la demanda en el estado en
que se encuentre el proceso, por falta de una adecuada configuración de la
pretensión de inconstitucionalidad. Si el vicio es advertido al inicio del proceso,
se hará mediante la figura de la improcedencia, y si es advertido en la prosecu-
ción del mismo, se hará a través del sobreseimiento –en aplicación analógica al
proceso de inconstitucionalidad de los arts. 18 y 31 L.Pr.Cn.–.
B. Ahora bien, en cuanto al último vicio de la pretensión apuntado, es perti-
nente hacer algunas consideraciones, dadas las características de la pretensión
de inconstitucionalidad. Si bien es cierto, una sola disposición puede ser suscep-
tible de diversas interpretaciones que resulten contrarias a la Constitución, el
intérprete también debe tomar en cuenta que las disposiciones generalmente
forman parte de un contexto normativo en el cual se insertan. Es por ello, que
casi siempre las interpretaciones aisladas o descontextualizadas son la vía argu-
mental más predilecta para el demandante de un proceso que busca motivos
de inconstitucionalidad donde no los hay. Porque al no tomarse en cuenta el
resto de disposiciones con los cuales se integra una disposición, esta pierde su
sentido global o sistemático, generando inconsistencias fácilmente desvirtua-
bles.
Así, existen casos en los que el demandante atribuye a la disposición obje-
to de control un contenido que pueda confrontarse con la Constitución, pero
que, con una interpretación uniforme o integral con todo el cuerpo normativo
al que la disposición pertenece, esa posibilidad interpretativa desaparece, pues
se ajusta a los supuestos consagrados en la ley suprema. En ese sentido, en este
tipo de alegatos no puede considerarse que el fundamento de la pretensión se
haya configurado adecuadamente. Es decir, aun cuando el actor haya indicado
con precisión la existencia de una violación a la Constitución en una sola dispo-
sición, al hacer una interpretación sistemática con todo el cuerpo normativo no
es posible comprender la confrontación internormativa apreciada por aquél.
Debe aclararse que no se trata de prejuzgar el fondo de la pretensión, sino
de desechar aquellas interpretaciones que, de entrada, por su inverosimilitud o
incoherencia, no tienen la más mínima posibilidad de conducir a un pronuncia-
miento de fondo. Desde otra perspectiva, este motivo de rechazo tiene como
fin último intentar salvaguardar las normas propuestas como objeto de control
y hacer más eficiente la administración de justicia, depurando peticiones infun-

862
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

dadas o maliciosas, para priorizar aquellas que sí cumplen con los requisitos
mínimos para activar la jurisdicción.
2. En relación con el derecho de audiencia se ha dicho que este derecho
implica la exigencia constitucional de que toda limitación a las posibilidades
de ejercer un derecho sea precedida del proceso que el ordenamiento jurídico
prevea para el caso concreto, el cual deberá dar al demandado y a todos los
intervinientes, la posibilidad de exponer sus razonamientos y defender sus pre-
tensiones de manera plena.
Ahora bien, es necesario destacar que el derecho en mención es objeto
de desarrollo en sede legal, de modo que se concreta en cada proceso o pro-
cedimiento –incluidos todos sus grados de conocimiento o instancias–, y se
adapta a las características de las pretensiones correspondientes y a las normas
materiales sobre las cuales se basen tales pretensiones. De manera que, en la
configuración normativa de este derecho, el legislador cuenta con cierto mar-
gen para diseñar los distintos procesos y procedimientos que la realidad social
exige.
Asimismo, el derecho de audiencia incorpora los actos de comunicación
(notificaciones, citaciones), pues estos posibilitan la intervención de las partes
en los procesos jurisdiccionales o en los procedimientos administrativos, para
defender sus derechos o intereses garantizando el principio de contradicción y
bilateralidad. Y así, el derecho de audiencia vincula tanto al aplicador de la nor-
ma como al legislador; al primero, para que realice debidamente los actos de
comunicación, y al segundo, para que contemple las referidas comunicaciones
al emitir la norma base para el proceso previo (Sentencia de 28-IX-2012, Inc.
120-2007).
3. Relacionando lo anterior con el derecho administrativo sancionatorio,
es preciso tener presente que esta es una de las facetas que el genérico poder
punitivo del Estado muestra frente al administrado o respecto de los servidores
públicos, y la diferencia que posee respecto de los ilícitos de naturaleza penal
solo es cuantitativa –en razón de la intensidad de la sanción a imponer–. Lo
anterior implica que los principios y reglas constitucionalizadas que presiden la
materia penal son aplicables, mutatis mutandi, al ámbito administrativo sancio-
nador; ello, con fundamento en la homogeneización o unidad punitiva, aunque
tal circunstancia no implique desconocer la singularidad de cada uno de sus
procedimientos (Sentencia de 26-VIII-2015, Inc. 123-2012).
4. A. En el presente caso, como se apuntó anteriormente, uno de los moti-
vos por los cuales no se puede conocer sobre las pretensiones planteadas a este
tribunal se verifica si no se ha realizado una interpretación uniforme de la ley

863
Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Improcedencias

que contiene la disposición impugnada para forzar una incompatibilidad con


la Constitución.
Así pues, el proceso de inconstitucionalidad tiene como finalidad expulsar
del ordenamiento jurídico las normas que transgredan lo establecido en la Ley
Suprema, pero esto no implica que toda disposición –en su carácter singular–,
por tener una redacción aparentemente contraria a algún derecho consagrado
en la Constitución, pueda ser declarada como inconstitucional automáticamen-
te; pues su interpretación debe ser sistemática y conectarse con el resto de
disposiciones del cuerpo normativo al que pertenece.
B. Relacionando lo anterior, el demandante no ha hecho una interpretación
sistemática del cuerpo normativo que contiene la disposición impugnada –art.
58 de la Ley de Servicio Civil–, con los artículos anteriores de la misma ley cita-
da. Así, en el art. 55 LSC se establece la forma de proceder en cuanto al despi-
do y destitución, el ente que conocerá y resolverá sobre esta circunstancia, la
recepción de pruebas y las notificaciones al agraviado; de igual forma el art. 56
LSC establece un recurso el cual puede ser presentado por el agraviado para
intentar revertir esa situación.
En cuanto a la palabra “sin ningún trámite” que contiene el art. 58 de la
LSC, este no se presenta como una sanción o destitución previa al procedi-
miento administrativo, sino que implica una especie de medida cautelar, que la
misma disposición contempla como transitoria.
Tal situación trastoca toda fundamentación jurídica de la demanda, pues
los términos de impugnación se postulan como una violación al derecho de
audiencia, al no preveerse un procedimiento previo para decretar una medida
cautelar; y siendo que en el mismo cuerpo normativo se contempla un procedi-
miento para determinar la existencia de la infracción del administrado –cuando
la suspensión sea definitiva– y que la disposición impugnada hace referencia
nada más a la suspensión como medida cautelar, el demandante ha atribuido
un contenido inadecuado que no es derivable de la disposición impugnada,
con lo cual no se ha logrado entablar un contraste normativo en los elementos
del control de constitucionalidad.
Por tanto, deberá declararse la improcedencia de la pretensión contenida
en la demanda presentada por el ciudadano Carlos Humberto Recinos Mejía,
mediante la cual solicita se declare la inconstitucionalidad del art. 58 de la Ley
del Servicio Civil, por la supuesta violación al art. 11 inc. 1° de la Constitución.
III. Con base en lo expuesto, y en virtud de los artículos 6 de la Ley de Pro-
cedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárase improcedente la pretensión contenida en la demanda presen-
tada por el ciudadano Carlos Humberto Recinos Mejía, mediante la cual

864
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

solicita se declare la inconstitucionalidad del art. 58 de la Ley de Servicio


civil, publicada en el Diario Oficial n°. 239, del 27-XII-1961 por la supuesta
violación al derecho de audiencia, pues ha atribuido un contenido inade-
cuado a la disposición impugnada.
2. Notifiquese.
A.PINEDA---F. MELENDEZ---J. B. JAIME---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZA-
LEZ---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRI-
BEN---E. SOCORRO C. ---SRIA.---RUBRICADAS.

1-2016

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA.


San Salvador, a las nueve horas con veintiocho minutos del día cinco de febrero
de dos mil dieciséis.
Analizada la demanda presentada por el ciudadano José Rubén Guinea, en
la que solicita se declare, de modo general y obligatorio, la inconstitucionalidad
del art. 211 inc. 3° del Decreto Legislativo n° 677, de 11-X-1993, publicado en el
Diario Oficial n° 231, de 13-XII-1993, que contiene el Código de Familia (CF en
lo sucesivo); por la supuesta violación a los arts. 34 y 35 de la Constitución (Cn);
se hacen las siguientes consideraciones:
La disposición impugnada prescribe:
Código de Familia
“CRIANZA
Art. 211.- El padre y la madre deberán criar a sus hijos con esmero; pro-
porcionarles un hogar estable, alimentos adecuados y proveerlos de todo lo
necesario para el desarrollo normal de su personalidad, hasta que cumplan su
mayoría de edad. En la función de cuidado debe tenerse en cuenta las capaci-
dades, aptitudes e inclinaciones del hijo.
Cuando se tratare de hijas e hijos con discapacidad y éstos alcancen la ma-
yoría de edad, continuarán gozando del derecho de alimentos necesarios acor-
de a su condición, siempre que dicha capacidad especial, sea acreditada ante la
autoridad legal competente.
Si el hijo llega a su mayoría de edad y continúa estudiando con provecho
tanto en tiempo como en rendimiento, deberán proporcionársele los alimentos
hasta que concluya sus estudios o haya adquirido profesión u oficio.
El padre y la madre, estarán obligados a cuidar de sus hijos desde su con-
cepción”.

865
Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Improcedencias

I. Básicamente, los argumentos del demandante se pueden resumir en que


el art. 211 inc. 3° del CF, al establecer la obligación de ayudar a los hijos aún
cuando estos sean mayores de edad, hasta que concluyan sus estudios o haya
adquirido una profesión u oficio, contradice la Constitución ya que –a juicio
del demandante– los padres que tengan más hijos no podrán proporcionarle
ayuda a estos, debido a que tiene que ayudar al hijo que ya tiene la mayoría
de edad; por lo que violaría los arts. 34 y 35 de la Constitución pues, según
el actor, los hijos menores de edad tienen más derechos sobre los que ya han
alcanzado la mayoría de edad.
II. En vista de los motivos de inconstitucionalidad alegados por el ciudada-
no José Rubén Guinea es pertinente hacer una referencia a las condiciones que
debe cumplir una pretensión de inconstitucionalidad para justificar el inicio de
este proceso.
El proceso de inconstitucionalidad tiene por objeto realizar un análisis so-
bre la estimación o no de una pretensión de inconstitucionalidad. Esta preten-
sión consiste en un alegato sobre la supuesta contradicción entre el contenido
normativo de una disposición o acto identificado como objeto de control y el
contenido normativo de una disposición constitucional propuesta como pará-
metro. El inicio y desarrollo de este proceso solo es procedente cuando dicha
pretensión está fundada. El fundamento de la pretensión radica en los motivos
de inconstitucionalidad, es decir, en la exposición suficiente de argumentos que
demuestren la probabilidad razonable de una contradicción o confrontación
entre normas derivadas de las disposiciones invocadas. De lo contrario, una
pretensión sin fundamento es improcedente.
El que la pretensión de inconstitucionalidad deba plantear un contraste
entre normas indica que el fundamento de esa pretensión exige una labor her-
menéutica o interpretativa, o sea, una argumentación sobre la inconsistencia
entre dos normas, no solo entre dos disposiciones o textos. Las normas son
productos interpretativos y su formulación no se logra con una simple lectura o
un mero cotejo de enunciados lingüísticos.
Por ello, el fundamento de la pretensión de inconstitucionalidad debe ser
reconocible como un auténtico ejercicio argumentativo de interpretación de
normas y no como una ligera impresión subjetiva de inconsistencia, causada
por una lectura defectuosa o superficial de los enunciados respectivos, por el
uso de criterios extravagantes de contraposición textual o por una interpreta-
ción aislada, inconexa o fragmentaria de las disposiciones en juego.
Para no banalizar el control de constitucionalidad, la tesis o idea de que
existe una incompatibilidad o contradicción entre el objeto y el parámetro de
control debe ser plausible, es decir, aceptable en principio, mínima o tentati-

866
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

vamente, o por lo menos no rechazable de modo manifiesto o inmediato. El


fundamento de la pretensión no puede ser solo aparente o sofisticado, como
sería el construido con base en una patente deficiencia interpretativa, cuyo
resultado sea ajeno al sentido racional ordinario de los contenidos lingüísticos
analizados, según su contexto, finalidad y alcance jurisprudencia; o cuando en
lugar de contenidos normativos se contraponen especulaciones personales so-
bre las posibles desviaciones de la aplicación del objeto de control. Una preten-
sión en esas condiciones es insustancial o improcedente, incapaz de justificar
el desenvolvimiento de una amplia actividad jurisdiccional sobre la existencia
de la inconstitucionalidad alegada (Improcedencia de 13-III-2013, Inc. 1-2013).
III La aplicación de los criterios antes expuestos en relación con los motivos
de inconstitucionalidad planteados por el demandante resulta en lo siguiente:
Los motivos de inconstitucionalidad planteados se basan en suposiciones
subjetivas que realiza el actor sobre la norma impugnada, alegando que si “un
señor tiene cinco [hijos] y el mayor le pide para sus [estudios universitarios], y
[éste] se ampara que tiene derecho porque está en la casa y vive con su madre”
(sic), tal situación provocaría la vulneración constitucional que alega; además,
afirmó que, en términos generarles, los hijos pequeños tienen más derechos
que los mayores de edad. Este intrincado planteamiento parece dirigido a uti-
lizar el proceso de inconstitucionalidad como espacio para ventilar conjeturas
personales sobre la disposición propuesta como objeto de control, planteando
supuestos hipotéticos, sin dar razones por las que debería aceptarse que las
disposiciones constitucionales invocadas como parámetros de control habilitan
esa forma de impugnación.
El control de constitucionalidad puede ser incoado mediante una verdade-
ra exposición de argumentos en el cual se establezca un contraste normativo,
que en este caso no ha podido ser establecido por el demandante pues se ha
limitado a exponer argumentos subjetivos por los cuales no considera constitu-
cional el art. 211 inc. 3° del CF.
IV. Con base en lo antes expuesto y de conformidad con el artículo 6 ordi-
nal 3° de la Ley de Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárase improcedente por falta de fundamento la pretensión contenida
en la demanda del ciudadano José Rubén Guinea, en la que solicita la in-
constitucionalidad del art. 211 inc. 3° del Código de Familia, por la supues-
ta violación a los arts. 34 y 35 de la Constitución.
2. Notifíquese.
A. PINEDA.---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME.---E. S. BLANCO R.---R. E. GON-
ZALEZ.---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRI-
BEN.---E. SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.

867
Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Improcedencias

12-2016

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA.


San Salvador, a las diez horas con cincuenta y cinco minutos del día quince de
febrero de dos mil dieciséis.
Analizada la demanda presentada por la ciudadana María Edis Viera De
Aguilar, mediante la cual solicita la declaratoria de inconstitucionalidad de los
arts. 12 letra a) y 18 de la Ordenanza Reguladora para el Funcionamiento de los
Establecimientos Comerciales que funcionen en el Complejo Deportivo El Cafe-
talón (contenida en el Decreto Municipal n° 6, del 1-XII-2015, publicado en el
Diario Oficial n° 228, tomo 409, del 10-XII-2015 [en adelante “D.M. 6/2015”]),
por la presunta conculcación a los arts. 21 y 102 inc. 1° de la Constitución de la
República (en lo que sigue “Cn.”); esta Sala considera:
El contenido exacto de las disposiciones municipales objetadas prescribe:
Ordenanza Reguladora para el Funcionamiento de los Establecimientos
Comerciales que funcionen en el Complejo Deportivo El Cafetalón.
“Art. 12. Quedan prohibidas en las instalaciones de “El Cafetalón”, la prác-
tica de las actividades o acciones siguientes:
a. El consumo de bebidas alcohólicas, salvo en actividades especiales con
previo permiso otorgado por la Municipalidad.
[...]” (itálicas propias del Tribunal).

DISPOSICIÓN TRANSITORIA
“Art. 18. Los establecimientos que a la entrada en vigencia la presente Or-
denanza Especial estuvieren funcionando en “El Cafetalón”, tendrán un plazo
de treinta días calendario para presentar los requisitos para su legalización,
gozando de derecho preferente en la adjudicación del puesto en caso de re-
conversión de su actividad. Caso contrario se procederá al cierre o clausura
definitiva del establecimiento, aplicándose lo regulado en los incisos 2° y 3°, del
artículo 11, de esta Ordenanza”.
 
I. 1. En el primer contraste internormativo (violación al principio de reserva
de ley), la actora, después de explicar en qué consiste el precitado contenido
constitucional y de cómo influye éste en la limitación de los derechos funda-
mentales, aseveró que “la limitación a un derecho fundamental es facultad
exclusiva para la ley formal emitida por la Asamblea Legislativa, en la cual se
desarrolla los aspectos generales de dicha limitación”.
A. Desde tal perspectiva, indicó que el Órgano Legislativo emitió la Ley Re-
guladora de la Producción y Comercialización del Alcohol y de las Bebidas Alco-

868
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

hólicas (o “LERPCABA”), en la cual se establece que la venta y comercialización


de bebidas alcohólicas, de contenido alcohólico hasta seis por ciento (6%) en
volumen, es libre y no requerirá de licencia o permiso alguno para su venta ni
comercialización, siendo viable su comercialización en: (i) cualquier lugar públi-
co, con el único requisito de respetar el horario establecido en el inc. 5° del art.
32 de la precitada ley; e, inclusive, (ii) en todo aquel establecimiento destinado
exclusivamente a la comercialización o consumo de bebidas alcohólicas.
En apoyo a sus argumentos, la peticionaria –conforme a los arts. 1 y 32 inc.
4° de la precitada ley–, explicó que el Órgano Legislativo, por una parte, reguló
los diferentes aspectos relacionados con la producción y comercialización de las
bebidas alcohólicas; y por otra, ha concedido a las municipalidades ciertas atri-
buciones, entre las cuales se encuentra la establecida en el art. 30 LERPCABA,
la cual, según la solicitante, solo tiene por objeto la “autorización de las licen-
cias respectivas para la venta de bebidas alcohólicas mayores a seis por ciento
(6%) de volumen de alcohol, ya que como estableció el legislador en el art. 32
inciso 4° [LERPCABA], la venta y comercialización de cerveza es libre y no se
requerirá licencia ni permiso” (sic).
B. En ese orden, alegó que el art. 12 letra a) del D.M. 6/2015 “violenta el
principio de [r]eserva de [l]ey al prohibir el consumo de cervezas [...] y por lo
tanto la venta de las mismas, al limitar [el] derecho a libertad económica reco-
nocido en el art. 102 de la Constitución, el cual solo puede ser restringido por
la misma [C]onstitución o mediante una ley formal (emitida por la Asamblea
Legislativa)”.
Por ello, recordó que la “limitación a un derecho fundamental es válida,
cuando respeta los requisitos o condiciones establecidos en las leyes para efec-
tuar dicha limitación, por lo que si estas son incumplidas, se estaría violentando
el derecho fundamental y por lo tanto una violación inconstitucional”.
2. Con relación a la segunda contradicción internormativa (infracción al art.
102 inc. 1° Cn.), en lo estrictamente pertinente, la actora explicó en que con-
siste la libertad económica, conforme a lo dicho por esta Sala en la sentencia
pronunciada el 25-VI-2009, Inc. 26-2008; y, sostuvo que el ejercicio de tal liber-
tad fundamental es limitado con la prohibición descrita en el art. 12 letra a) del
D.M. 6/2015, al prohibirse la “la venta y consumo de cerveza”, cuando la Ley
Reguladora de la Producción y Comercialización del Alcohol y de las Bebidas
Alcohólicas indica que tales actividades son “[libres] en todo el territorio salva-
doreño”.
Por lo tanto, a juicio de la solicitante, “el Concejo Municipal de la Alcaldía
Municipal de Santa Tecla al prohibir la venta y consumo de cerveza [...] por me-

869
Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Improcedencias

dio del art. 12 literal a) de la ordenanza impugnada, ha violentado [la] libertad


económica, además de sobrepasar la competencia normativa de la Asamblea
Legislativa para la limitación de derechos”.
3.Por último, en la tercera confrontación normativa (infracción del principio
de irretroactividad –art. 21 Cn.–), la solicitante, luego de hacer referencia: (i) al
contenido del mencionado principio constitucional (por medio de lo expresado
por este Tribunal en la sentencia de 26-VII-98, Amp. 317-97); (ii) la forma en
cómo obtuvo la “autorización” municipal para la construcción de un “chalet”
en el Complejo Deportivo El Cafetalón; y, (iii) la concepción doctrinal y jurispru-
dencial de los derechos adquiridos; afirmó que “un nuevo ordenamiento jurídi-
co, no puede venir a lesionar o alterar el derecho adquirido de una persona”.
De acuerdo a ello, alegó que el art. 18 del D.M. 6/2015 produjo que fuera
“desadjudicada de [su] derecho adquirido de uso del espacio público para el
funcionamiento de [su] negocio, del cual sólo gozaré si hago un cambio de la
actividad económica que [ejerzo] actualmente” (sic).
Así, luego de explicar la relación existente entre la vigencia de las disposi-
ciones jurídicas y los derechos adquiridos –a tenor de lo explicitado por este
Tribunal en la sentencia de 14-I-97, Amp. 38-S-93– y detallar ciertas operaciones
crediticias efectuadas en el interés de su empresa, la ciudadana Viera De Agui-
lar acotó que al no adjudicársele nuevamente el lugar en el que desarrolla su
actividad económica, por no “reconvertir la actividad económica” a la que se
dedica, por la aplicación del art. 18 del D.M. 6/2015, se le estaría “ocasionando
graves perjuicios a [su] seguridad jurídica como económica”, pues, “tendría que
realizar una nueva inversión a efecto de adecuar el espacio a dicha reconven-
ción, afectando [su] seguridad económica, en vista que [adquirió] obligaciones
a efecto de calcular [sus] ingresos y recuperar la inversión realizada durante
más de treinta años en que [ha] estado laborando en [su] negocio”.
En ese orden, sostuvo que la disposición municipal objetada, “tendiente a
la adjudicación de los espacios públicos, debe operar hacia el futuro, ya que de
aplicarse dicha norma a [su] situación, estaría afectando las condiciones sobre
las cuales [fue] adjudicada a hacer uso del espacio público, violentando [su]
derecho adquirido así como el principio de irretroactividad de la ley”.
Por lo anterior, solicitó la declaratoria de inconstitucionalidad de los precep-
tos municipales supra citados.
4. Aunado a lo anterior, la pretensora pidió la medida cautelar de la suspen-
sión provisional de los efectos de la disposiciones cuestionadas.
Para justificar su posición, señaló que la entrada en vigencia del art. 18 del
D.M. 6/2015 “ha ocasionado una afectación a [su] seguridad jurídica y econó-

870
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

mica, ya que al prohibir el consumo de cervezas en [su] negocio, el cual es una


actividad libre, [la] ha llevado al borde de la quiebra”; ante ello –afirmó–, ha
“tenido que realizar despidos de los empleados, ya que al no generarme ingre-
sos, no puedo realizar los pagos respectivos a estos de sus salarios”;
En ese orden –agregó–, la afectación aumenta, ya que, a su juicio, al serle
exigible la “reconversión” de la actividad económica, conllevaría realizar una
“nueva inversión,” la que no podría realizar.
De esta manera, resaltó que la urgencia de la medida cautelar deriva de la
“continuidad de
la aplicación de las normas impugnadas” pues corre el “peligro de [llevarla]
a la quiebra”.
II. En vista de los múltiples motivos de inconstitucionalidad alegados
por la peticionaria, es pertinente hacer una referencia a las condiciones gene-
rales que debe cumplir una pretensión de inconstitucionalidad para justificar el
inicio de este proceso.
1. El control de constitucionalidad que realiza esta Sala se desarrolla
dinámicamente mediante la estructura de un proceso, cuya finalidad es exa-
minar la compatibilidad jurídica entre la normativa que se proponga como pa-
rámetro y objeto de control, para que este sea expulsado del ordenamiento
jurídico, en caso que resulte contrario a aquel.
En plena concordancia con lo expuesto, el ordinal 2° del artículo 6 de la Ley
de Procedimientos Constitucionales (en lo que sigue “LPrCn.”) prescribe como
uno de los requisitos de la demanda, la identificación de “... la ley, el decreto o
reglamento que se estime inconstitucional...” –lo que doctrinariamente se de-
nomina objeto de control de constitucionalidad– y “... los artículos pertinentes
de la Constitución...” que se estimen vulnerados por la disposición o cuerpo
normativo impugnado –lo que también doctrinariamente se denomina pará-
metro de control–.
Así, un elemento esencial de la pretensión de inconstitucionalidad lo cons-
tituye el objeto de control, conformado –en la mayoría de los casos– por la
disposición o cuerpo normativo del ordenamiento jurídico secundario que se
considera contrario a la Constitución.
2. Por tanto, dado que la finalidad del proceso de inconstitucionalidad es
examinar si la norma propuesta como objeto de control es compatible con la
Ley Fundamental, es indispensable que el actor establezca de forma certera
cual es la disposición legal que estima violatoria a la Constitución; del mismo
modo, es insoslayable que el peticionario especifique la disposición del texto
básico que considera conculcada.

871
Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Improcedencias

En ese orden de argumentos, existiría un defecto absoluto en la facultad de


juzgar de esta Sala, por ejemplo, en los casos en que el peticionario omite seña-
lar o no especifica con claridad la norma que constituirá el objeto de control; en
tales supuestos, el fundamento de la pretensión de inconstitucionalidad estaría
incompleto.
Y es que, atendiendo a que este Tribunal emite sus actuaciones en respues-
ta a las peticiones concretas que le plantean los legitimados para ello, no es
posible que se configure de oficio el objeto de control sobre el que debe recaer
su decisión. Por ello, es claro que la fijación de los componentes de la preten-
sión de inconstitucionalidad está a cargo, exclusivamente, del demandante, no
de esta Sala, la cual –como cualquier otro órgano jurisdiccional– está sujeto al
principio de imparcialidad, previsto en el artículo 186 inciso 5° Cn.
III. Conviene ahora referirse a la demanda de inconstitucionalidad pre-
sentada por la ciudadana María Edis Viera De Aguilar.
1. En la primera confrontación normativa, se observa que la solicitante de-
limitó su argumentación en torno a la invalidez constitucional del art. 12 letra
a) del D.M. 6/2015, por la supuesta infracción del principio de reserva de ley.
En ese orden, este Tribual considera que la peticionaria, aun y cuando expu-
so los argumentos por los cuales considera que se produce la violación constitu-
cional que arguye (y sin perjuicio del análisis que pueda recaer sobre aquéllos),
ha incurrido en un déficit en la configuración de la pretensión de inconstitucio-
nalidad que no permite apreciar de qué modo s’ e produce la incompatibilidad
normativa entre la disposición jurídica que proponen como objeto de control y
el contenido constitucional que sugiere como canon de enjuiciamiento. Ello se
manifiesta en que: (i) pide la inconstitucionalidad del art. 12 letra a) del D.M.
6/2015 porque transgrede el principio de reserva de ley, pero omitió determi-
nar cuál es la disposición constitucional contentiva -del parámetro de control, en
otras palabras, la ciudadana Viera De Aguilar no específica la disposición consti-
tucional de la que supuestamente se deriva el parámetro de control, ya que en
la demanda (tanto en el parte expositiva del motivo de inconstitucionalidad en
cuestión, así como en la parte petitoria de la misma), no hace alusión a ningún
artículo de la Constitución del que deduzca el principio de reserva de ley; y, (ii)
la actora señala una contradicción a la ley secundaria, lo que no constituye un
motivo autónomo de inconstitucionalidad; lo cual produce que la pretensión
de inconstitucionalidad carezca de fundamento y por ello sea improcedente,
en este punto (al respecto, véase el Auto de 2-V-2014, Inc. 4-2014).
2. A. En cuanto a la segunda contradicción internormativa (vulneración a la
libertad económica –art. 102 inc. 1° Cn.–, por parte del art. 12 letra a) del D.M.

