Novedades en El Manejo Del Asma GINA 2021
Novedades en El Manejo Del Asma GINA 2021
Novedades en El Manejo Del Asma GINA 2021
2021)
Diagnóstico
El protocolo de diagnóstico del asma expuesto en las guías de la GINA no ha
sufrido cambios. Para diagnosticar la enfermedad es necesario observar sus
manifestaciones, detectar obstrucción bronquial en la espirometría (≥1 durante el
proceso de diagnóstico) y confirmar su variabilidad. La excepción son aquellas
situaciones en las que está indicado el tratamiento urgente y es muy improbable
otro diagnóstico. Entonces, las pruebas de diagnóstico se deben realizar después
de 1-3 meses de tratamiento.
Las guías del NAEPP incluyen una recomendación sobre el uso de las
determinaciones de la fracción exhalada de óxido nítrico (FE NO). Cuando los
datos de la exploración física, la anamnesis y la espirometría no permitan
diagnosticar asma de forma concluyente (así como en los casos en los que
no se pueda realizar la espirometría), se sugiere considerar la determinación
de FENO en el proceso de diagnóstico [D/M]. Una concentración de
FENO elevada aumenta la probabilidad de asma, y una concentración baja la
reduce. Sin embargo, esta prueba es inespecífica: no permite ni confirmar ni
descartar esta enfermedad. Según las guías del NAEPP, los enfermos que no
están recibiendo glucocorticoides y tienen una FE NO >50 ppm probablemente
presenten una inflamación eosinofílica de las vías respiratorias. En estos casos, la
probabilidad de diagnóstico de asma y de respuesta al tratamiento con
glucocorticoides inhalados es mayor. En los pacientes con FE NO <25 ppm, la
probabilidad de asma es menor (puede ser asma sin inflamación eosinofílica
o asma tratada con glucocorticoides). La especificidad de la prueba para los
valores <20 ppm se ha valorado en el 77 %. Por lo general, un resultado que se
enmarque en el intervalo de 25-50 ppm es poco útil para el diagnóstico. La prueba
siempre se debe interpretar junto con la valoración clínica y los resultados de otras
pruebas auxiliares. En algunas situaciones clínicas, las determinaciones de la
FENO también se pueden utilizar para medir el cumplimiento del enfermo (es decir,
para comprobar que esté tomando el glucocorticoide inhalado prescrito).
En los enfermos con asma alérgica en los que haya dudas con respecto a la
elección del tratamiento, el seguimiento o la adaptación del tratamiento
antinflamatorio sobre la base de los datos de la exploración física, la
anamnesis y la espirometría, se sugiere añadir la determinación de la
FENO como un componente de seguimiento y una estrategia de adaptación
del tratamiento en la que se les valore con frecuencia [D/B]. No se
recomienda usar la FENO como única herramienta para evaluar el control de
la enfermedad, prever el riesgo de exacerbaciones o valorar su gravedad
[F/B]. La determinación de la FENO puede utilizarse como un complemento al resto
de métodos de seguimiento del asma (valoración de síntomas, pruebas
funcionales y valoración del cumplimiento); en algunos pacientes, puede reducir el
riesgo de exacerbaciones, pero no influye significativamente en otros marcadores
del control de la enfermedad. Sin embargo, es necesario realizar controles clínicos
frecuentes con valoración de la FE NO (cada 2-3 meses). Las guías del NAEPP
mencionan varias situaciones clínicas en las que este protocolo puede ser útil,
como en los pacientes con asma mal controlada que estén recibiendo un
glucocorticoide inhalado (solo o con un agonista β2 de acción prolongada [LABA],
montelukast u omalizumab) o en los pacientes con asma alérgica.
Tratamiento farmacológico
En las guías del NAEPP, el enfoque gradual hacia el tratamiento del asma es
similar (fig. 2), pero presenta ciertas diferencias. Independientemente del grado,
los enfermos deben tomar un agonista β 2 de acción corta (SABA) como
tratamiento a demanda, a menos que se haya establecido algo distinto (en los
enfermos que están recibiendo un fármaco compuesto por formoterol y
glucocorticoide inhalado como tratamiento a demanda o como tratamiento regular
y a demanda). De acuerdo con el NAEPP, se puede elegir un tratamiento
alternativo si el paciente ya lo está recibiendo, tiene el asma controlada y el
tratamiento de elección no está disponible o es demasiado caro, o cuando el
paciente prefiera el tratamiento alternativo.
En los enfermos con asma leve o moderada que probablemente sigan las
recomendaciones de tratamiento, se sugiere no aumentar la dosis de
glucocorticoides inhalados a demanda como respuesta al empeoramiento de
los síntomas o del PEF [D/B].
En los enfermos con asma moderada o grave, se prefiere el tratamiento
regular y a demanda con un fármaco compuesto por formoterol y
glucocorticoide inhalado al tratamiento regular con:
Manejo no farmacológico
Las guías del NAEPP permiten el uso de la ITA subcutánea en los enfermos
con asma alérgica leve o moderada, siempre y cuando la enfermedad esté
controlada durante el inicio y la continuación de la ITA [D/M]. La ITA es un
método valioso que influye en el desarrollo natural de las enfermedades atópicas,
pero en los enfermos con asma se sugiere usarla con cautela debido al riesgo de
efectos adversos graves. La ITA se puede considerar en los enfermos en los que
el asma no está lo suficientemente controlada y probablemente se deba
a alérgenos inhalados (antes de iniciar la ITA, conviene aumentar la intensidad del
tratamiento para controlar el asma y reducir el riesgo de efectos adversos de la
ITA) y en los enfermos en los que el asma está controlada, pero es deseable
reducir la intensidad del tratamiento. La ITA no debe usarse en los enfermos con
asma grave.
