Subsidio San Jose
Subsidio San Jose
Subsidio San Jose
RITOS INICIALES
Monición de entrada
Hermanos: Unidos en la fe para concluir solemnemente este año en el que la Iglesia nos ha
puesto como modelo de vida al Glorioso Patriarca San José, recordemos que se nos ha
ofrecido el regalo admirable de la Indulgencia Plenaria que es perdón y misericordia, gozo
y esperanza que nos asegura el don de Dios que nos ama y nos perdona.
El pueblo responde:
Amén.
El sacerdote, extendiendo las manos, saluda al pueblo con una de las fórmulas siguientes:
La gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y de Jesucristo, el Señor, esté con todos
ustedes.
El pueblo responde:
Y con tu espíritu.
Para acercarnos con un corazón purificado al misterio del amor y de la vida en el que
ganaremos el don de la Indulgencia, pidamos con fervor la gracia del perdón.
Se hace una breve pausa en silencio. Después, hacen todos en común la confesión
de sus pecados:
Luego prosiguen:
El pueblo responde:
Amén.
Siguen las invocaciones Señor, ten piedad, a no ser que ya se hayan utilizado en alguna de
las fórmulas del acto penitencial.
ORACIÓN COLECTA
Oremos
Dios todopoderoso,
que pusiste bajo la fiel custodia de san José
los comienzos de la salvación humana,
te pedimos que, por su intercesión,
la Iglesia pueda llevarla a su plenitud.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo
que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios, por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Monición de lecturas
San José era un hombre sencillo, un carpintero que se dedicaba a enseñar y hacer de su
oficio a su hijo Jesús. Dios le escogió para que fuese el esposo de la Virgen, y ayudase al
Niño Jesús. En este año que la Iglesia ha dedicado a nuestro Patriarca, nos invita seguir
profundizando desde nuestra fe la entrega generosa alplan de Dios.
El Evangelio que escucharemos ahora, nos cuenta cómo San José era el esposo de
la Virgen y no entendía que Ésta fuese a tener un niño por obra del Espíritu Santo. Pero un
ángel se le apareció en sueños, y le indicó lo que tenía que hacer. Escuchemos.
Primera lectura
Esperando contra toda esperanza, creyó
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (4, 13.16-18.22)
Aleluya
¡Felices los que habitan en tu Casa, Señor,
y te alaban sin cesar!
EVANGELIO
Jacob fue padre de José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, que es llamado Cristo.
Este fue el origen de Jesucristo:
María, su madre, estaba comprometida con José y, cuando todavía no habían vivido
juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era un hombre
justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en secreto.
Mientras pensaba en esto, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo
de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella
proviene del Espíritu Santo. Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús,
porque él salvará a su Pueblo de todos sus pecados.»
Al despertar, José hizo lo que el Ángel del Señor le había ordenado.
Palabra del Señor.
Credo.
Para ganar el don de la Indulgencia, hagamos profesión de fe:
1.Dios de la Historia, te rogamos por tu Iglesia, para que unida al Papa y a nuestros
Pastores, pueda llevar a todos la luz de la esperanza y de la paz.
2.Dios de la Esperanza, te rogamos que sigas llenando el mundo con el alegre testi-
monio del Patriarca San José, para que, viviendo en la alegría de la fe, uniendo con
amor oración y trabajo, seamos también testigos de vida y de la verdad.
3.Dios de la paz, ayúdanos a que la Intercesión de San José nos ayude a conseguir la
paz de nuestra patria y renueve en nuestros jóvenes la esperanza, la alegría que la
violencia nos quiere arrebatar, para que construyamos juntos una Colombia llena de
valores y de fe.
Oración:
Acoge, Dios de nuestra historia, la voz de quienes hemos puesto nuestra confianza en ti, y
que todo lo esperamos de tu amor providente, por Cristo, nuestro Señor. Amén.
LITURGIA EUCARÍSTICA
Por él,
los ángeles y los arcángeles
y todos los coros celestiales
celebran tu gloria,
unidos en común alegría.
Permítenos asociarnos a sus voces
cantando humildemente tu alabanza:
Porque él mismo,
la noche en que iba a ser entregado,
Se inclina un poco.
Anunciamos tu muerte,
proclamamos tu resurrección.
¡Ven, Señor Jesús!
C2 Te pedimos, Padre,
que esta Víctima de reconciliación
traiga la paz y la salvación al mundo entero.
Confirma en la fe y en la caridad
a tu Iglesia, peregrina en la tierra:
al tu servidor, el Papa N.,
a nuestro obispo N.,
al orden episcopal,
a los presbíteros y diáconos,
y a todo el pueblo redimido por ti.
Atiende los deseos y súplicas de esta familia
que has congregado en tu presencia.
Amén.
RITO DE COMUNIÓN
Señor Jesucristo,
que dijiste a tus Apóstoles:
«La paz les dejo, mi paz les doy»,
no tengas en cuenta nuestros pecados,
sino la fe de tu Iglesia,
y conforme a tu palabra,
concédele la paz y la unidad. Junta las manos.
Tú que vives y reinas
por los siglos de los siglos.
El pueblo responde:
Amén.
El pueblo responde:
Y con tu espíritu.