872
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

6/2015), esta Sala nota que el motivo de inconstitucionalidad planteado por la


solicitante radica en que, el objeto de control viola la libertad económica, ya
que prohíbe el consumo de bebidas embriagantes en el ámbito territorial que
pretende regular la ordenanza municipal.
B. No obstante, tal argumento debe ser rechazado. Esta posición se funda-
menta en las siguientes consideraciones:
a. En la jurisprudencia constitucional, se ha entendido que la libertad eco-
nómica (art. 102 de la Cn.) es la facultad de toda persona de realizar activida-
des de carácter económico según sus preferencias o habilidades, con miras a
mantener o incrementar su patrimonio. Además, dicha libertad se concreta en
las siguientes manifestaciones: (i) el libre acceso al mercado, que, a su vez, tiene
como manifestaciones principales la libre concurrencia a un potencial mercado
y la libre competencia; (ii) el libre ejercicio de la empresa o libertad de empre-
sa; y (iii) la libre cesación del ejercicio de las dos manifestaciones anteriores.
En todo caso, dichas libertades, sin perjuicio de su dimensión individual, están
limitadas por los principios de la justicia social –art. 101 inc. 1° Cn.– (Sentencia
de 21-X-2011 y 27-VI-2014, Amps. 408-2009 y 137-2012, respectivamente).
b. De esta forma, se trata de un derecho subjetivo que conlleva para el Es-
tado ciertas obligaciones: (i) abstenerse de imponer políticas públicas o legisla-
tivas que anulen o impidan el campo donde legítimamente puede desplegarse
la iniciativa privada, y (ii) eliminar todos aquellos obstáculos que, en el plano de
los hechos, coarten el pleno ejercicio de la libertad en cuestión (Sentencia del
25-VI-2009, Inc. 26-2008).
c. En esa línea, la prohibición no está dirigida hacia los comerciantes sino a
los consumidores, entiéndase aquellas personas naturales que ingieren bebidas
alcohólicas; y es que, la legislación (arts. 29 inc. 1° primera parte, 31, inc. 4° y 34
inc. 4° primera parte LERPCABA) y la jurisprudencia constitucional (sentencia
de 4-V-2011, Inc. 18-2010) han aclarado, por una parte, que la venta y comercia-
lización de bebidas iguales o menores con un contenido alcohólico igual o infe-
rior al 6%, no necesita permiso alguno; y, por otra parte, los comerciantes que
pretendan comercializar bebidas alcohólicas que superen el anterior umbral de
contenido alcohólico, podrán solicitar el permiso correspondiente, tal como lo
establece el art. 33 LERPCABA; sin que las municipalidades puedan negarse a
renovar los permisos que le sean solicitados sin causa justificada.
d. Aclarado lo anterior, es necesario efectuar las siguientes acotaciones: (i)
con base en el art. 12 letra a) del D.M. 6/2015, los consumidores no podrán in-
gerir bebidas alcohólicas en aquellos lugares que no estén autorizados para la
venta de estos productos, los cuales se encuentren comprendidos en el ámbito

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Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Improcedencias

territorial descrito en el art. 2 de la referida ordenanza,; y, (ii) pudiéndolo ha-


cer en lugares públicos, entendiéndose por éstos, todo espacio físico en el que
las personas puedan ingresar, permanecer, circular y salir, sin más restricciones
que las establecidas en las leyes y las que garantizan el orden público; inclusive
todo aquel establecimiento donde se comercialicen o se consuman bebidas al-
cohólicas que cuente con la licencia correspondiente cuando sea necesario, res-
tringiéndose de forma total su consumo desde las 02:00 horas hasta las 06:00
horas, durante los siete días de la semana (art. 34 incs. 4° y 5° LERPCABA).
e. En consecuencia, la prohibición descrita en el objeto de control implica el
deber de abstención del consumo de bebidas alcohólicas en lugares compren-
didos en la descripción geográfica de “El Cafetalón”, lo que en definitiva, repre-
senta la improcedencia de la pretensión de inconstitucionalidad, en este punto,
por cuanto el solicitante atribuyó un contenido normativo que no es derivable
de la formulación lingüística de la disposición municipal objeto de control.
3. En el tercer contraste internormativo, relativo a la aparente transgre-
sión del principio de irretroactividad –art. 21 Cn.–, se advierte que el motivo
de inconstitucionalidad únicamente se vincula con la validez constitucional del
art. 18 del D.M. 6/2015; en ese orden, esta Sala considera ineludible efectuar
ciertas consideraciones con relación a la naturaleza abstracta del proceso de
inconstitucionalidad, dada la forma en cómo se han expuestos los argumentos.
A. En primer lugar, la pretensión de inconstitucionalidad es de índole
objetiva, pues el proceso al que da origen no se configura para la tutela de
intereses o situaciones individuales, sino para analizar la compatibilidad de dos
normas igualmente abstractas, en defensa de la supremacía constitucional.
Al respecto, la jurisprudencia de esta Sala ha determinado que, dada la
naturaleza abstracta del proceso de inconstitucionalidad, para entablar los tér-
minos del contraste normativo deben esgrimirse argumentos jurídicos a partir
del contenido de las normas objeto de control y no de sus posibles afectaciones
individuales (v.gr., resolución de 25-VI-2009, Inc. 26- 2008 y auto de 9-II-2011,
Inc. 81-2010).
En esos precedentes también se sostuvo que la alegación de afectaciones
personales en una demanda de inconstitucionalidad no es causal de rechazo
de la misma, siempre y cuando se exprese con claridad y con el debido funda-
mento un contraste entre normas abstractas; esto implica que al resolver una
pretensión de inconstitucionalidad deben excluirse consideraciones relaciona-
das con amenazas o afectaciones concretas a la esfera jurídica de los individuos
derivadas de las normas tildadas de inconstitucionales. En consecuencia, si una
demanda de inconstitucionalidad tiene como objeto impugnar únicamente he-

874
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

chos, situaciones o casos particulares, sin plantear un contraste normativo en


abstracto, la petición de inconstitucionalidad debe declararse improcedente
liminarmente, por no ser materia de control a través de un proceso de inconsti-
tucionalidad (Auto de 9-X-2015, Inc. 90-2015).
2. Al aplicar dichos conceptos al caso en análisis, este Tribunal advierte que
la pretensión de la ciudadana Viera De Aguilar se dirige contra los efectos jurí-
dicos perjudiciales que el art. 18 del D.M. 6/2015 supuestamente ha causado en
su esfera jurídico individual, al aplicársele de forma retroactiva tal disposición
municipal, dado que se le obliga a reconvertir la actividad económica de su ne-
gocio, lo cual representa la afectación de un aparente “derecho adquirido” (la
adjudicación de un espacio físico para establecer un local para realizar ciertas
actividades económicas); es decir, en lugar de plantear un contraste normativo,
la impugnación de la accionante se dirige contra la aplicación retroactiva del
objeto de control y los presuntos agravios que ésta ha causado, la cual no es
susceptible de ser analizada mediante el control abstracto que se realiza en un
proceso de inconstitucionalidad, correspondiendo más bien su consideración a
un proceso constitucional de tutela concreta –amparo–, en el que sí se alegan
hechos y afectaciones individuales.
En atención a la deficiencia señalada, la pretensión de inconstitucionalidad
planteada debe declararse improcedente.
III. Con base en lo expuesto, y en virtud de los artículos 6 y 7 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárase improcedente la pretensión contenida en la demanda presenta-
da por la ciudadana María Edis Viera De Aguilar, mediante la cual solicita la
declaratoria de inconstitucionalidad del art. 12 letra a) D.M. 6/2015, por la
presunta violación del principio de reserva de ley.
2. Declárase improcedente la pretensión contenida en la demanda presenta-
da por la ciudadana Viera De Aguilar, mediante la cual solicita la declarato-
ria de inconstitucionalidad del art. 12 letra a) D.M. 6/2015, por la supuesta
infracción de la libertad económica –art. 102 inc. 1° Cn.–.
3. Declárase improcedente la pretensión contenida en la demanda presenta-
da por la ciudadana María Edis Viera De Aguilar, mediante la cual solicita
la declaratoria de inconstitucionalidad del art. 18 del D.M. 6/2015, por la
aparente conculcación del principio de irretroactividad de las leyes –art. 21
Cn.–.
4. Tome nota la Secretaría de este Tribunal, del lugar y las personas señalados
por la parte actora para recibir los actos procesales de comunicación, según
el escrito presentado el 18-I-2016.

875
Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Improcedencias

5. Notifíquese.
A. PINEDA.---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME.---E. S. BLANCO R.---PRONUNCIADO
POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---J. R. VIDES.---SRIO.---
RUBRICADAS.

13-2016

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA.


San Salvador, a las diez horas con cincuenta y seis minutos del día quince de
febrero de dos mil dieciséis.
Analizada la demanda presentada por el ciudadano José Edgardo Cañas
López, mediante la cual solicita la declaratoria de inconstitucionalidad de los
arts. 12 letra a) y 18 de la Ordenanza Reguladora para el Funcionamiento de los
Establecimientos Comerciales que funcionen en el Complejo Deportivo El Cafe-
talón (contenida en el Decreto Municipal n° 6, del 1-XII-2015, publicado en el
Diario Oficial n° 228, tomo 409, del 10-XII-2015 [en adelante “D.M. 6/2015”]),
por la presunta conculcación a los arts. 21 y 102 inc. 1° de la Constitución de la
República (en lo que sigue “Cn.”); esta Sala considera:
El contenido exacto de las disposiciones municipales objetadas prescribe:
Ordenanza Reguladora para el Funcionamiento de los Establecimientos
Comerciales que funcionen en el Complejo Deportivo El Cafetalón.
“Art. 12. Quedan prohibidas en las instalaciones de “El Cafetalón”, la prác-
tica de las actividades o acciones siguientes:
a. El consumo de bebidas alcohólicas, salvo en actividades especiales con
previo permiso otorgado por la Municipalidad.
[...]” (itálicas propias del Tribunal).
 
DISPOSICIÓN TRANSITORIA
“Art. 18. Los establecimientos que a la entrada en vigencia la presente Or-
denanza Especial estuvieren funcionando en “El Cafetalón”, tendrán un plazo
de treinta días calendario para presentar los requisitos para su legalización,
gozando de derecho preferente en la adjudicación del puesto en caso de re-
conversión de su actividad. Caso contrario se procederá al cierre o clausura
definitiva del establecimiento, aplicándose lo regulado en los incisos 2° y 3°, del
artículo 11, de esta Ordenanza”.

I. 1. En el primer contraste internormativo (violación al principio de reserva


de ley), el actor, después de explicar en qué consiste el precitado contenido

876
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

constitucional y de cómo influye éste en la limitación de los derechos funda-


mentales, aseveró que “la limitación a un derecho fundamental es facultad
exclusiva para la ley formal emitida por la Asamblea Legislativa, en la cual se
desarrolla los aspectos generales de dicha limitación”.
A. Desde tal perspectiva, indicó que el Órgano Legislativo emitió la Ley Re-
guladora de la Producción y Comercialización del Alcohol y de las Bebidas Alco-
hólicas (o “LERPCABA”), en la cual se establece que la venta y comercialización
de bebidas alcohólicas, de contenido alcohólico hasta seis por ciento (6%) en
volumen, es libre y no requerirá de licencia o permiso alguno para su venta ni
comercialización, siendo viable su comercialización en: (i) cualquier lugar públi-
co, con el único requisito de respetar el horario establecido en el inc. 5° del art.
32 de la precitada ley; e, inclusive, (ii) en todo aquel establecimiento destinado
exclusivamente a la comercialización o consumo de bebidas alcohólicas.
En apoyo a sus argumentos, el peticionario –conforme a los arts. 1 y 32 inc.
4° de la precitada ley–, explicó que el Órgano Legislativo, por una parte, reguló
los diferentes aspectos relacionados con la producción y comercialización de las
bebidas alcohólicas; y por otra, ha concedido a las municipalidades ciertas atri-
buciones, entre las cuales se encuentra la establecida en el art. 30 LERPCABA,
la cual, según el solicitante, solo tiene por objeto la “autorización de las licen-
cias respectivas para la venta de bebidas alcohólicas mayores a seis por ciento
(6%) de volumen de alcohol, ya que como estableció el legislador en el art. 32
inciso 4° [LERPCABA], la venta y comercialización de cerveza es libre y no se
requerirá licencia ni permiso” (sic).
B. En ese orden, alegó que el art. 12 letra a) del D.M. 6/2015 “violenta el
principio de [r]eserva de [l]ey al prohibir el consumo de cervezas [...] y por lo
tanto la venta de las mismas, al limitar [el] derecho a libertad económica reco-
nocido en el art. 102 de la Constitución, el cual solo puede ser restringido por
la misma [C]onstitución o mediante una ley formal (emitida por la Asamblea
Legislativa)”.
Por ello, recordó que la “limitación a un derecho fundamental es válida,
cuando respeta los requisitos o condiciones establecidos en las leyes para efec-
tuar dicha limitación, por lo que si estas son incumplidas, se estaría violentando
el derecho fundamental y por lo tanto una violación inconstitucional”.
2.Con relación a la segunda contradicción internormativa (infracción al art.
102 inc. 1° Cn.), en lo estrictamente pertinente, el actor explicó en que consiste
la libertad económica, conforme a lo dicho por esta Sala en la sentencia pro-
nunciada el 25-VI-2009, Inc. 26-2008; y, sostuvo que el ejercicio de tal libertad
fundamental es limitado con la prohibición descrita en el art. 12 letra a) del

877
Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Improcedencias

D.M. 6/2015, al prohibirse la “la venta y consumo de cerveza”, cuando la Ley


Reguladora de la Producción y Comercialización del Alcohol y de las Bebidas
Alcohólicas indica que tales actividades son “[libres] en todo el territorio salva-
doreño”.
Por lo tanto, a juicio del solicitante, “el Concejo Municipal de la Alcaldía
Municipal de Santa Tecla al prohibir la venta y consumo de cerveza [...] por me-
dio del art. 12 literal a) de la ordenanza impugnada, ha violentado [la] libertad
económica, además de sobrepasar la competencia normativa de la Asamblea
Legislativa para la limitación de derechos”.
3.Por último, en la tercera confrontación normativa (infracción del principio
de irretroactividad –art. 21 Cn.–), la solicitante, luego de hacer referencia: (i) al
contenido del mencionado principio constitucional (por medio de lo expresado
por este Tribunal en la sentencia de 26-VII-98, Amp. 317-97); (ii) la forma en
cómo obtuvo la “autorización” municipal para la construcción de un “chalet”
en el Complejo Deportivo El Cafetalón; y, (iii) la concepción doctrinal y jurispru-
dencial de los derechos adquiridos; afirmó que “un nuevo ordenamiento jurídi-
co, no puede venir a lesionar o alterar el derecho adquirido de una persona”.
De acuerdo a ello, alegó que el art. 18 del D.M. 6/2015 produjo que fuera
“desadjudicadao de [su] derecho adquirido de uso del espacio público para el
funcionamiento de [su] negocio, del cual sólo gozaré si hago un cambio de la
actividad económica que [ejerzo] actualmente” (sic).
Así, luego de explicar la relación existente entre la vigencia de las disposi-
ciones jurídicas y los derechos adquiridos –a tenor de lo explicitado por este
Tribunal en la sentencia de 14-I-97, Amp. 38-S-93– y detallar ciertas operaciones
crediticias efectuadas en el interés de su empresa, el ciudadano Cañas López
acotó que al no adjudicársele nuevamente el lugar en el que desarrolla su ac-
tividad económica, por no “reconvertir la actividad económica” a la que se
dedica, por la aplicación del art. 18 del D.M. 6/2015, se le estaría “ocasionan-
do graves perjuicios a [su] seguridad jurídica como económica”, pues, “tendría
que realizar una nueva inversión a efecto de
adecuar el espacio a dicha reconvención, afectando [su] seguridad econó-
mica, en vista que [adquirió] obligaciones a efecto de calcular [sus] ingresos y
recuperar la inversión realizada durante más de treinta años en que [ha] esta-
do laborando en [su] negocio”.
En ese orden, sostuvo que la disposición municipal objetada, “tendiente a
la adjudicación de los espacios públicos, debe operar hacia el futuro, ya que de
aplicarse dicha norma a [su] situación, estaría afectando las condiciones sobre
las cuales [fue] adjudicada a hacer uso del espacio público, violentando [su]
derecho adquirido así como el principio de irretroactividad de la ley”.

878
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Por lo anterior, solicitó la declaratoria de inconstitucionalidad de los precep-


tos municipales supra citados.
4. Aunado a lo anterior, el pretensor pidió la medida cautelar de la suspen-
sión provisional de los efectos de la disposiciones cuestionadas.
Para justificar su posición, señaló que la entrada en vigencia del art. 18 del
D.M. 6/2015 “ha ocasionado una afectación a [su] seguridad jurídica y econó-
mica, ya que al prohibir el consumo de cervezas en [su] negocio, el cual es una
actividad libre, [la] ha llevado al borde de la quiebra”; ante ello –afirmó–, ha
“tenido que realizar despidos de los empleados, ya que al no generarme ingre-
sos, no puedo realizar los pagos respectivos a estos de sus salarios”;
En ese orden –agregó–, la afectación aumenta, ya que, a su juicio, al serle
exigible la “reconversión” de la actividad económica, conllevaría realizar una
“nueva inversión,” la que no podría realizar.
De esta manera, resaltó que la urgencia de la medida cautelar deriva de la
“continuidad de
la aplicación de las normas impugnadas” pues corre el “peligro de [llevarla]
a la quiebra”.
II. En vista de los múltiples motivos de inconstitucionalidad alegados por la
peticionaria, es pertinente hacer una referencia a las condiciones generales que
debe cumplir una pretensión de inconstitucionalidad para justificar el inicio de
este proceso.
1. El control de constitucionalidad que realiza esta Sala se desarrolla diná-
micamente mediante la estructura de un proceso, cuya finalidad es examinar la
compatibilidad jurídica entre la normativa que se proponga como parámetro y
objeto de control, para que este sea expulsado del ordenamiento jurídico, en
caso que resulte contrario a aquel.
En plena concordancia con lo expuesto, el ordinal 2° del artículo 6 de la Ley
de Procedimientos Constitucionales (en lo que sigue “LPrCn.”) prescribe como
uno de los requisitos de la demanda, la identificación de “... la ley, el decreto o
reglamento que se estime inconstitucional...” –lo que doctrinariamente se de-
nomina objeto de control de constitucionalidad– y “... los artículos pertinentes
de la Constitución...” que se estimen vulnerados por la disposición o cuerpo
normativo impugnado –lo que también doctrinariamente se denomina pará-
metro de control–.
Así, un elemento esencial de la pretensión de inconstitucionalidad lo cons-
tituye el objeto de control, conformado –en la mayoría de los casos– por la
disposición o cuerpo normativo del ordenamiento jurídico secundario que se
considera contrario a la Constitución.

879
Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Improcedencias

2. Por tanto, dado que la finalidad del proceso de inconstitucionalidad es


examinar si la norma propuesta como objeto de control es compatible con la
Ley Fundamental, es indispensable que el actor establezca de forma certera
cual es la disposición legal que estima violatoria a la Constitución; del mismo
modo, es insoslayable que el peticionario especifique la disposición del texto
básico que considera conculcada.
En ese orden de argumentos, existiría un defecto absoluto en la facultad de
juzgar de esta Sala, por ejemplo, en los casos en que el peticionario omite seña-
lar o no especifica con claridad la norma que constituirá el objeto de control; en
tales supuestos, el fundamento de la pretensión de inconstitucionalidad estaría
incompleto.
Y es que, atendiendo a que este Tribunal emite sus actuaciones, en respues-
ta a las peticiones concretas que le plantean los legitimados para ello, no es
posible que se configure de oficio el objeto de control sobre el que debe recaer
su decisión. Por ello, es claro que la fijación de los componentes de la preten-
sión de inconstitucionalidad está a cargo, exclusivamente, del demandante, no
de esta Sala, la cual –como cualquier otro órgano jurisdiccional– está sujeto al
principio de imparcialidad, previsto en el artículo 186 inciso 5° Cn.
III. Conviene ahora referirse a la demanda de inconstitucionalidad presen-
tada por el ciudadano Cañas López.
1. En la primera confrontación normativa, se observa que el accionante de-
limitó su argumentación en torno a la invalidez constitucional del art. 12 letra
a) del D.M. 6/2015, por la supuesta infracción del principio de reserva de ley.
En ese orden, este Tribual considera que el pretensor, aun y cuando expuso
los argumentos por los cuales considera que se produce la violación constitu-
cional que arguye (y sin perjuicio del análisis que pueda recaer sobre aquéllos),
ha incurrido en un déficit en la configuración de la pretensión de inconstitucio-
nalidad que no permite apreciar de qué modo se produce la incompatibilidad
normativa entre la disposición jurídica que proponen como objeto de control y
el contenido constitucional que sugiere como canon de enjuiciamiento. Ello se
manifiesta en que: (i) pide la inconstitucionalidad del art. 12 letra a) del D.M.
6/2015 porque transgrede el principio de reserva de ley, pero omitió determi-
nar cuál es la disposición constitucional contentiva del parámetro de control, en
otras palabras, la ciudadana Cañas López no especifica la disposición constitu-
cional de la que supuestamente se deriva el parámetro de control, ya que en la
demanda (tanto en el parte expositiva del motivo de inconstitucionalidad en
cuestión, así como en la parte petitoria de la misma), no hace alusión a ningún
artículo de la Constitución del que deduzca el principio de reserva de ley; y, (ii)

880
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

la actora señala una contradicción a la ley secundaria, lo que no constituye un


motivo autónomo de inconstitucionalidad; lo cual produce que la pretensión
de inconstitucionalidad carezca de fundamento y por ello sea improcedente,
en este punto (al respecto, véase el Auto de 2-V-2014, Inc. 4-2014).
2.A. En cuanto a la segunda contradicción internormativa (vulneración a la
libertad económica –art. 102 inc. 1° Cn.–, por parte del art. 12 letra a) del D.M.
6/2015), esta Sala nota que el motivo de inconstitucionalidad planteado por el
peticionario radica en que, el objeto de control viola la libertad económica, ya
que prohíbe el consumo de bebidas embriagantes en el ámbito territorial que
pretende regular la ordenanza municipal.
B. No obstante, tal argumento debe ser rechazado. Esta posición se funda-
menta en las siguientes consideraciones:
a. En la jurisprudencia constitucional, se ha entendido que la libertad eco-
nómica (art. 102 de la Cn.) es la facultad de toda persona de realizar activida-
des de carácter económico según sus preferencias o habilidades, con miras a
mantener o incrementar su patrimonio. Además, dicha libertad se concreta en
las siguientes manifestaciones: (i) el libre acceso al mercado, que, a su vez, tiene
como manifestaciones principales la libre concurrencia a un potencial mercado
y la libre competencia; (ii) el libre ejercicio de la empresa o libertad de empre-
sa; y (iii) la libre cesación del ejercicio de las dos manifestaciones anteriores.
En todo caso, dichas libertades, sin perjuicio de su dimensión individual, están
limitadas por los principios de la justicia social –art. 101 inc. 1° Cn.– (Sentencia
de 21-X-2011 y 27-VI-2014, Amps. 408-2009 y 137-2012, respectivamente).
b. De esta forma, se trata de un derecho subjetivo que conlleva para el Es-
tado ciertas obligaciones: (i) abstenerse de imponer políticas públicas o legisla-
tivas que anulen o impidan el campo donde legítimamente puede desplegarse
la iniciativa privada, y (ii) eliminar todos aquellos obstáculos que, en el plano de
los hechos, coarten el pleno ejercicio de la libertad en cuestión (Sentencia del
25-VI-2009, Inc. 26-2008).
c. En esa línea, la prohibición no está dirigida hacia los comerciantes sino a
los consumidores, entiéndase aquellas personas naturales que ingieren bebidas
alcohólicas; y es que, la legislación (arts. 29 inc. 1° primera parte, 31, inc. 4° y 34
inc. 4° primera parte LERPCABA) y la jurisprudencia constitucional (sentencia
de 4-V-2011, Inc. 18-2010) han aclarado, por una parte, que la venta y comercia-
lización de bebidas iguales o menores con un contenido alcohólico igual o infe-
rior al 6%, no necesita permiso alguno; y, por otra parte, los comerciantes que
pretendan comercializar bebidas alcohólicas que superen el anterior umbral de
contenido alcohólico, podrán solicitar el permiso correspondiente, tal como lo

881
Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Improcedencias

establece el art. 33 LERPCABA; sin que las municipalidades puedan negarse a


renovar los permisos que le sean solicitados sin causa justificada.
d. Aclarado lo anterior, es necesario efectuar las siguientes acotaciones: (i)
con base en el art. 12 letra a) del D.M. 6/2015, los consumidores no podrán in-
gerir bebidas alcohólicas en aquellos lugares que no estén autorizados para la
venta de estos productos, los cuales se encuentren comprendidos en el ámbito
territorial descrito en el art. 2 de la referida ordenanza,; y, (ii) pudiéndolo ha-
cer en lugares públicos, entendiéndose por éstos, todo espacio físico en el que
las personas puedan ingresar, permanecer, circular y salir, sin más restricciones
que las establecidas en las leyes y las que garantizan el orden público; inclusive
todo aquel establecimiento donde se comercialicen o se consuman bebidas al-
cohólicas que cuente con la licencia correspondiente cuando sea necesario, res-
tringiéndose de forma total su consumo desde las 02:00 horas hasta las 06:00
horas, durante los siete días de la semana (art. 34 incs. 4° y 5° LERPCABA).
e. En consecuencia, la prohibición descrita en el objeto de control implica el
deber de abstención del consumo de bebidas alcohólicas en lugares compren-
didos en la descripción geográfica de “El Cafetalón”, lo que en definitiva, repre-
senta la improcedencia de la pretensión de inconstitucionalidad, en este punto,
por cuanto el solicitante atribuyó un contenido normativo que no es derivable
de la formulación lingüística de la disposición municipal objeto de control.
3. En el tercer contraste internormativo, relativo a la aparente transgresión
del principio de irretroactividad –art. 21 Cn.–, se advierte que el motivo de
inconstitucionalidad únicamente se vincula con la validez constitucional del
art. 18 del D.M. 6/2015; en ese orden, esta Sala considera ineludible efectuar
ciertas consideraciones con relación a la naturaleza abstracta del proceso de
inconstitucionalidad, dada la forma en cómo se han expuestos los argumentos.
A. En primer lugar, la pretensión de inconstitucionalidad es de índole obje-
tiva, pues el proceso al que da origen no se configura para la tutela de intereses
o situaciones individuales, sino para analizar la compatibilidad de dos normas
igualmente abstractas, en defensa de la supremacía constitucional.
Al respecto, la jurisprudencia de esta Sala ha determinado que, dada la
naturaleza abstracta del proceso de inconstitucionalidad, para entablar los tér-
minos del contraste normativo deben esgrimirse argumentos jurídicos a partir
del contenido de las normas objeto de control y no de sus posibles afectaciones
individuales (v.gr., resolución de 25-VI-2009, Inc. 26- 2008 y auto de 9-II-2011,
Inc. 81-2010).
En esos precedentes también se sostuvo que la alegación de afectaciones
personales en una demanda de inconstitucionalidad no es causal de rechazo