Las guías del NAEPP y las guías de la GINA difieren significativamente en cuanto
a la ITA sublingual. Según las guías de la GINA, es un método que se puede
considerar en los pacientes alérgicos al ácaro del polvo doméstico con síntomas
persistentes a pesar del uso de glucocorticoides inhalados en dosis bajas
o moderadas (tratamiento de grado 2 o 3) y un VEF1 >70 % del valor de referencia.
Además, destacan que los beneficios de la ITA sublingual probablemente sean
moderados (poca reducción de la dosis de glucocorticoide inhalado), pero es un
método seguro, ya que los efectos adversos se limitan únicamente a la cavidad
bucal y los segmentos más bajos del tracto digestivo. Por su parte, los expertos
del NAEPP se pronuncian en contra de usar este método en los enfermos con
asma, pero es una recomendación débil basada en datos de calidad moderada.
Por lo tanto, si se considera prescribir una ITA, ¿qué vía de administración del
alérgeno debemos elegir? Sin duda, los efectos positivos de la ITA subcutánea
sobre los síntomas y el consumo de fármacos son mayores. Además, puede
reducir la gravedad de la enfermedad, pero es menos cómoda para los pacientes y
genera riesgo de efectos adversos graves. Probablemente, la ITA sublingual
influye poco en los síntomas de la enfermedad, pero es mucho más segura. A la
hora de elegir el tipo de ITA, se deben considerar la situación clínica y las
preferencias del paciente.
Termoplastia bronquial
Se sugiere que los pacientes alérgicos al ácaro del polvo doméstico usen
fundas de colchones y almohadas impenetrables para los alérgenos, pero
solo en el marco de un programa integral, no como intervención única [D/M].
Novedades en el manejo del asma: asma grave (GINA, NAEPP, ERS, ATS
2021)
Asma grave
El asma difícil de tratar se define como una enfermedad mal controlada a pesar
del uso de glucocorticoides inhalados a dosis medias o altas y LABA, o que
requiera glucocorticoide inhalado a dosis altas y LABA para mantenerla
controlada. Se considera asma grave cuando la enfermedad sigue sin controlarse
a pesar de que el paciente cumplidor esté recibiendo glucocorticoide inhalado
a dosis altas y LABA (o un segundo fármaco que controle la enfermedad,
o glucocorticoide oral de acuerdo con las guías ERS/ATS), o cuando el control
empeora al intentar reducir la intensidad del tratamiento.
En los enfermos con asma grave mal controlada o que requiera el uso de
glucocorticoide oral, se sugiere administrar un tratamiento dirigido contra la
interleucina 5 (IL-5) (benralizumab, mepolizumab, reslizumab) [D/B]. Se ha
demostrado que estos fármacos reducen el riesgo de exacerbaciones del asma. El
uso de mepolizumab o benralizumab ha permitido reducir la dosis de
glucocorticoide oral. Sin embargo, el impacto de estos 3 fármacos sobre el control
del asma, la función pulmonar y la calidad de vida ha sido bajo y no ha superado
la diferencia clínicamente relevante mínima.
En los enfermos ≥12 años con asma grave aptos para el tratamiento con un
anticuerpo monoclonal anti-IgE (omalizumab), se sugiere tomar los
siguientes valores umbral para identificar a aquellos con mayor probabilidad
de respuesta clínica: recuento de eosinófilos ≥260/µl [D/B], FE NO ≥19,5 ppb
[D/B]. Como estos umbrales no se han evaluado en ensayos aleatorizados, se
deben interpretar con cierta cautela, ya que no está descartado que los enfermos
con unos parámetros más bajos también se beneficien del tratamiento con
omalizumab.
(...)
En los enfermos con asma grave que sigue sin controlarse a pesar de
administrar un tratamiento de grado 5 de la GINA, se sugiere probar el uso
crónico de un macrólido para reducir la frecuencia de las exacerbaciones
[D/B]. El tratamiento crónico con un macrólido reduce la frecuencia de las
exacerbaciones. Este efecto probablemente sea similar en los pacientes con y sin
eosinofilia. Sin embargo, no se ha observado que influya de forma clínicamente
significativa en el control del asma o la calidad de vida de los enfermos. La diarrea
es un efecto adverso potencial. Pese a preocupación que suscitaban la
prolongación del intervalo QT y el desarrollo de trastornos auditivos, estos efectos
adversos no se han observado en los ensayos clínicos. En las guías de la GINA, la
recomendación sobre el macrólido se precisó en 2021. Ahora, se limita a la
azitromicina (ya que existen datos de ensayos clínicos), que se recomienda
a dosis de 500 mg 3 veces a la semana. Este tratamiento se puede considerar en
los pacientes con exacerbaciones recurrentes a pesar del uso de glucocorticoide
inhalado a dosis altas y LABA. Se recomienda realizar un ECG antes de iniciar el
tratamiento con el macrólido y un mes después de su uso.