Luego, si se juzga oportuno, el diácono, o el sacerdote, añade:
Como hijos de Dios, intercambien ahora
un signo de comunión fraterna.
Padre, protege siempre a tu familia, que has alimentado con el sacramento del altar en la
gozosa celebración de san José, y custodia en tus fieles los dones que con tanta bondad
le concedes. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Para que obtengamos la gracia de la indulgencia, oremos ahora por el Papa y por la Igle-
sia.
Oración por el Papa:
Dios nuestro, que en tu providencia
edificaste tu Iglesia sobre el fundamento de Pedro
y lo pusiste al frente de los demás apóstoles,
mira con bondad a nuestro Papa Francisco,
a quien has constituido sucesor de Pedro,
y concede que sea, para tu pueblo,
principio y fundamento visible de la unidad de la fe
y de la comunión.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.
Bendición solemne
Canto de entrada:
En este día, venimos delante de Jesús Sacramentado, y queremos revivir en nosotros esa
misma pureza, humildad y devoción, ese mismo espíritu y fervor con el que San José recibió
a Jesús. Con la oración del Ángel de Fátima hagamos un acto de fe, de adoración, esperanza
y caridad; y reparemos tanto desamor:
ANTÍFONA
“JESÚS, HIJO DE JOSÉ, COMPADÉCETE DE NOSOTROS”.
(Se hace un Padre Nuestro pidiendo por la Iglesia, por el Papa, Obispos, Sacerdotes, Religio-
sas y por todas las Familias)
Señor Jesús, te adoro y creo en ti. Tú fuiste protegido y custodiado con un amor predilecto
por tu padre san José: Él en medio de la dificultad supo caminar con un corazón lleno de
esperanza. Te pedimos que su ejemplo nos invite a ser responsables los unos de los otros
y nos anime y aliente en las dudas y el temor, en medio de los sufrimientos y contrarieda-
des.
Señor Jesús, te adoro en el Sacramento de tu Amor. Tú inscribiste la ley del trabajo humano
en el corazón del hombre y tú mismo te dignaste llamar “Hijo del Carpintero”. Te pedimos
por medio de san José que te sustentó con el trabajo de sus manos, por todos los trabaja-
dores del mundo para que valoren y amen su trabajo, lo ofrezcan como sacrificio agrada-
ble, sean diligentes y empleen los talentos entregados. Te pedimos también por las perso-
nas que sufren las consecuencias del desempleo para que no les falte tu aliento; también
por los jubilados, que dieron gran parte de sus vidas trabajando, para que reciban el agra-
decimiento y la justa recompensa; por todos nosotros, para que llenos de tu amor, conti-
nuemos trabajando en la construcción de tu Reino.
Al tercer día, lo hallaron en el templo en medio de los doctores de la Ley, escuchan dolos y
haciéndoles preguntas. Y todos los que lo oían estaban asombrados de su inteligencia
y sus respuestas.
Al verlo, sus padres quedaron maravillados y su madre le dijo: -“Hijo mío, ¿por qué nos has
hecho esto? Piensa que tu padre y yo te buscábamos angustiados”.
Jesús les respondió: -“¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que yo debo ocuparme de los
asuntos de mi Padre?”.
Ellos no entendieron lo que les decía. Él regresó con sus padres a Nazaret y vivía
sujeto a ellos.
Palabra del Señor.
R/. Te alabamos, Señor.
Se hace un momento de meditación y silencio.
Después de la meditación se entona un canto.
Presidente: Señor Dios, que has dispuesto la historia de la salvación para que el
hombre aprenda a hacerlo todo para tu Gloria y salvación de la humanidad, escucha la
oración de tus familias que imploran tu bendición, en esta solemnidad de san José.
Unámonos a la oración diciendo:
2.“Jesús vio la ternura de Dios en José". "José nos enseña que tener fe en Dios inclu-
ye además creer que Él puede actuar incluso a través de nuestros miedos y fragilida-
des”; que todas tus familias, Señor, no tengan miedo de cederte el timón de nuestra
barca, para que tú la conduzcas con tu mirada generosa y amplia.
3.“Dios reveló sus designios a José a través de sueños” y fue obediente a ellos; que
nuestros gobernantes, Señor, sean capaces de orientar sus acciones en bien de las
familias más necesitadas, siguiendo los designios de tu voluntad.
4.“José acogió a María sin poner condiciones previas. Confió en las palabras del
ángel”; que todos los miembros de nuestras familias, Señor, acojamos a los
demás, sin exclusiones, tal como son, con preferencia por los débiles.
7.San José es para Jesús “la sombra del Padre celestial en la tierra: lo auxilia, lo
protege, no se aparta jamás de su lado para seguir sus pasos”; que todos aquellos,
Señor, que traen hijos al mundo se hagan cargo de ellos con responsabilidad, y que
los niños sin padre encuentren quienes les brinden amor y cuidado respetuoso.
Canto.
Ritos finales
Oración
Veneremos, pues, inclinados
tan grande Sacramento;
y la antigua figura ceda el puesto
al nuevo rito;
la fe supla
la incapacidad de los sentidos.
Al Padre y al Hijo
sean dadas alabanza y júbilo,
salud, honor, poder y bendición;
una gloria igual sea dada
al que del uno y del otro procede.
Amén.
Celebrante:
Les diste Señor el Pan del Cielo