882
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

de la misma, siempre y cuando se exprese con claridad y con el debido funda-


mento un contraste entre normas abstractas; esto implica que al resolver una
pretensión de inconstitucionalidad deben excluirse consideraciones relaciona-
das con amenazas o afectaciones concretas a la esfera jurídica de los individuos
derivadas de las normas tildadas de inconstitucionales. En consecuencia, si una
demanda de inconstitucionalidad tiene como objeto impugnar únicamente he-
chos, situaciones o casos particulares, sin plantear un contraste normativo en
abstracto, la petición de inconstitucionalidad debe declararse improcedente
liminarmente, por no ser materia de control a través de un proceso de inconsti-
tucionalidad (Auto de 9-X-2015, Inc. 90-2015).
2. Al aplicar dichos conceptos al caso en análisis, este Tribunal advierte que
la pretensión del ciudadano Cañas López se dirige contra los efectos jurídicos
perjudiciales que el art. 18 del D.M. 6/2015 supuestamente ha causado en su
esfera jurídico individual, al aplicársele de forma retroactiva tal disposición mu-
nicipal, dado que se le obliga a reconvertir la actividad económica de su nego-
cio, lo cual representa la afectación de un aparente “derecho adquirido” (la
adjudicación de un espacio físico para establecer un local para realizar ciertas
actividades económicas); es decir, en lugar de plantear un contraste normati-
vo, la impugnación del accionante se dirige contra la aplicación retroactiva del
objeto de control y los presuntos agravios que ésta ha causado, la cual no es
susceptible de ser analizada mediante el control abstracto que se realiza en un
proceso de inconstitucionalidad, correspondiendo más bien su consideración a
un proceso constitucional de tutela concreta –amparo–, en el que sí se alegan
hechos y afectaciones individuales.
En atención a la deficiencia señalada, la pretensión de inconstitucionalidad
planteada debe declararse improcedente.
III. Con base en lo expuesto, y en virtud de los artículos 6 y 7 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárase improcedente la pretensión contenida en la demanda presenta-
da por el ciudadano José Edgardo Cañas López, mediante la cual solicita la
declaratoria de inconstitucionalidad del art. 12 letra a) D.M. 6/2015, por la
presunta violación del principio de reserva de ley.
2. Declárase improcedente la pretensión contenida en la demanda presenta-
da por el ciudadano José Edgardo Cañas López, mediante la cual solicita la
declaratoria de inconstitucionalidad del art. 12 letra a) D.M. 6/2015, por la
supuesta infracción de la libertad económica –art. 102 inc. 1° Cn.–.
3. Declárase improcedente la pretensión contenida en la demanda presenta-
da por el ciudadano José Edgardo Cañas López, mediante la cual solicita

883
Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Improcedencias

la declaratoria de inconstitucionalidad del art. 18 del D.M. 6/2015, por la


aparente conculcación del principio de irretroactividad de las leyes –art.
21 Cn.–.
4. Tome nota la Secretaría de este Tribunal, del lugar y las personas señalados
por la parte actora para recibir los actos procesales de comunicación, según
el escrito presentado el 18-I-2016.
5. Notifíquese.
A. PINEDA.---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME.---E. S. BLANCO R.---PRONUNCIADO
POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---J. R. VIDES.---SRIO.---
RUBRICADAS.

119-2015

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las catorce horas con cincuenta minutos del día veintiséis de
febrero de dos mil dieciséis.
I. 1. Por recibido el escrito de 1-II-2016, presentado en esa misma fecha por
las ciudadanas Verónica Lissette González de Romero y Claudia Carolina Pineda
Larín, en relación con la prevención que se le realizó por auto de 11-XII-2015,
notificada el 27-I-2016.
2. A. En cuanto a la primera de las prevenciones formuladas, relativa a acla-
rar de qué forma lo establecido en los arts. 322 letra a y 332 del Código de Tra-
bajo (CT) vulnera el art. 2 inc. 1° parte final de la Constitución, las demandan-
tes expusieron que la forma excluyente en que están redactados los objetos de
control implica la vulneración a la disposición constitucional aludida, ya que por
su redacción “[...] excluyen a la mayor parte de la población conformada por
trabajadores, dándole preferencia a los patronos, ya que acorta a un pequeño
listado de enfermedades [profesionales] reconocido por el legislador, que con-
llevan responsabilidad patronal, desconociendo “por ley” [sic] la relación cau-
sal existente entre el trabajo desarrollado y una enfermedad producida por el
mismo si no se encuentra contenida en el listado, teniendo como consecuencia
un estado de indefensión para todos aquellos trabajadores afectados por un
padecimiento producido por sus actividades laborales”.
B. En relación con la segunda prevención realizada, referente a aclarar si la
desigualdad que alegan en los arts. 322 letra a y 332 CT se debe a un supuesto
trato diferenciado en la norma o si, por el contrario, dicha desigualdad la argu-
yen por una omisión legislativa, las ciudadanas dijeron que en las disposiciones

884
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

impugnadas existe una omisión absoluta del legislador, “[...] ya que el art. 43
de nuestra Constitución, reconoce sin distinción la obligación patronal de in-
demnizar y prestar servicios médicos y farmacéuticos al trabajador que sufra
un accidente de trabajo o cualquier enfermedad profesional [...] Ante ello, los
trabajadores se encuentran totalmente desprotegidos para realizar cualquier
reclamo al que pudiera tener derecho, si su padecimiento hubiere sido causado
por su trabajo, pero este [sic] no se encuentra contenido en el listado del artí-
culo 332 del Código de Trabajo”.
II. 1. Al analizar lo expuesto por las pretensoras sobre la primera preven-
ción, se estima que éstas no han logrado verter los argumentos necesarios para
demostrar de qué manera el contenido de los arts. 322 letra a y 332 CT trans-
greden el art. 2 inc. 1° parte final Cn., en tanto que no explican cómo lo regu-
lado en tales disposiciones implicarían un obstáculo para que los trabajadores
que padezcan de una enfermedad profesional puedan acudir ante el ente ju-
risdiccional competente a incoar un proceso laboral y cómo esto vulneraría, en
consecuencia, el derecho a la protección jurisdiccional que se deriva del citado
artículo constitucional –Sentencia de 12-XI-2010, Inc. 40-2009–, limitándose a
repetir lo expresado en la demanda y manifestando que el contenido de los
objetos de control provocan un supuesto “estado de indefensión” a los traba-
jadores.
En tal sentido, por ser deficiente en su fundamento material, este motivo de
la pretensión se rechazará por improcedente.
2. Por otro lado, se advierte que las ciudadanas en su respuesta a la segun-
da prevención detallada han argüido expresamente que en los arts. 322 letra
a y 332 CT el legislador ha incurrido en una omisión normativa, al no cumplir
con lo establecido en el art. 43 Cn., y no en un supuesto trato diferenciado
carente de justificación, como parecía desprenderse inicialmente en la deman-
da, lo cual implica que debe descartarse por improcedente la pretensión rela-
cionada con la presunta transgresión al principio de igualdad reconocido en
el art. 3 inc. 1° Cn.
3. Por último, sobre la omisión que se alega en las disposiciones impugna-
das por supuestamente no cumplir lo consignado en el art. 43 Cn. –lo que a
criterio de las actoras generaría una exclusión arbitraria de beneficios–, se con-
sidera que dicha pretensión es deficiente en su fundamento material. La razón
de esto es que el mandato que las actoras identifican en dicho parámetro de
control –la supuesta obligación del legislador de establecer un listado abierto
de posibles enfermedades profesionales que acarreen responsabilidad patro-
nal– no se deriva del mismo.

885
Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Improcedencias

En efecto, la frase “cualquier enfermedad profesional” en la parte final del


art. 43 Cn. no debe interpretarse como un mandato de configurar un listado
abierto –ilimitado– de enfermedades profesionales, sino que constituye una
remisión al legislador para que, en el marco de sus márgenes estructurales de
acción, defina el alcance de lo que puede entenderse como una enfermedad
profesional, reexaminando y actualizando de forma periódica el listado de las
mismas, de acuerdo a las situaciones identificadas como tales en el ámbito la-
boral.
En este orden, al haber realizado las ciudadanas una interpretación errónea
del contenido del parámetro de control propuesto, la pretensión se declarará
improcedente.
III. Con base en lo expuesto y lo establecido en los arts. 6 y 18 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárase improcedente la pretensión contenida en la demanda presen-
tada por las ciudadanas Verónica Lissette González de Romero y Claudia
Carolina Pineda Larín, relativa a declarar la inconstitucionalidad de los arts.
322 letra a y 332 del Código de Trabajo, por la presunta vulneración al
derecho a la protección jurisdiccional en su vertiente de acceso a la jurisdic-
ción –art. 2 inc. 1° parte final de la Constitución–, por ser deficiente en su
fundamento material.
2. Declárase improcedente la pretensión contenida en la demanda pre-
sentada por las ciudadanas en mención, referente a declarar la incons-
titucionalidad de los arts. 322 letra a y 332 del Código de Trabajo, por
la supuesta contravención al principio de igualdad reconocido en el art.
3 inc. 1° de la Constitución, al haber expresado las demandantes que en
los objetos de control el vicio que arguyen es la omisión normativa en
que ha incurrido el legislador en relación con lo establecido en el art. 43
de la Constitución y no un trato diferenciado carente de justificación.
3. Declárase improcedente la pretensión contenida en la demanda pre-
sentada por las ciudadanas aludidas, sobre declarar la inconstitucio-
nalidad de los arts. 322 letra a y 332 del Código de Trabajo, por la
supuesta omisión en que ha incurrido la Asamblea Legislativa, por
exclusión arbitraria de beneficios, en relación con el contenido pres-
criptivo del art. 43 de la Constitución, por haber realizado una inter-
pretación equívoca del contenido del parámetro de control propues-
to, identificando un supuesto mandato al legislador que no se deriva
de tal disposición.

886
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

4. Notifíquese.
E. S. BLANCO R.---R. E. GONZALEZ.---M. R. Z.---C. ESCOLAN.---FCO. E. ORTIZ
R.---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E.
SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.

21-2016

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA,


San Salvador a las nueve horas del día veintiséis de febrero de dos mil dieciséis.
Analizada la demanda presentada por la ciudadana Rosa Delmy Hernández
Avalos, mediante la cual solicita que se declare la inconstitucionalidad del art.
24 del Decreto Legislativo nº 536, de 27-I-1999, publicado en el Diario Oficial
nº 30, Tomo 342 de 12-II- 1999; reformado en dicha disposición, por el Decreto
Legislativo nº 801, de 5-IV-2002, publicado en el Diario Oficial nº 66, tomo 355,
de 12-IV-2002, que contiene la Ley del Consejo Nacional de la Judicatura (LCNJ,
en lo sucesivo), por la supuesta violación al art. 3 de la Constitución (Cn).
La disposición impugnada prescribe:
“Elección
Art. 24.- Todos los Consejales Propietarios podrán optar al cargo de Pre-
sidente del Consejo, salvo, el miembro electo de los Magistrados, Jueces de
Primera Instancia y Jueces de Paz, el cual será elegido por el pleno en votación
secreta, con el voto de la mayoría de los Consejales Propietarios electos.
La elección del Presidente ocurrirá en cada ocasión en la que el cargo quede
vacante”.

I. Básicamente los argumentos de la demandante pueden resumirse en que


el art. 24 de la LCNJ establece un trato desigual entre el consejal electo por
parte de los magistrados y jueces del Órgano Judicial y los demás consejales
electos, respecto a optar a la presidencia del Consejo Nacional de la Judicatura,
lo cual trasgrede lo establecido en el art. 3 Cn. (principio de igualdad).
Según la ciudadana Hernández Avalos el legislador ha establecido una mar-
ginación arbitraria hacia los jueces y magistrados, al no permitir que los conse-
jales electos por estos puedan a optar a la presidencia del Consejo Nacional de
la Judicatura, lo que vulnera el principio de igualdad.
De igual forma la demandante solicita como medida cautelar que se sus-
penda el nombramiento del presidente del Consejo Nacional de la Judicatura
una vez nombrados todos los miembros del consejo, ya que según su criterio
serviría para limitar el poder absoluto del Estado y evitar arbitrariedades.

887
Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Improcedencias

II. En vista de los motivos de inconstitucionalidad alegados por la deman-


dante, es pertinente hacer referencia a las condiciones que debe cumplir una
pretensión de inconstitucionalidad relacionados con el principio de igualdad para
justificar el inicio de este proceso. Teniendo en cuenta lo anterior, (1) se analiza-
rán los motivos argüidos por la demandante, para finalmente (2) determinar si
la pretensión planteada en esta ocasión reúne los requisitos de admisibilidad y
procedencia establecidos en la ley y la jurisprudencia constitucional.
1. En relación con la adecuada configuración de una demanda de incons-
titucionalidad cuando se alega la vulneración del principio de igualdad, es ne-
cesario recordar que se debe realizar un test cuya finalidad es establecer si
existe o no en la disposición impugnada una justificación para el trato desigual
brindado a los sujetos o situaciones jurídicas comparadas.
Para llevar a cabo tal examen, es ineludible que la pretensión que se for-
mula esté adecuadamente configurada, lo cual se produce cuando el actor
demuestra en términos argumentativos los siguientes aspectos: (a) si la dis-
posición cuestionada contiene una desigualdad por equiparación o una des-
igualdad por diferenciación; (b) el criterio de la realidad con arreglo al cual
se hace la comparación, que le lleva a concluir que existe una diferenciación
o equiparación, debiendo precisar con cuáles sujetos o situaciones se hace la
desigualdad —es decir, el término de comparación—; (c) la existencia de una
desigualdad carente de justificación o, en otros términos, la irrazonabilidad en
la discriminación; y (d) la imputación de consecuencias jurídicas a los sujetos
comparados, en virtud de la igualdad o desigualdad advertida -al respecto,
véanse el auto de 14-IV-2010 y la Sentencia de 4-V-2011, Inc. 11-2010 e Inc. 18-
2010, respectivamente-.
2.A. Los criterios antes expuestos en contraste con los argumentos de la de-
manda planteada indican que no se ha formulado un razonamiento suficiente
entre el artículo impugnado y la disposición constitucional invocada como pará-
metro de control. La razón básica de este defecto es que la demanda contiene
una argumentación deficiente sobre la forma en que se produciría la supuesta
transgresión al principio de igualdad. La demandante se limita a constatar una
simple diferencia de trato legal o normativo (la exclusión de los consejales pro-
pietarios de parte de los magistrados y jueces a optar a la presidencia del CNJ
respecto a los demás consejales) y de inmediato concluye que tal distinción
implica un “trato desigual”, sin exponer las razones de tal aseveración.
Si bien es cierto, la demandante señala una desigualdad en cuanto a quie-
nes pueden optar al cargo de presidente del CNJ -desigualdad por diferencia-
ción-, no se establece claramente las razones por las cuales considera que dicha

888
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

diferenciación es irrazonable y sus consecuencias jurídicas. El solo señalamiento


de una diferencia no implica una inconstitucionalidad per se.
Por lo tanto, al no superarse los requisitos señalados por el test de igualdad,
la pretensión debe ser declarada improcedente sobre este punto.
B. En cuanto a la medida cautelar solicitada, la cual consiste en suspender
la aplicación de la disposición impugnada, es necesario recordar que las medi-
das cautelares son herramientas procesales con las que se persigue dotar de
eficacia a las resoluciones de los órganos jurisdiccionales en cargados de pro-
nunciarse sobre el fondo de las pretensiones sometidas a su conocimiento, evi-
tando la imposibilidad o frustración tanto de la tramitación del proceso como
de la efectividad de la sentencia que lo culmina, en caso de ser estimatoria (Inc.
4-2003, de fecha 16-IX-2003).
En ese sentido, debido a que la pretensión de la demandante Hernández
Avalos no ha cumplido los presupuestos necesarios para una eventual admi-
sión, resulta improcedente acceder a la medida cautelar solicitada.
III. Con base en lo antes expuesto y de conformidad con el artículo 6 ordi-
nal 3º de la Ley de Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárase improcedente por falta de fundamento la pretensión contenida
en la demanda de la ciudadana Rosa Delmy Hernández Avalos, en la que
solicita la inconstitucionalidad del art. 24 de la Ley del Consejo Nacional de
la Judicatura por la supuesta contradicción con el art. 3 Cn.
2. Notifíquese.
E. S. BLANCO R.---R. E. GONZALEZ.---C. ESCOLAN.---M. R. Z.---FCO. E. OR-
TIZ.R.---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRI-
BEN---E. SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.

22-2016

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA.


San Salvador a las nueve horas con treinta y dos minutos del día veintiséis de
febrero de dos mil dieciséis.
Analizada la demanda presentada por los ciudadanos José Armando Ama-
ya Zelaya, José Antonio Martínez Portillo, Francisco Antonio Jaime Rivas, Ger-
man Armando Gómez, y Elsa Miriam Linares de Quintanilla; quienes solicitan
que se declare inconstitucional el art. 74 frase final, del Decreto Legislativo n°
665, de 7-III-1996, publicado en el Diario Oficial n° 58, de 22-III-1996, que con-
tiene la Ley de la Carrera Docente (LCD en lo sucesivo); por la supuesta viola-

889
Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Improcedencias

ción al principio de igualdad en relación con el derecho a optar cargos públicos


–arts. 3 y 72 ord. 3° Cn., respectivamente–.
La disposición impugnada prescribe:
Ley de la Carrera Docente
“Duración de las Funciones
Art. 74.- Los miembros propietarios del Tribunal Calificador, de las Juntas
de la Carrera Docente, del Tribunal de la Carrera Docente, desempeñarán sus
funciones durante un período de cinco años contados desde la fecha de su res-
pectivo nombramiento y no podrán optar a un nuevo período”.

I. Los actores sostienen que la disposición impugnada violenta el principio


de igualdad ante la ley en relación al derecho de optar a cargos públicos, debi-
do a que establece un tratamiento desigual, carente de justificación, por lo que
se está frente a una diferenciación arbitraria.
Tal como está redactada la disposición impugnada –afirman–, se establece
un tratamiento desigual (con relación a los requisitos constitucionales o legales
establecidos para otros cargos), carente de fundamentación, cayendo en una
diferenciación arbitraria, ya que no existe motivo razonable que impida a una
persona que ya ha sido electa para un período como miembro de la junta o
tribunal, pueda volver a participar en el proceso de selección o elección para
optar al mismo cargo.
Existen muchos casos en el país –ejemplifican– en que ninguna disposición
constitucional o legal impide que un funcionario pueda intentar o participar
en un proceso de selección del mismo puesto que ya ostenta, por ejemplo: los
Magistrados de la Corte Suprema de Justicia, el Fiscal General de la República,
Diputados de la Asamblea Legislativa, entre otros.
Si la Constitución y la ley –agregan– no prohíben en los casos anteriormen-
te citados que puedan participar en procesos de selección subsiguientes, cuyo
cargo es de gran trascendencia, no existen motivos suficientes para justificar o
impedir que las personas interesadas y que cumplan los requisitos de la ley y
que ya han desempeñado el cargo o lo están desempeñando se vean imposibi-
litados en participar en los procesos de selección.
No es razonable ese impedimento –concluyen–, sobre todo cuando las per-
sonas que deseen volver participar en el proceso de selección hayan cumplido
su labor con eficacia y eficiencia, con experiencia y capacidad que el servicio
público requiere en la buena administración que necesita la justicia adminis-
trativa.
II. En vista de los motivos de inconstitucionalidad alegados por los deman-
dantes es pertinente hacer referencia a las condiciones que debe cumplir una

890
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

pretensión de inconstitucionalidad por violación al principio de igualdad para


justificar el inicio de este tipo de proceso (1); teniendo en cuenta lo anterior,
se analizarán los motivos argüidos por los demandantes (2); para, finalmente,
determinar si se cumplen con los requisitos de admisibilidad y procedencia es-
tablecidos en la Ley de Procedimientos Constitucionales y desarrollados por la
jurisprudencia de esta Sala (III).
1. En relación con la adecuada configuración de una demanda de incons-
titucionalidad cuando se alega la vulneración del principio de igualdad, es ne-
cesario recordar que se debe realizar un test cuya finalidad es establecer si
existe o no en la disposición impugnada una justificación para el trato desigual
brindado a los sujetos o situaciones jurídicas comparadas.
Para llevar a cabo tal examen, es ineludible que la pretensión que se for-
mula esté adecuadamente configurada, lo cual se produce cuando el actor
demuestra en términos argumentativos los siguientes aspectos: (a) si la dis-
posición cuestionada contiene una desigualdad por equiparación o una des-
igualdad por diferenciación; (b) el criterio de la realidad con arreglo al cual
se hace la comparación, que le lleva a concluir que existe una diferenciación
o equiparación, debiendo precisar con cuáles sujetos o situaciones se hace la
desigualdad –es decir, el término de comparación–; (c) la existencia de una
desigualdad carente de justificación o, en otros términos, la irrazonabilidad en
la discriminación; y (d) la imputación de consecuencias jurídicas a los sujetos
comparados, en virtud de la igualdad o desigualdad advertida –al respecto,
véanse el auto de 14-IV-2010 y la Sentencia de 4-V-2011, Inc. 11-2010 e Inc. 18-
2010, respectivamente–.
2. La aplicación de los criterios antes expuestos al contenido relevante de
la demanda planteada por los actores indica que no se ha formulado una ar-
gumentación suficiente de contraste entre el artículo y la disposición constitu-
cional invocada. La razón básica de este defecto es que la demanda contiene
una argumentación deficiente sobre la forma en que se produciría la supuesta
violación al principio de igualdad. Los actores se limitan a constatar una simple
diferencia indeterminada de trato legal o normativo (personas que opten para
una reelección de propietarios del tribunal calificador, de la junta de carrera
docente y magistrados, diputados, fiscal general, entre otros que si pueden
optar a una reelección) y de inmediato concluye que tal distinción implica un
“trato desigual”, sin exponer argumentos razonables para tal aseveración.
De igual forma, el examen de igualdad requiere, como punto de partida, la
existencia de un término de comparación, el cual –según la jurisprudencia de
esta Sala– debe ser aportado por el demandante, para estimar que ha confi-
gurado adecuadamente su pretensión. El término de comparación es una he-

891
Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Improcedencias

rramienta de análisis que permite al tribunal constatar que al demandante,


ante situaciones de hecho iguales, se le ha dispensado un trato diferente sin
justificación razonable, o bien, que en supuestos distintos se le ha equiparado.
La parte demandante debe señalar, pues, con respecto a quiénes o en relación
con qué otra situación se discrimina (Sentencia de 15-III-2006, Inc. 10-2005).
En ese sentido los demandantes no han brindado un término de compa-
ración en el cual este tribunal pueda determinar si ante situaciones iguales se
han realizado tratos diferentes, debido a que la comparación con “Magistrados
de la Corte suprema de justicia, Fiscal General de la República, Diputados de la
Asamblea Legislativa”, es indeterminada, por lo cual este tribunal no puede lo
ocupar como parámetro para verificar si existe o no un trato desigual a situa-
ciones iguales.
Por lo tanto, al no superarse los requisitos señalados por el test de igualdad,
la pretensión debe ser declarada improcedente sobre este punto.
En cuanto a la violación del derecho de optar a cargos públicos, no co-
rresponde hacer un análisis de admisibilidad diferente al apuntado, ya que los
demandantes lo mencionan como consecuencia de la violación al principio de
igualdad, y por lo tanto no han realizado ninguna argumentación sobre dicho
derecho; por tanto, este motivo también deberá ser declarado improcedente.
III. Con base en lo antes expuesto y de conformidad con el artículo 6 ordi-
nal 3° de la Ley de Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Declárase improcedente por falta de fundamento la pretensión conte-
nida en la demanda de los ciudadanos José Armando Amaya Zelaya,
José Antonio Martínez Portillo, Francisco Antonio Jaime Rivas, German
Armando Gómez, Elsa Miriam Linares de Quintanilla, en la cual solicitan
la inconstitucionalidad del art. 74 de la Ley de la Carrera Docente, por
la supuesta contradicción al principio de igualdad en relación con el de-
recho a optar a cargos públicos establecidos en los artículos 3 y 72 ord.
3° de la Constitución, respectivamente.
2. Notifíquese.
E. S. BLANCO R.---R. E. GONZALEZ.---M. R. Z.---C. ESCOLAN.---FCO. E. ORTIZ
R.---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---E.
SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.

892
Sentencias definitivas

109-2013

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las quince horas con diez minutos del día catorce de enero de
dos mil dieciséis.
El presente proceso fue promovido por el ciudadano Henry Salvador Orella-
na Sánchez, mediante demanda en la cual solicitó declarar la inconstitucionali-
dad, por vicio de contenido, del art. 30 de la Ley de Regulación de los Servicios
de Información sobre Historial de Crédito de las Personas (LERESIHCP, en lo
sucesivo), contenida en el Decreto Legislativo n° 695, de 29-IV-2011, publicado
en el Diario Oficial n° 141, Tomo n° 392, de 27-VII-2011, por la supuesta vulnera-
ción a los arts. 2 inc. 1°, 11 inc. 1° y 246 de la Constitución (Cn., en lo que sigue).
La disposición impugnada literalmente prescribe:
“Sanciones.
Art. 30.- Las infracciones a esta Ley se sancionarán de la siguiente manera:
a) Las infracciones graves serán sancionadas con multa desde cien hasta
trescientos salarios mínimos mensuales urbanos del sector comercio y servicios.
De existir reincidencia en estas infracciones, las subsiguientes se consideraran
muy graves.
b) Las infracciones muy graves serán sancionadas con multa desde trescien-
tos uno hasta quinientos salarios mínimos mensuales urbanos del sector comer-
cio y servicios.
La cuantía de las sanciones se graduará atendiendo al daño causado, a la
reincidencia y a cualquier otra circunstancia que sea relevante para determinar
el grado de antijuricidad presente en la concreta actuación infractora.
El procedimiento para la aplicación de las sanciones será de conformidad a
lo establecido en la Ley de la respectiva entidad supervisora.
La Defensoría del Consumidor y/o la Superintendencia del Sistema Finan-
ciero, sancionará el desacato o desobediencia a las resoluciones emitidas con
multa desde cien hasta quinientos salarios mínimos mensuales urbanos del sec-
tor comercio y servicios. Esta multa será reiterativa y se impondrá por día, hasta
que se cumpla con lo resuelto”.

