La Camerata Florentina
La Camerata Florentina
La Camerata Florentina
El estilo recitativo
Mientras que el idioma vocal y solista de Caccini se basaba en el aire
improvisado en el madrigal polifónico, Peri buscó una nueva solución que diera
respuesta a las necesidades teatrales. En su prefacio a “Euridice”, evocó la distinción
hecha en la teoría antigua entre el cambio continuo de altura de sonidos en el habla y
el movimiento interválico de la canción. Su objeto era descubrir una clase de canción
recitada que se hallase en una posición intermedia entre aquéllos, como la que se
decía usaban los griegos en el recitado de los poemas épicos. Sosteniendo las notas del
bajo continuo con uniformidad mientras la voz se movía entre consonancias y
disonancias. Peri liberó bastante la voz de la armonía como para que pareciera una
declamación libre de las notas. Luego, cuando aparecía una sílaba que había que
realzar o entonar en el discurso, tenía el suficiente cuidado como para que el bajo y su
armonía fuesen consonantes.
Los diversos estilos de la monodia pronto se filtraron en todas las clases de
música, tanto profana como sacra, en los primeros años del siglo XVII. La monodia hizo
que naciera el teatro musical, puesto que brindaba un recurso mediante el cual tanto
el diálogo como la exposición podía transmitirse claramente en la música, con rapidez
y toda libertad y flexibilidad necesarias para una expresión genuinamente drámatica.
En 1600, Peri puso música a un drama mitológico-pastoril, Euridice, de Ottavio
Rinuccini, que se ejecutó públicamente en Florencia ese mismo año.
Euridice era el conocido mito de Orfeo y Euridice, tratado a la manera pastoril
en boga y modificado de suerte que tuviera un final feliz. Tres pasajes de la ópera de
Peri ilustran los tres estilos de monodia que se hallan en esta obra. Sólo uno de ellos es
verdaderamente nuevo. El parlamento de Dafne, es un verdadero ejemplo del nuevo
recitativo. Los acordes especificados por el bajo continuo y sus cifrados no tienen ni
perfil rítmico ni plan formal y sólo están presentes para apoyar el recitado de la voz
que queda en libertad para imitar los ritmos del lenguaje oral.
De esta manera, Peri ideó un lenguaje que respondía a las exigencias de la
poesía dramática. No era un retorno tal cual de la música griega, pero lograron en la
práctica una canción recitada análoga a la que creían que se había empleado en el
teatro antiguo, compatible también con la práctica moderna de entonces.