Han intervenido en el proceso el ciudadano demandante, la Asamblea Le-


gislativa como autoridad demandada y el Fiscal General de la República.
Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Sentencias Definitivas

Analizados los argumentos y considerando:


I. 1. En la demanda y escrito de ampliación de la misma de 29-VII-2013, el
ciudadano Orellana Sánchez expuso, en síntesis, que la disposición impugnada
es inconstitucional porque las cuantías de las sanciones que regula son despro-
porcionadas y, al ser pecuniarias, repercuten directamente en el patrimonio de
los administrados, vulnerando el derecho a la propiedad.
En este sentido, el actor sostuvo que el art. 30 LERESIHCP contiene dos
rangos de multa: el primero, desde cien hasta trescientos salarios mínimos men-
suales urbanos del sector comercio, para las infracciones graves tipificadas en
el art. 28 LERESIHCP; y el segundo, desde trescientos uno hasta quinientos sala-
rios mínimos mensuales urbanos del sector comercio, para las infracciones muy
graves conforme con el art. 29 LERESIHCP. Lo anterior –indicó– implica que el
legislador ha eliminado la posibilidad de castigar con sanciones menores a los
100 salarios mínimos, lo cual impide a los aplicadores de la normativa encontrar
la graduación de la sanción que sea efectiva pero menos lesiva del derecho a
la propiedad y que se adecue a la antijuridicidad del hecho que se pretende
sancionar.
El pretensor aseveró que los parámetros de sanción que contiene la dispo-
sición objeto de control son arbitrarios y que fueron establecidos sin justifica-
ción alguna por la Asamblea Legislativa, no siendo necesario prever sanciones
tan desproporcionadas como las contempladas en las letras a y b del artículo
impugnado –mucho menos elevar el piso de las mismas a 100 salarios mínimos
mensuales urbanos del sector comercio– para lograr la finalidad de esa ley.
2. Mediante escrito de 29-VII-2013, presentado posteriormente a la deman-
da, el ciudadano Orellana Sánchez planteó la inconstitucionalidad con respecto
al principio ne bis in idem –art. 11 Cn.–, con el argumento que el artículo im-
pugnado, en su inc. 1°, letra a, parte final, establece que de existir reincidencia
en infracciones graves, las subsiguientes se considerarán muy graves; es decir
–dijo–, se regula una falta administrativa que se nutre básicamente de otra
infracción ya sancionada anteriormente como infracción grave, por ello esa
conducta no puede considerarse para configurar una nueva infracción con una
cuantía mayor. En dicho escrito, el demandante solicitó la adopción de medida
cautelar, consistente en la suspensión provisional de la aplicación del art. 30
LERESIHCP.
3.Por resolución de 14-II-2014, esta Sala previno al actor aclarar de manera
precisa y razonada: (i) los argumentos para sustentar el carácter de “medidas
alternativas igualmente idóneas” que menciona en la demanda, en relación
con los rangos inferiores de las sanciones pecuniarias de la disposición impug-

894
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

nada; (ii) si lo que pretende es impugnar los montos mínimos sancionatorios


del art. 30 LERESIHCP, también por la supuesta transgresión al subprincipio de
idoneidad del principio de proporcionalidad, inherente al derecho de propie-
dad; y (iii) si, además, intenta confrontar la disposición citada con el principio
de igualdad en la formulación de la ley, en el sentido que los montos mínimos
de las sanciones que regula constituirían un tratamiento diferenciado sin razón
suficiente.
4. A. Por escrito de 5-III-2014, el ciudadano Orellana Sánchez contestó las
prevenciones formuladas, expresando sobre el primer aspecto que el medio
alternativo que el legislador debió adoptar era permitir al aplicador de la nor-
ma decidir la dimensión del castigo en razón de la entidad del hecho a sancio-
nar. En otras palabras –alegó–, en lugar de establecer una multa mínima de
100 salarios mínimos para el caso de infracciones graves, el legislador tuvo que
ponderar el castigo estableciendo únicamente el techo de la sanción, es decir
300 salarios mínimos. Asimismo, expuso que la alternativa propuesta continúa
contando con la idoneidad de los montos mínimos que se impugnan, porque
coadyuvan a cumplir con el objetivo de la LERESIHCP y son parte del posible
abanico de sanciones a imponer por las infracciones que contempla dicha ley.
B. Acerca de la segunda prevención, el demandante aclaró que sí pretende
impugnar los montos mínimos sancionatorios del art. 30 LERESIHCP por vulne-
ración al subprincipio de idoneidad, por la arbitrariedad y falta de justificación
sobre la finalidad de dichos rangos de multa por parte de la Asamblea Legis-
lativa.
C. En lo relativo al tercer aspecto prevenido, el pretensor respondió que sí
considera que la disposición impugnada vulnera el principio de igualdad en la
formulación de la ley, en tanto que en nuestro ordenamiento jurídico existen
otras normas legales de índole punitiva que también tutelan como bien jurídico
la intimidad de las personas mediante castigos menos intensos que los regula-
dos en el art. 30 LERESIHCP. Así, por ejemplo, hizo la comparación entre los
arts. 42 letra d) de la Ley de Protección al Consumidor y el art. 28 letra a) LE-
RESIHCP, mencionando que ambas disposiciones sancionan el incumplimiento
de la obligación de brindar al consumidor acceso a sus datos personales, con la
distinción que la primera regula sanciones pecuniarias de cuantía menor.
5.Por medio de resolución de 23-VI-2014, esta Sala: a) declaró improceden-
te por falta de fundamento la pretensión respecto de la supuesta contradicción
del art. 30 LERESIHCP con el principio de igualdad en la formulación de la ley,
art. 3 Cn.; b) se admitió la demanda en cuanto a la pretendida inconstitucio-
nalidad de la disposición citada en el sentido que: (i) los montos mínimos san-

895
Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Sentencias Definitivas

cionatorios regulados en el art. 30 LERESIHCP habrían sido determinados sin


justificación suficiente sobre la finalidad que les sirve de fundamento, violan-
do el subprincipio de idoneidad del principio de proporcionalidad inherente
al derecho de propiedad (arts. 2 y 246 inc. 1° Cn.); (ii) lo que excluiría medios
alternativos menos graves, como la fijación exclusiva de montos máximos de
las sanciones, cuya idoneidad derivaría de que los montos mínimos actuales
seguirían comprendidos dentro del rango de la sanción aplicable, violando el
subprincipio de necesidad del mismo principio antes citado; y (iii) que la se-
gunda parte de la letra a del inc. 1° del art. 30 LERESIHCP violaría el principio
ne bis in idem, art. 11 Cn., al calificar como infracción muy grave a la reinci-
dencia de una infracción grave, de modo que con ello se estaría valorando de
nuevo un hecho que ya fue juzgado y sancionado; y c) se declaró sin lugar la
medida cautelar solicitada al no haber justificado el supuesto de periculum
in mora.
6. A. Por su parte, la Asamblea Legislativa rindió su respectivo informe el
día 24-VII-2014, es decir un día después de haber concluido el plazo señalado en
el art. 7 de la Ley de Procedimientos Constitucionales; no obstante lo anterior,
dicho informe será admitido para su consideración, en tanto que la admisión
de la demanda fue notificada por la Secretaría de esta Sala a las 14 horas con
25 minutos del 9-VII-2014.
B. Sin perjuicio de lo anterior, es necesario aclarar que los días para la emi-
sión del informe por parte de la autoridad demandada en los términos de la dis-
posición indicada y del art. 145 del Código Procesal Civil y Mercantil –normativa
de aplicación supletoria en los procesos constitucionales–, se cuentan a partir
de la fecha de concreción de la notificación respectiva y no desde que aquélla
asume una posición orgánica interna de decidir cuándo se vuelven operativos
los actos de comunicación de una autoridad jurisdiccional; asumir lo contrario
implicaría permitir, por un lado, que las partes puedan alterar la tramitación
normal de los procesos constitucionales y darse por notificados cuando lo con-
sideren oportuno y, además, que la labor jurisdiccional quede suspendida por
el tiempo que el demandado arbitrariamente decida.
Lo establecido en el art. 13 inc. 2° n° 2 del Reglamento Interior de la Asam-
blea Legislativa relativo a que cuando se trate de notificaciones provenientes,
de la Corte Suprema de Justicia o de alguna de sus Salas, éstas tendrán que
ser recibidas por la Asamblea en Pleno, no debe entenderse en el sentido de
que es a partir de ese momento que empiezan a contarse los plazos legales en
los procesos constitucionales, ya que tal disposición no tiene un sentido pro-
cesal-constitucional, sino que simplemente prescribe una obligación adminis-

896
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

trativa del Presidente de dicha Asamblea con el fin de hacer saber al Pleno las
notificaciones jurisdiccionales realizadas.
Y es que, si bien la parte demandada –independientemente de si se trata
de órganos estatales, funcionarios públicos, personas jurídicas o ciudadanos
particulares– puede asumir diversas actitudes frente a las pretensiones que en
su contra se incoen –v.gr., no contestar la demanda, contestarla allanándose a
las pretensiones o rebatir los argumentos expuestos por el actor proponiendo
los medios de prueba que estimen pertinentes–, el ordenamiento jurídico sal-
vadoreño no les faculta para suspender o dilatar las decisiones jurisdiccionales,
ni para determinar la forma en que habrán de realizarse los actos de comuni-
cación procesal.
C. En el referido informe, en lo pertinente a la pretensión en análisis, el Ór-
gano Legislativo expresó que el principio de proporcionalidad en materia san-
cionadora exige la adecuación cuantitativa y cualitativa de la sanción impuesta
al fin perseguido con la misma, teniendo en cuenta para ello el bien jurídico
que se tutele. En tal sentido –prosiguió–, las sanciones en materia de protec-
ción a los datos de los usuarios tienen una doble finalidad: por un lado, corregir
al que ha realizado la práctica ilegal y, por otro, evitar que se sigan cometiendo
actos prohibidos en detrimento de los consumidores o clientes.
De lo anterior –aseveró– se colige que la sanción de la disposición impugna-
da es adecuada para alcanzar el fin perseguido, ya que es ampliamente cono-
cido que las sociedades o personas naturales que administran datos personales
como agentes de información lo hacen para percibir un beneficio económico y,
por tanto, la imposición de una multa es la mejor forma de combatir las malas
prácticas del mercado, al coadyuvar a frenar actos ilegales que van en detri-
mento de los consumidores.
Acerca de los límites mínimos y máximos de la sanción que contiene el art.
30 letras a LERESIHCP –cien y trescientos salarios mínimos mensuales urbanos
del sector comercio y servicios–, expuso que esto depende de si la infracción
cometida contiene o no agravantes, pero que, en todo caso, los límites mínimos
no pueden dejar de existir en esta materia, ya que no se puede dejar a discre-
cionalidad del ente aplicador una sanción de este tipo en la cual predomina el
interés social, teniendo que ser sanciones severas en esos límites mínimos de
acuerdo con la infracción y la capacidad económica de los infractores. De esta
manera –alegó–, se asegura que las multas sean tales que no permitan a los
infractores burlar el interés social relativo a la protección de los derechos de los
consumidores, así como el derecho al honor y a la intimidad personal por el
manejo de datos que hacen las agencias de información.

897
Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Sentencias Definitivas

En lo concerniente a la supuesta vulneración al principio ne bis in idem esta-


blecido en el art. 11 Cn., señaló que la finalidad de las multas por reincidencia
que indica el art. 30 LERESIHCP es proveer de mayores herramientas al ente
sancionador para fortalecer sus atribuciones en materia de protección a con-
sumidores e incrementar la eficiencia de sus sanciones, a manera de reproche
moral al infractor.
7. El Fiscal General de la República, al corrérsele el traslado que prescribe
el art. 8 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, presentó su informe a
través de su apoderado general judicial con cláusula especial, licenciado Immar
Orlando Chávez Piche, en el que, además de hacer consideraciones sobre el
principio de proporcionalidad en relación con la potestad sancionadora de la
Administración y el principio ne bis in idem, expuso en lo pertinente a la LERE-
SIHCP que las sanciones pecuniarias que se impongan por las infracciones co-
metidas deben considerar la acción cometida y la capacidad del sujeto infractor
para responder a la falta, sea grave o muy grave.
En este sentido –continuó–, al comparar la tutela de bienes jurídicos simila-
res en el ámbito administrativo y penal, se observa una disparidad en el quan-
tum de los límites mínimos de las sanciones del art. 30 LERESIHCP que vulnera
el art. 2 Cn., ya que lo elevado de las cuantías señaladas implica un menoscabo
a la propiedad de los multados, lo cual es desproporcional con lo establecido
en otras legislaciones que tratan este tipo de materia, como el caso de la Ley
de Protección al Consumidor.
Asimismo, arguyó que la sanción por reincidencia que contempla la dispo-
sición impugnada no implica vulneración a la prohibición de doble juzgamien-
to –art. 11 inc. 1° Cn.–, pues lo que se castiga es la repetición de una falta y
el menosprecio a la ley con esa conducta, lo cual no implica juzgar hechos ya
dirimidos.
II. Al haber expuesto los argumentos de los intervinientes en este proceso:
(1) se identificarán los problemas jurídicos que deben ser resueltos y, después,
(2) se indicará el desarrollo lógico de esta sentencia.
1. De todo lo anteriormente expuesto, los problemas jurídicos que se resol-
verán en esta decisión consisten en determinar: (i) si los montos mínimos de las
sanciones que contempla el art. 30 LERESIHCP constituyen una medida idónea
para fomentar la finalidad que subyace a dicho cuerpo normativo; (ii) si el esta-
blecimiento de dichos montos mínimos en el art. 30 LERESIHCP constituye una
medida necesaria en el sentido que no existe ningún otro medio alternativo
que revista por lo menos la misma idoneidad para alcanzar el objetivo propues-
to en la normativa aludida; y (iii) si la calificación como infracción muy grave a

898
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

la reincidencia en una infracción grave que señala la segunda parte de la letra


a del art. 30 LERESIHCP vulnera el principio ne bis in idem establecido en el art.
11 Cn., en el sentido que se estaría sancionando de nuevo un hecho que ya fue
juzgado y sancionado.
2. Con base en esto, el iter de la resolución de fondo será el siguiente: (III)
como punto de partida, se abordará el tema de la potestad sancionadora de
la Administración (1); luego, se harán breves consideraciones sobre el principio
de proporcionalidad como medio de control constitucional de las sanciones
administrativas y la discrecionalidad en su graduación y aplicación (2); a conti-
nuación, se tratará lo relativo al principio ne bis in idem en materia administra-
tiva sancionadora (3); posteriormente, se hará una reseña jurisprudencial del
derecho de autodeterminación informativa (4); y, finalmente, (IV) se aplicarán
tales conceptos al contenido normativo del objeto de control, a fin de resolver
los problemas jurídicos planteados.
III. 1. En términos generales, la Administración Pública es la estructura or-
gánica compuesta por diversas instituciones a la que se le atribuye la función
de gestionar los bienes, recursos y servicios estatales, mediante actividades en-
caminadas a la realización del bien común y del interés colectivo –Sentencia de
29-IV-2013, Inc. 18-2008–. Para la consecución de tal finalidad, la Administra-
ción puede ejercitar potestades determinadas, entre las que se encuentra la
potestad para sancionar conductas contrarias al ordenamiento jurídico.
Este poder ha sido reconocido en el art. 14 Cn., en el cual, aunque se es-
tablece que corresponde únicamente al Órgano Judicial la facultad de impo-
ner penas, se habilita constitucionalmente a la Administración para que pueda
sancionar las contravenciones a las leyes, reglamentos u ordenanzas, es decir,
la facultad de hacer uso de medidas coercitivas que tengan como finalidad la
privación de un derecho o de un bien a los particulares por transgresiones de-
terminadas al ordenamiento jurídico.
Así, siendo indistinto el gravamen aflictivo de las sanciones administrativas
con las de índole jurisdiccional-penal, se acepta que se trata de un único poder
estatal de castigar –ius puniendi– que se bifurca en una u otra dimensión aten-
diendo a las finalidades de ordenación que se persigan –Sentencias de 11-XI-
2003 y 29-VI-2015, Incs. 16-2001 y 107-2012, respectivamente–.
Sobre el particular, la Sala de lo Contencioso Administrativo ha expresado
que “el ius puniendi del Estado, concebido como la capacidad de ejercer un
control social coercitivo ante lo constituido como ilícito, no solo [sic] se mani-
fiesta en la aplicación de las leyes penales por los tribunales que desarrollan
tal jurisdicción, sino que también se manifiesta en manos de la Administración

899
Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Sentencias Definitivas

Pública” –Sentencia de 5-X-2000, ref. 148-C-99–. Se trata, pues, de una duali-


dad de sistemas represivos-sancionatorios, a manera de una despenalización
de ciertas conductas, que traslada desde los jueces penales a la Administración
la represión de determinados delitos y faltas.
A partir de lo anterior, la jurisprudencia constitucional –v.gr., Sentencia de
Inc. 16-2001, ya citada– ha identificado los elementos esenciales de la potes-
tad sancionadora administrativa: (i) es un poder que deriva del ordenamiento
jurídico; (ii) tiene un efecto aflictivo, porque su ejercicio trae como resultado
la imposición de una medida de carácter aflictivo para el administrado, que
puede consistir tanto en la privación de un derecho preexistente –sanción in-
terdictiva– como en la imposición de una obligación pecuniaria; y (iii) tiene una
finalidad represora, esto es, el castigo de conductas contrarias al orden jurídico
a efecto de restablecerlo, a manera de un control social coercitivo en desarro-
llo del ius puniendi estatal ante infracciones catalogadas como administrativas
–Sentencia de 3-II-2006, Amp. 28-2005, y Sentencia de 5-VII-2001, Sala de lo
Contencioso Administrativo, ref. 110-P-2001–.
2. A. Ahora bien, el reconocimiento de la potestad sancionadora adminis-
trativa conlleva, de forma paralela, la necesidad de la proporcionalidad de las
sanciones administrativas, tanto en el plano de su formulación normativa, como
en el de su aplicación por lo entes correspondientes. Así, en el plano normativo
se observará la proporcionalidad siempre que las sanciones contempladas en
la ley o reglamento sean congruentes con las infracciones respectivas; mientras
que en el plano aplicativo, el principio se cumplirá siempre que las sanciones
que se impongan sean proporcionales a la gravedad que comporten los hechos
según circunstancias objetivas y subjetivas.
De esta manera, el principio de proporcionalidad sirve, por un lado, como
límite a la discrecionalidad de la actividad administrativa sancionatoria, procu-
rando la correspondencia y vinculación que debe existir entre las infracciones
cometidas y la gravedad o severidad de las sanciones impuestas por el ente
competente; y, por otro, como un criterio de interpretación que permite enjui-
ciar las posibles vulneraciones a derechos y garantías constitucionales siempre
que la relación entre el .fin o fines perseguidos por el ente legisferante y la san-
ción tipificada como medio para conseguirlo implique su sacrificio excesivo o
innecesario, carente de razonabilidad.
B. En este último sentido apuntado, cabe decir que el principio de propor-
cionalidad implica la prohibición de exceso de las medidas normativas de ín-
dole sancionatorio administrativo, que sólo podrán ser materializadas cuando
su cuantía y extensión resulte idónea, necesaria y proporcionada en estricto
sentido para la consecución de fines constitucionalmente legítimos.

900
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

En específico, una sanción administrativa será idónea si es capaz de con-


seguir los fines perseguidos por el legislador con su adopción; será necesaria
si dentro del catálogo de medidas posibles no existen otras que posean igual
grado de idoneidad con respecto a la finalidad advertida y que sean menos
lesivas o dañosas a los derechos fundamentales involucrados; y, finalmente,
será proporcionada en estricto sentido si, superados los juicios de idoneidad y
necesidad, es adecuada en relación con la magnitud o lesividad del comporta-
miento del infractor.
C. Ahora bien, para lograr la proporcionalidad entre la represión de las
infracciones administrativas y la naturaleza de los comportamientos ilícitos, co-
rresponde al legislador en primer lugar el establecimiento de un baremo de
sanciones en atención a su gravedad y de infracciones tipificadas con arreglo
a tal clasificación y, además, la inclusión de criterios de dosimetría punitiva, es
decir criterios dirigidos a los aplicadores de las normas para graduar la sanción
que corresponda a cada caso, según la apreciación conjunta de circunstancias
objetivas y subjetivas.
De acuerdo al Derecho comparado –y sin ánimo de exhaustividad–, entre
los criterios de dosimetría de sanciones administrativas que pueden considerar-
se se encuentran: (i) la intencionalidad de la conducta constitutiva de infrac-
ción; (ii) la gravedad y cuantía de los perjuicios causados; (iii) el beneficio que,
si acaso, obtiene el infractor con el hecho y la posición económica y material
del sancionado; y (iv) la finalidad inmediata o mediata perseguida con la impo-
sición de la sanción.
Lo anterior pone de manifiesto la relación necesaria entre la observancia
de la proporcionalidad en la labor sancionadora administrativa y la discrecio-
nalidad con que debe contar tanto el legislador que crea la norma sanciona-
dora como la Administración que impone las sanciones. En efecto, la exigencia
de alcanzar la debida proporción entre infracción cometida y sanción aplicada
sólo es posible con el reconocimiento de un margen de decisión en los ámbi-
tos normativo y aplicativo de la potestad sancionadora, pues ello permitirá la
valoración de las circunstancias que rodean a la contravención respectiva y la
razonabilidad en la graduación de las penas a imponer.
D. El reconocimiento de tal discrecionalidad trae como consecuencia la
aceptación de la práctica legislativa de establecer límites mínimos y máximos
respecto de la cuantía de las sanciones –en caso de ser pecuniarias–, esto es, de
pisos y techos sancionatorios como parte de la técnica de dosimetría aludida, lo
cual permite flexibilidad en la graduación de las sanciones según la severidad de
la infracción cometida y evita la arbitrariedad de la Administración en el ejercicio

901
Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Sentencias Definitivas

de dicha potestad, pues dejar en blanco los límites sancionatorios implicaría


una discrecionalidad irrestricta –a manera de facultad omnímoda– que permi-
tiría la imposición de sanciones según criterios de oportunidad, sin sujeción a
prescripciones legales.
En relación con lo anterior, cabe mencionar que la discrecionalidad señala-
da conlleva la inconveniencia de establecer multas fijas para cada contravención
administrativa, en tanto que la inflexibilidad de dicha técnica no permite a las
autoridades impositoras graduar las sanciones de acuerdo con las circunstan-
cias de cada caso, lo cual puede provocar el tratamiento desproporcional de
los infractores ante excesos que, de igual forma, se vuelve arbitrario. En todo
caso, si el legislador omitiera en un producto normativo la regulación de pisos
o techos sancionatorios, ello no significaría el libre e inimpugnable arbitrio de
la autoridad respectiva en su aplicación, sino que comportaría una remisión
tácita al principio de proporcionalidad sobre dicha potestad sancionadora, con
el debido deber de motivación.
3. A. Aunado al principio de proporcionalidad como límite al ius puniendi
estatal se encuentra el principio ne bis in idem, conocido también como pro-
hibición de doble juzgamiento o de múltiple persecución, el cual, en esencia,
prohíbe la aplicación de dos o más sanciones o el desarrollo de dos o más pro-
cedimientos sancionadores siempre que exista identidad de sujetos, hechos y
fundamentos.
La finalidad de la prohibición bis in idem es, por un lado, servir de garantía
sustantiva o material a favor de los ciudadanos, al impedir la imposición de do-
bles sanciones o condenas, por un mismo hecho y con base en una mismo fun-
damento, evitando así reacciones punitivas desproporcionadas por parte de la
Administración; y, por otro, ser una garantía procesal, al vedar la posibilidad de
un procesamiento sucesivo o simultáneo, por los mismos hechos y causas –Sen-
tencias de 23-XII-2010 y 29-IV-2013, Incs. 5-2001 y 63-2010, respectivamente–.
B. El principio ne bis in idem se encuentra contemplado en el art. 11 inc.
1° Cn., con la prohibición de que ninguna persona puede ser enjuiciada dos
veces por la misma causa. La línea jurisprudencial de este Tribunal ha soste-
nido que el término “enjuiciado” en dicha disposición debe entenderse como
pronunciamiento de fondo, lo que implica la prohibición de procesos o proce-
dimientos posteriores sobre los mismos hechos, sujetos y motivos –entre otros,
ver Sentencia de 4-V-1999, Amp. 231-98, así como Sentencia de 29-IV-2013, Inc.
18-2008–; mientras que el término “causa” se relaciona con la triple identidad
de las categorías jurídicas contenidas en el referido principio, tanto de índole
objetiva, es decir la coincidencia de hechos y de fundamentos punitivos, como
de índole subjetiva, referente a los sujetos infractores o sancionados.

902
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

C. El cumplimiento de la identidad subjetiva requiere que el sujeto pasivo


implicado en la conducta antijurídica sea el mismo en todos los procedimien-
tos, con independencia de la autoridad que dicta la resolución sancionadora.
Por otra parte, la identidad fáctica, impone que los hechos constitutivos de la
infracción o ilícito sean los mismos, esto es, los elementos fácticos contempla-
dos en el tipo penal o administrativo, cuya comisión sea sancionable; en tal
sentido, hechos idénticos y correspondientes al mismo período no pueden dar
lugar a procedimientos sancionadores diferentes –ver Sentencias de 2-XII-2011
y 13-II-2015, HC 94-2009 e Inc. 21-2012, en su orden–.
En lo referente a la identidad de fundamento o causa, esta se reconduce
a la semejanza entre los bienes jurídicos protegidos por la norma o normas
sancionadoras o entre los intereses tutelados por ellas, de forma tal que si los
bienes jurídicos afectados por un mismo hecho son heterogéneos existirá diver-
sidad de fundamento, mientras que si son homogéneos no procederá la doble
punición.
De acuerdo con lo expuesto, puede afirmarse que no vulnera la prohibi-
ción de doble juzgamiento, la imposición de una sanción a sujetos distintos por
unos mismos hechos y por un mismo fundamento –porque no habría identi-
dad subjetiva–; la imposición de más de una sanción a un mismo sujeto por la
comisión de infracciones diversas –porque no habría identidad fáctica–; y, por
último, cuando se sancione doblemente a un mismo sujeto por unos mismos
hechos, siempre que el fundamento punitivo en cada caso sea diferenciado –
porque no se configuraría identidad de fundamento o causa–.
En definitiva, pues, las autoridades que ejercen el ius puniendi estatal ya
sea en el orden penal o administrativo –es decir, los aplicadores de la norma
sancionadora– deberán analizar en cada caso concreto la concurrencia o no de
los elementos del principio en análisis, principalmente los hechos respectivos,
para verificar la existencia de la triple identidad explicada.
4. A. Corresponde ahora realizar ciertas consideraciones sobre el derecho a
la autodeterminación informativa, de acuerdo a la evolución que el mismo ha
tenido en la jurisprudencia constitucional.
En su formulación actual –en concreto a partir de la Sentencia de 4-III-2011,
Amp. 934-2007, la cual, a su vez, retomó y desarrolló lo establecido en Senten-
cias de 2-III-2004 y 2-IX-2005, Amp. 118-2002 e Inc. 36-2004, en su orden–, el
derecho a la autodeterminación informativa se considera como una derivación
del valor constitucional de la seguridad jurídica, derecho que tiene por objeto
preservar la información individual que se encuentra contenida en registros
públicos o privados –especialmente la almacenada en soportes informáticos–

903
Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Sentencias Definitivas

frente a su utilización arbitraria, con independencia de si éstos afectan la esfera


íntima de las personas.
En el sentido indicado y frente a las condiciones de la tecnología moderna
de procesamiento de información, la autodeterminación informativa presupo-
ne la capacidad de las personas para decidir y controlar las actividades relacio-
nadas con sus datos personales –individuales y familiares–, ante su posible uso
indiscriminado, arbitrario o sin certeza sobre sus fines y límites.
B. a. Precisamente por los fines de tutela señalados, en el Amp. 934-2007 ya
citado, así como en la Sentencia de 20-X-2014, Amp. 142-2012, se expuso que
en su faceta material el derecho en análisis pretende satisfacer la necesidad de
las personas de preservar su identidad ante la revelación y el uso de datos que
le conciernen, protegiéndolos frente a la ilimitada capacidad de archivarlos,
relacionarlos y transmitirlos que supone el desarrollo actual y futuro inmediato
de la informática. En virtud de dicha faceta o dimensión material, toda persona
adquiere una situación que le permite: (i) definir la intensidad con que desea
que se conozcan y circulen tanto su identidad como otras circunstancias y da-
tos personales; (ii) combatir las inexactitudes o falsedades que las alteren; y
(iii) defenderse de cualquier utilización abusiva, arbitraria, desleal o ilegal que
pretenda hacerse de esos datos.
b. Aunado a lo anterior, la autodeterminación informativa también posee
una faceta instrumental, en la cual el derecho conlleva el control de la infor-
mación personal sistematizada o contenida en bancos de datos informáticos
o ficheros, particularmente a través de medidas estatales –de tipo organizati-
vo-institucional y procedimental– que son indispensables para la protección del
ámbito material del derecho asegurado constitucionalmente; así, la dimensión
instrumental de tal derecho no supone solamente una barrera al legislador de
emanar normas contrarias al mismo (deber de abstención), sino que envuelve
la posibilidad de un control efectivo por medio de procedimientos instituciona-
les y del ejercicio de la potestad sancionadora administrativa en caso de infrac-
ciones al derecho en sentido material.
IV. Corresponde ahora aplicar todos estos conceptos a efecto de analizar el
art. 30 LERESIHCP y dirimir, por un lado, si su contenido conlleva la inobservan-
cia de los subprincipios de idoneidad y necesidad del principio de proporciona-
lidad –art. 246 Cn.–, en relación con el derecho a la propiedad –art. 2 Cn.–; y,
por otro, si la segunda parte de la letra a del art. 30 LERESIHCP viola el principio
ne bis in idem –art. 11 Cn.–.
1. A. Sobre el primer motivo de inconstitucionalidad alegado, es decir el re-
lativo a la falta de idoneidad de los montos mínimos sancionatorios regulados

904
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

en la disposición impugnada, por supuestamente haber sido determinados sin


justificación suficiente sobre la finalidad que les sirve de fundamento, lo que,
según el actor, vulnera el principio de proporcionalidad inherente al derecho
de propiedad –art. 2 Cn.–, es preciso determinar primero si en dicho artículo
existe efectivamente una intervención legislativa que limite el derecho aludido.
En síntesis –retomando lo expresado en la Sentencia de 24-X-2014, Inc. 33-
2012–, una intervención sobre un derecho fundamental es una acción estatal
no contraria a la Constitución, que modifica alguno de los elementos configu-
radores del mismo –pero sin alterar su contenido esencial–, de tal manera que
no permita a sus titulares realizar acciones que se podrían incluir en su ámbito
de protección.
Estos elementos configuradores sobre los que inciden las intervenciones de
tipo normativo se refieren a los sujetos del derecho fundamental –los titulares
o destinatarios–, y a su ámbito de protección material –toda acción u omisión
que pueda incluirse en el área genérica de actividad del derecho o que sea ex-
presión de la personalidad humana a que pertenece el contenido del mismo–.
La constitucionalidad de estas intervenciones sobre derechos fundamentales
dependerá de si el acto normativo estatal es compatible con el objeto de pro-
tección del derecho fundamental y si se encuentra justificado en la Constitu-
ción.
Al respecto, considerando la índole pecuniaria de las sanciones contempla-
das en el art. 30 LERESIHCP y la cuantía de las mismas que pueden establecerse
en atención a los rangos mínimos que se permiten para cada tipo de infracción,
se estima que ciertamente la medida legislativa cuestionada implica una inter-
vención en el ámbito de protección material del derecho a la propiedad, pues
implica la extinción o exacción con carácter coercitivo sobre una parte de los
bienes del sujeto sancionado, de manera que pierde disponibilidad sobre la
porción que está obligado a entregar, disminuyendo así las posibilidades de
ejercicio sobre dicho derecho fundamental.
B.Establecido, pues, que el contraste normativo planteado es susceptible de
ser examinado como una intervención en un derecho fundamental, se determi-
nará la finalidad del legislador con las sanciones reguladas el art. 30 LERESIHCP
–las multas–, a efecto de establecer si éstas se justifican constitucionalmente.
De acuerdo con lo expresamente establecido en los considerandos II, III y
IV de la LERESIHCP, la finalidad de tal normativa es permitir a las personas el
derecho a la protección de sus datos, en específico ante el uso o tratamiento
inadecuado de su información crediticia por parte de empresas que realizan un
manejo automatizado de la misma. En relación con esto, de lo expresado por la

905
Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Sentencias Definitivas

Asamblea Legislativa en su informe se infiere que la finalidad de las sanciones


pecuniarias contenidas en la disposición impugnada es penar a agentes econó-
micos y agencias de información de datos que, con el ánimo de recibir un be-
neficio económico, manejan de forma indebida datos e información crediticia.
En este sentido, puede afirmarse que la finalidad perseguida por el legisla-
dor en el art. 30 LERESIHCP es la tutela del derecho a la autodeterminación in-
formativa mediante la imposición de sanciones a quienes realicen un uso inade-
cuado de datos personales –particularmente crediticios–. Dicho fin es legítimo
y jurídicamente relevante desde el punto de vista constitucional, en tanto que
busca la tutela de un derecho fundamental.
C. Conforme a lo anterior, se enjuiciará la proporcionalidad de la medida
concreta impugnada a partir de su idoneidad, analizando primero la justifica-
ción de la misma en atención a la finalidad mencionada, esto es, si conforme
a la técnica legislativa utilizada los montos mínimos sancionatorios en estudio
tienen justificación razonable según parámetros objetivos aceptables para la
tutela del derecho a la autodeterminación informativa ante prácticas de uso
indebido de información crediticia.
Acerca de lo anterior, esta Sala en Sentencia de 14-XII-2004, Inc. 42-2003, ha
dicho que para que el juicio de proporcionalidad responda a criterios objetivos
requiere de una cuota de razonabilidad, a efecto que la decisión que determine
el legislador sea conforme no solamente a la normativa constitucional, sino a
las necesidades de la realidad. Dicha razonabilidad, se distingue en tres niveles:
(i) el normativo, que sugiere que las normas infraconstitucionales mantengan
coherencia con el contenido de la Constitución; (ii) el técnico, que se refiere a
que debe existir una apropiada adecuación entre los fines postulados por una
ley y los medios que planifica para lograrlos; y (iii) el axiológico, que envuelve la
exigencia de congruencia de los medios escogidos por la norma con los valores
constitucionalmente reconocidos –Cfr., además, Sentencia de 14-XII-2004, Inc.
20-2003–.
Concebido de esta manera, el juicio de razonabilidad constituye la primera
etapa del análisis de la idoneidad de un acto del poder público, en el sentido
de que previo a determinar si una medida cuestionada es adecuada o no para
obtención de una finalidad jurídicamente relevante, previamente debe verifi-
carse su razonabilidad, es decir si la misma se encuentra justificada por parte
del ente que lo realiza o emite de acuerdo con parámetros o criterios objetivos.
Partiendo de esa idea, el test de razonabilidad comporta la exigencia de
exponer los motivos que dieron lugar a la elección de una determinada acción,
justificando las medidas adoptadas, mediante la aportación de razones objeti-

906
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

vas para demostrar que la afectación, limitación o perjuicio de otros derechos


o bienes es plausible –Sentencia de 9-VII-2010, Inc. 35-2009–, por ejemplo, con
la documentación en forma seria y suficiente de los conocimientos empíricos,
estudios técnicos o datos de la realidad –según la naturaleza del asunto que
se trate y las exigencias de la disposición constitucional que sirva de paráme-
tro– que permitan justificar, argumentar o demostrar la razonabilidad de una
medida –Sentencia de 23-X-2007, Inc. 35-2002–.
En el caso específico, sobre la justificación de la medida en cuestión, es de
hacer notar que en su informe la autoridad demandada hizo alusión a que la
severidad de los montos mínimos de las multas que regula el art. 30 LERESI-
HCP encuentra su razón, en primer lugar, en la capacidad económica de los
infractores y, como segundo punto, en la afectación o daño que las conductas
sancionadas causan a la sociedad y a los derechos de los consumidores. Como
se advierte, la Asamblea Legislativa parte de la premisa que todos los agentes
económicos que de alguna manera manejan datos sobre el historial de crédito
de consumidores o clientes, poseen ingresos económicos por tal actividad lo
suficientemente elevados para soportar multas desde las cuantías mínimas de-
terminadas en la LERESIHCP.
Sin embargo, dicha presunción genérica sobre la capacidad económica de
los sujetos infractores a la ley en comento no ha sido sustentada por el Órgano
Legislativo, en tanto que no ha aportado los elementos objetivos necesarios
y pertinentes para justificar el porqué de la determinación de los montos que
constituyen los pisos sancionatorios en cuestión –cien y trescientos un salarios
mínimos mensuales urbanos del sector comercio y servicios para las infraccio-
nes graves y muy graves, respectivamente–, por ejemplo, mediante estudios
verificables sobre la identificación de las personas jurídicas que funcionan en
carácter de agentes de información en ese ámbito, así como la media de ga-
nancias o rentabilidad que cada uno de estos obtiene con la realización de las
conductas sancionadas, entre otros aspectos.
Esto implica, por un lado, que, si la capacidad económica de los infractores
es el parámetro que tomó en cuenta el legislativo, los montos mínimos de las
multas reguladas en la disposición impugnada fueron establecidos de forma ar-
bitraria, es decir sin la justificación objetiva suficiente en relación con la finalidad
que les sirve de fundamento, en inobservancia al principio de razonabilidad; y,
por otro, que la medida en examen no cumple, en consecuencia, con el subprin-
cipio de idoneidad en atención al fin identificado, siendo desproporcionada la
intervención que conlleva en el derecho de propiedad –art. 2 Cn.–.
Así, en tanto que la deficiente razonabilidad de una norma incide en su
proporcionalidad –pues la relación entre una medida y un fin constitucional-

907
Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Sentencias Definitivas

mente relevante tiene como presupuesto lógico que tal fin exista y, asimismo,
que haya una razón que justifique o fundamente la misma–, se concluye que
los montos mínimos sancionatorios que contempla el art. 30 LERESIHCP vulne-
ran efectivamente los arts. 2 y 246 Cn., por lo cual es procedente declarar su
inconstitucionalidad en esta sentencia.
2. En cuanto al segundo motivo de inconstitucionalidad argüido relativo a
la contravención de los montos mínimos sancionatorios contenidos en el art.
30 LERESIHCP al subprincipio de necesidad del principio de proporcionalidad,
por la supuesta exclusión de medios alternativos menos gravosos pero con el
mismo grado de idoneidad, esta Sala estima que al no haber superado la dis-
posición impugnada el test de proporcionalidad en cuanto a su idoneidad, se
vuelve innecesario entrar al análisis de la necesidad de la medida que contiene,
razón por la cual se sobreseerá en este punto de la demanda planteada.
3. A. Por último, se determinará lo relativo a la presunta vulneración al
principio ne bis in idem por la calificación como infracción muy grave a la re-
incidencia en una infracción grave que se establece en la segunda parte de
la letra a del inc. 1° del art. 30 LERESIHCP. Para llevar a cabo lo anterior, se
analizará si la reincidencia que contempla la disposición aludida cumple con la
triple identidad a que se refiere tal principio, como se ha explicado en la parte
considerativa de esta sentencia.
B. Del texto del inc. 1° del art. 30 LERESIHCP resulta claro que se cumple
el supuesto de identidad subjetiva, porque la reincidencia se refiere a la reite-
ración en una infracción grave por parte del mismo sujeto pasivo, quien ya ha
sido previamente sancionado por tales conductas.
Por otra parte, en lo referente a la identidad fáctica, no obstante que la
reincidencia conlleva, en efecto, un hecho nuevo en el tiempo, debe conside-
rarse que éste parte necesariamente de un vínculo o referencia con un hecho
anterior, ya sancionado y cometido por el mismo sujeto infractor; se trata, pues,
de un factum que carece de identidad diferenciada con el hecho reincidente. La
necesidad de este vínculo fáctico se reconoce en la literalidad de la disposición
cuestionada –art. 30 inc. 1° letra a LERESIHCP–, al expresar que la gravedad de
la reincidencia se considera a partir de infracciones pasadas. En este sentido, es
claro que en el caso en estudio se cumple la identidad fáctica.
Acerca de la identidad de fundamento, el problema a dilucidar es si la san-
ción a la conducta reincidente que se establece en la segunda parte de la letra
a del inc. 1° del art. 30 LERESIHCP, es homogénea o no en cuanto a su causa
con respecto a la sanción impuesta por las infracciones graves previamente
cometidas. Por ello, el precepto enjuiciado no incurrirá en la prohibición bis in
idem –a pesar de la identidad subjetiva y fáctica que se ha determinado– si las

908
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

sanciones responden a la protección de bienes jurídicos o intereses públicos


distintos; mientras que, a contrario sensu, será inconstitucional si los bienes
jurídicos o intereses afectados son semejantes o análogos en su fundamento.
En lo que atañe a este aspecto, a partir de lo establecido en los conside-
randos de la LERESIHCP, esta Sala considera que el castigo al comportamiento
reincidente que comprende la disposición impugnada tiene como causa o fun-
damento la tutela del derecho a la autodeterminación informativa por el uso
inadecuado de datos personales –particularmente crediticios–.
En este sentido, lo sostenido en sus correspondientes informes por la Asam-
blea Legislativa y el Fiscal General de la República relativo a que la causa de
la consideración de la reincidencia como infracción muy grave responde al re-
proche al “menosprecio” o “desvalor” que muestra el sujeto pasivo con la re-
iteración de su conducta hacia la finalidad de la norma jurídica infringida es
inaceptable. Esto es así porque los imperativos contenidos en normas punitivas
no pueden referirse al modo de ser de las personas, sino a los resultados de
los hechos lesivos de bienes jurídicos tutelados. Y es que la exigencia de lesión
o puesta en peligro de bienes jurídicos requiere que lo que se incrimine sean
hechos y no meros pensamientos, actitudes o modos de vida –ver Sentencias
de 1-IV-2004 y 23-XII-2010, Incs. 52-2003 y 5-2001, en su orden–.
Se observa, entonces, que sí existe identidad entre el fundamento de las
dos medidas legislativas en análisis, es decir entre las sanciones que dicha ley
regula para las reincidencias como infracciones muy graves y las sanciones que
se imponen por las infracciones consideradas como graves.
C. Por todo lo anterior, se concluye que la calificación como infracción muy
grave a la reincidencia de una infracción grave que contempla la segunda parte
de la letra a del inc. 1° del art. 30 LERESIHCP implica la vulneración al principio
ne bis in idem, establecido en el art. 11 inc. 1° parte final Cn., en tanto que el
incremento de la sanción para tal supuesto parte de la consideración de un
residual efecto acumulativo derivado de una primera sanción aplicada, por lo
cual se declarará su inconstitucionalidad en esta sentencia.
4. Corresponde en este apartado analizar el alcance y efectos de la inconsti-
tucionalidad determinada en los montos mínimos sancionatorios de las multas
que contempla el art. 30 LERESIHCP, al carecer de justificación objetiva sufi-
ciente en relación con la finalidad que les sirve de fundamento.
A. Al respecto, la jurisprudencia constitucional ya ha reconocido reiterada-
mente que las potestades jurisdiccionales de esta Sala la habilitan a modular los
efectos de sus decisiones, a fin de no generar impactos negativos en la realidad
normada o cambios bruscos dentro del ordenamiento jurídico –Sentencias de
13-I-2010 y 5-VI-2012, Incs. 130-2007 y 23-2012, respectivamente–.

909
Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Sentencias Definitivas

Una de las formas que los tribunales constitucionales utilizan para lograr
dicha modulación es el diferimiento de los efectos de sus sentencias; es decir, la
suspensión de los efectos del fallo por un período razonable de tiempo, con el
fin de garantizar la integridad de la Constitución en circunstancias donde no
es posible dejar sin efecto de manera inmediata una disposición infraconstitu-
cional por los efectos perjudiciales que tendría esa decisión. De este modo, la
modulación de los efectos temporales de los fallos, lejos de ser un instrumento
contradictorio, busca consolidar un control constitucional efectivo, pero pru-
dente y responsable.
B. De acuerdo con lo expuesto, esta Sala considera pertinente diferir única-
mente los efectos de la inconstitucionalidad advertida en el art. 30 LERESIHCP,
pues la invalidación inmediata de los pisos sancionatorios para las infracciones
determinadas en dicha ley implicaría la permisión de un margen de discrecio-
nalidad tal para los aplicadores de la norma, que podría llevar a situaciones en
que la comisión de las conductas prohibidas resultaría más beneficioso para los
sujetos infractores que el cumplimiento de las normas infringidas, lo cual, a su
vez, envolvería incumplir la finalidad de tutela del. derecho a la autodetermina-
ción informativa.
En este sentido, con el fin de permitir al legislador corregir en el corto pla-
zo la inconstitucionalidad advertida, los montos mínimos sancionatorios esta-
blecidos en el art. 30 LERESIHCP continuarán vigentes hasta que la Asamblea
Legislativa realice las adecuaciones normativas respectivas en dicha disposición,
estableciendo pisos sancionatorios bajo criterios de razonabilidad y proporcio-
nalidad, las cuales deberán realizarse en el plazo de seis meses a partir de la
notificación de esta sentencia.
Aunado a lo precedente, en aras de la seguridad jurídica, se aclara que
la presente decisión no afectará en modo alguno las sanciones que de forma
previa a la misma hubieren sido impuestas a sujetos infractores por parte del
Tribunal Sancionador de la Defensoría del Consumidor de conformidad con la
competencia que le otorga el art. 6 LERESIHCP.
Con base en las razones expuestas, disposiciones constitucionales citadas y
artículos 10 y 11 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, en nombre de la
República de El Salvador, esta Sala
FALLA:
1. Declárase inconstitucional, de un modo general y obligatorio, el art. 30 de la
Ley de Regulación de los Servicios de Información sobre Historial de Crédito
de las Personas, en tanto que los montos mínimos sancionatorios de las mul-
tas que contempla carecen de justificación objetiva suficiente en relación
con la finalidad que les sirve de fundamento, lo que, en consecuencia, impli-

910
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

ca la vulneración al subprincipio de idoneidad del principio de proporciona-


lidad inherente al derecho de propiedad –arts. 246 y 2 de la Constitución–.
Para permitir al legislador corregir en el corto plazo la inconstitucionalidad
advertida, los montos mínimos sancionatorios establecidos en el art. 30 de la
Ley de Regulación de los Servicios de Información sobre Historial de Crédito
de las Personas continuarán vigentes hasta que la Asamblea Legislativa reali-
ce las adecuaciones normativas respectivas en dicha disposición, establecien-
do pisos sancionatorios bajo criterios de razonabilidad y proporcionalidad,
las cuales deberán realizarse en el plazo de seis meses a partir de la notifica-
ción de esta sentencia.
Aunado a lo precedente, en aras de la seguridad jurídica, la presente de-
cisión no afectará en modo alguno las sanciones que de forma previa a la
misma hubieren sido impuestas a sujetos infractores por parte del Tribunal
Sancionador de la Defensoría del Consumidor de conformidad con la com-
petencia que le otorga el art. 6 de la Ley de Regulación de los Servicios de
Información sobre Historial de Crédito de las Personas.
2. Declárase inconstitucional, de un modo general y obligatorio, la segunda
parte de la letra a del inc. 1° del art. 30 de la Ley de Regulación de los Ser-
vicios de Información sobre Historial de Crédito de las Personas, en tanto
que la calificación como infracción muy grave a la reincidencia de una in-
fracción grave que regula dicha disposición implica la transgresión al princi-
pio ne bis in idem establecido en el art. 11 inc. 1° parte final de la Constitu-
ción, al tratarse de una sanción que posee identidad subjetiva, fáctica y de
fundamento con respecto a sanciones previas impuestas por infracciones
graves conforme a dicha ley.
3. Sobreséese en el presente proceso con respecto a la inconstitucionalidad
del art. 30 de la Ley de Regulación de los Servicios de Información sobre
Historial de Crédito de las Personas, por la vulneración al subprincipio de
necesidad del principio de proporcionalidad –art. 246 de la Constitución–,
en relación con el derecho a la propiedad reconocido en el art. 2 de la Cons-
titución, en tanto que la disposición impugnada no ha superado el test de
idoneidad respectivo.
4. Notifíquese la presente resolución a todos los intervinientes.
5. Publíquese esta sentencia en el Diario Oficial dentro de los quince días si-
guientes a esta fecha, debiendo remitirse copia de la misma al Director de
dicho órgano oficial.
A. PINEDA.---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME.---E. S. BLANCO R.---R. E. GON-
ZALEZ.---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRI-
BEN.---E. SOCORRO C.---SRIA.---RUBRICADAS.

911
Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Sentencias Definitivas

165-2013

SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:


San Salvador, a las catorce horas con veinte minutos del día tres de febrero de
dos mil dieciséis.
Analizada la demanda presentada por el ciudadano Herman Alberto Arene
Guerra, mediante la cual solicita la declaratoria de inconstitucionalidad del De-
creto Municipal n° 1, de 10-IX-2013, publicado en el Diario Oficial n° 177, Tomo
400, de 25-IX-2013, mediante el cual se reformó el art. 7, acápite 4, apartado I,
letra a), sección 8, de la Ordenanza Reguladora de las Tasas por Servicios Mu-
nicipales del Municipio de San Pedro Masahuat, departamento de La Paz, por
la supuesta vulneración de los principios de tributación en forma equitativa y
seguridad jurídica, contemplados en los arts. 131 ord. 6° y 2 de la Constitución
(en adelante, Cn.), respectivamente; acerca de lo cual se efectúan las siguientes
consideraciones:
La disposición impugnada prescribe:
“Art. 7
[…]
4. PERMISOS Y LICENCIAS
I. PERMISOS
a) Para obtener permiso de la Municipalidad en concepto de construccio-
nes [...]:
[...].
8. Para otra clase de construcciones como proyectos de calles, electrifica-
ción y otras obras ejecutadas por empresas con estipulación presupuestaria,
sobre la inversión……………………………………………………..4%”.

Han intervenido en el proceso el demandante, el Concejo Municipal de San


Pedro Masahuat y el Fiscal General de la República.
Analizados los argumentos planteados y considerando:
I. En el trámite del proceso, los intervinientes expusieron lo siguiente:
1. A. El solicitante alegó que se ha quebrantado el principio de tributación
equitativa, en cuya virtud, los tributos no deben inspirarse en fines meramente
recaudatorios, sino que han de tener en cuenta los derechos constitucionales,
por lo cual la potestad tributaria deberá justificarse en la participación que
tenga el Estado en el éxito de la economía privada.
En ese orden –argumentó–, el art. 131 n° 6 Cn. establece el derecho a la tri-
butación en forma equitativa, lo que supone que la estructura, objeto y quan-

912
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

tum de los tributos deben ser equitativos; es decir, han de responder “a un


criterio objetivo y razonable, en coherencia con una justificación razonable y
proporcional, lo que supone la prohibición de tributos irrazonables, lo que se
traduce en que tanto la creación como la aplicación de los tributos debe, por
un lado, soportar la confrontación de la lógica de lo razonable y, por otro lado,
ser resultado de debida proporcionalidad, tanto jurídica como económica”.
En ese sentido –añadió–, las autoridades públicas no pueden establecer
tributos basados únicamente en las supuestas necesidades de las instituciones
respectivas. Y una de las manifestaciones de la relación equitativa con que de-
ben establecerse las tasas municipales es la proporcionalidad, la cual exige que
el monto del gravamen sea proporcional al costo del servicio concernido; y ello
debe reflejarse en que la base imponible parta “de criterios que revelen el cos-
to de prestación del servicio”; y, que haya “objetividad del valor del cobro”, es
decir, proporción “entre el servicio y el valor de la prestación así como entre
dicho valor y el monto de la tasa”.
Sin embargo –señaló–, en el presente caso, la tasa municipal impugnada
es violatoria del derecho en mención porque su quantum no es proporcional
con la contraprestación a cargo de la municipalidad. No existe relación alguna
entre el servicio y el valor de la prestación, pues el costo jurídico de expedir
una licencia de construcción no está determinado ni configurado por el costo o
valor de las obras a construirse.
B. Por otra parte, el demandante alegó que la equidad tributaria se asocia
con la razonabilidad, entendida como test que sirve a los tribunales para enjui-
ciar la coherencia interna de una norma en la estructuración de sus elementos,
o si los motivos o razones que se alegan para justificar la emisión de una dispo-
sición están o no de acuerdo con valores constitucionales.
Sin embargo –aseveró–, se advierte que la estructura del tributo impugna-
do carece de coherencia interna, pues no hay correspondencia entre el hecho
generador del tributo y su base imponible.
Además –consideró–, el tributo en cuestión rompe el esquema constitucio-
nal de las tasas, las cuales se inspiran en el principio de beneficio, por lo que
para establecer su monto se puede ponderar la capacidad económica solo en
la medida en que dependa del beneficio obtenido en virtud del hecho genera-
dor. Entonces, el monto de la tasa no puede establecerse arbitrariamente por
la municipalidad, ni puede cifrarse su base imponible en actividades que no le
competen a la comuna, y que tampoco derivan directamente del hecho gene-
rador de la tasa. Cita en este punto de su pretensión lo resuelto en sentencia
de 7-VI-2013, Inc. 56-2009.

913
Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Sentencias Definitivas

C. Asimismo, el actor expuso que el objeto de control vulnera el derecho


a la seguridad jurídica en su manifestación de “principio de interdicción de la
arbitrariedad estatal y la razonabilidad de los actos públicos”, en cuya virtud
los funcionarios públicos están obligados a respetar los límites que la ley prevé.
a. Indicó que la interdicción de la arbitrariedad estatal implica que se con-
sideren violatorios de la norma constitucional las decisiones que carezcan de
una explicación racional, o de una justificación objetiva y razonable; es decir,
las decisiones estatales no deben ser caprichosas e infundadas. Y en el ámbito
normativo, obliga a que los entes con tales potestades sean coherentes con
la realidad técnica, operativa y económica sobre la cual se aplicará la decisión
estatal.
b. En ese mismo orden –apuntó–, la razonabilidad de la decisión estatal
constituye el estándar valorativo que permite escoger una alternativa, entre
varias, más o menos lesivas de los derechos y principios constitucionales; y exige
que se observe la adecuación o idoneidad frente al caso concreto, la necesidad
o indispensabilidad para el análisis de la situación y el principio de proporcio-
nalidad.
También expuso que la razonabilidad de los actos estatales en el ámbito
normativo exige cumplir tres niveles de razonabilidad: a) el normativo, que
demanda que las normas legales sean coherentes con las constitucionales; b) el
técnico, que supone la adecuación entre los fines postulados por una ley y los
medios que planifica para lograrlos; y, c) el nivel axiológico, que reclama una
cuota básica de justicia intrínseca de las normas.
c. Entonces –aseveró–, la tasa municipal impugnada no supera las exigen-
cias de la no arbitrariedad y razonabilidad de la decisión porque ignora nocio-
nes jurídicas y económicas esenciales, lo que la vuelve irrazonable y arbitraria,
y, por tanto, contraria al derecho de seguridad jurídica.
D. Finalmente, el solicitante se refirió a lo que considera la “desnaturaliza-
ción de la tasa en mención [mayúsculas suprimidas]”, pues estimó que en el
caso de las instituciones públicas se les cobraría por emitir licencias referidas a
actividades de interés general, y no de interés local –que son competencia de
la municipalidad–. Además, las obras realizadas están sujetas a licencias por
parte de otras autoridades, de manera que la licencia implementada por el
precepto impugnado constituye un exceso, pues pretende regular asuntos de
interés general y no local.
2. Respecto de lo anterior, esta Sala, mediante auto de 14-II-2014 resolvió
lo siguiente:

914
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

A. Sobre el alegato referido al quebrantamiento del principio de tributa-


ción equitativa, en relación con el principio de proporcionalidad, se advirtió
que el demandante había alegado dos motivos de inconstitucionalidad.
a. En el primero, la violación se fundamentaba en que el monto del grava-
men no es proporcional al costo del servicio brindado, pues no existe relación
alguna entre el cobro por el servicio y el valor de la prestación.
En cuanto a ello, se indicó que la jurisprudencia de esta Sala ya había de-
terminado –verbigracia, Inc. 56-2009, citada por el propio demandante– que
para establecer el importe de las tasas pueden tornarse en cuenta todos los as-
pectos relativos al servicio o actividad que realiza el Estado y no solo los costos
directos e indirectos que ocasiona la prestación del servicio o la actuación de la
Administración. Pudiendo ponderarse la importancia o necesidad del servicio o
actividad; o, el grado de utilidad que el servicio o actividad presta a la colectivi-
dad o al individuo en quien se singulariza.
De tal forma, se señaló que este tribunal ya había establecido que el hecho
de que el monto de una tasa no se corresponda con el costo que implica la
prestación del servicio en cuestión no altera la naturaleza de dicho tributo. Por
lo que los criterios a tomar en cuenta para fijar el importe de la tasa variarán
dependiendo de la naturaleza de su hecho generador –utilización especial de
dominio público o realización de una actividad administrativa o prestación de
un servicio–, siendo posible calcularlo con base en el beneficio que este pro-
duzca en la esfera jurídica del sujeto pasivo del tributo o bien en el coste del
servicio suministrado.
De manera que los motivos de inconstitucionalidad ya habían sido descar-
tados por este tribunal en el plano puramente objetivo y abstracto; por ende,
argumentalmente no se advertía algún potencial contraste normativo entre el
objeto de control y el parámetro constitucional propuestos que pudiera ser di-
rimido por esta Sala. Consecuentemente, al no haber contraste normativo que
dirimir, se declaró improcedente ese punto de la pretensión planteada.
b. En lo que respecta a la vulneración de los principios de interdicción de la
arbitrariedad estatal y razonabilidad de los actos públicos, como manifestación
del derecho a la seguridad jurídica, se indicó que si bien el actor teorizó sobre
tales principios, no especificó un motivo de inconstitucionalidad reconocible
en el objeto de control, pues únicamente sostuvo que la tasa municipal impug-
nada no supera las exigencias de la no arbitrariedad y razonabilidad de la deci-
sión, porque ignora nociones jurídicas y económicas esenciales, lo que la vuelve
irrazonable y arbitraria, y, por tanto, contraria al derecho de seguridad jurídica.
Ello es tan vago, impreciso y carente de naturaleza normativa que tampoco re-

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Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Sentencias Definitivas

velaba la posibilidad de un contraste preceptivo entre la disposición cuestiona-


da y la propuesta como canon constitucional. Y ante tal circunstancia, también
se declaró improcedente ese punto de la pretensión.
c. Por otra parte, se advirtió que el solicitante expuso la “desnaturaliza-
ción” de la tasa concernida; ello, en tanto que a las instituciones públicas se les
cobraría por emitir licencias referidas a actividades de interés general y, dado
que las obras realizadas están sujetas a licencias por parte de otras autoridades.
Sin embargo, omitió especificar el o los preceptos constitucionales que resultan
vulnerados por las circunstancias relacionadas; de manera que tampoco en este
punto se configuró un contraste normativo que pueda ser enjuiciado por este
tribunal, ya que falta uno de los extremos de este: el parámetro de control. De
tal forma, resultaba imposible examinar la constitucionalidad de este alegato,
por lo que se declaró improcedente.
B. Finalmente, en lo que atañe a la vulneración de la equidad tributaria res-
pecto del principio la razonabilidad, específicamente en cuanto a la coherencia
interna de una norma en la estructuración de sus elementos, esta Sala encontró
satisfactoriamente configurado el contraste normativo, por lo que el análisis
constitucional se circunscribió a determinar si efectivamente se quebranta la
equidad tributaria respecto del principio de razonabilidad, específicamente en
cuanto a la coherencia interna de una norma en la estructuración de sus ele-
mentos, pues no hay correspondencia entre el hecho generador del tributo y
su base imponible; además, porque rompe el esquema constitucional de las
tasas, las cuales deben inspirarse en el principio de beneficio, por lo que para
establecer su monto se puede ponderar la capacidad económica solo en la me-
dida en que dependa del beneficio obtenido en virtud del hecho generador,
mas no con base en actividades que no le competen a la comuna, ni derivan
directamente del hecho generador de la tasa.
3. De conformidad con el art. 7 de la Ley de Procedimientos Constituciona-
les, el Concejo Municipal de San Pedro Masahuat rindió el informe requerido,
en el cual adujo:
A. Que se centraría en defender el principio de equidad tributaria en rela-
ción con el principio de razonabilidad acerca de la coherencia interna del pre-
cepto impugnado, en cuanto a la estructuración de sus elementos.
B. Expuso que la base de la seguridad jurídica es la racionalidad propia del
derecho y de la ley; de manera que permite examinar “si las ‘razones’ de aque-
llas son o no ajustadas a la razón, y no producto de meras apreciaciones sub-
jetivas reactivas a sentimientos, impresiones o gustos personales”. A la vez, la

916
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

razonabilidad puede identificarse con la prudencia, que significa saber lo que


conviene o no conviene hacer.
Entonces –anotó–, “la razonabilidad del Derecho es algo que se vincula más
al sentido común que a sesudos ejercicios intelectuales de personas especial-
mente preparadas e inteligentes”.
C. Ahora bien –añadió–, en el ámbito constitucional, el sentido último pro-
viene de la dignidad de la persona y sus derechos y libertades inherentes y,
aunque la Constitución fue creada para protegerles, estos no se fundamentan
en ninguna ley, convención, ni constitución, por lo cual no pueden ser dero-
gados y su reconocimiento por el derecho positivo no les añade ni resta nada
intrínsecamente.
Sin embargo –apuntó–, cada uno de los citados “derechos y libertades tie-
ne un contenido propio y por ende límites, que permiten identificarlos de los
demás o de otras instituciones o realidades jurídicas”. Pero también requieren
de una labor normativa delimitadora por parte del legislador; aunque, toda
limitación realizada por el legislador, además de requerir expresa autorización
constitucional, debe estar justificada, no pudiendo ser arbitraria.
En ese sentido –agregó–, el control constitucional es una herramienta para
controlar que la configuración normativa de los derechos respete los límites
materiales de estos y la correspondencia entre la actividad normativa y los fines
perseguidos. Correspondencia que implica que el acto normativo provea una
vía idónea para conseguir el fin respectivo; lo cual puede suponer verificar que
haya proporcionalidad entre la medida normativa y el fin perseguido a través
de esta.
Lo anterior -aseveró-, “ha pasado a transformarse en un auténtico principio
constitucional: el principio de razonamiento (como se le conoce en el mundo
anglosajón) o de proporcionalidad (como se le conoce en Alemania y en gene-
ral en Europa continental)”. De manera que el control de constitucionalidad
incluye un juicio de razonabilidad.
Seguidamente, la autoridad reseñó algunas evoluciones jurisprudenciales
del control constitucional acaecidas en el sistema anglosajón.
D. Luego, el aludido Concejo Municipal relacionó lo alegado en la demanda
del proceso de Inc. 56-2009.
E. Por último, la mencionada autoridad transcribió el texto de los arts. 231
ord. 6° y 204 Cn. Asimismo, mencionó que el art. 4 ord. 27° del Código Muni-
cipal faculta a los municipios para “La autorización y fiscalización de parcela-
ciones, lotificaciones, urbanizaciones y demás obras particulares, cuando en el
municipio exista el instrumento de planificación y la capacidad técnica instala-

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Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Sentencias Definitivas

da para tal fin. De no existir estos instrumentos deberá hacerlo en coordinación


con el Viceministerio de Vivienda y Desarrollo Urbano y de conformidad con la
ley de la materia”.
A partir de lo anterior, aseveró que las municipalidades “son la máxima au-
toridad para emitir autorizaciones y fiscalización de proyectos de construcción
siempre y cuando se cumpla con dos extremos: que el municipio cuente con un
instrumento de planificación, con el cual contamos y se denomina Plan de De-
sarrollo Territorial Región La Paz”. Documento que ofreció como prueba, junto
con el “Mapa Normativo de los Usos Funciones y Equipamiento de la ciudad
Aeroportuaria”. El segundo requisito es “la capacidad Técnica Instalada para
tal fin, esto lo cumplimos a través de la Oficina de Planificación y Gestión del
Territorio [...], en conjunto con la Ordenanza para el Desarrollo, Ordenamien-
to y Gestión del Territorio del Municipio de San Luis Talpa, además agrego el
convenio de Cooperación Técnica para la implementación del estudio de plan
de Desarrollo Territorial [...] con este convenio el viceministerio de vivienda y
desarrollo urbano reconoció la autonomía de la región en materia de licencias
o permisos de construcción, por estos motivos nos asiste la razón ya que la
municipalidad de San Luis Talpa presta a todos sus administrados el servicio
administrativo de permiso de construcción”.
4. El Fiscal General de la República rindió la opinión que establece el art. 8
de la Ley de Procedimientos Constitucionales, en la que expresó:
A. Que los municipios cuentan con autonomía económica, que se suma a
su autonomía técnica y administrativa, contemplada en el art. 203 Cn.; es decir,
los municipios pueden decidir libremente su funcionamiento, la contratación
de empleados, la elaboración de planes de desarrollo y el uso de sus recursos
económicos.
Además -señaló-, en virtud del art. 204 Cn. pueden: crear, modificar y su-
primir tasas y contribuciones especiales; decretar su presupuesto de ingresos
y egresos; gestionar libremente en las materias de su competencia; nombrar y
remover a los funcionarios y empleados de sus dependencias; decretar las orde-
nanzas y reglamentos locales; elaborar sus tarifas de impuestos y las reformas a
las mismas, para proponerlas como ley a la Asamblea Legislativa.
Entonces –expuso–, el art. 204 Cn. habilita a los municipios para establecer
tasas y contribuciones especiales; mas no para crear impuestos municipales,
pues, de conformidad con el art. 131 ord. 6° Cn., tal atribución está sujeta a
reserva legal.
B. A continuación se refirió al “Derecho a la tributación en forma equitati-
va”, contemplado en el art. 131 ord. 6° Cn., que establece límites materiales al

918
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

órgano emisor de las leyes. Así, deben orientarse a la satisfacción de necesida-


des y fines estatales y al deber general de los individuos de contribuir al soste-
nimiento de tas funciones estatales, pero sin sobrepasar los límites del deber
ciudadano de contribución.
C. Luego, el Fiscal General adujo que los Concejos Municipales están inelu-
diblemente vinculados al principio de proporcionalidad, en el sentido de que su
injerencia en la situación jurídica de los particulares está limitada atendiendo a
su competencia y al respeto de los derechos concedidos a aquellos.
En sentido –aseveró–, al examinar los fundamentos del precepto impugna-
do, “no se encuentran antecedentes o parámetros de razonabilidad en la carga
tributaria”. Y la falta de proporcionalidad en los elementos objetivos de la tasa
evidencia la plena afectación patrimonial y el derecho a la liberta económica,
respecto de la capacidad contributiva del usuario.
Y es que –añadió–, la contraprestación de las licencias otorgadas por los
concejos municipales está íntimamente relacionada con el beneficio obtenido
por el sujeto pasivo, y en ese orden citó lo resuelto por esta sala en la Inc. 56-
2009, en cuanto al esquema constitucional de las tasas, las cuales se inspiran en
el principio de beneficio, y para establecer su monto se puede ponderar la ca-
pacidad económica únicamente en la medida en que dicha capacidad dependa
del beneficio obtenido en virtud del hecho generador.
D. Seguidamente, se refirió al principio de capacidad contributiva, que sir-
ve a un doble propósito: como presupuesto legitimador de la distribución del
gasto público y como límite material del ejercicio de la potestad tributaria. Se
determina en la cuantía de los pagos públicos, tomando en cuenta los niveles
mínimos de renta que los sujetos han de disponer para su subsistencia y el valor
de las rentas sometidas a imposición.
Entonces –apuntó–, la estructura de los tributos debe ser equitativa, res-
pondiendo a un criterio objetivo y razonable en relación con la capacidad eco-
nómica y tributaria del sujeto pasivo y el beneficio obtenido en concreto. Por
ello, la equidad se concretiza en el principio de capacidad contributiva; y está
vinculado al principio de proporcionalidad, y a establecer tasas o tarifas progre-
sivas que graven a los contribuyentes en relación con su capacidad económica y
al costo de las demás cargas fiscales. Es decir, afectar una parte de los ingresos
obtenidos y la contraprestación o beneficio que se obtiene en el caso de las
tasas.
Entonces –sostuvo–, los entes con capacidad normativa para crear tasas no
están obligados a tomar en cuenta la capacidad económica, pues tales tributos
se imponen cuando existe un beneficio a favor del contribuyente; por lo que el

919
Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Sentencias Definitivas

monto para fijar la tasa debe ser proporcional al costo del servicio o beneficio,
ya que cuando la tasa excede la cuantía de los costos, técnicamente sería un
impuesto.
De tal forma –arguyó–, para determinar el monto de una tasa se puede
tomar en cuenta la capacidad económica solamente en la medida que dependa
del beneficio en virtud del hecho generador. El quantum de la tasa se estructu-
ra con base en el costo de la actividad que realiza el ente municipal y la utilidad
que reciben los usuarios del servicio prestado.
Sin embargo –expuso–, el Concejo Municipal concernido no se ajustó a los
criterios de capacidad económica y proporcionalidad, pues la autorización o
licencia de funcionamiento discrepa de la cuantía a erogar, excediendo el servi-
cio prestado al contribuyente, por ende, no es razonable ni proporcional.
Y es que –indicó--, la equidad tributaria está íntimamente ligada al princi-
pio de razonabilidad, y es un criterio para ponderar la distribución de las cargas
y de los beneficios o la imposición de gravámenes entre los contribuyentes,
para evitar cargas o beneficios excesivos. Siendo excesivo un gravamen cuando
no es congruente con la capacidad económica de los sujetos pasivos en relación
con los fines y la naturaleza del tributo a aplicar.
De tal forma –aseveró–, el municipio debe procurar “que la política social
y económica coexista con las distintas actividades de empresa y el equilibrio en
la satisfacción de las necesidades particulares de los empresarios y sectores so-
ciales, por ello, los motivos de la reforma deben ser coherentes con el beneficio
que se pretende desarrollar; la ausencia de razones convincentes de los bene-
ficios que se generan producto de la nueva tarifa, desnaturaliza su contenido
para convertirse en un verdadero tributo confiscatorio”, por lo que la munici-
palidad ha controvertido los principios aludidos.
II. Reseñados los motivos de inconstitucionalidad argumentados por el de-
mandante, las razones aducidas por el Concejo Municipal de San Pedro Ma-
sahuat para justificar la constitucionalidad de la disposición por él emitida y
la opinión del Fiscal General de la República, se señalará el orden en que será
expuesta la fundamentación de la decisión de fondo a emitir.
Como ya se apuntó, en el presente proceso se dirimirá la supuesta infracción
del principio de equidad tributaria (art. 131 ord. 6° Cn.), respecto del principio
de razonabilidad, específicamente en cuanto a la coherencia interna de una nor-
ma en la estructuración de sus elementos, pues no hay correspondencia entre el
hecho generador del tributo y su base imponible; además, porque rompe el es-
quema constitucional de las tasas, las cuales deben inspirarse en el principio de
beneficio, por lo que para establecer su monto se puede ponderar la capacidad

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Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

económica solo en la medida en que dependa del beneficio obtenido en virtud


del hecho generador, mas no con base en actividades que no le competen a la
comuna, ni derivan directamente del hecho generador de la tasa.
Para esclarecer lo anterior (III) se efectuarán algunas consideraciones res-
pecto del principio de equidad tributaria, en relación con el principio de razo-
nabilidad; seguidamente, (IV) se aludirá a los tributos en general; luego (V), se
procederá a puntualizar las diferencias existentes entre estos; para después (VI)
referir de manera particular las características de las tasas y los principios que
las inspiran. Así, con base en tales consideraciones (VII) se analizará el conteni-
do normativo del objeto de control, a fin de establecer si, en los términos en
que se admitió la pretensión, la disposición impugnada infringe el principio de
equidad tributaria (art. 131 ord. 6° Cn.), en su vertiente de no confiscación, y
desde el estricto punto de vista de la proporcionalidad.
III. En cuanto a la equidad tributaria, la jurisprudencia de esta Sala ha sos-
tenido –verbigracia, en sentencia de 9-VII-2010, Inc. 35-2009– que tal precepto
se vincula con otros principios tales como la razonabilidad, la proporcionalidad
y la no confiscación.
Así –se ha indicado en la jurisprudencia precitada–, la equidad tributaria
se asocia con la “razonabilidad”, entendida como test que sirve a los tribunales
para enjuiciar: (i) violaciones a la igualdad, y ponderar con ello el carácter obje-
tivo y fundamentado del criterio de diferenciación; (ii) la coherencia interna de
una norma en la estructuración de sus elementos; o (iii) si los motivos o razones
que se alegan para justificar la emisión de una disposición están o no de acuer-
do con los valores constitucionales.
En su última manifestación, la razonabilidad que se requiere en el control
abstracto de constitucionalidad comporta la exigencia de exponer los motivos
que dieron lugar a la elección de una determinada acción, justificando las me-
didas adoptadas.
Partiendo de esa idea, el principio de razonabilidad –como manifestación
de la equidad– obliga a buscar un equilibrio entre exigencias inicial o aparen-
temente contrapuestas, mediante la aportación de razones objetivas para de-
mostrar que la afectación, limitación o perjuicio de otros bienes es plausible,
por la importancia que tiene el cumplimiento del bien o interés enfrentado.
Es necesario resaltar que ese equilibrio es el resultado de sopesar razones o
argumentos que justifican una determinada relación de prioridad o una prece-
dencia condicionada entre los intereses o bienes estimados.
Esto significa que, para verificar el cumplimiento del principio de razonabi-
lidad, hay que recurrir a la ponderación de los elementos de la relación que se

921
Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Sentencias Definitivas

pretende equilibrar, según la estructura de la disposición constitucional que se


alega como parámetro.
Esta referencia a la ponderación, como forma de determinar si se ha cum-
plido con el principio de razonabilidad, confirma que se trata de sopesar razo-
nes o argumentos y que estos, a su vez, derivan en buena medida de la incorpo-
ración al debate parlamentario de datos de la realidad, circunstancias de hecho
o información empírica que la norma constitucional exige expresamente.
IV. Esta Sala ha sostenido reiteradamente –verbigracia, en sentencias de
16-I-2013, Inc. 81-2007 y 17-IV-2013, Inc. 1-2008– que los tributos se clasifican
en impuestos, tasas y contribuciones especiales. Esta clasificación –compartida
por la doctrina– ha tenido recepción tanto a nivel constitucional como legal –
arts. 131 ord. 6° Cn. y 12 del Código Tributario, respectivamente–.
1. En relación con lo anterior, en las citadas Incs. 81-2007 y 1-2008, se indicó
que el impuesto es el tributo cuyo hecho imponible es definido sin referencia
alguna a servicios o actividades de la Administración. Por ende, el impuesto es
el tributo por antonomasia: se paga porque se ha realizado un hecho indicativo
de capacidad económica, sin que la obligación tributaria se conecte causalmen-
te con actividad administrativa alguna.
Por tal razón, se le ha calificado como un tributo no vinculado, ya que no
existe conexión del obligado con actividad estatal alguna que se singularice a
su respecto o que lo beneficie, pues –se insiste– el hecho imponible consiste en
una situación que, según la valoración del legislador, tiene idoneidad abstracta
como índice o indicio de capacidad contributiva.
2. La tasa, por su parte, es el tributo cuyo hecho imponible consiste en la
prestación de un servicio o la realización de una actividad por parte del Estado,
que afecta o beneficia de modo particular al sujeto pasivo. Desde tal perspec-
tiva, las tasas muestran las siguientes características: (i) su hecho imponible lo
conforma un servicio o actividad que realiza el Estado y que está vinculado con
el sujeto obligado al pago; (ii) se trata de un servicio o actividad divisible, lo
que posibilita su particularización; y (iii) la actividad o servicio es inherente a
la soberanía estatal, es decir que nadie más que el Estado está facultado para
`realizarla (sentencia de 16-I-2013, Inc. 81-2007).
3. Finalmente, la contribución especial es el tributo cuyo hecho imponible
consiste en la obtención de un beneficio por parte de los sujetos pasivos, como
consecuencia de la realización de obras o actividades especiales del Estado,
encaminadas a la satisfacción de intereses generales. Respecto de este tributo
resulta irrelevante que el sujeto pasivo obtenga o no, en el caso concreto, el be-
neficio previsto, pues basta que la obra o actividad pública de que se trate sea
idónea para producir dicho beneficio –sentencia de 17-IV-2013, Inc. 1-2008–.

922
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

V. Habiendo referido las características de cada clase de tributo, se consig-


narán sus diferencias: desde el punto de vista de su hecho imponible (1) y del
principio de capacidad económica (2).
1. El impuesto se diferencia de las tasas y las contribuciones especiales en que
el hecho imponible del primero es una situación que revela capacidad econó-
mica, referida exclusivamente al obligado, sin relación alguna con la actividad
del Estado; por el contrario, el hecho imponible de las tasas y contribuciones
especiales es una situación que necesariamente se relaciona con la realización
de una actividad del Estado.
Asimismo, las tasas se diferencian de las contribuciones especiales en que,
si bien en el hecho imponible de ambas está presente un servicio o actividad
administrativa, en las primeras, dicha actividad está motivada por el particular
y pretende la solución de necesidades individuales; en cambio, en las segundas,
el Estado actúa principalmente para la satisfacción de los intereses generales
–aunque también genere un beneficio especial a determinadas personas–
2. En cuanto al principio de capacidad económica, entendido como la ap-
titud económico-social de una persona para contribuir al sostenimiento de los
gastos del Estado, es una exigencia predicable de todo el ordenamiento tri-
butario. Sin embargo, no está presente de la misma forma ni con la misma
intensidad en los distintos tipos de tributos (sentencia de 14-I-1993, Inc. 23-99).
En el caso de los impuestos, este principio despliega toda su eficacia, pues
su hecho imponible se define únicamente a partir de la capacidad económica
del contribuyente. En cuanto a las contribuciones especiales, tiene aplicación
únicamente en los supuestos en que la obra o actividad estatal aumenta el va-
lor de los bienes del sujeto pasivo. Finalmente, en el caso de las tasas, no existe,
en principio, obligación para el ente que las crea de tomar en cuenta la capaci-
dad económica del contribuyente, aunque puede hacerlo voluntariamente o si
la ley se lo exige.
VI. Ahora bien, específicamente en cuanto a las tasas, es oportuno apuntar
lo siguiente:
1. En la precitada Inc. 81-2007 se estableció que la tasa es el tributo cuyo
hecho generador está integrado por una actividad o servicio divisible del Es-
tado o Municipio, hallándose esa actividad relacionada directamente con el
contribuyente. A partir de tal conceptualización se aludieron las siguientes ca-
racterísticas de las tasas:
A. Se estableció que se trata de una prestación que el Estado exige en ejerci-
cio de su poder de imperio. Así, el pago de las tasas se vincula con la soberanía
del Estado, de manera que han de ser sufragadas obligatoria e igualitariamen-

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Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Sentencias Definitivas

te por los sujetos pasivos de dicho tributo. Son –como todos los tributos– coer-
citivas, su pago se exige con prescindencia de la voluntad del sujeto obligado;
pues, en efecto, el vínculo entre el Estado y el contribuyente no deviene de una
relación contractual.
B. También se indicó que la tasa debe ser creada por ley. Ello, en el sentido
de que ha de ser establecida mediante el instrumento normativo de carácter
general y abstracto habilitado para tal efecto por la Constitución.
En efecto, según el art. 204 ord. 1° Cn., los municipios pueden establecer
tasas a través de ordenanzas municipales –exigibles únicamente a nivel local–.
Sin embargo, cuando se trate de tasas de alcance nacional, estas deben ser
instituidas mediante ley en sentido formal, es decir, emitida por la Asamblea
Legislativa.
C. Se ha especificado también que la citada actividad puede consistir en
la utilización especial del dominio público, la prestación de un servicio público
o la realización de una actividad que beneficie de manera particular al sujeto
concernido.
En ese sentido, en las tasas –a diferencia de los impuestos–, el hecho ge-
nerador corresponde a la Administración y no al contribuyente, por lo que, se
reitera, acaece ante el efectivo cumplimiento de la actividad estatal relacionada.
De tal forma, la mera potencialidad de la actuación administrativa no supone el
surgimiento del hecho generador, que tiene lugar únicamente cuando se brin-
da la referida actuación estatal.
D. Se indicó además en la sentencia precitada, que la actividad concernida
debe ser divisible, a fin de propiciar su particularización.
Asimismo, esta Sala sostuvo que no es posible exigir el pago de tasas por
la prestación de servicios o realización de actividades que no sean susceptibles
de ser individualizadas sobre sujetos determinados. De ahí que, cuando el be-
neficiado es el conjunto social o una parte del mismo, la financiación de los ser-
vicios públicos de que se trate deberá hacerse vía impuestos o contribuciones
especiales.
E. Por último, se ha establecido que la actuación pública relacionada debe
ser inherente a la soberanía estatal; es decir, ha de tratarse de actividades que
el Estado no puede dejar de prestar porque nadie más que él está facultado
para desarrollarlas.
De esta forma, si la actuación estatal respectiva también es brindada por
un particular, la prestación económica exigida perdería el carácter de tasa, y
constituiría un mero precio público, al que no le serían aplicables las caracterís-
ticas de aquella –sentencia de 13-VIII-2002, Inc. 25-99–.

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Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

F. Ahora bien, en relación con lo anterior, cabe resaltar que esta Sala ha
sostenido que las características esenciales de la tasa son, por un lado, que el
hecho generador supone un servicio vinculado con el obligado al pago; por
otro lado, que dicho servicio constituye una actividad estatal inherente a la
soberanía. Es decir, debe haber una contraprestación realizada por el Estado o
el Municipio que se particulariza en el contribuyente, y que dicha contrapresta-
ción no puede ser efectuada por un ente privado.
2. A. Referidas las características esenciales de las tasas, corresponde esta-
blecer el principio que las rige.
Esta Sala ha indicado reiteradamente –verbigracia, en sentencia de 10-X-
2012, Inc. 15-2012–, que las tasas se rigen por el principio de beneficio, en el
sentido de que, si bien son coercitivas –pues su pago no depende de la volun-
tad del contribuyente–, su configuración, es decir, su hecho imponible, inde-
fectiblemente incluye una actividad estatal que favorece de manera particular
al sujeto pasivo de la tasa, un beneficio específico para el obligado al pago.
Beneficio que puede ser de naturaleza jurídica o mixta –en tanto incluya otros
elementos, por ejemplo, de índole económica–, según sea la actividad estatal
concernida.
De manera que en las tasas no se exige el principio de capacidad económica
–como sí ocurre con los impuestos–, pero ello no supone que, en algunos su-
puestos concretos que lo permitan, no pueda tomarse en consideración dicho
principio, no como hecho generador, pero sí como un elemento para establecer
el monto de la tasa, cuando la actividad estatal que le da origen puede tradu-
cirse en un aprovechamiento económico (sentencia de 17-IV-2008, Inc. 1-2008).
B. En ese sentido, esta Sala ya ha establecido –sentencia de 14-XII-2012, Inc.
43-2006– que “para la determinación del importe de las tasas pueden tomar-
se en cuenta todos los aspectos relativos al servicio o actividad que realiza el
Estado y no solo los costos directos e indirectos que ocasiona la prestación del
servicio o la actuación de la Administración. Pudiendo ponderarse entonces la
importancia o necesidad del servicio o actividad; o, el grado de utilidad que el
servicio o actividad presta a la colectividad o al individuo en quien se singula-
riza”.
Así –se añadió en la sentencia precitada–, el hecho de que el monto de una
tasa no se corresponda con el costo que implica la prestación del servicio en
cuestión no altera la naturaleza de dicho tributo al punto de equipararla con
un impuesto.
De tal forma, los criterios a tomar en cuenta para fijar el importe de la
tasa variarán dependiendo de la naturaleza de su hecho generador –utilización

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Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Sentencias Definitivas

especial de dominio público o realización de una actividad administrativa o


prestación de un servicio–, siendo posible calcularlo con base en el beneficio
que este produzca en la esfera jurídica del sujeto pasivo del tributo o bien en el
coste del servicio suministrado.
C. Asimismo, esta Sala ya ha indicado que puede tomarse en cuenta la ca-
pacidad económica como un elemento –mas no el único– para cuantificar el
monto de una tasa, pero siempre que esa capacidad económica esté directa-
mente relacionada con el beneficio producido por la actividad que supone el
hecho generador de la tasa –sentencia de 7-VI-2013, Inc. 56-2009–.
De tal manera, la jurisprudencia de este tribunal ya estableció que el prin-
cipio determinante en las tasas sigue siendo el de beneficio, en cuya virtud po-
drían incluirse, de manera colateral, la capacidad económica, pero en la medida
en que se incardine dentro del primero.
Entonces, si el beneficio provocado por la concurrencia del hecho genera-
dor de la tasa implica un aprovechamiento económico, podrá incluirse la capa-
cidad económica en el cálculo del monto del tributo, pero solo en la porción
que dependa del beneficio obtenido por el hecho generador.
VII. Corresponde ahora analizar el contenido normativo de la disposición
impugnada, a fin de dirimir si el art. 7, acápite 4, apartado I, letra a), sección
8, de la Ordenanza Reguladora de las Tasas por Servicios Municipales del Mu-
nicipio de San Pedro Masahuat, infringe el principio de equidad tributaria (art.
131 ord. 6° Cn.), respecto del principio de razonabilidad, en cuanto a la cohe-
rencia interna de una norma en la estructuración de sus elementos, pues no
hay correspondencia entre el hecho generador del tributo y su base imponible;
además, porque rompe el esquema constitucional de las tasas, las cuales deben
inspirarse en el principio de beneficio.
1. Así, el precepto municipal analizado establece que para obtener permiso
municipal de construcciones como proyectos de calles, electrificación y otras
obras ejecutadas por empresas con estipulación presupuestaria, pagarán un
4% sobre la inversión.
A. En ese sentido, el hecho generador del tributo es la expedición del per-
miso de construcciones como proyectos de calles, electrificación y otras obras
ejecutadas por empresas con estipulación presupuestaria; la cual, efectivamen-
te, puede constituir un servicio jurídico prestado por parte de la municipalidad.
B. Asimismo, la base imponible del tributo es el valor de la inversión o costo
de la obra a construir, actividad que será realizada a cargo de los sujetos pasi-
vos de la tasa y en la cual no tiene intervención alguna la municipalidad.
C. Por último, el quantum se conforma por el 4% del costo de la construcción.

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Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

D. En ese sentido, se advierte que no existe relación directa entre el hecho


generador, es decir, el servicio jurídico de expedir el permiso de construcciones
como proyectos de calles, electrificación y otras obras ejecutadas por empresas
con estipulación presupuestaria, y la base imponible del tributo, constituida por
la inversión de la obra cuya construcción se autoriza.
2. Acotado lo anterior, debe establecerse si el precepto legal en comento
vulnera o no el principio de equidad tributaria (art. 131 ord. 6° Cn.), desde el
estricto punto de vista de la razonabilidad y la no confiscación; para lo cual se
retomarán los argumentos de los intervinientes según en el orden en que fue-
ron consignados en el considerando I de esta sentencia.
A. a. En lo pertinente, el solicitante argumentó se había quebrantado la
equidad tributaria respecto del principio la razonabilidad, específicamente en
cuanto a la coherencia interna de una norma en la estructuración de sus ele-
mentos, pues no hay correspondencia entre el hecho generador del tributo y
su base imponible; además, porque rompe el esquema constitucional de las
tasas, las cuales deben inspirarse en el principio de beneficio, por lo que para
establecer su monto se puede ponderar la capacidad económica solo en la me-
dida en que dependa del beneficio obtenido en virtud del hecho generador,
mas no con base en actividades que no le competen a la comuna, ni derivan
directamente del hecho generador de la tasa.
b. En cuanto a este alegato, esta Sala ya ha admitido que puede tomar-
se en cuenta la capacidad económica como un elemento para cuantificar el
monto de una tasa, pero cuando esa capacidad económica esté directamente
relacionada con el beneficio producido por la actividad que supone el hecho ge-
nerador de la tasa; pues el principio determinante en las tasas es el de beneficio
(acápite V.2 de esta sentencia).
Entonces, si el beneficio provocado por la concurrencia del hecho genera-
dor de la tasa implica un aprovechamiento económico, podrá incluirse la capa-
cidad económica en el cálculo del monto del tributo, pero solo en la porción
que dependa del beneficio obtenido por el hecho generador, pues el monto de
las tasas no puede establecerse con independencia del hecho generador, por lo
que la base imponible en una tasa debe guardar relación con la actividad que le
da origen al tributo.
De tal manera, le asiste razón al peticionario al considerar que el quantum
de la tasa debe guardar coherencia con el hecho generador.
B. a. Por su parte, el Concejo Municipal de San Pedro Masahuat adujo que
se centraría en defender el principio de equidad tributaria en relación con el
principio de razonabilidad acerca de la coherencia interna del precepto impug-

927
Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Sentencias Definitivas

nado, en cuanto a la estructuración de sus elementos, pero aludió la raciona-


lidad como un elemento del derecho que permite examinar si los motivos de
las leyes “son o no ajustadas a la razón, y no producto de meras apreciaciones
subjetivas reactivas a sentimientos, impresiones o gustos personales”; además,
se refirió a la racionalidad entendida como con la prudencia o lo que conviene
o no conviene hacer.
Así, se advierte que lo argüido por el citado concejo no guarda relación con
la acepción del principio de razonabilidad que fue sujeto al escrutinio de esta
Sala; por tanto, dichos argumentos no son idóneos para desvirtuar la inconsti-
tucionalidad alegada.
b. Por otra parte, la aludida autoridad relacionó los arts. 231 ord. 6° y 204
Cn., y 4 ord. 27° del Código Municipal, en virtud de los cuales, aseveró, los mu-
nicipios están habilitados para autorizar y fiscalizar las obras de construcción de
bienes inmuebles, bastando con que cuenten con el instrumento de planifica-
ción y la capacidad técnica instalada para tal fin. Y en el caso particular se tiene
el “Plan de Desarrollo Territorial Región La Paz”.
Ahora bien, es de señalar que en este proceso no se ha controvertido la
facultad municipal para otorgar licencias de construcción en inmuebles; por el
contrario, se parte de la idea de que conceder una licencia para tales fines es
una atribución de las comunas. Así, lo rebatido es la falta de coherencia interna
de la norma impugnada pues no hay relación entre el hecho generador de la
tasa y la base imponible establecida.
De tal forma, lo alegado por el aludido concejo tampoco es idóneo para
sustentar la constitucionalidad del tributo impugnado.
C. El Fiscal General de la República, en lo que interesa para el punto en
análisis, refirió que para determinar el monto de una tasa se puede tomar en
cuenta la capacidad económica solamente en la medida que dependa del be-
neficio obtenido en virtud del hecho generador y que el quantum de la tasa se
estructura con base en el costo del la actividad que realiza el ente municipal y
la utilidad que reciben los usuarios del servicio prestado. Condiciones que no
se había observado al establecer el tributo impugnado, por lo que este tenía el
carácter de confiscatorio, y la municipalidad ha controvertido los principios de
equidad tributaria y razonabilidad.
b. En ese orden, advierte este tribunal que la precitada autoridad, pese
a mencionar los principios cuyo quebrantamiento se alega, y a mencionar la
estructura de las tasas, no se pronunció claramente sobre el contraste norma-
tivo examinado, acotado específicamente a la coherencia interna de la norma,
en tanto que el hecho generador no guarda relación con la base imponible

928
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

del tributo; pero sí afirmó que se han quebrantado los principios de equidad
tributaria y de razonabilidad. De manera que tampoco el Fiscal General de la
República expuso algún argumento a favor de la constitucionalidad del precep-
to impugnado.
3. Reseñado lo anterior, corresponde dirimir si efectivamente el tributo im-
pugnado quebranta el principio de equidad tributaria (art. 131 ord. 6° Cn.),
A. En ese sentido, como se consignó en el considerando III de esta senten-
cia, en los términos de la jurisprudencia de esta Sala, la equidad tributaria se
asocia con la razonabilidad, entendida como test que sirve a los tribunales para
enjuiciar –entre otros puntos– la coherencia interna de una norma en la estruc-
turación de sus elementos.
En relación con estos elementos, se advierte que la estructura del tributo
impugnado carece de coherencia interna, puesto que no hay correspondencia
entre el hecho generador del tributo y su base imponible; ya que, si bien el
hecho generador está compuesto por una actividad ejecutada por la munici-
palidad –la expedición del permiso de construcción–, se ha tomado como base
imponible para calcular el monto del tributo un elemento completamente aje-
no a la municipalidad –el valor de la inversión de la obra a construir por parte
del sujeto pasivo de la tasa–, elemento que está vinculado únicamente con la
capacidad económica del contribuyente.
B. Tal circunstancia, asimismo, rompe el esquema constitucional de las ta-
sas, las cuales, se ha insistido a lo largo de esta sentencia, se inspiran en el
principio de beneficio, y para establecer su monto se puede ponderar la capa-
cidad económica únicamente en la medida en que dicha capacidad dependa del
beneficio obtenido en virtud del hecho generador. Sin que para ello se hayan
aportado argumentos que justifiquen la estructura anómala de la tasa en men-
ción en relación con su base imponible.
Consecuentemente, el tributo en cuestión infringe el principio de equidad
tributaria, pues no ha superado el test de razonabilidad, puesto que la estruc-
turación de sus elementos carece de coherencia interna. Debiendo, entonces,
declararse inconstitucional.
Por tanto, con base en las razones expuestas, disposiciones y jurisprudencia
constitucional citadas y arts. 131 ord. 6° de la Constitución y 9, 10 y 11 de la Ley
de Procedimientos Constitucionales, en nombre de la República de El Salvador,
esta Sala
FALLA:
1. Declárase inconstitucional, de un modo general y obligatorio, el art. 7,
acápite 4, apartado I, letra a), sección 8, de la Ordenanza Reguladora de

929
Inconstitucionalidades - Iniciados por demanda / Sentencias Definitivas

las Tasas por Servicios Municipales del Municipio de San Pedro Masahuat,
departamento de La Paz, emitido por Decreto Municipal n° 1, de 10-IX-
2013, publicado en el Diario Oficial n° 177, Tomo 400, de 25-IX-2013, por
vulnerar el art. 131 ord. 6° de la Constitución, en relación con principio de
equidad tributaria.
2. Notifíquese la presente resolución a los intervinientes.
4. Publíquese esta sentencia en el Diario Oficial dentro de los quince días si-
guientes a esta fecha, debiendo remitirse copia de la misma al Director de
dicho ente estatal.
A. PINEDA.---F. MELENDEZ.---J. B. JAIME.---R. E. GONZALEZ.---PRONUNCIA-
DO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---E. SOCORRO C.---
SRIA.---RUBRICADAS.

930
Índice por descriptores
Amparos

Improcedencias
ABSTENCIONES
762-2013 Pág. 184
Procedente cuando existan circunstancias que puedan
poner en duda imparcialidad de Magistrados.

Únicamente Magistrados suplentes de la Sala de lo Cons-


titucional están legitimados para integrar Tribunal Constitu-
cional.

ACTO DE NOTIFICACIÓN
41-2016 Pág. 301
Debe señalarse un lugar para oír notificaciones o un nú-
mero de fax, y no un número telefónico, a efecto de dejar
constancia de la realización de los actos procesales de co-
municación.

AGOTAMIENTO DE RECURSOS
624-2014 Pág. 157
Exige que parte actora haga uso efectivo y diligente del
medio impugnativo en contra del acto reclamado.

AMPARO CONTRA LEYES AUTOAPLICATIVAS


187-2015 Pág. 93
Ausencia de agravio cuando el hecho generador del tri-
buto no encaja con la actividad desarrollada por la parte
actora.

AMPARO CONTRA PARTICULARES


291-2015 Pág. 251
Admisión.
Descriptores

Aspectos y requisitos que deben cumplirse para control


constitucional de estos actos.

ASUNTOS DE MERA LEGALIDAD


196-2015 Pág. 359
Determinar si la Sala de lo Contencioso Administrativo
estaba obligada a establecer cuál era la normativa que la
parte actora debía aplicar para dar cumplimiento a la sen-
tencia.

ASUNTOS DE MERA LEGALIDAD


410-2015 Pág 110
Pretender que se determine si, en su caso particular, la
infracción que se le atribuye al actor ameritaba la imposi-
ción de una sanción.

ASUNTOS DE MERA LEGALIDAD


519-2015 Pág. 107
Determinar si el recurso de casación fue planteado en
tiempo y forma y si la Sala de lo Civil debió admitirlo.

ASUNTOS DE MERA LEGALIDAD


641-2015 Pág. 118
Determinar si juzgador actuó legalmente al resolver un
escrito presentado extemporáneamente.

ASUNTOS DE MERA LEGALIDAD


722-2015 Pág. 207
Debe rechazarse pretensión cuando se fundamente en
un reclamo de carácter pecuniario.

BEBIDAS ALCOHÓLICAS
659-2015 Pág. 379
Ausencia de agravio que afecte al demandante, ya que
restricción se dirige al consumidor y no al que comercializa.
Comercialización de bebidas con contenido alcohólico
igual o inferior al 6% no requiere permiso alguno, excepto
las que superan tal umbral, con restricción en su consumo
en el horario establecido.

932
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Errónea invocación de la disposición impugnada.


Horario impugnado no causa agravio pues no afecta la
comercialización.

DEMANDA DE AMPARO
166-2015 Pág. 113
Elementos básicos para configuración de la pretensión.

DERECHO DE PETICIÓN
305-2015 Pág. 374
Inexistencia de vulneración al advertirse que hubo una
respuesta a la solicitud de la parte actora.

DESISTIMIENTO DE LA DEMANDA DE AMPARO


438-2015 Pág. 351
Forma excepcional y anticipada de terminación del
proceso.

DESISTIMIENTO EN EL PROCESO DE AMPARO


173-2015 Pág. 85
Al desaparecer el elemento objetivo de la pretensión,
por voluntad del actor.

EMPLEADOS POR CONTRATO EVENTUAL


5-2016 Pág. 306
Ausencia de agravio al comprobarse que la contratación
era de carácter eventual y se agotaba con la finalización del
proyecto que se realizó.

EMPLEADOS PÚBLICOS DE CONFIANZA


185-2015 Pág. 88
Finalización de la vigencia del plazo de un contrato no es
criterio determinante para excluir, liminarmente y sin más, la
estabilidad de quienes están vinculados con el Estado bajo
la modalidad de contrato.

IMPROCEDENCIA DE LA DEMANDA DE AMPARO


181-2015 Pág. 292
Ante falta de reclamo contra todas las autoridades que
ejercieron efectivamente potestades decisorias.

933
Descriptores

IMPROCEDENCIA DE LA DEMANDA DE AMPARO


495-2015 Pág. 246
Ante la omisión de promover los mecanismos previstos
en el artículo 17 del Código Procesal Penal.

IMPROCEDENCIA DE LA DEMANDA DE AMPARO


51-2016 Pág. 407
Resolución que decreta medida cautelar no es un acto
de carácter definitivo, por lo que no genera agravio en la
esfera jurídica de la parte actora.

LEGITIMACIÓN PASIVA
181-2015 Pág. 292
Improcedencia de la demanda de amparo ante falta de
reclamo contra todas las autoridades que ejercieron efecti-
vamente potestades decisorias.

LITISPENDENCIA
681-2015 Pág. 241
Impide conocimiento de fondo de la petición planteada.

MEDIDAS CAUTELARES
51-2016 Pág. 407
No constituyen actos definitivos y por tanto, no pueden
producir agravio en la esfera jurídica.
Su finalidad es impedir la realización de actos que, de
alguna manera, obstaculicen o dificulten la efectiva satis-
facción de la pretensión y para decretarlas no es necesario
demostrar la vulneración de los derechos fundamentales del
acto reclamado.

NOTIFICACIÓN DE RESOLUCIONES JUDICIALES


828-2014 Pág. 162
Sistema de Notificación Electrónica Judicial de la Corte
Suprema de Justicia.

NULIDAD DE DESPIDO
41-2016 Pág. 301
Regulación de la nulidad de despido o destitución del
artículo 61 de la Ley de Servicio Civil posibilita al presunta-

934
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

mente agraviado, dentro de los tres meses siguientes al he-


cho, dar cuenta de su caso al Tribunal de Servicio Civil.

PLAZO DE INTERPOSICIÓN DE LA DEMANDA DE AMPARO


762-2013 Pág. 184
Debe plantearse antes que agravio pierda actualidad
por el transcurso del tiempo.

PROCESO PREVIO
17-2016 Pág. 229
Innecesaria tramitación para destitución de un secreta-
rio de concejo municipal.

SECRETARIOS DEL CONCEJO MUNICIPAL


17-2016 Pág. 229
Empleado público de confianza.
Remoción del cargo no requiere procedimiento previo.

SUSPENSIÓN LABORAL SIN GOCE DE SUELDO


618-2015 Pág. 388
Puede adoptarse como medida cautelar en procedi-
miento de despido.

TASAS MUNICIPALES POR EL USO DEL SUELO Y SUBSUELO


187-2015 Pág. 93
Municipalidad puede gravar únicamente los terrenos
ubicados en propiedad pública.

Sobreseimientos
AGOTAMIENTO DE LA VÍA PREVIA
122-2014 Pág. 422
Posibilidad que el afectado opte por la vía constitucional
o por otras que consagra el ordenamiento jurídico para la
protección de sus derechos constitucionales.
Seleccionada una vía distinta a la constitucional para la
protección de derechos constitucionales, debe agotarse en
su totalidad.

935
Descriptores

AUSENCIA DE AGRAVIO
295-2014 Pág. 432
Inconformidad con la resolución que declaró sin lugar la
petición de dejar sin efecto la orden de desalojo y entrega
material del inmueble adjudicado.

LEGITIMACIÓN PASIVA
151-2014 Pág. 425
Sobreseimiento por no haber demandado a todas las
autoridades que ejercieron potestades decisorias sobre el
acto que se impugna.

LEGITIMACIÓN PASIVA
367-2013 Pág. 428
Definición.

SOBRESEIMIENTO EN EL PROCESO DE AMPARO


282-2013 Pág. 438
Al haberse comprobado que la pretensora renunció al
puesto de trabajo que ocupaba y que se le canceló cierta
cantidad de dinero en concepto de salarios.

Sentencias definitivas
AMPARO CONTRA LEYES
625-2014 Pág. 515
Debe demostrarse que disposición impugnada genera
agravio de índole constitucional.

AMPARO CONTRA LEYES


643-2014 Pág. 461
Cuando se trata de ley autoaplicativa no es necesario
un acto posterior de aplicación de la norma basta con su
emisión.
Demandante tiene la obligación de comprobar la exis-
tencia del hecho que fundamenta su pretensión.

936
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

ARCHIVO DOCUMENTAL HISTÓRICO DE LA OFICINA DE


TUTELA LEGAL DEL ARZOBISPADO
828-2013AC Pág. 472
Autoridades demandadas excedieron las competencias
que legalmente se les confiere y, por ende, vulneraron el
derecho a la seguridad jurídica de la Iglesia Católica, Apos-
tólica y Romana de El Salvador.
Certificaciones de decretos eclesiásticos emitidos por el
Arzobispo de San Salvador constituyen instrumentos priva-
dos y, por ende, no cumplen las formalidades que la ley pre-
vé para los documentos públicos.
Constitución prescribe en su artículo 63 que la riqueza
artística, histórica y arqueológica del país forma parte del
Tesoro Cultural Salvadoreño y, en tal sentido, el Estado se
encuentra obligado a procurar su protección emitiendo le-
yes especiales.
Derecho a la autodeterminación informativa.
Derecho a la libertad de contratación.
Derecho a la seguridad jurídica.
Derecho de acceso a la jurisdicción.
Derecho de propiedad.
Documentos de la extinta oficina de Tutela Legal del Ar-
zobispado, solo hacen referencia a sucesos de manera cir-
cunstancial y no con una finalidad consciente de registrarlos
de forma sistemática.
Efecto restitutorio: dejar sin efecto resolución de reco-
nocimiento y declaración cultural del Archivo Documental
Histórico de oficina de Tutela Legal, emitida por Secretaria
de Cultura de Presidencia y Director Nacional de Patrimonio
Cultural.
Facetas de la autodeterminación informativa.
Facultad irrestricta de disponer arbitrariamente de do-
cumentos de la oficina de tutela legal para sus titulares,
puesto que, el ejercicio del derecho a la propiedad sobre el
archivo en cuestión se encuentra limitado por el respeto de
otros derechos.
Iglesia Católica se encuentra limitada para disponer li-
bremente del citado acervo documental.

937
Descriptores

Imposible afirmarse que todos los documentos en poder


de la Iglesia Católica y sus subsedes nacionales constituyan
partes de un archivo eclesiástico.
Obligaciones del archivo de la extinta oficina de Tutela
Legal del Arzobispado.
Poseen la calidad de bienes culturales, aquellos que ha-
yan sido expresamente reconocidos como tales por la enti-
dad facultada para ello.
Procedimiento establecido para la declaratoria de un
bien cultural.
Respeto al derecho a la autodetrminación informativa
de las víctimas.
Tutela Legal del Arzobispado como oficina de asistencia
gratuita.
Vulneración al derecho a la autodeterminación informa-
tiva de las víctimas.

BIENES CULTURALES
828-2013AC Pág. 472
Poseen la calidad de bienes culturales aquellos que ha-
yan sido expresamente reconocidos como tales por la enti-
dad facultada para ello.

CAPACIDAD ECONÓMICA Y EQUIDAD TRIBUTARIA


625-2014 Pág. 515
Definición de activo y pasivo de una empresa.
Derecho de propiedad.
Garantías.
Principio de capacidad económica.
Vulneración del derecho fundamental a la propiedad de
la sociedad demandante, como consecuencia de la inobser-
vancia del principio de capacidad económica.

CARRERA DIPLOMÁTICA
375-2013 Pág. 531
Calidad de servidor público.
Cargo de Ministro Consejero de la representación diplo-

938
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

mática y consular de El Salvador en Colombia, con sede en


Bogotá, puede catalogarse como de confianza y, en conse-
cuencia, quien lo desempeña no es titular del derecho a la
estabilidad laboral.
Deberes que debe cumplir al asumir jefatura de misión
el Ministro Consejero.
Efecto restitutorio: omisión impugnada consumó sus
efectos, lo que impide una reparación material, por lo que
procede únicamente declarar mediante esta sentencia la in-
fracción constitucional del mencionado derecho.
Funciones del cargo de Ministro Consejero.
Funciones que desempeñan las misiones diplomáticas.
Omisión del Ministro, en cuanto a dar respuesta a la peti-
ción realizada por el demandante, vulneró el derecho de
petición de la parte actora.

DECRETOS ECLESIÁSTICOS
828-2013AC Pág. 472
Manifestaciones del poder de decisión dentro de una
persona jurídica de derecho privado, es decir, la Iglesia Cató-
lica, Apostólica y Romana, por ende, no cumplen formalida-
des que la ley prevé para los documentos públicos.

DERECHO A CONOCER LA VERDAD


828-2013AC Pág. 472
Sociedad tiene el legítimo derecho a conocer la verdad
respecto de hechos que hayan vulnerado gravemente los
derechos fundamentales de las personas.

DERECHO A LA AUTODETERMINACIÓN INFORMATIVA


828-2013AC Pág. 472
Acceso a la información y datos de las personas que soli-
citaron los servicios de la Oficina de Tutela Legal, sin consen-
timiento previo de titulares, vulnera el derecho a la autode-
terminación informativa.

DERECHO A LA ESTABILIDAD LABORAL


104-2013 Pág. 495
Reconocimiento responde a garantizar la continuidad

939
Descriptores

de las funciones y actividades que ellos realizan en las insti-


tuciones públicas.

DERECHO A LA LIBERTAD DE CONTRATACIÓN


828-2013AC Pág. 472
Entre individuos libres e iguales solo puede haber una
forma de relación contractual: la que se basa en el acuerdo
de voluntades, como principal modo de ejercicio de la liber-
tad de contratación. Asimismo.

DERECHO A LA PROPIEDAD
625-2014 Pág. 515
Conexión con los principios formales y materiales del De-
recho Constitucional Tributario.
Contenido reconocido por el Tribunal Constitucional.

DERECHO A LA PROPIEDAD
343-2014 Pág. 504
Faculta a su titular a usar libremente los bienes, que im-
plica la potestad del propietario de servirse de la cosa y de
aprovecharse de los servicios que pueda rendir y gozar libre-
mente de los bienes.

DERECHO DE ACCESO A LA JURISDICCIÓN


828-2013AC Pág. 472
Implica la posibilidad de acceder a los órganos jurisdic-
cionales para que estos se pronuncien sobre la pretensión
formulada, lo cual deberá efectuarse conforme a las nor-
mas procesales y procedimientos previstos en las leyes res-
pectivas.

DERECHO DE AUDIENCIA
104-2013 Pág. 495
Se exige que a toda persona, antes de limitársele o pri-
vársele de uno de sus derechos, se le oiga y venza en un
proceso o procedimiento, tramitado de conformidad con las
leyes.

940
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

DERECHO DE AUDIENCIA
519-2014 Pág. 573
Protección de los derechos subjetivos de los que es titu-
lar la persona, en el sentido de que las autoridades están
obligadas a seguir, un proceso en el que se brinde a las par-
tes la oportunidad de conocer las respectivas posturas y de
contradecirlas.

DERECHO DE PETICIÓN
375-2013 Pág. 531
Facultades.
Peticiones pueden realizarse desde una perspectiva ma-
terial.

DERECHOS DE LAS VÍCTIMAS


828-2013AC Pág. 472
Las personas, directa o indirectamente afectadas por
la vulneración de sus derechos fundamentales, tienen
siempre derecho a conocer, con independencia del tiempo
que haya transcurrido desde la fecha en la cual se cometió
el ilícito.

EMPLEADOS POR CONTRATO EVENTUAL


616-2013AC Pág. 587
Contratos de trabajo a plazo fijo o determinado.
Derecho de audiencia.
Estabilidad laboral de los empleados públicos.
Inexistencia de despido arbitrario y vulneración al dere-
cho de audiencia, defensa y estabilidad laboral al compro-
barse la existencia de contratos temporales.
Personas contratadas temporalmente para desarrollar
labores de necesidades eventuales no están comprendidas
en la carrera administrativa y no son titulares del derecho a
la estabilidad laboral.
Requisitos para determinar si una persona vinculada al
Estado por medio de un contrato laboral es titular al dere-
cho a la estabilidad laboral.

941
Descriptores

EQUIDAD TRIBUTARIA
42-2015 Pág. 443
Garantías
Principio de capacidad económica.

Vulneración del derecho a la propiedad de la Asociación


Promotora de Centros Educativos, como consecuencia de la
inobservancia del principio de capacidad económica en ma-
teria tributaria.

ESTABILIDAD LABORAL DE LOS EMPLEADOS PÚBLICOS


405-2013 Pág. 453
Autoridad demandada se sujetó a lo establecido en el
contrato colectivo de trabajo del Instituto Salvadoreño del
Seguro Social.
Director General del Instituto Salvadoreño del Seguro
Social no vulneró los derechos constitucionales alegados por
el demandante
Reconocimiento en la normativa constitucional.

ESTABILIDAD LABORAL
46-2013 Pág. 544
Cláusula 36 inciso 2° Contrato Colectivo de Trabajo del
Seguro Social vulnera la Constitución, por lo que Director Ge-
neral debió tramitar el procedimiento adecuado con el fin de
garantizar al peticionario la protección constitucional.
Criterios de tribunales de la República en un tema espe-
cífico, incluyendo lo resuelto por la Sala de lo Contencioso
administrativo, no impiden que Tribunal Constitucional es-
tablezca nuevos y propios precedentes

FEDERACIÓN SALVADOREÑA DE TAEKWONDO


519-2014 Pág. 573
Actos de autoridad.
Comisión Disciplinaria.
Derecho a la seguridad jurídica. Derecho de audiencia.
Federaciones deportivas son entidades de utilidad pública,
con personalidad jurídica y sin fines de lucro que están integra-
das por asociaciones deportivas, clubes deportivos y atletas.

942
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Infracciones en que pueden incurrir miembros de la fe-


deración.
Principio de legalidad.
Requisitos que debe cumplir un acto para que sea revisa-
ble en el proceso de amparo.
Vulneración a los derechos de la actora, por inobservan-
cia del principio de legalidad, de la actora, al haber emitido
decisión fuera del margen de sus competencias, restringien-
do las posibilidad de hacer valer sus intereses en el proceso
sancionador.

LEY DEL SERVICIO CIVIL


104-2013 Pág. 495
Cuando se trate de un cambio de la localidad municipio
en la que se prestan los servicios y no se cuente con la anuen-
cia del servidor público que será afectado, el traslado podrá
ser decidido por la respectiva comisión de servicio civil.

LEY DEL SERVICIO CIVIL


405-2013 Pág. 453
Establece que empleados de una institución oficial au-
tónoma están excluidos de la carrera administrativa, por lo
que se rigen por las leyes especiales que en estas entidades
se emitan sobre la materia.

PRINCIPIO DE LEGALIDAD
519-2014 Pág. 573
Constituye una garantía del ciudadano frente al poder
del Estado, ya que las actuaciones de las autoridades públi-
cas que incidan en la esfera jurídica de las personas.

PRINCIPIO DE NO CONFISCACIÓN
343-2014 Pág. 504
El tributo no debe absorber una parte sustancial de la
renta o capital gravado del contribuyente.

PRINCIPIO DE RESERVA DE LEY EN MATERIA TRIBUTARIA


643-2014 Pág. 461
Tiene por finalidad garantizar derecho a la propiedad
frente a injerencias arbitrarias del poder público.

943
Descriptores

PRINCIPIO IURA NOVIT CURIA


828-2013AC Pág. 472
Facultad por parte del tribunal constitucional de esta-
blecer de oficio la correcta calificación jurídica de los hechos
sometidos a su conocimiento, determinando cuál es el dere-
cho aplicable al caso concreto.

SECRETARÍA DE CULTURA DE LA PRESIDENCIA


828-2013AC Pág. 472
Exceso de su competencia legalmente conferida, por
ende, vulneró el derecho a la seguridad jurídica de la Iglesia
Católica, Apostólica y Romana de El Salvador.

TASAS MUNICIPALES A POSTES DE TENDIDO ELÉCTRICO,


TELEFÓNICO U OTRO SERVICIO
343-2014 Pág. 504
Al exigirle a sociedad actora pago de un tributo con in-
observancia de principio de reserva de ley, también se vul-
nera el derecho a la propiedad de aquella, razón por la cual
deberá declararse que ha lugar al amparo solicitado por la
referida sociedad.
Características propias y esenciales de las tasas.
Efecto restitutorio: Concejo Municipal de Ciudad Delga-
do deberá abstenerse de aplicar a la parte peticionaria la
disposición impugnada.
Principio de reserva de ley en materia tributaria.
Sociedad actora posee postes que utiliza para mantener
instalados cables de servicio de telecomunicaciones dentro de
la circunscripción territorial del municipio de Ciudad Delgado.

TASAS MUNICIPALES POR EMISIÓN DE LICENCIAS PARA


OPERACIÓN DE BANCOS Y FINANCIERAS
643-2014 Pág. 461
Características propias y esenciales de las tasas.
Contraprestación es característica que diferencia tasas
de otros tributos.
Efecto restitutorio: ordena que las cosas vuelvan al es-
tado en que se encontraban antes de la vulneración cons-
titucional y dejar sin efecto la aplicación de la normativa
impugnada.

944
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Superintendencia del Sistema Financiero es la única au-


toridad competente para emitir autorización a bancos para
que inicien sus operaciones en el país.

TASAS
343-2014 Pág. 504
Tributo cuyo hecho generador está integrado por una
actividad o servicio divisible del Estado o Municipio, hallán-
dose esa actividad relacionada directamente con el contri-
buyente.

TRASLADOS
104-2013 Pág. 495
Comisión de Servicio Civil decidirá cuando el empleado
puede ser trasladado hacia otro municipio.
Previo al traslado del actor no era necesario que autori-
dad demandada le informara las razones que lo justificaban,
comprobando que no existió vulneración de los derechos de
audiencia, defensa y a la estabilidad laboral.

945
HÁBEAS CORPUS

Improcedencias
ASUNTOS DE MERA LEGALIDAD
386-2015 Pág. 612
Revisión de sentencia condenatoria.

ASUNTOS DE MERA LEGALIDAD


413-2015 Pág. 617
Imposibilidad de considerar a la Sala de lo Constitucio-
nal como una instancia más dentro del proceso penal.

AUTORIDADES PENITENCIARIAS
380-2015 Pág. 608
Obligación de verificar la debida separación de los inter-
nos para evitar circunstancias que puedan afectar la integri-
dad física de aquellos.

CÓMPUTO DE PENA
368-2015 Pág. 691
Facultad de realizar y rectificar cómputo de pena corres-
ponde exclusivamente a los jueces de vigilancia penitencia-
ria y de ejecución de la pena, por lo que pretensión es un
asunto de estricta legalidad.

CÓMPUTO DE PENA
396-2015 Pág. 628
Fecha en la que se cumplirá la pena de prisión impuesta,
no genera por sí, una afectación constitucional con incidencia
en el derecho de libertad protegido a través del hábeas corpus.

CÓMPUTO DE PENA
404-2015 Pág. 637
Desconocer la fecha en la que se cumplirá la pena de
prisión impuesta, no genera por sí una afectación constitu-
cional con incidencia en el derecho de libertad.
Descriptores

COSA JUZGADA
396-2015 Pág. 628
Pretensiones constitucionales en el fondo idénticas, as-
pectos que fueron planteados y resueltos previamente por
este tribunal.

DERECHO A RECURRIR
7-2016 Pág. 654
Inexistencia de vulneración cuando se declara sin lugar
el recurso de apelación subsidiario interpuesto de forma
oral en audiencia contra la decisión que deniega la revo-
catoria.

FUMUS BONI IURIS


4-2016 Pág. 699
Determinar si se configuró correctamente en la adopción
de la detención provisional es un asunto de mera legalidad.

GARANTÍA HIPOTECARIA
72-2016 Pág. 706
Revisar imposición de medida sustitutiva consistente en
garantía hipotecaria, implicaría que Sala Constitucional rea-
lizara labor de tribunal de instancia, cuestión ajena al con-
trol constitucional circunscrito al hábeas corpus.

HÁBEAS CORPUS PREVENTIVO


33-2016 Pág. 687
Definición.
Requisitos esenciales para su configuración.

HÁBEAS CORPUS PREVENTIVO


5-2016 Pág. 668
Requisitos esenciales para su configuración.

IMPROCEDENCIA DEL HÁBEAS CORPUS


5-2016 Pág. 668
Por errónea interpretación del solicitante en cuanto al cóm-
puto que debe aplicarse para admitir el recurso de apelación.

948
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

LITISPENDENCIA
240-2015 Pág. 597
Argumentos del peticionario expuestos en proceso
constitucional son incapaces de revelar un tema de posible
vulneración que deba ser conocido por esta sala, pues no se
concretan acciones u omisiones ocasionadas por la autori-
dad demandada.
Auxilio judicial para llevar a cabo actos de comunicación.
Hábeas corpus correctivo.
Negativa de la autoridad basada en la valoración de la
documentación que sustentaba la petición, no es capaz de
reflejar que la misma contraviene derechos o garantías fun-
damentales del demandante.
Objeto de control del proceso de hábeas corpus.
Pretensión planteada ahora por el peticionario, es en
términos similares a la propuesta en el proceso de hábeas
corpus con referencia 167-2015, de manera que, se confi-
gura una identidad entre los elementos que conforman tal
aspecto de la pretensión.
Queja vertida en los términos indicados, no plantea
un tema de trascendencia constitucional que deba ser
conocido por esta sala, pues la omisión señalada por el
solicitante, debe ser solventada por la institución corres-
pondiente.

MODIFICACIÓN DE LA PENA
396-2015 Pág. 628
Desconocimiento de decisión que declaró modificación
de pena de manera favorable al procesado, no implica por
sí una restricción ilegal que trascienda a la pena que se en-
cuentra cumpliendo actualmente, siendo a su favor al ha-
berse disminuido.

NULIDADES
10-2016 Pág. 643
Tribunal Constitucional no es competente para decla-
rarlas.

949
Descriptores

PRUEBA PERICIAL
10-2016 Pág. 643
Sala de lo Constitucional no tiene competencia para re-
visar la actuación judicial al respecto.

PRUEBA TESTIMONIAL
10-2016 Pág. 643
Sala de lo Constitucional no tiene competencia para re-
visar la actuación judicial al respecto.

RECURSO DE REVISIÓN
10-2016 Pág. 643
Tribunal Constitucional no es competente para interpo-
ner recurso de revisión.

SALA DE LO CONSTITUCIONAL
380-2015 Pág.608
Incompetencia para establecer la idoneidad de un cen-
tro de internamiento para una persona.

Sobreseimientos
AUSENCIA DE AGRAVIO
303-2015 Pág. 737
Cuando la pretensión ya ha sido resuelta en un recurso
de revisión anterior.

SOBRESEIMIENTO EN HÁBEAS CORPUS


409-2015R Pág. 731
Cuando no existe ninguna actuación u omisión que se
atribuya a alguna autoridad.

Sentencias definitivas
AUDIENCIA INICIAL
216-2015 Pág. 749
Posibilidad de resolver en base al requerimiento cuando
no asista la defensa técnica.

950
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

CAUCIÓN
291-2015 Pág. 764
Incumplimiento cuando ha sido impuesta en audiencia
de revisión de medidas, por exceso el plazo de la detención,
no impide la puesta en libertad del imputado.

DERECHO A LA LIBERTAD PERSONAL


211-2015 Pág. 788
Contenido reconocido por el Tribunal Constitucional.
Reserva de ley se aplica a formalidades requeridas para
ejecución y tiempo permitido para restricciones a libertad
física.

DERECHO DE DEFENSA
216-2015 Pág. 749
Obligatoriedad de la defensa técnica del imputado pre-
sente como del ausente.

DERECHOS DE LOS INTERNOS


64-2015 Pág. 772
Inexistencia de vulneración por parte de las autoridades
penitenciarias cuando la omisión de realización de cirugía es
una situación no atribuible a las mismas.
Normas de derecho internacional sobre la protección del
derecho a la salud de las personas privadas de su libertad.

DETENCIÓN PROVISIONAL
255-2015 Pág. 741
Aspectos que sirven para fijar la duración de la medida
cautelar.
Autoridad judicial debe asegurar resultado del proceso
a pesar de haberse excedido el límite legal máximo dispues-
to para su mantenimiento.
Efecto restitutorio: ordena al tribunal que al recibo de
esta resolución disponga lo relativo a la condición en que el
imputado enfrentará el proceso en su contra, distinta a la
detención provisional.

951
Descriptores

Legislación y jurisprudencia internacional referente a la


duración de la detención provisional.

HÁBEAS CORPUS DE PRONTO DESPACHO


255-2015 Pág. 741
Objeto y definición.

JUECES DE VIGILANCIA PENITENCIARIA


211-2015 Pág. 788
Vulneración al derecho de libertad física del condenado
al revocar la pena de prestación de trabajo de utilidad públi-
ca impuesta inobservando el mandato normativo aplicable.

MEDIDAS CAUTELARES
291-2015 Pág. 764
Exceso en el plazo de la detención provisional, implica
que el Juez debe utilizar alguna medida alterna, que po-
sibilite efectivamente la recuperación de la libertad per-
sonal.

NOTIFICACIÓN DE LA SENTENCIA DEFINITIVA


327-2015 Pág. 753
Ordenar a la autoridad demandada ejecute las diligencias
omitidas y con ello se permita ejercer el derecho a recurrir.
Plazo de interposición del recurso de apelación.
Producto de la inactividad de la autoridad jurisdiccio-
nal, se han producido dilaciones indebidas, paralizando
el proceso penal del imputado por más de quince meses,
justificándose así la falta de emisión y notificación de la
sentencia.
Redacción y lectura.

PLAZOS PROCESALES
327-2015 Pág. 753
Competencia de Sala Constitucional de controlar plazos
cuando se restringe el derecho a la libertad personal.

952
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

PRINCIPIO DE LEGALIDAD
211-2015 Pág. 788
Contenido reconocido por el Tribunal Constitucional.

RÉGIMEN PENITENCIARIO ESPECIAL


225-2015 Pág. 806
Ausencia de conformación de Equipo Técnico Criminoló-
gico ha permitido que el favorecido no obtenga evaluación
integral por más de tres años, lo que incide en su derecho
de libertad, sin saber si puede cumplir pena en centro ordi-
nario.
Equipo Técnico Criminológico del Centro Penitenciario
de Seguridad de Zacatecoluca, debe realizar las gestiones
que correspondan, para que el favorecido sea evaluado y se
emita el dictamen que se considere pertinente.
Función de los Consejos Criminológicos Regionales.

RESERVA DE LEY
211-2015 Pág. 788
Se aplica a formalidades requeridas para ejecución y
tiempo permitido para restricciones a libertad física.

SEGURIDAD JURÍDICA
211-2015 Pág. 788
Contenido reconocido por el Tribunal Constitucional.

953
Inconstitucionalidades

Iniciados por demanda

Improcedencias
CONTRATO DE APRENDIZAJE
130-2015 Pág. 842
Patrono tiene la obligación de proporcionarle enseñanza
y adiestramiento al aprendiz en todas las tareas o fases del
oficio, arte u ocupación; y, éste debe obedecer las órdenes o
instrucciones que reciba del patrono o de sus representantes.

CONTRATO DE APRENDIZAJE
146-2015 Pág. 849
Empleador y aprendiz puede fijar libremente el plazo
que determinará la extensión temporal de su duración.

DERECHO ADMINISTRATIVO SANCIONADOR


161-2015 Pág. 859
Implica la exigencia constitucional, de que toda limita-
ción a las posibilidades de ejercer un derecho sea precedi-
da del proceso que el ordenamiento jurídico prevea para el
caso concreto.

DERECHO DE AUDIENCIA
161-2015 Pág. 859
Implica la exigencia constitucional, de que toda limita-
ción a las posibilidades de ejercer un derecho sea precedi-
da del proceso que el ordenamiento jurídico prevea para el
caso concreto.

DERECHO DE IGUALDAD
21-2016 Pág. 887
Debe rechazarse la pretensión cuando no se establecen
con claridad las razones por las cuales se considera que exis-
te una diferenciación irrazonable.
Descriptores

Requisitos exigidos para adecuada configuración de la


demanda de inconstitucionalidad.

IMPROCEDENCIA DE LA PRETENSIÓN DE INCONSTITUCIO-


NALIDAD
120-2015 Pág. 819
Cuando el reproche es basado en la presunta transgre-
sión a la imparcialidad que deben observar los jueces en el
ejercicio de su función.
Cuando se omite aportar argumentos necesarios en tor-
no a los aspectos indicados para realizar el juicio de igual-
dad respectivo.
Cuando se omite expresar de que manera lo consignado
en la normativa impugnada implica la conculcación del con-
tenido del principio de legalidad.
Facultad concedida al juzgador laboral en el art. 410 del
Código de Trabajo es de carácter excepcional y no envuelve
la suplencia de la actividad probatoria de las partes.
Pretensión debe ser reconocida como auténtico ejercicio
argumentativo de interpretación de normas y no como una
ligera impresión subjetiva de inconsistencia.

IMPROCEDENCIA DE LA PRETENSIÓN DE INCONSTITUCIO-


NALIDAD
1-2016 Pág. 865
Cuando el planteamiento parece dirigido a utilizar el
proceso de inconstitucionalidad como espacio para ventilar
conjeturas personales sobre la disposición propuesta como
objeto de control.

IMPROCEDENCIA DE LA PRETENSIÓN DE INCONSTITUCIO-


NALIDAD
157-2015 Pág. 829
Parámetro de control para enjuiciar una omisión debe
ser de carácter sustantivo.

INCONSTITUCIONALIDAD POR OMISIÓN


130-2015 Pág. 842
Al analizar la pretensión de inconstitucionalidad, este
tribunal considera que en la misma no se ha formulado una
argumentación suficiente de contraste entre el artículo im-

956
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

pugnado y la disposición constitucional invocada como pa-


rámetro de control.
Definición.
Demandantes pretenden introducir erróneamente, la su-
puesta falta de regulación de la responsabilidad patronal por
la terminación injustificada del contrato de aprendizaje.
Empleador y el aprendiz pueden fijar libremente el pla-
zo que determinará la extensión temporal del contrato de
aprendizaje; debe considerarse en principio, el plazo para el
adiestramiento dependerá del grado de complejidad o tec-
nicidad del oficio.
Falta de fundamento de la pretensión de inconstitucio-
nalidad.
Omisión e inactividad reguladora legislativa.
Peticionarios se limitaron a reiterar la existencia de la
aparente preterición legislativa, sin explicitar las razones por
la cuales el legislador se encuentra obligado para regular
dicho elemento contractual.

INCONSTITUCIONALIDAD POR OMISIÓN


157-2015 Pág. 829
Parámetro de control debe ser de carácter sustantivo.

JUICIO DE IGUALDAD
22-2016 Pág. 889
Improcedencia de la pretensión de inconstitucionalidad
cuando contiene una argumentación deficiente sobre la for-
ma en que se produciría la supuesta violación.
Requisitos exigidos para adecuada configuración de la
demanda de inconstitucionalidad.
Término de comparación como requisito indispensable
para su procedencia.
Término de comparación no resulta idóneo para efec-
tuar el juicio de igualdad respectivo.

LIBERTAD ECONÓMICA
13-2016 Pág. 876
Definición.
Manifestaciones.
Obligaciones del Estado.

957
Descriptores

MEDIDAS CAUTELARES
21-2016 Pág. 887
Improcedente su adopción cuando se rechaza la preten-
sión principal.

PRETENSIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD
12-2016 Pág. 868
Actora atribuyó un contenido normativo que no es deri-
vable de la formulación lingüística de la disposición munici-
pal objeto de control.
Actora no específica la disposición constitucional de la
que supuestamente se deriva el parámetro de control, ya
que en la pretensión, no hace alusión a ningún artículo de la
Constitución del que deduzca el principio de reserva de ley
Impugnación se dirige contra la aplicación retroactiva
del objeto de control y los presuntos agravios que ésta ha
causado, la cual no es susceptible de ser analizada mediante
el control abstracto en un proceso de inconstitucionalidad.
Indispensable que el actor establezca de forma certera cual
es la disposición legal que estima violatoria a la Constitución.

PRINCIPIO DE IGUALDAD
120-2015 Pág. 819
Improcedencia de la pretensión de inconstitucionalidad al
omitir aportar argumentos necesarios para realizar el juicio.

PRINCIPIO DE LEGALIDAD
120-2015 Pág. 819
Requisitos que deben cumplir las normas jurídicas san-
cionatorias.

PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO SANCIONADOR


129-2015 Pág. 837
Imposibilidad que la confesión vulnere los principios de
inocencia y defensa del presunto infractor.

REGLAMENTO DE EJECUCIÓN
113-2015 Pág. 813
Definición.
Falta de fundamento de la pretensión de inconstitucio-
nalidad.

958
Centro de Documentación Judicial / Revista de Derecho Constitucional N.° 98

Falta de justificación de cómo las normas que serían dic-


tadas por la administración tributaria tendrían la virtualidad
de cumplir con las finalidades propias de los reglamentos
emitidos por el Presidente de la República.
Instrumentos normativos subordinados al reglamento
de ejecución.
Objeto del proceso.
Potestad reglamentaria.
Reconocimiento de a quién corresponde ejercer la po-
testad reglamentaria es un enfoque más genérico del que
se produce en relación al del principio de indelegabilidad de
funciones.

REQUISITOS DE LA DEMANDA
21-2016 Pág. 887
Para adecuada configuración de la inconstitucionalidad.

Sentencias definitivas
DERECHO A LA AUTODETERMINACIÓN INFORMATIVA
109-2013 Pág. 893
Facetas material e instrumental.3
Presupone la capacidad de las per3sonas para decidir y
controlar las actividades relacionadas con sus datos personales

POTESTAD SANCIONATORIA
109-2013 Pág. 893
Autoridades administrativas o penales deben analizar
en cada caso concreto la concurrencia o no de los elementos
del principio de ne bis in idem.
Calificación como infracción muy grave a la reincidencia
de una infracción grave implica vulneración al principio de
prohibición de doble juzgamiento.
Elementos esenciales de la potestad sancionatoria.
Innecesario analizar necesidad de una medida al no su-
perar la disposición impugnada test de proporcionalidad.
Legislador debe establecer criterios de dosimetría punitiva.

959
Descriptores

Modulación de los efectos de la sentencia: diferimiento


en un plazo establecido
Presunción genérica sobre capacidad económica de los
sujetos infractores de la ley implica inobservancia y violación
a principios y derechos constitucionales.
Principio de proporcionalidad implica prohibición de
exceso de las medidas normativas de índole sancionatorio
administrativo.
Principio proporcionalidad de las sanciones administra-
tivas sirve de límite a la discrecionalidad de la actividad san-
cionatoria.
Prohibición de doble juzgamiento impide la imposición
de dobles sanciones o condenas.

PRINCIPIO DE RAZONABILIDAD
165-2013 Pág. 912
Obliga a exponer razones objetivas que justifican elec-
ción de una determinada acción

TASAS MUNICIPALES
165-2013 Pág. 912
Características reconocidas por la jurisprudencia consti-
tucional.
Carencia de coherencia interna de tributo provoca su
inconstitucionalidad por inobservancia de principio de razo-
nabilidad.
Criterios a tomar en cuenta para fijar su importe varían
dependiendo naturaleza de su hecho generador.
Inexistencia de relación directa entre expedición de li-
cencias de construcción y base imponible del tributo.
Quantum de la tasa debe guardar coherencia con el he-
cho generador.
Se rigen por el principio de beneficio.

960

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